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[ El país ] 20 de abril de 2011 Enrique Nosiglia y Chrystian Colombo El discreto encanto de trabajar en las sombras del radicalismo Se los ve poco y nada. Pero siguen ocupando lugares centrales en la UCR a la hora de negociar candidaturas y espacios de poder. Apostaron por Cobos y Sanz, pero ahora buscan que sus influencias no queden recortadas. U no consolidó su regreso y el otro está tan presente como siempre. Chrystian Colombo y Enrique “Coti” Nosiglia siguen siendo operadores activos del radicalismo. Colombo, ex jefe de gabinete de Fernando De la Rúa (y ex cu- ñado del Coti), volvió a los tejes y manejes partidarios con la llegada de Ernesto Sanz a la presidencia de la UCR y, más allá del paso al costado dado por el mendocino en la interna con Ricardo Alfonsín, está tra- bajando con el senador cuyano. El Coti, si bien en las internas también se volcó –muy sutilmente– para el lado de Sanz, mantie- ne una cierta neutralidad con respecto a los quiebres internos. Ambos tienen en común un muy elaborado hermetismo y son el nexo entre el partido y las grandes empresas, por lo cual son considerados “imprescindibles”. Rosca a full Enrique “Coti” Nosiglia, el eterno operador radical, el hombre que durante el gobierno de Raúl Alfonsín tejía y destejía y fue condenado a salir a la luz para asumir el Mi- nisterio del Interior, aunque no se lo vea sigue dedicado full- time a la rosca. ¿Con qué línea Escribe S. C. del radicalismo está? Durante los últimos años apostó mal: apuntaló la proyección nacional de Julio Cobos después del célebre “voto no positivo” y hasta su renuncia a la precandidatura presidencial. De cualquier modo, mantuvo vigente la vieja táctica de poner huevos en cada canasta: su hijo Juan es uno de los líderes de la Cantera Popular, agrupación juvenil de la UCR que apoya a Ricardo Alfonsín. El juego de un apo- yo acá, otro allá, le permite a Coti seguir actuando como canal conductor entre las distintas expresiones del partido y nunca salir derrotado. ¿Qué es lo que explica su vigencia? Carisma personal, el extenso abanico de relaciones cultivadas a través de décadas, los favores que muchos radica- les le deben, sus contactos con empresas y sindicatos. Nosiglia sería el dueño del ho- tel de lujo Elevage y habría hecho fuertes inversiones en el sector de la salud, sobre todo en clínicas. Su capacidad de encanto y de cooptación se entiende con anécdotas que cuentan que les pagó el casamiento a jóvenes radicales que no podían afrontar el gasto o que se acuerda de las fechas de cumpleaños de gente de las terceras líneas del partido y les manda un obsequio. “Coti es una leyenda, y como con todas las le- yendas, hay realidad y fantasía. Lo que es innegable es que tiene una capacidad de influencia mayúscula –cuenta alguien que lo conoce desde hace tiempo– porque, entre otras cosas, es el radical con mayor llegada a las empresas y a los sindicatos, algo no muy común en el partido”. Y agrega: “Coti ahora debe estar reuniéndose con los CEO de empresas y también con tipos de la CGT. Además su vigencia también tiene que ver con que ayudó a tantos radicales que nadie puede rechazarle nada”. Otro radical resu- me lo que significa el Coti para ellos: “Lo podrán criticar mucho, pero en el fondo todos quisiéramos ser como él”. La tarasca “¿Y ahora de dónde vamos a sacar la gui- El juego de un apoyo acá y de otro allá le permite a Coti seguir actuando como canal conductor entre las distintas fracciones del partido. >> Coti. Siempre de- trás de las cortinas, si- gue siendo una figura importante.

El Coti Nosiglia y Christian Colombo: El discreto encanto de trabajar en las sombras del radicalismo. Por Santiago Casanello

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El Coti no perdió nada de vigencia en la rosca puertas adentro del partido centenario.

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[ El país ]

20 de abril de 2011

Enrique Nosiglia y Chrystian Colombo

El discreto encanto de trabajar en las sombras del radicalismoSe los ve poco y nada. Pero siguen ocupando lugares centrales en la UCR a la hora de negociar candidaturas y espacios de poder. Apostaron por Cobos y Sanz, pero ahora buscan que sus influencias no queden recortadas.

U no consolidó su regreso y el otro está tan presente como siempre. Chrystian Colombo y Enrique

“Coti” Nosiglia siguen siendo operadores activos del radicalismo. Colombo, ex jefe de gabinete de Fernando De la Rúa (y ex cu-ñado del Coti), volvió a los tejes y manejes partidarios con la llegada de Ernesto Sanz a la presidencia de la UCR y, más allá del paso al costado dado por el mendocino en la interna con Ricardo Alfonsín, está tra-bajando con el senador cuyano. El Coti, si bien en las internas también se volcó –muy sutilmente– para el lado de Sanz, mantie-ne una cierta neutralidad con respecto a los quiebres internos. Ambos tienen en común un muy elaborado hermetismo y son el nexo entre el partido y las grandes empresas, por lo cual son considerados “imprescindibles”.

Rosca a fullEnrique “Coti” Nosiglia, el eterno

operador radical, el hombre que durante el gobierno de Raúl

Alfonsín tejía y destejía y fue condenado a salir a la

luz para asumir el Mi-nisterio del Interior,

aunque no se lo vea sigue dedicado full-

time a la rosca. ¿Con qué línea

Escribe S. C. del radicalismo está? Durante los últimos años apostó mal: apuntaló la proyección nacional de Julio Cobos después del célebre “voto no positivo” y hasta su renuncia a la precandidatura presidencial. De cualquier modo, mantuvo vigente la vieja táctica de poner huevos en cada canasta: su hijo Juan es uno de los líderes de la Cantera Popular, agrupación juvenil de la UCR que apoya a Ricardo Alfonsín. El juego de un apo-yo acá, otro allá, le permite a Coti seguir actuando como canal conductor entre las distintas expresiones del partido y nunca salir derrotado. ¿Qué es lo que explica su vigencia? Carisma personal, el extenso abanico de relaciones cultivadas a través de décadas, los favores que muchos radica-les le deben, sus contactos con empresas y sindicatos. Nosiglia sería el dueño del ho-tel de lujo Elevage y habría hecho fuertes inversiones en el sector de la salud, sobre todo en clínicas. Su capacidad de encanto y de cooptación se entiende con anécdotas que cuentan que les pagó el casamiento a jóvenes radicales que no podían afrontar el gasto o que se acuerda de las fechas de cumpleaños de gente de las terceras líneas del partido y les manda un obsequio. “Coti es una leyenda, y como con todas las le-yendas, hay realidad y fantasía. Lo que es innegable es que tiene una capacidad de influencia mayúscula –cuenta alguien que lo conoce desde hace tiempo– porque, entre otras cosas, es el radical con mayor llegada a las empresas y a los sindicatos, algo no muy común en el partido”. Y agrega: “Coti ahora debe estar reuniéndose con los CEO de empresas y también con tipos de la CGT. Además su vigencia también tiene que ver con que ayudó a tantos radicales que nadie puede rechazarle nada”. Otro radical resu-me lo que significa el Coti para ellos: “Lo podrán criticar mucho, pero en el fondo todos quisiéramos ser como él”.

La tarasca“¿Y ahora de dónde vamos a sacar la gui-

El juego de un apoyo acá y de otroallá le permite a Coti seguir actuando como canal conductor entre las distintas fracciones del partido.

>> Coti. Siempre de-trás de las cortinas, si-gue siendo una figura importante.

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ta?” Fue, según fuentes empapadas con lo que sucede puertas adentro del partido centenario, el lamento de algunos diri-gentes encolumnados detrás de Sanz en la interna trunca de fin de abril, cuando su candidato decidió bajarse de la contienda contra Ricardo Alfonsín para anunciar que se presentaría en las primarias abiertas de agosto. La alarma tenía una razón: en una de esas, Colombo iba a dejar de conseguirles financiamiento para la campaña y la insta-lación de un político que dos tercios de los argentinos no registra se iba a volver dema-

siado cuesta arriba. “Él es el que acerca a dos partes fundamentales en la política: las empresas y el candidato. Los dos activos de Colombo son la experiencia de haber sido jefe de Gabinete, por el conocimiento de la gestión estatal que eso implica, y los poro-tos que le suma ser un puente con empresa-

rios”, explica un dirigente radical. Algunos simplifican la fórmula: “Es un lobbista”. El mismo Colombo –de profesión economista y ex esposo de Catalina, hermana de Nosi-glia– es empresario. Y exitoso. Desde 2004 está al frente del fondo de inversión DyG (Desarrollo y Gestión), dueño de Havanna y

el que está a punto de traer de nuevo al país a las emblemáticas cadenas de comida rápi-da norteamericanas Pizza Hut y Kentucky Fried Chicken. Colombo es un hombre más del sector financiero que del productivo: fue presidente del Banco Nacional de De-sarrollo durante la presidencia de Alfonsín, operador de bolsa, vicepresidente del Grupo Macro y presidente del Banco Nación. Su mayor exposición pública se dio durante el tormentoso gobierno de De la Rúa. Colom-bo –reemplazó a Rodolfo Terragno en la Jefatura de Gabinete– fue el tipo que daba la cara en medio de una gestión que se iba a pique. Después de diciembre 2001, bastan-te traumado según quienes lo conocen, se volcó de lleno en el sector privado, rehuyen-do volver a meterse en política. Recién en 2009, cuando Sanz fue nombrado presiden-te de la UCR, empezó a circular de nuevo por las reuniones y los comités radicales. Sigilosamente y de la mano de Jesús Rodrí-guez. Así llegó a ser uno de los impulsores de la aventura internista de Sanz y en un rol importante, siempre vinculado al tema crucial del financiamiento.

>> Colombo. Volvió a la política tras varios años.

[email protected]

El ex jefe de Gabinete de De la Rúa es un hombre del sector financiero, que en la UCR acerca a dos partes: las empresas y los candidatos.