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El corazón del Padre: El primer día que conocimos la maravillosa noticia que Amelia Zara había sido concebida no dejaba de reír. Por mi mente pasaba una película inédita de quien sería nuestro retoño. Cuando la vi asomarse al mundo, al salir del vientre de su madre, y comenzó a llorar me alegré, porque su llanto era significativo para mí; reflejaba VIDA. ¡Estaba VIVA!. Cuando nuestra princesa llora y se “pega” a mis piernas me hace sentirme su protector, su defensor. Me remonto a ese primer día que me dijo “Papá” que me derritió, pero cuando me dijo por vez primera “TE AMO PAPI”, conquistó en un segundo mi corazón. Que enseñanza nos muestra el nacimiento de un bebé. La primera emoción que el bebé demuestra es coraje. El llanto del bebé es reflejo de haberlo movido de un área cómoda. Imagínese por un minuto haber estado tantos días y meses dentro de un espacio que le ofrecían todo lo necesario para su desarrollo y supervivencia para llegar a un mundo lleno de retos y ¡de momento te remuevan de tu comodidad!. Sabes, tu Padre Dios, te pensó y se sonrió cuando te formaba en el vientre de tu madre (Salmos 139:13). Ese llanto es esperado por el Padre Celestial. Cuantas veces vamos ante nuestro Padre en oración, súplica y llanto, y le presentamos nuestras situaciones y el nos oye. La Biblia dice: “…al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (Salmos 51:17). Dios prometió enjugar tus lágrimas, defenderte y protegerte. No importando si nos hemos alejado El nos ama y nos recibe con sus brazos abiertos. Su corazón de Padre es sin igual. Para un corazón de Padre lo más importante es el hijo, la hija. No existe otra cosa. ¡La única cosa importante!. Reflexiona, por un momento en la paternidad de Dios y en tu identidad como hijo o hija. Jesús dijo: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden?” (Mateo 7:11). Nuestro Dios es un Padre como aquel que espera al hijo prodigo que se ha ido “con todo el dinero, con toda la herencia. Pero el padre lo esperaba” todos los días y “lo vio desde lejos”. Ese es nuestro Dios y nuestra paternidad debe ser como ésta. Pidamos al Espíritu Santo, que nos enseñe a decir ¡Abba! ¡Padre!. Es un regalo poder pedirle en confianza, decirle ¡Padre!, recibir su amor y demostrarle cuanto le amamos a El. Aunque en ocasiones te molestes y te provoque coraje cuando tu “PADRE CELESTIAL” te mueve de tu área cómoda, no olvides que es para vislumbrar tu identidad en EL, porque al fin y a la postre lo que al “DIOS PADRE” le provoca beneplácito es que un hijo le diga; “TE AMO”. “El corazón del PADRE arde con un deseo inmenso de llevar a sus hijos a casa”. Realizado por: José D. Guadalupe Torres, B.A, M.SC, PC.D, TC.

El Corazón Del Padre, Jose Guadalupe

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Padre

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  • El corazn del Padre: El primer da que conocimos la maravillosa noticia que Amelia Zara haba sido concebida no dejaba de rer. Por mi mente pasaba una pelcula indita de quien sera nuestro retoo. Cuando la vi asomarse al mundo, al salir del vientre de su madre, y comenz a llorar me alegr, porque su llanto era significativo para m; reflejaba VIDA. Estaba VIVA!. Cuando nuestra princesa llora y se pega a mis piernas me hace sentirme su protector, su defensor. Me remonto a ese primer da que me dijo Pap que me derriti, pero cuando me dijo por vez primera TE AMO PAPI, conquist en un segundo mi corazn. Que enseanza nos muestra el nacimiento de un beb. La primera emocin que el beb demuestra es coraje. El llanto del beb es reflejo de haberlo movido de un rea cmoda. Imagnese por un minuto haber estado tantos das y meses dentro de un espacio que le ofrecan todo lo necesario para su desarrollo y supervivencia para llegar a un mundo lleno de retos y de momento te remuevan de tu comodidad!. Sabes, tu Padre Dios, te pens y se sonri cuando te formaba en el vientre de tu madre (Salmos 139:13). Ese llanto es esperado por el Padre Celestial. Cuantas veces vamos ante nuestro Padre en oracin, splica y llanto, y le presentamos nuestras situaciones y el nos oye. La Biblia dice: al corazn contrito y humillado no despreciars t, oh Dios (Salmos 51:17). Dios prometi enjugar tus lgrimas, defenderte y protegerte. No importando si nos hemos alejado El nos ama y nos recibe con sus brazos abiertos. Su corazn de Padre es sin igual. Para un corazn de Padre lo ms importante es el hijo, la hija. No existe otra cosa. La nica cosa importante!. Reflexiona, por un momento en la paternidad de Dios y en tu identidad como hijo o hija. Jess dijo: Pues si vosotros, siendo malos, sabis dar buenas ddivas a vuestros hijos, cunto ms vuestro Padre que est en los cielos dar cosas buenas a los que le piden? (Mateo 7:11). Nuestro Dios es un Padre como aquel que espera al hijo prodigo que se ha ido con todo el dinero, con toda la herencia. Pero el padre lo esperaba todos los das y lo vio desde lejos. Ese es nuestro Dios y nuestra paternidad debe ser como sta. Pidamos al Espritu Santo, que nos ensee a decir Abba! Padre!. Es un regalo poder pedirle en confianza, decirle Padre!, recibir su amor y demostrarle cuanto le amamos a El. Aunque en ocasiones te molestes y te provoque coraje cuando tu PADRE CELESTIAL te mueve de tu rea cmoda, no olvides que es para vislumbrar tu identidad en EL, porque al fin y a la postre lo que al DIOS PADRE le provoca beneplcito es que un hijo le diga; TE AMO.

    El corazn del PADRE arde con un deseo inmenso de llevar a sus hijos a casa.

    Realizado por: Jos D. Guadalupe Torres, B.A, M.SC, PC.D, TC.