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El diablo que no quería estar en el infierno
Por: ROMA
Había hace poco, un diablo que en su estancia en el infierno gustaba de no hacer nada,
solo se pasaba los días dormitando y aburrido de las mismas cosas y maldades que
hacía, tanto así que ya ni hacía maldades por dormir ante tanto aburrimiento; era común
encontrarlo acurrucado en la parte menos calurosa del infierno descansando y aislado
del resto de sus compañeros, siempre se preguntaba a sí mismo, ¿cómo será vivir fuera
de este lugar?, ¿cómo será ser humano y vivir como ellos?, incluso garabateaba escritos
que después rompía u ocultaba, pues estos le podría causar muchos problemas en el
infiernos; escribía cosas como:
Cada día que el espejo despierta por las mañanas, ve los
rostros de muchos que aún no despiertan de sus pesadillas; ve
mi rostro opaco y sin respuestas… escucha mis preguntas, pero
su silencio, es su respuesta…
¿Este despertar, es una nueva pesadilla?
¡SI!, es un vacío más en el calendario.
Ese reflejo en el espejo, es la cárcel de mis sueños, la cadena
perpetua de mil esperanzas que nunca se darán.
Así me veo, opaco, sin rosto, golpeado por la eternidad; cierro
mis ojos y lanzo una plegaria al hoyo negro de mi oráculo, ya
sin preguntas… ¿cada día es igual? o el brasero donde mi
cuerpo se marchita, en su holocausto, ¿es la misma brasa
donde Dios, purifica sus pecados?
Pero Dios, ¿qué tiene que ver en mis delirios? él no me oculto
su verdad, el lado oscuro de los besos soñolientos, la otra
moneda del despertar… él solo, se ocultó de mí.
Hoy es una mañana insufrible e indescifrable, todas las
mañanas son así… pesimismo de no saber, si en mi próximo
despertar, estarás perdonando el silencio de los culpables que
se arrastran hacia tu pecho.
Cada día, una mariposa enamora una flor para que le entregue
su néctar; cada día, mi lengua pronuncia el nombre de la
muerte y soy feliz…
Delante del espejo, veo lo que algún día fui y lo que seré… en
silencio.
Esta actitud que se repetía y repetía, llegó a oídos del rey de los diablos, quien extrañado
por este comportamiento de escritos y preguntas que se hacía este diablo, decidió darle
un escarmiento y por lo tanto, lo desterró del infierno y lo dejó caer a la tierra, para que
viéndose solo y entre los humanos, decida cambiar su forma de ser y de esta manera
empiece a ser un auténtico diablo, malo, feo y espantoso; entonces con toda su ira
exclamo:
Hoy es viernes y bebo el trago amargo de mis viñedos
Las piedras y sus historias, continúan rodando sobre la pendiente
Al son del perfecto canto del fuego y sus cenizas; es hora de terminar esta historia.
Es así que el diablo llega a la tierra y empieza a andar por ella, veía cosas bellas que el
llamaban la atención, árboles con frutos, flores con finas fragancias, insectos diversos y
coloridos, animalitos graciosos y juguetones, ríos cristalinos, luz de sol, trinos de
pájaros, hierba fresca que apaciguaban sus pies acostumbrados a las brasas del
infierno… le gustaba lo que veía y sentía y no relacionaba lo que veía como un castigo,
si no como una gracia, a la cual se había hecho ganador.
En su caminar por el campo, llegó al mar y esto lo deslumbro mucho más y llegó al
éxtasis de su admiración… Se decía a sí mismo, ¡qué bonito es todo esto!
Pasado unos días, empezó a alejarse del campo y del mar, tomó un camino amplio que
al seguirlo empezó a vislumbrar a lo lejos, pequeñas edificaciones que poco a poco se
hacían más grandes, más oscuras, más frías… Hasta ese momento no sabía que se
acercaba a una ciudad, lo que si se daba cuenta era que hasta ese momento no se había
topado con ninguna persona y eso le causaba extrañeza pues, tenía muchas preguntas
que les quería hacer, para poder entender su verdadera misión.
Avanzaba y de cuando en cuando descansaba; la ciudad ya se veía inmensa y atestada
de cosas que hasta ese momento no las conocía y por lo tanto no entendía para que
servían, pero él se preguntaba, las personas? donde están las personas?
La ciudad se mostraba oscura, descuidada, fría, mal oliente, ruidosa, sin vida, no era una
ciudad abandonada, era una ciudad automatizada donde todo era completamente
manejado por máquinas y computadoras con una perfección milimétrica y aterradora; el
diablo avanzó más por las calles y avenidas de la ciudad pero fue todo en vano, no pudo
encontrar a ningún ser humano con el que hubiese podido conversar y preguntarle mil
cosas que deseaba saber; este diablo ignoraba esto:
Es común escuchar, que el fin de la humanidad está cerca, pero
no se trata de una hecatombe a la que estemos próximos a
padecer, si no a la desidia que nosotros como personas
humanas, venimos desarrollando como parte de nuestra rutina
de vida; la indiferencia como parte de nuestras omisiones a la
convivencia social, es signo de que seguimos buscando nuestro
bienestar egoísta sin que nuestro entorno sea participe del
mismo y viceversa.
Si nos ponemos a meditar, vamos a encontrar que el fin de la
humanidad no es otra cosas que el alejamiento del hombre
hacia el hombre, los seres humanos vamos a terminar por
alejarnos de la convivencia social y nos vamos a convertir en
hombres de las cavernas, donde viviremos solos y moriremos
solo, es decir que la extinción del hombre será por la
destrucción de su capacidad de interrelacionarse o
convivencia, dejaremos de conversar ya que cualquier
conversación será vana, dejaremos de reír pues ya no habrían
motivos para hacerlo, dejaremos de tener esposas e hijos ya
que el matrimonio como símbolo de convivencia social y de
reproducción humana, será visto como una forma de agotar de
manera irresponsable los pocos recursos naturales que se
necesitan para que la humanidad actual, sobreviva un tiempo
más.
Pero que podemos pensar de la capacidad del hombre para
ignorar la necesidad o el dolor ajeno o envidiar su felicidad y
sosiego; cada día que pasa el hombre trata de alejarse más del
resto de su especie con la finalidad de evitar compartir y es su
propio temor el que lo aísla y confina en supuestos lugares
seguros que no es más que cortinas de hierro que construyen
con la finalidad de guarecer personas o estas ocultarse de
otras.
En este retroceso de vida, veremos que las personas conforme
nos vallamos extinguiendo, iremos formando grupos cada vez
más pequeños de comunidades, las cuales ya no serán
sedentarias, sino nuevamente nómadas y que emigrarán de
lugar en lugar tratando de buscar zonas seguras y ricas en
recursos para poder asentarse.
El hombre a esas alturas de retroceso ya habrá perdido gran
parte de su tecnología y avances científicos, además por el
calentamiento global de la tierra, esta estará inmersa a una
serie de cambios climáticos y geológicos, el cambio de los
polos magnéticos de la tierra así como el debilitamiento de la
ionosfera y campo gravitacional, harán que el hombre busque
refugios nuevamente en cuevas o zonas montañosas, alejados
de la mar y de las ciudades.
Poco a poco el hombre perderá su habilidad de pensar en el
resto y se activará su instinto de supervivencia y por lo tanto se
volverá peligrosamente egoísta y la vez suicida.
Cada día que pase, el hombre experimentará un mayor
retroceso hasta llegar a su forma básica o protohumana, es
decir experimentará una involución hacía su propia evolución
hasta que el propio proceso de regresión nos deje sin razón sin
facultades sin sentimientos sin alma.
Lo que trato de explicar, es que al igual que la moda el hombre
ya empezó una cuenta regresiva a su propia evolución, ya
hemos llegado a la cúspide de nuestro desarrollo y lo que
ahora experimentamos, es el inicio del retroceso hacia nuestro
fin.
Medir los grados de indiferencia a los que hemos llegado, nos
permitirá tratar de encontrar no una fecha de un posible fin, si
no el grado de desviación humana hacia los objetivos sociales
de la propia convivencia o mejor dicho el grado de avance que
desarrollamos con respecto a nuestro propia desintegración
como sociedad.
Fukuyama, predijo que llegará un momento en que las guerras
nuevamente se pelearían con piedras, lo cual no es muy lejano
ni descabellado pensarlo, de igual manera predijo una
globalización hacia la democracia con fin de la sociedad pero
en este contexto existen errores fundamentales, ya que si los
grados de indiferencia se vienen incrementado en los últimos
tiempos, la democracia con fin global se verá afectada por una
gran indiferencia social, lo cual motivará una gran diáspora
humana.
El fin de la humanidad está cerca, solo basta observarnos en
nuestro día a día, para determinar hacia dónde vamos tan
rápido.
Y así siguió avanzando y cuando menos se dio cuenta ya había salido de la ciudad y
empezaba a subir un cuesta muy elevada que le dificultaba poder voltear a ver lo que
dejaba, es así que continuó subiendo y subiendo hasta que llegó al final de la cuesta y
dándose vuelta sobre sí mismo, pudo ver con sorpresa lo que sus pies habían recorrido
todo este tiempo, el cielo y el infierno… ¿no entiendo? se decía a sí mismo, porque he
recorrido todo esto y no he podido encontrar persona alguna, he visto cosas maravillosas
y otras muy tristes, pero en ningún momento he podido ver a las personas que en algún
momento tratábamos de tentar para poder llevarlos al infierno, esas personas que
influenciábamos y hacíamos que maten, engañen, destruyan e ignoren a Dios… ¿dónde
están esas personas?
Sin respuestas, alzó su vista al cielo y le pregunto a una nube que pasaba en ese
momento, ¿tú sabes las respuestas? a ¿dónde ha ido tanta gente?, ¿porqué he sido
enviado a ver todas estas cosas? y ahora me encuentro con mayor incertidumbre… la
nube se detuvo miro con extrañeza al diablo y le respondió: muchas veces salimos a
buscar respuestas pero no las encontramos donde creemos que están; si buscas a
personas para que te respondan las preguntas que tienes, sus respuestas siempre te van a
generar mayores preguntas y mayores respuestas y nuca acabarás por entender tu
misión… luego de esta respuesta, la nube siguió su camino y el diablo con mucho pesar
se puso a llorar inconsolablemente meditando…
Me es difícil encontrar sosiego últimamente, me es confuso
entender las palabras de aliento que los ángeles caídos me
dictan a mi paso; pero ¿porqué este lento viacrucis?, ¿porqué
siempre las mismas imágenes que solo buscan entorpecer mi
vista?, ¿cuántos cuerpos deben caer sobre el fuego para
terminar este largo lamento? … no lo sé; siempre lo sabré.
La historia comienza con otra historia, la tristeza es origen de
una alegría trunca, el dolor es el resultado de una lenta cuesta,
nuestras vidas son casi siempre los intentos de Dios por
encontrar sus propias respuestas, pues ya no entiende su
creación.
Nuevamente pensamos que llegamos al final, pero solo
empezamos otro inicio; pobre de nuestros hijos si no les
entregamos a tiempo la clave de sus sueños; pobre de nosotros
que no llegamos a descifrar nuestra historia y nos entregamos
anónimos a las brasas de lo vivido.
Tengo sed y bebo de la mar su eterna dulzura mientras ella
seca y cura mis heridas ante el sol.
A lo largo del camino, las aves del vacío se alimentan de mis
entrañas.
Luego de un largo rato, dejó a un lado sus sollozos y se dijo a sí mismo, si las personas
no están es porque algo les ha pasado y ya no están aquí, por lo tanto si yo quiero saber
las respuestas a mis preguntas, será mejor que yo mismo me las responda, por lo tanto lo
mejor para esto, es que me quede en la tierra y empiece a entender; y así meditaba,
asustado de lo que no podía entender…
Estoy confundido, he caído del infierno a la tierra y aun no
encuentro la razón de mi estadía, pero acepto este sentimiento
de culpa que hace crepitar aún más mis fatuos sentidos.
No conozco el sueño de una noche con o sin estrellas, pero mi
piel si se estremece bajo el abusivo embiste del viento ¡que
huye!, de alguien, de ellos, de mí.
Antes bajaba mis ojos y mis pies se deslizaban por el cálido
movimiento de los astros y mis traviesas alas descansaban
sobre nimbos y cúmulos de diversas formas y tempestades; todo
era tan imperfecto y claro… un vacío blanco, lo contrario de
abrir o cerrar los ojos, lo diferente de pensar dormido o soñar
despierto, tan igual que soñar dormido con los ojos dentro del
alma; tan perfecto como amor y el dolor; ¿pero yo que sé de
esto?
Cada día que pasa es una continua búsqueda, un lento
aprender, ¿pero quién nace o vuelve a nacer sabiendo?, cada
día que pasa me siento más humano, cada hora que mis manos
tocan la textura de este bonito infierno y aprenden de él,
presiento que antes ya anduve por aquí, pero no recuerdo mi
legado a esta insolente confusión.
Sigo confundido, ahora no sé si caí del cielo al infierno o fue un
demonio que me soltó al cielo, cada vez que intento entender no
entiendo más y es por eso que me dejo llevar en este eterno y
lento retorno a algún lado.
En este pedazo de tiempo deben haber más como Yo o como Tú
o como Ellos, que aun sintiendo el áspero sabor de la
esperanza encarnan un deseo a los cuatro vientos y esperan
temerosos, presurosos, insomnes, la respuesta, el sin fin de la
búsqueda.
Caí de algún lado, para dejar sobre este blanco lienzo, algo
que valga la pena recordar; llegue de muy lejos y aun no es
tiempo de irme…
Dios, al ver todo lo que había acontecido con este diablo y sobre todo la decisión que
había tomado, le tomó cariño y decidió darle la oportunidad de descubrir por sus
propios medios, la experiencia de vivir como humano.