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El Guion Museológico, una herramienta para la seducción. Revista de Museología, Nº 71 El guion museológico, una herramienta para la seducción. Luis Adrián Galindo C Especialista en museos y exposiciones sobre historia y diversidad cultural. Antropólogo, Doctor en Ciencias Sociales. Resumen En el presente el artículo nos enfocaremos en el guionismo de exposiciones sobre procesos históricos y sociales, y de su complejidad en la transformación del guion museológico al guion museográfico y su puesta en escena. Proceso durante el cual el concepto y el discurso central de la exposición sufren significativas modificaciones, que en algunos casos pudieran ser contrarias a los objetivos acordados por los organizadores. Para ello deseamos compartir con el lector nuestras experiencias en este campo, explicando los procedimientos que nos han sido útiles en el hermoso reto de contar historias con ideas, valores y conceptos desde el pensamiento crítico. Palabras claves: guionismo, museología, guion museológico, exposiciones, diversidad cultural. La razón fundamental por la cual hemos venido profundizando en el guionismo para exposiciones sobre procesos históricos y sociales, está centrada en la necesidad construir una herramienta metodológica que nos permita contar historias con ideas, valores y conceptos desde el pensamiento crítico. Y en este accionar nos motiva altamente la complejidad del proceso de transformación del guion museológico al guion museográfico y de su puesta en escena, proceso durante el cual el concepto y el discurso central de la exposición sufren significativas modificaciones, que en algunos casos pudieran ser contrarias a los objetivos acordados por los organizadores. REVISTA DE MUSEOLOGÍA. Nº 71, AÑO 2018. Asociación Española de Museólogos. Madrid.

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El Guion Museológico, una herramienta para la seducción. Revista de Museología, Nº 71

El guion museológico, una herramienta para la seducción.

Luis Adrián Galindo C

Especialista en museos y exposiciones sobre historia y

diversidad cultural. Antropólogo, Doctor en Ciencias Sociales.

Resumen

En el presente el artículo nos enfocaremos en el guionismo de exposiciones sobre procesos

históricos y sociales, y de su complejidad en la transformación del guion museológico al guion

museográfico y su puesta en escena. Proceso durante el cual el concepto y el discurso central de la

exposición sufren significativas modificaciones, que en algunos casos pudieran ser contrarias a los

objetivos acordados por los organizadores. Para ello deseamos compartir con el lector nuestras

experiencias en este campo, explicando los procedimientos que nos han sido útiles en el hermoso

reto de contar historias con ideas, valores y conceptos desde el pensamiento crítico.

Palabras claves: guionismo, museología, guion museológico, exposiciones, diversidad

cultural.

La razón fundamental por la cual hemos venido profundizando en el guionismo para

exposiciones sobre procesos históricos y sociales, está centrada en la necesidad construir una

herramienta metodológica que nos permita contar historias con ideas, valores y conceptos desde el

pensamiento crítico. Y en este accionar nos motiva altamente la complejidad del proceso de

transformación del guion museológico al guion museográfico y de su puesta en escena, proceso

durante el cual el concepto y el discurso central de la exposición sufren significativas

modificaciones, que en algunos casos pudieran ser contrarias a los objetivos acordados por los

organizadores.

REVISTA DE MUSEOLOGÍA. Nº 71,

AÑO 2018. Asociación Española de

Museólogos. Madrid.

El Guion Museológico, una herramienta para la seducción. Revista de Museología, Nº 71

Las decisiones relativas a la espacialización o modulación de los temas de exposición en

cada área o sala, el sentido del recorrido espacial, los énfasis de la puesta en escena, la elección de

uno u otro tipo de dispositivo museográfico, la paleta de colores y hasta la intencionalidad de la

iluminación, entre otros aspectos, si ciertamente guardan relación con criterios de funcionalidad y

racionalidad del diseño, debe también estar al servicio del concepto y la trama argumental de la

exposición.

Consideramos que existe en el campo de la museología una importante asimetría entre el

desarrollo teórico y metodológico del guionismo para exposiciones y los avances de la museografía

como disciplina, muy bien alimentada por los progresos alcanzados por sus profesiones de origen:

la arquitectura, el diseño industrial y el diseño gráfico. Como veremos aquí nuestra propuesta

apunta hacia la comprensión de ambos procesos: el guionismo y el diseño museográfico como un

desenvolvimiento dialógico, de construcción mutua, en el cual no existe una ruptura que determine

el final de una etapa (el concepto) y el comienzo de otra (la puesta en escena). No obstante, para

que este diálogo pueda fluir es fundamental que ambos procesos se encuentren fortalecidos.

Nuestra intención es aportar ideas y herramientas para el enriquecimiento en la confluencia de estos

procesos.

En términos prácticos podemos afirmar que un guion museológico tiene tres objetivos

primordiales:

a. Permite construir y compartir una idea, un discurso, un lenguaje y una estrategia común

entre todos los participantes del proyecto expositivo a partir de una investigación previa

o guion científico. Facilita el diálogo entre profesionales de diversas disciplinas,

colocándolos a todos en un mismo horizonte en la construcción del concepto, la trama,

el diseño, la producción, la puesta en escena y el uso educativo de la exposición.

b. Prefigura lo que habrá de suceder en la exposición, ubicando en tiempo y espacio al

visitante, el discurso expositivo, los objetos y los soportes comunicacionales. Por lo

cual es importante que el guionista o el equipo de guionismo conozca bien sobre los

procesos y aspectos técnicos presentes en una exposición. Como todo acto de creación

cultural, la Exposición tiene una amplia potencialidad, pero también tiene sus

limitaciones. Debemos estar atento a su factibilidad en términos de espacio físico,

tiempo y costos.

c. Facilita el registro, la evaluación y la sistematización de todo el proceso creativo de la

exposición. Para la evaluación de la exposición y los posibles estudios de públicos el

guion museológico es una herramienta fundamental.

Un guion museológico es una interpretación de la realidad de acuerdo con las ideas, valores

y conocimientos de sus organizadores. El guion no pretende atrapar la realidad y traerla al Museo

u exposición, por lo cual la Exposición es una puesta en escena de ideas, conceptos y valores que

construyen su propia realidad: la realidad expográfica.

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¿Qué rige esta interpretación?

Aspira ser fiel con la ideología de sus organizadores. El guion museológico registra las

visiones, valores y conocimientos de sus organizadores, ya sea que los expone implícita o

explícitamente, como también podemos intuirlos a partir de las ausencias, los silencios o

las negaciones.

Brinda una estructura lógica para comprender una realidad. Debe tener una estructura, la

cual es capaz de acotar la historia, las visiones, las múltiples interpretaciones y

aproximaciones sobre la realidad, de lo contrario la exposición sería un contar infinito de

ideas inconexas, agotadoramente aburridas. La columna vertebral aquí es la estructura

narrativa del guion museológico, sobre lo cual volveremos más adelante.

Debe ser verosímil, creíble, orgánica y coherente. Aún y cuando se trata de una

interpretación de la realidad y no la realidad per se, esta debe ser creíble, lo que justifique

nuestra presencia en esa exposición y estimule su recorrido. Convencernos o no de la

interpretación de la realidad ofrecida por los organizadores de la exposición depende de su

capacidad para contarla. Esta capacidad de seducción está en la originalidad de su relato,

cuya mayoría de las veces obedece más a la forma “cómo” lo contamos, y no “qué”

contamos, pues la realidad siempre está en constante transformación. La segregación racial,

por ejemplo, es una dolorosa realidad combatida y denunciada en múltiples oportunidades

y la presentación de una exposición sobre este tema no sería una gran novedad por sí misma,

lo que la haría interesante y seductora es el cómo abordar este tema motivando el debate y

la reflexión, y por su puesto contribuya a transformar esa realidad.

Con frecuencia encontramos en los medios de comunicación social y en la opinión pública

general apreciaciones sobre las exposiciones en museos, galerías o centros culturales, así como

otros espacios del arte y la ciencia, como si fuesen lugares apolíticos, ausentes de las relaciones de

poder, apegadas más bien a la creatividad ingenua, a la inspiración de las musas o a la objetividad

de la razón instrumental que tanto impera en la divulgación científica. Indudablemente la intención

de hacer ver, interpretar y actuar en el mundo en esferas separadas de la cultura, la ciencia y la

política es para nada accidental y responde a los complejos procesos de inamovilidad del

pensamiento crítico.

Existe una significativa diferencia entre exponer y mostrar, entre Exposición y Muestra (o

Exhibición). Es muy común usar en el habla hispana el término Exposición para referirnos a

aquella que posee un discurso, un tema central y es fruto de una investigación en cualquier campo

del arte o la ciencia, en tanto que el vocablo Exhibición lo usamos con más frecuencia para

designar a muestras con fines comerciales o de marketing por lo general en galerías o centro

comerciales, o también cuando nos referimos a una exhibición deportiva. Para mí lo más

importante de esta distinción radica en la intencionalidad que define a la Exposición. En este

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sentido, la Exposición es un acto comunicativo, seductor, capaz de hacernos pensar, reflexionar y

accionar en torno a problemas o situaciones específicas de nuestra vida social o de la naturaleza.

La expografía es un sofisticado método de escenificación de valores y sentidos, a través

del cual reconstruimos conocimiento y pensamiento en un espacio tridimensional pleno de

lenguajes diversos, organizados al menos en tres horizontes que interactúan entre sí: a) obras de

arte, objetos de la vida cotidiana u objetos de especial atención (material e inmaterial), b)

imágenes, sonido y texto (el hipertexto), y c) la conducta humana (la visita a la exposición). Todo

ello orgánicamente estructurado, con el objetivo final de imbuir a los visitantes a través del ritual

del recorrido espacial de la exposición, justamente en ese sistema de ideas y valores presente en

las mentes de los organizadores.

La Exposición es también un dispositivo de inmersión y seducción colectiva capaz de

hacernos imaginar realidades. Como hemos dicho en otros artículos (Galindo: 2009) con

frecuencia la Exposición, como método y como experiencia cultural en nuestras sociedades, es

una suerte de “profetización” de un deseo a futuro del país anhelado, de la utopía. Ahora bien,

indudablemente los asistentes a la Exposición no son sujetos pasivos, y en este sentido la

expografía como método opera de manera contrapuntística o dialógica entre las construcciones de

los imaginarios de lo que la sociedad aspira ser a futuro, y las tensiones generadas a partir de la

seducción (si la Exposición logra hacerlo) de los valores, las ideas y los conceptos presentes en la

Exposición.

Lo que a continuación presentamos recoge una amplia experiencia vivida en la

conceptualización y realización de exposiciones sobre diversas problemáticas vinculadas a

nuestros procesos históricos, sociales y culturales, fruto de la reflexión y el debate entre colegas y

amigos de largas luchas, nombro de forma especial a Casimira Monasterio, Arianne Velis, Ernesto

Yevara y los distintos equipos de trabajo de los museos comunitarios con quienes he crecido en mi

formación y experiencia profesional en Venezuela.

La estructura narrativa.

Luego del necesario debate dentro del equipo organizador de la exposición sobre el

objetivo, el tema central y los públicos metas de un nuevo proyecto expositivo, debemos afrontar

el reto de definir la estructura narrativa. Una buena película, obra de teatro, obra literaria o

exposición son capaces de crear en nosotros la sensación de haber suspendido nuestro tiempo real

y habernos sumergido en su propio tiempo narrativo, de esta manera nos cautiva, nos seduce y nos

introduce en su lógica argumental. Por el contrario, es muy común que estemos atentos a nuestros

relojes, desear que la película finalice pronto o recorrer de forma apresurada la exposición, cuando

no logra cautivarnos debido a varias razones, entre ellas debemos resaltar las incongruencias, las

escenas o temas inconexos o sin sentido que dificultan la comprensión de la trama argumental. Si

una exposición tiene claro su objetivo general necesita desarrollar una estructura narrativa que le

permita cumplir con ello, de lo contrario es solo una muestra de objetos u obras acompañadas de

unos textos en el mejor de los casos.

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Una estructura narrativa por general se compone de: planteamiento, desarrollo, conflicto,

desenlace y resolución. Como bien apuntan los especialistas en guiones para cine, al final de cada

acto debe haber un punto de giro, el cual permite hacer evolucionar la historia hasta conducirnos

al clímax: el momento de mayor intensidad dramática. Nuestra intención no es acoplar de forma

exacta el guion museológico a la estructura narrativa de un guion de cine o teatro. El cine y el teatro

tienen sus propias técnicas y lenguajes, muy distintas a la exposición, pero partiendo de estas

nociones, nos hemos atrevido a realizar nuestros guiones museológicos, atentos a las

especificidades de nuestra labor.

Para ello hemos preparado el siguiente esquema general para la elaboración de la estructura

narrativa, luego habrá de realizar el guion museológico, que se superpone a esta estructura y que

explicamos más adelante.

En nuestra propuesta, preferimos ver la estructura narrativa de la exposición dividida en

tres horizontes. El primero y principal lo llamamos el núcleo de la exposición, allí se concentra el

desarrollo de la trama argumental, por lo cual alberga los contenidos temáticos primordiales

expresados en discursos (textos de sala, imágenes, multimedia, interactivos, maquetas etc) en

colecciones patrimoniales (objetos, obras de arte, especies naturales etc) y en escenografía

(ambientaciones, dioramas, gigantografías etc). Para que el núcleo de la exposición pueda

desarrollar su trama argumental con fluidez, la estructura presenta dos horizontes

complementarios: la línea del tiempo y la línea de profundidad. Expliquemos primero estas dos

líneas complementarias y luego el núcleo de la exposición.

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La línea del tiempo. Cuando desarrollamos una exposición sobre temas vinculados con

procesos sociales, históricos o de la naturaleza, nos preocupa altamente informar lo suficiente a

nuestros visitantes sobre el contexto histórico, social o natural, así como su cronología. Ubicar

cronológicamente con la mayor precisión posible a los visitantes de la exposición, es muchas veces

tan inquietante para los conceptualizadores y asesores científicos, que con frecuencia la cronología

termina por invadir y saturar el espacio visual de la exposición, superponiéndose a la trama

argumental. En este esquema de orientación proponemos la realización de una línea del tiempo que

acompaña al visitante durante su recorrido por la exposición, con el fin de que el usuario siempre

tenga al alcance de su vista una cronología que lo ayude a ubicarse en el plano temporal. Esta línea

del tiempo por lo general la situamos en las paredes o paneles perimetrales o circundantes a lo que

llamamos el “núcleo de la exposición”. Esta línea del tiempo no tiene que ser lineal y progresiva,

ella puede contener horizontes temporales que se yuxtaponen y complementan a lo largo de su

desarrollo, por ejemplo ir contando la cronología de los procesos sociales que ocurren en el país y

paralelamente presentar un segundo horizonte temporal que muestra lo que sucede a escala regional

y/o mundial, hacer saltos hacía atrás en la historia para aludir a sucesos importantes o

esclarecedores o hacer zoom en uno de ellos. La línea del tiempo si bien no es el núcleo de la

exposición, debe tener peso visual en la puesta en escena para no pasar inadvertida. Su elaboración

puede combinar los elementos scriptovisuales (texto e imágenes) alternados con objetos/ obras

referenciales del período histórico, proceso social o de la naturaleza de pequeño y mediano formato.

La presencia constante de una línea del tiempo nos ayuda a poder desarrollar con cierta

independencia el núcleo de la exposición.

Línea de profundización. Qué tanto debemos y podemos decir en una exposición sobre

cada tema es siempre un trabajo complejo que coloca a los organizadores de la exposición y sus

asesores científicos y curadores en largas discusiones. En nuestra experiencia, extensos textos de

sala o explicaciones complejas con abundantes datos históricos, anécdotas y cifras, alejan al

visitante de la trama argumental del núcleo principal de la exposición. Por ello, creamos una línea

de profundización, la cual recoge todos esos datos, anécdotas, cifras y explicaciones detalladas

necesarias para profundizar en el tema, pero que no son fundamentales para comprender la trama

argumental de la exposición. Ciertamente, no todos los públicos son iguales, hay quienes desean

ahondar en los temas atendidos por la exposición, y lamentablemente en nuestros países de la

región los temas vinculados a nuestros procesos históricos, sociales y culturales están siempre

ausentes o mal tratados en la educación formal. Esta línea de profundización, al igual que la línea

del tiempo, se desenvuelve a lo largo del recorrido expositivo. Una mayor y más detallada

información que la presente en los textos de sala, la ofrecemos a través de paneles con infografías,

módulos interactivos, islotes para consultas, duchas sonoras, multimedias o sencillas cartillas de

mano.

El núcleo de la exposición. Teniendo al alcance de los visitantes un horizonte del tiempo

y un horizonte de profundización podemos contar historias más “libremente”, atrayendo al visitante

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hacia el mundo sensorial, conduciéndolo a través de instalaciones sonoras y visuales, hacerlo

participar de una experiencia práctica como ejecutar un instrumento musical o interpretar una danza

popular, para luego devolverlo al asombro frente al descubrimiento de colecciones de objetos de

especial relevancia o encontrar más adelante un mini foro donde se debate uno de los temas.

Nuestra propuesta es que esta historia o conjunto de historias, organizadas en actos, se desarrollen

de acuerdo con el siguiente esquema:

a) Planteamiento: introducción al tema, contextualización, asomo de su importancia para nuestra

vida social o natural

b) Desarrollo: explicación del tema y despliegue de la trama. Si se trata de una exposición con

objetos/obras de arte/ especímenes de la naturaleza, es aquí en el Desarrollo, donde los objetos son

los personajes cuyas actuaciones nos introducen en la trama argumental. El cine y el teatro se

centran en personajes con potentes diálogos, capaces de transformarse y hacer avanzar y

complejizar la trama. Los objetos, las obras de arte o los especímenes de la naturaleza son nuestros

personajes en una exposición, y una exposición bien estructurada seguramente coloca a esos

“personajes” a dialogar entre ellos y a hacer dialogar a los visitantes en torno a dichos objetos,

obras o especímenes. Para lograr este desarrollo la museografía sitúa aquí sus dispositivos

museográficos y ambientaciones más potentes.

c) Conflicto: problematización del proceso histórico, social o natural. Aquí la Exposición hace un

énfasis para destacar su visión problematizadora sobre los temas tratados, lo cual nos conduce a…

d) pregunta generadora, la cual puede estar explícita o implícita, su misión es invitar al visitante a

cuestionarse sobre el tema central y reflexionar su posición sobre el conflicto planteado. El diseño

museográfico y la puesta en escena deben tomar en cuenta este énfasis para destacar el conflicto y

su pregunta generadora.

e) Cambio de giro, la exposición presenta un nuevo elemento o suceso que retoma el interés del

usuario por la exposición, exterioriza una nueva perspectiva del problema planteado o vislumbra

uno nuevo que habrá de desarrollarse en la próxima sala o acto. Con la presentación del cambio de

giro termina cada sala o acto de la exposición.

Para que esta intención narrativa tenga éxito es necesario que todos los elementos del núcleo

de la exposición estén coordinados y realizados siguiendo este fin: la redacción de los textos de

sala, la disposición de los objetos, especímenes u obras, los mutimedias e interactivos, y los énfasis

en la puesta en escena logrados a través de la paleta de colores, la iluminación, las piezas faros, las

ambientaciones, la sonorización y los puntos focales de la sala. La intencionalidad del relato se

logra con el diseño de su puesta en escena.

Con la secuencia de los actos (salas o áreas de exposición) siguiendo la orientación de su

planteamiento, desarrollo, conflicto, pregunta generadora y cambio de giro, la Exposición va

desarrollando su trama argumental e intenta así cumplir su objetivo. En la etapa final, el guionismo

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de cine y teatro plantea el desenlace y la resolución. Consideramos que si hemos conducido al

visitante a lo largo del recorrido a través de una trama argumental, algún tipo de desenlace le

debemos, pero no creemos que deba ser un desenlace y una resolución como “rigurosamente” lo

hace el cine y el teatro, porque la Exposición tiene su propia realidad expográfica, que

consideramos más libre o más flexible en cuanto a sus formas de culminación o resolución. En

nuestra propuesta el desenlace de la exposición se basa en el tratamiento de las preguntas

generadoras (explícitas o implícitas) realizadas a lo largo del recorrido expositivo, de acuerdo con

el tipo de tema tratado. Por ejemplo, en una exposición sobre cualquiera de las problemáticas

vinculadas a la diversidad social y cultural de nuestros países, para el desenlace nos ha sido útil

enfocarnos en visualizarnos como colectivo humano en la perspectiva de futuro compartido como

sociedad. En tanto que en una exposición sobre procesos históricos el desenlace lo hemos visto

vinculado al análisis de la realidad contemporánea, en lo cual la historia cumple su cometido en

explicar lo que hoy somos. En ambos casos, la resolución para nosotros debe contener nuevas

preguntas generadoras para los visitantes, que esperamos sean reflexionadas y debatidas por ellos

en otro espacio y tiempo. Como vemos no existe aquí un esquema rígido de fiel cumplimiento,

pero deseamos enfatizar en las múltiples posibilidades de la Exposición como medio de

comunicación, para contar historias estimulantes y reflexivas, intentando superar a una museología

normativa apresada en la muestra acumulativa de objetos materiales de la cultura, armoniosamente

distribuidos en salas de paredes blancas.

Para trabajar este esquema proponemos realizar en cada uno de sus apartados un texto

resumido pero suficientemente esclarecedor sobre la intencionalidad de cada etapa, de forma que

su lectura por parte de cualquiera de los miembros del equipo de trabajo sea comprensible.

El guion museológico.

El guion museológico asumido como un trabajo de equipo multidisciplinario y

transdisciplinario, es siempre un documento de trabajo que sufre constantes transformaciones a lo

largo del proceso de creación de la exposición. No es nuestra intención en este artículo profundizar

sobre el proceso de creación general de una exposición y la articulación de los equipos de trabajo,

pero es importante superar uno de los axiomas de la museología normativa, como lo es la

producción en cadena de la exposición, en la cual existe un discurso elaborado por un curador que

luego es “traducido” por un museógrafo en el espacio y luego construido por realizadores, en una

secuencia de eventos sucesivos, donde en cada fase el discurso sufre continuas transformaciones

independientes, sin ser previamente discutida por los equipos de trabajo del museo. Creemos que

es fundamental la participación activa, desde los inicios de la conceptualización de la exposición,

de los responsables de las distintas áreas involucradas y comprometidas en la labor de un museo o

centro cultural. Más allá de los obvios e importantes aportes de las áreas de investigación y

museografía, los colegas responsables de la conservación, el mantenimiento y la seguridad de la

Exposición son también necesarias, ellos tendrán la responsabilidad de hacer la limpieza del

mobiliario museográfico por ejemplo, y si éste es pensado y diseñado sin tomar en cuenta las

El Guion Museológico, una herramienta para la seducción. Revista de Museología, Nº 71

limitaciones y particularidades del área de exposición, nuestro trabajo estará deteriorado muy

pronto, y de igual manera su seguridad y resguardo. Esto también sucede con el área de educación,

la cual suele ser convocada muy avanzada la producción de la exposición, con el simple argumento

de ir preparando la capacitación de los guías y el guion de la visita guiada, como si no fuese cardinal

la participación, la evaluación y la recomendación previa de esta área sobre un hecho

principalmente educativo, como lo es una exposición.

Fruto del intenso debate permanente a lo largo del proceso creativo, el guion va sufriendo

transformaciones que optimizan su función en el logro de los objetivos de la exposición, pero su

transformación más significativa sucede cuando el guion es sometido a su espacialización en el

área expositiva y se prefigura el diseño museográfico. Durante el diálogo entre guion museológico

y guion museográfico ambos deben acoplarse. Aun y cuando el guion museológico debe ser

concebido pensando permanentemente en la factibilidad de su interpretación en un espacio

tridimensional, desde que se realizan los primeros bocetos museográficos con imágenes más

reveladoras sobre la posible exposición, el equipo logra aterrizar mejor sus ideas y vuelve al guion

museológico para realizar los cambios acordados. Pero de igual manera, en la medida que avanza

el diseño museográfico, el equipo revisa constantemente el guion museológico y es posible advertir

que el concepto general o la intencionalidad argumental en partes específicas se estén diluyendo,

entonces es momento de rectificar el diseño museográfico.

Ciertamente los responsables de los equipos de trabajo deben estar atentos a los tiempos de

ejecución, debido a que toda exposición es conducida por un cronograma de trabajo diseñado en

función de una fecha de apertura y todos los procesos de producción dependen de la entrega de

insumos previos. Por ejemplo el equipo de museografía no podrá avanzar en el diseño del

mobiliario si previamente no cuenta con la lista definitiva de objetos/obras/especímenes, y esta

lista tampoco podrá suministrarla el equipo de registro y catalogación si el guion museológico no

lo define, por ello aunque hemos dicho que el guion es un documento de trabajo en construcción

permanente, también necesita cumplir con tiempos parciales y definitivos de entrega. Las

decisiones sobre estas fechas límites para la definición del guion, en nuestra experiencia, es un reto

llevadero sí se asume desde el trabajo colectivo, en equipo.

Una vez discutida y aprobada la estructura narrativa de la Exposición, podemos proceder a

realizar el guion museológico. Para ello debemos ser en esta parte del guion muy detallista al narrar

paso a paso lo que habrá de suceder en la exposición durante su recorrido, describiendo y listando

de acuerdo con cada sección los contenidos necesarios. De manera similar a como realizamos la

estructura narrativa, el guion debe guardar fluidez y coherencia entre los contenidos agrupados por

columnas, para ello el guion se superpone a la estructura narrativa aprobada y entra a detallar cada

aspecto.

El esquema para la elaboración del guion museológico que ahora presentamos nos ha sido

útil hasta el momento y por eso lo compartimos, no obstante cada realidad expográfica presenta

El Guion Museológico, una herramienta para la seducción. Revista de Museología, Nº 71

sus especificidades y demandará cambios en esta estructura. Como verán en este esquema cada

contenido de cada sección le asignamos una codificación la cual se corresponde con listas anexas

al guion, referidas a textos de salas, videos, objetos/obras/especímenes, maqueta, fotografías y un

largo etc., y que deberán ser realizados para la exposición. Estas listas le permiten a la unidad de

producción contabilizar, concebir el presupuesto y organizar las fases de producción, al tiempo de

cada área responsable también hará lo propio. Codificar cada uno de los insumos de la exposición

es fundamental para evitar confusiones dentro del equipo donde intervienen distintos profesionales

y/o proveedores externos. Recordemos que luego debemos solicitar la realización de cada uno de

esos productos y deben responder a su exacta ubicación dentro de la secuencia de la estructura

narrativa acordada.

Posible esquema para guion museológico.

1.- Título de la exposición. 2.- Subtítulo. 3.- Lugar y fecha de apertura. 3.- Sinopsis. 4.-

Justificación. 5.-Objetivo general. 6.- Objetivos específicos. 7.- Públicos meta. 8.- Equipo de

trabajo.

TEMA SUBTEMAS CONTENIDOS APOYOS

COMUNICACIONALES

PREFIGURACIÓN

MUSEOGRÁFICA

COLECCIÓN

a.- Tema. Corresponde a cada uno de los temas que aborda la exposición. Cada tema deberá

aparecer de acuerdo a la secuencia de acto/tema que hemos acordado en la estructura narrativa.

Aquí solo colocaremos el título del tema y le asignamos una numeración y código, por ejemplo:

T01

b.- Subtemas. Enunciaremos cada uno de los subtemas correspondientes a cada tema y también le

asignamos una numeración y código a cada subtema, por ejemplo: ST 0101

c.- Contenidos. Aquí relatamos sucintamente de qué trata cada subtema. Enunciamos y realizamos

una breve descripción de cada uno de los contenidos necesarios para el desarrollo de cada subtema

dentro de la exposición y le asignamos un código. Si la idea de la exposición surge a partir de una

investigación previa y suficientemente documentada, estos contenidos serán definidos y

desarrollados con base en dicho informe de investigación o publicación. Si no es así, es preciso

contar con la asesoría científica, con la información y la experiencia en el manejo del tema o los

temas. Es posible que dentro de los organizadores de la exposición exista al menos un especialista

en el tema, en caso contrario será necesario incorporar al equipo a un especialista o contratar la

elaboración de documentos de referencia. Nuestra recomendación es pedir al especialista interno o

externo, que produzca un primer documento para el debate dentro del equipo, con un enfoque

esclarecedor, que ayude a una aproximación general al tema. Este documento incluso puede ser

previo a una charla o foro público, momento interesante para ver no solo la visión del especialista

sobre el tema, sino también la recepción del mismo por parte del público y sus inquietudes.

El Guion Museológico, una herramienta para la seducción. Revista de Museología, Nº 71

En esta primera etapa el objetivo es lograr una visión general del tema y construir de forma

colectiva dentro del equipo, el tratamiento que tendrá dentro de la exposición. En una segunda

etapa, una vez decidido el tratamiento del tema, será necesario la realización de diversos

documentos que abordarán con profundidad cada uno de los sub-temas de la exposición. Estos

documentos de referencia deben ser solicitados con unos parámetros muy precisos, pensados en

función de su uso en la exposición y desde la perspectiva acordada por el equipo. Estos documentos

son los soportes de la exposición, a partir de ellos el equipo habrá de generar desde los textos de

sala hasta contenidos para multimedias e interactivos.

d.- Apoyos comunicacionales. Indicamos cada uno de los apoyos necesarios para transmitir cada

contenido, tales como texto de sala, imagen fija, video, grabación sonora, infografía, mapa,

interactivo, multimedia etc. El lenguaje escrito más utilizado es el “texto de sala”, sobre el cual se

ha abierto un debate importante en la museología contemporánea, que incluye estudios de públicos

sobre la lectura y comprensión de los mismos, así como propuestas metodológicas para su

realización, en la que destacamos la importancia de su tratamiento gramatical y gráfico para los

diferentes públicos, y también un debate importante sobre los aspectos semiótico y de la forma

como se interrelacionan los textos de sala entre sí, al respecto podemos mencionar las obras de

Hirshi y Screven (1988), Bitgood (1989) y especialmente de Jacobi (1987) (1989) (1998) (1993) y

Davallon (1999). Indudablemente no existe una concepción monolítica sobre el tratamiento formal,

ni gramatical de los textos, diferentes museos y profesionales asumen o crean sus propias maneras

de tratar gráficamente los textos. A cada apoyo también le asignamos un código secuencial, por

ejemplo: V01010101. Se trata del video 01 del contenido 01, subtema 01, del tema 01.

e.- Prefiguración museográfica. En nuestra experiencia ha sido muy útil narrar en el guion aquello

que esperamos suceda dentro de la sala, partiendo del recorrido que realizará el visitante a partir

de su entrada a la sala o área, describimos qué deseamos estimular en el visitante, el por qué, y con

qué tipo de ambientación, instalación o dispositivo museográfico se encontrará el visitante,

posibles emociones, reacciones y conducta esperada. Es una suerte de prefiguración que responde

a la intencionalidad de la exposición en cada uno de sus temas y sirve de orientación para el diseño

museográfico. Como ya hemos dicho muy probablemente el diseño museográfico final tendrá

varios cambios, y esta prefiguración será solo un punto de arranque, pero contribuye a la

construcción colectiva de la estrategia general de la exposición, colocándonos a todos, incluso a

aquellos no familiarizados con el manejo del espacio, a pensar en la puesta en escena de cada tema

en un espacio tridimensional. En esta sección del guion escribimos una sinopsis de la prefiguración

para cada uno de los temas o si se trata de una exposición muy amplia y compleja, realizamos una

prefiguración para cada subtema. Si lo vemos necesario codificamos cada prefiguración en relación

solo con el tema y/o subtema, por ejemplo: PM0101, corresponde a la prefiguración museográfica

del tema 01.

f.- Colección. Corresponde aquí listar cada uno de los objetos/obras/especímenes que participan en

la exposición de acuerdo con cada tema y subtema. Cada objeto tendrá dos códigos, primero el

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código que lo correlaciona con el tema y subtema específico y el código propio del objeto. Cuando

la colección es muy numerosa, la lista se hace muy larga y el guion resulta incómodo de leer, sobre

todo cuando agregamos foto de cada objeto, lo cual es importante para ir teniendo idea de cómo es

cada pieza, en estos casos es mejor colocar en el guion las piezas faros (las más representativas) y

anexar la lista ampliada en otro documento.

El guion museológico en el espacio museográfico.

Cada tema, subtemas, apoyos comunicacionales y colección habrá de ocupar un espacio

físico en el área de exposición, y su modulación y aparición en dicho espacio estará orientada por

la secuencia que hemos definido en el guion museológico. De esta forma el visitante podrá ir

recomponiendo en su mente la trama argumental de la exposición conforme se vaya desplazando

por el espacio. No obstante, el proyecto museográfico también tomará en consideración al

momento de “espacializar” el guion, otras variables del diseño como lo son las dimensiones del

espacio, la óptima circulación, los puntos focales, la presencia de ventanales, entre otros aspectos

que no desarrollaremos aquí, pero ello nos advierte que este proceso no es una adecuación literal,

uno a uno, de los elementos del guion al espacio expositivo, existe también aquí una gramática

propia del espacio con la cual el guion debe dialogar, adecuarse y potenciar su fuerza narrativa.

Es por ello que esta etapa del proceso de interpretación del guion en el espacio museográfico

es tan importante y compleja, pudiendo sufrir el concepto generador de la exposición

transformaciones significativas, incluso contrarias a nuestro objetivo. En nuestra experiencia ha

sido de gran ayuda crear estrategias o mediaciones que ayudan a darle continuidad al proceso

crítico-creativo entre investigadores y diseñadores, desde el guion museológico al guion

museográfico. En este sentido, el islote museográfico ha sido efectivo.

Un islote museográfico es un conjunto articulado de dispositivos museográficos (paneles,

vitrinas, pedestales, bases, etc.) el cual soporta a un subgrupo de objetos/obras/especímenes junto

a sus respectivos apoyos comunicacionales compartiendo entre sí una Unidad Mínima

Significativa.

Una Unidad Mínima Significativa en nuestro caso, es aquel desarrollo mínimo del tema que

no pudiéramos descomponer aún más en un espacio tridimensional, sin comprometer su

comprensión por parte de los usuarios de forma relativamente aislada del resto de la trama

argumental de la exposición1. A cada Unidad Mínima Significativa (UMS) le corresponde un islote

museográfico, de manera que un visitante entendería mínimamente el sentido de cada islote

museográfico de forma independiente. Claro está, la trama argumental de la exposición se

desenvuelve gracias a una efectiva articulación de islotes museográficos en un recorrido espacial.

Esta articulación de islotes museográficos se logra a través de claves asociativas surgidas a partir

1 Recomendamos los trabajos realizados por la museóloga Ángela García Blanco (1999), sus aportes en la aplicación

de unidades mínimas significativas y claves asociativas han sido de gran ayuda.

El Guion Museológico, una herramienta para la seducción. Revista de Museología, Nº 71

de la conjunción entre el diseño museográfico y el guion museológico. Estas claves pueden estar

soportadas en código de colores, tipografía, objetos faros o iconos, entre otros elementos de clara

visibilidad y comprensión por parte de los visitantes. Luego, varios islotes museográficos podrían

compartir entre sí un campo temático común, en cuyo caso las ambientaciones y las

escenificaciones ayudan a entrelazar varios islotes museográficos con temas comunes,

constituyendo así las áreas o salas de exposición.

Una vez realizada esta primera parte del diseño museográfico, el equipo de

conceptualización puede hacer una visualización crítica de la secuencia de islotes museográficos y

sus claves asociativas cotejándola con el esquema de la estructura narrativa y el guion museológico

con el fin de ir evaluando el desarrollo de la exposición y su vigilancia epistemológica. Como ya

hemos dicho, esta evaluación es bidireccional o dialógica entre el guion y el diseño museográfico,

ambas sufren transformaciones constantes. Al concluir esta primera evaluación todo el equipo

tendrá una visión compartida y más cercana de la futura exposición y así cada área de trabajo podrá

avanzar de forma más fluida hacia productos más acabados.

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