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imperio 16 / El Viejo Topo 277 / febrero 2011 Foto de Robin Duce

El imperialismo salvaje de los Estados Unidos

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Documento de Noam Chomsky sobre las aspiraciones imperialistas de Estados Unidos

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16/El Viejo Topo 277 / febrero 2011

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El imperialismo salvajede los Estados Unidos

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por Noam Chomsky

ste es un extracto de una charla dada por Noam Chomsky en junio de 2010, y que ha sido recientementepublicada por Z magazine. De nuevo Chomsky regresa al tema del Oriente Medio, al que entronca con lapropia historia de Estados Unidos y la doctrina del Destino Manifiesto.E

Es tentador volver al inicio. El inicio se remonta a una fechabastante lejana, pero resulta útil reflexionar sobre algunosaspectos de la historia de los Estados Unidos que inciden di -rectamente sobre la actual política estadounidense en elOriente Medio. En más de un sentido, los Estados Unidos sonun país bastante inusual. Quizás sea el único país del mundoque fue fundado como un imperio. Era un imperio-niño–como le llamara George Washington– y los padres fundado-res tenían grandes aspiraciones para él. El más libertario deellos, Thomas Jefferson, pensaba que ese imperio-niño debíaexpandirse y transformarse en lo que denominó el “nido”desde el cual se colonizaría todo el continente. Se barrería a“los rojos” –esto es, los indios–, que serían expulsados o exter-minados. Los negros serían enviados de regreso a África cuan-do ya no se necesitaran, y los latinos serían eliminados poruna raza superior.

La conquista del territorio nacionalA lo largo de toda su historia EEUU, ha sido un país muy

racista y no solo antinegro. Esa era la visión de Jefferson, y losdemás más o menos concordaban con él. Así que se trata deuna sociedad colonialista de pobladores inmigrantes. Esecolonialismo es, con mucho, el peor tipo de imperialismo, el

más salvaje, porque exige la eliminación de la población au -tóctona. Creo que eso guarda cierta relación con el apoyodecidido que le brindan los Estados Unidos a Israel, que estambién una sociedad colonialista fundada por pobladores.Sus políticas son como un eco del sentido de la historia norte-americana. Es como volver a vivirla. E incluso más, porque losprimeros colonos de los actuales Estados Unidos eran religio-sos fundamentalistas que se consideraban hijos de Israel yobedecían el mandamiento divino de asentarse en la tierraprometida y asesinar a los amalequitas, etc., etc. Fueron lospri meros colonos de Massachusetts. Todo se hizo con el mayor altruismo. Así que, por ejemplo,

Massachussets (el Mayflower y todo ese asunto) recibió susestatutos fundacionales de manos del Rey de Inglaterra en1629. Esos estatutos les encomendaban a los colonos la tareade salvar a la población autóctona del infortunio del paganis-mo. Y, de hecho, el gran sello de la colonia de la Bahía deMassachussets muestra a un indio con una flecha que apuntahacia abajo, un símbolo de paz. Y de su boca sale un escritoque dice: “Venid y ayudadnos”. Ese es uno de los primerosejemplos de lo que hoy se denomina intervención humanita-ria. Y es típico de otros casos hasta el presente. Los indios lessu plicaban a los colonos que vinieran a ayudarlos, y los colo-

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nos obedecían, altruistamente, el mandamiento divino devenir a ayudarlos. Resultó que los ayudamos exterminándolos,lo que se consideró bastante desconcertante. Alrededor de losaños veinte del siglo XIX, un juez del Tribunal Supremo escri-bió sobre esta cuestión. Decía que era un tanto extraño que apesar de todo nuestro altruismo y nuestro amor por los indios,estos se agostaran y se dispersaran como “las hojas de otoño”.¿Cómo era posible? Añadía que la divina voluntad de la provi-dencia “trasciende la comprensión humana”. Es la voluntad deDios. No podemos aspirar a entenderla. Esa concepción –lla-mada providencialismo– consistente en pensar que obedece-mos invariablemente la voluntad de Dios ha llegado hasta elpresente. Hagamos lo que hagamos, estamos obedeciendo lavoluntad de Dios.EEUU es un país muy religioso; es un país en el que las

creen cias religiosas desempeñan un papel inusual. Un granporcentaje de la población –no recuerdo la cifra exacta, peroes muy alta– cree literalmente en lo que dice la Biblia, y partede esa creencia consiste en apoyar todo lo que haga Israel,porque Dios le prometió a Israel la tierra prometida. Así quetenemos que apoyarlo. Esas mismas personas –un núcleo sus-tancial de sólido apoyo a cualquier cosa que haga Israel– son,a la vez, los antisemitas más extremos del mundo. Hacen queHit ler parezca bastante moderado. Confían en el aniquila-miento casi total de los judíos después del Armagedón. Haytoda una larga historia sobre este asunto que es literalmentecreída por gente muy importante: probablemente por gentecomo Reagan, George W. Bush y otros. Se vincula con la histo-ria co lonialista del sionismo cristiano, que precedió amplia-mente al sionismo judío y es mucho más fuerte. Proporcionauna sólida base de decidido respaldo a cualquier cosa quehaga Israel. La conquista del territorio nacional

fue un asunto bastante feo. Así lo reco-nocieron algunos de sus protagonistasmás honestos, como John QuincyAdams, el gran estratega del expansio-nismo, teórico del Des ti no Manifiesto,etc. En sus últimos años, mucho des-pués de que sus propios crímeneshorrendos hubieran quedado ya en el pasado, lamentó lo quellamó la suerte de “esa infeliz raza de nativos americanos queestamos exterminando con tan inmisericorde y pérfida cruel-dad”. Dijo que ese era uno de los pecados por los que nos cas-tigaría el Señor. Aún estamos esperando.Sus doctrinas han sido tenidas muy en cuenta a lo largo del

tiempo y lo siguen siendo en el presente. Hay un importante ybien documentado libro de John Lewis Gaddis, un importante

historiador estadounidense, sobre las raíces de la doctrinaBush. Gaddis describe correcta, convincentemente, la doctri-na Bush como descendiente directa de la gran estrategia deJohn Quincy Adams. Dice que es una concepción que recorretoda la historia de los Estados Unidos. La alaba, cree que es laconcepción correcta: que debemos proteger nuestra seguri-dad, que la expansión es la vía para la garantizar la seguridad,y que es imposible gozar de seguridad hasta que no se contro-la todo. Así que debemos expandirnos, no solo en el hemisfe-rio, sino en todo el planeta. Esa era la doctrina Bush.En la época de la Segunda Guerra Mundial, aunque los Es -

tados Unidos hacía tiempo que eran, con mucho, el país másrico del mundo, desempeñaban un papel secundario en losasuntos mundiales. El actor principal en los asuntos mundia-les era Gran Bretaña; incluso Francia tenía un alcance másglobal que los Estados Unidos. La Segunda Guerra Mundialcambió por completo el panorama. Los encargados de hacerplanes en los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mun -dial, los encargados de hacer planes para Roosevelt, entendie-ron muy bien desde el inicio de la guerra que ésta concluiríacon los Estados Unidos en una situación de poder aplastante.A medida que avanzaba la contienda y los rusos derrotaban alos alemanes y casi ganaban la guerra en Europa, compren-dieron que los Estados Unidos quedarían en una situaciónincluso de mayor predominio. Y elaboraron cuidadosamenteplanes para la posguerra. Los Estados Unidos ejercerían uncontrol total sobre una región que incluía el HemisferioOccidental, el Lejano Oriente, el antiguo imperio británico y laporción mayor posible de Eurasia, incluido –y esto era crucial–su corazón comercial e industrial: Europa Occidental. Ese erael planteamiento mínimo. El máximo abarcaba todo el plane-ta y, por supuesto, era necesario para nuestra seguridad. En

esa región, los Estados Unidos gozarí-an de un control incuestionado y limi-tarían todo intento por parte de otrosde ejercer su soberanía.Los Estados Unidos terminaron la

gue rra en una posición de predominioy seguridad sin paralelo en la historia.Disponía de la mitad de las riquezas

mundiales, controlaba todo el hemisferio y las orillas opuestasde los dos océanos. No lo tenía todo. Ahí estaban los rusos, yalgunas cosas aún no estaban controladas, pero se habíaexpandido de manera notable.Justo en medio de todo estaba el Oriente Medio. Uno de losasesores de alto nivel de Roosevelt, quien trabajó a su ladodurante largo tiempo, Adolf A. Berle, un prominente liberal,señaló que el control del petróleo del Oriente Medio propor-

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Debemos expandirnos, no solo en elhemisferio, sino en todo el planeta.

Esa era la doctrina Bush.

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cionaría un sustancial control sobre el planeta, y esa doctrinasigue en pie. Es una doctrina que opera en este instante y quesigue siendo un tema central de la política.

Después de la Segunda Guerra MundialDurante buena parte de la Guerra Fría, las políticas nortea-

mericanas se justificaban in variablemente con la amenaza delos rusos. Se trataba, en lo fundamental, de una amenazainventada. Los rusos dirigían su propio im perio, más peque-ño, sobre la base de un pretexto similar: la amenaza de los nor-teamericanos. Esas nubes se despejaron tras el derrumbe de laUnión Soviética. Para quienes quieran comprender la políticaexterior estadounidense, un tema obvio a investigar es losucedido después de la desaparición de la Unión Soviética.Ese es el tema natural a investigar, de lo cual se desprende casiautomáticamente que nadie lo investiga. Se analiza muy poco

en la literatura especializada, aunque es obviamente el tema ainvestigar para saber qué fue la Guerra Fría. De hecho, si seinvestiga se obtienen respuestas muy claras. El presidente en esa época era George Bush padre.

Inmediatamente después de que fuera derribado el Muro deBerlín, se elaboró una nueva Estrategia de SeguridadNacional, con un presupuesto de defensa, etc. Constituye unalectura muy interesante. Su mensaje básico es el siguiente:nada va a cambiar excepto los pretextos. Lo que dicen es quetodavía necesitamos una inmensa fuerza militar, no paradefendernos de las hordas rusas, porque ya desaparecieron,sino de lo que denominan la “sofisticación tecnológica” de laspotencias del Tercer Mundo. Ahora bien, no sería extraño queuna persona bien educada, que hubiera estudiado en Harvardy todo lo demás, se riera al oír eso. Pero nadie se rió. De hecho,creo que nadie lo reseñó en la prensa. Así que dicen que tene-

En la guerra entre Irán e Iraq, instigada por Estados Unidos, murieron cientos de miles de personas

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mos que protegernos de la sofisticación tecnológica de laspotencias del Tercer Mundo, y que tenemos que mantener loque llaman la “base industrial de la defensa”, un eufemismopara referirse a la industria de alta tecnología proveedora casitoda del sector estatal (ordenadores, Internet, etc.), con el pre-texto de la defensa. Con respecto al Oriente Medio afirmanque debemos mantener nuestras fuerzas de intervención, lamayoría de las cuales están destinadas en esa zona. Y enton-ces viene una frase interesante. Tenemos que mantener lasfuerzas de intervención destinadas al Oriente Medio donde lasamenazas fundamentales a nuestros intereses “no podíanachacársele al Kremlin”. En otras palabras, lo siento, chicos, leshemos mentido durante cincuenta años, pero ahora que esepretexto desapareció, les diremos la verdad. El problema en el Oriente Medio ha sido y es el llamado

nacionalismo radical. Radical en realidad quiere decir inde-

pendiente. Es un término que significa “no obedece las órde-nes”. El nacionalismo radical puede ser de muchos tipos. Iránes un buen ejemplo.

La amenaza del nacionalismo radicalEn 1953 la amenaza iraní era el nacionalismo secular.

Después de 1978, es el nacionalismo religioso. En 1953 seresolvió el problema derrocando el régimen parlamentario einstalando en el poder a un dictador muy alabado. No era unsecreto. El New York Times, por ejemplo, publicó un editorialen el que se encomiaba el derrocamiento del gobierno tildán-dolo de “lección” para los países pequeños que “pierden el jui-cio” con el nacionalismo radical e intentan asumir el controlde sus recursos. Esta sería una lección para ellos: no intentenninguna tontería de ese tipo, sobre todo en una zona que nosresulta necesaria para controlar el planeta. Eso fue en 1953.

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Gaza. Así quedó esta escuela financiada por la ONU

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Desde 1979, fecha en que fue derrocado el tirano impuestopor los Estados Unidos, Irán ha sufrido el constante acoso delos Estados Unidos: un acoso sin tregua. Primero, Carter tratóde revertir de manera inmediata el derrocamiento del Sha ins-tigando un golpe de estado militar. No funcionó. Los israelíes–de hecho fue su embajador, porque durante el gobierno delSha Israel e Irán sostuvieron relaciones estrechas, aunque teó-ricamente no formales– señalaron que si lográbamos encon-trar algunos oficiales dispuestos a disparar contra diez milpersonas en las calles, podríamos devolverle el poder al Sha.Zbigniew Brzezinski, el asesor de Seguridad Nacional deCarter, era de la misma opinión. No se logró. De inmediato, losEstados Unidos se volvieron a Saddam Hussein para apoyarloen su invasión a Irán, que no fue cosa pequeña. Cientos demiles de iraníes resultaron muertos.Los actuales dirigentes del país sonveteranos de aquella guerra, y en suconciencia está profundamente gra-bada la idea de que todos están con-tra ellos: los rusos, los norteamerica-nos, todos apoyaron a Saddam Hus -sein en su intento de derrocar alnuevo estado islámico. No fue poca cosa. El apoyo estadouni-dense a Saddam Hussein fue extremo. Los crímenes deSaddam –como el genocidio de Anfal, la masacre de los kur-dos– fueron simplemente negados. El gobierno de Reagan losnegó o se los achacó a Irán. A Irak incluso se le concedió unprivilegio muy singular. Es el único país del mundo, conexcepción de Israel, al que se le ha concedido el privilegio deatacar un buque estadounidense y gozar después de comple-ta impunidad. En el caso de Israel fue el Liberty, en 1967. En elde Irak, el USS Stark, en 1987. Era un buque que formaba partede la flota estadounidense destinada a proteger los embarquesprocedentes de Irán durante la guerra. Irak atacó el buque conmisiles franceses, mató a varias docenas de marinos y recibióun leve regaño, pero nada más. El apoyo estadounidense eratan grande que ganó la guerra en nombre de Irak. Terminadala contienda, el apoyo estadounidense a Irak continuó. En1989, George Bush padre invitó a varios ingenieros nuclearesiraquíes a ir a los Estados Unidos a adquirir conocimientosavanzados sobre el desarrollo de armas nucleares. Es una deesas pequeñas cosas que se esconden debajo de la alfombra,porque un par de meses después Saddam se convirtió en unchico malo. Desobedeció las órdenes. Después vinieron lasduras sanciones y lo demás, hasta el día de hoy.

La amenaza iraníRegresando a la actualidad, en los textos de política exterior

y los comentarios generales la afirmación que más común-mente se encuentra es que el problema político fundamentalde los Estados Unidos ha sido y sigue siendo la amenaza iraní.¿En qué consiste exactamente la amenaza iraní? En realidadcontamos con una respuesta autorizada a esa pregunta.Apareció hace un par de meses en informes enviados al Con -greso por el Departamento de Defensa y los órganos de inteli-gencia estadounidenses. Esas instancias le informan cada añoal Congreso sobre la situación de la seguridad global. Los últi-mos informes, enviados en abril, contienen, por supuesto, unasección sobre Irán, que es la amenaza mayor. Vale la pena leer-los. Lo que dicen es que, sea cual fuere la amenaza iraní, no esde carácter militar. Dicen que el gasto militar de Irán es bas-tante reducido, incluso para los estándares regionales, y com-

parado con el de los Estados Unidos,por supuesto, es invisible: probable-mente no llegue al 2% de nuestro gas -to militar. Además, señalan que ladoctrina militar de Irán se orienta a ladefensa del territorio nacional, y estádiseñada para frenar una invasión losuficiente como para que la diploma-

cia pueda comenzar a funcionar. Esa es su doctrina militar.Dicen que es posible que Irán esté pensando en las armasnucleares. No van más allá, pero dicen que si llegara a des-arrollar armas nucleares sería como parte de la estrategia decontención iraní, en un esfuerzo para prevenir un ataque, queno es una posibilidad remota. La potencia militar más grandede la historia –es decir, nosotros– que le ha sido extremada-mente hostil, ocupa dos países fronterizos y amenaza abierta-mente con atacarlo, al igual que su cliente Israel. Esa es ladimensión militar de la amenaza iraní tal como aparece des-crita en Military Balance. No obstante, afirman que Irán cons-tituye una gran amenaza porque intenta ampliar su influenciaen países vecinos. A ese intento lo denominan desestabiliza-ción. Irán está llevando a cabo una operación de desestabili-zación en países vecinos al tratar de ampliar su influencia, yeso constituye un problema para los Estados Unidos, queestán tratando de promover la estabilidad. Cuando los Estados Unidos invaden un país es para promo-

ver la estabilidad, término técnico de la literatura de relacio-nes internacionales que significa obedecer las órdenes de losEstados Unidos. Así que cuando invadimos Irak y Afganistánes para generar estabilidad. Si los iraníes tratan de ampliar suinfluencia, al menos en países vecinos, estamos en presenciade un intento de desestabilización. Esta idea forma parte inte-gral de la doctrina académica y de otras. Incluso resulta posi-ble afirmar, sin miedo a hacer el ridículo, como hiciera el

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Lo siento, chicos, les hemos mentidodurante cincuenta años, pero ahora

les diremos la verdad.

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comentarista liberal y an -tiguo editor de ForeignAffairs, James Chase, quelos Estados Unidos tuvie-ron que desestabilizar aChile durante el gobiernode Allende para que hu -biera estabilidad, esto es,que se obedecieran las ór -denes estadounidenses.

¿Qué es el terrorismo?La segunda amenaza

que plantea Irán es su apo -yo al terrorismo. ¿Qué es elterrorismo? Se ofrecen dosejemplos del apoyo de Iránal terrorismo. Uno es suapoyo a Hezbolá en elLíbano, el otro su apoyo aHamas en Palestina. Créa -se lo que se crea de Hez -bolá y Hamas –puede quecreamos que son lo peordel mundo–, ¿en qué seconsidera que consiste suterrorismo? Pues bien, el“terrorismo” de Hezbolá secelebra en el Líbano el 25de mayo de cada año, díade fiesta nacional que con-memora la expulsión delos invasores israelíes delterritorio libanés en el año2000. La resistencia y lague rra de guerrillas deHez bolá obligaron a Israela retirarse del sur del Lí -bano tras ocuparlo veinti-dós años –en violación delas resoluciones del Consejo de Seguridad– durante los cualesempleó generosamente la violencia, el terror y la tortura. Ycuando Israel finalmente se retiró, la fecha se declaró Día de laLiberación del Líbano. Eso es lo que se considera el núcleo del terrorismo de

Hezbolá. Así es como se describe. En realidad, en Israel se llegaa describirlo como una agresión. En estos días se pueden leeren la prensa israelí las declaraciones de personajes muy

importantes que sostienen que fue un error retirarse del surdel Líbano, porque eso le permite a Irán continuar su “agre-sión” a Israel, que llevó a cabo hasta el año 2000 apoyando laresistencia a la ocupación israelí. Consideran que eso es unaagresión a Israel. Siguen principios estadounidenses, porquenosotros decimos lo mismo. Eso en cuanto a Hezbolá. Hayotras acciones suyas que podrían criticarse, pero ese es elnúcleo del terrorismo de Hezbolá. Otro crimen de Hezbolá es

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El regimiento del General Custer se significó por su extrema crueldad. 1874

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que la coalición que lideraba ganó ampliamente las últimaselecciones parlamentarias, aunque debido al sistema de asig-nación de escaños según la filiación religiosa, no recibió lamayoría. Ello llevó a Thomas Friedman a derramar lágrimasde alegría, como explicó, por las maravillas de unas eleccioneslibres en las que el presidente Obama había derrotado al pre-sidente iraní Ahmadinejad en elLíbano. Hubo otros que se unieron aesa celebración. Hasta donde sé, lascifras reales de votos nunca se infor-maron.¿Y Hamas? Hamas se convirtió en

una seria amenaza –en una seria orga-nización terrorista– en enero de 2006,cuando los palestinos cometieron uncrimen realmente grave. Esa fue lafecha de las primeras elecciones librescelebradas en un país del mundo árabe, y los palestinos vota-ron como no debían. Eso les resulta inaceptable a los EstadosUnidos. Inmediatamente, en un abrir y cerrar de ojos, losEstados Unidos e Israel se pronunciaron públicamente a favorde castigar a los palestinos por ese cri-men. Está en un número del New YorkTimes publicado inmediatamentedespués, en dos columnas paralelas:en una de ellas se habla de nuestroamor por la democracia, y en la conti-gua, de nuestros planes para castigar alos palestinos por la manera en quevotaron en las elecciones de enero. Ninguna idea de que hayauna contradicción. Antes de las elecciones los palestinos yahabían recibido fuertes castigos, pero después se intensifica-ron: Israel llegó al punto de cortarle el suministro de agua a laárida Franja de Gaza. En junio Israel había disparado unos7.700 cohetes contra Gaza. Todo en nombre de la defensa con-tra el terrorismo. Más tarde, los Estados Unidos e Israel, con lacooperación de la Autoridad Nacional Palestina, intentaronllevar a cabo un golpe de estado militar para derrocar algobierno electo. Fueron derrotados y Hamas se hizo con elcontrol. Después de eso, Hamas se convirtió en una de las princi-

pales fuerzas terroristas del mundo. Se le pueden hacermuchas críticas –por ejemplo, sobre la manera en que trata asu población– pero el terrorismo de Hamas es un poco difícilde establecer. La denuncia actual es que su terrorismo con-siste en disparar cohetes desde Gaza que caen sobre las ciu-dades fronterizas de Israel. Esa fue la justificación que se diopara la Operación Plomo Fundido (la invasión estadouni-

dense-israelí de diciembre de 2008) y para el ataque queIsrael lanzó contra una flotilla en junio, en aguas internacio-nales, en el que nueve personas fueron asesinadas. Solo enun país muy profundamente adoctrinado se puede escuchareso y no reír. Dejando a un lado la comparación entre loscohetes Qassam y el terrorismo practicado constantemente

por los Estados Unidos e Israel, eseargumento carece de toda credibili-dad por una sencilla razón: Israel y losEstados Unidos saben exactamentecómo detener los cohetes... pormedios pacíficos. En junio de 2008,Israel accedió a acordar un cese elfuego con Hamas. Israel no lo cumpliórealmente –se suponía que debía abrirlas fronteras y no lo hizo– pero Hamassí. Se puede consultar el sitio web ofi-

cial de Israel o escuchar a Mark Regev, su portavoz oficial, yambos concuerdan en que durante el cese el fuego Hamas nodisparó ni un solo cohete. Israel rompió el alto al fuego ennoviembre de 2008 cuando invadió Gaza y asesinó a media

docena de activistas de Hamas. Des -pués hubo algún fuego de cohetes yataques mucho más fuertes de Israel.Murieron algunas personas: todaspalestinas. Hamas ofreció reanudar elcese el fuego. El gabinete israelí consi-deró la propuesta y la rechazó, prefi -rien do el recurso a la violencia. Dos

días después se produjo el ataque estadounidense-israelí aGaza. En los Estados Unidos y en Occidente en general, se dapor sentado, incluso en grupos de derechos humanos y en elinforme Goldstone, que Israel tiene derecho a utilizar la fuer-za y a ejercer su autodefensa. Hay críticas acerca de lo des-proporcionado del ataque, pero son una cuestión secunda-ria, porque lo principal es que Israel no tenía ningún derechoa usar la fuerza. No existe justificación para el uso de la fuer-za a menos que se hayan agotado todos los medios pacíficos.En este caso, los Estados Unidos e Israel no sólo no los ha -bían agotado, sino que se negaron incluso a intentar em -plear los, aunque tenían todo tipo de razones para creer quetendrían éxito. La concesión de que Israel tiene derecho a realizar sus ata-

ques resulta un regalo sorprendente. En todo caso, según elDepartamento de Defensa y la inteligencia estadounidense,los intentos de Irán por ampliar su influencia, así como suapoyo a Hezbolá y Hamas son el contenido de la amenazairaní a los Estados Unidos y sus aliadosn

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Desde 1979, fecha en que fue derrocado el tirano impuesto por EEUU, Irán ha sufrido el

constante acoso de los Estados Unidos.

Los palestinos cometieron un crimen realmente grave: votaron

como no debían.