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El libro de viajes, la figura del visitador y la reescritura literaria del acto jurídico en El Lazarillo de ciegos caminantes. Francisco García University of Connecticut El Lazarillo de ciegos caminantes (1 ) (1775) de Alonso Carrió de la Vandera ha sido enmarcado tradicionalmente en el género de literatura de viajes y como un producto cultural de una Ilustración (2 ) nacida en los territorios americanos bajo la dominación española. Sin embargo, tanto los términos "género" como "libro de viajes" pueden ser problemáticos, pese que hayan sido usados impunemente por la crítica más tradicional a la hora de la describir El Lazarillo. El corpus de textos que tienen como característica común la narrativa de viajes es amplio y sus inicios lo encontramos en la Edad Media (3 ). Sin embargo, las características de este tipo de narrativas va a ir evolucionando progresivamente, hasta el punto de hacer casi imposible crear un concepto atemporal sobre este corpus de obras que sea aplicable a las del siglo XVIII. Por lo tanto, abordaré en primer lugar la problemática que gira en torno al género de la literatura de viajes, y las características especiales que adquiere en el llamado periodo ilustrado. Desde este punto de vista, trataré El Lazarillo de ciegos caminantes, tal como apunta Karen Stolley, "como un itinerario"(33) pero 1

El Libro de Viajes

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El libro de viajes, la figura del visitador y la reescritura literaria del acto jurdicoenEl Lazarillo de ciegos caminantes.Francisco Garca

University of Connecticut

ElLazarillo de ciegos caminantes(1) (1775) de Alonso Carri de la Vandera ha sido enmarcado tradicionalmente en el gnero de literatura de viajes y como un producto cultural de una Ilustracin (2) nacida en los territorios americanos bajo la dominacin espaola. Sin embargo, tanto los trminos "gnero" como "libro de viajes" pueden ser problemticos, pese que hayan sido usados impunemente por la crtica ms tradicional a la hora de la describirEl Lazarillo. El corpus de textos que tienen como caracterstica comn la narrativa de viajes es amplio y sus inicios lo encontramos en la Edad Media (3). Sin embargo, las caractersticas de este tipo de narrativas va a ir evolucionando progresivamente, hasta el punto de hacer casi imposible crear un concepto atemporal sobre este corpus de obras que sea aplicable a las del siglo XVIII.Por lo tanto, abordar en primer lugar la problemtica que gira en torno al gnero de la literatura de viajes, y las caractersticas especiales que adquiere en el llamado periodo ilustrado. Desde este punto de vista, tratarEl Lazarillo de ciegos caminantes, tal como apunta Karen Stolley, "como un itinerario"(33) pero encubierto con el formato de un libro de viajes de la Ilustracin. Por otro lado, y partiendo de lo anterior, la lectura que propongo es ver la obra de Carri como una reescritura literaria derivada de un conjunto de actos jurdicos y administrativos sobre un itinerario, tendente a buscar y proyectar una serie de problemticas poltico-sociales generadas a raz de los procesos de reforma de las comunicaciones en el Virreinato del Per (4) en la segunda mitad del siglo XVIII. Para tal propsito, seguir de cerca las disposiciones legales de la poca en relacin con la lectura deEl Lazarillo,dando prioridad a la solapada figura administrativa del visitador y sus actos.De igual modo, veo imprescindible complementar la lectura deEl Lazarillocon los otros dos textos de Carri, elExtracto del viaje que hizo la fragata nombrada "El Tucumn", correo de S. M., desde la baha de La Corua hasta el puerto de Montevideo(299-303) yPlan de Gobierno del Per(231-292). Con este material, pretendo demostrar cmo, bajo el molde narrativo del libro de viajes ilustrado, subyace una trama poltica con intereses contrapuestos en medio de un proceso de carcter legislativo sobre la regulacin del correo y las postas.El estudio de la literatura de viajes hispnicos, tal como seala Herrero Massari, ofrece la dificultad de no poder contar como un gnero fijadoa prioripor una tradicin literaria. Sin embargo, y segn este mismo autor, con el descubrimiento de los nuevos territorios americanos, la produccin de textos parecen alejarse cada vez ms de la fascinacin por el viaje en pos de la "maravilla" medieval sobre todo, a partir de la segunda mitad del siglo XVI, y consolidarse en uncorpuslo suficientemente homogneo para que pueda estudiarse como gnero particular. De este modo, las narrativas incluidas en este gnero particular se van a ir caracterizando como un "testimonio personal de un individuo enfrentado a un mundo sembrado de peligros, pero tambin de curiosidades"(197). Durante el siglo XVII, con el afianzamiento de la dominacin territorial en las Indias, estas curiosidades se apoderarn de los textos, ofreciendo tmidos acercamientos econmicos, etnolgicos y culturales de los nuevos territorios, como instrumentos para su gobernabilidad ya sea religiosa o poltica.Por otro lado, Gaspar Gmez de la Serna concibe la narrativa del viaje que se va a hacer durante el siglo XVIII como algo totalmente diferente a lo que se vena haciendo con anterioridad. Un factor decisivo, pero no el nico, es la llegada de la dinasta borbnica al trono espaol. Cierto es que la narrativa de viajes multiplicar su produccin a raz de la promocin y el patrocinio que se da desde la Corona a la multitud de expediciones cientficas durante el siglo XVIII. Sin embargo, ser una burguesa ms involucrada en las tareas de gobierno las que desarrolle una produccin de textos de viajes tendentes a poner de manifiesto lo que es susceptible de reforma o mejora. Gmez de la Serna, destaca en su estudio, adems de estos condicionamientos polticos y sociales de la segunda mitad del siglo XVIII, las caractersticas que abraza la narrativa del viaje ilustrada. Segn este autor, toda esta produccin textual se va a definir por la presencia de un reformismo pedaggico, una conciencia de la realidad, un criticismo y una politizacin de la empresa literaria.El reformismo pedaggico puede verse a lo largo de la obra de Carri. Con las descripciones de los diferentes hbitat, elmodus vivendide los habitantes, los recursos naturales, la demografa etc. Carri parece seguir de algn modo la orientacin pedaggica que el Padre Feijo imprime en sus escritos. De hecho, el autor deEl Lazarillomenciona en su obra a ste ltimo como "la ms hermosa pluma que produjo Galicia en el presente siglo"(...). Varios crticos, entre ellos Emilio Carilla y Karen Stolley, han visto adems la influencia de los escritos de Gaspar Melchor de Jovellanos, paradigma de viajero ilustrado, en la obra de Carri, sobre todo por las minuciosas descripciones que hace no solo de lo que el viajero ve, si no de cada uno de los actos que realiza (dnde come, con quin habla...etc), y sobre todo, por todas las reformas que el autor asturiano propone a su paso por las diferentes localidades que visita.Igualmente puede advertirse enEl Lazarillo, y siguiendo con las caractersticas que seala Gmez de la Serna, que el viajero tiende a una bsqueda para tener conciencia de la realidad. Esto puede observarse en la cartografa que el autor va elaborando a lo largo del itinerario que sigue, esto es, distancias, caractersticas del camino y referencias histricas. Semejante contenido puede encontrarse en losDiariosde Jovellanos, en su papel de viajero ilustrado. Sin embargo, puede observarse tambin una gran diferencia con la obra de Carri. La descripcin de las personas que se encuentran a lo largo del itinerario no son descritas como "unidades econmicas y polticas" tal como se da en los escritos de Jovellanos, sino que, por el contrario, enEl Lazarillose puede apreciar altas dosis de "pintoresquismo", descripcin de rasgos particulares y humanos en las personas, que son elementos ms propios de los viajeros romnticos que de los ilustrados. De igual modo, ocurre lo mismo con la digresin y la ancdota, que van salpicando el texto con una funcin ldica. Desde este punto de vista, puede decirse que estas caractersticas acercan ms aEl Lazarilloa la tradicin de viajeros romnticos que a los de la Ilustracin.Por otro lado, la funcin irnica del lenguaje, sobre todo desde la voz narradora de Concolorcorvo, parece distorsionar esa conciencia de la realidad. En este punto, coincido con Stolley, que pese a seguir la teora de la narrativa de viajes ilustrada de Gmez de la Serna, sostiene que la figura del narrador "se sirve de la mscara del viajero ilustrado para despojar los libros de viajes de sus falsas pretensiones a la veracidad objetiva"(46), a travs de la irona del lenguaje. De este modo, Stolley seala que la aportacin ms radical en la obra de Carri es desafiar los lmites de las convenciones del gnero, y tal vez por esta raznEl Lazarillosea un libro de viajes ilustrado peculiar.Sin embargo, Stolley no profundiza mucho en las otras dos caractersticas de esa literatura de viajes ilustrada presentes enEl Lazarillo, como es el criticismo y la politizacin de la empresa literaria. Con ello, en mi opinin, Stolley amputa su propia lnea de investigacin, consistente en la pluralidad de significados, y dejando en el aire gran parte de las problemtica que ofrece el texto. Son precisamente esas dos caractersticas que obvia Stolley las que definen la obra de Carri y la revisten de un carcter marcadamente administrativo y jurdico.El criticismo es la actitud que todo viajero de esta poca lleva consigo para dejar constancia de una realidad deficitaria, y como seala Gmez de la Serna, se trata de "poner el dedo en la llaga nacional o local que lo que le sale al paso"(88), hacindose partcipe de los intereses del poder pblico para su reforma. Desde este punto de vista,El Lazarillono deja de ser una retahla de problemticas que se concentran alrededor de los caminos, el correo y las postas. Por esta razn, la politizacin de la empresa literaria puede advertirse en el fuerte grado de compromiso de la figura del visitador con la empresa que lleva a cabo, es decir, la del funcionario solidario con los propsitos del Estado. Esto puede observarse en varias gestiones que el visitador realiza a lo largo de su itinerario, pero hay una en particular que merece atencin especial,Desde El Cuzco haba consultado el visitador al superior gobierno la ruta de correos por Via, dirigiendo un derrotero que le haban propuesto varios hombres prcticos, de que se dio traslado al Administrador General de Correos, quien puso algunas dificultades, dictadas de sujetos sin formal conocimiento, cuyo expediente pas a manos del actual seor gobernador Juregui, para que con asistencia del visitador se formase una junta de prcticos para que se resolviese la ruta ms segura y conveniente al Estado (195).En este pasaje, el compromiso del visitador con los intereses del Estado no solo es patente, sino incluso exagerado, al poner en duda las disposiciones de un superior, al que acusa veladamente de incompetencia por no conocer el territorio que cae bajo su jurisdiccin y rodearse de asesores incapaces. Por lo tanto, desde este punto de vista, la obra de Carri s podra enmarcarse dentro de la categora de libro de viajes ilustrado, aunque con el matiz jurdico-administrativo que la hace peculiar.Lo que no se debe olvidar es que el texto deEl lazarillonace de un procedimiento legislativo que ya estaba en marcha y muy en relacin con las reformas que la dinasta borbnica pretenda imponer en las posesiones americanas, y la reforma que ms urgencia requera era la del correo entre la metrpoli y las colonias. Oscar Cruz Barney divide la historia del Correo entre Espaa y las Indias en tres fases, de las que interesan las dos primeras para el presente estudio. Una primera poca la establece entre 1514 hasta 1764, "durante la cual la correspondencia oficial es transportada en los navos de aviso y la particular en los buques mercantes o de la Armada, sin registro, porteo ni responsabilidad alguna por parte del transportista"(109), o dicho de otro modo, no haba una legislacin especfica que regulase la correspondencia de manera regular entre Espaa y las Indias. Esto era debido fundamentalmente a que la distribucin del correo oficial y privado por tierra, as como el de las mercancas estaba monopolizado por la familia Galndez de Carvajal. Esta familia ejerci el cargo de Correo Mayor de las Indias con carcter vitalicio, por Cdula de 27 de Octubre de 1525 expedida por Carlos V y por la que le autorizaba tener "especial cargo y cuidado de los correos y mensajeros que se despacharen y que entendera en todas las negociaciones y asuntos que se relacionaran o dependieren de los mismos". Dado su carcter vitalicio, esta familia arrendaba el ttulo de Correo Mayor a particulares en las diferentes divisiones administrativas de la Indias.Segn Cayetano Alcazar, "las quejas que existan contra el monopolio de postas, hicieron que Felipe V incorporase a la Corona todos los oficios que se haban enajenado" (83), y en efecto, los retrasos frecuentes fueron una de las causas que motivaron tal decisin. De igual modo ocurra con los escndalos de corrupcin, que llegaban a afectar a la supuesta inviolabilidad del correo real. Un caso significativo fue el que denunci Alonso de Lucena, Correo Mayor del Per a su dependiente de Guatemala, segn recoge Alczar, "llevndose las cartas a su domicilio defraudaba las cantidades que deba recibir el correo"(76). Sin embargo, hubo de pasar algn tiempo hasta el rescate definitivo, puesto que no se hizo hasta el reinado de Carlos III, tras unas arduas negociaciones con la familia Carvajal.Siguiendo a Cruz Barney, desde 1764 hasta 1802 se abre una nueva poca "durante la cual se regulariza y organiza el servicio de correos, bajo ordenanzas de 1764, 1777 y 1794"(109). En esta poca, la comprendida especficamente entre los aos 1764 y 1794 se puede encontrar el subtexto jurdico deElLazarillo, en lo referente al desarrollo del Correo en el Per.Desde mi punto de vista, el texto de Carri es un proceso de reescritura literaria con formato de libro de viajes ilustrado sobre un acto reglado de la administracin borbnica. Este acto reglado, es decir, basado en una Instruccin, pretende hacer un acopio informativo, a travs de la figura del visitador sobre un itinerario, que iba desde La Corua a Lima, a travs del ocano y el Camino del Inca (5). De esta Instruccin de 12 de Enero de 1771 y firmada por el Marqus de Grimaldi, destaca la siguiente informacin, "Desde que d principio a esta Comisin formar un Libro Manual o Diario, en que por menor, vaya expresando quantas noticias adquiera y quantas observaciones reconozca convenientes al arreglo del Establecimiento de Correos, y nos dar los avisos correspondientes". Por lo tanto, el subtexto de la obra de Carri es un material administrativo, cuya finalidad originaria era crear uncorpusinformativo para trazar un itinerarioex lege.De hecho, el mismo Carri, bajo el seudnimo de Concolorcorvo, revela sus fuentes cuando escribe el mismo ttulo de la obra,"sacado de las Memorias que hizo Don Alonso Carri de la Vandera en este dilatado Viage, y Comisin que tubo por la Corte para el arreglo de Correos, y Estafetas, Situacin, y ajuste de Postas, desde Montevideo a Lima".Otro dato fundamental que se desprende del espritu racionalista que invade el siglo XVIII en la administracin borbnica es el procedimiento legislativo, concretamente durante el reinado de Carlos III.Durante este periodo, se cambia el modo de legislar y el mtodo de elaboracin de las leyes. El centralismo hace que las instituciones coloniales pierdan poder legislativo a favor de la metrpoli, convirtindose stas progresivamente en meros organismos perifricos que han de seguir la norma jurdica y administrativa emanada desde el poder central. El espritu racionalista se percibe en cmo desde este poder central se elaboran esas normas jurdicas haciendo acopio de informacin sobre el terreno. De esto da fe el titulo original deElLazarillo, cuando el autor escribe de la "Comisin que tubo por la Corte para el arreglo de Correos, y Estafetas, Situacin, y ajuste de Postas, desde Montevideo a Lima". La ruta se planifica desde la correspondiente Secretaria de Estado, con instrucciones concretas para hacer acopio de informacin para un proyecto de ley y enmendar irregularidades. De este modo, las Ordenanzas de Correos basaban sus disposiciones legales en esas informaciones del rgimen de visitas y por consiguiente, el visitador se converta en una fuente de informacin para la elaboracin de norma jurdica a travs de su estudio de campo. Por tal razn, la ruta del visitador reviste las caractersticas de un viaje ilustrado pero tambin las de un viaje administrativo, ya que se determina de antemano una serie de objetivos tendentes a ejecutar las reformas pertinentes, como un acto reglamentado desde la Administracin. De este modo Gmez de la Serna iguala el viaje ilustrado a la categora de administrativo.El viaje estaba perfectamente planeado: tena sumotivacinfilosfica y su causa inmediata; su forma de engarzarse oficialmente en la empresa general de los viajes de laIlustracin; suplanteamientoconcreto por etapas y objetivos sucesivos, y, en fin, suejecuciny sumemoriafinal, en la que se comprendan, adems de todos los elementos descriptivos de su desarrollo, las proposiciones correspondientes a una accin a seguir inmediatamente en la rama de las reformas que se tratase(75)Por otro lado, puede observarse que el rgimen de visitas sufre una transformacin radical, respecto a la poca de los Austrias, segn Ismael Snchez Bella, sobre todo "las de Carlos III tuvieron especial relieve por su carcter reformista"(240) Este mismo autor pone de manifiesto la crisis de la institucin a partir de Felipe IV, destacando en su estudio que la "pobreza de los visitadores era muchas veces manifiesta"(240) y teniendo en cuenta sobre todo la prohibicin de dedicarse al comercio. Esto conllevaba a que estuviesen sometidos a las presiones de las autoridades coloniales que visitaban, celosas de sus prerrogativas y por otro lado, que fueran susceptibles de caer en la corrupcin. (6) Sin embargo, a partir de Carlos III los visitadores contaron con mayor autonoma, sobre todo en Per, debido a las resistencias que ofrecieron sus instituciones a las nuevas reformas.Las nuevas prerrogativas del visitador van a tener su base jurdica en el naciente acto administrativo (7), y por otro en su autonoma como comisionado de la Corona. Sin embargo, elLazarillopresenta una problemtica ya investigada por Emilio Carilla. Segn este autor, la gnesis del Lazarillo fue motivada por el antagonismo entre el Administrador General de Correos, Jos Antonio Pando y el visitador Carri. El origen de la polmica parece estar en la libertad que se tom Pando, como Administrador General de Correos, de promulgar elReglamento General de Correosde 1772 del Virreinato del Per, con la oposicin del Fiscal, y no contar con el informe que deba llevar Carri, que no llega a Lima hasta el 6 de Junio de 1773.Si bien Pando no cometi un acto ilegal, si parece deducirse que hubo irregularidades administrativas, debido a que el diario que llev a cabo Carri en su viaje se destinaba para la formacin del citado reglamento y para fijar el itinerario de las postas y estafetas desde Montevideo a Lima. De hecho, segn Carilla, parece ser que Carri advirti ciertos errores tcnicos sobre las postas y sus distancias, habida cuenta de lo que l mismo advierte en su diario. Sin embargo, un documento que aporta Carilla en su estudio revela an ms la problemtica. Se trata de una carta enviada en 1776 por Carri a los Jueces Administradores Generales de la Renta de Correos de Madrid. En sta el autor denuncia cmo su informe fue ignorado y por qu decidi convertir su diario administrativo en texto literario, "proced segn mi genio, en que no falt un punto a la realidad, porque me parece que lo dems es un engao trascendente a la posteridad"(25). El engao que menciona se refiere al reglamento que promulga Pando. Pero, adems, aade quelos itinerarios, as por la va recta como transversales, estn formados sobre mi prctica y especulacin, con dictamen de otros hombres inteligentes, como asimismo la descripcin de los caminos, divisin de jurisdicciones, y provincias que estn al paso de los correos, como vern Vuestras Seoras por el apndice, o conclusin de mi diario, de que se aprovecharn mucho los Administradores de la Renta. . .No culpo a Don Jos de Pando en no haber hecho igual descripcin en los trminos de su visita.(25)De esta carta pueden deducirse varios puntos. En primer lugar, que el autor pretende crear un itinerario alternativo al que hizo Pando en su reglamento, basado en la informacin de primera mano que obtuvo en su viaje, es decir, trata de imponer su autoridad con su testimonio administrativo. En segundo lugar, usa su itinerario como documento administrativo para convertirlo de manera irnica en libro de viajes con la intencin de desautorizar el reglamento dictado por Pando. Y en tercer lugar, a travs de esta carta y con la publicacin de su obra, trata de convertirla en una "probanza de mrito y servicio" que le legitime ante las autoridades de Madrid, y de algn modo, desquitarse del menosprecio hecho por el Administrador General hacia un trabajo que dur ms de dos aos. Quizs esto explique que en la portada de la primera edicin llevase fecha de 1773, puesto que de ese modo dejara patente que a la vez que se publicaba el reglamento la edicin delLazarilloestaba ya en circulacin.Actos hostiles contra los visitadores tuvieron que ser frecuentes y tener sus repercusiones, y no slo en el caso de Carri, puesto que lasOrdenanzas Generales de Correos de 8 de Junio de 1794dedica por entero el Titulo XV a la figura del visitador, cargo que con anterioridad nunca lleg a estar reguladoex legede manera genrica, sino por Instrucciones particulares aplicadas a cada caso. De este Titulo llama la atencin la primera disposicin, precisamente por el carcter tan restrictivo que tiene.Por regla general prohibo puedan los Directores (antes administradores) nombrar Visitadores generales ni particulares perpetuos con ningn pretexto ni motivo; pues quando la necesidad exigiere tener que arreglar alguna de las Estafetas, o hubiere otra causa justa se nombrar solo temporal, y en los trminos siguientes. . ."(136)De este modo, slo el Superintendente poda nombrar un visitador, "procurando que adems de hallarse en el que propongan todas las circunstancias de integridad e instruccin en la Renta, sea persona de honor, y que tenga acreditado con la experiencia de su proceder. . ."(137). Una vez nombrado, se le expedira "expresamente las facultades"(137) que debera usar, y las reglas que tena que observar, con una "Instruccin particular reservada"(137) donde se expresase con claridad el fin de la vista, las causas que han dado lugar a ella y los medios de que debe usar para conseguir la enmienda, con el menor coste de la Renta, y "en beneficio pblico"(137). Adems, el visitador gozara de fuero en el ejercicio de sus funciones, quedando disponible para la jurisdiccin ordinaria una vez finalizado su trabajo.De este modo, la ley contemplaba por primera vez la figura del visitador, equivalente a lo que hoy es figura jurdica del Inspector en la actual legislacin espaola. La administracin le daba a la figura del visitador el carcter jurdico administrativo, es decir, facultades potestativas delegadas de enmienda en las postas, tal como se observa en el texto deEl Lazarillo,Todas estas advertencias nos hizo el visitador, quin considerando que el tambo de Urcos no solamente era intil por la corta distancia desde Quiquijana, sino por los perjuicios que hacan seis u ocho indios continuamente (h)ebrios a los pobres (h)arrieros que pasaban por la quebrada lo suprimi(141).Sin embargo, en el caso del visitador Carri, pese a que pudo haber tenido esas amplias facultades de enmienda sobre las postas, parece ser que todas sus actuaciones administrativas fueron nulas o ignoradas al estar bajo la autoridad del administrador de correos Jos Pando (director en la legislacin de 1794). Por esta razn, no es casual que la nueva ley prohibiese expresamente que no solo que ningn administrador o director pudiese nombrar visitador sino que tampoco pudiera tenerlo nunca bajo su autoridad. De este modo, el visitador pasaba a convertirse en un fedatario de la administracin de correos.El itinerario que tuvo que realizar el visitador Carri no se basaba slo en "camino del Inca", que segn apunta Cristian Werckerntein, comprenda desde Cuzco hasta el sur de Crdoba, si no que, como ya apunte antes, era mucho ms amplio. Puede decirse que empezaba en La Corua y terminaba en Lima. Segn se desprende de las primeras pginas deEl Lazarillo, su comisin parece ser que se extenda igualmente sobre la travesa martima. "Tengo dicho en mi Diario Nutico que a los ochenta y cuatro das de haber salido de la ra de La Corua, en el paquebote correo de S. M. Nombrado Tucumn, dimos fondo a la vela en la algosa arena de la mejor ensenada que tiene el Paran"(19) Este hecho parece ser corroborado en elExtracto del viaje que hizo la fragata nombrada ElTucumn, correo de S.M, desde la baha de La Corua hasta el Puerto de Montevideo.Este documento incompleto que ha llegado hasta nosotros parece ser parte de su diario de abordo y puede observarse en l un estilo y un tono mucho ms administrativo. Este documento, pese a no estar completo, es interesante por las informaciones de carcter relevante que contiene. Por un lado, nos encontramos fechas y acontecimientos acaecidos durante la singladura y por otro lado, evaluaciones sobre el barco y la tripulacin. Todos estos datosa priorino seran importantes si no fuera porque son informaciones que se van a verse registradas en lasOrdenanzas del Correo martimode 1777. De este modo, no es casual que encontremos unas serie datos comunes entre las observaciones delExtractoy lo que se regular aos ms tarde en dichasOrdenanzas. Un ejemplo de esto lo vemos en la fecha de salida, cuando Carri anota que "se arm El Tucumn, que haba que salir el 15 de febrero para Buenos Aires". El texto destaca la importancia de salir en dicha fecha y deja bien claro que la salida se demor por el retraso del correo por tierra. Curiosamente, ese da oficial de salida del paquebote va a encontrarse sealado en el artculo II del titulo I del Tratado II en lasOrdenanzasque se publicarn seis aos despus.Otro ejemplo, es cuando anota con detalle cmo se arma el paquebote ante la inminente guerra que se avecinaba entre Inglaterra y Espaa por el contencioso de las Falklands. En ese mismo Tratado II, hay disposiciones acerca de cmo proceder y equipar el paquebote en caso de guerra, asemejndose mucho a las descripciones delExtracto. Igualmente, anota las escalas y la fechas de llegada, pero sobre todo, lo que ms llama la atencin es el juicio o dictamen que hace acerca de la tripulacin o el barco, "los oficiales del El Tucumn, as de proa como de popa, son inteligentes en su arte, robustos y de valor. La marinera ha cumplido con sus obligaciones, sin dar el ms leve motivo de disgusto a los oficiales"(302). Curiosamente, todo lo dispuesto sobre la disciplina interna y la conducta de la tripulacin del paquebote es tratada en los artculos que van desde XII al XV. Por lo tanto, no resultara arriesgado decir que la ruta de Carri como visitador o comisionado hubiera empezado en La Corua, y de ah que hiciese mencin de su "Diario Natico" en las primeras pginas delLazarillo. Esto conllevara a pensar tambin que la Instruccin que recibe a la salida de su viaje le obligase a remitir dicho "Diario Natico" a La Corua.Walter Mignolo ha sealado referente alLazarilloque "el libro que leemos es el resultado de la confrontacin de dos textos que se mencionan como dos tipos discursivos distintos"(102), y, en efecto, as es. El itinerario literario enmascara con formato de libro de viajes un itinerario jurdico, que es aprovechado por el autor para insertar una serie de problemticas, que ya nada tienen que ver con los cometidos de su visita. Una mirada panormica sobre elLazarillonos invita insistentemente en la necesidad de ver las posibilidades comerciales de la ruta (8), sobre todo en lo referente al comercio interior. Las postas, tambos y los caminos son el vnculo jurdico que une la colonia con el Estado, pero tambin han de servir para la prosperidad de la gente del lugar. Por esta razn, no es extrao que a lo largo del camino haya una visin econmica en la voz narrativa de Concolorcorvo que vaya sugiriendo propuestas econmicas frente a las acciones administrativas del visitador. Esta visin dual que se da a lo largo de la obra pueda explicarse sobre la base jurdica de la prohibicin por parte de los visitadores, y por extensin de todos los funcionarios de no poder participar en ningn gnero de comercio. Sin embargo, Carri no slo parece no estar de acuerdo con esta medida legal, sino que ve recomendable que los cargos pblicos se integren en el comercio para beneficio del Estado. Obviamente, se delatan los intereses de Carri, que fue comerciante la mayor parte de su vida, de tal modo que su visin poltica est determinada en principios econmicos, como se puede ver claramente en suPlan de gobierno del Per.Precisamente, de la lectura delLazarilloy suPlanse deduce esta idea de lo poltico y lo econmico en ntima conexin, revelndose por parte de Carri un pensamiento comercial eminentemente colonialista. Sin embargo, l ve la necesidad de que la reforma poltica preceda a la econmica porque, segn l, los vicios del gobierno del Virreinato han sido precisamente la ignorancia del comercio interior como motor de desarrollo. De este modo, y despus de hacer una apologtica exculpatoria de los abusos de los corregidores y cargar las tintas sobre la desidia de los indios, pretende fabricar un prototipo de intendente-gobernante, que con principios morales y mximo respeto a la ley, venga del sector del comercio. Sin embargo, las disposiciones legales y el sentir general de la instituciones parecan no estar muy de acuerdo, por tal razn echa mano de ciertos argumentos de autoridad en suPlan:Aunque cierto crtico de gran nombre en esta ciudad, en informe que dio al seor Guirior sobre los repartimientos de los corregidores, dijo que los tebanos no admitan a la Magistratura a ningn comerciante sin que primero hiciese una cuarentena no menos que de diez aos(232).Carri da incluso algunas ideas ante las eventuales situaciones de corrupcin y abuso que pudieran surgir por parte del funcionario que tuviera intereses comerciales, algunas de ellas un tanto ingenuas, como el sistema de sorteos; "de la integridad y justificacin de los seores intendentes, se proveern estos empleos en vecinos casados por sorteo, para evitar la mas leve sospecha de colusin, pasin o cohecho"(267).En definitiva, lo que Carri propone en elLazarilloesun protagonismo pleno de la figura del comerciante en la vida poltica, puesto que slo as la prosperidad econmica y comercial puede llegar a los territorios americanos. Su visin, proclive a la poltica reformista de Carlos III, busca amalgamar los intereses del Estado con el de los naturales del lugar, unir el plano de lo juridico-administrativo con lo comercial. Desde esta perspectiva, el itinerario se presentara como el intento de esa dualidad amalgamada entre el inters de la Corona por crear vnculos con el territorio colonial y el inters comercial de los naturales del lugar. De este modo, la figura del visitador sera la sincdoque del itinerario legal y el amanuense Concolorcorvo la mirada ingenua de los recursos naturales sobre las posibilidades econmicas que es visible en la ruta Montevideo-Lima.Como conclusin, puede decirse que elLazarillo de ciegos caminantesse configura como algo ms que un libro de viajes de la Ilustracin. Si bien participa en mayor medida de este tipo de literatura, lo que lo hace diferente es precisamente es su naturaleza administrativa y jurdica. La naturaleza administrativa de ste texto, como ya he expuesto, reside en una Instruccin que manda la ejecucin de un itinerario para crear un ruta de postas que comunique la metrpoli con las colonias y que haga acopio de la informacin pertinente. Su naturaleza jurdica se basa en ser precisamente parte de un incipiente proceso legislativo que busca ordenar las comunicaciones del Estado y el modo de ejecutarse.Desde esta perspectiva, elLazarilloadquiere esa dimensin jurdica de manera ms intensa desde el momento que entra en dilogo antagnico con una disposicin legal, como es elReglamento General de Correosde 1772, que promulga Pando en condiciones dudosas. Pero a su vez, elLazarillose construye como una prueba testifical en clave de irona, puesto que lleva pretensiones de convertirse en una probanza de mrito sobre la figura del visitador. Es, precisamente, esta figura, que siempre ha sido ignorada por la crtica a favor de la de Concolorcorvo, la que revela cmo los actos jurdicos y administrativos ejercidos a travs de un itinerario son el hilo conductor que proyecta las problemticas jurdicas, polticas y econmicas del Virreinato del Per en la segunda mitad del siglo XVIII. Desde este punto de vista,ElLazarillopuede considerarse como una reescritura derivada del acto jurdico bajo la mscara de un libro de viajes de la Ilustracin.Notas(1). Carri de la Vandera, Alonso.El lazarillo de ciegos caminantes. Caracas: Ayacucho, 1985. Edicin de Antonio Lorente Medina. Incluye el Plan de gobierno del Per y Extracto del viaje que hizo la fragata "El Tucumn", correo de S.M., desde la baha de La Corua hasta el puerto de Montevideo.(2). Se puede decir que los primeros sntomas de la Ilustracin, segn revela el estudio de Gonzalo Anes, llega a la Amrica espaola con el reinado de Fernando VI, pero ser sobre todo con Carlos III cuando se empiece a reformar las estructuras socioeconmicas de las colonias y tratar maximizar sus beneficios. Por otro lado, los gobiernos de la Ilustracin tratarn de reformar las estructuras comerciales, y con ello las infraestructuras, tales como comunicaciones, transportes etc. De este modo, uno de los productos culturales del periodo ilustrado ser el patrocinio de los viajes a Amrica, tales como el de Jorge Juan y Antonio de Ulloa, adquiriendo una funcin poltico administrativa. Los informes de las expediciones cientficas y los viajes geopolticos, es decir, aquellos que servan para elaborar informes econmicos sobre la riqueza de los territorios americanos se textualizarn como libros de viaje con una finalidad econmico-administrativa, que es la novedad que aporta con respecto a pocas anteriores.(3). Segn Herrero Massari, en la literatura hispana se puede observar una cierta tradicin literaria que ya vena desde la Edad Media (las peregrinaciones a Tierra Santa, p.e). Los primeros libros de viaje se caracterizaban por describir lo maravilloso y extico del imaginario medieval, como por ejemplo Juan de Mandevilla, o temas recurrentes como el Preste Juan. Ser a partir de mediados del siglo XVI cuando el libro de viajes empezar a ser un testimonio de los vivido, experiencias individuales, peligros del viaje y lo extico. Ahora bien, pese a que este autor moderno de libro de viajes pretenda "textualizar lo vivido", y alejarse de lo estrictamente literario, se puede observar que en sus narraciones la intertextualidad literaria ser inevitable(la novela bizantina, de caballera, la miscelnea etc). Es a partir del siglo XVIII cuando la literatura de viajes adquiera una nueva funcin ms all del entretenimiento, tendiendo a lo formativo y didctico.(4). La llegada de las reformas borbnica al Virreinato del Per llegarn con ms intensidad con la subida al trono de Carlos III. Sin embargo, el estudio de Fisher, El Per borbnico pone de manifiesto que la evolucin de esos cambios son intermitentes y con distinta intensidad, debido principalmente a las crisis polticas y sociales que ocasion reducir el nmero de criollos al frente de las instituciones coloniales en favor de los peninsulares. Esto cre una serie de tensiones que dificultaron el asentamiento de las nuevas reformas. Sin embargo, tal como seala Jos Chiaramonte, en el prlogo de su compilacin Pensamiento de la Ilustracin. Economa y sociedad iberoamericanas en el siglo XVIII C, la sociedad criolla, imitando de algn modo a las "sociedades de amigos del pas" peninsulares, empez a integrarse en la vida poltica con fines reformistas. En el caso del Per merecen destacarse varios autores que trabajaban en torno al magazine El mercurio peruano, tales como.Jos Baquijano y Carrillo, alias Cefalio, autor de la Disertacin histrica y poltica sobre el comercio del Per. Tambin es interesante el trabajo de Victorin de Villaba, Discurso sobre la mita de Potos. Ambos trabajos tienen la misma lnea reformista que Carri de la Valdera .(5). Explorado en 1543 por Diego de Rojas, por orden del gobernador del Per, segn Cristian Werkenthien, "public su Ordenanza de Tambos y Caminos Reales, por la cual se obligaba a los encomenderos y caciques a cuidar los tambos y tener dispuestas provisiones para los viajeros. Sin embargo todo el sistema no tard en decaer considerablemente"(34). Werkenthien, Cristian. Entre sendas, postas y carruajes. Los comienzos del transporte en la Argentina. Buenos Aires: Comisin Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Histricos, 1999(6). Segn Snchez Bella, "solan formular numerosos cargos a los visitados, que nos permiten conocer los tipos de abusos mas caractersticos.....(240)(7). Este acto administrativo de finales del XVIII, precedente inmediato del que se conoce hoy, y que produce una cesura con el sistema de los Austrias, se definira como la declaracin de voluntad emanada del Estado-Administracin. Tal acto presentaba carcter de legitimidad, en cuanto que implicaba la presuncin de validez de cualquier actuacin que emanase directamente del Estado-Administracin, estableciendo ste su vigencia y derogacin en el espacio y tiempo. Este acto se caracterizaba por su ejecutividad, es decir, la obligatoriedad en el cumplimiento del acto y por su ejecutoriedad, el rgano o funcionario investido de potestad delegada para llevarlo a cabo. Se diferencia del acto administrativo que hoy se conoce en las democracias occidentales por su no sometimiento a la ley, ya que sta en el siglo XVIII era la misma administracin, y sus amplias prerrogativas de discrecionalidad, que limitaba en gran medida el principio de autonoma de la voluntad del administrado(8). Prez Herrero, Pedro. Comercios y Mercados en Amrica Latina colonial. Madrid: Fundacin Mapfre, 1992. Este autor deja entrever cmo el programa borbnico de reformas tuvo un carcter ms propagandstico que real, teniendo escaso xito y demostrando que el siglo XVII, desde un punto de vista econmico, no fue un periodo de crisis tan intenso como el que ha venido calificndose en la historiografa del siglo XIX y parte del XX. Por otro lado, merece particular atencin el anlisis que se hace de la poltica econmica del eje andino durante el periodo borbnico, y cmo un aumento de la produccin en la minera y un incremento demogrfico no se tradujo en un reorganizacin de los mercados internos, perviviendo las estructuras del siglo XVI. De igual modo, es destacable el anlisis que se hace del llamado "libre comercio" y las problemticas que planteaban las reformas de las estructuras que se crearon bajo los Austrias.

Obras citadasAlczar, Cayetano.Historia del correo en Amrica. Madrid: Sucesores de Rivadeneyra,1920Anes y Alvarez de Castrilln, Gonzalo. La corona y la Amrica del siglo de las luces.Madrid: Asociacin Francisco Lpez de Gomara,1994Carilla, Emilio.El libro de los misterios: "El Lazarillo de ciegos caminantes".Madrid: Gredos, 1976Chiaramonte, Jos. C. Compilador.Pensamiento de la Ilustracin. Economa y sociedad iberoamericanas en el siglo XVIII. Caracas: Ayacucho, 1979Cruz Barney, Oscar. La supervivencia del derecho espaol en Hispanoamrica durante la poca independiente.Jornadas de Historia del Derecho. Mxico: Instituto de Investigaciones Jurdicas, 1998Domnguez Ortiz,Antonio. Carlos III y la Espaa de la Ilustracin. Madrid: Alianza, 1989Fisher, John.El Per Borbnico 1750 1824. Lima: IEP, 2000Gmez de la Serna, Gaspar.Los viajeros de la Ilustracin. Madrid: Alianza, 1974Herrero Massari, Jose Manuel.Libros de Viajes de los siglos XVI y XVII en Espaa y Portugal: Lectura y Lectores. Madrid: Fundacin Universitaria Espaola, 1999Jovellanos, Gaspar M.Diarios.Oviedo: Diputacin de Asturias, Instituto de Estudios Asturianos del Patronato Jos M. Quadrado (C.S.I.C.) 1956Mignolo , Walter. "Cartas, crnicas y relaciones del descubrimiento". Historia de la Literatura Hispanoamricana. Madrid: Ctedra, 1999Ordenanza General de Correos, Postas, Caminos y dems ramos agregados a la Superintendencia General.Madrid Imprenta Real, 1794Prez Herrero, Pedro.Comercios y Mercados en Amrica Latina colonial. Madrid: Fundacin Mapfre, 1992Snchez Bella, Ismael.Historia del derecho indiano.Madrid: Editorial Mapfre, 1992Stolley, Karen.El Lazarillo de ciegos caminantes: Un itinerario crtico.Hanover: Ediciones del Norte, 1992Werkenthien, Christian. Entre sendas, postas y carruajes. Los comienzos del transporte en la Argentina.Buenos Aires: Comisin Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Histricos, 1999

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