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INTRODUCCIÓN El cervus elaphus o ciervo común es un ciervo de gran tamaño (sólo superado por el alce dentro del conjunto de los cérvidos vivos), con un tamaño ordinario de 160 a 250 centímetros de longitud y un peso en los machos de hasta 200 kilogramos. Esta especie presenta dimorfismo sexual, siendo las hembras más pequeñas y menos corpulentas que los machos; algunas presentan pequeñas cuernas. Los individuos de sexo masculino presentan cuernas que renuevan cada año y, en algunas subespecies, una densa melena de pelo oscuro en cuello y hombros. La dieta de esta especie es exclusivamente vegetariana, con más peso de las hojas sobre las hierbas. Esta especie se halla presente desde en épocas tan tempranas como el pleistoceno temprano, sin embargo es durante el pleistoceno terminal que denota una gran cantidad de restos en los yacimientos de Europa occidental, sobre todo en la cornisa cantábrica. En los yacimientos de los grupos del paleolítico superior es donde se encuentran los mayores porcentajes de restos óseos de este ungulado.

El Ciervo en El Paleolitico Superior de Europa

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Fauna del pleistoceno europeo cervus elapus

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Page 1: El Ciervo en El Paleolitico Superior de Europa

INTRODUCCIÓN

El cervus elaphus o ciervo común es un ciervo de gran tamaño (sólo superado

por el alce dentro del conjunto de los cérvidos vivos), con un tamaño ordinario

de 160 a 250 centímetros de longitud y un peso en los machos de hasta 200

kilogramos. Esta especie presenta dimorfismo sexual, siendo las hembras más

pequeñas y menos corpulentas que los machos; algunas presentan pequeñas

cuernas. Los individuos de sexo masculino presentan cuernas que renuevan

cada año y, en algunas subespecies, una densa melena de pelo oscuro en

cuello y hombros.

La dieta de esta especie es exclusivamente vegetariana, con más peso de las

hojas sobre las hierbas.

Esta especie se halla presente desde en épocas tan tempranas como el

pleistoceno temprano, sin embargo es durante el pleistoceno terminal que

denota una gran cantidad de restos en los yacimientos de Europa occidental,

sobre todo en la cornisa cantábrica. En los yacimientos de los grupos del

paleolítico superior es donde se encuentran los mayores porcentajes de restos

óseos de este ungulado.

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EL CIERVO EN EL PALEOLITICO SUPERIOR DE EUROPA

Pleistoceno

El pleistoceno es la primera época del cuaternario, se inició hace dos millones

de años aproximadamente. Esta época se caracteriza por los grandes cambios

climáticos que se dieron, como las glaciaciones.

Las glaciaciones son los descensos de temperaturas en la superficie terrestre,

formándose glaciares que cubrieron grandes extensiones de tierras

continentales. Fueron cuatro las glaciaciones que han existido y entre ellos ha

habido periodos interglaciares que fueron más cálidos.

El pleistoceno se dividió en tres etapas: pleistoceno inferior, medio y superior,

este último caracterizado por la última glaciación denominada Wurm, con un

clima frio y seco.

Las modificaciones climáticas que se presentan son los factores determinantes

que definen la presencia de una determinada fauna y flora.

Fauna del pleistoceno europeo

Dentro de la fauna se da la clasificación de la fauna pleistocena, uno de clima

frio que corresponde a los periodos glaciares, mientras el otro de clima calido

que corresponde a los periodos interglaciares.

Sin embargo ZAUNER rechaza esta clasificación por su excesiva simplificación

debido a que las condiciones ambientales no pueden restringuir la presencia de

una fauna determinada.

ZAUNER ofrece una reagrupación de los mamíferos del pleistoceno europeo

con relación a las fluctuaciones ambientales. Es de esta manera que el cervus

elaphus.

Page 3: El Ciervo en El Paleolitico Superior de Europa

Cervus elaphus

El cervus elaphus tiene buena capacidad de adaptación, que deriva de sus

costumbres alimenticias, pues es el cérvido que presenta los hábitos dietéticos

más flexibles. Tiene preferencia por el consumo de hierbas, flores hojas,

yemas, bellotas castaños moras, brezos, hongos, líquenes, etc.

Menéndez y Quezada (2008:156) afirman las áreas de adaptación del ciervo de

la siguiente manera:

Cueva de Millan

Es un abrigo musteriense se ubica en la provincia de Burgos (España) en el

cual el conjunto faunístico se interpreta como una fauna de carácter templado.

Se halló en el nivel superior un diente superior, una vértebra lumbar, una

esternebra y tres metatarsianos. En el nivel 1a ocho dientes superiores, siete

inferiores, dos vértebras cervicales, una costilla, un fémur; en el nivel 1b tres

dientes superiores, cuatro inferiores un radio, un fémur; en el 1c se encontró

tres dientes inferiores, una tibia y un metatarsiano.

Se afirma que sin piezas enteras ni medidas no es posible realizar

comparaciones ni extraer conclusiones sobre la muestra: parece que el tamaño

de estos ciervos, no obstante, es elevado. Ecológicamente, el ciervo es una

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especie bastante adaptable aunque tiende a considerarse propia de dominios

forestales, lo cual puede dar origen a concepciones en exceso simplistas sobre

los biotopos que su aparición implica.

Yacimiento de Kiputz

En esta cavidad en Guipúzcoa se han encontrado numerosos restos de

mamíferos, siendo el cervus elaphus el más representativo. Un conjunto como

el de Kiputz es un ejemplo excepcional de tafocenosis natural es decir no

afectada por agentes depredadores sean de origen humano o animal.

Prácticamente todas las medidas con más de cinco ejemplares siguen el

modelo de distribución normal tal como se ha podido estimar mediante la

aplicación del test de Shapiro-Wilk ya que por su escaso tamaño no era posible

utilizar el del chicuadrado.

Esto indica que los ciervos del yacimiento constituyen una población

básicamente homogénea y por tanto susceptible de ser comparada con

cualquier otra que posea esta misma caracterización estadística. Esta

potencialidad adquiere especial relieve al tratarse de una acumulación

tafonómica de carácter “neutro” es decir que no está sesgada por como

consecuencia de agentes depredadores y por tanto resulta más representativa

a la hora de la caracterización del ciervo del Pleistoceno Superior.

La cueva de Lezetxiki

El paleolítico superior de la cueva de Lezetxiki presente al menos tres

momentos de habitación que pueden seguirse en su yacimiento: el

magdaleniense superior, el Perdigordiense superior o Gravítense y el

Auriñaciense.

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En el nivel 1a (Magdaleniense) se encuentra el ciervo en una proporción de

19%, en el nivel 2 (perdigordiense superior) en un 18%, en el nivel 3a

(Musteriense) 15%, nivel 4a (Musteriense) 25%, nivel 4c (Musteriense) 34%.

Yacimiento Labeko Koba

Los resultados del nivel IX muestra que entre los restos de fauna hay que

destacar diferencias importantes entre el tramo superior y el inferior del nivel. El

porcentaje de carnívoros es sensiblemente diferente en los dos tramos (5% en

el inferior, 11% en el superior), además en el tramo inferior la proporción de

ciervo es más elevada (68,3% frente a 36,4% del superior), aparecen restos de

reno, alguno con marcas antrópicas (ALTUNA y MARIEZKURRENA 2000) y no

hay restos de mega fauna.

El ciervo en Cantabria

El ciervo fue un animal prioritario en las practica de caza para las comunidades

paleolíticas cantábricas y al mismo tiempo una de la especies más

representadas en el arte paleolítico, se dice que muchos yacimientos definen

su actividad económica como especializada en la caza de ungulados sobre

todo durante el Solutrense y Magdaleniense, es de esta manera que la época

del paleolítico superior cantábrico se podría definir como cazadores de ciervos.

La presencia de restos de ciervo en todos los yacimientos de la cornisa

cantábrica y las altas proporciones que alcanzan en muchos de ellos, lo

indicaría como un elemento importante en la subsistencia de los cazadores del

paleolítico superior cantábrico. Ese papel guarda relación con las condiciones

ambientales presentes durante el último máximo glaciar; la crudeza climática

provoco la migración de las manadas de ciervos desde las planicies del

suroeste de Francia hacia las costas cantábricas. En los abrigados valles

cantábricos el ciervo pudo hallar condiciones aptas, esto se debe a la amplia

gama de posibilidades ambientales, refugios boscosos caducifolios, pinares,

praderas de herbáceas, paramos de brezales…

Page 6: El Ciervo en El Paleolitico Superior de Europa

Ya adentrados en el paleolítico superior los yacimientos cantábricos pueden

subdividirse desde el punto de vista de las especies que cazaba, en dos

grandes grupos:

1. Un conjunto, que basa su economía cazadora fundamentalmente sobre

el ciervo.

2. Otro conjunto que la basa en la cabra montés.

El primer conjunto es el más numeroso y a él pertenecen los yacimientos de

Aitzbitarte IV, Urtiaga, algunos niveles de Ekain, Morín, Tito Bustillo y La Riera.

La alta representatividad de cervus elaphus es demostrada a través de los

porcentajes del total ciervos cazados de niveles Magdalenienses de los

yacimientos antes citados: Aitzbitarte (60.8%), Urtiaga (47.0%), Morin (81.1%),

Tito bustillo (81.3%).

Esto no se puede observar en los niveles anteriores como los de Auriñaco-

perdigordienses y Solutrenses, donde los porcentajes de cervus elaphus

cazados en los yacimientos de Lezetxiki y Aittzbitarte durante estos niveles son

en promedio menos del 50 %, solo en Morin durante el Auriñaciense presenta

el 62%.

Se tiene entonces que durante el paleolítico superior de Cantabria que el

hombre del Auriñaciense comienza a explotar biotopos distintos. Va

disminuyendo la caza de grandes bovinos y el caballo en favor de la caza de

ciervo. En le Lezetxiki en el nivel IV es un nivel de transito al Auriñaciense, se

ve claramente la preponderancia del ciervo.

Page 7: El Ciervo en El Paleolitico Superior de Europa

Sin embargo Bernis (2001:90) afirma que: “el ciervo aparece con máximas

cifras, todavía relativamente bajas en el Auriñaciense, pero altas en los dos

periodos siguientes como máximo de 71% en el Magdaleniense”.

Altuna quien centra su atención en el yacimiento vasco de Aitzbitarte, próximo

a Rentería (Guipúzcoa) realiza algunos aporte y expone que en el

Auriñaciense, la gran mayoría de restos son de ciervo y gamuza con algo de

bovino, cabra montés, corzo y caballo, durante el Solutrense sigue

preponderancia de ciervo y gamuza, con los otros elementos ya citados, pero

consta ya el reno, de igual manera durante el Magdaleniense preponderancia

de ciervo y gamuza.

Se puede concluir diciendo que la implantación generalizada de la caza

especializada de los ciervos en los primeros tiempos magdalenienses. Los

datos paleontológicos conocidos por entonces en yacimientos distantes

permiten conocer como el ciervo protagonizo cuatro de cinco capturas en

lugares como La Paloma, La Riera, Ekain o Urtiaga. En ciertos entornos como

los bajíos costeros de las comarcas cantábricas situadas junto a yacimientos

como Altamira o El Juyo, que previsiblemente tenían mayor riqueza ambiental

y gama potencial de recursos de caza, los ciervos constituyen unas dos

terceras partes de las capturas.

Bien se puede decir que la especie se convirtió en la presa más codiciada por

doquier en la tierras bajas e incluso en ciertas montañas interiores, también fue

un pilar importante de la dieta humana a pesar de que las especies de pradera

como caballos, bisontes y grandes bóvidos aun aportaban una importante

cantidad de las necesidades alimenticias en ciertos lugares como Altamira.

Este incremento de la caza se podría decir que coincide con la mejoría de las

condiciones ambientales que registra el tardiglaciar y con un paisaje de mayor

cobertura vegetal que en momentos anteriores, que a buen seguro facilito la

Page 8: El Ciervo en El Paleolitico Superior de Europa

mejoría de las posibilidades alimenticias del ciervo y aumentar la base anterior

del ramoneo con el consumo de hierbas, flores, hojas, e incluso frutos.

Por último se tiene algunas observaciones que hace ALTUNA (1976:165) al

señalar el elevado número de vertebras y costillas que aparecen en los

yacimientos de Cantabria en relación a los yacimientos de Guipúzcoa “Se ve

que acarreaban los ciervos enteros a la cueva, muchas más veces que en el

caso de los yacimientos vascos”.

El número reducido de cuevas parece ser un índice de que los grupos

humanos se dedicaban a explotar más los rebaños de ciervas con sus crías,

que los animales machos y adultos. Parece que este fenómeno pudiera estar

en relación con la mayor estabilidad de las hembras y sus crías en un territorio

(ALTUNA 1976:166).

Page 9: El Ciervo en El Paleolitico Superior de Europa

CONCLUSIONES

La mayor parte de las muestras óseas de ciervo del Pleistoceno Superior

provienes de la Región Cantábrica estos a su vez proceden de cavidades de

ocupación humana y son el resultado de la caza y consumo de esta especie

por los grupos de cazadores del Paleolítico. En ellas la distribución anatómica

queda significativamente alterada por los procesos de descuartizado, desollado

y aprovechamiento de todos los recursos del animal.

Por tanto la representatividad de las muestras de ciervo como reflejo de su

existencia en el ecosistema está sustancialmente mediatizada por las

apetencias, limitaciones y manipulaciones de los depredadores. De forma

general no sabemos a veces si la especie más frecuente en el asentamiento

era también la más abundante en el entorno.

Lo que sí se puede determinar es que el ciervo migro hacia esta zona de

Europa occidental debido al cambio climático, en este nuevo ambiente

encuentra condiciones aptas para habitar, es así que se caracteriza al ciervo

con una tendencia de clima templado pero que está adaptado a diverso

ambientes.

Page 10: El Ciervo en El Paleolitico Superior de Europa

BIBLIOGRAFIA

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