El existir del ser ante el sufrimiento y la muerte

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    El existir del ser

    ante el sufrimiento y la muerte

    Marcel Arvea DaminMarcel Arvea DaminMarcel Arvea DaminMarcel Arvea Damin

    IIIILa prueba suprema de la libertad no es la muerte sino el sufrimiento.

    Emmanuel LEmmanuel LEmmanuel LEmmanuel Lvinasvinasvinasvinas

    La vida trasciende la materia, el tiempo y el espacio: la muerte: la vida es tras-cendente.

    La vida es el principio que anima la existencia humana.

    Vida y existencia se separan cuando acude la historia en la creacin de la identi-dad del ser. Esta historia e identidad del ser hace de la vida biolgica existenciahumana: el ser humano es biosy zoe, vive y existe; vive biolgicamente y existebiogrficamente: el ser humano seexiste, el ser humano se es.

    Vida y existencia inevitablemente son dolientes y sufrientes: el cuerpo duele y la

    mente sufre.

    Dolor y sufrimiento? no importa si es padecido o gozado, infringido o autoin-fringido. Del dolor al sufrimiento y del sufrimiento al dolor, circuito cerrado queslo concluye cuando acaece la muerte.

    Como un columpio es la existencia del ser humano en todas sus posibles varia-bles y manifestaciones. Dolor somtico y sufrimiento psquico, en ida y vuelta.

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    Duele el yoy duele el dolor del otro. Por ejemplo: el amor es dolor y sufri-

    miento propio y ajeno. Duele el morir que sufre y sufre el morir que duele: el serhumano est siendo con el dolor, en sufrimiento y agona permanente; la muerte esliberacin.

    Pero esta muerte nunca es ma, porque cuando la muerte sea yo ya no ser(yo). El morir es mo pero la muerte no. Por tal razn, mi muerte es siempre lamuerte del otro. La muerte propia slo es posibilidad anticipada y predicativa, mien-tras tanto, en su existencia y vida, en la historia del mundo, el ser humano se singula-riza e individualiza en un particular mododel ser.

    A cada una de estas presentaciones y ocultamientos del ser, a cada una de estasmodalidades tan singulares que expresan al ser, se les puede ciertamente comprendercomo modos del ser.

    As entonces, el SerEterno e Infinito, el Serde todos los seresparticulares, el Serde todos los seressemejantes y distintos, es siempre la manifestacin nica y singularde un modo del ser.

    As tenemos por ejemplo el modo del serneurtico o el modo del sermujer,que siempre son y sern particulares, semejantes y distintos, tal como todo en esteuniverso inconmensurable, misterioso y desconocido lo es.

    Un modo del serque mientras ms particular y singular, ms nico es.

    Ser de todos los seres.Lo Otroante la variabilidad de lo Mismo.Del Ser al ser de todos los seres particulares y distintos.

    Este essalto, la hipstasis, la trascendencia y su retorno (del Ser al ser de todos

    los seresy del ser de todos los seres al nico Ser).

    Del Seral modo del ser y del modo del ser al Ser,siendo-se. Es la ruptura me-tafsica de la unidad contradictoria.

    El Ser se essiendo-se: el Ser se es en su ser.

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    La muerte es una amenaza absoluta que se acerca a m como un misterio; su

    secreto la determina; se acerca sin que pueda asumirla, de suerte que eltiempo que me separa de mi muerte, a la vez disminuye y no acaba de dis-minuir, implica un ltimo intervalo que mi conciencia no puede franquear yen el que se producira de algn modo un salto, desde la muerte hacia m.El ltimo tramo del camino se har sin m, el tiempo de la muerte transcu-rre contra la corriente, el yo, en su proyeccin hacia el porvenir, se encuen-tra trastornado por un movimiento de inminencia, pura amenaza y que meviene de una alteridad absoluta.

    Emmanuel LvinasEmmanuel LvinasEmmanuel LvinasEmmanuel Lvinas

    El planteamiento paralelo de esta reflexin sobre la muerte es que nada verda-dero de ella se puede decir. La muerte es una hiptesis, un dichoincapaz del decir.Ante esta imposibilidad, la cultura es el recurso que hemos creado para pretextar lodichosobre aquello de lo que nada se puede decir.

    Vale tener siempre en mente para esta reflexin sobre la muerte, que las expre-siones culturales con respecto a ella guardan una estrecha relacin con la nocin cul-tural e ideolgica del cuerpo. Por ejemplo, cuando la vida era considerada producto

    del aliento vital, entonces un espejo en la nariz anunciaba la muerte consumada deun ser humano. Para otras culturas fue el corazn el centro vital y por ello la ausen-cia del ritmo cardiaco declaraba la muerte de la persona. Ahora, nuestra cultura ra-cional, considera que el cerebro humano es el comando vital; hoy se puede declararla muerte, aun con signos vitales, si existe cese de la funcin cerebral.

    La muerte es entonces problema, pregunta e hiptesis.

    La oposicin y dualidad de la muerte y vida Una y la misma palabra, una y lamisma cosa: vida-muerte-vida. Sin embargo, existe una preeminencia de la vida so-

    bre la muerte. La segunda, la muerte, slo acaece a partir del acontecimiento previode la vida, la vida es entonces un a prioride la muerte y la muerte a posterioride lavida. Sin vida no podra ser ni suceder la muerte. La vida es a la muerte su origennecesario; la muerte es a la vida su fin inevitable.

    La muerte, lo mismo que la vida, tiene siempre su tiempo y su espacio: la muer-te es ipso facto. Existe nicamente en el instante, lo mismo in teroque en la pro-

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    longada longevidad. La vida que es perpetua agonapuede incluir sufrimiento ydolor; sin embargo, nada ni nadie que est vivo podr evitar la muerte.

    Vida-muerte. La muerte como cesacin de la vida.

    Lo contrario a la muerte no es la vida sino la eternidad, quiz sea por eso la devida eternaque prometen las religiones. La eternidad como oposicin a la muertecarece propiamente de vida. La eternidad es, fue y ser sin tiempo, sin muerte.

    Ciertamente todas las culturas se desarrollaron de alguna manera a partir delsentido trascendente de la vida, todas las culturas reflexionaron formas de vencer lamuerte. Sin embargo, todas ellas se constituyen como una dialctica entre vida-muerte, como punto original del ser; pero el ser preexiste a la vida y a la muerte.Es as que las culturas la conciben como renacimiento, resurreccin, inmortali-dad, reencarnacin. La muerte siempre es superada a partir de un origen primor-dial: la vida trascendida y la muerte superada.

    Pero tambin las culturas desarrollaron diferentes argumentaciones para justifi-car la preeminencia del alma sobre el cuerpo. Por eso se dice que el alma transmi-gra, transustancia

    La fe judeocristiana concibi la eternidad como atributo divino La muertecomprendida as es la transustanciacin de la vida el Amor vence la muerte, ste esel mensaje del Evangelio.

    Isaas nos dice que Dios observa el universo de eternidad en eternidad. Elsempiterno Dios, como dice el vals oaxaqueo, nunca muere.

    As, la eternidad es un atributo de la divinidad tambin lo es el infinito. Laeternidad es el tiempo de Dios y el infinito su espacio inconmensurable, por elloDios es absoluto, sin principio ni fin: nunca muere ni nace, slo se es

    Se deduce entonces que la muerte es el ncleo del pensamiento religioso; puesexisten religiones sin Dios, religiones ateas, pero no existe religin sin muerte. Puede

    decirse incluso que Dios es una sublimacin de la muerte. Por ejemplo, esta referen-cia que aparece en el xodo, Dios advierte a Moiss: no veas mi rostro, porquequien ve mi rostro, muere Si ver a Dios implica morir, como no pensar entoncesque Dios es la muerte

    sublimada

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    El Amor es tambin una sublimacin de la conciencia de muerte. El amor filial,el amor de madre y padre, valga este ejemplo, se esmera siempre por atender a laprole, para prevenirle de la muerte. Ciertamente madre y padre le dan vida a su hijao hijo, pero al hacerlo tambin le donan el dolor, el sufrimiento y la muerte.

    Por todo ello, inconscientemente, el amor filial es un amor que se desarrolla en

    la prevencin y en la culpa. Se da la vida, sin duda, y con ella, inevitablemente, eldolor, el sufrimiento y la muerte.

    La pregunta necesaria al dilogo de esta reflexin es deliberar sobre la siguientedisyuntiva fenomenolgica: el ser es para la muerte, como dice Heidegger, o el ser espara la vida, como opone Lvinas.

    Ser para la muerteo ser para la vida That is the question

    IIIIIIIIIIII

    PostPostPostPost----scriptumscriptumscriptumscriptum

    Shalom:Shalom:Shalom:Shalom:

    Quiero aprovechar la ocasin para agradecerles la intensidad de esta experien-

    cia educativa donde afortunadamente coincidimos y dialogamos sobre estas nocio-nes tan impresionantes para la vida: dolor, sufrimiento y muerte.La invitacin, el convite, consisti en suspender la actitud natural del pensa-

    miento que atribuye datos al fenmeno, en este caso particular al dolor, al sufri-miento y la muerte, para poder alcanzar la esencia del fenmeno: su ser sindose.

    Esta convocatoria se argument entonces en el dilogo y la experiencia; o loque es lo mismo: en la chispa de la palabra y la existencia: en la conciencia.

    Este cruce de caminos entre la palabra y existencia, esta trenza dialctica fuejustamente lo que nos permiti el milagro del dilogo. Dilogo entre conciencias y

    existencias, entre historias e identidades que se cruzan y entrecruzan para trascender-se mutuamente. Porque algo qued muy claro en estas dos sesiones: nuestro ser estrascendente.

    Quiero agradecer y reconocer que estos dos encuentros fueron posibles graciasa la imaginacin e iniciativa de la maestra Paty. Ella lo supuso posible y nos cruz enel camino: un obsequio de su parte.

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    En fin: deseo que la experiencia compartida de estas dos sesiones haya sidotrascendental para ustedes, pues seguro que para m ya lo es, y por eso agradezcomucho lo sentido y aprendido

    De este dilogo nacieron ms preguntas que respuestas, pero de cualquier ma-nera el objetivo que nos propusimos nunca fue llegar a conclusiones definitivas, nisiquiera parciales, respecto al dolor, sufrimiento y muerte; pues todas ellas, auncuando estn separadas y se relacionan de manera particular, no son de modo algu-no interdependientes.

    Con esto quiero decir que a la muerte el sufrimiento y el dolor le son innece-sarios. Esto es posible gracias a que la variable muerte domina sobre el dolor y elsufrimiento. El dolor y el sufrimiento no son prerrequisitos de la muerte. La muertepuede llegar sin dolor y acaecer en alegra, en gozo o en amor..., sin sufrimiento nidolor.

    Lo nico que la muerte necesita es vida. La vida se alimenta de muerte y la

    muerte se alimenta de vida.As fue que llegamos a varios puntos de acuerdo que aqu expongo brevemen-

    te: la vida es primero e implica morir pero excluye la muerte, por lo menos mimuerte, pues el ser es sindosede cualquier manera: el ser es inevitable.

    As diferenciamos mi morirde mi muerte, pues lo contrario de mivida no esmimuerte sino mimorir. La muerte slo puede acaecer a la vida. Aristotlicamentepodramos decir que la vida es potencia y la muerte acto.

    La muerte est bien viva y anda matando.Nos anda buscando y nos encontrar. Mientras vivimos tambin podemos

    decir: Muero porque no mueroEsta muerte que nunca es ma sino siempre es la muerte del otro, y que por

    ello mismo me corresponde inevitablemente, responsablemente, insustituiblemente am; esta muerte que no es ma pero que de alguna manera es de m; esta muerte quedesconozco, que me amenaza y me confronta ante cada uno de mis actos y mis das:me hace inevitablemente responsable.

    La muerte, la conciencia de muerte, me exige ser libre y digno del serque soyyo en la historia del mundo de la vida. Por ello, el ser no es un ser para la muerte,pues la muerte es siempre y de cualquier manera destino inexorable. El ser es para la

    vidajustamente porque la vida puede crear, generar y regenerar su propio sentido.DDDDeeeessssttttiiiinnnnoooo yyyy sssseeeennnnttttiiiiddddoooo. Las mismas letras con distinto significado.La muerte es destino y la vida sentido.La muerte ser siempre de cualquier manera, la vida es posibilidad del sentido

    trascendente del ser.El dolor es alarma; en cuanto a su prolongacin, se dijo, no tiene sentido ni

    razn de ser: es intil.

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    El sufrimiento tiene sentido siempre y cuando no sea intil ni pasivo. Elsufrimiento puede ser trascendente porque descentra la egoidad del yode su egolatr-a y egosmo.

    El yoque dice yo, el yo que dice my el yo que dice mo.

    El yose preserva intilmente de la muerte. Y como este esfuerzo es intil decualquier manera (pues la muerte acaecer sin excepcin alguna en todas y todosnosotros), la culpa muy pronto se aferra como garrapata a la conciencia: por esoinconscientemente somatizamos la culpa:

    Pobre de m quin me librar de este cuerpo de muerte?

    El sufrimiento puede ser una posibilidad de purificacin. La situacin lmiteque enfrenta el yoante el sinsentido del vaco ante la posibilidad de crear la libertadresponsable, necesaria a su propia existencia, es justamente la posibilidad del serdetrascender.

    El sufrimiento no es fatalidad cuando el yose aventura a su sentido de vida. Elejemplo que nos sirvi de anlisis fue Job, quien padeci mucho dolor y sufrimientohasta que logr dialogar con el Ser de todos los seres, para no saber ya ms de o-das

    Qu linda exgesis al texto de Job!En fin: yo puedo ir describiendo mis reflexiones pero ya no quiero prolongar

    ms el insomnioUn abrazo de pulpo en su tinta.

    Marcel