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EL CURRICULUM DE LA FORMACIÓN DE PROFESORES DE CIENCIAS ECONÓMICAS EN LA UNIVERSIDAD. RELATOS DE EXPERIENCIAS DE PRÁCTICAS DOCENTES EN LA EDUCACIÓN DE JÓVENES Y ADULTOS Córdoba, Martha; Abdala, Carolina; Palacios, Ana. Universidad Nacional de Tucumán [email protected] ; [email protected] ; [email protected] Resumen En esta presentación se relatan y analizan tres experiencias de prácticas docentes de estudiantes del Profesorado en Ciencias Económicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT, realizadas durante el cursado de la materia Didáctica Específica y Residencia Docente. Estas prácticas se desarrollaron en instituciones educativas públicas, en la modalidad de educación secundaria de jóvenes y adultos. El propósito de este trabajo es recuperar y convertir en objeto de reflexión curricular, experiencias que fueron consideradas por los estudiantes como impactantes, desafiantes, y altamente movilizadoras en su proceso de formación como docentes, principalmente por la complejidad y singularidad del ámbito donde fueron realizadas. La modalidad secundaria de jóvenes y adultos está destinada a jóvenes mayores de 18 años, la mayoría trabajadores, muchos de ellos con trayectorias escolares interrumpidas y se cursa de noche. Desde este punto de vista, y tomando en consideración además, que la LEN la incluye entre las nuevas modalidades de educación secundaria obligatoria, la formación del profesorado debería contemplar la atención de estos contextos, junto con ello, desarrollar una visión de un docente con compromiso social capaz de contribuir a la mejora de la realidad de los estudiantes. En esta comunicación nos proponemos avanzar en la elaboración de propuestas para redefinir finalidades y contenidos del curriculum de la formación universitaria de profesores en ciencias económicas. Palabras Clave: Formación de Profesores; Práctica Docente; Curriculum; Ciencias Económicas

EL CURRICULUM DE LA FORMACIÓN DE PROFESORES DE …€¦ · En la escuela hay una modalidad de adultos presencial y semipresencial, es decir que desde la institución ya hay una falta

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EL CURRICULUM DE LA FORMACIÓN DE PROFESORES DE CIENCIAS

ECONÓMICAS EN LA UNIVERSIDAD. RELATOS DE EXPERIENCIAS DE

PRÁCTICAS DOCENTES EN LA EDUCACIÓN DE JÓVENES Y ADULTOS

Córdoba, Martha; Abdala, Carolina; Palacios, Ana.

Universidad Nacional de Tucumán

[email protected] ; [email protected];

[email protected]

Resumen

En esta presentación se relatan y analizan tres experiencias de prácticas docentes de

estudiantes del Profesorado en Ciencias Económicas de la Facultad de Filosofía y Letras

de la UNT, realizadas durante el cursado de la materia Didáctica Específica y

Residencia Docente. Estas prácticas se desarrollaron en instituciones educativas

públicas, en la modalidad de educación secundaria de jóvenes y adultos.

El propósito de este trabajo es recuperar y convertir en objeto de reflexión curricular,

experiencias que fueron consideradas por los estudiantes como impactantes,

desafiantes, y altamente movilizadoras en su proceso de formación como docentes,

principalmente por la complejidad y singularidad del ámbito donde fueron realizadas. La modalidad secundaria de jóvenes y adultos está destinada a jóvenes mayores de 18

años, la mayoría trabajadores, muchos de ellos con trayectorias escolares interrumpidas

y se cursa de noche. Desde este punto de vista, y tomando en consideración además, que

la LEN la incluye entre las nuevas modalidades de educación secundaria obligatoria, la

formación del profesorado debería contemplar la atención de estos contextos, junto con

ello, desarrollar una visión de un docente con compromiso social capaz de contribuir a

la mejora de la realidad de los estudiantes.

En esta comunicación nos proponemos avanzar en la elaboración de propuestas para

redefinir finalidades y contenidos del curriculum de la formación universitaria de

profesores en ciencias económicas.

Palabras Clave: Formación de Profesores; Práctica Docente; Curriculum; Ciencias

Económicas

Introducción

El presente trabajo ha sido producido en el marco del Proyecto de

Investigación Estudiantes de educación superior: Perfil socioeconómico y cultural,

trayectorias académicas y curriculum vivido, aprobado y subsidiado por la Secretaria de

Ciencia, Arte e Innovación Tecnológica de la UNT, para el período 2014-2018.

En esta presentación se relatan y analizan dos experiencias de prácticas

docentes de estudiantes del Profesorado en Ciencias Económicas de la Facultad de

Filosofía y Letras de la UNT, realizadas durante el cursado de la materia Didáctica

Específica y Residencia Docente. Estas prácticas se desarrollaron en instituciones

educativas públicas, una en la modalidad de educación secundaria de jóvenes y adultos

y otra, en la secundaria común, pero en el turno noche y en un 6to año en el que había

alumnos de más de 20 años.

El propósito de este trabajo es recuperar y convertir en objeto de reflexión

curricular, experiencias que fueron consideradas por los estudiantes como impactantes,

desafiantes y altamente movilizadoras en su residencia docente, principalmente por la

complejidad y singularidad del ámbito donde fueron realizadas. También nos

proponemos, tomando como base el relato del curriculum vivido por las residentes,

pensar para la unidad curricular Residencia, enfoques y formatos que ayuden al futuro

docente a realizar lecturas críticas de la realidad, pero también a construir y sostener un

compromiso con su trabajo en los diferentes contextos de desempeño.

Sabemos que la residencia docente, en un proceso de formación inicial, es un

período que reviste una singular importancia pues, entre otras razones es la instancia

que le permite al estudiante de alguna manera poner a prueba conocimientos y

competencias aprendidos a lo largo de su carrera, a través del diseño y desarrollo de

prácticas de enseñanza en diversos ámbitos. En particular, les permite realizar un

análisis crítico de las mismas, trabajando siempre en un contexto de aprendizaje. De

este modo, constituye una etapa central en el proceso de formación profesional.

Los planes de estudios de la Facultad de Filosofía y Letras, prevén que

Residencia es la segunda inserción de los alumnos en una institución educativa; la

primera la realizan en dos materias en conjunto, Didáctica y Curriculum e Instituciones

Educativas, aunque en éstas, si bien entran a la escuela y a las aulas, sólo asumen el rol

de observador que puede ser participante (aunque no se les permite tomar bajo su

responsabilidad el desarrollo de las clases todavía). En Residencia las prácticas tienen

distinto carácter, pero claramente avanzan desde la observación de clases a la etapa de

hacerse cargo por completo de una materia de su disciplina, por lo general en la escuela

secundaria, aunque cada vez más los alumnos eligen cursos en instituciones de

educación superior.

En este trabajo, analizaremos algunas cuestiones conceptuales de la educación

destinada a jóvenes y adultos, la cual, en principio, atiende a una población de sujetos

mayores de 18 años, la mayoría trabajadores, muchos de ellos con trayectorias escolares

interrumpidas, es decir que no han podido cumplimentar su escolaridad primaria o

secundaria, y se cursa de noche. Desde este punto de vista, tomando en consideración

además, que la LEN incluye entre las nuevas modalidades de educación secundaria

obligatoria, la modalidad de jóvenes y adultos, nos pareció pertinente reflexionar sobre

la formación que ofrece el profesorado de la Facultad y la que sería importante

contemplar. Ello a su vez suscitado por la experiencia relatada por estas estudiantes.

Recuperar las experiencias de estas dos alumnas residentes evidenció la

urgencia de que un proceso destinado a la formación inicial de los docentes, atienda

estos contextos y junto con ello, se proponga desarrollar una visión de un docente con

compromiso social capaz de contribuir a la mejora de la realidad de los estudiantes, o

por lo menos a que los estudiantes construyan un vínculo más esperanzador –en un

sentido político- con su entorno.

Algunas cuestiones metodológicas

Como lo señalamos, nuestro interés fue recuperar para realizar este trabajo,

experiencias vividas por estudiantes del Profesorado de Ciencias Económicas, en el

transcurso de su práctica y residencia docente en el año 2014. Una de nosotras, es la

docente a cargo de ese espacio formativo, y durante ese año, dos estudiantes eligieron

hacer sus prácticas en la educación secundaria de adultos. A medida que la práctica se

desarrollaba, las estudiantes fueron relatando vivencias bastante dolorosas sobre la

cotidianeidad escolar que estaban compartiendo con docentes y alumnos en la

institución. La experiencia motivó procesos reflexivos en las clases de la materia en la

universidad, con el propósito en primer lugar, de comprender en su complejidad, la

enseñanza que el profesor desarrollaba en esas aulas, y junto con ello, la visión del

estudiante, joven o adulto, que ponía en juego en sus intervenciones en las clases, en los

modos de comunicación que propiciaba, en los contenidos que seleccionaba. En

segundo lugar, el examen de estas experiencias tenía además el sentido de ayudar a

pensar en las formas en las que el practicante enfocaría su práctica, en ese contexto.

Varios son los motivos por los que nos propusimos recuperar los relatos de

estos practicantes: por una parte, para reflexionar acerca de lo que estas experiencias

aportaron en tanto objeto de análisis a la residencia; por otra, para examinar su profundo

valor formativo cuando las mismas se convierten en objeto de examen y movilizan al

estudiante, futuro docente, a plantearse alternativas de acción frente a ellas. Y

finalmente, con el interés de hacerlas públicas y permitir de este modo, como lo señala

Suárez “su circulación entre colectivos más amplios”. (Suárez, 2011, p. 123).

En este trabajo entonces, tratamos de reconstruir la experiencia de estos

estudiantes, a partir de entrevistas en profundidad, en la que les planteamos una serie de

preguntas para ayudarlos a recordar diferentes situaciones que observaron mientras

transcurrían por la etapa previa a la residencia y/o que les tocó afrontar cuando se

encontraban ya en la residencia, a cargo del aula.

Desde el punto de vista del enfoque, se trata de un trabajo desarrollado de

acuerdo con una lógica interpretativa. Una vez obtenidos los relatos, se procedió al

análisis de los mismo generando una serie de categorías que nos permitieron ordenar la

información.

Los relatos

Fue como si le apagaran el foquito al turno noche

Una de las alumnas, que realizó su práctica en una escuela secundaria común,

en el turno noche, reconstruye de este modo lo vivido en ese período:

Bueno, primero que la práctica… no era en un secundario de adultos, era una modalidad de

turno noche, era un secundario con orientación en Economía y Gestión, pero secundario, ciclo

orientado. Pero que es lo que… qué características presentaba el grupo clase que se lo podría

haber relacionado con adultos. Que había chicos repitentes y con sobre edad. Entonces, [había]

chicos que tenían la edad para estar en el curso, pero [también había] chicos mucho más

grandes, y hablo más grandes; no dos ni tres años, sino de 22 y 23 años, entonces que ya

podían estar en condiciones de [ir a la modalidad de] adultos. Es decir que la clase era bastante

heterogénea, pero esos chicos más grandes… En la escuela hay una modalidad de adultos

presencial y semipresencial, es decir que desde la institución ya hay una falta de organización

en cuanto a [quiénes] podrían estar en el secundario común o en el secundario de adultos.

Incluso un chico que trabaja, porque esa era la situación, un chico que trabaja, chico con

familia, estar en un secundario semipresencial les convendría mucho más. Sin embargo se los

anota y se los inscribe, en este secundario. Era un 6to. Año común y corriente del ciclo

orientado, Esa era la realidad… Era un turno noche.

… Ella [la docente] era como un reflejo de todo lo que era la institución. Yo cuando entré a la

institución, a la escuela… Yo tengo una imagen: A mí me gustan mucho los Simpson, y en los

Simpson hay un capítulo donde Moe, el cantinero, reforma su cantina. Los amigos, los amigos

que tenía, y que iban siempre ya no entraban, porque ya era un bar de elite, distinto… Que hace

él, le apaga el foquito al grupo de amigos, como diciendo este es el bar, yo acá apago el foquito

como para que no se vea quien está acá. Esto fue exactamente lo mismo. Fue como si le

apagaran el foquito al turno noche, porque desde que uno entra es esa sensación. Dejar en

oscuridad, en oscuro, todo lo que no se tiene que ver, desde la droga, porque es así, desde la

puerta hay chicos fumando, desde el patio…. Qué escuela más hermosa el Colegio Nacional, es

precioso. Realmente es una escuela divina, con los patios enormes, [pero] oscuros, entonces es

el lugar, vía libre para que suceda cualquier cosa, y que pase de todo. En la escuela pasaba eso,

y en el aula pasaba exactamente lo mismo. Era esa cuestión de pensar…. Que los alumnos

están acá… y para qué, es alguien que está sentado, me da lo mismo. Y eso que era una

profesora que iba a enseñar. Porque yo hablé con el cuerpo de administrativos, con la

secretaria, con la ayudante, me dice –‘profe, acá nadie viene a enseñar, acá el nivel de

ausentismo a la noche es muy grande, así que usted se está metiendo en algo complicado’…

(Estudiante 1).

Me he llevado una sorpresa. Sorpresa y un poco me he asustado

La otra estudiante entrevistada, comenta sobre sus prácticas realizadas en un

secundario para adultos:

Fue en una escuela de comercio en el año 2012, en la última parte del año, y… la verdad que

primero era…, ha sido bastante complicado ingresar a la institución, o sea que ya veníamos

con un desgaste, un poco desmotivados, pero bueno, cuando nos tocan los cursos… A mí me

tocó un profesor de economía. Bueno, yo iba entusiasmada, acepté el turno noche, y cuando

ingreso, la verdad es que me he llevado una sorpresa, sorpresa y un poco me he asustado

porque ni yo me podía mover del asiento, es decir, los alumnos no podían hablar, no podían

moverse, no, no podía volar una mosca, porque el profesor inmediatamente gritaba, pero era

sistemático, gritaba, y yo… hasta yo me he asustado. Él lo que hacía era abrir un libro y dictar,

y por supuesto los chicos tenían dificultad, y a veces preguntaban. Cuando repreguntaban

gritaba. Todo era motivo para gritos, quejas, entonces yo…, hasta en un momento cuando me

he querido acomodar, él incluso me dice: -‘¿profesora está incómoda?, venga para acá. Todo

era así, era…, realmente se vivía un clima horrible, así, que, bueno, a partir de eso…, después

no se…, hubo otros problemas que cambié de profesor, fui con otro profesor, también de

economía. Creo que por un tema de horarios, ah no…, [era porque] no podía haber muchos

practicantes, pero creo que fui dos veces, y la verdad que no sabía que hacer porque era tal el

clima que era más… que llegaba a tal clima horroroso, que no podía observar nada, era

agresión, era…, yo los miraba a los alumnos, y los alumnos bajaban la cabeza y por lo bajo me

miraban y me decían está loco, no le haga caso, no le va a hacer nada, o sea ellos trataban de

…, porque me veían a mí que no sabía qué hacer, si irme o quedarme, no se podía uno mover,

era…, ha sido complicado.

Después cuando surge este inconveniente de que no podía haber muchos practicantes

observando, me cambian, digo –‘bueno aleluya!’… yo para mí, pero fui a otro profesor que si

bien no tenía ese clima tan…, que no se irritaba, no les gritaba, la verdad que…, no enseñaba

nada. Hablaba cualquier cosa, y era… se ponía de…, era burlesco ya. Y los chicos no

entendían nada, y entonces también mi cara era de sorpresa, los chicos me miraban y me decían

nosotros tampoco entendemos. Realmente era cualquier cosa, él hablaba cualquier cosa,

mezclaba temas, de mercadotecnia, era contador. Ah quiero aclarar que ninguno de los dos

profesores tenía hecho el profesorado, el otro profesor no lo había terminado, y este profesor ya

se estaba por jubilar. [El profesor me decía que] –‘ya me voy a jubilar… ya te voy a avisar para

que tomes las horas…’, o sea era como muy…

[Los profesores] no preparaban la clase, abrían un libro y dictaban, no sé si sabían lo que

estaban dictando, y además no tenían paciencia… (Estudiante 2).

La educación de jóvenes y adultos

La educación de jóvenes y adultos si bien es cierto tiene su origen y

reconocimiento en la Ley 1420 en el año 1884, ésta se equiparaba al sistema de la

educación primaria. Las políticas que se implementan durante más de un siglo, en

general no favorecieron la especificidad y complejidad que ésta requería. A partir de la

Ley Federal de Educación 24.195 se la comprende dentro de los “regímenes especiales”

que tenían por finalidad atender a las necesidades que no atendía la educación básica.

Ya en la Ley de Educación 26.206 se supera ampliamente las posiciones anteriores

otorgándole reconocimiento a la Educación Permanente de Jóvenes y Adultos (EDJA)

como una modalidad de la educación secundaria.

Ello implica, entender y reconocer la existencia de la diversidad de sujetos,

diversidad de situaciones, la necesidad de la implementación de nuevos formatos

pedagógicos, como por ejemplo la semipresencialidad, prácticas de enseñanzas situadas,

docentes con otra formación. Estas nuevas visiones del rol del docente implican en

palabras de Emilio Tenti Fanfani afrontar nuevas responsabilidades y posicionamiento

en la actuación de los docentes (Tenti Fanfani, 2006).

En estos relatos, ¿cuáles son los rasgos predominantes que atraviesan las

prácticas de los docentes? Claramente para el docente de la escuela secundaria común,

el desprecio, la indiferencia y la desmotivación. Para la profesora de la modalidad de

adultos, tal vez la abulia, la dificultad para quebrar rutinas. Estos docentes parecen

haber perdido el interés por la formación de estos jóvenes. No se preocupan por

preparar las clases, ni siquiera por pensar la vinculación entre los contenidos y la

realidad de los alumnos, aun cuando las materias que tienen a su cargo, permiten tender

puentes entre la escuela y la sociedad. Veámoslo en los dos relatos

El profesor no preparaba las clases, abría el libro y dictaba cualquier cosa. Y por ejemplo los

chicos se quedaban… no entendían una palabra, preguntaban y él les gritaba: “Ay, claro si

nunca van a entender”… (Estudiante 2).

Ella era profesora de Economía. Entonces, al contenido lo manejaba bien, yo no puedo discutir

eso, pero qué es lo que pasa, yo creo, por lo menos es mi criterio, que como la Economía es

una ciencia social, enseñar Economía, a la noche, también implica involucrar todos los

contenidos del lado de la economía diaria, la economía de la vida diaria de los chicos. Es el

lado del que yo lo encaré y es el lado que a ella le faltaba. El problema es que tenía mucho

tecnicismo, muchos términos que por ahí quedan los chicos ¿¿??, ¿y este índice?, ¿y esto…?

bueno, y ella este tipo de vinculaciones que a los chicos les interesaba conocer, ella no las

hacía. ¿Por qué? Tenía esto… La profesora reflejaba todo esto [que es la institución]

(Estudiante 1).

Desprecio hacia unos sujetos que para sus docentes no son merecedores de la

oportunidad de estar allí. No tienen el derecho. Greco al señalar que “si la enseñanza no

se encuentra entramada con una donación amorosa, el alumno pasa a ser un no-sujeto”,

nos convoca a pensar sobre los efectos en el sujeto que aprende, de estas modalidades

de vínculo que proponen estos docentes. (Greco, 2012 p. 103). Una relación tan

distante, en la que la asimetría se carga además con sentimientos negativos sobre el

estudiante, difícilmente pueda convertirse en vínculo basado en el conocimiento y el

respeto.

Cuando los estudiantes no son los esperados: jóvenes y adultos intentando estudiar

“Seguramente estudiar es una empresa “cuesta arriba” para la mayor parte de

los jóvenes cuyas edades no encajan con la visión monocrónica del tiempo escolar” que

el sistema instituye. (Terigi, 2010). Dice la autora en:

Cuando hablamos de aprendizajes monocrónicos estamos hablando de la idea de que es

necesario proponer una secuencia única de aprendizajes para todos los miembros de un grupo

escolar y sostener esta secuencia a lo largo del tiempo de modo tal que, al final de un proceso

más o menos prolongado de enseñanza, el grupo de alumnos haya aprendido las mismas cosas.

Este es el supuesto de la escolaridad moderna: secuencias unificadas de aprendizajes sostenidas

a lo largo del tiempo con el mismo grupo de alumnos, a cargo del mismo docente, de forma tal

que al final de un período más o menos prolongado de tiempo y desarrollada la enseñanza tal

como haya sido prevista, los sujetos habrán logrado aprender las mismas cosas. Todos sabemos

que habrá algunos que aprendan un poquito más, otros que aprendan un poquito menos,

pero la idea es que cierta cronología de aprendizaje más o menos unificada se conserva para el

grupo clase. Cuando un sujeto se desfasa demasiado de esa cronología, la respuesta que

hemos tenido como sistema es que repita, que la vuelva a hacer, a ver si volviéndola a hacer

logra esos aprendizajes, con otro grupo, en otro tiempo. (Terigi, 2010)

Producto de esos retrasos y esas repeticiones, los sujetos terminan sumándose

a la escuela de adultos, o resultando demasiado grandes para la secundaria común. Y

más aún, cuando a este “problema personal” –desde la lectura que muchos docentes

hacen- se le suma otro, el de pertenecer a los estratos más pobres de la sociedad, y por

lo tanto, vivir en lugares alejados y considerados “peligrosos”, como los barrios

“prohibidos” o “salvajes” de la ciudad (Waquant, 2013) la opción de estudiar

representa un gran esfuerzo a veces difícil de sostener.

Nuestras estudiantes describen algunas cuestiones que observaron sobre sus

alumnos y sobre la relación que los profesores establecían con ellos:

Desde no saber [los nombres de los alumnos]… Era un curso chico, hablamos de ente diez y

veinte alumnos. Diez los que iban y veinte el número que por ahí rara vez se daba. Se podría

saber los nombres de esos chicos. Se podrían individualizar. Esta es otra cosa que apareció, la

falta de individualización, de particularizar cada situación. Ante la heterogeneidad, se podría

haber particularizado, o sea no estamos hablando de un curso de cincuenta donde me es difícil

entrar en cada una de sus realidades. (Estudiante 1)

Si, bueno, yo en los dos cursos lo que vi es que… mucha apatía, falta de interés, y por

supuesto el cansancio, porque vienen de trabajar, eran madres, se ocupan de la casa, se ocupan

de su trabajo, y como adultos tienen responsabilidades que un joven no tiene.

Entonces tienen otras preocupaciones, y bueno, lo que quieren es terminar el secundario para o

seguir estudiando, o conseguir un trabajo mejor. Entonces, bueno, aparte de lo que he visto que

era dictarle cualquier cosa, o… de un libro que era puramente teórico, necesitan motivación,

necesitan que uno les diga si se puede, que uno mismo vaya con ganas y les transmita que ellos

también pueden, porque si bien están yendo a estudiar, es como que en el fondo no están muy

convencidos de que para que estoy viniendo acá, o a donde quieren ir. Saben que hay que

terminar el secundario, que algo mejor, pero que como que están desorientados, también, o sea,

les falta motivación (Estudiante 2)

La modalidad Jóvenes y Adultos en Tucumán

Un referente del área de adultos de esta provincia, comenta en una entrevista

cuáles son las definiciones logradas hasta este momento:

Las ofertas de esta modalidad son la terminalidad educativa: primaria y secundaria, de 3 años

cada una, y la formación profesional, que tiene marcadas particularidades curriculares,

currículum por competencias, niveles de certificación y registro federal de cursos por

homologación federal.

Los diseños curriculares de primaria y secundaria de adultos ya están terminados y presentados

en la SEGE (Secretaria Gestión Educativa). Está en proceso de revisión para ver que cumpla

con todos los lineamientos federales, y eso está demorando su aprobación pues vamos haciendo

ajustes y correcciones dentro del expediente. En la última parte de escritura del diseño y

definición de las estructuras curriculares se presentó un obstáculo, que paradójicamente fue la

Resolución CFE 254/12, de lineamientos curriculares para la modalidad. Considero como

obstáculo pues se corrió de algunos principios fuertes de la Resolución CFE 118/10, como el

rol central de los contextos problematizadores para encarar el diseño y la enseñanza; frente a

esas definiciones, la Resol. 254/12 vuelve a dar significativa importancia a los campos de

contenidos-disciplinas escolares.

En la modalidad no hay en ningún nivel político definiciones sobre perfil de los docentes, los

mismos acceden a cargos y horas cátedra inscribiéndose en junta de clasificación de enseñanza

técnica y educación no formal. Es decir que en el caso de que los cargos y horas cátedra tengan

imputación presupuestaria del estado provincial, se accede por Junta y el requisito es título de

maestro o de profesor.

Otros son los casos de Plan Fines y programas del Ministerio de Trabajo.

Como puede verse, no hay ninguna exigencia o requisito particular o específico

para tomar cargos en esta modalidad. Por ello parte de lo vivido por estas estudiantes en

la escuela durante sus prácticas podría entenderse como producto de una falta de

formación en los docentes, para desempeñarse en una institución y en un proceso

formativo destinado a alumnos singulares, tan distintos a esos “tipos ideales” para los

cuales la formación inicial suele preparar. Aun reconociendo que esos alumnos ideales

no existen, que la realidad es más rica y compleja de lo que a veces las instituciones de

formación enseñan, sostenemos que la educación de adultos conlleva en sí misma una

complejidad que merece ser considerada y enseñada, principalmente por las

características del sujeto estudiante: “Los participantes –especialmente en los países del

Sur– tienen más posibilidades de provenir de poblaciones en situación de desventaja

social y educativa y, por consiguiente, representan un grupo destinatario políticamente

débil”. (Instituto de la UNESCO para la Educación a lo Largo de Toda la Vida, 2010,

pág. 25).

Ahora bien, si es un problema de formación, ¿cuál debería ser el núcleo central

de una formación docente destinada al abordaje y problematización de situaciones como

las descriptas por estas estudiantes? Nos preguntamos, ¿de qué formación carecían estos

docentes?

Algunas de las respuestas se pueden responder desde los principios que se

plantean desde los lineamientos de la EDJA allí podemos mencionar que los docentes

deben garantizar condiciones de igualdad a los ciudadanos, desarrollar nuevos procesos

de enseñanza y aprendizajes a los sujetos, que por el estudio, estos sujetos puedan

mejorar sus condiciones de vida, promover la cultura y el fortalecimiento de la

identidad, entre otros.

Ubicación de la disciplina Economía en el Diseño Curricular de la Educación

Secundaria en la Jurisdicción Tucumán

Educar corresponde a todos:

- a la Sociedad a través de sus instituciones, y

- al Individuo capacitándose por sí mismo

Un análisis primario de esta proposición permite inferir que:

1. La educación se entiende como un “compromiso de todos hacia todos”…

2. El aprendizaje debe estar basado en el “uso activo del conocimiento”…

3. El uso activo del conocimiento debe a su vez estar basado en la

“reflexión”…

4. La reflexión consiste en saber “para qué” se usa el conocimiento y

“cómo” y “cuándo” se usa…”. (Ostengo, 2004 pág. 24).

Sería bueno preguntarse ¿por qué es importante estudiar Economía, de qué

sirve a una persona tener conocimientos de esta disciplina, que podría aportarle a su

vida?

Si bien, como ya se ha mencionado, se está trabajando en lo que son

definiciones curriculares para la Modalidad Jóvenes y Adultos, algunos aspectos de los

Diseños Curriculares establecidos en Tucumán para el Nivel Secundario y en particular

para la disciplina Economía suman valiosos aportes a esta reflexión. En la

fundamentación de este documento encontramos:

La Economía es una ciencia social que estudia la conducta de la sociedad en sus modos de

administrar los recursos para aplicarlos a diferentes fines de la mejor manera posible a los

efectos de satisfacer sus necesidades. Las y los estudiantes son partícipes activos en los

procesos económicos de la sociedad,. Su participación como consumidores, tomando

decisiones y optando por determinados bienes y servicios, y las decisiones económicas

familiares, son el punto de partida para posicionar el estudio de la economía como una ciencia

que intenta explicar y comprender la compleja trama de relaciones sociales que se establecen

en torno de las actividades económicas desarrolladas por el sujeto. Es importante el estudio de

la economía para la interpretación de las motivaciones y situaciones económicas que están

latentes en los hechos sociales que impactan en la vida diaria (Diseño Curricular Ciclo

Orientado Ministerio de Educación de Tucumán - Dirección de Educación Secundaria, 2013).

En un primer nivel de concreción curricular no hay duda que entre los motivos

por los cuales se propone el estudio de esta disciplina en el nivel secundario, cobra una

importancia explícitamente reconocida, la posibilidad de dar al alumno herramientas

para poder explicar la realidad y transformarla.

Pero si esto no es entendido en su justa dimensión por el docente que dicta la

materia, las razones y propósitos de la política educativa sucumben ante una visión

mezquina impresa en las estrategias utilizadas en el último nivel de concreción

curricular, que es justamente el que tiene impacto directo en el estudiante.

¿Quiénes más ávidos de transformar su realidad que los estudiantes que cursan

un secundario de adultos?, y tal vez no solo su realidad personal, sino la de su

comunidad, ya que sus necesidades insatisfechas pueden aportarles una mayor

sensibilidad y compromiso social. Para eso justamente se propone aportarles

herramientas desde la educación, y en particular desde el estudio de la Economía.

Por supuesto que para captar esa avidez de los alumnos, es necesario que el

docente encare sus prácticas con una visión más sensible, sino estamos, como en los

casos analizados, frente al desperdicio de un potente espacio de transformación. Esto

está claramente explicitado por las entrevistadas cuando relatan sus experiencias frente

al curso.

Cuando a mi me tocó, yo dije…, primero, lo que mas me interesaba era ese foquito que estaba

apagado, encenderlo, acá hay gente, y a mi lo… lo primero que quise hacer es darle una

entidad, presencia, y una voz a los chicos que no se los escuchaba. Yo quería saber quiénes

eran, que tenían para contar. Quería que dejen esa notebook, ese teléfono, bueno, y apliqué una

didáctica que nosotros habíamos aplicado en clase, cuando hacíamos las prácticas en clase,

darle una hojita a cada uno del tema y los temas que se iban a tratar por día, entonces la hojita,

que pasaba, la hojita ya estaba preparada para que cada uno lea un pedacito del tema que

íbamos a tratar. Entonces yo los tenía centrados en la hojita. Bueno, cuando tenían que leer, era

“no, yo no puedo leer…” Por supuesto que en la lectura saltan un montón de fallas, poca

lectura, muchas equivocaciones, y esa cosa de que “no…, yo no puedo leer”, bueno, pero con

eso se los empezó a escuchar, y eso era lo que yo quería, escucharlos, individualizarlos, les

preguntaba el nombre, trataba de que no se me escape ese detalle, porque el nombre es tan

importante, llamarlos por el nombre es realmente… “no, sabe quién soy” y eso era lo que les

faltaba a estos chicos, que alguien les de ese lugar de que ellos parecía que estaban ocupando

porque “tengo” que estar acá, o “a nadie le importa si estoy o no estoy”.

Entonces esa entidad, esa presencia yo quise resaltar en los chicos. Y bueno, sí, las clases se

desarrollaron de ese modo, yo traté de vincular todos los contenidos a sus realidades,

preguntarles a cada uno esto que… con qué lo podemos relacionar, ustedes como manejan esto.

Si hablamos de dinero, como manejan el dinero, si hablamos de inflación, y bueno, hablemos

de lo que sabemos, hablemos de los precios del súper. Los chicos empezaron a tomar contacto

con, con, con la materia pero aplicada con la vida misma. Empezaron a engancharse desde ese

aspecto. También utilicé muchas historias…, historias, anécdotas, experiencias que atraparon

un montón la clase. Una de las que usé que recuerdo que estuvo muy buena, es una que

aprendí en la facultad, la de este autor Apple que habló de las papas fritas baratas… Comiendo

papas fritas baratas. Cuando yo les conté eso se armó un debate tan grande que yo estaba tan

sorprendida, que me miraban como diciendo “está loco, que historia, como puede ser que en

otros lados pase eso y nosotros no sabemos”. Y bueno, les digo, pasa esto como para que

nosotros valoremos todos los recursos que tenemos acá, y que acá no pasa ni la mitad de lo que

pasa en otros lados. Eso era un poco como respondiendo a las quejas de los chicos “uh que acá

pasa esto, aquello… y la Argentina, y lo que a nosotros nos toca vivir”. Era confrontarlos un

poco con otra realidad, o sea hacerlos ver de que para ellos… no todo está tan mal, porque

también tenían esta cuestión de… “a nosotros nos pasa lo peor”, “mire en las condiciones en

las que estamos”, “mire donde estudiamos”, era así, “mire estos bancos”, “esta escuela es una

pocilga”.

Cualquiera podría pensar que si son chicos, como ya dije una clase heterogénea, que pueden

ser de una clase baja y sí quieren algo más, sí quieren algo mejor, no tienen porque

conformarse, y ellos empezaron a tomar contacto con eso. Y también otras de las experiencias

hermosas que tuve… que en el colegio en verano, se cortaba la luz a cada rato. Bueno, y yo a la

noche no tenía luz en una de las clases, y estábamos hablando del tema del trueque, y los

chicos me hablaban de Mercado Libre, y de no sé qué página que hacía trueque con sus

productos, y estaban re enganchados con el tema, porque ellos vincularon el tema del trueque

antiguo con ahora, ahora se da el trueque, ahora se da esta situación, aquella, bueno, y se corta

la luz. Entonces dicen “No, ahora, justo ahora” y prenden los celulares y me alumbran con el

celular. Me dicen “¿usted puede dar la clase con el celular, con la luz de los celulares?”. Yo no

podía creer, y yo digo si, les digo, claro, ustedes quieren que hable, sigamos hablando, y

hemos dado la clase con la luz de los celulares prendidos. Ha sido… (Estudiante 1).

Los profesores siempre estaban quietos, y yo me movía, ellos se sentaban de otra manera, ya es

como que…, al principio no sabían bien, ah, la profesora camina, que viene a hacer,

entonces…, y después cuando les he transmitido esa tranquilidad, yo me voy a acercar para no

gritarles, me voy a acercar para, para… que hablemos, ellos han cambiado la actitud, tenían los

ojos más abiertos, estaban como más despiertos, porque lógico, el cansancio…, vienen de

trabajar, de estar con su familia… (Estudiante 2).

La vivencia relatada por las practicantes muestra que, lo que marca la

diferencia es la actitud de los docentes, no los contenidos de la materia ni en este caso,

el interés de los alumnos. “El docente es el principal motivador del aprendizaje”

(Medaura, 2007 p. 50), más aún cuando se trata de un grupo de alumnos comprendidos

por “las mujeres y los hombres que aspiran a proseguir su desarrollo y a adquirir nuevas

competencias para mejorar sino su calidad, al menos su condición de vida” (Bélanger, y

Federigui, 2004 p. 28), que son los jóvenes y adultos.

Estos jóvenes se caracterizan por tener experiencias anteriores de educación,

poseer una diversidad de conocimientos y saberes, algunos son padres o madres. Están

incluidos en el ámbito escolar y tienen la culminación de sus estudios como una materia

pendiente. Hay una gran responsabilidad de los docentes en ayudarlos a cumplir con

esta etapa. Coincidimos con Rodríguez en reconocer que nuestro ámbito de trabajo “no

es precisamente el más sencillo de todos, sino más bien parecido a un sistema de

ecuaciones con múltiples incógnitas y soluciones, caja de resonancia en ocasiones de las

expectativas y frustraciones de la sociedad”. (Rodríguez, 2007).

Las propuestas

“Los niños me inspiran ternura por lo que

son y respeto por lo que pueden llegar a ser”

Luis Pasteur.

Alliaud y Suárez señalan que una de las preocupaciones principales de su

trabajo de investigación tiene que ver con conocer cómo se construye y recrea el saber

producido en las experiencias prácticas que viven quienes enseñan. “Abordar ese saber,

reconstruirlo y también documentarlo, conceptualizarlo con la finalidad de hacerlo

públicamente disponible y ‘utilizable’ como dispositivo para la formación inicial”

(Alliaud y Suárez, 2011, p. 13) es un modo posible de enseñar y aprender a partir de la

práctica. Entendemos que recuperar estos relatos e interpretarlos teóricamente en las

clases de residencia, puede ser una propuesta de enseñanza que enriquezca el trabajo del

aula y vuelva más significativa la teoría y a la experiencia más reflexiva, en tanto el

análisis de los mismos implique revisar sus supuestos acerca de la enseñanza, sus

convicciones pedagógicas, sus anclajes ideológicos, sus certezas, sus dudas (Suárez,

2011).

Los aportes de los teóricos críticos son pertinentes para ayudar a nuestros

alumnos a repensar estos anclajes ideológicos, sus visiones de mundo, su concepción de

estudiante. Connell nos estimula a pensar en el sentido político y humano de la tarea

docente. En relación con ello, advertimos que una dimensión fundamental de la

enseñanza a los futuros profesores tiene que ver con compartir y debatir con nuestros

alumnos la idea de que

El trabajo de los docentes, que implica procesos y efectos conscientes e inconscientes, se

establece dentro de unas relaciones de poder, a la vez que configura esas mismas relaciones. La

práctica de los profesores en la producción económica y cultual crea asimetrías en la capacidad

de los individuos y de los grupos para definir sus necesidades y ser conscientes de ellas. Por

consiguiente, el trabajo de los profesores es también acción política porque, de forma

consciente o inconsciente, sirve para corroborar o cuestionar el orden social vigente. (Seddon,

cit. por Connell, 1997, p. 101)

Otra propuesta surgida después de analizar estos relatos es mantener un vínculo

con los estudiantes que se vayan recibiendo para convocarlos a compartir sus

experiencias con los alumnos que están cursando el profesorado, a fin de compartir con

ellos la singularidad y complejidad de la realidad con la que se pueden encontrar en las

escuelas y los modos como ellos encararon y superaron los obstáculos tanto en lo

didáctico como en su propia contención psicológica.

Sin duda, al estar a cargo de cátedras pertenecientes a la formación pedagógica

de los alumnos de los profesorados, estos relatos nos comprometen a intensificar la

propuesta de actividades tendientes a desarrollar y fortalecer en éstos la sensibilidad

como competencia docente. Esto se traduce en tratar de enfrentar al estudiante, docente

en formación, a situaciones de interacción con la mayor cantidad posible de aquellos

sujetos de la educación según la LEN, que pueden considerarse más vulnerables, el

caso de educación de jóvenes y adultos, de contextos rurales, de encierro, hospitalaria.

Al decir de Augusto Pérez Lindo sería desarrollar una competencia que se exige al

docente del siglo XXI: Capacidad para actuar con solidaridad y responsabilidad,

empatía y comprensión de los jóvenes, responsabilidad social, compromiso moral,

identidad, valores, conciencia ciudadana (Pérez Lindo, 2012).

Nos interesa resaltar que entre las propuestas para mejorar la escuela

secundaria es necesario resignificar algunos principios fundamentales que pretenden

modificarla, tanto en general como en sus modalidades, según la Resolución del CFE

84/09. Entre ellos mencionamos:

Recuperar la centralidad del conocimiento, esto es pensar que el

conocimiento debe volver a posicionarse como una función específica de la

escuela

Recuperar la visibilidad del alumno; y en este principio fundamental es

necesario pensar que los alumnos, sean del turno, contexto, situación social,

situación de trabajo que fuese, son los destinatarios fundamentales del proceso

de enseñanza y aprendizaje. Visibilizar a los alumnos, significa darle entidad,

penar que están ahí, que vienen a la escuela, que tienen voz, que tienen

problemas, pero que también tienen deseos de aprender y por eso están allí.

Incorporar nuevos formatos de enseñanza; en este sentido es necesario

pensar que los modelos tradicionales de enseñanza no están dando resultados a

la hora de enseñar, Incorporar formatos que articulen contenidos, que

relacionen teoría y práctica, que piense en tiempos y espacios diferentes.

Estos principios centrales incorporan desafíos para la formación docente en la

facultad que tienen que ver con incorporar la enseñanza, discusión y experiencia de

formatos diferentes, la experiencia en contextos diferentes a los tradicionales como

educación en contexto de encierro, en hospitalaria, en educación en jóvenes y adultos,

etc.

Conclusiones

Citamos nuevamente el Informe de la UNESCO:

La inversión en recursos humanos, es decir, en la oferta cuantitativa y cualitativa de personal

docente, con adecuadas condiciones contractuales de trabajo y de desarrollo profesional, es

probablemente el indicador más importante de la calidad en la educación de adultos. Por eso

debe ser el punto focal de la calidad en las políticas educativas. (Informe de la UNESCO, 2010,

pág.94).

Aun reconociendo que la mejora de la educación de adultos depende de un

conjunto de factores dentro de los cuales, la cualificación de sus docentes es uno muy

importante, a los fines de este trabajo, retomamos este planteo del Informe pues tiene

completa pertinencia para nosotras, como formadores de docentes. De alguna manera

nos obliga a pensar en la formación que ofrece la universidad, y en los aspectos que

necesariamente deben ser revisados.

Si tratamos los lineamientos de la Educación de jóvenes y Adultos a través de

la Resolución del CFE N°118/10 es necesario resaltar que la EDJA es parte de un

proyecto político educativo que garantiza el derecho a la educación a los ciudadanos a

lo largo de la vida. Esta modalidad debe procurar diferentes alternativas que permitan a

los jóvenes y adultos completar los niveles obligatorios de la escolaridad. En este

sentido incorporar experiencias de formación en nuestros futuros egresados es un

desafío.

Entendemos que algo hemos empezado a recorrer en esta dirección.

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