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El Lenguaje del Río FERNANDO ZÓBEL CUADERNOS DE MANGANA 52 Fernando Zóbel (Manila, 1942- Roma, 1984) fue una persona polifacética. Es- tudió Medicina en la Universidad de Santo Tomás, Filosofía y Letras en la de Harvard, fue conservador del Museo Nacional de Filipinas. El conocimiento en Estados Unidos de pintores como James Pfeufer, Hyman Bloom y Mark Rothko, entre otros, marcarán sus ini- cios, no solamente en la pintura sino también en otras de sus pasiones, la fo- tografía. En España descubre la joven pintura española y entabla amistad con Gerardo Rueda, Luis Feito, Saura, Sem- pere, Chirino… Realiza múltiples expo- siciones al tiempo que inicia la colección de pintura abstracta española que más tarde formará la base del Museo de Arte Abstracto de Cuenca, inaugurado en 1966. Gran mecenas y protector de jóve- nes artistas, la ciudad de Cuenca le debe el haberla colocado a nivel mundial como lugar de encuentro de pintores, obras y tendencias durante la segunda mitad del s.XX. En 1980 donará el Museo a la Fundación Juan March. Zóbel recibió la Medalla de Oro al Mé- rito en las Bellas Artes en 1983 y la Me- dalla de Oro de la Ciudad de Cuenca y la Medalla de Honor de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, ambas a título póstumo, en 1984. Sus restos descansan en Cuenca, en el cementerio de San Isidro, al borde de la Hoz del Júcar; río que protagonizó gran parte de su obra y que con su rumor y color man- tiene vivo el pincel del pintor.

El lenguaje del río

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Cuadernos de Mangana nº 52. Centro de Profesores de Cuenca.

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Fernando Zóbel (Manila, 1942- Roma,1984) fue una persona polifacética. Es-tudió Medicina en la Universidad deSanto Tomás, Filosofía y Letras en la deHarvard, fue conservador del MuseoNacional de Filipinas. El conocimientoen Estados Unidos de pintores comoJames Pfeufer, Hyman Bloom y MarkRothko, entre otros, marcarán sus ini-cios, no solamente en la pintura sinotambién en otras de sus pasiones, la fo-tografía. En España descubre la jovenpintura española y entabla amistad conGerardo Rueda, Luis Feito, Saura, Sem-pere, Chirino… Realiza múltiples expo-siciones al tiempo que inicia la colecciónde pintura abstracta española que mástarde formará la base del Museo de ArteAbstracto de Cuenca, inaugurado en1966. Gran mecenas y protector de jóve-nes artistas, la ciudad de Cuenca le debeel haberla colocado a nivel mundialcomo lugar de encuentro de pintores,obras y tendencias durante la segundamitad del s.XX. En 1980 donará elMuseo a la Fundación Juan March.Zóbel recibió la Medalla de Oro al Mé-rito en las Bellas Artes en 1983 y la Me-dalla de Oro de la Ciudad de Cuenca yla Medalla de Honor de la UniversidadInternacional Menéndez Pelayo, ambasa título póstumo, en 1984. Sus restosdescansan en Cuenca, en el cementeriode San Isidro, al borde de la Hoz delJúcar; río que protagonizó gran parte desu obra y que con su rumor y color man-tiene vivo el pincel del pintor.

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Prólogo de Amparo Ruiz Luján

CUADERNOS DE MANGANA 52

CENTRO DE PROFESORES DE CUENCA

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El dibujo de portada es de Fernando Zóbel

© Fundación Juan March para los textos y dibujos de Fernando Zóbel.

© Amparo Ruiz Luján para el prólogo.

© Centro de Profesores de CuencaPlaza del Carmen, 416001 CUENCATel.: 969 231 218 – [email protected] – http://www.cepcuenca.com

Impresión: Eurográficas, s.l.l.C/ Colón, 27 16002 CUENCA. Tel.: 969 230 556 – Fax: 969 236 136 – eurograficas@eurograficas–sl.es

ISBN: 978-84-95964-62-5

D.L.: CU-20-2010

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Cuadernos de Mangana es una colección de textos pertenecientes a distintos autores que han participado en cursos de este Centro de Profesores.

El Lenguaje del Río corresponde al homenaje a Fernando Zóbel en el XXV aniversario de su muerte (1984-2009).

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El Lenguaje del Río

El artista necesita la pasión del aficionado. Los valores del mundo cotidianono deben importarle. El artista es un enamorado.

Lo demás no cuenta. El artista es pobre.El mundo no le preocupa y se siente libre para ocuparse de su arte.

El artista es un ser misterioso; elige separarse del mundo para perfeccionarse.

SHEN TSUNG-CH´IEN, Arte de la pintura, 1781

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En el Centro de Profesores de Cuenca creemos que, como educadores, tenemos la responsabilidad de cultivar la sensibilidad estética como uno de los caminos para formar auténticas personas capaces de construir una socie-dad libre. La cultura debe tener un sentido liberador y la cultura estética es puramente liberadora, porque sirve para revelar al hombre lo abierto y lo terrible de su libertad. Con la educación deberíamos perseguir la armonía que es lo más bello cuando surge de la disonancia, según Heráclito; transmitir el amor intelectual a lo humano, fraguar individuos autónomos, enseñar a cambiar, inventarnos la vida, buscar las raíces universalistas, conocer la diver-sidad, dar una orientación cosmopolita, entregar la perplejidad del mundo, desarrollar la conciencia de responsabilidad y de diálogo, buscar la verdad sin dueños, potenciar la capacidad de observar y escuchar; llegar a ser críticos, más justos y solidarios. Con la educación debemos buscar la paz y teniendo en el horizonte el utópico objetivo de la felicidad.

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Somos conscientes de que desconocemos casi todo de nuestra historia compleja. Entre mitos y leyendas nos movemos en un mundo de huecos e incertidumbres. La ciencia ya se ha convencido de que el universo perfecto, racional, creado por la técnica es un universo límite, creación de la razón, que no tiene por qué corresponderse con la realidad. ¿No podría ser la Estética la que aporte a la Ciencia el modelo para la compresión del Universo? La belle-za, el Arte, la creación, dignifican la vida y la llenan de plenitud. Para Keats la belleza es verdad y la verdad belleza.

¿La realidad habrá que inventarla? El artista inventa mundos, crea lengua-jes, se convierte en actor de un mundo inacabado con un proyecto en marcha. Y, según Nietzche, nacemos sin caminos, sin Odisea, y tenemos la obligación de hacernos un mundo de amor y de belleza… el Arte es la misión suprema y la auténtica actividad metafísica de la vida… El Arte vale más que la verdad. En 1900 escribió Paul Klee en su diario: en la cúspide el arte de la vida, luego como profesión ideal, el arte de la poesía y de la filosofía, y como profesión real

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la escultura. Según Antonio Tapies, cuando miramos una cosa, la cosa también nos mira a nosotros. En este sentido nosotros creamos la realidad y ella nos crea a nosotros. Por eso pienso en la posibilidad que tenemos de crear la realidad, de inventarla y es lo que nos puede ayudar a mejorarla.

Pero sabemos que pasado y presente están enlazados y que el pasado debe ser transformado por el presente tanto como el presente es trasformado por el pasado, como nos dice T. S. Eliot, porque estamos suspendidos en el hilo del tiempo. ¿El Arte puede darnos soluciones? Gustavo Torner afirma que el Arte no debe dar respuestas, debe profundizar en las preguntas.

La obra de arte es un mundo en sí que se proyecta al futuro, puede fascinar-nos, pero también inquietarnos, amenazarnos con su magia y con el poder que desprende; porque nos abre a posibilidades ilimitadas que pueden conducirnos al abismo ante el cual el hombre puede encontrar su soledad. Y es que, como nos apunta Baudelaire, una obra lograda no está necesariamente acabada; una obra acabada no está necesariamente lograda. En la obra de arte el artista comu-

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nica una concepción del universo y en ella está la inscripción de un alma. Un hombre está en ella y nos toca descifrarlo. Una obra de arte posee un sueño compar-tido. Una obra de arte es un documento de intercomunicación social universal, también un documento ético. Por ello al contemplar la obra de arte nos lleva a conocer su fisonomía y a ampliar la mirada y la mente. En una conferencia pronunciada por John Constable en Hampstead en 1836 afirmaba que el arte de ver es algo que se aprende, igual que se aprende a descifrar jeroglíficos egipcios. Para ello debemos tener un espíritu atento que sea capaz de descubrir las causas de lo que admiramos. La fisonomía de la obra de arte es como el carácter de una persona que podemos describir como triste, serio, agresivo, irónico, alegre, etc. Una línea, un motivo, un color, una imagen puede ser azul, roja, amarilla; pero también fuerte, suave, ascendente, descendente, estable, etc. Fernando Zóbel en su cuaderno de apuntes sobre el Júcar de 1971 anotaba: Me sorprende la riqueza de color que se puede conseguir prescindiendo precisamente de colores. Creo que fue Dégas el que dijo que un cuadro logrado no tiene colores. Se convierte

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en una especie de gris luminoso. Me impresionó mucho la frase. Aunque se trata de un juicio subjetivo, imposible de probar, creo que encierra una profunda verdad. El efecto de luminosidad neutra es aplicable a todas las escuelas de pintura que conoz-co, desde los maestros del renacimiento hasta – sorprendentemente – un Matisse. Cuando se da, probablemente sin querer, el cuadro que lo tiene cobra una presencia vital imponente. Con todo esto no quiere decir que lo haya logrado. Es una meta... Por los cristales esmerilados del estudio entra una luz pálida, azulada, de la plaza. Casi a oscuras, el cuadro pierde sus verdes y se entorna en amarillos y marrones. Ha vuelto a surgir, sola, la gama “otoño” que dejé abandonada… Efecto inesperado y extrañamente melancólico.

Descubrir y describir las cualidades de una obra de arte nos acerca a su fisonomía. Aunque parezca que esta labor de análisis pueda contraponerse a Chang Yen-Yüan que, en el siglo IX, nos dejó escrito: No te canses en rebuscar.

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Persigue lo natural y lo corriente. Allí reside el alma de la naturaleza.Cuentan que Ulises, harto de prodigios,

lloró de amor al divisar su Ítaca verde y humilde.El arte es Ítaca de verde eternidad, no de prodigios…

J. L. BORGES, Arte poética

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En el Arte la imagen es choque que despierta la conciencia y exige atención aguda para penetrar en ella y apreciarla, por lo que nos obliga a tensar la sensi-bilidad. Sabemos que todo se nos escapa, no sólo los bienes materiales, también los sentimientos, y por el Arte intentamos vencer, inmovilizar y conservar su entorno y lo que vivimos en nuestro interior. El Arte, y especialmente el moder-no, parece querer aprisionar lo menos alcanzable: los sueños, el balbuceo de la conciencia, el impulso nervioso, la fugacidad del tiempo. El artista siempre persigue la belleza, incluso cuando parece ser dueño de la angustia, del horror o de la fealdad. Con el lenguaje del arte el artista se esfuerza para revelarse a los demás incluso con su inconsciente y sus instintos más oscuros. Posiblemente hay más verdad en nuestros sueños que en nuestras ideas. El Arte nace de una necesidad interior; por ello cuando aparece sin gramática y sincero puede ser arriesgado y provocar un verdadero hachazo en el espectador que rompa nuestra mar congelada (Kafka).

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… Finalmente, tengo que decirte que como pintorme voy aclarando poco a poco ante lanaturaleza, pero que , como siempre,

el realizar mis sensaciones me resulta muy difícil.No consigo llegar a la intensidad que se ofrece a mis sentidos.

No dispongo de la riquezade color que anima a la naturaleza.

Aquí al borde del río, los temas son infinitos;el mismo punto de vista desde ángulos distintos

invita a estudios tan variados e interesantes que creoque podría trabajar meses enteros sin cambiar de sitio, limitándomea inclinarme un poquito a la derecha, un poquito a la izquierda…

PAUL CÉZANNE, en una carta a su hijo, 1906

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Ante la naturaleza, por el río Huécar, desnudando el agua, sin tener la certeza de hacia dónde corre, como cuando miramos desde un espejo, entre destellos de color y silencio, Fernando Zóbel nos transporta a un diálogo infinito construido con la pintura.

Con él iniciamos un viaje en el que fluye la savia de la vida, quizás el agua de nuestra desnudez. Diálogo entre literatura, pintura y música de flauta; entre el presente y el recuerdo.

En 1977 escribía: no pinto lo que veo, pinto lo que recuerdo de lo visto. Marcos-Ricardo Barnatán asegura que “ese recuerdo de lo leído, de lo sentido, de lo visto y entrevisto, filtrado por su sensibilidad tranquila, es el alimento natural de sus cuadros… Conversación y diálogo son palabras frecuentes en Zóbel…, diálogo entre luces y sombras, palabras y hondos silencios…

Diálogo constante entre lo visible y lo invisible, entre esas dos caras en que se divide el mundo… Y en ese diálogo misterioso tiene necesariamente

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en su haber aquel fulgurante esplendor del punto supremo y brillante que en su explosión generadora creó el universo de la nada”.

Consultando el Diccionario de símbolos de J. E. Cirlot, poeta vinculado al Arte Abstracto, vemos que el río es símbolo de fuerza creadora de la naturale-za y el tiempo, de fertilidad y riego de la tierra; pero también como transcurso irreversible, abandono y olvido.

El río nos lleva a la idea de viaje, de búsqueda de cambio, de movimiento y de experiencia; también nos invita al estudio, a la investigación y a vivir intensamente lo nuevo.

En el río nos imaginamos a los héroes siempre inquietos, viajeros, con anhelos insaciables. La idea de río nos hace pensar en nadar, volar, correr y en actividades como soñar, imaginar y viajar.

Y el arquetipo del viaje es la peregrinación, al centro de la tierra, a los infiernos (Dante, Eneas), peregrinación a Tierra Santa o a la Meca, la salida del laberinto de Teseo; viaje del alma en la doctrina hindú, viaje nocturno por

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el mar, José en el pozo donde lo sumergieron sus hermanos según el Génesis, Jonás en el vientre de la ballena, etc. Viajar es buscar. La secta turca de los Kalenderi impone a sus miembros que viajen constantemente.

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Los pájaros se ven más blancos en la esmeralda del río.Sobre las verdes montañas se han encendido las flores.

Contemplo esta primavera, y ya ha pasado.¿Cuándo me llegará el día del regreso?

DU FU (712-771), El vuelo oblicuo de las golondrinas.

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Llevo casi tres meses trabajando en torno al río… Contrastes de valor de un colorido pálido, para que el cuadro sea luminoso. Aspecto transparente: aire fresco. Árboles, brillos de agua. No intentaré reproducir el color del Júcar. De intentarlo pondría a los valores en conflicto. No se puede expresar todo en un cuadro. Siempre hay que sacrificar algo… Que sea un cuadro a base de luz y de volúmenes… reducido a vibraciones entre cálidos y fríos: rosa y verde-manzana rodeados de neutros… Este juego se lo debo a los primeros grabadores en manera japoneses de principios del siglo XVIII… la trama, agua-vegetación-ritmos-espacios, era evidentemente riquísima y me interesa-ba cada vez más… fui perdiendo poco a poco mi interés por el colorido del río, y fui interesándome más y más por problemas abstractos de estructuración, de contrastes de luz… (Fernando Zóbel, de su cuaderno de apuntes sobre el Júcar, 1971).

Y, en los ríos, el agua crea y ordena la vida. En la India se considera al agua como la mantenedora de la vida que circula a través de toda la naturaleza en

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forma de lluvia, savia, leche y sangre. Las aguas son ilimitadas e inmortales, principio y fin de todas las cosas de la tierra. De las aguas y del inconsciente universal surge todo lo viviente.

La sabiduría se podría relacionar con el agua, ya que los pueblos mesopo-támicos en su cosmogonía consideraban el abismo del agua como la infinita sabiduría. En los tiempos antiguos abismo se consideraba lo insondable y misterioso. La inmersión en el agua simboliza retorno a lo preformal, muerte y resurrección, como el bautismo; las cualidades de transparencia y profundi-dad que poseen las aguas nos producen veneración y temor y nos transportan a la idea de vida y muerte, creación y destrucción. El mito de Caronte repre-senta el último viaje. Hay aguas claras, corrientes, estancadas, primaverales, dulces, saladas, reflejantes, tempestuosas, profundas, etc.

Lao-Tsé dijo: el agua no se para ni de día ni de noche. Si circula por la altura origina la lluvia y el rocío, si circula por lo bajo origina los torrentes y los ríos. El agua hace el bien; pero si se le opone un dique se detiene; si se le abre camino

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discurre por él. He ahí porque se dice que no lucha. Y, sin embargo, nada le iguala en romper lo fuerte y lo duro.

El agua transcurre como los pensamientos de Heráclito, circula por un cauce o camino irreversible.

Claudio Magris en El Danubio escribe: A decir verdad, casi caminamos como huérfanos, dice Hölderlin en el poema “En las fuentes del Danubio”, el río corre y brilla bajo el sol como el fluir de la vida, pero el sentido que reluce es la ilusión óptica de la mirada deslumbrada que ve en el muro manchas luminosas inexistentes, esplendor en el neón de la desaparición, seducción de la apariencia, tapias iluminadas. El río no posee totalidad y viajar es inmortal, decía Weininger mientras viajaba. Pero el río es un viejo maestro taoísta, que a lo largo de sus orillas da clases sobre la gran rueda y de los intersticios entre sus radios. En cada viaje existe por lo menos un fragmento de sur, horas tranquilas, abandono, fluir de olas. Sin preocuparse por los huérfanos de sus orillas corre hacia el mar, hacia la gran persuasión.

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La recia lluvia golpea los pies del río.Rayos oblicuos ciñen la cintura de los árboles.

En sus nidos, cara a cara, dos oropéndolas.Un pez plateado salta removiendo las plantas acuáticas.

DU FU (712-771), El vuelo oblicuo de las golondrinas.

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Fernando Zóbel, pintor, grabador, editor, investigador, bibliófilo, colec-cionista, profesor, fundador del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, viajero incansable, transgresor de fórmulas, buscador de armonía, dialoga con el río Huécar. Su mirada es esencial, independiente, y está conducida por la imaginación; armoniza con la razón, el genio y el misterio. Su obra recrea la realidad con emoción y estructura nueva, con sombras y contornos.

Y esa estructura nueva emerge desde el interior con líneas virtuosas, com-puesta con el lirismo de un poema o un trino de flautas. Con los colores, siempre insuficientes, nos lleva a vibraciones de la luz y del aire, que respon-den a la intensidad emotiva del artista.

Quizás los colores sin nombre son los que mejor modulan la forma sutil e infinita del Huécar, comunicándonos sensaciones enigmáticas, cuando el pintor parece imitar a la naturaleza, con imaginación e investigación. Para Paul Gauguin el color se usa para expresar las sensaciones musicales que surgen de la propia naturaleza, de su inexplicable y misteriosa fuerza interna.

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¡Finalmente , toda naturaleza!¿Cómo reducir la naturaleza a los límites del Arte,

siendo infinito su menor detalle?Muy sencillo: el pintor escoge lo que le gusta,

¿y qué le gusta? Le gusta lo que sabe pintar

F. NIETZSCHE, 1895

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Según Werner Hofmann, el descubrimiento moderno de la naturaleza como paisaje se debe a Francesco Petrarca (1304-1374), y desde entonces la experiencia artística del paisaje lleva el sello de la subjetividad, siendo el hom-bre una parte de esa naturaleza que aislamos del todo cósmico y llamamos “paisaje”. Fernando Zóbel (Manila, 1924 – Roma, 1984), desde la excelencia y la pulcritud, en su universo personal se acercó depurando las formas y el color, tras un proceso analítico y selectivo, a la “razón de la belleza”.

Y, como apunta Rafael Pérez-Madero, hacia los años setenta la naturaleza se convierte en eje fundamental de su obra, adquiriendo el paisaje de Cuenca protagonismo en sus trabajos sobre lienzos, dibujos, bocetos, fotografías y apuntes; como queda patente en las series El Júcar, La vista, Los Hocinos y Las orillas. Buscando la abstracción en la naturaleza y el paisaje nos lleva a la rela-ción entre agua, vegetación, ritmos, espacios, reflejos, sombras, luces, color, línea, volúmenes y perspectiva. Zóbel buscaba la incorporación del paisaje a su propio lenguaje a través de una estructura imaginaria y nos pintaba las luces y

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las sombras, los reflejos; nos evocaba el otoño y el verano y nos sugería levemente el paisaje. Esto se aprecia tanto en sus trabajos sobre el Júcar, especialmente en su serie las Orillas, como en sus más de cien cuadernos de apuntes de viaje, expuestos, impecablemente, por primera vez en el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca recordando a Zóbel en el 25 aniversario de su muerte. Parece como si únicamente quisiera atrapar en sus lienzos el continuo discurrir del río.

La fotografía fue utilizada por Zóbel para tomar apuntes: son fotos de pin-tor… El verdadero tema de estas fotos puede ser un brillo, una armonía o una disonancia de color, una composición de diagonales impuestas por el azar al juego de unos niños… Es una manera de tomar apuntes del natural… Sin embargo, al repasarlas, me doy cuenta que aquí hay algo más. Sin habérmelo propuesto, mis fotos me ayudan a definir esa Cuenca íntima, humilde, recia y vibrante, llena de matices y detalles, que tan profundamente admiro.(Junio, 1975).

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Zóbel establece un continuo diálogo armonioso y tranquilo con el río, con el arte y con la vida: mi pintura siempre ha sido tranquila. Busco el orden en todo lo que me rodea. En el orden, en el más amplio sentido de la palabra, busco la razón de la belleza. Me impresionó hace mucho que en el lenguaje japonés una sola palabra sirve para decir limpio y bello.

Las Casas Colgadas y el Museo de Arte Abstracto se asoman al Huécar y dialogan con el río. Un grupo de profesoras durante cinco cursos recopila-mos y elaboramos materiales didácticos que recogimos en un trabajo titulado El Museo de Arte Abstracto y su entorno: un diálogo sinfónico. Creemos que a Zóbel le habría gustado.

Desde el Centro de Profesores de Cuenca agradecemos con emoción y admiración el trabajo ejemplar que se hace en el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, queriendo que quede patente la generosidad con que la dirección del mismo acogió la idea de poder publicar la reproducción de uno de los apuntes sobre El Huécar, que pudimos ver en uno de los de

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los cuadernos de la exposición Viajar, dibujar, pintar; cuadernos que nunca se habían expuesto públicamente, y que son testimonio de un trabajo de análisis permanente.

También, antes de terminar este texto, queremos hacer nuestras las pala-bras de Gustavo Torner: Me atrevo a decir que ha sido la única persona que ha creído del todo desde el principio en el arte de esta generación de españoles que él recogió en el museo para mostrarlo con mayor dignidad a la mirada internacio-nal… Para él lo normal era la excelencia como planteamiento, y sabía muy bien lo que era la excelencia. Por eso sus continuos viajes por todo el mundo viendo gentes y recorriendo museos, todos los museos, y sus libros. Difíciles libros de todo, leídos y acotados, buscados por todos los lugares. Cuando apareció entre nosotros, allá hacia los años sesenta, en aquel mundo en que la mediocridad se enseñaba como ideal y se hacía también la enseñanza que nos contagió a todos, incluida la oposición, digo, fue para nosotros la aparición de lo que España podría ser. Una España universal, abierta, trabajadora, sensible, sin envidias ni rencores, cuya

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única razón vital podría sintetizarse en aquella frase que Motherwell nos dijo una vez en Cuenca: “la insistencia en la excelencia.” (Fragmento del texto publicado en “El País”, Madrid, 5 de julio de 1984)

Amparo Ruiz Luján Profesora de Geografía e Historia

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Palabras pronunciadas en Cuenca el 5 de mayo de 1981, en el IES que lleva su nombre.

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BIBLIOGRAFÍA

CIRLOT, Juan Eduardo: Diccionario de símbolos. Ed. Siruela. Madrid, 1997.PÉREZ-MADERO, Rafael: Zóbel. Obra gráfica completa. Ed. Diputación Provincial de Cuenca. Cuenca, 1999.TORNER, Gustavo: Escritos y conversaciones. Ed. Pre-Textos. Valencia, 1996.VVAA: Fernando Zóbel: viajar, dibujar, pintar. Cuaderno editado con motivo de la exposición homenaje en su XXV aniversario (1984-2009). Museo de Arte Abstracto de Cuenca. Fundación Juan March. Cuenca, 2009.VVAA: Zóbel. Museo Nacional Centro de Arte reina Sofía. Ed. Aldeasa. Madrid, 2003.VVAA: La abstracción del paisaje. Del romanticismo nórdico al expresionismo abstracto. Catálogo de la exposición. Fundación Juan March, Madrid. Del 5 de octubre de 2007 al 13 de enero de 2008.Fernando Zóbel. Río Júcar. Catálogo de la exposición. Fundación Juan March. Museo de Arte Abstracto Español Casas Colgadas. Cuenca, 17 de diciembre 1994 – 16 de Abril de 1995.

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ZÓBEL, Fernando: Cuaderno de apuntes. Colección de citas sobre la pintura y otras cosas. Prólogo de Juan Manuel Bonet. Ed. Aldeasa. Madrid, 2003.ZOBÉL, Fernando: Mis fotos de Cuenca. Ed. Museo de Arte Abstracto Español. Cuenca, 1975.

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LA PRESENTE EDICIÓN DE

EL LENGUAJE DEL RÍO

CUADERNO DE MANGANA Nº 52

SE ACABÓ DE IMPRIMIR EN CUENCA,

EL 17 DE ABRIL DE DOS MIL DIEZ,

FESTIVIDAD DE SAN LANDRICIO.

LA EDICIÓN CONSTA DE 200 EJEMPLARES.

ET VALETE.

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CUADERNOS DE MANGANA

Nº1 La casa del lector Nº2 La inteligencia lingüística Gustavo Martín Garzo José Antonio Marina Nº3 Hablar bien Nº4 Las condiciones de felicidad o el lenguaje como virtud Belén Gopegui Juan Luis Conde Nº5 La literatura del silencio Nº6 Narraciones e ideas Manuel Longares Álvaro Pombo

Nº7 ¿Otro camino para la novela? Nº8 Regreso al tapiz que se dispara José María Guelbenzu en muchas direcciones Enrique Vila–Matas Nº9 Las formas de la novela Nº10 Del ponerse en escena en la democracia Miguel Sánchez–Ostiz Jordi Gracia

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Nº11 Literatura, lectura, crítica literaria Nº12 Lo que guardan las musas: y medios de comunicación literatura y filosofía Ángel Basanta María Fernanda Santiago Bolaños

Nº13 Narrativa en el exilio Nº14 La narrativa gallega en lengua gallega en el fin del milenio Xesús Alonso Montero Dolores Vilavedra

Nº15 Nosotros dos Nº16 Ensayos, dietarios, relatos Manuel Rivas en el telar: la novela a noticia José–Carlos Mainer

Nº17 Sobre la traducción Nº18 Encuentro en Cuenca Pilar del Río José Luis Sampedro José Saramago

Nº19 Memorias de la Escuela Nº20 El espacio literario en el tiempo AA.VV. de las autonomías Ignacio Soldevila

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Nº21 Memoria, ficción Nº22 El peso de la memoria en las letras José Manuel Caballero Bonald portuguesas contemporáneas Isabel Soler Nº23 Literatura e Identidade/ Nº24 El año que nevó en Valencia Identidad y Literatura Rafael Chirbes João de Melo Nº25 El periodismo literario Nº26 Tendencias actuales del léxico hispano Mesa redonda Humberto López Morales

Nº27 Euskal kontagintza gaur/ Nº28 Lo que antes era exacto La narrativa vasca hoy Anjel Lertxundi Jon Kortazar Nº29 Tocar los libros Nº30 Narrativa y Posmodernidad Jesús Marchamalo José María Pozuelo Yvancos Nº31 Literatura escrita por mujeres Nº32 Matemáticas y Literatura Paula Izquierdo Joaquín Leguina

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Nº33 Defensa de la fantasía Nº34 Lo que son las cosas Espido Freire Luis Eduardo Aute

Nº35 98 y 27: dos generaciones Nº36 Hubo un animal arco–iris ante el cine que despedía un aliento multicolor Vicente Molina Foix Fernando Arrabal

Nº37 A propósito de mi narrativa Nº38 El color del Quijote Antonio Colinas ¿Qué pintan los profesores? V Exposición colectiva

Nº39 El artículo literario. Nº40 La novela española hacia el nuevo De Francisco Ayala a Javier Cercas milenio: algunas impresiones Fernando Valls Marta Sanz

Nº 41 Segundo año triunfal Nº 42 Del cuento literario Ignacio Martínez de Pisón Juan Pedro Aparicio José María Merino

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Nº 43 Entre la memoria y la invención Nº 44 Escribir de lo que nos pasa. La Lorenzo Silva escritura diarística Juan Cruz Andrés Trapiello

N.º 45 Historia, novela y memoria o el Nº 46 Vigencia de lo fantástico camarote de los hermanos Marx en el imaginario moderno Alfons Cervera Pilar Pedraza

N.º 47 Palabras en el Bosque. Nº 48 Destellos Diálogo de Lobos y Preposiciones Antonio Gamoneda Jesús Marchamalo Mario Merlino

N.º 49 Heptálogo para jóvenes poetas N.º 50 Imaginaria Carlos Marzal Miguel Calatayud

Nº 51 Veinte euros de gelatina de calabaza Nº 52 El Lenguaje del Río Juan Carlos Mestre Fernando Zóbel

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El Centro de Profesores de Cuenca agradece la inestimable ayudadel Museo de Arte Abstracto de Cuenca y de sus responsables

así como la generosidad de la Fundación Juan March para la presente edición.

La acuarela perteneca a:Fernando Zóbel.Cuaderno de apuntes:Fotos de Hocinos, Carretera de Palomera. Cuenca. Septiembre, 1977 (Nº 119, 1977)130 x 12 cm.MUSEO DE ARTE ABSTRACTO DE CUENCAFUNDACIÓN JUAN MARCH

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