EL GALLINAZO Y LA FLOR

_ ¿Porqué estas triste mi pequeña?

Le pregunta el gallinazo a una distraída flor.

La flor le contesta la vaga pregunta:

_ Mira mis pétalos, marchitos están, mira mi estambre, pístalo y corola, si me descuido me dan por la

cola.

Un gallinazo que se decía Galán de todo lo mío, hizo un manjar.

Yo, como buena flor que soy, a él sin reparos todo le di y ese negrito que salió vegetariano se fue de

mi lado al verme acabada, no se su destino, tampoco me importa ¡gallinazo cobarde! aún te

recuerdo, vuelve a mi lado mi vida se acorta.

Un ruiseñor que por allí pasaba, estas palabras a la flor exclamaba:

_ ¡No estés triste! , es tu destino, con llorar y llorar nada consigues, busca otros rumbos, busca un

camino y a ese rufián quiero que olvides, si un gallinazo te ha abandonado y tu corazón está hecho

pedazos no lo lamentes y asunto acabado.

Me gustaría tenerte en mis brazos y declararte qué y declararte que yo si te quiero, he pasado

noches tristes y muchos desvelos, si me rechazas no tendré consuelo.

Hermosas palabras, dice la flor.

_ Yo en nadie creo, amigo ruiseñor; tus pensamientos me parecen muy bellos pero al que realmente

quiero, ¡ah¡ suspiro, pues está muy lejos.

El ruiseñor no insistió más, se marchó dejando todo atrás.

La flor no encontraba sosiego de un lado a otro corría como loca.

Un colibrí que en el jardín estaba la triste escena él observaba.

_ ¿Qué te pasa? _ pregunta el colibrí.

La pequeña flor no respondió.

_ Responde por favor, no seas así. Sé que en tu vida algo ocurrió.

_ Está bien te voy a responder_ contesta la flor.

_ Yo vivía muy bien, yo era muy feliz; los amaneceres eran resplandecientes de preocupaciones ni

un tris, el bosque era grande y hermoso, árboles gigantes y bastantes frondosos, riachuelos

cristalinos y de buen caudal, fauna y flora tal para cual. hasta que un día cualquiera estando con mi

amor en el bosque apareció una paloma traicionera hermosa por demás la muy condenada, con solo

tres piropos se llevo a mi Galán dejándome triste y muy angustiada.

Después de estas palabras se echa a llorar la flor que fue abandonada.

El colibrí al ver tanta amargura unas frases con tinte de dulzura le ofrece a la flor acongojada.

_ No te aflijas flor hermosa, aunque tus pétalos hayas perdido, acomoda bien tu largo pistilo, límpiate

bien el estambre no vaya ser que te de un calambre de tanto llorar florecita, una corola mojada para

nadie es atractiva, levanta tu animo princesa de hadas y mantente siempre erguida, escucha con

mucha atención florecita de mil avatares, yo tengo la solución para todos tus pesares, en las afueras

del bosque vive un hombre ermitaño, él regala buenos

consejos todos los días del año. Vamos florecita, no tengas miedo el sabio te hará aterrizar y poner

los pies en el suelo.

Flor y compañía llegaron a medio día el sabio los esperaba, ya sabía lo que pasaba.

De inmediato le da un consejo a la flor entristecida.

_ Las penas de amor mi niña: se curan con la distancia, tu Galán está muy lejos lo que sigue ya es

nostalgia.

No será la primera vez que te pase esta cosa, espera mínimo un mes y amor muerto tendrás en

fosa.

Has en tu vida un pequeño receso y ten presente:

El ser viviente, repetición de sucesos: amargos momentos o dicha infinita, amargos momentos, tu

vida está escrita o dicha infinita, si sueltas tus besos.

Con estas palabras término el consejo, busca un colibrí, ruiseñor o azulejo.

_ ¡Gracias! Amigo ermitaño tus consejos son muy valiosos y los voy a tener en cuenta, debo enrutar

mi vida y engranar la rueda suelta.

Con esto ya me despido gran sabio y ermitaño, me regreso a mi nido a curar el gran engaño.

Flor y colibrí al bosque regresaron, de una distraída flor ya nadie comenta nada, ella cambio de estilo

ya vive bien arreglada, estambre, corola y pistilo limpiecitos los mantiene, es coqueta y muy hermosa

y hasta pétalos ya tiene.

El gallinazo que la abandonó al contemplar tanta hermosura trato de reconquistarla pero ella le grito:

basura, ¿ a cuántas flores has marchitado?, piensas repetir tu hazaña, aléjate de mi lado, ya no

quiero tus patrañas. Y este cuento ha terminado.