El Hombre en el desierto

8/7/2019 El Hombre en el desierto

1/5

Es un da caluroso, el aire seco del desierto se vuelve como pegajoso al atardecer,Ha caminado todo el da, y se sienta junto a una roca,

Una de las pocas rocas que se pueden ver en este desierto.Serenamente mira al horizonte, y sonre, est confiado.Alza sus ojos al cielo, y clama unas palabras que parece que salieran de lo ms profundo de su ser.Dobla sus rodillas y se dobla hasta poner la frente en la arena.

El viento temeroso se acerca, respetuoso, curioso.Como si quisiera escuchar lo que dice, se desliza sobre Su cabeza.

El sol mira al hombre una vez ms, como queriendo guardar ese recuerdo.Por si no lo viera ms, y se abraza al atardecer, dejando ver su esfuerzo,

Los rayos se vuelven rojos, y naranjas, mientras una mirada curiosa,Empieza a observar con asombro y admiracin, es la luna que brilla en todo su esplendor.


2/5

Quin es ese que yace en la arena del desierto, ese que inmvil ora al Padre?Quin es ese de ropas humildes, ese hombre que ha caminado por el desierto, ese que en paz y tranquilidad ha dejadosus huellas en el viento?Quin es ese que el sol anhela mirar, que el viento en respeto quiere escuchar, que la luna curiosa en esplendor ytemor, desea alumbrar?

Una mirada de ngeles lo rodea, anhelantes, respetuosos lo observan.Si tan solo dijera una palabra, una sola palabra, todo el ejrcito del cielo lo levantara,Y lo llevaran al trono del que ha descendido, y en admiracin lo adoraran.Pero l en silencio, en sus humildes ropas, en el fro de la noche,Habla al Padre, y alaba al Dios todopoderoso.

Ya cuarenta das lleva en esa condicin, los ngeles se preguntan: Cunto ms?

Una sombra ha estado observando desde la lejana, temeroso, sin atreverse,Ve su cuerpo debilitado por la falta de alimento, su necesidad de agua,Y con precaucin, y temor, se acerca sigiloso, dudoso.

Todo el ejrcito del cielo desenvaina la espada, al verlo acercarse al Rey,Pero Gabriel se levanta, mira serenamente, ya quisiera ir a la batalla,

Enfrentarse con el que una vez fue sacada del cielo, con el lucero de la maana.Pero nada puede hacer, si el Rey no da la orden, y con un ademn ordena a

todos envainar.


3/5

La sombra mira agitada y deleitada, haba esperado esta oportunidad por los siglos,Demostrarles a todos que aun el Rey caera, que an el Rey pecara en condicin de hombre.Y con gran sagacidad lanza sus palabras, que llegan al pensamiento del Rey:Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se hagan pan l estaba tranquilo, no quiso ni aun abrir los ojos, sabia de quien era esa voz,l lo haba creado un da, lleno de perfeccin y belleza, lo haba honrado,Ms que a todos, lo haba puesto entre las piedras de Dios.Pero ese querubn se haba llenado de vanidad, de iniquidad, y peco.Ah estaba, se haba llenado de maldad y pecado, y haba querido llevarse a todos con l,Muchos lo siguieron, y dejaron su habitacin del cielo, y fue arrojado del cielo.Saba que esa sombra saba quin era l, atreverse a acercarse, sabindolo, era ya una soberbia.

Pero en su interior, el Seor estaba en paz:No con solo el pan vivir el hombre, ms con toda palabra que sale de la boca de DiosAs respondi el Seor, su cuerpo empezaba a sentir hambre, pero l saba quin era y a quienserva.

Pero esto solo irrito al Maligno, que empez a enfurecerse, saba que nadie lo atacara.Tena la oportunidad de su vida, tomo forma corporal como ngel de muerte,Grande y potente, y levanto al Seor llevndolo a la cima del templo, si l quera usar la

palabra,l tambin la usara, quizs as lo convencera:" Si eres Hijo de Dios, chate abajo; que escrito est: A sus ngeles mandar por ti, Y tealzarn en las manos, Para que nunca tropieces con tu pie en piedra. "


4/5

Oh ngel de muerte, que viste un da la luz, que estuviste en medio de carbunclos, y esmeraldas,

Que solo ves las cosas del hombre, pero no puedes ver las cosas de Dios.Como has cado del cielo, te has entorpecido en tu propia sabidura,Fuego fue puesto en medio de ti, que te consumir y te llevara a tierra,

Y todos miraran sobre ti y se asombrarn de ti, Este era? Y te sealaran.

Escrito est adems: No tentars al Seor tu DiosLe dijo el Seor, en paz y tranquilidad, y lo miro serenamente.

Esa mirada, que Satans odiaba, esa mirada que le haca sentir su derrota, su inevitable derrota.Solo le quedaba el engao, una vez lo haba usado con la mujer en Edn,

Y le haba funcionado, haba logrado llevar su pecado a todos, haba tomado la tierra por posesin.

El reino de la muerte era su habitacin, y haba logrado llevar al hombre a su reino.Apoderndose de todo lo que el hombre haba heredado del Padre.

Si Jess vena a recobrar ese reino, el reino que una vez el hombre haba perdido,l estaba dispuesto a devolvrselo, si tan solo lo adoraba a l como dios,No tendra que luchar ni morir, l le devolvera el reino del hombre en ese momento:" Todo esto te dar, si postrado me adorares"

No ves la obra que vengo a hacer, no la alcanzas a entender, pens el Seor.Porque no vengo solo a recobrar el reino perdido del hombre, sino a recobrar al hombre.Y a reconciliar a todo con Dios, vengo a deshacer toda obra que t has hecho.En el hombre, en la naturaleza, en el cielo, y debajo de la tierra.Vengo a crear de nuevo todas las cosas, y pondr mi vida en rescate por todos.Y llevar en mi muerte a todo aquel que crea, y le resucitar conmigo al tercer da.


5/5

Vengo a deshacer el pecado, y sacar a luz la libertad, la vida.Y ya cansado de su adversario, sabiendo que el Padre y l son uno,Le dijo a diablo: Vete, Satans, que escrito est: Al Seor tu Dios adorars y a l solo servirs.

La luz todo lo lleno, la sombra derrotada se march, el Rey de Gloria haba vencido,Aun en su condicin de hombre, el Seor haba vencido al diablo, con la Palabra de Dios.Y se sent por un momento, y pens, pens en ti que lees esto, en m,Y en todo aquel que un da, como l, venceran al diablo por la Palabra de Dios,Y por la Fe que tenemos en el Seor, porque despreciamos la vida de este mundo.

Nuestra vida est escondida en Cristo, y se manifestara cuando l se manifieste.

El Seor sonri, y acepto el pan que los ngeles le trajeron,

Y dando gracias a Dios, comi, miro una vez al horizonte como viendo el futuro.Solo tres aos ms, y los llevar a todos conmigo, solo un poquito de tiempo.Y no solo se habr vencido en una batalla, sino en la guerra completa.Y saldr la Palabra a todos, y a todos llegara.Quin creer, cuando mi siervo escriba de m en sus poesas?Lo hice por ti, por amor a ti descend y te lleve conmigo. Recurdalo.

Henry Padilla Londoo

Documents

El Hombre en el desierto