El ESPÍRITU de MORNÉS

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Mornese.- “La casa del amor de Dios" donde la vida diaria se

convierte con María en signo y expresión del amor de Dios para las

hermanas y las jóvenes.

Para María, Mornese fue la puerta abierta, que alargó el corazón a los horizontes del mundo!!

“En Mornese todas querian ser misioneras y muchas hacían la petición de ir a tierras lejanas”.

“Hubiésemos querido reconstruir Mornese… pero teníamos que luchar contra la pobreza, con la pobreza, con la lengua, a veces,

incluso, con la desconfianza de la gente”.

La Madre nos animaba desde lejos: “Poco a poco seréis capaces de todo”.

El ESPÍRITU de MORNÉS:

Madre Enriqueta Sorbone, que entró en el Instituto en los inicios describió en su diario:

* Gran obediencia, sencillez, exactitud de la Regla

* Admirable silencio y recogimiento

* Espíritu de oración y mortificación

* Candor e inocencia infantil

*Amor fraterno en el trato y en la conversación con gozo y

alegría tan santa que hacía de la casa un ambiente de paraíso

*No se pensaba ni se hablaba más que de Dios, se trabajaba

bajo su mirada...

“ Que hermosa era la VIDA”

Don Eugenio Ceria, sdb, en el volumen XXII de las MB dice que consiste sustancialmente:

Vivir pobremente, trabajar mucho

Rezar con fervor, poseer una piedad sólida, que traduce en humildad, mortificación y el amor al sacrificio.

Don Fernando Maccono, sdb, biógrafo de

Madre Mazzarello, afirma:

Nota característica del Instituto “el espíritu de sacrificio”, la abnegación, la pureza y la sencillez de corazón.

Trabajo con ardor inextinguible por la salvación de las almas, especialmente de la juventud más pobre y necesitada

Don Carlos Colli, sdb, resume así:

Vivo espíritu de fe, alimentado por una piedad ferviente, sencilla y operante y por una continua unión con Dios

Vida vivida en humilde sencillez, en comunión fraterna y santa alegría

Trabajo incansable por la salvación integral de los jóvenes, con un amor maternal, fuerte, imparcial, que sabe adaptarse a las debilidades

de cada una

Sor Giselda Capetti, fma

El camino del Instituto a lo largo de un siglo, lo resume:

Sentido de solidaridad y de íntima participación y colaboración, espíritu de familia, cuyo vínculo era la Madre

La oración era alabanza perenne, se la oía desde las salas de costura hasta la cocina, desde el lavadero, hasta la huerta, se esparcía y envolvía toda la casa

La vida que allí se vivía era una vida marcada por el sello de la austeridad y la mortificación impregnada de sencillez y alegría.

El sacrificio no era solo aceptado sino buscado y se traslucía y afloraba en la misma sonrisa

Prontitud en la obediencia, vigilante cuidado en la práctica de la caridad recíproca

Gran interés por la observancia de la Regla y el verdadero culto del silencio

La casa además vibraba del espíritu misionero, alimentado por las expediciones a América… Amor a la Misión

Compromiso personal, daba aliento al trabajo y en las penalidades del sacrificio ampliaba la perspectiva por el Reino de Dios

Sobre todo aleteaba y animaba un filial amor a María, tan delicado y profundo que les parecía experimentar su maternal presencia

TEXTO: EL ESPÍRITU de MORNÉS

ESPIRITUALIDAD SALESIANA

Imágenes creadas y de la web

Música: Bella Italia- James Last

Diseño: Ámbito de Comunicación- ECU