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1 “EL ESTUDIO DEL MEDIO AMBIENTE: UNA APROXIMACION SOCIAL”. EDITH GONZÁLEZ CRUZ. PERFIL: Periodista de formación. Egresada del Programa de Maestría en Estudios Latinoamericanos, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente asistente de investigación en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM en temas de organizaciones sociales y relaciones de trabajo. Áreas de conocimiento: Movimientos sociales, participación ciudadana, organizaciones sociales ambientalistas, prensa y ciudadanía ambiental. Título de tesis: Las Organizaciones Civiles Ambientalistas (OCA’s) en la construcción de marcos estratégicos de interpretación simbólica en la ciudad de México y Santiago de Chile. Publicaciones en México: reportajes en temas de ecoturismo y turismo social. Publicaciones en Santiago de Chile: artículo sobre prensa ambiental y espacio público en Santiago. Contacto: Mail: [email protected] / [email protected] Tel. Oficina: 56227400 Ext. 265 Tel. Particular 54455214 Celular: 55 2244 6450

“EL ESTUDIO DEL MEDIO AMBIENTE: UNA APROXIMACION … · seulement touchant à l’environnement, mais encore économique, politique, sociale, ethnique, de religion, etc., ce qui

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“EL ESTUDIO DEL MEDIO AMBIENTE: UNA APROXIMACION SOCIAL”.

EDITH GONZÁLEZ CRUZ. PERFIL:

Periodista de formación. Egresada del Programa de Maestría en Estudios Latinoamericanos,

Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente

asistente de investigación en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM en temas de

organizaciones sociales y relaciones de trabajo.

Áreas de conocimiento: Movimientos sociales, participación ciudadana, organizaciones sociales

ambientalistas, prensa y ciudadanía ambiental.

Título de tesis: Las Organizaciones Civiles Ambientalistas (OCA’s) en la construcción de

marcos estratégicos de interpretación simbólica en la ciudad de México y Santiago de Chile.

Publicaciones en México: reportajes en temas de ecoturismo y turismo social.

Publicaciones en Santiago de Chile: artículo sobre prensa ambiental y espacio público en

Santiago.

Contacto: Mail: [email protected] / [email protected] Tel. Oficina: 56227400 Ext. 265 Tel. Particular 54455214 Celular: 55 2244 6450

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EL ESTUDIO DEL MEDIO AMBIENTE: UNA APROXIMACION SOCIAL.

Edith González Cruz.∗

Resumen:

A partir de la década de los setenta del siglo pasado, el estudio del medio ambiente ha tenido un

auge importante entre la comunidad académica. Poco a poco, los estudios hechos en otras

regiones han adquirido mayor presencia, tal es el caso de aquellos provenientes de países en

desarrollo como de América Latina o Asia, regiones donde se da una crisis múltiple, no sólo

ambiental, sino económica, política, social, étnica, de religión, etc., lo que obliga al investigador

a contemplar el medio ambiente desde perspectivas más complejas. En este artículo se presenta

un panorama de la literatura ambiental, en particular en México y América Latina, desde una

perspectiva social. Se pretende mostrar cómo en esa región, este tema presenta sus propias

particularidades con respecto a Estados Unidos o Europa.

Palabras Clave:

Medio ambiente, ecologistas, ambientalistas, América Latina, Estados Unidos.

Abstract:

Since the 60’s, the study of the environment has have an important growth among the global

academic community. Little by little, the studies done in other regions of the world are getting

stronger; this is the case of those coming from developing countries like Latin America, India or

Asia, regions in which there is a multiple crisis, not only environmental but economical, political,

social, ethnic, religious, etc. This obliges the researcher to observe the environment from more

complex perspectives. For this reason, this work’s objective is to present an environmental

literature view from a social perspective, particularly in Mexico and Latin America, with the

purpose to show how this topic, in our region, presents its own particular characteristics

regarding the USA and Europe at the same time that points out its different actors.

Key words: Environment, ecologists, ambientalist, Latin America, USA.

∗ Estudiante de Maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras. Investiga sobre organizaciones civiles ambientalistas, participación ciudadana y ciudadanía y prensa ambiental. Email: [email protected]

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Résumé

A partir des années soixante du siècle dernier, l’étude de l’environnement a connu un grand essor

au sein de la communauté académique tout entière. Peu à peu, les études réalisées dans d’autres

régions du monde gagnent de la force, celles qui proviennent aussi bien des pays développés que

d’Amérique Latine, d’Inde ou d’Asie, régions où l’on peut observer une crise générale, non

seulement touchant à l’environnement, mais encore économique, politique, sociale, ethnique, de

religion, etc., ce qui oblige le chercheur à considérer l’environnement à partir de perspectives

plus complexes.

C’est pourquoi l’objectif de ce travail consiste à présenter un panorama de la littérature de

l’environnement dans une perspective sociale, particulièrement en ce qui concerne le Mexique et

l’Amérique Latine, dans le but de montrer comment sur ce thème, notre région a ses propres traits

distinctifs, différents de ceux que présentent les Etats-Unis ou l’Europe.

Mots-clés

Environnement, écologistes, spécialistes de l’environnement, Amérique Latine, Etats-Unis

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INTRODUCCION

A mediados del siglo XIX la modernidad transformó la forma de concebir al mundo y colocó al

hombre como fuente del saber. Esa transformación se reflejó desde el cambio del sistema feudal a

la industrialización y su fase más importante de esta época, su antítesis: el capitalismo. Otras

transformaciones se dieron en el surgimiento de la clase social y las instituciones; la razón se

colocó como la máxima autoridad del hombre; el desarrollo de la ciencia se impulsó a todos los

campos del saber y la acumulación de conocimiento y del capital estableció la principal

diferencia social de la época.

Muchos avances científicos, artísticos y económicos se registraron durante este siglo, mientras

que el desarrollo de la ciencia y la tecnología avanzaron rápidamente, el valor del dinero y la

razón1 permeó en todas las dimensiones de la vida humana. Para las primeras décadas del siglo se

vivía una aparente época de estabilidad social y económica, que llegaría a su fin luego de la crisis

de 1929 en varios países del mundo y que repercutirían en otros. Para la década de los sesenta, el

panorama era claramente desigual: acumulación de riqueza en pocas manos, pobreza creciente,

inestabilidad laboral, carencia de tecnología en muchos sectores sociales, privatización de los

asuntos públicos y apatía social.

Algunos autores señalan que ese escenario de desigualdades crecientes fue el que agudizó, la

movilización social en demanda del cumplimiento ya no sólo de derechos básicos, como el 1 Una razón entendida como plantea Juan Manuel March, que rechaza el dogmatismo de la razón absoluta y reina la verdad antropocéntrica y física, para este autor este rechazo condujo a la aceptación de la racionalidad como un procedimiento valioso, no para arribar a conclusiones ciertas y definitivas acerca de la realidad, pero sí para controlar el error (ayudado por la experiencia) y la injusticia. March señala que esta postura fue defendida por Karl Popper quien creó el racionalismo crítico, el cual se basa en una argumentación racional formulada para controlar el error. No se realizan afirmaciones verdaderas sino se descartan las que las experiencias demuestran su falsedad.

5

trabajo, la salud y la alimentación, sino de otros que se surgieron al margen de los cambios

políticos y económicos que se vivían, como fueron los derechos humanos, la igualdad de género,

el ecologismo, el derecho a la paz o el respeto a la diversidad (de religión, de raza, sexual, etc.),

por mencionar los más significativos.

A raíz de la publicación, en 1972, de Los Límites del Crecimiento de Donella y Dennis

Meadows y de La Explosión Demográfica∗ de Paul Ehrlich, el tema del medio ambiente adquiere

importancia mundial. Sin lugar a dudas, estas publicaciones marcaron un parteaguas en la forma

de concebir el mundo al incorporar una perspectiva ecológica.

Sin embargo, ya habían ocurrido hechos sociales que daban cuenta del surgimiento del

movimiento ecologista: en 1968, en plena revuelta estudiantil y motivados por las movilizaciones

en pro de la paz mundial, muchos estudiantes se manifestaron por la cancelación de pruebas

nucleares en Francia y Alemania y en protesta por la primera gran catástrofe del siglo XX: el

naufragio, en el año anterior, del petrolero Torrey Canyon frente a las costas de Inglaterra.

Estudiantes de la Universidad de Berkeley, California, fundaron el grupo Ecology Action,

mientras que otros estudiantes de izquierda formaron un servicio informativo sobre la

“emergencia ecológica”, el E.R.O. (Earth read-out). En 1969, el ecologismo como movimiento

adquirió mayor fuerza cuando otro grupo de estudiantes de esta misma universidad, fue

desalojado violentamente por la policía luego de haber convertido en parque un terreno semi

abandonado propiedad de esa casa de estudios. A raíz de estos sucesos, empezaron a surgir

organizaciones civiles bajo la bandera del ecologismo, tal fue el caso de Friends of the Earth y

Don’t Make Waves, ésta última enfocada a denunciar las explosiones nucleares ocurridas en ∗ Los títulos originales son: “Limits of Growth” y The Population Bomb”.

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Alaska, que al año siguiente (1970) al botar un barco llamado Greenpeace, comenzaría un

movimiento mundial. También en este año se desarrolló la Teoría Gaia del químico James

Lovelock donde afirma que la tierra se autorregula, es decir, tiende al equilibrio (publicada en

1979).

El año de 1970 fue simbólico: el 22 de abril se realizaron grandes movilizaciones a lo largo y

ancho de Estados Unidos. Alrededor de veinte millones de personas tomaron calles, parques y

auditorios para manifestarse por un medio ambiente saludable y sustentable, amenazado por los

crecientes conflictos nucleares, por derrames petroleros, emisiones de gases tóxicos,

contaminantes provenientes de fábricas y de plantas eléctricas, aguas negras, pesticidas y el

deterioro e incluso la pérdida y la extinción de la vida silvestre2.

Por su parte, la comunidad científica también se movilizaba, en 1969 la National Academy of

Sciences, de Estados Unidos, publicó el informe Resources and Man, considerado como el

primer texto científico que se manifestaba sobre la limitación de recursos. Posteriormente,

alrededor de dos mil científicos de todo el mundo, se dirigieron a la ONU alertando sobre la

degradación del medio ambiente. Otros informes, aparecidos en los años siguientes, motivaron a

la organización de la Conferencia de Estocolmo y finalmente a la realización de acuerdos en

materia ambiental como fueron: el Protocolo de Montreal, sobre la emisiones a la capa de ozono,

en 1987; el Informe Brundtland, en el que se acuñó el concepto de “desarrollo sostenible”

también en 1987; la Conferencia de Naciones sobre Medio Ambiente y Desarrollo de Río de 2 A raíz de esta fecha es que se institucionalizó mundialmente el Día de la Tierra y se creó la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA por sus siglas en inglés). En 1990 se organizó otra movilización en defensa del ambiente, esta vez global, con la participación de aproximadamente 200 millones de personas en 141 países, esta ocasión el resultado fue la realización de la Conferencia de Río en 1992. La última movilización se registró en el 2000, en esta fecha ya con el apoyo de una gran red cibernética alrededor del mundo, se movilizó a millones de personas en 184 países.

7

Janeiro, en 1992, donde se establecieron las líneas de acción a través del documento intitulado

Los Objetivos del Milenio3; en 2000 el Protocolo de Cartagena, sobre la seguridad de la

biotecnología; en2002 el Convenio sobre la Biodiversidad Biológica, y la Cumbre de

Johannesburgo y por ultimo el Protocolo de Kyoto, sobre el cambio climático firmado en 1992 y

ratificado en 2005 por 128 países.

El común denominador en esos informes científicos fue considerar que la crisis ambiental se

revelaba como símbolo de la sociedad industrial. Efectivamente, bajo la teoría del crecimiento sin

límites, se daba un uso descontrolado, irracional y desproporcionado de los recursos naturales

para satisfacer las necesidades de consumo de una sociedad ‘moderna’, sin considerar ni el alto

costo ni su inviabilidad en el largo plazo. Tanto en estos estudios, como en otros de la misma

década, como los de Murray Bookchin, Edward Goldsmith y Rudolf Bahro, el medio ambiente no

es visto como un obstáculo al desarrollo, sino como una condición básica para el establecimiento

de cualquier proyecto de desarrollo social que vea más allá de los contenidos teóricos, pues la

condición ambiental implica una interrelación con todas las dimensiones que intervienen en el

desarrollo del hombre, de tal forma que en lo ambiental no importa la clase social, el tipo de

gobierno, la raza, la religión, la cultura, la geografía, el género, el modelo económico, etc., pues

es un problema tan profundo que afecta a todos por igual.

Henri Lefebvre, a raíz de sus estudios sobre la vida cotidiana, fue uno de los primeros analistas

de la modernidad. Otros intelectuales como Giddens, Beck, Marcuse o Habermas, también se

han dedicado al estudio de la sociedad moderna y a señalar –unos de manera más explícita que

otros- el impacto que ha tenido este modelo técnico-racional sobre el medio ambiente. 3 Para mayor información consultar www.un.org/millenniumgoals

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El desarrollo intelectual, desde una perspectiva ambiental se ha disparado en todas direcciones,

generando estudios muy amplios que van de los campos científicos, económicos, políticos o

sociales, a los culturales, artísticos, filosóficos, pedagógicos, de género y psicológicos. Desde

esta diversidad disciplinaria se ha llegado a una misma conclusión: la crisis ambiental es tan

compleja y diversa, que debe considerarse en toda actividad que emprenda el hombre, pues, de

una u otra forma, en el largo o mediano plazo, tendrá un impacto en él. Como afirma Juan

Manuel March “el ambiente es una representación holística por naturaleza” (March, 2005).

El estudio del medio ambiente tuvo un auge entre la comunidad académica, principalmente en

Estados Unidos, a partir de la década de los setenta. Poco a poco, los estudios hechos en otras

regiones cobran importancia, como son los de países en desarrollo de América Latina y Asia,

regiones donde se da una crisis no sólo ambiental, sino económica, política, social, étnica,

religiosa, etc., lo que obliga al investigador a reflexionar desde una perspectiva integral. Sin

embargo, los estudios que se han publicado en estas regiones son trabajos descriptivos e

históricos de casos específicos, que análisis integrales que sirvan de base para el establecimiento

de alternativas interdisciplinarias con acento en la atención de esta crisis.

A continuación se presenta un panorama de la literatura con una perspectiva social sobre el

medio ambiente. Son trabajos cuyo propósito es hacer del conocimiento público los esfuerzos que

con respecto al medio ambiente, el desarrollo sustentable, el desarrollo social y la equidad social

se han dado en México y América Latina, particularmente. Se ha planteado la perspectiva social,

por dos razones. La primera, el distanciamiento entre el hombre y la naturaleza, que se generó en

la época moderna, provocó un gran desconocimiento de las consecuencias que acarrea esa

9

desvinculación. Consecuencias que no sólo se dan con relación a aspectos económicos, políticos

o sociales, sino con psicológicos, físicos o emocionales, de ahí la importancia de abordar el tema

ambiental desde una perspectiva sociológica que apunte a la construcción de una relación más

integral4. La segunda, la importancia que, poco a poco, adquiere lo social sobre las ciencias

exactas. La gran mayoría de los trabajos que se revisan aquí se producen a partir de la década de

los noventa, los estudios más sobresalientes son aquellos que abordan la manera en que el

hombre concibe a la naturaleza y se relaciona con ella a fin de entender aspectos de su mentalidad

y de su cultura. Según Margarita Valdés la ética es, sin lugar a dudas, el área en que se inscriben

la mayor parte de las más recientes investigaciones filosóficas sobre temas ambientales (Valdés,

2004: 7).

Otro punto a considerar y que ha facilitado esta revisión bibliográfica es el formato

metodológico que presentan estos trabajos. La mayoría de ellos∗ se autoclasifican como estudios

de caso en los cuales se describen las causas que originaron un problema en particular, sus

repercusiones contextuales, las estrategias aplicadas para su solución y su evaluación. Aunque

valiosos en cuanto a la demostración de experiencias de éxito, en la mayoría no se llega a

conclusiones integrales que contemplen las distintas dimensiones implícitas en el hecho social

estudiado5, como es lo político, social o cultural, ni se plantea un esquema alternativo y funcional

de mayor alcance que la comunidad estudiada. De tal forma, esta tendencia académica, lejos de

significar una aportación reflexiva y valorativa que vaya más allá de una descripción de los 4 Al respecto, Antonio Azuela hace una interesante investigación sobre la construcción social de “lo ambiental” a partir del siglo XVIII. Ver Visionarios y pragmáticos frente a la juridificación de la cuestión ambiental, tesis de doctorado, México, UNAM, 2004. ∗ Revisados en total 51 libros sobre medio ambiente y ciencias sociales y 14 artículos publicados en revistas especializadas en Ciencias Sociales o Medio Ambiente. 5 Gilberto Jiménez, en una reflexión del quehacer del científico social mexicano afirma “los sociólogos mexicanos padecemos de cierta torpeza en la subsunción teórica de nuestros datos empíricos, que nos hacen más bien descriptivistas o cuantitativistas”.

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hechos, revela una limitación analítica y reflexiva respecto a los conflictos estudiados. Así

mismo, también resaltan aquellos temas que han sido ignorados o poco trabajados, como son su

relación con la psicología, con temas de género, la educación básica, la migración por causas

ambientales, por mencionar algunos.

Al respecto señala Ragin, que este tipo de trabajos no constituyen lo que se denomina estudios

de caso, pues éstos se construyen mediante procesos de interacción entre conceptos e información

(ideas y evidencias) y persiguen la finalidad de establecer generalizaciones analíticas a partir de

proposiciones teóricas, es decir, buscan ejemplificar uno o más procesos o categorías teóricas

mediante una recíproca clarificación de los aspectos subyacentes del fenómeno y de los

conceptos teóricos que se supone ejemplifican (Ragin,1994:24). Así, de acuerdo a este autor, los

trabajos a los que aquí nos referimos no cumplen este perfil. Es así que es necesario subrayar que

para lograr un verdadero debate académico se requiere, además de contrastar la capacidad

explicativa de las diversas interpretaciones, examinar su proceso de construcción, es decir, la

metodología que el autor empleó para realizar la investigación y alcanzar las conclusiones que

presenta (Favela 2005:160).

Por otra parte, el método comparado, podría ser uno de los métodos recomendables para

trabajar el tema ambiental. La aportación que hacen los estudios de caso, puede servir de materia

prima para un estudio comparado reflexivo que proporcione alternativas teóricas e ideas en

cuanto a aportaciones factibles para atender el problema ambiental.

Ahora bien, en la primera parte de esta investigación, presentamos de manera amplia un repaso

histórico del surgimiento del tema ambiental como materia de estudio, su contexto de desarrollo y

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los enfoques teóricos desde los cuales se ha abordado. Una segunda parte esta conformada por la

literatura proveniente de América Latina y que ha sido trabajada desde distintas perspectivas de

estudio. También, de forma breve, se presentan algunos autores de otras regiones como la India

que han aportado trabajos interesantes al respecto. Finalmente, a manera de conclusión se

exponen algunas observaciones.

Una mirada histórica del estudio ambiental

En sus orígenes, el estudio medioambiental se orientaba hacia áreas propias de las ciencias

naturales como es la biología y la ecología. Así, el concepto de “Ecología” nace formalmente en

1869 cuando el biólogo alemán Ernest Haeckel nombró así al proceso de adaptación mutua entre

animales y plantas que comparten un hábitat común∗. Paralelamente, con el surgimiento de la

Sociología como ciencia a finales del siglo XIX, se empiezan a identificar conocimientos

cruzados. Por ejemplo, preguntas como ¿Qué cambios se producen en la vida social cuando la

ciudad se extiende debido al transporte de masas, o al crecimiento demográfico? ¿Qué conductas

podemos identificar en viviendas multifamiliares? ó ¿Qué impactos a la salud y psicológicos

tiene en el individuo un día muy caluroso?, sólo pueden ser respondidas a través de un análisis

interrelacionado de conocimientos en geografía, biología y psicología (naturaleza-hombre,

espacio-hombre, etc.). Esta relación interdisciplinaria demostró entonces la complejidad de los

fenómenos sociales en determinados ambientes y dio paso a una nueva ciencia: La Ecología

Humana. Su nacimiento en el seno de la Sociología implicó poner el acento tanto en las formas

∗Esta asociación se debe en parte a la visión organicista de Augusto Comte para describir a la sociedad como un organismo colectivo. Así, con esta asociación se empezó a dilucidar la correspondencia de conceptos de biología con la sociología. A partir de esta época es que se empiezan a producir más investigaciones sobre el impacto que el sistema industrial ha ocasionado en el medio ambiente.

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de organización social como en los factores psicológicos y ambientales que intervienen en el

proceso social.

Con estos descubrimientos y posteriormente en la década de los sesenta con el auge de la

Escuela de Chicago que proponía un estudio más integral de los procesos sociales, se resaltó que

determinados fenómenos biológicos adquieren un contenido social, en la medida que participan

de interrelaciones y valoraciones sociales y no simplemente de que los fenómenos sociales son

resultado de procesos biológicos (Lezama, 1990:13).

Una de las corrientes teóricas de ésta época fue la propuesta por los ecologistas clásicos como

Sutherland o Mc Kenzie, quienes partían de una visión espacialista del mundo, donde el espacio

no es reductible al mundo de lo sensorial, sino que es un elemento más de estructuración de la

realidad social, influye en el hombre y viceversa.

Por otra parte, el acelerado desarrollo industrial y en consecuencia la creciente crisis ambiental

de la década de los sesenta y setenta, obligó a algunos pensadores como Murray Bookchin en Our

Synthetic Environment; Edward Goldsmith en Blueprint for Survival, Rudolf Bahro en Socialism

and Survival,o a Arne Naess a plantear un programa analítico más profundo y radical fundado en

propuestas ecocentristas que apuntaba hacia la necesidad de buscar las causas de los problemas

ambientales y plantear alternativas reales; no en una forma determinista, transitoria o escalonada

de la sociedad industrial (llámese capitalista, socialista, o de cualquier otra ideología), sino en los

fundamentos mismos de esa sociedad, en la raíz, en los sistemas económicos, políticos,

culturales, sociales e individuales.

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La ecología radical, no sólo señala los límites del desarrollo, sino también las consecuencias,

como su alto costo e inviabilidad en el largo plazo. La obra Bookchin, Goldsmith y Bahro, junto

con la de otros como André Gorz, Ramachandra Guha, Steven Yearley Ward y Dubos6,

reflexionan sobre el cambio de pensamiento en la sociedad (norteamericana principalmente), a

raíz de las manifestaciones sociales ocurridas en la década de los sesenta. Así, los movimientos

estudiantiles, el movimiento pacifista contra la Guerra en Vietnam, las revueltas contra la energía

nuclear, la crisis energética de principios de los setenta, el papel activo de la televisión y los

medios informativos, así como la Cumbre de Estocolmo de 1972, dieron paso a una conciencia

emergente respecto a los límites del modelo económico mundial.

Algunos de estos autores (Goldsmith, 1972; Bookchin, 1978; Bahro, 1982; Naess, 1973), han

adoptado una postura más radical al plantear un “ecocentrismo descolonizante” o ”ecología

profunda” que no se funde en una visión economicista, sino que exige una reestructuración al

modelo de desarrollo, donde lo económico, político y social se complemente con lo cultural y lo

natural, más no lo sustituya. Así, la cuestión ambiental aparece en el discurso de la ecología

política radical, no como propuesta de reacomodos en el orden industrial, sino como su crítica y

negación∗.

En este contexto social, político y económico fue que se empezó a desarrollar una amplia

literatura ambiental desde distintas aproximaciones. De tal forma, aparecieron publicaciones

sobre ecología económica, ecología política, ambiente y salud, industria y medio ambiente,

psicología ambiental, desarrollo urbano, ecología humana, divulgación científica (energías

6 Estos últimos autores más orientados a una Ecología Social. ∗ Así, entre los escasos autores que han hecho una crítica al ecologismo está el trabajo –aunque poco desarrollado- de José Luis Trueba, quien incluso plantea al ecologismo como un nuevo totalitarismo.

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alternativas, desertificación, conservación de especies, contaminación atmosférica, del agua y

suelos, cambio climático), asentamientos humanos, agroecología, ecoturismo e indigenismo.

Son más numerosos los trabajos que de forma cronológica presentan el desarrollo del

ambientalismo, tanto en América Latina como en Estados Unidos7. De Estados Unidos existen

los textos de Manuel Castells y Daniel Coleman o Andrew Dobson. El primero, reconoce la

historia conservacionista de un sector específico de la sociedad norteamericana, sin embargo

plantea la tesis de que fue en 1968 con la fundación del grupo universitario Ecology Action,

cuando inició realmente un movimiento ambiental con variados cuestionamientos. Por otra parte,

Coleman señala el año de 1989 como el año del ‘despertar ambiental’, cuando la revista Times

colocó en su portada una imagen del planeta Tierra denunciando la crisis ambiental y semanas

después el nuevo presidente autonombrado el “presidente ambientalista” George Bush, tomaba el

poder en medio de severos conflictos ambientales como el derrame petrolero del Exxon Valdez

en el Golfo de Alaska. El británico Dobson, hace una primera y amplia descripción de la división

entre ecologismo y ambientalismo, así como una historiografía ambiental. Otros autores con

estudios históricos son Riechmann, Kirkpatrick y Acot.

En la década de los ochenta se puede identificar literatura concerniente al estudio del impacto y

evaluación ambiental, estudio de casos específicos, análisis y críticas a los proyectos ambientales

de desarrollo financiados a principios de esa década por organismos internacionales como el

Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo

Internacional (USAID por sus siglas en inglés) y del Banco Mundial (BM).

7 Otros trabajos históricos son los provenientes de Alemania (con el desarrollo del Partido Verde) y de Francia (a partir de la manifestación contra la energía nuclear).

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En esta misma década y en la siguiente, buena parte de la literatura se enfocó al análisis sobre

los avances, limites, posibilidades y retos de los distintos acuerdos firmados en materia

ambiental8. Sin embargo, es en los noventa cuando empiezan a tomar auge los estudios étnicos

como modelos de desarrollo alternativo.

En las conclusiones de estos estudios el común denominador siempre ha apuntado –y sigue

apuntando- a un urgente reajuste del sistema económico mundial, a un ordenamiento jurídico

eficaz, a un verdadero compromiso político respecto al tema ambiental y a una racionalización de

los hábitos de consumo por parte de la sociedad. La existencia de estudios que señalen las causas

del escaso o limitado avance del desarrollo ambiental en determinados países, es sin duda, de

gran valor para la estructuración de estrategias; sin embargo, como ya hemos mencionado, la

investigación académica debe tener una visión más prospectiva, e ir más allá del origen,

consecuencias o señalamientos y realizar trabajos que propongan alternativas de cambio que

abran la puerta de las ideas para construir nuevos modelos de pensamiento y de acción que

fortalezcan y consoliden lo ambiental como punto central para el desarrollo de las naciones.

Algunos elementos dentro de esta gran diversidad temática que han sido poco analizados y que

sin embargo podrían ser un terreno firme en la investigación creativa son por mencionar algunos:

8 El desarrollo sustentable ha estado basado en un conjunto de principios y en una conciencia ecológica que han servido para orientar las acciones políticas, económicas y sociales de distintos países. Desde el establecimiento del Día de la Tierra (1970), de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente Humano de Estocolmo (1972), Protocolo de Montreal (sobre la emisiones a la capa de ozono en1987), El Informe Brundtland (Nuestro Futuro Común, acuñó el concepto de “desarrollo sostenible”, 1987) Conferencia de Naciones sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Río 1992) , el Convenio sobre la Biodiversidad Biológica (2002), el Protocolo de Cartagena (sobre la seguridad de la biotecnología, 2000) hasta el Protocolo de Kyoto (sobre el cambio climático firmado en 1992 y ratificado en 2005) y la Cumbre de Johannesburgo (2002). Entre la literatura más representativa desde la década de los setenta a la fecha está La Primavera Silenciosa, La Explosión Demografica, Los limites del Crecimiento, Nuestro Futuro Común y los Principios de Río. Sin duda, todos estos hechos históricos han marcado un parteaguas mundial en la forma de concebir el mundo a través de una visión ecológica.

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el desarrollo cultural de las sociedades para alcanzar objetivos ambientales; el tema del género,

las amas de casa como pilar fundamental en la educación de los hogares latinoamericanos; el

desarrollo comunitario; o bien, los desplazados o refugiados ambientales y sus implicaciones

políticas, sociales, étnicas y religiosas, un gran campo poco estudiado.

Aproximaciones latinoamericanas sobre el medio ambiente.

Como ya se ha mencionado, la diversidad disciplinaria desde la cual se ha estudiado el tema

ambiental cada día se diversifica más. Algunas aproximaciones como la política y la economía

siguen dominando los estudios, sin embargo, otras ciencias como la psicología, la filosofía, la

antropología y la historia han estado aportando interesantes trabajos, tal es el caso de las

investigaciones de Esther Wiesenfeld, Enrique Leff y José Luis Lezama respectivamente, quienes

además de una crítica y una reflexión, aportan alternativas de desarrollo y nuevas formas de

concebir al mundo y a la naturaleza.

Cabe resaltar que los estudios procedentes de América Latina resaltan las potencialidades

geográficas, biológicas, étnicas y culturales, como elementos claves para el desarrollo de nuevas

teorías, de tal forma que están marcando una diferencia con las corrientes de pensamiento

europeo o norteamericano, al que sin dejar de lado, han utilizado, parcialmente como base

teórica. Al respecto Víctor Toledo señala que los verdaderos focos de radicalidad civilizadora se

encuentran en aquellos enclaves del planeta donde la civilización occidental no pudo o ha podido

imponer y extender sus valores, prácticas y acciones de modernidad y supuesto progreso. Estos

enclaves coinciden con aquellas regiones como India, China, Egipto, Indonesia, México, Perú,

etc., donde aún persisten pueblos indígenas que confirman la presencia de modelos civilizadores

17

distintos a los que se originaron en Europa (Toledo, Víctor, 1999). Bajo esta visión, es que

muchos de los trabajos recientes se están enfocando en el estudio de las culturas indígenas como

proponente de modelos potenciales de desarrollo sustentable, al tiempo que se rescatan algunas

estructuras organizativas propias de las culturas tradicionales como son la comunidad, la

cooperación y la solidaridad.

Ahora bien, hemos mencionado que la visión más frecuente en la literatura ambiental es la

relacionada con la política y la economía. Por el lado político, encontramos investigaciones

puntuales sobre la percepción que los partidos políticos tienen sobre el medio ambiente, tal es el

caso de las publicaciones de Gabriel Quadri y Enrique Provencio, quienes presentan las

propuestas ‘ambientales’ de los partidos políticos de los países industrializados como Alemania,

Inglaterra, Francia, Estados Unidos y España y las propias de los partidos mexicanos, sin que este

estudio llegue a ser un trabajo comparativo. Por otra parte, respecto al avance y desarrollo del

derecho ambiental y sus implicaciones internacionales, uno de los autores más representativos es

Raúl Brañes, quien ha dedicado gran parte de trabajo al análisis y desarrollo de políticas

ambientales que respondan a las exigencias de la vida moderna mexicana. Otro de los autores que

podemos citar en este rubro es Jorge Riechmann quien en su libro ¿Problemas con los frenos de

emergencia? Movimientos ecologistas y partidos verdes en Alemania, Holanda y Francia (1992),

plantea la interrelación existente entre el medio ambiente y la política social. El tema de la

democracia y la sociedad civil no queda fuera, algunos de sus representantes son Francisco

Sabatini y Claudia Sepúlveda, con un estudio sobre los conflictos ambientales y la sociedad civil

en Chile, o el caso del economista y premio Nobel alternativo, Max-Neef Manfred con su idea

del desarrollo a escala humana como alternativa económica.

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Otros investigadores latinoamericanos que han trabajado el tema ambiental desde una visión

político-democrática son Miriam Alfie Cohen, Antonio Azuela o Eduardo Gudynas, por

mencionar algunos. Con una mirada más tendida a la ecología social se puede encontrar la

propuesta de Enrique Leff, Rosario Rogel y Eduardo Aguado, para quienes el problema de la

sustentabilidad ambiental debe reincorporar el papel del sujeto en el proceso de interacción con la

naturaleza desde una vertiente ética y estética, pues no puede haber un ‘desarrollo sustentable’

mientras el eje alternativo no se construya a partir del sujeto y sus necesidades (Rogel: 2000).

En sus textos, de alguna manera coinciden en que el problema del medio ambiente sólo será

posible de enfrentar si existen las condiciones económicas y jurídicas mínimas para su desarrollo,

lo cual es reflejo directo de las acciones políticas que los distintos países adoptan. De tal forma,

que entre sus principales conclusiones, algunas más desarrolladas que otras, se identifican las

siguientes: 1) la reestructuración del modelo económico actual debe de apuntar más a la búsqueda

de alternativas de desarrollo que a un control de los recursos naturales, 2) debe exigirse y

respetarse la aplicación de las normas jurídicas regulatorias, que si bien son adecuadas, carecen

de aplicación, 3) el fortalecimiento de una economía interna que permita además de impulsar el

empleo -y con esto reducir de cierta forma la desigualdad económica-, generar una actividad

económica diversificada y no dependiente de los recursos naturales; y 4) la estructura política

debe establecer claramente estrategias de participación civil, que sean activas e integradoras y no

presenciales, es decir, de participación en “ocasiones especiales“ como elecciones, plebiscitos,

consultas ciudadanas, etc.

Uno de los autores consultados, que además de realizar estudios históricos de notable ejercicio

de investigación, ha planteado la importancia de realizar investigaciones integrales bajo la óptica

19

de las ciencias sociales -pues son éstas las que vinculan todos los demás campos del saber pero en

función del ser humano- y no sesgadas -biologisictas, políticas, económicas, etc.- es José Luis

Lezama, quien en su libro El medio ambiente hoy: temas cruciales del debate contemporáneo,

además de hacer un recuento histórico de las causas que generaron la actual crisis ambiental

mundial, comparte un análisis extenso de la situación del medio ambiente en la ciudad de

México. Otro de sus libros consultados aborda el tema del medio ambiente desde la propuesta

teórica de la Escuela de Chicago.

Las investigaciones de Víctor Urquidi, Víctor Toledo, Luis Vitale, Olga Cárdenas, Marta

González, Leonardo Meza, Carlos Aldunate, Ernst Hajek, Juan Grau y Miriam Alfie, aportan por

su parte una valiosa investigación histórica sobre el tema.

En los trabajos clasificados como ‘estudios de caso’, se identificaron las siguientes

características: 1) por lo regular son trabajos presentados en compilaciones, en las cuales el hilo

conductor es la presentación de programas “sustentables” o “ambientales” que han tenido éxito

en las regiones donde se han implementado. Cabe resaltar que dichas regiones se clasifican en

tres tipos: grandes metrópolis –ciudades claves de Latinoamérica-, zonas rurales y comunidades

indígenas, estas últimas con un elevado número de publicaciones. Pese a que estas experiencias

podrían dar mucho material para un análisis profundo del ambientalismo en América Latina y

gran cantidad de estudios comparativos que develaran sus fortalezas y debilidades, estas

publicaciones se han limitado a la compilación de trabajos de investigación campo para

demostrar que otras alternativas de desarrollo son posibles; 2) los estudios que se refieren a un

caso en particular se presentan bajo una forma descriptiva tanto de la región (geográfica,

poblacional, situación ambiental, etc.) como a la descripción del programa aplicado (estrategias

20

de aplicación, público al que va dirigido, objetivos del programa, metas, métodos de evaluación,

formas de financiamiento, etc.); cabe decir que de la metodología identificada en los programas

descritos, no se percibe en el análisis del caso presentado, lo cual da muestra de la falta de

cientificidad en estos estudios.

Esto se podría explicar por la rapidez con la que las estrategias de “desarrollo sustentable” se

están desarrollando y aplicando en América Latina, lo cual no ha dado paso a hacer un alto en el

quehacer académico para el análisis profundo. Si a esto sumamos que el ambientalismo tiene

apenas unas décadas de vida (con fuerza a partir de los años ochenta), el esfuerzo se reconoce,

aunque no se justifica.

Algunas de estas compilaciones y estudios de caso son los trabajos de Tomás Villasante,

Rodrigo Araya Dujisin, Dieter Paas, Dora S. Gallardo Calva, Valentín Ibarra Vargas, Francisco

Sabatini, Claudia Sepúlveda, César Padilla, Pablo San Martín, María Luisa Murga Meler,

Alejandro Paya Porres, Aldo Panfichi y Carlos Goncalves Porto.

Por otra parte, aproximadamente menos del 1% de las fuentes consultadas se clasificaron como

trabajos con enfoque humanista9, entre los cuales identificamos estudios de corte filosófico y

literario. Entre los filosóficos identificamos a Enrique Leff Zimmerman, Leonardo Boff y la

compilación de Margarita Valdés. Por su parte los textos referidos como literarios son los de Ana

Flashner, Homero Aridjis, Carlos Aldunate y Marcelo Mendoza.

9 Se optó por este término a falta de una categoría más precisa y que pudiera englobar a estos trabajos.

21

Uno de los campos más desarrollados a mediados de la última década es el dedicado a la

relación entre género y medio ambiente, los cuales presentan el mismo formato metodológico de

los trabajos anteriormente comentados, es decir, estudios de caso. Resalta la cantidad de estudios

procedentes de o generados en América Latina, ya sea de autores latinoamericanos,

estadounidenses o europeos10. Algunos de estos trabajos son: Género y Ambiente de Esperanza

Muñón; Mujer madera, agua, barro y maíz Magali Daltabuit y Luz María Vargas; Mujer y medio

ambiente en América Latina y El Caribe propuestas para la investigación Margarita Velásquez;

Género, medio ambiente y sustentabilidad del desarrollo de María Nieves Rico; La praxis del

ecofeminismo biotecnología, consumo y reproducción de Maria Mies y Vandana Shiva; Género y

Medio Ambiente de Patricia Bifani y Mujeres y medio ambiente de Carmen Heras.

Por citar algunos textos de autores extranjeros tenemos: Women and the environment de Rodda,

Annabel; Women, the environment and sustainable development towards a theoretical synthesis

de Rossi Braidotti; Women and the environment conceptual issues and evidence from the

Ecuadorian Amazon de Edward R. Bilsborrow; Ecosocialism: from deep ecology de David

Pepper; Green Guerrillas: environmental conflicts and initiatives in Latin America and the

Caribbean de Helen Collinson.

Si observamos la bibliografía consultada podemos ver que la mayor cantidad de los textos

pertenecen a la década de los noventa, principalmente aquellos clasificados como estudios de

caso y un menor número son los dedicados al tema político, lo cual resalta la emergencia del

tema en el escenario académico.

10 Los estudios de género y medio ambiente también son prolíficos en los países asiáticos, africanos e hindúes donde además de pertenecer al Tercer Mundo, también existen gran cantidad de comunidades indígenas y tradiciones que mantienen una fuerte relación familiar.

22

Otro enfoque importante son los trabajos que combinan la información histórica con una

especie de ‘recuento de los daños’ a partir de las Conferencias de Estocolmo y/o de Río. Por lo

regular estos trabajos presentan una crítica generalizada de los avances y limites que ha mostrado

el “desarrollo sustentable” en determinados países con algunas conclusiones que caen en

generalizaciones (regulación ambiental eficiente, estrategias políticas orientadas al medio

ambiente, una economía ‘sustentable’, modificación en los hábitos de consumo, participación

social y educación ambiental).

Sin embargo, aún existen otros aspectos poco considerados e igualmente importantes, como son

los señalados por Margarita Favela, tal es el caso de los aspectos organizacionales de los

movimientos (características de sus liderazgos, sus estructuras de poder internas, los recursos

políticos, ideológicos y materiales de que disponen, etc.), la exploración de los factores que

explican su emergencia, desarrollo y conclusión, la comprensión del papel de las condicionantes

culturales, la influencia del contexto político y por último el examen del impacto específico que

los movimientos han tenido (Favela 2005:159). Sin duda, el estudio de estos factores son un

campo casi virgen en el ambientalismo y sin embargo pueden significar un pilar fundamental en

la construcción de una sociedad fuertemente orientada y sensibilizada al medio ambiente.

El rápido crecimiento que el desarrollo ambiental ha mostrado en la última década también se

puede percibir en el acceso a la información. De tal forma que desde 1995 aproximadamente un

buen número de revistas especializadas y fuentes electrónicas han aparecido en la escena pública.

23

COMENTARIOS FINALES

Esta primera aproximación al estado del arte en el estudio del medio ambiente desde un enfoque

social, nos ha revelado tres situaciones: 1) por un lado, la creciente asimilación del medio

ambiente como una dimensión indispensable en el desarrollo de las sociedades contemporáneas y

la comprensión de que si no se incluye en los proyectos de desarrollo de cada país, el deterioro

ambiental seguirá avanzando y con él la diversidad de problemas que trastoca como son: los

políticos, económicos, de pobreza, de salud, de vivienda, psicológicos, culturales, etc.; 2) se ha

revelado que aún existe un vasto campo de estudio que aun no ha sido trabajado como es el

referido a los discursos utilizados por los líderes y organizaciones ambientalistas, las

características políticas internas de los movimientos ambientalistas, su estructura y organización,

sus métodos de evaluación, la ideología con la cual se mueven sus líderes, la construcción de una

cultura ambiental, por mencionar algunos, que en conjunto permiten fortalecer la comprensión y

aprehensión de la importancia del medio ambiente en la vida cotidiana; 3) y finalmente, ha

emergido la necesidad de sustentar las reflexiones con bases teóricas que apunten a la

construcción de una teoría ambiental latinoamericana, que reconozca e integre las raíces

culturales propias de la región, las características sociopolíticas y las realidades económicas.

24

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