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M: Desde los ojos del león brillando al fondo de tus barbas Desde la humedad polvorienta en las bibliotecas mal alumbradas. Desde los lácteos brazos de Jenny de Westfalia Desde los remolinos de la miseria en los exilios lentos y frios. Desde las cóleras en aquellas redacciones renanas llenas de humo. Desde la fiebre como un pequeño mundo de luz en las Noches sin fin Le corregiste la renca a Dios Tu oh gran culpable de la esperanza Oh responsable entre responsables De la felicidad que sigue caminando. Karl Marx. Roque Dalton. I. El primer año en Berlín Antes de que Karl formalizase las relaciones con Jenny von Westphalen, había dispuesto su padre que prosiguiese sus estudios en la capital; el documento, que aún se conserva, en el que Heinrich Marx, no sólo' da su consentimiento, sino que declara ser mi voluntad que su hijo Karl curse el próximo semestre en la Universidad de Berlín, continuando en ella los estudios de Jurisprudencia y Ciencias camerales comenzados en Bonn, lleva fecha de 1.° de julio de 1836. Desde luego, no fue el mismo estudiante quien se decidió por Berlín, atendiendo a un deseo personal. Karl amaba su soleada tierra natal, y la capital de Prusia le repelió todos los días dio su vida. La que menos podía atraerle en ella era la filosofía de Hegel — que se había entronizado en aquella Universidad, campeando mucho más a sus anchas todavía que en vida del fundador—, por la sencilla razón de que le era perfectamente desconocida. [Indeed, la filosofía de Hegel es abismal, rebuscada, de un lenguaje sumamente complejo, Durante esta semana he estudiado detalladamente por la dialéctica por referencia de uno de mis maestros Bolívar Echeverría. §255-259 de la Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas. Karl, oficialmente, estudio jurisprudencia, lo que en tiempos decimonónicos, era como estudiar Derecho en Prusia, que después se convertiría en Alemania. José Revueltas otro dialectico empedernido le siguió por este camino. El cuento Hegel y

El Discipulo de Hegel

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Hegel

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M:Desde los ojos del len brillando al fondo de tus barbasDesde la humedad polvorienta en las bibliotecas malalumbradas.Desde los lcteos brazos de Jenny de WestfaliaDesde los remolinos de la miseria en los exilios lentos yfrios.Desde las cleras en aquellas redacciones renanas llenas dehumo.Desde la fiebre como un pequeo mundo de luz en lasNoches sin finLe corregiste la renca a DiosTu oh gran culpable de la esperanzaOh responsable entre responsablesDe la felicidad que sigue caminando.

Karl Marx. Roque Dalton.

I.El primer ao en BerlnAntes de que Karl formalizase las relaciones con Jenny von Westphalen, haba dispuesto su padre que prosiguiese sus estudios en la capital; el documento, que an se conserva, en el que Heinrich Marx, no slo' da su consentimiento, sino que declara ser mi voluntad que su hijo Karl curse el prximo semestre en la Universidad de Berln, continuando en ella los estudios de Jurisprudencia y Ciencias camerales comenzados en Bonn, lleva fecha de 1. de julio de 1836.Desde luego, no fue el mismo estudiante quien se decidi por Berln, atendiendo a un deseo personal. Karl amaba su soleada tierra natal, y la capital de Prusia le repeli todos los das dio su vida. La que menos poda atraerle en ella era la filosofa de Hegel que se haba entronizado en aquella Universidad, campeando mucho ms a sus anchas todava que en vida del fundador, por la sencilla razn de que le era perfectamente desconocida.[Indeed, la filosofa de Hegel es abismal, rebuscada, de un lenguaje sumamente complejo, Durante esta semana he estudiado detalladamente por la dialctica por referencia de uno de mis maestros Bolvar Echeverra. 255-259 de la Enciclopedia de las Ciencias Filosficas. Karl, oficialmente, estudio jurisprudencia, lo que en tiempos decimonnicos, era como estudiar Derecho en Prusia, que despus se convertira en Alemania. Jos Revueltas otro dialectico empedernido le sigui por este camino. El cuento Hegel y yo. Hegel dice un preso que lo acompaa en la prisin de Lecumberri.]Adase a esto su gran alejamiento de la mujer amada. Cierto es que la haba prometido contentarse con el s para el maana, renunciando para el presente a toda otra prueba externa de amor. Pero, aunque sea entre criaturas del temple de stas, los juramentos de amantes tienen siempre la ventaja especfica de que se los lleva el viento. Karl contaba ms tarde a sus hijos que su amor por la madre era en aquellos aos el de un Rolando furioso, y se explica que su corazn joven y ardiente no descansase hasta que le autorizaron para escribirse con su novia.

[No recuerdo bien quien escribi Orlando Furioso, pero si puedo comprender el estado de animo de Karl, jornada sin descanso, cumulo de energas canalizadas a la teora y a la prctica. El maana tal vez no suceda, y se que no tendra sentido escribir esto sino fuera por este amor que me atrapo 21st century. El problema de la distancia y la correspondencia. El viento sopla, Ehecatl esta respirando.].Pero la primera carta de ella no lleg a sus manos hasta que ya llevaba un ao entero en Berln, y acerca de este ao estamos, en cierto respecto al menos, mejor informados que acerca de ninguna otra poca de su vida anterior ni posterior, gracias a una minuciosa carta dirigida a sus padres con fecha 10 de noviembre de 1837, al cumplirse el ao de mi estancia aqu, para exponer ante sus ojos la labor realizada. En este singular documento, vemos ya en el adolescente al hombre entero que lucha hasta el agotamiento de sus fuerzas fsicas y morales por alcanzar la verdad ; su sed insaciable de saber, su inagotable capacidad de trabajo, aquella crtica inexorable de s mismo y aquel espritu batallador que, aunque pareca extraviar a veces el corazn, no haca ms que aturdirlo un poco.[Berlin, gran capital, ahora mismo espero con ansia huir en dos o tres semanas de esta capital monstruo, hacia donde preguntaras. Hacia la tierra de los huajes, Oaxaquiac. Hacia donde me llevan las ruedas y mis pasos? Prxima estacin: Pelopeniza. La tierra zapoteca donde nos esperan entraables amigos. Ya estoy saboreando la ruta, el pan de masita, las tlayudas, el mezcal y el hachs.].Al llegar a Berln, lo primero que reclam sus derechos fue el nuevo mundo del amor. Ese mundo, embriagado de nostalgias y vaco de esperanzas, se descarg en tres cuadernos de poesas, dedicadas todas ellas a mi cara, eternamente amada Jenny de Westfalia, a cuyas manos llegaron ya en diciembre de 1836,saludadas como su hermana Sofa le comunicaba con lgrimas de alegra y de dolor. Un ao despus, en la extensa carta dirigida a sus padres, el poeta haba de juzgar bastante desdeosamente aquellas criaturas de su musa. Sentimientos volcados a sus anchas y sin forma, nada natural, todo construido com o si se cayese de la luna, la ms perfecta anttesis de lo que es y debe ser, reflexiones retricas a falta de ideas poticas.

De todos estos pecados se acusa a s mismo el joven poeta y, aunque aada como circunstancia atenuante que acaso pueda invocar tambin un cierto calor en los sentimientos y su pugna por remontarse y cobrar impulso, estas plausibles cualidades slo concurran en el sentido y en la medida, acaso, de las canciones a Laura de Schiller. En general, sus versos juveniles respiran un romanticismo trivial en el que rara vez resuena una fibra autntica. Adems, la tcnica del verso es torpe y desmaada, ms de lo que fuera lcito cuando ya haban publicado sus poesas Keine y Platen. Tales fueron los primeros caminos extraviados por los que empez a desarrollarse el rico talento artstico de Marx, de que sus obras cientficas son el mejor testimonio.

La fuerza plstica de su lenguaje entronca con los primeros maestros de la literatura alemana; l no era de esos espritus ramplones que creen que el escribir insoportablemente es la primera prenda de toda obra erudita, sino que daba gran importancia al equilibrio esttico de sus obras. Y sin embargo, hay que reconocer que entre las ricas ofrendas con que las musas le haban adornado no se contaba el talento versificador.

[Que alivio saber que el patriarca de los comunistas no era el ms talentoso de los poetas. El camino de los perros tambin lo recorri. Deca mi maestro Bolvar Echeverra que Karl era un romntico, creo que hablaba de su concepcin de la Revolucin. A lo mejor ese es nuestro mayor pecado; el de los comunistas, que lo queremos todo, el cielo cuando vivimos en el infierno, el amor cuando existe odio y barbarie. Fulsere vere candibi tibi soles. Para ti brillo el sol alguna vez, nos dice Catulo en sus elegas. Ahora, me siento igual de extraado, como cuando en las clases de otro maestro, Andrs Barreda nos lea las cartas de Karl a Jenny. Tal vez no sea una necesidad acadmica, ni que aporte al currculo, pero apela a un contenido, sino humano, rompe con los monumentos a los que estamos acostumbrados. Karl Marx alguna vez fue un joven enamorado, transformado por la filosofa de Hegel, Por qu seguir? Porque si y porque no. Tesis, anttesis y sntesis. Amiga ma, no te olvido por mas ocupado que me encuentre. Creo que hoy no dormir, trabajando los mapas que tengo pendientes. Sigue siendo de mal gusto, decirse comunista, pero aun no he aprendido otro camino.].