El Fin de Análisis - M Balint - Traduccion Jorge Sosa Textos Referencia Asociacion Barcelona

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  • llUlllllUllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllll!lllllllllilllllllllllllllllllHllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllll La direccin de Ja cura. Jacques Lacan

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    M ichael Balint El fin de anlisis()

    (traduccin del frdncsypresentacin a cargo de Jorge Sosa)

  • Presentacion.

    l.. a.tZ.:ti.cuJ...o qe p.tZ.e4entamo4 en e4.t.a 4e/li..e '7 ex:.to4 de:. 'Re(.e.JZ.encia" de "LA DJ'RE,CCJON D. LA Cl.fM", e4 de 1949 !I f..9Wla en WUl .tZ.ecoph..a.cin de a.tZ.t.i .. cuA.1.M de /'r'J. Bo.lin.t .t.tZ.adu.ciciJ.M a.I.. f,.tZ.anc4 po.tZ. &i.. 'Pavo.t en 197 2 bajo el . :ti..tu.J...o 11Amowz. vU..ma.UZ.e e.t .tecluU.qe 'P 4.i...duznali.tyqe" ( Amo/l. plli.ma/l.i...o SI- .tcni...ca {Mi...coana.llti..ca J. Si.. bi...en no con4.t.a en el h.4.tado f_in.a.I.. de .tZ.e(.e .tZ.enci...a4 del .tex:.to de la.can -de hecho no hav. rU..nf;.n .tex:.to de Bo..li.n.:t e. e4.ta fu.t.a- C.tZ.eenzo4 qe .tZ.e4ponde a .M nece4i...d.ade4 de .l..ec.twz.a del mi...4111.o, pu.e4.to qe e4 1Z.ept1.e4en.t.a.ti...vo de .la po4i...ci...n .teuca de Bo.lin.t.

    EA.te {Mi...coanafu.ta de la J'PA e4 con4i...de.tZ.ado po.tZ. lacan como 11 aJ...umrw de F e.tZ.encp_ 11 /1 pe1Z..tenecien.te a la .tll.adi..cin Hn9'11l.a " qe f.J...o

    .tZ.eci en .toll.no a J...a4 cu.e4.ti...one4 pla~eada4 po/l. poll. l.a 1Z.elaci...n en.t/l.e i1 analiado y. el anafu.ta , .tZ.elaci...n concebi..da corno u.na 1Z.e-lacin i...n.tell.htuna na .i.mplicando pe.tZ.4ona4 !,J. 4U.poni...endo en con4ecu.enci...a ci...e.tZ..ta ll.ecipz.ocidacl" Su. obll.a " 4e 4i...t..a. en e4e pe.Uodo qe 4e ex:.ti...ende de 1930 ha4.t.a nu.e.-1 .t.tZ.o-1 di..a.-1, qe -1e ca.tZ.ac.te/li...a po.tZ. un a-1cen40 ptl.Of;A.e4.i...vo en el an.h._4,_-:; de J...a 1Z.elacin del objeto 11 f lacan, Semi...nauo J, pr;. 304 J.

    EA.te pall.a..Jo pt1.ome.ti...do po.tZ. el an~ 4~ ..lo entiende Bo.lin.t, e-1 J...a po4i...bi...-li...dad de u.na r;eni....ta,/_,_dad p.l..enamen.te 4a.ti...4f.ac.toua .t.an.to pa 1Z.a e,l 4u.jfZ.l.o corno pall.a el obje.to. 4.to q.e e4pe.tZ.al.a a.I.. f..,i_na).. de un p4i...co anh.4.i...-1, no 4./.a 4.i_no -la /l.eedi..ci...n madww. de .l..a 1Z.el.aci...n cell./l.ada del. p/l.mci...pi...o qe denomi...n.a "amo/l. pll..nauo 11

    la c.f,e.JZ.encia e-1.t/l..i_ba!.a en J...o qe 4e ..l:Jma "amo/l. r;eni....tal.. 11 , el o.t/l.o 4e!.a .tZ.econocido en 4U. ex:M.tencia de 4uj.e.to. EA en e4.te punto de conjun.cln en.t/l.e el acce.-10 a -la 1Z.ealidad del o.t/l.o como 4u.j.e.to y. J...a po4.i_bi...1..i...dad de un.a 1Z.eali.aci...n r;eni....ta.I.. pJ...ena, q.e Bo.lin.t 4.i....t.a el f.,i_n de.I.. anfui.A.

    J... callejn 4.i...n 4a,/_,_da, .t.a.I.. e4 el .t/l.mi...no u..ti...liado po/l. lacan en 4U. Semi...nauo J, e-1 qe no e-1 po4.i_bJ...e pen4a/l. el fXMaje de un.a 4.i....tu.a cin Cell./l.ada: 11GmO/l. pll..i.ma/l.i...o 11 , pen4ada 40b/l.e el pJ...ano an.nal.. de ,/,a nece 4.i...dad, a un.a i...n.te.tZ.4u.bje.ti...vi...dad qe 4u.pone nece4a~en.te J...o 4.i.mblico como e-1 el "amo/l. r;eni....ta).. 11 DecVz. qe un.a e4 el de4a/l./l.o)..)..o de la o.t/l.a e.-1 ner;a/l. .l..a fJIU..me.tZ.a SI- /l.e.t/l.o.t/l.ae/l. -la e4.t/l.u.c.twz.a i...n.te.tZ.4u.bje.ti...va a.I.. i...n.i_cio, e-1 dec.Vz., de4comp.l..e.t.a/l. el pa1Z.a.l40 p;U.rn,i_.ti...vo. n ll.ea,/_,_dad el i...n.te.tZ.A de lacan .en e4.te Semi...nauo e4 ~ca/l. l.a-1 .teo!.a4 del p.1.i_coanfui...-1 qe 4e apoyan en l.a i...dea de un.a .tZ.elacin du.a).., e .i_n.t/l.odu.c.Vz. ,lo 4.i.mblico como )..o qe pe/l.mi....te de4peja/l. la.-1 1Z.el.acione-1 de.I.. 4uj.e.to con el de4eo.

    n "la di../l.eccin de .l..a CU/la", )..a ll.ef,Menc.i_a a ,/_a .teo/l..la de Ba)_,i_n:t apa/l.ece en el capl.tu.)..o JJJ, pun..to 6. Se .t/l.a.t.a del capl.tuJ...o .ti....tu..l..a do "Cu.a).. e-1 )..a 4.i....tu.acin ac.tu.a).. de -la .t/l.an4(.e.tZ.enci...a? 11 ."1tamo-1 en 1958"; lacan /l.edu.ce a .t/l.e-1 pa/l..ti...cu.-la/l.i...dade-1 el conju.n:to de l.a.-1 .teo!.a4, ac-la/l.an

  • do que no poll exi..AtJ...;z. 4nu.Itaneamen.:te eJ,.la4 podtan comple:ta!l4e. Su :te 4,4 e4 que :toda4 adolecen. de un def_ec:to cen.:t!lal. 'P!l.imello :ten.emo4 el. ren.e:t.i'1mo, cuyo "o!l.ir;en. noble" M An.n.a F/z.eud, Sllf).un.do la que _:toma como eje la llelacin de obj..e:to, cuyo "o!l.ir;en. noble" e4 Ab!laham. I e/lCe/lO la que hce p.ivo:tall el p-.icoanfui.'1 en :tollrto _al concep:to de .in.:tlloy.eccin .i.Jit.ell4ub.e:t.iva, y. cuyo Of1..9ert noble 4e/.a f ellen.cJ.-i-. :ta .l:l:Iiii.a coMli:t~ y.e el :tellcell lado de lo que 4e llama un.a "piAmi-
  • a FIN DE Pli4LISIS (1 )

    I

    Los criterios de fin de anlisis se pueden clasificar bajo varias rbri-cas diferentes. Yo eleg tres de ellas, no solo pcnt.e ne parecen i""rtantes, sino sd:>re todo porqt.e las he estl.Xiiacb nejor que las otras. La prinera rbrica es la de los "fines pulsiooales". Se entiende por ello una primaca genital sliclarente estable-cida, la capacidad de experinentar lJ1l satisfaccin genital c~leta, en otros trnrinos, la madurez genital. ~rra sealar que entiendo por esto ms q1.e la sinple SUTia de todas las pulsiones sexuales parciales; desde mi Plf1to de vista , la madurez genital es lila funcin nLEVa que ererge hccia el flDTEnto de la ptbertad, probablmente caro el resultado de IJ'l 11proceso natural 11 , tal caro he intentado clesaibirlo en "Eros y Afrodita". (2)

    El segLflCio Qn4X> de criterios puede resunirse bajo el titulo: 11relacin con lo objetos pulsionales". 1--e trattlo este tena en lll articulo reciente titulado "El amr genital 11 (3). Lo esencial de mi tesis es que el aror genital no es de ninglJ'la mane"a un proceso natural espontneo, sino lll artefacto -resultado de la civilizacin (o de la eclucccin)- lJ1l nezcla ~leja de satisfaccin genital y de ternura pregenital; en el plano psiquico se expresa por nedio de una identificacin genital con el objeto, basada en lila prueba de realidad riglr()sa,_y tiene por fin el de transfonnar lJl objeto indiferente o incluso reticente en IJ'l partenaire genital amnte y coqJtrante.

    El tercer grupo de criterios puede ser resunido bajo el titulo: "La estructura de yo". El yo debe ser lo bastante fuerte para hacer frente a - las tensiones provocadas -entre otras cosas- por: a) el erpleo de ntodos alq>lsticos en lugar de rrtodos autoplsticos para afrontar la realidad; b) el brusco allrBlto de la excitacin antes y durante el crgasrro; d) el nentenimiento de la identificaci'l genital coo el partenaire incluso cltrante los periodos de insatisfacci'l teJporal, etc. Manifiestarente, la base C011 de todas estas fi.n:iones es una apreciccin segura de la realidad, que permita al individoo mantener m contccto constante con esta, incluso en un estado de tensin.

    Se Erfectarente que todo esto es bien corocido. ~l misoo mxlo saberos bien que soo criterios bastante perfeccionistas, a los que nadie puede satisfacer entera-nente. Un crtico esceptico tendra de-echo a pregllltar al respecto: teniendo en cuenta

  • tcxios estos criterios, que margen de desviacin debera estar permitido en relacin a estas normas estt>lecidas antes de tenninar un anlisis? caro no es fcil resporde-a esta pregunta, proporgo intentar otro rrodo de acceso.

    II

    caro el intento de estt>lecer normas tericas parece poco fecunoo, varos a t>ancbnar la bsqueda de criterios externos e intentar describir lo que pasa de hecho en el plaro clnico cuando un anlisis acaba. Intent describir ese proceso que llaT "reruevo", en dos de mis artculos (4). ReslJITiendo, he aqu lo que pasa: progresivarente el paciente abandona su actitud desafiante con respecto al nundo de los objetos, especial-nente con respecto a su analista; aparece paralelarente una fomia particular de relacin de rojeto que se ~ dencminar aror rojetal arcaico, primitivo o pasivo; los razgos principales del mi9TD soo la espera incorxiicional de ser arado sin ninguna obligacin de dar algo a camio, y de obtener, segura e infaliblerente, la satisfaccin deseada, sin tener en cuenta los intereses del rojeto; es necesario subreyar que estas satisfaccio-nes exigidas coo veharencia no sobrepasan jans el nivel del placer preliminar. Natu-ralnente estos deseos jans pueden ser plenarente satisfechos en el cuadro de la situa-cin analtica, pero segl'l mi experiencia, deben ser totalnente CCJ!llrendidos y tari:>ien satisfechos en grl'l parte. Porque solarente si el analista logr conducir con xito a su paciente a travs de tcxios estos obstculos y precipicios, es que este ltirro puede evoluciooar, a partir del reruevo de ese cmr rojetal primitivo y pasivo, hacia un aoor genital K:lulto., Paralelarente a este desarrollo, y en estrecha relacin con l , el paciente coocede cada vez ms de-echos a sus rojetos, es da:i r que desarrolla su capacidad de experinEntar la realidad teniendo en cuenta a sus objetos, esforzndose as en llegar a un carprrnriso aceptable entre sus danandas y las de sus objetos.

    Cuancb no es perttrbado el desarrollo de este proceso, una experiencia notbl81B1te unifCl'lle cbnina toc:b el ltinn percxio del trataniento. El paciente tiene la ilJl)resin de pasar por una suerte de renacimiento, de haber arribado al final de un sarbrio tfrel, de volver a ver la luz despus de un largo viaje, de haber recibido una vida nueva, experinenta un sentimiento de gran libertad, caro si un pesado fardo hubiera cado de sus espaldas, etc. Es una experiencia profundarente conrovedora; la ami>sfera general es la de un adis definitivo a algo nuy valioso, rruy preciado -con tcx:bs los sentimientos inherentes de pesar y de duelo- pero este pesar sincero y profunda-rrente sentido es suavizado por un sentimiento de segtridad, que halla su fuente en

  • las posibilidades ruevanente adquiridas de un verdadE!"o bienestar. fenerallTB'lte el paciente parte dichoso despus de la ltima sesiti, pero con lgrimas en los ojos y, creo poder confesarlo, el analista se erx:uentra en un estado de niroo bastante similar.

    Es l1LtY irrportante no dejarse engaar :xr el sint>olisroo evidente de esta descripcin, at.l1CJE naturallTB'lte pennanezcams conscientes de todas sus inplicaciones a 1 respecto. Pero pienso que e 1 vercladEro prob lena es nu:ho ms proflflJ que 1 a expre-si ti sirrblica, y el sint>olisroo no es ms que 1J1 lenguaje torpe para dar IJ1a tradt.cciti poco slida y bastil'lte incarleta de ese problena--ms proflJ'lClo. Ese problena ms proflJ'lCk:> que oonsidero el ru1o de nuestra discusiti, puede fomularse de varias maneras que se esfuerzan tocias en cCJ1U1icar el misroo contenido. Exaninar solcnente dos de estas fomulaciones.

    La prinera plantea la pregunta: es la cura analtica un proceso "natural" o "artificial"?, didlo de otro roodo, la tarea del analista consiste sol11B1te en levantar los oostculos creados por los trat.natisroos individuales y sociales, despus de lo cual los procesos "naturales" se Bl:argaran de la cura?

    a) Si la respuesta es afirmativa, debems esperar encontrar si8J1lre los misroos fenrenos en el curso de la fase temrinal; adens, estos fen'l'enos sern probab l erente expresados bajo una forma sirrbl ica general, CCJ1D por eje1v 1 o e 1 ren1J1Ci a-miento a una existerx:ia intrauterina que, retrospectivllente, ser calificada a la vez. de buena y de mala;

    b) Pero si la respuesta es negativa, deberos esperar acontecimientos trerendarente variables en la fase tenninal que ciepende"n, entre otras cosas, del grado de madurez general alcanzado, de los problenas que hayan sido tratCl:ios en ltiroo tnnino, de la personalidad del analista, etc.

    Recurriendo a conceptos ms generales, otra fomulaciti pcxira plantear la pregunta:

    12 - La salud es un estado natural de equilibrio?, didlo de otra manera, existen procesos en el psiquisroo que, si no son- bloqt.eados ni perturbados, orientaran el desarrollo hacia el equilibrio?

    22 - O bien la sallli es el resultado de 1J1 feliz azar, un fenreno raro o incluso irrprobable, por el hecho de que requiere oorr:iiciones tl'I rurerosas y tan constrictivas que la probabilidad de erx:ontrarlas ret.11idas es nfima?

    Los dos dilenas son ftlldarentallTB'lte identicos. Hay al91J1as otras fomula-ciones posibles pero poderos dejarlas de lado por ahora. Los analistas an no han ~ado a dar una respuesta satisfactoria a estas preguntas. A grandes razgos hay dos CflllOS. Es interesante ap1J1tar que aquellos que oonsideran la genitalidad madura caro no siendo

  • sirrplarente la suna fortuita de una rrezcla dispar de pulsiones sexuales parciales sino una flllCin en s, consideran igualrrente a la saloo caro un equilibrio "natural" y e 1 fin de una cura G11a 1 ti ca caro un proceso "natura 111 El otro carpo sostiene mas o neios unaninerente que la salud, el fin de un anlisis y la madurez genital resultan todas de un nll'erO tG11 grande de fuerzas, de terx:len:ias y de infli.eocias, que uno no tiene s mis casos que pasaron el perodo de prueba, he podido observar la fase terminal, tal caro es descrita en este artculo, alredecbr de dos veces de cada diez. Es una proporcin bien pdlre. Sin amargo sigo convencido de que, en lo esencial, mi descripcin es correcta. Mi principal argurento es que en todos 1 os casos en que no haros 1 agrado tenni nar cOl'TeCtale1te 1 a cura, creo saber dnde estara el error; sin amargo debo achritir que una vez caretioo ste y Calllraretido el periodo de reruevo, era practicarente irrposible recoo:fucir la situacin. En estos casos, a pesar de un horesto esfuerzo y una sincera buena voluntad de una y otra parte, el anlisis acababa habitualrrente con un xito parcial, raras veces con un sentimiento de insatisfaccin y aJl de resentimiento. Es tranquilizador constatar que rrey a rren000 los procesos instarados por la cura han continuado clesarrollancklse despus del denaninado final de anlisis, de nndo que los resultados definitivos rruchas veces son del todo honcrci>les, al.l'lqlE parece subsistir durante largo tierpo tanto para .el paciente caro para el analista, la sensacin de que algo fall. Caro es evidente, este material no es rrey convincente.

    Los rilisis bajo control deberan suninistrar una segl.llda fuente de materia 1 Desgra:i adarente e 1 trabajo de cootro 1 tenni na genera lrrente antes que 1 os anlisis puedan ser lleva:ios a tmrino; lo que es sUIBTB1te insatisfactorio tanto para el candidato caro para el control -y con ms razn para el paciente. Jldans de estas dificultades reales, teneros otra razn para tolerar este grave defecto inherente a nuestro sistena de foma:in; y es la duda inconsciente y no fomulada ya rrencionada, en cuanto a la posibilidad de un fin "natural" del anlisis.

  • La ltima fuente de infonnacin debera estar constituida por los casos de los otros analistas. I:esgraciadarente saberos tan poco sd:>re las tcnicas de nuestros colegas y saoos tan poco CCJJl.flicativos en lo que corcieme a las nuestras, que solo lJ'la nfima parte de los casos es accesible a un observm- exterior. Esta nfima parte de la que puede saber algo un observil:b' exterior est represent por los anlisis didcticos.

    Por distintas razaies, lJ10 esperara encontrar aqu nenas CX111Jlicaciones que en el caso de los neurticos; desgraciadarente es toc:b lo contrario. Saberos -ai cuando oo se lo reconoce oficialrrente- que gran nrero de allllflOs prosiguen sus anlisis sin ninguna intern.4)Cin despus de su aclnisin. Esto oo ilJ1)lica solllSlte lJ1 corto percx:lo de reorderarriento sino un verdadero trataniento en proflJ'ldidad. Pienso que este hecho, que debe producirse en toc:bs los Institutos de Formacin, es de crucial i111J01"1:aicia para nuestro propsito.

    Nuestro sistena de fomacin actual tiene por base la regla BJprica flJ'ldarental segi la cual nadie puede analizar si no ha sido l mism analizado. Evidente-rrente hay que entende- por esto algo ms que un carrienzo de anlisis o algunas docenas de sesiones. Por ms q.e la regla no lo precisa, t.r10 tiende a Sl4JOOer que el allllflO debe terminar su propio anlisis antes de ser habilita:to para tratar pacientes sin obligacin de cootrol.

    AparentaJEnt:e no es el caso, y trabajaros con dos normas en vez de una sola. La nonna A, nenas estricta pero controlada oficialrrente y aplicada con rigor por nuestras sociedades y sus responsables, estipula q.e el alum:> es lo suficientarente normal (es decir est fonnado) para encargarse solo de los pacientes, para ser calificado ntegrarente de analista, pero oo necesari11B1te ai lo bastante ncnnal para resolver sus propios conflictos neurticos inconcientes. La nonna B, ms estricta pero no cootrola-da por nuestras sociedades y sus responsables, sCJ'IEtida a un acuerdo privado entre el paciente (un analista enterarente cualificado) y su didacta, fija los verdaderos criterios del fin del anlisis. Saberos ni.Chas cosas scbre la norne A, pero desgraciada-rrente casi nada scbre la oonna B.

    Querra agregar que este sistena de dcble ncnna es una evolucin relativa-rrente reciente a partir de una con:epcin denasiado pe-feccionista cizs, una suerte de poltica de retcrno a las realidades silJ1)les. Se conocen algt.rlOS de los factores que han favorecido esta evolucin, la cual, que yo sepa, cmenz en los aos treinta; estos carprerrlen, entre otros, el anlisis inacabado de varios de nuestros colegas, anlisis que han debido ret011ar seguidarente a ttulo personal; una seleccin inicial inadecuada de los candidatos, la c111racin cada vez ms larga de los anlisis didcticos

  • nonnales, la cual a su vez acaba sierpre por constituir una fuerte presin exterior, en particular ele orde1 finarx:iero, etc. lkl estl.Kiio interesante consistira en conocer rrejor los rrotivos conscientes e ioconscientes de estos ltirros desarrollos de nuestro sistem de fonnacin.

    En la situacin actual, esta fuente de matwial clnico taq:xx:o proporciona una respuesta vlida a nuestros problems. Evidenteiente, la nonna A no nos sirve de nada; en cuanto a la ncnna B, no saberos ns al respecto que de cualquier otro anlisis terminado.

    IV

    Resl.JITiendo: teneros excelentes criterios tericos para de::idir si un anlisis est carpletarente terminado o no. l:esgraciac:larente deberos adnitir que son normas ntJY perfeccionistas, y nos es illp)sible definir el rrargen de desviacin aceptable de acuerdo a nuestros criterios. Me doy cuenta perfectarente que otros analistas prefie-ren erplea.r criterios parcial o totalirente diferentes de los nos. Sin erbargo, la crtica qt.e-acabo de h~ sigue siendo vlida--para cualquie-- serie de criterios.

    l:esde un punto de vista rctico, cuancb exaninaros las fases finales de mis anlisis verdac:IE!"arente terminados, acabaros en el dilem siguiente: es la sa 11.Ki un estado "nattra 111 o so 1 atente e 1 resultado de una. opcrtunidad excepciona 1, un fenreno nuy raro? Y debirros adnitir nuestra incapacidad para resolver este di lem.

    Por fin, l:xJscink> un matwial clnico vlido cuyo estl.Kiio fuera suscepti-ble de permitirnos fomular una respuesta erprica, o al trenoS estadstica a nuestro problem, descubrirros que ese material, incluso si existe, es inaccesible a cualquier otro analista, es de::ir que no es accesible ns que para el analista que ha conducido efectivarente el anlisis a su trmino. Caro en el narento actual no existe ninguna posibilidad de control o de verificacin, todas las afinnaciones coocemientes a los anlisis verdaclerarente terminados estn necesariarente marcadas por una coloracin subjetiva y, en consecuen::ia, su validez es dudosa.

    Esto se aplica por supuesto a mis propias afinnaciones tanto cam a 1 as de los otros participantes en este debate, hasta e 1 d a en que di ~aros de un material seguro, accesible a tock:>s, con vistas a una crtica seria. En tanto la situacin quede caro est, tocia contribucin a este problem carportar el riesgo de no aportar gran cosa a la solucin, revelando nu::ho soore la personalidad ele su autor, aunque

  • en l.fla fonna rruy slblimada. Me apresuro a agregar que esto es igualnente cierto en lo que atie a esta contribucin.

    Y sin eri:>argo, a pesar de estas incertidurbres, cada ao tenninan rruchos anlisis. Incluso si adnitirros con nucha prudencia que cada mierbro de nuestra Asociacin Internacional que practica el anlisis no temrina ms que uno o dos casos por ao, el total estar cCJll>rel1dido entre 1.000 y 2.000 anlisis por ao. Refiriencbros a las cifras que he citoclo en este artculo, segm las cuales al nenas dos casos de cada diez han terminado efectivarente, se llega a la cifra de 200 a 400 por ao. Esto constitu-ye por cierto un material irrportante. Escribo estas lineas con el nirro de incitar a alguno de nuestros colegas a hacer una sntesis crtica de esto y a utilizarlo para hallar una verdadera solocin a nuestros problenas.

    (1) Contribucin a un sirrposillll sc:i:>re "El fin del tratalliento psicoanaltico", en ocasin de una reunin de la Sociedad britnica de Psicoanlisis, el 2 de marzo de 1949. Prine-ra publicacin en Int. F. Psycho-Anal.(1950), 31, 196-199. (2) Int. F. Psicho-Anal.(1938), 19, 199-213. En este voluren.,cap. IV. (3) Int. F. Psicho-Anal.(1948), 29,34-40. En este voluren., cap.VII. (4) "Olarakteranalyse l.fld Neubeginn", Int. Z. f. Psa. (1934), 20, 54, 65 ("Analyse de caractere et renouveau"), en este volunen, cap. XI. ''The Final trel of Psycho-Analytical Trea'brent", Int. F. of. PsA (1936), 17, 206-216. ("Le but final du traitarent psychanaly-tique"), en este voluren., cap.XIII. -N.del T.: Por conside"arlo de inters, presentaros estas notas tal caro aparec.:: a p:ie de pgina e la trac!occin francesa.