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1 El contenido de tareas y la dinámica del empleo en España Sergio Torrejón Pérez Abstract El empleo de servicios ha mostrado una evolución más favorable que el de otros sectores en las décadas recientes en España. Esto no se debe solo al hecho que se trate del empleo más productivo, ya que los servicios no cualificados también crecieron más en expansión- y han resistido mejor la caída de la demanda en crisis- que el de otros sectores de baja calidad. Dado que la calidad del empleo no explica el fenómeno, en este trabajo llevo a cabo un análisis en el que se ponen en relación las características materiales del empleo lo que se hace en el trabajo- con su dinámica. ¿Explican el tipo de tareas que se llevan a cabo en el empleo su dinámica reciente? Para abordar el análisis he desarrollado un conjunto de índices que miden el grado de implicación de cada empleo en la realización de diferentes tareas: de carácter físico, intelectual, social, referidas al modo de organización del trabajo y al tipo de tecnología empleada. Estos se han elaborado a partir de la información de variables de diferentes bases de datos -la EWCS, PIAAC y ONET-, cuya información se ha puesto en relación con la de la EU- LFS. Los resultados muestran que determinados atributos del empleo la creatividad, el carácter social, el hecho de que no sea rutinario ni implique el uso de maquinaria y herramientas mecánicas- están relacionados de forma clara con el hecho de que haya tenido una evolución más favorable a lo largo de los últimos años. Índice: Introducción; 1. Debate ; 2. Metodología; 3. Análisis; 3.1. El contenido de tareas de los empleos; 3.2. El futuro del empleo: el Índice de Riesgo de Remplazo; Conclusiones. Palabras clave Ocupaciones; empleo; mercado de trabajo; cambio estructural; tecnología; comercio internacional; automatización; deslocalización; tareas; segmentación; ciclos económicos

El contenido de tareas y la dinámica del empleo en España · aportaciones de la teoría sobre el cambio en la estructura de empleo, con el objeto de identificar los tipos de tareas

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El contenido de tareas y la dinámica del empleo en España

Sergio Torrejón Pérez

Abstract

El empleo de servicios ha mostrado una evolución más favorable que el de otros

sectores en las décadas recientes en España. Esto no se debe solo al hecho que se trate

del empleo más productivo, ya que los servicios no cualificados también crecieron más

–en expansión- y han resistido mejor la caída de la demanda –en crisis- que el de otros

sectores de baja calidad. Dado que la calidad del empleo no explica el fenómeno, en

este trabajo llevo a cabo un análisis en el que se ponen en relación las características

materiales del empleo –lo que se hace en el trabajo- con su dinámica. ¿Explican el tipo

de tareas que se llevan a cabo en el empleo su dinámica reciente? Para abordar el

análisis he desarrollado un conjunto de índices que miden el grado de implicación de

cada empleo en la realización de diferentes tareas: de carácter físico, intelectual, social,

referidas al modo de organización del trabajo y al tipo de tecnología empleada. Estos se

han elaborado a partir de la información de variables de diferentes bases de datos -la

EWCS, PIAAC y ONET-, cuya información se ha puesto en relación con la de la EU-

LFS. Los resultados muestran que determinados atributos del empleo –la creatividad, el

carácter social, el hecho de que no sea rutinario ni implique el uso de maquinaria y

herramientas mecánicas- están relacionados de forma clara con el hecho de que haya

tenido una evolución más favorable a lo largo de los últimos años.

Índice: Introducción; 1. Debate; 2. Metodología; 3. Análisis; 3.1. El contenido de

tareas de los empleos; 3.2. El futuro del empleo: el Índice de Riesgo de Remplazo;

Conclusiones.

Palabras clave

Ocupaciones; empleo; mercado de trabajo; cambio estructural; tecnología; comercio

internacional; automatización; deslocalización; tareas; segmentación; ciclos económicos

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Introducción

Las sociedades postindustriales se consolidaron con economías de servicios. De este

proceso suele subrayarse la parte del relato que hace referencia al impulso del logro

educativo de la población y el progreso tecnológico, factores decisivos a la hora de

impulsar la llamada economía del conocimiento. Sin embargo, se debe advertir que en

muchos países, como España, los servicios no cualificados han crecido tanto e incluso

más que los avanzados y relacionados con el uso de nuevas tecnologías. Este es, de

hecho, uno de los motivos que explican que el empleo creciera de forma polarizada en

la etapa expansiva (Torrejón, 2016). Tras la crisis hemos comprobado que ha sido de

nuevo el empleo de servicios el que mejor ha resistido sus embates; y no solo los

servicios avanzados y de calidad, sino que incluso los no cualificados han sufrido

mucho menos la caída de la ocupación que otros empleos de baja calidad (Torrejón,

2016). Una observación que advierte de la importancia de tener en cuenta el tipo de

empleo (lo que se hace en el mismo) a la hora de tratar de explicar su dinámica, y no

solo su grado de calidad o flexibilidad.

En este trabajo dialogo con la literatura sobre cambio estructural del empleo, con el

objetivo de comprobar si algunas de sus principales premisas son capaces de explicar la

evolución que ha seguido en el caso de España. De entre ellas, existe consenso con la

idea de que el cambio tecnológico y los cambios en el comercio internacional, a través

de la automatización y la deslocalización de la actividad productiva, promueven el

estancamiento de los empleos rutinarios e impulsan el que exige de flexibilidad,

contacto físico o habilidades creativas. Partiendo de esta base planteo la siguiente

pregunta de investigación: ¿Se nutren los servicios y las ocupaciones que han

presentado una evolución más favorable del tipo de tareas que se consideran más

difíciles de sustituir? Además, considerando esos mismos criterios he elaborado un

Índice de Riesgo de Remplazo (IRR), que informa sobre el mayor o menor riesgo

teórico que tiene un empleo, ocupación, sector o segmento de población de desaparecer

en el futuro próximo. Esta herramienta permite profundizar en el análisis sobre los

procesos y dinámicas del mercado de trabajo, informando sobre posibles tendencias

futuras, advirtiendo de las ocupaciones y segmentos de población más vulnerables y

pudiendo contribuir de este modo a la mejora del diseño de las políticas que tratan de

ajustar las características de la oferta de trabajo a los cambios en la demanda del

empleo.

3

Para cumplir con los objetivos planteados utilizo un conjunto de indicadores que

permiten caracterizar a los empleos a través del tipo de tareas que implica su puesta en

práctica. Esto permite poner a prueba las hipótesis que hablan del modo en que el

cambio tecnológico y los cambios en el comercio internacional afectan a los diferentes

tipos de tareas. La idea que motivó este análisis era la de contribuir al grueso de la

literatura con una información más detallada que la de las clasificaciones de tareas

desarrolladas previamente, permitiendo afinar el análisis obteniendo una caracterización

más detallada y diversa. No obstante, para elaborar el conjunto de indicadores utilizado

ha sido necesario extraer la información de variables de diferentes bases de datos y

encuestas: ONET, PIAAC y la EWCS.

El artículo se organiza del siguiente modo: en primer lugar se discuten las principales

aportaciones de la teoría sobre el cambio en la estructura de empleo, con el objeto de

identificar los tipos de tareas más y menos susceptibles de ser remplazados en el futuro.

En segundo lugar se describe la metodología empleada, que me permite caracterizar a

los empleos de forma detallada en función de su contenido de tareas. En tercer lugar

llevo a cabo el análisis, a) poniendo en relación la dinámica de distintos grupos de

empleos con su contenido de tareas y b) asignando un valor del IRR a diferentes grupos

de empleos y segmentos. Termino el manuscrito con un apartado en el que a modo de

conclusión se describen las principales aportaciones del trabajo.

1. Debate

Como señalaba en la introducción, en este trabajo me centro en la dimensión material

del empleo. Esto es, el modo en que sus características intrínsecas condicionan su

dinámica. Es por esto por lo que, aunque las transformaciones en la estructura

ocupacional son siempre resultado de la interacción de factores del lado de la oferta y

la demanda en un contexto institucional determinado (Oesch y Rodríguez Menés,

2011:505), me centro ahora en los que tienen una implicación directa sobre la forma en

que se transforman inputs en outputs en el proceso productivo para generar productos y/

o servicios. Esto es, sobre los factores que determinan la naturaleza de las tareas que se

llevan a cabo en el trabajo. De entre estos, los más relevantes son el cambio tecnológico

y los cambios en el comercio internacional, precisamente a los que se ha prestado una

mayor atención en la literatura internacional sobre el cambio estructural del mercado de

trabajo (Acemoglu y Autor, 2010; Autor, 2014; Autor y Dorn, 2013; Autor et al., 2013;

4

Autor et al., 2006; Autor et al., 2003; Bell, 1973; Berman et al., 1998; Gallie et al.,

1998; Goos y Manning, 2007; Goos et al., 2009, 2010, 2014).

La teoría de Skill-Biased Technical Change fue de las primeras en interpretar los

posibles efectos de la introducción de las tecnologías de la información y la

comunicación (TIC) sobre la estructura del empleo. Para ello desarrollaron un modelo

muy simple en el que se distingue el trabajo cualificado del no cualificado. Sus

previsiones indican que las nuevas tecnologías incrementan la productividad de la

fuerza de trabajo cualificada, motivo por el que aumentaría su demanda relativa (). Fue

la routinization hypothesis la teoría que, aun considerando que el impacto de la

tecnología es el factor clave, reformuló este modelo y consideró que el impacto de la

misma no es lineal, elaborando uno más complejo en el que empezaron a distinguir

diferentes tipos de tareas. El modelo original de Autor et al. (2003) distingue entre una

dimensión que hace referencia al carácter rutinario o no rutinario de las tareas y otra que

hace referencia al carácter manual o cognitivo de las mismas, por lo que de la

combinación de ambas se obtiene una clasificación en la que se diferencian cuatro tipos

de empleos. Esta clasificación ha sido la más influyente, habiendo sido empleada luego

en numerosos trabajos. Sea empleando el mismo modelo (Goos y Manning, 2007;

Spitz-Oener, 2006) u otros similares en los que se introducen ligeras diferencias. Al

combinar las dos categorías de tareas rutinarias en una, por ejemplo, algunos trabajos

han generado una clasificación tridimensional, diferenciando entre tareas abstractas,

rutinarias y manuales (Autor y Handel, 2013; Autor et al., 2006). De la Rica y Gortazar

subrayan, además de esas tres categorías, la importancia del uso de tecnologías de la

información y la comunicación (2016). Goos et al. por su parte introdujeron el concepto

de tareas de servicios, haciendo referencia a las que se llevan a cabo en empleos que

precisan de trato e interacción con clientes (Goos et al., 2009, 2010); de modo que,

según este modelo, las diferentes tareas se agrupan en abstractas -intensivas en

habilidades cognitivas no rutinarias-, de servicios --intensivas en habilidades no

rutinarias no cognitivas- y rutinarias -tanto cognitivas como no cognitivas-. En

definitiva, aunque se han desarrollado diferentes propuestas, todas se han basado

esencialmente en la misma taxonomía, aunque introduzcan algunos matices en función

del interés particular de cada investigación.

Sin embargo, lo relevante para el propósito de esta investigación es subrayar las

principales implicaciones del cambio tecnológico sobre los distintos tipos de tareas, tal

5

y como describe la routinization hypothesis. Como se relata en numerosos trabajos

(Acemoglu y Autor, 2010:20-22; Autor, 2014:846; Autor et al., 2006:7; Autor et al.,

2003; Fernández-Macías, 2012:7; Goos y Manning, 2007:120-121; Goos et al., 2009;

Oesch y Rodríguez Menés, 2011:506), el argumento de esta hipótesis explica que el

desarrollo tecnológico, a través de la automatización, permite sustituir parte de los

empleos compuestos de tareas de carácter rutinario, como pasó primero con el empleo

industrial de baja cualificación y más recientemente con el empleo de servicios de

administración. Por su parte, las nuevas tecnologías son complementarias a los empleos

más cualificados y que requieren de habilidades creativas, mientras que no son capaces

de sustituir el tipo de tareas que requieren de flexibilidad, contacto físico y no son

fácilmente codificables. Lo que marca la diferencia entre una primera era de las

máquinas -la Revolución Industrial- y otra segunda es que mientras que en la primera

las máquinas complementaban la fuerza de trabajo humana, ahora sustituyen gran parte

(Brynjolfsson y McAfee, 2014).

Pero la tecnología no es el único factor que genera cambios relevantes en la demanda de

empleo. Los cambios en el comercio internacional son el otro gran determinante de la

polarización (Autor et al., 2006; Goos et al., 2009, 2010). Y es que el comercio

internacional ha ganado mucho peso en las últimas décadas, aumentando mucho la

cantidad de bienes, servicios y mercancías que se intercambian en el mercado global.

Sin embargo, los efectos de la deslocalización afectan de forma desigual a los distintos

empleos, ya que unos tipos de tareas son más fáciles de comercializar que otras. Se

consideran potencialmente deslocalizables las tareas que: exigen del uso de información

codificable, frente a las que requieren de información tácita (Leamer y Storper, 2001);

pueden ser resumidas en reglas deductivas, y en consecuencia tienen un carácter más

rutinario (Levy y Murnane, 2004) y no requieren contacto físico ni proximidad

geográfica (Blinder, 2006). Por estos motivos, la deslocalización está asociada en el país

de origen con un cambio que favorece los empleos de tareas no rutinarias, que implican

procedimientos no repetitivos y exigen del desarrollo de tareas interactivas y que

requieren de contacto físico (Becker et al., 2013). Es decir, la serie de empleos que se

localizan normalmente en los extremos de la distribución según calidad.

De modo que, al considerar estas hipótesis, se advierte de la centralidad adquiere en

ambas tradiciones el carácter rutinario de los empleos. De forma más específica, en la

literatura sobre el cambio tecnológico se señala la relevancia de la creatividad como

6

habilidad que aún es difícil remplazar por tecnología, y el uso de maquinaria mecánica

como factor de riesgo de reemplazo. Por su parte, la literatura sobre el cambio en el

comercio advierte de la importancia de la dimensión social de las tareas, considerando

que la exigencia de interacción y contacto físico directo con otras personas es uno de los

factores clave que permite discriminar los efectos negativos de los cambios en el

comercio.

2. Metodología

Un aspecto clave para el propósito de esta investigación es poder manejar una

clasificación que permita distinguir los principales tipos de tareas que pueden llevarse a

cabo en el trabajo. Esto es requisito necesario para poner en relación sus características

materiales y su dinámica. Para acometer esta tarea me sirvo de la clasificación que he

elaborado junto a parte del equipo implicado en el proyecto European Jobs Monitor de

Eurofound, cuyo proceso operacionalización se detalla en un documento aparte

(Fernández-Macías et al.). Aunque sea preciso ahora describir algunas de sus

características más básicas, para entender el detalle de la propuesta conviene leer el

documento metodológico original, ya que el alcance de la misma excede el sentido y el

espacio de este trabajo.

El valor añadido que proporciona el uso de esta información radica en el hecho de ser

uno de los conjuntos de indicadores de tareas más completos que se han desarrollado

hasta la fecha. No obstante, su desarrollo ha implicado el uso de varias de las bases de

datos y encuestas que contienen información sobre lo que hacen los trabajadores en el

puesto de trabajo y cuya información puede vincularse a la de sectores –NACE- y

ocupaciones –ISCO-: ONET, PIAAC y la European Working Conditions Survey.

Primeramente, conceptualizando a través de la teoría, se hizo una clasificación del tipo

de tareas que pueden distinguirse en el proceso productivo –tal y como se extrae de la

literatura sobre el cambio estructural del empleo-. De las diversas fuentes se

seleccionaron las variables que informan sobre lo que hacen los trabajadores en el

empleo, ubicándolas en cada una de las dimensiones consideradas. Una vez se dispone

de todas las variables estas pueden transformarse en indicadores, normalizándolos para

que su rango de valores oscile de 0 a 1: significando el 0 ausencia de necesidad de llevar

a cabo esa tarea y un 1 máxima implicación con la misma. De este se pueden hacer

comparables y equivalentes variables que cuentan con rangos de valores diferentes. En

7

algunos casos, para algunas dimensiones se dispone tan solo de un indicador. En ese

caso el índice final es equivalente al mismo. Sin embargo, en la mayor parte de casos

contamos con más información, por lo que el índice final es producto de la media

ponderada de los distintos indicadores disponibles. Esto proporciona una ventaja

importante, ya que al combinarse la información de distintas variables y/o bases de

datos para generar una medida se dota de consistencia a la misma.

En la siguiente tabla se detallan tanto los índices y subíndices del modelo como las

bases de datos y variables empleadas para construirlos:

8

Tabla 1. Índices, bases de datos y variables del modelo1

Fuente: elaboración propia

Una vez se dispone de todos estos índices se puede asignar el valor medio que obtiene

en cada indicador cada sector u ocupación, caracterizándolos de forma detallada según

1 Esta versión se corresponde con la tercera y más reciente versión del modelo, que es la que se utiliza en

este trabajo. La existencia de rupturas en las clasificaciones de sectores (de NACE1.1 a NACE2) y

ocupaciones (de ISCO88 a ISCO08) obliga a dividir la serie en 3 etapas diferentes (hasta 2007, del 2008

al 2010 y del 2011 en adelante), caracterizadas por el modo particular en que se combinan en cada caso

las diferentes versiones de cada clasificación. Esto es relevante porque las clasificaciones que se emplean

en cada periodo determinan la información final de que se puede disponer, permitiendo utilizar de los

indicadores de unas bases de datos u otras. Más información al respecto en Fernández-Macías et al.

(2016).

EWCS PIAAC ONET

1. Físico: manipulación y

transformación de cosas

a. fuerza q24a,b,c,d 1.A.3.a.1,3,4

b. destreza F_Q06c 1.A.2.a.1,2,3

2. Intelectual: manipulación

y transformación de ideas

a. procesamiento

de info codificada

i. Alfabética/

verbal1.A.1.a.1,2,3,4

negocios G_Q01b, g; G_Q02A

técnica G_Q01a,f,h; GQ02c,d

humanidades G_Q01c,d,e; G_Q02b

ii. Aritmética/

numérica1.A.1.c.1,2

contabilidad G_Q03b,c,d

analítica G_Q03f,G,H

b. resolución de

problemas

i. recopilación y

evaluación de infoq49e; q49f D_Q13a,b,c 1.A.1.b.4,5,6

ii. creatividad q49c; q51i 1.A.1.b.2

3. Sociales

a. servicios/

asistencia4.A.4.a.8

b. venta/

persuasión

F_Q02d; F_Q03b;

F_Q04a,b

4.A.4.a.6,7;

2.B.1.c,d

c. enseñanza F_Q02b,c4.A.4.b.3,5;

2.B.1.e

d. gerencialesD_Q07a,b; DQ08a,b;

F_Q03b4.A.4.b.1,4

4a. Autonomíaq39; q46; q50a, b, c;

q51f; q43

D_Q11a,b,c,d;

F_Q03a,c4b. Trabajo en equipo q56; q57a, b, c

4c. Rutina

i. repetición q24e; q44a, b; q49d

ii. estandarización q46c; q49a

5a. Uso de maquinaria y

heramientas mecánicasq23a; q46d 2.B.3.g,j,l

5b. Uso de TIC q24h, iG_Q05a,c,e,f,g;

G_Q04; G_Q06

i. ofimática G_Q05a,c,e,f

ii. programación G_Q05g 2.B.3.e

Variables

Índices

9

las tareas que se llevan a cabo en ellos. Además, al combinar esta información con la de

la EU-LFS he podido a) poner en relación la dinámica del empleo con su contenido de

tareas y b) asignar el valor de los indicadores a diferentes segmentos de ocupados.

Como se observa en la tabla 1, la información que ofrece el modelo es muy detallada,

haciendo referencia a múltiples dimensiones -física, intelectual, social, referida al modo

de organización del trabajo y al tipo de tecnología empleada- y subdimensiones que

hacen referencia a aspectos concretos de las mismas. Por esto se constituye como una

herramienta muy potente que puede servir para numerosos propósitos de investigación

relacionada con el mercado de trabajo, permitiendo enriquecer el análisis con una

información muy exhaustiva. En el caso que me ocupa resulta de gran utilidad para

abordar la pregunta de investigación planteada, seleccionando de entre todos los

indicadores los que son relevantes desde el punto de vista teórico e incorporándolos en

el análisis que llevo a cabo a continuación.

3. Análisis

En primer lugar voy a caracterizar a diferentes grupos de empleos según su contenido de

tareas. A través de este ejercicio puedo determinar si el tipo de empleo está relacionado

del modo que recoge la literatura con su dinámica. Para ello, de entre todas las tareas me

centro en las señaladas como más o menos sensibles a los cambios en la tecnología y el

comercio internacional: las rutinarias, creativas, que implican el uso de maquinaria y

herramientas de carácter mecánico y las de carácter social. En segundo lugar, a través de

ellas he elaborado un Índice de Riesgo de Remplazo, que habla del potencial riesgo

teórico que tienen diferentes empleos de ser remplazados debido a los cambios

mencionados.

3.1. El contenido de tareas de los empleos

La transición hacia una economía de servicios comenzó a llevarse a cabo en España sin

que hubiera desarrollado una madurez industrial y en un contexto de gran inestabilidad

política (González y Garrido, 2005). El empleo de servicios empezó a crecer de forma

sostenida en los ochenta debido fundamentalmente al impulso de las autonomías y

algunos servicios públicos, y se pronunció desde mediados de los noventa debido a la

dinámica del empleo privado. Como muestra el gráfico 1, si bien al inicio del periodo la

suma de los distintos tipos de servicios acumulaba ya una proporción mayoritaria del

empleo, durante el periodo analizado esa proporción no ha dejado de aumentar. Esto se

10

debe a que su comportamiento ha sido, de entre todos los sectores, el más favorable. En

la etapa expansiva fueron los distintos tipos de servicios los que más crecieron en

términos absolutos, mostrándose luego menos sensibles a la caída de la demanda que

trajo consigo la crisis –que ha afectado más en la construcción o la industria-.

Gráfico 1. Evolución del nº de ocupados según sector, 1995-2014TII (en miles)

Fuente: elaboración propia a partir de datos de la LFS

Estos datos reflejan algunos hechos que llaman la atención y suscitan algunas

preguntas: ¿Qué puede explicar que los servicios poco intensivos en conocimiento

resistan mejor la crisis que otros empleos de baja calidad?2 Considerando que algunos

ejemplos de empleos intensivos en conocimiento son tales como los servicios

empresariales o los relacionados con el uso de nuevas tecnologías, mientras que

servicios poco intensivos en conocimiento son algunos como los personales o de

cuidados… ¿cómo se explica que sean empleos de naturaleza tan diversa los que han

mostrado una evolución más favorable en los últimos años? Dado que no existe una

relación clara entre la calidad del empleo y su comportamiento… ¿pueden ser las

características materiales del empleo lo que explique mejor su dinámica? Para poner a

prueba esta hipótesis voy a prestar atención al contenido de tareas de distintos grupos de

empleos, tratando de ver si existe algún patrón que explique las razones por las que

algunos han tenido una evolución más favorable a lo largo de las distintas etapas del

ciclo económico.

2 Un fenómeno en el que se profundiza en Torrejón (2016).

0

5000

10000

15000

20000

95 96 97 98 99 00 01 02 03 04 05 06 07 08TII 09TII 10TII 11TII 12TII 13TII 14TII

Agricultura, silvicultura, caza y pesca Industria

Servicios poco intensivos en conocimiento Servicios intensivos en conocimiento

Construcción

11

En el siguiente gráfico muestro la puntuación media de los sectores en varios de los

índices de tareas. Distinguir diferentes tipos de servicios es siempre un ejercicio

recomendado dada la enorme heterogeneidad que se oculta tras esa categoría. En este

caso es útil además porque permite revelar si a pesar de las diferencias entre unos y

otros existe un patrón común en su composición que explique el auge de ambos.

Gráfico 2. Puntuación media de los sectores en los índices de tareas

Los datos indican que, frente al resto de sectores, ambos tipos de servicios: a) implican

el menor uso de maquinaria y herramientas mecánicas; b) son los empleos con menor

carácter rutinario y c) que precisan en mayor medida de trato directo con otras personas.

Es decir, que sí que existe un patrón común en la composición material de ambos

empleos, demostrándose que se nutren de algunas de las tareas que se consideran más

difíciles de remplazar –sea por robots/ nueva tecnología o como producto de la

deslocalización de la fuerza de trabajo-. Se aplica una excepción en este caso, ya que los

servicios intensivos en conocimiento son los únicos que destacan por tener un mayor

carácter creativo, siendo este otro de los atributos vinculados a la mayor resistencia del

empleo a los cambios del lado de la demanda.

Sin embargo, las categorías examinadas son todavía muy heterogéneas. Para afinar el

análisis, minimizar el riesgo de introducir un sesgo que sea producto de un posible

12

efecto composición y centrarme en el caso específico de España, comparo a

continuación el contenido de tareas de los empleos que más y menos han crecido en el

país en los años recientes. Para tratar de recoger el efecto de factores estructurales a

largo plazo y evitar que los resultados se vean muy influidos por la influencia de

experiencias particulares y aisladas he seleccionado un periodo de más de 15 años. Así,

por ejemplo, al abarcar tanto la etapa expansiva como la primera fase de crisis se alivia

el efecto de la burbuja sobre el empleo, ya que gran parte del empleo generado como

producto de la misma se destruyó en los primeros meses tras su estallido.

Gráfico 3. Puntuación media de las ocupaciones en los índices de tareas

En este caso vemos que las diferencias entre grupos se establecen en el mismo sentido

que antes, aunque ahora son más pronunciadas: las ocupaciones que más crecieron en el

periodo cuentan con un mayor carácter creativo y social, mientras que implican menor

uso de maquinaria y herramientas mecánicas y tienen un menor carácter rutinario. Debo

advertir además que lo ocurrido en el periodo no fue una anomalía histórica, ya que al

13

plantear este mismo ejercicio con las ocupaciones que más y menos crecieron en el

periodo 2011-2014 el diagnóstico se mantiene. 3

Los datos que he mostrado sugieren que las premisas de la literatura son ciertas,

demostrando que la realización de determinadas tareas en el empleo está relacionada

con el hecho de que desarrolle una evolución más favorable. Para profundizar en esta

idea he elaborado, a partir de los indicadores analizados, un índice (Índice de Riesgo de

Remplazo) que informa de la medida en que las tareas consideradas potencialmente

remplazables están presentes en el empleo. Los indicadores empleados y la forma en

que he procedido para construir el IRR se detallan en el Anexo. De este modo, a través

de un único índice puedo examinar el modo en que la composición de tareas del empleo

se relaciona con su tasa de crecimiento relativo. Los resultados, al nivel de ocupaciones,

son los siguientes:

Gráfico 4. Relación entre el valor medio del IRR y la tasa de crecimiento relativo al nivel de

ocupaciones, de 1995 a 2010TIV

La línea de ajuste expresa una relación negativa entre el valor del IRR de cada

ocupación y su tasa de crecimiento relativo en el periodo 1955-2010TIV. El valor del

coeficiente de correlación (-0.7028) expresa además que la relación es muy fuerte. Es

decir, que cuanto mayor es el IRR de una ocupación menor tiende a haber sido su ritmo

de crecimiento en el pasado. A medida que tiende a ser mayor el carácter rutinario y el

3 Dispongo de los datos y el gráfico, pero no sé si es pertinente mostrarlos también por una cuestión de

espacio.

14

uso de maquinaria mecánica y menor el carácter creativo y social en las ocupaciones

menor ha tendido a ser su ritmo de crecimiento en los años recientes.

3.2. El futuro del empleo: el Índice de Riesgo de Remplazo

Dado que se ha demostrado que la relación entre los atributos del empleo examinados y

su dinámica reciente es clara4, se puede esperar que el valor del indicador sirva para

ilustrar sobre la medida en que las ocupaciones o segmentos de ocupados están en

riesgo de remplazo. Mientras no haya cambios relevantes que alteren el modo en que

impactan los cambios en la tecnología y el comercio internacional en los países

desarrollados se puede considerar al indicador como válido para entrever posibles

tendencias futuras. Por este motivo, a continuación voy a comparar los valores del IRR

en diferentes ocupaciones y segmentos.

Gráfico 5. Valor medio del IRR de las distintas ocupaciones (ISCO08 a 2 dígitos)

4 Esta relación, además, es más alta que la del nivel de calidad de cada ocupación y su tasa de crecimiento

(0.6857). Esto, de nuevo, advierte de que el IRR funciona mejor como predictor que esta otra variable.

15

Si tenemos en cuenta que las ocupaciones en el gráfico se despliegan respetando el

orden de la clasificación ISCO, podemos ver que hay una tendencia a que aumente el

valor del IRR a medida que descendemos en la misma. Éste es menor sobre todo en

algunas ocupaciones de servicios cualificados, como las directivas o de profesionales de

la enseñanza, el derecho, las ciencias sociales y culturales, etc., pero también en algunas

ocupaciones de servicios no cualificados como los vendedores ambulantes o los

trabajadores de cuidados. Al contrario, donde el valor del IRR es más alto es en

ocupaciones industriales o relacionadas con construcción, vinculadas a trabajos muy

mecánicos y repetitivos.

La relación aparente entre la calidad de las ocupaciones y el valor del IRR se puede

examinar a través de un diagrama de dispersión. El gráfico 6 muestra que la relación

entre estas dos variables es negativa y muy fuerte (con un coeficiente de correlación de -

0.9277). Esto es, a medida que la calidad de una ocupación es menor es más probable

que su IRR sea más alto.

Gráfico 6. Relación entre el valor medio del IRR para las ocupaciones y su nivel de calidad

Sin embargo, aunque haya una tendencia general clara a que aumente el valor del IRR a

medida que es menor la calidad de una ocupación, como he detallado previamente

existen algunas excepciones -sobre todo en servicios no cualificados-. Aunque en el

diagrama de dispersión estos casos figuren como casos extremos no debemos ignorar

16

por ello su importancia, ya que para evaluar las consecuencias desde el punto de vista

del cambio en la estructura de empleo lo relevante es tener en cuenta el peso de cada

ocupación en términos absolutos. Por eso a continuación voy a examinar el peso de las

que tienen un mayor IRR en España en comparación con algunos países del entorno.

Gráfico 7. Peso ocupaciones con más IRR5 en diferentes países, 2014TII

Fuente: elaboración propia a partir de datos de la EU-LFS, EWCS, PIAAC y ONET

España se sitúa en el grupo de países en el que las ocupaciones con mayor IRR tienen

un peso mayor, tan solo por debajo de otros países del eje sur europeo como Grecia,

Italia y Portugal, y con una cifra muy superior a la de países como el Reino Unido,

Suecia o Dinamarca. Estos datos ponen de manifiesto otra de las desigualdades

producto de la división entre centro y periferia dentro de los límites de la Comunidad

Económica Europea. En concreto, estos datos hacen referencia a la existencia de una

estructura productiva más débil y vulnerable, en la medida en que cuenta con una

elevada proporción de empleo con alto riesgo potencial de ser remplazado en el futuro.

Esto advierte de que las peores previsiones del empleo, considerando la influencia que

están teniendo los cambios en la tecnología y el comercio internacional, las obtienen los

países de por si más vulnerables, afectados ya por los mayores niveles de paro y

desigualdad. Esto no debe resultar extraño si entendemos que este problema no es más

que otra de las consecuencias de la especialización productiva que caracteriza a los

5 Para llevar a cabo este gráfico se han seleccionado las 10 ocupaciones con un IRR más alto y las 10 con

un IRR más bajo, y comparado su peso en los países que se especifica.

0

5

10

15

20

25

30

DE DK ES FR GR IE IT PT SE UK

17

países del eje sur/ periférico, problema que está detrás de muchos de los problemas

estructurales del mercado de trabajo y la economía. 6

Finalmente, es relevante advertir quienes son, dentro de los límites de nuestra economía,

quienes cuentan con mejores y peores previsiones con respecto al empleo. Al asignar el

valor del IRR a diferentes segmentos estoy ofreciendo información sobre la medida en

que cada uno de ellos está vinculado al empleo que es más vulnerable a los cambios en

la demanda.

Gráfico 8. El IRR en diferentes segmentos de ocupados en España

Fuente: elaboración propia a partir de datos de la EU-LFS, EWCS, PIAAC y ONET

La dimensión de sexo muestra que los hombres son quienes cuentan con una situación

más comprometida en este sentido, al igual que los inmigrantes –especialmente los de

fuera de la UE- en relación a los nativos. El tipo de jornada no parece relevante,

mientras que el nivel de estudios es el factor que más discrimina: un mayor nivel de

estudios protege del empleo más vulnerable. Algo que parece coherente si tenemos en

cuenta que las tareas que se llevan a cabo en el empleo están directamente relacionadas

con las habilidades de los trabajadores (). Los empresarios –sobre todo con empleados-

se dedican en mayor medida a actividades más innovadoras y con menos riesgo de

6 Para profundizar en la cuestión de la configuración institucional de la Unión Económica Europea y la

división entre centro y periferia como raíz de la crisis y algunos de los principales problemas económicos

recomiendo la lectura del libro de Álvarez et al (Álvarez et al., 2013).

IRR

Hombres 0.58

Mujeres 0.50

Nativos 0.53

No nativos -EU27- 0.59

No EU27 0.61

Tiempo completo 0.54

Tiempo parcial 0.55

Bajo 0.66

Medio 0.57

Alto 0.42

Autoempleado con empleados 0.48

Autoempleado sin empleados 0.53

Trabajador empleado 0.55

Trabajador familiar 0.61

Indefinido 0.54

Temporal 0.59

Sexo

Nacionalidad

Tipo de jornada

Nivel de estudios

Situación profesional

Tipo de contrato

18

remplazo, mientras que los trabajadores familiares se localizan en el extremo opuesto.

Finalmente, los empleos con un IRR mayor son más comunes en empleos temporales.

Aunque la fórmula de la temporalidad se ha generalizado en todo de actividades en un

país como España –es más alta en todos los sectores, no solo en los de naturaleza

eventual ()-, siguen existiendo una serie de empleos que dado que se prevé e interesa

mantener al largo plazo en mayor medida se premian con contratos indefinidos.

Aunque en este trabajo se ha ofrecido una primera fotografía, queda abierta una línea de

investigación que resulta interesante tanto en términos académicos, al alinearse y

profundizar en el debate sobre el cambio en la estructura de empleo, como en términos

pragmáticos, ya que con el conocimiento que puede aportar puede resultar de gran

utilidad para guiar la acción pública que tiene por objeto lograr un mejor ajuste entre las

características de la oferta y la demanda.

Conclusiones

19

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21

Anexo

Construcción del Índice de Riesgo de Remplazo:

a) Rutina: un trabajo cuenta con un mayor riesgo de remplazo a medida que tiene

un carácter más rutinario. Los valores del indicador se dividen en ocho

intervalos: si los empleos tienen un valor medio de rutina que se localiza en el

primero otorgo un valor de 0.0375, en el segundo de 0.075, en el tercero de

0.1125, en el cuarto de 0.15, en el quinto de 0.1875, en el sexto de 0.225, en el

séptimo de 0.2625 y en el último de 0.3.

b) Creatividad: más creatividad implica menos riesgo de remplazo, por lo que en

este caso el indicador se construye a la inversa: si el empleo puntúa en el primer

intervalo otorgo 0.3 puntos, si lo hace en el segundo 0.2625, en el tercero 0.225,

en el cuarto 0.1875, en el quinto 0.15, en el sexto 0.1125, en el séptimo 0.075 y

en el último 0.0375.

c) Uso de maquinaria y herramientas mecánicas: un mayor uso de la misma

implica mayor riesgo de remplazo, por lo que si el valor medio de un empleo en

se localiza en el primer intervalo otorgo un valor de 0.025 puntos, si lo hace en

el segundo de 0.05, en el tercero de 0.075, en el cuarto de 0.1, en el quinto de

0.125, en el sexto de 0.15, en el séptimo de 0.175 y en el último de 0.2.

d) Sociales: que reflejan la importancia de la agencia humana. A mayor nivel de

interacción directa que exija un trabajo menor es el riesgo de remplazo, por lo

que de nuevo se procede a la inversa: si puntúa en el primer cuartil otorgo un

valor de 0.2 puntos, si lo hace en el segundo otorgo un valor de 0.175, en el

tercero de 0.15, en el cuarto de 0.125, en el quinto de 0.1, en el sexto de 0.075,

en el séptimo de 0.05 y en el último de 0.025.

e) De modo que a medida que sea más alto, el valor de cada uno de esos

indicadores refleja que el empleo implica la realización del tipo de tareas que

son más fácilmente sustituibles. Para considerar todos los factores de riesgo de

forma conjunta y reflejar la complejidad del fenómeno he combinado los

diferentes indicadores en un solo índice. Es por eso que he otorgado un peso

diferente a cada uno de ellos, de forma que la máxima puntuación posible sume

1. Esto equivale a hacer una media con los valores de los cuatro indicadores,

dando un peso específico a cada uno de ellos. He otorgado un 30% a los dos

primeros tipos de tareas por el hecho de ser los tipos de tareas a los que más

22

importancia se da en la literatura, mientras que al resto los he dado un 20% a

cada uno. Así, finalmente, valores más altos del índice implican un mayor riesgo

potencial de remplazo.