El Correo de La Unesco - El Cantar de Los NIbelungos

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  • 2009 nmero 9 ISSN 1993-8616

    MeMoria e historia

  • 2El Correo de la UNESCO - 2009 N9

    MeMoria e historiaDesde las dictaduras atroces del Cono sur de amrica Latina, la repblica Dominicana y Camboya hasta la exterminacin del reino de los burgundos, pasando por la ilustracin coreana, los fastos y secretos del reino malgache, la saga de los bosquimanos del Kalahari y el fracaso constructivo de la sociedad de Naciones, la memoria y la historia se abren camino en los artculos de este nmero para revelarnos la extraordinaria riqueza del patrimonio documental de la humanidad.

    Foto de la animacin Fantasa en colores de Norman McLaren (Canad), cuya pelcula Voisins [Vecinos] se ha inscrito este ao en el Registro Memoria del Mundo de la UNESCO.

    1949 Oficina Nacional d

    el Film

    e, Canad

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    os.

    eL hoMbre que DesCubri Los arChivos DeL terrorEl 22 de diciembre de 1992, gracias a la tenaz bsqueda de Martn Almada se descubrieron tres toneladas de documentos en una comisara de

    polica del Paraguay. Se trataba de los archivos de la Operacin Cndor, que muestran los crmenes perpetrados en los aos setenta y ochenta por seis dictaduras del Cono Sur de Amrica Latina. He aqu el testimonio de este ex funcionario de la UNESCO. 3

    uNa visiN gLobaL De La historiaPara captar la historia en toda su complejidad es necesario cotejar fondos documentales de todo tipo, desde archivos personales hasta colec-

    ciones internacionales. La inscripcin de los archivos de la Sociedad de Naciones (1919-1946) en el Registro Memoria del Mundo abre nuevas perspectivas a la investigacin historiogrfica. 8

    Para terMiNar CoN Los PrejuiCios sobre eL CaNtar De Los NibeLuNgosCantado desde el siglo V, redactado hacia 1200, la epopeya del Cantar de los Nibelungos tuvo

    un recorrido bien accidentado. Inspir a Wagner, a Fritz Lang y sin duda a Tolkien, pero tambin fue instrumentalizado por Hitler. Su inscripcin en el Registro Memoria del Mundo 2009 contribuir a su rehabilitacin. 11

    Por eL aMor De Los bosquiMaNos: uN CiNeasta eN eL KaLahariCorra el decenio de 1950 cuando John Marshall, adolescente por ese entonces,

    acompa a su padre a una expedicin a Namibia. En ese momento no poda imaginar que este viaje sera el primero de una larga serie de periplos por este pas que iban a marcar para siempre su vida. Fruto de cincuenta aos de trabajo, su pelcula Una familia del Kalahari nos hace recorrer, en seis horas, miles de aos de la historia. 15

    DoNguibogaM: eL Libro PreCioso De La MeDiCiNaLa enciclopedia mdica coreana conocida por el nombre de Donguibogam viene nu-triendo desde cuatro siglos atrs la ciencia

    de los sabios y la inspiracin de los artistas. Este corpus colosal de conocimientos mdicos e ideas filosficas consta de 25 volmenes. En alguno de ellos se pueden encontrar a veces recetas sorpren-dentes. 18

    La tiNta azuL De Los NobLes MaLgaChesInscritos en julio de 2009 en el Registro Memoria del Mundo de la UNESCO, los Ar-chivos Reales (1824-1897) de Madagascar,

    redactados en malgache, constituyen un testimonio vivo e indito de la vida cotidiana de este pas y de la confrontacin entre dos culturas en el siglo XIX, vista por los propios malgaches. 20

    PersPectivasLa tierra vista desde cerca La UNESCO patrocin el ao 2000 un proyecto del fotgrafo Yann Arthus-Bertrand denominado La Tierra vista desde el cielo, que tena por objeto presentar imgenes de los paisajes ms bellos del mundo. 24

    De actualiDaDun muro se derrumba, un mundo nace Andrei Kurkov, escritor ucraniano de lengua rusa reputado por su mirada lcida sobre la sociedad postsovitica comenta los acontecimientos de fines de los aos 1980 y la Revolucin Naranja. 22

    este NMero se ha eLaboraDo eN CoLaboraCiN CoN eL PrograMa MeMoria DeL MuNDo De La uNesCo.

    La MeMoria reeNCoNtra-Da De Los DoMiNiCaNosDos dictaduras sucesivas marcaron durante siglo pasado la historia de la Repblica Domini-cana, dejando un saldo de casi 60.000 vctimas.

    Un silencio de plomo pesaba hasta hace muy poco sobre ese pasado. Hoy da, los archivos testimonian esas persecuciones, desapariciones, torturas y asesinatos, pues estn inscritos en el Registro Memoria del Mundo. 6

    2009 Nmero 9 Sumario

  • 3E el 22 de diciembre de 1992, gracias a la tenaz bsqueda de Martn almada se descubrieron tres toneladas de documentos en una comisara de polica del Paraguay. se trataba de los archivos de la operacin Cndor, que muestran los crmenes perpetrados en los aos setenta y ochenta por seis dictaduras del Cono sur de amrica Latina. he aqu el testimonio de este ex funcionario de la uNesCo.

    El hombrE quE dEscubri los Archivos dEl TError

    Fui acusado de terrorismo intelec-tual por mi trabajo en el campo de la educacin y por haber exigido salario justo y viviendas dignas para los educadores. Mi esposa Celestina qued deteni-da en la escuela. La polica poltica la llamaba por telfono para hacerla escuchar mis llantos y alaridos. Esta estrategia se prolong por espacio de diez das. El dcimo da, a me-dia noche, la llamaron para anunciar que el educador subversivo haba fallecido y le ordenaron que fuese a retirar el cadver. La noticia le pro-voc un infarto, de resultas del cual muri en diciembre de 1974. Despus de recorrer en calidad de prisionero varios centros de deten-cin durante ms de tres aos, fui trasladado al campo de concen-tracin de Emboscada, situado a 45 km de Asuncin, por mala con-ducta, es decir, por haber alfabe- tizado a mis compaeros de prisin. All resolv llevar a cabo una huelga de hambre que dur treinta das. Gracias a la enrgica accin del Comit de Iglesias para Ayudas de Emergencia (CIPAE) y de Amnista Internacional, fui puesto en libertad condicional en septiembre de 1977. Libertad muy relativa, porque fui nuevamente detenido en noviembre y trasladado a la Direccin Nacio-

    n la dcada de 1960 fui director del centro de enseanza primaria y secundaria del pequeo pueblo paraguayo de San Lorenzo. Viva con mi esposa, Celestina Prez, en el mismo edificio del Instituto Juan Bautista Alberdi, llamado as en honor a un jurisconsulto argentino que defendi la causa paraguaya durante la terrible guerra de 1870. Nuestra pequea nacin, antao sin analfabetos, sin mendigos en la calle y sin deudas externas, nunca se recuper de esta guerra. A partir de 1954 se estableci en Paraguay la dictadura militar del general Al-fredo Stroessner, probablemente la ms feroz del Cono Sur de Amrica Latina. En ese contexto de libertades civiles y polticas suprimidas por un permanente estado de sitio, continuamos nuestro trabajo de educadores, inspirndonos en la pedagoga liberadora del brasileo Paulo Freire. Nuestra experiencia nos llev a la conviccin de que la escuela debe ser la antesala de la democracia. Fui elegido presidente de la Aso-ciacin de Maestros. La necesidad ms sentida por stos era la vivien-da. Razn por la cual promovimos la campaa Un techo propio para cada educador paraguayo. En

    1965 construimos en San Lorenzo la Villa del Maestro, un logro que fue posible gracias a la accin co-operativa. En la dcada del 1970 reanud mis estudios en la Universidad Na-cional de La Plata, en Buenos Aires, gracias a una beca del gobierno argentino. Al trmino del curso de-fend mi tesis en Ciencias de la Edu-cacin, especialidad Poltica Edu-cativa, sobre el tema: Paraguay: educacin y dependencia. Sostena que en mi pas la educacin slo beneficiaba a la clase dominante y estaba al servicio del subdesarrollo y la dependencia. Fui el primer para-guayo que obtuvo el ttulo de doctor en ciencias de la educacin. Cuando regres a Paraguay, en noviembre de 1974, fui secuestrado por la polica poltica de la dictadura y llevado directamente ante un tribu-nal militar de la Operacin Cndor, compuesto por los agregados mili-tares de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile y Uruguay, as como por polti-cos y militares del Paraguay. Durante treinta das fui sometido a brbaras torturas, con tcnicas aprendidas en los cursos cientficos impartidos por la escuela norteamericana de la Zona del Canal de Panam [contro-lada los Estados Unidos entre 1903 y 1979].

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    Ficha policial de Martn Almada, prisionero de la dictadura de Alfredo Stroessner entre 1974 y 1977, encontrada en el Archivo de las Fuerzas Policiales y Militares del Paraguay el 22 de diciembre de 1992.

  • 4nal de Asuntos Tcnicos del Min-isterio del Interior, llamada comn-mente la Tcnica. Esta escuela de asesinos funcion en Paraguay desde 1956 hasta 1992.

    un exilado en la uNesCoLa Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refu-giados (ACNUR) tramit y logr mi asilo poltico en la Repblica de Panam. En noviembre de 1978, el gobierno panameo apoy mi can-didatura al cargo de consultor en educacin para Amrica Latina en la sede de la UNESCO en Pars. Lu-ego me integr al personal del Sec-tor de Educacin de la Organizacin hasta finales de 1992. Muchos des-terrados latinoamericanos fuimos acogidos a la sombra protectora de la UNESCO, como Julio Cortzar y Juan Gelman de Argentina, Fernan-do Laredo de Bolivia, Mario Leyton y Miguel Nez de Chile, Jorge Adoum de Ecuador y otros ms. Con la lectura de los documentos de la UNESCO tom conciencia de la justeza de mi lucha y sigo es-tando convencido de que vali la pena luchar por la aplicacin de esta recomendacin del entonces Direc-tor General de la UNESCO, Ama-du-Mahtar MBow: Ensear a cada uno a respetar y hacer respetar los propios derechos y de los dems y tener, cuando fuere necesario, el va- lor de afirmarlos en cualquiera circuns- tancia, incluso en las ms difciles: tal es el principal imperativo de nuestro tiempo. Mi vida en Pars fue la de un edu-cador latinoamericano desterrado, al servicio de la UNESCO, que dedic todos los fines de semana, durante casi 15 aos, a investigar la exis-tencia de la Operacin Cndor en las revistas policiales del Paraguay. Debo destacar que el sacerdote francs Charles Antoine, director de la revista Diffusion de linformation sur lAmrique Latine (DIAL), me brind apoyo metodolgico y puso a mi disposicin su centro de docu-mentacin fuera de los horarios normales.

    La dictadura militar del Paraguay cay en febrero de 1989, y en diciembre de 1992 regres de-finitivamente a mi pas con la fuerte sospecha de que, segn mis inves-tigaciones, haba tres lugares posi-bles donde podan encontrarse los Archivos de la Operacin Cndor.

    Desenlace de las investigacionesMartin Almada ha sido galardona-do con el Premio de los Derechos Humanos de la Repblica Francesa (1997), el Right Livelihood Award (2002) y el Premio Toms Moro de la Universidad Catlica de Asuncin (2007). Tambin ha sido condeco-rado con la Orden de Mayo de la Repblica Argentino, con el grado de comendador (2006).La nueva Constitucin democrtica de junio de 1992 prevea el recurso de hbeas data. Ped al juez penal Jos Agustn Fernndez mis ante-cedentes. La Polica neg su exis-tencia, lo que equivala a decir que yo nunca estuve preso. Solicit un registro judicial del Archivo Central de Polica. La prensa se hizo eco de mi peticin. Fue por ese entonces cuando re-cib una llamada telefnica de una mujer que me dijo: Profesor, sus papeles no estn en el Archivo Cen-tral, sino en una comisara de polica de las afueras de Asuncin. Invit a la seora a que viviera a mi oficina y se present con un plano del lugar donde se encontraba el archivo se-creto policial. Me dijo que quera colaborar con la justicia para con-solidar la democracia. Somet a la consideracin del juez penal la in-

    formacin y pocos das despus, el 22 de diciembre, descubrimos con el apoyo de la justicia y la prensa nacio-nal e internacional tres toneladas de documentos: los llamados Archivos del Terror de la Operacin Cndor. En el mismo momento de su des-cubrimiento, se decidi su inmediato traslado al edificio de los tribunales de justicia. Desde entonces, nos esforzamos sin descanso por sal-vaguardar fsicamente el archivo y, al mismo tiempo, por facilitar a los historiadores el acceso a su docu-mentacin. Este fondo documental permiti la adopcin de una ley por la que se cre la Comisin de Verdad y Justicia, que al cabo de cuatro aos de labor (2004-2008) confirm los crmenes de la dictadura y produjo una serie de conclusiones y reco-mendaciones que se van a aplicar y servirn para consolidar el sistema democrtico. Las organizaciones de defensa de los derechos humanos, junto con el gobierno de Paraguay, presentaron a la UNESCO una solicitud para que ese fondo documental fuese inscrito en el Registro Memoria del Mundo. Con esta inscripcin se protege el derecho de los pueblos a su identi-dad y memoria, porque proteger esta ltima contribuye a comprender el presente y construir el futuro.

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    Martn Almada en el momento de descubrirse los llamados Archivos del Terror, el 22 de diciembre de 1992 en Lambar, una localidad de las afueras de Asuncin (Paraguay).

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    Martn almada ha sido galardonado con el Premio de los Derechos Humanos de la Repblica Francesa (1997),

    el Right Livelihood Award(2002) y el Premio Toms Moro de la Universidad Catlica

    de Asuncin (2007). Tambin ha sido condecorado con la

    Orden de Mayo de la Repblica Argentino, con el grado de comendador (2006).

    Martn almada actual director de la Fundacin Celestina Prez de Almada, dedicada a la defensa de los

    derechos humanos y la proteccin del medio ambiente. Esta fundacin recibi en 2005

    el Premio Europa Solar en Berln (Alemania).

  • 5El Correo de la UNESCO - 2009 N9

    En 1975, al poco tiempo de haber tomado el poder, los jemeres rojos convirtieron un centro de enseanza secundaria en crcel y centro de interrogatorios. Dirigida por Kaing Guek Eav, apodado Douch, esta prisin recibi el nombre de konlaenh choul min dael chenh: el lugar de irs y no volvers. All se encerraba a toda persona sospechosa de oponerse al r-gimen: obreros, estudiantes, profesores universitarios, religiosos, nacionales de pases occidentales, e incluso jefes del Partido. Durante los cuatro aos de exis-tencia de la S-21, solamente un puado de detenidos logr sobrevivir al calvario sufrido en sus mazmorras. A menudo se encarcelaba a los

    sospechosos con su familia y todos eran fotografiados y fichados sistemtica-mente. Sometidos a un reglamento dra-coniano y sin derecho a la palabra, los detenidos permanecan encadenados a paredes o barras de hierro y reciban por todo alimento unas cuantas cucha-radas diarias de smola de arroz y sopa. Se les obligaba con torturas a confesar sus crmenes y los nombres de sus cmplices. Muchos de ellos perecan a causa de los tormentos infligidos y las enfermedades contradas, o eran lleva-dos a campos cercanos de la prisin para ser ejecutados. Aunque la S-21 est hoy deshabitada, la mayora de los expedientes all al-macenados se han conservado intactos

    para atestiguar las atrocidades perpetra-das por el rgimen. En el Museo y Ar-chivos de Tuol Sleng se guardan 5.000 clichs fotogrficos, 4.000 confesiones y numerosas biografas de presos, car-celeros y funcionarios, as como muchos instrumentos de tortura. Ilustrativos de la barbarie de la dictadura, esos fondos documentales no slo constituyen prue-bas de importancia fundamental para los procesos judiciales en curso contra los jemeres rojos, sino que son un testimo-nio abrumador de una de las ms atro-ces tragedias humanas del siglo XX.

    David Jackman, El Correo de la UNESCO

    Presas en la S-21.

    Isab

    el G

    onzlez Rojo (U

    NESCO)

    El lugAr dE irs y no volvErs

    en tiempos de los jemeres rojos, ms de 15.000 personas perecieron asesinadas en la siniestra Prisin de seguridad 21 (s-21) de tuol sleng.

    Los archivos de esta crcel, convertida ahora en museo para testimoniar esos crmenes, se han inscrito en el registro Memoria del Mundo.

    arChivos De Los DereChos huMaNos eN CaMboya

    El hombrE quE dEscubri los Archivos dEl TError

  • 6El verdugo mata siempre dos veces, la segunda por medio del olvido. La afirmacin de Elie Wiesel, Premio Nobel de la Paz 1986, se aplica perfectamente a la Repblica Do-minicana. Este pas, que comparte una isla del Caribe con Hait, cono-ci entre 1930 y 1961 una dicta-dura feroz a la que sigui otra hasta 1996. La primera fue la del general Ra-fael Lenidas Trujillo Molina. Los historiadores dominicanos afirman que bajo su rgimen unas 50.000 personas fueron torturadas, ase- sinadas o desaparecieron. Estos hechos no han sido desmentidos y sin embargo, hace apenas cinco aos que se inici una empresa de amplia recoleccin de docu-mentos y testimonios sobre esos aos de plomo. Hay que tener en cuenta que hasta hace diez aos, la palabra dictadura estaba an prohibida en el vocabulario de los dominicanos.

    El pueblo dominicano est en camino de redescubrir su memo-ria, afirma Luisa De Pea Daz. La directora del Museo de la Resis- tencia de Santo Domingo cree que para hacer las paces con el pasa-do hay que continuar investigando los crmenes del periodo Trujillo, in-ventariar los muertos, identificar a todos los desaparecidos, reperto-riar las formas de tortura. El museo prosigue ese trabajo de memoria porque incluso en la actualidad muchos casos todava no fueron dilucidados. Los sobrevivientes participan de buen grado en la tarea, a condicin de que se les deje expresarse. Hasta fines de los aos 1990, el pas pareca sordo a sus relatos y su nico auditorio se reduca al crculo familiar. Los allegados a las vctimas celebraban las fechas que conmemoraban los ataques al rgimen, como el del 14 de junio de 1960 proveniente de Cuba, y

    cuyos protagonistas, hasta el l-timo, fueron diezmados. Tambin depositaban una flor en las tumbas de las tres hermanas Mirabal para recordar su asesinato, perpetrado el 25 de noviembre de 1960. Las tres hermanas, militantes de los derechos humanos, fueron asesi-nadas juntas cuando visitaban a sus maridos encarcelados. Recin mucho despus ese crimen fue re-conocido a escala mundial. El 17 de diciembre de 1999, la Asam-blea General de la ONU decidi en su resolucin 54/134, proclamar el 25 de noviembre como Da Interna-cional para la Eliminacin de la Vio-lencia contra las Mujeres. Durante esos aos los sobrevivientes y sus allegados cultivaron en una semi-clandestinidad la memoria de la re-sistencia al rgimen. Para extender su accin ms all del crculo fa-miliar, al tiempo que soslayaban el riesgo de a su vez ser perseguidos, crearon fundaciones que llevaban

    lA mEmoriA rEEnconTrAdA dE los dominicAnos

    Dos dictaduras sucesivas marcaron durante siglo pasado la historia de la repblica Dominicana, dejando un saldo de casi 60.000 vctimas. un silencio de plomo pesaba hasta hace muy poco sobre ese pasado. hoy da, los archivos testimonian esas persecuciones, desapariciones, torturas y asesinatos, pues estn inscritos en el registro Memoria del Mundo.

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    Mujeres llorando sus muertos.

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    ingo

  • 7en su mayora el nombre de las vic-timas. La primera fue la Fundacin de las viudas, madres, hermanas, tas y primas. Cuando las familias eran persegui-das, transportaban los documentos que les quedaban de los suyos de casa en casa, como si fueran rel-iquias sagradas. Esos documentos eran no slo pruebas de las igno-minias del rgimen, sino que tam-bin testimoniaban que alguna vez haba existido un marido, un herma-no o un hijo.

    balaguer o la continui-dad del rgimen trujilloEl asesinato de Trujillo, en 1961, no puso por tanto punto final a su sistema. Su sucesor no fue otro que Joaqun Balaguer, ex ministro y embajador que pas 35 aos a la vera del dictador. Se compro-meti a emprender una transicin democrtica, pero en realidad, su rgimen slo ser algo ms pre-sentable. Si las primeras eleccio-nes libres lo apartaron del poder en 1962, regres tras un golpe de Estado y nuevas elecciones en 1965, por largo tiempo. Doce aos de una segunda dictadura, esta vez con visos de legalidad, estima Luisa de Pea. Balaguer utiliz res- pecto de sus opositores los mis-mos mtodos que su mentor: la tortura y el homicidio. Slo que el nmero de vctimas fue menor: el Museo de la Resistencia cifra en 7.000 los muertos bajo Balaguer, frente a los 50.000 de la poca de Trujillo, entre ellos los 17.000 haitia-nos masacrados en 1937. Balaguer no cede su silln presi-dencial sino en 1978, pero lo re-toma entre 1986 y 1996, cuando renuncia para poner trmino a la controversia surgida por las condi-ciones de su reeleccin en 1994. Se representa a las elecciones del 2000, a los 94 aos. En la prime ra vuelta obtiene el tercer lugar con el 24% de los votos. Muere de un ataque al corazn en 2002. Figura emblemtica de los ltimos cuaren-

    ta aos del siglo XX, tuvo un peso enorme en la sociedad dominicana. Hasta 1978, Balaguer pudo apli-car el sello secreto de defensa sobre los archivos del rgimen de Trujillo. Fue slo durante su primer alejamiento del poder que se hizo accesible el patrimonio documental que atestigua la persecucin masi-va y sistemtica, las detenciones ilegales, las desapariciones, los exterminios raciales, la creacin de centros de tortura, los homicidios comanditados por la dictadura de Trujillo. Los archivos del Procurador Fiscal de la Repblica rubrican esta aterradora represin llevada a cabo desde el aparato estatal. Tambin quedaron pruebas de los crmenes cometidos fuera de las fronteras dominicanas: tentativa de asesinato del presidente venezo-lano Rmulo Betancourt en 1960; secuestro y desaparicin en Nueva York del vasco Jess de Galndez; asesinato del escritor espaol Jos Almoina.

    el desafo actualRetardado por esta sucesin de dictaduras, el trabajo de memoria no fue entablado sino por el gobier-no actual. Tal voluntarismo poltico se explica por su origen; el partido mayoritario, el Partido de la Liber-acin Dominicana (PLD), fue crea-do por Juan Emilio Bosch y Gavio (1909-2001), el hombre que gan las primeras elecciones libres or-ganizadas en 1962, antes de ser derrocado meses ms tarde por el ejrcito en provecho de Balaguer. Juan Bosch fue un opositor de Tru-jillo de la primera hora. Acusado de liderar varias expediciones para acabar con el rgimen, tuvo que exilarse en Cuba desde 1937. Fue necesario esperar a 2007, para que su heredero poltico, el actual presidente de la Repblica, Leonel Antonio Fernndez Reyna, proveniente de las filas del PLD, iniciara el proceso de recuperacin de la memoria sobre todo a partir de su segundo mandato (el primero

    fue de 1996 a 2000, el segundo de 2004 a 2008 y fue reelecto para un tercero de 2008 a 2012). Luisa de Pea Daz aplaude el voluntarismo poltico, pues estima que la gente siempre mantuvo vivo el recuerdo, pero mientras no exis-ti poltica oficial para alentarlo no podan prosperar acciones inheren- tes a ello. Tales acciones conci-ernen sobre todo a la educacin y la comunicacin. Estas son las prin-cipales misiones del Museo de la Resistencia creado por decreto en 2007, en tanto instrumento destina-do a ayudar al pueblo dominicano a reencontrar y expresar su memoria abiertamente. Unos 150.000 objetos o documen-tos fueron reunidos testimoniando el funcionamiento de la dictadura pero tambin la lucha de los dominica-nos por la libertad y la democracia

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    Archivo en el Museo de la Resistencia de Santo Domingo.

    de su pas. El desafo actual con-siste en ponerlos a disposicin de los ciudadanos, para establecer los fundamentos de una sociedad en la que ningn dictador pueda tener jams un cmplice. La inscripcin en el Registro Memoria del Mundo del Patrimonio documental relativo a la resistencia y a lucha por los Derechos Humanos en la Repblica Dominicana, 1930-1961, se ins- cribe en dicha lgica.

    Gabrielle Lorne, periodista en RFO-A.I.TV

  • 8L Ginebra se sucedieron durante vein-tisiete aos conferencias y reuniones de comits intergubernamentales y grupos de expertos que trataron cuestiones muy diversas: problemas sanitarios y sociales, transportes y comunicaciones, economa y finan-zas, y cooperacin intelectual. Ms de cien convenciones preparadas por la SDN fueron ratificadas por sus Estados Miembros. Aunque fracas en su misin esencial de prevenir el estallido de una nueva guerra mun-dial y garantizar la seguridad colec-tiva, la organizacin foment mucho la cooperacin tcnica internacional. Uno de los milagros de los archivos es que permiten trascender los este-reotipos e ideas preconcebidas, ofre-ciendo pruebas y, por lo tanto, bases slidas y fuentes de inspiracin para llevar cabo trabajos de autntica in-vestigacin histrica susceptibles, en ltima instancia, de modificar nuestra precepcin del pasado. Inscritos en el Registro Memo-

    unA visin globAl dE lA hisToriA

    a Sociedad de Naciones (SDN) ha dejado en la memoria colectiva una vaga impresin de esperanzas frus-tradas e iniciativas malogradas. Su impotencia ante la agresin japonesa en Manchuria, la invasin italiana de Abisinia la actual Etiopa, la guerra civil espaola y la anexin de Austria por Alemania atormenta todava los recuerdos de muchos. Si a esa im-potencia se le aade la pesadilla bu-rocrtica, descrita con saa e irona por el escritor suizo Albert Cohen en su obra Bella del Seor, el resplan-deciente palacio de cristal situado a orillas del lago Leman parece alejarse lentamente hacia el horizonte nevado de los Alpes, escapando al mundo real. No cabe duda de que en todo eso hay una parte de verdad, pero la histo-ria no se para ah. Concretamente, la historia de la SDN est jalonada tam-bin por toda una serie de esfuerzos mprobos en una multitud de mbitos de la cooperacin internacional. En

    ria del Mundo en julio de 2009, los archivos de la SDN ocupan 2.175 metros lineales y contienen unos 15 millones de documentos que ilustran el mandato poltico y las actividades de la organizacin, centradas en la bsqueda de so-luciones pacficas a conflictos ter-ritoriales, o de otra ndole, mediante la conciliacin y el arbitraje. El acu-erdo entre Suecia y Finlandia sobre el archipilago bltico de land, firmado en 1921, figura, por ejem-plo, en el haber de la SDN. Fue el primer tratado internacional eu-ropeo auspiciado directamente por la organizacin despus de una ne-gociacin que, tal como muestran los archivos, fue sumamente ardua. Los xitos y fracasos de la SDN en la solucin de conflictos, as como su accin en pro de la paz y la segu-ridad, se pueden ver tambin en los documentos sobre las escaramu-zas entre Bulgaria y Grecia (1925), el litigio entre Turqua e Iraq por la posesin de Mosul (1926), la pas investigaciones sobre la esclavitud efectuadas en Liberia (1930) y la guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia (1932).

    Fuentes de grandes ideasLo que ms fascina en los archivos de la SDN es la increble variedad de los temas que sta abord, desde el comercio internacional del opio y la esclavitud sexual hasta el problema de los refugiados. En la primavera de 1920, la SDN nombr a Fridtjof Nansen explorador rtico y poltico noruego Alto Comisario para los Prisioneros de Guerra, asignndole la misin de facilitar su repatriacin. En el espacio de dos aos, Nansen

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    Para captar la historia en toda su complejidad es necesario cotejar fondos documentales de todo tipo, desde archivos personales hasta colecciones internacionales. La inscripcin de los archivos de la sociedad de Naciones (1919-1946) en el registro Memoria del Mundo abre nuevas perspectivas a la investigacin historiogrfica.

    Discurso de Haile Selassie I, emperador de Etiopa, ante la 20 Asamblea de la Sociedad de Naciones (30/06/1935).

    Archivos de

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    d de

    Nacione

    s, Biblioteca de la O

    NUG.

  • 9logr que unos 450.000 prisione-ros de 26 pases pudieran regresar a sus hogares. En 1922, se cre el pasaporte Nansen que fue el primer documento de identidad in-ternacional para personas desplaza-das. Este pasaporte iba a aliviar la situacin de centenares de miles de personas, facilitando primero la acogida en otros pases de los refugiados rusos, as como de los armenios, asirios y griegos expulsa-dos de Turqua, y permitiendo luego, en el decenio de 1930, el asilo de refugiados procedentes de Alema-nia, Austria y Checoslovaquia. Esta accin humanitaria fue la precursora de la que hoy lleva a cabo la Oficina del Alto Comisionado de las Na-ciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Otros xitos importantes de la SDN, puestos de manifiesto por sus archivos, fueron la cooperacin econmica internacional fomentada por su Organizacin Econmica y Financiera y la reconstruccin finan-ciera de Austria y Hungra despus de la Primera Guerra Mundial, as como la formidable labor llevada a cabo por su Comit de Salud pre-cursor de la OMS que normaliz las vacunas contra la difteria, el t-tanos y la tuberculosis. Los fondos documentales interna-cionales incitan a los investigadores curiosos a encontrar las fuentes de ideas y conceptos hoy muy ex-tendidos. La nocin de diversidad cultural, por ejemplo, tiene su ori-gen directo en un dossier sobre las particularidades culturales elab-

    orado por un organismo de la SDN, el Instituto Internacional de Coo- peracin Intelectual, cuyos fondos documentales se conservan en los archivos de la UNESCO. El rastro de muchos otros conceptos funda-mentales nacidos en el ddalo del sistema de las Naciones Unidas por ejemplo, el patrimonio cultural y el desarrollo sostenible se puede encontrar en los archivos de sus or-ganismos especializados situados en diversas partes del mundo.

    PerspectivasLa inscripcin de la totalidad de los archivos de la SDN en el Reg-istro Memoria del Mundo debe sealarse como un hito histrico, no slo porque supone un recono-cimiento del gran valor de los archi-vos de las organizaciones interna-cionales, sino tambin porque pone de relieve cun importante es con-servar los documentos en su con-texto integral y original, en cuanto patrimonio comn de la humanidad. En el futuro, esta inscripcin de-bera propiciar nuevos enfoques en los trabajos de investigacin historiogrficos. Los historiadores se interesan ya por la imbricacin constante de la universalidad y la diversidad en las relaciones interna-cionales. Pero ahora lo importante es saber qu interaccin se da en-tre las problemticas locales, nacio-nales, regionales e internacionales. Los archivos de la SDN ofrecen una visin global. Otro interrogante que se plantea es el siguiente: cmo se pueden establecer nexos en-tre los archivos de organizaciones dedicadas a plasmar en la realidad ideales que ataen al conjunto de la humanidad como la creacin de un Parlamento de la Humanidad y fuentes que guardan relacin con mbitos mucho ms restringidos? La historia de las migraciones, por ejemplo, es un campo en el que la confrontacin de las fuentes indi-viduales y las internacionales puede abrir perspectivas muy interesantes. Para captar la historia en toda su complejidad es necesario cotejar fondos documentales de todo tipo.

    Por otra parte, la inscripcin de los archivos de la SDN debera suscitar nuestro inters por los fondos de otras organizaciones internaciona-les. Se ha dado un primer paso en esta direccin con la inscripcin de los archivos fotogrficos y cine- matogrficos del Organismo de Ob-ras Pblicas y Socorro de las Na-ciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS), que constituyen un tes-timonio patente de los desastres causados por el xodo palestino en el plano humano, as como de la ayuda aportada por las Naciones Unidas. Los archivos de otras organizacio-nes internacionales son tambin muy valiosos porque poseen una copiosa documentacin sobre la defensa de los derechos humanos, la lucha contra las enfermedades, la legislacin laboral, la situacin de la

    unA visin globAl dE lA hisToriA

    El Correo de la UNESCO - 2009 N9

    Pasaporte Nansen para los refugiados (1922).

    Refug

    ees Mixed

    Archival G

    roup

    (Nansen Fo

    nds)

    Campo de refugiados palestinos instalado en la ribera oriental del Jordn por el Organismo de Obras Pbli-cas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refu-giados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS).

    UNRWA

    infancia, la cooperacin intelectual, la prensa, la historia de la comuni-cacin y la informacin, y muchos otros mbitos ms de la vida de la humanidad. A este respecto, cabe sealar que tan slo los archivos de la UNESCO ocupan ms de 10.000 metros lineales y contienen documentos que abarcan mltiples aspectos de la cooperacin inter-nacional en los campos de la edu-cacin, la ciencia, la cultura y la co-municacin e informacin.

    Jens Boel, Archivero

    Jefe de la UNESCO

  • 10El Correo de la UNESCO - 2009 N9

    unA visin globAl dE lA hisToriA

    Fruto de diez aos de investigaciones, el proyecto relativo a la historia intelectual de las Naciones Unidas culmin en septiembre de 2009 con la publicacin del decimosptimo volumen de la coleccin titulada Ideas de las Naciones Unidas que cambiaron el mundo.

    En 2004 se puso en marcha el proyecto Historia de la UNESCO que tiene por objeto fomentar una reflexin crtica y pluridisciplinaria sobre la historia de la Organizacin, esto es,

    sus orientaciones, actividades y realizaciones en el pasado.

    Las secciones encargadas de los archivos de las organizaciones internacionales se han agrupado para facilitar el conocimiento de sus fondos y han editado conjuntamente una

    publicacin titulada Gua de los archivos de las organizaciones internacionales.

    j.b.

    Photo de los archivos de las organizaciones internacionales.

    Archives de

    la Soc

    it des Nations, B

    ibliothq

    ue de lO

    NUG

    Archivos dE lAs orgAnizAcionEs inTErnAcionAlEs

    Conscientes de la riqueza de sus archivos, algunas organizaciones internacionales como la oNu, la uNesCo y la oit, han puesto en marcha

    proyectos historiogrficos que tienen por objeto fomentar la reflexin crtica y los trabajos de investigacin independientes sobre sus objetivos

    y actividades en el pasado.

    Los archivos de las organizaciones internacionales poseen una copiosa documentacin sobre la defensa de los derechos humanos, la lucha contra

    las enfermedades, la legislacin laboral, la situacin de la infancia, la cooperacin intelectual, la prensa, la historia de la comunicacin

    y la informacin, y muchos otros mbitos ms de la vida de la humanidad.

  • 11

    Nibelungentreue: la palabra, em-pleada para designar una lealtad ilimitada de la que el pueblo nibe-lungo hizo gala, no tiene en alemn una connotacin muy positiva. Se la emplea con frecuencia para referirse a los polticos que son fieles a su partido bajo todas las circunstancias, incluso si tal fideli-dad termina por agraviarlos. Fue el canciller Bernhard von Blow quien la utiliz en 1909 para cali-

    ficar la alianza del Imperio Alemn con Austria-Hungra. Esta Nibe-lungentreue alcanza su paroxismo cinco aos despus, con el inicio de la Primera Guerra Mundial, que se sald con la derrota total de Ale-mania. Ciertamente, Von Blow no se habia dado cuenta de que sus palabras eran de mal augurio: en el Cantar de los Nibelungos, todos los hroes terminan muertos. La UNESCO inscribi reciente-

    Cantado desde el siglo v, redactado hacia 1200, la epopeya del Cantar de los Nibelungos tuvo un recorrido bien accidentado. inspir a Wagner, a Fritz Lang y sin duda a tolkien, pero tambin fue instrumentalizado por hitler. su inscripcin en el registro Memoria del Mundo 2009 contribuir a su rehabilitacin.

    mente en el Registro Memoria del Mundo los tres manuscritos ms antiguos conservados de este poe-ma pico medieval cuya redaccin data del siglo XIII pero cuyas races se remontan al siglo V, poca de las invasiones brbaras. El Cantar de los nibelungos rene ciclos de sa-gas transmitidas oralmente con el correr de los siglos. Claudia Fabian, empleada de la Biblioteca del Land de Baviera, precisa que la obra es

    El Correo de la UNESCO - 2009 N9

    PArA TErminAr con los PrEjuicios sobrE

    El cAnTAr dE los nibElungos

    Ute Obhof, de la Biblioteca del Land de Bade-Wurtemberg, ubicada en Karlsruhe, presentando el Manuscrito C del Cantar de los Nibelungos.

    Bad

    ische Land

    esbibliothek

  • 12

    annima. Los manuscritos que se encuentran a nuestra disposicin sugieren la existencia de una ver-sin anterior, pero que no nos ha llegado, explica. La epopeya relata principalmente el exterminio del reino de los bur-gundios por parte de los romanos y de los hunos. Los historiadores piensan que ciertos personajes de los textos se refieren a perso- nalidades que existieron: as, el rey de los hunos, llamado Etzel en los manuscritos, no sera otro que el emperador Atila, en tanto que Sig-frido, el vencedor del dragn, sera el rey Arminio, jefe de la tribu de los cheruscos. ste reuni las tribus germnicas contra los romanos, a quienes infligi una gran derrota en el ao 9, durante la legendaria batalla de Teutoburgo. Tras ella, Roma nunca logr retomar verda- deramente el control de las tribus germnicas. En cuanto al dragn Fafnir, que Sigfrido mata antes de baarse en su sangre para ser in-vulnerable, simbolizara el ocupante romano. Sin embargo, el Cantar de los Nibelungos no es un documento histrico. Ute Obhof, responsable del manuscrito conservado en la Biblioteca del Land de Bade-Wur-temberg en Karlsruhe, explica que el manuscrito rene diferentes acontecimientos y personajes pro-venientes de diferentes periodos. Los otros dos manuscritos son propiedad del Land de Baviera en Munich y de la Biblioteca del convento de San Gall en Suiza, tambin inscrito desde 1983 en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Aun cuando es una obra apasion-ante, cay en el olvido en el siglo XVI, indudablemente porque no era del gusto de la poca, opina Claudia Fabian. No volvi a ser de inters hasta 1755, cuando por mero azar fue descubierto uno de los manuscritos. En esta ocasin encontr verdadero eco en el pue- blo, quien elev el Cantar al rango de una Ilada alemana transformn-dolo en una epopeya nacional. Algo

    PArA TErminAr con los PrEjuicios sobrE El cAnTAr dE los nibElungos

    El Correo de la UNESCO - 2009 N9

    El TEsoro dE ArnAs mAgnus

    este ao se ha inscrito en el registro Memoria del Mundo la obra de toda una vida: una coleccin excepcional de manuscritos escandinavos antiguos, entre los que figuran poemas mitolgicos

    y sagas islandesas que narran las expediciones de los vikingos hacia amrica del Norte.

    Carta de testimonio escrita en pergamino por el obispo Jon Eiriksson (1358-1390). A la izquierda se puede ver el sello de cera del obispado.

    The

    Arni M

    agnu

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    Institute fo

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    land

    ic Studies

    El erudito islands Arnas Magnus (1663-1730) dedic toda su vida a la cons- titucin de una coleccin de manuscri-tos escandinavos antiguos, que hoy se considera la ms importante del mundo. Enviado a cursar sus estudios a la Univer-sidad de Copenhague cuando tena veinte aos de edad, Magnus empez a aco-piar desde entonces documentos sobre la historia de Islandia, Dinamarca, Noruega y Suecia. A lo largo de toda su carrera de profesor de Antigedades Danesas en esa universidad y de secretario de los Archivos de la Corona, fue enriqueciendo constan-temente su coleccin. En 1728, durante el gran incendio que asol Copenhague, una parte considerable de las obras impresas coleccionadas fue pasto de las llamas. Ar-nas Magnus muri poco despus de este siniestro, legando a la universidad la obra de toda su vida y la totalidad de sus bienes personales. La coleccin consta de ms de tres mil

    manuscritos, libros y documentos, algunos de los cuales datan del siglo XII. Los ms importantes y valiosos son los que con-tienen las legendarias sagas que relatan el nacimiento y la historia del pueblo islan-ds. Las distintas relaciones de las expedi-ciones y conquistas de los avezados nave-gantes vikingos, arribados a las costas de Groenlandia y Amrica del Norte, figuran entre las obras literarias ms apreciadas

    del mundo. Adems, esas relaciones mues-tran el surgimiento de una nueva identidad, arrojando luz no slo sobre la transicin de las creencias paganas nrdicas al cris-tianismo, sino tambin sobre las tensiones creadas en Roma por el paganismo. En otras obras de la coleccin por ejemplo, el Landnmabk (Libro de la colonizacin) y el slendingabk (Libro de los islandeses) se puede encontrar una descripcin de la consolidacin del sentimiento de arraigo de la poblacin de Islandia a sus orgenes y su territorio, cristalizado en la instauracin de sus rganos legislativos y ejecutivos. La coleccin de Arnas Magnus es

    tambin excepcional por otro motivo. En efecto, antes de su separacin poltica de Dinamarca en el ao 1944, Islandia haba reclamado el retorno a su territorio de toda una serie de manuscritos que constituan la mdula de su patrimonio cultural. En 1965, el Parlamento dans acord dividir la colec-cin en dos partes y entregar a la Universi-dad de Islandia la mitad de sus fondos: un total de 1.666 manuscritos, documentos y libros. La transferencia de este patrimonio cultural culmin en 1997 y mostr que las querellas en torno a los tesoros culturales tienen a veces un desenlace feliz.

    David Jackman, El Correo de la UNESCO

  • 13El Correo de la UNESCO - 2009 N9

    ms tarde los pintores romnticos vean en la obra un redescubrimien-to de la Edad Media y el nacimiento de la identidad germnica. Goethe tambin estuvo fascinado por la historia del asesino del dragn. En cuanto al poeta Friedrich Hebbel, escribi en 1861 una obra teat-ral sobre Los nibelungos. La ep-opeya inspir varias producciones dramticas y tambin el Festival de los Nibelungos, que se celebra des-de 2002 en la ciudad de Worms.

    Cuando el arte se convierte en propagandaPero este relato tambin fue ins- trumentalizado en varias oportuni-dades con fines polticos. Se vio en los personajes de la gesta la encar-nacin de las virtudes fundamental-es alemanas: Sigfrido personificara la invulnerabilidad, Hagen la astu-cia, Krimilda la belleza y el espritu de venganza y Brunilda la fuerza. La leyenda de los Nibelungos sir-vi de pantalla en la que proyec-tar las aspiraciones nacionales cada vez ms pronunciadas de los alemanes, primero como reaccin a la opresin napolenica y lue- go para apoyar al Imperio Guiller-mino [1871 a 1888] y su ambicin de convertirse en gran potencia. Luego la leyenda fue recuperada por los nazis. As, en 1943, Her-mann Gring establece un paralelo con los nibelungos para motivar a los soldados alemanes cercados en Stalingrado: Entre todas estas grandes batallas se distingue un monumento colosal: la batalla de Stalingrado. Llegar el da en que ser considerada la ms grandiosa de las batallas heroicas de nues-tra historia. [...] Conocemos una epopeya heroica monumental que relata una batalla sin par, la batalla de los Nibelungos. Ellos tambin, encerrados en una sala presa de las llamas apagarn su sed en su propia sangre pero combatirn hasta el final. Fue una verdadera mutilacin del texto medieval, estima Ute Ob-hof. A todas luces el mariscal nazi

    no ley con la debida atencin El cantar de los Nibelungos, pues su trgico desenlace no haca una referencia ideal para devolver la moral a las tropas y hacerles creer en la victoria final. Como sabemos, la batalla de Stalingrado concluy con la derrota desastrosa del ejr-cito alemn. El Cantar de los Nibelungos tam-poco contiene muchos elementos como para despertar patriotismo. Combina, en efecto, relaciones amorosas y celos mezquinos en la corte de los burgundios. Sumado a una buena dosis de engaos y homicidios, concluye con la ven-ganza cruenta de Krimhilda contra los asesinos de su amado Sigfrido. Adems, segn la gesta, la historia se desarrolla en diversos lugares de Europa; el pueblo de los nibelun- gos vena de Noruega, en tanto que Brunilda era la reina de Island-

    ia y Etzel reinaba entre los hunos, pueblo que habitaba los contornos de la actual Hungra. El Cantar de los Nibelungostiene algo de alemn? Segn Ute Obhof, es ms europeo que alemn. Por otra parte, Alemania no exista en su forma actual en el siglo V. Lo que le otorga su carcter alemn es que fue transmitido en lengua alemana, observa Obhof. Por su parte, Claudia Fabian con-sidera que el nacionalismo asocia-do al Cantar de los Nibelungos no es intrnseco al texto. Es especial-mente la interpretacin musical de Richard Wagner la que contribuy a hacer de l una obra nacionalista, incluso si no fue sa la intencin del compositor. En realidad, Wag-ner buscaba ante todo pintar la na-turaleza humana, lacerada entre los intereses contradictorios del amor y del poder. Fruto de casi treinta

    PArA TErminAr con los PrEjuicios sobrE El cAnTAr dE los nibElungos

    Ejemplo de inicial del manuscrito.

    Bad

    ische Land

    esbibliothek

  • 14El Correo de la UNESCO - 2009 N9

    aos de gestacin, El anillo de los Nibelungos es la pera magna de Wagner. El ciclo de cuatro peras de una duracin de diecisis horas fue representado por vez primera en 1876 y, desde 1896, tienen lugar representaciones peridicas en el marco del Festival de Bayreuth. Viendo en la obra de Wagner una apologa nacionalista de la ide-ologa germnica, Hitler se con-virti, a partir de 1933, en asistente asiduo del festival, dirigido por en-tonces por Winifred Wagner, nuera de Richard Wagner. Amiga muy cercana del dictador, Winifred con-tinu incluso treinta aos despus del fin de la guerra prodigndole una admiracin sin lmites. Esta impronta nazi perjudic la imagen de Wagner y del Cantar de los Ni-belungos, y qued grabada en los espritus tal como lo seala una de las rplicas de una pelcula de Woody Allen: Cuando escucho demasiado Wagner, tengo ganas de conquistar Polonia.

    Los eddas: una inspiracin comnEl poema pico medieval infortuna-damente nunca logr deshacerse por completo de esta reputacin. Con la inscripcin de los manu-scritos en la Lista del Patrimo-nio Mundial de la UNESCO, que podr contribuir ampliamente a su rehabilitacin, el Cantar de los Ni-belungos se suma a otras obras alemanas, en especial la Novena sinfona de Beethoven, el fondo literario Goethe de los Archivos Goethe y Schiller, una Biblia de Gutenberg y el clsico del cine mudo Metrpolis, de Fritz Lang. Fritz Lang estara sin duda muy feliz con tal decisin. En efecto, el realizador alemn tambin es-taba fascinado por esta epopeya heroica medieval y fue el primero en adaptarla al cine, en 1924. La produccin, de cinco horas de duracin, est considerada junto con Metrpolis, como una de las grandes etapas del cine mudo. Los herederos de Richard Wag-ner tambin se empearon en li-

    brar a la msica del compositor de sus connotaciones nacionalistas. Desde 2002, la ciudad de Worms, donde se sitan la mayor parte de las escenas de la Cancin, orga-niza regularmente un Festival de los Nibelungos. El realizador Dieter Wedel contribuy a darlo a conocer con una iniciativa coronada por la vuelta de la epopeya a la televisin: Uli Edel realiz en 2004 una adap-tacin televisiva de los Nibelungos en la que participan numerosas es-trellas. Esforzndose por no caer en el pathos nacionalista, quiz un poco demasiado, Uli Edel realiz una produccin fantasy mun- dializada que bien podra tener lugar en Alemania, Dinamarca o Inglaterra. Ello no es totalmente sorprendente,

    pues sabemos que el Cantar de los Nibelungos parece haber in-spirado El seor de los anillos de Tolkien. An cuando el escritor bri-tnico lo ha negado, la influencia de las sagas germnicas y nrdicas es manifiesta. Puede deducirse que el Anillo de Wagner, El seor de los anillos de Tolkien y el Cantar de los Nibelungos abrevan en la mis-ma fuente: los Eddas, compilacio-nes de poemas picos que relatan las historias de dioses y hroes, especialmente episodios de la le- yenda de los nibelungos.

    Jens Lubbadeh, periodista del Spiegel Online (Alemania), corresponsal del Correo de la UNESCO

    PArA TErminAr con los PrEjuicios sobrE El cAnTAr dE los nibElungos

    Iluminacin del manuscrito del Cantar de los Nibelungos.

    Bad

    ische Land

    esbibliothek

  • 15

    Nacido el 12 de noviembre de 1932, John Marshall se cri pri- mero en Cambridge (Massachu-setts, Estados Unidos), y luego en la propiedad familiar de Peterbor-ough (Nueva Hampshire). La histo-ria de su familia, gente acomodada de Boston, y de la amistad que tra-b con los bosquimanos ju/hoansi, cazadores recolectores del desier-to del Kalahari, en la regin de Nyae Nyae, situada al nordeste de Na-mibia, es tan extraordinaria como la de sus pelculas. John manej por primera vez una

    cmara cinematogrfica a los 18 aos, cuando acompa a su pa-dre, el conocido industrial nortea- mericano Laurence Marshall, en la primera de las numerosas expedi-ciones que ste efectu al desierto del Kalahari. Al ao siguiente volvi con toda su familia para perma- necer all por espacio de un mes y medio. Esta estancia supuso una verdadera conmocin para los Mar-shall. Tanto fue as que, cuando retornaron de nuevo al Kalahari en 1953, se establecieron all durante un ao y medio.

    La madre de John, Lorna, profe-sora de literatura inglesa, se orient de inmediato hacia la antropologa con el propsito de desentraar las sutilezas del sistema de parentesco de los ju/hoansi. Sus trabajos pron-to recibieron los mayores elogios de la comunidad cientfica, Lorna particip en numerosos rodajes cinematogrficos, sobre todo en el de la Primera Pelcula, con la que John dio sus primeros pasos de cineasta. Por su parte, Elizabeth Marshall Thomas, la hermana de John, es

    Corra el decenio de 1950 cuando john Marshall, adolescente por ese entonces, acompa a su padre a una expedicin a Namibia. en ese momento no poda imaginar que este viaje sera el primero de una larga serie de periplos por este pas que iban a marcar para siempre su vida. Fruto de cincuenta aos de trabajo, su pelcula una familia del Kalahari nos hace recorrer, en seis horas, miles de aos de la historia.

    Por El Amor dE los bosquimAnos: un cinEAsTA En El KAlAhAri

    El Correo de la UNESCO - 2009 N9

    Smithsonian Institute, H

    uman Studies Film

    Archives Collection

    N!ai, una nia de nueve aos de la etnia ju/hoansi, llevando en brazos a su primo pequeo. N!ai es una de las protagonistas de los filmes etnogrficos de John Marshall.

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    autora de varias obras, entre los que destacan Gentes inofensivas y Pastores guerreros. Este ltimo libro est dedicado a los dodoth de Uganda, cuyo modo de vida pasto-ral difiere abismalmente de las cos-tumbres de los ju/hoansi. Estoy muy contenta de que la UNESCO haya reconocido la labor tan meri-toria realizada por John, dice Eliza-beth, con motivo de la inscripcin, efectuada en julio de 2009, de la Coleccin de filmes y vdeos de John Marshall sobre los bosquima-nos ju/hoansi (1950-2000). Pero lo que ms le importaba a mi her-mano era llevar a cabo esa labor y la habra realizado de todas formas, con o sin homenajes.

    acabar con un mitoLa obra de John Marshall sigue paso a paso el itinerario del clan de Toma Tsamko. Marshall conoci a los miembros de este clan a la sombra de un baobab en su primera visita a Gautcha, donde se halla un manan-tial de agua en medio de un pan, lago salado seco. Aqu empez una enriquecedora relacin mutua que iba a durar ms de medio siglo. John se qued prendado de esa gente, se apresur a aprender su idioma y cuando, gracias esto, lle-garon a conocerse mejor entre s, empez a vivir una existencia de ensueo, compartiendo con ellos las partidas de caza y el modo de vida nmada... Rpidamente le aceptaron como a un miem-bro ms de la familia, recuerda su mujer, Alexandra Eliot Marshall. John nunca fue condescendien-te con los ju/hoansi. La forma en que percibi y film a esa gente, la manera en que vivi con ella, todo eso muestra que nunca trat de presentar a toda costa una ima-gen atrayente de este pueblo. Se limit a narrar su historia a lo largo de cuatro generaciones con toda la familiaridad que acaba imponiendo una larga amistad, en la que se dan buenos y malos ratos. Karma Foley, conservadora del fon-do de archivos cinematogrficos y colaboradora de John Marshall, nos

    dice: Mi experiencia con l fue for-midable, fue un periodo de mi vida muy formativo. Recin salida de la universidad tuve la suerte increble de poder trabajar sobre un material de riqueza y belleza excepcionales, as como de aprender con alguien tan sabio y apasionado como John. l era muy exigente consigo mismo y con sus colaboradores. Tena en muy alta estima su profesin y era perfectamente consciente del poder que tienen las imgenes. Adems, estimaba que le incumba la responsabilidad de presentar a los ju/hoansi cabalmente, tal cual son. A m, por mi parte, me apasion-aba la filmacin de vdeos. Gracias a John comprend que filmar ofreca unas posibilidades que yo ignoraba: para l las pelculas eran, a la vez, un medio para defender una causa y un instrumento pedaggico. En su trabajo haba un alto grado de compromiso personal. John era una persona que tena un objetivo y se esforzaba por alcanzarlo. Sus colaboradores subrayan que, a pesar de la gran calidad de sus aportaciones en el plano esttico y terico, John Marshall tena la con-viccin de que los que estn ante las cmaras son ms importantes que los que se hallan detrs de ellas. A lo largo de toda su carrera siempre luch por acabar con lo que l llamaba el mito, o sea la opinin predominante entre los oc-cidentales de que los bosquimanos no saben qu es lo mejor para ellos

    Por El Amor dE los bosquimAnos: un cinEAsTA En El KAlAhAri

    y de que necesitan, por lo tanto, ser ayudados por la llamada sociedad desarrollada.

    un cine militanteJohn Marshall se consideraba re-portero y en modo alguno pretendi ser portavoz de los ju/hoansi, a los que casi siempre dej que descri- bieran su vida con su propio lenguaje. John quera a toda costa ayudar a los ju/hoansi. En 1980, dej su carre- ra de cineasta y se fue a Namibia para abogar por su causa y coadyu-var a que pudieran seguir viviendo en su territorio. Dedic una gran parte de su vida a defenderlos, dice Kar-ma Foley, que acompa a Marshall en sus viajes a frica y ha vuelto a visitar de nuevo este continente. Un tal grado de compromiso suele ser excepcional. Personalmente, creo que emanaba del amor y respeto que profesaba a esas gentes, a las que consideraba su segunda famil-ia. Eso es lo que yo veo en casi to-das la secuencias que film durante esos aos: un inmenso amor y un profundo respeto. Fue sin duda alguna su amistad con los ju/hoansi lo que oblig a Marshall a salir de la Unin Suda- fricana en 1958, cuando expir la validez de su visado. Las fronteras de este pas se cerraron entonces para l por espacio de veinte aos. Entre tanto, en los aos sesenta y setenta lleg ser conocido como realizador de cine directo. En 1968, junto con Timothy Asch, el cineasta

    El Correo de la UNESCO - 2009 N9

    Toma Tsamko (con traje y corbata) particip en el mitin organizado por la SWAPO antes de las primeras elecciones democrticas de Namibia. En 1980, Tsamko hizo su entrada en la escena poltica del pas como primer Presidente de la Cooperativa de Agricultores de Nyae Nyae.

    Claire

    Ritchie

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    norteamericano que haba filmado a los indios yanomami de Venezu-ela, cre Documentary Educational Resources, un organismo sin fines lucrativos dedicado a producir y distribuir filmes antropolgicos para los centros docentes. En 1978, cuando Marshall pudo volver de nuevo a la regin de Nyae Nyae, comprob que el gobier- no sudafricano haba despojado a sus amigos los ju/hoansi de la mayor parte de su territorio, y que stos no podan seguir viviendo de la caza. Dejando a un lado el cine, Marshall cre inmediatamente una fundacin para ayudarles a alcan-zar el mayor grado de autosuficien-cia posible. Gracias la ayuda de la fundacin pudieron cavar un pozo, aprender tcnicas de agricultura de subsistencia y dotarse de un rgano de gobierno propio. La saga cinematogrfica en cinco episodios de Marshall, Una familia del Kalahari, es el resultado de la condensacin de las secuencias cinematogrficas rodadas desde el decenio de 1950 hasta el ao 2000, que totalizan ms de 300 kilmetros de pelcula. En seis horas se pueden recorrer miles de aos de la historia de los ju/hoansi, comenta Jayasinhji Jhala, realizador de documentales y profesor aso-ciado de antropologa de la Univer-sidad de Temple (Pensilvania), que fue uno de los amigos ntimos de Marshall. En su opinin, esa saga es una obra sin par porque no slo presenta un testimonio exhaustivo de la vida de los ju/hoansi, sino que adems muestra el itinerario recorrido por su autor, que le con-dujo del cine a la defensa militante de la causa de los bosquimanos. John Marshall volvi al Kalahari por ltima vez en 2004, poco antes de morir de cncer de pulmn en abril de 2005.

    Shiraz Sidhva, periodista india, corresponsal

    del Correo de la UNESCO

    El Correo de la UNESCO - 2009 N9

    Por El Amor dE los bosquimAnos: un cinEAsTA En El KAlAhAri

    Conservada en los archivos Cinematogrficos de estudios humanos del Museo Nacional de historia Natural del instituto smithsoniano de Washington (estados unidos),

    la Coleccin de filmes y vdeos de john Marshall sobre los bosquimanos ju/hoansi (1950-2000) se ha inscrito

    recientemente en el registro Memoria del Mundo de la uNesCo.

    John Marshall en la regin de Nyae Nyae, en 1989.

    Smithsonian Institute, H

    uman Studies Film

    Archives Collections

    El reconocimiento internacional que supone esa inscripcin ha sido acogido con gran satisfaccin por los conservadores del Insti-tuto Smithsoniano y los colegas, parientes y amigos de este reputado antroplogo y cineasta norteamericano que, en un lapso de cincuenta aos, film la vida diaria de los ju/hoansi en la regin de Nyae Nyae, situada en el desierto del Kalahari (Namibia). Pamela Wintle, conservadora en jefe de los

    Archivos Cinematogrficos de Estudios Hu-manos y firme defensora de la conservacin del patrimonio flmico, espera que esta re- compensa de la UNESCO incrementar la notoriedad a esta coleccin, dndola a con-ocer mejor en el mundo entero, y realzar la imagen de los archivos antropolgicos den-tro del Museo Nacional de Historia Natural y del Instituto Smithsoniano. Se considera que los filmes del Fondo Mar-

    shall constituyen uno de los proyectos que sentaron las bases del cine etnogrfico del siglo XX. Representan un documento nico sobre el modo de vida tradicional de bosqui-manos, as como sobre los vnculos que este pueblo de cazadores y recolectores man-tiene con su territorio. Tambin muestran la lucha que llevaron contra la expropiacin, la enfermedad y la guerra, tratando de crear co-munidades agrarias y recuperar sus tierras, cuando el fin del apartheid y la independen-cia de Namibia suscitaron nuevas esperan-zas. La carrera profesional de John Marshall

    fue notablemente larga, ya que se prolong por espacio de cincuenta aos. A lo largo de ese periodo, este pionero del documental etnogrfico se convirti tambin en un fer-viente apstol de la tica que debe presidir este tipo de cine, seala Jake Homiak, direc-tor del programa del Museo Nacional de His-toria Natural dedicado a las colecciones y ar-chivos antropolgicos. Al unir su vida a la de los ju/hoansi, se convirti paulatinamente en defensor del pueblo que observaba, hacien- do que sus pelculas fuesen instrumentos destinados no slo a educar, sino tambin a propiciar la adquisicin de autonoma. El Fondo Marshall comprende secuencias

    de filmes y vdeos, montados y sin mon-tar, que totalizan 767 horas de proyeccin. Adems de estos documentos cinematogr-ficos, el fondo cuenta con toda una serie de grabaciones sonoras, colecciones de dia-positivas, mapas geogrficos, manuales de estudio de las pelculas montadas y textos, inditos o publicados, del propio Marshall y otras personas. Tambin posee varios dos-siers de produccin que contienen cartas, diarios de rodaje y montaje, traducciones, transcripciones, sinopsis y diferentes proyec-tos que abarcan el periodo 1950-2000. En el fondo se han coleccionado tambin varios libros y un sinfn de artculos de prensa sobre las pelculas del cineasta y sus mtodos cin-ematogrficos.

    Shiraz Sidva

    un ProyEcTo fundAdor dEl cinE ETnogrfico

  • 18El Correo de la UNESCO - 2009 N9

    Todas las prcticas de la medicina tradicional en nuestro pas estn consignadas en el Donguibogam y se derivan de este libro a la vez. Hwang Kyeong-sik, profesor de filosofa de la Universidad de Sel, comenz con estas palabras la ponencia que present en la con-ferencia cientfica internacional dedicada al examen de esta obra extraordinaria. Este evento tuvo lugar el 3 de septiembre de 2009 en la Biblioteca Nacional de Corea, con motivo de la celebracin del cuarto centenario del Donguibog-am y de su reciente inscripcin en el Registro Memoria del Mundo de la UNESCO. Es el primer libro de medicina inscrito en este presti-gioso catlogo. Este libro se lo debemos a Heo Jun (1546-1615), mdico de la Casa Real de Corea, que lo escribi por orden del rey Seonjo de Joseon. Sus trabajos duraron diecisis aos y no fueron interrumpidos por el cambio de reino, ni tampoco por la primera invasin japonesa que tuvo lugar entonces. Heo Jun dio a luz una autntica enciclopedia mdica

    en veinticinco volmenes que, a lo largo de los siglos, ha venido nu-triendo la ciencia de los sabios y la inspiracin de los artistas. El Donguibogam forma parte de las obras clsicas de la cultura coreana. No slo tiene un gran in-ters para la medicina, sino que tambin ofrece una visin filos-fica del Asia Oriental del siglo XVII. Iniciada por un captulo dedi-cado a la cosmologa en el que se compara el funcionamiento del ser humano con el del universo, esta enciclopedia nos transmite la siguiente idea fundamental: es posible conservar el cuerpo en buen estado de salud preser-vando el equilibrio de sus ener- gas, que son equiparables a las de la naturaleza. Reconocida todava en nuestros das, esta idea se est extendien-do an ms con el predicamento cada vez mayor que va cobrando la ecologa profunda, la cual con-sidera a la humanidad parte inte-grante del ecosistema planetario. Los orgenes de ese principio se hallan en la doctrina taosta, y ms

    concretamente en sus principios de no actuar y no ser. Heo Jun tena la conviccin profunda de que todas las enfermedades eran el re-sultado de un desequilibrio. A sus ojos, el remedio ms eficaz no es-tribaba tanto en la aplicacin de un tratamiento mdico como en prc-tica de la meditacin.

    el pulso, una energa celesteSi el Donguibogam tuviera sola-mente virtudes filosficas y no sirvie- se para cuidar a los enfermos, su valor sera limitado. Basndose en la filosofa oriental, esta enciclope-dia enumera, clasifica y presenta todas las prcticas mdicas y me-dicinas conocidas en su poca. En los captulos relativos a la farmaco-pea, la acupuntura y la moxibustin, Hoe Jun describe detalladamente los mtodos adecuados. Precisa, por ejemplo, en qu periodo del ao se ha de recolectar una planta determinada, cmo se debe tratar y dentro de qu plazo tiene que con-sumirse para que sus efectos sean mejores. En los volmenes consa-grados a la medicina interna, Heo Jun describe las interacciones de las cinco vsceras plenas del cuer- po. Kim Nam-il, investigador en me-dicina oriental de la Universidad de Kyeonghui, comenta que en el Donguibogam se enuncia clara-mente el principio de la interaccin mutua del hgado, los pulmones, los

    La enciclopedia mdica coreana conocida por el nombre de Donguibogam viene nutriendo desde cuatro siglos atrs la ciencia de los sabios y la inspiracin de los artistas. este corpus colosal de conocimientos mdicos e ideas filosficas consta de 25 volmenes. en alguno de ellos se pueden encontrar a veces recetas sorprendentes.

    donguibogAm: El libro PrEcioso dE lA mEdicinA

    Biblioteca Nacional d

    e Corea

    Volmenes del Donguibogam, obra de la cultura clsica coreana.

    Secar y reducir a polvo la vescula biliar de un perro blanco, un sarmiento de via kudzu y una pequea porcin de corazn de canela. Mezclar todos estos ingredientes con miel. Preparar pldoras con la mezcla as obtenida.

    Con este preparado se vuelve uno invisi- ble. La vescula biliar de un perro azul

    es mucho ms eficaz todava.

  • 19El Correo de la UNESCO - 2009 N9

    donguibogAm: El libro PrEcioso dE lA mEdicinA

    riones, el corazn y el bazo, y de la accin diferente de cada una de estas vsceras en funcin de sus vnculos con las dems. La parte dedicada a la medicina externa trata de los cinco compo-nentes del cuerpo gracias a los cu-ales ste conserva su forma y ca-pacidad de movimiento: la piel, los msculos, los vasos sanguneos, los tendones y los huesos. Del pulso se nos dice que representa la energa celeste. En la medicina oriental, es un elemento esencial. La expresin tomar el pulso sig-nifica diagnosticar. El Donguibo- gam hace un inventario preciso de los diferentes mtodos de tomar el pulso y de las interpretaciones de sus resultados. Heo Jun dedic once volmenes de su enciclopedia a describir las causas y sntomas de las enfer-medades, as como los remedios para curarlas. Entre ellas se men-ciona una dolencia extraa llamada yukjing: El enfermo se ve devorado por un apetito insaciable de comer carne. Si no se le hace vomitar, muere. Ms curiosa todava es una receta anotada en el captulo Remedios diversos, en la que se nos da la frmula para volvernos invisibles: Secar y reducir a polvo la vescula biliar de un perro blanco, un sar- miento de via kudzu y una peque-a porcin de corazn de canela. Mezclar todos estos ingredientes con miel. Preparar pldoras con la

    mezcla as obtenida. Con este pre-parado se vuelve uno invisible. La vescula biliar de un perro azul es mucho ms eficaz todava. El Donguibogam es una obra magnfica, ya que la mayora de sus principios siguen siendo vli-dos cuatro siglos despus de que fuera escrito, dice Yi Sang-bong, encargado de la comunicacin de la Asociacin de Profesionales de Medicina Oriental, en el diario Jo-seon Ilbo de fecha 29 de agosto de 2009, antes de agregar: El mae-stro Hoe Jun tuvo el empeo de compilar todos los remedios popu-lares coreanos, sin excepcin algu-na. Con estas palabras, Yi Sang-bong justifica la presencia en la compilacin de remedios que hoy nos parecen extravagantes, como las pldoras que hacen al hombre invisible, e interpreta que la finali-dad de este preparado mgico es proporcionar un medio para tratar de encontrar la va del corazn, esto es, de los sentimientos. Hoe Jun ha compilado en su en-ciclopedia una suma de remedios tradicionales transmitidos de gene- racin en generacin por toda Asia, y ms concretamente en China, pero no ha omitido el expresar sus propias convicciones y experien-cias de mdico. El ttulo mismo de su obra refleja muy bien su apertura de espritu. En efecto, la palabra Donguibogam designa un libro que trata de la medicina oriental con un criterio de total independencia.

    una maravilla al alcance de la manoLa ciencia y el arte de Heo Jun, as como su vida azarosa, han inspirado a generaciones de artistas de la Repblica de Corea. La novela Don-guibogam de Yi Eunseong ha sido un gran xito editorial y su adaptacin a la pantalla en forma de serial televisado ha obtenido una gran audiencia. En esa novela, podemos leer lo siguiente: No se trata de la visin que la socie-dad tiene de los mdicos. La mayora de stos estn orgullosos de poder aliviar con su ciencia los sufrimientos de sus enfermos, pero son pocos los que anotan por escrito los tratamien-tos que aplican y que podran servir de gua para dispensar cuidados a las generaciones venideras. No me cabe sino deplorar esto. La Biblioteca Nacional de la Repbli-ca de Corea, que conserva los volmenes originales del Donguibo- gam, ha emprendido una traduccin comentada de esta obra al coreano moderno. Adems, entre el 1 y el 25 de septiembre de 2009, organiz la exposicin titulada El Donguibogam en textos e imgenes. Hemos ex-puesto 176 obras literarias y artsti-cas que giran en torno a la edicin original de 1613 de esta importante obra inscrita en el Registro Memoria del Mundo de la UNESCO, dice Mo Taek-min, conservador de la Biblio-teca. Lo que hace inestimable al Dongui-bogam es que trasciende con mucho el precioso objeto material conserva-do en las vitrinas de la Biblioteca Na-cional. Gracias a este libro, la visin oriental del universo en el siglo XVII, as como la vida diaria del pueblo y la medicina popular asitica de esa poca, vienen al encuentro de nues- tro mundo actual. Esta obra tiende un puente entre el pasado y el pre-sente. Ocurre con mucha frecuencia que no acertamos a darnos cuenta de las maravillas que tenemos el al-cance de nuestra mano. Por suerte, el maravilloso Donguibogam no nos ha pasado desapercibido.

    Yeon Kyung,

    Los volmenes originales del Donguibogam se conservan en la Biblioteca Nacional de Corea.

    Biblioteca Nacional d

    e Corea

  • 20El Correo de la UNESCO - 2009 N9

    Con el tiempo, las pginas se han vuelto amarillentas y la tinta azul empieza ya a borrarse. Algunas letras han desaparecido, dejan-do algunas palabras desprovis-tas ac de una vocal, all de una consonante. Sin embargo, los documentos en su conjunto son todava legibles, y la gramtica un tanto oscilante de la lengua malgache que apenas empeza-ba a familiarizarse con el alfabe-to latino, por ese entonces no merma en absoluto el placer ex-perimentado por el lector con el descubrimiento de una cultura y una sociedad. Conservadas en los Archivos Reales, esas pginas perteneci-entes a registros de los sakaizam-bohitra (jefes de aldea), libretas de apuntes, dietarios y volmenes de correspondencia encuaderna-dos nos revelan todo un frag-mento importante de la vida diaria de los nobles y burgueses del Re-ino de Madagascar. Estos valio-sos documentos, custodiados en la Direccin de los Archivos Na-cionales de la Gran Isla, abarcan el periodo 1824-1897, esto es, la

    mayor parte de la existencia de ese reino, nacido en 1810 y ex-tinguido en 1897, ao en que la monarqua fue abolida, en tiem-pos de la colonizacin francesa, por el gobernador general de la isla, Joseph Gallieni. Testigo im-portante de la joven historia de un pas donde antes predomin la oralidad, esos escritos nos revelan los secretos e intrigas de la corte real, as como las dificultades con que tropezaban los representantes del gobierno central en las regiones conquis-tadas. Hasta el reinado de Radama I (1810-1828), en Madagascar haba una multitud de reinos. En 1817, los britnicos recono-cieron a este soberano de etnia merina como rey de Madagascar. Radama prosigui la poltica de unificacin de toda la isla, ya em-prendida por su padre desde 1792, y se distingui por su aper- tura hacia el mundo occidental. Acogi a misioneros protestantes que construyeron escuelas, adap-taron el alfabeto latino a la lengua malgache y ensearon a leer y es-

    cribir a los nobles. Fue as como empezaron a constituirse los pri- meros archivos malgaches, a partir de 1824.

    Los entresijos de la historiaCompr armas el Primer Ministro sin consultar a su gabinete, cuan-do el estado del erario pblico no permita esa compra? El Diario de Rainilaiarivony, un registro en el que los escribanos consignaban las ac-tas de las reuniones bisemanales del gobierno, relata con precisin cmo, despus del infructuoso in-tento de conseguir un prstamo de la reina, el gobierno, al hallarse ante el hecho consumado de que las ar-mas ya se hallaban en el puerto y era necesario pagarlas, decidi que el pueblo participase en la compra. En el registro tambin se transcriben, con mayor o menor fidelidad, los kabary o pregones reales en los que se informa a los sbditos que van a ser gravados con nuevos impuestos por el bien de todos. Nombr la reina a un personaje de dudosa reputacin para encabe-zar la justicia penal? El mismo Diario

    inscritos en julio de 2009 en el registro Memoria del Mundo de la uNesCo, los archivos reales (1824-1897) de Madagascar, redactados en malgache, constituyen un testimonio vivo e indito de la vida cotidiana de este pas y de la confrontacin entre dos culturas en el siglo XiX, vista por los propios malgaches.

    lA TinTA Azul dE los noblEs mAlgAchEs

    Hery Rakoton

    drazaka/LExpress de Mad

    agascar

    Volmenes de los Archivos Reales cerrados al pblico.

  • 21El Correo de la UNESCO - 2009 N9

    de Rainilaiarivony nos narra minu-ciosamente la accin del gobierno para disuadirla de que designe a un mujeriego empedernido para desempear ese cargo Pero los documentos de los Archivos Rea- les no se refieren solamente a los asuntos pblicos. Tambin pueden hallarse en ellos alusiones a la vida privada del Primer Ministro y de los cortesanos de los palacios de la reina. As, entre dos actas oficiales, sabemos que tal personaje se ha divorciado y que tal otro ha enga-ado a su mujer. Los registros de las reuniones del Consejo de Ministros no son los nicos que prestan inters a las murmuraciones de la vida corte-sana. En los ensayos de eruditos malgaches sobre la historia del pas, en la correspondencia de los gobernadores provinciales, e inclu-so en los cuadernos de aprendizaje del ingls del Primer Ministro, se suministran tambin detalles ms o menos picarescos de la vida diaria de los cortesanos malgaches. Este tipo de informaciones trascien- den los meros chismes, ya que per-miten a los historiadores nicas personas autorizadas para consul-tar directamente los Archivos Re-ales conocer mejor el siglo XIX

    malgache desde un ngulo dife-rente al de la historia estrictamente poltica. As, basndose en estas fuentes, se han realizado diversos trabajos de investigacin sobre la indumentaria, la cocina, los usos sociales y las fiestas culturales de aquel entonces. El estudio de las costumbres arroja luz sobre toda la historia social y econmica de la poca.

    De los lovan-tsofina a los archivos escritosEl inters de estos documentos es muy grande, porque reflejan el punto de vista malgache sobre un periodo crucial para el pas: el momento de su encuentro con la cultura occidental y el cristianismo. Con la adopcin del alfabeto latino, las narraciones de la vida diaria empezaron a conservarse por es-crito y no exclusivamente mediante las formas de transmisin oral de tradiciones y costumbres llamadas lovan-tsofina. Los autores de los escritos no fueron solamente mis-ioneros, militares o exploradores o extranjeros, sino tambin los pro-pios malgaches. En los Archivos Reales se de-scriben muy explcitamente la aper- tura de Madagascar al mundo oc-

    cidental y el contacto entre las dos culturas, dice Sylvie Andriamiham-ina, directora de los Archivos Na-cionales. Y cabe aadir que entre dos religiones tambin. En efecto, desde el decenio de 1820, el cris-tianismo empez a implantarse en Madagascar debido a la accin evangelizadora de los misioneros protestantes. Hasta ese momento, los malgaches profesaban el culto a los antepasados, considerados me-diadores entre los vivos y Zanahary, el dios nico. Las poblaciones con-vertidas al cristianismo integraron a Zanahary en sus nuevas prcticas religiosas, asimilndolo al Dios de la Biblia. Los Archivos Reales se conservan actualmente en Antananarivo, en la Direccin de los Archivos de la Repblica de Madagascar. Pese a los sucesivos desplazamientos de que han sido objeto, estos archi-vos estn muy bien conservados, pero ahora tenemos que encontrar medios para que se puedan con-sultar los documentos originales sin que sufran deterioros. La corres- pondencia de los misioneros con el gobierno central se ha podido digitalizar gracias a la cooperacin del Centro de Informacin Tcnica y Econmica (CITE) y otros docu-mentos se pueden consultar en el sitio web Internum Aristhot, seala Sylvie Andriamihamina. El acceso a los fondos documentales est es-trictamente reglamentado a fin de preservar al mximo su estado de conservacin. Para acceder a los fondos se firman acuerdos con los departamentos de investigacin a los que pertenecen los especialistas que desean consultarlos. La inscripcin de los Archivos Rea- les en el Registro Memoria del Mundo, efectuada en julio de 2009, llega en un momento muy oportuno. Gracias a esta inscripcin, los mal-gaches podremos conocer mejor nuestro patrimonio y darlo a conocer al mundo entero, opina la directora de los Archivos Nacionales.

    Lovasoa Rabary-Rakotondravony e Isabelle Motchane-Brun,

    lA TinTA Azul dE los noblEs mAlgAchEs

    Hery Rakoton

    drazaka/LExpress de Mad

    agascar

    Sylvie Andriamihamina, directora de los Archivos Nacionales de Madagascar.

  • 22

    y slo funcionan de acuerdo a dicho programa si estn juntos. Si se colo-ca a un pingino en una isla desierta, el programa se detiene. En 1991 con el desmembramiento de la Unin Sovitica y la desapa-ricin de la hegemona del partido comunista, el programa por el cual el pueblo sovitico viva colectivamente tambin desapareci. Cada individuo se encontr solo y desorientado. Tuvo que acomodarse a la nueva vida, a la autonoma como mejor pudo.

    qu pens por entonces de la perestroika? imaginaba tal desenlace?Acog a Gorbachov con alegra. Presentamos grandes cambios. Andropov haba muerto, Chernenko tambin, y en lugar de ellos haba emergido un Gorbachov joven, ple-no de promesas de porvenir. Ms o menos en la misma poca pude pu- blicar mis primeros relatos, que antes haban sido rechazados. Recuerdo que la ciencia ficcin, por ejemplo, hasta entonces publicada con cuen-tagotas empez a proliferar. Esto, de

    usted era joven cuando el presi-dente Mijail gorbachov comenz su perestroika. sinti personal-mente los lmites impuestos por el rgimen sovitico? En aquella poca y a aquella edad, no pensaba en lmites. Tan slo exis- tan ciertas reglas que ms vala no transgredir. De estudiante, escriba cuentos teidos de humor negro que distribua en la facultad (Instituto de Lenguas Extranjeras de Kiev). Esto me ocasion una convocacin del KGB (Comit de Seguridad del Estado). Una vez alguien me confi que entre mis conocidos haba quien escriba cartas de denuncia sobre m. La delacin era muy corriente y como una suerte de regla general. Pese a ello, todo cuanto ocurra en

    aquella poca no lo definira como lmites impuestos por el rgimen.

    Con frecuencia, el universo de sus novelas parece virtual y muchos de sus personajes son animales. un ejemplo es el pingino. acaso es un medio de expresar sus reflexiones sobre la sociedad sin nombrar las cosas por sus respectivos nombres? Efectivamente, pienso que en forma inconsciente, en la poca sovitica, yo escriba as para que no pudieran acusarme de nada. En cambio, a partir de los aos 1990, los lugares donde ocurren mis novelas se concretan y transcurren en Kiev, en Ucrania, en Rusia o en Kazajstn. Los pinginos se me impusieron porque me recuerdan fuertemente a los soviticos. Son animales que viven en grupo. Un individuo aislado no sobrevive, pierde el sentido de la orientacin. En cuanto al grupo, ste posee una conciencia colectiva. Cada nueva generacin marcha en los senderos de la precedente. En esos animales todo est programado

    De actualiDaD

    Un muro se derrumba, un mundo nace

    un pas en construccin un pas en con-struccin representa para la poblacin los mismos peligros que un edificio en obras para los nios dejados sin vigilancia, declara andrei Kurkov, escritor ucraniano de lengua rusa reputado por su mirada lcida sobre la sociedad postsovitica. aqu nos comenta los acontecimientos de fines de los aos 1980 y la revolucin Naranja, pero tambin otros temas de actualidad.

    El Correo de la UNESCO - 2009 N9

    Andrei Kurkov en su taller, un apartamento en el que trabaja, en Kiev.

    A. K

    ourkov

    Entrevista realizada con motivo del vigsimo aniversario de la Cada del Muro de Berln (9 de noviembre de 1989), por Katerina Markelova, El Correo de la UNESCO.

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    De actualiDaD

    El Correo de la UNESCO - 2009 N9

    alguna manera significaba que tena-mos algo ms de derecho a soar. En-tonces todo el mundo empez a creer que la vida sera mejor. Y yo tambin. El debilitamiento del poder del Estado era manifiesto, pero jams hubiera podido imaginar que con-ducira al desmembramiento de la Unin Sovitica. Luego, cuando el derrumbe comenz existi primero la crisis econmica los comercios es-taban vacos y se depreci el rublo y despus vino la descomposicin a secas y la separacin de Ucrania de la URSS. En ese momento comenc a experimentar sentimientos ms mitigados. Al mismo tiempo me deca que poner orden en un pas pequeo sera ms fcil que en uno grande. No s por qu me imaginaba que Ucra-nia entrara en poco tiempo en rbita normal. Pero no es esto lo que ocurri.

    Cmo reaccion ante la cada del Muro de berln? En un primer tiempo estaba ale-lado! Tena miedo de que terminara mal. Me acuerdo de que justo antes de la cada del muro, Hungra haba abierto su frontera con la Repblica Democrtica Alemana (RDA) y de-cenas de miles de alemanes del Este se precipitaron para llegar por esa va a la Repblica Federal Ale- mana (RFA). Eran momentos en que el futuro pareca inestable. Tal vez en forma inconsciente tena miedo de que eso desencadenara una tercera guerra mundial. Pero tal aprensin pronto fue disipada. Seguamos la marcha de los acontecimientos en la televisin y estaba claro que el siste-ma poltico de la de RDA estaba en camino de desmoronarse. Y como era menos slido que el sistema so-vitico o polaco, era evidente que se aproximaba una poca nueva.

    Cmo evoluciona la sociedad de los pases postsoviticos y, en particular, la sociedad ucraniana despes de la cada de la Cortina de hierro? En muchas de mis novelas des- cribo cmo en 1991, la vida se

    apoder del hombre. Quiero decir por ello que las normas de vida, hasta ah universalmente aceptadas en esas sociedades, haban desaparecido y el hombre se hallaba arrastrado por las olas del destino. Por un lado, la ma- yora de los jubilados nostlgicos de la Unin Sovitica no queran y no podan adaptarse a la nueva poca. Por el otro, la gente de mi generacin se lanzaba sbitamente en actividades para las cuales no estaba preparada. La vida empujaba a unos hacia el pequeo comercio y a otros hacia la criminalidad. Por ejemplo, yo tena un compaero de clase que quera ser qumico. De golpe se encontr agente de bolsa. Trabajaba con dinero de pro-venencia oscura y eso le vali cinco aos de crcel. Es diferente para la nueva generacin nacida luego de 1985. Los jvenes tienen otra men-talidad porque no conocieron el su- frimiento de la ruptura poltica y social. Todo esto para decirle que un pas en construccin representa los mis-mos peligros para su poblacin que un edificio en obras para los nios de-jados sin vigilancia. La gente cae, se golpea, se magulla constantemente, y destruye su propio destino. Por otra parte, existi una legitimacin de la inmoralidad en la poltica. En otros trminos, si tu aceptas ser deshones- to, corrupto, etc. te conviertes en dipu- tado. En muchos pases, la poltica qued reducida a un asunto sucio. Podemos decir que la gente quiere hacer poltica para enriquecerse y no para construir el Estado. Es la razn por la cual el Estado sigue estando in-concluso. Esta inconclusin se sien-te incluso hoy da en Ucrania, aunque con menos violencia. El tiempo de la divisin del poder entre gnsters ter-min: los truhanes inteligentes se vuel-ven hacia la criminalidad econmica.

    qu haca usted en momentos de la revolucin Naranja, que empez en ucrania en noviembre de 2004?Me compromet en forma activa: pas tres semanas en Maidn (la plaza central de Kiev), dando entrev-

    istas que se transmitan en directo en Espaa, Canad, Alemania e In-glaterra. Con mis amigos escritores organizamos debates en la librera Nautchnaia mysl (El pensamiento cientfico) en el centro de la ciu-dad, donde caldeaban sus espritus los partidarios tanto de Yanukovich como los de Yutchenko. No me arre- piendo de haberlo hecho. En todo caso, desde un punto de vista polti-co y moral lo que tenemos hoy es mejor de cuanto tenamos antes de la Revolucin Naranja. Aunque casi todos los protagonistas de la Revo-lucin estn desencantados porque esperaban algo mejor.

    Cules son los triunfos que tiene en mano la democracia en los pases postsoviticos y cules son sus debilidades? La existencia de un pluralismo polti-co es reveladora de una democracia. Pero nuestra democracia es ms simblica que real, porque detrs de los partidos polticos no se ve ningn programa ideolgico. Esos partidos no son nada ms que grupos de representantes del sector econmi-co reunidos alrededor de intereses comunes que se denominan unos a otros liberales. A veces me da la im-presin de que en Ucrania hay, pese a todo, ms democracia que en Ru-sia. Pero por otro lado, cuando en un pas no se aplican las leyes y faltan numerosas normativas que nadie tiene prisa por instaurar, se tienen motivos para dudar de la validez de su rgimen democrtico. Pero dicho esto, el hecho es que tenemos cierta libertad de prensa y que la poblacin puede, si quiere, implicarse en todas las acciones polticas. Eso es ya un gran progreso.

    Autor de 15 novelas, la mitad de las cuales traducidas a

    idiomas extranjeros, Andrei Kurkov, nacido en 1961 en Rusia,

    tambin escribi siete libros para nios. Su novela Muerte con pingino publicada

    en Ucrania en 1996, fue traducida a 33 idiomas.

    .

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    La fuente de agua caliente Grand Prismatic en el Parque Nacional de Yellowstone (Estados Unidos).

    La TiErra visTa dE CErCaLa uNesCo patrocin el ao 2000 un proyecto del fotgrafo yann arthus-bertrand denominado La tierra vista desde el cielo, que tena por objeto presentar im-genes de los paisajes ms bellos del mundo. su xito fue enorme, ya que 130 millones de personas visitaron la exposicin itinerante y se vendieron ms de tres millones de ejemplares del libro editado en veintin idiomas. ahora bien, este proyecto no ha tenido desde en-tonces una continuacin. Muchos se preguntan si la organizacin y este artista van a emprender de nuevo otros proyectos comunes en pro de la preservacin del planeta.

    PersPectivas

    es suficiente compensar?Los debates en torno a la tasa so-bre las emisiones de carbono han hecho correr mucha tinta, qu opina usted sobre este tema? Cu-ando se escuchan las discusiones sobre esa tasa, se tiene la impresin de que se pretende imponer por la fuerza algo a la gente. Creo que debe ser un motivo de orgullo para todos el pagar la tasa sobre el car-bono. Cada uno de nosotros tendra que decirse a s mismo: yo tambin participo as en la salvaguarda del planeta. Cuando la gente utiliza a diario su automvil produce dixido de carbono, pero debera decirse que al pagar la tasa est contribuy-endo tambin a contrarrestar el cambio climtico. He de reconocer que yo mismo tambin consumo en-erga, pero trato de compensar esto con mi labor de sensibilizar al p-blico a los peligros de ese cambio. El prximo mes de diciembre, todos los participantes en la Conferencia

    El deber de todos nosotros, hoy en da, es preservar el planeta, dice el fotgrafo y ecologista francs Yann Arthus-Bertrand. La poblacin del mundo no para de aumentar, mien-tras que la diversidad disminuye. Estamos quebrantando el equilibrio de la Tierra, el planeta que hemos domesticado. Hemos puesto la Tie- rra a nuestro servicio, as como sus animales. Se dira que no nos hemos percatado an de que stos forman parte de nuestra vida y de que los necesitamos para vivir, porque vi-enen a ser nuestros primos herma-nos y como tales debemos respe-tarlos Cmo combina Yann el arte y la accin? Al preguntarle si una foto-grafa puede ser poltica, nos res- ponde sonriendo: Puede cam-biar el arte el estado actual de las cosas? Claro que s! De no ser as no ejercera mi profesin. Cabe pre-guntarse qu es el arte y tambin, en mi caso, si soy un artista o ms bien un reportero grfico. No he llegado

    a ser ecologista por puro azar. Eso es algo que se ha ido construyendo poco a poco, trabajando. Ahora, soy un mili-tante ecologista que hace todo lo que puede para convencer a la gente, y hago lo que s hacer: captar imgenes bellas, gozando de ello al mismo tiem-po. Pero la belleza de una imagen no es lo que nico que me interesa. Lo que me importa es que induzca a pen-sar, a reflexionar. Siempre trato de im-primir un sentido a mi trabajo. A raz de la crisis econmica y finan-ciera actual algunos pases se estn orientando hacia una economa verde, qu lecciones se pueden sacar de la crisis? Es evidente que ahora en los pases ricos resulta necesario aprender a vivir mejor con menos, despilfarrando menos, arro- jando menos cosas a la