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VIDA Y OBRA DE OCTAVIO PAZ Octavio Paz fue un escritor mexicano que nació en 1914 y murió en 1998. Junto con Pablo Neruda y César Vallejo, conformaba la tríada de grandes poetas que, tras el declive del modernismo, lideraron la renovación de la lírica hispanoamericana del siglo XX. El premio Nobel de Literatura de 1990, el primero concedido a un autor mexicano, supuso asimismo el reconocimiento de su inmensa e influyente talla intelectual, que quedó reflejada en una brillante producción ensayística. Conforman su obra poética quince títulos: Luna silvestre (1933); Bajo tu clara sombra y otros poemas sobre España (1937); Entre la piedra y la flor (1941); Libertad bajo palabra (1949); Águila o sol (1951); Semillas para un himno (1954); La estación violenta (1958); Salamandra (1962); Ladera este (1969); Topoemas (1971); Renga (1972); Pasado en claro (1975); Vuelta (1976); Poemas (1979) y Árbol de adentro (1987). Su producción en prosa abarca once obras: El laberinto de la soledad (1950); El arco y la lira (1959); Cuadrivio (1965); Claude Lévi-Strauss o el nuevo festín de Esopo (1967); Conjunciones y disyunciones (1969); El mono gramático (1974); Los hijos del limo (1974); El ogro filantrópico (1979); Sor Juana Inés de la

El Laberinto de La Soledad

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Vida y Obra de Octavio Paz y resumen de su obra más popular

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VIDA Y OBRA DE OCTAVIO PAZ

Octavio Paz fue un escritor mexicano que nació en 1914 y murió en 1998. Junto con Pablo Neruda y César Vallejo, conformaba la tríada de grandes poetas que, tras el declive del modernismo, lideraron la renovación de la lírica hispanoamericana del siglo XX. El premio Nobel de Literatura de 1990, el primero concedido a un autor mexicano, supuso asimismo el reconocimiento de su inmensa e influyente talla intelectual, que quedó reflejada en una brillante producción ensayística.

Conforman su obra poética quince títulos: Luna silvestre (1933); Bajo tu clara sombra y otros poemas sobre España (1937); Entre la piedra y la flor (1941); Libertad bajo palabra (1949); Águila o sol (1951); Semillas para un himno (1954); La estación violenta (1958); Salamandra (1962); Ladera este (1969); Topoemas (1971); Renga (1972); Pasado en claro (1975); Vuelta (1976); Poemas (1979) y Árbol de adentro (1987).

Su producción en prosa abarca once obras: El laberinto de la soledad (1950); El arco y la lira (1959); Cuadrivio (1965); Claude Lévi-Strauss o el nuevo festín de Esopo (1967); Conjunciones y disyunciones (1969); El mono gramático (1974); Los hijos del limo (1974); El ogro filantrópico (1979); Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe (1982); Tiempo nublado (1983) y Hombres de su siglo (1984).

A grandes rasgos cabe distinguir tres grandes fases en su obra: en la primera, el autor pretendía penetrar, a través de la palabra, en un ámbito de energías esenciales que lo llevó a cierta impersonalidad; en la segunda entroncó con la tradición surrealista, antes de encontrar un nuevo impulso en el contacto con lo oriental; en la última etapa de su trayectoria lírica, el poeta dio prioridad a la alianza entre erotismo y conocimiento. En 1990 se le concedió el Premio Nobel de Literatura.

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INTRODUCCIÓN

Este libro nos da un claro ejemplo de lo que es la historia de México. El autor analiza diversas expresiones, actitudes características y preferencias para llegar al fondo anímico donde se han originado.

El primer capítulo, el pachuco y otros extremos, inicia la reflexión sobre el ser mexicano tomando un modelo que se encuentra escindido de su suelo, de su ambiente y en torno a esta figura plantea su tesis sobre la soledad que estaría en lugar del sentimiento de inferioridad que Samuel Ramos manejaba en El Perfil del Hombre y la Cultura en México. Y en el apartado final, Octavio Paz cierra sobre la misma idea de la soledad desde una perspectiva dialéctica de lo histórico y lo mítico.

En el libro nos narra como la conquista influye en el mexicano pues muchos tienen un sentimiento de menor valía al ser un pueblo conquistado y se puede ver en frases que utiliza por ejemplo el macho mexicano, que con su lenguaje quiere parecer superior a todos pero es al contrario, solo demuestra inseguridad. En el libro también se quita la máscara del país y muestra a individuos solos, aislados que viven entre sombras por ejemplo el llamado “pachuco” que adopta su identidad del extranjero y de la suya propia para crear este personaje que como muchos vive en soledad. El pachuco son bandas de jóvenes, generalmente de origen mexicano que viven en las ciudades del sur de Estados Unidos. Se singularizan por su vestimenta, así como también por su conducta y lenguaje; este modo de existir de dicha sociedad ha perdido toda herencia (lengua, religión, costumbre, etc.) se considera una sociedad abierta que intenta encajar en la sociedad americana, pero que a la vez no se reconoce ni como mexicano ni como norteamericano. Es importante saber que muchas de las reflexiones que forman parte de este ensayo nacieron fuera de México.

Considero que este libro forma parte importante de la formación como estudiantes y que nos ayuda a conocer el conformismo que muchos tenemos.

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“EL LABERINTO DE LA SOLEDAD”

EL PACHUCO Y OTROS EXTREMOS: Se hace un planteamiento sobre nuestra identidad desde niños, describe desde nuestro nacimiento, que en ocasiones nos podemos sentir solos; pero nos olvidamos de nuestra soledad a través del juego o del trabajo. Hace una reflexión de la adolescencia y describe cuando los jóvenes están preocupados por encontrar nuestra identidad, el adolescente se asombra por la riqueza que encuentra en su entorno y se pregunta si verdaderamente es el.

Se hace una reflexión de cómo a los pueblos les pasa lo mismo y muchas veces las respuestas son cambiadas por la historia y con esta el carácter nacional. Un pueblo se distingue por sus creaciones y hay gente del mismo pueblo con diferentes etapas históricas, además da un ejemplo de que todos se sienten mexicanos pero al cruzar la frontera dejan de serlo. El pachuco se dice no pertenecer a una raza, pero en realidad está orgulloso de su sociedad y de poder ingresar a la sociedad norteamericana de y se esconde de sí mismo.

MASCARAS MEXICANAS: Varias son las facetas del mexicano, ser singular que sin embargo, “siempre está lejos, lejos del mundo y de los demás. Lejos también de sí mismo.” Capaz incluso de hacer uso del silencio, además de la palabra, como un instrumento de defensa.

Y a propósito de la palabra, el poeta reflexiona sobre el poder real que la palabra misma ejerce sobre el mexicano. Conceptos como “rajarse”, revelan el grado de machismo que todos llevamos dentro. ¡Puto el que se raje! Otro ejemplo, que sólo en México existe, es el albur. Lenguaje secreto, ingenioso, de fuertes connotaciones sexuales que agrede, reta, y finalmente, termina por demostrar nuestro carácter cerrado frente al mundo.El mexicano usa máscaras para proteger su intimidad, no le interesa la ajena y por lo tanto, el círculo de la soledad se vuelve a cerrar.

TODOS SANTOS, DÍA DE MUERTOS: La contradicción forma parte del mexicano. “Cualquier pretexto es bueno para interrumpir la marcha del tiempo” y las Fiestas populares, resultan el desagüe idóneo para tal efecto. Durante las Fiestas populares, desde el grito de independencia hasta el día de la raza, el mexicano se siente completo, seguro. La razón es sencilla, en ese instante, en ese presente, “el pasado y el futuro al fin se reconcilian”.

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Lo importante es que, durante la Fiesta, “todo pasa como si no fuera cierto, como en los sueños Para el mexicano cualquier cosa es motivo de festejo, todo su calendario se encuentra lleno de estos. Al mexicano no le bastan sus festejos; son demasiadas las fiestas que se realizan en la república, es el único lujo que tenemos, aquí es donde el mexicano tiende a abrirse y desahogarse, puede llegar a matar por liberar sus sentimientos. La fiesta no es solo un exceso y desperdicio de los bienes acumulados durante el año; también es una revuelta; la sociedad se burla de sus dioses, principios y leyes: se niega a sí misma.

LOS HIJOS DE LA MALINCHE: Paz abre el capítulo, con una dura crítica al capitalismo. Luego, volviendo a aterrizar en tierras mexicanas, el autor sorprende con una frase demoledora. “El mexicano no quiere o no se atreve a ser el mismo” Demasiados fantasmas lo habitan: la conquista, la colonia, la independencia, las guerras contra Francia y Estados Unidos “nuestro buen vecino”, demasiados abandonos por parte de los dioses.

La Malinche, encarna al mito, nadie en México le perdona su colaboración con el invasor y también, nadie en México negaría a la Virgen de Guadalupe su lugar como madre suprema de todos los mexicanos. Y Así, la Chingada y la Virgen de Guadalupe, ambas figuras pasivas, representan el amor -odio del mexicano hacía sí mismo.

CONQUISTA Y COLONIA: Al arribo de los españoles, todos los pueblos sometidos por los Aztecas, vieron una posible liberación, por ello, muchos o no oponían resistencia, o se dejaban llevar por la indiferencia. Algunos más, como los Tlaxcaltecas se aliaron incluso a Cortés. La meta, Tenochtitlan. Sin embargo, Moctezuma, emperador Azteca, (sabía o creía saber) que una era cósmica estaba por terminar, para dar paso a otra más. Todos esperaban el regreso de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada que juró regresar. Moctezuma recibe a Cortés con presentes, y Cortes, con un puñado de hombres, la mayoría aventureros, realizó la conquista más absurda de la historia. Los signos, las profecías se habían cumplido y los dioses les dieron la espalda a sus creyentes. Ningún pueblo se habrá sentido tan desamparado como ellos. Cuauhtémoc se enfrenta al invasor, pero se enfrenta sabiendo de antemano su derrota.

DE LA INDEPENDENCIA A LA REVOLUCIÓN: La revolución se dio por la ausencia de precursores ideológicos y vínculos ideológicos, que trajeron una serie de conflictos y confusiones posteriores: Campesinos y Obreros vivían desamparados frente a los grandes poderosos, pero los campesinos tenían una gran tradición de luchas heredadas de los pueblos prehispánicos, mientras que los obreros carecían de derechos y experiencia que les ayudaran a apoyar sus demandas y justificar su lucha frente a los poderosos. La incapacidad de la inteligencia mexicana para formular en un sistema coherente las aspiraciones populares se hizo patente apenas la revolución dejo de ser un hecho instintivo y se

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convierte en régimen. La adopción del sistema liberal no fue sino consecuencia de la falta de ideas de los revolucionarios. Al igual que las fiestas, la revolución es un exceso y un gasto, es llegar a los extremos, el despertar de sus emociones: alegría y desamparo. Es una fiesta en la que el mexicano, borracho de sí mismo, conoce al otro mexicano.

LA INTELIGENCIA MEXICANA: Octavio Paz define de la siguiente manera a la “Inteligencia” mexicana: “sector que ha hecho del pensamiento crítico su actividad vital” aunque señala que la obra de esta “Inteligencia” no se encuentra del todo en libros, sino más bien en su influencia en la obra pública. Y es José Vasconcelos, el fundador de la educación moderna en México, el primero en citar. Miembro del grupo Ateneo, Secretario de Educación Pública que pretende continuar la obra de Justo Sierra: ampliar la educación elemental y perfeccionar la enseñanza superior. Vasconcelos funda sus principios educativos en la tradición. La nueva educación, anota Paz, “se funda en la sangre, la lengua y el pueblo”.

En este capítulo se trata de describir la inteligencia mexicana de nuestros antepasados, quienes nos han llenado de conocimientos, cultura y tradiciones. Uno de ellos es Vasconcelos, quien veía a la enseñanza como una participación más en la vida de México. Una parte de esta literatura se remonta hacia la colonia, otra al indigenismo y otros viven en el presente y crean la novela de la revolución. Así, el intelectual se convirtió en el consejero de aquellos generales analfabetos, del líder campesino o sindical, del caudillo en el poder y de aquellos que eran analfabetas. Se dice que la revolución mexicana nos hizo salir de nosotros mismos y nos puso frente a la historia, planteándonos la necesidad de inventar la que sería nuestro futuro.

NUESTROS DÍAS: En la actualidad se discute si la política social y económica ha sido acertada, esto se trata de algo que va más allá de la tecnicidad y de los errores del pasado. La clase obrera empiezan a realizar sus alianzas populares, una de las alianzas que realizaron fue con Carranza a cambio de una política social avanzada y por este motivo se aliaron con Obregón. Se decía que los países comunistas eran una minoría que era cerrada y poderosa que tenían como bases a la administración, al ejército y a la santa inquisición. A los mexicanos nos hace falta una nueva sensibilidad y forma de ver a la América latina y el resto del mundo, ya que las luchas de medio oriente están ligadas a las nuestras.

El mexicano se esconde bajo máscaras, que después se convierte en días de duelo o fiesta; pero ni aun así hemos encontrado aquello que nos reconcilie con el orden y nuestra libertad. Tras este derrumbe general de la razón y la fe; que es dios, no se levantan viejos y mucho menos nuevos sistemas intelectuales que sean capaces de entender nuestra gran angustia, por sentimos que no hay nada y estamos solos.

Particularmente, en México, el crecimiento demográfico, no previsto por los primeros gobiernos, se presentó como una máscara que esconde el actual

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desequilibrio. La reforma agraria por su parte, cuenta todavía con millones de campesinos en extrema pobreza; principal causa de braceros en Estados Unidos. La industria y los centros de producción son insuficientes para absorber la demanda de trabajo en las ciudades. Ahora bien, si bien el General Lázaro Cárdenas al expropiar el petróleo y el ferrocarril entre otros impulsó la economía interna del país, también es cierto que tocó fibras muy sensibles, económicamente hablando, del vecino país del norte.

Con la industrialización del país, surge la clase obrera, aquella que según Marx “lleva el curso de la historia”. En México, esa clase obrera y mediana burguesía, surge desde las entrañas mismas del poder. Primero se apoya a Venustiano Carranza –buen momento para recordar que también fue gobernador porfirista- luego a Álvaro Obregón y finalmente a Plutarco Elías Calles. El estado desde entonces ha protegido las organizaciones sindicales. La burguesía por su parte, se alió directamente con el gobierno así, el banquero se convirtió en senador o diputado. Desgraciadamente, carecemos de una industria básica por la sencilla razón de que somos un país productor de materias primas. Entonces, dependemos de los grandes capitales que imponen condiciones cual viejos conquistadores. También carecemos de una industria pesquera, el turismo y los dólares equilibran, sensiblemente, la economía pero nada más. Paz propone: “La inversión de capitales públicos ya sea en préstamos gubernamentales o por medio de las organizaciones internacionales”. Y más adelante continua: “Podríamos hacer más si nos unimos a otros pueblos con problemas semejantes a los nuestros” incluye África y los países asiáticos.

APÉNDICE: LA DIALÉCTICA DE NUESTRA SOLEDAD: “El hombre es el único ser que se siente sólo y el único que es búsqueda de otro”. Para el Nóbel Mexicano, la soledad lleva irremediablemente a la conciencia. Nacemos y morimos solos. Pero también somos capaces de traspasar nuestra soledad mediante el amor como “elección, libre elección acaso de nuestra fatalidad, súbito descubrimiento de la parte más secreta y fatal de nuestro ser”. Las relaciones amorosas están viciadas por culpa de la sociedad, misma que impide la libre elección. La mujer es presa de su imagen; impuesta por una sociedad básicamente masculina. Tampoco el hombre puede elegir, el primer contacto sexual del niño ocurre con la madre y/o hermanas. De modo que un carácter simbólico de incesto, está presente en nuestro erotismo. Se elige por confusión, por belleza o conveniencia; por creer que “no hay de otra”, o porque “se me va el tren”. Lo cierto es que la gran mayoría de mexicanos, y mexicanas, piensan al final de su existencia: “Y pensar que he perdido los mejores años de mi vida con una mujer que no era mi tipo” frase de Swan citada por el propio Paz.

Para la sociedad, el amor equivale a tener hijos pues la familia, es el primer reflejo de la sociedad. La doble moralidad aterriza directamente en el concepto del

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Matrimonio, es decir la naturaleza conservadora de la pareja. Al amor garantizado constitucionalmente.

CONCLUSIÓN

Este libro nos habla acerca del punto de vista del autor acerca de la historia mexicana, hay en él algunos puntos que llamaron mi atención durante la lectura; al inicio de esta me parece notar cierto punto de negatividad hacia el mexicano, haciendo mención de lo que el autor en su libro llama “pachucos” que son los mexicanos que residen en nuestro país vecino y hace mención a que estos subgrupos se aíslan, llegando a la conclusión de que los mexicanos somos personas cerradas y de cierta manera conformistas, menciona que para los norteamericanos el mundo es algo que se puede perfeccionar mientras que para nosotros es algo que se puede redimir, menciona que sin importar edades el mexicano es una persona que usa máscaras, con lo cual concuerdo, pero pienso que no solo nosotros, la historia, nuestra historia es la que nos ha hecho adoptar esta manera de vivir y no poder ser nosotros mismos, el permitir expresarnos de cualquier forma siempre se nos ha prohibido en diferentes aspectos, así que tenemos que buscar una forma de vivir.

México y el mexicano, buscan siempre la figura del otro con quien contrastar las diferencias que lo identifican. En su mayoría de veces, el otro es el norteamericano, ante el cual ya no sólo le basta diferenciarse, sino que le preocupa lo que crea, piense y diga de él. Sin duda en esta obra se encuentran muchas facetas de nuestra sociedad y de nuestro ser; tales como la mentira, el pecado, el miedo al amor, las discriminaciones y nuestra soledad. “Las máscaras que usamos”, es una frase interesante, puesto que así es la personalidad, todos usamos máscaras, todos cambiamos según el momento, cambiamos en cada situación que se nos presenta, nunca vamos actuar de la misma manera que actuamos con nuestros padres o con nuestro jefe, amigos, compañeros de trabajo, siempre cambiamos la máscara (la personalidad), cambiamos también cuando algo de nosotros no nos gusta o nos tiene inconforme, pero hay algo que nuestra personalidad nunca cambia y ese factor inmodificable es la esencia de cada ser humano, que es único e irrepetible, las máscaras cambian pero el que se encuentra debajo del antifaz sigue siendo siempre el mismo, nosotros como psicólogos dividimos esta “esencia” inmodificable como rasgos de personalidad