El Frente Oriental: El III Reich y la Unión Soviética en Guerra Absoluta. 1941-1945

8/18/2019 El Frente Oriental: El III Reich y la Unión Soviética en Guerra Absoluta. 1941-1945

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FACULTAD DE EDUCACIÓN Y HUMANIDADESDEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALESPEDAGOGÍA EN HISTORIA Y GEOGRAFÍA

El Frente Oriental:

El III Reich y la Unión Soviética en

Guerra Absoluta. 1941-1945

TESIS PARA OPTAR AL TÍTULO DE PROFESOR DEEDUCACIÓN MEDIA EN HISTORIA Y GEOGRAFÍA.

Profesor Guía: Félix Briones Q.

Profesor Informante: Cecilia Hernández S.

Estudiantes: Felipe Sepúlveda Rozas

Gonzalo Rodríguez Parada

Chillán, diciembre de 2015



El Frente Oriental: El III Reich y La Unión Soviética en Guerra Absoluta. 1941-1945. |2

Índice

1.- Identi f icación General de la Tesis: ................................................................... 4

2.- Resumen ............................................................................................................... 5

3.- Intro du cción ......................................................................................................... 6

4.- Marc o Teórico ..................................................................................................... 13

5.- Planteamiento d el Prob lema ............................................................................ 19

6.- Objetivo s ............................................................................................................. 20

7.- Hipótes is ............................................................................................................. 20

8.- Meto do logía ........................................................................................................ 21

Capítu lo I: An teced entes y Con texto s en el III Reich y la Un ión Soviética. .... 22

1.1. Nacimiento del III Reich y la Wehrmacht........................................................ 23

1.1.1. Una sociedad jerarquizada, militarizada y nacionalista .............................................. 24

1.1.2. Nacionalismo herido. ...................................................................................................... 26

1.1.3. La República de Weimar. ................................................................................................ 32

1.1.4. El rearme, la preparación para la Guerra Total. ........................................................... 35

1.2. La Unión Soviética. El Ejército Rojo y el NKVD. ............................................ 42

1.3. Frágil Alianza. .................................................................................................. 45

1.4. Invasión a Polonia, la alianza en acción. Se inicia la Segunda GuerraMundial. ...................................................................................................................... 55

1.5. Talvisota. La Guerra de Invierno. Victoria Pírrica para la Unión Soviética. . 69

Capitulo II: El Frente Oriental: La Guerra Abso luta ............................................ 77

2.1. Operación Barbarrossa. El III Reich invade la Unión Soviética. 22 de junio de1941... .......................................................................................................................... 78

2.4. Operación Tifón, la ofensiva sobre Moscú. La primera derrota de laWehrmacht.................................................................................................................. 90

2.5. Ofensivas en el sur. Operación Azul, la guerra en el Cáucaso. ..................... 101

2.5.1.- La Bolsa de Demyansk ...................................................................................................... 101

2.5.2. Crimea y Sebastopol. .......................................................................................................... 102

2.5.3. Járkov, un gran desastre para la Unión Soviética. .......................................................... 107 2.5.4. Operación Azul, la guerra en el Cáucaso. ........................................................................ 111

2.6. Stalingrado, el infierno bajo cero. La Guerra Absoluta en su máximaexpresión. ................................................................................................................. 114

2.6.1. El avance del 6° Ejército de Paulus. .................................................................................. 116

2.6.2. «Ni un paso atrás». La orden N°227 .................................................................................. 123

2.6.3. La «Rattenkrieg» ................................................................................................................. 125

2.6.4. El peligro invisible. Francotiradores y francotiradoras. ................................................. 130




2.6.5. El «Kessel». Operación Urano. .......................................................................................... 133

2.6.6. «Winte rg ew it te»Tormenta de Invierno. ............................................................................ 141

2.6.7. Navidad en el Kessel. La última esperanza. ..................................................................... 145

2.6.8. El fin del 6° Ejército. El punto sin retorno. ....................................................................... 150

Capitulo III : El Fin del Frente Oriental: Balance general sobr e el co nfl icto .. 163

3.1. Avanzar y retroceder. La 3° Batalla de Járkov y Kursk. ................................. 164

3.1.1. La 3° Batalla de Járkov. ................................................................................. 164

3.1.2. Operación «Zit adel le». La Batalla de Kursk. ................................................. 165

3.2. La Caída del III Reich. La Batalla de Berlín. ..................................................... 169

3.3. La Consciencia por sobre la obediencia. La Resistencia militar y civil dentrodel III Reich. .............................................................................................................. 175

3.4. Crímenes y violencia. Balance general sobre el Frente Oriental. .................. 181

9.- Conc lusio nes .................................................................................................... 186

10.- B ib lio g rafía ..................................................................................................... 191






2.- ResumenEl Frente Oriental fue el conflicto bélico más cruento dentro del marco de la

Segunda Guerra Mundial y de toda la historia. Los ejércitos de Alemania y la

Unión Soviética se enfrentaron en una guerra de aniquilación entre 1941 y 1945.

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, cada año nuevas fuentes salen a la

luz, las cuales dan origen a nuevas investigaciones que van dando

interpretaciones y explicaciones de los hechos ocurridos entre 1939-1945. Nos

proponemos explicar algunas de las razones que llevaron a los regímenes

totalitarios de Alemania y la Unión Soviética a enfrentarse en una guerra absoluta,

donde el poder militar e ideológico tuvo un rol preponderante y determinante en el

desarrollo del conflicto, el cual traería consecuencias hasta el día de hoy.




3.- Introducción"La guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la

decisión de viejos que se conocen y se odian, pero que no se matan."

Erich “Bubi” Hartmann1

En un mundo como el de hoy, siglo XXI, el estudio de la Historia se enfrenta

a una enorme dificultad. La continuidad del pasado se ha visto quebrantada

debido al dominio de la globalización, que ha formado una sociedad mundial, con

una economía mundial y una civilización mundial, con excepción de los países que

se han mantenido al margen —sea de forma voluntaria o involuntaria— de este

proceso. La sociedad del consumismo se ha centrado en el individuo, y no en la

persona como parte de la sociedad. Este tipo de sociedad promueve la

satisfacción del individuo, aquí, ahora, en este momento. Los hechos relevantes

son los que ocurren en esta época. En el pasado —podríamos decir que desde la

mitad del siglo XX hacia atrás— las nuevas generaciones siempre estaban

conectadas con las generaciones pasadas gracias a la convivencia y el

aprendizaje. Marc Bloch —el gran Historiador francés que fue asesinado por la

Gestapo en 1944— señalaba que en las antiguas sociedades agrarias, el

aprendizaje daba un salto por las generaciones, dando continuidad a la sociedad y

la cultura. Mientras los padres debían trabajar en los campos, los niños estaban al

cuidado de sus abuelos y otros ancianos. La interacción entre dos generaciones

separadas por una intermedia, permitía que los niños aprendieran del pasado que

los ancianos podían recordar, aprendían las técnicas de las diversas labores que

eran necesarias para la subsistencia de su sociedad, la tradición cultural y la

historia de su pueblo.2

1 Erich “Bubi” Hartmann (1922-1993), fue piloto de caza de la fuerza aérea alemana (Luftwaffe), que

combatió durante toda su carrera en el Frente Oriental, donde acumuló 352 victorias (derribos de aviones

enemigos), convirtiéndose en el piloto más exitoso de la historia. Fue apodado “Diablo Negro” por sus

adversarios soviéticos, pero fue más conocido su apodo alemán “Bubi ”, equivalente a “Chico” en español.

Fue altamente condecorado, llegando a obtener en agosto de 1944 la segunda condecoración más

importante de Alemania, la Cruz de Caballero con Hojas de Roble, Espadas y Diamantes.

Tras finalizar la guerra pasó 10 años en cautividad en Gulags soviéticos, donde recibió malos tratos por no

colaborar. Después de su liberación en 1955 ingresó a la nueva Luftwaffe y se retiró en 1970. (N. de los AA.)2 Bloch, Marc: “Introducción a la Historia”. Ed. F.C.E. España, 2012. pp. 39-40




En la actualidad, las vivencias de las generaciones pasadas no parecen

relevantes para los jóvenes. La constante actualización de la tecnología y el

«progreso» de la sociedad, promueve la idea de que los conocimientos de las

generaciones pasadas, la de nuestros abuelos, incluso la de nuestros padres,

sean consideradas como obsoletas. Las experiencias del pasado no son

relevantes, o no parecen serlo. El pasado más importante sólo es el vivido de

forma personal, los períodos anteriores a la propia vida, ya sea una década, un

siglo o un milenio, se transforma en viejos tiempos, un tiempo que carece de

importancia en el presente. La continuidad del pasado se ha quebrado

completamente, por lo que aprender, estudiar e investigar la Historia carece de

sentido práctico, en una sociedad donde lo práctico y tangible es lo más relevante.

No debe extrañar por lo tanto que las universidades y los gobiernos inviertanmucho más en ciencias aplicadas que en ciencias sociales, sobre todo Historia.

Ante este escenario, la labor del Historiador se hace aún más complicada, pero

por sobre todo, aún más importante. Conectar el pasado con el presente se hace

difícil en una sociedad desligada de los procesos vividos por otras generaciones.

La situación mundial actual nos hace mirar con mayor atención el pasado.

La guerra civil en Siria, la aparición de grupos terroristas como el Estado Islámico

y Boko Haram, entre otros, ha causado enorme preocupación en el mundo enteropor la extrema violencia, que ahora se hace visible gracias a los medios de

comunicación. El año 2014 se produjo una crisis política profunda en Ucrania, que

desembocó en una escalada de violencia que terminó en un camuflado Golpe de

Estado, que derrocó al presidente Viktor Yanukovich. La instauración del nuevo

gobierno, apoyado por occidente y por la extrema derecha anti-rusa, dividió a la

sociedad ucraniana, sobre todo a las generaciones mayores que fueron

sobrepasadas por las nuevas. El conflicto en Ucrania volvió a resucitar viejos

rencores entre posturas ideológicamente opuestas, volviendo a aparecer símbolos

nazis, imágenes de Hitler y ataques de los grupos nacionalistas a los monumentos

que homenajeaban a los soldados ucranianos que lucharon en el Ejército Rojo

contra la Alemania Nazi. Este clima nacionalista que se apoderó de Kiev, capital

de Ucrania —ciudad que por lo demás fue testigo de enormes batallas en la




Segunda Guerra Mundial— provocó que las ciudades más orientales de Ucrania,

como Slaviansk, Lugansk, Donetsk, Járkov, Mariupol y otras 6 ciudades, habitadas

mayoritariamente por gente de habla y cultura rusa, declararan su independencia

de Ucrania. Esto se sumó a la crisis de Crimea, República Autónoma dentro de

Ucrania, que después de un referéndum el día 16 de marzo de 2014, el 96% de la

población decidió volver a formar parte de la Federación Rusa, al igual que la

Ciudad Autónoma de Sebastopol ubicada en la península de Crimea. La

integración de Crimea y Sebastopol a la Federación Rusa no fue reconocida por el

gobierno central de Ucrania, tampoco por Estados Unidos ni por la Unión Europea,

que apoyaban —y siguen apoyando— al nuevo gobierno de Kiev. Los grupos

separatistas pro-rusos, formaron un ejército popular, conformado por ciudadanos y

ex militares ucranianos que desertaron en oposición al nuevo gobierno pro-occidente. Este conflicto armado que aún no concluye —hasta hoy diciembre de

2015— ha estado marcado por la constante evocación que hacen los grupos

separatistas a la Gran Guerra Patria, (nombre dado por Rusia a su guerra contra

la Alemania Nazi) y se recalca que su lucha es contra el «Fascismo» representado

por los nacionalistas ucranianos.

El resurgimiento de Rusia como potencia mundial, ha puesto en jaque la

hegemonía que Estados Unidos había mantenido desde décadas, incluso desdeantes de la caída del Muro de Berlín en 1989 que conllevó a la desintegración de

la Unión Soviética. El apoyo de Moscú a los grupos separatistas pro-rusos de

Ucrania, tuvo como consecuencia una serie de sanciones económicas impuestas

por Estados Unidos y la Unión Europea a Rusia, a las cuales Vladimir Putin,

presidente de la Federación Rusa, ha restado importancia. El apoyo al presidente

Sirio Bashar al-Assad en la guerra civil Siria y la intervención de las fuerzas

armadas de Rusia contra el Estado Islámico, ha tensado aún más la situación

mundial. La rivalidad entre Estados Unidos y Rusia revive los fantasmas de la

Guerra Fría, pese a que en apariencia Estados Unidos está combatiendo al mismo

enemigo, el Estado Islámico. La tensión aumenta mucho más al evidenciar que el

apoyo dado por Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN a la Libertad de

algunos países en conflicto, sólo ha provocado inestabilidad y más violencia, como




lo ocurrido en Afganistán, Irak y Libia. La situación de medio oriente se ha vuelto

insostenible, la brutalidad del conflicto sumado a la intervención y rivalidad de las

potencias mundiales, ha generado una amarga sensación de estar al borde de una

Tercera Guerra Mundial, que según la opinión de algunos, ya se está iniciando por

etapas, como señaló el Papa Francisco I. Por esta razón, es aún más importante

mirar al pasado, sobre todo aquel pasado no tan lejano, el de la Segunda Guerra

Mundial y, en este caso particular, hacia el conflicto que enfrentó a la Unión

Soviética con la Alemania Nazi. La situación mundial actual nos invita a conectar

los hechos del presente con los ocurridos hace siete décadas, donde el mundo se

tambaleó en una delgada línea, que definió y configuró el mundo actual.

El Frente Oriental, que se prolongó desde 1941 a 1945, ha sido el conflicto

bélico más cruento visto en la Historia. La escala y magnitud del Frente Oriental no

tuvo precedentes, su extensión geográfica fue superior a las distancias recorridas

por Alejandro Magno en sus conquistas, el número de tropas enfrentadas en

ambos bandos ha superado a las de cualquier otro conflicto bélico tanto antes

como después. La inquietante cifra de bajas —que aún no puede ser precisada—

es la muestra más clara del infierno que se vivió en más de 2000 kilómetros de

frente de batalla. Más de treinta millones de personas perdieron la vida en el

Frente Oriental, millones de sobrevivientes quedaron con graves secuelas, tantofísicas como psicológicas, los cuales son tan víctimas como los que cayeron y no

se consideran en el listado de bajas. La destrucción se hizo presente desde las

grandes ciudades hasta las pequeñas aldeas rurales, la guerra alcanzó todos los

sectores de la sociedad, nadie quedó ajeno a ella. El III Reich y la Unión Soviética

se enfrascaron en una lucha brutal que se vio potenciada por los trasfondos

ideológicos de ambos regímenes. Pese al odio mutuo, poco antes de que

comenzara la Segunda Guerra Mundial el 1 de septiembre de 1939, estos dos

regímenes, que a vista de todo el mundo eran enemigos naturales, se unieron en

una alianza bajo un pacto de no agresión.

La brutalidad vivida en el Frente Oriental no estuvo dentro del marco

temporal de las invasiones bárbaras al Imperio Romano, ni dentro de la edad




media, épocas donde los hombres acostumbrados a la lucha cuerpo a cuerpo, no

tenían inhibiciones morales ni escrúpulos para atacar salvajemente a sus

enemigos y destruirlos. El Frente Oriental ocurrió en el siglo XX, entre dos

naciones que gozaron y aún gozan de poseer valiosas culturas, que entregaron al

mundo invaluables aportes en el campo de las ciencias, las humanidades, el arte y

la música, entre tantas cosas más. Los hombres que combatieron, en su mayoría

jóvenes, no habían vivido la experiencia aterradora de la Primera Guerra Mundial

ni la Guerra Civil Rusa, solo los altos oficiales y generales conocían la guerra.

Todo esto nos hace pensar, ¿Qué tuvo que suceder para que hombres civilizados

se sumergieran en tal barbarie?, ¿Fue el trasfondo ideológico el que los condujo?,

¿Es la guerra y no la ideología la que transforma e insensibiliza al hombre?, ¿Es la

manipulación y coerción de un régimen totalitario? La respuesta a estas preguntases que todos esos factores se conjugaron e hicieron posible que la guerra en el

Frente Oriental fuera distinta a las otras guerras, incluso dentro del mismo

contexto de la Segunda Guerra Mundial, siendo quizás sólo equiparado, pero en

menor escala, por el Frente del Pacífico, que enfrentó al Imperio de Japón contra

Estados Unidos y sus aliados.

Después de estar casi dos años en una frágil alianza bajo un Pacto de No

Agresión, el 22 de junio de 1941 el III Reich traicionando el pacto invadiría laUnión Soviética, dando inicio a un conflicto sin precedentes. Como ya se

mencionaba, el componente ideológico entre otros factores, hizo que este conflicto

tuviera una escalada de violencia total, donde todas las reglas y leyes

internacionales sobre la guerra fueron violadas. El asesinato sistemático de

población civil, la ejecución de prisioneros de guerra y la destrucción de las

ciudades marcaron la tónica del Frente Oriental.

La violencia extrema ejercida por los soldados, es un síntoma típico en cadaguerra, pero debido a la prolongación y escala del Frente Oriental, ésta se vio

potenciada. Los valores morales fueron suprimidos; las represalias contra la

población civil fueron los efectos más negativos. La Unión Soviética perdería

alrededor de 27 millones de sus ciudadanos, Alemania alrededor de 11 millones.




El impacto sobre el mundo se haría sentir inmediatamente al término de la

Segunda Guerra Mundial, dando inicio a la Guerra Fría, donde los antiguos

aliados, principalmente Estados Unidos, Inglaterra y Francia se sumergirían en

una prolongada guerra ideológica contra la Unión Soviética durante casi toda la

segunda mitad del siglo XX. Aún hoy los ecos del Frente Oriental están presentes

en Rusia, a través del recuerdo constante de lo que ellos llaman Gran Guerra

Patria.

Esta investigación está dividida en tres capítulos, los cuales han sido

ordenados de acuerdo a las temáticas que nos disponemos a tratar. El primer

capítulo cuenta con un análisis de los contextos históricos, culturales e ideológicos

de los dos regímenes previo a su enfrentamiento iniciado el 22 de junio de 1941.

El segundo capítulo tratará el conflicto en sí mismo, el desarrollo del Frente

Oriental, centrándonos desde el inicio de la invasión hasta el fin de la batalla de

Stalingrado, es decir, desde junio de 1941 hasta febrero de 1943, periodo

definitorio para el futuro del III Reich en la guerra. La batalla de Stalingrado ocupa

una gran parte de esta investigación, ya que es el ejemplo más gráfico de los

extremos a los que se llegaron en el Frente Oriental, donde la Guerra Absoluta se

vio en su máxima expresión. El tercer y último capítulo tratará el fin del Frente

Oriental, desde la batalla de Kursk en junio de 1943 hasta la caída de Berlín,además analizará la violencia y los crímenes que se produjeron a lo largo del

conflicto, a modo de cerrar el análisis de los factores que produjeron la Guerra

Absoluta. Los tres capítulos están enfocados en analizar el lado alemán del

conflicto, debido a su complejidad en cuanto a los componentes ideológicos y

culturales que propiciaron y llevaron a cabo un plan de dominio y exterminio de los

pueblos enemigos. Con esto, no estamos diciendo que el lado soviético sea

menos complejo —lo cual lo es—, sin embargo el bando alemán posee una

especial complejidad al ser el bando perdedor. Otra motivación para analizar este

lado del conflicto, se debe a la constante proliferación de investigaciones de

autores autodenominados «revisionistas», quienes obviando la abrumadora

cantidad de pruebas, niegan o minimizan los crímenes de la Wehrmacht (Fuerzas

Armadas Alemanas de 1935 a 1945), además de negar el Holocausto. Otros




investigadores más conservadores, en su intento por limpiar la imagen de la

Wehrmacht, adjudican todos los crímenes exclusivamente a las SS. Lo cierto es

que las evidencias indican la participación activa y pasiva de la Wehrmacht en

crímenes, tanto contra prisioneros como civiles, pero al igual que en todo aspecto

de la vida, estaba llena de matices, haciendo imposible e injusta una

generalización. Es por eso que ahondaremos en los aspectos subyacentes a la

guerra, las vivencias de los soldados, la visión de los altos mandos, los crímenes,

la resistencia interna y las motivaciones, en síntesis, el aspecto humano.

Es común que en la investigación de conflictos bélicos a gran escala, los

historiadores definan qué batallas son más relevantes y cuáles no, clasificando el

nivel de importancia de estas, nombrando algunas como decisivas. Para nosotros,

que hemos investigado el aspecto humano de la guerra, definir qué batalla es más

importante y cuál no, nos resulta dificultoso. Para el desarrollo de la guerra, es

obvio que hay batallas que tuvieron un resultado definitorio para el transcurso del

conflicto, sobre todo aquellas que significaron un enorme costo de vidas, y que

para el análisis cuantitativo el porcentaje de bajas se vuelve significativo. Pero

para los hijos, los hermanos, los padres, la esposa o la novia de un soldado en el

frente, no importaba la relevancia de la batalla, si el ser querido caía en combate,

el porcentaje de pérdida era del 100%. Para el soldado en el frente, toda batallaera relevante, porque en todas podría perder la vida, quedar herido o perder a un

amigo. Por lo tanto, en esta tesis no profundizaremos demasiado en los detalles

de las batallas, para el lector con conocimientos acabados de este conflicto notará

que nos hemos saltado grandes campañas, como las ocurridas desde la batalla de

Kursk hasta la caída de Berlín, pero considerando que la bibliografía especializada

abunda en estos detalles, nos disponemos a tratarlas con el fin de reflejar el

carácter transversal del Frente Oriental, una Guerra Absoluta de aniquilación.




4.- Marco TeóricoEsta investigación trata sobre el Frente Oriental en la Segunda Guerra

Mundial, por lo tanto lo primero que se debe tener en cuenta es el espacio

geográfico donde se desarrolló este conflicto. La extensión del frente de batalla ha

sido de los mayores visto en la Historia y abarcaba desde la frontera soviética con

Finlandia por el norte, hasta el mar Caspio por el sur, una extensión de más de

2.000 kilómetros, en territorios que hoy corresponden a Rusia, Bielorrusia,

Ucrania, Lituania, Estonia, Letonia, Polonia, Moldavia, República Checa,

Eslovaquia, Hungría, Rumania, Austria y Alemania. La Unión Soviética según el

censo de 1939 contaba con 170 millones de personas, cifra que se vio aumentada

ese mismo año con motivo de la anexión de los países bálticos y la región de

Karelia que había pertenecido a Finlandia. Los nuevos territorios anexionados

aumentaron la población a 197 millones de personas aproximadamente, las cuales

se concentraban en gran parte en el sector occidental de la Unión Soviética, el

sector más urbanizado e industrializado de Rusia hasta el día de hoy3. Alemania

para el mismo tiempo contaba con 80 millones de habitantes, y si sumamos las

naciones que se vieron inmersas en el Frente Oriental, fue sin dudas el frente de

batalla más grande visto en la Historia, incluso considerando el marco global de la

Segunda Guerra Mundial en todos sus frentes restantes.

Lo primero que se debió hacer en esta investigación fue contextualizar en

los aspectos políticos y sociales de ambos regímenes en conflicto. En la Alemania

posterior a la Primera Guerra Mundial, el enrarecido clima social y político generó

un gran abanico de grupos políticos y paramilitares que se enfrentaban a diario en

las calles atestadas de desempleados y veteranos de guerra llenos de frustración.

En este periodo emerge la figura de Adolf Hitler, que rápidamente conquistó a las

masas con discursos incendiarios y a la vez lleno de carisma. Un oscuro carismalleno de magnetismo que convertía a las masas en una sola, que según Laurence

Rees, en otra época o en otro lugar no hubiera sido más que un « Desequilibrado»,

3 Bellamy, Chris: “Guerra Absoluta”. Ediciones B. Barcelona, 2011. pp. 41-42




pero que en el contexto de una Alemania derrotada y humillada, la capacidad

oratoria de Hitler lo hacía ver incluso como un «Nuevo Lutero».4

Es importante adentrarnos en el período de ascenso al poder de Hitler, que

en un proceso de una década pasó de ser un informante del ejército a un dictadorpor «consenso» sin tomar el poder por la fuerza como es la costumbre de los

dictadores5. Con la llegada al poder y consolidación de Hitler en el poder, se

establece su dictadura y se inicia el camino hacia la Guerra Total que estaba

plasmada en su ideario, que se convertiría en la biblia del nacionalsocialismo, el

libro «Mein Kampf». Por lo tanto, en esta investigación fue esencial estudiar el

marco ideológico del nazismo y así poder conectar los aspectos característicos del

Frente Oriental, que tuvieron su génesis en la ideología nacionalsocialista. El

desprecio total por el enemigo se dio mayoritariamente en el Frente Oriental,

mientras que en el Frente Occidental los alemanes consideraban a franceses,

ingleses y estadounidenses como similares en cuanto a cultura y raza y solo se

llevó a cabo la Guerra Total en este frente cuando la situación era desesperada y

el fin estaba cerca. Es por esto que el Frente Oriental también fue una guerra

ideológica, entre los dos regímenes totalitarios más brutales que ha visto la

Historia y entre los dictadores más sanguinarios.6

Por el lado soviético, el régimen totalitario de Stalin estaba moldeando una

nación de un carácter duro y determinado a combatir a todos los enemigos

internos y externos que amenazaran la revolución. Pero finalizada la década del

20, la Rusia asediada por enemigos capitalistas ya no lo era. Finalizadas la guerra

civil rusa, la estabilización del nuevo régimen abrió las puertas para las relaciones

con los países ideológicamente enemigos, como Estados Unidos. Sin amenazas

externas, Stalin comienza un plan de represión hacia todos los enemigos internos

que quedaran, al igual que un acelerado plan de industrialización para posicionar a

4 Rees, Laurence: “El Oscur o Carisma de Hitler”. Ed. Crítica. Barcelona, 2013. p. 315 Irving, David. “El Camino de la Guerra: Una visión sorprendente y rigurosísima de la Alemania de Hitler

antes de la guerra”. Editorial Focal Point. Londres, 2005. p. 666 Brahm, Enrique. “Hitler y la Segunda Guerra Mundial” Ed. Universitaria. Santiago de Chile, 1999. p. 143




la Unión Soviética como potencia armamentística y así no temer a los enemigos

de la revolución.7

Ambos regímenes estaban allanando el camino hacia una guerra

industrializada, moderna y total, que involucrara a todos los niveles de la sociedad.Es por eso que nuestra investigación tiene como gran guía la obra de Chris

Bellamy «Guerra Absoluta», que aborda este frente de batalla desde una visión

global, que muestra la magnitud en todos los aspectos de las sociedades de

ambas naciones y que incluso sigue repercutiendo hasta el día de hoy.

En los siglos III y II a.C., Roma y Cartago se enfrentaron en una serie de

guerras —Guerras Púnicas— que fue escalando de magnitud a medida que el

odio entre ambas naciones se intensificaba. La tercera y última Guerra Púnica fueinvolucrando a toda la sociedad cartaginesa. Se dice que las mujeres cartaginesas

cortaban sus cabellos para poder fabricar cuerdas utilizadas en las catapultas. Los

soldados de ambos bandos no daban cuartel, la violencia estaba escalando hasta

llegar a un punto extremo. Cuando los romanos lograron entrar en Cartago, la

saquearon, destruyéndola y quemándola hasta los cimientos. Los sobrevivientes

fueron vendidos como esclavos y Cartago desapareció como civilización. Las

conquistas en la antigüedad, en la mayoría de los casos siempre buscaban

mantener las ciudades lo más integra posible, con el propósito de ocuparlas y

dominarlas. El caso de las Guerras Púnicas es distinto. Si bien Roma tenía como

propósito arrebatar la hegemonía de Cartago en el mediterráneo occidental, lo que

buscó en la última Guerra Púnica fue la total destrucción del enemigo. No se

conquistó Cartago, se le aniquiló, esto nos da un ejemplo de Guerra Total o

Guerra Absoluta.

En el mundo moderno e industrializado, las guerras cambiarían de

apariencia, pero su brutalidad seguiría intacta y pese a que en apariencia el

mundo occidental es más civilizado que en la edad antigua o medieval, la

brutalidad y el salvajismo se vieron acrecentados. Chris Bellamy simplifica esto en

una frase «…las grandes civilizaciones del momento suelen ser también las que

7 Bullock, Allan: “Hitler y Stalin. Vidas Paralelas (Tomo II)”. Ed. Plaza & Jane. Barcelona, 1994. pp. 8-9




matan con más eficiencia.»8 Las grandes civilizaciones de antaño, admiradas por

su grandeza intelectual, arquitectónica y cultural, debieron su grandeza

principalmente a que eran potencias militares, capaces de conquistar o aplastar a

sus enemigos. Carl von Clausewitz, el estratega prusiano de las guerras

napoleónicas, anticipaba que en el futuro las guerras serían extremas, donde se

ejercerá la máxima fuerza posible contra el enemigo, que mientras exista

significará un peligro. Esto caracterizó al Frente Oriental, donde la única

posibilidad de finalizar el conflicto era con la aniquilación completa del enemigo.

Por lo tanto este frente fue la guerra más absoluta jamás librada y compuesta por

tres pilares esenciales; El primero es una violencia sin límites, alimentada por un

profundo odio y enemistad. «La violencia solo genera violencia», una frase que

muchas veces hemos escuchado y que en el Frente Oriental se hizo evidente. Lastropas soviéticas que entraron en Alemania en 1945 perpetuando crímenes y

violaciones terribles en la población civil alemana —sobre todo en mujeres— era

la respuesta vengativa a los mismos crímenes y violaciones perpetuadas por

tropas alemanas durante la invasión a la Unión Soviética. Este pilar estaba

directamente relacionado con las personas que combatieron, el soldado común y

corriente. El segundo pilar era el juego de azar, llevado a cabo en el campo de

batalla por los mandos militares, que debían sortear como si se tratara de un juego

el momento justo para mover o dejar inmóviles a las tropas, haciendo aciertos o

fracasos que terminaban afectando —y por miles— las vidas de soldados y civiles.

El tercer y último pilar es el trasfondo político e ideológico, que toma las decisiones

más influyentes para el conflicto, como la decisión de Hitler de mantener al 6°

Ejército resistiendo sin sentido en Stalingrado o la decisión de Stalin de no tomar

en cuenta los cientos de informes que le advertían de una inminente invasión

alemana.9

Para adentrarnos en la psicología de los combatientes que llevaron a cabo

esta Guerra Absoluta, la obra de Sönke Neitzel, titulada «Soldados del Tercer

Reich» nos aporta con fuentes invaluables sobre la perspectiva de los soldados.

8 Bellamy, Chris. op. cit. p.519 Ibíd. pp. 53-54




Este historiador descubrió en la biblioteca nacional de Londres más de 200.000

páginas de conversaciones transcritas por el Servicio Secreto Británico. Estas

conversaciones tuvieron lugar en los campos de prisioneros de guerra, donde

miles de soldados y oficiales alemanes eran alojados. En estas habitaciones y

dependencias, pequeños micrófonos habían sido puestos de forma oculta,

registrando cada palabra de las conversaciones entre los prisioneros. Estas

conversaciones al ser de carácter íntimo, nos aportan una visión mucho más

cercana que las entrevistas y los interrogatorios, ya que al tener este carácter

privado no hay omisiones ni presiones propias de las entrevistas. Nunca antes y

nunca después los oficiales y soldados alemanes hablaron tan abiertamente, se

encontraban en un punto intermedio, estaban en plena guerra pero ya no

formaban parte de la Wehrmacht, tampoco existía la República Federal Alemanani la RDA, por lo tanto estaban en un punto donde el futuro era incierto. Lejos de

las familias y sin los temores de ser acusados a sus superiores, en estas

conversaciones revelan sus perspectivas sobre la guerra, Hitler, los crímenes, etc.

El análisis de la violencia es central en esta investigación, ya que fue la

característica principal del Frente Oriental. Es recurrente que se diga que la guerra

embrutece a los soldados y que a medida que pasan más tiempo en el frente, más

insensibles se vuelven. Pero el análisis de Sönke Neitzel de acuerdo a lasconversaciones transcritas, la violencia en muchos casos era ejercida desde los

primeros días en que el soldado entraba en combate, dando cuenta de una

violencia germinada a través de procesos más complejos, entre ellos los factores

ideológicos, el marco social y la impunidad10. El conflicto entre el III Reich y la

Unión Soviética amplificó la violencia basados en la impunidad. Los soviéticos —al

igual que Japón— no habían firmado la Convención de Ginebra sobre el

tratamiento de prisioneros de guerra y el cuidado de los heridos, por lo tanto

Alemania tuvo su justificación en el trato hacia los soviéticos y la Unión Soviética

10 Sönke, Neitzel – Welzer, Harald: “Soldados del Tercer Reich; Testimonios de Lucha, Muerte y Crimen” . Ed.

Crítica. Barcelona, 2012. pp.118-120




al no firmar, no estaba sujeta a las leyes internacionales y podía ejercer la

violencia de manera impune hacia prisioneros de guerra y enemigos internos11.

Al igual que en la bibliografía especializada, los documentales de corte

académico nos han dado valiosa información, sobre todo a través de lasentrevistas a veteranos de guerra. Con estos relatos tenemos acceso a lo que

geográficamente se nos hace difícil y de primera fuente podemos ver los horrores

de la guerra. «Si conoces la historia de un soldado, sabrás la historia de todas las

guerras», esa es la razón principal por la que hemos seleccionado algunos relatos

en esta investigación, para reforzar el impacto humano de este brutal conflicto. Los

documentales producidos por el historiador Guido Knopp, «Stalingrad. 1942-1943»

y «The Wehrmacht» no solo nos aportaron con los relatos humanos de los

veteranos, sino que además con información de fuentes y bibliografía a través de

los historiadores entrevistados, que debido a la barrera idiomática, sus obras no

han podido llegar a nuestras manos.

11 Bellamy, Chris. op. cit. p. 55




5.- Planteamiento del Problema A casi setenta años del fin de la segunda guerra mundial siguen surgiendo

nuevas fuentes, diversas investigaciones históricas aparecen cada año aportando

nuevas perspectivas y análisis sobre el conflicto bélico más grande de la historia.

Dentro de los variados hechos ocurridos en la Segunda Guerra Mundial, el Frente

Oriental que tuvo lugar en Europa del este entre el 22 de junio de 1941 y el 8 de

mayo de 1945, es uno de los más complejos de analizar y comprender. El

enfrentamiento entre la Alemania Nazi y la Unión Soviética por décadas ha

suscitado un interés entre los historiadores, debido a la magnitud del conflicto

entre ambos regímenes los cuales lucharon y llevaron a cabo una guerra absoluta,

donde la única forma de finalizar el conflicto, era con la aniquilación y rendición

incondicional del enemigo.

En esta investigación pretendemos explicar las razones por las cuales el

Frente Oriental se convirtió en el conflicto bélico más cruento y violento jamás

visto. Para ello, es necesario remontarse a los años previos a la Operación

Barbarroja ejecutada el 22 de junio de 1941. La formación de la Wehrmacht

(Fuerzas Armadas de Alemania 1935-1945), el Ejército Rojo y los organismos

militares-políticos-ideológicos de ambos regímenes, como lo fue la Schutzstaffel

(SS) en el caso de Alemania y la NKVD/NKGB en el caso de la Unión Soviética,

nos ayudan a comprender el carácter de ambos regímenes totalitarios que se

construyeron sobre una serie de luchas internas que forjaron un aparato estatal

ideológico con base en un vasto poder militar con aires expansionistas.

Este vasto poder militar de ambos regímenes llevaría en primera instancia a

forjar una alianza, conocida como el pacto Ribbentrop-Molotov, que duraría casi

dos años y se vería finalizado con la invasión alemana a la Unión Soviética.

Nuevas fuentes surgidas en la última década nos aproximan a comprender de

manera más completa los sucesos que llevaron al enfrentamiento entre el III Reich

alemán y la Unión Soviética, haciendo énfasis en la organización militar que hizo

posible que los proyectos políticos ideológicos de ambas naciones se llevaran a

cabo.




6.- ObjetivosObjetivo General

Comprender por qué el Frente Oriental en la Segunda Guerra Mundial, fue

una Guerra Absoluta y de aniquilación.

Objetivos Específicos

Analizar las ideologías en pugna que dieron forma a las fuerzas

beligerantes que finalmente se enfrentaron en una violenta guerra de

aniquilación.

.Analizar la sociedad y la cultura de ambos regímenes totalitarios.

Conocer la composición y organización de las fuerzas armadas quecombatieron y a través de estas explicar el carácter de guerra absoluta que

tuvo el frente oriental.

Establecer el impacto que tuvo el Frente Oriental tanto para los países que

fueron protagonistas como las consecuencias a futuro en el mundo tras

este enfrentamiento.

7.- Hipótesis Dado el tipo de ideologías y composición de las fuerzas armadas del III

Reich y la Unión Soviética, el enfrentamiento entre estos dos regímenes

totalitarios fue de una guerra total o absoluta, caracterizada por una

violencia desmedida, donde el único fin posible para el conflicto era la

aniquilación total del enemigo. Este comportamiento fue generado por un

marco social y cultural que promovía y permitía la aniquilación de los

enemigos al régimen.




8.- Metodología Revisión Bibliográfica: búsqueda de libros especializados sobre el tema

en cuestión y sus antecedentes. Además se revisarán documentales de

corte académico.

Indagación de fuentes: Se analizarán fuentes de la época contenida en la

bibliografía, como también obras escritas por testigos y protagonistas del

periodo. Las fuentes orales en base a testimonios incluidas dentro de

documentales, como también transcripciones de conversaciones y

discursos.

Clasificación de la información: Después de analizar las fuentes y la

bibliografía, se procederá a clasificarla y extraer de ellas lo pertinente a

nuestra investigación.

Construcción del análisis: De acuerdo a las fuentes y bibliografía, se

procederá a contrastarlas y analizarlas en conjunto para formular un

análisis lo más objetivo posible de los procesos sobre el tema tratado.

Confirmación o refutación de la hipótesis: Tras haber formulado un

análisis basado en las fuentes y bibliografías, se verá si la hipótesis se

confirma o se refuta y a través de la conclusión, se darán las apreciaciones

personales que arrojó como resultado el análisis completo del tema tratado.




Capítulo I: Antecedentes y Contextos en el III Reichy la Unión Soviética.






ideales humanistas de la ilustración comenzaron a esparcirse por toda Europa,

con revoluciones burguesas que produjeron reformas y revoluciones políticas que

terminaron con las tradiciones aristocráticas surgidas en la Edad Media13. Estos

ideales de la ilustración estuvieron también presentes en Alemania, de la mano de

gigantes intelectuales como Kant, Hegel, Marx y Engels, entre otros. Todo este

movimiento intelectual europeo y principalmente francés, subió al escenario

ideales como la igualdad de los hombres, la importancia de la democracia, la

igualdad ante la ley y las libertades individuales. Sin embargo este proceso de

construcción de una mentalidad basada en los ideales humanistas, se vio

interrumpida en Alemania por el proceso de unificación.

La unificación alemana llevada a cabo entre 1864 y 1871, unificó todo el

mosaico de estados alemanes independientes —39 en total— en un solo Estado

nacional unificado, finalizando en la formación del Imperio Alemán, el II Reich.

Esta acción fue encabezada por la aristocracia prusiana al mando de Otto von

Bismarck, y como proceso aristócrata, sentó las bases para la mentalidad de la

sociedad alemana. Los valores y la moral aristocrática se pusieron por encima de

la moral burguesa, los ideales del humanismo y la igualdad se vieron como

debilidades de las clases bajas. El honor, el cumplimiento del deber y la

desigualdad social jerarquizada, comenzaron a tomar progresivamenteconnotaciones positivas, mientras que los conflictos de la sociedad y la empatía,

pasan a ser defectos. La militarización y el nacionalismo comenzaron a tomar

fuerza en la mentalidad alemana, el bienestar de la nación se puso por sobre el

bienestar de los sujetos.

1.1.1. Una sociedad jerarquizada, militarizada y nacionalista

Alemania se volvía una sociedad militarizada, con una clara jerarquización

social de mando y obediencia, donde el darwinismo social, acompañado de uncada vez más elevado racismo, construiría un fuerte nacionalismo. El racismo en

Europa se iba dando ante las marcadas diferencias étnicas entre algunas

naciones, pero por sobre todo, por los aspectos culturales-religiosos. El

13 Hobsbawm, Eric: “La Era de la Revolución. 1789-1848” Editorial Crítica. Barcelona, 2001. p. 132




antisemitismo que se vivió en Europa por siglos, era principalmente cultural y

religioso, pero en las últimas décadas del siglo XIX, el evolucionismo darwiniano

acompañado del desarrollo científico que dio origen a la genética, dieron como

resultado una justificación «científica» para la diferenciación entre razas. Las

fronteras del nacionalismo se hacían aún más estrechas, la diferenciación con el

otro se profundizaron y el antisemitismo se amplió de un aspecto religioso-cultural,

a un aspecto genético.14

La militarización no significaba que la ciudadanía deseara la guerra, pero si

una clara determinación violenta hacia lo externo para poder llevar a cabo los

objetivos de Alemania y situarla como una potencia europea y mundial. Este

cambio del espíritu de la sociedad alemana, se fue dando de forma progresiva

pero no total y ya en los años previos a la Primera Guerra Mundial aún no lograba

generalizarse en el discurso social la mirada aristócrata sobre la obediencia y la

jerarquización desigual de la sociedad. Ya en el transcurso de la guerra, los

ideales aristócratas de la lucha valiente, del morir por la patria, el cumplimiento del

deber y por sobre todo la obediencia, se fueron generalizando en la sociedad,

sobre todo en la juventud masculina que empezaba a ser movilizada masivamente

para el esfuerzo bélico. Sin embargo este proceso de valorización del espíritu

militar-nacional, no era exclusivo de Alemania, sino que correspondía a uncarácter general vivido en Europa, acrecentado al final del siglo XIX y comienzos

del XX en el periodo conocido como paz armada. El nacionalismo se acrecentaba

en cada nación europea, impulsado por la fuerte carrera armamentística entre las

potencias industrializadas que comenzaban a formar alianzas económicas y

militares en la lucha por colonizar lejanos territorios proveedores de materias

primas15. Los valores militares por tanto se generalizan en una sociedad inmersa

en el conflicto bélico más grande visto hasta ese momento. La nueva guerra

industrializada requería de todo el esfuerzo social. Las historias heroicas de

antaño como las enormes batallas de las guerras napoleónicas, las campañas de

Julio César, Leónidas en las Termópilas y las muertes heroicas pasan a ser el

14 Hobsbawm, Eric: “Naciones y Nacionalismo desde 1780” Editorial Crítica. Barcelona, 2000. p. 10115 Hobsbawm, Eric: “La Era del Imperio 1875-1914” Editorial Crítica. Barcelona, 2001. p. 74




ideal militar, sobre todo en los oficiales. Todos estos ideales militares irían

conjugando en un fuerte carácter nacional, en el cual la guerra debe ser ganada a

toda costa y es imposible pensar en la rendición y derrota. 16

1.1.2. Nacionalismo herido.Finalmente la Primera Guerra Mundial, tras cuatro años de incesante lucha

entre la Triple Alianza (Alemania, Austria-Hungria e Italia) y la Triple Entente

(Inglaterra, Francia y Rusia), el Imperio Alemán firmaría su capitulación

incondicional a las potencias aliadas un 11 de noviembre de 1918. La rendición

incondicional trajo un fuerte impacto en los militares, sobre todo aquellos que

estaban en el frente. Incrédulos de que estaban perdiendo la guerra al sentir que a

lo menos la estaban empatando, vieron la rendición como una traición de sus

autoridades políticas. Esto traería enormes consecuencias en los agitados años

veinte. El Tratado de Versalles obligó a Alemania a pagar los daños materiales y

económicos de la Gran Guerra en los países aliados, ceder territorio en el este y

oeste, además de reducir considerablemente sus fuerzas militares, trajo consigo

una enorme crisis económica que en consecuencia, se transformó en una enorme

crisis social. Ante la incapacidad de Alemania de pagar las cuotas impuestas,

Francia ocupa la cuenca del Ruhr en 1922, la zona industrial de Alemania en el

oeste. Esto se convertiría en una de las peores humillaciones recibidas por losalemanes, sobre todo considerando el trato de los militares franceses a los civiles.

La militarización de la que ya hemos hablado, antes de la derrota estuvo

representada solo por las fuerzas armadas, pero tras el golpe humillante del

Tratado de Versalles, la militarización pasó a estar presente en las organizaciones

civiles/políticas. Las consecuencias de la derrota de 1918 se hacían cada vez más

evidentes y en la sociedad se fomentaba la idea de defensa nacional contra las

imposiciones de los vencedores y también contra los «enemigos internos» queestaban provocando el desvanecimiento del Estado. En este ambiente de

posguerra, en la sociedad civil ya se hablaba de que Estado y pueblo debían

prepararse para la próxima «Guerra Total», la cual ahora si enfrentarían con

16 Neitzel, op. cit. p. 97




entusiasmo y convicción de vencer a toda costa. A la juventud se le adoctrinaba

en la «disciplina varonil y virtudes varoniles», ideario que encajaba con la tradición

prusiana y que se había acrecentado en la guerra mundial. La próxima guerra

necesitaba de una preparación mental y espiritual, a los jóvenes se les inculcaba

la obediencia, el entusiasmo, la valentía y por sobre todo, la disposición total al

sacrificio por la patria. La literatura nacionalista resaltaba el «nacionalismo

soldadesco», rindiendo un culto a la guerra con un carácter metafísico, abstracto y

lleno de patetismo militar, mostrando al público una visión de la guerra irreal, casi

infantil. Este culto a la guerra era apoyado por la derecha nacionalista,

principalmente la organización Stahlhelm (Casco de Acero), que estaba

conformada por veteranos de guerra, tanto desempleados como en servicio activo.

Esta organización tuvo un rápido crecimiento, fundada en 1918, para mediados delos años veinte ya contaba con alrededor de 500.000 miembros, de los cuales

muchos serían importantes oficiales y generales en la Segunda Guerra Mundial.

Los temas de conversación y de mayor interés que abundaban en esta

organización era la glorificación de la guerra, el mito que embellecía la lucha en el

frente, la muerte heroica y también la desaprobación de toda forma de cobardía.

La militarización y el ideario de defensa nacional, no fue solo patrimonio de

la derecha nacionalista. En la izquierda, no se tenía una idea negativa sobre elejército y su lucha en la Primera Guerra Mundial. Muchos militares, sobre todo

soldados de baja graduación estaban adhiriendo a los grupos de izquierda. Los

estudiantes y los protestantes, en su mayoría estaban próximos al militarismo de

la derecha nacionalista. Por su lado, el catolicismo era más cauto, pero le era inútil

oponerse al creciente militarismo. La izquierda liberal también impregnada por la

idea de defensa nacional, proponía un militarismo defensivo, unas fuerzas

armadas que solo tuvieran un rol de defensa —como ocurre en gran parte con el

actual ejército alemán, el Bundeswehr —, pero en algunos sectores de la izquierda

socialista había un fuerte pacifismo radical. Un grupo que se oponía activamente

en contra de la derecha nacionalista, era el Reichsbanner Schwartz-Rot-Gold

(Bandera nacional Negro-Rojo-Oro, como la actual bandera alemana) el cual

apoyaba también la idea de una defensa nacional y se oponía férreamente a unas




fuerzas armadas que se prepararan para una guerra de agresión. Entre sus

propuestas estaba la de organizar una milicia popular que sirviera como ejército de

reserva. Por su parte, el partido comunista formó un grupo paramilitar, el

Rotfrontkämpferbund (Liga de combatientes del frente rojo), el cual contaba con

su propio armamento. El partido comunista también apoyaba la idea de formar una

milicia popular, donde el proletariado se armara para la defensa del Estado. 17

Pero los grupos paramilitares de la derecha nacionalista se verían

fortalecidos con el enorme descontento social. El herido nacionalismo toma una

nueva forma. El fascismo se fusiona al nacionalismo, compartiendo ambos una

misma concepción del mundo, en el cual se rechazan los valores del sistema

burgués, reemplazándolos por una creencia en un Estado orgánico, el cual va

totalmente ligado a la acción y lucha. El nacionalismo fascista alemán toma las

concepciones del fascismo italiano en la idea de que la historia es el determinante

primordial de la lucha del hombre. En esta concepción, la voluntad férrea del

hombre es la que determina el éxito de la historia de acuerdo a la determinación

implacable de esta lucha, transformando al hombre en una « personalidad

heroica». En este Estado orgánico planteado tanto por el fascismo italiano como el

nacionalsocialismo alemán, todo el mundo debía integrarse, ya que este

representaba «el alma del pueblo»18. Con esta idea, algunos nazis se jactaron dehaber terminado con la lucha de clases, teniendo una sola clase social, la del

trabajador alemán. Sólo era una ilusión de la megalomanía del nazismo.

La rendición no hace más que incentivar el espíritu militarista de la sociedad

civil, la derrota no fue en el campo de batalla, sino una traición de la clase política.

Ese sería el discurso de la derecha conservadora y nacionalista, de la cual

también sería parte el movimiento nacionalsocialista, agregando a la ecuación el

componente judío como artífice de la traición. El antisemitismo no era algo nuevoen Europa y menos en Alemania como ya mencionábamos, pero ahora tomaba

nuevamente protagonismo en el discurso político e ideológico, transformándose en

uno de los ejes centrales de la ideología del Partido Nazi. La búsqueda de un

17 Ibíd. pp. 99-10018 Mosse, George L.: “La Cultura Europea del Siglo XX” Editorial Ariel. Barcelona, 1997. pp. 267-268




enemigo común que se transforme en chivo expiatorio de las calamidades

colectivas de un país, es un recurso demasiado usado por movimientos políticos

que necesitan dominar y manipular a las masas para que acepten sus

lineamientos. Después de la Segunda Guerra Mundial, en los largos años de la

Guerra Fría, el enemigo de occidente era el comunismo, una diabólica amenaza

para el mundo según el discurso encabezado por Estados Unidos. En nombre de

la lucha contra ese enemigo, se podían llevar a cabo las acciones más polémicas

y dudosas, intervenciones militares, persecuciones políticas y golpes de Estado.

Terminada la Guerra Fría, el terrorismo islámico pasó a ser la nueva amenaza con

la que se unía el discurso político en contra de un enemigo común. El enemigo

judío sin embargo no estaba unificado en alguna organización, ni en ninguna clase

social ni centralizado en un sector político. Los judíos alemanes se encontrabandispersos por todo el espectro político, incluso en el nacionalismo de derecha. A

pesar de esto, Hitler construyó un mito monstruoso, el cual unificó a los dos

acérrimos enemigos del nacionalsocialismo, el judaísmo y el marxismo dando

como resultado el «bolchevismo judío».

En su libro y testamento del Nacionalsocialismo, Meinf Kampf ( Mi Lucha)

Hitler describía el actuar del gran enemigo de la raza aria, «El Judío». En 1938,

fue lanzado un recopilatorio de discursos de Hitler y nuevos escritos actualizandoel Meinf Kampf ( escrito en 1924-1926), y se tituló Mi Doctrina. Al Judío se le

presentaba como un enemigo conspirador, que actúa detrás de las sombras,

invisible pero a la vez visible, un villano abstracto pero concreto. Para explicarlo de

una forma más concisa, el judío no era una persona, era una idea, pero esa idea

estaba visible en toda una comunidad étnica, cultural y religiosa. Un enemigo sin

cara, pero que podía ser representado con la cara de muchos, similar a lo que

ocurre en el mundo actual con la amenaza del terrorismo, el cual es una idea, pero

se representa con la cara de los árabes, lo que ha provocado una persecución y

estigma hacia todo el enorme y diverso mundo árabe/musulmán.

Durante la Primera Guerra Mundial, muchos judíos participaron en el

ejército alemán, combatiendo como alemanes —ya que lo eran— sin ser más, o






internacional tejía los engaños a las clases obreras con las ideas del marxismo. Ya

hemos mencionado como el proceso de unificación alemana puso en un pedestal

los valores aristocráticos y desechó los valores democráticos. Inserto en este

ambiente anti democrático, Hitler culpaba a los judíos de manipular a la prensa y a

la masonería, por lo tanto a la clase burguesa, para que insertaran los valores

humanistas en la sociedad.

Con la bandera del progreso y la libertad, se crean republicas democráticas,

en las cuales se forma un parlamentarismo, donde se suprimen las personalidades

y se reemplazan por un gobierno de mayorías, con esto se logra la victoria del

«judío», alcanzando su fin, el cual es acceder al control del Estado, que en un

gobierno aristocrático y/o monárquico, no podría acceder a controlar. Con la

democracia, gobernaban los débiles y la « judería» impulsaba leyes que

favorecieran los valores humanistas, pero sin jamás modificar las propias leyes de

la raza judía. Dentro de la paranoia Hitleriana, la conspiración judía iba incluso

más allá, como lo expone en Mi Doctrina;

«Mientras la burguesía despreocupada de esta grave cuestión, deja con

indiferencia que los acontecimientos sigan su curso, el judío ve las

perspectivas infinitas que se abren en el porvenir. Por una parte, organiza,

hasta sus consecuencias últimas, los métodos capitalistas de explotación

de la especie humana; por la otra, se acerca a las víctimas de sus métodos,

de sus actos, y pronto llega a ser su jefe en la lucha que ellas sostienen

contra él mismo… La burguesía le ha servido de ariete contra el mundo

feudal, ahora utiliza al obrero contra el mundo burgués. Así como intrigó

antaño amparándose detrás de la burguesía para obtener los derechos

civiles, asimismo piensa hoy hacer el combate sostenido por los

trabajadores para defender su existencia, un camino propicio que debeconducirlo a dominar el mundo. Desde este momento, el obrero tiene por

tarea combatir por el porvenir del pueblo judío. Sin saberlo, entra al servicio

de la potencia que cree combatir. En apariencia, se lanza al asalto del

capital; en realidad, se le hace más cómodamente luchar por este último. Al




mismo tiempo se continúa protestando contra el capital internacional, pero

los ataques se dirigen a la economía nacional. Hay que destruirla, a fin de

que sobre su cadáver establezca su triunfo la Bolsa Internacional.»20

En base a lo anterior, Hitler afirmaba entonces que el marxismo noconstituía una lucha entre las clases opresoras y las oprimidas, tampoco una

reivindicación social del proletariado, sino que formaba parte de la conspiración

del «judío» para el dominio del mundo. Por lo tanto, la lucha del opresor y el

oprimido, formaban parte del mismo plan y servían al mismo fin. La convicción de

Hitler sobre esta conspiración, la cual dejó plasmada en sus dos obras, se

transformaron en el alma del nacionalsocialismo y por tanto, de la Alemania del III

Reich. El «Bolchevismo Judío» que amenazaba a Alemania, se podía apuntar en

una dirección concreta, el némesis del nazismo se había establecido en el este, la

Unión Soviética. No se puede afirmar cual o cuales son las razones de la

animadversión que tuvo Hitler hacia los judíos, muchas son las especulaciones

que se tejen en torno al origen de este odio, además tampoco es el objeto de

estudio en esta investigación, pero podemos evidenciar que el convencimiento de

Hitler sobre su tarea de erradicar el «bolchevismo judío» de la faz de la tierra, llegó

a extremos de considerar que si estos triunfaban, la humanidad desaparecería del

planeta. Con este grado de convencimiento, la megalomanía del tirano lo llevó aconsiderar que su labor era divina, como se ve reflejado en sus propias palabras;

«Por eso creo obrar según el espíritu del Todopoderoso, nuestro creador, pues:

Defendiéndome contra el judío, lucho por defender la obra del señor.» 21

1.1.3. La República de Weimar.

La derrota en la Gran Guerra significaría también el fin del Imperio Alemán,

el II Reich. El término del régimen imperial daría paso a una república que recibiría

el nombre de Weimar. La nueva república inició llena de críticas, debido a que apesar de ser un éxito la forma en que se derrocó la monarquía imperial con sólo

quince muertos —comparado con los miles de muertos que dejaron otras

revoluciones para derrocar monarquías— el nuevo gobierno rápidamente aceptó

20 Ibíd. pp. 97-9821 Ibíd. p. 34




los términos del armisticio con los aliados y más tarde firmaría el Tratado de

Versalles22. Pese a la impopularidad y la deplorable condición económica en la

que se sumió Alemania en la posguerra, la república de Weimar comenzó a

reformar estructuralmente la nación, bajo un régimen democrático, periodo que

estuvo bombardeado constantemente de críticas por parte de los movimientos

políticos sociales que proliferaban en medio del descontento social. Los

comunistas dieron su apoyo a algunas de las reformas en la república de Weimar,

sin embargo también contribuyeron a crear una atmósfera de violencia e

inestabilidad, clima que caracterizó los años de la república. Buena parte de la

población alemana temía a los comunistas, principalmente por la enorme

propaganda anticomunista y por lo que se vivía en Rusia durante la revolución y

guerra civil. Sin embargo los comunistas nunca lograron disponer de los recursosni el apoyo suficiente para hacerse con el poder. La verdadera amenaza para la

república se estaba gestando en la derecha, la cual contaba con un gran número

de adeptos dentro de los puestos en las instituciones gubernamentales y

administrativas. El ejército, la iglesia protestante y católica, puestos burocráticos

gubernamentales, sectores industriales, institutos y universidades, entre otros,

contaban con funcionarios de derecha que no eran adeptos a la democracia y en

muchos casos, eran funcionarios que ocupaban los puestos desde el periodo

imperial anterior a 1918.23

Dentro de la derecha radical como ya habíamos observado, había una gran

mezcla de veteranos de la primera guerra mundial —en su mayoría

desocupados— profesores, profesionales de clase media en general, agitadores

callejeros, laicos, protestantes, católicos y obreros. Todos ellos fueron formando

las organizaciones políticas y sociales a través de editoriales, pasquines políticos

y, los más influyentes, los que formaban grupos paramilitares que sembraban la

violencia dentro del clima político de la posguerra. La derecha radical se uniría con

la mayoría de sus subgrupos bajo una misma bandera, la del partido

22 Fritzsche, Peter: “De Alemanes a Nazis. 1914-1933”. Siglo XXI Editores. Buenos Aires, 2006. p. 11723 Weitz, Eric D.: “La Alemania de Weimar; Presagio y Tragedia” Editorial Turner Noema. Madrid, 2009. pp.

567-568




Nacionalsocialista de obreros alemanes, lo que la transformaría en el grupo más

peligroso para la existencia de la República de Weimar.

El nacionalsocialismo tuvo su momento crítico en 1923, en el «Putsch de

Münich», un intento por parte de los nazis para tomar el poder por la fuerza, el quefue rápidamente reprimido. El fracaso del Putsch llevó a Hitler a ser enjuiciado,

instancia que aprovechó para hacer visible a nivel nacional y mundial el

movimiento nacionalsocialista, realizando extensos discursos gracias al tiempo

ilimitado que le concedieron para hablar en su propia defensa. En abril de 1924, es

condenado a cinco años de prisión, cumpliendo solo nueve meses de condena en

la fortaleza prisión de Landsberg. En prisión dicta a varios de sus secretarios su

autobiografía, que a su vez sería la exposición del ideario nacionalsocialista y sus

planes a futuro. El Partido Nazi había sido prohibido y ya estaba en su punto más

bajo, la popularidad había caído. La inestabilidad política y económica que había

creado el descontento social que permitió al nazismo ganar adeptos, estaba

empezando a quedar atrás. Francia había accedido a retirarse de Renania y los

pagos que debía realizar Alemania según el Tratado de Versalles habían sido

amortiguados. El Partido Nazi perdía adeptos mientras que sus adversarios

ganaban aún más, la violencia política estaba colmando a los alemanes. La

pérdida de adeptos se vio reflejada en las elecciones parlamentarias de 1928,donde el Partido Nazi estuvo en el 9° lugar, con solo un 2,63% de las preferencias

(810.127 votos), muy por debajo de sus más grandes adversarios, el KPD (Partido

Comunista de Alemania), que obtuvo el 4° lugar, con un 10,62% de las

preferencias (3.264.793 votos) y el SPD (Partido Socialdemócrata de Alemania),

que estuvo en el 1° lugar, con un 29,76% (9.152.979 votos).

La crisis económica mundial de 1929 trajo nuevamente inestabilidad

económica, aumentando el desempleo y la inflación. El Partido Nazi nuevamentese vio beneficiado de la calamidad social, canalizando el descontento de las

personas con discursos incendiarios, apuntando hacia un enemigo responsable de

todas las penurias del pueblo. Poco a poco el «Judío» iba siendo relacionado con

el comunismo en los discursos. Las promesas de venganza, de repudiar el




Tratado de Versalles, de generar empleos y recuperar la economía fueron dando

más popularidad a Adolf Hitler y el Partido Nazi, evidenciado en las elecciones

presidenciales de 1932, donde Hitler obtiene el segundo lugar, detrás de Paul von

Hindenburg quien fue reelecto. Las elecciones parlamentarias de 1933 confirman

el rápido ascenso del Partido Nazi, obteniendo el 1° lugar, con el 43,91%

(17.277.180 votos), lo que significó 288 escaños en el Reichstag (Parlamento

Alemán). Para lograr controlar y calmar a los nazis, von Hindenburg nombra

Canciller a Adolf Hitler, siendo el segundo en el poder de Alemania. Tras una serie

de luchas internas en el poder, Hitler se fue afianzando en el poder, eliminando a

sus opositores. Con la muerte del octogenario Presidente von Hindenburg el 2 de

agosto de 1934, Hitler logra el poder total de Alemania, el III Reich se iniciaba con

feroces persecuciones, represión y asesinato de opositores.24

1.1.4. El rearme, la preparación para la Guerra Total.

Los militares alemanes, principalmente los oficiales, habían sido educados

bajo el estricto y tradicional sistema prusiano, un sistema de elite, donde un joven

común y corriente se transformaba en un importante hombre en la sociedad

prusiana25. El llevar un uniforme y sable significaban diversas regalías, los mejores

puestos en los teatros, en las óperas, restaurantes, etc. Toda esta burbuja de

privilegios, prestigio y honor se vio aplastada por la derrota en la Gran Guerra. Yalo hemos mencionado, las cláusulas del Tratado de Versalles obligaba al Ejército

Alemán ser reducido a 100.000 hombres, un ejército totalmente pequeño

considerando el tamaño que poseía en la época prusiana. Los generales solo

quieren una cosa ante esta situación, el retorno de su antiguo poder.

Contrario a lo que se piensa, el rearme del ejército alemán no fue iniciativa

de Hitler, ya que los planes para el rearme comenzaron tempranamente en 1923,

poco tiempo después del término de la Gran Guerra y el Tratado de Versalles. Porotra parte, la preparación mental y espiritual para la preparación de una nueva

24 Ibíd. pp. 567-580

25 “The Wehrmacht ” . Dir. Ingo Helm. Prod. Guido Knopp. A Cinecentrum Production for ZDF. 2007. DVD.

Capítulo I “The Blitzkrieg”.




guerra total ya se estaba fomentando desde el fin de la Primera Guerra Mundial. El

Historiador alemán Carl Dirks, quien es además un veterano de la Segunda

Guerra Mundial, señala que tras la ocupación francesa del Ruhr, los generales en

secreto comenzaron a planificar el rearme, al cual sin embargo no lo llamaron un

rearme, sino que una «tarea patriótica justificada». Es así como al General Hans

von Seeckt — Jefe del Estado Mayor del Ejército—se le da temporalmente el

poder ejecutivo, por lo tanto el general no debe pedirle permiso a nadie para

comenzar el rearme. Todo este plan debe mantenerse en secreto, debido a que

tan solo la idea de un rearme es una violación al Tratado de Paz. El rearme no

solo es volver a tener poder, también se está preparando para la guerra. Hans von

Seeckt idea un plan completo, considerando material de guerra, dinero, número de

tropas y la organización de las divisiones. Según lo planteado por Carl Dirks, las102 divisiones con las que Hitler empezó la guerra en 1939, corresponden

exactamente al plan de los generales en 1923. Para el momento en que Hitler

llega al poder, los planes para la organización de un nuevo ejército ya están

completos.26

El Reichswehr comenzó un acelerado crecimiento que fue evidenciado en el

día a día, sin oposición, ya que se venía gestando hacía poco más de una década.

Las luchas internas entre el ejército y los paramilitares de la Sturmabteilung —

brazo armado del partido nazi— conocida por sus siglas en alemán SA y

conocidos también como «Camisas Pardas», provocaron los primeros conflictos

en el régimen de Hitler. Ernst Rohm, amigo personal y colaborador de Hitler, era

comandante de la SA, las cuales de acuerdo a los deseos de Rohm, debían

formar parte del Reichswehr. En parte esto se debía a que Rohm era un capitán

veterano de la Primera Guerra Mundial y quería elevar el estatus de su

organización, sin embargo la mala fama ganada con la violencia en las calles que

había protagonizado la SA, trajeron un enorme rechazo en la oficialidad del

Reichswehr. En esta ocasión Hitler se puso del lado de los generales y al eliminar

la cúpula dirigente de la SA se ganó el favor de ellos. Sin embargo, los generales

del Reichswehr también serían los próximos en ser depuestos, sería el inicio para

26 Ibídem.




la creación de unas nuevas y modernas fuerzas armadas, conocida como la

Wehrmacht.

Pese a que muchos generales y oficiales de rangos medios —sobre todo

los pertenecientes a la aristocracia— veían con desagrado a los nazis, alconsiderarlos una pandilla de matones ignorantes, fueron aceptando de forma

pasiva y sumisa las reformas. Hitler desconfiaba totalmente de los generales, pero

ambas partes eran interdependientes. Hitler necesitaba a la reaccionaria casta

militar alemana para poder llevar a cabo sus planes de expansión y guerra, y los

generales veían en Hitler la posibilidad de recuperar su poder, al comandar las

nuevas divisiones que eran rápidamente creadas. La deuda personal de cada

general y oficial alemán con Hitler comienza a crecer, lo que se empieza a traducir

en ciega lealtad. El nazismo para algunos no importaba, los generales habían sido

educados en la apolítica tradición prusiana, a pesar de que muchos detestaban el

nacional socialismo y la violencia salvaje y callejera de las organizaciones nazis, la

lealtad hacia Hitler llega a un punto clave.

«Juro solemnemente por Dios que serviré al Führer del Reich alemán, Adolf

Hitler y siempre estaré dispuesto a dejarme la vida por este juramento.»27

Desde 1934, cada hombre que ingresaba a la Wehrmacht, debía jurarlealtad directamente a Hitler. Esta idea no fue del dictador, sino que provino de la

misma cúpula de generales de la Wehrmacht, posiblemente pensando que con

esta lealtad tangible y activa conservarían de cierto modo su independencia.

Estaban equivocados. El primero en evidenciar la equivocación fue el Ministro de

Guerra, General Werner von Blomberg, quien había sido Ministro de Defensa de

Paul von Hindenburg, además de ser el ideólogo y ejecutor del apoyo del ejército a

Adolf Hitler y su partido. El General von Blomberg, de fuertes convicciones anti

democráticas y que consideraba que el ejército debía estar por sobre los partidos

políticos, se había convertido en un fiel seguidor de Adolf Hitler, siendo él el que

autorizó e instauró la swastica como símbolo del ejército y modificó el juramento

de lealtad que hasta ese entonces era hacia el pueblo y la patria, redirigiendo el

27 Ibídem.




juramento directamente a Adolf Hitler. El apoyo incondicional al Führer lo convirtió

en el primer Mariscal de Campo del III Reich y su actitud sumisa le ganó el

despectivo apodo de «León de Goma» por sus detractores dentro del ejército.

En 1938 el General von Blomberg, viudo y de 59 años, se casó con una joven mujer, Erna Gruhn (1913-1978), secretaria y mecanógrafa de una condición

social baja, contraviniendo las exigencias de la oficialidad de las fuerzas armadas.

El ejército al oponerse a este matrimonio —la tradición aristocrática era muy

fuerte—, impidió que von Blomberg encontrara testigos de matrimonio. Hitler y

Hermann Göring —segundo hombre más importante del III Reich— se convirtieron

en los testigos. Este matrimonio sirvió para los conspiradores que envidiaban la

posición de von Blomberg como hombre influyente del ejército, minimizando el

poder de Hermann Göring —Comandante Supremo de la Luftwaffe— y de

Heinrich Himmler —Comandante en Jefe de las SS—, ambos se aprovecharían de

un expediente policial sobre el pasado de la joven esposa de von Blomberg. La

investigación reveló que Erna, había posado para fotografías pornográficas

tomadas por un judío con el cual convivía, y la madre de Erna era una prostituta 28.

Esta información había llegado de manos del jefe de la policía de Berlín, el conde

Wolf-Heinrich von Helldorf, que informó al General Wilhelm Keitel, en ese

entonces jefe de personal de la Wehrmacht. El General Keitel vio la oportunidadde arruinar la carrera de von Blomberg y ascender aún más en la suya,

ordenándole a von Helldorf que entregue los informes a Göring. Este a su vez

también vería la oportunidad de arruinar la carrera de von Blomberg, modificando

el expediente y afirmando había sido Erna la prostituta y no su madre. Hitler está

indignado y le ordena a von Blomberg que anule el matrimonio. Al negarse a

anular su matrimonio, la oportunidad para los conspiradores llegó. Göring

chantajeó a von Blomberg de hacer pública la situación de su esposa, lo cual

también afectaría el futuro matrimonio de su hija. Dorothea von Blomberg,

comprometida en matrimonio con el Teniente Karl-Heinz Keitel, hijo mayor de

28 Cabe mencionar que muchas mujeres alemanas ante la difícil situación económica de la posguerra, sin

posibilidad de encontrar trabajo y en muchos casos siendo viudas de guerra, tuvieron que recurrir a la

prostitución para su propia subsistencia y de sus familias. Este sería no sería el caso de la esposa del General

von Blomberg, sino el de su suegra. (N. de los AA.)




Wilhelm Keitel, estaban próximos a contraer matrimonio, por lo que el general tuvo

que dimitir de todos sus cargos. Von Blomberg y su esposa pasaron al exilio en la

isla de Capri.29

Este escándalo no fue el único, el General Werner von Fritsch, Jefe delEstado Mayor de los ejércitos de tierra (Oberkommando des Heeres), que junto a

von Blomberg había sido uno de los cerebros y artífices de la formación del nuevo

ejército alemán, también se vería involucrado en un escándalo de proporciones.

Po órdenes secretas de los jefes de la Gestapo y SS, Reynhard Heydrich y

Heinrich Himmler respectivamente, habían presentado una serie de pruebas en

contra del General von Fritsch, que lo acusaban de actividades homosexuales con

un joven que ejercía la prostitución.30 Tras un largo juicio humillante, el General

von Fritsch que desde que fue acusado había demostrado su indignación y

alegaba inocencia, fue absuelto de sus acusaciones al ser consideradas falsas las

pruebas en su contra, sin embargo ya había renunciado a su cargo y enviado a

retiro.

Los planes de Heydrich y Himmler eran que sus organizaciones, las SS y

Gestapo, se hicieran con el control del Ejército. Por parte de la Wehrmacht,

muchos nombres sonaban como candidatos para ocupar el cargo de von Fritsch,

entre ellos el que por recomendación del depuesto general debía ocupar su cargo,

Walther von Brauchitsch. Otros generales como Gerd von Rundstedt también eran

candidatos a ocupar el mando del Estado Mayor de los Ejércitos de Tierra.

Finalmente el cargo sería ocupado por el General que von Fritsch había

recomendado. Al estallar la guerra en 1939, el General von Fritsch sería llamado

nuevamente al servicio, pero sin ocupar su antiguo cargo. Durante la ocupación de

Polonia, mientras inspeccionaba el frente de batalla fue herido de gravedad. A

pesar de que sus heridas podían ser atendidas por personal médico, no quiso seratendido y murió desangrado, siendo el primer general alemán en morir durante la

Segunda Guerra Mundial. Posiblemente nunca pudo superar la humillación de las

acusaciones y el juicio que había tenido que enfrentar.

29 Irving, David… op. cit. p. 9130 Ibíd. p. 95




El objetivo de las SS al mando de Himmler se estaba cumpliendo, sacar del

camino a todos aquellos generales con un gran poder que fueran contrarios o

neutrales al régimen nazi. Poco a poco las SS estaban demostrando su objetivo —

el cual siempre negaban— reemplazar a la Wehrmacht en el futuro. Si las SS

reemplazaban a la Wehrmacht, el régimen tendría un ejército completamente

ideologizado, aboliendo la tradición prusiana de apolitismo. Estos escándalos

serían aprovechados de gran manera por Hitler. El mando de la Wehrmacht debía

caer solo en las manos de alguien de suma confianza, para evitar un hecho tan

vergonzoso —para Hitler — como el que acababa de ocurrir con el General von

Blomberg. Adolf Hitler se vio enfrentado a la dificultad de elegir un reemplazante

para el cargo de Ministro de Guerra que había ocupado Werner von Blomberg,

debido a la desconfianza hacia la lealtad de sus generales. Sólo había unapersona a la que podía confiar el poder de la Wehrmacht, él mismo.

Es así como Hitler elimina el Ministerio de Guerra y se convierte en el

Comandante Supremo de sus fuerzas armadas, concentrando ahora poder político

y militar. Esto traería nefastas consecuencias en los postreros años, al no haber

mayor independencia en los generales, que en momentos cruciales no pudieron

tomar determinaciones ante la negativa de Hitler o por recibir otras órdenes. La

desconfianza de Hitler a sus generales lo llevó a crear dos organizaciones querivalizarían durante toda la historia de la Wehrmacht, el ya mencionado Estado

Mayor los Ejércitos —conocido por sus siglas en alemán como OKH

(Oberkommando des Heeres) — y el Estado Mayor de la Wehrmacht —OKW

(Oberkommando der Wehrmacht) — que reemplazó al Ministerio de Guerra, el

cual controlaba al ejército (Heer ), fuerza aérea (Luftwaffe), marina de guerra

(Kriegsmarine). El General Wilhelm Keitel, fue nombrado comandante del OKW,

convirtiéndose en Comandante en Jefe de las fuerzas armadas, teniendo solo a

Hitler como superior. Keitel competiría y rivalizaría con el General Franz Halder,

Jefe del Estado Mayor OKH y Walther von Brauchitsch Comandante en Jefe del

OKH. Este clima de rivalidad dentro de las fuerzas armadas sería lo ideal para




Hitler, así los mantendría ocupados en luchas internas y no en obstaculizarlo a

él.31

Con el nuevo régimen, la nueva organización y por sobre todo el relajo de

las potencias occidentales ante el rearme alemán, la Wehrmacht creció a un ritmoacelerado, convirtiéndose en una letal fuerza militar tanto en material bélico como

en estrategia, sin embargo aún no estaba preparada para un conflicto a gran

escala y los generales más conservadores así lo manifestaban, pese a esto, los

planes para la guerra ya estaban en acción y era solo cuestión de tiempo que

Alemania entrara nuevamente en un conflicto bélico.

En paralelo, otra fuerza dentro de Alemania aumentaba su poder. La SA

había caído en desgracia tras la noche de los cuchillos largos, una redada de lasSS —participando Hitler con pistola en mano— en la cual se detuvo a toda la

cúpula dirigente de la SA. El líder de los camisas pardas, Ernst Rohm, había sido

ejecutado esa misma noche, al ser descubierto en su habitación manteniendo

relaciones íntimas con un joven recluta de la SA. La homosexualidad de Rohm sin

embargo era un gran problema para el régimen nazi, ya que Rohm nunca la

ocultó, y sirvió de excusa para eliminar a este líder del nazismo que estaba

causando demasiados roces entre el ejército y el nuevo gobierno. En reemplazo

de la SA, la Schutzstaffel , conocida como SS (Escuadras de Defensa), ocuparon

diversas funciones, principalmente las de policía política, inteligencia política y

militar, espionaje, seguridad estatal, labores penitenciarias de enemigos del

Estado y a medida que crecía, tomaba un carácter militar al crear divisiones de

combates, conocidas como las Waffen-SS. La SS era una organización de

jerarquía militar, pero diferenciada del ejército al poseer su propia escala de

rangos, con equivalentes en los rangos del ejército, pero con distinto nombre, los

cuales también fueron usados por la SA. Para ingresar a las SS se requeríapertenencia y fidelidad al Partido Nacionalsocialista, ascendencia aria certificada y

especificaciones físicas acordes al proyecto nacionalsocialista. Las SS se

dividieron internamente en distintos cuerpos, una de las más reconocidas sería la

31 “The Wehrmacht”, op. cit. Cap. 1 “The Blitzkrieg”




Sicherheitsdienst (Servicio de Seguridad), conocida como SD, la que cumplía

funciones netamente de inteligencia y servicio secreto, y las infames SS-

Totenkopfverbände (Unidades de la Calavera), encargadas de custodiar los

campos de concentración y ejecutar sistemáticamente a los prisioneros. Con la

Segunda Guerra Mundial declarada, otra unidad de las SS escribiría horribles

episodios en la historia, los Eitzangruppen, cuyo único fin y propósito era la

ejecución —o asesinato— de los enemigos raciales y políticos del régimen nazi en

las naciones ocupadas.32

El crecimiento de las SS fue dando forma concreta al proyecto nacional e

internacional del nacionalsocialismo, ya que sería esta organización la que

fielmente cumpliría con los objetivos y órdenes dadas por el Führer, principalmente

en la persecución, encarcelamiento y ejecución de la población no deseada, ya

sean judíos, comunistas, homosexuales, enfermos mentales, gitanos, entre otros.

Esta característica fue la que finalmente haría reconocida a las SS

internacionalmente, siendo la encargada de abrir y comandar los diversos campos

de concentración tanto en Alemania como en las naciones ocupadas. Por su parte,

el brazo armado y combatiente de las SS, las Waffen-SS, serían reconocidas en el

campo de batalla por su fanatismo en el combate, su poder destructivo y por sobre

todo sus crímenes en contra de la población civil y prisioneros de guerra. Las SSse transformarían por lo tanto en un eje para llevar a cabo la Guerra Absoluta.

1.2. La Unión Soviética. El Ejército Rojo y el NKVD.

En la Primera Guerra Mundial, el Imperio Ruso formó parte de la Triple

Entente, el bando vencedor, pero el descontento general hacia el régimen zarista

decantó en una revolución social en octubre de 1917, acrecentada aún más por la

derrota del ejército imperial frente al ejército alemán. La percepción de los

ciudadanos rusos se puede ver expresada en las palabras de Gueorgui Zhúkov, eldestacado mariscal de campo del Ejército Rojo que en sus memorias escribiría «El

32 http://www.ushmm.org/wlc/es/article.php?ModuleId=10005767




Gobierno Zarista llevó al país a la ruina total.»33, con la revolución rusa, el último

régimen monárquico absolutista de Europa caía.

La joven República Soviética encabezada por Lenin, rápidamente se vio

enfrentada a los enemigos internos, el Ejército Blanco, apoyado y financiado porregímenes extranjeros contrarios a la revolución de los soviets. La guerra civil en

la República Soviética fue un periodo terrible para todos los habitantes, que

culminaría con la victoria del Ejército Rojo creado por León Trotsky. Las

consecuencias finales de la guerra civil fue el desmembramiento de todos los

territorios que pertenecieron al Imperio Ruso, logrando su independencia países

como Polonia, Finlandia, Estonia, Lituania, Letonia y Ucrania. Las consecuencias

en vidas y en economía fueron de más de 10 millones de muertos y un

estancamiento y retroceso en la industria y en el sector agrícola. Cientos de miles

de rusos emigraron hacia otros países y la nueva república estaba enfrentando

una crisis económica brutal, evidenciada en las hambrunas.34

El líder de la revolución, Vladimir Lenin, falleció en 1924, el sucesor natural

y a la vista de todos era León Trotsky, quien siempre tuvo buena fama entre los

bolcheviques. Pero los miembros dirigentes del partido veían en Trotsky una

amenaza y aunque menospreciaran a Stalin, lo apoyaron para que sucediera en el

poder a Lenin35. Con Stalin a la cabeza de la República Soviética, se inicia un

periodo caracterizado por un régimen autoritario fuerte y despiadado hacia los

enemigos que afectaran la revolución. En la década de los 30’s, la Unión Soviética

vio reducida la amenaza de las potencias extranjeras y comenzó un proceso de

crecimiento interno. Stalin aceleró la industrialización, enfocada en una economía

de guerra que hizo crecer exponencialmente la industria armamentística. A

diferencia de Trotsky, Stalin estaba enfocado en consolidar la revolución en Rusia

y solo se limitaba a apoyar los procesos revolucionarios de otras naciones. Uno delos errores nefastos de este proceso, fue declarar una guerra internacional hacia

los partidos socialistas, dividiendo aún más a las izquierdas revolucionarias,

33 Zhúkov, Gueorgui: “Memorias y Reflexiones” Ed. Serie Guerras y Guerreros. Moscú, 1990. p. 6534 Mosse, op. cit. pp. 253-25435 Rubenstein, Joshua: “León Trotsky. Una vida revolucionaria”. Ed. Península. Barcelona, 2013. p. 169




fomentando un constante conflicto entre socialistas y comunistas, quitando del

foco al principal enemigo, el fascismo, que se empezó a fortalecer en Italia y

Alemania.36

El crecimiento del Ejército Rojo se constituyó principalmente de obreros ycampesinos, aunque hubo muchos generales zaristas que lo conformaron37, y

fueron estos quienes principalmente estructuraron esta nueva institución

revolucionaria de la Rusia Bolchevique. Es importante remarcar que la herencia

principal de este nuevo ejército proviene de la «guardia roja» del partido de Lenin,

esta guardia funcionaba como brazo armado, pero carecían de toda jerarquía

militar, por ende no eran muy organizados. La guardia se forjó bajo el alero de la

disidencia de los soldados comunistas que se negaban a obedecer órdenes de

los oficiales zaristas, por ende podríamos decir que en sus inicios se constituyó

solo como milicia voluntarista. En la lucha por eliminar todos los elementos de

disidencia dentro del régimen, Stalin emprendió purgas que eliminaron a los

oficiales políticos y militares que amenazaran su poder.

Las Purgas llevadas a cabo en 1937, donde destacados militares soviéticos

fueron ejecutados por traición o vinculaciones con grupos opositores, según Chris

Bellamy fueron en gran parte llevadas a cabo gracias a la «información» dada por

dobles agentes alemanes, los cuales dirigidos por Reinhard Heydrich, jefe de la

Gestapo y segundo al mando de las SS, daban falsa información al servicio

secreto soviético. En estas informaciones se presentaban falsas evidencias que

vinculaban a oficiales del Ejército Rojo con grupos anti-stalinistas, trotkystas o que

cooperaban con las potencias occidentales. Entre los generales más destacados

que cayeron durante las purgas, Mijaíl Tujachevsky fue el general que más

impacto causó en el Ejército Rojo. Este general fue el cerebro de las modernas

tácticas de la guerra relámpago, concepto de guerra que no fue muy compartidopor los generales de distintos ejércitos de la época, salvo con pequeñas

excepciones, como Heinz Guderian, general alemán que sería discípulo de

Tujachevski y perfeccionaría las tácticas de la guerra relámpago, que tendría

36 Bullock, Alan. Op. cit. pp. 9-1137 Wollenberg, Erich: “El Ejército Rojo”. Ed. Antídoto. Buenos Aires, 2004. p. 23




como resultado la afamada Blitzkrieg alemana. Ante la ausencia de destacados

generales soviéticos víctimas de las purgas, la preparación y perfeccionamiento

del Ejército Rojo se vería dramáticamente afectado. Esto provocó que las líneas

defensivas soviéticas no estuvieran en condiciones de resistir una ofensiva

alemana en caso de ocurrir y los generales soviéticos lo sabían, peor aún, los

generales alemanes lo sabían aún mejor 38. Con el fin de prevenir y tener un

control más directo sobre el Ejército Rojo y otros organismos, se forma el

Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos «NKVD», un ejército político,

completamente ideologizado, una policía política similar a las SS. Al igual que las

SS, el NKVD contaba con unidades militares, las cuales estarían mejor armadas y

preparadas, destacando durante la Segunda Guerra Mundial.

1.3. Frágil Alianza.

Muchas veces es incomprensible concebir una alianza entre una dictadura

comunista y una dictadura de ultra derecha como lo fue el III Reich, sin embargo

esta alianza entre rusos y alemanes estaba cimentada en una larga cooperación

en el pasado entre ambas naciones ricas en cultura e intelectualidad, salvo el

periodo en el que fueron enemigos durante la Primera Guerra Mundial. La

cooperación entre ambas naciones se vio reflejada sobre todo en la cooperación

militar, donde militares de ambas naciones hacían intercambios en sus academiaspara perfeccionar nuevas tácticas y perspectivas sobre la guerra moderna. La

cooperación entre rusos y alemanes era visible ya en el reinado de Alexis

Mijáilovich, zar del Imperio Ruso desde 1645 hasta 1676, padre del célebre Pedro

el Grande. Los militares alemanes siempre habían gozado de prestigio y

admiración por parte de los rusos, los cuales llegaban a decir que el ejército ruso y

el alemán eran parte de una tradición común del noreste europeo. 39

La llegada de Hitler al poder en 1933 cambió las relaciones germano-soviéticas, Alemania ahora estaba bajo la bandera del nazismo, el enemigo

ideológico del comunismo soviético. Pese a esto, la cooperación siguió siendo

38 Bellamy, op. cit. pp. 72 - 7439 Christopher Duffy: “Russia’s Military Way to the West. Origins and Nature of Russian Military Power,

1700-1800”, en Bellamy, op. cit. p. 79




necesaria y para ese entonces no era algo absurdo ni sorprendente. En 1936, un

gobierno republicano socialista se tomaba el poder en Madrid, España, el cual

desencadenó en una guerra civil cuando la derecha nacionalista española,

encabezada por el coronel Francisco Franco, desembarcó en la península ibérica

proveniente del norte de África. Hitler y Benito Mussolini prestaron su apoyo a

Franco, a través de armamento, vehículos, aviones, tanques y combatientes. De la

misma forma la Unión Soviética prestó apoyo al legítimo gobierno republicano,

también con material de guerra y tropas. Tras tres años de incesantes y violentas

luchas, el bando nacionalista saldría triunfante. La Guerra Civil Española para

muchos es considerada un ensayo previo a la Segunda Guerra Mundial, donde

Alemania sobre todo, puso a prueba sus tácticas de bombardeo y uso del arma

blindada. El apoyo de Alemania al bando nacionalista y el apoyo soviético albando republicano, dieron muestra que ambos regímenes en el futuro podrían

enfrentarse. Sin dudas el éxito del bando nacionalista, dio a Hitler la percepción de

que su lucha contra el bolchevismo terminaría en triunfo.

Compartiendo la misma opinión de Chris Bellamy en Guerra Absoluta, la

política al igual que el planeta es redonda, si nos alejamos mucho al este,

llegaremos al oeste, cuando se llegan a los extremos de la izquierda o la derecha,

se llega al mismo sitio, a una dictadura totalitaria, donde las libertades y las vidasde las personas se ven amenazadas por la estricta y violenta política de seguridad

del Estado. Tanto la Alemania Nazi como la Unión Soviética, habían salido

afectados con la Primera Guerra Mundial y la guerra civil rusa. Ambas naciones

estaban en un acelerado programa de rearme y preparación mental para enfrentar

a los enemigos externos para defender la nación. Ambos regímenes totalitarios

poseían programas de adoctrinamiento para la juventud, con grupos militarizados,

como lo fue la Hitlerjugend (Juventudes Hitlerianas) en la Alemania Nazi y el

Komsomol (Unión de Jóvenes Comunistas) en la Unión Soviética. Tanto el

régimen nazi como el soviético habían reprimido con total violencia a los

opositores internos, en el caso de la Alemania Nazi usando campos de

concentración para los «indeseados», y los Gulag, campos de trabajos forzados




usados por la Unión Soviética en contra de sus opositores, utilizando a los

prisioneros como mano de obra esclava.

El némesis de Hitler era Stalin y viceversa, ambos líderes se odiaban

aunque se tenían un profundo respeto. Estando en veredas opuestas, amboslíderes tenían enormes similitudes, lo que llevó a Alan Bullock a decir que Hitler y

Stalin llevaban «Vidas Paralelas»40. Ambos líderes provenían de la clase media

baja, además de ser originarios de los extremos de los imperios a los que

pertenecieron. Stalin (1878-1953) por su parte, era originario de Georgia y Hitler

(1889-1945) no era alemán, era del extinto Imperio Austro-Húngaro. Por lo tanto

ambos dictadores eran forasteros, lo cual se hacía evidente en los acentos usados

en su lenguaje. Stalin con un marcado acento georgiano en su ruso y Adolf Hitler,

con un fuerte acento austriaco, dejando un estigma profundo, creando en el

imaginario colectivo la idea de que el idioma alemán tiene una fuerte

pronunciación de la letra «R».

La política agresiva y expansionista de la Alemania Nazi, se hizo visible con

la anexión de Austria en 1938. El mismo año, el deseo de Hitler de unificar a los

pueblos germanos en un solo país, en una Großdeutschland 41 (Gran Alemania), lo

llevó a invadir los Sudetes, región perteneciente a Checoslovaquia, en la cual

habitaba una enorme población de origen alemán. La reacción de las potencias

occidentales fue demasiado ambigua y condescendiente con Hitler, los deseos de

Stalin de que se formara una alianza política y militar con las potencias

occidentales y unirse en una defensa mutua ante la agresión alemana, no había

dado frutos positivos en todas las negociaciones hechas en la década del 30. El

Pacto de Münich, de 1938, el cual fue firmado por las potencias occidentales y

Alemania, permitía al régimen nazi apoderarse de una parte de Checoslovaquia,

fue una señal para Hitler de que las democracias occidentales eran débiles, ypreferían entregar territorio checo antes que combatir en una guerra contra

Alemania.

40 Bullock, Allan: “Hitler y Stal in. Vidas Paralelas (Tomo II)”. Ed. Plaza & Jane. Barcelona, 1994.41 Großdeutschland, que escrito con caracteres en español sería Grossdeutschland. (N. de los AA.)




Por parte de Stalin y su círculo, el Pacto de Münich significaba –y con justa

razón- una actitud permisiva, que daba libertad a Alemania de salirse con la suya,

con tal de cumplir la promesa hecha por Hitler en Mein Kampf , de exterminar a los

bolcheviques. Sin dudas, el anticomunismo de las democracias occidentales fue

una de las razones por las que nunca se quisieron aliar con la Unión Soviética en

los términos que Stalin proponía, los cuales eran ayuda mutua ante la agresión de

Alemania hacia cualquier país de protegido por la alianza, cooperación militar y

económica. Las propuestas occidentales siempre fueron rechazadas por la Unión

Soviética, las cuales consideraba indignas de aceptar, ya que los dejaban como

meros instrumentos para llevar todo el peso de una eventual guerra con Alemania.

Stalin quería evitar a toda costa o a lo menos posponer cualquier enfrentamiento

con Alemania, ya que por el momento la mayor amenaza al territorio soviético lorepresentaba el expansionismo del Imperio del Japón, que había ocupado Corea y

Manchuria, al norte de China, con claros deseos de ocupar territorios de Mongolia

y la zona más oriental de Rusia.

Por otro lado, Stalin, al no tener otra posibilidad se había mostrado

proactivo para crear una coalición de defensa colectiva, pero desconfiaba

demasiado de las potencias occidentales, sospechando que lo estuvieran

enredando en una guerra con Alemania, con el propósito de que ambos

regímenes se debilitaran y así, las potencias occidentales mantenerse al margen

del conflicto. Los desaires de los británicos eran constantes, al punto de que

Chamberlain, Primer Ministro Británico, había realizado tres visitas a Alemania

para 1938, sin embargo ningún ministro británico se ofrecía para visitar Moscú y

continuar con las negociaciones, a pesar de que los soviéticos habían solicitado

expresamente la visita de Lord Halifax, Ministro de Asuntos Exteriores de Gran

Bretaña42. Es posible que en esta fecha -1938- Stalin haya comenzado a

contemplar un posible acuerdo con Adolf Hitler.

De acuerdo a los informes de la inteligencia británica, en enero de 1939, el

Ministro de Asuntos Exteriores alemán Von Ribbentrop, estaba acercándose a

realizar conversaciones con Moscú. En abril de 1939, los informes británicos

42 Bullock, op. cit. p. 205




entregados a las fuerzas armadas de Lituania ya daban cuenta de una posible

alianza germano-soviética, lo que significaría una gran derrota para la diplomacia

británica. El Imperio Británico estaba enfrentando uno de sus peores temores, la

alianza de Alemania, Italia y Japón, se estaba convirtiendo en una combinación

cuádruple, a la que se agregaría la Unión Soviética, lo que significaría una fuerza

arrolladora que aplastaría al Imperio Británico tanto en oriente como occidente si

así lo dispusieran43. Hitler consideraba que tenía más posibilidades de ganar en el

oeste que en el este, tal como le indicaban sus informes de inteligencia, los que

daban cuenta de que Francia había perdido su capacidad de defensa, confiados

en que la anticuada línea Maginot -puesta en la frontera con Alemania- sería

suficiente para frenar cualquier tentativa alemana de invadir. Los informes de

inteligencia también le informaban que Gran Bretaña no tenía intenciones nideseos de enfrascarse en otra guerra a gran escala. Aunque desde muchos

siglos, los enemigos de Gran Bretaña siempre han sido sorprendidos por la

capacidad británica por enfrentar con rapidez y tenacidad a sus adversarios,

Napoleón lo supo muy bien. Resulta curioso que al igual que Napoleón, Hitler haya

fracasado en los intentos de invadir Inglaterra, en el norte de África y derrotado por

el invierno ruso.

Tras la anexión de Checoslovaquia en 1938, se presentaron los primeros

problemas para Hitler en la anexión de nuevos territorios. Principalmente por el

sector de Eslovaquia, que tenía ánimos autonomistas. En este hecho fortuito, se

puede evidenciar el ánimo de los líderes nazis respecto a los soviéticos. En 1938,

un año antes de concretar la alianza con la URSS, el segundo hombre más

importante del III Reich, Herman Göring, diría respecto a la situación de

Checoslovaquia;

«Las aspiraciones autonómicas eslovacas tienen que ser debidamente

apoyadas. Los checos, sin la Eslovaquia, aún quedarán mucho más que

ahora a nuestra merced. Eslovaquia será muy importante para nosotros

como base aérea para las operaciones del este»44.

43 Bellamy, op. cit. p. 8544 Irving, op. cit. p. 181




Con una clara alusión a Rusia, evidenciamos que antes de declarar una

guerra a la Unión Soviética, ya estaban pensando en zonas estratégicas para

utilizar como base para la futura guerra en el este.

La necesidad de formar rápidamente una alianza con la Unión Soviética, se

debía a que Hitler ya había fijado la fecha para la invasión de Polonia, el 1 de

septiembre de 1939. Los problemas que se presentaban en los deseos de

Alemania de formar una alianza con la Unión Soviética, eran los reproches que

hacía Molotov a Schullenburg -embajador alemán en Moscú- sobre algunas

políticas alemanas que afectaban a la Unión Soviética. Entre las que destacaba

era el pacto Anti-Komintern entre Alemania, Italia y Japón, y el apoyo prestado por

Alemania a Japón en sus agresiones a la Unión Soviética en Asia, las cuales

habían llegado a un punto álgido en la batalla de Jaljin Gol en agosto de 1939, enla cual salieron victoriosos los soviéticos con una impecable táctica de guerra

relámpago llevada a cabo por el General Georgi Zhúkov. Pese a los reproches,

Molotov y Stalin estaban más inclinados a formar una alianza con Alemania, ya

que habían visto la ligereza con la que Francia había tomado el acuerdo hecho

con la Unión Soviética en defensa de Checoslovaquia en caso de agresión por

parte de Alemania, pero cuando la agresión se hizo realidad en 1938, Moscú

emitió órdenes de movilización en el oeste, pero Francia abandonó la promesa de

defender Checoslovaquia y firmó el Pacto de Münich, que terminó por ceder a

Alemania gran parte de Checoslovaquia.

Tanto Alemania como la Unión Soviética tenían mucho que ganar con la

creación de una alianza. En las negociaciones, Hitler por medio del Ministro Von

Ribbentrop, necesitaba que se le garantizara que no tendría riesgo de una guerra

con la Unión Soviética cuando invadiera Polonia. Stalin por medio de Molotov,

estaba en conocimiento de que Gran Bretaña y Francia no ofrecían las mismas

garantías a los países bálticos –Lituania, Estonia y Letonia- que las ofrecidas a

Polonia. Eso significaba que Hitler tendría libertad para movilizarse por los países

bálticos y tener una ruta de acceso libre para invadir a la Unión Soviética. Por lo

tanto, Stalin necesitaba que Hitler le garantizara ante una eventual alianza, que




tendría carta blanca para apoderarse del Báltico y así eliminar la posible amenaza

de una invasión alemana-báltica por el norte de la Unión Soviética.

La fecha prevista para la invasión de Polonia se acercaba y Hitler se

impacientaba. Hitler se mostró dispuesto a firmar cuanto antes un pacto de no

agresión con la Unión Soviética, y que se aclararían los puntos más importantes

del pacto; la partición de Polonia y el destino de los países bálticos. Se le ordenó

al embajador Schullenburg que se reuniera con Molotov y le expusiera la actual

situación de Alemania con Polonia, que se hacía insostenible y habría un

enfrentamiento de forma inevitable en poco tiempo. El acuerdo comercial se firmó

el 20 de agosto de 1939 y se programaron otras reuniones con Von Ribbentrop

para los días 26 y 27 de agosto en Moscú. Estas fechas estaban demasiado

cercanas a la invasión, por lo que el mismo día en que se firmó el acuerdocomercial, Hitler le escribió a Stalin, líder del <<Bolchevismo Mundial>>, utilizando

esta vez la palabra bolchevismo como título casi honorífico y no con el desprecio y

odio que expresaba a la misma palabra en sus innumerables discursos y escritos.

Aceptó rápidamente los acuerdos propuestos por Molotov, pero le pidió a Stalin

que recibiera cuanto antes a Von Ribbentrop, el 22 de agosto o a más tardar el día

23. Hitler necesitaba aclarar lo más rápido posible las cuestiones relacionadas con

la situación de Polonia y cuál sería el actuar soviético ante la inminente invasión.

Era tal la prisa que tenía el Führer, que redactó:

«El ministro de Exteriores tiene autoridad plena e ilimitada para redactar y

firmar tanto un tratado de no agresión como un protocolo. En vista de la

situación internacional, el ministrio de Exteriores no puede permanecer en

Moscú más de un día o dos como máximo. Me complacerá recibir su pronta

respuesta. Adolf Hitler.»45

Finalmente en la reunión del 23 de agosto, el pacto se firmó después de

tres horas de conversaciones. Dentro del Pacto, había un Protocolo Adicional

Secreto, que colocaba a Finlandia, Estonia y Letonia dentro de la esfera de

influencia soviética, pero dejaba a Lituania bajo la influencia alemana. Este

45 Bellamy, op. cit. p. 91




protocolo se modificó el 28 de septiembre del mismo año, dejando también a

Lituania dentro de la esfera de influencia soviética. El Pacto también delimitaba la

zona de influencia soviética en la ocupación de Polonia, zonas a las que

cínicamente la Unión Soviética nombró «Bielorrusia Occidental y Ucrania

Occidental». Sin importar los nombres que les haya dado la Unión Soviética,

muchos de esos territorios habían pertenecido al Imperio Ruso anterior a 1917,

por lo que el resentimiento y el deseo de recuperar lo perdido, estaba condenando

a Polonia desde el oeste y el este, atrapada entre dos naciones hostiles.

Stalin veía con buenos ojos una alianza con Alemania, a la cual la veía

como una cooperación a largo plazo ya que Hitler había aludido a la larga

cooperación que por siglos había tenido Rusia y Alemania, logrando beneficios

para ambas naciones. Stalin sin embargo no descartaba luchar contra Hitler en elfuturo, pero necesitaba posponer las hostilidades y seguir preparándose y

armándose, consciente de las necesidades por las que pasaba el Ejército Rojo,

debilitado y con una crisis de liderazgos a causa de las largas y violentas purgas

llevadas a cabo desde 1937. Hitler por su parte necesitaba despejar el camino

para la invasión de Polonia. Este tratado con el enemigo ideológico, era una

solución a corto plazo, su objetivo real y mayor estaba pospuesto mientras

resolvía los asuntos inmediatos, la venganza contra Polonia. Aunque estaba

pactando con los bolcheviques, ellos eran su próximo objetivo y en ningún

momento había tenido una intención de dejar de lado el objetivo de destruir el

«Bolchevismo judío» que tanto había atacado en sus casi 20 años de carrera

política.

Desde la aparición en la vida pública, Hitler había mencionado una y otra

vez que el enemigo acérrimo del nacionalsocialismo eran los bolcheviques. En su

libro «Mein Kampf» hacía énfasis en que para el desarrollo pleno, una nación

necesitaba Lebensraum (espacio vital), basando esta idea en teorías geopolíticas

del siglo XIX, especialmente las del determinismo geográfico de Friedrich Ratzel y

las teorías geopolíticas de Karl Haushofer (1869-1946) al cual Hitler conoció

personalmente en 1922 a través de un ex alumno de Haushofer, Rudolf Hess, el

fiel compañero de celda de Hitler en sus meses de prisión en Landsberg am Lech,




además de secretario y uno de los hombres más importantes del III Reich hasta

1941. Haushofer había adoptado la idea del geopolítico británico Halford

Mackinder, que consideraba que el corazón del mundo se encontraba en el centro

de la masa terrestre de Eurasia, en Europa oriental y Asia central 46. Por tanto,

Hitler consideraba que el espacio vital para el desarrollo de Alemania, se

encontraba hacia el este y lo expresaba en Mein Kampf;

«La Rusia actual despojada de su clase dirigente de origen germano, no

puede —aparte de lo que en sí persiguen sus nuevos soberanos— servir

jamás de aliado en la lucha libertaria del pueblo alemán. Desde el punto de

vista militar serían realmente catastróficas las circunstancias, en el caso de

una guerra de Alemania y Rusia, coaligadas contra la Europa occidental y,

probablemente, contra todo el resto del mundo. […] Por lo tanto, el hechode formar una alianza con Rusia sería la señal para una nueva guerra. Y el

resultado de ello supondría el final de Alemania […] Quienes ostentan el

poder en la Rusia de hoy no tienen ni idea de formar una alianza honorable

o de permanecer fieles a ella, si lo hicieran. Nunca hay que olvidar que los

actuales gobernantes de Rusia son criminales manchados de sangre, que

ahí tenemos a la escoria de la humanidad que, favorecida por las

circunstancias de un momento trágico, se hizo con el control de un gran

Estado, degradó y extirpó a millones de personas educadas por pura avidez

de sangre y que ahora [noviembre de 1926] lleva casi diez años

gobernando con una tiranía salvaje como nunca antes se conoció. […] La

lucha contra la bolchevización judía del mundo exige que declaremos

nuestra posición frente a la Rusia Soviética. No se puede ahuyentar al

diablo con Belcebú. […] El futuro objetivo de nuestra política exterior no

debe implicar una orientación hacia el este o el oeste; pero debería haber

una política oriental que tenga en cuenta la adquisición del territorio que sea

necesario para nuestro pueblo alemán.»47

46 Ibíd. p. 8147 Hitler, Adolf: “Mi Lucha”. Ed. AUTOR-EDITOR. Madrid, 2002. pp. 537-542




Lo dicho por Hitler en los extractos antes citados, reflejan la visión de Hitler

sobre la Rusia soviética, lo que haría pensar que la alianza entre la Alemania Nazi

y la Unión Soviética, fuera una total contradicción. En lo dicho por Hitler, indicaba

que los gobernantes de la Unión Soviética no tenían el honor para respetar una

alianza en caso de formar alguna, ni mucho menos ser fiel a ella. En la realidad,

los soviéticos si respetaron la alianza y fue finalmente Hitler el que traicionó el

acuerdo, dando la puñalada por la espalda.

La población alemana se vio sorprendida por la firma del pacto de no

agresión, como se ve expresado en las palabras de uno de los oficiales más

destacados de las Waffen-SS, el coronel austriaco Otto Skorzeny -que sería

conocido más tarde como «el hombre más peligroso de Europa», en su

autobiografía, Skorzeny escribe;«El “Pacto de no agresión”, firmado a la sazón por la Unión Soviética y

Alemania, representó una enorme sorpresa para el pueblo alemán, ya que

no ignoraba que las ideologías de los dos países eran diametralmente

opuestas.»48

La misma sorpresa que se llevó el pueblo alemán, también se la llevó el

pueblo soviético, al igual que los comunistas de todo el mundo. Stalin era alabado

por los comunistas del mundo entero por su lucha contra el fascismo, una de las

principales banderas de lucha del régimen soviético, pero ahora estaba en una

alianza con el enemigo ideológico. Sea cuales sean las percepciones ideológicas

de fondo, lo que agradó tanto al pueblo alemán como al soviético, era que se

aseguraba a lo menos un periodo paz, que desafortunadamente tuvo una corta

duración.

La alianza pactada entre la Unión Soviética y la Alemania Nazi, era frágil,

pero por el lado alemán, era un fracaso programado, la intención de formar una

alianza con la Unión Soviética era clara. El tener un pacto de no agresión con la

Unión Soviética daría una total garantía para apoderarse de Polonia, y daría a la

Unión Soviética libertad para apoderarse de las pequeñas naciones de Europa del

este, expandiéndose la influencia de Soviética hacia occidente. Al apoderarse de

48 Skorzeny, Otto: “Vive Peligrosamente”. Ed. Acervo. Barcelona, 2004. p. 97




los países bálticos y partes de Polonia, la Unión Soviética tendría una frontera

inmediata con Alemania, que poseía el resto de Polonia. Ambos regímenes

totalitarios geográficamente ahora estarían más próximos, lo que fue totalmente

conveniente para los planes de Hitler de atacar a los bolcheviques de manera

sorpresiva, algo que era imposible considerando el mapa europeo hasta 1939

previo a la invasión de Polonia, ya que un ataque sorpresa a la Unión Soviética no

habría sido posible atravesando los cientos de kilómetros que separaban a

Alemania de Rusia.

1.4. Invasión a Polonia, la alianza en acción. Se inicia la Segunda Guerra

Mundial.

El Tratado de Versalles había hecho surgir un país en territorios que habían

pertenecido a Rusia, Austria y Alemania. Se fundaba la Segunda RepúblicaPolaca, logrando su anhelada independencia. El Tratado de Versalles que había

reconocido la independencia de Polonia, había definido sus fronteras occidentales

y le otorgó un corredor terrestre para darle salida al mar Báltico en la

desembocadura del río Vistula, en la ciudad de Danzig49. Este corredor separó a

Prusia Oriental del resto del territorio alemán, algo similar a lo que ocurriría si

Bolivia tuviera salida al mar por Antofagasta, separando a Iquique y Arica del resto

del territorio chileno. A consecuencia de estas pérdidas territoriales, el odio hacia

Polonia fue una constante en la mentalidad alemana después de la Primera

Guerra Mundial. La educación de los niños alemanes nacidos en la década del

veinte - los que más tarde serían el grueso de las tropas enfrentadas en la

segunda guerra mundial- había estado influenciada por el odio hacia el enemigo;

Francia -descrita como el gran rival- Inglaterra y por sobre todo Polonia, los

usurpadores. La propaganda del III Reich avivaba las llamas de la beligerancia

contra Polonia, Hermann Conrad, soldado alemán veterano de la Segunda Guerra

Mundial, da cuenta de la visión que se tenía sobre los polacos «Todas las

opiniones sobre los polacos eran negativas. Vagos, sucios, anticuados y feos.

Cualquier cosa pasada de moda era “polaca”. Así que todo era sucio»50 .

49 Eslava, Juan: “La Segunda Guerra Mundial Contada para Escépticos”. Ed. Planeta. Barcelona, 2015. p.11650 “The Wehrmacht ”, op. cit. cap. 1




Por el lado soviético, el odio hacia Polonia se fomentaba de igual manera.

Polonia había surgido también en territorios que pertenecieron alguna vez al

Imperio Ruso. Entre 1919 y 1921, Polonia había luchado de forma tenaz contra los

bolcheviques para asegurar su independencia y no volver a caer dentro de la

antigua hegemonía rusa. Tanto para Hitler como para Stalin, Polonia debía su

existencia solo por motivos de «fuerza mayor» provocados por los aliados en 1919

y por lo tanto, la existencia de Polonia carecía de toda legitimidad.51

En 1939, Polonia contaba con alrededor de 30 millones de habitantes, entre

los cuales poco menos de un millón era de origen alemán, cinco millones de

ucranianos y tres millones de judíos. El gobierno polaco estaba formado por una

junta militar, que si bien mantenía situaciones de injusticias y privaciones de

diverso tipo, no se podía comparar con las políticas represivas en extremo vividasen la Unión Soviética ni con los métodos violentos llevados a cabo por el

fascismo/nazismo. El nacionalismo polaco era fuerte, reafirmado por la difícil

situación de estar entre dos naciones hostiles. Polonia tampoco escaba al

antisemitismo —algo que a la actual Polonia le cuesta reconocer — pero que se vio

reflejada en políticas prohibitivas y de control, como la de establecer cupos

máximos de judíos en las universidades. El nacionalismo polaco también provocó

una sensación de exitismo precipitado, fomentado por las promesas de

cooperación por parte de Francia e Inglaterra en caso de una agresión por parte

de Alemania, exitismo que llegó incluso al nivel de que los polacos estuvieran

confiados de su victoria en caso de que Alemania decidiera agredir, pese a las

abismales diferencias en el equilibrio de poder. Esta confianza incluso estaba

interpretándose como provocadora hacia los constantes ataques mediáticos

hechos por Hitler en alusión a expandir las fronteras del III Reich.52

Las esperanzas de Polonia estaban en los tratados firmados con Inglaterra

y Francia en marzo de 1939, que aseguraban a Polonia un apoyo militar en caso

de agresión por parte de Alemania. Francia prometió que en caso de invasión, en

un plazo menor a dos semanas atacaría la línea Sigfrido —la frontera oeste de

51 Hastings, Max: “Se Desataron Todos los Infiernos: Historia de la Segunda Guerra Mundial”. Ed. Crítica.

Barcelona, 2011. p.1952 Ibíd. pp.18-19






promesas de intervención, obligaron a Hitler posponer la fecha de invasión, dando

tiempo para la movilización de más tropas hacia la frontera oriental de Alemania.

Finalmente el día 30 de agosto Hitler da la orden de movilización total y el millón y

medio de soldados alemanes quedan en alerta para comenzar la ofensiva. Al día

siguiente, a las 20:00 horas, se produce el primer acto de guerra —si se le puede

llamar así— efectuado por la SD, el servicio secreto de las SS. El Sturmbannführer

—rango equivalente al de mayor — Alfred Naujocks, comandó una unidad de

soldados de la SS vestidos con uniforme polaco, más un grupo de criminales

convictos, apodados «Konserven» (latas de conserva), efectuando un ataque

fingido a la emisora de radio alemana de Gleiwitz en Alta Silesia. Los soldados

vestidos con uniforme polaco, efectuaron una serie de disparos gritando

proclamas patriotas polacas, retirándose del lugar en pocos minutos dejando en ellugar a los Konserven, que fueron ametrallados por tropas de las SS. Los

cadáveres fueron acomodados de forma que pareciera que habían caído atacando

territorio alemán y dejaron que la prensa extranjera los viera para dar muestra

irrefutable de que Polonia estaba iniciando las hostilidades.54 A las 04:45 hrs del

1° de Septiembre de 1939, el Schleswig-Holstein, un buque de guerra alemán,

veterano de la primera guerra mundial, estando de «visita» como muestra de

buena voluntad en el puerto de Danzig, disparó sus potentes cañones de 280mm

contra la fortaleza polaca en las costas de Westerplatte, cerca de Danzig. Tropas

de asalto de la Kriegsmarine a bordo del Schleswig-Holstein desembarcaron en la

costa siendo repelidos con firmeza por las tropas polacas. La ciudad de Danzig

tuvo una defensa férrea por parte de sus defensores, sin embargo poco pudieron

lograr ante el avance sigiloso de tropas de asalto de las Waffen-SS y del ejército

regular. Tras las primeras horas de batalla, los crímenes de guerra se apresuran

por comenzar, la mayoría de los soldados polacos sobrevivientes fueron

ejecutados.55

Las divisiones Panzer (Blindados), acompañadas de la infantería cruzaron

rápidamente la frontera entre Polonia y Alemania, ejecutando rápidos y mortíferos

54 Hastings. Op. cit. 2155 Beevor, Antony: “La Segunda Guerra Mund ial”. Ed. PASADO Y PRESENTE. Barcelona, 2012. pp.46-47




ataques a las líneas de defensas. La Wehrmacht era totalmente superior a las

fuerzas polacas, la Segunda Guerra Mundial iniciaba entre enemigos desiguales.

Para sorpresa de la Wehrmacht, las tropas polacas resistieron de una forma poco

esperada. Pese a su superioridad, los soldados alemanes aún no estaban

preparados para la guerra, la realidad violenta llegaba tan rápido como lo era el

avance por suelo polaco. Heinrich Husmann, suboficial veterano de la segunda

guerra mundial, perteneció a la 5° División Panzer durante la Invasión a Polonia,

en su relato describe la ilusión de invencibilidad que tenía el ejército alemán y

como esta chocaba con la realidad:

«El 2 de septiembre tuvimos las primeras… dos víctimas en nuestra

compañía, caídos durante el ataque a Pless. Los polacos tenían una línea

de búnkeres allí, y nosotros, la infantería, se suponía que debíamostomarlos… casi dije que con las manos desnudas. No lo conseguimos.»56

Los combates en Polonia evidenciaron tempranamente que esta nueva

guerra se estaba luchando bajo nuevas ideas respecto a las tácticas y estrategias.

La guerra casi estática y de desgaste que había caracterizado a la Primera Guerra

Mundial estaba obsoleta, la Blitzkrieg (Guerra Relámpago) entraba en escena.

Ataques coordinados entre las tropas de tierra con la Luftwaffe y la arrolladora

fuerza de las divisiones Panzer aplastaban sin piedad a las tropas polacas. Pese a

todo este despliegue táctico que demostraba una preparación profesional y

disciplinada, los jóvenes soldados alemanes se estaban enfrentando a situaciones

a las cuales no podrían haber sido preparados con antelación. Muchos autores

señalan que la convivencia prolongada con la muerte —tanto de enemigos como

de amigos—, la violencia, el combate y todo lo que conlleva estar en una guerra,

termina por embrutecer a los soldados. Esta hipótesis muy usada, se contradice

con lo que se puede observar de las conversaciones grabadas en secreto por el

servicio secreto británico a prisioneros alemanes, que han sido recopiladas y

evaluadas por el historiador alemán Sönke Neitzel. Un buen ejemplo que da

muestra de que en muchos soldados la violencia era deseada y ejecutada a

56 “The Wehrmacht ” , Op. cit. cap. 1




conciencia, es la conversación grabada y transcrita el 30 de abril de 1940, entre el

subteniente Meyer 57, piloto de la Luftwaffe y el subteniente Pohl, piloto de aviones

de bombarderos.

Pohl : El segundo día de la guerra de Polonia tuve que lanzar bombas sobre

una estación de tren de Posen [actual Poznań ]. Ocho de las 16 bombas

cayeron en la ciudad, en medio de las casas. Eso no me hizo sentir

precisamente alegre. Al tercer día, me resultaba indiferente, y al cuarto día,

hasta me apetecía. Era un gusto que nos dábamos antes de desayunar: ir

cazando soldados solitarios con nuestras ametralladoras, a través de los

campos, para dejarlos tumbados con unos cuantos balazos.

Meyer: Pero ¿siempre contra soldados?

Pohl : Y también gente. Atacábamos a las columnas que iban por la calle.Yo iba en la «cadena» [Formación de tres aviones en V]. El aparato guía la

emprendía con la calle, las dos alas con las trincheras, porque ahí siempre

han abierto trincheras de esas. El avión se tambalea, uno detrás del otro, y

luego se toma la curva hacia la izquierda, con todas las metralletas y todo lo

que pudieras hacer allí. Entonces vimos a los caballos volando por ahí.

Meyer: ¡Qué asco, eso de los caballos…! ¡NO!

Pohl : Los caballos me daban pena, la gente, no. Pero lo de los caballos

siempre me dio pena, hasta el último día.

Y me enfadé un montón porque nos habían disparado. Antes de que

también el segundo motor se calentara, de golpe me encuentro una ciudad

polaca por debajo de mí. Aún tuve tiempo de lanzarles las bombas encima.

Quería lanzar todas las bombas, las 32, sobre la ciudad. Ya no

funcionaban, pero cuatro bombas cayeron en la ciudad. Ahí debajo estaba

todo destrozado. Estaba tremendamente furioso, ya te puedes imaginar lo

que significa lanzar 32 bombas sobre una ciudad descubierta. En ese

momento, no me habría costado nada. Con las 32 bombas, seguro que me

habría cargado en la conciencia un centenar de vidas humanas.

57 El apellido Meyer fue dado como seudónimo por Sönke Neitzel y Harald Welzer, debido a que en la

transcripción de esta conversación no estaba especificado el nombre del subteniente que mantenía una

conversación con el subteniente Pohl. Aclaración especificada por los autores en; Neitzel, op. cit. p. 624




Meyer: Y el movimiento ahí abajo, ¿era divertido?

Pohl : ¡Claro! Había un anillo tan repleto, que iba perfecto para un

lanzamiento de emergencia. No me habría costado nada. Quería lanzar a

20 metros de distancia. Quería cubrir 600 metros. Habría sido una alegría,

de haberlo conseguido.

Meyer: ¿Cómo reacciona la gente cuando los aviones les disparan así,

desde lo alto?

Pohl : Se vuelven locos. La mayoría se quedaban tumbados con las manos

así, haciendo el signo alemán. Rata-ta-tatá: ¡bum, tumbados! En sí mismo,

bestial. [Pasaje editado.] Directo a la cara, recibían todos los tiros en la

parte baja de la espalda y corrían como locos, en zigzag, en cualquier

dirección. Tres tiros de munición incendiaria y, cuando les daban en laespalda, ¡bum!, caían de cara. Y yo seguía disparando.

Meyer: ¿Qué pasa cuando uno se estira en seguida? ¿Qué pasa?

Pohl : Que le dan igualmente. Atacábamos desde diez metros y, en cuanto

se echaban a correr, los idiotas, solo conseguían que yo tuviera un buen

blanco por más tiempo. Me basta con mantener la metralleta. A veces,

seguro, no tenía ninguna duda, alguno había recibido hasta 22 tiros. Y

entonces, de pronto, espanté a 50 soldados y dije: « ¡Fuego, niños, fuego!».

Y venga con la metralleta, aquí y allá, por todas partes. Aun así, yo tenía la

necesidad, antes de que nos derribaran, de cargarme a alguien a tiros con

mis propias manos.58

La conversación entre el subteniente Pohl y Meyer, está caracterizada por

el deseo de Pohl de hablar y comunicarse con su compañero de celda, y darle

detalles de sus acciones durante la invasión a Polonia. Meyer en cambio se

muestra consternado, los detalles escabrosos dados por su compañero le

perturban, preguntándole a su compañero si también le disparaban a civiles. Ante

los nuevos detalles que da Pohl, Meyer se ve interesado y le sigue preguntando

más detalles, los cuales son dados con total soltura por su compañero. No

sabemos si Meyer ya conocía a Pohl, si habían conversado con antelación y que

58 Neitzel, op. cit. pp. 113-115




grado de cercanía había entre ambos. Lo que resalta en esta conversación es el

interés de Pohl por «cargarse» a personas, el máximo posible y su deseo por

dispararle a una persona con sus propias manos. Debemos tener en cuenta que

esta conversación como se dice en un principio, está relatando hechos sucedidos

los primeros días de la Invasión a Polonia, por lo tanto el subteniente Pohl no

llevaba un tiempo prolongado en la guerra y en sus mismas palabras, solo tardó

tres días en acostumbrarse a las muertes, llegándolas a disfrutar. Además no era

un soldado de infantería, quienes están más habituados a la violencia directa,

viendo a la cara a sus enemigos, Pohl era un subteniente de la Luftwaffe, alguien

que veía a sus enemigos —y víctimas— desde el aire, apenas distinguibles por

algunos segundos mientras el avión pasaba velozmente. En su relato no se ve que

la motivación de su violencia sea un objetivo superior, no hay reflejada una accióncon trasfondo ideológico, tampoco sus víctimas tienen algo en particular para ser

blanco de sus disparos. Su violencia es espontánea, le produce alegría, el motivo

que lo mueve solo es causar destrucción y muerte, no necesita otro motivo más

profundo. Solo le apena el daño causado a los caballos, además de la pena que le

causa no haber causado más destrucción al ser derribado y caer prisionero de los

británicos, que de acuerdo a la fecha de la conversación, cayó prisionero pocos

meses después de la conquista de Polonia. La conversación entre Pohl y Meyer

continúa, aún es visible el desconcierto de Meyer;

Meyer: Es increíble, cómo se pudre uno con esas tareas.

Pohl : Ya te lo decía, el primer día me sentó fatal. Pero entonces me dije:

«¡Mierda, órdenes son órdenes!». Y el cuarto día, empecé a pasármelo

bien. Pero, como te decía, los caballos, cuando gritaban… Gritaban tanto,

que me parecía que ya ni siquiera oía el avión. Y ahí tirado había uno de los

caballos, con las patas traseras arrancadas.

[A continuación hay un pasaje editado. La grabación continúa con Pohl, que

describe las ventajas de un avión provisto de metralletas. Como estas son

móviles, uno ya no tiene que esperar a que la víctima potencial entre en la

zona de alcance, sino que puede perseguirla deliberadamente.




Pohl : Así que un avión con metralletas es excelente, porque cuando

emplazan una ametralladora en alguna parte, entonces tienen que esperar

a que la gente venga.

Meyer: ¿Y no se defendían desde tierra? ¿No disparaban con sus

metralletas?

Pohl : A uno lo derribaron. Con rifles. Una compañía entera disparó por

orden. Era uno de los Do 17. Pudo aterrizar. Los alemanes mantuvieron a

los soldados en jaque con las metralletas y prendieron fuego al aparato.

Una vez yo tuve 128 bombas, con decenas. Las lanzamos en medio de la

gente. Y los soldados. Y con bombas incendiarias.59

La conversación entre Pohl y Meyer, sin dudas produce una profunda

impresión en quien se imagine la situación. Una matanza sin sentido —aunqueninguna jamás tendrá sentido— motivada sólo por los deseos de destrucción y

muerte de un joven oficial que está dando rienda suelta a una violencia impune,

amparado en un conflicto bélico que le permite hacer todo lo que como civil y en

tiempos de paz sería delito. Como ya mencionábamos, los sucesos que Pohl le

relata a su compañero de celda, ocurrieron apenas iniciada la invasión a Polonia,

la guerra aún no llegaba a un punto crítico ni se desataba la violencia extrema de

la guerra total que se vería en la invasión a la Unión Soviética y que iría en

aumento en el desarrollo del Frente Oriental. Jóvenes armados, algunos como

Pohl con deseos de violencia, otros luchando internamente con sus valores y las

exigencias de la guerra, todo esto bajo un marco social que permite y promueve

matar al otro con tal de cumplir los objetivos de la nación. El adoctrinamiento y

manipulación de la juventud, se convierte en la base desde la cual se establecen

los límites de lo que está y no está permitido, en el caso del III Reich, la

destrucción del «otro» era un deber. Soldados nerviosos y una ideología agresiva,

una combinación mortal.

En todas las batallas de la historia, en las que se enfrenta un gran número

de tropas y sobre todo desde que se inventaron las armas de fuego, la agresividad

y el nerviosismo de los soldados produce fuego amigo. La invasión a Polonia no

59 Ibíd. op. cit. p.117




fue la excepción. El 4 de septiembre, tropas de la Wehrmacht entran en la ciudad

de Tschenstochau, al sur de Polonia. Un fuerte tiroteo sin explicación se produce

en las estrechas calles, teniendo como resultado 8 soldados alemanes muertos y

14 heridos. Las tropas alemanas toman una decisión drástica y brutal. Reúnen

alrededor de 1000 civiles polacos, asesinando a poco más de 100 como

represalia. Sin embargo todo parecía indicar que el fuego se inició por soldados

alemanes en contra de sus camaradas. La confusión, el miedo y los nervios

hacían jalar el gatillo con facilidad. Los crímenes contra la población civil estaban

comenzando a anticipar lo que sería el futuro de la Segunda Guerra Mundial. Hay

que señalar que el asesinato de civiles en Tschenstochau fue ejecutado por la

Wehrmacht y no por las SS, al contrario de lo que recurrentemente argumentan

los defensores de la Wehrmacht en su intento por limpiarla de crímenesadjudicándoles todos a las SS. Georg Pengel, veterano alemán de las unidades

terrestres de la Luftwaffe describe la sensación del combate:

«Si tienes un arma en tus manos, tus manos tiemblan. Entonces… ya no

sabes lo que estás haciendo. Corres sin saber a dónde vas. Eso es lo que

se siente. Te alegrabas si alguien decía “¡pongan el culo en tierra!” o “¡al

suelo!” porque entonces es que estabas fuera de la línea de fuego.» 60

La campaña de Polonia avanzaba, las tropas polacas estaban cediendo

terreno ante los rápidos y violentos avances de las tropas alemanas. Pueblo tras

pueblo y ciudad tras ciudad caía en manos de la Wehrmacht. Varsovia, la capital,

estaba siendo asediada desde el día 7 de la invasión con prolongados combates

de sus defensores en contra de las tropas alemanas. Varios intentos por parte de

Polonia de pasar a la contraofensiva se vieron frustrados, principalmente por la

superioridad numérica y técnica de los alemanes, como también por la falta de

suministros del ejército polaco que se veía obligado a retroceder después de

lograr avances. La ayuda de Francia e Inglaterra se esperaba en vano, las

estimaciones de los aliados occidentales habían fallado al considerar que el

número de tropas polacas podría resistir algunos meses la invasión mientras se

preparaba una ofensiva anglo-francesa en el oeste.

60 “The Wehrmacht”, Op. cit. cap. 1






cometidos contra la población polaca escribió dos memorándum de protesta al

Comandante en Jefe del Ejército, General Walther von Brauchitsch. Ignorando las

acciones de sus propias tropas en los crímenes, en sus memorándum reprocha

las actividades represivas de la policía y la SS:

«El Ejército se niega a que se le vincule con las atrocidades de la Policía y

se niega a colaborar con los grupos especiales de las SS, que funcionan

casi exclusivamente como unidades de ejecución. La Policía no ha hecho

hasta ahora más que extender el terror entre la población. Hasta qué punto

la Policía es capaz de entender el hecho de que están obligando a su

propia gente a participar de esta locura asesina, no puedo juzgarlo desde

aquí. Es imposible establecer seguridad y paz en este territorio sólo con

medidas violentas.»62 Hitler está indignado con la protesta de Blaskowitz y lo destituye de su

cargo. Más tarde se le asignaría un cargo en el oeste. En las conversaciones

transcritas de Trent Park, algunos generales discuten la destitución de Blaskowitz,

en la cual destaca una ocurrida en agosto de 1944, entre el Mayor-General Robert

Sattler y un general cuyo nombre no es mencionado y para efecto de esta cita,

será nombrado como General Müller. En esta conversación se refleja el

sentimiento de algunos generales de la Wehrmacht frente a los crímenes de las

SS, ante los cuales no se podía protestar, siendo Blaskowitz el claro ejemplo.

Gral. Sattler: Matamos gente. Empezó pronto en Polonia en el 39.

Aparentemente las SS limpiaron de verdad por allí.

Gral. Müller: Probablemente por eso cesaron a Blaskowitz

Gral. Satt ler: Si, claro. Y la gente de las SS fueron ascendidos, en vez de

ejecutados.63

La zona ocupada por los soviéticos no fue distinta a la ocupada por

Alemania. Los crímenes contra la población civil se fueron dando con regularidad,

sobre todo contra prisioneros de guerra. La Unión Soviética había dejado de

reconocer a la Republica de Polonia en el momento de la invasión, por lo que una

62 “The Wehrmacht”, op. cit. cap. 1 “The Blitzkrieg” 63 Ibidem.




declaración de guerra oficial entre ambos Estados no había tenido lugar. Por lo

tanto, los prisioneros de guerra polacos fueron considerados rebeldes contra los

nuevos gobiernos de Bielorrusia y Ucrania Occidental. La ejecución de prisioneros

de guerra comenzó durante la misma invasión y continuó después de la rendición.

El suceso más despreciable y repudiable de la ocupación soviética, ocurrió en el

bosque de Katyn, cerca de Smolensk —actualmente territorio ruso—, y en

prisiones aledañas, donde el NKVD ejecutó alrededor de 22 mil polacos, entre los

que se contaban cerca de 8 mil militares, unos 6 mil policías y el resto población

civil, principalmente intelectuales —profesores, estudiantes, artistas, historiadores,

periodistas—, como también aristócratas, terratenientes, empresarios, empleados

públicos, sacerdotes cristianos, entre otros, todos acusados de sabotaje,

espionaje, entre otras acusaciones, la mayoría infundadas. Las fosas comunes delbosque de Katyn fueron encontradas en 1943 por tropas alemanas, aprovechando

este lamentable hecho como propaganda en contra de la Unión Soviética. Moscú

negaría las acusaciones culpando a la SS, postura apoyada por el resto de los

países aliados que no querían desprestigiar a la poderosa Unión Soviética en la

lucha contra la Alemania de Hitler.64

La primera gran ofensiva del III Reich concluía en una victoria aplastante.

La alianza con la Unión Soviética había entrado en acción, la venganza contraPolonia había sido un éxito. La repartición de Polonia entre los dos regímenes

totalitarios había hecho desaparecer Polonia y los países bálticos habían caído

bajo el poder de la Unión Soviética. Ahora el III Reich y la Unión Soviética tenían

una frontera común, el plan de Hitler de tener cerca a los bolcheviques había

funcionado. El lobo había acercado a su presa.

El éxito de la ofensiva contra Polonia había dado confianza a Hitler, sobre

todo ante el repliegue de Francia e Inglaterra del conflicto, sobre todo con laentrada de la Unión Soviética, dejando abandonada a Polonia. Los ojos del Führer

ahora estaban puestos hacia occidente. Poco después de la caída de Polonia,

Hitler revela a sus generales su plan de invadir Francia cuanto antes, cumpliendo

64 Hastings, op. cit. pp. 53-54




así lo dicho en su libro Mein Kampf, donde aseguraba que para proseguir con

cualquier plan de conquista de Lebensraum hacia el este, se debía acabar con

Francia, el gran rival de Alemania. Pese al clima triunfal en el ejército por la

victoria en Polonia, la mayoría de los generales no cree que sea posible una

victoria en el oeste, Francia no es Polonia. Todos eran veteranos de la Primera

Guerra Mundial, y habían estado 4 años combatiendo a Francia e Inglaterra sin

lograr la victoria. El principal opositor a los planes de Hitler es el General Franz

Halder, Jefe del Estado Mayor del Ejército, quien en vano lo intenta convencer de

desistir de su plan.

[Mapa N°1] Invasión de Polonia por parte de Alemania y la Unión Soviética.

Septiembre de 1939.65

65 Ibíd. p. 45




[Imagen N°1] Artillero frontal de un bombardero Heinkel He-111 de la Luftwaffe sobre

una ciudad polaca en 1939.66

1.5. Talvisota. La Guerra de Invierno. Victoria Pírrica para la Unión

Soviética.En el año 280 a.C. Pirro, Rey de Epiro —reino del noroeste de Grecia—

acudió en ayuda de Tarento –polis griega en el sur de Italia- en su guerra contra

Roma y sus aliados. Pirro logró vencer a los romanos en las primeras batallas,

pero sus victorias se lograron a costa de un elevado número de bajas en su propio

ejército. Pirro llegó a decir que una victoria más de ese tipo y tendría que regresar

solo a Epiro. Desde entonces, cuando una victoria se logra pero a costa de un

elevado número de pérdidas, se denomina Victoria Pírrica, trayendo un sabor

amargo a pesar del éxito. La victoria de la Unión Soviética sobre Finlandia, cae

bajo esta definición de victoria.

66 http://cdn.theatlantic.com/static/infocus/ww2_2/w01_3a03844u.jpg




Para la Unión Soviética, Finlandia siempre fue un problema desde que logró

su emancipación. Se consideraba que los países bálticos y Finlandia

representaban un problema para la seguridad soviética y la situación se volvía aún

más compleja con los vínculos entre Finlandia y Alemania. En 1936, Mijael

Tujachevski, siendo jefe del Estado Mayor General soviético, acusaba a los

fineses de construir bases aéreas que servirían a los alemanes para bombardear

Rusia, sobre todo a Leningrado. Poco antes de su ejecución en 1937, Tujachevski

sostenía que en caso de guerra con Alemania, la Unión Soviética debía ocupar los

países bálticos como medida de seguridad. El tema con Finlandia lo apartaba

como una situación compleja independiente, que debía ser tratado con gran

cuidado. Finlandia había asegurado su neutralidad ante un eventual conflicto, pero

la desconfianza era mayor. La posición geográfica de Finlandia era un riesgo.Ubicada al norte de la Unión Soviética, dominaba la costa norte del golfo de

Finlandia, de aguas poco profundas y cercanas a Leningrado (antes y ahora San

Petersburgo). Leningrado no solo era la antigua capital del Imperio Ruso, era el

puerto soviético más importante, uno de los mayores centros industriales y la

segunda ciudad del país.67

El pacto Ribbentrop-Molotov dejaba a Finlandia dentro de la esfera de

influencia soviética. Pese a esto, Molotov prometió a Finlandia respetar suneutralidad cuando el 17 de septiembre de 1939 la Unión Soviética inició la

invasión de Polonia por el lado oriental. El 12 de octubre del mismo año, la

delegación finlandesa en Moscú discutió con Stalin y Molotov los términos que

exigía la Unión Soviética para seguir manteniendo la paz con Finlandia. Las

exigencias soviéticas fueron excesivas, entre ellas estaba la cesión de todas las

islas del golfo de Finlandia y la instalación de una base naval soviética en el sector

occidental del golfo. La delegación finlandesa como era de esperar, se negó a

aceptar los términos. El 23 de octubre la segunda ronda de negociaciones también

67 Bellamy, op. cit. pp. 109-110




fracasó, por lo que Stalin ordenó a su Estado Mayor (Soviet Militar) que

reactivaran los planes para la invasión de Finlandia.68

La planificación comenzó con un exceso de confianza. La rápida victoria en

Polonia había creado una falsa ilusión, obviando el hecho que el ejército polacoestaba totalmente desmoralizado y diezmado cuando la Unión Soviética invadió.

Para Stalin y otros miembros de la cúpula dirigente soviética, la poca resistencia

de los polacos se debía en parte a que fueron considerados libertadores. Esto

había sucedido con algunas facciones dentro de Polonia, pero no de forma

significativa. Esta falsa ilusión les hizo pensar que en Finlandia sucedería lo

mismo. Otro factor que fomentó la confianza, era la aplastante victoria del General

Zhukov en la batalla de Jaljin Gol contra el ejército imperial japonés en Mongolia,

aunque esta victoria si podía generar confianza, se había producido en otro tipo de

terreno, en otro clima y contra otras tropas. La población total de Finlandia era de

poco más de 4 millones de habitantes, equivalente al 2% de la población de la

Unión Soviética, cifra suficiente para generar confianza en los mandos soviéticos.

Las intenciones para invadir a Finlandia, eran las mismas con las que se invadió el

este de Polonia y los países bálticos, aislar a la Unión Soviética de los peligros de

invasión por parte de potenciales enemigos, sobre todo Alemania e Inglaterra.69

El 26 de noviembre disparos de artillería rompieron la calma invernal de la

frontera ruso-finesa. Los disparos caídos en las cercanías de Mainila, en la región

de Karelia, fueron disparados por artillería soviética, pero estos culparon a

Finlandia. Molotov exigió que los finlandeses se retiraran hacia el norte de 20 a 25

kilómetros. Ante esta acusación, Finlandia culpó a la Unión Soviética y pidió que

se abriera una investigación amparados en el pacto de no agresión firmado con la

Unión Soviética. En vano Finlandia pidió ayuda a Alemania, que debido a su

interesada alianza con la Unión Soviética se negó como era de esperar. El 29 denoviembre la Unión Soviética rompió las relaciones diplomáticas con Finlandia y

se dio paso a la invasión para el día 30 de noviembre. Las tropas del Distrito

Militar de Leningrado se lanzaron sobre las posiciones finlandesas y formaciones

68 Ibídem.69 Beevor, La Segunda… op. cit. p. 82




de bombarderos atacaron Helsinki. Los mandos soviéticos subestimaron a

Finlandia, calculando que la campaña finalizaría en menos de tres semanas y

sería tan fácil de lograr como lo fue la campaña en Polonia. Kliment Voroshilov

llegó a decir que la victoria se celebraría antes del cumpleaños N°60 de Stalin, el

21 de diciembre de 1939.

Los cuatro ejércitos soviéticos dispuestos para la invasión, comandados por

Kiril Meretskov, atacaron distintas zonas a lo largo de los 1300 km de frontera, con

el propósito de dividir el país en dos, aislar a Helsinki y exigir la rápida rendición.

Por el lado finlandés, el ejército estaba comandado por el mariscal Carl Gustav

Mannerheim, antiguo oficial de la Guardia de Caballeros del Zar y héroe de la

guerra de independencia Finlandesa en contra de los bolcheviques. El ejército

finlandés contaba con apenas 150.000 efectivos militares, enfrentados a poco más

de 1 millón de soldados del ejército rojo. Esta enorme diferencia de números daba

aún más confianza a Stalin. Pero la cantidad no tuvo su efecto frente a la

naturaleza invernal de Finlandia. La línea de defensa finlandesa, llamada Línea

Mannerheim, estaba compuesta por trincheras y búnkeres fortificados apenas por

troncos, salvo algunos de concreto. Los bosques y lagos impedían el paso de

grandes ejércitos, que debían ser canalizados por los campos intermedios, los

cuales habían sido minados estratégicamente. Similar al efecto de las Termópilasen las guerras médicas en el siglo V a.C., un enorme ejército no podía sacar

provecho de su número al tener que pasar por cuellos de botellas, que estaban

bajo la mira de ametralladoras y expertos francotiradores finlandeses, como Simo

Häyhä, un pequeño francotirador de 1,52m apodado La muerte blanca por los

soviéticos y considerado el mejor francotirador de la historia, que en los 105 días

de guerra, abatió a 505 soldados rusos. Los uniformes marrones de los soviéticos

contrastaban con la blanca nieve, transformándose en blancos fáciles de los bien

camuflados finlandeses. El frío había descendido hasta los 40°C bajo cero y los

uniformes del Ejército Rojo no estaban preparados para esas temperaturas.70

70 Ibíd. pp. 85-86




Las impecables tácticas de Mannerheim estaban provocando enormes

bajas al Ejército Rojo. Enfurecido, Stalin ordena que se envíen más tropas, las que

rápidamente se transforman en más bajas. Aplicando la estrategia de tierra

quemada, los finlandeses quemaron los campos, granjas, volaron puentes y

minaron carreteras, las tropas soviéticas no tenían donde guarecerse ante las

bajas temperaturas y los alimentos escaseaban. La niebla permitía a que las

tropas de montaña de Finlandia, acostumbradas al frío y la nieve, asestaran rápido

golpes en la retaguardia, destruyeran la artillería, los vehículos y tanques. El lento

avance de los soldados soviéticos sobre la nieve profunda, era aprovechado por

las tropas finlandesas en esquís, que masacraban a sus enemigos incluso con

cuchillos de caza. Los soldados del Ejército Rojo rápidamente se desmoralizaron,

no solo por las condiciones climáticas y el duro combate, sino por la decepciónque causó el no encontrase con recibimiento de libertadores como esperaban y

que la propaganda les había hecho creer. Los comunistas finlandeses en otro

tiempo habrían apoyado al Ejército Rojo, pero los malos tratos de Stalin a los

finlandeses residentes en Rusia había creado un fuerte resentimiento en toda

Finlandia, sin importar la afiliación política.

Frente a los terribles desastres que estaba recibiendo el Ejército Rojo, las

tropas finlandesas se atrevieron a avanzar, atravesando la frontera y llegando aterritorio soviético. Este golpe humillante para Stalin, estaba dejando en evidencia

la crisis del Ejército Rojo después de las purgas. Los oficiales soviéticos en

muchos casos eran excesivamente arrogantes y gran parte de los altos mandos

habían conseguido sus puestos por movimientos políticos más que por eficacia

militar. Los que eran militares de carrera carecían de imaginación e iniciativa —y

con razón— por temor a contradecir las ortodoxas posturas de los generales y

comisarios políticos, los cuales aún utilizaban anticuadas tácticas que

correspondían a la Primera Guerra Mundial y no a una guerra mecanizada y

moderna. Pese a que el Ejército Rojo había tenido generales pioneros en las

tácticas de guerra relámpago y contaba aún con destacados generales como

Zhukov que habían utilizado las tácticas de guerra mecanizada y veloz en Jaljin




Gol, la gran mayoría de los generales no se habían molestado en analizar la

victoria de Zhukov, conformándose solo con que se haya logrado ganar.

El Ejército Rojo estaba siendo humillado a ojos de todo el mundo por un

pequeño país pobre como Finlandia (y no la potencia económica que es hoy). Lahumillación era más profunda considerando la abrumadora eficacia de la

Wehrmacht con su Blitzkrieg en Polonia. Stalin decide poner a un comandante

más eficiente al mando del frente noroccidental, el General Semión Timoshenko.

El General Timoshenko era un veterano de la guerra civil rusa y demostraba ser

un eficiente comandante en el campo de batalla. Sus tropas fueron provistas de

equipamiento y armamento nuevo, nuevas armas, nuevos vehículos y tanques

pesados, los KV-1, considerados de los mejores blindados en los inicios de la

Segunda Guerra Mundial. Timoshenko cambiaría de táctica, los avances masivos

sobre las líneas finesas cesarían, la artillería tomaría más protagonismo

destruyendo a los finlandeses. El 1 de febrero de 1940 Timoshenko lanza una

contraofensiva devastadora a la línea Mannerheim, causando estragos en las

tropas finlandesas por el despiadado bombardeo de la artillería. Al cuarto día de la

ofensiva, el ministro de relaciones exteriores de Finlandia se pone en contacto con

la embajadora soviética Aleksandra Kollontai, en Estocolmo, Suecia. Francia y

sobre todo Inglaterra, estaban muy interesadas en que Finlandia siguieraresistiendo y comenzaron a negociar con los gobiernos de Suecia y Noruega para

que les autorizaran a enviar una fuerza expedicionaria anglo-francesa para apoyar

a las tropas finlandesas. Se evaluaba la posibilidad de ocupar el importante puerto

de Narvik, en el norte de Noruega y la región minera del norte de Suecia, con el fin

de impedir el suministro de hierro a Alemania. Pero la insistencia de Suecia y

Noruega de mantenerse neutrales y lo más alejadas del conflicto, terminó con

todas las esperanzas de Finlandia de recibir apoyo.

Alemania también se encontraba en una situación difícil. Su alianza con la

Unión Soviética estaba en peligro, sobre todo por su ayuda a Finlandia mediante

suministros bélicos, por lo que no era raro encontrar a soldados finlandeses con

los inconfundibles cascos alemanes. Hitler comenzó a considerar un envío rápido




de tropas hacia Noruega para impedir todo intento de los aliados por invadir

Escandinavia y cortar el suministro del preciado hierro de Suecia, que era de la

mejor calidad. El 6 de marzo, el primer ministro finlandés Risto Ryti voló a

Estocolmo y luego en dirección a Moscú, para iniciar las negociaciones de paz. El

12 de marzo, tras largas negociaciones, Finlandia firma un tratado de paz, en el

que se entregaban todos los territorios exigidos por la Unión Soviética antes de la

guerra y otros más. Los territorios entregados a la Unión Soviética, eran habitados

por el 12% de la población total de Finlandia, a la que se le dio la posibilidad de

convertirse en ciudadanos soviéticos o emigrar hacia Finlandia. Todos sin

excepción se movilizaron hacia el oeste, dejando tras de sí sus hogares y sus

campos, los que se aseguraron de quemar antes de ser entregados al enemigo.

La Guerra de Invierno, Talvisota en finés, había durado 105 días y había

costado a Finlandia aproximadamente 26.000 víctimas mortales y 43.000 heridos

en su heroica defensa a pesar de la superioridad enemiga. La Unión Soviética

había sufrido una terrible humillación, que le había costado al Ejército Rojo

alrededor de 200.000 soldados muertos, más el triple de heridos. A pesar de la

victoria, no se logró el objetivo inicial de ocupar toda Finlandia, pero Stalin quedó

conforme con los territorios cedidos, que habían sido los exigidos previamente. El

objetivo de alejar Leningrado de la frontera se había cumplido. Stalin diría quecontinuar una guerra con Finlandia, que más bien hubiera sido una guerra de

guerrillas, carecía de todo interés y relevancia para « la revolución proletaria

mundial»71. La mala experiencia vivida por el Ejército Rojo en Finlandia, a fin de

cuentas tuvo un efecto positivo. Una serie de reformas se realizaron a partir de lo

aprendido en la guerra de invierno, la mejora en los uniformes, la movilidad de las

tropas y sobre todo la inútil idea de movilizar artillería pesada por terrenos

irregulares.





[Mapa N°2] Invasión de Finlandia por la Unión Soviética en 1939. 72

72 Hastings, op. cit. p. 78




Capitulo II: El Frente Oriental: La Guerra Absoluta




«Heridos o muertos, sabíamos que así era como acabaríamos. Era el lugar donde nos iban a

ejecutar. […] Eras un hombre joven, orgulloso de veinte años, y te ejecutaban así».

Helmut Walz. 305° División de Infantería en Stalingrado73

2.1. Operación Barbarrossa. El III Reich invade la Unión Soviética. 22 de juniode 1941.

La noche del 20 de junio de 1941 —dos días antes de la invasión— se

emitió desde el OKW la palabra clave «Dortmund». Mediante esta clave, se

confirmaba que las hostilidades se iniciaban el día 22 de junio. La orden fue

emitida a todos los grupos de ejército, todas las tropas quedaban en alerta

esperando las órdenes de avanzar 74. Los oficiales y suboficiales de tropa más

veteranos, habían luchado en la Primera Guerra Mundial contra Rusia, la situación

les incomodaba. Los que habían leído de historia, sin duda recordaban la marcha

de Napoleón a Moscú, el fracaso y desastrosa retirada. Pero en muchos estaba

presente el aire victorioso conseguido en las campañas contra Polonia, Francia,

Noruega, Dinamarca, Los Países Bajos y el reciente éxito en los Balcanes. Los

soldados más jóvenes eran los más entusiastas, eran hijos de su tiempo,

educados en la ideología nacionalsocialista, el ataque a la Unión Soviética era

mucho más significativo que las campañas anteriores, el sueño de Lebensraum

prometido por Hitler estaba al alcance de la mano. La Wehrmacht acumulaba unaserie de victorias, creando —y no sin razón— un sentimiento de invencibilidad en

las tropas alemanas, que llegaron a creer la propaganda que les afirmaba que la

campaña sería tan corta como la victoria sobre Francia.

Los generales también mantenían sus dudas, pero expresadas solo en la

privacidad de la camaradería con sus compañeros más cercanos. Uno de ellos,

era el destacado General Heinz Guderian, padre de las unidades Panzer e

ideólogo de las tácticas de la Blitzkrieg. El General Guderian como se hamencionado, había sido seguidor de las ideas tácticas de Mijael Tujachevsky, y

había compartido experiencias de intercambio con generales soviéticos, por lo que

estaba consciente de la capacidad de lucha del Ejército Rojo. Guderian no era

73 “Stalingrad. 1942-1943” op. cit. Cap. 1 “El Ataque”74 Beevor, La Segunda… op. cit. p.363




nazi, pero si un ferviente anti-comunista, por lo que una lucha contra la Unión

Soviética era algo totalmente deseable. Pero esto era ideología, las dudas estaba

siempre en el plano militar y estratégico. En Trent Park, algunos de los generales

capturados discutían la actitud de Guderian previa a la invasión y su cambio de

actitud cuando la invasión ya estaba cerca y era inminente. En noviembre de

1942, el General Wilhelm Ritter von Thoma, uno de los más autocríticos en Trent

Park y el Teniente General Friedrich Freiherr von Broich –ambos capturados en la

campaña del norte de África- conversan sobre Heinz Guderian;

Von Thoma: Recuerdo cuando Guderian se enteró de lo de Rusia por

primera vez, yo estaba ahí , y dijo, “¿Qué?, ¿Otro acto de estupidez? ¡Eso

no! Rusia es demasiado colosal. Simplemente no puede hacerse”.

Von Bro ich: Tres días antes de que empezara, Guderian vino a vernos. En

ese momento el mismo creía en la operación. Dijo que había estado

firmemente en contra, pero ahora se habían emitido las órdenes. Y estaba

totalmente entusiasmado, casi creyéndose el mismo lo que decía. Y eso

que antes su opinión había sido completamente la opuesta.75

El momento de la invasión llegó a las 3:15 am (hora alemana) del 22 de

junio de 1941. Después de que los últimos trenes con productos soviéticoscruzaran hacia Alemania, las hostilidades se iniciaron. La guardia alemana que

custodiaba la frontera germano-soviética en el puente Bug en Kolden (Polonia),

hizo un llamado a la guardia soviética del otro lado para tratar algunos asuntos

urgentes. Cuando la guardia soviética se acercó, fueron ametrallados de forma

inmediata. Los zapadores del ejército desactivaron las cargas explosivas en el

viaducto de Brest-Litovsk e hicieron señas a las tropas de asalto de las fuerzas

especiales de la división de Brandenburgo, que días atrás había estado penetrado

en la frontera soviética lanzándose en paracaídas o cruzando sin ser vistos,

saboteando y cortando las vías de comunicación telegráfica y telefónica entre los

puestos de vigilancia y los cuarteles. Los 3,6 millones de soldados alemanes

75 Transcripción de las conversaciones secretas de Trent Park, en “The Wehrmacht”, op. cit. Cap. 2 “The

Turning Point” .




cruzaron la frontera, antecedidos por los ataques de la Luftwaffe y la artillería que

bombardeó las defensas fronterizas y estaba bombardeando los principales

aeródromos. A lo largo de más de 1.500 kilómetros de frente, desde el mar Báltico

al mar Negro, las tropas alemanas destruían las defensas fronterizas soviéticas de

una forma devastadora y eficaz.76

En Moscú, Stalin había pasado la noche del 21 de junio en un completo

nerviosismo. El NKVD informaba a Stalin que, a los menos, se habían producido

39 incursiones aéreas de la Luftwaffe en territorio soviético en las últimas 24

horas. Otra noticia le informaba que un desertor alemán, ex comunista, había

cruzado la frontera y había dado aviso que Alemania invadiría en las próximas

horas77. Pese a esta valiosa información, el testarudo Stalin en vez de

recompensar al desertor, mandó a que le fusilaran por entregar información falsa.

Para tranquilizar —en vano— a los angustiados generales, Stalin solo ordenó que

las baterías antiaéreas que rodeaban Moscú estuvieran en estado de alerta, y

ordenó que todos los puestos fronterizos estuvieran preparados, pero que no

respondieran el fuego en caso de producirse. Stalin aún porfiaba con la idea que

las incursiones de la Luftwaffe sobre el espacio aéreo soviético y la concentración

de tropas alemanas en la frontera, se debía a la acción autónoma de los generales

de la Wehrmacht, contrariando las órdenes de Hitler, haciendo todos esosmovimientos a espaldas de él. Esa noche Stalin se fue a dormir más temprano de

lo habitual. A las 4:45 am (hora en Moscú), recibió el llamado del General Zhukov,

que había insistido en que le despertaran. Con la frialdad que caracterizaba a

Zhukov, le informó que estaban llegando informaciones de que se había producido

un bombardeo aéreo sobre la base naval de Sebastopol, en Crimea y otros

ataques, tanto aéreos como de artillería, a lo largo de toda la frontera. Stalin,

después de largos segundos de silencio y respiración profunda, le ordenó que la

artillería no abriera fuego. Convocó a una reunión de emergencia del Politburó,

que se realizó a las 5:45 en el Kremlin.78

76 Hastings, op. cit. p. 25477 Bellamy, op. cit. p. 21278 Beevor, La Segunda… op. cit. pp. 366-367




La reunión comenzó con gran tensión, Stalin aún pensaba que los ataques

a la frontera no estaban en conocimiento de Hitler. El embajador alemán en

Moscú, Schullenburg, que era anti-nazi y sobre todo contrario a una guerra con la

Unión Soviética —en 1944 sería ejecutado al estar implicado en el complot fallido

que intento asesinar a Hitler — fue convocado por Molotov, al que le comunicó, con

mucho pesar, que el III Reich y la Unión Soviética se encontraban en estado de

guerra79. Schullenburg se vio tremendamente sorprendido ante la reacción de

Molotov, que estaba desconcertado ante la información que le daba, pese a que

por semanas los informes de inteligencia soviéticos, de Inglaterra y de dobles

agentes alemanes, daban cuenta que una invasión era inminente. Molotov se

dirigió inmediatamente donde Stalin y le informó todo frente al Politburó. El silencio

reinó por largos momentos.

La devastación causada por los bombardeos aéreos y de artillería a las

líneas de defensa soviéticas y a los principales aeródromos, se había logrado con

facilidad gracias al sabotaje hecho en los días previos y a la insistencia de Stalin

de no provocar a los alemanes. La desconfianza de Stalin hacia los informes de

inteligencia estaba causando horribles desastres para el Ejército Rojo y el NKVD.

La captura intacta de los puentes del río Bug, permitieron un rápido avance de la

infantería y las divisiones panzer, que fueron capturando los depósitos desuministros soviéticos. Pese a las constantes incursiones aéreas de la Luftwaffe y

todos los informes que Stalin desechaba, los generales del Ejército Rojo eran más

atentos a las advertencias y siempre habían desconfiado de los alemanes, por lo

que dentro de sus posibilidades habían preparado una defensa. Pero el 22 de

junio en su mayoría fueron tomados desprevenidos, el factor sorpresa había sido

un éxito, los planes de la Wehrmacht estaban surtiendo efecto y todo salía según

lo esperado, por ahora.

El General Zhukov se había esforzado para que la línea de defensa se

trasladara de la vieja a la nueva frontera que se había originado con el pacto

Ribbentrop-Molotov. Pero la preparación y fortificación de la línea defensiva, para





el 22 de junio aún no estaba completa. La mayor parte de los puestos no contaba

con armamento pesado, los aviones se encontraban todos en tierra para el

momento del ataque, dispuestos en filas perfectas para los ataques de la

Luftwaffe. Solo el primer día de la invasión, la fuerza aérea Soviética perdió 1800

aviones, entre cazas y bombarderos, más del 90% destruidos en tierra sin

alcanzar a despegar. La rapidez de los ataques alemanes en las campañas de

Polonia y Francia, no habían hecho reaccionar a los mandos soviéticos, que aún

pensaba que la Wehrmacht necesitaría a lo menos dos semanas para poner en

combate a todas sus unidades, lo que les daría tiempo para organizar la defensa y

la contra ofensiva. La negativa de Stalin de reforzar aún más la defensa fronteriza,

se sumó la despiadada acción de la Wehrmacht, que tuvo una rapidez temeraria y

eficaz. El sabotaje a las líneas telefónicas y telegráficas, sumado a la captura delos puentes, incomunicó los mandos del Ejército Rojo con sus tropas en el frente.

El Ejército Rojo luchaba a ciegas, acéfalo ante la imposibilidad de los mandos de

poder comunicar las ordenes.80

La Wehrmacht dividió sus fuerzas en tres grupos de ejércitos81. El Grupo de

Ejércitos Norte, al mando del Generalfeldmarschall (Mariscal de Campo) Wilhelm

von Leeb, que contaba con la presencia del destacado Generalleutnant (Teniente

General) Erich von Mannstein al mando del LVI Panzer Korps. El objetivo delGrupo de Ejércitos Norte era apoderarse de los países bálticos y capturar la

ciudad de Leningrado, que antes de la Revolución Rusa tenía el mismo nombre

que posee hoy, San Petersburgo, la antigua capital del Imperio Ruso. El Grupo de

Ejércitos Norte se movió con rapidez, conquistando los países bálticos sin

mayores inconvenientes, donde fueron recibidos como libertadores del yugo

soviético.

80 Beevor, La Segunda… op. cit. p. 37081 A modo de organizar cientos de miles de tropas, estas eran ordenadas y agrupadas para un control más

eficaz. Explicado a un modo simple, una división de ejército, en promedio está compuesta entre 10.000 y

15.000 soldados y está comandada por un General. Dos o más divisiones, forman un Cuerpo de Ejército,

comandado por un Teniente General, teniendo entre 20.000 y 50.000 tropas a disposición. Dos y más

Cuerpos de Ejército forman un Ejército, contando entre 80.000 y 300.000 tropas, por lo general son

comandadas por un Mayor General o un Mariscal de Campo. Un conjunto de dos y más ejércitos forman un

Grupo de Ejército, que puede estar compuesto entre 500.000 y 1.000.000 de soldados y su mando en la

mayoría de los casos en el ejército alemán, está a cargo de un General Mariscal de Campo. (N. de los AA.)




El Grupo de Ejércitos Centro, al mando del Generalfeldmarschall Fedor von

Bock, avanzo con velocidad a través de Bielorrusia, donde libró una batalla de

envolvimiento en torno a la capital, Minsk, apoyado por las divisiones Panzer de

Heinz Guderian y el Generaloberst (Coronel General) Hermann Hoth. El único

inconveniente para el Grupo de Ejércitos Centro fue la batalla de Brest-Litovsk,

donde la fortaleza de la ciudad resistió de una forma destacada las constantes

embestidas de las tropas alemanas, aguantando tres semanas sin suministros y

con escasa munición. Utilizando lanzallamas, granadas y bombas lacrimógenas,

los exhaustos soldados soviéticos salieron de la fortaleza y se rindieron. Para mala

fortuna de ellos, los que lograron sobrevivir hasta 1945 en prisión, al ser liberados

y retornados a la Unión Soviética, fueron encarcelados en los Gulags, ya que

Stalin había decretado que la rendición era una traición a la Madre Patria.

El Grupo de Ejércitos Sur, a cargo del que es considerado entre los mejores

generales alemanes, el Generalfeldmarschall Gerd von Rundstedt, atacó en

dirección a Ucrania, donde al igual que los países bálticos, fueron recibidos como

libertadores por algunos pueblos ucranianos del sector occidental. El Grupo de

Ejércitos Sur se vio reforzado por dos ejércitos rumanos, dispuestos por el dictador

Ion Antonescu, General en Jefe y Mariscal del ejército Rumano, que cumplía con

su promesa de cooperar con Hitler en luchar contra los eslavos y recuperarBesarabia, que había sido arrebatada por los soviéticos.

La declaración de guerra leída por Molotov en la radio para todos los

habitantes de la Unión Soviética, pese a las circunstancias, era un alivio. Con la

traición de Hitler, se ponía fin a una alianza anti natural, entre enemigos

ideológicos, que siempre habían sido enemigos. En Berlín existía la misma

sensación, los alemanes sentían que ahora luchaban contra el verdadero

enemigo. Los aliados occidentales festejaban, la amenaza que había significado laalianza entre el III Reich y la Unión Soviética habían despertado los peores

temores para Inglaterra y la caída de Francia había dejado a la isla prácticamente

sola en la lucha contra Hitler. La declaración de guerra entre ambos regímenes




totalitarios, era un alivio para los ingleses, ahora la Unión Soviética sería un

colosal aliado.

El alto mando alemán, compartía la misma visión de generales como Heinz

Guderian, que estaban decididos a capturar Moscú. La idea clásica de losgenerales era la forma tradicional de resolver las guerras, capturando la capital del

enemigo luego de destruir su ejército. Pero Hitler tenía una visión más moderna

respecto a la guerra industrializada, la cual no se ganaba necesariamente

capturando la capital del enemigo, sino que apoderándose de las zonas

industriales y que proveyeran de recursos. Siguiendo los planes previos a la

invasión, Hitler ordena que Heinz Guderian y sus divisiones Panzer dejen de

avanzar hacia el este, hacia Moscú y giren hacia el sur, para reunirse con la

vanguardia del Grupo de Ejércitos Sur detrás de Kiev, la capital de Ucrania,

formando una bolsa en torno a la capital. Ucrania se consideraba la cesta de pan

de la Unión Soviética, contando con importantes recursos agrícolas, los planes de

matar de hambre a los soviéticos se estaban llevando a cabo. Guderian, apodado

por sus tropas como Schneller Heinz (El Rápido Heinz), muy a su pesar obedece

la orden de no proseguir a Moscú y se dirige al sur, logrando con rapidez el

objetivo ordenado, embolsando a varios ejércitos soviéticos. La batalla dura tres

semanas en el mes de agosto de 1941, logrando la victoria completa. Los cientosde miles de prisioneros soviéticos fueron conducidos a pie y en tren hacia los

campos de prisioneros. Hans-Erdmann Schönbeck era un joven teniente de las

divisiones Panzer bajo el mando de Guderian, la situación de los prisioneros le

causó una enorme impresión, recordándola con las siguientes palabras;

«Cuando dijeron “lo hemos conseguido”, tuvimos una increíble sensación

de alivio. Fue una experiencia sobrecogedora ver pasar todas esas largas

filas de prisioneros. Me impresionó. Recuerdo pensar “no quiero pasar

nunca por eso” y decirme a mí mismo “pobres hombres”.»82

La consideración de Hans-Erdmann Schönbeck con los prisioneros, no era

la misma que tenía la alta cúpula de la Wehrmacht y el régimen Nazi. Los

82 “The Wehrmacht”, op. cit. cap. 2 “The Turning Point”




prisioneros soviéticos son tratados de la peor manera y no reciben la menor

consideración. Su condición de soldados no era respetada. La manía racista del

nazismo estaba dejando de morir de hambre a cientos de miles de prisioneros

soviéticos sin ninguna compasión. En muchas ocasiones los soldados alemanes

no tomaban prisioneros y disparaban inmediatamente a los soldados soviéticos

que se rendían. El trato a los prisioneros soviéticos era un tema que inquietaba a

los generales alemanes prisioneros en Trent Park, como se ve reflejado en la

siguiente transcripción de una conversación entre el Generalmajor Georg Neuffer,

el Oberst (Coronel) Hans Reimann y el Generalmajor Ludwig Heilman:

Neuffer: El retorno de los transportes de rusos tras las batallas de

embolsamiento fue terrible.

Reimann: Fue realmente horrible, yo vi uno de esos transportes. En la

estación los rusos miraban por las pequeñas ventanillas y g ritaban, “¡Pan!

¡Dios les bendecirá!” Entonces Schulten llegó y trajo calabazas. Tiraron las

calabazas al interior de los vagones, y todo lo que se oía eran ruidos de

golpes y chillidos increíbles. Probablemente se estaban matando entre

ellos. No pude aguantarlo más y le pregunté al sargento, “¿Es que no tiene

nada de comida?”. Me respondió “Herr Obersleutnant, ¿de dónde se

supone que la voy a sacar?, no tenemos nada preparado”

Neuffer: No sé, realmente… son atrocidades inimaginables. Algunos de los

prisioneros caminaron todo el camino de vuelta. Pasamos conduciendo por

esa carretera muchas veces. Las cunetas estaban llenas de los rusos que

habían matado. Era… horrible.

Hei lmann: Desde ahora nos llamaran “los hunos” para siempre. Le hace a

uno sentirse avergonzado.83

En total, en los primeros meses de la ofensiva sobre la Unión Soviética, la

Wehrmacht captura 3,5 millones de prisioneros soviéticos, tanto en el

embolsamiento de Kiev, Minsk y otras batallas. De todos ellos, 2,5 millones de

83 Ibídem.




prisioneros murieron a causa del hambre y enfermedades. La conversación de los

generales Neuffer y Heilmann con el coronel Raimann, son de un gran valor como

fuente, nunca antes ni después, los oficiales alemanes se habían expresado tan

libremente como lo hicieron los 81 que estaban recluidos en la mansión de Trent

Park. Lo que se desprende de esta conversación, es que esta vez los generales

son autocríticos, responsabilizando y asumiendo a la Wehrmacht como parte

importante en la ejecución de los crímenes de guerra y no traspasan toda la

responsabilidad a Hitler y/o las SS.

Para el otoño de 1941, las enormes pérdidas de la Unión Soviética, tanto en

territorio como en soldados, hacen que Hitler crea que el colapso es inminente.

Tenía razón en creer esto, la campaña alemana inicial había capturado

importantes territorios provistos de materias primas, habitados por 16 millones de

personas. Dos terceras partes de la producción industrial de la Unión Soviética

estaban ahora en manos alemanas. Circunstancias de este tipo hubieran hecho

que cualquier nación hubiera abandonado todo intento por continuar, colapsando y

capitulando de forma incondicional. Pero Hitler subestimó la fuerza de voluntad del

pueblo y régimen soviético para continuar con la guerra.




[Mapa N°3] Invasión a la Unión Soviética por el III Reich. 22 de junio de 1941. 84

84 Beevor, La Segunda… op. cit. p. 368




[Imagen N°2] Primera Página de la Directiva N°21 “Operaci ón Barbar oss a” .85

85 http://thecelotajs.com/latvia-50years/images/APPX_VIII_0003cX300X400_Fall_Barbarossa_1.jpg




[Imagen N°3] Soldado alemán junto a un soldado soviético caído en combate. Detrás

se puede ver un tanque ligero soviético BT-7 en llamas. Junio-julio de 1941. 86

[Imagen N°4] Soldado alemán mortalmente herido durante las primeras fases de la

Operación Barbarossa.87

86 http://ffss.forosactivos.net/t754-la-segunda-guerra-mundial-en-fotos




2.4. Operación Tifón, la ofensiva sobre Moscú. La primera derrota de la

Wehrmacht.

En tan solo unos meses, los alemanes habían capturado las principales

ciudades occidentales de la Unión Soviética, Minsk, Járkov, Kiev y Smolensk, la

puerta de paso a Moscú. Cuando Hitler decide retomar la ofensiva sobre Moscú en

octubre, las lluvias de otoño se estaban haciendo presentes. Las carreteras se

convirtieron en ríos de barro, uno desconocido para los alemanes, llamado

rasputitsa, un fango fino y espeso que impedía incluso el avance de vehículos de

tracción. Mientras el Grupo de Ejércitos Sur avanzaba en la conquista total de

Ucrania, el Grupo de Ejércitos Centro se encargaba de llevar a cabo la Operación

Tifón, la conquista de Moscú.

Dos ejércitos habían sido dispuestos para la operación. Uno compuesto por

el 3° y 4° Ejército Panzer, se dirigiría al norte de Moscú, atacando el Frente de

Kalinin (el Ejército Rojo denominaba Frente a los Grupos de Ejército), cortando la

ruta Moscú-Leningrado. El otro ejército se dividiría, el 2° Ejército Panzer atacaría

desde el sur de Moscú, al Frente Occidental Soviético, desde los distritos

exteriores al área metropolitana, al sur de Tula. El 4° Ejército, atacaría

directamente desde el oeste. De tener éxito esta operación, Moscú sería

embolsada en un clásico movimiento de pinzas. Pero desde que se reiniciaron losavances hacia Moscú, las dificultades para la Wehrmacht se fueron presentando

en cada instante.

La invasión a la Unión Soviética ya debería estar concluida según los

planes iniciales en la Operación Barbarroja, pero aún no se divisaba el fin de la

campaña. La mayoría de los objetivos hasta ese momento se habían logrado,

aunque a un elevado costo. Para finales de octubre, la Wehrmacht contaba

686.000 bajas, entre muertos y heridos. Contando los reemplazos, de los 3,2millones de soldados que habían iniciado la Operación Barbarroja el 22 de junio,

para noviembre quedaban 2,7 millones. La Unión Soviética para las mismas

fechas, ya contaba con cerca de 4,5 millones de bajas, la mayoría muertos y

87 http://www.ww2incolor.com/colorizations/1941junigefallene.html




desaparecidos, pero no se rendía. Las predicciones de un colapso total del

régimen de Stalin habían fallado88. Las lluvias de otoño eran totalmente inusuales,

el barro de los caminos no era un gran impedimento para el avance de las

unidades Panzer, pero no todo el ejército alemán estaba compuesto por tanques.

El mayor porcentaje de las tropas era infantería y al igual que el ejército de sus

padres y sus abuelos, se movilizaban a pie la mayor parte del tiempo y la artillería

aún era tirada por caballos como en los tiempos del Kaiser. Los vehículos eran

tragados por el barro y la infantería no podía avanzar con el barro llegando a las

rodillas. El aumento en la intensidad de los combates también estaba desgastando

tanto a los hombres como al material bélico. Las divisiones Panzer estaban

reducidas a la mitad o menos y los tanques perdidos no eran reemplazados aún.

La 1° División Panzer, adscrita al 4° Ejército Panzer, estaba combatiendo al nortede Moscú, en el Frente de Kalinin. Un joven cabo —más tarde ascendido a

Teniente— Heinz Otto Fausten, era parte de una compañía Panzergrenadier

(Granaderos Panzer, Infantería Mecanizada) dentro de la 1° División Panzer, su

relato nos acerca a la crudeza del combate diario;

«A penas teníamos tiempo para pensar. La primera oportunidad llegó

después de tres semanas de estar constantemente en marcha,

constantemente en combate. Yo tenía un amigo en la misma compañía ylos dos lo discutíamos. Decíamos “¿Qué está pasando?” “¿De verdad

acabaremos con los rusos en unas pocas semanas?”. Para nosot ros estaba

claro que eso no iba a ocurrir. La propaganda que nos habían estado

vendiendo no era verdad. Habíamos visto lo duros y dispuestos a

sacrificarse que eran los soldados rusos. […] De repente llegó la orden.

“¡Grupo Fausten, avancen!”. Yo no respondí. Mi amigo Ekkehard gritó “¡Ya

vamos!”. [La orden, tomar una bolsa de resistencia en un pueblo].

Estábamos a unos 20 metros cuando nos alcanzó una lluvia de granadas

de mano. Una granada cayó al lado de Ekkehard y explotó. El gritó. Un

operador de ametralladora se me acercó y me dijo “Estoy herido”. La mano

le colgaba de un hilo. Se arrancó la mano y dijo “Tengo que volver”. Yo era





el único que podía seguir disparando cuando los rusos empezaron su

contraataque. Pude salvarme corriendo mientras volvía esquivando rusos.

[Otto tiene que dejar a su amigo Ekkehard detrás]. Entonces me desmoroné

completamente, porque mi amigo seguía gritando desde el pueblo “¡Otto!

¡Otto!”. El comandante de nuestra compañía, que sabía que éramos

amigos, ordenó a un vehículo de t ransporte armado que avanzara. “Vayan a

buscarle”. Fueron hasta el pueblo. Diez minutos más tarde, el suboficial

médico volvió solo y dijo “Han destruido el vehículo. Los demás están

muertos”.»89

El 17 de noviembre la Wehrmacht inicia la Operación Tifón, avanzando

desde tres posiciones para converger en la capital soviética. El rápido avance se

comienza a estancar por la férrea resistencia del Ejército Rojo que desconcertaba

a los Generales alemanes. Lo peor estaba por venir. El invierno de 1941 llegó

mucho antes de lo habitual y con las temperaturas más bajas desde hacía cinco

décadas como mínimo. El mercurio de los termómetros descendió a temperaturas

en promedio de -40°C y el alto mando de la Wehrmacht, cometiendo el mismo

error que el Ejército Rojo en la guerra contra Finlandia, no había proveído a sus

tropas de uniforme apto para el invierno. En cambio el Ejército Rojo si había dado

a sus tropas uniformes adecuados para el frío extremo, habían aprendido a un altocosto la lección en Finlandia. Los soldados alemanes se las arreglaban como

podían en los gélidos campos de las cercanías a Moscú, robando incluso las botas

y abrigos de los soldados rusos que habían caído en combate. A medida que se

acercaban al área externa de Moscú, el Ejército Rojo recibe el apoyo de las

divisiones provenientes de Siberia, que habían logrado ser desplegadas al oeste

debido a que Japón ya no presentaba un gran peligro en la región más oriental, ya

que estaban enfocados en su expansión hacia el pacífico. Las tropas frescas y

habituadas al frío de Siberia, realizan contraataques en algunos sectores, en los

que se desatan feroces enfrentamientos, donde los soldados alemanes son

masacrados al no poder movilizarse con agilidad por la nieve. El frío seguía

descendiendo de forma súbita y la luz solar apenas duraba 5 horas diarias. Heinz

89 “The Wehrmacht”, op. cit. cap. 2 “The Turning Point”.




Otto Fausten, dando cuenta del extremo frío relata lo siguiente; «Fue un invierno

horrible. Vi a unos artilleros de pie. Habían muerto congelados en la posición en la

que habían estado disparando. Tres o cuatro hombres arrodillados detrás del

cañón, convertidos en bloques de hielo.».90

Las defensas soviéticas en Moscú se habían redoblado, gracias al esfuerzo

sobrehumano de la población civil. Zanjas, trincheras, obstáculos de tanques,

búnkeres, corte de caminos y más, los civiles estaban realizando obras de

construcción sin descanso. La ley marcial se estaba aplicando con dureza, la pena

de muerte era aplicada sin demora a quienes causaran disturbios, robos y

sabotaje, los actos de cobardía, borrachera y hasta un simple comentario

pesimista era considerado anti-patriota y se procedía a la pena capital. Años más

tarde sin embargo, Zhukov en sus memorias escribiría un elogio hacia la población

de Moscú en su cooperación activa en su defensa, lo cual es cierto, pero

omitiendo la política represiva;

«Cuando hablamos de las heroicidades realizadas en la batalla por Moscú,

sobreentendemos no sólo las acciones de nuestro Ejército, de los heroicos

soldados, jefes e instructores políticos. Lo que se logró en el Frente del Oeste

durante el mes de octubre y posteriormente en las batallas sucesivas fue posible

sólo gracias a la unión y a los esfuerzos mancomunados de las tropas y la

población de la capital y de la región de Moscú, a la eficaz ayuda que prestaron al

Ejército y a los defensores de la capital todo el país, todo el pueblo soviético.»91

La Wehrmacht pierde más soldados por congelamiento que por acción del

enemigo. La insistencia de Hitler en que la guerra contra la Unión Soviética sería

una operación rápida y despiadada que terminaría a finales del verano había

fracasado, era en gran parte la razón por la que las tropas no contaban conequipamiento adecuado para el invierno. No solo las tropas sufrían el extremo frío,

los vehículos y los tanques no lograban poner en marcha sus motores por

congelamiento. Se tenía que encender hogueras bajo los tanques para calentar

90 Ibídem. 91 Zhukov, op. cit. p.677




los motores y lograr hacerlos partir, la Luftwaffe, que había significado un apoyo

constante a las operaciones en tierra, no lograba hacer despegar sus aviones por

las fuertes ventiscas y niebla. Las armas eran otro problema, el aceite y el líquido

hidráulico no resistían las bajas temperaturas extremas, las subametralladoras

MP-40 y las ametralladoras MG-34 se encasquillaban, quedando inutilizables. Al

contrario, las armas soviéticas resistían sin problemas el frío, al igual que los

motores de sus tanques y vehículos. Las tropas alemanas no solo saqueaban las

botas de los soldados rusos, sino que también sus infalibles subametralladoras

PPSH-41 y los fusiles Moisin-Nagat. El uniforme gris verdoso de los soldados

alemanes contrastaba con la blanca nieve, al igual que el uniforme marrón del

Ejército Rojo en Finlandia, que ahora contaba con uniformes blancos. Los

soldados alemanes comenzaron a poner encima de sus uniformes manteles,cortinas y sábanas, robadas en las granjas de los campos cercanos a Moscú,

cada bote de pintura blanco encontrado o proporcionado por los camiones de

suministros, era utilizado para pintar los cascos, los vehículos y los tanques.92

Pese a la resistencia del Ejército Rojo y a las adversas condiciones

climáticas, las tropas alemanas siguen avanzando, cada vez más cerca de la

capital soviética. Pero la cercanía de Moscú era el único aliento en las malas

condiciones. Desmoralizados, sin fe en la victoria y con un frío inimaginable, lossoldados solo optan por reflexionar en silencio. Karl-Gottfried Viekorn, un teniente

de artillería de 20 años en ese entonces, recuerda el ambiente diario de las tropas

alemanas en las cercanías de Moscú;

«Las noches eran lo peor. Le dabas un golpecito a tu vecino y le decías

“¿Estás vivo? ¿Estoy yo vivo?”. Fue horrible. Nos pi caban los piojos.

Cuanto más te acercabas al fuego, más animados se volvían. Todos

teníamos piojos. No podíamos lavarnos durante semanas. Etcétera,etcétera. [El único momento de alegría era el correo de casa]. Recibí un

paquete con una tarjeta de mi madre deseándome lo mejor para las

Navidades y Año Nuevo. Era una tarta mármol, mi favorita. Era alimento







cargados con lanzacohetes, llamados Katyusha causaron estragos en las líneas

alemanas, con un ensordecedor y terrorífico sonido causado por los cohetes

mientras atravesaban el cielo. Volviendo con el relato de Heinz Otto Fausten,

quien era parte de la vanguardia más cercana a Moscú, recuerda la contraofensiva

soviética así;

«Llegamos a unos diez o doce kilómetros de Moscú. Entonces tuve que

hacer explotar mi vehículo. Tuvimos que volver a pie. […] Mi única opción

era huir hacia la izquierda, alejándome de la carretera, a través de una

nieve profunda perseguido por divisiones sobre esquís y tanques. Corrimos.

Mientras corría, saqué mi pistola y pensé “Si estás herido, toma tu pistola y

dispárate en la cabeza”. Algunos hombres yacían muertos detrás de mí. Los

habían matado con bayonetas. Tal vez unos 15 o 20 alcanzamos el bosque

de un total de 300.»95

La Contraofensiva soviética del 5 de diciembre de 1941, obligó a la

Wehrmacht a replegarse cada vez más, retrocediendo más de 100 kilómetros

durante las primeras fases de la contraofensivas y en pocos días retrocediendo a

más de 250 kilómetros de Moscú para el 7 de enero de 1942. La contraofensiva

soviética había logrado expulsar a los alemanes de las zonas aledañas a la región

de Moscú y comenzado a liberar los pueblos de las áreas utilizadas como puntos

estratégicos para lanzar nuevas ofensivas contra Moscú. Como consecuencia del

fracaso en la conquista de la capital soviética, Heinz Guderian es destituido de su

cargo, algo que no agradó para nada a las divisiones Panzer, que consideraban a

Guderian un ídolo y uno de los mejores generales. Los hombres de las divisiones

Panzer estaban conscientes de que el fracaso en Moscú no se había producido

por culpa de Guderian, ya que en las fases iniciales de la Operación Barbarroja

habían logrado alcanzar la región externa de Moscú y obligados a virar haciaUcrania por órdenes de Hitler. Una vez más, las decisiones del Comandante

Supremo estaban causando más problemas que aciertos. La retirada de Moscú no

fue ordenada ni tampoco se produjo de forma oficial, la Wehrmacht solo se estaba





replegando, lo que significaba que el peligro no había terminado para la capital.

Una orden de retirada hubiera significado un fracaso para la Wehrmacht, ya que

las malas condiciones de las carreteras hubieran obligado a marchar sobre los

campos cubiertos de nieve, haciendo fácil la aniquilación y captura de las tropas

alemanas. Sin embargo nuevos intentos por retomar Moscú no se producirían, la

vista de Hitler estaba puesta en el Cáucaso, la región petrolera e industrial de la

Unión Soviética y sobre todo en Stalingrado, que cumplía un doble rol para la

propaganda. Stalingrado era un punto industrial importante pero no determinante,

poseía un valor simbólico, al llevar el nombre del líder de la Unión Soviética.

El fracaso en la conquista de Moscú significó la primera derrota para la

confianza Wehrmacht. Los fallos en la estrategia habían demostrado que no había

previsiones en caso de un fracaso de la Blitzkrieg. No había plan B, la Blitzkrieg

debía funcionar o de lo contrario, el fracaso significaba la pérdida del eje central de

la estrategia alemana, la velocidad. El fracaso se había demostrado al no

concretar la victoria en los tres primeros meses de la Operación Barbarroja, pero

la fallida Operación Tifón para capturar Moscú, había demostrado con creces el

fracaso de la estrategia. Había funcionado de forma notable en Polonia y sobre

todo en Francia, pero el tamaño de esos países no se comparaba con las enormes

distancias de la Unión Soviética, que hacía imposible la consolidación de un solofrente de batalla concentrado. Alrededor de 700.000 soviéticos murieron en la

defensa de Moscú, entre los cuales se contaban muchas mujeres que estaban

empezando a ser llamadas a las armas, para suplir las enormes pérdidas sufridas

en los inicios de la Invasión. Por parte de las fuerzas del eje, mayormente

alemanas, las bajas se contabilizaron en unos 250.000 soldados muertos o

desaparecidos. Algunas divisiones habían sido aniquiladas por completo, la

mayoría estaban a la mitad de su capacidad, tanto en hombres como en

maquinaria. La compañía Panzergrenadier de Heinz Otto Fausten, en 9 meses de

combate, había perdido a todo el personal. Heinz Otto Fausten sería el único

sobreviviente96.





[Mapa N°4] Batalla de Moscú. Noviembre-Diciembre de 1941.97





[Imagen N°5] Tropas soviéticas en esquís y otras sobre un tanque soviético KV-1.

Ofensiva del Ejército Rojo en diciembre de 1941.98

[Imagen N°6] Soldados alemanes en los fríos bosques cercanos a Moscú. Diciembre

de 1941.99

98 http://www.claseshistoria.com/2guerramundial/contraofensiva-rusia.html99 http://ww2diario.blogspot.cl/2011/12/el-ejercito-rojo-desata-su.html




[Imagen N°7] Heinz Otto Fausten (27 de junio de 1920 - 18 de julio de 2014). A la izquierdacon uniforme de Teniente de la Wehrmacht, condecorado en su bolsillo superior izquierdocon la Cruz de Hierro de 1° Clase, al lado inferior izquierdo la insignia de Combate Panzer enBronce, y a su derecha la condecoración de Herido en Combate. La cinta en su tercer botóncorresponde a la Cruz de Hierro de 2° Clase, que no se portaba y era representada solo conla cinta portadora en negro, blanco y rojo. En la foto de la derecha, Heinz Otto Fausten en elaño 2007.100

100 Foto editada por Felipe Sepúlveda R. a partir de dos fotos extraídas de la web en:

http://www.spiegel.de/international/zeitgeist/reminiscences-of-a-german-world-war-ii-veteran-a-

891462.html (consultado y extraído en abril de 2014)




2.5. Ofensivas en el sur. Operación Azul, la guerra en el Cáucaso.

2.5.1.- La Bolsa de Demyansk

Tras el fracaso de la Wehrmacht en la conquista de Moscú, el Ejército Rojo

con un nuevo aire de triunfo emprendió una contraofensiva contundente a lo largo

de todo el frente. Mientras se producía la contraofensiva soviética en Moscú y se

ponía a la Wehrmacht en fuga, el Frente del Noroeste del Ejército Rojo

comandando por el General Pavel Kurochkin, realizó en simultáneo una ofensiva

sobre el II Cuerpo de Ejército perteneciente al Grupo de Ejércitos Norte apostadas

en Demyansk, al noroeste de Moscú y perteneciente a la región de Novgorod. El

ataque soviético se desplegó por el sur y norte del Grupo de Ejércitos Norte de la

Wehrmacht, en un movimiento de pinzas. Las tropas alemanas en Demyansk

fueron sorprendidas por el rápido avance de las tropas soviéticas, que en el plazode una semana ya les habían cortado las vías de comunicación con el resto del

Grupo de Ejércitos Norte. Esto dejaba a seis divisiones alemanas incomunicadas

del resto, alrededor de 100.000 soldados, quedando completamente rodeados por

el Ejército Rojo, formándose una bolsa.

Una semana después de ser cercadas las tropas alemanas en Demyansk,

el Ejército Rojo lanzó una nueva ofensiva con el fin de aplastar y eliminar a las

tropas embolsadas. El avance se vio ralentizado por el frío invernal que cubría conuna profunda nieve los campos y caminos, imposibilitando el avance soviético. Las

tropas alemanas aprovecharon la lentitud de la ofensiva para preparar sus líneas

de defensa. Debido al aislamiento, las tropas cercadas solo podían recibir

suministros a través del puente aéreo creado por la Luftwaffe, gracias a los dos

aeródromos que estaban bajo el control de los alemanes en los 40 kilómetros de

territorio que poseían en la bolsa. A medida que el tiempo iba mejorando, el

avance soviético se hacía más ágil, pero también permitía mejores condiciones alos aviones de la Luftwaffe para aumentar el flujo de suministros a través del

puente aéreo. La fuerza aérea soviética aún era muy inferior a la Luftwaffe, tanto

en la calidad de los aviones como en la experticia de sus pilotos, por lo que no

pudo hacer frente de manera eficaz al puente aéreo. La situación se mantuvo por

dos meses, donde las tropas alemanas resistían cada embestida del Ejército Rojo




para poder acabar por completo con las divisiones cercadas. La atención de los

soviéticos estaba sobre todo en la aldea de Ramushevo, los alemanes habían

logrado abrir un pequeño corredor, que comunicaba con Stáraya Rusa, donde se

encontraba el resto del II Cuerpo de Ejércitos. Los ataques sobre Ramushevo eran

una y otra vez detenidos por las tropas alemanas, que luchaban con tenacidad por

mantener el pequeño corredor.

Uno de los generales que comandaba a las divisiones dentro de la bolsa de

Demyansk, era el General Walther von Seydlitz-Kurzbach. El 21 de marzo de

1941, von Seydlitz lideró un contraataque con tropas de choque, que logró abrir un

corredor más amplio en Ramushevo hacia Stáraya Rusa, lo que permitió que miles

de tropas lograran escapar del cerco. Pero aún muchos soldados de la Wehrmacht

continuaban dentro de la bolsa de Demyansk y todos los intentos soviéticos por

destruirlas eran repelidos, los soldados alemanes estaban siendo reforzados

gracias a los suministros recibidos por el puente aéreo. La eficacia del puente

aéreo además había permitido que poco más de 36.000 soldados heridos

pudieran ser evacuados y 31.000 soldados hayan ingresado a la bolsa como

refuerzo. Finalmente, el 21 de abril de 1942, gracias a los constantes

contraataques desde dentro y fuera de la bolsa, permitieron abrir el cerco y las

tropas alemanas pudieron escapar.

La batalla de la bolsa de Demyansk permitió a la Wehrmacht mantener

concentradas a varias divisiones soviéticas, que quedaron atascadas intentando

aplastar sin éxito a las tropas cercadas. Esto había beneficiado a las divisiones

alemanas en otros frentes de batalla, ya que las divisiones soviéticas en

Demyansk eran potenciales refuerzos para los otros frentes una vez que lograran

su objetivo. La importancia de esta batalla también se debe a la eficacia del

puente aéreo, que si bien fue un total éxito en Demyansk, tendría nefastasconsecuencias meses después, en la batalla de Stalingrado, como ya veremos.

2.5.2. Crimea y Sebastopol.

Como ya habíamos explicado con anterioridad, la invasión a la Unión

Soviética iniciada el 22 de junio de 1941, había dividido las fuerzas alemanas en




Grupo de Ejércitos Norte, Centro y Sur. Mientras el Grupo de Ejércitos Norte se

dirigía a Leningrado y el Grupo de Ejércitos Centro a Moscú, el Grupo de Ejércitos

Sur se dirigía a la conquista de Ucrania. Dentro del Grupo de Ejércitos Sur, estaba

el 11° Ejército Alemán al mando del General Eugen Ritter von Schobert, que

estuvo al mando hasta septiembre de 1941 –solo tres meses de iniciada la

invasión- cuando el avión que transportaba a von Schobert aterrizó en un

aeródromo minado por los rusos, explotando el avión con todos sus ocupantes,

incluyendo al general. El mando del 11° Ejército por lo tanto quedó en manos del

General Erich von Manstein, el cerebro detrás de la estrategia para la conquista de

Francia en 1940. A von Manstein se le encomendó la misión de llevar al 11°

Ejército hacia el sur de Ucrania, y capturar la península de Crimea y Rostov del

Don. El General von Manstein inmediatamente notó que el ejército que se le habíaasignado estaba exhausto por los duros combates en Ucrania y que las unidades

rumanas que estaban adscritas al 11° Ejército eran muy anticuadas, por lo que

capturar Crimea y Rostov al mismo tiempo o en un corto plazo era imposible. La

decisión de von Manstein fue enfocarse en Crimea.101

La península de Crimea no solo tenía un valor estratégico, sino también un

valor simbólico para la manía racial de Hitler y el III Reich. Crimea había sido un

territorio ocupado por una antigua tribu germana, los godos, y por tanto la habíanrebautizado como «Gau Gotenland» —tierra de godos— por lo que ya se tenían

planes especiales para la ocupación. Crimea se transformaría en una extensión de

Alemania en el este, una especie de Gibraltar-Inglaterra. En cuanto a la población

de Crimea, los planes de Himmler y la SS eran nefastos. Al ser una extensión de

Alemania, se conectaría con el corazón del Reich mediante una gran autopista y la

población nativa sería expulsada para ser poblada solo por arios puros. Los planes

fueron pospuestos para llevarse a cabo una vez que terminara la guerra y por

suerte, eso significó que se pospusieran para siempre.102

El 11° Ejército debía atravesar el istmo de Perekov, una estrecha franja de

tierra de apenas 7 kilómetros, con el mar negro por el lado oeste y el mar pútrido

101 Bellamy, op. cit. pp. 536102 Ibídem.




—un depósito de agua salada— por el este. A esto se le sumaba una red de

trincheras distribuidas por el istmo, de unos 15 metros de ancho cada una, las

cuales fueron cavadas en 1851, poco antes de la Guerra de Crimea (1853-1856)

que enfrentó al Imperio Ruso contra Inglaterra, Francia y el Imperio Otomano,

entre otros. Estas trincheras servirían como fosas anti-tanque, siendo innecesarias

ya que von Mainstein no contaba con unidades panzer en sus divisiones. La

mayor parte de las tropas soviéticas en Crimea, eran parte de la marina. El Frente

Oriental fue mayoritariamente terrestre, por lo que la marina soviética tuvo que

utilizar a sus marineros como infantería. Von Manstein envió tres divisiones de

montaña y a la 1° División de la Waffen-SS, la Leibstandarte SS Adolf Hitler,

considerada una división de elite debido a la exigente selección de sus miembros

—que con el transcurso de la guerra se hizo más flexible por necesidad detropas—, las cuales consiguieron rápidamente —en tres días— su objetivo de

liberar el istmo para la entrada del resto del 11° Ejército en Crimea. El Almirante

Kuznetsov, al mando de las tropas en Crimea, al ver que no todo el 11° Ejército

había cruzado hacia Crimea, organizó un ataque hacia la retaguardia de von

Manstein, desde el continente y así encerrar al ejército de von Manstein en

Crimea. El plan de Kuznetsov no tuvo éxito, ya que mientras realizaba las

maniobras para aplastar la retaguardia de von Manstien, el General Ewald von

Kleist al mando del 1° Ejército Panzer atacó la retaguardia de Kuznetsov,

encerrándo a las tropas de la marina soviética entre von Kleist y von Manstein.

Rápidamente las tropas alemanas envolvieron a las soviéticas y después de tres

semanas, cerca de 65.000 soldados soviéticos se rindieron, junto con su material

de guerra. El avance sobre Crimea continuó, tomándola casi por completo, solo

con la excepción de Sebastopol, el puerto más importante de la armada soviética

en el Mar Negro. El tiempo utilizado en derrotar a Kuznetsov, dio tiempo suficiente

para que Sebastopol se siguiera fortificando.

El 30 de octubre von Manstein inició el asedio de la ciudad puerto

Sebastopol, que había construido tres líneas defensivas a modo de anillos en

torno a la ciudad. La primera línea era una serie de trincheras, la segunda línea

era una red de túneles subterráneos y baterías de cañones en posiciones




blindadas reforzadas por concreto y roca. El tercer anillo estaba compuesto por

búnkeres de hormigón en posiciones estratégicas por el perímetro de la ciudad.

Poco más de 100.000 soviéticos defendía la ciudad, que inicialmente eran 52.000,

siendo reforzados por las tropas que habían logrado escapar de los alemanes y

otras que habían llegado por mar. El asedio se mantuvo a costa de encarnizadas

batallas que duraron hasta el 17 de diciembre, cuando Sebastopol comenzó a ser

bombardeada. A modo de aliviar la carga sobre Sebastopol, el 25 de diciembre de

1941 los soviéticos realizaron un gran asalto anfibio en la pequeña península de

Kerch, al este de Crimea. El General von Manstein dejó un cuerpo de ejército y

una división rumana en el asedio de Sebastopol, mientras el resto se lanzaba

sobre la península de Kerch.103

El 15 de mayo de 1942, en plena primavera, los alemanes recuperan la

península de Kerch y el 11° Ejército vuelve al asedio de Sebastopol. La

inexpugnable fortaleza de Sebastopol estaba causando demasiadas bajas a los

alemanes, por lo que recurren al uso de un armamento que a Hitler le fascinaba.

Se envían 600 piezas de artillería con mucho más munición de lo normal, pero lo

más destacado son los dos cañones gigantes que se llevan hasta Crimea con el

fin de destruir tanto la fortaleza como la voluntad de los defensores. El cañón Thor

—como el dios germano— de 600mm y el cañón Dora o «Gran Dora» de 800mm,siendo este el arma móvil más grande jamás construida. Había sido probada en

presencia de Hitler, quien tenía una obsesión por la maquinaria de gran tamaño104.

El cañón Dora necesitaba ser movilizado por dos vías férreas, pesando 1.350

toneladas, iba sobre un vagón de 80 ruedas y con 60 locomotoras para moverlo.

Disparaba proyectiles de 7 toneladas, con un rango de alcance de casi 40

kilómetros y un proyectil de 5 toneladas con un alcance de 54 kilómetros. Este

monstruo de la ingeniería, necesitaba ser operado por 4.120 hombres al mando de

un general y alrededor de 500 hombres solo para dispararlo, comandado por un

coronel. Este descomunal cañón solo fue utilizado durante el asedio de

Sebastopol, siendo una pieza costosa, difícil de mantener, que requería muchos

103 Ibíd. pp. 539-540104 Hastings, op. cit. p. 553




recursos y demostró ser totalmente inútil bajo el punto de vista práctico. En el

tiempo que estuvo operativa en Sebastopol, alcanzó a disparar alrededor de 40

proyectiles, los cuales causaron enormes destrozos en las posiciones defensivas.

Si bien, logró destruir incluso posiciones bajo tierra, en aquel entonces ya existían

aviones bombarderos capaces de llevar una bomba de hasta 5 toneladas (o varias

bombas de menos peso) y alcanzar objetivos más lejanos que el alcance del

Dora.105

A pesar del intenso bombardeo sobre Sebastopol, el 11° Ejército reportó

que el avance de la infantería se encontraba con un enemigo aún más duro de lo

que esperaban. La noche del 28 al 29 de junio de 1942, von Manstien realizó un

ataque de artillería y aéreo a las líneas de defensa a modo de distracción,

mientras que las tropas realizaban un asalto anfibio con lanchas de desembarco

por la retaguardia de Sebastopol, subiendo por los acantilados, tomando a los

rusos por sorpresa. A pesar de que esta acción significaba una victoria alemana,

los rusos siguieron combatiendo, logrando evacuar en submarinos a los

comandantes, funcionarios del partido y combatientes destacados. Sufriendo

enormes bajas, los alemanes tuvieron que recurrir a medidas desesperadas. Para

poder sacar a los defensores soviéticos de los túneles subterráneos, se usaron

armas químicas de corta duración, algunas con efectos sofocantes. El 4 de julio de1942, después de 250 días de un asedio infernal, la fortaleza de Sebastopol caía

rendida. La derrota soviética se debió en gran parte al comandante Lev Meljis, a

cargo de Crimea, que en su fanatismo, consideraba que enviar a sus tropas a

atrincherarse era un símbolo de derrotismo. El 11° Ejército perdió 25.000 soldados

en el asedio de Sebastopol y al menos el doble de heridos. La defensa soviética

les había causado una enorme impresión y por el lado de los soviéticos, el único

aspecto positivo que lograron con el fin de la batalla, fue la destitución de Meljis.106

105 Bellamy, op, cit. pp. 540-541106 Hastings, op. cit. p. 554




[Imagen N°8] Lyudmila Pavlichenko, francotiradora y heroína de la Unión Soviética. Durante

la Batalla de Sebastopol alcanzó la cifra de 309 soldados enemigos abatidos. Resultó herida

en las últimas fases de la batalla y evacuada en submarino. Por su condición de heroína, se

le prohibió volver al frente y pasó el resto de la guerra como instructora en la escuela de

francotiradores y francotiradoras.107

2.5.3. Járkov, un gran desastre para la Unión Soviética.

La contraofensiva de invierno lanzada por el Ejército Rojo, había expulsado

a los alemanes de las cercanías Moscú y había estabilizado todo el Frente

Oriental. El éxito inicial de las tropas soviéticas en la contraofensiva, había dado

confianza en los generales de la Stavka, quienes empezaron a preparar nuevas

ofensivas sobre las posiciones alemanas para impedir nuevamente un avance

hacia Moscú. Tanto Stalin como la Stavka estaban convencidos que los alemanes

nuevamente atacarían Moscú, como centro importante y simbólico de la Unión

Soviética, compartiendo la idea que algunos generales alemanes también tenían,conquistando la capital, se conquista el país. Sin embargo los ojos de Hitler

estaban puestos hacia el sur de la Unión Soviética —aunque seguía manteniendo

un gran contingente cerca de Moscú—, específicamente el Cáucaso, lugar donde

107 https://reader009.{domain}/reader009/html5/0723/5b54c958cc553/5b54c97fee96e.jpg




estaban los yacimientos de petróleo que eran necesarios para que la Wehrmacht

continuara con su movilización y que de ser capturados, significarían una pérdida

catastrófica para el Ejército Rojo.

El General Semión Timoshenko, apoyado por Nikita Khrushchev —Líder dela Unión Soviética desde 1955 a 1964— en marzo de 1942 presentó un plan para

que el Frente del Sudoeste y el Frente del Sur, lanzaran un ataque para hacer

fracasar cualquier intento de la Wehrmacht por lanzar una nueva ofensiva hacia

Moscú. Para esto, debían realizar un ataque de pinza sobre la ciudad de Járkov.

Se suponía que esta ofensiva sobre Járkov, se complementaría a la lanzada en

Kerch, para también prestar ayuda a Sebastopol, que como ya vimos terminó en

fracaso. Confiados en que los alemanes aún estaban débiles como en el invierno

que acababa de pasar, la STAVKA aprobó la operación, sin notar que el Grupo de

Ejércitos Sur de la Wehrmacht estaba recibiendo gran cantidad de refuerzos. Los

alemanes estaban en conocimiento de los planes de Timoshenko y por su parte,

preparaban un ataque al sur de Járkov, con el objetivo de eliminar un saliente que

habían provocado los soviéticos en la ofensiva de invierno. Esta operación

alemana recibiría el nombre clave de Federicus y sería la fase previa para lanzar

la Operación Azul sobre el Caucaso.108

El 12 de mayo de 1942, el ataque de Timoshenko se llevó a cabo, para

sorpresa de los alemanes, que a pesar de estar en conocimiento de sus planes,

no los esperaban tan pronto. Járkov, que estaba ocupada y defendida por el 6°

Ejército alemán al mando del General Friedrich Paulus, fue atacada por el sur y

norte. Las tropas soviéticas que atacaron desde el sur lograron un rápido avance,

al enfrentarse a una débil división de seguridad, alcanzando 15 kilómetros el

primer día, a costa de un elevado número de bajas. Las tropas que atacaron

desde el norte estaban mal coordinadas y fueron presa de los constantes ataquesde la Luftwaffe. Timoshenko rápidamente notó que los alemanes estaban

preparados para realizar una ofensiva, pero no pudo notar que estaba cayendo en

una trampa. El 6° Ejército del General Paulus estaba librando feroces combates

108 Beevor, La Segunda… op. cit. pp. 621-622




bajo la lluvia primaveral, el nivel de violencia sorprendía al General Paulus, quien

era profesor en la Academia de Guerra y un buen oficial del Estado Mayor, pero

que nunca había comandado una formación en el campo de batalla, era solo un

teórico. El Mariscal de Campo del Grupo de Ejércitos Sur al inicio de la invasión a

la Unión Soviética era Walther von Reichenau, pero en la mañana del 12 de enero

de 1942, después de haber salido a trotar por un bosque nevado a -20°C en

Polonia, sufrió una hemorragia cerebral que lo dejó en coma y dos días después,

el avión que lo transportaba cayó, aunque se asegura que murió de un paro

cardiaco antes de que el avión realizara un aterrizaje forzoso sobre territorio

soviético. Esta súbita e inesperada muerte, puso al General Mariscal de Campo

Fedor von Bock al mando del Grupo de Ejércitos Sur, que hizo gala de su

brillantez táctica al proponer a Hitler que el 1° Ejército Panzer de von Kleistatacara desde el sur a Timoshenko y se situara en su retaguardia para dejarlo

incomunicado. Hitler comprendió el plan de inmediato y como era común, se

apropió de esa idea y la expuso como si fuera suya al OKW. El 1° Ejército realizó

el movimiento propuesto por von Bock y comenzó a cercar a los tres ejércitos de

Timoshenko. El 17 de mayo, von Kleist lanzó el ataque al amanecer, avanzando

con gran rapidez como era propio de las divisiones panzer. Timoshenko a través

de Nikita Khrushchev pidió refuerzos a Moscú, que fueron negados por Stalin que

ordenó seguir adelante con la ofensiva. La táctica de pinza que Timoshenko

quería llevar a cabo en Járkov, se tornó en un ataque de pinza en su contra y el 23

de mayo el 1° Ejército de von Kleist y el 6°Ejército de Paulus confluyeron al sur del

pueblo Balakleya, completando el cerco de las tropas de Járkov. 109

El cero de Járkov fue al estilo de 1941, una batalla de aniquilación, teniendo

catastróficas consecuencias para las fuerzas soviéticas. Solo 22.000 rusos

lograron escapar del cerco, volviendo hacia la zona desde donde habían venido.

Dentro del cerco, 240.000 soldados rusos habían caído prisioneros, mientras que

más de 250.000 habían muerto en combate. Entre las bajas soviéticas se

contaban varios generales, como Gorodniasnski al mando del VI Ejército

Soviético, que se suicidó antes de ser capturado, al igual que muchos oficiales de

109 Ibíd. p. 622




las distintas divisiones del Ejército Rojo. Por parte del 6° Ejército alemán, las bajas

ascendieron a 20.000, una cifra alta para la Wehrmacht, pero muy inferior en

comparación con las pérdidas soviéticas110.

La 2° Batalla de Járkov —la primera fue al inicio de Barbarroja al capturar laciudad— fue un terrible desastre para el Ejército Rojo. Las fuerzas soviéticas,

humilladas en las sucesivas derrotas frente a la Wehrmacht en los primeros meses

de la invasión alemana, habían recuperado el aliento y el ánimo al derrotar a los

invasores en las cercanías de Moscú. La entrada de Estados Unidos también

había puesto nuevas esperanzas para Stalin, que veía más cercana la posibilidad

de que se abriera un nuevo frente para los alemanes en Europa occidental, ahora

que los británicos ya no estaban en solitario luchando en el oeste. En este clima

de triunfo se lanzó la ofensiva de invierno, subestimando a las tropas alemanas

que habían quedado maltrechas durante el invierno. El desastre de Járkov golpeó

en medio de este ambiente triunfal y no solo a los soviéticos, sino también a los

aliados occidentales, que estaban conformes con la resistencia soviética y la

derrota alemana en Moscú. Esta nueva calamidad soviética dio un nuevo impulso

para que Estados Unidos e Inglaterra aceleraran los planes para invadir Europa

desde el oeste. Járkov también fue una gran lección para Stalin y la Stavka de no

emplear ataques tan confiados y masivos, que significaban un enorme costo envidas, que si bien no era la gran preocupación para ellos, si significaban un

enorme gasto económico. Las fuerzas del Ejército Rojo comenzaron a replegarse

a lo largo del Frente Oriental, en parte para evitar que otro ejército fuera cercado

por la Wehrmacht, como también para no exponerse a nuevas derrotas

humillantes y así ganar tiempo en la espera de que Estados Unidos comenzara su

intervención junto a los británicos como señalaría el General von Bock 111. Los

tiempos estaban cambiando y el Ejército Rojo se estaba alejando del tipo de

guerra que había empleado, de una forma antieconómica y despiadada.

110 Bellamy, op. cit. p. 534111 Ibíd. p. 535




2.5.4. Operación Azul, la guerra en el Cáucaso.

Con la entrada de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial y la

declaración de Franklin D. Roosevelt de «Europa Primero»112 , Hitler puso como

principal objetivo hacerse con el control total de los yacimientos petrolíferos del

Cáucaso y la costa del mar Caspio. Maikop, Grozni y Bakú eran ciudades

petrolíferas importantes que se debían controlar. Apoderarse del petróleo del

Cáucaso no solo suponía un enorme beneficio para la movilidad de la Wehrmacht

en su plan de dominio global, sino que significaría además un duro revés para la

Unión Soviética, que podría ver imposibilitada su capacidad de continuar con la

guerra. Por esta razón, el Cáucaso era de vital importancia para ambos

contendores y los soviéticos iban a luchar con uñas y dientes para defender y

proteger su petróleo. En abril de 1942 Hitler expuso su plan para el verano delmismo año, que concentraría los esfuerzos en el sur. Se debía acabar con la

resistencia soviética, capturar la ciudad de Stalingrado a modo de asegurar el

flanco norte —o izquierdo— de las fuerzas que irían a la captura del Cáucaso.

Stalin en cambio, aún insistía en que la nueva ofensiva alemana se dirigiría hacia

Moscú, por lo que dispuso mayor cantidad de divisiones en el norte. El 19 de junio

de 1942, Stalin recibió la noticia que podría haber significado un golpe de suerte

de haber sido tomado en cuenta. El comandante Reichel, jefe del Estado Mayor de

la 23° División Panzer, mientras realizaba un vuelo de reconocimiento que

sobrevolaba la zona donde su división debía desplegarse en Bélgorod, fue

derribado, cayendo en zona enemiga. Reichel llevaba consigo mapas y órdenes

respecto a la Operación Azul I, con detallada información sobre el despliegue que

haría el Grupo de Ejércitos Sur hacia el Cáucaso. Stalin desaprovechó este golpe

de suerte y desestimó la información que llevaba Reichel, al considerar que no se

trataba más que de un engaño por parte de la Wehrmacht. Era de la idea que algo

demasiado bueno no podía ser cierto. Otros informes de la inteligencia soviética

daban cuenta de la intención de Hitler de apoderarse del Cáucaso, pero Stalin

como ya había demostrado en exceso, era testarudo y siguió insistiendo en que el

objetivo primario de los alemanes sería Moscú y que de concretarse un ataque

112 Ibíd. p. 502






capital de Chechenia— y apoderarse de los campos petrolíferos, de los que Hitler

diría «Si no tomamos Maikop y Grozny, tendré que ponerle fin a la guerra»115 .

Pese a que las tropas alemanas conquistaron buena parte del Cáucaso, habían

sufrido problemas de suministros y sus tanques no tenían el combustible suficiente

para seguir con el avance. Cuando llegaron a Maikop el 9 de agosto de 1942, los

campos de petróleo habían sido incendiados por los soviéticos, prefiriendo quemar

el petróleo antes que dejarlo en manos de los alemanes. Los campos de Baku

tampoco fueron conquistados, las divisiones Panzer quedaron sin combustible

para continuar el avance. El objetivo de apoderarse de los campos petrolíferos del

Cáucaso, había fracasado, fracaso que presagiaba uno aun mayor, en

Stalingrado. 116

115 Beevor, La Segunda… op. cit. p.633116 Bellamy, op. cit. pp. 590-592




[Mapa N°5] Operación Azul en el Cáucaso y avance hacia Stalingrado. Junio-

Noviembre de 1942.117

2.6. Stalingrado, el infierno bajo cero. La Guerra Absoluta en su máxima

expresión.

La ciudad de Stalingrado —antes de 1925 llamada Tsaritsin y desde 1961

Volgogrado— se extendía 50 kilómetros a lo largo de la orilla occidental del Volga

y el centro de la ciudad se extendía a lo largo de 20. Una ciudad larga, pero





angosta, con apenas 4 kilómetros de ancho en algunos sectores. Se encuentra en

la llanura entre el río Don hacia el oeste y el Volga. La orilla occidental del Volga

es mucho más alta que la de oriente, y en algunas zonas el río tiene varios

kilómetros de ancho, posibilitando la navegación. Sus aguas por lo general poseen

un color gris plateado, pero en algunos sectores toma el color de tonos amarillos

por el suelo arcilloso. De ahí viene el nombre Tsaritsin, que proviene del tártaro

Sari-su, «río amarillo». Desde el sector occidental de Stalingrado, el río Tsaritsa

atraviesa la ciudad, desembocando en el Volga, siendo uno de sus tantos

afluentes118. El río Volga era y es el río más importante para Rusia, no solo por su

longitud de 3700 kilómetros —el más largo de Europa— sino que posee un valor

simbólico, lleno de mística arraigada en la cultura popular. Cientos de cuadros,

poemas y canciones hacen referencia a este río, siendo la más emblemática «Ey,Ukhnem!» ( Hey, tirad!), conocida como «El Canto de los remeros del Volga», una

hermosa Saloma —canto marinero— que cantaban los remolcadores y tiradores

de barcazas del Volga en el siglo XIX, que entre sus tantos intérpretes, la de

Leonid Kharitonov con el coro del Ejército Rojo es la más emocionante. Esta

canción refleja la mística del Volga en el alma de los rusos, sobre todo en una de

sus estrofas «Ekh, ty, Volga, Mat’ -reka, shiroka i gluboka» (Tú, Volga, nuestro río y

madre, inmenso y profundo).

En 1918, en plena Revolución Rusa, Stalin y Voroshilov al mando del

Ejército Rojo de Tsaritsin, recibieron tres ataques por parte de la Guardia Blanca,

que terminó en victoria para el Ejército Rojo en febrero de 1919. Después de la

Guerra Civil Rusa, en 1925 la ciudad pasó a llamarse Stalingrado, ya que los

bolcheviques declararon a Stalin como salvador de la ciudad y de la revolución. De

ahí en adelante la ciudad experimentó un rápido crecimiento sobre todo en el

plano industrial, lo que aumentó su población llegando a 525.000 habitantes en

1942. Stalingrado era un símbolo del progreso socialista. En la zona sur de la

ciudad, se encontraba la estación de clasificación ferroviaria, edificios de

apartamentos, los silos de grano y el enorme «elevador de granos» cerca de la

118 Bellamy, op. cit. 593




estación N°2, donde se libraron feroces batallas. El norte de la ciudad era la zona

administrativa, donde también se ubicaba la plaza Roja, la estación de ferrocarril

N°1 —un nombre original para la estación principal—, bloques de apartamento, la

planta de energía eléctrica, una gigantesca panadería, una refinería de petróleo y

una cantera, ambas a orillas del Volga. En el norte además se encontraba una

importante zona industrial, en el sector de Mamáyev Kurgán, donde se encontraba

la fundición de acero, la fábrica de armas Barrikady (Barricadas), la fábrica de

tractores —donde también se hacían chasis para tanques— Dzerzhinski y la

fundición Krasni Oktiabr (Octubre Rojo). Las instalaciones de la fábrica de armas,

la de tractores y la fundición Krasny Oktiabr, formaban un complejo industrial

gigantesco, cada una de 1 kilómetro de extensión en promedio y entre 500 y 1000

metros de ancho. Todas conectadas por una red de túneles subterráneos, conlíneas telefónicas seguras pasando por ellos, convirtiendo al complejo industrial en

una potente fortaleza. Los trabajadores de las fábricas, acostumbrados a fabricar

armas, tenían un profundo conocimiento en ellas y cuando tuvieron que

convertirse en milicia, se volvieron excelentes soldados.119

2.6.1. El avance del 6° Ejército de Paulus.

El 6° Ejército alemán bajo el mando de Friedrich Paulus, se batía con las

fuerzas soviéticas en la zona cercana al río Don. El 23 de julio ya había logradollegar hasta el recodo del Don, cuando Hitler le ordenó que intentara tomar

Stalingrado con un ataque sorpresa que resultó imposible. Los ejércitos LXII y

LXIV del Ejército Rojo resistieron y estancaron el avance de Paulus en el Don. El

avance del 6° Ejército se detuvo y hubo un periodo de calma, mientras se

esperaba la llegada del IV Ejército Panzer de Hoth —Hitler indirectamente

reconoció su error y mandó de vuelta a Hoth para apoyar a Paulus—, que venía

desde el sur, además necesitaba reabastecerse de combustible y munición. El 7

de agosto se retomó la ofensiva en dirección a Stalingrado, días cruciales se

habían perdido y el factor sorpresa no era posible. Cuando comenzó el avance, el

6° Ejército encontró poca resistencia, en ocasiones el avance se encontró con el

vacío, el Ejército Rojo se había replegado abandonando a la población civil. Una

119 Ibíd. pp. 596-598




enfermera del Ejército Rojo, María Rokhlina relata la sensación de abandonar a

los civiles en la ruta a Stalingrado;

«Si, tuvimos que escapar de las ciudades y pueblos. Mucha gente vino con

nosotros. Los que se quedaron atrás nos lo reprochaban y decían “¿Cómo pueden hacerlo? ¡Es una vergüenza! ” Y si, estábamos avergonzados. Por

eso intentábamos evitar ciudades y pueblos para no tener que enfrentarnos

a la gente que tenía que quedarse atrás. Les abandonamos.»120

El mando de la defensa soviética había recaído en el General Yeremenko,

que estaba recuperándose de sus heridas en el hospital cuando fue notificado que

debía presentarse en el Kremlin. Stalin le informó que había decidido dividir en dos

el Frente de Stalingrado, un Frente al norte y el otro al sudeste, con el fin deprevenir un ataque envolvente. A Yeremenko se le asignó el Frente Sudeste y

Stalin le ordenó que volara al día siguiente hacia Stalingrado. La mañana del 4 de

agosto fue recibido en el aeropuerto por el comisario del Consejo Militar,

encargado de supervisar el Departamento Político del Frente, como también el

adoctrinamiento, propaganda, y bienestar de las tropas. El comisario, un hombre

bajo, un poco rechoncho y extrovertido, no era alguien desconocido en el sur de la

Unión Soviética, ya que había servido junto a Timoshenko en Járkov, era Nikita

Krushchev. Stalingrado quedó dividida en dos, con el río Tsaritsin que pasaba por

el medio de la ciudad como línea demarcatoria entre el sector norte bajo el mando

del General Gordov y el sur a cargo de Yeremenko.121

El 23 de agosto, el 6° Ejército alcanzó la orilla del Volga al norte de

Stalingrado. Las tropas del 6° Ejército quedaron maravilladas ante la vista de

aquel gran río, y parados en su orilla occidental —que es más elevada— miraban

hacia la otra orilla, estaban parados en Europa y al otro lado del río estaba Asia. El

mismo día de la llegada al Volga, el General Wolfram von Richthofen —primo del

legendario Manfred von Richthofen, el Barón Rojo— comandante de la IV Luftflotte

da la orden de bombardear Stalingrado. En el sector de Mamáyev Kurgán, la

120 “Stalingrad. 1942-1943”, op. cit. cap. 1 “El Ataque”121 Jukes, Geoffrey: “Stalingrado, la batalla decisiva”. Ed. San Martín. Madrid, 1980. p. 57




gente disfrutaba del verano y no hicieron caso a las advertencias por megáfonos

de que se acercaba una flota aérea en formación de ataque. La gente comenzó a

buscar refugio cuando se sintieron los primeros estallidos de los cañones

antiaéreos, que poco pudieron hacer contra los 1.200 aviones que envió Wolfram

von Richthofen, Stukas, Ju-88 y Heinkel HE-111 lanzaron 1000 toneladas de

bombas en solo dos días. La población de Stalingrado se había aumentado en los

últimos meses por los miles de refugiados que llegaban desde las otras ciudades

invadidas por la Wehrmacht, de los 525.000, la población había aumentado a lo

menos a 600.000, el bombardeo cobró la vida de 40.000 personas e hirieron a

otras 150.000. El calor del verano ascendía a 38°C en las estepas, pero el

bombardeo aumentó aún más la temperatura. Cuando las bombas alcanzaron las

refinerías de petróleo, elevaron a más de 100 metros las lenguas de fuego,causando incendios gigantescos en casi toda la ciudad, las llamas eran visibles

incluso a 200 kilómetros en las increíbles planicies.122

Mientras las tropas alemanas se deleitaban con la vista del Volga, fueron

atacadas por una batería de artillería antiaérea, a la que respondieron

rápidamente con un contundente ataque. Para sorpresa y horror de los soldados

alemanes, quienes operaban los cañones antiaéreos eran mujeres. Las tropas del

6° Ejército estaban notando que los soviéticos estaban desplegando todas lasfuerzas posibles para defender Stalingrado. La participación de las mujeres ya se

había visto en las batallas anteriores, pero en Stalingrado la participación aumentó

mucho más. Raisa Galchenko era una de las mujeres movilizadas para la defensa

de Stalingrado y que formaba parte de la artillería antiaérea, sesenta años

después recuerda como era la movilización de mujeres;

«Entonces llegó aquel llamamiento, un llamamiento para los soldados. No

hay lugar para nosotros al otro lado del Volga. Ya sabíamos antes quenunca cruzaríamos el Volga ni tampoco nos rendiríamos. No tenían que





convencernos. Sabíamos que era el único modo. Sabíamos que estábamos

defendiendo nuestro país y, lo más importante, nuestra ciudad.»123

Con la llegada del 6° Ejército al Volga, se comenzó a movilizar a los

trabajadores y ciudadanos en milicias. Todas las fábricas se convirtieron enfortalezas. El 25 de agosto se declaró el estado de sitio, la ciudad ya se estaba

preparando para la inminente llegada de los soldados alemanes. La 10° División

de fusileros del NKVD organizó a las milicias de obreros de las fábricas y mandó a

que atacaran a la 16° División Panzer. Los milicianos marcharon con un grupo

armado del Komsomol (Juventudes Comunistas) en la retaguardia. El propósito

del Komsomol, que estaba provisto de armas automáticas, era impedir todo tipo de

retirada por parte de los milicianos, ametrallando a todo el que lo intentara. Como

era de esperar, el ataque de los milicianos falló rotundamente124. El LXII Ejército

soviético al mando de Lopatin, había intentado atacar a las tropas alemanas al

norte de Stalingrado, con el fin de impedir su llegada, pero fracasó. El General

Zhukov, que en esos momentos estaba al oeste de Moscú, preparando la

contraofensiva para lo que la Stavka y Stalin pensaba que sería el principal ataque

alemán, fue llamado a Moscú. Stalin estaba preocupado por la grave situación en

el sur. Después de analizar la situación, Zhukov ordenó que se realizara un ataque

cuanto antes, el 5 de septiembre, pero se pospuso por una semana, pero nolograron detener el avance alemán que ya estaba en marcha hacia Stalingrado.125

El 13 de septiembre en la mañana, los alemanes lanzaron un ataque aéreo

y de artillería, con un apoyo considerable de bombarderos en picado Stukas. El

mismo día del ataque, un general soviético llegaba a Stalingrado en reemplazo de

Lopatin, que había sido relevado del mando del LXII Ejército por su conducta

pesimista. El General de reemplazo era un hombre con el rostro curtido y

endurecido, de rasgos fuertes, con cicatrices que evidenciaban peleas callejerasen la juventud. Incluso para los estándares soviéticos, se le consideraba un tanto

tosco, su nombre era Vasili Chuikov, en ese entonces de 42 años. Era famoso por

123 “Stalingrad. 1942-1943” op. cit. cap. 1 “El Ataque”124 Beevor, La Segunda… op. cit. pp. 686-687125 Bellamy, op. cit. p. 599




golpear con un bastón a los oficiales que no realizaran bien sus tareas, tal cual lo

hacían los centuriones romanos 2000 años antes. A pesar que estas

características para algunos se considerarían «defectos», Chuikov era el hombre

ideal para la defensa de Stalingrado. Los soldados alemanes se acercaron a la

ciudad después de los bombardeos, la pesadilla para Stalingrado apenas

comenzaba. El primer contacto entre la población civil y los soldados alemanes no

fue del todo desagradable, como recuerda Boris Stepanov, que en aquellos años

era apenas un niño; «Vi algunos hombres atractivos marchando hacia la ciudad.

Parecían atletas olímpicos. Andaban con la cabeza alta y no tenían cuernos

demoniacos, como los niños, e incluso yo habíamos imaginado. Tenían buen

aspecto y eran bastante agradables la verdad.»126 Las tropas llegaron a

Stalingrado con la idea de acabar con los focos de resistencia que quedaran,pensando que solo tendrían que estar un par de días limpiando las calles de

soldados rusos que habían sobrevivido a los bombardeos. Pero la batalla recién

iniciaba y la resistencia en Stalingrado estaba lejos de ser pequeños focos. Las

tropas alemanas comenzaron a enfrentarse en un tipo de guerra al que no estaban

preparados, el combate urbano. Stalingrado era una jungla de escombros, cada

edificio, cada casa y cada rincón era un peligro y los disparos podían provenir

desde cualquier parte.

126 Ibídem.




[Imagen N°9] Soldados alemanes avanzando en los distritos exteriores de Stalingrado.Septiembre-octubre de 1942.127

127 http://www.infobae.com/2014/09/30/1598428-stalingrado-la-batalla-que-decidio-la-segunda-guerra-

mundial




[Imagen N°10] Stalingrado después de los bombardeos de septiembre de 1942.128

128 http://waralbum.ru/31611/




2.6.2. «Ni un paso atrás». La orden N°227

Las sucesivas derrotas en 1941 habían creado un caos en el Ejército Rojo,

que en pocos meses había perdido más de 4 millones de combatientes. Stalin,

haciendo honor a su seudónimo «Hecho de Acero»129 tomó medidas frías y

despiadadas. El 28 de julio de 1942, después del desastre de Járkov, se dictó la

orden N°227, conocida como «ni un paso atrás», todos los cobardes y desertores

serían ejecutados. La orden pretendía imponer la disciplina y evitar las retiradas

en el campo de batalla, obligando a los soldados a luchar a toda costa. Sin

embargo, la orden no presentó ninguna novedad para los soldados rusos, solo

venía a reafirmar lo que se venía haciendo desde un principio, donde los que eran

considerados desertores y cobardes eran candidatos ideales para ser fusilados.

Desde 1941 que las familias de los «cobardes» y desertores eran afectadas porrepresalias, algunas eran deportadas a campos de trabajos forzados y las menos

afortunadas podían ser ejecutadas. Aun así, la orden fue un trago amargo para los

soldados rusos en el frente de batalla, sobre todos los que luchaban en el sur, que

en más de una ocasión habían visto a compañeros o a ellos mismos ser tratados

de cobardes y desertores, cuando en realidad solo estaban agotados por el

exceso de cansancio.130

Después del fracaso en Moscú, la Wehrmacht tomó medidas para volver aimponer la disciplina en sus desmoralizadas tropas. Los casos de deserción,

desobediencia, alborotadores, derrotistas y «cobardes», entre otros, eran tratados

en consejos de guerra, pero tras la retirada de Moscú, los casos fueron

aumentando. Para evitar los tediosos consejos de guerra, se formaron más de un

centenar de compañías de castigo y unos diez batallones de castigo compuestos

por oficiales caídos en desgracia. Los Strafbataillon habían sido creados en 1935

como unidades de reeducación para los soldados indisciplinados, pero habían

desaparecido con el inicio de la Segunda Guerra Mundial. A los hombres que

conformaban estas compañías y batallones, se les asignaban tareas

129 Stalin era el seudónimo de Iósif Vissariónovich Dzhugashvili. Stalin deriva de la palabra rusa «Stal», que

significa acero y el sufijo posesivo personal «in». Al igual que Vladimir Ilich Uliánov, que es más conocido por

su seudónimo Lenin. (N. de los AA.)130 Merridale, Catherine: “La guerra de los ivanes”. Ed. Debate. España, 2007. pp. 245-246




desagradables, como recuperar los cadáveres de los campos de batalla y

enterrarlos —o quemarlos—, al igual que misiones arriesgadas, como desactivar

minas y explosivos en los campos y caminos, defender posiciones atacadas por

enemigos numerosos o sabotaje tras líneas enemigas, pero en general, eran

utilizados como carne de cañón, provistos con armamento obsoleto o dado de

baja. En ocasiones, no se les daba ningún armamento. Con el tiempo, las filas de

los batallones y compañías de castigo, fueron engrosadas no solo con soldados

condenados, sino que también con civiles «indeseados», políticos opositores,

criminales presidiarios, homosexuales, prisioneros de guerra soviéticos, etc.131

Para la mente fría de Stalin, estas medidas eran ejemplares y dignas de

imitar, por lo tanto la creación de compañías y batallones de castigo también

fueron incluidas en la Orden N°227. Las unidades de castigo soviéticas eran

similares a las alemanas, con algunas pequeñas diferencias. Los batallones,

compuestos por 800 hombres en promedio, eran formados solo por oficiales y

estaban a disposición del comandante del Frente al que estaban adscritos. Las

compañías de castigo, formadas por soldados de tropa, sargentos y suboficiales,

estaban a disposición del comandante de un Ejército. Las unidades de castigo

soviéticas no fueron muy numerosas y se consideraban un bien escaso. Al igual

que sus similares en la Wehrmacht, eran utilizadas en misiones peligrosas, sobretodo como carne de cañón132. Los derrotistas, cobardes y desertores tendrían su

oportunidad «de expiar sus crímenes contra la Madre Patria con su propia

sangre», recuperarían su honor y salvarían a sus familias de la vergüenza. La

Orden de «ni un paso atrás» también establecía nuevas normas para la creación

de «Unidades de Bloqueo», formadas por tropas regulares, cuyo fin era estar

estacionadas en la retaguardia de las unidades consideradas poco fiables y abrir

fuego contra ellas en caso de que se retiraran del campo de batalla. En

Stalingrado la orden de «ni un paso atrás» se llevó a cabo con total decisión y

desde que se iniciaron los combates, los soldados rusos caían tanto por balas

131 Bellamy, op. cit. pp. 559-560132 Ibídem.




alemanas, como por balas soviéticas133. Algunos oficiales soviéticos,

principalmente los comisarios políticos, se tomaron demasiado en serio la orden,

abusando excesivamente de su poder sobre la vida de sus soldados. Un ejemplo

de esta cruel forma de imponer la disciplina, la da Iván Sledin, veterano del

Ejército Rojo que combatió en Stalingrado;

«La vida no tenía el más mínimo valor en el frente. Un día estabas junto a

un amigo y al siguiente tenías que enterrarlo. Tras un ataque especialmente

feroz, sólo 10 de nuestros 120 hombres seguían vivos. […] Un día

necesitábamos urgentemente un mensajero para que fuera al frente. Un

comisario entró en el refugio y le dijo a un soldado “Tú, vístete y sal fuera.”

El hombre acababa de volver de hacer guardia y se acababa de quitar el

abrigo. “No, yo no voy”, dijo. “¿Qué has dicho?, gritó el comisario. “He dicho

que ahora no voy a ninguna parte” “¿Qué has dicho?, ¡sal fuera conmigo!”.

Los dos hombres salieron y el comisario sacó su pistola, una parabellum

alemana y dijo “¿Vas a ir ahora?”, “No, no voy”. “He dicho que vayas”, “No,

no voy”. El comisario disparó sobre su cabeza, pero el soldado seguí a

diciendo, “Yo no voy” era un hombre bastante mayor. Estaba exhausto y no

le quedaban fuerzas. El soldado dijo: “Ahora no puedo ir a ninguna parte.

Acabo de volver de la guardia. Estoy muy cansado, no puedo más.” Así que

el comisario le disparó por no obedecer una orden. Luego regresó al

refugio, dijo “Salgan, caven un hoyo y entiérrenlo.” Y eso fue lo que tuvimos

que hacer.»134

2.6.3. La «Rattenkrieg»

El bombardeo a Stalingrado había causado enormes destrozos, pero cada

edificio a medio destruir, se transformó en una fortaleza para cualquier grupo de

soldados que pudieran ocuparlo. Cada calle, cada esquina, se tomaba o sedefendía con extrema violencia. La lucha por cada casa, parecía ser una lucha por

una nación completa, ningún bando cedía un centímetro de terreno sin luchar

salvajemente. En los edificios que aún estaban en pie, mientras un grupo de

133 Merridale, op. cit. p. 245134 “Stalingrad. 1942-1943”, op. cit. Cap. 2 “El Kessel”




soldados rusos ocupaba el sótano, otro grupo de soldados alemanes ocupaban el

primer y segundo piso, y en los pisos superiores, otro grupo de soldados rusos

mantenía su posición. Era una batalla salvaje, la artillería y el poder de los

blindados no servían en una guerra urbana, donde se volvía a la lucha cuerpo a

cuerpo como en épocas anteriores. Los soldados rusos habían hecho agujeros en

las paredes de los departamentos de los pisos superiores, sobre todo en los

desvanes. Los soldados alemanes podían tardar todo un día en capturar una calle

y asegurarla poniendo posiciones de bloqueo y defensa a ambos lados de la calle

y edificios. Pero llegada la noche, los rusos se movilizaban de edificio a edificio a

través de los agujeros que habían hecho. Se movían como ratas por las vigas de

los techos, asaltando las posiciones alemanas desde cualquier posición. Los

alemanes no estaban preparados para este tipo de guerra, y comenzaron allamarla Rattenkrieg «Guerra de Ratas».135

El 6° Ejército de Paulus se estaba quedando estancado en las calles de

Stalingrado. La intensidad de los combates se ve reflejada en la captura de la

estación central. El 14 de septiembre los soldados alemanes capturaron la

estación más otras casas de los alrededores, pero tan solo ese día, la estación

cambió de manos a lo menos cinco veces antes del 15 de septiembre. Para el 17

de septiembre, la estación había cambiado de manos trece veces, hasta quefinalmente quedó en manos alemanas. El General Chuikov tenía su cuartel

general en la zona de Mamáyev Kurgán, pero ante los avances alemanes, trasladó

su cuartel a las orillas del Volga, en las cercanías de la fundición Krasni Oktiabr,

desde donde dirigió la mayor parte de la batalla casi hasta su término136. Voronin,

jefe del NKVD en Stalingrado, informó a Beria en Moscú, que los alemanes habían

entrado a Stalingrado y que el NKVD se había unido a las tropas del Ejército Rojo

para combatir a los invasores. Informaba además que los civiles no habían

presentado una conducta anti soviética y que la mayoría habían sido evacuados,

lo cual no era del todo cierto. El 24 de agosto, un día después del terrible ataque

aéreo y estando aún bajo un intenso bombardeo, los civiles comenzaron a ser

135 Bellamy, op. cit. pp. 600-601136 Ibídem.




evacuados hacia el otro lado del Volga en todo lo que pudiera flotar, la mayoría en

pequeños botes a vapor que fueron presas fáciles para los Stukas. Hasta el 10 de

septiembre, a lo menos 300.000 civiles habían sido evacuados, pero aún

quedaban más de 50.000 dentro de la ciudad, en medio de la batalla. La disciplina

rígida — o despiadada— de Chuikov y su determinación por defender Stalingrado

a toda costa, se aplicó al ordenar al coronel Sarayan, al mando de la 10° División

de fusileros del NKVD que ubicara puestos de vigilancia bien armados en todos

los pasos del Volga, para matar a todos los desertores que intentaran escapar.137

Desde el lado táctico, Chuikov había ideado un excelente plan para vencer

a la profesional Wehrmacht. Cuando se produjo la invasión alemana en 1941,

Chuikov se encontraba en China como agregado militar, volviendo a la Unión

Soviética en 1942, entrando en combate en julio del mismo año. En su poco

tiempo en el campo de batalla, Chuikov afirmaba que ya había estudiado y

conocido bastante bien las tácticas de la Wehrmacht. Admiraba la capacidad de

los alemanes para coordinar los ataques de la Luftwaffe, las unidades Panzer y la

infantería. Pero había encontrado un defecto en la Blitzkrieg alemana, toda esta

coordinación perfecta, estaba demasiado elaborada y ensayada, sucediendo

siempre en una secuencia exacta, propia de la precisión alemana. Había notado

que la infantería nunca atacaba sin que antes las unidades Panzer llegaran a losobjetivos y que estos atacaban cuando veían que la Luftwaffe había alcanzado las

posiciones soviéticas. Pese a que en la práctica, esto no era algo tan rígido como

lo exponía Chuikov, si tenía razón en pensar que rompiendo uno de los eslabones

en la cadena táctica de la Wehrmacht, podría vencerla. Lo que más le había

llamado la atención era que los alemanes evitaban el enfrentamiento cuerpo a

cuerpo, disparando siempre desde lejos —y con buena puntería—, mostrando su

aversión por el combate cercano. Chuikov sacaría provecho de esto, para poder

enfrentarlos tenía que mantener a sus tropas lo más cerca posible a las alemanas,

así anularían el poderío aéreo de la Luftwaffe, que tendría serias dificultades a la

hora de discriminar que objetivos atacar, corriendo el riesgo de bombardear a sus

propios camaradas. Más tarde Chuikov diría a sus tropas «Cada soldado alemán

137 Beevor, La Segunda… op.cit. p. 690




debe sentirse como si viviera bajo la amenaza del cañón de un arma rusa»138.

Hans-Ulrich Rudel, piloto de Stuka y el combatiente más altamente condecorado

por el III Reich, en sus memorias escribe la dificultad que representaba para los

pilotos la Rattenkrieg en las calles de Stalingrado;

«Tienen lugar sangrientos combates por la posesión de un grupo de casas

destruidas, por una cueva, por una tapia… Debemos soltar nuestras

bombas con precisión matemática, ya que a pocos metros más allá, en otra

cueva, detrás de otro muro, se encuentran nuestros propios soldados.»139

El sur y norte de Stalingrado ya estaban en manos alemanas, pero el centro

de la ciudad seguía resistiendo y los soldados alemanes no podían zafarse del

combate cuerpo a cuerpo. Poco a poco el 6° Ejército se fue apoderando de casitoda la ciudad, pero los pequeños sectores en manos soviéticas a orillas del Volga

resistían de una forma casi inhumana. Desde la orilla oriental, los transbordadores

jugaron un papel esencial y se mantuvieron en constante movimiento sin descanso

a pesar de estar constantemente bajo el bombardeo de los Stukas, transportando

suministros, munición, armamento, alimento, el infaltable vodka y lo más

importante, tropas frescas.

La batalla de Stalingrado se había transformado en una bacanal de odio, nosolo las calles y edificios eran destruidos, los valores de la civilización se

derrumbaban con cada ladrillo que era partido por impactos de bala. No solo la

carne de los soldados estaba siendo desgarrada, también sus espíritus, los casos

de humanidad eran muy escasos, mientras que la violencia aumentaba a cada

momento. Alexandr Razisky, veterano del Ejército Rojo, da cuenta de los violentos

enfrentamientos que se daban cada día en los edificios de Stalingrado;

«Los más fuertes podían lanzar las granadas a una altura de 10 o 15metros. Explotaban. Luego los alemanes abrían fuego y tenían buena

puntería. […] El comandante de nuestra compañía dio la orden. “Revisen

con cuidado las habitaciones del primer piso. Justo en el centro. Intenten

138 Jukes, op. cit. pp. 83-84139 Rudel, Hans-Ulrich: “Piloto de Stukas”. Ed. Acervo. Barcelona, 1994. p. 83




sacarlos fuera primero con las granadas. Si saltan por las ventanas, los

mataremos aquí abajo.” Pero eran testarudos seguían disparando. Luego

otra granada y otra. Al final sólo quedaba un alemán disparando y no nos

dejaba entrar. Aparecieron unos temerarios. Se arrastraron hacia el edificio

y los vimos disparar desde el patio. Luego se hizo la calma. Era nuestro

turno. No tomábamos prisioneros en casos como aquel. No había un

“Hände hoch” [arriba las manos en alemán]. Pero los alemanes dispararon y

les pagamos con la misma moneda.” 140

El 28 de septiembre de 1942 se inició uno de los combates más

emblemáticos de la Rattenkrieg en Stalingrado. El sargento Yákob Pávlov, del 42°

Regimiento, al mando de una reducida compañía de 23 soldados —una compañía

normal tenía mínimo 120 hombres— ocuparon un edificio de cuatro plantas,

cercano a la orilla del Volga, en el sector centro norte de la ciudad. El edificio, que

sería llamado «Casa de Pávlov», se convirtió en una pequeña fortaleza, que

cubría todas las vías de acceso. Pávlov estuvo al mando oficialmente sólo tres

días, cuando fue relevado por un teniente de apellido Afanásiev. Pero el oficial fue

herido en los primeros ataques alemanes y Pávlov nuevamente lideró a la

compañía, ejecutando las órdenes que daba el herido teniente. En la casa de

Pávlov habitaban muchas mujeres, niños y ancianos, que contando a los soldadosque iban llegando como refuerzo, más los que pasaban esporádicamente por el

edificio —exploradores, francotiradores y centinelas— estuvo ocupada por

alrededor de 60 personas. La resistencia en la pequeña fortaleza duró 59 días,

todos los ataques alemanes eran repelidos141. Es digno de destacar la tenacidad

de los defensores de la «Casa de Pávlov», si consideramos que con menos de

medio centenar de soldados, defendieron su posición por dos meses. Francia y

Polonia habían caído en menos tiempo. La pequeña fortaleza finalmente fue

destruida en la batalla, pero en la posguerra fue reconstruida y hoy es un

monumento en homenaje a los soldados soviéticos que resistieron en la defensa

de Stalingrado.

140 “Stalingrad. 1942-1943”. op. cit. Cap. 1 “El Ataque” 141 Bellamy, La Segunda… op. cit. p. 602




[Imagen N°11] Soldados soviéticos luchando entre las ruinas de Stalingrado.142

2.6.4. El peligro invisible. Francotiradores y francotiradoras.

Los escombros de Stalingrado eran los escondites perfectos para los

francotiradores, que con paciencia y determinación, causaban estragos en las

tropas alemanas. Los tiradores de elite del Ejército Rojo, se habían convertido en

guerreros de culto para la propaganda soviética, sobre todo porque sus principales

objetivos eran oficiales alemanes, observadores de artillería, médicos y soldados

que transportaran munición, alimento o líneas telefónicas. El culto a estos

tiradores llegó a tal punto, que el 10 de noviembre se ordenó que cuando un

francotirador lograra 40 víctimas confirmadas, se le concedería la medalla al valory el título de «francotirador noble». Como ya hemos dicho, las mujeres

desempeñaron un papel admirable contra los invasores, sirviendo en distintas

labores, desde observadoras de aviones enemigos, a francotiradoras. Pese a ser

142 http://s262.photobucket.com/user/csbaxter/media/battle_stalingrad76.jpg.html




hombres de carácter rudo, Chuikov y Yeremenko manifestaron su total

admiración por la labor femenina. En el caso de Chuikov, dedicaría un capítulo

completo al rol de las mujeres en su libro sobre la batalla de Stalingrado y

Yeremenko diría sobre ellas que no había «ninguna especialidad militar que

nuestras valientes mujeres no pudieran asumir con el mismo éxito que sus

hermanos, maridos y padres.»143

La muerte acechaba en cada esquina y los soldados alemanes comenzaron

a caminar cada vez más encorvados para no asomar la cabeza más de la cuenta.

Entre las tropas alemanas corría todo tipo de rumor sobre los francotiradores, que

eran cazadores de Siberia, que eran capaces de dispararle a una moneda a más

de 100 metros, etc. La mayoría de los rumores eran ciertos. Entre los

francotiradores más famosos, había un tal Zikan —su nombre no figura en las

fuentes— que había acumulado 224 muertes alemanas. Entre las mujeres estaba

Lyudmila Pavlichenko, que había luchado heroicamente en Sebastopol,

acumulando 309 muertos y retirada del frente después de ser herida semanas

antes de iniciada la batalla de Stalingrado. Pero su ejemplo sirvió para que

muchas mujeres quisieran enrolarse en el servicio de francotiradores. Las mujeres

eran ideales para esta labor, que requería buena vista, respiración pausada y una

capacidad extrema para permanecer inmóvil a pesar del frío, características quelas mujeres poseen mucho mejor que los hombres. La francotiradora más famosa

en Stalingrado, fue Tania Chernova, de 20 años en ese entonces, que había

luchado junto a los partisanos en Bielorrusia y Ucrania. Llegó a Stalingrado el 24

de septiembre, adscrita a la 284° División Siberiana. En la misma división estaba

Vasili Záitsev, que había llegado a Stalingrado el 20 de septiembre. Vasili Záitsev

se convertiría en el francotirador más famoso de la Unión Soviética. La experticia

de Záitsev según la prensa soviética, había logrado que acumulara 40 muertos en

diez días y que para el 7 de noviembre ya contara con 149. Si bien no era el mejor

francotirador de la Unión Soviética respecto al número de aciertos, era el más

famoso ya que sus víctimas en su mayoría eran oficiales. En plena batalla en

Stalingrado, se había formado una escuela para francotiradores en las cercanías





de la fábrica Krasni Oktiabr, donde Tania Chernova sería una de sus treinta

alumnos y Vasili Záitsev uno de los instructores. Fuentes no oficiales aseguran

que Záitsev y Chernova fueron amantes. Tanto esta historia «romántica» como la

del supuesto duelo de francotiradores entre Záitsev y el Mayor Köning —un

aristócrata director de una escuela de francotiradores alemanes— no aparecen en

los reportes soviéticos y la única fuente que la sustenta, es el libro La Batalla de

Stalingrado de William Craig, donde entrevistó a Tania Chernova144. Esta historia

—verdadera en parte— sirvió de base para la película hollywoodense «Enemy at

the Gates» (Enemigo al acecho).

Con tres meses de servicio como francotiradora, Tania Chernova que ya

había acumulado 80 víctimas, terminó su servicio cuando en medio de una misión,

otra francotiradora pisó accidentalmente una mina que la dejó con heridas leves,

pero a Chernova la dejó gravemente herida en el estómago. Mientras era

evacuada a la otra orilla del Volga junto a otros heridos, no dejaba de maldecir a la

«vaca estúpida» que pisó la mina. Fue retirada del servicio por el resto de la

guerra145. Los blancos de los francotiradores no solo fueron soldados alemanes,

también dispararon a civiles soviéticos. Ante el peligro constante, los soldados

alemanes pedían a los niños huérfanos que les llenaran las cantimploras en las

orillas del Volga a cambio de un simple trozo de pan. Por orden de Stalin, losciviles que cooperaran con el «invasor fascista», debían ser ejecutados en el acto,

sin importar que estuvieran presionados a cooperar. Esta orden criminal se aplicó

y todos los niños, en su mayoría huérfanos, que cooperaron con las tropas

alemanas, fueron asesinados. Para evitar que esta brutalidad se siguiera

cometiendo, los niños huérfanos que anduvieran deambulando por las calles en

busca de comida, eran llevados a los cuarteles del Ejército Rojo para que sirvieran

como mensajeros, lustrabotas, espías y exploradores. Los más pequeños,

menores de 6 o 5 años, solo eran resguardados en los cuarteles.146

144 Ibíd. pp. 609-610145 Ibíd. p. 611146 Beevor, Antony: “Stalingrado”. Ed. Crítica. Barcelona, 2000. p. 226




[Imagen N°12] Francotiradores Soviéticos en los escombros de una casa. Stalingrado,

octubre de 1942.147

2.6.5. El «Kessel». Operación Urano.

A finales de octubre, las temperaturas en Stalingrado comenzaron a bajar,

pero el invierno aún no empezaba. Los soviéticos solo poseían pequeñas franjas

de tierra en la orilla occidental del Volga, pero eran suficientes para mantener con

tenacidad la resistencia, que impedía una y otra vez los intentos alemanes por

controlar la totalidad de Stalingrado. Las tropas que día a día perdía el Ejército

Rojo, eran reemplazadas por el constante flujo de refuerzos desde la otra orilla del

Volga, mientras que las bajas alemanas no eran reemplazadas. Lejos de posibles

bombardeos, la artillería rusa disparaba desde la otra orilla del Volga, rompiendo

toda formación alemana que intentara realizar un ataque hacia las cabezas de

147 http://laguerramasgrande.blogspot.cl/2009/07/operacion-barbarroja.html




puente. La única artillería soviética en Stalingrado, eran los camiones

lanzacohetes «Katyusha» (diminutivo de Katia), nombrados así en honor a la

canción más famosa entre las tropas rusas, sobre una joven —Katyusha— que

promete mantener su amor por su novio que está en el frente. Los violentos

combates librados desde septiembre mantenían desgastados a los soldados de

ambos bandos. Para los soldados alemanes, Stalingrado era un infierno, el

combate urbano era lo peor que habían tenido que enfrentar hasta el momento,

pero algo aún más terrible se aproximaba.

Los ataques alemanes habían disminuido a causa de las terribles bajas en

las últimas semanas, pero Hitler a comienzos de noviembre exigió que se realizara

un ataque masivo sobre las posiciones soviéticas para terminar con la batalla

antes de que comenzara la temporada de nieve. Esta exigencia llegó a tropas que

ya estaban totalmente desmoralizadas, sufriendo la caída repentina de las

temperaturas y sobreviviendo con raciones mínimas de alimento a causa de los

problemas de suministros. El 8 de noviembre, como era tradicional para los nazis,

pronunció un discurso en el «Bürgerbraükeller» de Münich, la cervecería donde

cada año conmemoraban el Putsch de 1923 en la misma ciudad. En el discurso, la

fanfarronería de Hitler se hizo presente; «Quería llegar al Volga en un punto

específico. En una ciudad específica que por casualidad lleva el nombre de Stalin.Pero no piensen que es por eso por lo que he marchado sobre ella. Podría

haberse llamado de cualquier forma. […] Lo hemos conseguido, ya ven. Aún

quedan un par de puntos pequeños. Ya no puede subir ningún barco por el Volga,

es lo más importante.»148 Nada más alejado de la realidad. Los Generales,

oficiales y soldados del 6° Ejército que escucharon este discurso retransmitido a

través de radio Berlín, no daban crédito a estas palabras. Los pequeños puntos a

los que se hacía mención en el discurso estaban causando terribles bajas, y por lo

que se desprende de esas palabras, para Hitler la muerte de sus soldados no

podía importarle menos. Ese mismo día 8 de noviembre, las tropas aliadas —

Inglaterra y Estados Unidos principalmente— habían desembarcado en el norte de

África, iniciando la Operación Torch. La Unión Soviética había presionado

148 “Stalingrad. 1942-1943”, op. cit. Cap. 1 “El Ataque”




constantemente a los aliados occidentales para que iniciaran cuanto antes una

gran ofensiva en Europa para abrir un segundo frente y así darles un respiro, ya

que se estaban llevando todo el peso de la guerra contra la Alemania de Hitler. El

Deutsches Afrika Korps —nombre del Cuerpo de Ejércitos de Alemania en

África— había estado luchando contra Inglaterra desde 1941 con éxitos y

fracasos, pero a contar de 1942 debido a las inmensas bajas en Rusia, gran parte

de los recursos materiales y humanos de la Wehrmacht eran desviados al Frente

Oriental. El Mariscal de Campo Erwin Rommel, comandante del Afrika Korps, era

el general más popular en Alemania a la vez que el más querido tanto por las

tropas como por los civiles. Su genio militar y caballerosidad le habían ganado

incluso el respeto y admiración de sus adversarios, pero ya no podía resistir por

mucho tiempo en África. Siempre había estado en inferioridad numérica, pero laentrada de Estados Unidos al conflicto había inclinado demasiado la balanza.

Para el 6° Ejército estaba claro que ya era imposible capturar Stalingrado

con solo un ejército, pero Hitler, por mero orgullo, no permitiría ningún tipo de

retirada estratégica, aunque sea para reponer fuerzas y retomar la ofensiva 149. La

obstinación del dictador estaba condenando a la destrucción a todo un ejército,

más de 250.000 vidas. Para mejorar los problemas de suministros, el cuartel

general del Führer, ordenó que la mayor parte de los 150.000 caballos, bueyes ycamellos del Cáucaso y más la artillería del 6°. Ejército, fueran enviados a la

retaguardia, a unos 160 kilómetros. El propósito logístico de esta orden, era

ahorrar los trenes y transporte de suministros que debían estar constantemente

llevando forraje para los animales y munición para la artillería. El transporte

motorizado y las unidades de reparación también debían ser enviados a la

retaguardia. La decisión no podía estar más equivocada, considerando que las

unidades médicas y de artillería en el 6°. Ejército dependían del transporte tirado

por caballos150. Pero con esta orden, Hitler estaba asegurando que Paulus no

tuviera posibilidad de retirarse de Stalingrado y siguiera combatiendo hasta el

último hombre. Pero la orden más desastrosa fue mandar a Paulos a que enviara

149 Beevor, La segunda… op. cit. pp. 707-708150 Beevor, Stalingrado… op. cit. p. 268




todas las unidades panzer a la ofensiva final contra Stalingrado, utilizando a los

conductores de tanques de la reserva como infantería. Lo peor de esta orden, fue

que Paulus, reconocido por no tener carácter, la obedeció de inmediato.

Posiblemente si Guderian, von Manstein o Rommel hubieran estado en su lugar,

habrían desobedecido la orden como ya lo habían hecho y de forma exitosa,

dejando en evidencia la mediocridad táctica de Hitler.

El 9 de noviembre, un día después del discurso de Führer, el termómetro

había descendido repentinamente a -18°C y el Volga comenzaba a congelarse. El

invierno llegaba antes de lo esperado como el año anterior en Moscú. Los grandes

bloques de hielo que aparecieron en el Volga, dificultaban el transporte de tropas

soviéticas desde la orilla oriental, dando vagas esperanzas a los alemanes para

comenzar una ofensiva. El 11 de noviembre, seis divisiones del 6°. Ejército más 4

batallones de zapadores iniciaron un ataque general a las líneas soviéticas, que

fueron contenidas por contraataques del LXII Ejército de Chuikov. La Stavka

pretendía que Chuikov mantuviera «entretenidos» a los alemanes, mientras

preparaban el ataque definitivo. Desde que los primeros soldados alemanes

llegaron a Stalingrado, Gueorgui Zhúkov y Vasilevsky habían visto la oportunidad

de destruir al 6°. Ejército que estaba atascado en el combate urbano. Mientras se

le enviaban refuerzos suficientes a Chuikov para que mantuviera a los alemanesatrapados, el Ejército Rojo acumulaba una fuerza considerable para lanzar una

gran contraofensiva. Un atributo especial que tenía la Stavka, era mantener en

sumo secreto sus movimientos y acumulación de fuerzas, la gigantesca geografía

de Rusia se lo permitía por lo demás. Los mandos alemanes del OKH y OKW no

preveían ninguna contraofensiva soviética que fuera digna de considerar como

peligro, pensaban que el Ejército Rojo estaba luchando con sus últimas fuerzas y

estaba por caer. Hitler era el que estaba más convencido de eso. Para el 14 de

octubre de 1942, el Alto Mando alemán aseguraba que «En el curso de los últimos

combates los rusos han sido seriamente debilitados y no podrán disponer en el

invierno 1942/43 de fuerzas tan grandes como las que tuvieron el invierno




pasado.»151 Pero al contrario, en el otoño la Stavka había acumulado nuevos

ejércitos y sobre todo divisiones blindadas. La industria soviética se había

trasladado a los montes Urales, lejos de los bombardeos alemanes y habían

cuadruplicado la producción alemana en tanques. Con las nuevas fuerzas que

disponía el Ejército Rojo, se procedió a iniciar una contraofensiva a gran escala

para atrapar al 6°. Ejército, su nombre; Operación Urano.152

El 17 de noviembre Paulus había intentado desesperadamente capturar

todo Stalingrado mediante un ataque definitivo, antes de que el invierno siguiera

avanzando y sus tropas pudieran refugiarse con tranquilidad en las ruinas de

Stalingrado. El día anterior había comenzado a nevar y se previa que se volviera a

repetir el fatal error de Moscú el invierno anterior. El ataque como se esperaba,

fracasó y las tropas alemanas, sobre todo los más jóvenes, estaban en un estado

de salud precario, afectados por el tifus y la disentería, entre otras enfermedades.

La noche del 18 al 19 de noviembre una gran nube trajo gran cantidad de nieve,

acompañada de una espesa niebla helada. Era el presagio de lo que se

aproximaba.153

A las 7:30 del 19 de noviembre a unos 100 kilómetros del flanco norte —o

derecho— de Stalingrado, más de 3500 cañones, obuses, Katyushas y morteros

pesados del Ejército Rojo lanzaron una cortina de fuego sobre el III Ejército

Rumano, ubicado en el flanco norte del 6° Ejército y considerado un punto débil.

La espesa niebla impedía que los observadores alemanes y rumanos lograran ver

lo que se les venía encima. Por 80 minutos la artillería soviética despedazó a las

posiciones rumanas ubicadas en el recodo del Don y una vez que dejaron de

disparar, oleadas de miles de soldados soviéticos con cientos de tanques T-34 y

los gigantescos KV-2 avanzaron sobre lo que quedaba del III Ejército Rumano 154.

El intenso bombardeo había abierto una brecha por donde pasarían decenas dedivisiones de infantería soviética, tres cuerpos blindados y dos de caballería. Las

151 Zhúkov, op. cit. p. 796152 Beevor, op. cit. pp. 709-710153 Bellamy, op. cit. p. 619154 Jukes, op. cit. p. 139




tropas rumanas resistieron de forma digna y rechazaron las primeras oleadas de

infantería soviética, pero cuando el bombardeo de artillería soviética cesó, en el

horripilante silencio de la niebla se escucharon los motores de los tanques que

avanzaban directamente hacia ellos. Sin armas anti tanque, al medio día las

tropas rumanas del III Ejército —las que quedaban— se rindieron155. La niebla que

se fue disipando con el viento de la mañana, permitió a los aviones soviéticos

bombardear algunas posiciones a lo largo del Don, mientras la infantería y los

blindados seguían avanzando de norte a sur.

El 20 de noviembre, Yeremenko autorizó el ataque desde el sur de

Stalingrado, el LXIV, LXII y el LI Ejércitos avanzaron. La moral de las tropas

soviéticas era alto y los heridos se negaron a ser retirados por ir a vengarse de los

alemanes en la gran ofensiva. La contraofensiva soviética desde el sur también

estaba dirigida hacia las tropas rumanas, pertenecientes al IV Ejército. El día

domingo 22 de noviembre, las unidades blindadas soviéticas que avanzaban

desde el norte tomaron el puente de Kalach que atravesaba el Don y al día

siguiente, tal como lo habían planificado, en el pequeño pueblo de Sovietski, se

unieron las dos puntas de la pinza soviética que había avanzado desde el norte y

sur. El 6° Ejército estaba rodeado. Simultáneamente, las divisiones soviéticas que

habían avanzado desde el norte provenientes del Frente del Suroeste y del Don,más las provenientes del sur, desde el Frente de Stalingrado, habían atacado a las

divisiones del Grupo de Ejércitos B ubicadas en las cercanías del Don, con el fin

de impedir que recurrieran en ayuda del 6° Ejército. El gigantesco cerco que

habían creado los soviéticos en torno al valle entre el Volga y el Don, era el más

grande de la historia, no solo desde el punto de vista militar, sino que por sus

consecuencias políticas y estratégicas. El anillo que formaron los soviéticos

alrededor de Stalingrado y sus alrededores era de 450 kilómetros y no solo el 6°

Ejército estaba rodeado, también elementos del IV Ejército Panzer del General

Hoth. Las estimaciones soviéticas en un principio calculaban que las tropas

alemanas y rumanas que habían cercado rondaban entre los 85.000 y los 90.000

soldados. Por el lado alemán las estimaciones del Alto Mando eran exageradas y

155 Beevor, Stalingrado… op. cit. p. 305




hablaban de 400.000 soldados, mientras que Erich von Manstein según sus

cálculos, la cifra no superaba los 300.000. La cifra más razonable era entre

250.000 y 275.000 tropas cercadas, contando tanto a los alemanes, rumanos,

italianos y los infortunados «Hiwis», soldados y civiles rusos reclutados a la fuerza

para suplir las constantes bajas.156

El 22 de noviembre Hitler se enteró del cerco y ese mismo día tomó la

decisión sobre el destino de las tropas cercadas «VI Ejército resista a pesar del

peligro momentáneo de envolvimiento»157 . En una reunión con el alto mando, tras

horas de conversación, el General Kurt Zeitzler estuvo a punto de convencer a

Hitler para que retirara al 6° Ejército de Stalingrado, pero a la mañana siguiente,

Hermann Göring, el comandante en jefe de la Luftwaffe, haciendo gala de su

bravuconería —y demostrando otra vez que era un charlatán— prometió al Führer

que al igual que en Demyansk, los aviones de la Luftwaffe abastecerían a las

tropas cercadas con 500 toneladas diarias158. Pero Stalingrado no era lo mismo,

en el 6° Ejército había casi el triple de tropas de las que habían sido cercadas en

la bolsa de Demyansk a comienzos de 1942. A pesar de que la Luftwaffe realizó

un máximo esfuerzo por abastecer a sus compañeros atrapados, sabían que no

podían llevar la cantidad de suministros que Göring había prometido. El envío

diario no superó las 100 toneladas y algunos aviones de transporte Ju-52 eranderribados por los ahora más competentes cazas rusos. Para Erich von Manstein,

la máxima prioridad era rescatar al 6° Ejército y comenzó a planificar alguna

estrategia. El Ejército Rojo estaba totalmente centrado en realizar un ataque

definitivo para acabar por completo con el 6° Ejército y lanzaron su primera

ofensiva hacia las tropas cercadas el 2 de diciembre. El 4 de diciembre Stalin

envió más refuerzos al Frente del Don, para impedir todo intento de rescate desde

el Grupo de Ejércitos B y al cabo de unos días, la misión para asfixiar al 6° Ejército

recibió el nombre de «Koltso» (anillo).

156 Bellamy, op. cit. p. 623157 Beevor, La Segunda… op. cit. p. 718158 “Stalingrad. 1942-1943”, op. cit. Cap. 2 “El Kessel”




Los soldados alemanes en Stalingrado, pronto comenzaron a llamar

«Kessel» (caldero) a la ciudad en su situación de cercados. Las raciones de

alimento que ya eran pocas antes de ser embolsados, ahora ya estaban reducidas

al máximo. Los soldados agotados por los combates y por cavar trincheras, no

podían recuperar sus fuerzas con un buen alimento, la desnutrición se empezó a

hacer evidente. Los soldados más jóvenes, que habían sido educados bajo el

nacionalsocialismo, aún mantenían la esperanza de que el Führer los sacaría de

ahí antes de navidad, esperanza que era irresponsablemente alimentada por la

propaganda radial. Los soldados que llevaban más tiempo en el frente y sobre

todo los suboficiales y oficiales de más edad, sabían que el fin para ellos se

acercaba.

[Mapa N°6] Operación Urano. Contraofensiva soviética de noviembre de 1942 que

tuvo como resultado el cerco del VI Ejército Alemán.




[Imagen N°13] Tropas soviéticas en la contraofensiva de noviembre de 1942.159

2.6.6. «Win tergew it te»Tormenta de Invierno.

El 12 de diciembre de 1942, El Mariscal de Campo Erich von Manstein, que

había sido nombrado comandante del recién creado Grupo de Ejércitos del Don(21 de noviembre) dio inicio a la operación «Wintergewitte» (Tormenta de

Invierno), destinada a rescatar al 6° Ejército en el Kessel de Stalingrado. Hitler

había ordenado que las misiones para romper el cerco de Stalingrado, solo

abrieran un paso por donde se les pudiera enviar suministros al 6° Ejército, pero

bajo ningún motivo para que se retiraran. Pero von Manstein tenía clara

intenciones de rescatar a las tropas cercadas. La punta de lanza de la operación

Wintergewitte, eran tres divisiones blindadas, 6°, 23° y 17° División Panzer del IVEjército Panzer del General Hoth, ahora adscritas al Grupo de Ejércitos del Don.

Los hombres de las divisiones panzer estaban totalmente confiados en que

podrían rescatar a sus camaradas antes de navidad, sobre todo porque contaban

con el nuevo tanque Tiger I, armado con el potente cañón de 88 mm y que desde

159 http://www.flamesofwar.com/Portals/0/all_images/Historical/Stalingrad/Uranus-Soviet-12.jpg




su puesta en servicio hasta el fin de la guerra, tuvo la tasa de éxito más alta. Las

tropas soviéticas al sur de Stalingrado, bajo el mando de Vasilevsky no esperaban

un ataque tan rápido y fueron sorprendidas por las tres divisiones panzer. En los

primeros días lograron significativos avances, pero Vasilevsky fue reforzado por el

II Ejército de Guardias y ralentizaron el avance160. Las tres divisiones estaban

escasas de combustible, pero sabían lo que esperaban de ellos. Los soldados

atrapados en el Kessel pronto comenzaron a oír el sonido de la batalla que se

acercaba desde el sur, en las gigantescas planicies y con el frío polar, se podía ir

todo muy bien aunque estuviera a 100 kilómetros. La esperanza volvió a los

soldados del 6° Ejército. El soldado Ferdinand Wiedemeier, pertenecía a la 23°

División Panzer y a seis décadas de la batalla (entrevistado en 2003) recuerda la

responsabilidad que sintieron;

«Sabíamos que había unos 300.000 hombres del 6° Ejército esperándonos.

Confiaban en nosotros. Sabían que estábamos de camino y volcaron todas

sus esperanzas en nosotros. Debíamos salvarles. Éramos su última

esperanza. […] Los tanques de delante lanzaron bengalas para mostrarles

a nuestros compatriotas que íbamos en camino para rescatarles.»161

Erich von Manstein esperaba que Paulus iniciara desde dentro del Kessel

un ataque en dirección sur para dividir a las fuerzas rusas y unirse a las divisiones

panzer que iban al rescate, desobedeciendo las órdenes de Hitler. Pero Paulus,

como ya mencionamos, era falto de carácter y no desobedeció, argumentando que

estaba falto de combustible y sus tropas estaban muy debilitadas como para

realizar un avance de 50 kilómetros en dirección al IV Ejército Panzer de Hoth.

Von Manstein siguió realizando intentos por convencer tanto a Paulus como

Schmidt (2° al mando del 6° Ejército) y también se comunicó con Hitler para que

autorizara el repliegue del 6° Ejército hacia el sur y así poder rescatarlo. PeroPaulus seguía insistiendo en la falta de combustible y que sus tropas no estaban

preparadas, y Hitler repetía el mismo argumento. Paulus y Hitler estaban

condenando a todos sus soldados, los intentos de von Manstein habían fracasado

160 Beevor, La Segunda… op. cit. p. 748161 “Stalingrad. 1942-1943”, op. cit. Cap. 2 “El Kessel”




al igual que el avance de las tres divisiones de Hoth, que se detuvieron a casi 50

kilómetros de Stalingrado sin poder avanzar más162. A pesar de los esfuerzos del

IV Ejército Panzer, desde un comienzo la operación estaba destinada al fracaso,

estaban cortos de equipamiento y habían sufrido enormes bajas, pero a los

hombres de las divisiones de Hoth el sentimiento de culpa les atormentaba. El

sentimiento de culpa también afectó a Ferdinand Wiedemeier; «Nos sentíamos

como traidores. Nuestro objetivo era sacarlos de allí, pero fallamos. Simplemente

no pudimos. Han pasado muchos años desde entonces pero hoy en día sigo sin

celebrar la navidad… simplemente no puedo [Interrumpe su relato profundamente

emocionado].»163

Desde Stalingrado se podía escuchar la batalla que libraba el IV Ejército

Panzer, algunos soldados atrapados en el Kessel en medio de la excitación por el

rescate que se avecinaba, quemaron sus abrigos largos porque les impedirían

correr hacia sus camaradas rescatadores. La decisión fue un total error y en los

días de víspera de navidad, los soldados supieron que el rescate había fracasado.

Hans-Erdmann Schönbeck, cuyo relato vimos para los inicios de la Operación

Barbarroja, formaba parte de la 24° División Panzer, una de las divisiones del IV

Ejército Panzer de Hoth que habían quedado atrapadas en el Kessel. Schönbeck

describe la sensación que tuvieron los soldados atrapados cuando supieron queno habría rescate;

«Por la noche podíamos oír el sonido de la batalla desde donde estábamos.

En aquellos espacios abiertos y con aquel frío se podía oír todo. Después

de navidad el sonido se fue alejando cada vez más. Y luego, ya no oímos

nada. Entonces fue cuando supimos, aunque no nos informaran

oficialmente, que no podríamos escapar de Stalingrado.164

162 Jukes, op. cit. p. 163163 Stalingrad. 1942-1943, op. cit. Cap. 2 “El Kessel” 164 Ibídem.




[Imagen N°14] A la izquierda el General Mariscal de Campo Erich von Manstein y a su

derecha el Coronel General Hermann Hoth durante una cena en el verano de 1942.165

[Imagen N°15] Hans-Erdmann Schönbeck (9 de septiembre de 1922 - ). Después de la

guerra se dedicó a la industria de los automóviles, llegando a ser parte de la junta

directiva de BMW y Presidente de la Asociación de la Industria Automovilística y de

la Asociación de Fabricantes de Automóviles Europea.166

165 https://reader009.{domain}/reader009/html5/0723/5b54c958cc553/5b54c98ef37ce.jpg166 https://reader009.{domain}/reader009/html5/0723/5b54c958cc553/5b54c99158d5b.jpg




2.6.7. Navidad en el Kessel. La última esperanza.

Para la cultura alemana la navidad es una de las festividades más

especiales, sin ir más lejos, el árbol de navidad y algunos villancicos se originaron

en Alemania. En todos los frentes de batalla, tanto en tierra como en el mar, los

soldados y marinos alemanes preparaban regalos, cenas y árboles de navidad,

pero la fijación del 6° Ejército por esta festividad resulta tan extraña como

conmovedora. Desde inicios de diciembre los soldados pese a estar con un

racionamiento extremo, comenzaron a guardar provisiones y no necesariamente

para un escape, en ese momento von Manstein aún no iniciaba la operación

Wintergewitte. Una unidad de la 297° División de infantería había sacrificado un

caballo —a falta de cerdo— para tener preparadas con tiempo las salchichas y

albóndigas para la cena de navidad. Con trozos de hierba y casquillos de bala seadornaron los rústicos árboles de navidad hechos con trozos de madera imitando

un pino. Las tropas sitiadas necesitaban tener a lo menos la ilusión de que algo

del tan lejano hogar estaba presente167. La difícil situación de estar cercados, a -

25°C y lejos del hogar sólo podía entristecer a los hombres. El soldado Günther

Mai estaba entre ellos y describe la atmósfera que se vivía en los refugios; «Se

respiraba un humor depresivo. Todos estaban tristes. Sólo nos sentamos y

cantamos unos villancicos. Muchos camaradas lloraban mientras miraban fotos de

sus familias. Si…»168

Kurt Reuber, oficial médico, pastor protestante y teólogo perteneciente a la

16° División Panzer, era también un artista aficionado. En su frío y pequeño

bunker al noroeste de Stalingrado, en plena estepa nevada, con un trozo de

carbón vegetal y un mapa ruso —la única hoja de papel disponible— dibujó en su

reverso a la Virgen María con Jesús en sus brazos y el mensaje «Licht-Leben-

Liebe – Weihnachten 1942 im Kessel – Festung Stalingrad» (Luz-Vida-Amor –

Navidad 1942 en el Kessel – Fortaleza de Stalingrado). Cada hombre que entraba

al bunker se quedaba mirando el dibujo y muchos comenzaban a llorar. Sin

ninguna intención por parte de Reuber, su dibujo y su bunker se transformaron en

167 Beevor, Stalingrad… op. cit. p. 391168 Stalingrad. 1942-1943, op. cit. Cap. 2 “El Kessel”




una especie de santuario169. Günter Schröder, teniente del 6° Ejército recuerda a

la «Stalingrad Madonna», como llamaron al dibujo de Reuber; «Lo único que nos

mantenía durante todo aquel horrible tiempo, era la preciosa virgen de Stalingrado.

[…] Aquel dibujo y su mensaje se extendieron por nuestras filas como el fuego.

Nos dio nuevas esperanzas. Esperanza de que las cosas todavía podían

mejorar.»170 El 13 de enero de 1943, Wilhelm Grosse, comandante del batallón de

Reuber resultó gravemente herido y fue evacuado en avión, uno de los últimos en

salir del Kessel . Kurt Reuber le dio el dibujo de la «Stalingrad Madonna» más una

carta, ambas para su esposa. El comandante Grosse logró entregar el dibujo y la

carta a la Sra. Reuber en Wichmannshausen. En una parte de la carta decía;

«Contempla en el niño al niño primerizo de una nueva humanidad, que nacido con

dolor, relumbra sobre toda oscuridad y tristeza. Que sea para nosotros el símbolode una vida triunfante y de feliz futuro que tras tanta experiencia con la muerte,

amaremos aún con más ardor y autenticidad, una vida que sólo merece ser vivida

si es pura como los rayos de la luz y cálida como el amor» 171. Cuando el 6°

Ejército cayó, Kurt Reuber fue tomado prisionero y enviado a unos de los campos

al interior de Rusia. Para la navidad de 1943, dibujó otra Virgen para los

prisioneros del campo Yelabuga, donde había sido trasladado enfermo de tifus.

Poco tiempo después, tras haber caído en coma, murió el 20 de enero de 1944.

Aún hoy la «Stalingrad Madonna» se conserva en la iglesia conmemorativa del

Emperador Guillermo en Berlín y más de 20 copias y esculturas a partir de la

imagen adornan iglesias en Alemania, Austria, Inglaterra, Rusia y el museo de

Volgogrado.

Las posiciones alemanas que no fueron atacadas la noche de navidad,

pudieron escuchar la transmisión de la radio Grossdeutsche Rundfunk, que

transmitió una de las canciones navideñas más populares en el mundo y de origen

alemán, «Stille Nacht, Heilige Nacht» (Noche de paz) y saludó y contactó a todas

las tropas que luchaban en el extranjero, lejos de la familia. El saludo comenzó

169 Ibíd. p. 393170 “Stalingrad. 1942-1943” op. cit. Cap. 2 “El Kessel”171 Cuesta, Antonio: La “Madonna de Stalingrado” . 2015 [En Línea] http://www.lasegundaguerra.com

[Consultado el 10 de diciembre de 2015]




hacia los marinos que tripulaban los buques en el Canal de la Mancha, los cuales

respondieron al saludo, luego a los submarinistas en el atlántico y después de

nombrar y saludar a los diversos frentes de guerra, en último lugar saludaron a los

soldados del 6° Ejército que luchaban en Stalingrado. Para asombro de ellos,

escucharon una voz que dijo «Esto es Stalingrado, en el frente del Volga» y de

fondo se escuchó un coro de roncos soldados cantando Noche de Paz,

supuestamente desde Stalingrado. Algunos soldados aceptaron el engaño como

algo necesario, las familias necesitaban creer que ellos se encontraban bien, pero

a otros la hipocresía les molestó, era un engaño para las familias y para todo el

país172. La navidad de 1942 estuvo llena de decepción y tristeza, se vivió en el

limbo entre la vida y la muerte. Hans-Erdmann Schönbeck recuerda como fue la

nochebuena en el Kessel;

«Era una noche muy clara. La luna increíblemente brillante. Y los rusos nos

dejaron tranquilos. En nochebuena sólo se oyó algún que otro disparo. Para

mí, aquella navidad fue celestial. Sentí que había un puente que rodeaba

toda la tierra. Una noche estrellada y aquella luna, la misma luna que mi

familia podía estar viendo en Alemania. La mayoría sabíamos que el final

estaba cerca y escribimos cartas de despedida con la esperanza de que se

las entregaran a nuestros seres queridos. Sólo pensábamos en elhogar.»173

Por el lado soviético, esta festividad se vivía de manera distinta. La moral

de los soldados rusos estaba cada vez más elevada a pesar de haber sufrido

enormes bajas. El cerco al 6° Ejército había levantado el espíritu tanto de civiles

como de combatientes, la confianza en la victoria ya no se ponía en duda. La

navidad era el tiempo perfecto para realizar incursiones en las líneas alemanas,

como recuerda Viktor Kidyarov, oficial del Ejército Rojo en Stalingrado;

«Nos gustaba su navidad. Era el momento perfecto para saquear. Siempre

volvíamos con muchos regalos, salchichas, carne enlatada y pequeños

172 Beevor, Stalingrado… op. cit. p. 394173 “Stalingrad. 1942-1943” op. cit. Cap. 2 “El Kessel”




árboles de navidad. Cogíamos todo lo que podíamos y no nos sentíamos

culpables por ello. Después de todo, los alemanes tenían las palabras “ Gott

mit Uns” [ Dios con nosotros] grabadas en las hebillas de los cinturones.

Eran religiosos.»174

La navidad fue un punto de inflexión para las tropas alemanas en el Kessel.

Todos esperaban ser rescatados antes de navidad. Muchos soldados cayeron

presa de asaltos de tropas rusas, conscientes del bajo estado de ánimo de los

alemanes. Ambos bandos no se tenían piedad, el odio era el único sentimiento.

Durante la nochebuena, el 4° Ejército Panzer de Hoth que llevaba dos días

realizando acciones de retroceso, había llegado hasta Kotelnikovo, a poco más de

100 kilómetros al sur de Stalingrado. Las fuerzas rescatadoras, habían retrocedido

hasta el punto de partida y seguían retrocediendo175. Ya no había ninguna

esperanza de rescate para el 6° Ejército, solo quedaba aguantar. El reporte

médico del 6° Ejército del 25 de diciembre informaba que 60 hombres habían

muerto de hambre. En las últimas 48 horas no habían recibido suministros y ya

estaban agotando las últimas reservas de comida, munición y combustible. Las

tropas cada vez estaban más débiles y la fe en la victoria ya se había esfumado.

Heinz Kreutz, soldado en Stalingrado, da cuenta de la baja total en la moral del 6°

Ejército;

«La navidad era la última esperanza, el momento decisivo. Después ya

nadie decía “el Führer nos sacará de aquí”. Los hombres se quedaban

quietos o se quejaban y maldecían. Todo era peligroso. En la Wehrmacht,

la falta de respeto podía ser una sentencia de muerte, especialmente

durante la guerra. Y especialmente en un lugar como Stalingrado.»176

174 Ibídem.175 Jukes, op. cit. p. 165176 “Stalingrad. 1942-1943” op. cit. Cap. 2 “El Kessel”




[Imagen N°16] La Stal ingrad Madon na de Kurt Reuber.177

[Imagen N°17] Kurt Reuber en Stalingrado.178

177 https://reader009.{domain}/reader009/html5/0723/5b54c958cc553/5b54c9985b34e.jpg178 http://www.ww2incolor.com/d/735437-2/drkurtreuber




2.6.8. El fin del 6° Ejército. El punto sin retorno.

La condición de las tropas alemanas en el Kessel era cada vez peor,

la disentería y el tifus se apoderaban de gran parte de los soldados. El frío había

bajado el mercurio de los termómetros a -25°C en promedio y las raciones de

alimento habían sido reducidas a un cuarto. La mortalidad de las tropas ya no solo

se debía al combate y las enfermedades, la muerte por congelamiento y hambre

se sumaron a las calamidades. El 21 de diciembre se informó de los primeros

muertos por inanición, pero los altos mandos no querían saber nada de eso. El Dr.

Horst Rocholl, veterano de Stalingrado, da cuenta de la situación;

«Como oficial médico cada diez días tenía que redactar un informe, sobre

nuestras bajas, el estado de salud de los hombres, etc. Había que

presentárselo al médico del regimiento y al de la división. Una vez, cuando

escribí que dos hombres habían muerto de hambre, me llamaron de

inmediato. Mi superior estaba furioso. “¡Ningún soldado ha muerto de

hambre en el ejército alemán!”. Le dije que, por desgracia se equivocaba.

Puede que no hubiera pasado antes, pero ahora era diferente.»179

A partir del 10 de enero se comenzó a cerrar el anillo sobre Stalingrado

para capturar o aniquilar al ejército de Paulus180. El XLII Ejército comandado por

Chuikov había dejado de ser una fuerza sitiada y pasó a formar parte del anillo de

siete ejércitos que rodeaba Stalingrado. Pero Chuikov aún tenía problemas con el

abastecimiento de su ejército que llevaba tres meses combatiendo a los alemanes

sin descanso. Enormes bloques de hielo bajaban por el Volga impidiendo que las

barcazas atravesaran desde la orilla oriental para llevar provisiones y refuerzos. La

única posibilidad era el abastecimiento aéreo, que era riesgoso al igual que el

abastecimiento por aire de la Luftwaffe a las tropas alemanas, una pequeña

desviación en el punto de entrega y las provisiones podían caer en manos

enemigas o en el Volga. Durante la tarde del 16 de diciembre, un fuerte ruido de

179 Stalingrad. 1942-1943 op. cit. Cap. 2 “El Kessel”180 Bellamy, op. cit. p. 636




choque hizo salir del refugio a Chuikov y su Estado Mayor, un gran bloque de hielo

avanzaba de sur a norte arrollando todo hasta detenerse frente a ellos. El gran

espectáculo era una satisfacción, el Volga se había congelado por completo y a la

mañana siguiente se pusieron enormes tablones encima del río congelado para

comenzar el reabastecimiento y recibir refuerzos que ya no necesitaban barcazas.

No solo podían recibir refuerzos, también pudieron evacuar heridos y mandar a la

retaguardia a las divisiones en peor estado para que fueran reformadas181. Con

este nuevo impulso se logró sacar a los alemanes de la fundición «Octubre Rojo»

y se lanzó un fuerte ataque en el sector de Mamáyev Kurgan, pero los alemanes a

pesar de estar totalmente debilitados, resistieron y repelieron el ataque. En ese

momento aún tenían la esperanza de que von Manstein los sacara de Stalingrado.

En la ciudad aún quedaban unos 10.000 civiles que no habían sido evacuados ysufrían las penurias de igual a igual con los soldados.

El Ejército Rojo no solo recurrió al fuego de artillería y al enfrentamiento

constate de la infantería para desgastar a los soldados alemanes, también

utilizaron la guerra psicológica. Por las calles de Stalingrado, comenzó a pasar

una y otra vez un pequeño camión con un megáfono, transmitiendo una grabación

sin parar las 24 horas del día. Un constante sonido de tic-tac era seguido por una

voz que decía; «Cada 7 segundos muere un soldado alemán en Rusia.Stalingrado, fosa común»182 Las unidades de propaganda soviética, apoyadas por

refugiados alemanes comunistas, mediante panfletos y comunicaciones por

megáfono, comenzaron a dirigirse hacia las tropas alemanas, invitándolas a

desertar. Pero la propaganda no tuvo el efecto deseado y solo unos pocos

soldados alemanes se entregaron, más por hambre que por convencimiento. Pero

en las tropas rumanas si tuvo efecto y muchos soldados, exhaustos por el

combate, hambrientos, con frío y con resentimiento hacia sus aliados alemanes

que no los trataban bien, se entregaron al Ejército Rojo.

Joseph Goebbels, el ministro de propaganda del Reich y uno de los

personajes más siniestros, en su discurso de año nuevo siguió arrojando mentiras,

181 Jukes, op. cit. p. 133182 Stalingrad. 1942-1943 op. cit. Cap. 2 “El K essel”




ocultando al pueblo alemán la retirada constante de las tropas alemanas en el

norte de África y la situación extrema que se vivía en Stalingrado. « Adentrados en

territorio enemigo vigilamos a nuestros soldados. Ni siquiera la furia infernal ni la

tenaz determinación de los salvajes subhumanos del este acabará con ellos. Si

hasta ahora alguien había dudado de que saliéramos victoriosos, ahora nuestra

nación surge con la prueba más persuasiva. Una nación que puede sobrevivir a

pruebas y tribulaciones como éstas está destinada sin ninguna duda a un gran

futuro.»183 El discurso no podía ser más hipócrita. Joseph Goebbels, un hombre

bajo, feo y con deformidades, recurrentemente trataba de subhumanos y salvajes

a los eslavos y judíos. Sus discursos causaban más repulsión que agrado en las

tropas. Hans-Erdmann Schönbeck estaba entre los que desde Stalingrado oyeron

por la radio el discurso de año nuevo; «Nos estaban glorificando aunque aúnestábamos vivos. No habíamos muerto todos, para nada. Aún había cientos, miles

de nosotros. Y aquello era un gran insulto para nosotros.»184

El 30 de noviembre de 1942, Yeremenko y Rokossovski, que estaba al

mando del Frente del Don, enviaron el primer ultimátum a Paulus; «Elijan entre la

vida y una muerte segura»185 Pero Paulus tenía prohibido rendirse. Los intentos

continuaron el 7 de enero. Las tropas rusas fueron informadas desde el anochecer

que se produciría un alto al fuego y por varias horas por megáfonos se informó alos alemanes que no dispararan a los emisarios. Al amanecer del 8 de enero, el

mayor Smislov de inteligencia del Ejército Rojo y el capitán Diatlenko del NKVD

fueron enviados al frente para entregar un ultimátum escrito a Paulus para

ofrecerle una rendición honorable. Se acercaron a las líneas alemanas en el sur a

las afueras de Stalingrado, escoltados por un cabo del Ejército Rojo de gran

estatura, que llevaba una bandera blanca y una trompeta. Cuando el cabo tocó la

trompeta para dar aviso de que se aproximaban a dialogar, los soldados alemanes

abrieron fuego pero sin apuntar, la intención era obligar a los emisarios a retirarse.

Al día siguiente Smislov y Diatlenko fueron nuevamente al frente para entregar el

183 Ibídem.184 Ibídem.185 Bellamy, op. cit. p.636




mensaje. Esta vez fueron escoltados por un anciano suboficial de apellido Siderov

que también llevaba una trompeta. Cuando comenzaron a caminar por las

planicies nevadas, se acercaron a las líneas defensivas alemanas y Siderov

agitando la bandera blanca tocó la trompeta mientras veían las cabezas de los

soldados alemanes asomarse por las trincheras, la mayoría apuntando hacia los

emisarios. Un suboficial alemán preguntó que querían, y Diatlenko, que hablaba

alemán, contestó que llevaban un mensaje para su comandante en jefe y que

fueran recibidos de acuerdo a la ley internacional. El suboficial los invitó a pasar,

pero Diatlenko se negó a avanzar hasta que no apareciera algún oficial. Mientras

el suboficial iba en busca del comandante de su unidad, los emisarios quedaron

frente a las trincheras alemanas, algunos soldados se mofaban invitándolos a

pasar a las trincheras. Un soldado alemán de baja estatura y con ropa andrajosase paró sobre el borde de su trinchera y señalándose así mismo decía cantando

«Ich bin Offizier» (Soy un oficial). Diatlenko le contestó «Ya veo que tipo de oficial

eres» y los soldados alemanes comenzaron a reír mientras tomaban a su

compañero y lo devolvían a su trinchera. Smilsov y Siderov también rieron. 186

Tres oficiales alemanes se acercaron a los emisarios, el de más alta

graduación preguntó que necesitaban. Después de decir que necesitaban llevar un

mensaje oficial a Paulus que estaba por escrito dentro de un paquete de hule, losoficiales alemanes les pidieron que se vendaran los ojos para ser dirigidos al

cuartel de la unidad, donde debían esperar la respuesta del Cuartel General de

Paulus. No portaban ningún tipo de vendaje, y tuvieron que usar cinturones y

camisas para tapar la vista. Con la cabeza envuelta en una camisa, Diatlenko fue

llevado de la mano por un joven teniente mientras algunos soldados alemanes le

gritaban «Beduino, Beduino». Con el joven teniente que lo guiaba mantuvo una

breve y cortés conversación mientras se dirigían al bunker. Al llegar ahí, se les

descubrió la vista y pudieron ver que era un bunker bien construido, que aún tenía

adornos navideños hechos de papel y algunos sacos de trigo en mal estado

secándose al fuego, evidencia del hambre que estaban pasando. Siderov sacó un

paquete de cigarros de buena calidad, que compartió con los oficiales alemanes,

186 Beevor, Stalingrad… op. cit. pp. 407-411




se le habían dado exclusivamente para la misión con el fin de impresionar a los

enemigos. Mientras esperaban la respuesta de Paulus, se dio una conversación

cordial entre los oficiales alemanes y los emisarios soviéticos, cordialidad que

contrastaba con meses de violenta lucha sin piedad. Siderov, que no hablaba

alemán, le pidió a Diatlenko que le dijera a los alemanes que esta era su tercera

guerra, había luchado en la guerra imperialista —Primera Guerra Mundial—, en la

Guerra Civil y ahora en la Gran Guerra Patria, pero hasta ahora, nunca había

podido conversar tan pacíficamente con el enemigo. Los oficiales alemanes, muy

alegres le contestaron que en todo el frente no encontraría gente más pacífica.

Esperaron largos minutos hasta que llegó un coronel, que con una expresión

grave de preocupación dijo a los emisarios que tenía órdenes de enviarlos de

vuelta, que no serían recibidos en el Cuartel General ni tampoco aceptaríanningún paquete. A pesar que Diatlenko protestó y pidió que se le entregara el

paquete a Paulus, al no haber respuesta no tuvo más opción que retirarse.

Nuevamente con los ojos vendados, los emisarios fueron conducidos hacia la

línea defensiva exterior alemana y Diatlenko volvió a conversar con el joven

teniente que lo guiaba.

- ¿Qué edad tiene usted? — preguntó Diatlenko.

- Veinticuatro — contestó el Teniente. No había mucha diferencia de edadentre ellos.

- Esta guerra entre nuestros pueblos es un error trágico —dijo Diatlenko

mientras caminaban— Terminará tarde o temprano y sería bueno que lo

encontrara a usted ese día ¿no es así?

- En mi corazón no hay lugar para las ilusiones —replicó el Teniente—,

porque antes de que el mes acabe, tanto usted como yo estaremos

muertos.187

Al retornar al cuartel soviético, el General de inteligencia Vinogradov, que

había dirigido desde la retaguardia la operación, pidió al viejo Siderov que dibujara

un mapa con todas las posiciones alemanas. El viejo suboficial había memorizado

todas las posiciones alemanas. Así fracasaba el último intento por parte del

187 Ibíd. pp. 415-416




Ejército Rojo para terminar con la batalla de Stalingrado de una forma

«Honorable», con el fin de evitar más muertes de las que ya se habían

producido188. Dos días después de la fallida negociación, el Ejército Rojo lanzó la

Operación Anillo, para aniquilar definitivamente al 6° Ejército.

La situación se hacía cada vez más desesperada en el 6° Ejército desde

que tropas rusas habían tomado el aeródromo de Tatsinskaya189 la base aérea

principal que abastecía por aire a las tropas en el Kessel. Decenas de aviones

habían sido destruidos y La Luftwaffe debía enviar aviones de suministros desde

otras bases más lejanas, haciendo aún más peligrosas las incursiones sobre

Stalingrado. El 6° Ejército aún tenía bajo su poder dos aeródromos en las

cercanías de Stalingrado, Pitomnik y Gumrak. Los aviones de transporte JU-52

aterrizaban en las pistas de los dos aeródromos, lanzaban cajas y sacos con

suministros, subían algunos heridos y partían tan rápido como podían. Los

aeródromos constantemente eran bombardeados por aviones y artillería soviética

y la frecuencia de llegada de los aviones de transporte era impredecible. Miles de

soldados alemanes se agolpaban en las tiendas de campaña usadas como

enfermerías, algunos heridos de gravedad, otros de forma leve y otros fingiendo,

todos querían salir del infierno congelado190. Gerhard Münch, de la 71° División de

Infantería estuvo presente en los aeródromos;

«De repente, todos empezaron a subir a un avión. Los heridos, los no

heridos, todos. La brutalidad era máxima. Sólo había una trampilla de

acceso al avión. […] Se veían escenas indescriptibles. Era un caos

absoluto. Empujaban dentro a los heridos y aún quedaban muchos más

afuera. Y los rusos estaban bombardeando la pista. El piloto dijo “Tengo

que ponerme en marcha”. Dio la vuelta, pero el avión no podía despegar.

Había soldados colgando por todo el avión. Sobre todo en el tren de

188 Ibíd. pp. 415-417189 Beevor, La Segunda… op. cit. p. 750190 Beevor, Stalingrad… op. cit. p. 429




aterrizaje al que algunos pudieron trepar. No se podía hacer otra cosa que

girar bruscamente el avión hacia los lados para sacudírselos.»191

En los aeródromos se dieron todo tipo de casos para intentar escapar.

Oficiales vendados sin ninguna herida bajo las vendas, soldados y suboficialescon heridas de bala autoinflingidas, coroneles presentando órdenes escritas por

ellos mismos con firmas falsas, que indicaban que debían ir a alguna misión

especial a reunirse con von Manstein, etc. Los verdaderos heridos esperaban su

turno con pocas esperanzas. Los que estaban mal heridos en camillas solo podían

esperar la muerte, los que estaban levemente heridos y podían correr aún tenían

posibilidades de acercarse a un avión y a veces, usando la violencia lograban

subir a bordo192. Pero no todo estaba asegurado al subir a un avión, muchos de

los Ju-52, Heinkel y Focke-Wulf Condor que transportaban heridos, fueron

derribados a pocos segundos o minutos de despegar. Producto de la censura de

la prensa, incluso censura dentro del mismo ejército, muchos de los aviones que

llevaban suministros, también traían oficiales que habían salido de permiso de

Stalingrado semanas atrás y volvían a presentarse al servicio sin saber en las

condiciones que se encontraba el 6° Ejército. Entre los oficiales que retornaron, el

General Hube volvió el 9 de enero, un día antes de la ofensiva definitiva de los

soviéticos. El General Hube era uno de los favoritos de Hitler y había sido enviadopor Paulus para persuadir al Führer de retirar al 6° Ejército de Stalingrado, pero su

misión había fracasado y Hitler le había prometido falsamente una segunda

operación de rescate. Paulus sabía que Hitler no confiaba en los generales, y

aunque algunos fueran sus favoritos, siempre admiraba más a los jóvenes

oficiales, a quienes consideraba que no estaban contaminados con el pesimismo

de los altos oficiales. Paulus decidió enviar a Alemania a un destacado capitán

que formaba parte de su Estado Mayor, Winrich Behr. El capitán Behr pertenecía a

las divisiones Panzer y había estado bajo las órdenes de Erwin Rommel en el

191 Stalingrad. 1942-1943, op. cit. Cap. 3 “La Catástrofe”192 Jukes, op. cit. p. 175




norte de África y se había destacado notablemente, su Cruz de Caballero

atestiguaba su desempeño.193

El 14 de enero de 1943, cuatro días después de la ofensiva definitiva de los

soviéticos sobre Stalingrado, el capitán Winrich Behr llegó hasta las oficinas delFührer y fue bien recibido. Behr estuvo tres horas contándole a Hitler todos los

detalles sobre el infierno que se vivía en Stalingrado y en ningún momento fue

interrumpido por el Führer. Pero cuando comenzó a hablar sobre las masivas

deserciones de soldados alemanes entregándose a los soviéticos y los miles de

soldados que morían de hambre y frío, Hitler se levantó y comenzó a mirar su

mapa lleno de pequeñas banderitas que indicaban divisiones. El capitán Behr

sabía que muchas de esas divisiones en el mapa de Hitler estaban reducidas a

unos cientos de hombres o incluso ya no existían. Paulus tenía esperanzas que el

relato del capitán Behr lograra que Hitler considerara la rendición del 6° Ejército,

pero la decisión del dictador se había tomado el mismo día en que las tropas en

Stalingrado habían sido cercadas, el 6° Ejército debía resistir sin importar las

circunstancias y capturar Stalingrado. Behr sabía que esto era imposible y no fue

ingenuo como muchos generales que creyeron en lo que Hitler no se cansaba de

repetir, que un enorme ejército blindado de las SS estaba en Járkov listo para

avanzar hacia Stalingrado, pero Behr ya sabía de boca del Mariscal von Mansteinque las divisiones panzer de las SS tardarían a lo menos seis semanas en estar

en condiciones de emprender alguna acción. La negativa de Hitler para permitir

una rendición enfureció a Behr, que en ese momento aceptó lo que se negaba a

aceptar, que la guerra ya estaba perdida194. En las vísperas del sexagésimo

aniversario de la batalla de Stalingrado, Behr diría lo siguiente sobre su audiencia

con Hitler; «Por supuesto que estaba enfadado, estaba furioso. Era verdad lo que

la gente comentaba. Hitler había perdido totalmente el contacto con la

realidad.»195 El capitán Behr ha vista de los generales que rodeaban a Hitler, se

había convertido en otro pesimista, pero Behr solo estaba afrontando la realidad

193 Beevor, Stalingrad… op. cit. p. 415194 Ibíd. pp. 416-418195 Stalingrad. 1942-1943, op. cit. Cap. 3 “La Catástrofe”




inevitable. Por esta razón no fue enviado nuevamente al Kessel y fue transferido a

la costa del mar negro, a la ciudad de Meritopol para formar parte del Estado

Mayor del Mariscal de Campo Milch, quien tenía la misión de ayudar a resistir a la

Fortaleza de Stalingrado.

A mediados de enero la temperatura en el Kessel había descendido hasta

los -50°C y el hambre había llegado a un punto tan extremo que en algunas

unidades del 6° Ejército se estaba practicando el canibalismo. Gran parte de los

soldados alemanes estaban enfocados en escapar del cerco más que en combatir

y cada día miles de soldados marchaban a pie hacia el aeródromo de Gumrak y

Pitomnik. El 23 de enero despegaron los últimos aviones desde Stalingrado. Entre

los afortunados que lograron escapar estaba Hans-Erdmann Schönbeck, quien fue

herido mientras esperaba su turno para ser evacuado.

«La última explosión me tiró de espaldas y cuando me di vuelta vi mi propia

sangre. Estaba pálido y pensé, “Maldita sea, mis pulmones.” Mi sargento de

transporte se me acercó, me tomó la mano, me puso la pistola en ella y dijo

“Teniente, en una hora o muy pronto los rusos estarán aquí. No podemos

llevarle con nosotros.”… Mi pistola y el sargento se quedaron atrás en

Stalingrado.»196

Las tropas del Ejército Rojo ya habían recuperado gran parte de Stalingrado

y los remanentes del 6° Ejército habían quedado divididos en dos pequeños focos

al interior de la ciudad. Los dos aeródromos habían sido capturados por los

soviéticos y los combates habían cesado casi en totalidad. El General Paulus junto

a su Estado Mayor se refugiaba en el subterráneo de un supermercado, donde el

30 de enero de 1943 recibió la noticia que el Führer lo había ascendido al rango

de Mariscal de Campo, una clara indirecta a que debía suicidarse antes que

rendirse. Ningún Mariscal de Campo alemán se había entregado a los enemigos.

En la superficie, la ciudad tenía el aspecto de una tumba, todo era escombros,

humo y un olor de putrefacción. Un grupo de soldados soviéticos descendió al

subterráneo donde Paulus tenía su cuartel general y negociaron con el ahora

196 The Wehrmacht, op. cit. cap. 2 “The Blitzkrieg”




Mariscal de Campo Paulus para que se dirigiera junto con el General Schmidt

hacia el cuartel general del LXIV y de ahí al cuartel general del Frente del Don, a

80 kilómetros de Stalingrado. Allí fueron recibidos por el mariscal de artillería

Nikolái Vóronov y el Coronel General Rokossovski, dos hombres claves en la

victoria soviética. Dos hombres del NKVD habían sido enviados desde Moscú con

órdenes de Beria para estar presentes en la negociación, uno de ellos era el

capitán Diatlenko, actuando nuevamente como traductor. Las negociaciones no

dieron frutos el primer día, Paulus se negaba a firmar una rendición, pero con la

caída de la resistencia alemana al sur de la ciudad, las agotadas tropas que aún

resistían en el norte seguían derramando sangre de forma innecesaria, por lo tanto

el General Paulus terminaría accediendo a la completa capitulación del 6° Ejército

el 2 de febrero de 1943197. Enfermo de disentería, con un aspecto cadavérico ydébil, Paulus salió a la superficie junto al resto del 6° Ejército. No se había

suicidado como esperaba Hitler y Paulus exigió a todos sus generales —

alrededor de 20— que no cometieran suicidio, debían acompañar y sortear las

mismas dificultades que sus soldados. De los casi 300.000 soldados alemanes

que componían el 6° Ejército, alrededor de 40.000 habían logrado ser evacuados y

para el momento de la capitulación quedaban 91.000 soldados, la mayoría en

estado de desnutrición y enfermos.

Para las tropas la situación era incierta —y con razón— ya que habían visto

desde el inicio de la campaña en Rusia como eran tratados los prisioneros

soviéticos. Todos temían ser ejecutados de inmediato, pero los mandos soviéticos

tenían otra cosa en mente. Primero debieron quitar escombros y despejar las

calles de la ciudad y luego trasladar todos los cuerpos de sus camaradas hacia las

afueras de Stalingrado para ser incinerados. Una vez terminada esta ardua tarea

que le costó la vida a muchos debilitados soldados, ya sea por agotamiento o por

ejecución, las cadavéricas tropas del 6° Ejército fueron trasladadas a pie a campos

cercanos a Stalingrado para esperar los trenes que los trasladarían a distintos

campos de concentración. En la larga caminata y a -50°C, alrededor de 20.000

prisioneros murieron por agotamiento y por guardias soviéticos que disparaban a





aquellos que caían y no lograban levantarse. En las columnas de soldados que

marchaban a paso lento, iba el soldado Hans Mroczinski que al igual que sus

compañeros temía ser ejecutado apenas llegaran a los campos. Pero un hecho

visto por él cambió su parecer, el miedo a ser ejecutado parecía ser infundado.

«Delante de nosotros había un oficial de alto rango fumándose un cigarro

enorme dando caladas que formaban aros de humo. Un compañero de

Berlín le dijo “¡Que buena pinta! ¿Una calada?” y le tendió la mano al oficial.

El oficial frunció el ceño y le tendió el cigarro encendido. Este hecho me dio

la esperanza de que nos tratarían bien. No nos habíamos rendido a

personas llenas de odio que quisieran destrozarnos.»198

A pesar que los soviéticos no pretendían ejecutar a los prisioneros de formamasiva, la tasa de mortalidad en los prisioneros alemanes era alta. La desnutrición

y las enfermedades, sobre todo la disentería y el tifus, estaba acabando con

muchos prisioneros que no resistían los tratamientos médicos. El Ejército Rojo no

había calculado la cantidad de prisioneros que esperaban fuera mucho menor y

los suministros no daban abasto. Otro gesto que los alemanes evidenciaron y les

dio esperanza, fue que los altos mandos soviéticos ordenaran a sus soldados dar

la mitad de sus raciones a los prisioneros alemanes. Pese al odio y al rencor, el

Ejército Rojo no estaba pagando con la misma moneda. Cuando la guerra llegó a

su fin en 1945, para los prisioneros el drama aún continuaba, recién comenzaban

los juicios y a la gran mayoría se le condenó a 25 años de trabajos forzados

acusados de crímenes de guerra, siendo la única evidencia en contra el haber

formado parte de la Wehrmacht. Tras constantes negociaciones en la posguerra

por parte de Conrad Adenauer, el canciller de la República Federal Alemana, las

autoridades soviéticas liberaron a los prisioneros alemanes en 1955. Para los

prisioneros del 6° Ejército habían sido 13 años de cautiverio y casi 15 años desdeque habían salido de sus hogares para ir a la guerra. De los 91.000 prisioneros

tomados el 2 de febrero de 1943, solo 6.000 quedaban con vida para 1955.

198 Stalingrad. 1942-1943, op. cit. Cap. 3 “La Catástrofe”




[Imagen N°18] Los restos del VI Ejército caminando hacia los campos de prisioneros

escoltados por soldados del Ejército Rojo. Febrero de 1943.199

[Imagen N°19] Prisioneros alemanes durante la rendición.200

199 http://2.bp.blogspot.com/-m-uLooqkLNs/UXThOzICrDI/AAAAAAAAIDg/H0j2Zz0Ll3s/s1600/german-pow-

at-work-1947-001.jpg200 https://reader009.{domain}/reader009/html5/0723/5b54c958cc553/5b54c99cb9029.jpg




[Imagen N°20] Soldados alemanes congelados durante la batalla de

Stalingrado.201

[Imagen N°21] De izquierda a derecha: General Rokossovski, Mariscal de Artillería

Voronov, Capitán del NKVD Diatlenko y General Mariscal de Campo Friedrich Paulusdurante su interrogatorio. 202

201 https://reader009.{domain}/reader009/html5/0723/5b54c958cc553/5b54c99da1709.jpg202 https://reader009.{domain}/reader009/html5/0723/5b54c958cc553/5b54c99ddec2a.jpg




Capitulo III: El Fin del Frente Oriental: Balancegeneral sobre el conflicto




3.1. Avanzar y retroceder. La 3° Batalla de Járkov y Kursk.

3.1.1. La 3° Batalla de Járkov.La destrucción del 6° Ejército permitió que el Ejército Rojo lograra un

significativo avance en dirección oeste. El impulso anímico de tan importantevictoria se acrecentó al recuperar importantes ciudades como Belgorod y Kursk

que fueron recuperadas el 9 de febrero. Járkov, la cuarta ciudad más grande de la

Unión Soviética, era de forma obvia el siguiente objetivo, ya habían fracasado

rotundamente en recuperar la ciudad en mayo de 1942, pero esta vez la confianza

y experiencia era mayor. El 6 de febrero, Erich von Manstein se reunió con Hitler y

le pidió autorización para retirar de su peligrosa posición al Grupo de Ejércitos del

Don, que fue renombrado Grupo de Ejércitos Sur, para dejarlo en una posición

más segura para realizar un contraataque. Pero el 13 de febrero Hitler ordenó que

se debía resistir a cualquier precio. El 1° Cuerpo Panzer SS, comandando por

Paul Hausser y que era la esperanza de rescate para las tropas del 6° Ejército, se

encontraba en Járkov. Ante la evidente ofensiva soviética, contrariando las

órdenes de Hitler, Hausser ordenó la retirada del 1° Cuerpo Panzer SS y así evitar

ser cercado por el avance soviético y transformar Járkov en otro Kessel. Pese a

que este movimiento táctico fue correcto, Hitler se enfureció tanto con Hausser

que a pesar de lo brillante de las acciones posteriores de Hausser, el Führer lenegó la condecoración merecida.203

La orden de Hitler también había sido desobedecida por Manstein, por lo

que Hitler decidió ir hacia el frente para reprender al general. Pero Manstein al

igual que en el campo de batalla, tenía todo calculado y trasladó su cuartel general

al 4° Ejército Panzer y estar más cerca del I Cuerpo Panzer SS, que estaban

llevando a cabo una contraofensiva contra los soviéticos. A Hitler no le quedó más

remedio que apoyar los movimientos de Manstein, que parecían ser correctos204.Manstein pudo observar que las tropas soviéticas estaban agotadas por todas las

acciones que llevaban emprendiendo desde la batalla de Stalingrado y

aprovechando la oportunidad ordenó el avance hacia Járkov, encabezado por el

203 Bellamy, op. cit. p. 645204 Ibídem




General Paul Hausser al mando del I Cuerpo Panzer SS, que estaba conformado

por la 1° División Waffen-SS «Leibstandarte», 2° División Waffen-SS «Das Reich»

y reforzada con la recién integrada 3° División Waffen-SS «Totenkopf», las tres

consideradas divisiones de elite. Con movimientos tácticamente perfectos y con

enfrentamientos brutales, las tropas de las Waffen-SS retomaron Járkov en una

semana.

La reconquista de Járkov fue un golpe anímico para la Wehrmacht y

demostró que aún tenían la capacidad de continuar la guerra, pero solo era una

ilusión. Járkov fue la última ciudad importante capturada por los alemanes en el

Frente Oriental. Las lluvias primaverales, el frío aún presente y la falta de

refuerzos, impidió que la contraofensiva alemana pudiera continuar. Sin embargo,

a pesar de haberse retirado por completo del Cáucaso, el Grupo de Ejércitos Sur

pudo recuperar terreno que había sido tomado por los soviéticos con la ofensiva

soviética desde Stalingrado. Erich von Manstein salvó de un desastre aún mayor

al Grupo de Ejércitos Sur y logró crear cierta estabilidad para todo el Frente

Oriental. La falta de refuerzos comenzó a ser un problema cada vez mayor para la

Wehrmacht en el Frente Oriental, porque aunque la mayoría de los soldados

alemanes eran destinados al este, se debía enviar refuerzos a Túnez y a Francia,

ante la eminente llegada de los aliados a Europa del oeste. La victoria en Járkov yla recuperación parcial de algunos territorios tanto al norte como el sur, produjo un

saliente del frente entorno a Kursk. Hitler nuevamente ilusionado con esta victoria,

comenzó a planificar una ofensiva desde el norte y el sur que convergiera en

Kursk y así embolsar dos ejércitos soviéticos.

3.1.2. Operación «Zit adel le». La Batalla de Kursk.La Operación de nombre clave «Ciudadela» pretendía emprender una

contundente ofensiva desde el norte y el sur, converger en la ciudad de Kursk y

embolsar al Frente de Voronezh y al Frente Central soviético205. El plan de von

Manstein estaba pensado para mayo de 1943, aprovechando el impulso de Járkov

y el factor sorpresa, pero Hitler comenzó a retrasar la operación. Los aliados

occidentales estaban cada vez más cerca de emprender una invasión de Italia,

205 Hay que recordar que los grupos de ejércitos soviéticos recibían el nombre de frentes. (N. de los AA.)




abriendo un frente en Europa occidental y Hitler estaba cada vez más nervioso. La

postergación de la operación también se debía a la espera de contar con un gran

número de tanques Tiger I y Panther, que estaban demostrando su gran

capacidad como blindados letales. El retraso también permitió que los informes de

inteligencia soviéticos y británicos informaran de los planes alemanes en el

próximo movimiento en el Frente Oriental. Quizás nunca antes ni después una

ofensiva estuvo tan anunciada como lo fue la Operación Ciudadela.206

La ofensiva se inició el 5 de julio de 1943, más de 700.000 soldados

alemanes estaban listos para iniciar el ataque junto a 3000 tanques, precedidos

por un ataque de poco más de 2000 aviones de la Luftwaffe, un clásico ataque

Blitzkrieg. Pero esta vez la Blitzkrieg fracasó incluso antes de derrotar las primeras

líneas de defensas enemigas. Los soviéticos sabiendo la hora exacta que iniciaría

el ataque alemán, lanzaron un potente ataque de artillería y de bombardeo aéreo,

que intentó eliminar a la Luftwaffe en tierra, cosa que no lograron gracias a los

radares que estaba usando la Luftwaffe y permitió despegar a tiempo cazas

interceptores. Pero el bombardeo de artillería y de la fuerza aérea soviética causó

grandes pérdidas y una muestra clara que la ofensiva sobre Kursk no sería para

nada una sorpresa. La tardanza de la operación había dado tiempo suficiente para

que los soviéticos tuvieran un plan. En un principio, la Stavka quería emprenderuna gran ofensiva de verano y hacer retroceder aún más a los alemanes, pero

Zhúkov propuso que esperaran el ataque alemán, preparados y con una sólida

defensa, que aprovechando la concentración de tropas alemanas emprendiera

una aplastante contraofensiva. El plan funcionó perfectamente. Los meses que

Hitler había retrasado la Operación Ciudadela, dieron el tiempo suficiente para

minar los campos y caminos, crear barreras de tanques y cavar profundas

trincheras.207

Por regla general, las fuerzas que pasan a la ofensiva en una invasión

deben superar a las fuerzas de defensa, pero en el caso de Kursk las fuerzas

alemanas eran superadas 3 a 1. La batalla de Kursk también será recordada como

206 Bellamy, op. cit. pp. 942-944207 Beevor, La Segunda… op. cit. pp. 856-860




la batalla de tanques más grandes de la historia, alrededor de 7.000 blindados —

contando los de ambos bandos— chocaron en los extensos campos. Los tanques

rusos que en el comienzo de la invasión alemana eran superiores, para los

tiempos de Kursk eran superados técnicamente por los poderosos tanques Tiger I,

Panther y los pesados cañones propulsados de asalto Ferdinand, pero los

blindados soviéticos seguían superando en número, lo cual era una ventaja

superior a la ventaja técnica. Por el lado de la infantería, los soldados alemanes

estaban atascados en duros combates en el camino a Kursk por el norte y sur,

pero las fuerzas soviéticas una vez más resistían con uñas y dientes. A diferencia

de la Wehrmacht, el Ejército Rojo podía reemplazar con rapidez las tropas que iba

perdiendo, pero la Wehrmacht estaba perdiendo tropas y material irrecuperable.

La contraofensiva soviética resultó a la perfección, a pesar de las enormespérdidas de soldados soviéticos, estaban obligando a retroceder a los alemanes,

quienes en vano esperaban refuerzos. Las esperanzas de ser reforzados se

acabaron cuando llegó la noticia que los aliados — Estados Unidos e Inglaterra—

habían desembarcado en Sicilia el 11 de julio de 1943, abriendo un nuevo frente

en Europa y por lo tanto un nuevo desvío de tropas y material de guerra. El

constante retroceso de las tropas alemanas las llevó al punto de partida del 4 de

julio y el avance soviético continuó aún más, reconquistando territorios perdidos

desde el inicio de la invasión alemana. El 23 de agosto el avance soviético había

llegado hasta Járkov, iniciando la 4° y última batalla en esta ciudad, liberándola

definitivamente del poder alemán. 208

La batalla de Kursk marcó un punto crucial en la guerra en general, no solo

en el Frente Oriental. Desde ahí en adelante la derrota para el III Reich estaba

clara para los aliados, para la oficialidad de la Wehrmacht también estaba claro,

pero muchos se negaban a creerlo o aceptarlo. Lo lamentable es que la guerra

después de Kursk duraría casi dos años y se cobraría más vidas de las que ya se

habían perdido hasta ese momento. El avance soviético no se detendría hasta

llegar a Berlín, pero el camino aún era largo.

208 Hastings, op. cit. pp. 687-694




[Mapa N°7] Batalla de Kursk. El último intento del III Reich para pasar a la

contraofensiva.209

[Imagen N°22] Soldado alemán caído en combate junto a un tanque alemán Panzer IV

destruido durante la Batalla de Kursk. Julio de 1943.210

209 Beevor, La Segunda… op. cit. p. 945210 http://ww2today.com/wp-content/uploads/2013/07/burning-panzer-iv-at-kursk.jpeg




3.2. La Caída del III Reich. La Batalla de Berlín.El éxito en Kursk demostró una nueva profesionalidad del Ejército Rojo211

que se tradujo en nuevas tácticas para enfrentar a la arrolladora máquina bélica

alemana. Durante la segunda mitad de 1943 y comienzos de 1944 los soviéticos

habían continuado su avance hacia el oeste, llegando a Kiev en Ucrania, había

liberado del yugo alemán a Crimea y en enero de 1944 había librado por fin a

Leningrado de un asedio de 900 días. La Wehrmacht seguía en retirada en todo el

frente de norte a sur y las tropas soviéticas ya estaban ocupando los países

bálticos, reprimiendo de una forma brutal a lituanos, estonios y letones por su

cooperación con los nazis. La cooperación de los países bálticos con el régimen

nazi había sido tal que en las Waffen-SS había una división completa compuestapor lituanos. Pero en gran parte, la cooperación con el régimen nazi no se debía a

temas netamente raciales o de afinidad ideológica, sino que a una histórica lucha

por independizarse del Imperio Ruso y posteriormente de la Unión Soviética.

El 22 de junio de 1944, el tercer aniversario de la invasión alemana a la

Unión Soviética, el Ejército Rojo lanzó la Operación Bagration, la ofensiva más

grande emprendida por los soviéticos, con alrededor de 2.300.000 hombres contra

el Grupo de Ejércitos Centro de la Wehrmacht, que contaba en ese entonces concerca de 500.000 efectivos. El ataque tuvo tal contundencia, que destruyó por

completo 17 divisiones alemanas y dejó medio centenar totalmente dañadas. Este

golpe sería más duro y costaría más vidas que la derrota en Stalingrado y tendría

un efecto aún más devastador ya que fue tan solo dos semanas después del

desembarco aliado en Normandía. Un mes y medio después del inicio de la

Operación Bagration, los soviéticos llegaron a las cercanías de Varsovia, el Frente

Oriental había vuelto a su sitio de partida. La magnitud de la Operación Bagration

había forzado a Rumania y Bulgaria a rendirse y pasarse al bando aliado. La

situación había empeorado para Alemania cuando perdieron Budapest y gran

parte de Hungría, pero el éxito del Ejército Rojo destruyendo al Grupo de Ejércitos

Centro y el gran avance hacia el oeste había extendido demasiado las líneas de





suministros, quedando vulnerables las posiciones de avanzada. Pero de agosto de

1944 hasta comienzos de 1945, el Frente Oriental se había estabilizado, pero aun

manteniendo duros combates en la desesperada retirada de la Wehrmacht hacia

Alemania.

Desde octubre de 1944 los aliados occidentales habían logrado entrar en

territorio alemán, en la frontera franco-alemana, en la desgastadora batalla del

bosque de Hurtgen. Pero no habían logrado penetrar en profundidad el territorio

del Reich y con la ofensiva alemana en el bosque de las Ardenas en Bélgica, la

situación en el frente occidental se mantuvo en la línea fronteriza. Cuando los

aliados angloamericanos lograron adentrarse en territorio del Reich, lo hicieron de

la forma pausada y cautelosa que los había caracterizado desde un principio,

siempre evitando perder vidas de forma innecesarias, sobre todo a esas alturas

cuando el fin se veía cerca. Desde el lado de la Wehrmacht la situación era similar

en el Frente Occidental, no se hacían ataques feroces, se contenía al enemigo y

ante la primera muestra de imposibilidad de continuar con el combate, se

rendían212. Las tropas alemanas no mostraban el mismo fanatismo con el que

luchaban en el Frente Oriental y era común que los soldados alemanes tomados

como prisioneros dijeran «Ich bin kein nazi» (No soy nazi), algo que en muchos

casos era cierto, ya sea porque nunca lo fueron o porque con el tiempo perdieronla fe en Hitler. Lo cierto es que gran parte de los soldados alemanes que luchaban

en los primeros meses de 1945 eran adolescentes y ancianos, los primeros aún

con la educación nacionalsocialista fresca, sin conocer los horrores del frente, los

más ancianos eran cautos y muchos de ellos veteranos de la Primera Guerra

Mundial, la oportunidad de rendirse a las tropas anglo-americanas significaba

terminar la guerra en un campo de prisioneros, pero con vida, todos temían a las

vengativas tropas soviéticas.

El 12 de enero de 1945 las tropas soviéticas lograron entrar en territorio del

Reich, en una marcha aún más violenta que la que se vivía en el Frente

Occidental. Los combates en Hungría, sobre todo en su capital, Budapest, habían

212 Hastings, op. cit. p. 772




sido brutales, las tropas soviéticas estaban tomando represalias con la población

civil húngara, por todos los horrores que había sufrido la población soviética en los

años de ocupación nazi. Era un presagio a lo que ocurriría en Alemania.

Los avances del Ejército Rojo fueron como una máquina arrolladora, lastropas alemanas estaban completamente diezmadas y eran reforzadas por el

Volkssturm, soldados reclutados —a la fuerza en la mayoría de los casos— entre

los hombres ancianos y jóvenes que más bien eran niños, muchos de ellos entre

los 12 y 16 años. Las divisiones de las Waffen-SS se mantenían en gran parte

gracias a los voluntarios extranjeros provenientes de los países nórdicos y bálticos

en su mayoría. Estos voluntarios habían perdido sus países que caían en manos

de los aliados occidentales o en manos de los soviéticos. A la mayoría los unía un

profundo odio hacia los bolcheviques, por lo que su lucha fue de forma fanática y

tenaz, ya no tenían nada que perder. La mayoría de las divisiones estaban

reducidas en personal, en muchos casos su número no alcanzaba ni el de un

regimiento, pero seguían llamándose divisiones, que eran reforzadas por mal

entrenadas tropas de las juventudes hitlerianas. Con estas fuerzas totalmente

debilitadas, los preparativos para defender la capital del Reich comenzaron el 20

de marzo, los civiles alemanes comenzaban a vivir en carne propia los horrores de

la guerra, aquellos horrores que habían vivido sus enemigos desde iniciado elconflicto.213

El 20 de abril de 1945 Hitler celebraba su cumpleaños número 56 y el

Ejército Rojo lo saludó con un bombardeo de artillería sobre Berlín. Se iniciaba la

batalla en Berlín, la última resistencia de un Reich que agonizaba desde 1943. Los

combates como eran de esperar, siguieron la misma tónica que habían tenido día

a día desde que los soviéticos habían pisado suelo del Reich. Combates urbanos

en estrechas calles, con civiles en medio de todo. Berlín rápidamente seconvertiría en otro Stalingrado, pero sin las bajas temperaturas y —por fortuna—

con una duración mucho menor. Miles de miembros del partido nazi, aquellos

hombres que vestían uniforme pardo y cinta roja con la swástica en el brazo,

213 Beevor, Anthony: “Berlín: La caída: 1945” Ed. Crítica. Barcelona, 2005. p. 428




estaban apilados en las oficinas del Cuartel General para la Defensa del Reich,

solicitando permiso para abandonar Berlín. Goebbels en su discurso radial había

dicho que todo aquel que podía empuñar un arma, debía quedarse en Berlín. Para

los oficiales de la Wehrmacht, ver a estos miles de hombres asustados con

uniforme pardo fue todo un espectáculo. «Las ratas abandonan el barco»

declararía el coronel von Refior, aquellos hombres que en el pasado condenaban

las retiradas del ejército y no vacilaban en llamar cobardes a los generales de la

Wehrmacht, ahora sin haber disparado una sola bala abandonaban el campo de

batalla, los guerreros de sillón estaban demostrando lo que siempre fueron, un

mero discurso.214

En Berlín la Rattenkrieg se hizo presente nuevamente. Ningún bando

presentaba sutilezas tácticas, se combatía de forma fanática y desmedida por

conquistar cada metro de calle. A diferencia del tira y afloja de Stalingrado, ahora

cada metro era ganado por los soldados del Ejército Rojo, los alemanes estaban

cada vez más acorralados. Los soldados del Reich ya no eran los altos y atléticos

hombres que marcharon hacia Rusia, ahora eran delgadas caras que nadaban en

los grandes cascos de acero, por las amplias chaquetas y ponchos asomaban

delgados brazos que se agitaban con rapidez manipulando armas o dando

señales a los compañeros en medio de voces chillonas. Los soldados ya no eranhombres, sino niños. Los hombres veteranos trataban de todas formas evitar que

los jóvenes murieran, pero aún con la fe en Hitler en sus ojos, muchos soldados

de menos de 16 años se abalanzaban sobre las tropas soviéticas como si no

supieran que las balas del enemigo también son certeras y efectivas. Tal como

algunos insectos y animales se comen a sus crías, Alemania se estaba comiendo

a sus hijos, sacrificándolos en una guerra que a esas alturas debería haber

finalizado. Los civiles intentaban escapar de estos horrores, muchos de ellos

tuvieron la previsión de salir antes de que los Ivanes se acercaran. Todos

entraban en pánico cuando oían el grito «Der Iwan kommt!» ( ¡Vienen los ivanes!).

A pesar que las deserciones y rendiciones se estaban dando de forma masiva

entre los combatientes, alrededor de 45 mil hombres de la Wehrmacht y las

214 Ibíd. p.434




Waffen-SS junto a otros 40.000 del Volkssturm resistieron poco más de una

semana contra los más de 2 millones de combatientes soviéticos.215

El 30 de abril la mayor parte de la ciudad estaba destruida y en manos

soviéticas. Los crímenes hacia la población civil eran pan de cada día, miles demujeres de todas las edades eran violadas por soldados soviéticos, muchas de

ellas asesinadas después de ser ultrajadas, otras optaban por el suicidio. Todo

estaba perdido, pero los nazis aún no ordenaban la rendición. Ese 30 de abril,

Hitler y su recién esposa Eva Braun se suicidaron en el Bunker del Führer. Erich

Kempka, chofer personal de Hitler, tuvo que reunir con serias dificultades 200 litros

de gasolina, por órdenes del mayor de las SS Otto Günsche, guardia personal del

Führer. Ignoraba la razón por la que necesitaran tanta gasolina, Gunsche no le

quiso informar por teléfono, pronto lo supo cuando entregó la gasolina y entró al

Bunker como Gunsche le había ordenado. Junto con Gunsche y otros oficiales

trasladó el cuerpo de Hitler y su esposa hasta el patio de la guardia, donde fueron

lanzados en una pequeña fosa e incinerados216. Hitler no había ordenado la

rendición y había dejado el mando de lo que quedaba de Alemania a Karl Dönitz,

Almirante en jefe de la Kriegsmarine. El 2 de mayo, con la ciudad destruida y con

más de 100.000 muertos, el General Weidlitz, a cargo de la defensa de Berlín,

ordenó el cese al fuego en la ciudad. Mientras tanto Dönitz no rendíacompletamente el III Reich, ganaba tiempo para que el máximo de tropas pudieran

trasladarse al oeste y rendirse a los anglo-americanos. El fin de la guerra llegó el 7

de mayo, todos los aliados celebraron el día de la Victoria. Pero los crímenes aún

continuaban. Los alemanes pasaron de victimarios a víctimas, los horrores

cometidos por sus fuerzas armadas, ahora era pagado por los civiles. Tras seis

años de guerra, Alemania perdería alrededor de 10 millones de vidas, mientras

que la Unión Soviética perdería cerca de 27 millones. Más del 50% de las muertes

durante la Segunda Guerra Mundial fue población civil.

215 Hastings, op. cit. pp. 1184-1186216 Kempka, Erich: “Yo quemé a Hitler: 13 años al servicio del Führer”. Ed. Kyrburg. Münich, 2002. pp. 92-96




[Mapa N°8] Batalla de Berlín. El fin del III Reich. Abril-mayo de 1945.217





[Imagen N°23] Toma del Reichstag por el Ejército Rojo, símbolo de la Victoria de la

Unión Soviética sobre el III Reich. Abril de 1945.218

3.3. La Consciencia por sobre la obediencia. La Resistencia militar y civildentro del III Reich.

Desde que los nazis llegaron al poder en 1933, los opositores al régimen se

mantuvieron activos en la clandestinidad a pesar de la fuerte represión. Hitler se

ganó enemigos tanto en el plano civil como en el plano militar y en todos los

estratos sociales de Alemania. Los comunistas siempre fueron los grandes

enemigos del III Reich y un grupo de artistas, intelectuales, académicos y oficiales

de la Wehrmacht, mayoritariamente de izquierda y muchos de ellos comunistas, se

infiltraron en organizaciones estatales para entregar información a Moscú de los

planes nazis. La Gestapo llamó despectivamente «Orquesta Roja» a esta

organización, que sin embargo no fue bien aprovechada por Stalin hasta despuésde iniciada la invasión alemana. Algunos grupos protestantes en las zonas

mayoritariamente evangélicas no apoyaron el surgimiento del nazismo y formaron

la «Iglesia Confesional» pero su lucha era para salvaguardar la fe en contra de la

218 http://f.tqn.com/y/militaryhistory/1/W/7/3/-/-/SovietsBerlin.jpg




tiranía nazi y no necesariamente derrocar al régimen. Pero uno de sus miembros

más importantes, el pastor Dietrich Bonhoffer, cooperó activamente en la

resistencia alemana para derrocar a Adolf Hitler.219

La resistencia al régimen nazi fue tan amplia como variada, desdeorganizaciones grandes, con redes por toda Alemania y Europa, hasta la

resistencia individual. Un caso de resistencia individual es la de Georg Elser, un

carpintero y campesino de la región de Suabia al sur de Alemania. Elser no tenía

una línea ideológica o política definida, había pertenecido a un sindicato de

obreros de la madera y a una organización comunista, pero en ninguna había

militado de forma continua, sin mostrar mucho interés. Su férrea oposición al

nazismo nació producto de la observación de las condiciones laborales de los

obreros, que con la llegada de Hitler al poder vieron deterioradas sus libertades y

sus salarios. La persecución religiosa también había contribuido a su pensamiento

antinazi, ya que Elser era un devoto protestante. Sin pertenecer a ninguna

organización de resistencia ni ser agente de ninguna potencia extranjera, en

solitario fabricó una bomba con dinamita, que dispuso en uno de los pilares de la

«Bürgerbräukeller», la cervecería donde cada 8 de noviembre los nazis

recordaban el Putsch de Münich de 1923 y ocasión en la que Hitler pronunciaba

su discurso a los miembros más altos del partido. En la celebración de 1939,cuando apenas llevaban 2 meses de guerra, Georg Elser puso su bomba casera

en el pilar más cercano al escenario y utilizando un reloj de bolsillo la programó

para que explotara mientras Hitler pronunciara su discurso. Ese año Hitler

pronunció un discurso mucho más corto de lo habitual, el nuevo estado de guerra

lo mantenía demasiado ocupado, abandonando la cervecería apenas terminó su

discurso. La bomba de Elser explotó solo trece minutos después de que Hitler

bajara del escenario. Trece minutos que podrían haber cambiado la Historia.

Georg Elser fue apresado luego de una exhaustiva investigación que lo arrojó

como culpable. Fue interrogado mediante torturas para que revelara su

organización o a que servicio secreto extranjero lo financiaba, pero su respuesta

siempre fue la verdad, actuó en solitario. Elser fue ejecutado el 9 de abril de 1945,

219 Hernández, Jesús: “Operación Valkiria”. Ed. Nowtilus. España, 2008. pp. 35-37




21 días antes del suicidio de Hitler y un mes antes del término definitivo de la

guerra en Europa.

En el plano militar la resistencia tuvo su mayor presencia en el Abwehr, el

servicio de inteligencia de la Wehrmacht, comandado por el almirante WilhelmCanaris, quizás el miembro más importante de la resistencia alemana. Los

oficiales junto a personal civil se organizaron en una resistencia clandestina, que

buscaba derrocar a Hitler de cualquier forma, a través de un golpe de Estado o

con un tiranicidio, postura que no era compartida por la mayoría. El desastre de

Stalingrado convenció a muchos oficiales que la guerra estaba perdida y que la

única forma de salvar a Alemania de la destrucción era derrocando a Hitler.

Mientras el Abwehr ejercía el contraespionaje dando información valiosa a los

aliados, la resistencia militar buscaba la forma de acabar con Hitler. A la cabeza

de estas operaciones estaba el Coronel Henning von Tresckow, un oficial de

tradición prusiana perteneciente al 9° Regimiento de infantería de Potsdam, un

regimiento emblemático para la resistencia. Tresckow amplió sus posibilidades de

éxito al ser ascendido a General y desde su puesto en el Frente Oriental organizó

atentados contra Hitler, uno de los más conocidos fue el que ejecutó el mismo,

poniendo una bomba en una botella de licor que envió como regalo a Berlín en el

avión Ju-52 que utilizó Hitler en una de sus visitas al frente. Las bajastemperaturas del avión a gran altitud impidieron que el mecanismo de la bomba se

activara y Hitler aterrizó sin saber que estuvo volando con una bomba en el

compartimiento de carga. A las filas de Henning von Tresckow llegó el personaje

más emblemático de la resistencia al régimen nazi, el coronel Claus von

Stauffenberg, que luego de ser gravemente herido en el norte de África, fue puesto

al mando del ejército de reserva en Berlín. Desde esta posición tenía acceso a las

reuniones del Führer y pudo cambiar las órdenes de la «Operación Valkiria», el

plan de contención del ejército de reserva en caso de una crisis interna.

Stauffenberg y Tresckow planificaron asesinar a Hitler y sus sucesores con un

ataque bomba, que se concretó el 20 de julio de 1944. El atentado fue un éxito-

fracaso, la bomba plástica puesta por Stauffenberg en su maletín y puesta debajo

de la mesa de mapas donde Hitler discutía con el alto mando en la Guarida del




Lobo, explotó, causando gran destrucción, pero el dictador salvó casi ileso. Los

sucesos de la operación Valkiria sin dudas son de mucho interés y en esta

investigación no podríamos abarcarla como es necesario, ya que al igual que

muchos de los temas aquí tratados cuentan con bibliografía específica y son

dignas de constantes nuevas investigaciones, pero en nuestro tema, la resistencia

a este nivel nos demuestra que la violencia extrema que en algunos produce

éxtasis y placer, en otros — y por suerte en muchos— produce repulsión y

profundo rechazo, al punto de arriesgar la propia vida con el fin de detener la

barbarie, como lo fue el caso de Stauffenberg y Tresckow. La conspiración de

Stauffenberg-Tresckow tiene miles de nombres, pero a través de sus dos

cabecillas honramos la memoria de los miles de hombres y mujeres que

arriesgaron su integridad por detener el genocidio más terrible que ha visto lahistoria. Henning von Tresckow al enterarse del fracaso de la operación se suicidó

en las cercanías de su cuartel general en el Frente Oriental, mientras que

Stauffenberg, fue fusilado la misma noche del día del atentado, junto a su edecán,

teniente von Haeften, el general Olbricht, general Beck y otros oficiales. En total

más de 2.000 personas fueron enjuiciadas y ejecutadas a raíz del atentado del 20

de julio, entre ellas el pastor Bonhoffer y el almirante Wilhelm Canaris. De las

purgas ocurridas tras el fallido atentado, dos figuras influyentes en la Wehrmacht

cayeron, los mariscales de campo Günther von Kluge y Erwin Rommel, que se

habían visto relacionados con los conspiradores. Al igual que muchos generales

como Guderian y von Manstein, von Kluge y Rommel conocían los planes de los

conspiradores y se involucraron de forma pasiva, sin denunciar a los «traidores».

El caso de Rommel tuvo un especial tratamiento, al ser el general más querido

tanto por la sociedad civil como militar, su relación con la conspiración no fue

revelada al público y se mantuvo en secreto. Con el fin de evitarle un juicio público

y represalias a su familia, se le dio la opción del suicidio con cianuro. En la prensa

alemana se informó que Rommel había muerto en el campo de batalla.220

En el mundo de los soldados en el frente de batalla, la realidad era distinta

a la de altos oficiales y civiles. El mundo en el que estaban inmersos no estaba a

220 Ibíd. pp. 174-188




la altura de las exigencias morales que pide el mundo civilizado. Sumergidos en la

violencia, en barro y cuerpos desmembrados, los soldados cada vez más

autómatas se cuestionaban menos si lo que hacían era bueno o malo,

simplemente actuaban. Pero la consciencia humana emergía a la superficie en

varios casos, pero no estaban en posición de oponerse a todo un régimen, no

estaban ni en el lugar ni con la gente indicada para efectuar un plan para derrocar

al régimen, los actos de resistencia del soldado se llevaban de otra forma.

Desobedecer una orden, mal entenderla a propósito, dejar escapar un prisionero,

estos pequeños actos —pero a la vez grandes— era la resistencia de los soldados

al régimen nazi, a sus órdenes y crímenes. El soldado Heinz Drossel es un

ejemplo de estos actos de resistencia en el frente, relatando un hecho que vivió en

el Frente Oriental. Un comisario del Ejército Rojo cayó en manos de la unidad deDrossel y según la orden de los comisarios debía ser ejecutado de inmediato. El

comandante de su unidad ordenó a Drossel llevar al comisario al batallón, donde

con toda seguridad sería ejecutado. Pero se llevó al comisario hacia un bosque,

lejos del camino hacia el batallón. Heinz Drossel relata lo siguiente:

«Cuando llegamos a un lugar en el que nadie nos veía, un camino llevaba

hacia el interior del bosque hacia la izquierda . Le dije “Nalyevo, ¡izquierda!,

¡Vete a la izquierda!”. Y eso hizo. Después me pregunté a menudo si pensó

“Este es el momento en el que voy a morir.”, pero le llamé y le dije “no

tengas miedo. No soy un asesino, soy un ser humano.”»221

Estos actos de resistencia en distintos niveles nos dan cuenta que a pesar

del clima de violencia desmedida, hay luces de humanidad que asoman entre las

oscuras tinieblas de la guerra. La resistencia también se vio en las deserciones de

los soldados que fueron aumentando conforme a la guerra avanzaba y la derrota

se hacía evidente. Muchos de ellos eran adolescentes que solo querían salvar susvidas para volver con sus madres. Los actos de resistencia lamentablemente no

fueron recompensados en todos los casos, como lo sucedido con Georg Elser,

Stauffenberg, Tresckow, Bonhoffer, entre otros tantos, pero en otros casos como

221 The Wehrmacht, op. cit. Cap. 4 “Resistance”




los de Heinz Drossel tuvieron su recompensa. No solo dejó escapar a un

comisario del Ejército Rojo, sino que también a varios prisioneros soviéticos. Por

su buen desempeño como soldado y por tener una carrera profesional, Heinz

Drossel fue ascendido a Teniente. La familia de Heinz Drossel ayudó a escapar a

muchos disidentes políticos del III Reich como también a judíos, refugiando

algunos en su propia casa. En uno de los permisos para descansar en su hogar, el

Teniente Drossel caminaba con su uniforme de oficial en dirección a su casa

durante la madrugada, al cruzar un puente pudo ver que una mujer que caminaba

apresurada entró en pánico al ver su uniforme y corrió, en su desesperación se

subió al borde de la baranda del puente con intención de saltar. Heinz Drossel

rápidamente se acercó y convenció a la mujer que no saltara, su nombre era

Marianne y era judía, llevaba tiempo escondida y estaba intentando escapar. ElTeniente Drossel le dio refugio en su casa familiar hasta el fin de la guerra.

Cuando el Reich estaba viviendo sus últimos respiros, Heinz Drossel ya era

capitán y el 4 de mayo de 1945 — 4 días antes de la rendición— se le había

ordenado comandar un ataque suicida contra las fuerzas soviéticas. Para evitar la

muerte innecesaria de sus hombres, Heinz Drossel se negó a cumplir la orden y

enviaron a las SS a apresarlo. Los hombres de Drossel abrieron fuego contra las

SS y se produjo un tiroteo que terminó con la rendición de Heinz Drossel que fue

llevado a prisión. Cuando las tropas soviéticas liberaron la prisión, Heinz Drossel

fue liberado parcialmente, pero al tratarse de un oficial que había luchado en el

Frente Oriental, fue trasladado a las prisiones en la Unión Soviética. Tras

constantes negociaciones, fue liberado del cautiverio ese mismo año, volviendo a

Alemania y a la vida civil como abogado, contrayendo matrimonio con Marianne en

1946, la mujer que rescató del puente. Por salvar la vida de familias judías, el

Estado de Israel le nombraría «Justo entre las naciones» y llegaría a ser juez en el

sistema judicial alemán hasta su retiro en 1981. Drossel murió a la edad de 92

años en 2008.222

222 [En línea] https://aforjar.wordpress.com/2014/07/22/al-servicio-del-projimo-teniente-heinz-drossel/

[Consultado el 17 de enero de 2016]




3.4. Crímenes y violencia. Balance general sobre el Frente Oriental.La estampa de Hitler se puede resumir en una palabra que define su sello

característico, la destrucción. En sus discursos en los agitados años 20, hablaba

de la destrucción de Alemania por culpa del bolchevismo judío, en su llegada al

poder destruyó la oposición interna como externa al partido. En su discurso nuncaestuvo ausente la palabra «Vernichtung» (aniquilación), ya sea para referirse a los

judíos, a los comunistas, a los social demócratas, a las débiles democracias

liberales, a los capitalistas, a los masones, entre otros tantos enemigos. Aun

cuando accedió al poder en 1933 y debía mostrar la imagen de un hombre de paz,

en sus discursos nunca estuvo ausente la aniquilación del bolchevismo judío.

Iniciada la guerra el discurso de aniquilación se hizo más repetitivo y a la vez más

agresivo.223

Cuando la sociedad se moldea en torno a la violencia y se filtra incluso al

ámbito cultural mediante la educación, se vuelve razonable y empieza a ser

ejercida por todos los grupos sociales sin importar sexo, nivel de educación,

creencia religiosa, etc. Ejercer la violencia se transforma en una tarea constructiva,

que forja el temple de una nación fuerte y elimina los enemigos internos y

externos. En este tipo de sociedad se separa a los que están incluidos de los

excluidos, los subordinados pierden su categoría de iguales y pierden sus

derechos. La violencia ejercida contra los excluidos es justificada y necesaria, la

apropiación de sus bienes, la prohibición del tránsito público, de la educación e

incluso su aniquilación es un fin constructivo para la sociedad. La violencia solo es

destructiva para las víctimas224. En este marco social se formaron las

mentalidades de los soldados del III Reich, incluso las del Ejército Rojo a pesar de

estar en regímenes ideológicamente opuestos. Como habíamos anticipado en la

hipótesis de esta investigación, el factor ideológico tiene un rol preponderante al

momento de formar la mentalidad que ejercerá la violencia. Pero la ideología no es

un factor definitivo para comprender la violencia extrema que se vivió en el Frente

Oriental.

223 Kershaw, Ian: “Hitler”. Ed. Península. Barcelona, 2014. pp. 258-259224 Neitzel, op. cit. pp. 587-588




Una conjugación de factores desencadenaron la violencia terrible que se

vivió en el Frente Oriental. La ideología dio el empuje, pero la guerra en si misma

saca a superficie lo peor de los seres humanos. Los vastos kilómetros de frente,

las condiciones climáticas extremas y un profundo odio profesado por ambos

bandos exacerbaron todos los límites, dando origen a una Guerra Absoluta. Los

asesinatos a prisioneros de guerra y civiles en pocos casos tuvieron trasfondo

ideológico. Las víctimas seleccionadas desde los órganos centrales de ambos

regímenes tuvieron trasfondo ideológico, como los judíos y comisarios del Ejército

Rojo por nombrar algunos, pero los ejecutores de las órdenes realizaban sus

tareas por un mero placer de destruir al enemigo. Ante todo, la impunidad permitía

realizar estos crímenes sin ningún problema. Episodios de crímenes horribles hay

muchos, pero para ejemplificar de manera clara la impunidad y el asesinato sinmotivo alguno, el relato del General Wilhelm Ritter von Thoma mientras era

prisionero en Trent Park es un ejemplo chocante. En una conversación privada en

septiembre de 1944 con el General Heinrich Eberbach, le relata un episodio que

vivió en la ocupación de Ucrania y que aún lo mantiene inquieto.

Von Thoma: y entonces el capitán le dice al teniente, “¡Maldita sea! No

puedo soportar ver más estas caras de granja.” Toma la pistola y dispara al

granjero que personalmente le había invitado y le vuela los sesos desde elotro lado de la mesa.

Eberbach: Pero, ¿sería severamente castigado por ello? ¿El capitán?

Von Thoma: Espera un momento, la mujer grita “¡Asesino!”, se sienta en la

estufa con sus niños y empieza a llorar. El capitán le dice entonces al

teniente, “Encárgate que me deje en paz y tranquilidad.” Saca su pistola y

dispara a la mujer. Todavía quedan la niña, un niño de 10 años y un bebé

de dos meses. De repente, “¡Sí! Ella también debe morir.” Y mata a la niña.

Ahora es el turno del niño de 10 años. El capitán dice, “Llévale afuera y

mátale.” Le mató de un disparo en la nuca. Ahora sólo queda el bebé de

dos meses sobre la estufa. Y dice, “¡Ll évate a ese animal fuera!” Lo tiró al

suelo, lo cogió del pie y lo tiró por la ventana a la nieve. Hice que les




sometieran a un consejo de guerra. El capitán dijo solamente, “No matamos

ningún ser humano.” Pedí que les condenaran a muerte a ambos. Una

ejecución pública, ejecutados por su propia compañía. No fueron

condenados, sólo les enviaron a algún batallón de castigo.225

El relato de von Thoma es sin dudas perturbador. No sólo por el terrible

crimen contra una familia de campesinos ucranianos, sino por el hecho que a

pesar de ser acusados por un general y llevados a juicio, el aparato estatal y

judicial no castigaba esos crímenes de la forma en que el general exigía. El

asesinato contra esta familia no tiene ningún trasfondo ideológico, el simple

capricho de un sádico capitán y un teniente que cumple órdenes sin dudar y

posiblemente cumpliéndolas con gusto. El factor ideológico sólo está evidenciado

en la defensa hecha por el capitán «No matamos ningún ser humano», una

afirmación propia de un hombre educado en el nacionalsocialismo, que inculcaba

la superioridad racial sobre los eslavos subhumanos. Los crímenes pasan a ser un

evento diario en el campo de batalla, para los soldados, sean partícipes activos o

pasivos de estos crímenes, el que se cometan les parece tan natural de una

guerra como el enfrentamiento a tiros con el enemigo. Un ejemplo de la

naturalidad con la que se ven los crímenes la podemos ver en la conversación

entre dos hombres, Fausst, Sargento primero de la Luftwaffe y Müller, soldado deprimera.

Müller: Cuando estuve en Járkov, estaba todo arrasado, excepto el centro.

¡Qué maravilla de ciudad, qué recuerdos tan impresionantes! Todo el

mundo hablaba algo de alemán, lo habían aprendido en la escuela.

También en Taganrog: cines de primera y maravillosos cafés en la playa.

[…] Ahí, donde se juntan el Don y el Donetz, ahí hemos volado muchas

veces, yo he estado en todas partes. Es una gozada, el paisaje; con elcamión he estado en todas partes. Sólo se veían mujeres ocupadas con los

trabajos comunitarios forzosos.

Fausst: ¡Ah, qué mierda!

225 The Wehrmacht, op. cit. Cap. 3 “The Crimes”




Müller: Hacían carreteras. Las mujeres estaban de muerte. Pasábamos a

su lado, las arrastrábamos dentro del coche, nos las tirábamos, y para fuera

otra vez. Hombre, ¡Ni te imaginas como renegaban! 226

En esta conversación vemos la naturalidad del crimen. Müller de estarcontándole a Fausst los aspectos turísticos de las ciudades de Ucrania, como

Járkov, de pronto relata como violaban a algunas mujeres que realizaban trabajos

forzados. Müller relata la violación como una mera anécdota del viaje emocionante

por las carreteras de la Unión Soviética, su oyente, Fausst, no parece sorprendido

para nada, una violación no parece perturbarle ni en lo más mínimo. Luego Müller

sigue en la conversación relatando sobre los hermosos paisajes de Ucrania. La

desvalorización del enemigo lo reduce a un objeto, al que se le puede aplicar la

violencia sin remordimiento. La naturalidad con la que algunos soldados alemanes

abusaban sexualmente de mujeres en las zonas de ocupación, también fue la

naturalidad con la que las tropas soviéticas realizaron masivas violaciones en los

territorios ocupados del eje, principalmente Alemania, donde además agregaron el

factor de la venganza, no bastando solo la violación, sino que también el asesinato

y tortura de las mujeres alemanas.

Por otro lado, el III Reich como la Unión Soviética contaban con fuerzas

especiales para ejecutar la represión política, la cual se traduce en crímenes

contra población civil, contra enemigos internos y externos, como también contra

sus propias fuerzas. Las SS y el NKVD se convierten en brazos armados de la

ideología de sus regímenes. Llevaron a cabo los planes de sus respectivos

regímenes de una forma fanática y consciente, adoctrinados completamente con

la ideología, por lo que sus crímenes tienen una connotación directamente

relacionada con los planes de dominio de los dictadores.

Para concluir el balance sintetizado sobre la extrema violencia ejercida en el

Frente Oriental debemos apartar por un momento nuestra perspectiva actual sobre

la moralidad y los valores. Los crímenes cometidos en el Frente Oriental escapan

a la imaginación y son incontables en distintos ámbitos, pero hemos querido

226 Neitzel, op. cit. p. 13




ejemplificar a través de algunos que podrían representar ciertas generalidades. Al

leer sobre estos crímenes, es inevitable que no nos sintamos perturbados o

choqueados ante estos terribles hechos. Pero al analizarlos desde nuestra

perspectiva actual no podremos comprender el mundo de los soldados, aquel

mundo en el que estaban insertos desde antes de iniciar la guerra, un mundo

donde la violencia estaba dentro de los patrones aceptados de la sociedad y era

fomentada para ser aplicada en contra de los enemigos. La Alemania del III Reich

y la Unión Soviética Stalinista vivieron procesos que acumularon una serie de

factores que desencadenaron una tormenta perfecta, llamada Frente Oriental, la

Guerra Absoluta se hace evidente en la incomprensible cantidad de muertos y en

la devastación de los territorios. Las consecuencias físicas en los países, sobre

todo en Alemania que quedó dividida, también se convirtieron en consecuenciasculturales que siguen vigentes hoy en día. Por el lado de los soldados, aquellos

que lograron sobrevivir a la guerra, no solo volvieron con heridas físicas, las

consecuencias psicológicas no cicatrizarían tan rápido como las heridas de

batalla. Los tiempos de paz permitieron a los veteranos poder reflexionar, algunos

de ellos logrando ser resilientes a través de la autocrítica. Uno de ellos es Max

Gotthardt, quien vio el fin de la guerra en el Frente Italiano, a pesar de no haber

participado en crímenes horribles, su análisis final es en extremo autocrítico y

demuestra como la guerra destruye a la civilización y al ser humano.

«Yo era un joven optimista, con interés en la música, en la literatura y en

todo eso. Tuve que ir a la guerra y volví siendo un asesino.» 227

227 The Wehrmacht, op. cit. cap. 3 “The Crimes”




9.- ConclusionesEn 2010 un escándalo sacudió al mundo entero, Julian Assange publicaba

mediante Wikileaks el video de un helicóptero apache disparando a reporteros de

Reuters sin ninguna provocación. A esto le seguiría una serie de videos y cientos

de miles de documentos de carácter confidencial del Pentágono, donde se

revelaban el asesinato sistemático de civiles por parte de soldados

estadounidenses y sus aliados, los contactos con células terroristas y las torturas

hacia prisioneros. En muchos de estos videos se ven soldados estadounidenses

disparando a civiles en medio de vítores y risas, disfrutando de la violencia como

si se tratara de un juego de video, algo que nos recuerda a las conversaciones

transcritas a soldados alemanes, que dan cuenta del mismo tipo de placer por

matar. Pero Estados Unidos no es la Alemania del III Reich, ni tampoco está

sujeta a un régimen totalitario con trasfondo ideológico. Los soldados

estadounidenses pertenecen a un amplio abanico de creencias religiosas,

ideológicas y culturales, pero la violencia se hace presente en todos los espectros.

La violencia extrema es algo inherente a la guerra, las experiencias vividas por los

soldados los convierten en insensibles, pero en muchos casos desde el momento

del entrenamiento se inicia la predisposición hacia lo violento.

Los horrores del Frente Oriental dejaron una huella imborrable en la

historia. En este conflicto todos los extremos de la crueldad fueron evidenciados y

de la forma más lamentable. Las cifras de muertos en ambos bandos son el

ejemplo más claro de la magnitud de este enfrentamiento entre los dos regímenes

totalitarios más brutales que se han visto, un choque entre dos monstruos

gigantes. Lo que resalta al investigar sobre el Frente Oriental, es la máxima

violencia ejercida no solo en el campo de batalla, sino que contra prisioneros de

guerra y la población civil. La crueldad, el desprecio por la vida y la venganza nosresultan incomprensibles, por lo que nos hace formular preguntas en torno a los

orígenes de este comportamiento. La ideología es donde primero se apunta, los

trasfondos ideológicos de ambos regímenes dieron el marco social que permitía y

avalaba este tipo de comportamientos, lo cual es totalmente cierto. La impunidad

fomenta el florecimiento de las perversiones más oscuras del ser humano, como




las inclinaciones al sadismo, esta impunidad se da cuando la sociedad no sólo

hace la vista gorda ante los crímenes, sino que también los fomenta. Tanto los

alemanes como los soviéticos estaban sujetos a Estados que ejercían la violencia

de forma impune, se habían instalado en el poder cometiendo crímenes. Pero la

violencia extrema pareciera ser transversal, algo que traspasa las ideologías y

más relacionadas con el elemento de fondo, la guerra.

El factor ideológico sin duda juega un rol importante, da el respaldo para

ejercer la violencia y así como los soldados alemanes ejercían su violencia contra

los que su régimen consideraba subhumanos, los soldados soviéticos la ejercían

contra las bestias fascistas, los soldados estadounidenses ejercen la violencia

impune contra los que amenazan la «libertad» y el estilo de vida «americano». La

ideología también puede tener un aspecto positivo, como lo es en el caso de las

tropas británicas, que según la estadística son las que cometieron menos

crímenes de guerra contra civiles y prisioneros durante la Segunda Guerra

Mundial. Este comportamiento en gran parte se debe a que las fuerzas armadas

británicas estaban — o están— formadas en una cultura que rinde culto al soldado

caballero, honorable y educado.

La guerra absoluta fue característica del mundo antiguo, la destrucción

completa del enemigo aseguraba la conquista. En el caso del Frente Oriental la

destrucción total del enemigo era la única forma de finalizar el conflicto y por lo

que podemos evidenciar, tanto el III Reich como la Unión Soviética se destruyeron

mutuamente, independiente de la victoria soviética. El III Reich al igual que una

estrella gigante, mientras más crecía aumentaba su probabilidad de un colapso en

sí misma y tal cual pasa con las estrellas, su colapso fue una gran supernova en

torno a Berlín, una masacre sin sentido a esas alturas. La Unión Soviética no

colapsó en esos años, sus aliados occidentales no lo permitirían, valoraban ynecesitaban del esfuerzo soviético, que derramó la mayor cantidad de sangre en

derrotar a Hitler. Pero el enorme esfuerzo hecho por los soviéticos, a costa de una

pérdida incomprensible de vidas, traería tarde o temprano las consecuencias en

su colapso final, cuarenta años después.




Pero en el Frente Oriental la violencia no solo estuvo dentro de los

parámetros típicos de la guerra, con soldados asesinando a prisioneros y

población civil en represalia. En el Frente Oriental hubo un asesinato sistemático y

masivo de población civil, planificada incluso antes de que iniciara la Operación

Barbarroja. Como evidenciamos en esta investigación, desde antes de iniciada la

invasión a la Unión Soviética se tenía previsto un genocidio de población soviética,

de prisioneros de guerra, de comisarios y por sobre todo de judíos. Los defensores

de la Wehrmacht siempre la han intentado desligar de los crímenes cometidos por

el régimen nazi y sus organismos ejecutores, pero ninguno de los planes de

genocidio hubiera sido posible sin el apoyo logístico, pasivo y activo de la

Wehrmacht. La guerra fue ideada por Hitler, pero no la hubiera podido llevar a

cabo sin el respaldo de los generales. Ellos eran los únicos que podrían haberdicho basta, pero aunque muchos odiaran a Hitler, estaban en sus posiciones de

poder y privilegio gracias a él. La doctrina prusiana les impedía romper un

juramento de fidelidad, que desde 1934 era dirigido a Hitler y no hacia la

constitución ni al pueblo alemán. A pesar de esto, hubo quienes pusieron en

primer lugar su consciencia y humanidad e intentaron detener al régimen más

devastador que ha visto la Historia.

La Guerra Absoluta en el Frente Oriental nos demuestra a los extremos quese llega cuando ideologías de intolerancia extrema logran tener el poder. Conocer

y analizar lo sucedido en Europa del este hace 70 años nos puede ayudar a evitar

que sigan floreciendo grupos supremacistas raciales y/o culturales.

Lamentablemente hoy en día vemos que los mismos extremos se vuelven a

manifestar, ya sean religiosos, económicos e incluso raciales. En medio oriente el

extremismo islámico mantiene guerras civiles brutales desde décadas,

intensificándose en los últimos años. El extremismo económico ha llevado a

potencias mundiales como Estados Unidos a derrocar gobiernos y declarar

guerras con pretextos ambiguos para sacar beneficios económicos de países

destruidos. Los horrores del régimen nazi en sus políticas raciales son algo que

nunca más quisiéramos que se repitiera, sin embargo en Israel cada día se viola

sistemáticamente los derechos del pueblo palestino, al cual se le aplican las




mismas medidas represivas y violentas que aplicaron los nazis contra los judíos.

La nación formada por las víctimas del régimen nazi, pronto se apresuró en aplicar

las mismas medidas en un pueblo sometido, manteniendo una ocupación militar

por más de seis décadas. Pareciera ser un ideal utópico que la historia nos

enseñe a reflexionar y deje de ser solo un cuadro que vemos ajeno a nuestro

presente. Pareciera ser que la frase dicha por el escritor Aldous Huxley cada vez

se hace más latente.

«Quizá la más grande lección de la historia, es que nadie aprendió las

lecciones de la historia.»

Pero a pesar de lo cierto de la frase de Aldous Huxley, la resistencia

alemana nos demuestra que pese a lo fuerte que puede ser un régimen, siemprehabrá personas que se resistirán a nadar con la corriente y pondrán en primer

lugar su consciencia y humanidad. Este es el ejemplo más claro y rescatable de

que hay lecciones que se deben tomar, a pesar que los hombres de la resistencia

alemana fracasaron y pagaron con sus vidas los fallidos intentos por derrocar a

Adolf Hitler. La guerra destruyó a las personas, pero algunos dieron ejemplo de

cómo superar los errores y las adversidades. Por lo tanto para finalizar esta tesis,

quisiéramos compartir el ejemplo del Teniente Heinz Otto Fausten, cuyo relato

vimos en la batalla de Moscú. Tras haber sido el único sobreviviente de su unidad

después de la retirada de Moscú, Heinz Otto Fausten volvió por un corto tiempo a

su hogar, para ser nuevamente llamado al frente. En 1943 es herido de gravedad

y pierde la pierna derecha.

«Cuando me cambiaban los vendajes, era increíblemente doloroso. Sólo

había un modo en el que podía soportarlo. La enfermera me cambiaba las

vendas y en la pared de enfrente había un retrato del tamaño de una postal,

de Adolf [Hitler]. Yo levantaba el brazo y gritaba “¡Heil Cerdo!”»

Tras la guerra, Heinz Otto Fausten estudia arte, se convierte en profesor y

luego en director de un colegio. Sus experiencias en la guerra lo seguirían hasta

su muerte en 2014. Su relato final es el ejemplo claro de las consecuencias de la

guerra en una persona.




«La guerra siempre sale a la superficie cuando duermes. Estás

soñando…sueñas que tienes que atacar. Y oyes ruido metálico de orugas de

tanques… y el miedo está ahí.»228

228 The Wehrmacht, op. cit. cap. 2 “The Blitzkrieg”




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Documents

El Frente Oriental: El III Reich y la Unión Soviética en Guerra Absoluta. 1941-1945