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El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

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Biografía

Patr ick Burnside nació en 1948 en Génova y viv iósu juventud en el Sud Tirol i ta l iano Tras cursararquitectura, en la década del 70 trabajÓ comoperiodista en el diar io genovés l l Lavoro y en laGazzetta del Lunedi. En la década siguiente trabajofree lance y se especial izó en la invest igaciónpolítica y asesoró a otros autores eninvest igaciones sobre mafia, masoneria y br igadasrojas y negras, y sus relaciones ocultas con eloooer.

Patrick BurnsideEl escape de Hit ler

Su vida invisible en la ArgentinaLas conexiones con Evita v perón

úo*$

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índice

Introducción 17

CAPITULOIUn cura de montaña, Corncl ius Sicher - El v i . r jc ¡ Chi le - Las rc-laciones Sicher-Crnar is 7l

CAPITULO ilPruebas inconsistentes - Test imonio dc Er ich Heiz Kempka - Elinforme Trevor-Roper - La hisror ia of ic iosa: el suic id io de Adol fHi t lcr-Test imonio de Karnau . . . . . . . - . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . z8

CAPITULO ilI

Testimonio de I Ieinz Linge - J'estimonio de Otto Gunschc - Orrostest igos Mansfeld y Flosfbeck - Mitos de The Last Days of I l i t ler- La Leibstandarte SS Adol f I I i t ler , su ideología - Otras invcsr ige-ciones - L) ist intos anuncios c le la muc¡te dc Hi t ler - Declaracio-nes dc Stal in - Eiscnhower y otras - Stal in/Fl i t ler -El perf i l s icológico de I I i t lcr v dc [ : r ' . r . . ] )

CAPTTULO fV

Conclusiones de Wil l iam Schirer y Al lan Bul iock - . ¡ hr : ¡on¡ con-tada por l Ienry Rathenau - La versión de Ivan Klimenko -

'\ct:rs cicl

cjército rojo, r945 - Besymensky, versión oficiosa soviética - Las eu-topsias dc los Goebbels, I'l itler y Eva - La prótesis dental de Hitler -

El testigo Mengenhausenn - Difcrcncias enrre testimonios - Nuevasdecla¡aciones - Operación Mythos ................ 52

CAPITULOVReunión ent¡e l lanna Reitsch,l lans Rudel, Otto Skorzenyy Rit-ter von Greim - Días zo al z4 de abri l en el bunker: Reunión conH. Rudel. 56 cumpleaños de I litler. Llegan los Goebbels - Telegra-ma de Hermann Goering - Albert Spcer - Carta de Eva Braun r suherm¡n¡

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67

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CAPITULOVI

)1:rs :-1 al z8 de abril: Bombardean el Obersalzberg. El vuelo de Von

I ¡eim v Reitsch a Berlín. Fegelein desaparece. Los ¡usos rodean Ber-

lín. Fegelein fi.re ha11¡do. Disrribución de veneno 77

CAPITUTOVII

Dies z8 al 3o de abri l : Traicíón de Himmler. M,I ler y Fegelein de-

srparecen. C¡rtas de los Goebbels a su hi jo. Llega el sargento B.

Testamento de I l i t ler. Matr imonio de Adolf t I i t ler y Eva Braun.

Primer despedida de l- i i t le¡. En busca de bencin¡. Segunda despe-

dida. La súpl ica de Magda Goebbels a Hit ler. Trasladan a la pareja

Hit ler a los jardines . . 86

CAPITULOVIII

Días 3o de abril al z de mayo: El nombramiento de Doeni¿. La tre-

gua para par lamentar. La cspera. El suic id io de los Goebbels. Ren-

dic ión del general Weidl ing. Comcntar ios t ras condecorar ¡ Ru-

dcl y le sol ic i tud de I I i t ler . El cntren¡miento de Hanna Reitsch.

EI hel icóptero. Los ¡r i lotos disponibles. Von Grcim nombrado ie-fc de l ¡s fúerz. ls ¡órc¡s. Sc pone en marcha el p lan de evasión Bor-

mann v Coebbcls, p i lares fund¡mcntales - Ei abandono y el sui-

c id io dc los Coebbels 97

CAPITULOIX

El armado de la muc¡te fraguada - Los testamentos de Hit ler - La

carta de Masda Goebbels - Razones referentes al casamiento de

llitler - La silida de Reitich - Detalles del relato de Gunsche cn

los últimos minutos - Los r7o litros de bencina - Los restos del su-

pucsto Storch de Reitsch y 1o de un Ju 5z - El sargento piloto Jur-gc.n Bosser - El ingeniero B. - Reitsch prisione¡a - Skorzeny dete-

r ido - Von Greim se suicida

CAPITULOX

lcnzo Z¡nasi - otto Nagel, su ar¡ ibo a Areentina en submarino -

l ' , .r¡ l Doenitz, )efe de gobierno - KG zoo- El f inal de Himmlcr - El

: :rersch - KGB - El inforrne ruso sobre la huida dc Hit ler - Los

. -. 'nr¿rinos - Los XXI - El f in de los submarinos dc Doenitz - El:-:r .r .rntc Doenitz - Le rcndición del U-Boote 5jo en la t t¡se na-

t22

CAPITUTOXISe entrega también el U-Boote 977 - Ladislao Szabó y la Ar.: : : -da Alemana - El almirante Byrd y su expedición _ La denuncia :.David Ef¡on - La Patagonia - Las denuncias de En¡ique Dickman- Los planes imperial istas ¡ lem¡ncs sobre Sudamé¡ica _ La pata_gonia chi lenr - Los colonos alemanes .. . . . . . . . . . . . . 174

CAPITUTOXIILas primeras raíces de la penetración nazi en Argentina _ Las escue-las alemanas en Chile, Argenrina y Uruguay _ Los nacistas chilenos- Las fuerzas armadas chilenas - Las empresas alemanas en Argenti-na - Las denuncias del diputado Dickn.ran _ El informe sobre e'í pro_yecto de anexión de la Patagonia. - Las acusaciones nazis contra Efron- El ataque de Videla Dorma a Dickman y'Iaborda - Comienza la pue_rra en Europa - El Grafspee en el Atlíntico sur _ Langdorff _ LJ in_tern¡ción de los marinos del Gref Spee .. . . . . . . . . . . . . . . ._. . . . . . . . . . . . . . . . : '44

CAPITULOXIIIEI presidente O_rt iz delegr la presidencia a Casti l lo _ Roosevelr yla Lonterencir Intern¡cional de Río de janeiro _ Casri l lo anula elcompromiso de Ruiz Guiñ¡zú - Las primeras huidas de los inter-nados del Gref Spee - Aparece el GOU - El l íder nacional ista juanCarlos Coyenechc , Nombremiento del gencral RJmlrcz cr¡n1,,minist¡o dc Gue¡ra - Gov¡¡1¡¡¡ ' " t ,n l l , , r l in - ( , r ,1r , , - , . , r - : - . : .Argent ina, Remírez prosiJtntc. - I - r : , , : . , . . - - : . , . - - :cretar io de Trabajo y Previs ión - F¡¡ :c. f , i : : r - :

- . is idente y ministro de Guerr¡ - Reunrones en c.hof - Reunión en Estraburgo, Maison Rouge -cn el mundo - Emprcsas elem.rnJs en Argeni inrt idos . . . . . . . . . . . . . . . .

CAPITUTOXTVCómo empieza la Segunda Guerra Mundial - Diplomacia para noclesenc¡dcnarla - Nevi l lc Flenderson - Rober i loulond¡e - Losprimeros dos años de guerra - Los prep.rrat ivos para un plan deevasión - Ei teniente Wilhelm Can,tr is en el Dresden - El Dres_den en la costa patagónicf, argenrina y chilena - Batalla de Co¡o-nel - Batal la Falkland - La huid¡ del Dr_.sden - Los colonos alema-nes ayudan al Dresden - El marino Albert pasels - Oelckers en clf iordo Quintupeu - El Dresdcn en el rrchipiehgo de Juan Fcnr. in-

ro8

Page 5: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

7-

dez - Su hundimiento en la is la ch Rtrbirrson Crusoe - La interna-

ción de los marinos del Dresden en l . i i . l . r t l -u i r iquinr, Concep-

. . . . . . . . . . . . . . 164

CAPITUTO XV

Fleischer y l : rs fugas - El test imonio I i ' : : : : ' : r Kr¡use sobre la

huida de Canaris - Wiederhold y Bar i )o. ; : . : : l d i r ¡ io del pro-

fesor Stange - El fundo Eggers - El paso I ' . : . . ---.rc - l .a Senda de

las Her¡aduras - Puerto Baratta - Lr socie'd.-, . : r- ; l i l¿ v Argentina- Luis Von Bulow y San Ramón - Niebuhr - i r"-: . ' : : ,r S¡I l Antonio- Lahusen - El ba¡co Presidente Mitre - Ei rel: ' : . , ' , lc Reed Ro-

srs - El mayor von Bulow del I I IB - El ingres ' - : . C.r t r r r is en c l

ts!) iontr je - l - l jcfe del Servicio Sec¡eto alemin. tr : l l r ' ¡ tc coroncl

\ \ r lh c L rrr \ I c,r l -11 .. . . . . . r77

CAPITULOXVI

.--: :s .n tr ledrid - Can¡ris en Estados Unidos Escucl. l cle sub-::'.-..:rnistas - Coln¡ndante c1e subm¿¡iltos - Tcrmine ie gucr¡a - Lasmaniobras de Nicolei - La ¡e nttncia de Ludertdorff - L.r srtcesión,1e Groncr Fl ¡ , ¡ r i té supcr ior secreto - f ' l i t ler sc inscr ibc e n el. : . : - i : : : ' - ' : . r rpol í t ico-Elputschdcrgzo K:rp¡ - I (crr- t

i ' - . : - . : - - - :n:rr is

ascendido - Canar is ingrcsr ¡ l Sc¡r ' ic io Se-:: . : - - lncuentro con von Katzener y von Bretlorv - [1 r ' rr ic e Ja-pon - EI Etappendicnst - Las vacaciones dc C¡n.rr is ct 'r - \rgentina- Ei mantlo del Schlesien .. . . rS5

CAPMUTOXVII

El triunfo de los nazis en las elecciones - Muc'¡tc rie i Irnclcnburg -Asume Flitler - Franzvon Papenvicecancillc¡ - C.',:r¡¡is v Flcischc¡ -La fuga cn El Tinto - [,] comandante M¡x votr Sci:lll¡1¡ - C:rneris jc-

fe de los Sc¡vicios Secretos - Sun Tzu - EI Ab,.i'.':r: I I¡ns Oster -Fleydrich - Jodl - Caneris suspendido - El ¡1:r;-. \\'-riki¡i¡ - El atent¡-do a Hit ler - Schellembers - La cletención dc C rn.r¡ is t9+

CAPITULO XVIII

C¡naris y la Gestapo cn Flossemburg - Ltrn. l ine y De Avola - EIencuentro con Kaltenbrunner - I-¿ t- j tcr.rcion dc Cenaris y Bon-hoffe¡ - El cl i¡r io dc Canrris - El Princi¡r- t lc ' M¡cl.r i¡vel l i - El pa-drc Corncl ius Sichcr . . . . . . . . . . . . . 205

CAPITUTOXIx

Las ¡edes de Canaris en Argentina y Chile - Las costas parago:-.::: .Las Listas Negras - Los ex tripulantes del Dresden - Hugo Weber - -.huida de von Schmidt - Richarz Shenk - El barco Tinto - Oelckers -Flcische¡ - El Schlesien en la Patagonia - perrolera Asrra - Empresaspatagónicas: Lahusen y La Anónima de Braun - Albert pagels - La de-nuncia de Fernández Artucio - Las compañías Lahusen ............... 2to

CAPITUTOXX

Los internados del Grafspee - El capitán Ascher - Las huidas des-de Bari loche hacia Chile - Las huid¡s de Kummer, Mumm, Rie-keberg y Schwebcke - Denuncia de la Comisión Investigadora -El capitán Niebuhr - El c.rpitán Kay - Continúan las huidas de losinternados del Gr.rf Spee - El manejo de los internados - Reabas-tecimientos de subma¡inos - El f iordo Quintupeu - IJeck y Ren-singhoff - L¡ f¡mil ia Stange - El diputado Santander y su docu-mentación - L.r Embajada de Alemania en Buenos Aires - Lasp,rr t idrs de ¡oker de von Therm¡nn ,11

CAPITULOXXI

Von Thcrmann- y Schaumburg-Lippe - Las rnaniot¡ras clel Abwehrde Canaris en la Argenrina - Los pagos a Cachc Piran, Viancarlos, vonder Becke¡ juan Domingo Perón y Eva Duarte - S¿r-rstctle - |Jicbuhr- Me1'nem - Schulz - l l ¡usru¡nn, l i l gcner.r l F¡ur¡cl I .r l ) i ( , . i . rr ' rr r - :1 .COU - Buenos Aires, ctn, . ro t lc 1¡ ' , ' ¡ .1¡ t l r - t l i ¡ rc: , , , - , i - . : , : : - . . : : - ; . -vertidos - Las propicdadcs rlem¡n.ts en ¡\rqL-nrin¡ - Los r.¿iores com-parados - Llao-Ll¡o y autos importados - Los vuelos cl¡ndestinos deRudel y Reitsch - EI gcneral Pistarini - Ludwig Freude - El collar debrillantes - Gerda von Arensdorff - Eva Duartc - Silv¡no Santandery Walter von Simon .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22\

CAPITULOXXII

Si lvano Santander - Niebuhr y sus agentes - Reidstch por Reitsch- KG zoo - Radicalcs y peronistas - Sirnon Wiesenth¡l y el OroNazi - Los depósitos en Suizr - Declaración del senador AlfonseD'Arn¡to - L¡s cuentas inectivas - Elan Steimberg - Rubén Bera-ja - Wider y S:rmuels en Chile - Eizenstat y Slaney - El Libro Azul- El info¡mc nortc¡mc¡icano - Eva Duarte y Juan Domingo Perón- Stiebert y le baronesr Kaulla - Nicol¡ i v F¡lr lcin Doktor/ lvf ,r t .rI Iar i - C¡naris y Ev¡ Du¡rtc

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CAPITULOXXTII

Los Toldos - Peroniia Nuñez - La madre de Eva, luana Ibarguren

- EI padre de Eva, luan Duarte - La joven Eva - Los Toldos - Junín- Carlos Rosset - Los ol igarcas - Buenos Aires - Radio y teatro -

Una muierzuela - Abel Posse y la hi ja de Eva - Anne Marie Hein-

r ich - Imbert - Perón y Eva - La Pródiga - La casa de Belgrano -

Ludwig Freude .. . . . . . . . . . . . . .- . . . . . . . . . . . .244

CAPITULOXruV

Juan Domingo Perón - Lobos - La familia Perón en Cabo Raso -

Puerto Camarones - Au¡elia Tizón, primer esposa de Perón - Pe-

rón agregado militar en Chile - Muere la señora Perón - La misiónsecreta en la Patagonia - El viaje a Europa - Italia y Benito Musso-lini - Alemania y el GOU - El general Ramírez - El general Farrel- Eva y Perón, debut en sociedad .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255

CAPITULOXXV

L¡ situación estratégica de la Patagonia - Postner, Menem y los ar-chivos secretos nazis en l :r Argcntin.r - Hcinrich Do¡ge y Richardvon Leute - Los cnvíos de oro v divisas - El informe Pujol - La co-nexión Freude - Cuentas a nombre de Perón y Evita - Los envíosde submarinos de Kaltenbrunner - La estancia Lahusen - Un de-sembarque - Avistajes de submarinos - Detención de Maximilia-na Oshats - La estancia Moromar - Un submarino en San Anto-nio Oeste - Otros avistajes - Los informes de la Armada Argentina- Kristénssen y La Operación Patagonia - El capiún Monasterio ysu historia - El mecánico Paulovsky - La central - Los traslados -La pareja rle Yugoslavos ............

"63CAPITULOXXVI

El capitán Monasterio - Caleta Olivir - La tumba de Juan Paulovs-ki - Las estancias patagónicas - Los subma¡inos del golfo San Ma-tías - El rescate de Carlos Massey - El testimonio de Diego Gina-ca - El test imonio de Ma¡io Chironi - Los test imonios GenaroUllú¡, Vidal Pereira y Gisela Bochi de Paesani - El buzo Tony Bro-chado y la botella de cerveza del Dresden - El Seydliz - El testimo-nio de Antonio Rivera - El gerente de Lahusen, Wittschtadt - Lasfiliaciones de los inmigrantes - La estancia la Madreselva y testi-monio de lrma Stabi le - Vi l la Bremen - La foto del subma¡inohundido en Caleta de los Loros - Cr ist ian Bunsow

11

. . . . . 275

CAPITULOXXVII

La búsqueda de los submarinos - Farago y su historia - . : . : : = :math y la SI DE - Freude, Perón y los capitales nazis - La ex: = -dición a Caieta de los Lo¡os - El U-Boote XXI hundido - La qo-bernación mil i tar en Chubut y Santa Cruz - La petrolera Aitra- Espionaje, entrenamiento y abastecimiento - El submarinis-ta I lerman Wolf - El Waffen SS Maes - Los nazis en Bari loche- El SS E¡ik Priebke - El historiador Ricardo Vallmit jana - Ba-hía Camarones - San Cayetano - Estancia La península - poppey los reabastecimientos de submarinos - Finn Olsen - EstanciaSanta Elena - La Armada Argentina y el submarino de puertoHuevo - La expedición ordenada por Menem y la investigaciónCEANA - Puerto Huevo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287

CAPITULOXXVII

Desde Camarones hacia Esquel - Las Plumas - La ruta 4o - La es-tancia San Ramón - La historia de la propiedad - Schaumburg-Lippe - Von Bulow - Lahusen - San Ramón hoy - Bari loche en-tonces - Su historia - Los pioneros - El presidente de parquesExequiel Bustillo - El arquitecto Alejandro Bustillo - El hotel Llao-Llao - Aeropuerto en San Ramón - Meil ing y Rudel - La Senda dela Herradu¡a - Villa la Angostura - El brazo Ultima Esperanza - Eltestigo Ampelio Riverti - Inalco

CAPITULOXXIXVil la la Angostura - La historia de Inalco - Ei io¡e \ ' S - Ba¡atta r.Capraro - El hijo de Capraro hereda y vende Inalco - Enrique Gai-cía Merou - Cumelén - Exequiel Bustillo y Bariloche - El arq. Ale-jandro Busti l lo y su historia - Inalco inaccesible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ?18

GAPITULOXXX

El arq. Alejandro Bustillo - La ro¡re estudio y el estilo de Bustiilo- Renuncia de Exeqiel Bustillo - Inalco inaccesible - Un reco¡te deAustria en los Andes - El testigo Coletti - El testigo Santiago Huai-quil - La pistola de oro - La Senda de la He¡¡adura - El iarro de cer-veza de Udet y el de Rudel - La pistola dorada de luttner - Los hi-jos de Eichmann con lurtner - Inalco hoy - El test igo DomingoSoto - La comparación Inalco/Berghof

15

I

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CAPMUTOXXXI

Perón instala un cuartel en Bariloche - Los uniformes nazis - Perón

y Eva - La detención de Perón - La Revolución del r7 de octubre - El

cerrificado de nacimiento de Eva - El matrimonio Perón Duarte - El

Lib¡o Azul - Perón presidente - Evit¡ r'el estilo Ernst - El viaje a Eu-

ropa - Onassis - Suiza y sus banqul'r()s - L¡ collf-e¡encia del Cenrro

Simon Wiesenthal - El oro nazr . . . . . 33s

. . . 3;5

CAPITULOXXXTV

El presidente Mencm y la documentación dc 1os cr iminales n¡zis

- El Dr.Mcngele cn Bar i loche - Los test igos Caló - El ceso Eldoc y

el test igo Arko - Mengele y Perón - Eichmann en Bar i loche - El

Mossad y su captura - Los al tos of ic ia les que l legaron a la Argen-

tina y Fegelein - La DAIA y el Proyecto Testirnonio - Los judios en

Argent ina - La bomba en la embajrd.r y cn l ; r AMIA - I -os minis-

. . . . . . . . . . 371

CAPITULOXXXV

El mistcrioso Martin Borlrt.rnn - Condenado en contumrci.r - ¿[n

América del Sur? - La historia cle Besymensky - Se encucntra el es-

16

queleto de Boi. nnnn - Soggnees - L¡s siete muert¿ -< -. : -

caso Far¡so - L¡ SIDE - E1pasaportc Bormann, Un ¡rei t : , , .b¡a de I I i t ler - Adol f I { i t ler , e l t i t i r i tero pasó a ser t í tere . . . . . . . . . . . :

CAPITULO XXXVT

El Obersalzbcrg - El Berghof - Los r lu.ral lcs - l . ¡ urba¡r izaciónBo¡rn¡nn - L¡ vicl¡ cn cl Obers¡lzberg - El m¡l de P¡rkinson - Elm¿l de Basedorv - Síntom¡s de i . r tnfcrmcr l ¡<l - In¡ l ¡o 1 'su rni-crocl im.r

CAPITULOXXXUI

Inalco y sus huéspedes - Bari loche, s¡ntuario nazi - Los visi t¡n-tes nazis de Bari loche - Los h.rbit¿ntr:s nazis de Bari loche - [r icl ' rPrieLke - Le ca¡t¡ dc Koops / Malcr, Arr iba Canaris! - Un inf i l t ¡a,Co, Yaron Svor¡v - Malcr y Priebkc - El tcst imt¡ lr io Colotnbo I I it lcr en cl ¡rarquc dc los Akrces , l l . l test imonio dc l(osakon'ski, I I i -t lcr cn Choli l ¡ - Rurch Crssidv v Sunclance Kid - l l tcst imor-r io clcBrunislav¿ Kitajgrodzki dc Koscbc.k 399

CAPITULOXXXVIIIL¡ nruerte dr- lvit¡ L¡ c¡íd¡ dc Pcrcin - Las nrucrtcs clc Dorgc, vonLeutc', St,rudt, Irreuclc - El lr.r.rncjo de los c:r¡rit.rlcs nezis - Orto Skorzcnyy Evi ta L¡ mtrcr tc dcl htrrn¡no dc Evi ta - [ ,aArgenr in¡ sc t lc . -r ru ln l . . t - L¡ Rcvolucion l - i l .er t . , .dor¡ - [ lcx i l io de Pcrón - ] l l test inr i ,n io dc María F.r lcírn c le l i^rr i i r ic I : l tcst i l ¡ ronir ¡ r ic ( ' r* .1.1.¡ I . i , - 5 l . l nr ; . rdc Lego Bl¡nco - Fl i t lcrc l lv{ . r rc lc l I ' i . r t r - i : l tüst inr , rn io c1c I Ic.¡n¿nAncín cn Mar del Plata - Las parejas Pavelic y I litler ..,...........-..... 4o9

CAPITULOXXXIXL¡ historia de Antc Pevelic - Licio Gelli y cl gran robo del tesoro yu-goslavo - El testimonio de Fclis¡ Alsina Carriho , El tenientc pilotoAlbrccht Boehme - Un¡ v is i ta de I l i t ler - KG zoc¡- El t resl¿do dclcuerpo de I{itlc¡ - Rccor¡icndo Ia Patrgonia busc,rndo l¡ última mo-reda - El lego ArSentino - El C¡l¡f¡te - Ll glaciar Perito Morcno - L¡estancia La Anit¡ - Alta Vista - Br¡un v Stinicic - El libro de exrr¡n-jería des:rparccido - Mauricio IJr.run - Lr hipótcsis suiz.r 42c'

CAPITULO XtDiílogo co¡r I I¡ns M.rlcr - Entrevista con Wilfred vr¡n C)."'t'n - I

abogado Bienchi - Ul t inro c l i í lo¡ lo con Male¡ :

CAPITULOXXXII

Apold y el personaje de Evit¡ - L¡s medidrs demagógicas - La po-

lítica populista - La deuda e xtern¿ - La fórmula Perón Perón - Evi-

ta enferma - Racl iaciones - El últ imo discurso - La segunda presi-

dencia de Perón - El l ibro La ¡azón de mi vida - Muere Evita -

Si lvano Santander - El gobierno "adquiere" las propiedades enc-

migas - Sociedades alemanas y sus activos - Inmigración cal i f ica-

da - Pasaportes y cédulas - La comisión Peralta - Los Freude - Los

miembros de l .r comisión de innrigr;rción ' 3+6

CAPITULOXXXIII

l - ¡ s¡ l i t l ¡ dc Europ:r t lc los ¡ l ' lz is Las org;rnizrc iones de huida

- ODESSA - El \ ' . r t iceno - E) obispo Hudal - El informe La Vis-

ta -Walter Rauff y su organización - Rauff y la DINA - Coloni ' ' r

Dignidad -La isla del Delta - Los nazis en el gobierno de Ade-

nauer - Hans Rudel en l f , Argentina - Las cartas de Rudel - KG

20o-'Rudel en Bari loche - Trayectoria de Skorzeny - Galland y

los Pulqui - Los científ icos Tank y Richter - La estafa atómicf,

jó9

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Con c1u-sioir e.

Conllr : :" . : .

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. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 443

' . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 447

.. . . . . . . . . - . . . . . . . . . 475

477

lnt roducción

Este l ibro, si bien nació como el deseo inicial de veri-

' :.-.r sólo una posibil idatl histórica, terminó con la re-<:rro de una época; como decía mi profesor de l itera-

' . , .{ 1¡ hisro¡l.r se Ie pueden añadir nuevos renglones.

l ' .Lise escribirlo para que las generaciones futuras no, r: 'rr. ln aprendiendo desde la escuela otro mito más. Lanrstoria, desde la época de las pirámides, está plagada deei los.

Revisar el caso Hitler es relativamente simple dadoque sólo ha pasado medio siglo desde los hechos, haymuchísima documentación semiolvidada y todavía tes-tigos vivientes- No sería difíci l corregir oficialmenteunos errores.

Ser historiador o investigador no avala por sí mismoun libro. Empecé tomando un año sabírtico, pero no nrealcanzó para acabarmi invest igación v r ' ¡ i ler-o i isz. i . rcasi mil días viajando por la Patagonia. Cc.rnsrdero quelo resultante de esta investigación no sería úti l quedán-dose rras un escritorio, rodeado sólo poruna biblioteca,aunque rica en l ibros y documentos raros,

Conduje mi búsqueda como una investigación poli-cial, tuve que hacerme detective. Si bien transcurrieronmás de cincuenta años, pude hacerlo apoyándome en lorelatado y publicado en más de cien l ibros, algunos deellos poco o nada conocidos; también me aylrdaronmucho los archivos de prensa y sus viejos télex. El vi-sualizar e interpretar fotos fue tan importante como lainvestigación de campo, el recorrer parajes alejados v e-s-cuchar viejos cuentos, rastreando ancianos testigoi ¿.

la l

¡ qulen

:.encia de los rangos of ic ia les . . . . . . . . . . . . . . . . . 481

gr¿fía 483

r8

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I

Dos días después, el teniente general Bedel l Smith,jefe de tropas del general Eisenhower en l¡ invasión eu-ropea y quien posteriormente fuera director de la CiA,compartió públicamente el pensamiento de su coman-dante en jefe declarando qte "ningln ser humano pue-de decir de forma concluvente que Hitler murió".

Entre declaraciones, dudas y sospechas, el z9 de di-c iembre de r945, desde ei Cuartel General del ' fercerEjérci to norteamericano en Nürenberg, se anunció e1hr l l r zgo dcl testamento de Adol f Hi t ler y su ¡cta de ma-: : i - : ' , .1: , ¡ con I : t ' ¡ Br¡un, un¡ c i rcunst¡nci¡ hasta ese:r : - : : r :nto . lesconocida por todos.

.r,1 ciía siguiente las autoridades publicaron el texto der¡.nbos papeles y detallaron que en total se trataba decu¡tro documentos: el testamento privado, el testamen-to polít ico, una nota de Goebbels y el certif icado matri-monial de Hitler con Eva Braun. Según declaró enton-ces un oficial del servicio de inteligencia británico, Iosdocumentos los entregó espontáneamente un mensa-jero. Sucesivamente Trevor-Roper aclarará con su esti-lo tajante: "Fue el gárrulo periodista Lorenz quien consu vanidad e indiscreción, hizo que fuera posible el des-cubrimiento de tan irnportantes documentos"."

Los invest igadores angloamericanos, más que ale-grarse o ironizar, bab¡ían debido preocuprrse, pregun-tándose porqgl no fueron entregados antes estos docu-mentos, que salieron de Berlín con grandes dificultadesy que nunca llegaron a su destino, las manos de Doenitz.

Parece más bien que Lorenz los entregó para probarindirectamente la muerte de Hit ler , enviado expresa-

q6

rnente para cotejar las declaraciones rusas y ponei .- ' . -- .

labra fin a las dudrs del últ imo semestre cle 1945.Fue una buena jugada y logró el resuitado que buscr-

ba, era 1o que les faltaba psicoiógicamenre ¡ los aliadosoccidentales para seguir negando las declaraciones ru-sas y reafirmar el informe británico del cual prensa e in-vestigadores aliados dudaban.

Pero en el testamento polít ico se podían leer frases.lel t ipo: "No caeré en pocier del enemigo"y'Seh¡ sem-brado la semilla que crecerá algún día en la historia deAlemania h¡sr¡ e/ gloriosct resurgintientc¡ del ntavi-miento nacio nal s o cial ista ".tz

Durante el proceso de Ni,irenberg, que había comen-zado el zo de noviembre, también habían surgido indi-cios de que el ex dictador nazi había logrado huir. El nor-tc¡mericano Torey, ayuciante del f iscal Robert Jackson,había declarado que a su juicio era muy probable que Hi-:ier siguiera vivo. Parecido pensantiento tuvo el jefe delConsejo Judic ia l de los Estados Unidos, Thomas J.jodd, di jo que entre los juecc's ninguno puede ¡ f i rnr¡r-,r.re está muerto.

lv{enos de un año de:;pues, c l r7 de r ,ctubre de r946,. Jír siguiente de ejecr.rtar ¡ rnuerte ¡ los diez condena-

- ,s,Wi l l iam J. Heiml ich, ex jefe dei servic io de intel i -

-.ncia de las fuerzas norteamericanas en Berlín, decla-' ttu€ estuvo a cargo de determinar lo que le había

l: rido a ]-l i t le¡ y, tras una exhaustiva investigación,. :'.Jporte fue sintético "No hay evidencias más allá de

: r)¡e.s 1)¡¡¿ apo¡'ar la teoría del suicidio de Hitler". Los. : ! ' \porrsales que transmit ieron sus declarrc iones

- - . :.rron que lo cxpresado por éste debía considerarse

-..r ¡ror el .rlto cargo que ocupaba. Heimlich, tenien-: ' rnel , ; rbandonó su cargo para desempeñrr un

. - : , c i r , ' i l en el sobierno rni l i tar c le Ber l ín; antes h:r-

Page 10: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

bía d¡dc' un buen panor. lma de cónro est¡ban las cosasal decir que 'ningun a conpañía de seguros p agaría con-tra la presenración de garantí¿s tan insig,nificarttes comolas quc sc. ¿ducen para probar que Hitler ha nttterto".t4

F.l 3 de enero de r9-¡7 poniendo un nuevo eslabón a lacedena de dtidas, l legó otro télex comunicando que "e/

tioctor Karl Brandt, princípal acusado entre los veintitrésrnéclicos nazis que están respondiendo ante el tribunal¡ 1¡¡do de llii renb e rg p o r sus e xp e ri rn e rl ros sádicos c ome'DJos e¡r e1 ¡¡is¡e.men¡e célebre carnpo de concentración dr-,ri.,rve;rsl,.nic,(, dejó escria sc,bre Ia bar¿nda del banco cie' los

¡r¡¡rces'.rrlrr-.; i.t siguieitte {rtse en ¿Je¡¡.ín: lle-i1 Hirlei, e¡ lebttr,,¡1.¡ ¡'!.'irz.i I Iitier, esú r'ruo todav'ía)".t=

[ : l :nr : ; r r ¡o doctor Brrndt, quien h. ibía s ido médico. ' r . r i ' , - i , - i l , i i , ' rv n"¡ i : ; i¿rde suministrode S.rnid¡d,

- . . - . i r . ' , i . i - ;u- i t r r - iP.r i l t r , s igr-r iendo lo di-: . . , I . ¡1, ' . : . t r ; . , . ;ostenielr-

. . : . : - ' . . . . - ; . . . r , ,1, /c ' i t ¡ ¡¿l . l lnr t 'nfc- . lc¡b¡do

. : - - - : . : - , . . i . . . . - - i . ' . , i iE ' r i . r ) ¡ . t " . " ' . \que] l ¡ decla¡a-, . - l J , r iS ' .1 i 'e i \ o p:rr .1 c i in icrmc clc ' l revur-Ropci , unap ¡ l rehl psicol ogicr impc : t ante c ie i s i t l - .ucsto suic i . l io.

Entt147 tal lb ién el cr l in is¿r ic c¡ i ln inal ista dc i . r pol i -cí¿ ir¿ncesa Guil laume f¡c'cnvii l¡r . l l lerlí¡ l í)rr¡ lnves-t ig l r los hech,rs. Gui i l ¡ r i r : lc . r f i r r ¡ , , que el cr . ierpo cle Fi i -t ler no había sldo incirr.-lacl¡r y clue los testigos habíannrentido deliberacl¡,n: el ri,.

En el nrisrnc, ;rciíoi| ' orr colega su-vo, el perito forcn-se l ror( ( 'dr l ru i ic . r r r . r . \ { ¡nsf i ¡ i t l , cuncl uyú s us i r rvcst iqr -cioncs ¡.tlr¡rrando: "J;tmás se h.r quernalo en el jardín <1el.t Cencillería ningún cüeípo httma¡io v k,.s rc,srigos lr¡¡rrepetido por cierto un¡ lccoórr qt|l.l 1es -file e;:.tc r).rci.r ,i'q ue a p re n rJ i e r o n e n s u¡; ;'ín ¿-.1-s bisíc¿s' l

inc¡eíblemente, a csta ¡ l tura r ie los hechos, entre loslíderes el mís convencicic de la sii l .crvivcnci.r cle AJclf

58

f{ i t ler seguia s iendo joseph Stal in, la prensa rLLS¡ ' .época hableba siempre de 1a nr ister iosa desaprr ic ion - ' .Hitler, nunca de 1a muerte

Puede presumirse que Stalin sí sabía de 1o c¡re habla-ba porque Hit ler v él eralr casi r ios airnas gemehs. [ .osdos habían empezado el iminando a sus oposi tores vluego a los jefes pol í t icos revolucionar ios y a hs cúpu-las mi l i t ¡ rcs v 1os dos tenían sobre su conciencia mi l lc-tres de cornpatriotas y de judíos para no tomar en cuen,t l 1os pr is ioneros de guerra rnuertos en crmpos deconcentración.

Ambos también habían sido intoierantes, duros yadictos al imperialismo y los dos habían aplicado un rí-gido despotismo e implant.rdo indirectantente un cul-to a la personal idad.

Cuando se firmó el pacto de no agresión en r939, Sta-lin había dlcho: "Sé cuánto am¡ /¡ nación a/em¿n¿ ¿ sut'í ihrer, y quiero pctr lo tanto beber a su s.r1ud".'z Y FIi,t ler habí.r dicho de Sralin: 'Es un¿ de 1as fgur.rs e-yrr.r()r-dinarias de la historía muncli.tl".

Hi t ler no consider¡b¡ ¡ l ! íC,. ' r sor. iét ico conro r ln co-munista ve¡dadero y lo ident i f icaba con la Rusia de loszares, el bolchevismo sólo era un medio, un disfraz cieStalin para engañar a los pueblos germánicos y latinos.

FIabía muchas otras similitudes entre los dos: "Uno ad-rniraba a Pedro el Grande ntientr,Ts que el otro se conside-r¿ba heredero cle Fedeñco el Grande; arnbos abogaban porl¡ fuerza sin piedad y operaban hajo ideo]ogías qtte en 1oe.sc'ncr¿/ nc¡ se diferenciaban. Tanto 1os corlun¡sr¡ s comolos nazis eran f.trisaicos .y dogm"iticos,'¿mbos eran tur;tlí-t.tríos y creían que el fin justitica los medios 5r que sdntifr-:a la injusticia en nombre del Estado y de) proere.so'l's

Por estas r f ,zones, c le ios l íderes al iados, St¡ l in c, , , - lr r rás apto para comprencler a Hi t ler y el qrre m.rs 1-.1- '

Page 11: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

sospech¡do c1c una estratagema final que le habría per-mjtido saiir a últ imo momento de Rerlin. Porque se co-nocír ¡ sí mismo, sabía que Hit ler no habría aceptadocompromisos y sabía por exper iencia que de las s i tua-ciones más desesperadas se salía con las soluciones másatrevidas.

Est.rba seguro de que Hitler podía haber hecho unajugada temerar ia.

El líder soviétjco se había hecho preparar un perfil psi-cológico resultando que la actitud demostrada una y otravez por Hitler era la de huir de los conflictos cuando no po-día ganar y Stalin, tras ton-lar Berlín, estaba seguro de quesería precisamente eso lo que Hitler había hecho.

'fambién los norteamericanos habían preparado unperf i l psicológico r .1.- l l l i r ler , como resul tado de un pro-vect,r j l r ic i ¡ rc lo fn r . l - t i , ,ut [ ¡s c]q: Pe¡r l i I ¡ rbor. En aque-l l r cpoci \Vi i l i ¡nr l )onovan cra; 'efe c le una oscura agen-cia de ia que había derivado el OSS, Oficina de ServiciosEspeciales. En r943 se ultimó el perfi l de Hitler, mera-mente psicológico para que pudiera tener un valor pre-dictivo. Se reunió un grupo de psicoanalistas y se loca-l izó a personas que conocieran a F{ i t ler en personr, s ibien ocasionalmente. Entrevistándolos varias veces ob-tuvieron el mayor detalle de sus impresiones. En otoñode 1943 la OSS contaba con un informe final, que ter-minaba con una exposición de ocho posibles finales pa-ra Hitler, analizados uno por uno.

El informe, hecho público a fines de r945, considera-ba como lo menos probable la m¡erte natural, o su cap-tura por los aliados, entre los s[guientes, por orden deprobabil idad figuraban: la locura, el asesinato y 1a hui-da a otro país. Más arriba en la escala de probabil idad seci taba el derrocamiento en una insurrección, seguidopor la muerte en combate.

6o

El suicidio resultaba como el f inal más probabie. i -

:- 'r rcspaidar tal afirmación, se exponían una serie de r¡-zonamientos, según el cual Hitler era un psicópata con:enclencia suicida.

Considero que esta solución, fue una decisión pos-¡élica de Donovan, antes que la OSSse transformara enJIA, una posibil idad que iba pareja a la ecuación: hacer'-estamento= suicidio, casarse= suicidio, y por ende, psi-:ópata= suic id io.

La escala de las s iete posibi l idades anter iormente:rencionada es correcta psicológicamente, la única casi.-.¡ertacia fue la del asesinrto polít ico por atentado, otra,pción intermedia era la de la huida a otro país. Ya en:us tiempos los latinos decían que en mediunt veritas.

La elección que se hizo, la octava, fue por mot ivos

-,trlít icos y no psicoiógicos, la opción suicidio fue eleva-

-1r a la primera posición después de la toma de Berlín,::niendo honestamente poco sentido en un análisis pre-

-..rrado entre 194r y 1943.

Así fue que se tejió decenio tras decenio sob¡e AdolI: i i t ler y su mujer un mito para justif icar sus suicidios.

Desmitif icar a Hitler no significa discutir las eviden-:r.rs de la Slroafi, el exterminio, y las responsabil idades:e lo que engendró.

I I¡cerlo monstruo como se hizo por cincuent¡ años,

.l ' idando el hombre, permitió mantener en pie el cas-::. lo de naipes que se consrruyó encima del hombre-Hi-:.-:r, el que al f in y al cabo tiene pulsaciones comunes y

::Ícológicamente explicables. Por medio siglo se mira': rn las ramas y se perdió de vista el tronco.

I l i t ler y la Hitlerkriegno son un caso aislado, pasó rl

. r ' ido oue en los úl t imos dos mi l años fueron cens¡cl¡s

f ¡ l

Page 12: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

mil setecientas guerras y revoluciones y se estima quesean más de dos mil desde los albores de la historia do_cumentada.

Fueron protagonistas del lado de los tiranos o de losrevolucionarios cientos de Hitler. Los hechos que enca-bezaron estos hombres, los mancharon con la sansre de-r¡amada por millones de nuesrros semejantes. Li mag-nitud de los mismos es directamente proporcional a lástiempos y a los medios disponibles; como hubo cienrosantes que apareciera Hitler y decenas clespués, el futu_ro parirá por cierto otros.

Sr.rí¡ necesario para entender a Hitler, hacer una bio_- l : : r11¡. no r : rnro de 1o que hizo s ino del porqué y de lo¡ : , - i t lo i le, , 'ó ¡ scr 1o qr.re fue. Es.r b iograf ía toclavía no!: \ ts:e.ontplL. t :1, SOlo en t iernpos recientes, en rgg6,\f ¡¡l is Sreinerr, pr.rblicó I-l i t ler, haciendo un análisis del¡ infancia y juventud del Füñrer. Resulta una invesri_gación muy proli ja, pero el hecho de que liquida sus úl_timos días en una página, siguiendo la corriente histó_r ica of ic ia ' I , me hace pensar además que no quiso o nopudo prolundiz¡r lo que no es c ier to.

Iintenté hacer un resumen de su vivencia, pero esrofue imposible porque no l levaría menos de cincuentapá$nas y excedería los marcos de este l ibro.

Resolví, entonccs, realizar un resumldo perfi i de Hi_tler evidenciando sólo un¡s cuantas f¡cetas p.r.o cono_cidas de su carácter; en mi bibliografia hav cient<¡s de de_tal les suelros y sobresal ienres Á lo, que con ayuda depsicólogos y psiquiarras se pueden evidenciar los rassosmás importantes del hombre Adolf Hitler.

El ser psicópata no impide ni conrrasta con c --: :¡ ier se dist inguió por su volunrad, decis ión e in ic i ; : . ,

Dotado de un narural instinto para organizar y dirigi: ,-,ios demás; desde su niñez con,,.i 1r:"go", de guerra, licie_rrndo chiquilines al aire libre, pasando porlas-dificultadesJe la adolescencia. Superó los obstáculos impuestos en laoúsqueda de su vocación que le hicieron eqúivocar el ca_n'rino que siguió sin consejos, enfrentando solo la vicla, alro querer seguir la voluntad de su padre.

Poseía una sensibil idad de artisir peru su talenro crea_r ivo l r izo que su vida person¡ l fuer¡ bt_,hemi¡, su pre_sunción le hizo pensar que se las podría arreglar solo,'r¡ero sin la pequeña herencia paterna, h ayuda de su ma_Jre y su siguiente herencia, habría ...b.áo de la mane_r.r más mise¡able.

Su alistarse por conseguir techo y comicla segura así;omo Ia exper iencia bél ica, lo ayudaron a aparentar )aseguridad que exhibió posteriormenre pero fue sólo unat)ostura externa escondiendo en lo más profundo unainsegur id.rd latente.

Fue un hombre de pasiones l ianas, un ¡mbjcioso ci is_frazado de ideal ista con tendenci¡ ¡ l ¡ cxeger.rc lon; L l i limpuls ivo sobre todo por no saber esperrr : p; i r r e I J.r er_pera era agotadora, necesitaba agredir inmedi¡tamente,la

{emor1 significaba pasividad y pérdida de tiempo.De Hitler brotaba constantemente energía, nunca fue

el mismo, la suya fue una continua evoluclón, un cons_t¡nte progresar de sus características hasta extremarlas;¡l lanzarse hacia un objetivo lo hacía con todas sus ft¡er_zas, rígido y despiadado.

Su testarudez y obsdnación lo l levaron a ser intole_r¡nte con los clemás, sobre todo porqlie no seguían suntmo verr ig inoso; su agresiv idad y v io lencia bror¡b¡rnrpulsivamenre f¡ltándole entonces la capacidad par.r

6z( ' l

¡F=

Page 13: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

darse cuenta cic 1a inteligencia y profesionalidad de los

demis. - - . r í r ¡c*' i"?rtn de paciencia lo l levó a cortar raíces' constrln'-

eiéndoio a mudatse continuameit"l 1:lT *: persegurr

con demasiaa" l-p"t"o'iJ'd y dure'a sus fines' le im-

i,áiá...",;s"'111TTá':l,.f i:il:l;lil:,ff]:?i:su circulo íntimo; et et

ilol. i" *.t.o p"áur"t amistadls' sobre todo con varo-

rre s; no tuvo amigos"* titt"fcl está form¡do sólo por

.- ,;.-,1-.cr¡c1c,res, c1e los .;tl;t ;t p*d: lj:i,'.lndir'

ha,sta

--..t. ' l ' , :,ncioloo ' ' t nt' i""ito; 'L p"ttott¡l idad era artl-

' r' ' - - 'r.fi¡tl.li*J" i"itJtt"il::::" una soia

' .. ...r " r. irrlre fue con -l):]::

' " i ' t ; ' lespttó.s 1" :t"t

acción inr-

--t ' t l tttt¡b' l nlininizarla o culpar a

: _- -

- '. ' -,

attesit 'rba acción busc¡ndo afirmarse sin de-

j,rrse ar-entajt' "t

t"t'oál.' t"f"ttt' r" 1es1ltaba

intole-

r¡ble ser ""i"to"to'iiJJt;;"¿t

si esto ocurría por ia

fuerza o Por la astucir '

Las dificultaa"' y ü' peligros físicos 1r¡rtt

le dieron

miedo y cuand'o-se e"á"á"" situaciones peligrosas'

siempre reunió t. t¡"ttt pt" 1""i":it^t^"-y t"p:lIl:

Creía sólo q"" lt ptovid""tit' o mejor' la's circunstanclas

de la suerte, tt",*";;;;;* '" t"t itn"l* y elasticidad

mental le permitirían evitar Io peor: este instinto de au-

todefensa y sobrevivencia fue cónstante por toda su vida'

También fot "''

ft""lüt" "l q"" le gustnba mucho lu-

cir su personalidad lmaginadva v T :',ll';;iTl[li';a""attUt pf tcer en elnpezar un empfenolr

cuando tati l l"gab' t"tt to"tlttt ión se volvía hacia un

nuevo objetivo' ^- ^r .rroepñte e interesándose^^"üi.t",

uiuió sienrpre en el presente e

en el futuro '¿to

tt""tdo llegabo a ser actual'

64

Su obst inación, dominada por su voluntad, lo l ie-r ,ó a c ionde cluiso l legar, lo ayudó ser un buen actor yor¡rdor. por la capacidad <ie ensimismarse completa-rnente en cualqurer s i tu.rc ión, tanto como soldado,ionro cabeci i la. como l íder o también acaso, corno

irrófugo, que no le pesaría ser, s iendo un indiv iduos cl l i t¿ r io.

Aunque p"lrecía hosco y cle sanEge fría, era una perso-ir¡ de c¡rácter r(rstico, un individurlista que p;rra seguirsiéndolo cieciclió guiar el rebaño anres que seguirlo.

l)or cuanto su saber y cultura eran vastos tenían el se-l.r clel aficionrdo impreso en el1os, su dinámico moclo

-ic lrgurnentar daba la impresión de una acopio de co--rocimientos muv superior ¿ la n-redia, desorientando a.r-i l ; interjocutores hast:r el punto qr.re éstos no encontra-' ¡ i r a l r ¡omento la respuesta adecuad¡.

No aceptaba sugerencias de nadie, en sus decisiones:revoc:rbles tümpoco era pmdente, más bien arriesgrdo.

Como soldadc l levaba'.rn có<1igo de experiencia rcla-. ' , ' t ¡ a lo tn¡chr¡ ' , ' , i ' , r rn rr ; i5 t l i¿q-]- ,er ls, ]e la })r inrcr ( , l l t ' -

' : . r l '4rrndi¡1,É: i ¡ , . , r i . ; r i1¡ l ( ( )n i i ¡ i . i i , : r l rczL-r i ' ] ;cot i r is , l tLc '. . . . - i - . - ,. r \ , rLr . r rctsd, cr Lr L¡r ¡ , , , - , l l l .L l i l r ic . i<IesiJnes f ront . r ies, ju-

- ' i . , i con r . : i r iesqt; ,¿ t l ¡e l i l l i , ; v pror 1o inmediato e ins-. ' i ivc de sus acciones tuvo éxi to sobre todo cuanclc, r oll i lo convencion¡les, siendo inrpredecible su conl-' I - l rn le l ) to.

. ic iest¡b¡ a los cobarclcs, a los inseguros y a quienes....rban rodear ias situaciclnes, por eso demostraba po-

--omprensión por las intrigas y los manejos de la di-,nracia. Prefería poner al adversar io contra la pared:r la evidencia de los hechos; no fue un Bismarck que. orr¡ l¿ba por sus argument lc ioncs.

: I it ler, tras su apariencia sencil la, era un materiaiista' . inte de la buenl vida que logró conseguir con mucho

( ) j

Page 14: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

esfuerzo, tras un avance constante, tai vez lento perosiempre hacia adelante.

Para él ei mundo del amor estaba totalmente aparte,diferente de 1o que vivían los demás, su facera senrimen-tal se caracterizó por la facultad de no tener términosmedios, Hi t ler ama u odia, s iendo dominado por sufuerte sentido de la posesión.

Respecto a las mujeres, así declara "satisface la tareasi una chica puede ofrecer algo de lindo. No hay nadanás lindo que la posibilidad de criar a una chica segúnlas propias ideas, una mujer de dieciocho o veinte añose-s p/asnra lrle como la cera, un hombre puede dar Ia pro-

¡i.r inrprr.rr r.r t cttalquier chica. I',li la mujer pide otro.'\e

--. :: ' .-:, :. -ri. iL.rle perfi lar que [ue una mujer tan fiel,: , - . - : ¡ - r . o i r -e¡ t rda, lucida y sent iment¡ l como ansiosa, ce-losa. egoísta y calculadora, deseaba desde su adolescen-cia tener una buena vida, no soportaba la espera nece-sar ia para conseguir lo máximo posible s in muchoesfuerzo.

Su frescura y esponraneidad, propia de una adoles-cente, hipnotizó a Hitler, que en 193o empezó con ellauna relación de casi quince años, hasta el momento decasarse. El hayan permanecido ranro tiempo juntosde-muestra que ella se complementaba con é1, siguiéndoloen todo.

Eva no es un sujero capaz de renunciar a sus logros;su vitalidad y oprímismo aresriguado en ios últ imos díasde Ber l ín, no la ubican en un escenJr io que termine enun suicidio justo en el momento en que lo tiene todo,incluyendo una esperanza de escape. Siendo una perso-na que se quería mucho a sí misma tampoco podía de-sear la desfiguración y la destrucción de su cuerpo.

66

:rJ*i*"*T,iilt':,i{',"''üff J::'"'.'*ri';;,:,' ",:l1 llo,+: ;'fi il:.ffi ;T nH:' "' "r ¿ á*l -

un sujeto de las

;:il"T::j*:ti:,'.';i3"ll¡{,"""3if :'-1,üX11l':i:,,,,u-p,"ro'i'i?op"1il'J,',",::ililli;I,:::ÍÍl-ilT"tffiH:::"" v su geniarid.d, i;;;; comparaba a

Hitler fue más que un admiraclor de Bonaparte, inten_;; :T:ffi,'¿Tl?l,li' errores v'"'-i.'l.upitiéncioros.mentarios ¿"1 ¡¿¡r'll"-t,,

t".ltt Picker, reportó uno, .o-ri. ¿" so uli" ; ;, ;ffJ il:,:.T"t #::üffi iT: ix:,;fl:Í.l. j':il; ::::: Hi5;' 0" " "0' ú;l j.;. i. r,,",* J,: I i-l B. :; ;.;; ;il1#,T,':nil#j] ffi :li ;::*_,*'ffi ff : ilH:Il1 I'p't"ó " ;';;".i.', 0,," r, o ",-

posi!rem;ffi?:J::',11:,;,;,ff;és H i rier h i zo

[!;:::iil:?";::T1 cualdo to,,-iu.ro, se coa -n ..d" h ;*;" p#J:'üil,".j::il:fi::,Tii,l l,ii_r lnado en la is la de El lyr rñ? después r"

"""'j,^T:l^1*n no t" quedó p.riuo,

ct o u n I e v a n t r," t " r,r ril,'J,:"fl,";; i 5 'j# I fi il::;:;su regreso, inmediatamente venció, to, frr"rr., aliadasen ta baral la de Lienv.

I llru .'l' 5 lí; J'l I'l' il1*:tT:r*'lf.f f, :'', ".lHl:"T:T:;; #::: ';lT:..:H n o e s, a b a n a, a a, -

Esra fue exactamente l. úL;;;;"se conocida cle Hi_

b:

Page 15: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

t ler . reportadr por Linge. no cabe duda de que hay simi-

l itudes "n

1a, sit,raciones béiicas y en las ambiciones de

grtndeur. r ñHitler tuvo deseos de revancha que se reflejan ell sus

testamentos polít icos y en sus últimas frases' En pre-

,"n.i, d" u.t pla., i isto iara ejecutarse no dudaría por Io

menos en inientarlo' . i i"gnt de exii io tenía su confor-

midad y todo estaba predispuesto para comenzar otra

vez 1a lucha, la que nunca abandonaría'

Nor¡.s

r. 'f inc. l. i fc. I i.orlrbo. É¿ TERCER REICf I ' píg 175'

: i.ci:iii'rqcr.. C cr -'Lltl, '{T'OIi/A DEIIE SS' Vol z' págs' zo8-9 '

. i . ' , . i , , . t , , , ' r . I i ) -S I ' i f l l ' tOSDIASDEII lTLER'pjg 99'

. : ' , i , l ¡ - . . - . . r . . r t . : . i ' . . , , r , . (711 1.- iSr15.91NISCNO IRA N()1,

:1.-- , : . -- - l .-

6. Ib id. 3Y 5/o\ /4s.7. Ibid. Berlín,zo/o5 '15''8.

Sondcrn, Frederic f r., LOS LlI"\'IMOS DIAS DE I-lITLER'

Pí9. 153-' 9. i;nit"d Press. l.oudon' z6 /o6/+s'ro. Reutcr. t3crlín. 57"o:-/45'rr . Uni tcJ P¡¡55.r , , ' i17 ' -1 ; .r r-. Trevor-Roper, F hirih R', LO S LI LTIM OS D I AS D E I I ITLE R'

pá9. r88.r3. Asociatcd Prcss. I lerforl l ' ¡ct/tz/45r4. United Press. Bcriín' t7/tc>/46'

r5. Reuter' l/oti+l 'r6. Asoci¿tecl Press. Washingron t5/t/46'

r7. Tolancl, Johr-r, f 1it1e¡, Segunda partc, pág' 7o'iB. Ib id ' Pág.6¡ \

r9. Pickci, I Ien ry, C(tnvcrsrziotti Di Llitler ATavda'píg'z9t

68

Después del l ibro de l ievor_Roper, ei norreamerica_ro Will iam Shirer, ex corresponsal de la CtsS en Euro-

ll;""jl1ll,'u !:t: y caícta dit rercer Reich y el ingrésluan Bullock, Hitler. Un estudio sobre la ri.¡aní¿, obras.¡ue repi ten sus hipótesis ampl iándolas con algunos-rportes nuevos.

Las conclusiones de Shirer respecto al f inal de Adol fi I i t ler son las_ sigu.iente s: . 'Dado qu" no quedó l¿ ntenor

¡rs-r¿ sol'¡e el paradero del c.tdáv)er qu"rnndo, tras el fi_:t¿l de Ia guerra corrió el rumo, d" qi" li¡tl"r ru, ,¡r¡r.i_"i i i ;].: i*t r igaciones l levadas a ribo po,r,"parado por.Lt\ ()rictJtes de los servicios de informaciones nortet_:ttericano y británico nct dejan la menor duda sobre elrecrlo real de l.-t muerre de'Hirler. K;-pl;, el que {ut_:ho-fer de Hitler, dio ttna explic.tci<in ,r[i inur¡trt" ¿,.'t desaparicíó¡-t de Ios restos cle I Iitler, c,-tanclo cliio ,tr.ttc'.tno de

-los oficiales que lo interrogaba: ,El

fuiego ininte_:runpido de la arcillería hizo desiparecer todo rasrro,,,.

Bul lock, por su prr te, escr ibe: i ,¿.r cues¿i ón en st no

'crldrta tmporttncia si Ia falta del cadáver de Hitler noluhiese I]evado a establecer dudas sobre ]a autent¡c¡tlad

.l::1_"t"*t" v

,lo cíerto es que hasta ahora no ha podí

:o ser presentacla esa pmeba irrefutable de la muerte qtte'..rí¡ e1 cadáver".

Lo más curioso es que los dos ¡utores _tres, con Tre_. or-Roper - dan por c ier ta Ia muerte de Hit ler , conrra_, iniendo su mis¡ro dcrecho anglosajón que áeterminatrc l¡ irnica p.reba de un f¡l leclmieíto

", l.

"*irt"rr. i.. r tCJci lV€f_

IV

( r r1

-

Page 16: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Diferente Postura tuvieron los soviéticos' antes oe

i"ñ",.,á"n;"":::ti:t**:'"",n:ffi .:'l..ll;"-na detenerse en un neurw"-r..t."",

francés Michell

e .::' iii ;'iliff ":x*'ji: : *'.Tffi i:l;'d*ilil1ii:i""il.ü : i: : *lt*i ".:* l;il 1?,! " "

o "' o

ái;1",1",:""::i : ";;' i';; ;i; ; * l: :i :

R ath e n au'

nieto del ex ministro-¿"t faittt ' asesinado por manos

terrorist¡s, t" hnt' i t tniJá a los Franceses Libres en 1940

.. " .:--rl-rterr¡, u tt r"' fJ'it"'o'ditt o-" i?ro-ufT:o-

t"

' ' - - ' ,. ' '

' i i t i tt ¿t

"ttt¡ce del generrl Koentng'' . '. . I',.'.:,,,,., 'l;.i;;;;;ii

*:Ul""i'.:Hl. ,- - , . -- - , ' - : l l ' t ci t ' r convoc¡da p(

, : - ri "'':;;'' '"t*ll'l':::i:tt:t::x;l-: : : ' : "

: i : l - rb len había convocado a (

: . . : . : - > ' ' a. ] " t " -" ' i t " 'o ' ' pero en vano esperaron la

""¿Ti""u'.':i""'n.tu soviético ':'"1:? 1.: esperar' él v

Rathenau t"t"'o" to-'l"Ji""t halt11a saiida del bun-

l;;li;;,.:¡*:i5tr"T:ff ;::;1,".::,t",:','l'.1;;il:i"1';5$'l'i,i;;;""'T:'::,i:ororundidad'los tesrigos t""" lptt"t"l mantas militares y dos lar-

*Lt"lfl:::i observaba la escena desde unos diez me-

tros, porque lo' 'ouiétitos

no lo deiaban ¡cercarse mas'

1 g"'á; "lg'"'ry ; : :*: ):5:H:ffi :1T:'; :;: -dáver acurrucaao ';; ;;;" ,ombu'íibi" sraso"'.

Atento "

fcl q*" "tZdía'

vio que unos minutos des-

pués los prisioneros Ls"t'ttrrtb"tt otro cadáver' y ano-

7()

tó mentalmente "este cuerpo no esraba en cucJj/Jas sr¡: cextendido. En cambio los restos se veían en avanzadoestado de descomposición. Se veían huesos completa-mente limpios, de color amarillento".

A este segundo cuerpo, que un soviético describiócomo "e/ de un hombre", se le tomaron enseguida iasmedidas antropométricas y se le sacaron fotos. "Enron-ces, el teniente coronel Rykov, que estaba al mando delos trabajos, nos dijo por intermedio del intérprete quenos hallábamos en presencia del cuerpr¡ de Hitler, sin lamenor duda posible. ' \

A Rathenau le pidieron que mantuvier¡ en secreto loque había visto, y -sin que el hecho pudiera explicarsesatisfactoriemente- el teniente francés acató la ordensoviética.

Había sido el único testigo occidental de esta "exhu-

mación" a la vez oficiai y clandestina, y por alguna ra-zón el alto mando francés nunca habló de esto ni tam-poco hubo comentar ios de los demás servic ios quefueron invi t ¡dos pero no rs ist ie¡on.

El relato de estos hechos extraños, que R.rthenau hi-zo dieciocho años después que ocurrieran, fue conside-rado inexplicable.

Para comprenderlos hay que leerlos con otra óptica;los soviéticos no teniendo nada en las manos intentr-ron alinearse con los angloamericanos para lucir, inten-tando vender restos anónimos. auibuvéndolos sin n-rásr Hitler y Eva Braun.

Los aliados no quisieron comprometerse en un falsoCescubrimiento habiéndose ya dado cuenta perfecta-trente, en enero de ry46, que Hitler se había esfumado.r.nte sus propios ojos. El cuento de un fin cobarde, con:iras y cenizas, fue muy cómoclo para cubrir la vergücn-' . r del esclpe de H i t ler .

71

Page 17: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

En febrero de r964, un año después que se coll()ciL'rr

. l ,"i.to del teniente Rathenau' en ia Unión Soviética se

editaron las mem<¡rias del mariscal Tchikov' el jefe de ia

," . . ion t ie l Ejérci to Rojo que tomo. Berhn' ,

En ellas, en un pequerlo pas'rje ei mil itar-había escri-

to: "Afirmo que cuandolos'soldados delVIII Ejércirc de

la Guardia enÍaron en el patio de la Cancillerí¿ del Reich

enlantañanadelzdeneyodetg'15'v ieronuna' t l forn-lr^ t'rurn"^nte en la q" í" encontr¡be el cadáver calci-

n¿do de Htt ler . '

I-¡ otrservación es importante ya que' por prlmera vez

dc:,pt.rés cle veinte eños, un soviético se aiineaba con la

ii.,,,r i. .Fici.r1, ciuclosa queda 1a imagen de la alfombra

r " . t t l ' . r l ( ) r . ln l { r t icr cocir lo y ahumado'

. : r r \ c i l :cr i t t l r i r l ich l (ubv' por encargo

, - - : ' . . - i : . l .u: l l " i l l Dcr 'Spic ' lc ' lse ocrrpó-nuevamen-

i- - - : . - . : .Sir . pero t . InrPoco a'el le fue posible aclarar los

.retrl ies sobre cómo áurió Hitler v donde estaba su de-

s¡o¡rrecido c¡diver-- "E";;t;;en, con.iuyó "

"EIhombre ntás fotografiado

v más conocido ert ní""'o tiempo' destparecido de'rnorlo

desconocido en lo descottocicio"'

Pero el periodisra recibió nuev¡s informaciones y lo-

grá ".rt"uirtar

directamente en Lwow' Unión Soviéti-

ca,al tenientecoronel lvanKl imenko'quienhabíasido

"il.f. ¿"f grupo soviético encargaclo de dar con e} para-

dero de Hitler Y su entorno'

Klimenko te ai¡o a Kuby que éi había hallado cadáve-

res en la Cancii lería, pero en fecha distint¡ a [a menctona-

da por'ithikov, el 4 á" tnoyo de r945' La agencla Novostt

clisiribuyó ia noticia, decía así: "De la úerra asomaba un

p,^, a" piu"^s desnudas, y el extremo cle une mlnr': gris'

Cavamos, y muy pronto- pud'imos sacar de ese luger los

cac]ávereschamuscadosdeunhombreyunamujersemi-

1t

Je-snud¿. En aqué| nton)ento todavía pensában'to. : -..¡.tdáver de Hitler era e} que estaban esrudiando en €. -r:-teñor <le] bunker, en el comedor azul, v no presztmos nin-guna atención a los restos que acabábatnos de descubrir.Ordené que volvieran a cubrir los cuerpos".

Klimenko agregaba: "AI día siguiente, por la mañana,dese¡trcrrantos otÍe vez los dos cuerpos ntedio calcin¿-'los. envueltos en 1¿ nlanta gris. Los guardías ¡lernanesque hicintos veitir para que identificalln esos resros,tf irntaron a pie junti l las que teníantos ante nuestÍosttjos los cadávercs de Í {itler v Eva Braun".3

Kubv, tras su investigación, publicó el l ibro Zos rusos¿n Berlín, donde escribió: "Es sabido que los molinos de.\4oscú mue]en con ntucht parsimon'ia. Con tod.a segu-rídad llegará el dí.t en que conoceremos el texto del cer-rificado de autopsia, y también sabrentos dónde pernta-necen 1os cadáveres de Hitler y su c.s-pos;r ".

Pocos meses ciespués, Lew Besyn-renski, un ex agen-te del GRU, el Servicio de Inteligencia Militar de Staiin,pubiicaría lo que aún se considera la versión oficiosa so-viética sobre cómo habían sucedido l.rs cosas,

Como respondiendo a Kuby, el aur<-,r eu-rpticza dicien-do: 'De acuerdo con el evangelio del siglo XX, en elprincipio no fue el verbo sino el docutnento, y por esocomenzafemos nuestra narración con ún acta escrita y{irmada en mayo de ry45 por un oficia} y tres soldad.osdel Ejército Rojo".+

El texto del acta es el siguiente:

"Berlín, Ejército de Campaña. 5 de ntayo de ry45."Yo, el teniente de la guardia Pannasow, Alexej Ale-

xandrowitsch, v los soldados Tschur.tkow, Ivan Dimi-rriyevitsch; Olejnik, lewgenij Stepanovirsch y Serouch,Ilja lefrentovitsclt, hemr¡s encontrado y puesto en lugar

7i

Page 18: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

sesirr ' : - - ' .rdávere's queniados' El ha-llazgo h¡ tenido

' - ' - :'': ' Cancilterta aZi i'"¡.:n de'litter^' 17n;o al )ugar

l'-- . -:"ion a".'ua¡"iiá'-n' '"deu"t"s de

-Goebbels y

- .: no leios d"l ;;;;;" ^ntiaéreo':::!:|: "tI ' .;;;t; '"'^n lo' deln hombre y una muJer.

: :rerpos "'uu^i t"Á¡ consumidos por d fuego

': -- r'r de todo pun'ui^p"tiUt" su idenüfi.cación sin

' - : o n p 1 e m "

n'^' ¡ iu' I J' c a d áv e r e s e s t ao:: ::r:ll^T ;,

. i;;;^bomba' aunos Íes-m"uot l:ll^':*-¡io antiaéreo priÁáá a" Hitler, y cubieftos ligera-

-"1i"!?!olií1J1"' nnn sido conservldo's yot ta sección

' e Co ntraespional e ;t1;;'- ;;"" "h'

d"i z9 cuerp o de

t' : f ; ; : , : i . : . tenienre en iele detzo,c..de! smersch'

rr n.,.( -s r, \r' ; -s o J cJ¡ cJ o ;:'i: ;i;k t;;'L 1' d ^ d o o 1 e gn i k ; s o1'

- - -_. . - i . '

-: . :=-=', ' -- ' : ' := ql ie en nineún lugar de esta acLA Se nom-

: : ; - r H t : ,er nt - r su mujer '

E n s ínte si s, el I ib r o. d e e e s v m¡ lsf i :?lil::i:l ;"t;

*ñ ¿" 1945' e l teniente coronel tut l :

de la sección d" i"";;';;;;io.n militar del79e cuerpo de

Protección,lttga t üéi' 'ci l lería en compañía de cuatro

prisioneros ti"-"''l'-Jt'* ellos el vicealmirante Voss

llii"r. del garaje' Schneider'- En el jardín, f'";;l;;']ü'u: I9:1:t'del

bunke¡

uno de los prisio""ros seRaló un lugar donde diio que

estaban to' tt" 'p* á" Coebbels y su muier' Los cadá-

veres fueron l"v"nt"do' y po:ttot.t^ol]e una puerta y

iuego cargado' ""

tt't;""p "n

el qttt todo el gupo regre-

só a subase de Ploetzensee'

74

Al día siguiente, el 3 de mayo, los soviéticos encon-traron en el bunke¡los cuerpos del general Krebs y delos seis hijos de Goebbels, a quienes sus padres habíanordenado envenenar. También estos restos fueron l le-vados a ia base y el mismo día junto con Voss, Klimen-ko regresó a Ia Cancil lería y la registró buscando solu-cionar el misterio de la muerte de Hitler y Eva Braun.

Voss parecía asustado, estaba muy nervioso y decíacosas ininteligibles. Por la noche cuando saiieron a losjardines entre varios cadáveres señaió uno y dijo que erael cuerpo de Hitler.

El cuerpo señalado estaba íntegro y vestido, en lospies tenía medias remendadas.

Poco después Voss comenzó a dudar por el estado delas medias que llevaba el cadáver pero como ya era muytarde decidieron regresar y postergar la búsqueda hastaei oro día.

EI 4 de mayo Klimenko voivió al lugar con otros seistestigos, pero el cadáver de la noche anterior había de-saparecido.

En una sala de la Cancil lería habí¡ un cuerpo prote-gido por un centinela y el grupo lo examinó. De los seistestigos, sólo uno dijo que era el cuerpo de Hitler y losot ros c inco lo negaron.

Después de esto Klimenko volvió al jardín donde ha-bía un soldado, Ivan Tschurakov, asomado al borde deun embudo hecho por una bomba y que estaba lieno depapeles quemados.

El soldado le di jo que al l í se veían unas piernas y¡uando Klimenko ordenó sacar los restos advirtieronque eran dos cadáveres, el de un hombre y una mujer.

Al mismo Klimenko no se le ocurrió que pudiera tra-:¡rse del matrimonio Hitler y ordenó que fueran en-'. 'ueltos en una frazada v seoultados nuevamenre.

' , )

Page 19: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Poco más tarde se enteró que el cadáver que estaba en

la Cancil lería tamPoco era el de Hitler, y decidió regresrr

;rl r l ia siguiente para continurr con sus investigrciones'

En la mañana del 5 de mayo, otra vez en los jardines,

¡evisó el embudo de bomba donde habían hai lado los

c¿cláveres el clía anterior y orclenó que los cuerpos fue-

r¡rn exhumados nuevamente. En esta seguncla opera-

ción pudieron verif icar que en el agujero también esta-

l-¡rn los cuerpos de dos perros' Fue sobre.este hailazgo

oue se confeccionó el acta citada más arriba.

Estos c¡c láveres fueron sumados a los de la fami l ia

Coebhels r ' ¡1 de Krebs, haciendo un conjunto de trece

¡ i : i r i - r . ) - once i r t t l ¡ ¡nos y dos de animaies- a los que

:! : ' : . r . t ic¡ron autopsirs. El encargado de.anal izar los

: .: 's iue un equipo presidido por el médico forense del

: ::-.e¡ Frente Ruso Blanco, el teniente coronei Faust

- : i r ravski j .L)e estos cuerpos, cuenta Besymenski , los dos que

hrbía encontrado el soidado Ivan eran i r ¡econocibles

porque estaban carbonizados. [,os dos de la pareja Goeb-

bels estaban quemados pero fueron perfectamente

iclentif icaclos por varios testigos, y ios demás estaban en

condiciones naturales, incluyendo ios de ios perros'

Se levantaron trece actas de autopsia' una por clda ca-

dáver. La carátula de las actas números 1l-y 13' son irs

que correspondían a los dos cadáveres irreconocibles'

Hay que destacar que en estas actas entre parentesis ios

forenses acla¡an "se presume que se trate de los cadáve-

res de Hitler- Eva Braun".En el acta número tz, la que correspondería al cuer-

po de Hitler, se declara que son restos muy dañados por

el fuego; que el muerto mide r,65 metros; que faitr una

parte del cráneo; que las quemaduras son más intensas

áel lado derecho; que los maxilares están rotos v suel-

76

tos, y que se encontró en su cavidad bucal un puenre decoronas de oro.En el escroto se pudo hailar sóro er testículo de¡echo,contradiciendo los informes d.e tres _¿ál.or, que ha_bían revisado a Hitler en los úit imos do.".no, y habíanenconrrado quc sus órganos genitales eran normales.s

Lt Drazo cterecho estaba fragmentado (faltaban partesdel antebrazo y de Ia *"r,o;l d"l irqrri".áo sólo habíaoos terceras partes y faltaba la mano.r,l cuerpo presentaba fracturas del fémur derecho yde la tibia de la misma pierna, y rambien áltaba el pieizquierdo. En la boca se-habían en.o",r.Jo fr.gmentos

devidrio que olían a almendras.-;;;;;. "

En el acta número 13 que describía los restos de unamujer, también se indicaba que ei cuerpo "rt"b.

carbo_¡r-zado

a.tal-punto que resuliabn l-poriUt"iescribir su

::; i::TJi :e.rsignrba una atrnra de r,5o metros y de_rdilr.oa e.l.hallazgo de un puente de oro.

t l cadáver tenía her idas perforantes en el tórax pro_ducidas por metralla, .o., d.ño, "" "i f"f

"ri" y en el co_razon, y otros seis t rozos de esquir l is . l rn esre cuerpotambién había restos de vidr ios y, . t otor^. . tmendras

:1",t9... Dichos fragmentos de vidrio se enconrraron

también en los otros once cadáveres.Lo más curioso de estos hallazgos era que hubieranaparecido en la misma tumba dos"cadável", h,rnrn.ro,extremadamente quemados y cl.rñados, con dos perroscuyos cuerpos estaban sin fracturas y hasta conserva_

ban toda su pelambre.Más asombroso fue que uno de los cadáveres huma_nos tuviera gravísimas fracturas, falta de extremidades

y p¡rre del cráneo, v el otro, entero, estuviera acribil la_uo con metr¡ l l ¡ .Como elementcl adicional, hav que decir que ambos

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, ' , i ivtlc' : l ' . ::1-::1 i-tras de diez centímetros menos de Io

'- '.:. :-. : -r .. . ' . - ' ' ' : i¡ Hitler y Eva Braun'

- .::--..nc1ras, cosas que también aparecieron re-

- r : r tod' Is las otras autoPsias'

-: I r iSürrl lr que ambos cuerpos hubieran tenido

- . - .. j i ferentes, y eso se evidencia en 1os distintos

: ::. :Í lumatismos que presentaban Y en el disímil

-- - -le carbonización'

:n su l ibro. Besvmenski publica fotos borrosas de dos

-.¡ . tones que cont ienen restos no ident i f icables como

-uerpos humanos, y otra foto del cadáver de un perro

--. 'rr,o, alemán, perfectamente peludo e íntegro'' ' i i ." f."Uteia podido, entre las diecinueve fotos que

' inrr...t su l ibro, hab"' *o't"do una foto clara e indu-

,lable de Ios presuntos cadáveres de Hitler y Eva' tal co-

;;; i^;"" .4l"r,rn Ia autopsia de Heiga Goebbels' la ni-

ña de doce años envenenaáa junro a sus cinco hermanos

por orden de sus Padres'A final de julio t997 f. iLe difundido por.un network

estadounidense un vídeo de las autopsias' las imágenes

á" *.¿"t.".alidad igual que las fo':^t '1: autentican las

mismas, siendo los restos no rdentll lcaDtes'

Lo más llamativo es que de las trece ¡ctas de autop-

sia,reciénlasdosúl t imascorrespondanalossupuestoscadáveres de Hitler Y Eva Braun'

Por la importancia que estos anáiisis revestían' no pa-

rece lógico i,.b", "rtrláiado

primero a los perros y a los

niños Goebbels.^"^L; q;" podría haber sucedido es que se hubieran

.gr"g"áo ptsteriormente dos actas de autopsia de cadá-

:8

veres de origen desconocido, cuya edad y sexo se cori=: -pondieran a los Hitler y Eva Braun.

Esta hipótesis adquiere verosimilitud al comparar lasdeciaraciones del teniente coronei Klimenko a la agen-cia Novosti, y el uso que Besymenski hace de ellas des-

Pues.En su l ibro, el escritor no habla de cadáveres calcina-

dos ni chamuscados, y omite del testimonio tres frasesfund¡mentales:

* "De la tiena asomaban un par de piemas desnudas",* "Los cadáveres chamuscados de un hombre y una

mujer semidesnuda",* "Desenterramos otÍa vez los cuerpos medio calci-

nados"-En rigor, estas descripciones hechas por Klimenko coin-

ciden con las de los cuerpos de Joseph y Magda Goebbels,registradas en las actas 5 y 6. Según esos documentos, am-bos cadáveres estaban semi desnudos. El tenía camisablanca y una corbata de seda negra, y ella restos de ropa deuna tela tricot de color amarilio y marrón, y hasra un chig-non del mismo coior rubio rojizo de su pelo.

Todos estos elementos, que no se quemaron confirmaque los cuerpos estaban chamuscados y sólo medio cal-cinados. Por otra parte, sobre las p iemas desnudas, en lospies de Goebbels quedaban calcetines de seda oscura.

Lo más llamativo en el l ibro son las fotos de una pró-tesis dental metálica, presumiblemente de oro y sindientes, y de un fragmento de mandíbula inferior queen r97z el doctor Reinard Soggnais -odontólogo foren-se de la Universidad de California- determinó que co-rrespondía a la que aparecía en las placas de rayos X dela cabeza de l l i t ler.

Page 21: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Esta evidencialahizo pública en la Sexta Reunión In-

:ernacional ¿" cit"t it ' íJ""t"s "n Etl imbttrgo Para el

no había dudas de que Hi¿"t estaba t:"::o y que la au-

topsia practicada por t"t tt l tá'*"s se h¡bía hecho en ei

cadáver correcto''";;;;;;rgo, el t7 de setiembre de 7q74' err un pro-

srama emiddo p"' r';;;;; """'^t

can¡cliense 11am'rda

ZZ'r'i orurnó, el profesor doctor Ryder Sag.enay' ctru-

ñffiJ^?;;i*¿ ¿" Já"iolo$a u:-Y:l::::oad de Ca-

1ifornia en Los Angetes opinó de maneradiametralmen-

te contraria' Agregó ti lá; ' ñ"-Hitler había ordenado

gue los regrscros t"dJ;;;' á"i,,ltt t-L"^:avos X de to-

doslosal toscargos' t" t l "y" t tdolossuyos'deiaranBer-lín en un avión espeti"i to' ' d"'t i t ' to desconocido' y ase-

ffi Jil,; ñ::*,"i:l::::::1",lli:1"::i 1: :'Jliidentif lcar a ios suPu

labrevedad,i;á;; á" *." -. 1':1";:l ff :'iil:;,T:;'J''u " T¿'."#: J :#: :#lii; ;; ;., r e re r e nc i a una r a d í o -

s^d;";;'*o d" LI itle r tomad' :l :1-1;v no una Pa-

norámica denral- sólo aprrece una mancha correspon-

diente a la prótests -"i'itit"'

l'a mancha tiene form¡s

definidas y puede p"'"t""" a la foto de la prótesis' pero

en la placa de una cabeza los dientes no aparecen de ma-

nera muy definida como ocurriría en una panorámica' El

perito no p"ao to*ftrar los dienteslorque no estan bien

iefinidos "t

tt ptttIi"n"tl "xhibl<la por los tc,tl::t^t'::;

*i"i"tp"rtdo' dentistat de varias escueias y mecant-

cos dentaies, todos confirmaron que en base a 1¡r forma

de la prótesi' ot"^p""'"t" ii i^,T11:9:afía' en unos días

de uabajo y con el o'o "t t"utr io'

pueden reproducir al-

go muy ptrecidop"ñ;;; t" igtt ' i t in la presencia físi-

cadelosdo.-^ ' . ' t ' , " ,q. . , "p '"d" 'permit i r ]aocluston

dental necesarla'

8<l

Si consideramos que a la prótesis le faltaban ios :.-. ' -tes cerámicos, hubiera sido igualmente imposible ::..,identif icación cierta.

Dentro de esta historia, el capítulo de las dentadurasiba a tener más elementos.

El 9 de mayo de r945,los soviéticos habían iogrado en-contrar a dos de los mecánicos dentales de Hitler y EvaBraun, Fritz Echtmann y Katbe Heusermann; éstos des-cribieron de memoria la dentadura de Hitler, quien desder933 lucía "una prótesis más estética que los dientecitos derata que eran las suyos".6 Posterio,rmente, los dos fuerontraslados a ia Unión Soviética, la mujer fue llevada a la pri-sion Butyrki, en Moscír, de donde no regresó mas.

Allí le habían mostrado una caja de cigarros que con-tenía una prótesis dentaria, eila admitió que le parecíala de Hitler. Una de sus compañeras de cárcel, LiselotteSpalke, que escuchó esta historia, la contó en r953, lue-go de ser l iberada.

Echtmann, a su vez fue enviado a la cárcel Lubianka,en Moscú, donde quedó detenido nlleve años. Allí, "l i-

cilitó un croquis, así como la descripciórt escrite de iadentadura de Eva Br.¡un (Itabít )techo él nismo su pró-tesis) y de Adolf Hitler, en la construccíón de cuyas pró-resis 1ra bía c o Ltb o r ado".7

Este hecho es particularmente significativo porquecon un dibujo y detalladas especificaciones, tomandocomo base las radiografías, se podría haber reconstrui-do la prótesis sin dientes que luego fue mostrada a losprisicneros y que se fotografió sola y apoyada a un frag-mento de mandíbuia para que pareciera la de Hitler.

También el doctor Helrnut Khuntz, quien había tra-tado a Hitler por su dentadura, contó la nrisma historia;éste quedó internado en un campo de prisioneros du-rante diez años.

-

Page 22: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Werner Maser, arrtor dei llbro Apellido f litler, nont'bre Adoif, investigó a fondo este asunto interrogando aEtchmann en 192r.

En su l ibro dice que las radiografías tomadas a Hitleren septiembre v octubre de ry44 por el doctor ErrvinGiesing, no corresponden con la radiografía mostradapor los soviéticos.

Sus conclusiones finales fueron que jamás se han en-contrado los restos de Hitier, que ha desapareciclo sindejar rastros, y que lo mismo deberá decirse de EvaBraun.

Se necesi t ¡ban los restos maxi lares completos y or i -

- : " . ' -

- ' -1.r : . , . L l r r r rer i t . r je ser io pero, según ci ta Besy-.i-. : .-. i :... --- -. : : .-. - . ie i r i l- l io los rcstos ya no exisúan : "l"o-

úo-. .... ¡.:d¡r-e¡.-. ¡u\'1..rolt ttn fín común: fuero¡tincinerados tor:. lnrenrc,r'su-s celuz¡.s esp:trcidas tal v co-n¡o informó en lt4oscu e) j de junio clc tr¡45 el teníentegeneral A. Wadiss, jefe de l¿ sección Snre¡scñ del printerfrente ntso blanco. Debe hacerse constar que el mistnoprocedimiento de aventar las cenizas volvió a usarse unaño y medio despttés, en octubre de ry46 en Nvrem-berg, donde fueron ejecutados en la horca los grandescri mina]es d e guerra ".8

Pese a esta seguridad, los misrnos soviéticos no da-ban por cierto que los cadáveres cremados hubieran si-do los de Hitler y Eva Braun, y consideraron oportunocont inuar las invest igaciones para evi t r r una posibi l i -dad de error.

En los últ imos días de la batalla de Berlín habían sidomás de un centenar los que pudieron salir de los bun-kers de la Cancil lería, y la sospecha que flotaba en Mos-cú tenía una fuerte lógica: si otros pudieron, ¿por quéHitler no?

Los jueces investigadores soviéticos preguntaron dos

8z

cosas a quienes estaban en sus manos y habían estado h: s _#ffiiT,{ !;;o::

"P'¡n*,\l,J *in 0u,,,,uvo Hi.; ; r ;; iü,":: i,,:, : : : : a:;!; : ::;: : ;": * ;,ó-o r":;;;;;"|l lltter' r en e/ c.rso rle que rttera ri;;;;,p,i^.uo,n:Á,;;;,;i",!,2'::i:;;;:i:::;l:,;:':iii:n es de haber poaiao. yt i r qe. g ;;i;';;; ;;:érea. segund o,t3..naroría o" ,"t n:^r:¡a¡"n

"n [¡"i"rtiiio b]¡ndacto del; : ::; ;:; ;:f#: : ;: { "',

o n, *, J, t " i J "i, " a " u a, *, J "."rl.',t *:tj,..1..r;:e¡

de l o s.re s ti go s fue ro n tra duc i d a s al

: i: i::i i. ;; [üiI"[:X'J:i,i]H: TJi:,,, *, ii,1i:TJ;f"'J¿,TI:"I?: so, p"il;#do, siva con-., ;1 :l* :, # irififi :""1'.T J". n j H;; _, :,..,áo a",;,;;;;:* ;::i::::#ff f :?::i:r':jj*que,por c ier to no logr,rron.

ril"",;: j::XJ: ff :? :::"¡.'' in terrog.r,ro rue r r,, r ̂,o si¡2u.,¿.k;r:; .n""

rorm¡b¡ prrtc delg.upo d" rrul-Mengeshaus., d".: l l i : . l ." l .Jo de abri l de re45,cumplía su rurno desde el mediodía, al atardecer cuan_do estab¡ cerc¡ del dLanciileria, ¿,,.u"."lijll^t!:

d" Hitler, a mitad de lag", o. a b.'n-áil;;"t i:l ]i I

avo r¡ s -s

s G u n s c h e v L i n -que rociaron .on 6"ni.11t-uerpos.de

Hitlery Eva B...r.r,rod. ;,,; ;;;;::ll;YPrend

ieron ruegotancia,,,rrr¿ri".f.í.?1Dte de ver a cien merros de dis_un día en que r. lr,,-rlj l lda.del

iardÍn y al rtardecer deComo ¿il i;rj..ieoa

cubría el cenrro de Beriín.por eso sólo se r" .."yó1o;;;ff;as

unua tesris nullus _

¡ l

Page 23: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

- . - -" : ' : - : " " - l " : "1 i1 '1CómO

: - : : - : l ' i f : : : lc : : .s ie)uÍ l1 ie¡on ias dect¡rrctol les ' que

:'.,::ü f, fueron concordantes'

Por eiemplo, respecto a cómo se encontraron los

:uerpos de úid"t y iu mujer,los testigos diieron:* Gunsche en 1950: sentados juntos en el sofá' En

rqoo ,".otriget tt i i lár en un sil lón' sentado' y F-va echa-

d¡ en otro sil lón.- * Linge: en distintos extremos del sofá'* Keripka: Hitler echado y Eva sentada'

Sobrc el suic id io ' d i jeron:+ Gunsche

"., 195o' Lt' disparo en ia sien derecha' En

t96o no aPorta datos.' * Linge: disparo en la sien izquierda' como haría un

,.rr.do, (ít"ro Éambia declaración en sien derecha)'* KemPka: disParo en Ia boca'

Lo más incongruente es que ei trío de historiadores

oficiales -Trevor-Roper, Shirer y Bullock- dan a la pa-

."i" ".ft.¿.

en el sofá, uno junto al otro' con Hitler sui-

cidado por disParo en la boca'

En lo que haie a Eva, todos la dan como envenenada' sin

q";;;gú" testigo haya visto la decoloración en ios labios

q.r" "l

uJ.t"rro le hubiera provocado' D.e cualqrrier manera'

.rtrb"r, todos de acuerdo en que el pelo le cubría la cara'

Estos y muchos otros autores,to por su Parte' tampo-

.o ," pon"t de acuerdo al describir -según los testimo-

3'1

nios obtenidos- el lugar donde fue hal lada ia pisrolrque supuestamente sirvió para el suicidio:

* Estaba a sr.rs pies.* Estaba sobre el regazo.* Estaba a sr.r lado.

También respecro al objeto en que fueron envueltoslos crdáveres hay tres versiones:

*r En una saoena_* En una frazada militar marrón.* En ia alfon-rbra manchada de sangre.

Lo mismo sucede sobre la forma de transportar loscuerpos:

I t ¡' V¡r ios SS, en dos cami l las.* Bormann y Linge, a hombro.* Gunsche y Kempka, a hombro.

También sobre el lugar del entierro hay tres versio-ne s:

* A un metro de la salida* A tres metros, en un cono de bomba*

]unto a la pared de la casa donde vivía Kempka.

Aunque hayan tantas versiones sobre todo lo ante-rior, nada se sabe de los objetos personales de la pareja,que nunca más aparecieron: las pistolas WaltherdeHi-tler y Eva Braun; el reloj de oro de bolsil lo de Hitler, elreloj de piatino y diamantes de Eva y su pulsera de orocon una esmeralda.

85

Page 24: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Demostrando impotencia, Besymenski concluye:

"Los que verdaderamente sabían Io ocurrido y podían

acordarse de ello, no querían recordarlo y parecían ig^

norar lo más importante. Esto queda claro de modo es-

pecial en las declaraciones de Otto Gunsche v Linge. Si

bien ellos sabían o debían saber más que los demás, tant-

poco han hecho tnucho para aclarar el asunto después

que fueron dejados en libertad".Y agrega'. "La confusión

y falta de concord;tncÍa en las declaraciones demuestran,

sin )ugar;t dudas, que los colaboradores de Hitler que

escaparon del refugio blindado de la Cancillería del

Re¡ch tcnían inte¡és en ocuJtarJ¡ verdad"."

En prácticamente ninguno de los l ibros pubiicadosdesde el f inal de la guerra se tona en cuenta seriamen-te las dud¿s de Stalin ni la declaración soviética ni su in-vestigación oficial.

Sin embargo, en las pr imeras páginas del l ibro deBesymenski , hay una presLlnta retór ica y cautelosa:"¿Por qué c1 propio -S¡.r1in. ¡ri. lnJo s¡ludo al presidentefru-¡r.,'n .,.--' ¡'. .;--.1,';; ie Jijo en r¡tedio de la mayor sor-i 'r:.- i i- .-:-. i::- Je su inte¡Jocutor, que Hitler aún vivía: ,-.-: :i.r ::'tu\- posible que hubiese buscado refugio en., . : . - . : .1 t rJtJ o Espeña?". ta

En general, los autores que opinan que a Stalin le con-venía un Hitler vivo para usarlo como un espantapája-ros polít ico, siguen la iínea de pensamiento lanzada en

86

19S1 por anónimos anal istas. "Según opina;. . - L ._hington algunos especialistas en iI análisis de j; :,- - . _ganda nrsa, a Stalin le interesaba mantener a Hit|er r -., ,a fin de que esto le sirva de excusa paÍa actuar en Euro-pa, Ilegado eJ caso.'¡¡ ¿Cu jl sería la ganancia política? Nose entiende. Tampoco a posteriori. pues Stalin no lo hi_zo nunca pese a la Guerra Fría y al marco internacionalque había impuesto la guerra de Corea. El revisionismoposterior a su muerte, ocurrida en r953, tampoco d.e_mostró que se aprovechara polít icamente de esre tema.

Por s i fuer¡n pocas hs dudas planteadas hasra aquí.más de un cuarro de siglo después de publicado su l iürohubo hasta fuentes oficiales soviéticis que desmintie_ron lo dicho por Besymenski .

El z de abril de 1995 un despacho de ANSA distribui_do a sns abonados decía: "Nueyo s documento.s secrerosy Ltna entrevista con el ex jefe del KGB en AlemaniaOriental, Serghei Konradschov, podrían dar a conocernuevos detalles sobre las tiltimas hor,ts de Hitler. Seg¿Ínlo declarado por Konradschov a Spiegel IV, una p"ri deIa mandíbula y algunos ñuesos de Hitler están cusrod.ia_dos en Moscú. Serían los resrcs del contenido de cinco ca_jas que en ry7o fueran desentenadas en Magdenburgo, exAlemania Oriental, en rina zona d.e acceso prohibiio porIa KGB. El entonces jefe de la policía secreta soviética, yu_ri Andropov, habría propuesto al líder del Kremlin, Leo_nid Breznev, Ia quema del mateial que contenían las ca_jas. La cremación de los restos de Hitler, Eva Braun y losGoebbels {ue el capítulo final de la Operación MyrhLs dela policía soviética, que había decil¡do verificar las cir_cunsancias de Ia desaparición del cadáver de Hitler. por_que Stalin no creía en la tesis del suicidio".

8t

Page 25: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Poco más de un mes después, otro despacho agrega-

:¡ detalles: "'fras la desaparición de la Unión Sor'¡eric¡,

::i1L')oÍtantes atchivos han quedado a disposición de los

:)vestigadores. Y aunque hay algunas fuenfes ¡usas que

. r,r desean revolver el tenta, otros han decidido hablar'

:: er capitán del Ejército Roio, Ivan Terechenko, de 71r :i os, v e/ sarge nto [van B]ashtchuk señalaron a 1¡ revis-

:.r ¡lernan¡ Stern en rg92 que ellos transportaran 1o's c¡-

---.r r-e¡e-s de Hitler y Eva Braun. Afirntaron que los lleva-

. ,¡ ' t desde el bunker hasta un cLlartel de las tropas

. i iéric¡,s en la ciudad de Magdenbulgo, rrus ser ente'-':-icr-s v desenterrados va¡¡hs veces en las localid,tdes de

.:'r.:.r n'. R.rfi en orr y S thendal. Ello s rei teraro n' e n nume -

.- ¡.:s elr¡rel¡isras, que 10s cuerpos de ambos reposeron': ...r ¡iud¡d del terrircrio de la ex Alent.tnia del Este

, -. ' ..:r :. ' , 'c'r¡l r icinco ¡nos, h¡s^¡¡ que etl IgTo fueron tras'' . . . - . , - :

- . . i ¿r¡r s i¿io c]esconoc,-1o en N4oscú"- 'a

: -. ::-r p.rrtc del comttnicrclo sc dice: "Por su parte,

:- : -r . - :..-t t:. li-. r'es ¡lg.r rior rtl so lJe.s i,'llrtl n s ki ra tí li có de s -

, , ' . ' - - . - i - i f i ' : i i r r i l , : . ' , ' ' ' , ¡ lc¡bos. i t " tc i ícandt¡ que f t te

- - j : ' - - i i t i ' - - l

- - - - - l i . r I t ) . \ { i l l t ic le de am-

-- - - : - . . . . . - ' : ' ; ; j r ' j r ¡ l1 l ,1.S.r l i r l ¡ ¿/e

' t - - -

" . ' t . - . : ' i j - j r ' i l t i l¿ j l l lego,. l t .u7-

. ' - .. - :¡ -..r. ld.ldos cort¡ron los

, - . i - -Lri.t¡oll en cajas de granadas

. ' .o. , . , de BesymensÉ contradicen su

' -\cribuve a Linge y Bormann los hechos que antes

:¡'¡ra atribuiclo a Gunsche y Kempka.* Dice que los cuerpos no estaban calcinados cuando

¡ntes había dicho que est.rban completamente carboni-

zados-* Asegura que los cuerpos estaban despedazados

S8

cuando anres h¡rbía dicho que estaban deteriorados pe-ro enteros.

Lo que ciefinit ivamente pone en duda todo su traba-jo son los nuevos testimonios que indican que los res-tos no fueron incinerados y esp1rcidos al viento en ju-nio de r9-¡ ; .

Respecto al gobierno soviético, que tuviera en mar-cha una Operación MythosenrgTo, habla a las claras delas dudas que seguían teniendo años después de ia pu-blicación clel l ibro oficioso de Besvmenski.

Cómo se des¡rrol laron los hechos fue bien sinret iz¡-do por el periociista alemán Frijof Meyer. La noche en-tre el 4 y 5 de abr i l de ry7o, en Magdenburgo l iega ungrupo de soldados fuertemente armado e ingresan enuna [ iend¿ de campaña instalada desde días, f rente alnúnrero 36 de la (ilausenerstrasse. Ailí procedieron a de-senterrrr cajones, tarda¡orr muv poco t ienpo v 1o car-garon en un c¡mión. A la media hora el mismo l legó almonte Biederitz, en el cual se encontraba el cuartel deMagdenburgo-Herrenkrug. Allí fueron incinerados to-dos los cajones, enterrados descle l ' r ¡cía z5 rños, esperf , -ron hasta que todo fue cenizas, nunca los diez cadáve-res desenterrados fueron extraídos de sus podridoscontenedores. Por últ imo fueron aventadas las ceniz¡s,se dice en el r ío Elba.

Llamativo es q.ue no se permitiera abrir los cajones yque estos fueran trasiadados por miedo a que los encon-traran crsualmente, evitando una investigación foren-se por parte de la DDR, en cuyos funcion¡¡ ios ei KGBno confiab¿.

La Operación Mythos que involucraría a los ocho in-tegrantes de la familia Goebbels y a una pareja, supues-t.lmente los Hitler, consta en un documento fechado elt3 de marzo de r97o, enviado por /uri Andropov, en ese

ó9

Page 26: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

entonces al frente del KGB, clasificado como 655-A, co-pia dei cual se encuentra en posesión de la revista ale-mana Der Spiegel: "En relación con la posibilidad deobras de construcción o movimienro de tierra en ese re-rreno, que puclieran eJevar al descubrimiento de la fosa,consideraría oportLtno retirer los cadáveres y destruir-los por incineración, la citada medida se Jlevaría a cabocon mayor confidencialidad por el grupo operativo dela sección especial del KGB del Tercer Ejército de cho-que del grupo de fuerzas soviéticas en Alemania, y de-b ería se r corres po ndi e ntem e nte docum entado ".

Dicho documento, que reproduje en parte, l leva elsello "Apruébese" y está firmado por ia autoridad su-prema de entonces, Breznev, el Primer Ministro Kossi-gin y Podgorni, presidente del Soviet supremo. Se sabe,por cierto, que existe un expediente operativo caratula-do como 4r-S/z-V/t

'Otros periodistas estuvieron sacando conclusionesparecidas, entre el los invest igaron Klas Jan Hindr iks,Charles Barrand y Andrea Bedetti. No tengo duda como.ilos, que el 5 de abril de r97o fueron incinerados diez:!-stos humanos, queda el misterio de a quién pertene-.r . rn en vida dos de el los.

- : . - -i\. Aiain. IA HISTORIA SECRETA DE L\ HISTO-- : '--'--': r68,/9.

. - . , E. l7 l .

- t o r1¡_ "> ' /a '

: -- . r : . :rski, Lcw. LAMUERTEDELIITLL.R,págs.z8yss.:. - . . . :- - : : : . idico cluc lo revisó fue el módico dcl I lospital. . : . , - :- 3.:- l : ' r . inuredi. l t .rmcnte despuós cle asunir l l i t le¡

,-: : (-r:o. ;ueron cl Dr. Giesing en 1944 ,v cl Dr. Morel l .

6. An-rsler, Jean, HITLER, pig. zz.7. B-esymenski, Le,"v, op. cit.,pág.:.:z5.8. Ibid, pág. r4r.9. lb id, pág r+3to. Ludvrig; Bonnín; Fest; Amsle¡; Kempka; TolandySolar.rr. Besyn.renski, Lew, op. cit.,pig.t47.rz. Ib id, píg.8.

_ ,-r3. Sondern, Frederic lr., LOS ULTIMOS DIAS DE ADOLF.HITLER, pág.r5+.

r4. Reurer, S/oS/gS.

-

Page 27: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

La historia alternativa del f inal de Adolf Hitler pue-

de escribirse hoy -más de medio siglo después de la caí-

da de Berlín- empezando a uti l izar fuentes que hasta

ahora no habían sido tomadas en su debida cuenta por

los autores clásicos,quienes restaron importanci¡ v sub-

valuaron el rol de varios personajes' entre ellos los de

Hanna Reitsch y Hans Rudel-

Las memorias de ambos publicadas entre fines de los

:.ños cr-tlrcnta v fines de Ios setenta aportan detal.les sor-

:-:¡;. iCcntes qtie pueden dar una visión distinta de cómo

r--1 , : - - - : ' r ' : r l - . . ¡os¡s r ' . sobre todo, ofrecer otra hipóte-

- ' : - : i r . . , ' . . l t i l l ' rero dc r945. en una de las

- - - , : - - , - : , . - - . . . ' ' -ut i t r - ¡ t -¿:eubic¡doenlatorrean-: : . : : : t ) ' : :=: : , ' . : .e i zoológico de Ber l ín, e l coronei

i:.:rs - 'r ich Rudel había recibido visitas.

R.udel estaba allí convaleciendo de Ia.rmputación de

ir p ierna derecha que le había s ido arrancacla por una

gri.r.d. en pleno vuelo en su S¡uk¡ luSz' el clía 9 dei

mlsmo mes."Los visitantes eren el genetal de aviacion Ritter von

Greim, la conandante piloto |-lanna Rc'ir-sch y e} coro-

nel de contandos Otto Skorzeny";'1o habiado durante

l¡ reunión fue cont¡do por Hlnnr Rci tsch:"No podía dejar de pensar e imaginarJ¿ sir¿r¡cion de

Berlín, casi destruida como la había vi:;to volando, y

dudaba poder sobrevolarla otÍa vez transporttndo he-

ridos o realizando misiones especiales, ya qLte r¡ct cteía

que hubiera sit ios donde poder aterrizar. Hablé sobre

9z

esrc rcma con el coronel Rudel, quien tenta ¡j--r.: - . _ -.na amputada. El pensaba sobre todo en eJ uso ;- -,.-helicóptero, que para el despegue y aterrizaje sólo n¿-cesita un lugar muy pequeño siendo suficiente un rc_cho plano. Tal vez podría ser la torre del flakbunker delzoológico".,

-fres de estas cuatro personas eran consideradas porHitler como los símbolos del atrevimiento v el heróis-mo béiico.

El coronel Rudel era un as de la aviación v el pilotomás condecorado de la Luftwaffe

Otro de los presentes en la reunión, Otto Skorzeny,era el comandante del grupo de comandos Oranienburgque dependía del servicio secrero del AMT VI de la RSIHA. Sus acciones más espectacuiares habían sido, entreotras, el rescate de Mussolini en el macizo del Gran Sas_so y el rapto del hijo del regente de Hungría, almiranteHorth¡ en el casti l lo de Buda. Era para Hitler, el hom-bre de las soluciones increíbles y de absoluta confianza.

En ocasión del atentado del zo dejulio de 1944 enun momento en que desconfiaba de todos sus oficialessuperiores y ministros- a é1, un Standartenfü.her en_tonces sólo coronel, había dado la orden de intervenirlos mandos y detener a los complotados.

Siendo especialista en evasiones clamorosas, en no_viembre ry44 fue encargado de neutralizar una opera-ción aliada parecida a sus hazañas: el rapto del maiiscalPetain que un comando paracaidista aliado transporta-ría a Córcega, liberada desde ocrubre. Se apostó en Vichycon 2ooo SS y esperó inút i lmente unas semanas. Almes siguiente organizó wa brigada americanaunifor_mando sus comandos como tropas estadounidenses queinvirtiendo los letreros en los cruces paralizaron por urrAsemana ias operaciones en las Ardenas, corrieron voces

V

Page 28: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

desde entonces que Skorzenv tenía la orden de asesinar

a Eisenhower.Hanna Reitsch era ia primera capitán piloto de Ale-

mania. Prácticamente volaba cualquier aparato' Había

sido piloto cle pruebas de casi todos los aviones a cho-

..o qtr" fueron producidos en serie y hasta había volado

.oháte, Vr moáificados. En febrero de r938 fue la pri-

mera en pilotar un gyrocóptero y desde su juventud ha-

bía establecrdo inarcas mundiales en vuelo a vela como

cl pr imer cruce de ios Alpes en pl : rnerdo

E1 generai Ritter von Greim er.t un vetcrrno oe la prl-

l,-r.r. 'g.,"rr" mundial, y con-randaba c11 19+) una briga-

i¡ aéréa. En r9z3 l le'¿ó en un vuelo por prin.rer;r vez a Hi-

: .et en un avión alqui l¿do, y desde l ¡ tonr l del poder en

. i3. porcinco años, fue el p i loto c lc l t r i t l rotor Junker 5z

. , .ot-r . l de t l i t ler . El comandante B¡t t ¡ i t r sust . i tuvó al

. : -to del nuevo cuatri lnotor Rrckc' \ \ ' ir1i C¿irldorh¡s-' . . : :t de ia guerra.

:::.r. j cu;ltro personJs rcunid.'rs e n rq,.rellr s¡la de hos-

: : t : i gozaban de la tot¡ l conf i rnz¡ de Hit ler y tenían, se-

qún Jocumentación r sus nrisn'ios escritos, acceso di-

i . . ,o . é1 aún en c1 mjsno Berghof, 1o que Hit ler

considerab¡ -.u hog.r¡ en ei Obersalzberg'

Hanna Reitsch escribió: "Cuando dejé el hospital, me

entrené mucho sobrevolando la zona en cualquier situa-

ción climática, hasta que rne sentí segura de poder lle-

gar hasta la rcrre, aunque {uera de noche y ninguna luz-pudiera

guiarme. De esto también se enteró el general

Von Gfeln7 . t

La ciudad de Berlín ya estaba casi rodeada por las tró-

pas soviéticas y los lrrelos en la zona eran peligrosos' En

cierta ocasiórren que se disponía a regresar a la ciudad

q4

l levando ai secretar io de estado Naumann, la pi loro :=cibió un l lamado telefónico: "Al ú l t imo minuro anr¿.del despegue, me llegó una orcien telefónica de Hiile:que me prohibió volar a Breslau baio ningún conceprc".

Evidentemente Hitler quería preservar 1a integridadde Hanna Reitsch, aún a cosra de demorar la i legada aBerlín de su propio secrerario de E,stado. La mujer noobstante desobedeció la orden del Füh¡e¡. Escribió:"Como yo no dependía directamente de ninguna ordenmilitar, decidí volar igual".

A mediados de marzo Adolf Hitler había abandona-do la Cancil lería y se había mudad o al Fíihrerbunker, se-gtrn Albert Speer, para dormir tranquilo enel nuevo re-fugio que el mismo arqui tecro había empezado aconstruir en el verano de r944 en los j r rd ines der¡ás dela v ie ja Canci l ler ía.

El r9 de abr i l Hi t le¡ habí¡ convocado a Ber l ín a HansRudel. En los primeros minutos del viernes zo, el día desu cumpleaños número 56, el piloto fue el primero enfelicitarlo y se disponía a regresar a su unidad en el fren-te checoslovaco después de concluir dicha reunión con .el Führer. Cuenran que Hitler le había vuelto a ofrecerel comando aéreo de ia defensa de Berlín y Rudel que yase había rehusado meses antes, había respondido al ofre-cimiento señalando que Adoif Galland, además de serun general al contrario de él que era coronel seguía sien-do la persona más indicada para cumplir esa tarea.

Habían hablado de Ia marcha negativa de la guerra, yHit ler le habí¡ d icho:

"A usLcd todo le parece fácil. Yo estoy tratando inin-terrumpid:lrren¿e desde ry43 de hacer la paz, pero )osaliados no rluicren. Ponen por condición la rendición in-condicional. i,Ii ¿Je-.srino personal no tiene ninguna im-portancia, pero rlo ¡tttcdo aceptar Ia rendición incondi-

. ) j

Page 29: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

A las rt.3o de la mañana de ese día, Fiit ler fue desper-

tado por una andanada de proyecti les que era la prime-

¡a en alcanzar el centro de Berlín, a la altura de la He¡-

mannplatz. Esto lo impresionó y desconcertó tanto, que

por un momento creyó que los soviét icos habían re-

construido un puente de ferrocarri l que cruzaba ei Oder

v estaban disparando con un cañón de asedio con alcan-

ce de ochenta kilómetros.I-uego averiguaría ia cruda verdad: ios proyecti les

provenían de una batería pesada que disparaba desdeuna distancia de menos de veinte k i lómetros, tenianinscripciones que decían'. "Por Los huérfanos y viudas"y "l1rr /¡.s /ígrinras derramadas por nuestras mad¡es ".

L- . . . . . lecl icr tor i ¡s l rs l - r ¡cí¡n los operadores soviét icos de

la batería arti l leros de la 266a. División del Quinto Ejér-c i to de Asal to.'

Los soviéticos habían conseguido romper definit iva-mente las líneas alemanas, y empezaban a avanzar conrapidez hacia Berlín. En el transcurso de ese mismo díaGoebbels participaba de unl conferencia en la calle Her-mann Goering zo con sus colaboradores, y tambiénellos escucharon desde allí el cañoneo. A Ias 12.1S se aso-

maron a una ventana para ver el ataque: la batería que

disparaba ya estaba a doce kilómetros del centro.llasta entonces aún funcionaban los medios de tlans-

porte y los soldados iban al frente en tranvía. Poco an-tes de la mpdianoche ei emba¡ador Walter Hewel le di-

io a i{itler: "Faltan cinco segundos para Ia medianoche.

¿Qttiere tontar alguna iniciativa política? Entonces, eseste e1 momento". Y Hitler había contestado: "¿Políti-

ca? Yo no hago más política".eEl domingo zzpor la mañana, Hitler supo que Zhu-

kov había ¡rvanzado cincuenta k i iómetros más al lá de

o8

Oranienburg, rebasando compietamente Ber i i r : . .f lanco norte, y empezando a girar hacia el sur. No c. . . .ba satisfecho con los informes que recibía. por Ia ta¡c.-abr ió su conferencia de siruación exigiendo nor lc i ¡s so-bre el ataque de Sreiner, cuando el riarisc.rl Keitel 1, e]general Jodl confesaron que aún se estaba organizando,Hitier estalló y comenzó a gritar que todo el mundo iehabía mentido, t¡aicionado, que aún las SS le habían fa-l lado y que el Tercer Reich estaba en bancarrora.

Exclamó: "La guerra está perdida'l Fue la primera vezque hizo esta admisión sin cal i f icat ivos.

También Bormann llegó a Ia misma conclusión. Lla-mó por teléfono a su mujer que estaba en Berchtesga-den, y le dijo que había encontrado un magnífico escon-dite en el Sudtirol para sus nueve hijos. Ella tendría quehacerse pasar por la directora de un grupo de niños víc-timas de bombardeos en busca de asilo.

Saliendo de la conferencia, Hitier se encontró con srlssecretarias y la cocinera, les dijo: "Todo esta perdiclo:irremediablemente perdido'1 Les pidió qrre se fuerrn deBerlín, pero todas rechaz¡rorr el peclido. Ll cli io: "Sr ¡ni-sgenerales fueran t.tn valientes conlo usredes... .

Otra vez de regreso en la sala de conferencias, orde-nó a Jodl y Keitel que se fueran a Berchtesga den: "De to-dos modos -les dijo- todo se está vinieÁdo abajo y yova no puedo hacer nada. El resto hay que dejárselo aGoering".

Un reiato más puntual hecho por fodl pone en boca.1e Hitler la siguiente frase: "No se trata ahora de lucltar,itorq¿e y¿ no tenemos por qué luchar. Se trata de nego--'r.rciones, y Goering puede llevarlas a término tnucho.'rrt '¡or Que yo".ro

Ese mismo día, e l zz, Goebbels recibió la orden de.':escntarse con sLl familia en ei bunker-

Page 30: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

A las c inco de la tarde la señora Magda ie di jo ¡ Ia ni-ñera que preparara a sus seis niños para v is i tar a Hi t ler .Dos Mercedes Benzblindados habían i legado hasta lacasa para transportarl os. "La familia Goebbels habíaocupado ambos automóviles. En uno el matrimoniocon sLl hija Helga, v en el otro las otras cuatro niñ¿s consu hermano Helmuth. Práctican'tente no llevaron nin-gún equipaje. Las niñas podían llevar cada una un jugue-te. Helmuth, por supLtesto, también.'\ '

E,l lunes 23 poco antes del amanecer, el estado mavorque debía t¡asladarse al sur partió hacia Munich en quin-ce aviones lunker5z. Entre los pasajeros figurrba el ge-neral Karl Koller, quien apenas llegado a Berchtesgadenhabló con Goering de lo que estaba ocurriendo en Ber-l ín. Le di jo que Hit ler aún estaba con vida cuando élabandonó la ciudad, que incluso había una o dos rutasde escape y que 1a capital podía sostenerse toclavía porurr¡ senr¡n¡ m.is.

Goering pensó que podía haber l legado el momentode proponerse como sucesor de Hitler, en base a los do-cumentos redactados por el mismo Führeren r94r. Enestas directivas se lo designaba sucesor de Hitler no só-lo después de su muerte sino también en caso de inca-pecidad permanente o temporaria de éste para ejercersus funciones.

Pensando en esto, mandó a l lamar a Hans Lammers,: \perto legal y custodio de los documentos, para que:¿'chctara una carta de intención. El mensaje que redac-: , crr una obra maestra del tacto.

t)ecia'. "Mein Führer, en vista de su detemtinación de'' 'i n u.rr en su puesro en la fortaleza de Berlín, ¿está de' ri/c en que yo tome inmediatan-tente l¿ total direc-

.., 1¿r.s asun¡os del Reich, con plena Libertad de ac-. . .- .- | interior y en el exterior corno sucesor suyo v

.ir'¡iurrrdo con s!-t decreto del zg de junio de ¡-- :

¡c'cibo resp¿resre antes de las diez de .la noche, c,:= ..ie-q-lrro qtre ha perdido su libertacl de acció¡t, considc:., -r.; cttntplidos todos los requisitos del Cecreto.r¡ácfu.rrc,'t\ me¡c)r qLte sepa en bien de los rnrereses de ¡rtiesr¡c-,¡r.r rs y de rruestro pueblo. \-a conoce cu:íles son rl¡s sen-¡u.nienros en esfa hora. la más gratre de su t,id¿. No e¡¡-.'uerrr¡o las palabras para expresarlos. Que Dios lo pro-:c'ie .v pronto Ie veamos de nuevo entre nosotros a pe,s;r.ie rrrtlo. Su leal Hermann Goering".

F.n ei bunker, ese rnensaje -el últ imo que la mác1ui-'¡.r clecodificadora Ultra descifr.rría en inglaterr¿ pr-:,-cio ofender a Bormann más que a Il i t ler, quien exigio. . r e jecución de Goering.

I-l i t ier se negó a i legar tan lejos y en consider¡rción ¿'us anteriores servicjos, dijo a Goebbels que anur-rci¡ra, i¡r rrrensa que la rnala salud había obligado a Goering a,'nunciar a todos sus cargos, incluido el de Maestro de

, -.rz¡ del Reich, cargo que mantenía desde r9 jo.' i 'estigo de estos hechos fue Speer, quien habí,r ieqrc-

-.rdci inexplicabiemcnte desde I"{ambi.rrso. "l ' ir i pctr ul-

:inta vez a Berlín. Los tttotivos que riTe indujeron a h.t-,-t'r]o no eran tnás que pretextos. En realidad quent ver,: Llitler, el cual ejercía todavía sobre mí un poder de: r r ¡cción casi magnético.'\ z

Sobre ias dif icultades del viaje, Speer cuenta en susnretnorias que salió de i-lamburgo y a novent.r kilóme-:ros de ia capital quedó bioqueado por un río de autosq',re i legaban en sentido contrario, todos encolumnadosh.rc i ¡ e l norte. Entonces Cecidió desviarse al pol ígono.1e pruebas de la Luftwaffe en Rechlin para intentar coni¡qulr un avión. De al l i fue conducido hasta Gatow e¡r1.r periferia de Berlín, donde le consiguieron un¡ avl()l lr-ta Sto¡ch.

- !*

Page 31: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

"Hubiéramos po,dido hacer muy bien aquel tÍavecto

en auto, pero recoÍÍerlo en vuelo, a baja altura, tuvo Ia

excitación de una aventura. En el Eie Esre-Oesre que ha-

bía recorrido con Hitler la noche antes de su cumplea-

ños 56, aterrizamos en la ancha ruta poco antes de la

puerta de Brandenburgo, Provocando sorprest entre los

raÍos automovilistas. Un auto militar parado ahí nos lle-

vó a la Cancillería.'12Llegando al Führerbunker, Ia primera persona que

encontró fue Bormann. Le dijo: "Es tiempo que Hitler

asuma el comando del sur. Todavía es posible pero no

se puede esperar más".Después Speer fue i levado al cuarto de Hitler, donde

él mismo "tomó inmediatamente aquel tono de oficina

detrás del cuá\ podía esconder cualquier cosa. Me habló

de Doenitz, pregunLándome qué pensaba de su capaci-

dad. Tuve la nera sensación de que no hací.t alusión a

D oenitz c¡sua.lmenre ".ta

Speer ie expresó a Hitler su opinión favorable y él le

consultó sobre si debía quedarse en el bunker o refugiar-

se en Berchtesgaden. "Llsted es el FíJhrer. Si riene que

-'¡orir. ¿por qué ir a hacerlo en su casa de monnña?",

: : . :onCi,¡ , (neer.' " - r . : . :

, r : : ' . - : ' : : : ' - ' je i l i t ler- quien lo hizo normal-

I : - -: 1. ' - ' -- -. 'r i i t otra vez al día siguiente-' , : - . - - . . . , - - . - ' : .ers, lo l levó hasta el cuarto don-

' . ' . : - - . : : . -s-r Con el lahablaron de cosas superfr-

. . , , .. . :r r, :,rr)ie Sit de Speer, Goebbels no los dejó so-

. - : :.: j : : iomento. "Nos separamos en un silencio

=.:: i:,.¡zoso . Su marido no nos había concedido ni nm'

Doco dos minutos para decirnos adiós."Luego de este encuentro con los Goebbels, Speer es-

cuchó los gritos de Hitler quejándose por el telegramade Goering. Un instante después, con un imprevisto

702

cambio de humor, el Fürl¡er dii o: "Por cuanto;:. : . -r ,porta, Goering puede continuar conduciendo las n._:- -ciaciones de ]a rendición. Una persona vale tanto corncotr¡. Total. la guerra está perdida...".

Ese mismo día z3 Eva Braun había escrito una carta asu hermana Gretel, diciéndole: "Aúnhay posibil idadespero, sin embargo, es obvio que no podemos permiürque nos capturen vivos".

En ésta le pedía que destruyera todos sus papeles denegocios pero las cartas del Führery sus respuestas de-bÍan ser empaquetadas y luego enterradas. Esta cartarcrminaba con una esperanzada postdata'. "Acabo de ha-blar con el Führer. Creo que él también está un poco másJptimista que aver".ts

Cerca de la medianoche Eva había invitado a Speer a su: Lrrrto. " Era un cuarto muy agradable. I{i tler ya estaba dur-:t'tiendo v pudimos así entretenemos tranquilamente (.. .)!:,ve Braun era la únic.t en nTostrar una calm.t imperturba-ie (...) Parecía distendida, casi alegre. Dijo: ¿qué pensaríau sred si nos d ijér;tmos adiós con rrn¿ botella de chantpaña.';' unos pastelítos? (.. ) p.¡ camdrero tta¡o ttna botella de\[t-¡et Chandon, du]ces v tore-r.. Despttés quedamos solos

..) ¿Sabe?, dijo. Usred hizo bien en venir otra vez acá. To--io es f¿n vano... Por poco no nos encontraba más.'\6

La reunión duró tres horas. A las tres de la madruga--.r, Flit ler se levantó y Speer pregunró si podía despe-.-r¡se de é1. ' iSe va? Hasta la vista" -le dijo el Führer.1",¡ hubo otros saludo s-. "Fue mi despedida. Diez mi-.: u ros despu és de jé la habitación del canciller.'\7

Estos diez minutos en blanco, de los que Speer no da::.rformación, son misteriosos, es la últ ima vez que ve a: i i t ler pero es como si e l encuentro no hubiera tenido:.nportancia... o hubiera tenido tanta que debía mante-

lerse en secreto.

IL

Page 32: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Así parece desprenderse de la lectura de sus memo-

rias, tanto que a io largo de seiscientas cincuenta pági-

nas sólo uti l iza dos para contar ias últ imas ocho horas

que pasó en el bunklr, durante ias cuales se reunió dos

\¡eces con Hitler.Ese último viaje a Berlin' por tan poco tiempo y apa-

rententente sin ningún motivo, había entrañado graves

riesgos. Speer en su l ibro io explica de manera casi psi-

coaialít icl, y hace contorsiones retóricas para justif icar

cosas cales como un proyecto de rapto de los más altos

jerarc.rs y el magnicidio de Hitler'

Estas decl¡r.rciones ya las había hecho en N ürenberg

c.rus¡ndo i . r sorpresa de los demás enjuic iados y luego

l;rs escribió. El menos severo de ellos fue Goering' qulen

lo l lamó segpndo Bruto y no faitó quien lo l lamara Ju-

cias. Este reiudio de sus ex camaradas iba a favorecerlo

ante los i r teces y ios histor iadores'

Lo clerfo "r'qt "

no se sabe de qué cosas hablaron en

ese último encuentro, pero algo parece seguro: no ha-

blaron de un suicidio próximo, pues Speer no habla

tampoco de esto y además no hubo una despedida dra-

mít ica, exJctJmente lo contrar io '

La hipótesis que se puede hacer es que Hitler pudo

haber enviado a través de Speer un sobre cerrado con un

mensaje para Doenitz. El arquitecto reunía la confianza

,,"."r". i i y el propio Hitler había dado pruebas de te-

ne\le un¡ estima muY esPeciai'

Menos de un mes antes el 27 demarzo,Speer le había

confesado a Hitler que no había obedecido sus órdenes

<.le destruir toclo antes que dejerlo en manos del enemi-

¡¡o y Hitler le había respondido que entonces no podía

i"gui. embolsándose el sueldo de ministro' "Hágase el

,ifrrrrro o márchese al extranjero' Yo estaría dispuesto

¡ t r¿nsl t 'r ir le dinero.r Espan.l. ' ls

1 a):l

Esta asombrosa miser icordia fue comeni, , - -mente durante el juicio de Nürenberg, donde 1c',s .... ,t igadores se preguntaban si detrás de ella no se ocu.'-. -

ba algo muy importante.

NorRs

r. Rudel, Hans, 1I PILOTA DI FERRO, pá9. 253.z. Reitsch, Flanna. FLIE GEN - M E/N ¿EBEM ¡ríg. 3 to.

3. lb id, pág.3rr ., D

" .1, .1 t I rnc nn . ; r . , pág. z6-¡ .

5. Tol,rr.rd, lohn. ADOLF I IITLER, pá9.+28.6 . Speer, Albert, MENI ORIE DEL TERZO RE/C/ | pá9. 5597. Simons, Gcrald, .5,E6 UND A G U ERRA M U N D I A L. p ag. 7 zR I¡ Sr¡nrn: ct / ¡ ¡ / ,- . , __, +5.9. Oven, Wilfred von, QUIENERA GOEBBLEI Pá9. t+.ro. Trevo¡-Roper, H.R., LOS LIL'tlMOS DIAS DE I IITLER,

pág. ro9.rr. Oven, Wilfrcd v()n, op. cir., p.rg. z-1.rz. Spccr, Albcrt . op. c i r . .p ig. s6r.13. Ib id, píg.S6Sr4. Ib id, pág.S6+.r5. Toland, Joh n, ADOLF I I\TI"ER, Scgunci¡ P¡rtc, prg +3q.'A

ananr A lh-r t nn , '-t - : t t . prg. 57o

17. Ibid, pág.S7t.iB. Speer, Albert, SPANDAUERTAGEBTCI IER, pá9.286.

Page 33: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

El martes z4 de abril, después que Speer a las cuatrode la mañana regresara a Plon para encontrarse con Doe-nitz, se produjo la caída de Spandau: desde ei sudoestese encontraba amenazado el corazón de Berlín.

En los túneles del tren subterráneo combatían iasWaffen SS y los restos de la Volkssrurm contra tropasavanzadas soviéticas. A la Cancil lería l legó un teiegra-ma de Schorner insistiendo a Hitler para que fuera a sucuartel general de Bohemia.

Esa misma noche, el Füñre¡convocó la presencia aiFührerbunker, enviando radionensajes al general Rit-ter von G{eim, jefe de la VI Flota Aérea, v al general Ko-ller, quien h-atía sido jefe de estado mayor de la Luftrvaf-fe en la capi ta l pero también telegraf ió convocando aHanna Reitsch y Hans Rudel. Simultáneamente. el ge-neral Weidling-jefe del 56q Cuerpo Panzer era nom-brado comandante de Berlín y no tardaría en descubrirque la situación era aún peor cle 1o qr,re había pensado:el plan de la defensa de la capital le asignaba vcintidósdivisiones, pero en realidad no había lnás cie cinco dis-ponibles. Como reemplazo a l r>s solc leclos c¡ ídos sólopodía poner muchachos de la juventr.rcies hit leri¡nrs.

Al t iempo que Weidling const.rt. ibr esta dr¡mática si-tuación, los expertos del Comiter Conjunto dc Inrel igen-cia Angloamericane estim¡b¡11, al igual que los so¡,' iéti-cos, que Hit ler se encontrab¡ en el Berghof v no enBeri ín. Además ios estadounidenses pensab.rn que ciendiv is iones alemanas estab.rn desplegadas e n los val lesalpinos ci rcundantes, inform.rc ión exaqcr.r , l . r pero h

ro6

creyeron. Los alemanes, en definit iva, eran coni-.: r. i: :de estas sospechas, y en una última operación de r;::=-l igencia seguían haciendo todo lo posible por coni i r -marlas.

Los analistas de Eisenhower concluyeron equivoca-damente que las instalaciones del reducto alpino podíansostener una defensa por casi un año, y el general Brad-ley lo informó así a un grupo de congresistas que efec-tuaban una visita de inspección en la zona de guerra.Considerando que la mansión de Hitler en Obersalzbergpodía constituir su cuartel general, los aliados resolvie-ron enviar al día siguiente el 6r7e Escuadrón de Brit ishLancaster a arrasar el área.

El miércoles 25, a las 9.3o sonó la alarma antiaérea enBerchtesgaden. Media hora más tarde l legó la primeraoleada de aviones, descargaron bombas pesadas de qui-nientos kilos. Pasaron otros treinta minutos y l legó lasegunda oleada. Entre las dos pasadas hubo 3r8 avionesque bombardearon ininterrumpidamente por una ho-ra. Aunque las dos incursiones arrasaron todos los edi-ficios del Obersalzberg, hubo sólo seis muertos porquelos demás -alrededor de '¡,.5oo personas- se refugia-ron en la kilométrica red de refugios subterráneos, en-tre ellos, el mismo ex mariscal Goering. Peor le fue a lasvil las vecinas. Durante los ataques, que soportaron, Iaaldea alpina de Bad Reichenhall fue la más afectada: mu-rieron 2oo personas.

Después del bombardeo, el general von Greim llegóal Obersalzberg y encontró allí prácticamente todas lasconstrucciones en ruinas. También el Berghofde Hitlerhabía s ido destruido por los impactos de las bombas.Von Greim buscó al general Koller, quien igual que é1había recibido un telegrama con la orden de ir a Berlín.Koller no quiso viajar, se justif icó afirmando que tenl,l

VI

Page 34: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

miedo de ir ¡ror haber reportado a Goering lo que habíacomentado su subordinado, el general Christian, mari-do de Gerda, secretaria particular de Hitler, es deci¡, lareflexión de Hitler acerca de la aptitud del mariscal delI{eich para negociar y el envío del famoso telegrama deldía z3 de abril.

Koller no pensó que la convocatoria se realizaba porotro motivo, como tampoco que si Hitler quería acusara alguien de soplón, la responsabil idad caería en el ge-ner¿l Christian.

Se puede racionalmente pensar que, como Koller fuehasta dos días antes jefe de Estado Mayor de la fuerza aé-re¡ en Ber l ín, Hi t le ' r lo considerara el más indicado enlínea jerárquica para ser nombrado comandante en jefede la Luftw¡ffe, en lugar del destituido Goering.

Von Greifn, qur: buscaba también a Hanna R.eitschpara volara Berlín, pronto averiguó que ésta se encon-traba en la cercana Kitzbuhel.

Cuenta Hanna Reitsch: "AIIí me llegó el z5 Ce abrilun mensaje del general von Greim, que me pedía queft¡era inmedianmente a Munich para llevar a cabo unantisión secÍeta. En el viaje me enteré que von Greim ha-Irí.t recibido por radio la orden de ir inmediatamente a latlancillería del Reich, donde se encontraba Adolf Hitler.Crr.r¡6¡ él sabía que Berlín estaba totalmente rodeada por

s ¡usos, y tropas rusas ya estaban en la ciudad, él pen-' , rtDe podría ilegar a Ia Cancillería 1o más rápidamen-

',.rle con un helicóptero. El se acordaba de mis sis-" ',-,.: vuelos de entrenamiento sobre la Berlín

., - ' . -- r, v sabíaque me podíaubicarde cualquierma-: - '-, 'r ci ¿rdád. Pero, según Ia siruación general, yoi

- : ..- ¡l r.rr que no íbamos a volver de este vuelo.

I : -. .: --.-:rrri;prim ero a mis padÍes, que no dudaron

. ." -: :r -:--. --. .'r,., r']r cn ro en dar su aprobaci ón ".t

El concepto de misión ,"rr"r^ '^ íque alucie - , , - .

Reitsch implicaba asumir toda la responsabil idad por -..

consecuencias de ia misma, y aceptrr -en caso de fra-caso- que se había actuado por cuenta propia y sin ha-ber recibido órdenes. Así le había ocurrido a Skorzenyen ocasión de la l iberación de Mussolini, como cuentaen sus l ibros, y así también parece haberle pasado a Ru-dolph Hess con su misterioso viaje "en l>usca de la paz"a inglaterra que tanto dio a discutir y que todavía no fue¡clarado.

En Berlín, mientras se cerraba el cerco alrededor de laciudad, el general Hermann Fegelein, representante del{ immler y casado con la hermana de Eva, Gretel Braun-quien estaba a punto de dar a luz en rlguna parte deBaviera habíadesaparecido momentáneamente des-pués de una misión en Furstenberg, de donde había re-gresado en avión.

La noche entre el z5y z6 de abril Hanna Reitsch y vonGreim se encontraron en Munich ."El Ju 88 que iba a LLe-var al general Greim y a mí a Rechlin, despegó alrededorde las z.3o de la ntañana del aeropuerro Ner¡ Bilorg, cercade Munich. EI avión volab,t con sus propios pilotos. Yoestaba parada en silencio en el interior angosto del apara-to y miraba la noche estrellada que, al contrario de 1o quese podía esperar, estaba libre de las máquinas enemigasque desde hacía semanas controlaban el espacio aéreo ale-¡nán. Para mí, estaban echados los dados. El "6 de abril, al-rededor de las cuatro de Ia mañana, Ileganos a Rechlin..\llí se encontraba el comando norte de la fuerza aérea. Lasnoticias que recibimos eran muy malas. Hacía dos díasque ninEjtn avión alemán había logrtdo entÍar en Berlín,.i cru.s¿ de ]a fuerte defensa rusa. De los aeropuertos de 1.rc.tpiral, e] único que todavía e-sr¿b¿ en manos de ios ¡1.'iir¡nes era Gatow, que ya estaba rodeeclo por /o-. n:.,- . .

Page 35: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

estaba bajo el fuego de su artillería. No se sabía si la pistade atenizaje contaba con sufrciente campo sin cráteres pa-ra pctder aterrizar. EI helicóptero con el cual queríamos ba-

iar de noche delante de la Cancillería del Reich había sidodesmsido en el ínterin en el aeropuerto de Rechlin duran-te unbombardeo.'\

El heiicóptero mencionado era el Focke Achgelis FAzzj Drachey tras la destrucción de éste "se optó por unFw t9o, un cazador de una plaza cuyo compaftimientode equipaje había sido convertido en un segundo asien-to. Era la máquina más rápida que Rechlin tenía en esenTornento, ¡t era la misma con Ia que Speer había entra-do y salido dos días antes de Berlín. El piloto de la má-quina, sargento 8., que hasta entonces había e{ecruadola mayoría de las misiones sobre Berlín, tenía excelenteexperiencia y conocimiento de las tácticas de los rusos,strs posrcion es de defensa y cañones antiaéreos. Parecíaapropíado que él llevara a cabo el vuelo a Gatow, perodespués debería volver enseguida con el avión a Recñ-lin porque se preveía en cualquier montento la toma deGatotv por los ¡usos".3

EI FWry o A- 8/U r era un avión modifi cado para entre-namiento, y dado que sus ocupantes eran tres, HannaReitsch tuvo que acomodarse en el fuselaje de cola. Lamujer era menuda, medía poco menos de merro y medioy pesaba apenas cuarenta kilos, por eso pudo hacerlo.

Para subrayar la importancia de esa misión, Reitschcuenta que el vuelo fue escoltado por decenas de cazas:"Llenaron el aire con su ruido. No me podía acordar dehaber visto tantas máquinas juntas en el cielo en los úl-t imos meses", escribió. El breve vuelo desde Rechlin aGatow, costó a la escolta siete aviones, evidentementel;r carga humana transportada tenía que ser valiosa paraprqar un costo tan alto de flete.

Ei avión aterr izó poco después en el d€ropL.:r :Gatow, Reitsch y von Greim se dirigieron a la direc.. -aé¡ea, donde después de varios intentos lograron hab,::por teiéfono con el coronel von Below, edecán aéreo enel bunker. Von Below Ies dijo c¡ue Hitler quería hablar atoda costa con ellos, pero creía que la misión que se lesiba a encomendar sería imposible. Los soviéticos lesinformó- ya estaban en el centro de Beriín y habían to-mado la estación Anhalter y la calie Potsdammer.

"Llegamos a Ia conclusión de que lo único posible eravctlar a Berlín y aterrizar cerca de l.t puerta de Brandenbur-go con un Fieseler Storch. E} priner Storch que quisimosusar falló antes del despegue, ¿ causa de un intpacto de ar-tillería. Recién alrededor de 1as seis de la tarde, el segun-do y único Storch que quedaba estaba listo.'+

Volando muy bajo, sobrevolaron el paisaje apacibiede la zona agrícola de Wannsee, y luego el panoramacambió radicalmente. Al acercarse a Berlín empezarona verse, no sólo las unidades soviéticas, sino también iossoldados que les disparaban con armas cortas.

Una bala atravesó el piso del avión que er¡ de made-r¡- e hirió a von Greim en una pierna. El general se des-mayó por el dolor, y la piloto tomó los mandos y conti-nuó el vuelo. Berlín estaba humeando y olía a azufre, perolos disparos disminuían porque sobrevolaban barrios enpoder de los alemanes, la visibil idad era escasa.

"Ahora me ayudaban mis vuelos de entrenamienrosobre Ber]ín. No tenía que mirar alrededor, cosa que enesa situación podría haber sido peligrosa. Bastaba seguirel runtbo de brujula hasta Ia flakbunker. A Ia izquierdaJe ést¿ estaba el Eje Este-Oeste con la colunna de la Vic-roria. Muy cerca de la puerta de Brandenburgo aterricée} aparato. En el tanque casi no había más combusrible. '"

Hitler estaba esperando este aterrizaje, había en\'1.r '

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do a su piloto personal, Baur, con un grupo de hombrespara despejar la improvisada pista en el Ej"e Este-Oeste.El eje medía novecientos metros de largo y era, desdeunos días atrás, el lugar de aterrizaje. Cuando Baur y sugente estaban esperando en la columna de la Victoria-que era el iugar habituai de detención de los aviones-su auto fue aicanzado por un tiro de arti l lería soviética,y su chofer hericlo en una mano. "Repentinamente seescuchó el traqueteo del Fieseler Storch. Conocía muybien e] ruido de su motor. pero no era precisamente enese tramo de Ia avenida donde aterrizaban Reitsch 1rGreim sino nás,adelante, en Ia plazoleta frente a la puer-ta de Brandenburgo.'b

Recién había oscurecido, comenzaba la noche deljueves z6 de abril.

Las instalaciones de la defensa de tserlín eran impro-visadas. Consistían en tres anil los de carreteras bloquea-dos por toscas defensas, y trincheras en parques y pla-zas de la ciudad. Ese día, las dos líneas exteriores habíansido rotas en el norte, este y sur, y apenas la l ínea másinterior, la que rodeaba los edificios gubernamentales,el Tiergarden y el parque zoológico, seguía sin ser alcan-zada por los soviéticos. En total, eran sólo dos kilóme-tros y medio cuadrados de extensión ios que estabanfuera del control del Ejército Rojo. Todos los serviciosenergéticos se habían paralizado, no había luz ni agua yempezaba a escasear la comida.

En el bunke¡se informaban de los avances del ene-migo llamando a los abonados telefónicos de las zonasdonde había combates. A veces los interlocutores res-pondían en ruso otras veces no respondía nadie, y cuan-:o ir respuesta era en alemán, quien informaba contan-

-'.t, los confusos combates que ocurrían afuera tenía a los

-,r , , . iét icos en su mis¡na c¡ l le.

En esta s i tuación Hanna Reitsch y von C:. . . . , ,ron al bunker. El piloto l legó en camilla i i a1li .= . --.. -ron la herida que verif icaron estaba en el pie dere:.: -

En ese lugar. Reitsch se encontró con Magda Goe: -bels, quien se regoci; 'aba de que alguien pudiera.haberl legado hasta al l í . Las mujeres no se conocían pero seaDrazaron.

Hitler -que parecía decaído- habló con von Greime inmediatamente se lo vio reanimado. Tomó a su visi-tante con las dos manos y lo designó sucesor de Goeringcomo jefe de la Luftwaffe. También felicitó a HannaI{eitsch: "Valiente mujer. Todavía queda alguna lealtadv algún valor en este mundo'l le dijo.

Ese nrismo día z6 también aterrizaron en el Eje Este-( )esre dos lunker 5z cargados de municiones p¡r¡ ten-tlr.res. En Gatow, el aeródromo más próximo a Berlín, es-trba por caer en manos soviéticas.

El día siguiente, viernes 27, la gente descuartizaba ca-

".rl los p¡r¡ tener comida pero incluso así era difíci l aii-

:rlentarse porque no había gas. El transporte público ya:ro [uncionaba, y los berlineses vivían cn sótanos y re-. '.Lqicls anti¿éreos.

Cu.rndo las oficinas de telégrafos cerraron, el últ imo'r'L'nsaje recibido había l legado de Tokio y decía: "Buena

-:rL,rfea todos". Uno tras otro, los periódicos -incluido'-. rrL)rtavoz del partido nazl Volkisher Beobachter- de-

:Lr¡.¡ d. publicarse, y Goebbels editó un boletín de emer-

-.-:'.. i.r ¡l que llarnó Panzerbar, Los cadáveres quedaban sin:'.:.rr;rr, tcndidos donde habían caído, y los civiles heri-. ' r.gr¡niz-aban, a veces, durante días enteros.

, .- 's tropas soviéticas estaban por todas partes y, co-, ,: lntiguos conquistadores, eran impredecibles. Se

. . ' : . rn f : rscin¡rdos por ias maravi l las de la c iudad, como

-:r ios v l ¡s bonrbi l las eléctr icas que algunos dcs. ' r r -

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roscaban para Ilevarse a casa, convencidos de que pro-ducirían agua y luz v que funcionarían a su regreso encualquier parte.

Los soviéticos también eran primitivos con otros des-pojos de guerra, aprovechando una franquicia que ha-bía establecido el propio Stalin: cada soldado tenía de-recho a quince kilos de botín de guerra, y cada oficial atreinta kilos. Los soldados uti l izaban dos frases en pseu-do alenrán: "Uri, uri" (rusificación de uá¡, reloj) y laotra, el preludio a una violación: "Fraukom" (mujer,ver-r) . Estos v io laban mujeres de todas las edades, me-: . , . rLruel l . ts que p:rrecían tener una enfermedad que:. : r - l : r . i : ' : , r1¡r i . . cOnto esc. t r lat ina, y era costumbre. . : : - . - - - r . , ¡ r : . ' : : : - ' . r i r . r In¡¡ l r l ¡ cf , r . l con l rp iz labialpa-I - , : r - , i - : .1 - l t - , r .> \ ' lOi , iClonts.

i : . : . . . r ; nrrr ieres fueron violad.rs hasta docenas de\,.e.es. una investigación ordenada en Berlín al f inal dela guerra determinó que noventa mil mujeres violadashabían buscado tratamiento médico. A los oficiales so-viéticos esa conducta de Ia tropa no los inquietaba, siem-pre y cuando no bajara la moral de combate.

Aquel viernes 27,por la noche, el oficial de enlace deHimmler y esposo de la hermana de Eva Braun, Her-mann Fegelein, fue encontrado por una patruila de laFeldgendarmerie; vieron una luz en una ventana de laBleibtreustrassero/11, subieron y lo encontraron tendi-do en la cama de su departamento, vestido de civil. A sulado tenía un maletín repleto de monedas de oro, fran-cos suizos y joyas, por lo que ios policías militares con-cluyeron que estaba planeando escapar.

Fegelein l lamó al bunkerpara pedir a Eva que Hitlerle solucionara la embarazosa la situación, pero la mujerse negó, y el oficial fue llevado il, Führerbunker. Enton-ces, según \a historia oficialella sí intercedió, ¡rgumen-

774

tando que su hermana estaba esperando un be: = . . , .lo degradó, ie arrancó sus insignias y la Cruz de C" --: . .ro, luego lo mandó a encerrar en una habitación dei \ :. ,bunker.

Ese mismo día, el coronei Hans Rudel estaba aún enKummer, en el frente checo, pero ya había sido convoca_do a Berlín. "El z5 de abril me llega un telegrama del cuar_tel general del Führer, pero no pLledo leerlo porque está:rlcompleto y mutilado. Sin embargo, llego a entenderque debo viajarinmediatamente a Berlín. Telefoneo a missttperiores pero el general no me da el permiso de partir,porque eI boletín ofrcial ha comunicado que los rusos hanr.ontado el aeropuerto de Tempelhof, en el cual hay vio_ientos combates, y no se sabe si hay otra pista practicable..\{e expone c}aramente su opinión: 'Si por acaso usted de_:.e aterrizar entre los rusos, me cortaría la cabeza Dor ha_:erle dado el permiso de despegar'. Sin embargá, se en-:,trga de ponerse en contacto con el coronel von Belor,v:..r¡.r saber e1 texto exacto del telegrama y hacerse indicar,:.,r;r prsra practicable. No supe más nada ñasr.r qrre. a h..:tce de la noche del z7 de abil, me llama par.1 tr,lnsm jnr_

:r f' /rs insrru cciones recibidas. Tengo qtle parrir esa mis-'-'-t noche para Berlín con un HE nt, para aterrizar en Ia--:.:n avenida del Eje Este-Oeste.'7

\o fue sencil lo el despegue, a la una de la madruga_r iel sábado z8 de abril, sin luces en la pisra_

::. tvión tomó rumbo a Berlín y pasando los Sudeti,-=. empezó a ver pueblos incendiados. Cerca de la ca_

' ' ,. : '-re ¡tacado por las baterías antiaéreas, V Va en Ber_' : : \ 'uel ta en el humo de los incendios, e iespectácu_

.: : :e ie presentó fue infernal . Un mensaje de r .on. . i ' rccibido en el avión, adverr í ¡ que erf , imposib)t

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aterrizar eIr el e;e, y ordenaba desviar.r Rechlin para des-

de allí comunicarse con el bunker.Sin combustible Ru.del no podía l iegar a ese aeropuer-

to. A las dos de ia mañana clei z8 aterrizó en una peqlle-

ña pista a treinta kilómetros de allí. "Una hora después'

cerca de l,ts rres, llepé a Rechlin. Desde allí hablé con

Berlín por un r¿dioteléfono de onda corta que esraÉ'a en

la oficina del general. El coronel von Below'me con)u-

nicó que ya no era necesaria mi presencia en la capital

porque e} general Grein, llamado junto conmígo. reci-

bió a tien'tpo el tglegrama y aceptó la misión que me era

destinada. Pctr oW? parte, es absolutamente imposible

aterrizar en Berlín. Adelanto la siguiente propuesta: po-

dría aterrizar de día, con un SruJ<a, en el Eje Este-Oeste.

Creo que es posible hacerlo con un avión de ese tipo, v

más porque es indispensable que el comando supremo

deje Ia ciudad, ya demasiado expuesta para conservar

desde allí el control general de las operaciones.'\Hi t ler rechazó tal propuesta y ie mandó decir por

von Below que no fuera en ese momento, especifican-

do que "no puede ahora, en este momento crítico, de-jar la capital".

Hanna Reitsch, que estaba en el bunker, escribiría:"No teníamos más esperanzas de ver algtna vez Ia htz

del día. Como milagro cayó Ia noticia de que un Ju 5z ha'

bía aterrizado en el Eje, para sacar a Greim y a mí de Berlín--fambién Rudel llamó por la misma razón dcsde Rechlin,

por Ia última línea disponible. Greim se ¡eÁusó'le

Esta últ ima frase, que parece fuera de contexto, ten-

clrá su expiicación en los hechos posteriores.i'.n este segunclo día, z8 de abril, qtte prsaba en el bun-

(ir. H¡nn¡. I l.eitsch se encontró con Flit ler. Lo vio páli-

c l<.r y encogi i lo, con aspecto de anciano. El r : - . . - . -clos pequerl<;s flascos con veneno para que. c.: ' . ,,( lreim y ella turrieran "en todo nTomento la l iber.. -, ..l¿ decisión".

[)urante aquel]os días, en realidad, Hitler le había d.ro¡fr¡scos con veneno a todos su entorno íntimo para evitarqLle cayeran vivos en poder de los soviédcos. Había toma-clo la idea de su admiraclo Federico el Grande, quien du-rlnte la Guerra de los'Iieinta Años lievaba con él la pociónq ue le impedjía caer vivo en rnanos de sus enerrrigos.

A mediodía, en la anresala del Führer,Bormann, Krebs,.- Burgdorf descansaban extendidos en 1as sil las y I{i-: ier, para pasar a su sala de conferencias, se vio obligado.-. saltarlos ante 1a hilaridad de Eva. De eila relata ram-rien Nikolaus von Beiow en sus Memorias, que la vio::rnquila y nunca demostró tener miedo, si se cruz.rba-.,rr ól ie preguntaba: "¿Cómo anda la situacíón afitera?",: l'enemos todavía alguna posibilidad?".

l:se mismo día las tropas soviétic¡s habían ¡lcanz¡c.lo. . r l le Wi lhelm, donde empezaba 1a zona cle los minis-

, - .os, por el sur de Ia Canci l ler ía. Al norte, mienrras' -.Io. se estaban preparando para el asalto final del

: .-h-strs. el antiguo edificio legislativo. 'Despu és que':r;enrlio de tgjj lo hubiera dejado parcialmente en

' .'r.r.s. Jos nazis -que culparon públicamente a Los-: .' ¡c-s conTunistas de haber provocado el incendio

.r.i(rn.rron el edificio y dejaron que acabara de de--- . ' :r -r.rr\-r ', como un síntbolo de la vulnerabil idad ale-

' . . , . rntc l . t amenaza roja. ' to Dei otro l . ic lo de la Ko-" ---:.1.1¿2, ¡ trescientos metros, se encontraba ia Oper.r

"-re h¡hí¡ servido en lugar del Reicñsr.rÁ'en rlri-' ., ' loro rl¡ra el Darlamento títere de Alenr¡n:.,.

Page 39: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

no por su propia voluntad a esta ciudad casi toalmente

sitiada para compartir mi destino"-La señora Junge entendió entonces ei porqué de la

mesa tan preparada, y recordó ias palabras que Eva ha-

bía dicho una hora antes a Gerda Christian y a ella mis-

ma: ",'les aseguro que esia noche voy a llorarf''

Cuando Hitler acabó con el dictado, ella se retiró pa-

ra tipear la documentación, ¡r el Fiih¡ercontinuó con su

programa del día, reuniendo a los invitados en 1a sala de

mapas para asist i r a la boda.Goebbels mandó a l lamar a uno de los refugios pró-

rimos ¡l G u¡nrr. '- ieirerWalter Wagner, quien lnterior-

: : . : r i . nrhí . r r rbajado en el Registro Civ i l de Ber l ín '

- --- - r-i:r 'r i i ' ,rL) e ¡¡ G.1uleiter de la crpit:t l . Wagner- j : : . : a. : . . - , ¡ i , r c¡no funcion¡r io c iv i l .

' - - . . . . , . i , . - - , i . . ' . retc i - l tot t i . t : l l t t rmann, los

: : - : : l - : - . : . : . , : : - i t - l . c l l l ' t tc l ¡nte Btr fgdOff ,. . . : - : . : . i . : : - . . . . . : . ' . - , - . . .atner. t veget.rr iana Manzial i . Hi-

: - . : ' , =. : . . - . i : ' - : ; r l iorme' , ' i : r 'a l levaba ei vest ido de seda

;tegro con rosas rosas en ei escote que era ei prefer ido

ciel Fuhrer, y sobre éste una capa sin mangas. Estab¿ ma-

quil lada y lucía un collar de perlas y su reloj de platino

con bril lantes.La salida a los jardines de su cuñado Hermann Fege-

lein, apenas una hora ar)t-es, no parecía haber afectado

en nada la felicidad de Eva Braun. Como contara luego

Gerda Christian, tenía iagrimas en los ojos pero ella in-

terpretó que "eran de radiante alegría".

La ceremonia fue breve v escueta. Tras rellenar los es-

pacios en blanco para inciuir los datos, el oficiante Wag-

ner omit ió los nombres de los padres de Hit ler v la te-

cha de su matr imonio y, donde tenía que escr ib i r los

datos del FüJrre¡escribi6 conocido personalmente.Durante el t rámite hubo dos pequeños probiemas:

722

los ani l los eran demasiado grandes, y en el forn:- . . . . ,impreso que debía i lenar, Eva comenzó a firma¡ cc:----.muchas novias nerviosas corr SU apel l ido de sol ter :"Eva B. .. " Luego tachó la B y escribió "Eva Hitler, naci-da Braun". El funcionaric también se había puesto ner-vioso y firmó su nombre con iloble A.

Bormann v Goebbeis suscribieron ei acta como tesri-gos, y la ceremonia acabó poco antes de la medianoche.

Hitler, del brazo de su flamante esposa, condu;'o a susinvitados para celebrar. Hizo algunas bromas mientrasbebía unos sorbos de vino tokayy Eva, que se veía ra-diante, pidió que trajeran el fonógrafo con el único dis-co que se mantenía intacto: Rosas Ro7as.

Después salió al pasil lo para recibir las felicitacionesde los demás huéspedes del É,unke4 los caballeros le be-saron la mano y las mujeres las meji l las. Ella sonreía fe-l iz a todos, y hasta logró que Hitler -que parecía son-riente y rejuvenecido- brindara con Gunsche y vonBelow. Algunos se preguntaron si ei brindis se realiza-ba por ia nueva vid¡ en matrimonio. El se encontraba debuen humor, pero:rbrndonaba regularmente la celebra-ción para controlar el dpeo de los testamentos.

En las primeras horas del domingo z9 de abril, el fun-cionario Wagner advirtió que en el formulario del acta dematrimonio Ia fecha original estaba borrada por una man-cha, y después de controlar su reloj la reescribió. Como yahabía pasado la medianoche escribió: "29 de abril".

Terminadas sus funciones, Wagner salió del bunkery se lo tragó Berlin: nunca más se lo pudo hallar, a pesarde la búsqueda posterior.

A las cuatro de la madrugada Traudl Junge acabó depasar los testamentos por triplicado, e inmediatamen-te Hitler, Goebbels y Bormann los firmaron al pie, lue-go, también lo hicieron Burgdorf y Krebs como testigos.

_-)

Page 40: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Allí se concentraban las tropas soviéticas para el asal-

to, motivaclas por Stalin, quien había prometido hono-

res a quien tomara el edificio defendido por miles de

WaffenSS.

NorRs

El mismo sábado 28, hacia las nueve de la noche.uno de los ayudantes de Goebbels l legó por el pasadi_zo subrerráneo desde el minister io áe propaganda,l levando un bolet ín de notrc ias de la BBC. La nota c le_cía que el Reichführer SS Heinrich Himmler, en [_u_beck, había ofrecido rendir Alemania a los al iados oc_cidentales.

Para Hitler, aquélla fue Ia gota que rebalsó el vaso. ElFtihrer,en un paroxismo de decepción, consideró la ac_titud como "la más vergonzosa fraición de la historiahumana". Poco más tarde, el jefe cle la Gesrapo, Hein_rich Müller, l levó fuera del bunke¡a Fegelein, el repre_sentante de Himmler. La versión ,,ofici i l"

esque Hirlerordenó a Müller que lo fusilara a consecuencia de la trai_ción de su super ior , pero lo c ier to es que desde ese mo_mento ambos des.rplrecieron.

La hipótesis de la ejecución cle Fegeiein no es creíblepor tres razones: primera. porque en ninguna obra apa_rece que Bormann inrercediera por él '-que considéra_he a ese hotnbre cotno su único imigo, uia sólida cama_rtdería ttnía a estos dos hombre.s-.tSegunda, porquet'sa misma noche Eva escribió a su hermana crátel, !s_posr del supuesro ejecutado, y no mencionó ni siquie_¡¡ su derención; la tercera la citaré más adelante, dánde'e enconrrará una fuente atendible y una lógica relativa.-.specro a su desaparición y destino final.

Esa misnla noche Hitler, mostránclole un maDa a: : rnna Reit-sch, le expl icó las posic iones de los. l " - r_".: ' i r ' los soviéticos, le dijo: "Estando así Ia situación. r¡o_

vil

Reisch, Hanna, FLIEGEN MEIN¿EBEN, pá9.317.Ibid, pág.3t4.Ibid, pág. 314/1tr.l. l . ici. ¡rig. 3r7

\

- - . - - . : . - , i . l l r )1 . , : r \ \ -_. . ¡ . , ' i rn. QL/IENERA GOEBBELS, Pág. z8

PI1 OT.-\ Dl FERRO. pig.267.; . Rudel , FIans, / l8. Ib id, pág.269.

9. Reitsch, Hanna, FLIEGEN MEIN ¿lrBEN, pá9.32+.ro. Simons, Gerald, SEGLJNDA GUERRA MUNDIAL,

Prg. 133.

1.

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J

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l l8

Page 41: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

demosganai'p<tr lo ¡renos veinticuatro horas. Cerca dePostdamya se escuclr ut los disparos de la artillería ale-mana". También le explicó que un Arado 96 había lo-grado aterrizar en el Eje y estab;r rl isponible.

Los casi tres días que permaneció en ei bunker, Han-na Reitsch había estado compartie ndo stl t iempo conMagda Goebbels y sus seis hijos. Cuanclo l legó el mo-mento de despedirse, ocurr ió una escen¡ dramát ica:"Llor;tndo nos suplicó la señora Goebl¡els que intente-mos lo imposible para lograr una salvación. La respon-sabílidad noral dependía de Greim".'

También esta últ ima frase, es misteriosa.Antes de despedirse, la esposa de Goebbels le había

entregado dos cartas, una de ella y otra de su marido, di-rigida a FIarald, el hijo de su primer matrimolrio que es-taba prisionero en Canadá.

La carta de Goebbels empezaba diciendo: "Mi queri-do Harald. Nos e.nconrr.lmos encerrados en el bunkerclel Führer, cn la Cancillería del Reich, y luchamos pornuesrras vidas y nuestro honor. De qué manera va a ter-minar esta lucha, sólo Dios Io sabe. Yo solamente sé quesaldremos con gloria y honor, vivos o muertos".3 En esacarta Joseph Goebbels, al contrario de su mujer, aún nohabía perdido la esperanza de salir vivo, Ios próximosdías decidirán por é1.

Mientras que Hanna Reitsch recibía las cartas de losGoebbels, Hitler la aguardaba para despedirse. Se toma-ron las manos y ella cuenta que no encontró las palabrasadecuadas para la ocasión. Hitler, a su vez, sólo le dijoen voz baja: "Que Dios la proteja".

Cuando el Frihrerse despidió de von Greim los his-toriadores cuentan que le hizo un encargo insólito: per-seguir a I '" l immler por su traición, y evitar que pudierasucederle como Fiilr¡e¡. Después él v Hanna Reitsch sa-

r1()

r ---

l ieron dei bunker, se dirigeroh hacia cl l;:-: -

de se encontrabe una avioneta Arado 96 r. 'u:-. ,"Haber aterriz,tdo bejoes¿.r.s circuns¿Jnci.1r. :. i- . '

ba cualidades de aviador extraordinari¿s- H.¡bl.t --. - - ,mismo piloto con el cual habíamos volailo a Gatov,' .sargento B.). '1

En ese entonces Traudl Junge, una de las secret¡ri¡sde Hitler, estaba llegando a los cllartos de éste, a,donclehabía sido l iamada. Camino ai lugar se preguntaba quéquerría dictarle. Pasando por la sala de conferencias, an-tes de ingresar al estudio donde trabajarían, vio que }amesa grande rectangular estaba decorada como para unafiesta: cubierta con mantel con monogramas, servicir¡de plata y copas de champagne.

Traudl se preguntó: " ¿Pensará celebrar un adiós?'.Cuando liegó a la sala y se ubicó delante de la pared de

mapas donde estaba Hitler, el Füllre¡la sorprendió: "V.i-

mos a escribir nti último testamento político",le dijo.Mientras lo hacía, Traudl pensó que Hitler iba a clic-

tarle, sino una confesión, al menos una justif icación. Pe-ro Io que escuchó fueron sólo recrimin¿ciones y acusa-ciones y, para su sorpresa, él empezó a diseñar un nuevogobierno.

Comenta justamente Allan Bullock que "pa1ab ra porpalabra,la despedida del Führer al pueblo alemán habríapodido ser tomada de cualquiera de sus discursos polí-ticos, o de las páginas de1 Mein Kampf. Veinte y rljsaños no habían cambiadc¡ a Hitler en nada; nc, le habíanenseñado nada".

Luego de terminar ei testamento polit ico, siguió conel privado. Dijo que no había podido aceptar la respon-sabii idad del matrimonio durante los años de poder, pc-ro que ahora había decidido "tomar como espos;t ;t i .tmujer que después de muchos años de leal atnistatl t : -

Page 42: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Las copias fueron entregadas a tles mensajeros, lv{eier,

Zander v Lorentz, quienes a las ocho de la m¡ñana se

dispusieron a hacerlas l legar a Doenitz y a Schoerner

Una hora después, dos mil voiuntarios al mando dei

general Mohnke lograban contener a los rusos cerc.r de

la sede central de 1a Gestapo, ¡ unos quinientos metros

dei l ,unkeren l ine¡ de aire.A media m.rñana. pese a los esfuerzos de Mohnke' el

círculo tenclidc alrededor de la crudad había comenza-

do ¡ estrecharse cu¡ndo ias uniclades de ia avanzada so-

viétic;r l lega.ron ai parque zoológico devastado. Se había

r,isro un le:ón merodeando a lo largo c1e la Alb¡ecfirs¡¡as-

-(r.. \ ' sc i lrforr¡ó t.rntbien qtle una cebra se encontraba; . . . , , l . i , I , r t , , ¡ tCr i , ) CCic, lno.

. - - \ . : - . , - \ i , r . . . . - . r r r i i l l t ! , r r r t . t t . , t<, ,e l ¡ rsel toal Reichs-'

- - - - .1. ' . i \ l c¡ i . l i ¡n sor i iq.11¡¡r l ' t lenstroyeV nO

. - . - - - . . - . - l r " ' t : i ¡ . L lna enornlc Lr l¿z. t c¡ : i l t r inchera

. r . r - . r r : ' j . r i .1 t : l l lqLles, poco más al lá el h istór ico pala-

: . , - . ie iendi<io por casi s iete mi l hombres de todas laseci¡des. v donde las ventanas habían sido tapiadas de-jando sólo huecos para las armas.

El ataque fue recibido con un terrible fuego desde el

Reichsragy desde el cerc¡no Tiergarten.Cerca del mediodía un ordenanza despertó a Eva, la

saludó llamándola Gnadiges Fraulein, y eila lo corrigióde buen humor, diciéndole que más correcto sería l la-marla F¡au Hitler.

Eva le pidió a su mucama personal, l, iesel. que enrreg¡-

ra su rraje de bodas a su mejor amiga, Herta Schneider, y

lrrego le regaló un anillo. Más tarde le regaló a Traudl Jun-ge su tapado de zorro piateado, comenúndole: 'Sientpre

me gltstó tener gente bien vestida a mi alrededor". La se-cretaria estaba demasiado confundida para darse cuentade lo que seúa salir de Berlín con un tapado de zorro.

r7a

En ese momento. mientras Eva hacía sus re3- jg lobo qrre sostenía la antena de la radio del bun, le¡ : _.derribado por la arti l lería soviética, y poco más tard.e ic..t res emisar ios que portaban los testamentos de Hit lerabandonaban la Cancil lería. Ninguno de ellos, sln ern_bargo, l legaría a cumplir a tiempá ia misión de enrrepaque ies había sido encomendada.

Al mediodía, como sucedía diar iamente, Hi t ler reu_nió a sus colaboradores más cercanos para la conferen_cia de si tuación habi tual . Las not ic ias . . .n p."o. , rpnn_tes: no se sabía nada de la tan esperada ofensiva delgeneral Wenk, y corno las municiones, enviadas ahorasólo por paracaídas, resultaban insuficientes, se decidióenvlar ernisarios para tomar contacto con las tropas qlledebían l legar en auxil io.

A las cuatro de la tarde, cuando se realizó la sezundaconferencia, Hitler anunció que él y su mujer moii. i.,.,,excepto que ocurriera algún milagro, y distribuyó pe_queños fiascos con cianu¡o a todos 1os de su enrorno.

Luego. cuando l legó un mensaje de Mi lán jnfrrrman_do que Mussol in i v su antf ,nte hal¡ í ¡ in s ic lo ejecr-r t r r lossumariamente por los part isanos i ta l i ; rnos i , erhibic lc,scomo trofeo, Hitler dijo que no queria caer en manos delenemigo, ni vivo ni muerto.

A las diez de la noche se real izaría la rercera y úi t i_ma reunión del día. El general Weidl ing resumió enpocos conceptos la desesperad.r batalla que tenía lugaren las cal les, confesó que sus div is iones

"r . r , po.o

^0,que batal lones, y advir t ió que las municionei se esra_ban agotrndo.

El duro realismo engendró una discusión con Goeb_bels, Bormann intervino para calmar los ánimos. v el úl_timo comandante militar de Berlín terminó su informepredic iendo que la batal la iba a rerminar en veint icua_

r25

Page 43: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

tro horas, rogando que se le permitiera abrir una brecha

para salir de Berlín'Hitier, ante el silencio dei resto, le señaló un mapa y

sarcásticámente le diio que allí estaban marcadas las po-

siciones de las tropas conforme a ias informaciones es-

."ftt.¿.t por las ,.dlot extranieras' Dljo" "Permitiré la

salida de grupos pequeños, pero no }a capirulación"'

Lu"go,"el Ft¡h.".t" despidió de los asistentes a la reu-

nión, Áciendo: "No rcngo ninguna intención de dejar'

me caPturar por los soviéticos, que me exhibirían como

una pieza de museo ". '

A medianoche en punto, el edecán de 1a l-uftwaffe

von Below y su ordenanza, salieron del bunke¡ con un

:: '.cns.rie de Hitler para el general Keitel '

l ' .r h¡bía comenzado el lunes 3o de abril '

\ l ientras los tanques pesados soviét icos cruzaban la

Foxdamerpla¡2, v ai¡b¡b¡ de explotar ltn¡ de las seis to-

,r", .o.trrn^ére.s .i. l¡ Flak que rodeaban Berlín' Eva

Braun reunió a hs muieres en ei salón comedor del Vor'

brrn.(er Había secretarias, enfermeras, esposas de oficia-

les, la cocinera de Hitler, la mujer de Goebbels e incluso

.lg,r.o, oficiales, quienes se alinearon contra la pared'"Hi,l",

subió desde el FúJr¡e¡bunkerpor la escaler4

que unía ambos pisos. Venia acompañado Por Bormann'

É,r" "rtr".hr.rdo

en silencio las manos de quienes-lo

aguardaban, y contestando con frases ininteligibles a los

,itrrao, de despedida. Cuando acabó, regresó a su des-

prcho acompañado por su secretar io '

El mismo Bormann, a las 3'r5 de la madrugada' uti i i-

zó la antena de emergencia para enviar un mensaje a

Doenitz. Decía: "Doenitz: Cada día se acenrúa nuestra

impresión de que las divisiones que debían socorrer

nerl¡n h^n ertido totalmente inactivas durante varias

jornadas. Todos los informes que recibimos están con-

tz6

trolad,os, alterados o modificados por Keite)-En se; =.-sólo podemos comunicarnos a través de Keitel. El Ft¡.^. -rer le ordena que proceda inmediatamente y sin com-pasión contra los traidores. Bormann. PD: EI Führer es-tá vivo y dirige la defensa de Berlín".6

Tales palabras no sólo no aludían a la proximidad deun final, sino que en realidad negaban su inminencia.

A las cuatrcl de la madrugada Hitler y Eva se retirarona sus habitaciones dispuestos a dormir y sin duda a vi-vir el día que empezaba.

Por la mañana Hitier se levantó extrañamente des-cansado, más de lo habitual en lo últ imos tiempos. Seafeitó su canosa barba y se vistió con una camisa verdey un traje negro. Relata Linge: "Hitler apareció como alas diez de la ntañana, vestido conunifornte nuevo en elque brillaba su insignia de) partido en oro, su Cruz deHierro y su medalla de los heridos en t914-t8. Sus pri-me¡as palabras fueron para mí: 'Linge, ve al teléfono apreguntar cuáles son las últimas noticias' ".7

Linge liamó al comandante militar del bunke¡,Mohnke, quien tenía noticias l iger.rmente alentadoras.Durante la noche se había luchado en Ber l ín piedrr porpiedra y la arti l lerír soviética había disminuido su inten-sidad. La situación prácticamente era estabie y todo es-taba como el día anterior.

A la conferencia miiitar del mediodía, asistieron losqenerales Krebs, Burgdorf, Mohnke y Weidling, y tam-bién Goebbels y Bormann.

Weidling, que era el últ imo que había estado en la ca-.ie. contó: "Afuera es un día ventoso y húmedo y medionnblado; además hay muchísimo humo". Luego hizo,in resumen casi irónico sobre los defensores de Berlín,.,¡s Waffen SS de las divisiones Handschar, Italien.\ ordland, Wallonien y Charlemagne.

l1-

-.-

Page 44: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Los que defendían con uñas y ciientes unas cien hec-

táreas de escombros no eran alemanes. sino bosnios, it¡-

hanos, escandinavos, belgas, franceses y hasta una com-

pañía de españoles de ia 24" Div is ión Waffen SS' En

"F".ro, los últ imos en ser condecorados con la Cruz de

Hierro durante la pausa entre los combates por el

Mohnke, fueron unos de los trescientos franceses de la

33 " Div is ión, uno hasta era un sulzo'

Terrninada ia conferencia, uilo de los asístentes se

rcercó a Hi t ler y le di jo: "Quedan todavía doscientos

ntien'tbros tle le Llideriugend y un carro de contbate'

l ' . ' -nr í t . l l ; ¡ r t s. l r r f t ' l ( ) r /e, tqüí ' ls' ) . '<¡ , ¡ r : . . : l i ' r ih¡cr ' i i ¡mí l . r Gt l t - rsche \ ' le ordenó reu-

l t r ' . . r - . ' ' : t l t ¡sciel lLos l i i ro- t dc g¡st l i in¡ encargo que

trmbien Ken-rpka, l.rnge v el conr¡nclallte- l laur se encar-

garían de cumpi i r - obteniei ldo el conlbust ib le de los

"utos estacionados en los garajes. Vacianclo todos los

tanques que iba encontr¡ndo, Kempka pudo llenar nue-

ve bidones con un total de r7o l itros-

Hitler había sido exigente con el cumplimiento de 1a

orclen. Le había dicho a Gunsche: "Deberá usted com-

probar que los preparativos han sido hechos de nta¡tera

satisfactoria y qtte todo ocürre según le he ordenado"'e

Alrededor de las dos de la tarde, Hitle¡ se fue con E'r'a,

quien hasta se veía eiegante con su vestido azul a luna-

res blancos, medias gr ises y zapatos i tah¡nos' La acom-

pañó hasta el con'redor, en el piso de arriba, pero no qui-

,o.orr-r", y volvió a sus habitaciones, y más terde comió

solo con sus dos secretarias y su cocinera.

El nenú consistía ell es?eÉue¿is con salsa de tomate

y durante la conrida c<lrlversó animadamente: "Hirle¡'habla

de todo como si;r¿d¡ ocurriera, no dice urta pala-

bra de Ia guerra, del fin, de su ptopia n1Llerte"''u Parecía

perfectamenie controlado, y si hul.ro algo diferente a los

rz8

otros almuerzos fue sólo que transcurr ió más si ien¡r .samente.

Al f inalizar el almuerzo, [{it ler regresó a sus habita_ciones, se reunió con Linge prra despedirse. y ie di jo:"Es posible que nadie en el mundo me conozca tan biencomo usted:¿.?c.?so no ha sido usted nti sombra d.esdet935? Quiero que viva. Habrá de oír atrocidades respec_to a ntí. Los vencedo¡e-s se¡án implacables con mi me_moria v harán cuanto 1es se¿ posible para deshonrarla.Pero h¿brá de pasar la tempestad, t, dento de una o dosgeneraciones se me hará justicia"."

Después. Hitler le dijo: "He d.tdo orden qtte toda es_r¿ ge¡1re gue se quedó conntigo en el bunker hasta hoy,salga de Berlín en pequeños grupos. [Jnase a uno de és_tos e intente ir hacia occidenrc".

Cu¡ndo Linge respon dió: "NIein Führer, ¿para quiénrenernos que combatir ahora?", Hitler, estrechárrdole lamano le dijo: 'Fur de n komntenden Mann (por el hom-bre que vendrá)' l Lucgo, " le contesté ,on i l l salttclo na_z.i y despuós s¡/í '1,-. Eva tambjén se clespirl ió de él: .,/J¡-s

ta la vista, Linge. Gr.lci¡.s por rod() 1,, 1¡¡,,, ¿¡.stc.c1 li.rhccho " .

I I i t ler se despidió de quien l rabía s ido su pi loto per_son¡1, estrechándole las manos, B¡ur le ,ogé ,1r_,"

"r . ._f .rran en avión hacia l.r Argentina o Japon, diciendo que:cnía l isto un lunkers Ju 3,go Vz, equipado con seis mo-:ore s podría l legar a desririo sin ctapas. Hitler, como ha_¡í¡ c;currido antes con otros interlocutores, se negó y a-rL.rnera de agradecimiento le regaió su quer ido. . t r . to,:r- Federico el Grande, que estaba en su estuclio desde

,s pr imeros días de la Casa parcla en Munich.Le estrechó nuevamente l ¡ mano, y le di jo amarsa_

Page 45: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

I t ra l l t f

! ' i . ' . . -

t iLl iero qLte escriben en n7i tunlbei ' -Fue

-generales', ".r l

dante Baur en las úl t imas palabr-as intercambi¡ . . . , -l - { i t let o l on. lo.h ' i l . lo" - - 194S

I-uego, el Füfirerconvocó a otra reunión en el yor-

bunkerpara despedirse nuev. lmente. Estaban presen-tes las dos secretar ias, la coci l ' rer¡ , l r sL 'cretar ia de Bor-mann. el v icealmirrnte Voss, el jefe de 1a gu.rrdi . rpersonal Ratenhuber. el secretario de Estado Narrmann.los mavores Gunsche v Kempka, los generales Kre.bs vBurgdorf v, por supuesto, Goebbels y Bormann.

Er ' ¡ ¡br¡zo r l rs mujeres; por momentos sonreía. J l i -t ler estab¡ menos relr jado v, en s i lencio. 'estrechó fr ía-mente l . rs manos de 1os presentes. Después. a las t res c lela tarde, se ret i r ¡ ron ¡ l ¡ zor l ¡ pr ivrc l . r quc ocup;rbrn enel F[ihrerbunker.

Luego, Gocbbels dio órdenes prra despejar el árc.r ,tanto : rbajo en los bunkers, como ¡rr ib¡ en los jardincsy en la Canci l ler í ¡ ordenó;r le j r rse de l ¡s vent¡nas; todoslos nr iembros de i ¡ gLrrrc l i : r v los cent inelas se m¡rch.rron. En el Fi lhrc¡ l r r r r r f rerr¡ t ted.rron sir lo los.r l t , , r l r lc ' r, rquel los of ic i . r lcs Lu\ ' ( )s i t rv i ( ' i , rs su r t . t : t ¡ ¡ , '1 ¡r r ¡ i , , - .

Gunscl ' re, en la sala de con[e¡enci¡ , se apostó en i i lpuerta del estudio de Hit ler para que nadie lo molest¡-ra. En el cuarto de al lado, en la sala de si tuación, Goeb-bcls, Bormann, Krebs y Blrrgdorf escucharon de pron-to los gr i tos c le Magda Goebbels.

L;r mujer se enfrent¡ba con Gunsche, cluien medí¡ ca-si dos metros, e intent¡ba entrar ¡ lor la fuerza al desp;r-c l ro dcl Führer. Aunquc no logró vencer su oposic ión,l ; r mr-r jer consisuió ¡ l menos quc l : r dcjara pasar.1l r -str . r -d io de Hit ler . v de-scir : ¡ l l í Gunsche tocó 1¡ puert i l ( le l ¡s¿l¡ de estar.

Ctr¡nclo el Fiihr¿.r¡brió: "G¿rnsclle penetró err /.r hr'

1i l

- -...1,I pequeña paus.l en este relato para reporter

,nt . . ió. , inedi t ¡ referente t ' l lu 39o ci t rdo por

'.-.. ' :rd¡nte B¡rur' En oportunid:rd de mis ln'" 'estiq'r-

- recogi en c l Urtrstr . rv un'1 infornr¡c ión l l lu\ ln-

i : ' i . IDte .

\ lc encontraba en Montevideo buscando l ibros de

rpocr referente a i ¡ act iv id¡d de 1os nazis en el p ' r is

.r.r.t-t, lo, elt una l ibrería anticuali¡, el encargado, un ta1

Boris Kr¡ l l t . ntc preeunto s i invest ig¡b ' t e l tcnt ' r v s ies-

t¡Li¡ interesado en tin hecho clel cual é1 fue testigo cuan-

clo cr¿ niño.I{esul tó que el día 4 de mavo de 1945, cuando Bor is v

sus prclres f-estejaban su Santo en tlnl esf¡nci¡ de Pav-

. . . ,áú, propiedacl de 1¡ i ¡mi l i ¡ von lvf etzcn' aterr izo en

lr praclera, f rente ¡ ' l ¡ c¡ ts¡ dol l t - le su prt l re er: t put-stero '

un gig:rntesco ¡v ión t le scis motorcs'

S.t"prdt" ie contó t-¡-l. is t¡rrde lo que le relataron los

eviadores: habían despegrdo dc Noruegr dos dias antes'

c iesde la base de Bodo, un pt leblo que qued'rbr más al l i

clel Círculo Pol¡r Artico v tr. ls un¡ escala en Vil la Cisne-

ros en el ex Sahara español , habían l ieeado e ese campo

b¡naclo por el río Uruguay al lín-rite con 1a Argentina'

Descirgaron muchas cajas pesrdas v, t l f ,s t i r ¡ r r l r ío

el ¡v ión, lo cruraron al pr ís l indero l levándose l : r crrg ' r '

Por Io rccord. tdo por Bor is r lo ht tbo personr ics mts-

teriosos dentro de este relrto, n're hubier:r zust¡do ir el

s i t io con un cletector de met¡ les pero nuncf, tuve l ¡

ooortunic l ¡d: c le tocias mlner¡s, confío en 1o veraz c le l

, "1. ,u. lo suf ic ientemente prol i jo prra hipotet izar que

fuer: i c l mismo /r t 39o,a|cur l h izo referencia el coman-

t3C)

Page 46: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

bitación, captando el últin-to retazo directo de la vida Hi-

tler. Se hallaba de pie frente al retraro de Federico II v

junto a su mesa de despacho. Gunsche no vio a Ev't

Braun y supuso que se hallaría en el cuarta de baño, pues

oyó {uncionar la cisterna. Hitler miró sorprendido v en

muda interrogación a Gunsche" y preguntó: "¿Qué

quiere?". "Reipondí que Frau Goebbels deseaba hablar-

i" urg"nt"-ente. Aparenrcmente irritado pasó por de-

lrntJ d" mi v se dírigió a Frau Goebbels que esraba en la

antecámara.'\+L,l la, sin poder contener las lágrimas, apeió por últ ima

,.e2.. "'ltli Fiihrer, ¿re,tlmente no existe otra solución?',lle-

gri.r ¡l¿rnrrtrr¡ r Magda. I litler la n'tiró triste a los ojos' 'No''

- ' . : : . - ' ' . ' : i r ' ; , ' . t , - , ' ¡ ¡ - . t , ' - / .1 / - ) t lÉ.¡ t ¡ p. i ra stempre'1i

-- - . : : . : : : l inutos más tarde, entre ias 15.3o ) ' l ; rs 15 45-. : - . - rprot im.rc l ¡mente, Adol f Fi i r ler y Eva Br¡un f t le-

: : : : r . rs laclados afuera, a los jardines, subiendo los '14peldaños de la escalera de 1a sal ida de emergenci . r '

Allí afuera se encontraba Kempka, quien cuenta que

"vio al cuerpo de Hitler a menos de ¡es n'tetros de l¡

entrada del bunker. Sus pantalones esr¡ban recogidos'

su pie derecho estaba dobledo hacia adentro, en la po-

sición que siempre adoptaba en largos viajes de autc-

móvil". '6Por su lado, Eva fue l lev¡da en brazos y su melena cla-

ra le cubría la cara por completo. Afuera, como quedó

dicho, los esperaban los nueve bidones de gasol ina'' l ras la rendic ión de Alem¡nia hubo tres SS, Mans-

field, Karnau y Hoffbek, que declararían a los aliados que

una boia de fuego se había ievantado entre los árboles

de ios jardines de ia Cancil lería, y enseguida se había ele-

vado una oscura columna de humo.

1aa

Era una hoguera pequeña para Lrna ciudaci e:-. '

pero alrededo¡ de ésta se hizo histor ia.Llamativo, pero no tanto es que cuando subieron ,-, . .

jardines, el m.rvor Gunsche gritó .r Mansfield que s.r-/ ic:.del centinov el guardia se fr-ie rápido de su puesto de vi-grlrncia en l¡ rorret¡ de observación cercana a la s.rl id¡.

Poco después el general de br igada SS Rattenhuberse dirigió a los guardias de1 área qr.re habían sido reuni-dos. ' les hizo jurar que guard.trían los acontecitnienrosdel Cía cor17o un secreto sagrado, cualquiera que habla-se un¿ sol.t palabra de 1o que il'¡an a hacer sería fitsiladoi n n'¡ e d i a ta m e n te.' \,-

Nor-,ts

L Zollcr, Albert, DOt..TZE ANS AUPI<ES D't I17LER, pág.4U.:. Rcitsch, H¡nn¡, FLIEGEN-L.{E1N ¿EBÉN, p.rg. 326.3. Or-en, Wilf¡cd von, (lLilEN tRA GOF,BREIS. pig.,17.4. Rcitsch, I I¡nn¡, FLIECFN-l\lElN 1_¡IlI¡/. p.ig. .;:;

5. Dcc.rux, Al¡in, l.A I IISTOfII¡\ SI(. 'Rlj-/1.1 t)t: t,.\ ]/ i .s r-ar-Rt4, t .3, píg. r56,

6. Trcvor-Roper, H.R., LOS ULTIMO.S DIAS DE I I I ' 'LER,prg.17o/71.

7. Dccaux, Alain,IA I IISTORIA SECRETA DE LA I IISTO-R1A, t .3, píg. r5 i i .

8. Ib id, pág i599. Solrr, D¡vid, EI ULTIMO DIA DE L\ITLER, pig. 245.ro. Pcrc Bonnín, LOS ULTIMOS DIAS DE I l lT 'LER,

pag.zotr . Dcc¡nx, Alain, / . ,4 I I ISTORIA SECRETA DE LA I I IS-

TORIA, t .3, pág. r59.rz. Revista Epoca, 9/ o5/65.r3. Toland, John. ADOLF LIITLF,R,Scgunch parre. páe. 5o9.14. Pere Bonnín. LOS ULTIN'|OS DIAS DE I IITLER. oás' tt

133

Page 47: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

rq. Ovcn,Wil f rcdvon, QU/ENERA GOEBBELS' piq 3r:"

r6. Tol¡nd, Jol'rn,, ' \DOIF I II ' |LER,Scgundr p'irtc' P¡S 51r'

t7.T."uo-Áopc¡' I I 'R', LOS LjLTINIOS D/'-\5 DF'rl iTLER'

píg r75

vilr

Alrededcr de las cuatro de la t ¡ rde del 3o de abr i l ,Bormann envió a Doenitz el siguiente telegrarna:

"Gran almírante Doenitz: En lug;tr del antiguo me-riscal del Reich Goering el Führer os ha designado, herrGran Almirtnte. conlo -srr srrcesor. La aurorización escrí-r¡ estí en cantino. Tome inmedíatamente todas las me-didas que requíera le siruación- BORMANN.'1 El hechoimportrnte y t rascendent¡ l de que Hit ler va est¡bamuerto no se mencionl en el desplcho.

Doenitz replicó ¡ su l/ez con otro telegrlma dirigidoe Hitler, .r quien obviamente eírn consideraba vivo: '1,1i

Führer: Mi lealt¿d h¡ci¡ u.s¿c'd es s iempre incondicion¡I.H:tré todo 1o posible por socorrerle en Berlín. No obs-r¡nre -si el destino me obliga ¡ €obern¡r el Reích ¡:onl¿rsucesor suvo cotTtinLt¿réh g¿¡erru /r.r-st¡ r¡n {intl lt¡>nro-so v digno de la hert¡íc¿ lucht tltl pur'l'1o ¡/cnrin. (i¡.in

A]mirante Doenitz". 'Afr-rer:r. lr b¡t¡lh por el Reícásr.rgavanzaba haci¡ su

inevi table f inal , t ras la baja c le más cle dos mi l combat ientes. A las ro.5o de la noche, dos exploradores rusos,Yegorov y Kantaria, arrestrándose por el aiero dei techo,cncontraron rlnr estrtl l¡ de cobre qr.re les prreció indi-c.rc i r p,rrr c l ¡v¡r cn elh la bandera roja. La estatur, i ró-nic,rnrenle er,r I . r f ipurr r lc tÁr ic.r nre r^rrrosentJbJ. l

Alemani¡ .Abr jo. en l r p l . rz-r , los sold¡r los sor, iét icos y¡ c iur t r -

b¡n v ictor ia pero todavír er l prem¡turo: l . r lucha por elhistórico edificio aírn proseeuiría hast¡ el ¡manecer delt l i r s iguiente. St¡ l in. en ese momento, ya sabía con s{ ' -

1 i+

4

Page 48: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

guridad que no iba a totnar Berlín el re de mavo con-to

er.rn sus deseos.Entr¡d;r la noche. Bormann,v Goebbels establecieron

un contacto con el cuartel del general soviético -fcl-rikov

y enr,,iaron .r p;rr1an-rent.rr al general Krebs, un hombre

clue habír servido como agregado n-ri l i tar en Moscir y ha-

bl¡ba ruso.Establecieron el contacto por radio y mandaron a un

mensajero a preguntar si queri;rn ¡t- 'cibi¡ I r. ln represen-

tente del gobierno ¡1emán. La respuesta fue f¡r 'or¡ble. v

los soviét icos concedicron Llna tregu¡ r medianoche pl-

ra permit i r a l ( rebs v a su ordenanza s¡ l i r del bur lker.v

lleg;rr h.rsta el númerc¡ r. del Schu/ertburgring, unr c¡l le

ccrc¡nir al aeropuerto de Tempell 'rof.[. lcv¡tran url] ctrta, dtrs hojas de papel escritas con un

tit¡rr rlc lrtr¡s ci,: irrir¡tt i t ' t ,t t ic t¡nl.rirt., extrJOrtl i l l , lr i(), t ipe¡-

.1. , . ¡n l . i l l r ¡ r rLr i r r i i [ t ' r 'c t : t . i l ¡ i i de l J i r ler , que tan-rbién usa-

I : ' . - , . - \ I rL( , ios. lostcní¡ t r l ¡ r ' is t ¡débi lynoque-

. -. - .- --. : . ' ,.. ;t.rbi¡rt o¡clcn¡do esas miquinls con lett¡s

.-:- -r:r :¡ i ir¡no tre s veces superior al cle las corrientes )l.¡ c¡rta afirmaba que "Sr.r/ in era el printer no elemán

al que inforn'taban de la nruerte de Hitler". El coronel ge-

ne¡¡ l com¡ndante en jefe del VI l l Eiérci to de la gr.rardia '

con clra de jugador de póker, diio: ")i 1o sabí¡¡nos" El

contenido de la carta. no obstrnte, fue c le inmediato,

t r ¡ rnsmit ido te lefónicamente a Moscú y comunicado a

St¡ l in s in ia menor di lación.Lew Besymenski, qr.rien fue el encargado de traducir

esa cart¡, comenta en su l ibro La ntuerte de Hitler. "Pu'

do deducirse que Hitler se hal'¡ía suicidedo. No quiero

afirntar que todo el que leyít la carta de Goebbels y Bor'

nr¿nn, en Ia tnañana del f de ntavo dre;'erJ -sin mis nr

nris en la veracidad de lo que en ella -se rel.lr¡b¡ ".1

Las horas a la espera de 1.r decis ión de Moscu de rcep-

136

ta¡ las condic iones propl testas en l ¡ carta sob:. - .del fuego se hacíen intermjnables. Pasó el amanec=: .m¡ñana, v sólo ¡ l mediodía, s in que los soviét icos c¡ . - -s iguieran una rendic ión incondic ional por 1a negrt i r ' : ,de1 general Krebs, el emis¿r io ¡ lenán y su orden.rnzar,olvieron al bunke¡.

Antes de este regreso, Bormann envió otro te legra-m¡ ¡ Doeni tz, s l i contenido seguía s in admit i ¡ de unamaner¡ expl íc i ta la muerte de Hit ler . Su lacónico te-legrama se ocupaba n'rás que nada cle su posic ión per-sonal .

"Gren Almirante Doenitz: EI testamento está en ple-no vigor. Me rettniré con usted tJn pronto coirto nle sedposible. Hasta entonces le recomiendo aplace la publi-cación del tes ta men to. B o rnlan n. "4

Krebs regresó al FüAreráunke¡a l.r una de ia rarde.A las r5.r8 un terccr y últ imo teiegramr fue envi¡do .r

Doeni tz por Goehbels"Gran Almir¿nte Doenitz: MuV sec¡ero y urgente.

Oficial. El Fiihrer nturió a.ver a 1.rs r5.3o -hor¿s. Su ¡csr¡,Inento de fech,t zr¡ de abril ler rlcsrgrr.r.r ¿r.'¡cr/ c¿llr¡r Ile.si,dente clel Reich. Al lr4inistro dcl I icich l)¡ ' ( i¿rr'/r lrr.1' .-rr-mo Cancil]er del Reich, a/ lleicfiJcire.r l]o¡nt.ur¡l co.¡nrrMinistro del Partido, al lt[inistro Seyss lnqu.rrr conlo ,\ /inistro de N¿'gocio-s Extranjeros. Por orclcn dcl f:uhrr,r tltestan)ento ha sido s.rc¡do de Berlín prr.r ser ¿-¡rli.rri o .rIJd., al Feldntariscel L4¿riscal5cñoerncr u p.rr.r .su .on-servación y publicación el Reichleiter Lk¡rtnann inten-tará unirse con usted hoy e in{ornl,rrie ¿/c- la situación,nomento y ocasión r/e h¡cr'¡ c1 o¡r.,¡¿¿¡¡1¡1 .tnttncio a laprense y a fts tropas qued.t a su rli-s¡ro-sici ón. Confirmcre cep c i ó n. G o ebb el s ".;

A las zo.3o la perra de Hit ler , Bloncl i , yr est . rba muer-ta. Goebbels h¡bí¡ orden¡do que fnera envener-radr pa-

t i7

Page 49: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

ra probar la ef icacia del c ianu¡o, con el cual enseguidaordenó envenenar a sus seis hi jos.

Recién veint iocho horas después que Hit ler , Goeb-bels y su mujer salieron a los jardines donde se suicida-ron, y sus cuerpos fueron desfigurados al rociarlos congasol ina.

La mayoría dei personal de los bunkers, sabiendo queel único camino que quedaba abierto para ellos era unafuga hacia el norte en dirección a Plon, durmieron 1amayor parte del 19 de mayo preparándose para la pruebaque los esperaba. Part ieron alrededor de las ro de la no-che. Entre ellos se encontraba Martin Bormann.

Es l lam¡tivo que durante ese período, duranre ei cualtodos se quedaron en el bunke¡ s in hacer nada, nadiecuente que se hayan rendido honores ante el jefe muer-to. n i un,r s imple mir¡d¡ por cur iosid;rd

Ei.r e l rt luqio clej.rron ¡tr.trs sórlo al técnico que atendía. - i : . . . . - ic i s istcnr¡ dc venr i l ¡c i i r r - r , c lu ien decidió que-- . - : ) : i rorque su ntrqr-r inrr i l condensaba el agua que ne-: :sr t ¡b¡n los soldados her idos que se apiñaban en lossistemas de refugios bajo la Cancil lería.

"A lasT de la m¿rJan¿ de aquel día el general Weídlingse abrió camino hasta el puesto de mando de T'chikov.No acudió a jugar el juego de Krebs sino a rendir Ia ciu-dad y detenerla lhsensara carnicería- Firntó rápidamen-te el protocolo de Ia rendición. Luego redactó una ordenpa¡¿ sr¡s tropas asegurándoles que su juramento de Ieal-tad personal a Hitler ya no les obligaba. El 3o de abril elFlihrer, al que todos jurarnos lealtad, nos dejó en 1¡ es-tacada.'\

Esta úit ima frase es muy llamativa, y el conjr.rnto re-fleja una decepción v un desengaño, más que sorpresilo ouelo.

Otro general tuvo un sentido del honor más tradicio-

r?8

nal , prusiano, l ( rebs se s int ió deshonrado por . . :tuvo v se suic idó.

Hasta aquí se han relatado los hechos documentados.Ateniéndonos a ellos. hago ahora una interpretación di-ferente.

Una de las cosas sorprendentes ocurr idas desde lasr5.3o del día jo de abril, momento ciel presunto suicidiode Hit ler , es que en las s iguientes veint icu¡tro horas lefueron enviados a Doenitz tres telegramas, y só1o el ir l-t imo dabe 1¡ notici.r de 1a muerte. Durante ese período,Bormann y los Goebbels se quedaron en el buirke¡si l - ihacer n¡d¡ v como esperando algo.

Lo que aguardaban podíln ser sólo dos cosas: salir conel /un*erque había aterr iz¡do ei día 28, s i las condic io-nes de despegue estaben dadas, y recibir la confirr.nacióntelegráfica con una simpie clave de que Hitler había l le-gado a srlvo a la prirnera etapa de su evasión. I lecién en-tonces comunic¡r oficialmente l¡r noticia cle su rn¿¡e'rrc.pues es lo único c lue poclr í r jnst i f ic ; r r L ' i conr l )or t . rnr iur i -to de Bormann y la f¿mi l i ¡ Goebbe' ls, c1r- t ie ncs f r 's f r r 'c t i -vamente empezaron los preparativos p¡rf, esc.rprr \ ' : lr!cidarse después de cuatro horas de haber enviado, en i¡tarde del clía primero de mayo, el úit imo telegrrm.r rL)oenitz.

El plan de Adolf i l i t ler para evadirse cle Berlín est¡balisto a fin de diciembre dery44. Hitler, ei últ irno día clelaño, lo tenia ya bien ciaro, Speer cuenta que "c-onrp;rrri

su siru¡ción del nomento con Ia de Irederico el Grandeal final de,/.r Gue'¡¡.r de los Sjere Años. L,l,l perelelo equi-v¿lía a la adntisión de ser inexorablentente vencido. r'¡e-

l3 c)

Page 50: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

ro aquel].1verdad llanativa no Jr¡ryesó la ntente de nin-guno de nosoLros".,-

En su aspccto esenci . r l , contemplaba 1a sal ida de la c¡-pi ta i por vía aérer, y para eso había íntentado ton¡r unamedida que a muchos les pareció insól i ta: prohibir vo-l ¡ r a los dos mejores pi lotos que tenía disponibles, Han-na Reitsch y I {ans Rudcl .

A Rudel se lo había pedido pr inrero. El l " de enero, ensu cuartel general Adler f lorst, cerca de Bad Nauheinr,lc conrunicó personalmente su : rscenso J coronel y rrrse'ntreg.rr le l ¡ más ¡1ta condecoración mi l i tar - las Ho jas.lc [].oble cn oro corr bri l lantes lt espadas, sobre la Cruz,i.. C¡l¡,ri1ero cle l¡ Crnz cle Flierro - le había dicho: "Pe-

. ' . ' . :J t , , ¡ I h.r ! ¡ . t ( - ( ) i l r¿,¡ . ; i r ¡ ¡ ¡1¡--c. L lstecl t iene cl deber de- ::,!-: i ' . t r \ lr r 'r i r 'r ;1rs.¡ ¡,-¡7ri ' t ictici. i ¡t.rr,t el país".

' . . r - , ¡1, ; r r ¡ i r ¡ , - '1- ¡ l r t1, , . i , . ' . i , i ¡ c() l t1 cst ¡do: " Mi I : t ihrer,

. r - 'Lir ¡ .r -. ;r :.r,- :r i l .r r ()ltdecoñr c í óD ¡t i e1 ¡.sc,-'n.so si eso: " . : : . r . . ' : , . r ; ¡ntevol¿l 'con:¡niale".Mientr¡s¡unse

: , : . . . - r - : -c i r . lndo l ¡ mano, su inter locuto¡ lo mi¡ó f i -'-ri ' . ' : i l ie \ rceptó el reclamo: "Está bien, siga volando",le di jo.

El a lmirante Doeni tz, presente en el acro, le había di-clro a l{udel io que pensaba: "No nie parcce digno de unsoldado obligar ¿l Führer a concederle e} pern't iso decontinuar volando. \ 'o tantbién tenso ntis contanden-tes de U-Boote que, aún sicndo enru.si.rsf.rs¡.r or aquel t i-po de guerr,r, tuvicron que dejar a otros su /u¡¡ar'1s

Despuós de ese encuentro, que había s ido por mo-mentos tenso, Rudel y Hitler se retiraron a un srlón pri-vado. conversaro¡t dur¡nte un¡ hor¡ y media v el f l . ¡ -mante coronel volvió a clonde estaba su unidad. Cuandoel pi loto se habí¡ ido, Hi t ler , casi just i f icó ante l (o l ler l¿entrevista que ac:rbab;r de mantener, diciendo qr-ie que-ría encargar a l ludel el mando de la flota delos lr4e z6z.

r4(f

El iefe de est¡do m¿vor de Goering esr¡b: : - . -prendido por la elección, ya que Rudel no sabía n: - , , - ,aviones r chorro. el tema fue tajantemente cerrado Á *-del es una buena persona, dijo Hitler, todos los dem:-.en la Luftwaf{e son meros actores y payasos".t

El intento de prohibirle volar a Hanna Reitsch habíaocurrido un mes y medio más tarde, cuando ya Rudelhabía s ido gravemente her ido, perdiendo una pierna.También 1a mujer había sido herida antes, en octubre de1944, durante un vuelo de prueba, pero a la sal ida delhospital de la F1ak, cerca del zoológico de Berlín, comen-zó a entrenarse sobrevolando en heiicóptero el cielo dela capi ta l .

A partir de enero de r945, y hasta el nomento en queRudel había sido herido, Hanna Reitsch había l legado aconocer a la perfección cada referencir y cada edi f ic ioque le permitieran orientarse sobre ia capital del Reich.

Como se expiicó antes, a fines de febrero Hitler la ha-bí¡ l l ¡mado ) ' le h¡bía peci ido que clejara de volar, perotambién el i ¡ , como Rudel, se h¡bía negado. El pedido aambos pilotos oL¡c.lccí.r ¡ r-u'r¡ irnic -l r¡zt>i. l: i I i t lcr debí¡preservarlos, porque tení¡n qLle se r e,los quicr.res lo ¡r 'u-darían a escapar de Ber l ín.

Después, el accidente de Rudel había cambiado lascosas y su sust i tuto natural había s ido otro pi loto deconfianza: el general Ritter von Greim. Este reempiazotendría su confirmación en la nocire del z4 al z5 de abril,cu¡ndo Hitler convocara al brrnfter¡ Reitsch, a Rudel, avon Greim y a un cuarto: el generll Karl Koller.

Los tres primeros eran grrncles pilotos, y Koller un al-to oficial de estado mf,yor. La uti i idad que estas personlstenían para el plen de fuga de Hitle¡ estaba bien clar¡.

Hanna Reitsch había sido la primera en volar un gy-rocóptero, el FA 6t había ido mejoránclose hasta conver-

14t

Page 51: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

t irse en un verdadero helic.rptero. e1 FA ::.1 Dracfie, unilpar¡to cle doblc ¡spa. que podí;r l lev.rr un qrupo com¡rn-do de nueve personas. F.n ¡rbr i l de r945, eI Lu{t Ti¡n-s-portestaff 'el 4o disponía de tres de esros helicópteros.

El unlco rpilr lto operativo para volar, fue destruidoy los dos rest i lntes - los nírmeros t4 v 5r- fueron en-contrrdos por los anglo¡meric;rnos después de la caíd¡de Ber l ín. l l i t ler opinaba que se podía alcanzar la Can-ci l ler í ¡ únicamente con ese hel icóptero. donde podría( ' . l rq, l r l su rrrujcr . su secret . r r io Borm¡nn, su ministroG r¡cbbels, la esposa de éste v los seis ni i los.

l l. i ttcr von Greim erf, un experro en /unkers. Hrbía si-. ' . ' ' ' i , l , r ' i , in pt ' r .on¡ l de Hi t ler . e l /u 5:- ;M. m. i -:

' : . . - . : l - 11. . , )ptcrg: dcspeelbr en un pJr ale- : - : - - . : ut t" iL¡ i , , . t l ¡ ts t rcscientosl l tctrosvasele-

' .-, r; nretros. r. l É.i. ' É.sre-()e.src ciuc se us¡b¡ co-. . : . r . r r .nt : l casi n()vectentos pernt i t iendo técnic¡-

-- . : . i : . icspe-gar a los /u 52.i - l e l ¡cta de la conferencia en el bunker, del z3 de

nr.rrzo de 19.15, se lee texru¡ lntente: "BURCDORF: Elt¡t inistro Goebbels está solicitando autorizecion partconvertir en pista el I: je Este-Oeste para huir. Sería ne-ces.rrio quir.rr hs lánrplr. ls de la calle. ¡z ensancáar e/' l ' iergarten ¿ cada lado. HITLER: Sí, puede hacerlo, perono creo glre sc¿ ¡rcces¿¡io asr¡ndar lo. BURGDORF:

¿l)uedo d¡r¡ / n l in istro Goebbel-s e1 con-senr in iento?HI'l-L.ER: Sí, pero no veo el por qué del ensanchamien-¡rr. ly'o vamos a aterrizar un Goliat. Von BELOV¡: Si loslu5z van a aterrizar en l¿ oscuridad,las 1ínrp.rra-s cie 1¿ c¡-l le v'¡n ¡ c¡r¡-s¡¡problenl¿s. HI'|LER: Está bien en cuan-tct a las lántparas; puede quire¡l¡s. BURGDORF: Enton-cc'-s,yo pur:do p.r-s.rr la circuler"."'

L l pedido de GoeLrbels no podría ser más directo v 1¡

r4z

sugerencir de von Belorv, oficial de enlace de l¡ i- --. :

te es muv clara.En la m¡ñana del 26, aterrizaron dos /u 5a que desr:--,: -

g¡ron municiones para tanques v enseguida despegaron

sin problemas. fueron los úl t imos enviados. empezan-

do .r ponerse peligroso descle el día siguiente por l, l cer-

c.rnía de los soviet icos. Las entreqas de municiones si-

guieron igualmente con otra modal idad, h¡ciéndolrs

mediante p.rracaídrs.El z8, otro /u -5: aterrizaba enviaclo descie Rechlin por

Rudel. Von Greim, qLre en ese entonces estaba en el

bunker. se nesó en .lmbas f-echas a asumir i l t".pont.-

bi l idad cle t ransportar gente.Tenía sus motivos: además de ser un despegue suici-

d:r, estaba herido v para srltelr la puerta de Br.rndenbur-

go dominrndo cl trimotor le h¡cía f-¡lta un pie v tod;r su

fuerza.Rudcl , quien va h¡bía s ido l lam¡clo a Ber l ín v no h¡-

bía respondido por problemas técnicos, fue l lamado

nuevamente el z7 por la noche, cuando I ' lanna l {e i tsch

y Von Greim est , r l t ¡n atr¡otrc los en el bt¡r lkcrcon los r l t '

mis qr.re tcni¡n qrrc s.r l i r .El sábado z8 se encontraba en Rechl in, pero csc t .n: : -

mo día ya no hizo fa l ta su intervención en el p l ; rn r tor-

que habían lograclo aterriz¡r el /ri -5: v un Ar¡do tltr. i iLr-

del quería volar igualmente a la capi t . r l col l t lno c le sus

quer idos Stuka, pero Hi t ler 1e hizcl s lber c1u. ' \ 'a no er¡

necesar io.Lo que sobraba en Berlín v particuii lrmente en el bttn'

ke¡ eran pilotos. Estaban disponibles. com<l nlínimo, cl

que habír aterriz¡do el z[J con el Junkcr tz, el .s¡rgen¡o lJ.

mencionado por Hanna Reitsch; e1l;r misma y von Greim'

.rclemás B.trrr y Betz, pilotos del ¡vión ¡rersonal de Hitler.

Para el plan, B:urr y Betz- tení¡n c¡r're qued.rr en Berlín,

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porque su ausencia después de la rrrue¡re de Hitler hu-biera s ido sospechosa.

El problem,r no err quien pudier,r p i lotar el /u 5: .tampoco había una razón técnica, los pasajeros que te-nía que l levar sumaban solamente poco más de n-rediatonelada y el trimotor podía saltear la Puerta de Brande-burgo con toda segur idad. La razón era otra, más quepsicológica, despegar con el /u 5z habría s ido un suic i -d io c ier to y además, masivo: e l avión pesado, ¡ncho,lento y ruidoso, era un bianco fácil, imposible de fall¡r,ap.rreciendo encima de ias copas de los árboles, justo al¡ ¡lturr Ce l¡ cerc¡n¡ plaza del Reic,hsr¡g. Los miles deru>(rs ( luc J.r i ,cr-rPrblrr cntonces, por c ier to, le disp.rr : r -: r . rn .on todo 1r- , l l i : ;por-r ib le.

Record¡mos q' le hibí l s ic io cor. lvocado ¡ Ber l ín otro¡viador, el generai f larl Koiier, cluicn r.to quiso viajar. Aun-clue él no formaba parte del plan, h.rbía siclo cit.ido sólo pl-ra ofrecerle l.r jefatura delra Luftwaf{e, y al no llegrr, el c.rr-go recayó en von Greim, que acepró en silencio ser el jefede una fuerza aérea que tenía los días contrdos.

Los histor iadores que se ocuparon del tema encon-trrron algo extraño en esre nombr¡miento, que bien po-dría haber s ido comunic¡do por radio o por te léfono. l - rexpl icación dada, que von Greim había s ido l lamado aBerlín para ofrecerle este cargo, es una falsedad ideoló-gica mas que una hipótesis, porque se omite considerary decir que fueron emitidos contemporine¡mente cua-tro te legramas con la rr isma orden, y de los dcst inar¡-r ios Rudei era un coronei y Hanna Reitsch ni s iquierrtenia un grado mi l i tar .

El mct ivo de la c i tación era otro: poner en marcha elplan de evasión de Hit ler .

L.r p l . rn i f ic . rc ion h¡bi¡ s ido orglniz¡d¡ de n, . . .=-lu lar v contemplaba tres etapas. La pr imera era la s: . . : : .de Berlín,la segunda la de Aiemania, y la tercera, el cie-. 't ino final. Cada una de ellas era conocida por un núme-ro reducido de personas, que a su vez ignoraban todo de1as otras dos.

La organización de la primera parte del plan tenia to-das las característ icas de los proyectos atrevidos del co-ronel Otto Skorzeny, quien se había reunido al menosuna vez con Rudel, Reitsch y von Greim a fines de fe-breio en el hospital de l¡ torre de la FJaken Berlín.

Tení.r que ser un.r sal ida l impia e inadvert ida, s in tes-tigos innecesarios. En su ve¡sión original contemplabael t raslado en hel icóptero, que en un vuelo nocturno,podía alcanzar la frontera con Dinamarca dentro de unffr.1rco relativamente seguro, por la protección de l¡ zo-na norte que ofrecía el centenar de cazas a chorro Me z6zal mando del general Adolf Galland, quien efectivamen-te recibió l ¡ orden de Hit ler justo el día zg de cubr i r , es-pecíl ican.rente, el áre¡ cie Berlín y el Nordaum.

Si una de las ¡ l tern¡t iv¿s er¡ ev¡dir cn i - re l icoptero. i rotr¡ er i l la del /u 52, un:rv ión qlre I I1r , ,1t ' r le i l ¡ t . r segl t r i -drd. "Lr-spoc.rs vece-s qtte A¡b¡.r lo/¡cJ., e¡r r'1 Ct,¡:ii.r de re-ciente fabriceción, no h¿bí¡ sabido esco¡ldc'r.;u ntiedo deque el tren de aterrizaje se trabara.l)escon.6¡io donto er.t.prc-fería el viejo Ju5z cle tren de aterriztie ñro. \'

La necesidad de uu¡ nráqr,rin;r dr- c:e r-intJño -fuer¡el hel icóptero o el /un,Ler c¡ue pu. i icrr i ler ' ¡ r un grupode personas, aunque sin equipaje. est¡ba dada porque elplan contemplaba tanbien ia sal id¡ de su círculo ínt i -mo: Eva Braun a la c¡bez¡, sequida por Mart in Bor-mann, quien durante los úl t imos cinco años, se habíaconvertido en su sombra. Era el ejecutor de sus pensa-mientos, quien imponía l ¡ movi l idad y el r i tmo y el que

r+4 145

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tomaba las decisiones que luego el propio Hitler refren-

daba, a veces hasta sin leer'- ' i . t "pf t

Goebbels también le había resul tado indis-

o..rrrf i. duranre rodos los años del poder. I 'Jo era sóio

:i;;;;"; ' 'r" 1" htbi" multipiicado 1os afi l i¡dos al par-

,rá"íq". ft.¡ía creado 1a parafernalia naz-i desde el FleiJ

Hitler conei brazo "*"ttdit lo

hasta el tratamiento del

MeinFührer(s ib ienentreel ]osloi ianrabane' ] iefe). , .Hi- .t ler era el Mesías, y Goebbels su profeta"' escribiri¡ el

o"r ioátrr . Jam"s ó 'Donnel l ' Y e1 profetr Goebbels ve-

iía con familia incluida'

Muy tnteres.rnte, en esta óptica'esun cable ANSA' fe-

ch¡clo en Bonn, Alemani¡, el z c1e abril de r995' en el cuai

i:r.tJr 1""4.. ,].t i",t fuerr cntonces sec¡etrrir de Hitler en

cl hr ; : : ' . ' r . lc ?, t ' r i in rc l r tó en t1n rePortaje te levis ivo ale-

l-. ' ,- ' - ,.. -,:r.:.-1,- . ' , t l . i¡ :r Ioseph Cloebbels rccibió la orclen

- . : : -: .- ' ---l: ' : l l i r ' i je t ' lr el 'btlnker' "h 'señorr Coebbels

- . l , a, - : . - - : : : : t r i ¡u t r izsel levara¿losnmo-s' Nopuedo

..r:-:-. '--:-- ,:: l l i i iuro -sln mis hiios"'Est¡ frase es revelado-

, , - .:,-, qlt" i¡ nladre se niega a irse sola con su marido de-

l.r-t¿o l r.t, ftiios, porla frase es obvio.que le ofrecieron un

iuturo, ir hacia algo sin retorno y sln hUos'

Por cierto, no a morir en ia cancil lería' si no cómo se

iust i i icrr ia l ¡ f r . rse reportada' - i . l

Estas person., "" t t ,

para Hi t ler ' los pi lares funda-

mentales de cuaiquier refundación nazista' pero no te-

nian que estar neces¡riamente ¡l tanto del plan que los

incluía.El Fíihrer'como escribió luego su secretarla' estaDa

por"ido por el demonio de la desconfi¡nza' "El esr¿b'r'ronu"nridn

d-e que cualquiera de sus colaboradores no

debíat lconocerestr ictamenrelascosasqLtenofuesenn'ecesarias para eTecurar 'su s funciones' Nunc't contuni-

c¿ba sus inrenclones s ecrens ni nos ponía al tanto de los

l¿tr

p/.rne.c que elaborab.r. Nunc¡ nos h¿cía aJusjo¡le's: ' ' : 'op eracion e s que PreParaba.'

\ '

Las propias ¡ f i rmaciones de Hit ler sravi taban tam-

bién alie,tádor cie la palabra n unc¡' Como demostró a lo

largo de cloce años de poder, cu¡ndo emprendía algo no

retiocedía ni cambiaba el rumbo: las decisiones tom¡-

das eran irrevocables.En ios años c1e guerra, "el principio de Hitler de tener

sec¡et:r una decisiótl ronr¡cla fiasra ei nlomenfo de stl

ejecución, eiercía unl presítrn rir inic¡ sobre todo su en-

torno. Los desplazamientos,\ ' i i 'r ic-s er'rn siempre anun-

cíados.nr", i" hacerlos, per<t él 'se re-se rl '¡br de hacer

colTocer la hore de salida sólo al últ imo minu¡o ' ' ' ' l

Tan-rbién Allan Bullock recordaba una irase de Hitler

;rl respecto: "Yo tengo como norm't un vieio principio:

decir solemente lo que debe decirse, a quiett deba decir-

se, v solamente cuando deba decirse"'

Éero dado que el único helicóptero disponible había

siclo alcanzado por una bomba y que desde el z8 era muv

peligroso .1erp"g.. con el trimotor, cu¡nc1o este lt lrt l st.-

...rá d" ",r.ri,;n

.i.bía habcr entr¡cio t-l t su frse i ln¡1' en

cl bunker, en re¡ l id.rJ. sc ( ' l l l r r ' 1 'J1 1¡¡¡ '1 ¡¡1r: ' r

La más afectad¡ era Mlgdr Goebl 'e ls ¡1111 l lsE' . \ i t l

a l bunJ<e¡con su esposo v sus seis hi ios e: " ' ' t ' r l " re ¿t ' i

zz,y elz3 a la madruglda, s in emb¡rgtr ' . " '1 ; ' ;¿-3qirbr

que lo provectado no iba J ser t ; \n s i t ' l l f i r ' \ leer dlcc::S"ntí 'qué el su{rín't iet't fo v /¡ sens'tcit 'n de 1¡ muerre

vio]ent.t que pendía.srrbrc stt-s lr i i los' / ' l ¡¡ormenr¡b¿"'

La actitudde Goebbeis de r.ro dei:rr gLle su esposa y Speer

hablaran l ibremente, t iene un¡ sola explicación posible:

la mujer podía confi.rr sus miedos ai arquitecto y decir-

1. .or . , que él no debí¡ s¡ber ' Speer, detodas maneras'

qr.redó .o., 1. d,rd., "5ó1o ¡1 momento de dejarla me hi-

zo senúr rcdo su exrr¡i ' ío "'t4

r17

Page 54: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

El día 26, con la l legac1a de los primeros dos piiotos

p..o , ,o d. i h" i i .ópt . io, t t t preocup-acion creció ' y se

lrof.rndlro aún más la malana dei z8' cuando von

á."i- t" t"i-tusó a despegar con el/unker' recién aterri-

"¿.. f-. noche del mismo día, von Greim volvió a ne-

;;; ;;;;;";.r saiir del cerco, v el estado.de ánimo de

i,r '.ga^ Goebbels empeoró' A sus hijos va les quedaban

DOCaS esperanzas.El día 29, fracasado el plan del helicóptero y s1n po-

deruti l izar el trimotor/u izttrg"ndo a todos' Hitler de-

cidió no esPerar más.

Le queclabar-r, mínimo' dos aviones con lugar para dos

' , . .s.- . j . ror , la decis ión que tomó fue' para é1' la única po-t"-

' - ' l t . c t ¡n Er ' ¡ Brrun y dejer a todos los demás'

::- --:::.-,: l lot . ' ;r^' i lcrldcres romano s' "Mors tua'

. . - . .

. , - - - - : - - - : -" ' - 'nt icr \ i ; rgcl l Goebbels se entero

, : : : i l . - : - . : . . , :1. -1 .¿ ' l un ul t imo intento ' Con-ro c i ta ei

- .. =- 1,. l: Goebbels, su esposa pre.gun-tó-a,l{ir ler "Mi

.ui¡e¡. ;realntente no existl otra solución? Hitler la ni-

ro triste en los ojos, y dijo: No"'Unánimemente' 1os his-

toriadores atribuyen a este pedido un intento desespe-

rado de .o.t,r"n.ét a Hitler de que no se suicidara'

Wi l f red von Oven -quienhabía s ido agregado de

prensa del ministro y se convirtió después en su biógra-

i"- ". "f

¡"ico que áe;a entrever el instinto rnaternal de

Magda Goebbeli. Su l ibro condensr los últ imos nueve

díai en el bunkeren pocas páginas' sobrevolando las

despedidas, el presunto suicidio de I{it ler y omite decrr

pot q"e los seis hiios del matrimonio Goebbels fueron

"n.r"rr"rtodos por orden de sus padres'

¿Por qué los Goebbels esperarorl más Ce un día en

suicidarse? Porque tuvieron hasta últirno momento una

esperanza de desPegar'

48

¿Por qué no salieron a pie? Porque habían cre,-

rumores que los soviéticos eran ogros que mataban: . - .

niños: en estos úitimos días el mismo Goebbels hizo pe-

gar afiches en la ciudad en los cuales se tachaban a 1os

soldados soviéticos de hordas rojas sangrientas.

Esta fue la gota que colmó el vaso e hizo pasar de la

desesperación a la locr.rra: un día después,1os Goebbels

harían matar a sus hijos y ellos mismos se suicidarían.

La interpretación corriente de estos hechos tendió a

simplif icarlos y a explicarlos como un suicidio ritual y

masivo tras la muerte del gurú.El h istor iador George Blond se pregunta, s in consi-

derar ningrrna otra 1ógica "¿Es posible concebir tama-

rla nr¡s¿c¡e, semejante horror, si Hitler no hubiera

muerto?".Pero no hubo tal suicidio masivo: de más de cien per-

sonas que había en los sistemas de Érunke¡s interconec-

tados, una tercera parte murió cruzando la ciudad; otra

tercera cayó en manos de los soviéticos en Beriín, y los

restantcs alcanz¿ron a abandonar 1a capital y frreron cap-

turados por los angloamericanos, ¡ veces h¡st¡ seis nle-

ses más tarde, como ocurr ió con Arthur Axmann, el je-

fe de la Hitlerjugend.

NorRs

r. Trevor-Roper, I i .R., LOS ULTIMOS DIAS DE HITLER,pil.179.

z. lb id, pág. \78/79.3. Besymenski, t.ew, IA MUERTEDE HI'|LER, pág. 8t.

4. Trevor-Roper, I I.R, LOS ULTIMOS DIAS DE HITLER'píg. r8o.

5. Ib id, píg. r8t .6. Simons. Gerald. SEGUNDA GUERRA MUNDIAL'

119

Page 55: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

t50

fr .1g. 143.' ] . Sp""t, , ' \ lbcrt, ivlELlO)l lE DEL |ERZO l iElcl l , Prg 397

S. I{uclcl. H¡n", 1l PILo' l 'A D1 /üRRo, pigs' : :o 1'ss'

9.1-ol. inc1. lohn, ADOLF I l l ' i LER'Scgur-r 'J ' pertc, pág' 476'

ro. t . t- Tissicr, Tony, Bt-RIlN T'LI¡N'qND NOtV, Prg 53'

rr. Spccr, Albc TT, LIEMORIE DELTERZO RE/C1d píg :Eo'

rz. Zollcr, Albc rt,DO{JZE ANS AUPRES D'í IITI-ER, pÍg' 59

r3. lb id. píg. t ro.

r4. Speer, Albert, lúEMORIE DELTERZO REICIl ' pág 5'1

IX

En la úl t ima semana de abr i l r945, Hi t ler había co-menzado a abandon¡r las cosas que más le gustaban, ha-bía delegado y div id ido los mandos mi l i t ¡ res y reduci-do ai mínimo el sraffpresente en el bunkerpara no tenertestigos innecesarios de la ev.rsión. v se había desenten-dido totalmente de la pol í t ica.

Había empezado a ocuparse sólo de Berlín: esto teníados expl icrc iones. supervisar personalmente los prepr-rat ivos en el terreno v arntar, también personelmente,su propia muerte fraguada.

Stt muerte ofici l l fue c¡rsi autentic¡d¡r por todos losal iados por el mero hecho de la existencia c le testamen-tos; la vcrsión del suicidio se originó en el trío compues-to por los mavo¡es SS l(en-rpka, Gunsche v Lir-rge.

Pero hacer un tcstamcnto no provoca l . r rnucrte ¡ nr-die, y mcnos ¡ í rn qcncra un suic id ic ' r .

Estos test¡mentos, qr . re hizo Hi t ler c) dí ; r :9, -son er lreal idad los úl t imos de tod¡ una ser ie. En vísperas de sucumpleañ<ls, diez días antes, cuando el proyecto de eva-sión parecía algo más simple, había dictado otro. "En-

cargó a un funcionario del partido que lo visitaba, dosmi-siones.' debía transportar toda la reserva de oro deAlemania ¡ une r¡in¡ de s¡/ en Turingia, y poner e salvoun pequete cerrado que Bormann le daría. El paquetecontenía los dictados de I Iitler a Bormann. su resr¡nren-to pdra Alemania y para el mundo. El docuntento fue de-posítado en h-s ca7;ls de un banco de Bad Castein por elfuncionario, que nlí.s tarde fue arrestado po¡crímr'ircsde guerra v encarcclado, Tcmiendo qtte el testamentoJo

t l t

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incrintin,tra más, el funcionario )e pidió a un rmigo.:bo-

gado que lo destruvera."'

En ry76 un documento parecido por los contenidosr,'considerado apócrifo fue publicado como apéndice de

la obra War Hitler ein Dictetor, de Fried¡ich Cristian

Príncipe De Schaumburg-Lippe y t i tu lado como I¡s

consideraciones finales de Hider.El contenido trasparenta un deseo de revancha

" 'en1a última página se puede leer "Con horror pienso en uI7

Reich despedazado por los vencedores" v sigue más

adeiante con "Yb mismo no podía respirar en tal {ase de

transición de Alemania, como la que seguiría a un'['er-

cer Reich vencido" y ar.rspicia "Cuanto más habrentos

de sufrir, nnrc más evidente el Reich in'tperecedero re-

nacerá".Pero no habí¿ sido el único antecedente de testanen-

to poiít ico, ya que había hecho antes otros tres. A los 3.1años, el rr de noviembre de r923, presintiendo qLre serir

arrestado, había dejado a Osemberg la jefatur,r del prr-

tido y nombrado un cuadrunvirato que regiría los des-

tinos del NSDAP. El 5 de noviembre de 1937 h¡bía escri-

to su voluntad pol í t ica y el tercero 1o había hecho en

1938-En este úldmo, del z de mayo, también designaba co-

mo única beneficiaria a Eva Braun. Era un texto holó-

grafo, y lo había realizado porque temía estar enfermo

de cáncer de garganta. Le costó escr ib i r lo, pues estaba

acostumbrado a dictar a un dacti iógrafo, y cuando ter-

minó, descubrió que h¡bía una sentencia que declaraba

nulos los testamentos que no fueran hechos íntegr l -

mente a mano. Como él io había escrito en papel menl-bretado, ese documento cra nulo.

Cuando lo advir t ió hizo l lamar ai ministro de lus: . -cia, Curtner, ,v le recriminó la sentencia, que para él errincreíble. El juez 1e hizo norar que ese no era el únicoproblema: además, para que fuese legal , era necesar ioque su fi¡ma fuese legalizada.

En otr¡s palabras, la firma del cancil ler del Reich va-lía menos que la de un escribano.

Esto lo contó Hitler e1 z9 de marzo de ry42,y fue re-copi lado por su estenógrafo personal . '

Los tres testamentos de Hitler no difieren mayorita-r iamente entre sí ; en 1938, por la misma época del se-gundo documenro, también Eva Braun había hecho elpropio.

Así como hacer un testamento no sisnifica morirsedespués. tampoco distr ibuir veneno. prr , . ro caer enmanos de l¡s lro¡da s rojas, es prueba de un suicidio in-minente.

Por otra parte, hay dos ejemplos de Io que él mismopensaba de los suic idas.

En r944 la secreraria de Hitler había advertido clue elFúhrer "compadeci,t srnce¡Jr¡ielrre a Lrs per-son.rs.r 1.r-s que}a desesperación empujaba.r -s¿crrse v'o|unnrian'¡enre 1¡ rr-da. El estaba convencido de que un simple consel o, un pe -queño aliento en los momentos críticos, era sufrciente pa-ra hacer retomar confianza a un desesoerado".3

Los úl t imos días de ¡br i l de 1945. cuando el a lcaldede Leipzig se suicidó con su familia, Hitler calif icó estaactitud como cobarde.

¿Cuándo salen Hanna Reitsch y von Greim del bunker?En sus l ibros, FI¡nna Reitsch nunca es c lara y deta-

l l ¡da, Por c ier to el día z8 a las 9 de la noche se encuen-tra en el Fiihrerbunke¡ cuando Hitler recibe informa-

r5l

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ción Rr-urcr t ¡ ¡nsmit ida por la BBC de la ofrenda dep:rz c i r ' i : .mnr ler hecha.al Conde Bernadotre, comot¡m1' : . . ' . ic . encontraba presente en el moDento en queel l¿: : ¿t l . r Gesrapo Mul ler y el Gener.r l Fegeiein, cu-:- . r , . ie L.va Braun sal ieron a los jardines. Y cuando se.. . , : . rzó l ¡ reunión poster ior , en l ¡ cual e l General. ' . . r .1Jrng. como cuenra John Toland en su l ibro, sugi-. . , ' ¡ Hrt ler que debería arr iesgarse y escapar inmedia-: . rmente y expl icó los detal les de su plan, el Grai . Krebsr l l ípresente, lo aprobó como posible, desde un punrode visr¡ mi l i rar .

Flit ler escuchó en silencio v al f in pregr-rntó "¿Qué pa-s¿rí;r si tuvieran éxito en la huida?" v se contestó solo'iSe supone que yo el Fiihrer vov a dormir en el cantpoabieito o en unr granja y esper,lÍ a que tctdo termine?".

Lo único documentado es que el día z9 de abril tv{ag-d¡ Goebbels redacta, como su marido, una carta fecha-da dir ig ida a su hi jo Harald, la misma rermina "La cartatiene que salír, Hanna Reirscñ Ia lleva, rreterá de salir enavión.'fe abrazo con mi más ¡¡rofundo v maternal amor.Mi querido hijo vive por Alen"tania".a Ei tono general dela carta es desesperado, pero las palabras la carta t ieneque s.r1írson ajenas, el sujeto es Hanna Reitsch qLre rra-tará de salir v todo lo que llevará tiene que saiir con ella.El hecho que sef, fechad¡ el z9 también pone dudas, omejor, conf i rma otra hipótesis.

Hanna Reitsch tenía que esrar al tanto del m¡rrr imo-nio de Hitler celebrado en ia medianoche del z8 de abrii.

lncreíbiemente lruchos historiadores equiprrrn es-te acto y los testamentos con una voc¡cir in de muerte,casi un preiudio al suic id io, cuando normalmenre, ¡ctoseguido ai matrimonio hay un viaje.

De cr-r ; r lquier m¡nera, era l ¡ ú l t inra oportunidad deof ic i¿l izar legalmente st¡ unión, que podría tener en

I 5rl

la ópt ica c ie 1¡ evasión y un rebrote del Nacion¡r1sc, , .l ismo una expl icación racional , como veremos m.-,-adelente.

Leyendo las lagunosas memorias de la aviadora, uno sepregunta ¿será verdad que Hanna Reitsch salió a primer;rshoras del dí.r 29, como corean los historiadores? H.ry unasnotas periodísdcas de ella publicadas por News Chronicleel día 28, 29 y 3r de diciembre de 1945, donde, seEpn diceTrevor-Roper "Hanna Rei¡scñ afirma que ella v Greimab¿ndonaron elbunker et't l.t madrugada del jo <1e abril. Sihubiera sido así, habrían sido neces¿rianrenfe testigos dehechos acerca de los cuales, guardan silencio, si es¿e si/en-cio fiiera deliberado sería nuy significativo".s

El h istor i¿dor conside¡¡ a esto un er¡or de fecha. Nie-ga que así fue ¡t declara que salieron dcl refugio ex¡ctr-mente z4 horas antes, el zg "como lta podido compro-barse por disri¡r¡os conductos".

FIanna Reitsch descr ib ió aquel los dí¡s en una cart ld i r ig ida, en rc.¡46, descle su pr is ión. a su hernr¡no. oi i -c ia l de marina. Esa cert¡ fue publ ic.rd:r en r9;S. c l ; rnoanterior a su muerte, en su l ib¡o Cinl.rsl ' . lbi-sn)Lr-s, en c\-te ella declara que después que apareció el l ibro de Trc-vor Roper en el 47 "Le ofreció a éste el relato de lo suce-dido y vivido personalmenre, ¿g¡eéln do el pedido derectilicarlo, y.1 que sin dud¿s se l.¡¿s.róe en datos erró-neo.s". El historiador'I-revor-Roper rechazó su ofreci-miento "arguntentando que los informes que obrabanen su poder provenían del Counter Intelligence Corps

1t <1ue éste siempre decía la verd.tcl".('Si esto fuera así como parece, bien pudo estar al tan-

to de las despedidas del Füfi¡erel día 3o. La primera, rea-lizad¡ a la maclrugada, porque probablemente in-rrginr-

155

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: r . que tod.o estrb: l is to para despegar v la segunda' r h

trrde. porque efect ivamente sal ió poco después, ese

misn-io día. Por cierto, Adolf Hitler el 3o de abril se en-

:ontraba tranqui lo, descansado, v ist iendo lopa nueva,

al igual que su flamante esposa.

Hay también que recordar Ia orden de Goebbels de

despejar el Führerbunke¡,1os jardínes y las ventanas de

la Cancil lería.

Otra cosa llamativa es la despedida de Eva a Linge, no

ie dijo "Adiós", sino lo contrario "Hasta la vista", como

si tuvieran la posibil idad en un futuro de verse, l¡s mis-

mas palabras que Hitier le dijo a Speer menos de una se-

m.1n¡ ¡ntes.Subrayable es también la últ ima despedida de F{it ler

con Blur, donde increíblemente, le dice que "graben en -suru.t b¡ que 1o traicionaron sus generales". Sin embargo, los

:: s:¡¡i¡dores corean siempre a un Hitler que no queúa que

enconüaran su cuerpo y menos aun su tumoa-

Es muy interesante y significativo el relato de Otto

Gunsche del últ imo minuto de Hitler en el bunker, el

único hecho novedoso reportado a su regreso de Rusia.

Se encontraba en su despacho, de pie. mirando el retra-

to de Federico II y su mujer, en ei baño, pues Gunsche

oyó funcionar la cisterna, actitudes, ambas, perr nrdr

suicidas, a lo sumo en espera de algo.Por cuanto a mí, me hace sonreír la últ ima vislumbre

del ayudante person;rl de Hitler, me hace pensJr.n ,t.t i

actitud típicamente femenina, de ir a hacer pis antes de

comenzar un virje y ¡quó viaje! Cruzar el centro de Ber-

l ín en un bl indado. Esperar por muchas horas el mo-

mento bueno para despegar y después realizar un peli-

groso viaje en avión.

156

I os minutos inmediatos son sospechosos. A Hr: .=:lo l levan envuelto en una ¡lfombra, iomo cuenta la r-e:-sión soviética, cierto es que en esos días le temblaba mu-cho la mano izquierda y tal vez la pierna del mismo la-do, hacerse el muerro tenía que ser algo muy difici l paraé1, si aiguien 1o veía se daría inmediatamente cuenta deque no lo estaba.

Kempka, que lo vio envuelto en los jardines, recuer-da otro detal le muy interesante, su pie derecho estabadoblado en la posición que asumía siempre cuando des-cansaba en el automóvil, raro reflejo en un cadáver, so-bre todo después de subir 44 escalones de la sal ida deemergencia, l levado por los tobil los.

Sospechosa es también la idea de envolverlo en una al-fombra. Seis meses antes, Skorzeny rapró así al hijo del Al-mirante Miklos Hortvvon Nagvbania, en la operación Ra-tón Mickey, icler clue se le ocurrió tras leer Ce<sar vCleopatra de Sha'"v. Sintonritico es también que Hitler, rrasfelicitar ai jefe de los comandos, cu¡ndo Skorzeny se le-vantaba para irse, él lo detuvo y escucharon decirle " Le voya dar ahora la más impomnte misión de su vida" ,esto ocu-rrió los primeros días de octubre dery44.

Mr.rchos historiadores quisieron ver en esta frase elataque a las Ardenas de fin de ry44, pero contemporá-neamente al ataque sorpresivo en las Ardenas, está elproyecto de salida en helicóptero de Hanna Reitsch y lareunión re¡ l izada, unos meses después, en el hospi ta lde la torre anriaérea, junto al cabezal de la cama de HansRudel. lusto, todos los héroes que Hit ler considerabapor arriba de los demás, estaban reunidos.

ta-

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Lst¡ t 's t : . r : i . - - ' i ) r : r -e luso de la al fombra no fue ne-ccs. i ¡ r . - , - . ' : : : . ' . nrujer de Hit ler . L levad¡ en brazos pori ' l ::- :- '- ::,r nrás de una rampa de escalera, al quedar-:.- . . . -, . . .r i ienro, p.'rsa de brazo en brazo, y siempre la

: .rrr tapándole el ¡ostro, facil i tándole la tarea de'- :

: jerr en los jardines, por c ier to, había nueve bido-- =. :e bencina. Cuando los l levaron, el centinela de tur-

- , preguntó prra qué er;rn, Kempka, que los había traí-jo con cuatro hombres, dijo que eran para el gcnerador.E ste le contestó que er¡ imposible porque no erf, grsoil.Otra f.risedad de Kempka.

Esta bencin¡ de ¡uto podía tener otro uso: los moto-res Argus del Fieseler y dcl ,.1r¡do ¡ceptaban ese octan¡-jc en lugar de bencina ¡r , ic¡ , much¡s veces 1a ut i l izó enlos diferentes frentes, sólo se reducían l.rs prcst.rcione-smáximas.

En su l ibro, FIannr Reitsch sólo declara "que IIegó sinuna gota de bencina'1 Los r7g litros de combustible reco-lectados sobraban para salrear Berlín y l iegar más lejos.Tampoco declara que la avionetil se encontr¡ra dañada aiaterrizar, que esa quedrra destruida es una hipótesis, su-fragada sólo por el hecho de que a mediados de julio der945, fueron exhibidos los resros de un Sro¡cfr.

Lo encontraron cerc¡ de columna de ia Victoria don-de se había accident¡do y fr,re l iteralmente vendido a laprensa como la de Hanna Reitsch, quien ia había arerr i -zado íntegra, casi un k i iómetro más adelanre, en la ph-zoleta frente a la Puert¡ de Brandenburgo.

Que no puede ser el mismo apar¿to se evidencia enlas fotos, el daño estructural que sufrió refleje su histo-ria. Conocí a un piloto que sufrió un accidente muv p¡-recido; mientras ex¡minaba las fotos, me contó cónrohabrí¡ ocurrido.

rs8

Al ¡ terr izar. e l É) 156-D Storch probablemenre ¡ . r - . -chó un neumático, o el mismo exploró (en la foto falt.r .se desvió inmediatamente de la l ínea de aterr izaje in-gresando en el '1i-ergarren, esquivrndo unos árbolesgrandes, se adentró en una mata de arbustos y arbolitos;las alas se doblaron hacia atrás como Llna golondrina y alpararse hacia adelante, la hélice tocó el sueio blando que-brándose una sola aspa. Esto es exactamente 1o que sepuede apreciar al ver dichas fotos.

En las mismas también se puede apreciar que la avio-neta tampoco está quemada, fa l ta la lona del fuselaje,porque alguien, como ocurr ía entonces, se la l levó co-mo -souyenir, teniendo pintada la cruz alemana y la n-ra-t¡ ícula. En las alas queda todavía la lona de arr iba por-que no l ¡ a lcanzaron.

Otro hecho es que, al haber-^e quebrado un solo aspade la hél ice, la avioner¡ acabó su vuelo en la t ierra blan-da: s i lo hubiese hecho en la ¡venid:r , h hélrce de made-ra hubiera quedado sin aspas.

Hav pruebas fotogríficas t¡mbicn respecto ¡l de stinofinal de un Ju 52. Sus restos desplom.rdos quedaron en elEje Este-Oeste, examinando la foto se puede evidenciarque cayó verticalmente desde unos 20 metros de altura, enfase de despegue apuntando hacia la Puerta de Branden-burso, a los dos tercios de la avenida y justo a Ia aitura dela Opera Kroll. El fuselaje está abierto por el impacto ho-rizontal, sólo las aias quedaron intactas.

El p i loto del /u 5z "Patagonia ' , Jul io Ar iet¡ de Bar i lo-che, contó que ei único probleme que tenía ei trimotorera el esfuerzo neces¡r io para despegar lo, era muchomás maniobrable que un I)C3. El avión despegaba ágil-mente a rzo km/h, por un¡ pistr de menos de 7oo rn

t 5t)

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- : . - , : . r - . i r : l - - ,s col inas que rodean a Bar i loche' A 1os

:-. : .. r.., - ' ' .r a 1S m de altura, si bien aparentaba len-- , , , i , ' , ' ru idoso, no sería un problema sal tear la

- - 3¡¡ndenburgo, alta s6lo z7 m, 25" de flaps so-

- :or la carga humana que habría tenido que rrans-

i u 5z caído y fotografiado demuestra que tenía ra-

: - : ) \ 'on Greim: era demasiado pei igroso Por serblanco

:.-,: i l al sobrepasar las copas de ios árboles frente a la Ko-

:'t igsplatz,repleta de soviéticos; quien lo intentó sobre-

i . ¡ luó su suerte.También sabemos que un bl indado se encontr¡b¡

guardado para Hi t ler , zoo hombres 1o escol tar ían, i ¡

misma Hanna Reitsch en su l ibro Volar es tni Vida es'

cr ibe que un bi indado la l levó hacia el lugar de despe-

gue, que pudo observar el recorr ido, tomaron la cal le

Voss y en 1a esquina embocaron ia cal le Hermann Coe-

ring, eso significa que salieron por una de las rampas del

frente de la Crncil lerí¡, Jcsde su subterráneo, que dis-

ta, cruzando Ios jardines. dr loS /o pasos de la sel ic la c le

emergencia dei bunke¡.En ia Corte de Honor de la Nueva Canci l ler ia se en-

contraron var ios bl ind¡dos 4x4 6x4 y 6x6, H;rnn¡

I le i tsch tuvo la oportunidad de hablar del tema con

unos amigos, y habló de oiros bl indados, un SdK{z

z5or/t, oruga y de un :34, 8 x 8.Según Hanna Reitsch, despegan en el Tiergarteny

^las 3 de la maclrugada aterrizan en Rechlin' el día lo omi-

te, como otras omisiones capitales y trasiados de hechos

c1ue, leyendo sus mernoria tan calibracia, dan la ider de

ser voluntarios.Un ejemplo sorprendente es el Sar¡¡enfo B. En sus tres

libros de memorias nombra a cientos de peisonajes, srl-

vo a uno, lo encubre con el propósito de no l legar a ras-

r6o

trearlo fácilmente, como si quisiera cubrir algo in-rp. :-tante, dif icukando su aporre tesrimonial.

Só1o en t97z se había publ icado en una revisra sunombre: Bosser,T pero solamente en r992, t ras leer el l i -bro de Victoria Robbins, L.t muerte de Hitler,mis sos-pechas se fueron aclarando. El sargenro pi loto lurgenBosser nos cuenta en un relato rnuy detr l lado los díasdesde el z5 hasta el z9 de abr i l .

El pr imer día había l levado al general Fegeiein deLaerz a Ber l ín, h¡c iendo etapa f inal en Gatow, dondetres i lutomóviles carsaron a Fegelein y lo l levaron haciala capi ta ldel Reich. Al día s iguiente, 26, "A mediodíame presenté en la oficina del comanddnte y en la mis-nta encontré al general von Greint, fui interrogado mi-nucio-s¡nrente sob¡e mi últ i¡tto vuelo con Fege/ern. l.rsp¡e-gunr¡s se refirieron preÍérentenTente a Ia fuerza del¿ artillería antiaérea enemiga y a las condiciones de ate-rrizaje en el aeroptterto de Getow. Von Greim quiso s.l-óersi-yo creii aún posible llevarle a Catow y le dije r¡uepodí,t ltacerlo en-seg¿¡id¡ si¡t tirubear, tlecidíntos parttr a1as cu.lr¡o de la t¿rcle. Veíntit-tt:ttro.ryiollc-s cle c.tz.t prct-tegerí¿n nuestÍo vuelo y rro-s.rgulrd.ir¡.1¡l c.¡t e1 .lrr.: ¡ 1.1hora indiceda."s

Sigue contando como se acomodan en tres en un Foc-ke Wulf r9o y cómo despegan y volando a 320o merrosse dirigen hacia la periferia de Berlín. "soltre d aeropuer-to de Gatow.rcele¡é el avión a 6oo por hora v descendíhasn too m.:tros, describiendo un¿ espir.ll e.strecha. Encuanto hube eterriz,edo, se despidierort á, r,orotro^s /o-s c¿-zas de escolta y se alejaron en v,uelo ¡JsJn¡É._

Bosser s igue relatando cómo en aquel momento seacerc¡ba el fuego de arti i lería rl campo de aterrizaje y có-mo sus pasajeros despegaron ¡ su vez. "Dado que las co-munic¿ciones por carretera con el centro tle la ciudad no

I6r

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eral) -\ ' j l .r.rr.:;.r¿)/es, e] gerteral partió en u¡r Fie-seJe¡

Storch ir.,':-: .rrl-¡rize¡ en e1 Eje Este-Oeste, tal conto ha-

bí¡ hc;,-r, , \'L) en r'¡rias ocasiones. EI general era quien pi-

/c,¡.r:.r . ' , .:rJ¡¡ro. Le acompañaban Hanna Reitsch y un

i . ' - ' - - ; ' : - ' . - : : .

- i i b ien este úi t imo detal le es novedosc, t ¡ ,mbién es

::rieresente lo que sigue en referenci¡ al día siSriente. 17.

For i.r mañana. "Se buscaban pilotos voluntarios, que

c-sruvier¿n dispuesros a realizar un aterrizaje en la Co-

lumna de la Victoria. con el fin de sacer inmediatamen-te del centro de Berlín a un personaje índispensable pa-

ra la posterior dirección de las oper.tciones bé1ic¡s. 5i sepretendía llegar a la capital, debía realizar un vuelo nun'

c¿ inÍérior a 5o km por encima de ttn territorio ocupadopor las fuerzas enemigas. Se prese-ilraron cinco pi]otosde cigüeiias (1os aparatos Fresele¡ Sro¡ch) y yo llevandoun Siebel zo4. Ante tododebo reconocer que nunca ha-bía nanejado un Fieseler Storch, por )o que me dije que

si la misión podría cubrirse con una cr5¡tiena también

serviría mi Siebel. Este era un avión más rápido, además

de tener una mayor capacidad, lo que nos pent'titiría re-

cogeÍ a unos diez o doce heridos. Partí más solo que un

perro, las cinco cigüeñas va se encontraban en el aire.

Llevaba como observador a un viejo sareento, veterenoconocedor cie muchos frentes. Después de casi cinco nti-

nutos de vuelo todavía divisaba 1as cr'g'tienas a unos 150o

rTletros de altitud, las cttales parecían unas grandes plu-

nr.rs suspendid¡s en el cielo. Como mi aparato desarro'1i¡b¡ un¿ velocidad muy superior a l¿ de los Fieseler

S¡o¡ch en loo kilónetros horas pasé por debtjo y con'tinué adelante."

El piloto se extiende en las descripciones del acerca-

t6z

- I

miento a Berlín entre nubes 1' drficulrad do al país su,j¡^::.-"Pronto nos hallamos exactanlente en el centfenorrlbre B,V o I ab a ba j í sim o p o r d eb aj o del b o rde í n fério r de 1¿ss a s í o u etodo esto duró pocos segundos, pues he aquí que las¡r..rili_rias aniaérea,s rusas de me diano calibre nos prepararon un Iespectaculo pirotécnico de tales proporciones qLte amena_zaba con hacer perder la cabeza. inc/u.so.r nti viejo sareen_to Por todas partes venían en dirección nuesf¡a los pro_yectiles de 4 cm. hice una serie de bruscas manio br;ts. perosin dejar de observarbien la ciudad.ly'o.scpodr.r p"rrrr."naterrizar, mi observador me insüba a volver Dronro a i¿ se_guridad de las nubes. 'fome la dirección del aeropuerto deL1en, en vista de que Ia misión, aunque no coronarlt porel éxiro, habí.t quedado cumplida".

Al día siguiente, 28, su comandanre le orclenó iracerun úl t imo vueio a Ber i ín; a las s iete c le la tarde le encon_traron un avión para é1, un Arado _9ó, no se encontrab.ren buen estado, los t imones de aterr izaje funcionabanmal, pero no había otro. Despega y "e 1as 2o.4o me en_contraba exJcra¡nenre sobre el centr() de Ilerlín y. cos.1extfaña, sin verntc sonietido a un i¡l¡ens¿r lr¡err, ¡¡l¡ l. lcreo. Desde4zoo metros de altitucl divi-s.rb.l ¡,oc¡. co,.r*.parte de los nunterosos incendios que il¿;le¿b¿n j. l o¿¡_rlad, el hunto hacía que /¡ esc¿s¿ viisibil id¡d fuera toda-vía más precaria. Disponía de dentpo v procedí a descri_bir Iigeras curtas para orientarme má¡or".

Sin sran di f icul tad aterr iza, ya pasadas las zr .oo hs.en el puesto de mando que exisr íe en los sótanos de lacolumna, pidió de avisar al Führerbunkersu l legad¡; nofuncionando la líne.r telefónica ni la radio, dos soldaciosfueron enviados como mensajeros. Alrededor del Tie¡_garten se estaba combatiendo intensament e. "por lo :a.n_to e] vuelo de regreso se presentab¿ ¿¿Ín mjs clifícil por_que me vería obligado a volar a lo largo de la línea clel

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{rente.Pero ¡:1.' hallaba dispuesto a seguir adeh ll fL' 'l trn -

oue -si{r: i. ' ; ;a ra tni muerte )' la de mis pasajeros'"

\ ' . ¡delante sigue describiendo ei encuentro con von

i : e1m sorprendiáo "enoÍn'temenrc que Yo fuera quien

,.ir,,bi".. p. estado¡ s¡carJe de aquelberengenal' ¿Y qtté

hacer con'Hanna Reirsch? Mí aptarato Arado 96 era un'lipirt^

y llevarla con llosotros no re:;ultaba cosa fácil"''Termina el relato l levanclo a i;r pereja' conforme a

.lo

ya escrito por Hanna Reitsch en sus Memortas''

Lo l l.rmativo de estrs págil-rrs es que el dír z7 por h

mañan¡, fueronenvi¡dascincocigi teñ¡ isconLrnacap;I-.":"J á"- ,t."sporte de diez prsajeros haci¡ el centro de

Berlín. Ademá's c1e un Siebel zo4 de igual capacided' una

verr l ¡ , leramisiónciesocorro,unurgentesOspart iódeBerlín. Y esto el día antes que Rudel salier¡ de su base y

enviara el Ju5z.N o considero superfluo repetir lo y;r di-

cho ¡nteriormente refercnte al helicóptero v rl /u -5:' el

entofnofami i iardeHit ler 'n iñosincluidospodíafepar-tirse en las cinco cigueñis o en cl Siebcl de Bosser'

Resulta sumamente extraño que no se tomara cono-

cimiento de esta misión de resc¡te por décldas; pero me

l lama aún más la atención el mister io que roder al te-

niente que acompañ¡ba a von Greim y Hanna Reitsch

.t ,* f...toro u.t"lo hacia Berlín: nunca se habló de él'

Considerando la pr isa, e l medio ut i l izado y los pel i -

gros acechantes, no es posible cre.er que ese personrie

istuviera haciendo eviostop,él debia scr realmente im-

portante para ser l leveclo en aquellas condiciones'

Invest iganclo el tema de la s¡ l ida Hi t ler en ¡v ión des-

de el centio de Berlín, encontré que el l) ierio l l ttstrado

á" So.,rl.go de Chile, ei r8 de enero de r948 ¡rublicó unr

tnuv int cresante histor i ¡ '

t6t

Un inmigrante alemán recién l legado ai país sudame-ricano cuenta sobre un amigo ingeni.ero, de nombre B.,a quien conocía desde hacía var ios años, ta i es así quehasta intentó conseguirle 1¡ exención dei servicio mili-tar en la Segunda Guerra Mundial. El hecho ocurrió el

3o de abr i l de r945, en el centro de Ber l ín, a las 4.r5 hs.de la tarde: un Ju 5z aterrizó proveniente de Rechlin, elarti l lero de este avión era B., tras desembarcar su cargalograron l lenar el tanque para dejar Berlín io más pron-to posible.

En el intervalo para reponer combustible, el ingenie-ro B. recibió un codazo en las costi l las por parte del ope-rador de radio, quien 1e indicó mirar en cierta dirección,.r unos cien metros ambos hombres vieron, sin ningt-n¡ durl¡, parado delante de un avión turbojet a su co-mandante supremo, Adolf FIit ler, vestido con un trrjegris v gesticul.rndo animadamente con algr,rnos aitosfuncionarios del partido.

Durante diez minutos más, mientras se cargó el com-bust ib le en el /u 5z los dos tr ipulantes obse¡varon esaescena y.r l redeclor de las 4.3o hs. de l ¡ t ¡ ¡c le volv ie¡c¡n ¿despegar.

EI día después se sorprendieron extremad.rmente alescuchar en el comunicado de Doenitz la frase "der Fíih-rer ist ge{al}en ' ' . Hitler había caído gloriosamente, perola actitud que observaron en Berlín parecía la de una ¡ni-mada despedida.

La nota periodística habla de un Me jjz,no obstanteun coment¿rrio editorial -mas bien una errat¡- corri-ge por un Ar¿do zjl.Yo también concuerdo que quieninformaba conetió un error técnico: nunca existió unMe 3,j2, código atribuido a un planeador DFS. Tuvo queser un Ar 234 Ii l i tzpor varios motivos. A fines de abrilr945 todavía opcraban enel |II/KGT6algunos de estos,

r L ' )

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entonces. acielant¡dos Terv hast l e l f inal de la guerra

t¡mbién volaron como cazadores nocturnos en el /(om-

n-tando del i¡avor Kurt Bonow.

El Ar ziqti-z,nació como tin bonba¡dero comprcto tac-

tico, stls gruesas rued¡s le permirÍan aterrizar en campos

abiertos,ion sus dos motores Junkers lumo oolB rurbo-

ierestaba capacitado para despeg;rr a más de zoo km/h, su

velocidacl de .r.t.ero de 7oo km7'h y su altura de vuelo a

roooo metros v une autonomí¡ de r65o km lo l-racia prác-

tjcamente invulnerable. Pero pudo haber sido también un

Ar '4qC-t , la úl t im¡ versión de cuatro motores BMW

o<t jA turbo je¿ con prestilciones aítn superiores' Este avión

¡et, mui'-rv¡ltz¡rdc¡ respecto ¡ los ¡viones convencion¡les

¡li¡clos de entonces. es compar;rble hov a un /er Éiecu¡ile'' fenía, ademís c le pi loto v copi loto, atrás de el los ' Lr-

g¡r e¡ e l f r rsel ; r ie p¡rr ' r rJ i lsport l r con ur l mínimo con-

ibrt ¡ .1,rs persorl. l:;. Sin su carga de bt-¡mb¡s stu'rdard y

con t¡nql-rc ' c le c¡rburat l te medio i leno, más que suf i -

c iente pera l legar a Di t ramarca en pocc más cie medi ' r

hor¡ , su despegue y vuelo corresponderí . rn al nombre

que lc fuera inrpttesto, Ra.Yo'

El hecho Cescr i to por el ingeniero B. dc un 'Führe¡discutiencio v gesticuianclo '- lur¡nte t5 nrinutos con un

grupo dc . r l tos jerarcrs Ine p¡rece evidenciar ia negat iva

clel r ¡ ismo de c.rrglr pas.r ieros. No h¿bí¡ más ch¡nces,

su clecis ión era i r tevocable, é l se iba v s i b ien habría lu-

gar cn el con-t'partimc-nto de carga, los denlás se qtleda-

rl.1n a su clestlno.En efecto, en ei compartimiento de bombes bien h¿-

br i rn podic io caber precrr iamente otros pasajeros. pero

sin IA'l'O,cohetes de lanz¡micntos, el despegue habúa si-

do lento y por enclc peligroso: creo ademá.s que para nra-

yor r"g,ri iá.d l¡ s¡l;cla de Berlín se .rtrasó h¡sta la media-

t 'ro.h", hor¡ cie la trcsu¡, solicitada desde el FühlerbLlnker

l6(r

y que la misma fue pedida ad hoc.Hecho que fhe el di: -gulenre causa y motivo de honor del suicjclio del gener._,.Krebs; a su retreso der cuarrel so"iéti.o jescub¡ió, cor¡odijer.r el gener.riWeidling,

"l ¡rr"g" qu" ¡r;a

Tras sal i r de Ber l ín, Hanna Reitsch, no relata exacta_mente qué hic ieron el la y von Greim. Sólo cuent;r quefueron a,plon para ver a Doenit, , i ., "rp".if ica¡

la f echay po5al horas-después fueron a Dobbln n "r,.o.,,.,,.."con Kei te l . Sólo en Ia noche clel rq de ntayo cuenra queescuchó por ie rrdio que el Fr iñrer h¡bí¡ . . iao y que loreemplaz.rr í ¡ l )oeni tz, s in ntás coment¡r io.

, ^ l,::,1".. io, Speer en sus memorias der.rl l¡ que cu¡n_do .le f ue contunic¡do el hecho. se encontr¡b.r en el Cuar_tel Gener¡ l de Doenitzv, c lesh¡ciendo l ¡ rnaler. , encuen_

tra la foro con dedjcatoii., do i {itI"..1,,.. i rnir,_r,ro le h¡bí¡pedido en oc¡sión de sus 4o años ntenos de sejs sc,nt¡n:rsantes., "Cuando saqueílñler.r cl rerratoe_xp/otcí tn sollr,zos, ahc¡r¿ nti rc,i.tción con J litlcr est,tl.r¿ t,erd¿ctt¡,tnrr,/)¡r,ac¿ó¡¿/¡, e1 enc.ul¡<r r.otc, _v l.1rr.,gi, .,lrr-g.,.¿,

'.1,

Esto no lo cii jo en Niirerrberg, aon j. se ve nrlio col¡orspir.rnte mlgnicicr y antihirlerista freucriano, slno lo es_cnolo vern[e .rr.ros después al salir de la cárcel de Spandar,.

[(eitsclr y von Greim regresrrou otr¡ vez a plon porpoco t iempo, tenía que ser el c i ía u de mayo. No resul t ¡que von Greim haya habiado con D.eni iz cre ias órcle,nes slrpuestas de Hitlc.r, en mérito a que ..Uir

traiclor ¡tonre.suced¿ nuncJ conto Fí ihre¡"y h¡.st . r un¡ eventualdetención de I I immler, que le h.br i ¡ , i .ü. ,n. . .g. ,a.

"noc¡sión de su nr,mbr,rmiento ¡ [ \ j ¡ r isc.r i c le l Aire, conl , rtampoco el encuentro de él con Himmler. ,o

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El día 3 von Greim quiere regresar a su comrndo en

lohemia, despegan con un Do zr7,en pleno vuelo tuvo

:na infección. Tüvieron que parar en Koniggratzy pa'

s.rr 4 días en un hospital. El 7 vuelan en dos aviones se-

¡¡rados para encontrar al Mariscal I{esserling, quien se

encontraba en Zell An-r See. Llegaron el 8 de mryo. Ir cr-

pitulación ya había sido firmada, la vuelta de von Greim

;l sus tropas ya no tenía sentido.Los dos fueron hechos prisioneros por los norteame-

ricanos. En su l ibro Cimas y Abismos ella cuenta su cau-

tiverio en Oberursel, cerca de Frankfurt. Antes de ser

interrogada por el CIC, hubo una prolongada dieta ¡ ba-

se de sopas sin sai y hasta la prohibic ión de usar jabón

para su i impieza personal .Intentaron quebrantarle así su silencio, frente ¡l c¡-

pi tán Cohn, sobre la mesa de los interrogator ios, había

como por descuido una barra de chocolate. HannaI{eitsch relató "5e me hacía agua la boca, como ¡ c¿¡41-

quier ciudadano alemán en aquella época, pero yo me

hacía la que no me daba cuenta". El capitán le hizo en-

tender que ella debía declarar, en una conferencia de

prensa, sobre 1os últimos días de Hitler en el sentido

inapelable de los informes del CIC.E sto ocurrió después de la publicación del informe

oficial británico, alrededor de fines de noviembre o prin-

cipios de diciembre. Ell¡ rechazó ia propuesta y el ofi-

cial igual entregó una declaración a los corresponsales,

Hanna Reitsch jamás ia reconoció al no tener su apro-

bación.De curlquier m¡nera fue demorada largo tiempo al

igual que Otto Skorzeny.El Obe¡fth¡e¡fue arrestado a mediados de mavo de

tg45,y fue interrogado por el coronel Shene que llegó

de Versail les para hacerlo personalmente. 'Fue ¿cus¡do

r68

de h.tber hecho evadir a Hiúer de Berlín el 3o de abr:..para conducirlo a lugar seguro. Skorzeny logró cliscul-parse a los ojos de Shene; demostró qu" no había jdon¡ás a Berlín después del to de abril. Cin Iósica hizo no_tar qLle si hubiese llevado a Hitler, no hab|ía resresadopara entreg.lrse prisionero. El Führer no habríirenun_ciado a tener a su lado a un hombre como él.,r,ADaren_temente, le creyeron de inmediato.

Pero por más de tres años quedó detenido. ,,skorzenytodavía no fue liberado. Su leyenda era dura a morir, yaquella de la sobrevivencia dá fl¡tler también. Los nor_teamericanos rcnían necesidad de él para poner al día susarchivos, y lo interrogabanrp"rrr, ," oían voces sobre laexistencia del Führer en algún lugar del mundo.,\,

Hasra que huyó el z7 de julio de r9ag, como revela ensus memorias, por t res ¡ños los interrogator ios a que losometieron los norreamericanos graviiabrn siempre yobsesivamente sobre el mismo .r i r r ro, ¿Cómo se i levóa Hir ler y dónde lo ha ocukado?

El general Ritten von Greinr a quien ,,ofici,t les nor_

teamericanos Io habían Ilevado a Salzburgo bajo trata_t¡tiento, digantos no muy digno, Io iban a llevar prisio_nero, ahora que el honor del oficial no valía más natla.te,rmino.su c¡mino que habít entprendido imperturh.r_blemente fiel t le tradición de su rango en el últintocumplimiento de su deber".tt De esta Lrrr".r, escribeHanna Reitsch, como un mes después , el z4 d,ejunio deI94S, von Greim se suic ida.

-.Hay que aclarar que los suicidios por honor de altos

oficiales en las postrime¡ías de la gueira son muy pocose inmedi¡tos a la capitulación, parece más bien que unacarga moral demasiado pesada lo dobló, quizá h i-.g"r_,

r6c.¡

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-

- . : . . ¡ ¡ t i tas de los seis niños Goebbels ' entonces él e l i -

: : i suic id io.' :.rt.. Tr.vor-Roper tuvo que admitirlo "Sin emb.ar-

.- '. cu¡1esqu iera que sean los defectos o las inexactttu-

-.:s cronoiógicas que hallemos en el rel 'ato de Hanna

i:rrsch. prectso es considerarlo con'to un documento de

. \cePcjonr/ i mP ortanci a"'

l lanna Reitsch escr ib ió t res l ibros de memorias' en

:')njunto poco menos de mil páginas' En todos se que-

,.r de Trevor-Roper v de Shirer' a quienes acus¡ de usar

:notaciones del CIC ¡mericano Dice que esos reportes

cle testigo ocular que le atribuyen nunca los escribió'

, l. inca io, vio, nunca los f-irmó, y no corresponden en su

nrr.vor parte a la verdad'

D. "r . ,

mi l páginas, sólo dedica-veinte a los úl t i -

mos seis dias de aúr i l 1945, ocul ta el apel i ido del sar-

qento Bosser, no cuenta que en su- famoso vuelo cte

id¡ a l ler l ín estuviera presente un desconocido letr t -

t r . lnf , y no es c lara , t ' t ipoto en referencia a su sal ida v

ru dcst ino.No disipa ninguna de las dudas que se generaron oes-

p.,ér' ..,".rt. l qu.e Trevor-Roper y.shirer no dicen 1a ver-

dld, Pero no dice cuál es esa verdad'

Si I-lenna Reitsch s¡l ió de Berlín el día 3o de abril ' co-

mo relata Trevor Roper c i tando una deciaración de la

pr imera mujer Flug-Kapi tan de Alemania' ¿l l experta

piloto del rurbo7ertuvo que ver con un Arado z71y con

i¡ i ,1. . a la espera de despegar una hora después de su

histór ico suic id io?Consiclcr¡ndo el hecho de que e\ copy de la edición

que se está c i tando es de 1979, año de la muerte de Han-

n¡ Reitsch, hav que d¡r como definit ivas las úldmas fra-

ses sibii in¡s de su autobiografía: "Variaslevend¿ssete-

lerrn en torno tle mi úlimo vttelo ¿No podría haber

17C)

escondido tal vez a Hitler en tlgun 1ug¡12"v un ni::: 'misterioso interrogante , "Tal v'ez. ¿revel.tnt e1 secr.:sospechado?".'+

No-r¡s

r. Tol¡nd, John, ADOLF LIITLER. Scsund¡ Partc, pág. '175.z. Pickcr, Henrv, CONVEIT SAZIONI DILIITLEIT-ATAVOL.\,

Píg rz3.3. Zoiler, Alber r, D O U Z E ANS A UPRES D I //TIER, píg. : 3e-1. Oven, Wilfred von, QUIENERA GOEBBEIS, píg. -19.5. Trevor-Roper, II.R., LOS UL-t'IMOS DIAS DE I l l 'rLt-,R,

pág. r3r.6. Oven, Wilfred von, QUIEN ERA GOFBBI-8.S, pir. :6.7. Revista DOI\,ÍENICA DEL CORRIERE, pá9. r5fi.8. Robbins, Victorie, LA MUERTE DE I l l l-LER.9. Spccr, Albcrt, NIEMORIE L)EL1-ERZO IlElCl 1, pág ;Z+ro. Rcitl inger, Gcrrlcl, 5TO1i1¡l DELLE SS, prg. r9rrr. B:ruer, Eddy, SfORlADELLO SPION,4GG/O, páq. ro(,rz. Ib id, pág. zo8r3. Rci tsch, I I ¡nn¡. FLl t :Gt lN- i \ lE1^'¿tÉfN, l ) . r : r . , l ( ,r4. Ib id, pí9.33o

Page 66: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

El rq de mayo comenzaba a clarear, y la evasión de Hi-

tler va se habíe inici¡do.Ún testimonio indirecto lo aporta el submarinista ita-

l iano Renzo Zan¡si: cuando Italia entra en la guerr;r, en el

verano cle r94o, se alista en Ia Marina Reei y poco después

es embarcado en ios submarinos oceánicos con b¡se en

Bordeaux. Francia, destino que tendría dur¡nte los si-

¡Juientes clos años. En 1943 se encuentra en 1a Base Bálti-

la de Danzig; cuando cae el fascismo en julio de ese ¡ño'

es retenido allí por los alemanes hast¡ que Mussoiini rr-rel-

ve al frente cle la Repúb/ ica Sociale Itali¿n¿' a i¡ cual se in-

corpora continuando la guerra al lado de los alemanes' Fue

condecor¡do con la Cruz de Hierro por m¡no del misn-ro

Gran Almirante Doenitz. En Kiel se encuentra ios últ i-

mos días de abril, ve como todos los subnrarinos, en gra-

do de hacerlo, se largan y para él no hay lugar' Tras escu-

char el comunicado de Doenitz y viendo llegar el f in, en

ropa de paisano se fuga hacia H¡mburgo cruzando las lí-

.r".s bri iíni.as, f ingiéndose francés, un trabajador forza-

do de la Organizaiión Todt. No tuvo problemrs con el

idiom¡ que ya conocía y había perfeccionado en los años

de Borde¡ux, se quedo en Francia por más de un rño, y en

el otoño de 1946 regreso a su casa.

En ry47,cuando se re¡ctiva el puerto de Génova, Za-

nasi consiguió embarcarse como tripulante en travesías

de ul t ramar, y desde entonces nJvego muchrs veces a

América dei Sur.

11-' / '

I

Hace casi t re inra años conocí al h i jo de Renzo Z.- , : .s i . Er¡ mi époc.r de estudiante de arqui tectura, é l esr. . ._di¡ba Bel las Arres. Después de un t iempo conocí a suprdre ir me fascinó escuchrr sus ¡venturJ, desde enton_ces. A f in del verano de r995 fui . r v is i t¿r lo para hablarde submarinos v de rnis investigaciones. Si bien seprua_genario, seguía muy activo, f.rntoso velista, contramaes_tre en el prest ig ioso Y¡cht Club I ta l iano de Génova, to_davía asociado en un¡ importante f i rma cle provis iones¡ l imcnr¡r i . rs m,rr i t i rn¡s de i ¡ mism¡ c iud¡d.

En le char la que tuvimos me contó unas sospech¡s.que con los años se le' habían acentuado.

l ras h¡cer memoria de los ar los que viv ió en Danzig¡r Kiel , me conró que a pr incipios de la década del c in lcuentJ encontró en el puerto de Buenos Aires a un tr i_puhnte de subn-rarinos clue había conocido en Danzig,un tripulante cle la YIII IJ-Boore Flortille.

FI¡bía sido una cam¿raderesca ¡mistad, más que todo,porque el ¡lentán era intérprete y Zanasi podír relacion:rr_se y habl;rr más tácilmente. Recordaba que;rqucl homb¡ese llamaba orto N¡Eel, iuo ól cluien lo ,..or-,,r, l ió mienrr¡spaseaba de franco sin rumbo. Ante unf, botc l l ¡ c le v inoconvcrsaron de años pasados y, como era natu¡¿1, cle có_mo ambos se encorrtr¡ban en la Argentina.

Otto le conró que hrbí¡ s¡l ido "l

, l í. ...rr", que fueraemitido cl comunicado r.idi.rl de Doenirz, informanclola muerte de Hitler. Etr el Sl.rgerrakse formó un convoyde U-Bootes que tomó rumbo hrcia el Mar del Norre,cruzó el Atlíntico dirigiéndose al sur.

El convov esr'ab¡ integrado por sumergibles de los ti-pos IX y XXl.

A l ¡ a l tur¡ de l ¡s cosres argent inas, pasando los 4o"rugíc.n res ' , le di jo Nagel , los submarinos se separaron.El suyo continuó unos días más y l legó, tras un viaje de

X

Page 67: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

mell.r: ,-r--. ' , ," 'L'ntf, díts, ¡ un puerto naturf, i, en el me-di<, . , ' . . . - . : - r . i más absoluta de ia Patagonia sur.

.. ' .. -,..n desembarcado unas personas que el defi-nt l l luy importantes. Después de haber hundi-.: - -ioofe, los tripulantes, por separado. habían si-

. . .: ios a v¡rios destinos en camiones. Yendo hacia' -¡e. ei primer pueblo que cruzó iue Rarvson.. -,r io que Otto contó, casi todos se h.rbían quedado

' . : r ' i r en Sudamérica, como éi c lue te l r í ; r su hogrr en

lui imes, una ciudad satél i te de Buenos Aires.A Zanasi ia histor ia le pareció interesante, sobre to-

do por lo que Negel dejaba ver entrelíneas. Intrigrdo, in-s ist ió en conoccr más detal les, la cant idad de submari-nos y los lugares precisos c ionde habí¡n desembarcado.Nagel se negó a seguir hablando: el italiano era un buencanrarada y hasta hebía s ido condecorado por Doeni tz,pero por c ier to no era ni a lemán ni n¡z i .

Este hecho le h¡bía l iamado la atención: 1 ' r t iempoatrás había leído cierta inform¡ción en uno de sus pr i -meros viajes hrcia Sudaméric¡, recordaba sólo que en elpuerto de Valaparríso levó una noticia -publicadr enun per iódico que no pudo precisar- la cuai decía queAdolf f l i t ier hebÍa logrado sali¡ de Berlín a bordo de unavión que despeg.rra de Berlín y que había conseguidollegar a Dinamlrca en compañía, de su mujer, ¡terriz¡n-do en lbnder, un pueblito fronterizo.

Esta información provenía de declaraciones del mis-mo piloto del avión que 1o había transportado, y el co-munic¿do acrrbab¡ diciendo que H it ler vivír en Améri-ca ciel Sur y hacía mención específica ¡ la Pataqoni¡.

l )e regreso J otr f , (enlpor¡d¡ en l . r Argent in;r enlpecea btrscar a Otto Nagel.

174

En le c iud;rd de Qui lmes vive Rubén Nagel, f ¡ ; . - . . . . -

de Otto (éste era pr imo de su padre). Contó que sLi : . -

riente se alistó en la armada alemana como volunt.rrto,según ei sob¡ino, nunca se pudo reponer de la derrot¡de Alemania. Cuenta que recordaba con nostalgia y

bronca la derrota y hechos de su vida en ei submarino."Por lo que tengo entendido, d1jo, ofició de traduc-

tor a bordo de su último submarino." Hasta su falleci-miento Otto Nagel se reunír periódicamente con otroscamaradas y entre el los se encontraban hombres delGraf Spee. Rubén recuerda que "en mi casa era habitualque ex tripulantes del Graf Spee se juntaran a tomrr ca-fé casi rodas Jas tardes, eran muchachos muy jot'enes j'

bien educados porque eran la élite de las {uerzas arma-das alemanas". También contó que "en esos encuentrosparticipaban altos jefes militares alemanes, qLIe concu-rrían t ]as reuniones colt sus tnedallas disinluladas de-bajo de Ios sobretodos".

Tras el comunicado cie Doenitz, l¡ noche del t! clc nr. '.-

vo, los ingleses habían enviado un¡ f lota . rére¡ ¡ bom-bardear el puerto de submarinos de Kiel, que en l¡r t lr-

de del día s iguiente resul tó totalmente arrasado. Est¡incursión fue un reflejo tardío de ios británicos, que re-cién decidieron hacer escombros los bun,ken de U-Boo-tes, casi como si fuesen avisados que algo raro estabaocurr iendo.

Cierto es que las floti l las del mar del Norte en Bergeny Kristiansand ni siquiera fueron molestadas y siguie-ron operJt iv¡s h¡st¡ c l d i ; r 7 de mryo.

Testigo del bombardeo del puerto Unterseebootfueel mismo Himmler, quien ese día seguía a la corte deDoenitz en su viaje desde Plon a Flensburg. Himmler

t7\

Page 68: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

: r . rs es.ablecerse al l í , hasta part ic ipó en 1as sesiones del

,s.rbjnere de Doenitz,que discutía las condiciones de la

rendic ión con el Mariscal Montgonlerv

Del mismo gabinete formaba parte Speer, clulen en

sus memorias define al nuevo presidente l(arl Doenitz

como "1a mente más clara de todos nosotros que queda-

ba, comc¡ yo, f iel a la idea Nacional Socl¿/ist¡ ', v hasta

fue recuperada una de las grandes Mercedes de Hit ler

para que Doenitz hiciera ios quinientos metros que se-

paraban la sede del gobierno de sus habitaciones'

En Plon también estaba Werner Baumbach, más co-

nocido como Comandante de la escuadril la aére¡ guber-

namental, con un hidroavión cuatrimotor l isto para la

huida, como cuenta Speer en sus Memo¡i¡s'

Era menos conocido como jefe del Kampfgeschwader

zoo, no fue nunca un Geschwaderen el sentído orglnizl-

tivo de la Luftwaffe, el KGzoo fue una organiz:rción que

se poclría definir una flota aérea en miniatura que dispo-

nía, tanto de aviones especiales, como varios otros captu-

rados a los aliados y utilizados infringiendo el art' z3 de la

Convención de Ginebra, es decir, usando la bandera ene-

miga. Esta Luftflotte especial, estuvo al servicio tanto del

Abiehrcomo del Sicáe¡fi eitsdienst,si bien sus lazos con

el servicio de C¡n¡ris fueron mis esrrechos.

E\ Oberstleu¡nantBaumbach emigraría a la Argenti-

na peronista unos años después acabada la Segunda

Guerra Mundial . conjuntamente ¡ otros integrantes de

un sr¡ffelde operativos ultrasecretos del Abwefir '

l .n Flensburg t¡mbién apareció un fotósrafo de Hein-

r ich Hoffmann para inmort¡ l iz¡r e l t r rbajo de ese ef í -

mero gobierno. F. l mismo ayudante de Doenitz dir í ¡

nrás taide que Ia tragedia terminaba en tragicomedir'

176

El 6 de mayo Doenitz escr ib ió una carta a Hint : - . . . .en la que le decía: "Al Ministro del Interior del Rejc; .Reicñfüñre¡ SS Himmler. Querido Herr Ministro ae.Reicñ: En visra de Ia situación actual, he decidido dis-pensarle de su labor como Ministro del Interior delReich y miembro del Gobierno del Reich, como Co-mandante en lefe del Ejército de Reserva y como jefe dePolicía. Considero abolidos todos estos cargos. Le doylas gracias por \os servicios que ha prestado al Reich";

Queda así muy claro que en los encuentros de vonGreim con Doenitz no se tocó el tema de Himmler y lassupuestas órdenes de Hitler sobre el mismo. El Reicñ-rtiifire¡todavía siguió unos días más manteniendo un Es-tado Mayor de r5o hombres, una sección de radio y has-ta una escolta de cuatro autos blindados para protegerlo.

Pasó los últ imos días buscando consejo sobre qué ha-cer con su vida. Marchó al f in, vistiendo uniforme desoldado, con los bigotes afeirados, quirándose los lentesy poniendose un p.rrche en un ojo.

El no había planeado dónde i r , y se dir ig ió a uno clelos puestos de control británico intcnt¡ndo cruzarlo, pe-ro le fue mal: fue reconocido y l levado a un clnrpo deprisioneros, donde antes de ser interrogado se suicidómordiendo una cápsula de cianuro.

En ese mismo mes de mayo los investigadores sovié-t icos pertenecientes al SMERSH, recopi laron todas lasinform¡ciones que pudieron recolecrar. El t iempo queemplearon, aparentemente, es el mismo que necesi tóTrevor-Roper para real iz¡r su informe, pero hry queconsiderar el enorme aparato pol ic ia l y de espionr je, ca-si c ien mi l agcntes, del cual e l SMERSH era parte. La s i -g la es la abreviatura de Smerr Spionam, y el los se def i -

lV

Page 69: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

-

:--- : - )n1o ul1 servicio cle contrainfi ltr¡cio-

. .

- - - t t t " ra l del SMERSH dependía directa-

- : - '- 'rn S; t;át se encontraba en el cuartel Ge-

' ' ' \ \ - l l , ^ f

* t "ao de Lavren .r j Rer ia en la lu-

' ' :: ' : ' "1"q";;; i;;tede

l ' ABWEHRalemana' el

- - ' je ' " " t " ; ; ; ; ; ' i " '

n" ia NKVD dePendía el

l l e i servicio "t '"to

propianente dicho Sus agen-

- . . :s i ¡b¡n inf i l t rados t" 'oáot

los terr i tor ios or ienta-

.s ocuprdos pt' i ;t; i ;anes y h"t'1:l la n'risma Aie-

::-;.1nlf,Erandei KGB el intérprete que interrog¡ba a los

:trtrsanos """"i l '

¿t str ft"i l^áot' 1os atixi l i¡res de

... i" iJg""a armeÍieo d'e la Gestapo'hasta la mucama

';.;;;i111*:j:'.'J,thtf^:Ti::#;lJil:'#li:-r ianos, Y mucnas

les superiore' t lt;;;;; se l levaban a'la cama para dis-

t raerse. , r pt" t t ' 'J t - ' t ioo' e l KGB i legó a introducir

.;;;;.t "r,ü"t-pos

de eitermi1'.t^'llt aparato que en

la posguerra srgt'r iá en pie.v 1u1 ¡e. fortalecio'

El mismo Sttl i ;;t;gáala división-lV del SMERSH

recopi lar t l i " f - ; t ; ;E el Mariscal Gueorgi Zhukov

presentó o tt p'"t" ei 9 de junio'. en'el cual' aparte de

aclarar que Uitrer-no "

t '^Uít suicidado y que había Io-

erado huir ¿" g"'tit' tot-t Eva Braun a borde de un avión'

ib, más lejos Y deci'r:

"Se e'stab'lec ¡Ii l" n"' ' '"" indiscutible que un -subma-

rino de tipo g"il*iJ"'á' "u^"donó'Ha¡ttburgo anrcs de

-i^ li"g^ai dJ I^' t'op^' brftánicas' lleuando varios pasa'

jeros entreln' *t i" ' f igurabaltna-mujer"y lenrarcaba

'0". a plan de salir cle Eurona fa!ía sido puesto en ac-

.iór, po. ei iefe cle ia Kriegsmartne'

Es¡e informe soviét ico no iue tomado €D cuani : : lia medida que merecía en la primera investigación bn-tánica -v por ios historiadores que sigpieron la huella.

Si b ien l ¡ estructura de intel igenci ; r de Moscú reni¡atrás un aparrto infbrntativo colosai, el documento fuedesechado de plano.

Este informe también echaría luz sobre l ¡ e lecciónque Hit ler había hecho en su sucesión, en sus úi t imashor¡s en Ber l ín. Aunque ia designación de Doenitz h¡-bí¡ asombr¡do a los ¡ iem¿nes, ni qué decir a los cuadrosmi l i tares, a n¿die le l lamó ia atención que la derrota delReich hubier¡ culmin¡do no en una solución mi i i tar opo)í t ica como se esperaba, s ino en una solución subm¡-rina, siendo el Gran.Almirante Doenitz el innegable pr-t rón de estas naves.

Prra Hi t ler er¡ necesar io que fuer¡ é l quien domin¡-ra 1a situeción en aquellos las crít icor,

" ñ., de asegurar

el éxi to de su sal ida. Con la táct ica di lator ia que Doenitzapi icó en 1¡s nesoci¡rc iones prra la capi tu lación, consi-guió ganar el t iempo ne cesario p¿r.r (l l le los sutrmarinosque z¡rparon pr.rdiesen alc j . r rsc de rqn.rs pel ierosrs vconrpl ic . r r su rccuelr tLr .

Los pr imeros días de mayo de 1945 los aiemanes es-taban ¡ún en posesión cle todrs sus bases de U-Boore si-tu¡das en Dinamarca y Noruega, más de trescientos cin-cuenta U - B ootes tod aví¡ operativos.

l-a aseve¡ación del informe Zhukov de un¡ salidr porH¡mburqo se puede consider¡r atrevida. Como me ex-piicaron viejos submarinistas, por las características delpuerto, se debe recorrer el estu¡rio del Elba por mís clesetenta krlómetros flotando, y si bier-r de noche la navepuecle ser indetectable, ei recorrido es bastante peligro-so por los bancos de loclo.

Desde Kiel o desde bases norueg¡s, en cambio, se

17()

VB

Page 70: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

r,.1e de saiir innrediatamente en inmersión' v no cabe la

"- , .no. du<la que el único medio seguro en que Hit ler

ruclo abandon¡r el continente era un sttbmlrino: tení' l

,.rn ¡lcance larguísimo y una inmunidrd prácticamente

ebsoluta si no desempeñaba acciones behcas'

Las clases de subm¿rinos de largo alcance disponibles

en aquel momento eran esencialmente tres: el t ipo lX'

el t ipo VII y ei t ipo XXI, todos tenían autonomía parr

.1...r-.r- ri., ab.rt"a..se- otro continente' específica-

mente el sur de Améric¡ , a más de 7 mi l n-r i l las náut ic¡s

cle dist.rnci¡.El 3o cle ene'ro de 1943' Kari Doenitz- fue nombrado

Gran Álmirante y Comanclante Supremo de la Krie5l's-

,n^rin","n lugar áel almirante Ericir Re¡der' Una de las

fr i - " . . , g"r i ior ," , h¡bí¡ s ido la construcción de un

ln"uo t ipá de submarino para cont inut t : t " éxi to la

guerra subacuática, que'en ese entonces h¡bra comen-

i^dn . tener alt ibajos por l '-rs nuevas defensas aliadrs y

la producción m.rsiv¡ de los buques tipo l iberr-v en los

Estados Uniclos.La convicción de Doenitz era que hrbía que abando-

nar la construcción de sumergibles cie l imitada autono-

mía de inmersión, en favor de la construcción de sub-

nar inos de l r rgr autonomí¡ y al ta velocic l ¡d ' Estos

nuevos modeloi doblaban la fuerza de propulsión' ar'r-

mentaban el tonelaie y tenían grandes redes de acumu-

1¡clores que alruacenaban energía para nlotores electri-

cos y unt estructura rnás hidrodinámic¡'

Ñecesitaba de homtrres aptos pf,r '1 esti l tf,rea ¡r Otto

Merker, un emprcsJr io quc construi¡ c l tn iones ¡r ' r ra

l ',or¡l,eros, ftte un hallazgo En julio de lg43 copió io que

h¡cía en los Est¡clos Unidos Henry l( 'r iser fabric¡ndo en

l Str

se¡ie los barcos Libertv, que eran concebidos, preii:: -cados v almacenados por piezas en plantas del inteno;1, después :rrmados en ¡st i i leros costeros.

Para f ines de r942, en los Esrados Unidos se habíanbotado casi 6oo de esos Libert.y. Eran barcos de r35 me-tros, adaptaciones de un carguero británico; no eran her-mosos ni rápidos, pero sus l íneas los hacían senci l los vfáciles de constrti ir. y podían l levar lo.ooo toneladas clecarga ¡ l r nudos por más cle zo.ooo ki lómetros. En i943se bot¿ban r;lo por mes, y el mismo presidente Roose-velt contempló la botadura del I-iberty Joseph N. Te¿u.que fue .rcabado en sólo diez días.

En Alemania, Merker intentó hacer lo mismo: cons-truir en el interior del país sectores de subm¡rinos, c.l_da uno completo en la p.rr te mecánica y electr icr , ytransportar los h¡cir los ast i l leros. El d i rector del pro_yecto fue el a lmirante Topp, elegido por Doeni tz. El l lde noviembre de r943 fue presentado un modelo en rri l-dera de un gran sublnarino de 76 metros v más cle t.6ootonel¡d.rs.

En r944 ya estrb.rn l is tos l<,s t r rotot ipos r lue r , ' r l l r ronhast.r Japón, y desde los prirneros dr.rs de juiio de ese .rncrse comenzaron a armar a razón de cuarenta unidadespor mes, s i b ien por efecto de los ataques aéreos se per-dió aproximadamente Lrna rercera parre.

Descie fin de setiembre de r944 hasta fin dc abril delsiguiente año, fueron entregados como operativos cien-to veinte XXL De éstos existe un histor ia i , s i b ien in-completo, del destino final que ruvieron. De otra doce-na que estaban listos prrr ser bot¡dos en los últ imas dosseman¡s del Tercer Reich, poco o nada se s¡be. Unos,damnif icados en mtrzo, los arreglaron y los botaron,otros, no es c ier to que quedaron sin botarse. Este t ipode subm¡rino se denontinaba Elekrro Boote.. de toclos

r8r

Page 71: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

-

t i iossóloquedahovei-rc l íauno,elLJ-251c- l ,expuestoenel Museo Marit lrno Alemán de Bremerhaven

Los aliaclos, tras ia rendición de Alem'rni¡ ' no pudie-

ron estimar los submarinos faltantes' tanto que el rj de

lunio el t l"p""ti l ' tnt t1e M ¡rin¡- de los EE U U difun-

ciió un.o,.,-,.r.,,.rá,];;;á. se puede leer: "5i bien se des-

conocei¡ sue¡te de cuetro o seis subm¡rinos 'r ieru¡nes

en e.l A¡hnrlto' ' '" t"t que h'rn sido.l ' tundidos Por otra

pltt" * it* e la segurid'acl c1e que':t-h:""- alguno' no

'ol"r, y' en el Adinrico y no.es n: t:'i,"-t-l::l/;-:i:'::t

g', ")

ruiir i", lte r '1dio de ¡cción p'rr 'r l /eglral JePon '-

El ¡ln-rirantazgo inglés fue menos oPtin-rist¡ porque su

vocero af\rn-ró tñ'i"-i"fit que "No nuecle c¡/c¿¡1¿rse ofi-

cialmenre e t" o;;;;;:;'uÁ^nnoJt"manes que fakan"'

;;;;;;;r" 'despuésun'"-,",": ' . 'J'-:1n¡vaideLondresre-ln¡to qlle soore ei número de submarinos' ni el Servicio

Secretod"t..vt,, i,. ' .ptredeexpresa.rseconseguridad.Cuando

" ol"ptio' ' las b"rses ale.tr¡n¡s en Din'rmar-

ca y Noruegr v se tomaron ios archivos dei Servic io Se-

creto N¡val Al ; i ; ; ; F lensburgo, los of ic i ¡ les del ser-

vicio de i"t;;;;;;t ' pttdi"io't hacer un cálculcr

aproxinrado i" 1t"t '" id'd d" tt 'bmttinos que los ale-

manes,ttttt ' ' t ' ' l i* -" '

p"to nada más que un cálcu-

lo estim¡tivo'b" 'p"é ' del l lam¡do a Ia rendic ión de Doenitz ' en-

tonces I"[t S;;;o de Alem¡nia' muchos sttbmerinos

n¡vegaron en superticie de acuerci.o ¡ ios tr¡tados v se

entreslron u,r,., iá.¿". navaies aliad¡s, r,cro lsyal11lte

qtredó "' ' "táo' ' ' 'otable

que nLrnca se rindió' hundién-

dose intencionalmente'ofit i tt ' ' ' ' t""t" '^tiát"ttt l de los r17o subm¡rin-os ale-

manes que fueron operr t ivos en la Segunda Guerra

Mundi¡ l sería, en detal le,6jo hundidos en conr ' r ' . ' . := :perdidos por bon-rbas o minas, 42 por crusrs descc,: :c idas, r53 rendidos y capturados por los al iados y suce-sivanrente hundidos en 1a operaci 6n Deadlighry zrS au-tohundidos por sus t r ipulantes, que no acataron la 'orden de Doenitz, en la operacií>n Regenbogen.

Los archivos de los U-Boorc.s de Cuxhaven en Alema-nia informan las coordenadas reportadas por los tripu-lantes tras su regreso o por radiomensajes recibidos; en elcaso específico de los zr5 submarinos hundidos adredet¡as la renclición del Tercer Reich, nadie puede discrimi-nar las posiciones verdaderas de las ficticias. Podrían se¡falsas las deciaraciones v coordenadas de autohundimien-to de r,,arios submarinos v nadie se enteraría iamás.

Puede suponerse que ni siquiera Doenitz supo el cles-tino de esos submarinos, como tampoco tuvo una par-t ic ipaciór-r act iva en esta parte dei p lan de fugr. s i b iendio la disponibil idad y órclenes indirect¡s necesrrirs 1-r;r-ra armar la p.rrt ida del convoy cie L/-Bc¡orc-s. conto colt-tara Nagel .

Doenitz fue pintado, en ese entonces, como un sen-cii lo marino, pero la historia 1o muestra corno implaca-ble, experimentado y eficiente nacionalsocialista.

En los años de guerra se sabía poco de é1. Por ejem-plo, en agosto de ry42, el periódico sueco SrockfiolmsTidningen se ocupó del entonces viceaimiranre, ¡[ ir-nando que goz:rbr de ia mavor confianza de Hitler y que"entraba y salía del Cuartel General de Fúhrer como sifuera el hijo de éste".

Al año siguieñte el br i tánico David Murphvt di joque Doenitz era uno de los hombres mister iosos deAlemania, sospechó hrsta que él fuese en re¡ l idad el

183

r,3z

Page 72: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

: : - . rstcr ioso almirante C¡nar is, a quien n¡die entonces

: , ; rocíe de cara.orr ien fuer¡ en l ¡ Pr imera Guerr¡ Mundi¡ lun r t revi-

jo comandante de Ll-Boote de la flota de von Tirpitz v

sucesivamente comandante en jefe y sucesor de Hitler'

iern-rinó con los demás jefes nazis en el banquil lo de los

¡cusados en Nürenberg.De todos los condenados, él fue quien tuvo l r menor

pena: diez años de reclusión y un trato preferencial ,

inexplicable en su condición de "Neo Führer".En ocasión de la sentencia hizo una escena teatral

en la sal¡ del t r ibunal protestando por la condenr "Que

era sólo de prisión y no de mLterte como él deseaba".'I¡ l vez quiso así justif icarse con los diez jerarcas con-

den¡dos a la horca, hasta el iuez soviét ico Roman Ru-

clenko disent ió. El general soviét ico no pocl í r imagin;rr

una pena tan leve para el ex jefe de Alemania, a i que

Moscú impl icabr en hechos de gran responsabi l idad.

De cualquier manerr, e l a lnr i r ¡nte Doeni tz cambia-

r ía r . rd icalmente sLl postura veinte años más tarde,

cuando concediera una entrevista. A la pregunta sobre

cuál era su opinión respecto al ju ic io de Núrenberg.contestó: "Estos iuicios fueron montados sob¡e una -si-tuación legal enteratnente nltevr que fue contenpla-

da y aprobada por un consejo de Guerra creada al efec-

to en agosto de t945, es decira posteriori",y aclaró "E/

Tribunal de Nurentberg juzgó solamente a unos sol-

J.¡t ios.r/em.¡nes por pJrticiprr en un,l Suerrr de ag,re-

sión; y eso, y nada más, era yo".+

El lo de iu i io de r945 frente a la b¡se naval de Mar

dcl Plata en Argent ina se entregó el LI-5jo, este hechosi b ien olv id¡do- f te not ic ia: "La especulación de

la prensa ntundial sobre u¡r¡ posible fuga de.i;. ,. :t]er en subn't,tr ino, se apoyaba en une,fnse enrg;::...-. .ca que habÍa pronunciado el a lmirante Doenirz ¿, .t94j: 'La flc¡ta subntarir¡a alem.tna'habt¿ diclto, .est.;

orgullosa de haber construido un paraíso terrenal, unefortaleza inexpugnable para el Führer en algttna parredel mundo" ' . ;

Esta decl¡ración de Doenitz la encontré reporraday edi tada a 1o largo de medio s ig lo por más cle medi¡docena de autores, entre el los el escr i tor iucl ío Mich¡elBar-Zohar en los Vengedores. Otro escr i tor , e l a le-mán Mattern, reporta una frase que el Gran Almir¡n_te pronunció en Kiel f rente a una clase de cadetes na-vales que se gracir iaban en r944: "La Kr ieqsm¿rinetiene a(tn un gran rol que cumplir en el futuro- La ar-ntada ,t]emana conoce todos los lugares secretos clon-de puede llevar al Führer, si lo neJesitara. Allí él pue-de preparar sus últitnas meditlas en ,o-i l"t"tranquil idad".

cuando Doenite hizo c-stos ¡nlrncios ltr) pro\ r)co nt;t_yores comentarios, ni siquiera cuando asumió el poderei r" de m.ryo de rg45.

Es probable que só1o Stalin, asumiendo Doenitz, latomara en cuenta para ordenar inmediat¡mente las in_vest igaciones del SMERSH.

El ro de ju l io de i945 per iodistas y fotógrafos se c l i -rigían desde Buenos Aires a Mar del plata, recorriendolos cuatrocientos kilómetros que separan la capital de laprincipal ciudad balnearia argenrina.

Era una fr ía mañana de invierno, y el Almir¡nt¿z-

rs5

Page 73: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

: : r i t ¡n ico y el Departamento de M¡r ina norteame-: : - r .no habían enviado instrucciones urgentes a sus-- - ' - ecr ivc,s ¡sresados acredi tados ante l ¡s autor ida-.- : : . - r ¡gent inaS.

: i U-53o, un clase IX, había entrado al puerto, s i -

- , : :endo una barc¡ pesquera. después de emir i r señ¡-- - ] r r - ¡ inncrc rr l r f e ',xpresar que era un submarino

,- . remán e intentaba rendirse ¡nte las autor idades ar-

:ent in¡s. Fueron envirdas dos lanchas dei guardl-.ost . rs Belgrano para recoger a los t r ipulantes.

Ei cornandante Otto Werhmoutt fue el ú l t imo enrb: indonar el submarino y entregó solamente unapeqr.reña malet¡ que contenía la bandera de la nave.

Su edad era c le z5 años y su segundo. t ¡ rmbién c¡-pi tán de navío, l (ar l Schubert , era más joven aún: te-r-r i : r sólo zz. En general , los 54 tr ipul lntes eran muyjóvenes, hoy hombres septuagenar ios.

Inmediatamente ia t r ipulación fue sornet ida a uninterrogator io of ic ia l , c l tema ccntr¡ i er¡ s i Adoi iHi-t ler o algún otro jerarc: i c ie l Tercer ILeich l - rabía v ia ia-do .r bordo del suburrr i l lo.

A1 día s iguiente se dcspejó la incógni ta con el co-munic¡do of ic i ¡ l de la Armada Argent ina que decía1o si guiente ' . " P r i nt e ro. que la s inv est i gac i on e-s pr¡c-t icadas establecen nr¡¡ ' c1 s i ¡bma¡ino ¡1em¡n que -seentregó a las ;tutar¡rJ¿rles dc' la base de M.tr del Plata,no ftte e1 qrre origínó el hundimiento del crucero br¡-sileño l lahía. Segundo: r1ue a bordo cie Ie citada naveno )legó ningún políüto ni n't i l irer.rlemin. -l-ercero:

q¿re anres c le entre{ lat ;e ¡ 1¡s autor ic ledes no l legt i ala costa ¿rgelrtin¡ nit¡s-una persona proceclentr'de laentbarcación. Cu¡r to: qrre . f . r " - personJs descmLr¡¡c¡-das perrenr'cer7 todes a la tripulacirjn del -s¿lbm¿¡i¡rov cuya nóntina se l l¡ i¡c/o e conocer". ' '

l8b

Consider.rndo que el comandante, conlo decla¡c.. ir-. -bía arrojado al mar el i ibro c le birácora y las carras c le nr-vegación, increíblemente para el gobierno ¡rgenr i l tono habí.r dut ias en redactar ei comunicacio c i tado.

En síntesis, estaba muy claro para las autor idades,apenas doce horas después de l¿r rendic ión del sub-marino, lo que nadie sabía y io que los per iodistas yencargados nt i i i tares-angloartrer icanos trataban deaver iguar.

La tr ipuiación fue trasladad¿ I una coloni . r de vaca-ciones infanti l desocr.rpadr, donde fueron son-letidos aun nuevo interrogatorio, cuyo ¡esultacio no l legó a pu_bl ic¡rse. Lo único que se supo es que el submarino ha-bía saiido de Noruega v que cuando se conoció a borcl<rla orden de Doenitz de rendi¡se, el comandante resolvióviajar hacir Argent ina y entregarse al l í .

Una semana después el gobierno de Buenos Aires re-solv ió poner . r d isposic ión de los angloamericanos elsubnr¡¡ ino LJ-yo conjuntrrnenre con su tr ipuiación.El z4 de ju l io Washinsron ¡nunci í r e l envío de avione.sde trrnsportc. ¡ ¡ i l i t ¡ r prr ; r l )crr . r r . . r l . -staclos Unidos lostr ipulantes e inforrnó t¡mbicn clue el subnr¡r ino sr-r i ¡ rrenroic¡do h¡sta u¡r puerto norteamericano.

El anuncio resultó extraño. ¿Por qr.ré habia tanro apu-ro en Washington para t raslader a los t r ipuhntes enaviones? No exist ía mot ivo. tpJrente prr¡ proceder tanaprisa, los marinos del Crafspee estuvieron un ¡ño mísclue los subm¿rinistas a lr esper.r cle ser cleportados. Elz9 del rn ismo mes dos ¡v iones clespegaron de BuenosAires, l levando ¡ la mit¡d de los t r ipulanres bajo fuerrecustodia mi l i tar , y al día s iguiente l legaron orros c los¡viones por cl resto de l.r tr ipul.rción.

En uno de estos aviones l leeo el capi t ín de corbe-ta J. L. M. lacobsen, de la arm¿da estadounidense.

r87

Page 74: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

quien con sus hombres se hizo cargo de1 submarino.\¡d¡ se supo desde entonces dei asunto, aunque esde suponer que 1os marineros alemanes fueron some-tidos a un nuevo interrogatorio. Si fue así, sin embargo,sus declaraciones no fr.reron publicadas y tanto Washing-ton como Londres mantuvieron un silencio hermético,pese a ia actitud de 1a prensa mundial que especulaba so-bre este hecho.

Por c jemplo. e l d i ¡ s iguiente ¡ l ¡ rendic ión, un co-municado de UP procedente de Londres anuncia: "Err

un cornentario de hoy del diario T'he Star se seli¡1aque los círculos de Wltitehell están desconcertadospor el ¿nunci¿r de la rendición del subntaríno U-yo aIas .tutorirledes deL puerto argentino. Tfie St.rr.rgreg.rque por medio de los conductos pertinelites el gobier-no clel Reino Ilnido ha pedido ampliay nrinucios.r rn-formación y manifiesta que siem¡tre á¿¡ir¿r c/ud¡.s ¿cer-ca de la suerre corrida por Hitler, prte-s much.r genteno Io creyó muerto en la. Cancillería del Reicñ ".

Otro comunicado de UP del día r8, s iempre proce-dente de Londres dice "En ntlme¡os¿s esfe¡¡s oficia-1es de esr¿ capital se insiste en que el jerarca nazi Hi-tler desembarcó en Argentina el 3o de junio últ imo,traído por el U-$o.Se inclinan en es¿s esferas a darcrédito a Ia versión por el bote de goma de que se h¿ -l laba dotado el subntarino rendido en Mar del Plata,encontrado rl iez días antes de lo que se fi ia como el derendición".

r38

Nor¡s

r. Trevor-Roper, I I.R., LOS ULTIMOS DIAS DE IIITLER,pág.r93.

z. Moyano, Miguel Angcl, "Submarinos alemenes en Mardcl Pl . r t . r " . cn TODO ES H/57()R/4. numcro 72.

3. Murphy, Devid J. , "Br¿in bchind thc U-Bo¡t"" f .1. . . '^dc 1943.

4. Dierio EL MERCURIO. Comunicado de prensa.5. Camarasa. Jorge, ODESSA AL SUR, pig.Zt .6. Camarasa, Jorge, ibid,píg.72.

r89

Page 75: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

XI

No habían pasado dos semanas de las sal idas de ios

-lt imos tripulantes del U-5jo, que un segundo sumer-

: iL- le r lem¡n, ei r7 de i lgosto por la m:rñana. se entreq¡-

"¡ . r f t rcrz¡s nlv¡ les ¡rgent inrs f rente r Mar del Plata.F,st¡ vez se tr¡taba del LJ-7V, un cl¡se VII, y su tripu-

lrciól 'r se componía de 3z hombres al tr¡ndo del tenientele fr.rq,rt.r Heinz Sch;reffer. de z-1 ;rños. v de str segundo.cl tcniente de corbe¡a l{arl Reisser. de z:. Los tripulantes,, ' los oficiales cran aírn más jóvenes que los del U-53o:i ¡ r ís de media docen¡ de el los te ni¡ sólo r9 rños.

r \ i d i : r s iguiente, rS de agosto. e l Minister io de la l r , ' l ¡ -r rna comunicó que el U-977húría zarpado de Noruegru) : dt 'm.ryo. dedrrc iéndose que estuvo tres.mcses v me-r l io en ¡ l t ¡ mar.

La histori:r de lo que siguió es c¡si idéntic¡ a l¡ del U-

i jo: sus t r ipulantes fueron trasl¡daclos a los EstadosUnidos en aviones, el submarino t¡mbién fue l lev¡dor l lá, no se dieron a pubi ic idacl los interros¡¡6¡ i6s r que

iueron someticlos en Argentinl y t¡mpoco de los pos-:cr iores en ios Estados Unidos, y lo único que se st lpo.,-s quc en enero de r946 los dos U-Boorc.s fueron hun-. l idos en el At l ínt ico Norte.

Respecto a la l legada dcl LI-9V es más transparente

-,Lre l ¡ dcl U -$o. su comlndante al rendirse entrcgó to-

- l , rs los l ibros v las cartas náut icas. Diez años dcspués el- ' i r i t rn de fr . rqr t ¡ r Heinz Schacffer publ icó un estupen-i:, l i l .rc' ' E./sec¡ero dcl LJ-977áonde describió con rude-

. ' r v poco romrnt ic ismo una iargl navcg.rc ión, sesenta' . ; r is dí¡s <le inmcrsión para evi tar a l ¡ aviación el iad¡,

comiendo pan en mal est¡do y conviv iendo con i . - . : - -c iedad y sus residuos.

El capi tán Schaeffer también cuenta cómo, yr r l se:internado en Argentina y después en Est¡dos Unidos rsucesivamente en Inglaterra, fue constantemente in¡e-rrogado; la pregunta era una sola '!Dónde desembarcóusred a Hitler?". Su contestación, muy elegante, era queél no io había l levado, y hasta just i f ica los interrogato-r ios, l lamando la atención que. en efecto. en el bunke¡no se h.rbían encontraclo rrstros de Hitler. -lr;rs su l ibe-r¡ción volvió ;r 1a Argentina donde se est¡bleció a escri-b i r su l ibro en el Gran Buenos Aires.

Siguió flotando el misterio alrededor del U-53o, to-dos en la Base Belgrano de la armade argentina en Mardel Plata s¡bían que había algo raro, hasta hoy se lo re-cuerdan César Genaro, bodeguero en la nisma base yAlberto Espada, t r ipulante del guardrcosta Belgr.rno,que aceptó l.r rendición.

Entre los per iodistrs que estuvieron presentes en larendición y el ciesenb.rrque cle l.r tr ipulación clel U-_;;cry que escr ib icron en los per i<l t l icos ¡recr- l t i l ros. se r lc- . , -t rca lo que fue publ icrdo el 16 c1c ju l io dc r9-¡5 en el d i r -rio Crítica por Ladislao Zs.rbó.

Publ ic ist¡ , de or igen húngaro, hablaba alemán y pu-ctro intercambi¡r unas palabras con unos marineros ale-ulanes. Les escuchó decir que su destino er¡ la Anrirri-da alentana, y lo que publicó después hizo deci¡ alescritor Jean Amsler en su l ibro Hitler. "Construyó so-I't r c i n d i c i o s s e d uc t o re s u ¡r.r ¿e.sis a u.s tra I : H i tl e r e'va d i tl ode Berlín en avión había llegadc a un¿ lrase de subntari-nos, Ltno de ellos lo habít conducido r trn refugrcr -secr.'-to situadcs bajo la costa del Antártico, Á¡ci¡ 1os o gradode longítud v 7o de latirud, sob¡e una costt explorarla enr93ti-39 por )a cxpeclición alentanr Rirscfire¡".

t ( ) r

Page 76: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Zs-rbó publ icó en un l ibro sus teorí¡s en 1947, y por

:::r.,. lL'ntr.tños stt hipótesis fue fundamento plr.\ v¡rios

.'. -:¡,rres "esotéricos", el primero fue Miguel Serr;rno y el

-.^', imo que la retomó indirectamente fue Edu¡rdo Elías,- : : r 1994.

l - ¡s mismas palabras que escuchó el per iodistr , por

: rerto l¡s escucharon los no¡teeneric¡nos cuando ios in-

:crrogaron y las rel. 'rcionaron sumándolas a otras dos evi-

lcncias, la declareción de Doenitz de 1943. referente r''una fortaleza inexpugnable para el Führer, en algún lu'

-g¡¡ de1 ntundo" y h expedición polar prebélica' que los

-l lcm¡nes ef-ectu¡ron, entre t938 y 1939 al mando del cr-

pitán de navío Richter, quien con su barco parr hidroa-

viones, l legó r la tierra occidental de l¡ rein¡ M¡ud, reb¡u-

tiz¡da. entonces. Neuschwabenltnd,Nueva Su¡vi¡-

Muchos rutores relacionaron esto y los interrogato-

r ios c le los submarinistas con la expedic ión antír t ica del

¡\ln.rirante Bvrd en 1946. Se puede deducir quc a fines

dc r945 los norte¡meric¡ l los no crei¡n yr en l r muerte

c1e Adolf Hitler, sino que tenían sospechas sobre su po-

sible paraclero.El hecho de que nada se f i i t rara de l ¡s declaraciones

cle los tripulantes del Ll-$o es muy sintomático y ex-

plicable. Puede suponerse que los servicios de inform¡-

ción estab¡n sobre una pista y organizrndo una misión

v, corrro Zs¡bó, escucharon las palabrls Antártida ale-

nr¿nJ como destino de su derrotero.Pero i r y apresar ¡ Hi t ler coniuntamente r qt t ien lo

acompañara cuyo número y armamento se ignorab.r

va no era una misión de comanclos sino que había que

pelrs¡r en Lrna expedic ion, y esto era tarea l r rga y di f íc i l

por el lugar de destino.No se srbe exacttntente cuancio enrpezó lr organizr-

ción cle ia expeclición .1ntártic¡. Lo cierto es que el 9 de

1() l

noviembre de 1946 la Casa Blanca anunciaba que el a l_mirante Richard Byrd era condecorado con la Estrell¡ deOro por misiones secretas cumplidas, y el Departamen_to de Marina informaba que el almirrnte acababa lospreparativos para realizar una gran expedición a la An_tártida.

Cinco días más tarde, el v icealmirante Forest Sher_man, subjefe de operaciones navales, declaró que el pro_pósito primordial c1e la expedición era adiestiar al per_sonal de la armada, explicación poco convincente.

Hay que considerar que para efectuar ejercitacionesen climas polares 1a armada norteamericana rrodía en-trenatse tanto er1 Alask¡ como en Groenland. ia. v es in-creíble qlle a poco más de un año de la rendici¿n de ]a-pón se pensara hacer maniobras en la Antárt ida a másde zo mi l k i lórnerros de navegrción cle bases esradou-nidenses, i rnpl icando además un cosro mult imi l lona_r io.

- I l l ¡sunto qr.rri ló má; ost:uro ¡ún cuando se supo que

las fuerzas expctl ir: iurr.,r. i¡:r rL'8,,,r<l v¡ h¡bían hecho me,-ses antes ejerci t ¡ r : ioncs err c l \ r t icc, .

El z de clicie¡.nl¡re ¡l¡_. ¡9..1,6 i¡r.. ¡ruroridades n¡r.ales nor-teair ter icarr : ls anunci¡ron al nrundo la expet l ic ión a l ¡Antárt id.r conandada por el a lmirante Ryid, secunda-do e¡l el manclc-¡ por el contraalmirante Cruzen, qr-rienc,stentab¡ ei títr.rlo de comandante de la Fuerza de Ooe_raciones 68.

Con ese nombre no se podía disimular el carácterfrancamente bél ico de Ia expedic ión, de la que forma-ban parte el Mont Olympus,crucero de batali¡ insigni.r;dos buques madre de hidroaviones, el pine Islanáy elCurrituck;dos destructores, el Browsonv el Hender-son; dos guardacosras rompehielos, el No¡r Wind y elBurton Island; dos petroleros, el Capac any Canisteo;

193

Page 77: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

dos buques transPorte, eI Metrycky Yoy2key' más el

submarino Zenety -como si no fuera suficiente- tam-

bién el portaviones PhilipinesY se a'

Unahota de navíos de guerra y aviones. tuertemen-

te armados, con 4.ooo hJmbres de tr ipulación' Ei a l -

-"."* gytd, hablando desde Norfolk antes de par-

tit, J.fr.tá, "Érr^ ",la

más importante expl.oración en

la historia de la tierra"' Pero no tenía semejanza a una

;;;i;;;" científica, v no pudiendo disimular decla-

,ó q.r" su expedición era de carácter militar:)IJno d"ios fin", principales de la misma será el de

obrcner los datos mis completos posibles de las regio'

n", ,"rr"rrr"s y maríúmas visitadas' con propósitos es-'tr^teg;rot

de ínteligencia y observar las actividades ma'

rítitias, aeronáutiias y '"í'""'"t

de otras naciones en Ia

Antártida, con el fin de determinar sus inrens iones ex-

ploradoras, científrcas y militares"' . .Si éstas eran las intenciones' ¿quiénes se encontra-

ban, a fines de 1946 en la Antártida?

Se supo el z3 de diciembre de 1946 que se encontra-

ba allí una "*p"di.lót'

mixta anglonoruega en la Bahía

Margarita, y que también la Unión Soviética había en-

ui"¿"o ,rrr"á*pedición bajo la dirección del explorador

Voronin,.to.r-rá, de uttas áecenas de personas' como las

que conformaron en los diez años sucesivos explorrcio-

i", . i".tt i f i .as o de reivindicación territorial como la

chilena o la argentina.

i" "xp"di.iZn

d" Byrd no tenía un carácter intimida-

torio en ese entonces, potq"" allí no había bases de na-

ciones extranjeras tot'-'o "tt

la actualidad -sin conside-

;t;;;: i"" efá.tuad' en un período hrstórico en el que

los Éstados Unidos se estaban haciendo cargo de )apón

v de media Europa, donde dos meses antes había termi-

nado el Proceso de Nürenberg'

r94

En los primeros días de marzo, tres meses despue; ; - 'partir, la flota ya estaba regresando.

Byrd, en los pocos despachos cablegráficos que fue-ron difundidos por la United Press, fechados a bordo deibuque insignia, declaraba que de los 4.ooo hombres só-Io desembarcaron 192, levantando un campamento quellamaron Pequeña América.

La actividad principal consistió en levantar mapas fo-tográficos de las grandes áreas desconocidas. Las máqui-nas fotográficas empleadas por sus aviones funcionabanen combinación con detectores termomagnéticos, apa-ratos tan sensibles que podían señalar una presencia hu-mana desde diez mil metros de altura, aunque estuvie-ra adentro de un edificio. Byrd afirmó que fueronsobrevolados z millones de kilómetros cuadrados, y sedijo entonces que la expedición buscaba uranio u orrosminerales. Pero la técnica empleada no era la adecuada.

Las sospechas aumentaron cuando se supo que el al-mirante empleó flotas balleneras japonesas en serviciode patrullaje a los 6oq de latitud, alrededor del contjnen-te blanco. Los balleneros nipones, acompañados por sr.rsbuques madre, salieron previa autorización del generalDouglas Mc Arthur, y la medida provocó comentariosya que se ignoraba la naturaleza de la misión y se intuíaque sólo algo sumamente importante podía obligar a lasautoridades estadounidenses a un recurso tan extremo.

Pero lo más llamativo de todo es que prácticamentefueron y volvieron de inmediato. Y, por supuesto, noencontraron nada.

Si Ia expedición se había enviado a causa de las pala-bras dichas por los tripulantes del U-go que se rindióen Argentina y por la misteriosa frase del almiranteDoenitz, quien la puso en marcha se había equivocadoestruendosamente.

195

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-fras el regreso no hubo declaraciones' ni comenta-

rios en los años sucesivos'

Pero que los norteamericanos se hayan equivocado' nc

t,#;.i[i"l.t áot tnt*tciones no fueran veríclicas'

Casi s iete años antes, en el mes de marzo de 1939'

"" ; l;;;a de la Asaciarcd Press entrevistó al doc-

tor David Efron, prot'esor de Cultura Latino;rmericana

"" J;C"f"glo Sarah Lawrence" ' de Bronxsvi l le ' New

York City' "En un info""" presentado a la Comisión

de Relaciones Exteriore' i"/ S""td o le-|os Estadc¡s

't lnidos de Norteamérict, en nombre.del Crtnsejo Pa'

namericano de la [)emocracia denunci;r qrte- en e1¡ntt¿-

rio corresponai"n'") '9 jS de laDeutscher VtO*:1

For Argentinien se publica un mlpd de la Argenttna'

," -u""rt,

allí a Ia Argentína no dividída ""

d,"t::::::

provincias sino cuanáo era habitada pot las pnmlüvas

í¡blre indias,la ntavoríade l¿s cuales hoy forman par-

te dela poblaciÓrt general' [ in eJ texto que 'rcomp'rnr a

;;;t;;; t; d",.,í ib' a ]a Argentina como un país sal'-

,^¡",""ía"trrr'-¡Ilaclc¡ aún y habitado yll2ente por trl-

bus .de in¡Jios-'rlt"l¡" ' q.ríe Alernani¿ cs¿i ratando de

civil iz¿t o civil izan atgitn dí't ' Las i lustraciones foto-

;;;f^t contenídas "Á

di' l ' t" ¿nua.i ' sólo tnuestran

7t, ttrtt de h¿bit;tntes: l<.rs índios primitivos y los co-

.lolros ¡.lemanes''- ' f"rmin"diciendo"Enestemapa'sinembargo'noapJ-

recett límites a" nin'g"n'' ')^'"'

y "n

el texto se hace re{e'

rencia aesra region ío'rr,o ln'An-tártica Deuschland"''

Hay que evidenciar que quien redactó esta definicr, -no tuvo un error semántico porque, como se definen losterritorios del extremo norte de Europa, Tierras Arri-cas, en lugar de l iamar a esa zona Laponia, el redactor,indicando las tierras del extremo sur, al igual las l lamóinusualmente Antárticas. Probablemente no quiso de-cir explícitamente la palabra Patagonia.

El doctor David Efron hizo estas declaraciones a laComisión de Relaciones Exteriores del Senaclo de losEstados Unidos en los primeros meses de r939, cuandoaún no soplaban vientos de guerra.

Efron aportó más elementos de juicio: "Todo el mun-do recuerda Los famosos mapas publicados en Berlín yreproducidos en c¿si todos los diarios de América en \osque se tnostraba a Europa con los límites de los paísesc¿ntbiados, incluyendo a Austria y a la Región Sudesrgesfos rnap¿s eran Jos diagramas sobre los cuales trabaja-ban los agentes de l-Iitler. Esos líntites han sido cambia-dos ahora por sus propias tropas".

En su exposic ión cont inuaba expl icando qr-re habíaotros mapas tomados de un l ibro sobre Sudameric¡ , es-crito por una autoridad nazi sobre este conrinente, E,r-nest Otto Paul, donde estaban marcadas con puntos ne-gros importantes zonas de Chile y Brasil definidas conrocolonias alemanas.

El doctor Efron evidenciaba que "esto no está muy le-jos de los {amosos mapas revisionistas de Europa a quea]udi mo s an teri orm ente".'

Sus declaraciones se fundamentaban en lo editado enla rnisma Argentina: el libro Argenrlnien de W. Rothue-deck en uso en las escuelas alemanas de Buenos Aires yla revista Sudanterkat¡ische Deutschenohatliclte Zeits-chifr, comúnmente llamada lasso, sobre todo en su nú-mero de abr i l de r9j8.

r971c)6

Page 79: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

En es¡s publicaciones, además del anuario ya citado

del mismo año, "se divulgaba la idea de que la Argenti'

na. y sobre todo la Patagonia, estaba pobl.ada mayor'

n'r"írc po, indígenas y algunos alemanes, únícos artífi-

ces de sus logros económicos".3

Las declaráciones de Efron no tuvieron resonancia en

]os Estados Unidos, pero l legaron sí a Sudamérica' don-

de unos pocos poiít icos de esa época empezaron a preo-

cuparse seriamente.U.ro ,le ellos fue el profesor Hugo Fernández Artu-

cio, en Uruguay, quien ya en I94o pu-blicó un l ibro de-

nunciando ól l.t"ttt" peligro nazi en la región' tras una

exposición ante el ]uzgado de Instrucción que a su vez

inient ivó la creación á. , t t . Comisión Invest igadora

parlamentari¡.El resultado de esta comisión fue el establecimiento

c1e la posición uruguayr, declarando ilegal al partido na-

zi y lllgando a dejai su neutralidad para ponerse del ban-

do de los aliados.Otro político fue, en Argentina, el diputado Enrique

Dickman, quien fuera integrante desde r938 de la Co-

misión Pariamentaria de Investigaciones de Activida-

des Subversivas de los Alemanes en la Argentina'

Desafortunadamente para su país, al contrario de

Fernández Artucio, no logró en Argentina nada de lo

que se logró en Uruguay' sino que allí el partido nazi se

reforz6 filonazificando la política argentina'

El plan'Antártida Alemana' no eran palabras vacías'

sino Él producto de una polít ica que había comenzado a

finales del siglo XIX. En r896 von Velser defendía la po-

lít ic¡ coloniJ alemana y sus ideales de expansión terri-

tori¡l en Sudamérica, expresándose así: 'Z¡ América del

la)ó

Norte penenece a los anglosajones perc en .la .1,,;:_:: -.Iatina debe reinar dentro de go añoi una nuevaA_1e,-:.., _nia floreciente".a

En r9o3 Wilhelm Sievers, profesor de la Universidacide Giesen, publicó su l ibro Sudamerika Iln DieDeurs_chen Inrcressen, donde sostenía: ,,Si

el imperio alemánquiere recobrar su amen¿zada posición dé potencia di_recüva de Ia üerra debe adquirir influencia allí dondeaún es posible procurárse,/a, es decir en Ia América del.Sur- Nuncz bajo forma de anexión como ha hecho conKiar Teheau lo cual nos enemistaría con esos pueblos si_no bajo Ia forma de apoyo económico, induitrial y has_n nmbién militar si f irer¿ rreces¿rio ".s

En r9o4 Friederichlange expresaba en su l ibro la po_lít ica que tenía que apiicar el Káiserde Alemania en Su_damérica: "Debe est ipular con los d.emás estados lasc o t t v e n c i o n es ¡t eces¡ ¡j.ts p J r.t q u e n u es¿ ros enl igr.r n ¡ essean recibidos en aquellas condicione, qu" r"rpir,ndrr,

"las miras de nuestro gobíerno. Los estaios interjornlen_te divididos como la Argentina, Brasil y sobre poco rrl¿-co menos tod¡s eses repúblicas ntendig¿s de Sud¿nt.j¡i_ca de.ben ser Ilev¡d¿s ¡tor l.t Jultttr., o"pn, l¡ fuer¿.t .t ,,t rp alab ra s si gn i íi c a ti va s ".6

Al año siguiente Ludr,r, ig Biener, por su parre, sosre_nía: "No h^y qu" p"rsar en que serí¿ ntal recib,id¿ por1os esrados s udamericanos la entrada cle Ia fuerza v el ca_pital alemán, Ios más discretos acogerían con rágocijoeste auxi]io moral y material porque-verían en él uÁ ap'o_yo contra su n.ttural enemigo F.st;tdos ILnidos',.t

En el mismo orden de ideas, otro escr i tor a lemán, E.von Lie.bert, aconsejaba conquistar Sudarnér.ic¡ por me_dio de la inmigración. En el romo XXI de ios archivosde ia Deurschen Kolonial Llnd Awsvanderunstolituk,escribía: "H.ty que in{luir sistentáticaÍtente en la inmi_

I9()

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gr-.?ción ¿lemana para que, aparúndose de 's¿ls habitua-

i"r rurrr, se diriji a Ia Argentina y al Brasil' A ese fin de-

b"r, ,onv"rg"ríodos los medios de que dispone ei es¡¡-

do, pero "i indirp"ntable

ante todo derogar la Ley de

,s)á ,obr" pérdiáa de la nacionalidad reemplazándola

p or di sp osi ciones ntás Lib etales "''

Coniinuabadiciendo: "Contamoscon6o'ooo'ooode

a]mas en el Imperio Alentán y con cercr de jo'ooo'ooo

en el extranjero, esta maza poderosa qLte nos está unida

por vínculás de sangre y su idioma, debe estrechar aún^n'tis

sus lazos con nosotlos y formar el Gran Imperio AIe-

ntán del que viene ltablattdo nllestro emperador desde

l896"-sEn rgrr fue publicad o Gross Deutschland que marco

los años futuros- No hay expresión más al ta sobre los

phnes imperialistas de Alemania sobre Sudamérica' Su

^,rto, f,r" btto Richard Tannen-rberg, y en su libro edi-

tado en Leipzig proyectaba la situación geopolít icr pa-

ra el año r95o.Para Tannemberg' las repúblicas del cono sur esta-

ban condenadas a transformarse en una vasta y prós-

pera colonia alemana que se denominaría l )eursche

Sudamerika. Según el artículo XIII de su trabajo' Ale-

mania e Inglateria se entenderían respecto a sus esferas

de influenfia, especificando que "Alemania tonta bajo

su protección alis repúblicas Argentina, Chile' Untguay

1, i^r^guny,la tercera pafte meridional de Bolivia perte-'necieÁte

a la cuenca áel Río del Plata y la parrc meridio-

nel de Brasil, en todas las regiones donde reina la cultu'

r¡ ¿lemana".9Lo que quedaba del continente sur 1o adjudicaba a

Cr. . , B.et"¡a, evidentemente considerando que los

primos de7 Kátiser,los von Batemberg tenif,n un futu-

i , , f i loalemán como casa reinante en Inglaterra ' Los

roo

dos unidos tenían que contrarrestar a Estados Unido s .que por r95o habría exrendido su inf luencia hast.rCentroamérica.

En r9r3 el congreso del II Imperio Alemán modificóla Ley de migraciones de r87o por orra que permitía a lossúbditos alemanes manrener su nacionalidad de origenai emigrar, y para los años 3o el proyecto de Tannem-berg fue como una espada de Damocles pendiente so-bre el sur de América.

El mismo Adolf Hirler en rgzT escribirá en MainKampfque es esencial ia conquista de nuevos espaciospara establecer una robusta población agrícola, de clasepequeña y media; envidia a los Estados Unidos que rie_nen una gran superficie, al contrario de ios países euro_peos. Haciendo referencia a la América meridional evi_dencia que los emigrantes latinos muchas veces seunieron con los nativos y que le resulta evidente la mez_cla de razas, pero evidencia que "e/ ale mán racialmentepuro del Continente Americano ha terminado por lle-gar a sc'r el dueño y tal quedarÁ ñasr¿ cu¡nd o no llcgar,ta ser víctitn¿ del pecado contr.l la sangre y contra la ra-za". ' " Haciendo clara referencia a las gr.rndes comunr-dades aleman¡s sud¿merican¡s, Brasi l i l l cabeza, scgui-do por Chile y Argentina.

Lo que era nuevo en el plan Anúrtida Alemana'erala l imitación a una parte más reducida, si así se puededecir, que equivalía a dos veces la superficie del TercerReich en r939, prácticamenre desde los 4o grados de la-titud sur, o sea todo lo que se denomina patagonia.

¿Qué es la Patagonia?En libros de los años '30 y'40 se evidencia que nacía

al sur del Río Colorado, extendiéndose 786.6zgkilóme-tros cuadrados sólo en territorio argentino, poblados,según el censo de 1935, con zz8.ooo habi tantes. El ?o

207

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-

hechos v¡ c.rs i o lv id.rdo., gt 'ntc rc. l l v ubic¡ble, perso-n¡s honestas que guardarnn sl ls recuerdos por décadas.

No hubo nrercenar ios: toclos ofrccieron sus relatosespontáncamente y s in protagonismo con una act i tudabier. ta y f ranca que les i race honor. Todo ei conjuntorre¡mit ió relacicnar los elementos entre el los, s in cons-tituir nn desafío a la lógica, pero sí a la ortodoxia porquelo que aquí voy a contar contradice la versión conocidah¡sta ¡hora del f in de Adolf Hitler.

increiblemente, descle el f in de la Segunda Guerralvfundial todos los histori¡clo¡es siguieron, prsivamen-te, las primeras huellas, si bien al prir-rcipio no hubo po-co nrís que una voz, la histor ia del suic id io y la hogue-ra surgió como un hecho incr.restionable, pese ;r que lasprr.rebas aduciclas eran inconsistenres par;r jrrstif icar eldogmatismo que engendró.

Los historiadores que se ocuparolt de la cuestión ¡rl f i-n¡ l iz¡r la Segunda Guerra Mundial no rdopraron la po-sición cauta correspondienre a los elementos cle que dis-ponían.

lYo también quiero tener ei mismo derecho; al con-trario de mis predecesores, l ir i atraído por todrs l¡s ¡no-malías, anacronismos, coincidencias y enigmas queabundan en los últ imos meses de la Sezunda GuerraMuncl i ¡ l y postr imerí¡s de l ¡ mism¡.

Quise averiguar más al respecto, buscando nuevasevidencias, atando los cabos srreitos y reuniéndolos ana-lít icamente.

Los elementos que voy ¡ cit¡r, elt su [rayorír, siempreestuvieron ¿l alc¡nce de l¡ m¡no pero no l lcgaron a l larn¡rl¡.rtención de los catecirít icos; los especirl istas se clesen-tendieion cle ellos, no porque no los hayan enconrrado si-no porque habiéndolos cncontraclo no llegaron a interpre-tarlos, rn¡iizánciolos en la óptica incorrecta.

2L)

No soy un historiador tradicional, como tampc :,-¡zador de nazis, si bien admito la influencia eüe tü', .: -:on en mí mis pr imeras lecturas juveni les a mediadr¡ .

- rc la década del 6o: las de Ka-Tzetnik r j5633 y la del ar-¡ui tecto Simon Wiesenthal .

Si tuviera que definirme ciiría qlre me convertí en un: ¡streador de lruellas. Con esta posiciór'r mental, esforzán-Jome para no tener prejuicios ni partidismo, buscandoier neutral, encontré varias anomalías y evidencirs.

En 1os l ibros de mi bibliografía, varios están oivida-

-1os y hasta resultan desconocidos; de cada uno extri l je.o1o 1o necesario para dar un cuadro sintético de los he-,-hos: hacer más en un solo l ibro es imposible, conside-r¡ndo lo vasto y la envergadr.rra de los temas en objeto,.iempre esforzándome en ser objetivo, y no caer en losiugrres comunes que opacaron y hasta deformaron lar'. 'rcladera imagen de los personrjes y eventos.

Los hechos que voy r cont¡r son unívocos y c lemues-:r¡n claramente un clesarrollo histórico.

Los perfi les que tuve qlre armar de Hitler y Ev¡ Rr¡Lttr.rsí como las minibiografírs de C¡tt¡ris, L.r' i t,r t ' lc¡o11. >r,t linclispensables y me h.rbrí¡ gr.rstrci.o i-r¡berl¡s efectuado:r-rís completas, pero ese no es el fin de este libro.

Conro se podrá ver, l¿ suma de infbrmaciones relati-l .rs a aquellos personajes da como resultado una here-:r.r aparente; sin embargo, elios resultan lo que fueron:¡or sus comportamientos y dichos, yo sólo resumí lo. 11e reportan biógrafos e histori¡dores. El lector podrá:.rirr un perfi l objetivo en base a los elementos que so-. ' :es¡ len en sus vivencias y por la época en la cual se de-i .t r rol laron.

Cor-r e1 rnétodo y la paciencia de un aficionado a los:¡ , r ' r . rpcc¡bez¡s, he ido desarrol lando mi invest igación,r:scie los bonies iracia el centro.

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7

Aunque sov consciente de que aún faitan aigunas pie-zas, esto\¡ sequro de que la imagen lograda es correcta einequír'ocr. ,, ' el resuitado es simplemenre una historia¡ l tc¡¡-r t iva a l . r conocida pero mucho más fundamenta-r..r \ ' . Dor ser sobre todo lógica, no debe¡ía producir es-cándalo ni da¡ miedo aceDtar la.

¿Quién puede probar honestamente que Hitler sesuicidó en Berlín?

La frase de pronto empezó a marti l larme en la cabe-za aquel día de principios de enero de r98Z mientras re-corríamos un polvoriento camino del sur de Chile. Elchofer que conducía el auto había soltado el volante unmomento para señalar y había mostrado un volcán altoy nevado, el volcán Osorno, del que nos había hecho verel parecido con el monte Fuji de Japón.

Las palabras habían activado mi memoria. La clave es-taba en la comparación: el hombre que me había habla-do de Hitler y de su posible supervivencia casi veinteaños antes, también había recurrido a esa seme jrnzr conel monte Fuii.

Mientras el auto seguía por aquella ruta solitaria ce-rré los ojos y tuve la certeza de que estaba empezandoun viaje que no sabía dónde iba a terminar.

El hombre que me habló por prinrera vez de esa hi-pritesis fue un sacerdote, Cornelius Sicher. Yo lo habíacollocido en enero de 1969, cuando llegué a su parro-quia en una pequeña aldea de los Dolomitas enclavadacn el Sudtirol.

Yo era por entonces un joven estudiante de arquitec-

'.ur;r r quien, además de la ca¡rera, le interesaba la histo-r i r contemporánea.

L3

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7

Tambié¡r .r c1 1e gustaba, estaba próximo a cumplir 1ossetcr) t . r . r ¡ ro i con el los le l le_earían la jubi lación v el re-1" ' r ' . - ¡ roncespodr i . rdedic¡rmjst iqmp.rsupasión.

., .: ierelrcia entre nosorros era que él había vivido las: -s,rs que vo había leído; a mí me resul taba un person¿-r e suntamente interesante.

Después de acluella primera visita volví a ver muchasveces al padre Corneiio. Poco a poco nos fi l imos hacien-clo rmigos, y con el correr del t iempo cornenzó a since-rarse conmigo y a contarme cosas que -me di jo- nun-ca antes había contado. Aquel la histor i ¡ de la posiblesupervivencia de Adol I Hir ler era Ia que más me habíaimpre sion.rdo v dcsde que se la habí¡ escr-rchado por pri-m. '1.r vcz l r ; i l , i r qucdrcio intr igado.

I ' . - ' r i r : r , . l r . r l r l , - ' t l : r t l r - . t l r - ' t ¡ i les, fech¡s, nombres y' . : - - - r : . . - - , l , r , , jo: crrr¡c los vo. l i ln podía ver lo. . - l ' . . ' . . ' - . . . - . . . i Iu|1. .on su Sot. ln. l negf a, h¡blandO

: - .-. : :::r.-.¡rcs v gcstos ampulosos y diciendo cosas conr seguridad de quien sabe lo que está diciendo.

Aquel viaje a Chile, supe después, iba a estar l leno desorpresas. Después de recorrer lagos y volcanes rumbori 'sur, días más ta¡de de que me asrltara el recuerdo deSicher, en Puerto Montt hubo otra situación que me re-cordó a aquel hombre.

Cuando ilegué, esa ciudad de la Patagonia chilena sepreparaba para recibir al Papa )uan Pablo II y, entre lospalcos y las banderas que aclornaban ias calles, colgabanretratos del entonces presiCente, general Augusto Pino-chet Ugarte y del general de los Carabineros, la policíamilitarizada chilena, Rodolfo Stange Oelckers, cuya fa-mili¡ era de la z<¡na.

Los apell idos de esre último fueron el segundo estí-mulo qtre me l levó f , remenrorrr ; rquel l . r v ie j l h istor ia,porque Don Sicher también los había mencionado.

71

Aunque aún me quedaban unos días para dis:. ,.la décima I{egión, los recuerclos me ocuparon e- : -del t iempo. Empecé a ver las cosas de otra manera \ ' r '-.- .

ner nuevas intuiciones.El paisaje del sur chileno me ayudaba con sus p.rreci-

dos a la región de Bavaria y vo veía asombrado cómo enese r incón del f in del mundo se hablaba en alemán, secomían platos alemanes, y hasta las casas particulares yl.rs posadas tenían nombres v arquitectura germanas.

Cuando acabó mi viaje -que había empezado bajo elsol de la isla de Pascua- regresé a Santiago p¡r¡ tom¡rei avión que me devolvería a case. Por entonces ya no ha-cía más que contar las horas que fal taban para desem-polvar tot¡lmente aquella historia y para eso tenír quevolver a leer mis v ie jas anotrc iones y reconstruir , pala-bra por palabra, la fantistic¡ convers¡ción gue vo habíatenido casi veinte años ¡ntes con Cornelius Sicher.

l-o había conocido una tarde helada de enero de r9(rc¡irl estaba en ia sacristía de su pequeña iglesia cie l lf oncl¡s-sico err el Val di Sole, y me recibió lrrdi¡lt lrr-trte. Le cotr-té lo que me había l levado hasm alií, un camp¡nrrio ro-rur.lnico magnífico, y el cura se entusiasmó enseguida.

Me habló de la historia de la parroquia --un edificio deiriedra que había sido levantado en el siglo XIII sobre un¡sent¡lniento preromano-y se ofreció a mostrarme unos.locumentos que tenía en su c¡sa, dos calles más abajo.

Si los p,rpeles que me mostró fueron úti les, más úti lv cntrctenida me resultó su charia. Mientras fumab¡ in-aes.rLrtenlente me contó importantes momentos de suvicl¡. l irbí¡ naciclo en el Sudtirol cuando il región per-tcnccí¡ , r l imper io de los Habsburgo y durante la pr inrcr'.1 qlrcrr.r r-:runrli¡ l había sido soidado. Le conte qtle ttr i '

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antepasados, desde la época de la emperatriz María Te_resa y por varias generaciones, fueron oficiales imperia_les. La hisroria de los imperios cenrraies y el desairolloposterior que acabó en las Guerras Mundiales siempreme habí¿ inlcresado.

Al cabo de un rato de charla me ofreció un vasito deun l icor de manzanas que él mismo había dest i lado;cuando abrió una vitrina para sacar la botella vl una so_pera de loza que rebosaba de medallas y condecoracio-nes mi l i tares n¡zis.

Le pregunté medio en broma si eran suyas y a modode respuesta empezó a contarme una histor ia que mehizo olvidar del campanario que había ido a conocer- Medijo que las condecoraciones las había obtenido de losrestos de rna Panzerdivisiona cuyos tripulantes él mis_mo hrbí¡ .rvudado al f in¡i de la ¡¡uerra yque las guarda_b¡ p¿¡¡ los chicos de l : r perroquia cuando haclan repre-senr¡ : iones ' , ' se dis i r . rz¡rban de príncipes o generales.

Nf e conró que había colabor¡do con los hombres delos Panzerdándoles comida, alojamiento y ropas civiiesy qtíe ellos habían dejado allí sus uniformes.

-Pero no sólo los uniformes -agregó después_.También los propios ranques.

Me dijo que quería mostrarme algo y me llevó afue_ra, abajo de ia casa parroquial hasra un cobertizo que ha_cía las veces de establo. Cuando llegamos señaió irs co_lumnas que sostenían el techo de chapa e hiz<_r un gestocomo tomándome examen.

-Columnas de hierro... .-ritubeé yo, que no adver-t í ¡ en el l¿s n¡da raro.

-No -ne dijo divertido el cura_. Son los canones88 de los Tigre.El resro, los tanques propiamenre cli_chos, fueron desmantelados por fo,

-o.rtrñases, rnres

los ocultaron bajo parvas de pasto. Fue lo mismo que hl

c ieron al f inal de la pr imera guerra, cuando \ '€ i r - . : lpor kilo los transportes v las armas que habían ab¡;:: -

nado las tropas imperiales austrohúnga¡as durante .-retirada hacia el Brenneroass.

En r97o durante el año siguiente a nuestro primer en-cuentro, seguí visitándolo regularmente para conversarcon é1. Me gustaba escucharlo; hablaba como si me es-tuviese dictando clases y era evidente que me había co-brado af-ecto. Nuestro tema de conversación era siem-pre la historia; el padre Sicher me parecía una fuenteinagotable de detalles sorprendentes y conocimientosinusitados para un cura de montaña.

Para la Navidad de t97r regresé a visitarlo porque ter-minaba mis estudios y no estaba seguro de hacia dóndeme iba a l levar mi futuro. Sicher ya no estaba en la pa-iroquia y vivía jubilado sólo con sus recuerdos, hospe-líndose en la casa de su mucama camino al Mendelpass.

El estaba emocionado y cuando nos sentamos frente:. Ia estufa me dijo que tenía algo para d¿rme.

Me entregó una recopilación de copias de docun-ientos

-r'cr€toS del Amrreferidos a la invasión de Francia en. .1o. Contó que se los había dado el almirante Wilhelm

-.:nrris, el jefe del Servicio Secreto alemán y me dijo que' . '.'.1 no íbamos a volver a vernos tenía que contarme una.r.:oria que se había guardado hasta entonces

Ls¡ historia -dijo- era lo más importante que le ha-, :,rsldo en su vida; mienüas fumaba y miraba el atar-

,: ,- '- r .r t¡¡vés de una ventana, él empezó a contar y yo a' : ' .:: notas en lápiz en ei reverso de la encuadernación

- : - . lL iCUITlentOS.

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Relató que durante la Pr imera Ciuerra Mundial , envísperas cie la Pascua de r9r8, había siclo destinado a labase nrr'¡ l de Cattaro \/ qne unos rneses más tarde, unanoche de verano, una violenta tormenta de l luvi¡ y vien-Ltr lo sorprendió en l . r cal le cuando regresab¡ al cuartel .Don Cornelius contó que había buscaclo refrrgio bajo eialero de uira vieja casa de piedra

-V clue otro hombre

-con uni forme de capi tán- se había guarecido justofrente a é1.

I-a casa donde estaba refugiado el oficial era una cons-trucción de la époc.r de la dominación medieval vene-ciana que había sido clañada por una incursión aérea in-glesa r-rnos rneses antes, e l soldado Sicher comenzó att. l i l .r I corl I.reocup¿ción i.tna chimenea que parecía vi-¡ i r r c i )n c l rn ic io c1e los t ruenos V el s i lb ido del v iento.

"r-. - ' .r ' lr,, i lrclrtcr rl¡rlo vicl rlue la chirnenea bajo la que-- . i r - , - . : t - , ' : t . ' t , , : i l r r ¡ i i tsnr<t tc, t t ¡ fsc.Gri tópero. . - . : : ' : : : . . . - -" . ¡ : t , r i ' inpcns¡r ] r tc ic lsvecescruzó

.. . , . ' , , , . ' ¡ i ¡ c i r rcr¡ . se l r ro jo soLrrc el sorprcndido of ic ia l

f ios dos rodaron juntos sob¡e los charcos y el barro.De lo que pasó des¡rués -dijo Sicher- no podía re-

corclar nada porque se había desvanecido y recién voi-vió en sí dos días más tarde en una c¡ma clei hospital dela base. El hombre sobre el que se habír ;rrrojrdo estab¡sentado junto a él v son¡eía ai verlo reercsar al mundode los vivos.

-Usted nre salvó l.r vida -ie dijo y le contó que unaparte de la chimenea y dei alero del techo había caício so-bre él f isurándole tres costi l las y provocándole una leveconmoción cerebral.

El hombre se ofrcció a hacerle compañía, le dijo quese crtraría pronto si no hablaba ni hací¡ esfuerzos y em-pezó a relatar le histor ies para entretener lo durante laconvalecencia.

l¡ i

-Soy el capi tán Wi lhelm Canaris -s€ plÉ>:

oficial, en cuvo uniforme ostentaba la insignia c-= , -.marinista.

Durante nn par de días que a Sicher le p.rrecieron r:--

terminables, Canaris pasó nruchas horas en el hospit. l ijunto a su cama atendiendo.rl hombre que arriesgad.i-

mente 1o había sacado cie un grave peligro. De las histo-

rias que le fue contando, la que más le interesó a Corne-

lius fue la de las andanz¡s del crucero l iviano Dresclen

en los mares del sur de América y la de la fuga fantásti-

ca que este of ic ia l había protagor) izado, sol i tar io, cru-

zando el continente.-Me contó -dijo Siche¡- que a fines clel verano cle

r9r4 había recorrido las costas patagónicas y ei l)resden

había quedado varios clías escondido en puertos natu-

rales, a la espera de ser reabastecido de carbón.

Durante meses el buque se escondió cle fiordo en fic'r-

do ayudado por los afincados alenranes clrte vivi.t n tn ul

sur de Chi le, re¿l izó su í t l t inro f i ¡ j ¡ f r . rc i . r l . r rs l - i ' - i i ' 'b inson crusoe, ala 1¡t i tucl c le Srnt i rqt ' ' \ - r 'Slr i i ' : i1- t t ' ' - i t r

buque de re.rprovis ionarniento, fue atrapacio por los in-

gieses. Entonces la misma tripulación hundió el barco v

pidió asi lo a las autor idades de Chi le.

Todos los marinos, contó Canaris, fueron internados en

una isla chilena. EI mismo le dijo a Sicher no resistió ser

prisionero y unos meses después se ftrgó y llegó hasta el

sur del país, una región colonizad.r por alemanes y austría-

cos. En poco tiempo sus compatriotas lo aytldaron r crtt-

zar los Andes y desde la Argentina cmbarcó hacia Europ:r-

-Me comentó -di jo el cura- que acercándose ¡ l

cruce de los Andes, vio un paisaje maravil loso, con vol

canes, iagos v bosques. Me di jo que todo era r l i fcrr :n! ' - '

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las montañas andinas diferentes a las de los AIpes y queni siquiera los árboles eran parecidos. Los volcanes es-taban encapuchados de nieve y parecía que estaban so-los en medio del paisaje. Uno parecía un dedo enguan-tado y otro era majestuoso como un cono casi perfecto.

Canaris había hecho el cruce de la cordil lera a caballopor un paso de poco más de mii metros de altura. ya enterritorio argentino siguiendo una senda que usaban losarreos de mulas había l legado a una bahía.

-Fue uno de los lugares más lindos que vi en mi vi-da -le dijo al cura--. Un verdadero paraíso -agregó.

Después, en un barco a vela, ei marino fue l levado através de un gran lago ramificado en los Andes, grandecomo el lago Balaton, hasta un pequeño pueblo dondefue hr.résped de un b¡¡ón alemán que adminisrraba unaerrn propiedad.

Luego srgr.rió su c¡mino atravesando la patagonia en::.-:. :-:t un puerto que tenía nombre de santo, embarcón.rci¡ Buenos Aires y desde allí regresó a su patria y al finalde ia guerra fue ascendido a comandante de submarinos.

El padre Cornelius conró que la amistad con Canarisfue progresando en los pocos meses que duró la guerra.Mientras éste le contaba más detalles de aquel viaje, élle hablaba de lo que más tarde se convertiría en su voca-ción: la esencia de Dios, la historia de las religiones y laproblemática de la fe.

Canaris era un buen conversador y disfrutaba tam-bién de estos temas. Cuando se encóntraban parecíanmás dos amigos que un oficial y un soldado. Esas prime-ras charlas iban a convertirse al f inal en el prólogo de unaamistad de casi veinticinco años progresiva y con carac-terísticas especiales.

Cuando acabó la guerra el padre Cornelius ha¡r-. - . ' .-

f irmado su vocación y en 1919 ingresó al seminarrc . ' .donde, ent9z4, salió con las órdenes. Pocos años des-pués é1 y Canaris volvieron a verse.

-Un día apareció imprevistamente en mi primera pa-rroquia. Dijo que me habíaubicado a través de la curia. Co-mentó que estuvo en lapón. Me preguntó si recordabanuestras charlas sobre sus andanzas en la Patagonia, ycuando yo le dije que sí, dijo que en Japón había visto des-de el barco el monte Fuji que era idéntico a uno de los vol-canes por los que había pasado al cruzar la cordillera.

Durante aquella reunión Canaris le contó al cura queestaba muy impresionado por un l ibro usado en las aca-demias militares de Oriente. El l ibro se Ilamaba Los cin-co anil losy su autor era un samurai, éste lo había copia-do de un texto de un antiguo filósofo chino llamado SunTzu. El marino le explicó que las teorías de éste se con-traponían a las de von Clausewitz, enseñadas en las aca-demias europeas.. Para von Clausewitz, explicó Canaris, la guerra no er.t

más que la cont inuación de la pol í t ica por otros mecl iosy un acto de violencia que tenía por fin dest¡ui¡ l¡s iuer-

zas enemigas. Sun Tzu en cambio apeiaba al hedonisnroy a la razón, recomendando conseguir el f in con e1 ntí-

nimo costo. El oriental -un chino que había escrito su

obra veinticinco sigios antes- recomendaba el uso de

los espías y sostenía la tesis de que el conocimiento an-ticipado de los eventos era la fuerza que permitía des-

baratar al enemigo en cada movimiento.La siguiente vez que el padre Cornelius y Canaris se

encontraron fue antes del crackde r929. El oficial volvió

a visitar la parroquia sin avisar y durante la charla le ofre-

ció al cura integrar un círculo de amigos que estaba for-

mando.

l l3o

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Antes de acepter Sicher escuchó con atención las ex-plicacioncs de Cauaris. Le hablaba de1 valor estrategicodei sudtiroi ocupado por ios italianos y apelaba al sen-ti lniei.¡to patriótico del sacerdote auspiciando una pron-r.-. r,.unificación a 1a madre patria.

l ir-rbo varios encuentros en los quince años siguien-: . i .unt¡uc Can¡r is s iempre l leglbe sin . rnuncirrse v ia-1r-L.is cscribía, era más que bienvenido. Las chari.rs tenían. i r ' l , t . le l ¡s cc;nvcrs¡ciones entre v ie jos rmigos y enellrs se h¡ilr lab¡r de los acontecimientos de la época y delrs cos.rs que querían anbos como el mister io de Dios.

Peio l¡ i i l t in-ra reunión ibe a ser bien distif i te.

. \ i r i l . ' . , ie r ,1. i . : t i i , rn<1r. r i Sudt i ro l ya había s ido ane-

' , - . . - r . : - : .1. . i , , i , l . i - i r , r r isv is i to porír l t im.rvezal

-- : . : . - r . - : . - . r r ! r . i .L l r r - . rcOntr i i c t l lv io l lc l ¡ssicO don-

- l= : - . , ' ' : - . - . ,^ , : i : . t - i : ic i l ; lLr ' r r . i I1r) . lnLel lor . Sicher contó

-- - r : : . r i i r igo est¡ba prcccupacio. Sentado frente a unaestufa de cerámica comeniri que había empezrdo el f in;dentro de seis meses, predi jo, se producir ía une rnva-sión aliada en la Francia todavía ocupada y se derrum-baría a la brevedad el f 'ercer Reich.

Aunque C¡¡raris l'rablaba con voz p.iusada, su preocupa-ción era evidente. l.e dijo q',re ial vez no volvieran a verse yal despedirse ya crsi en i; ¡,¡s¡¡¿ volvió a preguntarle si re-cordaba aquellas histcri.rs sobre la Patagonia, cuando le h¿r-bía descrito volcanes imponentes y lagos y bosques mara-vil losos en una zona a ia que había l iamado el Paraíso.

Cornelius le dijo que sc acordaba perfectamentc', v des-pués de un breve silencio el visitante fue muy directo:

-Pues bien: en ese P¡r¡íso yo hice preparar nn i jclénpara Hitler y ahora temo que eso n-re cueste el infic.rno.Si no nos vemos mís. pacire, rece por mí.

Aquella historia que me había contado el padre Sicherno era la versión conocida de ia vida de Canaris y las ve-ces que la comenté con quien sabía de historia modernaIe había sonado improbable por no tener suficiente sus-tento. A 1o largo de dieciocho años estuvo en letargo,apareciendo y desapareciendo, hasta que aquel viaje ca-sual al sur de Chile en r987 la trajo definit ivamente a lasuperficie. Cuando regresé a casa, no podía dejar de pen-sar en los volcanes y en los lagos, en los bosques y en loscolonos alemanes afincados en esa tierra del f in delmundo -tan lejos de su patria y sin embargo tan pro-pia- y en lo que allí podría haber sucedido.

Confiando en mi memoria y en las anotaciones quehabía tomado, me dediqué a precisar los detalles, las fe-chas v los nombres que había escuchado ¡l ;urotrdo ¡ro¡boca de Don Cornel io. Fue conro s i e l cur¡ sc hubicr¡vuelto a sentar a mi lado y hubiera repetido una vez mássu interes¡nte histor i ¡

Antes de tomar cualquier iniciativa de investigaciónic campo, había un paso que tenía que dar: leer todo loque encontrara sobre la presunta muerte de Adolf l l i-'- lcr, convertirme en un experto conocedor de la "histo-: i ¡ of ic ia i" .

L:r historia del suicidio de Adolf Hitler y Eva Braun hr--r.r conrenzado a escribirse en septiembre de r945, si 1¡ir: ' .

I

Page 88: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

descle el final de la guerra, prácticamente desde el día si-

guiente ¡ la rendición del 8 de mayo de r945 habían emPe-

):,.1o :r escucharse voces soviéticas que ponían en duda 1a

ve¡sión de esas muertes y abrían sospechas de que podía

hrl.,er existido una fuga de Berlín en ei úldmo momento''En septiembre de ry45 los soviéticos hicieron aún

me jor: sisruvieron que Hitler y Eva Braun se escondian

en'Alemania en la zona de ocupación británica con Ia

contplicidad del gobierno de Londres. Este últirno con'

testá encargandó ^

un profesor que trabajaba en Ia Mili-

tary Intelligence. el conocido historiador H'R' Trevor-

Ráp"t, uni misión oficial de investigación sobre el fin

de Hitler. Trevor Roper no empleó ntucho tiempo para

recolectar cierto número de testimonios.'\

I-.r investigación del m.ryor Trevor-Roper fue más que

:.- , : :J.r . t . r . f i r . t " , c le octubre va estaba concluidr, y el t t

. . j : , ' : ' . : t ' . : r ' : Je lc¡-1; t ' - te t r ¡nsmit ide al mundo por la

- ' : : : . : , ' :css. Ese trrbajo de no más de un mes y medio

ie iur¡c ión. iba a sentar lasbases de casi todas 1¡s inda-

gaciones posteriores y sería el caldo de cultivo de erro-

ies e imprecisiones que después se repetirían distorsio-

nando la realidad de los hechos-Trevor-Roper decía en sus preliminares que se hrbía

interrogado a polít icos y militares que estuvieron en el

Fiihrerlbunke¡ de Ia Cancil lería entre el zo v el 3o de

abril, personal dei estado mayor de Hitler, secretarias de

Hitler, guardias SS y personas que entraron en el bun-

ker durante aquellos días.

Según el informe, el examen minucioso de todas las

pruebas disponibles incluyendo declaraciones de algu-

nos test igos presenciales había permit idoreconstruir

casi sin dudas los últ imos días de Adolf Hitler.

Un detalle saltaba a la vista: el propio Trevor-Roper que

luego hablaría de suicidios y daría por segura la n-ruerte de

34

Hitler, venti laba una posibil idad. "Convencido de c:. '

suerre de Berlín estaba sellada, Hitler pensó en traslai::-se en avión a Berchtesgaden el zo de abril con Ia intenstonde dirigir desde allí una última resistencia. Sin embargo alllegar esa fecha decidió postergar Ia partida."

La información recogida por ei investigador británi-co agregaba que en aquellos días Hitler estaba atravesan-do un período de postración nerviosa, y echaba a todos-salvo a sí mismo- Ia culpa de ia derrota mi l i tar deAlemania.

El informe decía que el principio del frnhabíacomen-zado el zz de abril: desde ese día Hitler no volvió a salirde su refugio subterráneo bajo la Cancil lería y se quedó¡lií rodeado por ios miembros de su círculo íntinto.

El documento del mayor británico resaltaba algunassituaciones curiosas. Confirmaba por ejemplo que to-dos los que habían visto a Hitler después del zz, obser-vJron que esf¡ba mucho mis se¡eno pero que su nreio-ría estaba contrarres\ada por un empeoramiento físico.

Las úitimas fotos de Hitler tom¡das el zr de ¡t¡ril en oc.r-sión del encuentro con el GenenifeldntarshalJ Schornerdesmienten esta aserción, Hitler no parece para nada iasombra de sí mismo como todos los historiadores corean.será por este motivo que son poco o nada conocidas.

Los úl t imos días antes de la caída de Ber l ín habíansido febriles. El z3 de abril el jefe de las SS, HeinrichHimmler, envió un delegado a la capital en un últimotsfuerzo por convencer a su jefe que abandonara el bun-kerpero Hitler había rechazado la petición.

Tres días más tarde, el 26, el Fulrrerrecibió al general:e aviación Ritter von Greim y el z9 ordenó ala Lu[i i-.rffe lanzar un ataque aéreo masivo sobre las posicio-:les soviéticas en torno a la ciudad.

"És¿ nrisma noche Hitler contraio matrimonio cttt'¡

¡ )

Page 89: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Eva Brat:t't en /r pc'quen a sala de conferencias de su re-

fugio -subrcrri¡teo."lnbrc e ste casrmiento que fue siempre considerado in-

soli i¡,. ei comunicado deTrevor-Roperdecía que "esnluy

¡c orble que fuera Ia propia Eva Braun quien sugiriera la

.-cj.'br.rcrón del n'tatimonio;r habría uülizado su influen'

ci.r para convencerlo de que se quedara en la capital"'

Después de la ceremonia los recién casados se retirl-

,o., o ,r 'r departamento para una cena de bodas, y "a las

z.3o de Ia mañana deJ jo de abril Hitler convocó a unas

tieinta personas de los refugios próximos v se despidió

o{icialmente de ellas estrechando 1as manos de los pre-

sentes". Según el investigador, mientras Hitler se des-

oedía de ,.rs .ó1.bo..dores más cercanos, otros busca-

trn d"r"rp"radamente doscientos l itros de bencina, él

había ordenado que se dejaran en contenedores de zo l i-

tros ¡i l .rclo mistno de l¡ salida del bunke¡. Después, se-

grin 1a versión de -frevor-Roper, llegó el final: "Hirler Y

Eva Braun volvieron a reaparecer a las t4.jo del misno

día y dieron una vuelta por las habitaciones del refugio

paia compler¿¡ sus despedidas- Seguidamente Hitler y

iu "rpou

se reúraron una vez más a su cámara privada'

Una vez "tllí, Hitler se pegó un tiro, probablemente en Ia

boca y Eva Braun ingirió una dosis mortal de veneno"'

Después del suicidio, los cadáveres h¿brían sido sa-

.rdos al jardín l levados por el ministro de Propaganda

Joseph Goebbels, por el secretar io del part ido Mart in

Bormann y por otras Personas- "El cuerpo ensangren-

ndo de Hitler fue env'uelto en rlna sábana."

El relato continuaba afirmando que los dos cadáveres

habían sidotolocados juntos a unos tres metros de la sa-

lida del refugio y posteriormente rociados con bencin¡'

El constante fuego de la arti l lería soviética habría obli-

gado al grupo a retirarse hasta la puerta del É'unke¡v

r6

desde ai l í a lguien habría arrojado sobre ios cuerp. : . 't rapo empapado con este combust ib ie encendido q - : ,1os hizo arder inmediatamente.

Los hombres que habrían participado de la ceremo-nia fúnebre se habrían mantenido unos minutos en po-

sición de firme y después de hacer un ú1timo saludo asu jefe se hab¡ían vuelto al interior dei refugio. El infor-me decía que se carecía de pruebas sobre el t ienlpo que

estuvieron ardiendo los cadáveres, y señalaba que tal vez"los cuerpos carbonizados áast¡ un grado irreconocible,fueron divididos y enterrados posteriormente".

El rq de mayo Bormann telegrafió al aimirante Doenitzdiciéndole que había que poner en vigor las disposicionestestamentarias de Hitler y a este telegrama había seguidodespués otro de Goebbels en el que decía a Doenitz que

debía proclamarse presidente del Reich, nombrándolo ael cancil ier, a Bormann ministro del partido y a Sevss In-quart ministro de Relaciones Exteriores.

Ei informe oficia] encargado.r Trevor-Roper concluí.idiciendo que "1a-s pru ebas no son complet.ls Per( ' -s.rrrpositivas,circunsr.rncr¿1c:;, con.slsien tc-s e rrtclepen.lr.'n -

res. No hay prueba alguna que confirme las hipórcsisque han estado circulando últimamente, y que presu-

ponen que Hitler está todavía vivo.I'odos los rumotestle ese género de que se han tenido noticias han sido ob'

ieto de una minuciosa investigación y se ha visto que ca-

recían de fundamento".El tono categórico del f inal del documento contras-

teba sin embargo con la redacción cautelosa de otras ase-

'. 'eraciones. Destacaba que se trataba de un relato re-

construido en base a las prueü'as disponiblesy que estaspruebas no eran completas ni concretas sino meramen-t e circunstanciales. Este informe oficial de Trevor-Ro-per seríe el punto de partida para un trabajo un poco ill I -

Page 90: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

7I

yor. Dur¡nte 1q+6, lo desarrollaría a nivel oficioso en la"Chri.,

Churcl'r University de Oxford donde err pro[e-

so¡ de histor ia y en menos de un año' e l z6 de octubre

cle r916. d,aría por acabada toda la investigación y publi-

criír sus conclusiones definit ivas bajo el título The lasr

d-tt's of I Iirle.r, que iba a convertirse en el primer libro en

sostener 1a muerte por suicidio de Adolf Hitler'

Este primer trabajo abonó los siguientes y sirvió de

base a oiros d.os libros: Auge y caída delTercer Reich, de

William Shirer, y Hitler. {Jn esrudio sobre la rír'rní¡, de

AIlan Bullock.Fueron los primeros frutos que dio aquel írbol' Hoy,

cincuenta años clespuós de ocurr idos los hechos, hay

cientos de l ibros sobre el tema, en las pr incipales ruto-

pistas informíticas se o'-teden hallar más de treinta mi1

¡¡ . t rches .r , l r rc el t . - ' : l r ¡ .I r c;rsi totrl idacl de est.ls obras adhieren a la l lamada

ni:;ron¡ ofrciel, parecen copias de copirs y de tanto repe-

tir errores han acabado por alterar y hasta falsear la reali-

dad. Algunos de los p-rincipales errores cometidos tienen

que ver con la caracterización de ciertos personajes que

aparecerán en esle histori¡ y esa vrioración equivocada

fue la que llevó a sacar conciusiones erróneas.

Trevor-Roper pr:biicand o The l,tst days o{ Hit}er, de-

ió de le<lo la objetividad que le correspondería como ca-

tedrát ico de histor ia: en su obra de doscientas páginas

¡rL.rrnclan senrencias desprc'ciativas ciasificando a su gus-

to decen¡s de protrgonistas histór icos- Daré sólo unos

pocrrs eienrplos: p;rra éi Speer es "e1 mis in teligentepe'

¡o evidenci . r t lobl tz de co¡ lcJ¿¡c¡.1 " , Canar is es "un in-

comperenre. -t ' tr lr ()-sc¿Iro intrigante polít ico, Skorzeny

un ré¡¡o¡i-s¿.r t ' ie nrjs ¡. i f ienre de )a peorbanda del Reich'

Fegeieirr es i-i¡r ¡gno¡¡ nte preparador de caballos de c¡-

rrera y un rufián", Hann¡r Reitsch es una "fanática hitle-

38

riana, presuntuosa, vana v t 'oluble", a von Grei; '-. . - .fine como "loco".

Considera a todos los pertenecientes al entorno :=Hitler como una "c¡Ciosa corte de servilismo rastrero.corrompida, fraudulenta y mojiganga". El casamienrode Hitler es oficiacio por esa gavii la y lo define como "s¿-cfanlento pagano".

Con semejante profesor de historia varios fueron losque siguieron manteniendo esta actitud, si bien ablan-d¡d¡ con el correr del t iempo.

El fallo se repitió en los demás, sobre todo en la defini-ción de testigos y situaciones. Por ejemplo se considera"c-fiofe¡"al mayor SS E¡ich Kempka, "guardaespaldas"almayor SS Otto Gunsche, o "mayordomo" al mayor SSi Icinz Linge y se h¡bl¡ de "destrucción de Ia Cancillería"cu¡ndo no estaba destruida v de "la ínaccesibilidad delbunker "cuanCo en rc'alid¡d no e¡a inaccesible.

Lo mismo ha ocurr ido al descr ib i r una inexistente"hoguera tvagneri.tit:t "y relativo entierro en un "e¡rrbr¡-

do de bomba", como pÍesuntos suic id ios r i tu¡ l :s t r ¡s l ¡muerte del jefe, por ld t .ntc t ¡ '11,r 1¡ lust¡r i : of ic i . r l pcn-c1e de un hilo, soLrrc tc,lo [rci Ci-'!] r. iz()Ircs:

* Pc-rr e l pr)co t i .n)po r¡uc dcnror, , Trcvor-Roper enilcgar a s:.¡s conclusiones sobre el suicidio; a f¡lta de

1.'r 'rebrs, ningún poiicía del mundo podría aceptar su in-', c:rt igación y nlngún juez, selltenci¡r como cierto el sui-

-rdir , de Hi t ler .'k Por 1a cai idad de los test imonios que ut i l izó, n in-

¡uir jurado podría haber le dado la razón: las fuentesque é1 menciona son, como veremos, sospechablesr 'n sí mismas y no se puede creer ser iamente, s in que: lecl ie una invest igación ser ia, en lo dicho por esos: cst igos.

L¡ historia que contaría Trevor-Roper y que fue con-

Page 91: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

siderad.r verdad indiscutible, había comenzado a escri-birse el ru de mavo de 1945.

A l ¡ rs zz.zo de ese día, la radioemisora of ic ia l a lema-n¡ h:,bía interrumpido su programación habitual para¡nullci.rr que el almirante Ka¡l Doenitz, Comandante en

Jefe de la flota del Reich, había reemplazado en su car-go a Adoi f I i i t ler .

A cont inuación había t ransrni t ido la proclama deaquél: ",4,.1e¡n¡¡res-, hombres y ntujeres, soldadc¡s de laWehrmacht, el Fiihrer ha caído". Doenitz había conciui-clo su discurso diciendo: "El . jurarnento de obedienciatTrre disreis al Führer me es debido ahora a ní por parteiie c.rrl¡ r¡.n.r de vosaLros como el sucesor nombrado por.'J F-¡i ir ¡ c' r. -!,r /./.r c1r.,s .r /c¡ll¿ n e-s: c tu n p I Í d c o n v u e s tr o d e -J'¡:-. L.r t ' i i . t . i . '1)itss¿r() f i lc'1'/c' csr.i r ' It peligro".

ir l-. ., i ¡ri i : l t 'r-r uotici. l ofici¡i r 'púbiice que se tuvo so-f : .c i r c lcsr¡- . : r r ic ión de Hit lcr-y hry que res¡ l tar que nose h¡bla de muerte ni de suic id io s ino que se ut i l iza eleufemismo el Führerha caído-tampoco es claro en sudiscurso: Hi t lerparece c¡ído ese día y no el anter ior .

Só1o dos rneses después de caer Berlín surgió por pri-mera \¡ez la versión del suicidio, y fue etérer.

Cuando tres meses más tarcle, en otoño, se pensó er-tinvestigar no hubo pericias del arma ni del proyecti luti -l izados (porque nunca se los encontró), ni tampoco sereal izaron careos entre los test igos, n i se compararonentre sí ios datos aport-ados en sus deciaraciones hacien-do manifiestas sus contradicciones.

Además, nunca se hicie¡on exámenes forenses de loscuerpos (porque ni siquiera había cuerpos) ni se anaiiz¡-ron los elementos que pudieron hrber quedado en el lu-gar, como rastros de sangre en sil lones que podrían ha-berse cotejado con los grupos sanguíneos del propioHitler y de su mujer. porque tampoco se s¡bír cuiles eran.

¿O

t:,n rrgor, tampoco apareció el mobil iario que esrJ _ .cn el bunke¡ni los objetos personales cle Hitler y su mu_jer. Aunque puede suponerse que algunos de esos obje_tos se encuentren todavía en algún depósi to ruso, loirnico que se mostró al público cincuenti años más tar_cle, fue un uniforme de F{it ler y sus botas expuesros enel museo mi l i ter de Moscú.

¿Quién había echado ¡ rodar esra versión ran Doco.onf i ¡b le?,

Respecto a las fuentes mencionadas en la invest isa_¡ ion de Trevor-Roper en octubre de r945 los pr inci¡ !a-its testimonios habían sido recogidos por personas es_:: .echamenre vinculadas a Fl i r ler y unidas a él por un:Llr f ,mento de leal t ¡d. Se puede decir que el au¡or inte_l : 'c t ,ual de la hipótesis del suic id io fue el mavor SSrcmpk;r .

l .a pr imera declaración de Kempka real izad¡ en, icrchtesgaden el zo de junio, s iete sem.rnrs r tespne,r .1. ,.Lrs hechos, fue recogic l r ¿: ; í cn un clesir¡ , j to i l . . l . r i ; r r ,' .J Press:

"SeEjtn una persona que asegura haber presencia<1o--()rno (e incineraban los cadáveres rociados con benci_':.t. f 1itler y Eva Braun con quien se había casado dos días.ntes se suicidaron el rj de abril en un compartimento'ubterráneo de Ia parte posterior de I¡ canciliería alenta-':.t en Berlín. El rcstigo aludído es el chofer personal de' i itler, ]lamado Erich Heiz Kentpke, quien- asegura lta-'-'r..-'c-¡do el cadáver de Eva Braun de dicho compJrti_-- rt-t'tto poco antes del amanecer clel t j tle abril después.:e f ! i t ler y Eva Braun se dieron muerte con pistolas

.', ' t lrher. Agregó Kempke que también Goebbels v sttiir¿)sJ .qc stticidaron en el mismo compartimento .su!r,

+i

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rcÍráneo en Ia noche del t al z de mavo y luego el recin-

to fue rociado con bencina e incendiado. Kempke dijo

que además de él fueron testigos de la cremación de Ios

cadáveres en la cancillería Bortnann, Goebbels, Otto

Guensche y Heinz Linge, dos edecanes de fliüer v otros

dos individuos cuyos nc¡mbres no recordaba. Añadióque poco antes de suicidarse Hitler y Eva Braun, el Füh-

rer anunció sus inrenciones a Guenscfi e v }e ordenó que

cÍernara los cadáveres pan que no cayesen en poder de

los rusos".Lo más significativo de esta declaración no es el error

en la grafía de Kempka sino de la fecha del presunto sui-

c id io: durante los quince días s iguientes Hi t ler v Eva

ib¡n ¡ ser v istos con vidl por decenes de personas y por

si fucr.r poco sL' ib¡n ¡ c¡sar rnte test igos el z9 de abr i l .

SóLo n'r,. ir- ¡.rosteriorntente, quizá advertido del error

en que h¡bí¡ incur¡ ido. Kempka se corr ig ió y di jo que el

suicidio había ocurrido el día 3o y que del cadáve¡ é1 só-

1o había visto los zapatos y parte de los pantalones por-

que el cuerpo estaba cubierto por una mantaOtro comunicado de la United Press fechado el día si-

guiente al anterior, dice "Un miembro de las tropas SS

que había esr¿do desentpeñando funciones policialesfrente a la cancillería el t de mayo, Hermann Kantau, ensu declaración hecha ante los oficiales del XXI Grupodel Eiórcito NoÍteamericano, afrrmó haber presenciadola incineración de los cadáveres de Hitler y Eva Braundesde el principio hasta el fin. Relató su historie en más

de una oportunidad y sin contradecirse como si hubie-ra repetido una lección bien aprendida ". Karnau sin em-

bargo admitiría luego que nunca había visto de cerca loscadáveres. Dado que a comienzos de julio de r945 Ber-lín había quedado dividida en zonas de ocupación inte-ral iadas, por pr imera vez los corresponsales de guerra

4Z

norteamericanos e ingleses obtuvieron el permiso p...:recorrer en la zona soviética el lugar del supuesto sutc i -dio y reiterar las historias que contaban ios SS testigos.

Uno de esos corresponsales, Percy Knauth de Life,envió un despacho a su revista donde sintetizaba las de-claraciones de Kempka y de Karnau. El periodista repe-tía lo del 4 de abril, el error de fecha contenido en la de-claración del mayor SS Kempka y agregaba que duranteuna visita ai bunkerhabía advertido una pequeñ¡ man-cha de sangre en el sofá del estar de Hitler, donde segúnKempka, éste se había suicidado.

Sobre esta base y durante parte de rg46 Trevor-Ro-per trabajó para su l ibro, que fundamentalmente es unaversión ampliada a zoo páginas, del informe original,¡crecentado por ios dichos de otros supuestos testigosqrle tampoco prueban la muerte de Hitler.

Norns

r. Bauer, Eddy, STORIA DELLO SPIONAGGIO, pág. roz

+)

Page 93: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

D6 hombÉ tumnlonás mpotuDE.n h mpli¡-.ión d¿ l¡ inv¿stt-i¿ni ld n¡yores ss Heinz Li4. yom cü$h!, mbos crFü¡dd por 16 sóvi¡ncd y.iados por l(mpü: úno t6risos.

P.r¡ Lin8+ Hnlr se h¿bn dispa¡¡do su pútoh pr-bn¡l, trb¡ w¡lü¿r 269 PB en l¡ sien rqüud¡, Éh-ürén h,bló de k¡se¿má¿"y dijo qú iuvi.Fnque¿nvólvmH er en lm h¿z¡da pan oculú¡.1e-p¡¡o qu€ provoc¡bá í cáF d¿sE@da.

^ tu rez Gusc¡e dEl¡ró que Hid* :e hrbtr 3uici.

d¡dó dispr¡ándo* er h sien ¡lé¡echa, y que ¡l hi!ñoh¡bíá lhvado.¡bh-s e Eh Btu¿ qum €l p€lo l¿.!-

s.br¿ él &iinp ¡le los rdos dála p¡Eja Hidea @¡.É ltwrRopa: _,4a9¿¿D¿s ¿é 9E c@¡é ¡rr-ñó htdn¡d f¿dú@Eí¿2s ¿D b2d¡t y n dttdchaa.illa'a O pú¿e sqcno Éuh. pÉie njng!-ü ¿plidián ñDpliorla & Pot¡bh qw hs F¡itutuínveiczci,,E e llzw z abó.on ln.h<!i¿o d-

si bi¿n + EñeE ¡ los sdiéticos, s .leh. É¡.r .n@nn qus rE ¿l m¡no TFvr-Rop.r.l eft¡'s¡do ¡L

cu*che, en.¡rel¿doeb Rúi:, ¿n o@ moh.nroa.8nb qú¿ ló5 Éos arbo¡iados de ld ¿d d.¡po,fu.ro. .nEr¡riñ m et pozo dq¡do po¡ un obús ¡ unñlEo d.1á südl rt¿l buitc DEpués del.nri{'o, f-5ln é1, .l pozo s Ell.nó con ti¿ñ q!! fle ¿pEhd¡ (on

Gu$r!¿, Li¡a. t(ñpt¡, pd*Fndn! ¡Eib¡Fon t¡ü.rd¡do p'!sE a12 sdkl¡ d.l fi¡'¡¿¡thl

Omr.lú !olü¡t6 M¡Eñdd y Holb<r* d.l¡ L,tú-End'ru ss, diFm h¡bü úsb ¡rd.r úos adrvd! ¡un8 n.d6 ¡L l¿ eli.l¿ ¡lel bu¡Lrp.rc rc los vnÉñd. c.re, y ¡o pudreron ¡poúr <leEI$ tri pÉli3t6É

Cñosifudau¡.ónf*ióndeiñpoE ci¡IYsvoFRopa .rribiia ¿¡ su libid: gtd¿¡ Áa anrcEúido r¿ohJ.dvó fnzl. Al \s!¿l qte Al¿na, que fúe úrcñdos@dn¿te b,jo el ltho d¿l ¡ío B8ú@ úbÉn.Í¿ ñ.¿.mo úre.L lz Hmúida¿ 6¡A dtmdo ú úhs,¡ don¿é n1¿te po¿á desúbñno".

¡¡.tu¡¿Fo¡rtdstue en nuüosimu¡¡orú¡libroDdr. C@o qudó di¿ho, d él s. b*ó l¡ m¡yof¡ ddE¡t¡oF*dda.otu¡urc,q'n!Eft !rcn@n!o-lld¡d. y mpli¡r¡Io los lüs¿E onun¿3, hEt mán-¿olo¡.nñnós. Akú.s ¿jemplos d€ 66 hitos:

'E ió K.¡'pb, €/doÉ. H¡tf¡ É.to rqEodr 16tr¡Bp.cs.t Hidáy d¿ s p¿rqu {tondd. Td-bián b¡üír si.io $ cbof¿.a dix dsioc si.ndo &Fbl <d6uz, porqdpb mlD ¡L s

'i[i@. úr.

j.s lo h¡hl¡ ddü.ido m ede 6 u¡ xubd*r¿É',h6É 16 p6c! d. Rú¡3¿¡.

' It.iM Iiig¿, ¿l úyot¿úo.}{rbír sido.l r.L ¿.pcron¡l d¿l Berehofy d¿ lá cüilri¡ dd R.ich H¡-bh knido ¡ sus órd!.es a ochÉiubs nl.nb¡6 ¿. l¡rSS ¿erÉrdd:ú. E¡de los ss d¿l p¿6dn ¡ $ dlo h¡-bh paFl¿rós, n'1skos, mffi os, d.

l

D

Page 94: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

' otu 6ue¡q .lcu¿:6p:/¿r oñcúl ite ¡¡3uF(ü¿p.l-4t ¿e Hldf,.uy.s hjmbros 6nre*leaio,mdG dú¿ ¡6 inqr¡n6 d. ¡¡ Libstu¿n¿Tmüá!h¡bí¡si¡iosurra¿rt r.mDt¡Ls¡L1944.

H¿y que Éo¡d{ q!. lo! ds em, en ¿b¡il ¡le r9,lr,SMb:r,/ü¡E¡d! lI 5s y @pondí¡¡ ¡ ld órd¿n¿tdiF.E de Hidé! d.rd.lE.la,.'ft si¿r¿ y diez áño!

L6 nt@! mü¡r s Eñri.m r c¡d6lus¡ftr.' G*il&r', ¿6¿rr¿¡ Duú el ..r & f,rü! .l

ediñc¡o,¡LD¡r¡t Ei¡c ntl tuhs cu¡.lr¿.16,3óloh¡ú¡ftibido.l lñp*o.L lDü.nh¿& ¡vió! y llmpadd. M@, q!.düdo tutu¡h.ú i¡Egn.Tmbiasb¡hl¡b¡d.l¡ ¡LtuiónildrJqu.td!¿i.firi.,ysin éhb¿r36 l¡roEli.trdrt 16lrbol.!h¡bhnqEd¡do h pi¿ y¡. h¡bf¡@nfr¿do hsá.1.t¡óo d.

Lx rob! ton¡ds.l[ pd !l ussig¡á] cd?3s6lM-

1¡un¿.¡,c¡lól¿ La w;¿rt-".¡,¡"u "t

6¡¡¡a¿ 16 risiunE ¡ m.di¡d,6 d. iutio d. l94r El dn ú ñ!Róm¡to p.r .l pEmiq bnóto.o wGb cbEbiü yeltuiu.rAd¡ñy Ed.n y hH¡r Áa EiEdo [email protected] ñ¡liuÉ, indüdc 16r'nnb6 d.t Crc(couÉrt¡cliFre co4d.d.¡bAi6m Fi ¡bril d.Da7 ñE nosú¡do oc¡ @ púbü(¿mrc al¡ pl.É P¡-b útlEs ¡ú¡ *hb¡n h$ int riqlosdutn.sytdobj¿id qú. I ueso d*¿p¡ro..¡l:n El r de di.ienbF d.esé,no fue vohdo .l (ubo d. lá $lid¡ d¿ hd8.nch, y

d6¡teMFmsPüovotq¡ffi Et Ep.dl,mob si¡ eDb¡ao eh¿ d w it!.üió¡ ¡tr l8ffiid¡|.s sié66 y no.n h &rrción d.l5 inül¿iene!. Fu Ed6dbi¿no q r99o¡ üs b .dd: d.l mw yiod¡vn q!€d¿he m s inEior ¡lgurcs objctos.

' ,/.¿áudo d€ l¿ borÉ¡. En ú Édio de mili¡ necor :lreddd de l¡ slld¡ d. h.r3 ncü del óu¡¡anoh¡bt¡ céq* d¿ 6ódb¡r D.F d ¡Dd.ñi6 v É6r deob¡saffi Éiónqu ü¡bhn rido inmpid¡s,.bp¡Ecür¡rlsaF &cin¡.¡6hÉr'¡¡pi6ypd¡,oofdD.L "[".&ar3 D.@ y0,60 |ffi&pEiDdid¡d Fndí¡suroh¡hi¡ lu hmEo'Eñliib Fnd¡9hn ú rcd. F!c.lóñ ¡ l¡ r¡¡¡l¡.h .IFcrb.

' ¡, ñogs@ No s..¡.dEó u lfr elcind:, @¿oIn¡lka qu Ic o¡l¡las hldlo qus¡do:. qu ¿n F:lid¡d 3e h¡bía¡en.onÉ¡do m I! ¿!ñj¿, d¡n los dd ni¡is-co A.PrDpá€rih co¿bbcL y!u qlpolr M¿sü. LósffiDos. ¡lü¡b€rudlEdoun conüu¡dble dh:si¡dorclátil.mo h hqrd!¿ prñ r lDIrñ.IáD, no h¡bíu podÍioloc ¡Dbpruds¿d¡, Lor B4!pr¡s¡d¡buqmsbüí¡r.tu¿oumb.h¿.ÁrE .l¡6p¿-¡¡M rc Fdo b¿hcr ¡loE¡t\. n¡! da uc uh-dos8n&6, p¡@¡do rólo @rqu.m¿.lllE I¡!wiAicdij@ qrL:ttr @F¿ombiérm.d¡9!Eúi6¡@o¡i.nial6.itrffiülcsEr¡dpdr@ ¡id.t!'loEdd.ñ.did¡r!¿r-lo! o.l Dcriord. Ehkúlór o t¡@!. dond.ls ¿t€¡Mr@hñútiDi.Dú¿l vdond. h¡bhÉablilo.ómbusdhla no voládlls.oño.¡ s¡roil Esx.ddicion 6h¿.I¡n qE ¡l rds3.¡ldd¡ñ mp

Page 95: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

II

t

¡L h:s L¿oo , 3m gn¿d Tübié<üreG ¡5í oóonizdB.n IG.ditui.s qu ü:hhn rdorLúzado5po¡l¿s bonba inendh¡ix d€ :vión del tip.¡eDj6 dond. .l .ó¡imido de álltrE y rósfqo m¿b¡

Tód¡ shs i¡forheion* y oa* pl¡8ad* d¿ m-as óm la qu s. hh ñ.úion¡doois.n: aú a3umon,os de nihbrcs ¡¡e ll ldlüstu-¿@ ss AdolfHiir.i un cu.rpo d. óliF @do @tucur¿i¡Feiü qR lu.so p8ó ¡ ódituir @ diyi-,ól de w¡f,.,ss, i¡ /tdo/nn:d¿,.1¡úre ayo 6rü-d:É ¡bq tu..mond¿¿..

El snpo orisin¡l h¡bl¡ si.lo fm¡do m 1933 cm.los¿pp DFdi.h, cl priñ!¡ rurodió p¿ÉoFl de Hjtl!¡,hábhs¿le..rcn¡doldprin*osrohonhr¿sd¿hrSSpn¡ que cuid¡r¡n al nucvo .¡n.iller Rípid¡nen( d¿ú¿rpo h¿üñ qlcido f,nr¡ ld .clmimtos eh.dvos yp4o eé ad inicio d. I¡ g!¿r¡ y¿ .on6ba ón 3.ooo

uno d¿ tu5 conpor.nE. lo d¿Gnnia si¡ tuti¡.a!:' Er d r,ila2i¿lñ no t @ú¡rh m6 @ cn¿n F¡ a-.iD dd6¿ sorc/o5¡¡¡i@, pú@6r¡ü¡-ñ92n 9¿. hüa6n ñ@rlo qk qthñ-.'

LG l€b¡ d. tü ss h¡bl¡n !i.to ¡lci Mi¡o,¿.slt¿-m2 IüIÉ¿y Nt6@ jwúb é ñd.ljrl2¿pÁpeto¡ ¿fe üdno, según .Fibió u .rp.cúliú, '?.s¡¡tf¡sido indrl.j¿o greéÉtptlzbnart;ataa h e;n d.w y ¿l Án ñiño ¿f,tlt i¿8. A f,lá de @á die¡óndzlqdn o Aktua¿ pol¡üc1 d. @húa ae qk nohta¿ h eÍu id¿¿úúinz¿cl púi¿o, el t¡l¡¡h.ab¿.-aDh@ ¿6smdóny úz ElEión eórtí Eituo'.

Y ¡nadn pD qú ¡o qúdún duüs: "¡bru¡a dd.

nnk hs den.i ú. r, z4!¿l hr @ nv*i'l2s y 4aI á -¡t2s ss llvtor z hd.ttpcn lón ¿ tts jeIús ¿. np Lt q n 6n qu. in¿ nÉb 2n É ¿u @l$ á 16pnncpior

Fin¡lDente d¡cé rt efudloro, % ¡déoJosír de l¡5 sssett.lvid¿¿¿ patqte no h nás zlh ¿el pdndgió dE l¿d!vo.ió,,ásó¡dE¿u,t,É'l!ErEcoüs¡to¡oe¡rnu-vo. Pübüo cóm¿Uo T¡clro, ¡n!e! dd n&mÉDto d¿cftb, h¿bn dAdiró ¡ l¡. rnligms dihú Esnánias..mo tÉlia*t A¿Ls j.ftl1¡MhnuÉR "^tn.nndo lór¿n t füúc.l t¿mno n ¿q. ae¿át yv.n&LTa stu L É fl .briDáó,t a.r ere sin ú-b¿tE .nB b |bnm A¿.t¿2¿..

Dos mil úós despuér toe .rp.rimó@. he.¡os p.'st Ly Milsn.n Esdd U¡ids d.ribs hs obnob.di¿r€ ¡o ¿u¿¡dry, lndicnñn que L ob.dien.iáoe3¡ es propb d. los ¡l.mÁner,

En 3u próloso,l libF d. sihon wiese¡th¡1, ¿¿r ¡s-riros.,e¿rosotu, Jo&phWechlhe4esaibe:'U¡h.nbE.h.se eéh.rc* pE¿. qnituhúnd¿nd, ñ-ro¿ft FqúE .t¿p¿,¿te.Eefehl ¡be¿eül t?¿sórdú6n&rleaa) El Fihmñn¿,bay ét s9 obcd.-.i Lot ¿lr'Jüa.iñq q,.xpÉran pú e dpo d.oh.¿¡-¿enil¡üErslhóÉ¡ñ loüdiu E .@ u a.tiw). Et @d [email protected] I b.Ímáownn (s ó ¡deÉ MórdM) nuúawet.sEpe¿o an cil@acnzrú¡dE p ü lo s Ei buzL r zlqm6 y 2u tuk ó l.

Pñ ¿joplifrcaa J con¡Dd¡nÉ déj.¡mpo de *Fmi¡io rt¿ Aur¡wiÉ, F{dlD¡nd Hódel¿aí¡: "Yód¡ó ¿{Ír nwohl" La fóhula inDlio-br más qu la npkjón d! u¡ o¡den: en l¿ sbisión¿ trM vdutrd áj!¡¡ dond¿ h propi¡ p{en¿lid¡d y.¿p¡cidxdd¿@úi. ooueóbúd¿ñnitihmE.l,-

Page 96: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Por sü sol¡ púEnmci¿ a esE gdFó, éros kstisos noeF¡ pe$ons.d6¡bl.s en sí nGb¡s y h¡.¿piriónli'ncal de sus tsstimonid ponía .n duda l¡ Y.ed¡d d¿les ,nv*iisaciones qG * b¿s¡¡n en.llos .

dseio* ¿1.áDir¿¡ ¿¿ la E*r¿ n¡v¡lMusna@ ju_r¡;1en Pennsilv¡nia, y bs ná@ss ¡ s Fre ds inroF

Los soviélic$ m.dsron ¡dimir A.tonoe ftisti¿¡on en E

mfdrmción perc Éúltó inúolrloúérodos&módáiicospqúnosáñhñh di¿ áñoFconúébdos menú¡ cdabozo n6óvih o en m ed,gsibeñnó.

Mich¿¿l Musun¡¡no 6dibió u¡ lüró Dr?z dtu p,E nó¡irj en d nÉño, fts ¿n¿lEr lós últinós dis deH, e,.(onchy¿ que p!r: ¿¿b¿ r ?Par nt.Aá d? l¿,ulp¿ ¿e qúp Ht¿er no ñuden eD n¿yó d¿ t94s

su obc nedúró ¡1 rermi¡¿¡ 3u invstie¿oó¡, ¿n hdalenEevkú¿lDorcp¿6on¡ldeHitl¿¡,a chofd,¡ suml.!, *qet¡ios, pilotos y ¿ltos óhcbles q!¿ *dvieF¡ lo! úrúnc dtu m e¡ ¡úl¿¡o Hd¿i

Lo qü¿ esos cmbban en u p¡inqmdnenF le ftsúhb¡ co¡h¡ente üdE qu insdcuenE d¿ que podin h¿bd Déno¡iz¿do tú versión

r* Pc$oms En-dli¡ cülto ¡ Hrlé¡y $. prs er?ñ¿MirdeÉ¿¡üa los ksdgos.oi¡cidm d¿ ¿r modo @no lós interc_g¡dos en su i.v.sris¡ción aledu, $¿ l¡pidÍr¡o.lusión, y d,udi.4la olP¡ ¡ los soliéti@s elPemid¡ que Hrder se l*sfmr¿.

Ls nvadg:ciors ali¿&e apma .ñsis!¡{d qúlos bsEg.s dijetu s¡mbr¿ y $ cldo y.mtuúuajrequeó¡ his@¡i¡. tul se tu ¡on sün¡¡rió reinq y ei3ilcids diferonEs de los úldnos días de AdolfHider

¿. ¿r ¡u¡kery¿ f¡lE de u adívd,.l dbun nemánde B*chscad¿n dedfó m 1956 $

L¡dedrmió.sebs¡b¡.nlosesrimmiosde.ú-E.t¡ p*ón* que en su n¡yori¡ h¿bín sido ss y €dece* de Hitlei ¡l jú¡ú¿nto de tod6 elos h¿bi¿ sidoelñism. "rno frat 2 Dio\ ob¿deüinódi.i.,2l-meDé ¿ A¿alfft¿e. FíhNdelR.kh y¿el pteblo,leñín, rctu¿¿nesuprno delz tt/ehn¿ehr y npeño ñi p2l2bn ¿¿ sotd1¿ó qíe ah,¿fleé ,úpre e$e)urúÚn úbiénanesqo ¿é ñ¡vi¿a",

E*¡ ñ.lelid¿d i.compd'ble y!¡opi¡ de $c6rios volw¡íá ¡vere décdrsñ:! Drde en rDn¡ y entos E$adosunid6, dmdo lás jüsdciás dé esos párss o¡¡¿ntfú

En los¡*:dG Unidd óru¡ió dúrúe el cso mra-do con Ia inv¿stigrión a h a¡mili¡ ñ¡fi6¡ canbino,.u¿ndo s ind¡s,ó dunnE años p*o ¡o s püdi*on toDr en mft¡a tr¿¡{¿cion$ de Io5 cpÉ,er En ra-lE, duanÉ.1 srú proeso il¿ Pálrno á lá fanih Riina, órmó ¿lso p¡Ecido: nadie.onfi¡b¿ m l¿s pal¿brsde los pjdbdl Pm r¿.ó.shn lÓs h¿.hós d¿lictivó3v¿fm sólo las ibwsrisacions y lás pru.b:s cir$rú.ühr Lo que se ?udo dri6ü tue sólo s¡{i¿s a unos

De ulman¿É3¡mii¡rocuri¿¡on las c6rsAúFn'te la invsricación a l2 logia b¡sóni.z P2, PtópzEá,¿aDuedeLicioG!Ii.E e*! caso rmpoco s pudierortóh¡r cono buens l$ declmcior4 ¡lel c¡¡n n¡erüo n¡ h de los denás nienhros de h losi¡. E3* in-¡hgrionA duron enó!-y¡óñ¿ses.óDól:i¡vs-bg3ción de h ñu¿^¿ d¿ H itl¿¡- y i'1n asr. 6daytáhoy no püedcn considdre conplerN ¡i los c*os r.-

I

Page 97: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Como prÉ lc ss, ¡nb'én pÍ¡ ¡os Dafiosa y P¡nlú m*o¡s .s con¡t!.b é¡¡ sinónino ¡h ho¡or y d.

si t¡ frü.or¿ ¿nd;¡l h¡bi¡ .o.udo ¡ .tdbiR !nseptienbrc dr 194s, !l Dnnq.¡pidlo d¿l osú AdorHidr e iEUr inici¡do Di€, ¿l ¿d. n¡yo ¡ls ¡qud ¡ño,rl .I2 siguiene del .onú¡i.¡do d. Do.niE.

Los !fliéd@ & f,¡btú nñdo !s.épd.6 sobF6e a¡un.io. Séstn I¡ ulncl¡ oñcül T*s, h noricia .raú¿¡u.E ná iási'¿a y 4 M.sol m hriLren 6 ¡ñFñx que '21ptóp n |zdree d. Hldd, lotnejs q¿¿tiln ¿áril Fiiht.r las n..l¡os ¡t¿ zh¿

uú Infórhición pü{,dr tu. d¡d¡ h mio F¡n¿d pd m @hmbE del m6Fno d.Rllúim.s ErrerioÉb únúo, qü.o c¡1i6.ó ¿¿ ro'dl¡ h dedr+.ión d. DolniE s¿6E "¡r¡

'üm húób d. Hm.l

.l@É h d.¡da d¿ A¿tltn" sAI dh sislimÉ,.1t.t ruyo, prl¿ Edh.rltf¡ d¿

MosílH¡ FnE he, optu¡ado pórl6 ru3ósb¡ni6sFú qu. "GÉót€& s /¡,¡f: su¡oi¿do d.splaé.le hz-ó!.¿do reé ¡ fl¿rpor¡ys¡l'oJ: y da dhs ¿tespu& dtjo qu. unbi¡n "kid.r ,'¿bh muú Pd lrss@tls eviédú y I rc 4.nÁw 9ú¿¿ó únlñ ü blústque s.É ¡np&ü¿ ¿¿ ¿¿stuhrif !

El 3 de ñ¡yo, uE i.ft)lrffión úüü dd cú.1cenánl d.l Spsundo Eiérchobriránio, ¡nu¡.ió qre u¡s.¡enl eviériio üzbr¿ Évd¡do que los lls h¡bi¡n.núnhrlo Eé. IB tuin¡ de l¡ ancil¿ú u crdáv¿r.n bun e*¡do qúe s. @¡sid{¡bá ono.l d. Hid..

sin.nbr8o, ¡úqü úo ¡L ld 3iwierG SS (qui.rdiio que se3li¡ él Hid¿ * h¿bh.vad ldó d! B.rlfn) *¿

- Els€n nl3.u r'n jlf¿hitir{sqi¡o.odeA.dr.

Im¿hh¡.r?li.ib 5e .&¿d..n Euú D¡ob..ábñénE.'Es@ái

Page 98: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

I n¡L¡ñú.d!@r! @t hft lsúr ion!¡4

{e¿!/(i¡3ÚdJ¡{,d,J4o¡bñ¿¿f¡

¿d¿rde]nÉÉÁe¡¿.a@(!nerD!¿¿0 Ddú h¡ d n¿ dd¡di & ! .ú¿ú it

d6FÉ@bd¿¿fuw'44úa&

rd.4 @ ¿ eHteF¿ 4ée¡Át hrl. f ;4.

Page 99: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

por ciento eran de origen extranjero' sobre codo alema-

nes. Los principales centros eran Rarvson' Comodoro

Rivadavia' San Antonro en 1a costa atlándca v San Car-

los de Bariloche en la cordil lera''"

El i;;t.r estaba prácticamente desierto y los pocos

habítantes existentes eran de comunidades.indígenas'";;;;;;.nia

chllen" posee.el cinco por t:l:11 '^:

rritorio qie tiene su país vecino' v por el contrarlo' en

su límite norte que es la décima Región y en el extremo

sur en Tierra del Fuego, estaba poblada en su mayoría

por colonos rl"-"t"', 'iendo prácticamente deshabita-

il;;;;;" mediana' En el soló conjunto patagónico se

p.JtJ" estimar más de 150'ooo alemanes'

Las publicaciones editadas por los naz-is€n estos anos

pr"üJli.* ¿aban sí un cuadro partidario' pero efecdva-

mente estas tielras tenían una densidad inferior a o'5

habitante por kilómetro cuadrado' que tampoco es real

porque hay enormes "*i""uio""t

de cientos de miles de

litO*"arot prácticamente despoblados'- .En r96r el mismo Áú^nt" ¿" Reader Digesrconside-

raba a la Patagonia como "tt"

tottu desértica' y en sus re-

.;;;t-*p3.iales hasta indicaba que estaba poblada

por indios y q*" "tu

zona misionera'

Equitocacrones o desinformaciones qu-e sean' todo

i";;;;"" "La fantásüca Antártica Deutschland de que

vasehabló,esPartedelespaciovj ta la]emány¡quépar-:e I "."

:n.la concepción imperialista de los.geopolíticos ale-

::::.::.s de principiot ái t iglo' los territorios ocupados

f "..--,nori., "1"-""u' 'oá f '"g*"tttos del espacio vi-

tai : -= .\lemania ""t"titt

p"'"áIt""'"r su plenitud' Es

el le¡-:s¡¡um exüanacional alemán y aún extraeuro-

;;;. ¿:,t..pondiente a una idea de expansión irnperia-

l ista co::- ': nunca se dio en la historia'

a^t

El espacio vitai Hitler lo define en fuler.¡r ,(;¡:.-:-.- : - :"Un deber especial por tratarse no de cualquier ii-'r -i -:

negros, sino de la madre germánica, de todo lo l'ir-j¿;:-que da su forma de civilización en el mundo de hov .

Cuanto se ha descripto hasta aquí fue reafirmado elr7 de enero de r938 por el doctor E. Ehrlich, quien dictóuna conferencia en la Escuela de Altos Estudios Polít i-cos de Berlín, ante los líderes de la juventud hitlerianaen el exterior.

Durante la conferencia, a ia que asistió el GauleiterErnest Bohle, responsable de los alemanes en el exte-rior, agrupados por Hitler en el 4r Gau, Ehrlich se refi-rió a los fines de sus organizaciones en el extranjero.

Dijo textualmente, haciendo referencia al extremosur de América: "Existen en el Nuevo Mundo grandesterritorios poblados casi en su totalidad por alemanes,cuya tarea debe consistir en tomarbajo supropio gobier-no las tierras cultivadas y trabajadas por ellos y sus des-cendientes, para ponerla bajo la protección de nuestramaravil]osa y otra vez poderosa patria alemana. Pero Iaorganización en el extranjero debe y lo logrará crear unacomunidad alemana que no conozca fronteras ni mares1ejano5"."

Los nazis sabían cuán importantes eran los Auslands-deutschen,los alemanes en el exterior. La importanciaque tenían bien la describe Simon Wiesenthal en su li-bro los asesinos entÍe nosotros: "AI final de Ia PrimerGuerra Mundial, mientras Austria y Alemania atÍavesa-ban Ia crisis política y econórnica que siguió a su derro-ta, muchas perconas de ambos países emigraron a la Ar-gentina y no era de extrañar que en su mayoría losnuevos entigrantes {ueran nacionalistas radicales, que

rol

r--

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no querían vivir en la derrotada Alema¡tia, esclavizada

por'las cadenas de Versalles'' Con su acostumbrada di--ligencia

Ios nuevos inmigrantes erigieron fábricas, es-

cuelas y empresas, fundaron periódicos y revistas y ga-

naron una considerable influencia política".

NorRs

r. Fernández Artucio, Hugo, NAZ15 EN EL URUGUAY'págs. rr8 y tzo.

z. Ibid, pág. rzr.

3. Reid, Pablo, Toni Patricia y Bolasell, Rafael' LA INFIL-

TRACI ON N A7l. Págs. 74/7 5.4. "La Argentina, Colonia Alemana", DIARIO LA VAN-

GUARDIA, ro de ab¡il de r938'

5. lb id.6. Lange, F¡iederich, REIMES DEUTSCHUM, pág zo8

7. Biemer, Ludwig, EIPAN GERM ANISCHES DEUTSCH -

LAND, pág.gs.8. "La Argentina, Colonia alemana", DIARIO LA VAN-

GUARDIA, ro de abril de r938.

9. lb id.ro. Hider, Adolf, MEIN LIEBEN,págs'3zr/zzrr. Fernández A¡tucio, Hugo, NAZIS EN EL URUGUAY'

pig.tz9.p. DIARIO DESES/ONES CAMARADE DIPUTADOS'

18 de mayo de 1938.

zo4

-nflml2C)5

xt l

. Enla Argentina, la división exffanjera del NSDAp ha_

bía sido creada el lo de mavo de ry31,y se desrgnó a HansNieiandcomo su jefe. Anteriormenre, el z áe febrero,éste publicó un aviso en el periódico de la colectividad,eI Deutsche La PIata Zeirunginvirand.o a parricipar de Iafundación de una asociación nazi.

- En febrero de 1933 se rraslada a Buenos Aires Willy

Kohn, el jefe del parrido designaclo para América Lati_na, quien anteriormente operara en Santiago cle Chile,para encargarse personalmente de la organización polí_tica de los aiemanes residentes en la Ar-eentina.

Pronto tuvo resuitados. poco más detos neses des_pués reunió a cincuenta y un organismos con persone_ría jurídica ya existentes, realizando formalmente laproclamacíón de lealtad a Adolf Hitler.

. Yno: años después, en 1932, en ocasión clel congresode ios alemanes en el extranjero iealiz¡cio en Stuttg.rrtentre el z9 de agosto y el 5 de setielnbre, y en preserrciadel ministro de Relaciones Exteriores ván Neurath, elGauleiterBohle dijo: "Los germanos en el exrcrior clueno quieren ser nacionalistas considerándose

^lemaÁestienen un nombre 'traidores a Ia patria"'.Sus palabras surtieron efecto y .r.r*".rrrron los ins-

criptos ai NSDAP. En esos años había en la Arsentinat66 escuelas alemanas, a las cuales concurrían r3.'roo

"r-tudiantes.Los maestros que trabajaban en ellas necesitaban el

visto bueno de Ia Unión de Escuelas Alemanas, y fren_te al embajador \/on Thermann tenían que comprome_

I

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llilillillilterse así: "luro ser fiel y obedecer al Führer del Reich ydel pueblo alemán Adolf Hitler, velando por las leyes ;,cumpliendo exactamente los deberes de ni obligaciónprofesional. Que Dios me afude".r

Idéntica situación se vivía en Chile, donde el parla-mentario Julio Barrenechea en agosto del r937 había ad-vertido: "Yo denuncio desde esta honorable cámara, unmovimiento sumamente serio, que esú ntinando nues-tra soberanía nacional. Me refiero a la infiltración nazien eI sur de Chile. En esa región hay una gran cantidadde colegios alemanes enteramente controlados y dirigi-dos por el ministerio de educación alemana en Berlín,colegios en que se prohibe el estudio del idioma y la his-toria de Chile y se propaga la mentalidad nazi en desa-{ío de los principios constitucionales chilenos".'

El Director General de la educación primaria chile-na, Luis Galdames formuló declaraciones coincidentesen un reportaje al diario New York Times el z3 de abrilde 1939.

En Uruguay hubo numerosas denuncias demostran-do que en las escuelas primarias y secundarias había unainfi ltración nazi, y que en las escuelas regidas por aie-manes, los maestros se expresaban tan mal en españolque era lógico suponer que no pudieran enseñar Io másmínimo de este idioma.

En las aulas, los adornos se concretaban a retratos delFührery banderines nazis, de manera que nada recor-dara a los niños el país donde habían nacido y donde vi-vían. Se denuncia también que las fiestas eran exclusi-vamente aquellas que tenían relación con el nazismo, yque nuchas veces los maestros se presentaban con uni-forme naziy el brazalete correspondiente.

En resumen, algo tan exclusivamente anti uruguayoque todos los denunciantes se sintieron indigrrados. En

zo6

noviembre de r939 una maestra uruguaya escribió un¡carta a un poiít icol denunciando qrrÁ

"., la escuela ale-

mana del Departamento de paysandú donde concurrían9o niños, en los días de f iesta se daban vivas a Hi t lermienrras se repartían impresos conteniendo los discu¡_sos- dei Führer, pidió también que se retirara del frentede la escuela el retraro de Hitleiy que se izara la bande_ra uruguaya en los días de fiesta en vez de la bandera conla esvástica.

Estos hechos eran comunes en todas las escuelas ale_manas, donde en los l ibros de lectura obligatorios habíatírulos como Goebbels conquista Berlíni Salve Hitler,'A/g se nos regala nada en la vída"(frase de Hitler).4

En Chile hubo un movimiento nacionalsocialista au_tóctono, fundado porJorge González von Ma¡ees. Si bienintegrado por chilenos, entre ellos el escriror Miguel Se_rrano, muchos de los jóvenes Naoscaq como se hacían lla_mar, renían ascendencia_germánica al igual que la mayo_ría de sus votantes, los alemanes reside"ntes Én Chile.

En las hebi l las de srayo. réplica a" lo, sslt

crnturones tenían grabado un

El 5 de setiembre de r93g inrentan un golpe de esra_do que fracasa, y deja un saldo de 6o jóvJnes muertos.En aquella época ei Movimiento Nacionalsocialista con_cluye un acuerdo con el Frente popular y se asiste a unaincreíble coalición de socialcomrr.rirt", éon nacionalso_cialistas contra el candidato conservador que es venci_do en las elecciones presidenciales.

El presidente Pedro Aguirre Cerda libera a los jefesNagrsas, yautoriza el renacimiento del movimiento di_suelro. Se llamará Vanguardia Socialista popular, y en laselecciones de r94r resultará un verdadero fracaso: ob_

1,,

if

z07

Page 102: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

tendrá sólo ro.ooo votos y dos diput. idos El caso chi-

leno es interesante por la host i l idad absoluta de nazis y

comunistas hacia una derecha liberal v conservadora'

Chile no fue tierra férti l para el desarrollo del NSDAP'

quizá porque los alemanes en Chile estaban concentra-

áor "t

la décima R.egión, mil ki lómetros al sur de la ca-

pital. En documentos del FBi abiertos en r996 están cen-

sados en el país t29.ooo ciudadanos alemanes.

Las fuerzas armadas chilenas tuvieron la influencia

castrense alemana desde 1886, año en que el capi tán

Emil io Kórner comenzó a desempeñarse en la recién

const i tu ida Academia de Guerra. Desde t895, cuando

trajo a Chile numerosos oficiales alemanes que pasaron

a prestar servicios en el Estado MaYor del Ejército. fue-

rón contratados sucesivamente parr la Academia de

Guerra otros instructores, antes y después de ia Primer

Guerra Mundial y esto s iguió hasta t935'

Su influenci.r fue tal que h.rsta hoy adoptó la música

marcial alei¡an.r, el típico c.tsco nletáiico, el paso de gan-

so y los timbales a caballo en 1os desfi les.

Pero los militares chilenos no pudieron ser influencia-

dos por ideologías extrañas, y tras ver el rumbo que to-

maba la guerra, el NSDAP fue declarado ilegal, definieron

su posición sólo en enero de r943, rompiendo las relacio-

nes diplomáticas con el Tercer Reich. Igualmente 1os Ser-

vicios Secretos alemanes siguieron utilizando cuanto ha-

bían implantado allí en los diez años anteriores.

Ese período fue bien resumido por la periodista chi-

lena Loreto Dazay publicado en la revista Quépasa del

rr de octubre de r997. Daza pasó aproximadamente un

año consuitando documentos rop sec¡erdesclasificados

del Archivo Nacional de Washington -NARA- revi-

só más de 65o cajas que contenían informes del FBI re-

Iacionados con Chi le.

zo8

Su investigación da cuenta de cuán importanre fue l.rintervención nazi , tanto que en r94t, e l presidente deEstados Unidos, Roosevelr , muy preocupado, mostróen público un mapa secrero y 1o presentó como pruebade la intención de Hirler de apoderarse de la región des-pués de la guerra.

En ese mismo año Canaris encargó a Ludrvig von Bol-hen dirigir el espionaje a lo largo de Chile. Estehabía na-cido en Chile y era un experro en jurisprudencia chile-n.r , había s ido asesor directo dei presidente Car losIbañez del Campo, el dictad.or que gobernó con manode hierro hasta r93r. En 1933, von Bolhen ruvo la opor-tunidad de integrar la comisión para rehacer el códigopenal chileno y dejar su huella en su sisrema judicial, to-davía v igente. Terninada esta tarea fue a Alemania.donde se convirtió en un funcionario de la Abwehr.

Regresó a Chi le el zr de junio de r94r, e l día antes queAlemania invadiera Rusia, su malet ín diplomát ico l le-v iba 4oo.ooo dólares en efecr ivo para f inancirr susoperaciones secretas, unos 6 millones de dóiares de hov.

En Santiago de Chiie, como era cosrumbre en la Aó-tvehr, asumió un cargo de Agregaclo milirar en la emba-jada. En casi tres años de actividad clandestina. sus hom-bres no dejaron tarea pendiente, todos los puerroschilenos estaban controlados y sus organizaciones bri-i laban, sobre todo en el sur; donde había siete basesabastecedoras ubicadas en las provincias de Valdivia, Te-muco, Puerto Montt y Punta Arenas; este informe lle-gó a los ojos del direcror del FBI, Hoover y en marzo det942, el mismo informó al Departamenro de Estado laexistencia de un centro de abastecimiento alemán parasubmarinos en la sureña Aysen.

El director del FBI, muy preocupado, aseguraba queei controi de los alemanes era tal en la zona que los pro-

zo9

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pios nazis se jactaban de que no había ni una estrción de

ir"r, .t-r oficina del correo en donde no tuvieran, al me-

nos, una person¡ de confianz-a.

La organización fuc registrach por el almir¡nte Cena-

ris en lo"s anales cle la Abivehrcomo KO, bajo el m¡ndo

de von Bohlen y, a sus órCenes est¡ban inscr iptos los

consulaclos ¡lemanes, con-ro también los vicecónsules'

Todo Chile estaba baio control ' Las poderosas empresas

alenanas radicadas en ese país encubrian los espías' uno

de cuyos principales responsables fue Werner Siering'

gerente de la casa BaYer."

Exirtí. una red de espías fi; lJ ¡ime estimada por el FBI

en treiuta elementos, más un centenar de courrrers' apo-

vada Dor una radio clandestina conocida como PYL' que

diera dolo¡ de cabeza a los norteamericanos por ' rños'

Fue sustituid.a por otro equipo clandestino con sigla

PQZ. Von Bohlen fue sustituido, el z9 de setiembre de

,g43po, otro hombre de Canrr is, Bernardo Timmer-

mann, quien tras terminar la guerra aparecería vivien-

do en Bar i loche. Argent ina.

En Uruguay, considerando su limitada extensión' to-

do fue.lgo mis compacto: allí el partido nazi pudo armar

.,rr. "rtrrr.trrra

completa de asociaciones y agrupaciones

oue iban desde el Frente Alemán del Trabajo a Veteranos

áe Guerra y ]uventud Alemana' Había mutuales alema-

nas como "l

Clnb Nazi de Esparcimiento, clubes deporti-

vos y hasta un club de planeadores' No faltaba un grupo

de las SA, y había también empresas comerciales l igadas

al oartido nazi, como el Banco Alemán Transatlántico y

las empresas l.ahusen, Staud y Barth'

También las grandes firmas como Bayer, Siemens y

Mannesmann esiaban radicadas y relacionadas al N SDAP'

210

La Argentina fue tierra férti l para los rTazis; las em,presas alemanas ertrpezaron a radicarse lnasiv¡nrentedesde 1933. A mediados de 1939 casi eran zoo,y se po-día estimar, según el FBI, en unos 194.ooo ¡ieinanes re-sidentes en Argentina con pasaporte del l-ercer Reich.

Sus actividades no pasaban inadverticias para los or-ganismos polít icos oficiales. Ya el r8 de mayo de r938 eldiputado Enrique Dickman las denunciaba en la cáma-ra por abierta violación a la leyes del país.s El 7 de juliode r939 reiteraba ia denuncia6 informando que en la Ar-gentina, entre muchas organizrciones, operrban la Ju-ventud Flit leriana, la Unión Alemana de Guerreros Im-periales, la Organización de Muchach¿s Alemanas y iasTropas de Asalto SA, la Gest¿po misma, de la cual e¡ajefe Karl Arnoid.

El origen de esta últ ima denuncia fue un discurso delgenerai Ritter von Epp publicado en ei diario Deursc,heLa Plata Zeitung. "Hasta que Hitler asumió al poder,Alemania dio año por año miles cie pobladores a los paí-ses americanos, quienes sirvieron como abono cultur¿L,pero no hentos de tolerar por rnás tiempo l.t inmigr.t-ción en esa forma. Ahora quercmos esp;cics par.r nues-tros compatriotas, territorios que de acuerdc¡ con 1a nue-va división pedida por el general von Epp permanecerána Ia Gran Alemania".t

Esta contundente declaración fue seguida por la pu-blicación, en el diario argentino Noticias Gráficas,eldia

3o de marzo de 1939, de un sorprendente artículo, encuya parte principal se hacía referencia a un documen-to fechado Buenos aires, 1r de enero de ry37, dirigido porvon Shubert , Consejero de la Delegación Alemana, yAlfred lvlueiler, jefe del grupo NSDAP de la Argentina,

ffi fiiltillilillilllillltlrililt

al l

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a la Oficina Polít ica Coionial de la Dirección clel Reich

en ia persona de1 AIto Comisionado del Estado Rit ter

von Epp.En él se detallaba una distribución de tareas para reu-

nir informaciones sobre las provincias patagónicas de

la Argentina, y ios encargados de cumplirlas: irrstitucio-

nes como el mismo Partido y la embajada alemana, su

Cámara de Comercio y los bancos germanos que opera-

ban en Argentina. También las grandes empresas de ca-

pital alernán tenían que dar información, entre ellas la

á" tr.rrtpotte naviero Delfino y la comercial ganadera

La.husen.En detalle, las tareas eran de obtención de datos mi-

l itares, pozos de petróleo, minerales naturales, puertos'

ferrocarr i les, aeródromos, redes camineras, condic io-

nes cl imát icas y hasta composic ión racial de 1a pobla-

ción y detern- i inación de las zonas donde la población

de habla alemana era relativamente densa.

También destacaba las futuras posibil idades de colo-

nización: "Bajo la suposición teót'ica de que se anexe a1

Reich toda Ia zona".8 Esta denuncia derivó en la iusticiaargentina y comenzó una investigación con arrestos y

allananrientos.El diario socialista La Vanguardia realizí un porme-

norizado seguimiento del caso entre los días z y 7 de

abril de r939, señalando el día 2 el arresto del ex mayor

alemán Schuker, dirigente de empresa acusado de es-

pionaje, al igual que Mueller el día 3, v el ailanamiento

áel Banco Germánico y de otras instituciones el día 5'De este procedimiento se ocupaba el juez Jantus, con

la única prueba que contaba eran unas fotografías de los

documentos incriminantes, pero que no eran probato-

r ias judic ia l lnente. Muel ler reconoció la f i rma como

propia, pero desestimó el contenido del documento' En

212

el jr-rzgado quedó la sensación de que la copia perrene_cía a un documenro fidedigno, y que probaLlemente enese entonces el original hacía tiempo que se encontrabaguardado en unos archivos secret;s dÁ Berlín.

Los abogados defensores de Muelier fueron pagadospor la embajada alemana y sus comunicados difunáidospor la prensa simpatizante del nacionalsocialismo v has-ta por el diputado demócrata nacionai Videla Doimr.

El 5 de abril fue presenrada oficialmente en la canci_ilería argentina una nota escrit¿ por el doctor Erik Mei_nem que decía, en síntesis, io siguiente: ,,El

documen-to publicado en los diarios de la capitsl y relacionado consupuesfas aspiraciones de Alemania al territorio de IaPatagonia es una absurda falsificación i, y concluía que"esta cuestión no existe para Alemania".

La cancil lería argentina dirigida por el Dr. Cantilo res_pondió con orra nota similar, donde muy diplomática_mente declaraba que se tomaba conocimiento de la no_ta anterior, y que en respuesta, el gobierno argentino,había dispuesto la investigación de-l caso. ,,Toáo

se ha_rá en terreno de la claridad como las cordiales relacionesque felizmente exísten en:;:e estos dos países",así ter_minaba.

El combativo dia¡io socialista La Vanguard.ia dio suopinión en un ediror ia l del rz de abr i l : ; ,Hemos

leídoatentamenrc las dos nons, la de Ia delegación alemanay Ia de Ia cancillería argentina. ConfÁamos nuesÍoasombro y nuestra indignación Nuesr¡o asombro porla inocua nota del gobierno y nuestra indígnación porIos términos audaces de la comunicación Á2i,,.

Paladín de esta cruzada anti nazi fue el diputadoDickman, todo el caso está documentado en el Diariode Sesiones de Ia Cámara de Diputados argentina.

Por su parte, la prensa nazi tanto en Argentina como

114

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en Alema¡i ia, se h. ibía lanzado contra Dickman. Habíaenrpezado el 7 de abril el Deutsche La Plata Zeitung, con-sideranCo que era toda una maniobra sionista desarro-liada por los judíos yanquis y ios de ia Argentina.

En Alemania el periódico National Zeirungde Essen,en su número rz4 del 6 de mayo, se expresaba en térmi-nos durísimos sobre el tema: "Su padre espiritual es unjudío de nacionalidad argentina, el pro{esor DavidEfron, que parece ser presidente de la Liga Panamerica ydei comité contra Ia propaganda nazi en NewYork, con-sejera íntimo de Los dirigentes de su misma raza encuesrjones de la alianza panamericana, de acuerdo a lareceta del Secretario de Estado Cordell Hull". Cuanto seha publicado de¡nuestra que en Alemania fueron toma-dos por sorpresa por las declaraciones de Efron en Nue-va York, referentes a Ia proyecta da Antártica Deutsch-landy, s iendo la mejor defensa el ataque, también elperióclico descalif icaba lo afirmado por el presidente deia comisión pariamentaria de investigaciones de 1as ac-tividades antiargentinas, Dickman, insinuando que su"padre oraba todavía en Ia sinagoga de Moscú".

Enrique Dickman, en respuesta, comentó que sus pa-dres hacía veinte años que vivían en la Argentina. EI perió-dico alemán definió como quimera la invasión nazi, urdi-da para que la Argenrina ofreciera la Patagonia a ios judíoscomo tierra prometida, acusando que este era el fin para elcual trabajabanlos judíosEfrony Dickman y acusaba a losEstados Unidos y a las democracias en general, de inven-tar leyendas, y luego increíblemente hacía ¡eferencia al co-mentario ya citado de von Epp sobre la necesidad de lascolonias, sin dejar en claro si estas palabras también hacíanparte de las leyendas que denunciaba.

Minimiz¡ba, además, a ia coiectividad alemana en Ar-gentina, calculándola en r3o.ooo personas, cuando en 1a

a1^

misma época la enciclopedia alemana Brockhaus esrim¡-ba los alemanes residentes en Argentina en 1.3oo.ooo.

Un ú1timo repunte hubo en 1939 en el parlamento ar-gentino, el diputado del partido demócrata nacional Da-niel Videla Dorma, hombre de confianza del entoncespoderoso senador Marías Sánchez Sorondo, atacó directa-mente al diputado Dickman y a su colega Damonte Tabor-da, también él miembro de la comisión investigadora.

Acusaba ai primero de aparentar defender la soberaníanacional, atacando a una inocente colonia extranjera,usando documentos fotografiados de origen dudoso, loacusaba también de acciones confusas, perturbadoras ydesprestigiadoras hacia ciudadanos y naciones exrranje-ras, le reprochaba sus acusaciones, a nazis, fascistas y fa-langistas. de ser enemigos de la nación deseosos de apo-derarse de Ia Patagonia.

En las úl t imas palabras de su discurso, práct ica-mente se dedicó a transformar en acusado al acusador,sentenciando: "A mi modo de ver, Ias moral idadesque revela el Sr. diputado socialista Dickman en es¡asactuaciones, no hacen más que caracterizar su triplepersonalidad: nacido en Rusia, nacionalizado aÍpen-tino y de raza judía".9

Este affaire, al estallar a la brevedad Ia Segunda Gue-rra Mundial, cayó en el olvido y sólo en los años'9o fuereflotado en ia Argentina, por unos pocos historiadoresiocales, interesados en las páginas oscuras de su país.

El año 1939 sería, en la hisror ia mundial , un año detransformaciones con epicentro en Europa.

En España terminaba la Guerra Civil con la victoria

lllilllilililil215

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del f ranquismo. Entre I ta i ia v Aiemania se f i rmaba elpacrc de acero,y.rl amanecer del rq de setiembre empe-zaba la invasión de Polonia por las tropas alemanas, dan-do inicio así ia Segunda Guerra Mundial.

En el mrr, entre el 3o de set iembre y el 7 de dic iem-bre, ocho mercantes ingleses habían sucumbido bajo elfuego de los cañones del Admiral Gra{von Spee, un mo-derno acorazado de bolsil lo.

E,sta amenaza en el Atlántico sur, fue origen de ia ca-cería que el comodoro Hardwood encabezó con cuatÍocruceros, patruilando un triángulo marino que abarca-ba desde la base inglesa en las Is las Faik land hasta Reci-fe en Brasil y Lagos en Nigeria.

El r3 de diciembre de 1939 fue avistado el corsario ale-mán: se encontraba navegando frente a ia entrada del es-tuario del Río de la Plata, entre Uruguay y Argenrina. Co-menzó un cañoneo de una hora enre las unídades inglesasy el acorazado alemán, al cabo de la cual en ambos bandoshubo muertos, hericlos y daños ent¡e las naves,

Después, inexplicablemente, el navío alemán viró y seadentró en el estuario seguido por la flota inglesa a unadistancia de veinte kilómetros. Todavía ho¡r, a casisesen-ta años de ocurridos los hechos,los analistas militares noestán de acuerdo sobre el origen de esta actitud.

Las averías que pudo sufrir el acorazado alemán noeran tan graves como para justif icar el autoencierro enel estuario. A las zz.5o del mismo día r3 de diciembre,sin solicitar autorización a las ar-rtoridades uruguayas, elcomandante Langsdorff atracó el Graf Spee frente aMontevideo.

Comenzó un nue.vo round,pero esta vez diplomáti-co, entre los embajadores de las dos potencias europeasante el gobierno uruguayo, que formalmente, era unpaís neutrai y f irmante de la Convención de La Haya, la

zt6

cual estipulaba que se podía reparar en puertos neutra-ies só1o averías que afectaran la navegación. Pero éste noera el caso del acorazado alemán.

El embajador Otto Langmann soiicitó permiso para quela nave alemana pudiera quedarse catorce días para reali-zar las reparaciones, y el embajador británico Eugene Mi-l l ington Drake exigió que no le ororgaran ningún plazo.Mienrras se desarrollaba esta discusión diplomática, el co-mandante Langsdorff empezó a esbozar un plan.

Informado por su embajador de que "En la Argentinahay simpatías por Alemania y que el propio Minisro deIt4arina, el alntirante León Scasso es partidario del E¡e",,"analizó las posibil idades de romper el bloqueo y cruzar eiestuario, recorriendo las roo millas náuticas que separanMontevideo de Buenos Aires, pero habían l legado otrosbuques ingieses a la desembocadura dei Plata y conside-rando que al Crafspeele quedaban municiones sólo parameciie hora de combate, el comandante Langsdorffenvióun cable cifrado al airo mando alemán.

El mensaje decía: "r. Renown y el Arc Royal, lo mis-no que cruceros y destroyers cerca de Montevideo. Ce-rrado bloqueo nocturno. Ninguna perspectiva de rom-perlo y salir mar afuera para conseguir llegar a }a patria.z. Intento llegar al límite de las aguas neutrales. Sr pue-do luchar para abrirme camino a Buenos Aires con lasmuniciones que me quedan todavía lo intentaré. 3. Co-mo Ia salida forzada podría resultar la destrucción delSpee sin la posibilidad de causar averías aI enemigo, so-licito instrucciones para saber si hundo el barco o me so-meto a Ia internación".tt

El Gran aimiranre Raeder en Berlín, quien recibieraia comunicación, previa autorización del mismo Hitler,d io la más ampl ia l ibertad de acción al comandanreLanssdorff.

ffiil[277

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A las 6 de la tarde del r7 de dic iembre, imprevista-mente el acorazado aiemán se hizo a la mar. Inadverti-do, otro buque seguía sus pasos, eI Taconta, un mercan-te germano que también se encontraba en Montevideo.

Las dos naves se internaron en las aguas marrones deirío, y cuando el Spee parecía enfi lar hacia 1a flota ingle-sa, el corsario cambió rumbo haciendo proa hacia Bue-nos Aires, pero poco después se detuvo en el medio delrío. Desde lr4ontevideo los uruguayos observaban iamaniobra, sin conocer el últ imo trabajo de inteiigenciadel capitán Hans I-angsdorff: cuando zarpó, el Spee te-nía sólo el mínimo indispensable de hombres para na-vegarlo, y el resto de la tripulación había sido embarca-clo al Tacoma.

Detenido el buque, la reducida tripulación abandonóel acorazado, e1 que había sido min¡do y preparado pa-ra explotrr a ias r9.4o de i ¡ misma tarde. En este instan-te, ck'sde l¡s escoller¡s de Montevideo centenares de res-tigos vieron'. "una tremenda columna de humo queenvuelve e} navío y se eleva a más de 3oo netros, luegocomienzan a elevarse luces de todos los destellos,las lla-maradas y las explosiones se suceden en cadena, se vendos cañones de u" Ianzados al aire como si fueran escar-baciientes"."

Mientras ei Spee se hundía, desde la costa argentina,según el plan trazado por el embajador alemán en Bue-nos Aires, von Thermann, viajaban hacia el lugar de laexplosión dos rernolcadores y una chata. La tripulaciónque se encontraba en el Tacoma, subió a bordo de esosbarcos que hicieron proa hacia ei puerto de ia capital ar-gent ina.

Ya antes de desembarcar, desde otra embarcación, elembajador acompañado por miembros de la colonia ale-mana, se acercaron a recibir a los tripulantes.

z l8

Una vez desembarcados fueron alojados y a la maña-nr siguiente el gabinete nacional resolvería internar a losr.o55 hombres que llegaron. Treinta y siete habían sidolos muertos en combate y hubo un herido que quedó in-ternado en Montevideo. El zo de diciembre, el capitánHans Langsdorff se suicidaba. Así fue como la guerraeuropea y más de mil marinos alemanes que habían par-ticipado en ella, l legaron a la Argentina.

Nor¡s

r . C¡nr¡ras¡, Jorge, ODESSA Al5UR, pág.+6.z. Fernández A¡tucio, Hugo, NAZIS EN EL URUGUAY,

pig. r z 4.^ l1- : . .1 ^1^. ,^- /^ÁJ. ru¡ur PdE>. Lz>/ Lw,

4. Prieto, César, "Elpartido n.rcionalista alemán en Argen-rina",TODO ES IIISTORIA. número r48, setiembre dery79.

5. DIARIO DE SESIONES CAMARA DE DIPUTADOS,tSde mayo de 1938.

A Thi . l , .1. i ,1- i^ . .1. "*, .93c.

- 7.-Prieto, César,TODO ES NOTICIA, número r48, setiem-Dre oe 1979.

8. rbid.9. D IARI O DE SES/ONES CA MARA D E D IPUTAD O S, z3

r ]e i r rn in. ]o r^t^

to. Baver, Osvaldo, "El f in del últ imo corsario", TODO ESHISTORIA, número 6.

rr . lb id.rz. Ib id.

\

279

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lfiilffixl l l

El presidente de laArgentina, doctor Roberto Ortiz,había declarado 1a neutralidad al comenzar la SegundaGuerra Mundial. En junio de r94o delegó su mando alvicepresidente Rafael Casti l lo, "un consewador defini-do y que apenas disimulaba su simpatía por Alentania",'por causa de una retinit is diabética que estaba dejándo-lo ciego.

El 7 de dic iembre de r94r, se produjo el ataque j rpo-

nés a Pearl Harbor, que obligó a los Estados Unidos a en-trar en guerra. Siete días después, el presidente Castii lodeclaró el estado de sit io, y 1o aprovechó para proscribira Acción Argentina, una asociación pro aliada creada enr939, que contaba con +oo.ooo sinrp;r t izantes.

A principios de :94z Ias naciones americanas se reu-nieron en la conferencia Internacional de Río de ]anei-ro: las había convocado el presidente Franklin DelanoRoosevelt, porque era necesario que ellas ayrrdaran a losEstados Unidos y esperaba que pudiera salir de ia con-ferencia un bloque homogéneo proaliado.

Argentina envió a su cancil ler Enriqr.re Ruiz l-uiña-zú. Su misión era encolumnar a los gobiernos 1imítro-fes tras 1a bandera de la neutralidad, pero se encontró enRío con que todas las naciones americanas se alineabancon los Estados Unidos. Ruiz Guiñazú. pragmáticamen-te, aprobó también él 1a rr,rptura de las relaciones con lospaíses del Eje.

Cuando su decisión fue comunicada al presidente ar-gentino "los gntpos pronazi Io rodearon v tiñeron su ad-ministración con sombríos colores v \os sectores milir¡-

zZO

res favor,tbles al Eje trataron de forzar la poLítica nacionalpara oriennrla en el sentido que ellos querían".' El presi-dente Castillo obligó a su delegado a anular el compromi-so contraído y declarar la neutralidad argentina.

A los norteamericanos esta decis ión les cayó comoun balde de agua fr ía. El secretar io de Estado Cordel lHull fue te¡nrinante: "En una lucha de vida o muerte.loscompromisos ¡esu.lran ahsurdos". Fue el propio Roose-velt quien tuvo que suavizar la situación, evitando pre-cipitar los hechos, que hasta podrían l legar a abrir otrofrente en su propia retaguardia.

A fines de junio de ry42, de los tripulantes del G¡afSpee internados casi cien se habían fugado, tres habíanmuerto y sólo ocho habían sido recapturados cuandoestaban emba¡cando en un buque de b.rndera española.En estas evasiones estaban comprometidos funciona-rios de la empresa alemana Siemens Schuckert. En el di-rectorio de 1a subsidiaria argentina figuraban nueve ale-manes y dos argent inos, e l general Pert iné y el asesorministerial Urien.

De los tripulanres que habían dejado su lugar de in-ternación, dieciocho fueron empleados en la embajadaalemana, gozando de inmunidad diplomática. A media-dos de r942, Buenos Aires disputaba el dudoso privile-gio con N{adrid, Lisboa y Ginebra de ser capital del es-pionaje internacional. AIIí Ias actividades de los agentesnazis eran casi públicas, hasta el representante personaldel presidente Castil lo, Osmar Hellmouth, fue denun-ciado como agente de la Gesrapo.

"Los agentes del Eje operaban desde bases argentinasbajo órdenes del alto mando alemán, reunían datos vi-tales sobre embarcación y movintiento de tropas .t l ia-

'ilffi

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das, armantentos y producción de gaerra norte¡merica-na y medídas de{ensiva,s latinoamericanas. Operaban es-taciones de radio clandestinas y retransmitían sus ha-llazgos a Alemania. EI espionaje había dado contoresultado para los Estados IJnidos y sus aliados grandespérdidas humanas y económicas."3

Los pr incipales blancos eran los buques mercantesque llevaban alimentos hacia Inglaterra, y la flota sub-marina alenr¡na tenía así precisión sobre su posición.

A esta al tura. la act i tud de los norteamericanos eraterminante: no toleraben la neutralidad argentina.

El Departamento del Tesoro propuso el congela-miento de los créditos argenrinos en Washingron y pro-hibie¡on las exportaciones hacia Buenos Aires, pero es-t¡s medidas tJmnoco sirv icron.

El presidente C;rst i i lo declar¡b.r : "Los Estados l - )n i -dos quieren dictar órdenes a la Argendna pero su presi-dente no cederá a .hs pre.sione,s ".

Lo que Castil lo ignoraba en ese entonces era que sugobierno estaba llegando al f inal.

Su voluntad de no malquisrarse con el Tercer Reichllegó hasta prohibir la exhibición de EI Gran Dicrador,la película donde Charles Chaplin parodiaba a Hitler,consiguiendo que el embajador von The¡mann enviaraun telegrama a Ber.lín diciendo: "Por lo menos en el se-no del gobierno de Castillo no se puede hablar en abso-luto de una actitud hostil hacia Alemania".+

El mandatario argentino esraba tan preocupado porquedar bien que cometió un grave error, el 17 de noviem-b¡e de ry4z,al nombrar como Minisrro de Guerra al ge-neral Pedro Ramírez. El general represenraba al ejérci-to argentino en ebull ición. En é1, un grupo se destacaba,el GOU (Grupo de Oficiales Unidos):lamentaban la pér-dida de prestigio del ejército v predicaban la necesidad

222

de resis¡ir 1.rs prtsiones contr¿ la rreutralidad rrgentiu.r.Respecto a este período hisrór ico, recientes infor-

maciones de archivos sal idos ¿ l ¡ luz después de másde cincuenta años dernostrarí¿n ei inrerés de Ber l ínpor inf lu i r sobre los acontecimientos poi í t icos de laArgentina así como vínculos secretos entre Buenos Ai-res y el Tercer Reich, encabezados por el l ider nacio-nal ista Juan Carlos Goyeneche y Ios más ai tos jer" i rcasnazis. Goyeneche había part ido de Buenos Aires ei 7de abril de ry42 como agregado cultural destinado a laembajada argent ina en Madrid; en su recorr ido curo-peo se reunió con los más importantes l íderes fascis-tas de Europa: Franco en España, Mussol in i en I ta i ia,Ol ivera Salazar en Portugal y Pierre Laval en Francia.Liega a Ber l ín, y ei 3o de noviembre de r94z se reúnecon el canci l ler Ribbentrop.

Goyeneche -que actuaba en nombre del presidenteargentino Ramón Castil lo- logró, en Berlín, ser recibi-do también por Himmler y obtener una promesa deapoyo al gobierno argenrino del pfopio Adolf Hitler.

Las gestiones con el régimen nazi fueron descubier-tas por el servicic de raCioespionaje lvtagic, que inrer-ceptó cables enviados por Goyeneche de Be¡lín a la cm-bajada alemana en Buenos Aires. Esos despachosdebieron ser entregados al coronel Perón y al tenienteAumann, edecán naval dei presidente Castil lo. Los ca-bles fueron objeto de un Resumen: el MagicN " 347,re-dactado por el coronel Carter W. Clark, del Servicio deInteligencia Militar y conservado hasta juiio de r997 enlos archivos secretos de la Narion al Security Agency.

Otro hecho interesante es que Goyeneche estaba vin-culado con el diario Cabildo,periódico nacionaiista querecibió sustanciosos aporres de la embajada alemana enBuenos Aires, como lo declarara Erich Otto Mevnem.

141_ --)

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lililililffimás países latinoamericanos para que no reconocleran

a las nuevas autoridades de facto.

En iu i io de ry44, el Departamento de Estado acusó

al preéidente Fatrei de apovar 1os intereses alemanes' E1

NewYorkTimeqque atribuía antisemitismo a los go-

bernantes argentinos, pidió directamente Ia guerra con-

tra Argentina, v Roosevelt ordenó tomar medidas para

evitar un probable ataque argentino contra Uruguay y

Paraguay.Perón se había convertido ya en 1a figura dominante

del gobierno en Buenos Aires, v se acentuó la inclina-

ción nazifascista de la polít ica nacional argentina' Con-

tra él dirigieron sus dardos el Departamento de Estado

norteamericano y el Foreign Olfice británico.

El ¿ de marzo de ry44, los Estados Unidos anuncia-

¡on oficialmente el no reconocimiento del gobierno de

llr,renos Aires. también declaró duramente el Secretario

clel I-esoro, Hcnry Morsenthru "Toda América del Sur

v? ¿ ror¡rJr-se l¡scisr.r a treno.e que desarraiguemos esro

de ia Argentina".tLos rrorteamericanos retiraron su embajador, Ingla-

terra hizo lo mismo.El z de agosto de r9.44, Winston Churchill habió a la Cá-

mara de los Comunes: "Como inglés, me ha de ser perdo-

nado en este momento, pensaÍ en otro país sudamerica-

no, con e] cual tenemos íntjmos vínculos de amistad y

mutuos intere.ses desde su nacimienta a la libertad e inde-

L'¡enciencia. Me refrero a la Argentina, todos sendmos pro'

tinda ¡sena y también ansiedad, como am igo s de la Argen-

rü1i, clue en ¿-'sfJ época de pruebas para las naciones, no ha

rrrrrsir/er.t rlo a d e cu.t cl o d e cl a ra rs e s i n ce r a e in e qu ív o ca -

rrc'nre-y.5i1t tllrtgitn.¡ re-se¡v.l ni linitación del lado de Ia Ii-

bertad v ha elegiclo coquetear con el mal. ¡Y no só|o con eI

ma], sino con el b¿ndo pertledor!".8

zz6

En ese mismo perícdo las cosas iban mal para Alema-nia, acosada en todos los frentes.

Los angioamericanos habían avanzado hasta alcanzarcasi la mitad de Italia,los soviéticos se encontraban fren-te a Kaunas, Wilna, Lublin y Lvov v estaban por invadirRumania.

Desde el z3 de enero de r943, cu:rndo en Casablancase encontraron Roosevel t v Churchi i l , poniéndose deacuerdo para exigir a l Reich exclusiv¡mente una capi tu-lación incondicional. a Hitler no le quedó más que in-tentar un miiagro de orden récnico industrial.

Para lograrlo contaba con el desarrollo de nuevas ar-mas revolucionarias, como el nuevo U-Boote XXI y laadopción del Scñno¡che1 (una manguera de ventiiaciónque aumentaba el ¡endimiento de los submarinos en in-mersión, con el cual ios sumersibles alemanes se con-virt irían en submarinos). mejorias a los ¡viones ciásicosMetog y Dof S, que aicanzaban los 7oo ki1ómetrcs porhora, y al Mez6z, que empezaría a ser operativo en oc-tubre de r944, logrando los 9oo ki lómetros horar ios.Al mismo t iempo, comenzaron a lanzarse los cohetesVr seguido por los Vz de los cuaies se fabricaron 4.3ooy se lanzaron r.o5o sobre Londres. Si el efecto sorpresafue aterrador, el estratégico fue nulo.

Había otras armas que bien habrían podido pasar dela fase de estudio a ia de fabricación, pero no fueronpriorizadas porque ias industrias alemanas empezabana sentir la crisis.

El z3 de mavo de r944 hubo una primer reunión en-tre Hitler y los industriales, en el mismo Berghod en el

727

Page 111: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Obersalzberg. Speer cuenta así este encuentro" "Hitler

invitó ^

analir^i la siruación con todo el realisno posi-

ble, como si é) quisiera finalmente escuchar l¿ desagra-

d^t]" uo" de la ierdad y cansado de todos los ocultados'

falsos optimismos y servilismos abrigados de menti-

Ías".9Terminada ia reunión, que se realizó con un numero

restringido de indusuiales"'Hitler", como dijo Speer'

"nos d"ejó al f in una impresión insólit ' t, aquella de un

hombre frío. objetivo Y sagaz"'

Menos de dos semanas después' el 6 de junio' 1as co-

sas se precipitaron con la invasión aiiada en Normandía

y veint" días más tarcle Hitler convocó en reunión ple-

í.ria "

los industriales alernanes' Este encuentro lo or-

ganiz|en el hotel Platterhof,l unos cien metros de su

iesidencia, allí se rcunieron Lln centenar de 1as más re-

presentat ivas inclustr ias ¡ lemanas' Hi t ler , quien ya se

"rrcontr.b. muy cansado y Preocupado, dijo que creía

en la promociOn de ia iniciativa privada como fuente de

p.ogr"ro y de evolución, y acotó: "Si esta guerra culmi-

n^Á ,on nuesüa viaoriat, el emprendimiento privado

de la economía aleman¡ vivirá su gran momento

Después continuó diciendo: "No hay ninguna duda

oue si nosotros tuviéran'tos que perder esa guerra' no

quedaría en Alen'tania, ampoco la sombra de una eco-

Áomía privada ". Y remar c6: "Señores, si perdiéramos la

gu"rr^, no habrá ningtna'Íeconversión' que hacer' En

Zqu"l mo^"nto, a cada uno de nosotros sólo nos que-

d)rá hacer una única cosa: reflexionar sobre'la manera'

de su' reconversión' Personal"''oEl mismo Speer que cita esta parte del discurso de Hi-

tler admite que para él resuitó oscura y ambigua'

Poco menos de un mes después, el zo de julio de

r944, Hitler se encontrab a enla Wolfsschanze'su Cuar-

zz8

tei Generai en la Prusia oriental a catorce kilómcrrcrs cleRastenburg. A las rz.4z, en la barraca de n-radera clondeestaba reunido con su esrado mayor, detonó una bom-b¡ de un ki lo de exogeno.

Su potencia explosiva equivalía a la de un obús de r5omilímetros, y si la explosión hubiera tenido lugar en elbunke¡habitual sepultado bajo ocho rnerros dehormi-gón armado, todos los presentes habrían muerro. Hitlersal ió con el pelo chamuscado, los pantalones hecho j i -rones; a simple vista lo más grave fue una esquimosis ensu brazo derecho que aparece en una foro tomada el mis-mo día, cuando hacía el saludo nazi , pero también eldesgarro de los t impanos dejó por un¿s sem¡n¡s a H i -t ler con mareos y malestar.

Amén de esto, hubo hasta quien vio, como Karl vonVereiter, a Hirler muerto y sustiruido por un doble. Ensu libro Yo vi matar a Hirle¡atribuye la fuente a DieterZabel .

De la polvareda había saiido rambién el mariscal Kei-tel constatan do "Todavía no nos llegó la hora", y el ge-neral /odi exclamando "¡No valía la pena quedarse en ca-sa/". Hitler cantaba loas a la Providencia.

Veinte días después, en Estrasburgo, en la Franciaocupada, hubo oÍa reunión secreta con los máximos in-dustriales alemanes, en un edificio de paredes rojas deIa Place Kleber, conocido como Maíson Rou¡e.

AIIí, setenta y siete hombres que representaban el po-der económico de la Alemania nazi . emDezaron unareunión que duró más de dos dias,.uyo t.-, central fuedecidir su propio futuro. Eran conscientes de que sólose estaba tratando de contener el derrumbe del TercerRejch, v que quedaba poco t iempo.

Quienes participaron de ella, tenían un único objeti-vo: salvar la vida y el dinero de los más altos jefes y bien-

ilffiilffi,2"9

Page 112: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

su úl t imo Encarg.rdo de negocios, en un extenso inte-rrogatorio ante los aliados el 4 de febrero de r946.

Las simpatías del general Ramírez por el GOU pron-to fueron advertidas por Casti l lo, quien, el 3 de junio der94 3, quiso separarlo del cargo. Al día siguiente, una co-h.rnrna de ro.ooo hombres a la orden del general Artu-ro Rarvson avanzó sobre Buenos Aires, desde la cerca-na base militar de Campo de Mayo.

Es¡ misma noche, el general que encabezó el levanta-miento, un nacionalista proeje, fue investido con la ban-da de llesidente de la N¡ción. La llamad a "Revolución de|

4 de jttnío de ry1j que denocó a Castillo S,acabó con el ré-gimen consdnrciona), {ue gestada por el GOU, integradopor coroneleE renienres coroneles, mayores y c.rpiranesen actividad, que deseaban establecer un régimen dicta-torial de base corporat¡vista. Su filiación fascisr¡ y nacio-nal socialista es indudable, ya que en su primer r,' hoyo1-vidada proclama afirma¡'an que su gobierno sería 'una

dictadura inflexible cooTo en Ale¡nania, para inculcar enlas masas el e-spínru neces ario para recorrer el cantino he-roico por el que serán conducidas"'.5

El general Rawson sólo iba ¡ durar dos días en el car-go, y pasó la banda presidenciai al ex minist¡o, generalRamírez. Las autoridades norteamericanas sintetiz¡ronsu posic ión, rL-spL'cto a ios n-r i l i tares del GOU, con est . lafirmrción: " Los jefes nll ira¡es que sucedieron al pre-sidente Cestillo e¡r ,s¿ls funciones, se negaron delibera-danlente ¡ siru;¡a su naci(¡rt junto a las demás repúbli-cas americ.tni?s con el fin de proseguir 1a giic'¡lr, senegaron incluso a a€ruar en forma convincent:e contfaIas autoridades de espionaje y propagrnda. de los envia-dos del eje dctttro.ie su.s propits fronter¡s".6

224

El GOU fue l iderado originalmente por los coronelesEduardo Avalos, Enrique Gonzilezy luan Domingo Pe-rón; su meta final era asegurar la preeminencia argentinaen América Latina cuando se produjera la victoria del ejeque ellos descontaban como segura. El r4 de junio, a diezdías dei golpe, implantaron la Ley Marcial, prohibiendolas actividades políricas proaliadas.

En octubre, el coronel Juan Domingo Perón, funda-dor del GOU y Secretario de Guerra, consiguió, con elapoyo de su amigo y superior jerárquico, el general Edel-miro Farrel l , la dirección del Departamenro Nacionaldel Trabajo, que transformó en Secretaría de Trabajo yPrevisión. Copiando ei corporativismo fascista italianoy aconsejado por asesores formados en el sindicalismofranquista, logró atraer a cierros secrores sindicales.

El zz de diciembre del mismo año fue derrocado elpresidente de Bolivia, Enrique Peñaranda, que era proa-l iado, v en su lugar asumió el mayor Vi l larroel . Ei go-bierno norteamericano acusó a la Argentina de expan-sionismo porque se habían ut i l izado, armas y fondosprovenientes de la Argent ina.

El z4 de enero de ry44 eI general Ramírez rompió lasrelaciones con los países del Eje, en vista del recientedescubrimiento de una amplia red de espionaje. Esta de-claración oficial hizo que el GOU retirara su apoyo a Ra-mírez, obligándolo a renunciar.

EI general Farrel asumió la presidencia de facto, y suamigo el coronel Perón fue nombrado Vicepresidente yMinistro de Guerra, además de conse¡var la Secretaríade Trabajo y Previsión.

El nuevo gobierno fue reconocido por Chile, Uru-guay y Paragua¡ pero el convencimiento de que el nue-vo presidente y su vice eran contrarios a una ruptura conel Eje, hizo que los Estados Unidos influyeran en los de-

1tilffiilfiz2s

Page 113: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

hechores de la agonizante Alemanir . Entre los presen-

tes se encontraban Emil Kirdorf, el rey del c¡rt 'ón. Kurt

von Schroeder, el banquero de Colonia. Fritz Thvssen,

ei magnate del acero, Georg von Tschnitzler, patrón de

la LG.Farber y Krupp Von Bohlen, el rev de los cañones.

lhmbién participaron los grandes blnqueros. los fi-

nancistas, los empresarios de seguros y'los industrialesquímicos. La característica de 1a relinión se pudo cono-

cer a rnedias, en la primavera de r946, cuando urr oficial

americano encontró, en un catnpo de concentración de

la SS, en Ebense cerca de Bad Ischl . un rJos-sierazul os-

curr:: "los /i.¡ ncionarios políticos clel ]'túdo habían asis'

ddo para asentar las b¿.s.'s ¡rl.r¡.'ri¡ 1e'.s de/ "resu rgimiento

dal'I 'erter Reic-h, eir nrortrr 'rr¿(, r '1¿lg¡i-¡ determinar. Losj n dustr i ai e s l' f , is c nt ¡rrcs.t J-i,l s. i'-'rl :.1 nl i;jc. e s tab an ani'

J?rr(/o,t po¡- ia ¡x>:;ibiltt!,tt-! rlt' I't tli.¡r /,r ¡ll.¡;ier..a cle conser-,./.r j .sui biclrr:.. r'1.¡rne'¡i,-'.s.¡ -s¿/vr-i tle la ..eg¿ra confisca-i-..;;r ̂,¡t. lc sob¡ei'cn¿i¡í¿ a I.¡ rlei 'rota".t '

f n fi;,¡;rlenl.o de esras actas fue pubiicado por Simon\,'Jiesenthal, y dice: "La dirección del Partido teme que

.:1g;u.nos niembros serán cc¡ndenados como criminales

ce guerra. Los jefes de segunda plana deberán ser colo-

:¡Cos en -las diyersas in,ittstrias ciave alemanas, en cali-

C¡d :le réc¡irrls e'? ertcs. el Partido e-ctá disponible a en-

rrc¡:ar6-randes sL¡nras de iinero a aquellos industriales

aue co¡:tnbuyar: a la organización posbélica en el exte-

rior. A cambio, el P¿rtido pide toCas las reservas de di'

nero que va se ltan transferido al exterior o que puedan

sÉ,r ¡¡:ns¡eirdas *rtse.gtriCa, de manera de poder consmtir

r.i;'spuós tle la derrr.tte un nuevo fuerte Reich"." EI mis-

:¡ro Wiesenthrl adnite ,1ue "Ios documentos no dicenqr-li€n ,sr.'esconde b¡io el término el Partido".

Lo que se decidió ell ese entonces, se puso inmedia-t:mente en operación.

- En r946, el Departamento de Finanzas d.e ios Esr. . r

dos Unidos publicó un dossje¡ donde se especificab::"Los industriales alemanes,los jefes nazis transfrrieronparte de sus bienes al exterior. Ho¡nbres cle pajaa su ser_vicio montaron empresas v abrieron ,u"ni^, ban,:ariassecretas. De este nodo, los alemanes, utilizanclo fondosalemanes, crearon en el mundo entero 7So sociedacles:ro2 en España, 58 en portueal,

35 en Turquía, 9g en }aArgentina y zg3 repartidas entre Chjle, piraeuav. Uru_guay, Venezuela, Bolivia y Ecuador, adentás cle zr4

"nSuiza. Pero, es sumamente diÍícii seguir las operacionesde transferencia desde un banco al ianco de otro pais,,.:t

En io que respecta a la Argentin^, [¿1r que .rrb..l,r.que las 98 empresas se sumaron a otras 2oo ya presen_tes anrer iormenre y que muchas de las 9g, io hi i rercn ¡pardr de 1944. Entre estas últimas se enconrraba ..1a

cre_na" de las industrias alemanas, como la Tüdor Varta, laAEG, la Beirdori la Bosch, ia Baver, la Agfa, la lJeuu, iaManesmann, la Merck, la OsrarrL. ia Reinirrerall, la Sche-ring, la Siemens-Schuckert, la Vv'ella v ir Zei_"s.

Pero umbién se tienen nofi(. l i ls de inr,.e¡siones i, decósitos hechos por jerarcas riel ie¡ct_.r R:ich. jc,se¡rll Ci¡ebi:,*iscolocó, en un banco cie Buencs Aiies, r.x5c.c.,oo dolares ¡l;eese entcnces, unos 2t: mil lones de dóiares de ho1,, d nom_bre de u¡r sirnbólico Hans Deutsch,4 y no fue el único"

Según un informe publicado por lc;s nortean.l.rrlca_ncs en diciembre de rq45, también Hermann Gc,,er1ng,R.obert Ley, Henrich Himmier, joachin von RibbenuJjv ei mismísimo Adolf Flit ler disponían de haberes ba¡r_car ios, valuados en el conjunto en r4.gg3.16z ¡ jó. l ¡ res.465.ooo l ibras ester l inas y acciones por otras 6oo.oocl ibras,¡5 unos 2t lo mi l lones de dólareq ¿cruaies.

Comenta Wiesenthal en su l ibro l.os ases¡ncs ena¡enosotros que esto ocurría mientras .,t l

ciudadano cual_

flffiililffi2\1

Page 114: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

quiera se condenaba a Inuerte si intenaba contraban-

á"^, un billere de t dólar". El mismo Wiesenthal estima

qtre 'tegún los cálculos de los expertos' lo,s bienes que

l'os nazls escondierott en varias partes del mundo, su-

maban 75o millones de dólares y pueden llegar hasta t

billón. Ei elenco de las personas autorizadas a disponet

de estos fondos fue defrnido, como el más importante

secreto no revelado del Tercer Reich".'6

Estos capitales inr,ertidos en el últ imo período béli-

co. equivaien a más de lz bi l lones de dólares actuales,

pero hoy en día, estas inversiones realizadas con crea-

.io.r., d" "*p."r.t,

se estiman mucho mayores' Sólo'

los depósitos hechos en cuentas bancarias en Suiza, se

calculan en alrededor de 6oo miliones de dólares, siete

bil lones ¡tl cambio de hoy, que están siendo investiga-

dos actualmente por entidades iudías'F.n cien días se realizaron tres reuniones con los indus-

tr i ; r les y los f in¡ncist¡s. Lrs pr imeras dos. por c ierro. con-

iaron con la presencia de Hitler. En ia última y más miste-

riosa, Ia de Estrasburgo, en las actas siempre se menciona

el Parndo, que sólo puede ser identificado con el mismísi-

mo Hitler. Es un hecho que rras esta ú1tima reunión, fue-

ron invertidos en los países neutralesbillones de dólares'

Uno de las principales naciones favorecidas fue la Ar-

gentina, "en los años 4o, un país leiano, de otra lengua,

perdida en e} patio traseÍo de América, que les retiraría"e}

embajador y les declararía la guerra, había rcnido pa'

ra Ios ierarcas'y los {inancistas del nazismo más explica'

ciones r¡tte las Iner.tmente ecortómicas". Los conferen-

ciantes "qttízá.s.lbí.r¡r de es¡e país, mucho más que sus

p-ropios h.rbir,rnte-s,1' podían proyectar en esas úerra un

tuturo Pr()Inlso rlo . ' '

Nt r r . \ s

r. Romero, José Luis, BREVE IIISTORIA DE ¿A ARGTN_71N,4, pág. 83.

z. Ib id.3. Peterson, IJarold, ¿A ARGENIINA Y LOS ESTADOS

LrNIDOS, rSro-r96o, tomo I I .

. J . Prieto, Cesar, "El partido nacionalista alemán en Argcn-tina" , TODO ES HlST-ORIA, núnte¡o r4g, serier.nbre r9!.

5. Christensen. )uan Carlos, L I I ST O RI A AR GENIL\A SiNN{|TOS, pág.6rr .

6. Pctcrson, Harold, op. c i r .7. Crmarasa, Jorge, ODESSA AL SUR,pág.6S8. Ib id, p ig.6+.9. Speer, Albe¡r, MEL,IORIE DELTERZO REICH, pág.4r5ro. Ib id, págs.4z9l3o.rr . Camar¡sa, Jorge, op. c i r . , pág.:8.rz. \.Viesenrhal, Simon, G¿IASSÁSSINISONO TRA NOt

pá9. 88.r3. Camarasa, lorge, op. cir., pág. 35.t4. Aziz, Phil ippe, LOS CRIMINALES DE GUERRA.r5. Camarasa, Jorge, op. cir., pág.35.16. Wiesenrhal, Simon, op. cit, pág.94.r7 Camarasl. Jorge, op. cir. p.rg. 32.

232

mffi\

Page 115: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

XiVpara apoderarse de io que consideraba pertenecientc .rAlemania, al igual que lo que hizo con Checoslov.rquia:"Una y otÍa vez, sus aL)egados, ie habían escuchada d.e-cir, en Ia mesa de Ia cena: los ingleses dejarán a los pola-cos en la estacada como hicieron con los checos".+

Aunque Ios informes de Canaris indicaban claramenteque era probabie que inglaterra y Francia interviniesen sihubiera una guerra, Hitler hizo caso omiso, porque ios iri-formes dela Abwehr "pemtrbaban Ia formación de su in-ruición", como declarara su ay-rdante Schaub.

Si bien Hitler contaba con un operativo militar casi per-fecto planificado en el más completo secreto, lanzó a Ale-mania a un conflicto, cuya evolución probable y conse-cuencias no fueron juiciosamente apreciadas, esto a lapostre constituyó un factor decisivo para la derrota.

Consideraciones como "La Gran Bretaña no habría dereaccionar militarmente", o "Roosevelt no se va a en-trometer" o "A Stalin 1o tengo en mis mancs", eviderr-cian el convencimiento de Hitler de que se produciríaun duelo a primera sangre, es decir, un primer combatepara salvar ei honor, y luego un acuerdo negociadc.

Considerando posible un enfrentamierito con Frrnci,:,y aun suponiendo que los demás países europeos no reac-cionarían ante la acción militar alemana, estas premis,,sdemuesrran el error cometido, pero, aunque parezca irra-cional, consrituyeron 1a base del planeamiento estratéqi-co, si bien el ejército alemán, a fines de 1939, no estaba pre-parado para un empeño béiico de gran escaia.

"lnglaterra está haciendo blufd le había dicho recien-temente a su fotógrafo de corte (Hofmann) y luego aña-dió con una mueca casi traviesa:'Y yo también!'."s

En Ingiaterra, ei embajador polaco Raczynski se en-cont¡ó con Lord Halifax, declarando que su gobiernoconsideraba la invasión alemana y pretendía ia ;p l ic : -

235

ArlcJt Fii i ier no murió en Berlín, su evasión fue 1a fa-

sr' inici ' i l de un plan cuvos preParativos cie ejecución se

iniciaron r-los ¿i1os y medio antes.

S,-:: pieocupaciones por ei futuro empiezan a eviden-

cialse ya en noviembre de r936, cuando mantuvo un lar-

go coláqr,rio con el cardenal Faulhaber, en el Berghof Asi

io.**na, Speer: "Después de este encuentro, el Führer

estuv'o largo tiempo sentado conmigo, enlabaranda del

comedor, mientras la ¡'toche bajaba sobre las montañas,

<lespués de quedarse en siléncio por mucho tiempo, con

la itit'acia perdida detrás del ventanal, me dijo pensati-

tr^o,,,rrtrt '"f 'ara mí los cesos son dos, o realizo comple-

ftmenrc tnis disenos a itacaso, si los realizo, seré uno de

los más grartdes personajes de la historia, si fracaso, se-

re condenado, aborrecido v maldecido"''

Menos de tres años después, el z3 de agosto de 1939,

habj¡nc1o con el embajador inglés Sir Neville Henderson,

]-litler le comenta: '\'o soy artisa no político' Cuando es-

té aneglado el asunto de Polonia, quiero terminar mi vi-

da camo artistay no como agitador de guena"''

EI 3r de agosto de 1939, Hitler hizo a Polonia una pro-

prr*rá tendiente a no precipitar la situación"' "La oferta,"de

iti puntos, fue repetida palabra por palabra y hasta los

respon sr bJes exr¡.1 ¡r je¡o.s, qu e n o a 1 en taban sen n'mien f os

¡Je.¡¡¡cl¿,¡e-s h .rcia Hitler, quedaron impresionados por 1o

ratonable.Jr's¿¡ confen ida. I-os polacos no pensaron, ni

Itcí LtD ironlenLi'), acep:;.r la propuesta alemana"'3

P'.rra Hitle r l i invasiórr <ie Poionia era sólo un golpe

a') ^,

r l

Page 116: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

ción del Artículo ru del tratado anglopolaco de asisten-cia mutua. Poco después, Chamberlain sugería a su ga-binete dar a FIit ler otra chance, ¡eciactanclo una comu-nic¡c ión of ic ia l de manera que no la toma¡a como unultimátum. El V:ticano, por su lado, había estado ejer-c iendo secretan- lente presión al gobierno polaco paraque negociara con Hitler.

Los primeros dos días de setiembre transcurrieron ententativas diplomáticas para evitar un desenlace belige-rante, un funcionario de prensa del Depart4mento deEstado norteamericano comentó a la Deursche Natio-nal Broadcasting "La forma de conducir Ias negociacio-nes fia sido todo lo esrupida que pudo ser".

El 3 de setiembre de 1939, Francia e Ingiaterra deci-den no aplazar más la situación, y a las 9 de la mañanaSir Nevile Henderson se presenta en la Wilñelmsrrassepar¡1 presentar el nlt in-rátum de su gobierno. Lo recibe eiir.rtórprctc Schn-ridt el cu¿l ",ie carrera va a la Cancilleriadonde l-lítler y casi fodos sus ministros están reunidos.Lo escuchan en proÍundo silencio, Flitler parecía de pie-dra y miraba fijamente delante de sí". Goering se diovuelta y dijo: "Dios tenga piedad de nosotros si perde-mos la guerra".6

Tres horas más tarde, cuando el embajador francés,Robert Coulondre i lega a la Cancil lería para entregar supropio ult imátum, 1a Segunda Guerra Mundial habíacomenzaclo formalmente. Esta noticia, como informa-ra el corresponsal del Daily Telegrap.h en Moscú, "dejóatónitos a los rusos que esperaban una transacción".

El mismo Hitler parecía no creerlo. Mientras se pre-paraba para abaridonar la Carrcil lería y subir a su trenpresidcncirl Amerika que 1o l levaría al frente, "una dest¡s secref¡¡ias. Gerda Daranowsky notó que estaba muStsilenciasc, pálido y pensativo, nunca Io había visto así y

zz6

otra de ellas, Christa Schroeder, lo escuchó decir diri-giéndose a .Fless.' 'Ahora toda mi obra se derrumba, es-cribí mi libro para nada"'.7

Tras la invasión de Polonia y ia intervención de GranBretaña y Francia, no hubo una blitzkríegconrra esta úl-t im¡, s ino todo lo contrar io.

Hitier no quería precipitar 1a situación y las dos ar-madas, la angiofrancesa y la alemana, se enfrentaroninact ivas por largos meses, en sus posic iones contra-puestas, la Línea Maginoty la Línea Siegfrid. Mientrastanto, el Vaticano operaba para encontrar una solucióndiplomática que pudiera rerminar con lo que se habíainic iado.

l.os ingleses estaban en el juego. Al pedido de Chur-chil l, que ia RAFbombardeara el sur de Alemania, el mi-nistro del Aire británico, SirWood, le contestó: "Oh, nose puede hacer eso, se trata de propiedad privada. Des-pués usted me pedírá que bombardee el Ruhr".8

T¡as la sorpresiva invasión de Francia, Hitler paró lasdivisiones acorazadas de Guderian frente a las playas deDunkerque, impidiendo que estos acabaran los resrosde las fuerzas de intervención inglesa para no compro-meter una evenrual salida diplomática. Pero Ingiaterrano estaba dispuesta, y el Ministro de Exterior italiano,el conde Galeazzo Ciano, proféticamente declara: '?a¡aque Ia guerra acabe, se necesita que Hitler desaparezca ola Gran Bretaña sea vencida".g

Los primeros dos años de guerra dieron éxitos apa-rentes, pero ya el 3r de mayo de r94z se realizíla prime-¡a incursión aérea sobre Alemania y fue bombardeadaia ciudad de Colonia. A fines de octubre, en Libia, lastropas inglesas del general Montgomery rompen las lí-neas dei Eje en El Aiamein y las fuerzas aliadas, ei 8 denoviembre, desembarcan en Marruecos.

-.J /

Page 117: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Diez días después, ei t9 de noviembre,los soviéticos

atacan Stalinglaáo, cercando las armadas de von Paulus'

Esta derrota ionstituve la'" 'uelta decisiva de la guerra: a

Hit ler la in ic iat iva ya se le fue de ias manos' No supo.

aorovechar Jrrteriormente las ocasiones fartorables, des-

d" Dnnk"tque hasta fin de 194l' cuando las posiciones

inglesas "r, "l

M.di,"rráneo estuvieron a Punto de caer'

También cometió errores estratégicos en ei trente onen-

tal y en Africa, dispersando sus tropas en un vastísimo

fr"nt", diiatando ias operaciones y haciendo imposibles

los abastecimientos.Relata Speer que: "En enero de ry13,los aliados occi-

dentales habían acordado la rendición sin condiciones

de Alemania",'o el nismo año Hitler tomó la costum-

bre de repetirle a Speer: "Vendrá el día en que me que-

den sólo dos amigos Fraulein Braun y Blondi";'

lrio es una frase nueva, porque el mismo Hitler ya an-

teriormente le había dicho 'No llevaré a nadie conmigo'

salvo aJa se¡lo¡ir¡ Brattn. La señorita Braun y mi perro''\'

El semanario Bil d AntSonn rag del z7 de junio de ry7 r'

reDorta las revelaciones de Walter Hohberger, según las

cuales, ya a fines de r942, los norteamericanos habían to-

mado la iniciativa de acuerdo con el gobierno inglés, pa-

ra tratar una paz separada con Aiemania, pero Churchill

puso como condícíón indispensable que Hitler e Himm-

ier fuesen eliminados- Hohberger era dueño de una fábri-

ca de carameios y conexión, en Suiza, entre Goering y

Allen Duiles, quien en Berna era jefe del OSS'

Desde ese entonces, Hitler supo definidvamente, que

ei mundo ie iba a ser muy pequeño en caso de una even-

tual cierrota. No se puede suponer que no hubiera pen-

sado en estabiecer un lugar adonde poder dirigirse para

sentirse seguro. Además quería tener un campo de ac-

ción. como io revel¿ en su testamento polít ico y otros

48

apócr i fos atr ibuidos a é1 en los úl t imos días de Ber l ín;también hay que considerar, en esta óptica, sus úitimasfrases en el bunker.

Hi t ler no se sentía derrotado sino ¡raic ionado y an-helaba una revancha. Quería empezar todo de nuevo, aligual que en 1923, cuando el fracaso de su purscl le obli-gó a reiniciar la carrera con nuevos métocios; en nume-rosas oportunidades había comparado aquella lucl-ra porel poder en Alemania con la lucha poster ior pcr el do-minio mundiai .

Como había logrado huir, en 1923. y habí:r sido cap-turado por no haber tomado precauciones, ciertamen-te quiso disponer de un refugio seguro para el caso deuna derrota que, ya a fines del 42, parecía inevitable.

En ese entonces no ignoraba que. en iugar de la có-moda celda de Landschberg, ie esperaba 1a horca de losal iados.

Existen evidencias de que Adolf Fiit ler hizo preprrati-vos, en ese entonces, par;r estrbiecer un rcfrrgio doncle pu-diera retirarse después de la guerra par.r ciesrir,rrecer El mr:-jor sistema es el de la aguja en un pajar. Cost¡ri¡ unaeternidad ubicaria, aún en el caso en que se supiera .rpro-ximadamente el punto donde se encuentra: requeriríamuchos buscadores y mucho tiempo, y bastaría el menordescuido para que la aguja desapareciera en un falso mo-vimiento y todo el nabajo rendia que iniciarse atravez.

No siendo una aguja el objeto de Ia búsqueda, sino unhombre va avisado, encontrarlo sería más difíci l aún.

¿Dónde se encontraría, en aquella época, el pajar ne-cesario para esconder ia aguja?

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Existía y aún existe en el mundo un lugar suficiente-mente deshabi tado, con una grandísima extensión.Descartando el desierto del Sahara y el desierto del Go-bi, inhabitables, sólo quedaba la Patagonia.

Allí, en casi un millón de kilómetros cuadrados, se-ría casi imposible hallar a Hitler y a sus acólitos, unosmás entre los zoo.ooo residentes de habla alemana quevivían en el extremo sur del continente americano.

Fue así que Hitler se hizo preparar un plan de sobre-vivencia y de evasión hacia la Patagonia. No fue una ta-rea larga, técnicamente sólo demandó unos meses.

El plan operativo fue ejecutado gracias a una organiza-ción ya existente, tal vez haya estado inspirado en el pro-yecto prebélico de anexión de la Patagonia al Reich y, esde presumir, que hasta mantuviera el mismo nombre.

Pero como ya había clicho Abraham Lincoln, "se pue-de engañar a todos durante algún tienpo; se puede enga-ñar.t algunos c/u¡anre todo el tiempo; pero no es posibleengañar a todos durante todo el tientpo".

Es necesario, en este punto, sintetizar la historia dequien realizó la planificación y la empezó a ejecutar.

Las experiencias maduraron durante treinta años, tal esasí, que se mantuvo por más de medio siglo en secteto.

El 16 de julio de r9r4 el crucero liviano D¡esden fondeapor la mañana en puerto México para embarcar al derro-cado presidente Victoriano Huerta y a varias familias ale-manas próximas. Sus cañones efectúan salvas de saludocomo exige el ceremonial naval. A la tarde, toda Ia tripu-lación es autorizada a bajar de franco, todos los gastos queocasionaren serían cancelados por el depuesto presiden-te Huerta. Entre los oficiales baja también el segundo pi-Ioto del crucero, el teniente Wilhelm Canaris.

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mtre l9)8 ¡ ' 1939. En la

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frente al llar tle \\'eddel,

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E/ Admiral Graf Spee srhunde a 7 hm de i\lontaid¿'o, nel estuaio del Rio de la Pkta, el17 de ditianba dc l9)9. I;.n1997 se estutlió la posibilidad dereJlotarlo ¡ s( rccupiló unabatnía de cañones.

(|opia rLc rtrnd dr alilíartiin tttzt

l ln ' ¡ i l t t ¡ t , oIx¡ ( i l l t t I \11t l { t ) \ ta.

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I:I n¡no\cador Colos<¡llr¿a a los rnarinüot

del Graf Spee n/puqta de llu1ros

. \ i r¿s ¿l l7 drdiíenbre dc 1979.

Acorazatlo tt¿ bolsillo l<7mírzl Graf Spee Botado el 6 tle tttno cle I9j6'

ímpukad.o por ocho motorcs que gqrnaban 64.000 HP' 26 nudos ¿l¿ ulocidad

de'oucro,'12.000 tn tle dtsplazamimto. 185 m de largo ¡ 21 50 n de nonga

Jlarinoos zlal (iai Spce enttrran a sui nutrtos,tras la ¿ntnile.i. jn m la .1r¡;entina.

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t . )da|, ;a ?\ i \ i r \ . \ l i . / i

tl jcurlín lt ínJitntt.t ':irl It:;iiittto

Primo Copraro. btr\i(i¡dú it.t.\Íi I l'),2

por el ex npi lún \S i i r tc l¡ P¡tr l ¡h¿.

\ i l ¡ t l i ! ¡ ) t t i r , l ( )1 ' ] Pt t \ t t i l \ i rk1a unú.

a lu r) t l t tdt t i¿ ' lu ¿. ' t t t t ¡c iu. Í . t t pt i t r t t t

! l rLtLr; , r t mbt i lo, I . t r i ¡ i , t ¡ ¡ t [ ]ulotL.

Ba¡tkth¿, 1910. \ ' i ¡ tu .1¿Pa .1, ' l ( . )11r.)

Cit , tco t dt l ¡nu. l l . q i¿ L.t( i ¡ d! !Ll . t i t ) .

I l . , t , r ¡ l t r , t ¡ t ' r l , , Ict ' t fh ( ,r thht l : l t t l , l i tur l ' ,l , ¡ t , l i t ¡ t , i l i ¡ ¡ l . ¡ \aci1)n , ) ¡ 1¿l91.

Olrcigrup¡rc nfi i lrrcr Hut\ Jull¡to. l4t t lr

h SS despuér tL GeLlbrg | 1 91) 1 t) 1 5 t. t"tlesn¡tzif¡ado" en I 950 t reapartu rtt I I): Ipn id \ rL. t , t t ' , . t . t lo\ \p\pnta \ , in 'a , t ¡ , , , , .

t'iurln l\althtt I'P, l)islo! Patizai. ctlibr¿ 7 6>

Llel tuitnlt ltttnal SS llnns ltt l tu't:

L;O[:]t l] l '115. Joreph Prrrrl. Dr,l l ig i -11¡. l i ¡ en r ' l dr : ¡ rn oa( Rstc cr(,f)ciún¡l 1 brl l la¡rtr hü¡nl)ri ', r ( r . ¡ r ¡ r ru l ) l tL l ( . 9 l . r t : ( )s. . j ( thr . f

I I t { , : \ ¡ i r I r ! r rxr l f is t ' ¡ r t r r ¡ . l t ¡ r ttu(Tr l t ¡ l ( r ) t ¡ ¡n i13l t : t y prcfundal ¡ r i r r ' r i r r ) d I l r , r ¡¿r\¡ !n¿r ¿rpr! .s lot

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P5{k'r¡roq td rcotsoootd

caaRER^S DE SNOr

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--

Foto de MarlinBormann a loscuarffita años.

Lu misnrct foto modiftcadl: así sepresentaría desde juLio tle 191i, con el peloblanco afe.itodo a máquina 1 sín bigote, tal

como lo d¿.soitun dno testitaonios que loliton (ntre 1945 ¡ 1957.

Ln¡ ¡tt i¡tas drl Berghof. i, isitarles Pat pro.rsione\ le puegrinos

I'kima loto fcchadn onot itLu fu Hitltr.

lonada el 2l de alni l t l¿ l . )15. 5e n'dtnr iu

un desgaste nerDral para \us ainüt.nt( \\ ,7\ ¡ ¡ ) ; , \ . , \ / , onu | ^ q, ,s ¡olr , ,q l t , ¡ , t , , t , I

Irlo ralo ¡ fino tíltitos de los hipotiraideos.

\ t ,kdua del B<t¿bt¡f ¿1 j t . ) t le ab¡ i l dc I9)2. Fue ardenada por el tuni : t ¡o

bú a¡o l \ - t lht l ¡¡ Hoepn1 laru que no \¿ Lo cont ir l t ta en monu¡Icnlo

, , , ¡h,¡ t . ,1, . , , nur{ , ' ,o¡ , l t t \ pú"¡ \ tútr , '

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I t ¡ ¡kr¡ . l , ' !u t t 'nt t l t t / r : ¡ t t 1 ' t t ! / l ¡ l / ! / ' t , l i t ¡ t i / l tn l ' t ¡ ( ¡ . , ¡ t , t t l ,

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r r r l r r i i r l i f l ¡ i l r r j r i I r i ¡ r i i t i i i i j i i i i i i ; i : r l i l Í Í ¡ i

Después de cuarro días, el Dresdenzarpa hacia Jamai-ca. El ex presidente viaja con su familia y una comitivade polít icos mexicanos exil iados. Canaris oficia de tra-ductor.

El z3 de julio desembarcaron todos los huéspedes enKingston, allí hubo un cambio de comandantes y FritzLudecke toma ei mando del barco para llevarlo de regre-so a su base, en Kiei. El nuevo comandante es un buenmarino de pocas palabras.

El teniente Canaris asume ei cargo de ayudante delcomandante. El 3o de julio recalan en la isla de Santo To-más para embarcar carbón y provisiones; estando allí,I lega la orden de movil ización para todos los alemanes,tanto en tierra como en mar. Cuatro días después co-mienza la guerra contra Inglaterra, Rusia, Francia y susal iados.

El Dresden no volverá a Alemania. El alto mando na-val en Berlín, dispone ai navío bordear la costa atlánticade América del Sur. obstaculizando el comercio maríti-mo británico.

Han pasado 37 días del asesinato del archiduque Fer-nando de Austria y su esposa en Sarajevo. E\ Dresdennavega rumbo al Pacífico acudiendo a una orden de reu-nirse a la escuadra de cruceros del este asiático, al man-do del contraalmirante Maximilian Graf von Spee.

Esta flota, enrre las cuales se encontraba el gemelo delDresden,el crucero Emden, deja la base naval de Tsing-Tao y comienza a navegar rumbo a la Polinesia.

El z7 de agosto de r9r4 cruza el paralelo 40, conti-nuando su rumbo al Atlántico Sur. El fúo aumenta a me-dida que avanza. Se encuentran en pleno invierno aus-tral. El Dresden era un veloz y moderno crucero deturbinas alimentadas a carbón, que consumía en grancant idad, necesi tando cont inuamente reaprovis ionar-

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se. Muchas veces se reabastecí¿ con sus pres¿s; en esosdías se encor: t r rba escaso de carbón y necesirrba una,pero éstas, no aparecían.

La costa paragónica del Atlántico estaba a la vista. Na-vegaban cerca de ella, a un andar económico para lograraún el marimo de distancia. Desconocían totalmente lazona casi deshabitada. Le quedaban pocas toneladas deantracita a bordo y recalaron en un fondeadero, en 1a ba-.hía de San Antonio, a la espera de los barcos de abaste-cimiento, prometidos desde Beriín.

Se quedaron menos de un día, ei lugar era muy expues-to, tenían muy poca comida y sóio pudieron conseguircargar all i unos chivos que canjearon haciendo truequecon unos pobladores. Recibieron un radiograma del bar-co de abastecimiento Baden, donde se les informaba que1o esperaban a unos días de viaje rumbo al sur.

Salieron de la bahía de San Antonio el z9 de agosro val r1í¡ sicurente n¡vegaron más al sur, hacia otro puertonatui¡l, S¡nt¡ Elen¡, donde tampoco encontraron el Ba-den y su carga cie comida tan necesaria.

Sal ieron de al l í y ei mismo cl ía, doblando cabo DosBahías, anclaron en Guanaco Bay.

Era el día 3r de agosto, en ei dia¡io de un tripulante sepuede leer: '?J barco auxiliar Baden, sacrifrcó z vaquillasy 4 terneros, nuestras bodegas, ya vacías, recibieron lacarne fresca con ansiedad. Eramos muchos los que ha-bía que alimentar, también nos entregó carbón y provi-si¡.¡nes, en este puerto neutral, estut,imos hasta el z desetiembre, fecha en que nos hicjmos ,t la mar, siguiendocurso ]tacia el sur. El Santa Isabel, buc1ue apoyo nuestro,fue envi¿rlo a P¿rnra A¡en¿s, a través ciel Estrecho de Ma-gallanes, a comprar ropa de abrigo y otros artícu1os. No-sotros corTtitTurrTTos ñ¡cr'¿ el temible Cabo de Hornos yla noche siguiente nos cruzamos con un barco de ban-

clera argentina. Al hablar el comandante ludeck.' r ' ,,r , '1capitán, éste Io saludó cordialmente en nuestro idioi¡t.t.inientras le comunicaba que é1. el primer o{icial v el in-geniero eran cont p atrioras n uesf¡os ".t¡

El rr de setiembre se encuentran con e1 Sanra lsabel,que le traía carbón y otros ertículos que hacían falta. Eldiario del marino continúa: "Montones de salchichonesqLte hacía tienpo no probáhamos ni veíantos, no los co-r:-ien¿es. sino los Bierwurst, esos que tienen cervez.t, ¡lprincipio pensamos que eran auténticos alemanes, pe-ro, aunque no lo eran, los disfrutamos igjtal. Nuesrro.'^conpatriotas en PunrJ Arenas, nos enviaron algo im.portantísimo en esa zona, como eran las cartas de nave-gación de algunos c,tnales interiores v otros pasos difí-ciles, para refttgiarnos en caso de peligro. El t6 levamos:nc1as, segsidos por el Baden ¡' el Santa Isabel".

Cont inúa poco después "El comandante Ludecke,gran marino, gran perseguido y gran perseguidor, con't-prendió el inmenso valor estratégico de estas regiones".Es de suponer, que su avudante Canaris, también 1o ha-bía comprendido.

"E] teniente Canaris. conro .(ier¡rprl ' en .\¿¡ 1.ró¿,r ,J,- 'eyudante del comandante, supen'isa todo, el I'¡uen ,ini-rno que existe entre los oficiales, no disimul,t, la eertezade lo solos e indefensos que nos encontramos."

El z5 de seriembre el Dresden recibe un telegrama encl.rve confirmando que la escuadra alernana dei este asiá-rico esú en camino a la Isla de Pascua, y que el Dresdenae-ne que unirse a ella. La aipulación no cesaba de preguntaral oficial a cargo de las comunicaciones y al telegrafista sudestino, "pero el teniente Schmidt telecomunicante y es-pecialista en criptografía, callaba, Ios textos de las claveseran confidenciales. Son buen.rs noticias, contestaba son-riendo, porque comprendía nLtestra ansiedad".

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El lz de octubre l iegan a la Isla de Pascua y se reúnencon la flota de von Spee que recién estaba llegando. Des-de ahí, se dirigen hacia el sur. El rq de noviembre de r9r4,una escuadra inglesa, al mando del aimirante Cradock,se encuentra fondeada en la rada de Coronel, en el cen-tro de Chile, y al anochecer comienza el combate, a 4omillas de la costa.

Los barcos ingleses se perfi lan contra el sol, hacien-do un blanco perfecto. En pocas horas los acorazadosbritánicos están aniquilados, y para las 21.3o la batalla deCoronel ha termirrado. La flota alemana les ha cobradoa los ingleses dos cruceros pesados y ha l iquidado elprestigio británico de invencibles en el mar que osten-tan desde hace dos sigios. Mi l setecientos marinos in-gleses han muerto junto con su almirante en jefe, sólod<-rs proyectrles tocan al buque insignia alemán y que-dan levemente heridos dos marinos.

Desde Cc¡ronel, la f lota se dirige al puerto chileno deValparaíso, donde llega el r3 de noviembre. En la docenade días que transcurrieron entre la batalla y la llegada alpuerto chileno, Canaris escribe a su madre dos cartas queson citadas por su biógrafo, Karl Heinz Abshagen.

En la del z de octubre comenta la batalla de Coronely en la del rz de noviembre destaca que el comandantedel D¡esden apreciaba su experiencia en asuntos lati-noamericanos, agregand o "el comandante me úene to-da clase de consideraciones y siempre me trata muybien, me deja en libertad de acción y en lo profesionalconveÍsa conmigo de todos los asuntos".

La confianza depositada en é1, seguramente obedecíaa que tenía el don de 1a observación y el instinto de pro-fundizar las cosas. Sus compañeros de marina 1o l lama-

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ban Kieka o Kika, proveniente por cierto de Der kiker,'el observador', como también se lo conocía, porque na-da parecía escapar a su atención.

En ei viaje de acercamiento a Valparaíso, ei vapor ale-mán Seydliz lo reabasteció de carbón y víveres. La flotade von Spee por completo toma rumbo al sur, bordeandoChile, nuevamente el Seydliz y el Memphislo reaprovi-sionan. El z3 dei mismo mes el Seydliz fue transformadoen buque hospital, pintándose en su chimenea una gtancruz roja, fácilmente reconocible a la distancia.

Los primeros días de diciembre l legan cerca del cabode Hornos, y allí, la escuadra recibe un telegrama pro-cedente de Punta Arenas. Ei mensaje dice que un vaporllegado de las Falkland afirma que Port Stanley está va-cío, v que la escuadra enemiga, al parecer, partió haciaAfrica del sur.

El almirante von Spee pensó que era una buena opor-tunidad para ocupar las islas, pero la suya fue una idea in-genua y previsible. Winston Churchill, entonces minis-tro de Marina británico, 1o consultó con el jefe de la flotaJohn Fisher y con el almirante Sturdee, comandante delAt lánt ico sur, quienes respondieron casi a l unísono:"Sólo puedo decirle 1o que yo haría, si fuera von Spee:recogería a todos los reservistas alemanes de Chile, con-seguiría artillería de costa, hacíendo de las Falkland otraHelligoland, que pondría en mis manos la llave del Pací-fico y del Atlánüco sur. Intemtmpiría los envíos de trigov came del Río de Ia Plata hacia Europa, detendría el sali-tre chileno. Dividiría mi escuadra en cinco corsarios y conellos, exterminaría el tráfrco aliado. Usted olvida a Coro-neL, replicó Churchill, en Coronel Von Spee no ganó, no-s o tro s p erdi m o s, conte stó Fi sh er" } +

El comandante en iefe de la armada británica se diri-gió enseguida al aimirante Sturdee, ordenándole zarpar

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hacia el Atlántico sur, rumbo a las Falkland, para i legarantes que la escuadra alemana con la orden de destruir-la. Le dijo que iba a recibir instrucciones escritas y sunombramiento de Comandante en Jefe del Atlántico yPacífico sur.

El 7 de dic iembre l legó a ias is las una modernísimaflota británica de 8 buques y, casi simuitáneamente, laflota de Von Spee, con lo que la batalla se tornó inevita-ble: al día siguiente se produjo el encuentro.

Los acorazados de batalia ingleses tenían un tonelajehasta cuatro veces mayor al de los alemanes y estabanmás y mejor armados: cada andanada inglesa disparabaseis toneiadas y media de acero, que comparadas con lasde menos de dos toneladas que enviaban las andanadasalemanas, hacía una diferencia de casi cuatro a uno.

Fue una sorpresa para la flota de Von Spee. quien per-dió la vida junto a sus dos hijos y otros Z9o hombres desu buque insignia, el Scfiarnáosr.

Casi todos los barcos alemanes fueron hundidos, ysólo se escapó del desastre el Se,vdiiz, que bajo indica-ciones del Dresden, se dirigió al norte, en dirección a lascostas argentinas, hasta l legar al puerto patagónico deSan Antonio, "aI lugar donde se halla actualmente, elmoderno puerto de aguas profundas de San AntonioOeste, pasado el peligro inicial, por medio de lanchas,remitió una comisión a tierra, que hizo contacto con lapoblación de San Antonio Oeste, en donde existía unaimportante colonia alemana, preferentemente Iigada ala empresa comercial Lahusen".ts

El buque quedó allí internado un año y medio. '5e-gún el Señor Oscar Frei, vecino de la ciudad y que entiempos mis recienfe s se desempeñó como intendentedel pueblo, 1a tripulación mantuv? una cordial relacióncon los residentes y luego, al volver a mar abierto, dejó

zt6

,listintos recuerdos de su paso en el lugar, como agrade-,-itniento a la hospitalidad recibida."'6

EI Dresdenllegó a 1a escena de batalia cuando estaba fi-n¡lizando, y gracias a su velocidad pudo dar r,'uelta y fu-q.rrse hacia el sur, hacia el sureño esrrecho de Magallanes.

Así 1o cuenta en su diar io un marino del D¡esden;"Nos senríam os culpable del privilegio de nuestro bu-que, de ser el único de la escuadra con turbinas. A pesarde que eso nos daba un mayor andar, una falla en las má-quinas habría sido fatal, no la hubo, el material respon-tlió fielmente a Ia velocidad desesperada que se le im-primía. Siempre al sudoeste, desde el mediodía anteriorhabíamos consumido toneladas y toneladas de carbón,los fogoneros eran relevados cada cuatro horas. Avista-ntos Tierra del Fuego a las 5 de la mañana del día 9 de di-ctemDre . ' /

Tenían que ir a Punta Arenas para cargar combusti-b1e, pero la escuadra inglesa ios estaba buscando. El tzde diciembre l legan lÍnalmente a ese puerto donde, se-gún el diario , "fondeamos a la gira a las 4 de Ia tarde. In'mediatamente, el comandante Ludecke con su ayudan-te el teniente Canaris, bajó a salud;tr al almirante en je{e

del apostadero naval de Magallanes, Amtro Cuevas, quiense interiorizó de los daños del Dresden y sus necesidadesrnás próximas. En la visita estuvo también presente elcónsul alemán de esta ciudad. Rodolfo Stubenrauch".

En rgrr la armada alemana había creado el Servicio Se-creto de Aprovisionamienrc de la Armada,más conoci-do como Etappendiensf, cuya misión era recoger infor-mación sobre buques de guerra v mercantes extranjeros

v colaborar al reabastecimiento de los barcos aiemanes.La Kriegsma¡rne entregaba un manual para cruceros

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donde había una lista secreta de los puntos de reunión,y entre otras instrucciones se indicaba también, a dón-de y a quién dirigirse en caso de necesitar apoyo. Nor-malmente la tarea de contacto estaba a cargo del ayrrdan-te del comandante. En el D¡esden, se ocupaba de esto elteniente Canaris.

Los alerhanes y austrohúngaros residentes en PuntaArenas visitaron el barco y l levaron obsequios que ha-bían preparado para entregar en ocasión de la Navidada la flota del almirante von Spee. Ei r3 de diciembre, alanochecer, se despidieron tristemente de los compatrio-tas residentes, y comenzó el Dresden a navegar entre losdesconocidos y peligrosos fiordos fueguinos.

Desde Punta Arenas, en su apoyo, fue enviado el 19de diciembre, como piloto, el experto marino y cazadorde focas, Albert Pagels, quien i legó con su goleta Elfrie-de. Gracias a ese hombre el crucero alemán pudo jugara ias escondidas con ios barcos ingleses que desespera-damente lo buscaban.

Periódicamente recibía informaciones desde PuntaArenas por el cónsul alemán y el cónsul del imperio aus-rrohúngaro, el croata José Basinovich. Los primeros díasde febrero el comandante del Dresden se despidió defi-nit ivamente del piloto Pagels, que hacía también demensajero entre Punta Arenas y los varios esconditesque encontr6 el Dresden en Tierra del Fuego.

El día lo, el comandante envió un mensaje a Berlín,comunicando su pronta partida a mar abierto e infor-manCo una posición geográfica precisa, en el Pacífico,donde esperaría hasta el 5 de marzo algún buque carbo-nero que le deberían enviar con urgencia.

Lo que sigue es la transcripción de la banda de soni-do de un documental sobre del Dresden, hecha por laTelevisión Nacional y la Armada de Chile entgTo'.

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"lJn desperfecto en las máquínas, obliga al coman-tlante Lüdecke a tomar la peligrosa decisión de refugiar-se durante una semana en el peligroso fiordo de Quin-tupeu, en el Chiloé continental. Personas de la colonia.tlemana de Puerto Montt, se las arreglan para reparar laspiezas mecánicas descompuestas. Terminadas las repa-raciones que exigieron de sus realizadores el máxímo si-gilo, llegó la hora de zarpar de Quintupeu y alcanzarnuevamenrc el Pacífrco.

"El señor Enrique Oelkers, hijo de don Carlos Oel-kers, conocido armador y dueño de una flota de velerosen ]a zona de Calbuco en esos años, dice recordar per-fectamente esos días, por el ajetreo que significó Ia rápi-da y secreta reparación de las piezas del Dresden, en Iazona de Puerto Montt. Períocio en el que su padre comoa lemán parti cip ó activamente.

"Todo se hizo con mucho sigilo para no perjudicarni al Dresden ni a \os alemanes que ayudaron. Recuer-do perfectamente haber escuchado decir entonces yposteriormente, que al salir el buque de Quintupeu,dejó una balsa con grandes focos encendidos a batería,simulando que continuaba allí, para despistar a losagentes del bando contrario, que hubieran descubier-to el escondite.

"Son varios los testimonios de personas que afirmanque el Dresden efectivamente estuvo ahí. Algunos re-corrieron el lugar al poco tiempo, otros lo escucharonde sus padres o gente de la zona. En las investigacionesde los diarios de tripulantes del Dresden, bitácoras o es-critos no ligura, esta semana está sin anotaciones".'8

Estos hechos fueron muy importantes para el tenien-te Canaris. "En Chile, avanzado ry4, la colonia alema-na, especialmente los fuertes grupos del sut del país, seoreanizó secÍetamente. Dara defender sus intereses en

249

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lo que se l lamó, el 'Deutsch-Chilenischen Bund" que

adquirió personalidad definitiva, en una reunión confi-

dencial, en Concepción, en t9t6. Se afirma que, en ese

mismo año y eI siguiente, contaba con 25.322 alemanes

y chilenoalemanes simpatizantes en todo el país' No ca-

be duda que toda esta gente siguió con inrerés v preocLt-

pación cada uno de los movimientos de la escuadra del

almirante Graf Von Spee y conoció o avudó a las dota-

ciones de ]os cruceros. Siguieron entonces paso a paso,

las aventuras deL errante Dresden, sus anr argas experien-

cias habían estrechado los eslabones de la solidaridad

alemana a 1o largo del país".ttEn rg9z, en una guía de viaje chiiena, editada en in-

g1és para extranjeros, se puede leer: '81 [iordo de Co-

mau: con caídas de agua y picos nevados a 1o lejos' El

crr¡ce -se htce con un transbordador, se ve el Fiordo

Quintu¡rc'rr .t la izquierda. En 19r5,la nave de baalla ale-

nr.r¡r.r /)re-sderr .se e-scorrd ió aquí perseguida por la flota

británica. Los tripulantes fueron protegtdos por la colo-

nia alemana de la región del Llanquihue. Los nombres

de algunos marinos del Dresden se encuentÍan aún gra-

bados en las paredes rocosas del Fiordo".'oEfectivamente, los cruceros briúnicos patrullaban las

mil mil las náuticas de costa desde Cabo de Hornos has-

ta la isla de Chiloé, frente a Puerto Montt, donde el z7

de diciembre de r9r5 fondearon los cruceros Glasgowy

Bristol,sin encontrar la más mínima señal de la presen-

cia del Dresden.El f iordo Quintupeu se encuentra a unas cincuenta

millas náuticas de Puerto Montt, en la décima Región.

Todavía hoy, es un lugar salvaje y prácricamente inacce-

sible sino por barco, y sólo cabe suponer, que el capitán

Lúdecke sabía que en r578 había sido el escondite del

corsario Drake y de su galeón Golden Hind.

250

I)or su presencia en esas aguas, los españoles exten-, l r l ron su dominio hasta la is la de Chi ioé, que se en-r r L('ntra frente a ese fiordo, y la fortif icaron para defen-, l , r I ¡ zona donde había minas de oro, y desde donde,.r l i . rn galeones con el precioso cargamento.

i-l 9 de marzo el Dresden IIegó a la isla Más a Tierra,, , lsla de Robinson Crusoe nuevamente sin carbón y a lat 'sperd de abastecimiento. El día r4 de marzo, a la dis-t , incia, rodeando la isla, aparecieron tres cruceros ingle-'.1's que inmediatamente comenzaron a disparar, estos\ü encontraban a tres kilómetros y medio.

Con las primeras salvas el Dresden quedó neutrali-z.rdo. Como en la bahía no tenía maniobrabil idad y só-Io podía disparar de popa, el comandante Lüdecke orde-¡,ó izar el signo internacional de cese de fuego para

¡r.ir lamentar y ordenó al teniente Canaris, quien además.[e hablar perfectamente el español, también lo hacía eninglés, dirigirse al crucero Glasgow que se encontraban-rás cerca y que hablara con el comandante y evidenciar-le que el ataque era un atropello al territorio de un país

rreutral como lo era Chile.Esto era una maniobra para gan¡r t iempo y autohun-

clir su barco.Al l legar al crucero inglés, Canaris subió a bordo, io

recibió el comandante Luce y explicó 1o dicho por su co-

nrandante. El comandante británico fue amable pero

contestó que sus órdenes eran destruir el D¡esden don-

de y cuando lo encontrar a: "Lo demás 1o arreglará Lon'

dres y su diplomacia con el gobierno de Chile".Canaris volvió con la respuesta cuando sus camara-

das ya habían comenzado a abandonar el Dresden, y ha-

bían abierto las válvulas.En pocos minutos el buque se inclinó hacia proa has-

ta que sólo se vio la popa y la bandera imperial de Ale-

25r

Page 132: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

mania. Un remolino salado se lo tragó, dejando tablasflotando y más de 3oo hombres en la playa que canta-ban juntos ei himno imperial, como homenaje a uncompañero caído.

Inmediatamente la noricia l legó al puerto de Valpa-raíso, en Chile. Después de tres noches en esa isla casideshabitada, el l8 de marzo, dos buques de guerra chi-lenos conducen la tripulación al continente. Cinco díasdespués son internados oficialmente y transferidos enbarco hasta la base naval de Talcahuano, donde son re-cibidos por el cónsul alemán de Concepción y otroscompatriotas de la zona.

En una islita en la bahía, tendrían sus alojamienros;se l lamaba Quiriquina.

Nor¡s

r. Speer, Albert, MEMORIE DELTERZO REICH, pág. rzz.z. Brissaud, André, CANAI?IS, pig. z4o.3. Toiand, John, ADOLF HITIER, Segunda parte, pág. S6.a. Ibid, páe.gz.-

r l ; , l ^4^ ^-) . ruru, t /dE,. y/ .

6. DOMENICA DEL CORRIERE. I GIORNO DECISMODELNOSTRO SECOLO,N' 9, Marcelo Cervi, pág.288.

7. Toland, John, op. cir, pág. ro8.8.lbid, pág.tZ+.9. DOMENICA DEL CORRIERE, I GIORNO DECISMO

DELNOSTRO SECOLO, N" 9, Marcelo Cervi, pág.288.. ro. Speer, Alberr, MEMORIE DELTERZO RÉ7CH, pág.35o.rr . lb id, pág.36r.. - rL:J - :^ -^^r¿. ruru! PJB. r¿u.

r3. Parker de Bassi, María Teresa, TRAS LA ESTELA DELDRESDEN, pá9.72..

r ¡ Ih i r l ¡ io t ¡ ¡^T"-^- t

252

r,. \,loreno. Carlos Alberto, PATAGONIA ?UNTO CRITI-

r ' . P¿rker de Bassi, Marí¿ Teresa, op. ci t . , pág

r¡i lbid, pág.rZ+.r ,;. Parker de Bassi, María Teresa, EL "HERZOGIN CECI-

; t 1: " Y LA BARCA TINTO, pág. zz.:o. Travei Guide, CHILE, "A Remote Corner on Earth"

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#.4' f f i

El teniente Friedrich Fleischer del D¡esden, en su i i-bro Sturntfahrt der Tinto, publicado en Alemania en1933. cuenta respecto a su internación en la isla Quiri-quina lo siguiente:

"Los chilencs hacen todo lo posible para aliviar nues-tra situación, se preocupan de colocarnos en las acomo-daciones de una antigua escue-Ia de aspirantes. Nos danmuy buena alimentación, obtenemos perntiso pan te-ner caballos y nuestros cornpatriotas de Concepción y'I-alcahuano sientpre pueden venir a v' isitarnos. Hastanos permiten, bajo palabra cle honor. salir con permisopor dti.as o semanas. Ha;t dos cosas que no nos puedendar, l¿ libertad y nuestra p,ttria inv.olucrada en úna tre-ntenda guerra que necesita a cada uno de sus hombres.Eso nos preocupa intensamente y obliga madurar pla-nes de fuga".

Continíra más adelante "De la embajada alemana rc.nemos noücias constantes de que,las negociaciones pa-Ía nuestra posible Liberación, están bien encaminadas yuna estricta orden de nuestro comandante, nos prohibetratar de arrancarnos para no echar abajo estos proyec-tos. E] sabe lo que hace porque conoce a su gente".

Termina diciendo: "Bajo Ia enérgica conducción denuestro siempre fiel von Eckert, los cónsules Gersweinen Concepción y el agente consular Schuvler en'Talca-huano, la coloiia alemana resulta un grin apoyo. Nosproveen de ropa interior y vestimentas v todo lo que se.necesita para l]evar una vida confortable. Los domingosvan todc¡s los alem.rnes de la zona a visitarnos a la eui-

-),+

riquina.ly'os conr-lden e su c¡s.r -v c.?de uno encueDtr.l/ 'rrenos amigos 1, conocidos que se preocupan de elLos.l:sro nos hace bien, porque muy pronto descubrintos,,¡rre -/es negociaciones para liberarnos no tienen futLtra.'\i perder esta esperanza, en nuestras -ho¡as de ocio, se,'¿.rc¿iv¿ el cerebro con unr idea {ij.r: L.t fugt".

Así fue que en-rpezaron las huidas. Uno de los prime-ros en fugarse fue el ¡eniente Canaris. Kal Heinz Abs-lrrgen, primer biógrafo de Canaris, cuenta que "1:s pers-

[)ectivas para llevar a fe]iz fin una difícil elTlpresa eren

¡:n buenas como para Canaris, quien dominaba perfec-¡.rmenfe el idioma españo| y por lo tanto le era relativa-rnente fácil pasar inadvertido entre los natunles de la

.\mérica del Sur. Pidió y recibió la con{ormidacl de su(omand¿nte, quien le encargó, en el caso de triuntir eniu conTetido pÍesentar a las autoridades superiores en

,\lemania un in{orme preciso sobre los últimos mese'sdel Dresden y las razones de su hundimiento.

"l,a fuga fue una hazaña deportiva de prirnt'r orden.

en primer lugar, tuvo que ganer, en bote, la úerr.t {innt

desde Quiriquina, )uego hubo que atraves.tr ios Atldes,lo que hizo en gran parte a caballo. Las Nat'idades de t9t5las celebró en tierra argentina, en casa de una familia de

co]onos a]emanes llamados von Bulow".Los dos biógrafos más acreditados de Canaris, Abs-

hagen y Brissaud, sintetizaron muy brevemente la epo-peya del Dresdencon la parte que tuvo el entonces te-niente y l iquidan, en menos de media página, la huidade Chi le hacia Alemania.

Las exper iencias casi desconocidas de Canaris son

rnuv importantes para mi investigación y merecen algo

más.

255

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Iurportante testimonio de la huida de Canaris es el de

Sofía Boettiger Krause:"Conocí bastanrc a varios marinos del Dresden inter-

nados en la Isla Quiriquina. Jorge Becker, Wiswede,

agente de la línea alemana de vapores Kosmos en Talca-

huano, era casado con mi hermana mayoÍ, Olga Boetti-

ger. Yo vivía con ellos, pues mis padtes habían {alleci-

do. El comandante Lúdecke, Wilhelm Canaris y otros

ofrciales llegaban a visitarnos Porque tenían cierta liber'

tad para ir a Talcahuano y alrededores, eran muy Íinos y

cultos y disirutaban enormemente con la música selec'

ta. Canaris era uno de los más asiduos a la "Quinta O)-

ga", nuestra casa. Físicamente lo rectterdo como no muy

alto, de pelo negro, rcz mate y ojos azules' no parecía

alemán, nmpoco era buen mozo, pero tenía una perso-

nalidad atrayente- -1-odos deseaban volver pronto a Ale-

mania, para luchar por su país, pero él en especial, era el

más insistente en tratar de lograrlo' Hablaba castellano

como un chileno sin ningún acento extraniero'"Mi cuñado, como descendiente de alemán, compren-

dió su gran inquierud por regresar a Ia patria, proporcio-

nándole dinero, su pasaporte y 1o necesario pata ir de via-

je. No podía decir si alguien esaba dettás de esto"'

Cuenta también que "recuerdo bien el día en que se

fugó. yo era joven y no se me comunicaban muchas co-

sas, ps¡s una mañana, él llegó de Quiriquina y todo es'

eba como tenso. A mí no me permitieron salir de mi

cuarto, por 1o que observé desde la ventana- Vestía su

ropa de siempre, no recuerdo si su uniforme o el terno

formal con que nos t'isitaba y una maleta' Estuvo un

buen rato dentro de la casa y salió luego vestido como

un "falte". que era el nombre que se daba a Los vendedo-

256

i i ¡ i i i ¡ i l i l r i i r i i r i i i l i i i l l i l r l f l i l l r i ¡ l r r r l i i i i i l r i r i i l

re-s que viajaban de pueblo en pueblo, vendiendo sus ba-r,tt i jas. Ropa muv usada, una goÍra que le cubría gran

¡ttte de la cara y a Ia espalda cargaba una bolsa de lonat.on sus papeles, efectos personales y supongo que algotle tnercaderías para justificar su disfraz. Su mileta típi-c¿ alemana de la época, quedó en nuestra czsa a msfan -

ci¡s de mi hermana para que tuviera mayor movilidad,'tl cruzar la cordillera de los Andes. Hasta hoy la conser-v¿ nti sobrina, OIga Becker de Hyslop".'

Lo acompañaron a Ia estación de rrenes y esperaron quetomara uno que iba ai sur, donde a trescientos kilómetroscmpezaba la décima Región, conocida como la región ale-mana. Era el 6 de agosto de r9r5, y después de un recorri-clo de catorce horas e innumerables paradas con el lentísi-rno tren a vapor, bajó en la estación de Osorno.

Allí, en el andén del tren, t ir itando en pleno invierno¡ustral, un señor, también alemán, lo esperaba. Aunqueno se conocían personalmente, se ubicaron de inmedia-to. El hombre que aguardaba era el cónsul de Alemaniaen 1a Región, Carlos Wiederhold.

Aunque Canaris no lo sabía, Wiederhold tenía una

hisroria muy aventurera. En febrero de 1895, a los z8¡ños, había cruzado los Andes y l legado a la ribera del

hgo Nahuel Huapi en Argentina. Solo, sin ayuda, habíacruzado el lago y l legado a un sit io donde terminabanlos bosques cordil leranos y comenzaban las l lanuras.i\ l l í construyó su casa, é1 fue el primer hombre blancoque se afincó, en lo que es hoy, el centro urbano de la

ciudad de Bariloche. En su casa orientó su negocio al;rcopio de lanas que después transportaba a través de los

Andes, trayendo a su regreso mercadería para venderla¡ los aislados pobladores. Wiederhold había l lamado la

Alemana a su local, que en pocos años se convirtió en.entro de reunión v comercio.

257

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"Cuentan que un día un poblador de la zona,lel Litnev'

un escocés ll¿mado Enrique O'N eyll, escribió un¡ c.l¡r¿ a

Wiederhold v un poco por desconocimiento del idionta

o simplemente por error en lugar de poner Señor Carlos

o Don Carlos escribió San Carlos. '\ V,liederhold Ie causó

mucha gracia y mostraba el sobre riendo a cada cliente,

también cambió el nombre de su comercio: Io llamó San

Carlos. Así nació el nombre de la ciudad, al que se le agre-

gó más tarde de Bariloche, para diferenciar.l.o cie otros pue-

blos anbién llamados San Carlos, haciendo alusíón, enor

ortográfi co mediante, a} paso cordillerano de Vuriloche.''

Wiederhold le aconsejó a Canaris cruzar los Andes ha-

cia el ya reconocido puebio de Bariloche, que él mismo ha-

bía fundado hacía veinte años. Se aioió en la mansión de

von Geyso en Osorno, quien le presentó al señor Eggers

para que io ayrrdara a realizar el cruce de la cordillera y Ie

entregó, pan usarlo como Baedeke¡ el diario del profesor

Stange, quien fuera uno de 1os integrantes de 1as primeras

expediciones que cruzaron ios Andes por ei paso Puyehue,

en el verano austrai Ce r893-94."Por el diario de Stange, nos damos cuenta de las dili-

cu]tades del cruce, susLtncialmente de las que denen que

afrontarlos que hoy se inteman en e) paso' Cerca del lími-

te divisorio de las aguas, a una altura de 45o m comienzan

Ios arenales de Lapil)e, compuesto de piedra pómez y lava

de basalto.'\ Ei paso Puyehue se encuenua entre dos anti-

guos volcanes, el volcán Casa Blanca y ei volcán Puyehue,

ambos de poco más de z.zoo m de altura.El cruce, en esta zona de los Andes, se hace a los

r.3oo metros, con sólo ei s iete por c iento de pendien-

te. Hay que recorrer, desde cuando se comienza a su-

bir en Chi le hasta bajar en Argent ina, unos cuarenta

ki lómetros de senda, que en r9i6, desde hacía veinte

años, t ransi teban caravanas de mulas.

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l . i l t re set iembre 1 ' octubre, en ese paso, raramenter\ : n ieve. Antes decruzar los Andes, Canar is se alojó

' ' ' , '1 fundo Eggers. c¡mino a Enrre Lagos, pueblo a la ri-,, r '¡ del lago Puyehue. En Chile se l lama íundo a una

. r ,ur propiedad agrícola y ganadera, que en esa época¡,¡ , ,nrediaban las z.ooo hectáreas.

l .os pr imeros días de octubre de t9r5, recorren en ca-r r , ' i r los setenta v c inco ki lómetros hasta Puyehue, una, )n. i termal conocida por su balnear io desde la coloni-,ción, hacía más de sesenta años, y desde allí conrinua-

i , , r i ¡ cabal lo los setenta k i lómet¡os que separan el LagoI 'r ir, ehue del Nahuel Huapi. Canaris desde muy peque-; rLr cabalgaba, su primer biógrafo ya en 1949 decía quer l r i ía, conro dicen los ingieses, horse sense.

l - legaron recorr iendo la v ie ja senda de los indígenasrr rpuches, usad¡ en el período de la Pr imer Guerra\ lundial por regulares c. t ravanas de mulas. La i lamada,r'rrda de las Herradu¡as terminaba en ia ribera del la-: o Nahuel Huapi, donde había urr pequeño puerto na-r r i ra l , que en ese entonces se l lamaba Puerto Barat ta.r i r - ' iugar encantador con dos is l i tas que le hacían co-, , 'na. Al l í lo esperaba otro componente de la fami l ia. ggers con un barco a vela, el Estrella. Canaris así cru-zir las c incuenta mi l las náut icas que lo separaban de.,ru Car los de Bar i loche.

En r9r5, el pueblo vivía del comercio de la lana, quer r ¡nsitaba desde Ias estancias de los alrededores haciat hile. El comercio estaba prácticamenre monopolizado

¡or 1a Sociedad Come¡cial y Ganadera Chile Argentina,. ln'os capitales pertenecían en su mayoría a alemanes.

Canaris tomó contacto con un amigo de Wiederhold,, )tro comerciante alemán que se había instalado en Ba-r i loche en r91t: Chr ist ian Lahusen, un astuto comer-l.1nte que en tres décadas creó un imperio comercial en

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la Patagonia, multiplicando su almacén bariiochense en

más de una docena de sucursales al sur del Nahuel Hua-pi, desde que había iniciado el acopio de lanas en la zo-

na. No pudiendo hospedario dignamente como estima-

ba humildemente correspondiera a un oficial del Ka¡serhizo lo necesario para que fuera hospedado por su ma-yor proveedor de lana. Así fue cómo Canaris l legó al cas-

co de una gran estanciaalemana, Ia San Ramón, a pocos

kilómetros del pueblo.En esa época, en la Argentina las estancias eran al me-

nos diez veces más grandes que Ios fundos chilenos.En San Ramón fue huésped dei barón Luis von Bu-

low, uno de los más nobles l inajes alemanes, quien se

enconrraba allí cumpliendo la función de adminisrrador¡n siru del principado de Schamburg Lippe. A Canaris Io

fascinó el lugar y se quedó más de un mes.Se relacionó también con otro aiemán, dueño de un

campo en las cercanías, de apeli ido Niebuhr. Sus nue-vos amigos sugirieron a Canaris que se quedara hastaque terminara el conflicto, pero él no creía en una Pron-ta finalización del mismo: quería regresar a su patria y

ser útil a su país.A mediados de noviembre lo acompañaron de estan-

cia eD estancia, a caballo y carreta por la l lamada LíneaSur hasta la terminal del ferrocarril, que se encontrabaen Ingeniero Jacobacci, a unos ciento cincuenta kilóme-tros de senda que recorría las propiedades, en direcciónal Océano Atlántico.

En )acobacci, estaba por entonces, la cabecera del fe-rrocarri l, que a mediados de tgrz había interrumpido sutrazado que uniría Bariloche con el puerto de San An-tonio, por motivos financieros. Este era, en esa época,la terminal natural de la lana producida en esa zona dela Patagonia.

z6o

l l l ¡ r I r i l r i l l r l i l l l ,

( ..rnaris subió al rren y recorrió los cuatrocientos cua-r( nt:r v ocho kilómetros que ya se habían construido. Enrr r( 'nos de un día, l legó al puerto del Atlántico, uno de larrr t ' t l i ¡ docena de pueblos de la Patagonia, muy impor-r r nte debido al comercio marítimo. Tenía, en ese enton-, t 's. el doble de habitantes que hoy en día. Las firmas co-nrcrciales radicadas allí, eran alemanas. Lahusen teníaun aimacén que competía con otro, La Anónima del\4¡uricio Braun.

l-a compañía marítima que hacía escala en ese puertot'r¡ la Hamburgo Sudamericana, que hacía ei servicio det'.rbotaje en la costa patagónica, con los buques P¡esiden-t c Mitre y Camarones, su agente en aquella época era la('mpresa Lahusen.

En San Antonio Canaris tenía pasaje en el Presiden-te Mitre, pero no apareció en la fecha esperada porquecl 3o de noviembre fue prácticamente capturado por elcrucero británico Orama, uno de los participantes en labatalla de las Malvinas/Falkland, y conducido comopreso hasta Montevideo.

El motivo de Ia captura no fue nunca aclarado por losbriúnicos, más de sesenta años después, en t978, se pu-blicó una explicación del hecho. Los diarios uruguayos dela época, comunicaron que en la carga del barco se encon-traúan elementos para la consfi-ucción de un submarino,que sin ninguna prueba concreta, sería utilizacio presun-tamente por los alemanes contra la navegación inglesa,previo su armado en algún punto de la Patagonia.a

Canaris tuvo así tiempo de reunirse con sus compa-triotas del Seydliz, que había anclado del otro lado de labahía y semanas después se embarcó en el pirósca fo Ca-maroneshacia el puerto de Buenos Aires,

Uno de ios biógrafos de Canaris, André Brissaud, opi-na oue el marino cruzó los Andes desde Santiaso hacia

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Mendoza a cabal lo, cosa imposibie hasta dic iembre,existiendo en esa época sólo e1 paso del Cristo Reden-tor, a 4.2oo metros de altura, al pie del Aconcagua, decasi 7.ooo metros y rodeado de montañas que superanlos 6.ooo metros; el paso suele estar recubierto por me-tros de nieve, desde 4 hasta r z metros.

Cruzar ese paso sólo se podía hacer en ei verano aus-tral. desde la Inmaculada hasta Pascua, como dicen loslugareños. Había que recorrer por una semana más detrescientos kilómetros de senda por una zona que toda-vía está completanrente desértica, donde no hay pastu-ra y subir pendientes de más del veinte por ciento, na-die lo transitaba en r9r5, si no en la época en que Canarisya estaba de regreso hacia Europa.

Cuando llegó a Buenos Aires, Canaris, bajo la identi-dad fraguada de un ciudadano chiieno de nombre ReedRosas, se embarcó usando su pasaporte chileno autén-tico y fidedigno, a bordo el vapor F¡isr'a, del Lloyd Ho-landés con rumbo a Holanda. En el viaje, pronto entróen buenas relaciones con var ios pasajeros br i tánicos,aprovechando la ocasión para refrescar su inglés.

Al acercarse a Inglaterra, el barco fue detenido y ie fueordenado dirigirse a Plymouth, donde los pasajeros fue-ron interrogados por los servicios de inteligencia ingle-ses. Canaris pasó este examen sin ningún problema.Unos pasajeros fueron l levados a tierra para ser someti-dos a interrogatorios más profundos,y él inspiraba tan-ta confianza, que un funcionario inglés le pidió su ayu-da, para establecer, si otro pasajero que decía ser deValparaíso, efectivamente hablaba el dialecto de allí. Va-rios compañeros ingieses de aquel viaje lo invitaron pa-ra que los visitara.

Así el viaje sigr-rió hasta Rotterdam, donde ingresó,siempre con su pasaporte chileno, con el que también en-

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r r( ) .r Alemania. Allí se hospedó en Hamburg<¡, en casa der r r , r Dorothea Popp, v aunque se.encontrab¡ crnsado,

, 'ntinuÓ su viaje para presentarse a sus superiores.i {eportó todas sus exper iencias, I levaba.consigo una

, r f t i l de recomendación del barón von Bulow para su

1'r irro, el mavor von Bulow, quien se desempeñaba enI I I I -B, e l Servic io Sec¡eto alemán. Su sede operat iva,

, r r Berna, era una de la más importantes.I-as centrales de espionaje alemán en 1os países neu-

r r.ries, disponían de numerosos efectivos y eran verda-, i,-,r¡s fortalezas. Los aliados no pudieron nunca accionar! ( )ntra ellas. Un agente del contraespionaje francés, des-

l,rrcs del armisricio, reveló "los miste¡ios de la oficina de'. , ¡n Bulow": "cerraduras especiales, una tTampe en el pi-'.o, bajo la alfombra, delante de la mesa de tr;tbajo del je-t,'del espionaje alemán, timbres de alarma, sillones! | rn1pa, micrófonos, mirillas, prácücamente cualquierr tpo de precaución para parar situaciones indeseables".5

Por su intermedio, Canaris iba a ingresar en el fasci-ir.rnte y peligroso mundo del espionaje.

El jefe del Servic io Secreto era el teniente coro¡rel\Vilhelm Nicolai. El servicio, l lamado técnicamente Ii l-l l . dependía del Estado Mayor General de las Fuerzas\rrnadas, al mando del general Erich Ludendorff.

El i l l-B había sustituido al Nachrichtendiemsrcrea-,lo por el cancil ler Bismark y dirigido por el jefe de los,'spías prusianos, Wiihelm Stieber, quien l iegó a tener.r su servic io a más de 40.ooo agentes, y en su carreraI tre condecorado veintisiete veces por su genio y sus ser-r rc ios.

Ei aparato de espionaje y el s istema pol ic ia l imple-nlentado por el Ministerio del Exterior, en Berlín, le so-

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brevivieron, pero sus sucesores no tenían el don del Se-ñor de los espías. En r9r3, otro genio del espionaje re-construyó el prodigioso edificio levantado por Stieber:el teniente coronel Nicolai, quien era un ferviente ad-mirador de su obra.

Había empelado en 1904, como un joven teniente,en el Estado Mayor. Nadie conocía a aquel oficial que vi-vía sencil lamente en familia, un trabajador incansable,una persona afable con todos. Promovido a capitán, em-pezó a l lamar la atención del Estado Mayor con un re-porte sobre los métodos del espionaje moderno.

Era un trabajo inteligente que demosrraba una madu-rez excepcional y una gran cultura. Los viejos generalesse preguntaban de dónde había sacado sus ideas, peroen verdad Nicolai se había documentado practicando enel campo, una cosa inusual para la época. Y así ingresóal Servicio Secreto.

Tras la guerra ruso-japonesa, el Estado Mayor alemánquiso formar una misión de observación para enviarla a

lapón, Nicolai fue l lamado para integraria. Se preparócuidadosamente y por un año y medio estudió japonésen el Colegio Oriental de Berlín, pero su misión de es-pía en Japón no fue l levada a cabo. Su superior, el coro-nel Lauenstein había cambiado de opinión.

En estos años, Nicolai se introdujo en todos los am-bientes. Se impuso en las facciones de la corte imperialy en los partidos polít icos, estaba al tanto de todos lossecretos. En r9rz, profetizó sobre las grandes batallas si-gilosas del espionaje de los tiempos modernos'. "Un go-biemo, en que su Estado Mayor, se organiza de manerade poder prever las mínimas oscilaciones en el mercadodel cobre, del acero, del algodón y de }a lana y registrarlos movimientos suplenentarios de los productos ali-menticios y de Ia bencina, sobre todo, cuando tales mo-

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t it¡tientos vienen ejecutados por la dirección del cuer-t,, ' t7e ia armada, gana desde ya una batalla".6

Esas ideas nunca se habían pronunciado en el GranI st¿do Mayor. El Kaise¡Guil lermo II, quien observaba,r Nicolai desde hacía tiempo, intuyó que tenía en é1 a unr lcnio de la guerra secreta, lo promovió a mayor y le en-, , r rgó la jefatura dei Servic io.

N ( )TAS

r. Parker de Bassi , María Teresa, TRAS LA ESTELA DEL/ )RESDEN, pág 23.

r. Vallmitjana, Ricardo, BARILOCHE MI PUEBLO,pág.35.t. Biedma, Juan Martin, TOPONIMIA DEL PARQUE NA-

(.tONAL NAHUEL HUAPI, pág. 198.-1. Vedoya, Juan Carlos, "La captura del Presidente Mitre"

l 'ODO ES HISTORIA, número 135, agosto de r978.

5. Bauer, Eddy, STORIA DELLO SPIONAGGIO, pág.88.6. Ibid, pis.zs.

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i l l i i l i i l l i i l ¡ i i i r i i r i i l l i i l i i l l i i i l i l l i i i i l l l

Canaris, como integrante de la Kriegsmaripe, ingre-só en el Servic io Naval de Información, que dependíadel Ministerio de la Marina en Berlín. La mayoría de loshistoriadores suele afirmar que la Marina siempre con-troló al Servicio Secreto alemán, pero en realidad fue locontrario.

Durante la Primera Guerra Mundial, este Servicio ru-vo que modif icar sus métodos independientes y fueobl igado a estrechar sus lazos con ei I I i -B.

Organizó las cacerías de los buques mercantes porobra de los submarinos. El centro de estas acciones seubicaba en otro país neutral, el clue fue uno de los ma-yores cenrros del espionaje n-rundial : España. Canar isfue transferido a Madrid, que junto con Berna, fue unode ios puestos más importantes de observación para losasuntos franceses.

Mientras el agregado naval cuidaba exclusivementecle observar las fuerzas navales aliadas y la base de Gi-braltar, la tarea de Canaris fue la de vigilar el transpot'temarítimo aliado y neutral y el avituailamiento clandes-tino de los submarinos v cruceros auxii iares alemanesdesde costas y puertos españoles.

"La misión principal de Canaris consistía en buscar yprcparar co]aboradores en Jos puertos españoles paraciertas funciones, en relación con Ia marina alemana:hombres que observaran el movimiento. en los puer'tos, de ]os barcos mercantes aliados,o n'tarinos que su'pieran interrogar a los tripulantes que prestaban servi-cios en embarcaciones neutrales o aliadas, además tenía

266

XVI , /r/( /)u{c.r¡ comerciantes que procuraran los avitualla-t t ) t, !rt | )s y otros implementos navales, así como patro-,,, , ,1.' antbarcaciones que colaboraran al abastecimien-t , , ,1,, lc¡s submarinos ¡r barcos de superficie alemanes,t t t tt t ) L'ri carbón como en petróleo y víveres.'\

L\trs n-l isiones no las podía ejecutar el agregado mi-L lr \ r ( ) su personal oficial. En cambio, el chileno Rosasr,{ } r t r ) í ¡ problemas. Su dominio deI español , su com-t , r , r rs ion de 1a mental idad lat ina y su paciencia en los, l ' l , rz¡mientos comunes en los meridionales, lo hacían' ' , r l t ' r tO pJr¿ eStaS misiOnes.

lrrcepto el capitán de corbeta retirado von Krohn, sut , l t 'cr l Madrid, pocos sabían de él en ese entonces, ya, l r r ' no tenía contacto con la embajada alemana.

l:n la península Ibérica los Servicios secretos alema-r r , 's se movía¡r con tal desenvoltura que el gobierno es-¡ ' r r ro l no se preocupó. Los agentes de Nicolai se arrevie-r , ,n hasta a apoyar movimientos revolucionar ios paraI n ) l)oner al rey Alfonso ministros pro alemanes. Espa-I r e ra n.luy importante para la economía de Alemania

, n tien-rpos de guerra.l )e la mina de Río Tinto se extraía el vol f ramio, me-

r.r l raro e inCispensable para endurecer el acero ale-,r in. El Servic io Secreto inglés, e l 4o-OB, hacía de to-, , prrá l imi tar Ia l legada a Alemania del precioso,nl leral . Cansada de ver sus cargas paradas en al ta mar, hundidas, la embajada alemana de Madrid, l legó a

r r ,rnsportarlo a bordo de submarinos de gran tonelaje,, lc Ia c iase Deutschland, que podían recorrer hasra' \ .ooo mi l las.

Canaris no fue extraño a una de estas empresas. El, nvío c landest ino part ió de la Is la de Madera, pero los.rLbmarinos fueron atacados por barcos franceses y el' . , ' l f ramio cambió de dueños.

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Canaris se hizo cargo en primera persona de dos ope-raciones contra los Estados Unidos. "Partió desde Espa-ña, en misión secÍeta, en los Estados Unidos, unos sub-mafinos alemanes, organizaron un corÍeo regular yclandesüno entre las costas españolas y Cuba, donde de-sembarcaron explosivos destinados a acciones de sabo-taje en los Estados Unidos."'

En el transcurso del año que permaneció en España,las actividades de Canaris no escaparon a la atención delos Servicios Secretos aliados, y aunque a la larga, su dis-fraz de chileno tenía que descubrirse, Canaris conside-raba su deber servir a su patria activamente y quería lu-char contra las fuerzas navales británicas.

En su período español quedó fascinado con los sub-marinos, esas nuevas armas, en ese entonces tan desa-rrolladas tecnclógicamente. Como Canaris tenía el de-seo de comandar un submarino, pidió la conformidad aBerlín, y prontamente le fue acordada.

Tras un intento de regresar a Alemania, siempre ba-jo la identida d óel chileno Rosas, que casi Ie cuesta Ia vi-da, consigue embarcarse en Cartagena en el U-35 el quecruzando el Mediterráneo y subiendo el Adriático, lollevó a la base austrohúnsara de Pola.

En Eckernfoerde, en la Escuela de Submarinos, hizoel curso para comandante y algunos meses de entrena-miento.

Después, en la primavera del r9r8, recibió el coman-do de su primer submarino. Zarp6, rodeando el At1án-tico y penetró en el Mediterráneo para operar desde labase austrohúngara en la bahía de Cattaro, en el sur dela Dalmacia.

Los primeros días de octubre, la situación bélica pa-

268

r r l . rs.rrmadas de los imperios centrales eran más cluc, I r l icr les. Los frentes habían sido rotos en Italia y en losl i , r lc¡nes, también Ia parte eslava del imper io austro-I r r r ngaro se estaba por levantar contra 1o que quedaba deir ¡ : , ¡ lnen habsbúrgico.

l.¿s vías de abastecimiento, tanto de gasoil como derrrriniciones, fueron virtualmente cortadas, y tras unar , 'rr nión con los comandantes de la base, se decidió que, ,r. la comandante intentaría, por separado, dirigirse a lar , r .e -r lemana de Kiel .

A mediados de octubre Canaris al mando del UB-tz9v otros U-Bootes zarparon de Cattaro, y tras un viaje\'{- 'nturoso, once submarinos ingresaron ai Mar Báltico,Ios primeros días de noviembre. El 8 de ese mes llega-rtrn a Kiel, en formación cerrada y enarbolando las ban-,lcras de combate.

La flota alemana allí atracada izaba, en cambio, la ban-,lera roja de 1os socialcomunistas, Canaris estaba indig-¡r¡do con esta s i tuación pol í t ica y mi l i tar y no se sor-

¡rrendió por la derrota, ya que había comprendido antesque nadie la imposibil idad de una victoria.

No se había hecho ilusiones con los éxitos logradoscn Francia ese mismo año y no tenía, como sus camara-,-[as, odio por los enemigos o por Inglaterra como po-tencia naval. Por el contrario, tenía una opinión muyelevada sobre la flota británica y la capacidad de sus ofi-ciales y marineros.

Canaris tenía entonces 3r años, y se sentía seguro desi mismo. En los cinco años que estuvo embarcado sacóvaliosas experiencias de los contactos que tuvo en susviajes al extranjero, y aprendió a tratar de igual a igual alas personas.

26g

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El ra de noviembre de r9r8 el renienre coronel Nico-lai había l legado secretamente a Kiel. En aquel momen-to observó los graves desórdenes que habían empezadoelzT de octubre, cuando ios marineros de la flota impe-r ia l se habían amot inado maniobrados por agi tadoresrevoluc ionario s.

La confusión reinaba en la base y Nicolai romó con-tacto con dos cle sus agenres. el capitán Siewert y el guar-diamarina Kern, quienes se encontraban a la cabeza deios amotinados. Después de este encuentro, otro arrro-t inamiento empezó en la pr imera y segunda escuadrade la armada, que fuera orgullo de Guil lermo II y pasa-ron a ia revolución otros 20.ooo hombres.

El coronel había conducido otra de sus magistraiesoperaciones. poniendo más ieña al fuego revoluciona-r io que est¡br quenr lndo l . r f icr¡ imper i . i l .

El z5 de setiembre anterior Nicolai se había reunidocon el mariscal Hindenburg, ei general Ludendorff v ofi-c ia les responsables de los Servic ios Secretos en el cuar-tel general de Spa en Bélgica. El jefe del III-B declaró en-tonces: "Es I¿ derrote, pero si no queremos gue és¡J .seresuelva por la Alemania o por el Estado Mayor, únicoverdadero sostén del país, en una catástrofe definitiva,tenemos que atribuir a oftos y no a los soldados.la ¡es-ponsabilidad del fracaso. Hará falta, si es necesario, sa-crifrcar e] emperador y el imperio".3'

Pronunciada esta sentencia, de los presentes sóloHindenburg protestó, Ludendorff no dijo nada y el ge-neral von Bartenwierffer y el coronel Bauer aprobaron.De cualquier manera, meses después se confirmaba 1odeclarado. Y el mismo día que Nicoiai l legaba a Kiel, unhombre suyo, e1 general Wilhelm Groner, sucedía a Lu-dendorff tras su dimisión.

Nicolai había impuesto ese general, quien err hrjo de

270

n . imple subof ic i l l v no pertcneci . r a l ¡ ¡ r isLocr,rc i , li L1si .1na. Hubo otra reunión en Spa, pocas horas des-

, ' rés de la abdicación de Gui l lermo I I , en ésta Hin-l ( 'nburg af i rmó que se necesi taba domar la revolu-rrn, pero Nicolai 1o corrigió: ' .N'o se trata de domar la'volución sino de aprovechamos de ella". La última pa-rlrra la tenía siempre é1, esto significaba que ocupaba un, gar mucho más importante que e1 que aparentaba por

. . L grado.Diez días más tarde, Nicolai puso en marcha un nue-

. ,r plrn que comprendía la idea de un pacto entre el go-,i(, 'rno v el f lamante comando supremo del ejército. AI

, r ro dia, en Ia noche dei ro al n de noviembre de r9r8,i i¡ndo faltaban veinticuatro horas para el armisticio, se' i r ! :ontraba en el cast i i lo de Krupp Von Bohlen, en Es-, ' i l . eD uDr reunión secreta con los pr incipales jefes der Lndustr ia pesada alemana.

Les dijo: "Hemos perdido la guerra, debemos ganar, t [)rz",y siguió "De ahora en ade]ante ustedes recibirán

, ,,r mi támite, las instrucciones de aquellos que rcda-t t.t pueden salv,tr al país. Huso Stinnes, el rev del acero,.' irritó por lo perentorio de Nicolai. La república daba,nedo a los capitanes industriales, pero el coronel con-

','stó 'la república no será otra cosa que un espantapája-,,s del cual tenemos que servirnos'y dejó el castillo".+

tl it ler, cuando salió del hospital de Pasewalk, se ente-, , c1e 1e huida del Kaiser a Holanda y anotó en su diario:

reció en mi el odio hecia los responsables del adveni-' tlc\to, supe entonces mi destino, entfar en política" de-r()srrando ya desde entonces no entencler nada de la gue-

L i . i secreta y sus manioblas.i--l r: de diciembre, el nuevo presidente de la Repú-

r,l l . ¡, Ebert, promulgó un decreto creando una guardia, ' icr republicana y el mismo día, por iniciativa del f iel

271

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ejecutor de los planes de Nicolai, el general Groner, ha-cía abrir secretamente una oficina de reclutamiento devoluntarios; esta acción fue oficial el 6 de enero de r9t9cuando se hizo una llamada pública para la formaciónde un cuerpo de voluntarios.

El texto fue firmado por los más importantes sociai-demócratas de Alemania, entre ellos el presidente Eberty Gustav Noske, quien fuera diputado del Reicñstag. Elhombre había reprimido el amotinamiento de Kiel, fo-mentado por los agentes de Nicoiai con los cuales teníabuenas relaciones.

Con la bendición de Nicoiai, Noske fue propuesto porel general Groner como Minisrro de Defensa, se reveló co-

mo el hombre fuerte del gobierno, dependiente entera-mente del Comando Supremo en manos de Nicolai.

En estos días Cana¡is estaba en Beriín. Como tantosoficiaies de la marina y dei ejércitc temía la amenaza delos extremistas que querian implantar, según el mode-lo ruso, un estado soviéttco. En Berlín había regresadola GKD, división de cabaliería de la guardia, instalándo-se a mediados de enero en el hotel Edén, que se convir-ti6 "en una de las bases principales del gobierno Ebert-Nosfte, [donde] se creatcn ]os primeros cuerpos devoluntarios en los que ¡trestaban servicio, vistiendo uni-forme de soldados, centenares de ofrciales".s Entre ellos

también se encontraba Canaris, quien se había alistadoenla GKD.

Fue enviado en misión al sur de Alemania, allí co-menzó su noviazgo con Erika Waag. A fin de febreroCanaris regresó desde ei sur y actuó como oficiai de en-lace entre gupos armados de ciudadanos y 1a AsambleaNacional que se reunía en Weimar.

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Tras cumplir esta misión Canaris ingresó en la brigacl.r, lc marina Lowenfeld, su oficina fue instalada en el mis-rro hotei Edén, que se encontraba muy cerca del zoológi-, o de Berlín. Entre las personas que frecuentaron en esosricmpos el hotel Edén, se contactaron con Canaris el ex, .rncille¡ del Reich, príncipe von Bulow y señora, quienes,,l l i se habían refugiado, y ei capitán Ehrhardt, jefe de lal,rigada de marina que lievaba su nombre.

Mientras tanto Nicolai cont inuaba con su plan yirabía reorganizado el Comité Super ior Secreto, que, 'x ist ía desde r9r7 y que en rgzo había empujado al co-nrando supremo al rearme clandest ino de Alemania.Verdadera sociedad secreta, con poder y meclios finan-, ieros, estaba encabezado.por Ludendorff y compren-.l ie, bajo la guía de Nicolai, industriales y banqueros desuma importancia en Alemania entre las dos guerras.

Entre ellos los Krupp, Mannesmann, Cuno Warburg,)peyer, von Gwynner y Vbn Bary. Este últ imo banque-ro era el hombre de Nicolai, y como representante ofi-, rai de la Hamburg- América Linie, fue cónsul generai,le Alemania en Anversa, Bélgica, antes de r9t4, donde,rctuó como agente secreto a las órdenes del coronel.

Ludendorff inspiró otro reagrupamiento netamentecxtremista, como el ultra monárquico National-Verei-ni6png. Sus líderes eran el pastor Traut, ex capellán delcmperador; von Jagow, ex jefe de la policía de Berlín, elcapitán Pabst, el doctor Kapp y el coronel Bauer, otroirombre de Nicolai.

El mismo día en que ia Asamblea de Weimar l levaba.r la presidencia a Ebert, Kapp empezaba a planear el

¡lutsch, que iba a estallar en marzo de r9zo.Ese mismo día, r6 de setiembre de r9r9, Adolf Hitler

se inscribía en el Deursch e Arbeiter Parrei. Sus comien-zos polít icos tienen origen en el espionaje, a fines de no-

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wwíi?;

viembre de r9r8; regresando a Baviera, su patr ia por

adopción, se alista, sobre todo para comer y tener un te-

cho, como agente informador del Departamento Polít i-

co del ejército.En setíembre del año siguiente recibe la orden de in-

dagar sobre el Partido de los Trabajadores alemanes, un

pequeño grupo de personas que se reúne en una cerve-

cería alrededor del herrero Anton Drexler. Entre los po-

cos adherentes se encuentra un periodista, Dietrich Ec-

kart y un oficial del ejército, el capitán Ernst Roehm.

Hitler participa de unas ¡euniones y conciuye su in-

vestigación aclarando que allí no se encuentran subver-

sivos, escribiéndolo en su reporte.Pocos días después Drexler lo invita a ser de ellos.

Se decide, deja de hacer de espía y se lanza a la política'

En marzo de.r9zo, la primer tentativa ejecutada por

ei III-B, el pursci de Kapp, fracasó, habiendo rehusado

su apoyo el ejército y los parlamentarios de de¡echa. Pe-

ro los principales conjurados pudieron escapar, entre

ellos el coronel Bauer, quien fuera un ayudante de Ni-

colai, y más tarde designado en Shangai como conseje-

ro milicar del general Chiang Kai-Shek.Labrigada de marina dei capitán Ehrhardt que conta-

ba con 16.ooo hombres fue la punta de lanza en el

putsch.El mismo fue promotor también en la organización

para el asesinato del vice canciller Matthias Erzberger en

agosto de rgzt y también en el de Walter Rathenau enjunio de rgzz.lJno de sus oficiales, Edwin Kern, hom-

bre de Nicolai en el t iempo del levantamiento de Kiel,

donde tuvo funciones como provocador, fue el autor

material del asesinato.Ei z4 de juiio de rgzz Kern se despidió de un compa-

ñero, von Salomón, y le dijo: "Si Hitler comprende que

274

su hora ha llegado, es justo el hombre que yo pensaba".I I i t ler. en aquel t iempo era un pequeño y oscuro agita-tlor. pero si Kern ya lo tenía presente, significa que en sucntorno ya se lo tomaba en consideración para algo. po-,-o después Kern siguió el auro de Rarhenau, lo cercó ylc disparó, su compañero Fisher io ult imó lanzándoletrna bomba de mano en el auto descapotable.

Rathenau, quien fuera minisro del exrerior y autorcle un plan de saneamiento económico, era heredero del¡ AEG, cuyos estabiecimientos eléctricos i luminabanl.rs grandes ciudades de Europa y también las de Amé-rica del Sur. Era dueñode 43 minas de carbón y r7 de hie-rro, además de otras muchas empresas.

Aparentemente su mayor culpa era la de ser judío, los¡nilitares y los nacionalistas no llo¡aron y menos aún losgrandes indusrriales como Krupp, Thyssen y Hugenberg.

Wilhelm Canaris sintió simpatía por Kapp, pero igualentendió inmediatamente que cualquier cosa que pu-diera proyectar estaba destinada al fracaso.

También conoció muybien al comandante Ehrhardr,el hombre clave de tantos hechos sangrientos desde ellevantamiento de Kiel; otro que se encontraba allí eraun joven cadete que ingresaba en Ia sección polít ica delServicio de Información Naval, Reinha¡d Heydrich, elfuturo jefe del SD nazista. Terminaba una era y comen-zaDa otra.

En rgzo Canaris se casó y tras el golpe de escado deKapp, terminados los tiempos de los pronunciamientospolít icos, lanzó sus energías al resurgimiento de la ar-mada. Actuó dos años como oficial del Esrado Mayor del;ilmirantazgo en Kiel, participando activamenre en in-vestigaciones teóricas y prácticas en el desarrollo de

275

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submarinos, estudianclo modelos de varios países, so-

bre todo el f inlandés Vetehinen. En tgzz se embarcó en

el crucero Berlinconro primer oficial.

- Entre los subtenientes embarcados" se encontraba

Reinhard Heydrich. AI año siguiente Canaris fue ascen-

dido a capitán de corbeta y terminó sus servicios en el

Berlín.El zr de octubre de 19z3 fue convocado en Kiel por el

teniente coronel von Katzener. El oficial era un enviado

del coronel von Schleicher, hombre cercano a Nicolai, y

ambos le preguntaron a Canaris si aceptaría un trabajo

de "documentación militar".No estaba en desacuerdo, pero pidió más precisiones.

El l8 de noviembre, Canaris tuvo otro encuentro con

von Katzner y von Bredow, a los cuales expuso sus ideas

polít icas: él deseaba una Alemania fuerte militar y eco-

nómicamente. Sólo al servicio de estos ideales, Canarispodría aceptar participar en ia organización de una gran

red de información.El tenía muchos amigos en América del Sur y en Es-

paña, y hacerse de otros no sería un problema."EI 9 de diciembre de ry4, Canaris encontró por frn

a von Schleicher y le impuso sus condiciones, se queda-

ría enla marina y también prepararía la organización so-

]amente sile garantizaban el secreto y la autonomía; von

Schleicher, esrupefacto por aquella desenvoltura, le dio

cartablanca. Canaris entonces se concedió cinco meses

de esrudio y de reflexión antes de empezar.'6

Los primeros días de mayo de ryz4parrií en misión

oficial a Japón para implementar en ese país la construc-

ción de submarinos para la armada japonesa. Su viaje

fue disfrazado como enseñanza profesional, regresó en

276

()ctubre del mismo año. La travesía fue tan larga, que set luedó sólo doce días en Japón relacionándose con los.rsti l leros japoneses Kawasaki.

En su viaje hizo innumerables escalas que le permirie_ron reclutar muchos agentes en el mismo Japón, en las In_,l i¡s Holandesas, en Sudáfrica, en Egipto y en Grecia. Der egreso a su parria entregó muchísimas inform¡ciones,fue l lamado inmediatamente a ser parte del Estado Ma_vor de la marina en Berlín, en noviembre de 1924.

En los años siguientes organizó redes activas en Ru_inania, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Turquía, Es_plña y también en Marruecos.

Ent927, según cuenra en su obra el capitán de la ar-rnada española Luis de la Sierra, Canaris se encarsó dei¡ reconstrucción del Etappendiensrde la primerhue_rra Mundial, "estableciendo nuevamente contacto, den_rro del más riguÍoso secÍeto con Ios antiguos miembrosde aquella organización (...) Sin embargá lascosas se 1.le_veban a cabo de tal manera que só)o muy contadas peÍ_.onas, en cada caso, estaban en el secreto".

En el peúodo enfte t9z4y 1928 "Canaris vttelve a visi_tar la Argenüna pasando sus vacaciones de seis semanas".T

El r7 de agosto de r9z8 se encuenrra en Be¡ l ín con_versand.o con un grupo de oficiales colaboradores y.omenta la polít ica de Hitler: "El arriesea destruir rc_,lo el trabajo que nosotros estamos haci"iendo en el ex-terior porque Los otros nos tendrán miedo nueva_nrente ".8

Poco después, por remor a que sus continuos viajes ter_rr.rinaran por despertar la atención de los Servicios Secre_t os ingleses o franceses, se hizo sustituir por su asistenrev asumió el comando del crucero escuela Scá1esien, pero1';rraielamente continuó alistando nuevos agences en ca_rla puerto de cada nación que tocaba

"., ,rr, íi.¡"r.

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Noras

r. Abshagen, K aTlHeitv,ELALMIRANTE CANARI$ pág' 3zz. Bauer, Eddy, STORIA DELLO SPI ON AG G I O' pág' 9o'

3. Ibid, pá9.298.4. Bauer, EddY, oP. cit, Pág. 3oo.5. Abshagen, Karl Heinz, op' cit ,p^g'41'6. Bauer, EddY, oP' cit.,Pág.9o.

7. Brissaud, André, CANAR/S, Pá9.27'8. Bauer, EddY, oP. cir.,Pág.9o.

XVII

Hasta entonces, para el aito mando, Hitler era sólo unagi tador manipulado por el e jérc i to.

En setiembre de r93o, enuna Alemania conT.ooo.ooode desocupados y al borde de la quiebra, hubo elecciones:ios nacionalsocialistas obtuvieran 6.5oo.ooo votos y 1oZescaños en el Reicñstag. En ese entonces el general Kurtvon Schleicher, el que será, en enero de 1933, el últ imocanciller de Alemania antes de asumir Hitler, dijo a Cana-ris "Los hitlerianos no son peligrosos, por otro lado aaquel Hitler nosotros lo tenemos en un puño".

Canar is no le contestó, y le conf ió a von Katzener:"Hitler nos hará perder la guerra de simpatía que noso-tros intentamos ganar en todo elnundo. Sus amenazasprovocarán un rellejo de defensa en Ios aliados, que es-trecharán nuevamente el cerco alrededor de Alemania".

El coronel Nicolai mientras tanto le preparaba la l ie-gada al poder, favoreciéndolos en cuanta ocasión se pre-sentaba.

En r932, cuando von Papen era cancil ler, el NSDAPrecibió subsidios secretos del gobierno alemán: 4zmí-i lones cie Reichsmark (unos 75o millones de dólares ac-tuales), que fueron la carta decisiva que permitió a Hi-tler triunfar. Estos fondos fueron entregados bajo lapresión del Estado Mayor General, ejercida por su con-sejero omnipotente, Wilhelm Nicolai.

Tras recibir ese capital y casi a modo de agradecimien-to, Hitler declara: "Gracias a ellos hago verdadera políti-ca, convierto a la gente a mis ideas y me asegurct Ia pene-tación y la influencia en cada país".' Medio lustro de

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polít ica y Hitler todavía no entendía ias maniobras y losf-ines de Nicolai, le hab¡ía sido provechosa la conclusióndel l ibro de memorias de Nicolai, publicado ese mismoano: "E] fururo pertenece a los Servicios Secreros".

Cuando murió e\ FeldntariscalPaul von Hindenburg,el anciano presidente de Alemania,l legó la oportunidadde Hitler, quien supo aprovecharla con ayuda de estosservicios.

El re de agosto IIegó a Neudeck, donde vivía ei viejomariscal y al día siguiente supo de su muerte. Un comu-nicado oñcial anunció que el fallecimiento de Hinden-burg había ocurrido el día z a las z de la mañana, pero enrealidad el mariscal había muerto entre el 3r y el ie.

El t iempo transcurr ido era necesar io para prepararla sucesión a favor de Hitler, y, aunque Goebbels, mi-nistro de Propaganda, había anunciado que no habíatestamento, dos semanas más tarde Franz von Papentraía éste a Berchtesgaden. En el documento Hinden-burg designaba a Hitler como su sucesor cuatro días an-tes del plebiscito con el cual el pueblo alemán lo l levó aia presidencia del Reich.

Hitler sabía bien que Franz von Papen, hombre enquien tenía confianza absoluta e i l imitada, tuvo un pa-sado importante en el III-B de Nicolai operando en losEstados Unidos como responsable del espionaje alemán.Canaris colaboró con él en sus misiones en ese país; des-de allí, siempre con el apoyo de von Papen, llegó a Ca-nadá, donde continuó con misiones especiales. Tras laeliminación de las redes de espionaje alemanas en losEstados Unidos, regresó a España.

Von Papen recibió la Orden del Agui ia Roja porGui l lermo I I en recompensa po¡ los servic ios presta-dos. En ese entonces, bajo la dirección de Nicolai or-ganizí maniobras en los ambientes polít icos para ha-

z8o

,:er nombrar a LuCendo¡ff como jefe del Gran CuarrelGeneral a lemán.

En marzo de t9ry, promovído tenienre coronel, fueenviado a Asia Menor y creó en Palestina una red de es-pionaje polít ico militar enfrenrándose ai coronel Law-rence. Terminada la Primera Guer¡a Mundial fue elhombre de Nicolai en la polít ica, apuntando a la recons-trucción del Reich, fundamentándose en las ideas na-cionalsocialistas y favoreciendo [as relaciones entre elNSDAP y los industriales alemants. En r93z l legó a sercancil ler, si bien por poco tiempo, ya que al año siguien-te Hitle¡ asumió el mismo cargo; pero su dobie juego lollevó a ser en 1933 ei vicecancil ler. Hitler lo nombró enr934 ministro plenipotenciario y embajador en Austria.Se quedó allí hasta 1938 preparando el Anscñlusg la ane-xión ai Reich alemán. Inmediatamente después Hirlerlo aleja, como si quisiera quitarse de encima ia pesadasombra de Nicolai. Desterrando a von Papen a Turquíadesde r939 hasta r944, no se dio cuenra de que ya habíaun reemplazo previsto por el intriganre coronel, ei al-mirante Canaris.

En t933 Canaris temía que los vencedores de r9r8 nohubieran tolerado más, por Hitler, el rearme clandesti-no que habían concedido a la República de Weimar, pe-ro los hechos demostraron que éstas fueron preocupa-ciones injustif icadas.

En otoño de 1934 dejó el mando del crucero Schle-sien a un ex camarada del Dresden, Freidrich Fleischer,quien se había fugado de Chile un año después que é1,en r9r6.

El entonces teniente Fleischer, conjuntamenre a trescolegas también tenientes del Dresdeny otros z3 mari-

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'.-'"."¡,¡.¿.¿¡¡,xrxu,.s..,t.x.n,.nn*******nrfüilfÍililfililrffilrfilrfilillil,il,rrl

Page 147: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

nos de otros barcos alemanes internados en Chiie, se ha-bíair fugado embarcándose, en diciembre de r9r6 en eivelero Tinto, zarpando cerca de Puerto Montt en la lo-calidad de Calbuco.

Atravesaron el Atlántico con un barco vieio, construi-do en t852, éste había cruzado el Cabo de Hornos porúltima vez en r878. Increíblemente l legaron a Noruegaen sólo lzo días. el z de abril. El comandante reconoci-do por ellos era el teniente del Dresden, Max von Sch-midt, quien formaba parte del Servicio Naval de Infor-mación de la Kriegsmarine.

Canaris fue nombrado, momentáneamente, coman-dante de la fortaleza de Swinemunde, una pequeña ciu-dad en las desembocaduras del río Oder.

Allí, pocas semanas después, recibe el nombramien-to como nuevo iefe de los Servicios Secretos alemanesy después de varias semanas de preparación, ocupa ofi-cialmente el cargo, asumiendo el día de su48q cumplea-ños, el r de enero de 1935.

Sus biógrafos y muchos historiadores se asombranfrente a este nombramiento.

Karl Einz Abshagen fue el autor intelectual de estemito desde r949, cuando publicó la primer biografía delalmirante. En ella dice, respecto a la elección de Canaris"por su hoja de servicio se sabía que poseía las cualida-des que se requieren para un jefe de in{ormación, talescomo su inteligencia penetrante y su agilidad mental,unidas con su capacidad de tratar a la gente, todo Io cualpodía sustituir su falta de experiencia en el servicio pro-p iamente de informaci ón "."

Estos, como ya hicieran con su experiencia bélica em-barcado en el D¡esden y su huida de la internación, l i-quidan superficialmente con unas páginas los años an-teriores a asumir en 1935 el mando del Servicio Secreto

z8z

,rlemán, y se concentran en la actividad de Canaris en los.rños bélicos de la Segunda Guerra Mundial.

Focalizan el personaje en la óptica originada de 1a ac-tuación del tribunal de Nürenberg, en la cual siempre seha indicado, sin prueba alguna, a Canaris como perte-neciente al movimiento de resistencia alemán. De allísurgró por unos la deducción incomprensible, que ha-bía saboteado la victoria alemana, y por otros, que has-ta se podía considerarculpable de la derrota.

La historia personal de éste, demuestra que siempre fueen primer lugar un alemán y un patriota en senriclo lite-ral y no como antinazi. Su amor a la patria no disminuyósino que aumentó, y no hay pruebas de lo contrario.

Estuvo al servicio de su patria y de su jefe como lo hi-cieran millones de soldados alemanes, aunque cierto esque siempre estuvo convencido de la imposibil idad dela victoria.

Estoy seguro, estudiando la vida de Canaris y losideales que maduró, que é1, como sirvió bajo el KaiserGuil lermo II y después para Hitler, si hubiese sobrevi-vido habría puesto su inteligencia y experiencia al ser-vicio del Premier Adenauer. Esto no debe extrañar, pa-ra él hubiera sido racional: antes que todo, Alemania.

También hay que considerar que su pupilo en la Ab-r'vehr, el general Reinhard Gehlen, se comportó de igualmanera a como lo habría hecho Canaris mismo. Se en-tregó a los norteamericanos con toda su experiencia ypara colaborar con ellos pidió tres cosas como garantía,que todos sus agentes fueran alemanes, que toda la or-ganización nunca pudiera ser uti l izada contra los inte-reses alemanes y que, cuando ia Alemania fuera nueva-mente una nación soberana, él y sus hombres pasaríanai servicio del estado germánico. Cosa que de hechoocurrió al asumir el presidente Conrad Adenauer.

283

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I

Ei misnro Ciehlen, l lamado el General Gr is oormanteDersc sit 'rn¡tre en la sombra, ai igual qrr" r.r, pa"-decesores, e r¡ u l l técnico dotado como Canaris. Lo te_nía como rclcrL.nre y cuando habiaba era imposible norecord¡r l¡ nráxima de orro, el coronel Nicolai. "El Ser-vicio de Inlorrnaciones es un servicio de señores. Cuan-do se antrega a otros se desmorona'l Y Gehien por cier-t<¡ fue, como Canaris y Nicolai, un "señor" del espionaje.

Una vez que Hitler asume la presidencia, Nicolai lo-gia acabar con su plan en ejecución desde noviembre dergr8, creyendo que Aiemania tenía la oportunidad deiesurgir definit ivamenre con é1 y hacerse grande orravcz.

Sc retir¡, pero sigue el ciesarrollo de los hechos des-rlc su o[icin.r en l.r P¿r¿sd¡nterplatzenBerlín, quedandodctrás clel escenario

Wilhem Canaris accionó como su predecesor, nun-ca se mosrró públicamente durante los años del régimenhitleriano. Se rodeó de misterio y no dejó diarios comotampoco notas de sus actividades. Vivió una vida sim_ple, no ostenrosa, y si alguien lo eiigió, por cierto no fueel alto mando, que sólo lo recomendó a Hitler, quien fi-nalmente firmó su nombramiento. Canaris era el natu-ral sucesor de Nicolai y parece, analizando los años an-teriores a su nombramiento, por cierto doce años quefuera preparado sólo para ser su heredero.

Ambos operaron según la misma fi losofía oriental,dictada por el f i lósofo Sun Tzu. Nicoiai lo descubrió enios estudios cursddos en el Instituto Orienral de Berlín,donde tuvo acceso a la primer versión de EI arte de Iaglrerra, traducida al inglés en r9o5, por el capitán Calth-rop, quien uti l izó Ia versiónjaponesa escrira en el siglo

z8+

XVi por el samurai Miyamoto Musashi, con el nombrede EI líbro de los cinco anillos.

El núcleo del pensamiento de Sun Tzu, quien vivie_r a en China entre el VI y V siglo A.C., se puede sinreri_zar en el principio básico, que él expone en el plngFa, elnombre chino de su manual, El arte de la guerra:

"Combatir y ganar cientos de bat¿llas ná es prueba desuprema excelencia: la supÍema valentía conriste en do_b]ar ]a resistencia del enemigo sin combadr".3

Sun Tzu demuesrra que la historia del espionaje estan antigua como la militar y la polídca. Veinre siglos an_tes que Bacon, afirmó que saber es poder. Su manual sedivide en rrece capítulos, y el últ imo esú ded.icado al"Uso de ios espías".

Para apl icar lo hay que considerar lo esenc ia l , ,del

doble conocimiento de sí mismo y del enemigo. Esteconocimiento se constÍuye por grados, tomando enconsideración Los factores morales, psicológicos y ma_teriales, éstos consienten, al líder político o miliíar, deiormarse una visión global de las fuerzas, en el campoque sea, previa a Ia decisión".+

En este capítulo se eyidencia la importancia de que lasinformaciones recogidas sean uril iz;das sólo por quien"posea una cierta dosis de asrucia ínnata"porqrre '.sin unsutil ingenio de la mente, uno no puede estar ieguro de Iaveracidad de los reportes"y considera que '?os espías sonel más impoftante elemenrc en guerra" pero es sólo unaporte entre muchos, y la suma de todos los facrores, notodos pueden ni esrán en grado de utilizar.

Las informaciones reunidas son un medio y no un fin.El f in es la esrraregia global, y los responsibles de és-

ta tienen que orientar las informaciones en función desus propios oblerivos.

En síntesis, el espionaje, según Sun Tzu, no es sólo

285

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un insrrumento pasivo que trae informaciones, sino quetambién es activo, que procede 'desinformando', cosaque Nicoiai siempre hizo y Canaris comenzó a hacermejor aún, tras su viaje a Japón donde tuvo acceso di-recto a esta fi losofía.

Cuando Canaris asumió en 1935, encontró el tacto yel tono adecuados para entenderse y trarar con Hitler ysu entorno de poder.

Hitler no se conformaba con algo similar al SecrerServíce británico. Pretendía que fuera muy superior yCanaris convirtió el servicio de espionaje en una orga-nización extensa y competente. Después de su ascen-sión desapareció la Reichswehr para dar lugar a laWehrmacht, nombre que el Reich hitleriano dio a susfuerzas armadas.

Una de las primeras cosas que implementó, fue Iareimplantación del Etappendiensf en los asenramien-tos alemanes en las diferentes partes del mundo quesentían con la l legada de Hitler el ¡enacer de su patria,sus componentes aceptaban voluntariamente efectuarservicios.

Estos nuevos agenres fueron instruidos al fin de evi-tar, en lo posible, la utilización del correo, y emplear cla-ves, contacrándose directamente con las embajadas ale-manas, donde se enconrraba el jefe de esta organizaci6n,que en cada capital solía ser un agregado militar.

A la vista de una Segunda Guerra Mundial, se preveíaque los servicios del Etappendiensr serían más impor-tantes que en la primera, puesto que Alemania habíaperdido todas sus colonias con el armisticio. Carecía debases navales o punto de apoyo para sus buques, fuerade sus aguas, y fue prioritaria la organización para el

286

abastecimiento de submarinos y buques de guerra ale_manes.

Canaris tenía bien presenre los problemas de abaste_cimiento de carbón y alimentarios que sufrió con elDresden,aunque ahora el problema era el perróleo. kin_cipalmente se comprometió con el personal alemán delas compañías de navegación, o de petróleo o cualquierfirma alemana con agentes o corresponsalías en ei ex-tranjero.

Estos agentes se podían valer de fondos aparenre_mente pertenecientes a las empresas donde trabajaban,y jamás fueron detectados por el servicio aliado de in_formación., Las zonas en que quedó dividido el Etappendienst.fueron cuatro: América del Norte, América de sur. AsiaOriental y España.

"Según el jefe de Ia organización, quien fuera a panirde ryg7 el capitán de navío WernerSrop.hasjus. él

-^-vor éxito de su funcionamiento t" ,oniiwió en la Ar-gentina, donde fue equipado un buen núÁero de petro-Ieros nodrizas.'\

En el curso de r938 fue creado el mando supremo delas fuerzas armadas OKW. AI disolverse el Ministeriode la Guerra, quien dirigía los Servicios Secreros, fuecreado el grupo del Servicio de Defensa Abwehr,el cualpuede ser definido simplemente como el organismo mi-l itar encargado del espionaje y del contraespionaje.

Constituía una de las cinco direcciones del Gran Es-tado Mayor delaWerhmacár, OKW, su nombre exac-to era Amt Auslands Nachrichten LJnd Abwehr, quesignifica División de las Informaciones del Exteriory dela Defensa. Por este morivo trabajaba al lado d,el Abwehruna oficina del Ministerio del Exterior. directamente co-nectada con el ministerio en la Wilhelmstasse: allí Ca-

287

Page 150: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

I

naris reclutó sus hombres de máxima confianza, de ahí

provenía su mejor elemento referente a la Argentina, ei

conde von Luxburg.Canaris siempre fue una de las personalidades mejo-

res informadas en Alemania en lo referente a la verdade-

ra situación polít ica de los países extranieros. Tenía exce-

lentes relaciones con el iefe de la sección polít ica, von

Weizsaecker. del Ministerio de Relaciones Exteriores-

El Abwehrtenía su sede en la Tierpitzufery allí Ca-

naris trabajaba en su modesta oficina. Sobre su mesa de

uabajo había un modelo dei crucero Dresden,como pi-

sapapeles los tres monos en bronce ---el símbolo dei Ser-

vicio: se debía escuchar y ver, pero callar- y en ia pared

ia fotografía del jefe del Servicio durante Ia Primer Gue-

rra Mundial, el teniente coronel Nicolai; completaba 1a

decoración un mapa mundial.Entre muchos colaboradores directos y directores de

secciones se encontraba Hans Oster. 'Zas relaciones en'

tre Oster 5t Canaris no estaban exenfas de una cierta ri-

rantez, el]o se debía a Ia diversidad de sus caracteres, Ca-

naÍis era prudente, pesaba cuidadosamente cada paso

que daba, sabía ocultar sus verdaderas intenciones. Os-

rcr en cambio, avanzaba imprudentemente, a veces se

]anzaba en una empresa sin cuidado alguno.'$

El Abwehrse dividía en rres secciones operativas y una

de administración. La primera era el Servicio de Informa-

ción propiamente dicho, dividido en siete departamen-

tos. El Abwefircompetía con el Servicio de Seguridad de

la Gesrapo, es decir la SD (iniciales de Sichetheitsdienst)de Reinhardt Heydrich, y ambos tuvieron que diferen-

ciar sus funciones mediante un acuerdo.

Lo pactado en diez puntos aclaraba 1a competencia de

ambos organismos: se concedía al Servic io Secreto el

contraespionaje, mientras que se reconocía ala Gestapo

288

como única competente en el proceso y cast igo r lc lo. ,espías.

A pesar de el lo, mientras v iv ió Heydr ich mantuvr¡una buena relación personal con é1, hasta se podría de-cir una relación cordial y familiar, intercambiando ce-nas familiares y tocando música juntos.

En dos ocasiones, en febrero Ce 1933 y en agosto der936 se mudaron de casa, y ambas veces lo hicieron unocerca del otro.

Cuando asesinaron a Heydrich el 4 de julio de 194zen un atentado en Checoslovaquia, Canaris hizo la alo-cución fúnebre lamentando la pérdida de un querido yviejo amigo.r Las reiaciones de Canaris con Hitler tenían que pasarpor trámite del FeldmariscalKeitel, jefe dei OKW, peroéste mismo, ante el Tribunal de Nürenberg, declaró queCanaris hablaba directamente con Hitler en lugar de di-rigirse a é1, cosa confirmada por sus colaboradores.

Canaris conferenciaba personalmente con Hitler, y siel jefe del Abwehrtuvo problemas de relaciones, los tu-vo sólo con otro intermediario, el jefe del Estado Mayordela Wehrmarcá, general Jodl, no siendo posible paraél establecer un puente espiritual entre ellos.

)odl era un militarista puro y ateo que no concedía es-pacio a lo imponderable, y Canaris, un hombre con unacierta sensibil idad, religioso, y que debía sus planea-mientos a la intuición.

Jodi era el consejero de Hitler en los asuntos estraté-gicos y hay que responsabilizarlo de mal interpretar lasinformaciones que recibía de Canaris, como ocurriócuando los aliados desembarcaron en Nordáfrica.

Su actitud no cambió tampoco rras el alejamiento delalmirante y la misma postura mantuvo con los informesdel coronel Hellmuth Meyer, jefe del Servicio de Infor-

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mación de la XV Armada, que le avisaban del inminen-

te desembarco en Normandía.La Segunda Sección del Abwehrestaba estrechamen-

te coneitada con una formación militar especial, Ia

compañía 8oo, encargada de realizar acciones especia-

i"s .án uniforme enemigo. La K trupps en 194o creció

convirtiéndose en un batallón. Pertenecer a ella impli-

caba un riesgo enorme para sus componentes' pues no

había duda que de caer en manos enemigas l levando

uniformes ajenos, serían fusilados como espías'

Al respecto, "Canaris establecía eI paralelo con Ia gue-

,r^ n"u"i, en la que no se incurren faltas, cuando un bar-

co de guerra se presentabajo bandera extranjera, inclu-

so b aj o bandera enemiga".T

Muchas operaciones fueron l levadas a cabo' El te-

niente coronel Skorzeny operó con unidades que ves-

tían uniforme americano y l levaban armas americanas,

y por ese motivo fue procesado en Dachau por el Tribu-

nil tt¿il i t"t Americano. Su defensor, el coronel Durst,

consiguió su absolución porque esta nueva forma de

combáte fue adoptada por todos los beligerantes'

Pero en g"tt"táI, no se conocen mucho los métodos

de trabajo q-ue utilizaba Canaris, ya que cuanto más im-

portant;s y complicados eran los asuntos, operaba de

una forma más antiburocrática."Todo se hacía verbalmente' sin orden alguna por es-

crito, ni de Keitel a Canaris, ni de Canaris a sus subordi-

nados tampoco se hacían noüs."8"Fundamentalmente Canaris lo hacía todo, sus cola-

boradores más íntimos esában informados sólo a me-

dias. Cada uno de ellos sabía únicamente una paÍte de Io

que estaba en juego."

En r94r Hitler trasladó su cuartel general a Prusia

Oriental, y Canaris inmediatamente puso una oficina

290

en Nikolaiken, en las cercanías de Rastenburg, donde seencontraba ei OKW, el "Wolfschanze". En esta oficinahabía un cuarto reservado para é1. Cuando el cuartel ge-neral de Hitler, en1942, se trasiadó a Winniza, tambiénél se mudó rápidamente, instalándose en el casti l lo Vo-ronino, no lejos del OKW ailí se hospedaba en sus ha-bitaciones y siempre contó con un oficial incorporado¡l OKW de Hitler.

Canaris, en sus visitas a Nikolaiken y luego a Winni-za, siempre lo hacía acompañado por alguno de sus je-ies de sección, sobre todo por el jefe de la Sección de Ex-tranjeros, el capitán de navío Burkner, quien habíaservido junto a él en los tiempos de Wilhemshaven. Es-to consoiidó el mito de que la Abwehrestaba en manosde la marina, en realidad, tendría que decirse en manosde Canaris.

Ya en la primavera de r94o Canaris trató de no com-prometerse con uno de sus ayudantes, el general HansOster, diciéndole en tono de advertencia; "¿Es que que-réis que me convierta en un traidor a la patria?".

Osrer hizo dela Abweh¡uno de los puntos de la resis-tencia conrra Hitler. Su hijo cayó frente a Stalingrado en¡royiembre de ry42,y desde entonces se lanzó en opera-ciones clandestinas, hasta que fue suspendido y arresta-do en abril de ry43, dieciséis meses antes que Canaris.

Desde ese entonces, los jefes de la RSHA empezaron.i presionar a Hitler para arruinar a Canaris y adueñarsede su Serücio.

Poco menos de un año después, Hitler, presionadopor Himmler, le pasó a éste el control del Abweá¡conl¡ creación de un Servicio Informativo Unificado.

En el mes de febrero de ry44, el brazo de hierro queCanaris sostuvo con las SS desde su asunción, termina-ba con el triunfo del adversario. Canaris fue suspendi-

h,,,,,..

291

Page 152: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

tF

do del Servicio y se entablaron negociaciones entre laWehrmachty las SS para concordar un traspaso. Resoi-vieron que la Sección Extranjero pasase a ser un grupoal mando dei ascendido contraalmirante Bu¡kner y de-pendiera delaWehrmachr, y las otras secciones fueronunidas y asumieron el nombre de AMT MIL. Después,traspasadas a cargo del SS Gruppenrt.i,h¡erWalter Sche-llenberg, se disoivió la sección central que había sido lade Oster.

La licencia de Canaris duró muy poco tiempo y pron-to recibió un nuevo puesto.

Fue nornbrado jefe del Cuerpo Especial para ia Gue-rra Comercial y Económica, con oficinas en Eiche, cer-ca de Potsdam; muchos historiadores se sorprenden deque un Canaris aparentemente saído en desgracia nofuera despedido definit ivamente sino que recibiera unnuevo mando.

También subestimaron el roi que Canaris pudo tenerocupando aquel cargo en ias inversiones comerciaies yeconómicas,las que se implementaron a partir de ia pri-mavera dery44 en los países amigos y sobre todo neu-trales, tales como Suiza, España y Argentina.

En el verano de ry44 el almirante Canaris en un en-cuentro con Heinrich Himmle¡, descubre por boca delReichfthrerde las SS "que él estaba al ranto de los prepa^rativos de una conjura contra Hitler, conocia a los jefes yse reservaba de accionar en el momento oportuno".g

Es curioso constatar la ausencia de Himmler ei zo dejulio en la conferencia de Rastenburg, mientras normal-mente siempre se encontraba presente. Con el atentadode von Stauffenberg, realizado ese día, los conjuradosquerían copiar para el putsch el plan oficial preparadopara la represión de eventuales desórdenes en el inte-rior del Reich, el plan Walkiria.

292

El proyecto era de Canaris y fue aprobado por Hitlerrrn persona. El día del atentado, aquél se encontraba en(;u casa y recibió una llamada dei mismo Stauffenbergr¡uien le comunicó que Hitler había muerto y que unabomba había puesto fin a todo.

Canaris conresró: "¿Muerto, por amor de Dios?¿euiénha sido,los rusos?"}o A las 5 dé la tarde llegó otra liama-cla telefónica aciarando que el arenrado hab]a fracasado.

Canaris inmediatamente marchó a su oficina dondeliegó poco después de las 6 y se puso a redacrar un tele-qrama de felicitació n al *querido

FIjhrer".Un par de semanas después de estos hechos fueron

descubiertos por la Gesapo, notas y documentos en un' . irmario de acero en Zossen con algo referente a trans_uripciones de anotaciones de Canaris.

La Gestapo, se6¡rn 1as declaraciones de Kaltenbrun_ner anre el Tribunal de Nürenberg, trasladó esra docu-mentación al casti i lo de Mittersil l , en Austria, poco an_res de la rendición del Tercer Reich, todo fue quemadolos primeros días de mayo de r945.

En la tarde de un domingo a fines de agosto d.e ry44,como cuenra Waker Scheilenberg en sus memorias:".Cuando Muelle4 el jefe de Ia Geslapo, le dio la ortlentle ir a casa de Canaris para informarie que se encontra-i>¡ e¡ siruación de arrestado por orden áfrri^l d" K"lt"n_Dntnner, tuvo que cumptir ta misión, si bien Io hizo conciesagrado".

Fue a la casa de Canaris, en Ber l ín; é l mismo abr iól r puerta y cuando se quedaron solos , 'Ca¿a

r is muvjereno me dijo: me figuraba que sería usted. primeri-rnente, dígame: ¿Han encontrado algún escrito de eseintbécil del Coronel Hausen? ConÁucha franquezale respondí: Sí, un Librito de notas, en que figuia en-tre otras, una ]ista de |os que debían ser ejecutad.os,

293

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pero nada sobre usted ni sobre cualquier participaciónpor su pafte".tt

Schellemberg Ie explicó la situación y cuál era su mi-

sión, Canaris comentó que era una verdadera lástima se-

pararse de esta manera '"pero acabaremos por salir del

paso y pidió que le procurara una entrevísta persona)

con Himmler en los días siguientes".Canaris le aclaró que no tenía intensiones de suicidar-

se, le confirmó que estaba seguro de sí mismo y que te-

nía fe en un coloquio con Himmler. Schellemberg se co-

municó por teléfono con el ReichFührer y él aceptó

encontrarse con Canaris. Cierto es que, como cuenta en

sus memorias, este encuenro enrre ellos tuvo que efec-

tuarse "Pues sj no ¿cómo explicar el hecho de que Ca^

naris no fuese condenado a muerte?".tzLo mismo se preguntaron todos los historiadores.El fue prácticamente el único, en los días posteriores

al atentado, que nunca fue acusado oficialmente, ni en-juiciado y condenado en un proceso, como ocurriera a

todos aquellos, que de una manera u otra, fueron sos-pechosos de estar implicados.

Un listado no definit ivo cuenta 4.98o víctimas cier-

tas a consecuencia del atentado.

Norns

r. Bauer, E ddy, 57OR/A DELL O S PI O N AG G I O, pág. 267.z. Abshagen, K arlHeinz, E L ALMI RANTE C AN AR/$ pág' 6 5.3. Cornelli, Alessandro, SUN TZU IARTE DELLA GUERRA,

pig'42.4.lbid, pág. r38.5. Abshagen, Ka¡l Heinz, op. cit,pág.zz6.6. Ib id, pág.8+.7. Ibid, pág. 163.

29+

3 lbid, pág.ry7.9. Bauer, Eddy, op. cit.,pág.43.ro. Abshagen, Karl Heinz, op. cit,pág.246.n. Schellenberg, Walter, LOS SECRETOS DEL SERVICIO

: E C RETO ALEMAN, pág. 354.rz. Ib id, páC.356.

295

Page 154: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

r XVIII

En los rz años de poder de Hitler fueron aiusticiados

más de 20.ooo ciudadanos alemanes condenados por

los t r ibunales especiales, escencialmente por ser con-

trarios al régimen, pero Canaris fue una excepción.

Cuando se marchó en compañía de Schellemberg fue

uasladado al cuartel general de la Gesrapo en la calle

Púncipe Alberto. Allí ocupaba una celda para él solo; sus

amigos se enteraron de que se encontraba allí, también

le fue permitido firmar en bianco algunos cheques para

poder atender sus gastos domésticos, alcanzados por su

secretaria.El7 de febrero de r945 se pudo establecer que los prisio-

neros, no más de unas docenas, porrazones desconocidas

fueron diüdidos en dos gtuPos. El primero, donde esta-

ban Canaris y Oster fue enviado a Flossenburgy el segun-

do fue enviado a Buchenwald; una parte de este último,

los primeros días de abril, también se reunió con Canaris

en Flossenburg, un pequeño poblado cerca de la antigua

frontera bávaro bohemia en la latitud de Piisen, un paisa-

ie montañoso como muchos en el sur de Alemania.

Allí, en las barracas del campo construido por 16'ooo

prisioneros se amontonaban más de 6o.ooo Pero "co-

mo otros cainpos de concentración también tenía Flos'

senburg además de las banacas de madera, un edificio

de un solo piso de celdas construido de ladrillos y que

en el lenguaje del campamento, se denominaba fortín,

en tiempos normales en 1o que se puede hablar de nor'

malidad con instituciones de esta índole, las 4o celdas

aproximadamente del fortín servían para encerrar a los

296

,/¿re se castigaban a reclusión solitaria o a quedarse sin

' ,,tnida, ahora se desdnaron a los detenidos especiales,t los denominados'prominencias"'. '

Entre los reclusos se encontraba el antiguo cancil ler.rtrstríaco, von Schuschnigg, gozando de un trato especial¡cstaba allí con su mujer yuna hij i ta) y varios exrranjeros,

''rltre ellos catorce piiotos británicos, un teniente coronel,iel Estado Mayor de Dinamarca, Lunding, quienfue jefe, iel Servicio Danes de Información Militar, y también elqeneral italiano Francesco Giangrego Da Avola, viceco-i,randante de Ia división Za¡a.

Estos dos úitimos fueron los ocupantes de las celdas.ontiguas a la del almirante Canaris. El encierro indivi-. luai era una tortura para estas personas acostumbradas.r una actividad intensa.

Ambos testimoniaron que Canaris cuando llegó se¡onservaba física y mentalmente íntegro. "No llevabauniforme de presidiario sino su traje propio de civil decolor gris, sobre el cual, cosa típica en é1, acostumbrabar ponerse un abrigo, también gris, cuando abandonabal¡ celda, aunque sólo fuera para trasladarse a otra habi-tación del mismo pasillo, donde tuviera que prestar de-claraciones. Lunding también observó que a Canaris se)e vio siempre aseado, con camisa de cuello blanco y cor-l'tata, siempre lo mismo hasta el día de su último inte-rrogatorio, entonces le faltó la corbata.'\

Por la guardia se enteraron que su vecino recibía unaración especial es decir, la comida preparada en las co-cinas de los guardias que era más abundante y mejor que1a de los presos comunes. Canaris pudo contactarse consus vecinos golpeando en código las paredes de las cei-das, y Lunding tuvo la impresión de que Canaris no ha-bía abandonado la esperanza y decía que la Gestapo norenía en sus manos prueba alguna.

L.J /

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Kaltenbrunner por siete meses intentó descubrir lossecretos del almirante. Durante la segunda quincena de

marzo hizo, él mismo, una extrema tentativa y fue per-

sonalmente a Flossenburg. Necesitaba apurarse: la No-vena armada americana estaba por l legar al Rhin al va-lle de Colonia, mienras la Séptima se estaba acercandoa esre río en dirección de Germersheim.

En el patio del fortín, el general de la SS y el almiran-te marchaban yendo y viniendo, conversando con mu-cha animación a juzgar por sus gestos, como contaronlos vecincrs de celda de Canaris. "Rara conversación en-

te el verdugo y la víctima. Raro interrogatorio entre un

intelectual muy complejo, que tenía en la espalda 3oaños de experiencia en ios Servicios Secretos y un per-

sonaje de una sola pieza, privado de fineza e intdigen-cia, el cual reinaba sobre el Sichereitsdienst, la SD sola-

mente desde enero de g4j. Raro diálogo entre un

hombre envejecido, interrogado y torturado desde lar-gos meses y unbruto que se mantenía en pie sólo gta-

cias al cognac y al champagne.'7Esta reunión con Canaris aparentemente no dio nin-

gún resultado -nunca se encontraron notas dei tema

objeto de la misma- y el jefe del RSHA regresó a Ber-lín con las manos vacías.

Lunding tuvo la impresión, observando a Canaris a

través de una grieta de su pueria, qr:.e "falta mucho pa-

ra acabar con é1".aLos primeros días de ai:,ri l el 3" Ejército norteameri-

cano, al mando del general George Patton, avanzaba rá-pidamente por el centro de Alemania. Hitler no perrni-

dúa que Canaris cayera vivo en Ias manos de los aliados:como se suele contar, el arquitecto del faraón debe mr:-rir para que no se conozcan sus secretos de oficio.

En esos días "EI general Buhle dio los diarios I al V y

zg8

'.r'is cuadernos 'lnformes de Viaies' a Rattenhuber, losl¡¡bía encontrado en Zossen en Ia caja fuerte, Rattenhu-I'cr se los dio el 6 de abril a Kaltenbrunner".s

El mayor general SS encargado de la seguridad per-',onal de Hitler, quien fue capturado por los rusos mien-rras trataba de escapar de Berlín el z de mayo, regresó a

'\ lemania el r8 de octubre de r955 y contó al doctor Jo-

'eph Müller que Hitler dio el 6 de abril la orden a Kal-t cnbrunner de matar a Canaris.

EI biógrafo de Canaris, Brissaud, estima que esto fueel día 5 de abril por la tarde y no el 6. De cuaiquier ma-nera, Hitler no podía permitir que él y su ex colabora-cior Oster sobrevivieran y fueron inmediatamente su-primidos. Los demás prominentessalvaron sus vidas.

"EI 9 de abril, en Flossenburg, cuando la proximidadde las tropas americanas parecía prometer su pronta li-beración, cayeran en las manos de los aliados, aunquefuera como objeto de transacción -Canaris sabía dema-siado y no se quería que el mundo supiera 1o que él co-nocía-. '6

Al amanecer del 9 de abríl "al norte", Ia 3" armada sepreparaba para cruzar Ia Saale y se acercaba a Flossenburgperc paÍa Canaris era demasiado tarde".7

Los vecinos de celda vieron pasar a Canaris, espera-ron escuchar un disparo porque cuando se ejecutaba aun oficial se le concedía ser muerto de un tiro en la ca-beza, pero no se oyó disparo alguno y dedujeron que Ca-naris había sido ahorcado.

En ese entonces también murieron Hans Oster y elpastor Dietrich Bonhoeffer, poco antes de que la SD re-tirara de Flossenburg y los prominenfes restantes fue-sen trasladados a la isla de Capri por las tropas nortea-mericanas.

Canaris y Oster indudablemente murieron por 1o que

Page 156: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

encontraron en la caja fuerte en Zosen, por algo copia-do de las notas personales del Almirante; cierto es quealgunas veces su colaborador Oster copió para su archi-vo, determinadas referencias de planes secretos y pro-yectos.

Se puede deducir que no tenía nada que ver con eiatentado del zo de julio porque si no Canaris y el mis-mo Oster no hubieran sobrevivido casi nueve meses yse habrían sumado a la represalia inmediata de Hitlerque costó casi S.ooo víct imas.

El hecho que fueran muertos antes de la llegada de losnorteamericanos, confirma que Hitler temía caveran enmanos de los aliados.

El f in de Canaris y de su excolaborador se conoció só-lo t¡as la caída ciel Tercer Reich y parte durante el Proce-so de Nürenberg.

Los motivos verdaderos probablemente se encontra-ban en los diarios que lievaba Canaris, estos fueronpuestos en "lugar seguro en el campo, por uno de susoficiales, más tarde fueron destruidos por la viuda de es-te liel oficial".s

Fueron escritos hasta el verano del 39 por mano delmismo Canaris y después a máquina por su secretaria.Con ellos se hubiera podido conocer al verdadero Cana-ris y no las especulaciones que se hicieran sobre él y quelo desfiguraron.

Stefan Zweig lo definió como "e,l Maquiavelo másperfecto de los tiempos modernos", pero equivocó depersonaje.

El Príncipe de Niccolo Machiavelli fue leído tanto porlos nazis como por los antinazis; el gran historiador ale-mán, Gerhard Ritter, imprimió durante el régimen hitle-riano, un libro desafiando la censura con la intención derevelar los aspectos maquiavélicos de Hitler. También

?oo

,r¡l in mandó a la muerte a Kamener', quien publicó E/i 'r inclpe dedicándole un prefacio pensando que ese libror ', rdía ser úri l para desenmascarar y combatir a Stalin.

Si hubo Maquiavelosen los tiempos modernos, esosI ueron Hitler y Stalin en igual medida.

Cuenta en su revisión de este pequeño libro, escritoL'n 1j11,, Piero Melograni, "Machiavelli revela algunos deit ts aspectos más asombrosos y sec¡eros del poder delirríncipe. Afirna que el príncipe a Ia ocurrencia debe sa-i,er ser bestia además de hombre, úene que estar en gra-,lo de simu]ar y debe poder moverse con conocimientot'n el reino del mal. Al príncipe se requiere hacer "aqueltlue necesi2 para ganary conservar el podery aún en ca-;o de necesidad también matar".e

En el Capítulo 17 trata de la maldad de los príncipesr lr l€, €D último análisis, es la consecuencia de la maldad,le los demás: si todos los hombres fuesen buenos. un¡rríncipe podría y debeúa mantener la palabra dada, "pe-ro visto que los hombres son malvados y no manten-tirían confrontándote Ia palabra, tampoco tú príncipe,Jebes mantenerla con ellos".

El Capítulo l8 define que la experiencia enseñó a Ma-,:hiavell i que los príncipes que han tenido en poca cuen-ta 1a palabra dada y engañado la mente de los hombres-*iempre han sabido cumplir grandes empresas y al f inal¡rudieron prevalecer sobre aquellos que, al contrario, set,asaban en ia lealtad.

Zweíg se equivocó como muchos otros histor ia-dores. Trevor-Roper l iquida a Canaris con una frase:"un oscuro íntrigante polít ico".ro Por lo menos se dacuenta de que "Contra el almirante Canaris no hubopruebas defínitivas, sin embargo, fue encerrado en

301

Page 157: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

una prisión donde pereció misteriosamente sels me-

ses después".t 'En cuanto a Nicolai, "atravesó indemnela rcmpesüd,

quedó en Ia sombra y nadie habló más de é1. El gtsto y

la ciencia del misterio explican porqué los historiadores

no ]e dieron el crédito que merecía"."

Después de analizar brevemente la vida profesional

de Canaris,l imitándola al tema objeto de este l ibro, i le-

go a la conclusión que los historiadores juzgan los años

r9r4-rg34superficial e incorrectamente; al igual, no me

cabe duda, lo hicieron en lo que respecta a los años r935-

r945.Verif icando las informaciones de Don Cornelius Si-

cher, el sacerdote que fuera amigo del almirante, tengo

que concluir que él supo más que sus biógrafos. Hoy,

después de un cuarto de siglo, estoy apenado porque en

esa época no averigüé más sobre Canaris, limitándome

sólo a lo que él me contaba.Fui a buscar a Sicher tras mi primer viaje a Sudamé-

rica, pero ya tenía 87 años y no conservaba aquella luci-

dez de ryTo.Elpadre Sicher continuó gozando de bue-

na salud hasta el z3 de marzo de 1995, al fallecer en

Trento a los 94 años ya cumplidos.

NorRs

r. Abshagen, Karl Heinz, ELALMIRANTE CANARIS,pág.252.

^ r1. ; l ^<^ ^--¿. ruru, IJd6. ¿)) .

3. Bauer, Eddy, STORIA DELLO SHONAGGIO,P^9 97.4. Abshagen, Karl Heinz, op.cit,pág.257.

5. Brissaud, André, CANARIS, pág. 5t6.

302

6. Abshagen, Karl Heinz, op. cit,pig.z6o.7. Bauer, Eddy, op. cit,pig.99.8. Abshagen, Karl Heinz, op. cit.,pág. rr.9. Machiavell i, Niccoló, IL PRINCIPE,pág.7.ro. Trevor-Roper, Hugh, LOS ULTIMOS DIAS DE HITLER,

pá9.30.u. Ib id, pá9.¡8.rz. Bauer, Eddy, op. cit,pág.267.

JVJ

Page 158: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

XIX

Cuando comenzaron ias hosti l idades de la SegundaGuerra Mundial, Alemania, gracias al uabajo de arma-do que había hecho el almirante Canaris por quÍnceaños, disponía de una eficiente red de soporte, tanto enla Argent ina como en Chi le. Esta red estuvo pasivamientras no fue necesar ia, y cuando se la precisó, co-menzó a operar rápidamente.

Dos eran sus soportes fundamentales: los hombresque Canaris había conocido personalmente durante suexperiencia sudamericana, en la Primera Guerra Mun-dial, y el trabajo de inteligencia realizado por el personalalemán de las compañías de navegación, comerciales, in-dustriales o petroleras, de firmas germanas, radicadas enla parte sur del continente, que eran dirigidas por el re-sidente del Abwehr, en la embajada, que contaba, a suvez, con subagentes residentes en casi todas las peque-ñas y grandes ciudades.

En el caso específico de la Patagonia, desde la latitud

4o " del Océano Atlántico hasta la latitud 4o " del Fací-fico, se pueden estimar más de 5.ooo kilómetros de lí-nea costera purr , s in computar pequeñas ensenadas yfiordos. Un frente costero increíblemente largo, con unadistancia comparable a la que separa Irlanda de los Esta-dos Unidos.

Estas costas, en los años 4o, estaban pobladas porunos 5o.ooo habi tantes, repart idos en diez pequeñasciudades y algunos caceríos en puertos naturales. Sepuede decir que miles y miles de kilómetros estabancompletamente desiertos, y que en todos estos lugares

304

costeros habitados, había uno o n-rás puntos de apoyo:eI Etappendiensrresucitado por Canaris a mediados delos años 20, que sería la espina dorsal del ios operarivossecretos alemanes.

En el caso específico del sur de Chile, sólo se puedenconsiderar unas tres ciudades costeras y una decena decaseríos en bahías e islas habitadas. En presencia de uninter ior inf in i tamente más reducido que el sur de A¡-gentina, Canaris podía confiar en dueños de fundos, co-merciantes y empresar ios diseminados só1o en Tierradel Fuego y la décima Región, encontrándose más de2.ooo ki lómetros de su costa patagónica totalmentedeshabi tados, como su inter ior .

En r942, los gobiernos de los Estados Unidos y GranBretaña prepararon una lista de personas representati-vas comercial e industrialmente, l igadas al nazifascis-mo.

Estas "Usras ly'egras"fueron publicadas en Vaiparaí-so el 3r de dic iembre de t94z,en un Rol Comercial e In-dustrial por la Cámara Alemana de Comercio, ia que ensu prefacio declara "Ha creído útil confeccionar la pre-sente nómina clasifrcada, segrra de que ella servirá a losínteresados como gaía de contacto y cooperación".'Enesta fecha estaban incluidas en el las r . r6z nombres deempresarios comprometidos con el Eje.

Además, en Chile Canaris podía confiar en sesentatripulantes y un oficial del Dresden quienes tras la in-ternación se quedaron a vivir en esa nación y participa-ron activamente en el transcurso de Ia Segunda Guerralv{undial.

El más público de ellos fue Hugo Weber, radiotele-erafista de| Dresden Cuando se hundió ei crucero en la

iI

1.,,. [*

305

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is la de Más a Tierra, mejor conocida como de RobinsonCrusoe, se enamcjró de 1a is la promet iendo volver. En1931. a los 4o años, regresó con una concesión de terre-no qrle había logrado obtener del gobierno de Chile.

Al año siguiente, i legó de Alenania una señorita denombre joana con quien se casó. Por más de diez añosvivieron solitariamente en esta isla semidesierta, don-de los lugareños lo l lamaban el Segundo Robinson."Dttrante la Segrnda Guerra Mundial, al parecer se )e so'l icitó'gentilmente' abandonar Ia isla, pues tenía equi-pos de radio y sc'¡ia/es, con los cuales, indicaba rnoví-mientos marítintos v aTadaba a los buques alemanes enestas zonas.'a

Efectivamente, Hugo Weber, se fue de la isla en r943después de que fuera publ icado en los per iódicos "un

artículo con un enoÍrne título que decía'Espía Nazi en/as isl¿s de Iuan Fernández "l¡ La prreja se radicó en tie-rra firme y regresaron a Aiemania en los años setenta.

Jvlenos público fue el caso de Max von Schmicit,quien regresó a Alemania en r94t.

Su historia olvidada necesita ser contada. Tras la hui-da de Canaris, el primero de los oficiales en fugarse dela isla Quiriquina, al año siguiente también huyeron eisegundo piloto Koppelow y el teniente Otto Schenk, yen octubre del mismo año, otros cuatro tenientes: Abra-ham, Richarz, Fleischer y el nombrado Max von Sch-midt. Del plantel de oficiales del Dresden, a fin de r9r6,sólo quedaba el capitán Lüdecke, su vice Wieblitz I ' elteniente Bcicker.

Los cuatro tenientes se fugaron en compañía de cua-tro subofici¿les. Como sus predecesores, desde Quiri-quina tomaron ei tren hacia Osorno y de ahí fueron de-r ivados a alemanes residentes en los alrededores yhospedados en fundos. El zo de octubre de 1916, Kar l

306

,richarz escribe una carta en clave al primer oiicial F.rnsrViebli¡2, contando que éi se quedaba en Osorno y que los)tros tres, al día siguiente, se irían por otro lado. Comuni-

, .r. a su superior que esperaba recibir un telegrama de ios,ficiaies que habían huido anteriormente -Schenck yiioppelow- y que necesitaba saber si habían cruzado a 1a\rgentina sin contratiempos.

En otra carta c ie l ro de noviembre de r9r6 escr ibe:'[.os otros 3 caba]leros están siempre en Puyehue, en el

:,recioso fundo Entrelagos del Sr. Fuchslocher, recién.'sruve de visita por 4 horas. Tengct que decir que en.lhile, he visto tanto y tan distintos paisajes de campo,,le {orntas tan preciosas y armónicanlerTte unidas, que,1unca antes las había encontrado )/ jamás creí que fuera,,osib.le tanta belleza. Mares rodeados de bosques, blan-,.'-rs caídas de agua que salen directamente, rnontes com-ttlenmente verdes que se zambullen en salvajes y ro-, ¡ánticas ]agunas, bosques que a uno le recuerdan Suiza', en tod,is partes, sobre todo,la cordillera blanca de nie-., 'e, muy cerca. Todos estos son cuadros que provocan'tn¿ maravillos.t impresión en cualquier peÍsona aman-,e de la naturaleza. \'o me encontré tan pequeño frent¿: esta itnponente belleze, que senti como que se mini-rnizaran las preocupaciones y la tristeza y el miedo se o1-, idaron. Aquí, en Porvenir, existe un cuadro muy dis-:into, después de jo años de colonización, rodeados por

"csgues vírgenes, da Ia impresión de un fundo de la al-

:.t nobleza prusiana, Ia mayo¡ p¿¡te de Ios suelos estánt:mbrados con trigo y en Ia otra parte se cría ganado".+

Al igual que Canaris, en su huida los otros seis oficia-;:-s y suboficiales fueron hospedados por los hacenda-los en sus propiedades de la décima Región, cerca del

:)aso Puyehue, cruzado ¿nteriormente en solitario por; ¡na¡is y en pareja por Schenk y Koppeiorv.

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307

, , , , , , r , , , , , , , , l l l ¡ l l l i l l i

Page 160: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

I El capitán del Dresden no fue extraño a los planea-

mientos de las fugas; tenía mucha l ibertad de movi-

miento, hasta viajar a la décima Región' como comuni-

ca el diario El Llanquihue de Puerto Montt, del zo de

febrero de r916, donde se puede leer bajo ei rítulo 'Ei co-

mandante del Dresden''. "Antes de ayer Llegó a esta ciu-

dad el comandante de\ Dresden, Sr' Lüdecke, quien fue

recibido en Ia estación por el vicecónsul alemán don

Car|os Wiederhold y numerosos caballeros de la colo-

nia alemana, después de almorzar, una numerosa comi'

tiva acompañó al Sr. Lüdecke a una excuÍsión alrededor

de la isla Tenglo, en vaporcito Arturo, galantemente

ofrecido a] ilustre n'tarino, por don Carlos Oelckers"'

Cuatro días después. el z4 de febrero, en el diario Ia

Unión de Calbr.rco, se publica un aviso que se repitió

constantemente en ics meses sigr'rientes: "Prevengo al

púbtico que desde esta fecha, queda terrrtinantemente

prohil>itlo el táfrco dentro de mis terrenos siruados en

La Vega, perseguiré, con arreglo a la \ey, a toda persona

qu" tln Ái consentimiento, fuera encontrada dentro de

mi propiedad. Carlos Oelckers".Estesignificatjvo clasificado, es el lanzamienro de la

gran fuga del Tinto. El barco a vela, de tres palos se en-

iontraba en la bahía de La Vega, en Ancud, isla de Chi-

1oé. donde el annador Carlos Oelckers anclaba su flota'

Tenía una eslora de 55 metros y había sido construi-

do en Liverpool, en 1852. En él se embarcaron 8 tripu-

lantes del Dresden,l6 cadetes, dei buque escuela .Fie¡-

zogin Cecilie, que se habían fugado de Coquimbo, y 8

marineros del vapor Gottingen, procedentes de Vaipa-

raíso.Estos zS internados en el norte y el centro de Chile se

dirigieron hacia el extremo sur del país, donde princi-

palmente residía la comunidad alemana' Y como todos

308

Ios demás que se fugaron, encontraron cobijo v la ayu-da dei cónsul Carlos Wiederhold. De los alemanes co-nocidos, que a1'udaron a los oficiales del Dresdenen sushuidas, se puede decir que una generación después, va-rios aparecen en las "l istas negras", como Hoffmann,Fuchslocher, Stange y Eggers.

¿Qué ocurrió a esos oficiales tras sus venturosas hui-d.as /

Otto Schenck, quien se fugara de la isla Quiriquina elr9 de octubre de r9r6, fue oficial de señalizaciones y te-legrafía y agente del Servicio de Información de laKriegsmarine, donde siguió, rras su regreso, hasta alcan-zar el grado de almirante en la Segunda Guerra Mundial.

Friedrich-Wilhelm Fleischer siguió la carrera navalpropiamente dicha. Canaris le dejó el mando del Scá1e-sien, con el cual cumpiió el periplo de Sudamérica, enrg38, tocando todos los puertos patagónicos y mante-niendo contacto con todas las comunidades alemanaspresentes en éstos.

Como cuenta el escritor Carlos Alberto Moreno, ensu libro Patagonia punto crítico, en el mes de enero der938 el acorazado alemán llegó al puerto de ComodoroRivadavia, luego de una recorrida que había compren-dido a Puerto Madryn y otras localidades costeras atlán-ticas de la Patagonia.

Los alemanes cumplieron durante Ios siete días depermanencia en ia ciudad "una intensa campaña de re-laciones públicas, entrevistaÍon a las autoridades loca-Ies, como a su vez, a toda la colectividad residente".Pe-ro la visita no se l imitó a los contactos protocolares. Latripuiación en pieno recorrió Ia ciudad y las lanchas delacorazado "recorrieron toda la costa eD excursiones, asi-mismo varios marineros pernoctaron en tierÍa, en casade compatriotas residentes en el Km 8", donde la com-

I309

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pañía de capi ta les alemanes ASTRA tenía su explota-

ción petrolera desde r9r5."Preponderaba en su planta de personal, el elemento

de origen germano y Ia estructura de su campamento,

siguiendo un criterio de pequeño'stadt', relativantente

autosuficiente, con viviendas para el personal, lugares

para esparcimiento y sistema ptopio de seguridad y vi-

gilancia."También visitaron ia empresa Lahusen, "la que ruvo

su origen y primer asentamiento en ryo6, a raíz de Ia vi-

sita del Señor Christel Lahusen, adquirente del inmue-

ble de Ia firma Birtinar y Niebuhr, que había ejercido Ia

representación desde ryoz, de Ia compañía naviera

Hamburgo Sudam ericana".En esa época, tenía grandes instalaciones y depósitos,

y emporios comerciales por todos los territorios austra-

les. Contaba con una gran proporción de centros euro-

peos en su personal, en sus distintas jerarquías, y ya, en

r9r3, e l pr imer diar io de ia c iudad, La Repúbl ica, en la

columna de trascendidos lugareños, citaba 1o siguiente:"Lo que se dice: La casa Lahusen recibirá, en breve, una

partida de alemane¡ en pie de prestar servicios en ésta".

También visitaron la Sociedad Anónima, importado-

ra y exportadora de la Patagonia, asentada desde r9o8.

En ese entonces, la compañía l iderada por Mauricio

Braun tenía "una flota de cabotaje marítimo exrcndida

por toda la Patagonia austral, con alrededor de un millar

de empleados, tanto en Ia República Argentina como en

Chile".El crucero Schlesiencontinuó su viaje. Tras fondear

en Punta Arenas, ai extremo sur del continente, subió

recorriendo la costa del Pacífico en la Patagonia y l legó

cerca de la ciudad de Valdivia, en la bahía de Corral' El 9de febrero de r938 aparece ia noticia en el diario, El Sur,

?1()

,le Concepción. donde se cuenta: "En este puerto el ca-¡titán Max Schmidt, residente en Chile desde t9zo, es-¡teraba ansioso a los marinos de guerra de su patria v a'.tt compañero de curso de la EscuelaNaval, del Dresdenv' de la huida del brick Tinto, Friedrich Fleischer, que.thora llegaba, al mando del crucero Schleiser. Como in-v'itado especial del comandante, viajó con é1, a bordo,ltasta Valparaíso, recordando sus épocas junros y con-t ándose sus vidas y las de otros amigos y camaradas, des-,le que se sepaÍaron".

El comandanre Fleischer, en el período de la Segun-da Guerra Mundial, fue ascendido a almiranre -en el!¡erano de ry42-yluego nombrado almi¡ante en jefe dei¡ f lota del Mar Negro.

Max Schmidt de noble origen, rerratenienre en Win-deby-Holstein, tras volver a Alemania al mando del I¡n-ro y antes de asumir un nuevo cargo, por su l inaje reci-bió una invitación del Kaise¡Guil lermo il para asistir auna cena, en la cual , despertó el más vivo interés de lapr incesa Ceci l ia, esposa del pr íncipe heredero, quientambién io convidó a aimorzar en su residencia. Con sucompañero, teniente Canaris, se inscribió en la escuelade subma¡inos v como é1, egresó como capitán, tras serembarcado en e\ U B - t o 3, comandó el U B - rc 6 con el gra-do de Kapira nleutnant.

En rgzo regresó a Chile, donCe se casó con una chicatrece años menor a quien había conocido en 1915 cuan-do estaba internado; la visitab¿ en el fundo La Aguadade Máximo Puffe, padre de ella, quien, aparre de ser te-rrateniente, era cuñado de Hans Pochhammer, segun-clo comandante del Gneisenau, de la escuadra del almi-rante Graf Von Spee, uno de los poquísimos que sesalvaron de ese buque en la batalla de las Falkland y au-tor del lib¡o De Tsing Tao a las Falkland. Schmidt se que-

311

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dó como adrninistrad or del fundo y tras su encuentrocon el comandante Fleischer, sintió crecer su espírituaventurero, comprometiéndose aún más al empezar eisegundo confl icto mundial.

En r94r regresó a Alemania, desde donde le organi-zaron un increíble viaje de vuelta, vía lapón, rodeandoSiberia. Reincorporado, operó en su especialidad de te-lecomunicaciones criptográficas y, ascendido a Korvet'ten Kapitan, sucesivamente, en 1943 asumió ei coman-do de la 8 " f loti l la de submarinos con base en Danzig,cargo que mantuvo hasta abril de r944, justo donde en-tonces, se encontraban, en la misma fecha, Renzo Za-nasi y Otto Nagel.

A partir de ese momento, se sabe muy poco, desapa-rece y vuelve a reaparecer en 1955 en ias tierras de su fa-milia. Falleció el ro de febrero de ry4.

Otro del Dresden, que se fugó con el Tinto, fue el su-boficial Alois Woli también él especialista en teleco-municaciones, y siguió a Max Schmidt, pidiendo sertransferido a los submarinos, embarcado por su espe-cialidad. En la Segunda Guerra Mundial regresó a lossubmarinos y l legó a ser jefe de "envíos importantes".

Respecto a la Argent ina y su costa, que nos interesamás,la red informativa de Canaris se apoyaba principal-mente en la cadena de sucursales de la empresa comer-cial Lahusen, que también operaba, extendiéndose enel interio¡ de la Patagonia, en casi todos los centros po-blados, entre ellos en San Carlos de Bariloche; desde rgrrtambién tenía al l í intereses agropecuar ios.

La firma Lahusen fue denunciada públicamente el 3o demarzo de r939 por el diario de Buenos Aires, Noticias Grá-.ácas, como parte integrante del proyecto de recolección de

información sobre la Patagonia, un presunro plan de ane-xión porparte de Alemania, redactado enry37,del cuaivase habló. Plan que fue denunciado en la Cámara argenrina,por el diputado Dickman, como aparece en el diario de se-siones del T de junio de 1939, en la página 4oz.

La misma firma, también fue denunciada en r94o pore1 polít ico Fernández Artucio, en Urugua¡ por estar es-pecialmente l igada al Partido Nazi.

Esta empresa er¡ de Diedrich y Christel Lahusen, na-cidos en Bremen, quienes a las postr imerías de la Se-gunda Guerra Mundial encabezaban muchos otros em-prendimientos desde sus oficinas, que ocupaban sietepisos de su propio edificio, en el microcentro de Bue-nos Aires, cerca de la Casa de gobierno argentina. Die-dr ich presidía la "sociedad Anónima Exportadora eImportadora Lahusen" y "Carboclor S.A." , y tenía car-gos en muchas otras sociedades anónimas, inclusive enel Hospi ta l Alemán.

Christel presidía, entre otras, la compañía de seguros"La Germano Argent ina" y la "sociedad Anónima deIndustrias Rurales de Río Negro", en la Paragonia y eravicepresidente de Ia "Sociedad Anónima Exportadora eImportadora Lahusen", "sedalana" y de varias otras so-ciedades anónimas, además de ser vicepresidente de laCámara de Comercio alemana.

Los Lahusen maniobraron un verdadero imperio fi-nanciero, con un millar de empleados en sus empresasmanufactureras, industriales, comerciales y agrícolas,que superaban abundantemente las cien mil hectáreas.

Si bien en Argentina había muchos alemanes ejer-ciendo sus actividades empresariales, los aliados no locuantif icaron en una "l ista negra" como en Chile. Sepuede estimar que, en la Argentina, también hubieransido más de mi1 y compromeridos de igual manera.

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a1aJI)

Page 163: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Noras

r. Serrano, Miguel, ADOLF HITLER, pág. 629.z. Parker de Bassi, María Teresa, TRAS LA ES'IELA DEL

DRESD¡'N, pág. 196.3. Ib id, pág 194.4. Parker de Bassi, María Tere sa, EL "HERZOGIN CECII IE"

Y LABARCATINTO, pág. rz6.

XX

Aunque Canaris no podía contar con ex tripulantes uoficiales del Dresden, en Argentina tuvo más hombresdesde fin de diciembre de 1939, cuando quedó interna-da la tripulación de to55 marino s del Graf von Spee.

Sobre todo, pudo aprovechar los que se fugaron, en

su mayoría of íc ia les y subof ic ia les cal i f icados, f igu-rando entre el los seis capi tanes, veint iún tenlentes,t res ai férez y los demás subof ic ia les de var ios gradosy de varias calif icaciones y especialidad, entre ellos z6mecánicos y 8 radiotelegrafistas y radiotécnicos.

"Según datos oficiales, que constan en el Archivo Ge-

neral de la Armada Argentina, bajo constancia de: Re-servado rTrzgR. Los primeros tres fugados fueron el ca-

pitán de fragata Ascher Paul, el teniente de navío BludauDietrich y eI teniente de navío Dietrich.Flans.'1 Estoocurrió el r de abril de ry4o.

El capitán Ascher, bajo identidad falsif icada, proba-

blemente por ser el comandante luego del suicidio de

Langsdorff, se evadió cómodamente en un /un.k er 5z de

la línea alemana Cóndor. desde Buenos Aires hasta Bra-

sil y de allí con LATI hacia Roma,luego, siempre por vía

aérea, se trasladó hasta Berlín , "a los pocos días de abril

de ry4o, en la sede del Abwehr,la secretaria Señora Sch-

rader, Ie infoma a Canaris que el capitán Ascher ha lle'

gado y que está a la espera de ser retibido".'Sus dos compañeros no fueron tan privilegiados,los

dos tenientes, con documentación fraguada, acompa-

ñados por un agente del Abwehr, viajaron a San Carlos

de Bariloche, cruzaron los Andes y l legaron a Chile.

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3r45¡)

Page 164: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Mientras ocurría esto, en la madrugada de17 de abril der940, once oficiales más huyeron. Pocos días después,cuarro de ellos, Heinz Kummer, Friedrich Mumm, Wolf-gang Riekeberg y Hans Joachim Schwebcke, fueron ras-treados por la policía de Bariloche y estuvieron a puncode ser detenidos, si no hubiera intervenido el agenre resi-dente, quien conocía ei terreno y los dirigió apresurada-mente al cruce de los Andes, introduciéndolos a Chile.

Confirmando esto, se envía desde Bariloche una noracon fecha octubre 9 de ry4o, dirigida al Señor Goberna-dor del Territorio: S/D Viedma . qo7c,con la siguientecomunicación:. "En la amplia investigación realizada porla policía de Bariloche, en el expediente ex tripulantesGraf Spee, violación cláusulas decreto PEN N " 58556, te-cha ú de mano de ry4o. Se ha llegado a establecer en for-ma cierta, que en los primeros días de agosto del año encurso, clratro súbditos alemanes ex ofr.ciales del mencio-nado navío, guiados por eLvecino del El Bolsón, Francis-co Woitschehosfki, también de esta nacionalidad, consi-guieron, barlando la vígilancia policial, internarse en laRepública de Chile por el paso Puelo".z

Unos meses después, estos oficiales que lograron cru-zar la frontera, también l legaron a Alemania, exacra-mente como ocurriera en la Primera Guerra Mundial,cuando fueron protagonistas Canaris y sus compañerosoficiales y suboficiales del Dresden: la diferencia era queesta vez se fugaban desde Argenrina hacia Chile, pararegresar a Ia patria los del Graf Spee.

Cuando llegaban hacían lo mismo, se alistaban paracontinuar la guerra como comandantes de submarino.

"En agosto, Canaris es informado desde el comandonaval, que los llegados recientes, tenientes de navíoHeinz Kummer, Rickeberg Wolfgang y Hans JoachimSchwebke, han sido destinados a las nuevas bases nava-

j16

Ies en el gol{o de l/iscalla y que con seguridad tendrán.mando en los U-Boote.'+

Según consta en los Archivos U-Boote de Cuxha-ven, de los oficiales del Grafspee que se fugaron des-de Bariloche hacia Chile, Wolfgang, comandante delU-652, quedó herido de muerte en un ametraliamien-to aéreo, en la torre de su barco, el z6 de abr i l de 1945y Schwebke, ai mando del U-7r4, fue hundido porbombas de profundidad el r4 de marzo de r945. Otro,Ratsch, fue tomado pr is ionero por los ingleses al serhundido su submarino y los demás, cont inuaron laguerra hasta el f in, como los capitanes Watemberg,Schiebusch, Mumm, Kummer y Bludau.

Continuaron las huidas y siguieron i legándole men-sajes a Canaris: "Del Servicio (Ab,,vher) desde Santos(Brasil) le informaba: Marinos acorazado Graf Spee fu-gados dársena norte (Buenos Aires) Bonisch y Raddelclandestinos vapor italiano Neptunia, estamos gesüo-nando pasaporte".s

El Servicio alemán rrabajó aceleradamenre en Argen-tina para enviar a sus marinos a Alemania, esco indujo acrear una Comisión Investigadora para informar a la Cá-mara de Diputados.

"la Comisión pudo precisar también, que en la fuga delos tripulanrcs del acorazado Admiral Graf Spee, ha cola-borado activa y directamente, el agregado naval de Ia Em-bajada de Alemania, actediada ante nuesto gobiemo, ca-pitán de navío, Dietrich Niebuhr, y auxiliado por Iacooperación, no menos efrcaz, de una extensa red de agen-tes de enlace del Tercer Reich, diseminados en el territo-rio de Ia nación y los de las repúblicas limítrofes.'6

El capitán Niebuhr era el jefe dela Abwehren la Ar-gentina e indirectamente dirigía la l lamada "Oficina deAdministración y Roles Graf Spee". Esta oficina estaba

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Page 165: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

inst¡lada en ei Banco Germánico de América del Sur, enla calle z5 de Mayo, en el 3

" piso. Tenía dos escritorios yestaba a cargo del capitán Walter Kay, el segundo co-mandante del acorazado. Con él trabajaban cuarro ofi-ciales y suboficiales del Graf Spee que por el Decreto

59459 debían estar internados y sujetos a 1a vigilanciadel Minister io de la Marina.

"Más aún. en dos ocasiones, el Ministerio del Interiorecordó al capitán Kay, autorización para realizar giras a}interior del país, Ia primera con fecha 3 de {ebrero de ry4r,por cinco días, y con fecha u de {ebrero, por el témtino de

3,o días, a las provincias de Córdoba, San luan, Santa Fe yMendoza, a los efectos de enterarse de las situación de lasdotaciones, allí intemadas e influir sobre el manrenintien-to de su disciplina 1t buena conducta. En qué medida hansido eficaces estas giras, lo demuestra el hecho de que apartir del u de febrero de ry4t, se fugaron de los distintoslugares de intemación, 5r marinos.')

La Comisión parlamentaria comprobó también quedesde mayo-de r94r concurrían a Ia extraña oficina dia-riamente tripuiantes, en un número no menor de quin-ce, a recibir órdenes. Este hecho patenrizaba que los in-ternados mantenían autoridades propias, a quienesobedecían y cuyas órdenes cumplían.

Así lo relata la Comisión Investigadora de la Cámara dediputados, como resulta del diario de sesiones del día z8de setiembre det94z:Esos marinos estaban "ocrpados endistintas actividades, ya sea como empleados u obreros deestab]ecimientos metalúrgicos o químicos de nacionali-dad a]emana, registrándose algunos de estos grupos deveinte, diez y cinco marinos. Además, cuatro intemadosHans (Cédula de Intemación 4SS), Gertler (C.1. 84o), Ea-kardt (CJ. grc) y Harvemick (C I 9n), presraron servicioen la compañía de aeronavegación Condor, hasta el mo-

lr8

mento de cesa¡ esta enTpresa sus actividades, pero 1o quentás sorprencle es e1 ernp leo, por }a Enúajada de Alenta-nie, de los ex tripulantes \'Vagner (C I j5o), Wissenr (C.1.

4qr), Waldemar (C.1.45j, Pardst (C.1.q56), Hirth (C.1.+ZS)v Frirzlen /C I n9t) desconociéndose la naturaleza de lossewicios que allí prestan".

La of ic ina de Roles y Administración del Graf Speefue cerrada definit ivamente a fines c1e r943;1os intern¡-dos fueron reparticios en nue\¡os campamentos, un cen-so de los mismos a f ines de r ;44 daba un total de 9o4hombres, por lcr tanto faitaban r5r. Pero 1a organizacióninterna de las huidas continuó a zg kilómetros al sudes-te de la capital argentina, en Florencio Varela, donde enla finca La Beba, a fines de setiembre de ryqq, quedaronconcentrados los únicos 6 oficiales de Ios 5o originariosdel acorazado que no se habían fugado.

Al l í se cumpl ió la mism¡ t ¡ re; l que antes real izabanen 1as oficinas que tenían en el Banco Germánico. La fu-ga continuó y otros 3z marinos huyeron.

En los c inco años de internación se celebraron 285matrimonios en Argentina. A mediados de febrero ciet946 fueron repatriados los que nc¡ se h..rbían evadido,8t t hombres.

Esto quiere c lecir que :44, casi una curr l r parte dela t r ipulación, sobre todo of ic ia les y subof ic ia les, sehabía fugado de los campamentos, y apro>: inradamen-te un sexto se quedó en Argent ina, en la c landest in i -dad, hasta el f in de la guerra, operando a la órdenes delos que cumplían la función de jefe d.el Abwehr en Ar-gent ina.

El Servic io Secreto de Canaris l legó a tener 8.oooagentes oficiales y prácticamente en cada legación, con-sulado, o embajada había un agente del Abwehr,l igado,ya sea por radio, por correo especial o por medio de la

319

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: i i l i i i l l i l l ¡ i l i i i l l i i t i l i i i I t i i i r r i l l l i r i i t r i i l i i t l i i j i I i i i l i i t t i r i l l l i t l t l l i l r l lMl i i l i i t i i r i r i ¡ r i r , ,

valija diplomática, a la central de Berlín enla Tierpitzu-fer74-6, aledaña al Tiergarten.

Canaris en r943 triplicó el presupuesto a más de 3o mi-Iiones de marcos oro, prácticamente 3 billones de dólaresactuales. A los agentes oficiales se sumaban los informesy la participación de sus "V", inicial de Verr¡auen, es decirconfianza, en el número estimado de zz.ooo.

Se puede estimar que, de estos 3o.ooo hombres, míni-mo un diez por ciento aportó lo suyo en el cono sur deAmérica.

Una de las tareas prácticas más importantes fue el rea-bastecimiento de buques y submarinos, sobre todo desdeel año 1942, cuando las actividades de los sumergibles ale-manes en las aguas del Atlántico, al sur de Freetown, has-ta el Cabo Verde y el Cabo Buena Esperanza, tuvo fuerteincremento, iiegando al máximo con el ingreso de Brasii ala guerra mundial, lievando las manadas de U-Boores a lasaguas sudamericanas y atacando ias flotillas de buques fri-goúficos abastecedores del imperio briúnico.

El sistema implementado era el de l lamado Milch-kuehe, v acalechera, consistente en citas predetermina-das con w U-Boote o un barco nodriza.

Como cuenta el capitán de 1a armada española, Luisde la Sierra, en su libro Corsarias Alemanes en la Segun-da Guerra Mundial, esos "bugues zarpaban apaÍente-mente de un puerto para el otro y no regresaban hastaque había transcurrido el tiempo normalmente emplea-do, en el supuesto viaje, siendo el secreto tan absolutoy celosamente guardado, que jamás uno de estos barcosfue apresado al zarpar o recalar en los puertos neutrales,complementando órdenes de Berlín. Desde luego elEtappendienst había colocado fondos suficientes en eIextranjero, antes de la guerra, para que nunca llegasen aescasear a Io largo de ella".

-)-"

Este sistema se había reveiado bueno, siempre y cuan-do se cumpliera en condiciones de calma en alta mar. Ca-so contrario, era imprescindibie "recurrir al abrigo de }acosta más cercana. Sin incurrir en un exceso de imagina-ción sobre el tema, es perfectamente posible suponer queeLlugar más apto para ese tipo de operaciones de reposta-je de carburante, como también para eventuales repara-ciones u ocu]tamientos de medios o aún de personas, Ioconstituía ]a desolada costa patagónica, de la cual los man-dos de ambas marinas beligerantes, tenían rigurosa infor-mación cartográfica anterior a la guerra".8

Efect ivamente, en r94r en 1a costa patagónica ope-ró y se reabasteció el corsario Pinguin y en un puntono identif icado del l i toral patagónico argentino, hizocontacto con el acorazado de bolsil lo Admiral Scheer,otro corsario, que ie proveyó de dotaciones y elemen-tos. En r94z también fue enviado a estas costas el cor-sario Tño¡.

Como cuenta David Mason en SuÉ,ma¡in os,la ame-naza secreta, de haberse profundizado la acción sub-marina o corsar ia y bloqueado el canal de Suez, casicon seguridad las acciones militares en la confluenciainteroceánica al sur de Tierra del Fuego, hubieran im-plicado a la costa del l i toral patagónico como platafor-ma de apoyo para los alemanes, careciendo éstos de ba-ses atlánticas, al contrario de la flota inglesa.

"Una consulta a Ia documentación conlidencial delos aliados, la que recién hoy es posible conocer en vir-tud de su publicación como documento histórico, dacuenta de la preocupación de los mismos, ante uneventua] manotazo nazi en la Patagonia y Ia necesidadde mantenerse alertas, para intervenir en el lugar, coneI fin de evitar que se convirtiera en base al apoyo delas acciones contra la naveeación aliada.'9

r l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l r t

321

, r , i i r t r l l i i l

Page 167: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Muy importantes eran 1os yacimientos petroleros de

l. proíi.,.ü, patagónicas de Chubut y Santa Cruz' Co-

mo ocurrió.r, It o..rp..ión preventiva por parte de In-

glaterra de los yacimientos iraníes ciel Golfo Pérsico' an-

i" .tn. posiblá invasión alemana y que determinó la

"Lái...i¿" forzada del Sha Rezha Khan y ia asunción de

su hiio Rezha Phalevi, una intervención o un someti-

miento de estos lugares clave de Ia Patagonia por parte

á" pot"rr. i", beligerantes, eran hechos que podían ser

reales y no solamente imaginario-s'

Hay muchas referencias de submarinos que se acer-

carolla las costas patagónicas, tanto argentinrs como

chilenas. donde se reabastecieron de combustible' agua

u á. rríu"r"r, y irasta hicieron arreglos por desperfectos'

io, prorr""dár"u de los insumos necesarios eran barra-

.., á" propi"dacl cle alemanes, sobre todo 1a de Lahusen

en Argentina.ErrÉ1 .tro dei sur de Chile, se menciona a August Bó-

gei, quien fuera calcierero del D¡esden, éste tenia un ta-

i i*, a^" carpintería metálica en Puerto Varas e intervino

"n r"p"r"i iones de submarinos en la Bahía de San Pe-

dro, rrrr. de las pocas playas del Pacífico accesibles en la

décima Regióry visitada regularmente por Ios LI-Boo-

res. Se cuenta también que éstos estacionaban por repa-

raciones en ei f iordo Quintupeu, donde se escondió el

Dresden,recibiendo insumos y llrano Ce obra cie la prin-

cipal ferretería y taller de fundición de Puerto h'lontt '

pertenecientes, respectivamente, a Heck y Rensinghoff'^Erto,

tto-bres aparecen. por otro lado' en las "l isras

Negras".Puerto Montt es el puerto natural dei norte de la

Patagonia chi lena, expresamente indicado como ba-

," nJr i en los ¿ossieidel FBI, a las órdenes del v ice-

.¿rrrrr l a lemán de la c iudad' agente dela Abweht '

222

Al l í unos test igos dan corno comprometida a la fa-

milia Stange, que también aparece clasificada en "1js-

tas negras"por ios al iados. Sobre ésta, en una recien-

te invest igación per iodíst ica real izada por un diar io

patagónico, se puede \eer'. "Mire caballero, ellos que-

rían fundar aquí otta o una Nueva Alemania, no va-

ciló en señalarle a este diario Alfredo Núñez, un tra-

baiador del aserradero Stange, quien fue consultado

poÍ este diario, sobre Ia presencia de nazis que se re-

fusiaron en este sector de 1a Patagonia trasandina'

SÁnge es una familia de la derecha chilena, y se ase-

gura que en sus extensas proPiedades, ubicadas en el

sur de este país, se refugiaron inicialmente varios na-

zis a] huir áesde Alemania. Actualmente uno de sus

miembros, eI general Stange, es el jefe de los Carabi-

neros trasandinos. Yo era jovenzuelo pero me re-

cuerdo que vinieron muchos gringos y ttaían plata,

en Osorno querían fundar la Nueva Alemania, ase-

suró Núñez.'\"Ouo ex trabaiador de la empresa Stange, Alfredo Arra-

vales, contó que Karl Stange, padre del general de los cara-

bineros, todos los domingos en riempo de guerra se uni-

formaba y junto a un grupo de compatriotas desfilaban, se

reunían y it".i".t colectas, y con 1o recaudado enviaban a

Alemania hasta barcos cargados de trigo'

La colettividad alemana estaba muy bien organizada

v. efectivamente, como contó Núñez, si ganaba Alerna-

,rir, "r,.

colectividad estaba lista para intentar el sepa-

ratismo del sur chileno.A fines <le t94z Canaris tenía en pie en 1a Patagonia

una bien aceitada maquinaria, implementada por él mis-

mo desde hacía más de quince años; sus vacaciones en

la Argentina, que cita su biógrafo André Brissaud, son

indicativas. Las amistades que hizo en este país en opor-

323

Page 168: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

tunidad de su huida fueron fundamentales en el orga-nigrama del Abwehren esta región.

Más que puro espionaje tenía por ob¡etivo la sub-versión poi í t ica con el propósi to de modif icar el go-bierno local , a f in de asegurarse su control indirecto.De manera muy parecida operaron para lograr la sa-tel ización de los estados de la Europa central , IosServic ios Secretos soviét icos y los part idos f i loco-munistas.

Muchas de las cosas que ocurrieron en la Argenti-na en los s iguientes t res años t ienen expl icación enesta ópt ica.

El pol í t ico y par lamentar io argent ino, Si lvanoSantander, quien había s ido integrante de 1a Comi-sión de Investigaciones sobre ia Actividad Nazi, des-de 1939, tuvo que i rse de su país en tres ocasiones aUruguay, a la capital por antonomasia, de los exil ia-dos, Montevideo. En r945 había publ icado un l ibrotitulado Nazismo en Argentina. La conquista delejército, en el cual hacía aportes i lustrativos sobrehechos que arrancaban desde el arlo r943 hasta r945;publicó en el exil io, en julio de r953, otra obra titu-lada Técnica de una traición, en este libro raro, reve-la públicamente documentos encontrados en Berlíntras su caída.

En setiembre de r946 los funcionarios designadospor las autoridades de ocupación de los Estados Uni-dos, Mr. Wi l l iam Sidney y Mr. Herbert Sorter, co-menzaron a revisar y seleccionar el material encon-trado, todo io actuado fue l levado a Washington, enjulio de ry47,por el presidente de la comisión, el ge-ne¡al Will iam Draper Jr.

En noviembre de r95z Santander fue a Ber l ín enbúsqueda de estas evidencias que comprometían a

324

' ' r l l r r , l t , l i l t i l r t i l i i i t l ' r ,

personajes que, en ese entonces, gobernaban en Ar-gent ina.

Se trataba de informes confidenciales de diplomá-t icos y agentes nazis que operaban en Argent ina, in-tercambiadr:s entre el Ministerio de Relaciones Exre-r iores y e1 general Wi lhelm Fauper, presidente delInst i tuto iberoamericano. Estos informes sirv ierona los invest igadores para interrogar personajes queactuaron en la Argent ina; encabezaba la l is ta el exembajador Edmund von Thermann, continuaban elex consejero de la embajada, príncipe Stephan ZuSchaumburg-Lippe, Godofredo Brandt, Bernhardvon Wolfersdo¡ff, Gerda von Arenstorff, a cargo delespionaje femenino, Wiihelm von Pochhammer, GertWeiz, Herbert Sens, Bernhard von Jagow, GerorgHarnisch, ei enlace de Himmler en la Argent ina y Er-win S. Schr iefer, completándose con Ios mi l i tares ymarinos, capi tán Dietr ich Niebuhr y los generalesWilhelm Niedenfuhr y Frederich Wolff. Estas per-sonas fueron interrogadas y cada uno de elios aportóinformaciones precisas sobre sus act iv idades. Estasdeclaraciones const i tuyeron un voluminoso expe-diente, y sus copias autent icadas fueron enviadas alos gobiernos aliados. Los documentos hallados tam-bién fueron distribuidos y archivados en las zonas deBerl ín respect ivas.

De los interrogator ios sal ió a Ia luz que desde elmes de mayo de r94o, en la residencia del embajadoralemán en Buenos Aires, se real izaban part idas depóker que no tenían otro propósito, que ei de atraeroficiales y otros personajes argentinos importantes.

Participaban de estos encuentros, el mismo emba-jador y su señora, los cónyuges Meynem, al igual que1a pareja pr incipesca Schaumburg-Lippe, el capi tán

325

Page 169: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Niebuhr, jefe de \a Abwehr en Argentina, el agrega-do de prensa y espía, Sandstede, y los empresar ios yfinancistas Lud"vig Freude, Richard Leute y Waltervon Simon.

Por otro lado participaban alternativamente miii-tares argent inos, entre el los los generaies von DerBecke, Pert iné, Ramírez y Farrel , los almirantes Scas-so y Teisaire, los coroneles Br ickmann, Hebl in, Mit-telbach, Taubery otros oficiales más, entre ellos el co-ronel Juan Domingo Pe¡ón. También estuvieronpresentes, el abogado jefe del Banco de la Nación Ar-gentina, Carlos Ibarguren y Miguel Viancarios, jefe de In-vestigación de la Policía Argentina.

La mayoría de estos militares argentinos, si bien l le-vaban apell idos alemanes y doble nacionalidad, ocupa-ron muchos cargos públicos desde el año r943 y ios de-más han sido presidentes, vicepresidentes, ministros einterventores.

Según los detalles que se dieron en Berlín en la inves-tigación, los argentinos siempre ganaban los partidos depóker. La ganancia era de alrededor de $ 5.ooo por no-che, aproximadamente unos U$S Z5.ooo actuales, quelos besados por la suerte se repartían "camaradamente".

Von Thermann declaró a la comisión aliada, quesiempre los dejaban ganar.

También Ia Comisión Investigadora de actividadesanti argentinas tuvo información de estas reuniones porintermedio de los Servicios de Inteligencia de los alia-dos: sus informes reportaban que los militares argenti-nos ironizaban sobre la incapacidad de los alemanes oa-ra jugar a las cartas.

NorRs

r. Laurence, Ricardo, OPERATIVO GRAFSPEF nro Roz. lb id, pág. rzr .3. lb id, pág.82.a. lb id, pá9. ro8.5. Ib id, pág. ro9.6. Ib id, pág. r33.7. lb id, pág. r39.8. Moreno, Carlos Alberto, PATAGONIA PUNTO CRITI-

CO,pág.99.9. lb id, pag.99.to. DIARIO LA MAÑANA DEL SUR,z8 de junio de 1996.

326aa1J-/

Page 170: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

XXI

Paralelamente a las sesiones de juegos, en la embajada

alemana también se hacía propaganda frdepor medio de

la prensa. En un interrogatorio, ratificado por von Ther-

mann y Schaumburg-Lippe, quedó manifestado que en

una semana de junio de ry4o,se habían pagado alos dia-

rios argentin os, el Pampero y Clarinada, más de $ 9o. ooo

y al Deutsche La Plata Zeirung y a\ Der Trommler 5

57.ooo, casi U$S 2.50o.ooo actuales. tEn el expediente, por las declaraciones del barón em-

bajador y de su púncipe consejero, se evidencia tambiénque ellos manejaban los fondbs para el pago de los agen-

tes al servici o del Abweh-r; hay un interrogatorio espe-

cífico que llama la atención.El documento en cuestión se enconrró en la Canciile-

ría del Reich y daba cuenta de cómo fueron distribuidos

$5oo.ooo en laúltima semana de junio de r941. En el do-

cumento aparecen montos que fueron pagados al Fiscal

de Justicia de la Nación, doctor Belisario Gache Pirán, al

iefe de la Policía Criminal, Miguel Viancarios, al general

Carlos von Der Becke, sobresale por el monto de $2oo.ooo, unos U$S 3.ooo.ooo actuales, al coronel JuanDomingo Perón, pero lo que aún llama más la atención es

otro pago de sólo $ 3?.6oo, U$S 5oo.ooo actuales, a

nombre de la señorita Eva Duarte. Schaumburg-Lippe,interrogado en referencia a estos pagos, confirmó que es-

tas sumas fueron entregadas por orden del embajador,quien a su vez recibió órdenes para que así procedieran.

Si a primera vista esto puede sorprender por los nom-

bres tan conocidos del futuro presidente de Argentina,

328

Perón, y de su mujer, más conocida como Evi ta ' hry

mucho más en este informe norteamericano'

En una carta enviada dos meses después, en agosto

de ry 4t,por el entonces j efe del Abw ehr,Niebhur' al ge -

neral fanp"l, quien fuera el jefe para el área latinoame-

ricana -fenía su cuartel general en España en el Insti-

tuto Iberoamericano de Madrid- se puede leer cómo se

fugó de Argentina Sanstede, un espía que figuraba ofi-

cialmente como agregado de prensa en la embajada' y

también como ejecutivo de Ia firma Delfino, y en oca-

siones fue, además, representante personal de unos je-

rarcas próximos a Hitler.

En ús semanas previas a esta carta' la Comisión In-

vestigadora de actividades anti argentinas, tomando co-

nociÁiento de las andanzas de Sanstede,lo citó para in-

terrogarlo; la embajada alemana protestó al entonces

minis"tro d.e Relaciones Exteriores, Enrique Ruiz Gtli-

ñazú, quien polemizó con 1a Comisión Investigadora en

referencia con 1a necesidad de interrogar a una persona

sujeta a inmunidad diPlomática'

En el documento fechado z6 de agosto de r94l se

puede entender que ei mismo ministro de Relaciones

Exteriores oficiaba de consejero de la embajada, y el mis-

mo Santander exclama "¿Cómo no iban a contar con l¡

impunidad pa¡a sus actividades, los nazis, si e} gobier-

no'los protigía, en este caso, nada menos que por el Mi-

ni str o de Rela ci o n e s Exte ri o r e s? "''

Pero lo más llamativo de esta carta es la traduccion 1i-

terai de parte de su texto, "Durante la noche recibimos

de nuestra señorita Eva Dutrte"lrgt'ntin;' siempre ex-

celentemente infotmada de 1o que sucedía en Ia Comi-

sión Investigadora, investigaciones que indicaban' que,

la Comisiói, a toda costa, quería impedir Ia salida del

compañero Sanstede y había ordenada nuevamente su

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detención. Posteriormente Llegó a nuestro conocimien-to, que la policía había ocupado todas las calles que con-ducen al aeropuerto de Quilmes, con la intención deapresar al compañero de partido, Sanstede, en el trayec-to. En esto, la señorita Duarte dio buen conseio. Trajoun abrigo del coronel Perón, amigo suyo y nuestro, yvestido, con los atributos de un miembro del cuartel ge-neral argentino, pudo el compañero de partido, Sansre-de, acompañado de la Señorita Duarte, pasar Ia barrerapolicial sin ser molestado, en un automóvil del Minis-terio de Guerra y llegar a tiempo al aeropuerto".3

Esta actuación de Evita tampoco tiene que sorpren-der. Se encontró otra carta, enviada por Niebhu¡ eIzT deenero de r943 al mismo destinatario, en la cual se infor-maba que el entonces responsable del Servicio Secreto,y demasiado conocido por los servicios de inteligenciaaiiados, tenía que abandonar Argentina a la brevedad.

Comenta en la misma, que la va a dejar con tranqui-l idad porque ningún elemento del personal a su cargofue descubierto o sospechado, aclara que Canaris hahecho lugar a su pedido de ascensión, y que tambiénhabía conversado con él por radio, en referencia a unainvestigación uruguaya sobre el espionaje nazi en la Ar-gentina apoyada por el Departamento de Estado de iosEstados Unidos.

También expresa que se retira por consejo del minis-tro argentino, Ruiz Guiñazú, y además notifica a su su-perior la última decisión tomada: el reempiazo del agen-te Schultz-Hausmann, quien estaba en la mira delServicio de Iniormaciones norteamericano.

El capitán Niebhur, pide para él la aplicación de la"c]áusula imperativa" --es decir, la muerte- y agregaque "Nuesrro amigo el coronel Perón, reconoció, a símismo, esta necesidad y amistosamente, ha tomado a

330

su cargo su directa ejecución".+ En efecto, Schultz-Hausmann fue l levado a la ciudad de La Plata para serinterrogado, y mientras se encontraba alojado en elcuartel de bomberos locales, murió. En los diarios ar-gentinos de Ia época ias informaciones oficiales expre-saban que se había suicidado.

Otra cosa interesante en la carta es que el coronel Pe-rón, en una reunión en ei cuartel mil itar de Campo deMayo, en ia periferia de Buenos Aires, expresó su creen-cia irrevocable en el triunfo de los ejércitos teutones,que en ese entonces eran dueños de la mitad de Europa.En esta misma, decidió pedir al presidente de entonces,Castillo, que mantuviera su política de neutralidad, queera sin ninguna duda favorable al Eje.

En esta carta hay otra decisión muy llamativa de Nie-buhr, quien así escribe: "He unificado la dirección delsectoÍ del Brasil y Ia costa sur del Pacífico en manos dela señorita Duarte, muy estimada por su excelencia Ca-naris, a causa de su superior trabajo cumplido en Río de

laneiro. Una endiabladamente hermosa, inteligente, en-cantadora, ambiciosa e inescrupulosa mujerzuela, aquien el coronel Perón ya ha echado el ojo".>

Pocos meses después, a mediados de abr i l de r943,cuando ya la guerra en Europa se estaba definiendo a fa-vor de los aliados, el general Faupel emprendió un via-je hacia Buenos Aires sobre él fueron interrogados porlos investigadores estadounidenses, von Thermann y elDr. Haggen, secretario del Instituto Iberoamericano enBerlín, quienes así declararon: "El general Faupel acom-pañado por Sanstede, a mediados de abril de ry49, seembarta en un submarino en el puerto de Cádiz -llegóa la Argentina en Ia madrugada del z de mayo- allí 1o es-peraba e] almirante Scasso, en un lugar preestablecido.Fue alojado Faupel en la iglesia evangélica alemana de Ia

. , , , , . , , , , , , ' l r ' ¡ l i r r l l l i i i l i

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calle Esmeralda, de la ciudad de Buenos Aires. EI propó-

sito del viaje, entre otros, era poner a buen recaudo las

fortunas nazis v a los criminales de guerra -entre las

personas con quienes conversó Faupel, durante su per-

manencia en Buenos Aires- figuran los siguientes per-

sonajes: conde Luxburg, Ludwig Freude, Reutte, Volberg,

los generales Von Der Becker y Pertine, los coroneles

Perón, Mittelbach, Brichmann y Tauber, así como los

Dres. Fresco e lbarburen. En la noche del 8 de mayo de

ry41 Faupel y Sanstede se embarcaron cerca de Mar del

Plata, en eI mismo submarino que los había conducidodesde Cádiz".6

Von Thermann exclamó en ei interrogatorio '?ue

unabuena operación".El mes siguiente, el GOU tomó el poder y no fue ca-

sual, porque en las declaraciones anteriores se especi-

ficaba que "El motivo verdadero de Ia visita de Faupel,fue hacer de la Argentina, un centro seguro para el fu-

turo, en ]a certeza de la derrota. Faupel Ie habría dichoa Perón: 'Es posible que perdamos la guerra. En este ca-so, usted v sus antigos que se han comprometido con

nosotros, van a ir a parar a un tribunal internacionalacusado por aln traición. La única maneÍa de evitarlo.es apoderarse del poder y mantenerse en é1, cueste loque cueste"'.

Por si hubieran dudas, el conde Luxburg envía un te-

legrama que fue hallado en el archivo del general Fau-pel, con fecha r7 de junio de r943, dos semanas después

del golpe de los militares. "Ios amigos argentinos han

coronado su empresa con un éxito pleno y seguro".Unos días antes, el rz de junio, Meynem, quien fue-

ra ministro consejero de la embajada alemana y reem-piazante del capitán Niebuhr, escribe una carta a su pre-

decesor rindiéndole cuenta de las últ imas noticias.

,atJJ"

Con una euforia explicable, le cuenta que "el éxito denuestros amigos ha sido complero", y hasta declara que"fue el triunfo de nuestro amigo el coronel Perón, con-tra eI esrupido Roosevelt". le infbrma también "que Iapolicía está en manos de nuestros amigos y por lo tantotambién en nuestras manos".

En su carta, Meynem agrega que el parlamento estádisuelto y el "maldito comité" cla,¿surado, refiriéndosea la Comisión Investigadora, y que hay polít icos que yaestán encarcelados, sin mencionar en ésta que la mismasuerte siguieron la mayoría de los miembros de la Co-misión antinazi.

En referencia con la visita de Faupel, escribe textual-mente: "Me sorprendió sobremanera Ia noticia que mecomunicó la señorita Duarte, relativa a Ia estadía, en és-ta, del general von Faupel, el mes pasado; su visita estu-vo, fuera de toda duda, bien organizada, pues imagíne-se usfed Ja alarma de Los sabuesos angloanericanos deh¿ber tenido noticias"

Pero no es la única vez que cita a la futura Evita en sucarta. También dice: "La señorita Duarte me mostró unacarta de su amante, en que se frjan los siguientes Linea-mentos generales, para la obra futura del gobiemo revo-lucionario :'Lo s trabaj adore s argentinos nacieron anima -]es de rebaño y como tales morirán, para gobernarlosbasta darles comida, trabajo y leyes para rebaño, que losmantengan en brete', esto es lo que habría dicho el co-ronel Perón. Si no me equivoco, ya Mussolini empleó Iaexpresión animales de rebaño para referirse a los anal-{abetos italianos. Perón sigue la buena escuela".

Estas declaraciones previas al golpe del 4 de junio, enverdad son ia síntesis muy dura de una proclama de losmilitares argentinos, donde revelan sus intenciones yproyectos para el futuro.

333

. , , . r , , , , . ¡ I i l ¡ r ' , lL ' r r i , i l r l l i l l l l i l l l l l l l

Page 173: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

El texto de este comunicado interno del GOU, quetuvo circulación l imitada a los actuantes, fue leído diezaños después, en la Cámara de Drputados chilena por eldiputado Alegría, cuando Perón visitó la capital de Chi-le, en ia sesión del 6 de abril de 1953 y anotado en el dia-rio de sesiones.

Allí se puede leer que "la lucha de flirler en Ia paz yen ia guerra nos sen'irá de guía" y "así será en la Argen-tina, nuestra gobierno será una dictadura inflexible,aunque al comienzo hará las concesiones necesarirs pa-ra afianzarse sólidamente, al pueblo se le atraerá pero fa-talntente tendrá que trabaiar, privarst'y obedecer. Tra'bajar más y privarse más que cualquier otro pueblo, sóloasí se podrá lievar a c.tbo el programa de armantento in-dispensable para la conquisra de1 continente".

Al f inai del invierno austrai del mismo ano 43, em-pezaron a cuantif icarse -1as inve¡sio¡res de Ia cruz gan'ra-da en la Argentina. Buenos Aires fue usada como pun-to de lavado del d inero saqueado en las nacionesinvadidas de Europa, centenares de millones de dó1aresde la época fueron invertidos por las más grandes socie-dades industriales alemanas, las que comenzaron a ra-dicarse en los últ imos años de guerra, taies como'fudorVarta, fábrica de acumuladores, AEG, artefactos eléctri-cos, Otto Deutz motores, Tubos Manesmann, Merk

Química, Osram, material eléctrico, por citar sólo losnombres de grandes empresas mundialmente más co-nocidos.

Documentos norteamericanos, desciasificados a me-diados de diciembre de r996, indican a la Argentina co-mo "punto focal de las finanzasy actividades económi-cas nazis en el hemis{erio".

J -).t-

Segun esrcs nuevos documentos, Hermann Goering,eI ReichFLih¡er, envió veinte millone,s de dólares de sufortuna personal a ia Arsentina; e1 mini-stro de Propa-ganda, Joseph Goebbels, envió dos millones de dólaresen una val i ja diplomát ic¡ desde Suiza a Buenos Aires,

Joachim von Ribbentrop, ministro de Relaciones Exte-r iores, g i ró quinientos mi l dólares a su pr imo Mart in,residente a ori l las del Rio de la Plata, el mismo Karl Doe-nitz, jefe de la marina alemana, también envió dinero ala Argentina, a un pariente de nombre Edmund Wa-genknecht y Robert Ley, jefe del sindicalismo n¡zi, secompró una est¿ncra en ia zona de Bahía Blanca.

Estas informaciones se encontraron en un documen-to confidencial, elaborado por la embajada de los Esta-dos Unidos en Viena, con fecha r6 cle diciembre de r946.El informe de r4 páginas fue difundido por el t itular delComité de Bancos del Senado norteameric¡nc, AlfonseD'Amato.

E¡r otro documento del 14 de abril de 1945 de la em-bajada nortermericana en Buenos Aires, que fue dado aconocer junto al anteriormente citado, se indica que res-pecto a las propiedades alemanas en Argentina que ellaspueden estimarse de la si6¡uiente forma: compañías deseguro $ 4o millones, f incas y haciendas $ 5oo millo-nes, banccs $ r5o miJlones, empresas comerciales $ 5oomil1ones.

Actual izando estos montos, se puede decir que iosministros del Reich, transfirieron rnás de z5o millonesde dólares actuales en dinero persona)t¡ ios estimadosde 1as propiedades alemanas son aproximadamente i.7bil lones de dólares. Es una evaluación muv baja porqueen el año r945 actuaban en la Argentina 9oo empresasde mayor o menor importancia. De estas compañías,2oo eran sociedades anónimas, algunas de el las, a pesar

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de su apariencia no alemana, estaban bajo total depen-dencia y contralor de capital de ese país, y las restantes63o eran sociedades de responsabil idad l imitada o pri-vadas, según los informes de publicaciones oficiales,guías de sociedades anónimas y boletines oficiales.

Silvano Santander en r953 estimaba que hasta el añor933 las inversiones l legaban a 3oo millones de pesos, pe-ro después de r938 hasta el final de la guerra, llegaron a su-mar 3 mil mil lones de pesos de la época, equivalentes amás de 3o billones de dólares actuales.

Para mejor i lustración del tema, las 356 empresas quese publicaron en el boletín oficial al terminar el ejerci-cio 44-45,nlostraron activos por más de r.roo millonesde pesos.

I{ay que considerar que, en esa época, el peso ar-gentino se equiparaba a ia l ibra esterl ina, por ejemplo:un hotel de c inco estrel las, como el L iao-Llao, en Ba-r i loche, de rz.ooo mz cubiertos, costó ochocientosmi l pesos, y un auto sedan importado, como todos losautos en la Argent ina de los años cuarenta, no l lega-ba a cu¿tro mi l pesos.

A mediados de los años 40, como decía Perón "bas-

taban trescientos pesos mensuales para vivir holgada-mente" y su vaior actual izado, en términos reales, escomo mínimo quince veces mayor, lo que quiere de-cir, que los activos antes mencionados sumarían t6 milmi l lones dólares.

Hay que considerar además, que en la Argentina de laépoca, por no decir en la de hoy, dichos acrivos se sub de-claraban normalmente a la mitad de su valor. Se puede afir-mar, con toda seguridad, que había capitales aiem¡nes ta-dicados por 30 mil millones de dóiares actuales.

Estos comenzaron a establecerse desde ia toma delpoder de Hitler, a mediados de Ios años 3o, hasta r939;

336

las transf-erencias fueron exclusivamente b¡ncarr¡ s, trr-mitadas por el Banco Central Argentino. Pero en el pe-r íodo bél ico ias cosas cambiaron: se hacían envíos pormedio de val i ja diplomát ica, c ie aviones Cóndor v desubmarinos.

Otra caita significativr es la fechada el zz de mavo deio44, del informe ya citado anteriornente. Esta fue en-i ' iada por el general Faupel a la sede central del Institu-to Lat inoamericano en Ber i ín, en la cual infornra que'de la Argentina tenemos novetlades muv agradables.

Ramírez y sus camarillas están completamente e-lir¡rin.¡-cjos. Nuesr¡o amigo Perón es sin duda el hombre fuertedel gobierno".

Cont inúa expl icando que Mart in Bormann, el pode-roso Reichsleire¡de Hitler. t iene dos infbrmes, unr¡ cievon Leute, gerente del Banco Alemán Transatlántico deBuenos Aires y otro. dei general de Ia Aeronáut ica Ar-gent ina, Pistar in i .

En esta carta, Bormann "Urgv ia re;tnucitción de lcstransportes a Buenos Aires. pii l ,; .r l ¿leneral Gall¿nd te-ner disponibles, de inntediaro, dos mác¡uirtas, únic¡-rnente para vuelos nocturno e informar a Rudel v Liaü-nl ¡(etrscn ./

Flsta últ ima carta es 1a más asombrosa porque antici-L,a una unión de facto entre los dos piiotos rnás valor¡-dos por Hitler, casi un año antes de ios hechos que pro-tagonizaron en Berlín, hechos que fundamentan lapr imera parte de este l ibro y este documento no hacemás que confirrrrarlos.

Efect iv¡mente, en esa época se real izaban vuelostransatlánticos clandestinos con el cuatrimotor FWCondor I./KG zoo. Salían de España, con etapa en las

)5/

Page 175: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

islas Canarias o Sahara español, desde allí, cruzaban elAtlántico hacia Colombia y luego a Buenos Aires.

El general Pistarini fue uno de los hombres más liga-dos al nazismo. Hizo un viaje a Alemania y en su minis-terio ubicó a todos los simpatizantes nazis. La unión conel coronel Perón fue absoluta y estaba en todos los se-cretos. El moderno Aeropuerto Internacional de Bue-nos Aires i leva su nombre.

O tro documento, fechado eI zz de noviembre d e g 4 4,aparece entre los pubiicados por el diputado Santander.Fue enviado al general Faupel por Ludwig Freude, que ac-tuaba como diplomático nazi en la Argentina, a pesar deque ésta oficialmente había roto las relaciones diplomá-ticas con Alemania en el mes de enero de ry44.

En esta carta se relata la entrada en escena del doctorCésar Ameghino, presidente dei Banco Central, quienfuera después Ministro de Relaciones Exteriores, el gerneral Checchi, quien fuera lv{inistro de Industria y Co-mercio y el coronel de Olano, subsecretario de Indus-tr ia y Comercio y luego ministro.

Se puede \eer "Aquí nos dan trabajo, ahora, el proble-ma de ]o bienes alemanes en Argentina, es que tenemosque asegurarnos contra las pretensiones que, sin duda,van a tener ]os angloamericanos. Luego de conversacio-nes preparatorias con el Dr. Ameghino, el general Chec-chi y el coronel de Olano, hemos acordado invenar ofraguar exigencias argentinas ante el Reich, y para garan-tizar su cumplimiento embargar todos los bienes alema-nes en Argent¡na ". Y continúa estimando que en un parde meses iban a tener un inventari o de "todos aquellosbienes alemanes que por su naturaleza, por su inversióno por su función económica, son identifrcables como ta-Ies y a los que no es posible argentinizar suficientemen-te de alguna u otra manera".

338

Lo que sigue a estas declaraciones da una idea de iasvinculaciones entre Perón y Freude, que tiene todas lascaracteústicas de un negocio: "Naturalmente retenemosen nues¿ras manos el derecho de disposición, debién-dose deducir las comisiones convenidas en el porcenta-je que usted conoce. Sin embargo, hay que tener encuenta que Perón pretende otros pagos adicionales, denuestra parte, así como eI empeño activ,o de nuestras or-ganizaciones, para la creación de un fundamento esta-ble político interno".

El mismo Perón, casi a fin de ry44, ya se daba perfec-tamente cuenta de que el t iempo se acababa.

Freude sigue detaiiando: "Nuesr¡o amigo Perón esextraordinariamente escéptico, con respecto a 1a posi-bilidad de una paz, por separado, enue Alemania y losaliados occidentales, él insiste en que por 10 menoq enel campo de Ia realización de nuestra misión en el em-balaje final de }a guerra, nos debemos mantener siem-pre con una cabeza de ventaja".

El tono general de esta carta es muv comercial, sien-do Freude un industrial y un financista, y agrega norif i-cando a éste que "el collar de brillantes llegó con Ia últi-Ína remesa destinado por usted a nuestra amiga Eva. Lohe entregado ya y tengo el encargo que le envíe a usteds us agradecidos saludos".s

Freude se había argentinizado, renunciando a sus car-sos en la organizaciones alemanas, como en las empre-s¡s industriales o comerciaies y había adoptado la ciu-,l¡danía argentina. "Aconsejado por Perón para ofrecer,'l menor blanco posible y a fin de facilitarle la defensa

' I t' nuestros intereses."La respuesta de Faupel está en un radiograma cifrado

( lue da confirmación de recibido y comunica que ha in,lo¡¡1¿¿o directamente a la Canci l ler ía del Reich. aoo-

339

,,_.*-"*ryqrilrnu$gwfl Hfl ffi ffi fl lilllll

Page 176: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

yando 1a proposición y pidiendo ratif icación de sus po-

deres especiales. También 1e avisa que ha desaparecido

un avión como probable carástroíe. De cualqurer mane-

ra en su sintético radiograma autoriza "pagos adiciona-

1es a su criterio", refiriéndose obviamente a Perón.

Como fuera, las grandes maniobras financierrs em-pezaron en enero cie 1944, tras la ru ptura "oficiosa" en-

tre Argentina y Alemania de Ias reiaciones diplomáti-

cas. Un ejempio de 1o ocurrido 1o contó Mario Casrglia,

tiene setenta y dos años ;r trabajó veinticinco años para

la Thyssen de Buenos Aires. '?oco tiempo antes de que

terntinara Ia Segunda Gtterra Mundial, Ia empresa co-

ntenzó a ser dirigida por una Junta de Vigilancia. Para

¡esgu¿¡da¡.cus capiraies, la {irma cambió su den<',mina-

cion a Ferro Dit't¡e. Desde quá se rotnpieran las relacio-

nes d.iplontinc.r.s ñ¡sta cttando se firmó la rendición,Ios

eleniar¡es,Je.1.t ent¡,1..:s a se r:ambiaron ja necionalidad y

se rr¡¡tsíi-'rnt¡ron tfe un día paÍa otro en checoslovacos

o ti úr¡¡-ar.r,s. T'erminada )a gueri'a, Ios directivos, que si-

guieron sjendo ¿/e¡¡¡¡les', viajaron hacia Europa par;t

ccntratar técnicos y trajeron hc¡mbres que fueron mili-

r¿r.¿-s en el ejército alemán."

Fue hailad¡. un¿ cornunlcación de marzo de r944 ex-

pedida por FreuCe. en ia cuai da cuenta al Gauieire¡Boh-

le que h,rbía deposrtado titulos por un valor de $

37.66o.ooo a nornbre de alemanes y argentinos nazis,

entre eilos figr'.raba Henrich Deorge, ex secretario de

Fliaimar Sciracht, quien iuera presidente del Reicrl Bank

'¡ también a nornbre de Richard Leute.En ios rneses sucesivos hubo muchas rransacciones ac-

cion¡rias de títulos argentinos que fueron encontrados en

Europa por ios alemanes. Por ejemplo: cuando los nazis

?40

invadieron Holanda halia¡on acciones de CADE. en-rDre-sa que suminisrraba energía elécrrica a 1a ciudad de BuenosAires, por casi 5o miliones de pesos que fueron girados aBuenos Aires. Igual ocurrió con otros títulos.

Gerda von Arenstorff expresó a la Comisión presididapor el general Will iam Draper lr., que en febrero de ry44la Embajada de Alemania tenía en los bancos de BuenosAires, bajo la supervisión del Banco Central, depósitospor 47 miliones de pesos que había que hacer desapare-cer, cosa que se hizo con la complicidad del Banco Provin-cia de Buenos Aires que f¡accionó estas sumas transfirién-dolas a personas de confianza de la embajada.

En es¡ epoca, la embajada alemana tenía s iete cajasiuerte en el Banco Germánico donde se guardaba oroacuñado v platino por un valor de casi zoo millones dedó1ares actuales. Las l laves estaban a cargo de Meynemv Leute, sobre estos valores no había contralor del Ban-co Central y no existen antecedentes.

Gerda Von Arenstorff "actuó en }a embajada alemanaen Buenos Aires hasta e} año t94, era un elemento muyvalioso para adiestar muje¡es er el servicio de espiontje;entre eL)a y el capiún Niebuhr, atrajeron a Eva Duarte pa-ra aquel servicio. Así lo declaró Gerda, a la comisión alia-da, en circunsfanci'as que fuera intenogada con Los otrosintegfantes de Ia embajada nazi en Buenos Aires".')

El diputado radical Santander publicó en su libro /e ac-cuse fotocopias de estos documentos, todos menos unofueron certificados como copia auténtica por el ]uez de tur-no del Juzgado de Amtsgerisch-Pancow. Cuando fue ab-sorbido por el gobierno de Alemania Oriental ese juzgadofle englobado en el de Stadtbezirksgericht-Pancow. La fir-n-ra del juez es Hone y da fe de su autenticidad. Sólo una,l¡ carta de Freude a Faupel del zz de noviembre dery44,lleva al dorso la siguiente frase'. "Fotocopia coincide con

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,,,uil¡¡¡rilririilitiiliilillllll]llll

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I

original, Berlín-Pancow- Febrero, j de ry9' Bernard Ba-

ruchescribano".

El libro de Santander fue publicado por primera vez en

Argentina, en 1955, obviamente, tras la caída de Perón'

Ía al ano siguiente de su publicación, en r956, fue ata-

cado pública-"trr" por un l ibro titulad o, Santander ba'

jo }a lupa,escrito por Walter von Simon, un alemán, tan

iigrd" t la embajida nazi, que participaba e-n las famo-

sJs partidas de póker de r94r. El mismo apell ido' casual-

mente, se encuentra en las "Listas Negras"chi lenas,

confeccionadas por los aliados en194z'' Sus excepciones

son inconsistentes y partidarias, pero igualmente fue-

ron acogidas gratamente por argentinos antisemitas o

peronistas.

XXII

En su primera elección del z4 de febrero de r946, vo_taron por Perón z.7oo.ooo argent inos y se dupl icaronen el decenio sucesivo en que el dictador estuvo en elpoder.

Todavía, cuarenta años tras su denuncia, Santanderfue recordado en pocas líneas por la biógraFa de Eva pe-rón, Alicia Dujovne Ortiz, en su trabajo rirulado Eyira."Santander se fundamenta sobre unas hipotéticas forc-copias, de cheques emitidos por el embajador alemánvon Thermann, a la orden de Eva Duarte" y continúa"que por el montento, Io esencial de las arsamentrcto-nes de Santander, es verdadero, pero que ñs documen-taciones citadas son gÍoseras falsificaciones, que han po-dido desviaÍ a este escritor honesto, peÍo un pocodemas iado pa rti dari o ".l

En el l ibro de Santander no aparece ninguna fotoco-pia del cheque emit ido por el embajador a la orden deEvita, el príncipe Schaumburg-Lippe le pagó en efecti-vo; la biógrafa de Evita no hojeó siquiera ei i ibro de San-tander. Inexactitudes aparte, reconoce que Santanderdice verdades innegables, pero lo encasi l la, usando lamisma terminología de Waltervon Simon: sigue su es-tela descalif icando una documentación tan proli ja y de-tal lada, l lena de referencias a hechos y personajes de.rquel la época, tanto que necesi tar ía hoy un l ibro sólopara explicarla detalladamente.

Por ejemplo, examinando Ias fotocopias parciales delprotocolo en que constan las declaraciones del embaia-dor alemán en Buenos Aires, von Thermann, y las de su

Nor,cs

r. $: pesos, moneda argentina.

z. Santander, Silvano. TECNICA DE UNA TRAICION'

pág.+8.3. Ibid, pág.47.

4. Ib id, p^9. 49.5. ibid, pág. 52.6. Ib id, pá9. 31.7. Ibid, pág. 58.8. Ib id, pág.68.

9. lb id, pág.:8.

Page 178: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

secretario, Schaumburg-Lippe, a la comisión aliada que

los invest igó en set ienbre de r946. surge que hay un

elenco de personajes que cobraron dinero en junio de

r94r. Aparece el coronel Perón y la señor i ta Eva Duar-

te, el jefe de ia policía Viancarlos y el ministro de lusti-ci.r Gache Pirín. En el medio de este elenco hay una li-

nea borrada, muy destacado aparece que, quien cobro

5o mil pesos argentinos de entonces -75o mi1 dola¡es

de hoy- es el general Carlos von der Becke, el general

en jefe del ejército Argentino de aquella época- El hecho

que Siivano Santander no 1o nombre en su traducción

se debe a que probablemente no lo haya podido leer: no

tenía una computadora ni una lupa electrónica que le

perrnitieran hacerio. Este ejemplo y otros pocos que voy

a citar autentican técnica e históricamente las fotocopias

de Santander.Hay detalles no subra¡rados enTecnicade una Traición

que fueron comprobados años <lespués, como los trans-

portes aéreos secretos mediante Condor FW I./KG zoo,

y navales, en buques españoles, como el Cabo de Homos,

el Cabo de Buena Esperanzay eI Monte Alberria.

Los navíos mencionados debían alargar sus rutas pa-

sando una inspección británica en Trinidad, allí, en más

de una oportunidad, fueron desembarcados tripulantes

acusados de ser espías nazis. EI capitán Niebuhr tenía

organizado los enlaces, usandc tres hombres correo y

uno en Buenos Aires, ninguno de ellos tenía relaciones

con los demás. Los agentes, en su estadía en España, se

iban a confesar en una iglesia de la ciudad de Barcelona,

donde recibían de un sace¡dote lo que el general Faupel

quería que fuese llevado a la Argentina, incluso Io que

debía luego transmit i rse a Brasi l , o a otro país, pasaba

primero por Buenos Aires.Pero el punto más descuidado por Santander -y a mi

344

entender ei más importante- es la referencia a HannaReitsch.

En la página 58 de1 libro Técnica de una r¡aición, en latraducción de la carta original en alemán en facsímil, elescritor cita'. "Pida al general Galland tener disponiblesde inmediato dos ntáquinas, únicamente para vuelosnocturnos e in{ormar ¿ Rudel v Hans Reidstch".

Este últ imo nombre no es un error de traducción: esobvio que le resulta al autor inverosímil leer en el textoalemán, que reproduce en copia autenticada, un nom-bre de mujer desconocido por é1. La piloto alemana pu-blicó su primer l ibro de memorias, Fly is my life, en1954, en New York, por edic iones Putnam. Santanderya había terminado y publicado su l ibro en Uruguay enjul io de r953.

El polít ico argentino tampoco en aquella época pudosaber lo que fue e\ Kantp{geschwader zoo y sus misio-nes secretas uti l izando aviones Condor acondicionadospara vuelos t ransoceánicos con los mejores pi lotos deAlemania para las operaciones mas importantes.

Santander, evidentemente, resolv ió considerar elnombre que aparece en el facsímil del orignal como unerror de texto y masculinizario; si fuese una burda fal-sif icación habría aprovechado para hablar de elia, y ha-bría logrado atraer la atención sobre ésta, más de cua-renta y cinco años antes que este l ibro, cosa que no hizo.De Rudel sí habló algo en su l ibro, porque en la Argen-tina de entonces, era conocido por unos hechos quemencionaremos más adelante.

En los últ imos cincuenta años en Argentina, casi 1amitad estuvo al poder el justicialisrno, el partido funda-do por Perón. Desde r989, gobiernan los peronistas, aún

345

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abanderados de mi l lones de desposeídos que quedantodavía en el país sudamericano. Lo que l lama la aten-ción son sus orígenes y sus fundamentos ideológicos,recordando que el nazifascismo por lo generai predicóia dictadura de la pequeña burguesía, impulsando unamasificación para arriba y no para abajo, como el comu-nismo, que quería una dictadura del proletariado. Pe-rón, a falta de io que en Europa eran sus simpatizantesnaturales, es decir una base escolarizada a nivel medio,tuvo que apoyarse en un electorado que ni siquiera te-nía la escuela básica: el peronismo fue una suerte de na-zifascismo, que se apoyó en millones de votantes quehabrían podido ser base para un gobierno comunista.

El justicialismo hizo palanca en un nacional populis-mo de otro tiempo que todavía atrae simpatizantes delmismo estrato or ig inal ; pese a ser gobernado por estepartido la clase baja areentina no mejoró su condiciónsocial. En juiio de ry97 apareció una línea interna feme-nina a la que llamaron Evitismo y fue acuñada una mo-neda de un peso con el perfi l de Eva Perón,

Por todo esto no es extraño que Santander sea mini-mizado aún por argentinos, un hombre con más detreinta años de militancia polít ica radical, es decir polí-ricamente afin al conservadorismo británico, anticomu-nista y antifascista, partido representante de terrate-nientes, empresarios y burgueses. Fue diputado enmúltiples legislaturas y ya miembro de la Comisión deactividades anti-argentinas en el período bélico; y trasla caída de Perón en 19SS, diplomático. Ei mismo SimonWiesenthal lo cita en su obra Los asesinos entre noso-¡¡os de ry66: "Silvano Santander, que es hoy embajadorargentino en España, hizo parte de las comisión guber-

346

namenta] encargada de ínvestigar sobre las actividadesnazis en la Argentina, tras la caída de Perón. Una vez, élme mostró un elenco de empresas argentinas financia-das por los nazis, de cada transacción se tenía escrupu-Iosamente, nota".'

Simon Wiesenthal pudo comprobar la veracidad desus primeras denuncias, avaladas por las investigacio-nes actuales l levadas a cabo por los Centros Internacio-nales Wiesenthal y el Congreso iudío Mundial, en refe-rencia al l lamado "oro nazi", tratando de desenredar,cuarenta años después de Santander, la telaraña detransferencias de dinero, títulos y obras de arte.

Según el despacho de la AFP, fechaCo en Londres elzr de setiembre de r996, "los nazis transfirieron a Suiza,durante la Segtnda Guerra Mundial, obras de arte roba-das a los judíos, por un valor estimado de zj ntil millo-nes de dólares, informó el sábado el periódico británicoThe Daily Telegraph".

Ei mismo comunicado aclara que un número muy pe-queño fue recuperado tras el conflicto; que la mayoia delas obras pasaron por Suiza y de las miles que entraron enese país, sólo 75 fueron localiz adas. "Los documentos con-servados en los archivos ofrciales de Kew. al oeste de Lon-dres y en ]os de Washington, destacan la reticencia suiza,a investigar sobre los objetos de afte o el oro robado por losnazis, pese a las reiteradas peticiones."

En referencia con el oro, ya el u de setiembre de r995,'fara Parker Pope escribió en T¡1e Wall Street Journal,¡f irmando que la Alemania nazi depositó en Suiza unos

5oo mi l lones de dólares de Ia época en l ingotes oro yque el origen se esfumó cuando los alemanes Io refun-dieron y produjeron nuevos i ingotes sellados y nume-rados por el Reich Bank, que constituyen en parte ei sa-clueo llevado a cabo por los nazis.

347

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- Se est ima que más de 7 bi l lones de dólares en mone_

da actual pasaron por los bancos suizos.

.Como en una caja de pandora, uno de los capítuiosmás oscuros estaría a punto de abrirse. presionicia porla comunidad judía, Suiza empezó a rasrrear el oro d.elos nazis. Los bancos suizos, gracias a su hermét ico s is_tema que mantiene en secreto el origen de sus depósi_tos, fueron el destino predilecto de lás capitales nazis.

En el primer semestre de ry97la ABS, Ásociación deBancos Suizos, fue presionada por la opinión mundialy e^ntidades gubernamentales. El Senad^or repubiicano,Alfonse DAmato, fue uno de los que más presionó pa_ra que los bancos suizos revelaranius celos,r, secretos,d.eclaró que "en ry62la ABS encontró sólo z millones dedólares, y dijeron que eÍa todo Io que rcnían. En t995 en_contraron 3r.9 millones v que no tenían más di 775cuentas inactivas desde el fin de la guerra; ahora (zz'd'ejulio de ry9) son casi z mil".

, Efectivamente, a principios de mavo de r996 la ABS

actmltlo, como consecuencia de una intensa presión in_ternacional, qúeTTScuenras no regisrraban ningún mo_vimiento desde el 8 de mayo cte 1945, pero en junio det997, la ABS admit ió en Jerusalén quehibía ¡¡da me_nos que zo mil cuentas inactivas desde que coirciuyó laguerra, el zz de julio de ry97 fue entregaio otro iist¡docomprendiendo r87z nombres correslpondienres a 42millones de dólares depositados en tieÁpo bélico, se es_tima que el valor acrual alcanzaría los 5áo millones dedólares.

El senador norteamericano Aifonse D,Amato, decla_ró.91

7+de julio de ry97 qr.re "ccnsideÍa esta lista como

só]o Ia punta de un enornje iceberg". Dos días antes, elvocero del Congreso ]udío Mundial, CJM, Elain Steim_berg, declaró : "en octubre espeÍamos ia iuilirarion d"

348

: : i , :

,,r.r / isr¡ importante en lt que se d,trí.tn a conocer nt-isIt' :o mi] nombres, todr¡s ellos suizos que actuaron co-

: ¡ ¡ ct í nterme diario s".[.a investigación de dichas cLlenras es relativa, só]o se

l,Lleden rastrear así a víctimas del holocausto, las cuen-r rs nazi , t ras terminar el conf l ic to mundial , s iguieron,rPerat ivas en su mavoría. Fueron abiertas en períodol ,c l ico con documentos f raguados argent inos, checos,r t ¡ l ianos, españoles v hasta suizos. Sólo el azar podría

¡,rrmit i r descubr i r las.

La organizaciones judías en Europa y en 1os Estadosf jnidos estimaron, en febrero dery97, en unos 66o mi-i l r ¡nes de dólares,7.8oo mi l lones en moneda actual , iosr lu€ prs?ron por los bancos suizos. E1 secretar io generai,lc la ONU, Kofi Annan, afirmó que "elcaso del oro na-

'i podría afectar la tradicional neutralidad Suiza".Yere-n¡ Grendel Meier, miembro dei parlamento suizo, cle-.l.rró que "debemos reconocer nuestra culpabilidad. Esr ) Lt e stÍa resp onsab il idad".

Suiza fue invitada a establecer un fondo de compen-r¡ción para indemnizar a los perjudicados durante ia Se-.tunda Guerra Mundiai, intervino el Ministro de Econo-n-ría Jean Pascal de la Murarz, calif icando de chantaje la.Lctitud de las organizaciones judías que presionaban ar:r l f in.

En declaraciones al diario Basler Zeirung,el direcrortjecutivo del Congreso Judío Mundiai, Elan Steimberg,c¡l if icó las manifestaciones de la Muratz de obscenas y

¡r id ió al gobierno que se distancie de el las, pero el r r decnero de ry97, el presidente de 1a confederación helvé-tica, Arnold Koller, afirmó que ei gobierno no va a dis-t . rnci¿rse de estas declaraciones.

?Jq

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Ya a mediados de noviembre de r996, Steimberg de_claró en Nueva York que los nazis habían transferidó milmil lones de dólares a la Argentina durante la SezundaCuerra Mundial .

En la Argentina, las investigaciones también se i leva_ron a cabo por la Delegación de Asociaciones IsraelitasArgent inas, DAIA: tenía unas of ic inas en la sede de laAMIA, la mutual israelita, cuyo edificio de ocho pisosfue volado por una bomba el r8 de julio r994. Esre aren_tado conmocionó ai mundo entero, hubo ochenta ynueve muertos y trescientos heridos. Rubén Beraja, suentonces titular, declaró a los periódicos argenrinos el Zde diciembre de t996, en un comunicado de pren sa'qutedará fina]mente carácter nacional, a la investieació¡t so_bre las posibles actividades, desplegadas por Iás nazis enArgentína desde Ia década del go".

En Chile también se extendió la búsqueda del oro na_zi . Dos representantes del Centro Simon Wiesenrhali legaron-a Sanr iago en busca de nuevos indic ios, y laagencia de prensa AFP, comunicó el r3 de diciembré der996 que los representantes para América latina de esaorganización, Sergio Wider y Shimon Samuels, direc_tor de relaciones internacionales de la misma, se reunie_ron con funcionarios del Banco Central chileno.

La investigación que se inició en Europa se concen_tró en las siguientes semanas en Argentina sobre la ba_se de que bancos de ese país habían recibido parte deloro, pe-ro aunque las huellas parecen estar en Argenti_na, no hay que descartar otros países como Chile.

Ambos representantes declararon que vinieron a abriruna línea de comunicación y de diálogo con las autorid.adeschilenas. Según antecedenres que maneja el Cenrro SimonWiesenthal, América del Sur habría recibido remesas de oroprovenientes de Suiza, Suecia, portugal y España.

350

En ei mismo período, la agencia Reuter,en un comu-nicado de Marcus Kabel, el 6 de enero de 1997 dice quese formó una comisión parlamentaria en Israel encarga-da de estudiar la cuest ión. El presidente de la misma,Abraham Herschson, deciaró "estamos tratando de po-ner en evidencia e} mayor robo perpetrado en la histo-ria de Ia humanidad, el cual me recuerda este versículobíblico'¿Mataste y además heredaste?"'. La mism¡ no-t a agrega que "ex altos directivos y agentes de los servi-cios secretos externos israelíes (lv,lossad) o{recieron sucolaboración a dicha comisión para localizar documen-tos referentes a Ia cuestión".

El 7 de mayo de 1997 se pubiicó un duro documento,compilado por once agencias gubernamentales nortea-mericanas, coordinadas por el subsecretario de comer-cio, Stuart Eizenstat , y el jefe de histor iadores del De-partamento de Estado, Wi l l iam Slaney. Se señaló que1os informes estudiados demuestran que naciones neu-trales como la Argent ina, aceptaron oro saqueado debancos centrales de países ocupados y probablementede víctimas del holocausto, beneficiándose económica-mente durante el confl icto por sus lazos con el régrmende Adolf Hitler.

Según el documento, la Argentina "representaba unproblema particularmente difícil, en ténlinos de pre-vención de intercambios financieros y comercio orien-tado a la gue¡¡a ". Y continúa en otro párrafo: "la Argen-tina se resistió a los intentos aliados, para que congelaralos bienes nazís, y a frnes de ry47, los {uncionarios nor-teamericanos llegaron a Ia conclusión de que Ios activosalemanes no eran identificables".

EI informe cita un documento hecho público el mis-mo día, donde Samuel Klaus, del Departamento del Te-soro, ya en setiembre de ry44, sacó la conclusión de que

351

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"las organizaciones financieras de la España totalitaria.hacían posible que los alemanes llegaran a acuerdos per-sonales con amigo's en el gobierno, pare realizar trans-ferencias entre España y Ia Argentina",y por eilo agre-ga que el gobierno de 1os Estados Unidos consideró, enesa época, que la Argentina era "en tnuchos aspectos,lanación más importante del programa Save Haven, elpro,vecto de Washington para descubrir los bienes ocul-tos de los nazis".

Al f inal de 1a guerra. el Departamento de Estado pre-paró un informe, resumiendo todos los datos que dis-ponía sobre ei apoyo que la Argentina dio a los países delEje, éste fue conocido como el Libro Azul, en él se deja-ba claro que los alemanes no encontraron en las normasf inancieras argent inas obstácuios para t ransfer i r susfondos.

L,os Estados Unidos no profundizaron la cuestión, yaque se dispuso a establecer relaciones rnás amistosas conla Argentina en t946. Los capitales nazis fueron uti l iza-dos, según ei informe, para actividades como la inter-vención en las elecciones arg'entinas, propaganda, so-borno de per iodistas, así como compras de mater iapr ima para las industr ias bél icas aiemanas, algunas delas cuales pasaron por España, e inversiones industria,les y comerciales.

El informe norteamericano fue el producto de másde r5 mi l lones de documentos, encre el los, 8oo mi l fo-jas hasta ahora secretas. Eitzenstat subrayó que los na,zis real izaron, durante la Segunda Guerra Mundial e lmayor robo de la historia de ia humanidad, y dijo queestá claro que Suiza y otros países neutrales participa-ron en el lavado del mismo.

.1) ¿

Se puede sintetizar a éste, en siete puntos:r.- En la Segunda Guerra Mundiai, Alemania deposi-

tó oro procedente de los países ocupados y también deprocedencia odontoiátrica sacados a los judíos exrermi-nados de bancos Suizos.

z.- España y Portugal acordaron con las autoridadessuizas el traslado del oro desde Zurich y Berna hasta Ma-dr id y Lisboa, a t ravés de una f lota de camiones de laagencia oficial Suiza de transporte. Entre mayo de r943v febrero de ry44, desde Suiza salieron, al menos, z8ocamiones con este metal hacia España y Portugal.

3.- En la frontera española de Canfranc las cajas de oroeran examinadas por la aduana española, camiones dela empresa )usto M. Estellez e hijos, tomaban el relevoy se dirigían a Madrid.

4.- Cuando éstos l iegaban a Madrid parte del oro eradepositado en el Banco de España en su oficina principal.

5.- Los camiones, sucesivamente, seguían su viajehasta la frontera de Portugal en Badajoz.

6.- El oro l legaba a Lisboa e ingresaba al Banco de Por-tugal .

7.-Yiaje a Sudamérica parte del oro y de las reservasflnancieras del Tercer Reich terminaron en la Argenti-na, vali jas diplomáticas con oro nazi se embarcaban ennavíos españoles y portugueses u otros medios.

La olia se destapó paralelamente al acabar mis inves-tigaciones, ahora es necesario hacer lo que Santander nohizo en su l ibro y lo que los investigadores e historiado-res del Departamento de Estado norteamericano, en es-tos días, muy diplomáticamente, no evidenciaron.

¿Por qué pudo ocurrir, para qué y para quién?

353

Page 183: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Es necesario anaiizar primero, quiénes fueron EvaMaría Duarte y Juan Domingo Perón.

Que "Evita" haya estado comprometida con 1os Ser-vicios Secretos alemanes, no resulta extraño.

Los tres padres fundadores de dichos Servicios se apo-yaron siempre y sus mayores éxitos los consiguieronusando elementos femeninos. Son muchas ias mujerescomprometidas en el espionaje, tanto alemán como alia-do, que dejaron la vida en el Servicio y sus nombres yafueron olvidados.

Stieber, el jefe los espías del imperio prusiano, udlizóentre ios 4o.ooo espías, a la l lamada baronesa de Kaulla,quien gracias a sus relaciones amorosas con el gene;al deCissey, ministro de Guerra, pudo entregar muchos de lossecretos del Estado Mayor francés. El general, quien porsu edad podía ser su padre, se encontraba muy presiona-do por las responsabil idades, y descargaba sus tensionesgozando del placer que encontraba en la joven alemana,con quien no tenía ningún secreto y le confiaba sus pro-gramas. Descubierta, para evitar el escándalo, la barone-sa fue expulsada sin resgrardos. Sus informaciones fue-ron decisivas en la guerra franco-prusiana, que concluyócon el desfi le de las tropas alemanas, el lq de marzo der87r, bajo el Arco de Triunfo de Pais.

Su sucesor moral en los Servic ios Secretos alema-nes fue el teniente coronel Nicolai, quien contaba con20.ooo espías. Una de sus f ie les colaboradoras fue laseñorita Schragmüller, más conocida como FrauleinDoktor, quien l legó a dirigir en Amberes 1a más famo-sa escuela de espionaje alemán, de donde sal ieron losmejores agentes del III-B.

La principal asistente de Fraulein Doktor, en Amster-dam, fue Margareth Zelle, quien tenía el número de ma-túcula Hzr, universalmente es conocida como Mata Hari.

5)+

. Actuó en el espectáculo por toda Europa, con gran

éxito, era famosa por la danza de los siete ullor, ""hibi_ción que encantaba y atraía homb¡es .. interesantes".

Fue amanre de militares y polít icos, y al contrario desu predecesora, 1a baronesa Kaulla, fue áescubierta y fu_silada el 15 de octubre de ryry,afrontando su desdno congran dignidad. Casualmente fue amanre del encargadomii i tar a iemán en Madrid, justo en el período

" . iqrruCanaris se encontraba allí.

También Canaris pudo, entre sus 3o.ooo agenres, re_ner una.equivalente, y uti l izar a Eva Duarte para lograrllevar.a buen fin un proyecro, y si esto no fue probádohasta hoy, no significa que no haya sucedido.

Noras

r. Dujovne Ortí2, Al icia, EVITA,píg.Sz.z. Wiesenüal, Simon, GLI ASSASSINISONO TRANOI,

pág. 82.

355

Page 184: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

XXIIIcuando éste era Juez de Paz, canjeándola por una yeguay un calesín.

De esta unión "amorosa" nacieron cinco hi jos natu-rales, la pr imera, Blanca, nació en r9ro, cuando comen-zó su relación. "Elisa en 1913, Juan Ramón en ryt4, Er-minda en ryry y Eva María en ryt9, todos, salvo Ia última,fiteron reconocidos por el padre. Cuatro meses despuésdel nacimiento de Eva María, Juan Duarte se marchó deLos Toldos para siempre. Visitó una o dos veces a Losbastardos, pero con impaciencia, distraído, ansioso pordesaparecer de su pasado.'\

Cuando Eva nació, probablemente la madre imagina-ba que con numerosos hijos incentivaría un sentido deresponsabil idad en su amante, pero no le sirvió de nada.

Para la sociedad de Ia época, las inst i tuciones eransagradas, tampoco Duarte podía ser bígamo; por otrolado, en aquel entonces el desprecio sociai se volcabahacia las mujeres y era bien tolerado respecto a loshombres. Los amores prohibidos y 1a i legitimidad erancosa corriente en aquel ambiente.

Desde el abandono, la pequeña familia Ibarguren co-mienza su lucha por la supervivencia. Se mudó ai pue-bio, a una casita de ladril los, con un solo gran cuarto di-vidido por una cortina, ei piso de la cocina era de tierrapisada. Doña Juana tenía una única propiedad, una má-quina de coser Singer, a pedal. Se puso a confeccionarbombachas de campo, pantalón típico de los gauchos,para una tienda que le entregaba las piezas ya cortadas.Pero ella necesitaba un protector, y encontró muchos,el más importante fue Carlos Rosset, un rico terrate-niente, quien también era el propietario de la casita deladrii lo. Los cuidaba y hasta enviaba su auto Chevrolet,a recoger a Ia pequeña Eva a la escuela del pueblo, don-de ésta, varias veces, tuvo que leer en la pizarra "No sos

En lo que un anónimo viajante inglés de1 sigio XlX'

il;;^;;, r de praderas' se levantó."n t89z el puebli-

to de Los Toldos, nombre que recordaba que allí hubo

unatoldería,uncampamentodeindígenasCol iqueos'a mediados de r862. Espíritu Núñez vivía en este pue-

fto á"r¿" su fundación,la abuela de Evita' Petronila Nú-

¡"", ," dice que fue hija i legítima de Espíritu' o peor'

nacida de otra hija de su Padre'^ i"gú; Borroni y Vaca en su libro Eva Perón' esta ú1-

ti-a á"r..rrd ia "dá aquellas vendedoras ambulantes nó-";-;;;;,

q;" satisfac{an }as ganas, d9 lol soldados de Ia'Á^pt¡Á

del desierto"' Petronila fue "amada" por un

vascoqueeracarrero,sel lamabaJoaquínlbarguren'y¿""r"r" t . . iOnnacióJuana'supadre'comodi joTomás;i;il;;", "n,t

iibro sanrá Evira' tuvo 1a "senúle-

"^ á" l"g^r

^ Juana su apellido' antes de esfumarse Para

siempre". r r IS"2r, el Padre Meinrado Hux' un benedictino suizo'

orri"ri in"t" historiador de la región' cuando Juana cre-

H,"ll"J;li""ri¿" de don luan Duarte. originario de

¿;i;ti;;y, otro pueblo de la gran pampa argentina'

;; i;;;;"daba en l 'os Toldos la estancia La unión'

á;;á" trabajaba como mucama la futura madre de Eva'--g.t

l-ot fádos' hoy GeneralViamonte' en r9o8 Duar-

t" ft" t o-Urado Julz de Paz, pero en r9r5 fue alejado

á"i ..tg", Utjo la acusación de distraer fondos'-"i;; i l .rt"

",ttb" casado desde rgot: en Chivilcoy

tenía su esposa y tres hijas' Cuenta-el Padre Hux' que

áoi" p.to"i1a piácticamente vendió su hija a don )uan'

356357

. , , ' i l l l l l l l

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una Duarte sos una Ibarguren". Por supuesto, esto a la

niña le dolía mucho.Pocos años después, Carlos Rosset murió en la cama

de doña )uana, de donde fue retirado por Alfredo, un hi-

jo de su matrimonio legítimo. En r926, también don

Juan Duarte pierde 1a vida en un accidente de auto, y las

cosas para sus hi jos i legí t imos y la madre se pusieron

aún peor.Pero no existían só1o los sacrif icios. Contrariamente

a Eva, doña luana era una muier de carne, los habitan-

res de Los Toldos dicen, todavía hoy "Todo 1o que hi-

zo,lo hizo por sus hiios, obligada por }a necesidad, y la

describen como una verdadera leonesa que defiende a

sus pequeños. Y por 1o que ha hecho, necesidad se en-

üende: sus amores".'La familia, compuesta por cuatro hijas y un hijo, Juan,

se muda a ]unín; abandonaron Los Toldos de noche' de-

jando deudas sin pagar. A cientos de kilómetros, en Ju-nín, doña Juana no era conocida, o por lo menos ella es-

peraba que fuese así. Era un típico pueblo de ganaderos,

a z5o kilómetros de Buenos Aires.

Sus hijos ya empezaban a ser independientes: Elisa,

su hija mayor, tenía un empleo en el correo, Blanca' ter-

minados sus estudios secundarios, enseñaba en una es-

cuela reiigiosa y el varón, ]uan, a los t6 años e¡a apren-

diz de cometcio, más bien un recadero; ella siguió con

su actividad de costurera y tenía además una fonda, un

lugar típico, entre restaurante y comedor de fábrica.

Leyendas negras vieron en esto la sombra de una ca-

sa de citas. Eva continuaba la escuela primaria.

En estos años, en la pampa, una enorme extensión de

tierras férti les y húmedas, se desarrollaba la mayor in-

dustria productiva de Argentina, la agropecuaria. En

una pradera grande, como Holanda, Bélgica y Suiza jun-

358

tas, se cr iaban mi l lones de animales cuva carne v cuero,como también cereales, se exporraban. Dueños de estainmensa área, eran poco menos de dos mil afortunadosargentinos que habían recibido sus tierras en herenciade sus bisabuelos, quienes las habían susrraído a los in_dígenas desde el siglo XVIIL

A esros, en Argentina, los llamaban oligarcas,vivían lamitad del año en la estancia y la otra mitad en Europa.

- Enla pampa habitaban, en ese entonces, poco menos

de-3 millones de argentinos que no tenían rierras, comola familia de Eva.

Al comienzo de los años 3o la Argentina había alcan_zado un nivel económico elevado, Brr"ro, Aires era laciudad más grande de América latina y la tercera delcontinenre, después de New york y Chicago. Seguía lainmigración de i ta l ianos meridionale, y d.

"rprnol" ,septentrionales atraídos por el milagro argenrino.Tras la crisis del 29, los oligarcas decidieron romar en

T.lo-r la ¡iendas, y en 193o apoyaron el golpe de esta_do del general Uriburu, cuyos militares"tenían comomodelo al ejército alemán y i levaban todavía el yeimoprusiano con la punta encima.

El 6 de mayo de r933, Eva fue una d.e Ias adolescentesque se precipitaron a comprar el primer número de larevista Sintonía, que trataba todo lo relacionado con elambiente artístico. Las chicas a esa edad se morían porsaber la vida de sus arristas, en aquella época de radio ycine.

Así empezó la ambición de Eva, ser acrriz radiofóni_ca. Palmira Repetto, su maestra, recordó que recitabacon mucho senrimiento, pero tenía una ditción terri_ble,.pron_unciaba "ojeto" por "objeto', y',amigos de lec_ter" por "amigos del eter", expresionei

"rr rrr-o de la ra_

dio argentina.

359

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Eva egresó de la primaria con dificultad, terminó sextogrado en diciembre del año r933; a los catorce años y me-dio, también tuvo su primer experiencia amorosa. Comocuenta Fermín Chavez, en su libro Eva Perón en la histo-na, junto a una amiga aceptó la invitación de dos jóvenes

oftgarcas, quienes propusieron a las dos chicas pueblerinasun paseo en auto hacia el balneario de Mar del Plata.

Las chicas, ingenuas, pensaron probablemente pasearen la ¡rena y ver el mar por vez pr imera, nunca se ima-ginaron que el auto las l levaría a una estancia aislada, yque los dos jóvenes intentarían violarlas.

Después las abandonarían, completamente desnu-das, al borde del camino, donde un camionero de pasolas recogió dándoies una frazada para cubrirse.

El z de enero de 1935, antes de cumpl i r los 16 años,deja a la madre 'y a la familiay sube al tren que va haciaBuenos Aires, t iene sueños de adolescente.

En Junín había conocido al cantante de tango Agus-t ín Magaidi , de 34 años, famoso en los pueblos de lapampa, sus afiches lo definían "la voz sentimental deBuenos Aires", éste le había asegurado que la ayudaríaen la capital. En esta ciudad se encontraba su hermano

|uan cumpliendo con el servicio militar, él también leprometió ocuparse de ella.

Buenos Aires le pareció un escenario donde se repre-sentaba un mundo inalcanzable para ella, y empezó asufrir por no ser alguien.

Sus biógrafos conjeturan que la joven Evita vivióunos días en casa de Magaldi, luego con otras personasno identif icadas. Orros, como Benigno Acosano, es pro-penso a la hipótesis, de que se alojó en la pensión de unaprima, cerca del Congreso.

Lo cierto es que encontró al f in un modesto empleoen el teatro argentino y un cuarto en una pensión de úl-

a6o

t ima categoría. Fue un período de vacas f lac¡s, comi¡pan y tomaba mate, esta yerba bendita que ayuda en ca-so de miseria extrema; en Argentina la i iaman Ta "costi-llita verde", esta infusión ayuda a quitar el hambre, en-grñando al estómago.

Su primer actuación en el mundo dél espectáculo, siasí se puede llamar, ia tuvo en marzo de r935. Eva inter-pretó el roj de una mucama, y tenía que declarar "1a se-ñora está servida", pero Io más importante de esta ex-periencia teatral, fue enseñarle, que directores, actoresy crít icos, se aprovechaban de las jóvenes actrices, apli-cando un "ius primae noctis".

Tuvo que soportar todo esto, apretando los dientespara no regresar a /unín. En diciembre de r936 obtuvootra parte, donde su actuación mejoró, tenía que excla-mar dos frases: una en lar ín " , 'Ferebant!" y después"¡Qué cabeza dura tienes!".

Siguió pasando de cama en cama, intentando tenermejores partes; un empresario, que estaba por poner enpie una nueva comedia en el teatro Astral, de nombreSuero, estaba seleccionando aspirantes y cuando la vio legrito "-Deja de molesarme, estoy casado, declaracionesseguidas poruna serie de insultos. Eva replicó con dulzu-ra, que ella buscaba sólo un trabajo y aquel hombre tier-no y delícado, contestó a su vez. -No estoy obligado a ha-certe trabajar sólo porque me encamé contigo".3

Siguió así, hasta que el 5 de marzo de ry37,Ie dieron unapequeña parte en la comedia La nueva colonia. Hay bió-grafos que dicen que Eva, conoció el destino de mujerperdida. Sin exagerar, se puede decir que "durante su pe-ríodo artístico, todos sus amantes fueron elegidos según

' un objetivo específico: conseguir una parte, los demás,aquellos que debía encontrar, cuando faltaba el trabajo,estaban al)í sóIo para aJ.udarla a resistir, hasta que no hu-

361

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biese encontrado otra compañía o una nueva película. Portoda ]a vida, fue incapaz de contentarse con un hombreque la protegie¡a, sjn ayudarla a conseguir el éxito. ParaEva,los hombres no eran un frn sino un medio".a

En 1939 tenía zo años y se inscribió en un concursode la revista Estampa. De las doce modelos que aspira-ban a ser estrella, era la menos linda: era muy delgada ytenía poco pecho. Para esta oportunidad, fue a tomarseunas fotos artísticas en el estudio de la fotógrafa alema-na, Anne Marie Heinrich. El mismo año se presentó enun concurso radiofórrico, y conoció a Emilio Kartulo-wicz, director de ia revista Sínrcnía, que tanto le habíaatr¡ ído en su ¡dolescencia.

Buscó también en é1 un apoyo, uni recomendación,una foto en las páginas de su revista. El l istado de susamantes, en el ambiente dei espectáculo, se alargó. "Y fue-ra de duda,la condición de amante, menos infamanrc quela casa de citas, constituyó para Eva un enorme capital deexperiencia, en cuanto a las relaciones humanas-'S Parauna chica de su condición, los únicos recursos eran aque-llos ligados a la profesión más vieja del mundo.

Tenía malas maneras, y un ienguaje tan vulgar, quealgunos hombres ni siquiera la quisieron como amante.El lenguaje que ella usaba, tan desbocado e indecente,en aquella época 1o uti l izaban sólo las prostitutas. Estole daba, como dicen unos biógrafo s, "una fascinacíón ca-llejera, desprejuiciada, no era una jovencita, probable-mente nunca lo {ue, tambíén en Ia adolescencia da Ia im-presión de ser una mujer entera".6

Kartulowicz la gradficó haciéndola tapa de su revis-ta el z5 de octubre de 1939; en ese mismo año, la ¡evistaAntena publica su foto por dos veces, su editor Blom-berg encabezaba una corriente nacionalista, cuyas ideasprefiguraban aquellas del peronismo.

262

Entre el 39 y el 4o, el nombre de Evita está tambiénligado al nombre de dos jabones y respectivos dueños.

Vaca y Borroni en su obra evidencian que estas nuevasrelaciones Ie permitieron hacer ingresar al hermano a tra-bajar en un banco. También posó para fotos publicitarias,donde aparecía cubierta sólo por un trapo, con una mano1o sostenía en el pecho y con la otra en el vientre.

En r94r Eva participó en dos películas. Sus biógrafosFraser y Navarro cuentan que ese año Evita ya estabaalojada en un departamento donde podía l levar una vi-da decente y normal. John Barnes refiere análoga histo-ria y iorge Capsitski en Prehistoria de Eva Perón, cuen-ta que residía en un hotel de lujo, el Savoy. ]usto en laépoca que Santander evidencia en los documentos ale-manes su compromiso con los nazis.

Que fuera reclutada, lo deciara la misma Gerda vonArendorff, y se puede suponer, con lógica, que el únicocontacto con alemanes io tuvo en el estudio fotográficode los cónyuges Heinrich.

Esto no significa que ellos fueran los que hicieron deentregadores, aunque es cierto que a su estudio se pre-sentaban chicas que tenían todas las características pa-ra ser usadas, y Evi ta las tenía todas y bien desarroi la-das. Preponderaba en ella la ambición, el deseo de teneruna revancha en la vida y una predisposición natural pa-ra el nacionalismo.

También la rlca remesa de Schaumburg-Lippe que amediados del4r recibe Eva, y que Santander exhibe, t ie-ne justif icación: su hermano Juan sustrajo fondos delbanco donde trabajaba y ella cubrió ese monto. Qué ca-sualidad, sin respaldo de ingresos por trabajo, pasa dehumildes pensiones y camas ajenas, a hotel y departa-mentos, y le sobra dinero.

En marzo de ry42, encontramos que vive en el barrio

363

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más elegante de Buenos Aires, en un departamento cer-ca de la Avenida del Libertador. La biógrafa Alicia Du-jovne Ortiz, da un detalle inquietante "La gente delmundo del especúculo decía que en aquel departamen-to era la garsonier del coronel Aníbal Imbert, quien eraun íntegrante, en aquel momento, de }a poderosa 'logia'

mil itar que pasó a l lamarse GOU",la que tomó el poder,en la Argent ina, e l año siguiente.

A pr incipios de r943, Eva mister iosamente desapa-rece, "En su carrera radiofónica hubo una pausa entreenero v setiembre de ry43".7

También, ' lomas Eloy Mart ínez, en su l ibro Sa¡raEv'rra cuenta'. "Durante los primeros sjefe meses de

ry43 Ia Difunta desapareció, no actuó en Ia radict ni ene] teatro y las revistas de espectáculos no la nontbran.

¿Qué sucedió en este lapso?".Carmen Llorca en, LIámame Evi¡a, también la da co-

mo desaparecida en los primeros meses de r943, y con-cluye que estaba trabajando para un futuro movimÍen-to peronista.

Yo diría que estaba trabajando, sí, pero no artística-mente, ni para los trabajadores argentinos.

Pero en su reciente llbro La pasión según Eva, el actualembajador argentino en Perú, el escritor Abel Posse, es-cribe, también é1, que desde enero de ry43 Evita desapa-reció durante casi un año, cuenta también, que su confe-sor, el padre Benítez, envió varios años después a lahermana de Eva, Blanca Duarte de Alvarez Rodríguez,una carta en la que, con estilo de clérigo, la hace co{radedel gran secreto, dice que se trata de "un secreto que ja-

más se sabrá en este mundo, lo ignorarán ias gentes, esca-pará a la búsqueda de los historiadores, morirá con Iamuene de contadas personas,la de Ud.,la de la chica (otrade las hermanas), la mía y no sé si la de alguien más".

\64

Posse, entre las versiones de la miste¡iosa desapari-ción de Eva, sugiere que se trata de un presunto emba-razo. Considerando que a fines de r94z a Eva no le esta-ba yendo bien en Buenos Aires en su trabajo como¡.ctriz,refl oró una vieja hipótesis. Inmediatamente, trassalir el l ibro en marzo de r998 apareció una supuesta hi-ja y una nieta correlativa, se trataría de la hija de un ac-tor argentino de la época, Peciro Quartucci. Efectiva-mente, Eva lo conoció entre 1938-39, en su época deacercamiento al ambiente teatral.

La familia Duarte inmediatamente contrató un abo-gado para defender sus intereses, confirmando que lodicho por el padre Benítez no tení1 que ser relativo a unsupuesto embarazo, sino a otro tema.

Las frases del padre Benítez, considerando que es unsecreto confesional, son muy llamativas y se explicanpor sí mismas en la óptica de mi investigación.

Si el secreto fuera un hijo, sus familiares habrían si-do informados de su existencia y en las palabras del cu-ra, no se haría referencía como a un secreto clamoroso-

Ei supuesto embarazo cubre un período en que jus-to resultaría, según la carta de Niebuhr del z3 de enerode r943, que la señorita Duarte, "muy estimada por suexcelencia Canarís", había recibido "un encargo"en eisector Brasil y costa sur del Pacífico. La misma carta nosdice que, en ese entonces el coronel Perón "le habíaechado el oío".

Borroni y Vaca son muy claros, "Imbert no soporta-ba el carácter ingobernable de Evita y se Ia había presen-tado a su amigo, el coronel Perón".

Orro testimonio 1o enconrramos en el libro Evita, deAlicia Dujovne Ortiz. Allí,lafotógrafaAnne Marie Hein-rich cuenta un episodio ocurrido en su estudio fotográfi-co: "Apold, eLfururo dirigente de propaganda del régimen

36s

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peronista, trabajaba a la época, para una compañia clnema-

tográfrca, Argentina Sono Film, sabiendo que Zully (por

Zully Moreno, una \inda actril), tenía que ir al esrudio de

Heinrich para hacerse fotografiar, Apold se presena en

compañía de un militar, en alto uniforme, y dice a la fotó-

grafa: Diga a Zully que la espero para presentarle al coro-

ÁeI o al general X, Anne Marie no tiene en mente ni el

nombre ni el grado. CuandollegaZully,la señoraHeinrich

]e comunica el mensaje, Zully reacciona fiiriosamente, co-

mo si de semejante mensaje hubiese ya recibido muchos,

y diceNunca,nuncamás.Yo sélo que quiere, dígale de ir'

se rápido, porque mi César, por César Amadori un célebre

director de cine, ciertas cosas no ias tolera. Mientras tanto

y sin quererlo, el Sr. Heinrich que pasaba por allí escucha,

esta conveÍsación entre el militar y }a aprendiz de alcahue'

rc: ¡Tenemos que convencerla! Necesita absolutamente

que Zully conozca a Perón. ¿Qué podemos hacer si no? Pe-

rón se ha enloquecido por Evita y debemos ímpedirsus ¡e-

laciones a toda costa".Esto demuestra dos cosas: que en el estudio de ios

Heinrich había movimiento de militares de rango y chi-

cas relativamente fáciles, y que para un sector de altos

oficiales, había un interés especial en que Perón no se

relacionara con la seño¡ita Duarte, porque podría com-

prometerlo y no precisamente en el sentido del decoro.

Los primeros días de junio, el GOU, inspirado por la

alta misión de salvar a la patria, destituyó al presidente

Castil lo, dos días después, el 6 de junio, los coroneles

del GOU se distribuyeron los principales cargos, Aní-

bal Imbert fue nombrado Director de Correos y Teleco-

municaciones; su tarea era controlar la radio, como un

factor de influencia extremadamente importante; JuanDomingo Perón ocupa la subsecretaría de Guerra.

Eva buscaba un hombre de poder en la Argentina de

366

r943, no podía ser otro más que un militar, pero no po-día ser Imbert .

Perón era un viudo de 48 años, a quien le gustaban lasmujeres jóvenes, ya mantenía una en su departamento.

A é1, Evi ta, con sus z4 años, le parecía una muñeca,tenía la i lusión de poder interpretar con el la el ro l delhombre fuerte y paterno. Por cierto, Perón estaba equi-vocado porque ios hechos demostraron lo contrario.

Oficialmente, porque también en Ia historia de Evita yPerón hay una historia oficial que está bien radicada des-de más de 5o años, Perón conoció a Evita de orra manera,1o cuenta en 197o el mismo Perón, al escritor Tomás EioyIl4arúnez, en su exilio madrileño: "La conocí entre las lo-curas del rcrremoto de San luan. un sábado sucedió la ca-tástrofe, el t5 de enero de ry44. AI día siguiente movilicé elpaís entero, en auxilio de la ciudad devastaday mi ofrcinase había convertido entonces, en un poderoso ministerio,yo era el Secretario deTrabajo y Previsión. Despaché avio-nes y trenes de ayuda, fleté cantiones con víveres y carpas,organicé comisiones de benefrcencia que recorrían eI paísen busca de fondos, era una terrible desgracia. Entre las ruí-nas quedaron 8 mil muertos. Los atistts se o{recieron a co-laborar desde el pincipio, muchos sólo para hacer pinta,otros sinceramente se quedaron a trabajar, Eva fue ]a másfeworosa. AI sábado sigliente del tenemoto, hubo en elLuna Park un festival abenefrcio de las víctimas, alguien }asentó a mi lado, ella me clavó los ojos castaños profundosy con dulzura me dijo: Coronel: -¿Qué hija? y e)/,a, -Gra-

cias por exisür".8Sin hacer ironía, reaimente Eva tuvo que agradecer,

por su existencia, si no otro sería su rumbo.Lo cierto es que desde ese entonces se mostraron pú-

blicamente, pero esto no significa que no se hayan co-nocido antes.

i367

Page 190: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

El coronel habitaba en un departamento, en el selec-

to Barr io Norte, en la esquina de Arenales y Coronel

Diaz.Fraser y Navarro cuentan que, pocos días después de

conocerse oficialmente, regresando a casa, Perón encon-

uó que Evita se había mudado a su departamento; su ro-

pa ocupaba los armarlos v sus cremas ocupaban medio

baño. Este, ni siquiera pudo preguntarle qué había sido

de su mucama-amante, porque Evita le anunció:

-La regresé a Mendoza, de donde venía.

Perón no dijo una palabra, aceptó la autoridad que le

imponía Eva a é1, un coronel golpista.El z4 de febrero de ry t 4 el general Farrel sustituye ai

general Ramírez en la presidencia de facto de la Repú-

blica Argentina, y dos dí;rs después, nombra a su mejor

amigo Ministro de Guerra, el cargo más importante al

que podía aspirar Perón en ese entonces'Tras esta ocasión, en i¡<lio Belgrano, donde traba-

jaba Evita, un fotógrafo intentó tomar una foto del

nuevo ministro y encuadró: "Perón e Imbert sentados,

Evita en pie entre los dos, con los codos apoyados al

respaldo de las dos sil las. Perón se da cuenra y grin

-¿Qué estás haciendo?, pará. Y algunos policías ro-

dean inmediatamente a} fotógrafo, quitándole la pelí-

cula. EI no entiende nacl¿: Pero, ¿por qué? ¿El minis-

tro no vino ofrcialmente a la transmisión de Eva Duarte?

¿Qué tiene que esconder?".ePerón probabiemente consideraba inoportuno el mo-

mento. que coincidía cou la actuación de los golpistas,

de romper (oficialmente) las relaciones con la Alemania

nazi. En ese entonces, se cerró la embajada alemana de

Buenos Aires; el personal estaba regresando a Alemania

y quedaba oficiosamente, para actuar como ministro del

Reich. Ludwig Freude.

?68

Unos meses despr iés, en mayo, la relación entre losclos fue más pública. En una cena de los Machinand.ea_rena, dueños de los Estudios cinematográficos San Mi_guel, festejando el recienre conrraro firÁado con Evita,para que protagonizara La cabalgata del circo, conver_sando sobre el matrimonio, imprevistamente, Eva ruvouno de sus ataques de furia, característicos de sus añosfuturos, y le gritó "Creo que rc conviene por cierto ca_sarte conmigo, si no revelaré todo lo qu" ié de ti".'o

¿Qué podía revelar Evi ta que fuer i t rn comprome_I eoor l

En el mismo mes de mayo, el general Faupel escribía''fy'uesr¡o amigo Perón es sín duda el hombrle fuerte d.elgobierno". E1 era quien tenía más que perder y ella, has_tr enronces, bien habría podido bafarlo del pedesral.

Para evihr el pel igro latente, a f in de año perón serrucla a un departamento en el mismo edificio que Evi-t.:1. esto le permite satisfacerla viviendo junto, u r"p.r._cios al mismo tiempo, no siendo muy áecente para pe_rón, quien ya ocupaba tres cargos, como Ministro defrabajo, Ministro de Guerra y Vicepresidente.

Unos meses después, a principios de r945, quiere dar:r Eva lo que el la más quería, ser la protagonista de unll lm de gran producción. perón ,".t.rt.. ió con el due_¡ io de los estudios San Miguel , promet iéndoie conse_guirle la peiícula para rodar La pródiga,con la condiciónde que la parte principal sea de Eva.

Se puede decir con seguridad, que para ella fue comouna fuenre de inspiración. La pródiga es un personajerle una novela de pedro Alarcón, es la hisroria de la rá_dención de una pecadora arrepentida, que consa€fa sur,ida a ayudar a los humildes y "se dediéa a obrasáe ca_ridad, Ia gente del pueblo la cree casi divina y Ia llama La5eñora".11 También "Envuelta en los enigmas d.e su pa-

¡Aa.) v .-,

Page 191: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

, , , ' , , , , , t i , i l r i , ¡ j ¡ . , i , , t , i l , t t i l l i r i ¡ r i l l r . t , . i , I

sado, se hace ilamar la madre de ' los

pobres y ' la

herma'

na de los afligidos''" "*''l-" del hombre equivocado

: iÍlff íi*: ,; ::: : : :;J, : : fi: ';,'j ll'ffi :J1:\*' I i'":: .'ff i:1 ?I"" ;;.v..'". 5 ruer o n de s tr ui d a s

tod'as las copias' -:li

í;;l ;"" hoJ' ''' Argentina' ra

p r ó d i s a n o' " t' o " * n' i iü ;; :'" ̂ "ú'- ::i1.".t"' lllltPoquísimos argentinos pudieron "1t,-' ':L'".rriz

-v di-

pr"rnln 'r to ' io: unr teatraler¡ que se volvera

il *:i t ui:T:,1'T:'::':"Ti: :*'i: :*:T :ia".ilur á' 'jas' i"'to fl:::,ffi"".niliX,il*;rindierr y t tól_?"1?t je. Ev¡ concedió rrna er

;:T,l';'iffi ;1'Hl?J;;;"'',i;;'^'t:"",':,:J;:i:::1'ff *:;::::xT,-H:;;;:i:llxx!",:"::lJ:!:,^sadts? -No' metor' unr grun titj

":'":""ii'^,^tt"r"oaá'oZ!ií;;,:::;:;:r:'":t:::i:':::?:

' #:;i :üi::;' ; :,." iÁ i' i" t "' ^,1 " m ̂ n "' Y ru e e x a c -

em e n te un il " - a í' iTil ¡ i i' " "

a " "

ql^'^" P er ó n h ab í a

encontrado ^n'"'¡o'Á'ntJen Italia y después en opoÍ-

tunidades, .'on

"t "'li^fiaor.vonThermann' que segun

;'il:::i#l"i':il:,:Íi:'.'*1,T,".'-o)é"unhombred e n e s o c i o s: :: : Hffi l*:i r; Í :,1Í f, qji,iiffJf tffiT i1 e J t"' i;'l'!i .' 1"a1, ^e¡

e d a p o r d e s cu'

brir, por qué-"1-¡ll'on^'¡á alemán quiso halagar a Peron'

oor medio o" ^'""i

t' ' iaio he.,ho a su'muiei';1

Ei diputad" tiltt"""ü"t1tá"*it11a indudablemen-

te en io clerto' "*i 'Ult ' t¿o

la carta de Faupel del zz de

370

novienrbre de ry44: cuatro meses antes de regr l r r l r

mansión a Evi ta, Freude, que actuaba en ese entonces

como ministro sombra, para ei gobierno del Tercer

Reich,le había entregado ei collar de bril lantes, envi¡-

do desde Ber l in por el general Faupel .La biógrafa se equivoca, ya que los regaios fueron he-

chos a ella, y parecen, más un premio que un obsequio, a

1a que era considerada públicamente, como la flamante

amante del vicepresidente só1o desde hacia dos semanas.

Si la intención de los alemanes fuera la de halagar a

Perón, 1o hubieran obsequiado a él personalmente y de

ot la manera.

Interrumpo acá la historia de Evita para continuarla

más adelante. Analizaremos cuáles fueron los orígenes

de Juan Domingo Perón.

Norns

r. Martinez, Tomás Eloy, SANTA EVITA, pág. t36.z. Dujovne Ortí2, Alicie, EVITA, Pá9.t33. Ibid., pá9.4r.a. lb id, pág.+¡.5. Sánchez, Matilde. EVITA, IMAGEN DE UNA PASION'

Pag 30'6. Ibid, pág.28.7. Ib id, pág.4o.8. Marúnez, Tomás Eloy, IA N OWLA DEPER ON, pág. 3oo'9. Dujovne Ortí2, Alicia, op. cit,pig'87.ro. lb id, pág.88.u. Ib id, pág.to4.rz. Sánchez, Matilde, op. cit,pág.48.r3. Dujovne Ortí2, Alicia, op. cir. pág. to5.

371

, , . . . " , , ' , . , , , , , r l i r i l i l l l l i i

Page 192: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Argentina con su mujer' Una noche de setiembre de

1938, mrentras se encontraban en la mesa' Aurel ia se

dermtyó y poco después, el ro del mismo mes' muere'

Un mes .ntes d" quedar viudo, en una carta del 7 de

agosto, ei jefe del espiánaje en Buenos Aires' Niebhur' es-

.iibí, , susuperior en Berlín, general Faupei' una carta en

la cual ,. p,r.d" leer "Nuesr¡o s viejos camaradas del Esta-

do Mayor argentino, me han indicado que es absoluta'

Á"ntí irai$ensable,lograr unvaelco de,la opinión pú-

blica en nu"stro f^uory áttoy t"guro que harán depender

de ello, su colaboracián activa"'Elmes después' en plena

primavera ausrral, desde octubre a diciembre de r938' Pe-

ión .nmpl" t na misión misteriosa en 1a Patagonta'

Parte con el coronei Sanguinetti y el capitán Ferr¿zza-

no', "Llegart en barco a Comodoro Rivadavia y desde allí'

parten ín do, vehículos acompañados pot aigunos subo-

frciales motoistas, recoten alrededor de 8'ooo Km' Una

de nuesffas misiones, explica el actual general -Ferrazza-

no, era tomar fotografras de lo que nos parecia nrcresan-

,"t: Má. tarde, terminada Ia misión, los dos oficiaies exa-

-irrrro.t las fotografías, ei capián tenía to-do anotado y

las referencias cleiada fo'.o "Perón, en cantbio, miró cada

foto unos instantes v luego hizo lo mismo que yo' pero

de mentoria, eran 6oo o 7oo fotos"'t

En referencia a esta misión, se puede deducir que pa-

ra cumplirla, necesitó unos meses' Recorrer los cami-

nos patagónicos en esa época era una empresa' eran

L.,y r.. iá.t tados, con ripio, roca y desniveles' Muchas

u..á, "r"n

pura huella y otras parecian arroyos secos' La

mavoría de éstos fueron consolidados entre ios años

,9ity't944.En base a los mapas carreteros de época' se

p""d" estimar que no había más de r8'ooo kiiómetros

d. , lr,u, "r ',

,939, significa' que los recorrieron todos'

tanto hacia la cordil lera como hacia 1a costa'

.t / '+

Esta misión es oscura, porque ya en ese momento elAutomóvil Club Argentino renía excelentes maoas ru_teros, a l igual que el Inst i tuto Geográf ico Mi l i r i r y losmapas náuticos del Instituro Hidrográfico, también es_taban completos.

¿Qué fueron a inspeccionar de valor esrratésico lo_gíst ico?, sólo pueden ser, en las cordi l leras, unJnlediadocena de pasos andinos, y en la costa, un par de doce_nas de bahías proregidas y puerros naturaiás.

En los mi les de ki lómetros de cosra, las playas pata_gónicas son prácticamenre inaccesibles. en general ia lí_nea costera es una meseta a pique, con playas que se ex_tienden por cientos de kilómetros.

. .Fxceptuando la parte preandina, algo férti ly húmedavla línea cosrera que recibe un poco de humedad, práctica_rnenre toda la Patagonia en su interior, es muy pirecida ala Australia central. Sólo unos grandes cañadÁes o valles¡luvionales permiten una explotación agropecuaria.

El hecho que sacaron más de 6oo fotorsignifica quequisieron visualizar puntos estratégicos, conocidos só-lo por los mapas disponibles. Esto tampoco implica unLrso mi l i tar de los mismos por las fuerzas armadas ar_gentlnas, porque no lo tienen, no siendo aprovechablesl l r en caso de defensa ni de ataque

Más bien, parece una investigación para un uso espe,, íf ico, y necesario para otro fin, t.nto, .o-o para encar_' , r l ¡ misión a rres of ic ia les por var ios

- . rur .\b recorú prácricamente toda la patagonia en muchas.portunidades, y pensar lo que hizo peión, casi 6o añosrt¡ás, con los medios de la época, t iene algo de épico. Mi_It,s de kilómetros desolados, sin

"rr.orrir., almas, rea_

l , ¡stecimientos, con suerte, cada zoo ki lómetros, esca_.,'z de agua v en caso de inconvenientes considerar auero g¡i5¡s ninguna clase de auxii io posible.

J./ )

Page 193: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

La mini expedición de Perón contaba con mecanlccs

y repuestos. l^gual-tuvieron muchos inconvenientes' in-

cluyendo rotura de carter'

Át ig.t.t que é1, yo ton-ré muchas fotos' pero tomar

,.ni.r ' .orno hizo Perón' significa que además' fotogra-

fiaron lo superfluo.En enero de r939, inmediataménte terminada la ex-

raña misión, el mismo ministro de Guerra' general Ma-

nuel Rodríguez, encarga al general Carlos Márquez con-

uo.rr rl .oórr"l Perón, él mismo, cuenta esta entrevist¡:

':No hry ho^bre más adecuado para enviarme Ia infor-

macióÁ que necesito, elíia un lugar para ir' Alemania o

Italia"y condnúa "Pedí z4 horas para,pensar' veamos me

dije, fittler había convertido al Reich en un relo j perfec-

tá. En menos de cinco años' las obras públicas y la in-i"tii^

a" g"erra, habían basrado para liquidar la deso-

cupación, aumentar la reserva de divisas y Poner en

n',)rrhn Ia industria pesada' Yo había leído Mein Kampi'

oor lo menos dos veces, y conocía otros buenos 1ib¡os

trolr" U¡t\"t y st doctrina, en lra\ia, después de la ocu-

;^;¿; á"laí¡r¡n¡^, el Duce se apronaba para invadir Al-'a^n¡r. Su popularidad y su carisma encendían la imagi-

nación de i"do Europa' Hitler mismo' a.dmitía que

Mussolini "r^

,u ^^""'o'

Pero 1o que me decidió' a fa-

vor de ltalia, fue mi dominio del idioma"''

Su bisabuelo, de apell ido Piras, habría emigrado des-

de la isla de Cerdeña.-. LG; así, a ltalia, donde hizo un curso de guerra alpina

"n u"áno, y tuego asistió a otros en Tuún y Milán' Quedó

i.t.i".¿"í"r M"ussolini y ei fascismo' que consideraba la

más revolucionaria, extraordinaria, experiencia social de

la historia. Juan José Sebrelli, en su obra' Eva PerÓn' aven-

rurera o militan rg cita a Pe¡ón: "M anipular a los hombres

es una técnica, la técnica del \íder' (Jna técnica' un arte de

376

precisión militar. Yo 1o aprendí en ltalia en r94o. ¡Cispitt,.:q,téLLos sí que sabían cómo mandar!"

EJ mismo sigue contando lo que hizo en Ios dos años,lrie estuvo en Europa, y donde, en el segundo semestre,:r r94o fue agregado militar en la Embajada argentina,

-: Roma. "A los pocos meses de Llegar yo, el Duce in-::dió Albania y los alemanes firmaron un tratado de no.zresión con los soviéticos. La guena se desencadena ca-

-.nseguida. Yo aproveché para estudiar el frente orien-

'1 . v-iajé a Berlín en tren, e} pueblo alemán rabajaba uni-j] y ]os enemigos de Hitler, que luego rtteron tantos, no' veían por ninguna parte. Los oficiales de Ia Wehr-

'tJcht se mostraron nuy amables conmigo.'3Simon Wiesenthal, en los asesinos entre nosotros,

lara que Perón, cuando era agregado militar en Roma' studiaba el alemán para estar en condición de leer el,ein Kamp{en la edición original".En Alemania "Me llevaron a Ia línea de Loetzen, en la.tsia oriental, al frente,1os rusos tenían la línea de Kov-

'-Grodno, los jefes eran amigos entre sí y yo iba de unla a otro con entera facilidad. Me interné bastante porLIníón Soviética en vehículos militares. Ya de vuelta

' Berlín, |eí algunos comentarios malintencionadoste los corresponsales norteamericanos publicaban ent país. Describían el fascismo y el nacional-socialismo

't¡to sistema tiránico, Io que tal vez {uera cierto, pero

' se detenían a observar la magnirud del cambio socialt c e staban pro duciendo ".+

I try que agregar, en cuanto a esta últ ima declaración,e la posición de Perón ya se había suavizado a los 75,,s, siendo ei texto una entrevista de r97o.Ll ¡o de junio de r94o, Italia entra en guerra, y Mus-rri lo anuncia desde el balcón del Palazzo Venezia.I 'e r ón está mezclado enrre la muchedumbre. v llevado

Page 194: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

por la ola, declara que se Puso a cantar e1 ht,*lo frscista

Giovinezza.,,Arrastaaoporaque}}afrebredejúbi]o,can.;;t;;'i;;

"n^, "stof^' "ia' iia' alalá' AI día.siguiente' a

'"rt¿t i" l^ embajada argentina' pedí un a audiencia' no me

l^ a¡rto" sino paía eI3 de julio";sigue contando que' cuan-

;.-;;;; ;"'d.,p^tho"y 1o vioáe cerca "fuve ganas de

;;;';;;i", p"ro la'solemnidad del lugar me contuvo' lun-

té mis tacos y por irniÁ vez en la vila' en vez de hacerle la-"""'i^,1"

t"liáé ..on I^ ái'"'r'" en alro' ala mane-ra fascista'"'- ltátdrUl.mente,

Perón tenía una verdader¡ pasion

o"r^ü"rrtli"i' el día que 1e informaron de su muerte "eJ

';';;;;t; irí"n,in ihiebault di¡o a Petón rJn día nece'

sitará hacerle un monumento y Perón Ie contestó {ervo-

rosamente: (Jn monumento sólo' al contario' un¡ es-

-irtua en cada esquina de calle"'s

F-n r94r vuelve a Argentina "'Desde

q.ue regtesé de

rr*ií, ,r"t¡ la necesilad de una revolución' estaba im-

;:;;;";" por hacerla"'r'lltt' Nadíe se había preparado

meior que yo para mandar en la Argerttina y' sin enlbar'

oo el instinto me clecía que aúrt estaban verdes las uvasor-

uu" ^i

cosecha debía esperar' Neces,itaba que un ge-

i:;V;::;;;;;'pZ, ^i' ,nion,."' p'nsé en mi jere' Edel-

'Áiro p^o"1,

",,'l'ln'p""ión deTro-pas de Montaña' Era

'"'"'1""Áná^bre, algo timorato' aficionado a la guinrra

;:í;;:;;;i;; Ño"Ie sobraban cuttura ni entendimien'

rc, estaba hecho a mi medida' Con unascuanras charlas

que le fui dando' n fuu" más o menos a la alrura de las

i;; ;; ;; ;;i ; ÁáL' q'u" u t e v e n d ti an e n c im a' p e r o n o 1 e'o"it"

^aa^",^' n^á^' para no asustarle"'

"-;¿;;;.-"r,t", p"á,' mantuvo ia promesa en febre-

,oá"-rga4,cuando Farrel asumió como presidente' Pe-

rocont l t ]uamosconlapalabradePerón,quiennos:;;,..*o nació el movimiento que tomó el poder

"Mi prédica empezó a dar {rutos en el verano del 4t'

rz8

diez o doce coroneles jóvenes, que habían oído nti ultint¿conferencia secreta, se presentaron er:, Mendoza t meofrecieron su adhesión. No hemos perdido el tiempl, medijeron. Hemos organizado ya una fuerza monolític¿den-tro del ejército, si usred quiere, podemos tumar el poderen 4 horas. Era el núcleo inicial del GOLJ, Grupo deOfi-ciales Unidos o Grupo de Obra de Unificación, comotambién se ]]amaba. Por su idealismo, por su pureze,pore] desinterés de sus miras, aquel conjunto de hombres pu-do fundar una Argentina indestructible, justiciera, capazde bastarse a sí mism¡. por mil años."6

Efect ivamente, a l igual que el mi lenar io Reic ia le-mán, io edificado por Perón, duró exactamenre rz ¿ños.

Santander, en 1953, más de quince años antes de es-tas declaraciones, como ya evidenciáramos, hacía públi-co que el 3o de junio de r94r, e i coronel cobraba, en laembajada alemana, 20o-ooo pesos equivalentes a 5o au-tos de lujo, con los cuales, ideal y desinteresadamente,Perón empezó a poner en obra el proyecto para el cualfue elegido y entrenado.

Pasando a ejecutar su plan, en lugar de Farrel, dema-siado pasivo, buscó a otro generai. "Quien se compro-metió con nosotros fue el ministro de Guerra, generalPedro Pablo Ramírez, a quien Llamábarnos l>alito por suflacura y su afición al whisky, en los preludios di l¡ re-volución Ramírez ubicó a nuestros hombres en puestosde comando y los liberó de las tareas administrativas".

Todo estaba bien encarri lado. Lo confirma Juan JoséSebrell i, en su obra. El 3 de marzo de ry42, Goebbels es-cribió en su diario: "La Argentina podría llegar a ser nlufimportante paralaulteior evolución de América del Sur".

Un golpe de estado sudamericano es una cuesr ióncompleja, y tal vez tiene pinta de opereta, donde haymuchos generales y coroneles de por medio.

Page 195: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

XXIV

Nació el 8 de octubre de 1895' en Lobos, en h pampa'

como Evita. Como ella, también é1 y su hermrno n¿cie-

ron i legítimos, hasta que su padre, Mario Tomás Perón

se resignó a casarse con su conviv iente, casualmente

otra iuina y legar a sus hijos su apell ido' Cuando se ca-

só se fue . i t , t t , mudándose a la Patagonia, donde co-

menzó a criar oveiasDesde Santa Cruz, la familia Perón se traslada a 1a en-

tonces Gobernación de Chubt i t , en Cabo Raso y en

Puerto Camarones obtiene una pequeña y árida estan-

cia de 5 mil hectáreas: su padre fue nombrado allí Juez

de Paz.Su hermano mayor, Mario, estudi¡ en Buenos Aires,

y luan Domingo, muy pronto 1o seguirá como estudian-

ie y después como cadete; permanecerá en la capital du-

rante casi todo el año, volviendo en los veranos a Cama-

rones, manteniéndose unido a su familia y a ia Patagonia

que siempre amó.^

Cuando, ya oficiai, desempeña sus primeras funcio-

nes en el ejéicito, no pierde oportunidad de regresar a Ia

estancia familiar. Como describe Enrique Pavón en su

obra, Perón, el hombre del destino'. "Muchas veces cu-

bre el trayecto, en barcos de las líneas marítimas Delfi-

no y Mihanovich, la costa austral le resulta ya familiar'

En-mayo de rytz, luce en Puerto Camarones, su flamen-

rc uniforme militar. Los festejos de ese mes denen por

escenario la plaza principal de| pueblo, y Juan )ogra, con

.ly'egro. ,u ,ibtllo favorito, casi todos los triunfos en las

prueb.rs ecuestres. Don M¡rio. su padre' gue en su cJ-

372

rácter de Juez de Paz, preside el jurado que discierne losoremios, decide que su hijo ceda los trofeos a offos com-,etidores, para que no se diga que pudo haber existidoíavoritismos".

Perón es nombrado subteniente de infantería, en1915, teniente en 19r9 y capi tán en 1924. En esre perío-

' lo, escribe textos de manuales militares en uso en el,.jército, tipo, Moral Militar e Higiene Militar,y publicó' ambién, cosas más interesantes para su sat isfacciónpersonal, un Tratado sobre los Indios patasónicos Ma-puche y una monografía geográfica de 1a pa"tagonra.

En r9z9 se casa con Aurelia Tiz6n. Cómo la conoció. la edad de la chica es conrrovertido y hay muchas ver-¡lofl€S al respecto. Fue un matrimonio sin historia. unarlujer inexisrente. Tomas Eloy Marrínez la describe co-rno un prodigio de mediocr idad, tenían una relación,rruv formal: Aurel ia respetaba mucho a su marido y'iempre 1o l lamaba por el apell ido, poco le faltaba paraIlamarlo con su grado.

En 1936 la pareja se encontraba en Chile, donde pe-.in era agregado militar, en la embajada argentina de,entiago.

Allí, es protagonista de otra historia evocada por To-,ias Eloy Marnnez: "Perón tomó contacto con un oficialhileno, Haitiez, para conseguirunos documentos secre-os de su Estado Mayor, para un agregado militar se pue-te considerar, una normal actividad diplomática al espio-taje. Menos normal, es que involucró en esta operación,t su subordinado capitán Lonardi, enviándolo a la cita,londe hos Sewicios de Contraespionaje chileno, lo sor-,renden junto a Haniez. Esto Ie costó caro a perón, en ry 55'| general Lonardi fue quien encabezara la Revolución que,¡ clerrocaría". Perón asciende el año siguiente a coronel.

T¡as esta experiencia de espionaje, Perón regresa a la

J/5

Page 196: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

, ' i iiiifilriill,lüriiIiItiltiillllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllillllililillilririi

"AI prt>ducirse la rebelión del4 de iunio, el ministro de

Guerra, general Ramírez, advirtió al presidente Castillo

que no podía conar con el ejército. EI GOLJ necesitabauna

figura que asuntiera en apariencia, a tal fin eligieron al ge-

neral Anuro Rawson, el cual, al frente del Cuartel de Cam-

po de Mayo, avanzó sobre Buenos Aires, destiruyó al pre-

sidente y asumió el gobiemo. Pero dos días después, los

integrantes del GOu se percataron de que habían cometi'

do un error: el general Rawson no compartía sus ideas to-

talitarias y pensaba llamar a elecciones.'1El mismo Perón cuenta, en vivo, cómo se acrúa en un

golpe de estado. Ingresaron media docena de coroneles en

la casa de gobierno, armados con pistolas calibre 45 bajo el

capote, y echaron materialmente al presidente "los mu'

chachos insistieron en que me quedase yo como presiden'

te, pero no fui tonto,les encajé una lección de historia: to-

da revolución devora a sus hijos, y yo estoy demasiada

crudo, no quiero que la revolución se indigeste, busque-

mos a Palilr¡ Ramírez. Lo mandé a traer, y le puse la ba¡tda.

Mañanalo acompanaremos aprestar juramento,le dije. En

qué condíciones, quiso saber. Le respondí que podría

nombnr a un sólo civil como ministro, y que debía con'

fiar a Farrel la cartera de Guerra. Aceptó de inmediato".s

El general Ramírez mantuvo la banda presidencial, has-

ta febrero de 1944, disintiendo, en ese entonces, en la cues-

tión que llevó a la ruptura aparente con el ?'e¡cer Reich.

Es sustituido por Edelmiro Farrel, a quien, como di-jera Perón, "no le sobraba entendimiento", y era la per-

sona más apta para ser su testaferro, si las cosas iban mal.

Mientras tanto, el cubría el cargo de vicepresidente,

además de los ministerios de Guerra y Trabajo.

Con el cierre de la embaiada alemana, el embajador

norteamericano Braden empezó, ingenuamente, a pre-

sionar a Peró n. "Los nacionalistas puros y duros, aquellos

380

que soñaban un Cuarto Rejci en Argentina y q¿re c()n.s,deraban a Perón un taidor, desde cltando hab'ía cortatlolas relaciones con Alemania, ahora frente al cowboy, es_trecharon nuevamente los lazos con perón. Braden evo-caba Ios,bienes de origen alemán que el gobiemo argentl_no tenía que embargar. En una conversación con perón,el embajador estadounidense dijo: Sabe coronel perón, siestos problemas se pudiesen aneglar enfte nosotros, losEstados Unidos no verían ningúi obstáculo a una even_rual candidarura a la presideniia. Lástima, suspiró perón,alargando los brazos, desgraciadamente, hay un proble_ma. ¿Cuál? Acá, quien h,ace estos jueguitos con una po_tencia extranjera, es un hiio de Duta.',e

. El embajador norreamericano. más diplomát ico, selevantó y se fue sin saiudar.

Ludwig Freude, considerado por el Departamento deEstado norteamericano como el testaferio de los capi-tales nazis, se aprestaba a financiar la campaña electoralde Perón.

"Y además, estaba Evita. Sobre este punto, los mili_tares eran categóricos, no podían digerirla. ¿No había,pues osado, el día del nombramienlo de un ministo,apoyar con desenvoltura, el brazo, sobre el respaldo delsillón presidencial? Las mujeres legítimas gritaron el es-cándalo, aquel brazo demasiado blanco, dímasiado des-nudo, demasiado enjoyado, aparecía como una semien_te, que necesita aplastar, antes que sea demasiado tarde.E.va era la serpienrc. poco faltó que el sillón de Rivada_t'i.a, primer presidente de los argenúnos, Ilegase a seridenüficado con el árbol del biei v del

-i\."'"A Perón no ie interesaban los c-omentarios, en Euro_pa faltaba un mes para la caída de Alemania, él provec_

t : i l i i i i ¡ i l l t i r i i i

38r

Page 197: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

" "',,ii|iiiriirrrlililitllllltlllllllllillllllllliillllllilllllllllllilttittrttriilltiltllilllillrriirriiiirrrrrilr,

,,i,itW¡',,

taba presentarse, públ icamente por pr imera vez, delbrazo de Eva en el tradicional desfi le militar del z5 de

mayo en 1945, como también, en la gala del teatro Co-lón, la ópera de Buenos Aires. Esto ocurría dos semanasantes que Eva hiciera público, que Freude le había rega-lado una casa.

Interrumpo momentáneamente ia historia de Eva y

Perón, para retomarla más adelante; pero desde ya, hayque evidenciar que, como hice con la historia de Cana-r is, nadie real izó, hasta hoy, una síntesis real de estospersonajes.

Al contrario de Canaris, del cual hay sólo unas obras,por la pareja Perón, en el úit imo veintenio aparecieronla mayoría de las docenas de sus biografías y desde ahí,se puede rescatar cuanto se condensó.

No'rRs

r. Pavón Pereyra, Enrique, PERON, EL LíOi;tBRE DELDESTINO, tomo I, pá9. 139.

z. Ma¡tínez, Tomás Elo¡ LA NOWIA DE PERON, P.rg. 15r.

3. Ib id, pág.zS3.4. Ib id, pág.z5g.5. Dujovne Ortí2, Aiicia, EVITA, pág.8:.6. Martínez, Tomás Eloy, op. cit., pág. 256.

7. Christensen, Juan Carlos, HISTORIA ARGENTINA S/NMITAS,pág.6tz.

8. Martínez, Tomás Eloy, op. cir.,pág. 298.

9. Dujovne O¡tí2, Alicia, op. cit.,píg.tz't.ro. Ibid, pág. u8.

382

"-_'_!ot trrndes proyectos de nuestro Führer están ma_durando, y nos hallantos en víspera de grandes aconte-

cimíentos militares. La sinación urrr^rígiro de las costalaúS!n!71,-fueguina se presra m^rrvlllor^menrc a Iainstalación de base.s de aprovision^_i":Áru prÍa corsa_rios S,submarinos. La puesta en ejecucíón de mís planesrelarivos a esn cuesrión, depende de lu"'rJnrig^^o, ai_sipar rápidamente el climi de d"rroif¡^nra fomenndocontÍa nosotros."

Así escr ibía, r res meses 11t1s de la expedic ión para_gónica de Perón, el capitán Niebuhr

"n ,r '1 .r.r. dirigida

el Z de agosto de r93S al general f."p"i, "r,

n".f i".Silvano Santander en r953 comenta al respecto: .?os_

teriormente, esas bases.s irvieron también, para que des_pués de Ia derron nazi,llegaran ,uU_rr¡ios mjsterio_sos, trayendo carga de personas y cuandosos valores,,.,

En r99z Gerald posrner, ,,.rto. á" Hitler,s children,pu_biicó en el New york Time un arrículo i,rrrn," la visitadelpresidente_argendno Carlos M.n"- p,ái"ra" Ia aper_tura de los archivos secretos concernientes a las relacio_nes con el nazismo. El mismo escritor, enrrevistado porAlberto Oliva de la reüsta Somosel ,o ¿" f"U"".o d.e rygzhabla de un dossie¡d.e menos- de 3o cm de

"rf .ro. qrr"

",todo 1o que hay desclasificado "i.,

l . Arg";ri;, y, por elcontenido irrisorio tiene que ser expurgado, lo que faltacs "la logísrica y el contenido, de c¡nro ríbÁ)¡no, "nrl"_tlos a Io largo de las costas argendnas,,.

Como contenido est ima-que hayan descargado 55o¡rnzas de oro, 35oo onzas d.á plat i io y +62áonzas de

XXV

383

Page 198: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

cliamantes, miliones de monedas de oro y obras de arte'

En el dossl'er que pudo observar Postner' según otra

fr;";", también se irabla de un ex oficial de {J-Boote de-

sembarcado en Mar del Plata por el submarino U-235'

que comprara casa en ia provincia de Córdoba en Asco-

Ái.,g., i '"1 t"tto refiere que' en Ascochinga tuvieron

,"urlo'n", d.e ex dirigentis nazis, entre ellos Heinrich

Dorge y Rirhard VoÁ Leute' este último presidente del

Ban-co- alemán Transatlántico de Buenos Aires' quien

había enviado informes a Martín Bortnann' En t944' e)

ntisnto había organizado el envío de oro y de valores ha-

cia Ia ArgentinL El t""to hace alusióna /¿s estancias la-

husen y a Ia Patagonia".'Phiúpe Aziz- en su libro Los criminales de guerra

cuenta qu" 'do.um entos recientes, han establecido de

n')anera'formal que fueron transferidos' desde la Canci-

l lería del Reich por orden de Martin Bormann' desde

novientbre de ry4 h:.st¿ todo m¿rzo de t945' por tvíon'

fondos extremadamente importantes, consisrenres en

oro, divisas extranjeras, acciones de sociedades y tírulos

bursátiles. La agencia norteamericana, CIA' llegó a iden'

tificar, ya desle ryy, los nombres de los aviadores que

,"i l¡Áíon "rtot

íuélot,los bancos y los número de es-

as cuentas bancarias. Desgraciadamente' el gobierno

Árt"^^"rirrno no ha desciasificado hasta hoy' esta do'

cumentación. La publicación de estas investigaciones

podría aportar interesantes revelaciones"'

Pero no sólo por aviones llegaron cuantlosos tesoros:

en un extenso aitícuio publicado por el diario parisino le

Ftgaro,ehq de setiembre de r97o, Allan Pujoi' quien estu-

lriEr. ün.t lt ó,o al Deuxieme Bureau'la rama del Servicio

Secreto francés que realizó un estudio exhaustivo sobre

Ios bienes nazis, ielatab a "el7 de febrero de ry45' un sólo

[J-Boote efectúa el transporte ry-44 de los siguientes va'

384

lores enmoneda oro: 87.692.4oo marcos, 17.V6.5oo do-lares, 1.682.5oo libras esterlinas, 4.876.5oo francos sui-zos, 8379.ooo floines holandeses, ry.z9o.ooo ílancos bel-gas y 54.96 j.ooo francos franceses. Además de, 87 kg. deplarino, z.5n Kg de oro y 4.695 carats de diamantes".

Este envío, a valores acruales s igni f icaría más de+.ooo millones de dólares de hoy; se hizo por medio deLudwig Freude, quien cumpiía en este período la fun-ción tanto de ministro extraoficial del Reicfi, comoagente de conexión en Buenos Aires. fueron deposita-dos en Buenos Aires, en los bancos Gerrnánico, Torn-quist , Strupp y Alemán Transat lánt ico, en cuenras anombre de Juan Domingo Perón y Eva María Duarte.

Pujol describe también otro enr'ío hecho por subma-r inos, en la noche enrre el z8 y el z9 de ju l io de 1945, deeste no se sabe el detalle del contenido, si bien sí de loscontenedores, cajones que l levaban la inscr ipción Ge-heime ReicÁs Sage (secreto de estado) y que fueron en-viados por el general Ernest Kaltenbrunner desde unabase de submarinos de los Scñlestvig-Holstein.

Un inventar io de ios bienes de la RSHA hecho enmarzo de r945, cayó en manos de los nortearnericanos.Simon Wiesenthal pudo ver una copia, 5o Kg de l ingo-tes de oro, 5o cajas conteniendo cada una 5oKg en mo-nedas y objetos de oro, z millones de dólares y z millo-nes de francos suizos, 5 cajas l lenas de diamantes ypiedras preciosas y una colección de estampillas estima-da en 5 millones de marcos. Más de mil mil lones de dó-lares actuales.

Los cajones, una vez desembarcados, fueron guarda-dos en dependencias de una estancia de la firma Lahu-sen, donde habían sido conducidos tras cargarlos en cin-co camiones. Pulol re lata que dieron fe de todo esrovarios testigos del desembarque, entre ellos tres mari-

38s

Page 199: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

neros del acorazado Graf Spee,Wil ly Brenecke, c. i74o,quien se fugara de la internación en Buenos Aires, en fe-brero de r94r, Rudolph Detelmann ,c. i4g3,escapado dela ciudad de Santa Fe en abril de.rg4t, quien fuera radio-telegrafista en el Grafspee y ei cabo Aifred Scholtz, c.i7S9,yaprófugo de Vi i la General Belgrano, en Córdobay recapturado y t rasladado a la Is la Mart ín García, vol-vió a fugarse en 194r.

Por declaraciones posbélicas de dichos marineros, yrregresados y residentes en Alemania, ellos habían sidoconvocados por ei capitán Walter Kay, junto a otros, pa-ra l levar a cabo la operación: fueron rrasladados a la pa-tagonia para prestar un servicio especial v no recuerdanbien el sit io donde fueron l levados porque todo se rea-l izó en la oscur idad.

La noche del desembarque, el los entre otros ayuda-ron a descargar muchos cajones pesados, por lo que pu-dieron entender, se trataba de una carga valiosa que ve-nía de Alemania. Tras descargar ias cajas, vieron que enbotes de gomas, más tarde, l legaron a la costa decenasde personas, unas de eilas muy importantes por la ma-nera de comportarse y de dar órdenes.

Este hecho ocurr ió casi t res semanas después de laentrega del U-go,en la base naval argentina de Mar delPlata, e l ro de ju l io de 1945.

Ronald Newton, catedrático en la Universidad de Co-lumbia Británica, escribió que ya anteriormente "en laprimavera de t945, se multiplicaron los rumores de avis,tajes de submarinos, a 1o largo de la costa argentina. Enmarzo, se informó sobre uno en la Bahía de Samborom-bón (unos zoo Km al sur de Buenos Aires), en mayo, elministerio de Relaciones Exteriores de argentina, le dijo

r,86

a 1o-s itTgleses, que varios submarinos estaban anrc Ia cos-ta, buscando rendjrse, en junio, la policía Federal se ente_ro de que un submarino había sido visto ,"ra a" San lu-Lián (casi z.ooo Km al sur de euenos A.irel en h patagoniaSur), Santa Cruz en el lejano sur, y d.e qu'e, dos hoÁbru,habían desembarcado. en un bo rc áu goÁa,' i:n j ulío, un talJ ohn Matern, ciudadano

"rtrdouníd"nrL n^rur^lir^do,contribuyó con la historja de que dos submarinos alema_nes habían sido descubiertos, sin tripulantes, cerca de Mardel Plata y más arde fueron echadás a pirlu". nn oÍa ver_sión, era Hitler, quien había desembarcaáo,,.i

., Los periódicos argentinos de esos días, la prensay La

N1.ción, recogieron informaciones del sur del país y es_cr ib ieron que los subma¡inos vistos son más d.e dos vaseguran que varios pobladores de Ia zona han podidáver estos tipos de nave merodeando por la patagonia.

En efecto, tras la rendjción del U_iS",el mes de juliode r945 registró muchos hechos."r".á","r..vistajes d.o-cumentados de misteriosos submarinos y desembarquesclandesrinos a lo largo de la costa argen;;a.

-..po r casi una

semana, decenas de tesügos en SanZlemente del Tuyú ysus_aledaños (prácticamente ra d.esembocadura der Río dela PIaa) vieron dos sumergíbles que

"r""g^,trn hacía eI

sur, c.uya bandera no pudieron idánüfrcar.Vales avistajescontinuaron en los días posteriores y Ia sjruación, que ibamás allá de una supuesta psicosis coiecdva, d.eterminó quese movi]izaran úopas. aviones y lanchas.,l

Un informe de la Subprefeirura de La plara comuni_ca ia presencia de un subma¡ino frente, S.n Cl"_e.rtudel Tuyú. Siete fojas enviadas por el subprefecto EmilioCabrera, decenas de testigos urrr."uirtáos por el mis_mo, confirmaron ei tránsito de uno o már rrrb_arinos,el día r8 de julio, frente a las playas a.

"rulo.rtidacj de

veraneo.

387

Page 200: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

: i ¡ lu¡

Al día siguiente, haciendo señales desde la costa, fuedetenida la c iudadana alemana Maximi l iana Oschaz,quien fue l levada a La Plata para ser interrogada. Durópoco detenida: el día zo fue dejada en l ibertad y nuncamás se volvió a saber de ella.

"A las seis de la rarde, del sábado z7 de julio de ry45,una contisión policial de Ia Comisaría de Necochea, sa-lió a verificar una denuncia: Una nave estaba haciendosenales en código morce hacia la costa y el mensaje eracontestado desde la playa. En tres autos particulares, lospolicías recorrieron e} sector y tras horas de búsqueda,encontraron al hontbre que respondía las señales. En lacomisaría se Io identificó como ciudadano alemán, deprofesión artesano y admitió, que la nave era un subma-rino, que se disponía a desentbarcar.

"A la ntadrugada del domingo 28, se inició un rastreopor las playas de Los alrededores de la ciudad. AI prome-diar ]a mañana, quince kilómetros al norte, una comi-sión integrada por un suboficial, un cabo, un cabo pri-mero y cuatro agentes, encontró, en la playa, que iban yvenían desde Ia costa hasta Ia entrada arbolada de una es-tancia. Había también huellas de lanchas o botes de go-ma que habían sido arrastrados, y las marcas inequívo-cas de cajas o cajones muy pesados, que habían sidollevados hasta un lugar, donde había huellas de ruedasde camión.

"Ante el hallazgo, el suboficial decidió Llamar al co-misario, y cuando la comisión se hubo completado, co-menzaron a entrar en 1a estancia. Llevaban recorridosunos dos kilómetros por el camino de entada al casco,arbolado y franqueado por tamarindos, cuando cuatrohombres que hablaban alemán, con ametralladoras enIa mano, Ies impidieron seguir y los echaron violenta-mente.

388

"Como los policías no LLevaban, ni siquiera, orden deallanamiento, decidieron regresar a la comisaría y comu-nícar la novedad a la jefarura de La Plata. Tras dos horasr1e espera, el jefe de la policía prcvincia| Ilamó, perso-nalmente, a Necochea y le dio al comisario una ordenprecisa: 'Deje sin efecto la búsqueda de posibles alema-nes, retirándose de inn'tediato de ,la estanci a'. EI artesa-no detenido, fue enviado a La Plata, t' a los pocos días es-taba otra vez en libertad, en Necochea, donde aún sigueviviendo".\

En efecto, a este desembarque suficientemente do-cumentado se puede agregar un detalle reportado por elperiódico locai, Ecos Diarios, del día 3o de julio, la es-tancia en objeto se l lamaba Moromar y el establecimien-ro agrícola era de propiedad de ia sociedad de capitales,rlemanes Safico.

También otros avistajes de submarinos en el l i toralargentino quedaron registrados en diversos documen-tos de la armada argentina; conseguí copia de los mis-mos, más de sesenta fojas en las cuales resalta que ya elzz de mayo, el Ministerio de Marina había constatado lapresencia de U-Bootes alemanes en aguas del Atlánticosur y opina establecer un patrullaje en el extremo sur,cerca del estrecho de Magallanes, para controlar el pasodel Atlántico al Pacífico. Tras la rendición del U-53o elro de ju l io los avistajes s iguen.

A setenta dí¿s de Ia rendición de Alemania, el r8 de ju-

i io se informaba al Estado Mayor General con un lacóni-

389

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co mensaje "Periscopio-San Antonio Este. He dispuesrcreforzar exploraciones allí". Otro informe del Ministeriode Marina del mismo día dice textualmente "Submarino

atacado co n b omb a s hasta o scur e cer". El 4de julio, el M i-nisterio de Marina recibe un resumen de los hechos de-

nunciando que ias noticias anteriores fueron propaladassin autorización por una radio uruguaya ei día r9 por iatarde, en síntesis, un submarino había sido descubierto y

atacado con bombas por el torpedero Mendoza en la zo-

na de San Antonio (+t"S - 6+"W), y que luego se habíaobservado una mancha de aceite en el agua, pero que

no se aseguraba haberlo destruido. El informe (expe-

diente 6-P-35r "5" /g+S) termina dic iendo que se hainvestigado y que la información no salió de manos delos que debieron conocer la, que invest igarán si otrassecciones costeras que puedan haber interceptado elmensaj e dir,rrlgaron tal información reservada.

El z3 de julio, según los documentos de la ArmadaArgentina, hubo avistajes en la zona de Bahía Blanca,Copetonas e Ingeniero White y de otro en el área de Cla-romecó.

Los informes del Ministerio de Marina en mis manoscontienen decenas de nombres de testigos y lugares deavistaje. Lo que es más llamativo es la discontinuidad,el diaryde julio hay avistajes a la altura de los 36' de la-titud sur, al día siguiente a los 4r' , el z3 a los 39 ".

Esto sólo puede significar que los submarinos son mí-nimo dos, todos los avistajes ocupan un período de unasemana. Respecto al último, al del día z3,la descripción re-currente de múltiples memorandum (47-48-zj9) e in-formativos de testigos, es de un submarino gris de uno 7ometros de eslora, navegando en superficie con proa sur.

390

costa", prácticamente, autorizando a no molestar las l le-gadas de otros IJ-Boofes estimadas por todos los indi-c ios y test imonios recopi lados como poco posrer iores adicha orden. la úldma semana de ju l io r945.

Yo, personalmente, hablé con muchos tesrigos de ha-llazgos en distintas playas de botes vacíos, bidones gra-bados con cruces esvást icas y otros objetos, que la ma-rea dejabl en l ¡s costas argenr inas.

Escuché también muchos comentarios interesances,pero no pude siempre cotejar las informaciones, comoes mi costumbre, mínimo dos veces; como por ejemplo,ocurr ió en relación al contenido de un l ibro l lamadoOperación Patagonia.

Todo empez6 en t994, t ras leer un recorte de unper iódico de Buenos Aires, El Cronista del z de di-c iembre de ry87, en la página l i terar ia, un art ículo deCésar Magrini, uno de los crít icos más imporrantes deArgent ina. En el mismo daba not ic ias de un l ibro, enese entonces recién publ icado, escr i to por Jef f Kr is-tenssen. Su idea central era que Hit ler murió en la Ar-gentina "K¡jsrenssen, además, certi{ ica a cada mo-mento sus aseveraciones y 1o hace en forma rotunda,que disipa cualquier suspicacia y que ahuyenta la me-nor vacilación, el Libro es también ágil y muy entrete-nido, salpicado aquí y allá de sabrosas anécdotas y co-mo una caja de soÍpresas, que se fuera amplificando amedida de que se avanza en su contenido, Io deja a

39r

Page 202: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

üno ampl; , t Í r iente estupefacto, con |as revelectones

que efitfe9:1"En la

-iu-n págrna aparecía la foto del 1a ta'pa del l i-

bro dorrde figurab'a la ediiorial lg'r;rlmente' no fue ta-

rea simple eniontrarlo. La editorial ya no exi'stía en 1994

y tro p.td., en ningún depósito o l ibrería, encontrar un

á1"-pt" . del mismo. Casualmente, en r995' encontré

lr.. p".ron, que lo había sólo hojeado pcrque qrrien se

io mtstró lo estaba leyendo y estaba de paso

El detal le interesante que me contó, era que ei l ibro

ie pertenecía a un pariente del autor' Tuve suerte' pu-

de localizar a esta persona' a Ia cual le pedí que üle coü-

tactara con el mismo Kristenssen' El ¡rutor me liamó ai

día siguiente al hotel donde me aloiaba en Buenos Ai-

i " r , . i octubre de 1996. Me di jo que no podía reunir-

, " .onrnigo inmediatamente, pelo que me envi¿rír '

" r . mirm"o día, e l l ibro pala que yo la leyera' é l se co-

rnunicaría coninigo un Par <ie días después Para con-

versar dei tema.Efectivamente, a la mañana siguiente' l legó en un so-

tre un ejemplar de éste, dedicado por el autor" Transcu-

rrí el día leyendo y subrayando algunos hechos muv in-

teresantes.El l ibro estaba escrito como una novela más que co-

mo una investigación histórica' Llevaba, en la contrata-

pa, una crít ica l iteraria hecha por el escritor e historia-

ior Altan Patrick, fechada Londres t977, decia entre

otras "A medida que me fui adentrandc" en los porme-

nores asombroroi d" "rt"

documento excepcional' des-

cubrí que me encontraba frenrc a un testimonio' que

puede'y debe conmover a }a opinión mundial' Los deta-'lles,

lís hechos, Ios personajes y elementos reales pre'

sentados son de tal verasimilitud, que las consecuen-

ciars, que este libro puede provocar, son impredecibles'

392

n'te aboqué a la tninuciosa ra¡ea de comprobar inciden-tes, revisar archivos, consttltar {uentes fidedignas. La ve-ncidad de 1o que se desarrclla, adquirió proporcionesdescomunales, los elementos presentadcs son de u-nac r e d ib i l i da d ap ab ul l a n te ".6

El autor al día siguiente se comunicó conmigo, le pe-Cí una cita que concordamos para el mismo día. En la ve-reda, frente al céntrico hotel, me recogió un auto con-ducido por un señor canoso, próximo a los setenta años.Le conté de mis investigaciones y é1 se abrió definit iva-n-rente conmigo, fuimos a su casa para conversar mejor.Yo Io observaba durante el recorrido, era una personamuy distinguida y manejaba un auto nuevo y lujoso queire detuvo frente a un palacete Art Deco, de un barrio re-¡idencial de Buenos Aires. Era una casa muy bien man-:enida, de f ines del s ig lo XIX, en est i lo f rancés, con l in-ios estucos y vitreaux.

Nos sentamos en uno de los salones; mi primera ob-servación fue:

--Usted no se l lama Kristenssen.A lo que él contestó:-Por supuesto que no, es un seudónimo. mi nombre

r.s Manuel Monasterio. Soy capitán de navío de la Arma-::a Argentina y pronto vov a jubilarme.

Encendí mi grabador -como hago siempre- y co-tenz,ó a contarme cómc nació su novela.

Tal cuai había sospechado, en las doscientas páginas

'e su i ibro había aigo que no surgía de su fantasía, tenía.1úe v€r con una experiencia personal V alrededor de és-: ' había construido su novela.

Fs un hecho que ocurrió a mediados de 196¡;, en eseriionces Monasterio se había dado de baia de la arma-

393

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dr para mejorer su posic ión. teni¡ casi cuarent¡ años.mujer y un hijo de nueve años. Había aceptado ser co-mandante de puerto y jefe de operaciones para unacompañía norteamericana que tenía que desembarcaren el medio de la Patagonia numerosos buques de ma-quinaria petrolera, para levantar torres de perforación,redes de conductos y todo lo necesario para explotar elcampo petrolero de Caleta Olivia, en Santa Cruz.

Al l í no había puerto, sólo una playa y un precar iomuelle con una vieja grua. Ei operativo de desembarqueduraría unos tres meses y para dirigirlo, Monasterio via-jó hasta allí desde Buenos Aires, más de dos mil ki lóme-tros de camino desastroso.

Al l legar tenía un soporte del motor de su auto que-brado. El pueblo, prácticamente no existía, se estaba le-vantando, en aquei t iempo aquel lugar era muy pareci-do al fa¡ rvesr. Muchos se ntudaron allí después dedescubrir ei petróieo, y se levantaban casil las alrededorde los caminos de tierra.

Le aconsejaron, para solucionar ei problema de su au-to, ir a ver al Gringo, así l laman en Argentina a los ru-bios extranjeros, éste tenía una casa taller en las afuerasdel pueblo. No le dieron demasiadas esperanzas porqueél no buscaba trabajo y cuando se lo l levaban, si tenía ga-nas lo hacía, si no se negaba. Su casa se encontraba cer-ca de ia carreterf, que une Caleta Olivia con ComodoroRivadavia, muy pronta a la playa del Atlántico.

Era un hombre rubio canoso, aparentaba unos cin-cuenta y tantos años; el capitán Monasterio fue bien aco-gido y aceptó arreglar el desperfecto. Hicieron amistad, eiGringo había llegado hacía unos años sin que se supieraexactamente de dónde. Le contó de su juventud en Euro-pa, é1 había sido mecánico, y antes de empezar el conflic-to se había embarcado en cl acoraza do Gra{Soee.

394

Probablemenre aceptó hacer el trabajo porque el ca-pitán se p¡esentó como tal. En estos.,-r"r", surgró entree]los una corriente de simpatía.

En Caleta Olivia tambidn vivía la familia del capiún,muchas veces se encontraron para comer juntos, tras ira las playas a recolectar mariscos. En estas ocasiones ermarinero hablaba de orros riempos, en los que había te_nido otra c lase de ambiciones y d"

"rp.r . , pero nunca

terminaba un discurso, y cal laba, dando una idea demisterio. Era muy buen mecánico: a veces, al desembar_car piezas para la industria petrolera descubrían que te_nían problemas, enronces el capitán le encargabi arre_glarlas. Tenía manos de oro.

Un día se encontraban los dos arr iba de una peque_ña col ina que domina la bahía, era un f¡ io dia de;n_vierno, se sentaron a mirar el océano, el ex marine¡oempezó a hervir un jarro de vino con azúcar en un ca_lentador que l levaba consigo. Le convidó y muy ergui_do comenzó a beber v le di¡o -amigo míá mira el ho_r izonre, a l lá v iene la gran armadi alemana, la másgrande del mundo- y empezó a contar le cómo se ha_bía fugado, y sus años prófrrgo en Argenrina duranree1 período bél ico. EI capi tán Átaba m,Iy intr igado y ledaba r ienda.

Ei.ex marinero le preguntó si él era peronista, éste in_meotatamente le contestó que sí;además quiso saber, siesa fue la causa de haber sido dado de baja en la marina,a lo que él contestó afirmativam"nr", ío era la verdadpero quería saber dónde iba a parar.

. El Gringo continuó -hasra cuando estuvo perón ro_Oo,lgr fue bien, después nos quedamos abandonados,y al f inal me quedé solo, como un náufrago en estas rie_

3e5

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%|W|||||| | | | | | | | | | | l l l | | | | l i | | i | |1l||1li i1l|I l | | l i | | l l | | I l l l i l | It l l i l | l l |1l||1l|| l l | | i1|| l l i i i ! ] i l l1i1]| i] | i Ir| i l ] i i l i jr l , i i i | | l l i i i i i ] l

i r l r i r i l r l i l i l l l t r ,

rras. Se lo veía muy dolorído, con muchas ganas de ha-blar. Perc tampoco en esta ocasión dijc nada.

La tarea del capitán estaba por terminar; al enterarse <ieesto el ex marinero se sintió muy afligido y le dijo éste--quiero decirle algo que no sabe nadie, algo muy impor-tante, que tiene que quedar entre nosotros. Monasterio sesintió aún más intrigado que en otras oportunidades. Pen-saba que podría i legar a ser un negocio muy importante,que el Gnngo sabría algo relativo al petróleo o a una minaperdida.

El capiún se cuadró y le dijo -Le doy mi paiabra de ofi-cial. Lo mismo hizo el otro, quien desde hacía un tiempohabía tomado la costumbre de llamarlo Mein Kapitan.

Este, de un soio aliento ie dijo -\b estuve con AdolfHitler. Ei capitán quedó asombrado y preguntó -¿EnBerlín?, el otro le dijo: -No, acá en la Pat:rgonia.

Y comenzó a contar ie, muy escuetamente, que éi yotra decena de marineros del GrafSpee, que se habíanfugado de los campamentos de internación, fueron se-leccionados por el segundo capitán del acorazado, y de-¡ivados a las órdenes de un alto oficial de marina, muyconocedor de América del Sur, persona de entera con-fianza dei almirante Canaris.

Este marino había comenzado su carrera cubriendoel cargo de oficial junto a Canaris, a bordo del cruceroDresden; el comandante del GrafSpee lo había defini-do como un oficial cuyos antecedentes no podían sermejores, ni el hombre elegido más idóneo.

Ei ex oficiai del D¡esde¡, como primer encargo, teníaque volcar todos sus conocimientos de Latinoamérica ysus experiencias, en la decena de ex marineros del G¡afSpee. Habiendo sido oficial de marina conocía las l imi-taciones concernientes a la iniciativa personal de los tri-pulantes. Además, tenía que hacerles superar el incon-

396

veniente del id ioma, dado que ninguno de t , l l , , . ; l r , r l , l , rba español .

E1 marinero recibió una nueva documentacit¡n v r.¡lpezó a trabajar en una empresa de reparaciones n¡v.r 1,....como mecánico, allí, tuvo a su cargo las relaciones colllos agentes que viajaban en los bu-ques españoles, qr.recruzaban el Atlántico

Casi al f inai de la guerra, el ex ofici¿l del Dresden,leconsiguió empleo en Ia c iudad de Bahía Blanca, le pidióque se trasladara allí y esperara. Le l legó la noticia dei f inde la guerra, se encontraba solo y angustiado, sin ami-gos, ni esperanzas. En los pr imeros días del mes de ju-l io apareció su superior y le ordenó prepararse porquetenían que partir al sur.

Llegaron a la ciudad de puerto Madrvn. donde los es-peraban dos personas, v ia jaron var ias horas de nochepor caminos de tierra hasta l legar al casco cle una granestancia. Por la mañana vio a los dos individuos que loshabían acompañado con otras dos personas, se expresa-ban en alemán. Hablaban de un operarivo muy impor-tante, para l levar lo a cabo habían decidido emplear extripulantes del acorazado. Ninguno de ellos era cap.rz deidentif icar el lugar donde se encontraban, pues las pre-cauciones tomadas eran extremas.

Cerca de fines de julio, en una pista de emergencia,aterrizó un pequeña avioneta transportando un par depersonas, y tras esto, le fue anunciado que en las próxi-mas 48 horas había que realizar el operativo planeado.Los últimos días de julio l legaron a rierra en bores de go-ma, desde un submarino, varias personas y se alojaronen los galpones de Ia esrancia.

Algunos no eran simples marineros como é1, le habúagustado verlos de cerca, hablar con ellos, saber qué pasaba,pero la misma noche salieron de ahí. Al hacerse día, no pu-

397

Page 205: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

do ubicar exactamente el lugar donde había estado y don-

de había sido testigo de un hecho tan importante, tras un

día de viaje, lo regresaron a Bahía Blanca.

Poco t iempo después reapareció el ex of ic ia l del

Dresden, y emprendieron otro v ia je en auto hacia su

nuevo dest ino, luego de muchas horas l legaron al Va-

lle del Río Negro, donde prácticamente empieza la Pa-

tagon ia.Desde al l í , los caminos eran desastrosos, c ientos de

ki lómetros de t ierra, cruzaron val les y le jos empeza-

ron a ver montañas, cuyas cimas se notaban clara-

mente nevadas. Especi f icó, que luego de más de nue-

ve horas de cont inuo andar, l legaron por f in, a una

estancia de la precordi l lera.Unos ki lómetros más adelante, se detuvieron en el

casco de la propiedad, rodeada por galpones y otras

pequeñas construcciones, al l i se acercaron otras per-

io.r . t q, t" saludaron ai uso nazi y conversaron con el

ex of ic ia l , que luego lo presentó y lo l ievó a una vi-

v ienda, donde Io aloiaron.Le contó también al capi tán Monaster io de una

central, donde los camaradas que allí se encontraban

emprenderían la organizaciín de una nueva Alema-

nia, su iefe le había dicho que los integrantes eran l í -

deres importantís imos del Nuevo Orden, entre el los,

lo más rescatable de 1o que fue el Partido y que le brin-

daba el honor de compartir sus destinoS como premio

por su comportamiento Y leal tad.

También di jo que en aquel la comunidad había una

treintena de personas, de eiios, tres o cuatro eran chi-

lenos y otro tanto argent inos; y dos docenas eran ale-

manes.

398

Al l i , en l : i central , había un jefe absoluto, no teníaduda alguna, inmediatamente se preguntó -quién

había s ido en su patr ia, qué hizo al l í , por qué ahora era

el l íder- . Tras estudiar lo unos días, preguntó al ex

oficial de| Dresden si podía asegurarle que no estaba

equivocado , que "É1 vívía" y que estaba al l í con el los.

Su jefe Ie conf i rmó, escuetanlente "Es E1 " .

En la centrai fue test igo de todo 1o que al l í se real i -

zaba, movimientos de grandes cant idades de dinero

para real izar operaciones comerciales a di ferentespuntos de América lat ina, Europa y Medio O¡iente.

Fue part íc ipe de la t ransacción de mi l lones de dólares

que 1os caudil los de turno exigían al,a central.En los pr imeros dos años, t ras el f inal de la guerra,

en la cenrral todo se movi l izó discipl inadamente. Su

ubicación era un secreto que sólo Pocos conocían. Losdest inos de mi les hombres se controlaban desde al l í .

La mayoría de el los sabían de la existencia de ésta, pe-

ro desconocían dónde se hal laba y obedecían sus ór-

denes siguiendo al p ie de la letra sus direct ivas. Ha-

cían funcionar sus centrales en las c iudades de Europa

y de Medio Oriente, según la órdenes recibidas des-

de la gran central , ocul ta en la Patagonia.Pocos años después, la mayoría de los hombres que

habían tenido la conf ianza de Hit ler , se hal laban en

sus nuevos puestos. Sus organizaciones tenían ya

nombre propio, y cumplían una tarea minuciosa.

El marinero ahora acompañaba aI Führer, conocía

sus gustos, su manera de pensar, era un colaborador

muy ef ic iente y estaba pendiente de Hit ler , pero pa-

ra el ex marinero esto no signi f icaba un sacr i f ic io, a l

contrar io, era mot ivo de fei ic idad.

' , " , , i r i l i r l r i l l lh l l i r l l i l l i l l l i r l l i , , i , ' ;

399

Page 206: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Pero las cosas no prosiguieron según los planes. I . rcentralya no n¡ndaba, las informaciones que llegabanestaban lejos de coincidir con la realidad, tras una reu-nión, a principios cle la década del 5o, la central fue aban-donada completamente por orden expresa de Hit ler ,quien jamás volvería allí.

En el período posterior a Ia muerte de Evita, só1o que-daban unas personas cuidando al Führery tras ia Revo-lución Libertadora se redujeron a dos, el ex m.rrinero yun doctor que se ocupaba de la saiud de Hitler, quien vahabía p.rsado los sesenta y cinco años y, si tras su l lega-da a la Argentina había mejorado, ahora empezaba a de-clinar.

Fueron a vlvir cerca de 1o que el ex marinero l lamó ellago quizás más grande de la zona más fríamente bellade Argentina;en una propiedad de una pareja de ).ugos-lavos.

Desde cuando se mudó allí, comentó eI gringo al ca-pitán Monasterio, quedaron compietamente abandona-dos.

Si cada zo de abril, anteriormente había visitas, des-de entonces quedaron absolutamente a solas. Las espe-ras fueron en vano, y las excusas, que llegaron siempreposteriormente, dieron la certeza que todo había fraca-sado, Hitler mismo había comprendido que todo habíaterminado y que sólo lo acompañarían hasta el f inal, loque se había reducido, de una multitud, a dos fanáticos.

NorRs

r. Sant.rnder, Si lveno, I -ECNICA DE UNA TRAICION,Pag.45.

400

r . Dujovne Ort ízz.l , Neu' ton, Rol¡nd,

( ), p'¡9. .r.

4. C.rmansa, Jorge,

' Ibid. pág 7.1

6. Kristensse n, Jeff,

Alicia, EV77á, pág. rr3.EL CUARTO LADO DELTRIANGU-

oDESSAAL SUR,pág.73

O PERACI O N PAIAGONIA, tapa.

+o1

Page 207: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

: r,',i, rr lli,ilirllrll|ltllllllllihlllrlillli rlllrlr lll lrr rlr lt',lr',ri ,i ' , ', ,

i i r i i i i i i ¡ ¡ i ¡ t ¡ ¡ l l i ¡ ! r , i ¡

XXVI

El capi tán Monaster io insist ió con el ex marino deI

Graf Spee para obtener especi f icaciones de lugares y

no-br.s de quienes acompañaban a Hitler, fechas exac-

t¡s. Dero le fue contestado que é1 lo prefería así' para pro-

t"g"r.l capitán y a su familia, que tan bien io-hrbían aco-

giáo; le d¡o q"L "todavía era peligroso hablar de esto"'

f,ue habíl de por meclio enorn-Ies intereses económicos'

1, g..rr" qrr" its nraniobraban en 1¡ Argentina; conside-

,J. . i " tgoto, aún en r965, hablar detal ladamente'

Le piciió su palrbra de honor de que, como mínimo una

do.ert" de aRos o más, no hablaría con nadie de cuanto le

contara, si bien consiCeraba, como ilnico deseo, que estos

hechos que él conocía, se hicieran públicos de alguna mr-

nera para que no se perdieran ai acabar su vida'

Y así fue. Tras experiencias negativas de trabajos in-

dependientes, el ..pitán Monasterio se reincorporó r h

Armada Argentina y en la época de mi entrevista se en-

contraba "

1", .tp"tt de un ascenso a vicealmirante y de

su ret i ro.En t977, al cumpl i rse los doce años, preparo un ma-

.rrrr.rito brr" ,tou"l.do de cuanto le fue contado' En

ocasión de un viaje de turismo a Londres, por medio de

amistades comunes, Allan Patrick examinó ese docu-

mento. A su regreso empezó a redactar su l ibro y sólo

en r987, a los seienta años' decidió publicarlo en la Ar-

gentina, cumPliendo su Palabra'Lamentablemente, publicar en ia Argentina unos po-

cos ejemplares significa que un l ibro no l legará nunca a

ser accesible fuera del país sudamericano'

401

Me considero afortunado de haber conseguido tanroel l ib¡o como la entrevisra con el auror. Que, hay que¿clarar, es una persona de bien, con un curr ículum des,tacado; para nombrar un punto, en octubre de r99r, fuejefe del operat ivo y pi loro del portavión nuclear esra-dounidense, Kitty Hawlk, ai ingresario en ei puerto deMar del Plata.

Fue elegido en esta ocasión porque e1 Deparramentode Estado pidió expresamenre a la armada argenrin.l que¡ l mando estuviera un capi tán de navío de mucha expe-r iencia. Monaster io fue grar i f icado al cumpl i r e l operr-t ivo por el mismo secreta¡ io de ia marina de los EstadosUnidos.

El capitán Monasterio, rras su estadía en la Paragonir,en r965, nunca más volv ió al l í , n i rampoco intentó ubi-car con precis ión los lugares descr i tos sumariamente.ldent i f icó el área de implanración de l ¡ central ,gracias.rla descripción detallada del viaje en auro desde Neuquénhacia el único dest ino posible de ia precordi l lera, SanCarlos de Bar i loche.

Por lo tanto, la pr imer cosa que hice, fue i r a CaletaOi iv ia, que ya no era, t re inta años después de la estadíadel capitán Monasterio, un pueblo precario sino una pe-queña ciudad petrolera, con casino y hotel de cuatro es-trel las, rodeada por mi les de cigueñas bombeando pe-t¡óleo.

No hay puerto y todavía queda el viejo muelle. A suespaida, la colina que domina el pueblo está rodeada porgigantescos depósitos de petróleo, conectados con unapipe l ine que lleva ei oro negro hacia una boya flotante,en frente a las playas de la ciudad, donde anclan buquespetroleros para cargar el crudo.

En la colin¡ hay hoy un cementerio, allí descansan losr estos de /uan Paulovsky, quien fuera enterrado, tras su

I\

+o3

Page 208: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

,*"**'**oaiiii$ii k*.

muerte, ocnrrida en 1985, por ia asistencia sociai públi-

ca. En los registros, e ' " l ' in i to

que no t iene incl icado

."ati"t to"ít""ít, faltando 1a fecha de nacimtento'

Estuve cuatro veces en Caleta Clivia y sólo pude re-

.r;;;; il. P aulov sky efectiv amente' fue.un me c ání -

co clel G¡afSpee, que, como todos los mecánicos pata-

;;;;, ;;; io.,oiiao por-mucha sente' tenía un só1o

:;;;,;;.1em án Cr iitof Re gensburger' tambié n me -

;;t?;;;""t u..táo' t"' dos hljosJuan carlos v Rober-

; ' tt#;.;abajando to<lavía en el taller paterno' Aún

;;.;.á." que ál amigo de su padre :t" Yt hombre que

tenía manos de oro y sabía reconstruir piezas' cada tan-

to su padre le encargaba lo imposible; por 1o general to-

dos los que ttenen tatleres mécánicos lo recuerdan tra-

bajanclo para empresas petroleras' v solucionando los

á"|ü.tr".r.t de its aparatos de bcmL'eo'

/rlredecior d'e los setenta ,v t¿lltos anos' fue a vivir a

\1lr.I cirsf, hogar prra tntitno' ' donde' la nlañana del i3

de diciembr" a" '945, 'olió

para cruzar 1a ruta nacional

que pasa en frente y.tit i -"i i t '

en el acto' atropellado'

Después de más ae tl i"t a;ros no hay más huéspedes

a" "ui"i.,grr

que lo recuerden' En 1a secretaría v direc-

ción de esta institución no existe ya 1nás 1na

ficha a su

nombre, como tampoco una foto de é1' y si bien recuer-

á.n "tgo,

no alc¡nzi para describirio más que como un

anciano canoso, "" to 'uado

v achicado; las pocas cosas

ft" t"."".atn allí, y de las que ei se ufanab¡' era de arre-

glar hasta cañcues u ""o

po' cierto' era la verdad'

"';;;.,.-;t t ir¿i, mecánicos que se fugaron en los

añr¡s de internación, juan Pauloviky qn"d" así no iden-

iin.^Ut", siendo el nárnbre' según su propia declaración'

i.r-*,. i ' ig".lque el cie todoJos que se fugaron-de1os

camparnento,, qt' i""" ' asumieronotra identidad; a fal-

ta de edad cierta se in tt ' -ttgtn

de diez años (según las

t i l l l i i i l r r t r i l i i r , ,

desci- inciones enrre 7rr \ '8o . lnr)s) r . rmncco rrbicrble cnlos l is t . rdos of ic i ¡ jes de intern¡cioi l quc están en misnlanos. Apareció de la nada v desapareció de igual m,r-nera.

t 'ero sus revel¡rciones. aunque vagas. fueron todas co-r fectas. De todas maneras dehemos i r prso a paso.

Ya anter iormente a esta entrel ' is ta, Ce octubre derg96, había recorr ido l ¡s cost¡s prt . rgónicrs en una ca-mioneta -1x4, buscando indicios r' -riguiend-o clichos lo-c¡ les, interrogando poblrdores. E; t tn; hrrsqueda muy-Ji f ic i l porquc j ¡s est¡nci¡s costerrs. e i r : ju inJ\ ' ( ) i í , , cs-t in despobladas y nuy pocas, mejor ubicada.s, t rab;r janr l mínimo de su potencial idad en el único uso que pue-. lnn rpner l r err . r , ip ()voi , ts \ ' .1 n() mtr \ . ' rcnt . lh lc gn l ¡ fa.

l ¡ costera.\e nrrp, le ert im:r r ' r lp c rd: cn!rncr\ l i i i , rme_ _ r __ a-. . . -_ . . . - . . . - l lo: i . ¡ ro_

nedio, se encuentran es[ai lc l . rs ce¡c¡d¡s, \ 'en s l - r rnavo-

r í ¡ . cerrad.rs con candado: v isual izar l . ts cosias es asinuy difíci l v fotografiarlas ¡un n-rás. la útrica fo¡ma se-;-ía alquilanclo Lrrra ar,rioneta. per() hav só1o un par de ae-r l rc lubes, que disponen de tales medios v son avicrnetas

¡rrr t iculares, cuyos propietar ios no esrán cu¡ndo unolos necesitr., siempre v cuando sea pcsibie voiar a causadei viento, la visibil jdad y las distancia s a cubrir.

Los lusares c ie desem'n;rnrre más nroh¡hles sc en-""-^ '1" ' """ ' r ' ' ' * '. l lentran ubicados, a un mínimo de zoo km de vuelosobre la nada más absol l ¡ . ta, o peor" sobrevolando el\ r iánt ico. Esto. con avionetas'" ' ie ias -v al i imi te de la au-¡ . rnomía no es la cosa rnás salubre. l r en b¡rco o pesque-'os, peor, porque tampoco hav disponibies para seme-trntes travectos. En la inmensidad de la Patagonir esto1's cosa normal, en mis Iargos vlajes de invest is¡c i r in,;iempre fur acompañado por alguien nativo. en parte,rcrr segurida<l, en caso de desperiectos mecánicos siem-

404405

Page 209: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

r l l l , l r '

pre posibles, y por otra, aunque domino e} español , pa-

ra tener un melor contacto con los habitantes de la zo-

na, sobre todo ancianos.

En 1os meses anteriores a mediados de r996, h¡bír re-

corr ido ia costa de ia Patagonia central ; t ras esta úl t ima

recorrida y las entrevistas efectuadas, algo de 1o que es-

taba inveitigando se fi l tró a ia prensa iocal, específica-

mente, un submarino hundido en el Golfo San Matías'

Est¡ información publicada a nivel regional patagó-

nico, pasó a 1a prensa n.rc ional en los pr imeros meses de

1997,y tuvo ecos a nivel internacional' Esto no fue un

inconveniente porque me mostró que se levantaron al-

sunas manos, tras una información con fundamentos'

En el ¡eroclul ' de Viedma, hace años, recogí una voz,

que chba por cierto, que un avión .l{eprun de 1a Armada

Árg..rt i.t^, patrullando la costa desde est¡ ciudad hacia

San Antonlo, detectó en el Golfo de San Matías dos siiue-

tas que parecían bailenas. Volviendo a la base' recorrien-

do el mismo derrotero otra vez vio las dos siluetas, no Po-

dían ser ballenas porque estaban en ia misma posición

después de horas; las dos sombras negras estaban muy

aar." rrat. de otra, a menos de mil metros de la costa, en ei

Golfo de San Matías, en el medio de su recorrido'

Informalmente suPe que en la Base General Belgrano'

en Mar del Plata, existía un expediente de este hecho' en el

cuai se decía que eran los cascos oxidados de, presumible-

mente. dos submarinos alemanes. Ei hecho tuvo confir-

mación poruna investigación hecha por la periodista San-

dra Vística, ypublicada el 22 de noviembre de r996' donde

se detalla una entrevista ai empresario Carlos Massev, un

ex oficial de la prefectura navai argentina que tuvo en sus

manos el expediente clasificado'

¿o6

Actu¡ lmente. J\ l . rssey dir ige un;r empresr cuvJ ¡ct i -v idrd es de per i ta je naval , buceo v rescate. En;rgosto c le1978 fue convocado por altos jefes de la marin¡ a fin dediseñar un plan de acción para recuperar los dos subma-r inos nazis que fueron avistados en las costas patagóni-cas. Massey, en ese entonces, err especial ista en buceov técnica de uso de explosivos, segírn el ex of ic ia l la Ma-r ina, éste tuvo la certeza de que los submarinos se e¡ l -contraban hundidos en el Gol fo de San Matías.

[ .as presunciones sobre su local ización habían sidorecogidas a comienzos de l ¡ dec¡da del '7o. cuando un.rvi<in de la misma registró en un sobrevuelo próximo .rl ¡ costa, las dos si lueras. Este pr imer indic io revelaciorenseñó que a escasos 8oo/r .ooo metros de la playa sr.encontraban, a unos pocos metros de profundidad, dossi luetas ident i f icables como restos de submarinos.

Se encontraban cerca una de la otra, casi paralelas. Noera casual esta revelación, porque la misión de1 Nepcunera descubr i r submarinos en las aguas terr i tor ia les v losaviones estaban equipados con detectores magnéricos.Esta fue una de las pr incipales razones que permit ióavistar las siluetas, ya que el avión patrr.rl ló a escas¡ dis-tancia de la costa. Consul tado sobre la c¡racteríst ica delos documentos, Carlos Massey brindó con precisión al-gunos detal les.

Se trataba de una carpeta color azui, que en su partesuperior poseía una leyenda de estrictamente secreto vconfidencial, con un centenar de fojas en las que se acu-mulaban fotografías aéreas, croquis, dibujos y copias deca¡tas náut icas de la zona.

Massey cuenta que había además informes con la fir-m.r de un alto jefe de la armada, y se reproducía la horacxacta y ias condiciones del avistaje. La información ha-tría sido obtenida en condiciones ideales, en baj,r mar, y

+v/

Page 210: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

i t iHf l t l t ¡ i t i r ,

ei sol en ei z.enit. Dei¡ido ¿t e3o, iueron reproriucii i .¡s con

precisión en r-rrrcil l is, cut.r circulaciírn qr-led, e ir ' uns-

cr i ta a ' , r i lo-s pccos mienor<¡s de i ¡ arn.rda.

En ese e¡tonces. el er c¡ñcial había estucl ia ' lo l ¡ posi-

bii idaci ,, le relict;rrlt>s mediante 1¡ técnica de irrvección

con Sr,r'ro¡ro1. I-a B¡sf. empresa aletnarte con ti i ial en Ar-

gentiÍ la, iu', 'o conocimiento cie ios datcts quc' m.1nej3bl

la nlarina v se moscró er,.¡trsiastl lada en partic;p¡r en sLL

rr.scate.i-a expcriencia que lu'1asse-', 'había adQuiri ' io en tareas

de iesc;te ie permiuó ser Llno rie ios pocos testigos' iun-

to con otrcs oliciaies v it ' i-es sr-lperiores cie la lrmada. En

.rgosto de io7E. cu¡n. lo i i tc e11' t -es. tn lcnte con\ ' ( )c ' rdo p. l -

ra opitrar sobi,: i,r posibii ir i¡cl t le ieijotarlos, descubrió- ¡rn-,Liétt que eit el inft,rme se i l idicab¡ i; i latitud y la lon-

glit i- ld expres¿cios cut: pl ccisión ci ': g¡a<los, minutos v se-

grindos y qr.rer, .icienris clei :.-','istaje aérec¡, la Maiirra habí¡

ordenado el enrrío cie tina enlbart:acion cle s¡iyenrentc con

buzos profesiona)es, pero cuva bíisciueda no había arro-

irdo los resuitados esperados.En reíerencia al reflote rneciiance l¡ técnica de invec-

ciirn, la Marin.l reelizó r.inr rápida consuita a la en-it 'aja-

d¡ de Alemrnia en Buenos Aires, la qrre. a través de sus

nriembros, inforr¡í-, de las dihcuitades que una empre-

s¡ clc' ese Lipo ac.urearí4, la reacción de la marina habí¡i

sid.o la cie archivar el ciocurnento.Ei 16 de enero i.e iggT . oiro iesü rironio lue aportadc en

ei niisnro pet-íódico por el peric,ciisl¿ Abel Basti, quien en -

trevist.i:1 er- ca¡ritán de ultr; i i lar. I) iego Gin,rca. de 53añr-¡sl en plena grierra de ias Falkl¡r,cis estrba al ¡rrancio del

Cantpo I)urán,un buque de r7o m de esiora, que llevaba

combustibie para abastecei ¿ ia armacia argenrina.

Cuenta el capi tán, que a inediados de mayo de r98z

su b¡¡co estaba aprovisionanio de combustible a la Fie-

408

ort r Srnrrc int t i r ¡ní i ; , i i r r hni i , - , rn iFrñ l iop: . . . . - ,_. . - ._ _ r-- . . .5-nt !no.quc

ofrecra protección ¿crea ¡nr j -so¡r i , mienLras las nar.esefectuaban nlaniol)las de ¿rbasteciir.riento navegando cer-ca de la costa.lanzo la aCvertencia amenaz¡dora. "7Je¡rc..en su popa, conlpañ/a".

DesCe el heiicoptero r¡ieron un par de siluetas bejo iasaguas del nrar. con extrerra urgencia maniobró para de-sengancharse, interrumpiendo ei suministro. ya que secortaÍon ias mangleras. esto ciemuesr¡a ia premura antela emergencia. Este irecho ocuriiri iueqo cle qr,re el cmceroBelgrano iuera hundido, el z de mavo, por un submarinoingiés, había ra.zón para prcr-)cuparse, esto sucedió en aguasdel golfo San M¡tías. a escasa Cistancia de l¡ costa.

Ei capitán Diego Ginrca fr. ie categórico, no eran ba-llenas ni rampoco sr:bm¡.rinos ingleses. sostiene que elnot ivo de ia aiarma fueron los casccs c ie srrmergrbies¡lemanes que toCavía, permanecen en el fonclo del rnar."Yo estaba atento a las ¡naniobras v no a la ubícacióne-racra", aseguró al ser consuitacio sobre el sit io exactodei hecho. No queCaron registradas las coordenadas delir.rqar" v asegura que luego de la i. i lsa aiarm¡ no intentóubic¿r el punto rn¿rí¡imo.

"En principio, no rcníamos nin-eun.: intencion devolver a pasar sobre el sitio", reflexionó e} capitán al re-cordar la incertidurnbre que se vivía luego de la detec-,-ion, pero pasada la al¿rma tampoco 1o jntentó \-.r qrleijra muv difíci l volver a navega¡ sobre el misrno sit io.

El lugar esta.ba préximo a Punta Bermeja, en el me-.l io de zoo km de ccstas despobladas. recorridas por unaruta arenosa, la provincial n ' r , t razada en 1q+1 y que vano transita nadie. Allí se encuentra ia Caleta de los Lo-rrrs, en este lugar hay refbrencias de un {-LBoofe, que ca-i l ¡ tanto, en condic iones de excepcionaies bajamar vvientos de tierra, aparece en la superficie. También en

+o9

Page 211: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

este caso. el d iar io p¡tagónico La Mañana de1 Surpubl i -có un inf ornle en tres p¡r les, los di . ls r7. r8 v r9 de no-viembre de r996, por el per iodista Abel B¡st i .

Un hombre mayor de San Antonio Oeste, AntonioRivera, contó que se enteró de la existencia de los res-tos del submarino por un piloto que lo vio desde el ¡ire.

Lo vio Mario Chironi , nat ivo del mismo pueblo, vo-lando un Piper PA rr; era además el piloto de l¡ eober-nación de la provincia de Río Negro.

Se 1o contó en 1952, con sincer idad. Rivera confesóque en aquel momento la historia le interesaba, siemprey cuando hubiera sido posible desguazarlo y aprovecharlos mater ia les del mismo.

Entrevistando al piioto Mario Chi¡oni, él mismo con-firmó que mientras volaba sobre el golfo San Matías pu-do avistar una parte del submarino emergente.

F. l sumersible se nodría ver únicamente en condic io-nes excepcionales de baja mar y viento de tierra, confie-sa que no recuerda la fecha exacta, ni el día, ni el mes, nole dio mucha importrncia entonces.

El mismo periódico recoge en San Antonio Oeste eltest imonio de Genaro Ul lúa, quien con sus noventaaños de edad, es uno de los hombres más viejos de la re-gión. Dijo al periodista de ese diario que siempre se ha-bló de los submarinos, pero que él no había tenido iasuerte de verios; el anciano, además, recordó ai cruceroDresden. Comentó que recordaba muy bien al barco ale-mán porque se quedó en Puerto Viejo. Los alemanescambiaban cosas comida.

Otro testigo, Vidal Pereira, de sesenta y tres años, queactualmente vive en Viedma, dijo que a él no se lo con-taron sino que daba fe de haberlo visto. El no era de eselugar, ni sabía que existía esa ciudad,llegó de Buenos Ai-res para trabajar en ia empresa Lahusen, en r98o.

470

Recuerd¡ perfectlmente que en marzo de ese año dosamigos le dijeron "hav viento del norte, vamos a ver eIsubmarino" y fueron hasta 1a playr, no fue ran fácil l le-gar porque no era bueno e1 camino, cuenta "rodeamos

un médano, para después bajar a la costa, nos separamosy yo bajé unos trescientas o cuatrocientos metros, paradespués seguir por la playa, cuando vi las figuras, al prin-cipio pensé que eran rocas, pero cuando las miré dete-nidamenrc, me pareció que eran parte de embarcacio-nes. Al mirar bien, me di cuentJ que e:.rn partes desubmarinos, vi la proa y por }a forma triangular que rc-nía con la punta redondeada, me di cuenta. Eran dos par-tes, una normal a Ia playa como encallada y la otra obli-cua,, hacia adentro del ntar. Cuando la ola se iba. más -semostraba la proa.

"En el primero que estaba encallado, aparecía parte dela torreta. Como yo quería ver el cañoncito v no apare-cía, me quedé, hasta que LLegó un mon)ento en que n7eretiré del lugar, a mi se me ocurrió, que habían encalla-do, y que los dejaron ahí por no poder rescatarlos".

Pereira, también dijo que mucha gente sabe del sub-marino hundido. Aclaró que el casco estaba oxidado ytenía caracoles.

Unas semanas después, el mismo periódico, el z3 denoviembre, publica una entrevista hecha por Adrián Pe-collo a una octogenaria que vive en la zona, entre BahíaCreek y Caleta de los Loros, muy cerca del mar, ésta re-cordó haber observado un submarino, frente a su casaen el Golfo de San Matías al f inal de la Segunda GuerraMundial .

Su vivienda está instalada en una ioma panorámica,donde por la ventana, hace cincuenta años, a mediadosde julio, vio un sumergible, Gisella Bochi de Paesani vi-ve al l í desde el año r937, seis décadas.

471

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I:ue a r¡edia nr,l i lrna cuando se acercó a la ventana, ventonces obse¡r'ó el subrn.rriur'¡ en ia l indera Caleta delos Loros, está segura de. 'qiLe era el f inal de la guerra en

lrpón, había escuchado p<.,r la radio LU zde Bahía Blan-ca,la únic;r en aqueila époc;r. que había algo por esas cos-tas y relacion¿rban su prest:ncia con nazis fugitivos. Lue-go, tras escuchar el sonirio de un avión acercándose, e1U-Bootese siimergió r, 'ella le restó importanci¿.

Es interes¿nte que ia seirora tenía como huésped encasa a un alemán i lerman Klaussen, partidario de 1a Ale-mania nazi; su padre, entonces, era oficial médico en elcuerpo cie sanidaci alemín, tan'rbién tenía rrna radio ypucio escuchar que reclbíi i rnensajes en idiona aiemán.Al poco tiempo dci i-recho. vino l¡ p.ri icia a su casa y selo l iev¡ro¡l .r i¡ comisaría de Viecinra. collcretamenre seir¡bló c le es¡; ionaje. acus¡ción que só1o pue<1e ser rel¡-c ion¡rd-r . en lquel ios días. a Ios.rv istr jes de submarinos.Dejrdo en l it,ertaci a ia breveciad segrin la S¡a. Gisella,fue a vivir a Río -Iirrbio, al extrento sur, en la prov'inciade Santa Cruz-

Yo había l legado meses antes de estas notas periodís-ticas a San Antonio Oeste, tras un recorte del diario RíoNegro del z6 de abril de 19s6 que ne había l lamado laatención. El artículo hablaba que lbny Brochado, un bu-zo locai, que coleccionaba botellas entiguas rescatadasen varios lugares de la costa atlántica, había hallado enel l lamado Puerto Viejo una botella de cerveza rnexica-n¡ Corona, de ochei i t ¡ ¡ños ¿trás.

Como eI Dresden había estado previamente en Mé-xico, antes de estacionar en estas latitudes, es práctica-mente imposible que no sea ciel ciucero, en aquella épo-ca es impensable que una t,oteiia de un l itro de cerveza,

4lz

lamosa exclusivamente en México, se encontrara en es-ta zona, a más de diez mi l k i lómetros de su or igen y enun fondeadero precario, casi no uti l izado en las prime-ras décadas del siglo XX, donde amarraban exclusiva-mente barcos de cabotaje.

El Dresden fondeó allí, a fines de agosto de r9r4, ycuatro nleses después, tras la de¡rota de la flota alema-na en las is las Falk land, el buque de abastecimientoSeidlia,por indicaciones específicas del D¡esden, se di-rigió hacia allí, donde se estacionó por más de un año yrnedio, según indicaciones que me dio el mismo Gena-ro Ullúa, quien en r9t4, siendo un niño de nueve años,vivía en los campos de Punta Vil larino, donde cuidabacabras.

Dicho barco estuvo en la l lamada Posada o Pozo delBuque. Aún hov, allí permanecen restos de un antiguomuelle de madera. Comentó que ios prácticos de esa zo-na no se explicaron cómo pudo entrar sin conocer el iu-gar, evidentemente estaban muy bien informados.

Los tripuiantes en su estadía le compraban chivitos yél ies alquilaba caballos para ir al pueblo, a unos cincuen-ta kilómetros. El anciano, con mucha memorir, recuer-da que oficiales aiemanes fueron a ceiebrar la i iesta pr-tria argentina del z5 de Mayo, en 191S, en la confiteríaVictoria. En el lugar donde había amarrado el Seidliv,el buzo Tony Brochado encontró una botella antigua de

iicor alemán, cuya marca era J. A. Gilka, de Berlín.En esa oportunidad conocí allí, entre otros, a Anto-

nio Rivera, un septuagenario, paleoarqueólogo y hote-lero, rne contó que él conocía muy bien Caleta de los Lo-ros porque allí hubo un naufragio, en los primerosdecenios del siglo XIX y que encontró hace zo años res-tos de la goleta Anne Marie.

Lo más interesante que contó Rivera fue que en julio

4t?'

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de r945, ei gerente de Lahusen, Herman Wit tschtadt,

residente en San Antonio, viajó con extrema urgencla a

Buenos Aires; é l era amigo de su hi jo, Konrad, había

mucha agitación; en las oficinas de 1a empresa Lahusen

había una radio Telefunken con una antena de creint¡

metros, con la cual , en el período bél ico se comunic¡-

ban directamente con Ber l ín; hacía más de dos meses

que la Segunda Guerra Mundial había terminado y po-

cos días después ocurrió ei avistaje y ataque por el tor-

pedero Mendoza.Desde t9z8 hasta r95o, Wittschtatdt fue gerente de

Lahusen; el hotel El Vasquito, de propiedad de Rivera,

fue construido en r938, y desde su inauguración para-

ban en éi oficiales alemanes con brazaletes nazis afi l ian-

do inmígrantes de origen alemán y en 1939 también re-

clutando jóvenes.Así mismo me dijo que en tres oPortunidades él fue

a ver el submarino, proyectando rescatarlo, me confió

que una de las primeras informaciones dei mismo la tu-

vo por el abogado Campano, ju ez de paz local, quien fue

el primero en ubicar el submarino al principio de la dé-

cada del '5o.

En r958 hubo una extraordinaria bajamar, y con una

estanciera 4x4 había l legado casi al casco del submari-

no, contó que se enconüaba en unos metros de agua, se-

mienterrado en Ia finísima arena. Volvió a verlo en r96z

y t966, en esas oportunidades siempre fue acompaña-

do por otras personas. Rivera, recorría, en aquellos años

la zona de Caleta de los Loros, excavando asentamien-

tos paleoindios; en dos décadas reunió 45ooo punta de

proyecti les y artefactos lít icos: su colección, donada de-

sinteresadamente, conforma el núcleo básico dei Museo

Paleontoiógico de la ciudad de Viedma.Don Antonio me dijo que un estancia próxima a la

414

Caleta de 1os Loros, La Primavera, había sido comprad;ien los años prebélicos por un alemán relacionado con 1aempresa Lahusen; tras el f inal de la guerra fue vendidapor un estudio legal de Viedma.

En una de ias estancias l indera La Madreselva, de sie-te mil hecúreas, ubicada sobre el l iroral atlántico, su ac-tual propietar ia I rma Estabi ie, de sesenra y dos años,contó y mostró unas chapas de metal con ia cruz esvás-tica grabada, recuperadas de latas de aceire, una de ellas,de un metro de largo por cuarenta centímetros de anchoque presenta como única inscripción tres grandes cru-ces esr 'át icas, quedó convert ida en una rudimentar i ¡compuerta de un piletón para lavar ovejas.

Otra iata, de menor tamaño, fue rransformada en uncolador casero por los viejos peones del lugar rural, ívi-dos de usar metal en una época, que no era común queabundara en la desolada Patagonia. "seguro que el marlas tiró a esfas cosras"deciaró, recordando que un peónde la estancia, de apei l ido Ramírez, fa l lecido en r996,contaba las histor ias de los submarinos que paraban yse quedaban flotando frente al campo unas horas, susvisitas eran periódicas, y desde r943 hasta con frecuen-cia semanal.

La señora Estabi le también recordó que h esrancialindera La Primavera pertenecía a aiemanes y la relacio-nó con la empresa Lahusen.

Las oficinas de Ia empresa Lahusen se encontraban adoscientos metros del hotel de Rivera, en una casa der9o8, una de las primeras del pueblo, conocida como Vi-1la Bremen, que, por unos años, en la época del Seidlitz,desde ei r7 de febrero de r9r5, hacía a la vez de adminis-tración de la firma y de sucursal del Banco de Ia NaciónArgentina.

Por más de cincuenta años, hasta r962, Lahusen es

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tuvo presente en la ciudad como ia empresa más activa

en el comercio y acopio de lanas.

Conocí también al buzo Tony Brochado, quien traba-

ja en las instalaciones de Puerto Nuevo y en el Institu-

to fl idrográfico local, me mostró su colección de bote-

llas y me lievó ai museo del pueblo, donde había deiaclo

en exposición el envase de cerveza Corona

Brochado es uruguayo y allí conoció a Rubén Colla-

do, quien en el Río de 1a Plata, frente a Montevideo, res-

cató en 1992un tesoro en doblones de un galeón , El Pre-

ciado, naufragado en el siglo XVI en el estuario dei Río

de la Piata. Collado le había comentado que é1 sabía per-

fectamente de la existencia de restos de un submarino

hundido en la zona y que el día que tuviera tiempo, se

daría el gusto de buscario.Voiví a Ia Patagonia a fin de enero de 1998, tras ia Pu-

biicación el año anterior en un periódico regional de una

foto aérea que mostraba dos siluetas en ias transparen-

cias del fondo del mar. Los titulares decían que eran la

imagen de dos IJ-Bootes alemanes hundidos f¡ente a

Caleta de los I-oros.En la ciudad de Viedma pude investigar a fondo. La fo-

to en objeto está en posesión de Marcelo Ochoa, un fotó-

grafo ftee lance, la obtuvo en ei club de fotografia local, fue

tomada los primeros días de octubre r99r, por el Dr.

Eduardo Frías, quien sucesivamente entrevistado contó

que "era un día de bajamar extraordinario v alquilé una

avionea para ver si los encontraba. Quien me había habla-

do de los submarinos y me había djcho donde estaban era

CarlosTaborda,presidente del Consejo hovincíal de Edu'

cación. Estábamos sobrevolando Ia zona y de pronto los

vimos, Ios {otografré, seguimos un poco hacia San Anto'

nio, dimos Ia vaelta y cuando regresamos eI mar ,va había

crecido, la luz había cambiando y no los vintos más".

¿t6

Pero no es todo, a los pocos días, el 9 de octubre de 19,) r.hubo orro avistaje. Jorge Genrile, un mecánjco cie Viednr.r

1'piloto de carrera OffRoad,alquiia también una al' ionr'ta para rrisualizar el recorrido de una competencia que ibaa correr el rz de octubre. Tenía que cruzar la zona de <lunasde arenas de Caleta de los Loros, también él observó aigolargo y oscuro en e1 mar. Quedó sorprendido por lo qr:ehabía visto y casualmente io comentó a su veterinario, e1doctor Frías que fuera quien había tomado 1a foto a los res-tos surnergidos. Jorge Gentiie fue rnuv preciso respecto ala fecha y la hora, ya que en esa comperencia ganó el cam-peonato argentino d" 4*+; así pude, con las tablas de ma-rea de la fecha, tener una aprorimación de cuán lejos de laplaya se encuentran los restos.

Analizando la foto se puede decir que no es e¡r abso-luto fa isa, se evidencian dos si luetas, la posic ión es lamisma descripta por Massey, no son dos ballenas, comotampoco dos submarinos, observando con lupa deteni-damente, parecen corno dos partes de un único casco,dos tercios por un iado v a 50 metros ei otro tercio, am-bos restos aparecen fragmentados y seminterrados enel fondo.

Dos manchas oscuras de óxido, en forma de gota porel efecto de la corriente constante Este-Oeste, impreg-nan la arena del área de hundimiento.

Por el estado de los restos no se puede decir hasta re-visarlos si fue hundido o autohundido, según ios infor-mes de la Armada Argentina del r8 de julio de 1945, unsubmarino fue atacado con bombas de prcfundidad cer-ca-de San Antonio por el torpedero Mendoza, tras el ata-que se había observado una mancha de aceite en el agua,pero creo que por la profundidad en que se encuentrahundido y por la imagen fotográfica debe ser un caso cieautohundimiento.

417

.-..,-..<4¡...f.irñf4.Í|t|||fril¡i¡|füIü|l|||l||l|||||l|||||||||f||||||||l||il|fl|i||ü||if|l||ll||l|||l||||l|l||üfififm

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En ei pueblo de San Rafael , Mendoza. todavía v iveCrist ian Bunsow, ex mecánico de a¡mamentos del U-2529,ur'o de los últ imos XXI construido por Blohm &Voss en Hamburgo. Llegado a la Argentina en enero der948, t ras un pet i tor io a Evi ta, de su t ía residente : r11í,nunca más regresó a su nativa Estonia.

El hundió su U-Boote XXI, el sistema más eficientepara que sea inut i l izable y rápido en ejecutarse es po-niendo un torpedo en ia cámara de lanzamiento y po-ner la espoieta al máximo de tiempo y largarse rápida-mente. La explosión produciría la separación de ia proay el rruelco lateral del submarino conforme a cuanto apa-rece en ia foto tomada por el doctor Frías.

Considerando que los cascos externos cle los subma-rinos eran de sóio seis miiÍmetros es probable que másde medio siglo hayan desoldado sus partes, haciéndoloparecer dañado por las olas expansivas, devastadoras enaguas bajas.

Como me contaron viejgs submarinistas, 1a ráct icausada en bajos fondales coniistía en bajar, estacionar enla arena y esperar a que los atacantes se fueran o fallaranel bombardeo, pero el lugar de hundimiento no es sufi-cientemente hondo para esta úcrica, siendo ei fondo, enr945, alrededor de 20 metros en alta mar y 1o metros enbaja mar.

Puedo agregar, por la experiencia directa en fotografiaaérea, que las imágenes tienen una forma y una escala co-rrectas, correspondientes en su conjunto a casi 8o m delargo considerando la altura de vuelo de 5oo merros y eiobjetivo de 8o mm de la cámara fotográfica usada.

Lo l lamativo es que el número de partes y sus iongi-tudes diferentes corresponden al plano constructivo de

at9

8 secciones prefabr icadas us¡das p;rra ensrmblar el U_B¡¡ore c lase XXI.

, L.as piezas más largas son de tamaño poco más gran_

de de un bus londinense de dos pisos y el peso prome_dio. d iez veces mryor.

Su ubicación, en el mapa náutico del Golfo San M¡_tías, correspondiente a la l ínea d.e máxima bajamar espoco más de z mi l las náut icas, a la izquierda de la Cale_ta de los Loros y menos de media

- i l l , - . . afuera, e l

campo de restos y derrames cubre, en la foto, un área d.eun cuarto de hectárea.

Por qué ran cerca de la costa y la caleta, es explicablesólo en una ópdca de autohundimiento tras un desem_barque o, en el caso de hundimiento por araque, sr jus_to se iban de allí o ¡ecién l leeaban.

La foto del úldmo avistaf e d.e r99r corresponde a unabajamar asociada a viento de tierra qrr" ,...rrp..entó elagua allí siempre turbia; la profundidad reiariva era depocos merros, encontrándose los restos casi a l descu-bierto, hecho que permit ió Ia extraordinar ia ni t idez dela rmagen.

419

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, riiiii¡i¡¡iiriiiriii¡iiiiii¡ill¡itlt;ltililiiiiiiililiitütiiriiril¡r¡¡i,r',

XXVIIcuadrados de fondo marino, turbio por Ia fina aren¡ L.nsuspensión v microalgas, con estos medios es una eü)-presa desesperada.

EldiazT de noviembre, como balance de la últ ima jor-nada, Brochado dijo que sin incorporar tecnología muysofisticada y financiación no se pueden arülar nuevasoperaciones de rast¡eo.

El 5 de dic iembre de r996, la agencia c le not ic ias EFE,desde Washington, anuncia que el director del grupoShark Hunters lnternatione's, Harry Cooper, interesa-do en una futura operación de rescate, tenía unas posi-bles expl icaciones sobre el n ister io que rodea 1a exis-tencia de la presencia de restos de submarinos nazis enla Patagonia.

Explicó el director de la organización especializadaen invest igar las act iv idades de los submarinos n¡zis,que en ese operativo los submarinos alemanes viajarondesde Europa a Argentina, entre ry 4 + y 1945. con tone-ladas de oro y tesoros.

Citó, que el historiador Ladislas Farago en su l ibro AÉtermath, publicado enry74, aseguró que los submari-nos part ieron de Cádiz hacia dist intas bases secretasubicadas en la Patagonia y en Tierra del Fuego.

Según Ios documentos consultados por Farago, Iossubmarinos l legaban a intervalos de enrre seis y ocho se-manas, y uti l izaban bases secretas situadas a lo largo dela costa argentina, desde la Bahía de Samborombón, enla provincia de Buenos Aires, hasta la de San Sebastián,en Tierra del Fuego.

El citado Ladislas Farago, de origen húngaro, fue co-rresponsal extranjero del diario Sunday Chronjcleen l¡Segunda Guerra Mundial, su conocimiento particul¡rdel ejército alemán lo había l levado hasta Washington,donde desempeñó tareas en los Servic ios de Intel igcn

El día zo de noviembre 1996, la prensa nacional ar-

gendna empezó a publicar artículos referentes a los de-

í"-b..qrr", clandestinos de submarinos' reavivando

antiguas conjeturas sobre 1a i legada de-jerarcas nazis'

A"los pocos días,la noticia se difundió en el exterior:

va el zz áe noviembre' la agencia AFP largó un comuni-

..do q,r" fue retomado el día siguiente- por el mayor pe-

riódico chileno El Mercurio, agregando que un equlpo

de buzos privados inició la búsqueda de un submarino

hundido, el buzo profesionai Tony Brochado dijo que

cuenta con 1a autorización de Prefectur¡ Naval, Para co-

menzar iunto a un grupo de colegas la búsqueda del U-

Boo¡e alemán.El buzo sostuvo que instalaría un campamento como

base d.e operaciones en la localidad de Punta Meiil lón

(rooo Kmal sur de Buenos Aires) y agega, que versiones

ro .otfir-rdas oficialmente, aseguran que la embajada

de Alemania soiicitó precisiones sobre ios hallazgos'

El z¿ de noviembie, el equipo de buzos emprendió

un rastreo del área frente a la Caleta de los Loros, un rec-

tángulo de más de roo hectáreas de mar' Este, encabe-

,ud"o po, Brochado y unos colegas del Instituto de Bio-

logía Marina y Pesquera Almirante Storni' queúa rastrear

dñho r".táttgulo uti l izando un bote inflable semi rí-

gido que tra;inaba un trineo submarino con un buzo'

Á.tt qL" se uti l izaron dos de estos y dos buzos y una

avion"ta para sobrevolar la zona pilotada-por el mismo

Iv{ario Chironi, quien fuera ei primero en localizarlo ha-

ce cuarenta años, rasirear casi diez millones de metros

42O

¡Mu[|M|dMutrrüT| | i l |d |H|t IM|t l | |ü i [ f iü | | f l |H| t f i | | t | |H| | l | | |nf f imm[mmnm|mff iñf f i |n[ i ln | | [ | | [ | | i l i lmss

Page 217: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

cia norteamericano. Fue autor de varios besrse/1er-s, que

se convirtieron en famosas películas.

En los años '6o, hrbía public ado Parton, el juicio de

Dios, vendió cinco millones de copias, por cuatro meses

estuvo primero en la clasificación dei Ner,v'Yo¡l Timesy

sobre é1, Francis Ford Coppola hizo el guión de su pelícu-

la del general americano, que interpretó George Scott. A

principios de los 7o revalidó otra investigación histórica

con El sello roro, el que sirvió de base para el guión de Io-

ra Tora To¡a; otro libro millonario que estuvo diecisiete

semanas al tope de la tabla del Trmes, f:ue El /uego de los

zorros.EntgTz,Farago publicó su último libro, el décimo

sexto, despertando polémicas, Afternta¿h, subtítulo Ma¡-

tin Bormann andTlte Fourth Reicfr.En ese i ibro cuenta cómo Perón se había transforma-

do en custodio de las propiedades alemanas en Argen-

tina, entre eilas, la de la familia Krupp y cómo cuando

terminó la guerra pactó un arreglo con sus legítimos

propietarios. Según Farago, el presidente argentino ha-

bría cobrado doscientos millones de dólares de la épo-

ca, unos tres bil lones de hoy, a cambio de protección,

otorgamiento de documentos y mediación ante otros

gobiernos lat inoamericanos. para que no se persiguiera

a los nazis exil iados. accediendo a recibir cinco milemi'gnntes, doscientos de los cuales, eran criminales per-

seguidos por los tribunales de justicia interaliados.

Es cierto que el l ibro falla presumiendo una presen-

cia de Bormann en la Argentina, fundamentándose en

documentos que habían sido falsif icados por un ex

agente de inteligencia argentino de la SIDE, vendiéndo-

selos como originales, pero las demás informaciones de

archivos de este proli jo investigador y escritor famoso,

no se pueden descartar, sobre todo, cuando se refiere a

Ludwig Freude, Perón y las i legadas de los capitales y je-

4ZZ

r . r ¡c¡s ¡ lem¡nes en submarinos a l , rs cost¡s pr l , rgónie ls,hechos en su conjr.rnto no suficientemente profundiza-dos hasta ho1'.

En h prinrer;r quincena de febrero r998 el editor de dia-rios argentinos lulio Ramos financió ia búsqueda del U-Bootede Caieta de los Loros. Un grupo de ingenieros ybu-zos rastri l laron el área con un magnetómeno de protones,de remolque sumergible, raído de California desde el Fls-her Research Laboratory, especial para buscar bajo la are-na. Sus mediciones de variación magnérica.computariza-da fueron analizadas por el ingeniero José Velloria deTecno-Accion de Bariloche, quien también participó en labúsqueda y confirmó la presencia bajo la fina arena mag-nética, de agiomerados férreos de casi, o más de cien tone-ladas cada uno, si no fuesen submarinos tendrían que serconvoyes de locomotoras ferroviarias descarrilados y hun-didos a 1o largo de una aislada playa patagónica.

Fue peinado un recúngulo de una milla y media náuti-ca de longitud por media de ancho, paraielo a la playa, aieste de la desembocadura de Caleta de Los Loros. Dos áreasespecíficas daban piques magnéticos muy altos, una, l la-mada Zeta y otra, media milla mar afuera, alrededor de laboya 3o A, anclada a 25 metros de profundidad.

Zeta resultaba doble: por la distribución de las masasfue div id ido enZ/ryZ/zy el mapa resul tante t razadoen ia pantalla de una computadora fue coincidente conla foto aérea de r99r.

En la primera quincena de marzo 1998 se repitió labúsqueda con otros integrantes, siguiendo los puntosGPS del mapa magnético se pudo verif icar que el U-

u a,T'J

'''....-.--..¡fuIri||h¡mfffq|ü¡ü|¡0[Í{||||0|¡||||||||ü[i{||ixt|,,t|fl|||l{l|tt||i||||lt||i|||lt||[t|f|tttff0ürtü|fttHü|füt

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,,¡¡i¡ii¡iii¡i i¡iiiiriiiiiilillliiill¡lliflliilllilillii$ll¡ i,,,,,,

Booreestá bajo arena. lo único que se pudo ver y fue fi l-mado por el ie¿¡ l - leaderde la expedic ión, el bar i lo-chense l \4ar iano Aguirre, es la cabeza de una bi ta c ieamarra a nivel del fondo de arena y ya casi tapada en laposición Z/tTambién, a Llnos metros, fue fi lmada unaestructura redonrle.rda, al parecer el borde de la toldil la,es decir parte de la cubierta a la altura de la borda.

N;rda a la v ista apareció en la posic iónZ/2.Ei ptrnto satelital sacado por GPS (Global Positioilng

S-r. 'srem) enZir es 4r " o3'125" Sy 6+" o3'2o3" W (el error

de posición satelital del instrumento es de roo metros).La imagen, bastante clara, tomada en pienamar de ca-

si ro metros para evitar 1a turbiedad de microalgas flo-tantes que se condensan en bajamar, muestra un discode unos zo centímetros de diámetro. sin incrustacionesdebi.io a que el brcnce de las bitas desprende óxido decobre venenoso para ias incrustaciones malacológicas.

Dichas bitas, un total de r4, de 3o centímetros de a1-to v zo de diámetro, aparecen en 1os pianos v fotos deiU-Boote XXI confirmando el hallazgo, sólo unos z5centímetros de arena cubren el casco frasmentado. Lossubmarinos de ias clases VII y IX no tienen esas bitas vsus cascos no se fragmentan debido a su construccióntradicional, monoiít ica de quil la y costi l las.

El acero de las secciones prefabricadas del casco inte-rior de r pulgacia de espesor del XXI, era de mejor cali-dad que el materiai de las soldaduras del ensamblaje. Laspartes prefabricadas por ?2 diferentes fábricas que no te-nían experiencia en construcciones de submarinos crea-ron debil idad en el XXI: no podían resistir las grandespresiones o las explosiones cercanas de cargas de pro-fundidad, además, desde los primeros ejempiares bota-dos se manifestó el problema de ias soldaduras, en mu-chos XXi hubo fi l traciones, el agua salada penetraba v

A)A

tenía que ser continuamente desalojada fuera de bordapor bombeo;' los problemas bélicos del f inal de h gue-rra no pudieron mejorar el standard de calidad requeri-do. Por esto es que decenios de inmersión separaron loselementos; la mayoría de las secciones son casi esfér i -cas, con una altura de ¡-,7ct metros,las secciones centra-les, ag,egándole la torre hidrodinámic¿, t ienen un¡ rl-tura de lr metros, desoldánciose quedarían inestabies vtendrían que haberse volcado de costado, como tarrrbiénaparece en la foto del aére¡ de r99r.

Para explicar el progresivo desaparecel en fondo, ha-vque ver antes que todo el sitio mismo, e1 carnpo de dunasfiente ai lugar de hundimiento es una verdadera fíbrica dearena, justo ailí el frente costero esú interrumpicio por unabrecha donde el viento la levanta y Ia deposita aún más enel mar, cuyo fondo se eleva a razón de unos 15 centimetrospor año. El ambienre es idénrico a ia zona francesa de Dun-kerque y el fenómeno de acrecentamiento es parecido. Allítambién desaparecieron en la arena varios barcos hundi-clos en la retirada inglesa cle r94o.

El mapa náutico locai más reciente es de t97o y es co-pia dei anterior posbélico, la diferencia sóio es que el úl-t imo indica las profundidades en metros y el arrterior enbrazas (r .83 m).

Ei mapa del Golfo San Marías reporta terribies erroresen las profundidades que enfrentan las dunas de Caleta delos Loros. Según ei mapa donde yacen los restos del U-Boore tendúa que haber 9.6 metros en bajamar y resuita,ai conrrario, r.6 merros; 1a distancia del punto satelital don-Ce yace el submarino a ia línea costera se redujo casi me-dia miiia en medio siglo, es decir la plava creció, conlra-prueba es que tomando puntos de ¡eferencias satelitaiesterrestres, los mismos ¡esultan correctos en el mapa.

La conf i rmación de que hubo casi 8 metros de acu-

+L>

Page 219: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

mulación progresiva de arena la dan los mismos ¡v ist¡-

jes v isuales de r956-58-62-66-8o v la ioto aérea de l99r '

La progresión de ia acumulación desde r945 a r998 es

matemática y progresiva para ctibrir los7.7o metros de

altura del casco y los z5 centímetros de 1as bitas, se pue-

<ie graf icar en los planos de un u-Boote XXI ' resul t rn-

do correctos los testimonios de avistajes relativos'

Si por la búsqueda se pudo est imar un costo tot¡ i de

50. ooo dólares USA, l levar una sorbona a un lugar tan

alejado, para aspirar ia arena, costaría mínimo cinco ve-

ces más, el lugar desértico complicaría una expedición

cle mayor envergadura, el mar abierto haría peligrar un

pontón indefenso y las mareas, que plomedian los 8

metros cada seis horas, harían encallar un barco de cala-

do y borrarían cuanto se hubiera realizado en la obra de

desguace horas antes.La i i l t ima inform.rción pública respecto a Caleta de

Los Loros apareció en el mayor periódico argentino, la

Nación,el 3r de marzo de r998 y en otros medios infor-

mát icos. 'El per iodista Ernesto Castr i l lón hizo una sín-

tesis de cuanto ya se publicara y yo relaté, comunican-

do que Antonio Rivera y otra pobladora de San Antonio

Oeste, Mirta Vicente, enviaron una carta documento al

embaiador de Alemania, Adolf Ritter von Wagner soli-

citando la concesión de los derechos para reflotar el U-

Boote de Caleta de Los Loros, fundamentándose en un

antecedente y la disposición jurídica internacionai por

la cual los buques de guerra hundidos, independiente-

mente del lugar donde yacen, siempre pertenecen al país

bajo cuya bandera navegaron.

Si de mis investigaciones en 1a zona de San Antonio

la prensa llegó a tener conocimiento, no ocurrió Io mis-

rz6

mo respecto a otro lugar, donde hay evidencias circuns-

tanciales que lo hacen importrnte casi como el hallazgo

de el Gol fo de San Mat ias.

En 1a provincia del Chubut, seiscientos k i lómetros

más al sur de Caleta de los Loros, se encuentra el Golfo

San iorge y el cercano pueblo de Camarones'

Eirztejul io de 1945, dos días después de la sorpre-

siva l iegada del submarin o u-yo al puerto de Mar del

Plata, e iConsejo de 1a Defensa Nacional , presidido por

Perón, suscribió el decreto 15035/45, instituyendo la

gobernaci.ón militar de un territorio que abarcaba parte

áe Chubut y parte de Santa Cruz, dividiéndolo en de-

partamentos.Casi cien mil ki lómetros cuadrados de superficie' po-

blado por poco más de cincuenta mil habitantes'

El Jepartamento 1 era Comodoro Rivadavia' el z era

Camaro.te, y el 3 era Pico Salamanca, estos eran todos

costeros. La gobernación mi l i tar , desde entonces' res-

pondía directamente al ministro de Guerra' teniente co-

ionel Jurn Domingo Perón'

En el Departamento número r se destacaba la com-

pañía de peiróleo ASTRA, de capital alemán; tenía un

personal superior a quinientas personas y una numero-

sa colonia ,i"-.t. residente, en el campamento de di-

cha empresa había un campo de aviación y una asocia-

ción de volovelismo.En ei l ibro Patagonia punrc crít ico,escrito por el juez

federal Carlos Alberto Moreno, que da cuenta de histo-

r ias relat ivas a la c iudad de Comodoro Rivadavia ' se

pt.d" leer, en referencia a ASTRA, que un ex emplea-

do jubilado de la empresa Schalch le cuenta que el pri-

mei planeador que tuvo el grupo Corrdorfue un obse-

quio especial, l légado de Alemania, de parte del mismo

Hitler y el autor sigue:

+27

Page 220: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

"Las actividades del reducido círculo de volovelistas ale-manes, fr¿eron también motivo de disanras suspicacr.rs-, eneste caso en especial, por el hecho que a uno de eLLos, el Sr.Enrique /honza, {otógrafo pro{esional,le fueron imputt-das en el marco del Decreto NacionalTo5S/45, 'Vigilanciade exnanjeros', actividades conipÍometedoras, I.ts que sinenbargo, no dieron lugar a ninguna acusación formal, niaún a parcir de merzo de ry45 en que el esado argentinodeclaró Ia guena al Eje"}

Muchas voces recogiclas en la zona de Comodoro Ri-vadavia apuntan que desde ASTRA sal ían camiones ybarcos madre para abastecer los submarinos alemanesen 1a petrolera tenía intereses accionarios el empresarioN{auricio Braun, y además, su hijo Arn-rando fue direc-tor general de la mencionada empresa.

Respecto al departarnento n' 3, Pico Sal.rmanca, queIinda con la propiedad de ASTRA, en ei mrsmo libro arri-ba citado se puede leer clue "F'ue también para esa época,que comenzó a circular el rumor de que los alemanes se r¡r-ganizaban militarmente y que hacían entrenamiento en iasinmediaciones de Ia costa, el lugar más señalado era bahía,Solano, a unos cuarenta kilómetros de Comodoro Rivada-via, hacia el norte siguiendo la costa del golfo"y conrinúacontando qu e "antes de la guerra, había sido un lugar de es-parcimiento al aire libre, conocida como Tltingplatz, esce-nario de gyandes festividades al esnlo germánico".

lvf ás adeiante, sigue relatando que "orras versionesreferidas al mismo lugar, han sido más audaces, afir-mando que e} mismo, servía de escondite a un faro v unaparato de radio clandestino, con el cual Ios alemanespodían mantener comunicación subrepticia con buqueso submarinas, provenientes de las agtas del golfo. E} es-

428

condite habría estado en una cavidad abierta, en las es-tribaciones costeÍas conocidas como Rocas Coloradas,que aún en la fecha, pueden visitarse, a pesar de que han

sufrido el deterioro del tiempo y de los posteriores

acampantes. En los años de }a guerra, existió en eI lugar

un bungalcxv que enmaÍcaba ia cavidad".+Castralmente conocí la historia de quien fue el radio-

telegrafista que cubría el área <iel Golio San Jorge, Wer-

ner Lorenz. ' f ras asumir Perón en r946, recibió miste-

riosamente una buena suma de dinero v se estableció en

el extremo norte de la Argentina, en la provincia de La

Rioja, en el puebleci to de Vi l la Unión. Al l í levantó un

hotel-restaurante, en el cual todavía conserva 1a radio

con la que se comunicaba con las IJ-Bootes.

El Departamento n" z, de Camarones, sucede al de

Pico Salamanca, hacia el norte. Empezaba en el Gol fo

San )orge y l legaba hasta Cabo Raso.En esta zona hav sólo una estancia costera que en

aqueila época era de un alemán fi ionazi. Perón mismr,r

tenía el campo de su familia ailí.Además de esto, s iete buenos nlot ivos me hic ie¡on

apuntar a este sector de la costa argentina.

El primero fue instintivo: si en San Antonio estuvo

de paso Canaris y e\ Dresdeny, además, se encontraba.

mínimo un submarino hundido, con iógica, también es-

to debería repetirse en otra área, más al sur, donde el

Dresden se fondeó varios días.EI segundo motivo es que esta zona, al sur de Raw-

son, también fue indicada por el ex submarinista itaha-

no Renzo Zanasi, al referir su conversación con el ex co-

lega de \a Kriegsmarine, Otto Nagel, quien contó de su

tránsito por Rawson, tras desembarcar a fin de julio de

r94S en el sur de la Patagonia.Ei tercero, es 1a historia relatada por Juan Paulcvsl<i al

'f Lt)

Page 221: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

capi tán Manuel Monaster io, donde claramenre di io ouetras parar en Puerto Madryn, viajó de noche h¡ci¡ el iurvar ias horas hastr i legar a la casa patronal de una granestancia costera, a l l í , los úl t imos días de ju l io, hubo undesembarque y hay que remarcar que quien lo acompa-ñó fue un ex ofici¡l del Dresden.

Ei cuarto, es que en los informes de la armada hav al-gunos referentes a un último avistate confirmado. Cúen-tan tres restigos del pesquero Affaro que cerca de los 39 "S-6r" Wvieron, "a las I horas del día 4 de julio, un sub-marino gris de unos 7o metros de eslora, navegando ensttperficie a unos diez kilómetos de la cosü y m:lntenien-do rumbo hacia al sur",esto ocurrió dos dias después cuefuer.r ordenado por el jefe del Estado M.vor Ceneral .,/e-

v ant tr e I patntl l .t j e".Manteniendo el promedio de roo millas náuricas dia_

¡ i ¡s, como eI U -yo que se r indiera en M¡r del p lata, suderrotero lo l levaría en cinco días, el z8 de ju1io. a su des-tino final.

El quinto, es el relato de Alain pujol, publicado por eldiario Le Figa¡oel rq de septiembre de ry7o,donde descri-be un desembarque en un lugar desconocido de la patago-nia sur, el día z8 de julio r945, del operarivo dieron fe nesmarineros deI Graf Spee. Tras el desembarque, llevan elcontenido de los cajones desembarcados a una estancia La-husen, bien podúa ser la San Ramón en Bariloche.

El sexto motivo es una historia que recogí en San Car-los de Bar i loche, en r99r. Al l í conocí casualmente a Ma-¡ía Ester, quien me contó cómo llegó a este pueblo demontaña el z de enero de ry79.Enese entonces, traba-jaba para una empresa inmobi l iar ia de Buenos Aires,quien había hecho construir un moderno hotel en ole-no centro del pueblo, iba a asumir la gerencia del mis-mo, que recién se inaugurara.

430

El hotel habí¡ s ido construido en un lote pertenecien-te ¡ l ln ¡ lem¡n. quien .rnter iornrenLe tení¡ ¿l l i un;r le-queña construcción div id ida en tres t iend.:rs, en una deel las ejercía la act iv idad de fotogral ' í4, haciendo servi-c ios fotográf icos, revelado e impresión de postales de1pueblo, su nombre er.r Herman Wolf . El negocio inmo-bii iario que hizo contemplaba que el ático del hotel que-dara de su exclusiva propiedad y uso.

El se mudó a ese lugar, en esos días.Er¡ un honrbre que no l leg.rbr a los sesent¡ ¡ños. ¡ l -

to, canoso, di jo, la test igo, muy buen mozo v como tam-bién di jer ln quienes lo conocieron rnter iormente, muvmujer iego.

La entonces señorita María Ester, tenía veintiséis añose indudablemente, era una linda mujer, porque hoy aúnlo es. Para acceder a su deprr tamento, e l señor Wol[ te-nía que hace¡ lo por medio del ¡scensor, y f rente a estosse encontraba la gerencia. Poc.rs semanas después de¡sumir el crrgo. se acerca a el la, e l nórdico galán la invi-ta a conocer su át ico, que recién había terminado de de-corar. Era un piso amplio, con gran balcón don'rinandoel pueblo y el lago, una cocina muy moderna, en est i loeuropeo, donde los muebles y los electrodomést icos sefunden con las paredes, integrándose uno con el otro,cosa muy corr iente en Europa, pero no en Argent inr ,donde la mujer, no había v isto nada parecido. El estarera grande, con muebles macizos est i lo rúst ico, con ¡ i -re t i ro lés.

Conversaron, Wolf estaba un poco eufórico. prob.r-blemente ya había bebido antes de l ¡ c i t ¡ , é l cont inuóhaciéndolo e intentaba que ella lo hiciera también, conun claro segrrndo fin. Charlando sobre cosas inttanscen-dentes la mujer intentaba ganar t iempo y largarse.

El le preguntó si ella también era alemana, ésta le con-

+3r

Page 222: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

restó que, sus abuelos F-leffner, habían l legado a princi-pios de siglo, de Konigsberg, en Prusia oriental v agre-gó que elia, como todos los argentinos, desciende de losbarcos, ref i r iéndose a un dicho de Carlos Fuentes, no-veiista mexicano, quien afirma que él desciende de losa?-tecas como los peruanos descienden de los incas y los;rrgentinos de los barcos.

Eic,ctivernente, él contestó que ios argentinos son uncrisr¡i cle razas -v- es indudable que desciencien de los bar-c0i .

-Perc¡ -vo rro, yo desciendo de un sub¡narino -drjo.,-.¿l) ontie? -preguntó ella sorprendida.A lo qLre él ie respondró:-Cerca de las 45 " Sur.La mujer intrigacla, coir:;uitó si era cierto, como se co-

mentaba, que habían desenrbarcado en Argentina jerar-

cas nazis. Y él mu¡,' serio ie corrtestó:-También el jef'e tie los naz.is-En este punro de la coi'r l ers¿ción el señor Herman :;e

estaba poniendo pesado i ' a l l í s" cortó ia interesantecharla, cuando éste ya no supo cotitrolar sus manc)s,consiguiendo como ¡esuitado que ia mujer se oi-endie-ra, y acto seguido se fuera. Como cotlsecuencia de esto,en el año y medio que eiia ocupo ei cargo de gerente enel hotel, era ya mucho. que !:uando se cruzaban, la salu-ciara. Aparentemen[e, eri ese eliconces él vivía solo. Po-co después de estrrs hech,-'ts ella se casó y hoy es un¡ exi-tosa empresaria.

éQuién era Herman V'/olf?Fiace más de nueve años que rnurió, las primera iri-

formación documentacia sobre é1 la pude encontr¿r enel libro de Esteban Buch, pubiicado en ry9t, EI píntor dela Suiza argentina, quien cuenta la vida de Toon Maes,un nazi belga que duianie la Segunda Guerra Mundial

432

fue jefe de Propaganda en su país, se dedicó al a¡re trassu migración a Bar i loche.

Segun el historiador Frank Seberechts, l laes esruvoa la orden directa del f lamenco JefVan de Wiele, funda-dor,v líder de le De Vlag, Duits-Vlaamche Arbeidsge-m e ens cha¡>, A soci ación de Trabaj o G ermano -Flamen-ca, quien tení.r que rendir a l jefe de l . r SS que ocup.rbaBélgica, Berger. lt{aes estatra rambién inscripto en las SS.Mr. ichos de el los i legaron a San Carlos de Bar i loche.

Entre los nazis de Bar i loche, que el escr i tor nombra,evidencia, en la página zt "Herr Wold por su psrte, l le-gó desde un subntarino". Lo que cuenta Buch en su l i-bro en generai es muy interesanre y veridico, por eJem-plo, hrbia de Er ich Pr iebke, y su part ic ipación en lama-sac¡e de Roma. en marzo de ry44, rras el arentadopart isano del GAir a inregrantes sudt i ro leses del bata-l ión alemán Bozen, en Vía Rasel ia.

Los alem¡nes, por repres;r l ia. e jecut l ron ¡ t rescien-tos treinta y cinco hombres, el coronel Kappler estaba almando de la operación. y Priebke hacía las ., 'eces de re-cepcionista, tachando, uno por uno, de l ¡ l is ta ¡ los re-henes.

Lo interesante es que Buch hace pública su participa-ción tres años antes c ie que la cadena norteameric¡naABC entrevistara a Pr iebke, ei 6 de mayo de 1994, ha-ciéndole d.eclarar su participación acriva en los hechosy haciendo reccrrer su nombre por todo el mundo. Es-to hace muy atendibles sus notas.

Como Priebke, que había reasurnido su nombre vapei l ido verdadero, también io había hecho HermanWolf. Se movían tranquilarnente en lo que se conside-ra un santuario de 1os nazis, San Carlos de Bariloche.

En el l ibro Odessa a/5u4 página r4, se puede leer, res-pecto al caso Priebke, que el capitán de las SS por su leal-

+33

Page 223: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

l l t i | i ¡ r ' : i ' ¡ , r i r : l i r i i l i i i i : i ; i

" "

tad r ,Fidel idad ¡r l Führer, hasta festejaba los cumplerños

d" úir l " , c¡c1a zo cie abr i l ' reuniendose con otros plo-

minentt--s nezi en c¡s¡ de un tal Wolf en el ú l t imo piso

del céntrrco hotel Coloni¡ l '

Ño h.y clud¡ cle que el señor Wolf era nacionalsocia-

t i r i r , y q*" t .ní" amigos con 1os mismos ideales v tam-

oo.o h* cluda de que habír sido submarinist¡ '

"-;;^i.; ot t.t ¿" it" 'o" y Rohrver' que trrtan de u-

Boor", -pnr.cen

dos ióvenes comandantes de submeri-

nos l lam¡dos I lerm¡n Wolf, uno resulta mllerto al hun-

ái*" , . t n.rvío y el otro es un joven teniente como 1¡

mayoría de los iomandantes en abr i l de t945' se encon-

t-ri. r l mando del U-9S5' un Vll C' con b:rse en Kris-

tiansand. EI IJ -Boote f '-tt tnton"tdo rb¡ndonado por

su tripulación y requisado por 1os británicos en mayo de

19,+ 5.- i id"p.,-taientemente de esta sintética información'

H.r;.; Wolf resultaría una pieza interesante en lo que

;; ; ; . t examinando: 1o conf i rmaría un hecho ocurr l -

á. "

*"¿i taos de los años '5o que recogí en Bar i loche'

Ricardo Vallmitiana es un historiador que conoce mu-

.fro ,"U.. esa .iúdad y sus habitantes' Tiene un amplio

archivo histórico que abarca los últ imos l5o años de es-

ta zona de la Patagonia' desde sus primeros explorado-

res y pioneros. Es también un archivo viviente' con una

granmemor'^ ' , . . ldelmismoSu padre era fotógrafo y tenía-un tt-"g?lt'

,.,U-'q,r. Wolf. Enla década del 5o' Bariloche empezo

. "tpt"¿i.t.

y abrirse progresivamente ai turismo' mi-

i., á",rir ir.nies ya l lejabJt' "" "ttt '

cada temporada de

ver¡no y de invierno f , este par i l lso

s.. fátOgtafo profesional era una muy buenr activi-

d.;, ;;; gJr,"r.ü, altos ingresos; 1os turistas se habían

d". . t i l i .Jdos v n-ruchos de el los ' en aquel la época' no

't )'f

disponían de cámaras personales y ut i l izaban Ios servi-

cios de éstos, quienes en los lugares clave fotografi¡b¡n

a los v is i t ¡ntes.Don Ricardo, en 1954, era un niño de nueve anos y

cursaba 1a pr imaria en la escuela alemana de Bar i loche'

Era hi jo de españo1es y uno de los pocos argent inos que

al l í estudiaban. Y como todos los niños tenia una com-

pañera como novieci ta, Helga Wolf ' Un día ' habl¡ndo

d. .ó-o habían l legado a la Argentina sus padres' le di-

jo cándidamente que ella era muy pequeña' una bebé y

q.r. ,r 'r madre le había contado que 11egó tras l ln vi:rje in-

fernal en submarino, especificando que ésta' por meses'

no había podido lnoverse y que tuvo que qued:rrse rcos-

tada todá el v ia je. A Ricardo este hecho le quedó en la

memorla por cuarenta años, hasta cuando me lo contó'

La niña , . r ,dr í . la misma edad de Val l tmit jana' nacida

los pr imeros meses de r9 '15, o poco antes'

fa primer" pregunta que me hice fue quién podía ser

,.r p.ár., para ocupar una posición que le permitiera l le-

,r.rr" .,-t.t;.. e hijita, tenía que ser una persona de jerarquía

o importante por otra razón' Los niños a est¡ edad' cu¡n-

do crr.nta.t algo así, indiscutiblemente dicen i'r verdad'

En 1o poco que contó, hay detalies muy interesantes'

hablando en Bariloche con un ex submarinista alemán'

Wolfgang Meckbacm, oficial de máquinas' y sucesivr-

;;; páf.ro, de física, entendí el significado de 1o di-

cho por la niña.Lás [.J-Bootes alemanes eran muv inestables' el capi-

tán tenía que cuidar muchísimo el equil ibrio' nivelan-

do frente a cualquier desplazamiento en su interior' Me

explicó que un submarino sumergido es como una es-

pon;, .ttr l"a bañera, cualquier fuerza aplicada a elia le

ir..á p.rd". su punto cle equil ibrio, quiere decir que si

,r.r tr ip,rl.rrte tiene qu' r)verse por cualquier motivo

43s

Page 224: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

de su puesto, hav que, progresivamente, equi l ibrar las

crj.rs de corrtpensaciónEl mismo capitán aprovechab;r esta p¡rticularidad en

caso de inmersión rápida, despiazando los t r ipuiantes

hacia proa, maniobra que podí.r resultar peligrosa si se

excedía en e1 ángulo de descenso, en inmersion.

El sigr-rificado es que prácticamente había que quedar-

sé en su puesto oper.lt ivo, sin posibil idad de moverse.

En caso de l ler,ar unos pasajeros, ellos debían queclar-

se acostados en su lugar y sólo, en oportunidad de emer-

siones nocturnas, podían todos comet y hacer sus ne-

cesidades f ís icas, s in recurr i r ¡ todos los ajustes de

baianceo que esto in-rpl icaría, esto, una niña de nueve

años no se lo puede inventar.Ex¡nr inando un IJ 'Br¡ote XXI, como el del Deurs-

ches Schíf{ahrtsntuseum en [Jreme¡haven esto es evi-

dente. En e1 museo de Blohm v L'oss, de Hamburg, se

conser!'f, una sección interna de un IX v ase\rera cuan-

to explicara el profesor de física. En e1 tipo XXI, las co-

sas eran un poco mejor, en cuanto a confort, que en un

tipo I X, pero ia ley fisica era la misma.Al señor Vallmitjana ie pregunté más de este señor

Woii también él me confirmó que era un mujeriego,

que su mujer Gerda, se había ido a vivir con su hija que

se había casado a Temuco, en el sur de Chile, y por ese

motivo, en la época en que la señorita María 1o conoció,

vivía solo. Y me contó otras pequeñas historias.

Ya antes de vender su lote, para edificar el hotel Co-

lonial, se había dedicado a Ia gastronomía, tenia un res-

taurante muy conocido por los turistas, El labalí. En los

primeros años de la década del 8o. Herman Wolff se fue

a Europa pata instalar un restaurante, e1 padre de Ricar-

do fue tras de é1, pero murió poco después de l legar'

A mediados de abril de 1q88, también Flerman Wolf

¿2,6

muere. Lo cur ioso es que Wolf nunca contó a su lmigoVallmitjana, que él fuera un submarinista y le contó, re-fi¡ iéndose a su l legada a la Argentina, que había viajadode polizón, en el cuarto de cadenas de un barco, hasta elsur de Ia Patagonia. Muy lindo cuento de película, si nofuese que cualquier marino sabe que eso sería una con-dena a muerte por los movimientos de las cadenas, y ellugar mismo vacío, es una cámara de tortura donde sepuede sobrevivir sólo unos días.

El último motivo, el séprimo, que me hizo apuntar es-pecíficamente a este sector de la costa patagónica, dondeconvergían tocios Ios indicios, fue una transmisión televi-siva argentina del 9 de enero 1998 por el canai TN, En el ca-mjno, de Mario Markich que cuenta historias patagónicas,el tema dei día eran los desembarques.

El periodista entrevistó en calidad de experto a lorgeCamarasa, autor de dos l ibros de investigación sobre losnazis en Sudamérica, quien mostró una foto de un U-Boo-te reabasteciéndose, contó cómo Ia había conseguido ca-sualmente y que tras, hacer verificar el perfil de costa porel Servicio de Hidrografia Naval de la Armada se había po-dido ubicar la zona donde fue tomada, desde Camaroneshasta Punta Tombo, poco más al norte.

Conseguí a través de Camarasa copia de la foto don-de aparece un U-Boote, t ipo IX; por la distancia ent¡e latorre y el cañón de 88, debió haber sido fotografiado enépoca anterior arg4+, estando el submarino desprovis-to de las barandas traseras agregadas a fines de r943.

Con iupa se evidencia la presencia de una barcaza a sulado repleta de tambores de zoo litros.

La foto como fondo tiene un una costa rocosa y do-minada por un pequeño cerro. Por el conocimiento per-sonal de la zona, sólo en el distrito de Camarones y másprecisamente alrededor del Cabo Dos Bahías, domina-

437

Page 225: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

l l l l l l i i t i i l i i i l i r i t i i l , i ' : . , , . i , r i ; ¡ , : r , : i l r i r ¡ , , , : . i l

clo pror el cerro l.ron-rónin-ro, h¡v v.r¡ios lt lg'-rres c¡si iqu¡-' l " ,

^ l . c le la foto. desconociendo el t ipo de lente usrd'r

entonces, ubicar el mismo ángu1o de la toma desde la

mar es una cuest ión de ez¡r , de igur l maner¡ se puede

¡f l rmar que todos los puntos de toma parecidos se en-

.rcnfr : rn en l : r nrooiecl¡c l de l ¡ estancia L.r Penínsnla o

en i¡s islas q.t. in tode.n Un fondo lr-rur' ' p'rreciclo es el

clc l¡ isl:r V.rldés, tomado clesde Puerto Huevo'

A fin de enero de 1998, hebía tomrdo rumbo ¡ Cama-

tones: el lugar es.le los más:rlejrdos, casi zooo kn-r ¡l sr'rr

c le Buenos Aires, cerca de 1os.15" de lat i tud s l r ¡ '

Los pueblos más próximos se encuentr¡ tn en un ¡adio

de zoo Kn.Los histor i ¡doies deI lJ¡e-sdc'n. l tuánime, ' ente ' d ' rn

por c icr to c l ior tc lec, Cel c i r tcerc ' en 191+ er l e l l t lg:rr ' Ba-

Lí" s.,n í-,¡r 'et¡l lo o GL¡.i¡l. lcrr 6¡,1', 5sgrin 1os tertc¡s' Só-

lo c1 prir,ter noml--,re lp¡rece ell un i l¡pf, náutico turís-

t ico áe la peninsr.rh, ctr¡ tn inrda por el Cabo l )os B¡hías

y no figura en el mrpi l l í lrt icc' Golfo San Jorge'

iLecorr iendo la zona, t . rn lb ién ¡ecoqí voces'

I - r m: is interesrnte fue que entre las déc¡das ciel '3o y

dei '5o l¿ estanci¡ La Península pertenecía a un alemán

i le epcl l ic lo Poppe. Ei-r Ia propiedad de z5 mi l hectáreas

," "t.rr.rttr^

l¡ bahí¡ donde estu\'() el Dresden, escon-

diéndose trrs una is l ¡ .L,n 1r obra de l ¡ h istor iadora del crucer( l a lemán' Ma-

rí¡ J 'eresa Parker c1e Bassi , la autora c i ta pasos de un dia-

r io de un marino Cel crucero, a1 respecto se ¡ruede leer:"El día 3t¡ec.r/¿nro-s en Gu¿rtaco Bay (o BahíaSan Caye'

t 't n o ), d o nd e el ba rc o¡ ¿rx¡1i.r¡.8¡ de n sacti f i c o d o s v a qu i -

11¡s,v cu.lr¡o retlteio-s. Ni-¡esrr'l-s bodeees l'a yaci'¡s ¡eci-

bieron-l:r ca¡ne fiesca con ¿¡rsied ad. Eramos ¡nuchos 1os

qrre h.rbí.r que alin'tent¡¡. T.lmbién ilos etrfregó carbón,1'

provisiones. fn e-se puer-r¿.¡ ¡reu¿r¡/ e-srul' ir¡os hasta el z

43s

de setientbrc, f-ech¿ en que ilos hici-¡lto-' .r 1.r l l .r¡, sl-ot t íenclo .nr ; t t h l r i l c / -st t r ' . '

En e1 pueblo de Camr¡ones recogí, de anci . inos po-bladores información relat iva a 1a est¡nci¿ La Penínsu-la r ' ¡ su propict . r r io en i . r epoc.r de l r Segund.r Cucrr¡Mundiel .

Por lo gencr¡ l dcf ln ieron r Cr ist i ¡n foppe como ul lnrz i . rcopirr lor r le l . rn¡ p:rrr ios L¡husen. l \ , le h¡ l . l ¡ ro l tt ¡nrbi en c le p¡¡1, , .1 ; . r . rs rer1,rsteci t ) l i e nt os de si t t rnr¡ r i -nos el l t in¡ b¡hi¡ c le su e 'st¡nci¡ .

Un septr- i rqe¡r : r r io c1e1 lure. i r , Enr ic lue Lucer,r , c l r r icr¡fu¡r , r inr . ,n( lpnrr , , l , . l n¡r t i {o r¡c l ic¡ l ¡ 6tecl i ¡ r1¡s r le i9s8o, fuc nru\ ' { . lc t l l i rdo en sl ls l l te l ¡or i ¡s c le l , r epc.cr cnqr-le sn p:rdre funció ei : i lmrcón cle' r¡nros gcner;rles cielpueblo, cn el cu¡ l tod:rr ' í ¡ t r ; rb.r j l .

Conoci¡ bien .r Po¡rirr.. le habí¡ r 'rnciiclo su "ruro Chcr,,,rolet nroci,- 'kr _¡; r,, segr-rrr é1. no h¡bí.i dud¡rs, hLrbo -sritr-m¡r inos ¡b¡,s icciént lose r l l í curndo cir jovel , e i i r rg, l 'er¡ I i ¡h i . r Srn Cresor io. un c¡ l l t ino predi . r l 11cs¡b¡ l i , rs.t ¡ r ¡ l l í r ' c¡ i l iones c,rrs¡rCos de t¡rr i ,ores ¡¡ : r ib;rb¡n , ,1es-de las perroler¡s de Conlodoro l { iv . r t ' r , rv i . r . : ;o k i ióntc-t ros más ¡1 sur.

Vi . r j . rb;rn de l - roche recor¡ ie i ido l ¡ r r r te nqr e in-ere;rn-do en L¡ Pcr, ínsl l l ¡ recorr í ¡n el camino costero todaví¡e>li<icnte. sus faros se pociían r,er desde ei pueblo, al otioia.1o del go1[o.

in la R¡hí.r S:rn Gregorio quedó por años ¡lm¡cen.rd¡un.1 gr:rn crnt idrd de t¡mbores alem¡nes de :oo i i t ios,hasta que un¡ gran marejada 1os dispersó por el golfo.

Este ¡ct iv idad se desarrol laba muy cerca de la is l ; r Leo-nes, c loncle hebí¡ un faro I ' un.r pequeño dest¡c¡r-nentode l ¡ arm¡d¡ ¡esidente, s i b ien desde ¡11í l . r B¡hía S¡nGreeor io c lut-d.r c¡s i fucr¡ de l ¡ r ' is t ¡ Lucero me contó- ' -5 "" _1_-. . ' '

cón"ro Pcppe tomabl recaudos, vendí.r capones, ovir . ros

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capados al precio simbóiico de r peso, un precio cuarroveces menor al de los comercios, al jefe del destacanren-to. quien a cambio h¡cía la v ista gorda.

Enry44 Lucero hacía el servicio militar y 1o supo porboca de los mismos marinos, también supo, terminadala guerra, que ios peones de la estancia San Jorge, rlede-ña al pueblo y de propiedad del a lemán Kar l Tschudi ,afirmaban que Hitler había estado en Camarones de vi-s i ta en l ¡ misma estancia.

El ex intendente me remarcó también que Camaro-nes fue algo así como el feudo de Perón en aquella épo-ca, hoy su campo pertenece a Ia familia Fernández y elde Poppe a sus primos Epper. Me aconsejó para ampliarmi invest igación hablar con el administrado¡ de La Pe-nínsula, Finn Olsen.

Me entrevisté con é1, desde hace 3z años esrá a crrgode la estancia, cuyo casco es una mansión muy linda deest i lo aiemán, me contó que exist ía un camino costerodesde el casco hacia la costa, hoy en abandono desde Ca-bo dos Bahías.

No tiene recuerdos de la Segunda Guerra Mundialporque en la época de Poppe era muy joven y se encon-traba en la estancia de su fami l ia, casi 1oo Km más alnorte. en Cabo Raso.

Me contó algo muy interesanre. Su abr.relo Erik habíaemigrado desde Noruega en r9o6, cuando su padre re-nía z años. Recuerda que le había contado que en la Ba-hía Santa Elena, parte de su estancia familiar, un día deagosto de r9r4 habían l legado rres barcos alemanes, losque fclndearon allí a la espera. Tras unos días de estadía,rres cañonazos l lamaron Ia atención de los Olsen, el cru-cero argentino Pueyrredón esraba invitando a desalojara los barcos alemanes, cosa que hicieron.

A los pocos días apareció un crucero alemán y siguió

440

sin fondear. En el l ibro Tras la estela del Dresdenhaytambién confirmación indirecta de este hecho. EI zr deagosto Ce r9r4 el Baden v dos barcos más se quedaron:rrásy sólo diez días después, corto de provisiones y car-bón, el Dresden se reencontraría con sus abastecedorespoca más al sur en Guanaco Bay.

Ei administrador de La Península. además me confir-mó indirectamente otra inforrnación reservada que has-i a entonces no había podic io cotejar.

En una bahía de la estancia La Penínsuia la ArmadaArgent ina, hace más de 3o años, se topó, casualmente,con un U-Boote hundido, enviaron buzos y en un fon-do inferior a los r5 metros encontraron el navío.

Cuando me describieron este hallazgo definieron elsubmarino como "s¡nito-sanito", probablemente gra-cias a las aguas que casi nunca superan Ios 5 grados cen-tígrados, cerca hay pingüineras y loberías.

El informe fue entregado al capitán de navío EmilioMassera, quien en ese entonces no había l legado a ser elalmirante tristemente conocido por integrar la t¡íadamilitar que dominó la Argentina en los años 7o.

El submarino yacería a los 45 " 03' S y 65 " 4z ' W. unabahía protegrda por la isia Valdés, e1 lugar es alejado e in-hospito, para investigar adecuadamente, mínimo diezhectáreas de mar y no bucear al azar en aguas muy frías,rastrear el fondo con un ecosonda es tarea muy larga, ha-bría que organizar una expedición equipada con un so-nar de barrido lateral. El fondo, de entre By zo metroses rocoso y excluye la posibil idad de entierro en la are-na como en Caleta de los Loros.

Finn Olsen me contó que en r966 la Armada Ar-gentina quiso instalar un radio faro en el isla Valdés,él mismo tuvo la v is i ta del capi tán Gunter Volr iemds( ia graf ía no es c ier t . r ) , dei servic io bal izas d.e la arma-

441

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: r{l l l l l l l l l i l l l l l l l l l l l lr l i , | | lr lr r"¡ ¡, , i , ,

da. J ' ras este encuentro tuvo qLle v ia jar a Buenos Ai-res p,rrr . lc f in i r con cl c.r¡r i t jn S.rnchcz Nl¡e.rr ino losderechos de paso a i ¡ Arr-nada Argent ina hasta la ba-hía anónima del map;r nrur ico que los lug;rreños l la-nan Puerto Huevo, a f in de habi l i tar lo para f ines tác-t icos y operat ivos.

Ei administrador de la estancia rne contó que, sin expli-caciones, jantás se perfeccion.tron los uámites, como tam-poco las instalaciones, las qr.re nunca se construveron.

En efecto, conforme a mis informaciones, un br.rquede la Armada Argent ina fonde.rndo, encontró un U-Boote hundido en la bahía. la Armad¡ tuvo que lban-don¡r su proyecto porque no se podría ut i l izar ) 'a conbarcos de gran calaclo. El asunto fue cerrado.

A1 igual que Caletr de los Loros, la Armadr Argenr i -n¡ su¡rrc l r cxtrcr¡ , r reselva en el tema : ;ubmarinos v io. . " b"" '

que se f i l t ra es sólo por of ic ia les c1e la marin¿ que se die-ron cie b.r ja v que tuvleron c¡su¡ l r ¡ente en sus manosdocr¡mentación reservada. Con el gobierno peronistade la í r l t rma déc¡da rodo lo relar i r .o a la l legada en ju l iode r9,¡5 de submarinos alernanes v posibles desemba¡-ques. resul ta danino pol í t icrmente, un aval c ie la a¡ma-da sería fatai .

En una invest igación pei iocl íst ica interesada en el re-ma submarinos l iunclidos '7a respuesr.r a La Nación poraltos oficiales de la Arn'tada es que descc¡nocen esr¿ ,hls-tori.t y qLte no tienen conocin'tiento. llo s¡berrr os nada-m-sisren - pero no lo descartamos".6

Casi conf i rmando esa ecuación pol í r ica el d iar io de1sur patagónico Norjc-i¡s de le Cost,t del zr de enero t998titui.rba en primera plana ',\,fen em ordenó buscar elsubntarino nazi".

Not ic i . rs ¡cccdio r l ¡ inform¡ción que, t r rs Ias pr ime-ras birsquecl.rs infructuosas del buzo Tony Brochado, se

t42

emprendió un rastr i l la je secreto por orden del mismí-simo presidente peronista Ca¡1os N4enem.

Tr¡s l ¡ publ ic;rc ión v el s i lencio gubernamental , e lmismo per iódico el r3 de m¡rzo. reportando l ¡ u l t in ' rabúsqueda del equipo de buzos Bar i lochenses de ju l ioRamos, remarca el tema "buzos táct icos de la armadarealizeron una búsqued.1 sec¡eta ordenad.t por el presi-dente cie la l,'lación Carlos l\fenem, efectuada a fines denovientbre v princípios de dicientbre del sño pasad<; pore^1 av'rso A.R. A Gurruchaga de la flata de rastreadores dela marina de guerra argentina, qLte tiene su base en Puer-to Belgrano.

'En esa oporrunidad v tal como lo dentuestran las fo-ros qrre acompañan a) presente, estuvo;t cargo del capi-tán de navío Diego lvÍilles, jefe de Salvantento y Bttceode ]a Armada Nacional. Junto al barco de guerra p.trrici-paron ,7os aviones de la escuadrilla aereonaval de luchaan tisubntari na, ae r e o naves airam en fe e s pe ci ali za das e nla deteccíón de v'aríaciones n-tagnéticas bajo el ntar.

"Cu¡ndo'.1{otjci¡s'pttb}icó hace poco tienpo atrás lainfornación de Ias actir'ídades de búsqueda ante¡io¡es-,y particularmente la que efectuó la marina de guerra, enel mes de febrero. illegados a los ntedios perioclísricosp o rte ñ o - neu quin o, de smi n ti e ro n e n div e rs a s enrisor¡sde Viedma la información, afirntando que no era cieftolo que "Noticias" había publicado sobre la búsqueda se-creta orden.tda por el presidente lv'[enent, poniendo entela de juicio la información y a su autor, por lo que conIa publicación de las fotografías queda palmarr.r 1'c.rre-góricamente demostrada Ia veracid¡d ,. le lo publicadooportunanTente".

Informalmente supe que la birsquecl¡ de la ArmadaArgent ina f racasó por fa l ta de merl ios ¿decuados, nodisponiendo de un magnetómetro dr- protones v tam-

Ta)

Page 228: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

poco de un perfi lador de sedimentos no pudieron indi-v idual izar nada bajo ia arena. Los sistemas de microon-da, ecosonda y detector de meraies, de los equipamien-tos mi l i tares empieados son técnicamente aptos só1opara individualizar algo entie el fondo y la superficie.

La preocupación del presidente peronista para since-rarse directa y discretamente en el tema candente de iallegada de los nazis a su país es demostrada también enlo publicado por Ia Mañana del Sur el 9 de marzo der998 titulando "Exclusivo, como buscan a \os nazis enArgentina", siguen dos columnas de entrevisra a unmiembro del Capítulo Argentino de la Comisión para elEsclarecimiento de las Actividades Nazis en 1a Argenti-na (CEANA).

La titular de una de las ocho comisiones que integrania CEANA, Carlot.r Jackisch, tras escribir El nazismo vlos refugiados alemanes en ia argentind enÍe ry33-r945iue encargada de rastrear el paso de los nazis en la A¡-gentina.

A la pregunta del periodista: "¿Cuándo se puso enfuncionamiento su comisión?"contestó: "EI decreto deMenem por el que se crea el Capítulo Argentino de laCEANA es del 6 de mayo pasado. Sin embargo, Ia pri-mera reunión de trabajo recién la tuvimos el z4 de no-viembre y en diciembre yo mantuve Ia printeras entre-vistas con el Secretario General y el director deAntecedentes de Ia Policía Federal. El zo de enero reci-bí las listas desde Alemania y desde el 5 de febrero esta-mos sentados en Ia Dirección General de Antecedentesde Ia Policía Federal recopilando in{ormación".

A ia pregunta del periodista'. "¿Cuáles son Ios nom-bres de los criminales de guerra identificados por su co,misión?", Carlotalackisch contestó "No se 1o puedo de-cir. He firmado un contrato por el cual esn información

444

pertenece al organismo contratante que es el que dará a

conocer los resultados de las investigaciones. Níe ima-

gino que 1o querrá anunciar (d presidente Carlos) Me-

nenT o (e} ministro del Interior Carlos) Corach".

Tras esta ambigu;r y reticente declaración, a ios pocos

días el CEANA comunica que quedarían en la Argenti-

na rastros de diecinueve criminales nazis Y contemPo-

ráneamente el rz de marzo e1 Señor Víctor Jorge Ramos,

interventor del Instituo Nacional contra la Discrimina-ción de la Xenofobia y ei Racismo, radica denuncia en

el Tribunal Federal, instruyendo la causa zlgr/98 enla

Seccional r . Pide a interpoi y al CEANA invest igrr r Ed-

rvard Roschmann, Fridolin Guth y otros.Lástima que los sujetos denunciados dejaron sus úl-

t imos rastros un cuarto de siglo atrás, y en su casi tota-

i idad hryan muerto hace ¡ños.E1 más conocido fue el l lamado carnicero de Riga,

Roschmann habría muerto el ro de agosto de ry77, en

Asunción del Paraguav e identif icado por especialistas

aiemanes, israel íes y estadounidenses. La cicatr iz deja-

da por la an-rputación de cuatro dedos en su pie derecho

no dejaba duda. La operación había s ido pract icada en

Riga la noche del B de díc iembre de r94r, la causa fue

gangrena por congelamiento.El menos conocido, Guth, ya absuelto por supuestos

crímenes de guerra en Lyon en 1948, habría muerto al

f inal de la década del'8o;su hijo Adolfo mandó una car-

ta documento al Ministerio dei Interior, protestando por

la inclusión de su padre en el l istado el r5 de marzo de

1998.No vo¡z a hablar de todos los incrininados y las pis-

tas qr ie conducen a el los, ya que desde 1992, seis años

antes de que fuera creado el CEANA, su rastro o muer-

te fue va hecha pública ai editarse ei l ibro Los Nazis en

4+5

nffitrHtmmn[flt$ul

Page 229: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

la Argentina, de lorge Camaras¡, donde se nombran nosólo diecinueve sino más de cien apel l idos sospechosos.

Como siempre quise v isual izar los lugares, ios úl t i -mos días de febrero de t998 volví a Camarones con unbote semir íg ido, no consiguiendo en un radio de z5oki lómetros medios idóneos. Recorr í e l camino cosre-ro de r ierra hasta l ¡ Caleta Sara, la más ale¡ 'ada, dondese puede botar un trailer, poco más adelante, en CaboDos Bahías, e l camino rural que parte desde ei cascode l . r esrancia La Península queda interrumpid.o. En losmapas de la década del '4o, éste seguía bordeando elocéano, l indando la Bahía San Gregor io, puerto Hue-vo y San Cayetano.

Llegar y voiver es una travesía de 5o mi l las náur icas,exponiéndose a cambios repenrinos de vientos y condi_ciones cl imát icas, hay que sal tear olas por horas, y po_nerse traje seco de buceo, por la dudas: uno puede caeren las aguas casi polares.

Los lugareños nunca l legan ran le jos, los parajes sonincontaminados, tel como cuando los visitó [)arwin enel v ia je del Beagle. El c ie lo se encuenrra l leno de avesmarinas, petreles y cormoranes flotan en un mar riquí-simo en peces, las islas están pobiadas de colonias de de_cenas de miles de pingüinos, y los islotes de lobos y ele-fantes marinos.

Llegué a la Bahía San Cayetano, donde ei D¡esden sehabría reabastecido, es un espejo de mar protegido porun is lote muy bajo. La Punta Guanacos la separa dePuerto Huevo, una bahía aún más protegida y escondi-da, la isla Valdés la cubre compleramente haciendo pa-recer, desde la mar, la costa como interrumpida.

En la playa de grava, una manadr de guanacos pare-

a46

cía remarc¡r e l nonbre que aparece en los c l iar ios delDresden.

En e1 mapa náut ico, e l s i t io de Puerto Huevo est ic lasi f icado como fonde.rdero para navíos; a i contr¡r lode Bahía San Cayetano, Puerto Huevo t iene casi e l do-ble de fondo, unos 13 metros en bajamar. Si yo fuera eicrpi tan Ludecke, un gran marino, fonde¡r í ¡ e l D¡es-den de casi tzo metros de eslora y casi 6 de calaclo enPuerto Huevo, ¡ l l í se¡ i r jnvis ib le ] / seguro durante lostres días de su estadía

Pero hay un mot jvo más: ese puerto natur¡ l t ieneuna histor ia que se remonta a la época de los conquis-tadores españoles, al igual que el f iordo Qr-rintupeu enChi le nre f re el refr-- ' ' t ' r - : - ' - - ñ- ' l '^ Entre los! r r r lq. \ luq ruL Lr rLrüEl lU LtCl , Pl t - tLú UIJNS.

años r54o y $67, t ras el descubr imiento del estrechode Magal lanes. la costa at lánt ica fue objeto de explo-

raciones buscando puertos seguros. Siendo goberna-dor de Chi le García Hurtado de Mendoza l leg: envia-do a explorar el sur de ia Patagonia ei gener.r l Jurn de

Ladr i l lero, quien. a los 45" de lat i tud sur, re latan tex-tu¡ lmente los documentos de la época. echó gente en

t ierra para explorar el inter ior de 1o que ho1, es 1:r pro-

vincia de Chubut.Otro que fue enviado a recorrer el área fue Zimon de Al-

cozoba Sotomayor, portugués de nacimiento, pero gentil-

hombre de la Cámara del rey de Casdlla. La expedición del

mismo se detuvo donde lo cogió el invierno, según sus pa-

labras,la latitud era la misma en donde fondeó Ladril lero.

Alcozoba la bautizó Puerto de los Leones.Considerando que la bahía no t iene nombre y la Is-

la de ios Leones se encuentra a mi les de metros de lamisma y todavía mant iene una colonia de dichos ma-míferos marinos, se puede racionalmente pensar que

ese lugar y Guanaco Bay sea el mismo fondeadero y

A ^1a1/

Page 230: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

que el capirán Ludecke, apasionado por la histor ia delos ant iguos capi tanes de galeones. sat i . r perfectamen,te que a los 45' de lar i ruci sur exist ía un refugio, no só-lo de la fur ia del At lánt ico s ino también de la f lor¡ br i -tánica.

Es superfluo iecordar que Canaris estaba a bordo y lomemorizó.

El fondo es una loza de piedra, hay mínimo ro hectá-reas de n-rar en donde puede encontrarse hundido elsubmarino y no parece ser casual que en miles de kiió-metros de costa patagónica el lugar sea el misi¡o de iaestadía del D¡esden.

Los historiadores ubicaron el fondeo en San Cavera-no, pero ninguno de ellos fue a investigar el lrrgrr in si-fu y, por otro lado, la bitácora dei D¡esden llama al lugarGuanaco Bay, eI punto nave en minuros y segundos esprácticamente el mismo y la Punta Guanacos es comuna las dos ensenadas, todavía sin nombres tanto en el ma-pa náutico antiguo como en el actual.

De regreso desembarqué en una playa de la isla Leo-nes, donde todavía queda ei viejo faro abandonado, unosrestos de viejas lanchas dejadas ai l í por mareiadas mellamaron la atención, enrre ellas anrizuos tambores decarburanres, sus aros de fundición l lÑaban impreso suorigen alemá n, Ei se nhu tte nw e rk - I'h a/e. Con firmaciónindirecta de la histor ia de los ¡eabastecimientos c lan-destinos de U-Bootesen la cercana Bahía San Gregorio,contada por el ex intendente de Camarones, Enrique Lu-cero.

No r¡s

r. Bl¡ir, CIw, I-lITLER'S U-BOAT !V'AR. Foreword, págs.X.XI.

z.http: / /t ' ,twrv.lanacion.co rn/ g8 / ol/ gt/go7.htm.3. \,f oreno, Crrlos Albert o, PAT'AG O N I A PU NTO CRín -

CO, píg. ro8.a. lb id, p ig. to5/o6.5 Parker, Maria Teresa, TRAS LA ESTELA DEL DRESDEM

Pag.7r.6. LA NACIÓN, 6 de julio de r9.)8.

448 449

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XXVII I

A f in de ju l io de r945, ia Segunda Guerra Mundial to-davía seguía en el le jano or iente. El día 6 de agosto Hi-roshima fue bombardeada.

Par¡ entonccs, ya habían part ido desde ia costa dosautomóviles, dirigiéndose hacia el sudoesre, hacia ei in-ter ior de la Patagonia. En Las Plumas tomaron el cami-no provincial 4o, hoy en desuso.

Respecto a este paraje, hay un testimonio que confir-maría que un¡ semana antes de Hiroshima, Hi t ler conun grupo de alemanes pasó por : r l l í , con dirección r lacordi l lera, en la zona de Esquel , hal lada a 4oo ki lóme-tros.

Más adelante hablaré detal ladamenre de esre hecho.En este últ imo pequeño pueblo, el camino provincial

se conectaba con la Ruta Nacional 40, que va paralela alos Andes, en sus estr ibaciones. Tomaron la direcciónnorte, pasaron por Leleque, que no era más que el cascode una estancia de la corona inglesa, hoy pertenece alholding de la familia Benetton. Continuaron cruzandoOrquincó hrcia Pi lcaniyeu.

Después de cuatrocientos kilómetros Ce ruta 4o, ca-mino que aún hoy es sinónimo de destructor de auro-móviles, habían casi i legado.

Faltaban cincuenta kilómetros de los casi mil polvo-rientos que habían recorrido con varios inconvenientesy pinchaduras, como todavía es común en esas lat i tu-cles y en esas rutas, que siguen iguales como entorno na-tural a 1945.

Lleg;rron r r rn lug.rr cercrno ¡ B¡r i loche, a una r íp ica

450

estancia de la precordi i lera, col inas rocosas, una laguni-ta, val leci tos de pastoreo verde donde se podían cr iarhovinos v pl ln ic ies aptts prra ovejas.

A la v ista, la blanca cordi l lera de los Andes, era plenoinvierno austrai. Se encontraban los primeros árboles ylas montañas aparecían oscuras, por su presencia. En to-do su viaje, desde el Arlántico sólo habían vis¡o unos ar-bustos y recién en la ruta 4o habían podido div isar losAndes, encapuchados de nieve.

Atravesaron, la que fue l iamada por un viejo cronis-ta de fin de siglo, la Australia Argentina, recorrido queen los años cuarenta, a cincuenta kilómetros promedio,podía l levar casi dos días; todavía hoy se pueden ver só-lo ñandúes,los avesrruces patagónicás y carrncrloq hal-cónides carroñeros a la espera, en ios postes de los alam-brados.

La estancia tenía colgado un letrero en su portal o tran-guera: San Ramón. Fue el primer campo que se alambróen la zona de Bariloche, en r9oz, año de la fundación ofi-cial del mismo pueblo. Era un campo de casi reinta milhectáreas, cuyos primeros dueños fueron colonos, la pro-piedad le fue asignada por el gobierno en el año 19oo,cuando todavía había indios mapuches merodeando porlas colinas cercanas.

En el año ryo4lacompra una sociedad compuesra porcinco chilenos de Valdivia, para luego venderla a otra so-ciedad representada por el alemán Horn, la Compañía Co-mercial y Ganadera Chile y Argentina, el z de abril r9o8;en esos años el pueblo de San Carlos de Bariloche, de milalmas, dependía de ella, de sus inversiones ycomercios; eladministrador fue un ex coronel prusiano, el barón vonReichnacht, quien residía en la estancia Quemquemrreu.

Era una sociedad con un enorme capi ta l social de47S.ooo libras oro, para cuanrif icar, el transatlántico T¡-

45r

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rrrilrllllll lll titltllllllllrtilrrli,llttllirllrlltrll,rl¡lr{tirtti rii.ti,rl,,ilrrii,,t, ir, r ,,

',,,, riiuiiliiü&iilj{isiiü¡r,¡

ranic fue presupuestado joo.ooo l ibras oro en aquel

mismo t iempo.El 5 de abr i l de t9ro, la Chi le y Argent ina vendió San

Ramón al Dr. Meyer, quien acepta la conpra efectnrda,

por trámite del Banco Germánicc de ia Améric¡ del Sud,

para el Principado de Schaumburg-Lippe, representadopor sLi Consejo cle FIaciend.r.

Dicho Principado envió a1ií para administrar la pro-

piedacl al barón Ludwig von Bulow, quien se encontra-

ba, según consta por cartas del mismo, ya desde media-

dos de r914. El hospedó a Canar is en el casco de la

estancia -que ya no existe más pues se incendió y fue

sustituido por oira gran casa en los años '4o.

Gracias a la ayuda de Ricardo Vallmitjana, el historia-

dor de Bariloche, pu<1e encontrar la tumba del barón, si-

ta en la proximida.l del acceso oeste de S.rn Ramón, ya-

ce bajo un pino centenar io, que sol i tar io desde una

loma, abarca el panorrma del lago Nahuel Huapi . la c iu-

dad de Bariloche, que se encuentra a unos treinta kiló-

metros bordeando el lago, y ia corona de cumbres que

enmarcan todo.En la tumba, ia inscripción da por fallecido a von Bu-

low el rz de diciembre de r9r8, poco tiempo después de

terminar la Primer Guerra Mundial.Schaumburg-Lippe mantuvo la propiedad hasta el 8

de marzo de ryz6,cuando la vende a ot¡a sociedad alema-

na, la Treuhand Sociedad de Adminisrración y Mandatos,

representada por el señor Fricke, el cual dos años después,

el z cie marzo de r928, Ia vende a ia Sociedad Anónim¡ de

Indusrrias Rurales, en Río Negro, representada por Don

Christel Lahusen; coincidentemente, en aquellos días de

verano austral de r928, Canaris pasaba sus vacaciones de

seis semanas en la Argentina, según consta en la biogra-

fía cie André Brissaud.

452

L.a sociedad Lahusen mantuvo 1a estancia hasta r982,cuando l iquidó var ias propiedades y empresrs en la A¡-gent ina.

Hoy, San Ramón es todavía una de las mejores esran-cias precordilleranas y tiene ia ventaja de tener muy cercaun aeropuerto internacional. Su último destino, como deotras cercanas, terrrrinó siendo un lujo pera pocos, a pocoskiiómetros, casi lindando con San Ramón, se encuentra 1aestancia La Primavera, del magnate de ias comunic¡cionesTed Turner v su mujerJane Fonda.

En San Ramón, entre r945 v r955 residieron muchos¡ lem¡nes v en su his lor ia. por c.rs i serenta v c inco años.tuvo siernpre propietarios y administradores alernanes;¡demás de von Bulow. nombres que quedan aún en lamemoria de ancianos pobladores que allí trabajaron, r.r-les como Lexkopft, Junkers, B.rumeister, Brokeroff ymuchos otros ya olv idados.

Un puestero que tr lb.r jó en San R¡món en su juven-tud, Domingo Quiñenao, de sesenta y cuarro años,cuenta en su humilde rancho en Pichileufu, cerca de laestancia donde trabajó, qrle en aquelios añcs los alema-nes al l í residentes, cuando recibían vis i tas, saludabancon el brazo extendido; recuercia a un tal Lunde y aHirst. Por lo que pude averiguar, eran exponentes de lacé1ula del NSDAP barilochense.

Pero San Ramón, aunque con antecedentes y cone-xiones de sus propietarios y administradores con Cana-ris y el nacionalsocialismo, no fue el últ imo destino detan largo viaje que empezó cien días anres.

Para Hitler tenía que ser algo especial, algo donde élse sintiera seguro, un lugar inaccesible e incógnito. SanRamón, con sus treinta mil hectáreas garantizaba pri-vacidad, pero era demasiado accesible en caso de un ata-que por sorpfesa.

+)5

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La ruta provincial nq z3 cruz.r la propieclad al igu:r) que

la única i ínea de ferrocarr i l que une, San Carlos de Bar i -

loche al At lánt ico, y desd.e r934, rmbas er ist ian.

En la misma estancia se encuentra una pequeñr estr-

ción de ferrocarri l abandonada, construida a mediados

de los años 3,o. Desde set iembre de r94o y hasta mayo

de ry47, también estaba en uso, en San Ramón, la pr i -

mer pista de aterr izaje de Bar i loche.La estancia está emplazada a más de r5o ki lómetros

de la frontera con Chile y aunque era muy hermosa no

le garant izaba 1a segur idad que Hit ler necesi taba p.rr ; r

una larga estadía.San Ramón era perfecta como base de apoyo y de

control de los únicos accesos que Bariloche tenía en los

años 45/55 con el resto del territorio argentino.Bar i loche es como una is la en un gr ln mar, no t iene

palmeras sino grandes bosques, en su mayoría árboles de

la famiiia de los cipreses, los coihues y las lengas. Airede-

dor, en iugar del mar, se encuer-ltran, por un lado grandes

extensiones semi áridas y prácticamente desiertas, y por

el otro una cordil lera prácticamente inexplorada.

Bar i loche, en los años 4o, no tenía ni c inco mi l ha-

bi tantes, los pueblos de tamaño infer ior se encontra-ban a más de trescientos k i lómetros, Zapala al norte

y Esquel a l sur y los asentamientos de unos centena-

res de personas más próximos, se hal laban a más de

ciento c incuenta k i lómetros, a l norte San Mart ín de

los Andes, y al sur Ei Bolsón, otras poblaciones de

unas decenas de personas se encontraban a menos de

cien ki lómetros, como Vi l la ia Angostura al oeste y

Pi lcaniyeu al este.Semejante alejamiento para un pueblo no existió ni

en el año 1.ooo en Europa.

454

Ll región dei ¡sent¡miento de Ba¡ i loche, hacia r87o,estaba habi tada sólo por indígenas. cuvo jefe, e l caciqueSaihueque, intentaba frenar la penetración de los blan-cos en las que conside¡aba justamente sus [ ierras. Peroal Nahuel Huapi , e l lo de abr i l de r88r, l legó el co¡onelConrado Vi l iegas v t res br igadr.s que componían strfuerza expedic ionar ia. El cacique Modesto Inacayal tu-vo que abanclon¡r las tierras que ocupaba cerca del I ago,e i rse más al sur. En l88z, la t r ibu del cacique Curruincatambién hizo acto de sumisión al gobierno, y en el añor 883 se instaló un fortín al esdlo far west. cerca del lago.

Al año siguiente, saliendo dei Fuerte Chacabuco, se em-prendió una erpedición para levantar el plano del lago.

Era 1a frontera interna de Argentina en aqueilos años,pero no l legaron colonos por miedo a los indios, e l te-rritorio es muy parecido al Noroeste cie los Estados Uni-dos y los mismos indígenas se parecían a las t r ibus deaquel la lat i tud.

Nadie defendía va est¡ zona cuando, en r889, se esta-bleció f rente al Fuerte Chac¡buco, para entonces aban-donado, el vaquero te jano Jarret iones, quien se convir-t iera en ganadero patagónico, al ocupar, en virtud de laLey del hogar, t ierras junto al Limay, a ori l las del NahuelFIuapi. El río Limay es el único afluente del lago. En unade las riberas todavía está ia estancia Tequel Malal, de ios

Jones, y en la otra la estancia San Ramón.En el mismo año se constituyó la Argentine Southern

Land Company, de propiedad de 1a corona británica, quese dedicaría a la explotación de tierras aptas para la ga-nadería, en unos pocos años se fueron creando las es-tancias Leleque, Maitén. Al icura y Pi lcanieu, 617.ooohectáreas que pasaron en los años'9o a los Benetton.

Sólo en r895, en lo que hoy es ei casco urbano de SanCa¡ios de Bar i loche, se af incó el pr imer habi tante, un

,+ 55

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"t tüf i l l l l l l l l l l l l r , l r , i i ¡r , i r ,rr , ,

alemán de z9 años, su nombre era Karl Wiederhold, dequien ya se habló, como así también del impulso que dioal pueblo.

En rgro San Carios de Bar i loche tenía rz5c habi tan-tes: para l legar hasta allí sóio existían huellas para carros,sin puentes, había telégrafo y tambien l legaba el correopar postas de cabal los, t ras recorrer más de quinientoski lómetros desde Neuquen.

En rgrz l legaron los primeros automóviles al pueblo,eran tres grandes Mercedes Benz que vinieron para re-cibir a Theodore Roosevel t , quien l legaba a Bar i locheprocedente de Chile, el primer turista de renombre envis i tar cste m¡ravi l loso p.rraie.

L,n i9z5 regresó \\¡iedcrhoid a Bariloche por últ imavez, donde fue obsequirdo por 1rs fami] i ¡s alemanaspioneras. En aquel ia época ya exist í ¡ una ruta para au-tomotores de Neuquén a Bariloche, quinientos kilóme-tros que se recorrían, en sólo 38 horas, como decia la pu-blicidad en ese entonces.

Por decreto, en r922, fue instituido el Parque Nacio-nal del Sur, con una extensión de 785.ooo hectáreas,uno de los primeros en el mundo, tras la fundación delYellowstone ent87z.

En r93o llegan otros visitantes i lustres, los hijos deirey de Inglaterra Jorge V, Eduardo y Jorge de Winsdor,Príncipe de Gales y Duque de Kent, quienes sucedierona su padre. En este mismo año la oficina de turismo pu-blica la primera guía con mapa del parque nacional, rea-l izados por ios montañeses I l i ldebrandt y Mei l ing,quienes habían inmigrado en esos años.

Al l legar el ferrocarr i l en r934 se def ine la vocaciónturístic¡ de San Carlos de l lari loche.

456

En ese mismo ¡ño iue nornbrado presidente de Irar-ques Nrcion¡ les, E- ' :equic l Bust i l lo. Iste empujó el de-sarrol lo del Parque Nacional dor¡ndolo de todas las in-fraestructuras v empujando a1 turismo como base de laeconomía de 1a zona. Su herm¡no, el arqui tecto Alejan-dro, con sus obras y su arquitectura pecuiiar contribu-yó a embel lecer Bar i loche v sus alrededores.

En rg38 se inauguró el hotel LIao-Llao. prcvectadopor el arqui tecto Bust i11o. Un gigantesco hotel de ma-dera que intentab.r rivalizar con el hotel O1d Faithful1nn, del arqui tecto Robert R eamer, en el Yel lowstonePark, se buscaba así compet i r a l más al to nivel par: l c lp-tar tur ismo selecto para Bar i loche.

Entre sus huéspedes se puede nombrar al ministro delos Estados Unidos, el señor Knox, quien di jer l que elpanorama desde el hotel era el más perfecto que habíavisto en su vida; otro que llegab.r allí pera la pesca de sai-mónidos en esa época, fue el ministro inglés. Ner. ' i l leHenderson, el mismo que presentara ia declaración deguerra a Adol f Hi t ler . I \4ucho-s otros v is i raron ej l . lao-Llao durante sus casi sesenia ; rños de ¡cr iv idad, el ú l t i -mo huésped famoso en mag'nii icar el lug.rr fr.rc'el presi-dente estadounidense Bi i l Cl inton a mediados denrf r rhro r ]o r n^-

En r94o, fue inaugurado el primer servicio regular deaviones entre Buenos Aires y Bariloche: el 4 de setiem-bre, tras dos escaias y mil quinientos kilómetros de vue-lo, aterr izó en la pista de la estancía San Ramón , e l Ju 5zPatagonia con diecis iete pasajeros. Casi doce horas deviajes, mucho mejor que ios dos días de tren o los t resoe auto.

En los primeros dí¡s de agosto de 1945 era pleno in-vierno austral, aún ia temporada de esquí no existía enBariloche, sólo un puñado de fanáticos locales pracrica-

457

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ban este deporte l iderados por el e lem.rn Otto lv le i l ing,quien en su casa-refugio en el Cerro Otto, cerca dei pue-blo, a cota l zoo, abr ió la pr imera escuela de ski ; e l letre-ro de la propiedad todavía queda, se l lama Bergl t r , f , po-dría ser casual id¡d s i no fuese que al l í esquió r 'compit ioHans Rude1, como api l rece en los v ie jos ¡nu¡r ios delClub Andino de r95o v 5r.

En agosto dei '45 el pueblo, que en ese entonces tení¡unos cuatro mi l habi t ¡ntes, estab¡ como hibern.rdo, porlc-r ger.relrl tod¡s las actividacles made¡er¡s y agrope'cu.r-r i ¡ is en esr époc;r se parrbrn.

Entonces Hit ler se embarcó en h plrva, f rente ¡ 1¡ es-tanci¡ S¡r- i R.rmón v conienz.ó su v ia je hacia 1o que sc-r ía, por unos :rños, su resic lencia.

f )esde nr i nr imer v iaíe a Bar i loche h¡bía inrent¡c l , rubicar dónde podía enconrr¡rse el lugrr .1uc Crn¡r ' is h¡-bía descr ipto al Padre Sicher: e l l . rgo es inmenso, t ienemás cle t rescientos k i lómetros de cost¡rs. con concxio-nes con otros dos lagcs, ; rdernás de is i ¡s e js l i t ¡s. Sc r¡-mif ica h¡ci¡ Chi le y la corcl i l ler . r .

Segun cu¡nto anoter. : \ , C.rnrr is t r -ucln¡.1uc haber l le-gado por la antigua send¡ de l¡s mui. '.s de c¡rq.r, que ha-cían el cruce Chile-Argentjnr, por el p,rso Puvehue. L.n eli ibro editado por P;rques \ acion¡les, '[oponintia cle] La-go Nahuel Huapi, no.lparece l¡ Senda cie ias I Ierr¡dur¡s,como tampoco en ei mrpa del Parque. Si la lógic;r er¡ co-rrecta, ubicanrlo donde ésta terminaba, habúa que encon-trar algo. Tenía que encontrarse en Ios brazos del norocs-te, cesi del l ími te con Chi ie v del Paso Pnvehue.

La única mane¡i l de ubic¡¡ lo e¡a bordeando los brrzosdel lago n'rás rlejados.

No fue di f Íc i l ; i legué a Vi l la la AngostLlra, ¿ Foco me -

4s8

nos c1e no\¡enta kiión-retros de Bariloche, ere el mes deenero de rg9r, boté al agua una emba¡cación inflable, eraun día de verano austral, soleado y de aguas quietas. Em-pecé a bordear la cost¡ , v t ras recorrer una decen¡ c1e ki-1ómetros emboqué el 11¡mado brazo Ult imr Esperanza,el mis aiejrdo del l rgo. n¡die sabe de donde i leqó esenombre. Examinando el l ibro de la toponimia del Par-que de Juan Mart ín Biedma no se menciona 1a causa, nosurgen ¡ntecedentes de cómo se había or ig inado.

Me pareció prometedor el nombre y apropiado ese1ugtrr.

En un¡ pequeña b¡hía, escondida por dos pequeñ;rsis l i tas había algo que l lamó inmediatamente la a¡encióna mi ¡ lm¡ de arqui tecto.

El novent¡ por c iento las costas del Nahuel Huapi soninh¡bi t rd¡s. s in construcciones y donde h¿r ' , est in enmuy'buenas condic iones, hay casas muy l indas y lu jo-sas, pero están concentradas en las afueras del pueblode Bar i loche o cerce del de Vi l la la Angostura.

Lo qr.re me llamó la atención fue un prado con algo enlas sombras de los árboles que parecía r-rna vieja mansiónabandonada. Acercándome a un centenar de met¡os dela playa pude apreciar que era una gran casa de madera,de buen gusto y arqui tectura, pero que no había v istopintura ni ningirn tipo de mantenimiento desde hacíad.écadas, al igual que el entorno que daba imagen deaoancono.

Desenrbrrqué en l . r phya rrenosr con nr i ; rcompañrn-te de esa ocasión, no pudimos hacer diez nletros que lle-garon tres perros bravos que nos obl iearon a retomar ellago rápidanente, trrs ellos venía un hombre mayor conuna escopeta en la mano. nos anren¡zó gr i t rndo que nosfuéramos, ante s l ls nralos t ratos vo reaccioné rL.spon-diendo inst int ivamente en i ta l iano.

¡¡¡f ¡f f r.f ÍÍsÍH,.rMnru$Íu{utof 0||.{ilüütrstst{Iü{sllltHlsllsllflflslll

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El hombre carnbió ¡adicalmente de postura )'se acer-có diciéndo¡n e "¿nche ío sono italiano ", me preguntó e1porqué de mi v is i ta, le contesté que íbamos de pesca ycuando vimos la casa abandonada me l lamó la atenciónsu arquitectura, y ie solicité visitarla.

El consintio y mierrtras nos acercábamos a la casa mecontó que era obra del arquitecto Alejandro Bustillo, efec-tivamente sus obras, que se encuentran en Bariloche v ai-rededores, son inconfundibles. Su arquitectura en 1os jue-

gos de techos y revestimientos permiten distinguirloinmediatamente, sin necesidad cie ser arquitecto.

[ -a casa, de casi mi l metros cuadrados cubiertos, decerca se encontraba en peores condic iones, fa l taban to-das 1as ¡bertur ls v 1os vidr ios. Su inter ior se hal iaba aúnpeor, se h¡ l r i . rn l ler '¿dc. todo lo que se podír arrancar,puertJS, c¡ lef¡ctores. Dlr tes de los sani¡¿r ios v cañerías.

Pero igu.r imente tenir r lgo que no !-ne resul ' . ¡ba. laplanta baja esencialmente era un conjunto de salones,pasil los, entradas, todos con enormes ventanales al la-go y un par de chimeneas, en un ala del edificio una gÍancocina y en la otra otro cuarto de estar más. "Qué rarogusto, pensé, tantos estar, quién sabe qué familia nume-rosa la había habitado." La casa era de los años '4o, enaquella época las acaudaladas familias argentinas teníanmínimo media docena de hijos.

El señor italiano, de nombre Ampelio, resultó ser elcustodio de la propiedad desde hacía dos años. Habíallegado desde Buenos Aires y tenía poco más de sesen-ta y c inco años. Había emigrado a la Argent ina en los

.primeros vapores que salieron de Génova enryq7. AIlívivía muy modestamente, tras una vida de muchos es-fuerzos y de esperanzas no cumplidas. Vivía como uneremita, así me dijo.

Fuimos al piso de a¡riba tras subir una gran escalera,

¿6o

encontramos un pasi l lc central , dos cu¡r t i tos hacia laparte de atrás y entramos a una enorme habit¿ción conchimenea y una puerta que accedía a un gran baño, en elmismo, otra puerta que daba a otro vasto dormitorio.

Práct icamente, en el p iso de arr iba había solamentedos cuartos unidos por un baño, los tres ambientes mi-raban al lago. El mayor tenía también una pequeña te-rraza. La primer pregunta que me vino a la mente fue,quién pudo ser el cliente que pidiera semejante barbari-dad a un arquitecto v además famoso.

Regresando al pasil lo, ios dos pequeños dormitoriostraseros parecían más camarotes que cuartos y en el a iacorrespondiente a 1a cocina había una puerta que comu-nicaba por un escalerita con la misma y un pequeño dor-mitor io más, arr iba de ésta.

La otra a1a tenía un acceso independiente externo aotra habi tación de uso como dormitor io. Expl icandomejor, daba ia idea que el personal de servicio durmie-ra respectivamente arriba de 1a cocina y en el otro extre-mo, arriba de uno de 1os estar. Los dos cuartitos con res-tos de unos caños de uso sani tar io, resul taban másoscuros porque eran demasiado chicos para ser cuartode huéspedes o de hi jos, en senrejante nr¡nsión.

Le pregunté a Ampeiio por su vivienda, porque ailíera imposible hasta para acampar. Me dijo que vivía enotra construcción, en la loma boscosa que rodeaba la ca-sa. Le evidencié mis pensamientos respecto a la arqui-tectura y a la falta de dormitorios para una familia mí-nima, tenía que ser un misántropo quien hic ieraconstruir la casa. Arnpelio se rió, diciendo "Usted no vionada todavía".

Salimos y mirando la bahía, casi tapada por dos isli-tas, a la derecha, entre los árboles, me llevó a otra cons-trucción de más de cien metros cuadrados, con paredes

4(r r

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fHHlltl

que fueran de vidr io, una plazoleta de piedra y l indasterminaciones, me di jo que ésa era la casa de té. A unos

50 metros, cruzando un puentecito de mader¡ encimade un arroyo que desembocaba al lago, había otri l cf,st,era la de los huéspedes, de un tamaño parecido a la an-ter ior construcción, pero en mejores condic iones queias demás ya vistas.

Desde ahí bajamos al otro extremo de la playa donde yo

habi.r desembarcado. Allí había un gran techado, como ungalpón y una rampa que recorriendo a la playa se sumer-gía en el lago. A mi pregunta de qué era eso, ya que me pa-recía demasiado grande para ser un simple embarcadero,me respondió que era el hangar de un hidroavión.

Estab¡ podr ido y en pésimas condic iones. Cerca, jun-

to a otras construcciones de uso con-ro depósito y talierv i rnos un gran muel le como prra barcos de r5/ :om delargo. Recorr iendo la playa, todo esto escondido entrelos ár l ro les v práct icamente invis ib le, había otrr c¡s i t : tmás h¡cía l ¡ vez de clsr y usina.

ñfe dijo Ampelio que hacia el interio¡ del monte ha-bía una pequeña represa que cortaba el rrroyo perennedonde había una turbina que en su época, generaba elec-tr ic idad.

Ampeiio nos invitó a su casa a tomar un café, queríaconversar sobre Italia.

Detrás de ia mansión había una playa de estaciona-miento empedrada y desde al l í subía un camino tam-bién empedrado.

Empezamos a recorrer lo, v¡ ¡ mit¡d de crmino esta-ba sin aliento, curva tras curv.1, había que renlontar uncentenar c le metros; marchando mir¡ba l ¡s termin¡cio-nes asombrosas de aquel camino, muros de contenciónen piedra l ¡b¡ada igual que can¡ letas de desagie en susbo¡des, camini tos que cortrbrn las curv¡s y escalones

q62

de piedr;r igu;r lmente lab¡¡rd¡, todo comido por una sel-r ' ¡ c1e erbustos v plant i t : rs s in cuidar desde déc¡d¡s.

Llegrn-r..-,s r unf, zon.r plana donde terminabr el bos-nrrr . desde. lhíno se veí, r n i e l L lso ni Lr c,rs¡ ¡ l l ise en-contrab¡r- l los restos de una gran construcción quema-da, donde todavía se reconocír e l per i rnetro v suchimene¡ de l ¡dr i l los todavía quedabr en pie. Fue unedi f ic io de dos p):rntas de unos t¡escienros metros cr l -b ier tos, ¡ su l rdr . , , unr v ie ja antena de redio de ond¡ cor-*- ^. .^J.L- -^ l ; . - - ; -LJ LlLrCU.rUd )Ul lLrrr rJ.

-Esta era l ¡ d i ¡ección -me di jo Ampel io.- f )e t r r ré - le nreorLnté.-Del conjunto.-Del conjunto de qué -volví a preguntar le.-Ah, esto no lo sé y no lo sabe r-radie, tampoco en Vi-

l l r la Angostur.r . Intr ig.rdís imo. lo seguí l y.rp;rrecieronotras construcciones, una de el las n-ruy grande cuvo usoera de est¡blo, todo en l ¡ misma condic ión de abando-no que la casa pr incipl l .

Migura me indic¡b¡ "¿c. í e-s¡ . lb¡ l ¡ fábr ic: t de queso,- - : r ' J ' -*L" ' " ' ' - " l i r is ient los, ' ,1 un.r r r t 'nrrer i . l cuirs-. {L(¡ l . ¡ Uq ( l I IU U L IUV\ . U¡r ¡SrL ¡ ¡uvr

t¡ucción que parecía una capil ia, me dil<-r, "¿í-s¿.r er.r Ll c.r¡ .

n icería", no lo podía creer, un mesón de mirr-nol b l ¡ l ' l -co, ezulejos, una ! ' r r r con g,rnchos colgando. A su l ¡c lose levantaban dos l indas y iargas casas que enm¡rcab¡nuna plaza en medio de la cu¡ l había una fuente de pie-dr;r circrrlar p¡ra usarl¡ como bebedero, idéntica a las quese encuentran en las v i l las austr íacas de los Alpes.

Tod¡ví¡ sorprendido seguí a mi guí.r en el rour, hrbíauna iarga construcción que parecía ser para hospedarpeones, una c;rsa grande de dos pisos y otras más peque-ñas. Cont inuamos el paseo y l legamos a otros edi f i -cins ' 'Ycct r eq l t norrerr " d i in Amnel in

Hrhir r rn¡ nrr fo r¡ ie iente , ]e-r* . - - . . ;Ja ! unJ p. l r te nlJS rec.- , . . - , * ,

+6j

trq.trÍ,BuntrtrmrrtrFrrrtrntrtrBilrilrilIl'llilil|l|uüililüllüllllllflnllilflffillllülfllflllllHüÍlllll

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cenas de cani les. Los c laros en el bosque terninaban.Mirando el pasto en aquel punto v i los resros de un pi-so de poco rnás de un metro cuacirado, parecía el p isode una gar i ta.

-Y los campos ¿dóncie están? --1e pregunté.--No hay, la propiedad consta exclusivamenre de ca-

si quinientas hectárers de bosque -é1 me ccnrestó cán-didamente.

Y qué bosque. pensé yo. Arboles de cuarenra merros,centenar ios, minímo mecl io f i retro de diámerro, intpe-netr¡ble por la intrincada vegetación, un ejemplo de sel-v¡ valdiviana, el bioma de la inexplorad.r frontera cor-drl lerana.

En su casa, s i esí se podía l iamar ¡ una de las construc-ciones abandonacias, me contó más, de é1 v del lugar. Sunot i rbre er;r Ar l rpei io Rivert i . peluq'-rero Jolro su p,rdre.emigró a la Argentin.r en 19+7, donde conrinuó con suof ic io para enseguida dejar lo ocupándose de m¡nteni-mientos v refacciones. Cuando le ofrecieron un puestode mantenimiento se sintió muy feiiz de mudarse al piede los Andes, había nacido en ias estribaciones de los A1-pes, en Vicenza.

Pero ni con manos milagrosas él podrí;r hacer algo, elsaqueo en los años fue tan grave que refaccionai el con-junto, considerando el costo .rrgentin() muy inferior de1europeo, costaría al menos medio rnil lón de dólares.

Y para qué, me pregunté. Para convertirse c.n una ca-sa de veraneo era demasiado grande; tamDoco podría seruna estancia, en verdad se parecía más a un cuartel.

Pensé que un lugar así no tenía una función clara vque debía empezar a investigario.

La única anomalía que rne inquietaba era que ia pro-piedad estaba atravesaJa en ioCa su longi tud por l r ru-ta que iba al límite con Chile, a unirs treinta kilórnet¡os.

461.

XXIX

Emlrecé r inr :est i r : ¡ r d. , .sck: l r rn isnra ViLla ia Angosl-ur¡r, 1rn pi-rehlo ' :ur icr- icr, cie rccit :nte erJif ic¡.ción qt le sri

encuenrr . l ¡ unos r i iez k i lór¡ ie l : ros. Por cuai l to v( i l re-

i tuntl 'br nacl ie s,rbí r.

l - ;n 1.rs ; l ¡r o; ' jo i i l í h:rFí.r,",- ,1-rr. l i i<;. . po-bl -Lcior¿s. ¡ nte-

:1i: . i joc de I os, irro s' : lo 1i !1 i ,r r nicl-o ic,r i i ine¡ r '1 n., ".¿' - ? i t i -

i l r ró eir i r i r ¡ b.rhi¡ c i :n. i ¡ - , l r igrr a r1¡ i et ic i . - r ' . 'e,- le ' , ' , , , Í ; r l , : , ' ,

r ' só]o ¡t is f inal izar i¡ grert¡. f ' ' te Í)r 'olrec.t. tcirr r tn 1c.,tco irole i ¡oncic i t . l i ¡ rno I - ) i S¡¡ :q¡c; . s i r i r ropieCrci , t i , ¡ i coirs¡ i -t r l i t , '1, ' i r ¡ .1, r : r : rn ic i : l ;1, i , ' l i " t l r f ¡ l l l l r - l . lo.l Ius,r /Jrr¡ \

" ¡ ( !1

En r9,¡Tet i ipr 'zr i . t \ 'en( i€- ' l ' lc , tes l i t ' t .5(ro ln ' '¿ rr r ' j l t t

conrenzó a iei 'an' i¡ .r :e. ?rc1.:,- ,- ir r i icz ¡, ' lc,s d.:s¡:r i i :s ¡. t l . r-

bía nl is c le c i ¡ 'n h¡¡r i r : - , , . r ; . i ; r " r" i , - I : i i r , ¡ ,1 iy ' . ¡ l l ¡s ¡r ' r i .

r lenteSlCtLfale5..r l r ' , ; ,1r , ,1. ¡ t r . . ; ¡ , l ; ' r , : t ' l i \ l t - r ; f i i : , j t tC.r , i : is .nO n- iás. Ei l -e ' l ' , , r : ' ¡ . i1.¡ . , . - : : : t j ' . : i i ' 1 ' , , ' : , ¡ ,1r i , l [J , t r i i ( : i ( ; i r l i i .

ionie i r : rvmiqt : i ' , i r ' i ; ¡ : . - . : - . . : : : . , : r . , i .1. ' i .1ei oes-

te . i r r1et j i l . l i lC. , jg,1 '1, ' l , : ? ' ;1. , . : l l , l : . , ' " , c, ' i ; - r ' ' , ' - ' : i ' \ ' l ' . l i ' , '. , ¡ , ¡ i i , : : t , l r i , . ic , t i . ' , i t r ' ,1, , .

i l t - , i : i t . r i ; í? i . ¡ r i i ¡ . l ¡ rs ; : : , i . :ar , - ; ¡ l ; i r 's seie¡r¡¿, , r t r ts . .ct : ,

' , , ' : t j ¡ . ;r ' ci t . ; : t 'c ir ! ios;c, ' ; i i l pt lci trn scl lc-, el ' r i : : t . i i , -rD.i . ¡ 'u ei : , i -

, : i ¡ , i . l { . ]v1 : - , rhr ' 's lxoi , l r - ' r ¡ r ¡s ' ) l i - r i iJ . i i ( i } : , l l í : t ,n i ¡ t r r ¡ , ' : . , '

¡ , j , ' i i r r r : no ai 'u i l r ; s i h.rvprcl- . len:¡ L i { 'n l ¡1. L i ' ' r i ' , ' ; í r r r i i , -

, . i : r s i l ¡ d. ientr ts v s i un resfr ío se ( o i - i \ . jar tc,r l r l r ( '11i¡1-r ; i :

uno r iuÉtre. Sóio cont. . .c i ¡S i )c ' fq i . ! r . r : . l lcr , , r t ' , r l1r : , , - i r , '1r-

t ¡ . r l io i . - - t I ' ls superrF v S'r t ' i " ' t ' " i l , ' , ' . , , i , ' , . . ' ; . r ' ,. r : . r r l . ie rr c iemnre,, '. . - rL iC tCl l { i . r i i . - l r r : , j i ' i ' . . l ¡ i lúI l1 i i , } fJ

cc)niar hechos ecreclclos l l r¡Ls r1e ..o : l -1r-)! ;- l i ¡ . : !s.

Ftre r tnr búsquei lu l r f iJ i cr , l ) ) ; - r r . ' j - : ( ) t ros r l i isos eInPC-có h¡ciendn rpvjs¡r lr ' l c.sari t , Irrc,s ]os , l i -qt-tnto-s archi\¡í)s

. i ! , )

Page 239: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

C:rs¡clo cilt una :rlemana. quien ic dic un hi1,l, Frln-

c isco, a é1 pasó, inscl ipro en 1934 por herencla el lote n '

8, tenía casi go ¿ñr ls cr , l¿ndo nie contó que poco antes

de vender c:...r propiedad, un aien-rán de apeil ido Kains,

que trabajaba en Patques Nacion¡les en i3ariioche, Ie pi-

dió que le vendiera el lote [i.Don Fr¿nr: isco el1 esc entonces quer la consc¡uir r in

hospedaje para pescaciores en ei extremo sur dc' su pro-

piedad, que lindaba con e1 río Correntos<t, rico de glan-

Ces presas. Quer iencio reservarse una fracción para es-

te emprenCimiento, hizo chvidir ia propieCad en vatias

fracciones.Fn el nrisnro perio.Jo -eil enero cie lg'13, los ¿liados

occidentales conco¡ti;ron sc,bre ia renciic ií;¡r sin condi-

c ione:; de Aieniani l i j ¡ lcrc pocos i ias. e l r7 de enero de

Ig,+-i, : i , i ! 'ún <locunelltcts de i,, 'gistrc. irLrncisco C.r'prr-

rc ,.te¡r<i.t: I l l lr l-!q'-t*: i,arcla Meiou. :,bogrdc rle Bttenos

..1, i r , : : . , l¿ i r r r :c ló: , A i ie i ror : r i ¡ l l ¡ is . i . ' -1 ¡6 hectáreas, me-

r-rcir; (. le un n-!€is despi.ies,le vende¡ i¡ fracción B de poco

nlas de 38 hecráreas.F. l : ¡ l isr¡r¡¡ ¡bc¡gldc iJ re" 'eq, ie ¡ ía segírn escr i tura del

::r de lrol ' ier¡iL,re de 19c4,lntc el escri 'banc SalvadorVia-

lat.i. dr' i¿' ci,:deC rie I.r l--ia'.¡. qlte en el ¡cta h¿ce relevar

qlul nu l igLir;r rit ' i núrile¡ c i ie do.:t imento ciei verldedor,

t',;t t: r;.:: u I i.i j i-l i c.r lnell i r: t'-'o I i-li i ¡.

¡\rr[e s ,je tq^46 ito h:rbia orrirga¡orietiad de tetier do-

cllrírentación p(lt 'scltai en la Aii-:enli¡ra, 1.ls tr¡nsferen-

cies se transcri 'biar: en ia palabra; en todos los documen-.-os no¡ar ia le: ; exainir iacios, sólo después de asumir

Pe:ron la prr:, iclerrcia. drrrante i946, aparecen los prime-

ir,rs cl<¡ ctrn',e nt,r s nuinerados pro gre siv amente.Perón habí.i instituldo la obligatoriedad par.r contro-

i;rr l r p..rl--!aclcn, Daril los varones Libreta de Enrolamien-

to. p i r r : r l is r r ru jeres LiLreta Cívic¡ 1t para los casados Li-

¿6S

,,,,,i,¡i¡ri¡tüil$lüiiM$ili¡¡¡,,,,,,,,,,

breta de Matr imonioyaios doceaños lo, ; r )ur ) . r . , r , ¡1,¡ , r ,recibi¡ ían su número de ident i f icación. Ls l ) ( ) | ( ' . , r ( ) ( lu,resul ta muy raro que un abogado no dier¡ su nrrnrt ' r , , , l ,documento.

Averigué que en el Diario de Sesiones de la Cánt¿r.tde Diputados Argentin;t, en la pág. 65r correspondien-te al r5 de junio de 1939, se denunciaba, entre otros ca-sos de infi ltración nazi en la Patagonia, que en Barilo-che actuaba el señor Kains.

Invest igué ai abogado Enr ique García Merou, en l ¡época en que compró el iote, tenía cuarenta y c incoaños, se especial izaba en derecho comercial y federal ,actuaba como miembro del Banco Central de la Repú-blica Argentina y dei Instiruto de Inversiones Bancarias,presidente de tres sociedades, vicepresidente de una ymiembro de directorio de una docena más.

Presidente y síndico de socieCades l igadas a l r pro-ducción de electricidad conecradas a la sociedad ¿lema-na AEG, miembro del d i recro¡ io de Sedalana, cuyo vi-cepresidente era Christel Lahusen en la misma época ytambién aparece en el directorio de ia scciedad Safico.propietaria de ia estancia Moromar, donde hay resrimo-nio de haber l legado camiones tras un desembarqueclandestino en U-Bootea fines de julio de r945.

Tras el ascenso de Perón al poder supremo, fue abo-gado del gobierno, de éi poco más se pudo saber, porcierto, era hombre de mundo. Su nombre aparece en losmás importantes y selectos círculos: desde el de Armas.ellockey Club, el Goif Club, el CIub Náutico, el Ror.vingC/uáy es también miembro del Club Argenrino de Brid-ge y hasta del de Ajedrez, No era un misántropo ni ere-mita para tener una "casa de vacacianes" a dos mil ki ió-metros de sus intereses, y que además, como descubrí.era prácticamente inaccesible cuando é1 "fue su dueña".

sfiI5

469

Page 240: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Je caplr , i ics prrovinciaies. e i l este c¡so le colrespondí. i aNeuquér-r. trn ios;rños 4o no existía municip;rl ici¡,1 en ir¡ \nsosrur¡ v aderr : ís ia propiedad clue sc i l : rm¡ In i lco.i-ro¡lLrie ir,-1íqenr que ,. itnif icl cei.c¡ clcl f,gLi,i, cst.t ,rn-c j ¡v.rd¡ sol i r ¡ r i ¡ en rerr i to¡ i r ¡ c ie l fJrrque ñ;rc ic,n¡ l lJr ,htrel i iu,rpi

l . . i h istor i i ¡ . : esta uropieded empieza cuancir¡ unelr!19.lanre it. i i i , ir-rr,r" I.-eilerico B¿r¿tta en el rqoo decidiócini , ; r rc¿i f . con dest ino a l \ rnL, í ic¡ , en lc lo l en Buenc¡sAires oi,r rr,,,o h ad judicación de un iore de las tierr.is q r-relorJe¡i:.ru el 1rg.r, t l ichos l,>res fbrniat,tn p¡rrte(' i*l.rn pro_vccL,¡ de cr:I,¡nizrciói-r, crren 1jt v le adiuclic¡.ron l lno. pa_r¡ l tor i l¿r posesión dej misnrc¡ , lebía v ia j i r a B¡ i i i t ,che.

"f,l viajt: ¡;or,tqt-¡sll¡1t firr6rro.:; no e r¿ fjci]. la prit,erÉiJÉr.r sr, rt'.;!t¿.tlta en tr.en hasti ( í;_tollefd, dn el y ailc dej/ií¡),¡vclii¡rr'.

-t p.trÍ r dt en¿ílii.r,,r; se L¿1.1.j.1/,)r t:l ,. l_tjecit un.ll ' ¡ . . i - i t t , i i r ' r , t - . r i ! ¡ ¡ . - ,Jt i i1f i t , l r l jC.s I i r , : e\ i5¡¡¡ ' i ¡Jr . ¡ . jp()r fc,S ¿(1e_, ' ¡ i , r f i ( ) : - i - ) . ] .1 ' : i e l i ¡ ;s1¡u, ; ¿/ t - . r {c¡ l fe L¡ ntL,rL. , tdef ía.s, , . a iSí.11Él l i ra s i r h i jo i .eop<r lc io en ul i ibro de menrr¡¡ i¿s.

'i:1 r;ci¡e .;et1,tdo eru eJ N '' I co¡l ttr.ta su¡;erficie cie 625

Ise ¡;i¿;i lg¡¿1 i leeó col ],¡ idee cie transicrrn¡.rr el b¡s_'-lr ie err terreno lgrír,oll, pf eVio desinonte. pero no Du-clo co11¡r r-¡¡t:-iu prclj, 'ecto, ias c,rndiciones ciel suc.lo i, eic i im¿ hacíat i r ls i imposible la pr,rducción aer icola;- le_r ' ;nt . l s ía io, r ¡nr ( .ú l )¿n. l ) , u no. i curralcs, t - . r l le i i l n l l i tu¡r : :n i . r l r , . l i ) pt1üo i je ¡ven.r c i l i ( )s i tes r : l i l l r : r t ; .Os que h.r-i, 'r i t lespei.rcio, uroi:abiemerrte para .rl imelrt¿r un(rs ani..in.rli:s '.r;í¿,r: e-s¡,sc.led.?C, stilci, acon;¡,t¿ña,_lo Dor el vie¡¡_t'¿,los;lrboies i' la nit,,e, transcurrie¡.on n-es i.rrgi,s alr..,s.i.ctr ,tqireilos lienir:os ¡-.iianre¡lía un¡ co¡rro,s-; corrcspan-i/¡;;.;.¿ c.r¡r sus conciutl.ttlanos interesánciolos en la-.: po-.sr&r1rr/;¡-Je-s Je;lsr'elrto ert I¿ nuer..t colonia'. Eienrnlo ,ie

" l lu e; i . , . sc r ;c.r . i su : r r i igo pr in l t - r C.nr*"

" ; ; ; ; ; ; : ; ;

¡

t

i

. .L. . i . - -L-^ "- L . . . ^- l - - , . , i - . . . . - . , l . i . [ . , ] l l .

tL l ' i j )q. lq l l lLr l r . | ) ( ig l ( , ¡ . rJ. g i L lJ { UJI l l rL l ' ( I '

l i t t lo serur'de pedir.r,sejor pJi-.] nuesi¡o ¡r¡e,i-.cis;i1., ¡ii1ro.¡nerrro ¡c¡Lrr/. El ciinta coir.¡ fe dijr.: es -si ¿n;J,l¡: i ¿e:it¡ It¿li.t. s¡luci:tble balo todos Jo.s .ls¡)ec¡rr,c' -

Srr c:onri 'r¡tri,:r l ' ,1 l lec'ó asi rranscrlr¡ierl- 'n unos at1g5 ' '1," t - .*- .

c.r¡lto l.:.s co.sl-s rro t'tabía'¡ s¿,1jdo cr:ntt¡ Con f ,ir.irf¡ J.r¡;ntbía planificado, en esa i lusión cle rrt¡tsí 'ornlrí el s¡i,:-r . I l r r r , 'c t . l / r t t st t¿lo l t r t ; t t l1 d:ai t ' r t ) t t ¡ t : i í í r ¡ ¡ V(r ; l r ; l \ .L i l r

ti¡cción v se treslad,lra ., t,r,, ¡3rlt]s d': Bariic.cl¡e í.n ¿'ll:;-. '¡ Je nuero-q horizontes".

Srr fr.rc¡so no fue el l inico,lcs loies aciiuii j¡1j;rs qitr fr.re-i (l ' i ' l muv PU.i)s. .¡.r l ial.í.rn cost.l.r ic) r;] acijuri ica'Laric qLli: r ( .nr()s nÉ\os ( ( l l l lv t len:e , r l i ' r i l l t ' 's ,111, i l ] )o \ J- . ls L ' t t | ] . , í .1

i'r-ríJn]ento \i e sto iúntr.) a l¿s ent¡rrlles dist¡nci¡s, ¡i ait.o cos-

to de los [ranspLrrtes. v a ]os escasos recLtrsos <le c.uicl- lcspoblrron,,qrrel l rs t jer l ¡s. h ic ieron qi le la colr^¡¡r j , r a i ¡ rc,r) i

l . i . rhuei l-hiapi fra,-;rs.:r i . iJ.¡v que tencr presrl l ic q:-t t , cl lc.-; c n R pr, ' , o i , * r t , ' ; ; , , ' r - . { -on1 r , lh; l rn.- ,c le i ¡ ' . , lo i i . t r l l i , .hr- .

[ )or io: , dc. 'c. in ic; l i r .s not¡r i¿les at t ¡c¡o9 ' ]e, l r ;c: i i ! , ( , ) l r

C,aprafr , . i I )C' . 'n i - r i r l i , - , r r ; tPl i l t , r r t I i rUsque . c( , - . ¡ i i l r t , ob: , . r -

vf ,ndcr c l desm,¡t t t , ; ot :e Cucr l r . i ; ¡ : t ic i ) j r ' . ( ) t ' ) : i i ' l l , ' : I )

i leci . ) re. l . E¡ l iq¡ . c 1i-¡ r ) r lLte n"t qt tcL! . . r i . r - ' , ; ' . i . : i r ; , ' ,

Bar¡ t t ¡ t i ie r . t la i r r jar para le Coml, ;u i i . r Cr i r i , , 'v , \ i :1 ' r ' , r

t in¡ , e i contf ,L lor de la misma era amigo de ' r ¡ ' ro- i i . , i l

T.rngh.rms. C.rprrro, t ¡mbién se rnudó a i lar i ioche. i r :n-

de levantó un ¡serraciero, en io¡ veinte años si lcesi \ u- ;

i legé a ser e1 rnás conocido empresario de I¡ zo¡i :r , c.¡n-

trat jsta en i .1 construcción ciei ferrocarri i , clrya c()nstruc-

tora aportó durmientes, puentes v coi-rsir l .1ccjór, cie i¡r-

f¡aestrrrctura. Pero. antes qi.r.e f i lera terninada la,¡bra se

encontró arruinacio por falta de oago por parte Cel est¿-

do y no qr-reriendo ver ei cierrumbe de veinte f,nos Llf

t r rbajo, en los cu. l les habia levant¡dc, i j ter¡ imente elt . r rohl^ te <rr ie i r l r en r ,_^..9.3¿.

Page 241: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

¿Cuál es la verdadera hisror ia de Inalco?Unas expl icaciones ias encontré en un l ibro edi tadi t

en r958, por F,xequiel Bust i l lo, quien fue presidente deParques, otras en un hbro sobre la arqui tectura en losParques Nacionales. donde se hebl¡ de srr hermano Ale-jandro. Ambos herm¡nos erán nruv amigos de la pode-rosa fami l ia Orr iz B¿sualdo, su palacio de Buenos Aireshov está ocupado por l.r Embrj¡áa de Fr¡ncia, clueños deia estancia Huemul, ocupa una península del iago Na-huel l {uapi , r ras ser huéspedes al i í en r93o, se enamo-ran de la zr:lna.

En su l ibro E1 despertar del Bar i loche, Exequielc l lenta que en r93r adquiere dos lotes de la ex colonia,el rz y ei r3. r .z5o hectáreas, a unos to k i lómetros delo que será un lusrro después Vi l la La Angosrura. L la-mó a la propiedad Cutnelen,especi f icr q le .no

habíaen la Angclstur.t nada, absol,ttamente nada", a estos lo-tes. que distaban a más de zo Km en l ínea de aire delabandonado lore n' 8 de Capraro, él l legaba, como cuen_t¿_, haciendo una etapa en la estancia Huemul v desdeal l í en iancha, caso contrar io aiqui laba un barco paratrasladarse desde Bar i loche.

En rg33 estrena ia casa provectada por su hermano,quien también vivió al1í, primer ejemplo de su esti lo dearquitectura de montaña que se repedrá en los diez añossucesivos, reflejándose en muchas edificaciones de Ba_riloche. El nrismo año va es vocal de la comisión de par-ques Nacionales, en r934 presidente de ia misma comi_sión y luego es nombrado presidente de la Dirección deParqries Nacionales. Cargo que ntantuvo hasca r944.

Por diez años fomentó el turismo en Bariloche. oro_yectó caminos, hizo edificar el Centro Cívico que r;da_vía es el punto focal del turismo, infraestructuras v ho-teies: prácticamente fue é1 quien creó Bariloche v ie dio

4.70

1a posibil idad de ser un hito turístico como 1o es hov. Suhermano, el .rrquitecto Alejandro proyectó casi todo loque fue ejecutado.

En el edi f ic io de la Dirección de Parques había unaoficina técnica "donde, Alejandro hacía el ante provec-to y luego, siempre bajo su conúol y consranre consul-ta, en la reparrición se confeccionaban los planos de obrase licitaba y hasta }a adjttdicación y desarrollo de la obraquedtbtn b¿io su consrunre supervision".+

A los hermanos, h;íce1o todo',les l legó una lluvia deacusaciones de nepot ismo. El mismo Alejandro fue de-signado para urbanizar ias playas de N'lar del Piata, Ivl i-ramar )¡ Necoche¡. Allí realizó grandes obras coino en 1aciudad de veraneo de Mar del Plata, donde proyectó 1arambla, un largo 1, pr.1D paseo que bordea el Atlántico,ei hotel Provincial, una gigantesca edific¿ción y el crsi-no, que fue el nrrs gr.rnde de Latino.rméric¡.

El hecho era que otro hermano, José María era fun-cionario de l¡ Prcrvinct¡ de Bttcrlos ¡\ires, donde se ioca-l izaban las obras ¡ntes nrc ' r . lc ion¡d. ts, s i b ien no pudecuant i f icar ios honorar ic) j , Ine ¡ lc¡ ,nz.r conocer cuJntocobró de su herm¡no Execluiel como hottorarirrs p.1ra elproyecto del hotel L lao-Llao, el mismo Lxequiel c i ice"creo que alcanzó la suma de doscientos treinll ntil pe-sos, peso más o menos".

El proyecto en cuestión era de un hotel rie I2.ooo nl2que en r935 fue presupuestado ochoúientos mii pesos, die-ciséis millones de dólares de ho-v. valor qr-re tod¡r'ía es co-rrecto; fue ve ndido los primeros días,-1e junro de t 997 p orcasi el misrno precio. Pero el hecho Ce irabei cobradc, enconcepto de proyectista, el equivaiente de cuatro milionesseiscientos mii dólares actuales. casi el z8% de honorariosdel costo proyecto, cuando la costumbre, era ei 5%, signi-ficaba que las voces no eran para nada injustificadas.

47r

Page 242: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

El hermano en su l ibro se def iende dic iendo que é1"e¡a u¡ia especie de asesor permanente a título gratui-to sin cobrar jamás un sólo centavo en concepto de ho-noraúos" y agrega "ni siquiera gastos se Ie abonó" ypoco después continúa "con una excepción, cobró,creo catorce mil pesos por un par de inspecciones" enr943. Unos doscientos diez mi l dólares de hoy, comosi fuesen migajas. Cierra su arenga, como si ta genre nosupiera hacer cuentas actLlal izadas 'esre fue mi nepo-tisnto, pÍomover el progreso creando un esúlo arqui-tectónico regional sin que el erario público desembol-sirse un sólo centavo, ése fue el nepotismo ranras yecesexplotado", termina acusando a revistas "como Prí-r¡tera Plana que se permitieron criticar el caso del Llao-Llao y el de Mar del Plata sin conocer posíblemente laverdatl de los hechos".

Tras mis investigaciones se evidencia que de los doshe¡manos el posible comprometido con ios nazis eraAiejandro. En su l ibro de quinientas páginas, el presi-dente de Parques, si bien especifica que en r94o se atri-buyó mil quinientos pesos por mes de sueldo, es decir,casi un crlarto de milión de dólares de ho¡ por año, apa-rerlta más ingenuidad que ei arquitecto.

Ei tenía en su corazón a Bariloche. buscaba un futuropara este pueblo tan alejado; é1 mismo cuenra "Barilochedista de Buenos Aires t9oo km, con una uinculación vialcasi inexistente, fuera del camino pavimentado hasta Ba-hi;t Blanca (menos de la miud del cantino) construido enrg38 no e-usd.¡¡r sino algunos tramos pasables dentro delalro valle del No Negro (a dos tercios del camino). EI res-to. como en otras partes de Ia Patagonia, eran huellas de lom;is primarias y que exponían a los autcmóviles a los peo-

.1a1

rt's daños. Se llegaba casi siempre con el coche senli des-

Íozado".E1 deseo de mejores conexiones se encuentrJ Presen-

te en todo su l ibro y pidió por años caminos. A media-

dos del rg4t quería construir un aeródromo y empezó

Ia gestión para expropiar el sit io donde actualmente se

encuentra el aerea club de Bariloche, pero por sus mis-

mas declaraciones no pudo concretarse en los años de

sl1 gestión, por varios años más todavía se continuó ate-

rr izando en Ia pista de la estancia S¡n Ramón.

En r94o escribía a un amigo suyo, el doctor -foribio

Ayerza de Obras Sanitarias de Buenos Aires, ". l los que-jamos después del abandono de la Patagonia y de )a pe-

netración nazi y chilena".sEl presidente de Parques estaba perfectamente cons-

ciente de lo que ocurría en la zcna, tanto que el rq de di-

ciembre dery4zescribió una cette a Gonzáiez Gouland,

un polít ico amigo suyo, donde reflexiona sobre la Pata-

gonia afirmando "Conozco el problenta ptt;tg<iníco. lta-

ce años que lo estudio y observo de cerca y tal vez' esté

por eL\o en mejores condiciones que ntuchosparu -sabcrque nuestro país no puede mantener por más úenpo en

el total abandono un espacio vital de es:.a magnitudy de

esas posibilidades, sin que tarde o temprano tenga un

disgusto".Entre paréntesis el mismo autor ¿clara "e¡a Ja

época del imperialismo nazifascista. E.8.".

En una carta escrita tras la revolución del GOU al al-

mirante Galindez, ministro de Obras Públicas, el z de

octubre de 1943 escribe respecto a una ruta que tenla

proyectada para conectar Chile con Argentina por el pa-

so Puyehue "a esa situación debe agregarse eI {unda-

mento indiscutible que, a mi juicio, tiene una ruta que

a/ \

. , , , . . , , , ¡ r l l l l l l l l l l

Page 243: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

en su triple aspecto econón7ico. militar v político, sig-nificará para la nación beneficios de proyecciones incal,culables' ' .

Ei mismo describe cómo '?-.1Pa¡que Nacional del Na-huel Huapí no tenía otra vinculación con Chjle sino através de la vía lecustre", en aquella época el paso fron-terizo pasaba por un camino que cruzaba lagos y lagu-nas, uniendo el lago Llanquihue, ai pie del volcán Osor-no, con ei Nahuel Huapi "sin embargo una conexiónterrestre no presentaba mavores dilicultades. EI cantínodel Correntoso al Puyehue, casi terntinado del lado chi-Ieno, solo necesi¡¡h.r consl n¡irse en territorio .trsentinounos quince o veinrc kjlomerro.s'.

L,n ese entonces, 1944, Parques Nacionales habíaconscruido desde Bar i loche ai arroy'o Correntoso, justodonde cmpezal . . r e l ex lote 8 or ie inar io, un camino detierra pasando por ia futura Vil la la Angostura.

"En tnarzo de t94q decidí hacer un viaje entre Co-rrentoso v Puvehue. en parte ]tasta EI Rincón se iba enlancha, después a caballo más allá de la frontera y luegoen automóvil por el tramo ya consttaido por los chile-nos, al que sólo le {ah¿ban cinca kilónterros para llegaral límite internacional. "

Lo que había que edificar en el conjunto, como él mis-mo declara. no tenía que tener una extensión superiora treinta v ocho kilómetros y presenta a ias autoridadeslos planos "el camino a Puyehue ,va era en nuesÍo tiem-po una papa en Ia boca, porque de ambos lados se traba-jaba con empeño para que esa ruta fuese pronto una rea-Iidad pero estaba escrito el z de nayo de ry441r ocho díasdespués abandonaba yo nti cargo, e igual que al caminode Bahía Blanca y otras iniciativas va maduras quedó pa-ralizada, creo que recién ahora después de z5 años estápor habilitarse".6

A 1.1al1

Erequiel Bust i l lo,en su i ibro,no se planier por qué las

lutoridades militares que mandaban en aquel momen-

to y cuyo líder era ei coronel Perón, tenían la intencii. 'n

de mantener inaccesible Bariloche sin con-rpletar los nr¡-

vecientos k i lómetros de conexiones con Bahi¿ Blanc¡,

ni construu un leródromo público y sobretodo, no ex-

propiar unas hectáreas, para t ransi tar 5 k i1ómetros de

rute, en los lotes A y B de Inalco.El autor, quien publicó su l ibro en t968, atestigur que

en aquella época estaba por inaugurrrse l¡ conexión en-

tre la Angostura y Chi le. En efecto l ¡s obr¡s se habí¡r l

i r r ic iado unos años antcs, en 1965 y a1 rño sigutc ' : l te va

había una senda de tierr¡ todavía sin consoliCar cruzan-

do Ia cordi l lera.Cierto es que en ios. tños en clue iue propieclacl del

abogado García, Inalco quedó inaccesible, sólo se podría

liegar acuatizando con un hidro.rvión o en b¡rco.

Desde Bar i lcche, se necesi tab¿l recorrer más de cin-

cuenta millas náuticas, inedio dia cie viaje en l¿s l¡nch¿s

.1e aquella época.El r ío Correntoso era una tr inchera natt t ia l , la f r r rc-

ción C, parte del lote nag que quei.lr;t t 'n nl¡nirs cle C¡-

praro, anortiguaba con un krlómetro y meclio de espe-

sor de bosque inaccesible el l í r i - r i te de Inalco, cuyr

mansión se encontraba adentro de 1a propiedad defen-

dida por otros dos kilómetros de selva y protegida por

oiros tantos a su espalda, s in ccnsiderar que aderr iás

quedaba rodeada por los deshabitados bosques cente-

narios del parque.Sólo 1os cien metros de ¡ ,1¡v. arenosa est :aban i ibres,

igualmente la vista de esra est.rb¡ ,--.rsi trprdr por las dos

islitas que la enfrentaban.

II

II

+75

Page 244: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Nolxs

r. Baratta, Leopoldo, ¿¡) -¡NDAS ENTRE LA G O S y M O N -rAñAs', pág.13.

n. Baratta, Leopoldo, LEYENDAS ENTR¿' LAGOS y,\,IONTHrVAS, pág.r¡.

3. Speer, Albcrr, MEIIORIE DEL TERZO REICH, pág. 35o.'1. Busti l lo, Exequiel, EL DESqERTAR DE BAp rr nrHF

Pá9. 143.5. Ib id, píg.457.6. Ibtd, p ig.4z4.

XXX

El arqui tecto Bust i l lo, quien provectó In¡ ico, lo hizode manera que sn hermano no se enterara.

Vivía con él en Cunielén, unl mansión muv p.:reci-J.r conro t ¡n l rño y est i io ¡ l ¡ c:s¡ p,rrronr l de ln¡ lco. te-nía allí un estudio donde podía dibujar rrancpril.rmenre,igual que en las oficinas de la Intendencia cle P;rrques enBari loche, donde había tabieros y dibujante:r , perc no,no provectó en estos lugares; cornpró un lote en 1; a is-lada península cle San Pedro y allí hizo c.¡nstr'. i ir por.iuspic:rpedreros la que es conocida como "/¿ torre de Bus-ti l lo" por el sólo hecho que estuvc) allí por unos rnesespara después abandonarla.

L. l lug;rr en cuest ion se cn( ucnt r . . . . tocl rvír ho1' . crsrinaccesible, a r¡einte k i lómetros de Bar i loche , a dos ki -lómetros de la ruta. que 1leva al hotel Ll¿o-Liao. En .rq' ' :e-l la época había sólo unos poccs colr.nos, en sii rr ' ,a.vori:..a lemanes que tenían "chacras", p, lQtLr:no:. ; c¡ f i ) l ( )s L: i 'Unas decenaS de heCtáforc f , rc n,- , r le,-eni¡ ,< ' r ¡ l :19¡¡ ¡ ¡ ¡ -

cesible sólo a caballo.Fn l r nenínsl l l . r dr .Sen Pedro . : ; r i r r r r ¡ ' , r ' rn, i c. .o: ]e-

' l "1" ' ! !

"

,1 - í . . lo "- -or ,^. " r r i l . r . r dp l ¡c rr¡ . rs d, , i Ira. m. ls Ge 25 metfos a.--- - - - - . . . . . .D-- . . . . i i ' . ) . Cr l .? lCuna copia de una torre sarrrcen¡, L, . l r i ; r r r i , rc ión c ie lastorres de avistaje medievales c( . \ntr , i lc ' , i r i r . r tas mDris-cos. Aún está intacta r, 'escondid¡, r::; al¡:o t-a;r ajeno queasombra a qr: ien ia descubre, c, is i l ¡ to i ¡ l idad de ios ha-bitantes de Bariloche d¡:scr,rnr¡ccn srr existencia. siendovisible exclusivamerlf€) ¡l.r! ' i lq-1.atlo en ei lago o poravión.

Fsr j consr i t r r id,r nor:rn n. i r ' : lc iení¡c: i r r ' le i t rcc rne-

¿=Áf / " 477

Page 245: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

r i { i3 (1¿ ai i i l r ¡ . con úüa i r - isc de cln 'o po! ' l - l ¡ ' i io

met l i )5 '

Lrr t i . r p l rnra l ra j ¡ , re st i l l t r , t r re el cspeso¡ d ' - ' los i i ) r l ros.

i¡irerlan iurog quince tl letros cu.ld¡¿dos con tt l l :1 cii inie-

, '0. , . . , u.r , ' ,u "r . . lor .

c l r - icol que l lega;r un piso de igr ' r ' i i

t .r in.r.no con \¡c'Ittanas i 'pecltieiios balcones; que mirarl l l

i¡qo crrbrieuclo i.r totaiidad del prrrorama lacustre' Etr el

,"l i-ro, glrite puerie tnir¡r los 36o", v;gilancl'o el acceso

dei b'ostiue que la roJea"Sólo un ingenuo puede lells.rr qiie aqr'relir construc-

ción fitc¡rl unf, cls¿: exactalnente como los t- 'r iSinales tle

l¡rs cost¿s meciiterrárteas, es un punto cic observación 1'

de ¿1¿rnr¡, en ecluellos siglos se encenclían fogatas arri-

5¿ dr: i : to. ." , r r i los ¡ños +oiSc, 'con ul l pequeño rrdio

¡rcrrírt i l r ir i i i tar.l batería se p.ldi.r contunicr¡ ¡adialnren-

te corrierrclo en las rgt ris del lagc, cub¡iendo las jo rni-

i ias qu. '>üI i ¡ r ib¡ I ) i ¡ to¡r t colr ln ' r ico '

t,.es¡1" aii i .;e po.1í.lr l c'o¡tt roiar los barcos que llegab'rn

, tesáe Cl i i le poi e i Brrz- , r Biest , ccmo ios que sal í rn de

Bari locl-re; h ic ia la Angosiura su rumbo seguía un de-

lrotelo diferente que iba hacia el fondo del lago donde

se encoriiraba ln¡rlco-' lhmbién se pi,día obsetvar en l l otra ribera dei lago,

a uiros nueve kiiórnetros desde aiií ' el camino de tierra

lecién construido que iba hacia 1¡ Angostura, cualquier

nu'be de po.lvo que levantaban los vehículos o sus f 'aros

habrian sido det".tados, al igual que en el camino de ac-

ceso al pueblc de Bariloche. También los aterrizrjes de

¡viones podían ser vistos i iescie ese lugar'

Este centirleia pociíe deteciar cualquier i iegada y mo-

virnien¡o ,orp. . i toro dando un preaviso de varras ho-

r¡s a inalco, indepenciienlemente cle un confrol previo

clr l¿ cst¡ l lc ia Srn l l . rmón.i-l i '- ' :t¿ tc¡¡e Busti i lo claboró ios planos con rodr se-

gurtó; , i i , i :1os c ie ojos cur iosos, estoy convencido que

:L,7iJ

¡,, r i lo hacerlo sin sabei dóncle ellos fueron edificados. L¡i.cvista La Nación del z9 de agosto cle 198z publicó un.rr-l iculo conmemorat ivo con var ias c i tas c le l l rq i l i te,-- to.I iablando cle su est i lo montanés que se jdent i f ic¡ conl',.uil<rche. él crrenta "el esti lo l<t logrc; f ici imenre, mcj'¡.rqrne un e's¡r/o njs rico que ¡nis bien es una técnica cle¡-ttnstrucción, eli un¿ zona cie bosques htbí¿ ntucht n¡..t-.-lera".

l i ingrr lar es su nlancr,r de plovectf , r unJ ob,ra. c l j r í ¡' r r i , - r r : icr l ¡ r . . r r , , " . . , '

-. . Jn eríof n 1u.t 'gr. in(]e qLteief pro"") . : , r .ñt1 , l I in i - on I, . , , .r /nano, se pfrJveca Pft lneío con/-¡ r ' ¡rr.r{ j¡ración, des¡>ués se h¿cen /os p. latrc,: l"v c-1pecr-I1c.r "en su nro:renro io coloc,tré donde cLri t ! 'eirg¡. ) . ' í ):ru¡.ic, rrn¡e Ci{icult.td en adaptar ei pl;nr: ¡¡1 ¡e ¡-ren¡¡'l

C)bservando los enpiazanr ientos de inalco en ; .or i ls. 'e¡ fecl . lmer¡ fe nl . i r . . rs s i ¡ f ic ient() eq { l r1e oi nrovecr i . : r' t ¡ r "" ' "

:cpa Qué área puede ocupar v ei uso v exig,cnci , rs drr c,r-r i : construcción. Emplazar les no es asLlnto de el i .

f lccLro es que tras ' i¡ renuncia"de [-xequie] Busti l j ,,ri,.rs ¡-ios he¡m¡nos ab¡ndon-rn a meciiados del i94.i ¡;rr;ciemt)rc sus :rcti\¡ idades e;r j j¡r i loche, nunc¡ 1¡j.-r ,¡ i1.r '-

' - teron ¡ l l í V su. .neiai t . rn ¿ml- , r - :s 1os i tch' -n. . r r ; l ;s i ; \ -1,- : ' i -i .r.o de su:; rent¿s.

El porqucl de t :n r¡r l ical ccürportaD'r jc,n1c ¡r l lor , ' s i :

¡,uede entender por sí rnism<1. Itcr otrc .l.r i io. creo qur: .-i.,¡cluit-ecto ¡cosi',r mbr'¡d'-r a [ar.rónicos honoiarics co'5rópor Inaico colrlo mínimo ig.ual que por el Llao-Ll¡,r.

Regresé en ig92 a Inalco.Algunas otras cosas nre h¡n l lam.edcr la atencion, l r

mansión p;r t ronal es de mamposterí¡ , con calef¡ccióncentral ¡ radiadores V t iene sótano, ias casas de Bar i l t ' -he carecen del mismo va que es ¡rroblemát ico por ias

Page 246: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

f i l t raci , rnes debir i t , e i r cercaní l del lago 1" a 1a pendien-

te del bcsque ilue io roclea. Sus c.rr¡.cte rísticas eran muy

costoses 1.113 su eleci tc ión por( lue necesi t rh¡ t r ¡er los

materiaies ciesde muv iejos', ' ,.. un ltrgrr, entonces, in¡c-

cesible.1...r c;lsa está sin-rplel. irente rcvesti(la r-ie madera,l¡ l¡ is-

ma técnica fue api ic.rdr por Brrsú1io en ei L lao-Llao, en

sr-r sc'guntla reeCi i ic¡ c ión, ¡i cl i.ren-iarse comple't rl l len te

tr¡s su ine,-rgur¿cion p¡rra l in-r i tar l l posibi i idacl de in-

cendio. (Jtr.r cosa q1le nle i lar-nó miicho l¡ atenr:ión fue

1a nita qtle rlnc ia c¡s¿. sr¡biendo a1 conjunt'o cle edifi-

cios, emp,:cl,rar1,r;r cotl terlninaciones inttsliaies c-n rqrtel

1ug.rr, era paf.r un vehículo qr-re só1c-' Poclía sLibir ¡ 'bajaren Inalco, nt , exist iu l ldo conexión tocl . iv ía por nr,rs c le

veintc unos, col t t - tn c¡mino vchicuia¡.

L.¡ conf i rnr¡c ión es c¡ . te hof ia nl¿ns:on t iene un ac-

cl .so di í r icro a 1r rula n.rc ional z i l , t raz. ldo en ei bosque.

rir t ierr¡ -t sin r, itrqun.\ t"rnlir).rción Ai i$lal clue el con-

jurr to de construcclones rn: ls l l t ; ,s , qt te i icnen l in Jcce-

so a la misma ruta r tacioi la l apcnas esbozado. F.sto s ig-

nifica'que fue provectrclo un c.¡trt ino interno p:rra subirprácticamente desde 1a pla'r 'a prol' istotte. p,ira ei peqile-

io 1,,ueblo i¡.re se enclrenl.ra ¡u.is arriba v que tarrbién

podia servir pare bajar lru!- ráPid¡mente, por supl-lesto

tenían que tcner 1,1n medro de tr. lnspcrte y ltaberlos tlaí-

do hrsta al i íF-n ese cotrjuntc rie unos ?ooo rn2 cuiricrros se podía

hr,spedar t ranqui lanrente ¿ mi: Ce tretn ' ; ¡ . pei{onas re-

siclentes, considerandr-, el número Ce cliartos 1' ' banos en

1¡s var i r i conslruccioncs, excluyendo a ia patronal v

ailt:\o9, hay construccion*.i C.e nivel con]o p¡r' l cuartel

.1e tnartdo, oiiciales suireriores, inieriores Y subordina-

dos sólo t iene uni e. l i f icaciórr de mencl i . inso comop:rr¡ Peones.

,¡ fi t.r

.\lapa tlc lu I'rinu'raCu¡ru \lundtql. -lIa ¡aqt!itrr!¿, t;\trtIJr':tn t Tr¿.¡tto, ¿l, tt¡¡u¡tt¡ ¡¡ta¡tI ktYnlcli Solc, ¿ su línal. la

)'[,ntlus¡i,r,.

Wi',:tl'

l t \ t ,1t i ( ) ¡ t ) t i t4\ . \ t t l t¿ l

l t ) l t ) l t ) tnt1, ! , r | i l l ( t

I l

Page 247: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

iI

En la construcción dei cstablo se pueden col:i jr, trrn-quilamente una docena de vacas v sus crías, a su espaldahav un árer destinada a corrai y más atrás un área soleaday protegida para huerta, tanlbién idónea para animaies de^-^- :^ I ^ t r^ pc¡dían ser al imentadas art i f ic ia l -Bl dlrJd. L.r) \ úLd> >\r lu I

men[e, careciendo 1a propiedad de pastizales.Consider¿rnclo que ei galpór-r arriba del establo es un

enorme depósito de 5oo mz, bien se podía ailí alm:rce-nar forraje v oiros alimentos para los ¡njrnales con-lo pa-ra 1os humanos, no alcanzando el lugar a producir loselernentos básicos para la al imentación como h¡r ina,¡zúc¡r . paprs. acei tes y otros, que había que trasia,Cardesde Bariloche en grandes canticlacles.

Alrededor de las construcciones el bosque Fue prr-quizado con l 'ar ias especies de pinos, ¿betos y hr ices,ho¡r, elios casi taprn la vista del bosque autóctono y danla iclea de un bosque alpino prra ciuien se encuentra enlas casas, esto tambien es algo anón-r¡ Io.

En r99t. h.rbie cr¡n r.rn viejo poblador que vivia a urloskilómetros, en ei iago Espejr,r. Ceieste Coletti. slroe quecincuenta años atrás en aquel lug:ar irabí.r ¡luch¡ gente.contó que 1o i lamaron para <icrnat rrn catrallo, éi tod¡víaes un gancho septuagenrrio qilc molrta diariamente, pa-ra rastrear la decena de vacas que se rreten en ei bosquedel Parque Nacionai para al imentar3e colno puedan yque. a su vez,le permiterr sobrevivir cr¡n¡o hizo toda suvida.

Le pregunté si sabía quién era ei prc;pretario Dvro noio recordaba Crrando ie rnencionti a G¡r,-í¡ \4erou dijoque podúa ser, de cualquier tnartera la única cosa que re-cordaba era justamente la írnjca cosa que podía l leg:rr ainteresarle, las vacas. Recordaba que ias', 'acas de ese lrr-g¿r eran ciiferentes a l¿s conocidas, eran grises, con ore-j ¡s ¡edondas bl¡nc¡s ) ' LI I )a grrr) nrr iz negra.

P

: .1_____t +81

, . . . , , , , ¡ ¡ tl ¡ r L , r r , , r r r I I I I I I i I i I I i i I I

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Vacas de raza aipina en los Andes, en un minipobia-do esti lo alemán, con fuente de granito tirolés y el todorodeado de pinos.

Alguien quiso un recorte austríaco en la Patagonia yno creo que sea un abogado de Buenos Aires, pero haymás, Ampel io Rivert i me contó que poco después dehaber l legado a vivir a inalco, enconrró en la propiedada un indio a caballo, l legaba de lunín de los Andes, ha-bía recorrido doscientos kilómerros por el camino de losSiete Lagos, regresaba de un camaruco, una fiesta ritualindígena, vienclo humo en la propiedad abandonada seacercó a mirar, y se encontró con Ampelio.

Le dijo que él había conocido a 1os primeros habitan-tes de Inaico y que tenía un desagradable recuerdo deelios. Mucho riempo atrás cuando no había caminos enest.r zonr, est¡ba recorriendo una vieja huelia india quecruzaba por Inaico y al l legar a las construcciones 1o pa-raron unos "gringos"y lo hicieron volver amenazándo-1o con un arma.

Esta infbnnación me interesó muchísimo, quería sa-ber más, Ampelio me dijo que no habría ningún proble-ma ya que el indio vivía a unos pocos kilómetros enci-ma cle una colina.

Me acompañó a verlo, era un indígena Mapuche denombre Santiago Hauiquil.

A mis numerosas preguntas, en síntesis, me contó losdetalles de su encuentro con los "gringos". Hablaban enun idioma que no entendía, un peón chileno le dijo quese fuera rápido porque estaba por l legar el administra-dor y era un tipo muy bravo, no terminó de decirlocuando apare'ció un viejo de pelo blanco, de anteojos ycon pistola en ürano, disparó al aire casi a la altura de lasorejas del caballo, éste se encabritó, y en cuanto pudodorninar a su caballo dio media vuelta v se fue de carre-

t8z

- - u- , . - l^ . . - . .^ ^1. . : r - - : . . ^ . - r - r iStOI¡ delrd. I ld_v dlsu quc r luf rLd )q u(\ tqJld y c) rd I

hombre, era de oro.Esto ocurrió, según sus simples palabras, en la época

en que Evita murió, o sea en r952. La gente de campo mi-de los tiempos por referencia a hechos conocidos e im-portantes ocurridos en 1a Argentina (cuando murió ...,cuando fue el terremoto de ..., cuando fue presidente ...).

En referencia a la pistoia enchapada en oro, confiesoque pensé que sería la de Hitler, recordé que a Mussoli-ni le habían regaiado una Be¡era dorada con empuña-dura de nácar a semejanza dela Waltherdel Fú,irrer, pe-ro esa es otra histor ia que se aclararía un par de añosdespués.

Interesante fue también la histor ia de que la huel laindia que é1 había recorrido pasaba por Inalco y me con-f i rmó que exist ía en época de sus antepasacios. Pudeaveriguar sóio en momentos en que reciacto estas iíneas,que existe un viejo mapa catastral de los años 5o en laMunicipalidad de Vil la la Angostura. clonde aparece ellote de inalco cruzado por una senda que muere en el 1a-go, su nombre era Senda de las Herraduras. ' I . rmbién enesto tenía razón el vie¡'o cura Sicher.

En r994 tuve suerte, en pleno centro de Buenos Ai-res, en la vidriera de una armería anticuaria, un jarro decerveza me llamó la atención, no tenía nada que ver conlas armas, con los nazis, sí. Llevaba esmaltada un águiiacon una cruz gamada y el nombre Generalobersr ErnstUdet de la Luftwaffe,protagonista de la batalla de Ingla-terra. Menos famoso por haber impulsado el desarrollodel gyrocópteros Focke Achgelis Fa 6r, Udet fue el pri-mero en volarlo paralelamente a Hanna Reitsch. Su ver-sión alargada Fa 266 Hornisse proyectada con'ro trans-porte civil de seis asientos, para ia Deutsche Lufthansafue perfeccionada resultando el Fa 24, Drache, un ver-

,aa+e5

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dadero helicóptero de doble aspa, poderoso por su mo-tor de rooo HP BMW, perfecto como rransporte tácti-co y rescate.

Entré para averiguar más, me lo mostraron, era unhomenaje al As por parte del mismo Goering, cuya fir-ma se encontraba atrás en la dedicatoria esmaltada, pre-g'.inté si tenían otras cosas y me mostraron otro jarro pa-recido, pero más grande, que había pertenecido a HansRuclel, agasajo por sus 5oo blancos, tanques rusos y fir-mado por el mismo Hit ler y Goering.

No hice a tiempo a maravil larme, de tan l lamativosrastros de personajes históricos, que me mostraron une-stuche, preguntándome si yo también estaba inre¡esa-oo en alTnas.

Al abrirlo quedé estupefhcto, era un aWalther PP 7.65de oro con mango de marfi l. No era una pistola ceremo-nial, se notaba que había sido muy usacia, que alguien lallevó por años puesta en una funda y por el cañón, quetambién había disparado.

T'enía grabado el nombre de su propietario, Hans Jutt-ner, ObergruppenfithrerSSy generai de sus fuerzas arma-das, fue el responsable del WVHA, la Oficina Cenrral Eco-nórnicayAdministrativa de las SS. Esruvo bajo las directasórdenes del Reicñfrll:rerHimmler, en r945, prácricamen-te ei número dos de las SS a la par de poderes de KarlWolff.

Por supuesto estaba interesado, más en su histor iaque en la pistola y me contaron cómo llegó a sus manos.

A mediados de r96o se presentó un joven, quiso can-jear la por dos pistolas nuevas, era uno de los hi jos deEichrnann, se l lamaba Adolf como el padre, así me con-tó Valentín Meneghetti, el dueño de la rienda, mosrrán-dome la hoja de registro relativa a Ia pistola. Había asíura conexión directa con ia Argentina nazi, no era só1oun objeto pert!.neciente a un SS.

484

¡ ¡ ; r r ¡ i i i i i i i i i i i i i l l i i l l i l l i i i i i i i i i l i r t i i ¡ r i r r r r ¡ | , ,

Qué conexión pudo haber entre Eichmann y lutrner,pude comprobarlo en el periódico La Razóndel z7 de di-ciembre de r965. En un reportaje concedido a un sema-nario alemán, Klaus Eichmann, hijo mayor del criminalresponsable de la solución final del problema hebraicodeclaró "El día 12 de mayo me encontraba en el andamiode un tejado con un destornillador en Ia mano, cuandomi hermano Dieter llegó corriendo sin aliento y me di-jo: ¡Papá ha desaparecido! Se me cayó el destornilladorde Ia mano. Lo primero que pensé tue: ¡lsraelíes! Dietery yo reconimos toda la zona situada entre Buenos Airesv San Fernando. Por el camino acudimos a visitar a unoficial de /as SS cuyo nombre no puedo revelar. Era eIntejor amigo cie nti padre. Nos dijo que teníamos queser prácricos. Había tres posibilidades: papá había sidocletenido por Ia policía a causa de alguna infracción, talvez, por hallarse en estado de ernbriagtez; habia sufridoun accidente y se encontÍaba herido en un hospital obien muerto en un depósito de cadáveres, o,la terceraposibilidad, había caído en nlanos de Los israelíes".

Cuando dio su pistola, que seguramente era de un granvalor para é1, por habérsela llevado hasta Ia Argentina, ei¿l¡o oficial tenía setenta y siete años, el gesto demuesrrarlue ambos SS, Juttner y los Eichmann no se encontrabanfinancieramente bien para llegar a ese trueque. Tambiénes casi imposible que Hans luttner no fuese el mismo ad-rninistrador con Ia misma pistola en Inalco en 1952, el vi-ce de Himmler era entonces un anciano de pelo blanco yrnteojos; sin grado en el escalafón nazi, en Alemania, enr 9 5o había desaparecido.

Respecto ala Walther PP 7.6 5 dorada, le mostré Ia fo-to ¿ muchos armeros también alemanes y todos dijeronque nunca habían visto algo parecido; sólo en Francia,üno me contó que sabía que un oficial francés había

48s

, , , , , " , , r ¡ , , ' , iL ' , r r l i r i l l l l i l i l i l l l

Page 250: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

otrecido hace décacias una pistola con estas car¡cter is-ticas, pero nunca había i. isto foto alguna; cree record¡rque en los pr imeros años 9o fue vendida en suttastr enel hotel Drouot de Pal ís v que perteneció a Goenng.

El año.rnter ior , 1993, Ampel io Rivert i tuvo qr. te de-jar su empleo como cuidador de Inalco porque iban a re-faccionar toda ia propiedrd, cosa que hicieron.

Actuaimente es un centro de estudios vcongresos,iuce casi como cu¿ndo la estrena¡on v resulta aún másevidente ctue no f-ue ni casa de vacactones t ' i i c.rsco de es-tancia.

Las refacc¡ones que se hicieron fueron l imitad¡s ¡ ce-rrar entradas, abrrr ventan¿s y unas poc-as modif icacio-nes i irtern¡s. io irnicr-. cue dernoliercn fut el g,rlpon delhic i ¡orr , ió:r , conservanclo ia rarnpa. L)espr: jarcn los es-c-on],r¡cs de l¡ g¡:ln.rs,l que i lr¡,.1¡ pelu c|rr--t ió erl pie laanteür de r¡ lc i io: conseiv;rron los calr i ies, acerca de e1losir . rpe, , lu. : . ¡ ¡ñcs air¡s ¡ i1í se h¡bía instalado por unosaños un criadero de perrcs San llernardo, aprt>rtechan-do l . rs inst¡ iaciones preexistentes y iuego arrpl iándolas,tri ls saturar el tn,, 'rcado barilocherise, cerraron. Los des-cendientes c le aquei los Srn Llernardo. c,rracter izan laplaza del Centro Cíivrco de Bariloche y los fotógt.rfos lo-c¡ les ios reirat¡n junto a f r ic ientcs tur istas br¿si ieños.

'Ii:.ve optrrtuni<laC cle re correr Irrelco restaurada cuan-<1o realizaban el c¿sricgde l.: ¡,elícuh La vida segun Mu-rie1. ir qtie se i-i lm¡bl ;rl i í. en m.rrzo cie rq97.

En aquella oportunidaC también encontré en Vil ia LaAngostura al más viejo pobiador blanco, se l lama I)o-mingo Sorr- . , c ie ochent¡ v cuatro años, fue carpinterodel mismo arquitecto Alejandro Busti l lo. Me contó co-s¿s n'Jy 1llteres¿ntes.

I1¡.bía ccmenzado a nabajar para é1 en 19,+1, l legandode L.hi lc v lo hizo hasta 1913. Recordaba que entonces

¿86

fi-re cdific.rcla l¡ r,r¡-re. Busti l lo por Lin equipo d.e pic.rpe-clreros' ! : i1t(rs lavos con i r rs cu¡ les. en h,Angostur¡ , edi_ficó rrn¡ nt¡nsión parl ia serlora S¡ra DemarÍ a, El lt, les-.srdor, propiedad hov deigobierno ciel Neuquén v dondeel presidente de la l . i ¡c ión se hospeda. l ro.rán viaj : r a es:rzon.I .

Fue' u¡ra de les úl t in-ras obr¡s de ,{ le jandro Bust i l lo.i ) i r ig i , , r su crparaz c le cbr¿ Pedro Longaret t i , ó l mismo,dicho por don Domingo, cot¡enzó a construir Inelco eni943, poco más de un año cle tral_ra;'o, con un numerosogru¡re dg chi lcnos; ut j l izo la rn.rdera del bosque cie laprooicd;rd, inst¡ lando ai l í mis¡r-ro un aserraclert .

En el mismo año r943. fue a rr.rbajar para Francisco Ca_prrro, qrrien en su fr-acción l indera a Río Correnroso, co_rnenzo a ievant.rr un hospedaje para prescr<1ores. \ i des-de r94r quería i racer lo ¡>ero sólo c,rn l ¡ r .enta de la.sítr¡ccion,:s A v Éi clel lote n " 8 ¡..,udo empezai. la obra. inalr_ct t r ¡d. l parci . r lnrcnte . rn iq+? l l ) , rn Dominr¿o e<,nt i r :Lotr-ibrj.rndo en io rlr-rr, : :., \, :r.:\ '( i-: i l ..r ln .r¡ :, ho-Jl crn h p.rr-te de mueb]ería hasra t95j. a.no cir cjLr:: ¡r: irri i i io., i 1.., \ i l l¡,r londe sc- afirrcó e independizr.

El también ¡ecuerr la que en ln; , lco l . rab: ; .grz i ieo.s, '

No ic inreresaba lo quc. ocurr í?. k j lómerros Centr i , d i . li , 'osque r esgrrlchs dei I-{otel Correntoso, pero sí recor_dab¡ un par de a¡ ' re l l idcs . r lemanes. c ie los gue él r jef iníaconlo acimrnistraciores de Inaico, su gral ia no es c ierra,¡ iernran Fiomex y Ctto Fochnich. Recuertla que f11e aia propiedad antes de independiza¡se, a f ines c ie r953. lobuscó en el Hotel Correntoso el mismo Garcia Merou,tenía que i r a cambiar uira cerradura. El abcgado le ex_plicó que alguien había ido a robar, habí¿n ináesado conl¡s l laves en la mansión. Todavía se acuercla, i

-".rp..,só su asombro ai darse cuenra que al i í no había nadie, n is iquiera un cuidador.

,o-+L' /

Page 251: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Pocos meses antes, en r996. en Alemania, pude com-probar otra cosa que nie había l lamado la atención deInalco. La disposic ión de los cuartos patronales en iamansión. En el Obersalzberg, que hacía poco más de unaño había sido desmilitarizado por 1os Estados Unidos,vi los planos del Berghof.

La disposición tan anómala de los dormitorios de lacasa de los Andes coincidía con la de la casa de Hitler enlos Alpes. El dormitorio de é1 y el de su mujer estabanunidos por el baño y el vestidor.

Speer mismo en sus memorias, como arqui tecto evi-dencia el diletantismo de Hitier en querer proyectarsepor sí mismo su casa cometiendo errores de aficionado.E igual que en el Berghof saiones. estar y chimeneasocupaban la planta baja.

Pero no son las únicas coincidencias, ia urbanizaciónde edificios y cuarteles que fueron levantados en elObersalzberg, se repiten en escala en Inalco.

Al frente la mansión mira a un panorama intacto debosques y cimas encapuchadas de nieve, un bosque enla parte de atrás tapa las edificaciones a su espalda, don-de se encuentran cuarteles y servicios.

A su derecha, la casa de Bormann a ullos doscientosmetros, exactamente ia misma disposición de las edifi-caciones en Inalco.

La presencia de una mini granja y una casa de té tam-poco resulta exrraña, porque también existía en el Ober-salzberg pero desplazadas, la primera más al valle y laotra más al monte. Igual había paseos en el bosque y mi-radores.

Otra cosa que llama la atención de inalco, fantasean-do que sea una estancia, es la extraordinaria calidad de

¿88

lllllllltiltiirii

,, ;;i¡illillilllillillliillliillilr¡llrir¡,r,,,

los edificios de 1a misma en su toralidad. Es un nivel queno l iene comparación con ningun,r otrr est . rncir pata-gónica y tampoco con las más antiguas de la pampa hú-n-Ieca.

En todas las estancias argenrinas, los edificios Jnexosson de rnala calidad v los alojamientos, más que preca.rios, son miserables para quien vivía y trabajaba tantoen los años4o. como hasra hoy. El conjunto de Inalco es,:lararnente residencial v jerárquico, según el nivel de losocupantes.

Comparando los edificios presupuesrados y detalla-dos en el i ibro de Busti l io, se puede estimar que Inalcoen su conjunto de edificios, agregados y parquización,más su amoblamiento, terminaciones y equipamientosinteriores, considerando los costos argentinos de la épo-ca, no pudo costar menos de unos cinco millones de dó-lares actuales; sin computar la propiedad fondearia y elarquitecto; que probablemente doblaron esa cifra.

Creo necesario recordar, otra vez, que los costos deconstrucción y fondeario argentinos son v eran inferio-res hasta cinco veces a los de Europa. Por cuanro exito-so el abogado García no podía permitirse semejanre pr()-piedad inmobil iaria para veranear, la que hoy en día, sepuede comparar a la casa de vacaciones y relativo cuar-tei de la seguridad 1'servicios del rey. de Arabia Saudit¡en iv{arbella.

+89

Page 252: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

XXXi

Para completr.r el panoranli l, eri 1os últimos Ineses de

r943. el ministe¡ io de G' . rerra dir igrdo por el cotonei Pe-

rón. decidió consttuir a diez k i lómetros del c¡sco urba-

no de Bar i ioche, c¡mino al L lao-Lleo. un cuartel c le t ro-

p.rs de rnont.rñ¡. inrugurad,r cn cnero lg++.

En el r¡ismo período también Perón h¡bía clecidiclo

c.rrnbiar los uni fcrrmes de las t roJrss argent i l ) ¡s ' uni for-

rnándolos a semejanza de la l,\ 'ehrm¿¡c-ñf ¡, 'proveven-

doles de identico c¿sco. Era el toque que íaltabr p¡rr que

Bari ioche prreciera un pueblo alemán de lc 's Alpes.

Lo nrás extr lño es que el cuarrel no s i rve prrr det-en-

¡ler los 1ímites porque se encuentra a r5o kiiómetros cle

ia f rontera, en ese entonces inaccesible.

Como escuela milit¡r de montaña, tal cual es ho,v, t ie-

ne razón de ser por estar ubicada a un¡ decena cie kiló-

metros de los meciios de elevación cle esquí, existentes

en el cerro Crtedrai, pero en el decenio 45-i5 era sóio un

cuartel aparentemente inírt i1, con Lln sexto de los habi-

tantes del pueblo, ubic¡cio estrar:<gicanlente frente al ia-

go, vigilándolo.Un anacronismo aparente si no se 1o r:t lnsidera como

,¡n opcional de todo un con junio, un rcgriniento apto

sólo para controlar 1o que ocuttía en la zona y l isto parr

interveni¡ para bloquear los accesos del pueblo en caso

de necesidacl v esto en una doble óptica de represión o

de defensa, para algo que no era el l indero Chi le, sepa-

¡¡ir.r por una cordii lera de casi cincuenta kilómetros cle

arrcho y atravesable entonces, só1o por vía lacustre, por

ei pasc Pérez Rosales.

4-90

¿Qué hacían el co¡onei perón v su novia en agcsto cier945, tras ia l iegada de irarios (J-Bootes a las cosras a¡-gent inrs?

Perón fue muy generoso en las negociaciones salari¿_les. Su minisrer io hizo que ios rrebajadores obruvieranmás de lo que esperaban y sus dirigentes escalaron alt.rsposic iones. Los sindicatos estaban perdiendo su auto_nomía transformándose en una organización controla_da nominalmente por e1 estado pero estaba realmenteen manos de Perón; para someter los gremios recurr ió¡ dos car¡r inos, las conquistrs soci , r le i y los s indicatosúnicos. a este f in inst i tuyó var ios fer iados pagos y laobl igator iedad del aguinaido; esto ganó el apoyo delpuebio v con él la implantación de un sisrema estaral dejubi laciones y sc.rv ic ios asistenciales.

Por orro iaci.o engenclró el resentimienro cie quienesvieran aumentar rápidamenre e1 monto cie ios salarios vaporte sociales que teni . rn que p¡str . Como hrzc en suépoca Mussol in i , congeló los alqui ieres, ésr¿ fue orramedida demagógica que div id ió 1a opinión pirbl ic.r . Elcorporat iv ismo y la inocul tabie tendencia nazi f ¡scisr¡seguían creciendo.

Ei enrbajador de los Estados Unidos, Spruile Braden,r:alif icó a Perón de ser la encarnación del conrroi mil irarf¿scista de la Argentina.

En agosto, el general Farrel levanto el estado de sit ioen la nación y las tensiones sociales explotaron. La me-cha había sido encendida por perón. Ei r9 de seriembreuna manifestación de cuatrocientas mi i personas. paraotros de doscient¿s mi l personas, desf i ló por BuenosAires pidiendo el restablecimiento de la const i rución ydel estado de derecho; la encabezaba el embaiaclor Bra-

+9;

Page 253: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

. ' , ' . , i i , r r l l i i l l t l l l l l i l l t l t i l l l t r t l l , l l i r t ihr t ! r i i t l l t , l th i l i l t i i i i r r t t r , r i l l t l l r i , , , , r : i .

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den y dirigentes social comunistas, conserl 'adores y ra-dicales; esa mezcla desfi laba contra los militares fi lona-zis cantando la Marsellesa. todos los participantes esta-ban comunados por una sola cosa, tenían la piei muyblanca, típica de la clase acaudalada económicamente, elgobierno contestó ordenando la detención de sus adver-sarios y estableciendo de inmediato el estado de sit io.

EI 5 de octubre "Los militares que habían bien escu-chado ]os discursos antimilitaristas de los señores y deIas señoras durante Ia marcha de Ia |ibertad, di jeron bas-ta- Basta con las putas omnipotentes que proveían a laspersonas de bien los argumentos para desprestigiar elejército".1

El 6 de octubre los oficiales encargaron al generalEduardo Avalos comunicar a Perón el disenso de los de-más oficiales, el encuentro fue caiiente "Por dosveces Eti-ta exclama No aflojar, no aflojar. Vos sos d jefe. AI frn ex-hausta, con los nervios a {Iote Lo que deberías hacer esdejar todo e ir a descansar, que se las aneglen solos. Ava-los no puede soportar Ia presencia de aquella mujer. To-do en ella Io molesta: el modo de hacer, la histeria, Ia vul-garidad y el pelo más teñido. Se va desmoronado, Iacabeza agachada. Decididamente Perón no es más el mis-mo. PaÍece embrujado, víctima de un encanto".,

El 8 de octubre de 1945 Perón festeja, si así se puede de-cir, su 5o " cumpleaños y se reúne otra vez con Avalos.

Sus compañeros le pidieron que dejara la vicepresi-dencia de la nación, el ministerio de la Guerra y la secre-taúa del Trabajo. Los militares contra¡ios querían desig-nar al general Avalos como su sucesor.

El mismo día Perón y Eva abandonaron Buenos Ai-res en auto "En el asiento posterior Juan Duarte y RudiFreude, el hijo del millonario nazi que había ofrecido aEvita la casa de Ia calle Teodoro García".3 cuerían ocul-

492

tarse en r ln pr.rebl i to de 1a Pan-rpa donde resrt l r , t r r r r , r r r rgo, pero "Rudi h izo una propLlesta, ¿por qtrL ' r r ( ) / ¡ ' l r /g iarse en la is la de su padre?" Así fue como l leg:rrorr . r l

Delta del Paraná.Un historiador cuenta que al clía siguiente fue arrest.r-

do por Mittelbach, eljefe <ie la policía. Al ser detenido 't¿ -

yó de rodillas pidiendo por su vida".a Pero parece que eranya amigos en la época de los f¡mosos partido de póker.

luan Carlos Christenserr, quien escribió Histori¿ Argen-rina srn mitos, explica que "5u falta de valcr personal sedemostrará nuevamente en IgSS, como vercnlo.s en st¡

nTomento. Eva Duarte tenía el atrajc v el car¿íctet Quc'r e1le faltaba y 1o trataba con ntdeza como puciierorT rrcsti-

¿?u¿¡sus vecinos y quienes la atettdían a ella entr¡nces".Lo cierto es que en esta oporrunidad llv¡ Duarte to-

mando el I 'rgar de Perón, buscó ei apoyo .iei diri¡-,ente

3remial Cipriano Reyes, quien movil izó a los trabaja<io-rcs dei cono urbano sur de i iuenos Aires a fár'or de Pe-ron, que habia sido l levado preso e1 rz de octubre a la is-l , r Mart in García.

Sus opositores militares y polít icos discutie¡on esté-¡rimente en aquellos días y ios entpresarios conteileronel error capitai de anunciar que nc pag.rrían el feriado derl cie Octubre. día del descubrimiento de Arnérica. Es-re simpie hecho para ios trabajadores sigrrif icó la pérdi-. ia de todas las conquistas sociaies y las atribuyeron a la,. ' , i ída de Perón.

Todo fue magistralmente maniobrado por Eva, quien

¡ror medio de su fiel amigo, el coronel Domingo Mar-.Jnte, rnantuvo la conexión con Perón.

En sus relaciones sindicales era apoyadl por IsabeiLrnst, quien trabajaba en ia Secretaría de frabajo. Hija,ie alemanes, alta y rubia; unos meses después llegará a

'c r 1¿ asistente de F,va.

l t t r i

493

Page 254: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

,]],']ri]]rlijiilrl||illilllll|lil|lii||li|lll|li|lli|llllli|l|lill|ill|lliiillilllil||lliili||iliil

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1

¡III

1

El r6 de octubre la Confederación General del Traba-jo -CG1- se reunió para concertar una huelga generalpidienclo Ia l iberación inmediata del coronel.

Al día siguiente. no habría una huelga sino una revo-lución.

Amaneció el r7 de octubre, desde la per i fer ia sur,hombres y mujeres de piel oscura, l legados de las pro-vincias que nunca habían ingresado en el centro de laciuclaC, dominio de los argentinos de piel clara, cruzó elpuente del Riachuelo. Por la mañana los primeros con-tingentes habían l legado a la Plaza de Mayo, la históricapleza irente al Palacio de Gobierno -la Casa Rosada-la ciuci¿d parecía desierta, las tiendas habían cerrado.

' Dos Argentinas se enfren taban, una en las calles y laotra, ac1uell.t de aquellos que descendían de los euro-peos, a hs ye¡rÍenas. Era aquello entonces el pueblo ar-genrino, pensaban con horrof estos últimos detrás desus per-síana s. Aqudlo y no el pueblo ideal evocado enel Preá¡nbulo de la Constirución, no el pueblo inodoro,incoloro e insípido soñado por el socialista Alfredo Pa-lacios. Aqueilo: una masa de carne goteante de sudor yde barba híspida, oscuro conto lo desconocido y negrocomo ei tníedo. Aquello sabía de transpiración, desu-ciedad, de alcohol y gritaba vulgaridades. Reía ciescome-didamente, orinaba contra los muros, se lavaba los píe yIas axilas en Ia fuente de Ia históríca plaza. Ocupación,penetración, estupro, Buenos Aires de una vez Íecorda-ba a la época de los malones cuando ios indios llegabanululando y raptaban a las mujeres blancas."s

Anos más tarde Perón escribió "En Buenos Aires EvaDuarte trabajaba para ní". Un parlamentario, el día si-guiente, definió la manifestación como "un aluvión

494

;i;i¡¡¡¡iiitil l i l ji l i¡i¡¡,r,,,,,

zoológico ' l "E¡¡n c ientos de nt i les, un nt i l l , t t t . , { )s(( . -

nían los secuaces de Perón. Por cierto era casi tor[¡ ]¡ n'r.r-sa proletaria de la capital v su periferia: l levaban bonr-bos, tambores que daban a la manifestación un puls.rrinterior de quien participaba v quien asistía.

Los hombres se habían qui tado las camisas por el ca-1or, el periódico conservador Ia P¡e¡sa los l iamará 'des-cam is ¡do s" desprec iati vrmente.

Esta fue la pelabra sagrada para designar la base pero-nista, al iguai que en otra época revolucionaria, la "sanscoulotte".

Pero io más llamativo e indicativo del rol de Eva seentiende en la rima que repetían los manifestantes "Ofi-garcas a oÍa parte. viva el macho de Eva Duarte"; comosi ni siquiera conociesen el nombre de Perón v decir queella estaba por encima de é1. Por cierto Evita nació aqueldía.

Ella Io l lamó por teléfono a la isia Martín García, don-de se encontraba supino en ia cama. Cuentan que ella 1edljo "Sal del pijama"y a las once de ia noche apareció enel balcón de la Casa Rosada. Y la plaza replera al est i iooceánico de Mussolini, lo ovacionó.

Al día s iguiente en Los Toldos unos habi tantcs v ie-ron una luz de l interna en la Municipaiidad. Supieronmás tarde que había desaparecido el certif icado de naci-miento de Eva María Ibarguren, contemporáneamenteen el archivo municipal de Junín, aparecía un certif ica-do de nacimiento donde Ia hacía nacer en Junín el 7 demayo de t9zz.

Efectivamente, allí en aquella fecha había nacido unniño muerto y se había borrado el nombre en el registropara poner en su lugar el de Eva; o mejor María EvaDuarte. En este caso ei nombre de la Virgen precedíaaquel de la primera pecadora de la histori a, "sólo una

I495

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mujer marginada conlo doña Juana podía permitirse elgusto de ]Iamar a su hij: Eva Merí¡.1a-s chicas de biennormalmente se llamaban Nfaría Rosa, María C]ara. Ma'

' - r

t tAf la Elena . '

El gesto de quitarse tres años no 1o hizo por un deseo

femenino de parecer más joven, sino para escondet suitregitimidad. La l 'echa de nacirniento era Dosterior a 1a

rnuerte de 1;r mujer legítima de luan Duarte para aParen-tar un nacimiento en una situación de l ibertad por par-

te del padre.Hechas estas falsif icaciones, no quedaba otra cosa que

c¡s¡rse y a los dos días, el zz de octubre, se celebra el ma-trin'ronio civil en lunín, donde Perón aparece como sol-terc¡ c,-r-inclo en verdad era viudo.

F-r . l r . rn¡ soia operación y en una sola semana consi-guió pcrcicr- t ¡es años, adquir i r e1 nombre de su padre,t rn . rp. : l i i . lo. le c¡s. id¡ y un mi l lón de clescamisrclos gr i -t.rntio sr-r ncnrbre por un futuro que parecía pror,-i isorio.

'fras el n.atrimoirio, la cosa más urgente fue borrar su

l.rsado, todo fue hecho desaparecer, registros radiofó-nicos, fotos y películas donde hizo pequeñts partes. l.rPródiga,ya dij imos que desapareció y pocos 1a pudieronver.

El lo de dic iembre se casa por ig lesia e inmediata-mente después, la máquina electoral se pone en movi-miento. "Perón Presidente".

A fines de febrero de ry46 se reaiizan las elecciones,durante la campaña de Perón, el embajador de los Esta-dos Unidos originó la pubiicación del libro Azulpubh'cado por el Departamento de Estado que denunciaba elnazismo de Perón, pero de nada sirvió; Perón ganó conel 56% de los votos.

I-a pareja Perón se mudó a un palacete esti lo f iancésque pasó a ser, desde entonces, la residencia presiden-

496

r r lc l . símbolo del peronismo, ei Palacio Unzué fue, por' ' l mismo mot ivof demol ido t ras el golpe de estado de

' , ;5 v iroy se eleva en su sirio la moderna Biblioteca Na-io¡r.r1.

F.l 4 de junio Perón asume 1a presidencia, el 13 cie se-' ; :nlbre Ev: ingresa a la Secretaría de Trabajo, Eva no erai.i nueva secretaria de trabajo, no tenía ningún título, fue.ri1í a representa¡ más que a Perón a sí misma.

En esa Secretaría la esperaba Isabel Ernst, maquil la-, i¡ disc¡etamente, su pelo rubio claro 1o recogía con un.hignon, siempre vestía un taileur. Desde ese momen-:o ib: a ser su consejera indispensable o inevitable por,-¡s i dos años.

Cierto es que la usó como modelo, la imagen tradi-, . : i ¡ rnal v conocida de Evi ta es la copia más teatral de su,. ' iegante .isisrente alenana.

En lo que duró su rel.rción, la única díferencia encre,:l l .rs era que 1a alemana superaba a Eva en diez cenríme-

En ma1'o de r946 Ne,"vsWeekpubiicó un arrículo de-r iniéndola como "1a muier atrás del trono". Los cornen-tal ' ios sobre Evita se multiplicaron por sus enernigos, enc-S€ €ntoDC€s el ex embajador Braden en sus memori¿scuenta unos chistes que ella había inspirado, uno pue-Ce dar la idea.

"Ev¿ sube a un ascensor conjuntamenre a un viejo ge-neral jubilado. El ascensorísta mirándola de reojo mur-mura entÍe dientes 'puta' saliendo del ascensor Eva sequeja de lo que escuchó al anciano, quíen a modo deconsuelo le dice 'No }e haga caso, mire yo soy jubiladodesde hace diez años y todavía me llaman general'."

Unos meses después, tras asumir ei mando Perón, elmisnro News'weekla definió como "/a presidenta".

Si lvano Santander, en cal idad de diputado radical ,

+97

,,'*¡rl¡ ll¡rlitrl¡iiiiilillllill

Page 256: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Dresentó un proyecto de ley para no permitir a las q'spo-

I"tá" f"". itn.rio, públicos civiles o militares de gozar

de los mismos honores de sus cónyuges v tampoco re-

o.tr"r,r.rio, en manifestaciones públicas' Por supues-

i" ' i" *.v.t ia pro Perón no aprobó el proyecto' Y San-

tander se hizo aún de más enemigos'-"

Ul ,, de enero de ry47 Eva' designada presidente d^e

1" comisiór, parlamentaria por el voto a las mu¡eres'

anuncia a las argentinas que ibt t t"t presentado el pro-

yecto por el voto femenino; la ig lesia catol lca muy ln-

hrry.n," . la veía con sospecha a causa de las cont inuas

indiscreciones sobre su pasado y estaba molesta por sus

.á.,r,.n,"t l lamados a 1'os pobres' como si fuesen una

categoría Polít ica.U"n pensamiento común de la argentina es que un

vercladero éxito viene del exterior' mejor si de Europa'

1'."t"a. un argentino viaia, no io hace i-"lti]*,:17

;;;;;;; t.tt'op., casi a tomar nose¡ión {e tl:it-Tri

;tü;ñ..tn ui.;" tr iunfal pira el verano boreal de

gigantesco, quería aparecer espléndida y lucir como unamil lonar ia, con joyas de diamantes y per las negras. L.rArgent ina en el 47 no era la de 5o años después. Era unode los países más prósperos, e l granero del mundo, laEuropa empobrecida necesitaba su prodrrcto.

Llega a Madrid, donde fue recibida con grandes ho-nores por el general Franciscc¡ Franco y, si bien era vera-no i levó, para lucir el 9 de junio, su abrigo de piel de vi-són; el día r3 hace algo más íntimo, cena en ei Ritz conuna pareja alemana, é1 es Hjalmar Schacht, el mago fi-nanciero de Hitler, sobreseído en el Proceso de Nüren-berg, y ella la condesa Westrop, ex amante de Ernst Kal-tenbrunner, el jefe de la RSHA.

No se necesita mucha imaginación para adivinar suconversación, pudieron hablar de Heinr ich Dorge,quien entonces manejaba los capi ta les nazis en ia Ar-gentina y que fue ex presidente de Banco industrial Ale-mán de Ber l ín durante los años 1939/+o v por c incoaños, el secretario del mismo Schacht.

Tal vez hablaron del yerno del i lusrre comensal, Ot-to Skorzeny, todavía preso, el que se evadirá al año si-guiente y que también l legará a la Argentina.

Puede ser que las señoras charlaran amistosamentede su difunto amante aiusticiado nueve meses anres enNürenberg y del tesoro que él había amontonado en másde 5o cajones y enviado en submarino a ia Argentina,como lo d-enunciaran dos décadas después \,Viesenthaiy Pujol.

Honestamente no creo que tuvierarr otroi i r r tereseso ¡misrades en común.

En ios dieciocho días de permanencia en España, de-mostró ser un retrato de la diosa de ia prosoeridad. En

rg47- , ,- Ár,,", de partir por el miedo que le daba su primer

vuelo intercontinental, escribe una carta-testamento a

Perón, entre varias cosas se puede leer' "Cuidado con

iuá¡, ^-^

demasiado los negocios'y sigue con dene que-r-ni",

lo que Rudi hizo en Junín"' Para terminar "Te ju'

ro que "i

un^ infamia"' Estos detalles son interesantes

por'qrr" demuestran a quién Evita T11".11t"r las falsi-

ficaciones .n ,r, p.t"da de n¿cimiento' fue Rudi Freu-

á". gtiá"","rn".ti", el joven había hablado con Perón' el

. lrrl ," encontraba, un aRo y medio después del hecho'

;;;:;;;; á. todo vella intenta, obviamente' desacredi-

trrlo, n"grndo lo ocurrido esa noche' la que hoy es his-

toria conocida-

- El 6 de junio toma el avión,l levaba un guardarropa

498 499

,,*,rsu&rrllrriillllilliillilllll]

Page 257: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

I

ese entonces Espaira estaba muy empobrecida v Franco

tuvo que flnanciar el rou¡ con grandes gastos. Muchos

interpretaron el lujo colrro un insulto a ia pobreza y una

ostentación en época de represión franqrrista.El z5 de junio toma el avión hacia Roma cicrrde es re-

cibida por Pio Xi i . En ias ' fermas de Car¡cai la, e i ) oca-

sióri cie un concierto se presenta con tapado cie arminio,

pero no pudo sobrevivir a la noche de verano romana y

haciendo un bulto 1o depositó en ias rodil las de su ve-

cino, el primer ministro italiano, Alcide De Gasperi.El 6 de ju l io fue a descansar al pueblo de Rapal lo,

huésped del armador Italoargentino Alberto Dodero,visitó lcs lugares turísticos cercanos, como Portofino, al

igual io que hiciera Eva Braun ocho aiios antes.

El lo de julio codavía está en la vil la turística, ia revistaargentina UltimaCiavedel t4 de junio de r97z cuenta que

en la casa de Dodero, Eva habría encontrado al alcalde delpueblo, el commendato¡e Giovanni Maggio, unos días

antes un barco argentino había anciaclo en el puerto de la

cercana Génova,llevaba alimentos como regalo personal,

a los hambrientos italianos. La carga de 9o toneladas fue

controlada por miembros del consulado argentino, pero

entre eila había lingotes de oro, los que debeían ser de-positados enunas cuentas suizas con ia ayuda de una per-

sona muy relacionada, el "commendatore".

El r7 de julio regresa a Roma para víajar a Lisboa, el zo

de julio se encuentra con el ex rey de Italia Umberro de

Savoia en el hotel La Barraca, a quince kilómetros de la

residencia real de Cascais. Llltima Clave, en su artícuiocuenta que adernás del rey y señora, había dos genera-

les italianos Graziarri y Cassiani, y que el objetirro C.el en-

cuentro era hacer por su cuenta unas transferencias dejoyas y dinero a Suiza. l.as conclrrsiones de este artícu-1o no fi¡eron nunca cc-lnfirmadas ni desmentidas.

500

.,-¡r 'r ,,\;tt.¡nio Salazar, dictador cie,.la f-ir¡l-rl¡¡ toma el ar,, ión plra ir a

Tl"ag e¡- , - ¡ . ¡ . ¡1¡¡q.

F¡,-¡ , , , , r Ir ' . r Lr¡Xar \ . ¡ t r l1

t l I l ¡

i ra ¡ ís.

- A sti l i"sad., . !:r,trtr"e Soir p¡11r1i.5 una foto cie Eva

doncie ella parec.ia dosnl¡¡la, b"ln un ".pir"

cle seia queapenas le cubr ía sr¡s parres ínti inas. Una pocierosa fami_Ira aigentina antiperl.n.isra y iur"1ía, los Bemberg, ent;_gó ai periódico 1¡ foto, hrrb,iprorestas rlei parddo comu_l i r , , . r t

s indic,rro. f , . , r I . r v i . i t , l . i r que dcf inrcron comooe I¡ lascista.

IE¡ual se mostró corno en sus otras visitas, l legó a No_tre I)ame escoltada por coracero-s, luciendo yelrño y plu_t l ¡s, tor la de hlanco ingresó en la cater l ra l . á".n.ont. ._ba preserr le Monseñor Angelo Roncal l i , nuncioaposrólico v fururc., Juan XXIIi, quiei.r exclatn 6: ,,¡regre_só la Emperatriz Eugenia!

, t)espués se muda, como las sfa¡s, a Montecarlo don-

tle se hospeda con eJ ¿rrmador i)o<jero "r, "i

g"n.t I Io_tel . a l l í se encuentr l tanrt , ién Rr ist . i te les Onassis, exciuda.dano arsenrino, muv antigo de perón desde hacíanrás de veinte años.

Se habían conociclo en rgz4en la calle Viamonre deBuenos Aires, donde Ari renía un negociro y vendía ta-nrac,o, e.ra-un fugrtivo de las atrocid.¿"", J"-jrrrtafá Ke-,:t11,{ había l legado a Ia Argentin, .o., prr"forte falso.A Perón le gustó mucho el tabaco griegoie Eimirna que(lnassis vendía y le prometió iecÁendarlo. peróncuenta esto en una enrrevisrr en r97o y especifica querras la toma delpoder del GOU lo Á.bi . b i ¡scado: . .ent913 mi telegrama ofreciéndole el ministerío de Hacien-rla 1o sorprendió en Nueya york, recib,í unn r"rpu"ru?enerosa y gend| ctente conmígo para tudo pero no pa_ra.gobernar, vo argenúno. Ari.*Creí que lo'perdería devista para siempre. No frte así.

"n ,94á n

" Ihmó por te_

sot

Page 258: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

lé{ono y me preguntó quién podía venderle barcos en

Buenos Aires, lo puse eI7 contacto con Alberto Dodero

que poseía una flota enorlne y con I:ritz L[andl, un {a-

brica nte aus ríaco de arma men to s ".7

Pero igual, amigo o no de Perón "Después tle la ntuer-

te de Evita, Onassis, coleccionista de nujeres celebres,

coüó haber ido al¡ cam;! con ellt y que al irse 1e dejo utt

cheque ptr't sus oltr¿'s de carici¡d"'s

Eva el 3 de agosto, tras conseguir una invitrción del

gobierno helvético, parte para Suiza. Dos meses v me-

áio después de part i r de Argent ina, t ranscurre al l í los

cinco días qlre son ios más misteriosos de su viaie' Pasa

oor Ginebra. Neuchatei , Be¡na, Zur ich y Saint Mori tz '

inmecliatamente se difur-rdieron voces de visitas a ban-

cos locales.Todavía, después de cincuenta años' hay sólo hipó-

tesis, en parte por ei secreto bancar io suizo y en parte

por la manera secreta en que se manejó en esos días ella

-it-.. Lo púbiico que trascendió, fue que su auto ofi-

cial fue blanco en una ocasión de piedras y en otra dL'to-

mates, y que tuvo una reunión reservada con banque-

ros privados suizos ei 7 de aSosto, en el hotel Baur Au

l.ac de Zurich, que aún a mediados de ry97 hace cotret

tinta.Ya en noviembre de r996 la revista española Inten'iú

publicó un interesante artículo, ia noticia fue difundida

por la agencia de prensa AiPE. su corresponsal Mardn

kr"r.rr" ásí la resum e "documentos de la Cla dd 4 de

marzo de ry72 señalan que Eva Perón habría tealizado un

depósito por varios ntillones de dólares en urt banco sui'

ti durnnt" tu viaje pot' EuÍopa en ry47. Es nás, esas fon-

clo se habrían originado en )os pagos efecruados por los

íerarcas aiemanes del Tercer Reich para asegurar el ingre'

so a Ia Argetitina de alrededor de quince mii nazis".

Corrtiníra diciendo que .,el reportaje afirma que se ha_

ltrí,t utilizad" prt, ,rn"lirr, "rá,

fon'dos a ta tlue fuera lallmos¿ Fundacjón Eva perórj, hipótesís que cotnparteF.lan Setiembre, el director ejecutivo del Cángreso Mttn-dial Judío en New York',.s

Una decena de días después, desde Madrid, l legaronmás aclaraciones "la documennción de Ia CIA"cuyr.,contenido aún no frie reveladc a la prensa internacional,conrendría pruebas contundent", quu demosftarían la.tctuación que le cupo a Eva perón en relacion con lo-c dí_neros nazis, entre ellos se encontrarían recibos por ci_fras nil lonarias ,,, f irmados por la esposa del ei presi_dente Juan D?2ilCo perón". Continúa especificandoclue a canrbio del dinero .,el

contprontiso habría inclui_do una denominada mrxinta prátección ofiri"l

" lo, n^-

zis que buscaron rerttgio en Argentína, íncluswe variosde eilos. quienes se hibí¡n d"i"-p"n)áo en el gobier_no de Adoli Hitler, habían conseluído dis:tinros pues_tÍ.^"t..r1,".r e-n Arqentin,t duranrl el segund.o gobi"rooue |cron ' (años 19;t / t95;1. ' , .

El desarrolio úkimo cle esro desernbocó en una reu_nión plenar ia de los experros mundiales en el tema. En_tre los clías z3 v z5 cie iunÍo de 1997, enGinebra se reu_nieron expertos de todo ej mundo para invest igar eltema dei oro nazi, Wiesenthal, .uuo i"rr,ro organizó elmeeting, resumió desde Viena lo conferenciJdo crit i_cando al actual gobierno argenrino y afirmando que, pe_se a que se comprometió a crear una comisión investi_gadora sob_re la presencia de los nazis en el país, losanuncios oficiales en ta1 sentid o ,,son

por ahora prome_

Sol ic i tó también que se invest igue si exist ieron lascuentas en Suiza de Eva perón, que el investigador con_sideró como "probable',, pidió incluso ,,prohtndizar

lo

;o3

Page 259: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

i

It

referente a }a Jlegatla c/¡nde-sri l l ' i Je sublr iar lnos el lse-

c" i !" d ". :l':"ji,'-'. j, ::l';: i'1,,.' *,., ",.,, h r r de c r ar o e n e s -

Con tono de 1n01gn

,. "-*rr""iaad

"rleltttn i¡¡r'c;tig'rr de un¡ v'ez pctr rcdas

;ñ;;;ñ¿i ' ¡¡ ' l ' r Ir IL I I Lr '{- t l i r( ' r t i e.ho siglu

" o pi -

nó también que "L<.is gobiernt-rs 'r ir.rerrl l l lcs l* l:1-ry:")^"-tÁat

h'impuntiad a lus n'tzis v les pe,ntüeron

ambién llegar con oro' )/ dinero suiz.c" Apuntó el dedo

qt"-;"1 "i"áe

Suiza y Argentna debe 'rit'"'estlearse rru-

cha m,is porque es evidínte que los nazis no pudiercn

;;;;;;"'ptr el murtdo con el dinero ale¡¡tátt' lrecesrta-

ronlavar sus fottdos, lo quelticieron.en SLu.ze y des¡rtrés

se llevaron una parrc a li Argerttittl"' Conlinuo aconse-

;;;; 'U; burilugn' para en)pe2'a:¡ ürr¡esrÉ'r¡ e-s 'jlra-

liza nd o do c e n a s'1 e e ntp r e s a t'i"" "

t' tt .q

t' e,s e ionn ar o n'"1-Árir"ti".,

-y ios e"unnes rr'l¡l-'lb¡ e¡ci'rs de tlinero rea-

lizadas a las conpañias de ese origen ¡'a e-ristenres' Jue-';i";;;:;';';;;"-¡á"a"rndusria/einazisenEsrr¿tsbrugo

en ry44, en )a que se decidió coü)ei7z¿t r s¿c¿¡ los fon-

dorí'.'con L,yó qtt" "toclos 1os 7-'aíses t'.t'l'"':i:l:.::

lnLnn to- ion iot nazis salvo ''\rgeritiua' que stgulo

mantenientlo U'"n'-' '"laujor;e's 'on

ll;tl"' '¡' haciendo-Á"gorio,

a costa de las víctin¡as'-'

Asimismo Wiesenthai destaco qtic ..e:; ei, 'rdettfe t¡ue

"rr' ir["ntina hubo ttn cotnité de recepción para ntzis a

i, [í, ," l".s .cieron pasaPor t!'s' visas y refugios"'

Es un nonbl" p"'o td"Íttte poirer:l ' :1t de juicio las

inversiones nazis en una Argcntina íi lofascista' inves-

;tg""á;l,, l l"g"dn'-t l" lo' J-tsuo.."ty el rol .scuro ce

Evita.Pero Simon Wiesenthal no expiicó el por qué y para

quién de todo ei conjunto'

Por úItimo, en eltongresr-" de Ginebra' volviendo ai

tema del viaje de Eva a Europa' parece que el dinero fue-

ra ei ve¡drr ie!-r) i - f i , '1 i r , ' ( i i ' le iste, etect ivamente tuvo i rn( .xfr ; r l - lO e i l lexi : ' i iL. ! l ) ic ; l l l l ¡ r ¡ l je , s i nc, Se i ¡ i ra en estai . rpt icr . Ademis I )u. , . 's tÉ,-rr , i r .1, i l i qr te i ro,re le c leciar-óvi . r jc of ic i l i . n i er i i ¡ i r ' r t . r r 1 i ' Í . re i j rL ' . :Lant, i L 'n nlngt i l l¿p. i r t e. s i h ien no t l l . t ¡ -ch, r : . , ) l . r \ ' ¡ lc l l l l iJe L 'st uVIJI on iun -

to a el la. todo el t iempci , C,os edecanes de Perón, de lamarina y cle la reronárrtic.r y crlntít siempre co¡r i¡ ines-tir¡-rable asistenr:ir dt' l ,¡s enrltaj¡dc-,res argentinos cie lospaíses vis i ta. los.

Es proi-,ahle qLle su mariclo quisiera vigilar sus movi-mienros, cierto es qrie por r1n cuarto cie siglo interlttt ¡c-ceder a ia cuenta c le Eva sin éxi to. F, l la no le dejó la c lavenecesar ia.

Un clocume'trto ¡biert,-l ¡ f ines de r996 por la ClA, elreporte No. 13 j: r7lo6i5672 del 4/o3/Tzrevela que, a lafecha de sr-r red¡¡r-ión, "e1 e.tpi"esiCente a¡g:enrino esn-ba n'taniobrando p:tre:i ltropiarse cle n¡i l lones de dól¿resdeposirrr/os en rin lr¡¡ic.-¡ suízo, 1' L'.yi.sren pruebas quedicño-s f¡',nclcrs iitertn e¡r¿reg.tdos ptsr fugitivos nazis".

El ro de ¡gosto Ce r945 regresa y hace eti ip.r cn Brasil,dc,nde tras su trírnsi¡o, aparecieron ietreros decc,i"¡r. ioscon crucL-s garnadas y Ia palabra "nazi", al verlos se lecongeló la sonrisa. Desde Río, pasaniio por Montevideo,llega el zj de egosto a Buenos Aires.

El v ia je le s i rv ió lnt tcho, interpretando el per:onajede gran ,. larna

'--asi era perfecta, pero su elegancia se 1i-

mit¡ba a la rop¡, el 1t'ngtraje todavía la traicionaba.Dos c1ías desprrés, el 2.5 de agostc) reglesa a Ia Secreta-

r ía de' i rabajo, habíe terminado de aprender la parte,

ahora empezrr ía su actuación.

504

,",,u,ii¡¡l¡i r r ir ¡ l r rlllilllliiillllll

Page 260: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Ncr,qs

i . Duiovne Ort iz ' Al ic ia ' EV' lTA'pig ' tzz '

z. lbid, Pig'rz4'

3' Ibid' pág rz8 - tarl0s, HIST)RI'A'ARCENT/NA

51N

]. Chtit'"tttttt' luan t

^t'l?:'tlt;:trti¿ ¡rticir' ap cit prs r'ro

6. lbid.ptg :5" ' . f1-.. . t , / \NO\,.ELA DEPEÍ10N'píg

' M:rr in.z. l ' - . ' : \? l ; ] . .^ . i , nrp. zrq.

3106. lb id, Pág r5o'

; ';i;";; Jrtrz' Alicia .'q 'll -o-11,'".1; ""i;:;"1#i ül'l^'-X; t * Í:::T:.T;:J;i" ]li:li"#ffiff to";-t; ; ;o' 7 de dic i c mb r e d e r e e o

- ¡A)""

.,uiil,ú!!r / I I i u r / lt | | tt lll i l ll l l l l l ll

XXXII

En enero de r9-¡7 el per iodista Raúl Apold fue nom-brado director de Difusión para ia información. Con é1*--L-:- '^ I - - ,1 nr. ! -<on¡s s iemnre f i le ¡cus¡doLtLtULtJlrLrú¡ l l l lJ :Ugr l t l ¡y! : r : ! ¡ / ¡yr ! 'ú

por los antiperonistas de manejar una organización pro-pagandista parecida a la de Goebbels. En efecto, r r ¡s l ¡caída de Perón, en su cajr fuerte fu-e encontrado un es-tudio clel ministerio de Propaganda del Tercer Reich.

Apold ccrntribr-ryo r construir el personaje de Evita einvenló el nombre Ev¡ Perón a su regreso de la gira porEuropa. El la lo consideró s iempre como un nombre im-puesto, un rol social . pref i r ió Evi ta, como el puebio lalciamaba. Pero era sien-ipre Eva Ibarguren.

-fr,rs su regreso de l.r gra. Frlnco agulrd.rba el trigo rr-gentino; el dictador adem js esper:rbr un credito. Pero Evi-ta se peieó con el embaiad-or Arreilza, se cuenta que 1o l1a-mó "gtl lego de mierda "y no hubo ningun envío de rrigo.

Franco se quejó "No entiendo por qué aquella mujernos tomó antipatía", pero sus maneras no cambiaron. AAntonio Cafiero, hoy senador del partido peronistr, unciía del 49 1e gritó "Decime, ¿qué tenés en la cabeza,mierda?". Frases parecidas varias veces resonaron en elpahcio presidencial, 1a casa rosada, cuyas paredes nun-ca habían escrichado semejantes barbaridades.

En e1 mismo año fue reformada la constitución, en-globando las leyes sociales promulgadas por Perón des-de r9-r3 y los derechos para los ancianos pedidos porEva.

Fl h isror i rdor v ner iodist¡ Indro Mont¡nel l i nnien' * ""^ J r" . , ' * ' " " '

tuvo la oport,:nidad de conocer a Eva, escribió una co-

Page 261: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

lumna en c;casión i lel esrrctr<'r dt l 'r 1r' ' ir ' ' ir1-r "lr"l¿;

" Ji '

;; i lp"t Al¡n Parker. cr)rnerl!f, que ul1r "l ' ;" i 'rb-r J¡ nrj

lía a"iu iotnacla entre la rnttdisu v eJ ¡''lutiutro v )a otra

Á¡ua la'de'Cicaba d paseal Por c'r1les, p1'rz'rs' est;rltc's y

rcatÍos su ar:rayente intagett, paia deirit-rsf tat que el p-e--ion¡r*o

era uit estil, qtle }u pt'di't rs::¡ur"tt L'dc¡' belie--)n,

iqu"t^, potlt:r. Ye"te nlt'lrsa7 e' qte las 'se¡¡''¡es tJe /'rs

,l^r"., ^lt^,,

s'cgt;tic(/il s'l¡cJsrll o, ¿rd il1iel sobte hojue'

las para ics ,icrc¡nl¡.s a'Jos f itara stts trt uTere; "'

Las medici¿s dernagógicas v las i l ranioblas ucononl l -

cas de Ia pareja ya ti lcian t¿nrb¡le'rr Argf l l l lnr

Al i inil izar los primeros ¿iros r'1e su gt'tr it i t 'o se h'r-

bían nacronallzaiit i , pa¡' a nr-lt. l c i i i a s ¿ sLt o¡"i l tr lt ¡s t 'h' ' ;

l"ro, "trrpra,lt l i ir-t i:¡r<-l '

t '¡ni¡¡ lr-t: iui ¡" ' ' t i r i l tt ' las co '

municaciones, r l¿s v eiecr i i t i ' i ; r i i \ i l . r ' r ' " is t ic adquir i r

einpreSaS, se esf¿biet te i r r i l l l i ' t ' l i ' i i ' r ! ' ' i i i i l ; ! ' : ) t l r - r t t 'cS ¿l t l - \ "

i .Jf , .o-p.nías d'e á€ruIlávcgitr it ' ; ", ir ' tr

' 'g'r- i ' 'rr i dt c¿-

botaj" y,rltr.mo, y ampliacic' ires dc I 'al 'r it "lt- i"rrrs i l l i l i-

tares y aeronáuticas y muchas nrá""lbcl rs se nit ierc'i i si i i

t "zui t cr i ter ios econónr icos, l ' i adr l i i l r js t t ¡c io l l de e stas

t"?ál"gti¿ por el despiifar ro, ia ine i icretrcia y el ne-

potismo.' - i .

foht i .a popui ista de Pcrón 1 Bvi ta ' i l t - t ' rc ' las rela-

.lo.t"t sociales y labcr^i"t ' l¿t r- 'rgati iz'¡"ión productiva

v el mecarrisnlo ,1" tom.r de decisii>¡lcs' tanttl en ei go-

úi".rro como en la sociedad productiv a'"-

lo, "¡"tttplo,

se clecretó que los obletc's irrdusrri¿les

podían jubii"rs" a los 55 añcis' lo cu¿l ¡unrentó los cos-

io. d. prod,tcción y fue treces¿rio .ieriv¿r a las cajas ju-

bilatorias el z5% de los salaric's'- io""-pl .Jdor, l " la adrnirr ist i ¡ t io l l pulr l ica se mui-

tiplicaban como las empres¿s ¡i¡ci ' 'rn¿li¿adas Las grart-

áár tut".u.t ¿cumuiaclas tlul ¿nle la guerr.a y 1r' 's grandes

capitales empresariaies alemanes confiscados' se habían

co8

derretido malgastándolos y empezaba a fahar dinero pa_ra manrener a un estado hiper arofiado.

Las inversiones en armamentos y el despi l farro enobras fbraónicas de nula rentabil idad y uti l idad, impi_dieron a las empresas de servicios cle firncionar acepta_blemente, así ocur¡ió que en la Argenrina faltó dineropara el mantenimiento de los caminos, ferrocarri les, te-léfonos, elecrr ic idad y gas, t rabando el desarrol lo delpaís.

Perón actuó como quien recibe una herencra rmoor_tante, cree que el dinero nunca acabará y en vez de admi_nistrar cuidadosamente su capiral, acaba comiéndoselo.

Esta po1ítica hizo que en 1949 se agoraran las reser_yis. d: divisas extranjeras. En los dos iños siguientes eldeficit empezó a aumentar desmesuradamenre, y estofue resuelto como en las demás repúblicas latlnoameri_

l. l"r: emitiendo papel moneda y con el siguiente alza

inflacionaria de 1os precios rv frusiración dei.s exDecta_tivas del pueblo.

La polít ica de perón y Evita consumió también el ca_pi ta l acumuiado en las cajas de jubi lación y otros fon_dos de reserva. Sus medid.as d.eiacertadas ándeudaronal país, que todavía después de cincuenta años y rras lastentativas de los gobiernos que siguieron, .rrr.r." h.n po_dido sanear lo que ellos originará.r, l..r. deuda

"*t"irnque supera los roo mil mil lones de dólares, ni el gobier_no actual ni ei futuro puede llegar a pagar siquieÁ el in_terés anuai.

Tampoco Perón había cambiaclo su esdio squadrisra,el escritor Romero Carranza, en el l ibro Historia Cons-tiruciona] de Ia Argentina, cita unas frases aclaratorias:el z de agosto de r946 grita desde el balcón ,,El

día oue

509

Page 262: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

después es estirp.ldo ei misnro' constataron que se ex-

tendía el proceso tumorrl y el carcinon-r¡ había invadi-

do los linfo nudc;:;.El b iógraib de Peión, Tomás Eloy Mart ineT- cuenta

orr" "der?e que Ela quedó inmovilizada en 'la c¡ma Pe-

;;; ' ;;;;.á

¡r,r:, ' t ,,u^"o, al Parecer se P;raba en Ia

-Duert¿ v <lesáe allí le pregunt'tba cón'to seguía' pÍocur.a'

'ba ¡raritencrse leios temía que el cáncer f uera contaglo-

so ". 'En los nruros de 1¡s crl les cle Buenos Aires y en ia

misma ¡esiclencia pr esii ienciai, el paiacicl Unzué' apare-

ció el escrito "Viva t:i Cáitcer"'

En les elecciones de1 il de noviembre de 1951votarorl

por-fJ""t. vez las mujeres y una urne electoral fue l ie-

r ' ¡da ¡ su c¡bczal .¡i t ¿- hf ar'o i1e rq lr lrvit¡ se presentó. a1 balcón de ia

C¡;a Ros;ri.r pál¿ tr)lonuliciar su últirno discurso' esque-

t., i., ' , , y d"rrl id. por las radi¡ciones' El7 de rrrayo cum-

otrió trl inta v tres años' el 4 de junio enrpezó el segun-

áo r,t tt¿rropresidenciai de Perón' ella entró en agonia'

pesaba 37 kilos.En los irl '- imos meses, revisó una "autobiografia" es-

.ri,o fo. el ministro Raúl Vf en<ié' quien abusó en metá-

foror, "rigt.r-trfo

un monumento propagandista' fue pu-

tti."áo ár, "1

título /.a razón de mi vida' Fue lectura

"ir-i ig.,-it en las escucias elementales y rledias'

- - Aip.a." Hernán Benítez, confesor de Evita' diio "es-

te lib'ro fue leído por tudas las ntujeres arélenrinrs' rne-

nos una, Eva Perón"'

El z6 de juli i> murió 1' a peclido de Perón fue embal-

,r*"dr, proy".t..,do exponerla como Lenin Se encar-

gó a un cameramancie la 'lx Century Fox' que había fii-

:;td" 1;;i l ;;;ales d'ei mariscal Foch' documentar el

desfi ie mortuorio de Evíta'-; i;

á" "gorro

el araú<i desfi ió puesio encima'le un

, , l l i i i l l l i l l l l r r i i i i ' r , , ' , , , , '

; ' ¡ i i ¡ i i i ¡ i i t ¡ j ¡ i l i i ¡ ¡ i i j i i i

armón de cañón, paredes de coronas fúnebres, mareasde f lores y dos mi l iones de especradores, e l t í tu1o de lapelícula se l lanó EI corezón de Ia Argentina se paró.

Esto es cuanto se puede rescarar de la historia argenri-na desde que acabó en mavo de 1945 la Segunda GuerraMundial en Alemania; en siere años 1o que relatan los l i-bros de historia argenrina y los biógr¡fos d" EvayJuan Do-mingo Perón es relarivamente poco. Pero hay nucho másque sólo recientemente se empieza ¡ discutir seriamenre,como ocurrió en el congreso organizado por el Centro Si-mon Wiesenthal a fin de junio de ryg7 en Ginebra.

Ya el z3 de ju l io de r946 fue presentado por los radi-cales Jul io Busaniche y Si lvano Sanrarrder, en ia Cáma-ra de Diputados el proyecto para designar una comisiónque continúe la labor iniciada por la Comisión investi-gadora de actividades antiargentinas, la que operara pordos años, entre junio r94t y junio r94 j , hasta que fueraclausurado el Congreso.

La mavoría se opuso tenazmente y se concedió sólodiez minutos para fundamenrar ja iniciativa, la que ob-viamente no fue aprobada.

"En esos breves minutos hicimos una síntesis muvajustada y denunciamos que lo capitales nazi est¿ban in-tactos, demostramos que por orden del Poder Ejecuti-vo Ia conisión de vígílancia de la propiedad enemiganombrada por las normas establecidas en México, en IaConferencia Interamericana, celebrada en febrero dery45, había sustraído al contralor, erTtre offas propieda-des, Ias estancias Lahusen de la Patagonia, cuyo capitalascendía a más de ochenta millones de pesos, agrcgamosque notorias figuras del nazismo habían llegado al paíscon la ayui¿ del gobierno argentino y hasta ocupabancargos en Ia administración pública.'3

Efect ivamenre, en las páginas 748 ala 75r del Diar io

513

Page 263: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

de Sesic,nes se pueile encoil lr. lr toda ia acusación, la que

fue reiterada en ia sesión <iel 3r de julio del ¡nisnro ¡no.

Ei .1 de set iembre del n i ismo año, t946, el canci l ler

Bramuglia anunció que scrí.r i icluiciade la propiedad ene-

nrigl y rcl;rró que el gobierno argL'ntino ,leseabr que de-

sJparL'zcJ del pais todo r esr ig io n¡zi v en est¡ n l ism¡ Fe-

cha fueron expulsados algunos agentes nazi , con el

propósito de acallar 1a perm;rnente demanda de la opo-

sic ión y de los Estrc ios Unidos.Casi c inco rneses después, ei z5 de enero de r9+7. el

Poder Ejecut ivo dict¡ e l Decreto 1921, con c. l cu¡ i se ad-

quieren en bloque totLos ios bienes de la propiedad ene-

miga, s in especi i icar precicrs r t i número de empresas.

i loco i ierüIic'después, ,; ietnpre por decreco, el rr de ma¡-

zo s,: ¡utoriza 1a inv.ersti;n de cien miil,-:,nes de pesos pa-

ra c',rmplimentai ei ciecreto t9zt.bc deci¡r,rn enc'migas só1o cuarerlta y ocho propieda-

i1es. El B¿nco Cent¡ai a cargo del Dr. César Ameghino,quien fuera rsesor de los t razis. d i ;o que daría a conocer

el non-ibre de las ernpresas, pero nunca después hizo re-

íerencias específicas. Invirt ió los cien millones de pesos

y se ignora detal ladarnente que empresas haya expro-

piado.El Conr i té Internacional para el estudio c le ias cues-

t iones europeüs con sede en Londres, atacó el decreto

dei z5 de enero de 1947, ciicierrdo entre oiras cosas que"muchús nazis ocupan rcclevía puestos importantes en

}a Argentinti cia noi,".Dicc i Jn. . l ) ier r , q,- lc , - i r : , lur de 1¡s current¡ y ocho em-

presas cteclar¡,ci¿s eneniigas se caicula en noventa millo-

nes de dólares. Esto nc;s evidencia 1a casi equivalencia

de cien rnil iones de pesos f, noventr mil lones de dóla-

res de ese entonces.La realidad era otra. En el af,c r9,45 actuaban en ia Ar-

"1 'ntrna 9oo enpresas de malror o menor importancta,r,nf¡oiadas y oficiaiizadas por lrusrsgermanos, cle e]las

' - ( ) errn sociedades anónimas, la mayoría c le capi ta lesr icmanes exclusivamente y orras bajá srr total depen_r l ' :ncia v contralor. Las restantes 63o eran de."sponr._' , r l ic l . rd l imi tada o sociedades cie personas

El Bolet ín Of ic ia l del e jerc ic io 1944_4¡muestra el' , 'crCadero alcance en el campo

".orrO-i .o ¿e los capi_

t¡ les nazis. Se pueden evic lenciar 34g empresas comer-: i ¡ les, industr ia les, agropecuar ias v var ias. El monto c leios acr ivos de estas 349 socieclad*i" , du 14.ooo mi l lo_r ies de dólares de hov.

A falta de balances cle las otras SSo empresas meno_re:r . 5s pusds est imar en 3o.ooo rni l lones de dólares dehor, 'e l act ivo de las total idad de las empresas. Sin con_i iderar qr-re los activos, tanto en aquella época como enl¡ ¡ctu¡l idad, a fines impositivos,i".rlpr" r" subvalúan.

L,n r953 se esrirnaba que con loo miilones de pesos elgobierno argenrino había expropiado un capital de másde 3.ooo mi l lones de pesos.

. -No estoy equivocado al afirmar que en ese entonces

irabía más de 3o.ooo miiiones de clóiares actu.rles in!,er_t idos por capi ta l is tas y empresar ios alemanes en la Ar_gentina, en su mayoría quedaron en ntanos de sus pro-pietarios originales, como en el caso de los Lahusen.

Lo que quedó en manos gubernamentales tras suventa, f inanció las iniciativas de ggand.eza de perón.

Ei mismo, tras asumir el podei a mediados de ry46,abrió las puerras a inmigración calif icada, especialmen_te científ icos, técnicos, ingenieros e

,, instuctores mjli-

tares". Si bien en el año que rranscurre enrre ei f in de laguerra y ei asumir la presidencia, puede que hayan in_gresado nazis en la Argentina de forma.ompletám".rt"c!rndest lnas y al parecer con pasaportes y cédulas poi i_

5r5

Page 264: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

ciales. que habían sido entregadas antes oe finalizar la , , r rcsponsai de la Uni ted Press al hombre considerado

' ,,1-'ro el nazi nirmero uno en la Argentina.I -uchvig Freude concedió ei reportaje en su casa de

,,rn Car los de Bar i loche, la que su hi jo aún conserva a, los ¡¡1 '

- . r ros del centro del pueblo.

F.n 1a ruta del faldeo, en Ruca li1, Freude padre e hijor , ' i : ib ieron a Perón ¡r lo hospedaron en la mansión de

i) lcclra y madera, est i lo alpino como cuentan los ancia-r()s vecinos de la propiedad.

En 1a entrevista Ludwig Freude desmiente todas lasrLLlsaciones formuladas por el Departamento de Esta-,lo I 'contenidas en el Líbro Azul; dijo que era uno de los' l icz hombres más ricos de Sudamé¡ica y confirmó ser,ntimo confidente del presidente Perón, durante el re-i ' ( ) r ta je evidenció c ier ta f ragi i idad de memoria respec-r( ) ¡l sus actividades en la Argentina y todo pasó defini-r r\ ' f,nrente al olvido cuando Perón dio por terminado el,.;Llnro con un decreto del 6 de setiembre de 1946. En la

' , , i lacción se puede leer que el presidente "declara qne'| ¡r¡ismo (Freude) sep¡un surge de las actuaciones preci-' r¡/a.s no ha efectuado actividades contra el estado ni. ,)ntra Ia seguridad colectiva".

Dicho más sencil lamente estableció por decreto queI Lrrhvig Freude no era un nazi. Perón al igual que Hitleri r:cutaba por decretos.

Su hijo Rodolfo Eugenio Ludovico, mejor conocido,,mo Rudi y amigo muy íntimo, iniciaimente de Eva,,,rrro ella misma evidencia en su carta testamento an-

, 1's de su vuelo a Europa, tras la excesiva publicidad que,rr d¡da al padre, lo sustituvó. Perón, además, le encar-

' ' ) sl lpervisar la actividad de la comisión Peralta, apell i-, i , , t lel entonces director de misraciones.

Sezunda Guerra Mundial'"-"i l*O" la revista LJltimaCJave del r4 de julio de t97z'

.1 ;";;; iá" la SS )ohannes von Leers' agregado militar

á""t" "-Ur;.da

alemana en Buenos Aires' fue una pieza

fundam"ntal del trato entre Perón y los nazis' consl-

zuiendo 8.ooo pasaportes y r1 'ooo cé-dulas de ident i -

á.J"" Uit".o, f ir-, itt y selladas' Se dice que la entre-

g, i, ,.r l i"a el entonces embajador-argentino en Viena'

Alberto Vignes y que esta entrega fue a fines de tg44'y

Jeclclida "ri

l. ,"lttti¿tt en Estrasburgo del ro de agosto'

en el hotei Maíson Rouge'

Veinticinco años dt'!t"t de lo dicho ewltima Clave'

,o¿*i, se sigue discutiendo en Argentina del tema' el

" tá. "" . t . í " ,nn el centro Simon Wiesenthal envió

.,., fn*.t ministro de Relaciones Exteriores y Culto' Gui-

do di Tella, reclamando ai gobierno peronista de Carlos

Menem, que se investigue la ayuda que dio Perón a pro-

minentes nazis otorgándoles 2 'ooo pasapol tes '

Un año más tarde' mientras escribo estas líneas aún

no hay resPuesta.-^-Ciá.o

" , q, t . desde r946 hasta t95z' mi les de nazis '

muchos de ellos crimiriaies de guerra ingresaron a la

Árg;"d"t por ia entrada principal. '.el puerto de Bue-

nos Aires, pasaron Por una comisión creada en 1948

fát "ta."-presidencial ' I¿ encabezaban los directores

á" -igru.ünes'

Peralta, Diana y el coronel GonzÁlez'

hombie del GOU y Secretario Generai de ia presiden-

cia en ry46- La comisión estaba integrada por una

u"irr , " t , í d. miembros que reportaban al .entonces ie-

fe de los Servicio Secretás peronistas' Rudi Freude' hi-

jo de Ludwig Freude,'

D" "r . "ú i i imo,escr ibe

ei 8 deab¡ i l de 1946 TheNew

y*1, f¡^",publicando una entrevista realizada por el

516\17

Page 265: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

i

Perón mismo, con otro decreto presidencial, le otor-garía un inusual privilegio,l levaba el número 2446-46,iue nombrado subteniente de1 cuerpo de infantería demarina, recibió por expresa voluntad presidencial un as-censo descle ex conscripto clase r9z3 a oficial, transgre-diendo todas ias dísposiciones del ejército, ya que un as-censo cle tal magnitud se podía acordar sólo en caso Ceguerr¡ y por acción heroica.

Si Ludwig Freude fue rei teradamente v inculado aldestino de 1os capitales nazis en calidad de presunto tes-taferro de ios mismos, su hijo t¡mbién tuvo un rol com-prometido en la comisión Peralta: un equipo que teníaque verii ic.rr en las oficinas de migraciones que los eu-ropeos clue ingresaban a Argentina fuer¡n auténticos na-zifacistas, dignos de confianza (1os demás inmigrenteseran obstaculizados de mil maneras, ta] es así que mu-chos desistieron, la casi totalidad eran iudíos).

La identidad de todos los miembros sigue siendo ¡o-davía un enigma, sus actas fueron quen'radas antes de lacaída de Perón. Sólo tres de ellos han sido individuali-zados: Jacques Mahieu, oficial SS de la división Charle-magne, defensora de Berlín; Branko Benzon, croata,embajador del gobierno de r\nte Pavelic en Berlín, doc-tor en medicina, acompañó en el exii jo a Perón en cali-dad de médico personai; Carlos Fuldner, germano ar-gentino, había sido capitán de las SS, funcionario de lapresidencia de la Nación argentina en la época dei GOUy espía en Europa de la misma, en los años posbélicosempresario y banquero, dio trabajo a Adolf Eichmann yWilhelm Mohnke,+ detectado en ]a Argentina en t95ocon el alias Pedro Geller,s jefe de la guardia personal deF{it ler en el l,un.kerde Berlín.

518

Fuidne¡ fue tarnbién inspirador de la Asociaclon Ger_r :) rne Argentina de la cual fue presidente en Barilocl_re,r ' l ex capirán SS Er ich pr iebke.

f io rxs

r. Diar io LA NACIóN, rz de enero de ry97.z. i\tarrínez, Tomás Elo1., LA NO\,EL A óÉ'pfnoN,pág.¡::3. Santrnder, Sil,.,ano, TÉcNICA DE uNA rníñé'i,p. iq. r6.4. Crntrrasa, Ior-ee. ODES.SA AL SUR,pig Zg5. lb id, pág. r54.

;rg

Page 266: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

-

XXXIII

¿Cómo sal ie¡on de Europa, ios comprometidos con

ei régimen nazi?Iniciaimente había varias organizacíones que se pre-

sentaban como organismos de protección de mienrbrosde la lVe¡hrmarch, tipo la B¡udersch¡fr del general von

Manteuffel o Ia S¿j1/efi i1fe de la princesa Isemburg, las

que sucesivamente fueron englobadas por otro tipo de

organizaciones, que trabajabln en manera celular v clan-

clestina, como la .Secfis¡¡esrrrn o l¡ Die Spinne del Ober-

gruppenfüh¡e¡ SS Hausser, que asumió tras absorber ¡

las demás, dimensiones notables, a tal punto que :rlgu-

nos de sus n-riembros crearon une ttueva organización

abiertamente dest inada a la ev¡sión de cr iminales de

guerra y asegurar a ellos una cómoda sistematización en

países hospitalario s,lt. Orgailzation Der Ehemaligen

SS Angehórigen, más conocida como ODESSA.En r949 uno de sus principales organizadores e¡a el

SS Hauprsru rmfúhrerFranz Roster.Durante el proceso a Eichmann, en t96t, e l procura-

dor general declaró que esa organización todavía fun-

cionaba.Pero había otros y diferentes canales uti l izados y fun-

cionaban bajo la cobertura de organizaciones insospe-

chables, como la Cruz Roja o asociaciones religiosas.

A partir de :947 se puede hablar hasta de un canal va-

ticano, \a Vatikanische Llilfslinie, que tenía toda una red

de lugares de estadía ya l istos, 1os conventos; dos órde-

nes particularmente bien organizadas, los iranciscanosy los jesui tas. Su sede central se encontraba en Romr,

52()

tenía oficinas propias bajo ia cobertura dela pontif iciaComisión de Asistencia v su cerebro era el obispo aus_tr íaco Alois Hudal , quien ya enry37 había escr i ro una:rpología del nazismo edi tando en Leipzig v Viena losfitndantentos del nacionalsocialisno; el i l ismo escri_bió sus memorias en los Diarios romanos, clonde noduda en admit i r la ayuda que prestó a los cr iminalesprófugos vanaglor iándose ie úaber les enconrrado unretugro seguro en América del Sur, sobre todo en la Ar_genrina; según é1 la ayuda corría por cuenra del Vatica_no v sostuvo esto hasta sLl muerte en 196z. En sus úl t i -r ¡os años de vida fue uno de los m1s importantescolaboradores de la revista neonazi Der Wegqle se edi_t¡ba en Buenos Aires.

No fue el írnico involucrado , "eran tres los altos pre_lados que al final de la Segunda Guerra ltúundial habíenrecibido de Pío XII el encargo de reorganizar jos Se¡¡,r_t' ios Sec:¡etos del Vaúcano, adaptánciolos alnueyo esce_nario internacional: P¡d¡e Fell_r A. lttorl ion, que cliortmbjén el nombre a la nuev.a estj-ttcture (Centro cle In_Iormaciones Prodeo); /uan Bautiste Montíni. futuru l.¿_ln Pablo VI, que ya se d.esenvolv,ía en un ajto carso en l.t\ecrenría de Esado; Padre Schn'teider, director arlmi_nistrativo de los Servjcjos Secreros /esuiras,i,

Ot¡os elementos importantes de la nueva polít ica deir l e l igencia vat icana fueron en Austr ia, padie Regent,

r , ctor dei colegio jesui ta; padre polaert en Coblenza,I r rL 'ctor de la agencia de prensa catól ica; padre prese_

,, r r , consejero de 1a Secretaría de Estado vat icana por1, , , países eslavos y Monseñor Krunosiav de Ragono_

r, h, consejero rel ig ioso de Ante p¡vel ich, ex dicr¡c lor

' , , i f ascista croata, quien en nombre de un lnregral is-' ' t , ' c¡ tó l icohizo masacrar por sus Usrasáas setecien_

nr i l or todoxos servios, croatas v musuh¡anes.

Page 267: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

se lanceri a colgaryo estaré al lado de.los que cuelguen"',

poco menos de un año después, el z4 dejunio de 1947,

invitó a sus secuace s "con un fusil o un cuchillo a matar

al que se encuentre'l Unos meses después, el 8 de se-

tiembre democráticamente a viva voz pide "levantemos

horcas en todo el país para colgar a los opositores"y ca-

si cuatro años después, el 3r de agosto de r95r, en el me-

jor estilo nazi especifi ca "distribuiremos alambre de en-

fardar para colgar a nuestros enemigos".

Entre las novedades de los años cincuenta se puede

evidenciar que Evita cambió de fotógrafa, ahora se en-

c¿rgab¡ de retratar la Gisel le Freund, otra alemana, ¿esqn. n. había fotógrafos argentinos al igual que secreta-

rios particulares?El z de agosto de r95r, la CGT pidió a Perón que se

presente a reelecciones y aclaró que el vehemente deseo

c1e los trabajadores era que lvita fuese vicepresidente'

La confederación de los trabaiadores lanzó la fórmula de

l . r patr ia: Perón-Perón.El zz de agosto un millón de manifestantes se reunie-

ron alrededor del ministerio de Acción social pidiendo

esta fórmula. Perón consciente del hecho que la vicepre-

siclencia de Evita habría molestado aún más a las fuer-

zas armadas, salió al balcón, pero el público la aclamaba

a ella, que saliendo de la sombra, apareció también.

Se entrelazó con la masa un diálogo electrizante, la

manifestación terminó con una promesa "Yo haré Io

que el pueblo pide". Pero en el seno del ejército había

disenso, no se quería una reelección de Perón y menos

aún a su esposa como vicepresidente. Nueve días des-

pués el 3r de agosto, Eva transmite un mensaje radial

donde anuncia su decisión irrevocable y definit iva de

510

renunciar al honor que los trabajadores y el pueblo le h.rbían hecho.

Si bien aliviados por la renuncia, unos oficiaies siguie-ron tr¿mando un levantamienro que intentrron -fr¡ca-sando- ffes semanas después. Respecto a la renuncia, nofue una maniobra poiít ica de Perón, es cierto que ya enaquel momento Evita se encontraba enferma y poco des-pués cayó en cama y en-rpezó, virtualmente, a morir.

El lo de setiembre Perón la condecoró por su renun-cia como si fuese un acto heroico, la úlr ima actuaciónpolít ica de Eva fue ordenarle a sus sindicalistas 1a com-pra en Bélgica de 5.ooo pistolas au.romáricas v t .5ooametralladoras para distribuirlas enrre sus fieles en iaeventualidad de un goipe.

Sus últimas famosas palabras de aquei entonces fue-ron "Debemos conseguir la victoria cueste 1o que cues-te y caiga quien caiga", hasta los niños de 1a primaria dela clase media y culta sabían que correctamente se decía"cueste ]o que costare y caiga quien cayere". En casrelle-no, la expresión rige el imperfecto del subjuntivo v noel presente que empleó Evita.

Aún cuando saiió de lunín en r935, aspirante a locu-tora y actriz, nunca aprendió a hablar. Innumerables sonlas citas de sus biógrafos donde se evidencia su ignoran-cia y su poco dominio del idioma de Castil la.

El z8 de setiembre el general Benjamín Menéndez en-cabezó una insurrección mi l i tar para derr ibar a Perónpero fue reprimida sin consecuencias inmediatas.

El mismo día se le aplica por primera vez radiaciones,tras constatar con una biopsia un cáncer al útero. Días

511

Page 268: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Por clerto, Va en un memorandum dirigldo en mayo de

,9a7 ^lsecretirio

de Estado norteamericano George Mars-

f,.ií, p.t el agregado militar en Roma Vincent La Vista' se

.ptr,inbr rl i¡.tic^no como 1a principal organización im-

pil..dt en el movimiento ilegal de.prófugos nazis' dando

á"r.tf"t sobre el funcionamiento de la red de evasión'-"i"g""

f. Vista ia organi zactlnestaba dirigrda por al-

to, dign.trrios vaticarios' El funcionamiento se basaba

"n.t.tá cadena de recomendaciones que permitía a los

;róftgot conseguir asiio, dinero y documentos antes de

ser embarcados hacia Puertos seguros'

Las invesdgaciones se fundamentaban en el compor-

tamrento de l-a Santa Sede en el período prebélico y bé-

iJ", ""

t i","sis, en la figure del Prpa Pío XI i ' ,nacido Eu-

eenio Pacell i, por cierio i 'ue un germanóFilo' hablaba

:";i;;;; i" t1"-att, incluso en sus aposentos de 1a

.lndt¿ del VadcanoPacell i fue Nuncio Papai en Alemania durante la Pri-

-.r. G.r"rr" Mundial' y deudt l920 a 1929.tuvo all i un

.rtgo p.r".ido, .,.", 'áí"ndo a Secretario de Estado de

PíJXi. Su círculo íntimo era alemán casi por entero y

casi totalmente estaba constituido por laicos'-

Á.,,., del confl icto, ios Estados Unidos errn ia prin-

cipal fuente de ingreso de Roma, aunque los fondos lle-

sab.n ,in orden porque el gobierno de-Washington no

!tr.U. i""A.t.r.do, ai conrario de Berlín' donde Euge-

nio Pacell i en sus años alemanes logró un impuesto de-

nominado Kirchensteuerque fue pagado regularmente

por nazis durante la guerra' r ,Se calculó que unos rreinta millones de alemanes cato-

licos conrribuían con rnil miliones de Reichmarkanuales

nor ei impuesto, unos cinco mil millones de dólares actua-

i;t.;üi;;" pago fue enviado a Roma en diciembre de

1944.

Of ic ia lmente la act i tud de Pío XII fue que le pr i r r r , . r . robligación de 1a iglesia era sobrevivir a todas las prueb.r.que se le presentaron y acatarse ai ar t ículo z4 de losacuerdos de Letrán, que prohibía al Vaticano tonrar par-tido entre naciones en conflicto, pero también la posi-ción papal era que los fieles de cualquier bando teníanque comprometerse con sus respect ivos príses y cum-plir con sus cieberes patrióticos.

Más de cincuenta años después, el r5 de marzo der998, elVat icano divulgó un documento en que l ; r ig le-s ia catól ica iamentó el holocausto, pero se abstuvo decr i t icar al Papa Pío XII . La agencia Reu¿erDPA, al día s i -guiente reporta que el gran rabín de Israel, Lav subrayó:"Desde un punto de visa histórico, humanitario, edu-cacionil y moral el Vaticano debería disculparse o{icial-mente por la vergonzosa actitud del Papa de ese mo-tnento".

El agregado mi l i tar también se habí:r ocuprdo delobispo Hudal, pero agregaba que había otros veint iúnr l tos dignatar ios impl icados, en su mayoría de etni¡svugoslavas o alemanas, un sólo i ta l iano aparecia, e l crr-. lenal Sir i , que tras la muerte de Pío XII , Juan XXI i I vl ) rb lo VI fue s iempre indicado como "papable" en loscónclaves y apoyado por los "derechistas" y por un so-

lrlo no l legó a ser Papa. Su función fue 1a más importan-r c de todas, genovés y obispo en la época posbélica de larnisma ciudad portuaria en donde embarcaran práctica-nrente todos los que emigraron hacia 1a Argentina.

"En Génova era poderoso un hombre de confianza del'ío XII, e} obispo Giuseppe Siri. En esta conexión concl trabajaban veintidós curas del Servicio Secreto v'ati-r .1Do, á las órdenes de Padre Morlion."'

523

Page 269: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

En la mjsma ciudad, desde junio de 1945 hasta r949,"para controlar la buena salida del conjunto, hospeda-do por Caritas genovesr se encontraba el ex jefe de )tGestapo en Milán, Walter Rauft''.t

Walter Rauff, capitán SS que actuó en el SD, implan-tó en Génova una of ic ina c landest ina de auxi l io paraembarques masivos desde el invierno de ry47. ¡l nortede la c iudad había organizado un campo de tránsi toclonde sus camaradas esperaban unos días hasta que lesproveía de documentación, dinero v pasaje hacia la Ar-gent ina. Cumpi ida su misión, también part ió haciaAmérica del Sur, pasó por Buenos Aires v luego se r¡di-có en ei extremo sur de Chile. en Punta Arenas fue ge-rente de una planta de ¡rrocesamiento de'crustáceos,uno de ]os nur¡erosos emprendimientos que tenía elempresario lvlaurir: io Braun en Chile ¡r en la Argentina.

Ha'; que decir aigo mís cie Rauff, durante ir querra in-ventó los camiones de gas que fueron ut i l izados parr l ; re l i rn jnación de judíos en los campos de concentración.El invento consistía en subir a 1as víctimas en su interiory asfixiarlas con el gas del motor. En el juicio de Nürem-berg se probó que, sólo entre octubre de r94r a julio de19+2,97 mi l personas habían sido asesinadas de estal'nanera, le atribuyeron ei cargo de esto, pero como mu-chos huyó r la Patrgonia.

Sólo cn r96z Rauff fue objeto de un pedido de extra-dición por parte de Alemania Federal, Ia Corte Supremade )usticia de Chile denegó ia extradición, justif icandoque en el código d.e ese país no figuraba el delito de ge-nocidio y que allí los asesinatos prescribían a los r5 añosde ser cometidos.

Hubo otro intento de extradic ión hecho por el go-bierno de Israel y rechazado ei z de febrero de r984, enplena dictadura del general Au¡¡.rsto Pinochet: el minis-

\24

r r , , 1 i ¡ f ts l ¡6 iones Exter iores, Jaime del Vaj le, rech¡zó el1, , L l ic lo porque "resul tar ía inapropiado expulsar a un' t t tr l ldano que ha vivjdo veinte años en paz en el país".I )os meses después Walter Rauff murió, la revisr¡ ant i_l r rnocher ista Fort ín Mapocho cal i f icó esa muerte de' ,portuna" y evidenciaba un cáncer fu lminante no de_

r(,crrdo tres meses antes y que había diferencia entre dosl i rEares donde hab¡ía muerto. También el semanario,rreguraba que nadie, periodista o funcionario, pudo ver' I c¡daver.

I n^ve sti gaci one s po ster iore s confirm aron que Walterl i¡uff habría sido nombrado consejero cle la DINA, el or_!t. lnismo de inteligencia dirigido por el general Manuei(.ontreras, apres.rdo y encarcelado en r996 por atentadospolít icos en Roma, Buenos Aires y Washineton.

El t rabajo de Rauff consisúa án examiior la l is ta det letenidos, escuchar las grabaciones de ]os inrerrogato_Lios v der ivar los presos pol í t icos a campos, don"de l . rur ¡vorí¡ desaparecian.

Uno de los lugares donde Rauff enviaba a sus pr is io_neros era un establecimiento agrícola de San Fabián der\ l icó. l lamado Colonia Dignidad, dir ig ido hasta r996por un ex SS, Paul Schafer Schneider.

El ¡z de agosto de r997 se confirman las denuncias en elperiódico chileno La Tercera, al publicar que el abogado,'\lfonso Insumsa solicitó invesrigar más pórque, según eljnforme de 1a Asociación Verdad y Reconcil iación, en sus¡rchivos de 3ooo desaparecidos, se establece que 1r2 per_sonas nunca más volvieron de Colonia Disnidad.

Pero 1o que hizo Rauff en Chile, rras efgolpe del rr desetiembre de ry73, donde puso su experienci, al servi_cio de la exrrema derecha chi lena, p.r . . " que también1o hizo en Argentina durante la segunda llegada de pe_rón al poder.

I

t

52-5

Page 270: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

El diario romano 11 lt le'ssaggero, el r4 de agosto de

r996, relata que segúr l e l escr i tor chi leno Luis Sepúl 'u 'e-

da. Walter Rauff se encontró en Bar i loche con Er ik

Priebke y con el fundador de la Triple A (Alianza Anti-

comunist.-r Argentina) v consejero del general Perón, Jo-sé López Rega. Sepú1veda ta'mbién asegura que existe

una foto que retrata juntos a Walter Rauff, Klaus Barbie

y Joseph Mengele; e l mismo escr i tor cuenta que Pr ieb-

ke v Rauff d ieron consejos a los mi l i tares golpistas ar-

gent inos sobre cómo vaciar las cárceles y los campos de

tortura.Tras ia salida de Rauff de Génova, su lugar fue toma-

do por ei sudt i ro lés Franz Ruff inengo, quien estuvo a

cargo de una llamada Comisión Argentina de inmigra-

ción. Según una invest igación efectuada por el per io-

dista argent ino Uki Goñi , especial izado en las relacio-

nes oscuras de Perón, Ruffinengo se incorporó con una

designación efectuada oficialmente por el ya entonces

presidente de 1a república Argentina.Según Abel Basti, otro periodista especializado, con-

juntamente al sudtirolés también colaboró Hans Rein-

hard Maler. Ambos terminaron adquiriendo chacras en

la localidad de El Boisón, unos cien kilómetros al sur de

San Carlos de Bar i loche. Ruff inengo en Cort i jo del

Monte, en el paraje Mallín Ahogado y Maler en el Man-

grullo, en el paraje Lago Puelo.

Antes de l legar a Génova los nazis fugitivos se con-

centraban en Kufstein, Innsbruck y Merano, de esta ma-

nera t rabajó ODESSA. Simon Wiesenthal cuenta que

cada6o/7o kilómetros había un Anlaufstelle, una esca-

la con[ornrada por t tes o c inco personJS que conocirn

sólo las ubicaciones de las dos esc¡ las más cercanas' la

de donde l leg;rban y Ia s iguiente.Las AnLruÉrellense encontraban a lo largo de todo el

-oA

i Lr r r i te de Austr ia y Alemania ; - de la f ronter.r suiz-¡ e i ra-. i , l l ¡ . cruz¡d.rs i ¡s f ronter:rs. 1os fugi t ivos se dir is i ¡n cn,Lr mavoría haci . r Génova, donde se embarcaban hacia\r qent in.r , un¡ minoría pr iv i legird.r se dir igí . r hacie Zu-r ic ] ' r o Ginebra donde por avión se rrasladaban a Suda-rrrcr ica. Nadie sabía dónde se encontrab¿, el Vertei ler-l ; , tpf , e l centro de der ivación.

\ ,Viesenthal , a mediados de los años 6o va sospechó' Iur ' est f ,br en l . r Argent in¡ . Se puede Jrcir qrre probl-l , lemente estaba en lo c ier to, exist ió un lugar con la ca-I r , t t r r i i l icr neeecrr i r nr ' . . l r . ; f i . \ ' . .1."^.-^. . p. t ra c lJsluc. l r v oespJch. l r enVlost Ic QIüpOS DlZlS.

A mediados de r99z la relevis ión i te l iana quiso inves-r iqar los nazis en la Argent ina. RAI z encargó la investí-r ' . ic ión ¡ l documental ista Roberto Pistar ino: ésre encon-tró en una is la de cuarenta y ocho hectáreas en ei Del tal , ' l P.rr . rná.r rn n.rrde hor¡s r io ¡rr ib¡ de Buenos Aires

, le la cual ya se habí.rn ocupado los medlos argent inos, ios años antes, una mansión dc cu¡tro plantas de est i -l '> báva¡o, l lamada El M j rantar, edi f ic¡c l ¡ en r942 por unrn¡tr imonio alemán, los Teichmann.

En tiempo de guerra allí fueron sepultados dos rripr-r-l . rntes del Graf Spee v al f inal izar la misma. al l í , se ha-

' i¡n reuniones con gente que llegaba desde Buenos Ai-re s, la mayoría no hablaba español y evitaban el conracrot on los otros pobiadores del del ta.

Pude recoger numerosas historias en la zona que con-1i¡marían el uso de Verteilerkopfen esta isla.

Desde 1945 a r955 ingresaron a la Argenr ina segúnunf, presunción estadística hecha por los investigadoresIqnacio Kl ich y Holger Meding, 8o mi l a lemanes y aus-tri¡cos, de los cuales se quetlaron alrededor de zo mi1. A, ' l los, d icen, hrv que rgregar los que l legaron con docu-nrL-ntos falsos y nombres cambiados que serían entre 11

\?7

Page 271: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

mil y zr mi l más. Según el los de estos úl t imos, 8oo er¡n

nazis de jerarquía y So. por c ier to, cr iminales de guerra.

Otro autor. ]ohn Loftus, considera que solamente en

los primeros cinco años de terminada 1a Segunda Gue-

rra Mundial , l legaron 6o ni l personas, de las cuales la

mitad ingresó con papeles fraguados.Cierto es que miles de nazi, entre ellos criminales de

guerra, ingresaron en aquelios tiempos a la Argentina y

sus historiales v nombres figuran tanto en los archivos de

Wiesenth,r l , qtre cont ienen casi z5.ooo nombres. en su

mayoría de acusados por homicidios y tal vez por geno-

cidio, como offos en las i istas que contienen casi zoo ooo

nombres de los archivos de Ludwigsburg, donde en la ofi-

cina central de justicia se archivan los expedientes de sos-

pechados por crímenes nacional soci¡l ist¡s.Concordó con otros autores, estimando mínimo en

ro mil aquellos i iegales que ingresar on legalnen re, en

la postr imería de l ¡ guerra, lo hic ie¡on bajo fa lso nom-

bre y sólo después. en los primeros años 50, en su ma-

yorí f , retomrron el ProPio.Hay que decir , honestamente, que de 1os cientos de

miles sospechosos o acusados de crímenes nacion¡ lso-

cialistas, la gran mayoría se quedó en su patria y siguie-

ron su vida, nadie los molestó, un ejemplo 1o da el go-

bierno de Konrad Adenauer. El zz de octubre de r95z' el

diputado Erler lo hizo público, tras ser encargado por el

parlamento de investigar sobre la infi l tración naz-i en los

minister ios. Adenauer mismo lo tuvo que reconocer"Er]er ha declarado que n'tás alto se sube en los cargos

del estado, más nazis se encuentran. Esto es verdad' Es

verdad que el 66% de los funcionarios {ueron mientbros

del Partido Nazi. A mi parecer tendríamos que acabar de

d;tr la caz;t a los nazis".+Y así fue "Adenauer introdujo en el círculo de sus

- .4

ntás íntintos colaboradores ;t l vie jo banquero cL, i o1,,nia, Robert Pferdmen-9es. que fue uno cle losf¡ir. l¡1..¡r¿.¡,,de Hitler; elevó al cargo de secretario de Estado ¿ F1.r¡rsNIaría Globke, que habta elaborado la )egislación¿nrilrcbreica, mereciéndose )a inscripción en la list,t de los cri_ninales de guerra; nombró ministro de los pró{ugos ysu consej ero personal de los proble¡nas deJ esre ¡ Tñ eo _dor Oberlander, si bien sabía que había sido instrucrcrpolírico del batallón SS l/achrrg.:11, responsable del exi_lio de miles de judíos polacos. De t9 ministros que corn_ponían el gobierno de la Alemania del Oeste en r96o. tz¡esulrab¡n con)prornetidos con el nazismo".

Franco Fracassi , que invest igó el tema cont inúe."Franz

fosefStrattss, cuando recibió e) encargo de re_consrnri¡J.rs Fuerzas Armadas, no ruvo éxito v fue ¡ bu.s_c.tr Io hon-tbres que mejor había sen,ido en la Alemanianazi. Su brazo derecho ilegó a ser Adolf Gheusinger. ele ual, como je{e de la oficit ' t¿ ope..rt ir..,1 cttl OKB de I-l j_rler, había elaboraclo el plan Or.r¡i.r ¡r.rr.r 1.r ínv.¿sión deIngl,tterra, e] plan Atila contrr Fr,tncie, tl ¡>).tn,4lrerc ¡u_t t l t ocupación de Suíz¿, el p l tn M.tr i t¿. t contr . t ) i rg, ,s-l.tvia v el plan de invasión de la LIRSS, Barb,troj.t-i,.¡Je-¡n.is fue particularmente activo en la |ucha contre los/)rrrisanos de toda Europa.'\

Este esrado de las cosas no pasó desapercibido en el,'\tranjero "con una interpelación a la Cámara de Ios Co_/r unes, el diputado inglés, Zilliacus, pidió et ry de no_r rc.nrb¡e de ry59 al premier Harold ntac Millan si rcníatt¡ ttnsión de pedir a Adenauer medidas contra los t.r55t r t,tgistrados responsables de crímenes contra Ia huma_n i ' l :td que todavía admjnistraban )a justicia en 1a Repú_l,lice Federal, triolando los negociados en postdam. Es-r,)s /Lreces y procuradores habían trabajado en el// r\¡enrenre conocido tribunal del pueblo de Berlín o en

52q

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los tribunales especi;rles, que pronttnciaron entre 1933 'v1g+5,45 t 't ' t i l condenas J mtlejr¡e contrJ alentanes y ciu-

d.rc/¿no-s de )os países ocupados".s

Pero torlo continuó igual, "armb ién los dirigenrcs de

la econon'tía de guerra, los omniporenfes w''ehrtvl¡rs-

chafts{ührer, regresaron a la cabeze de }as mega empre'

srs, que segitn los acuerdos cle Postdam tenían gue ser

clesirantelados y que al contrario, en )a poseuerre' mul'

tiplicarott stt poder. Los dueños de los colosales konzer'

,rL rl"-rrte, condenados por el tribunal de Nuremberg

como criminales de guerra regresaron al mando de sus

imperios, los Krupp,los Thvssen' los Flick' los Quandt,

loi NIrnn"trann, los Haniel, los Kloeckner" , todos go-

zaron de la financiación del plan Marshali para resurgir'

"Los banqueros Abs y Pferdmenges, que habían finan-

ciado )os planos cle Hider, regresaron a ser símbolo de

poderío económico; a la cabeza del conjunto I ' G' Far-'ben,

regresarort los Ter Meer,los Menn' los Haberland-

Winnecker, los Ambros,los F¡ usr, que fueran procesa-

dos por contplicidad en el programa de deportación y

extirminio áe los internados de Auschwitz' Hasta el

doctor Petersen, el hombre que había abastecido Los

canTpos de extern'tinio de gas tóxico Zvklon B, elemen-

rc eienci.tl <le las cámaras de gas, regresó a su puesrc de

director en la Degussa de Frankfurt.'7

El lema Deutschland uber alles-'Alemania sobre to-

dos"- se modificó en "Alemania sobre todo"' Nadie fue

investigaclo, ios archivos fueron olvidados, los ex nazjs

,e .n.ont.aban por doquier; el presidente de Interpol en

el decenio siguiente a la captura de Eichmann, época en

que Ia caza a los nazi se intensificó' fue Paul Dickopf' nú-

m".o de matrícula n72Sg como Unfe¡snrmbandftjh-

rerSS y Abw ehrofficier,oficial del Servicio de Inteligen-

cia de Canar is. Simon Wiesenthal 1o acusó, en r975, de

530

l . r ¡ rberse siempre rehusado, desde asumir su cargo enr968, a ayudar a ia autor idad judic ia l a lemana a perse-g:r'r ir a los criminales nazis. También denunció que en lalnterpol operaban otras SS.

Si 1a mayoría quedó en Europa, por cierto, una mino-ría fue a establecerse en Sud América. Ya el zl de julio de1949 un pedido de informes fue presentado en 1a Cáma-ra de Diputados argent ina. Se pedía, como resul ta en elDiario de Sesiones, aclarar e informar respecto al ingre-so y posesiones de carta de ciudadanía de decenas deciudadanos alemanes que se desempeñan en las institu-e iones argenl inas. t¿mbien se puecie l .eer "Si desentpe-ñan alguna {unción dentro de las instituciones armadas,el ex coronel aviador alentán Hans U\rich Rudel, OttoSkorzeny, general de la guardia de asalto de Alemania,que rescatara a Mussolini de su prisión, ingeniero WillyKurt Tank, especialista en aviación y el general AdolfGalland".

Efect ivamente Rudel, e l as de los S¿ulas, t ras 2S3omisiones en el frente ruso y Soo tanques soviéticos des-truidos, había l legado en r948, bajo el nombre de Emi-l io Mayer y contratado por IAME, Industrias Aeronáu-ticas y Mecánicas del Estado, su primer dornicil io fue en\¿il la Carlos Paz, cerca de la ciudad de Córdoba, el 9 denoviembre de r948 pidió un registro de conductor bajosu alias. Só1o el z5 de junio de r95r tramitó en ia policíacordobesa una cédula de ident idad con su verdaderonombre. Esta formalidad fue hecha con la mayor natu-ralidad por las autoridades argentinas, en la solicitud fuetachado el nombre anterior y agregado es y su nombreverdadero. De esta manera se podía leer Emilio Mayeres luan Ulrico Rudel.

Poco después con sus nuevos documentos regresó aAlemania; el periódico de Buenos Aires l¿ ly'ación, el rS

53r

Page 273: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

de abr i l de i952, c i taba un telegrama de ia Asociated

P¡ess, fechado Kassel iz de abril "el ex coronel Hans [J]'

rich Rudel, antigito as de la avjación alemana participó

clandesdnamente en una reunión de ex pilotos de Ia es-

cuadrilla Immelmann, anuncia el diario Die Welt, [J]'

rich Rudel se encuentra refugiado en Ia Argentína don-

de es conseiero técnico de una fábrica de aviones, a pesar

de que se }e negó Ia entada a Alemania occidental el ex

corone] de Ia Luftwaffe había logrado reunirse con sus

ex camaradas en la pequeña ciudad de Ziegen (Hesse)".

A los pocos meses, el zt de noviembre, el diario Nacht

E.xpre-ss informa que en una reunión clandestina de neo-

nazis en Berlín, Rudel había sido proclamado Füh¡e¡.

Las autoridades aliadas tomaron medidas y arresta-

ron a casi todos los que part ic iparon en esa reunión se-

creta, sin embargo Rudel regresó a la Argentina. Y a las

dos semanas envió un telegrama de adhesión a otra reu-

nión nazi, según consta en un despacho que distribuyó

la Associated Press y publicado por el diario El País de

Montevideo el r5 de cliciembre de r95z'"En Lubeck se realizó ayer una reunión neofascista

con Ia asístencia de líderes, más de dos mil simpatiz.ln-

tes de los movimientos de extrema derecha Eloque Ale-

mán, Derecha Nacional y Partido del Reich Alemín, Ile-

gados de rcdas )as regiones de Alemania occidental,

asistieron esta noche en Lubeck a una de las más impor-

tantes reuniones neo{ascistas mantenidas en Alemania

desde ry45, entre la asistencia se destacaban numerosos

ex dirigentes nazis y ex oficiales de Ia Wehrmatch, el co-

ronel Rudel ex as de la Luftwaf{e y personalidades del

ex partido naci onals o cialjsta. "

Tras la caída de Perón en setiembre de r955 una comi-

sión investigadora da cuenta de ciertos documentos ha-

i lados en la casa que el p i loto tenía en laqrovincia de

)-)¿

r¡r¡qttffiilffil{ti:ii,

Córdoba, que no dejan duda acerc¿ de su c,rn, l i r r , r r r l r 'mil itante "Una carta firmada por e) Adolf I l i t l t 'r ( it rt¡,pe, fechada en Berlín en julio de ry5r, djce en ¿¡rro rft'su"párrafos: En todo caso usted debe saber que la juventrtt lalemana está con usted y 1o espera. ¿Qué hacen nuesr¡o.sotros héroes en la Argentina, el coronel Werner Baunt-bach y el general mavor Adolf Galland? ¿Es cierro queBaumbach ha cambiado de opinión? Si tiene usted opor-tunidad de encontrarse con el presidente Perón y su lin-da esposa, exprésele la admiración que por él sientennuestros jóvenes".

Esta carta es relevante también porque cert i f ica 1apresencia en Argentina del Obe¡stleutnant WernerBrumbach, el más grande y condecorado piloto de bom-barderos de la lufru'a f{e y ex comandante de| Kampf-geschrvader zoo.

Otra correspondencia de ju l io de r955 también hacernención al levantamiento antiperonista del mes ante-rior 'Sus am igos de aquí 1o l'el.?n _r'.? a usted al frente deun ejército |uchando por el señor Perón a cargo de Iatviación argentina".

Enrre los documentos hallados, interesante es una c¡r-r¡ de Oswald Mosley, el jefe del fascismo inglés, que ha-búa enviado a Perón el z de mayo de 1955, donde se puedeleer textualmente "Su excelencia. Tengo el honor de diri-!:lrme a usted con relación a mi amigo el coronel H.U. Ru-,lt'\, para pedirle tenga usted nuevamente la amabilidad detnviarlo a Europa tan pronto como ello sea posible. Varios,le nosotros tenemos la impresión de que su preseno) e¡Iiuropa, es del mayor valor para el mantenimiento de la

I¡osición de Alemania y de toda Europa frente a los peli-!:ros que actualmertte nos enfrentan. Se pttede siempreconfrar en é1, para sostener con habilidad y vigor los ver-,l.tderos valores de Ia civilización, asisrido tan srandemen-

)1J

Page 274: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

rc por la obra propia de V.E' Mis saludos a V'E' con mi re-

nárrdo agraáecimiento por su an'¡able recepción a¡ando

esruve en 1.r Argenrin.r'.sEsta carta tiene valor documental ai informar que Pe-

rón mismo había enviado a Rudei a Europa y además'

precisa en la Argentina la presencia clandestina del jefe

de los nazis ingleses.En la Argeniina la vena literaria del coronel empezó

tras su l legida, publ icó, entre 1949 y t953'c inco obras

editadas Jn alemán por ia editorial Dürer, fundada por

Ludrvig Freude.Omá detalle interesante de la estadía en Argentina de

Rudel es que pasaba sus vacacionesen San Carlos de Bari-

loche, figura en el anuario de r95r del Club Andino Bari-

loche como socio y consta también, que el 18 de agosto de

1950 participó en una cf,rrera de Slalomciasificando en el

,i"" l.tgt., si bien le faltaba la pierna derecha''

Ruáelvolvió alaArgentina en mayo dery74al regre-

sar Perón al poder y fue recibido entonces con honores

en Ia casa degobierno por el mismo presidente'

De Otto Skorzeny se sabe algo más' A mediados de

ry53 "Llegan informes de Buenos Aires que e} general

ííJtt""itt^ sido encargado por el presidente de la Re-

pitblica para que reorganice las-fuerzas de choque justi-'cialist^i, tomando cimo base las que tenía en acción Ia

entidad nacionalista Alianza Libertadora N acionalista'

Naru¡aJmen rc que Skorzeny agrupará a )os agentes na.-

zis que han vivido tranquilamente y que tueran tan utl-

les in el sewicio de esPionaje"'')

Se sabe que el z7 de ju l io de 1948, cansado como

cuenta en sus l ibros de la pregunta obsesiva que sus in-

terrogadores 1e hicieron, "¿One truck minder?" (¿dón-

)J ' f

de l1evó a Hi t ler , dónde io ocul tó?) Sc l t . r l , r . r I r r r ' r , l , ' , I ' i

campo de concentración y al día s iguientt l l . r l , r , r l l , ' ' ' ,1,

,

a Berchtesgaden, en donde, más de tres at tos.rr) l ( " , , , r

había entregado. Allí transcurrió el invierno. IJn los ¡ , r r

meros meses de ry49 se encuentra en Munich y I ) ( ) . ( )

después aparece en Buenos Aires.El ex Sru¡mbannli iñ¡e¡SS y jefe de los comandos de

Oranienburg, si bien todavía buscado por crímenes de

guerra por 1os gobiernos checoslovaco y danés, en Ar-

gent ina pudo organizar sus sucesivas operaciones. 'Zas

financiaciones llegaron de A\emania, fue Krupp. e} in-

dustrial más grande de Hitler a enviarlos, otros llegtron

nmbién por parte de su suegro, que bajo el nazismo tue

el presidente del Reichsbank, el Banco Cenrral de Ale-

niania.'\oEn la pr imavera de r95o consigue el pasaporte Nan-

,en reseivado para apólides y se establece oficialmenteen Madrid, donde actúa como hombre de negocios has-

te su muelte.En r95z concluyó, entre Alemania y España, uno de

los más grandes contratos comerciales de posguerra co-

mo representante de las Industrias Krupp. También fue

responsable financiero del Círculo de los Amigos, uno

de los principales grupos nazi de Posguerra."skorzeny fue enrolado como consejero del minis-

terio del interior del dictador español Francisco Franco,logrando ser una de las mentes de la tÍistemente célebre'Brigada político-social'. Contemporáneamenrc hizo

cursos de especíalización sobre técnicas de guerrilla, de

asesinatos y raptos."La actividad y las capacidades de Skorzeny, en este

punto, eran conocidas a nivel mundial. Después de ha-

ber organizado una legión extranjera que combatió al Ia-

do de las tropas LISA en }a guerra de Corea, el ex nazi

535

,,"uu¡r¡lu,ti i ,tt, i i lr l l l l l l l i i i i l l l i l

Page 275: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

. r , ' i r , r i r . t i r i f f r r l t . i l , , i l , l f , r , , t . r t l , l t i , l l i r l ,n,

fundó la líg.t ¡nticonrunisra de los Pueblos Asiáticos.junto al criminal dc guerra japonés Ryochí Sasacarva -yla liga antico¡rrunrsra mundíal (Wacl) y despues ¿dem¡.'-,se ocupó de intplan¿ar eficientes servicios secretos paral.t C h i n a na cionali st a.

"A1 {in adiestró a aquel}os qLle serían los pritneros

soldadcts en ser parte de los'boina t 'erde',. l.ts rropas es-peci.t les de los narines que combatieron en Vietnam.Habiendo acumttlado así tantos méritos y erperienci.rsSkorzeny fue premiado con la nómina a jefe de las ope-raciones especia-les de la CIA.

"Fuerte por la posición adquirida el nazi hizo reclu-tar para los Servicios Secretos de ttnos países sudanteri-canos decenas de ex SS. Fueron así creados los pritnerosnúcleos de aquellos que serán años después t¡iscemen-te fantosos como 'escuadrones de la muerte'.'\'

Si b ien todos los invest igadores v agencias le atr ibu-yen el rol de ¡esidenre de ODESSA en l,r penínsu1a Ibé-r ica, var ias veces viajó a Buenos Aires. En sus l ibros, é ldeclara que viajaba mucho por negocios, Adol f Eich-mann da testimonio de su presencia en la Argentina du-rante su interrogatorio en Jerusalén. Confesó que que-riendo escribir sus memorias, Skorzeny Ie presentó enBuenos Ai¡es a Wilhelm Sassen, periodista y ex oficialdelas Waffen SS, quien registró el testimonio del crimi-nal de guerra y luego redactó las memorias que ei pro-pio Eichmann corrigió en ios márgenes, sin saber queesto 1o haría condenar a muerte.

Otro nombrado en ei pedido de inibrme presentadoen la cámara de diputados de Argentina es el mayor ge-nerai Adoi f Gal land, as de la batal la de Inglaterra y co-mandante de Ia escuadril la Richthofen con sus Mes-

536

'.+*¡**

serschmidtt to9 E, tras su centésimo avión derrib¡do fueelevado por Hitler a General der /agdfliege¡ en su libroautobiográfico cuenta sus anteced.ent*, bái.os, de cómofue comandante de los cazas a chorro en los últ imos me_ses.de guerra v de cómo desde la Cancil lería le fue orde_nado trasladarse a praga para inrervenir desde al l í en lalucha por Berlín, ofreciéndoie protección aérea.

Los detalles son muy inreresantes, el ro de febrero der945 forma e\ Jagdverband 41,un ala de combare ope_rada exclusivamente por Messerschmidt Me z6z$ uni_dad que es t rasladada ei 3r de marzo a Munich_ Riem.Inicialmen_te tenía z5 apararos y 5o pilotos, la crema deI t Lu{twaffe. Un mes después, ," .g."grrorr' al J 44 tod,osit¡s Me z6zsobrevivientes, except;los pertenecientes all l l iJG 7y quedando conformada por casi cien jers, los' ¡ue se transfirieron a Salzburg_Maxglam, dondá opera_r , rrr hasta la caída de Berlín, serindie-ron el 3 de mayo de'r+s

L.l hecho importante es que Galland, el día z9 de abril, , . ¡b ió la orden expresa desde el Führerbunke¡de cu_r,rf con todos sus cazas Me zízBerlinyel Nordraum,, I i 'spacio aéreo hacia Dinamarca, orden emit ida des_1,,r , 's del casamiento de Hit ier y de sus dos despedidas.

I n su l ibro cuenra que él i legó a Argentina para su-' r \ rs¡r las pruebas de ios cazas'argentinos lon turbina,l, I r .;crie Pulqui. Habla también de perón y de su visi_, , \ Ie rrania.en 194o y del aprecio que él ienía por lasr, , ¡ ' , ¡5 ¡rmadas alemanas, especi f icando que . ,su

res_" , ' , 1,,,r el soldado alemán lo ha conservaáo tambiént I t , l t ' t totá y después del colapso".t,

>.5/

Page 276: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Perón, s in dominar la escena social y pol í t ica que si

maneiaba su muier, se había lanzado, a imitación de los

aliados, a ia caza de cerebros, reuniendo técnicos y cien-

tíf icos.De los primeros, hablaré sobre Kurt Tank.

Este había sido alumno de Albert Einstein en la Uni-

versidad de Beriín, ingeniero, proyectista de aviones en

la Focke^Wulf Werke de Bremen, se había l levado de

Europa proyectos exper imentaies de cazareactores'

Apareció en la Argentina a fines dery47 con el nombre

Pedro Jorge Matties y empezó a traba,ar en IAME unién-

dose al proyecto del Pulqui I o mejor, en verdad el Mes-

serschmidtt P ttot.Perlnno sabía que ya desde julio de

r944 exist ía un protot ipo del mismo y que fue encon-

trado íntegro en Tirol por las tropas norteame¡icanas.

quienes se lo l levaro¡l y comenzaron a trabajar mejorán-

áolo hasta estrenar el zo de junio de rg5l, el primer ul-

trasónico Bell X5.Al enterarse de que desde el año 1948

el proyecto original ya habia sido mejorado, fue aban-

donado para comenzar a fabricar el Pulqui II

Kurt Tank tres años después, al igual que Rudel, vol-

vió a tomar su nombre verdadero con una simple for-

malidad y el 8 de febrero de r95r, públicamente lo usó

durante una ceremonia realizada en el aeroparque de

Buenos Aires, efectuando la presentación en sociedad

delPulqui II.El avión era simplemente la ejecución del proyecto

alemán del FockeWulfTA-8j, fueron fabricados unos

pocos, en su testeo murió ei 9 de octubre de t95z Peter

Behrens, considerado uno de los mejores pi lotos de

prueba dela Luftwaffey exintegrante del Kampfgesch-

wader zoo.El proyecto de Perón de levantaruna industria aeronáu-

tica argentina competitiva fracasó siendo el' Pulqui II casi

538

ri! 1iilrrrrililrtllilrilrrilitrilililillllllllllllitilriitriiltlllllllllilllltllillllllltitlllliili|||iri

i, ' i i¡¡lriiiiiillilll¡iliitt¡ ¡ i¡ i i i

'

I

idénrico al Mtgl5que apareció vol¡ndo en los t rt,1, ,,, , 1,. ( orea, paralelamente a la presentación argenr in.r t l t ' l i l r lTrrr1L Ambos derivaban c1e1 mismo proyecto alemín. .)()r() (luelos rusos se pusieron a trabajar inmediatamente despuesde haber enconüado el proyecto madre.

Otros proyectos como el del diseñador Reimar Ilor-ten, el H-9 y H-rc, también fueron abandonados por-que igual que los anteriores, va se encontraban en ma-nos al iadas.

Otro ejemplo que remarca el facil ismo de Perón se darelatando la histor ia de un cientí f ico, e l f ís ico RonaldRichter. L legó a la Argent ina el 16 de agosro de 1948 ainstancias del ingeniero KurtTank. Perón, al igual quecon el ingeniero aeronáutico, se dejó convencer rápida-mente por el profesor sobre proyecros faraónicos, degrandeur argentina.

Ya estaba convencido de lograr ia supremacía en cam-po aéreo y no podía perderse la oportunidad en el campoatómico, tanto que el z4 de maÍzo de r95r el mandata-rio, convocada la prensa y frente a un auditorio estupe-facto, declar aba "Estados tJnidos desarrolló la bombaetómica bajo ]a presión de Ia necesidad" 7t conrinuó ' du -rante ese período la Argentina se dedicó intensamentea establecer si valía Ia pena copiar la fisión nuclear" si-guiendo "los técnicos argentinos trabajaron sobre las ba-ses de ]as reacciones termonucleares que son idénticas.t aquellas por medio de las cuales se libera energía ató-mica del sol"y terminaba diciendo "es¡e objetivo, casiinalcanzable fue logrado". Especificando que se habíalogrado el éxito "en la planta piloto de energía atómicat'n Ia ísla Huemul de San Carlos de Bariloche".

El periódico Noricias Gráficas del mismo día tituló

-s39

Page 277: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

¡ ¡ ¡u,tliliiltiilliiiiilllilliJlliltilril¡i,r;i,.,

"Provocó sensación ej anuncio de que el país t iene Ia

atómica". Al día siguiente Meridiano rituló "Argentina

posee ci secreto atómico". Estos perentor ios ¡nuncios

se fundamentaban exclusivamente en las palabras de

Richter.Ya el día del anuncio hecho por Perón, Richter recibió a

los periodistas, quienes no pudieron sacarle explicaciones

racionales sobre su rrabajo. Cuando le preguntaron con qué

elemento trabajaba, é1 contestó "Usrcd se sorprendería

mucho si supiera cuál es".Y respecto a cómo se consegula

1a temperatura necesaria para iograr la fisión.nuclear' muy

concisamente contestó, "ahí esú el secreto"'

Lo único que se pudo saber es que se iograba una reac-

ción en cadena a altísima temperatura en un reactor que

él l lanraba rcrmotóny que ei n-raterial que soportaba la

reacción no era ni Uranio ni Plutonio y que se había des-

cubierto en la Argentina.Cuatro días deipués, el z8 de marzo en ei Salón Blan-

co de la Casa de Gobierno coimado de público y autori-

dades Perón impondría la Merialia Peronista a 1a Lealtad

y el ministro de Educación otorgaría el Doctorado Ho-

noris Causasde la Universidad de Buenos Aires al sabio

Ronald Richter, el día anterior The New YorkTimespu-

blicaba la noticia, la reacción norteamericana fue de es-

cepticismo mezclado con alarma pues la carrera arma-

méntista con la URSS avanzaba rápidamente y en esos

mismos días los científ icos norteamericanos prepara-

ban, en absoiuto secreto, una pequeña explosión termo-

nuciear en la isla Eniwetok en el Pacífico' que tuvo lugar

el rz de mayo.En el mismo lugar, en setiembre del año siguiente es-

talló la primer bomba H, el físico Enrico Fermi, uno de

los creadores de la bomba A, declaró de inmediato que

io anunciado en Buenos Aires no le parecía posible'

540

El mismo per iódico el re de abr i l , colrrr . r t l r t r r . r r r l r , l , rd icho por Fermi, en un art ículo f i rmado por el pcr iot l i . ;ta Waidemar Kaempfferr hacía sonar la alerta. l )cr l i , r r lcobservar atentamente 1o que estaba ocu¡riendo en el l.rgo andino, porque según algún físico consultado, la fu_sión nuclear controlada es teóricamente posible.

El z5 de abril de r95r Richter había lograáo poderes ex-traordinarios por parte de perón; tenía carta blanca. el pre_sidente-lo había designado como su representante y con elpoder de ejercer su misma autoridad en Bariloche. ¿ll i

".,la isl ira Huemul a diez kilómerros del pueblo, a unos mi_nutos de lancha del cuartel de rropas de montaña se habíalevantado un Cenrro Atómico, si así se puede llamar, enverdad eran dos laboratorios, un galpón, unas pequeñasconsrrucciones de servicios y la vivienda del sabjo.

8nry49 el gobierno decidió instalar alií sus laborato_rios, oficialmente se sabía que en Huemul se iba a cons_truir el motor para un submarino atómico, el gobiernonacional impuso un secreto totai sobre el lugar, las mis_mas instalaciones fueron levantadas en Ia isl ita por unoscentenares de soldados

Allí un día el sabio logró hacer vola¡ la puerra del la_borator io y t ras levantarse del suelo y examinar sus ins_trumenros anunció a los gritos "¡Energía Atómica!".

El periodista Renato Ciruzziescribió en la revista E1LIogar del5 de julio de r95r que "la providencia ha que_rido ayudar a nuestro país, la energía rcrmonuclea, i, unltecho tan real como la seguridad de que será aprovecha_,lt con fines pacíficos"y siguió líricamente fantaseando"se encenderán hornos para obtener minerales. marcha-r.ín /.rs fábricas de electricidad sin turbinas ni calderas yl.t medicina contará con isótopos para luchar contra eI, ,incer, acaso puede pedirse más?".

El pueblo enrusiasta empezó a hablar que ahora ia Ar-

ll

)+r

Page 278: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

gentina era capaz de vencler energía atómica en boteilas

á" ""

f i"" y medio para uso familiar e industrial ' Pero

;; t fr";; dá tg5r los trabajos del profesor Richter resul-

t .brn d"m.r i .do setr t tot e increíbles '--;;á;;;ertó

ia desconfianza de 1a comunidad cien-

t í f icaiocal , f inalmentet laSot losexper imentoSextra-;;;, f"" i";*alizada una comisión investigadora' que

;. . ; ; i ; ; . t t las instalaciones' empezó a indagar ser ia-

*""r" dictaminando la inexistencia de pruebas que

.o.r f l t .n"r . r rhaberselogradoreacciónalguna'Traslan"".f". i¿" Libertadora án octubre de r955' Richter fue

;;t;;;;;;*a rendir cuentas sobre ia llamada por los pe-

riódicos "es¿af¿ atómic¡^ "Ei;;" marzo de r956 fue responsabil izado por haber

incurrido en groseros errores respecto a conocimientos

elementales que no serían excusables en un alumno uni-

versi t ¡ r io en esta m¡ter ia '

Norns

r. Fracassi, Franco, lL QUARTO REICLI' Pág'13'

z. lb id, Pá9.14.3. lb id, Pá9.15.+. Ibid, Pig.17'5. lbid, Pág. t7.6. lb id, Pág. t8 '

7. lbid, Págs. r8lt9''g.

C.-.r"rt, lorge, ODESSA AL SUR'pág' 88' . - ̂ - a' ';.;;;;;;";, sñu.. 'o, rÉcNICA DE UNA TRAICIoN'

- :^ ,Q

u'"ro."rr..rrri, Franco, IL QUART) REICH'pág' z8'

i r . lb id, Pá9.28't t. é"f iJ"¿, Adolf , TH E FIRST AND THE LAST' pig' 8'

XXXIV

P¡s¡ron l ¡s décad¡s hrsta que el 3 de febrero de r<.¡q. ' ,el presidente de la Argentina, C¡rlos Menem, firmó undecreto por el cual se levantó el secreto sobre la docu-mentación de los cr iminales nazis, hasta entonces cla-sif icados. A los treinta días tales documentos fueron dedominio público, pudieron ser consultados en el Archi-vo General de la Nación. Su contenido fue decepcionan-te por ser ya conocido desde años, lo positivo sólo es quese pudo certif icar la l legada de unos criminales n¡zis, ta-les como Waither Kutschmann, Edward Roschmann,

loseph Schwammberger, Ante Pavel ic, ioseph Menge-le, Adolf Eichmann y otros menores.

Contaré ahora sintéticamente de estos dos ú1timos.EI zo de junio de 1949 l legó joseph Mengele, con un

pasaporte de la Cruz Roja Internacional bajo el nombrede Helmuth Gregor Gregor i , usó también otro al iasFr i rz Ficher nero f i re más conocido como "el . ínsel dela muerte", acusado de cornplicidad en el asesinato de20O.OOO personas, tenía a su cargo 20oo muertes, en sumayoría niños y mel l izos que ut i l izaba en sus exper i -mentos. Se había graduado en medicina en la Universi-dad de Franckfurt y en fi losofía en la de Munich, ambasuniversidades le revocaron el título académico.

Era especialista en la que él llamaba "la ciencia de losmellizos", buscaba crear niños de raza aria. Una vez leescucharon decir delante de un horno crematorio deAuschwitz "Acá los judíos entran por la puerta y salenpor la chimenea". Cuenta también Simon Wiesenthal"que en aquel campo un día fue a la barraca de los niños

:)+' )+5

Page 279: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Dara medir .su alrure j r se enojó cuando descubr ió que

;;;;;; ¡" rllo, "r,náentasia'do

pequeños para su edad'

hizo acercar uno a uno a los niños al marco de una puer-

ta clonde había clavosgue nl'rrclb'rn /as 'r/rur'rs p or cada

grLlpo de edad' Si un chico no llegaba a.l clau.o correcto"U"ng"l" hacía un sesto con el látigo y }a pobre c¡i¡ru¡¡

era íestinada a la clámara de gas' Más de mil rtiños ¡sesi-

Á "n

rqu"lla ocasión' Si e¡Jnecesa rio ranbién ntataba' ;; ; ; ;:l ;

" " rc, s ob re t o cl o a -sus p'r cien re s'

-p r e fe ribl e'

'mente uti l izaba jeringas, inyectando ácido fénico' ben'

cina o aire".Más tarde apareció en Ba¡ i loche; Ios hermanos sep-

tuagenar ios Fiancisco v Mario Caló io recuerdan bien'

frl.r-io ,. encontraba. árgo de ia Oficina de lnspección

General de la comuna.t ' *do, en 1949' Mengele fue re-

orob¡doenuneXamenmunicipr l ¡ I intent¡rconseguirir ú."".r. ¿e conducir en esa ciudad' Tuvo que rendir

áo, u".., ante ios funcionarios municipales para lograr

el registro.Fáncisco fue entrevistado, recordó que " todos sabíart

qu" lo, nazis estaban en Bariloche y que se reunían en

un" ,nr^ del barrio Belgrano, 1o que más recuerdo es

cuando sacó el registro y nadie sabía que era é1' Después

t^liai^ ft. "n

lJ, d¡n'íos y mi hermano me diio'Mira a

quién }e di la licencia de conducir""'

En r95r aparece en Buenos Aires trabajando en el la-

bor"toiiá \Ñonder.Allí trabajaba el Doctorlvlariano Ba-

ri irri, qui"n había estudiado en Alemania' hijo de almi-

..n,", i".t i" también un hermano del mismo grado' En

;; ; ; ; " de Bar i loche en el barr io Belgrano' recibió a

fuf ""g"f"

como huésped, allí daba fiestas a las cuales con-

currían los nazis residentes'

T¡mbién Wiesenthal habla de Mengele en el pueblo

andino, cuenta que allí ocur¡ió un misterioso acciden-

544

te a unf, er internada de Auschlv i tz. " ! . . t , , t t , , t t t t I 1,1, , ,tenía entonces cuarenta 1r ocho a¡lo-s, c'.r,¡ tt tt l ,n t.t .ttt.ttt iva y tenía mucho amigos en Bar i loche. Lln. t n,¡ t l t t . t . t te] salón de baile de un hotel e1Ll se encontr() ittt7,¡r.¡ ¡..tan)ente cara a cara con lv,lengele.'t

El encuentro fue silencioso, só1o se miraron a los ojos"unos días después Ia señorita Eldoc no regresó de suexcursión a una montana'1 Todavía en Bariloche recuer-dan cuando su cuerpo fue encontrado sin vida en el ce-rro López en ei año 196o. Nur i r Eldoc fue encontradapor un grupo de auxil io del Club Andino local, del cualformaba parte Vojko Arko, que hoy tiene setenta y seisaños, el día r4 de febrero, dos días después que fuera de-nunciada su desapar ic ión. El anciano en junio de r996recordó que "cuando estábamos buscando a Ia mujerapareció en Ia monnña un alentán desconocido" y re-cuerda también que "esruvo a lojado en el hotel Tunque-lén nadie 1o conocía y se fue rápido de Bariloche".z

El periodista Erich Wiedemann escribió en la revisraDer Spiegel del zz de abril de r985, que Mengele había co-nocido a Nora Adoll alias Nourir Eddab en Barilcche, elrz de febrero a las 9 de la mañana fueron juntos de excu¡-sión al cerro y poco antes del mediodía, Mengele, bajo elnombre de Friu Ficher volvió al hotel anunciando a los gri-tos que Nora había caído de la monraña. Tras salir los guíasai rescate, Mengele desaparece. La policíalocal, rras el ha-llazgo del cuerpo, descubrió en el brazo izquierdo de la víc-tima un número tatuado, y en sus efectos personales unpasaporte israelí, extendido en Tel Aviv, con una observa-ción, la portadora había nabajado en Colonia, Alemania,en una misión oficiai israelí. Mediante el número tatuadose pudo establecer que esruvo internada en 1944 en elcampo de Auschwiu, y que fue esterilizada forzosamen-te por el mismo Mengele.

) l )

Page 280: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Tres meses después de la muerte de Nouri t , Adol fEichmann fue secues¡rado por el Mossad, meses des-pués, en agosto de r96o Mengeie se trasladó ai Par:rguay

También Perón lo conoció, como cuenta el escr i torTomás Eloy Martínez "Cierta mariana en sedembre de

ry7o, Perón me habló con entusiasmo de un especialis-ta en genética. Un día dijo Perón: EI hombre vino a des-pedirse porque un criador de vacas para€l.rayos lo habíacontratado para que le mejorara el ganado. Le iba a pagaruna fortuna. Me mctstró la foto de un establo que rcníapor allí, donde rodas /as vacas parían mellizos". A l:r pre-gunta del escritor de cómo se l lamaba, Irerón le respon-ci ió "Doctor Gregor".

El r5 de ju i io de r95o l lega a Buenos Aires Adol f Eich-mann alias Ricardo Klement también é1 con pasaportede la Cruz Roja Internacional, se desconoce Io que hayahecho durante los cinco años desde el f inal de ia guerra.Tras vivir en Tucumán se mudó a Buenos Aires, ciertoes que también é1 iba a Bariloche. "Una noche de febre-ro de ry56 un agente israelí que operaba desde hacía dosaños en Argentina y conocido solantente por sus inicia-Ies 8.A., entró en un café de San Carlos de Bariloche enRío Negro en la ribera del lago Na,huel Huapi, una re-gión salvaje muy lejana de la capital, casi en la fronterachilena. Mientras B.A. tomaba un té ingresó un grupode alemanes que se sentaron a una mesa. B.A. los obser-vó atentamente y pensó que sin duda se trataba de e-xna-zis. Uno de los hontbres parecía un experto filatélico,mostraba a los antigos unas estan)pillas austrí¡crs )' ha-blaba con competencia. Poco tiempo después B.A. re-gresó a Buenos Aires, donde le pasó bajo los ojos por ca-sualidad un artículo de un oeriódico ísraelí. dedicado a

c¿6

Ado lf Eichmann, el arú culo es taba acont p.t t t.t t 1,, I | |, I r ! | t. tfotografía en la cual B.A. reconoció al i larcti.¡¡ rlt, ,\,.¡ lCarlos de Bariloche. Finalmente existía la pruet,.r L¡rtL.Eichmann estaba vivo en verdad.,'+ El resto es hisrori.rconocida, ei Mossadse encargó de rastrearlo y al f inali_zar ser iembre de 1959 Isser Harel , Menoume,al Sñj¡Beth, lefe de ios Servicios israelíes recibió ia orden delpr imer minisrro David Ben Gurión de l levar lo v ivo omuerro. En mayo de r96o, aprovechando la ocasión delos festejos del r5o " aniyersaiio del primer gobierno quetuvieron los argentinos, fue raptado y l ievJo a Israel enun avión de la El Al. Llegó el zz de mayo a Israel y al díasiguiente Ben Gurión anunció.orr-orrido a ia Knesset,el parlamento israelí que Eichmann se encontraba dete_nido en el país. La not ic ia susci tó un entusiasmo que sedifundió por ei mundo entero, un sólo país expreso sudesrprobrción. la Argent ina.

La Argentina hasta entonces se había rehusado siste_máticamente de extradita¡ a los criminales nazis, el pri_mer rechazo había ocurrido en r95r cuand.o yugoslaviahabía reclamado a pavelic, ei segundo al año siguienrecuando Alemania Occidental pidió a Rudel y en 1959 re_chazó el pedido por Mengele .

El proceso se abrió ei 3r de abril de r96ty alos cuarromeses fue condenado como arquítecto deliolocausto vcorresponsable de la muerte de seis millones de judio_s.El 3r de mayo de 196r fue ajust ic ia<1o, al p ie de la hor-ca gritó: Viva Alemanja! Vjva Argenrina! Viva Austria!,Ay'o me olvidaré!

Conjuntamente con los cr iminaies ingresaron al tosoficiales, hay rastros restimoniales de la iresencia en laArgentina, entre otros nrenores, de los generales Hansiuttner, Wilhelm Mohnke, Johannes VJn Leers, Ludolfvon Alvensleben v Henrich Mülier, ei jefe de la Gesra_

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po, que había salido del bu¡rke¡ de Berlín en compañíadel cuñado de Hitler, el general Herman Fegelein; tam-bién este úl t imo, cuyo cuerpo nunca fue encontrado,habría l legado a ia Argent ina.

JohnTolland, ya en r965 en su i ibro Adol{Hirler,se-gunda parte, escribe en la página S14 que "Los padres deFegelein, por ejemplo, aseguraron a un agente de con-traespionaje norteamericrno que un mensajero habíatraído noticias de su hijo ;r decía que él y Hitler estaban'bien y a salvo en la Argentina"'.

Considero la obra de Toiland la más seria investiga-ción hecha por un historiador de Hitler, cientos de en-trevistas a personajes entonces vivientes hechas por elrutor ¡val¡n su ¡nolrc iones.

Se podría escr ib i r un l ibro sólo referente a los nazisen la Argent ina, pero ya existen dos y relatan detal la-damente decenas de casos, es por el lo que no me ex-t iendo más al respecto. El Centro Simon Wiesenthalcon fecha 20 de enero ry97,por medio de Simon Sa-muels, director para Europa y América Latina y SergioWidder, representante para América Lat ina de la or-ganización, solicitó al cancil ler argentino Guido Di Te-Tla "Dentro del espíritu de los decretos firmados por elpresidente Carlos Menem, en febrero de ry92 acerca dela apertura de los archivos sobre la inmigración nazi ala Argentina una investigación para determinar el roljugado por el propio presidente Perón en Ia promo-ción del ingreso al país de los refugiados nazis". Estepedido fue seguido a la brevedad por la entrega al mi-nistro del Interior argentino, Carios Corach, de un bo-rrador del l ibro Proyecto Testimonio, una investiga-ción que ref le ja la act iv idad nazi en la Argent ina

c¿8

durante ia Segunda Guerra Mundial y la posguerra,permit iendo conocer en detal le 1a conducta de diplo-mát icos, pol í t icos, mi l i tares y funcionar ios argent inosdesde 1a década dei 3o hasta la del 5o, inciusive. El t i -tu lar de 1a cartera pol í t ica di jo que esta recopi lación es"un aporte significativo a la vida políúca. a la hixoriade nuestro país y al esclarecimiento de la posición deArgentina en el mundo durante eJ conllicto bélico".s

La DAIA clasificó más de zo.ooo documentos vincu-lados al movimiento de entrada, sal ida y comunica-ciones de los nazis en la Argent ina. Sobresale en la in-vest igación la host i l idad gubernamentai a l recibir lainmigración judía y evidencia la pol í t ica de brazosabiertos a la l legada de los nazis. Por lo general e l t ra-bajo salomónicamente sólo apunta el dedo, serán losinvest igadores y Ios histor iadores quienes saquen lasconclusiones. La obra en dos tomos, edi tada por la edi-torial Planeta fue presentada oficialmente el 4 de mayode r998 por el t itular de Ia DAIA Rubén Beraja. Su con-tenido confirma en mil paginas cuanto expongo en re-ferencia a la Argentina y los compromisos con el nazis-mo de Perón.

Finalmente las entidades judías empiezan a adoptaruna nueva postura, más crít ica, por medio siglo los dos-cientos cincuenta mil israelitas de Argentina mantuvie-ron la posición bonaria asumida por el embajador Iaa-cov Tsur, quien logró el primer reconocimiento delEstado de Israel por parte de Argentina en ia primer pre-sidencia de Perón.

Que tenían razón en cambiaria lo demuestran las pa-labras de Perón que aparecieron publicadas sólo en fe-brero de rggz en la revista argentina Humor. "En Nü-renberg fue hecho )o que a título personal considerocomo una infamia indigna de los vencedores, nos dimos

54e

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I

I

l l l l l lh i l l l t t t i l l i i t ¡ i t t i t i t i l ¡ ¡r i ¡ i r ¡r i i ¡ ¡ i I r ¡¡¡r , ¡

cuenn entonces, que habrían merecido perder la guerre.

Niirenberg es una enormidad que Ia historia no perdo-

nará nunce. Respecro a los hebreos recuerdo que un ale-

mán llegado a Argentina uas la derrota había abordadoel tema conmigo. ¿Cómo puede pensar, le he dicho, quequiera envolverme en aquel problema después que Hi-tler con s¿¡s cjen millones de alemanes no {ue capaz deresolverlo? ¿Qué puedo hacer yo con quince o veinte

millones de ar€lenrinos? si los judíos viven acá no pode'

mos ni matarlos ni echarlos, no queda ota solución que

hacerlos trabajar en Ia comunidad."

Como escribió Bertolt Brecht "Yusredes, aprendanque necesitan veÍ v no mirar el aire. Senecesjr.¡ ¡coon¡¡y no hablar. ¡Este monstruo estuvo una vez por gober-

nar el mundo! Los pueblos se apagaron peÍo ahora nocantemos victoria demasiado pronto: Ia entraña de don-de nació es todavía fecunda".

Resulta extraño que después de que ei gobierno argen-tino. tras las solicitudes del Cenrro Simon Wiesenthal, de-cidiera abrir públicamente sus archivos sob¡e los nazis, ei17 demarzo de r99z fuera volado con un furgón bomba eiedificio de la embaiada israelí en Buenos Aires.

Este hecho fue seguido por otro atentado en julio de1994, con la misma modalidad, luego de organizar la co-lectividad judía en setiembre de r993 un Congreso so-bre el Nazismo en Argentina, ia sede de la AMIA, Aso-ciación Mutual Israelí Argentina, fue destruida enambos casos la totalidad del edificio se derrumbó, de-jando un saldo de más de cien muertos y el triple mal-her idos.

Hay que recordar que no hay nada nuevo bajo el solya que a f ines de dic iembre de t965, Klaus Eichmann

550

, ,,nf'esó ai semana¡io aiemán euickque, de acuerdo con, i ¡efe de la juventud peronisra r .g.ni inr . había proyec-r rrlo varios planes plra que su padre Adolf fuera l ibera_, io por Israel , un plan contemplaba la voladura del edi_irc io de la embajada en Buenos Aires. El joven Klausse ñaló a la revista que "Los planes no se materializaronporque un ex oficial de /as SS hjtlerianas, amigo de nipadre nos pidió que fuésemos razonables".y poco más.rdelante de su enrrevista agrega "Mi madre y mi herma_no se fueron a vivir a una casa que puso a disposición unrmlgo nuestro, antiguo olicial de 1as SS'l Ahora cono_ciendo la ident idad de quien vendiera la pistola doradacon el nombre de su propietar io grabado en el la, no ca-be duda de que ese anciano oficial que aconsejó a KlausEichmann fue el Obergru ppenfiihrerJurrner.

Podría ser que la idea de la voladura fuera reromadapor otros y por oscuras mot ivaciones; en los úl t imosseis años hubo l8 hechos dei icr ivos ant i judíos, entreatentados y profanaciones de tumbas de cementer iosdenunciados en la Argentina, de acr-rerdo con los darosque posee la revista Nuey¿ Síon y otros casos menorespublicados por distintos diarios.6 En la casi toraiid.ad losa-tentados fueron organizados por policías y miembrosde un grupo neonazi Iocal.

A pedido del American Jewish Comite con sede enU.S.A. en 1994 fue realizada una minuciosa encuesra re-lativa a la discriminación en la Argenrina, el informe de laencuestadora Catemberg fue urilizado como material ofi-cial, sus conclusiones proyectadas son preocupanres: uncua¡enra y siete por ciento de los habitanres de la Argen_tina cree que los judíos no son parte del pueblo argenrino-casualmente es el mrsmo porcentaje de los votantes pe-ronistas- un quince por ciento manifiesta hosti l idad ha-cia los judíos -un porcentaje doble superior de lo releva-

55r

Page 283: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

do en Alemania donde operan partidos neonazis-. Segun

el reporte anual de antisemitismo en el mundo elaborado

en r996 por el Institute of Jewish Polic¡r Research de Lon-

dres, la Argentina fig:ra en ei primer y deshonroso lugar

entre aquellos países en los cuales se ha regisrrado un au-

mento de manifesraciones antisemitas.Los atentados de la embaiad.r y de la AMIA, los úni-

cos efectuados por medios explosivos en la Argentina,

no fueron reivindicados hasta el momento. El de la em-

bajada fue por la voladura de un furgón replero de nitra-

to de amonio embebido en gas oil y el de la AMIA, por

la explosión de un volquete de escombro que recubría

una carg¡ de explosirtos de cantera, t ipo np-rap. Des-

pués de años sin la menor pista, v tras denuncias de los

medios argent inos, en el caso de ia AMiA, el juez fede-

ral Juan José Galeano detuvo a cuatro pol icías, entre

elios un comisario, y enjuició a diez más. En ei caso del

atentado a la embajada israelí aparecieron grabaciones

del comando Radioeléctrico de la Policía Federal, en las

que, minutos antes de la explosión, fue alejado el patru-

l iero que estaba estacionado al frente de la misma diri-

giéndose a la cercana Cancillería argentina, argumentan-

do inexistentes disturbios callejeros.También se indica como comPrometidos en los pasi-

l los de los Tribunales a los Servicios Secretos argentinos

y a "los carapintadas", grupo de la extrema derecha gol-

pista, protagonista de un levantamiento en r99o. De-

trás de ellos, en los ambientes de inteligencia, se sospe-

cha la mano de un admirador de Alfred Rosemberg, e1

teórico dei antisemitisrno: Ahmad Vahiti, comandante

iraní de la fuerza Qods, una suerte cie Legión Extranje-

ra Dara actividades extraterritoriales.

I r¡s una manifestación multitudinaria v ciamoros.r, i r ' r rurdr por la comunidad jucl ía el rg de ju l io de r997, ¡r l iuenos Aires, presente el ministro del Interior, el pe-r , r r ' ¡ ¡5¡¿ Car los Corach, como bien lo def in iera el per io_, Ir.;ta Miguel Wiñazki, "momificado testigo de la indig-t¡ tc ión públ ica", la just ic ia todavía no l lega y el horrórI r i ) cesa, pero la presión de la opinión públ ica es nayorr l rLC nüDCd. El escr i tor argent ino, Marcos Aguinis, co-nrentó ese día "La reacción del viernes tg revela que elt tt'n)po no juega va a favor del olv,ido, los iueces de la Stt_t' r L,ma Corte, por ejemplo, que imaginaron lo contrario'., 'ntándose sobre los expedienrcs de la embajada hasta,/rlf .se enfríe la memoria y se pueda cerrar el caso, fue_tr t11 j¡o¿nsss. Pensaron a la Argentina de otros años. LaI rgenfrha actual en vez ha madurado con el dolor y exis_

tt'n.rrüJ€stfás de mayor conciencia cívica. La poca volun_t ttl en esclarecer estos atentados 6y or¡as causas de irri_t.rnte impunidad| es una conducta que }a genrc registra\ , )r) creciente indignación.'7

I : l fundador del movimienro judío por los derechoslrLrmanos y colaborador de Memori¡ Act iva, la asocia-, r , ,n de las vícr imas de los arenrados, Herman Schi l ler ,

' l.r pregunta "¿por qué cree que el poder político no¡ , r o fundiza las investigaciones y da una respuesta a lost t t'¡ttados?", contesta "EI escrítor Juan Gelman dijo que¡ la SIDE investigara se encontraría consigo rnismo".

I rr periodisra agregó "',Aúazj no inv-estiga a nazi ¡. tropat¡( ) persigue a tropa'. Sjse¡¡vesn'ga ra a fondo sería la caí_' it del gobierno. Me limito , unr""*pr"rión d.e Beraja ha-' ( Lln año en mi programa de Radio Jai, cuando una',vente le preguntó si creía que el presidente Menent te_

' t tt alguna participación en los atentados; ante esa duda

l)craja contestó 'Hasta donde yo sé, no'. IJno de los di-n.:lentes judíos más cautelosos no se animó a desn-ten_

552 553

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t ir rotttn<lam e¡lre e-se posibil idad"'s Schil ier no colncl-

¿".á" f " t

c l i r igentes c le la DAIA' Beraia v Hanssman de

i. iü rÁ, r.t d"efine shtacllan,un:r paiabra h.ebraic'r que

.* podrí . r r ¡ducir como " i t rd io cortes¡no "

Efect- iva-

-ur,r. a mí también me parecen demasi¡do dipiomáti-

cos, más claras, en oportunidad de este trágtco anlver-

; ; ; ; ; , ; ; t ; ; . ron en ios Estados unidos las lapidar ias

p,rt"Urrt cle EIie Wiesei, sobreviviente del holocausto y

i 'r"r.rio Nobel de Literatura, quien en un acto público'

presente todos los sectores dt la tomunidad judía detÑ";;;;ürtit.¿o

f¡ente ai consulado argentino' afir-

*ó .on voz indignada que "el pre sidente.Menem no se-

rá considerado ttn an'ti-9o cle lás seis millones de judíos

americanos en tanto -los ' lsesinos no se encuentren y

,"rn i l"t.t¿os ¡nte /e justicia"'Wiesel dijo también que

en ocasión de su vis i ta a la Argent ina' e i propio Menem

i. f,.Uln rsegurado que él conocía la identidad de 1os cri-

n-rinales p.á .to tenía las pruebas su.ficientes pa¡a arres-

;.t-i;t, por lo q.t" el Nobel, con lógica' declaró "esro es'rJ'^

A'rt' n o un encubrimiento' si las autoridades jttdi-

c ia]essabenquienesson]osasesjnos,¿porquéesún] i .i r " r¿".Cabe señalar qt le en l r época de los atentados'

.o.r.. i.ro. en el periódlco argentino' L¡ N¿ción' los re-

."".¿ti.t l" l a. ¡ot"pf' Goebbels y Rudolph lJess; el mi-

nistro de Justicia entonces, era ei peronista.Rodolfo Ba-

;;: ' ;"t;;;o bri l ló por dirigir las investigaciones' al

.olattt io lució en la tapa de la revista lúoticias en una

ioto 1,-rv"nil haciendo el saludo nazi al participar en una

reunión de ultraderecha'

Ouo funcionario peronista' el viceministro del inte-

rior Vicente M.rrot, fue noticia en diciembre de r993 al

Doner en duda en una entrevista el número de iudíos

ffi;;;;;;;i s oJo.,""o' " s e i s mit t o n e s e s exa ge r ado'

más biert habría que hablar de unos 3oo mil" '

, \ lgunos nreses ¡ntes. e l r3 de febrero de rq9 j . e i mi-rr istro de Asuntos internos de la Canci l ler ía, Car los In-r,e nito, exigió .r un rabino que se quitara el krpáen su. ofi-

' rna.9 Por supuesto estos funcionar ios dimit ieron oIrrc.ron suspendidos por orden del presidente Menem,,Lr molestia por estos brotes nazis en su administración, s obvia, quer iendo borrar la imagen que ref le ja el or i -rlcn de su partido, t iene que conocerlo, runque por cier-r , r desconoce la histor ia del nazismo. En ju l io de ry97,, ( )mo ci ta james Nelson, anal ista pol í t ico v ex director, lc l Buenos Aires Herald, e l presidente peronista parr, le.scal i f icar a sus adversar ios po1ít icos y mediát icos de, {- 'ntro izquierda los l lamó "discípu}os del trisrementetL'cordado Joseph Goebbels, díputado v periodista de losr r.rzis "(Sic). 'o

'.1 () fAS

r. Dia¡ io LA MAÑANA DEL SUR,7 de jLr l io dc r996.:. Wiesenth.r l , Sirnon, G¿¡ASSASSINISONO TRA NOI,

1, . rs. r56.

3. Diario LA N'lAÑANÁ DEL SUR, 13 de junio de r996.

4. Bauer, Eddy, STORIA DELLO SPIONAGGIO,pág.82.

5. Diario LA MAÑANA DEL SUR,zr de enero de g97.6. Revista LA MAGA,Número r89.

t. NOTICIAS. z6 de jul io de ry97, pág. 06.S. Revista LA It lAGA. op. cir.

e. Ib id.ro. Nof jcias, :6 de jul io de ry97, prg. zr.

554555

Page 285: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Hablé ya mucho del nazismo en la Argentina y de la

presencia de exponentes del mismo. Falta decir algo res-

pecto a Mart in Bormann.Por veintiséis años, tras que el Tribunal Militar Inter-

nacional de Nürenberg, e l 3o de set iembre de t946, io

cleclarara condenado a muerte en ausencia, se había es-

peculaclo su presencia en América del Sur, se dijo que

inic ia lmente residió en Chi le ' después en Argent ina y

por írlt imo en Paragua,v. Famosos cazadore.s de nazis se

pronunciaron: Tadek Friedman enry67 deciaró, ; l un Pe-

iiodirt., (:onocer el lugar exacto donde Bormann se es-

condía en la Argendna. \Simon Wiesenthal dedicó a éi varias páginas de su l i-

bro lo.s asestrlos entre nosotros, cuando 1o escribió en

r966 lo ubicaba entre Chile y Argentina' También el f is-

cal Bauer entonces pensaba lo mismo, procurador gene-

ral del Land de Asila, participaba en los trabajos de la

sección 6 del tribunal de Franckfurt para Ia investiga-

ción de los crímenes nacionalsocialistas' Tenía un expe-

diente de mil foias, el de Wiesenthal lo superaba con

nueve mil y periódicamente subrayaba en conferencias

de prensa que haypistas calienres o que /e capfltra pue'

de ser inminente.Otros dos investigadores que seguían en esos años Ia

pista Bormann publicaron su trabajo, en r965 Lew Besy-

menski pubiicá en Moscú y posteriormente en Berlín

Oeste el libro Sob¡e l as huellas de Martin Bormann, que

fue considerado como tesis oficiosa rusa, según el ex

agente del Servicio de info¡maciones Militar soviética'

556

l lormann había huido de Ber l ín y gracias a los can¡ les de( ) DESSA, t ras esconderse en conventos i ra l i ¡nos. ha_1¡r ía sal ido hacia España v Argent ina. Tanta segur ic lad la.ie.mostraría publicando otro l ibro "verdacl, ', La ntttertetle Adolf Hitle¡. No me c¡be duda que en sus-dos i ibroscl istorsionó y ai i rmó como indiscut ib les, d.atos v ele-ntentos no confiables para lograr rlna senrencia defini_t i r ' ¡ , la que resui tó completamente equivocada en ei ca,.u r le Bornt¡nn, como en el de Hi t ler .

Otro escr i tor , Ladis las Farago, de quien ya se hablóbrevemenre , e\ tg7z, publ icó Aftermath. lv lar t jn Bor_¡nann and the Fourth Reich, da cuenra de las manipula_ciones n¡zis en la Argent ina y de ias andanzas en l ¡ mrs_i , ta del secretar io de Hir ler .

A los pocos dí¡s cle preseiirar su l ibro, a fines d.e ry72,.lesde Alemani.r l lega el anuncio del descubrimiento deliuerpo de Bormann en el s i r io que ocuprba er.r 1945 la!,ehrter Bahnhof, donde ArthurAxmanndeclaro en Nü_rcnberg haber visro el cuerpo rendido de Bormann y del, lcctor Stumpfegger, a quien reconoció por su exLraor_, l in¡r i ¡ ahur¡ .

El descubr imiento fue al parecer casual , cuand.o re_tr¡zaban una cal le: e l lugar del hal lazgo era casi e l r .n is_inc que ei f iscal Bauer había hecho excavar sin éxito er.li r r l io de r965. Entonces había procedido de .rcuerdo conir i fo¡maciones recibidas de cuatro ex emplcaclos c le lar':f icina de correos de la esr¡ción Leltrtc.r.q,,i i"n., habían;epul tado por orden de los rusos, c los . .J¡v"r"s que se¡rLrdrían en aquel punro. Uno de los empleados dio unat lescr ipción que correspondi¡ con l r real izada por Ax-r IJnn.

Efect ivamenrc en rgTz fueron encontrados dos es-( lueletos. uno muy al to y otro bajo, juntos. Las aurorr-, l . rdes alemanas declararon que habían encontrado el

XXXV

557

Page 286: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

cuerpo de Bormann. El doctor Reidar Soggnaes' odon-

;;b;" fo¡ense de la Llniversidad de C'rl i fornia' que e1

mirÁo año había examinado las fotos rusas de ia próte-

sis de Hit ler y las placas de rayos X de- la cabeza y que

con estas ,o i r , "u id.ncias

había cert i f icado atrevida-

mente ia nuerte Hitler, como yl meior expliqué ante-

riormente, solicitó investigar los restos de Bormann'

" Pidió permiso para examinar el cráneo a {in de co-

rroborar la identificación dental' En urt primer monTen-

to la autoriz.tción fue negada 1o que aumentó las sospe-

chas de que el cadáver podía ser un engaño' finalmente

,n "l

v"i^no de ry7' "i D,. Soggnaes pudo examinar los

,lrro, del "squeíeto,

así cotno )a prótesis.dental que ha-

bía sido encontrarlatre-s lne'ses después de que fuera de-

senterrado el cr,inec'. E] Dr' Soggnaes volvió a Califor-

rria p;rra preparar un ¡¡lá1isis fctrense de los datos' En

setilmbie rli t971 presentó ese material en el Congreso

Mundial tle la FedLración Dental Internacional en Lon-

drlrr, "l

uárr"o, concluía, era efeüivantente Bormann''\

Esta autentif icación se diferencia del peritaje a Hitier'

si así se puede llamar comparar unas fotos' el Dr' Sogg-

,-rt"r a".tí. la calavera de Bármann completa de maxila-

res, reiativa oclusión y todos los dientes'

Solamente en ry77 y tras esta certif icación' el mismo

Wiesenthal admitió h¡ber sostenido por error que Bor-

mann se había refugiado en Sudamérica y que conside-

raba la clentadura io-o t"" prueba irreflrtable de Ia

muerte de Bormann el z de mayo de 1945' Pese a este ha-

llazgo, unos investigadores, en los ulteriores veinticin-

.o .áor, hasta hoy, están convencidos de la presencia de

Bormann en el cóno sur de América; como también de

su muerte en el mismo cont inente'

558

En el Congreso sobre e1 Nazisn'ro or-grrn / . r r l , , , r r , ,t iembre de t993 en Buenos Airespor l ¡ D;\ l r \ 1 ¡ , , , ¡ | ,Universidad Torcuato Di Tel la, con el objet ivo r l t , t . . ,1 r rd iar los dossiers abiertos el año anter ior por el gobi t , r r r , ,argentino, no hubo nuevas afirmaciones, 1o más ll.un.rti l 'o fue reafirmar informalmente que Martin Bormannh¡bía v iv ido en la Argent ina.

El porqué de esta conclusión se puede expl icar. EIanálisis forense de los iestos de Bormann ho_v podría serhecho de manera indiscut ib le. Fechar exactamente laedad de Ia dent.rdura, despejrne l ¡s dud¡s de aquel losinvest igrdores como Paul Manning, que dudan, conje-turando que Bormann haya muerto en otro lugar y sus¡estos ¡eenterrados en el luger indicado por Axmannhistór icamente como el de su muerte. a l intentar rom-per el cerco de Ber l ín.

Esta hipótesis fue ref lotaCa el z de ser iembre de r996por John Ains'"vorth Davis, ex oiicial de ia Ro¡'a1 Nav¡presentando c.n Berlín su l iL¡ro Operación Jantes Bonci.El último gran secreto de Ia Segunda Guerra Mundial,señaló que los restos mortales de Bormann enterradosen un principio en Paraguay, en 1959, fueron exhuma-clos tras un acuerdo secreto entre Washington y Asun-ción y t rasladados a Ber l ín.

Quise formarmi propia opinión consuir¿ndo especia-l istas, al igual que con las fotos de lrs próresis de Hitlerr.r-rostré la foto de la calavera de Bormann a peritos foren-ses, odontólgos v dentistas; io que se puede afirmar a sim-¡rle vista, es que la calar, 'era tiene una denradura en muybuen estado, perteneció a un hombre que conservó sus

559

. r , , i iL i l l i

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- . .

dientes, cosa rara, consic ierando que en esos años, s in rn-tibióticos cuaiquier problema equivaldría a un.r extrac-ción. Bormann en los úl t imos días de Ber l ín tenía quecumplir cuarenta v cinco años. ia dentadura de la ceiave-ra por las marcas que dejaron las encías en los dientes yunas muelas f¿ltantes, correspondería a lo sumo a esaedrd y no ,r l.r t ic un hombre de 59 .rños.

Def in i t ivo hubiera s ido el examen de ios ani l los dedent ina, 1¿ sección de un diente da, al igual que la de unárbo1, la cant idad de años de crecimiento.

Los que aún sost ienen la presencia de Bormann enSudamérica en la posguerra, io hacen por una ser ie deindic ios dejados por unos inmigrantes alemanes que separecírn físican-rente a Bo¡mann. Wiesenthal 1o resumemuv bien "Un hombre ntacizo, {ornido con cuello tau-rino y urr¿ c¡¡r impasible, que no tiene nada de especi;tl.ttrto puede encontrJr gente con)o Bonnann en todc¡s Iospueblos i lemanes y austríacos, donde uno de cada cin-cuenta hombres se parcce a Born'tann". Del mismo pa-recer el fiscal Fritz Bauer defini 6 "Born'tann. es el típicoB i erkopf'',bebedor que "tenía una D e utze ndge s ich rc r ",

una cara común "que se puede encontrar en cualquierB raus tub en", cervecería Bávara.

Por esa razón la gente creyó verlo por todas partes ylos investigadores creyeron identif icario, hay una listade casi setenta deteccrones of ic ia les, c incuenta de el lasprovenientes de América del Sur donde se le adjudica-ron distintas actividades, t ipo empresario maderero, in-dustrial con fábrica de heladeras, terrateniente y por úl-t imo hasta como pastor protestante en la forestacolombiana, donde fue demorado un tal Johann Ehr-nrann en ia región de Putumayo en Puerto Asís, sus se-rnej:rnzas con Bormann eran tan sorprendentes que elgobier no colombiano pidió a Alemania la documenta-

56o

ción, inclul ,endo las huel ias digi ta les; e l hombre quenunca había l levado un uni fo¡me nazi ¡esul tó . . . e l i6 "Marrin Bormann demorado para ser investigado en Su_damérica.

.Tr'rve la oportunidad de ver foros atribuidas a Bormann

_\¡ de este no tienen nada, sino que son tipos gorciiros y se_n-ri calvos con apariencra germrna, Comp.iirrdolas conrro,::t,0. época en un programa compurariza do de Morp_nln€ tos puntos de cont¡cto requeridos son insuficientesp¡ra una identif icación, según el .sr.rnd.lrdFBL

Aparte de estos ' indjcios'hav supuestas rnlrerres v re_l , t t i1os enr ierros. Se pueden rum.ir iet .

" r . , . ; ; " ; ; ; ; i ;d lst lcas de Bormann, además de l . i de Ber l ín, en Romaen r9So v sucesivamenre en Sudamérica que l legaríanhasta 1923.

, . Una sola fue por muchos considerada a¡endible, esta

lrrstor ia empezó de manera sensacional , todas las agen-iias de prensa del n-rundo difundie¡on l¡ noticia et) dedicienrbre de 1962, "Nfartin Borntan' ].tabíe nttterto eIt;.de {ebrero de ry59 en Asuncion, capinl tlel ptragu.r1,.l'.1 os despachos dieron hasn el nonrl,r" clel p.tra'gtrivn

'!e origen alemán hacía er cual er e.x sec¡er¡¡io crer I:uJt-:er había rendido el altna r,,aqttello tlej médico que Io ha-lía curado y emitido el iertifrrado para la inhumación.En cuanto al cuerpo se encuentra en el cemenrcrio de Ita,'erca de Asunción.'a

Unos agentes de Servic ios Secretos proceden a ex_humar el cuerpo que resul ta ser el de un indio guara_nr, invest igado quien fuera indicado como el q i re dio' rospi ta l idad refutó de hacer declaraciones. E1 mérl icordmit ió haber curado y sanado a un indiv iduo que su-, r 's ivamente hab¡ía reconocido corno parecido a Mar_

' i r r Bormann.Más de rreinta años después, el z4 de febrero de r993,

;6r

Page 288: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

los diarios paraguayos informaron que se había encon-

trado un documento secreto, en los archivos de la Poli-

cía Polít ica del ex dictador Alfredo Srroessner' que cer-

tif icaba la muerte cle Martin Bormann, estaba fechado

el z4 de agosto de 196r y firnlado por el-jefe de Asuntos

exr"n¡"r'os de 1a póllcia paraguaya, Ped¡o Prokopchuk'

Segín este informe Bormann habría muerto en Asun-

ción á t5 de febrero de r959, y los detalles eran iclénticos

:r los divulgrdos en r962.

Fundar ientalmente, t ras ias muertes de Bormann

hay un denominador común, el scoop periodístico o a

u"."r trn. cuestión de dinero, como también hubo ca-

sos de oportunismo. Un ejemplo de este últ imo fue ei

z, cl" o.i.rbre de 1q6o cuando Ia revista italiana Tempo

publicó que Martin Bormann murió en 1959 no refirién-

ior" . la sepultura paraguaya sino a otra, ubicada en el

."rr-r.r,r"rlo público de San Carlos de Bariloche' donde

se había enctnuado una lápida grabada M'Bormann y

donde se rendía homenaje cubriéndola de flores frescas'

Por supuesto la embajada alemana intentó investigar pe-

ro l¡ tumb¡ en objeto no est¡ba'

Tres meses después Kurt Eichmann en enero de r96t

escr ib ió una cart ; abierta a Bormann' para pedir le de

comparecer deiante de ios jueces de su padre para res-

irrü."rponsabil idad. Anbos casos, muy cercanos a la

."pr"tt áe Eichmann, Parece que tenían como único ob-

ieiivo desviar la atención que podía apuntar a Mengeie

en ese entonces perseguido por los nakam' los venga-

dores israelíes.

En el caso ocurr ido elz4defebrero de r993' en Para-

gua\¡ se encontraba un equipo de la RAl.inr¡estigando a

io, ,tnti, y el paraleio descubrimiento de documentos

-Ao

se puede considerar una buena ocasión para vender co-pias de per iódicos locales con resonancia mundiai .

El caso Farago de veinte años antes es más documen-tado, pero podría ser parecido en su origen. El investi-gador había comprado informaciones que habían sidofalsif icadas en la SIDE e inherenres a varias oficinas gu-bernamentales, desde Policía Federal a minisrerios.

Compró también una supuesra foro del ex Reicñs1ei-rer, el hombre que entregó estos documentos se l lamaJuan losé Velazco y había s ido un agenre de la SIDE. Enab¡il de r992 contó cómo "había engañado a Farago, ven-diéndole documentos falsos. Yo había estado con él dosveces en setiembre y a principios de diciembre de t97zv sabía que estaba interesado en conseguir cosas de Bor-mann. Las hicimos en la SIDE, fue muy fáci| porque te-níamos papel con membrete. Sólo fue cuestión de in-vennr informes y ponerle sellos y códigos para queparecieran autént:icos. Y é) compró todo el material. Enrealidad parecía muy creíble, sobre Ia foto del supuestoBormann en Ia frontera con Chile que el díario británi-co Daíly News que publicó el z7 de noviembre de ry72,V'elazco dijo el de Ia foto es un an'tigo ntío,'el gordo'llo-rlolfo Siri".t

El resultado fue que tras pubiicar ei l ibro también poroportunismo polít ico, regresando Perón al poder en sutercer reelección, se aprovechó para invalidar en bloquetoda su invest igación y pocos, entre el los el invest iga-clor Joge Camarasa, advirrieron que en Aftermathhabiaconsideraciones y hechos muy firmes, aparre de los do,cumentos falsif icados y relativos solamente a Bormann.

Esta polémica obra apuntaba el dedo a los conracrosnazis de Perón y Eva, al oro y capi ta les t ransfer idosmencionando a los l íderes de la colect iv idad alemana,r lu ienes Ios administraron, Ludwig Freude. Heinr ich

561

Page 289: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Dorge, Richard von Leute y Richard Staut y l ; rs peieas

intest in¡rs por el manejo del mismo; z5 años tuvieron

que transcurr i r hasta que las invest igaciones recien-

tes al f in le están dando el crédi to que no tuvieron en-

tonces.Este es un caso de actuación por puro dinero como el

mismo falsario confirmó; otro eiemplo ocurrió en la se-

gunda mitad de la década del 7o' 1o crtenta en uno de sus

Iibros .rotéricos v " Hirle ri stas",Miguel Serrano, emba-

jador de la República de Chile por diecisiete años' Tras

ser emb.riador en India y Yugoslavia lo fue en Austria

desde r964 ¡ 1970.Me entrevisté con él en referencia a su amistad con

H¡nna Reitsch, respecto al pasaporte Bormann me con-

tó que una noticia pubiicada en The Observery referen-

," . lrn. entre'u'ista televisiva hecha en Alemania, el oc-

togenario ex embajador no recuerda exactamente el año,

decía: '5,rrlro n Wiesentha), quien había hecho públicas

declaraciones sob¡e Martit't Bormann asegurando gue se

encontraba en Chile y que un 'diplomático chileno' al

parecer Enrique Bello (que nunca fue diplomático) ha-

bía ofrecido venderle su pasaporte".+

El gobierno chi leno tras estas declaraciones, le dio

instrucci<¡nes de tomar contacto con Wiesenthal, cosa

que hizo el cónsul local. El célebre investigador mostró

,r.r. ..rp"a. ai diplomático donde una nota decía que el

Sr. Beilo, chileno presentándose como diplomático pe-

día mucho dinero a cambio del presunto pasaporte de

Bormann y por ese mot ivo no se había concretado la

ooeración.Treinta años después, los pr imeros días de junio de

r996, apareció en Chi ie un pasaporte como pertene-

ciente a Bormann.Intent¡ron vendérmelo, por pr incipios no compro'

c6,+

como Farago, testimonios de ningún tipo, mantuve eljuego y quise verif icar su aurenticidad, cosa que hice pa-síndolo por ia luz negra de una lámpara de Wood, quees un común aparato para detectar monedas falsif ica-d.rs, entonces apareció lo que se había borrado muybien, un emigrante uruguavo de cara regordita.

Igualmente el que intentó vendérmelo hizo negocio,rutenticó el lz de junio una copia /asercolor en una es-cribanía de Osorno y a los pocos días la notici.r circulópor el mundo, difundida por un comunicado de prensade Stephen Brown de la Reure¡el zo de jr.rnio de 1996.Así nacen falsas noticias de un Bormann prófugo en Su-damérica.

Quiero aclarar que yo no dudo de la seriedad de ro-dos aquellos que estuvieron atrás de las pistas Bormann.'fodos, indistintamente, sacaron sus conclusiones por-(l l le para cualquier analista es evidente en varios grados,desde el más superf ic ia l a l más profundizado, que loshcchos de los años del veinrenio tg3S-tgSS en la Argen-tina hacen parte de un pian homogéneo, con bil lonariasinversiones y un proyecto común y finaliz.rcio.

Para manejar capi ta les y personas en el decenio pos-terior a la finalización de la Segunda Guerra lv{undial erairecesaria una cabeza, un Leader.

No podía ser alguien cualquiera, tenía que ser alguienque lo hizo anter iormente y acostumbrado a poder ynrando. Ei único desaparecido oficial con la caracterís-ticas necesaria o parecidas era Martin Bormann y todos.lpuntaron a él y aún continúan haciéndolo porque notienen alternativa. El que exista un misterio Bormann,L's sobre todo porque fr" .n hombre enigmático y hayrlue considerar que en medio siglo, como se dice "se hi-zo el diablo más feo de Io que es".

Martin Bormann fue la sombra de Hitler, bien se io

-A-: )v)

Page 290: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

podría l lamar Bormann el callado, hablaba prácticamen-

ie sólo con é1, era muv reservado' "Bormann es nás fa-

moso hoy en día que cuando se enconffaba en e} poder'

ofuscadá por l^ personalidad más relevante de Goeb-

be]s, Him'mler o Goering, nuchísimas gente al tiempo

del Tercer Reich no había nunca escuchado hablar de él'

muclros no sabían tampoco qué cara tenía'"5

Despreciaba los honores y deseaba ser unentbehrlich

indispensable como decía él para el Fúhrer' Era muy in-

teligente y había comprendido inmediatamente que el

poJe. p.r.ba a través del control del Partido' Obtuvo su

iir".. i¿n el z9 de mayo de ry41y dos años después lle-

gó a ser el secretario de Hitler'"De aquel erttonces Bormann controló todas las in'

{ormaciones que llegaban al Fuhrer y las presentaba a su

tnaÍ7era, con LÁs personas e¡a 1¿ nlisrna cosa' Hitler tenía

en cuenta solamente sus sugerencias, escuchaba sola-

mente a é1 y no recibía a nadie sino en presencia de Bor-

mann. Los enemigos de Bormann evidentemente fue-

ron legiones y rcdos 1o presentaron como un monstruo

,ie aÁb¡c¡ón. Es posible todavía que él tuviese simple-

mente ttna devoción absoluta por Hider' IJna de sus car'

as enviadaa su esposa tiende a hacerlo creer' En esfa ca¡-

ta fechada el 7 de octubre de ry44, Bormann se dc'c1a¡¡

'Disgustado de la {ealdad, de Ia {alsedad, del escándalo'

de lí nauseabunda adulación, de )a complacencia, de la

incapacidad, de la ambición, de la vanidad, de la idiotez

u di 1^ avidez' de los miembros del círculo de Hitler y

sid¡d de mi,agrega: Ni bien el Führer. no tengr m¿s nece:

io i"trpnr"ceré de Ia escena polít ica' '"6 Estas frases y

muchas otras se encuentran en las ca¡tas de Bormann

escritas a su mujer y fueron publicadas en Londres en

1954, transparentan un hombre que con razón Joseph

W"tf, ni.rotiador judío, l lama la sombra de Hitler, que-

5bb

riendo impiícitamente signific.rr que Bormann erl eI p.r-sivo rlrer ego del Fithrer.

Efecr j r ' ¡mente er¡ e l perfecto secrer.¡r io, en l r expre-sión más completa del término v hasta celoso de su pa-trón. Esta actitud de servicio {ull r ime fue esrirrda porunos histor iadores hasta c¡s i invert i r los roles pero noi'ray ninguna prueba de esto.

Cierto es que las fuerzas armadas y el pueblo alemánr-ro lo tenían como referente. En una carta del Obergntp-pen{uhrerBerger jefe del SSFHA, fechada el z6 c1e se-tiembre de r9,14, se puede leer "Ahora |os soldados y lapttria creen solamente e¡r rres hontbres: .Adol{Hitler,Heinrich Himmler v el Dr. Goebbels".

Un hombre de esas características con un historial detrepador e indiscutida habil idad financiera pero funda-mentalmenre gregario, aunque ambicioso, no teni.r cu¡-l idad de l íder para pro) 'ect¡r y ejecutar p.rra sí mismocuanto t ransparenta y ta l vez sobresale, ¡nal izando elperíodo 193S/195S en ia Argent ina.

Cuando se proyectó y se empezó.1 . : lc tu. l r con el p l . rnAntárt ida Alemana, Bormann era un don nadie, cu¡n-clo Ber l ín cavó, en un noventa v nueve por c iento Bor-mann murió, s in embargo todo siguió desarrol lándo-se progresivamente y rodando hasta cuando murióEvi ta.

El desarrollo del período sucesivo a la derrota alema-na en la Argent ina, desde agosto de t945 hasta el f inalclel año, es sintomático, hay una aceleración increíble enlos eventos para l legar al poder y legalizar su rol por par-te de Evi ta. Es como si hubiese empezado improvisada-mente otra etapa que continuo asta l94Z y que todo fue-se un ordenado prólogo para algo que no ocurrió. Estopresupone un cerebro que da órdenes, pero todos los in-vest igadores de Bormann ubicaron su l legada a Suda-

s67

Page 291: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

mérica mínimo dos años después de acabar 1a guerrr '

j.'1': ""'o:li:i::'j: il;ili5uo,.,do por las ruto-

Mi uno Por c lento o

tid;;;^;;,í i . io1.' t l t-" 'as' quienes.sig'ieron invesu-

gando. El 4 de mavo úe r2os.it f iscalía de Frankfurt se

pronuncio contlrmando i^ it lentif icación de los ¡estos

óseos hal lados en Ber l in ' como. los de Bornlann' f i jan-

do la fecha de sri muerte prrr el z de nrryo de r945, ios

detal lesdelainvest igaciónftreronreportadosporeldia-rio Welta'-r sonntag I t l

"-t"t ' iá pe¡ Spiegel' rela-

tando el estudio geneiico de ADN hecho por el doctor

Wolfgang Eisenmmenger'

El imir 'ada 1a posibi l idad Bormann' e l único desapr-

recido al cual "

p""át t"ibuir el f ir-r y la actuación de

los hechos.rg"r"i"o"n su globrlid.i1l9:td" agosto de

r945 Por c ier to. solo puede ser Ado- l i : l : t t :

El único con sutrc lente megalomanía' deseo de re-

vancha y carisma para empu¡aiun Proyecto que se fun-

damenta en un error básico típicamente suyo'

;;; i ;; cayó en é1 dos veces y como-se dice no hay

dos sinr¡es, el primero fue confiar en Fr-ancisco Fran-

co, el segundo ttt stt i io tu'tussolini y el tercero en la

p.t"itpi¿". A ninguno de, io.s tres se los puede acu-

sar de traido,t ' , p" ' "o estos iat inos son oportunistas y

no tan fiables'En síntesis, ocurrió que el tidrite'? lo

p"d9.:::^:l:

\ o t-¡\S

r. Toland, John, ADOLF HITLER. Segunda parte, prgr. B¡uer, Eddy, SfORiA DELLO SPIONAGGIO "^"; . Crnr:rrsr . Iorge. ODESSA AL SUR. p.rg. ro6.

-1. Serrano, Miguel , ADOLF t ' l lTLER, pág. 52.5. Wiesenthal, Simon, G¿IASS,{S-SINI SONO TRA NOI

r9.315.6. B¡uer. Eddl ' . op. c i c. p ig. r r6.

tíreres, los que, "r,

*to' años, se ",:1t]tt?l^t::lt::",:

y si no traicionaron o vendieron ii]:1:t^1::':ri-T:fi :'i. ;ff il; ;;. p"á!',t l'11 :.:." "tilÍi : 1'"::lJil";il"tt" J"ut"¿' o dL lo que va se habían apo-

derado.

568s69

Page 292: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

' r,Iritirillllillliltlillllililiilllllfllillllllllliililllliilliirilrrliiliiri¡i,,'

XXXVIfrustrado de ser arquitecto 1o l levó, en el caso de la re-forma del Berghof, a no l imitarse a hacer un bosquejode lo que quería, cuenta Speer "Se ii zo entregar por mítablas, regla, escuadra y otros insumos de dibujo y dibu-jó personalmente planos, prospectos y secciones de sucas¿, ¡ehusa ndo cualquier ayuda".' A1 contrario de lamayoría de 1os arquitectos, Hitler consideraba la primeridea como ia mejor y tras tomarla, a lo sumo, iba corri-giendo las deficiencias más ilamativas.

Con esta presunción la vieja casa fue l ireralmente ab-sorbida por la nueva, la que fue construida alrededor. Unmaestro mayor de obra habría logrado un resultado me-jor. Además de varios errores menores, en el piso de arri-ba proyectó su dormitorio y el de Eva, separados por unbaño y vestidor, haciendo de comunicador enr¡e ambos.

La escalera principal desde el piso superior l legaba di-rectanente al estudio de Hirler y rodos aquellos que seencontraban en ese piso, para bajar tenían que pedir per-miso, para no molestar al parrón de casa.

Había un salón enorme donde los huéspedes se agru-paban lejos unos de oÍos, en grupitos, impidiendo com-partir las conversaciones, dominaba el gran ambiente unenorme ventanal panorámico, ei problema de proyectoque tenía este último era que Hitler hizo construir los ga-rajes abajo, con ei resultado que al poner en marcha los ve-hículos se invadía de olor a carburante media casa.

En los años siguientes todo el área a su alrededor, poriniciativa de Bormann, fue urbanizado, destruyendo elentorno alpino. Casi diez kiiórnetros cuadracios del total,ochocientas hectáreas eran forestas y ochenta tierra agrí-cola; fue instalada una granja modelo, como también ur-b¡nizaciones en Klaus y Buchenhoehe, fueron construi-dos muchos edificios colaterales, la casa de té, el refugiorrrirador en la cumbre dei Kehlstein, un cuartel con ane-

¿Se encontr¡ría Hitler conforrne de vivir en las estrl-

b. . - io.r . , de los Andes, en In ' r lco?"-

por.r-t..tao pude averiguar de su modo de vivir y sus

exigencias hay q.t" c-ontestar indudablemente que sl '

Su tendencia a aislarse del resto del mundo la eviden-

.i. Sp"", ".,

Mentorias de| Tercer Reicfi' esta conducta ya

," ftJUi. acentuado antes de la Segunda Guerra Mundial'- -

Ulrl", tenía radicado en sí mismo ias montañas y ios

Uorql-t"r, tras la tentativa del pursch-del 9 de noviembre

á" té"i, l i s¡l ir de la prisión Je Landsb-erg se refugió en

el Obersalzberg, en una pequeña cabaña ¡rriba de la en-

io.,.., Pensiói Mo'¡tt 'Éuugar y el entorno alpino des-

de entonces 1o :rtrrPó'"" ; ' ; ; ; r r , . , r .ndo se Proyectr .pol í t icamente

puede

p"r'-t.ít '" ' . iquilar allí una c¡sa' f i¡,us tfachenfeld' que

desde entonces constderará su residencia' ubicando allí

su ideal de vivir la llamó Berghof'' . "

¿i ; ; " meses después de ámtr el poder en r933' ad-

q.ri"r" la propiedaá y la modifica con pequeñ"t 191:^

sados como un garaje y una terraza' En,t935 q"t"- t - '

ieestructurar totalmente la t íp ica ca-sa de montana'

"rrgtoUerraola en una construcción de apar iencia de

;;;;t"p"t" de.pretensiones suntuosas; antes de la re-

novación era lo que Berghof significa'^una granja de

-orr,u¡", pero lu"go paso a ser una edificación repre-

sentativa de é1, quierá decir una expresión más de afi-

c ionado y pequeño burgués cual era Hi t ler '

Como muchos autodldactas' no comprendía 1o que

signi f ica tener un conocimiento específ ico ' Su deseo

s70571

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xos y mandos, edificios de representación y hospedaje co-

mo el P/arte¡fiof todas las edificaciones interconectadas

por decenas de ki1ómerros de ruta pavimentada, que cru-

zaban el hasta entonces intacto Obersalzberg.También se reformaron casas para prominentes del

Part ido, como las Landhaus de Bormann. Goering y

Speer; caminos pavimentados y sendas cruzaban 1a pro-

piedad alambrada por dos cercas protegidas por la Leibs'

tandarte. Como va comenté el mismo esquema en esca-

la reducida se repite en Inalco.

¿E,ste deseo de montaña responde a una necesidad

psicológica o física?Ambas, por cierto. Una estadía en ese entorno daba

a Hider como él mismo decía Ia calma interior y )a se-

guridad necesaria para sus decisiones. En la calma ma-jestuosa de ia montaña afirmaba que en aquellos mo-

mentos "yo no me siento más ligado a los mor¡a.les, mis

ideas traspasan los límites humanos para traducirse en

actos con repercusiones infinitas".En las semanas de ocio, en el Obersalzberg dejaba

madurar sus pensamientos, este comportamiento l ite-

ralmente cansaba a sus colaboradores y huéspedes, el no

hacer nada y el vivir bohemio de Hitler, no acostumbra-

do a la disciplina que da un trabajo, casi enfermaba, tan-

to de llamarla Bergkrankheit, la enfermedad del Berg.

Al contrario tenía un efecto positivo en Hitler, cuan-

do atravesaba un momento de cansancio y sfress, carac-

terizado por 1a repugnancia a tomar decisiones y Ia faci-

l idad en perderse en lamentosas crít icas, o encerrarse en

un mutismo no pudiendo sacársele más que un sí o un

no, unas semanas de vacaciones en el Obersalzberg le

alcanzaban para restablecerse, como cuenta Speer "sus

ojos retomaban su vivacidad, las reacciones Ie venían

más pronto y reflotaba su energía".

\72

Ailí. paseando por el bosque. rnirando ei panorama deias cumb¡es alpinas, jugrndo con sus perros y compar_tiendo una vida burguesa con su compañera Eva Braun,encontr.rba la medicina aparente para sus dolencias. En1os últimos años de guerra confesaba, que causa suÍicien-te para estar preocupado, era la situación miiitar.

Cuenta Toland en su obra, que un día .Eya reprochó

a Hitler por andar con los hombros agachados, Á lo qu"el contestó con un chiste, eso es porque llevo llaves Áuvpesadas en los bolsjl los, además cargo sobre los hom_Lrros una bolsa de problem.rE sonrió ironicrmente, aho_ra vamos a formar una pareja más adecuada, sjemDreusas racos a)ros para parecer más alta de modo qu" ,j 1.une inclino un poquito vamos a armonizar

^ulor".t

-

Su vida era casi espartana, no bebía café, ni té negro.consideraba nocivos la carne, ei alcohol y Ia nicotina, ve_getar iano desde r93r, se al imentaba solamente de sopasde verdura o pastas a la itali¡na, jncluvendo ravioles. Te_nía una ración fi ja de pan con veinte grtmos de mante_ca y un poco de queso fresco, tomaba solamente Fachin_ge¡, agua mineral v en casos excepcionales y contados,un vaso de vino, como ocurr iera en Navidad de 1944 oen su casamiento. Como digest ivo un vasi to de tónicode hierbas. Ai l í en su int imidad, para leer se ponía susanteojos de oro, cosa que públicamente no hacía nunca.

En ese entorno se sentía seguro y protegido. Estabapersuadido que cada paso suyo era controlado y espia_do, decía "siempre hay cazadores apuntando a esú pre_sa y piensan sólo en la ntanera de hacerla caer".3 eueríai legar a una edad avanzada y estaba ansioso de disponerCel t iempo necesar io para r .eal izar su obra, la que consi-deraba una misión, por esra razón se cuidaba autóno-n-ramente de todas las maneras.

Su actividad mavor era leer l ibros, él conraba que des_

573

Page 294: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

de su adolescencia en Viena leía continuamente, ¡l l i h¡-

bía leído todos los quinientos volúmenes de una biblio-

teca municipal. Nunca leía novelas ni editoriales de pe-

riódicos, antes de leer hojeaba el f inal y miraba unas

páginas, s i e l resumen era posi t ivo empezaba a leer lo,

disponía de varias enciclopedias que consultaba diaria-

mente, la biblioteca de Hitler no disponía de autores clá-

sicos ni de cualquier obra humanística o con contenido

espiritual, los textos históricos, de arte y de arquitectu-

ra eran sus preferidos. Otras actividades que tenía era

ver pel ículas l igeras y escuchar música c lásica como

Wagner, Beethoven, Brahms y también Strauss.

Jugar con sus perros era otra pasión, desde Ios prime-

ros años de su estadía en la montaña tuvo perros. E1 pri-

mero fue Prinz y muchos otros 1o siguieron como Bella

y por últ imo Blondi, siempre eran ovejeros alemanes'

su raza preferida.También tuvo un perro pequeño, un scotch terrier,

que le habían regalado antes de la toma del poder, lo 11a-

mó Burly, con él jugaba como un niño, cuenta su secre-

taria Christa Schroeder que éi había prohibido a Hoff-

mann, su fotógrafo, publicar una foto que 1o mostrabajugando con Burly, explicando con seriedad que un

hombre en su posición no podía mostrarse en púbiico

con un perrito faldero.Nunca practicó deporte alguno, sólo paseos por el

bosque, Eva, al contrario, amaba la nieve y el agua, es-

quiar, patinar, nadar, hacer gimnasia le encantaban. Con

él sólo compartía la pasión de los perros, pero ella pre-

fería los cocker, basset y fox terrier.A Hitler no le gustaban los gatos porque decía que

mataban a los pajar i tos.

Todo esto bien pudo haber lo v iv ido t tanqr.r i l rnr t ' r r t t 'en Inalco, no faltaba allí ni una granja ecológicr, ni ¡r.rseos por el bosque, ni perreras, e l panorama desde ¡ l l ies superlativo y no falta una playa de arena para Ia diver-s ión de Eva.

Pero todo esto no es la clave para leer su necesidad deresidir en el Berghofo en Inalco, para Hitler es una ne-cesidad f is io lógica y esto se t ransparenta en muchasobras biográficas de quien le estuvo cerca, como Speer,su secretar ia Chr ista Schroeder, sus estenógrafos yotros.

A Hitler le fue atribuido superficialmente el mal deParkinson sólo por sus temblores, evidentes desde oc-tubre 1944 y acentuados en los últ imos meses de gue-rra, pero estoy convencido de que vio bien el historia-dorlean Amsler, en r96o cuando publicó su l ibro Hitler,presumiéndolo afectado por el mal de Basedow apoyán-dose en unos pocos detal les.

Asistí al VII Congreso Latinoamericano de Tiroides(SLAT 9Z) que se realizó entre los días zr y z4 de mayode ry97 en Viña del Mar en Chile y allí pude profundi-zar el tema. Se puede decir que la enfermedad funda-mentalmente es una forma agraviada de hipertiroidis-mo, caracterizada por síntomas tan evidentes que puedeser reconocida también por un profano, sin ser un mé-dico especialista, que puede confirmar que un hiperti-roideo se reconoce desde ya en base a su comportamien-to. El enfermo es un individuo que habla con rapideztajante y casi con un ansia de expresarse lo más exhaus-tivamente posible; cuyos pensamientos le brotan con-tinuamente en 1a mente y a veces interrumpe una char-Ia que está conduciendo para empezar otra.

574 575

, , , " , ' ¡ ¡ ¡ r , ' , ,L,rrr¡¡ r t ¡ t t t ¡ i l i i l i i i l ]

Page 295: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

E1 enfermo cambia continualnente de posición, si es-tá sentado se levanta parr sentarse innledi.rramente des-

pues, es unJ Persond ( l t le ' .Ee c. lnsl ; - . ip id. l ¡nenf e. se so-

bresalta con extrem¿ {acil iclad saltendo literalntentecuando toce un tintbre o golpea trnJ pl.¡e¡f¿. 5e.síenreagobiado por las preocup¡cio¡res de la ',,'ida rle todos los

días. Advíerte en tnodo taiante el de-reo v al ntismo

tiempo la imposibil idad de relaiarse, de descansar. De

noche duern'te poco, sufre mttchísimo el calor. por Joque es fácil enconÍar eI7 pleno invierno al hipertiroideode]ante de ttna ventana abierta para refrescarse".+

Tal vez tiene lágrinras por causas ban.rles, pero el sin-toma cl.rve es ei temblor, que puede llegar hasta a difun-dirse en todo el cuerpo. Exteriormente el enfermo, ade-

más de su comportamiento, es característ ico. su ct l t is es

húmedo, sus cabel los son por 1o general f inos y ra1os.Por la reducción de la masa muscul¡r v de l¿ adiposid.rdsubcutánea el enfermo de Basedow no graso no parece

nunca gordo, piernas y brazos son siempre delgados. Es-

te síntoma importante y prácticamente constattte del hi-pertiroidismo, es contrastado por el enfermo con la in-

troducción de alimentos altamente energéticos.La acción metaból ica de la hormona t i ro idea es cata-

bolizante, destruvendo las sustancias orgánicas energé-ticas, sobre todo glúcidos. La sobreproducción de esta

hormona estimuladora del sistema nervioso vegetativo,especialmente el simpático, es la causa del temblor y ia

agitación. Los síntomas fundamentales del mal de Ba-

sedow que llaman más la atención son el bocio y el esof-

talmo, que es la protuberancia ocular, los ojos contribu-yen a dar en la cara del hipertiroideo aquella expresiónintensa tan característica. Todas ias características nonl-bradas son reievadas en las úl t imas fotos tomadas a Hi-tler en el bunke¡ de Berlín.

\76

L, l bocio es el cnqrosamiento de l . r t r ro l , l , . , , , r r . r . r r r r rde l r t ráquea, su hiperfuncional idad nornl . r inrr . r r r , . r r rn imo dupl ica su volumen drndo Lln aumento unr i . r ¡ r r , .y s imétr ico; no es un bocio que no se pueda ccul t ¡ r , , ,mo los bocios mult i ¡ rodular"s o los dei ivacios c le aclen,>mas t i ro ic les que son imposibies de esconder.

Además, el h iperr i ro id ismo Based<¡wdiano es cíc l icocon períodos de cr is is t i ro ideas, agudizaciones impre_vistas v v io lentas de los síntomas v seguido y al ternadopor períodos de remisiones, cuva duración es var iable ysub jet iv . r .

Cincuenra o más años arrás era muy difundido y la úni_ca posibil idad de cura er¡ la inrervención quirurgica, nodisponiéndose de aparatos de i r radiaciones de yodo . ._diactivo o fárm¡cos modernos que limitan la funcionali_clad tiroidea. E.l riesgo era causar un hipotiroidismo con_secuente a una destrucción tiroidea excesiva e inducir 1aacentuación del bocio y del esoftalmo, debiclo al aumen_to de la actividad hipofisaria siguiente a la depresión de laactividad tiroidea. En la dud¡, en el caso de un grado deenfermedad menor era mejor no intervenir a falta enton_ces de otro remedio.

En ios años '4o había dos corr ienres de pensamien-to, operar a toda costa, como se usaba en los EstaclosUnidos, donde los hermanos Mayo se enr iquecieroncon sus técnicas en su famosa clínica, especializada des_de r9:z en t i ro id ismo, o como ," . .onr" ;^ba en Europa,estabi l izar la enfermedad al aparecer v sólo en casos i í_mites operar.

Se recomendaba, por lo generai a quien podía permi_tírselo, residir en un iugar de montaña. Ei clima allí in_terviene favor¡blemente en la emopoiesi v las anemiassecundar ias son benef ic iadas por los elemántos inorgá-nicos presentes en los residuos vegetales, que se com_

5V

Page 296: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

ponen en un efecto suelo. El clima de montaña amino-

ra ei recambio f renando la t i ro ides en sus funciones,

condición imprescindible es que la localidad mont¿ño-

sa no se encuentre a demasiada altura y la temperatura

no sea excesivamente baia cono también la humedad

relativa sea baja y conjuntamente, 1a atmósferi en el lu-

gar tiene que ser pura con un alto rendimiento de la ra-

diación solar y sin viento.Si el topoclima del lugar tiene estas características' en

es¿r isla ciimática el enfermo se encontrará bien'

Unánimen'rente los historiadores concuerdan en que

Hider siempre, en cuestiones de saiud' intentó soiucio-

nes personales. Sólo en casos contados se hizo v is i tar en

serio. Normalmente, como dice Speer, "era él que más

bien trabajaba ¡lrededor de sus síntomas, según teorías

personales, Io que por otro lado se alineab,t perfect't-'mente

en el marco de su aficionalis¡no congénito"'s

También, para sustentar esta actitud selfmade, está ei

hecho de que cultiva minrrciosamente su l impieza cor-

poral, se cambia frecuentemente de ropa y siempre lo h'r-

ce sin testigos. Tampoco nadie io vio en su cua¡to dur-

miendo, porque siempre lo hacía atrás de una puerta

cerrada con llave. Los domésticos SS a la hora conveni-

da, le tocaban la puerta depositando frente a la misma los

reportes y periódicos; como cuenta su secretaria, Chris-

ta Schroeder "Hitler los iba a tomar rápidamente, nunca

su va]et de cuarto lo ha visto desvestido o en bata"'6

La misma cuenta también que "Hitler tenía una ver'

dadera repulsión de desvestirse frente a cualquiera, en

noviembre de ry44 él se había negado bajo pretextos di-

ferentes al consejo del doctor Morell de hacerse una ra-

diosrafía".En aquella época el médico se había permitido recor-

darle, que le había prometido dejarse radiografirr, Hi-

s78

t ler había sal ido con un clásico de su reperror io tL, l , rnr t ,de los médic os. "¡ Que cosa 1e ujene en menrc, cl¿rntt, t,rdenes a mí! ¡Soy yo quien manda acá y ningún orr()!",continuando poco despué s "Yo soy basanrc grande pr-ra saber ]o que debo hacer por mi salud".

Cuenta también orra anécdota "(Jn día Morell osapreguntarle la verdadera razón por la cual él refu.:ba talo tal otro úatantiento, Hítler Ie respondió fríamente: esporque yo no quiero. es todo".-

Probablemenre quería esconder el bocio pequeño,blando, que Ie forraba la tráquea en la base de su cuello.Efectivamente en todas sus fotos, desde antes de 1a to-ma del poder, Hitler siempre aparece rigurosamente concorbata, aún cuando posa en pantalones cortos de cue-ro al est i lo bávaro.

Sicmnrp l lo" ' o l . ' re l lo de ia camisa bien cerrado vur rq LdrrrrJd ulgt

más alto que los demás. Amsler dice "que en algunásdocumentos el nudo de Ia corbata parece estar leianta-do por una protuberancia ,otporil oculta por }a cami-sa".8 Efectivamente, bien podría ser; si .rt frr"r" qr.ruapretar la base del cuel lo con una corbata tendría ouemolestarle. Pero hay un detalle importante en las me-morias de su secretaria "Durante Ia querra él \levaba ensu uniforme una corbae ya hecha, l" qu" fijaba con ungesto automático; así evitaba el perder un tiempo pre_cioso por hacerse el nudo".

En esta últ ima acepción probablemente se equivoca,no era una cuestión de rapidez o eficiencia, sino una re_solución práctica para su enfermedad.

Pero no son só1o estos detalles los que nos indican elmal de Basedow, el sol molesta a los i fecrados, en dosoportunidades su secretaria cuenta que el sol fuerte lehacía mal. en el Obersalzberg l levaba "una gorra gr isprovista de una visera negra de dimensiones exageradas,

579

, , , . , i i l i t , , , ' | , r I i r i i i l l i l i ¡ l l l i

Page 297: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

es¿J viser,r cubr l ' t pr . ic¿ic. l t l lef l te (oJJ / . r p-rr te superíor

de su car.t y era objeto c()?l-s¡¡t¡e de estupefacció¡'t de

parce de sus it'tvindos, é1 pa-saba e¡tcitna de todes le crí'-t icas

amistos.rs que le habían hecho. Argumennbl qu"

esa visera garantizabaa sLls o/os del sol del cu.tl él se ho-

rrorizaba".eA este respecto Eva hizo de todo plra que la cambia-

r¡ , h¡st¡ le deci¡ qt le p¡rect i l t tn cJrtero.

En los i r l t i r t ros nleses en el bunkervar ias veces se le

humedecieron los ojos con facil idad,lo cuenta muv bien

Speer "Sus ojos se acu¿ron colno ya Ie ocurriert e me-

nudo". 'o EI mismo también reporta qt le en un¡ oc'rs ió l r

de caídas de bomb:rs muv cerca del bunke¡al "propasar'

se la onda e-xplo,sivr en e/ sL¿bsttelc' ¡rcno-so f l i t ler se so-

bre-s¡/r¡b¡ c¿de vez.sob¡e 1.r si] l¡ '1" Amb.rs m¡nifcstlt-

c iones son t íp ices de ese mal.

Que era delgado también es s. ib ido. El Dr. Giesing

en una entrevista real izada en 1951 cuent¡ cótno r" io,

el r " de octubre de ry14 a F{ i t ler , que se encontr¡ba en

cama, e hizo las mantas a un lado, subiéndose el c.rmi-

són hasta el pecho para que el médico pudiera examl-

nar lo, v is i tándolo así , só1o descr ib ió a un hombre de

1,75 m de estatura, de muscuietura mediana, con un

tórax un poco hundido, la capa de grasa err normal v

sólo en ef abdomen se podía observar un poco más, la

piel muy pál ida, no tenía mucho vel lo, pero la barba

era fuerte, notó que el hombro derecho estaba más de-

sarrol lado que el izquierdo cosa que atr ibuyó a pract i -

car el saludo nazi .Puclo comprobar también que los órganos sexuales

eran perfectamente normales y observó que la rubicun-

dez del rostro y el dermografismo que pudo observ'rr,

procedía de un temperamento vagotónico. Conside¡ó

que Hit ler tenía una resistencia excepcional y la r t r ibu-

c8o

yó asus ascendentes rurales; considerc> t . l r ) )1,r , ' r r ¡ , , , ¡ , , ,lo este mot ivo que le bastaba poco sueño. ' '

Respecto a las bombas calór icas que un enlcrnr. t l lBasedow necesita hay muchos reportes también. I l i t Ie rcomía muchas cosas que harían engordar a cualquier.r,pero é1 seguía delgado, por ejemplo merendaba toman-do chocolate y comiendo strudel. Su camarera cuenraque siempre tenía una bolsita en el bolsil lo "Hitler co-me dulces como los hombres normales íItman, dene unpasión casi de niño por los caramelos y los chocolates".'3'

En el bunlier, cuenta Nikolaus von Belorv que nuncafaltaban en su mesa tortas y pasteles y su secretaria agre-ga que se servía los platos hasta el borde, comentando"yo no comprendo más cómo puede ser que él continúea predicar por una vjda ascética, cuando se lanza así enlo placeres de 4as cosas azucaradas y los pasteles".'4

Ot¡o síntoma es el frío, a los enfermos de Basedow 1ohace sentir mejor, como eilos, Hitler sentía siempre ca-lor, sus ambientes de trabajo y de resídencia eran suma-mente fríos. Ya en eI Berghod Speer cuenta que allí semoría de frío y que en el gran salón "todos nos reunía-mos de]ante de }a gran chimenea, seis u ocho de noso-tros nos apretábamos en el )argo, profundo e incómodosillón; un poco como ganado a Ia barra".'s

Hanna Reitsch, en el Fü.hrerbunker,tenía que cubrir-se con un chal de lana que le había prestado Eva Braun.

La secretaria de Hitler describe así el cubículo dondedormía su jefe en el bunke¡ "este cuarto estaba desagra-dablemente frío",y muvbien describe su residencia demontaña "es necesario que yo explique que Hitler, quedetestaba el sol, había comprado el Berghof porqüe seencontraba sobre el flanco norte del Obersalzberg, Ia ca-sa se encontÍaba así prácticamente todo el día en la som-bra y los muros húmedos impedían penetar al calor del

581

Page 298: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

: i,,!iri,i iiliilírilitillillililliillllllllillllllltiliiilililllllllll[liiliriiiirrijtÍlrir]rililil

día, allí hacía fresco en pleno verano v en tiempo de lltt-

via reinaba una temperatura glacial. Hitler amaba este

frío, pero sus invitados, en es¿a desagradable siru¿ción,

se precipitaban cuando era posible hacia el banco que

corría alrededor de una estufa de cerámica".'6

Esta elección que hizo Hi t ler de una casa or ientada

hacia el norte se repite puntualmente en Inalco.

En la Patagonia todas las casas están ubicadas y orien-

tadas para recibir la máxima radiación solar, allí, es la anú-

poda, todas miran hacia el norte, donde se encuenrra el sol;

Inalco, al conmario, mira haciá el sur y está prácricamente

todo el día en las sombras del bosque que la rodea.Orra cosa de Inalco, muy importante. es su microciima,

perfecto y aconsejado prra el mal de Basedorv, a menos de

8oo m sobre el nivel del mar, igual que el Berghod aire pu-

rísimo, nunca hay viento, bajísima humedad relariva, apro-

ximadamenteun 4o%; casi nunca nieva alií, sino en años

excepcionales y sólo unos pocos centímerros, el límite de

la nieve en invierno es a partir de los r.ooo merros, a Hi-

tler no le gustaba la nieve, si bien le agradaba observar de

lejos el panorama de las cumbres nevadas.En Inalco tampoco las temperaturas bajan a más de -

z ", no hay üento en absoiuto en aquel rincón dei lago, por

lo tanto la sensación térmica no molesta y el cielo, en elpromedio del año, se mantiene despejado en su mayoría

con elevadas radiaciones ultravioleta. En síntesis, el lugar

es de lo más indicado para el mal de Basedow.Pero quiero, por últ imo recordar algo más, también

hay otro paralelismo, Hitler mitif icaba los lugares don-

de residía, en el Obersaizberg su casa miraba hacia el

Untersberg, la montaña en la cual ia leyenda dice que el

emperador Carlos despertándose de un sueño de siglos,

se levantará un día para reconstruir el imperio en todo

su esplendor.

s8z

t i i l i t i ¡ l i l l i i i l i l l i i l ; i , , i

Inalco, enclavada en los bosques ql lc l . r l r l t . , r r 1, , , , , \ , ,des sería perfecto para otra mitif icación, que r it l ,r ¡r,r I I rt ler , la de Feder ico I Hohenstau fen, "nuÁcn.nrr , l r , / t , : r ¡1r ,desaparece en rtgo, duerme en la gruta de Kl,ffh.rtt.t,,rberg, 1o cuidan los cueryos de Wotan,llama.dos Hu!-!i¡ty Munin, lo despenarán para librar la última baralli dr,la que Alemania saldrá vencedora".

- Un deseo de algo como Inalco lo cuenta Speer, cuan_

do Hitler decía que al l legar el momenro de retirarse ..no

tomaré nadie conmigo, salvo la señorita Braun. La seño_rita Braun y mi perro. Me sentiré muy solo".

Pero la frase más imporrante q'.r" i"r..t. ei arquirec-to es "cu¿ndo todo haya terminado me buscaré un valletranquilo y nte construjré de nuevo una pequeñac¡sa dentadera como aquella que había acá".,2

NorRs

r. Speer, Alberto, lr,lElvtORIE DELTERZO REICII,pág. ro3.¿.Tol¡nd. lohn,ADOI FHTTI Fp Soo,nJ' ^, , ,3Zoirer,Alber,,oou)[:.t'ir'i;"iH;Tl?fi !?t]i;lil-1\ , P(8. ryJ.

4. Fratel l i Fabbri, GUIA MEDICA, pág. 2r84.5. Speer. Alberto, op. ci t . , pág. r 25.6. Zo\ler,Alberr, op. ci t . ,pág. 8S.7. Zol ler,Alberr, op. ci t , pág. ZS.8. Amsale¡, Jean, HITLER, pág. 50.9. Zol ler ,Albe¡t , op. c i t . ,pág. 8¡.ro. Speer, Albe¡t, op. ci t . ,pág. S3Z.u. Speer, Albert, op cit . ,pág.55g.tz. LE MONDE, 3 de enero de r95r v ss.r3. Kohler, P. DIARIO DELLA CAMERIERADI HI-\LER.t4.Zol ler, Albe¡t, op. ci t . ,pág. r65.15. Speer, Albe¡t, op. ci t ,pág. ro9.r6. Zol ler, Albe¡t, op. ci t . ,pág 8Sr7. Speer, Albert. op. ci t ,pig.to3

s83

Page 299: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

XXXVIIdio un impulso aún mayor al desarrollo, l legaba gentenueva, el control se hacía más complicado.

Los investigadores especialistas en las cuesriones tra-tadas en esta obra definen a Bariloche como un sanrua-rio nazi,en efecto yo creo que a un santuario se va en pe-regrinación y normalmente se conserva alií una reliquiaimportante, no podúa explicarme de otra manera la pre-sencia repet ida de elementos, s i así se puede decir , depr imera plana, como Rudel, Eichmann, Mengele, yorros de los que no hay evidencias bibliográficas y no es-tá documentado de la misma manera si fueron, pero lomás seguro es que así fuera, tenían toda Ia l ibertad demovimiento, indistinguibies entre los miies de inmi-grantes de toda Europa, recién l legados, nadie los mo-lestaría por décadas.

Otros se radicaron allí como, el ya citado Ludwig Freu-de, Friedrich Lantschner, ex prefecto del Tirol, quien trasabandona¡ su alias "Materna" puso una empresa cons-tructora, fue el empresario que construvó el camino ha-cia Chile cruzando la propiedad Inalco, el magistrado yoficial superior de la SS Max Naumann, el banquero KarlFuldner que se reunían en el club alemán con otros oficia-les de la Gestapo o de las SS como Ernst Hamann, Win-fried Schroppe, Max Wuppermann, Erich Priebke y otroscomo el submarinista Herman Wolf.

De los que todavía quedan, unos pocos ancianos oc-togenar ios, e l más conocido es )uan Maler, a l ias Rein-hard Koops o Hans Raschenbach, agente del Abwehr,según algunas fuentes de prensa, capitán e integrante delos comandos de Otto Skorzeny. El 6 de mayo de 1994apareció en ia pantalla de ia cadena norteamericanaABC, en el programa PrimeTime Live,mencionando alperiodista Sam Donaldson que todavía vivía, en Barilo-che, alguien más importante que é1, un capitán de la SS

El úl t imo cuatr imestre de r945 Inalco acogió a sus

huéspecles, como dijo Doenitz era un paraíso rcrrenal,

unligar inerpugnableenun punto perdido del mundo'

Para e-ntender su aislamiento hav qLle pensar en ubicar-

Io en un milp^ etiropeo, imagínese un grande y ramifi-

cacio lego, en un extremo de él Bar i ioche en ei ¡senta-

mientcicie Munich, Inalco en lugar de Salzburgo, Vil la

la Angostura en Bad Reichenhall y los pueblos más cer-

.,,.roJd" Zapala y Esquel en Bregenz y Viena respecti-

vemente, atrás de las montañas cruzando la frontera, en

lugar de Bolzano el pueblo chileno de Osorno'"Er,a."

los luqares citados imagínese estancias aisladas

v ¡ t rás de Bar i loche-Munich, piensen cruzar unr Ale-

m.ni . semidesierta hasta el mar del Norte que sería el

lus¡r del Océano At l int ico-Co*o

contara el ex marinero del Graf Spee, Pau-

lovsky, en los primeros dos años todo anduvo perfecra-

ment;, se logró planificar redes de huidas, movimien-

tos de capitales, inversiones en todo el mundo, como

también consumir enormes capitales para garantizarse

ia seguridad.Pero las cosas no anduvieron según 1o proyectado, las

riendas eran demasiado largas y la central no podía con-

trolar eficientemente y las cosas se les fueron de las ma-

nos. Además, algo estaba empezando a cambiar también

en Bariloche, había cor¡enzado a crecer, estaba por na-

cer definit ivamente como ciudad de vacaciones de ve-

rano y también de invierno. En r 9;,o va se habían insca-

lado un teleférjco italiano y los novedosos sJ¡i l i ft, esto

585

,*",¡,,¡l¡¡rluiillrillllllillillil

Page 300: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

y nombró a su vecino Erich Priebke, quien vivía a unos

trescientos metros de el.

Consiguió en esta época muitimedial ln que ningun

cazador Je nazi había logrado en decenios, provocó una

estamPida de los pocoslodavía buscados que sobrevi-

vían, cancelando las reuniones que hasta entonces erec-

ru.blt públicamente tanto en Bariloche como del otro

lado de la cordil lera, en los varios Deutsche c/ub' hasta

se canceló un evento que se realizaba cada año' desde

decenios en el Hotel Tármas de Puyehue en la cordille-

ra, a medio camino entre Bariloche y Osorno'

Estuve presente en el últ imo efectuado en mayo de

1993, en este gran hotel de los años 40, se reunlan por

rrtr f lt de semana, ancianos alemanes y sus familiares

para festejar, posponiendo la fecha para no l lamar de-

masiado la atención, el cumpleaños de Hitler' Muchos

vestían chaquetas bávaras con las condecoraciones

apuntadas.

El 9 de mayo 1994 dos oficiales de la Policía Federal

llegaron a la casa de Priebke paracomunicarle que se en-

.oin"b" detenido. Esta novedad dio la vuelta al mundo

y fue inmediatamente Presentado un pedido de extra-

ái.ión pot parte de Italia. Acto seguido,la publicidad ra-

dial respecio a una "fiesta alemana" que se celebraba en

,quel moinento cesó, las reservas para los limitados cu-

pá, frr"ron devueltas,la fiesta cancelada y el hotel mis-

mo, cerrado rePentinamente.

Bariloche y él sur de Chile se encerraron sobre sí mis-

mos: sólo investigar sobre los nazis hacía callar cualquier

boca de origen alémana. A mediados de r996, la justicia

italiana estaba por concluir e1 proceso de primer instan-

cia contra Erich Priebke.

s86

En los últ imos días de junio de r996 fue enviada al de-nunciante de Priebke una amenazadora carta que fuepublicada por periódicos argentinos y chilenos. Rodri-go Lara de El Mercurio relata así cómo el ex agente Rein-hardt Koops "Denunció en ciuday' argentina de Barilo-che que desean asesinarlo por haber revelado hace dosaños la pista inicial que permitió ubicar a uno de los ofi-cia]es de 1as S.S. responsable de la matanza nazi de 335personas en las fosas Ardeatinas, el también ex capitánErich Priebke.

"Koops recibió el lunes pasado al mediodía en el ho-tel Campana de ia ciudad, el cual pertenece a su hija,una carta en Ia que se puede leer: 'Si Priebke debe que-darse e] resto de vida en Roma llegará tu turno, te va-mos a liquidar'. La misiva incluye una predicción algoenignlática que dice:'te ponemos en el río Azul, cercade las pasarelas. Entonces podrás nadar hacia Chile.También ahora ltay mucha agua. Admirándote. La gen-te de Canaris'.

"El río Azul existe y está ubicado en Ia zona del Bol-són en la provincia del Río Negto y los lugareños cono-cen ]os puentes que cruzan como 'pasarelas'. Obvia-nente la amenaza se refiere a un ahogamiento.

"En cuanto a la referencia a Canaris es más oscura vcontradictoria".

La carta estaba escrita en alemán, un periodista quese encontraba en Bariloche para cubrir la noticia con unafotocopia de la carta original, buscó a alguien que pudie-ra traducirla y se contactó con el profesor alemán, Ul-rich Denk agregado en el colegio de la colectividad de

s87

Page 301: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

--l

I'Iesa ciuclad. Tuve 1a necesidad de contactarlo en referen-

cia a una treducción etl gótico v nle contó ei hecho \¡ un

detalle.

La l r rse ¡nister ios¡ que cerrabl la carta anónima de-

cia " ¡Hoch Iebe Can¡r is l " ( ¡Arr iba Crnrr is l ) '

Eiectivamente sería misteriosa si no i 'r miramos en la

óptica de 1o que ya conté respecto a ias Conexiones Ca-

,-, ' .r1, y al rol áel Áir-o almirante' Quien escribió la car-

;;,-;;í;. quien la recibió, tenían que estar.al tanto de al-

go y la amenaza asume un valor más claro' el de no

tabltt más Y taParse la boca'

Aprovecho para decir algo mas sobre Erich Priebke:

el esii i tor Luis Sepúlveda, el r4 de agosto de r996' es ci-

tado por el diario ioman o Il Messagge¡o' reportando que

iti"Ui" en 1973, recibió en Bariloche un huésped cuyo

nombre era López Rega,la mano derecha de Perón' I le-

vab¡ dos .r.t. i d" reórnendación' una del itaiiano Li-

. i" C"lf i, el ief'e de ia lcgia masónica P: .v otra de Her-

bert Kappier, qt" "rrtot'ás

estaba en una c.árcel italiana '.otd"rr.io de por vida por Ia matanza cie las fosas Ai-

á"rrir,"r, había sido el iefe de las SS en Ron-ra' y Priebke

su subordinado'El nombre de Kappler me hizo recordar una historia

misteriosa tambiénpublicada en la obra dei investiga-

dor Franco Fracassi. 'Ei lo de abril de t977'detenido en

ia cárcel mil itar dei Celio, el ex coronel SS fue interro-

g"t1u por nn agente dei SID (el actual SISMI' ei Servicio

á" rrrühg"".iIitaliano)' el motivo de este encuentro fue

^llrr.r lJd"raparición dei tesoro del Banco de Itaiia ocu-

rrido en 1944; oro por más de z5o miilones de dólares

c88

de hoy y mil mil iones de l iras de la época en v¡lores, unafortuna. El tesoro fue l levado hacia el norte, hacia elfuerte militar de Forrezza. Kappler recordaba que eranz4 toneiadas en l ingotes y que de allí, en dos vagones deferrocarri l fueron transportados a Suiza, todo fue depo-si tado en ei Banco UBS (Unión de Bancos Suizos). Cua-tro meses después de esta revelación, en la noche entreel r5 y r6 de agosto, Kappler desapareció de la cárce1 mi-l itar para reaparecer en Alemania.

Fue divulgada una fantasiosa fuga, pero las sospechasde los invest igadores apuntaban al mismo SID.

Pasaron 6 años, en r983 el juez de la ciudad italiana deTrento, Carlo Palermo, investigando otro tema, encon-tró en la oficina de un agenre del reformado Servicio deInteligencia (SISMI) una carpera referente a Kappler y aloro del Banco de Itali¿. Los documenros incluían las de-claraciones del coronel Kappler al SID e investigacionesque el Servicio de Inteligencia había conducido, l legan-do a descubrir que el oro fue depositado en un banco delCantón Ticino, cerca de Lugano; toclavía en t9ZZ, se en-contraba el oro.

Según cuanto declaró Kappler entonces, existía unacláusula que aclaraba que si nadie se presentaba a retirarcuanto se había depositado antes del año zooo, el con-tenido de las cajas de seguridad pasaría al banco.

El juez Palermo citó a declarar a los agentes secretosque se ocuparon entonces de la investigación, interro-gados invocaron el secreto de estado. La hisroria termi-na cuando el Primer Ministr<l italiano de entonces, Bet-tino Craxi, hace transferir al juez a la extrema punta dela península, a la ciudad de Trapani en Sicil ia, esro es co-nocido como un punitorio y por supuesto la investiga-ción se archivó.

Llamativo es que el mismo juez Carlo Palermo había

589

.,,-¡r¡¡üirririliil¡iilrtilllllilllll]

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investigado anteriormente un tráfico internacional l le-gando ai nombre de Craxi y a financiaciones iIícitas desu partido, el PSi.

Seis años después de ser alejado de su investigaciónei juez Palermo, el ex Primer Ministro Craxi fue acusa-do formalmenLe en base a cuanto había comenzado a in-vestigar el juez Palermo, fue el único polít ico en la his-to¡ia de la república italiana que se fugó, estableciéndoseen la República de Túnez.

Así fue cómo del oro del Banco de ltalia no se suDomás nada hasta hoy.

Es interesante también reconstruir cómo se l legó alcapitán SS Priebke. En enero de r993, cerca de Frankfurt,en Langen vivía un conocido neonazi, Fleinz Reisz; ensu departamento un israelí que estuvo infiltrado duran-te 8 meses, Yaron Svoray, t iene un encuentro con unnorteamericano, Roy Godenau, quien se declara un cre-yente de los ideales nazi . Declara dir ig i r una edi tor ia lpor cuenta de un ex oficial dela Abwehr, jubilado, enSudamérica, se hace llamar Juan Maler y su nombre ver-dadero es Reinhard Koops.

El editor fue presentado por Heinz Reisz al agente is-raelí como el brazo derecho de Wolfgang Juchem, enAlemania, entonces,los neonazi se referían a él como elnuevo Führer Reisz contestó a Yaron Svoray de estamanera.' "Juchem es un nazi diferente, un nazi inteligen-te, adora a Adolf Hitler, para él es un gran hombre. Es eImejor en Ia derecha".

Tras esta información, el Centro Wiesenthal buscarecoger todas las informaciones posibies sobre Maler yse descubre que reside en Bariioche. En marzo, otro in-tegrante del Centro Wiesenthal se infi l tra en las reunio-

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nes cumbre de los neonazis, presentado Por \ ' , r | ( )n : , \ . r Iray, Rick Eaton, aparenta ser un adinerado n()rr r , , r ¡n( . r Icano deseoso de aportar a la causa.

Godenau, el dirigente neonazi, esta vez indica ¡ M.rler como la persona que recolecta y distribuye dinero,hasta lo define como "nuestro banco". pasa otro mes yel z de abr i l de 1993 Rick Eaton vuela hacia Bar i loché,tras una breve búsqueda consigue una cita en el hotelEdelweiss. Maler lo l leva a dar una vuelta turística porla ciudad y alrededores. Tras mostrarle la belleza del la-go y suntuosas casas de veraneo, con un gesto elocuen_te le dice: "Todo esto fue hecho por alemanes. Tod.o".

Eaton le cuenta un plan para enviar dinero directa-mente al nuevo Füárerluchen, usando como interme-diario a Godenau. Maler cuenta que conocía a Godenaudesde hacía zo años y que nunca ruvo una contabil idadcorno corresponde y ie sugiere el nombre de un contac-to en Luxemburgo para transferir grandes sumas de di-nero a favor de los neonazis alemanes.

Pasa un año y el z de mayo de ry94llega a Barilocheel periodista Sam Donaldson. Su investigación era re-ferente al l lamado Oro Nazi y movimieritos financie-ros de los neonazis. Toca a la puerta de Ia casa de ]uanMaler, el octogenario sólo Ie confirma que fue unagente del Abwehr, niega esrar involucrado en movi-miento de dinero y niega conocer cuanto había ocu-rrido un año antes, hasta que Donaldson le hizo escu-char un cassette regisrrado por el Centro Wiesenthalsin que él lo supiera.

Maler se da cuenta, reconsidera su posición v aDar-tando a Donaldson le dice: "Yo soy un p"" p"quíno, po,qué no va a buscar al je{e de la organización. ¿por qué nova a buscar a Priebke?".,

El capitán SS Priebke fue el vice de Kappler en la ma-

59r

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sacre de las fosas Ardeatinas, el Centro Wiesenthai 1o

indica ser el tercero por orden de importancia de los je-

fes de ia Gestapo en Italia. El periodista norteamerica-no apuntó sólo exclusivamente a la participación de

Priebke en la masacte romana y lo que siguió es historiareciente.

Lo que se pasó por.rlto en ia investigación que se hi-

zo de la vida de Priebke y que se transparenta en la mis-ma, es que éste eta una Persona de absoluta confianza,hablaba perfectamente inglés e italiano, tanto que fueintérprete entre Mussolini e Hitier. En1944,justo cuan-

do desaparece el oro del Banco de Italia, va en misión a

Vicenza y de ahí cont inúa hacia el norte, a la zona dei

Sudtirol, donde también se encuentra el fuerte militarde Fortezza.

Considerando que era el brazo de¡echo de Kapplery hablaba perfectamente i ta l iano, no resul ta fantasio-so ei relacionarlo al transporte hacia el cantón suizo de

habla i ta l iana, donde el juez Paiermo ubicó el oro de-saparecido.

Kappler no se ocupó personaimente del transportey alguien de su confianza tuvo que hacerlo, se debe te-ner en cuenta que hasta mediados de 1994 ni se sabíaquién era Priebke.

Considerando que el rastro que ilegó a él 1o tiene co-

mo referencia de movimiento de capitales y operacio-nes f inancieras neonazi , merecería aprovechar de suposición legal actual, condenado a cadena perpetua enmarzo de 1998, reo confeso de ejecutar dos pr isonie-ros en la masacre romana y terminar de una vez lo que

el juez Palermo empezó a invest igar hace más de zoaños.

¡ t i ¡ ¡ ¡ i i j i l , i i t ¡ ¡ ¡ ¡ l ¡ r l l i i l l i iJ t i i ¡ r i l l i l r i i l l l l t l i i l l l l i l ! : l l l1 l l j l ! ! ! i i : i r ! ! : : ; ¡ i : i : j

Regresando al tema pr incipal , desde quc t l t 's t t r l , r r l . rhistoria completa de Inaico, me pregunté si erl un.r 1.rrrla de lu jo donde Hit ler se quedó siempre o s i sal i t j c l t 'ei la; en unos años conociendo mejor la Patagonia y com-parándola a la de cincuenta añcs atrás, puedo afirmarcon seguridad que tenían toda ia tranquil idad de despia-zarse por la misma.

Había seis veces menos habitantes que hoy y pocostenían medios particulares para movil izarse, en más desetecientos cincuenta mil ki iómetros cuadrados se po-dían cruzar con un parque automotor de menos de cin-co mil vehículos, entre camiones, ómnibus y vehículosparticulares, que recorrían los veinte mii ki lómetros deruta. La casi totalidad de la población, unos trescientosmil, exclusivamente se movía a caballo o a pie.

Pero, como dice el dicho, cada bosquecito tiene unojito,nadapasa desapercibido, aunque todo parezca de-sierto. En febrero de r948 salió una foto en la tapa de larevista argenrina Ahora, titulada "Yo vi a Hitler en la Ar-gentina", y contaba que una persona había fotografiadoa Hitler en el Parque Nacional Los Alerces, cerca del la-go Futalaufquen, siendo el parque sumamente boscosoy muy sombrío por la vegetación, Ia imagen salió muyoscura y no se l legaba a distinguir con claridad.

Este hecho lo contó Angélica Colombo en mayo der997, t iene noventa años, y vive en Carmen de Patago-nes, en aquel la época vivía en la local idad cordi l leranade Esquel , a unos trescientos k i lómetros de Inalco.Contó también que los vecinos no ie dieron importan-cia en ese momento, unos decían que no era Hi t ler yotros que sí .

Recordaba que la nota periodística lo hacía a Hitlercomo de visita en Esquel. También recordaba, como yame habían contado otros, que en 1os almacenes Lahusen

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de la Patagonia, todos los empleados hacían el saludonazi, aún aquellos que no eran alemanes, además habíasiempre un cuadro de Hitler colgado a una pared.

La not ic ia reportada por la Sra. Colombo, coincidíacon uno de los primeros testimonios que recogí en ene-ro de r99o. Cerca de Lago Puelo, a unos doscientos ki-lómetros al sur de Bariloche, un polaco que allí renía unaserradero y estaba talando un bosque, Ludwik Kosa-kowski, rne contó que cuando recién había i legaclo enr948, otros poircos le habían dicho que Hitler fue vistoen Choli la, pueblo aledaño al iago Futalaufquen, preci-samente en la localidad El Trébol, allí se hacían reunio-nes de nazis; el lugar se encuentra a unos treinta kiló-metros dei Parque Nacional Los Alerces.

Fui a ver esre sit io perdido en las estribaciones de lacordi l lera, en la local idad indicada exisre un pequeñohotel en la ribera de la laguna el Tréboi, cincuenta añosatrás era una de ias poquísimas casas de la zona, sus due-ños eran alemanes y también lo fueron sus dos sucesi-vos propietarios. Este iugar tan alejado es conocido porotra historia.

En rgor l legaron, con intención de cambiar su vidaanterior, Burcft Cassidy, su socio Sundance Kld y la es-posa Ethel Place. Construyeron una casa que aún exis-te, compraron ganado y v iv ieron en paz con sus veci-nos. Pero la justicia estadounidense llegó hasta laPatagonia, un investigador l legó a Bariloche y pregunrópor ellos al entonces vice cónsul americano Jorge New-ber¡ quien le reportó de esos nuevos estancieros deCholi la, a unos doscientos kilómetros al sur.

Al saberse descubiertos los bandidos planificaron unrobo a un banco de Río Gallegos, y con el dinero huyeroncruzando el lago Nahuel Huapi a Chile, pasando por el pa-so Pérez Rosales. Volvieron a Argenrina en 19o5, donde

s94

en la norteña provincia de San Luis asal t ¡ ¡ r - t l r u l ) l t ,u l , , , , 'nVil la Mercedes, dos años más tarde reaparecieron cn l ir rl ivia, allí en noviembre de r9o8, dos extranjeros tr.rs .rs.rltar la empresa minera Ramallo fueron muertos a balazos.Me crucé en Bariloche con los investigadores norteame-ricanos Anne Meadows y Daniel Buck de Washington,en su última expedición en enero de r996.

La mujer, abogada, dejó de ejercer la profesión hacetrece años y es autora del l ibro Excavando sobre Butchy Sundance. No se pueden seguir huellas en o¡ro conti-nente, sino dedicándose ful1 rime en el rastreo de infor-mación; igral que yo, tuvo que abandonar su profesión.La tarea de ellos es más difici l porque están buscando in-formación de casi cien años atrás e increíblemente, aúnquedan en la Patagonia rast¡os orales y testimoniales dernrrpl t ipmnn

Kosakowski, en aquelia mi primera gira de investiga-ción, me contó también que en aquellos años conoció auna mu;'er polaca en Las Plumas, Ia l lamaban Bruni.

Había terminado la guerra en Europa hacía más dedos meses, una semana antes de Hiroshima se paran enla posada-almacén para cargar combust ib le dos autos,sus ocupantes, alemanes, tenían pinta de SS, esto ya porsí mismo le dio un escalofrío.

Era la primera vez que.se topaba con un grupo com-pacto de ellos en la Argentina. Le sobrevinieron imáge-nes de la revuelta de Varsovia.

Cargando bencina al segundo automóvil, procedi-miento largo en ese entonces porque había que bombeardesde un tambor l itro por l i tro el combustibie, enten-diendo alemán escucha a un hombre dir ig i rse a otrosentado en el auto llamándolo Mein Führer,casi se le pa-ra el corazón, en la ventanil la trasera de un sedán negrohabía un hombre cuyo perfi l era el de Hitler, la única di-

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, , , , r , i r r , l l i i l i l i l l l

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ferencia consist ía en que no tenía bigote y el pelo eramuy corro, esti lo academia militar, lo vio a nenos de unmetro por varios minutos lo escuchó conversar y crit i_car io miserable del lugar y a duras penas pudo quedar-se en pie.

Tras la parrida de ios vehícuios en dirección oeste. ha_cia Ia cordil lera, se dio cuenra que lo que acababa de pre_senciar, frenre a ella habló el mismo Hitler. Esa cara, esosojos, esa voz, la conocía, ia había v isto y escuchado de_masiad¡s veces en la radio v los c inediar ios.

El lugar exacto de este encuentro es un caserío perdi-do en la meseta patagónica, se l lama Ai to las plumas,allí, punta de ¡ieles,l legaba un tren de trocha angosra co_mo todavía queclan en la Patagonia, hoy sólo queda unedificio en abandono, el de la posada-almacén. En el cer-cano pueblo de Las Piumas, a ori l ja del Río Chubut, en_contré a su dueño, Eliodoro Gutiérrez, casi nonagena_rio, todavía record.rba a Brunilda.

Brunislava Kirajgrodski, estaba casada con otro oola_co, empleado en el ferrocarri l, vivía allí, en Ia misma es_tación, se l lamaba Stanislao Koschek y ruvieron dos hi_jas, María y Del ia.

Tras cerrary desarmar la línea ferroviaria, en r962, la fa_milia polaca se mudó a Gaiman y sucesivamente a Trelew.

Hace dos décadas Bruni murió. su hiia María en Tre-lew confirmó lo relatado, resultándome varios años des-pués, muy vai ioso al re lacionar lo con los avistajes deunos U-Boore a mediados de julio de r945.

Desde allí el recorrido más breve hacia la cordil lerallega a Las Plumas, solamente en ia posada-almacén seconseguía bencina, el único abastecimiento en un radiode zoo kilómetros de desierta mesera patagónica.

En aquella época el carburante r",r.rrdí.""., los alma-cenes pataeónicos en lata de z5 l itros o suelto desde tam-

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rores, só1o en los pueblos más grandes cxist i . r un r i r ¡ r r r.. ior del ACA, el Autornóvi1 Club Argenrino.

Hi t ler recién l legado y decepcionado por el ent , r r n, , .i-ro podía imaginar que allí, en el medio de la nada, h¡.bía quien entendiera alemán y 1o reconociera.

Las Plumas es un punto obligado del recorrido haciala cordil lera l legando tanto desde Camarones como deRau'son. Desde la ruta nacional r que bordea ia costa pa-tagónica se l lega hacia el caserío perdido en la meseta.Bien podría ser que los autos, con Hitler a bordo, l lega-ran de Caleta de Los Loros, a 4oo Km más al norte delcruce costero.

Cierto es que a mitad del mes de ju l io de 1945 hubofuertes nevadas en la cordil lera, el anuario del Club An-dino de Bariloche, exhibe fotos de reuniones sociales enlugares donde aparece un metro de nieve. En estos pa-rajes, e l Cerro Carbón y el Cerro Ventana, casi nuncanieva v menos aún como aparece documentado fotográ-ficamente. Esto quiere decir que recorrer la l lamada 1í-nea sur, la ruta nacional z3 que va desde San Antonio ha-cia Bariloche, sería imposible en su aproximación a losAndes. Ei úit imo tramo desde ingeniero Jacobacci, unosdoscientos k i lómetros sería impract icable, son todascurvas, bajadas y subidas, y el camino entonces sería unmar de barro o nieve amontonada.

En la situación climática de julio de r945, no qr.reda-ba otra opción que recorrer ia ruta costera nacional r ha-cia el sur hasta Rawson v cortar ia meset¡ p;tagónica pa-sando por Las Plumas y seguir hasta encontrar la rutanacional 4o, paraleia a los Andes, que los l levaría haciaBariloche. Todo este recorrido era por camino plano yenripiado, siempre transitable.

A fin de enero de r998, en Trelew, tur,'e confirmaciónde este hecho, un historiador locai, indicado por el escri-

>Y/

, , , . , ! , , ' , rL i l r i i l i r / l l l l l l l l

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tor ]orge Camarasa a quien ayudó en las investigacionesrelativas a Odess.¡ ¡l Su¡, el Dr. Horacio D"l B"r;;, i; h;_bía recogido hace unos años. Bruni, en Gaiman v Trelewfue niñera y siempre contaba la misma historia, ios niñosque cuidó, hoy adultos, todavía la recuerdan bien.

En referencia a la presencia de Hitle¡ en la patasoniasur, ei doctor Del Bosco puntualizó que su padre"tam_bién fue resrigo en la provincia de Sania Cruz, alrededorde r95o en Río Turbio, donde vivía, del paso de Hitler,hasta exisrirían fotos del hecho y ahora iuiere buscar_las. En ei mismo pueblo, entonces vivía Herman Klaus_sen, quien en julio de r945, casualmente, se encontrabaen Bahía Creek con una radio de onda corta cuando aoa_reció frente a Caleta de Los Loros un IJ-Boote.

Norns

r. Fracassi, Franco, IL eUARTO RE1CH, pág.3.

XXXVIII

" Aliviado s sus p irab an I o s usureÍo s, I o s merc adere s, los'.{'i)o¡es de Ia tierra, muerta Evita e} presidente Perón es, tn cuchillo sin hoja." Asiescribió Eduardo Galeano en surl)ologra poética El pueblo argentino desnudo de Ella.

l\, le asombra la ingenuidad de buena parte dei pueblo,r r gentino, creía y cree todavía la novela que los peronis-r . ls montaron en decenios, é l recoge de la cal le r una ni-rr,r n:cida a io sumo para ser mucama, se enamora de ella

v la acerca al sil lón presidencial, dándole el poder de ser,' l hada rubia que abrazaba y daba consuelo a los deses-

I,erados, quien prodigaba empleos y colchones, máqui-rrrs de coser y aparatos dentales. El pueblo celebraba su

irrjo, no se sentía humillado sino vengado por la osten-t.ición de joyas, lentejuelas y abrigos de piel, en pleno

VeIano.Desde su muerte hasta la caída de Perón, la memorie

cle Evita fue honrada de manera excesiva por el gobier-

no, cada día a las zo.z5, hora de su muerte, las emisoras

radiales interrumpían las programaciones para recordarsu pasa;'e a la inmortalidad; también se envió al Vatica-

no un pedido suscripto por decenas de miles de firmas

para su beatif icación.

En ese entonces, cuatro alemanes ligados a ella habían

muerto: el primero fue Heinrich Dorge, su cadáver fue

enconrrado en una calle de Buenos Aires en r949, al año

siguiente, fueron asesinados otros dos, Richard von

Leute y Richard Staudt; en el mismo año que Evita mu-

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rió, rg5z, fue encontrado muerto en su casa, tendido de-lante de una razr de c¡fé envenenado, Ludwig Freude.Estos cuatro hombres, según opinión de varios invesri-gadores, eran quienes manejaban los capitales nazis.

Glenn infield, historiador americano es uno de ellos,su tesis, muy firme, publicada en r984, aprovecha docu-menros de los archivos de Washington, CIA, FBI, l/arro-nal Archives, DIA y otros servicios y departamenros deEstados Unidos. Cuenra en su libro sobre Orro Skorzeny,al que entrevistó personalmente, que él mismo afirmó"Freude se ocupaba de los fondos, a su llegada a Argenti-na y hacía de manera que fueran depositados en el BancoAlemán, Heinrich Dorge Io secandaba en aquella tarea"ymás adeiante se puede leer "con la comflicidad del mari-do, Evita logró convencerlos simplemente que era másseguro y de interés de todos poner el tesoro bajo su nom-bre". El autor resuelve como otros, que estos capitalesquedaron bajo su protección a la espera de ia l legada deBormann, a fin de apropiárselos en un futuro próximo,confiscándolos. Hecho que ocurrió a los pocos años.

Evita persuadió a aquellos que se consideraban iosdepositarios y fiduciarios de la confianza a olvidarsecompletamente de los capitales; Infield también cuen- _ta cómo Skorzeny l legó a Argentina, se ganó la confian-za de Perón y al parecer Ia logró más de parte de Evica,porque como Onassis, cuenta que fue su amante. Skor_zeny contó al historiador que ya desde r95o, la pareja lehabía restituido aproximadamente un cuarto de los ca-pi ta les l legados a Argent ina.

A la muerte de Evita, su hermano se rransformaría enel único depositario de ias cuentas suizas secretas de suhermana. Según cuenta Infield, perón Io mandó a Sui-

6oo

za, donde f i rmó documentos, dándol t ' , ¡ l '1 ¡ , ' r , l , ¡ ' , , ,

b i l idad de acceder a un¡s caias de sesur i t t . r t l , , , ' , ¡ ¡ 1r r r r

co de Zur ich y a todas las cuentas abiertas ¡ l l ( ) l r ) l , r t r l , '

E,vita. Este hecho sería su condena a nLierte.Tras su regreso del v ia je, Juen Duarte fue encont l , t , l , ,

muerto en su departamento céntr ico de ia cal le Cal l ¡o,a¡rodi l lado al lado de l ¡ cam¡. en el p iso; a su izquierci . r

hal laron una pistola cal ibre 38, dejó una cart . l a Pe¡óndonde daba las razones de su suic id io.

Perón comentó "Pobr¿' chico. cr . t un prot ' i t tc i . tno yl icq. tndo.r / . r c.rpi ta l perdio i ¡ c- tbezt ' . Hecho es qt te ei

rrroyect i i que 1o mató era de un c¡ l ibre +5 - ! 'no 38, se ha-t;ía disparado en la sien derecha y 1a pistola se encontró,r l . r izquierdr, c l juez no ntandó ¡ h¡cer unr . rutopsi . r . noordenó hacer una pericia grafológica de 1a carta y 11.rmó¡ i ¡ funerar ia, donde 1o encr jonrron r l ' r res que la [ami-l ia pudiera ver el cuerpo. Cuando si t i l tadre, iuana lbar-

' irren lo suco srito "me ntataron a ntís dos ni¡ios'l

Prob¡blemente haci . i re ierencia a una hipóresis ven-ti lada, que su hija Eva ¡ro supil h tst ¡ el f in que tenía cán -{ ,er porque siempre se le habló c le un f ibrorrra y en oclu-bre de r95r, cur¡Lic) fue interi 'enicia quirúrgicamente y

Dreviamente v is i tada por e1 cirujano, George Pack, cn-cériogo del Mernc¡iiai Cáncer F{ospital de New York, ella. . rnrpoco "upo <1c su presenciJ.

Ll prdre Berr í tez, su coniesor, cLtent.r que frente: i e l la,- ', prl ibra cáncer nunca fue pronunciada, tarnbién cier-to es que tras la oblación dei útt '¡c fue bombardeada por

iortísimas dosis de radiacioncs, que fuerc.n dernasi.rdas,rcabando con el l ¡ rapichmente. Las i l rg.rs que dei . t ronf ueron públicas en su írlt ima aparición el lq cie nayo de

r 952, donde eran evidentes en 1a nuca y en los tobi l los y

lueron atr ibuidas a un error de la radioterapia.Su cuerpo fue devastado tanto, que su hermana Blan-

bol

, , , , , ¡ ¡ r , , , r , , , r l r l l l l l i l i l l i i l

Page 308: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

il*ÉÉe

I

c. ' l c() i tsr- .L i /ó l0r l r rgo t ienrpo l tn q¡: !n t ioz:o de su pieiql lenl¡da,\ 'et t . ) 1)o { . ' f . l í , i ;s . t úue c)cr i l r ier . l L lsualnte¡teen Jquei lo: i rñor. L- .s i r - r rpcnsable un e i rcr de terapir re i -t f t i r . io rr i i . . i i l ' ! i - i r ) l ¡ . r ic t . rn in;1rc,¡¡ . , ' ' , ,a.

f t i :r ;¡r i 'cto. l l t milr)r ie de . |Ltan, es obvio cjue tr. ls su viaje¡ Slt jz,¡ re.:Jesa; i .ot1 1r)s j t l i i l te ros cle ias cucntas bancarias v

l )o l ( . i t r r t (J ]o ¡ ' ; ' ; i t i t l l i . i r . r ( ! t l ic¡ coÍ¡cspr¡nr- l iJ , Cñ Ccl isc:-cucnci . i v , - i no r ;er r , , í r . prrr i t i ld¡ ) ' fue ¡ses)n:rCo como sos-t iene ( i l i , l r ; r l l r i ;c l . i . sui l lá l t í lose a los otros cuarro alema-l1,J:i qu j 1r:ibí¡n telticrro;rir¡o qüe \¡er c(l1t ci ti-lismo asLii-lro.

i)r t i i , r j t r ,rr ' .r l l r-rr:urcn, ' ! i ¡s l f , nl iLcrrr: cle su i i i jo, cons-[¡t-ó ( lue c1 qLrc l .r L)iCn:r l i lal lal ,- ' r "ei sol ie¡o rn¡s r ict¡ de

"Al l rér ic¡ L,r . t in¡" t - l r i i .e i i í ¡ i r i t i - les() . Derrr ia i r í f , ntuchísi-n-r . , rs r : r i ¡s t ie: : r ' ¡ r : t i ,1.r t . l c i - , l . rs l ' r .1t la.rs i i_ ' ' - -e les, , - tor ia: : re-s i l l t r r ' . . ,1r , , . ! . í - ! r i . i . , i r . ' ; i : t ¡ ! - l . .c l ' l<, , , . ,1 :1 i .1u¡do en su,r , .1 i ¡ i í rn i ie i : i c ic i )c i i ibr , j de rq.r5 se p; :gun[¡ .ba cóf l )o

¡ t r t r l r t t ' l icr i ' ¡11t , , ' , " nt : r í rc j í ) mi i lcrn, :s ct ' .1er lAL.e s in ul l ccn,t. . i l " .o _r r i i r i r ici l t . qiLé { in había rc¡r ido srr ctpitdl y sobreto,, ir¡ , cluién lo hrL.í¡ he.:ho drsaprrc.cer.

l i .as la muerte de Evira, los obreros no tenían más unItr t cr loc rr tor . t . t ¡nPoa., un i r i ternle.J iar i t r ; Perón r n- i . . ; r luedialoglr con el i ,rs, ruvo l : i rdea r ie Jeienest¡ar l .r cúpr. l iade i ;r CGT, accrsrnrnbratla por Err i ta a rccibir fáci lmenre1o i tuc pecl ían.

'" l:n r9;3, Jer-spud-. .ie lirirer-,.1,-s p.i|ÍirtiJo rt¡cj,t la cjivi-.t¡ cl eJ L,¡rí:; e:-j aornpt.r.9,y cll;¡¡e;l d i¡l ierl r(rs j I (r r e d í tu a -ó1e,1 i)er, ;;r tic' ;: i d í,i ; 1¡¡j.- 1¡-s l )uet ¿.1:; r j e j.t A ree n ri¡r.r ¿ l¡.s;'n1DieS,iS elJl(i l:)c'ts_!' l')(jlte:|ÍTeri.:il;¿¡-s. L'.¡..:CIldO SOIU-rio¡t.?¡ a,sí el prttbletnt e;onóntít ; : c¡ue éi njsr:-tc habj,t¿'ot l tr ibtt jdo a al in'¡ennr, fál 'o¡ecj. l¡-s Dor una in¡Dottan-!= ¡1tt ' j t t :cció1¡ aduanefa. entDrss.l . i t . l (r¡ i :1.:Ut1e¡]aJJt,ts, l t . l -l i . ' t r¡e., . . .r lerrr. :rr. t-s, etc. instt laron f,1t¡r ic;ts t ie autt; t ' t - tot, i-

i''., ¡¡.nl i.,i il. : ¡t i,-. i l ¡l u :,1 ¡;.. fl i I l'il I tr:i.''i ' ' r ;¡ f i ¡¡ ¡ .r i¡11-.o¡c i l ¡bt¡ í .1f i¡1ai]rt \ i t t : : l i io 5cj i : I i i i i : Í . i ,

' rr1¡s peroni:; t is.s; l i1r i ' : ; i -ran c: ir icr- ' l - t i i i ¡ tr ;r ir .c¡ ir)r¡r i) i l i -f r ' ,ente a sus J.nr;1gor, ' is t . ;s t r r ¡ l r ¡ i i ' -s i ]esi ic i l tzr iu i i : t ' t i ; l

r i1r : rec1,a. Fl l6 c le.rbl i l . je '11 ' . ] , . f i " . r i ; ;1, i i :

' i t : I t i lcr l l -' c le 1¿ se.Je r¡Cir- : ¡ i c l i : l pai t i tLo I i ' . ' t . r i , i t : i . r t i i ' i . ' l J , , -c-

' . Club, r t p i t ió sLr f r ' ¡sc }-rrcfcr j ¡ -1¡ , " i ' - i ¡ ' )o. ' I t1 ' t iÉt"gÍ¡c

ir , ' r , i 1.r éprrcs cit , tr ,7.¡¡ ¿¿r7¡ 1. ' ,r ; i .r , ' ¡ l i ' ; ' r i / ' l ' i - ' ¡do. '¡ l Jl ' -s

!: ; i l l , : ¡s" '-v csptcrftcó ' i )av qite: i- ' ¡ i .sr ' , t i ,1 a' irr . . i .g,rr lrcs-!-t . ie . ;e €ñct1É1lffr t i i cr. '1g-lr l<-r.s ¡ lc, ¡ ir¡ í , ' \ l l ' . 'Njo prrece c,rsl i .r l c1rr.r d:,3s cler: iar-rcir.r ; le s e oircicl- icr¡n

' l ¡ - uta; ier¡ c l r r { : t i iv i r : iot t inuer ie l i l ! ; l iu l .o iÉ. :s Cci i ¡1] i -

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, i educ:tc i , jn h ¡ .1. , ' : , s j r i t r p. t j j f i ' . ' , r - . l ' - ¡ : : r t j ¡ r r<, i . t )1 eTt -- , r 1. ,e ¡ Cejet : , : t r i io, ' i i ¡ , í r . , , ! , i - ; ' : . ; . , ; t r l , ; , : ¡ ; r , ldos sr . t1: : -

¡ i " , ]c i rn l i : l i r : ' - ' . , .1c 1. . t ¡ . : , : .1; l . ]L i t r t r i , i . . l ' : , t 1.- , ¡c ' t : i t l - t '

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i )q( t tuai(1i l l t : r ( ) i ' i - i : .1, l l l . l ; i l r l .) i ls t t t l lc lc l i l i r t ) rc l i : ls : ¿, l l i ,1 ' ; a l i l . " l ( i i . - r : I ] ' i , i i r ' l i l ( ) l )

; - . r . - l r ' . r ' i r nrr ' . i r rc(r i { : ' , , ie lcs : t t : , l i : : . ' I1, i i t ' t í r ¡ . l . i , ' :ü. l tCI la, p iecurs(,r i { ls { ]e ic! i l l : r { ) i : : . l t r l . i '1 i - - ¡ . ¡ i1 ' { ' " -

li.¡;l ¿e.s uf li r-c¡:ijf r I i.r1, ,'¡r-'íi].'t i; : r-i oc'rrin.;-tn I s¡¡¡.: i >¿! i -

,,-,; imparti,lo p,tr f titáticrls, 11egántio.se al cr-¡lrr¡ct ':,n l,'

;,,tiltad de it4edicina de lluenos Aires, cle qúe ut1 llro'r.s()¡ inepro ct.eeñ.ii; Ftsiolctgía Pe.rol: isl¡

' .3

A i r r r r tación casera c ie l part iCo nazi i : ier . : l ; rD er: 1os,r r r ios r le l ¡s c iucladcs argent i : i3 i l ' "e l lenic:r ' : : .1 i l r Í ' r t i r, i r t i ; rs. pol í t ic ; ts, e is i - i ¡1 c iL ic en i l . { j t r l r ' r ' : ' r ' r ' : i 11;r i ' i¿

' , i ; : l g i 'a<1c¡ ntás h,r ; r , : l ; le . , t i t ' / j i , , , .1. i , i : ¡ ' ' ' . : i ; r . ' . r l : : r1 ' : l -c

i . i l cr ta les er, ] t ln i ) l - ' ( i : ¡ ' - l1r) - - i r

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, rs etJ i f ic ios 1: jg! l1r i , rs. [ : r l , : , : ' i r i i . . l . , r1Ée¡r t ] ) l r se i lar l ia-

, iir /:'ÍLs ¿fe h/i¿nz,t:-t ) r' ie eni:irg¡.l,ran ci,-: ideililfii:¡r, eli

I r : : ( ¡ ,r¡s o depe i t t r i tr n' Í . . . i ! i . , i l t t , ; r ,r irr ; s ' i :ores.

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i , t , t - ' l ¡ - ¡ i r : i ' rJ i " t :

¡¡rummmfir¡rflrrüNfitw

Page 309: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Desde que faitó 1a astucia ---o, mejor, las órdenes- quepudo recibir por medio de Evita, Juan Domingo Perón hi-zo una estupidez tras otra. Llegó a casrigar a la iglesia cató-iica que si antes estaba inquiet¡. en r95+ va estaba alarma-da. Legaiizó el divorcio y reabrió los prostíbulos cerradosdescle hacía veinte años y para empeorar, la úlrima gota fueque por decreto estableció que los lueves y Viernes Santosdejaban de ser día no laborabie.

El resultaclo de este antagonismo fue que en r955 la ce-lebración del Corpus C¡jsa se ransformó en una mani-festación contra el gobierno. Ese día se l legó a quemar labande¡a argentina, este presunro deiito de la oposición,Perón lo ¡tribur'ó a los católicos y ei presidenre reaccionóexi)'r l l :;rnLio al Nuncio P;rprl; el resuh¡Co fue que el t6 dejr-rnio 1a avieciór: n¡v¡ i bombardeó la Casa Rosada, pro-voc.rndo una docen¿ de muertos a su alrededor.

"ñy'icnr¡¿s Perón se refugiaba en el tercer subsuelo del!v4inisterio cie Guerra y lloraba sobre el hombro del mi-ristro de Guerr¡, en ¿t¡a crisis de nervíos, sus enardeci-dos parti,J.arios incendiaban las centenarias iglesias de

-S¡n Iirancisco y Santo Doningo ante el esrupor de la po-b laci ó n m ayo ritariam ente ca tólica.' I

increíbiernente, éste era só1o ei preanuncio de un gol-pe d.e estacio que ocurrió tres meses más tarde 1r fi¡¿l¡¡s¡-te de:;t ituiría ¡ Perón. El 3r de agcsro aparece en el balcónde h Piaza de Mayo ofreciendo su renuncia, ia cual, porsrrpuesto, fue rechazada f, viva vozpor sus partidarios.

Le q'leda un mes y medio de dictadura y estrena, co-rrro un último aiientc, eI "estilo hitleriano", declaró que"por cada peronista mueÍto caerían cinco opositores".En l.r campaña de Rusia, Hitler usó la fórmula veinte poruno, en I ta l ia en el ++/ +S la redujo a diez por uno.

6o¿

E16 de set iembre derg55hubo un l l t l ( ' \ ' ( ' r . , , \ r r r r , r lto revolucion.rr io encabezado por el gencr.r l l . , , r t . r , l r ' r rCórdoba, el of ic ia l que Perón, veinte años ¡ t r . ts. l r r l , r rdejado caer en manos del contraespionaje chilen() | u.r rldo todavía jugaba a los espías, a pesar de que ia s i tu. icr t , r rparecía serle poco favorable Lonardi triunfó con la clucfue i iamada Revolución Libertadora. El éxito se debióesencialmente a la indecisión y falta de cora;'e de Perón.No asumió el mando de las fuerzas fieles, ni convocó asus partidarios, io que hizo el r9 de setiembre fue pre-sentar su renuncia y al día siguiente refugiarse en un ca-ñonero paraguavo, que Io l levó a un primer exil io consu amigo el general Stroessner, dictador de extrema de-¡echa de raíces alemanas, quien diera cobi jo, t ras la caí-da de Perón, a conocidos cr iminales de guerra nazis.

Luego de la Revoiución Libertadora el nomb¡e de Pe-rón fue prohibido ¡r se aiudír a el con eufemismos cono"ex tirano prófugo", fue exhibida 1a ropa de Evir¡ comoun ejemplo de hurto . r los argent inos, sus jo1' ; rs c luecomplexivamente pesaban 136 kg, fueron sub¡stad¡s, l¡venta pudo ser comparada sóio con aquelia del rey Fa-ruk, el total de io recaudado superó el valor de un bil lónde dólares actuales.

La escritora Libertad Demitrópuios en su obra afir-ma que ia recaudación desapareció sin dejar huellas, 1osque sucedieron a Perón se comportaron como é1. Yoagrego que también fueron tolerantes con los miles denazis que se habían establecido y no fueron molestados,los pocos que el ig ieron i r a Paraguay o Brasi l , lo hic ie-ron porque eran buscados por ios Servic ios israel íes yno, porque no recibieran buen trato de parte del nuevoqobierno v que continuó en los sucesivos.

OU\

,.,.,',,,rrii/ ',,r,rirrtllrlli l l l i i l l¡lil l

Page 310: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

¿Qué ocurrió en e stos írlt im<¡s ¡rños tras el abandonocie inaico?

Otras -oequeñas in ibrnraciones las recoqí en var iosI t rg,rre*. l t . r_\ 'cucntos t ¡ l vcz inrry interesantes. de se-gr-rnda o teÍcera mano pero lamentat , lemente en lastransmisiones crales se Lrerdieron los nonbres o losapeii idos. LJubo gente que vio a Hitler en persona, lo re-conocieron porque eran inmigrantes y estaban acos-tumbrai los a su imagen, no es casual idad que los tesr i -gos f r"reran i ta i i rnos, f ranceses y poiacos. FIav quedist ingr i r , además, a los test igos en dos categoi ías, losclue viencio a i ' i i t ler imprevistamente y de cerc¡ quedr-ron shrrcke¡dos y lo cont;r ! 'on . r rnr igos v p.rr ientes. v.rqu.- l lo ' qLrc re,rc i : lon.rron invers.r .mente. se cal l . r ron ycr:isieron h¿ee¡ic públir:o sólo deccn¿is de años despues,ig,r r iutnte rr ing¡ i rc r le e11o-" buscó publ ic idad en losnre ,, i i .¡rs j,1 n'ienos aLin gr¡tif icaciones.

Recibí in forrnación sobre una rnci ln¡ mujer Ce or i -gen ical iano que había conrado a sus hi jos, por más decuarenta años, que el l¿ había v isto a Hi t ler en Como-doro l l ivadavia. La histor i ¡ era ap. l rentemente confu-sa; con-ro otras, se aclaró en octubre de ryg6, v ia jandohacia el puerto patagónico, mas de mi l k i iórrretros alsur de Ba.ri loche.

Pude verif icar que la señora en objeto, era Ma¡ía Ma-falda Falcór: v iuda Bat in ic, nacida en r914 en Bassanodel Gra¡rpa, pneblc prealpino cercano .1 .Ausrria. Desde¡¡¡1r.v joven fue una persona a la que 1e gustaba enrregar-se a ií ls demás, esta vocación de servicio la l ler'ó a ser en-I'errnera Prr-rfstit..,t r¡ a in.gresar en 1a Cru.z Roja. Fue en-' ' ' i - i , i , : r : Esp:rñr, t r . rs l ¡ intervención, en 1a Guerra Civ i l ,r le ro:, r i.r,rrnLrs iegionarios de N{ussolini.

t) O r--

Estat¡aumáticaexper iencia, fbr t l le,-r , ¡ "1¡ 1 '11' ; ' " I

vocación. [ .4 Cruz Roja internacional , l r .1s ! ' r r ¡ i ' )1 / r r I

Seguncia Guerra Mundi.r l , la en' . ' ió r ios hospi t . r lc 's t l ' 1"

f lentes ¡1emaues, ert iunio de i94o se encol l t t . , l ' . , ' r ,

Irrancia, cerca de la frontera Belga. d<.'rlde, en el pueD)i

ro de Brull ' , Hitler tuvo su cuartel generai, que é1 había

I lamaCo \L' ol {s s chluch t.En e1 hospital de ,:ampo, c' l l aqueilcrs clias eu que Fr¡n

ci¡ se habí¡ rendido, Hi t ler en persona P¡r¡) p; l r I v is i t ¡ r

.., los heridos; la enfernrera Falcón se encontLab¡ en el ca-

i ,ezal de un toven soldado aiemán i r ra i l ier id cr . I l i t ler in-'gresó y se dir ig ió hacia 1a calna dei enfertno. el i r pr- idr '

r er lo por unos minutús, l mel los de un metr i ¡ . r ' io su cr-

ra, sus ojos, los detai les de su modo de hablar ' sus ges-

:o5 v su tono de voz; ei la hablaba muv bien aiemán, ha-

biendo n; ic ic lo en una z( ina. en aquel entonces bi l inguc'

Este encuentro lue ercepcic, l ra l , porque Hit ler con-

i rdas veces i i tgreso en un hospi t r l c le carnpo y sólo lc '

ir izo tras una victoria, tal como la-t de f 'olonia v lrrancil l.

l :n los años poster iores, nun.a r lu i :o i l iver a 1os her i -

ios, tanto que. cuando su lren se ctuz¡rtra con otros re-

;rletos de hericios, hacía bajar i. is coriin¿s par.r no ver ei

l r is te espectácuio.Terminada ia guerra y regresad;' a ltaiia, María lv4af¿rl-

i i .r compartió una farmacia en Rc¡ma con su herl¡;tt ia.

.: l i í se encontró con el hot' l-rbre cie su vido, uu capití lr cie

nrvío dálmata, que lto quiso lep¿uiarse al ir,st.¡ut aise el

.obierno stalinisra de I inarisc.r, [ ' i t t,

Decidieror etnigrar ir. ict¡ I:, eii[í.].¡((r! Írc.l . ' \í¿.i lt i) l¿,

.1, nde ei consiErr io el rn. i i rd( , t le t t l l : r t i ru i r i i i . coj l b. ise,-'n Cornodor¡r Rivaciavia. Lila nc et;i rrrit jer cic quedarse

' i r r i rabl jar , por sus Jntecedentes. e l lconLró i t r ¡ tedi¡ t ¡ -

rnente empleo en la c i ín ica pr iv.rda cie los l )oclores

,\lustiza v V¡rando.

6o7;¡III

.........-"!¡,,..nilFrwmüffiñlwfilrmilffitffi

Page 311: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

A f ines de 195z i r re intern¡do de urgencia un señormuy gordo, her ido de b¡ la, teni . r t ¡ l capr de gras¡, quelas heridas no fueron mortales, no recordaba el nombrepreciso, contó qLle era Lrn turco gordísimo, por turco enArgentina definen a los inmigrantes de origen árabe, ensu mayoría s i r io l ibaneses.

El turco t ras sal i r del pei igro, había contado a la en-iermera que estaba vivo por milag¡o y que le debía la vi-da a sus vecinos alemanes, erl un estanciero ai igual quesus vecinos, pero el los, a l contrar io de é1, eran .rdinera-dos, tenían una estancia grande, viví¿rn en un casco dehdnl io con paredes, contaba, de 6o centímetros de es-pesor y hasta tenían un generador eléctrico a turbina hi-drául ica y un automóvi l , pr iv i iegio de pocos en aquelentonces.

Cor¡tó que 1e había disparaclo su capataz chileno, trasque é1 descubriera que su mujer, io engañaba con el mis-mo. Mientras é1 se ¡rrastraba hacia la casa de los vecinospara pedir ayuda, su esposa y ei amante se fugaban, cru-zando hacia Chi le. Los alemanes de la estancia l indera,en sólo seis horas de auto, 1o l levaron hasta la c iudadmás cercana. donde había una clínica.

Tras estas expl icaciones, imprevistamente, aparecenen el cuarto los salvadore s del turco, tres alemanes, unode ellos se acercó a Ia cama, para dialogar con el herido.La enfermera quecló petr i f icada y no sabía cómo dis i -mular su espanto, a poco más de doce años de distancia,tenía en frente otra vez Hi t ler , mismos gestos, mismalctitud, misma voz, mismos ojos sóio era diferente enuna cosf,: no tenía bigote y el pelo muy corto y blanco,parecia calvo.

Pudo observarlo y escucharlo por varios minutos, noexist ió duJa algun,r , t rnto que por c¡s i cuarenta y c incoaños, s iguió repi t iendo a sus hi jos ]orge y Cesar Bat in ic,

6oi i

l , r misma histor ia, segun el la esra información debía ha-, r : rse públ ic. l , no era una vis ionar i . r , fue un encuentror c.r l .

Además de el l ¡ , esraba presenre el doctor podesrá,rruien se encontraba a cargo del enfermo, también él se, l jo cuenta v le quecló grabado; es un cf ,so c¡d.r b i l lones,( lue un cruce, como el ocurr ido en i¿ Patagonia puedarrceder, entre un. l persona europeJl que r . iv ió I . r guerrr ,

, lue tenía bien f i ja en su mente la cara de Hit ler y ade-rnás, que tuviera la oporrr.rnidaci de la enfermera, de ha-lrer estado tan cerc.r, observarlo v escucharlo en la déca-, l ¡ anter ior . Yo lo enr iendo porque hace más de diez años,rtrás vi a Juan Pablo Ii muy de cerca y si tuviera que ver-l , r ¡hora, lo reconocería inmediatamente, s i b ien más ca-nr)so y envejecido, una cara tan públ ica y sus modales,rro se pueden olv idar.

Había que verif icar 1a hisrori.r, en base a los mapas an-r iquos del Automóvi i Club. ei lus¡r tendrí¡ que encon-rrrrse a seis horas de auto de Comodoro l l . ivadavia.r )u iere decir , no más de trescientos c incuenta kr lóme-r f . ,s de camino de t ierra. La est¡ncia renia c¡ue estar cer-, ,r de ia frontera, como para qrre la pareja prófirga pudie-' ( 'cruzar ¿ Chi le. Había dos lugares, hacia el lago Buenos.\ i res o hacia e1 lago Blanco. Manejé hacia ei pr imero,l ,Lrscar después de tanto t iempo a un turco gordo y aut'¡os vecinos alemanes era una tarea ardua. En la zcna, l r ' l inmenso lago, el más grande de Argent ina que ser, lentra en Chi le. tuve suerre.

En el puebio de Pe¡ito Moreno, conocí al historiador,,cal, Delfín Tejedor, recordaba \a historia de cuernos,lLre se hiciera famosa en esta zona dei Chubut, el turco,, ' apell idaba Assenié, la grafía no es definit lva ya queI ', rdría tener una ñ delanre, y el hecho no habia <;curri-, l , r ahí, sino en el lago Blanco, cerca dei paso fronterizo

i

6oq

, Lrr l r l l r l l

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de IJalmaceda. L¡ histor ia se 1a contó un alemán de nom-bre F{enr ich, ¡dministr¡dor de 1a estancia Bahía, vecinadel mismc A.*scni , ; . I i

- ' - 'ñc, l 'TejeCor esrrbJ termin¡n-

dr> un l ihro de l . r h i , r o i i r r ic est f , prr te de l . r P.rurgonir surv tenía ¡1 Cí,r , todos los hechos cur iosos y el de1 Gordo¡!.s-sc.¡riéer;i rrno Ce. r. l los.

Otro v ia je enrpezaba a i ra\¡és de paisajes be1l ís imos,l¡gun.rs con flamencos, el cielo cruzado de bandadas deavut¡rdas y la precorci i l lera desért ica cruzada por gru-pj tos de guanacos, los camél idos de la Patagonia. Cien-tos de ki lórnetros de k¡s r¡ás l indos paisajes, la bel lezad¿: la soled¡d, trlrrr¿vía clcspués, de t.rnto recorrer la I)a-t , t1oni . r . n,) pur 'L lo. lcrr . t l l r tbr . t rnre, ( onto europeo. I l . rf r l t l dc p,r t - . l rdos en,: : rd.r r incon del p:rnorrma, toda vezr r r rp vnclvn. l i l r r rn l r . r . l l los Alnes me esfuerzo en ve¡ gl

Vri le dei A,c i ige s i r . r rg lomerados urb¡nos y ei l ; rgo c leCrrd¡ en l r misl l r ¡ órr t ic¡ .

Lago Bianco t¡n'lpoco es un pueblo a medida elrropea,al contrar io, es un puñado de casas como aparecen enpei ículas estadounidenses, perdidas en ia nada. Teníaexpendio de bencin¡, pero las bombrs quedaron comorecuerdo, el único higar públ ico, s in te léfono, era unapulperia muy pobre, que no tenía casi nada para vender,saivo algunas velas, fósforos,l lnas papas y poco más; unalmacén donde los encargados de las estancias se reú-nen para beber ginebra v pelear.

Ei dueño, Víctor Casada, también haciendo memo-r ia, recordó que justo cuando él se había mudado al l í .había ocurrido el hecho clamoroso que quedó en 1a me-moria local. E} gordo nr¡co tenía efectivamente una es-tancia cerca cle ia frontera, se l iamaba La Perla y tras sumllerte ocurrida hacía más de treint;r años. fue fraccio-

oIo

nada en otras m¡s peqr- ieñas, como ( . : ) t . r l l ( l . l \ ( ' ( r r r | 1r '

i l ia ¿1a l larrada \ 'a l ie ios i luemules, su drt t '1r , , I t t r ' f ' l , t

r tc io Br¿un.Esta propieciad t ierre toda la caracterí : ; t ica r lccc. ; , ! | r , r

para hospedar a Hi t ler , .zo ni l hect . i reas, i in<1era ct , l l l , r

froirtera chilena, u¡l c-l-ltorno bellísimo de cumbres nc-

vadas, coi inas' ; bosques, en ios . tños c incuent¡ comple-

:amente ais iada y autosuf ic iente. Un. i est¿nci l prL 'cor-

. l i l lerana cie las rnejores, todavía hov sigue siendo

product iva por st l e: :celencia, desie : rños carnbió de

ciueños.Pucie ve¡if lcar, que por cierto, i 'n lrs .{ñc,t ;o la estntl-

c ia efect ivamente poseia un gei t i ' r idr . r ' ¡ turbine. auto vl :nJ gran cisa p. i t runJl . que recie l l . i r ic c i : ,nf . r ru l . ' sc i l ¡ -

bia quemado V fue sustit ir icia pcr ctí(; Ci;:co l l lrs l i ,oder-

no. Pude observar los reslos ie i . , v i t ' ja minsióir que una

topacicra había amontonacio, era;t i1e uüa clsa cie pare-

. ies de ladr i i los a la v ista, de gran e spesol ' . l r i bc-rdegrrero

irc recordaba mLlcho, sieudo que recién er 3que11os años

había i iegado ai caserío de i -ago Bl : r 'co. Jbr los los ape-

11rdos que recordaba don Víctor, er¡,n de ale r-nalles o sut -

zos, t ipn Schultz. Horver o Stupei:. r- '. lo reccrdaba a ios' 'señores" que iban de vacacicnes o de vis i ta, s le i l lPre

eran gÍingaspara el. Li unicc cont-lcto que tuvo de cel -

ca, en aquel t iclnpo, fue con un i-I1ecánico que vivía allí,

lo recuerda exactalTlenie el nombre, sino que sonaba ti-

po Ovski, tenía manos de or,r.Contó que un día había ido a 1-'eber v que se lralría q.re-

clado dormido en un sil lón y tras i iespe-ri. ' ,rse ha,bía ar-

nr¡do un escand¡ lo.r los gr i tos. l ) í r Ique ni t encontr¡b¡

su bil letera, acusaba que se la h¡bÍan sustraido aprove-

chándose de éi; todos buscarcri, ¿1 final 1a bii letera apa-

reció bajo el s i l lón. Casada queCó impresionado, roda-

vía recuerr ia el hecho porque cuando é1 1a encontró

, i t l

b¡ l

..,dt¡¡U¡¡¡l¡!¡r¡lt, i lr i l l i l lr l l l l l l i i l l i l

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estaba repleta de dinero, de bil letes de gran valor, nun-ca había v isto tanto dinero en su vida v menos aún enmanos de un mecánico patagónico. Una pequeña cosapara recordar, pero inoividabie para el pobre hombre ymuy importante para mí, porque confirmaba que huboen aquel lugar un mecánico con nombre parecido al delex marino del Gr.lfSpee, f uan Paulovsky.

El mismo, había contado que tras la muerte de Evi ta,In.r lco ya no tenía razón de ser una central de mandoporque no había ya nadie a quien mandar. Y fue al f inabandonada, los documentos notar ia les conf i rman queel z3 de noviembre de r954 la propiedad fue rransferidaa una sociedad anónima y só1o en setiembre de t967 pa-só a pertenecer a una persona física, ubicable.

En mavo de ry97 otro anciano decidió hablar de unsecreto que guardara por muchos años. En Z.rp.r la, aunos trescien'.os kilómetros de Bariloche, donde actual-mente v ive jubi lado, Hernán Ancín conró que tuvo laoportunidad de ver a Hi t ler media docena de veces enMar del Plata; c lesde mecl iados de r953 hasta medíadosdel año siguiente trabajó de carpintero en uil eCificio enconstrucción, su constructor era Ante Paveiic, él no sa-bía inicialmente que había sido presidente de Crcacia iun f ie l a l iado de Hit ler .

Ancín estaba haciendo terminaciones en io que fueun hotel de cuat¡o pisos que todavía queda en la cal le[.amadrid de 1a ciudad balnearia. Pavelic va había cons-truido otro más gr.rncie en la misma calle en la esquinacon la cal le Colón. cerca del Casino.

Ancín cuenta que estos eciif icios fueron transferidospor Pavelic a una sociedad dei gobernador de la Provin-cia de Buenos Aires de ese entonces. es decir. ai coronel

6tz

I )omingo Marcante, el hombre de Evita en los días pre-r ros a la Revolución Libertadora de octub¡e de 1945 yIrt ' i seguidor de Perón, desde entonces hasta su caída.

Un día, a fines de r953, fue la primera vez que Hitler.r. reunió con Pavelic, l legó con sus guardaespaldas y su.cñorr . Io ¡r 'udaban a caminar.

El ambiente de trabajo mismo va io había l levado a, l r :sconf iar , ahí pasaba algo raro. Tiempo después, uno,lc 1os guardaespaldas croata de Pavelic le dijo que ahí se,cunían el presidente de Croacia y el de Alemania, pero.'\ncín, en ese entonces, ya se había dado cuenta.

Básicamente era el mismo, el pelo cortado a máqui-rre, típicamente militar, muy corto v blanco, sin bigote.\e reunían en la planta baja del edi f ic io que ya estaba

¡rrícticamente terminada, en io que fue el i¿11 antes de\ onvertirse actualmente en un edificio de departamen-( ( ls.

El anciano recuerda que también estaba presente iamujer de Pavel ic, de nombre l !4¡r í ¡ l los¡ l le l l . cuandolo ¡ecibían o se despedían el l ¡ le decí.r ¡ l l i t lcr I ' lo repe-r i;r con su mujer "Felices los ojos que lo ven '. En cl cu¡r-r o había una mesa con cuatro s i i las y un armario. Hi t ler:ie sentaba frente a Pavelic y habiaban de sus cosas. lasinuieres no intervenían.

En una oportunidad Pavelic lo l lamó a ia habitaciónv cuando él ingresó se dio cuenta de que también esta-l,a Hitler; los guardaespaldas 1o de jaron pasar. A la me-.,a estaban ¡eunidas las dos parejas y Pavelic le dijo a Hi-rier, "ése es el carpintero que trabajó en el edificio",i l i t ler 1o miró y le hizo un movimiento con ia cabeza,.omo para saiudar lo, acompañándolo con una scrnr isacducada.

La señora de Pavelic le conviCó rrn café, en esta opor-runidad pudo observarlo desde muv cerca por unos mi-

Ar¡

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ai ' ! te¡ i . ' , i i { . . i1 ' ( l ' . , : r : r , ' , . , i l )Si)} i : l ¡ ; i : ' . )ü; i l i ; i I i€- i , rSi i ' i t^

r ; i i r l . - i i l , r ; . i i . - . , ; , i i . r i j . ' r \ : i ' l . r de! cr l ra i ¡ q l lc erJ s le l : ip ie

l i i1 l " , ' . : r i r i r

i ' l . iL, i : i lc , . , i . i t l t , . . : ; . ' i , : r l r i l l re ider i t i i ic¡ como I l l i ' . i '

: i t : r i :) .r ,- i ' lc i . .r i r . ' r . Li sens.r; iol t c|.14 -r. l ;o 1a af l igra v ai i . ie se

r, i l . : i . iD-r i ¡ l s i i i . l i . l , ¡ lgo conl i - ' i i i i : r i ) reot- . lpaci¿i l - i col ls-

i a r 1ie, . : . i t r l r l J! : l ( \nf r ' l J, iLe n tr. , , ; i r :ba pa)c J mis de ct ; ¿iet l-

r - : i . i r lo i . ret i ; - r l r l i ! ¡ ' i t lo 113¡¡ i ¡ ¡ ' ¡ Arr-r t ros i iev ib. t r ' i r . 'p¡

¡r i¡ ]¿ i t i io:: .r Je ,- ir : c, l i t . ,r i ¡ . ' i i l r ' . i - i : i !J- iu; ' .1 l i . i i ; ret ir ' ¡

Ir i l l l i , : i i r . i ¡ i i :rr I , l , t ' ; i , i r i t i r , l ,1., : , ' ia: ' l . Ic i tn :ru'-o Fo¡d tre-

qro,3i(- ' l l l ' f l l t i i { r l - l l I ! ' r i i . l i l t ¡ ' ] r t r i . ' : ; r .1í . r s¡ : i ' ruzó ccl t r t : l

l - l t r r i r ) ( ) \ r i ' i r .1c i i t i i r , r ¡ ¡ ¡ i r i , r '1- l1r i l ' lc i . i . ln. i i lo i ) ie( l ; ld(on

rusia) i i r . rs e i - i i ' r ; - ,uel i : , a i r : t l ;s a ic i i 'arque S. in N' f ar t í l r . una

a:,s- t . . i ; r . l . i r ju, l ' . . , lo i l r . , l c¿n i ' :c i " , , , . ie le jas, Se Pregunt¿) er l

esc eir i .orrccs s i i ' iv i ¡ ' i i : i i l t , - ) sr estaba de vis i t¿, nuncl i ' j

vio nr¡r i l rar ¡ ;o i le ct i ie, s ierrrpre iba v l legabe en ar.r to.

Lin:i vez r:lriln(io b.r.1.r .'ie1 tut(-) se .-¡uedó contempiarido

el i.nar, er¡ rin h,,r¡lbre qtte no pociia ca;ninar rnucho, 1a

muier: lo l levab,r de l¡. n:ano y é1 arrastraba ios pies.

Arr,:ín ,.rrejó rle v.rlos en agosto o icrieinbre <le r954,

il ir ir: i 1' I '¡velic se iueron de l,,{¡r ciel Flata en aquel pe-

ríodc¡.Respecto ¿ l¡ ¡esiciencia de Mar del I ' latr. adc-¡nde el

3i 'r i: i¡no caipintero vio ineres¿rr a i l i t ier, va no existe más

rcC¡ l.r zona, se.modificó cc.,n sucesivas urbanizrciones,

r i ,cro es c ler to üue en i ¡ c iud.¿d b¡ lne¿r io tenia casa Die-

cl: ich i;thi. lsen, r: i l ,r i ierr¡sc empresario fi lonazi. ailí mu-

ri i; e[ ; '¡ i lcr, ' ienli:¡c tei i96z: i iay que recordaÍ que des-

ie h¡cía c¡.s! t-rcno 'tnos goberna'ba ia provincia el co¡onel

i-.rrrrrinqD lviel cante, t¡n fiel cle u¡erecer ei apoio Ce Co-t,: .t{, li {ir-: Pe r ó ¡1.

a,r i .

Ancín c l i jo que el t tot lccs n() ( lLrr ' ,1, in l , i ' r rtecrtcrd¡ qt le en r95 I hrbía ; rparcci t io( ' r r r r r r r l r , , , " ,

hov dcsroarecido. I ¡not ic i ; .1,- le quctt t . t . t i t 'n¡ ur | | r r , ,

t o e¡ N{ar dei Pl ; r ta . r l j i t ler v qr:c ¡ . ic .s i r<. ,ct , , , , I r , r ' . l , ' l , ,, :rrcont¡. i ,1r., su cadár'er er.r 1;r p1a_r' .r dr. l b,, lne.rr.r, ,

i {o; : is

l . Cl-r ir ; i ' :n-<cn, Jui 'r C...r ir : . ' , ¡11,slfOA1.' i .1.RG.L-,":T7N'{.S/, ' t"1, / i fOs, pig 633

z. ILr i ,1, i ' . ig.66r- .j . Ib 'c1. p ig 634.

'1. Ibid, pág (r3. i

( ) l \

r r ¡ , ¡ ' l l t ¡ l l i i l l

Page 315: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

'*;¡rwüllli l l i i i i it,, l

XXXIX

¿Q."rión era Ante Pavelic?Fuc un.rbog.rdo de Zegreb, enc¡bez-ó en su p.ris el gru-

po terrorista de extrema derecha L¡sr¡.sfias, cuyos miem-bros tenían un tatuaje con una calavcra y dos tibias crrtza-das v el iema libe¡ta d o mttefte. En sns primeros camposde entrenamiento, el blanco estaba representado por unaimagen de Alex¡nder I. rey de Yugoslvri.r.

Pororden de Pavel ic, e l 9 de octubre de r934, un gru-po de sicarios Lrsrasfi¡ atentó con éxito en w-larsella aca-bando con i¡ vida del rey. Ante Pavelic coleccionó su pri-mer condena a muerte en contumacia, s i b ien el díaantes dei atent.rdo, se encontraba en Ber l ín y el día s i -guienre v ia jó a Mi lán recibiendo, en ambos lugares, unabendic ión pol í t ica.

Ambos países lo recordarán, cuando declararon aCroacia estado independiente él fue nombrado jefe y supartido Ustashael único, dos regimientos croatas hicie-ron parte de la VI Armada de von Paulus y aniquiladosen Stalingrado; en r945 había dos divisiones croatas deWa{fen SS y tras la rendición fueron entregadas por losingleses, al mariscal Tito, quien luego ios hizo matar acasi todos. Quien pudo huir, l legó a la Argentina.

Su jefe l legó en setiembre de ry47,vistiendo hábito sa-cerdotal y con pasapo¡te de la Cruz Roja. Tenía a su cargoel haber ordenado la muerte de 7oo mil serbios que vivíanen su país, además de r mil lón de Rom ¡z4o mil judíos. Sepuede decir que Pavelic fue el precursor de la l impieza ét-nica de los años go. Tras la reciente guerra civil, en el ca-nal gubernativo de la televisión cro.lta aparece habitual-

616

mente Mir jana Pavel ic, la hi ja del jc le .1, , l r , . , f / . . r . r . . / r r . , ltema es la rehabi l i tación del padre y c1e su r , ' r l rn r , ¡ r . , ,1 ' . rdándose de lo que hizo. Para nombrar l . r u l t i r r r . r nr , r ' , . r { r , .el zl de abril de 1945, antes de fugarse, ordenó l)( 'r :r( lrr, r Imente la ejecución de 75o mujeres en el campcr tlc J,r.;, 'novak, un campo creado a im.rgen y semejar.rza de I ).rchau. Yugoslavia pidió l¡ extradición en junio de i99t3 clt 'quienes dirigían este campo v fueron ubicados en la ciu-dad argentina de Córdoba, Dynko Sakic y su mtijer Na-dia, otros más que residieron cincuenta años escondidosen las antípodas.

Los mismos Usrasfias contaron su l legada a la Argen-tina en una publicación editada por la comunidad croa-ta, la revista l tzbor de mayo de 1954, en el ar t ículo sepuede leer "Fuimos peregrinando y peregrinando portodos los países de Europa, hasta que nuestro dolor gol-peó la puerta del corazón más noble que entonces latíaen el mundo, el de Eva Perón, quien llegó a visitar Ro-nta", el mismo artículo continúa con alabanzas a JuanDomingo Perón y afirmando que en Argentina hay pe-ronist¿s que no son drgent.inos.

Un despacho de 1a agencia francesa AFP reproducidoen el diario argentino La Razón el 8 de mayo de 1986,a.grega más información "Ner. York AFP. Los Serviciosde In{ormación del ejército norteamericano desaconse-jaron en ry47 la detención del criminal de guerra, T.ugos-lavo, Ante Pavelic, debido a sus contactos con el Vatica-no, lo que le permitió huir de F,uropa, reveló una agencianorteamericana de inforntaciones religiosas. Según elReligious News Se¡yice documentos encontrados re-cientemente en Ios archivos nacionales norteamerice-nos señalan que Pavelic, jefe del régimen croata recono-cido por los a]emanes, logró viajar a la Argentina conalgunos de sus colaboradores gracias a Ia ayuda de dig-

6v

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del Tesoro de los Estados Unidos, Bigelor, ', ' , informa a sudirector de Investigaciones Econórnicas que ios (Jstas-

ñas pro nazis de Croacia sacaron de Yugoslavia, al f inalde la guerra, 35o miilones de francos suizos y que GranBretaña logró confisc.ir 15o millones; Bigeiow aseguraen su informe que una fúente italiana, que no identif i-ca,le aseguró que el Vaticano ocultó el resto de ios fon-dos y que buena parte se enviaron después a España y aArgentina. El líder de Croacia, Ante Pavelic se refugióen esos dos países después de la Segunda Guerra Mun-dial. El presidente de ios Estados Unidos, Bil i Clinton,según un comunicado de EFE, fechado en Washington,zz de julio de ry97, declaró que hasta donde él sabe se hasugerido la posibil idad de ' que exista un documento enlos archivos del gobierno que podría aclarar algo de es-te asunto"y añadió el mandatario "van'tos revelar cual-quier información que tengamos v dejaremos que loshechos nos lleven a donde nos lleven". Este hecho se re-conectaría a las conexiones vaticanas croatas. Ante Pa-velic en primera línea y también, con ot¡o hecho oscu-ro ocurrido en los últ imos días de guerra que merece serrelatado por estar relacionado.

Enry46llega a Buenos Aires Licio Geli i, en aquellaépoca sólo un fascista desconocido. Martin Berger ha-bla de su andanza argentina en La historia de la logia ma-sónicaPz. Su primer estadía en Buenos Aires fue de cor-ta duración, tuvo que fugarse apresuradamente cuandoallí l legaron dos oficiales ingleses del SOE, que rastrea-ban las reservas áureas de Yugoslavia que habían desa-parecido.

Como cuenta el escritor chiieno Sepúlveda, casual-mente Gell i además de tener relaciones eDistolares con

6zo

Priebke, sospechoso en el saqueo del oro del banco deItalia, yo agrego que riene un historial comun.

El futuro gran maestro enTg4zera un militante de lasCamisas Negras, había l iegado hasta Cattaro, puerrocroata, ocupado entonces por italianos, en ese puerro seencontraba demorado parte dei tesoro acumulado en lossaqueos de 1a región. La tarea de vigilarlo fue encomen-dada a é1, sus superiores no lo sabían, pero fue como po-ner a un zorro a custodiar un gall inero.

El inventario realizado al tomar su puesro detalla queestaba compuesro por 6o toneladas de l ingotes de oro,z toneladas de monedas, 6 millones en dóiares bil letesy z millones de l ibras esrerlinas en bil letes. más un mi_l lar de cajas bancar ias con joyas en su inter ior .

En ry47, cuando el gobierno i ta l iano devolv ió esosbienes al Mariscal Tito, faltaban zo toneladas de oro, rmiilón de l ibras, r mil lón de dólares y ia mitad de las milcajas de segur idad, cuando se descubr ió esro, e l SOEempezó a ocuparse de Gell i, que entre ry47 y r94g ha-bía sido detecrado en la Argentina.

Gell i alcanzó a escapar de la Argentina y regresó mu-chos años después. Aterrizí ei r7 de noviémbie de tgTzen Buenos Aires, desembarcando como pasajero priví-legiado del charter que trajo desde Europa de r,"ueita delexi l io a Perón.

_ Fue su compañero de viaje también Milo Bogetich,lugartenienre de Ante Pavelic; la relación de Gell i conPerón tenía que ser de vieja data, cuando el recuperó.lapresidencia el rz de ocrubre de ry7, seis d.ías .iespués,concedió a Gell i 1a Orden del Libertador San Ma¡rín enel grado de Gran Cruz por importanrcs servicios pres-rtd.os a Ia Nación.

6rr

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i 'Viuv l i i t¡., r:,.,. i ir ie i lr. l ir i r¿i es 1a r-ie I '-elisa, tc.c[avia viver:11 el püe iriú úe "! r'iie r ¿^ j1r¡i:r. l.iirá peciuei=ra ciuci¿ici ci.:1Valie <iei lt ir, lr.:¡1r.,. ír r, ¡;rl i .,¡ iñedo de ia P.'.;a.gcnia; ,-¡-

. i io i : i i i e i r i r ; : , i , i i i i le ios ¿i- los oe ia décacia dei 5o, en eipuet-rl() ücicai')o cie Cer v;ntes, a un a.iemáir, Albrecht A1-v.rru iJoeirme, .luiell en 1951 se había esrablecido allí consu mujer ¡1iric' l i : l-erch.

j ¡i ls¿ cra ln,.lv joven v l ire contrarada corno emplea-,-1a <h¡nres, ica i1t-j nlarrimonto, siguiendo las costumbresde l r - )s terrarenientes locales. e i a lemán dei : var ias vecese¡:ro¿r:z.ai-l.,, a i. l ¡r-ruchacha. Entl 'e los años r956 y 1969,i.r riu¡c; L'rrv{} i- ies iri jas, a ninguna cie eilas Boehnie ie le-

¡ó :..r ,tuc'i l tci ir

l ) ¡ rn . , \ ibrei- i l t ie conió su v ida. había nacido en 1a ciu-t lar i de Nléxjco, en i909 v cuanclo aún era un niño, enoc¡sii¡n cie la ltr irner Gueria Mundial, se trasladó con to-cla su farnil ia a Europa. Le habló también de la SegundaGuerr¡ , que é1 hizo s i rv ic 'ndo en la fuerza aérea comooñciai pr ioto.

Siendo una rnujer sinrple, de origen indígena ntapu-che, su madre se a¡reil idaba Carri lao, nunca Ie prdió de-talles respecto a su pasado bélico. Comentó que Boeh-me se nmció al Valle de Río Negro porque allí su tíaBe¡th¿ R.unge era ciueña de 8o hectáreas de frutales y vi-ñedos. Llegó a sei un i rombre públ ico en el pequeñopuebio de Cervantes, fue fundador y presidente de laCámara r\graria local, participaba en tocias las reunio-nes soci¿les y recibia err. si. l casa a rnucha gcnte, alema-nes de la zona y otros que llegaban desde Buenos Airesc Bar i ioche.

t: l t¡mbién vlajat'a nlucno, dc;ra qiie iba a Aleinania,p, :1. , . r . - l : , l r r . : ¡ i ¡ is quei¡ r ' iUciCt, i - ,C i ¡ l ler t - r consigo r n in-

6zz

r ' . rn l rdo. Con el l . r er¡ reservrdo v s i est¡b,r nrcsenlecuando se encontraban con otros alemanes. sólo habla-b¡n en su id iom¡.

A fine s de octubre o orincipios de noviembre de ri_r;7,j r recuerd. i nruy'hicn, l l t rbo un,r reuuió;r ¡ lL l l inrpor-t ¡nte en h oropiedacl de Boehme. Cono é1 lc- cont.rra,era un hontenaje qr ie le hic ieron por algo que habíe he-,-ho en su n;r f r i . r en el nas, ldo I leo,r u l , . r r le, 'c 'n. t r le ¡ ie-rnanes, más de lo acostumbrado. a lrnos homb¡es los co-nocí.r , pero a l ¡ m¡t 'or í . r no.

Cuando ya estaban todos reunidos, . r media tarde,vieron l legar un auto negro grande cie donde b.rjaron treshombres v l rna mujer, c l .c ' rs ¡ i 'udl¡on r br j . r r r l terceroque tenía di f lcul tacies par;r c lnr in.rr solo,v entraron.enla casa.

Cuent,r nuo .r l nr incipio :e hi zn cnnto ! . tn. . , j jc i tc io v¡ i l1e onqnot l id¡ tndnc cp f i lnrnn .rrr r r f lnr io rrrr r r i l r , 'e l

pr l l r to D, ls.rr¡ Fel is¡ contó nr, ' lns hor¡hr ' . 's est¡ l t , rn5.. . t - -

emocionados, se ponían en posic ión de f i rmes y levan-r . lhan el h i , lzo n.rr . r * : l lucl . r r s i ienc jos¿r¡cnl*

Cuenra t¡mbi,-ln que r vario.;, c()l¡ ' ., :r dr.rn ,\ lf¡¡s.¡rr,se les l lena¡on los oj , - ,s,1e lágrímas. i ) i jo Llue cl i r ¡ l i tbr , r ,a quien ayudaban a. c.rmin:rr , er¡ 1rn poco iengo, rr iJ : i -t raba una pierna, aparentaLta unos setenta años o nlás;la mujer, a l contrar io, era. una rubieci ta medio gcrdi t rde cara. mucho m,is joven que é1. corno de vcint ic incc'años menos. Todos ios hombres que estaban en la cas¡también la honraban a el la, tomándole la mano.

Fel isr especi f ic . r que el anciano tenía el peio comple-tamente blanco, cortado casi al r¡s .v* que parecía c¡lvo,no tenía bigotes, tu\¡o que ser ¡lto de estatura, pero enaquel entonces se veía encorvado, acbicado: no era gor-do, pero tenír barrigr y sus brazcs y piernas eran nru\.f inos, parecía muy corto de vista, porque dabe 1¡ impre-

62r

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sión de ver a la gente sólo cuando se ponían rnuv cerca

de éi. Recuerda qtie tenía una camisa abotonada hasta el

cuel lo v un saco de lana gruesa.Dice que los hombres lo rodearon y conversaban

amablemente con él en aiemán. El1a misma declara que

identif ica el idioma por conocer muchas palabras suel-

tas. Cuenta también, que a don Albrecht 1o abrazó y

conversó con él más tiempo que con los demás, a mu-

chos de el los el anciano no los conocía y Boehme se los

presentaba.Feiisa dice que a ella no la presentaron, pero recuer-

da con gusto que el i lustre visitante le aceptó tlna por-

ción de torta de manzana que ella había hecho, manifes-

tando satisfacción con un gesto. La descripción coincide

exactamente con la que hiciera Ancín en su enctlentrocon Hitier. También recuerda que no quiso tomrr ni vi-

no ni cerveza, pidiendo un té de hierbas que ella misma

le preparó. Le l lamó la atención que las dos personas que

habían ayudado a bajarlo del auto siempre estaban a su

Iado. Respecto a la mujer rubia, ésta también hablabacon los hombres.

La pareja estuvo en la casa entre una hora y una horay media y al momento de irse todos los siguieron afue-

ra, despidiéndose otra vez firmes v con los brazos levan-tados. En el auto, él y la mujer se sentaron atrás y se fue-

ron con los dos hombres que los acompañaron. el resto

de la gente se quedó casi hasta anochecer y parecían só-

1o comentar Ia visita que habían tenido.Felisa cuenta que Boehme esa noche no pudo dormir,

ella al día siguiente le preguntó el por qué. El le mostróun libro con fotos de Adolf Hitler, eila le preguntó si el

anciano era el que aparecía en el l ibro y é1, todavía muy

emocionado, ie dijo que sí. Esta fue la única vez que es-tuvo en la casa y nunca más Io volvió a ver.

624

Poco n.rás de un año ,v nredio después, cuenta que undía de invierno austral, presumiblemente julio-agosto1959, a Boehme lo v ino a buscar un alemán que veniasiempre a la chacra y los dos se fueron juntos. Era pasadoel mediodía, tenían que almorzar pero él se fue de prisa ycuando volvió le dijo que tenía que pilotar hasta BuenosAires una avioneta porque había muerto Hitier. Eila creeque fue para l levar ei cuerpo. Don Albrecht se fue porunas semanas y cuando volvió no le contó nada, pero porcosas sueltas que escuchó en varias oportunidades, opi-na que 1o habían transportado hacia Suiza.

Felisa Alsina todavía no l lega a los sesenta años siguesiendo una senci l la mujer patagónica y opino que unapersona así no puede inventar semejante histor ia y de-ral ies muy precisos.

A mediados de enero de 1998 fui a l pueblo de Cer-vanies para confirmar el hecho recogido cinco meses an-tes en General Roca, todavía v ive ahí su hermanastro,el Vasco Díaz, en una casucha. Al morir, don AlbrechtIe dejó a Felisa una gran casa en Roca y una finca en Cer-vantes.

En el pueblecito aún quedan en la sede de la CámaraAgraria dos placas de bronce conmemorativas, fechadasz8 de noviembre de r965 en homenaje a su presidente yfundador Boehme. En los nombres de ia comisión di-rectiva firmataria pude ubicar a dos personas todavía re-sidentes allí, Domingo lr, ' f aressa y su cuñado Natalio Pa-lermit i , ambos emigraron en ia posguerra de I ta l ia.Maressa fue muy expl íc i to def intendo, t re inta y t res.rños después de aquel homenaje a Don Albrecht comoi¡n nazi, otros lo definieron como un personaje oscurov lnisterioso en sus amistades nazifascistas.

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"trir;:rtttrllllllilli!lillllillll¡lllliiillitlltlllllllliltllllllilii!,

¡r.1r.r¡ios cl¿ /¡.9.:¡l¡ r .Sci/c. Segri.rr 1;r.rgenci.t uno d¡ los do-

cunjerTtos dei C[(,: : ;*ure,Juc Pav¡:Jic esr¡b¡ r in l ]a)tr '1c-

to con el sub.";¿cr, ' ty¡ i¡ t r le csrtdo clel 1,/at ic ' : t t tr j É'n €'-\ ; '1

época,() i , ¡ r ' : tnni I - l , t t i : ; r . , ,1 l ¡ . ' I ' l ¡ I " l i , t ¡ t , i í t ' r ; lueg' Í i i ' " t ' iP¡-

pa Par.ti,; \"1' .

l . . t r , .er¡ i .r t l es ql le ¡1,¡ ' , ' r3l i , : i l ¡?,¡ , : t . .1, l i i t ' . / t ; f j l . l tLc, ls-

t ido M'ryor e i r - is l ¡ l ¡ r i l r t L in qnl ' lcr l - l t r cr-{r ' : i : l ' - ' r r c\ i i i ' r en

una magnif ica residel lc lJ entreg¡d¡ D'- , t e l qot ' icrLL") pr-

rrJnista. \ 'no parece cJSual, por vJr iosi in i 'cst ig ld ' r res

que los Usra-sh¡s errrpezar¡-I i l a l iegar justr l i t imerl iute-

nlerl te después de la audierlcia p.rpal dc Flr '¿ r ' ' l :6 c1e ju-

nio de 1947.

Sólo, ic 'scie el 17 de rb¡ i l de 1 '757 c ' . i r i r ' : lo el c i i ' r i io El

P1.rrr1r. l hrzr: i ,- ' íLbi i ' :oir()! 1.ez Prinlef¡, r t ' r sr. ipo cltLc i- ' ' r i 'e

l ic v stt s h,-,ntbt..-s ¡ ir vie t , ,- . t i i l qo'Di i t t- i r¡ pc rt : tr i st r ap or-

¡r¡ . ¡19' . ; l isr- ' - \ t r )¿ir i i ' r l í l i . ' ta¡ l r j - i . i¿,- ' , / ¡ ' : r l i , . ¡ ' ¡ ' " ¡""¡ ' - ' . ¡ l - l ' : i - { -

peci i icart,- i ,-¡ t¡uc Petót:; . lcce:,r¡ ' t l ' ' l :¿<l 'L t l í ' ' ; rr j r rr ic¡rrt 's'y

la picat t ' t , e l ¿tei , t tdr¡ , e i lor t t leo v L 'Lr ! ) j -s is¿cln ' rs ¡ /c i

reginten ¡ret 'r ,- ; l i -<1..t rccibierrtrt t¡J,-- ' :¡ lsiC'- ' ¡¡ f i t ' tp"t-t ' ' c1t '

Ia erperienci¡ {-/s¿.r.sh.l . I .a Al ianza Liberr ' tcic¡re N' icir- ' ' -

¡1.r1isra nlv'c,, , , ' ,11¿'tf(- ' ¡ l rr .¡¡ro de cri t t t in:t les t le gut 'rra' prc'

fesores avr:ntaj; t11c-t rt ' ertLl-s, ' . ls ia s, los últ ínt¡;r dí ' : ' i c i '"1

régimen, sorprendía:t ; t l cast;al ¿¡¿nre¿in¡:c' (r) i l l¿ per-

nlenente entra<Je y sal ida de lcs locale:; l i i ¡nci-s¿¡-t de ru-

dos y hosct>s individu,-ts ¡-ui,'io¡', rntt(b(r-s.' nlo,'enr:s, Jos

rnenos. Los habíaie:'; cje Io:; conciLi'ibu!o:; .tji¿n-jv¿'"c,gus-

taban vanagloriarse rie su.s anllgos Jos {.''sra'shas, frrntes

v decididos deft:nsores del peronistt tc".

Entre los que l legrron con Pavelic se clestaca ivo i l .oj-

n ika, a l ias Ivan Rajci rovik, comend,rnre Ust¡sf ia de la

ciudad de Drubrol 'n ik. entre 194\ ,Y 48. se c.r lcrr l : r que

h¡y¿ l ievado a los canpos de externtinio a 5c'. ' rni i per-

618

, r ( rLrd. l r i ' ] . , l j ¡ ; - l r r ¡ 1r¡¡ ' ¡ ¡1¡- , , i , : . ] r t

e l "" ' t , : , . . i , . idr , ' ¡ l r - , i . ) ¡^ i r i r : ¡v. l t tk . , l i ,e . . ; i - , r l i , , , ,

a i j i - r l i l ! r i l ' ! l i r i . i , . l , : . . - . ; ' - i . i : - ; i , : i i l ra i l , , i , i i r ] , , , , { i1, 1, . . , '

r t i tC:r ] ;¿,- . , i - )ctuj l r : ; : . t a i - ' 1 ' r i :s t i icr l , i ; , í . r ,1( , . rvr , I

r ; l t ier t t r i . i i ' rs iF-1r ie j - r iL ' ; Í ' r . rer . rpre. i tc lenl tc ject i l i . i ' r , , / r .

e i t ' i¿ ¡ , i : t : :s i . le l : ; r . r , ) . i i .1 J ' i r ,1 j r i ; ot : . j i , no;r lbt o oi ¡ r l , , , r , r

clur ún. i iü.ei ' , t ;n¡ . i , i i - - : : : r t r ¡ r Sinrr¡r i \Viesent.h¡ i r ¡ r r i ,. l iat . i r r renf e , r l , j ;c - ; l ¡ Í1 c:) io r ie R.rr ln i l ' , .1 ¡ lgobie ' rno ¡r

3e¡l: i l i (r ; i - i i t l i ) le si1r. i . .rsl ; t ei f l i i5i l . l t ) cl i :n¡,; i , ¿luinef l tar i , t

prc iec: i r'-, :r ciel ii i r, i cr n; .ir-i c t¡ r-¡o,rt..:.

í i t r . ,s ¡ i , : i ' j ' f , r i ' ( / , : l (r i )aveirc Jle.t-,r iol ¿ ser i lc, i : ibtes cie

urr 1, 'nrn:r i r : ' - i r , , j , r t . r i io e¡gel t i i ro, h1i1o Lir ,ger ic. i legó a

ser ei j . ' i i de I . r quar,- l i : r perscnr l r le Peron; ei c l i ic t , - r r

R l'¡n kr., Pi ¿rizó n, i:l(-r,l i i . ftr,. el ri eriii ¡'! pr:rs(-,n.r] cii:l rnis -

I I l , ) l r t r ' . , i . i r . . ' ' ¡ ; ' ¡1, , ¡ ¡ , ¡ i n1¡.

LIr-l ¡ i ie i¡s ul ¡i rr, r j ) r, ,r.1úr:rs i i ie t i¡ f uncii i i .r pr,rr Iteurerei día : l Je iu i i , : , ( ic , r t ) , r : ' . [ j ' , j i i ar l tc i , . , ¡ l¿ cadena de te-le t tsión ¡r,:r rable ,,.rErl ci¡:

. i ,,, i-:;t oder.: L-'nidos, divrrlgó

l:¡i i i t iorrr,¡, ' . i ic;e¡lr-1u q'r. ic ri 'v ai-ie ,-rt¡rr accedió a ocuitarzorr mtilcr'es ce í- 'r¡rtcr;s ; ' ,: izi, is, t3,o millones de dóla-¡es c ic ' la epü.--r , l ;o. , i : . r i i i r . . r i tes aci 'Jaies, s,>bre todo ennloneda! l ie o¡c, f io l crrentf , de n¡zis f¿scistas croatas.

Ei riocumenco iecl'r¡cio en octui¡ 'e ele ry46,encontra-do por l¡ caclcna ,{8',E scri¡ el pr"irner irrl lazgo. en l lrásrle irn ar-ro de extei-is.. i-rirsqrreria eir archivr¡s qubcrna-

merrtaies. en qlle io; investi¡_riCores jrln vincr-i iado al Va-ticano c:on caprtales que lor; ir-rzi:; o :r. is ¿iia.Jos hricieran, l - . .^^^-.-^- i . . - - - - ! . l -l rs5, t l .d¡ t r !sr uúr!Lirr ! , . , Segulr . l ¡ Cue ¡ra l \ ' ! r indial , i , t ca-

iena ci i jc que se t.opó con el ciocurnen¡o cuanlio estabar,¡pt- . : ¡ . rn. i r ' rn { i ; : .unrenta] de ios hcras t i ru lado "Di-

-ei 'cr sei lgt lÉ;:ro. Ei aio nal) e¡: Saiza".

l i ,n el docur:rento, ei i r¡nci. ;nario ciei Departarnentcl

6l

Page 320: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

' , r i r i r ¡ i i l l ¡ l l i l ; l t l ¡ iJ , l i , r , ; : i : l : : i i

' lbcl"s ine diiert.¡r 'r r lue t.nrl solo tLn arrriqrt en Cervan-tes. n{r era alentá ' r . : ; i r i ' : r i ta l iano, Giust ,ppe Cupprr i .- i ' ie i i l ta v seis . r r l . ¡ ) , r . i Í : ; joven que l loehtne, por vrr iosatrc's f i ie su :tccilü¡'rair..rnte , asistiér)dolo en 1o neces;rrio.E,ste rne cr.r ¡1[ ¡ ¡"¡1¡]1as aoq. ls, por c ier to era un nazl co-ino rri;rrbién sLi rnil j i :r ale¡lana, 1a entonces FrauleínL-e-rcir. ]:;rbr.ía ¡;erter.ieciclo;r h Ge-sr.rpo. -1 ¡mbién lo cie-firri i-, c,¡l;ro ttn:r\.¡ri l-It i l t( 'r ' l , tue el primeio en el Valle enaclultcr:rr ei vino a¡lrcSancio azúcar en la bodegr famili¡rCervart t ino, : : J c: i i i rs rcasiones obl igaba a su anciana t íaa prrrrse r'¡1 i.¡ ptrri i ;n para vigiiar la propieciaC. Esta ac-t i ' - t ic i de Bc,ehnic 1e Cc;rgr;r t ló v cu¡t tdo mrtr i i r donó elculpo al i i ' rs ; i r .¿1¡\ ien:án I lon Albrecht de inn.redia-to iecorri irró. ¿l c¡'¡rt: ici.r. i i pro¡riedad a ia institución. Auni,:; r, i<irr ciel yniebic iracia l\4ainque. l indero a 1a rtrtan: ic ion¡. i r2, aúr i queda 1r chacra 339 l r ' sLi chelet de est i -io aiui l r¿in.

(i'-rpi-,an üie curltí) r:airibién rlue cuando é1 era un ado-lescente h¡bía t- 'scucf¡¿rdo en Cetvantes a los peones delrarrlpo de Bc,eh¡ne habiar sobre la famosa reunión en lacr i¿i apareci í ¡ i - j i t ler , co¡ i f i rmando 1a histor ia de Fel isaAisin.r.

l ln ia der- :a. ia del '7o, Boelrme vendió ia propiedadagrícola y sr: i:r ' . iúo .r. una cén[rica casa en General Roca,a ¡-el isa le cornpió ; i ia ui is pequeña en la cal le Chaco, 1¿lelación ':on eii¡ ciri i i , t l 'ei l i ta años, hast¡ su último díaen el hospi ta i de Clr :ncral Roca donde rrr t r r ió alos77años teniéndoia a su l¡ir ic.

Disponía de muchc c1lirerc. ' . iaiaba constantenetlte,Cirpo: i r i ' .uvo cpor i -unid¡d cc i ' ' i r su pasrporLe. el sur de

ti z(>

Chi le era su dest ino nr incipai , \ , rn i , \ . t , r , \ r . , , ! , , , ,USA.Destr .sandrnzasbél icasydest i l l t , r , , , , l , r i \ r . / / ,1,Córcloba, Cuppar i suDo poco, pcr c ier tc, 1.rrr . ¡ r r l , , l , r 1 , t ¡c ia l , recordó que una vez ie comentó oue pol n. r , . ¡ r r . raprobado el bachi l lerato cu¡ndo empezo el colr t l i ¡ r , . r , .corrió ias etapas de ascenso desde unre¡oifizjer.

Respecto a IAME ( lndustr ias Ae¡onáut icas lvfecáni-cas del Estado), hay que recorclar qr,re. despues del inge-niero Ku¡t Tank, j leeó un gruDo de pilotos, ex integran-tes dei KGz<'to. con Werner Baumbach. su com¡nd¡nre,l legaron Perer Behrens y Hans Rudei, por lo entendidotambién Albrecl i t Boeh¡¡e era p¡rrc.del i gruppe, queoperaba en Alcmania desde Ber l ín-( lat i , . rv v en Norue-gr desde St avr nger-Sol . r

Aparte cie 1¡.. eristencia cie conexiones ci::cunsrancta-les, está document¡do que en e1 Kt,-zoo h,.rbo co1¡bcra-ciones en el desarrol io, C.e ar. icnes especiale-. pro\¡ecr 1-cios para sus acti*/iC.ades, {:on-rc-, el ,1rto{' ..¿:nuro¡<lue l iet,ala s ig la homónima cie la aerup:cion sec¡et . r , o el F! to3-R, el pulso jet derivado de la bomba volador;, L';, en iapr imavera de r9 44 ,Jt to Skorzen,V impulsó la conyer-s ión para que la V¡ sea pi lotada, H¡nna Reitsch en elmismo verano voió el t ipo i y II yWerner Baurnbach. enoctubre, impulsó Ia experimentación del t ipo Ii l y lV, elque nunc,r l legó a ser operal igo.

No tuvo prcrgenie Boehrne crrn . j i l nareja El f l iede;aciemís de la que ruvo con Felisa, hubo una irt ja en Ale-nrani¡ . tJmpoco reconocic i L

Tras la div is ión de su patr ia, ésra habia quedado en laparte oriental, sintiéndose ya al f ir ial de su vrda, sigue

6zi

Page 321: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

contando Cuppari, empezó a arreglar sus asuntos per-

sonales, hizo evadir e ,t' 1-'i;t en el biúl del automóvil del

Lmbal.áor argentino, ell¡ estaba casada y dejó a su ma-

rido en el este.- lrrs.on"*iorres políticas eran poderosas' amigo del te-

niente general Jtr'an Carlos Onganía' presidente de facto

;;;; h";"t derroc¡do 'rl presidÁte rrgentino Arturo l l l ía

en la década del 6o, comt también de miembros de la Jun-

ta Militar en la época de su gobierno en la década del 7o'

En u.rim oportunidades Cuppari pudo ver 1a deferencia

y el respeto con que rrataban al alemán' en 1978 el temi-

áo rnirrirtro del interior de 1a dictadura miiitar' Albano

Harguindegui, visitando la ciudad de Roca' presentó a

g;"ñ-" cii..rent. altos oficiales presentes en el acto'

En los primeros meses der986' tuvo tanta confianza

en su jorren aniSo que ie dijo: "Si-me..oc.urre algo' re'"r^u"ra',

qu" ,11í hiy áinero para mi htja "y le mostró una

vasinil ia de estancia toda aúoilada' adentro había un bul-

;;;;.J; de polieti leno, siete fajosm.embreteados por

la Federal Reserve en bil letes de mil dólares' Setecien-

tos mil dólares en una época en qlre en la Argentinl un

,ueldo promedio ",,utl

er" equivalente a cinco mil dó-

lares. Eie mismo año su hija alemana viajó a visitar a su

padre, fueron juntos ai campo y ai chalet vendido más

de ro años antes.-- i^rloseguel' el custodio de la propiedad' ia que hoy

pertenece a una gran compañía frutal ' todavía reside allí

*ir*o y contó qt" "tt " '"

opo"ttt idad Boehme indi-

.l"¿"l"if sótan;le dijo que cuando é1vivía ahí 1o tenía

ll"to d" armas d" gu""n,ltte allí mismo había escondi-

áá ,rn ..-"rada bt]scado por los israelíes' Casi la misma

histor iahabíacontado. ' ' t ' iou"t tamigoCuppari 'e lpró-fugo era nada menos que el doctor Mengele'

Frente a nri asombro, Giuseppe s1gulo contándome

628

que Don Albrecht tenía alredeclor del chaiet esconditescon armas y cambio completo de ropa, tomaba constan-tes precauciones, y no le gustaba que lo fotografiaran,casualmente en oportunidad de la fiesta de compromi-so de Cuppart en t97t, le sacaron una toma.

DisponÍa de más efectivo, t¡nto que antes de morir,aparte de iegar inmuebles y surnas para garantizar el fu-turo a Felisa, entrega a su hija aiemana un millón de dó-lares. Ei ejecutor testamentario, el abogado de Boehme,Tomás Rodríguez, preguntó a Cuppari si sabía el desti-no de esa suma, 1a que normalmente Boehme tenía co-locada a plazo fi jo.

Hoy Don José atiende en su humilde almacén-carni-cería de Cervantes ayudado por su familia; de su amigoalemán le quedaron sólo recuerdos.

Fundamentaimente, queda el hecho que un pi lotoalemán, un teniente aparentemente desconocido conuna gran disponibil idad de efectivo en dólares, en la Pa-tagonia, recibió como un agasajo personai ia visita delmismo Hit ler y señora. Hay que recordar que a Ber l ínhabían i legado, además de los pilotos conocidos, unoshasta hoy desconocidos; entre ei los l legó el mister iosoteniente que acompañó a von Greim y a H¿nn¿ Reitschy posiblemente algunos de ios cinco pilotos de cigueñasque también habían volado h¡cie el centro de Berlín, an-tes del z8 de abril de 1945.

Pude verif icar que en el ¡rchivo del Centro Wiesent-hal de Los Angeles aparece Albrecht Boehme, su fichaes mínima, resulta clasificado como pilot officier, tam-bién se 1o puede calif icar de nazi porque su nombre es-

f r 'Lf

Page 322: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

r r a: ;ot . iacio a f . is : rn i iLr . , . ' . r : r ' l i : :€ l i l ' r r ¡s

l i : ] i l ¡ i r tsept l

l r4eirgele' ubi ' :a' :1o i lor r i l ' / ¡ 's;"t j I ' r t lo ' ; l -rr i tr f r '1r i ' :s ini lse' j

de tc)6c¡ en el \ ' ¡ l l l i i "1 } i - i : r i "cgr ' - '

' , t l l . lL l t ' t t t iL ' : : , : ¡ i , . . - ' i , .1 . i , : ' i r j r , i1,r i , ; ¡ , , t ¡ ¡ ¡ ' t lOCbSef-

f ' l r l .1! . l f l i ¡1. l l l i i r : t ' r r , r . - , , i ) r i . i . ; . - , . . i i - , ' j , i , r , , j \ i r r -sL_i t f i l l lC_S

(JfgUf lu: j ( ) : i i l t - ' i ¡ ; t t : : , . i . r , / , ¡ r r r r r r : . : r , : . : . .5. i . ,¿i t r .c. : i ; {e

1]c ' ¡ r . l l t lc . i l t t i t ; . r ' , . - : , i¿ l i i l . i r j . - t , : : i , . ! ¡ . ; iL: t ; ( i l , . i r i ( . ) : : . . / \ t I t : : -

r i ic í t r .1r , ic 1c,s¡eh¡, icJt ,s r-() t1 i i : ¡ i r : i i ; i r . , , ,1, . , . . ¡1 i r , ; !g. t t l ¡ . lc t . l i a

1c-s -sg.i1 ¡ ¿¡ t a | ) t( ) s h Lt l ]1 ;1r) j f a r i t¡ s i l ( . / r ( ) / ¡ t ; ¡ r cl ,vtt . K o l i l e re1 ¿l l l r iue -cc,.r i ,n! ' ic ' i t€ t : l I j jbié17 tt t rr ! I Ie.tLtír. io I t¿r¡ gt. tnc.1t'tLi¿ed de ert:.titjerts. p(ti 1t) ¿Ji¡r.'sc' j¡,¡¿-e t;tutc,stt '.

Est . ¡ mi; ió i l , le . - - r : l i ' r . ü L. i J l r r . . r /e i r i , , . i r . , . i r io i ió c ies-c1c f in de ¡brí l h:str l ¡ r r . pr iu.re,r , : r , r i í , r . ; , ic j r . , i i r ,c le r . . ¡ i4.

( - ;i n.ii r s s i e m prc r.rti j i z ¡.r i.() r it a, ¡ !:- e lt tc s C e ;r-¡ n il :.t i z.¡'V ' : pcr-so; ' r . rs u t ¡nt i i i . rs con.)c i , l . r : . j (as11.f l i l - rcr i t t i ) í , r ÉIr)r i1r)Co i : l to c:; desc.t l-rr l i , rclc-, ¡rso.i . i r .1 B,;chr¡tt . .r l iefe r lel, .1hir . ,cJt¡ . , 3tr i .L:rctu.rr : ión de sus pianes.

C.trn:c:guí foL.oa..r, : j . r . . l t , i l . )r . , :r , ' r i : l i¿ ¡ l jcrsonal Ar¡:. l i , .ej : ;. : . ' i \oehr-rrc. L i ) ; i r i r , a ie st . l t : . : i iu i ¡ r le, i t lcnl iJ¡c l ¡ r r r ,e i ' i t i i ) i1-i t ' t t i -ur i i ¡ t ¡ , ¡ i1¡ . ¡ ¡ ¡ ¡ , , , . - r ¡ ; tú i i ) i r i t ! ; r t t . i : i ie ch.rs V s, t t -1. ' .c i -l l i ie l l tcr e l t Mé;r ico. : j i ; ih ih* , . , r r , : i i i l i r i : ro cU r ' i r i r i i t 's t r : r

" ic ' l t9,19 ent igró ¡ la A¡Ecnt i : r j . r ' , . , i ¡ , ¡ ie r l l r r jo de r95r. e i i. lnt js i ¡c.r perío11o c ' .¿i ! iur i*- , i v I ¡nk. : ,É: i l t l i ( : ; i o i i r i ¡1-, i rente en ese país i , ie i ibe j ¡ , .ec. lL. i la ce ident ic l , ¡<i lot : i .

l rrc 'gr.rnit : .r (- i i1rt. 'Otr" Cu; ' ,¡ ; :rr i el ¡ t l ) t i !o Je la piedi-t ' i . .c ion c ie r i t ¡ r r Ai 'brecht ¡r ._ ' r ' í1, u l . t jot i i . : i t l lacido en i tJ-. i : i r : l i ig4; . i r le col t ró l lue 13u,:h;r te, l i ¡ . . r i1 l i : : r , de su pa-. : i e I i c; i l r í :¡ t ico, i i r" i iel i { : i i i i a( )ai i l ( ' i cr r lel . j i i . i r tei geiteral

- i¡ i i¿irtr er: Libi. . . . i -r¿ trt i t br i : i r , ; j iel-qlrc ¿i i :¿idL¡nriscalr: ;u' in R.or;rmel, l i teralnlente se / ' r i ]evó para la inesa de,l j ciaies cle s- ' .r ,{ñika korps.

L,\e tegr.:s6 i i i : ,J,t i ' . ie

: , i ' " ,1 étr . : t : l ""! ,

' . ;a: . í)Jl i () i

( . i r1t i r ¡ ¡ i . I l lo l l l ' ' l ¡ l r lo i ' : t l ' t r i rc \ ' | \ \ 1 i t ! : t , ; i ' ; ' i " -

d^á, i ¡ t r , : ; t ls pa(: l res t r ¡ l ¡ Í ¡ r r ier l i r lc L¡nl l l í ) ' ] l i i ' ' r ' - ' r ' ' "

venir la revolr ' rc ia in c le I ' t : t t r r . i to ' i ¡ i l i : . r : - ) ] l f i l l ' l i i l i r '1I : i i r '11

del misnro en 1q14 l le i 'ándosc- (croc'c¡ i : r i \ ' : ; r ¡ f t ; i i i ' r i i i t '

tuvo que ¿11¡¿l1dr,rnrLr todo v salir pri'rfuga cr'tn él nlt't"' p'r-

queño, embalcíndose i t into i crt l(rs recl( iei i i35 ¿1e ln¡nes

prr . r volvcr, l s l l l l is Je oi :gcir .

El único barco aien.¡án presentt- 'en la zon¡ erl el l )re- '-

den que hlbía sust i tu l {o.r1 l } renter, ' quedlndo solo en

la .ost. mexicana. la rrvr ' l r .rción l le irancl l t l \ ' ' i i l ¡ st- ' en-

contraba en su n- 'omell to más -¡ iruientc' ,1os rehelcles es-

taban cercanCo -lhn'rpicr l

Y se ¡ceÍ.¡ben i l{ l i i gros' lrxel l te

aVeracruz, el Pueito más irnP.i t¡nte ¡ iol gr- '1fr¡ [ l ¡ ' tni-

tán cle cc)rbeti ; f Ern:.t \A/ ir-blt tz fr¡c r 'nr:algri l rr de l¡ r :""r-

cLlación, Por el comand¡nte K' lh{cr ' €i enLon' ' :( ' -q c' : iJ.r l t i ; i

c iei D¡es¿Jert. En,: l cj i ¡r ic de t ln r l ;rr ir lo cicl l - j ¡c ' 'c 'Jen se

puede ieer: "I-os a1eln,tt lc".s resir lcntes c' ' ' l i f r ;d' l -c su"( ¡re¡-

feltencirs soir e¡,, . . icr¡;<1os l tot 1lo{o¡r(rs ¡ y, lr .1L;- i11. a1(jJ

63r; bj l

Page 323: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Só1o quedaba ubicar la íi l t ima mo¡ada de Hitler'

En su relato al capitán \4anuel lvf onasterio, ei ex ma-

rino del Graf Spee,había contado que Hitler había muer-

to cerca de uni población muy al sur y próxima a la cor-

dil lera de ios Ar-rdes, "cerca de un lago, quizá el más

srande de la zona más fríanente bella de Argendna"'

En base a este indic io y examinando los v ie jos mapas

pucie ernpezar n'ri búsqueda. Ai sur del lago Nahuel^i-tu..pl

ital'más cle dos mil qr:inientos kiló-me-tros de cor-

dil lera, cc,n dos docenas de lagos, cuatro de eilos int't len-

sos, entre cres v cinco veces más grandes que el lago Ba-

laton, el más gr.rnde de EuroPa.

Hace cu¡renta años atrás' l¡ ruta principal hacia el sur

era 1a ruta n¡cional 4o, a tinos mil quinientos kilóme-

tros al sur de Bariloche, pasa por ei puebio de Perito Mo-

reno, cerca del lago Buenos Aires, que no tiene l¡s car'rc-

terísticas indicadas.Mi l k i iómetros más ai sur, ia misma ruta pasa cerca

del lago Viedma, pero tan)poco allí el lugar-correspon-

de a la descripción, ni pucie encontrar huellas' A unos

cincuenta kilón-retros sig.i iendo haci¡ el sur se encuen-

ua el lago Argentino y sóio al verio, uno nota que es un

lugar béllísiÁo. Se hizo famoso en la últ ima década'

cu*ando fue establecido *:i Parque Nacionai Los Glacia-

res y por el ventisquero |erito Moreno, recientemente

deciarado patrimonio de ia humanidad' En 1a actuali-

dad, mundiaimente famoso como atracción turística'

En la ribera del lago Argentino se encuentra el pueblo

El Calafate, éste comenzó a ser turístico en los prin 'erosaños de la década del To y creció hasta llegar a unos curi-o-

cientos habitantes, en los últ imos diez años se dccuplicó

y ahora cuenta con más de cuatro mil habitantes'

6zz

Es la base de las excursiones turíst icas p;rr . r quienquiere v is i tar e l g iaciar o ei monte Fi tz Roy de 3.4oo mde altura.

En la década del c incuenta el pueblo contaba conunos cincuenta habi tantes y no había municipal idad,como me contó el historiador iocai, era un vil iorrio dediez c¡sas con un almacén de ranros generales, donde sepodía conseguir aiambre, cl.rvos, lámparas de petróleo,ropa, etcétera.

En Ias palabras de juan Pauiovsky, un detalle inrere-sante era que Hitier había pasado sus últimos arlos huós-ped de una pareja de yugoslavos. Esto ayudó mucho aubicar su posible úl t ima morada.

A unos cincuenta kiiórnetros del Calafate, dirigién-ciose hacia la cordil lera de ios Andes, enmanrad¿ de nie-ve perenne, siendo la zona montañosa cubierta por ioshielos cont inenrales, un glaciar c ie zz mi l k i i ( rmerroscuad¡ados, residuo de 1a úl t ima glaciacion.

Aiií hay unas estancias, el lugar es encanrador, el co-lor del lago es turquesa, con pequenos icebergs flotan-tes. Hay bosqueci i los, col inas y quebradas donde mero-dean los pumas y en ei cielo pianean los cóndores.

El lugar t iene mucha histor ia.Al l í , en rgzr t r rs una huelga de trabajado¡es del

campo, hubo una represión por parte del gobierno queternr inó en una masacre de cientos de hueiguistas. Elcpicentro fue la estancia La Anita, de I\4auricio Braun.Linderas se encuentran tres estancias, 1a Cerro BuenosAires, Al taVista y La Jerónirn;r . tste grupo, incluyendoi-a Anita fueron 1a crema de las primeras esiancils pata-gonicas, explotadas desde las pr imeras décadas dei s i -ulo por inmigrantes que hicieron ícrtuna en la primiti-v. 'r coionia patagónica de Punta Arenas.

La familia Braun había l legado en t874 desde Talsen,

633

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, i , , r1rr i t ¡ i l f i l i f l t i i l , j , ,1

no le jos del gol fo de Riga. en la provinci ' r a lemana de

Kurlandia. Mar,i¡icio Br;l 'rn l legó a ser tlno de los más po-

derosos empres.rrios pategónicos, tenía unr flota de bar-

cos y una caden¡ c ie ¡ lmacenes, palacios en Buenos Ai-

res y en Punt.r Arenas.Tenía can-rpos en Chile y en ia Argentina, mils t ierras

ar¡end.rdas, disponía de t .857.ooo hectáreas de las cua-

les r .z84.ooo eran de dominio pr ivado,. y más de

1.25o.ooo ovejas que producían 5 mi i lones de ki los de

1aÁ merino, z5 mi l lones cle dólares precio de mercado

de hoy. En aquella época, anterior a ias fibras sintéticas'

equivalía ;r ser dueño de las minas de oro sudafricanas'

En Argentina, poseyó unas treinta estancias, soio o ¡so-

ciaclo con otros.La Ani ta era una c1e sus estancias más hermosrs; ias

otr¿rs l indantes v¡ non- ibradas más arr iba eran propie-

clad de tres hermanos )erónin-ro ' José y ]uan St ip ic ic ' ,

croetas que llegaron en los mismos ¡ños que los Braun'

Tenían p. t tpu. ," del imper io austrohúngaro; fueron

poderosos ginaderos, cr iaban animales y comercial iza-

b. . r y.*pottaban su carne- Los campos del lago Argen-

t ino, un.rs c ien mi l hect í re.rs ' er¡n pJrte de sus propie-

dades.Ambas familias se encontraban en Punta Arenas en

los días que se paró allí e\ Dresden, eran las más pode-

rosas y representatirtas de ios iniciales doscientos cin-

cuent; .olotor, en su mayoría extranjeros que fundr-

ron la c iudad. El los, que provenían de los imperios

centrales, hicieron todo 1o posible para avudar ai cruce-

ro Dresden en sus anclanzas por 1os canales fueguinos

en la Primer Guerra Mundiai.

Analizando las estancias de ios Stipicic', descubrí que

La lerónirna ya había cambiado de dueños en las postri-

merí¡ de la Segunda Guerra Mundial' La Cerro Buenos

6z¿-

Aires quedaba en manos de un le jano par iente de JoséStipicic', el fundador de una estancia bellísima, con bos-ques y monrañas propias, donde bajan todavía los pu_mas para asal tar e l ganado, es un hábi tat salvaje y ¡par_tado del mundo. El casco está s in restaurar desdedécadas v es ejemplo de una gran esrancia de aquel lost iempos, la residencia t iene un enorme salón, con mue_bles de esti lo f in de siglo y bibliotecas atiborracias de l i_Dros atemanes.

La propiedad l inda con la esrancia Aka Visra. Ieróni_rno Stipicic' fue su fundador, en los aiios cincuenta allív ivían Alejandro y Pepa St ip ic ic ' , no ruvieron descen_clencia, ambos eran diabét icos y murieron hace años,, : l la se suic idó en Córdoba, cuando le anuncr¿ron cuedebían amputarle una pierna debido a su enfermedad.

Esta estancia se encuentra entre La Ani ta y la CerroBuenos Aires, actualmente de zo mi lhectáreas, casi l in-alantes con la f rontera de Chi le, a ia cual se accede poriina senda al Parque Nacional chileno Torres del paine.i)osee el casco de estancia más lindo de todos los que pu_rle ver en muchos años en Argentina. Una gran mansión. le casi mi l metros cuadrados, hoy resr:uiada es un ¡e_)ort c inco estrel las, uno de los pocos inscr iptos en larsociación Relals & Cáareauxen Sudamérica. El lusarlrene toda la caracrerística para que fuese una cligna ie_.idencia para Hitler, tr¿s abandonar Inalco.

Dos veces viajé hasta ese pueblo, la últ ima en enercl, ie r9! / , invest igando lo dicho por el mecánico pau_lovsky, estuve aver iguando. pero de aquel la época no, rLiecla casi nadie en el pueblo de Calafare, el homb¡e másr ie jo del pueblo es Jorge Echeverr ía, de ochenta y c inco, nos, hijo de un pionero que fue e1 almacenero del ju_t . r r , me contó que en los pr imeros años cincuenta, é l v i_, i¡ en una chacra, un pequeño campo entre ei pueblo y

6:S

Page 325: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

ias grandes estancias cercanas al ventisquero mis famo-

,os del mundo. Recuerda que había aiemanes por ahi'

pero 50 kilómetros en aquel entonces, er.a un día a caba-

ilo y n.die se interesab¡ en 1o que ocurría a una distan-

cia tan grande.El sÁor Echeverría me dio una pista' el primer Juez

cie paz que tuvo el pueblo fue lerónimo Be¡berene' El

t"ní. "l

i ibro d" extranjería, donde desde el 1945 se ano-

taban todos los movimientos de ios extranjeros confor-

me al decreto nacional 7o58/4s, Don )orge fue su suce-

sor en 1963.tntr i ! .Jís lmo, pedí al anciano ver ese l ibro ' é l me

contest¿ cándidamente que le gustaría mucho, pero que

no lo tenía más, rne di jo que hubo, hace aproximada-

mente veinte años, otros v is i tantes extranJeros como

yo, 1e piclieron el i ibro para investigar ia presencia de un

p.il""r" alemán, tras encontrarlo en las i istas pidieron

p"rmiro para sacar fotocopia, fuerona unatienda de fo-

iogr"fi. puro ,ttn.. tolvieron, llevándose el original' Es-

to y" "tt

tí mismo es demasiado casuai para mí' que no

.r"o "r,

las coincidencias, porque ocurrió en la misma

época en que ei capitán Monasterio mostró a editores e

hlstoriadores en Londres su manuscrito, donde se con-

taba la historia de Paulovsky y la muerte de Hitler en Ar-

gendna." q.rir" verif icar si en ei registro del cementerio de El

Calafate había entierros de extranjeros en aquellos años'

resultó que ei promedio de los decesos en la década del

qo era dá nueue entierros por año, el único extranjero'

{ue aclemás resultaba trasladado, fue un suizo de ape-

ll ido Koc.Resul to ser un mecánico y esqui lador, de unos cin-

cuenta años, un tumor anter iormente lo había dejado

cic'go y a la brevedad puso fin a su vida, el 9 de diciem-

6t6

bre de 1957. El hermano y la cuña' l ¡ c ici - r ía lo cuidaron hasta ei f in, todaví¡ lo

i , f

car lno.En enero de rg98 tuve un¿ conf i rmació¡r del ¡ r ' l , r r , ,

del capi tán Monaster io. El doctor l loracio dei Bose, ' .además de ser médico es un val iente andinista. me en-trevisté con él iusto antes que p. i r t iera par.r esc.r lar e iAconcagua, el monte mas alto cie Suci¿,méricr, de c.isi 7r¡ i l metros. Unos años antes escaló el Fi tz Rcly. en ial:rarch¡ de acercamiento desde El Caiafite conoció a unindígena tehuelche, como siernpre, el doctor no perdió:rportunic iad para rastrear huel ias. Ei indio v j ' ¡ ía dechang.rs, trabajos aiternos en las estancias l inderas a losfrielos continentaies; le di¡o que iracía casi cuarenta.rños,it.rás, en una estancia cerca al glaciar [,erito Ir4oreno, ha-hía muerto un togui, un jele, de los l lu¡hcas, nombre conilue los indígenas l laman a los blanc<¡s. Le i iamó la aten-

lón l ¡ l leg;rda de'¿ar i , .s gr ingos: en rqr.rel los par l jes en-ionces no existía el t iempo, todo era con'ro destle el prin-c ip io y cualquier hecho queCaba graba.do.

El historiador local --como hay en cacla rincón p.rtr-gónico- Mario lv' lagaiianes, con quien ya había estadoei año anterior, me contó que su padre había conocidoun muy buen mecánico aiemán, su nombre preciso noio recordaba pero también terminaba en oski : era unirombre (:ntonces de unos cincuenra años v encajaba con¿i ex marino del Graf Spee. Lo más intcresanr-e era quee había ido cerca de r96o, justo en l . r époc:r en h crral

Fel isa rrbica el [a] lecimiento de hi t ler cn ju l io-agosr-or g 59 , el mecánico había declarado que quería regresar aver el mar y vivir cerca de ei.

Magal lanes contó también que en ese t iempo sólo.'xrstía la ruta provincial 72 n,7a que terminaba en Ca-,eta Ol iv ia, justc; donde aparece en la misnia épocr Juan

617

Page 326: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Paulovskv. Recordó además, que en aqueiia época había

un médico alemán en ia zona, cosa que tambien corres-

pondería a lo relatado por ei marino del G¡af Spee, al

igual que 1o relacionado a la pareia de yugos,lavos'-

Q"u Hitler haya sido su huésped tiene dos explica-

ciones, Ia más obvia es ia conexión croata, teniendo en

cuenta los encuent¡os entre Pavelic y Hitler en 1953 y la

otras, que todos los inmigrantes de cualquier origen en

aquella época eran extremadamente nacionalistas, to-

davía tienen presente sus origenes agrupándose en co-

munidades y manteniendo vivo el mismo espíritu na-

cional que ya murió hace décadas en Europa.

Estratégicamente, tras 1a muerte de Evita, vivir a orj-

l las del lago Argentino sería una elección perfecta, l in-

dero con Chi le en un lugar enionces, aleiadís imo, que-

ciarían protegidos de la mejor manera, hav que

conside¡ar que la estancia l indera La Anita era de lvf au-

ricio Br.run.El empresario l legó a ser indiscutiblemente el patrón

Ce un imperio, que competía con el de los Lahusen' Su

muerte fue ei 7 de abril de 1953 y l lamativa es ia ubica-

ción de Flit ler, hasta entonces según el relato de la en-

fermera Falcon, en una de sus estancias, ei Valle de los

Huemules, es de suponer que después de la muerte del

empresario, Hitier tuvo que buscar otra alternativa pa-

ra residir durante sus últimos años de vida.

Quiero, por últ imo, y sin incurrir en ficción, formu-

lar una hipótesis l igada ai hecho de que en mis investi-

gaciones de los lugares donde hay rastros sospechosos

,1. l^ pt" t t t tc ia de Hit ler , es decir San Ramón, Inalco,

Valle de Los Huemules, Alta Vista aparece casualmen-

te la presencia de suizos residentes o administradores'

6r,8

, En

]r Argent ina posbél ica, t ras la l legada de cienros

- ie lnr les de inmigrantes europeos, se había di fundido. 'ntre var ias, una simple equivalencia: a lemán = proba-ble.nazi, orra, ya establecidl desde principio de siglo era;Ltlzo = gente de buena familia. La ecuaclón resulranre:s que ambos, por lo general, hablan alemán y los argen_t inos no hacen dist inción de la pronunciación alem"ana,,,-t]?"tt o nacional que sea, para ellos rodos son gnngosr1e olos azules.

La pareja Hi t ler b ien podría rener pasaporte de laionfederación Helvérica fide..l igno y ajeil idos con his_¡orial documenrado. En los priniero, .nor 4o no hubie-i-a sido un problema conseguir idenddad sui)a. pocos re-1-uerdan que allí operaba elHejmotfronr, disuelto por lastrtoridades helvéticas con la acusación de u.baj., po,i 'r disgregación canronal y provocar la reunifrcación clela suiza alemana al Tercer Relc.h.

Entre las decenas de n-ri les d.e adherentes hubo buró_cratas canronales, municipales, bancar ios y hasta of ic ja_les del ejército suizr¡ como el ObersturntbannÍtjhreri{ersche y el Srurbanntü,hrer Rregn,ee, que comandrrouios setecientos voiunt¡r ios que

- l l r , , , , . ry"r , ,n el 6 - Ba_

1{ló¡ SS

-CeL, y otros que sealistaro., u., las <iivisjones

>S 5 " lTikrngy 33 " Charlemaene.,Var ios indust¡ ia les y g.r .ná, de empresas apoyaron

-' l nazismcr, como Georg Wander de Ovomaltine o Ru_

1"lf.w.lt:,,d" Ylegi que se enroló en ia SS aliguai que\chrm I obler, Obersturmbannführery ex empresrno

de Alusuisse. La fami l ia Bal ly contr ibuyó , r" . i i l r . pro_piedades de judíos conf iscaáas. Iwan Bal ly también re_Dresentó al cantón Soleirre en el consejo dé Estados <ies_,Je ry77 hasta r943.'

Avalar unos pasaportes con documentación f-eha_crente creando unos dobles hubiera s ido muv simple.

Á¡¡")- /

Page 327: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

7

ni ies de hombres suizos nacidos a f ines del s ig lo XIX,

o mujeres nacidas en las primeras décadas del siglo XX'

emigraron antes de ia P¡imera Guerra lvlundial De los

casi z5o mii emigrantes helvéticos de aquella época que

resul tan registrados en las of ic inas de migraciones ar-

Slentinas. decenas de miles nunca más volvjeron a su pa-

tria y mui' ieron en Argentina, sin que resultara reglstra-

do su deceso en Suiz¡ .

Cu¡nd<-r fue present.rdo por Georg Kraver, presiden-

te de la ABS. el zz- de ju l io de r997, el l is tado de t87r

cuentas lnactivas, el senador republicano estadouniden-

se Alionso D'Amato el mismo día declaró: "El Señor sa-

lre cuán r¡.s cuentas esruvierc'¡n escondidas bajo interme-

di . l r i t ,s p()rnl . i .q de cincu. 'n l ¡ ¡ ¡ ios" '

Yo ci ina hasta dobles v no intermedi¿r ios ' Un ejem-

l . io fue invest ig.rdo por el per iodista argent ino Pablo

Caivo ,lel diarlo argentino Clarín: Friedr Sacher, un elni-

grante suiz-o. nacido en 1883, a los veinte : rños i lega a ia

i i . td.d de Olavarr ía en la Provincia de Buenos Aires y

murió s in r iqueza en 194?,. Hasta t9r5 tuvo un modes-

to almacén de ramos generales y luego se dedicó a com-

prar a pequeños prodrrctores lanas y cueros' Tuvo dos

itl los, hoyde gS y 8g años, iulio, el menor, confirma qtte

su par l re- jatnás volv ió a Suiza, nunca tuvo los medios

paia hacerlo v n'Ienos aún tuvo una cuenta bancaria se-

creta. La familia sien.rpre vivió modestamente

Fl hecho que el nombre de Friedr Sacher aparezca en

el l istario ABS de cuentas inactivas desde ei 8 cie mayo

de rg45 es i larnati '¿o, pero no tanto, si yo fuera Hitler u

otro asociado en su huida, tendría var ios dobles al ter-

nativos, puede ser que el doble Sacher nunca fue uti l i-

zado. Los apell idos y reiativas cuentas que uti l izó nun-

ca los podremos descr.rbr i r porque nunca fueron

inact iv¡s y se mezclarían y confundir ían cc¡n los mi i lo-

6.to

nes de cuentas de ciudadanos suizos que hay en los ban-cos helr ,ét icos.

Si pienso en como habría terminado la historie de Hi-tier, iallecido a los 7o años, su cuerpo lo habrían l leva-, .1o a Suiza en 1959. A su reciente v iud.¡ , entonces de 47,.1ños. no ia pude rastrear más, pero puedo contar el me-canismo que reguia en Suiza las cuentas y ciepositos se-cre to s.

Ei t r rspasc de t i tu l ¡ r id. id de los mismos puede serefectuado exciusivamente por un fami l i ¡ r en pr imergrado, para acceder a la disponibil idad como sucesor tte-ne que demostrar dos cosas: Primero: exhibir un docu-ryrento púb1ico donde conste que el t itular de cuenta on-

sinar io hai la fa l lecido o que sea de públ ico dominio iarruerte del nrismo. Ambas cosas son demostrables y va-iederas en el caso de Adol iHi t ler , con la declaración deir luerte presunta de r956 y lo pubirco que es su suic id io.Segundo: que el cón',.uge sobreviviente se encuentre ie-

salmente casado erhibiendo el acta de m¡tr inonio or i -g inal . Este podría ser el unicr¡ mot ivo qr ie just i í iqrre elcsmero legal, el día antes cle clesa¡rrrecer. de l.r boda de

i l i t ler . Tras este s imple t rámite ia v iuda puecle s¡ i i r del

banco con la plena <i isponibi i idaC cie ios depósi tos r lhquardados por el cónvuge.

En el caso específico de Eva Braun, en Suiza hay cien-Los y no l lamaría la atención una operación con esenombre, por sí mismos los trámites de esas cltentas sonieservados y a la vista sólo del Gerente de Cuentas. Hayque considerar también, que nunca iue forn-rulad¡ ni hu-bo pendiente acusaciones o condena cualquiera en sucon t Ia.

Hubo var ios bancos que mantu' ! ' ieron reiaciones,rmistosas con el régimen nazi. al igual que banqueros

Muchoa veces fuercn citados los bancos más irnpo¡-

f i r r

Page 328: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

tantes de Suiza, como el UBS, Unión de Bancos Suizos,

o el Credi t Suisse, pero es probable ql le en el caso Hit ler

se relaciones más a pequeños bancos pr ivados y relat i -

vos banqueros. El más conocido por 1os especial istas es

Francois Genoud, objeto de dossier en todos ]os Servi-

cios Secretos y señalado com<¡ al que le fuera confiada la

herencia Hi t ler . Inscr ipto al NSDAP en 1932 tras un en-

cuentro part icuiar con Hit ler , fue rgente del Abw'ehr

desde r94i y al :rcabar ia Segunda Guerra lr4undial con-

siguió evit;rr su procesrmiento presentándose como un

agente del Servicio Secreto helvético, en realidad entre

tg41y t945 Genoud ayudó a los jerarcas nazis a desapa-

recer inmensos capi ta les en los bancos suizos y en Su-

damérica. Desde i958 es administrador de l ¡ Banca Co-

mercial Arabe en Suiza. El f i lonazi estadounidense

Lyrrdon La Rouche dijo de Genoud: "Fue el cerebro de

la reorganización internacional nazi, financiando v ac-

cionando el terrorismo interrtacional'1 Segun los exper-

tos en terrorismo financió por años va¡ios grupos, en-

tre ellos e\ Waddi Haddad ¡r el misterioso Ca¡1os. En

ry87la hija de Klaus Barbie, el verdugo de Lyon, recu-

rrió a Genoud para pedirle ayuda y el banquero inme-

diatamente financió y organizó la defensa del criminal

nazi.Genoud hoy tiene 83 años y es un l ib¡e ciudadano de

la confederación Helvética que continúa manteniendo

estrechos vínculos con los neonazis alemanes y los an-

cianos nazis que todavía viven en Sudamérica.3Tras estas citas calif icadas, agrego que el Servicio de

Infornración Federal alemán como el Mossad israelí, que

se mantienen al día sobre ei movimiento neonazi, saben

que ia cúptila clel mismo tiene raíces en tierra suiza.

NorRs

t . Ba¡deche, Maurice, FASCISN|I SCONOSCIUTI, pág. r96.z.Ziegler, lean, EL ORO NAZI,pág. r7z.^ E-'^-^-; t----^

' t IARTO REICH, págs. 37 y sig..5. r ¡4 ldJ)t , I Id l t lur LU

6.r r. -T-

A r^

Page 329: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Puü| i | t | i ¡ | i l | i | i i i | ¡1 i ' j ' ' i , i ¡ j l rJ j l l ¡ l i j j , ¡ l j j ¡ ¡ ¡ i ] l iJ¡¡¡ l l ¡ i ¡ ¡ ¡ l l l l l i l i ] ]

XL

]uevcs. 3o de octubre de r997. Me encuentro enOsorno, . ' rconrpañando a un amigo chi leno a comprarun repuesto para su Tovota en la coircesion¿ria Amt-hauer, en el most¡¡dor, antes que nosotros, estabantermin¡ndo el pedido de un octogenar io, quien se es-t ; rba quejando en voz al ta del costo, más de mi i dóla-res. En Chi le se paga en pesos, así que no podía se¡ lu-gareñcr, rn i rando la fact . . r ra que estaba escr ib iendo elemplerdo, leí lu¡n Maler. hacía anos que deseaba cru-zar dos paiabras con éi , pero t ras el caso Pr iebke, noquiso más tener entrevist¡s. l \ { i amigo hizo su cc¡m-pra y sal i rnos"

Me quedé ¿fue¡¡ , esperando. Cuando el anciano sale,airn con la mano en ia puerta, yo lo saludo:

-- Señor Koops, ¿cómo le va?-¿Quién es Ud.? -Se queda con la mano en la puer-

ta, rígicio.--Tranquilo señor lr4¡ler, no soy ni periodista ni algcr

raro, soy un historiador, un escritor -le contesté.-¿Qué quiere de mí?-Sólo sacarme una curiosidad. Estoy terminando en

estos días un l ibro que me llevó muchos años de inves-tigaciones.

Lo primero que le pregunté fue cómo quería que lollan-r"rra. Extrajo de su bil letera su cédula de Alemania,Hans Reinh¡rdt Maler. También yo le exhibí mi pasa-porte italiano y le pedí sóio unos mimrtos de su tiempoy.rl lí n'rismo en la vereda resumi, con varias precisionesel cr¡nteniclo de este mismo libro.

6¿.¿

F-scuchó todo tranquiiamente, como uno gue va sa-I ' t . s in maravi l larse de nacia.

Le pedí que sólo me dijera si esraba equivocado o no,, nodo de respuesta me di jo:

-No puedo decirle nada.-¡Hoch lebe Canarisl-exclamé, con repenrina ins-

¡ , i ración.Por lo visto logré atrapar su atención, ya que esta r/ez

lue más extenso:-No puedo decir le nada de 1o quiere saber. Sóio Ie

puedo decir que en 1935 rerminaba de cursar esrudios:uperiores para ingresar en el Ministerio de Relacionesi ;xter iores y hacer carrera en diplomacia. Dominaba. úatro idiomas, el iraliano, el español, el inglés y el chi-no v fu i ¡ ver en la carteler¡ los resul t ¡dos de mi p;ue-l,a, fui el único rechazado. Mi trabajo no err lo suficien-remente fi lonazi, todavía recuerdo el rexto.

Comenzó a declamar en alemán por varios minr.rros.Sesenta y dos años ¿ntes. pJrJ él lue t rn t r ¡um¡, cont i -t ' luo:

-No tenía virtualmente un futuro, rrt i c.rrre¡a cles-truida. En ese instante una persona aparentemente mt-

-\ior me llevó de un brazo hacia una escalera del ecii i icio

1, a l l í , en medio de un descanso, esta persona de pelobianco, me dijo:

-Usted es quien estaba buscando, desde hoy rrabajapara mí. Era el almirante Canaris. Diez anos trabajé pa-ra él como hombre de su confianza.

Esta confirmación indirecra y diplomática, conside-rando de qué boca salía, de un ofici¡l y hombre de Ca-naris, todavía no me alcanzaba.

Le dije que también había hablado del mismo temacon otros que a mi entendel sabían algo de 1o ocurrido,objeto de mi investigación.

€,^-

Page 330: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Le di nombres conocidos para é1, de uno hasta me pi-dió s i ie podía dar ia dirección y te léfono porque h hr-bía extraviada. Le prometí conseguírseia.

Le conté cónro justo el año anterior me encontre conWil f red von Oven en el Club Alemán de la cal le Co-irientes de Buenos Aires, tras un fax del mismo, envia-do el día j de octubre.

Quise encontrario no tanto porque él fuera biógrafode Goebbels, sino que era muy amigo de Hanna Reitschy en var ias oportunidades la v is i tó en ia posguerra enAlem.rnia,la últ ima vez, poco antes de su muerte. Que-ría preguntarle si él podía reconocer en una foto a Han-na Reitsch. Al verla me lo confirrnó, me preguntó dón-de había sido tomada.

Yo le dije en ia Argentina. Ella estaba ai iado de doshorrbres, uno un general argentino, el escudo argend-no de su gorra era muy nítido v el otro era el embajadorvon Thermann, no hay duda de que fue tomada en Bue-nos Aires, en un campo de aviación, el ia tenía todavíatraje de piloto.

Le hice una síntesis de cuanto había descubierto has-ta entonces, no vi sorpresa en sus ojos. hasta le mostréla foto de la Walthe¡ PP doracia, me dijo que nunca ha-bía visto algo parecido en las altas esferas en 1as cualesél se movía. Me pidió una copia para enviarla a su inti-mo amigo Otto Gunsche que todavía vivía en un pue-blecito a ori i las del río Rhin. Contó que mantenía rela-ciones epistolares compiicadísimas con ei ex ayudantede Hitler, se sentían todavía vigilados.

Le dije que sería mejor que Gunsche dijera finalmen-te la verdad, antes de que fuera demasiado tarde, que se-pa que lo consíciero el más serio de "los testigos" del f inde Hitler.

Tras su regreso de la Unión Soviética, tramitado per-

6+t

sonalmente por Adenauer. Gunsclrc, r rurr( , r r , . , r l r . , , , r ,t revistas referente a 1os úl t imos dí¡s c le I l r r l t . r , . r l I l , t t t tker. Lo único que conentó fue al misnr() \ . r , r r r ) \ ( , r rquien 1o publ icaría, ia histor ia de Eva en el b¡no v I , r , r ¡p l ica de Magda Goebbels, ia considero muy sinccr,r . . , ,mo un expresión de deseo de decir toda la verdad.

Al contarie de ia l legada de los subn-rarinos a las cos_tas patagónicas, lancé la hipótesis de Gerald posrner:

-Era un convoy de 5 submarinos. . .-No, eran tres. -lnstantáneamente I,on O¡,,en trun-

có mi discurso, corr ig iéndorrre De inmediato se cal ló ycon unr sonr is¡ estamp, ida en l ¡ c¡¡r . se pJro y s iemprecon esta sonr isa, ese hombre de 86 años ¡nuv elesante_nrente me di jo:

-No cuente esto a nadie. -Con gran apuro se despi_dió y me repi t ió: , - No se lo diga a nadie.

No me pareció que fuera una amen¡za.Le di je a Maler que la sonr isa 1 ' la í r l r imas frases l re

confi¡maron que di en el blanco. Von Oven de algr_r t ie-ne que estar al tanto, no es uno cr.r l iquiera, como tam_poco lo fue en el pas;rc lo. Adem.rs á. ,*r : b iógrafo deGoebbels y de haber escr i to sesenra l ibros, de él existenexpedientes, tanto en el Centro Wiesenthal corrro enjuzgados.

Su Kame¡adscialilo demostró enviando, al mejor es-t i lo ODESSA, inmediatamente a Er ich pr iebke, t ras elpedido de extradic ión, a su abogado, pedro Bianchi ,quien ya lo había defendido en juicios de apología nazi,hacia el 9o sosruvo que no había exist ido el holóc¡usro.

El mismo abogado Bianchi en una entrevista del rg deenero de r997, hecha por Sandra Vísr ica en el per iódico¡rgentino La mañana del sur, que tirulaba "El abogadode Priebke": "La ayuda de Perón a \os nazi {uereal --opi-naba sob¡e los neonazis-. Si flitler viviera segljro que

6.t t- - /

Page 331: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

los nandaría a todc¡s a una cámara de gas... son unos va-gos de ntierda, mejor que vayan a trabajar". A la perio-dista que le pregunta de su relación amistosa con vonOven, el abogado contesta: "El fue quien me presentó rErich Priebke para que ejerciera su defensa, es una exce-lente persona y me merece el mayor de los respetos".

A la pregunta de cuái era su actividad profesional du-rante el gobierno de Perón en 194S, Bianchi contesta;"Me desempeñé durante tres años, entre el 45 y el 42,como embajador, asistiendo al por entonces ministrode Relaciones Exteriores, Brantulia".Y sigue: " Que que-de más claro, yo no sov nazi, pero en el caso de vonOven es diferente. Tanto él como Priebke son dos seresmuy respetables."

Cerrado este paréntesis, renové mis esfuerzos conMaler, a mi entender él t iene que saber aigo al igual quevon Oven, su relación con Canaris lo confirmaría. Le di-je que entendía los juramentos que no podía infringir,de la leaitad y el honor que llevó con él por más de me-dio siglo, yo mismo tuve por antepasados oficiaies aus-trohúngaros y lo comprendería.

Se estaba haciendo iarga la conversación, mi amigochileno me estaba esperando en el automóvil desde ha-cía casi media hora. Le pedí volverlo a ver para hablarmás, me contestó que sí, pero me aclaró que se sentía to-davía perseguido por periodistas y vigilado, que él f i ja-ría una cita, dónde v cuándo continuar esta charla. De-jaría un sobre para mí en la misma concesionaria derepuestos para encontrarnos en diciembre. Acepté estode jugar a los agentes secretos y nos despedimos.

Al mes siguiente volví a Osorno, a la concesionariaToyota, el encargado de ventas me dijo que no habíaningún sobre para mí, pero que recién había ido a pre-guntar por mi otro alemán, que residía en Osorno,

6+8

Heinz Rodenbeck. Só1o pudieron decir le que yo resul_t.rba ser un amigo de un conocido empresario forestalque operaba en la zon¡. De este se que está muy bienconsiderado por la comunided alemana de la décima Re_gión de Chi le y que siempre ofreció su apoyo a quien lonecesitaba. Hr.rbo quien me lo señaló conio que fue elhombre de ODESSA al sur de Chi le v de sus conexlo_nes espanolas con Skorzeny. Al explotar el caso pr ieb_ke. Rodenbeck ya tenía l is ta una sal ida para el mismo,no pudo ser operativa porque ei 9 de mavo de 1994 fuedetenido en B¡r i loche

El interés demosrrado en mí, lo tomé como orra con-f i rmación, lo que conté de mi l ibro le debe haber inte-resado mucho como para hacer mo.¡er a un hombre denoventa v cuatro años.

El 18 de diciembre de ry97 nle encuentr<¡ en Barilo_che, estoy manejando en reversa en una calle cerrada porobras, casi atropel io a un anciano, en la ventani l la veo lacara de Hans Maler, ambos nos sorprendimos. Allí mis_mo, otra vez en un¿ vereda, reanudé la conve¡sacióntruncada anteriormenre.

Le agradecí el interés demostrado por mi, contjrncjole iode Rodenbeck. Seguía tenienclo el ,pi.,r.,o de un ingiés, erresta ocasión entré en detalles de lo que le había sintedza_do anteriolmente. Hasta le dije mrry claro lo que supe de\\'olfy de Boehme, amigos suyos, y de cómo Fiirler se ha_bía evadido de Alemania, casi todo le dije.

Otra vez le pedí, siendo probablemenre uno cle los úl_timos sobrevivientes, uno de los "muchachos de Cana_r is" , s i así se puede decir , una conf i rmación de lo ocu-rr ido.

Estrechándome la mano, para despedirse, me di jo:-Patrizio,no es personal, compréndame. leyó lo que

¡rublicó Stern el lr de diciembre, el escándaio á" los na_

6+g

Page 332: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

, : i , i :

zi en las fuerzas armadas alemanas' Lo que dicen los mi-

nistros alemanes. No se quiere admitir, se niegan 1as evi-

dencias. Lo van a negar. -Y agregó:- Es una cuest ión

po1ítica, no históric¡.-Ojaiá que así no sea, hay que decir Ia verdad en pala-

br"s siipl"r: l l i t ler se saiió con ia suya en las propias bar-

bas de los aliaclos, ciene que saberse guste o no guste' hav

que corregir l¡ historia -exclamé con vehemencra'

Seeui¡ estrechindome la mano, s in contestarme y

un., u ' i t im¡ pregunta me vino a l ¡ mentc:

-Canaris, ¿había muerto realmente en abril de r945?

Las últimas palabras lacónicas de Maler fue¡on:

-El sí.

Conclusiones

Agradezco, por haber podido lograr una reconstruc-ción de los hechos, el aporte in ic ia l del padre Sicher, afalta hasta hoy de "arrepentidos" en el círculo de Cana-ris o Adolf Hitler.

Sus pensamienros coincidir ían con los de Gi lbertKeith Chesterton, quien escribí6 "Nada es como apa-renta, y la mayor inopia es contentaÍse con Ia certidum-bre que da la realidad visible de las cosas".

Hice mía esra frase verif icando la historia de DonCornelio, y todo lo que contó correspondió, igualmen-te hice mías las preocupaciones acertadas de Efron,Dickman y Santander. Se toparon con algo muy impor-tante y si bien quisieron no pudieron profundizarlo. Elmomento polít ico e histórico que vivieron no les dejómargen de acción, atrayéndose poderosos enemigos, di-famación y hasta el exii io.

Los considero hermanos, fueron hombres como yoque se atrevieron a ir contra la corriente, denunciandohechos concretos, que fueran judíos, espero, no haga ladiferencia; levanto su bandera, soy consciente de que,como medio siglo atrás, puede ser todavía atacada por1os mismos motivos inconsistentes v por los mismos in-tereses o ideoiogías que aún rodavía iobreviven.

El lema judío "No olvidar" es justo, pero lo sería aúnmás si se supiera la cruda verdad. Confio en que termi-

65o 6sr

Page 333: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

i l l l l l i r

ne ia pa)í'tir-a dcl ave stn¡2. pra'-ii'ada hasta ho'v sobre el

terna, ias iñ itesLigaciolle s i le v¿rjas a cabo en i997' soirre

,ndo por rrtei i ' ;o áe €nlic1;tdes juciías' son el próIogo per-

fecto a rni invesl' igacion

En medio s ig lo ' unos Pocos t i raron piedr i tas suel tas '

p.ro.ráo a.t.p-.r. ib,,1ot, yo quiero tirar una SFan piedra

en el po: . ,o qt le reposa tranqui lament-e desde cuando'

.p.".*.,,.d..irente v superficialmente' fue cerrado' Muy

cor i : rodamerrte se enc;rgaron Ios histor iadores' no los

gooi.rttr, aii¡d.os, que Por unos años:.1 ttrt-ttto siguie-

iu i ¡ ; i l i 'e . l lgrndo. cuando v¡ habian s¡ l ido de h impren-

,.,, 1., prirl lJras obras que in-rpusieron el suicidio del Gu-

.u, l, hog.t"rr VJagneiiana y el entierro en un cráter de

bomba.Increíblemente una hipótesis simple y poco lógica se

convirtió en un l 'recho aceptado e indiscutido'

Tias leer cuanio yo ¡elato, evidentes son los Iazos en-

tre 1os aviadores, incluyendo el KGzoo'en el cual mil i-

taron, por lo menor,,,tt "t ' ,

tarnbién Hanna Reisch'

ii;á;ii Boehme y las relativas implicaciones en un plan

de saliáa <ie Berlín en el cuai por últ imo' a la desespera-

cla, intervinieron más de ueciia docena de piiotos y re-

lat ivos aviones.Intrigante resulta el misterioso Leutnantqlue Jurgen

Bosser i l"uó a Berlín conjuntamente a Hanna Reitsch y

von Greiin:

¿f nt o que ver el teniente Albrecht Boehme en la hui-

d¡ de Hit ler?La Ílesta de agasajo realizad¡ en su casa con la presen-

cia.lel tnisnio l l i t ler ir ldicaría esto'

652

Culsideio eserr¡ la l que se haga púbi ico el texio de iaspieguntas hechas en lcs inrerrogaLor ios de ios invest i -gadores angloamericanos v rusos; hacia dónde apunta-ban sus sospechas resukará evidente y ya no importa-rán las respuesras c ie ios pr is ioneros, desiguales ycontrovertidas.

La herm.rndad SS v el trío Kempka, Linge y Gunschecon sus histor ias, contradictor ias y paic ia les, valencuanto 1os recuerdos proli jos y fehacientes de Fellsa A1-sin¡ Carr i lao, L lernán Ancin, lv{aría Falcón de Ba.r in ic yllrunislava Kitajgrodski de Kroseck.

Todos ellos afirman que fueron testigos directos; lost¡es SS, amigos desde una décacia, d icen que io v ieronmuerto en Berlín, con declaraciones diferentes, los otroscuatro lo vieron vivo en los años 45-52 en la Argentinav unánimemente, s in conocerse entre el ios, todos loCescr iben correctamenre, con el peio muy corto, cano-so .v sin bigotes.

Innegabie es también, el nexo entre los submarinis-ias, la frase de Doenitz, "la flota submarina alemana es-ú orgullosa de haber constntido un paraíso tenenal, unafbrtaleza inexpugnabie para e} Führer, en algún lugar delmundo" resultaría ser verídica. Canaris y Schmidt coe-táneos y colegas cie Doenitz en la Escuela de Marineriacie Eckernforne fueron, comanciante s de U-Bootes. Sin\us aportes personales y los submarinos disponibles elolan Deursche Antarktisc.he no sería más que una qui-i]-I e r.1 .

b\?

, , , , , r ¡ ¡ t r r l i l i l l i l l l

Page 334: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Lo que expuse, es. en parte, sólo otra lectura de 1o co-

nocidá y publ icado esparcidamente hasta hov Auspi-

c io que otros histor iadoles no decididos a resist i rse a

pr io i i a esta versión histór ica- por c ier to algo m'rs que

una hipótesis, tal es en realidarl la aceptada hasta hov, la

hagan propia ampl iándola con más detal les 'gxti"ttdo esta invitación a organizaciones no guber-

namentales o mejor aún gubernamentales, sienclo que

las respuestas detalladas a 1o que surge de mi trabajo se

.rr.,r"at,a.n en archivos y en documentos que no están

a mi alcance, como tampoco al de investigadores cate-

dráticos.Norman Stone de la Universidad de Oxford'

quien invest igó recientemente en n-rér i to al l lamado

áro nazimás que tanto no pudo profundizar sin clue

se atrr ier¡n ¡rchivos - l op Secrer, ref ereute ¡ mi inves-

t ieación cientos de metros cúbicos de documentos

qr i" . rn. t . " fueron 1eídos y anal izados en 1a.ópt ica ne-

cesar ia. por c ier to, están almacenados desde hace

medio s ig io a la espera en ios deoósi tos estadolrni-

denses y rusos.

Si en la invest igación de ias t ransacciones nazis

desde Suiza, hecha por el gobierno de 1os Estados

Uniclos, fue necesar io que un equipo de hístor iado-

res revisara durante muchos meses r5 mi l iones de

documentos y entre el los, 8oo mi l fo jas hasta ahora

secretas, e l iéctor puede i inaginarse Ia cant idad de

documentos que habría que examinar y el t iempo

que l levaría una revis ión histór ica of ic ia l y exhaus-

tiva.

' : ] l l ¡ l ¡ ' ] l ¡ ¡ ¡ l i | ] i j t ¡ | ¡s ' . . . ! l ¡ ¡u¡¡ l | ¡ i l ¡ ¡ ¡ l | i ¡ i i ¡ ¡ i | ¡ l i l | ¡ ¡ | |x¡ | l l i | | | i | l | i ¡ l | | l i i i i ¡ i | | t | i

Dejo entoi ' tc :s i r posta. cou5j¡ lgt . r r r . ¡ ( ) ( lu( rnr ¡ r \ , ., igrc ión hizo sufr . i . - r r le iuz doncie h¡sL¡r . t l l , , t , r , , ( ) t , l r rbra sombras.

6s6 6sl

, . , , , ' , r r l l l l l l l l

Page 335: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

I¡¡tfa

¡r i i ¡tl. I

Conf i rmaciones

A las dos semanas de registrar copia de cuanto hay enlas páginas anteriores apareció la primera confirmaciónoficial documentada de cuanto se ha expuesto.

El FBI ¿brió un voiuminoso archivo secreto referen-te a Adol f Hi t ler , su número es el65-536r5. En Ia úl t imasemana de junio r998 fueron puestf ,s a disposic ión delpúblico 745 fojas top secret en cumplimiento clel Actade Libertad de Información, que desde r975 obliga a to-cias las dependencias oficiales estadounidenses a facil i-tar los expedientes que los invest igadores requieran.

En los últ imos veintitrés años el FBI respondió a c¡-s i 3oo mi l sol ic i tudes referentes a var ios temas, entreellos el expediente dei caso John F. Kennedy y del aho-ra disponibie archivo "Adolf Fiit ler".

El m¿ter i ¡ l que br indí , en ambos casos, es decepcio-nante t ras su iectura, resul tando una recopi lación decartas, muchas manuscritas v semi legibles. Por lo quese prrede enrender de el las, no son de ut i l idad histór ic¡ ,s iendo, en su rnayoría, una colección de denuncias deprivados ciucladanos sin fundamento alguno, por no de-cir fantasías de pel igros acechantes al est i lo de OrsonWells.

Fn re[erencir esnecíf ica con e] archivo Hi t ler se nr le-de decir que parece una simple recopilación hecha porun analista muy desordenado, rubricando material muyval iado como ios testamentos de Hit ler v sus anál is isclínicos o de un supuesto accidente de auto de la pareja

6c8

I I it ler en Cincinnati u otra detección de los mismos enun restaurante de Nueva York (EE.UU).

De io que se hizo público y está disponibie en la pá-gina del Bureau en Internet mucho es humo y poca es lasustancia. Su aparición no fue publicitada como corres-pondería, en Alemania ei periódico BrJdexaminó el te-mario superficialmente, evidenciando las fantasiosasdenuncias y material curioso que conforman el archivo.En Argentina, oiro país interesado en el tema, el z7 dejulio de r998, en el periódico La Nación aparece un artí-culo con la firma Mariángeles López Salón: por prime-ra vez se hace públicamente ia pregunta clave "¿Adolf

Hitler sobrevivió a la Segtnda Guerra Mundial?"Lape-riodista sigue informando que "La Argentína es el pun-to de referencia de 6t archivos v el país que muchos in-formantes indican como el lugar donde el dictadoralemán se habría ocultado, siempre y cuando no se hu-biera suicidado e} p de abril de 1945".

Flaciendo un traba;'o de historiador y no de periodis-ta tras analizar todas las fojls puedo concluir que muycontadas personas en el rnundo podrían sacar provechode lo que fue abierto.

Entremezcladas entrc las demás fojas y sin correla-ción entre ellas hav una docena de páginas relativas amedia docena de documentos of ic ia les interesantes ymuy importantes en referencia a mi investigación.

Todos estos informes esiin dirigidos al director delFBI, )ohn Edgar Hoover. Estuvo a cargo desde 1924, añoen que asumió, a los zg años, hasta t97z,af'o de su muer-te. De madre alemana, siempre le interesó la historia del I

í -^v)v

Page 336: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Además del U-53o, rendido sin mapas y bitácora elro de juiio de r945, hay restos de otro frente a Calera delos Loros hundido alrededor del r8 de ju l io 1945 y, amenos de media milla, otra gran huella magnética en elpunto i lamado boya 3oA, hay también uno más avista-do el día z3 de julio de 1945, seguido a los pocos días porun probable desembarque y relativo autohundimientoen Puerto Huevo.

¿Son ios tres submarinos que nombró Wilfred vonOven?

Indiscutible es el roi de Cana¡is influenciando 1a po-1ítica en el cono sur de América, donde sus correspon-sales y agentes V hicieron posible concretar el plan An-tártida Alemana, innegable es también que el almiranteindefectiblemente uti l izó provechosamente a todos Iosque tuvo la oportunidad de conocer en sus experienciassudamericanas reciclándolos oportunamente, tambiéncoherentes son las conexiones con Canaris y el roi quetuvieron ios comprometidos con e7 Etappendiensren laArgentina.

Si bien este l ibro analiza varios personajes no sufi-cientemente profundizados como Hitler, Canaris, Pe-rón y Evita, también la misma Argentina fue objeto desuperficialidad.Allí se podrían rastrear más huellas depersonajes que merecería esclarecer como Müller, Fege-lein, Monkhe, Jüttner, etcétera.

Estov convencido de que la verdad saldrá complera-mente a la luz, que detrás de mi invesrigación algunosIevantarán la mano y aparecerán documentos, ranro enSudamérica como en Europa o ios Estados Unidos, tes-timonios de 1o que se describe en este l ibro como restr-nonios en ias documentaciones de archivos hasta hoyolv idados y c lasi f icados.

Para este fin me gustaría que el conrenido de este l i-bro sea idealmente leído como un informe que presen-tase un fiscai para que se ¡eabra una causa.

Los lectores tendrían que ser el juez de pr imerai l rstanci¡ , las evidencias sería el mater ia l b ib l iográ-f ico existente que es muy grande y que en este l ibrose ci ta sólo parcialmenre por no agobiar el lector; laspruebas circunstanciales aportadas son muchísimas,1as coincidencias son demasiadas para ser casuales,las sumas de 1os tesr imonios rastreados y presenra-dos es mayor, además de que Ios test igos son másrtendibles y menos interesados en sus declaraciones,a los que fundamentaron con sus dichos la histor iaconocida.

Como ya no se apl ica la ley de Pentareuco, los hi josno son responsables de los pecados de los padres.

Quienes hayan participado en el encubrimiento o da-do protección a Hitler y sus últimos acólitos, t ienen quehaber tomado sus recaudos arrendando estancias o pro-piedades a tesraferros o sociedades anónimas, desligán-dose de las responsabil idades que pudieran caberles. Al-gunos lo habrán hecho por dinero, y otros por ínr imaconvicción.

654 A--\, ))

Page 337: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

país y el desa¡rol lo de los eventos pol í t icos que sigtr ie-ron alderrunrbe del 1(¡ i .se¡r ' las maniobr.rs secretas que

iievaron a Hitler a 1¡ tomr del poder. E s imoensable que

haya subestin'r.rdo ios informes que llegaron a su escri-

tor io, c ier to es que hasta hov las invesngaciones relat i -v i rs que siguicron qued¡n top secret .

Hay que aciarar que los documentos i iberados en ju-

l io <ie rgg8, al h;cerse pírblicos, pasaron por un censorque tachó l.rs informaciones consideradas secretas co-n-ro lo permiten r./arlas ercepciones clel Acta. Las borra-duras de nc¡mbres y luglres ciif icuitan su análisis, peroig,ualmente resultan de sumo interés v hav que exami-narlos brevemente uno Dor uno.

Ei primero en o¡den de riernpo está l 'echacio t+ de agos-to de r945 y dirigido al director clei Fili ¡'>or e\ office iieldcle Los Angeles, l leva a pie de pág:na eln' 37+v 375.

Del memorandurn se desprende que hubo una infor-mación proveniente de un argent ino descendiente rLe

español , quien se acercó a una tercera persona, la cualhablaba v entendía fluidamente el español.

El sujeto X, le dijo a Y que "él fue uno de los cuatrohombres que recibió a Hitler v a su grupo cuando de-sembarcaron desde dos submarinos en la Argentina",l legaron dos semanas v media después de la caída deBerlín. Resulta evidente que ei lTuent spanislt speaks deY no era tal: 2 meses y medio es 1o correcto, exactamen-te ei t iernpo que necesita un submarino oceánico pararecorrer ei Atlántico desde el Mar del Norte hacia el surde la Argentina.

El informador X cuenta cómo un subntarino l legó,aproximadamente a las u.oo de la ncche V z horas des-pués un segundo, en éste estaba embarcado Hitler v de-

66o

sembarcaron con é1, dos mujeres, tnt médico v muchoshombres más. Casi 5o personas d.esembarcaron.

. Tras el.desembarque, ,,empezó

un largo víaie que du-ró todo el día hacia las montañas de los indes riel sur v alanochecer el grupo llegó a un ranch d.onde flitler v'sursacompañantes estarían, a la fecha, escondidos".De acuer_do a X "es¡e a sunto fue organizado por seis oficiales de al_to rango argentinos, ya desde ry44 y X también informaque si Hitler es capturado reveraría ltts nontbres de estossers ofcra/eq v nmbién revelaría el nonbre de oÍos tresque aladaron a Hitler en eI viaje hacia su escondite,,.

El testimonio informa ',que recibió quince mii cióIa_res fun cuarro de millón acrual] por rrrránru declara quese da cuenta ahora de lo que hi)o v qu" nJ qur"re verseinvoiucrado, siendo que es só\o cueitión cle tiempo queHitl,er sea aprehendicio. Su deseo es el de autolimpiirsefaci li and o e s ta s in fo rmacio ne s ".

De acuerdo a X, Hitler está sufriendo d.e asma v úice_ra, se ha afei tado ei b igote y t iene un longburen su 1a_bio super ior . El informanre confía . . , q i" s i se puedeconcrera¡ un arregio. él estará dispuesto a hacer condu_cir un grupo comando al escondire de Hir ler .

"Un hombre, siguiendo las instrucciones de X se en _contrará con el grupo en un hotel de San Antonio. Ar_genrina.

Hav que decir que exe Offíce Mentorandumes clarí_simo, incluso considerando la censura.

A las cinco semanas ciel documento antes menclona_do, hay orro fechado zr de set iembre de r94S, prove_niente de la misma oficina FBI de Los Angáes, hacien_

66r

Page 338: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

do referencia al precedente, su foja relativa al expedien-

te abierto l leva los números z/3/4.

En síntesis, es una ampl iación del memo del r4 de

agosto, caóticamente redactada y l iena de nombres y lu-

gares censurados.El informador asegura haber ayudado a tres oficiales

argentinos de alto rango a esconder a Adolf H ider, des-

pués de su desembarque en submarino en Argentina y,

remarcó que Hitler se había escondido en las estribacio-

nes del sur de los Andes.El texto s igue recalcando al anter ior con pequeñas

aclaraciones. El informador está dispuesto a contar su

part ic ipación en esta histor ia a of ic ia les de los Estados

Unidos después que capturaran a Hitler y pide a cambio

protección y poder quedarse en lso Estados Unidos-

Agrega ia información oue "los submarinos l legaron a

tierra al sur de la Argentina, en el golfo de San Matías"'

nombra también la Península de Valdés e indica peque-

ñas vil las de esta área donde el grupo de Hitler podría

parar, cobijados por familias alemanas, y nombró la ciu-

dades costeras de San Antonio y Rawson, entre otras del

norte de la Patagonia.Reitera que si se organizara un raid de comandos,

"tendrían que ir a un hotel en San Antonio, Argentina,

donde él organizará allí un encuentÍo con un hombre

que hará de guía para localizar el ranch donde Hitler se

encuentra. Avisa también,que el lugar en objeto está

fuerrcmente protegido y, que por supuesto, quien to'

me parte de este grupo debe arriesgar su vida yendo allí"'

El informador comunica que si están dispuesto a ir

deben colocar un anuncio en e1 periódíco Los Angeles

Examiner, citando un número de teléfono, así él sabrá

que el operativo se efectuará.El agente que redacta menciona que la primera infor-

662

nr¡ción fue transmitida a un reporrero de los AngelesI -r¡mrne¡, el día z9 de julio de r945. El argentino que fa-¡i l iró las informaciones tiene miedo y queda deseoso de{e ner un contacto con inst i tuciones of ic ia ies y expl icar.r las autor idades apropiadas el asunro.

Este documento resuita caórico por ser evidente la in-I t r rmación de tercera mano. El documento acaba apa-r.e ntemente con el resultado de una investigación pre-via, efectuada por la oficina de Los Angeles, "el sujeto¡]re investigado con resultado negativo, en los archivosi.oliciales del condado no resulta el apellido declarado:ti otros con similar pronunciación, también {ueron ve-t íficados los registros de los Servicios de Inmigración y,\taturalización, bajo ese nombre y nombres similares.l'odas las investigaciones dieron resultado negativo".

El informe conclul,,s que, hasta el momento, se creeinrposible cont inuar con los esfuerzos para local izar ai {it ler con la escasa información obrenid.a a la fecha. Elnremorandum seguiría en orra página, la que falta, y del.r cual se entiende se trataría de una descrioción deta-l i ¡da de X.

Si estos dos documentos resultan l lamativos, hay( )tros dos que llegan en el mismo intervalo de tiempo derrrentes completamente independientes a la anter ior ,L lue no son menos importantes.

Fi nr imern ac , 'ñ ñornOrandUm feChadO el Zt de agOS-r , , de r945 y rubr icado con el n ' 369.

En este la Oficina de Washington informó que el Bu-r, .ru ya envió una carra el 3 de abril de t945 (un mes an-, , s de la caída de Berlín) con insrrucciones para conrac-

66t

Page 339: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

¡ ltar a Z, quien 5e supone tiene inio¡mación referente a

un refugio de }-i i t ler en la Argentina'

Como en la denuncia precedente también en este ca-

so son informaciones de tercera mano y parece que la

f uerrte primaria sea una persona "que había volado mu-

.'has veces ¡ Ia Argentina v que habiendo estado recien-

rcmenrc en un ranch, en la base de los Andes, había ob'

servado ciena actividad sospechosa de algunos

alentanes El inforn'tante afirma que acrualmente Hitler

está resirltertdo en ;que:. área col1 algunos secu¡ces "'

'1'ermina ei documento con la recomendación cie en-

trevistar a Z para una completr invest igaclon'

A ios pocos dias i iega ai escritorio dei director del FBI

o,.o -u.tlo

oficiai, es dei z5 de agosto de r945' y t iene el

n ' de fo ja;zo/52t.En este docurnento desraca que un Mavor integrrn-

te c ie Ia Comisión Crímenes de Guerra informó que

''había una variedad de informaciortes apareciendo de

varí¿s fuentes, alegandct que Hitler v varios de sus aso-

ciatJosse esr¿É,an refugianCo en Ia Argentina, y el De-

pairernento necesitaba docun-tentación para evaluar Ia

situación".EI suscrioierite especifica que el agregado militar de

Buenos Aires, el generai Lang fiefe residente dei OSS),

"se ha autoestabiecido como la suprema autoridad en

esra nlateÍn y que no recanocía ningún pacto de deli¡ni-

tación y qle col' isect¡e¡lre-¡rrente el Departamento de

cu"rri dábia consideratlo consuiúndo1o para evalua-

ciones en nérito".K "quiso saber si el Bureau tenía alguna causa proba-

ble al creer que Hitler ;t unc,s de sus asoc-tados esraban

escondidos gn la Argentina y j 'o cleclaré que eI Bureau. l

no tenít 1.r c.ridenci¡ r. lngible de ninsún escondrre, pe-ro que el general Lang síren.¡,r ¿1.¡l¡ considerable infor-nación, cubriendo un período de más de un año v con-cerniendo e un.r supue sta hacie¡tda en }a Argentina, }a¡u.r1 fue reportsdt colno un escondite para alenanes;ubversivos, supuesf¿me nte llegando a 1a Argentina porn e d i o s c1.u des tin os, p art i c u I a m e n t e s ub m a r i n o s ".

El documenro sigue entrando en detal les para la de-tención de las personas buscadas, a quienes la Comisióncle Crímenes de Guerra había desigr-rado detener y se ha-cen pregl lnt¡s soL're s i había huel ias dígi ta les de esraqente u otra documentación fehacienre.

T e f i rc ennle<l r r ln i r r ré n¡) ta l r i ln r : . , ro . l^.1uc i lu r-c l l lJ l t \ qLrc.r lu SUnIO pO-

clr ían tener fotograf ías, poniendo en duda ia legal idadde estos procedimientos estando sujetos a la cuest ióntlel significado de extradición, aleatorio en los países su-clamericanos.

El redactor de este menorandum p" l ra el d i rector delFBI termina considerando que "e1 Bureau esrá inrcnün-do detener a esros crin't in.t les.Jeguerr;, )a ntayoría deellos, yo creo, nunca serán dercnidc'¡s".

Si es i i¡mativo que ya se habían recibido informacio-n!'s un mes antes cie caer Berlín, que vengan ampliadasr casi cuatro meses de ia ¡endición de Alemania, no tie-;re que sorprender tanto, no eran unos meses que se in-', cstigaba la posibil idad de una huida de Il i t ler a la Ar-lent ina, más bien hacía más de un año según lo c i tado.rnteriormente, y ei hecho que pudo haberse refugiado, 'n un ¡ancñ a los pies de los Andes del sur era un ele-nlento dado por sentado por el responsable en la Argen-trna misma del OSS.

66+oo5

,"¡¡r¡¡¡¡l¡t¡ti¡rlirirritl¡iiltililllll

Page 340: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

' r r r i i r r { i f l i l f l I f f l t r í i l r i l t r l l l l t l f i l l l f l l i i i , r l

F.xiste otro.rsombroso docut'uento tedactado por el ge-

neral Lacld, agregado n-ri l i tar en la embajada de ios Estados

LJnidos en Buenos Aires Es del 4 de setiemlrre de i944 (8

nreses antes de la renclición de Alemania) v dirigtdo a lohnEdgrr Hoover; stt núrlero de archivo es foja 74;.

I)e entracl¡ es niuv interesante, "muchos observado-

res políric,, ' : ir.rn expres.rdo la opinión que Adolf Hitler

¡todrí:t l',ttstar re{ugio en Argentina después del colapso

.i/enr.i¡r . Ll clocumento tras relacionar a unos alemanes

sosircci tosos .v sus act iv idades empresar ia les en la Ar-qt,r. ir i ira. continil¡, "un¿ grJrt colonia ¡1e¡nan¡, prospe-

¡.r e ¿r i.r Argen¡in¡ próporcionaría grartdes posibilid.tdes/) r r r D|r)r ' rer nn rcf t ts io . t Hi t ]er l 'su.s secu.?ces. uno de

-sr¡-s ¡uierrrlr¡os, el conde Luxburg, ña -sido mencionado

c<trt 'ro dirigiendo un ranch, que -sert' iría en }t óptica de

Droveer un retiteio."Por la nantraleza de algunos planes formulados para

abandonar Alenania en su colapso es virtualmertre int'

posible.susr¿ncia¡ detalles en referencia con la presencit

cle nazis en Argentina después de Ia derrota. Sin entbar-

go, algtna importancia se puede dar al hecho que Argen-

tina guardó silencio a pesar de todas nuesrnsacus.:cioneE

en que ella senriría de punto temtinal para Hitler después

de un vuelo sin parada de 7. j7 millas, desde Berlín a Bue-

t'tt'¡s Aires, en un avión construido especialmente o como

ptstjero en un ltrgo vifie en suhmerino."Este asunto contin(1a siendo sujeto de una investi-

gación coordinada con representantes del Bureau a tra-

vés del mundo."La información reveló fechas, horas, rumbos y ha

sído rierivada a ot¡as ¿gencias ,gubernatnenr¡/es inre-

¡.e.c¡ rJ¡-s ".

No se puede creer que un alto oficial encargado cle losServic ios Especiales sea un vidente, es obviá que ruvoinformaciones in s j ru de lo que se había provecr¡c lo vque se e jecuró exrcramente como se h¡bi . r id.c l ,u l l rd. ,en esta carta, de la cual existe otra, en copia e fo las 456.

_ Tras ieer cuanto yo traduje y que cuaiquier inre¡es¿_

do puede consultar en /nrerner ( ,r.ro.ru.{bi.gov/fbipa )no cabe la menor duda de que haya opción posible oar.rinterpretar lo que es textual e inequívoco.

Lo que no está c laro, es que estos c inco documentosestán sembrados a lo largo de todo el expecliertre sin ¡es_petar fechas o asociaciones de hechos,

"itn ,. puecle evl_

denciar con el de fojas z/3/4,ei primero cle todos, , ien_do 1a foja r la carátula del expediente 65-536t5 v el quecitamos arriba, el 745 resulta ser el últ imo cuancio ten_dría que ser ei pr imero.

Llama la atención tarrrbién. que hai , c locui¡rel- i toscorrelat ivos como el número : i+/ lZí , que resulr . r amitad del fascículo cuando tendría q. l " i " . anren.rr ,según- la fecha, al z/g/4, e l que tendría que seguir locronológicamente, además de ser ambos ieferentes almismo tema.

Igualmente me exrraña que el docurnenro 745, ei ú l -t imo del expediente, reporra el mismo texro que se en_cuentra en otro documento, si bien con diferente rnem_brete y dirigido a otro destinatario, l levando el n. de foia456, queda perdido a mitad del expediente.

666 66¡

Page 341: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

I ilrT!*jil;rFrn"'lrrrrrilwiffiffiilmlilillllllll I lll I ll | ! I i | 1 r

Considerando que las [o jas c i tad, ls son poco menos

del dos por ciento de las l iberadas, su disposición casual

parece reflejar una voluntad de sembrarlas estrrtégica-

mente en el expediente.

Una estrategia suti l, casi esperando que nadie pueda

asociar los hechos evidentes en 1os documentos: un phn

de huida de Hitler, preparado antes de la caída de Berlín

y ejecutado en e1 momento apropiado por el Abrvehry

el GOU, por medio de submarinos v relat ivos desem-

brrques en la costa patagónica, seguido por un vi , r je de

un día hacia un rancir en la fa lda de los Andes.Por cuanto se puede rescatar, censura aparte, se evi-

dencian desembarques relativos a las zonas del Golfo de

San N'latías y 1a Península de Vaidés, nombrando las ciu-

dades de San Antonio y Rarvson. indicar estas localida-

des Ceja abierta la posibil idad de un desernbarque t.1nto

en Caleta cie Los Loros, Golfo de San Matías v próxima a

San Antonio, como en Camarones, cerca de la Penínsu-

ia de Valdés )¡ de Rawson.

Creo que sólo yo. ' r ' .1 lsunos de mis .o labor.do.es

ocasionaies pueden sacar conclusiones de cuanto mos-

tró el FBI.

Lo que me l lama poderosamente la atención es que

no hay rastros de ninguna investigación relativa a lo de-

nunciado en los documentos citados. Se supone que la

más humilde policía del país menos desarrollado, fren-

te a estos cal i f icados reportes, instruir ía una invest iga-

ción y que l leg;rr ía a sacar unas conclusiones, posi t ivas

668

(J negat ivas que fueran dejando, ai ntcn, , . . ur r r , ¡ ( , r r .LOnIO cOnStancia.

Por c ier to estas invesr igaciones no fueron abiertas.

Que sean accesibles o no es relat ivo a los f ines denr i t rabajo porque, va en los documentos l ibe¡ados,lparece muy claro que el general Ladd estuvo más deun año detrás de r-rna pisra muv parecida;r lo que yof xpuse; c ier to es que va ocho meses antes que caveral le¡ l ín, tenía ampl ia información, v es c ier to, ram_l, ién, que cuarro meses después, a f ines de agosto der945, se c i ta como referente y el único al tanto de to_, lo en el asunto.

La documentación recopi i : rc l ; r por el eeneral I_add se-r i . r , probablemente, un aval r mi invest ig.rc ión y desa-1( )r [unadamente se mant iene tod.rv i ¡ top secret .

Afortunadamente el censor se olvidó de borrar e1 nom-l,re del general Ladd en alg¡unos cle los documenros inhe-rcntes, cosa, que casuainrente, sucedió también con el, onde Luxburg (agente del I I IB en la pr imera Guerra\lundial, coordinador del Erappendiensren la Argentina, n el rrrismo período, embrjador en la misma v sucesiva-r)lcnte responsable del ,4b1,-e-h¡en el conosur de Améri-, .r. v a las órdenes direcr¡s de Canaris, quien lo había co-r xrc ido en oportunidad de su evasión).

\fe apenr que haya un centenar de censuras relativas, i ¡e l l idos o lugares con las cuales tendría n-rás pistas v

66.1

, , , , , , . . , , , , r r ¡ r l i r l l l l l l l i i l

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: l i , l i i l i i r l l

confirmaciones que posiblemente podría ofrecer, peroigual h lv detal les quc nre h.rcen pensar.

En los pr imeros documentos c i tados hay un perso-naje. un argentino, qr:e denuncia va desde el z9 de juliode r945. que Hit ler hr l legado al Gol fo San Matías ensubmarino, no creo casual que hava recopi lado tantasreferencias en mérito a restos de dos U-Bootes hundi-dos en Caleta de los l .oros, t ras l legar al l í a l rededor delr8 de juiio, día en que hubo en el golfb un ataque a unsubmarino desconocido por el torpedero argent inoMendoza.

O,ue la denuncia fue hecha sólo una docena de díasdespués del hecho en Los Angeles es coherente, consi-derando 1o lejano del paraje donde ocurrió el desembar-que y la urgencia de haceria por parte del info¡mante X,con los medios de entonces eran not ic ias f rescas v ha-bía que aprovechar de marti l lar el hierro cuando estabacandente.

Si esto ocurr ió, no aparece en los documentos delFBI, y no me sorprende, lo que sí io hace es que el infor-mante indica como punto de reunión, tras la l legada deun conando fuertemente armado para apresar a Hitler, 'un hotel de San Antonio.

Allí estaría disponible un hombre de confianza quelos guiaría ai escondite del Frjh¡e¿ un ¡ancá en la basede los Andes.

Ese hombre aparentemente estaría disponible en to.do momento, allí mismo, y esto me parece ráro, constr.tando que entre los dos únicos memorandum relativotque h.ry pasan cinco semanas, es de suponer que no es.tamos hablando de un huésped sino de un residente ene1 hotel mismo.

6zo

l : l único verdadero hotel c le San Anronio era el l lama_i El Vasquiro, de don José Saiv ino Rivera- Hace unos, I r rs su hi jo Antonio, anal iz¡ndo la relación de Salv ino

lr i 'e¡a con el gerente de la sucursar Lahusen locar v iosr)r i , j ter iosos movimientos en ese pueblo prr .gO"i .o, é i. rsmo opinó que bien podría habría s iáo su padre eli r , , l t tbre en cuest ión.Sus ideas po1ít icas eran de corte comunista, act i tudrvr Lr Lut l lu l l tSt¿, acntu

¡ r re escondía entonces. Antonio Rivera cree.nrp pqr:. | . - t_ L l

J Ld5, i,-,¡s le hab¡ían enrpujado a ofrecerse p...-f"rr.g.r,. .l l r t le¡

( fue haya habido en los documenros del FBI un de,' , n lbarque-en e1 gol fo S¡n Matías , . -po.o l " u",r .ñ. ,, I nr ismo, el r7 de narzo de 199g, . . r . , rá _.r" , antes de¡,r . ' fuera abie¡to el a¡chivo ,ádol f

Hi , l " r , , , I , t izoof ic ia lr r r pedido de concesión de derechos.efu."nt" a los res_| , , . . le un XX I , hoy enrerraclos en Caleta delos Loros.

\ l ientras estab¡ esc¡ ib iendo estas l íneas recibo unl.pacho de agencia provenienre cle la Argentina: ,?ue_, , '¡ .4ires, j.ulio, z5 (NA). El coordinador á" I" Comisiónt' ¡ t.t el Esclarecimiento d.e las Actividades del Nazismo' n lt Argentina (CEANA), Ignacio Kljch de-sminrió ent"t t j la tajante las versiones alimentadas por la Oficina¡ , , ie ra.l de Investigpción.Norteamericanaif}g, qu" pro_',t,,t'ió la idea que Adolfo Hitler estuvo vir,íL,rrl,

"n I"\/ i tcntina. 'Hubo gente importanre e;r /.1 ._s¡¡ucr ura del

' ' , ' i tnen nazí que vino a la Argendna, perc I_ l i t ler , su',ntier y Martin Bormann no vjnieron.t la Arpe¡trinr,t ll,ts no sobrevivieron a la Seguna" c""Á íir'"'á'¡ri,, ",:itró Klich a la agencia Notiéias Argentinas,,.

l

67t

Page 343: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

(-onrl¡tciez-co est¡ clcc1eración c1'.1t: c. l l i ' ¡e t .1111.I .segu-

¡r t l ¡c l s in i r rLr , r1.- . - t o r lc. l ¡ r rc iot ' , , ; f ic j ¡ i .L igutr l . c\c i ' .1\ 'cn-

i io c l c¡ . ; , ' r \ . l ¡ r l in Borrr t rnt t . . lc l c, . i ; r l s i r l , , c l r . r . I ' , I r lses v

lnr . t i io,nte). e l - r c lc l ¡ ¡ \ 'c c ie r ' - ;93. l ¡ I r isc¡ i í - r c le i r r ¡nk-

inr t coi . i l i r l ¡ l , r i ¡ ic icnt i t ic tc i ( i11, f i ;ando st1 l l l t ler te en

i ier l in c l r úr ' nr i l i ) dr ' i t t - l i .

I inr ie n. i , , ( l ' , i i r ' . r . i ' . ' ieI, r l r t1u c s.t i l r : i n eE.I l . I ¡ . : r t i cir l ' i -

r i : i t ras ei . rnáirs is c le ios documet ' r tos c le l l :L i l . r ' . r que

r) l son 1¡s i1, j : is con te fcrenci¡s: t l . r presencl , r de i l i t ier

v l : i ' ¡ l l r : ru¡r en l ; i Argcnt i l r . r . F.st¡r l rdo ¡ s l le l t lo t l t :1¡

r-r ls ic ' l .e ¡rc i . t t ie 1a n¡ci í r r t . c l t l len cr , :o ei CE.\N, ' \ r inos

st is ¡reses ¡ntes P.1r,1 i is¡ t lo conlo c1t :s. tnanchlc lor po-

i í t i ro i ¡ ¡ r t l .orr¡r l r i t ' . r . i l lücqtc; resi t l i to l le los ¡er l tcna-

rcs i i i : cr i t 'u in¡ ics ' - l - ' . ; , : ' i . rs. i . ' f Ls i t - l t t .cs¡ t ios c-r l l l ópo-

i : . r de l rcroiL i , : . '11 corf lenle i ro l í r i ' , . r ,1¡ t - l " tst-¡ l r de i ¡ ctLr l

e l pr inrer ml i jJ¡ t ¡ r io ¡rqent i f i ( j es f ) iúsldente, no le

11u,:drbr otr l opción po1ít ica ( l ' . t i t h. lct l i es ' l estér i1 v

i1- ' rn) i t ) ¡ntr ' t i t 'c l ¡ r r ' , ior l .

F.ntre l ¡s r ' . t r i rs nr isccláneas qLlc c{r i i r i l t i lvei l e l volu-

r t i ' inost t exPr 'd1st ,a c ' , t - l i :Bi , ( i i l iL ' i \ ) : l - ; i r i r : t . - ,s r ios pe-

queñas i t - t iorntrc iones. t , : ¡e ler ' . l t i i l ' : ; t r i t i l i i ' l . r i l io l l , Pcro

ir l lport . t t l tes p.rrr nr i lnt 'cst iq. . , , ' . .

Una es un recorte dcl W¿sll ing¡ri;n D.ii1-r, 'N.-ew's. '1ell8 de diciembre cle r947, desp:rchc, '",1r-riteci []ress cesde

Varsovia, fojane z7g.El título habla porsí mismo, " Lrir l. i i '-rto n.rzi t l i jo qr-re

l levó a Hi t ler y Eva a Dinamarca' ' :"A un ex olicial de la Lufrw¡tfe, E¡nesrB.runl garr, de-

tenido y procesado por cometer c¡lhtenes de --uerra,

por

serpe¡reneciente i l st:,tffde] ctntpo de conce¡l¡r.rión de

1**__6tt 6lz

, ¡ i i l l r , r ' ,1,r

i i , L ' l i i r l l l l l l l l

r.;tyiecii¡, -:-e 1e inre¡¡¿¡m pió el procedj¡trietr¡o r¡¡-s ¿'e.-, rrr¡r en la corte que él 11evó a Hitler v a Ev.¿ Br¡u¡t a Di-, rl?..?rc.i, /¿?s¡o ..?n¿es que Berlín c.r_t e¡? .r¡rre f.i-s fúerzts

. l i .s i5.

'8eunr€.r.¡ ' r , de qz años, fue decl, trat jo psíoulc.rr j tr l r¡e' .r ;ro después de' r i¡ l e.x.t¡ l¿'n psic1uiatr ico efecar¡¡c/o clc,srrcjes. inte-{. rgu.r l i l renre-se ordcnt '¡ . ¡ ,- l¡ .r 1_1e rar.r c-.¡frr, , ln-'L'- j¡ ig, icic)/.¡e.s. un aplazamien¿o de cr¡. lrenü¡ v t los díasi.-1 prr-,ce-so a/t cu¡.5o. d¡¿¡nrg¡rr rcst i [ ico rTire c.1 ,u S dc., i-r i l cle tg+ j ,r t t ' rr l r ,o en ,\ . l . lgc/e.burgc-,.r ' /ue- ¡ Di¡: ,1¡t i ,rr-; , ' j :9 clt- .r1,r i , / . 11c,r. .rn. l ,¡ . t [- / i t ]er:- J -si¡ j , ,rr , /r , i l i icr. l . /e

, ' t i ín.' ' .Su

¡r ' ic jn t t t :rr izc¡ - i ; nt i l )- ts el no¡re del rto l : ider vr . i i r i lg.rrt ¡esri l ic, i que I i i t ler.t 'Er.. t espcr.rron ntet l i ¡ h<¡-

: DOr otro ¡r ' lón. el 'c '¿1.11 Ios recogió,1,- -se /üe co¡l .1esri-' r , , ¡ le-sco¡lcrcidcr.

' El pí)otc, - lgregó que Hit icr 1e p.rgo cort Lt i t cherTue de

' ' , r ) r )o RAI¿1e u¡ l b.¡ . ¡ lc , r r le l le i l , . ¡ l ' .

inr .est igencio la infr) f nt . r . i , )11 pur l - . r 'err f ic¡r . r lue 1:ri int f , nota fue ¡etontad¡ r . . rn ' rp l r ¡ r l . r cn un eci i rc i i . r l r . le

L r f .v ista Zig Zagy pubi icada el mes siguiente en S.rn-i : . rqo de Chi le, e l r6 de ene¡o de r948. En el la se puedel, cr que la pareja Hit ler fue dejada en Tonder (Dinamar-, r ) donde otro avión la l levó a Kr ist ians.rnd (Nomega).. \ l l íse habrían embarcado en un submarino que prrr ióI r rc i ¡ dest ino descorrccido.

Estas notas per iodíst icas conf i rm¿n que efect iva-r , , f i t€, como contó Renzo Zan¡si , se escr ib ió del tema' rr l r posguerra y agrego que el pueblo dinan-r.rrqués de

,,nder se encuentra exact i lmente a la distancia indica-I , t le l r ío Eider.

Informaciones recogidas a la fecha, desde archivos

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" ''l,!||l|lnilililfffiifiiiiilfliliiiillllllilllllllllllllllllllllllllllliliirr!rr

periodísticos de Va¡sovia, indicarían que Baumgart fuoefectivamente investigado tras ese despacho UPdel l8diciembre de ry47 resultando ser un oficial del campode Auschr¡, ' i tz quien, para desviar la ¡tención de sus res.ponsabi l idades, relató la histor ia haciéndose pdSár co. :mo e} protagonista. Confesó que su declaración resu.¡mía, con fechas aproximadas, io que le había contadcsintéticamente un año antes un piioto que participartde la extrema misión de salvataje de la pareja Hitler.

Baumgart relata también, si bien por persona inrerpues.ta, que en [)inamarca aterrizó otro avión. Esto tiene rela.ción con el cruce del cercano Skagerrak hacia Kristiansand,una de 1as bases noruegas de los XX1, donde casualmentoestaba entonces presente el joven capitán dei U-985 Her.man Wolf. Considerando que a la llegada de 1os briúnicos,en mayo de r945, su (J-Boote fue encontrado abandon¡.do, bien habría podido el joven capitán haberse embarca-do en uno de los XX{ zarpado 1os primeros días de mayo,cuvo destino úitimo fue ias costas patagónicas.

También ei sargento piloto Jurgen Bosser tenía raz6n,el d ia z7 se buscaban pi iotos voluntar ios dispuescos ¡realizar un aterrizaje en Berlín para sacar, como escribióél eufemísticamente, "a un personaje indispensable pa.ra Ia posterior dirección de las operaciones bélicas".Enese día se presentaron cinco pi lotos para volar c incoavionetas además de éi y su avión.

El sargento Bosser repir ió la misión no concluida aldía siguiente, el día 28, su comandanre le ordenó hacerun último intento, bien podría ser que orros tambiénhryrn recibido una orden parecida.

6t¿

De todo lo anter ior me l lama la atención 1o relatador uublicado en Chile el r8 de enero 1948 por E1 Diariollustrado. Allí un testigo indirecto afirma como cielro, I hecho de un escape de Hitler: el Frjh¡eral lado de un,r rón a propuls ión una hora después de suic idarse, c¡-,, irna confirmación de cuanto fue reportado por Ia re-' . t ; ta Zig Zag dos días antes, en referencia con el casolr . rumgart .

Considerando la presenci.r en Berlín de Hanna Reitsch, ()njuntamente a un mister ioso teniente y teniendo enuÉDtá que el Ar z3-¡ modelo B o C llevaba piloto y co-

I ' i loto, b ien podrían haber despegado uno o ambos de, l los, la experta en jety confiable Reitsch o el misterio-. t \ LeutnanL

Cie¡to es que la misma mujer relata su sai ida noc-r L l rna, s in fecha, desde un Ber i ín agonizante en un,\rado conjuntamente a un pi ioto de apel l ido B.

" iendo la verdad a medias la característ ica histór ica

, le la pr imera Flug-kapi tan de Alemania, las úl t imast r¡ses de su autobiograf ía tendrían que ser reconsi-, icradas en la ópt ica deun Arado zg4y de un tenien-rr p i loto de apel l ido Boehme. y merece recordar las'\tarias leyendas se tejerán en torno de nti últ imo

' uelo, ¿No podría haber escondido tal vez a Hitler

t'r) algún lugar?" y " Tal vez revelaría el secreto sos-t¡c'chado".

6ts

,**r¡¡l, lnr, nnUlillilllli

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,rrrilffirlflllllilillllllllllllllllllllllillllllllllllllllllllllllllllllllllllillllillirllirllrrrrr rrrlr'

r , i , l ¡ l l i i i l i i i i i i

Regresando a los documentos del FBI, hay un infor-me prcveniente de la en-rbajada notteamericana de Lon-dres, fechada el r7 de set ienbre de r945, dir ig ida al d i -rector del FBI y rubricada como foja nq 38r.

Un agente del OSS, mencionando que Hit ler se es-condiera en Argentina a ia fecha, sigue haciendo refe-renciaaunaSra.Eichho¡n,unaa]emanaresidenteenelpaís sudamericano y propietar ia al l í de un gran hotel ,SPA ubicado en La Falda.

Reporta también que su familia ha sido una entusias-ta fanática de Hitler desde que el partido nazi fue fun-dado y que incluso, antes que los nazis l legaran a poder,ella giró a disposición de Goebbels 3o.ooo RM (un cuar-to de millón de dólares actuales). "Hitler nunca olvídóesru acción y tras llegar al poder eLLa y su marido fueronamigos, tanto que durante su estadía anual en Alema-nia, en ocasión del Día del Partido, ellos residieron en elmismo hotel de Hitler y, entonces, les estuvo permiti-do entrar al departamento de Hitler en cualquier mo-mento sin haberse anunciado previamenrc."

Como aclaración a esto, el agente dei OSS indica que"si e] Führer estuviese en algiín momento en dificulta-des, siempre habría podido encontÍar rei..tgio e n La Fal-da, donde ellos habían ya realizado las preparaciones ne-cesarias".

También esta información como ias anteriores ten-dría un valor relativo pero es complementaria a una in-formación que, hasta entonces, no pude verif icar.

Además de los testigos que pude citar tras cruzar in-formaciones para ubicarlos y avalar sus dichos, todavíame quedan varias voces sin confi¡mar.

En este caso, apareciendo este documento, voy a con-tar sobre este uiterior testimonio sucintamente.

Hace más de seis años me contaron que Hitler y se-

6t6

rrora fueron huéspedes en 1a casa part icular de los due-nos del hotel El Edén, ida y Walter Eichhorn en la loca_I idad La Falda, un lugar de vacaciones, en las al turrs, 1as

'ie¡¡as, próximas a la ciudacl de Córdoba, al norte de lal 'rtagonia propiamente dicha.

Los Eichhorn eran AIte Kampfe¿ sus diplomas deviejos luchadores les fueron entregados personalmen_te el r5 de mayo de t935 en la Canci l ler ía dei Reich enilerlín por el mismo Hitler, quien de su puño y letra les.,.notó: "Querido camarada Eichhorn: desde su ingresoc'tl rpz,l usted junto con su esposa ha apovado el movi_niento nacionalsocjalista con enorme espíritu de sacri_ficio y acertada acción, v a mí personalmánte, ya que fuesu ayuda económica la que me permidó en el verdade_ro significado de la palabra seguir guiando la organiza-ción ". Estos documentos, las relativas condecoraciones,fbtos autografiadas I otras, entre ellas aparece el matri-monio retratado en Ber l ín y en Bertchesgaden con eipropio Führer, Goebbels y Rudolph Hess tomando el réo conversando, quedaron en posesión de sus únicosdescendientes, Antonio Ceschi de Santa Croce y su her-mana Verena, que aún viven en La Falda y tienen cam-pos en lazona. Son nietos de lda tsonfert, hijos de unahija que ruvo antes de conocer a Walter Eichhorn.

Los años bélicos fueron los años dorados del gran ho-tel , sus huéspedes vestían de iargo, uni forme o smo-king, en el comedor para 25o personas funcionaba unpotente receptor que irradiaba las rransmisiones recibi-.1as desde Alemania.

Ernesto Guevara, Senior, en su l ibro Mi hiio el Cherecuerda que tras la toma de poder del GOU en 1943. éitrabía integrado un núcleo antifascista l lamado AcciónArgentina, y que "nuestro grupo se enteró que en eI ho-i el Edén de La Falda funcionaba por las noches un po-

6v

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' llillllffiffirr'""

.,cñrll l l l l l l l l l l l l lrrr ' ,,

ten¿e r¡.insn-tisor radio que p,isabá mensajes cifrados adc'r / ¡ 'n. Cu¡ndo l les.rnlot Iu l i rnos que ¿cepnr que el no- -tel se encontÍaba baio protección policial".

.A pr incipios de rq45. l iegando el f inai del Reich, e lcolrpso arrestrerír también a El Edén. A f ines marzo deese año fue incautrdo como propiedad enemiga al de-cl¡r¡r la Arecnt in¡ 1;r guerra al Eje.

Los Eichhorn vivían en el chalet El Casco en el cerrorrriba de E1 Edén y desde ese ataiaya vieron como su ho-tel se convertía en una cárcel de lujo. Primero fueron alo-jados ai1í los diplomát icos japoneses v sus fami l ias, vm;rs tarcle parte de la tripulación del GrafSpee.

i :n 947 el hotel fue rcst i tu ido a sus dueños, perorl--enas 1o recuperaron 1o vendieron, don Walter murió! 'n lqht ) 's |L esposi l en r964. están cnterr¡dos en el ce-rnenter io de Val le Grande. s iete k i lómetros al sur de LaF.r lda.

Unas de estas inform¿ciones ias recibí en enero de1991 en Buenos Aires, por boca de Herbert Dreuws, exteniente primero dei GrafSpee.

El, cuando se enteró que iban a ser repatriados en fe-brero de r946, se fugó, quedándose en la Argentina don-de se casó, viviendo por años en las sierras cordobesas.

Hubo un relato al que no pude tomar en cuenta has-ta que en fecha muy reciente, ei z de marzo de i998, elc¿rnal rr argentino, Telefe, transmitió Afectos Especia-1e-s, remembrando el hotel, que ahora se encuentra endesuso, coniaba histor ias pasadas, enrre el las que fuehospedaje de marinos internados de| Graf Spee.

No prevista hubo una llamada telefónica pasada envtvo.

Un¡ señorr mayor. próxima a los ochenta años, Cr is-tina Gamero, residente todavía en la vi1la turística, con-io cn poias p;r labras, 1o que le había ocurr idc a media-

al8

dos de la década del c incuenta, en E1 Casco, el ia s i i , , - ióen la mesa de1 matr imonio Eichhorn, a Fl i t ler .

NJo pude investigar personalmente a 1a testigo. perosu sintét ico test imonio se puede considerar pr- ib l ico vdocumentado.

Con esto concluvo que el informe proveniente de Lon-dres era correcto, si bien adelantado en sus sospechas.

En este punto l r oregunt l m.rs lógic,r es: ¿Supicronlos se¡vicios de información aliados algo n-rás cie lo queresun-ií?

Lo unico que se puede decir ¡ c iencia c ier ta es queel OSS se interesó act ivamet l te en el caso como ei FI l i .si el general Ladd fue el primero en investigar, también1a CIA, que sucedió al OSS ent947, s iguió invesr ig:rn-do. Su fundador v sucesivamente director de la ager.r-c ia, desde r953 a r96r, fue Al len Welsh Dul les, ex res-ponsable en Suiza del OSS hasta la capi tu lación yluego en Ber l ín, no hay duda que fue un gran expertoen naztsmo.

En su gestión, por cierto, el caso Hitler no se había ce .

rrado aún.

Entre todos los documentos de1 FBI hay uno del r7 defebrero de r955, fojaz45, en el cual la CIA pide al Bureau"información relativa a un sujeto que supuestamentehabía visto a Adolf Hider en Buenos Aires aproximada-mente cuatro o cinco años atrás, preguntando si el suje-to fue entrevistado para una información adicional. ca-so contrario entrevistarían al sujeto en referencia J quevío a Hitler en Sudamérica".

Esta nota aparentaría que casi diez años después de la

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679

,,, ", i lduxii, r r i ' ¡ l l r l l l l i l l l l l i i ] l11ll

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rrrrllllllllillllllilllllllllllllitlli,tt,t

caída del Tercer Reich todar ' ía se invest igaba la ubica-

ción de Hit ler en la Argenr ina, pero no sólo 1os Estados

Unidos invest igaron los rastros de Hit ler .

Tirve la oportunidad, en la pr imaver¡ ¡ust t l l de r99'1.

es decir en noviembre, de presenci . r r l tna fer i ¡ en el sur

de Chi le, en la c iudad de Temr'rco, lcompañé a L1n aml-

go chi leno que se ocupa t le la explotrc ión de bosques'

Viajamos hasta ai l í porque éi tení¡ que contact¡rse con

un alemán que quería venderle camiones 6 x 6 Ural, pro-

venicntes dei e iérc i to de la ex DDR. Era de mi inte¡és

porque el sujeto eraun ex of ic ia l de la Stasi , la pol icía

pol í t ica de la desaparecida repúbl ice comunista. E1 ha-

bír l legado a Ia novena Región de Cl ' r i le, t ras la esteia de

su er presidente, Er ich F{onecker, quien morir ía al l í

iruésped de sus parientes mas cerc.lnos.

Me presentaron a don Heinz, un hombre de unos 65

años quien nos explicó que qtiería importar a Chile los

camiones, desarmados, Para sortear las leyes de impor-

tación del país y sucesivamente rearma¡los en la zona

para uso forestal. No entendimos si era apell ido o nom-

bre y no quisimos profundizar en consideración de sus

antecedentes.Don Heinz contó cómo ingresó, entonces veÍnteañe-

ro, en el MFS,elMinisterio de la Segurídad de Estado de

la Alemania Oriental y relató unos hechos muy intere-

santes que le había comentado entonces su superior di-

recto Max Wonsig.A fines de t954 estuvo al tanto que el fundador y jefe

del Servicio,Wilhelm Zaisser, tuvo una reunión en refe-

rencia al caso Otto lohn, un ex agente del lnre/rgence Ser-

vice, que hasta entonces era jefe del BFV, el Servicio de

Informaciones Políticas encargado de la lucha conrra el re-

68o

l i¡ l

greso neontzi . Este servic io fue c¡c¡c lc ' cn l ( ) i ( ) l ) ( ) r . l q{ )b ierno de la Germania Federal y depencl i t ntc r ie i t i N I t . t ,sdecir e1 B un de snach ri chtendi e nsq di rigido ¡ror li.c i r r I r.r rrlCohl.- o l

- .nÁ^ A^ 4, l l t .h ol . ' ,

' ' r . ,1 na-a' . l r ie 1. . . . t , t\ l \LtJ l \c l<Etrgt((

r,-icios Secretos de .¡\ lemania Feder¡rl.Orto lohn el zo c ie ju l io 1954, pasó de incógniro . r ) r

DDR donde contó que en 1953 habí¿ desmantelado unared de ex nazis que operrb:rn en Argent in; t y vent i ló lapresencia de Hit ler en la mism¡.

Resulta interesanre lo que comentó en mérito al nue-r.o jefe de1 MFS, Ernst Wolln'eber: rras el regreso nego-ciado de Otto jhon el r : de dic ientbre r955 r la Alema-nia Federal , supo conf idencialmente por un colega, elgeneral sor,' iético Aleksand¡ Z¡harovski, que el KGB te-nia una inforn-raciór'r parecida v de vieja data.

La histor ia que conró empezó en febrero de 1946,cuando a los ex tripulantes del Gr.rfSpee al ser reparria-dos fueron agregados por las autor id.rdes, unas decenasde espías pro Eje apresados en el ú i r imo mes del conf l ic-to mundial , t ras la declaración de querra argent in l , . r l f i -n¡ l de la misma.

Entre ios espías había uno doble que trabajab;r ¡r. ir;r elKGB.

Llegado a Alemania, unos meses después, el agenredoble tomó contacto con su Servicio y fue trasladado in-mediatamente a Moscú. Allí fue convocado por el mis-mo Stalin, quien 1o condecoró personalmente y rras uncoloquio reservado le confió una misión secrera.

No habían pasado seis meses desde su part ida de laArgentina que ya regresaba a Buenos Aires, y a los po-cos días, como contó, su pisra lo l levó a San Carlos deBariloche, las huellas del Füfr¡e¡terminaban allí.

l68r

,,r¡r,¡r¡rl r, ¡ I rr r r rr I l i i i i¡ l l l i i l l l i l

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rrtlllllllllllllll,

Efectivan-rente, el l6 de febrero de r946 fi ' teron entre-

gados por el teniente coronel Alberto Cossevella 8n ma-

rinos del Graf Speey z9 prisioneros considerados espías'

seleccionados entre más de cien suietos sospechosos de

haber, por años, trabajado en favor del Eje, tras la tardía

declaración de guerra hecha por la Argent ina el :7 de

marzo de ry47. Entre los c ien sospechosos de ser espías

se encontraba el f in.rncista Heinrich Dorge, que como

los demás descartados fue considerado por las autor ida-

des argentir-ras como un personaie excelente v aprove-

chable para el futuro. Ei grupo de 84o hombres fue to-

mado en custodia por el teniente coronel .|. W' Bingham

de ia armada de Gran Bretaña y embarcados en el vapor

Highland Monarch, e1 mismo diazatp6,l legando el rr

de marzo a Hamburgo, ese mismo día ingresarían a un

campo de tránsi to para pr is ioneros en Mi insrer l rger,

donáe ei 3o de abr i l sal ieron para ser l levados a su des-

tino final.

Esto ylos documentos FBi nos dice claramente que los

más importantes servicios de inteligencia estaban a1 tan-

to de algo referente a Hitler en una zona específica de la Pa-

tagonia desde r945 hasta mediados de los años '5o'

A este punto, es necesario de mi parte hacer una hipó-

tesis fundamentada en la lógica como único elemento de

referencia, ai contrario de cuanto he hecho hasta ahora,

aportando pruebas circunstanciai'es y / o tesrimoniales'

Como citaba el propio Hitler "los casos son dos'' ' o

los Servicios Secretos militares estadounidenses descu-

brieron el paradero del Fijhrer, o no lo hicieron'

682

Que ninguna de 1.rs invest igacior-rcs l t l , r r i r . , r r , r i , ¡ , r ) . r , , -morandum FBI h¡va sal ido a la luz dejr , r l r i t , r . r , r I , r p, ,s iLr i l idad de que sí lo supieron v, aun asi , cal l ¡ ron.

El mot ivo puede ser sólo uno, táct ico: consi t lcr .urr louna sobrevivencia de Hitier hasta r959, sumada a la épo-ca anterior, con la presidencia de Eisenhower, la cacerí.rde brujas lanzada por Mac Carthy, la guerra fría y el mie-do a una-fercera Guerra Mundial, bien hubiera podido serque, una vez descubierto el escondite de Hitlei v recons-truida 1a hisroria de su huida, se guardara celosamente es-te secreto, pues éste podría resultar muv valiose.

Según todos ios anal istas mi l i ra¡es, una hipotét ica in-vasión de Europa occidental tenia obligrtoriamente quetener paso por la DDR: Aiemania del Este era la puerrade acceso para las armadas de Stal in.

En la época de ia guerra fría muchos altos oficiales dela OTAN y de la NATO hipotizaban ese escenario bélicode invasión. entre ellos razonablemente preocupados, re-s¡ltaron el general Lucir.rs Cl;ry, comandante de las tropasestadounidenses en Alemani;r y el General Sir John Hac-ketr, comandante de la Armada Británica del Rhin-quien escribió el libro La Tercera Guena Mundial.

¡Qué carta en la manga hubiera sido haber localizadoa Hit ler !

El sacarlo de su reFugio prtagónico hubiese sido unatarea relat ivamente s imple para un operat ivo de unosgrupos Delta Force, y el l ievarlo a los micrófonos de Ra-dio Free Europe, en Gioria, ce¡ca de Lisboa, una cues-tión de unos días.

Una apelación rrdial de Hitler, rerrasmidda hacia eleste por 1as instalaciones alemanas de Biblis v Holzkir-chen, habría l legado a ios millones de alemanÁ que que-

68¡

.,,,,uu¡$hlrrtiriitlllillllllllllli

Page 349: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

daron detrás de la cortina de hierro. Hubiera sido la úni-

ca forma para levantarlos a insurgir contra los octip'rn-

tes soviéticos, cortar sus líneas de abastecimiento y ru-

tas de invasión hacia la República Federal' En aquellos

años posbélicos, todavía más de un millón de fieles na-

cionaisocialistas del Este hubieran estado pendientes de

ias palabras pronunciadas por Hitler'

Óon él al frente se habúa podido tal vez iograr, no só-

lo detener una invasión, sino derrumbar ia DDR y has-

ta desarticular el pacto de Varsovia'

Cierto es que los entonces generales anglosajones al

mando de las tropas acuarteladas en Europa no sabían

de qué forma ganarse el apoyo de los ciudadanos de la

DDil y menos aún, como ex enemigos de Alemania, pe-

dir su ayuda.El mismo tema era objeto de consideración en refe-

rencia a la República Federal Alemana y a Austria' Sin la

participación masiva de los ciudadanos del ex Tercer

Reich, en la década ry46-ry56, el escenario propuesto

por los analistas militares resultaba uno solo: en unos

días.las armadas soviéticas hubiera i legado ai río Rhin,

a las puertas de Francia y del Be'Ne'Iux'

Puede parecer una hipótesis atrevida o una peiigrosa

actuación de inteligencia, pero hay que recordar el plan

que ejecutaron los Servicios Secretos alemanes en la Pri-

meraGrr"rra Mundial, con el f in de que éste le permi-

tiera. en última instancia, quitarse el costo bélico del

frente oriental y también el derrumbe del imperio de

Nicolás Segundo.En el verano r9t6 los informes que ilegaban alIII/B

indicaban que la moral de las tropas y del pueblo ruso

era muybaja. El estado mayor alemán quiso aprovechar

68¿

...,Eec;EF

esta situación interna, necesitaba ganar rápidamenre enel frente este para volcar hacia el frente oeste diez divi-siones al mes sobre 1a masa de infan¡ería empeñada con-tra el imperio ruso.

El coronel Nicolai pidió seis meses a Ludendorff pa-ra preparar un operativo polít ico. Estrechó lazos con so-cialdemocrátas y marxistas exil iados que sabía a sueldode la sección rusa del I i l /B. Entre ellos había un revolu-cionario, un tai Vladimir I l ich Ulianov que sus compa-ñeros conocían bajo ei seudónimo de Lenin.

Los Servic ios Secretos alemanes le pagaban desde191o un subsidio de rz5 marcos por mes, a cambio de in-formaciones poiít icas y de la actividad de la Ochrana, laPolicía Secreta Rusa en el exterior.

Desde r9r5, el espionaje alemán y austríaco en Suizaconcentraron su atención en las agrupaciones revolu-cionarias de izquierda. En Lausana, Nicolai se encontrócon los pr incipales agentes revolucionar ios t ras una¡eunión con sus of ic ia les del I I I /B en Berna, Nasse yHagen.

La financiación de la operación fue asegurada porunos banqueros estadounidenses; entre elios el conoci-do Guggenheim, conectado con los grupos bancariosalemanes Kuhn-Loeb y Cie y la Dresder Bank.

El z de marzo de r9r7 el Reichsbank envió a los repre-sentantes de ios bancos alemanes en Suecia la orden nq

7B3.EI texto notif icacaba que los pedidos de dinero l le-garían a través de Finlandia y serían emitidos por nuevepersonas. Los primeros cuatro apell idos son muy cono-cidos; Lenin, Zinoviev, Kamenev y Trotzki. Con 1a re-solución na 27S4la Reichsbank le había abierto cuentasen los bancos alemanes en Suecia, Noruega y Suiza.

La oficina de Berna del III/B organizó el históricotren de los revolucionarios rusos que cruzaría Alema-

I

l, l"i S

, ,L: :xr , r L i rL i r i ¡ l / l l l ¡ ¡

Page 350: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

nia. En base a ios acuerdos pactados entre Lenin y Nico-lai, el tren debía transportar c iento diez personas desig-

nadas por el mismo líder revolucionario y otros tantos

miembros del I I i /B.Entre los agentes de Nicolai uti l izados para conducir

a buen fin esta vasta operación, luciría un tal Liev Davi-

dovich Bronstein, alias Leon Trotzki, ya internado en

Canadá y l iberado gracias a una bril lante operación del

entonces agente Wilhelm Canaris. Este había enviado

en una misión secreta ideada por su superior directo en-

tonces, el agregado mi l i tar en ia embajada alemana en

Washington, Franz von Papen, uno de los mejoreshombres de Nicolai, quien 1o consideraba inteligente y

astuto, mundano y sin escrúpulos.En San Petersburgo, mientras tanto, Alexandr Feo-

dorovich Kerenski, también contactado por ei i l l /B tras

recibir fondos desde Suecia, pese a sus encendidos dis-

cursos, dejó que las fuerzas armadas se demoralizarany permitió que la "banda de Lenin" no fuera rechazadaen la frontera ni encarcelada como correspondería por

ser el ministro de justicia de la santa madre Rusia.El costo de la operación lo calculó el mismo Luden-

dorff: el Gran Estado Mayor gastó 7o millones de mar-cos oro, el costo de pocas horas de ofensivas en el fren-te oeste. Los banQueros de Nueva York hicieron unnegocio colosal: los lz millones de dolares prestados a

los revolucionarios rusos le rindieron en los cuatro ¿ños

siguientes 6oo millones de rublos oro.

También en los campos de batalla la operación fue po-

sitiva. En la primavera de r9r8 Ludendorff lanzó todas sus

divisiones rompiendo el frente anglo-francés, estable des-de años. Pese a que Nicolai y su III/B operaron bien, el

686

Cran Estado llfayorno pudo evitarel clcs¡stre nti l ir,¡r I i rr.rial que esraba predestinado. El genio de ia zuerra secr(.r ,r (,ntonces ayrrdó a salva¡ ¡ Ludendo¡ffl Alem¡ni¿ r]ecr':;rr., r,¡en un fururo dei aparato bélico que había montado. 1,.¡r lo.diez años del ascenso hitieriano, los Servicios Secreros h icreronsenrir su presencia en la vida polít ica aleman.r y r()davía después, una vez más. Nicolai como consejero clelAbtvehry del mismo Canaris hizo valer su peso en el l¡d<.¡de l¿ balanza donde puso su ingenio.

Esta histo¡ ia olv id¡da. qrr . . " r . r , . de Ia obra magnade Eddy Bauer, resuka desctnocida para muchos hoy"undía. Só1o- hace algunas semanas ," ,rojuió a publicar algodesmidf icator io de Lenin y su revolución, en las obñsde Helene Carrere d'Encausse y Dimitri Volkogonov.

Si este relato sintético parece increíble rambién lo re_sul ta histór icamenre Josi f Vissar ionovic Dzugasvi l i ,más conocido como Stal in.

El hisroriador Edw¡rd Ell is Smith examinó los archi_vos de Ia Ochrana y no hay ninguna ducla: Stalin fue unagentede la policía zarisredesd! rg99. eue fuer¡ aman_te del doble juego lo demuestra 1. áá..r-"rrraion tam_bién aportada por Don Levine quien pubiicara en r956,en los Estados Unidos, El gran i"rr"tá de Sralin.ExÁíU"documentación pol ic ia l donde en 1913 todavía se pen_saba uril izar al hombre que en r9o6 y igog había enrre_gado preciosos informes delatorios. Én Íos a¡os siguien_tes, tras su i legada a petersburgo, i legó a ser un .=g"n,"de la sección Ochrana de la ciuáad.

- N-o hay que confiar en la histo¡ia oficial y, ¡egresan_

do al plan de Nicolai para desestabil izar el imperio ru_so, hay que decir que los hechos posteriores demostra_ron que el remedio fue peor que la enfermedad.

I

Page 351: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

l f4¡s airn. tesul t : r t ¡n lb iér l eviC'ente qt te t lnto Lenin

como -I totzki , a sueldo dc' l i i i /L l (como Evi ta-Perón del

Abrrehr) . p¡saron clc t í t i rcs ¡ t i t i r i teros, eclueñándose

de sus respect ivos P;r íscs.

En referenci¡ ¡ este t ipo de conducta er ist i r ia otro

caso en el paslc lo de i l Argent in¡ ' Se tr¡ ta del Padre

de la Patr ia. e l generai don José de San Mart ín ' quietr

desde r t i r3, y hasta rSzz l ideró los cot lb¡ tes que re-

chazerot ' t a ios españoles de ia Argent ina, Chi le 1 ' Pe-

rú. La imagen cle prócer enset lada en l ¡s escuel ; rs pr i -

marias de Sudamérica ref le ia un mito ' 1¡ verd'rd seríe

otra histor ia.En los pr imeros años del r8oo, en la época del

conf l ic to anglo español . un mi l i tar escocés' Thornas

Mayt land, concibió un plan para que los ingleses se

.pod"r. r r r .n de Buenos Aires v luego, t ras for t i f icar

M"rrdoro, cruzar la cordi l lera de los Andes, i iberar a

Chi le del dominio esprñol y en seguida seguir por

mar h¡st¡ l iberar Perú, ¡c¡b¡r con doscientos c i t r -

cuenta años de dominio de la corona española en la

región."R"sult" documentado que el coronel del ejército real

español José de San Martín pasó cuatro meses en Lon-

dres desde octubre de lSll antes de viajar, en febrero de

r8rz, a su nativa Argentina' que había dejado muy joven

para mudarse a España con su familia'

Hecho es que el l ibertador repitió exactamente, con

sus gestas, el plan de Maytland, concebido para ser eje-

cut;do en la áportunidad que, históricamente se ofre-

ció en r8o6 y r8o7,con las fail idas invasiones de Buenos

Aires por los marines británicos'

Es inverosímil que el l lamado Padre de la Patria en 1a

688

. \ rsc n t in r h,r : ' ¡ v ' . re l to r Sucl . r r r - rór I ¡ ¡ , . r t , : r ¡ i to, , r )s i i r -1r- '¡ lo cr-r i ' rocír : , in un pl ln v sól jdos . rpc)\ 'os. l r pre.¡ r : r r . r . , i ,t - i . r ¡ ,s ¡ , ¡ ¡ sol¡ i rLe' . rn.rgente br i t ¡ur ic<' l?

r \ ¡ r r incipios c ie r99,1 l ¡ h istor i ¡ r ior¡ ¡ ¡gei i t i i ¡ . i I ' ¡ t r j -c i ¡ . i ) ¡sctrr l ipubl ico unr bi , ,gr . r f i ¡ t i tu i ¡ i l ¡ S.rn , \ / . l r r ín.cr. l . ILr o l t tcscs,- ie sp'.res. c l p c, l t t i r o c' i t i st rr r , . tcl o r l lo i1oi 1,-rTcrr.rgn, r publ icr i sr i l i1.ro ,1,1.¡_r 'r1. i¡ ;¡1 S. : , .1; . l l . l r¡¡ , ' . . . , ' \ l t r-b¡s obl ' , is r r)ns i r [ ' r . t n pr ob.ib j e LltL€' r- l j i ; j r ' r l , rLi, t¡ :- i t , . :r¡ .- ie iÉ, ' r t { r r , l , ' : , ¡ ' l ' ' i . l r t . -^ :eu.

Si iue f in¡nci¡c io ' , 11i t - r1rrr i . . i , . , . . i , . i ) i : - l r rs, l ( ) I 's t . rdocument¡ , jo col l r ( ) e i c: ,sr . i r , r ¡ , l ' r , r r1, r ) c i l le i -c-ninrr-¡¡O,r¡ . , ' , c ic- i t . r e\ ¡ l l i t : t - - r i , 'e j l : ¡ : i i ,e I . . r . I ( r i i . - i ! ' , ,1-pist . r dc l ¡ h lstrr¡ , , r l r nr ; : . i . :c . r ( l t i . i io del ¡ , . rs \ : r ( )1o entregó e 11n¡ i l ( ) ' rcn. i . r , ¡ x i , . r r j r . r r . Acrbó colnar i r , . - ,, iemjs. entrcg. :n i i , ' . i I , ' , lLr I , . , iz{ ,S, lntentC. l ( , i r . l : .1( :r : i on que io t1, :s¡ i r t r , r ' r - , , . ¡ : - . ' r r , - : i i I nrL 'n i i j po¡ c lesc, t l t -f i ¡nz¡.coirstr ie l . t t ] , . i i ] ( ' r , . t i . t t r - , , lL, l : :u.so: ,cLr. i -o, ; r , 'obi i -

i ; indoio ¡ l , - '>: i j i i ,

Sicn. i l r l t . . t j . i i t r ' . i l i , ' : r , : . : i , , . - l ) i i : i i r \ i j . r -

¡ : t r ía qi ic ] ¡ ] r l l . r i i :s is ¡r i . i , , : , ' . r ,1 r : ; r , i : , i l r ' : r i , r . ! . i i \ . , f r I i ;

l r , r r n l r r i , r r , -

et i f l l , \ ' , , ! . : r ' .1 , ' ,_, ' \ . ' . r r , , , :- . - - I - . - - . , , - - . , - - iL{ l \ - , \ ' r : .1r , f 1, : t ) j . i l r ) l . l - , j i j ) i . . ) l lCi l ! t i . .

i-rn hccho ¡c¡ lm ente ccr:sit lcr,-,r, io.

A l lnes de.ts, ,* l , r ls 1.¡oS. r ' , r i ' , i . l l ¡ Ars:ent in¡ . recihr rnform.rcronr ' . i nre nor l l r . r r r r rG:r i t r r lnrnortJntes.' '1"" F '

En el Val le c ie l i l ío Neq¡o, r loncle empi37¡ la l i r t ; rgo-r r i . r tnd l t i ¡ r ' i r -e I l r lo, 'n i . l S, ' ] l r f f cr r r r ipn f r rcr) nrrr r ló-rurru yv¡ qL_

c.rdas amiga de Boehme v su hi i ¡ fue secret . r r ia del mis-l r rn l rAr rrnoq :ñoc. ' '_- t '_- '

La señor:r Eugenir v ive hov en Generai Roca, t renesctent¡ v ocho años y no dudó en asegurar que a fines cle

l

( rSr ¡

,,,,,,¡utl¡ ¡, r, ¡ I i r ¡ ¡t¡ i i l i l i j i i i l i l l

Page 352: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

,wllllltlliilir .,

| ¡ l l l

la década de ios cincuenta a don Albrecht le encargrron

"l traslado aéreo de los restos mortales de Adolf Hitler'

La señora asevera qr-re el Führervivió y murió en la

Patagonia. "Boehnte tuvo que ir a buscar a Hitler por-^q;;Z;;^;^

-uy enferttto, ruvo que vo]ar con urgencia a]

sur y mlenffas se montaba ese operativo.de ayuda Hi'

t ler murió en un sit io qLte no puedo Prectsar'fambién dijo que "esta misión )a cumplió junto a Ru-

c/e/, según Dána-Eugenia, Hitler murió en el traslado

nlir*ol su estado de salud era muY malo' recuerda que

Boehme ie contó que el doctor Mengele estuv'o presen-

rc en los últ imos momentos del Führer y que su últina

resjc]enciafueunafemotaestanciaa]surde]aPatagoniaCesde lacu¡1 e1 cadáver de Hitler fue evacuado hacia ttn

destino cTesconociclo hacia fines de la década de los cin-

cuenta".Agregó, además, "Es bueno que se sepa la verdad' Hi-

der no se suicidó".

En referencia a una estadía en la zona dijo que "la ver-

sión del Führer viviendo en la Patagonia fue la que siem-

pre conocí,remarcó " que eila "había ya escuchado' an-'t", d" ,onorer a Boehme, esta historia por sus padres' a

Hitler le gustaba vivir en Bariloche, pero lo perseguían

mucho y poÍ eso tuvo que ir más al sur"-

L. ,Áor^ Schaffer contó que Hitier visitaba el Va-

l le del Río Negro per iódicamente donde se hacían

reuniones "n

la lo. . l idad de Guerr ico' en un predio

perteneciente a ia fami i ia Flugen, al respecto agregó-"todos

sabían que allí se reencontraban Jos principa-

les referentes de la Father land" y aseguró que "una

vez con mis ptdres intentamos i r e uno de esos en'

cuentros pero no ttos dejaron e¡tÚar" aludiendo a la

69o

fuerte guardia armada que había a la entrada de la e ' 'tancia fundada por Hans Flugel en 19o2.

Conocí en el cercano pueblo de Al len a unos ancia-nos peones y trabajadores de aquella época, para todos,ios v ie jos Flugel eran nazis. Gerardo Mart inez, hoy oc-togenar io, t rabajó medio s ig lo para el los como herre-ro, también confirma la vox populi, el patrón y su mu-jer, la condesa María Luisa von Stoke Hausen, estaban

más orgullosos de Llna nevera alemana uti l izacla por elmismo Fl i t ler que de su auto Mercedes descapotable

ut i l izado sólo el domineo.

Muchas son las anécdotas recogidas entre los viejostrabajadores referentes a guardias armadas, hospedajede mister iosos alemanes y reuniones secretas efectua-

das, mínimo por una década en ei casco de la propiedad.

Estos hechos asustaban a la peonada y los vecinos comome confirmaran José Aravena y su esposa, unos ancia-nos chacareros que todavía viven en los iímites.

Fui a recorrer la propiedad, hoy administrada por

Néstor Torti, actualmente una chacra de casi cien hec-táreas, en sus tiempos meiores fue una gran estancia queposeía 5o mil ovejas, en 19to fue construido un preren-

cioso palacete con dos torres de guardia esti lo medieval

en la entrada, de los tiempos pasados sólo queda el logode la empresa Flugel.

Es el signo rúnico Hagal, según el Futhark de Wotan,el alfabeto Rúnico, su letra sería la H, como la inicial deHitler, su significado es "Protege el centro del mundodentro de ti mismo 1r serás el señor del universo ". I'ue-de ser que al señor Flugel le gustara el esoterismt, ¡r¡zi

. , , , i1 . r , ' l i r r lLr i l l l i l l i

Page 353: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

pract icado por Himmler v sus adepros, pero me extra-ña que esa runa fuera adoptada por var ios grupos neo-nazis del n'lundo como insignia; por cierto el grupo ar-gentino fue uno de los primeros en usarla y todavía lasigue exhibiendo. Recogí otras informaciones en Gene-ral Roca, Héctor Adib Macsad, de cincuenra v nueveaños, conocía desde su juvenrud a Boehme.

"En marzo de 196o yo trabajaba empacando fruta enCervantes, un día fui con mi padre a la chacra 339 de donAlbrecht ptra trabajar en la cosecha. En la casa de Boeh-me había un hombre de traje leyendo un diario alemán,se presentó como el doctor Mengele, era un tipo serio,mucho más serio que Boehme, quien siempre decía al-go irónico. Volví a verlo otra vez un ntes después al {i,nalizar la cosecha, sientpre Levendo un diario alemán yde traje y en otra oportunidad, teniendo yo una novie-cita y andando por allí, lo vi de lejos unos meses des-pués. ly'unca nte olvidé de este apellido debido al nom-bre de la calle de Cipolletti."

Cipol let t i es un pueblo cercano a Cervanres dondehay una calle Mengelle, esto fue lo que hizo recordar alpoblador el extraño apel l ido; considerando que hasraenero de r96o, Joseph Mengele se enconrraba en Bar i -loche, al ocurrir Ia muerre de Nourit Eldoc, es obvio quebuscó asilo lo más cerca posible. El señor Macsad presu-me que entre marzo y mayo del 6o Mengeie fue hués-ped de Boehme y esrá documentado que éi en el segun-do semestre del mismo año apareció en Brasil.

Las relaciones con Macsad continuaron y veinticincoaños después, en r985, Boehme le encargó ir a su ex cha-cra a retirar unos baúles l lenos de documentos y cartasque habían quedado tras ia venra de la propiedad. Toda-vía en el galpón de Don Fléctor queda uno vacío, quemóla mayoría de su contenido, una parte se salvó y la regaló.

6gz

.-............'.......-

I.\

En la misma ciudad rionegrina vive Alberto Aragón,de cuarenta;- dos años, en su céntr ico monoambienteconserva una vali ja de viaje de cuerina, l lena de testimo-l 'r ios interesantes que había conservado Don AlbrechtAlvaro Boehme.

En si misma ya la maleta resuJta interesante, está re-cubierta de antiguas calcomanías por donde estuvo via-jando su antiglro propietario. En un¡ etiqueta de 1a em-presa Lufthansa se puede ieer el nombre José Mengele-Buenos Aires- Argentina, está escrito con los peque-ños caracteres de una antigua máquina de escribir y pa-sa desapercibida entre las decenas pegadas encima.

Tras este primer descubrimiento, Don Alberto exhi-bió entonces una pequeña bandeja de misa con su corres-pondiente copita, en ambas piezas está grabada una blas-fema cruz esr'ástica, pasa inadvertida entre los dibujoslabrados por su pequeño tamaño. Considerando el cinis-mo de Mengele no resulta extraño y hay que suponer quefuese parte del disfraz que había utilizado huyendo de Eu-ropa haciéndose pasar por sacerdote, don Alberto dijo queesas piezas estaban junto a otras que también pude ver;un viejo maletín de médico l leno de instrumental gine-cológico y un crucifi jo en su estuche, ambos anónimos,pero una vieja cámara fotográfica y un libro ilevan marca-dos un sello de tinta en el cual, todavía se puede leer elnombre de su propietario: Joseph Mengele.

Después de haber examinado estos objetos, por suestado de conservación, por c ier to t ienen medio s ig lo,comencé a revisar unos documentos. Interesante es unálbum fotográfico de Aibrecht Boehme, las más recien-tes lo retratan con altos oficiales argentinos, otras sontomas del período bél ico, cuando mi l i taba en la Lufr-

l l

II

, , , r l , i l l i l l l l i

Page 354: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

""'il|lf,fifilllllllllllllllllllllllllilllri] ii1 ir'r'!r

waffe, como Feldrebel y sucesivarnente OberfeJdri 'e-

be/, una sola lo muestra con tiniforme de teniente.

Lo que l1ama la atención es que en los años que fue

suboficial no recibió ninguna condecoración, lo único

que lleva prendido al pecho es un broche de 1os bombar-

deros que avalaría su pertenencia tanto ¡ un sraííe/ de

Arado 234corrr'o a los Focke Wulf Condor.

En su foto de Leutnantio único que exhibe en h gue-

rrera, además de ia insignia de grupo, es sólo un pasa-

dor de diar io de una Cruz de Hierro de Segunda Clase'

Parece que este teniente, entonces de treinta v seis años'

no fue un personaje relevante, pero por cierto los docu-

mentos en posesión de Albe¡to Aragón, lo ubic¡n como

muy bien relacionado una décaCa después con otros que

si lo fueron.Entre muchas cosas guardadas en la maleta hav una

agenda de Boehme con casi cien nomb¡es, muchos son

conocidos por cualquier histor iador especial ista o ser-

vicios de inteligencia, aparte del ya nombrado JosephMengele, ubicado novedosamente en la cal le Cramer

8oo, del barrio de Colegiales (en Buenos Aires); apare-

ce el número de teléfono brasileño de Hans Rudel,

32o893, entonces residente en Sao Paulo, ia dirección

en Austria del ingeniero Kurt Tank y no falta la de Hans

Maler en Bariloche.Estos nombres confirman varios testimonios apor-

tados en mi investigación y otras direcciones anotadas

por el ex oficial piloto la ampiiarían, hay apell idos de co-

nocidos cr iminales genocidas, como Alois Brunner '

Klaus Barbie, Adolf Eichmann y Eduard Roschmann ru-

bricados con su nornbre o su alias hoy bien conocidos y

ubicados entonces en varios países de América latina.

También en la agenda aparecen las dlrecciones de va-

rios oficiales alemanes, entre otros se encuentra 1a del

6g+

t leneralfeldma¡.scfi¡J1 Erich von Manstein, uno de los, .str t teg. ts mis t ¡ lentosos de la Wehrmacñr. e l h istor ia-rLor br i tánico John Keegan io def in ió el maestro de ialuerr¡ en 1.r esrepr. condenado el l8 de dic iembre de1949 por el Tr ibunal Br i tánico a dieciocho años de cár-cel , fue dejado en l ibertad en agosro de 1952.

Otro agendado es Walter von Seydliz, Generaloberstv ex jefe de Estado Mayor con von Pauius en Stalingra-Jo. fue el pr inrer of ic i ¡ l ¡ lemin que h.rbló desde la radiode Moscú en 1943 v quedó rrece años pr is ionero de losrusos, hasta octubre de r955.

Además de esros aparecen los generales Fleinr ich As-chenbrenner v Hans Speidel , este úkimo hombre deconfianza del Feldmarisc¡l Erwin Rommel ¡l momen-ro de la invasión en Normandí¡ .

Anotada se encuentra también la dirección del excanci l ler a lemán Franz von Papen y v icecanci l ler de Hi-tler. absuelto por el Tribunal Internacional de Crímenesde Guerra de Nürenberg, en r94Z fue condenado a ochoeños de prisión por un tribunal de desnazificacióny alos dos años recobró la l iberrad.

Si esta agenda es l lamativ¡, también lo son las cartas re-cibidas por el ex renienre piloro. Pude hacer una revisión l i-mitada de ellas, muchas rienen una caligrafía semilegible,examiné detenidamente 1.rs carras de ios mas conocidos,entre ellos las de 1os altos oficiales v personajes de rango.

Lo que me llamó la atención es el rono deferente delas mismas, parece, leyéndolas, que fueran las respues-tas a cartas enviadas por un eximio desconocido muybien relacionado.

No conozco el texto de las cartas enviadas, pero de iasrespuestas recibidas parece que Boehme estuviera tan-teando la act i tud pol í t ica de Ios dest inarar ios, ias carrasrecibidas varían desde 1o muy formal a 1o amistoso y re-

f rg\

Page 355: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

suir.ln ¡rírn más extr.ri i¡ s recorclando que clurrnte crsi to-

c1:r la guerr.r Albrecht Lloehr.ne fue un sergento prloto v

i r i s i c lu ier . r conclecorrdo.L,jenrplo para trtdrs es la correspondencia mantenide

ciescle...bri l de r95+ c()I1 \ 'on Prpen, slL útlt im¡ posr'rl cle ju-

i11r ¡lg igbt es'.tnl fr,to del entonces octogenario e-x c:rncil le¡

cn uniforme de g.tl.r cnviintlolc "sus aiectuosos saludos".

i...r lp.rrente pcsc¡it iz,:t e ciegas efectuad¿ en los rños 5o.i¡¡1 i;¡¡¡lorr lDies person.t j i :s, clio induciablemente algunos

iiutos. Iror c ref l.) ci tetriente gencral \Valter von Seivdlitz'

,, i :o ri¡.r i i i¡ irc; , ie tr;11r. t lesrle su clon-rici l io, en Verden Aller,, : i r , \ l 'nr , ' ,n i , - t , ar iv i . r i ' í ¡ ¡c lc¡ t tnf , a.1rt . l , cLrVo contenido

t-ri ls .-i.r i. tro ¡r,.rcit ' i ,t sc;, ir qr,re vuelccl íntegramente:

"1_;¡ : i r ' . i r i , ' : , ¡ , : l i , r , l ) i t ' l¿- '

r'-st¡rr i'-.;crii;rj¿'n¡lo e s¡.i c.trrl c/e-sprie-s <1e ¡-eciólrsit co-'re-s]l()n (iell cl.i t"oll /¡ * r iJ ¿ ; llr ¡.s n o ye cJ¡ de-s de,{¡ge¡l rj-rl ¡,

cs¡u i¡e coi r i'1 ger: r'r.i J'iscli en b¡ell n e¡ 1¡ -v¡ n't e c o n{irn ó

:;t,! \,te¡e.r j iuc¡ro.s Ai¡.e:; v rles¿1c ¡-11r ¡ Crirdoba pJr.1 esJ

tL'unta)n ('(rit ntlestro ama<1o y recordado camarada Hi-

tler, nte entcré dc las urgentes reu¡ijones que se realizan

en lcts dif erenres /ug.rres rle ese p.tís y por el empeora-

ntiento polít ico que esrán PrsJrld()."ÍIace pocas días recii¡í correspondencia de Bitzer y

me clice que se aco¡¡tc¡cló nuy bien en Bariloche y que

está muv emocionado ptir haberse encontrado con an-

tr-quos c?m¡rtdas que pesaron por Estantbul. (Todos ha-

blan de lo lincla que es la Patagonia <iel Fúhrer)."En estos días mando'ese paquete' con correspon-

dencia por la Compañía de Argentina de Navegación

Dodero, y sale de Hantburgo."En si¡ próxima visita a Alemania no olvide traer lo

acordado.Heti Hltler.

6g6

i l r t i letr I t . ¡ e i sei . t r . ' , 'er t c¡ ._1¡ 11r,1, . . ] . t ,_, i - r , t . r i i t . j ' )

iLt ' l ¡ l l r l ¡ f i - rc. contt l , - r i , - l r . 11,r , i ¡c l - , , , ! , . , , : . , , , r , i , ,

J : . ] t l ¡ tcr- tnte¡ l to t r i i r . ,s i i tJ i ]o ¡ , , r ; . , r , i r l , l r r i , j

' , -1, . r ) " ' , . i lente,c\ l . i i i : l ! r i l . r r r ( , , . . , l : \ , , I j

\ \ ¡ l ter , , on Scvcj i rz f r i , : r - tsp,r ; , , . ; , i , r it t t t i l l \ , ry jcq¡¡ l t l r . t l ¡ ie Lt i : - , \ . ¡geje ; i .. r r : . ' , : l : I . i , , . r ¡ . , . : , i ' - .p, . . , i . ;, - r I 1 I I r . , r r ,1 i l ¡ I l . LL. j . r ' , . i ¡ . : t i ; r ' . t , i . I 1 r ; r ¡ r .

l l t r r i i i l ! ta 'L ' i - t i ) ) i ;11(,Ll€ '1] . . t t ¡ r , rL i r ,

r ; r rq i t - t . r i ¡ l ¡ . ' r ¡ - .c: i ie l ¡ . i i l i . ; r . i r . , ¡ , i r

' t l i .s ' ¡ i ¡ . - ¡

, ¡ , , ' , ' .

ie i . r c l r ' , . 'orr .Scri : ¡ ' l . r : t , i . , t r : r r . ,

V I i . lS i - t , . t ¡ : ¡ , , - ,1 -¡

r ¡ , ¡ ¡ ¡ l 1¡q.¡1;¡r : . Lt , i

i teqrd. l . V qt te a,-)¡ t r : ' Í , ; j i r ¡ ; ¡ . , , , ' ¡ f ( r t r ; , - , . t ¡ . i r . l l /e.¡l r ¡ . . \ ¡ r i r r . r lntc l ] ¡e ¡ l i ¡ i t , / ie i lc . .s ¡ :e i lD{, r i . . : -sr , .

-rllt l).i¡go llt c glt.\ ¿.l r-]. 1 s.l ce¡ ccj ¡ ¡t r, . i n i,r._- ¡ r l ',l s cr,, r.¡ s

I l>tc, i jq ' r i l l ¡ l c l lc l . r . )1\r , , . , . : . . : : t i , . : i r , r ' r . t .' r l . lq l le iLI l l -O).1l l i f . i l , t I r ' . ¡ '

r ¡ ; l i i t r - in i t t de r i i t i r ' ¡ , i , r . r . , i t '

I :s t ' ieLi : l ió: . , : r , , r . i i ,l lio ei eX lenlcn'Lf l ) l , . r i t , . r !_ l , l : ' l {

. ' jebt¡d r e r i ] ; r . - . j r r l , r

, I i l . r . Cr ' r ¡d l ¡ i r . r .

¡ ¡ ' , ' ¡ , ; ; ,1. i t ¡ l r t i - ti l i : ¡ i : . r ,

' l ) r t - , ' 'sr , ichi : , - , in en i - . t

Page 356: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

Las fechas corresponderían y todo e} conjur-rto resul-

ta más puntual que ia referencia hecha por la ex cama-

rera cle ios Eichhórn en su reciente declaración televisi-

va de marzo i998. Pude en esta oportunidad en que

viajé a la Argent ina ver i f icar estos hechos' la señora es

-tv.t. i..t i , su testimonicl resulta demasiado incierto

"., Jrr.n,o . f".h.s y detalles para fundamentar la reu-

nión en objeto, pero en una ocasión fue testigo de algo

iit-.riuo y "td.

más, sencil lamente, quiso hacerlo pú-

blico.

Las úl t imas conf i rmaciones de cuanto he expuesto

en rni t r rbajo c ie invest igación t ienen lugar a f inal de

,99S, t" . "áo se real iza una expedic ión i iderada por

cíJntíf icos de 1a ly'orge sr'feknisk Naturvitnskapelige

Uir"rr¡r",NTNU, eÍ Instituto Noruego de Arqueolo-

gía Submarina' Fredrik Soreide, de la facultaC de Tecno-

iádÑtti"., y Marek Jasinsky, del museo de Hidrolo-

gí i y Arqueología Marina de Trondheim' recort ieron

ior,.,n .án., d" borrido lateral de alta definición el área

frente a las dunas de Caleta de los Loros'

El primero de diciembre r998, repitiendo los recorri-

d";q;" había hecho el equipo de Tecno-Accion' releva-

ron las mismas anomalíás magnéticas alrededor de Zy

:, ¿. ft.t anaiizar las imágenes digitalizadas del fondo

ior.ino, ambos expertos no;uegos exclam aron "¡Thing!"

Una imagen resultaba sospechosa --

b;t fJr*r, paraielas y sobresalientes del fondo' su

tamaño, si estuvieran unidas, resultaría ser aproxima-

damente: largo 6o m, ancho 5 m y alto 6 m' las mismas

n-redidas del iasco interno de un U-Boo te XXI'

6q8

Los restos se encuentran en el área bat imétr ica de los25 metros y la ubicación disraría unos 8/9oo metrosmar afuera del punto en el cual yacerían otros enterra-dos completamente, ubicados por Tecno-Accion.

Siendo el análisis de las imágen es a posterioriy no re-sultando en ei recorrido digitalizado grabado por el so-nar ei punto GPS, fue inrentada su iocal ización exacrapor medio de un egurpe de buzos argenrinos; la Funda-ción Albenga, que asistía entonces a los técnicos norue-gos, volvió al sit io a mediados de abril ryg9 y se quedóhasta fin de mes, pero igurl, esta ulterior búsqueda re-sultó infructuosa por falta de ubicación precisa y ram-bién por el hecho de que el fondo, en aquel área, cambiaprácticamente de un día para otro, moviéndose ias du-nas submarinas no só1o por las fuertes mareas, s ino porlos repent inos cambios meteorológicos y el re lar ivooleaje que además obstacul izaron las tareas náut icas ysubmarinisras.

Lo l lamarivo es que la eviciencia recnica de la expedi-c ión de la NTNU en Caleta de los Lorcs, conjuntamen-te a la anter ior de Tecno-Accion, conf i rma los memo-randum FBI del 14 agosto y zr septiembre de r945. DosU-Boote en el goifo de San M¡.tías, cerca de San Anto-nio se acercaron a una solitaria costa y desembarcaron aHitler y a 5o hombres más, cantidad conforme a dos tri-pulaciones optimizadas para navegar absteniéndose endesempeñarse en acciones de ataques, esta referencia rn-dicaría también que allí mismo aquel día de mediadosde ju l io de r945, ambos submarinos, fueron autohun-didos.

Las evidencias y los rest imonios aportados sugierenque ese acto fue por voladura submarina de una carga

. ]

69.)

,,,,,uu¡¡¡¡r¡ l r r r¡ t l¡r tllt llil llllilli

Page 357: El escape de Hitler - Patrick Burnside - em espanhol

üilfi:

expiosi \ ' : r que prr t io : r ios U-Boores en dos y que ram-brér ' r 1os efectos d, inÁmicos resul taron en ambos casosiqu¡ les. sus prr tes quedaion paralelas en el fondo. Lain-ragen sonar de ia NTNU sugiere, tras un detenido aná-l isrs de los phnos de un XXl. que I . rs ocho seccionesprelrmldas, corroíd¡s por la herrumbre durante más delnedio sig1o, se separaron cono se evidencia también enla foto aérea tomada en 1991v que dos de el las hasta se.desl iz¡ron unas decenas de metros.

Pongo punto f rn.r l . c l t nr . ivo de rgg9..r esr l invesr ig.rc ión histór ica; mis col¡ ,boradores ai tanto de ia mism.ren estos úl t imos .rños me instaron a usar 1os eiementosrecopi lados para escr ib i r una novela de éxi to edi tor i ¡ lesti lo F¡rrle¡1¡nd de Robert Harris.

l .Jo quise escuch¡r los porque esto hab¡ía s ido presen-iar colno fruto de f¡ntasía lo que no 1o es y pese a su comerci . rb i l i . l ¡d seguí en ia i ine. i invest ig.rr iva. Creo qrr t .los hechos de la histor i r del espionr je 1 ' sus planes sccfetos, exi tosos o no, s iempre demuestran que estos,por sí mismos, son novelescos v superan la imaginaciórrde cualquier escr i tor .

Conlo rnt ic iprrr en mi i r r t " roducción, el Fin úl t inr , ,iue el de ofrecei ot¡a versión histórica más sustentaci.r.s in compromiso de parte alguno y como ya di je en mi, ,conclusiones, con la postura de un f iscal presentancloun planteo de revisión del c¡sus, Hitler no acatando l,rsentencia apresurada de un juez fund¡mentada en la hipótesis s impl i f icadora ofrecida por un puñado de SS.

7(]o