El Escepticismo Filosofico y Su Significacion Stroud

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  • 7/29/2019 El Escepticismo Filosofico y Su Significacion Stroud

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    QBARRY STROUD/ Traduccin de '-LETICIA GARcA URRIZA 1L\ \ I 3

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    EL ESCEPTICISMO FILOSOFICOy SU SIGNIFICACIN

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    tIRLOGO4 Itra fonna aparece a todo lo largo del libro. Ello me ayud ms tarde a comprenderla nocin de Kant de lo "trascendental" segn trato de explicarlo en el captulo N.El verificacionismo me proporcion otro caso, quiz ms claro, del mismo tipo dedistincin, y pude ver entonces que algunos de mis desacuerdos con l que expresoen el captulo v, probablemente se hallaban latentes en mis "TranscendentalArguments" de 1968. El captulo VI tuvo su origen en las discusiones con Quine ascomo en los cursos que dimos Clarke y yo a finales de los setenta, donde desarrollen una fonna propia las ideas acerca de lo "interno" y lo "externo" que pienso am-bos habamos estado siguiendo. E l captulo VII contiene una parte de mi respuesta a"The Legacy of Skepticism" en un encuentro de la American Philosophical IAssociation en el ao de 1972 y parte de una interpretacin de Stanley Cavell,ambas cosas las discutimos juntos muchas veces.Sin embargo, nunca scra suficiente una lista de captulos o temas particularesen los cuales pueda identificarse su influencia sobre este libro: he estado demasia- ,do cerca de su trabajo durante los ltimos 20 aos como para poder medir lo quehe puesto de m en este sentido. Ha habido indudablemente influencia en ambas iirecciones, pero los efectos de nuestra asociacin son mucho ms intensos e ,1indefinibles en mi caso que en el suyo. No es para nada exagerado decir que todami fonna de pensar acerca de la filosofa, y no slo acerca de la epistemologatradicional, ha sido afectada por l de maneras ~ a u d i t a s , y me siento contento dehaber tenido la oportunidad de expresarlo aqu. El no tratara los problemas que yoinvestigo en la fonna en que yo lo hago, pero yo no procedera como lo hago s nohubiera sido por l. Me alegrara mucho que lo que he presentado aqu de nuestraconcepcin mutua del tema ayudara a que sus propias contribuciones, muy particu-lares con respecto a estas cuestiones, fueran ms accesibles al mundo fIlosfico.Adems de est;ls d e u d a ~ filosficas, quisiera decir finalmente algunas palabras deagradecimiento a Venecia, La Serensima misma, donde se escribi este libro porprimera vez. Probablemente ningn lugar sobre la Tierra es ms propicio para exa-minar el problema de la realidad del mundo externo y, sin la innegable cordialidad ysimpata de las personas que pude conocer all, podra haber regresado a terrafermacon un caso en lugar de un tratado de escepticismo.

    1. EL PROBLEMA DEL MUNDO EXTERNOAl. MENOS desde la poca de Descartes, en el siglo XVII, ha existido un problemafilosfico con respecto a nuestro conocimiento del mundo que nos rodea.! Paraponerlo en una forma mS sencilla, el problema consiste en mostrar cmo podemostener algn conocimiento del mundo. La conclusin de que no podemos hacerlo,de que nadie sabe nada acerca del mundo que nos rodea, es a lo que llamo "escep-ticismo acerca del mundo externo"; as pues, tambin podramos decir que elblema es mostrar cmo o por qu no es correcto el escepticismo aCerca delexterno. No es mi propsito resolver el problema, sino comprenderlo. Creo que elproblema no tiene solucin; o ms bien que la nica respuesta a la cuestin, segnse supone que debe entenderse, es que no podemos saber nada acerca del mundoque nos rodea. Pero, cmo se supone que ha de entenderse el problema? Puedeexpresarse con unas cuantas palabras conocidas por todos nosotros, pero esperomostrar que no puede garantizarse con nuestro solo entendimiento de estas pala-bras una comprensin del carcter filosfico particular de la cuestin y de lainevitabilidad de una respuesta insatisfactoria a ella. Para ver cmo se suponeha de entenderse el problema debemos por tanto examinar lo que tal vezpodra describirse como su origen: cmo surge el problema y cmo adquiere estecarcter especial que hace inevitable una respuesta negativa insatisfactoria.Tenemos que tratar de entender el problema filosfico de nuestro conocimiento delmundo externo.El problema surgi para Descartes en el curso de su reflexin sobre todo lo quel saba. Lleg a un punto en su vida en el que procur sentarse y reflexionar sobretodo lo que haba aprendido o le haban dicho alguna vez, todo lo que haba apren-dido, descubierto o credo desde que tuvo la suficiente edad para saber o creerHgO.2 Podramos decir que estaba reflexionando sobre su conocimiento, peroexpresarlo de esta forma podra sugerir que estaba dirigiendo su atencin a lo querealmente era un conocimiento y lo que l quera detenninar era precisamente siera conocimiento o no. "Entre todas las cosas que creo o tomo por verdaderas,qu es conocimiento y qu no lo es?"; sta es la pregunta que se planteDescartes. Obviamente, es una pregunta muy general, pues pregun ta acerca de todolo que l cree o considera verdadero, pero en otros respectos parece precisamenteel tipo de pregunta a la que estamos del todo acostumbrados en la vida diaria y quecon frecuencia sabemos cmo responder.

    I Se ha argumentado que el problema en la forma completamente general en la cual se examinaes original en DescaJtes y que nada realmente similar aparece en la filosofa antes de estaM. F. Burnyeat, "Idealism and Greek Philosophy: What DescaJtes Saw and BerkeleyPhilosophical Review, 1982.

    2 Vase el comienzo de la primera de sus Meditalions on FirslWorkl- 01Desearles, comp. y trad. por E. S. Haldane y G. R. T. Ross (2l, p. 145, (Citado en adelante como HR.)

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    16 17L PROBLEMA DEL MUNDO EXTERNOPor ejemplo, yo he llegado a aceptar con el paso de los aos un gran nmero decosas acerca del resfriado comn. Se me ha dicho siempre que uno puede pescarun resfriado jX)r traer los pies mojados, o por sentarse cerca de una corriente deaire, o por no secarse el pelo antes de salir cuando el clima est fro. He aprendidotambin que el resfriado comn es el efecto de un virus transmitido jX)r una per-sona que ya est infectada. Y tambin creo que se es ms vulnerable a los resfria-dos cuando se est1 excesivamente cansado, bajo tensin, o de cualquier otra ma

    nera en la que no se encuentra uno en las mejores condiciones de salud. A la luz dela reflexin me parece que algunas de estas creencias son inconsistentes con algu-nas otras; descubro que es bastante improbable que todas puedan ser verdaderas.Tal vez pudieran serlo, pero reconozco que hay muchas cosas que no entiendo. Sime sentara e intentara pensar en todo mi "conocimiento" acerca del resfriadocomn, entonces fcilmente podra pasar a preguntarme cunto de esto es real-mente conocimiento y cunto no lo es. Qu s realmente acerca del resfriadocomn? Si estuviera lo suficientemente interesado en continuar con el asunto serianatural que examinara el origen de mis creencias. Alguna vez ha habido algunabuena razn para pensar que los resfriados tienen siquiera algo que ver con el pelomojado en un clima fro, por ejemplo, o con el hecho de sentarse cerca de una corriente de aire? Acaso las personas de las que yo aprend e s t a ~ cosas tienen proba-blemente que haberlas tenido por buenas razones? Estas creencias son slo viejoscuentos, o son realmente verdaderas? Podra plantearme estas preguntas y tengo almenos una idea general de cmo irlas respondiendo.Aparte de mi impresin de que es implausible que todas mis creencias acercadel resfriado comn sean conjuntamente verdaderas, no he mencionado ningunaotra razn para estar interesado en investigar la situacin de mi conocimiento sobreeste a ~ u n t o . Sin embargo, por el momento esto no parece afectar la inteligibilidad ola viabilidad del proyecto reflexivo. No hay nada de misterioso en ello. Es el tijX)de tarea que podemos vemos llevados a emprender por muchas razones y con fre-cuencia buenas razones, en la medida en que tenemos buenas razones para preferirel conocimiento y la creencia finne a la conjetura, las ilusiones o simplemente adar por supuestas las cosas.La reflexin sobre, o la investigacin de, nuestro conocimiento putativo nonecesita extenderse a un rea de inters muy amplia. Podra ser imjX)rtante pre-guntar si algo bastante especfico y particular que creo o he dado por supuesto esen realidad algo que s. Como miembro de un jurado, podra descubrir que he esta-do dejando de lado a un sospechoso jX)rque se encontraba a 1 500 kilmetros dedistancia, en Cleveland, en el momento del crimen. Pero ms tarde jX>dra empezara cuestionarme sobre si esto es realmente algo que s. Reflexionara acerca del ori-gen de mi creencia, pero en este caso la reflexin no sUjX)oo un escrutinio generalde todo lo que considero saber con respecto al caso. Para satisfacerme bastara conreexaminar la coartada del sujeto y las credenciales de sus testigos de apoyo.Podra encontrar en efecto que era la fiabilidad de estos datos precisamente en loque me haba estado basando desde el principio.Al sefialar que nos es perfectamente familiar la idea de investigar o revisarnuestro conoci;niento .sobre algn asunto particular o cierta rea general nopretendo sugenr que SIempre sea fcil dirimir la cuestin. Dependiendo de la

    EL PROBLEMA DEL MUNDO EXTERNOnaturaleza del caso, podra s.er muy difcil, tal vez incluso imjX)sible en el mo~ e ? ~ o , l ~ e g a r a una c o n c l ~ s l n slida. Por ejemplo, probablemente sera muydIfICil, SI no es que ImpoSIble, que rastreara y evaluara el origen de muchas delas cosas que creo con respecto al resfriado comn. Pero asimismo es ciertoque a l ~ u n a s veces no es ~ m p o s i b l e ni ~ s p e c i a l m e n t e difcil resolver el proble-ma. CIertamente, en ocasIOnes descubrImos que en realidad no sabemos lo queanteriormente pensbamos saber. Yo podra darme cuenta de que lo que hecredo con anterioridad no es ni siquiera verdadero: que el hecho de sentarsecerca de una corriente de aire no est ni siquiera correlacionado con el hechode contraer un resfriado, jX)r ejemplo. O podra descubrir que no existe ningunabuena razn, o que nunca la hubo, para creer lo que crea: que la coartada decierto sujeto era inventada y por tanto que fue falsamente testificada por susamigos. Podra concluir razonablemente en cada uno de los casos que yo, ytodo el mundo a este respecto, nunca supe lo que antes haba consideradosaber. Todos estamos familiarizados con la actividad ordinaria de revisar nues-tro conocimiento y con la experiencia de llegar a un veredicto positivo enalgunos casos y a un veredicto negativo en otros.El propio inters de Descartes en qu sabe yen cmo es que lo sabe, es parte desu bsqueda de 10 que llama un mtodo general para "conducir correctamente larazn e indagar la verdad en l a ~ c i e n c i a ~ " . 3 Busca un mtodo de investigacin delque l pueda estar seguro de antemano que lo llevar solamente a la verdad si losigue adecuadamente. Me parece que no necesitamos respaldar la validez de esapesquisa ni la viabilidad de ese programa a fin de intentar seguir a Descartes en laevaluecin de la postura en la que est respecto a aquello en lo que cree. Llega aencontrar deficiente en ciertos respectos generales su supuesto conocimiento, y esen el curso de esta evaluacin negativa original que surge el problema en el queestoy interesado. Llamo "negativa" a la evaluacin porque hacia el final de suPrimera meditacin descubre que no tiene ninguna razn vlida para creer nadaacerca del mundo que le rodea y por lo tanto que no puede saber nada del mundoexterno.Cmo se desarrolla esta evaluacin, y qu tanto es comparable con el tipo derevisin de nuestro conocimiento que nos es familiar y que todos sabemos cmorealizar en la vida diaria? Esta cuestin, en una forma u otra, estar presente en elresto de este libro. Es la cuestin de qu es exactamente lo que significa el proble-ma de nuestro conocimiento del mundo externo y de cmo surge con su carcterfilosfico particular. El origen del problema ha de hallarse en alguna parte dentro uoculto tras el tipo de pensamiento en el que Descartes se ocupa.Un-sentido en el que la pregunta de Descartes acerca de su conocimiento difierede los ejemplos de la vida diaria que consider, es que est referida a todo lo que lcree O considera verdadero. Cmo emprende uno la tarea de evaluar la totalidad desu cooocimiento de una sola vez? Me fue posible enlistar algunas de cosas quecreo acerca del resfriado comn y preguntar entoflCeS, con respecto a cada una deellas, si realmente las saba, y si fuera as cmo es que tengo conocimiento de ellas.

    3 Vase su DiscolUse 011 lhe Melhod of Righlly CoNuclinf Reason and Seekil!g Trian. il! lheSCU/lCU, en HR, pp. 81 S3.

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    EL PROBLEMA DEL MUNDO EXTERNO18e c1ertamente puedo enumerar una cantidad de cosas que creo, y podraPero aunqu las . .asentir a muchas de ellas tan pronto como tuvIera presentes, eXIsten pocas esperanzas, obviamente, con respecto a e v a l u a ~ todo que c;eo en esta formaasistemtica. Por una razn, probablemente no tiene se.nudo, estrictamente ha?lando,discurrir acerca de las diversas cosas que uno cree. SI se me pregunta que SI fonnaparte de mis creencias el que yo haya ido. a ver una p e l c ~ anoche. puedo sincera:mente resxmder "sr'. Si se me pregunta SI f o ~ a p ~ de mIS creencIas la que fUl

    anoche al cine darla la misma respuesta. He Identificado por ello dos de mIS creen-cias, o slo una? Cmo ha de dirimirse la cuestin? Si decimos que solamente iden-tifiqu una de mis creencias, parecera que debo tambin aceptar que tengo otracreencia con respecto a que ir a ver una pelcula e ir al cine son una y la misma cosa.As pues, tendramos ms de una creencia despus de todo. Parece lejana la posibili-dad incluso de llegar a un principio para enumerar creencias, aunque sea slo ensu nmero actual.Aun cuando s tiene sentido contar las cosas que creemos, es bastante claro quesu nmero sera infinitamente grande y una evaluacin de n u e s t r a ~ creencias una auna no podra, por k'1nto, en modo alguno completarse nunca. Es fcil ver esto si seconsideran slo algunas de las cosas ms sencillas que uno conoce, por ejemplo enaritmtica. Una de las cosas que s es que uno ms uno es igual a dos. Otra es quelino ms dos es tres, y otra es que uno ms tres es cuatro. Obviamente, no podriahaber un final a la tarea de evaluar mi conocimiento si tuviera que indagar de manera separada la fuente de cada una de mis creencias de esta serie. E incluso si llegara a tener xito, slo habra evaluado lo que s ocerca de la adicin del nmero uno aun cierto nmero; tendra an que hacer lo mismo para la suma del dos, despusdel tres, y as sucesivamente. Y aun con esto agotara solamente mis creencias conrespecto a la adicin; todas mis otras creencias matemticas, sin mencionar todo elreSlO de mi conocimiento, quedaran hasta aqu sin examinar. Es evidente que elu'abajo no puede hacerse asistemticamente, de una a una. Es necesario encontraralgn mtodo para evaluar extensas clases de creencias a la vez.Una forma de hacerlo sera buscar las fuentes, canales, o bases comunes denuestras creencias y pasar entonces a examinar la fiabilidad de esas fuentes obases, como examin la fuente o la de mi creencia de que el sospechoso esta-ba en Cleveland. Descartes describe tal investigacin como una indagacin de los"principios" del conocimento humano, "principios" cuyas credenciales generalespuede l investigar entonces (HR, 145). Si se encontrara que hay algunos "princi-pios" implcitos en todo, o al menos en la mayor parte de nuestro conocimiento,una evaluacin de la fiabilidad de estos "principios" podra ser una evaluacin detodo o de gran parte de nuestro conocimiento. Si encuentro una buena razn paradudar de la credibilidad de la coartada del sospechoso, por ejemplo, que era todolo que tena para continuar en la creencia de que se encontraba en Cleveland,entonces lo que en primera instancia consider mi conocimiento de que l estabaen C:leveland lo juzgara ?eficiente o pondra en duda. Su origen o su basehabna SIdo mmada. Del mIsmo modo, SI se encontrara que uno de los "principios"o bases sobre los .que d e ~ c ~ s a todo mi conocimiento del mundo no es fidedigno,en esa med1da mI conOCImIento del mundo sera juzgado imperfecto tambin osera puesto en duda.

    EL PROBLEMA DELMill-t'DO EXTERNO. Existen algunos " p r i n c i p i ~ s " del conocimiento humano importantes en el senti.do de Descartes? Basta r e ~ e x l O n a r un poco sobre el organismo humano para convencernos de la ImportanCIa de los sentidos: la vista, el odo, el tacto, el gusto y elolfato. Descartes lo expresa de .una manera ms radical al decir que "todo lo quehasta este momento he tomado por ms verdadero y cierto lo he aprendido o biende los sentidos o bien por medio de los sentidos" (HR, 145). Exactamente qu es loque incluira l bajo "los sentidos" es quiz aqu un poco vago, pero incluso si sedeja as de impreciso muchos filsofos negaran lo que parece estar diciendoDescartes. Sostendrfan, por ejemplo, que el conocimiento matemtico que mencion antes no se adquiere y no podra adquirirse a partir de los sentidos o pormedio de ellos, as pues no todo lo que s lo s de esta fOnTIa. Por el momento,podemos dejar de lado la cuestin de si realmente Descartes est negando el puntode vista de aquellos que creen en el carcter no sensorio del conocimientomatemtico, y la de si, dado que ste fuera el caso, l estara en lo correcto. Esclaro por lo menos que los sentidos son muy importantes para el conocimientohumano. Incluso restringindonos a los cinco sentidos tradicionales, podemosempezar a apreciar su importancia al reflexionar sobre lo poco que alguien podra!legar a conocer sin ellos. Una persona ciega y sorda de nacimiento que carecetambin de papilas gustativas y del sentido del olfato, sabra muy poco de lascosas, no importando qu tanto viviera. Imaginarlo tambin anestesiado o sin elsentido del tacto sera en conjunto forzar tal vez demasiado nuestra concepcin deun organismo humano, o al menos de un organismo humano del que podemosesperar aprender algo acerca del conocimiento humano. Parece innegable la impor-tancia de los sentidos como una fuente o clLnal de conocimiento. Entonces, al pare-cer es posible reconocer su importancia y evaluar la fiabilidad de esa fuente, muyindependientemente de la difcil cuestin de si todo nuestro conocimiento viene deah. Estaramos evaluando por tanto las credenciales de lo que en ocasiones esdenominado nuestro conocimiento "sensorio", "con base en la experiencia" o"emprico", lo que, como veremos, es una tarea a seguir ms que suficiente.Habiendo encontrado un "principio" o fuente extremadamente importante denuestro conocimiento, cmo podemos investigar o evaluar todo el conocimientoque obtenemos de esa fuente? Como antes, nos enfrentamos al problema de lainagotabilidad de lo que creemos sobre esta base, as pues no es posible empIcar unprocedimiento asistemtico, una por una. Pero tal vez podamos hacer una eva-luacin negativa bastante general. Podria parecer que tan pronto como hemos descubierto que los sentidos son una de las fuentes de nuestras creencias nos encon-trarnos inmediatamente en condicin para condenar todo supuesto conocimientoque se derive de ellos. Ciertos filsofos han rawnado aparentemente de esta fOnTIay muchos han supuesto incluso que Descartes se encuentra entre ellos. La idea esque si estoy evaluando la confiabilidad de mis creencias y cuestionando que real-mente sepa lo que considero saber, y me encuentro con una extensa c 1 a ~ e de creen-cias que me han llegado a travs de los sentidos, puedo descartar en seguida todasesas creencias por ser poco fIables o por no ser conocimiento en funcin del hechoobvio de que en ocasiones puedo estar equivocado en mis c r e e n , c i a ~ se basanen los sentidos. Las cosas no siempre son como parecen ser, as1 pues Sl creo querealmente son de cierta manera con base en la forma en que se me presentan,

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    20 21L PROBLEMA DEL MUNDO EXTERNOpodra no obstante equivocarme. Todos nos hem?s cuenta de que en. uno uotro momento hemos sido engaados por las apanencIas; sabemos que no sIempreson de fiar los sentidos. No deberamos concluir, entonces, que en tanto fuentegcneral de conocimiento los sentidos no son de fIar? Segn lo expuso Descartes,no es acaso ms sabio nunca "fiarse enteramente de algo por lo que alguna vezhemos sido engaados" (HR, 145)? ~ o . tenemos a q ~ una fomla .muy general decondenar todas nuestras creencias adqumdas por medio de los sentidos por tratarsede creencias no del todo fiables?Considero que la respuesta a esta pregunta es "No, no podemos c o n ~ i d e r a r quelo es", y pienso que Descartes estara de acuerdo con esta respuesta. Es Cierto que ldice que los sentidos nos "engaan" en ciertas ocasiones, y es cierto tambin que se pre-gunta si acaso no es esto suficiente para condenar los sentidos en general como unafuente de conocimiento, pero de inmediato nos recuerda el hecho obvio de que lascircunstancias en las que nos "engaan" los sentidos pueden ser especiales en ciertos modos discernibles y que por tanto sus fallas ocasionales no fundamentaranuna condena general de su fiabilidad.A veces, para dar un viejo ejemplo, una torre par',ce redonda desde cierta distan-cia, siendo que realmente es cuadrada. Si nos fiamos nicamente de las aparienciasdel momento, podramos decir que la lejana torre es redonda y estaramos equivocados. Sabemos tambin que existen muchos organismos pequeos invisibles a simplevista. Si la mesa que tengo frente a m se encuentra cubierta de estos organismos eneste momento pero la miro y digo que no hay absolutamente nada sobre la mesa,estar equivocado una vez ms. Pero todo lo que se sigue de estos hechos tancomunes, como seala Descartes, es que hay cosas con respecto a las cuales pode-mos estar equivocados, o que hay ocasiones en las que podemos adoptar creenciasfalsas, si confiamos totalmente en nueslros sentidos en ese momento. As pues, enocasiones debemos sercuidadosos acerca de lo que creemos con base en los sentidos, oquiz a veces no deberamos conceder nuestro asentimiento a algn enunciado acercade cmo son las c o s a . ~ -cuando las cosas estn demasiado lejos como para verlasadecuadamente, por ejemplo, o cuando son demasiado pequeas COmo para verlas-.Pcro esto evidentemente no basta para apoyar la poltica de no conftar nunca en nues-tros sentidos, o de no creer nada que tenga por base los sentidos. Ni muestra que yono pueda saber nada por medio de los sentidos. Si mi coche arranca rpidamentetodas las maanas durante dos aos a la temperatura ambiente al nivel del mar, peroentonces no quiere arrancar una maana de temperatura glacial en la cima de unagran montaa, esto no apoya la poltica de no confiar nunca en que mi cochearranque nuevamente una vez que regrese a una temperatura ms baja y a la altitudde la que tan tontamente lo saqu. Ni es prueba tampoco de que nunca pueda saber simi coche arrancar otra vez. Solamente muestra que hay ciertas circunstancias en lasque mi coche, en otra situacin completamente confiable, podra no arrancar. Aspues, el hecho de que algunas veces estemos equivocados, o seamos "engaflados"con respecto a nuestros juicios que se basan en los sentidos, no es suficiente en smismo para mostrar que los sentidos no son nunca una base fidedigna y que por tantotampoco fiables como fuente de conocimiento.La evaluacin negativa de Descartes de la totalidad de su conocimiento sensoriono se basa en ningn razonamiento semejante. En su investigacin parte, ms bien,

    EL PROBLEMA DEL MUNOO EXTERNOde las que p a r e c e r f ~ ser las condiciones ms favorables para el funcionamientoconfIable de los senudos como una fuente del conocimiento. Mientras se encuentrainmerso en estas reflexiones de carcter verdaderamente filosfico acerca de lascuales est escribiendo en su Primera meditacin, Descartes est sentado en unahabitacin clida, junto al fuego, en bata, con una hoja de papel en su mano. Se dacuenta de que aunque podra ser capaz de dudar que una torre lejana que pareceredonda sea realmente redonda, parece imposible dudar que l est realmente sentado all, junto al fuego, en bata y con una hoja de papel en la mano. El fuego y lahoja de papel no son ni demasiado pequeos ni se encuentran demasiado lejoscomo para no verlos bien, estn sin duda ah frente a sus ojos; parece ser la mejorposicin en la que pueda estar alguien para llegar a creencias confiables o a un co-nocimiento por medio de los sentidos acerca de lo que est sucediendo a su alrededor. sta es precisamente la forma en que lo considera Descartes. El hecho de queest en la mejor situacin posible de esta ndole es justamente 10 que l piensa y lepermite investigar o eVaIuar de un golpe todo el conocimiento sensorio del mundoque nos rodea. La conclusin a la que llega acerca de su supuesto conocimiento deque est sentado junto al fuego Con una hoja de papel en la mano en esta situacin par_ticular sirve como una base para una evaluacin completamente general de los sentidoscorno una fuente de conocimiento ocerca del mundo que nos rodea.Cmo es que puede ser as? Cmo puede l llegar tan fcilmente a una con.clusin general acerca de todo su conocimiento sensorio con base en un solo ejem

    plo? Es evidente que no es simplemente por una generalizacin de un ejemplo particular a todos los casos de conocimiento sensorio, en la forma en que uno podrairreflexivamente saltar a una conclusin acerca de todos los hombres pelirrojos conbase en uno o dos individuos. Ms bien, toma el ejemplo partiCular de su conviccinde que est sentado junto al fuego con una hoja de papel en la mano como representativo de la mejor posicin en la que cualquiera de nosotros podramos algunavez estar para conocer las cosas del mundo que nos rodea con base en los sentidos.Lo que es cierto de un caso representativo, si es verdaderamente repreSentativo yno depende de peculiaridades especiales que le son propias, puede fundamentar demanera legtima una conclusin general. Una demostracin de que un tringuloissceles particular tiene cierta propiedad, por ejemplo, puede ser considerada unademostracin de que todos los tringulos issceles tienen esa propiedad, siempre ycuando el ejemplo original sea tpico o representativo de toda la clase. Es un pro-blema bastante difcil el de si la investigacin de Descartes de la confiabiJidad ge-neral de los sentidos sigue realmente este patrn familiar. La cuestin de si elejemplo que l considera puede tratarse como representativo, o estrictamente enqu sentido, de nuestra relacin con el mundo que nos rodea, pienso, es la clavepara comprender el problema de nuestro conocimiento del mundo externo. Pero siresulta que no hay nada ilegtimo en la forma en que llega a su conclusin negativa, el problema estar adecuadamente planteado. .Considero que, por el momento al menos, esto es lo que puede decuse acercadel razonamiento de Descartes. Eligi esta situacin como representa1J.va de lamejor posicin en la que podemos estar para conocer las cosas del m u n ~ o en elsentido de que, si le es imposible saber en esta posicin que est sentado junto alfuego con una boja de papel en la mano, entonces tambin le ser imposible sa-

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    22 23L PROBLEMA DEL M\JNOO EXTERNOen otras situaciones a ~ g o acerca del mun?o que le r o ~ e a con b a s ~ en sustldos. Un veredicto negatIvo en el caso elegIdo sustentarla un veredicto negatIvoen cualquier otro caso. El ejemplo que Descartes c o n s i d ~ r a . pretende se.r en estesentido el mejor tipo de caso que pueda haber de conOCimiento sensono acercadel mundo que nos rodea. Me parece que debemos admitir que es muy difcil queDescartes o alguien ms pudiera encontrarse en mejores condiciones con respecto a

    conocer algo acerca del mundo que le rodea con base en los sentidos de lo que seencuentra en el caso que considera. Pero s nadie podra hallarse en una posicinmejor para conocer, parece natural concluir que cualquier veredicto negativo al quese haya llegado acerca de este ejemplo, cualquier descubrimiento de que en estecaso las creencias de Descartes no son confiables o no suponen conocimiento,podra sin temor a equivocacin alguna generalizarse a una conclusin negativaacerca de todo nuestro "conocimiento" sensorio del mundo. Si los candidatos conlas mejores credenciales posibles resultan ser defectuosos, todos aquellos con cre-denciales menos impresionantes deben ser imperfectos tambin.A primera vista puede parecer que al conceder que todo el problema depende desi Descartes tiene conocimiento en este caso particular estamos concediendo muypoco; parece obvio que en esta ocasin Descartes s sabe 10 que cree saber acercadel mundo que le rodea. Pero de hecho Descartes descubre que no puede saber eneste caso que est sentado junto al fuego con una hoja de papel en la mano. Si elcaso es realmente representativo de nuestro conocimiento sensorio en general, estoser muestra de que nadie puede saber nada acerca del mundo que nos rodea. Pero,cmo demonios pudo haber llegado a esta conclusin negativa en el caso particular que considera? Cmo podra alguien dudar plausiblemente en tal caso de queel fuego y la hoja de papel estn ah? El papel est en la mano de Descartes, elfuego est justamente ah frente a sus ojos abiertos, y l siente su calor. Habraque estar loco para negar que se puede saber algo acerca de lo que est sucediendoalrededor en estas circunstanciaS? Descartes responde en un primer momento que"sr'. Dice que si dudara o negara en esta ocasin que l est sentado junto al fuegocon una hoja de papel en la mano, no estara menos loco que aquellos pobres quedicen ser reyes o que aquellos chiflados que creen que son calabazas o que estnhechos de vidrio. Pero su reflexin contina:

    Al mismo tiempo debo recordar que soy un hombre, y que en cOrulecuencia tengo elhbito de dormir, y que en mis sueos me represento las mismas cosas, o en ocasionesincluso cosas menos verosUile.s, que las que se representan quienes estn perturbados ensus momentos de vigilia. Cuntas veces no me ha sucedido que en la noche sueo queme encuentro en este sitio, que estoy vestido y sentado cerca del fuego, siendo que enrealidad reposaba sin ropa en la camal En este momento ciertamente me parece que escon los ojos abiertos que estoy viendo este papel; que esta cabeza que muevo no estdormida, que es de manera deliberada e intencionada que extiendo mi mano y la percibo;lo que sucede en el sueo no p a r ~ e tan claro ni tan distinto como lo parece todo esto.Pero al pensar en esto me acuerdo que en muchas ocasiones he sido engaado durante elsueo por ilusiones similares, y al detenerme con atencin en esta ref1exin veo de manera tan evidente que no hay indicios seguros por medio de los cuales podamos distinguir claramente la vigilia del sueo que quedo atnito. Y mi asombro es tal que casi escapaz de persuadirme de que ahora duermo [HR, 145-146].

    EL PROBLEMA DEL MUNDO EXTERNOCon este pensamiento, si est en lo correcto, Descartes ha perdido el mundoentero. S ~ b e lo que est experimeptando, sabe cmo se le aparecen las cosas, perono sabe SI en efecto est sentado Junto al fuego con una hoja de papel en la mano.Para l es exactamente como si estuviera sentado jWHo al fuego con una hoja depapel en la mano, pero no sabe si realmente estn ah el fuego y la hoja de papel ono; no sabe lo que verdaderamente est sucediendo en el mundo que le rodea. Se

    da cuenta de que si todo lo que puede eventualmente aprender acerca de lo que estsucediendo en el mundo circundante llega a l a travs de los sentidos, siendo queno puede determinar por medio de los sentidos si l est durmiendo o no, entoncestodas [as experiencias sensorias que est teniendo son compatibles con unsueo del mundo que le rodea mientras que en realidad este mundo es muya la forma en la que l considera que es. Esta es la razn por la que considera quedebe hallar una forma de determinar que no est soando. Lejos de estar loco paranegar que tiene conocimiento en este caso, piensa que su reconocimiento de laposibilidad de que podra estar so'lando le da razones "muy poderosas y sensata-mente consideradas" (HR, 148) para negar su juicio acerca de cmo son las cosasen el mundo que le rodea. Piensa que es eminentemente razonable insistr en que siha de saber que est sentado junto al fuego debe saber que no est soando queest sentado junto al fuego. Ve esto como una condicin necesaria para saber algoacerca del mundo que le rodea. Y encuentra que no puede satisfacerse esta condi-cin. Despus de una cuidadosa reflexin descubre que "no hay indicios segurospor medio de los cuales podamos distinguir claramente la vigilia del sueo".Concluye que no sabe nada acerca del mundo que le rodea pues no puede detern1i-nar que no est soando; no puede cumplir una de las condciones necesarias parasaber algo del mundo.El problema cartesiano de nuestro conocimiento del mundo externo se conviertepor tanto en: cmo podemos saber algo del mundo que nos rodea con base en lossentidos si los sentidos slo nos proporcionan lo que segn Desearles nos dan? Lonico que obtenemos a partir de los sentidos es, segn el punto de viSk1 deDescartes, informacin que es compatible con las cosas que soamos acerca delmundo que nos rodea y con la posibilidad de no conocer nada del mundo. Cmopodemos entonces saber algo acerca del mundo por medio de los sentidos? Elargumento cartesiano representa un desafo para nuestro conocimiento, y el problema de nuestro conocimiento del mundo externo es mostrar cmo puede hacersefrente a este desaffo.

    Al hablar aqu del argumento cartesiano, de la conclusin escptica deDescartes o de su veredicto negativo con respecto a su conocimiento solamente merefiero desde luego a la posicin en la que l se encuentra al final de su Primerameditacin. Habiendo descubierto y enunciado a estas alturas el problema delmundo externo, Descartes pasa en el resto de sus Meditaciones a intentar resolver-y para el fmal de la Sexta meditacin considera que ha explicado cmo es quesabe casi todas esas cosas que le son familiares y que comenz poniendo en duda.As pues, cuando atribuyo a Descartes el punto de vista de que no podemos sabernada acerca del mundo que nos rodea no pretendo sugerir que sta sea. sufinal y cabal; no es ms que una conclusin a la que se siente casi inevil.ablementellevado en las primeras etapas de sus reflexiones. Aunque son sta, las nicas eta-

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    antes de que podamos c o n S ! d ~ 8 fresado aqu. Es en ellas donde llega apas de su pensamientO ' : " ' n n " , ~ " " 1 " \ conocimienlD del mundo externo yformularse el problem soluciones debemos estar seguros de

    comprender x a c t a m e n t e C ~ ~ y l J : R U U l C ; l U a . . , .Lo he descrito comoef.p:tblem de mostrar o explIcar con;o es pos.lble elconocimiento del m u n d o q ' ~ e n o s rodea por medio de l?s s:ntIdos. Es Impor-tante tener en mente que esta necesidad de una explicacIn surge ant.e .u.ndesafo o aparente obstculo anuestro conocimiento del mundo.l:a ~ o s I b l I r -dad de que est s o f i a n d o s ~ presenta como un obstculo al c o n o ~ l m i e n t o deDescartes de que se encuentra sentado junto al fuego y debe explIcarse cmopuede evitarse o superarse ste obstculo. Ha de mostrarse o e x p h c ~ r s ecmo nos es posible conocer algo acerca del mundo, dado que las e x p e r ~ e n -cas sensoriales que tenemos soncmpatibles con el simple suefio. Explicarcmo algo es no obstante posible, pese a que parece haber un obstculo paraexige algo ms que mostrar solamente que no hay imposibilidad en ello:que es consistente con los prin;;ipios de la lgica y las leyes de la naturalezay por tanto en este sentido podra existir. La sola posibilidad de un .estado decosas no basta para resolver. el problema de cmo es posible nuestro cono-cimiento del mundo; debemos enten der cmo ha de soslayar se el supuestoobstculo.El razonamiento de Descartes puede examinarse y criticarse en muy diversossentidos, y ha sido analizado con extremada atencin por gran cantidad de fi-lsofos durante siglos. Tambin ha sido aceptado por muchos, tal vez por ms delos que lo admitiran o incluso se daran cuenta de que lo aceptan. Creo que noduda alguna de la fuerza y la fascinacin -y o dira la casi irresistible per-suasin- de sus reflexiones. Este solo he{;ho es algo que necesita explicarse. Nome es posible aqu hacer justicia a todas las reacciones razonables a ellas. Lo queresta de este primer captulo deseo dedicarlo a profundizar y consolidar el proble-ma, intentando ubicar de manera ms pre{;isa el origen de su fuerza.por lo menos tres cuestiones distintas que podran subrayarse. La posibili-dad de que Descartes pudiera estar soando es realmente una amenaza a suconocimienlD del mundo que le rodea? Tiene razn al pensar que debe saber queno est soando si ha de conocer algo acerca del mundo circundante? Y est en locorrecto en cuanto a su "descubrimiento" de que en ningn caso puede saber queno est soando? Si Descartes estuviese equivocado con respecto a alguno de estospuntos sera posible eludir el problema e incluso quizs explicar sin ninguna difi-cultad cmo es que sabemos algo acerca del mundo que nos rodea.Con respecto a la primera pregunta, ciertamente pare{;e correcto decir que siDescartes estuviera soando que est sentado junto al fuego con una hoja de papelen la mano l no sabra enIDnces que est sentado junto al fuego con una hoja depapel en la mano. Cuando suefias que algo est sucediendo en el mundo que terodea no sabes, por lo tanID, qu est sucediendo. Es muy frecuente, desde luego,que lo que sofianlOS no sea verdad; nadie nos est realmente persiguiendo cuandoestamos dormidos en la cama soando, ni estamos en realidad subiendo escaleras.Pero aunque generalmente lo que sofiamos no es realmente as, sta no es la ver-dadera razn por la que no tenemos conocimiento. Aun cuando Descartes estuviese

    EL PROBLEMA DEL MUNOOEXTERNOen efecto sentado u n I D al fuego y realmente tuviera una hoja de papel en la manoen .el momento mIsmo de estar soando que est sentado junto al fuego con unahOJa de papel en la mano, por ello no sama que est sentado ah con esa hoja depapel. Estara como cierto duque de Devonshire quien, de acuerdo con G. E. Mome,una vez soM que estaba platicando en la Cmara de los Lores y despertencontrndose con que estaba platicando en la cmara de los Lores4 Lo que estabasoando era realmente cierto. Pero incluso si lo que ests sofiando es as en efectono por ello sabes que lo es. Aun cuando admitiramos que sea vlido decir que,cuando sueas que algo es de cierta forma, al menos durante el momento que esas, piensas o crees que es as, no existe sin embargo ninguna conexin real entreaquello que piensas o crees acerca de algo y el hecho de que sea as. En el mejor delos casos, tienes un pensamiento o una creencia que slo casualmente es verdadera,pero que no es ms que una coincidencia y no conocimiento. As pues el primerpaso de Descartes depende de lo que aparentemente es un hecho innegable acercade los suefios: si ests soando que algo es de determinada manera no por ello sa-bes que es as.Esta sencilla afirmacin necesita ser acotada y explicada de manera ms ri-gurosa, pero no pienso que ello pueda disminuir la fuerza del punto para lospropsitos de Descartes. En ocasiones lo que est sucediendo en el mundo circun-dante tiene algn efecID en lo que sofiamos; por ejemplo, una ventana que se golpea podra ciertamente provocar que sofiara, entre otras cosas, que una ventana seest golpeando. Si mi ambiente me puede afectar de esta forma y si puede de{;irseque en suefios pienso o creo que algo es de cierta manera, no sabra en tal casoque una ventana se est azotando? Me parece que no, pero confieso que me esdifcil decir exactamente por qu. Probablemente es porque es difcil decir exacta-mente qu se requiere para que algo sea conocimiento. Empleamos el trmino"saber" sin incertidumbre, muy fcilmente distinguimos los casos de conocimientode los casos en los que no lo hay, pero no siempre estamos en condiciones deexponer lo que hacemos al aplicar o al negarnos a aplicar el trmino en la forma enque lo hacemos. Pienso que en el caso de la ventana que se golpea no se podrahablar de conocimiento porque estar soando, no estara ni siquiera consciente.Puede de{;irse al menos, pienso, que aun cuando el hecho de que Descartes estsentado junto al fuego con una hoja de papel en la mano (al igual que la ventanaque se golpea) sea lo que en efecto le provoque soar que est sentado junto alfuego con una hoja de papel en la mano, esto no le aynda, con todo, a alcanzar unconocimienID de lo que est sucediendo en el mundo que le rodea. Se da cuenta deque podra estar sofiando que est sentado junto al fuego aun cuando en realidadest sentado all, y sta es la posibilidad que piensa debe descartar.He dicho que si uno est sofiando que algo sucede no po r ello se sabe que as es,y podra pensarse que esto no siempre es cierto. Supngase que un hombre y unnio estn durmiendo. Expreso la opinin de que el nio es tan joven que no sabecunID es siete veces nueve, mientras que el hombre s. Si el hombre est soandoen ese preciso momento que siete veces nueve es sesenta y tres (tal vez estsol'iando que calcula los impuestos sobre su ingreso), enIDnces es un hombre que

    4 G. E. Moore,Philosophical Papers (Londres, 1959), p. 245.

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    26 27,est: soando que algo es / : : f l ~ l , f ~ ~ ~ , i : . q u e s a b e tambin que as es. P u ~ edecirse lo mismo con r e s p e C t , ~ J l i ~ c ; i , $ i I D 1 r e ! l t . o del mundo que le rodea. ~ o d r i aser un fsico que sabe m u c ~ ' I D ! ~ ~ ~ r ~ , n o son las. cosas, lo cual el milo. nosabe. SI el hombre suea a s U I l 1 S i j l O r ~ e J j S cosas son de CIerta forma puede decJISeest S O a n d ( j ~ ~ ~ ; ~ g ~ t e $ deperta forma y que sabe tam bin quepor tanto n i r i g y ~ ; , i I i l i . Q l l l p a t i b i l i d a d entre soar y saber. No cabe

    a este r e s p e c t o , s i ! ( : C i , ~ b a t J O no creo. que afecte al a r g u m e n ~ o dese ve llevado a ClSiaerat romo es. que sabe que no est durmIendoen ese momento al r e f l e x i o n a r : S b r ~ ' ~ m o que en ese momento est sentadojunto al fuego con una hoja de WtPelen la.mano. Si en realidad lo sabe, piensa l,es con base en los sentidos. Pero se da cuenta de que el hechO de que tenga las expe-riencias sensoriales que est t e r i i ~ n 4 o alIora es compatible con el hecho de quesimplemente est soando que e'stoontado junto al fuego con una hoja de papel enla mano. De tal suerte, l no sabe co!)base en las experiencias sensoriales Que estteniendo en ese momento que e s t ~ r t t a d o junto al fuego. Obviamente,que aparece en mis ejemplos tampoco sab:\ las cosas que dijimos conoce con baseen las sensoriales que est teni.endo en ese momento. Saba que ciertas cosas son de cierta forma y estaba sfiando que estas cosas eran as, pero al so-arlas no saba por tanto que fuesen as.Pero en tanto admitamos que el hombre que est durmiendo sabe en verdad cier-tas cosas acerca del mundo que le rodea, aun cuando no las sepa con base en lossueos mismos que est teniendo en el momento, no es esto suficiente paramOSlrar que Descartes debe estar no obstante equivocado al concluir que nadiepuede saber nada acerca del mundo circundante? No. Muestra a lo ms que fuimosirreHexivos o no comprendimos la conclusin de Descartes al concederalguien pudiera saber algo acerca del mundo que le rodea. Si el razonamientoDescartes es correcto, el fsico que est durmiendo, incluso cuando est despierto,realmente no sabe nada de lo que acrticamente le estamos atribuyendo comoconocimiento acerca de cmo son las cosas --o por lo menos no lo sabe con base enlos sentidos--. Para que conociera estas cosas con base en los sentidos tendra que haberhabido por lo menos un momento en el que l supiera algo acerca de lo que suceda asu alrededor en ese momento. Pero si Descartes tiene razn, este hombre no podrahaber sabido nada de esto a no ser que hubiera establecido que no estaba durmiendoen ese momento; y de acuerdo a Descartes no podra nunca determinarlo. De talsuerte, el hecho acerca de los sueos en el que se basa Descartes -de que alguienque suea que algo es de cierta forma no por ello sabe que es as- es suficientepara sacar la conclusin a la que llega si son correctos los otros pasos de su razonamiento.Cuando introduce por vez primera la posibilidad de que pudiera estar soando,Desearles parece estarse basando en algn conocimiento acerca de cmo son lascosa, o eran en el mundo que le rodea. Dice, "recuerdo que en muchas ocasionesdurante el sueo he sido engaado por ilusiones similares"; as, pues, parece estarde cierto conocimiento en el sentido de que realmente ha soado en elpasado y de que recuerda haber sido "engaado" por esos suefios. Esto es muchoms de lo que realmente necesita para que sus reflexiones con respecto alconocimiento tengan la fuerza que considera tienen. No necesita sustentar su juicio

    EL PROBLEMA DEL MUNDo EXTERNOde que en :ealidad ha SOad? en el pasado. El nico pensamiento que necesita esque. e:> pOSible que alIara este s o ~ a n d o que est sentado junto al fuego y que si estap?SlbIhdad f u ~ e real l no sabna qU? est sentado junto al fuego. Claro est quesm duda era CIerto que Descartes habIa soilado en el pasado y que su conocimientode haberlo hecho era, en parte, en lo que se basaba al admitir la posibilidad de queestuvi.ese sofian?o .en esta ocasin particular. Pero ni el hecho de los sueos pasados ru el conOCimIento de su ocurrencia real pareceran ser estrictamente necesarios para admitir aquello en lo que confa Descartes: la de estarsoando y la ausencia de conocimiento si esa posibilidad fuese real. Elto de que podrfa estar soando que est sentado junto al fuego con unapapel en la mano, y el hecho de si lo estuviera no sabra que est sentado ah,es lo que lo hace vacilar. Esto preocupara igualmente aun cuando nuncahubiera tenido en realidad ningn sueo parecido en el pasado, aun cuandonunca hubiera soado nada acerca de fuegos y hojas de papel. En efecto, con-sidero que no tiene por qu haber soado realmente algo antes y es claro que nonecesite saber que so alguna vez, para estar preocupado en la forma en que lo es-t por el pensamiento de que podra estar soando ahora.El hecho de que Descartes solamente necesite apelar a la J .N0WUIU4Usoando pone de manifiesto otra verdad acerca de los sueos de la que depelluc;argumento: que cualquier cosa que o que podamosdurante la vigilia puede ser soada tambin. nuevamente, es slo una afirmacin de una posibilidad: ninguna persona sensata sugerirla que en cierto momentoen verdad soamos todo lo que realmente nos sucede, o que todo lo que soamosocurre en realidad alguna vez. Aunque es muy plausible decir que no hay nadaacerca de lo cual no pudiranws soar, nada que pudiera suceder y no pudiramossoar que sucede. Digo que es muy plausible; desde luego no puedo aprobar que escierto. Pero aun cuando no sea cierto totalmente en la mayora de los casos, contoda seguridad hemos de conceder que es posible soar que uno est sentado juntoal fuego con una hoja de papel en la mano, y que es posible soar con unsinnffieFo de otros estados de cosas igualmente obvios y mundanos tambin, y sonestas posibilidades lo que le parece a Descartes que amenaza su conocimiento delmundo que le rodea.Parece haber muy pocas esperanzas, entonces, de objetar que simplemente no esposible que Descartes soase que est sentado junto al fuego con una hoja de papelen la mano. Tampoco es algo ms prometedor decir que aun cuando estuviesesoando, de ello no se seguira que no saba que estaba sentado all. Considero queambos pasos o supuestos del razonamiento de Descartes son perfectamente correctos y que es innecesaria en esta etapa una defensa ulterior de los mismos. Si han deimpugnarse su argumento y el problema al que ste da lugar, podra parecer que lamejor esperanza es por tanto aceptar su desafo y mostrar que se le puede hacerfrente. Esto significara ciertamente argir que el supuest.o "descublimieniO" deDescartes no es ningn descubrimiento: a veces podenws saber que no estamossofiando.Puede parecer que sta es la estrategia ms sencilla yDescartes tiene razn al pensar que es una condicin para saberque nos rodea el que sepamos que no estamos soando, pero que est equivocado

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    naza para miCon todo losabemos queDescartes es un

    de los nunca podramoscuanto a queca del mundotar esta condicinestoy diciendopodemos sabermnte es que oDescartes dice queral, de hecho nosencilla niegaaceptar una u otraCuandocon una hoja decmo sabe que nohoja de papel enviese soando nosentado ah, yde saber queporque pudierasiderarse como unpara llegar a conoce:supone que lo quegacin de Descartesdel mundo por medi,que llega en estesensorio en general.ticular de conocimien1soando si ha depapel en la mano.especfico, sinosarla de cualqul\::Imundo por medode

    condicin. y esto parece ciertamenteque no estoy soando? Esto no esque puedo a veces averiguar si sede que debo saber que no estoyque me rodea no ser ninguna ame-ser el hecho de-que con frecuencia sesta sencilla respuesta al desafo decomo sencilla lo que quiero decirpara el conocimiento del mundo ees lo que considero que no puede hamanera: pienso que Descartes estaba'no existen indicios seguros por mediola vigilia del sueflo", y por tantosoando, si tuviera tambin razn en

    es una condicin para saber algo acerla que pienso que no podemos acepque no estamos soflando. Lo que)p"""rtes est en lo correcto, que nuncaque lo que deseo argumentar real-que no estamos soando o bien lo quealgo acerca del mundo en gene. algo acerca del mundo. La estrategiaexplicar por qu pienso que debemosque sabe que est sentado junto al fuegoqu pasa inmediatamente a preguntarsep.nrl1pntra sentado junto al fuego con unaque es porque reconoce que si estusentidos en ese momento que se encuentraque no existe esta posibilidad si haobstante, este ejemplo fue elegido nopeculiaridades, sino porque podra con-la mejor posicin en la que podemos estar. 'que nos rodea a partir de los sentidos. Se. y que resulta relevante para la investi

    de todos los casos de conocimientola razn por la cual la conclusin a laverdadera para nuestro conocimientocomo verdadero en este caso par-es que necesita saber que no estsentado junto al fuego con una hoja dea causa de alguna peculiaridad de este casosegn Descartes, es una condicin nececaso posible- de conocimiento deles la razn por la que le atribuyo a

    EL PROBLEMA DEL MUNDo EXTERNOD e s c ~ s la tesis bastante general de que saber que no se est dormido esunacondicIn para ~ b e r algo acerca del. mundo circundante a partir de los. sentidos.Puesto que c o ~ s l d e r a que debe e ~ c l u r r s e la posibilidad de que est soando en elcaso que ex.amJ?a y el estudiado es considerado caracterstico y sin atributosque le sean p a r t I c u l a r ~ , pIensa que la p o s i b i l i ~ d de que est soando debe excluirseen todo caso de conOClffilento de algo acerca del mundo por medio de los sentidos.Si realmente sta es una condicin para saber algo acerca del mundo, creo quepuede. mostrarse que D e s c ~ t e s est en lo cierto al sostener que nunca puedecumplIrse. Es esto lo que mega la respuesta sencilla y sta es la razn por la quepienso que esta respuesta debe ser errnea. No podemos aceptar los trminos delreto de Descartes y tener entonces la esperanza de afrontarlo.Supngase que Descartes intenta determinar que no est soando con el fin desatisfacer la que estima una condicin necesaria para saber que est sentado juntoal fuego con una hoja de papel en la mano. Cmo ha de proceder? Se da cuenta deque el hecho de que vea su mano y de que vea y sienta una hoja de papel frente a ly de que perciba el calor del fuego --en efecto, de todas las experiencias sensoriales que est teniendo o de toda la informacin sensorial que est por tanto recibiendo-- es algo que podra estar aconteciendo aun cuando estuviese soando. Porconsiguiente, para establecer que no est soando necesitara algo ms que sloestas experiencias o esa sola informacin. Necesitara saber tambin si estas e x ~ -riencias y esta informacin son confiables, no un simple sueo. Si pudiera encontrar alguna operacin o prueba, o si le fuera posible hallar alguna circunstancia oestado de cosas que le indicara que no estaba soando, tal vez podra entoncessatisfacer la condicin _podra saber que no est soando--. Pero, cmo podrauna prueba, circunstancia o estado de cosas indicarle que no est soando si unacondicin para saber cualquier cosa acerca del mundo es que sepa que no estsoando? No podra ser. Nunca podra satisfacer la condicin.Supongamos que en efecto existe una prueba que una persona puede llevar a cabocon xito solamente si no est soando, o que hay una circunstancia O estado de c o ~ a sque nicamente se da si dicha persona no se encuentra soando. Desde luego, para queesta prueba o estado de cosas le sean de alguna utilidad, Descartes tendra que conocerlos. Tendra que saber que existe tal prueba o un estado de cosas semejante que muestraque l no est soando; sin esta infommcin no estara en mejores condiciones paradecir que no est soando de lo que estara si no existiese en realidad esta prueba oestado de cosas. Para haber adquirido esta informacin tendra que haber conocido enalgn momento mucho ms que slo ciertas cosas acerca del curso de su experienciasensorial, ya que la conexin entre la ejecucin de cierta prueba, o entre ciertO estadode cosas, y el que alguien no est soando no es en s misma solamente un hecho acerca del curso de la experiencia sensorial de esa persona; es un hecho a:;erca del mundoms all de sus experiencias sensoriales. AhOnl bien, si estrictamente hablando es unacondicin para saber cualquier cosa acerca del mundo ms all de nuestras experiencias sensoriales el que sepamos que no estamos soando, existe un obstculo evidentepara que Descartes haya obtenido alguna vez la informacin que necesita con respectoa esta prueba o estado de cosas. Tendra que haber sabido en algn momento queno estaba soando a fin de poder obtener la informacin que requiere para decir enalgn momento que no est soando ... y esto no puede hacerse.

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    30 31L PROBLEMA DEL MUNDO EXTERNOPero supngase que nos olvidamos de esta dificultad y concedemos que Des-cartes en verdad sabe (de alguna fanna) que existe una prueba o circunstancia oestado de cosas que indica infaliblemente que l no est soando. Sin embargo,hay un obstculo para que pueda usar alguna vez esta prueba o estado de cosas conel fin de determinar que no est soando y con ello cumplir la condicin para elconocimiento del moodo. La prueba tendra que ser algo que l pudiera saber queha realizado exitosamente, el estado de cosas tendria que ser tal que pudiera saber

    que se da. Si l realiza de manera completamente inconsciente, por casualidad, laprueba, o si casualmente se da el estado de cosas pero l no lo sabe, no estara enmodo alguno en una posicin mejor para detenninar si estaba soando de lo que loestara si no hubiera hecho nada o si nunca supiera que exista dicha prueba. Pero,cmo ha de saber que la prueba se ha realizado exitosamente o que se da real-mente el estado de cosas en cuestin? Cualquier cosa que podamos experimentardurante la vigilia puede tambin ser sofiada; es posible soar que uno ha realizadocierta prueba o bien soar que se ha establecido el darse cierto estado de cosas. Y,como hemos visto, el hecho de soar que algo del mundo circundante es de ciertaforma no significa por ello saber que es as. Para saber que su prueba ha sido lleva-da a cabo o que se da el estado de cosas en cuestin Descartes necesitara estable-cer por consiguiente que no est simplemente soando que realiza con xito laprueba o que establece que se da el estado de cosas. Cmo podra a su vez saberseesto? Obviamente la prueba o el estado de cosas particular ya en duda no puedenservir como garanta de su propia autenticidad, pues podran haber sido slosoados, de modo que sera necesaria otra prueba o estado de cosas para indicarque la prueba original fue realmente realizada y no simplemente soada, o que elestado de cosas en cuestin fue en verdad comprobado y no se so simplementeque se daba. Pero esta otra prueba o estado de cosas est sujeta a la misma condi-cin general a su vez. Todo conocimiento que est ms all de nuestras experien-cias sensoriales exige que sepamos que no estamos soando. En consecuencia, estasegunda prueba o estado de cosas slo ser til si Descartes sabe que no est sim-plemente soando que la est realizando o comprobando en el caso del estado decosas, pues soar solamente que se ha establecido la autenticidad de la primeraprueba no es haberla establecido. No puede, en ningn punto, encontrar una pruebade que no est soando, de la cual adems pueda saber que la ha realizado exitosa-mente, ni tampoco un estado de cosas correlacionado con no estar soando delcual pueda saber que se da. Por consiguiente, nunca puede satisfacer lo queDescartes considera una condicin necesaria para saber algo del mundo que lerodea. Jams puede saber que no est soando.Debo hacer hincapi en que solamente se llega a esta conclusin bajo elSupuesto de que una condicin para conocer algo acerca del mundo que nos rodeacon base en los sentidos es que sepamos que no estamos solando. Pienso que es laaceptacin de Descartes de esta condicin lo que lo lleva a "ver de manera tan evi-dente que no existen indicios seguros por medio de los cuales podamos distinguircla:ramente la vigilia del sueo". Y creo que Descartes est completamente en locorrecto al sacar esta conclusin, dado lo que considera como una condicin delconocimiento del mundo. Pero todo lo que he argumentado en nombre deDeScartes (l nunca explica en detalle su razonamiento) es que no podemos aceptar

    EL PROBLEMA DEL MUNDO EXTERNOesta condicin y tener a la vez la e x ~ t a t i v a de satisfacerla, como la repuesta sen-cilla confa hacer. Y, claro est, si jams puede satisfacerse una de las condicionesnecesarias para el conocimiento del mundo, ser imposible tal conocimiento.Considero que ya hemos ubicado la razn por la que Descartes llega a un vere-dicto negativo con respecto al conocimiento sensorio en general. Si estamOS deacuerdo en que debe saber que no est soando si ha de saber en su caso particularque est sentado junto al fuego con una hoja de papel en la mano, debemos estar deacuerdo tambin en que nada podemos saber acerca del mundo que nos rodea.Una vez que reconocemos que la condicin que Descartes considera necesarianunca puede satisfacerse, en caso de que l tenga razn al pensar que es en verdadnecesaria, nos vemos llevados de manera natural a la cuestin de si Descartes tienerazn. Es en verdad una condicin para conocer algo acerca del mundo el que sepa-mos que no estamos soando? sta es la segunda de las tres cuestiones que distingu.Es la nica que ha recibido menos atencin. Al formularla ahora no pretendovolver sobre algo que antes elije constituye una verdad indudable, a saber, que siuno est soando que algo del mundo es de cierta forma no por ello sabe que esas. Esto an me parece innegable, pero no significa lo mismo que el supuesto deDescartes de que debe saberse que no se est soando si ha de saberse algo acercadel mundo. La innegable verdad slo dice que no tienes conocimiento si ests so-ando; Descartes dice que no tienes conocimiento si no sabes que no estssoando. Y solamente partiendo del supuesto ms fuerte puede llegarse a la con-clusin escptica.

    Es verdadero este supuesto? Pienso que nos parece convincente el razonamien-to de Descartes, o incluso plausible, porque, adems, al reflexionar sobre l loencontramos verdadero. He dicho que no se ha prestado mucha atencin a estaparte particular del razonamiento de Descartes y pienso que en gran medida esporque, !;lada la fonna en que lo presenta, el paso parece totalmente convincente ypor tanto slo son otras partes del argumento las que se ven como vulnerables.Por qu es as? Es porque realmente es verdadero el supuesto de Descartes?Podemos hacer algo que nos ayude a determinar si es o no verdadero? La cuestines importante porque, comO he argumentado hasta ahora, si el supuesto resulta ver-dadero no podemos saber nunca nada acerca del mundo que nos rodea con base enlos sentidos, y el escepticismo filosfico acerca del mundo externo es correcto.Tendriamos que juzgar que esta conclusin es convincente o plausible en la mismamedida que el supuesto del que se deriva.Dada nuestra respuesta original favorable con respecto al razonamiento deDescartes, entonces, difcilmente puede negarse que parece perfcctam(;mte naturalinsistir en lo que he llamado su supuesto o condicin. Tal vez parezca que no esms que un caSO de un lugar comn bastante familiar con r e s ~ t o al conocimien-to. Todos nos damos cuenta de que, incluso en las circunstancias ms ordinarias enque no depende de lo que resulte nada muy importante, no podemos saber una cosaparticular a menos que hayamos descartado ciertas posibilidades que consideramosincompatibles con el hecho de conocer eso.Supngase que mientras miro por la ventana hago saber de manera c . ~ u a l quehay un jilguero en el jardn. Si me preguntan que cn:o s que es J i l ~ u e r o yrespondo que es amarillo, todos estaramos de acuerdo en que en una SItuaCIn nor-

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    34 35L PROBLEMA DEL MUNDO EXTERNOtar soando satisface esta primera condicin en el caso de Descartes (si l estuviesesoando no sera el caso que sabe), y esto es porque, de acuerdo a esta sugerencia,de inmediato vemos que es relevante y debe excluirse. Una cosa que todos admiti-mos con respecto al conocimiento es precisamente que 10 que se dice hace que estonos parezca obvio.Pero realmente es ~ i e r t ? , con ~ p e c t o c o n o c i m i ~ n t o humano e inclu;ro .en ~circunstancias ms ordwanas, el hecho Simple y obVIO acerca del conOCimIentoal que se apela en esta explicacin? Qu se supone exactamente que es el "hecho"en cucstin? Lo he descrito hasta aqu, aplicado al caso del jilguero, como el he-cho de que si s que p (es un jilguero) debo saber la falsedad de todas aquellas co-sas que son incompatibles con P (v. gr., es un canario). Si hubiera una de estascosas de la cual yo no supiera que es falsa. y si en efecto fuera verdadera, no sabraque p, pues en tal caso sera verdadero algo incompatible con p y por consiguientep no sera verdadero. Pero decir que debo saber que todas las cosas que son incom-patibles con p son falsas es lo mismo que decir que debo saber la verdad de todoaquello que debe ser verdadero si p es verdadero. Y resulta extremadamenteimplausible decir que ste es un "hecho simple y obvio" que todos admitimos conrespecto al conocimiento humano.El problema es que no hay lmites precisos al nmero de cosas que se siguen deaquello que ya s. Pero no' puede decirse que yo sepa ahora toda esta cantidadde cosas indeterminadamente, aunque todas deben ser verdaderas si son verda-deras las cosas que ya s. Incluso admitiendo que s ahora muchp acerca qe bas-tantes cosas, mi conocimiento obviamente no abarca todolo que se sigue de lo ques ahora. Si as fuera, las matemticas, por tomar slo un ejemplo, seran muchoms fciles de lo que son o bien imposiblemente difciles,-. Al saber la verdadde los axiomas simples de la teora de los nmeros, por ejemplo, sabra con ello laverdad de lodo lo que se sigue de ellos; todo teorema de la teora de los nmerossera ya conocido. O bien, tomando el lado pesimista, puesto que evidentementenadie sabe en re.:llidad todos los teoremas de la teora de los nmeros, de ello seseguira que nadie sabe siquiera que estos axiomas simples son verdaderos.Resulla absurdo decir que gozamos o necesitamos de esta virtual omnisciencia, demodo que es mucho ms plausible sostener que el "hecho sinlple y obvio" que todosreconocemos con respecto al conocimiento es la exigencia ms dbil de que debemossaber la falsedad de t.odas aquellas cosas que sabemos incompatibles con lo que sabe-mos. Yo s que el que un pjaro sea un canario es incompatible con que sea un jilguero; sta no es una consecuencia remota, desconocida, del hecho de que sea unjilguero, sino algo que sabra todo aquel que supiera algo acerca de los jilgueros. Y laidea es que sta es la razn por la que debo saber que no es un can$io si he de saberque es un jilguero. Quiz, para saber algo, p digamos, no necesito saber la fulsedadde todo aquello que es incompatible con p, pero puede parecer que al menos debosaber la falsedad de todo aquello que s es incompatible con p. Puesto que afirmosaber que el pjaro es un jilguero y s que el hecho de que sea un jilguero inlplicaque no es un canario, debo por ello saber que no es un canario, si es verdaderami afirmacin original. Al afIrmar que s que es un jilguero yo estaba, por as decir-lo, comprometindome a saber que no es un canario y debo hacer honor a mis com-promisos.

    EL PROBLEMA DEL MUNDO EXTERNOEste r e q u i s ~ ~ o tal como est, cuando,s explica la razn por la que debo

    S i ; l ~ e r que el paJaro no. es un canano, no explica. la relevancia de otro tipo de posi-bilidades que he menCIOnado. La razn que se diO en el caso del jilguero es que yos que el hecho de que. sea un canario es incompatible con que sea un jilguero.Pero esto no puede explicar por qu debo descartar la posibilidad de que los testigos hayan inventado una historia con respecto a que el hombre se hallaba enCleveland, o la posibilidad de que est alucinando que mi cama est cubierta deuna pila de hojas. Tampoco explicar por qu Descartes debe excluir la posibilidadde que est soando. Lo que afmno saber en el primer caso es que el hombre seencontraba en Cleveland esa noche. Pero, como vimos anteriormente, no es unaconsecuencia del hecho de que se encontrara en Cleveland el que nadie inventarauna historia en el sentido de que l estaba en Cleveland; podran creer equivocada-mente que l no estaba all y entonces decir lo que pensaban era una mentira.Tampoco se sigue del hecho de que yo no est alucinando que mi cama estcubierta con hojas el que en realidad est as. Pero reconocemos que para quesepa en estos casos tendra no obstante que excluir estas posibilidades. Dc!mismo modo, como nos recuerda el caso del duque de Devonshire, el hecho de queDescartes est sentado junto al fuego con una hoja de papel en la mano no es unaconsecuencia de que no est sofiando que lo est. As pues, si nos parece obvio queDescartes deba saber que no est sofiando si ha de saber que est sentado junto alfuego, no puede ser simplemente porque se sepa que la posibilidad en cuestin esincompatible con lo que l afirma saber. No lo es.Si hay algn "hecho simple y obvio acerca del conocimiento", el cual reconoce-mos y en el que nos basamos al responder al razonamiento de Descartes, debe serpor tanto mucho ms complicado de lo que se ha sugerido hasta aqu. La sola re-fl{\xin incluso sobre los ejemplos cotidianos incontrovertibles puede llevamos f-cilmente a suponer que se trata de algo parecido a esto: si alguien sabe algo, p, de-be saber la falsedad de todo aquello que es incompatible con su conocimiento de p (otal vez de todo aquello que sabe es incompatible con su conocimiento de p). Noespecular ms sobre las especificaciones o enmiendas necesarias para hacermenos implausible el principio. El problema ahora es si nuestra adhesin a algnprincipio O equisito tal es responsable de nuestro reconocimiento de que la posibi-lidad de que el pjaro sea un canario o de que la posibilidad de que los testigos in-ventasen una historia debe d e s c a r t a r ~ si he de saber las cosas que dije saber en es-tos casos. Cules son exactamente los procedimientos o normas que seguimos en loscasos ms comunes y rutinarios de supuesto conocimiento? La reflexin sobre elorigen del razonamiento escptico de Descartes ha llevado a algunas dificultades alintentar describir y por tanto entef!der incluso los procedimientos ms comunesque seguimos en la vida cotidiana. Esta es una de las recompensas que puede tenerun estudio del escepticismo filosfico.La principal dificultad para comprender nuestros procedimientos ordinarios esque ningn principio como los que he mencionado podra describir la forma en queprocedemos en la vida diaria. 0, para expresarlo menos dogmticamente, si nuestraadhesin a alguna de estas condiciones fuera responsable de nuestras reacciones enestos casos ordinarios, Descartes estara totalmente en lo correcto y el escepticismofilosfico con respecto al mundo externo sera verdadero. Nadie sabra nada acerca

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    36 37L PROBLEMA DEL MUNDO EXTERNOdel mundo que nos rodea. Si, para saber algo, debemos descarta;r una posibilidadque se sabe es incompatible con que sepamos aquell?, Descartes tiene toda la raznal insistir en que debe saber que no est soando SI ha de saber que est sentadojunto al fuego con una hoja de papel en la mano. Sabe que el hecho de que .est so-ando es incompatible con que sepa algo. Ya antes he argumentado que SI l esten lo correcto al insistir en que debe cumplirse esta condicin para que sea posibleel conocimiento del mundo circundante, tambin tiene razn al concluir que nuncapuede cumplirse; su cumplimiento exigira un conocimiento que slo seria posiblesi la condicin se cumpliera. De tal suerte, amoos pasos del razonamiento deDescartes seran vlidos y su conclusin sera verdadera.Solamente puede evitarse esta conclusin, me parece, si podemos hallar IJlgunafonna de soslayar el requisito de que debemos saber que no estamos soando si he-mos de saber algo del mundo que,nos rodea. Pero no podr rehuirse este requisitosi no es ms que un caso particular de un procedimiento general que admitimos yen el que insistimos al hacer y evaluar las afirmaciones de conocimiento en la vida ro-tidiana y cientfica. No tenemos otra nocin de conocimiento que la que est contenida en estos procedimientos y prcticas. As pues, si este requisito es un "hecho"de nuestra concepcin ordinaria del conocimiento, tendremos que aceptar la con-clusin de que nadie sabe nada acerca del mundo que nos rodea.Antes de entrar de lleno en los siguientes captulos a la cuestin de qu tan decerca sigue el razonamiento de Descartes los procedimientos familiares de la vidacotidiana, quiero hablar un poco ms acerca de la posicin en la que todos nosencontraramos si la conclusin de Descartes, como l la entiende, fuera correcta.Anterionnente lo describ como habiendo perdido por completo el mundo, comosabiendo a lo sumo qu est experimentando o cmo se le aparecen las cosas, perosin saber nada acerca de cmo son en realidad las cosas en el mundo que le rodea.Mostrar cmo alguien que se encuentra en esta situacin podra llegar a saber algoacerca del mundo que le rodea es a lo que yo llamo el problema de nuestroconocimiento del mundo externo, y merece la pena detenerse un poco justamenteen qu tan difcil resulta ser este problema si ha sido correctamente planeado.Si nos encontramos en el predicamento en el que se halla Descartes al fmal desu Primera meditacin, no podemos decir a partir de los sentidos si estarnossoando o no; todas las experiencias sensorias que estamos teniendo son compati-bles con la posibilidad de que estemos simplemente soando el mundo que nosrodea mientras que en realidad este mundo es muy distinto de como pensamos quees. Nuestro conocimiento se encuentra en este sentido confinado a nuestras expe-riencias sensorias. No parece haber fonna de iI ms all de ellas para saber si elmundo que nos rodea es en verdad de esta forma y no de otra. Desde luegopodramos tener creencias muy fuertemente arraigadas con respecto a cmo son lascosas. Podramos incluso ser incapaces de quitarnos de la cabeza la conviccin deque estamos sentados junto al fuego sosteniendo una hoja de papel, por ejemplo.Pero si admitimos que nuestras experiencias sensorias son lo nico con lo que con-tamos para ir adquiriendo un conocimiento acerca del mundo, y si admitimos,como debemos hacer, que dada la forma en que nuestras experiencias sonpodramos no obstante estar soando simplemente que estamos sentados junto alfuego, debemos conceder que no sabemos que estamos sentados junto al fuego.

    EL PROBLEMA DEL M'NDO EXTERNODesde luego, tampoco podemos afIrmar lo contrario. No podemos concluir que noestamos sentados junto al fuego; simplemente no podemos decir qu est sucediendo. Nuestra experiencia sensoria no nos proporciona ninguna base para creer algoacerca del mundo que nos rodea en lugar de lo contrario, y nuestra experiencia sen-soria es lo nico con lo que contamos como punto de partida. De tal suerte, seacual sea la conviccin inquebrantable que pudisemos retener, tal conviccin nopuede ser conocimiento. Aun cuando realmente estemos sosteniendo una hoja de-papel junto al fuego, de manera de que aquello de lo que estamos convencidos enefecto es verdadero, esta conviccin verdadera no es sin embargo conocimiento, Elmundo que nos rodea, sea cual sea la forma en la que pueda ser, se encuentra eneste sentido all de nuestra comprensin. Nada podemos saber con respecto acmo es, independientemente de qu convicciones, creencias u opiniones continuemos, tal vez inevitablemente, teniendo al respecto.Qu podemos saber en una situacin semejante? Tal vez podemos saber quexperiencias sensorias estamos teniendo, o cmo nos parece que son las cosas. Porlo menos esta parte de nuestro conocimiento no se ver amenazada por el tipo deataque que Descartes dirige a nuestro conocimiento del mundo ms all de nuestrasexperiencias. Lo que podemos saber resulta ser mucho menos de lo quepensbamos saber antes de abocamos a esta evaluacin de nuestro conocimiento.Nuestra posicin es mucho ms limitada, mucho ms pobre de lo que habamossupuesto originalmente. Estamos confinados en el mejor de los casos a lo que

    Descartes llama "ideas" de las cosas que nos rodean, representaciones de las cosaso estados de cosas los cuales, hasta donde podemos saber, podran tener o no algu-na correspondenciacon como son en realidad. En cierto sentido, estamos presos enestas representaciones, al menos con respecto a nuestro conocimiento. Cualquierintento de ir ms all de ellas para juzgar y decir si el mundo es en verdad como lorepresentan, solamente puede tener como resultado ms representaciones, ms opi-niones de la experiencia sensible que son en s mismas compatibles con el hechode que la realidad sea. muy distinta de la forma en la que consideramos es, con ba

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    39EL PROBLEMA DEL MUNDO EXTERNO8vctima podra encender otros de los aparatos que hay en la habitacin para tratarde obtener ms informacin, y pOOra encontrar que algunos de los aparatos mues-tran sucesos muy similares o que tienen una coherencia con aquellos que ya sonvisibles en las pantallas que pueden ver. Pero todas estas imgenes no le sern deninguna ayuda sin una informacin independiente. algn conocimiento que noprovenga de las imgenes mismas, con respecto a cmo se encuentran conectadaslas imgenes que ve efectivamente frente a l con lo que est sucediendo fuera delcuarto. El problema del mundo externo es el problema de averiguar, o saber cmopodramos averiguar, algo acerca del mundo que nos rodea si estuvisemos en estetip

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    40 41L PROBLEMA DEL MUNDO EXTERNONo hay ninguna sugerencia en estos casos ni en un sinfn de casos cotidianossimilares en el sentido de que, en cierto modo, en el curso de nuestras refle-xiones con respecto a si sabemos y cmo sabemos algo somos llevados ine-vitablemente a cambiar o a elevar nuestra concepcin del conocimiento a otrotipo de conocimiento llamado "conocimiento real", en el cual no parecamosestar interesados en un principio. Tampoco es plausible que sugieran que nues-tras evaluaciones ordinarias del conocimiento nos llevan por alguna razn a pos-

    tular una "realdad" que es simplemente un artificio de nuestras investigacionesacerca de nuestro conocimiento. Cuando nos preguntamos si realmente sabemosalgo simplemente estamos preguntando si sabemos eso. El "realmente" significaque hemos reflexionado sobre el particular, o que lo estamos sometiendo a unescrutinio ms cuidadoso, o que el conocimiento debe contrastarse con algunaotra c o s a ~ pero no que creemos en algo llamado "conocimiento real" que es dife-rente de, o ms elevado que, el conocimiento ordinario en el que estamos intere-sados. Saber algo es distinto de simplemente creerlo, suponerlo, darlo por sentado Otener solamente la impresin de que es verdadero, etc.; aspues, preguntar si realmentesabemos algo es preguntar si lo sabemos en oposicin a, por ejemplo, meramente creer-lo, suponerlo, darlo por sentado o tener slo la impresin de que es verdadero.Si es cierto esto de nuestras evaluaciones ordinarias del conocimiento y si lainvestigacin de Descartes respecto a su conocimiento de que est sentadojunto al fuego con una hoja de papel en la mano es exactamente igual a estoscasos ordinarios, su descubrimiento de que no sabe en el caso que consideratendr la misma significacin que un hallazgo semejante en estos casos ordi-naros. Y s este ejemplo es en verdad representativo de nuestro conocimientodel mundo circundante. el tipo de conocimiento del que se nos muestra carece-mos ser el mismo tipo de conocimiento que originalmente pensbamos que te-namos de cosas como el hecho de que estemos sentados junto al fuego sos-teniendo una hoja de papel. Sin una demostracin de que la investigacinfilosfica de Descartes difiere de nuestras evaluaciones ordinarias en ciertosentido que mpide que su conclusin negativa tenga el tipo de significacinque de manera correcta se considera tienen las conclusiones similares en la vi-da diaria, no podemos obtener consuelo alguno de la idea infundada de que larealidad de la cual demuestra se encuentra excluido nuestro conocimiento decualquier modo no nos interesa o no debe interesarnos. Se trata de una investiga-cin de su conocimiento cotidiano y no simplemente de una descripcin fantstica deun velo de la percepcin, que da lugar al veredicto negativo de Descartes.

    No obstante, aun cuando tratemos de consolarnos con el pensamiento de quepodemos contentarnos con lo que podemos saber de acuerdo a la exposicin deDescartes, qu tanto consuelo podra darnos esto? La posicin en que nos encon-tramos segn el argumento de Descartes es mucho peor que la que se contempla enla respuesta optimista de minimizar simplemente cualquier inters que pudieratener una "realidad" impcrceptible.Por una razn, en realidad no nos quedaramos con los objetos de nuestra expe-riencia cotidiana que siempre nos han sido familiares: mesas y sillas, rboles y flo-res, pan y vino. Si Desartes tiene razn. no conocemos nada de estas cosas.Aquello que percibimos y con lo que estamos en contacto sensorial directo no es

    EL PROBLEMA DEL MUNDO E X T E R t ~ Onunca un objeto fsico o un estado de cosas, sino slo una representacin: algo quebien podra ser exactamente como es, aun cuando no existiera ningn objeto de laclase que representa. De tal suerte, si tuviramos que contentarnos con el reino delas cosas de las que podramos tener conocimiento, incluso si fuera correcta la con-clusin de Descartes, no nos estaramos contentando con el tranquilo mundo con elque comenzamos. Todo de l lo habramos perdido. al menos como aquello de lo quepodemos saber algo. y estaramos limitados a los hechos con respecto a cmo nosparecen las cosas en cierto momento, ms que a cmo son.Sin embargo, podra pensarse que despus de todo nada es cierto en este mundocambiante, de modo que no deberamos afrrmar verdades acerca de cmo son las cosas.Mientras sepamos que todos o la mayora de nosotros estamos de acuerdo respecto acmo nos parecen k1.S cosas, o nos han parecido hasta ahora, .podramos sentir que te-nemos lo suficiente para dar a nuestra vida social, cultural e intelectual tanta estabilidadcomo podamos razonablemente esperar o necesitar. Pero una vez ms esta reaccin noreconoce realmente la pobreza o el confinamiento de la posicin a la que nos llevara acada uno de nosotros la conclusin escptica de Descartes. Estrictamente hablando, noexiste una comunidad de personas que acten, experimenten y piensen de las que yopueda saber algo si Descartes tiene razn. Las otras personas, segn las entiendo, no sonsimplemente experiencias sensoriales mas; si e x i ~ t e n , tambin habitarn por consiguienteun mundo inasequiblems all de mis experiencias senrorias, junto con las mesas, sillas ydems cosas de las que nada puedo saber. As pues, al menos con respecto a lo quepuedo saber, no podra consolarme pensando en una comunidad de perceptores con lamisma opinin, los cuales trabajasen todos juntos hacindolo alegremente a partir de loque un velo de percepci6n comunal proporciona No habn ninguna otra raz6n paracreer que existe alguna otra persona que la que habn para creer que en este momentoestoy sentado en una silla escribiendo. Las representaciones o experiencias sensorias alas que restringira m i conocimiento la conclusin de Descartes no podran ser otra cosaque mis propias experiencias sensoriales; no podra haber un conocimiento comunal nisiquiera del velo de la percepcin mismo. Si mis propias experiencias sensoriales nome pemriten saber nada acerca del mundo que me rodea, no me permiten ni siquierasaber si existen otras experiencias sensoriales u otros seres perceptores.Las consecuencias de aceptar la conclusin de Descartes como se supone debeinterpretarse son verdaderamente desastrosas. No hay ninguna forma fcil de adap-tarse a sus profundas implicaciones negativas. Pero tal vez ya hayamos ido lo sufi-cientemente lejos para sentir que la idea total es simplemente absurda, que en el!fondo ni siquiera es inteligible y que no puede haber posibilidad alguna de "acep-tar" la conclusin de Descartes. No tengo intencin de desalentar esta reaccin.Solamente insistira en que la supuesta irracionalidad o ininteligibilidad debe seridentificada y comprendida. Pienso que es la nica manera en que podemos esperaraprender todo lo que haya que aprender de la investigacin de Descartes. En elsiguiente captulo examino una forma de critica convincente que sigue estos li-neamientos y trato de esbozar cierta concepcin de la reIayin entre la investi-gacin fllosfica del conocimiento y nuestras normas y procedimientos cotidianospara evaluar el conocimiento. Si esta concepcin puede ser explicada y defendida,la conclusin escptica quedar intacta y no se vern disminuidos su alcance y susignificacin negativa.