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UNIVERSIDAD TEOLÓGICA DEL CARIBE
ENSAYO DE:
EL LIBRO DE BARUC
ESTE TRABAJO ES PRESENTADO A LA
PROF. AMMY BARRY EN EL CUMPLIMIENTO DE
LOS REQUISITOS DEL CURSO BL 100
INTRODUCCIÓN A LA BIBLIA
POR
EDUARDO FIGUEROA
SAINT JUST, P. R.
10 DE MAYO DE 2011
EL LIBRO DE BARUC
Baruc es un nombre que proviene del hebreo y significa “bendecido o bendito”.
Baruc pertenecía a la tribu de Judá y era amigo de confianza y secretario del profeta
Jeremías. Se dice que éste tomó nota de las históricas profecías dictadas por el
profeta Jeremías, donde fueron pronunciadas la invasión de Jerusalén por los
babilonios y la cautividad del pueblo judío. Este libro da testimonio de sí mismo,
afirmando que fue Baruc quien lo escribió desde el exilio babilónico, una vez destruida
y quemada la ciudad de Jerusalén por Nabucodonosor, rey de Babilonia. La narración
continúa con la reunión de toda la gente que estaba viviendo en el cautiverio
babilónico, del reino de Judá, para escuchar la lectura de este libro en boca de su
autor. Posteriormente a esta lectura, la multitud fue redargüida en su espíritu por el
texto leído, de modo que los hizo reflexionar en todo el mal que habían hecho en su
desobediencia a los mandamientos de Jehová.
Esto les provocó llanto y se inclinaron al ayuno y la oración por causa de la
afrenta que sufrían, como resultado de su rebelión. También nació de sus corazones
reunir dinero para enviar a sus hermanos, los que quedaron en la tierra de Judá, para
que compraran lo necesario para hacer sacrificios y holocaustos a Jehová, según las
fiestas ordenadas en ley de Moisés. Junto con el dinero, enviarían una nota donde
expondrían todos los asuntos concernientes al servicio a Jehová, los utensilios del
templo que habían sido llevados con ellos a Babilonia y este mismo libro para que fuera
leído al pueblo, mas los exhortaron a que confesaran su pecados. También por medio
de la nota enviada, se le pide al pueblo que ore en arrepentimiento y que vuelvan a la
ley de Jehová.
Luego podemos encontrar en este libro una confesión de pecados, que fueron la
causa por la cual el pueblo de Judá fue llevado cautivo a Babilonia, según Jehová
había pronunciado que sucedería a raíz de la desobediencia a la ley de Moisés.
Enseguida es elevada una oración a Jehová por el perdón de su pueblo. Después se
hace mención de la inexistencia de la sabiduría en el mundo, pero sólo hasta la
aparición de la ley, donde esta sabiduría es revelada por Dios a los hombres. Esto
último tiene mucha concordancia con el libro de Daniel 9:4-19 y algunos pasajes del
libro de Job, capítulos 28 y 38.
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Posteriormente, encontraremos en este libro un compendio de poemas
melódicos, que tratan de dar ánimo al pueblo, dentro de sus circunstancias, y un salmo
que parece tener mucha relación con el apócrifo número 11 Salmos de Salomón. Por
último, aparece una carta de Jeremías, enviada por el profeta a los cautivos en
Babilonia. En ésta, le advierte a su pueblo de la gran idolatría a la que serían
expuestos por parte de los babilonios cuando adoran a sus dioses y los exhorta a no
temer a éstos, dando énfasis por medio de múltiples planteamientos, que reiteran la
falsedad e inexistencia de dichos dioses.
Una vez finalizado nuestro viaje por un breve resumen del libro de Baruc, es
imprescindible que pongamos algunos puntos en su lugar. El libro comienza
afirmando que su autor es Baruc y que éste lo escribió en el exilio babilónico para el día
7 del mes de Ab, 5 años después de la destrucción de Jerusalén y que fue leído
delante su pueblo cautivo. Esta afirmación demuestra que el autor de este libro no
puede haber sido Baruc, porque la Biblia da testimonio en contra de esto, poniendo en
evidencia errores y contradicciones en acontecimientos y cronologías.
Hay datos históricos que demuestran que Jerusalén fue destruida por
Nabucodonosor en el año 588 a.C., y que el pueblo fue llevado cautivo; pero dejaron
como remanente a los pobres y, entre éstos, estaban Jeremías y Baruc. Gedalías
había sido puesto como gobernador de ellos, pero los judíos más adelante le dieron
muerte y el remanente fue llevado a Egipto.1 Es evidente que Baruc no fue llevado con
los cautivos a Babilonia, sino a Egipto con el remanente que había quedado en
Jerusalén, del pueblo de Judío, y que jamás pudo haber leído su libro frente a los
cautivos en Babilonia. Otro dato que deja mucho que desear, es que si el libro hubiese
sido escrito 5 años después de la destrucción de Jerusalén, como éste afirma,
entonces la fecha de su escritura se ubicaría en el año 583 a.C. Estos son datos que
indiscutiblemente arrojan a este escrito en la lista de los rechazados. En el libro se
menciona que Baruc había recibido los utensilios que fueron robados del templo para
devolverlos a Jerusalén.2
1 Véase 2 Reyes 25:22-26 y Jeremías 43:1-7.2 Véase Baruc 1:8
3
Aquí tenemos otra terrible discrepancia porque estos utensilios fueron
regresados a Jerusalén por Sesbassar, gobernador de Judea3, en el año 536 a.C. y
primer año del reinado de Ciro, rey de Persia.4 Este evento se ubica 47 años después
de la fecha sugerida en el libro. Cuando Esdras, sacerdote y escriba, regresó de
Babilonia a Jerusalén, Baruc no es mencionado en la lista de los hombres notables del
pueblo de Judá.5 Una de las razones que puede haber influido en el rechazo de este
libro, es que en su contenido podemos encontrar influencias de doctrinas paganas que
no pertenecen a los testimonios de la Palabra de Dios. Un ejemplo de esto lo podemos
encontrar en el versículo que dice: “Dios de Israel, escucha ahora la oración de los
muertos de Israel”.6 Otro testimonio que puede estar en contra de este libro es que no
se halló en el idioma hebreo y tiene un estilo completamente griego, suficiente para ser
rechazado por los judíos.
Este libro consta de una recopilación de varios fragmentos independientes,
encontrados a mediados del siglo II en alguna comunidad judía de la dispersión. Es
evidente que la autoría de dichos fragmentos es diversa y que son utilizados varios
géneros literarios. También es muy notable que entre los capítulos y versículos de este
libro hay una pobre o ninguna transición natural y lógica entre ellos. Por lo contrario,
estas transiciones son muy abruptas y carecen de sentido o unidad literaria. A pesar
de esto, todos los fragmentos tienen en común una sola cosa; hacen referencia al exilio
babilónico. Ninguno de estos escritos presenta evidencia de que hayan sido escritos
fuera de esta época, donde Baruc desempeñaba el rol de secretario de Jeremías.
Después de todo, la mayoría de estos fragmentos, compilados en un solo libro
como un completo, definitivamente deben haber sido escritos por judíos que intentaban
de una forma u otra dejar plasmada su historia por escrito. La cantidad de errores que
contiene este libro, entiéndase las cronologías, hechos históricos y contradicciones a
los libros canónicos, definitivamente son razones contundentes para que fuese
rechazado y excluido del canon por los judíos, sin mencionar alguna que otra
enseñanza herética.
3 Véase Esdras 5:14, 7:194 Véase Esdras 15 Véase Esdras 26 Véase Baruc 3:4
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Es por esto que este libro no pertenece a los libros inspirados que contienen
nuestras biblias protestantes, que responden al canon de Palestina. No obstante, los
católicos en el concilio de Trento decidieron que estos libros, que habían sido
rechazados, debían pertenecer al canon. Esto, por haber estado incluidos en otras
versiones muy antiguas, además de querer llevarle la contraria a los protestantes,
finalmente decidieron incluirlos en el canon llamándolos deuterocanónicos. La primera
versión con estos libros fue la de los setenta “La Septuaginta” y versiones ortodoxas.
También fueron incluidos en la versión anglosajona y apócrifa King James.
A pesar de todo, gran parte de estos escritos recopilados en el libro de Baruc, se
consideran como una recopilación de versos de otros libros como: Job, Daniel, Isaías,
Jeremías. Por causa de esto, se considera que al mostrar una dependencia de libros
posteriores, sugiere que su composición data del siglo II a. C. En los escritos de la
composición del libro de Baruc, podemos encontrar un grito de arrepentimiento en la
oración y la confesión de pecados por parte del pueblo de Dios, en medio de la aflicción
que éstos vivían por causa de su cautiverio, estando muy lejos de sus tierras. Dios es
reconocido como sabio por sus mandamientos en alabanza y se elevan súplicas por su
misericordia. También encontramos una exhortación al pueblo judío a que regrese a la
obediencia a Jehová, haciendo conforme a la ley que Él había dado a Moisés.
A pesar de ser un libro rechazado por nuestro canon, podemos aprender de sus
enseñanzas, aquéllas que son cónsonas con la palabra de Dios en la Biblia. Sus
páginas nos enseñan la importancia de ser obedientes a Dios, que sus caminos son
perfectos y que hay delicias a su diestra. Que apartados de Él, sólo encontraremos
desolación, desasosiego, tribulación, angustia, desesperanza, esclavitud y muerte.
Pero, aun cuando caemos en desobediencia y pecado, nuestro Dios es tardo para la ira
y rico en misericordia y siempre está presto a escuchar el clamor de un corazón
sinceramente humillado y dispuesto a hacer su voluntad. Leer este libro nos lleva por
el panorama más amplio expuesto a través de todo el Antiguo Testamento; el temor a
Jehová. Es muy impresionante ver cómo en todas las historias antiguas de la Biblia, el
pueblo escogido por Dios, una y otra vez, rechaza sus pactos en completa rebelión,
recibiendo así el castigo anunciado por esta conducta.
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Pero qué gratificante es ver cómo Dios, en su misericordia y fidelidad, escucha
sus súplicas y ruegos provenientes de corazones arrepentidos y humillados, perdona
todos sus pecados, los abraza en su amor Paternal, saciándolos de bien. Explorar un
libro como este nos ayuda a hacer uso del discernimiento que Dios nos ha regalado por
el poder de su Santo Espíritu. Es indispensable que conservemos lo bueno y
desechemos lo malo, ya que la gran parte de estos libros denominados
deuterocanónicos, están plagados de enseñanzas provenientes del paganismo
totalmente heréticas. Muchas de estas enseñazas son tan sutiles que pueden ser
difíciles de identificar.
Debemos conocer cabalmente la Palabra de Dios, escrita en nuestra Biblia,
porque de esta manera, nada ni nadie pueda confundirnos. Me pareció fascinante
darme la oportunidad de estudiar un libro que no pertenece al canon protestante y que
no se encuentra en mi Biblia. Este libro en particular es uno de esos del cual, si no
estamos atentos y no conocemos bien la Palabra de Dios, podríamos caer en sus
sutilezas. Cuando estuve leyendo este libro, pude notar con toda certeza los cambios
abruptos e ilógicos de su contenido, que inmediatamente me crearon duda e
incertidumbre. También la frase herética que ya mencionamos, que me pareció
totalmente extraña y ajena a lo que estoy acostumbrado a leer y escuchar de la Palabra
de mi Dios.
Qué alegría siento cuando analizo todas la batallas suscitadas, a causa del
establecimiento de un canon que sólo contuviera la Palabra de Dios escrita por
hombres inspirados por su divino poder. Qué bueno saber y tener la certeza de que
Dios puso su mano poderosa y el don de discernimiento en los eruditos encargados de
todo este proceso. Que aunque el mundo quiera creer lo contrario, lo cierto es que yo
puedo dar fe, y soy testigo de lo que esta poderosa y trasformadora palabra puede
hacer en la vida de alguien que se acerque a los pies del Maestro con un corazón
dispuesto, humilde, arrepentido y humillado como lo hice yo, y el Señor trasformó mi
vida y me ha mostrado su gloria. ¡Aleluya! Lo más asombroso de todo es que lo único
que hizo falta para que mi vida fuera transformada fue, que yo escuchara Su Palabra.
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BIBLIOGRAFÍA
Blogger. “Baruc”. El texto bíblico – Antiguo Testamento. 2006. Artículo de la Internet: http://eltextobiblicoat.blogspot.com/2006/11/508-baruc.html.
Catholic.net. “Baruc”, Un lugar de encuentro de los católicos. 2011. Artículo de la Internet: http://www.es.catholic.net/biblioteca/libro.phtml?consecutivo=273.
Cayado pastoral.com. “Los libros no incluidos en el canon de las Escrituras”. El cayado del pastor. Artículo de la Internet: http://cayadopastoral.com/c/c1-2.html.
CREER. “Libro de Baruc”. Un libro del Antiguo Testamento Apócrifo. Artículo de la Internet: http://mb-soft.com/believe/tss/baruch.htm.
Fernández Jarrín, Alicia. “Baruch”. Enciclopedia Católica. 1999. Artículo de la Internet: http://ec.aciprensa.com/b/baruch.htm.
Fernández Suárez, Domingo. “Los libros llamados APÓCRIFOS” Conoceréis la Verdad. 2000. Artículo de la Internet: http://www.conocereislaverdad.org/apocrifos.htm.
“Los libros deuterocanónicos: ¿Apócrifos o inspirados por Dios?”. El verdadero amor. Artículo de la Internet: http://perso.wanadoo.es/fcomorillo/catolico/apocrifos.htm.
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