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Copyrigth@2012 Propiedad intelectual.
Prohibida su reproducción física o electrónica, parcial o total,
sin expreso consentimiento escrito del autor.
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sin expreso consentimiento escrito del autor.
La inocencia o ignorancia en la Nueva Sociedad, víctima del no-marketing.
Por Armando-José Díaz | PhD, MBM, MBA
La obsolescencia
planificada
o su muerte
natural
El impacto de la obsolescencia en el consumo
A principios de los 50’s se empieza a utilizar el término “obsolescencia” y las divisiones
de ingeniería de las grandes corporaciones se reúnen a discutir el contenido ético y las
consecuencias económicas de esta implicación.
La obsolescencia planificada y las acciones deliberadas para la fabricación con menor
calidad se convierten en una aparente rutina. El temor a la saturación del mercado
vuelve estos métodos poco convencionales en formulaciones económicas que buscan
asegurar mejores ingresos, sin tener en cuenta el perjuicio causado a los usuarios.
En un editorial de Design News al final de los 50’s, E.S. Safford cuestiona la filosofía de la
obsolescencia planificada en la producción de artículos de un – tiempo corto de
duración – con ingresos favorables a la corporación pero en detrimento de los intereses
de los compradores.
Copyrigth@2012 Propiedad intelectual.
Prohibida su reproducción física o electrónica, parcial o total,
sin expreso consentimiento escrito del autor.
El editorial causó un gran revuelo y las reacciones no se hicieron esperar. Se
cuestionaron las prácticas del mercado, la responsabilidad de las divisiones de ingeniería
y finalmente cómo afectaban estas decisiones la lealtad de los clientes, en las
propuestas de productos presentadas al mercado.
Hoy, sesenta años después, tenemos que volver a hacer esta pregunta. En la sociedad
actual el reciclaje y el incremento en la rata de reemplazo de equipos, automóviles,
electrodomésticos y otros bienes, han incrementado los costos por el uso de insumos no
recuperables, aumento en los desperdicios y, en muchos casos, polución.
No obstante, la economía actual sigue teniendo una gran dependencia en el aumento
del consumo y en el reemplazo de todo tipo de bienes en forma constante.
Los fabricantes utililizan ahora estrategias más sofisticadas para que el usuario defina en
forma voluntaria la obsolescencia de un producto y el impacto ético sean menos
notorios.
Hay que reconocer que en la vida diaria el uso de equipos, periféricos y artículos de
tecnología influye considerablemente en todas las actividades, tanto del hogar como de
la oficina y en general, en todos los ambientes donde nos movemos.
Permanentemente notamos que equipos de reciente adquisición, programas y otros,
son remplazados sin haber terminado de pagar los que hemos adquirido. A los usuarios
nadie les informa y menos les consulta. Las empresas sacan a los mercados productos
que no han sido debidamente probados y certificados en su uso.
Se planifica la muerte de los artículos?
La muerte planificada o no de los productos de tecnología, ya sea diseňados para una
duración corta o lanzados al mercado sin haber sido verdaderamente probados, o
simplemente para “salir a competir”, causan en los consumidores enormes frustraciones
y comprometen sus recursos económicos, además de arriesgar el buen nombre de las
marcas que empiezan a posicionarse más por su valor negativo que por su entrega de
calidad y respaldo.
Otros productos, tales como los lácteos, medicamentos y otros bienes de consumo,
deben cumplir regulaciones estrictas sobre las fechas de vencimiento en los empaques,
dirigidas a proteger a los compradores.
El usuario, entonces, tiene la potestad de decidir si lo compra o no, y si lo hace sabe qué
tiempo puede contar con él. Esta normativa le da tranquilidad y se siente respaldado al
momento elegir.
Copyrigth@2012 Propiedad intelectual.
Prohibida su reproducción física o electrónica, parcial o total,
sin expreso consentimiento escrito del autor.
Con los bienes electrónicos es otra la realidad. Cada día vemos con mayor frecuencia
promociones de artículos ofrecidos bajo tentadoras condiciones.
Se aprovecha así la falta de información e ingenuidad de los compradores para
deshacerse de los equipos que los fabricantes saben de antemano que son obsoletos o
están en vía de ser reemplazados por nueva tecnología.
Los fabricantes de bienes electrónicos deberían ser más honestos con sus consumidores
y proveerles de bienes con “etiquetas externas” que reflejen claramente la fecha de
obsolescencia o una información educada sobre su vigencia.
Es de responsabilidad social el fabricar productos de mejor calidad y durabilidad en
beneficio de los usuarios a los que se desconoce estratégicamente, pero que todos
buscan para contar con un beneficio económico.
Preside a ARDIZ Euroamerican Business Network, firma de consultoría estratégica para
negocios, con énfasis en las tecnologías de la innovación. Experto en Branding y
acercamiento institucional (lobby) en América Latina, donde ha ejercido su profesión a
empresas y gobiernos de la región en diversas capacidades. Experimentado negociador y
estratega empresarial, conferencista y escritor sobre diversos temas de marketing,
comunicación social, identidad e imagen.