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Hoy, El desertor del álamo Colección Cine del Oeste Jaime Rosales, Viscarret, Tom Fernández, Vigalondo, Jaime Marqués y Montero Glez ponen al héroe contra las cuerdas... y le dan otro final 22-28 de mayo de 2008 www.elcultural.es Indiana Jones Gistau y Mañas hablan sobre fútbol, violencia y literatura Richard Serra y Adrian Searle recorren el Grand Palais EL CULTURAL Deconstruyendo a Rebelión teatral en Madrid: primer acto

EL CULTURAL · Hoy, El desertor del álamo Colección Cine del Oeste Jaime Rosales, Viscarret, Tom Fernández, Vigalondo, Jaime Marqués y Montero Glez ponen al héroe contra las

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Hoy, El desertordel álamo

Colección Cine del Oeste

Jaime Rosales, Viscarret, Tom Fernández, Vigalondo, Jaime Marquésy Montero Glez ponen al héroe contra las cuerdas... y le dan otro final

22-28 de mayo de 2008 www.elcultural.es

Indiana Jones

Gistau y Mañas hablan sobre

fútbol, violenciay literatura

Richard Serra y Adrian Searle recorren el Grand Palais

EL CULTURAL

Deconstruyendo a

Rebelión teatral enMadrid: primer acto

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Tiene razón Pedro J. Ra-mírez al afirmar queFrancisco Umbral ha

sido el escritor de periódico másdestacado de su generación, comoJosé María Pemán lo fue de lasuya y Azorín y Cavia de la pri-mera mitad del siglo XX. La pro-sa del autor de Leyenda del César vi-sionario era un fulgor, suadjetivación quebraba con sañalos sustantivos, sus metáforas,como en Borges, desconcertabanpor la avidez y la belleza. Umbralfue un novelista sólo discreto, unautor de teatro insignificante, unpoeta casi inédito pero con más in-terés de lo que se dice. Como es-critor de periódico, como articu-lista, fue el más importante de unageneración a la que yo pertenez-co. Como memorialista, nadie, enel siglo XX, puede comparárse-le, ni siquiera Cansinos Assens oGonzález Ruano.

Decía Paco Umbral que yo ha-bía escalado el sillón ñ de la RealAcademia Española gracias a misartículos, que “iban desde la so-lemnidad de las terceras de“ABC” a los jarrapellejos de los re-cuadros en “La Razón”. Se loagradecí mucho pero no es exac-tamente así. Cuando FernandoLázaro Carreter decidió incorpo-rar formalmente el Periodismo ala Academia, igual que la Nove-la, la Poesía, el Teatro, al Ensa-yo, la Ciencia, el Derecho, la Igle-sia o el Ejército, se apostó por laobra periodística completa, la deldirector o creador de periódicos,

no la de los articulistas, cronistas ocolaboradores. Cebrián no ingre-só en la Academia como novelistao articulista sino como periodistacreador de “El País”. Lo que con-tó sobre todo para mi incorpora-ción fue la dirección de la AgenciaEfe y la de “ABC”, que luego pro-longué con la presidencia de Te-levisa Europa, la fundación de“La Razón” y ahora la del diariodigital “El Imparcial”. Es verdadque una docena de académicosme dijeron que me habían votadopor mis ensayos históricos DonJuan y La Negritud, alguno, inclu-so, por mis artículos periodísticos.Pero la clave fue la decisión deLázaro Carreter de que el Perio-dismo estuviera formalmente re-presentado en la Academia comogénero literario y ciencia de la in-formación.

Umbral, el mejor de todos nos-otros, tenía su lista de preferenciasentre los articulistas y columnistasvivos, a los que dedicó una seriepunzante y espléndida y algunosartículos complementarios de in-

equívoca admiración. Estos eranlos veinte articulistas y colum-nistas, los veinte escritores vivosde periódico, preferidos por Um-bral, a los que cito en orden alfa-bético: Gabriel Albiac, ManuelAlcántara, Luis María Anson, Jor-ge Berlanga, Antonio Burgos, Jai-me Campmany, Miguel GarcíaPosada, David Gistau, ManuelHidalgo, Eduardo Mendicutti,Rosa Montero, Javier Ortiz, Raúldel Pozo, Martín Prieto, Pedro J.Ramírez, Carmen Rigalt, Fran-cisco Umbral (con fina ironía,Paco se incluía en la lista de sus ar-ticulistas preferidos), VázquezMontalbán, Vicente Verdú y Ma-nuel Vicent.

Personalmente yo incorpo-raría a dos de los más grandes:Francisco Nieva y Juan Marsé.También a Tomás Cuesta, que esla sangre sonora de la libertad; aFaustino Álvarez, el ojo centine-la; a Espido Freire, con su escri-tura de melocotón helado; a Pe-dro Narváez, la vanguardia en lospuntos de la pluma; a Pedro G.

Cuartango o la sagacidad y la lu-cidez; a Julián Lago y su voz gre-goriana; a José Luis Gutiérrez,con el breve prodigio literario desus Erasmos; a Alfonso Ussía, alque no se puede excluir porquesea “un escritor de derechas”cuando es generoso y liberal; aJuan Manuel de Prada, MartínFerrand, Alfonso Armada, Alfon-so Rojo, Arturo Pérez-Reverte,Juan José Millás, Félix de Azúa,Juan Cruz, Mónica FernándezAceituno… Y, de forma especial,a Ignacio Camacho, del que hesubrayado en más de una ocasiónla belleza y sagacidad de sus ar-tículos caviables.

“El nuevo periodismo –escri-bió Tom Wolfe– no puede ser ig-norado por más tiempo en su sen-tido artístico”, porque ha arre-batado el centro de la literatura a“la agonizante novela” y se haconvertido “en el género litera-rio más vivo de la época”. Bellow,Barth, Updike, Philip Roth, Mai-ler, Capote, Rex Reed, BárbaraGoldsmith, John Dunne y tantosotros le han dado la razón a Wolfe.Y no sólo en Estados Unidos.

El periodismo es, en efecto,y sustancialmente, ciencia, cien-cia de la información. Pero tam-bién un género literario. Los ar-ticulistas preferidos por Umbral,en el recuerdo del gran escritortristemente fallecido, demuestrantodos los días lo que significa laexpresión de la belleza por mediode la palabra, que eso es, en esen-cia, la Literatura. �

Los 20 columnistas de Paco Umbral

LL UU II SS MM AA RR ÍÍ AA AA NN SS OO NNde la Real Academia Española

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P R I M E R A P A L A B R A

E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 3

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3. PRIMERA PALABRA. Los 20 columnistas de Paco Umbral, POR LUIS MARÍA ANSON.

8. LA PAPELERA DE JUAN PALOMO

LETRAS

10. Charla con David Gistau –“Vindico cierta amistad que sólo se dacon violencia”– y José Ángel Mañas –“Uno pertenece a la épocaen que ha sido joven”–. POR DANIEL ARJONA

14. Libro de la semana. Las baladas del ajo, de Mo Yan. POR R. NARBONA.

16. Ángeles Valdés-Bango. Nada sucedía... POR SANTOS SANZ VILLANUEVA.

17. Álvaro Enrigue. Vidas perpendiculares, POR RICARDO SENABRE.

18. Haroldo Conti. Cuentos completos, POR ERNESTO CALABUIG.

19. Michel Schneider. Últimas sesiones con Marilyn, POR J. A. GURPEGUI.

21. H. D. Trilogía, POR A. SAENZ DE ZAITEGUI.

22. Libros infantiles y juveniles. POR GUSTAVO PUERTA LEISSE.

23. Carmen y Gervasio Posadas.Hoy caviar, mañana sardinas, POR ROMÁN PIÑA.

24. Jiménez de Parga. Vivir es arriesgarse. POR OCTAVIO RUIZ-MANJÓN.

25. Varios autores. La ruta de España a China, POR LUIS RIBOT.

26. Mark Bowden. Huéspedes del Ayatolá. POR FELIPE SAHAGÚN.

27. Guillem Cifré. Artfóbia II, POR FELIPE HERNÁNDEZ CAVA.

28. Los libros más vendidos.29. Primera memoria: Javier García Sánchez.

ARTE

30. Richard Serra, en el Grand Palais, POR ADRIAN SEARLE

34. Parodias sociales en Creadores de dueños, POR ROCÍO DE LA VILLA

35. Zhu Ming, vida de un performer POR MARIAN NAVARRO

36. Jorge Macchi, un viajero contemporáneo , POR DAVID BARRO.

37. En la frontera con Adolfo Manzano, POR ANA FERNÁNDEZ.

38. Supernatural, algo más que imágenes, POR PILAR RIBAL

39. Magnum en el CCCB, entre el cine y el documento, POR JAUME VIDAL OLIVERAS

41. Monedas africanas en el Conde Duque, POR JOSÉ MARÍN-MEDINA

TEATRO

42. Comienza el Festival de Teatro de Calle de Valladolid, POR R. ESTEBAN.

44. Rebelión artística en Madrid, POR LIZ PERALES.

CINE

46. Se estrena la cuarta parte de Indiana Jones. Nombre de perro, POR

MONTERO GLEZ. 48. Cinco directores inventan un final para la saga. 50. Entrevis-

ta con Frank Marshall productor de las cuatro películas, POR JUAN SARDÁ.

52. Sidney Lumet habla sobre Antes que el diablo sepa que has muerto, su

mejor filme en veinte años, POR BEATRICE SARTORI.

53. Crítica. Los próximos pasados, de Lorena Muñoz, POR JESÚS PALACIOS.

MÚSICA

54. Entrevista con Paolo Piamonti, ante el Festival Mozart, POR ÁLVARO GUIBERT.

56. Comienza el I Festival del Mediterráneo, POR ARTURO REVERTER.

60.Plácido Domingo, Diego Flórez y Alagna, en gira española, POR R. BANÚS.

61. Corcobado presenta su nuevo disco en Barcelona, POR JAVIER PÉREZ DE ALBÉNIZ.

62 Discos.

CIENCIA

63. Llega la ciencia-suceso. Hitos de la biociencia actual, POR JOSÉ ANTONIO

LÓPEZ GUERRERO.

65. LHC o la búsqueda del Grial, POR ANTONIO RUIZ DE ELVIRA.

66. ÚLTIMA PALABRA. Marta Rivera de la Cruz, premio Anaya infantil,

denuncia la cruzada del nacionalismo gallego contra el castellano, POR N. AZANCOT.

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2 2 - 2 8 d e m a y o d e 2 0 0 8

S U M A R I O

PORTADAIndiana Jones visto por

Alarcos.

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En Portadaecía el tango que veinte años no es nada, y debe de ser verdad, porque casi dosdécadas después del estreno de Indiana Jones y la última cruzada (1989) regresaa nuestras pantallas el héroe de acción más carismático de la historia del cine.Sí, hoy se estrena El reino de la calavera de cristal, interpretado por un HarrisonFord más que talludito, y dirigida por Steven Spielberg. Un gran admirador delpersonaje, Montero Glez, nos retrata con humor a este “héroe doméstico alalcance de todas las familias, un fulano lo más parecido a Lawrence de Arabiadándose un garbeo por un parque temático”. Además, cinco directores nacio-nales que crecieron con Indy nos dan su propio argumento para un final de lasaga y también entrevistamos a Frank Marshall, el productor del filme, que nosexplica las dificultades del proyecto cinematográfico más esperado del año.

Más héroes: Letras ha reunido en un local de apuestas madrileño a dos escri-tores jóvenes y airados, David Gistau (1970) y José Ángel Mañas (1971) paraconversar sobre sus nuevas novelas, Ruido de fondo y La pella, respectivamente,a vueltas con el fútbol, la violencia y el paso del tiempo.

En Arte, Adrian Searle visita el Gran Palais de París con Richard Serra, elsegundo artista invitado a realizar una pieza específica para este centro. Serra haproyectado una gran obra, Promenade, y Searle no puede sino aplaudirla, yexplicarnos por qué. El Festival de Teatro en la Calle de Valladolid, la rebeliónde la escena madrileña, una entrevista con Paolo Pinamonti, ante el FestivalMozart (Música), o lo último de la ciencia-suceso con los hitos de la biocienciason otros episodios de la aventura cultural de esta semana.

Edita Prensa Europea S.L. Avenida de San Luis, 25-27

Madrid - 28033 Tel.: 914436429-30-31-32 Fax: 91443 65 36

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Ianire Molero, Alberto Ojeda, Juan Sardá.

Críticos: Gonzalo Alonso, Juan Avilés, RafaelBanús, David Barro, Ángel Basanta, Kosme deBarañano, J.M. Benítez Ariza, Túa Blesa,Ernesto Calabuig, Pilar Castro, J. L. Clemente,Antonio Colinas, Jacinta Cremades, F. Díaz deCastro, Diego Doncel, Ramón Esparza, JoséJavier Etayo, Miguel Fernández-Cid, Carlos F.Heredero, José Andrés-Gallego, A.García-Abril, P. García Mouton, F. García Olmedo, C.García Osuna, D. Giralt-Miracle, ÁlvaroGuibert, Germán Gullón, José AntonioGurpegui, Abel H. Pozuelo, Javier Hernando,Beatriz Hernanz, Javier Hontoria, JoséJiménez, Patxi Lanceros, R. López Blanco,Joaquín Marco, José Marín-Medina, JacoboMuñoz, Rafael Narbona, Mariano Navarro, R.Núñez Florencio, Bernando Palomo, J. L.Pérez de Arteaga, Román Piña, D. Plácido,Arturo Reverter, Pilar Ribal, Luis Ribot,Octavio Ruiz-Manjón, A. Sáenz de Zaitegui,Sergi Sánchez, Care Santos, Bernabé Sarabia,Santos Sanz Villanueva, Ricardo Senabre,Eugenio Trías, J.M. Velázquez-Gaztelu, JaumeVidal Oliveras, Rocío de la Villa, Javier Villán,Darío Villanueva y Elena Vozmediano.

EL CULTURAL

D

En la Web

elcultural.es� LLaa ccuullttuurraa eenn llaa eerraa ddiiggiittaall:: Sidney Borjas, de la SDAE, nos habla de la protec-ción de los derechos de autor en un nuevo capítulo de la serie audiovisual de ELCULTURAL.es que abrió el pasado viernes el escritor Ramón Buenaventura.

� PPrriimmeerrooss ccaappííttuullooss:: La exitosa novela del chino Mo Yan, Las baladas del ajo; los ver-sos de Hilda Doolittle en Trilogía, y José Tomás visto por el crítico Javier Villán.

� EEssppeecciiaall PPrreemmiiooss PPrríínncciippee ddee AAssttuurriiaass:: Las Artes dieron ayer el pistoletazode salida de los galardones que se fallarán cada miércoles hasta el 25 de junio.

� JJuuaann MMuuññoozz vviiaajjaa aa BBiillbbaaoo:: La retrospectiva del artista llega al Guggenheim.

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Me comentan por los pasillos de unprestigioso teatro sevillano el gran

éxito alemán de Cristóbal Halffter enel estreno de Lázaro, su segunda ópera.Los aficionados de la ciudad báltica deKiel aplaudieron largo rato a este com-positor madrileño que les es bien cono-cido, porque tres años antes se habíapuesto en ese teatro Don Quijote, la pri-mera ópera del maestro. ¡Bien por Cris-tóbal y por la música española, que si-gue triunfando por esos mundos! Measeguran que aquí en casa las lenguas bí-fidas andan aireando una pequeñez, unacarambola del destino: ambas óperas sehan estrenado con su libretista sentadoen el sillón de Director General del ramo.Primero fue Andrés Amorós, autor de eseDon Quijote que se vio en el Real en fe-brero de 2000. Ahora es Juan Carlos Mar-set, autor de Lázaro. No son más queganas de enredar, porque, ¿qué necesi-dad tiene Halffter, a estas alturas, de an-dar engrasando burocracias?

Parece que Ana María Matute, a pesarde tener una pierna rota y otros que-

brantos, no pierde el ánimo, quizá porel aluvión de premios que no cesa derecibir. Ahora, al Nacional de las Letrasdel pasado noviembre (30.000 eurillos denada) se suma el Extremadura (otros42.000). Y, como ejemplo de su legen-

dario buen humor, una amiga de un ami-go suyo deja caer en mi papelera esta his-toria: hace algún tiempo, la académicafue fotografiada tomando una cerveza enuna terraza madrileña. El retrato hizofuror, tanto que los responsables de lamarca cervecera le enviaron una caja . Lomejor es que Matute, además de agra-decer la gentileza, aún se lamenta de nohaber estado tomando otro licor, de másgrados y gran reserva, que también sa-borea con frecuencia. Por si se animan...

Yhablando de historias, impagable laque Carmen Postigo,periodista de la

agencia Efe, relata en La sonrisa urgente(Aguilar), a cuenta deGerald Brenan. Re-sulta que en 1997 la periodista fue a Al-haurín el Grande, donde Brenan pasó susúltimos días ayudado por la Junta de An-dalucía (pero menos, porque el hispa-nista sufrió incontables cicaterías y olvi-dos). Allí entrevistó al entonces concejalde Cultura del pueblo, amigo de Don Ge-raldo, que le enseñó con orgullo mediadocena de cartas enmarcadas, manuscri-tas en inglés, y firmadas por Brenan, queadornaban el salón de su casa. El concejalno entendía una palabra, pero ella pudoleerlas. Todas estaban dirigidas al ForeignOffice y tenían una palabra común,“Help”. En una, Brenan decía: “creo quenadie puede estar en peor situación de

abandono”. El pobre anciano se las con-fió a su amigo concejal para que las en-viase... Y escribe Postigo: “Ninguna de lasseis cartas en poder del concejal alcan-zaron su destino, porque jamás las de-positó en el buzón de Correos, aunque,eso sí, fueron escrupulosamente enmar-cadas para el salón-comedor”. Por pocotiempo, espero.

Me aseguran que el frondoso pro-yecto de Álvaro Siza para el pa-

seo del Prado marcha a prueba de baro-nesa, es decir, a buen ritmo y con algunavariante sustancial. Los arquitectos seconcentran en el tramo de Neptuno aAtocha, y de ahí hacia adelante, mientrassiguen las guerras subterráneas (nuncamejor dicho) entre la Comunidad de Ma-drid y el Ayuntamiento. Al parecer, el es-tudio de Siza prepara novedades para or-ganizar Atocha, que buena falta le hace.

El Festival de San Sebastián ya hadado a conocer algunos detalles. He-

mos visto el cartel y sabemos que pien-sa dedicar un ciclo al realizador italianoMario Monicelli y otro al cine negro ja-ponés. Lo que no han dicho es que Woo-dy Allen será el encargado de inaugurarel certamen con Vicky Cristina Barcelona,asegurando de paso la cuota de glamour.Donde estén Scarlett Johansson, JavierBardem y Penélope no faltarán flashes.

Un mínimo de ocho productoras (al-gunas muy importantes) están a

punto de suspender pagos. Otras co-menzarán a despedir gente de forma ma-siva e inminente. Si hace meses la in-dustria discográfica saltaba a los titularespor sus despidos, pronto comenzaremosa ver algo similar con el cine. La pirate-ría no perdona y el Gobierno sigue sinmover ficha. ¿Hasta cuándo?

PPDD:: ¿Será verdad que desde hace unosmeses los amigos de RuizGallardón y deRajoy sólo les regalan uno de los prime-ros libros de Ángel González? ¿Tendrá sutítulo, Sin esperanza, con convencimiento,algo que ver? �

L A P A P E L E R A

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Siga la Papelera de Juan Palomo enwww.elcultural.es

1.- CRISTÓBAL HALFFTER2.- ANA MARÍA MATUTE

3.- GERALD BRENAN4-.ÁLVARO SIZA5.-WOODY ALLEN

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EEll ffuueeggoo ddeessttrruuyyee bboossqquueess ccoommoo llaa cciieenncciiaa mmiiss--tteerriiooss.. ¿¿CCoonnoocceenn eell ddee llooss ccrráánneeooss ddee FFrriieeddrriicchhSScchhiilllleerr?? AAll ppooeettaa aalleemmáánn lloo iinnhhuummaarroonn eenn 11880055eenn uunnaa sseeppuullttuurraa ccoolleeccttiivvaa.. VVeeiinnttiiúúnn aaññooss ddeess--ppuuééss,, eell aallccaallddee ddee WWeeiimmaarr ddeecciiddiióó rreessccaattaarr eellvveenneerraabbllee eessqquueelleettoo.. DDaaddaa llaa ccoonnffuussiióónn ddee hhuuee--ssooss yy ccaajjaass,, iinnttrroodduujjoo eenn uunn ccoossttaall cceerrccaa ddee ddoossddoocceennaass ddee ccrráánneeooss.. CCootteejjaaddooss ccoonn llaa mmaassccaarrii--llllaa ddeell ddiiffuunnttoo,, aattrriibbuuyyóó aa SScchhiilllleerr eell mmááss ggrraann--ddee.. LLee aaññaaddiióó uunnaa oossaammeennttaa yy aahhíí eessttáá llaa rreelliiqquuiiaa,,eexxhhiibbiiddaa ddeennttrroo ddee uunn aattaaúúdd eenn llaa CCrriippttaa ddeellooss PPrríínncciippeess ddee WWeeiimmaarr.. GGooeetthhee,, qquuee rreeppoossaa

aa ssuu llaaddoo,, ccuussttooddiióó dduurraannttee uunn aaññoo llaa ccaallaavveerraa ddeeSScchhiilllleerr ssoobbrree uunn ccoojjíínn ddee tteerrcciiooppeelloo.. PPrroonnttoo ssuurr--ggiieerroonn dduuddaass aacceerrccaa ddee llaa aauutteennttiicciiddaadd ddee llaa ppiiee--zzaa.. EEnn 11991111 uunn iinnvveessttiiggaaddoorr hhuurrggóó eenn eell aannttiigguuoommoonnttóónn ddee ppooddrreedduummbbrree,, ssee lllleevvóó aa ccaassaa ssee--sseennttaa yy ttrreess ccaallaavveerraass yy ddiiccttaammiinnóó qquuee llaa nnúú--mmeerroo 3344 eerraa llaa vveerrddaaddeerraa.. PPoorr ssii aaccaassoo ffuuee aaggrree--ggaaddaa aa llaa oottrraa eenn llaa CCrriippttaa ddee llooss PPrríínncciippeess.. UUnnaaccaaddeennaa ddee tteelleevviissiióónn ccoosstteeóó rreecciieenntteemmeennttee llaapprruueebbaa ddee AADDNN.. LLaa iinniicciiaattiivvaa oobblliiggóó aa rreemmoo--vveerr aallgguunnaass lloossaass.. RReessuullttaaddoo:: nniinngguunnoo ddee llooss ddoossccrráánneeooss ppeerrtteenneecciióó aa SScchhiilllleerr..

P A N D E H I G O por Fernando Aramburu

3

PequeñecesJJ UU AA NN PP AA LL OO MM OO

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Eduardo, el protagonista deRuido de fondo llega a Paríspara cubrir un partido de la

Champions del Real Madrid. Perio-dista y escritor de éxito, anda siem-pre preocupado porque no se le veanlos enormes tatuajes de sus brazos,herencia de una juventud de ben-galas, bardeos y férreas amistadesforjadas en violencias. El encuen-tro fortuito con sus antiguos ami-gos de Ultrasur en la capital france-sa desembocará en un crimen yEduardo tendrá que elegir entre lafidelidad a sus excompañeros de ca-cerías y su actual vida de tranquili-dad y holganza.

Por su parte, en La pella, José Án-gel Mañas regresa, tras probar la no-vela histórica en su anterior librosobre Alejandro Magno, a las histo-rias de chavales sin más horizonte vi-tal que el de la próxima loncha decoca, acosados en esta ocasión poruna deuda de drogas que crece acada nuevo intento acometido parasaldarla. La fórmula convirtió His-torias del Kronen en 1994 en la no-vela de una generación hedónica ycrudamente egoista y ahora, siete li-bros después, regresa a ella.

Llovizna en la tarde madrileñacuando Gistau y Mañas se dejan caerpor Victoria, el primer local deapuestas deportivas de Madrid al es-tilo americano que acaba de abrir enplena Castellana y donde la charlacomienza sola, acompañada por elmurmullo constante de los resulta-dos deportivos.

–¿Cómo han visto el final de laLiga? ¿Llega una nueva era de do-minio blanco?

David Gistau: Bueno, yo espe-ro que sí, pero el dominio local sa-tisface hasta cierto punto si no segana la Copa de Europa. Dicen que

no hay ningún presidente america-no que pase a la historia sin ganaruna guerra y no hay ningún presi-dente del Real Madrid que pase a lahistoria sin ganar la copa de Euro-pa. El Madrid ha tenido unos añosen los que lo ha pasado mal y ahoraestá recuperando una alegría deequipo chico, porque están ganandodespués de no ganar.

José Ángel Mañas: Yo era cape-llista. Me parece que Capello cogióel equipo totalmente desahuciado ydejó un equipo campeón, y que ha-bía que haberle dejado por lo menosotra liga más. Y soy además muy de

Robinho. Cuatro diagonales segui-das se marca el tío, ¡buah!, el fút-bol moderno, vamos.

D.G.: A Robinho le pasa comoa los escritores muy dotados cuan-do son muy jóvenes. Como le pa-saba a De la Peña. Hay que ense-ñarle que no hace falta que cadajugada sea genial, que las jugadas,como los textos, tienen que respirar.Y que a veces dar un pase intras-cendente, como escribir una línea in-

E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 1 0

De la misma quinta, juventud madrileña y noventera, ysimilar afición a la palabra. Uno conoció la fama muy pron-to con una novela que dió nombre a una generación y ala que le siguieron siete más. El otro avanzó más despacio,de plumilla a corresponsal de guerra y de ahí a colum-nista. Conversamos en ambiente deportivo con José Án-gel Mañas (Madrid, 1971) y David Gistau (Madrid, 1970)con el pretexto de la publicación de sus últimas novelas,Ruido de fondo(Ediciones B) y La pella(Lengua de Trapo).

Una tarde en las apuestas con

L E T R A S

Publican nuevas novelas y conversan sobreel fútbol, la escritura y el paso del tiempo

GistauyMañas

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trascendente, no es malo sino quepermite que fluya más la escritura.

–Apenas se escriben novelas detemática futbolera en España, ¿no?

D.G.: En Inglaterra sí pero esverdad que aquí no, y tampoco detoros, probablemente a causa decierto esnobismo. Las grandes pa-siones españolas no tienen su grannovela ni su gran película.

J.A.M.: En Inglaterra tambiénmeten el fútbol en el cine. Así ocu-

rre en Quiero ser como Beckham, queen una peli que está muy bien.

–David, en su novela parece ha-llarse cierta vindicación de lo quesignificaba ser un ultrasur, ¿no es así?

D.G.: Lo que no hay es un jui-cio moral. Ante todo, no quiero ha-cer juicios morales, no voy a meter-me a sociólogo progre. Sí sereivindica el apetito de vida de cuan-do eres joven porque hay jóvenesque hacen masters y jóvenes que es-

tán en la calle. Y a mí me parece que,en un momento dado, si eres joveny urbanita, la gran aventura es la delas tribus urbanas. Lo que sí vindi-co es cierta amistad que sólo se dacuando hay violencia.

–Y usted, José Ángel, regresa a lashistorias de chavales y fiesta noctur-na tras el cambio que supuso El se-creto de El oráculo. ¿Por qué?

J.A.M.: Lo de mi anterior nove-la sobre Alejandro Mago comenzó

SERGIO ENRÍQUEZ

En mi novela no hay jui-

cio moral alguno sobre los

ultrasur, no quiero ejercer

de sociólogo progre. Lo que sí

vindico es el apetito de vida

del joven y cierta amistad

que sólo se da cuando hay

violencia”, explica Gistau.

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E N T R E V I S T A / D A V I D G I S T A U Y J O S É Á N G E L M A Ñ A S

con un regalo que me hizo mi padre,una colección de clásicos y estuve re-pasando la historia de Alejandro, queconocía muy superficialmente. Y meapeteció escribir algo con aquello.Con La pella me interesa confron-tar los dos mundos de unos chavalesde universos diferentes a los que unapella, una deuda, vamos, los va a po-ner a prueba. Mi premisa, y en ellose parece a la novela de David, esque la auténtica amistad sólo pue-de surgir entre iguales. Es el a prio-ri de mi visión del mundo.

Cambiar de géneroD.G.: ¿Y no te da miedo cam-

biar tan radicalmente de género, deque en la medida de que tengas unlector ya creado puedes perderlo?

JAM: Sí, se te puede ir a la mier-da, claro.

– Sus dos libros transcurren en elMadrid noventero. ¿Qué recuerdosguardan de aquella ciudad?

D.G.: Yo la recuerdo como unaépoca menos reglamentada, conmucha más apetencia para la vida,incluso para lo equivocado.

J.A.M.: Bueno, a mi me pareceque ahora la gente sale igual que en-tonces.

D.G.: Sí, quizás nosotros ya es-tamos muy viejos.

–¿Se estaban viviendo entonceslos últimos coletazos de la Movida?

J.A.M.: Para mí fue más bien unadesmovida. En la música, por ejem-plo, fue un momento de disfrute yexpresión artística. Lo que sí se per-cibía con claridad respecto a losochenta era una mayor agresividad.Así es como recuerdo el clima delas discotecas, del tecno, los pasti-lleros y demás. Hay que recordarque, históricamente, fue un mo-mento, el de los últimos años del go-bierno del PSOE, cuando nos le-vantábamos con un escándalo decorrupción cada mañana. Aquello

generó una desconfianza en las ins-tituciones que explica el espírituácrata de mis novelas.

D.G.: Si eras un hooligan en losnoventa te gustaba visitar Madrid enla misma medida que si ahora eresun turista con apetitos gastronómi-cas y culturales.

J.A.M.: Uno pertenece a la épocaen la que ha sido joven, cuando tie-ne más tiempo libre y menos res-ponsabilidades, y se encuentra en os-mosis con la ciudad. Eso se te graba.

D.G.: Un amigo argentino me vi-sitó el año pasado y fuimos al fútbol.Él quería conocer el fondo sur delBernabéu. Allí vimos ultras vestidosde Tommy Hilfiger. Yo le explique,con un poco de lástima, que hacíaunos años no era así, que la cosa eramás barrial y más dura. Y él me dijo:“Pero chico, eso se llama prosperi-dad, el día en que mis hooligans va-yan vestidos de Tommy Hilfiger laArgentina va a llegar por fin a algo”.

J.A.M.: La sensación de perdi-da y rescate, la nostalgia, es funda-mental para la recreación de un am-biente y de una época

–¿En qué medida pensáis quela escritura cambia con la edad?

J.A.M.: Cambia mucho con el rit-mo de tu vida. Por ejemplo, no eslo mismo el Umbral primero y ca-llejero y el Umbral que está meti-do en su dacha. Es más reflexivo.

D.G: En la última etapa de su

vida Umbral ganó muchísimo en in-trospección. Aunque mí me gustabamás su tono de crónica anterior, eldel tipo que sale a la calle, que tira elarpón y caza una historia. La últi-ma época de Umbral versa sobre lanarración de su agonía escrita hastael mismo momento de su muerte.¡Es increíble! Pero me parece inte-resante lo que decía José Ángel deque, en el fondo, no ha cambiadotanto la realidad y sí nosotros. Al-guien que yo conocí en los noventahecho una bestia me lo volví a en-contrar hace poco en un coche fa-miliar con su mujer y su niña detrásy con una guía CAMPSA porque seiba a ver al Madrid a Zaragoza y que-ría buscar un parador nacional.

J.A.M.: Oye, que yo tengo unaniña, tío.

D.G.: Ja, ja, ja. Cuando era másjoven y quería ser escritor, la vida ala que aspiraba, la vida perfecta, erala de Graham Greene, que era untipo que vivía en un lugar, Haití,Cuba, etc. Ese lugar en algún mo-mento lo regurgitaba como novela, yuna vez que lo había amortizado li-terariamente se iba a otro, donde vol-vía a hacer lo mismo.Tú te fuistesa vivir a Francia una época, ¿no, JoséÁngel?

J.A.M.: Sí, hubo un momento enque la fama me echó de mi am-biente natural. Vamos, que ya no po-día salir normalmente de mi casa. La

antipatía llegó junto con la fama.D.G.: La experiencia de la fama

literaria yo no la conozco, pero sí laperiodística. He notado sobre todola sacudida en el ambiente cerca-no, donde hay un cambio de trato dela gente. Es como lo que escribe Zu-kerman, que al contar la historia deun gueto judío consiguió que su ma-dre dejara de hablarle porque lo con-sideraba un chismoso. La gentepuede haberlo pasado mal pero nole gusta que se sepa.

J.A.M.: Es que la fama, sobre todosi te coge tan joven como a mí, conveintitrés años, te cambia el mun-do. Y si te descuidas, una sobrexpo-sición bestial y repentina puede de-jarte tocado. En todos los sentidos,como persona y como escritor.

D.G.: Es que una novela que es-cribes te toca y es como si lo hicie-ra el hada madrina de la Cenicien-ta: las calabazas se convierten encarroza. Y luego tienes que seguir es-cribiendo...

El poder de la crítica–¿Y qué hay de la crítica? Su-

pongo que el autor tiene que apren-der a mantenerse más bien impá-vido ante los comentarios adversos...

J.A.M.: Pues la verdad es quecuando te ponen a parir te sientafatal. Lo que pasa con la figura delcrítico es que cuanto más aumentasu nivel de exigencia más podergana. El problema es cuando el crí-tico se convierte en protagonista enlugar del autor de la obra que critica.

D.G.: Hay una forma de sobre-ponerse a lo que uno ve que dicende él, que es la afirmación del ca-rácter. No me he enfrentado aún auna crítica de mi libro, pero sí sécómo afecta levantarse por la ma-ñana y que en “Gara” te estén ame-nazando, que tellamen hijoputa enlos blogs..., éso sí que lo conozco. Heaprendido a que no me afecte y a es-

Uno es del tiempo en que ha sido joven. La sensación de

pérdida y de rescate, la nostalgia, resulta fundamental para

la recreación de un ambiente y una época”, afirma Mañas“

A esta edad sabes lo que no sabías a los veinte años,

que no te has equivocado de oficio; llegarás más o menos

lejos pero ya no te va a echar nadie”, asegura Gistau“

S. E.

S. E.

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E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 1 3

cribir una columna al día siguientetodavía más jodida aún sólo por afánde revancha. El callo es necesario enesta profesión.

J.A.M.: Es que no puedes dar unpaso atrás por lo que digan, no tie-ne ningún sentido. Debes apren-der a tener una mínima confianza enti mismo. Es jodido cuando eres unchaval pero, a partir de un momen-to, debes saber lo que vales.

D.G.: A la edad que tenemos túy yo ya sabemos lo que quizás no sa-bíamos a los veinte años, que no noshemos equivocado de oficio. Ya novamos a cambiar de vocación. Lle-garemos más o menos lejos pero nonos va a echar nadie.

J.A.M.: Eso está claro. Es fun-damental darse cuenta de que vales.

D.G: Cuando empecé en el ofi-cio, si alguien decía sobre mi “estetipo no tiene ni puta idea de escri-bir”, tendía a darle la razón. Ahora lo

leo y pienso “a lo mejor no tiene ra-zón”. Y si la tiene me da igual. Yano van a acabar con nosotros. Eso nova a ocurrir.

–¿Qué opinan dos novelistas taneminentemente realistas como us-tedes de las palabras del académi-co Javier Marías sobre la imposibi-lidad de relatar, de contar lo real,de ser fiel a la realidad?

Sin margen a la imaginaciónD.G.: Para mí es muy simple. Yo

soy periodista. Por tanto, no puedoestar de acuerdo. Vivo de contar larealidad, sin ningún margen ni nin-guna patente de corso de la imagi-nación, más allá de algún juego deestilo.

J.A.M.: Yo soy un escritor realistatambién. Pienso que la validez delarte en buena medida consiste en sercapaz de desgajar una imagen de larealidad. Como Sorolla. Sus cuadros

te muestran claramente algo quealguien ha vivido.

D.G.: Es más, yo creo, y en esotambién nos parecemos, que noso-tros contamos la realidad inclusocuando inventamos. Cuando inven-tamos una situación o un personajelo que estamos creando es real, lo es-tamos sacando de algo que hemosvisto o vivido. No creoque nos apetezcaespecialmente es-cribir una novela deCiencia Ficción,por ejemplo.

J.A.M.: Y en esecaso seguro que losmarcianos hablabancomo madrileños. La realidad la lle-vas tatuada en la piel como el protade la novela de David.

–Ustedes son contadores de his-torias a la usanza clásica. ¿Les inte-resan las polémicas acerca del frag-

mentarismo, la necesidad de reflejarla escritura propia de Internet, etc.?

D.G.: Pues se me han escapado.J.A.M.: A mí me gusta lo que

hace Fernández Mallo, por ejemplo,porque siempre te introduce en unmundo original. Pero yo diría que esél es un pensador más bien, que loque escribe no se puede describirexactamente como novelas.

D.G.: Fíjate,a mí lo que megusta de no serun novelistaprofesional esque no estoymetido en estaendogamia y

desconozco el asunto. Mis gustos co-mo lector son muy clásicos. Si leo, porejemplo, a Cortázar, su parte expe-rimental es la que menos me agrada.

DANIEL ARJONA

Si escribiéramos una

novela de marcianos segu-

ro que hablarían como ma-

drileños; la realidad la lle-

vas tatuada”, dice Mañas

E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 1 4

MO YAN

Tr a d u c c i ó n d e C a r l o s O s s é sKa i l a s . Ma d r i d , 2 008489 p á g i n a s , 2 1 ’ 90 e u r o s

IInfluido por Faulkner y GarcíaMárquez, Mo Yan (Shandong,China, 1955) se llama en reali-

dad Guan Moye. Mo Yan es un apo-do que significa No hables, la con-signa que le transmitió su padredurante los años de la RevoluciónCultural. Es indiscutible que la vio-lencia de esa época no se corres-ponde con la situación actual, peroChina continúa estrangulando las li-

bertades. Director de ¡Vivir!, galar-donada en el Festival de Cannesde 1994, Zhang Yimou no ha con-seguido estrenar en su país Ju Dou,semilla de crisantemo (1990) ni La li-terna roja (1991), ambas nominadasal Oscar. Exiliado en Francia desde1987, Gao Xinjiang (Premio Nobel2000) sufrió el boicot de las autori-dades comunistas, que no han per-mitido la publicación de su obra másambiciosa, La montaña del alma(1989). Autor de La espera (1999) yDespojos de guerra (2007), Ha Jin(Liaoning, 1956) fijó su residenciaen Estados Unidos, después de la

masacre de Tiananmen. Gao Xin-jiang disfruta de nacionalidad fran-cesa y Ha Jin escribe en inglés. Porel contrario, Mo Yan ha permaneci-do en su país y ha escrito más de dieznovelas en su idioma natal.

La vitalidad creativa de la socie-dad china contrasta con el inmovi-lismo del Partido Comunista, que haemprendido reformas en lo econó-mico, pero no en lo político. Es im-posible pronosticar la evolución deuna potencia emergente, que aúnconserva la retórica de una ideologíadesfigurada por los acontecimientoshistóricos. Hasta ahora conocíamos

a Mo Yan por La familia (adpatada alcine en 1987 por Zhang Yimou conel título Sorgo Rojo), perfecta recre-ación de la violencia que afligía aChina en los años 30, cuando so-portaba simultáneamente una gue-rra civil y la invasión japonesa, y porGrandes pechos, amplias caderas(1996), que mostraba la tragedia delas mujeres chinas en las zonas ru-rales, obligadas a realizar matrimo-nios forzosos, donde la ausencia dehijos varones se consideraba unadesgracia intolerable.

Las baladas del ajo (1989) reflejalas desastrosas consecuencias de una

Las baladas del ajo

L E T R A S

economía dirigida. Animados porel gobierno comunista, los agricul-tores emprenden el cultivo del ajoen grandes extensiones de terreno.La producción es gigantesca, perono hay suficiente demanda. Es ab-surdo buscar compradores, pues losalmacenes del Estado rebosan ex-cedentes. Las cosechas se malograny la ruina afecta a miles de familias.Las protestas populares son repri-midas con brutalidad. Mo Yan no es-catima detalles. Como un notarioque levanta acta, describe la cruel-dad de los funcionarios policiales, sinmostrar mucha preocupación porel estilo. No pretende ser Malraux,que hace poesía con la guerra, ni He-mingway, que narra los aconteci-mientos desde la perspectiva de unego hipertrofiado. Mo Yan busca lavoz del testigo impersonal: fiel a los

hechos, pero ecuánime y justo. Alborrar la sombra del autor, Mo Yanpretende infundir a las palabras lamáxima credibilidad para relatar elinfortunio de unos personajes obli-gados a participar en un experimen-to político, sin espacio para las ilu-siones individuales. Mo Yan utilizala literatura para rescatar a esos hom-bres y mujeres sin relevancia. Las ba-ladas del ajo no está ambientada enun pasado remoto, sino en el pre-sente de China y otras naciones queempiezan a conocer las revueltas delhambre impulsadas por la crisisenergética. En las páginas prelimi-nares, Mo Yan cita a Stalin para jus-tificar la necesidad de una literaturacomprometida. El novelista estácondenado a implicarse en la políti-ca, pues el objeto de la novela es larealidad, punto de encuentro de losdestinos individuales, incluido el delpropio escritor. Gao Yang y Gao Mason cultivadores de ajo, familiariza-dos con los lemas del comunismo,pero sin esa conciencia de clase quetransforma al trabajador en sujeto éti-co. Sólo la miseria y un amor frus-trado despertarán su inconformismo,revelando las profundas tensionesque persisten en un país, donde elpasado feudal convive con el anhe-lo de modernidad. Gao Ma se ena-morará de Crisantemo Dorado, perola pervivencia de los contratos de ma-trimonio convertirá el idilio en undrama de acento isabelino, con lasmismas dosis de desesperación queempujan al suicidio a los personajesde Shakespeare.

Las baladas del ajo no se ajusta ala forma del poema épico, pero tra-gedia y ensoñación, drama y sensi-bilidad, se conciertan para elaboraruna obra áspera y delicada, con unaviolencia ancestral y una ternura re-servada a las grandes tragedias, quese abastecen de los estratos más pro-fundos de una cultura. Mo Yan pres-

cinde de elipsis para retratar la vul-nerabilidad del cuerpo: la carne sedesgarra, los fluidos se precipitanal exterior, la dignidad se desintegrafrente a la tortura. La redundanciade estas escenas sólo se rompe paraintroducir los comentarios ZhangKou, poeta ciego, clarividente y en-simismado, que encadena el pre-sente y el porvenir en sus baladas.La poesía es el hilo que guía a loshombres en el laberinto de la His-toria. La hija ciega de Gao Yang ex-presa la extrema indefensión de losinocentes, que aceptan el dolor pro-vocado por sus semejantes como unacatástrofe natural. Su incomprensiónes tan insoportable y hermosa comolas apariciones de un potro castaño,que apoya su cabeza en los aman-tes Gao Ma y Crisantemo Dorado,aterrorizados por la imposibilidad desu pasión. Pero la belleza es un pa-réntesis efímero. Las cosechas de ajose pudren mientras Gao Zhielingcría a sus periquitos, esforzándose enno escuchar el sonido del mundo. Ladolorosa peregrinación de Gao Yang,con el cadáver de su madre sobre susespaldas, recuerda las lágrimas dePríamo. En ambos casos, se buscauna tumba digna para el ser querido.Gao Yang entierra a su madre, ase-

sinada durante la Revolución Cul-tural, en un paisaje circundado porun río y con el Pequeño MonteZhou al sur, garantizando una eter-nidad de paz.

La perspectiva crítica de Mo Yanestá matizada por el realismo. EnChina hay corrupción, escaso respe-to a los derechos humanos, la liber-tad de expresión está sujeta a cen-sura, pero la China tradicional, laChina profunda, no es menos re-fractaria a la modernidad. Las mu-jeres viven sometidas a la voluntadde sus padres y esposos, brutales eignorantes. El problema no es el so-cialismo, sino la ausencia de compa-sión. Las baladas de ajo muestra unanotable afinidad con El intendenteShanso (1954), del japonés Kenji Mi-zoguchi, una fábula moral que, sinrenunciar a las exigencias estéticasmás rigurosas, evoca el pesimismode Plauto: los hombres actúan consus semejantes como feroces depre-dadores. Sin embargo, esa tendenciaes reversible. La ternura de una niñaciega o de un potro castaño restitu-yen la esperanza de un porvenir go-bernado por sentimientos de fra-ternidad y misericordia. El pesi-mismo es la tentación más seduc-tora, pero Mo Yan es un poeta ciego.Su escritura es la obra de un visio-nario deslumbrado por la convicciónde un futuro mejor.

RAFAEL NARBONA

E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 1 5

E L L I B R O D E L A S E M A N A

MO YAN HA MANIFESTADO que su obra narrativa estáconcebida como un doble homenaje a la libertad y a la condiciónfemenina. Al parecer, el autor de Las baladas del ajo empezó a escribir cuando se enroló en el Ejército Popular de Liberaciónpara huir de las escasas oportunidades de promoción social de loshijos de las familias campesinas. Actualmente, ejerce comoprofesor del Departamento de Literatura de la AcademiaCultural de las Fuerzas Armadas. Alabado por Kenzaburo Oe,que le considera merecedor del Nobel, su trabajo docente se ha convertido en una objeción a su talante crítico con elgobierno comunista. Sin embargo, sus novelas no son nada complacientes con un sistema sin legitimidad democrática.

Mo Yan, un escritor en el Ejército Es profesor en la Academia de las Fuerzas Armadas chinas

� En Las baladas del ajo drama y sensibilidad se conciertan

para elaborar una obra áspera y delicada, con una violencia

ancestral y una ternura reservada a las grandes tragedias

U. ANDERSEN

E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 1 6

FRANCISCO MORA

E x l i b r i s . Ma d r i d , 2 008160 p á g i n a s , 2 0 ’ 90 e u r o s

Aveces se publican en edito-riales pequeñas buenos tex-tos de autores poco o nada

conocidos que, por ambas razones,pueden no recibir la atención quemerecen o incluso pasar desaperci-bidos. Éste es el caso de FranciscoMora (Valverde de Júcar, Cuenca,1960), autor de varios libros de poe-mas y un volumen de cuentos pu-blicado en 1984, a los cuales se aña-den ahora los reunidos en Todos lospeces se llaman Eduardo. Son 31 cuen-tos que, en su conjunto, revelan a unescritor con muchas lecturas, que sa-be aunar vida y literatura en la crea-ción de atmósferas perturbadoraspor medio de tramas absurdas queindagan en los pliegues irraciona-les y misteriosos de la existencia co-tidiana. En su proceso creativo el au-tor ha probado su capacidad para laobservación de la realidad, enrique-

cida con la herencia asimilada demaestros de la narrativa corta, desdeKafka, Borges, Rulfo y Cortázar has-ta Monterroso, Merino y L. M. Díez,pasando por Pirandello, entre otrosautores que han profundizado enla dificultad de discernir los límitesentre la realidad y la ficción.

Hay en esta treintena de relatosuna notoria variedad temática y for-mal. Sus historias están contadas,en su mayoría, por narradores enprimera o en tercera persona. Pero el

conjunto se enriquece con el ensa-yo de otros modos de narrar. Entrelos más destacados cabe citar, porejemplo, el monólogo del preso en lasoledad de su celda con diálogos fun-didos en el soliloquio de Vivar, quees el último y el más largo de loscuentos (12 páginas); el relato oral deun narrador testigo dirigido a un re-ceptor mudo llamado “muchacho”en Raffaello; y el angustioso monólo-go interior en segunda persona auto-rreflexiva de la joven violada en Elmal, con fundido final en ráfagas delos diálogos de suscuatro violadores.Semejante diver-sidad se apreciaigualmente en losdiferentes enfo-ques y perspecti-vas en el asedio dela realidad actual,sin precisiones temporales explícitas,sometida a un tratamiento cambian-te desde la extrañeza que tanto pue-de adoptar una visión fantástica, oní-

rica e incluso surrealista como com-placerse en la deformación hiper-bólica y absurda de una realidadesencialmente inaprehensible. Notodos los relatos alcanzan la mismacalidad, pero no hay ningún relatodesdeñable. Y muchos atesoran unindudable mérito literario por su na-rración contenida de sucesos absur-dos o fantásticos en un estilo elabo-rado con propiedad y pulcritud ydesde una visión irracional que des-cubre una lúcida reflexión sobrenuestra sociedad, fragmentada y des-

quiciada en susmiedos y violen-cias. Lo cual tienesu certera imagenen el desamparodel ser humanoen el laberinto denuestro tiempo,como le ocurre al

inmigrante protagonista de Línea 22,perdido en la gran ciudad.

ÁNGEL BASANTA

Todos los peces se llaman Eduardo

Nada sucedía como lo había imaginado y otras certezasÁNGELES VALDÉS-BANGO

Cab a l l o d e Tr o y a . Mad r i d , 2 008200 p á g i n a s , 1 1 ’ 9 0 e u r o s

Algunas marcas formales señalan de so-bra el contenido de una obra literaria.La puntuación, por ejemplo. En Nada su-

cedía como lo había imaginado..., Ángeles Valdés-Bango utiliza con abundancia la coma y salpica lasoraciones con incisos puestos entre dos de estossignos. También llama la atención el casi monó-tono empleo de locuciones como “así que”, “todavez que”, “ya que”, “tanto en... como en…”, “encuanto a…”, “no obstante…”

Todo ello indica propensión al análisis y a lodiscursivo. Son los rasgos máximos del conjuntounitario de 18 relatos reunidos por la autora as-turiana y descubren un mundo personal en laescritura y las preocupaciones. La prosa de Valdés

bebe en Benet, si bien evita los retorcimientos sin-tácticos benetianos, y su fuerte voluntad de es-tilo resplandece en el juego incesante y osadode confrontar el registro culto con frases hechas.También esto subraya la actitud intelectual dela escritora, que se revela con claridad en un na-rrador analítico presto a glosar la historia conta-da en cada cuento. Los temas, aunque perte-nezcan a la vida corriente, sobre todo a laintimidad, se muestran sub specie reflexiva: bajo unprisma especulativo aparecen el matrimonio ola pareja, lo imprevisible de la existencia, la bús-queda del yo…, en suma, un repertorio de inte-riores humanos oscuros, indecisos, en dura bús-queda de reposo, de felicidad o de venganza.

Las anécdotas no buscan lo demasiado no-velesco, aunque haya buenas situaciones, pero lodistintivo del libro es el aplastante predominio depersonajes cavilosos, ensimismados, que se rego-

dean en su inestabilidad. Esto produce una frial-dad especulativa muy fuerte, hasta el punto deque se agradece que al menos una historia, ladesoladora de una costurera y su primo, se carguede calidez emocional. El otro tono pesa, sin em-bargo, demasiado: hay obsesos en la vida, peroel que todo el mundo sin excepción ande sacán-dole punta a su estado anímico parece excesivoy causa fatiga. Los relatos de Valdés son serios, co-rrosivos, están cargados de pensamiento y des-prenden un intenso aroma nihilista. Tienen lapega de que a veces resultan demasiado elusi-vos y nada fáciles de entender. En cualquier caso,pertenecen a esa clase de narrativa exigente quebusca mucho más que el entretenimiento. Me-rece la pena escuchar la clara apuesta literariade esta voz casi nueva.

SANTOS SANZ VILLANUEVA

L E T R A S / R E L A T O S

� Mora sabe aunar vida

y literatura en la creación

de tramas que indagan en

los pliegues irracionales

y misteriosos de la vida

ARCH

IVO

DEL

AUTO

R

ÁLVARO ENRIGUE

An ag r ama . B a r c e l o n a , 2 008234 p á g i n a s , 1 6 ’ 50 e u r o s

Dos novelas y dos volúme-nes de relatos breves cons-tituyen hasta ahora el acer-

vo de este narrador mexicano cuyoperfil literario ofrece rasgos muy sin-gulares. Sus publicaciones dejan cla-ro que se trata de un original autor decuentos, algo que conviene tener encuenta al leer Vidas perpendiculares,título que, además de remitir demodo casi inevitable a las Vidas pa-ralelas de Plutarco, coincide con elde una conocida compilación juve-nil de biografías debida a la escrito-ra bonaerense Ana María Shua. Enla obra de Álvaro Enrigue (México,1969) salen a relucir muchas vidas,en efecto, pero no precisamente pa-ralelas. El niño Jerónimo RodríguezLoera, ensimismado y casi autista ensus primeros años, va desarrollándo-se a saltos, a medida que incidensobre él, como presencias inespe-radas, las numerosas reencarnacio-nes de las que procede y que enri-quecen su experiencia, puesto queha sido miembro de una tribu pa-leolítica, legionario romano, jovengriega durante la predicación de losapóstoles cristianos o sacerdote ase-sino en la turbulenta sociedad na-politana del siglo XVII, entre otrasmuchas personalidades, De estemodo, la niñez y la adolescencia deJerónimo se ven perturbadas por es-tos recuerdos, verdaderas “autobio-grafías acumuladas” (p. 211) queconstituyen otras tantas historias quegravitan sobre él y condicionan sucomportamiento.

De hecho, la estructura compo-sitiva de la novela es la de un relatolineal –la línea vertebradora de la his-toria de Jerónimo, hijo de un emi-grado asturiano y de una muchachamexicana– asaltado de vez en cuan-do por la irrupción de historias pa-

sadas relativas a otros personajes. Sediría que estamos ante una varian-te de la novela con relatos interca-lados, que funcionan a la manerade breves cuentos o novelas cortas–como los que Enrigue ha cultivadocon fortuna – en el interior de la obraque los acoge, y, si se tratara de apun-tar modelos, habría que mencionarel cervantino y su dilatada descen-dencia. Pero no es exactamente esto,sino que más bien nos hallamos anteun experimento que trata de borrarlos límites entre novela y cuento,mezclando y colocando al mismo ni-vel los artificios propios de ambasmodalidades. Aquí no surge un per-sonaje que distrae a un auditorio conla narración de unos hechos curiosos

o insólitos. No hay ningúnrelato como el del curiosoimpertinente, desgajabledel conjunto sin que éstese resienta en exceso. To-dos los hechos evocadosde vidas anteriores, aunformando parte del pasa-do, están presentes, se

mezclan con las acciones actuales,sugieren analogías y semejanzas, seincorporan con naturalidad a la per-sonalidad de Jerónimo. Hay inclu-so ocasiones en que, en una mismapágina y sin solución de continuidad,cambia el narrador, se pasa de un es-trato temporal a otro, del relato deuna acción de Jerónimo a otra ocu-rrida en el siglo I (véase, por ejem-plo, pág. 135). Se produce, así, unacoetaneidad entre pasado y presen-te que aproxima la vida al acto dela lectura, como se desprende delas propias palabras de Jerónimo:“La verdad es que hasta ese mo-mento no se me había ocurrido quelos recuerdos de mis vidas perpen-diculares fueran artificiales, prótesis

recogidas entre las bibliotecas que lavida me fue sembrando en el cami-no” (p. 205).

La novedad del planteamientoque ofrece Vidas perpendiculares esinobjetable, si bien la trabazón entrelas vidas pasadas y la de Jerónimo,que es, a fin de cuentas, el elemen-to que unifica el conjunto, no siem-

pre estábien re-suelta, y laextensión

de algunos episodios –elde Saulo y Rufo, porejemplo– desborda los lí-mites de su carácter an-cilar y desequilibra la na-rración. La mirada delnarrador exhibe un agudo

humorismo, sobre todo en el relatode los primeros años de Jerónimo yen numerosas observaciones y sími-les aislados: “Mercedes y su hijo sedieron un largo abrazo que chorreóclaridad, como si la centella que hu-biera producido la mezcla de sus mo-cos los hubiera bautizado con unnuevo carisma” (p. 157). Tambiénhay algunas frases poco cuidadas:“Un adolescente cuya curiosidadse centraba en sus propios cuerpospasados y no en los nada desdeña-bles de los de las vecinas presentes”(p. 192), donde la secuencia “los […]de los de las” parece un remedo –in-correcto, además–, del balbuceo.

RICARDO SENABRE

Vidas perpendiculares

E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 1 7

L E T R A S / N O V E L A

�La novedad del planteamiento que ofre-

ce Vidas perpendiculares es inobjetable

� La mirada del narrador

exhibe un agudo humorismo

� Es un experimento que trata de bo-

rrar los límites entre novela y cuento

E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 1 8

HAROLDO CONTI

P r ó l . d e G . G a r c í a Má r z q u e zB a r t l e b y. Mad r i d , 2 008323 p á g i n a s , 1 9 e u r o s

No todos los días tiene uncrítico literario la oportuni-dad de comentar obras

maestras y que sus palabras sirvan, ala vez, como homenaje a un escri-tor como Haroldo Conti secuestradoen su domicilio y hecho desaparecerpara siempre por los esbirros de ladictadura argentina, en 1976, cuan-do contaba cincuenta y un años. Lascircunstancias aterradoras de la in-famia de ese último día, las detallaGabriel García Márquez –que con-sideraba a Haroldo Conti uno delos grandes– en un hermoso y te-rrible prólogo, reproducción del va-liente artículo que en 1981 publicóel genio colombiano en El País co-municando al mundo la noticia de lamuerte de su querido amigo. Ungran acierto editorial la inclusiónde ese texto previo y el haber recu-rrido a una ordenación cronológicade todos los cuentos de este autornacido en Chacabuco, Buenos Aires,en 1925.

Esta secuencia temporal permi-te que el relato que cierra la colec-ción (“A la diestra”) lo leamos con elestremecimiento de saber que fuesu última tarea literaria en su últi-ma mañana de hombre libre. Contillegó a publicar siete libros a lo lar-go de su vida, entre ellos esa mara-villa expresiva que es la novela Mas-caró, el cazador americano. Entre losveintitrés textos que componen es-tos Cuentos completos brillan, al me-nos, cinco piezas absolutamente ma-gistrales: “Los novios”, “Muertede un hermano”, “Las doce a Bra-gado”, “Mi madre andaba en la luz”y “Perfumada noche”, cuentosasombrosos, tragedias de emotivi-dad contenida e imposibilidades,que sólo admiten comparación con

el mejor Anton Chejov, Maupassanto Ivan Bunin. Una joya de low keyes también el relato del tío y el so-brino en Perdido.

Las narraciones de Conti contie-nen el mapa completo de un mundodonde su infancia y juventud ruraljuega tanto papel como su polifa-cética formación de maestro de pri-maria, profesor de latín, piloto, na-vegante... Su obra no deja de serviaje mental, un intento recuperador

de personajes, situaciones e imáge-nes que lo enriquecieron: “un tro-tar y trotar sobre este mismo caminorumbo a la tierra que abandoné” (pá-gina 317). Con la navegación de“Marcado” comienza el libro, unaensoñación febril de crecidas de río,barcos y motores fantasmales en laniebla, marineros de pocas palabras,saqueadores de barcos, escaramuzascon patrulleras. Pero, el gran cuen-

to naútico es Todos los veranos, la con-movedora descripción de la vida deun padre marinero y su hijo en unabarcaza: un mundo de contraban-distas y pescadores de río, de fusióndel hombre con su entorno, de ta-reas, proyectos y afanes regidos porlas estaciones, una figura paterna tanimposible como heroica a los ojos delhijo, que asiste a su melancolía, asu mirada de lejanías, resonanciasque en nuestro país alcanzan hoy a

las figuras descritas porLuis Landero.

Y como en Landero,un motivo recurrente enesta colección es la sa-biduría de los hombresde campo, su mezcla deresignación y anhelo demejora, sus modos dehablar, la conciencia deque unos ganan y otros“padecen la tierra”. Deldeseo de volar del prota-gonista de “Ad Astra”,sale una hermosa fábu-la sobre el idealismo yla fe en el progreso. Pre-valece el humor comoen “El último”, cómicahistoria de un hombreabsolutamente de vuel-ta de todo. Aunque lapolítica late en todos losrelatos, hay textos largoscomo “La causa” donde,a través de la galería depersonajes de una ciu-dad perdida, se compo-

ne el retrato del momento presen-te de una nación, con la lecciónamarga de la imposibilidad de cam-bio que aparece también en el mu-chacho de barriada de “Cómo unleón”: su conciencia clara de qué leestá permitido esperar.

Dentro de los textos finales, másallá del humor de “Bibliográfica”,encontramos brillantes narracionescomo “Los caminos”, con sus bue-

nas razones para la vida y la escri-tura. Pero la seriedad nos desarbolaen “Tristezas de la otra banda”, unbello escrito de 1975 absolutamentepremonitorio: la voz suena cansa-da, decepcionada. Es una última na-vegación, un final de trayecto: el faroasiste al paso de su barco, pero yano es luz alegre: está “militarizado”.Se habla de amigos torturados sólo“por ser y consistir”, se mencionan“mangos de fusiles”, una “patria aoscuras”, los que se han ido y los quese irán pronto. Comparece en “A ladiestra” un joven Juan Gelman. Ypronto los matones de “La causa”,bajando de un Ford negro, atrapan-do al tendero Pedro Romita, pero“no decían nada. Golpeaban sim-plemente”. Uno debería regresar aHaroldo Conti para recordar en quéconsiste la literatura.

ERNESTO CALABUIG

Cuentos completos

L E T R A S / R E L A T O S

� Uno debería regresar a Haroldo Con-

ti y sus cuentos magistrales para re-

cordar en qué consiste la literatura

BARTLEBY

LOS CAMINOS“A veces pienso que los

días de mi vida se parecen alas teclas de esta máquina.Son redondos y precisos y jus-tamente porque no hacen otracosa que escribir.

Paco Urondo me ha dichoquiero que escribas algo parael Diario de Mendoza. Y yo lehe dicho que bueno, que sí a esavoz precipitada que se disparadesde algún rincón de esta ma-dre Baires y atraviesa una mi-lla de paredes, y antes de col-gar la voz me ha dicho un díade estos tomamos un café ycharlamos, y yo he dicho que sí,que bueno, y le he pedido a mivieja que me sirva un café ybebo en honor de Paco este so-litario café que se otra ma-nera se enfriaría en el pocilloesperando el día...” (pág. 295).

E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 1 9

Últimas sesiones con

MICHEL SCHNEIDER

Tr a d u c c i ó n d e R amón d e E s p a ñ aA l f a g u a r a . Mad r i d , 2 008488 p á g i n a s , 2 3 ’ 50 e u r o s

Asumimos que Marilyn Mon-roe, es el gran icono feme-nino del siglo XX; conven-

dremos que su imagen, como la del“Che”, trasciende el personal ámbi-to biográfico para interesar aspec-tos de índole social y artística; y tam-bién aceptamos que el nombre de“Marilyn” solo pertenece a una me-diocre e infeliz actriz rubia. Estasuerte de “principios fundamenta-les” constituyeron el andamiaje deaquella voluminosa novela de Joy-ce Carol Oates, Blonde (2000), don-de recreaba la vida de Norma JeanBaker. Y, en buena parte, tambiénson los elementos alrededor de loscuales que se estructura la obra delpsicoanalista francés Michel Schnie-der, Últimas sesiones con Marilyn, conla que llegó a ser finalista del pres-tigioso Goncourt.

En esta historia novelesca, tantoen sentido literal como figurado deltérmino, Schneider logra trasmitir lailusión de encontrarnos ante un do-cumento de investigación. Tal vezsea precisamente este diseño na-

rrativo lo más interesante de la obra,pues el lector debe plantearse encada página si lo leído fue real o fru-to de la imaginación de Schneider.Los diálogos, obviamente, son fic-ticios, pero nos asalta la duda sobrela veracidad del encuentro noveles-camente recogido. Incluso la sección“Lecturas”, referida a las fuentes delas que bebió el autor, incita al des-concierto, pues por una parte se nosdice que, “Las palabras que aquí seponen en boca de Marilyn Mon-roe… provienen de diferentes fuen-tes (biografías, entrevistas)” (pág.431); y dos párrafos más adelante, “Silos diálogos, opiniones y cartas hansido inventados, en ocasiones, por elautor de esta novela,…” (pág. 432).No se entienda esta apreciacióncomo censura, sino todo lo contrario,

pues es el juego de veracidad-ficciónlo más interesante de la obra… des-de una perspectiva exclusivamenteliteraria, claro está. En cierta medi-da, el autor lleva a la práctica la vie-ja máxima: “Pon fecha y lugar a unamentira y la convertirás en verdad”.

La historia se narra mediante vi-ñetas, de no más de tres páginas, enlas que el lugar y la fecha funcionancomo singular título: “Nueva York,Gladstone Hotel, calle 52 Este, mar-zo de 1955”; “Berkeley, California, 5y 27 de octubre de 1961.” El ordenno es cronológico y tampoco todasellas tienen como protagonista a Ma-rilyn, pues el proceso de la terapiay el propio psicoanalista, RalphGreenson, funcionan como motory personaje secundario de la historianarrada. Pero todavía hay algo más,pues el propio proceso de escrituraresponde a condicionantes propiosdel género detectivesco; y no me re-fiero al luctuoso desenlace de la pro-tagonista, sino a las supuestas parti-cularidades que condujeron a laredacción de la novela. En Últimassesiones con Marilyn Michel Schnei-der ha dado un giro, una nueva vuel-ta de tuerca al otrora alabado “NewJournalism”. Como Truman Capo-te, gran amigo de Marilyn y ya cita-do en la primera línea, logra atra-parnos con la expectación de unatrama haciéndonos olvidar que yaconocemos el desenlace. La relaciónentre paciente y terapeuta llega a re-sultar tan interesante como la de-

sarrollada en Lo que el viento se llevó.Si hasta ahora he enfatizado la

forma sin mostrar especial interéspor el fondo se debe fundamental-mente a que poco o nada nuevo seañade sobre lo ya sabido de la infelizNorma. El prematuro abandono dela madre, la irresistible necesidad deser amada, el miedo al rechazo, la in-cesante búsqueda de la figura pa-terna entre sus maridos, sus con-sentidos caprichos de diva… sonalgunos de los aspectos que van sien-do progresivamente comentados ynovelados a lo largo de la narración.Las sesiones de diván, sustancia de

la historia como parece sugerir el tí-tulo, no se referencian sino en pe-queñas pinceladas y momentos pun-tuales. Así por ejemplo el temasexual, tan importante en el psico-análisis freudiano que sigue Green-son se despacha en los primeroscompases: “Mire, doctor, mi vida se-xual, mi vida a secas, la veo como unasucesión de recuerdos falsos. Unhombre entra, se agita, me toma, mepierde.” (pág. 106)

JOSÉ ANTONIO GURPEGUI

�Lo mejor de la novela es que

Schneider logra trasmitirnos

la ilusión de encontrarnos

ante un documento de in-

vestigación y no una ficción

ARCHIVO

L E T R A S / N O V E L A

Prolongando una ya amplia obra narrativa ypoética, este nuevo libro de Juan Manuel

González (Madrid, 1954) se organiza como es-tampas y meditaciones de un viaje a Portugal,siendo los poemas inicial y final propiamentelos del viaje desde Castilla. Este planteamientoactiva ya la tópica metáfora de la vida como viaje,pero está además el que en la mayor parte delos textos el espacio son escenarios portugue-ses, otro país, que, sin embargo, no es sentidocomo ajeno, sino vivido plenamente por el su-jeto poético. El personaje itinerante de estospoemas deja constancia de los lugares que reco-rre y lo hace con un lenguaje que no cesa de nom-brar lo que se le ofrece a la vista, de manera que

el paisaje acaba teniendo un lugar importante enel discurso. Los accidentes geográficos, los ár-boles, las flores, sus colores, sus aromas, etc.,dan un tinte de sensualidad, de disfrute de lo quese dona a cada momento, a todo el libro. O, si, porejemplo, el lugar es el mercado del Cais do Sodre,no dejan de consignarse los restos de frutas quecubren el suelo. Así pues, sí, el escenario cobra suimportancia, pero el interés de estos poemas no

acaba ahí. En todos ellos hay también lugar parala meditación. Se rememora el niño que se fuey el paraíso, ya arrebatado, de la niñez, o se en-tretiene el discurso, allí donde hubo una bata-lla, en nombrar generales y batallones, etc., y sedeja noticia de la destrucción y la muerte. Elpasado se manifiesta en el presente, auque se tra-te de “carretas y coches de caballos que no exis-ten”: la palabra les concede el ser. Como se dice,citando a Edward Thomas, “el pasado es la úni-ca cosa muerta que huele a dulce”. El de la his-toria y el propio de los individuos. En cualquiercaso, no debería dejarse el lector perder por lamultitud de elementos que se nombran, en estelibro hay también pensamiento.

L E T R A S / P O E S Í A

E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 2 0

Darwin en las Galápagos

BERNARDO VALDÉS

Pre-Textos. Valencia, 2008. 88 p á g i n a s , 1 1 e u r o s

Siendo un primer libro, éste de Bernardo Val-dés (Barcelona, 1969) no tiene nada de la in-

genuidad que a menudo veces conlleva un co-mienzo. Por el contrario, es la presentación de unavoz poética ya hecha sin restricción alguna. ¿Deque indiferencia habla? De la del mundo, de lade las cosas, que, sin la mirada, “se muestrancomo son”, permanecen en sí mismas en su “evi-dencia obscena”. Sin embargo, recae sobre ellasla mirada, la posición del sujeto, la palabra, y al-tera su ser, pone en relación unas con otras, etc.y de ahí surge el poema, para intentar “decir algo,

que no puede ser dicho”. Así, lascosas, la mirada y las palabras danen una conjunción que choca conla inefabilidad y cuyo origen esta-ría en la no homogeneidad de loselementos. Tan es así, que las pa-labras sólo pueden surgir en au-sencia de las cosas, la exigen, porlo que su ámbito es el del vacío, alque ilusoriamente se denominarecuerdo.

Con estos presupuestos, el re-sultado es un discurso poético,donde la ideación tiene siempre su originalidady el discurso sus imágenes eficaces, poéticas: “enel timbre de tu voz, / deshojándose, / una florinesperada”; “escucho la oscuridad, / abro un

ojo al silencio”. En algunos de lospoemas de Valdés, la mirada vuel-ve sobre el sujeto mismo y se daahí una distancia, equivalente a lamencionada, que hace que se pro-duzca un desencuentro entre elsujeto y su doble en la concien-cia o incluso en el acto de escri-bir teniendo al otro, él mismo,como lector, haciendo de espejoel poema. La escritura, entonces,es espejo, pero no ya de la reali-dad, sino del sujeto en su agonía

por decir, por sacar a las cosas de su indiferen-cia. Un muy buen primer libro.

TÚA BLESA

CARLOS JIMÉNEZ ARRIBAS

D V D . B a r c e l o n a , 2 0 0 872 p á g i n a s , 8 e u r o s

Los poemas de la primera sección del libro,“Birdwatching”, se inician todos con la fór-

mula “Soy el hombre que” y son, por tanto, au-torretratos de la voz, o voces, de la enunciación.Estas presentaciones introducen ya lo que va aser el estilo general del libro. Un estilo que, re-huyendo el lirismo tradicional, busca un tononeutro, nada asiático, que recuerda al del informey que tiene un precedente en textos de Fran-cisco Ferrer Lerín, cuya obra poética prologó estepoeta no hace mucho, pues hay que decir queCarlos Jiménez Arribas (Madrid, 1966), es ade-

más de poeta y na-rrador, estudiosode la literatura yha prestado aten-ción al poema enprosa, que es laforma que haadoptan sus pro-pios poemas.

Esa sobriedadverbal habrá deservir, con la invo-

cación a Darwin, a una investigación que, más alláde los asuntos particulares que aborda, entien-do que es sobre todo la de las posibilidades dellenguaje poético. En definitiva, como se lee en el

poema que presta el título al libro, “Todo triun-fo es de la forma” y no se puede, en literatura, sinosuscribir tal aserto.

Pese a lo dicho, hay que añadir que los tex-tos tienen fuerza poética a través de paradojas–“Todo paisaje es irreal entonces, todo espacio estiempo suspendido” o “el aire mismo, ahora, esagua sin límite”– o en el cuestionamiento del yo:“Soy el hombre vivo otra ve, dentro de laberin-to de sí mismo, que toca fondo al fin: piensa queno se desconoce” y, más en general, en una cier-ta extrañeza de lo que se dice, casi estricta na-rración en ocasiones, y en el tratamiento frag-mentario, o indirecto, de los temas. En fin, unlibro que de ningún modo debería pasar inad-vertido.

Tras la luz poniente

La indiferencia

JUAN MANUEL GONZÁLEZ

XVI I premio G i l de B iedma. V isor, 200868 p á g i n a s , 8 e u r o s

H. D .

Tr ad . N a t a l i a C a r b a j o s aL umen . Ba r c e l o n a , 2008420 p p . 9 e u r o s

¿Qué sería de nosotros situviésemos más de cin-co sentidos? ¿Por qué al

sexto lo llamamos sentido, cuandoqueremos decir instinto? ¿Y por quénunca imaginamos un séptimo, o unvigésimo? ¿Tan poca ambición en loscorazones humanos?

Ambición es la palabra. Rigió lavida poética de H. D. Dos inicialespara Superwoman: Hilda Doolit-tle. Con biografías como la suya seconstruye la historia del siglo XX.Cuando a América se le agotó el en-canto, H. D. la cambió por Inglate-rra en cuerpo y por Grecia en alma:la Hélade fue siempre su verdade-ra patria. Conoció a Eisenstein y par-ticipó como actriz en dos películas.De su amistad presumían Amy Lo-well, William Carlos Williams y FordMadox Ford. Ezra Pound fue su pro-metido, Richard Aldington su exmarido, Cecil Gray el padre de suhija, D. H. Lawrence su romanceplatónico y Annie W. Ellerman –lafascinante Bryher– el amor de suvida. Quiso una poesía de mínimaspalabras –pura como un objeto– y,sin darse cuenta, cofundó el ima-

gismo. Luego se aburrió y escribióversos de cristal y acero. Y una no-vela. También tradujo las tragediasgriegas que hacen temblar el mun-do. Fue psicoanalizada por Freud.Como Gertrude Stein, inventó ellenguaje. Como T. S. Eliot, explicóla civilización. Como Milton, perdióy volvió a encontrar el Edén. Mu-rió en Zurich, tras setenta y cincoaños siendo grande entre los másgrandes.

Ella es las Siete Sibilas: “Conlos cuernos, el disco o la serpienteerguida / revelamos nuestra condi-ción: / aunque estos, las dos plumaso el loto / sean, nos decís, / frívoloadorno / del intelecto; los poetas so-mos inservibles, / más que eso: / nos-otros, reliquias genuinas, / portado-res del saber secreto, / retazosvivientes / de la banda que lleva eliniciado / dentro de los santuarios /no sólo somos ‘inútiles’, / somos ‘pa-téticos’: / ésta es la nueva herejía”.Herejía que H. D. encuadernó comoTrilogía: “No caen las murallas”,

“Tributo a los ángeles” y “La flora-ción de la vara”. Absolutamentetodo está aquí: Dios. Todos Susnombres, todas Sus manifestaciones,Su Creación entera. Para Él levan-ta H. D. catedrales de versos: “por-que sé que Dios, Nuestro Señor, /me será revelado cuando yo, / la oru-ga laboriosa, / haya tejido mi propiosudario”. Venus, Thot, el misteriosoMago, Osiris, Hermes Trimegisto, lamisteriosa María, el Disco Solar, to-das Nuestras Señoras, el misteriosoAmén. Al Mesías lo llama Christos:“Él fue el primero en emprenderel vuelo / desde aquel Árbol triste,/ y, tras su marcha, el Árbol de la Vida/ ha engendrado una rosa de la es-pina / y aromática vid / de una pa-rra estéril; / Él fue el primero en de-cir, / no a los pocos elegidos, / susfieles amigos, / los buenos y sabios,/ sino a un vagabundo y un proscrito:

/ hoy estarás conmigo en el Paraíso”.Y a los hombres los llama Adán: “sedsabios / como áspides y escorpiones,como serpientes”. Es la misma vozde Helena de Troya (mujer-objetopor excelencia) cuando H. D. (fe-minista por convicción) decidió ha-bitar entre los mitos: “Lilith nacidaantes que Eva / y una nacida antesque Lilith / y Eva; a las tres se nos haperdonado, / somos tres de los sie-te / demonios arrojados de ella”. Espor ecos poderosos como éstos por loque de Eurípides preferimos la par-te que Doolittle escribió.

Ambición de poeta por conside-rar la religión el órgano más vital dela anatomía humana. Ambición detraductora (Natalia Carbajosa) porconvertir en espléndido español unalengua que no existe en los diccio-narios. Y ambición también la nues-tra, por pretender reducir a una re-seña de 750 palabras el impactoemocional e intelectual de una lec-tura sólo comparable a La tierra bal-día o los Cantos: “No obstante, re-cobremos el Cetro, / la vara delpoder, / coronada con la flor del li-rio / o su brote: / es el Caduceo; en-tre los moribundos / curación otorga:/ o, evocando a los muertos, / trae lavida a los vivos”.

Madura de edad y genio, H. D.ha crecido, años hace que el ima-gismo se le quedó pequeño, pero susversos son aún rápidos como sae-tas. De su oracular Trilogía se des-prende el enésimo sentido, el ex-clusivo de nuestra especie y,probablemente, el único fiable: elsentido poético. Señores físicos, teó-ricos ustedes, la búsqueda ha ter-minado: he aquí la ley que gobier-na todos los universos. Poesía del fiatlux para nuestras almas oscuras.

E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 2 1

Trilogía

L E T R A S / P O E S Í A

� Como Gertrude Stein, H. D. inventó el lenguaje. Como

T. S. Eliot, explicó la historia de la civilización. Como

Milton, perdió y reencontró el Edén. Con biografías

como la suya se construye la historia del siglo XX...

E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 2 2

En la saga de versiones y recreaciones “delRobinson”, hay un constante pendular

que va de la obra para adultos a la obra parajóvenes. Hay muchas versiones (y de exce-lentes creadores). Sin embargo, muy pocos hanconseguido plasmar sus tensiones intrínsecas,muy pocos han conseguido llegarle a públi-cos distintos que son uno mismo. Ajubel lo con-sigue. Y de un modo ejemplar, con una nove-la en imágenes, con un libro sin palabras.

El expresionismo tropical, la naturalezabarroca y la confluencia de culturas en un en-torno antillano (próximo a la desembocaduradel gran río Orinoco) transforman a un Robin-son que, más que abatido por los infortuniosy designios del Señor, se muestra sorprendi-do ante el real-maravilloso mundo que lo cir-cunda al tiempo que abatido por tanto surrea-lismo insular. La dedicatoria del ilustradorposibilita una lectura más. Pero, por supues-to, el libro no se limita a ella. Y es que, densay fluida, trágica y no exenta de humor, mu-cho de la condición humana queda registradoen la narración visual de ese naufragio. Obra sinlugar a dudas única, es muy probable que lahuella-isla de su portada marque el incons-ciente del lector.

Todo cuento infantil supo-ne una particular repre-

sentación de la infancia. Laimagen adulta acerca de “enqué consiste ser niño” es unmodelo que, paradójicamen-te, determina la autopercep-ción del niño. En los cuentos eshabitual encontrar representa-ciones de la infancia estereoti-padas, nostálgicas o unidimen-sionales. Y es que la miradaadulta suele ser poco respetuo-sa y muy impositiva con el niño.Aunque, claro está, no siemprees así.

Kuno ha tomado su patine-

te para emprender un viaje.¿Huye?, ¿qué busca?, ¿a dóndeva? Estas preguntas no son res-pondidas por un texto descrip-tivo que se mantiene distantepara captar el desplazamientodel chaval y que alenta al lec-tor a buscar una interpretaciónpropia. El peso del álbum lollevan las imágenes. Dan

muestra del movimiento; en elmanejo del contrate y en su ex-presividad dan cuenta de lossentimientos contenidos delprotagonista. Un libro queamerita más de una lectura,pues nos atrapa por lo no dicho.

GUSTAVO PUERTA LEISSE

El viaje de KunoKLAUS MERZ. ILUSTRACIONES DE HANES BINDER

Libros del Zorro Rojo. Barcelona, 2008. 72 páginas, 12 euros

(A PARTIR DE 6 AÑOS)

Libros para los que aún no leen, que serán aprendidos de memoriay que brindarán un gratificante primer contacto: Yo Milton, deHaydé (Factoría K), La liebre con la nariz roja, de Helme Heine (Lóguez),Juego del circo, de H. Tullet (Kókinos), ¡Ay No! de R. Susanne (Anaya).

Otros recomendados

L E T R A S / I N F A N T I L

El origen de este cuento se remontaa un momento y un lugar de esplen-

dor en la literatura infantil: la Inglaterra victo-riana. Producto de un encargo, con una inten-ción instructiva, la obra de Charles Lamb queilustra Alfredo Madrid viene a establecer un pa-radigma en la literatura infantil (aún vigente)que aboga por el carácter formador moral yestético del clásico y por la protección y mo-delaje del inocente infante. Este modelo ha ve-nido acompañado de la discusión sobre la ido-neidad de las adaptaciones, la vigencia delclásico y acerca de qué incluir y qué no en el sa-crosanto Canon.

Doscientos años después, vale la preguntade si es éste el tipo de literatura infantil quequeremos o por qué de una ideología tan denostada como la victoriana, sobreviven sus libros para niños (incluso los más conserva-dores).

Si esta edición merece ser leída, es por lareinterpretación que realiza Alfredo Madrid.Sus imágenes recubren de humor la tragedia,despejan a Shakespeare de su mortuoria se-riedad, enfatizan en los dedos índices de los codiciosos protagonistas… Son ilustracionesque, en definitiva, recrean, versionan y parodian.

Robinson CrusoeAJUBEL

Mediavaca. Valencia, 2008. 180 páginas, 25 euros

(A PARTIR DE 7 AÑOS)

Rey LearCHARLES LAMB. ILUSTRACIONES DE ALFREDO MADRID

Kalandraka. Sevilla, 2007. 56 páginas, 14’50 euros

(A PARTIR DE 6 AÑOS)

AJUBEL

CARMEN POSADAS Y

GERVASIO POSADAS

P r em i o S e n t S o v i 2 008RBA . B a r c e l o n a , 2 008274 p á g i n a s , 1 9 e u r o s

Un marqués estrafalario ledijo en cierta ocasión a lamadre de Carmen y Ger-

vasio Posadas, a la sazón mujer delembajador de Uruguay en EspañaLuis Posadas, que según Paracelso“la comida debe ser vuestra medi-cina y la medicina vuestra comida”.Fue el mismo marqués que minutosantes le había vaticinadoa Carmen que se casaríacon dos españoles rubios,lo que a la joven le pro-vocó gran indignación,empeñada en ese mo-mento en compartir suvida sólo una vez y con unuruguayo. Tan estrafalariobrujo era el marqués deAraciel, y la anécdota nosla cuenta la madre de losPosadas, pero también lahija. Y por lo visto el hijo.Un lío. El planteamientode Hoy caviar, mañanasardinas es un punto pe-culiar. La voz de CarmenPosadas nos da la bienve-nida, nos introduce enunas memorias de familiaviajera, a cuestas del di-plomático uruguayo, ynos las presenta como unhomenaje a la madre, a la mujer delembajador, como la recreación del li-bro que ella hubiese querido escri-bir. La “embajadora” sí fue escri-biendo un diario aquellos años, elborrador de lo que tenía que ser unlibro sobre cocina y política con es-píritu de suflé, titulado “Payaltsa”,palabra rusa que significa a la vez“¡Por favor!” en el sentido de “¡An-da ya!”, y “Gracias”, o sea la pala-bra diplomática por excelencia.

Para culminar este homenaje,Carmen Posadas recupera la escri-tura y la voz de su madre, que pasacon frecuencia a relatarnos en pri-mera persona sus cuitas y queha-ceres, con un discurso debidamen-te estilizado por Carmen y Gervasio.Así conocemos a una auténtica es-posa del embajador de las de an-tes, cuando este papel no estaba,como ahora, en peligro de extinción.

Con este formato entre las me-morias, el diario, el libro de viajesy el recetario, Hoy caviar, mañanasardinas ha obtenido el premio Sent

Soví de literatura gastronómica. Semaravillan los autores de que 40años después de su adaptación a Es-paña, que sólo era el “país del ajo”,hoy esté a la cabeza de la cocinamundial. Por el camino, han apren-dido muchas recetas y trucos entodo el mundo, porque ser un pro-fesional de las relaciones públicasobliga a ser un profesional del es-tómago. Lo mejor de este libro esque liquida el mito de la vida di-

plomática caricaturizada en losanuncios de Ferrero Rocher.

Los saltos de la narración de ma-dre a hija funcionan porque el tonode la embajadora es algo más cursi,y el punto de vista de Posadas másmoderno y distanciado, más humo-rístico. Carmen parece haber here-dado una vena bohemia de su tata-rabuela, “el punto felipino” de lafamilia, y no haber olvidado la quin-ta de Montevideo ni su cocina deleña, la elaboración a fuego lento,el rito de lo artesano. La prueba eseste libro que huele como los ñoquis

y late como los tangos deGardel. Se divertirá ellector con el retrato de laEspaña tardofranquistavista por unos extranje-ros: “Madrid era una es-pecie de bacanal roma-na encubierta”. O “unagigantesca olla a presióna punto de estallar”.También con el relatodel encuentro del em-bajador con Franco.Empezamos a dar crédi-to a los Posadas cuandoreconocen la excelen-cia del jamón serrano.Digerimos mejor el atra-cón de marquesas y cóc-teles gracias al surtido derecetas como la de lan-gostinos al curry o sal-món a las uvas. Volve-mos a enamorarnos de

Lady Di, y a tiritar en el Moscú dela guerra fría. Atractivos culinariosaparte, los fans de Carmen Posadas,escritora y mujer, se zambulliránen estas confesiones que la desnu-dan en algunas encrucijadas. Lamantendrán en su pedestal al sa-ber que no renunció a su felicidadpor una casa bonita con una palme-ra, un magnolio y un níspero.

ROMÁN PIÑA

E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 2 3

Hoy caviar, mañana sardinas

L E T R A S / C R Ó N I C A

� Este libro huele como los ñoquis y late

como los tangos de Carlos Gardel. Se diver-

tirá el lector con el retrato de la España

tardofranquista vista por unos extranjeros

ENCA

RNA

MAR

TÍN

E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 2 4

M. JIMÉNEZ DE PARGA

P l a n e t a . B a r c e l o n a , 2 008460 pág i n a s , 23 e u r o s

Manuel Jiménez de Parga(Granada, 1929) ha teni-do una trayectoria larga

y fecunda en la que la riqueza desu vida afectiva y familiar, aludida re-petidamente en este libro de re-cuerdos, aparece como el armoniosocontrapunto de una vida profesionaly política muy intensa. Catedráticode universidad, abogado de éxito ycrítico comentarista periodístico enlos años de la dictadura franquista,pasaría a ser, después de 1975, unprotagonista destacado en la conso-lidación de la España democrática.

Diputado en las Cortes constitu-yentes, fugaz ministro de Trabajo enel primer gobierno democrático deAdolfo Suárez, embajador de Es-paña ante la OIT y magistrado delTribunal Constitucional, que presi-diría entre el 2001 y el 2004, fueronalgunos de los jalones fundamen-tales de gestión pública que le per-mitió desempeñar puestos de re-lieve en los tres poderes en los quesuele dividir el funcionamiento delos Estados democráticos. Todo elloaparece recogido en unas páginasque brindan, además, numerosasclaves sugerentes para la compren-sión de la vida española en los casiochenta años que tiene el autor.

El recuerdo de los años infantiles

es, lógicamente, muy someropero no deja de haber destellossugerentes, como cuando aludeal clima de violencia que se vi-vió en Granada en la primave-ra de 1936 o cuando recuerda aun tío suyo, asesinado en Rondapor el simple hecho de ser sa-cerdote. Es de lamentar quepase muy por encima sus estu-dios con los Maristas de Grana-da, aunque no deja de apuntar lacalidad de una enseñanza quea veces ha sido caricaturizadacon el sencillo procedimiento detacharla de nacional-católica.

El autor alcanzaría muypronto una cierta estabilidadprofesional como jurídico mili-tar y, desde 1957, catedrático de De-recho Político de la Universidad deBarcelona. Esa ciudad fue, durantelos 20 años siguientes, el escenario deuna brillante carrera profesional que,a partir de la tarea docente, le llevóa convertirse en uno de los abogadosmás conocidos de la ciudad, con unafuerte presencia en la opinión públi-ca a través de libros, artículos deprensa y conferencias. Una actividadque le convertiría en una de las máscaracterizadas voces críticas de la Es-paña franquista. Desaparecido el dic-tador colaboró con Suárez en la im-plantación de la UCD y, más tarde,en el gobierno que se formó despuésde las elecciones de junio de 1977,aunque no parece que se llevara

igual de bien con todos sus compa-ñeros de gabinete. Su actuacióncomo embajador ante la OIT le per-mitió contribuir también a la nor-malización de la presencia de Es-paña en aquel foro internacional.

La administración socialista lebrindaría el acceso al Consejo de Es-tado en 1986 y, después de un in-tento para convertirlo en Defensordel Pueblo, frustrado por la actua-ción del Partido Popular, accedió alTribunal Constitucional en la pri-mavera de 1995. Era una verdade-ra culminación para una carrera con-sagrada a la práctica jurídica, a la queel autor dedica un buen número depaginas, sin obviar las batallas libra-das en esa institución, especialmen-

te en los temas relacionados con laarticulación del Estado de las auto-nomías. El desarrollo de sus teorías,que ya había expuesto en el Con-sejo de Estado, le llevó a posturasque terminaron por chocar con lasapetencias nacionalistas y, en últimotérmino, a enfrentamientos abiertoscon los gobiernos autónomos de Ca-taluña y del País Vasco.

Un sombrío final, en el que sepone de relieve el envenenamien-to de la convivencia ciudadana quese ha experimentado en Cataluña–debido, en gran parte, a la miopepolítica de los nacionalistas– no de-bería, sin embargo, dejar en el lectoruna sensación de pesimismo. Elcompromiso con los valores fami-liares, con la defensa de la justicia,y con la enseñanza del Derecho, alos que el autor alude en los capí-tulos finales del libro, al hablar de susdiversas bodas de oro, son otras tan-tas llamadas a confiar, por muy tur-bias que sean algunas circunstanciasactuales, en la fuerza regeneradorade la libertad.

OCTAVIO RUIZ-MANJÓN

Un “coloquio crítico y erudito” acerca de La lozana andaluza, “ese tex-to escuetamente obsceno” según la tradición, es el plato fuerte del últimonúmero de REC. Jesús Sepúlveda profundiza en los variopintos perso-najes del clásico mientras que Pablo Jauralde acomete la labor de con-textualización histórica de la obra. La revista recoge además una cartainédita de Benito Pérez Galdós a Concha Morell, un autógrafo de José-Miguel Ullán y un especial sobre la lengua de las poetas gallegas.

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Tan desagradable resulta desde hace ya tiempo llegar a casa y poner la tele,como estimulante enchufar el DVD (o clicar sobre el recién descargadoarchivo del emule) y disfrutar de la última delicatessen audiovisual en for-ma de capítulo de teleserie estadounidense. Por ahí anda el gran cine quese hace ahora (y la gran tele) y a la búsqueda de sus vasos comunicantescon la literatura se lanza Quimera con un dossier sorprendente que noolvida 24, Héroes, Perdidos, Family Guy, CSI o Los Soprano.

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R e v i s t a s

L E T R A S / M E M O R I A S

Vivir es arriesgarse. Memorias de lo pasado y estudiado

� Estas páginas brindan

numerosas claves sugeren-

tes para la comprensión de

la vida española en los casi

80 años que tiene el autor

ALBERTO CUELLAR

E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 2 5

VARIOS AUTORES

E d i c i ó n d e C a r l o s M a r t í n e z - S h a wy M a r i n a A l f o n s o M o l aE l V i s o . M a d r i d , 2 0 0 86 5 6 p á g i n a s , 7 2 e u r o s

La apasionante historia de laexpansión oceánica españo-la no se limita a la apertura

de la ruta occidental del Atlánticoy la colonización de América, sinoque, desde este nuevo continente,descubrió y bautizó el Pacífico y seproyectó hacia el Índico, con algunasincursiones hacia el sur en busca dela mítica “Terra Australis”. España–junto con Portugal– fue el país queinició la presencia europea en el Pa-cífico, convertido durante el sigloXVI en un lago español. La histo-ria de esta excepcional aventura, quese prolongaría hasta el final de la pre-sencia española en Filipinas, cuan-do alumbraba ya el siglo XX, consti-tuye el objetivo del libro coordinadopor Carlos Martínez Shaw y Mari-na Alfonso Mola, que se centra esen-cialmente en China y en la EdadModerna.

China –el Catay buscado por Co-lón– fue el territorio mítico que guiólas primeras exploraciones europeas,y se convertiría también en el granacicate de la presencia española enel nuevo mar descubierto en 1513por Vasco Núñez de Balboa. Inicial-mente, sin embargo, las expedicio-nes españolas por el Pacífico estu-vieron guiadas por el atractivo de lasMolucas, las islas de las especias, an-tes de que el tratado de Zaragoza(1529) reconociera a Portugal la ex-clusividad sobre ellas. A diferenciade Portugal, que contaría con Ma-cao, España nunca consiguió unabase mercantil en el continente, porlo que el punto clave para la relacióncon China fueron las islas Filipinas,incorporadas a las posesiones de Fe-lipe II a mediados de los años se-senta del siglo XVI, y que se con-

virtieron en el epicentro del comer-cio hispano con China y otros terri-torios asiáticos, cuando Andrés deUrdaneta descubrió en 1565 el tor-naviaje; es decir, la ruta que permi-tía volver desde ellas hasta la costaoccidental de la América española.

En realidad, las aspiraciones delos españoles no se limitaban al co-mercio, sino que incluyeron tambiénproyectos evangelizadores y de do-minio político. Ambos fueron in-viables, sin embargo, más allá delámbito filipino, por lo que las rela-ciones con China y otros países asiá-ticos, siempre desde Filipinas, fue-ron esencialmente mercantiles,aunque con las formidables conse-cuencias económicas y culturalesque dicho comercio implicaba. Elgaleón de Manila, que conectaba

anualmente dicho puerto con el deAcapulco, en la Nueva España, yque estuvo activo durante dos siglosy medio, hasta 1815, fue el vehícu-lo de un intenso intercambio quedistribuyó por América, España yEuropa, sedas, telas pintadas o es-tampadas, porcelanas, abanicos,marfiles, biombos, lacados japone-ses, arcones filipinos, muebles, te-jidos de algodón, especias, a cambiocasi exclusivamente de plata ame-ricana, un metal precioso que se en-viaba a Manila en grandes cantida-des (unos dos millones de pesosanuales, más de 50 toneladas).

El libro afronta los múltiples y va-riados aspectos de esta formidablehistoria, que partiendo de los mitosque guiaron la expansión oceánica,logró completar la mundialización

ibérica, abrir definitivamente elmundo y darlo a conocer, antes deque holandeses e ingleses se suma-ran a la aventura por la ruta portu-guesa de África. Porque lo excep-cional del caso español no es solo lapresencia en Extremo Oriente, sinoel contacto con dicho ámbito a travésdel Pacífico americano, toda vez queel tratado de Tordesillas reservabaa Portugal la vía africana hacia Asia,que los españoles no comenzarán autilizar hasta 1765.

Carlos Martínez Shaw y MarinaAlfonso Mola –punta de lanza delcreciente interés de nuestra histo-riografía por Extremo Oriente– hanescrito buena parte de los capítulosdel libro, en el que colaboran tam-bién otros destacados especialistas(Juan Gil, Manel Ollé, Rafael Va-lladares y Carmen Yuste). A ellosse debe un libro riguroso, ameno yde fácil lectura, cuyo interés se ve re-alzado por la magnífica edición y lacalidad excepcional –en la línea yahabitual de ediciones El Viso– de lasnumerosas ilustraciones que acom-pañan al texto, prueba todas ellas dela honda huella que la ruta españo-la a China dejó en ambos mundos.

LUIS RIBOT

La ruta de España a China

L E T R A S / H I S T O R I A

� El libro afronta los múlti-

ples aspectos de esta formi-

dable historia, que logró com-

pletar la mundialización

ibérica, abrir definitivamen-

te el mundo y darlo a conocer

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E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 2 6

MARK BOWDEN

Tr a d . J o a n S o l é . R B A , 2 0 0 85 6 8 p á g i n a s , 25 e u r o s

El 4 de noviembre de 1979,diez meses después deltriunfo de la revolución jo-

meinista en Irán, un pequeño grupode estudiantes universitarios irrum-pió en la embajada estadounidenseen Teherán, amarrada como un aco-razado enemigo a un tiro de piedrade la calle y símbolo de la domina-ción imperial de Occidente, y de-tuvo a todas las personas que esta-ban dentro.

La idea partió de Ibrahim As-gharzadeh, estudiante de ingenieríade la Universidad Sanati Sharif, cuyoobjetivo inicial, cuando propuso laacción a mediados de octubre a ungrupo activista conocido como “Re-forcemos la Unidad”, era simple-mente ocupar el recinto durante tresdías y utilizarlo como gran megáfo-no de todas sus fobias, odios y re-sentimientos hacia el Gran Satán.

¿Cómo y por qué lo hicieron? ¿Seconfirmaron los temores que les lle-varon a hacerlo? ¿Quiénes eranaquellos jóvenes? ¿Quién estaba de-trás de ellos? ¿Por qué los EstadosUnidos no lo previeron? ¿Cómo seexplica su reacción ineficaz y desco-ordinada? ¿Por qué una ocupaciónprevista para tres días duró 444? ¿Porqué esperaron a que Reagan juraracomo presidente para ponerlos en li-bertad? ¿Qué efectos tuvo la crisis enIrán, en los Estados Unidos y en elresto de la sociedad internacional?

¿Cómo es posible que la televi-sión global, que acababa de nacercon la CNN, y el resto de los gran-des medios informativos internacio-nales se convirtieran durante más deun año en instrumentos de un pro-grama islamista y contribuyeran, conello, a la derrota de Jimmy Carter enlas presidenciales de 1980 y a la con-solidación de un régimen funda-

mentalista radical en Irán? ¿Tuvo al-guna responsabilidad directa Jo-meini? ¿Formó parte el actual presi-dente, Mahmoud Ahmadinejad, delgrupo de secuestradores o gerogan-girha, como se les conoce en Irán?¿Qué ha sido tanto de ellos comode sus rehenes?

En Huéspedes del Ayatolá, MarkBowden (St. Louis, Missouri, 1951),durante veinte años corresponsal del“Philadelphia Enquirer”, muchosde ellos en Oriente Medio, y autorconsagrado por dos libros anterio-

res –Matar a Pablo Escobar y BlackHawk derribado–, ambos trasladadosluego al cine, responde a todas esaspreguntas con un estilo trepidante.Desde la primera línea hasta la úl-tima, atrae como un imán a pesar delnúmero de páginas (quinientas cin-cuenta y cuatro, contando bibliogra-fía, apéndices e índices) y la obse-

sión del autor por recoger hasta losdetalles más nimios.

Aunque los hechos ocurrieronhace casi veintinueve años y tantola edición original, en inglés, comoun documental de cuatro partes so-bre su contenido del canal Disco-very Times salieron al mercado es-tadounidense en 2006, el libro nopuede ser más actual con Irán ele-vada, según el último informe sobreterrorismo internacional del depar-tamento de Estado, publicado hacequince días, a la categoría de pri-mera amenaza mundial en procesoimparable de nuclearización.

El hilo conductor de la historia esel drama humano de los rehenes ate-rrorizados, torturados, golpeados,humillados y sometidos a múltiplesinterrogatorios durante quince me-ses, mientras los EE.UU., el presi-

dente Carter y el resto del mundocontemplaban, impotentes, el es-pectáculo por televisión.

Para la investigación, Bowden ysus colaboradores, entre ellos su hijoAaron, se dedicaron cinco años lar-gos a entrevistar a los supervivientesde la tragedia: rehenes, secuestra-dores, intermediarios, familiares y

militares que participaron en el fa-llido intento de rescate que Bowdendescribe, acertadamente, como “unade las acciones militares más auda-ces y complejas de la historia de losEstados Unidos”. (p. 339)

La crisis se resolvió meses des-pués del desastre con un acuerdohumillante para Washington que ne-gociaron Warren Chistopher y el par-lamentario iraní Bezhad Nabavi enArgelia y en Alemania, por el que losEE.UU. se comprometieron a no in-terferir más en Irán, a devolver mi-les de millones de dólares congela-dos en bancos estadounidenses trasla ocupación de la embajada, a faci-litar la reclamación iraní de la for-tuna del sha en los EE.UU. y a pre-sionar a favor de la anulación dereclamaciones multimillonarias deempresas estadounidenses en los tri-

bunales contra el ré-gimen revoluciona-rio iraní.

La principal exi-gencia de los secues-tradores, la entregadel sha para ser juz-gado en Irán, no seaceptó y los propiossecuestradores reco-nocen hoy que laconspiración de Wa-shington con el Go-bierno moderado deBazargan para liqui-dar la revolución jo-meinista –su prime-ra razón para justi-ficar el asalto– care-

ció de todo fundamen-to. Fue, como afirma Bowden, “laprimera batalla en la guerra de losEE.UU. contra el Islam militante,un conflicto que acabaría implican-do a gran parte del mundo”. La cri-sis de los rehenes despertó un mons-truo que no ha dejado de crecer.

FELIPE SAHAGÚN

L E T R A S / P O L Í T I C A

Huéspedes del Ayatolá

� Bowden explica, con ritmo

trepidante, cómo la crisis de

los rehenes USA en el Irán de

1979 despertó un monstruo

que no ha dejado de crecer

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L E T R A S / C Ó M I C

GUILLEM CIFRÉ

Ed i c i o n s d e Po n e n t . A l i c a n t e2008 . 1 7 2 p á g i n a s , 25 e u r o s

Pocas veces tenemos la opor-tunidad de encontrar un ál-bum en el que sumen sus

fuerzas dos de los escasos genios conque cuenta la historieta española,y éste es uno de ellos. Las tiras queCifré (Barcelona, 1952) ha venidopublicando en el diario Avui entre2004 y 2007 encuentran en la ma-quetación de Micharmut el interlo-cutor perfecto para asomarnos aunas páginas que destilan una mi-rada sobre nuestra cotidianeidadmás real que la realidad misma.

Concebidas en esa especie deestado de insomnio en el que Ci-fré ha sabido situarse desde que seconvirtió en una referencia para lasmentes más inquietas, a comienzosde los 80, este libro hace buenoaquel viejo aforismo de los pionerossurrealistas que decía “Cuenta a tushijos tus sueños”. Con la diferencia,eso sí, de que el mundo onírico queel autor nos plantea es lo suficien-temente abierto y generoso paraque esa combinación de elementosla pueda hacer suya cualquier lector.

Desde esa portada que nos en-frenta a aquel ojo del que Bretonnos decía que existía en su estadoprimitivo, Cifré fija un lenguaje fal-samente sintético para zarandearla conciencia del lector desde esazona fronteriza en la que lo lógicoy lo ilógico se tocan en más de unpunto. Ya he dicho en alguna otraocasión, sin embargo, que haríamos

mal en leer su obra como fruto deuna deuda exclusiva con el surrea-lismo ortodoxo. En él, a diferenciade otros creadores, no encontramosal rehén de un estilo, sino, comoquería Artaud, “el grito de una men-te que se vuelve sobre sí misma”.Una sustantiva diferencia, que haceque me recuerde más a aquel OPSde finales del franquismo que se en-tregaba a una continua “limpieza defondos”, como él describía su ta-rea (sólo que, en el caso de Cifré,todo es menos tenebroso). El ciu-dadano común de Cifré no parececonformarse con la estrechez de mi-ras a la que todos vamos siendo con-ducidos. Muy al contrario, hay en éluna obsesión por defender un len-guaje que nos emancipe de las es-trategias ilusionistas que nos pro-ponen como la panacea que puedelibrarnos de la singularidad a la queesperan que renunciemos.

¿Cómo no suscribir lo que Mi-charmut dice en su prólogo cuan-do comenta que una viñeta de Cifrées un álbum entero y concentrado yque una tira suya es un montón delibros? Esa condición que herma-na a ambos autores sólo se alcanzacuando la visión se ha entrenadopara clavarse de un modo especialen todo lo que, real o imaginario, so-mos capaces de percibir sin contra-dicciones. O dicho de otro modo:sólo se consigue cuando logramosque nuestra percepción se desen-tienda de todo lo que pueda con-dicionarla para dejar de ser libre.

FELIPE HERNÁNDEZ CAVA

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Artfóbia II

E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 2 8

Ficción(SEMANA ANTERIOR/SEMANAS EN LISTA)

22.. El asombroso viaje de Pomponio Flato . . . . . . . . . 3/7Eduardo Mendoza. SEIX BARRAL

33.. El niño con el pijama de rayas . . . . . . . . . . . . . 2/39John Boyne. SALAMANDRA

44.. Un mundo sin fin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5/18Ken Fo l let . PLAZA & JANÉS

55. El laberinto de la rosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4/4Titan ia Hard ie. SUMA DE LETRAS

66. Perdona si te llamo amor . . . . . . . . . . . . . . . . . 6/14Feder ico Mocc ia. PLANETA

77. Instrucciones para salvar el mundo . . . . . . . . . . –/1Rosa Montero. ALFAGUARA

88. El otro nombre de Laura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . –/1Benjamin Black. ALFAGUARA

99. Harry Potter y las reliquias de la muerte . . . . . 7/12J. K. Rowl ing. SALAMANDRA

1100. Un día de cólera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9/23Arturo Pérez-Reverte. ALFAGUARA

1. EL SECRETO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1/37Rhonda Byrne. URANO

22. La ciencia y la vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3/4Valent ín Fuster / José Lu is Sampedro. PLAZA & JANÉS

33. El médico perplejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4/3Robert S. Borrow. ALBA

44. El encantador de perros . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2/18César Mi l lán. AGUILAR

55. Falacias de la izquierda, silencios de la derecha . . 5/2Pío Moa. LIBROS LIBRES

66. Las 3 preguntas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7/8Jorge Bucay. RBA

77. Pequeña historia de España . . . . . . . . . . . . . . . . . –/1Manuel Fernández Á lvarez. ESPASA

88. En vida de Antonio Herrero . . . . . . . . . . . . . . . . . 9/2Luis Herrero. LA ESFERA DE LOS LIBROS

99. Los pilares de la felicidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . –/1Bernabé Tierno. TEMAS DE HOY

1100. Un cuerpo para toda la vida . . . . . . . . . . . . . . –/12Txumar i A l faro. EDICIONES B

11. COMETAS EN EL CIELO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1/13Khaled Hosse in i . SALAMANDRA

22. La sombra del viento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3/37Car los Ru iz Zafón. PLANETA

33. Los pilares de la Tierra . . . . . . . . . . . . . . . . . 4/17Ken Fo l let . DEBOLSILLO

44. Elegía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3/2Phi l ip Roth. DEBOLSILLO

55. Primera nieve en el Monte Fuji . . . . . . . . . . . . . –/1Yasunar i Kawabata. BELACQUA

66. La pasión india . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6/19Jav ier Moro. SEIX BARRAL

77. El economista camuflado . . . . . . . . . . . . . . . . 5/26Tim Harford. BOOKET

88. Déjame que te cuente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9/16Jorge Bucay. RBA

99. Expiación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8/12Ian McEwan. QUINTETO

1100. Todo bajo el cielo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10/2Mat i lde Asens i . BOOKET

11. MUNDAR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1/7Juan Ge lman. VISOR

22. Libro de esbozos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2/7Jack Kerouac. BRUGUERA

33. Si temierais morir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6/12Vicente Ga l lego. TUSQUETS

44. Poesía completa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5/2Pablo Garc ía Baena. VISOR

55. Vista cansada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7/12Lu is Garc ía Montero. VISOR

66. Ondulaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4/8José-Migue l U l lán. GALAXIA GUTENBERG

77. Golem . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . –/1Leopoldo Mar ía Panero. IGITUR

88. La prosa del mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3/15Luis Anton io de V i l lena. VISOR

99. Desiertos de la luz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . –/1Anton io Co l inas. TUSQUETS

1100. Poesía escogida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . –/15Mahmud Darwix. PRE-TEXTOS

No f icción(SEMANA ANTERIOR/SEMANAS EN LISTA)

Bols i l lo(SEMANA ANTERIOR/SEMANAS EN LISTA)

Poesía(SEMANA ANTERIOR/SEMANAS EN LISTA)

ALBACETE: Herso · ALMERÍA: Sintagma · ÁVILA: Senen · BADAJOZ: Universitas · BARCELONA: La Central, Casa del Libro · BILBAO: Casa del Libro · BURGOS: Mainel · CASTELLÓN: Plácido Gómez · CIUDAD REAL: Cilsa · CÓRDOBA: Luque · LA CORUÑA: Arenas · CUENCA: Juan Evangelio · GERONA: Geli · GRANADA: Continental · GUADALAJARA:Cobos · HUELVA: Saltés · HUESCA: Casa de las Novelas · JAÉN: Metrópolis · LEÓN: Pastor · LOGROÑO: Santos Ochoa · LUGO: Souto · MADRID: Antonio Machado, Casadel Libro, El Corte Inglés, FNAC, Fuentetaja · MÁLAGA: Rayuela · MURCIA: Diego Marín · OVIEDO: Ojanguren · PALENCIA: Alfar · PALMA DE MALLORCA: Signo · LAS PALMAS:Canaima · PAMPLONA: Universitaria · SALAMANCA: Cervantes · SANTA CRUZ DE TENERIFE: La Isla · SANTANDER: Estudio · SAN SEBASTIÁN: Lagun · SEGOVIA: Vallés ·SEVILLA: Casa del Libro · SORIA: Las Heras · TERUEL: Senda · VALENCIA: París-Valencia · VALLADOLID: Oletvm · VITORIA: Study · ZAMORA: Pya · ZARAGOZA: Central

11.. EL JUEGO DEL ÁNGEL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1/5Car los Ru iz Zafón. PLANETA

11.. THIS CHARMING MANMarian Keyes (M. Joseph)

22.. Hod tightHar lan Coben (Or ion)

33. Change of heartJodi Picou l t (Hodder)

44. RevelationC.J. Sansom (Macmi l lan)

55. Sundays at Tiffany'sJames Patterson (Centur ion)

11. LA PASIÓN SEGÚN CARMELAMarcos Agu in is (Sudamer icana)

22. El juego del ángelCar los Ru iz Zafón (P laneta)

33. Un mundo sin finKen Fo l let (P laza & Janés)

44. La lloronaMarce la Serrano (P laneta)

55. Un asunto pendienteJohn Katzenbach (Suma de Letras)

Reino Unido

Medios consultados:

“THE TIMES” / Reino Unido

“LA NACIÓN” / Argentina

“SPIEGEL” / ALEMANIA

“THE NEW YORK TIMES” / EE.UU

“El TIEMPO” / Colombia

Argentina

11. SUNDAYS AT TIFFANY’SJames Patterson (L i t t le Brown)

22. The whole truthDavid Ba ldacc i (Grand Centra l)

33. Twenty wishesDebbie Macomber (Misa)

44. Hold TightHar lan Coben (Dutton)

55. Unaccustomed earthJhumpa Lah ir i (Knopf )

Estados Unidos

11. EL OLVIDO QUE SEREMOSHéctor Abad Fac io l ince (Se ix Barra l)

22. LaraNahum Montt (A l faguara)

55. Un mundo sin finKen Fo l let (P laza & Janés)

44. La suma de los díasIsabe l A l lende (Sudamer icana)

55. Cometas en el cieloKhaled Hosse in i . SALAMANDRA

Colombia

11. FEUCHTGEBIETEChar lotte Roche (DuMont)

22. Die Tore der WeltKen Fo l lett (Lübbe)

33. LaienspielVolker K lüpfe l ; Michae Kobr (Piper)

44. Die WohlgesinntenJonathan L i t te l l (Ber l in Ver lag)

55. Ein liebender MannMart in Walser (Rowohlt)

Alemania

Desde muy, muy joven meplanteé todo en la vida entérminos de insurrección.

Las cosas que realmente importa-ban sólo podían lograrse medianteuna batalla. Batalla fragorosa, por su-puesto. Y la Literatura (mi mejor pa-sión junto a la Música) no iba a sermenos. Mi vida literaria empezócomo un asedio (a la idea de la be-lleza) y acabará, lo sé, como Nu-mancia o Cartago, y temo que des-de el punto de vista narrativo de losdel interior. Por eso creo que deboexplicar qué ocurrió con la primeranovela que escribí y no tanto conla que publiqué. Ésta, Continúa elmisterio de los ojos verdes, surgió de unreto, derivado de ciertos hechosacaecidos a resultas de aquella otraprimera novela. El reto con los Ojosverdes fue proponerme redactar unanovela legible, pero con trama (me-dio policiaca), etc. Al concluirla, ycomo estaba plenamente convenci-do de que ganaría cualquier pre-mio al que me presentase, la enviéal Nadal. Mi perplejidad no tuvolímites cuando supe que ni siquie-ra había llegado a las fases finales.

Bueno, pero ahora quiero con-tar la intrahistoria de mi auténticaprimera novela. Un buen día medije: “Montemos una gorda” (con-migo mismo, claro). Así que mepuse a escribir una novela experi-mental. Sí, digo bien, experimental.La edad, y la experiencia, me con-vencieron después de que puedehacerse una novela experimentalcuando ya se ha transitado por otrosterritorios narrativos. Pero entonces,amén de ingenuo, era un imbécil in-tegral, así que la escribí. Hoy sigoteniendo arrebatos de candor, aun-que me ha pasado demasiado y hevisto lo suficiente como para no sen-tirme un imbécil integral. Lo cier-

to es que entonces sí lo era. Y mepuse manitas a la obra.

El resultado fue una novela deimpronunciable título. También,sospecho, de ilegible contenido.Porque aquello era un artefacto deesencia diabólica. Un delirio barro-co que venía a ser mi personal ajus-te de cuentas (temo que tambiénprematuro) con el tema del lengua-je. Me había pasado los diez años an-teriores leyendo el Diccionario,apuntando cuantas palabras cauti-varon mi atención, y allí que soltétodo aquel lastre. Si Joyce lo habíahecho (para concluir su carrera lite-raria) con su Finnegans Wake, ¿porqué yo no podía hacer lo propio parainaugurar la mía? ¿Qué importabaque fuese consciente de que los lec-tores tendrían que recurrir al Dic-cionario varias veces por página? Siera un reto para mí, ¿por qué no tras-pasar ese reto a los lectores? De for-

ma que, dado que además de inge-nuo e imbécil entonces tenía la in-solencia secular de la juventud (ha-blo de 1980) le dejé mi novela (?) atres personas cuya opinión literariaera importante para mí: Xavier Be-renguel, Mauricio Wacquez y Ra-fael-Humberto Moreno Durán. Losdos últimos, además de narradores,trabajaban en sendas editoriales.

¡Ay de mí...! Transcurrían las se-manas, los meses, y nadie decía nipío. ¿Qué estaría ocurriendo? Pueslo siguiente: el pobre Berenguel mecontestó que la obra era “demasia-do” para él, ya octogenario, y quele “abrumaba” mi quehacer lin-güístico. Se quedó en la página 30,eso dijo, de un total de casi 300, “ató-nito” ante tamaña arborescencia sin-táctica. Falleció al poco, y confiesomis dudas culpables al respecto asi yo no habría puesto mi granitode arena a tan sentido óbito. More-no Durán vino a decirme que la no-vela era un prodigio de léxico, perofaltaba “pulir algo el andamiaje de laobra”, que en sí misma era de “in-superable lectura”. Bueno, en reali-dad estaba diciéndome que era unperfecto pestiño, pero no quise en-terarme. También murió demasia-do joven. Mauricio, gay perverso,lector de Proust y chileno de almaparisina, fue algo más críptico (y di-plomático, pienso hoy) al decirme:

“Mijito, has escrito una novela ini-ciática...” No conseguí sonsacarlenada más. Por supuesto, también fa-lleció cómo y cuando no debía.

Supongo que me hice mayor (li-terariamente) muy rápido. Guardéaquel engendro en un cajón y lo ol-vidé (¡ja!) y me puse a escribir no-velas de verdad. Ah, se me olvidaba:también le envié un ejemplar de lanovela a Munárriz, editor de Hipe-rión. Me contestó una amable car-ta en la que decía, más o menos, queigual yo me sentía Joyce (¿lo ven?)pero que ellos (Hiperión) no estabantan locos como para editarme eso.

Publico desde hace 30 años, osea, sé lo que me digo a estas alturas.Ante mi nuevo reto insurreccional,mi futura novela Robespierre, pien-so recuperar gran parte de aquel ma-terial, pero mejorado hasta la em-bolia, en un intento ya no sólo dehacer un novelón histórico sino tam-bién algo más. O hago una auténti-ca revolución en la prosa o no la pu-blico. Y es que la literatura es lo quetiene: acaba siendo una cuestiónde fijaciones no resuelta en perma-nente working progress. Mensaje fi-nal a mis lectores: tranquilos, que losnovelistas de siempre no han dadosu brazo a torcer. Y sí (nos) lo va-mos a poner más difícil que nunca.

JAVIER GARCÍA SÁNCHEZ

P R I M E R A M E M O R I A / J A V I E R G A R C Í A S Á N C H E Z

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La insurrección“Entonces, amén de ingenuo, yo era un imbécil integral”

DESDE ENTONCES

Javier García Sánchez

(Barcelona, 1955) obtuvo el

premio Pío Baroja por La damadel viento sur en 1985. Después

vendrían Última carta deamor de Carolina von Gunde-rrode (1986); El mecanógrafo(1989); La historia más triste(1991); El alpe d’Huez (1996) o

El otro amor (2008).

RUDY

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A R T E

ImponenteRichard Serra

Adrian Searle visita junto al artista el Grand Palais

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Richard Serra, con casi 70años, se me adelanta dandozancadas con paso firme y

decidido. Empuja para abrir la puer-ta de una salida de incendios situa-da en un rincón del restaurante delGrand Palais y me conduce al es-pacio luminoso y glorioso que haydetrás, uno de los espacios arquitec-tónicos más espléndidos de París,donde acaba de inaugurarse la ex-posición de su escultura Promena-de. Serra no abre la boca. Yo sueltoalgo estúpido y que no viene a cuen-to. Mientras trato de abarcar con lamirada las cinco láminas verticalesde acero oxidado que Serra ha co-locado a intervalos iguales domi-nando este enorme espacio –cadauna mide 17 metros de altura dentrode una cúpula de hierro y cristal quealcanza los 45– el artista se da lavuelta y se marcha para continuarcon su aperitivo.

Da la sensación de que estas pla-cas han surgido con brusquedad ycontundencia, como si hubieran sidoclavadas como un cuchillo en el sue-lo de hormigón en el momento quenosotros entramos. Se tarda un ratoen asimilar cómo logran coreografiarmisteriosamente el espacio y, a tra-vés de él, nuestros movimientos. Se-rra maneja la gravedad, la masa, elpeso, la presencia, un sentido de lodominante y lo inminente, en lamisma medida en que manipula laduración, el espacio mental y eldesarrollo de la experiencia física enel tiempo y el espacio. Pero cuan-

do el sol de mediodía se asoma porel tejado, todo el espacio es un re-flejo de luces y sombras. Al princi-pio me resulta difícil asimilar todo loque estoy viendo: las paredes, elsuelo y los planos de acero de Se-rra, que parecen rayas de cebra ca-mufladas entre la claridad y la os-curidad. Es como estar atrapado enlos engranajes de un reloj de sol. Aun lado, las escaleras art noveau dehierro se contonean hacia la terra-za. Cuando cae la tarde y el sol sealeja del tejado, la tensión entre loselementos esculturales y el propioedificio potencia e intensifica los pri-meros. La capa de óxido del acerocortén se va difuminando hasta con-vertirse en un brillo purpúreo y gri-sáceo. La gente que está abajo, en elotro extremo del edificio, parece mi-núscula, como las figuras de fondode un Canaletto. En una parte delsuelo hay bailarines ensayando. Lasparejas deambulan o caminan pen-sativamente por separado. Los pa-dres sacan fotos de niños apoyadossobre toneladas de acero. Se oye eleco de voces a lo lejos.

Promenade es un trabajo únicoque, para ser exacto, no sólo se com-pone de lo que Serra ha colocado enel edificio, sino también de la ar-quitectura y el propio espacio, la luzque cae, la gente que deambula y seagrupa, habla y mira. Nos acompa-ñamos unos a otros en nuestros so-litarios viajes a través de la obra. Se-rra ha hecho su trabajo; nosotroshacemos el nuestro.

Richard Serra es el segundo artista invitado a realizar unapieza específica para el majestuoso Grand Palais deParís. Anselm Kiefer lo hizo el año pasado. Serra haproyectado para este monumental espacio una gran obra,Promenade, compuesta por cinco inmensas láminas ver-ticales de acero que difícilmente se logran abarcar con lamirada. Adrian Searle ha viajado a París y se rinde, jun-to al artista, a los pies de la última creación de Serra.

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Con motivo de esta exposición,el Grand Palais abre hasta las oncede la noche varios días a la semana.Yo me paso allí el resto del día. La in-tervención de Serra es de una sen-cillez elegante y compleja. Es una si-tuación que se desenmaraña anteti y se vuelve a enredar una y otra vezmientras caminas y observas. En tudeambular, tu mente deambula con-tigo. Paul Klee definió el dibujocomo “trazar un sendero por el quecaminar”. Serra no dibuja cuandoestá planificando una escultura. Enalgún momento, diseña un mode-lo, jugando con pequeños trozos deacero o con un palo en un cajón dearena, pero lo que hace sobre todo espasear: pasea por el espacio. Prome-nade comenzó con uno de estos pa-seos. Se podría decir que ésta es laesencia de la propia pieza, no unsimple preámbulo o un buen títu-lo. Durante días, Serra daba paseosy se paraba, midiendo con sus pies elGrand Palais, para acabar finalmen-te en el punto medio del edificio ycaminar por la línea central del mis-mo, el espacio diáfano de hierro ycristal más grande del mundo.

Construido para la ExposiciónUniversal de París de 1890, el GrandPalais alberga hoy en día exposicio-nes de gran éxito, como la del año pa-sado de Gustave Courbet, pases demodelos y la FIAC, la feria de arte deParís. Serra sigue al artista alemánAnselm Keifer en una serie anual deencargos llamada Monumenta. El añoque viene, el artista francés ChristianBoltanski concebirá una obra paraeste lugar. Inevitablemente, se hanhecho comparaciones con el encargoanual de la Tate Modern para la Salade Turbinas. Por lo visto, todo elmundo quiere una Sala de Turbinas.

Uno pude hacer uso de los su-perlativos y las estadísticas para des-cribir el volumen de lo que ha hechoSerra en París, pero Promenadeno es-triba en lo monumental. De hecho,lo monumental (por no decir los pro-pios monumentos) está pasado demoda. La exposición inaugural delNew Museum de Nueva York el pa-

sado invierno se llamaba Unmonu-mental . La mengua actual del arte es-tadounidense puede ser en parte unareacción a la obra de Serra, así comouna respuesta a la oratoria demagó-gica del actual gobierno de EstadosUnidos. Todas estas cosas quedan enel aire. Serra (San Francisco, 1939),hijo de madre nacida en Rusia y deemigrante de origen mallorquín, esabsolutamente feliz trabajando enEuropa, y en un país comprometi-do con la cultura. “Cuando Obamase convierta en presidente”, comen-taba Serra durante el almuerzo, “va-mos a sugerirle que nombre un mi-nistro de Cultura. Estados Unidosnunca ha tenido uno”.

Su intención aquí era hacer queel espacio “resuene con volumen”.

Si te pones de pie, erguido, junto auna de las placas de acero y miras ha-cia arriba, da la sensación de que esuna pista vertical. Cada plancha estáseparada por treinta metros. Lo pri-mero que ven los visitantes es el bor-de de una sola losa vertical en el cen-tro del edificio. Parece una plomada,pero esto es engañoso. Las hojas deacero no están en fila india, sino quese sitúan a cada lado de la invisiblelínea central del edificio, un poco in-clinadas a derecha o izquierda,alabeadas para juntarse o separarse,cerca y lejos las unas de las otras.Tienen vida, y llenan de vida el es-pacio. Si las miras con los ojos en-treabiertos, a lo largo de todo el es-pacio, es como si las miraras a travésdel obturador de una cámara.

Al tratar de comprender el ordende las inclinaciones de Serra, comosi él hubiera estado barajando unascartas con un fin que sólo supieraél, caigo en la cuenta de que estoycontando los pasos, y las losas de ace-

ro que hay detrás, así como las queestán delante. En algunos sitios, lasplanchas individuales parecen des-vanecerse en el aire. Al volverme, escomo si las losas que ya he visto sehubieran alejado a toda prisa y es-tuvieran ahora conspirando al otrolado del edificio. Esto es algo másque el efecto acordeón de la pers-pectiva. Serra pude hacer que el es-pacio se dilate y se contraiga. Pero nole interesa la mera percepción del ta-lento para organizar grandes espec-táculos. Él es mucho más astuto.

Me voy haciendo mayor y el artede Serra me gusta cada vez más. So-lía resistirme a él en un sentido in-telectual, pero mi cuerpo me decíaotra cosa. Ahora mi cuerpo vuelvea decirme algo diferente, y lo queSerra hace me entusiasma más; nosiempre, pero cada vez más. El artede Serra hay que tomárselo tal ycomo viene, obra a obra, momento amomento. Mientras charlábamos,comentaba: “Me lo he pasado engrande. Tenía que colgar pesos en elaire, levantar en vilo 73 toneladas”.Promenade podría haber sido sim-plemente grande, inerte. El edificioy la luz podrían haberlo matado.Pero en lugar de eso, es como unadanza. También es importante quesea una única obra. Las grandesmuestras están muy bien, pero lasobras individuales y la particularidadde las ocasiones en que uno las vi-sita llenan más. En cierto momen-to de la tarde, cuando la luz empe-zaba a desaparecer, me quedé sinrespiración, sintiendo el peso de lascosas que llevaba dentro. Estabaintentando grabar un podcast, peroera algo autoinfligido. A Serra no levan esas cosas emocionalmentecompulsivas que ponen los nerviosde punta. Él manipula materiales.Nosotros hacemos el resto.

ADRIAN SEARLE

A R T E / E N P A R Í S

� Promenade podría haber sido simplemente grande, iner-

te. La arquitectura del Grand Palais y la luz podrían ha-

berlo matado. Pero en lugar de eso, es como una danza.

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Nadie se resiste ya en elmundo del arte a la fuer-za de Oriente, fundamen-

talmente de China. Las galerías con-tratan o intercambian muestras deartistas, museos e instituciones lesdedican exposiciones monográficaso colectivas, los coleccionistas se in-clinan por sus producciones... De talmodo que ya se nos han hecho fa-miliares algunos nombres: Cang Xin,Shao Yinong & Mu Chen, ZhangHuan, Liang Yuanwei, Li Wei y

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Zhu MingLIGHT BOXES AND PHOTOGRAPHS. ·· G A L E R Í A E ST

La utilizaciónde imágenespreexistentes

y fácilmente recono-cibles es una estrategiacompositiva en la quecoinciden la publici-dad comercial y la pro-paganda (y la crítica)políticas. Aunque seaun procedimiento untanto elemental y enprincipio poco creati-vo, sus ventajas son lainmediatez en la iden-tificación, cuando no elrespaldo del prestigio;además de las posibi-lidades que abren alimpacto visual si sobreesa base iconográficase introducen modificaciones quepueden alcanzar hasta su contra-dicción e, inclusive, la puesta enevidencia del contenido subliminaldel mensaje original, como hicie-ron magistralmente en sus collagesJohn Heartfield y Renau. Pero, enocasiones, también lo comercial ylo político pueden aunar esfuerzos,como muestran los carteles del co-lectivo Daños Colaterales que re-cuperan los anuncios de las casascomerciales que explicitaron suadhesión al régimen tras la victo-ria del ejército franquista y cuyosoriginales pueden consultarse en laHemeroteca Municipal de Madrid.Este trabajo es muy representativode la intencionalidad del proyec-to de Democracia (Pablo España eIván López) en Off Limits, quepretende hacer ostensible la “im-potencia de la simbolización” en elmomento actual de “desarticula-ción de la sociedad civil, diluida enla lógica consumista” o cuando “elconfort se ha convertido en herra-mienta de dominación”.

Tal vez por ello, los artistas aquíreunidos recurren a la estrategiaapropiacionista. Como Noaz, un ar-tista urbano que se dedica al sten-cil y que aquí, con su familia feliz deInconscientes, hace un homenaje ex-plícito a los carteles de BarbaraKruger en los ochenta, cuando suradicalismo político elevó la tem-peratura moral y emocional en elseno de las teorías del apropiacio-nismo. Como Laibach, que en suvideoclip versiona la canción Life isLife. Y Daniel Villegas nos presen-ta el Monumento a la III Internacio-nal de Tatlin hundiéndose en unmagma rosa. Otra representaciónimpactante de Villegas es la ima-gen desfondada de tres corredo-res de fondo (Franco, Hitler y Bush

padre) con el logotipo de Nike ensu camiseta, aludiendo al desgas-te y la erosión, incluso de referen-tes tan evidentes como éstos,gracias a los mensajes de la mer-cadotecnia. Y también como Kar-melo Bermejo –el ganador del VIPremio de Fotografía El Cultu-ral– quien con las fotografías desu performance After Sherrie Levi-ne after Walker Evans, en dondeBermejo arrancaba la reproducciónde la famosa fotografía apropiadade Levine en una biblioteca paradespués sacarla a la venta, señalalas limitaciones cínicas del apro-piacionismo en la praxis.

Completan la oferta otras pro-puestas, sólo aparentemente ale-jadas de esta tendencia, como elmural del grupo PSJM de unos ma-nifestantes agitando en sus pancar-tas ofertas del mercado en clara lí-nea de cómic, los retratos enacuarela y gran formato de HenryKissinger y Margaret Thatcher yaancianos a cargo de Juan PérezAguirregoikoa, el vídeo Superpro-ducciónde Antonio Ballester, un pri-mer plano fijo de unas manos con-tando billetes, y el interesantejuego en internet sobre nuestraspreferencias en la distribución delos bienes de la sociedad concebidoen 2002 por Distributive Justice, ungrupo de sociólogos, filósofos, dise-ñadores y programadores. Pues elapropiacionismo no sólo tomócomo objeto las representacionesen los mediay hasta los mismos pro-ductos de consumo estandarizado.En su interés fue determinante lacrítica contextual a los medios dedistribución y recepción de lo artís-tico. Punto de encuentro dondeconvergen comisarios, artistas y ges-tión del espacio de esta exposición.

ROCÍO DE LA VILLA

Parodias políticasCREADOR DE DUEÑOS. ·· C O M I S A R I O S : D e m o c r a c i a . E S PAC I O O F F L I M I T S . E s c u a d r a , 1 1 . M A D R I D . H a s t a e l 4 d e j u n i o .

II MM PP RR OO VV II SS AA CC II ÓÓ NN

AA BB SS OO LL UU TT AA ,, 22 00 00 22

JJ UU AA NN PP ÉÉ RR EE ZZ AA GG UU II RR RR EE GG OO II KK OO AA :: EE LL

AA BB UU EE LL II TT OO DD EE HH EE II DD II ,, 22 00 00 88

� La crítica a los medios de

distribución de lo artístico

es el punto de encuentro de

comisarios, artistas y es-

pacio de esta exposición

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otros. Ahora se añade a los anterioresel de Zhu Ming (Changsha, Hunan,1972), al que Estiarte dedica una ex-posición que recoge ejemplos de sutrabajo de los años 2000 a 2006.

Ming pertenece a la generaciónde los años noventa –la del East Vi-llage de Beijing, barrio en el que tra-bajaron también Zhang Huan, CangXin y Ma Liuming–, la que afrontalos cambios económicos y socialesmás profundos en la sociedad china,la que descubre la importancia y la

consideración de la identidad indi-vidual ante el aparato del Estado,la que viaja, por su creciente pre-sencia, fuera de las fronteras de la na-ción y traba contacto con artistasoccidentales. Todos los citados com-parten una misma actitud, que lue-go ha sido levemente modificada porel tiempo y los acontecimientos: sonperformers, artistas de la acción, paralos que la fotografía y el vídeo fun-cionaban, en un primer momento,como registro de lo sucedido y sólo

posteriormente se han convertido enelemento creativo autónomo.

Las performances que Ming harealizado desde 2002 hasta ahora jue-gan todas con un mismo y único ele-mento central, un globo de plásticode grandes dimensiones, en el que,casi siempre, se introduce el artistay bien surca en su interior las aguasde un río, o se adentra en el mar; bienlo cubre, a manos limpias, de pintu-ra, volviéndolo opaco para restable-cer luego su transparencia; bien, no

me pregunten cómo, enciende unfuego y llena el improvisado habitá-culo de humo; bien mete en ellos dis-tintos animales domésticos, que con-forman un curioso zoológico rural;bien, por último, se embadurna depintura fluorescente y brilla en suseno como un ser de luz.

Estas mínimas descripciones nohacen ni pueden hacer justicia alimpacto de sus imágenes ni a la can-tidad de analogías que surgen en eltranscurso de la acción, desde la fra-gilidad corporal del artista, niño queretorna al seno materno, enfrentán-dose desnudo a la fuerza del mar o elcurso del río, hasta la situación me-dioambiental en China, en una ce-remonia en la que él mismo se en-vuelve en humo en los adentros deun bosque limpio, pasando por la rei-vindicación del pensamiento espiri-tual tradicional en su cultura, ahoraconvertido en tabú. Ming fecha sustrabajos y explicita la situación o ellugar geográfico en el que transcu-rren: Laoshan, China, 26 de juliode 2002; Sidney, Australia, 9 y 16de marzo de 2003; Tate Liverpool, 9de septiembre de 2006...

Me importa señalar, además, que,tanto lo que podemos considerar elcontenido de sus events, como la be-lleza que emana de los lugares y con-frontaciones que provoca, son elresultado de un método cuyo plan-teamiento es de una absoluta sen-cillez –su materialización es gene-ralmente simple– y que se asienta enun soporte esencial: el arte como ex-periencia personal. Un proyecto que,como demuestra la documentaciónde sus trabajos precedentes, remon-ta sus raíces al arte conceptual de losaños sesenta en Occidente y a cier-tos reflejos de las propuestas del gru-po japonés Gutai. Así, Ming dice:“El cerebro es donde realmente seproducen mis obras sin los condi-cionamientos de la realidad exterior.Es el mundo más sencillo en el quetrabajar con total libertad. Pensares gratis, actuar es relativo”.

MARIANO NAVARRO

A R T E / E X P O S I C I O N E S

ng, diario de un performerE R Í A E ST I A RT E . A l m a g r o , 4 4 . M A D R I D . H a s t a e l 1 1 d e j u n i o . D e 7. 5 0 0 a 1 5 . 8 0 0 E .

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No tengo dudas de que lamirada tensa a la realidadque se intuye en la obra de

Jorge Macchi es producto de unadestilación de los principios y acti-tudes románticas. Como aquel hom-bre que Friedrich enfrenta al infi-nito, a ese momento mágico delabismo, Macchi da forma al viajerocontemporáneo y sus contradiccio-nes con obras que fluyen desde losutil a lo accidental, desde la pre-sencia física hasta su gradual desa-parición. Como en el mundo ro-mántico, en el universo que recortaMacchi el infinito semeja concen-trarse sobre sí mismo, buscando yencontrando la belleza en la degra-dación y en la mutilación, en la im-

posibilidad temporal y en ese co-quetear con el paisaje desde elmargen para celebrar la desposesiónmisma. Si para los románticos la ima-ginación actúa de intermediario en-tre el ser y el pensamiento, paraMacchi es el instrumento perfecto

para aprehender esa posibilidad derecrear mundos virtuales a partir deuna poética de sustracción de lo real,una vía para deconstruir y dotar dearmonía al fragmento.

La de Jorge Macchi es una mi-rada íntima. Lo decía Novalis: “Elcamino misterioso va hacia el inte-rior”. Así se explica esa doble lec-tura de la que gozan muchas de lasobras de Macchi, que en primera ins-tancia parecen amables y bellas y enuna segunda lectura –la que nos si-túa frente a sus textos– amargas yviolentas. La clave está en accedera la intimidad oculta bajo las formasde la distancia, en estrechar nues-tra relación con la obra para con-frontarnos con un contenido que

siempre va más allá de las aparien-cias. La opción de comenzar el re-corrido de la exposición a partir dedos dibujos de pequeño formato nosadvierte de esa construcción interior,aunque paradójicamente estos di-bujos revelen un carácter más ex-

trovertido que otras de sus obras máselaboradas no sólo en su aspecto for-mal sino también conceptualmente.En ellos, además, se nos advierteya de otra característica clave paraentender la poética de Jorge Macchi:la experiencia del doble.

Lo vemos claro en su Doppelgän-ger, donde toma el término alemánque se podría traducir como doble an-dante (término también heredadodel romanticismo), para encaminar-se a una realidad hipertextual dondedos textos diferentes se enlazan gra-cias a que comparten una misma fra-se que sirve de enlace. Una estra-tegia de simbiosis que resulta máshabitual en artistas que han utiliza-do el vídeo para unir dos realidades

diferentes a partir deuna misma escena yque en el caso deMacchi nacerá con laobra Un charco de san-gre, donde varias his-torias recortadas dediarios sensacionalis-tas convergen en uncliché periodístico:“un charco de san-gre”. Macchi juegacon la reversibilidaddel lenguaje y enfa-tiza la importancia dela reescritura comor e p r e s e n t a c i ó n .Como parece señalaren piezas como Hojamuerta, Ciudad dur-miente, Trama, La ciu-dad perfecta o A.B., lacuestión no es decir

sino mostrar; una derivación del tex-to en una escena por otro lado muybeckettiana.

Aunque esta exposición –que sedesarrolla en el espacio del CGAC yen la iglesia de Bonaval– se nos ofre-ce como una excelente ocasión para

revisar y reflexionar sobre la trayec-toria de Macchi desde principios delos años noventa, trata de huir de loretrospectivo y cronológico buscan-do nuevas asociaciones entre obrasy funcionando más como vivo pa-réntesis capaz de enfatizar su inte-rés por la elipsis, la progresión tem-poral y los diferentes climas, quecomo orden conformado definitiva-mente. El carácter de panteón delespacio de la iglesia genera otrasconnotaciones y consigue enfatizar-lo todo, a veces de una forma de-masiado obvia, como en The End, yotras con la sutilidad que esconde lomejor de Macchi, a partir de una pe-lícula que no llega a comenzar nun-ca y otra que no acaba jamás y sepierde en su borrosidad. Aquí el via-je es todavía más temporal y senti-do, fiel al sentido de ausencia pro-gresiva y enigma de su obra.

DAVID BARRO

Macchi, el viajero sobre el mar de nubesLA ANATOMÍA DE LA MELANCOLÍA . ·· COMISAR IO : G ab r i e l P é r e z -Ba r r e i r o . CGAC E I GLES IA SANTO DOMINGO DE BONAVAL . Va l l e I n c l á n , s / n . SANT IAGO DE COMPOSTELA . Has t a e l 1 3 d e j u l i o .

A R T E / E X P O S I C I O N E S

Jorge Macchi(Buenos Aires,1963) vive ytrabaja en lacapital Argenti-

na, país al que representóen la Bienal de Venecia de2005, al mismo tiempoque María de Corral leseleccionaba para laexposición del PabellónItalia. En España hatenido individual en lagalería Distrito Cu4tro yen la Casa Encendida, enMadrid. Su trabajo formaparte de coleccionescomo la de la TateModern, el Museo Contem-poráneo de Amberes, laFundación ARCO o el CGAC.

NN OO CC TT UU RR NN OO ,, VV AA RR II AA CC II ÓÓ NN SS OO BB RR EE EE LL NN OO CC TT UU RR NN OO NN ºº 11 DD EE EE RR II KK SS AA TT II EE ,, 22 00 00 22

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La exposición de AdolfoManzano (Quirós, Asturias,1958) funciona como una

instalación cuyo hilo argumental esla casa como frontera, como refugio,como auténtico muro que separalo íntimo y lo público. En la sala dela galería, dieciséis obras ejecutadasen este año muestran la facilidad delartista para adaptar la técnica y losmateriales al mensaje y de articu-lar un discurso con diferentes me-dios expresivos.

Hay pequeñas casas monolíti-cas de mármol blanco pintadas consentencias que en su conjunto for-man un discurso completo y queadoptan la caligrafía peculiar del gra-fiti. Hay un bloque de esas casas quese dispone en hilera como si fueranadosados, o con la inestabilidad irre-gular que tanto gusta al artista. Y haytambién grandes dibujos de grafitosobre papel poliéster donde se per-fila la silueta de una joven atractiva

mostrando el bloquede la casa recorridopor las frases evoca-doras. Esas imáge-nes funcionan comoel book de un pro-ducto comercial, se-mejan una parodiade los resortes de lamercadotecnia mo-derna donde se aso-cia la belleza con lasbondades de un pro-ducto, tienen el for-mato de la cartele-ría y la teatralidadvacua de un programa de lanza-miento publicitario. Por último, lapared del fondo de la sala está ocu-pada por un enorme grafiti de colo-res ejecutado por un profesional deese arte callejero. El mural rompe vi-sualmente con la asepsia del blan-co marmóreo y la delicadeza del gra-fito sobre papel, y conceptualmente

explica la idea de la calle como unatrinchera, pues en medio se levan-ta sobre una peana otra casa ele-mental, ya no de piedra sino dora-da, como un lingote o una joya.

El hogar, que es frontera en mu-chos aspectos, dirime la tensión conla ciudad precisamente en la calle,ese lugar de lucha donde el aisla-

miento domésticodel individuo seconvierte en la so-ledad del ciudada-no, donde la nece-sidad elemental deuna vivienda chocacon la especulacióndel suelo, donde elser humano sevuelve masa y lasideas personales sediluyen en la fuer-za fagocitadora delconjunto. El grafi-ti es el grito de re-

beldía del individuo (ése mismoque deja su nombre o apodo en losmuros) contra un sistema que niegasu derecho a un lugar digno paravivir y contra esa sociedad deshu-manizada que se ha olvidado de loimportante.

ANA FERNÁNDEZ

A R T E / E X P O S I C I O N E S

Adolfo Manzano, el hogar como fronteraLA CASA ES LA FRONTERA. ·· G A L E R Í A E S PAC I O L Í Q U I D O . J o v e l l a n o s , 3 . G I J Ó N . H a s t a e l 7 d e j u n i o . D e 3 5 0 a 5 . 8 0 0 E .

EE LL UU NN II VV EE RR SS OO DD EE LL AA NN TT RR OO PP ÓÓ LL OO GG OO ,, 22 00 00 77

Hasta qué punto la natura-leza es una construcción,una idea que se recicla

constantemente, o una convencióniconográfica que resiste a las trans-formaciones temporales. Cuáles sonsus nuevas visiones y versiones.Cómo hemos de arbitrar qué es hoyen día lo “natural”. Estos son algu-

nos de los interrogantes que abor-da Supernatural, una selección deveinticuatro artistas de trece países(y predominio de posiciones centro-europeas), que exhibe un cierto es-píritu berlinés y esa paradójica com-binación de referencias culturalistasy levedad argumental que reflejantanta subversión como fascinación.

Los ecos del romanticismo nór-dico y el idealismo filosófico afloranen obras que tratan la naturalezaen clave irónica o como un clichégastado, como los melancólicos y os-curos enclaves urbanos de RomanLipski, los paisajes nórdicos de So-ren Martinsen, las pinturas kitschde ramos de flores de Paul McDe-vitt, las fotografías de flores “de pos-tal” de Hans-Peter Feldmann o esasllamativas esculturas –jarrones/plan-ta– de cerámica en las que MarkusKarstieß ha introducido especies ve-getales autóctonas. El trabajo envídeo de Peter Land, The Lake, re-sulta una aguda caricatura de un ca-zador pasivo.

Las fronteras entre los géneros ar-tísticos y las confusiones entre rea-lidad y ficción, son abordadas en loscollages de imágenes de John Ste-zaker, los experimentos con explo-siones, colisiones y proyeccionesde objetos a través del espacio(Action Sculptures) de RomanSigner, el paisaje digital roba-do en internet por ThomasRuff –de los más potente de la ex-posición– o ese puzzle de repro-ducciones de libélulas de Cor Dera.

La idea de la “museización” delo natural, que unifica toda la pro-puesta y le imprime una evidentecarga crítica, se materializa de muydistintos modos. La hallamos en lashumorísticas esculturas de UweHennekem (como ese pollo aplas-tado por una bomba) y en el senci-llo bouquet de lirios de broncepintado de Graham Fagen; enlas fotografías de “reinstala-ciones de la naturaleza” enEstambul del mexicano Ga-briel Kuri y, especialmente,en los montajes/réplicas delhábitat natural de anima-les salvajes realizadas en el

Museo de la Fauna Salvaje de Leóny fotografiadas para su “diario de via-je” por Jordi Bernadó, único españolen la muestra.

La interacción del hombre con lanaturaleza es el tema tratado por elreconocido artista norteamericanoDan Peterman, uno de los pione-ros en explorar las ideas de reciclajey las problemáticas medioam-bientales. Esta misma cuestión esanalizada por el noruego Fredrik

A R T E / E X P O S I C I O N E S

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Naturalezas distanciadasSUPERNATURAL . ·· C O M I S A R I A : F r i e d e r i k e N y m p h i u s . C E N T R O C U LT U R A L A N D R AT X . E s t a n y e r a , 2 . A N D R AT X . PA L M A D E M A L LO R C A . H a s t a e l 1 0 d e a g o s t o .

SS AA BB II NN EE GG RR OO ßß :: UU NN TT II TT LL EE DD .. BB LL OO CC KK WW EE II SS SS 00 11 ,, 22 00 00 88 .. AA LL AA DD EE RR EE --

CC HH AA ,, UU WW EE HH EE NN NN EE KK EE NN :: AA MM II NN OO TT AA MM AA NN AA NN DD AA BB RR OO TT HH EE RR ?? ,, 22 00 00 77

� Sin lugar para lo magno

y lo desconocido, lo abruma-

dor y lo terrible, se nos re-

cuerda que es más que una

imagen lo que está en juego

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Raddum en sus fotografías de restosde animales atropellados en las ca-rreteras mallorquinas, y, de un modomás alusivo, por Sabine Groß, en suscomposiciones abstractas. Las ins-tantáneas de pájaros, captadas trashoras de observación por la cámarade Jean-Luc Mylayne, introducenel recuerdo, un tanto idílico, delpaciente observador naturalista, ynos proporcionan hermosas instan-táneas de paisajes rurales. A su vez,los dibujos en blanco y negro de flo-res y especies botánicas de PaulMorrison, evocan aquella figura delestudioso de la flora y la fauna quedocumentaba minuciosamente susobservaciones.

No faltan otras ensoñaciones decorte romántico, como los estudiosde nubes de Stefan Löffelhardt, olos dibujos “obsesivos” de galaxiasy paisajes extraños de Paul McDe-vitt. En esta línea, destacan los tra-bajos en vídeo y las fotografías dela joven artista suiza EmmanuelleAntille, que pone en evidencia lafina línea que separa el recuerdo y lafantasía, la imaginación y la realidad.Por último, la inclusión de una pin-tura y una escultura del artista ale-mán Thomas Scheibitz, hace sitio ala abstracción y otros plantea-mientos menos literales del tematratado.

Así pues, además de “explorar lanaturaleza como un sitio, como unobjeto de la percepción y como sín-toma de la fascinación” –segúnexplica en su texto introductorioFriederyke Nymphius, la comisa-ria del proyecto–, podríamos decirque en Supernatural cobra una for-ma múltiple ese distanciamientoemocional, intelectual y, casi, lite-ral, que experimenta el hombre ac-tual hacia la naturaleza. Sin espaciopara lo magno y lo desconocido, loabrumador y lo terrible, estas na-turalezas arrinconadas, codificadas,manipuladas e ironizadas, recuer-dan que es algo más que una ima-

gen lo que está en juego.

PILAR RIBAL

Diez fotógrafos de la agen-cia Magnum –más o me-nos vinculados a la foto-

grafía documental– confrontan suspropios trabajos con el mundo delcine. El itinerario de la muestra estáorganizado en ámbitos autónomos,de manera que cada profesional re-crea su mundo personal en diálo-go con el cine de maneras muy di-versas. Abbas, Antoine D’Agata,Bruce Gilden, Harry Gruyaert,Gueorgui Pinkhassov, Gilles Pe-ress, Mark Power, Alec Soth, Do-novan Wylie y Patrick Zachmannhan sido los fotógrafos invitados

El asunto sobre la que versa laexposición es cómo la influenciadel cine se proyecta en el imagi-nario de la fotografía. Ahora bien,es significativo que un periodistaque cubrió la exposición escribie-ra que no sabía cuál era exacta-mente el tema, pero que esteaspecto –según él– no tenía im-portancia frente a la seducción delas imágenes y la potencia delmontaje… Síntoma, éste, de unsignificativo estado cultural: tras laapariencia vana de las imágenesy su poder hipnótico, tan sólo res-ta el vacío. No hay pensamiento,no existe discurso, solo el cente-llear de las imágenes.

Y sin embargo, consciente o in-conscientemente, la exposición, enmi opinión, sí que plantea un pro-blema, a saber, que la creación –in-cluso en la fotografía documentalque se supone más objetiva– res-ponde a una memoria y a un apren-dizaje cultural, que no somos ca-paces de percibir porque lostenemos absolutamente interiori-zados. Es decir, no es posible unamirada virgen sobre las cosas, pues-to que mirar responde a una ex-periencia aprendida. Más aun, se

trata de verificar la experiencia ad-quirida. Es imposible contemplaralgo sobre lo que no tenemos nin-guna referencia. Ésta es también laidea que intuye Alain Bergala enun breve e insuficiente texto delcatálogo cuando alude a una cita dePavese: “No vemos nunca una cosapor primera vez, al contrario, siem-pre la segunda vez, cuando se re-laciona con otra”.

Me ha resultado especialmenteinteresante la experiencia de Pa-trick Zachmann. Éste, interesado

por la cultura oriental, ha fotogra-fiado la diáspora china por todo elmundo y ha ejercido como repor-tero en Asia. Él explica que, a prin-cipios de los años ochenta, en Eu-ropa, conoció el cine negro deShanghai. Los bajos fondos, los fu-madores de opio, los ambientes mi-serables de la noche china… le fas-cinaron. Posteriormente inició sutrabajo como reportero en Asia. Élmismo quedó asombrado al com-probar –tiempo después– la simili-tud de sus reportajes con alguna de

estas películas. Este fo-toperiodista, que creíaaproximarse al aconte-cimiento con una sen-sibilidad propia y conuna voluntad informa-

tiva sincera, verifica que reprodu-ce códigos de visión o interpreta-ción. Y no se trata sólo de códigos oesquemas dados, sino de estereo-tipos de la cultura de masas, mo-delos de ficción y novelización.

Aunque sacada de contexto,aquí podría ser oportuna aquellaparadoja de Oscar Wilde: “la vidaimita al arte mucho más que el arteimita la vida”. Falta por saber loque hay de uno y de otro.

JAUME VIDAL OLIVERAS

La vida que imita al arteMAGNUM. 10 SECUENCIAS, EL CINE EN EL IMAGINARIO DE LA FOTOGRAFÍA. ·· C O M I S A R I O S : D i a n e D u f o u r y S e r g e To u b i a n a .

C C C B . M o n t a l e g r e 5 . B A R C E LO N A . H a s t a e l 7 d e s e p t i e m b r e .

HH AA RR RR YY GG RR UU YY AA EE RR TT (( MM AA GG NN UU MM PP HH OO TT OO SS )) :: LL OO NN DD RR EE SS ,, RR EE II NN OO UU NN II DD OO ,, 22 00 00 44

�La muestra plantea que la creación

responde a memoria y aprendizaje.

No es posible una mirada virgen

Amaya González ReyesYO GASTO. ·· GALERÍA PILAR PARRA .. Co n d e d e A r a n d a , 2 . MADR ID .

H a s t a e l 3 0 d e ma y o . D e 0 , 1 0 a 1 .750 E .

Yo gasto es el título del trabajo con el que Amaya Gon-zález Reyes (Sanxenxo, 1979) debuta en el circuito

comercial madrileño y con el que se inaugura el espaciode proyectos para jóvenes artistas de esta galería. Éste deGonzález Reyes viene a confirmar un interés por las secuelasdel conceptual y sugiere una vuelta de tuerca a algunos de los pre-ceptos instaurados por artistas como On Kawara, de quien se sien-te deudora, artista que es también punto de arranque para otrosproyectos como el que presentará de forma inminente en el Cen-tro Cultural Montehermoso de Vitoria. Yo gasto puede, efectiva-mente, entenderse en paralelo a los Today Series de Kawara, y pre-senta un registro de las compras realizadas en un determinado arcotemporal. La gallega traduce al lienzo, de pequeño y medio for-mato, el ticket de compra y su precio es exactamente ése, elmismo que ha pagado la artista por un colador en la ferretería, unascañas o el traje que ha mandado al tinte. Los cuadrosestán retractilados (ágil el guiño a la producciónen masa) y se presentan apilados formando un con-junto escultural que varía en función de la ventade los cuadros. Lo pagas y te lo llevas. Como enlas piezas de Kawara, González Reyes despoja sutrabajo de toda posibilidad aurática y certifica un actocotidiano que, si bien se centra en el ámbito del con-sumo, no deja de perfilarse como la captura de unmomento. Y, sin embargo, al mismo tiempo pro-longa y recontextualiza, no sin acidez, la acción con-sumista reinsertando la constancia de esa compra en el merca-do convertida ya en obra de arte, una obra de arte para todos lospúblicos que pone en entredicho, siempre desde la perversión,muchas de las convenciones que a ella se asocian. Un trabajo fres-co y mordaz. JAVIER HONTORIA

Fernando GiménezREALITY SHOW. ·· ESPACIO MENOSUNO. La Pa lma, 28. MADRID

Ha s t a e l 25 d e ma y o .

Con aire furtivo y algo misterioso se presenta esta indivi-dual de un flamante nombre de la fotografía, Fernando

Giménez, de quién no tenemos más datos que su mocedad. Ape-nas encabezadas por un título reciclado, Reality Show y flan-queadas por dos citas (de Eduardo Galeano sobrela Alicia de Carroll y el espejo), estas imágenes de Gi-ménez discurren habitadas por personajes enmas-carados y cubiertos por coloridos pasamontañas. En-mascarados vestidos con ropa de calle-casual que, engeneral, tienen un aire a V (el anarquista revolucio-nario oculto tras la máscara esquemática de Guy Faw-kes en la fastuosa novela gráfica de Alan Moore Vde Vendetta), algo de luchador mexicano y una pizcade subcomandante Marcos, y que transitan siem-

pre por espacios cotidianos llevando a cabo distintas accionesdomésticas o corrientes escasamente pero sí apreciablementecoreografiadas. Se trata de personajes que se sitúan en los es-pacios de una casa cualquiera, en la garita de cobro de un par-king, ante y tras el mostrador de un pequeño comercio de ul-tramarinos, comiendo, fumando en la salita… Da la impresiónde que sólo en silencio. Casi siempre lo accidental, lo anec-dótico, la rutina de andar por casa, se superponen en estas es-

tampas de Fernando Giménez (Madrid, 1980) sobre la innega-ble colocación artificiosa de elementos y figuras, pero sí se muestrancontrolados los grados de luz y sombra, así como el encuadre y lacomposición, lo que dota a las imágenes de cierta apariencia queacertamos a atisbar como naturalista y pictórica. Aspectos plásticosy formales, todos, que transmiten una sensación de irrealidad, depecera o urna donde actores sin motivos representaran algo pare-cido a nuestras vidas corrientes en un mundo. Como si el realityshow tuviera lugar en el más acá del televisor y lo protagonizaranmeros figurantes salidos de un cómic absurdo. ABEL H. POZUELO

Miguel RaelTHE BEGINNEND. ·· GALERÍA LUIS ADELANTADO. Bona i r e , 6 . .

VALENC IA . Ha s t a e l 23 d e j u n i o . De 1 .400 a 9 .500 E .

The Beginnendes título de la exposición con el queMiguel Rael (Murcia, 1974) parece anunciar,

de entrada, que con el lenguaje y con el arte sepuede hacer todo. Una proyección en cuatro mo-nitores simultanea una acción mediante la cual el ar-tista, como si de un mago se tratara, desde unos mon-

tones de polvo blanco, hace aparecer las palabras: “In dust I trust”.Junto a esta proyección, en diversos lienzos y papeles sobre fon-dos blancos y negros aparecen sentencias como “tenga cuidadode usted” o “cuidado con aquéllos que se quejan”. Entre cho-rretones de pintura, tachaduras y signos diversos, la palabra se con-vierte en una imagen omnipresente hasta su culminación en la ins-talación Beware, probablemente la obra más interesante. Si enlos trabajos anteriores era el gesto el que forjaba los mensajes,en esta instalación las proclamas vienen dadas por una caligrafíaindustrial. Aquí, un cúmulo de grandes carteles negros, como es-quelas, llaman la atención sobre los peligros de sueños, creen-cias, consuelos y juramentos. “Mis piezas –señala el artista– se des-pojan de todo artificio para lanzar advertencias unas veces directasy contundentes otras irónicas y reflexivas. A través de estructuraslingüísticas quiero reflexionar acerca del papel del individuo en

la sociedad, y cómo éste se ve sometido a diferen-tes conflictos”. Con ese propósito, Rael establece unjuego con el lenguaje, como con el arte, cuyo pro-ceso quiere hacer explícito cuando muestra el trabajocomo una sucesión redundante de acontecimien-tos que, sin embargo, se manifiestan como exclusi-vos y personalizados. Hay en todo ello algo de un fan-zine en blanco y negro en el que las palabras hanocupado definitivamente el espacio de la imagen,siendo ellas la imagen misma. JOSÉ LUIS CLEMENTE

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A R T E / E X P O S I C I O N E S

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Siempre ha causado viva ad-miración a la cultura de la mo-dernidad el encuentro con las

formas de expresión de las artes pri-migenias, tribales o arcaicas. Desdecomienzos del XX, a partir de las ex-periencias de Gauguin, Matisse,Picasso, Brancusi, Epstein, Gaudier-Brzeska y los expresionistas alema-nes, se ha configurado una corrien-te fuerte de simpatía cultural con lasartes primitivas, con sus formas na-turalistas estilizadas, con sus técni-cas más tradicionales, con su instin-to simbólico y, en especial, con sumanera de establecer relaciones re-cíprocas, inclusive orgánicas, entre elhombre y la Naturaleza. Desafor-tunadamente en España no tene-mos un museo de artes tribales deÁfrica y Oceanía, que facilite nues-tro contacto con las expresiones másprimordiales del hombre y con sussistemas de recurrencia temporalesy rituales. Así, una exposición comoésta constituye una ocasión excep-cional, llena de sugestiones y sor-presas.

Primera sorpresa: la exposición,centrada en las formas objetuales delas “monedas” primitivas de los pue-blos de África subsahariana descubreuna parte de los tesoros artísticosreunidos en la colección de la Fun-dación Alberto Jiménez-ArellanoAlonso, que fue creada hace cuatroaños con sede en la Universidad deValladolid, y cuya sección de terra-cotas africanas tiene fama de ser lamás completa del mundo. La se-gunda sorpresa la constituye la ín-dole singular del fondo expuesto:se trata de un conjunto numeroso,variado y de calidad excelente de ob-

jetos manufacturados, elementos or-namentales e instrumentos que hansido utilizados como moneda (la an-troplogía social los denominan paleo-monedas) por los diversos paísessubsaharianos desde la antigüedadhasta las primeras décadas del XX.Tercera sorpresa: la belleza de rea-lización, la poética simbólica y el po-der de representación social de estefastuoso y fuerte conjunto, cargadode sugerencias e indicaciones para elconocimiento de sus sociedades, suscódigos y rituales. Proyectos comoéste, producido por la FundaciónBanco Santander, abren perspecti-vas e incitaciones a los artistas, a losestudiosos y al público.

El limpio montaje de la exposi-ción la ordena en un prólogo y trescapítulos. El preámbulo muestra lasformas del dinero “no-metálico” uti-lizadas en la historia de África: pie-

zas pequeñas de coarcita, ágatas,manufactura textil, conchas, cuen-tas de vidrio y figurillas zoomorfasde metal evidencian que la inven-ción de los diferentes elementosmonetarios fue tan importante parala vida comercial, como lo seríanlos signos alfabéticos para el inter-cambio de ideas. Las grandes vitri-nas de las salas clasifican y ponen envalor las cuatro principales formasprimigenias que fue adoptando lamoneda “metálica” en la historia delcomercio entre los pueblos africanossubsaharianos. Los utensilios agrí-colas resultan aquí tan elaboradosy bellos como los braceletes y losaros diseñados para el adorno cor-

poral; y asimismo sorprenden porigual las formas imprevistas de losinstrumentos musicales y las de lasarmas, resultando algunas de éstas–en especial las de los cuchillos arro-jadizos– extraordinariamente ima-ginativas. Del conjunto se despren-de una cierta nostalgia del estadooriginario –tan subjetivo, tan huma-no, en concepto y tecnicidad– delarte de la forja, cuando el herrero eratenido por un mago que trataba me-tales desusados –hierro, cobre ybronce– dominando sus formas cre-ativas con un elemento igualmen-te mágico: el fuego.

JOSÉ MARÍN-MEDINA

La edad de hierrode las monedasFORMA Y VALOR. MONEDAS AFRICANAS TRADICIONALES. ··

C E N T R O C U LT U R A L C O N D E D U Q U E . C o n d e D u q u e , 9 -1 1 . M A D R I D . H a s t a e l 1 d e j u n i o .

� Sorprenden la belleza de

realización, la poética sim-

bólica y el poder de repre-

sentación social de este

fastuoso y fuerte conjunto

CC UU LL TT UU RR AA SS MM AA MM BB II LL AA // MM FF UU NN TT EE // WW UU LL II ,, CC AA MM EE RR ÚÚ NN YY NN II GG EE RR II AA .. AA

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A R T E / E X P O S I C I O N E S

La escena sale a la calle. Comotodos los meses de mayo,muchas ciudades y pueblos

de España aprovechan los espaciosal aire libre con la llegada del buentiempo. Entre todos ellos destacaValladolid por organizar el FestivalInternacional de Teatro y Artesde Calle que, con sólo nueveaños de existencia, se ha con-vertido en una referenciade este género teatral.

La línea del FI-TAC de Valladolid esdoble. Por un lado está laintención de “convertir la calle en unespacio público donde confluya elarte y los ciudadanos”, asegura du di-rector, Javier Martínez, y por el otro“contribuir a que el arte sirva a los in-dividuos permitiéndoles provocar suimaginación, conmoverlos y darlesla oportunidad de construir sus pro-pias obras con las preguntas que lesplantearán las compañías invitadas”.

Para esas cuestiones parece queya se están preparando los vecinosde la ciudad castellana pues el pri-mer día de la venta de entradas sehan vendido todas las localidadespara ls espectáculos en recintos ce-rrados, excepto las de dos produc-ciones. El resto de las actuacionesson en la calle, con acceso libre, porlo que hasta que no concluya el Fes-tival no se conocerá el número de es-

pectadores. Las previsiones estimanen unas 200.000 personas las que po-drán ver a las casi 60 formaciones in-vitadas de 15 países, desde EstadosUnidos hasta Australia, de Chile aIndia, que ofrecerán unas 200 re-presentacio-nes en 20espaciosdiferen-

tes. Entotal, in-tervendránunos 400 artis-tas con “la in-tención com-partida dequerer convertircada actuaciónen un aconte-cimiento parael especta-dor al que le vana presentar unmundo de con-trastes, confuso ycontradictorio,como es la reali-dad en la quevive”, señalaMartínez. Eseespacio de caras

opuestas se hará visible a través deuna senda común. El Festival ha tra-zado un camino que “parte de las ra-íces de cada uno para buscar la con-temporaneidad artística a través dediferentes lenguajes escénicos” quesirvan para mostrar la diversidad cre-ativa actual. Aunque como en edi-ciones anteriores del certamen va-

llisoletano, el circo tiene un lugardestacado, también sobresale

en lap r o -g r a -

mación lapresencia de una música

capaz de combinar con el restode géneros artísticos y un ho-menaje a la vieja compañeradel festival Ana Vallés.

Nuevo circo. De la creadora ga-llega destaca Martínez “la relación

que establece con los espacios yel público, a los que nunca im-pone sino muestra lo quehace”. También su idea deque el teatro ha de alejarse deltexto para explorar otros lengua-jes y los sentimientos, algo quecomparte el Festival, por lo que susorganizadores han encargado al es-cultor Víctor Cuadrado unos vídeos-sorpresa relacionados con la obrade Vallés.

La presencia del nuevo circo esuna de las señas de los últimos añosdel certamen vallisoletano. Martínezconsidera que el antiquísimo arte nosólo está en un “magnífico momen-

to tanto sólo como en compañía deotros lenguajes, a los que impregnacada vez más con su estilo vivo, ima-ginativo y fronterizo”.

Por eso el Festival ofrece dife-rentes manifestaciones de circo quevan desde los legendarios “clowns”Colombaioni que recordarán a Fe-derico Fellini hasta Les Motasses,compañía formada por una italiana yuna belga que harán acrobacias enmoto alrededor del fuego, Oko So-lotoday's Circus, compañía integra-da por un croata y una alemana que

T E A T R O

El próximo miércoles co-mienza el Festival de Tea-tro y Artes de Calle de Va-lladolid. Con la presenciade 60 compañías y 400 ar-tistas procedentes de quin-ce países, este Festival seha convertido en la ma-yor referencia del teatrode calle en nuestro país.

Comienza el Festival de Teatro de Calle

Valladolidabre puertas

E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 4 2

harán danza-teatro sobre y bajo elalambre, o los franceses de Tr'Es-pace con su espectacular juego dediábolos.

Otra pareja que estará en Valla-dolid es la de Oko Solotoday's Cir-cus. Es una formación compuestapor un artista croata y una alemanapor la que Martínez tiene especialpredilección ya que el año pasadoconsiguió el premio de la sección“off” del Festival. En esta edición lacompañía, cuyo nombre evoca en elidioma eslavo los ojos de halcón conlos que el ave controla todo desde suposición en las alturas, presenta unespectáculo “de danza-teatro sobrey bajo el alambre en el que realizanun inusual y muy bello pas de deux”.

Una segunda compañía que re-pite presencia en el Festival es Sen-za Tempo. La formación es un vi-

sitante habitual de la localidad cas-tellana, donde ha recalado en va-rias ocasiones. Para el presente año,además, el festival coproduce su“A+Cosas que nunca te conté”, conla que se aleja un poco de sus tra-bajos anteriores al hacer “un espec-táculo multimedia en el que la uti-lización de una caravana comoespacio escénico sirve a Senza Tem-po para hacer una reflexión sobrela utopía y la libertad en un mundocomo el actual”, explica Martínez.

El resto de coproducciones delFestival son De pa-seo, propuesta de labailarina francesaClaire Decreux

que con “una serie de objetos buscacompartir la soledad y tristeza” de laspersonas, y la llegada de los “Inva-sores del espacio”, con la cual los va-llisoletanos de Rayuela hablarán delos “problemas de hoy con su habi-tual humor ácido” mediante la cons-trucción de cinco instalaciones conmaniquíes, títeres siluetas y otroselementos.

El resto del Festival recorre lasdemás disciplinas escénicas desde elteatro a los títeres, pero dedica es-pecial atención a la música. Aunqueno a la que suena tradicionalmenteen conciertos o recitales aislados,sino a la que es “capaz de integrar-se con otras artes, dialogar con ellase incluso enfrentarse y presentarsede una forma diferente a la tradi-cional”, matiza el director. Por esoMartínez quiere convertir Vallado-

lid en un gran auditoriodonde resuene unamúsica que llegaráde muchas formas.

El responsabledel certamen desta-

ca de entre todas las propuestas“el insólito encuentro que ten-drá lugar entre un grupo musi-

cal y un conjunto de majo-rettes o los que tendrán los

paseantes del CampoGrande cuando de re-

pente, en plena ma-ñana mientras des-

ayunan o leen el

periódico les sale al paso una ban-da de música”. O la suma de talen-tos de Le GdRA, el extraño puntode encuentro entre un acróbata ybailarín (Julien Cassier), un antro-pólogo y músico (Cristophe Rulhes)y un cómico de los media legua (Sé-bastien Barrier) que presentarán suinclasificable Singularités ordinaires,como también lo es Transports Ex-ceptionnels, un encuentro entre “elcanto lírico y una excavadora de laque se colgarán los bailarines deBeau Geste”.

Lo último del arte jondo. Aunque lapropuesta más original tal vez seala apuesta de Martínez por las per-formances flamencas. El Festival hadecidido abrir un hueco para lo úl-timo del arte jondo, que poco a pocosale de sus espacios y formas tradi-cionales para recorrer nuevos e in-sólitos caminos.

Entre todas esas propuestas,que incluyen diversos géneros entorno al cante y el baile, sobresalepor encima de las demás los Bulosy tanguerías de El Bicicletero. El es-pectáculo es una creación de RaúlCantizano y Santiago Barber queprotagoniza Jesús Corvacho. Elcantaor comienza su faena a piemientras se va dando un paseo conuna maleta hasta que elige un si-tio donde parar. Allí abre el equi-paje y saca una serie de bártulosmetálicos que, una vez armadoscomo si fueran un mecano, se con-vierten en una bicicleta en la quemonta y empieza a desplazarsemientras canta martinetes cuyamúsica proviene del sonido produ-cido por los radios especiales de lasruedas del velocípedo durante losdiez minutos que dura el paseo. Deesta forma convierte “el tradicionalcante flamenco en un rito innova-dor que sorprenderá a los pasean-tes del Campo Grande”, conclu-ye Martínez.

RAFAEL ESTEBAN

�Un de las propuestas más origi-

nales es haber abierto hueco a

las performances flamencas

para sacarlas de sus esce-

narios tradicionales

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T E A T R O

P O R T U L A N O S

Metrópolis

LA justicia no funciona; no hay dinero para pa-gar al personal, ni los ordenadores, pero el go-bierno se está gastando varias fortunas en pa-gar a unos superarquitectos para que construyanla Ciudad de la Justicia, una Disneylandia dela Ley, pero sin el lado bueno, en la que en vezde unos tíos disfrazados de Mickey Mouse ha-brá otros que se pongan la toga. Como a todos losfaraones les gustan las pirámides, ahora al Mi-nisterio de Cultura le ha dado por proponer suParque de la Warner: la Ciudad de las Artes Es-cénicas y de la Música de Getafe, o de donde sea,que ni siquiera eso está claro, y escrito así, con to-das esas mayúsculas que subrayan el esplen-dor ansiado para tan magno proyecto.

Sin ninguna duda habrá quien se beneficiede ello: esencialmente, la empresa constructo-ra de turno y los que negocien la venta de losterrenos. Pero no me consta que ni la músicani las artes escénicas necesiten semejante gan-ga. En cuanto al teatro se refiere, lo que le hacefalta es que el Ministerio asuma de una puñe-terísima vez el traslado de la Compañía Na-cional de Teatro Clásico a una sede decente; quelos estudiantes de arte dramático puedan dis-

poner de becas, también decentes, y no de lacalderilla a la que se les permite aspirar ahora;que las salas alternativas no tengan que perecerasfixiadas por la miseria económica; que a las pu-blicaciones teatrales, y al propio teatro espa-ñol, se les de la difusión y la dignidad que me-recen dándoles, por ejemplo, el lugar del queahora carecen en esa agencia turística para ami-guetes que es el Instituto Cervantes. En resu-men: ese trabajo cotidiano y humilde que jamásse asume porque no da votos, y que todos los go-biernos sustituyen por el gigantismo propa-gandista. No puede ser casual que los ameri-canos hayan anunciado un proyecto llamadola Experiencia de Ocio y Zoológico de Bag-dad, que consiste, y no es broma, en instalarun parque temático en dicha ciudad… Nosquieren agrupados en guetos: para manejar-nos mejor.

II GG NN AA CC II OO GG AA RR CC ÍÍ AA MMAAYY

“Al Ministerio de Cultura le ha dadopor proponer su Parque Warner”

Rebelión teatral en

Los artistas de la capital, contrala política del Ayuntamiento

El Manifiesto que un sector de profesionales del teatro afincados en Ma-drid hicieron público la semana pasada critica la ausencia de una política mu-nicipal de apoyo al teatro autóctono que le permita competir con el queviene de fuera. Calificado erróneamente en algunos círculos de “anticata-lán”, el Manifiesto “lo que plantea es que Madrid no sólo sea importadora deespectáculos, sino que también los genere”, explica Ernesto Caballero.

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La semana pasada se hizo pú-blico el “Manifiesto de losprofesionales del teatro en

Madrid” en el que se criticaba la po-lítica cultural del Ayuntamiento dela capital. Sus firmantes no son jó-venes airados, sino que el gruesolo forman profesionales con una lar-ga trayectoria que han querido lla-mar la atención sobre el “menos-precio” con el que, a su juicio, sontratados en Madrid por la Conceja-lía de las Artes. Los autores Fer-mín Cabal, Ana Diosdado y Paloma

Pedrero, el escenógrafo y productorAndrea D’Odorico, la distribuido-ra Concha Busto, los actores JuanMargallo, Maria José Goyanes yMarta Belaustegui, el director Ja-roslaw Bielski o el productor Sal-vador Collado son algunos de los fir-mantes.

Detonante y causa del malestar.Alicia Moreno, Concejala de las Ar-tes, se negó a hablar con El Culturalsobre el asunto, limitándose a enviara los medios un listado con “el lugarde origen” de los actores que par-ticiparon en el espectáculo con elque se conmemoró el 2 de mayo: 6Goyas 6. Diseñado por Pere Pinyol,director artístico de Focus Madrid,este espectáculo que ha costado alas arcas municipales dos mi-llones y medio de euros y enel que intervinieron en sumayoría artistas afincados enBarcelona, ha sido el deto-nante del Manifiesto.

Para el autor y directorErnesto Caballero, uno delos artífices del Manifiesto, el origende este malestar de los profesiona-les madrileños hay que buscarlo entres causas que amenazan al teatro:su “avasalladora institucionaliza-ción, que deja en manos de los po-líticos las decisiones artísticas y esoconduce al amiguismo, al dirigis-mo y a la censura; el descuido de lossucesivos responsables locales deMadrid que desde los ochenta handesatendido las estructuras teatra-les”. Y, por otro último, “las políticasculturales nacionalistas impulsa-das por los gobiernos autonómicos”.

En algunas autonomías, –Gali-cia, Andalucía y muy en especial enCataluña, concretamente en Barce-lona que es el segundo centro deproducción teatral del país-, es casiuna proeza que una compañía fo-ránea consiga actuar en los teatrosinstitucionales. En Cataluña, la Ge-neralitat y los teatros municipales,en sintonía con su política lingüís-tica de impulsar el catalán, han ex-cluido de su territorio el teatro en

castellano y, lógicamente, el prac-ticado por compañías no catalanas.En el Teatre Nacional de Catalun-ya no hay esta temporada ni una solaproducción foránea en castellano.En el Mercat de les Flors, el teatromunicipal de Barcelona dedicadoa la danza, figuran tres compañías ensu programación. Y en el Lliure seha invitado a Rodrigo García y a An-gélica Liddell. Hasta ahí la presen-cia en castellano en los teatros ins-titucionales de Barcelona.

Por el contrario, los escenariosinstitucionales de Madrid no estánsometidos a las presiones de una po-lítica nacionalista y, en este sentido,se puede hablar de un mercado másabierto, al que pueden concurrircompañías de cualquier lugar. (Por

ejemplo, Madrid es la única auto-nomía que permite que cualquiercompañía de España y de Europapueda solicitar las ayudas a la pro-ducción teatral, de acuerdo con laConstitución y la legislación euro-pea. El resto de las autonomías res-tringe el acceso a las compañías ra-dicadas en su territorio y, en el casode Cataluña, a las producciones encatalán). De forma que, mientras loscreadores madrileños abren suspuertas, las encuentran cerradas enel resto del territorio.

Por otro lado, los teatros insti-tucionales, así como los eventospuntuales que organizan el Ayunta-miento y la Comunidad, no son unmercado libre, sino que dependende sus responsables y de sus crite-rios de programación. Alicia More-no nombró para dirigir el Teatro Es-pañol a Marios Gas, director deprestigio de Barcelona, y tambiéneligió a otro catalán, el payaso JosepMontanyés, para hacerse cargo de ladirección artística del Circo Price.

Para muchos de los firmantes pocoimporta el origen de estos directo-res. Lo que critican es que en el Es-pañol, que es el escaparate de la ges-tión municipal en artes escénicas,está casi ausente la creación madri-leña y, curiosamente, abundan lascompañías catalanas (dese sep-tiembre se han programado sieteproducciones).

“Es lógico que un creador comoMario, que viene de Barcelona,cuente con los artistas que conoce,pero creo que estar al frente de unteatro municipal exige no solo ofre-cer buenos espectáculos, tambiénestar en consonancia con una polí-tica de apoyo a la creación autócto-na”, explica Caballero. En cualquiercaso, Caballero quiere dejar claro

que no hay ningunaanimadversión haciael teatro catalán:“Nuestro manifiestono va dirigido contralos artistas catalanes,sino contra la políticadel Ayuntamiento de

Madrid. Criticamos la desconside-ración de la política municipal hacialas trayectorias y las iniciativas decreadores madrileños, a los que ig-nora en favor de artistas foráneos”.

¿Cuota de presencia madrileña?¿Están exigiendo los profesionalesmadrileños una cuota de presenciaen los teatros institucionales? “No,no soy partidario de las cuotas”, con-testa Caballero, “lo que yo pido esque se aplique una política defini-da, que me gustaría que apoyara lainiciativa privada y fortaleciera el te-jido teatral de Madrid. En realidad,lo que se hace en otras ciudades eu-ropeas: apoyar el teatro autóctono,lo cual no quiere decir que haya querechazar lo ajeno. Ello nos permi-tiría competir con el teatro de otrasautonomías en igualdad. Es impor-tante concienciarse de que Madridpuede ser generadora de cultura, nosolo una importadora”.

LIZ PERALES

P O L É M I C A

Madrid

Nuestro manifiesto no va contra los ar-

tistas catalanes, sino contra el menosprecio del

Ayuntamiento hacia las trayectorias de los

creadores madrileños”, dice Ernesto Caballero

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Casi veinte años después de Indiana Jones y la últimacruzada (1989), regresa el que quizás es el héroe de ac-ción más carismático e icónico de la historia del cine.A sus 65 años, Harrison Ford vuelve a enfundarse elsombrero y el látigo en El reino de la calavera de cris-tal, una película dirigida por Steven Spielberg queha vuelto a contar con George Lucas y Frank Marshallcomo productores. El filme presenta a un Indy másmaduro y, como explica Marshall a El Cul-tural en estas páginas, se mantie-ne fiel a una tradición queya es leyenda aunque sehan añadido nuevoselementos para atraera las generaciones másjóvenes. Estructuradaalrededor de la bús-queda de una calave-

ra de cristal con poderes paranormales, una historiainspirada en una antigua leyenda maya, Shia LeBoufy Karen Allen completan el reparto en el lado de los“buenos”. En esta ocasión, el arqueólogo de la doblevida (profesor de Universidad y aventurero en sus mu-chos ratos libres) no se enfrenta a los nazis sino a los ru-sos, personificados por una Cate Blanchett en el rolde malísima. La gran incógnita será saber si, como

apuntan los rumores, Indiana tendrá herederoy si será de su misma sangre ci-nematográfica. Para celebrar ellanzamiento, cinco directoresnacionales que crecieron con

el personaje nos dan su propioargumento para un final de

la saga y el escritor Monte-ro Glez nos ofrece su par-ticular visión del héroe.

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El retorno de

Spielberg resucita al héroe para una nueva generación

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Cuando Indiana Jones se sube a la mon-taña rusa y atraviesa tripas de cantera yfuego, los espectadores flipan de puro

vértigo. Y no digamos cuando hace restallar su lá-tigo por túneles de cartón piedra. Entonces, has-ta las serpientes se encogen y el gallinero se re-vuelve por el chute de adrenalina recibido. Asu paso por los conductos de la intriga, todo seconvierte en amenaza para nuestro héroe y, aun-que la barba le crezca por segundos, a Indiana Jo-nes nada le achica. Ni tan siquiera el agua querompe las rocas de corcho barato. Ese es su ma-yor logro. Convertir lo falso en verdadero sin nin-gún tipo de disimulo. La chatarra en oro. La pan-talla de cine en parque temático.

Veintitantos años después de la primera en-trega, los parques de la globalizaciónse ponen las botas y el sombrero. Detodos los personajes creados en el ce-rro Hollywood, este trotamundoscon alma de boy scout ha sido, sin lu-gar a dudas, el más esperado de losúltimos tiempos. Cuentan que aSpielberg se le ocurrió la idea cuan-do aceptó un reto: rodar una escenatan absurda como la de un hombresiendo perseguido por una piedra.Según parece, unos amigos le de-safiaron a ello y Spielberg, ni corto niperezoso, recogió el guante y llamóa su amigo George Lucas, que apa-reció con Indiana, el perro de su mu-jer. De ahí tomarían el nombre para bautizar alnuevo héroe. Guau. Ocurrió a principios de la dé-cada de los ochenta y el parto fue de provecho.Spielberg y Lucas alumbraron un personaje deacción y don de lenguas, aunque parco en pala-bras. Arqueólogo de oficio y con miedo a lasserpientes. Para completar el cuadro, aparece-ría en pantalla armado con látigo y revólver; siem-pre luciendo un sombrero blando, cubierto porel polvo de la aventura. Un guiño tras otro a lospersonajes del tebeo clásico americano. Un hé-roe doméstico al alcance de todas las familias, unfulano lo más parecido a Lawrence de Arabiadándose un garbeo por el parque temático.

La primera película se tituló: En busca del arcaperdida (1981). Luego vino la otra, la del Templomaldito (1984), donde una rubia que cantaba aCole Porter le acompaña en sus peripecias.

“Dame tu sombrero”, le impera. “Por qué”, pre-gunta sorprendido nuestro héroe. “Porque voy avomitar en él”. La actriz que canturreaba porCole Porter, al final, se enamoraría del director.El mismo Spielberg diría al respecto que eso fuelo mejor de la segunda película. Llegados a talpunto, no hay que olvidar que la relación deIndiana Jones con las mujeres siempre fue hartocompleja. Algunos estudiosos del tema han in-terpretado esto como efecto producido por cau-sa mayor. Así, al quedarse Indiana Jones huér-fano de madre a edad temprana, acusaría unamarcada timidez en el trato con las hembras.Algunos otros estudiosos van más allá y con-vierten la timidez en misoginia. Y hasta los hayque se atreven a ver semejanzas con Lawrence

de Arabia en lo que respecta a su vida domésti-ca. Dejémosles con su rancio sabor de boca y conuna escena para el recuerdo: la de Indiana Jo-nes con Elsa Schneider, la arqueóloga austria-ca, una hembra fría y con la dureza del mármolpalpitando entre sus pechos. En la tercera en-trega, la de La última Cruzada, la tal Elsa supo de-cir adiós a nuestro héroe al estilo austriaco. Y sino lo hizo al estilo búlgaro fue porque el guión nolo incluía. Qué coño.

Por seguir con la fauna, cabe citar aquí ala chica que le quiere bien. Se llama Ma-rion, igual que la gata de Spielberg y, se-

gún parece, vuelve a salir en la última aventu-ra, la de la “calavera de cristal”, pues así se titulala nueva entrega que ahora toca promocionar.Una historia que data de los tiempos de la lla-

mada guerra fría, cuando los rusos y los ameri-canos se pegaban ladridos, que no mordiscos. Enesta ocasión, anda por el medio una reliquia ala que se le atribuye cierto poder mágico. Dis-puestos para alborotar gallinero y taquilla, suscreadores reaparecen para subirse en la mon-taña rusa del parné en nombre de la marca re-gistrada. Indiana Jones. En Europa, en un mu-seo parisino han alumbrado una idea chachi paraatiborrar sus salas con sombreros de fieltro, todosellos cubiertos por el polvo dorado de la aven-tura comercial. El museo de marras propone en-contrar una pieza de su colección, una reliquiaque se atribuye al arte precolombino y que, se-gún cuentan, posee poderes sobrenaturales. Setrata de una calavera tallada en cristal y que, ade-

más de coser por el revés, canta porderecho.

Los aguafiestas dicen que la nue-va película trae un mensaje subli-minal y bajuno, propaganda impe-rialista desarrollada en el cerroHollywood, etcétera, etcétera, me-canismo de defensa rastrera ante larevolución bolivariana que siembraLatinoamérica de jerseis y de rayas,etcétera, etcétera. El asunto tiene sugracia pues, en la nueva entrega,Indiana Jones ha de enfrentarse a lossoviéticos que se decían y titulabancomunistas cuando lo de la guerrafría. Indiana Jones tendrá que an-

darse con cuidado, a partir de ahora el enemigoacecha desde la montaña rusa, cual serpiente conganas de darle a la lengua. Y por estas cosas quetienen algunos de buscar mensaje hasta en Ve-lázquez y sus Hilanderas, nos vienen a comparara Indiana Jones con Rambo o con Ronald Rea-gan. Sin embargo, a los seguidores de Indiana Jo-nes, poco les importa todo esto. Para ellos son za-randajas, minucias, pequeñeces, partículas depolvo que resbalan por el sombrero de su hé-roe. La única escuela que reconocen se llama In-diana Jones. Y esperan impacientes el chute deadrenalina que les haga descubrir su propio vér-tigo. Desde hace veintitantos años, son monto-nera las personas que andan enganchadas. Y sipor algo se caracteriza el adicto a Indiana Joneses por permanecer fiel a su héroe, tan fiel comoel aliento de un perro a su dueño. Guau. �

� Indiana Jones es un héroe doméstico al alcance de todas las familias, un fulano lo más parecido a Lawrence de Arabiadándose un garbeo por un parque temático, siempre luciendo un sombrero blando cubierto por el polvo de la aventura

Nombrede perro

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“Que encuentre

Cinco directores se inventan un final para la saga

Jaime Rosales (La soledad), Nacho Vigalondo (Cronocríme-nes), Félix Viscarret (Bajo las estrellas), Jaime Marqués (La-drones) y Tom Fernández (La torre de Suso) eran niños o ado-lescentes en los 80 y crecieron con las aventuras de IndianaJones. Si Steven Spielberg les encargara que remataran lasperipecias del arqueólogo unos lo ven contemplando losalmendros en flor; otro, como psicoanalista; como un hé-roe crepuscular a lo Peckinpah; inasequible al desalientoo, incluso, en una sala sin público... Éstos son sus finales.

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Shangri-la...”

Una sala vacíaJaime Rosales

Pertenezco a la generación que, siendo niño, quedó atónito ante La guerrade las galaxias y fascinado ante la primera entrega de Indiana Jones. Creo queestas dos películas tienen bastante que ver con que de mayor me dedicaraal cine. Luego, descubrí en Desierto rojo de Michelangelo Antonioni que elcine también podía ser un arte. Hollywood produce, cada cierto tiempo,películas absolutamente extraordinarias. La última gran película deHollywood fue Matrix de los hermanos Wachowski. Pero la codicia de lafábrica de los sueños no conoce límites y recurre invariablemente a secuelasabominables. Por lo que he visto en el trailer de esta nueva entrega deIndiana Jones, únicamente cabe esperar anacrónicos decorados de cartónpiedra, chistes previsibles y sobreactuaciones vergonzosas que nos devuel-van la nostalgia por aquél cine de entretenimiento que tanto nos maravilló yque, hoy en día, sólo aspira a vender palomitas. Menos mal que para losamantes del buen cine americano todavía nos quedan Tarantino y los Coenen muy buena forma. En cuanto al final de la saga sólo puede ser éste: unaenorme sala de cine totalmente vacía. Sigan mi consejo: no pierdan eltiempo, ésta no vayan a verla.

Un héroe de PeckinpahFélix Viscarret

En el caso hipotético, y bastante remoto, de quealguien estuviera tan demente como para pregun-tarme a mí cómo acabar la saga de Indiana Jones,lo primero de todo le diría que nada de repetir loserrores de la segunda y tercera parte. Es lo buenode opinar desde fuera, que puedes ir de listillo. Ycomo observador externo creo que la mejor serásiempre En busca del arca perdida, la primeraparte. La que creó el mito. Las otras sólo lo ablan-daron.

Así que para terminar la saga, yo diría que hayque evitar a toda costa, so pena de castigos corpó-reos, una serie de desaguisados: nada de niñosgraciositos que hablan sin parar, nada de meter ala mujer de Steven Spielberg, nada de encuentrospaterno–filiales ñoños y, por favor, ¡nada de abue-letes templarios!. Puestos a opinar, ya que hanpasado los años para todos, yo recomendaría hacerde Indiana Jones un aventurero en el ocaso, conun punto otoñal y decadente, más cercano a loshéroes de Sam Peckinpah que a la moralina con-servadora de los grandes estudios a la que esta-mos tan acostumbrados.

Aunque para entonces ya me habrían despedi-do miserablemente del proyecto, y nunca llegaríaa explicar el resto de mis ideas: meter a Indianaen el desierto de Monument Valley, en una espe-cie de cruce entre road–movie, western moderno,y Con la muerte en los talones. El mundo se lo per-dería, por suerte.

C I N E

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Los almendros en florJaime Marqués

Lo confieso. Tengo dos problemas: nunca he com-prendido qué puede tener de interesente ver a vein-te tipos correr detrás de un balón, ni me trago que elprofesor Henry Walton Jones Jr. compagine su cáte-dra de Arqueología en la Universidad Marshall conuna vida aventurera a lo James Bond, otro mito quetampoco comparto. Recuerdo que la primera partede sus aventuras acababa con el doctor Jones aban-donando el Arca de laAlianza y fulminando a losnazis. Y la escena del duelocimitarra-Smith&Wesson,claro. La segunda comenza-ba con una bola rodante a laque más tarde se añadía unniño insoportable. Y de latercera sólo recuerdo a lawalkiria y a Sean Conneryquien, como siempre, esta-ba grandioso.

Y ahora, con este bagage,me preguntan que cómodaría fin a las aventuras deIndiana... ¡Pues dejándoledescansar! Que encuentreShangri-La y allí se quede,contemplando perpetua-mente sus almendros enflor. Para mí, Harrison Fordsiempre será el ex policía deBlade Runner que estruja elorigami del unicornio cuando las sabias palabras deGaff acuden a su memoria. ¡Vaya, no he podido evi-tarlo! Me he comportado como un político: me pre-guntan sobre una cosa y hablo de otra.... No hay pro-blema; ahora mismo –siguiendo el ejemplo de lossusodichos– me desdigo de lo dicho anteriormente:en la que viene de Spielberg salen ese hombre aquien yo siempre llamaré Rick Deckard, laTrilateral, zombies, y Cate Blanchett haciendo dedominatrix rusa. No me la pierdo. Robert Conway(el mítico coronel británico que protagonizabaHorizontes perdidos) puede esperar unos años másentre las nevadas montañas del Tibet...

Indiana en el divánNacho Vigalondo

Indiana se enfrenta a una terrible revelación: los años cincuenta llegan a su fin yya no quedan tierras vírgenes, ni tesoros por descubrir. Todo esto le sume en unaterrible depresión. Hasta que su relación con eminencias del psicoanálisis le abrelas puertas a una nueva forma de arqueología: el desenterramiento de traumas,ocultos en las profundidades de la psique humana, tras laberintos emocionalesrepletos de trampas en forma de las más variadas neurosis. Indiana Jonesemprende así una nueva etapa de su vida, y su sesiones, en las que no prescindedel látigo, se convierten en las más famosas del país..

Un final crepuscularTom Fernández

Yo terminaría la saga de Indy con una sucesión interminable de peleas, carreras,disparos, flechas, nazis, civilizaciones perdidas, más peleas, serpientes, muchasserpientes, villanos, junglas con caníbales hambrientos, pasadizos secretos, desier-tos con caníbales hambrientos, trampas, más peleas, más nazis. Y al final, elbueno del Dr.Jones llegaría a su casa agotado, maltrecho, deseando tomarse unacerveza y descansar. Y nada más abrir la puerta oiríamos la voz de su mujer gritan-do: ¡Indiana,dónde te habías metido!¡Hay que sacar la basura! Entonces Indysuspiraría, recordaría el motivo de sus largas ausencias, se calaría el sombrero, gira-ría sobre sus talones y se iría hacia el crepúsculo en busca de nuevas aventuras.Ta ta rara, ta ta ra...

Toda una generación detreintañeros le debe partede su educación sentimen-

tal a Frank Marshall. El productor,muy ligado a Steven Spielberg, rei-nó en los 80 con películas de enormeimpacto. Son títulos como El últi-mo vals (Martin Scorsese, 1978), Pol-tergeist (Tobe Hopper, 1982), Grem-lins (Joe Dante, 1984), Regreso alfuturo (Robert Zemeckis, 1985), LosGoonies (Richard Donner, 1985) o Elcabo del miedo (Martin Scorsese,1991). A finales de los 90, cuandola estrella de Marshall parecía algoagotada, su olfato volvió a jugarle unabuena pasada cuando le dio su pri-mera oportunidad a M. Night Shya-malan. El resultado fue El sexto sen-tido (1999), uno de los éxitos sorpresamás abrumadores de todos los tiem-pos. En esta última década, ha vuel-to a reinar en la taquilla con la trilo-gía del agente Bourne interpretadopor Matt Damon.

Indiana Jones es quizá la criatu-ra más emblemática de Marshall.Como guiño, la Universidad en laque trabaja el doctor Jones (y conla que tiene serios problemas en Elreino de la calavera de cristal) tomaprestado el nombre de su apellido.Tras 13 años de percances, discu-siones por el guión y retrasos que pa-recían interminables, por fin ve la luzla cuarta parte de una saga coman-dada desde el primer momento porél mismo, George Lucas y StevenSpielberg. El productor habló en ex-clusiva con El Cultural.

– Pocas películas han levantadotantas expectativas como esta cuartaparte de Indiana Jones. ¿Temen de-fraudar al público?

– La gente va a ver el mismo In-diana Jones que ama. El mismo conel que muchos han crecido. Duran-te el rodaje, todos teníamos la sen-sación de que no habían pasado 17años desde la última vez sino dos. Enseguida recuperamos la misma ma-gia de siempre. La única diferenciaes que el personaje es mayor, tienemás experiencia y quizá un puntomás de escepticismo.

– ¿A qué cree que se debe suenorme impacto popular?

– Es un héroe con el que la gen-te puede identificarse. Es vulnera-ble y se hace daño. Además, tiene ungran sentido del humor y si escapade determinadas situaciones no esgracias a su fuerza sino a su ingenio.

Pasión por el personaje– El guión ha sufrido muchas mo-

dificaciones por el camino, ¿pue-den decir que están plenamente sa-tisfechos?

– Ha pasado mucho tiempo has-ta dar con el proyecto adecuado por-que teníamos que estar todos deacuerdo. La aparición de David Ko-epp (guionistas de otros filmes comoJurassic Park o Spider-Man) fue cru-cial para que convergieran todos lospuntos de vista. Lo más importan-

te era mantenerse fiel a la esencia,que nos sonara real. Para hacer estapelícula es necesario pensar como unniño, cualquier cosa es posible.

– ¿Cómo recuerda los inicios dela saga?

– Tuve mucha suerte de estar conGeorge Lucas y Steven Spielbergcuando todo comenzó. Fue Lucasquien inventó el personaje, partien-do de nuestra voluntad compartidade recuperar para el cine esas his-torias heroicas con las que habíamoscrecido en los años 30 y 40. Son pe-

lículas muy emocionantes porquenunca sabes lo que va a pasar. Eseelemento de suspense era funda-mental mantenerlo ahora.

– Algún cínico dirá que vuelvenpor el dinero.

– Desde luego que no. Hacer unapelícula como ésta lleva demasiadotiempo y esfuerzo como para queel dinero sea la única fuerza. Indianaha vuelto porque amamos al perso-naje. Otra dificultad era conectar conlas nuevas generaciones, con cha-vales que quizá no han visto las an-teriores o años después de su im-pacto en las salas. Habrá dos lecturas,con guiños para los viejos fans y nue-vas emociones para quienes lleguenmás vírgenes. No hubiéramos co-rrido el riesgo de manchar la repu-tación de Indiana ni el cariño de susfans si no fuera por pasión.

– ¿Cuál es la función de un pro-ductor como usted en una películacomo ésta?

– Hay muchas partes a las queel director no puede llegar. Yo me

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Otra dificultad era co-

nectar con las nuevas gene-

raciones. Habrá dos lecturas,

con guiños para los viejos

fans y nuevas emociones”

“Para hacer Indiana hayque pensar como un niño”

Frank Marshall

encargo de que esté todo en orden,que las cosas avancen en la direcciónque Steven quiere. He trabajado contodo tipo de cineastas, algunos pre-fieren que te mantengas muy al mar-gen de la parte artística, otros sonmás flexibles. Steven pertenece ala segunda categoría. Él es el capitán

y mi trabajo es tener toda la pelícu-la en la cabeza, que todos los ele-mentos concuerden fluidamente.Para Steven, además, juega un papelimportante la improvisación, lo quete obliga a estar alerta. Por ejem-plo, la escena en la que Indiana dis-para a un enemigo que le hace unademostración de látigo no estabaen el guión y hoy es la secuencia másfamosa de aquella película.

Europa contra Estados Unidos– Usted ha hablado del riesgo

que corren con esta película. Pero noparece muy probable que no obten-gan un enorme éxito.

– Este negocio no es tan prede-cible. Nosotros lo hemos hecho lomejor que hemos podido pero... Ha-cer una película es un proceso muylargo y muy complicado, en el quepasan muchas cosas que escapan atu control. Recuerdo el caso de Elimperio del sol (1987). La hicimos enun momento en que Spielberg es-taba en la cima, teníamos una granhistoria y escogimos como protago-

nista a Christian Bale, que ha de-mostrado con los años su enorme ta-lento. Sin embargo, no funcionócomo esperamos.

– En Europa algunos critican queproducciones como Indiana Jonesimpiden que la gente vea otro tipode películas. Les acusan de mono-polizar el mercado.

– Entiendo que alguna gente sesienta disgustada pero no creo que lasolución sea crear barreras, es comoponerle puertas al campo. Mi pro-ductora ha hecho dos películas enFrancia (las recientes Persepolis yLa escafandra y la mariposa) que hanfuncionado muy bien. Yo creo que elproblema está en las películas que sehacen y en cómo se hacen. Europatiene que competir ofreciendo bue-nos productos. Además, Hollywoodhoy está produciendo fuera más quenunca, y siempre ha sido el refugiopara talentos de todo el mundo.

– El negocio del cine está en unmomento de grandes cambios debi-do, sobre todo, a la aparición de in-ternet. ¿Desaparecerán las salas?

– Cuando miro atrás y pienso queEn busca del arca perdida aguantóun año en los cines me asombra la di-

ferencia con la forma actual de fun-cionar. Hoy tenemos muchas pla-taformas distintas, pero soy parti-dario de la preeminencia de las salas.La experiencia de sentarte en uncine con 300 desconocidos siguesiendo única. La tecnología en tresdimensiones pronto implicará uncambio importante.

– ¿Qué tiene que tener un buenguión para convencer a Marshall?

– Una buena historia. Con esotienes el 80% de la batalla ganada.Recuerdo cuando Shyamalan apa-reció por mi despacho. Era un chi-co desconocido de Filadelfia, perotenía un guión fantástico.

– ¿Es el Hollywood de hoy peorque el de los 80?

– Hasta cierto punto sí. Hoy es elnegocio el que manda mientras an-tes eran los artistas. Pero en los úl-timos Oscar hemos visto como can-didatas algunas grandes películas.Siempre hay espacio para el talen-to y la creatividad. En este sentido,cada vez estoy más interesado enproducir un cine de calidad, exigen-te y quizá no para todo el mundo.

JUAN SARDÁ

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Asus 82 años, Sidney Lumet(Filadelfia, 1924) ha realiza-do una carrera inigualable

desde que en 1958 debutó en la di-rección de largometrajes con Docehombres sin piedad, un título mítico.Nominado cinco veces al Oscar, Lu-met tuvo que “consolarse” con unpremio honorífico de la Academiahollywoodiense en 2005. El eméritocineasta ha forjado su inmenso pres-tigio con títulos como Serpico (1973),Tarde de perros (1975), Network(1976), El príncipe de la ciudad (1981)o Veredicto final (1982), entre otras. Suenergía, pasión y vitalidad por el cinese mantiene intacta con el paso delos años. Buena prueba es la sensa-cional película que ahora estrena,Antes que el diablo sepa que has muer-to, una historia de codicia, oscuros la-zos de sangre, azares malditos ymuerte con tono de thriller.

“Me decidí a hacer esta películaporque amé instantáneamente lahistoria –explicó Lumet a El Cul-tural durante el pasado Festival deDeauville–. Recibí el guión por co-rreo. Me lo envió el productor Mi-chael Cerenzie. No tengo ordenadorni me muevo de Nueva York. Asíque me llegó de California, lo leí yme dije: “¡Guau, quiero hacerla!”.Ni siquiera sabía si Michael disponíadel presupuesto. Pero conociéndo-le, no me preocupaba. De hecho,

ya en 2006 comencé a preparar el cas-ting y a realizar ciertos cambios enel guión”. Fue entonces cuando Lu-met decidió que los dos protagonis-tas, Andy y Hank Hanson, debíanconvertirse en hermanos, y no sersimplemente compinches comoplanteaba el relato original: “En-contré el planteamiento algo con-vencional, no me convencía. Pedípermiso al autor, Kelly Masterson, alque nunca conocí porque vive enCalifornia, para realizar el cambio”.

Los pilares de Estados UnidosActo seguido, llegó la esencial

cuestión del reparto: “Siempre qui-se a Philip y Ethan y confrontar a dosactores tan diferentes. Lo más iróni-co es que no sabía qué rol ofrecer acada cual. Primero me dirigí a Philip,un actor absolutamente formidableal que sigo mucho en los teatros ne-oyorquinos. Para mí, era imprescin-dible un actor intenso para evitarconvencionalismos. No quería es-trellas sino verdaderos talentos. Leofrecí ambos papeles, para que eli-giera. Y me dijo, ¿porqué no buscasal otro y así nos medimos?”.

De esta manera, Lumet ha con-seguido su mayor éxito en veinte

años, concretamente desde Un lugaren ninguna parte (1988). Sin duda, los70 fueron su gran década, cuandoformó parte junto a Sidney Pollack oArthur Penn de la generación de di-rectores comprometidos con los pro-blemas sociales de Estados Unidos.En Antes que el diablo sepa que hasmuerto recupera aquel clima insanoy el tono crítico para radiografiar losprincipales pecados que atribuye asu país: “Me obsesiona la incompa-tibilidad de fusionar los pilares sobrelos que se supone que sustentan lademocracia norteamericana: la mo-ral y la ley, la justicia y el poder, la co-dicia y la honestidad. Me fascina ana-lizar las relaciones entre los sereshumanos y las instituciones y comoéstas, en vez de servirles, tienden aaniquilarles. También me intere-san los excesos del poder: el político,el mediático, el policial, el judicial…Me quedan muy pocos rincones os-curos que escrutar”.

Todo ello lo cuenta a partir deesos dos hermanos, dos seres muydistintos que comparten su condi-ción de estar a la deriva y que noencuentran mejor manera de supe-rar sus problemas que atracando lajoyería de sus padres: “Asistimos a la

destrucción de toda una familia porla codicia. Mi interés radicaba enmostrar cómo una decisión de unhombre en situación de bancarrotamoral y económica se va convirtien-do en una fenomenal bola de nievebajo cuyo aplastante peso todos susfamiliares sucumben de una mane-ra trágica. Siempre me ha fascinadoel lado monstruoso de cada ser hu-mano. El mal vive oculto dentro decada cual y el dilema surge cuando loliberamos y termina dominándonos.Aunque nos cueste reconocerlo. Co-mencé mi carrera como actor ysiempre quise interpretar a Yago an-tes que a Otelo”.

La historia está narrada en unmosaico de flash backs y puntos devista inusuales. ¿De dónde vino esaelección de estructura narrativa?

– Fue una decisión doble. Por unlado, vi claramente que ayudaba alavance de la historia, cada segmentonos revela nueva información decada uno de los implicados. Y nosayuda a comprender el tremendoderrumbe emocional de cada uno.En realidad, la estructura estaba yaen el libro de Masterson y de ahí suintensidad. La encontré refrescante,novedosa y magnífica.

– En 50 años , sólo le han dado unOscar honorario en 2005...

– No me guían los premios. Mifuerza, mi ambición es seguir ro-dando películas con historias que meperturben con los mejores actoresposibles. Es mucho pedir, pero estoyen ello.

BEATRICE SARTORI

Cineasta legendario, el oc-togenario Sidney Lumetpor fin estrena en EspañaAntes que el diablo sepa quehas muerto, la película quele ha devuelto el fervor dela crítica. Philip SeymourHoffman y Ethan Hawkeprotagonizan este extraor-dinario thriller policial so-bre la codicia. El directorhabló con El Cultural.

Sidney Lumet“Lo que me interesa sonlos excesos del poder”

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C I N E / V U E L V E U N A L E Y E N D A

C I N E / C R Í T I C A / D V D

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BURT Lancaster sólo dirigió dos películas entoda su vida. La primera fue ésta El hombre deKentucky, un western de pura cepa, un géneroque conocía bien pues no en vano era una de lasestrellas del mismo. Y es curioso que a BurtLancaster no le diera por ponerse más veces de-trás de la cámara teniendo en cuenta que tan-to su debut como su despedida (The MidnightMan, 1974) son películas poderosas, muy biendirigidas y más personales de lo que pueda pa-recer a primera vista. El hombre de Kentucky par-te de una de las premisas clásicas del Oeste, ladel “forastero” que llega de nuevas a un po-blado persiguiendo el sueño de los pioneros. Lohace, además, huyendo de Kentucky, cuyas cos-tumbres le parecen demasiado civilizadas, an-helante como está de aventuras y nuevas emo-ciones. Aunque parezcan tópicos, Lancaster lolleva a la pantalla de forma o riginal.

Ambientada en 1820, el protagonista, el pro-pio Lancaster, además de intrépido es viudo ytiene un hijo. Por el camino conoce a sendas mu-jeres, Dianne Foster y Diana Lynn, que serviráncomo contrapunto a la testosterona del perso-naje y que simbolizan la civilización en un en-torno en el que la ley se “dispara primero y pre-gunta después”. Ambas féminas rivalizarán porel corazón de Lancaster, manteniendo la intri-ga amorosa hasta el final. A pesar de sus virtudescomo cazador, nuestro protagonista se encontrarácon severas dificultades para integrarse en sunueva comunidad. La experiencia del rechazoobligará al personaje a replantearse su formade ver el mundo, convirtiéndose en un hom-bre más sabio al final del metraje. Su rival es Wal-ter Mathaw, que debutó en la pantalla con estapelícula y cuya pelea con Burt Lancanster es elpunto culminante. Cine en estado puro.

El Cultural entrega el próximo jueves,por sólo 6,90 euros, el DVD El hombre de

Kentucky (1955), western de aventurasde y con un pletórico Burt Lancaster.

E L H O M B R E D E K E N T U C K Y

C U R I O S I D A D E S

·· La música es de Bernard Hermann, uno de los compo-sitores fundamentales de la historia del cine (Psicosiso Ciudadano Kane).·· Lancaster logró que su debut fuera seleccionado

para la sección oficial del Festival de Venecia.

Si, como creía Tarkovski, el arte cinema-tográfico es “esculpir el Tiempo”, el nue-vo filme documental de Lorena Muñoz,

es, sin duda, una obra de arte. Porque, partiendode la reconstrucción de una pieza artística tan pe-culiar como el mural Ejercicio Plástico, que el me-xicano David Alfaro Siqueiros pintó en 1933 parael magnate argentino Natalio Botana, en el só-tano de su mansión del pueblito Don Torcua-to, ha construido a su vez un singular y melan-cólico ejercicio ético y estético en torno a la

memoria, el tiempo, lo encontrado y lo nuncaperdido del todo. Una expedición en imáge-nes poéticas y testimonios congelados, a un pa-sado que se escurre entre los dedos, encerradopor los burócratas del recuerdo en sórdidos con-tenedores de metal... Pero donde, paradójica-mente, se oxida y descompone en el olvido.

Exactamente lo que ocurre con el mural deSiqueiros, testimonio de su exilio argentino,del final de su romance con Blanca Luz, bellí-sima y fatal musa del muralista, convertida enamante del millonario Botana, y de todo un mun-do: la Argentina elegante de los años 30, consus fiestas, intelectuales y artistas concienciados–en la mansión se reúnen con Botana y Siquei-ros los poetas Neruda y García Lorca, entreotros–. Rescatado de la destrucción de la viejacasa de campo, sus piezas son guardadas (en-carceladas, como lo será Siqueiros en su país)

en cinco contenedores metálicos, donde hoy per-manecen, descomponiéndose. Para Muñoz,Ejercicio Plástico, el mural perdido y reencon-trado, es su magdalena proustiana. Alrededor deella, los descendientes de quienes contribuye-ron a su creación, expertos y familiares, vanpergeñando un mosaico de recuerdos y anéc-dotas, que el documental reconstruye en imá-genes de un pasado eternamente presente y bo-rroso, y de un presente que se desvaneceimpaciente. Pero el objetivo de Los próximos pa-

sados, historia de fantasmas sin es-pectros, no se nos revela, hasta bienavanzado el filme: recomponer,re–inventar, gracias a fotos y do-cumentos, el viejo mural prisione-ro. Así, el cine se convierte en ma-

gia capaz de resucitar a los muertos. Los próximospasados es más que una denuncia del abando-no de una obra maestra del arte para ofreceruna nueva perspectiva del muralismo de Si-queiros, más profunda. Es un esculpir el tiempoen un poético viaje a la esencia de las artes vi-suales. De la pintura que quiere convertirse envida soñada y del celuloide que pretende pin-tar la vida en sus cuatro incompletas dimensio-nes. De la evocación proustiana a la ironía kaf-kiana, acompañado por la evocadora música dePedro Onetto, con elegantes resabios de De-bussy y Satie, Los próximos pasados es un triun-fo del cine por encima de la vida. Victoria pírri-ca, pues mientras Ejercicio Plástico renace ante lacámara, su original languidece en su prisión demetal. Pero victoria al fin y al cabo.

JESÚS PALACIOS

� Es más que una denuncia del abandono de una

obra maestra. Es un esculpir el tiempo en un poé-

tico viaje a la esencia de las artes visuales

Siqueiros ante la cámaraLOS PASADOS PRÓXIMOS. Argentina, 2006. Director: Lorena Muñoz. Intérpretes: Alvaro Abos, Hugo

Achugar, José Antonio Berni, Gloria Machado Botana. Guión: Lorena Muñoz. Duración: 85 mins.

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Después de dirigir la Bienalde Venecia, la Fenice y elTeatro San Carlos de Lis-

boa, Paolo Pinamonti se estrena hoycomo director artístico del FestivalMozart CaixaGalicia de La Coru-ña, puesto en el que sucede a An-tonio Moral y Alberto Zedda. Su vi-sión de la ópera es muy clara: le gustael trabajo de los grandes directoresde escena y desprecia los excesos delos directores provocadores. Tanto omás que los de sopranos y tenores.

–Es el primer Festival Mozart di-

rigido por usted. ¿En qué se distin-gue de ediciones anteriores?

–Es una mirada sobre el valor quetiene hoy el teatro de dirección deescena. La gran vitalidad que dis-fruta hoy la ópera en todo el mun-do está ligada al trabajo de los gran-des directores de escena y yo hequerido ofrecer un momento de re-flexión sobre este asunto.

–¿Quiénes son esos “grandes”?–Este año empezamos un home-

naje a Giorgo Strehler y HerbertWernicke, dos figuras para mí inol-

vidables. Strehler es el heredero dela gran tradición escénica italianade Luchino Visconti, pero también,en cierto modo, de la alemana, a tra-vés de Walter Felsestein. De Streh-ler recuperamos dos grandes pues-tas en escena: El rapto en el serralloy Las bodas de Fígaro.

–¿Y Wernicke?–De Wernicke presentamos lo

que considero casi su testamento: Ac-tus Tragicus, la producción que hizoen Basilea en 2000.

–Se ha oído hablar mucho de esta

puesta en escena, pero aún no se hapodido ver en España. ¿Qué se vana encontrar los espectadores?

–El Actus trágicus puede pareceruna provocación, pero no lo es en ab-soluto. Es todo lo contrario: verda-dero teatro de dirección de escena.Las cantatas se insertan en el en-cuadre iconográfico de un gran re-tablo barroco. Así es como se con-taba la historia en la época barrocay así es como la cuenta Bach, no conun discurso narrativo continuo, sinode manera visual. El retablo es comouna casa sin pared. Quedan a la vis-ta las habitaciones de nuestra coti-dianidad y nuestra afectividad: la pa-reja de amantes, la mujer de lalimpieza, los abuelos que esperan alos nietos, el enfermo, la persona de-primida... Con la música de Bach,todo ello cobra vida y adquiere unafuerza expresiva que a mí me sigueconmoviendo cada vez que lo veo.

–También hay otra producciónoperística...

–Sí y a la que damos mucha im-portancia. De hecho, constituye laapertura del Festival: Così fan tutte enla puesta en escena de Mario Mar-tone, que es el auténtico heredero,

Hoy comienza una de lascitas más esperadas de latemporada operística: elFestival Mozart CaixaGa-licia de La Coruña, queeste año realiza sendos ho-menajes a los registasGiorgio Strehler y HerbetWernicke y sube al esce-nario los montajes de Cosífan tutte (que abre el cer-tamen), El rapto en el se-rrallo, Las bodas de Fígaroy Actus tragicus, entre otrosespectáculos. El Culturalhabla de todo ello conPaolo Pinamonti, que seestrena este año como di-rector artístico de un Fes-tival que pone el acentoen la dirección de escena.

M Ú S I C A

Paolo Pinamonti

“No me interesa la provocación,se acaba en sí misma”

en mi opinión, del legado de Streh-ler. Esta puesta en escena, que se es-trena en España, tuvo mucho éxitoen Italia. Abbado la hizo varias veces.

–¿Y aparte de la ópera?–Con motivo del Actus tragicushe-

mos programado una serie de con-ciertos en torno a la figura de Bach.

–Bach, compositores del sigloXX... ¿cuáles son los límites? ¿Enqué sentido sigue siendo éste unFestival Mozart?

–Programar sólo obras de Mozartsignifica una limitación para el pú-blico. Por otra parte, ¿qué es lo que

de verdad hizo Mozart en aquel de-cenio prodigioso, entre 1781 y 1791?:revolucionar el teatro. Quiero que elFestival contribuya a esa reflexiónsobre el significado del teatro.

Grandes cantantes–¿Qué opina de la presencia del

pianista Piotr Anderszewski.–Bueno, me interesa mucho la fi-

gura del artista en residencia en elFestival, y este año se trata de estegran pianista. Tocará con orquestay a solo. Otra figura muy interesantees la del compositor-intérprete, en

este caso Mauricio Kagel. Y he que-rido respetar una herencia impor-tantísima de este festival: la pre-sencia de grandes cantantes, en estecaso, Waltraud Meier y Annick Mas-sis.

–No hay ninguna producciónpropia del Festival. ¿Por qué?

–Porque este es el primer añode un ciclo de tres. A partir del añoque viene tendremos produccionespropias.

–Le gusta a usted el “teatro dedirector”, pero, la preponderancia dela escena, ¿no va en detrimento de lamúsica?, ¿y el brillo del director nopuede oscurecer el del autor?

–Ese es un punto esencial. Lagran herencia de Visconti, Strehler,Felsestein y otros como Wernicke,Decker o Bob Wilson es la idea detrabajar con el cantante como con unactor, con tiempos de ensayo ade-cuados. Cuando se hace una nuevaproducción, estos directores te pidencuatro o cinco semanas de trabajocon los cantantes, par superar lo“operático”, que se convirtió en si-nónimo de viejo, rutinario, lleno detics de primera dama o de primer te-nor. Pero el teatro no era así. ParaMozart era lo contrario, era un tra-bajo dramatúrgico, también paraVerdi.

–El buen intérprete llena con supersonalidad el escenario, pero el in-térprete genial logra hacerse trans-parente para dejarnos ver al autor.¿Está de acuerdo con esta idea?

–Completamente. Wernicke,Strehler o el Mario Martelo del Cos-sí, son la expresión más auténtica deesa idea. Dar un paso atrás, desapa-recer. En el caso de Wernicke, nohubo en su carrera una producciónque sea igual a la otra. Jamás un cli-ché. Cada obra una aventura emo-cional e intelectual distinta. En nin-guna puedo decir: “eso esWernicke”, salvo por la calidad, quesiempre le distinguió. Eso es ex-traordinario. Lo mismo pasa conStrehler, entre su Rapto y sus Bo-das no hay elementos comunes. Noson de Strehler, sino de Mozart. Estepaso atrás les permite a los grandesdirectores dialogar, no sólo con el au-tor, sino con el director musical y conlos cantantes.

–Sí, pero hay directores de es-cena actualmente que devoran el es-pectáculo...

–...Pero eso no es lo que yo llamo“teatro de dirección de escena”, sinoexcesos del director, que tienen elmismo valor de los excesos de loscantantes cuando quieren hacer elgran agudo o modificar la partituraporque no llegan. Además, no me in-teresa nada la provocación. Se acabaen sí misma.

–Parece que le interesa a ustedmás la emoción, pero también la mú-sica contemporánea. ¿Casan bien es-tos dos conceptos, modernidad yemoción?

–No veo ninguna contradicción.Con interpretaciones ‘comme ilfaut’, la escucha de Gruppen de Stoc-khausen o Atmósferas de Ligeti pro-duce momentos emotivos fortísi-mos. Emoción no es lo mismo quesentimentalismo fácil, como llorarpor la muerte de Mimí. No se tratade eso.

ÁLVARO GUIBERT

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Este año se ponen en escena tres óperas de Mozart. Abre el Festival Cosìfan tutte con Víctor Pablo Pérez en el foso y Mario Martone como directorde escena. Vienen después los montajes de Giorgio Strehler de El rapto enel serrallo y Las bodas de Fígaro. Momento culminante del Festival será lapresentación en España de Actus tragicus (en la imagen), el espectáculoque imaginó Herbert Wernicke a partir de las cantatas de Bach. Brillaránlas cantantes Waltraud Meier y Annick Massis. Se proyectarán cuatro ópe-ras en cine y se representará, para el público joven, El pequeño deshollina-dor de Britten. Los Brandenburgo de Bach sonarán en la versión delCombatimento Consort y habrá homenajes a Messiaen y a Kagel. La músicade los compositores jóvenes viene entreverada con clásicos del siglo XX.

Mozart y alrededores

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MIGUEL A. FERNÁNDEZ

Entre mayo y julio se desarro-llará en el Palau de les Arts deValencia el llamado Festival

del Mediterráneo, que alberga sus-tanciosas ofertas, no todas, claro, de lamisma altura. Las propuestas nomantienen un equilibrio idóneo y lascosas importantes oscurecen, comoes normal, las de menor calado. Laparte que recibe los mayores dine-ros es la ópera, presidida por dos tí-tulos taquilleros, sobre los que girala muestra.

Sin duda, el certamen comienza alo grande, este próximo sábado, conuna nueva producción de Turandot,en un año en el que se está festejan-do el 150 aniversario del nacimientode Puccini. Se ha querido contar conmimbres en teoría de excepción. Enlo musical, como impulsor de la bri-llante y coloreada, apasionada y con-tundente partitura, preside ZubinMehta, uno de los artífices en el le-vantamiento del costoso proyecto va-lenciano; director que posee la me-dida adecuada de estos pentagramas,que ha grabado a satisfacción. Una delas voces de moda, la tan spinto y con-sistente de la rusa Maria Guleghina,voluminosa, extensa, dotada de buenmetal, en la parte de la princesa dehielo, que quizá cante por primeravez aquí. A su lado, un tenor en ori-gen lírico que a priori parece un pocofeble para las robusteces y las fre-cuentes notas estentóreas de Calaf;pero es artista de casta, MarcelloGiordani. Esperemos que en estaocasión no cancele. Liù será la griegaAlexia Vulgarodouv. La escena tie-

ne apellidos chinos, empezando porel director Chen Kaige, importantecineasta, algunas de cuyas películas,como Adiós a mi concubina, se pro-yectan en paralelo.

Nuevos retos ante Wagner. Pero sinduda el listón más alto, considerandolos antecedentes, lo marca Siegfried,segunda jornada de El anillo del ni-belungo de Wagner. Tras los triunfalesEl oro del Rin y La walkiria de la pa-sada temporada, La Fura dels Bausno lo tiene fácil para mantener unnivel semejante. Es complicado en-contrar de forma tan clara el caminopara la fusión música-escena. Losjuegos psicológicos de esta terceraópera de la Tetralogía y su lírico finalplantean evidentemente nuevos re-

tos a la fantasía de Carles Padrissa,que volverá a recurrir a los multi-me-dia y a las imágenes proyectadas. Elequipo vocal flaquea un tanto ennuestra opinión. Juha Uusitalo, pormucho que el año pasado cantara de-corosamente Wotan, no posee la en-tidad dramática, de barítono heroico,requerida también para el Viandan-te. Ni Franz-Josef Kapellmann cuen-ta con el timbre oscuro y recio quepide Alberich. Es perfecto, sin em-bargo, Gerhard Siegel, uno de los me-jores Mimes de la actualidad. Jenni-fer Wilson, por su parte, puede volvera ser una digna Brünnhilde, no mu-cho más. Siegfried será encarnado porLeonid Zakhozhaev, que se hizo cier-to nombre hace unos meses en el Ani-

llo que paseara Gergiev por diversasplazas de Europa y América. Es loque da hoy de sí la cuerda de Hel-dentenor. La batuta de Mehta, queya revelara su disposición en las dosprimeras obras del ciclo, que vienedel Maggio Musicale Fiorentino, go-bernará el timón.

Hay un pequeño apartado dedi-cado a la zarzuela que presenta unanueva producción de La corte del fa-raón de Lleó, una astracanada musi-cal vista en este caso por FranciscoNegrín e impulsada desde el foso porEnrique García Asensio. La gentilSoledad Cardoso, la veterana LindaMirabal y la refrescante Maite Al-berola son, no hay duda, tres exce-

Turandot abre el sábado elI Festival del Mediterráneo

Con la luz como elementotransformador acoge el Pa-lau de les Arts de Valenciala primera edición delFestival del Mediterrá-neo, una cita que abrirásus puertas el sábado has-ta el 1 de julio. Entre susplatos fuertes, Turandoten el 150 aniversario dePuccini, y Siegfried, un so-fisticado y atrevido mon-taje de La Fura dels Baus.

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M Ú S I C A

�En la parte musical de Tu-

randot preside Zubin Mehta,

uno de los artífices del le-

vantamiento de este costoso

proyecto valenciano

Más luz sobre el Palau de Valencia

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lentes cantantes para dar vida a Lota,la Reina y Raquel, como represen-tantes de un reparto español de ga-rantías. En la sección danza se hanprogramado actuaciones de la Com-pañía Nacional, con la ya conocida co-reografía de Duato Multiplicidad.

De Bach a Rolan Petit y Acosta.Formas de silencio y vacío sobre mú-sica de Bach, y de miembros del ba-llet de Rolan Petit, que exhiben di-versos montajes de su titular.Además, se anuncia una gala enca-bezada por Carlos Acosta. Ignoramossi estas sesiones se hacen con or-questa en vivo o enlatada. De interéses, dentro de la parcela concertísti-

ca, la programación de Philistaei aJonatha dispersi, al parecer único ora-torio de Martín y Soler, que ha sidorecuperado por el musicólogo Leo-nardo Waismann. Buenos cantan-tes, como Ruth Rosique, Silvia TroSantafé o Marina Rodríguez-Cusí, lasdos últimas de la tierra. Ottavio Dan-tone dirigirá el Coro Amalthea y laAcademia Bizantina. Todos inaugu-ran la nueva sala que recibe el nom-bre del compositor valenciano, queestará también, junto a Mozart, y conla participación del magnífico con-tratenor Bejun Mehta, en un con-cierto de su homónimo y parienteZubin Mehta y la Orquesta de la Co-munidad. El grupo de cámara de este

conjunto toca asimismo, bajo la ba-tuta de Kynan Johns, obras de Ta-kemitsu, Wagner (Idilio de Sigfrido)y Mahler (Canción de la tierra versiónde Schönberg). Una sesión que re-cibe el poético título de Luces de la na-turaleza. En las demás convocato-rias de esta serie hay otros lemas,quizá menos afortunados: ‘Fluores-cencia del olvido para el concierto deloratorio’; ‘Claroscuros sobre cuer-das para una sesión del violinista Ser-géi Jachatrian’. Todo ello se com-plementa con otras actividades. Juntoa la cinematográfica, de la que yahemos hablado, figuran las desarro-lladas a lo largo de diversas mesas yconferencias sobre distintos aspectosdel festival, a cargo de especialistascomo Pérez de Arteaga, García Al-calde, García del Busto, Almazán oAndreu. Pedro Lavirgen disertará entorno a Pavarotti. Y se abrirá una ex-posición, Luces de oriente, de la quees comisaria Lourdes Jiménez.

ARTURO REVERTER

Ó P E R A

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El aniversario –200 añosde su muerte en SanPetersburgo– de VicenteMartín y Soler fue en2006. En Valencia secelebró un congreso y allíy en otras plazas seinterpretaron muchas desus obras. No precisa-mente el oratorioPhilistaei a Jonatha dis-persi, que es una de lasgrandes novedades delFestival, una vez recupe-rado por el argentinoLeonardo Waismann. Sepone así de nuevo sobreel tapete la figura de IlSpagnuolo. Su obra, fun-damentalmente operísti-ca, se adscribió a la fér-til estética napolitana yfue conocida en toda laEuropa de la época. EnViena superó en expecta-ción al mismo Mozart. Elestilo jugoso, el verboitalianizante del autor,que gustaba de introdu-cir en su música rasgos,temas y ritmos hispanos,se deja escuchar en susoberturas y en las mag-níficas óperas que lasabren, como Una cosarara, L'arbore di Diana, Iltutore burlato o Il bur-bero di buon core, repre-sentadas en estos últi-mos. Pero Martín y Solercompuso asimismomuchos ballets, de muyaéreo trazado. La varie-dad de las ideas temáti-cas y los ricos plantea-mientos armónicospodrán ser sin duda cali-brados en esta oratorioque ahora se estrena.

El recuerdo deMartín y Soler

SuperDomingo

Si no el mejor tenor de la histo-ria, posiblemente el más artista

M Ú S I C A / A C T U A L I D A D

Hace unas semanas me preguntaba mi vecinade butacas en el Teatro de la Zarzuela si yo nopensaba que Plácido Domingo era el mejortenor de la historia. Mi respuesta la descon-certó: “No, las clasificaciones sobre los tenoreso cualquier otra cuerda vocal son absurdas, pues-to que los repertorios son muy diferentes. Deotro lado, sin duda alguna, el mejor tenor de lahistoria tendría que haber poseído el “do”. Mástarde le añadía: “Sin embargo, si bien no creoque haya sido el mejor tenor de la historia, sí quecreo que ha sido el mejor cantante, el más ar-tista”.

En estos días vuelve a nuestros escenarios,al del Liceo concretamente, para cantar nue-vamente el Sigmundo de Walkyria. Lo hará a los67 años, tras haber incorporado nuevos pape-les como el Oreste de la Ifigenia de Gluck o elBajazet del Tamerlano de Haendel. La carrerade Plácido es toda una sucesión de Guiness,el más en todo: el que más papeles ha aborda-do, el que más géneros ha cultivado, el que másaplausos ha cosechado, el que más discos ha gra-bado.... Por si fuera poco, ha desdoblado su ac-tividad para abarcar la dirección orquestal y lamás alta responsabilidad en dos teatros de ópe-

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ra, amén de ser el factotum en el famoso con-curso de canto Operalia. ¿Hay quién dé más?Desde luego que no. Pero lo más importante:Plácido nos lleva emocionando cuatro décadasy da igual que lo haya logrado con Parsifal ocon Otello, con una napolitana, una rancherao, ahora, una copla. Cierto es que entre tan am-plia cosecha no todos los frutos pueden reunirla misma calidad y hay que perdonar algún des-liz en el repertorio o alguna noche poco afor-tunada. Pelillos a la mar....

A todo ello hay que añadir su generosidad, laatención y los cuidados que dedica a sus amigosde siempre. No le faltarán los minutos para vi-sitar a un par de amigas achacosas o enviar unramo de flores a una admiradora ingresada en unhospital. Puede sorprender, pero así es Pláci-do. Y también puede sorprender que, siendoquien es, aún se desvele por un comentarionegativo o una mala crítica.

CONCIERTOS/ EL DIRECTOR LLEGA AL AUDITORIO NACIONAL DE MADRID Y AL PALAU DE VALENCIA

Sir Colin Davis es eldirector de orquestamás prestigioso que

ha dado el Reino Unidodesde Sir Thomas Bee-cham. Su carrera se hadesarrollado de una mane-ra seria y sin altibajos. Es-tudió clarinete en el RoyalCollege of Music de Lon-dres. En 1952 trabajó en elRoyal Festival Hall, y a fi-nales de los años 50 dirigela BBC Scottish Orchestra.Durante los años 60 cola-bora con la Sadler’s WellsOpera, la Orquesta Sinfónicade Londres y la Sinfónica dela BBC. En 1967 debutó en elMetropolitan de Nueva York, y en1971 sustituye a Sir Georg Solti comodirector musical de la Royal Opera Hou-se-Covent Garden, hasta 1986. Intérpretedestacado de las óperas de Michael Tippett yBenjamin Britten, así como de la música de Hec-tor Berlioz, en 1977 se convierte en el primer di-rector inglés en actuar en el Festival de Bayreuthcon Tannhäuser. Ha sido titular de la OrquestaSinfónica de la Radio de Baviera y la Sinfónicade Boston, y es director honorario de la Staats-kapelle de Dresde.

En su nueva visita a nuestro país, en la giraque celebra su 80 cumpleaños, se pondrá al fren-te de la Orquesta Sinfónica de Londres, de laque es titular desde 1995, para ofrecer dos con-ciertos en el Auditorio Nacional de Madrid, den-

tro del Ciclo de Grandes Orquestas de Iber-música, los días 28 y 29 de mayo, con obras deSchubert (Quinta Sinfonía en si bemol mayor, D.485 y Octava Sinfonía, “Incompleta”, en si menorD. 759) y Bruckner (Sexta Sinfonía en la mayory Séptima Sinfonía en mi mayor), compositor delque en la actualidad está grabando un ciclo sin-fónico completo para el sello de la propia or-questa, cuyos primeros volúmenes han sido muybien recibidos por la crítica. El primer programaserá ofrecido previamente, el lunes 26, en el Pa-lau de la Música de Valencia. RAFAEL BANÚS

Colin Davis celebra los 80 en España

SIGUIENDO con su interés por elteatro musical del fin de siglovienés, el sevillano Teatro de laMaestranza presenta, a partirdel sábado 24, un programa do-ble integrado por dos óperas enun acto de Alexander von Zem-linsky, que incluye el estreno enEspaña de El enano o el cumple-años de la infanta, una obra crea-da en 1921 a partir de un amar-

go cuento de Oscar Wilde ins-pirado en la pintura de DiegoVelázquez, estrenada el 28 demayo del año siguiente en elStadttheater de Colonia porOtto Klemperer. Esta obra, ensu recuperación por la Ópera deHamburgo en 1981, constituyóel pistoletazo de salida hacia elreciente interés por la obra delcompositor. La velada, que lle-

gará en una producción de laÓpera de Frankfurt y será con-ducida por el director musicaldel teatro hispalense, PedroHalffter, se completa con el es-treno escénico en nuestro paísde Una tragedia florentina, ba-sada en una obra del literato in-glés, escuchada por vez prime-ra en el Hoftheater de Stuttgartel 30 de enero de 1917.

Programa doble de Zemlinsky en Sevilla

J.FERRERAS/EFE

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La década de 1720 apare-ce como una de los másimportantes en la carre-

ra del compositor Antonio Vi-valdi. Este período coincide conla llegada a Venecia como em-bajador de Francia de Jacques-Vincent Languet, Conde deGergy. En esta etapa, Vivaldi es-cribió tres serenatas para la casareal gala. La primera de ellas esDall´eccelza mia reggiaRV 687, co-nocida también por el nombrede los personajes, Gloria e Hi-meneo, y de la cual se conservala partitura, puesto que el libre-to está perdido. La segunda esL´unione della pace e di Marte RV694, cuya partitura no se conser-va, y fue compuesta para cele-brar el nacimiento de las geme-las reales. La tercera y másimportante es La Senna Festeg-giante (El Sena en fiestas) RV693, a tres voces, una obra que se

encuentra hoy entre los manus-critos de Turín en la colecciónFoa con el nº 27. La Senna Fes-teggiante es una clásica serenatapara solistas, coro y orquesta, es-crita por el autor veneciano en1725 con motivo de las bodas delrey de Francia, Luis XV, con laprincesa polaca Maria Les-zczynska, y tiene las dimensionesde una pequeña ópera. Contieneonce arias, tres dúos y tres coroscantados por los propios solistas.El tema es un abierto elogio de

Francia y su monarca, y sus tresalegóricos personajes (el Sena,la Edad de Oro y la Virtud) vanbuscando la felicidad, que en-cuentran a orillas del famoso río.El compositor italiano se esforzópor escribir siguiendo el estilo ga-lante francés, con una música deextremada elegancia y particularrefinamiento. Como escribió en1739 el crítico alemán JohannMattheson: “La capacidad de Vi-valdi para diferenciar sus estilosde escritura para la voz humanay para los instrumentos provoca-ba una gran envidia entre loscompositores contemporáneos”.Jordi Savall vuelve a dedicarse ala música vocal del prete rosso, dequien ya recuperó su ópera Far-nace en el Teatro de la Zarzuela,al frente de los músicos de sugrupo Le Concert des Nations.La cita será el próximo martesen L’Auditori de Barcelona.

CON libreto de Francesco Maria Piave, basadoen la tragedia homónima de William Shakes-peare, Macbeth fue estrenada en su primera ver-sión en el Teatro della Pergola de Florencia el 14de marzo de 1847, y en su redacción definitivaen París en 1865. La obra supone un enorme pro-greso dentro de la producción operística de Ver-di, por el penetrante dibujo psicológico de unospersonajes que se mueven por unos motivos tanprimarios como la ambición de poder o la falta deescrúpulos para conseguirlo. Este negro melo-drama llegará a partir del próximo domingo alTeatro Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Ca-naria en una nueva producción de Mario Pon-tiggia, con dirección musical de Miquel Ortegay una potente pareja protagonista, formada porel barítono Carlos Álvarez, cada vez más afian-zado en el papel del noble escocés, y la sopra-no Susan Neves en el de su temible esposa.

El próximo miércoles, la Fundación Juan Marchdedica su Aula de Reestrenos a Leonardo Ba-lada, el compositor barcelonés que lleva me-dio siglo viviendo y trabajando en Estados Uni-dos. Su cátedra de la Universidad CarnegieMellon, en Pittsburgh, tiene mucho prestigio.Pese a la distancia, la música de Balada suenacon relativa frecuencia entre nosotros, sobre todosus obras sinfónicas y teatrales (las óperas Colón,Hangman, Hangman! y The Town of Greed), perono tenemos muchas oportunidades de oír sumúsica de cámara. En este concierto mono-gráfico se presentan tres composiciones para tríocon piano: Diario de sueños (1995), Spiritual(2002) y Caprichos núm. 3 (2005). Esta últimaes una composición militante, como tantas otrasobras de Balada. Su subtítulo, Homenaje a las Bri-gadas Internacionales, refleja bien las preocupa-ciones del compositor.

La Juan Marchprograma a Balada

El Elias de Pons llegamañana a Madrid

EN junio de 1845, el comité del festival demúsica coral de Birmingham escribió a Fe-lix Mendelssohn solicitando su presenciaen la edición de 1846 con una nueva obra.Después del éxito de su primera incursiónen el género con Paulus, el compositorhamburgués se encontraba trabajando ya enun nuevo oratorio sobre la figura del pro-feta Elías, que, finalmente, y tras múlti-ples avatares, se estrenó en el Ayuntamientode la ciudad inglesa el 26 de agosto de 1846con un éxito apoteósico, convirtiéndosemuy pronto en el epítome del oratorio vic-toriano.

Mendelssohn procedía de una reputadafamilia judía, que se había convertido al pro-testantismo cuando él era un niño, y esta-ba muy familiarizado con los textos sagra-dos. El libreto se basa estrechamente enla traducción de la Biblia realizada por Mar-tín Lutero, con capítulos extraídos del Li-bro de los Reyes, el Deuteronomio, las pro-fecías de Osías y Malaquías y el Evangeliode San Mateo. El autor no se sentía tan in-teresado por reflejar la evolución del pen-samiento religiosodel pueblo de Is-rael como por lo-grar una estructuradramática dentrode la partitura. Elí-as fue, durantemuchos años, unade las obras sinfó-nico-corales másinterpretadas delrepertorio, aunqueposteriormentecayó en un ciertoolvido. Por ellopuede considerarse un acontecimiento laversión que ofrecerá Josep Pons al frente dela Orquesta y Coro Nacionales de Españalos días 23, 24 y 25 de mayo en el Audito-rio madrileño, que contará además con unprometedor cuarteto solista, integrado porla soprano británica Joan Rodgers, la mezzofinlandesa Monica Groop, el tenor alemánChristoph Prégardien y, en el vibrante yagradecido papel titular, el barítono tambiéngermano Albert Dohmen.

Jordi Savall dirige en el Auditori deBarcelona el Vivaldi más francés

Macbeth en Canariascon Carlos Álvarez

A C T U A L I D A D

JJ OO RR DD II SS AA VV AA LL LL

B. CORDÓN

J. V

ILLA

NUEV

A

M Ú S I C A / Ó P E R A

El rey de los tenores, el ma-drileño Plácido Domingo,se presentará en carne mor-

tal en el Gran Teatro del Liceo deBarcelona el próximo miércoles yel sábado 31 para incorporar uno delos papeles wagnerianos más aplau-didos de su repertorio, Siegmund enLa Walkyria, un personaje al que hasabido aportar una seducción y unimpulso mediterráneos con los queha triunfado incluso en el Festival deBayreuth junto a la que ahora volveráa ser su Sieglinde, la gran WaltraudMeier.

En el magnífico elenco de estadoble versión de concierto de la pri-mera jornada de la tetralogía El Ani-llo del Nibelungo, que dirigirá el res-ponsable musical del Coliseo de lasRamblas, el germano Sebastian Wei-gle, estarán junto a ellos una de lasBrünnhildes más atractivas de los úl-timos tiempos, la soprano alemanaEvelyn Herlitzius, así como el mag-nífico bajo René Pape en el papeldel vengativo Hunding, y, como elmatrimonio de dioses, Fricka y Wo-tan, intervendrán la mezzosoprano

británica Jane Henschel y el bajo-ba-rítono norteamericano Alan Held.Entre las ocho doncellas guerrerashay algunos nombres a tener encuenta, como los de Silvana Duss-mann en Helmwige o Jane Dutt-ton en Waltraute.

El tenor de moda. El peruano JuanDiego Flórez, elevado al rango detenor de moda (sobre todo tras ha-ber aparecido en la portada del NewYork Times, al igual que consiguieraLuciano Pavarotti, después de bisarel aria de los nueve “dos” de La fi-lle du régiment de Donizetti en el Me-tropolitan, una hazaña que no serepetía desde 1994), y el máximobelcantista actual dentro de su cuer-da, se medirá por primera vez en elTeatro Real, los días 27 y 30 de mayoy 2 de junio, con el papel protago-nista de Orphée et Eurydice, una obraque marca uno de los encuentros

más afortunados entre el composi-tor alemán Christoph WillibaldGluck y el libretista Ranieri de' Cal-zabigi, literato y aventurero italia-no imbuido de la cultura clásica,quienes impulsaron una decisiva re-forma dentro de la historia de la ópe-ra, buscando una nueva esencia ex-presiva y dramática frente a losexcesos del canto florido. El éxitoobtenido con Iphigénie en Tauride enParís llevó al músico a revisar su Or-feo ed Euridice, estrenado en el Hof-burgtheater de Viena el 5 de octubrede 1762, adaptándolo a la traducciónfrancesa realizada por Pierre-Louis

Moline y enriqueciéndolo con nue-vas páginas vocales y números dedanza. En esta versión, representa-da por vez primera en la AcadémieRoyal de Musique el 2 de agostode 1774, el papel de Orfeo, escritooriginalmente para el castrato Gae-tano Guadagni y que exige antetodo una extremada pureza de líneay una delicada musicalidad, fueadaptado para tenor. Entre los de-más alicientes de esta versión deconcierto hay que resaltar la pre-sentación en España de la sopranoestadounidense Nicole Cabell, ga-nadora del último Concurso Inter-nacional de Cardiff, completando elterceto vocal la joven soprano italia-na Alessandra Marianelli. Al frentede los conjuntos titulares estará eldirector musical del teatro, JesúsLópez Cobos, que conducirá la par-titura con su habitual solidez.

Entrega y espíritu. La tríada teno-ril la completa el francés de origenitaliano Roberto Alagna, un can-tante un tanto irregular pero que,cuando está centrado, puede ofre-cer unos resultados magníficos,como demostró en el reciente ho-menaje a Puccini del Palau de lesArts de Valencia (dirigido precisa-mente por Plácido Domingo), don-de, además, derrochó una entrega yespíritu de auténtico torero que en-candilaron al público. En esta oca-sión, el artista acudirá al AuditorioBaluarte de Pamplona el próximodomingo, junto a la Orquesta Sin-fónica de Navarra al mando de Da-vid Jiménez Carreras, para dar vidaa una extensa galería de figuras ver-dianas que incluyen desde el Du-que de Mantua de Rigoletto y el Al-fredo de La Travista y llegan hastael mismísimo Otello con su escenafinal, y que el cantante abordará sinduda desde la perspectiva más lí-rica de estos personajes. El con-cierto viajará el 30 de mayo, conlos mismos intérpretes, al Théâtredes Champs-Elysées de París.

RAFAEL BANÚS

Cumbre de tenoresPlácido Domingo, Diego

Flórez y Alagna, en España

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PP LL ÁÁ CC II DD OO DD OO MM II NN GG OO AA FF RR OO NN TT AA RR ÁÁ SS II EE GG MM UU NN DD EE NN EE LL LL II CC EE OO ,,

JJ UU AA NN DD II EE GG OO FF LL ÓÓ RR EE ZZ DD EE BB UU TT AA CC OO MM OO OO RR FF EE OO EE NN EE LL RR EE AA LL YY

RR OO BB EE RR TT OO AA LL AA GG NN AA HH OO MM EE NN AA JJ EE AA AA VV EE RR DD II EE NN PP AA MM PP LL OO NN AA ..

� Domingo se presenta en

carne mortal en el Liceo

como Siegmund, un persona-

je al que ha aportado seduc-

ción e impulso mediterráneo

Tres de los tenores más re-levantes del momento ac-tuarán en nuestros escena-rios durante los próximosdías. El miércoles, PlácidoDomingo canta La Walky-ria de Wagner en el Liceode Barcelona, RobertoAlagna lo hará el domin-go en el Baluarte de Pam-plona rindiendo homenajea Verdi, y Juan Diego Fló-rez debuta como Orfeo deGluck,en Madrid el día 27.

M Ú S I C A / R O C K

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Javier Corcobado se consideramúsico, poeta y editor de sue-ños. Es, también, un tipo testa-

rudo que no se deja impresionar poraquellos que le han colgado el sam-benito del malditismo y la falta derespeto a las reglas. La carrera de esteartista original se sostiene gracias ala integridad de un talento absolu-tamente anómalo que, unido a la te-nacidad del superviviente, le hanconvertido en un personaje único eirrepetible en el panorama musicalespañol. Su música suena, o ha so-nado en algún momento, a pop, arock, a bolero, a blues y a electrónica,a chansony a crooner. A los Stooges deIggy Pop y a Billie Holiday. A expe-rimentación postmoderna y a FrankSinatra (del que, por cierto, se cum-plen estos días diez años de su muer-te). A libertad absoluta.

Corcobado actúa hoy en Barce-lona (Sala Apolo). Después de ali-mentar durante años años las pasio-nes de sus seguidores, y laspesadillas de discográficas y fabri-cantes de etiquetas, el músico na-cido en Alemania, de padres emi-

grantes, y criado en Madrid, se subeal escenario con una banda de lujoy la eterna intención de provocarnuevos y maravillosos caos. “Mi ban-da es como mi familia”, asegura.“Tengo mucha suerte de contar conPaula Grau al sintetizador, ella es ter-nura, candor y ruido. Jesús Alonso esun batería muy sólido que tambiénlleva años tocando conmigo. Respi-ramos juntos la música. SalvadorSoto es un gran bajista. Juan Tije-ras es un guitarrista excelente dereciente incorporación. Y por último,Susana Cáncer, toda una artista quelleva dos discos en solitario, y que havuelto, con su buen gusto, a tocarel piano con nosotros. Todo el quehaya visto algún concierto de Cor-cobado sabrá que paseamos por todotipo de intensidades, desde la dul-zura al ruido extremo…”

Carácter experimental. Corcobadopresenta en vivo esta noche los te-mas de su nuevo disco, un recopi-latorio (Canciones insolubles 1989-2006) con el que salda una deudacon sus seguidores. Un disco am-plio, perfecto para acercarse a sucarrera, que se convierte en un nue-vo acto de entendimiento con elrock y la poesía de nuestro país. “Heintentado elegir las que yo creo me-jores canciones, las más insolu-bles… pero en la edición españolahubo que ceñirse al formato de unsolo cd. En México (donde es un ar-tista de culto) saldrá en versión do-ble, y en el segundo disco están las

de más larga duración, las de carác-ter más experimental”, afirma sinremordimiento. Como siempre, aeste artista total le impulsan senti-mientos encontrados, tanto en susletras como sus músicas, portento-sos actos de honestidad y sensibili-dad. “Vamos a ser un tanto infieles aldisco recopilatorio. El concierto deesta noche en Barcelona será muyespecial, tocaremos canciones deCorcobado, de Mar otra vez y de De-

monios tus ojos (sus anteriores gru-pos), así como dos o tres cancionesnuevas y versiones sorpresa”. Nues-tro hombre no escribe melodías co-merciales, rechaza las guitarras cris-talinas, aúlla sus poemas como unGinsberg rabioso y se ha cuidadode convertir su carrera en una ex-pedición sin retorno. Corcobado ex-plora. Deja atrás el sonido del or-den y bucea en aguas turbias.¿Encontrará el tesoro? Seguramentenunca: su premio está en la pertur-badora belleza de lo complejo, no enlas listas de los 40 Principales.

JAVIER PÉREZ DE ALBÉNIZ

Corcobado vuelve al caos

Arrastra una mezcla de gé-neros (rock, electrónica,blues...) y una personalidadque le convierte en uno delos fenómenos musicalesmás originales de la músicade las últimas décadas. Ja-vier Corcobado llega hoy ala sala Apolo de Barcelonacon Canciones insolubles.

Presenta hoy en Barcelona Canciones insolubles

� Corcobado no escribe melodías comerciales, rechaza las

guitarras cristalinas, aúlla sus poemas como un Ginsberg ra-

bioso y ha hecho de su carrera una expedición sin retorno

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ISAAC ALBÉNIZ

Poèmes d’amor

ORQUESTA DE CADAQUÉS

T R I T Ó T D 0 0 0 4 2

Los Poèmes d'amour ocupanun lugar único dentro de lacada vez más sorprendenteproducción de Isaac Albé-niz. Fueron escritos por elcompositor catalán sobretextos de Paul Armand Sil-vestre durante su estancialondinense, en 1892, por en-cargo del empresario HenryLöwenfeld, y han permane-cido inéditos desde enton-ces, habiendo sido recupe-rados por el infatigable Joséde Eusebio. Pertenecen algénero denominado “melo-drama” o “melólogo” tan enboga en aquella época (re-cordemos las Chansons de Bi-litis de Debussy o Psyché deFalla), consistente en unpequeño montaje teatral enel cual una voz va recitan-do los poemas sobre unacompañamiento musical.Isabelle Bres declama estosmás de 25 minutos con se-ductora dicción, sobre un te-jido instrumental que inclu-ye flauta, oboe, trompa,armonio, piano y cuerda, yque los músicos de la Or-questa de Cadaqués al man-do de Vassily Petrenko brin-dan admirablemente. Eldisco se completa con tresnúmeros de la suite Iberia(Evocación, Triana y Lavapiés) en la colorista orquesta-ción del compositor JesúsRueda, leídos con gracia porGianandrea Noseda al fren-te del mismo conjunto, aquíal completo. RAFAEL BANÚS

RACHMANINOV/PROKOFIEV

Rapsodia

G. MONTERO/G. CAPUÇON

V I R G I N 0 0 9 4 6 3 8 5 7 8 6 2 8

LAS Sonataspara chelo y pia-no de Rachmaninov y Pro-kofiev son dos obras escritastras una depresión. Dos par-tituras, quizá por ello y comocontraste, especialmente cá-lidas y, hasta cierto punto,optimistas. En el Scherzo-Moderato de la del segundohay buen humor. Y, en am-bos casos, una vena meló-dica de clara sensualidad; yun magnífico juego en elque los dos instrumentosdialogan y cantan.

Y el canto, en efecto,preside la interpretaciónque juzgamos, en la que losdos artistas actúan con unfraseo vigoroso y un liris-mo realmente encendido,concentrado en el cierre dela obra de Prokofiev, dondeel chelo proyecta su vozdesde lo alto en difíciles pa-sajes, ejecutados en el es-treno, en 1950, por el insig-ne Rostropovich. A su lado,en aquella ocasión, otrogrande: Richter.

El piano de Montero seintegra admirablementecon el violonchelo calientedel menor de los Capuçon,en una recreación que senos antoja, hoy, de referen-cia. El disco se completacon sendas transcripciones,hechas por los mismos ins-trumentistas, de la Vocaliseop. 34 nº 4 y de la Variaciónnº 18 de la Rapsodia sobre untema de Paganini de Rach-maninov. A. R.

MARTHA WAINWRIGHT

I Know you’re married...

MARTHA WAINWRIGHT

NUEVOS MEDIOS

MARTHA Wainwright es unode esos especímenes extra-ños que, mirados de cerca,con detenimiento, al finalresulta que tienen la capa-cidad de encandilar a cual-quiera, con dos dedos defrente, que se tome la mo-lestia de reparar en ella. Amedio camino entre SydBarret, la niña del exorcistay Mariane Faithfull, haconstruido un segundo dis-co que parece el de una ve-terana, pero por la sabiduríaque encierra, no por unacuestión relacionada con eltedio que a veces da el ma-nejo del oficio. El título nopuede ser más certero: IKnow You're Married But I'veGot Feelings Too y lo que vie-ne después es toda una con-tinuación de esa ironía a pe-cho descubierto. Lascolaboraciones de artistastan aparentemente disparescomo Pete Townsend (TheWho), Donal Fagen (SteelyDann) o Garth Hudson(The Band) ayuda a enten-der el eclecticismo de estaartista que reconstruye lasnormas del folk en In TheMiddle Of The Night, imbu-yéndose en un folk gótico;crea una balada paranormalen Bleeding All Over You y re-crea, con absoluta perfec-ción y coro familiar incluidoel See Emily Play de los pri-meros y míticos Pink Floyd.Toda una declaración de in-tenciones. SILVIA GRIJALBA

M Ú S I C A / D I S C O S

E.W. KORNGOLDSinfonía Op. 40/Captain Blood

FILARMÓNICA DE GRAN CANARIA/PEDRO HALFFTER

WA R N E R 51 4 4 2 5 7 7 0 2

Hoy podemos encontrar pocas grabaciones deesta crepuscular Sinfonía: Welser-Möst, Al-bert… La antigua de Kempe desapareció hace

tiempo. Es insólito que el último registro de la partitu-ra aparezca en nuestro país gracias al acuerdo del Ca-bildo de Gran Canaria y del sello Warner; que inician asíuna colaboración de la que serán protagonistas la Or-questa insular y su director, rigurosos a la hora de ser-vir los valores tardorrománticos que atesoran estos pen-tagramas de quien fuera pionero, en Hollywood, delas modernas bandas sonoras. Tras la guerra, regresó aViena y escribió esta testamentaria Sinfonía en 1951 y1952, pero moriría en 1957 sin escucharla.

La partitura es magnífica, aunque compuesta fuerade tiempo. Un diatonismo de estirpe postromántica larecorre de arriba abajo. La maestría del músico quedaevidenciada en una orquestación e instrumentación pri-morosas, un manejo inteligente de los breves temas me-lódicos y una irisación sonora emparentada con Ravelo Strauss. Lejanos ecos de Rachmaninov, gotas de Stra-vinski; curiosos ostinati. Son sorprendentes las síncopas,las disonancias, la agitada rítmica que perfuman el pri-mer movimiento; la ligereza de tarantella del Scherzo; elaire fúnebre del mahleriano-bruckneriano Adagio, quetransforma un tema de la película Anthony Adversey lo lle-va a un esplendoroso clímax; atrae, en fin, el toque másoptimista del Allegro postrero, caleidoscópico y variado.Halffter construye hábilmente este rico universo y den-sifica la expresión desolada del lento, quizá el mejorlogro de la interpretación. Hubiéramos pedido una ma-yor virulencia en los ataques, una precisión más seca enlos acentos del movimiento inicial. Pero el conjunto fun-ciona muy bien y revela un buen trabajo de preparación.Y una excelente toma sonora. La Sinfonía viene acom-pañada de la Obertura Capitán Blood, música desgaja-da de la película del mismo título. ARTURO REVERTER

Una insólita aventura

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Últimamente, los medios decomunicación parecen abo-cados a conjugar las noticias

científicas con aquellas de caráctersocial más propias de los sucesos. Porun lado, la confusión hospitalariacreada en torno a un bacilo Gram-negativo, aerobio estricto, denomi-nado Acinetobacter baumannii, posi-blemente implicado en algunasinfecciones antibiótico-resistentes y,por otra parte, la alarmante noticiasobre la cada vez más lejana vacu-na contra el Virus de la Inmunode-ficiencia Humana (VIH), son algu-

nos de los ejemplos más llamativos.Sin abandonar esta línea de “suceso-ciencia”, pero aderezado con otrosdescubrimientos trascendentales deperfil más optimista –siempre con laesperanza que ofrece el conoci-miento molecular–, el campo de labiología molecular, biomedicina obiotecnología no está pasando depuntillas en la vorágine social. Por

ello, destacaré algunos de los que,desde mi punto de vista, están mar-cando –y marcarán– la actualidad in-formativa en los medios y tambiénen los laboratorios:

Reaparece la variante más juvenildel Creutzfeldt-Jakob. Con la re-ciente muerte de dos personas por elpopularmente llamado mal de las va-

cas locas, España suma tres casos deesta patología transmitida por prio-nes. Lejos de las casi 200 víctimashumanas de Gran Bretaña –con185.000 vacas infectadas– o, inclu-so, las 25 de Francia, nuestros tres fa-llecidos han puesto sobre aviso aldirector del Centro de Investigaciónde Encefalopatías Espongiformes,Juan José Badiola, quien afirma que

C I E N C I A

Recorremos las grandes líneas deinvestigación de la biociencia actual

Preocupa a los científicospero también al gran públi-co. Desde el llamado mal delas vacas locas a la gripe aviarpasando por la función de al-gunas células madre en eldesarrollo del cáncer. Tam-bién, por qué no, algunosdatos de nuestros orígenes.El profesor y director deCultura Científica de laUAM José Antonio LópezGuerrero recorre algunos delos “sucesos científicos” dela biociencia actual, entre losque se incluyen la posiblesíntesis química de seres vi-vos o la elaboración de or-ganismos “a la carta”. El fu-turo entra en los laboratorios.

Llega la ciencia-suceso

PPRROOTTEEIINNAASS PPRRIIÓÓNNIICCAASS..

DDEE CCIIEELLOO YY TTIIEERRRRAA

((PPHHAAIIDDOONN))

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tras los controles internacionales im-puestos a partir del 2000, y con casiel 75% de la población inmune–siendo el componente genético im-portante–, no deberíamos esperarmuchos más casos. Eso sí, quizá de-berían analizarse en más profundi-dad los derivados humanos (sangre,tejidos) susceptibles de trasplan-tes, por si acaso...

Transmisión humana de la gripeaviar. Tras habernos pasado el 2007oteando los cielos europeos obser-vando las aves migratorias que ibano venían de África, y con sólo unpuñado de cadáveres entre aves y al-gún que otro gato hambriento, rea-parece el fantasma de la temidatransmisión entre humanos del virusH5N1. Según un informe recientede la Organización Mundial de la Sa-lud, un hombre pakistaní podría ha-ber contagiado a sus hermanos. Aun-que sigo viendo complicadodeterminar si la transmisión se pro-dujo horizontalmente, entre perso-nas, o a través de la misma fuente decontagio –las aves con las que tra-bajaban, por ejemplo–, este posi-ble quinto caso no tiene por qué re-presentar la definitiva adaptación delvirus a su nuevo huésped aunque,eso siempre, debe mantener alerta alos servicios de vigilancia epidemio-lógica estudiándose las nuevas va-riantes –especialmente la hemaglu-tinina viral– en busca de signos deadaptabilidad.

Nuevas claves para la metásta-sis. Tras la reciente publicación enNature del posible bloqueo, en ra-tones, de la metástasis del cáncer demama a pulmones o huesos me-diante unos pequeños fragmentosde ARN denominados miARN,nuevamente el equipo de Joan Mas-sagué (Memorial Sloan-KetteringCancer Center), en colaboración conRoger Gomis (Instituto de Investi-gación Biomédica de Barcelona) yCristina Nadal (Hospital Clinic-IDI-BAPS) dan una lección de alta in-vestigación. Según acaba de publi-

car Cell, una molécula muy conocidapor los inmunólogos como la cito-quina beta/TGF –implicada en elcontrol de la proliferación y diferen-ciación celular– podría “pasarse alenemigo” y favorecer la metástasisdel cáncer de mama hacia el pul-món. En dicho proceso podría, ade-más, estar implicada la angiopoye-tina-L4, un factor de crecimientoque promovería el acceso de las cé-lulas tumorales a los pulmones víasanguínea. Por supuesto, tras estosdescubrimientos básicos podríansentarse las bases de futuros nue-vos abordajes terapéuticos.

Vacunas frente a tumores. Ya esuna realidad en estos momentos lacomercialización de la vacuna contrael virus del papiloma humano (HPV)y, por extensión, contra el carcinomade cuello de útero. En España, lostumores ocasionados por HPV 16 y18 son unos de los más frecuentesentre las mujeres. Aunque de mo-mento se pretende dirigir dicha va-cuna a niñas menores de 12 años,la tendencia debería ser la vacuna-ción masiva, incluso entre niños. Elestudio de la familia Papillomaviri-dae, como el llevado a cabo en elCentro Alemán de InvestigacionesOncológicas a cargo de Harold zurHausen, ha resultado clave para eldesarrollo de ésta y otras terapiaspreventivas futuras contra tumorescon base en infecciones víricas.

Células “madrastras”. Si una cé-lula ha saltado la barrera del labora-torio a la sobremesa de la mayoría delos hogares es, por mérito propio, lacélula madre; células que abren es-peranzas de terapias allí donde otrosensayos están limitados. Sin embar-go, desde la Universidad de Har-vard, en Boston (EE.UU.), recientesestudios, portada de Nature, confir-man la presencia de células madreen el origen de algunos tipos de tu-mores: leucemias, cáncer de mamao, incluso, tumores cerebrales. Esmás, la presencia de estas células po-drían explicar algunos fracasos en

quimioterapia. Según Markus H.Frank, director del estudio, lo posi-tivo del hallazgo estriba, nueva-mente, en la posibilidad de enfocarnuevos tratamientos dirigidos contraestas células más “madrastras” quemadre. Ensayos en ratones con an-ticuerpos parecen prometedores.

De fibroblasto a célula pluripo-tente. La capacidad de convertir cé-lulas diferenciadas de la piel en untipo de célula pluripotencial simi-lar a las embrionarias constituyó unode los temas científicos estrellas delúltimo año. Esta investigación tanprometedora se llevó a cabo en gru-pos de investigadores de Japón, Es-tados Unidos y Corea del Sur. Elproblema principal para una su-puesta terapia en humanos radica enla necesidad de introducir en las cé-lulas diferenciadas, mediante viruscomo vector, varios oncogenes conel potencial tumorogénico que elloconlleva.

La biomedicina ante la ley. El 14de junio del 2007 se aprobó la Leyde Investigación biomédica (LIB).Junto a la también modificada Leyde Reproducción Humana Asistida,la LIB regula, entre otros aspectos,los comités de bioética, la transfe-rencia nuclear, la donación altruista

de ovocitos y la estructuración de losdenominados biobancos. Un caso es-pecial de este último punto lo cons-tituye la controversia acerca de losbancos públicos o privados para cor-dones umbilicales. En este senti-do, el presidente de la Sociedad In-ternacional de Bioética, MarceloPalacios, afirma no entender cómono se permite la criopreservación deeste material con fines privadoscuando, por ejemplo, sí se aceptaesta opción con los embriones so-brantes de la fertilización in vitro.

Antepasado andaluz del europeomoderno. Si aceptamos como prue-ba las huellas humanas, de hace dosmillones de años, en huesos de ani-males en los yacimientos de FonelasP-1 en Guadix, Granada, habría queotorgar un pasado andaluz a los ho-mínidos antepasados del europeomoderno; casi un millón de años an-tes de los recientes hallazgos –undiente y su mandíbula correspon-diente– en la sima del elefante, enAtapuerca –portada de Nature–. Apesar de todo, la posibilidad de queel Homo antecessor, dueño de los res-tos encontrados, sea el origen comúnde las especies sapiens y neandertal to-davía estaría por determinar.

Mycoplasma laboratorium. La últi-ma frontera. Finalmente, y tras con-seguir mediante transferencia ge-nómica convertir una especie en otradentro del género bacteriano Myco-plasma, el grupo de Craig Venter daun paso más allá y sintetiza, por pri-mera vez en organismos vivos –unavez excluidos los virus...– un clonplasmídico, es decir, el cromosomacompleto de Mycoplasma genitalium.De esta forma, los autores del tra-bajo, publicado en Science, pretendenconfirmar la posible síntesis químicade seres vivos, la elaboración de or-ganismos “a la carta” y, ya puestos,crear su propia especie a la que lla-marían, en un derroche de imagina-ción, Mycoplasma laboratorium.

JOSÉ ANTONIO LÓPEZ GUERRERO

C I E N C I A / H I T O S D E L A B I O C I E N C I A

� Ya es una realidad la co-

mercialización de la vacu-

na contra el virus del papi-

loma humano (HPV) y, por

extensión, contra el car-

cinoma del cuello de útero

� Tras habernos pasado el

2007 mirando los cielos eu-

ropeos observando las aves

migratorias, reaparece el

fantasma de la transmisión

entre humanos del virus H5N1

A N Á L I S I S / C I E N C I A

E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 6 5

El ser humano se debate desde hace 2.000 añosentre el mundo real y el virtual, la entele-quia imaginada. Durante un tiempo amable

había muchos dioses en el Olimpo, que corrían aven-turas galantes, eran alegres, dicharacheros, y se lopasaban bien. Luego llegó el pecado, la condena, elperdón mediante la penitencia, un mundo real de su-frimiento para otro posible de felicidad. Pasamos demuchos dioses a uno solo.

En la Edad Media los caballeros buscaban el San-to Grial de ese dios. Era una tarea para la que sólovalían los elegidos, que encontrarían la verdad úni-ca al final de su búsqueda. Hoy buscamos, o más bien,los elegidos buscan el Grial de la Gran Unificación, lateoría que debe eliminar una pequeña multitud (4)de fuerzas distintas entre sí, las que hacen entrete-nido al mundo, y sustituirlas por una única fuerzade la que las demás son imágenes distintas de una úni-ca fuerza verdadera. Para poder verificar esta teoría seprecisa encontrar ese Grial: El Bosón de Higgs, unapartícula huidiza que se ha resistido hasta ahora arevelar su escondite. Se supone que puede existirun espacio realmente vacío. Una fluctuación de esevacío genera un campo (de Higgs) que fabrica la masade cada partícula elemental. Como cada campo debellevar asociada una partícula no vectorial, a la del cam-po de Higgs se le denomina Bosón de Higgs. Ha-blando del Grial, esto semeja las discusiones me-dievales sobre el número de ángeles que caben en unalfiler.

Los puros de corazón creen que pueden encontrarese Bosón en colisiones de partículas de grandísimaenergía, en el LHC, el acelerador enorme de hadro-nes de Ginebra. Sería como lanzar dos camiones a mi-les de km/h uno contra el otro: Entre los pedacitos po-dríamos encontrar lo que buscamos. Pero puesto queel experimento se realizará en un único laboratorio en

el mundo, no podrá haber verificación del mismoen laboratorios independientes. Estamos de nuevocon las teorías angélicas. El mundo es bellamentecomplejo. La complejidad surge, inesperadamente,de sólo dos de las cuatro fuerzas que conocemos y quela teoría de la gran unificación quiere reducir a unasola. Esas fuerzas son la fuerte y la débil, que sola-mente actúan dentro de los núcleos atómicos, y quepor tanto sólo crean una complejidad muy reducida:92 clases de átomos estables y un puñado más desus isótopos. La razón de la pobreza de estas fuer-zas es que son de muy corto alcance, desaparecen en-seguida.

Las otras dos fuerzas son muchísimo más in-teresantes: la gravitación, con un único sig-no y que se extiende a los confines del uni-

verso, crea estrellas, galaxias, agujeros negros y unamultitud de otros fenómenos, y la eléctrica, con dossignos y de alcance también hasta esos confines deluniverso, que crea la inmensa complejidad de laquímica, la biología, de los seres vivos y de las neu-ronas de nuestro cerebro, e incluso la complejísimae interesantísima sociedad humana. Hemos gastadomiles de millones de euros para tratar de conseguir re-ducir la bellísima complejidad del universo a una úni-ca y aburrida teoría, en vez de tratar de entender lasleyes de esa complejidad. A pesar de ello no es se-guro que encontremos el Grial, como no lo encon-traron los Caballeros de la Tabla Redonda. Y si loencontramos, tampoco es seguro que nos resuelva losproblemas de la aburrida simplicidad. Busquemosla física de los sistemas complejos, un desafío muy ba-rato e inmensamente más excitante y humano que elprimero.

ANTONIO RUIZ DE ELVIRA

¿Hemos gastado miles de millones de eu-ros para reducir la bellísima complejidad deluniverso a una única y aburrida teoría? Apunto de entrar en funcionamiento elLHC, del CERN, el catedrático de Fí-sica de la Universidad de Alcalá, Anto-nio Ruiz de Elvira, reflexiona sobre la uti-lidad del ingenio y el horizonte teóricoque abrirá su puesta en funcionamiento.

LHC o la búsqueda del GrialIINNTTEERRIIOORR DDEELL AACCEELLEERRAADDOORR DDEE PPAARRTTÍÍCCUULLAASS LLHHCC

En el volumen 320 de Science,del 9 de mayo se presentan

varios estudios sobre las razonesfísicas de la moralidad. Portarse“bien” o “mal” se ha derivado demuchísimas fuentes, de códigosrevelados, de doctrinas aprendi-das. Determinadas corrientes,como la encabezada por DavidHume, apuntan a que la morali-dad deriva de nuestras emociones,mientras que para Inmanuel Kantprovenía de nuestra razón.Estudios recientes de psicólogos yneurólogos presentados en estenúmero de Science indican queHume tenía probablementerazón. Los juicios morales se venfuertemente influidos por lassensaciones emocionales.

En el número 863 de la revistaPhysics News, se describe elfenómeno recién descubierto dela piezo-resistencia gigante. Unfenómeno análogo, la magnetorre-sistencia gigante es la base de losnuevos discos duros de losordenadores que almacenan, sinproblemas, terabytes en espaciosde 10x10 cm y a precios de 200euros. La piezo-resistenciagigante es un aumento en órdenesde magnitud de la resistencia deun material bajo presión o tensión,lo que genera cambios de nuevogigantes en los voltajes que enellos se producen. Sus aplicacio-nes serán similares a las de lamagnetorresistencia en campos detrabajo distintos.

En un artículo publicado en elScience News, del 9 de mayo, sesugiere que la aparente necesidadde existencia de energía invisiblepara explicar ciertas anomalíasgravitatorias pudiese ser efecto deuna situación especial de nuestragalaxia. No es claro que sea así,pero tampoco es evidente queexista la energía obscura. �

NÚMEROS AMIGOS

L A Ú L T I M A P A L A B R A

PREGUNTA: ¿En España, sinpremios no hay paraíso?RESPUESTA: Los premios sonla mejor carta de presenta-ción y el mejor vehículopromocional. Después depublicarlos, los libros hayque venderlos. Y lospremios ayudan. Mucho.P: ¿Qué es La primera tardedespués de Navidad?R: Una historia para niñoscon la que me he divertidomuchísimo.P: Es su segunda incursiónen el género: ¿qué le aporta?R: Una tranquilidad que nome dan las novelas paraadultos. Escribo muchomás relajada.P: Aunque la magia es unaconstante en la literaturainfantil y juvenil, ¿la huellade Harry Potter es tanalargada como parece?R: Y más. En mi historia haymagia, puertas misteriosasy hechizos. Es lo quequieren los niños. Y queconste que yo a JK Rowlingle haría un monumentoP: Hay autores españolesque publican más de diezlibros al año para jóvenes:¿no corren el riesgo de satu-rar a un lector acosado porlos videojuegos e internet?R: No lo sé. Yo no soy tanprolífica. Pero cada unotiene su forma de trabajar.P: Sea sincera, ¿se da a loslectores más indefensosmucho gato por liebre?R: Quizá. Pero el buscarseesa defensa está precisa-mente en manos de loslectores. Yo no veo a nadiecomprando ciertos libroscon una pistola apuntandoal corazón.

P: El año pasado recuperóEl inventor de historias... Si,como el protagonista, pu-diera inventarse una nuevavida, ¿cómo sería, qué haríala nueva Rivera de la Cruz?R: Como decía la canción,“tengo la vida que deseé, oal menos quiero pensarlo”.P: ¡Enhorabuena!, pero¿tampoco tiene un sueñoimposible como autora?R: Multiplicar mis lectorespor diez. Bueno, o por cien,total es un sueño.P: Sigamos soñando... ¿quéarreglaría de un plumazo sifuese ministra de Cultura?R: Pondría en marcha unplan serio de fomento de lalectura, trabajando concolegios y con profesoresy dotando de presu-puestos dignos a lasbibliotecas públicas.Pero estas cosas nose hacen de unplumazo.P: ¿Y si fuese lamáxima responsablecultural de Galicia?R: Trabajar en favor dela cultura gallega.De toda. Y conpico y pala.P: ¿De verdad laTelevisión deGalicia la vetópor no escribir engallego?

R: Cuando, recién elegidafinalista del Planeta, lespropusieron una entrevistaconmigo en un programacultural, contestaron “aquíno interesa”. Cada unopuede interpretarlo comoquiera. P: ¿Todavía hay quien no leperdona que escriba encastellano siendo gallega?R: Recibo insultos, amena-zas y descalificaciones adiario en mi blog y en micorreo personal, que a

veces se hacen extensivos ami padre y a mi abuelo de87años. Las cosas se estánradicalizando de una formamuy peligrosa. P: ¿Por qué cree que de lapolítica de inmersióngallega no se habla tantocomo del caso catalán?R: Buena pregunta. Pero loque pasa en mi tierra hayque verlo –y vivirlo– paracreerlo.P: ¿Realmente gentes comoSuso de Toro tienen hoytanto poder en la culturagallega como se dice, y conqué consecuencias? R: No, no, la culpa no es delpoder que pueda tener o noSuso de Toro. La culpa esde quien se ha empeñadoen reducir la política cultu-ral a política lingüística ypretende arrinconar unidioma que hablan 400millones de personas. Yque conste que esta his-

toria la inició el go-bierno de Fraga.

¿Consecuencias?Las veremos

dentro de unosaños, cuandoempiece ahaber gene-raciones mo-

nolingües ce-rradas al inmenso

mercado laboral y cultural

que ofrece el castellano. P: ¿Se atrevería a dar elnombre de tres autoresgallegos de primeraninguneados por losnacionalistas?R: No. Podría darle hastacinco, pero no creo que yotenga derecho a sacar anadie a este ruedo. Sólo lediré que en una expedicióncultural a La Habanapagada por la Xunta fueroncincuenta escritores, yninguno de estos cincoestaba invitado. P: En 1998 conquistó elAteneo Joven con Que veinteaños no es nada, la historiade amor de una joven y unfamoso escritor 20 añosmayor... ¿qué autor podríadespertar en usted unapasión semejante?R: Siempre pensé queHenry James tenía suatractivo.P: ¿Y por quién le gustaríaser seducida?R: Por Scott Fitzgerald. Porlo menos compartiríamosuna buena juerga. Perdoneque sólo le hable demuertos, tengo pareja...P: ¿Algún editor?R: Mucha seducción meparece esa... yo, con miseditores, sólo aspiro allevarme bien y a convertir-me en un productorentable. Es lo mejor parauna relación perfecta.P: Hablando de seducción,¿qué tal su blog?R: Sorprendente. Hay detodo. Pero en general, bien.Y el día que la cosa setuerza, lo cierro y en paz.

NURIA AZANCOT

MM AA RR TT AA RR II VV EE RR AA DD EE LL AA CC RR UU ZZ

“Recibo insultos a diario desde Galicia por escribir en castellano”Marta Rivera de la Cruz (Lugo, 1970) lleva años sufriendo la cerrazón de

los nacionalistas gallegos porque escribe en castellano. Lo demás sólo son pre-

mios: tras ganar el Ateneo Joven de Sevilla en 1998 por Que veinte años no es

nada y ser finalista en 2006 del Planeta con En tiempo de prodigios,acaba de con-

quistar el Anaya de Literatura Infantil y Juvenil, que convocan Anaya y

Ámbito Cultural de El Corte Inglés por La primera tarde después de Navidad.

E L C U L T U R A L 2 2 - 5 - 2 0 0 8 P Á G I N A 6 6

GUSI

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