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REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO | 11 Teotihuacan se desarrolló entre los siglos I a VI (otros au- tores fijan el colapso hacia 650) y en esta última centu- ria su capital, palacios, templos, bibliotecas e imágenes de sus gobernantes fueron destruidos con furia devas- tadora. Por la magnitud de esa destrucción no dispone- mos de datos confiables para definir las características de su gobierno. Pese a ello, la influencia de su legado político y cultural se esparció por distintos rumbos, pro- dujo numerosos testimonios indirectos y una impre- sión indeleble en el imaginario colectivo de Mesoamé- rica. Con estos testimonios, y los más reveladores que brindan las investigaciones de las últimas tres décadas, intentaré una caracterización de la fisonomía política de Tollan-Teotihuacan en la época de su esplendor. En principio conviene hacer a un lado las interpre- taciones fantasiosas y las ya superadas por los estudios publicados en los últimos años. Dejemos entonces des- cansar en el desván del olvido la tesis que sostenía que Teotihuacan era un Estado teocrático, gobernado por una élite de sacerdotes. 1 En cambio, debe recordarse que el arqueólogo Ignacio Bernal, apoyado en nuevos testimonios, postuló en 1965 la posibilidad de un “im- perio teotihuacano”. En su análisis delimitó el área de dominación directa de Teotihuacan (el Valle de Méxi- co, el valle poblano-tlaxcalteca, el sureste de Hidalgo, Morelos), y las regiones alejadas donde se habían en- contrado vestigios de la presencia teotihuacana (la costa de Veracruz, el área maya, Oaxaca, la costa sur del Pa- cífico, el norte de México, etcétera). La extensión de esos territorios y la persistencia del poder teotihuacano en algunos de ellos, llevó a Bernal a concluir que esa relación debió sustentarse en fuerzas militares. 2 In- cluyó también el comercio de larga distancia como com- plemento del poder imperial, aduciendo que el famo- so gremio pochteca de los mexicas establecía sus tratos en áreas ya supeditadas o que iban “a ser contro- ladas por la ciudad que los envió”. Decía que “es pro- El Estado teotihuacano II Una nueva interpretación Enrique Florescano Desde tiempos de los aztecas la ciudad de Teotihuacan perma- neció sumergida bajo el sello del enigma. Enrique Florescano nos revela, a la luz de recientes investigaciones, algunos de los rasgos que caracterizaron la civilización teotihuacana. 1 Piña Chan, Una visión del México prehispánico, UNAM, 1967, pp. 200-201. Afirmaba el autor en esta obra que “La sociedad teotihuacana estuvo gobernada por una casta sacerdotal, integrada por nobles y jefes de elevada alcurnia, los cuales no solamente tenían funciones religio- sas, sino también políticas, administrativas y comerciales…”. 2 Ignacio Bernal, “Un posible imperio teotihuacano”, 1965, pp. 145-151. Para apoyar su argumento sobre el militarismo teotihuaca- no, dice: “En Teotihuacan desde la época II hay figuras claras de Xipe, de corazones humanos, de cuchillos de sacrificio y de la sangre como elemento precioso, evidencias de canibalismo, huesos humanos he- chos trofeos y cabezas-trofeos. Hay también representaciones de caba- lleros águilas y tigres que, como sabemos por datos aztecas, estaban íntimamente unidos a la necesidad de hacer prisioneros para sostener la vida del Sol”. Véase pp. 148-150.

El Estado Teotihuacano II Una Nueva Interpretación Enrique Florescano

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Una nueva interpretación acerca de la ciudad de Teotihuacan como uno de los principales centros de poder en Mesoamérica.

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  • REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MXICO | 11

    Teotihuacan se desarroll entre los siglos I a VI (otros au-tores fijan el colapso hacia 650) y en esta ltima centu-ria su capital, palacios, templos, bibliotecas e imgenesde sus gobernantes fueron destruidos con furia devas-tadora. Por la magnitud de esa destruccin no dispone-mos de datos confiables para definir las caractersticasde su gobierno. Pese a ello, la influencia de su legadopoltico y cultural se esparci por distintos rumbos, pro-dujo numerosos testimonios indirectos y una impre-sin indeleble en el imaginario colectivo de Mesoam-rica. Con estos testimonios, y los ms reveladores quebrindan las investigaciones de las ltimas tres dcadas,intentar una caracterizacin de la fisonoma polticade Tollan-Teotihuacan en la poca de su esplendor.

    En principio conviene hacer a un lado las interpre-taciones fantasiosas y las ya superadas por los estudiospublicados en los ltimos aos. Dejemos entonces des-cansar en el desvn del olvido la tesis que sostena queTeotihuacan era un Estado teocrtico, gobernado poruna lite de sacerdotes.1 En cambio, debe recordarse

    que el arquelogo Ignacio Bernal, apoyado en nuevostestimonios, postul en 1965 la posibilidad de un im-perio teotihuacano. En su anlisis delimit el rea dedominacin directa de Teotihuacan (el Valle de Mxi-co, el valle poblano-tlaxcalteca, el sureste de Hidalgo,Morelos), y las regiones alejadas donde se haban en-contrado vestigios de la presencia teotihuacana (la costade Veracruz, el rea maya, Oaxaca, la costa sur del Pa-cfico, el norte de Mxico, etctera). La extensin deesos territorios y la persistencia del poder teotihuacanoen algunos de ellos, llev a Bernal a concluir que esarelacin debi sustentarse en fuerzas militares.2 In-cluy tambin el comercio de larga distancia como com-plemento del poder imperial, aduciendo que el famo-so gremio pochteca de los mexicas estableca sustratos en reas ya supeditadas o que iban a ser contro-ladas por la ciudad que los envi. Deca que es pro-

    El Estado teotihuacano II

    Una nuevainterpretacin

    Enrique Florescano

    Desde tiempos de los aztecas la ciudad de Teotihuacan perma-neci sumergida bajo el sello del enigma. Enrique Florescanonos revela, a la luz de recientes investigaciones, algunos de losrasgos que caracterizaron la civilizacin teotihuacana.

    1 Pia Chan, Una visin del Mxico prehispnico, UNAM, 1967, pp.200-201. Afirmaba el autor en esta obra que La sociedad teotihuacanaestuvo gobernada por una casta sacerdotal, integrada por nobles y jefesde elevada alcurnia, los cuales no solamente tenan funciones religio-sas, sino tambin polticas, administrativas y comerciales.

    2 Ignacio Bernal, Un posible imperio teotihuacano, 1965, pp.145-151. Para apoyar su argumento sobre el militarismo teotihuaca-no, dice: En Teotihuacan desde la poca II hay figuras claras de Xipe,de corazones humanos, de cuchillos de sacrificio y de la sangre comoelemento precioso, evidencias de canibalismo, huesos humanos he-chos trofeos y cabezas-trofeos. Hay tambin representaciones de caba-lleros guilas y tigres que, como sabemos por datos aztecas, estabanntimamente unidos a la necesidad de hacer prisioneros para sostenerla vida del Sol. Vase pp. 148-150.

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    bable que Teotihuacan slo estableciera colonias enesas regiones.3

    Aos ms tarde Alfredo Lpez Austin propuso unadefinicin de la organizacin poltica de Teotihuacanbasada en el poder del Estado sobre el territorio, en con-traste con el poder tradicional de los linajes en el go-bierno, como es el caso de los reinos mayas. Segn estahiptesis, El fundamento del gobierno [teotihuacano]sufrira una transformacin profunda: el poder centra-lizado ya no derivara del linaje [de grupos de parentescodescendientes de un ancestro comn], pues abarcaragrupos de distinto origen. El poder se ejercera sobre loshabitantes de un territorio quienesquiera que fue-sen, y no sobre los hombres pertenecientes a una lneade descendencia. Si as fue, el gran paso a la organiza-cin poltica estaba dado. El poder centralizado no era yael de los hermanos mayores [los jefes de los linajes].4

    Por su parte, Zoltan Paulinyi afirm que Teotihuacany Tula inauguraron una forma de gobierno caracterizadapor la corregencia de varios gobernantes. En contrastecon la tradicin mesoamericana del tlatoani o el ajaw,autoridades concentradoras del poder, Paulinyi sostie-ne la existencia de gobernantes que habran aceptado ladivisin del mando y el cogobierno, una hiptesis tam-bin manejada por Ren Millon y otros autores.5 En

    fechas ms recientes, Linda Manzanilla escribi que Teo-tihuacan podra haber estado dirigido por dos o cua-tro cogobernantes.6 Mi interpretacin difiere de la deestos autores, aun cuando se apoya en fuentes semejantes.Se asienta en lo que llamar modelo mesoamericano deEstado, cuyos rasgos distintivos se consolidaron en el Pe-riodo Clsico y se propagaron luego en diversas regiones.

    En el captulo dedicado al origen del Estado olmecavimos que ste nace apoyado por una agricultura dealuvin que multiplica las cosechas de maz y crea lasprimeras ciudades, las clulas que unifican a grupos di-ferenciados por tareas agrcolas, artesanales, comercia-les y poltico-religiosas. La aglomeracin urbana, consus numerosas actividades interrelacionadas, imponenuevos lazos sociales e instala un basamento para forjaridentidades comunes, dentro de un espacio territorialy social delimitado. A su vez, el crecimiento del centrourbano conlleva a desarrollar relaciones econmicas ypolticas en las regiones prximas y a establecer flujoscomerciales con la periferia inmediata y lejana. El sujetoque comanda estas acciones es el Estado por mediacinde sus dirigentes. Y como hemos visto desde los orge-nes del Estado el tlatoani o el ajaw asumen la represen-tacin poltica, desempean las funciones de cabeza delreino, capitn de los ejrcitos y sacerdote rector de lasceremonias pblicas.

    Este canon de la historia poltica de Mesoamricaest presente en Tollan-Teotihuacan. El nacimiento dela gran ciudad y su pasmoso programa de construccio-nes colosales realizadas en un lapso de 100 a 250 aos(las pirmides del Sol y de la Luna, la dilatada Calle delos Muertos y el conjunto de La Ciudadela con el edi-ficio de la Serpiente Emplumada) son testimonios de lapresencia de gobernantes poderosos que ejercan un po-der incontestable sobre la poblacin y manejaban loshilos ideolgicos y religiosos que hicieron de ese pro-grama un proyecto imantado por fuerzas sobrenatura-les y cargado de prestigio.7

    Desde sus inicios Tollan-Teotihuacan se define comoun Estado centralizado y jerrquico, sustentado en lostributos de las poblaciones dominadas. Es verdad que ca-recemos de registros histricos sobre los tributos que ali-mentaron a la gran metrpoli, pero la extensin de la ciu-dad, el tamao de sus palacios, los numerosos templosy conjuntos departamentales, y la calidad y variedad de

    3 Ibidem, pp. 148-149.4 Alfredo Lpez Austin, La historia de Teotihuacan, El equili-

    brista-Citycorp/Citybank, Mxico, 1989, pp. 13-35. La cita correspondea la p. 32. Vase tambin Lpez Austin y Lpez Lujn, El pasado ind-gena, pp. 113-114.

    5 Zoltan Paulinyi, Capitals in Pre-Aztec Central Mexico, en ActaOrientalia Academiae Scientiarum Hung, 1981, pp. 315-350. Por suparte, Millon (Teotihuacan Studies: From 1950 to 1990 and Beyond,p. 340), dice: Rulership at Teotihuacan for the last 400-500 years of itshistory appears to have been kept in check by a collective leadership. An-teriormente, Kubler (The Iconography of the Art of Teotihuacan) y Pasztory(Abstraction and the Rise of an Utopian State at Teotihuacan, pp. 281-320) sugirieron la existencia de un gobierno colectivo en Teotihuacan.

    6 Linda Manzanilla,Devenir y colapso de una megalpolis: Teoti-huacan en los siglos V y VI d.C., 2005, de prxima publicacin en ellibro de la Academia Mexicana de Ciencias, Descubrimientos y apor-taciones cientficas y humansticas mexicanas en el siglo XX. Vase tam-bin, de la misma autora, Organizacin sociopoltica de Teotihuacan:lo que los materiales arqueolgicos nos dicen o nos callan, pp. 3-21.

    7 Ren Millon, Teotihuacan, City, Sate and Civilization, en Jere-my A. Sabloff (compilador), Handbook of Middle American Indians,University of Texas Press, Austin, 1981, pp. 212, 217, y The Last Yearsof Teotihuacan Dominance, pp. 112-113.

    Figura 1. Imagen de la Serpiente de la Guerra en Teotihuacan. Foto tomada de Taube, 1992, figura 5

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    sus creaciones artesanales y culturales son indicadoresde las sumas cuantiosas de alimentos, productos natu-rales, materias primas y bienes suntuarios que llegabanal reino procedentes de diversas regiones. Si considera-mos, asimismo, que Cholula, Xochicalco, Chichn-Itz,Tula, Mxico-Tenochtitlan y otros reinos de ascenden-cia tolteca fueron organizaciones polticas asentadas enla imposicin de tributos, la lgica histrica sugiere queTeotihuacan fue una metrpoli sustentada por un sis-tema tributario similar. Quizs es el primer ejemplo deun rgimen tributario que se extenda ms all de su pe-riferia inmediata.

    Es claro asimismo que el rgimen tributario de To-llan-Teotihuacan fue un derivado del extraordinario de-sarrollo de su podero militar. En el artculo que publi-qu en el mes de septiembre de esta revista present losdatos que muestran la presencia militar y poltica deTollan-Teotihuacan en los valles de Puebla-Tlaxcala,en los reinos mayas del Petn, en la costa del Pacfico yel centro de Guatemala, en Palenque y en la pennsulade Yucatn. En esas regiones la huella de la metrpolise materializ en la parafernalia militar y en la imagende la Serpiente de la Guerra, un icono blico oriundo deTollan, que aparece esculpido por primera vez en el edi-ficio de la Serpiente Emplumada de Teotihuacan (figu-ra 1), y que ms tarde fue adoptado por numerosos rei-nos. Con la Serpiente de la Guerra se difundieron enMesoamrica el tlatl o lanzadardos, los escudos, los uni-formes de guerra afelpados y los smbolos blicos deestirpe tolteca (figura 2). Para los pobladores de esas re-giones, Tollan-Teotihuacan fue el arquetipo del podermilitar y el modelo del reino ideal.8

    Pero si los testimonios citados dan cuenta de la ex-pansin militar y poltica de Tollan-Teotihuacan en esasregiones, queda por dilucidar la naturaleza de ese do-minio. Los tericos de los antiguos Estados imperialesdistinguen varias formas de dominacin. Una es la con-quista militar, seguida por la imposicin de un gobiernodel mismo gnero; otra, la conquista militar acompa-ada por una alianza entre los vencedores y las litesderrotadas que permita a stas mantener un gobiernodependiente de los conquistadores, pero sin romper eltronco dinstico nativo. La primera es probable que nun-ca se diera en Mesoamrica porque implicaba el onerosomantenimiento del ejrcito conquistador en el territorioocupado, la disposicin en ste de una extensa infraes-tructura agrcola, una red de comunicaciones prolonga-da y segura, y el riesgo siempre latente de perder la leal-tad de los ejrcitos estacionados en sitios remotos.9

    La combinacin de fuerza militar conquistadora se-guida por el establecimiento de un gobierno apoyadopor los miembros de la nobleza local fue una forma dedominacin quiz probada por Teotihuacan en los reinosmayas de Tikal, Copn y Quirigu, y probablementeen otras regiones.10 Los reyes de ascendencia teotihua-cana promovidos al poder en Tikal, Copn, Quirigu,Ro Azul y otras ciudades, son un ejemplo de gobiernosapoyados por la fuerza poltica y militar de Tollan, peroque disfrutaban de mrgenes amplios de autonoma. Esdecir, conservaron su propia lengua, instituciones pol-ticas y tradiciones religiosas, como lo puede apreciarquien lea la historia de su desarrollo en la poca clsicatemprana y ms tarde.11

    Adems de mantener una alianza poltica estrechacon el poder metropolitano, es probable que los rei-nos mayas pagaran tributos en materias primas y ob-jetos de lujo a los gobernantes de Tollan, como parecesugerirlo la presencia en la gran ciudad de cantidadesconsiderables de jade, plumas de quetzal, pieles de ja-guar, maderas tropicales, conchas y caracoles marinos,cacao, cermica y objetos de lujo mayas. Lo que es claroes que entre los aos 350 y 500 hubo una interaccinconsiderable entre los reinos mayas y Tollan y que am-bas regiones se influyeron mutuamente.12 Tambinsalta a la vista que los imperios mesoamericanos ca-

    8 Karl Taube, The Temple of Quetzalcoatl and the Cult of SacredWar at Teotihuacan, en Res, 21, 1992, pp. 53-87.

    9 Vanse las caractersticas de este tipo de dominio militar en Mi-chael Mann, The Sources of Social Power, Cambridge University Press,Cambridge, 1986, pp. 143-144.

    10 Vanse las obras citadas de Cowgill, Teotihuacan and EarlyClassic Interaction: A Perspective From Outside the Maya Region, enBraswell (editor), The Maya and Teotihuacan. Reinterpreting Early Clas-sic Interaction; y tambin los estudios de Sharer, Founding Events andTeotihuacan Connections at Copan, Honduras; Fash y Fash, Teoti-huacan and the Maya: A Classic Heritage; y Stuart, The Arrival ofStrangers. Teotihuacan and Tollan in Classic Maya History.

    11 Vase, por ejemplo, Martin y Grube, Chronicle of the Maya Kingsand Queens, Thames and Hudson, 2000.

    12 Karl Taube, Tetitla and the Maya Presence at Teotihuacan enGeoffrey Braswell (editor), The Maya and Teotihuacan: ReinterpretingEarly Classic Interaction University of Texas Press, Austin, 2003, pp.273-314. Las ofrendas recientemente encontradas en la pirmide de laLuna muestran un intercambio temprano de objetos mayas en la capi-tal tolteca. Vase Sugiyama y Lpez Lujn (editores), Sacrificios de con-sagracin en la Pirmide de la Luna, CNCA-INAH, Mxico, 2006.

    Figura 2. Imagen de la serpiente emplumada asociada a la realeza en Teotihuacan. Parte de una vasija teotihuacanaencontrada en el palacio de Zacuala. El personaje, que lleva un elaborado tocado, est asociado con la cabeza de una ser-piente asentada en una estera, smbolo del poder real. Dibujo basado en Sjourn 1994: 193

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    recieron de los recursos militares, econmicos e ideo-lgicos suficientes para avasallar a los Estados vecinose imponer una dominacin hegemnica. Tikal, Co-pn, Quirigu y otras ciudades recuperaron su auto-noma y reivindicaron sus identidades mayas despusdel siglo IV, cuando se debilit la presencia de Tollanen esos territorios.

    Veamos ahora el tema de la naturaleza del poder enTollan, uno de los asuntos ms embrollados en la his-toria poltica de Mesoamrica. Su discusin comenzcuando algunos autores percibieron el contraste entrelos numerosos testimonios monumentales, pictricosy escriturales que exaltaban la realeza maya y el caso deTollan-Teotihuacan, donde casi no se encuentra huellade la efigie del soberano. Apoyados en esta ausencia deimgenes del poder, varios autores postularon la exis-tencia de una teocracia y otros arguyeron que en Tollanhubo un gobierno colectivo repartido entre tres o msjefes polticos, como hemos visto antes. No compartoestas interpretaciones. En primer lugar porque van encontra de la tradicin poltica de Mesoamrica. Ante-riormente mostr con ejemplos que desde los orge-nes del cacicazgo y los primeros reinos, estas institu-ciones descansaron en el poder personalizado del jefepoltico. Los reinos olmecas de San Lorenzo y La Ventason ejemplos prstinos de esa tradicin, con su elencode memorables esculturas que exponen los retratos desus gobernantes y los atributos guerreros y sagrados quelos adornaban.

    La tesis que defiende la existencia de un gobiernocolectivo es tambin contraria a la tradicin de Tollan.Segn los arquelogos concentrados en el estudio deesta metrpoli, sus orgenes aparecen vinculados a go-bernantes ambiciosos que fundan la dinasta de Tollany se hacen erigir mausoleos de la magnitud del edificio

    de la Serpiente Emplumada y probablemente de la pi-rmide del Sol. Saburo Sugiyama ha roto lanzas con lainterpretacin de que la cueva que recorre la pirmidedel Sol era una celebracin del culto al inframundo, lamatriz que origin a los grupos tnicos que poblaronMesoamrica. En lugar de esta tesis antigua y aceptada,sugiere que esa cueva fue la tumba real de uno de losprimeros gobernantes de Teotihuacan. El ms notablede estos jefes es el que llev el ttulo de Serpiente Em-plumada y mand construir el magnfico edificio deese nombre para celebrar la inauguracin de su dinas-ta y guardar sempiternamente sus restos mortales. De-safortunadamente esto ltimo no se ha podido verificarporque la tumba principal de ese edificio fue saqueadadesde tiempos prehispnicos.13

    Apoyado en estos testimonios sugiero que el edifi-cio de la Serpiente Emplumada fue el mausoleo del fun-dador del linaje o dinasta de la Serpiente Emplumada.Baso esta presuncin en el hecho de que a partir de laereccin de este monumento (150-210 d.C.), la ima-gen de la Serpiente Emplumada se convirti en el em-blema de los gobernantes de estirpe tolteca y por esarazn stos fueron siempre llamados Serpiente Emplu-mada (Quetzalcatl entre los nahuas o Kukulcn en el

    13 Millon, Teotihuacan, City, Sate and Civilization, pp. 212-213;Sugiyama, Teotihuacan as an Origin for Postclassic Feathered Ser-pent Symbolism, pp. 129-130; Sugiyama, Militarismo plasmado enTeotihuacan, pp. 203-204. Sobre las diferencias entre el Estado teoti-huacano y los reinos mayas, vase Angulo Villaseor, Formacin del Es-tado teotihuacano y su impacto en los seoros mayas, pp. 459-483.Sobre las tumbas encontradas en el interior del edificio de la SerpienteEmplumada y su saqueo temprano vase Sugiyama, Termination Pro-grams and Prehispanic Looting at the Feathered Serpent Pyramid inTeotihuacan, Mexico y su ltimo libro: Human Sacrifice, Militarismand Rulership. Materialization of State Ideology at the Feathered SerpentPyramid, Teotihuacan.

    Figura 3. Vaso de Tikal que muestra el arribo de cuatro guerreros teotihuacanos a un edificio maya acompaados por dos personajes con el tocado de borlas que identifica a los dirigentes. Foto tomada de Grube, 2000: 107

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    rea maya).14 Esta hiptesis se ha fortalecido por losdatos que cito enseguida.

    El palacio de este gobernante (que desde su descu-brimiento en la dcada de 1910 ha sido llamado err-neamente templo) vino a ser tambin el paradigma delas sucesivas casas reales edificadas por los descendien-tes de las dinastas toltecas. Como lo he mostrado enotra parte, Xochicalco, Chichn-Itz y Tula edificaronpalacios reales siguiendo el modelo del edificio de laSerpiente Emplumada de Teotihuacan, y en el prticocolocaron las esculturas de las famosas serpientes em-plumadas descendentes.15 En la literatura poltica deMesoamrica no hay otro soberano que haya suscitadotal nmero de alabanzas, propensiones imitativas y cul-tos personalizados en tantas regiones y culturas. En losmonumentos y las tradiciones toltecas el mayor elogioest cifrado en la persona de Quetzalcatl, el soberanoa quien se atribuyen las virtudes del ejercicio del podery la sabidura poltica. Como se ha visto antes, Quet-zalcatl es el paradigma del gobernante y Tollan el cen-tro legitimador del poder poltico. Puede entonces de-cirse que los emblemas, los smbolos y la parafernaliatolteca del poder nacieron en Tollan-Teotihuacan y lue-go fueron adoptados y multiplicados por los reinos quereclamaron provenir de esa estirpe prestigiosa.

    Cmo se transmiti esta tradicin legendaria es unmisterio. Investigaciones recientes en el edificio de laSerpiente Emplumada indican que este monumentose termin hacia el ao 210. Sin embargo, unos cin-cuenta aos ms tarde, el edificio que simboliz la con-sagracin de una dinasta de guerreros conquistadores,dedicado a preservar la memoria del fundador de ese hitohistrico, fue compulsivamente destruido, saqueado,

    desacralizado y casi cubierto por una nueva construc-cin (la llamada Adosada), a principios del siglo IV.Segn la hiptesis de Saburo Sugiyama, esta desacrali-zacin fue consecuencia de un grave conflicto polticoque quizs entra un cambio dinstico, la sustitucinde los herederos de la Serpiente Emplumada por un nue-vo linaje.16 Y sin embargo, a pesar de esta reaccin contra-ria a la tradicin poltica y los emblemas de la SerpienteEmplumada, su nombre carismtico, la fama de gue-rrero conquistador y el aura de gobernante sabio rena-cieron ms tarde en Teotihuacan y en distintos puntosdel territorio de Mesoamrica despus de la cada deTollan hacia 550 d.C. Desde esos aos hasta la con-quista de Tenochtitlan en 1519, los emblemas que sig-nifican el nombre de la Serpiente Emplumada se man-tuvieron como smbolos paradigmticos del poderpoltico, el gobierno sabio y el reino civilizado.

    La afirmacin de que Teotihuacan tena un rgi-men poltico distinto al de Mesoamrica descans porlargos aos en la ausencia de retratos de sus gobernan-tes. Atribuyo esa laguna no a la existencia de una orga-nizacin poltica distinta, sino a la destruccin inaudi-ta que asol a la ciudad en el momento de su cada, unadestruccin obsesiva, furiosa y desacralizadora, regis-trada por Ren Millon y otros autores.17 Por otra parte,la tesis de que en Teotihuacan no existieron imgenes ymonumentos dedicados al poder ha sido erosionadapor los descubrimientos antes citados en el edificio dela Serpiente Emplumada, y por el hallazgo de pinturas ytestimonios que representan a la Serpiente Empluma-da asociada con la realeza y a individuos personalizadospor ese emblema (figura 3). Los estudios arqueolgi-

    14 Enrique Florescano, Quetzalcatl y los mitos fundadores de Meso-amrica, captulos 3, 4 y 6, Editorial Taurus, 2004.

    15 Ibidem, pp. 223-226. El primero en sealar que los edificios conel prtico o la entrada enmarcados con esculturas de la serpiente em-plumada estaban vinculados con la autoridad y la funcin pblica fueGeorge Kubler en su estudio Serpent and Atlantean Columns: Sym-bols of Maya-Toltec Polity, The Journal of the Society of ArchitecturalHistorians, volumen 41, nmero 2, mayo 1982, pp. 93-115.

    16 Saburo Sugiyama, Termination Programs and Prehispanic Loot-ing at the Feathered Serpent Pyramid in Teotihuacan, Mexico, Uni-versity of New Mexico Press, Albuquerque, pp. 147-164. Figura 13.3.Vase, asimismo, Angulo, Teotihuacan. Aspectos de la cultura a travsde su expresin pictrica, 1998, pp. 169-170; y el estudio reciente deSugiyama, Human Sacrifice, Militarism and Rulership. Materializationof State Ideology at the Feathered Serpent Pyramid, Teotihuacan.

    17 Millon, Teotihuacan, City, Sate and Civilization, pp. 235-238,y The Last Years of Teotihuacan Dominance, pp. 156-158.

    Figura 4. Imagen de la Serpiente Emplumada en un medio marino rodeada por animales fantsticos en una pintura mural de Teotihuacan. Foto tomada de Beatriz de la Fuente, La pintura mural prehispnica en Mxico.Teotihuacan, 1995: I, 101, lmina 5

  • cos e iconogrficos de Saburo Sugiyama y Karl Taubemostraron con datos persuasivos que en Teotihuacan laimagen de la Serpiente Emplumada es un icono poltico,un smbolo del poder real. Su figura se identifica con laguerra, el sacrificio humano, la conquista y la autori-dad poltica. Es probable que la Serpiente Emplumadafuera en sus inicios un smbolo de la fertilidad que mstarde se convirti en emblema del poder por su virtudde derramar bienes entre los gobernados. Una rica co-leccin de imgenes teotihuacanas la representa ver-tiendo chorros de agua de su boca (figura 4). Y comoobserva Karl Taube, El agua que mana de la boca delas serpientes emplumadas [] puede ser tambin unareferencia a los cargos de gobierno: regar y cultivar sonmetforas de gobierno.18

    As, todo indica que Teotihuacan, al igual que otrosreinos de ascendencia tolteca, fue gobernado por unadinasta de tlatoque. Es tambin probable que la pala-bra tlatoani (el que habla), adquiriera su significadopoltico pleno en Tollan-Teotihuacan. Los muros pin-tados de esta gran ciudad as parecen indicarlo. Vemosah que los personajes que ofician los ritos o representanaltos cargos aparecen pronunciando largos discursos, ma-tizados por giros cargados de metforas brillantes, comolo indican los jades y objetos preciosos que acompaana las vrgulas que denotan el lenguaje (figura 5). Los tex-tos nahuas dicen que en Teotihuacan naci el seoro yque ah se elega a los gobernantes, una tradicin que seperpetu en Cholollan, Tula, Chichn-Itz y Tenochti-tlan, capitales polticas a las que los jefes de los reinos

    subordinados deban acudir para recibir la investidurareal y los smbolos toltecas del poder.19

    Los testimonios arriba citados y la riqusima colec-cin de monumentos, emblemas, pinturas y textos re-lativos a la organizacin del reino tolteca y sus herede-ros dan pie para proponer el siguiente esquema sobre laposible estructura del gobierno de Tollan-Teotihuacanen la poca de su esplendor, en los siglos II a V (figura 6).

    Esta estructura se caracteriza por la concentracinen las manos del tlatoani de los hilos polticos, econ-micos, sociales, militares, religiosos y administrativos queintegraban las redes del poder. Se trata, como hemosvisto, de redes de poder jerarquizadas, que se extendana diversas reas y ataban en forma descendente a losencargados de su manejo. Esta revaloracin de los pro-cesos que construyeron el Estado teotihuacano obligatambin a revisar la relacin entre el poder poltico y lainstitucin religiosa, que por mucho tiempo fue consi-derada superior o semejante en jerarqua al primero.Los datos aqu acumulados muestran sin lugar a dudasque el ajaw maya o el tlatoani nahua fueron las cabezasdel poder poltico desde el principio de los reinos, y queen estos jefes se concentraron las funciones militares yreligiosas del reino. Sin embargo, la interpretacin quearga que el reino de Teotihuacan fue gobernado poruna teocracia por muchos aos impidi reconocer lasevidencias del militarismo y del culto a la guerra, la pre-sencia de una jerarqua poltica organizada centralmente,y la profundidad de una red de relaciones polticas, eco-nmicas y culturales que marcaron el desarrollo hist-rico de Mesoamrica.

    TOLLAN, EL REINO PARADIGMTICO

    Un rasgo distintivo de la tradicin poltica tolteca fuela elevacin del reino al ms alto lugar de las creacioneshumanas. En los antiguos mitos cosmognicos la fun-dacin del reino aparece como la tercera creacin, des-pus de la del cosmos, las plantas cultivadas y los sereshumanos. Y en los textos nahuas que se refieren a la fun-dacin de Tollan, sta se equipara al comienzo de la vidacivilizada.

    Fue tan honda la impronta del Estado teotihuacanoen el territorio que su habla se convirti en el lenguajedel poder en Mesoamrica. Esta tradicin tuvo su ori-gen en Tollan-Teotihuacan, como lo sugiere un textoantiguo que dice que en Teotihuacan se elega a los quehaban de regir a los dems: Ah [en Teotihuacan] sedieron las rdenes, all se estableci el seoro. Los quese hicieron seores fueron los sabios, los conocedores

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    18 Saburo Sugiyama, Rulership, Warfare, and Human Sacrifice atthe Ciudadela, Teotihuacan: An Iconographic Study of Feathered Ser-pent Representations, 1992, pp. 220-221; Sugiyama, Teotihuacan asan Origin for Postclassic Feathered Serpent Symbolism, pp. 121-122;Sugiyama, Human Sacrifice, Militarism and Rulership. Materialization ofState Ideology at the Feathered Serpent Pyramid, Teotihuacan, captulo 8;Taube, La Serpiente Emplumada en Teotihuacan, pp. 36-41.

    19 Enrique Florescano, Quetzalcatl y los mitos fundadores de Meso-amrica, captulos 3, 4, 5, 6 y 7, 2004.

    Figura 5. Pintura mural de Teotihuacan que retrata a un personaje ricamente ataviado cuyas manos derraman semillas, flo-res y objetos preciosos. El personaje canta o pronuncia un discurso florido, como lo indican las largas volutas que salen desu boca. Foto tomada de De la Fuente, 1995

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    EL ESTADO TEOTIHUACANO II

    de las cosas ocultas, los poseedores de la tradicin.20

    En la memoria antigua de Mesoamrica, Teotihuacanes el lugar de los orgenes, la cuna donde naci el QuintoSol, el nuevo orden que sustent la vida de los seres hu-manos bajo el patrocinio de Ehcatl, el dios del viento.Ehcatl es el numen tutelar del reino de Tollan y el pro-tector de Quetzalcatl, el gobernante fundador de ladinasta tolteca ms celebrada. Los cantos nahuas queexaltaban a Tollan como el reino donde se inaugur elpoder real y se legitimaba a los gobernantes fueron con-firmados por los ltimos descubrimientos arqueolgi-cos realizados en el edificio de la Serpiente Emplumaday por los estudios que descifraron la presencia en losreinos mayas de dinastas derivadas de Teotihuacan.

    La marca que distingue a Teotihuacan de los otrosreinos de Mesoamrica es la fundacin de un Estado te-rritorial administrado por instituciones gobernadas porun mando central. En contraposicin a la fragilidad delos seoros sustentados en la fuerza o debilidad delgobernante en turno, Tollan-Teotihuacan tuvo una es-tabilidad que se prolong por varios siglos. Sus gober-nantes, altos funcionarios, sacerdotes y militares pro-bablemente pertenecan a los principales linajes, peroeran reclutados para el servicio del Estado y a ste debansu primera lealtad. Una prueba de la ascendencia delEstado sobre cualquier otra lealtad la ofrece el culto alas deidades estatales que aparecen entonces y se sobre-ponen a los cultos grupales o tnicos. Otro indicadorde la supremaca estatal la brindan los mitos y cantos,las ciencias, las artesanas y las obras producidas por lospobladores de Tollan, que eran reconocidos como tul-tecas, es decir, se identificaban con el Estado o la ciu-dad que los protega. La palabra Tollan, al nombrar alEstado, abrazaba todo lo contenido en l.21

    En su desenvolvimiento Tollan abrev en las heren-cias polticas que le antecedieron, pero su organizacinexhibe caractersticas singulares. Como dice Karl Taube,en muchos aspectos el gran perodo Clsico de la ciu-dad de Teotihuacan puede considerarse como la fuen-te cannica de la cultura nhuatl del Posclsico.22 Laprofundidad de las races de Tollan en el Altiplano Cen-tral hizo de este Estado una suerte de cultura madre, unncleo duro aposentado en el valle de Teotihuacan cuyassemillas se desparramaron luego por diferentes territo-

    rios y sentaron las bases de la posterior unidad cultural delos reinos que reclamaron descender de la estirpe tolteca.

    El basamento de esa unidad cultural fue la lenguanhuatl, que desde hace tiempo se especul que habasido el idioma de Tollan.23 El estudio de los glifos ha-llados en las pinturas de Techinantitla antes menciona-das, y la excavacin de un edificio en el barrio de LaVentilla, en uno de cuyos patios se encontr un grupode 42 glifos pintados, acabaron con esas especulacio-nes (figura 7).24 Karl Taube reuni stos y otros testi-monios y en un anlisis brillante mostr que el nhuatlera la lengua de la legendaria Tollan. Dice Taube que aligual que las otras culturas de la poca clsica, Teoti-huacan tena un sistema de escritura bien desarrollado,similar al de los aztecas, y afirma que muchos de sus gli-fos pueden rastrearse en las escrituras de Xochicalco,Cacaxtla y Tula.25 El reconocimiento de que la antiguaTollan es Teotihuacan y su idioma el nhuatl, quiere de-cir que la cultura nahua es la ms antigua, continua einfluyente de Mesoamrica. Segn esta tesis, se tratarade una cultura que arranca desde el periodo Formativo

    20 Fray Bernardino de Sahagn, Historia general de las cosas de NuevaEspaa, II, Libro dcimo, captulo XXIX, 1988, pp. 973-974.

    21 La obra de Bernardino de Sahagn, que recoge la diversidad deexpresiones de la lengua nhuatl, nos brinda un catlogo de los con-ceptos polticos, sociales, tnicos y culturales que significaban la cul-tura tolteca y su relacin con el Estado teotihuacano.

    22 Karl Taube, The Turquoise Heart: Fire, Self-Sacrifice, and theCentral Mexican Cult of War en Mesoamericas Classic Heritage: FromTeotihuacan to the Great Aztec Temple (editado por D. Carrasco, L. Jonesy S. Sessions), University Press of Colorado, Niwot, 2000, p. 269.

    23 En un estudio hoy olvidado sobre los portadores de la culturateotihuacana, Wigberto Jimnez Moreno haba llegado a la conclusinde que los fundadores de Teotihuacan, como sus descendientes, los no-noalca, hablaban nhuatl. Era esta habla dice, sin duda, la domi-nante en Teotihuacan la primera urbe que recibi el nombre de To-llan (=metrpoli), siendo sus habitantes los ms antiguos tolteca.Vase Jimnez Moreno, Los portadores de la cultura teotihuacana,pp. 1-12. Millon (Teotihuacan, City, Sate and Civilization, p. 232),dice que el principal lenguaje hablado en Teotihuacan fue probable-mente el nhuatl. Asimismo, Pasztory (Teotihuacan: An Experimentin Living, p. 251) asienta que el nhuatl fue el lenguaje de Teotihua-can. Apoyado en un anlisis lingstico, Manrique Castaeda lleg a lamisma conclusin: Creo que se debe al imperio teotihuacano la pre-sencia original del nhuatl en las muchas regiones donde ahora se le en-cuentra. Vase su estudio Historia de las lenguas indgenas de Mxi-co, pp. 51-83. La cita es de las pp. 64-65.

    24 Rubn Cabrera Castro, Teotihuacan Cultural Traditions Trans-mitted into the Postclassic According to Recent Excavations, Univer-sity Press of Colorado, 1999, pp. 195-218. Figuras 7.13, 7.14 y 7.15.

    25 Karl Taube, The Writing Systems of Ancient Teotihuacan, Cen-ter for Ancient American Studies, Barnardsville, N.C, Washington,D.C., 2000.

    Figura 6. Estructura de gobierno

  • y llega hasta el presente, se extiende por diversos mbi-tos del territorio y en largos periodos del Clsico y delPosclsico su habla fue la lingua franca de Mesoamri-ca, la lengua de los intercambios entre los pueblos y ellenguaje de la retrica poltica.26

    Quizs el logro ms duradero de los gobernantes deTollan consisti en envolver esas hazaas en los lengua-jes del mito, el rito y la ideologa poltica. El mito delQuinto Sol, con su cauda de alegoras magnticas (lacreacin de los seres humanos, la vida civilizada y la di-nasta real), se convirti en el paradigma de los mitosde origen de los Estados posteriores. As lo sugiere la re-encarnacin de Ehcatl, el dios creador de Tollan, quienreaparece 500 aos ms tarde en el Cdice de Viena comoel numen que ampara la fundacin del reino mixtecode Tilantongo. Y otros 500 aos despus lo vemos figu-rar como el dios protector de los pueblos mixtecos re-

    fundados en esa regin por las autoridades espaolasen los siglos XVI y XVII.27

    Tollan no fue la metrpoli que invent estos mitosfundadores y conceptos refinados, pero s la matriz quesupo recoger los legados provenientes de otros pueblosy envolverlos en el lenguaje propio de la cultura y el Es-tado tolteca. Una vez asentados y reproducidos en Tollan,estos conocimientos fluyeron con tal fuerza hacia las di-versas regiones de Mesoamrica, que muchos siglos mstarde el encuentro con sus vestigios tiene la virtud deiluminar nuestras disquisiciones sobre el misterio de lascreaciones humanas. Uno de estos vestigios es el textosiguiente, que le atribuye a Humac, el legendario reyde Tula, la creacin de un libro de libros, una suerte deBiblia o enciclopedia universal donde se haban ateso-rado los innumerables saberes creados por el genio tol-teca. Dice este texto que Humac, el ltimo de los so-beranos de la Tula de Hidalgo, junt todas las historiasque tenan los toltecas desde la creacin del mundohasta en aquel tiempo, y las hizo pintar en un libro muygrande, en donde estaban pintadas sus persecuciones ytrabajos, prosperidades y buenos ejemplos, templos,dolos, sacrificios, ritos y ceremonias que ellos usaban;astrologa, filosofa, arquitectura y dems artes [], yun resumen de todas las cosas de ciencia y sabidura,batallas prsperas y adversas y otras muchas cosas eintitul a este libro [], Teomoxtli, que bien interpre-tado quiere decir [] libro divino.28

    Sugiero que el Libro de libros que cita el cronistaIxtlilxchitl se invent en Tollan y fue el canon que enadelante sirvi como modelo para componer la memo-ria de los mixtecos en el Cdice de Viena, de los kicheen el Popol Vuh, de los kaqchikeles en el Memorial deSolol, y de los nahuas de Tenochtitlan en la Leyenda de losSoles y la Historia de los mexicanos por sus pinturas.29

    De modo que la revisin de Tollan-Teotihuacan altrasluz de la historia poltica nos entrega una nuevaimagen de esa metrpoli: la imagen del reino que fue laencarnacin del poder poltico y militar en la pocaclsica, el modelo de la metrpoli cuyos basamentosculturales sostuvieron el edificio de la vida civilizada.En contraste con la interpretacin de numerosos histo-riadores que sitan el arte como la expresin ms altadel espritu de esos pueblos, los antiguos mesoamerica-nos consideraron la organizacin poltica como la matrizde las creaciones humanas ms elevadas.

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    26 El famoso lenguaje de Tuln Zuyu de los mayas de Yucatn,que era el lenguaje de la lite poltica, era el nhuatl. Vase Florescano,Memoria indgena, captulo 5.

    27 Enrique Florescano, Historia de las historias de la nacin mexicana,captulo 5, Ediciones Taurus, 2002.

    28 Alva Ixtlilxchitl (1985), Obras histricas, edicin de EdmundoOGorman, I, p. 270.

    29 Sostengo esta tesis en el artculo Chichn-Itz, and the Originsof the Popol Vuh.Figura 7. Escritura teotihuacana en el patio de los glifos de La Venta. Foto tomada de

    Taube, 2000: 14, figura 10