el Cordero de Dios. Ahí viene la Sabiduría eterna, que para conquistar nuestros corazo- nes y...
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el Cordero de Dios. Ahí viene la Sabiduría eterna, que para conquistar nuestros corazo- nes y borrar nuestros pecados ha compendia- do en sí todas las dulzuras divinas y huma- nas,