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M.^.DIl[D NUM!±EO 14-49 H IULIO 1949

EL HUERTO FAMILIARPor SANTIAGO MATALLArJA VENTURA

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I.c:s años transcurridos de 1939 a la fecha, han sido

pródigos en dificulta,des para tod^oe y muy especdalmente

para el campo. Desde rehacer las explotaciones que la gue-rra destrozó, o hizo abandona.r, hasta encontrar muchos

elementns primordiales, cad,a día trajo coñsigp una in-

quietud que, en numerosas acasiones, rw fueron debida-

mente compensadas ^ct►n los beneficios de ciertos cultivos.Estos años, el paro esta,cional no ha presentado el cariz

alarmante de hace unos lustros, incluso no se ha llegad^o a

producir en ^determinadas regiones, apareciendo el reverso

de la medalla, ante la ineludible acción cle Ia dema.nda y

de la oferta. El calor humano de las gentes y 1a atmósfera

social de los tiempos que corren han sido palanca,s pode-

rosas que, arrojando a un lado ese l;astre egoísta de la in-diferencia, han puesto en movimiento múltiples a.ctivida-

des encaminada^ a mejorar la suerte y la manena de vivirde quiene$, pudiendo y dese+ando trabajar, ser útiles a sí

mismos y a los demás, habían de permanecer con los bra-zos cruzadc^s.

F.1 "huerto familiar" puede ser, y está siendo, una solu-

ción excelente. No sólo porque moviliz^a el esfuerzo de 1a

masa producbora, sino porqve resuelve total o parcialmen-te sus pmblemas alimenticios, de una ma.nera digna, sin

perjuicio de tercera persona, en un marco de justicia y

de amor, con un métado bien distinto a aqvellos sistema.s,

segvidos aún no hatae muchos añoe, ,de derramaa, de alo-

jaáo.s o de ^obras públicas locales qu^e, en muchos casos,

para nada servían.

EL HUERTO FAMILIAR

La honda esencia social del momento presente se sostienesobre raíces no de ahora nacidas, sino de tiempo atrás, cuan-do se declaraba, en un documento de tan alto interés como esel Fuero del Trabajo, que cada familia campesina deberá con-tar con estos huertos fatniliares, con los cuales atender a susnecesidacles eletnentales y ocupar su actividad en los días dedescanso y horas libres.

El Estado, la Diputación, el DIunicipio, Empresas diver-sas y el propio labrador acomodado han tomado pari:e activaen la silenciosa batalla, y si se dictaron leyes, no es menoscierto que se solicitó su aplicación, e incluso, prescindiendade sus benehcios, la iniciativa privada dejó ejemplos en mí^l-tiples ocasiones a la vista de todos.

A^hí están esos millares de huertos que han sall^^icado laprovincia de Salamanca; csas parcelas, con sus pequeilos po-zos, que algunas fábricas han puesto a disposición de susobreros, y las veg^as frescas y fértiles que en muchas fincasse han preparado para que el productor no carezca de ^torta-lizas, frutas y aun legutnbres secas.

13 1 huerto familiar no sólo abastece al hogar, ;;ino quepermite, incluso, cosechar frutas u hortalizas para su ventaen el mercaclo.

El propietario que cede sus terrenos, el 5indicato que des-arrolla la idea y la da cuerpo, la Diputación que ayuda eco-nómicamente, o el Ayuntamiento que orienta y selecciona,todos, del primero al íiltimo, pued^^eta aportar s^^^ r^r^i^riito t^earerau.

Condiciones que d^eben neunir 1as parcelas.

Ante todo, dejemos bien claro que el huerto familiar valigado de por sí a una idea ftmdamentalmente hort-icolcr, peroque, en ocasiones, se han instalado en tierras que no son rega-

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clas, bien por tratarse de regiones cle por sí húmedas, o porcontar^e con terrenos frescos, donde es factible obtener pa-tatas, rertiolacha, melones y otras plantas de éste o de pareci-<lo tilx^ sin necesidacl cíe regar.

(.)tra conclici^n lógica es la sitz-r-^rció^i^ cle estas parcelas. Suideal-logrado e^l algíin caso que conuceinos-sería ligar el1luerto con la easa, cle inc^do que fuera posible tenerle al al-cance de la ^nano, hacer dtte constitttyera corno una continui-dad del propio hogar, no súl^^ hor la conioclidad, sino por esaseiisación ine^hlicable que supone trabajar con la mirada fijaen la propia f.amilia, por ]a Posibilidad de prestar a las plan-ta^ cuidaclos y^•igilancias que de otro modo habrían de espa-ciarse más }• ser tnenos intensos. Es, pttes, la distancia ttntactor de hest^, y cuando se rebasa en cierto límite, que debeser ntedido en meh•os y nttnca en kilómetros, el terreno sólo-deberá destinarse a los fines previstos si no hay manera hu-n^ana de sustituirlo por utro n^ejor etnhlazado.

La ^-alidcr^rr' de la tierra es otro factor de interés. No cal^clttda ^lue cl estttcrz^^ ]iutuanu huede 'hacer grandes cosas, des-rle transiorinar en ^^crg^el el crial hasta crear de nianera arti-fici^.tl 1^^ qtte el terreno no cltiicre dar. Caliclad del sttelo, ca-ractcrísticas cle btxena sanidad y topografía suaee, qtte no en-carezca e^ager<^tdan^ente la cn^hresa, son condiciones b^tsicas.

7'atrrcr^^io adccuad^^^ tatnbién, y aquí hay ^_^hiniones para to-^los, ^^tic^ el terrenu, el clima, la regi^^n 1^ la^ característicasde 1^^; cttlti^-os i^ifltt_^^eii cle n^anera tan intensa ccnno definiti-^-a. ^Oué clu^la eabe ^^ue cle l'alladolicl a^^Iurcia el salto geo-gráticu e^ índice de la di^Eerencia en la clase y tipo de huer-tos' T^:; cl^tro duc, a ^^eces, cl ntúr^ero de huertos indispensable,fttncir^n de las iail^ilias ^^tle ^^recisan ayuda, es un pie forzad^^zlue r,b}i;;a a acimitir cahacid^a^des bastante menores qtte las1»ínin^a; acun^cjable^ ;^>er<^, en gcncral, las diruensiones n^áscc^n^^enientf^; l^ueden alcanzarse, constittlyendo un serio hro-bletna determinarlas acertadanlente, hor no c^^ntarse en nti-n^er^>,a; ^^casi^^nes c^^n suficientes datos ^- antecedentes basa-do^ en tina e^l^ericneia cltte rara ^•ez se ha l^oclicío I^ulsar.

:^ nuestro juicio, existe otro iniportante factor de varia-eibn en las sttperficies que deben tener los huertos farniliares,

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c^^nociencio cacos e^n qtie el desprecio cic: este nue^-^^ e^leinent^^ha dado ltts,rar al cutnplimient^^ in^l^er fect^^ <le los f^ine^ pr^ ^-^^uest^^s. ;^^os reterituos a la necesida<1 cíe establecer dr fe^r^^ra-trs ti p<^s, estucliando antes de hacer el rel>artu <i la^ familia^c^ue han de beneticiarse, y fundatnentalmet^te e^l ^l^ ^^ a^pec-t^^s : capacitlad y deseo de trabajo.

A^nbos aspectos son clignos de cunsidc^racií,n, pu^s tit^ m^^a-

}^iq. i. En el huertu familiar tienen tarea todos los que integrun el hogar rural.^lesde el cabeza de familia a los hijos, que son útiles en los más di^^er^os trabajos.

trim^^niu obrero no tiene igu^les necesidades, ni Iniede aten-der en forma debida a idéntica superficie ^^ue ^,tra familiacun ma^^or nítn^eri:^ de brazos íttiles; ^•, clet^tr^^ <le csta utili-dad, n^^ cal^e dejar fitera a nnichach^^s y niiu^;, l^u^^s tareasexisten en las cuales Pueden prestar a}'uda tan eficaz a^tnobeneficiusa. Ll carácter, la activida<l ^^ers^^nal cle lu^; {ttturosheneficiari^s pesa de ^nanera decisiv^ en el futuro é^^:ito de l^.utira; y así, ttn productor sano y deseoso de s^lir ade^lante cc^nsu esfuerzo, pue^le dominar una superficie n^ayor yue otro<lébil de cuerpo, o de deseos. Ocasiones hemos tenicio de com-

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probar estas afirmaciones, y produce pena contemplar, juntoa un huerto cuidado con celo, obra del entusiasmo, otro u4tros donde apenas si se ve muestra alguna de interés yafán, siendo, por el contrario, un peligroso ejemplo negati^-o.

El Instituto ^Tacional de Colonización, que tanto ha he-cho en pro de difundir el establecimiento de estos huertos,tiene publicado un folleto divulgador, y en él fija, a título deejemplos, las extensiones de diferentes tipos, segíin reg^io-nes, con oscilación un tanto considerable, por no buscarse elcubrir idéntico número de horas a lo largo del año. Por eso,,a.poyándonos en los datos de la citada publicación, pero uni-formando las posibilidades de trabajo, que fijamos en unasseiscientas horas, se considera qtte para llegar a esta cifrahacen falta-estimando cada hora de niño o mujer como o,^de hombre-las siguientes superficies írtiles :

A rea s

Cantabria (en secano) ........................... z3Andalucía (en regad{o) ........................ 24Levante (en regadío) ........................... z^Castilla (en regadío) .............................. 30

Como aclaración a estos números, que sólo son ejemplo,y que pudieran prestarse a interpretaciones poco exactas, sig-nificaremos que c:on tales extensiones, y a igualdad de traba-jo, las cantidades de productos, tanto en volumen o peso comoen valor, son bastante más altas para la regíón levantina, se-guida por Andalucía, Cantabria y zona central, como conse-cuencia del clima, forma de cultivos y otros diferentes fac-tores.

Cultivos típicos del huerto familiar.

La creación de huertos familiares no debe ser nunca unacosa mecánica y f ría, sino, por el contrario, algo que se sigade cerca después de haber sido instalados en ellos los produc-tores beneficiarios. No basta con decir :"He aquí la tierra yel agua, los frutales, las gallinas e incluso la cabra; arrégla-telas como puedas". Esto sería condenar la obra al fracaso,pues, salvo las naturales excepciones, la falta de preparaciónhabría de traducirse en resultados lamentables y desalenta-

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dores. La acción tutelar y el asesoraniiento técnico son im-prescindibles en los primeros años, cle mo^lo que las alterna-tivas se marquen y hagamos posible la más intensa utiliza-^ción del suelo, evitando períodos en que cualqttier <zcumula-ción de trabajos exija el en^pleo de uri tiempo desproporcio-nado, qtte no se tiene, so pena de abanclonar las tareas queconstituyen la base sobre la cual se apoya el sosteninliento dela vida económica familiar.

En las alternativas estudiadas en el mencionado folletocle Colonización, la máxima intensiclad de trabajo no rebasanurica las cuatro o cinco hora^ diarias, que, clistribuíclas en-tre los diversos brazos de la familia, y tenieudu en cu.enta quesuelen coincidir con meses de días largus, permiten atendercumplidamente a los cultivos. Para la región central, uua al-ternativa podría ser la siguiente : Guisantes y habas--l^imien-tc^s y alubias. Cebollas y lechuga-maíz, coles y judías ver-^cíes-nabos y repollo. Patata temprana y tomates.

Esta alternativa dura tres años y admite el cttltivo, cn di-^ ersa proporción, de trece plantas distintas. No ob^,tante, siesto pudiera parecer complicado, podía bastar c^n honer pa-tatas y repollo, por ejemplo, que pueden ir uno detrás de otro;o sencillamente cebollas y alttbias, por citar dos combinaci^^-nes sencillas, entre tantas como pocíían hacerse y los cultira-dores conocen.

Desde luego, las plantas que han de figurar en las alter-^itivas deben ser principalmente aquellas cuyos productos seande consumo casero, y qtte, los vayan cediencío en el curso d^laño, sobre todo si sus frutos son conservables. Algttnos sonirnprescindibles en todas las zonas, coniu patatas, tomates y^r,lubias, por ejemplo, mientras que otros se plantarári o nc^,haeiéndolo en proporción más o menos grande, com^o sucedecon gran número de verduras y cíe hortalizas.

La intensidad misma de la alternativa e^igc unas clispc^-nibilidades de agua con las que no siempre se cuent,a, y esto^bliga en ocasiones a dar entrada a cultivos que no tienenotra razón de ser, como el trigo, por ejeniplo, que vimos nohace mucho en un huerto familiar, bastante bien .atendidopor cierto.

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Elementas pr^e^eisas para !a instalación.

Los huertos en secano, con Ias e^cepciones a que ya no^.hemos referi^lo, no son corrientes, atxnqtte la legislación losreeuja y auxilie, concibiénclolos fundamentaltnente coino unapeclueña fuente de ingresos complementaria, que exige muypoco trabajo y pueda proporcionar; sencillamente, el trigo ctuela familia productora puede consttmir en el año.

I?l ^^erdadero hucrto es cíe regadío y puecle montar^e clc^

l^ig. 2-tialvu en terreno, Irescos. la^ parce.las destinadas a huertos (amiliarea^requieren el ausilio ^iel riego. La mayoría de las veces precisa e]evar el agua,

rnediante una iwria u otro artefacto.

formas n^tiy cli^^ersas, utilizando agua de pie o derivándol.:^de ríos, arroyos o pe^Itieños pozos, con medios bien distint^ ^s.^i la elevaci6n ha cle hacerse cle un cauce público, es necesa-ria la correspondiente concesión, con un proceso rzdtninistra-ti^-o largo _y que reduiere ciertos dispendios. 1?n este caso.hay cltxe concebir los huertos como una unidad total, hacer tansolo proyecto, una sola petición y crear luego una J^^nta qu^^se haga carro de aclministrar las aguas y corra con el fiu^-cionamiento de motores y bombas, repercutiendo económica-mente, y en la parte que corresponda, sobre todo> los beneti-ciarios. Todo esto es engorroso, y algíin caso co*^ocemos en

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t^ue los huertos se han hecho detitro cle reg^adíc^s cle ettverga-^dura, donde los grandes prohietarios, con loabl^ es^^íritu dejusticia, han ce ĉlido l^arcelas, cu^no cedet^ anualn^ente el agtta,ca^i siempre gr^ltuitamente.

La solución tnás corriente es elevar cl a^ua clc hozos, yen rclación con tal hrocedintient^^ nos l^crmitiiu^^, recomcn-^lar una tnanera cle hroceder, que a pritl^era vi,ta huccle parc-cer alno tnás rnstosa, hero que ahorra abunclantes ^lisgustos.^uestro consej^^ es hacer uii hozu, uita elevación l^^ara cacíahuerto, de modo tlue cada uit^_^ cuente am su agua, poca onuicha, y no tetlga due depender de c>tra hersrnia. l^,a tuás altac^trestía clel sistema, siendo una cosa cierta, a veccs no es cosacla^erada, pues n^, aulviene ol^-idar ^luc en mrís ^le una ^ca-sicín será obligado utilizar el anticuado t»ét^du ^lel ci^;-iieñall,ara ele^ar el agua ^^ que, en otras, u^ia sencilla h^m^ba cle^nanc^ rendirá un btten servieio, cvitánclr^se así clis^-u^tus, t7ur-ja^ }^ hleitos, <jue de otra nianera están a la c^rcl^n ciel día.

^i la superficie se acerca a líniite, nt^siiito^ ^^ el titétod^^cic^-ador así 1^^ aa^m^eja, n^, con^-iene ^^1^-idar ^^ue sc deberác^mtar am ttna 1>e^^tteña allxrca, n^^ s^^l^^ l^ara re^a.r mejor,^iu^ ^ tantbién hara alrrovechar el a^ua ^clebidan^entc ^;^ ^t^^ de.-l^ecíiciar el tiemh^^. I,a cahacicía^^l ^lc: este dehbsitu »<^ ihabr<<<i^• ^cr e^ageracla, l^ues las sttl^crficic:^ ^^l^jet^^ ĉíe rie^^o sun de^u^r ;í l^edueñas ^^ los re^aclores se ac^^sttunbran mcjr^r a tra-haj^u- con p^,ca ^.l^ua ^ltte c^>n n^ucl^a.

I'^n- tíltim^^, c°n c^ta re^-isi^n^ ^lc r^mclici^»>e^, ^lrta^lles ^- ca-rricterísticas ^^ue ^;irait en t^^rn^^ a l^,ti huertc^s fatniliare^, nu}^^,clemos dejar dc^ c^^nsi^-nar la convenicncia, mttchas veces n^^i^^nse^ttida, ^le rercar estas lte^lueñas l^^trcclas, l^a.ra evitar n^^^^',1^^ el robo cle l^r^^^cluctos, sino tantbi^-n l^^s daños q^ue el ga-nacl^^, ^^ aun los h^mtbres, ptted^ett causar. l^'^^ hace -i-alta ele-^ir cerramientus cc^stos^s ^^ cottti^lica^lu^ ; basta c^n el tí^^ico^ifautbre esPinoso. c^ la hared <le l^iedra, niej^^ra^ na^la caras,,nhre tuclo c<mtan^lr^ c^m la l^rul^ia i>>at^u de ^^hra clcl l^r^xlnc-t^^r interesad^. ^^ partietido tautbién cle ]a ejecuci^^n l^ro^-re-:^iva, cle diluir el esfucrzo, l^ara clue cue^tc nienc^s llevarlo<i ralx^.

Los auxili^os que conc^ede el Esta.do.

El l^Tinisterio de Agricultura, a través del Instituto Na-cional de Colonización, concede au^ilio económico para laimplantación del huerto familiar. EI apartado d) del artícu-l0 2.° de la Ley de ^7 de abril de i946 (Bv^et^í^ra Oficial ^c^Estaclo, núrnero i i g, cle 28 cle abril) incluye entre las obras omejoras que pueden ser objeto de au^ilio el "establecimientode huertos fatniliares de propieclad privada, municipal o sin-dical". El Reglai^nento de iorde enero de i947 (Boletí.^a Ofi--ci^r^l clcl Estado, nítmero 38, de ^ de febrero), que complemen-ta a la Ley mencionada, señala que "cuando el Instituto Na-cional de Colonización conceda aulilios t^ara la creación dehttertos familiares, se estimará como presupuesto auxiliable^el valor de adquisición de la finca, necesario para stt estable-c^miento, en el que quedará incluíclo el cle las mejoras perma-nentes que ya existan y que se consideren útiles.

La extensión superficial y características de los huertu^familiares serán definiclas por el Instituto, pero sin que enningíin caso exceda aquélla de la que el solicitante, con susfamiliares, pueda cultivar por sí mismo. Fl Instituto tambiéndeberá asegurarse de que el beneficiario tenga el carácter deartesano, obrero agrícola o industrial, eligido por la Ley".

Los beneficiarios que, para implantar éstas u otras variaçmejoras, concede la disposición legislativa de referencia sondiversos, pero fitndamentalmente señalaremos dos : anticipo^reintegrables y subvenciones. Para huertos familiares pue^deconcederse el 6o por zoo de anticipo, el cttal se reintegrará enmenos de veinte anualidades, no iniciándose este reintegr^^hasta pasados los cinco primeros at^os de efectuada la c^^n-cesión.

Si los peticionarios son Hermanclades Sindicales, Dipu-taciones, Ayuntatnientos rurales u Organismos oficiales yuetengan por inisión el fomento o mejora de las produccionecagrícolas, pecuaria o forestal, o la investigación de cuesti^^-nes con ellas relacionadas, pueden solicitar subvenciones, n^^superiores al 3o por too del presupuesto total, pudienclo lle-garse, en caso de excepcional interés, a la concesión de sub-venciones y anticipos, pero limitando éstos, de manera que cI

t^^tal ]tercihidu tiv rebase el (^o lx^r too a^jtie, c^mi^^ ^i^áxiitu^,iticin^r ^^ ante^ referencia, ^1ue l^ttecle: lie^ar al ;^ l^or ^ oo si ]c^5hucrtu^ ^e itl^plantan l^recisamente lx^r ^1^•uutaiuient:^. rura-Ic; v Ile^;,iil a c^mstittiir ftteitte de i»^;-resos hara éstos.

C^cm^r^ iniecle ^>preciar el lcct^^r, es t^^te ntrn caso ^»á^ ciedecitlitla a^-ttda e^taYal, nr^ de tit^r r cai^rirhr r,^ ^, ^inr^ bti•c<in<lr r

I•;« r.-_-L:r> I,mz:rs .L^ I^u ci^;iicñale.. que tie rntrr^í^n cn e,ta f^^tr^^ra(ia aehurrt^^, ^amiliarr; en Adacr>iera ltialaman;a), .nn m;i^tilrs que ,e Ie^^ant:in }^ara

,el^^hr.ir una ^^id.i mejor. ll^utu (;omh::u.l

^r rluciunes i^ráctiras l^ara incrcmeittar ]a prr rclucción v i^arrt1<t^^^rrecer a cl^ts^^^ ^leficientemetlte <l^rtada^, n^erecedora; ^leatct^cibn v al'^r^^•<t.

Cifras ,y realidades.

}^ n^^e•r_areni^^^ irr n- recr ^^er lt^s re;ttlta^i^ ^s ^ rbtenitic^s Ma^tala fecha ix,r el Tnstitut^ ^aciuilal ^lc C^rrl^tilizaci^ín a.rni^aran-ci^^ lrt creaci^m ^le httertcrs, c^^i^ ttn ^•al^>r t^^tal de 2.o5,7.i^4 ^N.^-^etas. Las cantidat^les clue en el ^i^isnto fi^,Yuran no s^^n más^itte ttna i^rumesa, intes n^erece la pena hacer con^ta^,r que se^uele trrrpezar c^^n una re^istertcia ine^plicahle por parte cic

- Ia -

alg^unas autoridades locales, que no se deciden a luchar aco-ruetiendo con entusiasmo lo que pudiéramos Ilamar la Etn-presa del Huerto Fatniliar, sin ol^•idar tampoco que el hechode no conceclerse tnayores subvenciones hace que muchas ^-e-ces no sea posible llevar la obra a buen puerto. Organizacio-nes de otro tipo han efectuado una labor más rápida e inten-sa, a base cle contprar por stt cuenta los terrenos, hacex latransformación y ceder luego las parcelas en condiciones eco-nómicas e^traordinariamente generosas, recordando que elobrero rural carece de todo y sólo cuenta con stt trabajo, nclntdiendo, sal^-o e^cepciones, atiticipar ni una peseta, y, en ge-neral, le es difícil también reintegrar las cantidades anticipa-cias, siendo, con^o son, numerosas sus propias necesi•dades.I,os indicacíos resultados arrojan un total cle 543 huertos, untotal de au^ilios concedidos de cerca de un millón de pesetas,y una superficie meclia por huerto de 42 áreas.

En la provincia de Salamanca se han hecho cerca de Coohuertos de secano y más de 5.00o de regaclío, con superficiemedia de 4o y i2 áreas, respectivamente.

Conviene afirmar que una obra tan considerable sólo pue-de hacerse cuando e^iste una fuerza con fe ^^ entusiasmo, po-derosa para saltar los obstáculos que el egoísmo y la intole-rancia han de presentar, dotada de un convencimiento que noadmite vacilaciones, y siempre que el medio se preste. Todoesto coincide en el caso particular de Salamanca. El hombre,en la persona de su Goberna^clor ; el medio, c^^n la faciliclacl deencontrar agua a pequeñas profundidacles.

Punto final.

He aquí w^a ^^bra que a tocíos debe interesar, sencilla dehacer y llena cle uil eatraordinario interé5. Por todo esto, lec-tor, divulga las icleas que han sido expuestas y, si te fuera posi-ble, acomete esta humanitaria ^• patriótica emj^re,a.

GRAFICAS UGUINA• MELENDEZ VALDES, ĵ • ' MADRID