El Juramento de La Sangre - Relatos

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  • 7/24/2019 El Juramento de La Sangre - Relatos

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    "El Juramento de la Sangre"

    por Davram Bashere

    En el otro extremo de la llanura de Pelennor, el ejrcito oscuro de Mordor se puso enmovimiento.

    Mientras contemplaba como los orcos se aproximaban, Arandil se cercior de que suequipo estuviera preparado, y en buenas condiciones. Desliz un par de veces la hoja de suespada, Aglarmir, en el interior de su funda, y qued satisfecho al comprobar que lo haca consuavidad.

    A su izquierda, una voz musical y suave, dijo:Ya se acercan, Elenmoth. Arandil asinti, mientras tanteaba las cinchas de su escudo,

    pues no quera que ste se le cayera del brazo en mitad de la lucha por no tener prietas lascorreas. Elenmoth, tal era el nombre que le daban los elfos, y que significaba Estrella delCrepsculo. Un nombre que pareca estar hecho a su medida.

    As es, mi buen Gelmir. manifest el dnadan, con tono llano, palmeando con suavidada Dlin, su ruano. As es.

    Gelmir era un elfo de Rivendel, cuyos cabellos dorados y su gracia y altura lo identificabancomo miembro de la Casa de Fingolfin. En el hermoso rostro del elfo se dibuj una sonrisa de

    pesadumbre, pues haba advertido la preocupacin en la voz de su amigo.No debes preocuparte, dnadan. Tus hijos ya son mayores, incluso mayores que otros

    hombres corrientes, y saben cuidarse solos. Pertenecen a una raza fuerte. dijo el elfo,sonriente, posando su mano derecha sobre el hombro del Edain. Gelmir era uno de los pocosNoldor que an moraban en la Tierra Media, y de stos todava eran menos los que trataran contanto respeto y afabilidad a un miembro de una raza distinta.

    Por toda respuesta, Arandil gru levemente. Era consciente de que el elfo hablaba conrazn, pero aun as...

    Su hijo mayor, Isilnar, contaba ya con sus buenos sesenta aos, una edad madura paraun hombre pero an joven para un dunedain. E Isilnar tena ya dos hijos y una hija; Eldacar, elmayor y que contaba cerca de los treinta aos se haba quedado en Dol Amroth junto a suhermana Lindori, su madre y su abuela, pues su esposa estaba a punto de dar a luz. Su otronieto, Fiondil, si que haba acudido a la batalla, y se encontraba entre los guerreros dnedain

    junto a su padre, Isilnar, y sus tos.

    Arandur y Ernur eran sus hijos gemelos, y tenan casi cincuenta aos; an no se habandesposado, decan que todava eran jvenes, y aseguraban que Isilnar ya haba perpetuado porellos el Linaje en todo caso. Alatriel era su nica hija, y tambin era la luz de sus ojos comoNarwen, su esposa, era la luz de su alma, una joven tan hermosa y unos cabellos dorados tanfulgurantes que pareca el mismo sol encarnado... Haba ocasiones en las que Arandil dudabaque fuera hija suya, que algo tan maravilloso procediera de l en parte, que llevara su sangre.

    Y, finalmente, el benjamn era Menelmacar, nombre elegido por su madre y que era unode los nombres de la constelacin de Orin. Significaba el Espadachn del Cielo. Menelmacarcontaba con sus buenos treinta aos, y ciertamente pareca haber nacido para el arte de laespada.

    Al igual que Arandil, su esposa proceda de Dol Amroth, pero si bien ella perteneca a losdnedain oriundos de la ciudad, el padre de Arandil haba sido un dnadan del norte, uno de losdesperdigados montaraces; Cuando tena cuarenta y cinco aos, su padre Araphant habadesposado a una mujer de Dol Amroth, con sangre lfica corriendo por sus venas, naciendo l a

    los cinco aos del matrimonio. Contaba Arandil casi ciento diez aos ahora, y sin embargo,segua poseyendo la lozana de la juventud y si se tomaba como ejemplo la edad de su madre quien contaba ya con una cifra prxima a los doscientos y no aparentaba tener ms de treintaen una humana normal, a buen seguro le restaban an muchos aos de vida... si no la cortabauna espada orca aquel da.

    Dices bien, Gelmir repuso l con suavidad. Luego se enderez bruscamente sobre lasilla de montar, y extendi su brazo derecho para exclamarPrepara tu espada, amigo mo! Elenemigo se aproxima!.

    Un canto metlico se propag por las filas de los jinetes cuando las espadas de elfos,dnedain y rohirrim abandonaron el abrazo de sus vainas, y Aglarmir, la espada familiar de

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    Arandil, destell bajo los rayos de la maana mientras su mano experta aferraba con familiartacto la empuadura del arma.

    La marea negra se aproxim hacia ellos, gargantas que gritaban obscenas palabras en laoscura lengua orca, cimitarras de aspecto cruel destellando ominosamente bajo el sol, mientrassus portadores las agitaban salvajemente sobre sus cabezas. Como si fuesen un solo jinete, elejrcito de la Luz se lanz hacia delante, los caballos descendiendo veloces por la ladera de lacolina.

    Por la Casa de Isildur! el grit de Arandil se uni a los gritos de guerra de los rohirrimy a los de sus parientes dnedain; Dlin galopaba tan rpido que sus cascos no pareca tocarsuelo, y el dnadan supo que su fiel montura estaba ansiosa por entablar batalla.

    Mientras las fuerzas de las razas aliadas descenda a galope tendido del promontorio, losarqueros entraron en accin; una andanada de millar de flechas surc el aire y call cul lluviamortfera sobre las filas orcas. Muchos orcos cayeron sobre la tierra de la llanura para novolverse a levantar jams. Empero, miles quedaban an vivos.

    El choque entre ambos ejrcitos fue terrible y estruendoso. Los gritos de guerra de unos yotros se entremezclaron entre s, y con el ensordecedor entrechocar de los bien templadosaceros.

    Dlin se abri pas entre los primeros orcos a base de dentelladas y coces, en tanto sujinete descargaba a un costado y al otro tajos y tajos; y cada vez que Aglarmir ascenda, suplateada hoja surga ms baada en la sangre oscura de sus enemigos. Un grito gutural hizo queArandil hiciera cabriolar a su montura y encarase a su nuevo oponente, un enorme uruk-hai, con

    una enorme cimitarra aserrada que el ser bestial haca girar sobre su yelmo en amplioscrculos.

    Las dos armas se encontraron en un poderoso golpe. Saltaron chispas. Hasta el ltimo delos msculos de su brazo derecho se tens, sacando fuerza de los rincones ms escondidos desu ser para contrarrestar la descomunal fuerza de su oponente. El colmilludo y feo rostro delorco estaba contorsionado por la rabia, una saliva viscosa gotendole por las comisuras de loslabios.

    Arandil apret las piernas e inmediatamente su montura retrocedi, para a continuacincon una leve presin de su muslo sobre el costado derecho del animal hacer que ste sedesplazara en sentido contrario. La hoja de Aglarmir se levant y avanz relampagueante hacadelante, enterrndose profundamente en el ancho y desprotegido cuello del orco. La sangre,negra y espesa, man profusamente mientras el uruk-hai se llevaba sus manos a la garganta,con expresin de sorpresa, intentado contener aquel imparable fluir.

    Olvidando a su moribundo oponente, el dnadan alz su mirada. Entonces, con gesto

    sombro, hinc sus romas espuelas en las ijadas de Dlin, espolendola haca el mare mgnumque era el corazn de la batalla. Tras un relincho de desafo, el caballo se lanz como una flecha.

    En su camino, Aglarmir se ti numerosas veces de sangre enemiga nuevamente; variosorcos, un peludo y gris huargo, y una docena de los hombres rendan vasallaje y esclavaservidumbre a Mordor.

    En un momento de respiro, el dnadan mir en derredor, buscando con su mirada a lordImrahil, Prncipe de Dol Amroth, a cuyo lado haba acudido al enfrentamiento contra el oscuroejrcito del Enemigo. No tard en hallarle, acompaado de Huirlin de Pinnath Gelin, de Halabardde las Tierras Septentrionales y de Eomer, sobrino del Rey Theoden de Rohan quin seencontraba en algn lugar de esa batalla, y guerrero capaz de cuntos haba conocido Arandil;los tres poderosos seores luchaban a la cabeza de una mezcolanza de dnedain de Dol Amroth,eorlingas y montaraces, quienes se habran paso a base de sangre y acero entre las filas deMordor.

    Cuando Arandil buscaba un nuevo enemigo con el que luchar, escuch un nuevo grito, uno

    que no haba esperado escuchar nunca ms.Elendil!

    Sus ojos se movieron veloces, y entre la maraa catica que era el combate pudo apreciar a tres figuras que no haba atisbado momentos antes. Un enano armado con un hachaque cercenaba miembros de orcos cada vez que descenda, un elfo de los bosques que parecabailar entre los orcos mientras stos caan bajo su largo cuchillo, y un hombre, un dnadan deoscuros cabellos y claros ojos. Arandil le reconoci al instante, pese a que muchos aos habantranscurrido desde que le viera por ltima vez. Aquel diestro guerrero no era otro que Aragorn,Capitn de los Montaraces, Seor de los Dnedain del Norte, el Heredero de Isildur..

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    Padre!

    El grito sac a Arandil de su ensimismamiento. Un cuerpo voluminoso se arroj sobre suespalda y lo tir del caballo. Aunque la hombrera y la cota de malla acolchada amortiguaronparte del impacto, el dnadan apret los dientes cuando una punzante oleada de dolor sacudisu costado derecho. Lanzando un grito, gir sobre s al tiempo que apartaba el cuerpo tendidosobre l. Entonces, al verlo, sus manos se detuvieron. Ernur era quien le haba derribado.Ernur, su hijo de rubios cabellos y su carcter siempre alegre, yaca ahora sobre l, con el astanegra de una flecha orca asomando del centro de su espalda.

    Noooooo...! el angustiado grito brot de lo ms hondo de su ser, llen de un dolor queslo otra persona que hubiese padecido una prdida semejante lo comprendera. Para l eltiempo dej de fluir A..! Ernur... etye melda hinya!

    Arandil tom el rostro de su hijo entres sus manos, y con la diestra le apart losapelmazados mechones dorados que le caan sobre la faz, mientras las lgrimas corran por susmejillas. Ernur sonri a su padre.

    Namri atarinya... musit, entonces los azules ojos se le vidriaron y muri. Suespritu, libre de las ataduras mortales, se march. Con dolor en sus movimientos, Arandil se

    desprendi el broche que sujetaba su capa y con ella cubri el cuerpo inerte de su hijo.

    Adis, hijo mo. musit Arandil en la Lengua de los Hombres,mientras las lgrimas le humedecan la barba. Y luego, en la lengua de losElfos, aadi:

    Nai Eru etye varyvar tennoio.

    Para el guerrero dnadan haba sido como si el resto del mundo dejase de existir.Bruscamente, fue de nuevo consciente del estrpito infernal que le rodeaba; del canto del acero,de los gritos de guerra. Con los ojos enrojecidos, y repentinamente secos, Arandil se levantmientras tomaba su espada. Agarr fuertemente la empuadura, tanto que los nudillos se le

    pusieron blancos. De nuevo en sus manos, Aglarmir la espada de sus Antepasados, la espadaque portara el mismsimo Arvedui, ltimo Rey de Arthedain, descendiente de Valandil hijo deIsildurpareci cobrar vida, pues pese a las manchas de sangre que ocultaban partes de lahoja, el resto reluci con destellos plateados como si reflejase los rayos del sol.

    Dlin, su montura, se acerc a l y le propin un suave golpecito en el hombro con elmorro. Pero el dnadan no le prest atencin. Un hombre del Este se acerc demasiado, sinembargo, tuvo la mala suerte de hacerlo por el lado del caballo y Dlin le golpe con sus cuartostraseros en pleno pecho. El poderoso golpe no slo aboll la dbil proteccin de su cota de mallasino que le quebr seis costillas superiores y le revent el corazn. Antes de que el cuerpotocase el suelo metros ms atrs, el desafortunado hombre del Este ya estaba muerto.

    Arandil sali de su estado de shock entonces.

    Por la Casa de Isildur! bram y se arroj hacia el primer enemigo que capt suatencin. Un uruk negro de las Montaas Nubladas se derrumb sobre la tierra, con la cabeza amedio separar del cuerpo. Poco despus cay otro orco, y otro, y otro. Arandil luchaba posedopor un puro frenes de sangre, y gritaba cada vez que asestaba una estocada, un tajo. Varioshombres del Este huyeron de l, y tambin un par de orcos, en busca de enemigos menospeligrosos. l corri tras ellos, en absoluto saciada su sed de sangre y venganza.

    Pasaron cinco minutos, y el guerrero haba matado ya a ms enemigos de los que podacontar. No obstante, esto no significaba que Arandil hubiera salido indemne de todos sus

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    enfrentamientos; varias estocadas de acero orco haban atravesado su pesada cota de malla endiversas zonas de los costados, tena un profundo corte en el muslo derecho y en ambos brazospresentaba una docena de pequeos cortes. En realidad era ligeramente consciente de la sangreque an sala por dichas heridas pero poco le importaba esto. Luchara hasta desfallecer.

    Delante, a un par de metros, un orco desjarret los cuartos delanteros de un caballo. Sujinete, un pelirrojo rohirrim vol por encima de la grupa de su montura y cay pesadamente deespaldas. Aturdido, el Jinete no vio el orco se le aproximaba y alzaba su gran hacha de combate,dispuesto a descargarla sobre su casco. Arandil lleg antes de que el golpe fatal fueradescargado, y la hoja del dnadan se clav en el pecho del uruk.

    Por Eru, Jinete! Ponte en pie y desenvaina tu acero pues se nos echan encima msenemigos!

    Tambaleante, el rohirrim logr incorporarse. Con pas renqueante se coloc hombro conhombro junto a Arandil y desenvain su espada, de larga hoja y curva.

    Gracias, Montaraz. varios orientales se acercaban gritando a ellos. El Jinete esboz unasonrisa que nada tena de divertida.Recibmosles como se merecen.

    Y gritando Por la Marca!, se lanz hacia sus oponentes. Arandil le sigui un instantedespus.

    El combate se sucedi de un modo trepidante. Dos a uno superaban los enemigos a losdos compaeros de batalla pero combatan con tal bravura que nadie hubiera afirmado queestaban en desventaja. Pero su trmino fue triste, pues el rohirrim cay sin vida sobre la tierrano sin antes matar a su ltimo oponente, y el propio Arandil no sali indemne. Un armaenemiga le haba causado un profundo corte en el muslo izquierdo, as que cuando se movi lohizo con paso renqueante.

    Cada vez eran ms los cuerpos que se amontonaban sobre el suelo del campo de Pelennory cada vez era ms la sangre que se derramaba sobre l. La sangre de hombres justos, valientesy orgullosos, junto a la sangre de los sirvientes del Enemigo. Los gritos de guerra se

    entremezclaban de tal modo con los gritos de muerte que no se saba cuando empezaban unos yterminaban los otros.

    De nuevo, Arandil tuvo a la vista a su seor Aragorn y a sus dos compaeros desiguales,el grcil elfo de rubia cabellera y el enano que resultaba terrible con su gran hacha de batalla. Asu paso, el tro no dejaba ms que un rastro de enemigos muertos; Haradrim, Aurigas y uruknegros. Arandil se qued quieto, observando con asombro y reverencia. La Espada Quebrada,aquella que se rompi bajo el cuerpo de Elendil en la ltima batalla contra Sauron, haba sidoforjada de nuevo! Arandil sinti un flujo de esperanza en su interior, pues tal visin no poda serms que un buen presagio. Y se habra quedado all, como hechizado observando como Aragornhijo de Arathorn, el ms grande de los Hijos de los Reyes de los Hombres, bailaba una danzamortal con Anduril en su sus manos de no ser por que su destino haba de cumplirse.

    De repente, como aparecidos de la nada, surgieron un grupo de Corsarios de Umbar.Arandil apret las mandbulas y su gesto se ensombreci al verlos. Los Corsarios erandescendientes de aquellos dnedain traidores que huyeron tras la Guerra de Parientes deGondor, y salv los Nmenoreanos Negros, no haba otros a los que el pueblo de Arandil odiarams.

    Los Corsarios se dividieron en dos grupos, uno fue hacia Aragorn, pues le habanreconocido, mientras que el segundo atac al elfo y al enano. En cuestin de unos pocos latidosde corazn, se form una brecha entre ambos. Arandil aferr fuertemente la empuadura de suespada y comenz a desplazarse casi a la carrera. El dolor de la herida del muslo se volvi

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    lacerante y absoluto, empero Arandil continu sin rebajar el ritmo. La vida de su Seor dependade ello.

    Aragorn haba acabado con la vida de cuatro Corsarios cuando l lleg y abati a unquinto. An quedaban otra media docena de aquellos enemigos. El Capitn de los Montaraces lededic una mirada rpida y en sus ojos asom el reconocimiento.

    Bienhallado seas, Pariente. dijo Aragorn, medio sonriente, mientras Arandil se colocabaespalda contra espalda. Los Corsarios comenzaron a rodearles.Aunque temo que tumomentnea ayuda slo retrase el inexorable fin de ambos.

    Entonces, cobrmosles un alto precio por nuestra sangre. Qu en Umbar se temadurante siglos el nombre de los Hijos de Elendil!

    Aragorn ri alto, pues las palabras de su pariente tambin haban enardecido su espritu.

    Elendil! grit Aragorn, y su espada decapit a uno de sus enemigos, pillndole porsorpresa.

    Por la Casa de Anduni! core Arandil, al tiempo, y se lanz al ataque. Aglarmircercen un brazo y traspas un corazn.

    Las dos antiguas hojas, Andril, antao Narsil de Elendil, y Aglarmir de Arvedui, se tieroncon la sangre de los atvicos enemigos de los descendientes de Nmenor.

    Por el rabillo del ojo capt Arandil un movimiento furtivo. Acab con celeridad con elltimo Corsario y se volvi para encarar a su nuevo adversario. El Haradrim, situado algo menosde cinco metros, alz la lanza que portaba. La lanza sali disparada. Pero el mortal proyectil noiba destinado a l, sino que vol directamente hacia la espalda del Heredero de Isildur.

    Arandil no fue consciente de gritar el nombre de su pariente, ni de correr la distancia quelo separaba de l.

    La lanza encontr blanco, aunque no el objetivo pretendido por su dueo. La larga puntade la lanza atraves la cota de mallas, rompi costillas, seg carne y msculos y surgi por laespalda limpiamente, empalando a Arandil de parte a parte. El guerrero sali disparado yaterriz de espaldas sobre el suelo. No grit. Intent incorporarse pero haba dejado de tenercontrol sobre su cuerpo y sus movimientos.

    Dbilmente, escuch el ruido de unos pasos aproximndose. Alguien se arrodill a su lado.Se le haba desenfocado la vista, as que entrecerr los ojos y su alrededor se torn ntido.Sobre l se inclinaba Aragorn.

    Aranyalos labios de Arandil parecan reacios a moverse. Lo que dijo entonces fue tansolo un susurro, pero Aragorn lo escuch.tirnenye i Vanda!

    As es mi Pariente. musit Aragorn, pero Arandil no le oy pues ya haba muerto. Susojos vidriosos miraban fijamente al cielo. Gran pesadumbre apres el corazn del Heredero deIsildur, pues otro gran descendiente de Isildur, aunque no por lnea directa como l mismo,haba muerto bajo la mano del Enemigo. Era grande la deuda de sangre que Mordor deba pagara la Casa de Elendil.

    Aragorn extendi una mano y con gesto afectuoso cerr los prpados de un guerrero, deun noble dnadan, que haba cumplido con su deber hasta la tumba.

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    Nai isil ar i eleni etye siluvar tennoio, onronya.

    Muchos grandes hombres cayeron aquel da. Theden de Rohan, Huirlin de Pinneth Gelin,Halabard de las Tierras Septentrionales, pero de entre todos ellos, la prdida de Arandil de Dol

    Amroth y sus hijos fue la que ms pena caus a Aragorn Heredero de Isildur.

    Despus de la Guerra del Anillo, despus de qu el Anillo nico fuera destruido y Aragornfuera coronado Rey, hizo construir en Dol Amroth un mausoleo, y en el rezaba sta inscripcin:

    Cmo prncipes desterrados vivieron,

    como hroes sern recordados, pues

    gran servicio prestaron a su Pueblo.

    Arandil Elenmoth y sus hijos

    Isilnar, Arandur, Ernur y Menelmacar,

    Prncipes de la Casa de Elendil

    Slo Fiondil hijo de Isilnar hijo de Arandil retorn vivo a su casa, y lo hizo con una manoamputada. Y su hermano Eldacar asumi la Cabeza de la Casa, y como pariente prximo al Reyy prncipe por sangre ocup su puesto en el Consejo del Rey, y su ms secreto protector puesan su Casa contemplaba el Juramento.

    Y as fue durante el resto de los siglos.

    Nota: El Juramento al que se refiere Arandil en el relato es al que tom el hermano de Aranarthante su padre, Arvedui de Arthedain, y Aranarth antes de marchar hacia Dol Amroth con sufamilia, y varios de sus seguidores.

    El Juramento compela a l y a todos sus descendientes en lnea directa a proteger lalnea heredera al trono de su hermano Aranarth. Arandil Elenmoth era descendiente directo deese prncipe de Arthedain, y por tanto por sus venas tambin corra la sangre de los Reyes deArthedain y de Arnor, hasta Elendil el Alto.

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    Nota2: Traducciones del lfico.

    A!Ernur etye melda hinya!Oh! Ernurt mi amado hijo!

    Nmari atarinyaAdis padre mo.

    Nai Eru etye varyvar tennoioQu Eru te proteja por siempre

    Aranyatirnenye i Vanda!Mi Rey cumpl el Juramento!

    Nai isil ar i eleni etye siluvar tennoio, onronyaQu la Luna y las Estrellas te iluminen porsiempre, Pariente mo.

    PROHIBIDA LA REPRODUCCIN TOTAL O PARCIAL SIN PERMISO EXPRESO DEL AUTOR.

    Los Espejos de la Rueda 2003

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