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Republica Bolivariana de Venezuela
Asambleas de Dios de Venezuela
Instituto Bíblico Paraguaná
Cátedra: Teología V
Prof(a): Mercedes de de González
Integrantes:Jean Paul Gotopo
Yolanda de ChirinoYanet Gutierrez
Aglayde Morales
Febrero, 2012
Introducción
Hay interrogantes muy comunes en la mente de toda persona que en
algún momento de su vida se dispone a reflexionar sobre lo
trascendental e importante de la vida, algunas de estas interrogantes
son: ¿Qué hay después de la muerte? ¿Cuál será el destino de las
personas cuando mueren?
En este sentido, la Biblia nos ofrece detalles bien importantes para
responder tales interrogantes. En el caso del presente trabajo, se
presentará un estudio detallado acerca del destino de los malvados,
contrastando el planteamiento bíblico real, con otras posiciones que no
se ajustan completamente a la verdad de la Biblia.
EL DESTINO DE LOS MALVADOS
El punto de vista bíblico
El destino de los malvados es la separación eterna de Dios, y eterno
sufrimiento, conocido con el nombre de muerte segunda. Debido a su
terrible naturaleza, es una materia de la cual uno instintivamente
retrocede, y sin embargo, es asunto que se debe afrontar, puesto que se
trata de una verdad positiva de la apelación divina. De ahí que el Cristo
tierno y amoroso advirtió a los hombres con respecto a los sufrimientos
del infierno. Lo que dijo con referencia a la esperanza del cielo podría
aplicarse muy bien a su enseñanza relativa a la existencia del infierno.
"De otra manera, os lo hubiera dicho." Jn._14:2.114. El infierno es un
lugar de extremo sufrimiento (Ap._20:10), recuerdo y remordimiento,
(Lc_16:19-31), deseos insatisfechos, (Lc_16:24), menosprecio
(Dan_12:2), malas compañías, (Ap._21:8), desesperanza. Pro_11:7;
Mt._25:41.
Con respecto a esto, Berkhof argumenta: No hay lugar para la duda
razonable respecto al hecho de que la Biblia enseña la existencia
continuada de los impíos, Ma1. 24:5 ; 25:30, 46; Luc. 16:19-31. Además,
en relación con el asunto del “infierno” la Biblia, ciertamente, usa
siempre términos locales. Llama al lugar del tormento gehenna, un
nombre derivado del hebreo ge (tierra, o valle) y hinnom o beney
hinnom, es decir, Hinnom o hijos de Hinnom. Este nombre fue aplicado
originalmente a un valle situado al suroeste de Jerusalén. Era el lugar a
donde los impíos idólatras sacrificaban sus hijos a Moloc haciéndolos
pasar por fuego. De aquí que fue considerado inmundo y en días
posteriores se le llamó “el valle de tophet (escupitajo), como una región
abiertamente despreciable. Los fuegos estaban ardiendo
constantemente allí para consumir los desperdicios de Jerusalén. Como
resultado se convirtió en símbolo del lugar del castigo eterno. Ma1. 18:9
habla de ten geennan tou puros, el lugar del fuego, y esta fuerte
expresión se usaba como sinónimo con to pour to aionion, el fuego
eterno, del versículo anterior.
La Biblia habla también de un “horno de fuego”, Mat. 13:42, y de un
“lago de fuego”, Apoc. 20:14, 15, los cuales forman un contraste con el
“mar de vidrio como cristal”, Apoc. 4:6. Los términos “prisión”, 1 Ped.
3:19, “abismo”, Luc. 8:31, y “tártarus”, II Ped. 2:4 se usan también. Del
hecho de que los términos precedentes son todas designaciones locales,
podemos inferir que el infierno es un lugar. Además, las expresiones
locales se usan, generalmente, en relación con él. La Biblia habla de
aquellos que serán excluidos del cielo, como que se quedarán “afuera”,
y como que serán “arrojados al infierno”. Ciertamente, la descripción en
Lucas 16:19-31 es del todo local.
Puntos de vista falsos
Universalismo. Según este punto de vista, todos serán finalmente
salvos. El que Dios es demasiado amoroso como para excluir a nadie del
cielo parece ser su alegato. La teoría es contradicha por pasajes tales
como Rm._6:23; Lc_16:19-31; Jn._3:36 y otras. Es, en realidad, una
misericordia el que Dios excluya a los pecadores del cielo, puesto que un
pecador contaminado se sentiría tan infeliz en el cielo, como un creyente
en el infierno.
Restauración. Según este punto de vista, el castigo en el infierno no es
eterno, sino un acontecimiento transitorio con el fin de purificar al
pecador y capacitarle para el cielo. Si este fuere el caso, el fuego del
infierno tendría más poder o eficacia que la sangre de Cristo. Además, la
experiencia nos enseña que el castigo en sí mismo no es regenerativo;
puede restringir, pero no transformar.
Los maestros de esta escuela afirman que la palabra eterno en el idioma
griego significa que durará por una edad, pero no eternamente. Empero
de acuerdo a Mt._25:41, si el castigo de los malvados tiene fin, también
lo tendrá la felicidad de los justos. El Dr. Maclaren hace el comentario
siguiente:
Aceptando con reverencia las palabras de Cristo, como expresión de
amor perfecto e infalible sabiduría, el que esto escribe... teme que, en la
discusión con respecto a la duración del castigo, la verdad solemne
relativa a la realidad de la retribución futura se oscurezca o debilite, y el
hombre arguya con respecto al "temor del Señor," hasta dejar de
experimentar sentimiento alguno con respecto a dicha retribución.
El hábito tiende a fijarse. El carácter tiende a adquirir permanencia final.
Dios no obligará al hombre a salvarse en el futuro, como no lo obliga en
la actualidad.
Referente a esta teoría, Luis Berkhof aclara lo siguiente: El problema de
la eternidad del castigo futuro merece, sin embargo, consideración más
especial, debido a que, frecuentemente, se le niega. Se dice que las
palabras usadas en la Biblia para “duradero” y “eterno” pueden denotar
nada más una “época” o una “dispensación” o algún otro largo período
de tiempo. Pues bien, no puede dudarse que así se usan en algunos
pasajes, pero esto no prueba que siempre tengan un significado
limitado. N o es el sentido literal de estos vocablos. En donde quiera!
que se usen de esa manera, se usan figuradamente, y en tales casos su
uso figurado se deduce, generalmente, de su conexión. Además, hay
razones positivas para pensar que estas palabras no tienen el significado
limitado en los pasajes a que nos estamos refiriendo. (a) En Mat. 25:46
la misma palabra describe la duración de ambos, la bendición de los
santos y el castigo de los impíos. Si la última no es, hablando con
propiedad, interminable, tampoco puede serlo la primera:; y sin
embargo muchos de los que dudan del castigo eterno, no dudan de la
bienaventuranza eterna. (b) Se usan otras expresiones que no pueden
dejarse de lado por la consideración mencionada en lo que precede. El
fuego del infierno se llama un “fuego inextinguible”, Marc. 9: 43; Y se
dice de los impíos que “su gusano no muere”, Marc. 9: 48. Además, el
golfo que separará a los santos y a los pecadores en el futuro se dice
que es fijo e impasible, Luc. 16: 26.
Segunda Oportunidad. Según esta teoría, todos tendrán una segunda
oportunidad, para aceptar la salvación, entre la muerte y la
resurrección. Las Sagradas Escrituras, sin embargo, nos enseñan que a
la muerte queda fijado el destino del hombre. Heb_9:27. Además, si la
Gente piensa que se le presentará una segunda oportunidad, ¿cuántos
aceptarán la primera oportunidad, o la aprovecharán? Y si descuidan la
primera oportunidad, de acuerdo a las leyes de la naturaleza humana,
estarán más débiles para aceptar la segunda.
Esta oportunidad de aceptar a Cristo les será ofrecida a todos los niños
muertos y a los gentiles adultos que en esta vida no oyeron hablar de
Cristo. Esta doctrina se fundamenta sobre lo que puede esperarse del
amor y la Justicia de Dios y supuestamente sobre la base bíblica de 1
Pedro 3:19; 4:6. Que la entienden como que Cristo entre la muerte y su
resurrección predicó a los espíritus en el Hades.
Aun cuando estos pasajes bíblicos enseñasen que Cristo predicó en el
Hades para arrepentimiento, su oferta de salvación se extendería
únicamente a aquellos que murieron antes de su crucifixión.
En relación con esta doctrina se podría decir:
I. La Biblia enseña que después de la muerte no hay más
oportunidades para el arrepentimiento (Luc. 16: 19-31).
II. También enseña la Biblia que el juicio final será determinado
por las obras hechas en la vida y no en el estado intermedio
(Heb. 9:27)
III. El rechazamiento de Cristo no se presenta en la Biblia como el
único pecado que conduce a la condenación.
IV. Si los impíos pueden aceptar a Cristo en un futuro estado
intermedio, predicarles a Cristo ahora solamente les traería un
juicio más rápido, ¿Por qué no dejarlos en ignorancia hasta que
mueran? Y esto sería contrario a la Palabra y en especial al
mandamiento del Señor.
Aniquilación. Los que propugnan esta teoría dicen que la Biblia enseña
que los impíos perecerán, y que esto prueba que el castigo final
consistirá en la aniquilación. Esto no puede ser cierto, porque si perecer
significa ser aniquilado, entonces el hijo pródigo fue aniquilado antes de
regresar a su padre. siendo que cuando comenzó a arrepentirse, dijo:
"¡Cuántos jornaleros en la casa de mi padre tienen abundancia de pan, y
yo aquí perezco de hambre!" (Lc_15:17) Y nos dice también la Biblia que
el mundo antidiluviano pereció, anegado en agua (2Pe_3:6). Y, sin
embargo, el mundo todavía continúa existiendo. Véase también los
siguientes textos: Sal_78:45; Heb_2:14; Sal_31:10. Estos textos prueban
concluyentemente que las palabras "destruir" y "consumir" no significan
aniquilación. El vocablo "destrucción" significa dañar o perjudicar una
cosa de tal manera que venga a ser inservible.
Se apoya en que l Biblia enseña:
Primero: que Dios es el único que posee inmortalidad (2 Tim. 6:16)
Segundo: la Biblia nunca habla de la inmortalidad del alma en general,
antes presenta la inmortalidad como un don de Dios para aquellos que
están en Cristo.
Tercero: Dios amenaza a los pecadores con “muerte”, “destrucción” y
“perecerán”, términos que significan exterminio y la no existencia.
Con relación a estas doctrinas se podría decir:
I. La Biblia enseña que tanto los pecadores como los santos
continuarán existiendo para siempre (Ecl. 12:7, Mt. 25:46;
Apoc. 20:10)
II. La Aniquilación no puede considerarse como castigo, ya que el
castigo implica conciencia de pena y desgracia.
III. La Biblia enseña grados de castigo para los malvados (Luc.
12:47). Y la aniquilación no admite grados.
Conclusiones
El Destino de los Malvados está claro en la Biblia, para aquel que no se
arrepiente, hay un lugar, la Biblia no habla del infierno como un estado
de conciencia o algo alegórico o simbólico, es real, pues las referencias
etimológicas acerca del infierno en la Biblia determinan un lugar, no un
estado o alegoría.
A partir de las interpretaciones como alegoría, o como estado, surgen
las diferentes posiciones equivocadas acerca del destino de los
malvados, desde el universalismo, pasando por la restauración y por la
segunda probación u oportunidad hasta pasar por la aniquilación. Lo
cierto es que asi como se plantea un lugar de felicidad y paz: el Cielo,
también hay un lugar para el castigo. Todos pasamos de vida a
eternidad, la decisión está en elegir e n cual lugar la pasaremos.
Bibliografía
BERKHOF, Luis. Teología Sistemática. Edición Digital
MORA, Ezequiel (1998). Nuestro glorioso futuro. Eventos
inminentes del Fin Escatología II. Impresiones Omega. Maracay –
Venezuela.
PEARLMAN, Myer (1992). Teología Bíblica y Sistemática.
Editorial Vida. Estados Unidos de América