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El espacio histórico Emiliano Raya Aguiar Curso monográfico Dr. Rodrigo Núñez Arancibia Maestría en Historia Facultad de Historia Una discusión central en el campo de estudio de la historia es la definición del espacio en el que se circunscribe el objeto de estudio. Los hechos históricos nunca suceden en el vacío, siempre están situados en un tiempo y un espacio. Es por esto importante, el tener claro cómo se va a construir el espacio histórico dentro de una investigación determinada. Sin embargo, el concepto de espacio no es, y menos dentro del quehacer histórico, un concepto acabado, finiquitado. Su definición, así como su empleo, están en constante debate. Así también, la forma en que el investigador se acerca una determinada metodología para delimitar el espacio histórico de su investigación, depende de los intereses, recursos, necesidades y escuelas de pensamiento a las que éste se suscriba. Es por esto que la definición y utilización del “espacio”, como categoría histórica, es directamente proporcional a las necesidades de la investigación. Está problemática, ha sido abordada desde diferentes perspectivas, diferentes disciplinas y, por supuesto, por diferentes investigadores, cada uno de los cuales ha tratado de ejemplificar su noción del “espacio” a partir de su experiencia. Al respecto Ignacio del Río dice: El problema que tenemos por delante no se refiere tan sólo a la posible ubicación geográfica sino también, y en esencialmente, a la naturaleza de esas unidades que queremos designar como regiones. El término región 1

El Espacio Histórico

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Ensayo sobre la discusión historiográfica de lo que implica el "espacio" para la historia

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El espacio histricoEmiliano Raya AguiarCurso monogrficoDr. Rodrigo Nez ArancibiaMaestra en HistoriaFacultad de Historia

Una discusin central en el campo de estudio de la historia es la definicin del espacio en el que se circunscribe el objeto de estudio. Los hechos histricos nunca suceden en el vaco, siempre estn situados en un tiempo y un espacio. Es por esto importante, el tener claro cmo se va a construir el espacio histrico dentro de una investigacin determinada. Sin embargo, el concepto de espacio no es, y menos dentro del quehacer histrico, un concepto acabado, finiquitado. Su definicin, as como su empleo, estn en constante debate. As tambin, la forma en que el investigador se acerca una determinada metodologa para delimitar el espacio histrico de su investigacin, depende de los intereses, recursos, necesidades y escuelas de pensamiento a las que ste se suscriba. Es por esto que la definicin y utilizacin del espacio, como categora histrica, es directamente proporcional a las necesidades de la investigacin. Est problemtica, ha sido abordada desde diferentes perspectivas, diferentes disciplinas y, por supuesto, por diferentes investigadores, cada uno de los cuales ha tratado de ejemplificar su nocin del espacio a partir de su experiencia.Al respecto Ignacio del Ro dice:El problema que tenemos por delante no se refiere tan slo a la posible ubicacin geogrfica sino tambin, y en esencialmente, a la naturaleza de esas unidades que queremos designar como regiones. El trmino regin sugiere siempre la idea de un espacio, de un espacio que pretendemos sea delimitable, que se pueda distinguir de lo que vendra a ser su entorno.[footnoteRef:2] [2: Del Ro, Ignacio, De la pertinencia del enfoque regional en la investigacin histrica sobre Mxico, en la revista Histricas, no. 27, diciembre 1989, Mxico, pp. 24 ]

De la misma forma Bajtin se cuestiona de qu manera el espacio se llena como un fondo inmvil, como algo dado una vez y para siempre, sino como una totalidad en el proceso de generacin, como un acontecimiento.[footnoteRef:3] [3: Bajtn, Mijal, Esttica de la creacin verbal, s. XXI, 2003, pp. 216 ]

Sin embargo, y a pesar de los diferentes acercamientos al trmino, todos parecen coincidir, en la idea de que el espacio no es un lugar natural, fsico, un espacio puramente geogrfico anclado en un mapamundi. El espacio histrico, slo tienen importancia, trascendencia, en cuanto en l se hayan registrado procesos de desarrollo histrico.Ignacio del Ro sugiere que: Todo fenmeno histrico ocurre en un espacio determinado. Es el espacio uno de los puntos de referencia que permiten establecer la amplitud del fenmeno histrico. Las regiones que nos interesan continua del Ro son regiones de lo humanoque se localizan en un espacio que es de naturaleza geogrfica [pero que] no se definen por la presencia de elementos naturales sino por el hecho humano: por los modos de la presencia y la accin de los hombres.[footnoteRef:4] [4: Del Ro, Ignacio, Ob.Cit., pp. 25 ]

En el Prlogo a la Primera Edicin Francesa de su obra cumbre, El Mediterrneo, Fernand Braudel plantea lo siguiente respecto a la problemtica de cmo plantear los nexos que unen a la historia con el espacio:El Mediterrneo y su historia no pueden separarse del mundo terrestre que los envuelve [] Nada ms ntido que el Mediterrneo del oceangrafo, o del gelogo, o del gegrafo: tratase de campos de estudio bien deslindados, jalonados y marcados por sus etiquetas. No as el Mediterrneo de la historia [ pero] desgraciado del historiador que crea que esta cuestin es menor, o del que ni se plantea que el Mediterrneo es un personaje histrico. [footnoteRef:5] [5: Braudel, Fernand, El Mediterrneo y el Mundo Mediterrneo en la poca de Felipe II, Fondo de Cultura Econmica, pp. 13]

De esta forma podemos ver que el espacio adquiere su importancia, por lo menos para el historiador, en el momento en que es relevante para el devenir humano. Un espacio en el que el hombre, como especie, no haya tenido incidencia, no se haya planteado transformarlo y con ello transformarse a s mismo, es un espacio infructfero para el estudio de la historia. Pero, slo se puede historiar el espacio fsico? Hasta qu punto es posible historia un espacio? Cmo lo delimitamos? Bajo qu paradigmas conceptuales cercamos, definimos y trabajamos el espacio de un fenmeno histrico?Para del Ro lo que es evidente es una realidad diversificada, una realidad que se diversifica de muchas maneras: pero como se trata de una realidad, la histrica, domiciliada en el espacio, podemos decir que el espacio es tambin un dato y un factor de esa diversificacin.[footnoteRef:6] [6: Del Ro, Ignacio, Ob.Cit., pp. 28]

A partir de diversas lecturas podemos aventurarnos a sugerir lo siguiente: La delimitacin terica, el tomar partido por tal o cual propuesta metodolgica que pretenda definir el espacio histrico depende directamente del fenmeno en cuestin, del objeto de estudio puesto en la mesa de experimentacin, y de la relacin, una veces mayor otra menor, que este tenga con el espacio en el que se desarrollo. Retomemos como ejemplo a Braudel. En la primera parte de su obra, como l mismo seala, se trata de una historia que pretende reflejar las relaciones del ser humano con el medio que lo rodea; historia lenta en fluir y en transformarse casi situada fuera del tiempo[footnoteRef:7], relata Braudel. La primera parte del libro, es entonces un relato centrado en la geografa. En una geografa muy sui generis, dice Braudel, que se interesa por cuanto concierne a los factores humanos. El resultado de sta, asegura Braudel, ser un marco en el que, a travs del tiempo y del espacio, se desarrolla una historia a cmara lenta que permite descubrir rasgos permanentes. La geografa deja de ser un fin en s para convertirse en un medio; nos ayuda a recrear las ms lentas de las realidades estructurales[footnoteRef:8]. Entonces, en este caso en particular, la geografa, el espacio fsico, le sirve al historiador para dar respuesta a interrogantes que se plantean es un movimiento casi imperceptible de la historia. [7: Braudel, Fernand, Ob. Cit., pp. 17] [8: Ibid., pp. 27]

Para esto ltimo, Braudel hace uso de la descripcin de diversos accidentes geogrficos (las montaas, pennsulas, llanos, mares, ros, etctera) pero slo en cuanto estos tienen una relacin directa con las acciones humanas. Braudel no se detiene a dar una descripcin minuciosa de las formaciones geolgicas de las diferentes montaas, de su composicin rocosa, de los grados de salinidad del agua, sino de la forma en que los diferentes elementos naturales de un espacio fsico determinado ( espacio que tiene caractersticas en comn por su composicin natural ) interactan y ciertas relaciones con el ser humano. Relaciones que son determinantes para la historia de las civilizaciones del Mediterrneo, sino al contrario dialcticas, mientras el hombre va transformando su mundo, el mismo se transforma y viceversa, cuando el mundo se transforma, transforma tambin al hombre. Esta concepcin humana del espacio se ve reflejado en las descripciones que el autor hace de los diferentes accidentes geogrficos, por ejemplo, para el caso de las montaas las define como: los barrios pobres del Mediterrneo, sus reservas proletarias, definicin que luego matizar, explicando cmo no todas las montaas pueden definirse como pobres o miserables. La montaa continua pginas despus el autor es un mundo adusto. Un mundo marginal, situado a extramuros de las civilizaciones Su historia consiste en no tenerla, en permanecer casi siempre al margen de las grandes corrientes civilizadoras. Las descripciones de esta ndole continan a lo largo del texto. Las montaas son el refugio por excelencia de estas culturas aberrantes, surgidas de la noche de los tiempos, que persistirn, an despus del Renacimiento y la Reforma. Hay montaas mgicas por todas partes. En otra parte, Braudel explica las migraciones de los habitantes de la(s) montaa(s) a partir de las condiciones para la obtencin de recursos que en stas persisten. En esta vida dura, la pobreza junto con la esperanza de una vida ms cmoda, incita al montas a descender de las alturas. Y es que los recursos de la montaa aunque variados y numerosos, son siempre escasos.[footnoteRef:9] [9: Ibid., pp. 54]

Bajo la misma lgica Fernand Braudel hace un recuento de las comarcas, las colinas, las llanuras, las planicies, las mestas, las pennsulas, los mares, los litorales, etctera. Respecto a los mares, para citar un ltimo ejemplo, Braudel dice: Cara a la inmensidad del mar, las tierras ocupadas por el hombre en el siglo XVI no pasan de unas cuantas franjas estrechas [] En enormes extensiones, el mar estaba vaco como el Sahara [...] En esta poca, navegar equivale, sobre todo ms o menos, a seguir la costa.[footnoteRef:10] [10: Ibid., pp. 135]

De esta forma, podemos ver como para Braudel la geografa, el espacio fsico del Mediterrneo, slo cobra relevancia cuando dentro de este se desarrolla la historia humana. El espacio, slo sirve para explicar, el devenir de los pueblos, sus decisiones, sus migraciones, sus alteraciones, por lo tanto, no se plantea analizar el espacio, por el simple hecho de realizarlo, sino por la injerencia que tiene ste en la historia de las civilizaciones que lo habitan. Bajo la misma lgica, pero en otro sentido, es que Mijal Bajtn recurre al estudio del espacio a partir de la lectura e interpretacin de la novela de Goethe. Bajtn, trata en su estudio, de descifrar cual es la propuesta de Goethe respecto al espacio y tiempo histricos y como esta concepcin predetermina su proceso de escritura al otorgarle elementos nicos en la creacin de los ambientes y personajes de sus libros. La sorprendente particularidad de Goethe le permite ver el tiempo en el espacio. Es una visin nica excepcionalmente fresca e impresionante del tiempo,[footnoteRef:11] explica Bajtn. [11: Bajtn, Mijal, Ob. Cit., pp. 222]

Segn Mijal no se trata de un paisaje geolgico y geogrfico abstracto, sino que en este paisaje, para Goethe, se manifiestan las potencias de la vida histrica; se trata de la arena del acontecimiento histrico, es la firmemente trazada frontera de aquel cauce espacial que abrigara a la corriente del tiempo histrico. Dentro del sistema evidente y visible de aguas, montaas, valles, fronteras y caminos se ubica el hombre histricamente activo: construye, avena pantanos, traza caminos, extrae minerales, labra los valles. Est asegurado el carcter esencial y necesario de la actividad histrica del hombre. [footnoteRef:12] [12: Ibid., pp. 230]

Prrafos siguientes Bajtn contina con su disertacin. Goethe no puede concebir alguna regin de una manera abstracta, por su naturalidad intrnseca; al paisaje lo debe iluminar la actividad del hombre y los sucesos histricos; el pedazo de espacio terrestre ha de ser incluido en la historia de la humanidad, fuera de la cual resulta muerto e incomprensible [] por otra parte, tampoco hay nada que hacer con un suceso histrico, con un recuerdo histrico abstracto si no se le ubica en el espacio terrestre, si no es comprendida la necesidad de su cumplimiento en un tiempo y lugar determinados [] El espacio terrestre y la historia humana son inseparables uno del otro dentro de la visin total y concreta de Goethe. La cual convierte el tiempo histrico de su obra en algo muy denso y materializado, y el espacio en algo tan humanamente razonado e intenso.[footnoteRef:13] [13: Ibid., pp.230-232]

De esta forma, a partir de la concepcin del tiempo y el espacio histricos, es que Bajtn explica la originalidad de la escritura de Goethe. En la imagen artstica dice Bajtn refirindose a la produccin de Goethe surgi una especia de necesidad de fijarse en un tiempo determinado y sobre todo es un lugar determinado, concreto y visible del espacio [] una visin semejante de la localidad y de la historia, su unidad indisoluble y su mutua compenetracin, se volvi posible tan slo porque la localidad dej de ser parte de una naturaleza abstracta y parte de un mundo indefinido, discontinu.[footnoteRef:14] [14: Ibid., pp 241-242]

As pues, tanto para Bajtn como para Braudel, el espacio histrico slo cobra relevancia, o mejor dicho, slo puede existir espacio histrico, si dentro de un determinado punto de la geografa se desarrollan actividades humanas. De otra forma el espacio no tiene sentido ni importancia para el historiador.

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