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331 Gonzalez Reveles, Beatriz Elvira Reporte de lectura de El coronel no tiene quien le escriba Este reporte es sobre el libro que lleva como título El coronel no tiene quien le escriba, escrito por el autor Gabriel García Márquez en el año de 1961, en el país de Colombia, de donde él es originario. Es una novela donde el personaje principal es un coronel de 75 años, fue coronel en su juventud y combatió en la guerra, pero ahora ya está jubilado. Cuenta con muchos problemas económicos muy fuertes. Es una persona que no le gusta que se enteren de sus desgracias con tal de que no le tengan lastima. Él vive con su esposa que tiene problemas muy fuertes de asma, es una persona de buen corazón, que ha estado a lado del coronel en las buenas y en las malas. Ellos tuvieron un hijo llamado Agustín, que según cuenta la historia tenía nueves meses que había fallecido, porque lo asesinaron acribillándolo en una pelea de gallos, ya que a él le encantaba estar en esos ambientes, a pesar de saber los peligros que le podían suceder. Sin embargo, no sabía que su más grande pasión le daría la muerte.

El coronel no tiene quien le escriba

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Page 1: El coronel no tiene quien le escriba

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Gonzalez Reveles, Beatriz Elvira

Reporte de lectura de El coronel no tiene quien le escriba

Este reporte es sobre el libro que lleva como título El coronel no tiene quien le escriba, escrito

por el autor Gabriel García Márquez en el año de 1961, en el país de Colombia, de donde él es

originario. Es una novela donde el personaje principal es un coronel de 75 años, fue coronel en su

juventud y combatió en la guerra, pero ahora ya está jubilado. Cuenta con muchos problemas

económicos muy fuertes. Es una persona que no le gusta que se enteren de sus desgracias con tal

de que no le tengan lastima. Él vive con su esposa que tiene problemas muy fuertes de asma, es

una persona de buen corazón, que ha estado a lado del coronel en las buenas y en las malas. Ellos

tuvieron un hijo llamado Agustín, que según cuenta la historia tenía nueves meses que había

fallecido, porque lo asesinaron acribillándolo en una pelea de gallos, ya que a él le encantaba

estar en esos ambientes, a pesar de saber los peligros que le podían suceder. Sin embargo, no

sabía que su más grande pasión le daría la muerte.

La historia da inicio en el mes de octubre, en un pequeño pueblo, donde llovía

pausadamente y los patios se cubrían de los colores verdes intensos. El mes comenzaba con un

entierro, el cual al coronel y a su esposa les recordaba la muerte de tu hijo Agustín. Lo único que

les quedo de su hijo, fue un gallo de pelea, que amarraban a la pata de la cama. Lo cuidaban y lo

mantenía en forma, pues la gente ahorraba para apostarle en las peleas de gallos, porque se decía

que era el mejor gallo del Departamento, aunque la esposa del coronel no estaba muy conforme

con la idea, le parecía un gallo feo y además ella pensaba cómo lo mantendrían si no tenían

dinero, si apenas tenían para comer.

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Como era ya costumbre, todos los viernes el coronel partía hacia el correo para verificar si

por fin le llegaría su pensión por los servicios que ofreció, ya que se les fue prometida a todos los

militares pero ya todos habían muerto en la espera, el único que seguía vivo para esperarla era el

coronel, más sin embargo llevaba esperando más de quince años ese paquete, que hasta la fecha

no llegaba. Lo único que el coronel escuchaba cada viernes era un nada, un el coronel no tiene

quien le escriba. Se sentía avergonzado al llegar con su esposa y al ella preguntarle, él le

respondiera negativamente, pues tanto como uno y otro sentían la impotencia de no tener nada, de

estarse muriendo de hambre y que aparte de todo, tener que mantener al gallo para ganar un poco

de dinero, que lo podría ganar hasta el mes de enero.

La mujer del coronel estaba desesperada, pensaba que el coronel se preocupaba más

porque comiera el gallo, a que ella se estuviera muriendo de hambre. Hubo reclamos de su parte,

pero el coronel no cedía. Siempre le salía con la historia de que ganaría en las peleas de gallos,

pero que primero tenía que mantener al gallo, que después el miraría la manera de cómo

sobrevivirían.

Lo primero que el coronel hizo fue ir con su abogado para preguntarle porque aun no

obtenía su pago, pues ya eran quince años de esperaba y no miraba nada claro. Al tener una

pequeña discusión con su abogado, pues pensaba que este no hacia su trabajo debidamente, así

que el coronel decidió tratar directamente con aquellos que deben darle la pensión, aunque esto

no pudiera darle resultados favorables, aunque el abogado le advirtió que tal vez el proceso seria

lento, pues era hacer de nuevo el procedimiento, pero nada de eso le importo al coronel. El ya

tenía la mentalidad de lograr que ahora si se le pagara lo que le debían.

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El coronel no podía ya con tanta presión hasta cuando dormía hablaba solo, tenia

pesadillas y fiebre. Pero su esposa insistía con que era un pecado que ellos se quitaran el pan de

la poca para dárselo a un gallo, a ella le causaba repugnancia ese gallo, puesto que le hacía

recordar que gracias a los gallos su hijo fue asesinado. Se ven obligados a vender sus

pertenencias, pero lo único que el coronel se niega a vender es el gallo de su hijo, a pesar de lo

que le decía su esposa.

Ella insiste en venderlo, pues ya está harta de tener que andarse muriendo de hambre con

tal de darle de comer al gallo, porque ya estaba segura que nunca llegaría la pensión, estaba ya

desilusionada, desesperada de tener que esperar a que llegara la dichosa pensión y nada. Así que

por fin el coronel lo intenta vender a don Sabas, su compadre, pues era un hombre de negocios de

muy buena posición económica, puesto que era rico. Aunque el al principio ofreció darle

novecientos pesos por él, después cambio de parecer y le daría cuatrocientos, pero ese día solo le

dio setenta pesos, con los cuales se pudo comprar un par de zapatos nuevos, pues los que tenía ya

estaba en muy mal estado, que su esposa decía que eran de huérfano, también compraron un

espejo entre otras cosas para el hogar.

Finalmente y tras la primera pelea que realiza el gallo, decide quedárselo de nuevo y no

venderlo a su compadre don Sabas. Así que fue ah donde su mujer y le dijo que devolviera todo

lo que habían comprado, incluyendo el par de zapatos que ni le gustaban al coronel, pues decía

que era muy incómodos que prefería sus zapatos de huérfano, para así poder recolectar de nuevo

el dinero que le dio por adelantado don Sabas por el gallo y regresarlo. El coronel quería que su

esposa comprendiera que ese gallo significaba mucho más que solo una fuente para obtener

dinero, sino que también era lo único que les quedaba como recuerdo de su hijo y que por eso era

conveniente conservarlo.

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Esta historia finaliza con la frustración, enojo y rabia de la esposa del coronel ante él, pues

se encuentra sumamente desesperada ante la situación que presentan, los dos sin tener en que

caerse muertos, sin comida, teniendo que vivir con la esperanza de un pensión que hace más de

quince que esperan, con la esperanza ganar dinero en un pelea de gallos, dos esperanzas que son

como un juego de azar donde no se sabe si se perderá o se ganara, donde le coronel está dispuesto

a esperar a que pase alguna de las dos o las dos, mientras tanto en la espera ellos se están

pudriendo en vida, por poner su economía, su estabilidad, salud y hasta su vida a la suerte.

Fuente:

García, G. (1961). El coronel no tiene quien le escriba

Diana: México, D.F.