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EL MAQUINISTA DE ESQUILA, ¿empresa u oficio? La tercerización laboral en el medio rural. R. Emilio Fernández Rondoni Facultad de Agronomía CSIC Comisión Sectorial Universidad de la República de Investigación Científica

EL MAQUINISTA DE ESQUILA, - nesauruguay | Núcleo de ... · tentaron una serie de respuestas por parte del sector productivo. Entre ellas, quizás una de las más importantes, fue

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EL MAQUINISTA DE ESQUILA,¿empresa u oficio?

La tercerización laboral en el medio rural.

R. Emilio Fernández Rondoni

Facultad de Agronomía CSIC Comisión SectorialUniversidad de la República de Investigación Científica

2

El maquinista de esquila, ¿empresa u oficio?

La tercerización laboral en el medio rural.

R. Emilio Fernández Rondoni. Licenciado en Sociología de la Facultad de

Ciencias Sociales de la Universidad de la República. Docente e investigador del

Área de Sociología del Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de

Agronomía y del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias

Sociales de la Universidad de la República. Maestrando en Ciencias Agrarias en

la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República.

3

A Marietta, Emilia, Delfino y Enrique;

los “gringos” Fulgossi,

quienes me enseñaron a conocer y querer

al campo y sus paisanos.

4

Introducción

Características del presente estudio y alcance del mismo.

Capítulo 1

Origen e historia de un oficio rural...

El capataz de la comparsa de esquila.

1.1 Breve reseña del origen de la ganadería ovina en el Uruguay.

1.2 Reseña de las antiguas comparsas de esquila y de los

capataces de comparsa.

1.3 Introducción de cambios técnicos y tecnológicos en el siglo XX.

1.4 Alquilando “trabajo” o rentando “capital”.

El maquinista de esquila: ¿contratista de mano de obra o

contratista de maquinaria?

Capítulo 2

A caballo entre el hoy y el ayer…

El maquinista de esquila actual.

2.1 Descripción de la esquila y los roles de los distintos

trabajadores de la comparsa.

2.2 La máquina y el equipo de esquila.

2.3 Descripción de las funciones del maquinista.

2.4 La organización de la jornada laboral.

2.5 El espacio.

5

Capítulo 3

De capataz de comparsa a contratista rural…

Los maquinistas de esquila hoy.

3.1 Distintos tipos de contratistas.

Características socio/demográficas

3.2 El maquinista de esquila.

Características particulares del mismo.

3.3 Historia laboral

3.4 Vinculación con el SUL

Capítulo 4

Clasificando por “finura…

Una tipología de los maquinistas de esquila.

4.1 Distintos tipos de maquinistas y de empresas de esquila.

4.2 Universo de referencia.

4.3 Características socio-demográficas del maquinista

según categoría de la máquina de esquila.

4.4 Trayectoria laboral del maquinista

según categoría de la máquina de esquila.

4.5 Ingresos y actividades del maquinista

según categoría de la máquina de esquila.

4.6 Características de la empresa y el servicio ofrecido

según categoría de la máquina de esquila.

4.7 Característica de los trabajadores

según categoría de la máquina de esquila.

4.8 Su vinculación con los trabajadores.

6

El proceso de trabajo y las relaciones sociales

al interior de la comparsa de esquila.

Capítulo 5

Acomodándose los zapallos en el carro…

El proceso de concentración en las máquinas de esquila.

5.1 El maquinista de esquila como contratista.

5.2 La empresa de esquila.

Las tendencias a la profesionalización y a la concentración,

basadas en el cambio y el mejoramiento técnico y tecnológico.

5.2.1 La tendencia a la profesionalización.

5.2.2 La tendencia a la concentración.

5.3 Los maquinistas como empresarios de esquila.

5.4 Los procesos de movilidad social en las últimas décadas

y los cambios en el agro.

Capítulo 6

Enfardando el vellón…

A modo de conclusiones.

6.1 La auto-construcción de un empresario rural

6.2 Las empresas de esquila hoy.

7

Indice de Cuadros

Referencias bibliográficas.

Anexos.Entrevista No. 1

Entrevista No. 2

Entrevista No. 3

Entrevista No. 4

Entrevista No. 5

8

IntroducciónCaracterísticas del presente estudio y alcance del mismo.

Este trabajo tiene como objetivo general, contribuir al conocimiento de los

sujetos sociales rurales del Uruguay y aportar a la discusión general de los

diferentes actores y tendencias del trabajo rural en Latinoamérica. Para ello

tentamos una descripción y caracterización de los maquinistas de esquila

estudiando sus características demográficas, niveles de especialización,

orígenes y residencia, ingreso y nivel de vida, estabilidad, circuitos de trabajo,

historias laborales, etc. Complementando lo expuesto, tratamos de establecer la

dinámica social subyacente en el proceso de conformación del “empresario” de

esquila, en términos de movilidad social al tiempo que estudiar los impactos que

tienen las tendencias a la especialización, polifuncionalidad, deszafralización en

la división interna de las tareas y en la inserción laboral del maquinista de

esquila.

Para ello, nos realizamos una serie de preguntas a las cuales tentamos

dar respuesta en el presente estudio. ¿Cuáles son las características

demográficas, niveles de especialización, orígenes y residencia, ingreso y nivel

de vida de estos empresarios de esquila? ¿Cuál es y cómo es la inserción

laboral del maquinista de esquila en los períodos post y pre zafra de esquila?

¿Cuál(es) es(son) su(s) historia(s) laboral(es)? ¿Qué mecanismos operan en

este grupo social -selección, extensión, etc.-? ¿En base a qué criterios -

laborales, personales, etc.- operan estos mecanismos? ¿Los procesos de

movilidad social a los que están sujetos, son nuevos? ¿Qué profundidad

abarcan? ¿Qué consecuencias tienen? ¿Qué magnitud poseen?

La publicación que se presenta, forma parte de una investigación de

mayor envergadura sobre los Trabajadores Rurales en el Uruguay que

constituye el Proyecto de Dedicación Total del Profesor Titular Diego E. Piñeiro.

En tal sentido durante los años 2000 y 2001 efectuamos una encuesta a los

9

trabajadores de la esquila en el marco del proyecto de investigación “Los

Trabajadores de la Esquila” financiado por la Comisión Sectorial de Investigación

Científica de la Universidad de la República. Paralelamente a dicha encuesta,

también realizamos otra a los maquinistas de esquila –propietarios o

encargados- que encontramos en las comparsas de esquila encuestadas.

El procesamiento de los datos obtenidos en esta última –generosamente

compartidos por el profesor Diego Piñeiro-, constituyen el centro del presente

trabajo, al que hemos complementado con entrevistas realizadas a maquinistas

de esquila y técnicos especializados en el tema de la “cosecha de la lana”

fundamentalmente pertenecientes al Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL).

Esta obra contiene varios capítulos. En el primero de ellos damos cuenta

del origen y desarrollo del actual maquinista de esquila, en el marco de la

evolución de la ganadería ovina en el Uruguay. En el segundo Capítulo,

describimos el proceso de esquila a máquina, así como las funciones que

cumple el maquinista en el marco de la comparsa de esquila. En el tercer

Capítulo, abordamos el tema del “contratismo” laboral en el ámbito del agro,

tratando de establecer algunos marcos conceptuales que nos permitan un

análisis en profundidad de la figura del “maquinista”. Luego, realizamos una

caracterización socio-demográfica del mismo a la luz de los resultados obtenidos

en la encuesta. En el Capitulo cuarto, analizamos distintas categorías de

maquinistas, a la luz de una tipología establecida por el SUL, en función de

parámetros de calidad del servicio brindado. En el quinto Capítulo analizamos

algunas dimensiones que operan en la construcción del sujeto social así como

algunos fenómenos sociológicos que operan dentro del grupo social estudiado.

Por último, en el Capítulo seis, tentamos dar respuesta a las interrogantes de

partida al tiempo que damos cuenta de los cambios más significativos que se

operan en las “empresas de esquila” y los maquinistas de esquila al día de hoy,

habida cuenta de los profundas modificaciones que se están operando en el

agro uruguayo en estos últimos años. Por último, hemos considerado oportuno

10

agregar en un anexo, algunas de las entrevistas realizadas a diferentes

maquinistas de esquila, ya que estimamos serán de utilidad e incentivo para que

el lector, se vea tentado a aproximarse aún más a este sugestivo mundo rural.

Esperamos que las aprecie, sintiendo aunque más no sea, una parte de la

satisfacción que experimentamos cuando las realizamos.

El trabajo desarrollado, es la sistematización y análisis de datos

secundarios –provenientes de la encuesta citada- complementados con

entrevistas realizadas a maquinistas y técnicos del complejo lanero uruguayo,

para nosotros es el resultado de siete años de trabajo realizado en medio de

comparsas de esquila, ya que como mencionamos más arriba, fuimos parte

integrante del equipo que desarrolló el proyecto: “Los trabajadores de la esquila”

que comenzó en el año 2000.

Durante todo este tiempo, no solamente recorrimos casi todo el país, sino

que fundamentalmente conocimos y recibimos el apoyo, de cientos de personas

que nos permitieron llevar a cabo la tarea que hoy presentamos. A todos ellos,

queremos dejar constancia en forma explícita, nuestra deuda de gratitud. No

obstante cabe destacar el reconocimiento especial al profesor Diego Piñeiro,

quien nos orientó en el proceso de trabajo y aprendizaje que realizamos en

todos estos años, así como también nos permitió la utilización de los datos de la

encuesta realizada a maquinistas, centro de este trabajo.

A Mariela Bianco, Matías Carámbula, Ana Laura Casiotti, Leticia Glik,

Paola Mascheroni, Patricia Mondelli, Victoria Morena y Fernanda Pereira con

quienes compartimos muchas horas –y kilómetros de ruta- durante la realización

de la encuesta en el año 2001 y con quienes muchos/muchas de los/las cuales

hemos tenido la suerte de seguir participando en diferentes instancias de

trabajos posteriores. A Marcos Supervielle y Joaquín Cardeillac del

Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales, quienes nos

han aportado valiosos elementos de análisis a lo largo del proceso de

11

elaboración del presente trabajo. A Soledad Figueredo, compañera docente del

Área de Sociología del Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de

Agronomía quien hizo posible con su esfuerzo, esta publicación.

Al Secretariado Uruguayo de la Lana, que en la figura de su ex-

presidente, Alejandro Tedesco nos proporcionó el apoyo institucional de dicha

organización. A los técnicos agropecuarios Enrique Pesce y Carlos Piovani

también del SUL, quienes más allá de las responsabilidades pautadas por sus

funciones específicas en el organismo, nos ilustraron en largas y didácticas

charlas acerca de las realidades y complejidades del mundo de la esquila, para

de esta manera permitirnos profundizar en nuestro objeto de estudio.

A la Comisión Sectorial de Investigación Científica de la Universidad de la

República que con su financiamiento hizo posible este trabajo de investigación.

A los productores y al personal de los establecimientos rurales que nos

“abrieron las porteras” para poder conocer y estudiar el proceso de trabajo que

aquí se describe.

Por último, pero no por ello menos importante, a todos los maquinistas y

trabajadores de la esquila quienes nos permitieron entrar “galpón adentro” en su

mundo de trabajo.

A todos estos colaboradores y colaboradoras, nuestro agradecimiento en

el entendido que sin sus aportes –en mayor o en menor medida-, este trabajo no

hubiera podido llegar a ser la realidad que el lector tiene hoy entre sus manos.

Nos mueve la íntima convicción, que este modesto aporte, de alguna

manera ayude a conocer la realidad de quienes viven y se desviven

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construyendo el “Uruguay productivo” en el entendido de que: “no es para mal

de ninguno, sino para bien de todos”1.

R. Emilio Fernández Rondoni

octubre 2008

1 José Hernández. 1975. Martín Fierro. Ed. Torres Agüero. Buenos Aires.

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Capítulo 1Origen e historia de un oficio rural…

El capataz de la comparsa de esquila.

1.1 Breve reseña del origen de la ganadería ovina en el Uruguay.

Luego de finalizada la Guerra Grande, en la segunda mitad del siglo XIX,

el proceso de pacificación en el país, permitió un importante desarrollo de la

ganadería bovina. Esto trajo aparejado una demanda de tierra, y la consiguiente

alza en el precio de la misma. El modelo productivo basado en la explotación

extensiva del bovino, demostró su agotamiento frente a una coyuntura nacional

e internacional desfavorable a este esquema productivo. Frente a ello se

tentaron una serie de respuestas por parte del sector productivo. Entre ellas,

quizás una de las más importantes, fue la incorporación del lanar. Esto trajo

aparejado múltiples consecuencias. En términos económicos, productivos y

sociales.

En términos económicos, por cuanto se diversificó la producción nacional,

logrando un nuevo patrón de inserción en los mercados internacionales,

penetrando con un nuevo producto: la lana. Desde un comienzo, las lanas

uruguayas fueron muy bien recibidas –y por ende cotizadas- en los mercados de

Amberes y El Havre, habiendo obtenido ya en 1867, en la Exposición de París,

premios a su calidad.

La región contaba ya desde el siglo XVIII con ganado ovino, como

consigna Castellanos2 en el proceso fundacional de Montevideo, las familias

colonas, traían desde Buenos Aires, pequeñas majadas de lanares y cabras –

básicamente para el autoconsumo- lo que indudablemente constituyó el germen

de nuestra ganadería ovina. Esta oveja inicial, de origen español, se verá

2 Castellanos, A. 1971. “Breve Historia de la Ganadería en el Uruguay”. Ed. Banco de Crédito.Montevideo.

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mejorada por razas fundamentalmente francesas, -el proceso de “merinización”-

tal como señalan Barrán y Nahum3, fue Juan Manuel de Laberdén quien en 1794

introdujo un lote de merinos en el Río de la Plata, y en nuestro país, el industrial

francés Ternaux fue quien inauguró la cría de la oveja merina de Francia,

aunque diversos testimonios señalan que el lanar presentó múltiples dificultades

para su desarrollo –fundamentalmente por el cuidado requerido para su difusión

el cual se vio obstruido por el constante flagelo de las guerras civiles que el país

soportó a lo largo de todo el siglo XIX-.

En términos productivos, la cría del lanar alteró el esquema heredado de

los jesuitas, de la estancia cimarrona, como bien señala Esteban Campal4. En la

estancia comenzó a coexistir, junto con el vacuno, el lanar. Modificando la

unidad ganadera por hectárea en un trabajo de complementación productiva

entre las dos especies. Este elemento, de hecho posibilitó una modificación

agronómica, por cuanto lentamente fue produciéndose en la pradera un proceso

de selección de pasturas, funcional al nuevo patrón de explotación ganadera que

se estaba incorporando. Agreguemos que el la década del 70, se incorporará

masivamente una mejora técnica, que será el corolario de este dinámico empuje

productivo: el alambramiento de los campos. Quedando de esta manera

proyectado el esquema básico productivo, que aún hasta nuestros días, rige

predominantemente en el agro.

3 Barrán, J. P.; Nahum, B. 1967. “Historia Rural del Uruguay Moderno (1811885)”. Tomo 1. Ed.Banda Oriental. Montevideo.4 Campal, Esteban. 1994. La cruz y el lazo. Ed. Banda Oriental. Montevideo.

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La majada en el brete esperando la esquila

En 1872, Adolfo Vaillant, nuestro primer estadistógrafo calculaba las

existencias ganaderas en:

Cuadro No. 1.1

Existencias ganaderas 1872

Ganado Vacuno 7.500.000

Ganado Equino 1.600.000

Ganado Ovino 20.000.000

Fuente: A. Vaillant5

En términos sociales, el lanar significó la demanda de nuevos y distintos

brazos de los que hasta ese momento atendían la ganadería. La cría del lanar,

implicaba un cuidado mayor que el del vacuno. Las majadas necesitaban un

5 Vaillant, A. 1873. “La República Oriental del Uruguay en la Exposición de Viena”. Montevideo.P. 162 en Barrán, J. P.; Nahum, B. 1967. “Historia Rural del Uruguay Moderno (1811885)”. Tomo1. Ed. Banda Oriental. Montevideo.

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cuidado continuo, intensivo, para lo cual fue necesario el aporte inmigratorio, que

una vez más, imbuía sangre nueva con el aporte de pastores de origen francés,

español (fundamentalmente vasco), inglés, alemán, etc.

Nuevos, por cuanto era necesario incluir a gente con “el oficio”. Muy

diferente éste del originado en el manejo del vacuno y porque la demanda de

mano de obra, no era satisfecha con la oferta proveniente de una campaña

despoblada en de un país que contaba con fuertes oscilaciones - causadas

fundamentalmente por la inestabilidad política y/o económica - en su

composición demográfica.

Cuadro No. 1.2

Población nacional

Año Población del país

1868 384.000

1870 330.000

1872 420.000Fuente: Elaboración del autor en base a E.Acevedo.6

Distintos, por cuanto la principal característica necesaria, era la paciencia.

El trabajo tenaz del día a día, el “repasar” la majada un día sí y otro también. El

“porfiar” contra el tiempo, contra los predadores, contra el medio era condición

sine qua non para que la majada prosperara.

Veamos un relato al respecto:

“Las majadas eran de propiedad de la estancia y las tenían a su cargo los

llamados “Pastores de Majadas”. En su mayoría eran extranjeros, ingleses,

alemanes y principalmente vascos. Estos hombres habían traído de su país de

6 Acevedo, E. 1933. “Historia Nacional”. Ed. Imprenta Nacional. Montevideo.

17

origen, el amor a la oveja y la experiencia de su cuidado.[…] La esquila y el baño

previo en una laguna eran los trabajos principales. […] los citados “pastores”

repuntaban de tardecita su majada, hacia las alturas donde tenían querencia y

buen abrigo. Para moverla, cuando le llegaba la hora, pegaban un silbido tan

fuerte que retumbaba en los bajos y que bastaba para que la majada comenzara

a moverse rumbo a su habitual dormidero. Para su resguardo personal se

construían estos hombres, bárbaros de fuerza y de coraje, unas chozas en unas

cerrilladas, aprovechando los grandes pedregales que existen por doquiera en

estos campos. Completaban el cerco natural con piedra suelta que no faltaba,

techando luego con cueros de yegua… Allí dentro se “aguarecían” de noche,

con el ojo siempre alerta para salir a rondar en el caso de que algún temporal

repentino les quisiera desparramar la majada… La mayoría de estos pastores

tenían además su casa propia y en ella vivían con sus familias, las pocas horas

que su gigantesca tarea les dejara libres. Simples ranchos de terrón, uno para

vivienda y otro para galpón”7.

7 Arteaga, J. J. 1952. “Los tiempos de antes en la Estancia del Cerro El Copetón.” Ed. del autor.Montevideo.

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Ayer y hoy… todavía persisten las “chozas”

Estos cambios cuali y cuantitativos, introducirán también, cambios

sociológicos en la sociedad rural, cambios que moldean una nueva realidad

humana.

1.2 Reseña de las antiguas comparsas de esquila y

de los capataces de comparsa.

Esta innovación tecnológica en la explotación pecuaria -la incorporación

del lanar- sacudió al agro uruguayo. No solamente porque afectó las bases

mismas del sistema, sino por la profundidad y velocidad que el proceso tuvo.

Ya vimos que en 1872, el cálculo efectuado, da cuenta de un stock de

veinte millones de lanares, lo que si bien significó una solución al viejo modelo

de explotación ganadera que había demostrado signos de agotamiento, también

planteó nuevos problemas.

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Uno de ellos fue la necesidad de nueva y distinta mano de obra para la

reciente actividad ganadera que se emprendía. No había en el país, ni la

cantidad ni la idoneidad suficiente de brazos que supieran desempeñarse en la

tarea mansa de "pastores de majadas" al decir de la época.

No solamente para la cría del lanar, eran necesarias nuevas habilidades y

capacidades, la innovación también planteaba una nueva división técnica de

trabajo rural, por cuanto requería de un fuerte contingente de brazos para las

tareas conexas, fundamentalmente la esquila.

Este trabajo requerido, tiene algunas características particulares que nos

interesa señalar aquí, por cuanto éstas están indisolublemente unidas y darán

lugar a una nueva división social del trabajo. Conformarán un tipo de trabajo -y

de trabajador- nuevo, hasta ese momento, con una profunda repercusión en el

mercado laboral rural.

La tarea de esquila a tijera, tal como se desarrolló a comienzos de la

explotación extensiva del lanar, consistió en la conformación de un grupo de

trabajadores -la comparsa de esquila- con tareas exactamente delimitadas y

sincronizadas, en un proceso tendiente a una complementariedad de funciones

lo más integrado posible.

Una breve descripción de las distintas funciones involucradas, dan idea

del grado de complejidad necesario, el cual era, inexistente hasta ese momento,

ya que las tareas agropecuarias desarrolladas, la ganadería vacuna y la

agricultura, si bien presentaban un grado de complejidad, y en algunos casos

complementariedad importantes, no poseían las características de las

condiciones requeridas para la esquila de lanares.

Empecemos por el “agarrador”, quien debe de agarrar las ovejas en el

corral y llevarlas hasta el lugar donde trabaja el esquilador –“la cancha de

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esquila”-, allí, las manea y se las deja a éste último, inmovilizadas y tendidas

sobre uno de sus lados -generalmente el derecho-.

Luego de efectuada esta operación por parte del agarrador, el esquilador,

comienza a esquilar la oveja, en función de una técnica definida, comenzando

por ciertas partes del animal y en cortes de tijera sucesivos, va desprendiendo la

lana del cuerpo de manera tal que ésta, conserve una cierta unión entre las

fibras, lo que permite que al culminar la esquila, se pueda "juntar el vellón" como

si fuera una manta.

Cuando el esquilador culminó su tarea el "vellonero" lleva el vellón al

"atador" y "paga" al esquilador su "tarja de esquila" una ficha -generalmente de

metal- que simboliza el trabajo realizado (para que al final del día, éste proceda

al cálculo del jornal trabajado).

El "atador" dobla al vellón de manera tal que adquiera forma esférica, lo

ata con hilo y lo tira dentro de la bolsa, donde el "embolsador" lo recibe, lo

dispone en forma de aprovechar lo más posible el espacio dentro de la bolsa, y

lo prensa presionando con sus pies, valido de toda la presión que es capaz de

ejercer con su cuerpo, para esta tarea.

Así en esta cadena, hemos descrito como la lana pasa del cuerpo de la

oveja, a estar dentro de una bolsa, pronta para su pasaje a la etapa industrial

(clasificación, lavado, peinado, etc.).

En este equipo de trabajo, también interviene el "barredor" o "venteveo",

quien es el responsable de que el lugar donde se esquila -la "cancha"- se

mantenga en condiciones de mantenimiento adecuadas. Que no ensucie la lana,

asistiendo a los esquiladores cuando se le infringe algún corte al animal que se

está esquilando, etc. Básicamente sus funciones hacen al barrido de los

excrementos u orín que los animales producen en el lapso que permanecen en

el galpón, recoger restos de lana y otros elementos que puedan ensuciar el lugar

de trabajo, etc. Así como sus funciones "médicas" consisten en acercarle a los

esquiladores -si es solicitado por éstos- algún compuesto que facilite la pronta

cicatrización de la herida efectuada, ya que si se infecta (se "abicha") puede

causar inclusive la muerte del animal con la consabida pérdida.

21

Este conjunto de tareas y trabajadores, es organizado por el capataz de la

comparsa. Éste es el responsable frente a quien contrató a la comparsa del

trabajo realizado (tanto en lo que hace a su calidad, a su precio y al tiempo en el

que es efectuado). También es quien tiene a su cargo los aspectos vinculados

con los trabajadores, su contratación, su paga, su manutención en tanto que

están conchabados en la comparsa y su despido si fuera necesario. Es quien

realiza las observaciones en cuanto a la calidad del trabajo efectuado, la

coordinación entre una tarea y otra. Quien fija la disciplina, el cumplimiento de

los horarios de trabajo, etc. En resumidas cuentas, es el responsable de las

múltiples dimensiones de la dinámica laboral durante la zafra.

De lo anteriormente expuesto, hemos visto que en primer lugar, se

requirió un trabajador con habilidades hasta ahora desconocidas, ya que el

manejo de la tijera de esquilar suponía un aprendizaje y entrenamiento

especiales. Estos elementos también fueron necesarios en el caso de otros

trabajos complementarios -el agarrador, el canchero, etc.-.

En segundo término se requirió también el montaje de una estructura

organizativa - de un equipo de trabajo- que estuviera ensamblado en aras de un

beneficio común, superando las mil y unas particularidades y contradicciones

propias de un proceso laboral personal, que se generan al conformar un

colectivo de trabajo.

En tercer lugar, se planteó la zafralidad de la tarea, aunque no

necesariamente el corte definitivo de la relación laboral. El trabajo, se realizaba

durante una parte del año - en primavera y principios del verano- con un

momento de culminación ya prefijado de antemano. Aunque esta irrupción del

ciclo laboral, no implicaba necesariamente un corte en la relación laboral, ya que

al año siguiente se podía retomar el vínculo.

En algunos establecimientos, fundamentalmente los más grandes, que

tenían un numero considerable de majadas, la tarea era organizada por el

personal estable del establecimiento –dueños, mayordomos, capataces- quienes

22

oficiaban de “capataces de cancha” y contrataban los trabajadores necesarios

para realizar la tarea de esquila en su rodeo. Eran ellos quienes asumían las

funciones que hemos descrito, correspondientes al capataz de comparsa. Una

vez efectuada la esquila, concluía el contrato laboral.

Es de destacar que inclusive –debido posiblemente a la fuerte necesidad

de mano de obra- las comparsas también estaban compuestas por mujeres que

realizaban la tarea. En tal sentido consigna un autor:

“Después de la Guerra Grande y hasta 1880, se les daban tijeras en estas

estancias a las mujeres que las pidieran. […] Todas las mujeres que trabajaban

en la esquila eran “tijeras”. Había una que esquilaba hasta cien ovejas por día, lo

que se explica hasta cierto punto considerando que entonces las ovejas eran de

lana suelta y de patas peladas”.

Y de las “particularidades y contradicciones generadas en un colectivo

laboral de reciente formación” nos ilustra el mismo autor:

“Una vez, allá por el 80, se desafiaron, -ésta, que creo se llamaba Pérez,-

con Elisa Pinela, una de las “Chingolas”, a ver cuál de las dos, en un solo día,

esquilaba más. Le ganó la Pérez y entonces la otra le quería volver a jugar. Pero

la Pérez le contestó que no le jugaba más hasta que no le pagara las quince

latas de la apuesta. Las latas, entonces, eran de a vintén (dos centésimos) cada

una.

Salieron alegando de la cancha. Al pasar por una puertita que había al

costado, la “Chingola” le preguntó a la otra: -“Entonces querés que te pague?

Bueno tomá… “Le metió las tijeras en el vientre y la mató… Después de esto se

fue dejando y ya no se les dio más trabajo a mujeres”8.

8 Arteaga, J. J. ob. cit. , p. 56-57.

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La literatura se ha ocupado copiosamente de recoger hechos reales –e

imaginarios- protagonizados por esquiladores, comparsas, capataces de esquila

y patrones. Nos parece importante señalar, que uno de los rasgos

reiteradamente señalado, ha sido el ascendiente de características

“caudillescas”, que el capataz de esquila tenía sobre sus trabajadores. Este

vínculo, muchas veces perduraba a lo largo del año, ya que era común, que una

vez terminada la zafra de esquila, se complementaba el año laboral, con la

organización de comparsas –nótese la misma etimología semántica empleada

en relación a la esquila- y cuadrillas de contrabandistas (para introducir en el

país productos tales como caña y tabaco, básicamente), con la organización y

ejecución de arreos de vacunos –tropeadas- y demás tareas rurales, -cuando no

con alguna “patriada” en las reiteradas contiendas que hasta el siglo XX

irrumpieron en el país-, actividades éstas no exentas de una alta cuota de riesgo

y sacrificio personal. Acciones que ponían a prueba la solidaridad del grupo y el

reconocimiento a la jefatura de quien era el organizador de tan particular

dinámica.

La realidad descrita, era la desarrollada en los establecimientos que

justificaban –por el número de lanares para esquilar- la contratación y

organización de grupos más o menos numerosos de trabajadores. En el otro

extremo, encontramos a aquellos productores que subvenían a sus necesidades

con su trabajo personal.

El escritor Julio C. da Rosa nos relata:

“La esquila de vellón -esto es de los lanares adultos- se realizaba entre

mediados de septiembre y fines de noviembre. Cuanto más temprano se hacía,

menos había que temerle al abrojo y la flechilla: cuanto más tarde, menos

riesgos de los temporales se corría. Aquellas dos plagas desvalorizaban la lana;

estas descargas del tiempo, solían diezmar los rebaños recién esquilados.

24

[…] Los propietarios de grandes majadas contrataban comparsas de

esquiladores a máquina o tijera de martillo, compuestas de entre media docena

y docena y media de hombres: capataz, esquiladores, vellonero atador,

enfardador, agarrador, venteveo (canchero), cocinero. En algunas estancias,

estas comparsas solían demorar semanas en su quehacer, y eso si no llovía.

[…] Primero que nada frente a la puerta del galpón, hicimos un brete de

postes y varejones de mimbre, con capacidad para quince o veinte ovejas.

[…] Luego, entre dos palos atravesados sobre otros dos tirantes del

galpón, aseguró mi abuelo los dos aros concéntricos de hierro, entre los cuales

ajustó la boca del fardo, para dejar a éste colgando.

-Ahí adentro tenemos que pisar la lana- me explicó.

-¿Pisar?

-Claro: yo me meto en el fardo y usted me va alcanzando los vellones.

-Mm.

-Los voy colocando a razón de seis o siete por vuelta; después les meto

pata, para hacerlos ocupar el menor espacio posible.

25

Un embolsador en plena tarea

El día anterior al del comienzo de la faena, estuvimos colocando cueros

de consumo con el carnal hacia arriba, sobre la totalidad del área del galpón en

la cual habrían de desarrollarse las tareas de la esquila propiamente dicha y sus

derivadas.

[…] El horizonte del este estaba a punto de estallar, en el momento en

que abuelo y yo cerrábamos la portera del brete, con ago así como veinticinco

ovejas adentro de éste. Bajo el barullo coral de las madres aquí y de sus hijos

en los alrededores, me gritó tata:

-Ayer nos olvidamos de dos cosas. -No sé...

26

-Afilar la tijera y moler carbón para curar.

-¿Entonces no podremos esquilar?

-¡Cómo no!... Cuestión de media hora o menos.

Agarró la tijera y, cruzándole las hojas a todo lo que éstas daban, con sus

filos invertidos hacia afuera, ató con una piola fuertemente sus mangos, contra

los gavilanes explicándome:

-Primero hay que manearla.

Me mandó traer un jarro con agua; lo encontré ya inclinado sobre una

piedrita cuadrangular, azul pizarra, de cinco centímetros por veinte, la que tenía

un agujero en uno de sus extremos, ocupado por una presilla de cuero.

-Eche agua -me ordenó, y apenas yo volqué el líquido sobre la piedra, se

puso él a refregar oblicuamente, uno y otro filos: luego de probarlos

repetidamente sobre las uñas de la mano izquierda, me volvió a ordenar:

-Vaya al galponcito de hacer fuego y traiga una palada de carbón limpito,

así hacemos el remedio.

-“¡Carbón para remedio!" -me iba repitiendo yo, asombrado. encontré

esperándome con un martillo en la mano; me hizo luego ir volcando el carbón

sobre una piedra y de a poco lo fue moliendo, hasta convertirlo en harina; echó

ésta en una lata que colocó a la derecha del sitio antes señalado para esquilar;

se paró, diciéndome:

-Tijera y remedio, tenemos.

[…] -Venga, vamos a agarrar.

Hizo arrinconar las ovejas contra una esquina del brete y, cuando

estuvieron bien apretadas, agarró una del pescuezo con la mano izquierda y de

la pata derecha con su otra mano, la levantó en vilo y fue a colocarla en el lugar

de trabajo.

Puso la pata izquierda del animal, entre ambas manos de éste y con el

tiento aquel les dio varias vueltas alrededor y en cruz; después ató.

-Así se manea.

-Pero le quedó una pata suelta, abuelo.

-Así se manea... un bicho para esquilar.

27

Colocó la oveja con aquella pata suelta hacia arriba, desenvainó la tijera,

me ordenó:

-Fíjese bien: se empieza a esquilar así, sobre el costillar derecho, frente a

la paleta.

-Ajá.

-También se puede empezar por la cabeza.

Las hojas de la tijera eran dos navajas acompasadas.

-Para cortar la lana bien rente al cuero, a la vez que para evitar los tajos al

animal, Martín, hay que recostar lo más que se pueda, la hoja de arriba al cuero

del bicho.

Cerrando y abriendo su mano derecha, por entre aquel mar de lana, mi

abuelo iba volteando olas con la tijera. De pronto, desde allá por el vacío del

lado izquierdo de la oveja, me gritó:

-¡Médico!

-¿Hablaba?

-Claro, mire.

Miré y vi tamaño tajo, semejante a un ojo sanguinolento, contra el blanco

cuero del animal.

Antes de que yo reaccionara, tomó él entre índice y pulgar una gruesa

porción de carbón molido y la aplicó contra la herida, transformando aquel ojo

rojizo en un ovalado lunar negro.

Siguió cortando lana; recorrió la totalidad del otro lado de la oveja y luego

la mitad que le quedaba del lado derecho.

Finalmente, la desmaneó y, enganchando su pierna derecha en la pata

derecha del animal, estiró éste a cuanto daba y se puso a esquilarle la barriga;

terminó garreándolo: esto es, pelándole las cuatro patas.

Tras curar algunos otros tajos de la res, mi abuelo la hizo parar, le palmeó

el anca para que se fuera y mirándome, gritó:

-¡Fuera bicho! Venga lata, patrón. -¿Lata?

Eran especies de monedas de hojalata que, en las esquilas se iban

entregando a los esquiladores, para contabilizar su quehacer en unidades.

28

Tomó mi abuelo la lana recién esquilada y la colocó sobre el fondo de un

cajón invertido que servía de mesa de atar.

-Vea como se envellona -me dijo y, luego de apartar la lana de la barriga y

del garreo (patas), del resto, superpuso las dos grandes mantas de éste, en

forma inversa a la natural (esto es, con la superficie hacia adentro) y, tras

envolver una sobre otra hasta formar una pelota compacta, ató esta fuertemente,

con dos vueltas cruzadas de piola de yute.

Sobre el mediodía, abuelo había pelado las dos docenas de ovejas

encerradas y envellonado su lana

[…] La majada dio algo más de setecientos quilos de lana embutida "a

pata" por abuelo, en seis fardos grandes duros de tan repletos. Fue ciertamente

brutal la lucha del viejo pisando el producto, encerrado adentro de aquellos

largos tubos de yute, a cuya boca asomaba sudoroso y congestionado para

terminar ya con la espalda contra el techo del galpón. Yo quedaba extenuado

de sólo pasarme allí, a pie firme, alcanzándole los vellones.

Luego colocamos los fardos horizontalmente sobre un piso de madera,

hecho al efecto, en el galpón.”.9

Entre los dos extremos –las más o menos numerosas cuadrillas de

esquiladores y el trabajo individual del productor pequeño- encontramos un

sinnúmero de diversas combinaciones que dan cuenta de una de las tareas más

importantes del mundo rural. Ésta se cumple, ininterrumpidamente desde hace

un siglo y medio. Veamos ahora, las principales modificaciones que la misma ha

tenido, en el lapso señalado.

9 Julio C. da Rosa. 1999. “Mundo Chico. Ed. De la Plaza. Montevideo. Pág. 461 – 466.

29

1.3 Introducción de cambios técnicos y tecnológicos en el siglo XX.

Hacia principios del siglo XX, comienza la introducción de las máquinas

de esquila. Al principio pequeñas, de apenas dos tijeras, pero luego se

generalizan al punto de que los grandes establecimientos incorporan en sus

galpones maquinarias que por medio de un sistema de poleas, permiten trabajar

simultáneamente hasta 20 tijeras y más.

Este cambio técnico, implica a nuestro juicio, dos consecuencias

fundamentales. Por un lado, permite una esquila mejor, cualitativa y

cuantitativamente, por cuanto la extracción del vellón es más pareja –y en

algunos casos es mayor la extracción de lana, lográndose rendimientos en kilos

de lana superiores a los logrados con la esquila a martillo-, así como permite

también una esquila de mayor cantidad de animales por día y por trabajador. Por

otro lado, produce un divorcio del trabajador de su herramienta de trabajo. Este

ya no es más dueño de su medio de producción, el cual pasa a manos del

propietario del establecimiento (en aquellos casos en que estaba instalada la

máquina en el propio galpón de la estancia) o en su defecto, al dueño de la

máquina (en los casos de las pequeñas maquinas iniciales, que contaban con

dos tijeras, y andaban de establecimiento en establecimiento ofreciendo sus

servicios. Cambio cualitativo fundamental, por cuanto el esquilador pasa de

buenas a primeras de ser “patrón” (aunque más no sea de sí mismo, por ser

propietario de su medio de producción) a ser “asalariado, por cuanto su

herramienta de trabajo ya no le pertenece, siendo requerido en el proceso

productivo solamente que por su fuerza de trabajo.

En ambos casos se neutralizaba de una manera o de otra, el “peligro” que

generaba la reunión de un número considerable de hombres armados –con su

tijera de esquilar y/o con su cuchillo- y expuestos a duras condiciones de trabajo.

Por un lado, en el caso de los establecimientos que contaban con sus

propias instalaciones, era el patrón o el capataz de la estancia quien disponía a

su antojo del personal que iba a necesitar, imponiéndoles su disciplina y su

modalidad de trabajo. Pudiendo de esta manera no solo organizar el trabajo,

30

sino también administrar el personal que le resultaba funcional y eliminando al o

a los que le causaba(n) inconvenientes.

Por otro lado, en el caso de las pequeñas máquinas móviles que

comenzaban a surgir en el medio rural, el número de trabajadores –

subordinados al dueño de la máquina o “maquinista”- por su escaso número (4 o

5 a lo sumo) no causaba mayor peligro en los establecimientos, si lo

comparamos con cuadrillas de 20 a 60 trabajadores como las que andaban de

estancia en estancia, en el pasado.

La mecanización de la tarea de esquila conoce su expansión en la década

del 2010, aunque la primera introducción de éstas se produce ya en 1893,

aunque hasta fines del siglo XIX su importación era de dos o tres por año.

Será en la década del 20 que la máquina de esquila marcará su presencia

significativamente en el campo uruguayo, de la mano con el período de auge

que se vivía en el agro a la luz del período de guerra y posguerra que valorizó

los productos agropecuarios.

A partir de ese momento, su presencia se irá incrementando, tanto en

número así como en capacidad tecnológica, incrementándose el número de

tijeras por máquina. De las dos tijeras iniciales, se pasará a 4, 6, 8, 10 y aún 12

tijeras por máquina, acrecentado notablemente de esta manera, la productividad

por máquina.

Estos avances traen aparejados varias consecuencias. Por un lado, en lo

que hace a la forma de organización del trabajador vinculado a la máquina de

esquila, ya sea este esquilador o se desempeñe en algunas de las funciones

complementarias –agarrador, barredor, vellonero, enfardador, etc.-. Ya no será

más un grupo de trabajadores “mas o menos dispersos e independientes

coordinados por un capataz”. A partir de la incorporación de la máquina, será

10 Moraes, María Inés. 2003. El trabajo de la Esquila y los Esquiladores: algunos aspectos de suhistoria social (1860-1970) In: Piñeiro, Diego. Trabajadores de la esquila. Pasado y presente deun oficio rural. SUL, Facultad de Ciencias Sociales, Facultad de Agronomía, CSIC. Montevideo.Pp. 31-56.

31

esta la que imponga al conjunto de hombres el ritmo de trabajo y la figura del

capataz de cuadrilla, transformado ahora en maquinista, cobra una nueva

significación por cuanto su función cambia cualitativamente en el grupo de

trabajo como veremos en el capítulo siguiente.

Concomitantemente en la medida que las comparsas de esquiladores se

hacen más eficientes y la organización del trabajo, ahora bajo el control de una

persona especializada –el maquinista-, comienza a no resultar funcional el

mantener en los establecimientos –fundamentalmente en los más grandes- la

máquina de esquila fija y el esquema laboral que permitía año a año realizar la

esquila en el establecimiento con sus propias herramientas y trabajadores, por lo

que se abandona paulatinamente esta práctica y se comienza a extender el uso

de la máquina de esquila contratándola zafra a zafra.

De esta manera, el productor lanero contrata el servicio en la medida de

sus necesidades sin verse en la obligación de realizar la tarea de esquila y

enfardado de la lana con herramientas y trabajadores integrantes del

establecimiento, pudiendo de esta manera tercerizar el servicio.

Desentendiéndose de esta manera la empresa –estancia- de la manutención de

la mano de obra una vez finalizado el período de zafra, descargando el costo de

su reproducción social sobre los mismos trabajadores.

Esta característica, de la existencia “libre” de trabajadores en torno a una

máquina, permite asimismo la formación de un mercado de comparsas de

esquila que competirán entre sí, por la obtención de más y mejores majadas

para esquilar cada zafra. La formación de este mercado trae aparejadas varias

consecuencias. Limitémonos a mencionar las principales.

Primero: obliga a mejorar la calidad del trabajo ofertado por las

comparsas, lo que a su vez presiona al maquinista a seleccionar los

trabajadores más eficaces y disciplinados en el trabajo.

Segundo: posibilita a los productores laneros a especular con el precio

que paga por el servicio. En la medida que hay varias máquinas pujando por

obtener “la majada”, el tener la posibilidad de seleccionar a la máquina que se le

32

otorga el trabajo y a la que no se le da, le confiere al dueño de la majada un

diferencial de poder importante que generalmente se traduce en una presión a la

baja del precio a pagar por el servicio contratado.

Tercero: genera una natural categorización entre las máquinas de esquila,

ya sea por su tamaño, así como por la calidad de trabajo que realizan y la

capacidad que tienen de disponer y organizar los factores productivos con que

cuentan (capital y trabajo).

Cuarto: limita la movilidad del trabajador de la esquila entre diferentes

comparsas, por cuanto en tanto se produce una categorización de las distintas

comparsas (que va desde las mejores hasta las peores), la tendencia del

trabajador, será a tratar de obtener un puesto de trabajo en las mejores –ya que

generalmente tienen mayor cantidad de ovejas para esquilar anualmente, y por

ende el rendimiento de la zafra es mayor-, y si es posible, conservarlo para la

zafra que viene.

Estas características de organización del trabajo (dentro y fuera de la

comparsa) que acompañaron la mecanización de la tarea de esquila, le dan a la

comparsa un estatus cualitativamente diferente. Por un lado, como ya

señalamos, la máquina impone su ritmo de trabajo al conjunto de hombres. Por

otro lado, la organización en el conjunto de trabajadores requiere una mayor

eficiencia y una especialización –sobre todo en algunos puestos de trabajo como

ser el esquilador, por ejemplo- que se traduzcan en una mejor eficiencia en tanto

que prestadores de un servicio.

En la década del 60 se introduce un nuevo cambio técnico, la esquila

Tally-Hi, método diseñado por campeones de esquila de Nueva Zelanda y

Australia. “El método Tally-Hi consiste en hacer pasadas más largas con la tijera

y en un orden más lógico, ahorrando de esta forma, movimientos inútiles y

esfuerzos innecesarios, obteniéndose un vellón entero que permitirá un mejor

manejo de la lana en el galpón de la estancia.”11 Esta modalidad de esquila,

tiene la particularidad que el animal no necesita –es más, no debe- ser

11 Secretariado Uruguayo de la Lana. 2004. Manual del esquilador. SUL. Montevideo. Pp.17.

33

maneado, sino que es el esquilador quien lo inmoviliza con su cuerpo (brazos,

rodillas y piernas) al tiempo que lo esquila. El método presenta la ventaja de que

se puede efectuar la esquila más rápidamente, aumentando de esta manera la

productividad, pero por consiguiente al aumentar la productividad del trabajo en

términos horas/hombre, el desgaste de éstos es mayor y a ello súmese que el

uso del propio cuerpo del trabajador para inmovilizar a la oveja, le imprime

mayor rigor a la tarea, de por sí bastante pesada.

Esta metodología de esquila, fue ampliamente promovida por el

Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), organismo formado en 1966 por

productores ovejeros, con la finalidad de promover y mejorar la producción y

comercialización de este rubro pecuario.

Paulatinamente, el organismo fue incidiendo cada vez más en las políticas

de producción y comercialización de la lana, debido a la fuerte incidencia de los

principales productores nacionales en el organismo, sumado este factor a la

importancia que este producto a tenido y tiene en las exportaciones nacionales.

Esta influencia incluyó desde la producción hasta ciertas etapas de la

industrialización del producto, por lo que la “cosecha” del mismo –la esquila- fue

también objeto de políticas tendientes al mejoramiento de la calidad y

abaratamiento de los costos de la misma por parte del organismo. Mas adelante

tendremos oportunidad de describir en forma más detallada, el papel que juega

el SUL en la comparsa de esquila y las interrelaciones con el maquinista de la

comparsa.

1.4 Alquilando “trabajo” o rentando “capital”.

El maquinista de esquila: ¿contratista de mano de obra o contratista

de maquinaria?

La contratación de personal en forma temporaria, es una modalidad

conocida en las tareas agropecuarias. Por sus características, gran parte de las

34

tareas rurales demanda una importante cantidad de mano de obra en un tiempo

que suele ser breve.

Desde la época colonial, la estructura laboral que se le dio a

determinadas tareas pecuarias fue la de un contratista (denominado accionero)

que adquiría las acciones o el permiso para efectuar la faena de ganado con el

objeto de extraer su cuero (las corambres). Otra forma de contratación fue la

efectuada por los estancieros santafesinos, quienes contrataban peones para

organizar grandes arreos con el objetivo de repoblar sus estancias.

Luego, cuando surge la explotación de rasgos sedentarios, la estancia,

gran parte de las tareas rurales es realizada por trabajadores estables que

residen en el establecimiento rural y que tienen un contrato por tiempo

indefinido, por lo que los podemos catalogar de “permanentes”. Pero, en torno a

las tareas agropecuarias desarrolladas en el establecimiento (ya sea este

ganadero o agrícola) hay una constelación de trabajadores “independientes” que

ofertan su fuerza de trabajo para tareas más o menos ocasionales -que

requieren los servicios de una mano de obra adicional-, intensiva y por un breve

plazo.

Tareas como la yerra (donde era necesario ir a buscar el ganado cimarrón

a montes y sierras), el arreo de ganado y luego de la década del 70 del siglo XIX

el alambrado y la esquila, por no citar sino algunas de las tareas pecuarias más

importantes, obligaban a la contratación de trabajadores para reforzar la

capacidad laboral del establecimiento.

En el caso de la agricultura, luego de finalizada la Guerra Grande, el flujo

inmigratorio y los sostenidos procesos de pacificación que pautan la segunda

mitad del siglo XIX, permiten, como señala Berro12 un desarrollo de esta

actividad fundamentalmente para el abastecimiento de un mercado interno que

crecía año a año. Cultivos como trigo y maíz fundamentalmente, demandaban

en los períodos de cosecha y trilla, una ingente cantidad de trabajadores quienes

eran contratados por los chacareros para prestar estos servicios.

12 Berro, Mariano. 1975. La agricultura colonial. Ed. Ministerio de Educación y Cultura. Colecciónde Clásicos Uruguayos. Tomo 148. Montevideo.

35

Estas modalidades descritas de contratación de mano de obra, serán

luego –mecanización mediante- sustituidas por nuevas formas de arreglos

laborales. Será fundamentalmente en la agricultura donde encontremos mayor

desarrollo de las mismas y estas formas de contratación y la relación entre

“contratantes” y “contratados” será objeto de estudio de la sociología rural dando

lugar, paralelamente, al estudio temprano en Europa, del fenómeno de

empresas que se dedican a efectuar parte del proceso agrícola, como señala

Arnalte Alegre13 “A lo largo de los años 80 han ido apareciendo en la literatura

agraria algunas referencias a un fenómeno cuyo desarrollo puede poner en

cuestión las bases del análisis tradicional de la estructura agraria. Se trata del

proceso de externalización en explotaciones agrarias de fases del ciclo

productivo que pasan a ser ejecutadas y en ocasiones gestionadas por

empresas de servicios externos.” Encontramos entonces, el surgimiento de

empresas que se encargan de determinadas tareas agrarias. Las cuales cuentan

con maquinaria y trabajadores especializados en una fase específica de la

producción, ofertando este servicio al agricultor, a quien le resulta más rentable -

fundamentalmente por una cuestión de escala- contratarlo, que realizarlo el

mismo. Algunos estudios indican que en 1961 el 26 % de las explotaciones

agrícolas del sur de Italia utilizaban tractores (frente a un 62% que lo hacía en el

Norte), pero sólo el 4% poseía uno en propiedad. Se observa que el régimen de

contratistas, resulta estar más extendido en el sur que en el resto de Italia, ya

que en 1970, las empresas que realizaban trabajos por contrato, resultan el 17%

de todas las registradas en el sur, frente a un 10% registrado en el norte.

Arriesgándose como hipótesis que el ingreso promedio de los agricultores del

sur –promedialmente menor al del resto de la península- y por lo tanto su menor

capacidad de acumulación, así como también su baja relación tierra/hombre,

favorece un proceso de mecanización parcial antes que una adopción plena de

las tecnologías mecanizadas, al tiempo que la proporción de explotaciones que

13 Arnalte Alegre, Eladio. 1992. El desarrollo de empresas de servicios agrícolas y su función enlas agriculturas mediterráneas. Ed. Revista valenciana d estudis autonömics. Nº 14. GeneralitatValenciana. Pp. 280.

36

usan equipos alquilados, disminuye a medida que aumenta el tamaño de las

mismas, ya que –aún en el sur- a los establecimientos más grandes, les resulta

posible y rentable, poseer la mayor parte de su equipo de tracción mecánica.14

En América Latina, la figura del “contratista” aparece tempranamente y

existe toda una línea de estudios que abordan este tema. En tal sentido Tort en

su estudio de contratistas de maquinaria agrícolas en la Pampa Húmeda, define:

“consideramos contratistas a todo aquel propietario de maquinaria agrícola que

vende servicios agropecuarios, cobrando por ello una tarifa en dinero”.15 El

estudio focaliza en contratistas que colaboran en el proceso agrícola

incorporando medios de producción –maquinaria agrícola- al proceso productivo

y realiza una interesante tipología, identificando a pequeños maquinistas,

maquinistas empresarios, empresarios diversificados, contratistas puros,

contratistas eventuales y contratistas tanteros (aquel contratista que también se

desempeña como productor a porcentaje o “a tanto”, de ahí su nombre). Centra

su análisis en la incorporación tecnológica realizada por este agente productivo y

no en el relacionamiento del mismo con el factor trabajo que incorpora (aunque

sí lo toma en cuenta, diferenciando mano de obra familiar y asalariada).

Este tipo de contratista rural, al decir de la autora, juega varios roles, ya

que “… por un lado contribuyen a detener la tendencia a la desaparición de los

pequeños productores sin capacidad de capitalización, facilitan la expansión del

tipo de propietarios ausentistas sin arrendatarios y solucionan el manejo de

mano de obra capacitada e inversión en capital fijo especializado a muchos de

los grandes propietarios, mientras por otro lado se perfilan a sí mismos como

nuevo tipo de agente productor agropecuario” (ibid. Pp.16).

14 Tort, María Isabel. 1983. Los contratistas de maquinaria agrícola: una modalidad deorganización económica del trabajo agrícola en la Pampa Húmeda. Ed. Centro de Estudios eInvestigaciones Laborales. Documento de Trabajo Nº 11. Buenos Aires. Pp.29.15 Ibid. Pp. 24.

37

En otra línea de investigación, Kim Sánchez Saldaña trabaja sobre los

contratistas de mano de obra 16 teniendo como objeto de estudio la

conformación del mercado laboral mexicano, definiendo al contratista o

intermediario como aquellas personas que sirven de vínculo entre las zonas de

oferta y las de demanda de mano de obra, entre regiones expulsoras y

receptoras de jornaleros agrícolas (dentro y fuera de fronteras, ya que este

sistema rige también para el mercado laboral norteamericano, donde está

institucionalizada la presencia de empresas proveedoras de fuerza de trabajo en

las actividades agrícolas). En tal sentido inclusive, realiza un distingo entre los

intermediarios tradicionales –conocidos con el nombre genérico de

enganchadores- y las modernas empresas contratistas.

Le adjudica a los enganchadores, las siguientes características:

“Encargan de reunir a la mano de obra en sus lugares de origen y

transportarla a las zonas donde se la requiere.

Viven en las colectividades rurales.

Financian los gastos de transporte y entregan algún tipo de

recursos por adelantado.

Cumplen la función de capataces en los campos de cultivo.

Cobran comisiones a los productores por cada trabajador reclutado

o bien, cobran un monto proporcional al volumen de trabajo

realizado.”17

Centrando su análisis en el factor trabajo interviniente en el proceso

agrícola, señala que esta modalidad de incorporación de la fuerza de trabajo, se

encuentra generalizada en el ingenio azucarero, donde se contrata a los

trabajadores a través de cuadrillas18 o cabos, teniendo un nivel de informalidad

que se expresa en la forma de contrato verbal, sobre todo lo que hace a las

condiciones de empleo de los jornaleros, cuestión que desfavorece a los

16 Sánchez Saldaña, Kim. s/d. Acerca de enganchadores, cabos, capitanes y otros agentes deintermediación laboral en la agricultura. Ed. Análisis de Estudios Agrarios. México.17 Op. Cit.:64.18 La cuadrilla es una modalidad de organización grupal de los trabajadores, cuyo representantese encarga de reclutar familiares y amigos para la zafra, así como de entablar la relación con elcomisionista o directamente con el productor. Op. Cit.: 65.

38

trabajadores cuando hay incumplimiento de las condiciones pactadas por parte

de la parte empleadora.

El autor nos indica que no solamente hay una cuestión organizativa en

este tipo de modalidad de contratación de la mano de obra, sino que subsisten

otras modalidades –más o menos ocultas- “… en la medida en que desfiguran y

encubren la relación del asalariado con el capital, vulneran la capacidad de los

trabajadores para presionar colectivamente por sus demandas.”19 De esta

manera, empleados directos de los ingenios, los capataces –contratistas o

subcontratistas- han actualizado su utilidad en función de disciplinar la fuerza de

trabajo e impedir su organización como asalariados, representando la autoridad

inmediata del capital sobre el trabajo.

En el mismo trabajo el autor analiza algunos aspectos de los “Labor

contractors” y mayordomos en campos californianos, donde el desarrollo de la

producción de frutas y hortalizas ha dependido en buena medida de la existencia

de diferentes sistemas de intermediación laboral imbricados con las redes

sociales de los migrantes y con la población inmigrante asentada en esa región

agrícola.

Entre los trabajos que han reflexionado acerca de éste fenómeno, se

señala como pionero el estudio de Lloyd Fisher (1953)20 quien señala que el

contratista ha sido una institución prominente en el mercado de trabajo y que

condicionado históricamente en diferentes períodos, su conducta se expresó en

una naturaleza ambigua y ambivalente ya que a la vez que perseguían mejoras

salariales para los trabajadores, su propio sustento dependía de negociar

acuerdos con los productores y con el paso del tiempo, el sistema de

intermediarios se volvió un buen antídoto contra la sindicalización de los

trabajadores.

“La durabilidad del sistema de contratistas se explica por razones

económicas. Su función principal, sostiene Fisher, es dar estabilidad y

19 Op. Cit.:66 ref. Paré, Luisa; Juárez, Irma y Salazar, Gilda. 1987. Caña brava, Trabajo yorganización social entre los cortadores de la caña. UAM/UAM-Azcapotzalco. México.20 Fisher, Lloyd H. 1953. The Harvest Labor Maket in California. Ed. Harvard University Press,Cambridge-Massachusetts.

39

regularidad a un mercado que es, por sí mismo, “inestructurado” y

“desorganizado”21, por lo que, analiza Sánchez, la regulación del flujo de

trabajadores no busca equilibrar la relación entre la oferta y la demanda, sino

más bien, propiciar la sobreabundancia de mano de obra, cuestión que tiene un

efecto negativo sobre las tarifas salariales.

En este contexto laboral, concluye Fisher, “… el contratista es un

middleman (mediador) en un sentido especial, pues no sólo desempeña la

función de satisfacer la demanda de trabajo, sino que cumple funciones que

normalmente serían responsabilidad de los propios agentes económicos. El

productor-empresario se despoja de las tareas convencionales de reclutamiento,

asignación de tareas y supervisión de los trabajadores, mientras que éstos

últimos delegan en el contratista funciones que serían incapaces de proveerse a

sí mismos (alojamiento propio, transporte y alimento.

En suma, la naturaleza de la relación que se establece entre el productor,

el contratista y el jornalero, genera un grado de organización dentro del mercado

de trabajo en la cosecha que, paradójicamente, permite mantener las ventajas

de su desorganización.”22

Lo que hace concluir a Sánchez que el desarrollo y resurgimiento del

sistema de contratistas laborales, resulta de la búsqueda, por parte de los

empleadores, de alternativas de uso de la fuerza de trabajo más flexibles y de

menor costo.23

El autor concluye que este sistema de intermediación permite realizar

algunas consideraciones de interés. “En primer lugar la consolidación de una

clase de intermediarios, más próximos a la administración empresarial de los

empleadores que los contratan, aumenta los eslabones de mediatización que

separan al jornalero de su fuente de empleo. En segundo término, desde el

punto de vista del empresario agricultor, este mayor distanciamiento de los

21 Para el autor las condiciones generales de un mercado no estructurado son: la ausencia desindicatos u otras formas de protección de los derechos laborales; relaciones impersonales entreempleador y empleado, para que no se desarrolle la obligación informal y varios tipos de ejerciciode carácter moral; el uso de mano de obra no calificada; así como de regímenes deproductividad y pago sustentados en la intensificación del trabajo (Fisher, op. cit.: 8).22 Fisher, op. cit.: 8.23 Sánchez Saldaña, Kim. Op. cit. : 78.

40

trabajadores que ocupa, facilita la transferencia de sus responsabilidades en la

reproducción de la fuerza de trabajo y lo protege de posibles conflictos laborales.

En esta relación contractual, las obligaciones del empleador se diluyen en un

espacio menos formal, donde se introduce un complejo juego de intercambios

entre intermediarios y trabajadores que no se limitan al plano estrictamente

económico. Esto tiene que ver con otro elemento más, que se vincula con el

hecho de que los eslabones inferiores de la cadena intermediaria constituyen un

lugar propicio para el desarrollo de relaciones informales clientelares que

dominan a los trabajadores, así como de mecanismos también “informales” de

explotación. En efecto, todo parece indicar que al hacer posible la transferencia

de parte de los costos de trabajo fuera de la relación contractual (los costos de

reclutamiento, de transporte, de alojamiento y retención de la fuerza de trabajo),

el capital “cede” al intermediario el poder para convertir esos costos en su propia

recompensa económica, lo cual además asegura su complicidad en el proceso

de sobreexplotación de la fuerza de trabajo.”24

Para el autor, el papel de los intermediarios ha jugado un doble rol en los

procesos de estructuración y reestructuración del capitalismo agrario,

participando en el proceso de formación y reproducción de una fuerza de trabajo

adecuada para determinados sistemas de explotación intensivos al tiempo que

desde el punto de vista del capital, el uso de intermediarios ofrece diversos

medios de control social de la mano de obra que facilita su implementación.25

Aunque también la relación de los intermediarios con los trabajadores no puede

ser suficientemente explicada dentro de la lógica de la libre oferta y demanda de

trabajo, el funcionamiento de los intermediarios tradicionales, se acompaña y

depende de prácticas sociales y códigos de conducta ajenos a los factores de

mercado.

24 En rigor, el trabajo eventual a destajo constituye en sí mismo un mecanismo desobreexplotación o superexplotación de la fuerza de trabajo, toda vez que no se paga laproducción del trabajo y la reproducción del trabajador, sino solo la reposición de la fuerza detrabajo directamente gastada en el proceso de producción (Carton de Grammont, 1992) Si eneste esquema, además añadimos intermediarios que obtienen ingresos del salario desvalorizadodel trabajo, el salario real del jornalero es aún menor. Sánchez Saldaña, Kim. Op. cit. : 80.25 Sánchez Saldaña, Kim. Op. cit. : 90.

41

Por su parte, Norma Giarracca estudiando los contratistas en el norte

argentino 26 indica que la función básica de los contratistas, que se ha

mantenido inalterable desde fines del siglo XIX, es la de reclutar y

comprometer a los trabajadores locales y migrantes para la cosecha de caña y

que las modalidades de contratación contemporáneas responden a la

necesidad de descompresión de los compromisos laborales por parte de los

ingenios y las fincas cañeras.

Identifica a los contratistas de mano de obra señalando que en las

negociaciones del trabajo se estilan los acuerdos "no formales" entre los

contratistas y los ingenios o cañeros. En general, estos son verbales y los

contratistas se comprometen a entregar determinada cantidad de toneladas de

caña diaria a los ingenios y éstos a pagarles una vez terminada la molienda y

cumplidas las pautas de lo acordado. Los ingenios, una vez realizado el

acuerdo, se despreocupan del arreglo que los contratistas llevan a cabo con

los trabajadores. Los contratistas son los únicos responsables del personal

que realiza la cosecha. Relación que se perpetúa en el acuerdo entre los

contratistas y los trabajadores ya que este es verbal y se pauta al comienzo de

la zafra.

Por otro lado observa que existen contratistas que combinan con

servicios de maquinaria, provenientes de los estratos de productores familiares

de caña que con el tiempo se han capitalizado, han comprado las

cosechadoras integrales solos o en sociedad y han conformado empresas

agrícolas que prestan los servicios de cosecha a terceros, una vez realizada la

propia. Para estos contratistas es muy importante la continuidad de sus

trabajadores. Éstos son trabajadores con cierto grado de calificación y en casi

todos los casos los contratistas les han procurado cursos de capacitación para

aprender a manejar y reparar las máquinas.

La autora señala que las principales diferencias entre los contratistas de

mano de obra y los que combinan con servicios de maquinaria se relacionan, en

26 Giarracca, Norma (Coordinadora), Karla Gras, Karina Bidaseca, Daniela Mariotti. 2000.Tucumanos y tucumanas. Zafra, trabajo, migraciones e identidad. Ed. La Colmena. Bs.As.

42

primer lugar, con las funciones que desempeñan en el mercado de trabajo. Los

primeros se ocupan del reclutamiento, transporte, alojamiento, pago de salarios,

organización del trabajo en el frente de cosecha. Los segundos pagan los

salarios, organizan el trabajo, se ocupan de la capacitación de los trabajadores y

ocasionalmente les proveen alojamiento, si bien no trabajan con personas de

otras provincias.

Los contratistas de mano de obra que se dedican, durante la época de

zafra a este trabajo, no combinan con otras tareas. Los contratistas que hacen

servicios de maquinaria combinan el servicio de cosecha mecanizada con otros,

pues como mencionamos antes, son además productores cañeros, empresarios,

comerciantes.

Es importante destacar que estos contratistas de mano de obra no

pueden ser asimilados, más que en su función de proveedores, a aquellos viejos

«enganchadores». Los nuevos contratistas desdibujan los vínculos laborales,

mientras que la presencia de los enganchadores no desconocía el vínculo

patrón –obrero. Por otra parte, los contratistas de mano de obra actuales

conforman verdaderas empresas tanto por el tipo de organización que han

adquirido como por las relaciones que los vinculan con los ingenios. En efecto,

a diferencia de los viejos contratistas de mano de obra, los actuales no son

empleados de los ingenios.

Sin embargo, en lo que refiere a las formas de reclutamiento y el tipo de

vínculos establecidos con los trabajadores es posible observar continuidades

con los viejos enganchadores. Este rasgo constituye, asimismo, una importante

diferencia a destacar entre contratistas de mano de obra y contratistas que

combinan con servicios de maquinaria. Como vimos, los segundos establecen

vínculos de mayor formalidad con los trabajadores; buscan venerar incentivos

para mantenerlos ya que formar a un trabajador tiene un costo para ellos.

Otro rasgo que distingue a los contratistas de mano de obra de los que

combinan con servicios de maquinaria, es que los primeros realizan contratos

informales, acuerdos verbales cada año, les presentan presupuestos a los

ingenios y éstos seleccionan según los costos, pero también la experiencia. Los

43

ingenios les reclaman únicamente la entrega de facturas, pero se desligan

completamente del vínculo que los contratistas establecen con los trabajadores.

Los segundos por su parte, firman contratos que eventualmente pueden durar

más de dos años. También manifiestan que los ingenios les exigen ciertos

recaudos como los aportes a los trabajadores y sobretodo el pago de las

aseguradoras por riesgos de trabajo.

Los elementos que hemos venido mencionando nos permiten pensar al

contratismo como un dispositivo importante en el proceso detransformación de las condiciones de producción y, por ende, en el mercado

de trabajo de la actividad azucarera tucumana.27

Estos elementos reseñados, nos proporcionan componentes

para identificar al maquinista de esquila dentro de la figura de un contratista, ya

que contrata en forma zafral a los trabajadores que formarán parte de su

“comparsa de esquila”. Pero también incorpora al proceso productivo los medios

de producción, ya que es poseedor –o al menos encargado responsable- de la

máquina de esquila, la herramienta sobre la cual se articula todo el ciclo de

trabajo.

27 Giarracca, Norma. Op. cit. : Pp. 60-68.

44

Capítulo 2A caballo entre el hoy y el ayer...

El maquinista de esquila actual.

En este apartado, describiremos la esquila realizada por una máquina tipo

de tamaño mediano, con seis tijeras en uso. A los efectos de tener una visión de

conjunto, describiremos la función que cumple cada uno de los integrantes de la

comparsa –detallando someramente como se lleva a cabo la práctica más usual

de esquila-, aunque la abordaremos de la forma más genérica posible.

A continuación describiremos la organización de la jornada laboral. La

administración del espacio, dentro y fuera del galpón y por último abordaremos

las funciones del maquinista

2.1 Descripción de la esquila y los roles de los distintos trabajadores

de la comparsa.

La comparsa de esquila esta compuesta por un “agarrador”, que es la

persona que cumple con la función de atrapar a los lanares que están

encerrados en un brete contiguo al galpón y depositarlos, maneados para que

no se escapen, al costado del esquilador que está próximo a terminar con la

oveja que está esquilando.

45

Un agarrador en el brete

Luego están los esquiladores, los cuales manidos de una tijera mecánica,

unida a la máquina de esquila, son quienes extraen la lana del animal. Esta

tarea la hacen siguiendo ciertas pautas. Comienzan por la barriga del animal,

siguen por la entrepierna de las patas, continúan con la porción superior de la

pata izquierda para continuar por el flanco izquierdo del animal. A continuación

prosiguen con el pescuezo y cabeza para correrse luego por el flanco derecho

del animal, cortando todo a lo largo por el costillar para seguir por el cuarto. De

esta manera se obtiene un vellón compacto y de textura bastante homogénea

(solamente se tiene la precaución de separar la lana correspondiente a la

barriga, que presenta una fibra de inferior calidad).

46

La máquina de esquila con los esquiladores “formados” a su costado

El vellón extraído es llevado a la mesa de acondicionamiento de vellones,

ya sea por el propio esquilador o por el vellonero –quien a su vez se encarga de

pagarle al esquilador el trabajo realizado en el momento, por medio de una ficha,

la cual luego será canjeada por dinero-. En la mesa de clasificación el

acondicionador realiza una revisión del vellón, sacando aquellas fibras que

resultan de calidad inferior, con el objetivo de que la lana que se va a enfardar,

presente un nivel lo más homogéneo posible. Si bien al presente la mayoría de

la lana es tratada de esta manera, en algunos establecimientos no se realiza

este “acondicionamiento” por lo que se enfarda toda la lana tal como proviene de

la oveja (excepción hecha solamente por la lana de la barriga, la cual

tradicionalmente se ubica en una categoría aparte, de carácter inferior). Es

importante destacar que esta tarea de separación del tipo de lana, hasta hace

unos años, era realizada por la industria en la barraca de acopio de lanas, donde

había personal expresamente calificado para ello. Hoy día, es en el propio

47

establecimiento que se realiza el acondicionamiento de la lana, con personal –

generalmente- entrenado por el SUL –para lo cual periódicamente realiza cursos

de capacitación- y que está incorporado a la comparsa de esquila, lo que tiene

menores costos y mayor eficiencia a nivel de la cadena, siendo trasladado desde

la fase comercial (acopiadores y barracas) a la fase de cosecha (esquila).

Clasificadores en la mesa

Luego de efectuada esta operación, se envuelve el vellón sobre sí mismo,

de modo que forme una esfera lo más compacta posible. En algunos lugares, se

práctica “atar” al vellón con hilo de papel, para asegurarle una cierta

consistencia. Esta práctica está siendo dejada de lado, ante las ventajas que

presenta la utilización de la misma lana del vellón para conformar un todo

homogéneo y más o menos esférico.

Este vellón es entregado al embolsador quien lo ubica en una bolsa de

nylon –también se las utilizan de arpillera, aunque últimamente este tipo es

48

menos frecuente, debido a las ventajas que presenta el nylon- y valiéndose de

sus pies y su cuerpo, va prensando los vellones de manera que quepan la mayor

cantidad en una bolsa. Esta tarea se está tecnificando con gran rapidez,

utilizándose una máquina hidráulica que prensa los vellones en un fardo, siendo

sustituido el embolsador por el enfardador.

Cosiendo una bolsa con los vellones dentro

El lugar donde se realiza este trabajo es generalmente el galpón del

establecimiento y en algunos, específicamente en el “galpón de esquila”. Éste es

49

mantenido limpio de impurezas (restos de lana, excrementos y/u orín de los

lanares, hojas secas, etc.) por el canchero o venteveo quien manido de una

escoba y pala, constantemente recoge los desechos que pudieran afectar la

limpieza de la lana.

A este cuadro, debe sumársele el cocinero, que es quien se encarga de la

elaboración de los alimentos para los trabajadores. Este no participa

directamente en las tareas de la esquila, limitándose su función a proveer a los

trabajadores de los alimentos necesarios para su manutención.

El cocinero en el fogón

Someramente hemos descrito el proceso de trabajo de una máquina de

esquila tipo. El mismo reconoce variantes, según el número de tijeras de la

máquina –que puede oscilar de 2 a 12- la organización y disposición de las

tareas correspondientes a cada uno de los distintos puestos de trabajo puede

50

variar, ya que en algunos casos, la misma persona desarrolla distintos trabajos

en la cadena de esquila.

2.2 La máquina y el equipo de esquila.

La máquina de esquila consta de un cuadro de hierro, de

aproximadamente un metro de ancho por dos de largo (pudiéndosele agregar

algún cuadro suplementario en alguna de sus extremidades para de esta

manera incrementar el número de tijeras en uso).

Al interior del cuadro, se encuentra el motor que puede ser a nafta, a gas

oil o eléctrico (los cuales son más silenciosos y económicos) el cual posee un

buje que en funcionamiento genera un movimiento circular. Este movimiento por

intermedio de un sistema de poleas es trasmitido a seis puntos fijos de la parte

superior del prisma, uno en cada esquila y dos en el medio del largo.

En estos puntos es donde se fijan los brazos de la máquina, los cuales

son articulados teniendo una dimensión de dos metros y medio,

aproximadamente. En la punta de los brazos se fijan las tijeras, pudiéndose

desmontar –ya sea para no utilizarlas, regularlas, limpiarlas, cambiar los peines,

etc.-.

51

Una máquina de esquila pronta para su uso

Las tijeras de esquilar son de metal, de forma piramidal achatadas en dos

de sus caras, por medio de un sistema de engranajes moviliza lateralmente un

cortante (afilado en sus dientes) contra otra pieza similar a este, pero fija,

llamada peine. La lana se introduce en los intersticios dejados por los dientes

dejados por el peine y el cortante al superponerse. Luego, al realizar el

movimiento lateral para el cual esta articulado el cortante la corta separándola

así del animal.

En un extremo de la máquina, y utilizando la propulsión que brinda el

motor, se ubica la afiladora, a la cual se le acoplan los discos y prensas. Estos

discos son esmeriles de distinto calibre –según el tipo de lana que se esté

esquilando o la suciedad de la misma- que sirven para afilar los peines y

cortantes que luego irán insertos en las tijeras.

52

Un maquinista afilando peines y cortantes

Conjuntamente con la máquina de esquila hay otros elementos que

integran el conjunto de herramientas necesarias para la esquila. Una de ellas,

son las mesas de acondicionamiento de la lana. Éstas generalmente consisten

en una rejilla de varillas de 1,50 por 2,50 metros montadas sobre dos caballetes.

Es sobre ella que se extiende el vellón para “acondicionarlo” o sea extraerle las

mechas de lana que son de calidad inferior. El maquinista “arma” o sea pone en

funcionamiento una, dos o más mesas en función de la cantidad de tijeras que

53

estén trabajando, ya que los vellones que son esquilados deben ser

acondicionados inmediatamente y luego enfardados, para que de esta manera

no se produzcan interrupciones en el proceso.

Una mesa de acondicionamiento

Similar a estas mesas, pero de dimensiones más reducidas, está la mesa

de barrigas, donde se realiza el acondicionamiento de la lana correspondiente a

esta parte del animal, que como ya dijimos presenta una calidad inferior a la del

resto del vellón.

Se cuenta también con un embolsador o en su defecto una enfardadora.

El embolsador generalmente es una estructura de madera o de hierro en

forma de prisma de base cuadrada, de una altura que ronda en los tres metros.

Se sujeta la bolsa (actalmente se utiliza el polietileno mientras que antiguamente

se utilizaba la arpillera) abierta por su boca en su parte superior y hacia adentro

se van tirando los vellones, que son dispuestos y prensados por el embolsador

54

quien está dentro de la bolsa. Cuando se llena la bolsa, se la cierra con un

precinto y se vuelve a colocar otra bolsa vacía en el embolsador.

Desde hace mas o menos una década, han comenzado a surgir

enfardadoras mecánicas. En ellas se introduce la bolsa de polietileno vacía.

Luego se comienzan a introducir los vellones hasta que la misma se llena. Se

cierra el bolsón o fardo y luego la máquina, mediante presión hidráulica ejercida

desde la cara superior del fardo, lo reduce y lo ata con flejes de alambre

dispuestos para tal función, manteniendo así la presión ejercida permitiendo el

manejo del fardo (básicamente para su traslado y/o acopio).

Fardos de lana

Forman parte de las herramientas de la comparsa de esquila, un cajón o

baúl con herramientas, repuestos para las distintas partes de la máquina,

plausibles de gastarse o romperse, recipientes para lavar los peines, hojas de

esmeril para el afilado de las herramientas, rejillas (similares a las utilizadas

como mesas de acondicionamiento) pero en este caso ubicadas a los costados

55

de la máquina, de manera tal que la labor de la esquila se realice sobre ellas. De

esta manera la lana esquilada no entra en contacto con el suelo y no se

contamina (recientemente estas rejillas de maderas tienden a ser sustituidas por

piezas de goma de 3 por 1,5 metros aproximadamente).

Esto en lo que a la organización de la máquina y la tarea de esquila

refiere.

Luego encontramos los utensilios de cocina (ollas, platos, calderas,

cubiertos, etc.) que también son cargados en un baúl o cajón suministrados por

el maquinista. Las camas (catres, colchonetas, etc.) son de propiedad de cada

trabajador y se disponen en la noche en el mismo galpón de esquila o en su

defecto, si el tiempo lo permite al aire libre. Recientemente hemos observado

que en algunas comparsas, algunos trabajadores –sobre todo jóvenes- han

incorporado carpas de camping como parte de su equipo y sustituido los catres o

colchonetas por sobres de dormir.

La cocina-comedor de una comparsa de esquila

56

2.3 Descripción de las funciones del maquinista.

El maquinista generalmente es el dueño de la máquina, aunque en

algunos casos es un empleado que trabaja para éste, en cuyo caso el dueño de

la máquina le confiere el puesto conjuntamente con las responsabilidades

inherentes.

Desempeña dos tipos de funciones.

Un primer tipo refiere a la atención mecánica de la máquina de esquila y

básicamente su función es velar por el correcto funcionamiento de esta. Reparar

las posibles fallas mecánicas que puedan sobrevenir debido al uso continúo y

prolongado.

Lavar y afilar los peines y cortantes que utilizan los esquiladores (los

cuales tienen dos o más juegos de los mismos) de manera tal que la labor no se

interrumpa a lo largo de la jornada y que las herramientas estén en correcto

estado de mantenimiento.

Un segundo tipo de funciones, refiere a lo que hace a la organización del

trabajo de la comparsa. Es quien contrata y despide a los trabajadores. Quien

consigue las majadas para esquilar. Quien fija los precios que habrá de cobrar.

Quien planifica el cronograma de los establecimientos a los que visitará y en qué

momento lo hará. Es el responsable de proveer los insumos que en el transcurso

de la zafra necesitará la comparsa (básicamente alimentos, aunque por lo

general la carne –de oveja- es provista por el dueño del establecimiento como

parte de pago del servicio contratado. En algunos establecimientos es el mismo

establecimiento quien provee de todos los insumos para la alimentación de los

trabajadores, aunque la comparsa lleva su propio cocinero que es quien se

encarga de la elaboración de los mismos).

En la provisión de insumos, cuando se usa enfardadora, generalmente

provee los bolsones para enfardar la lana. Cuando se embolsa provee las bolsas

ya sean estas de arpillera o de nylon aunque estos elementos en algunos casos

también pueden ser provistos por el dueño de la majada.

57

También se encarga del trasporte del conjunto de trabajadores (y sus

enseres) de un establecimiento a otro, ya sea por medio de un medio de

locomoción propio o en algunos casos contratado.

Estos dos tipos de funciones descritas, podríamos decir técnicas u

operativas, son más o menos fáciles de percibir y observar, máxime porque

generalmente el maquinista, las hace explícitas a cualquiera que le demande

sobre ¿cómo organiza la comparsa?

Hay otras de las que raramente hablará, más allá de algún comentario

lacónico y estas son referidas a su función social en tanto que articulador de un

grupo de trabajadores a los cuales debe convencer que trabajen por una

determinada remuneración.

Esta relación, que establece el maquinistas con sus trabajadores no

solamente es económica, esta mediada por un sistema cultural y social que

excede en mucho el ámbito y el tiempo de la zafra de esquila.

Las oportunidades laborales en el medio rural generalmente son escasas,

la sociedad rural o peri-rural (origen geográfico de la mayoría de los trabajadores

de la esquila) esta cruzada por lazos de solidaridad orgánica que exceden en

mucho el ámbito puramente laboral. Se vive en constante interrelación con los

vecinos, con ellos se comparten tiempos de bonanza y de dificultad, los hijos van

a la escuela y juegan juntos, la estratificación social cobra formas más sutiles –

aunque no por ello menos descarnadas- que en el ámbito urbano.

Con esto que queremos decir? Que si bien es difícil ejercer tareas de

dominación en el seno de una sociedad estratificada por las tensiones sociales a

las que el sujeto se ve sometido, lo es más aún, en una estructura social donde

algunas diferencias “pareciera que se diluyen” pero que en resumidas cuentas

están presentes siempre.

Su función es de disciplinamiento de la mano de obra contratada. Impone

el ritmo de trabajo, las prácticas y costumbres que rigen dentro de la comparsa y

estas, no lo olvidemos no solamente rigen durante ocho horas de una jornada

58

tipo, sino que se imponen durante las 24 horas de los días que dura la zafra

(pudiendo ser de tres, cuatro meses o más).

El maquinista también, es el nexo, el pívot sobre el que descansa la

relación de quien contrata el servicio de esquila y quienes lo efectúan –sin

olvidar que el mismo es uno de éstos-, de ahí que se lo vincula con la tarea de

“contratista”, concepto que desarrollaremos un poco más adelante. Su labor es

vincularse con los demandantes –productores laneros y/o capataces y

encargados- clientes actuales o en vías de serlo, a los efectos de ofertar sus

servicios y negociar el precio del servicio que mejor responde a sus intereses

con el objetivo lógico de tratar de lograr el mayor precio posible por el fruto del

trabajo de su cuadrilla, para de esta manera maximizar sus ingresos y

ganancias.

La figura del maquinista pauta el ritmo…

59

2.4 La organización de la jornada laboral.

Siguiendo con nuestro ejemplo “tipo” la jornada laboral se divide en

“cuartos”.

El primer cuarto se extiende de las 6 a las 8 de la mañana (aunque a

veces puede variar, dependiendo de las condiciones del tiempo o del momento

del mes en que se esté, ya que si bien la esquila se realiza de agosto/setiembre

a diciembre/enero, las condiciones climatológicas muchas veces pautan los

horarios de la jornada de trabajo). Luego de una breve pausa, se realiza el

segundo “cuarto”, el que se extiende desde las 8.30 hasta las 11, momento en

que se interrumpe la labor para almorzar.

De 13 a 15 horas, se extiende el tercer “cuarto” y por último el cuarto

“cuarto” –el más largo al decir de toda la comparsa, por el cansancio acumulado-

se cumple de 16 a 18 horas.

El descanso entre “cuarto” y “cuarto” se utiliza para alimentarse, para

descansar y al promediar y finalizar la jornada, para higienizarse.

Hemos visto en alguna comparsa, luego de esta agotadora jornada de

trabajo de doce horas, exacerbada por las altas temperaturas que van subiendo

a medida que transcurren las semanas, y que se condensan en los galpones

con, generalmente, mala ventilación, irse rápidamente a “cambiar” para a jugar

un “partidito” de fútbol, entre los compañeros de trabajo, aprovechando las

escasas luces del día que aún quedaban!!!

Formas distintas de socialización? Método para escapar a la rutina diaria

de un trabajo duro y tedioso? Revalorización de factores culturales propios de

una cultura urbana o peri-urbana utilizados para afirmar sus identidades en un

medio rural sentido como agresivo? O mero pasatiempo lúdico? No tenemos las

respuestas a estas interrogantes, pero intuimos que todos o mejor dicho, varios

de estos elementos, sin duda se entrelazan e imbrican mutuamente.

2.5 El espacio.

60

Generalmente en el centro del galpón de esquila se dispone la máquina,

en torno a la cual se articula el trabajo de toda la comparsa de esquila. El

maquinista, dispuesto en uno de sus extremos, domina con su mirada todo el

equipo funcionando. Desde allí, observa la calidad del trabajo que se está

efectuando y el ritmo con el que este se realiza. Ve si hay “tiempos muertos” de

los distintos trabajadores y por aquí y por allá hace comentarios y/o sugerencias

para mejorar la calidad del trabajo o adecuarlo a sus requerimientos.

Luego, en las pausas, cuando no está afilando las herramientas o

realizando algún mantenimiento a la máquina, esta cerca del fogón en contacto

con los trabajadores. Comentando las particularidades que tuvo la jornada

laboral. Está en contacto permanente con los trabajadores y a no ser por alguna

escapada de “los muchachos más jóvenes” a alguna laguna cercana –cuando

las hay- a bañarse –si el tiempo lo permite- o a pescar, su presencia es

constante y continua.

Señalamos esto, porque nos parece importante la presencia continua del

maquinista, que puede ser un “compañero más” pero que en definitiva es “quien

debe hacerse obedecer” y fijar las pautas de trabajo.

Esta característica de cómo es manejado el espacio en la comparsa de

esquila, nos resulta particularmente singular.

Por varias razones. Primero, los trabajadores generalmente se

encuentran lejos de sus casas y no disponen de medios de locomoción (a no ser

alguna moto en algún caso, o a lo sumo si se encuentran cerca de una carretera

transitada) para poder trasladarse, estando la mayoría de las veces supeditados

al transporte que les proporcione el maquinista.

Segundo, resulta paradójico que en un ámbito “abierto” como lo es el

medio rural, los trabajadores no tengan prácticamente movilidad y se encuentren

de 10 a 12 horas confinados en un galpón trabajando (eso sin contar las horas

de descanso, que también suelen pasar en el galpón por ser el lugar techado

que disponen) con la posibilidad de desplazarse apenas unas decenas de

metros a la redonda.

61

Tercero, la presencia del maquinista en todos los espacios, sumada a la

presencia de los compañeros que también están en todos los lugares comunes,

confiere una ausencia de intimidad y la obligación de una socialización

constante, paradójicamente en un medio que se caracteriza por la ausencia de

estas características.

Este fenómeno descrito, actúa sobre los trabajadores en doble sentido

según hemos observado. De manera positiva sobre algunos, haciendo que “la

esquila” sea el acontecimiento anual que fija el resto del ciclo anual y en otros de

manera negativa, soportando mal y resistiéndose en la medida de sus

posibilidades a esa socialización “forzada” durante el tiempo que dura la zafra.

Remarcamos la observación precedente, no en forma gratuita, sino que

también en situaciones de esta naturaleza, el rol jugado por el maquinista puede

transformar un conjunto de trabajadores en agentes laborales individuales

reunidos más o menos fortuitamente para realizar un trabajo o en un equipo de

trabajo que mas allá de las contradicciones internas, logren superar las mismas

y se constituyan como un colectivo.

62

La majada esquilada

63

Capítulo 3De capataz de comparsa a contratista rural…

Los maquinistas de esquila hoy.

Veremos a continuación sus principales características para disponer de

mayores elementos que nos permitan establecer mejores parámetros con el fin

de procesar la discusión que clarifique frente a qué tipo de contratista nos

encontramos. Si se asimila a alguna de las formas de contratista ya descritas en

el capítulo 1, o si por el contrario estamos frente a la presencia de una

modalidad distinta a las vistas en la literatura reseñada.

3.1 Distintos tipos de contratistas.

Características socio/demográficas28.

La edad de los maquinistas se presenta en un rango etáreo que abarca

desde los 21 hasta los 72 años, con una media en el entorno de los 44 años. Por

ser la desviación estándar de 12 años, la concentración más fuerte de edades se

produce en el período de adultez abarcando el rango comprendido entre los 34 y

los 56 años.

Tienen principalmente un origen rural, siendo preponderante también, el

origen rural de sus padres a pesar de lo cual la mayoría reside en un ámbito

urbano, fundamentalmente en ciudades y/o pueblos secundarios, habiéndose

incrementado en el último lustro la presencia de los maquinistas de esquila en

las ciudades, con respecto al lugar de residencia indicado. Encontramos mayor

presencia –tanto por origen, así como por residencia actual- en los

28 Si bien la encuesta que analizamos fue efectuada en maquinistas que residían y trabajaban enel Uruguay, encontramos muchas similitudes y coincidencias con las características presentadaspor maquinistas, de la región. Fundamentamos lo antedicho basándonos en los trabajos dePaula Berenguer desarrollados en las provincias del sur argentino.

64

departamentos con mayor cantidad de ovinos (Paysandú, Salto, Tacuarembó,

Durazno, Flores y Lavalleja).

Los niveles educativos son menores que la media del país, ya que

señalan que un cuarto de la población objeto, no culminó el nivel primario,

mientras que algo menos de un cuarto culminó el nivel secundario y en algunos

casos el terciario.

Estado Civil y Constitución Familiar.

La gran mayoría de los maquinistas (85 %) conviven con una pareja. Un

escaso 13 % declara ser célibe, lo que evidencia un grado de estabilidad y

estructuración familiar importante.

Cuadro Nº 3.1.3

Estado Civil.

%

Viudo 1.6

Soltero 13.1

Casado/juntado 85.2

Total 100.0

Número total de hijos y personas en el hogar.

En torno a esta variable, encontramos que la media es de poco más de

dos hijos –con una desviación estándar de 1,5- lo que estaría evidenciando un

comportamiento reproductivo similar al configurado por sectores de capas

medias. En tal sentido, el número de personas en el hogar arroja una media en

torno a 4, cifra correspondiente a la constitución de un hogar nuclear, que más

65

allá de la diversidad de conformaciones familiares existentes, si tomamos en

cuenta los resultados de la variable: Estado Civil y el indicador: Número total de

hijos, podemos inferir la conformación de hogares nucleares con un promedio de

dos hijos como constitución familiar predominante.

Presencia de hijos en la comparsa.

Un 88 % de maquinistas, declara no tener hijos trabajando en la

comparsa de esquila frente a un 12 % que sí afirma tenerlos.

3.2 El maquinista de esquila.

Características particulares del mismo.

3.2.1 Trayectoria laboral en tareas de esquila.

Más de los dos tercios de los maquinistas se ha desempeñado

anteriormente en una comparsa de esquila, siendo mayoritariamente los 19

años, la edad de iniciación en una comparsa.

Un tercio comenzó desarrollando tareas de menor jerarquía en la

comparsa (vellonero, alcanzador, barredor) mientras que un cuarto de ellos

comenzó como esquilador. Poco menos de la quinta parte, se incorporó a una

comparsa directamente como maquinista.

Cuadro Nº 3.2.3

Primer puesto de trabajo ocupado en una comparsa de esquila.

% % válido

66

Acondicionador 1.6 1.7

Cocinero 1.6 1.7

Otro 4.9 5.2

Agarrador 6.6 6.9

Bolsero 6.6 6.9

Vellonero 8.2 8.6

Alcanzador 8.2 8.6

Barredor 14.8 15.5

Maquinista 16.4 17.2

Esquilador 26.2 27.6

Total 95.1 100.0

Sin Datos 4.9

100.0

El desempeño como esquilador pareciera ser el común denominador, ya

que dos tercios han realizado esta tarea en algún momento, mientras que un

tercio han desempeñado tareas como barredores y/o velloneros y/o

acondicionadores y/o bolseros y/o agarradores.

El carácter de propietario de la máquina de esquila es muy marcado,

puesto que dos tercios son dueños y la mitad del tercio restante, son socios en

la empresa de esquila.

Cuadro Nº 3.2.4

Vinculación actual con la máquina de esquila.

%

Socio 14.8

Encargado 19.7

67

Dueño 65.6

Total 100.0

Promedialmente los maquinistas tienen tres lustros de antigüedad como

propietarios de la máquina de esquila, habiéndola adquirido la mitad de los

mismos con ahorros propios, mientras que el porcentaje restante ha utilizado

diversas modalidades de crédito para financiar su compra.

Cuadro Nº 3.2.5

Forma de adquisición de su primera máquina de esquila.

%

Herencia 2.1

préstamo bancario 6.4

préstamo no bancario 8.5

Otro 14.9

a través del patrón 19.1

Ahorros 48.9

Total 100.0

El aprendizaje empírico es el predominante, ya que poco más de un

tercio, aprendió el “oficio” trabajando en otras máquinas, mientras que la cuarta

parte lo hizo, en cursos del SUL.

Cuadro Nº 3.2.6

Forma en que se inició en el oficio de maquinista de esquila.

% válido

trabajando en comparsas 39.0

en cursos del SUL 25.4

trabajando con familiares/amigos 18.6

mirando otras máquinas 15.3

68

Otro 1.7

Los maquinistas, con su empresa esquilan una media de 20.000 ovejas,

abarcando un radio promedio ligeramente superior a los 100 kilómetros,

generalmente desplazándose con locomoción propia.

Cuadro Nº 3.2.7

Total de ovejas que esquila la máquina.

Frecuencia Mínimo Máximo Media Desviación Std.

ovejas a esquilar zafra2001

61 1.500 70.000 20.480,33 14.192,73

ovejas esquiladaszafra 2000

57 2.000 80.000 23.100,00 17.641,63

CV 2000: = 76,4% respecto de la media

CV 2001: = 69,3% respecto de la media

De acuerdo a los coeficientes de variabilidad presentados más arriba se

puede afirmar que si bien hay una caída en la media de ganancias para el 2001,

las observaciones se distribuyen de modo más homogéneo con respecto de la

media que en la zafra anterior. Exactamente, la variabilidad o heterogeneidad

interna, aunque sigue siendo importante, disminuye un 7,1%.

Cuadro Nº 3.2.8

Radio cubierto este año (2001) con la comparsa de esquila.

%

< 50 km 11.5

51-100 km 37.7

69

> 100 km 50.8

Total 100.0

Esta muy difundido el acondicionamiento del vellón y hay una tendencia a

la extensión en el tiempo de la zafra de esquila ya que al tiempo que dos tercios

de las máquinas realiza esquila preparto con una media de 3.500 ovejas, poco

menos de la mitad esquila la categoría “cordero pesado” con aproximadamente

2.000 lanares cada una.

Cuadro Nº 3.2.9

Características de la máquina y tipos de esquila que realiza.

Si % No %

Acondicionamiento 77.0 23.0

hace esquila preparto 65.6 34.4

esquila cordero pesado 42.6 57.4

con enfardadora 14.8 85.2

Los cambios tecnológicos repercuten incesantemente en la empresa de

esquila, al punto que la sexta parte posee enfardadora, reconfigurando el

esquema laboral del conjunto al no necesitar del “embolsador” en forma

permanente embolsando los vellones y utilizar al enfardador en varias tareas

simultáneas.

La categoría “mediana” y “grande” es la predominante en las máquinas

de esquila encuestadas, ya que la cuarta parte cuenta con 4 tijeras, la tercera

parte con 5 y 6 y una cuarta parte con más de 6 tijeras situándose la media en

5,3 tijeras.

Cuadro Nº 3.2.10

Cantidad de tijeras activas en la máquina de esquila.

70

% % acumulado

2 4.9 4.9

3 8.2 13.1

4 26.2 39.3

5 19.7 59.0

6 16.4 75.4

7 9.8 85.2

8 13.1 98.4

10 1.6 100.0

Total 100.0

Los maquinistas financian fundamentalmente, con recursos propios su

actividad, lo que sumado a otras variables analizadas –propiedad de la

máquina de esquila y del medio de transporte utilizado- evidencia una

importante capacidad de acumulación de capital en medios de producción

por parte de estos empresarios.

Cuadro Nº 3.2.11

Forma de financiamiento de la zafra de esquila.

Utiliza: %

préstamos bancarios 2.9

préstamos de casas comerciales 5.8

préstamos particulares 8.7

Otros 17.4

ahorros propios 65.2

Este tipo de empresario prioriza en la selección de personal para sus

comparsas los factores sociales –comportamiento del trabajador, la

71

confianza, el conocimiento personal- y es en segundo término que adopta

criterios técnicos –eficiencia en la labor desempeñada- para la elección de

sus trabajadores.

Cuadro Nº 3.2.12

Criterios utilizados en la selección de los esquiladores.

1er. criterio(%)

2º criterio(%)

comportamiento en el trabajo 68.3 20.7

calidad para esquilar 10.0 37.9

que haya hecho cursos del SUL 10.0 17.2

la confianza que le tiene 3.3 12.1

experiencia previa como esquilador 3.3 1.7

rendimiento, velocidad para esquilar 1.7 5.2

que sea vecino de la zona 1.7 5.2

que tenga relaciones de parentesco 1.6

Referente a la vinculación de los maquinistas con los trabajadores,

encontramos dos conductas –con similar grado de representatividad- que

evidencias distintas pautas de relacionamiento laboral. La mitad de los

maquinistas, confirma a sus trabajadores el salario que pagará con

anterioridad al comienzo de la zafra, mientras que otra mitad, confirma a sus

trabajadores el precio del trabajo que contrata al comienzo de la zafra, “en el

primer galpón de esquila”, elemento este, que conjugado con la falta de

oportunidades laborales en el medio rural y la premura por comenzar el

trabajo pactado -en esa misma jornada inclusive- sitúa al trabajador en una

difícil coyuntura para negociar su salario, constituyéndose esto en un

72

diferencial de poder importante que el maquinista hace jugar a su favor.

Mientras que en el primer caso, el trabajador de la esquila, al conocer de

antemano el precio que se le abona por su trabajo –y saber más o menos la

cantidad de lanares que “tiene” la máquina- posee un cierto margen de

maniobra para evaluar si le conviene o no salir con tal o cual máquina.

Este factor, señalado en el párrafo anterior, combinado con el “criterio de

selección del personal” utilizado por los maquinistas, configuran indicadores

que revelan la existencia de un sistema de relaciones sociales de producción

donde existe una fuerte sujeción (subordinación) de los trabajadores a su

empleador.

Cuadro Nº 3.2.13

Momento en que confirma a los esquiladores el precio que pagará por oveja

% válido

2 meses antes de la zafra 48.3

al inicio de la zafra 46.7

al final de la zafra 5.0

Hay una fuerte voluntad de permanencia en la actividad –a pesar de la

coyuntura desfavorable por la que atravesaba el sector lanero en el momento

de realizar la encuesta- aunque es necesario observar que los maquinistas

que “sobrevivieron” a esta coyuntura desfavorable, son quizás aquellos que

lograron una mejor y más eficiente organización en sus empresas, y en

consecuencia son quienes expresan una voluntad más firme de permanecer

en la actividad.

Cuadro Nº 3.2.14

Consideración de salir en la próxima zafra.

73

%

si 93.4

no sabe 6.6

Total 100.0

La mitad de los maquinistas, ha pensado en tener una segunda máquina

de esquila, aunque en la encuesta no consignamos ningún caso de

propietarios que tuvieran más de una máquina en funcionamiento.

Por las características de la estructura laboral imperante en las empresas

de esquila, donde el papel desempeñado por el maquinista es fundamental,

tanto en lo que hace al aspecto técnico –control de calidad del trabajo

efectuado- como a elementos de organización y de control social, se asevera

como muy difícil la concreción de dos o más máquinas de esquila activas

simultáneamente, lo que pone de manifiesto la importancia de la figura del

maquinista en el escenario de trabajo.

Cuadro Nº 3.2.15

Consideración de tener una segunda máquina.

% válido

si 49.1

no 50.9

La obtención de nuevas majadas para esquilar –como forma de

asegurarse la permanencia y/o el crecimiento en el rubro- se da

mayoritariamente en función de criterios particularistas (por intermedio de

conocidos, recomendaciones, etc.) siendo el factor prioritario en al obtención

de las mismas, la calidad del trabajo efectuado.

Cuadro Nº 3.2.16

Forma de obtención de nuevas majadas para esquilar.

74

%

por recomendación de clientes 43.44

por recomendación de conocidos 23.23

sale a buscarlas 15.15

por recomendación de SUL 14.14

otras formas 4.04

3.3 Historia laboral.

Los maquinistas tienen una incorporación temprana al mercado laboral,

siendo la edad de iniciación (15 años) prácticamente la misma que la del

conjunto de trabajadores de la esquila (14 años).

Los ingresos provenientes de esta actividad, para la mitad de los

maquinistas son secundarios, siendo principales para un tercio de entre ellos. Ya

que así como la mayoría se desempeña en tareas rurales, más de la mitad de

ellos actualmente son pequeños productores rurales. Entre quienes actualmente

no lo son, casi la mitad en algún momento lo fueron, lo que condice con el deseo

manifiesto de la mitad de ellos que revelaron su aspiración de (continuar a)

desarrollar un trabajo rural.

Cuadro Nº 3.3.1

Rango de los ingresos de la esquila 2001.

% Válido

Un ingreso secundario 45.0

Su principal ingreso 35.0

Similares a otros ingresos 20.0

Cuadro Nº 3.3.2

75

Condición actual de productor rural.

% Válido

Si 43.3

No 56.7

3.4 Vinculación con el SUL.

El total de los maquinistas conoce la labor desarrollada por el SUL en lo

concerniente a capacitación, y la gran mayoría de ellos han efectuado cursos de

maquinista. También los trabajadores de la comparsa en gran medida han sido

capacitados en estos cursos –fundamentalmente los cursos de aprendiz de

esquilador y acondicionamiento del vellón-. Existe una valoración positiva de

estas instancias de capacitación por parte de los empresarios de la esquila, y en

términos generales no han realizado sugerencias significativas de modificación

y/o mejoramiento para los cursos existentes. Estiman eficaz la labor del SUL en

lo concerniente a su vinculación con el proceso de la esquila.

Cuadro Nº 3.4.1

Cursos que ha utilizado su máquina.

Si % No %

Aprendiz 83.6 16.4

Acondicionamiento 73.8 26.2

Maquinista 73.8 26.2

Perfeccionamiento 55.7 44.3

Personal de mesa 33.3 66.7

76

Capítulo 4“Clasificando por “finura”.

Una tipología de los maquinistas de esquila.

4.1 Distintos tipos de maquinistas y de empresas de esquila.

En el capítulo anterior hemos comentado e interpretado las principales

variables acerca del maquinista de esquila, la máquina –cómo sinónimo de

“empresa de esquila”-, los trabajadores, los clientes, el servicio ofrecido así

como también diversos elementos vinculados a la actividad de estos pequeños

empresarios rurales.

En este capítulo, focalizaremos nuestro abordaje en la “interna” del vasto

mundo que conforman “las máquinas de esquila” ya que referente a las distintas

máquinas de esquila y su funcionamiento, encontramos una categorización en

torno a las mismas. Diferentes tipos de “máquinas-empresas” dan lugar a

distintos comportamientos, al interior de la comparsa de esquila y también hacia

fuera. Recogiendo esta diversidad, el SUL, ha tentado objetivar las diferencias

catalogando a las máquinas en: A, B, C y D obedeciendo tal división

básicamente en criterios de calidad del servicio ofrecido, así como también a

esquemas organizativos más o menos explícitos, impartidos por los técnicos del

SUL en función de lo que el organismo define como óptimo.

Tentaremos en este capítulo, de objetivar las diferencias entre las

distintas empresas catalogadas en diferentes categorías, al mismo tiempo que

tentar de encontrar, algunas variables, entre los distintos maquinistas de esquila

que nos permitan explicar los contrastes entre unos y otros –y por ende de su

organización empresarial- con un doble propósito. Primero, con el objetivo de

aproximarnos a una perspectiva más acabada del mundo laboral que conforma

77

la realidad de la esquila y en segundo lugar, persiguiendo como meta el

comenzar a estudiar –aunque en forma muy primaria en estos primeros pasos-

un singular grupo de pequeños empresarios rurales (maquinistas de esquila en

esta oportunidad), no investigados sistemáticamente hasta el presente.

4.2. Universo de referencia

De las 61 máquinas de esquila que conforman la muestra estudiada, 7

máquinas (11 %) se incluyen en la categoría A; 14 máquinas (23 %) se sitúan en

la categoría B; 34 (56 %) máquinas de esquila se ubican en la categoría C y por

último, 6 máquinas (10 %) se encuentran en la categoría D.

Observamos una fuerte representación en la categoría C, donde más de la mitad

de máquinas se sitúan en este segmento.

En los extremos (categorías A y D) se sitúan alrededor de un 10 %, señalando

una equiparación entre las máquinas consideradas "de punta" y las que se

ubican en "la cola".

Casi el 80 % de las máquinas, entonces, se ubican en una categoría

intermedia, entre las categorías B y C, con una marcada tendencia a la sobre

representación en C, tal como lo demuestra el cuadro 1.1.

Cuadro Nº 4.2.1

Categorización según tipo de máquina

Cantidad demáquinas

PorcentajePorcentajeacumulado

A 7 11 11

B 14 23 34

C 34 56 90

D 6 10 100

Total 61 100

78

Al momento de realizada la encuesta, la realización de acondicionamiento

por parte de las máquinas de esquila estaba muy difundida, al punto que casi el

80 % de ellas, realizaba esta tarea. Tal como se desprende del cuadro 4.2..2.

Cuadro Nº 4.2.2

Realización de acondicionamiento según tipo de máquina

acondicionamientoTotal

Si no

A 11 0 11

B 20 3 23

C 36 20 56

D 10 0 10

Total 77 23 100

Si observamos un poco más detenidamente al interior de las diferentes

categorías de máquinas, encontramos algunas diferencias entre ellas. El 100 %

de las máquinas A, realizaban acondicionamiento –siendo esta actividad, una de

las características necesarias para obtener la clasificación de excelencia (Tipo

“A”). Dentro de la categoría B, el 87 % realizaban acondicionamiento y dentro de

la categoría C, lo efectuaban el 64 %.En la categoría D, encontramos que el

100% de las máquinas realizaban esta preparación de la lana, según nos lo

indica el Cuadro 4.2.3.

La realización de esta práctica, es uno de los criterios en los que se basa

el SUL, para clasificar los distintos tipos de máquinas, siendo consistente la

realidad relevada, con la importancia –de mayor a menor- que cada categoría de

máquina le otorga a la realización del acondicionamiento. En el caso D, en el

cual todas las maquinas realizan acondicionamiento, parecería no ser esta la

79

condicionante que opera al momento de catalogar la máquina de esquila, sino

que más bien, la categorización de “máquina D” estaría obedeciendo a otros

criterios de clasificación que veremos más adelante, como ser la calidad del

trabajo efectuado, el personal que tiene la máquina, etc.

Cuadro Nº 4.2.3

Realización de acondicionamiento según tipo de máquina (en porcentajes)

acondicionamientoTotal

Si no

A 100 0 100

B 87 13 100

C 64 36 100

D 100 0 100

Total 77 23 100

4.3 Características socio-demográficas del maquinista

según categoría de la máquina de esquila.

Si analizamos la variable edad, observamos una asociación entre las

máquinas con mejor desempeño y la edad del maquinista, así los maquinistas

de las máquinas A, tienen una edad promedio menor a los maquinistas que

poseen una máquina D. Lo que nos permitiría afirmar que el factor edad, esta

vinculado al desempeño logrado por la máquina de esquila (de donde se

desprende su categorización), según se observa en el Cuadro 4.3.1

Cuadro Nº 4.3.1

Edad promedio del maquinista según tipo de máquina

Edad promedio

A 37

B 42

C 45

D 50

Promedio general 44

80

En la variable “nivel educativo” encontramos diferencias significativas

entre las distintas categorías de máquinas. Dentro de la categoría A,

observamos que casi dos tercios -un 57 %- de maquinistas tienen una educación

terciaria o técnica, no habiendo casos registrados en los que sus componentes

no hayan terminado primaria.

En la categoría B, el 79 % han completado primaria y realizado algún año

de educación secundaria, encontrándonos con un reducido 7% de integrantes

que no han finalizado el primer ciclo escolar y con un 14 % que ha realizado

estudios técnicos (UTU o similar).

En la siguiente categoría –C- encontramos que: más de la cuarta parte

de sus integrantes, 27 % no han finalizado primaria; casi la mitad -52%- no ha

podido culminar secundaria y el 21 % restante, han culminado secundaria o

realizado estudios técnicos.

Por último en la categoría D, nos encontramos que dos tercios de sus

integrantes -67%- no han culminado el ciclo primario y el tercio siguiente -33%-

sí ha culminados ese nivel de formación –primaria- pero no ha avanzado hacia

estudios ulteriores, según se desprende del Cuadro 4.3.2.

Vemos entonces una fuerte asociación entre el factor educativo formal

adquirido por el maquinista, y la categorización que su “empresa de esquila”

ostenta frente al organismo rector en el rubro –el SUL-.

Cuadro Nº 4.3.2

Nivel educativo del maquinista según tipo de máquina

Educación Total

Primariainc.

Primariacomp.

Secundariainc.

Secundariacomp.

UTU osimilar

Universidad

Cat. A 0 29 14 0 14 43 100

SUL B 7 57 22 0 14 0 100

C 27 36 16 6 15 0 100

81

D 67 33 0 0 0 0 100

4.4. Trayectoria laboral del maquinista

según categoría de la máquina de esquila.

En el Cuadro 4.4.1 observamos que casi la mitad de los maquinistas -

44%- de la categoría A, comenzaron su labor en una comparsa de esquila

ocupando directamente el puesto que hoy desempañan, como maquinistas.

En la categoría B, encontramos que un 44% comenzó en el puesto de

esquilador –uno de los lugares de mayor jerarquía dentro de la comparsa-

infiriendo que, una vez adquiridas ciertas capacidades esenciales, se

independizaron llegando a organizar una comparsa bajo su dirección, en un

proceso de movilidad ascendente. En esta categoría, es de destacar que casi un

quinto -21%- comenzó su oficio directamente como maquinista, por lo que la

sumatoria de estas dos categorías –esquilador y maquinista- nos explican el

origen de los dos tercios de los maquinistas Categoría B.

La distribución de los orígenes del maquinista en la categoría C, es más

heterogénea, aunque es de destacar que casi un tercio de los mismos -29%-

comenzó siendo esquilador, ocupando el puesto de barredor el segundo lugar,

con un 17% como lugar puesto de “iniciación”; acumulándose entre ambos –

esquilador y barredor- casi la mitad 46 %- de los lugares ocupados en el origen,

de los actuales maquinistas situados en esta categoría.

La tercera parte -32%- de quienes tienen una máquina catalogada como

D, comenzaron como maquinistas. El 68% restante, se distribuyen en

proporciones iguales -17%- entre barredores, bolseros y cocineros (quizás la

baja calificación laboral requerida para estos puestos en la comparsa, sea un

factor explicativo de las limitantes a las que se ven enfrentados estos

maquinistas, a la hora de conformar una organización laboral).

Cuadro Nº 4.4.1

82

Primer puesto ocupado en una comparsa de esquila según tipo de máquina

1° puesto Total

Cat.SUL

0agarrador

barredor

esquilador

bolsero

acondicionador

vellonero

alcanzador

maquinista

cocinero

10

ABCD

14 0 14 0 14 0 0 14 44 0 0 100

0 0 7 44 0 0 7 21 21 0 0 100

3 12 17 29 6 3 12 3 6 0 3 100

17 0 17 0 17 0 0 0 32 17 0 100

Total 5 7 15 25 7 2 8 8 16 2 5 100

Referente a la edad en que comenzaron a salir en una comparsa de

esquila –que no necesariamente implica la edad de iniciación laboral, pues la

pregunta formulada fue: ¿Qué edad tenía la primera vez que salió en una

comparsa encontramos los siguientes guarismos: en el cuadro 4.4.2 tenemos la

distribución de las frecuencias según edades y tipo de máquina, lo que nos

permite observar que si bien el comienzo es temprano –entre 11 y 15 años- en

casi todas las máquinas (salvo en la categoría D), el grueso de las

incorporaciones se produce en el rango etario 16-20 años, donde se incorporan

casi la mitad de los maquinistas a una comparsa de esquila, salvo en la

categoría D, donde se incorporan en esta etapa, un 83 %.

Cuadro Nº 4.4.2

Edad que tenía la primera vez que salió en una comparsa según tipo de

máquina

(expresada en porcentajes)

11a15 16a20 21a25 26a30 31y más Total

Cat A 14 43 14 29 0 100

SUL B 22 50 0 14 14 100

C 39 42 16 0 3 100

83

D 0 83 0 17 0 100

Total 28 48 10 9 5 100

Si observamos el cuadro 4.4.3 vemos que la media de edad para las

máquinas categoría A y B es mayor (20.57 y 20,64) que las restantes, lo que nos

estaría diciendo que la edad de quienes salieron por primera vez en una

comparsa tipo A, y B es promedialmente mayor que quienes lo hicieron en una

máquina C y D respectivamente, o sea que su incorporación a una comparsa de

esquila se produce en una edad posterior, y que estas edades descienden para

las categorías de máquinas subsiguientes –C y D-, o sea que hay una

incorporación más temprana.

Cuadro Nº 4.4.3

Media de edades correspondiente a la primera vez de salida en una comparsa

según tipo de máquina

Mínimo Máximo MediaDesviación

STD

A 14 28 20,57 5,412

B 14 37 20,64 7,292

C 11 37 17,55 5,427

D 16 28 19,33 4,457

Total 11 37 18,84 5,878

84

Referente a la forma en que aprendió el oficio de maquinista,

encontramos que el 86% de los maquinistas que poseen una máquina de

esquila categoría A, lo hicieron mediante los cursos impartidos por el SUL o

trabajando con familiares y amigos, mientras que un 14% aprendieron el oficio

trabajando en comparsas. Si sumamos las dos modalidades de carácter

particularista –trabajo en comparsas y trabajo con familiares/amigos- obtenemos

una ligera sobre representación -57%- de esta forma de aprendizaje frente a la

otra de carácter más “universal”: -cursos del SUL- que se ve reflejada en un

43%.

Para las máquinas B, la situación es similar, salvo que es mayor la

proporción de maquinistas que adquirieron el oficio trabajando en comparsas -

36%-, frente a quienes lo hicieron trabajando con familiares/amigos -21%-, si

bien sumando estas dos modalidades obtenemos un 57% similar al obtenido en

el caso anterior. La diferente ponderación entre las máquinas A y las máquinas

B, de la vía utilizada para aprender el oficio, nos estaría induciendo a pensar que

los maquinistas A disponen, en su conjunto, de una cuota mayor de capital

social (parientes, amigos, etc.) que de alguna manera estaría actuando como

“facilitador” en su iniciación en el oficio frente a sus colegas situados en la

categoría B.

Referente a las máquinas C, observamos en el cuadro 3.3 que el “trabajo

en comparsas” y el “mirando máquinas” nos explican el 58% de la modalidad

adoptada para aprender el oficio. El capital social utilizado de “trabajo con

familiares/amigos” ostenta el guarismo menor -11%- y el carecer más universal –

“cursos del SUL”- alcanza la cifra de 18%.

Finalmente en las máquinas D, nos encontramos una ausencia de la

utilización de la vía “cursos del SUL”, y un bajo porcentaje de maquinistas que

han aprendido su oficio “trabajando con familiares/amigos” –solo un 17%-,

siendo la forma más utilizada para la adquisición de conocimientos y

habilidades, “mirando máquinas” utilizada por la mitad de los maquinistas de

esta categoría, seguida por el “trabajo en comparsas” empleado por el 44%.

85

Si observamos ahora el promedio total del conjunto de todos los

maquinistas, vemos que solamente la cuarta parte de ellos, han iniciado su oficio

mediante los cursos del SUL; menos de la quinta parte lo ha hecho utilizando los

réditos de su capital social disponible –“trabajando con familiares/amigos”- y más

de la mitad se ha formado “trabajando en comparsas” y “mirando máquinas”

según observamos en el cuadro 4.4.4.

Cuadro Nº 4.4.4

Aprendizaje del oficio del maquinista según tipo de máquina

Cat. SUL 0Trabajo encomparsas

Trabajo confamiliares/amigos

CursosSUL

Mirandomáquinas

Otro Total

A 0 14 43 43 0 0 100

B 0 36 21 43 0 0 100

C 6 44 11 18 18 3 100

D 0 33 17 0 50 0 100

Total 3 38 18 24 15 2 100

Si analizamos ahora la antigüedad que tiene la máquina de esquila,

encontramos que en la categoría A, tenemos en igual proporción máquinas

“nuevas” –de 1 a 10 años”- y máquinas “viejas” de 17 a 46 años según lo indica

el cuadro 3.4.1 situándose la media en 17.33 años.

En la categoría B, encontramos mayor cantidad de máquinas “nuevas” –

de 1 a 10 años- donde se ubican el 72%, situándose la media en 11.64 años.

En la categoría C, hay una distribución más homogénea en torno a la

antigüedad de las máquinas, aunque la media calculada, 12.72, nos está

indicando la prevalencia de máquinas relativamente nuevas, como la categoría

anterior –B-.

86

Por último la categoría D, se comporta referente a la distribución de

máquinas en torno a la antigüedad, de manera similar a la categoría A ya

analizada según el cuadro 4.4.5

Cuadro Nº 4.4.5

Antigüedad (en años) que tiene esta máquina según tipo de máquina

Cat.SUL 1 a 5 6 a 10 11 a 15 16 a 25 26 a 46 Total (%)

A 17 33 0 17 33 100

B 36 36 0 7 21 100

C 21 31 24 10 14 100

D 17 33 0 17 33 100

Total 23 33 13 11 20 100

En el cuadro 4.4.6 visualizamos mejor que son las categorías de las

máquinas A y D, las más antiguas, en términos de media -17.33 y 19.33 años

respectivamente- siendo seguidas por las máquinas categoría C, con una media

de 12.72 años y por último las máquinas B, con una media de 11.64 años de

antigüedad.

Cuadro Nº 4.4.6

Media de antigüedad (en años) que tiene esta máquina según tipo de máquina

Mínimo Máximo MediaDesviación

STD

A 5 30 17,33 11,84

B 1 35 11,64 10,99

C 2 40 12,72 9,35

D 3 46 19,33 15,95

87

4.5 Ingresos y actividades del maquinista

según categoría de la máquina de esquila.

Analizando ahora el rango de los ingresos provenientes de la esquila,

vemos que en la categoría de máquinas A, éstos tienen una importancia

fundamental -43%- frente a las otras categorías de máquinas –B, C y D- lo que

estaría evidenciando la clara tendencia a constituir la empresa de esquila como

fuente principal de recursos –profesionalización- por parte de este grupo, ya que

en las restantes categorías, los ingresos provenientes de otras actividades

superan a los ingresos provenientes de la esquila.

Por último, en la categoría A encontramos a un 14% que declara que los

ingresos que percibe en la esquila, son similares a otros ingresos; esta cifra

trepa a un 21% en la categoría B, descienda a un 18% en la categoría C para

volver a subir a un 33% en la categoría D, lo que habla de la dispersión –

fundamentalmente en las categorías B, C y D- de las fuentes de ingreso de los

maquinistas y el carácter accesorio de su actividad como empresarios de

esquila, como lo demuestra el cuadro 4.5.1

Cuadro Nº 4.5.1

Importancia de los ingresos provenientes de la esquila según tipo de máquina

ingreso esquila 2001Cat.SUL principal

ingresoingreso

secundariosimilares a

otrosTotal

A 43 43 14 100B 21 58 21 100C 39 43 18 100

88

D 33 34 33 100Total 35 45 20 100

Posiblemente el siguiente cuadro -4.5.2- nos ayude a explicar algunos de

los comportamientos que vimos en el cuadro anterior, ya que el 57% de los

maquinistas ubicados en la categoría A, no son productores rurales, por lo que

no dispondrían de una fuente de ingresos adicional de las características que

brinda una explotación agropecuaria. Sin embargo en la categoría B,

encontramos un 64% de maquinistas que también son productores rurales, y si

cotejamos este porcentaje con los datos que se desprenden en el cuadro

anterior, donde solamente un 39% declara que los ingresos provenientes de la

esquila son sus principales ingresos, vemos que los resultados obtenidos en los

dos cuadros son consistentes con una explicación plausible de la fuente de

recursos de estos maquinistas.

Una explicación similar, más allá de las diferencias de guarismos,

pensamos que opera en el caso de los maquinistas que se ubican en la categoría

D.

Cuadro Nº 4.5.2

Maquinistas de esquila que son productores rurales según tipo de máquina

Cat. SULproductor rural actual

Total0 si No

ABCD

0 43 57 100

0 64 36 100

3 32 65 100

0 50 50 100

Total 2 43 55 100

89

Queda por responder el interrogante planteado por los maquinistas C,

donde dos tercios de los mismos no son productores rurales, y 61% de entre

ellos obtiene sus ingresos principales de otras actividades que superan o igualan

lo percibido en la esquila.

Para comprender mejor el fenómeno –que muchas veces puede quedar

escondido en las cifras y cuadros generales- procedimos a confeccionar el

cuadro 4.5.3, donde vemos a la interna de esta categoría C, que lo que sucede

es coincidente con lo afirmado en el análisis del punto anterior, entre quienes son

productores rurales, el 64% indican que los ingresos provenientes de la esquila

son secundarios en su economía, mientras que en una relación inversa, quienes

no son productores rurales, estiman en un 57% que los ingresos provenientes de

la esquila son su fuente principal de recursos.

Cuadro Nº 4.5.3

Importancia de los ingresos provenientes de la esquila según sean productores

rurales o no en la tipología de máquinas “C”

ingreso esquila 2001

Totalprincipalingreso

ingresosecundario

similaresa otros

productorrural actual

0 0 100 0 100

si 9 64 27 100

no 57 29 14 100

Total 39 43 18 100

De esta forma, hemos tentado explicar la relación existente entre la

condición de productor rural y de maquinista de esquila, utilizando

fundamentalmente una variable cuantitativa: los ingresos. En la medida que

90

hemos visto como opera el ranking de ingresos en la economía del empresario

de esquila –tomando como referencia su condición o no de productor rural- ello

nos ha permitido observar la asociación existente entre la profesionalización

orientada hacia la empresa de esquila versus la dedicación a otras actividades

que, eventualmente, proporcionan ingresos en el medio rural.

4.6 Características de la empresa y el servicio ofrecido

según categoría de la máquina de esquila.

Según el cuadro 4.6.1, observamos que las máquinas tipo A, son las

más grandes en cuanto a la cantidad de tijeras utilizadas, con una media de 7,43

de acuerdo a la medida calculada en el cuadro 4.6.2.

Las máquinas B, también son máquinas que utilizan un número

considerable de tijeras, aunque la media desciende a 5.57.

Las máquinas C, pueden ser catalogadas como máquinas medianas,

con una media de 4.56 tijeras y por último, encontramos que en las máquinas D,

la cantidad de tijeras vuelve a crecer con una media de 6 tijeras.

Cuadro Nº 4.6.1

Máquinas de esquila según tamaño y tipo de máquina

tijerasTotal

2 3 4 5 6 7 8 10

Cat.SUL

A 0 0 0 14 14 14 44 14 100

B 7 7 7 30 21 7 21 0 100

C 16 12 43 15 9 12 3 0 100

D 0 0 0 33 50 0 17 0 100

Total 5 8 26 20 16 10 13 2 100

Cuadro Nº 4.6.2

91

Media de tijeras en las máquinas de esquila según tipo de máquina

Mínimo Máximo MediaDesvío

STD

A 5,00 10,00 7,43 1,62

B 2,00 8,00 5,57 1,83

C 2,00 8,00 4,56 1,46

D 5,00 8,00 6,00 1,10

Total 2,00 10,00 5,26 1,78

Por lo tanto, son las máquinas A seguidas luego por las de tipo D, las que

reúnen mayor cantidad de tijeras en su labor de esquila, seguidas por las

máquinas B y C, pudiendo considerar en términos generales a estos dos últimos

tipos como máquinas medianas en función del número de tijeras empleado.

Referente a la cantidad de ovejas esquiladas en la zafra anterior, las

máquinas A son las que esquilaron zafras más grandes –ver cuadro 4.6.3- y las

que esquilaron un promedio de 43.171 ovejas –ver cuadro 4.6.5-.

Las máquinas B, esquilaron majadas más reducidas, haciéndolo un tercio

de ellas en majadas de 15 a 20 mil ovejas y otro tercio a majadas de 30 a 50

ovejas, según el cuadro 4.6.3, con un promedio de 24.715 ovejas por máquina.

En tercer lugar, las máquinas C, fundamentalmente centraron su trabajo

en majadas más reducidas, encontrando que dos tercios de las mismas

esquilaron majadas de 15000 y menos ovejas según indica el cuadro 4.6.3, con

un promedio por máquina de 16.668 ovejas.

Por último las máquinas D, esquilaron fundamentalmente majadas

medianas, ya que los dos tercios de estas máquinas centraron su trabajo en

majadas que van desde los 15 hasta los 30000 lanares –ver cuadro 4.6.3- con

un promedio de 29.417 ovejas por máquina según releva el cuadro Nº 5.5.

92

Cuadro Nº 4.6.3

Cantidad de ovejas esquiladas en la zafra anterior según tipo de máquina

Cat SUL 0-10000 10001-15000 15001-20000 20001-30000 30001-50000 50001-80000 Total

A 0 0 0 28 44 28 100

B 8 15 31 15 31 0 100

C 34 28 13 13 9 3 100

D 0 17 33 33 0 17 100

Total 21 21 17 17 17 7 100

Referente a las ovejas a esquilar durante el año que se realizó la

encuesta, se repiten las proporciones que se observaron en el punto anterior –

“Cantidad de ovejas esquiladas”- aunque con una mengua en la cantidad de

ovejas a esquilar, debido a la paulatina disminución del stock ovino en el país.

Las máquinas A, esquilarán majadas más grandes, seguidas por las

máquinas tipo B, que esquilarán majadas más reducidas. Los dos tercios de

maquinas C esquilarán majadas de menos de 15000 animales y las majadas D

se repartirán de forma más homogénea entre majadas “chicas” y medianas

fundamentalmente, según consigna el cuadro 4.6.5.

Cuadro Nº 4.6.4

Cantidad de ovejas que esquilará en la zafra según tipo de máquina

Cat SUL 0-10000 10001-15000 15001-20000 20001-30000 30001-50000 50001-80000 Total

A 0 0 0 28 44 28 100

B 14 29 14 14 29 0 100

C 43 21 9 18 9 0 100

D 0 50 0 33 17 0 100

Total 28 23 8 20 18 3 100

93

El siguiente cuadro, nos permite visualizar los totales y los promedios de

las ovejas esquiladas en la zafra anterior (zafra 2000) por los distintos tipos de

máquinas así como también los totales y los promedios a esquilar durante el

momento que se desarrolló la encuesta (zafra 2001) viendo las variaciones

producidas de una zafra a la otra.

El total el stock ovino de las máquinas de esquila estudiadas disminuyó

en un 11.34%, afectando a los distintos tipos de máquinas de manera diferente.

Las máquinas A, perdieron un 0.4%, las tipo B diminuyeron su esquila en

un 13.94%, en la categoría C, la disminución fue de 8.6% y por último las

máquinas D perdieron un 24.93% de ovejas.

Estas cifras reflejan dos tipos de comportamientos. El de los maquinistas

que desarrollaron sus estrategias laborales para tratar de perder la menor

cantidad posible de ovejas –y por ende de ingresos- y por otro lado nos dice

mucho del comportamiento de los demandantes del servicio, los productores

rurales.

Éstos, a la hora de elegir tienden a hacerlo por las máquinas tipo A

preferentemente y luego por la categoría de máquinas C, desestimando el

servicio ofrecido por las máquinas tipo B y fundamentalmente tipo D.

Sabemos que la calidad de trabajo realizado es uno de los elementos que

inciden a la hora de tomar la decisión de a quién se le asignará el trabajo,

analizaremos luego otras variables (precio, distancia, etc.)

Cuadro Nº 4.6.5

Cantidad de ovejas de una zafra a la otra según tipo de máquina

Cat SUL Total de la promedio de ovejas Total de la promedio de ovejas Diferencia de

94

Zafra 2000 por máquina Zafra 2001 por máquina ovejas pormáquina (%)

A 302200 43171 301000 43000 - 0,4

B 321300 24715 297800 21271 - 13,94

C 516700 16668 518000 15235 - 8,6

D 176500 29417 132500 22083 - 24,93

1316700 23100 1249300 20480 - 11,34

Este comportamiento analizado –de pérdida paulatina de trabajo zafra a

zafra- según los datos recabados –expuestos en el cuadro 4.6.6 -no se

transforma en impedimento para seguir apostando a la actividad29, ya que

promedialmente cerca de un 90% de los maquinistas, tiene intenciones de seguir

en la actividad, la zafra próxima.

Señalamos que esta intención es más fuerte en las máquinas tipo C, con

un 97% de intención de “seguir saliendo”, dato que es consistente con los

resultados ya analizados en torno a la disminución de ovejas para esquilar de la

zafra 2000 a la 2001, donde frente a una disminución general de un 11.34%

estas máquinas “solo” perdieron un 8.6%, lo que alude –relativamente- a una

percepción de parámetros de viabilidad de las empresas.

Cuadro Nº 4.6.6

Intenciones de salir en la zafra siguiente según tipo de máquina

zafra 2002Total

si no sabe

CatSUL

A 86 14 100

B 93 7 100

29 Señalamos que la presente encuesta que estamos analizando, se desarrolló durante la zafra2001, donde la realidad laboral en el medio agropecuario encontraba limitantes de importantesignificación. Tal vez hoy, año 2008, debido al surgimiento de otras actividades agropecuariasque han emergido con fuerza –como ser el caso de la actividad forestal o el de la agriculturaextensiva, en rubros como la soja- posiblemente las respuestas recabadas podrían diferir enalgunos casos.

95

C 97 3 100

D 83 17 100

Total 93 7 100

En el cuadro anterior analizábamos la intención de la “apuesta de seguir

en el rubro”. En el presente cuadro -4.6.7- esa “apuesta” “se dobla”, ya que

frente a la crisis que atraviesa el stock ovino, pareciera ser que la estrategia –por

lo menos a nivel de imaginario- es la de tener una segunda máquina, como

forma, suponemos, de cooptar más majadas, y por ende mejorar los ingresos,

desestimando la lógica que un mayor número de máquinas harían más débil la

posición de éstas frente a una demanda cada vez más reducida.

Casi la mitad de maquinistas expresan la intención de tener una segunda

máquina, intencionalidad que es más fuerte en el caso de las máquinas B y D –

recordemos que fueron las dos categorías que más ovejas perdieron, con un

13.94% y 24.93% respectivamente con respecto de una zafra a la otra-.30

Cuadro Nº 4.6.7

Intenciones de tenencia de una segunda máquina según tipo de máquina

segunda máquinaTotal

0 si no

CatSUL

A 0 43 57 100

B 0 67 33 100

C 4 42 54 100

D 0 50 50 100

Total 2 48 50 100

30 Este razonamiento –salvando las distancias- de maximizar en medios de producción de formaextensiva para mejorar ingresos, frente a una estrategia alternativa de invertir en mejorastecnológicas o en mano de obra (con un uso mas intensivo de la misma) lo encontramos muysimilar a la lógica empresarial ganadera tradicional, que históricamente ha invertido en tierraspara mantener o aumentar sus ingresos aún a costa de un descenso de la tasa de productividadpor unidad ganadera. Pensamos que la similitud de estas lógicas empresariales, no es casual.

96

En lo que hace a la movilidad geográfica, observamos diferencias

importantes en torno a las distintas categorías de máquinas. Mientras que mas

de los dos tercios de las categorizadas como A, declaran efectuar

desplazamientos mayores a los 100 kilómetros –o sea moverse en un radio de

acción más lejano a su lugar de origen- vemos que esta distancia decrece en las

maquinas de categoría B, abarcando un radio promedialmente cercano a los 100

kilómetros y vuelve a descender para las máquinas C, las cuales en promedio

abarcan una distancia situada ente los 50 y los 100 kilómetros. Encontramos a

las máquinas D, que en su totalidad, se desplazan en un radio mayor a los 100

kilómetros, seguramente por la dificultad que encuentran para conseguir

majadas para esquilar en las zonas colindantes a su origen.

Cuadro Nº 4.6.8

Distancia de traslado en la zafra según tipo de máquina

radioTotal

< 50 km 51-100 km > 100 km

CatSUL

A 14 14 72 100

B 0 43 57 100

C 18 47 35 100

D 0 0 100 100

Total 11 38 51 100

Referente a la locomoción utilizada la mayoría de las máquinas de

esquila posee locomoción propia, lo que nos habla de un proceso de

acumulación de capital en medios de producción ponderado a la hora de tomar

97

decisiones en inversiones. Entre las categorías B y C encontramos un quinto y

un cuarto respectivamente, de máquinas que rentan este servicio.

Cuadro Nº 4.6.9

Característica de la locomoción utilizada según tipo de máquina

locomociónTotal

0 propia contratada

Cat.SUL

A 0 100 0 100

B 7 72 21 100

C 0 74 26 100

D 0 100 0 100

Total 2 79 19 100

Referente a la incorporación de esta mejora tecnológica observamos

que la mayoría de las máquinas ubicadas en la categoría A han integrado la

enfardadora, maximizando de una manera más eficiente el factor trabajo en la

estructura laboral de la empresa, llegando en algunos casos a sustituir algún

puesto de trabajo en la comparsa al suplirlo con la incorporación de maquinaria

(al tiempo que ofrecen una mejor presentación del servicio de cosecha de lana

efectuado, adaptándose a los cánones exigidos por el SUL). Este

comportamiento, no ha sido seguido por las otras categorías –máquinas B, C y

D- donde es minoritaria la cantidad de maquinistas que han incorporado este

cambio.

Cuadro Nº 4.6.10

Posesión de enfardadora según tipo de máquina

enfardadoraTotal

si no

98

Cat.SUL

A 57 43 100

B 7 93 100

C 9 91 100

D 17 83 100

Total 15 85 100

4.7 Característica de los trabajadores

según categoría de la máquina de esquila.

En este punto analizaremos la vinculación de los maquinistas con

respecto a los trabajadores empleados en función de la tipología establecida

según el tipo de máquina.

En primer lugar, observamos que estableciendo un cuadro en términos

porcentuales, vemos que en la categoría A, el 11% de las máquinas utiliza el

16% del total de los trabajadores. Una explicación a este fenómeno puede estar

dada en que la mayoría de las máquinas de categoría A, realiza

acondicionamiento, por lo que los requerimientos de personal es mayor que la

media –conformada por máquinas que no realizan esta tarea-.

En el caso de las máquinas B, el total de máquinas y de trabajadores en

términos porcentuales, exhibe guarismos más o menos similares, mientras que

en las máquinas C, observamos que el 56% de las máquinas solo utiliza el 47%

de los trabajadores, lo que estaría indicando que se manejan con menos

personal que el promedio utilizado por el total de las máquinas.

En el caso D, el 11% de las máquinas, utiliza al 13 % de los trabajadores,

lo que estaría indicando un comportamiento similar al descrito para la categoría

A, ya que la totalidad de las máquinas D, realiza acondicionamiento.

99

Cuadro Nº 4.7.1

Cantidad de trabajadores empleados según categoría de máquina

Tipo de máquinaTotal de trabajadores

(en %)Total de máquinas

(en %)

A 16 11

B 24 23

C 47 56

D 13 10

Total 100 100

Referente a la variable “fecha en que se le confirma el pago que van a

percibir los trabajadores”, vemos, en el análisis de esta variable, que las

categorías A, B y C evidencian un comportamiento similar, lo que interpretamos

que aproximadamente la mitad de los maquinistas (ligeramente superado en la

categoría A, con un 57%) desea asegurarse antes del comienzo de la zafra a

determinado tipo de trabajador, que satisface sus expectativas, por lo que trata

de asegurarse su contratación con anticipación. Este mecanismo no opera con

tanta fuerza en el caso de las máquinas C, las cuales por otro lado, son las que

establecen las condiciones de pago con la mitad de sus trabajadores al

comienzo de la zafra y con un 17% las estipulan al final de ésta.

Cuadro Nº 4.7.2

Fecha de confirmación del pago a los trabajadores según categoría de máquina

confirma pagos

Total0

2 mesesantes

iniciozafra

finalzafra

100

CatSUL

A 0 57 43 0 100

B 0 50 50 0 100

C 3 47 44 6 100

D 0 33 50 17 100

Total 2 48 45 5 100

En el siguiente cuadro, observamos un comportamiento bastante

diferenciado entre las diferentes categorías de máquinas. Mientras que para

los maquinistas categoría A, el criterio prioritario para elegir sus trabajadores es

el comportamiento de los mismos, siendo seguido por la calidad, en el caso de

las máquinas B, el primer criterio es el comportamiento (aunque no tan marcado

como en el caso anterior) seguido por la realización de cursos del SUL por los

trabajadores.

Las máquinas C, también remarcan el comportamiento en la contratación

de sus trabajadores, ocupando el segundo lugar la calidad del trabajo mientras

que las máquinas categoría C, evidencian un comportamiento bastante

diferenciado, ya que los criterios “comportamiento” y “cursos SUL” demuestran

iguales guarismos (33%).

Cuadro Nº 4.7.3

Primer criterio utilizado para la elección del esquilador según tipo de máquina

1er. criterio elección esquilador Total

Cat.SUL

0Comporta

mientorendimi

entocalidad confianza

experiencia

residencia

familiarcursos

SUL

ABCD

0 86 0 14 0 0 0 0 0 100

0 79 0 0 0 7 0 0 14 100

3 64 3 15 3 3 0 3 6 100

0 33 0 0 17 0 17 0 33 100

Total 2 66 2 10 3 3 2 2 10 100

101

En el caso del segundo criterio para la elección de los esquiladores tanto

las máquinas A, B y C definen la calidad del trabajo hecho como el factor

principal para definir sus prioridades, aunque este compartimiento se manifiesta

con más fuerza en el caso de las máquinas A.

En este punto, nuevamente el comportamiento de las máquinas C,

ostenta diferencias, ya que en este caso, es le comportamiento y la confianza los

criterios que priman para la elección de los esquiladores tal como lo registra el

Cuadro 4.7.4.

Cuadro Nº 4.7.4

Segundo criterio utilizado para la elección del esquilador según tipo de máquina

2° criterio elección esquilador Total

Cat. SUL 0comporta

mientorendimiento calidad confianza experiencia residencia

cursosSUL

ABCD

14 0 14 44 14 0 0 14 100

0 14 7 35 14 0 7 21 100

3 23 3 38 6 3 6 18 100

17 33 0 17 33 0 0 0 100

Total 5 20 5 36 11 2 5 16 100

A modo de síntesis de los puntos analizados, resulta evidente que hay un

comportamiento diferenciado entre las diferentes máquinas de esquila. Mientras

las máquinas categoría A, evidencian un comportamiento más de tipo

“empresarial moderno” con criterios de eficacia y de calidad de servicio

deliberadamente perseguidos, en el otro extremo, las máquinas C, de corte más

“tradicional” siguen pautas de organización laboral regidas por principios que se

evidencian menos “profesionales” –aunque no por ello menos funcionales, a un

mercado demandante de este tipo de trabajo-.

102

En el medio, encontramos las máquinas B y C, que ostentan un pasaje de

un esquema de trabajo al otro (ya sea en sentido ascendente o descendente,

según el caso). Lo que si queda claro, luego del presente análisis, que “los

maquinistas de esquila” encierra un grupo heterogéneo de agentes que

desarrollan conductas y comportamientos diferenciados frente a la demanda de

sus servicios y frente al mercado de trabajadores oferentes de su fuerza de

trabajo.

4.8 Su vinculación con los trabajadores.

El proceso de trabajo y las relaciones sociales al interior de la comparsa

de esquila.

Los maquinistas de esquila fueron, en su gran mayoría, en algún

momento de su historia laboral, trabajadores en una comparsa de esquila y se

desempeñaron fundamentalmente como esquiladores.

En su nuevo papel de empresario, ejecuta aquellas tareas que no

solamente le confieren un status diferenciado, sino que por las características de

las mismas, puede dominar visualmente el conjunto del proceso laboral y por

ende a cada uno de los trabajadores. De ahí que lo más frecuente sea el

cuidado de la máquina de esquila, la afilada de herramientas, las tareas de

clasificación de vellones, ocupaciones que le permiten estar aquí y allá,

controlando personalmente la calidad del trabajo realizado y el ritmo desplegado

por la comparsa.

En términos de remuneración cuantificando la estructura salarial de la comparsa

por animal esquilado nos encontramos con la siguiente distribución:

Cuadro Nº 4.8.1 Estructura salarial al interior de la comparsa (por oveja).

PUESTOSalario por oveja

(en $)Porcentaje

sobre el totalPorcentajeacumulado

103

Barredor 0,34 3,27 3,27

Acondicionador 0,36 3,46 6,73

Alcanzador 0,37 3,56 10,29

Bolsero 0,38 3,65 13,94

Vellonero/levantador 0,39 3,75 17,69

Cocinero 0,50 4,81 22,50

Agarrador 0,55 5,29 27,79

Esquilador 3,34 32,12 59,90

Maquinista (*) 4,17 40,10 100,00

TOTAL 10,40 100,00Fuente: Confeccionado por el autor en base a datos surgidos de la mencionada

encuesta.

(*) En este valor no están deducidos los gastos de funcionamiento de la

comparsa (locomoción, alimentación, herramientas, etc. asumidos por el

maquinista en su rol de empresario). También es importante destacar, que el

maquinista percibe ese ingreso por todas las ovejas que se esquilan en la zafra,

mientras que el esquilador –que es en la tabla el otro “salario” elevado-, percibe

sus ingresos dividiendo todas las ovejas de la zafra entre la cantidad de

esquiladores que compongan la comparsa.

Tiene muy claro e impone su condición de “patrón” ya que hay un fuerte

sesgo “disciplinador” en la organización de la comparsa de esquila, no tanto

como rémora del pasado sino como elemento que refuerza la asimetría existente

entre empleador y empleado, en el sentido de fortalecer el rol de maquinista y su

diferencial de poder ejercido sobre los trabajadores.

En tal sentido, como se desglosa de la encuesta efectuada, el productor

no visualiza como problema a la hora de contratar máquinas de esquila, la

conducta de la comparsa, ya que el factor prioritario para obtener nuevas

majadas, señalado por los maquinistas, es la calidad del trabajo que se hace.

104

No obstante lo cual nos encontramos que el primer criterio de selección

de los trabajadores por parte del maquinista es “el comportamiento” y no la

eficiencia, lo que nos está pautando que para el empresario un elemento

importante a la hora de configurar su “empresa” es la posibilidad de ejercer un

marcado control social sobre sus trabajadores.

Este control social buscado por el maquinista juega un doble papel muy

importante a la hora de definir su rol en la empresa de esquila.

Por un lado reafirma su actual condición de “patrón” diferenciándolo del

hasta ayer, trabajador. Se configura en un fuerte elemento identitario, en un

ámbito de trabajo donde hay pocos elementos simbólicos que le confieran al

maquinista de esquila, una identidad diferenciada –se comparte un mismo

espacio laboral, la vestimenta es similar, la comida es en común-.

Por otro lado el control social ejercido, se constituye como elemento que

reafirma el poder detentado, necesario por ejemplo a la hora de objetivar su

posición en la estratificación social al negociar el salario con sus trabajadores.

Tan fuerte resulta este elemento coactivo que mencionaremos dos

elementos a modo de ejemplo, que caracterizan las relaciones de poder

imperantes en el conjunto de la comparsa.

En primer lugar la ausencia de un contrato escrito entre el trabajador y su

empleador, reproduce en el seno de la comparsa de esquila la misma asimetría

que señalábamos entre el dueño de la majada de esquila y el empresario de

esquila.

En segundo lugar, la ausencia de formas de organización cooperativas de

trabajadores para desarrollar tareas de esquila, estaría evidenciando, entre otras

cosas, una determinada incapacidad de constituirse en sujetos sociales per se

pasibles de conformarse en artífices de su propia condición.

105

Capítulo 5Acomodándose los zapallos en el carro…

El proceso de concentración en las máquinas de esquila.

5.1 El maquinista de esquila como contratista

A fines del siglo XIX y principios del siglo pasado, cuando se afianza la

explotación del lanar, coexisten dos modalidades básicas de organización del

proceso de esquila. Por un lado, existen en las grandes estancias, donde el

tamaño de la majada tornaban rentable tal decisión, instalaciones fijas de

máquinas de esquila, las cuales llegado el momento de la zafra se ponen en

funcionamiento con personal del propio establecimiento y eventualmente se

contrata trabajadores externos para reforzar el trabajo durante el lapso que lleva

la esquila. Este procedimiento se desarrolló en aquellos establecimientos

ganaderos, organizados con modernos criterios de racionalidad económica. Los

cuales buscaron por medio de innovaciones tecnológicas y una organización

laboral eficiente, que utilizara al máximo los recursos, una relativa independencia

de las condiciones productivas imperantes y el estado de desarrollo de la fuerza

de trabajo, en el conjunto del sistema productivo.

Por otro lado, existen comparsas de esquiladores –con tijera manual o “a

martillo”- que realizan la esquila en los establecimientos concertados de

antemano –generalmente el año anterior, ya que era habitual que cuando la

comparsa terminaba su trabajo quedaba “apalabrada” para volver a efectuarlo al

año próximo-. Estas comparsas, podían llegar a ser muy numerosas -hay

autores que señalan de hasta 50 o 60 esquiladores- organizadas bajo la jefatura

de un capataz, quien era el que daba nombre a la comparsa –“la comparsa de

fulano...”-, conseguía las majadas para esquilar y contrataba a los trabajadores

necesarios.

106

Es importante subrayar el importante papel articulador del capataz de la

comparsa, no solamente como agente económico –ofertando un servicio frente a

una demanda- sino en su función social, por cuanto el papel “disciplinador” que

le cupo desempeñar fue de primerísimo orden.

“Yo resaltaría en primer lugar que el empresario de esquila se caracteriza por el

manejo de la gente. El manejo de la gente hacia arriba y hacia abajo.” (Anexo 3.

Entrevista Nº 1. Pág. 1)31

El alambramiento desplaza importantes contingentes de mano de obra,

que de sedentaria se vuelve nómada, buscando oportunidades laborales que le

permitan subsistir. La esquila proporciona una “changa” que se torna en una

considerable fuente de ingresos, frente una escasa demanda de la fuerza de

trabajo rural.

En un escenario de fuertes tensiones sociales y políticas imperantes en

el medio rural -en pleno proceso modernizador y “disciplinador” de la fuerza de

trabajo- el hecho de reunir a un número importante de hombres en un galpón de

esquila, durante tres o cuatro meses, conlleva a una socialización forzada donde

las fuentes de conflicto surgen un día sí y otro también. De ahí la importancia

superlativa del capataz de la comparsa en el plano social, con un ascendente

cuasi “caudillesco” frente a los trabajadores. Garante de seguridad frente al

estanciero –de su propiedad e inclusive de su integridad física y la de su familia-

frente a un conjunto de hombres agrupados en un medio signado por profundas

inequidades, en el cual la violencia privada era una forma habitual de “impartir

justicia” y zanjar diferencias.

31 En las entrevistas que aparecen a lo largo del documento, la numeración de página onumeración de la entrevista, señala su ubicación en el “Informe final del proyecto deinvestigación: El empresario de esquila, aportes para una caracterización.” CSIC, Inédito 2007.

107

Este capataz de comparsa, -embrión del actual “maquinista”- es uno de

los prototipos humanos que efectúa la transición entre el “caudillo” que se

impone por sus cualidades de “líder carismático” - personaje que atraviesa todo

el siglo XIX - y la introducción de la disciplina en la empresa económica

articulando la dominación en torno a elementos legales y racionales, tornándose

de esta manera en un “capitán de empresa” capitalista. Agente de cambio en un

medio rural donde se profundiza la inserción del sistema de producción

capitalista -y las relaciones sociales de producción resultantes-.

“Las primeras formas de empresario de esquila fueron aquellos buenos

esquiladores, que a partir del dominio del oficio y con ciertas formas de manejo,

sobre todo de manejo de la gente, no? En primer lugar un grupo.” (Anexo 3.

Entrevista Nº 1. Pág. 1)

Al respecto resulta interesante lo estipulado en el Código Rural en su

artículo 238: “Los esquiladores pueden trabajar solos o en cuadrilla. Toda

cuadrilla de esquiladores debe tener un jefe.

Éste es la persona encargada de contratar con el dueño del rebaño, la que

debe vigilar la buena conducta de sus peones y responder del daño que éstos

causen.” (el subrayado es nuestro).32

En esta tensión entre lo “viejo” y lo “nuevo”, entre las relaciones

capitalistas de producción y las formas pre-capitalistas, hay elementos que

subyacen del pasado, no lográndose configurar relaciones modernas de

regulación y contratación de servicios. Prueba de ello es la ausencia de un

contrato escrito y suscrito por ambas partes, demandante y oferente, productor

agropecuario y maquinista, en el cual se estipulen de antemano las condiciones

32 Código Rural de la República Oriental del Uruguay. Sancionado en 1941- 43 - Anotado porNelson Nicoliello. Ed. Jurídicas Amalio M. Fernández. Montevideo 1978. pag. 180 – 182.

108

del servicio contratado y ofrecido. Estas se pactan “de palabra”, dejándose para

su resolución posterior, fruto de una negociación también verbal, las

condicionantes emergentes que modifiquen el contrato inicial.

Estas condiciones de contratación, tienen una parte más fuerte –el

productor- y una más débil, el maquinista. El demandante dispone, además de

su poder económico más o menos significativo, la fortaleza de requerir un

servicio con mayor oferta que demanda, lo que conlleva a detentar un poder de

negociación fuertemente desigual.

“Es así, y no es que… me vas a cobrar tanto? No, yo eso no te pago. Entonces

salgo a buscar otra máquina o en muchos casos peor, no: tanto. Es perverso,

realmente es perverso, en muchas ocasiones. Son varios casos, pero hoy día

les podría poner nombre y apellido.” (Anexo 3. Entrevista Nº 1. Pág. 12)

Señalamos la importancia del capital social que posee en su haber el

maquinista. Por cuanto será en función de la red de relaciones sociales que

posea, las posibilidades que tendrá de vincularse con productores que contraten

sus servicios. En la medida que esta red esté más extendida, se beneficiará de

mayores oportunidades para obtener nuevas majadas y por ende lograr mejores

ingresos.

En el mismo sentido, opera este activo de capital social en lo concerniente

a la contratación de trabajadores. En la medida que posea un profundo

conocimiento de sus vecinos y de su zona –existe una fuerte segmentación

espacial en la contratación de la mano de obra dentro de la comparsa- será que

incorpore a aquellos individuos que más se avengan a sus necesidades y

requerimientos, tanto en lo que hace a condiciones técnicas de trabajo –

109

habilidad, destreza, prolijidad- como a características de control social –los

menos “rebeldes”-.

Precisamente es esta conjugación de factores –el trabajo y el capital- que

definen su rol, el maquinista es, en esta fase, un contratista o enganchador de

mano de obra. El mismo se constituyó como el intermediario entre los grandes

productores y los trabajadores, su papel, en estrecha vinculación con el

productor, era el de alimentar las relaciones de dependencia que mantuvieran la

fuerza de trabajo cautiva (Berenguer: 2002).

Este activo de capital social, que le permite conjugar –más o menos

armónicamente- la dotación necesaria de empleadores y trabajadores, es su

impulso y su freno, desde el momento que no ha permitido el desarrollo de una

fuerza social autónoma, al punto de no permitir constituirse al (un) conjunto de

maquinistas, como fuerza social con intereses específicos capaz de dotarse de

un grado de organización. No existe, actualmente ningún tipo de nucleamiento –

con algún tipo de organicidad- que relacione a los más de seiscientos

maquinistas del país.

- “Yo creo que realmente no hay, o no ha habido hasta hace… hasta ahora,

quizás ahora empiece a haber una transformación, una verdadera sensación

de gremio.

- Claro.

- Yo creo que son, una suma de individualidades. No hay un funcionamiento

colectivo. Muchas veces dentro de un mismo… en una misma área de

influencia, hay contactos entre ellos. Por la fijación de precios, de cobro, de

pagos y muchas veces el dato se utiliza para ver de cómo me puedo

diferenciarse de este para tomar su… o sea no hay una verdadera función

de… no hay un sentimiento colectivo.

- ¿Porque?

110

- Por competencia de la majada.” ((Anexo 3. Entrevista Nº 1. Pág. 8)

En una sociedad como la uruguaya, con fuerte tendencia a la

corporativización y al desarrollo de formas organizativas a todo nivel, llama la

atención que un sector de “empresarios” con presencia en la actividad

productiva de más de un siglo, no haya encontrado las formas organizativas de

constituirse como actor social, en la defensa de sus intereses específicos.

Una organización de tipo gremial en los maquinistas tendría por objeto,

entre otros, la formación de una estructura corporativa que presionase en el

sentido de lograr mejores condiciones –precios, tributación, cargas sociales,

etc.- - por el servicio ofrecido. En tanto el Uruguay es tomador de precios en el

marcado lanar -por lo que el precio de la lana es bastante inelástico-, los

principales conflictos, es de preveer, se producirían con el sector ganadero,

reconfigurando el actual escenario nacional y los distintos actores involucrados

(Ministerios, SUL, empresas acopiadoras y/o exportadoras, etc.).

5.2 La empresa de esquila.

La tendencia a la profesionalización y a la concentración,

basadas en el cambio y el mejoramiento técnico y tecnológico.

5.2.1 La tendencia a la profesionalización.

El SUL, cumple un importante papel en la articulación del complejo lanero

uruguayo. La materia prima proveniente de la fase agropecuaria, es en su gran

mayoría exportada, configurando históricamente el segundo rubro de

exportación del país.

111

A nivel industrial, es muy reducido el trabajo incorporado –lanas peinadas,

tops- exportándose gran porcentaje de “lanas sucias”. Este panorama, se ha

visto agravado por la virtual desaparición de la industria textil uruguaya, lo que

ha llevado a configurar un elemento adicional en la debilidad de la rama

industrial del complejo y la escasa incidencia de ésta en el mismo (por lo menos

a nivel nacional).

En este escenario, cobra mayor relevancia el papel desempeñado por el

SUL, ya no solamente en labores de investigación y desarrollo sobre

mejoramiento genético, manejo del rodeo lanar, incorporación de tecnología33,

sino en todos y cada uno de los procesos productivos de la fase agropecuaria.

Sea en la obtención de lana, en la producción de carne, promoviendo

determinadas cruzas, categorías de lanares para faena, etc.

En este marco, observamos como determinadas tareas desarrolladas

anteriormente fuera de la fase agropecuaria, como ser la clasificación del vellón

en función de su calidad –homogeneidad, finura de la lana, etc.- asumidas por el

consignatario lanero o directamente por la industria con trabajadores idóneos-

actualmente –mediante el acondicionamiento realizado en el propio galpón de

esquila- tiende a ser transferida a la fase agropecuaria, transfiriéndole también

los costos a la misma (ya que la diferencia de precio existente entre lana

acondicionada y no-acondicionada es mínima, al tiempo que se obliga al

productor –indirectamente- a que asuma la primera modalidad de

acondicionamiento en la remisión de su producción), caso que no sucede en

otras partes de la región, como por ejemplo en el sur argentino, donde en la

33 “La innovación es una construcción técnico-social donde se confrontan distintas percepcionesy capacidades de los grupos de referencia tejiendo relaciones de cooperación, conflicto ycompetencia entre ellos. Como resultado, los actores implementan acciones estratégicas ytácticas a través de las cuales elaboran y/o se adaptan a marcos de referencia sociotécnicos. Lainnovación en medio rural no es una caja negra. Los actores manipulan, modifican, recrean elobjeto técnico en función de sus capacidades de negociación, conocimiento, información,percepciones e intereses.” Bravo, Gonzalo C. 2000 En: Adopción de tecnología: ¿Difusión onegociación? X. Congreso mundial de Sociología Rural. Río de Janeiro.

112

mesa de envellonar se reúnen dos categorías de trabajadores, el clasificador o

el acondicionador de lanas, contratado por el productor es quien selecciona a

que categoría corresponde cada vellón presentado en la mesa de envellonar, el

cual posee una matrícula emitida a nivel nacional y con esta habilitación como

clasificador tiene la posibilidad de trabajar tanto en el campo como en las

barracas (centros de acopio) y lavaderos y los meseros que son quienes

extienden los vellones sobre la mesa y separan las partes más sucias y los

pedazos de lana de barriga que hayan quedado adheridos. En la década

pasada, Prolana34 impulsó la difusión del sistema Tally Hi y el acondicionamiento

básico en estancia, para lo cual realiza una capacitación a los acondicionadores,

a los cuales se les extiende una matrícula Prolana.

Estos acondicionadores son un miembro más de la comparsa de esquila y

su responsabilidad es la declaración de la calidad de cada fardo, por lo que

firman las planillas de romaneo, donde se detallan estos datos. Estos

acondicionadores no tienen reconocimiento para trabajar en barracas y en

algunos casos se refieren a ellos como meseros especializados.35

En el aspecto tecnológico, ha sido a instancias del Secretariado Uruguayo

de la Lana que se ha introducido, difundido e incentivado el método de esquila

denominado Tally-Hi diseñado por campeones de esquila de Nueva Zelanda y

Australia. Paulatinamente el Secretariado ha presionado en el sentido de lograr

imponer esta innovación tecnológica. Condicionando a la utilización de éste

método, tanto a las empresas y trabajadores dedicados a la esquila, así como

también a algunos productores lanares renuentes, so pena –vía precios,

dificultades en la comercialización de la lana, reducción de las majadas para

esquilar- de discriminar negativamente a aquellos que no adopten este tipo de

esquila.

34 Programa de Asistencia para el mejoramiento de la calidad de la lana, organismo dependientede la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Nación de la RepúblicaArgentina.35 Berenguer, Paula. Las transformaciones del trabajo en la esquila: nuevos perfiles y relacionesde los actores.

113

Concretamente en el caso de los maquinistas de esquila, hay una

decidida promoción por parte del SUL entre los productores laneros, hacia

aquellas empresas de esquila que adoptan los criterios organizativos y prácticas

tecnológicas propuestas por el organismo. Ello conlleva a que determinadas

máquinas obtengan nuevas majadas –en un proceso concentrador- en

detrimento de otras –que al ver reducida su participación y por ende su

ganancia, inclusive se ven obligadas a abandonar la actividad-. Esta práctica es

una evidencia del fuerte poder articulador del Secretariado ya no solamente

entre los productores, sino también de su incidencia directa aún hasta en la

regulación de la dinámica del sector servicios – léase empresas de esquila-

vinculado con la producción de lana.

“Con la industria de los operadores de lana, para lograr las bases de una

presentación que servía a todo el mundo. El gran éxito de todo esto, es hacerlo

juntos y no unos compartimentados con los otros, entonces se acordaron las

primas de bonificación por los acondicionamientos. Se vio que era lo que el

productor, a través de su comparsa de esquila, podía hacer en los galpones de

esquila, que le sirviera a la industria. La industria procesó eso, vio como se

podía pagar, como se podía… y ahí surge toda esta idea del acondicionamiento

de lana que es a partir de ese momento realmente donde se dan los grandes

cambios. Directa e indirectamente inciden en el funcionamiento de las

comparsas.” (Anexo 3. Entrevista Nº 1. Pág. 7)

En consonancia con lo expresado más arriba los cursos ofrecidos por el

SUL se constituyen en una oferta de capacitación frente a una demanda

generada por el mismo organismo en su voluntad de mejorar el proceso de

esquila.

Tomando como indicador la inexistencia de sugerencias y/o comentarios

significativos, por parte de los maquinistas, respecto a elementos que hagan a la

114

mejora de los cursos impartidos, en una actividad que presuponemos compleja y

por ende susceptible de ser mejorada en varias dimensiones –ya sea a nivel

técnico, administrativo, manejo del personal, relacionamiento con el productor,

innovaciones tecnológicas, etc.- observamos la escasa participación activa de

los maquinistas en las definiciones sustantivas de la actividad.

De esta manera, un grupo de productores –quienes conforman la

dirigencia del organismo- hegemonizan el proceso de modernización en el

complejo lanar por varias vías y en variadas direcciones. Pautando, vía precios y

condiciones de comercialización, determinadas prácticas productivas.

Adiestrando la mano de obra necesaria en todos sus niveles: a través del

organismo en los niveles técnicos; a nivel de las empresas, empresarios y

trabajadores de esquila, vía precios pagados por los servicios y vía posibilidades

o no de trabajo.

5.2.2 La tendencia a la concentración.

En este esquema de funcionamiento, la crisis del sector lanero –debido a

la baja rentabilidad, consecuencia de una coyuntura de precios internacionales

desfavorables- y en consecuencia la reducción del stock ovino conlleva a la

reducción de la mano de obra necesaria para efectuar la zafra de esquila.

En tal sentido, se acentúan las tendencias señaladas más arriba.

Perduran en el medio, las máquinas que logran acumular una cierta cantidad de

majadas de esquila –las cuales les permitan hacer viable su ecuación en

términos económicos-.

De esta manera el organismo, fija las pautas de la tecnología a emplear,

selecciona las empresas de esquila exitosas, e inclusive –indirectamente- fija de

alguna manera la rentabilidad de la empresa de esquila –por medio de la

115

promoción o no de determinado maquinista- configurando de esta manera una

fuerte articulación del proceso laboral de esquila.

“Yo creo que va a haber una reducción del número de máquinas. Sí. Es más, yo

espero que lo haya, porque eso va a traer asociado, mejor equipamiento de

gente, de la gente, de las máquinas que quedan y un fortalecimiento en

clientela.” (Anexo 3. Entrevista Nº 1. Pág. 14)

En este marco nos preguntamos entonces: ¿hasta dónde, el maquinista

de esquila se configura como un empresario independiente o por el contrario no

es sino un articulador que ofrece un servicio –el de la esquila- al grupo de

productores, núcleo del complejo lanero?

Tentaremos algunas respuestas en el apartado siguiente.

5.3 Los maquinistas como empresarios de esquila.

Si en torno al acervo de capital social, como hemos visto hay fuertes

condicionamientos y contradicciones que se ponen de manifiesto impidiendo un

mayor grado de desarrollo, en torno a otros componentes del proceso

productivo, existen importantes niveles de acumulación.

Hemos observado en la categorización efectuada en el capítulo 4, que

aunque no existe un grado de homogeneidad en el comportamiento

“empresarial” de todos los maquinistas de esquila, hay una marcada tendencia,

sobre todo en las categorías A y B a desarrollar “saberes” y niveles organizativos

en lo referente al proceso de trabajo. En estos casos, fundamentalmente,

prevalece un nivel técnico y organizativo que implica un importante acopio de

experiencia y/o capacitación, ya sea por vía empírica o por la adquisición en

116

instancias de formación específicas (cursos, asesoramiento técnico, etc.)

llegando a conformar lo que Barnard define como organización “…en la medida

que efectúa una red de funciones que implica cada una de las tareas definidas, y

por tanto, cierta división del trabajo. Supone también un fin, hacia el cual tienden

sus miembros, asociados en un conjunto de tareas así definidas y divididas. En

este sentido una organización es un sistema de actividades o fuerzas personales

conscientemente coordinadas.”36

Observamos también un importante poder de acumulación de capital

(máquinas de esquila, herramientas, medios de trasporte propio, recursos para

la financiación de la zafra) como fuerza de trabajo objetivada, lo que es un

indicador de la capacidad de ahorro de estos empresarios y su facultad de

insertarse en procesos productivos que permitan formas de reproducción

ampliada del capital.

En tal sentido, destacamos dos elementos que reafirman lo enunciado.

Primero, la importancia en los desplazamientos donde prevalecen

aquellos maquinistas que se mueven en un radio mayor a los 100 kilómetros, lo

que presupone desplazamientos que pueden llegar a los 200 kilómetros. Si

tenemos en cuenta las dimensiones del país y de cada uno de sus

departamentos, donde la mayor distancia entre dos ciudades es de 600

kilómetros, obtenemos una idea de la magnitud que los traslados que algunas de

las empresas de esquila realizan. En tal sentido apuntamos que si bien existe

una fuerte segmentación de los mercados laborales, en base a criterios

espaciales claramente delimitados, la misma pareciera no regir de la misma

manera para la contratación de servicios, existiendo en este factor una movilidad

espacial significativa aprovechada y consolidada por los empresarios de esquila

con una eficaz dotación de recursos –inversión de capital en medios de

locomoción-.

36 Barnard. 1938. in Friedman, Georges y Naville, Pierre. 1963. Tratado de Sociología delTrabajo. Tomo I. Ed. FCE. México.

117

El segundo elemento surge fundamentalmente de la capacidad de

respuesta que el maquinista de esquila posee frente a requerimientos del

productor. Mejoras técnicas implementadas en el manejo de las majadas,

nuevas categorías de producción cárnica hacen que la demanda de los servicios

de esquila se prolongue en el transcurso del año, ubicándose ya no en tres

meses zafrales sino abarcando seis y hasta ocho meses anuales.

Esta nueva “estacionalidad” de la zafra de esquila le plantea al maquinista

de esquila nuevas demandas y una forma de articular su trabajo distinta a la

practicada hasta ahora. Esta tendencia manifiesta, que poco a poco se está

consolidando, demuestra el poder de adaptación del maquinista a los

requerimientos laborales, así como su dependencia.

“Hay lugares donde la zafra, directamente desapareció. Tu te vas para Colonia,

para Soriano, la gente, ahora, en pleno período, donde normalmente esquilaban,

salen, esquilan en lo de fulano y de repente pasan cuatro días en la casa y

recién van a esquilar a lo de zutano.” (Anexo 3. Entrevista Nº 1. Pág. 14)

Esta nueva realidad tiende a establecer cambios en la conformación

social de los maquinistas de esquila.

El maquinista, en una gruesa categorización, fue un productor rural que

buscó complementar sus ingresos con entradas extra-predio incursionando en el

sector servicios, siendo ésta una fuente de retribuciones secundarias.

Sin embargo, la encuesta efectuada nos está indicado que entre los

actuales maquinistas encontramos casi un cuarto de entre ellos que fueron

productores rurales y actualmente no lo son. Estos se han volcado al sector

118

servicios. Servicios que en un proceso de profesionalización demandan una

mayor eficacia de las tareas de esquila, dinámica ésta que a su vez tiende a la

concentración, entre quienes pueden dar satisfacción a los requerimientos que le

impone el mercado.

Esta concentración, va de la mano de la desafralización, ya que al

producirse una extensión de la duración del tiempo de esquila en el año, se

procesa un cambio cualitativo en el rol jugado por algunos de estos contratistas,

configurando de esta manera un nuevo sujeto social: el empresario de esquila.

Camino ya comenzado a transitar por algunos de ellos.

Algunos autores, como Lobstein (Lobstein; 1963) señalan cuatro

características en la definición de una empresa:

1) un centro de contabilidad,

2) una cierta continuidad y fijeza,

3) un trabajo colectivo, aunque mediado por una estructura de poder ya

que el mando es una forma dominante de las relaciones de persona a persona

en una empresa y por último

4) la autonomía de la empresa, la cual se traduce en posibilidades de

acción sobre sí misma y sobre su medio.37

Se conjugan en la misma, aspectos técnicos (técnicas contables y de

registro que aseguran la maximización de beneficios con una correcta dotación

de recursos), técnica y tecnológicos (capacidad de articular una respuesta

técnica y tecnológica acorde a la demanda del mercado en términos de calidad y

eficacia del servicio ofertado) y sociales (capacidad de dotar a los recursos

humanos de una capacitación acorde a las necesidades de la empresa al mismo

tiempo que articular los mecanismos de dominación y/o sujeción que permitan

un funcionamiento armónico y acorde con los objetivos preconizados –

motivación-). Elementos estos que hemos encontrado al procesar la encuesta en

función de las distintas clases de máquinas de esquila. En algunas categorías

37 Lobstein, Jacques. 1963. Estructura y organización de la empresa. In Friedman, Georges yNaville, Pierre. Tratado de Sociología del Trabajo. Tomo II. Ed. FCE. México.

119

presentándose de manera más categórica, en otras esbozándose como

tendencia incipiente, pero sin duda anunciando el sentido y la dirección de hacia

donde apunta la tendencia de la “profesionalización” de la “empresa de esquila”.

“…nosotros hemos focalizado en los últimos años, la atención del servicio de

esquila y acondicionamiento de lana en aquellas empresas de esquila que

manifiestan su preocupación y su interés en recorrer ese camino. Porque

pensamos que son las empresas que a lo largo van a sobrevivir. Aún en una

situación de reducción de stock o de limitación del stock ovino, pensamos que

son esas empresas las que están llamadas a seguir permaneciendo, porque son

las que van a poder dar respuesta a las necesidades de los productores. De

repente hoy, el productor no les está planteando, pero seguramente las marque

de aquí a relativamente poco tiempo. Aquella gente que ha preferido, con

buenas empresas de esquila, que han dado buen servicio a lo largo de los años,

pero han preferido mantenerse en una situación más cómoda, relativa, más

cómoda, porque no tiene un cliente demandante, entonces no da determinados

pasos que necesita dar, para ponerse a la altura de lo que pueden ser

exigencias mayores, en materia de equipamiento dentro de la máquina, en

materia de capacitación del personal o exigencia de la capacitación o el propio

número del personal, por ejemplo en las tareas de acondicionamiento.

Seguramente esa empresa, cuando sea demandada de golpe, no le de el tiempo

para responder. Porque no ha tenido el proceso de formación y decantación

para poderlo hacer, por lo menos en la mejor forma.” (Anexo 3. Entrevista Nº 1.

Pág. 5-6)

5.4 Los procesos de movilidad social en las últimas décadas y los cambios en

el agro.

120

El modelo productivo imperante en el agro hoy, en la reasignación de

recursos tiende al logro de rentabilidad en función de economías de escala.

Opera también en el caso estudiado de una forma novedosa y sutil, desplazando

pequeños productores y acelerando el proceso de transformación de algunos en

empresarios al sector servicios, en la medida que esta “nueva” actividad les

permite formas de reproducción ampliada del capital y no solamente la

reproducción simple del mismo, tal como ocurría en su condición de productores,

debido a las dificultades cíclicas que enfrenta el sector un año sí y otro también

–a pesar que coyunturalmente existen ciclos de bonanza, donde el proceso

antes descrito, tiende a enlentecerse, aunque no a desaparecer-.

El proceso de fuerte inserción de las relaciones capitalistas en el agro,

acentuado en las últimas décadas, ha modificado no solamente la estructura

productiva del mismo, sino la estructura social y las relaciones imperantes en él.

El caso de los contratistas de esquila es un ejemplo paradigmático, ya que una

estructura social y laboral que conoció un proceso de lento desarrollo y

modificaciones en medio siglo, se vio sacudida por una tardía y acelerada

“puesta a punto” de la mano de la apertura comercial y la liberalización de la

economía.

Algunas estructuras productivas, deben rápidamente “ponerse al día” con

las formas de producción de países desarrollados en materia de producción

lanar, para tener alguna oportunidad a la hora de competir en los mercados

internacionales.

Esta “puesta al día” implica cambios no solamente en el desarrollo técnico

y tecnológico, sino también en las estructuras sociales de producción, del viejo

“capataz de cuadrilla” al “empresario de esquila” hay una distancia que no es

solamente nominativa, sino que obedece a realidades productivas distintas y a

modelos económicos que han cambiado de forma.

La introducción del método Tally Hi, el acondicionamiento de la lana en el

galpón – tarea que antes se realizaba en la barraca de acopio de lanas-, la

enfardadora mecánica son algunas de las modificaciones introducidas en las

121

últimas décadas. Ellas, sumadas a la reducción del stock ovino, debido al poco

interés que la explotación que este rubro despierta en el productor

(fundamentalmente por los precios de la lana en el mercado internacional)

ha llevado a las comparsas de esquila existentes en el país a transitar por

dos caminos. Por un lado la desaparición de muchas de ellas y por otro, la

aceptación de la presión ejercida por el SUL a mejorar sus niveles de eficiencia

en la cosecha de la lana, ya que tanto en lo que refiere al manejo de la majada

(menores daños infligidos a la oveja durante la esquila) así como la conducta

desempeñada por los trabajadores en el establecimiento (cuadrillas más

disciplinadas y ordenadas) también se ve reflejado en beneficios a la hora de

comercialización del producto, ya que o bien los precios obtenidos son mejores o

es más rápida y segura la comercialización del producto.

122

Capítulo 6Enfardando el vellón…

A modo de conclusiones.

6.1 La “auto-construcción” de un empresario rural.

En síntesis, desde una perspectiva “profesional” u ocupacional, el

maquinista de esquila es un ex trabajador de esquila (ya sea que haya

comenzado como asalariado o sea un ex-productor obligado a complementar

ingresos fuera de la explotación) que gracias a una acumulación de capital

económico, así como también de capital social, ha logrado constituirse como

empresario. Por esta vía ha logrado de alguna manera romper una fuerte

segmentación geográfica existente en el mercado laboral rural y extender su

oferta de servicios a nivel de una región más o menos extensa, abarcando hasta

3 y 4 departamentos.

Su dependencia de la fase agropecuaria de la cadena de producción lanar

es muy grande. Son los mercados internacionales –globalización mediante-

quienes imponen las condiciones técnicas, tecnológicas y aún en muchos casos

económicas en las que se desarrolla la tarea de esquila, articuladas a nivel

nacional por los productores –fundamentalmente aquellos agrupados en el SUL-.

Aquellos que mantienen la dualidad de empresarios de esquila y

productores rurales en actividad, que complementa sus ingresos con actividades

extra predio, se encuentran en la disyuntiva de priorizar alguna de las

actividades, por cuanto las innovaciones técnicas en la cría del lanar, imponen

una dinámica a las empresas de esquila, de mayor profesionalidad al tiempo que

extienden en el tiempo, el período de cosecha, llegando a ocupar hasta ocho

meses en el año, los servicios de la empresa de esquila.

123

Este fenómeno de la “deszafralización” ha llevado a algunos a desarrollar

una profesionalización en la tarea que lo aleja de la simple figura de

“enganchador de mando de obra” para conferirle características de moderno

empresario. Encontramos, por ejemplo, empresarios que complementan las

labores de esquila con otras tareas pecuarias que requieren gran cantidad de

mano de obra en un período acotado y con una cierta dotación de capital fijo –

como ser camiones, etc.- realizando tareas de carga en las cosechas, etc.

Al interior de la comparsa, es interesante observar aquellos elementos de

los cuales se vale el maquinista para marcar la diferenciación social imperante,

no solamente los económicos, sino fundamentalmente los simbólicos. En un

ámbito donde es muy difícil la objetivación de las diferencias de clase, a pesar

de la posesión de los medios de producción y la apropiación de la plusvalía,

existe toda una gama de situaciones que ilustran lo difícil que puede llegar a ser

la imposición de una estructura empresarial capitalista con roles visiblemente

diferenciados y con una estratificación social claramente definida.

Pensamos que este último elemento señalado, abre toda una línea de

investigación, por cuanto no existen estudios exhaustivos que releven el

fenómeno de este tipo de “empresario” rural. Los contratistas de mano de obra,

los maquinistas de esquila, quienes arriendan maquinaria agrícola, algunos tipos

de alambradores que contratan mano de obra asalariada son formas

transicionales entre la mano de obra asalariada y la categoría de empresario

capitalista.

¿Estas ocupaciones tienen en su origen trabajadores que en un proceso

de capitalización creciente ascienden a la categoría de empresarios? En el caso

de los maquinistas de esquila pensamos que se conjugan las dos vertientes, por

un lado esquiladores o trabajadores que por sus aptitudes y capacidades, logran

realizar un incipiente proceso de acumulación que les permite pasar a la

categoría de pequeños empresarios y por otro lado, muchos pequeños

124

productores que debido a la insuficiencia de los ingresos generados en su

predio, se ven en la necesidad de buscar otras fuentes laborales que les

permitan mantenerse en el sector.

¿Qué grado de autonomía –frente al gran capital- tienen? Ha quedado

demostrado, a lo largo del análisis realizado que una parte de los maquinistas

responden a las señales emitidas desde el organismo articulador de los

intereses de la producción lanar, pero también se observa que un número

importante de “comparsas” –ubicadas en la categoría D y C- no son tan proclives

a reconocer y aceptar la “modernización”. No nos es posible, con los insumos

disponibles explicar este comportamiento, si el mismo se debe a factores de

incapacidad, a factores de “resistencia” o si obedece a causas más profundas.

Pensamos que así como no existe “un” campo uruguayo, sino una multiplicidad

de agentes que interactúan en el mismo, con distintos intereses, grados de

desarrollo técnico y tecnológico y estrategias productivas, articulados entre sí a

veces y otras con distintos mercados, la existencia de una pluralidad de

máquinas de esquila – categorizadas por el SUL como A, B, C y D- obedecen a

esta conformación agraria nacional.

¿Qué mecanismos de contratación utilizan para reclutar a sus

trabajadores? En el caso de las cuadrillas de esquila, fundamentalmente hemos

visto que tienen gran peso las formas de vinculación basadas en mecanismos

particularistas. El conocido, el familiar, el vecino… parecieran ser los

mecanismos imperantes. No debiera sorprendernos, pues en última instancia,

obedecen a la estructura social del medio rural.

6.2 Las empresas de esquila hoy.

125

Las empresas de esquila hoy, fines del año 2006, en comparación al

momento de realizada la encuesta (zafra 2001) han experimentado algunas

modificaciones, de las cuales tentaremos dar cuenta.

Las fuentes de las que nos hemos valido para realizar estos “ajustes” son

los registros del SUL, en cuanto a número y tipo de máquinas, la información

suministrada por sus técnicos y la observación directa realizada por nosotros.

Claro que cualquiera de estos elementos no tienen la contundencia de métodos

cuantitativos como es el caso de la encuesta realizada, pero pensamos que de

todas maneras son válidos en la medida que expresan una parte de la realidad,

tal como es percibida.

Para comenzar a describir los cambios acaecidos, es necesario

contextualizar la situación económica por la que atravesaba el agro en el año

2000, 2001 y la actual en el 2006.

Debido a la devaluación brasileña del real en el año 1999, la actividad

económica del país se vio severamente afectada.

Hoy día, después de un sostenido crecimiento a partir del año 2004 en

adelante, las tasas de crecimiento de los años 2004, 2005 y 2006 exhiben

guarismos de franca recuperación, proyectándose para el año 2007 una tasa de

crecimiento inimaginable años anteriores. En lo concerniente al rubro

agropecuario, en el mismo se ha registrado un crecimiento en los años 2004,

2005 y 2006 récord, sosteniéndose el impulso en el año 2007.

En este escenario también se han procesados cambios cualitativos que

han modificado profundamente la estructura productiva. Hay dos actividades que

nos interesa subrayar, por cuanto consideramos que son las que más

modificaciones han impuesto en los últimos años, la forestación y el cultivo de

soja de forma intensiva.

El desarrollo de la forestación, se inició en la década del 90, a influjos de

una legislación que promovía dicha actividad. Ello trajo aparejado un crecimiento

explosivo de la actividad.

126

En los últimos años, la demanda del sector en términos de recursos

humanos ha ido en aumento, ya sea porque se continúa forestando así como

también porque se ha extendido la necesidad de realizar tareas de

acondicionamiento (poda, raleo) en las plantaciones y de cosecha (tala) de la

misma al tiempo que se ha desarrollado en forma explosiva el cultivo de la soja,

Esta realidad signa el perfil productivo de la actividad agropecuaria en el

Uruguay del presente. Por lo menos de los dos grandes rubros de explotación

que han causado mayor impacto. No detallamos los demás sectores –los cuales

en su mayoría conocen tiempos de prosperidad - por entender que a los efectos

de nuestra exposición lo expuesto es suficiente para tener una idea de la

realidad agropecuaria.

Estos desarrollos han tenido importantes consecuencias en todo el

panorama agropecuario nacional, tanto en lo que refiere al factor tierra (limitando

y/o reduciendo otras actividades productivas) así como ha causado impactos en

los mercados de trabajos.

Específicamente en el sector de ganadería ovina, la expansión de los

cultivos ha dificultado la recuperación del sector, sumado a la inestabilidad de

los precios internacionales de la lana, factores estos que han desestimulado el

crecimiento del sector.

En todos los sentidos compite. Sacándole lugar a la oveja, o sea reduciendo

potencialmente clientes y el personal de trabajo. (Anexo 3. Entrevista Nº 1.

Pág. 14)

Menos ovejas, se traducen en la necesidad de menos trabajadores y

menos máquinas de esquila año a año. Ello ha hecho que se reduzca el número

de las mismas en aproximadamente un 30%. Esto, no quiere decir que hayan

quedado las “mejores” sino aquellas que han podido sobrevivir. Como lo

127

expresábamos en el capítulo anterior, no hay “un” solo medio rural ni tampoco

“un” único comportamiento productivo. Hay una pluralidad de conductas que se

expresan realizando distintas opciones, y en este marco es que han prevalecido

distintos tipos de máquinas de esquila.

Los técnicos observan que el proceso de “selección” se viene

produciendo en el sentido que tienden a desaparecer las máquinas más

ineficientes, las más “improvisadas”, aquellas en que el servicio ofertado adolece

de menor calidad. Esta observación pareciera lógica, inserta en el marco de un

proceso de selección “natural” del sistema de producción capitalista, donde el

mercado “premia” a aquellos que realizan una asignación de recursos más

eficiente en detrimento de quienes no tienen esta capacidad.

Esta lógica descrita, por otro lado “atenta” contra los empresarios y

maquinistas de esquila que se mantienen en la actividad, socavando las bases

mismas de la estructura de trabajo de la empresa de esquila ya que

concomitantemente, la aparición de nuevos rubros productivos ha traído

aparejada la necesidad de mano de obra para las nuevas producciones

(fundamentalmente en el sector de la forestación, ya que el cultivo de soja viene

acompañado de un avanzado paquete tecnológico tendiente a sustituir la mano

de obra por modernos procesos de mecanización). Ello se ha traducido en una

demanda de mano de obra, más acentuada que la preexistente en el mercado

de trabajo rural. Lo que ha dado lugar a fuertes procesos de desplazamiento de

aquellas actividades que resultaban menos atractivas hacia las que ofrecen

mejores oportunidades.

“Yo creo que va a haber una reducción del número de máquinas. Sí. Es más, yo

espero que lo haya, porque eso va a traer asociado, mejor equipamiento de

gente, de la gente, de las máquinas que quedan y un fortalecimiento en clientela.

Porque se mantienen las mismas, el mismo número de máquinas o números

128

similares, pero de repente no con el mismo número de tijeras operativas. No es

que queden cantidad de esquiladores sin salir. No, el esquilador no sobra.”

(Anexo 3. Entrevista Nº 1. Pág. 15)

Una de las principales características del trabajo de esquila es su

estacionalidad y más allá de la tendencia a la deszafralización de la actividad, la

misma se concentra en determinados meses del año, no ofreciendo alternativas

laborales durante los meses siguientes.

“Ocho meses, pero… van, salen, vuelven, salen, vuelven. Hay lugares

donde la zafra, directamente desapareció. Tu te vas para Colonia, para Soriano,

la gente, ahora, en pleno período, donde normalmente esquilaban, salen,

esquilan en lo de fulano y de repente pasan cuatro días en la casa y recién van a

esquilar a lo de zutano. A veces, las comparsas como tales, se mantienen por

decir que sí, pero a veces son dos comparsas, dos maquinistas que se unen.

Casos de… no sé… concretamente por ejemplo en Dolores, que es un lugar

donde se ha dado una reducción muy importante, en el departamento de

Soriano, en torno a Colonia, una gran reducción del stock ovino, pero había muy

buenas máquinas. De repente fulano, está esperando que el otro colega termine

la esquila, para que cuando termine, tomar su personal e ir a esquilar a un

cliente suyo y muchas veces lleva como empleado al maquinista de la otra

comparsa y se da a la inversa en otras situaciones. Entonces, en realidad no son

dos comparsas. Es una nave con dos pilotos distintos.” (Anexo 3. Entrevista Nº

1. Pág. 14)

Ello ha llevado a los trabajadores temporarios, eventuales o zafrales a

establecer estrategias de sobrevivencia que les permitan disponer de una

129

pluralidad de fuentes de ingresos que les permitan hacer frente a sus

necesidades durante todo el año.

Esta tarea no es sencilla, no solo por los costos económicos y de energía

que supone, sino porque dificulta la articulación del trabajador en el marco de

una familia, de una comunidad, de la sociedad. Históricamente la tendencia del

hombre, es a la sedentarización, por el ahorro de recursos y energías que esto

implica y además porque hemos estructurado nuestras sociedades en torno a

esos parámetros.

En el trabajo de campo desarrollado con motivo de la encuesta que

presentamos, muchos trabajadores acusaban el estar lejos de su familia y de su

entorno familiar, como uno de los factores adicionales que desestimulaban el

trabajo en la esquila.

Precisamente, el trabajo en la forestación ofrece dos atractivos

importantes para un trabajador de esquila, la posibilidad en algunos casos de

trabajar un tiempo más o menos largo (en meses) en el mismo lugar, lo que le

posibilita el traer a su familia a la localidad donde trabaja o en algunos casos, el

viajar diariamente hacia el lugar de trabajo y volver al finalizar la jornada a su

casa.

El segundo atractivo, es la posibilidad de tener un trabajo continuo

durante todo el año, quizás en tareas distintas, quizás con ritmos de trabajo e

intensidad diferentes, pero con la perspectiva de tener más o menos asegurada

su fuente de ingresos.

Estos elementos han impactado fuertemente en el marco de las cuadrillas

de esquila, donde encontramos trabajadores manualmente hábiles,

acostumbrados al trabajo con maquinarias, habituados a largas jornadas de gran

exigencia física y disciplinados en el trabajo colectivo. La consecuencia en

muchos casos ha sido la “reconversión” laboral y no solamente de los

trabajadores de la esquila, en muchos casos, el mismo maquinista, se dedicó de

lleno a trabajar en el rubro forestal.

130

“Hay máquinas de esquila, yo conozco algunos casos concretos, que han

mantenido el grupo unido a lo largo del año, por ejemplo en tareas de

forestación: raleo, podas, limpieza, etcétera, etcétera. Llegaba la época de

esquila, ese mismo grupo se mantenía unido, se evitaba aquello del trasiego de

personal de un lado para el otro. El encargado daba… el maquinista, el

empresario, daba tareas, daba trabajo a lo largo de todo el año, llega el

momento de la esquila y salía. Eso yo hoy día, veo que algunas de esas

personas que salieron a otras actividades como la forestación, para poder

mantener un conjunto, hoy decididamente se volcaron a la forestación, porque

les da más. Les da trabajo todo el año, o un trabajo más estable a lo largo del

año.” (Anexo 3. Entrevista Nº 1. Pág. 10)

Estos impactos en la actividad ganadera ovina y en el mercado de trabajo

vinculado con la misma, tienden a reforzar dos posibles tendencias en torno a la

actividad de las comparsas de esquila, por un lado aquellos volcados a la

profesionalización. El “empresario de esquila” quien –con el apoyo técnico- será

el agente que lleve adelante la “cosecha” en las majadas más grandes e

importantes. Por otro lado, complementariamente, aquellos maquinistas que con

una “maquinita” chica, sin muchos recursos tecnológicos y juntando un vecino de

acá y otro conocido de allá, logren “armar” una comparsa y “salgan” a la zafra,

para redondear algunos ingresos que “escasean” el resto del año…

“…el chiquitaje, que sin hacer una gran cosa, sin hacer una gran cosecha, está

sacando clientela a máquinas que realmente quieren… y se han preocupado y

han ido para adelante, no? Es, hoy día te diría que es uno de los objetivos

importantes. Lograr no perder lo que hemos alcanzado. Esas máquinas

acreditadas que mantengan, aumenten pero… también que desaparezca lo otro.

Se han ido achicando las otras, no? salvo algunas… se han ido achicando.

131

Como que hay una tendencia. Se mantienen, cada vez esquilan menos y

bueno.” (Anexo 3. Entrevista Nº 1. Pág. 18)

… y seguirán “saliendo” porque ser “maquinista” de esquila, además de lo

estudiado desde una perspectiva económica y social-laboral es también, en

muchos casos, un “oficio” que confiere identidad a quien lo ejerce.

“…vemos que hay gente muy eficiente en su tarea, y que con mil dificultades,

sigue manteniéndose en el rubro y hace mil años que está amenazando de

repente, que va a dejar de salir, que va a dejar de salir, y llega la zafra y sale.

Seguramente debe de haber mucho de un relacionamiento muy directo, hasta en

los motivos de ir… en el orgullo. A veces es mucho más fácil de plantearse esa

disyuntiva con una visión más ciudadana, no? Más urbana. A veces sorprende…

digo, pensar que si este hombre estuviera volcando el esfuerzo en otra cosa, de

repente estaría haciendo lo mismo o parecido, pero con menor esfuerzo, no sé.

Pero hay gente que siente que, mi oficio, mi actividad, es la esquila y ´ta.Sabe que va a morir de viejo en eso, no? Hay una mezcla de cosas, no es un

cálculo simplemente.” (Anexo 3. Entrevista Nº 1. Pág. 15)

132

La esquila, no solo trabajo… también identidad…

133

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Anexos.

Entrevista No. 1

Fecha: Noviembre del 2000.

Lugar: Departamento de Florida.

“Uno no puede pretender que en la esquila va a pasar bien.”

La entrevista fue realizada al encargado de la máquina. El dueño, no estaba a

cargo de la misma, debido a que en el momento de salir de zafra, había obtenido

un trabajo efectivo como encargado de un establecimiento rural.

El encargado, al tiempo que realizaba sus tareas de cuidado y atención de la

máquina, también esquilaba.

Era un hombre de 52 años, quien se mostró comunicativo en la entrevista

realizada.

- ¿De dónde es usted?

- De Pueblo Goñi. Ahí es donde vivo, pero yo soy de la ciudad de Durazno. Hace

cuarenta y cinco años que vivo ahí.

- ¿Cuánto hace que esquila?

- Yo esquilaba maneado (método tradicional). Que esquilo así, suelto, hace

cuatro o cinco años.

- ¿Hizo el curso?

- Sí.

- ¿Le resulta más fácil?

- Sí. Lo que pasa es que ya tengo algún año. El manejo de tijera y todo lo sé

bien, pasa que cuesta más, y hacer otras cosas...

- ¿Usted hace otras cosas?

- Quiero decir, atender la máquina, ver el agua... El trabajo de la tijera lo tengo

que parar y darle la tijera a alguno, arreglar otra, todo eso.

138

- ¿Es el primer año que sale como maquinista?

- No. Con esta máquina sí, pero yo ya había salido con otra máquina de la

doctora Abreu. Salí unos años, pero esquilábamos allí, dos o tres casas nada

más.

- ¿Cuánto hace que esquila?

- Yo que esquilo hace veintisiete años.

- ¿Y empezó en esto?

- No, yo empecé en otras cosas. Primero empecé embolsando, en una máquina

de cuatro (tijeras), cocinaba... después a los muchos años empecé a esquilar

maneado. Como veintidós años, veintitrés,... y ahora, cuatro o cinco años.

- ¿Cuánto llegó a esquilar?

- Maneado, llegué a esquilar ciento ochenta.

- ¡Ciento ochenta por día!

- Sí. A veces... Había días que no. Depende de la majada. En algunas ciento

cincuenta, ciento sesenta. Si uno agarra una majada medio flaca como ésta,

llena de piojos, va patinando.

- ¿Con esto esquila igual o esquila menos?

- No, este año son menos.

- Claro, porque este año está haciendo otras cosas... pero yo le pregunto con

este método?

- El año pasado anduve bien. Con otra máquina. Esquilé como 4.000 vellones.

- ¿Cuántos vellones esquilaron con la otra máquina?

- Esquilaron 22.000.

- ¿Y en esta, este año, cuanto tienen para esquilar?

- En esta hay 11.000. Pero el año pasado, esta máquina esquiló dieciocho y

pico.

- ¿Cordero pesado, han hecho? ¿Hacen?

- Si hay sí. Este año esquilamos poco. A veces lo agarra la flechilla, y no

conviene esquilar. En algún lado esquilan.

- ¿Acá desojan y eso?

139

- Acá no se ha hecho nada. Está a la criolla esta lana. Esta esquila. Porque la

mayoría de las lanas se acondiciona. Hay que desojar, que descolar, todo... y

tirar el vellón que quede tendido arriba de la mesa. Acá nada. Toda la lana con

orín, sucia.

- ¿Y usted antes esquilaba así?

- No, no. Ya hace cinco años que esquilo acondicionando. Antes esquilaba

maneado. Se maneaba la oveja. Ahora, la mayoría de la gente no está con la

idea de acondicionar, porque la lana no vale nada, no se la pagan.

Bueno y el cordero es el otro tema también, muchos no lo quieren esquilar,

como acá en esta casa porque es un gasto, se cobra un poco menos que la

oveja. Algunos lo hacen esquilar ellos. Pagan $ 3.50 y les queda el resto libre, al

patrón.

- ¿Usted además de esto, el resto del año, que hace?

- Ah. Yo trabajo en lo que venga. Alambrados.

- ¿Siempre en campaña o en el pueblo?

- No, no. Trillas, cortar maíz.

- ¿En esta zona, qué es lo que se hace, principalmente?

- Y en esta zona ahora, es alambrados. Postes.

- ¿Montean?

- Sí.

- ¿Monte criollo o...?

- No, eucaliptos. Yo en lo que no trabajo hace muchos años, que antes

trabajaba, en las estancias. Antes trabajaba.

- ¿Trabajó en las estancias?

- Trabajé en una época, que tenía veinte, treinta años.

- ¿De peón?

- Sí. Tenía caballos. Trabajaba en las trillas...

- ¿Tiene la familia en el pueblo?

- No. Sí. Era casado. Tengo hijos grandes. El que anda agarrando es hijo mío.

- ¿Cuántos hijos tiene?

- Tres. El menor es el que anda agarrando.

140

- ¿Tiene casa en el pueblo?

- Alquilo.

- ¿Es bravo el trabajo de la esquila, no?

- Sí. Uno no puede pretender que en la esquila va a pasar bien. Mal tampoco

porque comer, va a comer bien. Ahora no es como estar en la casa de uno. Acá

lo que tiene que uno anda siempre a la carrera.

- Y todavía viene gente del pueblo a estorbar... a hacer preguntas...

- No, no hay problema, aunque hay poca comodidad.

- No, a nosotros más que nada nos interesa ver las distintas formas de trabajar,

la gente...

- Acá la mayoría, son todos de campaña, gente que trabaja en el campo.

- ¿Y usted siempre trabajó en el campo?

- Toda la vida. Desde que salí a trabajar a los dieciséis años. Siempre.

- ¿Hizo la escuela y después salió a trabajar?

- Sí. Salí a los catorce años de la escuela. E hice de todo un poco, tambo. Y en

la esquila, a los dieciséis años salí.

- ¿Siempre acá en la zona?

- Sí, en el departamento de Florida más bien, y Durazno. Y he andado, anduve

en la caña de azúcar en Bella Unión, en el 77 y después en el 86. Fallaban los

trabajos acá. No había nada. Y arranqué para allá. Hice la temporada y me vine

en septiembre para acá.

- ¿Y alguna otra zafra que recuerde?

- No. Trabajo de campo. No voy a decir que soy profesional, pero más o

menos...

- Y más que nada se dedica al alambre...

- Seguro. Pero me dedico a lo que venga. Si tengo que trabajar, trabajo. Para

este hombre le trabajo (se refiere al ex –dueño de la máquina que es

alambrador) y si sale un trabajo para mí lo hago, no? Como peón... y ahora

como está medio difícil la cosa. La gente que tiene estudios, a veces no puede

agarrar nada.

- ¿Cómo aprendió esto de la máquina?

141

- Lo poco que sé, por las zafras que tengo. Tuve un patrón que era el dueño de

esta máquina y anduve diez años con él, en esta máquina. Siempre me decía y

mostraba y me daba oportunidades.

- ¿Pero tuvo una máquina a su cuidado?

- Sí, sí. Una máquina más grande que esta, de seis (tijeras). Como ésta, pero

más grande el cuadro.

- ¿Y organizaba todo?

- Sí, yo conseguí toda la gente, me encargaba de pagar, de arreglar con los

establecimientos. Y él me daba la máquina y me daba un porcentaje.

- ¿Y acá el arreglo es igual?

- No, acá el dueño de la máquina me paga por oveja a parte de la esquila. Si

cuadra me pagan yo levanto la plata y bueno, le pago a la gente. Y la esquila

mía va a parte, después por animal tengo otro precio.

- ¿Por qué usan arpillera y no otras bolsas (para embolsar la lana)?

- Y bueno, porque acá, como no acondicionan, ponen así.

- ¿Es más barata que la de plástico?

- Es más fuerte.

- ¿En otros establecimientos ustedes usan otras bolsas?

- Ah sí, en otros establecimientos, donde hay que acondicionar en la mesa,

usamos bolsa de nylon… son la mayoría. Son contadas las casas que embolsan

con arpillera.

- ¿Cuántos vellones entran por bolsa?

- Cuarenta, cuarenta y pocos.

- ¿Y en las otras (de nylon)?

- Depende, si son vellones medio grandes, como estos, treinta.

- Usted me decía que su hijo trabaja acá con usted.

- Sí, es el que anda agarrando.

- ¿Y los otros? ¿Trabajan en el pueblo?

- Tengo una hija casada, y otro es inválido y tiene una pensión, no puede

trabajar, tiene 24 años.

- ¿Yéste, hace mucho que sale con usted?

142

- Ah sí, sí. Siempre sale conmigo, aunque a veces si no hay trabajo conmigo,

busca por su cuenta.

- ¿Vive en el pueblo también?

- Sí.

- ¿Es casado también?

- No. Tiene una pieza aparte. Vive conmigo. El otro vive con la madre.

- ¿Qué edad tiene?

- Tiene 26 años.

- ¿Es el mayor?

- Es el menor. Tiene 25 y la hija tiene 26.

- ¿Y usted me dijo que tenía…?

- 53 años. Hace 29 años que trabajo. He hecho de todo un poco. He ido a la

caña de azúcar. Acá en el Uruguay no debe de haber nada más bravo que eso.

- ¿Ah sí?

- Ah, no hay esquila, no hay nada. Primero que es sucio, porque las cañas se

queman y después recién hay que cortarlas. Uno queda totalmente como un

carbón. A los cinco minutos uno queda… negro y la melaza que larga para

afuera. Y el calor como hoy (25 grados), allá en julio y agosto uno duerme

afuera. Bueno eso larga como un aceite que se pega en la ropa. Todos los días

uno no puede lavar la ropa, porque no le aguanta.

- ¿Trabajo estable, tuvo en algún momento?

- Sí, estuve en un tambo.

- Estuve un año. Cuando era joven, era peón de campo en las estancias.

Después empecé a agarrar trabajos por mi cuenta. Changas.

- ¿En la ciudad nunca ha trabajado? ¿En el pueblo?

- No. No. No he querido, porque tengo un cuñado que trabaja en Maldonado.

Que trabaja en la construcción y me ha dicho de ir. Pero no he querido, no lo

hice antes, y ahora estoy acostumbrado aquí, al campo.

143

Entrevista No. 2

Fecha: Noviembre del 2000.

Lugar: Departamento de Florida.

“... yo te hallo razón, porque vos vivís de eso...pero no me engañés.”

Entrevista realizada al ex-dueño de la máquina (quien se la había vendido al

hijo, el año anterior) –Don B. A.- y que salía en esta zafra para ayudar,

realizando tareas de acondicionamiento.

Este realizaba tareas de acondicionamiento de los vellones y ayudaba al

embolsador, alcanzándole los mismos.

Era el encargado también, de cerrar las bolsas de arpillera en las cuales se

enfardaba la lana.

Es el propietario de una camioneta grande (Ford 250) en la cual transportaba la

comparsa y la máquina de esquilar.

Su aspecto general, era prolijo y mostró muy buena disposición a la entrevista

realizada, destacamos su locuacidad (y picardía).

En esta comparsa, notamos que si bien el encargado de la máquina era otra

persona, el referente, era el entrevistado. Ya sea, porque hasta el año pasado

había sido socio en la máquina, porque el actual propietario era su hijo o porque

era el encargado del transporte, elementos estos diferenciales de poder.

Esto se evidenciaba tanto en el hecho de que el técnico del SUL, que oficiaba de

guía en nuestra incursión, se dirigió hacia él para plantearle el permiso para

desarrollar nuestro trabajo, así como en el hecho de que todo su aseo, luego de

la jornada, lo hizo en “su casa” –su camioneta- lo que le permitía establecer

diferencias jerárquicas con los demás integrantes de la comparsa.

- ¿Cuánto tiempo hace que anda esquilando?

- Este año?

144

- No. En su vida. ¿Usted era el dueño de la máquina?

- Sí.

- ¿Y se la vendió a su hijo?

- Sí. Yo anduve desde... ¿dueño de la máquina?

- No, no. Desde que sale.

- Como dueño de la máquina anduve desde el 90.

- ¿Y antes?

- Yo era esquilador antes. En una máquina. Y esa máquina se terminó. No salió

más. Era de una estancia y no salió más el hombre con la máquina. Y todas las

casas que yo iba, muchas de las casas que yo iba esquilando, me decían los

patrones: “Comprá una máquina, y salís vos”.

Y bueno, y la tuve. No tenía nada. Lo único que tenía era un camioncito a nafta.

- ¿Y como hizo para comprarla? ¿Consiguió prestado?

- Fui al Banco República de Durazno, y un señor gordo, no sé quien era, me

atendió pero, bien de bien. Me dijo: “Bueno, usted busque la máquina – en esa

época, me iba un poco mejor- usted busque la máquina. Después cuando usted

la tenga ahí, me avisa. Y yo le mando un tasador. Usted puede pagar lo que

usted quiera, pero yo le voy a dar el 80% de lo que vale la máquina. El otro 20%

lo tiene que conseguir. Pero el 80 % de lo que mi tasador diga que vale la

máquina.

Usted la puede comprar a una cierta cantidad, que, va mi tasador y no vale eso

la máquina”.

Me lo dijo bien clarito.

- ¿Cuánto la pagó? ¿Se acuerda?

- La pagué $ 5.000. Tenía motor a nafta...

- En el año 90.

- En el año 90. Pero la compré fiada. Porque uno de esos patrones me dijo: “No,

no te metas en el banco. Vos buscala y pedile fiado al hombre. Pedile que vos

se la vas a pagar después de la zafra. Pero mentira, vos no se la vas a pagar

porque no vas a poder. Todo lo que no puedas hablar, cuando el hombre te

aprete vení y hablamos, que de alguna manera vamos a arreglar”.

145

- ¿Y cómo fue consiguiendo los clientes?

- Y porque yo esquilaba en esa otra máquina. Y fui cantidad de años esquilando.

Y me conocían.

- ¿Se acuerda con cuantas ovejas empezó? La primera zafra.

- Ah. La primera zafra eran unas 14.000 nomás y siempre se mantuvo ahí.

- ¿Y con cuántas tijeras salía?

- Con cinco o seis. Según.

- ¿Cómo conseguía la gente?

- La gente la conseguía fácil.

- ¿Eran conocidos?

- Vecinos míos, y de ahí del pueblito de Goñi, bueno en fin. Veía la gente uno

mes antes o dos. Para tal cosa, para tal trabajo. Uno les pregunta. ¿Cuánto les

pagan? Cosas así. Y bueno yo les digo cuanto les voy a pagar este año...

- ¿Siempre esquiló tradicional?

- Empecé esquilando así. Maneado. Después yo vi que se venía esto. Y llame al

SUL. A P. A., que era el que estaba, era el que yo conocía más, porque la

familia A., esta muy allegada a... o sea J. L. I., aquel que se cayó en la

Cordillera, es casado con una A., y ella... bueno y lo llamé. Vino a mi casa, la

señora hizo tortas fritas, lo convidamos, muy contento, y bueno, fue fácil.

“Usted tiene que ir a hacer un curso, como maquinista y como acondicionador”.

Entonces me llevaron allá, a Sarandi del Yí.

- ¿Y allí hizo el curso?

- De maquinista y de acondicionador.

- Y antes, cuando usted esquilaba ¿hizo algún curso?

- No.

- ¿Cómo aprendió a esquilar?

- Así nomás. Criollito nomás.

- ¿Y como empezó?

- De canchero. Barriendo. Cuando era gurí.

- ¿Cuántos años hace?

- Y yo era gurí, yo soy nacido en Casupá.

146

- Y así empezó. ¿Y siempre trabajó en esquila?

- Y algún año quede... no, siempre. Ah, una vuelta cuando recién me casé

estuve en una estancia.

- ¿Cuántos años estuvo saliendo de canchero?

- Ah, un año nomás. Después al otro ya para vellonero y después ayudante de

embolsador y después agarrado, y después al otro año salí de embolsador.

- Así que ¿cuándo empezó a esquilar? ¿Qué edad tendría, más o menos?

- Más o menos 20 años, por ahí.

- ¿Y ahora tiene…?

- 59, soy del 41... no? ¿Está bien la cuenta? Soy del 41. En octubre cumplo.

- Y aprendió a esquilar viendo y agarrando la bolada...?

- Sí, y siempre alambrando. Fui peón de alambrador.

- ¿O sea que mientras que no esquilaba, alambraba?

- Fui peón de un alambrador que después se mató. Tomaba mucho. Cuando el

se mató, yo empecé a agarrar los alambrados. Los clientes me hablaban.. y

bueno.

- ¿O sea que mientras que no esquilaba, alambraba?

- Sí.

- ¿Y algún otro trabajo que recuerde?

- Tractorista. Sí ahí en lo de P.

- ¿Pero siempre tratando de salir en las esquilas?

- Ah sí. Siempre. Llegaba la esquila y yo trataba de salir. Los hijos míos también.

- ¿Es casado usted?

- Sí, sí.

- ¿Cuántos hijos tiene?

- Me quedan dos. Me quedan dos. Desgraciadamente el mayor se mató. Un

accidente machazo, ahí en la Cruz. Se nombró por todo el país. Una camioneta

contraria con caballos y una camionetita blanca, terminó con toda la familia.

- ¿Y ahora tiene dos hijos?

- Me quedan dos. Uno es el dueño de la máquina, y el otro, el más chico, tiene

22 años y anda esquilando con D. R., en una máquina de Sarandi Grande.

147

- ¿Está de esquilador también?

- De esquilador. Todos empezaron así, y bueno aquel es esquilador, el dueño de

la máquina fue a... ha concurrido a varios campeonatos; a Minas allá...

- ¿Hizo el curso?

- Sí, hizo curso y todo de esquilador.

- ¿Hicieron la escuela y después salieron a trabajar, o hicieron el liceo y eso...?

- No, no. No, no, no. Hicieron la escuela y el liceo no.

- ¿Y usted hizo la escuela?

- Yo hice la escuela hasta cuarto, porque en aquel tiempo, en campaña había

hasta cuarto, pero cuarto que ahora los gurises son de sexto, y no saben, no

saben ni la mitad.

- ¿O sea que a los 14, 15 años empezó a trabajar?

- Mis padres eran pobres.

- ¿De Casupá, y de campaña o del pueblo?

- No, no. De campaña.

- ¿Usted se crió en campaña?

- Ah sí. No en el pueblo nunca viví. En Goñi, ahora.

- ¿Cuánto hace que vive ahí?

- Ah, allá compré un sitio y lo poblé, después que me casé, que me cas(z)aron

(risas)... y está, como quiere que sea, echamos los tres hijos, varones todos.

- ¿Cuántos años hace, me dijo, que estaba en Goñi?

- Y fue por el 64.

- O sea 35 años?

- Más o menos por ahí.

- Y antes, ¿vivía en campaña?

- Vivía en campaña, estaba en alguna estancia.

- ¿Su señora trabaja?

- No. Cuando recién empezamos estuvimos en una estancia dos años, y estuvo

ella... Justamente tiene ese problema, que no tiene Caja (de Jubilación) y a los

60 años no se puede jubilar, no tiene Caja. Yo pago la Caja, como contratista de

trabajo, pero no sirve como colaboradora mía, por el motivo que yo no tengo

148

nada. Si tuviera un pedacito de campo, es colaboradora; ella tiene lugar ahí,

pero yo pago la Caja como contratista de trabajo. Contrato, y yo pago, porque

sino no tengo derecho a jubilación. Yo empecé pagando, me acuerdo, por el 70,

por ahí, empecé a pagar. En el 79 que fue que hubo un plan SATO (¿?) que

tarde dos años en pagar, que me dijeron que no me pertenecía y que bueno que

terminé pagando.

- ¿Y ahora en que trabaja, cuando no esquila?

- Alambro.

- ¿Sigue alambrando?

- Conseguí un alambrado ahí, en las mangas de esa estancia.

- ¿O sea que su otro oficio es alambrador?

- Sí.

- ¿Y algún otro trabajo?

- No, ahora no.

- ¿Y la patrona siempre en el pueblo?

- Sí, ella siempre estuvo en Goñi.

- ¿Alguna quinta o algo...?

- Hacíamos quinta antes, ahora no hacemos nada. Ella tiene problemas en la

columna. Bueno, por eso estuvo casi por jubilarse, después cuando vino esta...,

esta que viene por la Caja, que viene de Montevideo, dijo que no, no le dieron

nada. Pero a otros les dieron.

Quieta anda, en el verano, si cuadra ahora en enero, va a pasar un mes sentada

en la silla, sin poder moverse, por la columna, y en invierno no. Y camina, todos

los días sale a caminar, por la ruta. Hace dos o tres kilómetros para acá y dos o

tres kilómetros para allá. Todos los días.

- ¿Cuántas ovejas esquilaron este año? Me decía 10.000 u 11.000...

- Por ahí.

- Pero en años anteriores ¿ha esquilado más?

- Sí, he llegado a 18.000.

- ¿Con esta máquina?

- Sí.

149

- ¿Qué era suya?

- Sí. Pero ahora no hay ovejas.

- ¿Y hacen algún otro tipo de esquila, caso cordero pesado, descole, desoje?

- Sí. En el invierno estábamos alambrando ahí en Colonia, y paramos la

alambrada para hacer una esquila de 2.600 corderos que estaban contratados

para el frigorífico. Borreguitos. Eso fue en junio. Los esquilamos todos. Por eso

ahora tuvimos menos, porque los esquilamos en ese tiempo. Y los vendió y el

hombre no compró más. Pero quizás para el año, compra.

Ideal...

- ¿La gente en la cuadrilla, es más o menos la misma?

- Se cambia. Y a veces falta..., hay un hombre de Paso de los Toros que hace

tres años que viene, hay otro de Durazno. Uno va a la radio, y usted pide lo que

quiera.

- ¿Y no tiene miedo de encontrarse con cualquier cosa?

- No porque más o menos se dan las condiciones. Y si se le erra, bueno, mala

suerte. Yo, he tenido suerte.

Ese hombre, pedí por radio, llamar a tal teléfono y a las nueve de la mañana,

estaba sonando el teléfono. Y llamó un capataz de estancia, -porque ya venía

con otra cosa- llamó el capataz y dijo: “Aquí hay un muchacho –que esta en

Baigorria, estaba trabajando- que le puede servir, es muy buena persona, está

domando acá, y yo soy el capataz”.

Todavía no lo conozco (al capataz) en cualquier vuelta, cazo la camioneta y

vamos.

- ¿Cómo hace para arrancar? ¿Tiene algún capitalcito?¿Para comprar la

comida, y eso?

- La comida la pone la estancia.

- ¿Usted no pone nada?

- No, ya los acostumbré a mis clientes así. Aunque igual les llevo una bolsa de

galletas, si me hablan por teléfono: “Cuando vengan trae galleta” si es que no

hay.

- O sea que son mantenidos.

150

- Sí.

- Y a medida que va cobrando les va pagando...

- Ah sí, sí.

- O sea que arranca sin nada. ¿Y con las herramientas cómo hace?

- Herramientas, tengo un muchacho, que es guarda de los ómnibus de Núñez, y

él me consigue.

- ¿Qué gastos tiene en herramientas, que gastos tenía?

- Lo que se esquiló el año pasado?

- Sí.

- Unos ochocientos dólares. Ochocientos treinta, por ahí.

- ¿Y de combustible? ¿Ha sacado las cuentas, o no?

- De combustible, ciento cincuenta litros de gasoil. Para la máquina. Y la

camioneta, es lerda, el año gastamos $ 2.500 de gasoil, más el aceite...

- ¿Y los precios de la esquila, han subido, bajado, se han mantenido?

- No dan nada. Yo le hice el motor nuevo a la camioneta, el año pasado antes de

irme, es gasolero, sabe cómo le voy pagando al mecánico? Tenía ahorrado U$S

1.000, los gasté todos en una casa de Montevideo, que fue la rectificadora, creo

que la mejor rectificadora que hay en Montevideo y después hace poco terminé

de pagar. Pero, ¿sabe como lo pagué?

Sacando crédito en el Banco, que me firmó un patrón. El crédito, cuando lo

terminé ahora, el otro día lo terminé de pagar, y firmamos otra vez porque no he

terminado de pagar la camioneta y estoy pagando en el Banco por unos meses

más.

No es tampoco para entregarse, pero no hace pesos. Antes se hacían pesos.

- ¿En qué época?

- Cuando la dictadura se anduvo bien.

- ¿Pero usted no tenía máquina?

- No, esquilaba y alambraba.

- ¿Cuánto sacaba como esquilador por oveja? ¿Se acuerda?

.- .. No, no me acuerdo.

- ¿Ahora cuanto está un esquilador?

151

- Un esquilador, $ 3,40.

- ¿Y el vellonero?

- El vellonero ha de andar por los $ 35 o $ 40 (por ciento de ovejas).

- O sea...

- Andá sumando que vas a ver que no te dá.

- El agarrador $ 40, el embolsador $ 35.

- Cuando me dice 35 ¿qué me quiere decir, 35 centésimos cada oveja?

- Sí.

- ¿Y el vellonero?

- Más o menos.

- Sí, yo es para tener una idea, no es para sacar cuentas, es para tener una

idea.

El vellonero me dijo 35.

- El agarrador 60 centésimos.

- ¿El que está en la mesa?

- Creo que anda en 35.

- ¿Y el que barre?

- El que barría pagaba la lata, se cambió, pero debe de andar por ahí más o

menos.

- ¿Y por oveja están cobrando cuánto?

- Nueve pesos. Ponele los ochocientos dólares también.

- Y acá, por ejemplo, que hacen tradicional, sin acondicionar, ¿cobran lo mismo

por oveja, o no?

- Ah sí, porque es como el cordero, gasta filo que da miedo. Porque agarra toda

la tierra y la lanita así... y la tierra va donde va el filo.

- O sea que el cordero sale lo mismo y sale lo mismo esquila tradicional que

esquila Tally Hi.

- A uno le sale el mismo costo, pero a veces hay que bajarle.

- Y usted, ¿a los clientes suyos les cobra diferente?

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- No, no. Uno sale con un precio y si hay que hacer descuento se hace. Casi

nadie esquila cordero, porque lo esquilan cordero pesado después cuando lo

van a vender. En el momento que esta colocado. En febrero, de repente.

- ¿Cuántos establecimientos tiene? ¿Se acuerda?

- Siete u ocho. En Carreta Quemada, vamos a esquilar mil y poco de ovejas, al

Ingeniero S., otro señor G., pariente allá de Carreta Quemada...

Catorce o quince establecimientos.

- ¿Qué ha notado, que la gente ha reducido la majada o que se han reducido el

número de establecimientos?

- Pienso que están reducidos los establecimientos.

- En la majada? Porque clientes tienen los mismos.

- Sí. Sí son los mismos, pero cada vez con menos. Acá le esquilaba 1.500, a un

cliente que tiene dos casas una en el departamento de Florida, otra al lado del

Yí, yendo por este lado, siempre mil y pico en las dos casas, sabe cuantas tenía

este año? En una sola. 140, en la otra no tenía nada.

Como la lana no vale, no la quieren.

- O sea que cada vez está más difícil...

- Ah sí, se rejunta, se rejunta. Y después... la Caja lo mata. Usted tiene que tener

todo en planilla. Porque como vinieron ustedes, si viene un inspector y hay diez

cristianos y hay dos en planilla... En la planilla tienen que estar todos.

- ¿Y facturan?

- No, no.

- ¿La locomoción la pone usted? ¿Le pagan los viáticos?

- Le cobro para transportarlo. Antes tenía un camioncito a nafta, después

conseguí una Peugeot y después la cambié –allá en Las Piedras- con chapa de

Canelones.

- Y alambrar ¿alambra solo o tiene algún peón?

- Antes de irse ese hijo mío que esta con B., ahí, que es el dueño de la máquina,

trabajábamos los dos. Y bueno, ese muchacho que es encargado de la máquina,

a veces también trabaja conmigo.

Y los dos hijos que tengo.

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- A, los dos trabajan con usted?

- Bueno, ahora va a trabajar el chico, nomás, porque el otro esta de capataz. El

dueño de la máquina ya no sale, salió el año pasado.

- El chico, que tiene 22...

- Tiene 22 años, y aquel tiene 30.

- ¿El que es esquilador?

- Sí que sale en la otra máquina, que trabajaba el hermano, cuando era vivo el

otro hermano, que era el que salía en esa máquina, el encargado de la máquina

era el hijo mío que mataron. Y bueno, ahora tiene que salir el dueño, y sale el

dueño.

Y el gurí mío sigue saliendo.

- ¿Vive con usted en el pueblo?

- No, esta aparte. Esta juntado.

- ¿Y el mayor está casado?

- Sí, el mayor está casado. Tiene toda la familia en la estancia.

- ¿Así que ya tiene nietos?

- Pah. De ese hijo que se mato, se mataron dos nietas y me quedo una. Eran

tres nietas y dos murieron.

- ¿Entonces cuantos tiene?

- Me quedo esa...

- ¿Cuántos años tiene?

- Tiene diez años, y del gurí chico tengo otro nieto, se casó pero se separaron.

Tengo otro nieto que tiene tres años. Y este que esta en la estancia tiene dos

mellizas.

- ¿Qué tienen...?

- Tres años y algo.

- ¿Así que tiene como cuatro nietos?

- Sí, estoy bien de nietos.

- ¿Y cuándo fue que salieron?

- Más o menos por el 14 o 15 de octubre. Estuvimos parados, porque el hombre

no quería echar (embretar la majada para su esquila). Nosotros vinimos de

154

Carreta Quemada por el 19 de octubre y como no quería echar, estuvimos una

semana parados, después arrancamos de nuevo, y ahora estábamos parados

como diez días de nuevo.

- ¿En el pueblo?

- Ah sí. Porque yo no puedo arrancar tampoco con el alambrado. Tengo trabajo

para hacer, allá por la ruta 56, en una casa...

- ¿Y que le resulta más, el alambrado o la esquila?

- No, la esquila a mí no me da nada. Antes sí, hace tres o cuatro años atrás. Y

yo le decía a mi hijo, porque era a medias, era de los dos, yo le decía: “Vamos a

venderla, vamos a venderla, mira que se viene, se viene”.

Y esta gente del SUL, yo le dije a E.: “mira vos, yo te hallo razón, porque vos

vivís de eso, toda la razón, pero no me engañés, vos viste esto como va”. Y es

así. Está bien. Dejémoslo ahí. Está bien.

Pero yo también estoy bien. Porque no es así. Pero no es el quererme meter,

que esto sí, que esto no...

- No claro usted se da cuenta porque...

- Y no me voy a dar cuenta? Si no entran para acá los pesos. Yo debo siempre

lo que estoy debiendo, siempre se van... uno cobra en una estancia y es para la

gente, y es para la casa... y no queda nada.

Hace ya como tres años..., y el año pasado, le dije: “no yo la vendo, yo vendo mi

parte” y él me dijo: “no yo le compro”, y me la compró él.

- ¿Le compró la mitad?

- La mitad. La otra era de él.

- ¿Y cuanto le pagó?

- La tasamos entre nosotros nomás en U$S 4.000.

- ¿U$S 4.000 la mitad suya?

- No, toda la máquina. Él me tenía que pagar U$S 2.000. Lo hicimos entre

nosotros nomás.

- Claro, no va a necesitar papeles... de palabra...

- No, los papeles hicimos. En la escribanía hicimos sí. Sí no la máquina...

- Porque la máquina esta registrada...?

155

- Sí, esta registrada en la Caja. Si no, no se sabe de quien es.

- Claro... el responsable...?

- El responsable no, porque yo puedo salir. Yo en este caso no podía salir, y él

no se quiso afiliar, porque como ya estaba trabajando ahí. Y me pidió para que

yo fuera a esquilar esos corderos en invierno, y él no quería ir con la gente así

nomás. Entonces, fui a Florida y compré la planilla, y me anoté. Como de afuera,

cualquiera, te anotás vos igual y salís con la máquina. Ponele, comprás la

planilla y ‘ta. Ponés una fecha de salida y hacés los recibos para la gente. Desde

luego que los recibos no se los vas a hacer por todo lo que pagás, el recibo es

por la ley.’ta. Si no pagás todo a la Caja.

156

Entrevista No. 3

Fecha: Noviembre del 2000.

Lugar: Departamento de Florida.

“... uno está en esto, también por capricho...”

Entrevista realizada al dueño de la máquina. Un hombre de unos 50 años

aproximadamente. El mismo se mostró comunicativo.

Su aspecto general era prolijo.

En los intervalos, afilaba peines y cortes. Las herramientas eran de origen

australiano, y cuando nos las mostró, señaló la importancia de utilizar material

de buena calidad.

Cuando la máquina estaba en funcionamiento, desempeñaba tareas de

acondicionado de la lana en una de las mesas, destinadas para tal fin.

Era propietario de un camión, el cual era el medio de transporte de toda la

comparsa.

- ¿Cuánto tiempo hace que esta en la esquila?

- En la esquila, 10 años más o menos.

- ¿Y antes de salir como maquinista, que era?

- Esquilador.

- ¿Cuánto tiempo?

- Que yo ando en los galpones hace 35 años.

- ¿Cómo qué empezó?

- Como lavador de peines, de máquina de 10 tijeras. Después pasé a ser

esquilador.

- ¿Con qué método?

- Maneado (tradicional). Después dejé de maneado en el año 71 y empecé con

éste (método Tally Hi).

- ¿Hizo el curso de esquilador?

157

- Hice un campeonato, primero. En Sarandi Grande. Gané el campeonato y ahí

seguí haciendo el curso con los australianos. El primer australiano que vino al

país.

Y ahí seguí. Fui a Brasil.

- ¿Con máquina suya o fue a esquilar?

- Fui de maquinista de una empresa. Y después me resolví a comprar esta

máquina. Hace 10 años.

- ¿Cómo hizo para comprarla? ¿Tenía algo ahorrado?

- No, saqué un préstamo en el Banco República. En aquellos años daban a

cuatro años. Me firmaron unos productores. las ovejas durante tres años o

cuatro. Y en aquellos tiempos, servía. Daba para pagar.

- ¿Cuántas ovejas esquilaba usted, por día?

- 180, 190 más o menos. Maneado.

- ¿Y después con Tally Hi?

- No, con Tally Hi, esquilé menos. 140, 150.

- ¿Se esquila menos con Tally Hi?

- No, ahora no. Antes sí. Depende de las condiciones de la máquina. Las

condiciones de la tijera.

- ¿Se ha avanzado en eso?

- Se ha avanzado. Las herramientas que hay hoy en día, son muy buenas.

- Me decía entonces que con el préstamo compró la máquina, ¿y como hizo para

conseguir los clientes?

- Los clientes, la máquina tenía. Cuando compré la máquina, ya tenía los

clientes, y otros los había hecho con la otra...

- ¿Cuándo era esquilador?

- No, no. Con la otra empresa. Yo los hablé. Y así empecé.

- ¿Con cuánto?

- Con 13.000, 14.000 ovejas. Y hace unos años, esquilaba hasta 26.000.

- ¿Todas de zafra, o fuera de zafra también?

- De zafra.

- Y el resto del año, ¿agarraba cordero pesado?

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- El cordero pesado empezó ahora.

- ¿Desojaba, descolaba?

- Descole.

- Y este año, ¿cuántas tienen para esquilar?

- Más o menos unas 24.000.

- ¿Con respecto al año pasado, han bajado o...?

- Yo me mantengo. La clientela es la misma. Este cliente ahora es nuevo.

- ¿Y dónde contrata la gente para trabajar?

- De distintos lugares. Es conocida. Por intermedio de uno o de otro.

Recomendados.

- Hace unos años entonces que está en esto... ¿desde que edad?

- Desde los 14 años.

- ¿Y qué otra cosa hace?

- Trabajo en la UTU. De peón.

- ¿Hace mucho?

- 30 años.

- ¿Y hace alguna otra cosa?

- Sí, trabajos de campo, alambrar, lo que venga.

- ¿Usted es de campaña?

- Sí. Nacido y criado en campaña.

- ¿Hizo la escuela?

- Hasta tercero. Y después salí a trabajar.

- ¿Y ahora, dónde vive?

- En el pueblo. En Sarandi Grande.

- ¿Es casado?

- Sí.

- ¿Tiene hijos?

- Sí, ya grandes,

- ¿Han agarrado el tema de la esquila?

- No.

- ¿En que trabajan?

159

- Uno trabaja en una industria, en Sarandi Grande. Hace todas las matrices.

- ¿Y cuantos me dijo que tenía?

- Cuatro. Las mujeres casadas. Tengo una casada, con un nieto.

- ¿Cuándo empezaron la zafra, este año?

- El 3 de octubre.

- ¿Y cuando terminarían?

- Calculo que para el 30 de noviembre.

- ¿Y me decía que ha esquilado cordero pesado?

- Sí. Esquilo para un frigorífico. El frigorífico Las Piedras.

- Lo veía en la mesa que estaba acondicionando, ¿usted hizo el curso?

- Sí. En el SUL.

- ¿Y también el de maquinista?

- Sí, maquinista y acondicionador. Se hace todo junto.

Y después voy a reuniones que hacen.

- Ahora la cosa ¿está más difícil, no?

- Ah sí. Está bravo.

- ¿Cuánto esta cobrando por oveja?

- $ 9,40.

- ¿Con acondicionado?

- Sí.

- ¿Tally Hi?

- Sí, Tally Hi.

- ¿Le cobra a todos los productores igual?

- Depende la majada, depende el trato, mantenido o seco...

- ¿Acá es mantenido o seco?

- Seco, solo la carne.

- Cuando arranca, ¿tiene algún capitalcito o no?

- Sí. Siempre hay que arrancar con algo. Para cosas, herramientas...

- ¿Cuánto gasta de herramientas?

- Entre $ 10.000 y 15.000, entre peines, cortantes, esmeril... gas-oil.

- ¿En ese presupuesto incluye el gas-oil también?

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- Ah sí.

- ¿Cuánto gasta de gas-oil?

- Unos doscientos litros, para la máquina. Más los que gasta el camión. Hago

muchos kilómetros. Tengo clientes hasta en Soca.

- ¿Por qué zonas anda?

- Acá en el departamento de Florida, el departamento de Canelones, hasta

Soca, ahí en la ruta 9.

- ¿Estos muchachos que tiene con usted, hace tiempo que están?

- Algunos sí y otros son nuevos.

- ¿Cuántos son nuevos?

- Este año se incorporaron tres.

- ¿A usted le gusta la esquila?

- Sí.

- Digo, porque por ejemplo a sus hijos…

- No, es que ya son de otra tribu. Porque el nivel de vida es diferente.

Uno esta en esto, también por capricho.

- Esta brava la cosa ahora, un esquilador ¿en cuánto está?

- En $ 3.50.

- ¿El agarrador?

- En $ 55.

- ¿Los acondicionadores?

- $ 35 a $ 40.

- ¿Y el embolsador?

- También. Ahora, estos precios, son por ciento.

- ¿Y el cocinero?

- El cocinero es por día. $ 180.

- ¿Y hace mucho que no va al pueblo?

- Estuve ayer.

- ¿Y cuando sale de zafra, va seguido?

- No, pudiendo no voy. Si tengo que hacer un mandado o algo, voy, si no, no.

- ¿Y la patrona?

161

- Le doy libre (risas). Hace 25 años que somos casados. Tiene libre dos meses.

- ¿Vive con alguno de los hijos suyos?

- Tres, tengo conmigo. La casada tiene casa aparte. Tiene casa en MEVIR.

- ¿Trabaja ella, el esposo...?

- No, trabaja el esposo. Ella no.

- ¿En que trabaja, en campaña?

- No, trabaja en un supermercado.

- ¿La nieta es chica?

- Nieto. Tiene un año y medio. Ayer pasé y estaba durmiendo.

- ¿Así que entonces el resto del tiempo trabaja en la UTU?

- Sí, entré en el año 71.

- ¿Y ha hecho otra cosa, del 71 hasta la fecha, además de trabajar en la UTU y

en la esquila?

- Sí. Trabajo en campaña. Tengo un pedacito de campo. Chico.

- ¿Y que hace, planta?

- Sí. Planto. Y tengo algún bicho.

- ¿Cuántas cuadras son?

- Poco. Diez cuadras.

- ¿Y en el campo, que agarra de trabajo?

- Algún alambrado, todo, una limpieza de majada, una bañada, todo. Pudiendo.

- ¿Sale sólo o con alguien que lo ayude?

- No, solo. De peón común nomás.

- ¿Cómo hace, pide licencia en la UTU?

- No, algún feriado, algún fin de semana. Me acomodo los días.

- ¿Recuerda algún trabajo que haya hecho este año?

- Sí. Alambré en casa. Unos fletes con el camión. Unas esquilas de limpieza.

Porque esto solo, no da. A mí no me da.

162

Entrevista No. 4

Fecha: Noviembre del 2000.

Lugar: Departamento de Treinta y Tres.

A partir de... “un caballo ensillado...”

Entrevista realizada al dueño de la máquina (y maquinista) con una Máquina

Certificada (por el SUL).

Éste se mostró muy comunicativo y nos narró con lujo de detalles todo lo

indagado.

Su vestimenta estaba compuesta de pantalones deportivos de algodón y una

camisa de verano de manga corta. Un gorro con visera.

En la tarde cambió su pantalón por un short. Su calzado eran hojotas.

Toda su ropa estaba en buen estado de conservación y aseada.

- ¿Qué edad tienes?

- 39 años.

- ¿Y cuánto hace que estás como maquinista?

- Como maquinista 10 años.

- Y antes empezaste en las esquilas?

- Sí. Empecé con 15 años de vellonero para una máquina con seis esquiladores.

Y para el año siguiente pasé a agarrador para una máquina de cuatro (tijeras),

al año siguiente pasé para una de seis (tijeras) y después al año próximo salí de

embolsador, enfardador verdad? y después empecé a agarrar de nuevo.

Después de la última agarrada, en una máquina de seis pasé a una sociedad

con una máquina de seis tijeras, que fue cuando comencé como maquinista,

verdad?

- ¿Esta máquina es tuya?

- Sí. Todo el equipo es propio.

- ¿Lo hiciste con plata de la esquila?

163

- Sí. Fue todo formado de abajo. Porque yo trabajo en el campo también con mi

padre, y el campo que ocupamos es poco, para los dos no dá, entonces decidí

que tá, el camino más fácil de estar cerca de lo mío y de lo que yo más o menos

entendía, verdad? fue la profesión que elegimos.

Además me gusta mucho.

Y bueno empecé de abajo. Esa máquina que tengo, esa máquina fue de mi

padre. Cuando yo la compré hacía 29 años que mi padre la había vendido. La

compré por decir que era una máquina pero... de lo que él había vendido a lo

que yo compré había mucha diferencia.

Y la empecé de a poco a -con el mismo laburo, verdad?- ... y con sacrificios, en

partes la fui parando, parando y ya tengo un equipo casi en marcha.

- ¿Tú antes de salir ya tienes todas contratadas a las majadas?

- Exacto.

- ¿Y cuánto están esquilando por año?

- Yo aumenté el número de ovejas este año. Hasta el año pasado andaba en los

veintipico, treinta mil vellones. El año pasado recibí una grifa de acreditación de

máquina, la grifa verde, y eso me favoreció un poco, verdad? aparecieron

ovejas... muchos productores con interés de la máquina, a cual muchos no les

pude cumplir por cuestión de fecha... Este año voy a esquilar 50.000 vellones.

- ¿Y en qué fecha arrancaron?

- Nosotros arrancamos el 6 de agosto.

- Y tienen zafra hasta...?

- Bueno, de correr normal el tiempo, con lluvias normales, pienso que para el 15

de diciembre terminamos.

- ¿Y en invierno también esquilan?

- Seguro. En invierno hacemos tareas de limpieza. Es decir, viene un cliente y

me contrata para que haga limpieza, desoje, descole, desubre, y alguna esquila

de cordero pesado hacemos también.

- ¿Con el mismo equipo o un equipo más reducido?

- No, hasta el momento lo venía haciendo con este equipo. Todavía no cuento

con una máquina más chica. No sé. Me he puesto a tirar números a veces y

164

saco cuentas que no vale la pena, de repente una máquina chica, para una vez

al año, unos pocos días. Esta máquina a pesar de que es grande es muy

práctica de trasladar. Se le ponen ruedas... y tres personas la cargan bien. Se le

ponen tablones, no hay que levantarla. Se queda ella parada, solamente hacerla

rodar y sube prácticamente sola.

- El transporte, ¿es tuyo también?

- Sí, todo...

- ¿Y el capital para arrancar... también?

- Seguro. Este año solicité un poco de ayuda de los productores para comprar la

prensa, verdad? la enfardadora. Seguro ya era otra cosa, intenté por intermedio

del banco...

- Así que hay productores que te han ayudado, pero para arrancar, para la

comida, el combustible, eso...

- No, eso. Al hacer esos laburos antes de la zafra, este año de febrero a julio

esquilé casi tres mil corderos y bueno hice la tarea de limpieza, casi... es un

trabajo que lo hacés con poco gasto porque lo hacés con tres o cuatro tipos, la

cocina la hago yo mismo, ahora que tengo la prensa no tengo que disponer de

un enfardador, son cosas que se reducen y...

Para arrancar la zafra ya está una basecita hecha, verdad? Por lo menos para el

inicio.

- ¿Y durante el resto del año, hacés alguna otra cosa, en campaña?

Trabajo en el campo. Soy productor rural. Productor chico.

- ¿Acá en la zona de Treinta y Tres?

- Sí. El lugar es conocido por Quebrada de los Cuervos. Ahí son campos

quebrados. Son campos de sierra.

- ¿Y crían novillos y eso...?

- Seguro. Tenemos ganado y ovejas.

- ¿Y tu familia está allí?

- Sí. Tengo una esposa y dos hijos. La nena tiene 11 años, ahora en septiembre,

y el varón de 5 años.

- ¿Y están en campaña?

165

- Sí están conmigo. Por lo menos hasta que llegue la edad del liceo. La escuela

está cerca, está a dos kilómetros, y van y vienen a caballo.

Bueno y somos tres hermanos, varón soy el único, mis hermanas están en la

ciudad, trabajando las dos, y acá afuera conmigo y mi familia están mis padres.

Ocupamos un campo, no es mucho. Y mi padre se tiene que embromar un poco.

Este año, por ejemplo, me fui en agosto y son cuatro meses que queda solo y ya

está con 70 años.

- ¿El personal, por lo que me han dicho, es casi toda gente de Treinta y Tres?

- Sí.

- ¿Tú ya los conoces o es gente nueva?

- En general tengo gente vieja en la máquina. No todos. Este año por ejemplo

hay más de la mitad que son nuevos. Por ejemplo tengo un muchacho que

estuvo cinco años conmigo, y este año arrancó como maquinista, le dí una

mano. Tengo otro que le conseguí como encargado de un establecimiento y se

fue, ese hacía cuatro años. Y tengo unos siete u ocho ahí que hace... el

agarrador hace diez años que anda conmigo, el gordito de la mesa va a hacer

ocho, otro muchacho que trabaja en la mesa hace cinco, tengo siete u ocho que

hace años que andan. Este año aumentó un poco... esos dos que dejaron para

mejorar.

Y después que agrandé el equipo, tenía seis tijeras y ahora son ocho, son dos

esquiladores más, uno más como vellonero, dos más en la mesa, de haber

pasado de seis a ocho (tijeras) aumenté como cinco personas más.

Y bueno, la gente... Si de repente voy a hablar con un tipo y no lo conozco, sé

cuando voy, ya voy con informaciones. No voy a ciegas.

En muchos casos me han pedido trabajo por ejemplo, y precisándolo a veces,

les he dicho que me aguanten unos días porque ya tengo otro que me pidió

laburo... y ahí me informo. ¿En qué máquina anduvo? y eso. Antes de confirmar

el trabajo, yo más o menos ya sé. En todo sentido. Cualquier laburo es un tema

medio delicado, verdad?

- No debe ser fácil formar un equipo con tanta gente?

166

- Sí. Eso que vos me decís, me lo han dicho este año productores... La conducta

de la gente. No se sienten en el fogón, no se siente un grito adentro del galpón,

no se sienten carcajadas, que a veces si uno está mirando de afuera no se sabe

si es por él o por qué es, verdad? Gritos arriba del camión tampoco permito. Ya

el día que voy a arrancar, les pido disculpas a todos, que no lo digo ni por Juan

ni por Pedro, que es una norma de la máquina. Porque si encuentran mujeres...

Considero que nunca se dice:”me gritó Juan o Pérez de la máquina tal”,

dicen:”me gritaron de la máquina” y queda mal.

Y bueno, yo pienso que el que viene para la máquina, y es nuevo y ya el primer

día vos le pedís eso y ya los viejos se encargan de encaminarlo. Pienso que eso

del desorden es un poco “el costumbre”, si vos permitís, bueno está,

acostumbrarlos es lo más difícil pero después. A veces hasta yo mismo me

siento medio... reprimido.

Porque bueno, a pesar de que somos diecisiete, sacándome a mí, me

obedecen. Todo lo que les he pedido. Si hay un corte vienen y me avisan,

cualquier inconveniente. Eso le decía a N. (el técnico del SUL). No es que anden

con rodeos y que me huyan. Ahora yo trato de ser lo mejor posible con ellos, de

conquistarlos verdad? Trato de ser lo mejor posible, el tema de la comida que es

importante y que terminen y tengan sus pesos, aunque a veces yo no cobré.

- ¿No se te hace difícil cuando terminás, porque a veces no cobraste y de todas

maneras hay que pagar el consumo, pagarle a la gente...?

- No. Los primeros años sí. Porque cuando vos comenzás, cuando arrancas sin

un respaldo, medio se complica, verdad? Pero siempre, nunca... podés

preguntarle al más viejo, que es el agarrador, nunca, nunca les quedé debiendo

un peso. He quedado yo, a veces, con diez pesos en el bolsillo y cuentas para

cobrar, de repente al mes, a los veinte días, más de un mes a veces. Pero

entiendo que el maquinista si, cualquier trabajo o sea el responsable de

cualquier laburo, si medio piensa un poquito llegó el día y... si yo te esquilo a vos

y vos no me pagaste, uno no va a c... en el gallinero, verdad? Tengo que

revolverme, conseguir prestado, ir a un banco... pagaré algún peso de interés

pero él tiene que tener sus pesos.

167

Y pienso que la recomendación para el encargado de una empresa, eso es

fundamental, que el tipo esté tranquilo que está trabajando y tiene sus pesos.

Y con el productor, bueno está. Hay productores más accesibles que otros para

pagar. Al productor como que lo maneja un poco el maquinista también. Si

hablás con él y le explicás, “mire”... A mí este año medio se me complicó un

poquito. Los adelantos que pedí para comprar la enfardadora, traté de pedirle de

la tercer casa en adelante, ya cuando llegara a descontarme... Por ejemplo, uno

me dio quinientos dólares, otro seiscientos, otro setecientos, otro mil, pero a

descontar de cuando yo les vaya a esquilar sus ovejas, verdad? De la misma

esquila. Pero traté de pedirle a las primeras tres casas, que más o menos eran

unos 25.000 vellones y esa gente no, no tenía. En primer lugar porque era la

primera vez que esquilaba, era nuevo, si bien tenía recomendaciones pero no

me conocían a fondo y otras, verdad? que ya sabía que arrancaba...

desesperados por agarrar un peso, de repente un esquilador que deja una

cuenta en un almacén, otro que consigue prestado... Entonces traté de que

cuando llegara a descontar mismo la enfardadora, ya tener un buen respaldo.

- ¿Cuándo empiezan a trabajar, tú les adelantas algo a los empleados o les das

todo al final de la zafra?

- No, bueno, este año precisaron. Sí bien no los conocía bien a algunos. Bueno,

precisaron y les fui solucionando el problema. Y bueno, por ejemplo, por darte

una idea, si se esquilan 2.000 vellones, cada esquilador estila 300, por decirte, y

el tipo precisa adelantados seiscientos vellones porque de repente debe en el

almacén o se le enferma alguien, si precisa seiscientos vellones yo se los

adelanto. Es un poco confianza que le tengo.

En general no traigo a nadie, si primero no sé, más o menos. Arranqué con un

sistema y...

- ¿Cuánto les pagan a ustedes por vellón, los productores? O depende de la

majada...

- No. Por ejemplo acá...

- Hay un único precio...?

168

- No, eso varía un poco, verdad. Por ejemplo acá que son zonas arroceras,

levantan el arroz, hacen un laboreo y meten la oveja ahí, que se embarra, te

mata. Eso perjudica la herramienta, el peine, el cortante, ya tenés más consumo

de esmeril, más de combustible, más horas esquilando, verdad? Entonces eso,

tenés que cobrar un peso más, el productor es conciente. Por ejemplo, tengo

una majada de esta misma firma, que ya esquilamos hace unos diez días o doce

que costea la Laguna Merín, entonces tienen arena hasta en la cabeza, o sea

eso perjudica enormemente la herramienta y entonces hay que cobrar algún

peso más. Yo cobro por ejemplo treinta pesos más el ciento, o sea dos centavos

y medio más o menos el ciento...

- El ciento de ovejas...

- Exacto.

- ¿Y por vellón? El promedio es...

- Y el promedio es... qué yo le cobro al productor?

- Sí.

- Doce pesos. Yo le cobro al productor 96 centavos (de dólar). En esta zona,

sale algún pesito más.

- Y bueno, el esquilador gana por vellón... y los clasificadores también ganan por

vellón?

- Todos ganan por ciento, por vellón, verdad? Sacando al cocinero que es por

día. Hay máquinas, por ejemplo, que hasta el cocinero gana por ciento. Esquila

más, gana más. Si ese día no se esquila, no gana nada.

- Y los barredores también?

- Todos. Todos. Diferentes precios, verdad? Todo por ciento. Yo creo que es la

mejor forma, porque si pagas por día, por ejemplo si terminás a media mañana,

o llovió y quedó media mañana, tenés que apuntarle al tipo media mañana...

tenés que llevar un control todos los días. Por ciento no. Si esquila doscientas,

bueno...

- ¿Les pagás a todos igual, los que hacen la misma tarea, o depende un poco de

la antigüedad?

169

- Yo les pago a todos igual. Porque el sacrificio en sí, es el mismo, verdad? Que

uno tenga más facilidades que otro, está. Lógicamente si uno tiene más

facilidad, rinde más y va a salir mejor. Pero yo les pago lo mismo. Por ejemplo el

caso de los velloneros, que les pago cuarenta y cinco pesos el ciento, pero

cobran mitad y mitad, verdad?

- ¿Cómo mitad y mitad?

- Claro, por que si se esquilan 50.000 vellones, ellos van a cobrar 25.000 cada

uno. Porque son dos. Si salen, un suponer 1.000 vellones por día, son $ 450 y

ganan $ 225 cada uno. Cada uno por sacar 500 ovejas más o menos.

- ¿Y cada esquilador cuánto saca?

- Yo acá les pago cuatro pesos. Oveja esquilada y llevar el vellón a la mesa.

- ¿Y el barrendero cuánto gana?

- Cuarenta y cinco pesos el barrendero. Lo mismo que el vellonero. Cuarenta y

cinco pesos el ciento, verdad?

- Eso el que barre, y el que acomoda?

- Los acondicionadores ganan treinta pesos cada uno. Cuatro, treinta pesos.

- ¿Y el que está en la máquina (de enfardar)?

- Ese gana quince pesos. Se han hecho ochocientos, novecientos vellones

diarios, ese muchacho anda en los ciento veinte pesos diarios. No es un trabajo

pesado, verdad?

- Los fardos son de ciento cincuenta, ciento ochenta kilos?

- No. Depende de la lana. Esta lana, que es lana romney, es lana medio gruesita

y de por sí es pesada, además la majada es grande, ahí están saliendo bolsas

de promedio doscientos kilos.

- Y la idea tuya, ¿cuál es? seguir con esto... armar otra máquina más?

- Bueno, la verdad es que me he puesto a pensar a veces. Y la verdad es que

soy medio exigente, y pienso que traer a alguien que me haga las cosas tan bien

como yo... no sé. Tiene que saber lidiar la gente también, el esquilador tiene sus

momentos que... el esquilador por decir, verdad? puede ser el agarrador que

tiene sus momentos. El ambiente de esquila es un ambiente medio difícil.

Siempre andás mal. Andás bien cuando terminás la esquila y cobrás, verdad?

170

Pero de más (además). Pero a veces si bien estás acomodado en un galpón,

vas al fogón y de repente estás al sol, poca sombra. Y hay algunas casas, que

de repente tenés buena sombra en el fogón y vas al galpón y andan uno arriba

de los otros, porque no hay espacio, estás mal, el calor. Andás practicamente

medio mal de continuo. Un trabajo que de por sí es sucio. Si bien estás

impecable despúes de cambiarte de ropa y de darte un buen baño, pero

después... Historia. Salís para el camino y...

- ¿Tú trabajas en la zona de Treinta y Tres? ¿Más o menos en un radio de

cuánto, 50 kilómetros,...?

- Este año hemos hecho unos cuantos kilómetros. He hecho viajes de más de

200 kilómetros.

- ¿Hasta adónde?

- Hemos ido hasta San Jorge, en Durazno. Eran pocos los vellones, pero había

que ir o ir porque ya en un galpón teníamos doce mil vellones... si bien a mí no

me servía mucho, pero había que ir, porque si me servían doce mil en un lugar

solo, me tenían que servir mil aunque hiciera doscientos kilómetros. Además

agarré otra acá en el Rincón de Ramírez que también entre ida y vuelta son

como trescientos kilómetros. De más en general, acá en esta vuelta. Y para el

año sí. Esta gente de S. tienen una estancia en Minas y me pidieron a ver si

podía ir. Y bueno son unos kilómetros más también.

- Bueno, según lo que he podido escuchar, la gente se queja porque las majadas

se están reduciendo, porque hay menos lanares, porque la lana no da... eso

dicen muchos maquinistas, pero en el caso de ustedes parecería ser al revés...

- El tema parte de que, no voy a decir que hago las cosas mejor que nadie, pero

en lo posible... Yo por ejemplo he salido adelante, los escucho a ellos (el SUL).

Yo he hablado con maquinistas que me dicen: “no el tema del SUL... “ no es que

te exige, te pide, parrilla, mesas adecuadas, bolsas con categoría de lana, está,

te cuesta sí unos pesos, pero sí hacés caso a lo que ellos te exigen y andás bien

en el trabajo, verdad? en rasgos generales, en la esquila... algo más o menos

presentable... y después esta la persona en sí. Yo por ejemplo, no me puedo

quejar, hace cinco años que estoy con este sistema Tally Hi, con

171

acondicionamiento. Recién al cuarto año fue cuando me armé de ovejas.

Considero que mucho, mucho, se han apocado las ovejas... a mí algunos

productores se me han achicado, pero como he ido agarrando otras, disminuir

no he disminuido, al contrario he aumentado.

- En términos generales ¿has perdido productores?

- No. No.

- ¿Has mantenido la clientela?

- Sí, sí. Inclusive te digo más, con el tema trabajo, en sí por los precios... yo

hasta el momento, perder ovejas no. Yo tengo dos productores que dejaron su

establecimiento y hoy están en la ciudad, pero está, fue por eso.

Pienso que... yo sé de máquinas que medio como que no le dan bolilla a los

técnicos del SUL. Sé de una que el técnico subió en el auto y va en la portera y

ya es otra cosa adentro del galpón. Yo si bien tengo un error y viene el técnico y

me observa: “mirá le estás errando en esto”, trato de corregirlo. Además pienso

que la imagen frente al productor no es la misma, porque si viene el técnico y

vos sos el dueño de la estancia, y al estar el técnico todo brilla y salió el hombre

y es todo un desorden, vos ya estás perdiendo confianza en el maquinista.

- ¿Tú te organizas todo? ¿Antes de salir ya tienes más o menos todo el

itinerario?

- Ah sí, sí.

- ¿Cuándo contratan? Por ejemplo ahora te vas de la estancia y ya te

dicen:”bueno para el año que viene...”

- Seguro.

- O sea que de un año para el otro ya sabes que bueno, “aquí voy a tener tantos

vellones”. Y después organizas los días.

- Ahí está. El tema de la máquina, uno se organiza, verdad? Como quien dice

uno lleva una escalera. Voy a la casa de Juan, después a la casa de Pérez.

- A no ser el tiempo, porque si llueve.

- Seguro. A veces el productor ya sabe, bueno la máquina está tal casa, yo sé si

viene atrasado y cuanto va a demorar, porque si tiene que esquilarle a fulano en

el camino. No hago una casa... viste. Ya cuando salgo, salgo con el camino

172

hecho. Si bien todos quieren esquilar en la misma fecha... y ahora se viene

dando, gente que esquila pre-parto y aprovechan la máquina y esquilan todo, ya

están empezando muchas máquinas en agosto, pero hace unos años atrás

había que esquilar en octubre y noviembre. Entonces la mejor forma es así,

porque yo les digo: “después de la casa de fulano, voy para su casa” y tienen

que aguantarme, si no bueno, vería otra máquina si al dueño se le atrasa

mucho.

- Tú me decías que entonces, siempre trabajaste en campaña...

- Sí. Sí. Siempre.

- Te criaste ahí, hiciste la escuela...?

- Sí.

- ¿Llegaste a hacer el liceo o algo?

- No. No llegué. Me quedé con lástima de no haber hecho. Estudiar me gustaba.

En eso como que mis padres le erraron un poco. Yo tampoco lo tomo como un

reproche. Jamás les he dicho nada, verdad? Por ejemplo yo dejé de estudiar,

salí junto con mi hermana de la escuela porque si bien le llevo un año y algo de

diferencia, tuve un inconveniente de salud y perdí un año, estuve en Montevideo,

haciendo un tratamiento y perdí. Ya cuando regresé a la escuela al año

siguiente, mi hermana estaba en sexto, hicimos sexto juntos, salimos juntos y yo

quería hacer el liceo pero mi hermana no, entonces como que mis padres

dijeron: “o hacen los dos o no hace ninguno” y bueno...

- Y arrancaste a trabajar en campaña?

- Seguro. Sí, sí, sí. Ah bien...

- ¿Qué hacían, chacra...?

- Seguro. Sí, sí. Nosotros lo poco que tenemos, lo he hecho todo a fuerza de

sacrificio. He trabajado yo junto con mi padre, después que me casé, mi señora,

mi hermana. Mi hermana hace tres años nomás que está en la ciudad, demás...

trabajábamos todos juntos en el campo.

Salíamos juntos para el campo, y chacra, todo hacíamos nosotros. Todo laburo

de chacra...

173

Se llegaron a sembrar catorce cuadras de chacra. Y tenemos un tractor, se

compró una sembradora. Se evitó el trabajo de la siembra. Siembra uno solo

arriba del tractor. Entonces se trabajaba mucho en chacra. Y bueno ahora ellas

se fueron para la ciudad, son solteras las dos. La campaña, medio como que

perdió el ambiente para la persona soltera. Además que la zona es medio

aislada, porque es zona de quebradas a cincuenta kilómetros de la ciudad,

caminos medios bravos. Como que no hay ambiente para la persona soltera así,

la mujer especialmente que se le hace medio difícil de salir. El hombre no

porque monta arriba de un caballo y va a una fiesta adonde quiera, no?

- Y tú, ¿qué ideas tienes cuando los gurises crezcan? ¿Irte para el pueblo?

- Lo que hemos pensado con mi señora es seguir en el campo nomás, me

cuesta dejar lo que ya hemos hecho. Como soy el único varón y mi padre me

vive diciendo como que... mis hermanas ya para el campo no van a volver. Y él

tampoco quiere deshacerse de lo del. Y bueno, la idea... él me ha ido pasando

de a potreros, a medida que yo voy aumentando en los animales, verdad? Me va

pasando un potrero, luego otro, hasta poder yo agarrar un poco más de fuerza y

él poder jubilarse y ya quedar con menos y más dedicado al pueblo, unos días

en el pueblo, otros días en campaña. Y bueno, pensamos que cuando los hijos

tengan la edad de liceo veré forma de que la madre se vaya con ellos o mi

hermana misma que se hagan cargo esos días de semana o los abuelos

mismos. Pero la idea es seguir en campaña. A mí me gusta el campo, verdad?

- Y te ha ido bien...

- A sí. No me puedo quejar. Sí bien sé que es una zona de cuarzos y malos

ratos... Pero, me siento muy conforme como he caminado y como soy recibido

en todos lados... La idea que tengo es seguir en lo que estoy.

...

Hasta ahora todos los años le he venido haciendo algo a la máquina. Hace tres

años, con este que le puse motor diesel, este año ya metí la prensa. Y bueno

ahora como que ya le puse lo máximo. Ahora con conservar.

- Y mantener los clientes...

174

- Pienso que eso fue lo que me llevó un poco más a comprar la enfardadora

también. Si bien la lana no vale, los productores están decepcionados con la

oveja... Está, me salió un lotecito bueno de ovejas este año, y bueno, saqué

cuentas y fui y compré la prensa. Y bueno como que quedo armado para

mantener el número de ovejas. Ya una máquina con prensa, es la primera del

departamento, la primera máquina con prensa. Como que te sirve de apoyo.

- ¿La prensa te ha significado poder cobrar un poco más en el vellón?

- No, no, no. Con el tema de que la oveja, la ganancia es tan poca, si vos le

hablás al productor como que le vas a aumentar, ya como que... Rechaza la

prensa. En definitiva yo le pellizco un peso más. Es verdad. Porque si vos hacés

una inversión de U$S 6.000 para salir empatando...

- Pero ganás en personal, por ejemplo...

- Claro. Por ejemplo en la bolsa. Yo la compro... Un muchacho compañero de N.,

él consigue precio para unas cuarenta prensas del país. Bueno, me sirvió de

costado ahí, para yo entrar. Yo que era nuevo en el tema, yo compré junto con

ellos. Y bueno no es lo mismo pedir 1.000 bolsas a 30.000 de repente. Las

cuarenta prensas le comprábamos a una firma sola. Entonces si conseguís buen

precio, yo se lo traspaso al productor, y bueno ahí ya le pellizco algo. Que para

el año que viene tengo pensado cambiar un poco eso. Cobrarle un peso más al

productor y hacerme cargo yo de la bolsa. Un suponer, este año estoy cobrando

92 centavos, 93, para el año le digo, bueno cuesta tanto la esquila y pongo yo el

fardo. Hay que cobrárselo aparte, porque hasta el momento no he tenido

inconveniente, pero me he dado cuenta -incluso me decía un técnico del SUL,

M.- que lo mejor es incorporar la bolsa. La verdad que es la mejor forma. Yo le

erré. Ahora ya pedí adelantado y no le voy a salir con otra cosa al productor.

Pero ya hoy por hoy a medida que voy terminando el trabajo, ya les he

comentado y están todos de acuerdo.

- ¿Tenés, más o menos en la cabeza, la cantidad de productores que te

contrataron este año?

- Sacando los productores nuevos...

- Todas las casas que vas a hacer. Nuevos y viejos.

175

- Son unos veinte productores. Eran quince, dieciséis y tengo tres nuevos este

año. Dieciocho o veinte, más o menos andan ahí.

- Dieciocho o veinte establecimientos con 50.000 vellones...

- Seguro. En sí, con menos de 1.000 vellones tengo un establecimiento solo, que

hice este año. Esquilamos hace unos días. De más son de 1.200 vellones arriba.

Porque la zona que yo hago, no es una zona de majadas grandes. Son

productores chicos. Si bien hay algunos, como el caso de los S. con 17.000

vellones, tengo otra firma, ahí en el Rincón, que fue la que te comenté, son

9.000 vellones, ahí son tres casas. Tienen estancia en Mariscala, ahí en Colonia

que este año no fui ahí, por problema de fecha no pude ir, quedamos ahí medio

enganchados para el año que viene. Demás son productores de 2.000 ovejas,

algunos 1.500. Si bien son estancias de muchas hectáreas de campo, pero han

reducido la majada, a la mitad o más. Acá nomás esta gente, en esta estancia

son 6 o 7.000 hectáreas y hoy por hoy estamos esquilando 1.000. En la otra

estancia allá, que ya esquilé se esquilaban 5 o 6.000 vellones, 10.000 vellones

entre las dos casas, entre las dos estancias, y el otro día esquilamos allá 1.900.

Date cuenta que se está esquilando menos que lo que se esquilaba acá. En 12 o

13.000 hectáreas. Gente dedicada al campo para el arroz y tienen la oveja como

un complemento, por el consumo y eso.

Pero, por ejemplo, el tema de la prensa -no te terminé de hacer el caso- yo, por

ejemplo, consulté con algunos amigos, y me dijeron”: ‘ta, y te vas a meter en una

prensa, que sale miles de dólares, y la lana no se sabe lo que va a hacer, que va

más para atrás que para adelante”. Sí, está, es cierto que no se sabe si va a

mejorar algún día o no, pero yo mismo me he dado el aliento e incluso a algunos

amigos les comenté que veía con más posibilidades de que siguiera en carrera

la máquina que tuviera mejor equipo, verdad? la que brindara mejor servicio, si

todos fuésemos para el tacho, posiblemente menos posibilidades de morir antes,

era yo, en el caso de una máquina que tenga prensa, no me refiero a mí mismo,

no? Porque está, el que brinde mejor servicio y tenga mejor equipo, ese es el

que va a subsistir más, a mi manera de ver.

- Seguro, si no seguiríamos esquilando con tijeras a martillo...

176

- Seguro. Y bueno eso fue lo que me llevó un poco a innovar. Y para el año, voy

a hacer un esfuerzo y voy a comprar balanza. Esta prensa viene sin balanza. Y

bueno, ya hay muchos productores que me han pedido, que haga un esfuerzo y

que ponga balanza. Para ellos la cosa es fundamental, que salga el fardo de la

enfardadora y ya sepan los quilos que tiene adentro, verdad? Y bueno, voy a

hacer lo posible para el año, si dios quiere voy a ver si se lo compro y ahí ya

quedaría completo.

- ...todas las comodidades más posibles.

- Hace dos años puse el agua corriente, se instaló un molino. Pusimos la luz, a

base de un motor. Trabajamos mucho, y gente que vemos de afuera (que se

contrata) cuando va la máquina, no más, demás lo hacemos todo solos. Yo

trabajo en madera, alambrado, el trabajo en sí, con ganado, ovejas, hacemos

todo nosotros. Con mi padre, con la ayuda de mi familia. Mis hermanas, cuando

estaban al lado de nosotros. Y bueno, nos dedicamos medio de lleno. Estando

yo en mi casa, de lleno a lo nuestro. Y el tema de la máquina de a ratos libres,

medio día, de tardecita, bueno, me dedico más a lo mío. Y bueno, por eso, como

te decía hoy, nos cuesta un poco, medio pensar en la idea de irnos. Pensando

que todo lo hemos hecho con gusto, ahí, todo hecho por nosotros.

- Seguro, y las comodidades...

- Seguro. Por ejemplo las casas allá son todas de material. No es por que sean

nuestras, pero para campaña, son casitas lindas. No tenían piso, y pusimos piso.

Se hizo un galpón grande, que ahí entra el camión, todo hecho por nosotros. Y

bueno, los campos son campos, con un poco de maleza, pero son campos

fáciles de trabajar. Son ocho potreros y todos así, alrededor de las casas. El más

lejos, quince minutos de llegar a la portera. Y bueno, hay baño de ganado

adentro del campo, hay baño de ovejas. El baño de ganado con agua corriente,

lo tenemos. Sí, lo llevamos por pendiente, por gravedad. El año pasado le puse.

Compré 200 y algún metro de plastiducto y llena solo. Vacías y se la sacás

también al agua. Sin baldear para nada. Y bueno salieron el ruralcel y se puso

teléfono. Ya si hay que llevar un bicho a la feria lo llevo yo en el camión,

177

tenemos la camioneta para las vueltas. En lo posible, a medida que hemos ido

pudiendo...

- Y ese campo es el que tenía tu padre... o compraron algún pedazo más?

- No, no, no. Es decir... Esas ochocientas cuadras. Todo el campo que tenemos

ahí es todo comprado. Con laburo de todos te puedo decir, porque hace unos...

Sí, yo nací en el campo y me crié, verdad? Mi padre ya hacía unos cuatro o

cinco que trabajaba en el campo, y te puedo decir que hace unos cuarenta años

que... o más, que esta trabajado mi padre en el campo.

- Y empezó de cero?

- Seguro. Y que nos armamos de campos propios, hace unos veinticinco años.

Empezamos comprando cien cuadras, después vendimos esas cien y nos

mudamos, a pocos kilómetros en esa misma zona...

- O sea que tu padre empezó de cero?

- Seguro de cero. Mi padre cuando arrancó, cuando se casó, tenía un caballo

ensillado, nada más. Hasta ahora se acuerda, un caballo bayo. Bueno, y

empezó a laburar por las estancias con mi madre. Mi madre hacía las tareas de

limpieza y cocinaba y él como encargado. Inclusive más, donde empezó a

trabajar, cuando recién se casó, fue en la casa que estamos ahora.

- Y tuvo máquina, me dijiste...

- Sí pero cuando se casó, ya había vendido la máquina. La tuvo siete años y la

vendió. Y se casó y vino para ahí, donde estamos ahora. Empleado de un

matrimonio que había ahí. Se fueron para el pueblo y ellos quedaron a cargo de

600 cuadras. Se fue... y como a los veintipico de años, treinta, le vino a pedir el

campo en renta. La dueña le contestó así: “mire, yo no pensaba arrendarlo, el

día que lo arriende, lo voy a tener en cuenta”. Y antes de los dos años lo llamó.

Que fuera que le iba a hacer negocio. Teníamos cien cuadras arrendadas, cien

cuadras arrendadas y cien propias. Pero no había posibilidad de extenderse.

Porque eran todos productores chicos y era difícil comprar campo ahí en la

vueltita. No había posibilidades. Trabajábamos con almacén, ahí en ese lugar.

- Almacén de ustedes...

178

- Seguro. Como que estábamos medio hastiados del almacén. El almacén medio

como que te acobarda un poco, verdad? Y más en campaña. Noches enteras sin

dormir. El almacén en campaña no cierra nunca. Bueno, entonces, se vendió las

cien cuadras, se entregó el campo que se había arrendado y se le arrendaron

setecientas cuadras ahí donde había trabajado mi padre. Y bueno, ahí

empezamos a trabajar todos juntos y a caminar y a caminar, y era chacra y era

campo y era chacra y era campo y a los quince años se compró un pedazo y a

los seis, siete años se compró el resto y después se redondearon las

ochocientas cuadras.

Yo te puedo decir que si salgo con la máquina, tal vez laburo más que estando

yo en mí casa, verdad? Porque con la máquina siempre estoy haciendo algo,

limpiando, acomodando. Y llego a mi casa, y bueno, hay que ponerse al día con

las tareas que están atrasadas por yo no estar y en los ratos libres atender la

máquina, limpiarla toda, acomodarla para la zafra que viene, no esperar a que

llegue la zafra. Sí hay algo para arreglar, tiene que ser ya en el momento,

porque te acordás en el momento, porque después... es difícil.

El año que arranqué con máquina... Arranqué con él.

- ¿Cuántos años hace que estás con el agarrador?

- Con el agarrador que nos conocemos, debe de hacer como quince años. Él

conoce bien mi vida. De que nos conocimos, quince años atrás, hasta ahora...

Información suministrada por el maquinista, S. mientras acondicionaba las

herramientas. Procediendo a su limpieza primero (con agua, jabón y un cepillo,

para sacarle la grasa -suarda- producida por el lanar, que queda adherida a las

tijeras de esquila) y luego a afilar cortantes y peines.

Los cortantes son de uso general, utilizando uno cada 12 o 13 animales, según

el estado de la majada, textura de lana, suciedad de la misma, etc. El costo de

cada cortante son de unos $ 80 (de origen australiano). Hay tres cortantes para

cada esquilador por cada peine.

179

Los peines están identificados y cada esquilador utiliza los que le corresponden.

Teniendo un juego de 3 a 4 a su disponibilidad. El costo de cada peine es de

unos U$S 20 (de origen australiano).

El esmeril tiene un costo de $ 40 y permite afilar las herramientas que luego

podrán esquilar hasta 1.000 ovejas.

El maquinista en los intervalos, aprovecha para limpiar y afilar los mismos

dejándolos prontos para su uso.

- ¿Cambian de esmeril según el tipo de lana?

- Claro. Porque tiene que ser suavecito el filo.

- ¿Para Ideal, por ejemplo?

- Ideal, merino.

- Con otra piedra de esmeril y con otro tipo de filo...

- No, se cambia el papel nada más, verdad?

- Claro, pero le da otro filo distinto al cortante.

- Ahí está. Esmeril de 80 y 120 se usa para lana fina. Lana gruesa, así como

ahora, Romey y Corriedale, el 60 te anda bien. Para el peine.

- ¿Y el cortante que esmeril lleva?

- Generalmente el cortante es siempre el mismo, sea lana fina o gruesa. Lleva

120. El que varía es el peine. En lugares como estos, donde hay arena, aunque

sea fina la lana, te conviene usar 60, porque al ser lana así, tiene que cortar

mucho y tirar.

- ¿Las herramientas las comprás en Treinta y Tres o las mandás pedir a

Montevideo?

- No, no, no. Se consigue ahí. Voy ahí se piden y las consiguen. Generalmente

hay todo ahí.

Aquí donde va la tijera, trabaja (el motor) a 2.700 revoluciones, setecientas

vueltas por minuto.

- y la afiladora esta a...

- A 2.400, un poco más lenta está la afiladora.

- Y todo esto, ¿dónde lo aprendiste?

180

- Ah. Mirando. No, y yo hice el curso. Sí en Cerro Largo. Que lo da el SUL.

Incluso tienen los fines de semana, para que les quede cómodo a todos. Si no

tenés el curso, bueno... a golpes.

- ¿Tú alcanzaste a salir con tu padre?

- No, no, no. Yo ni nacido era.

Cuando te vas iniciando siempre hay algún baquiano en la máquina. Ahora hay

gente que no quiere escuchar a otros, a un esquilador ponele, yo hallo que no es

así, porque equivocarnos, nos equivocamos todos, verdad? A los porrazos.

...

un hormigueo, la máquina, parece que no, pero primeras dos, tres veces. Te

lleva la mano. Te deja la mano como dormida. La primera vez, la tijera puede

más que uno. La tijera agarra con el brazo para cualquier lado. A todos les ha

pasado lo mismo. Vos la mirás y parece que la cosa ... y sin embargo no es tan

así. Vos vas a esquilar y querés agarrar para acá y la tijera agarra para allá.

Puede más que uno. Después sí. Entrás a dominarla y dominarla y ya a lo

último, hacés lo que querés con ella.

....

- ¿Y los trabajadores…?

- La mayoría o son hermanos o son cuñados o son parientes.

Él es hermano de este muchacho. Uno alto. Acá está el padre del y tíos hay

cuatro. Y acá esta el cuñado de tres y hay otro cuñado más de dos. Y los dos

velloneros, uno de cada lado son hermanos. Es decir. Todos prácticamente son

parientes.

181

Entrevista No. 5.

Fecha: Noviembre del 2000.

Lugar: Departamento de Treinta y Tres.

“Nosotros sabemos lo que hacemos.”

Comparsa con una máquina Tradicional donde dos esquiladores realizaban

esquila según el método Tally Hi.

Entrevista realizada al maquinista. Un joven de 35 años. Hijo del dueño de la

máquina.

Hace quince años que sale con su padre a la zafra, realizando tareas de

asistente y de chofer, así como también la parte del mantenimiento mecánico de

la máquina de esquila.

Está casado y tiene dos hijos en edad escolar, quienes concurren a la escuela.

Vive en la ciudad. Nunca vivió en el campo.

Su profesión es mecánico (su capacitación en esta tarea es formal).

Es poseedor -junto con su padre- de un camión de porte mediano y una zorra, a

parte de la máquina de esquila.

Su vestimenta de trabajo - championes, pantalón deportivo de algodón, una

remera y un gorro con visera - denotaba mejor estado que la de cualquier

integrante de la cuadrilla.

Así mismo, luego de finalizar la jornada laboral, al haberse higienizado y

cambiado de ropa, la misma, ostentaba también de ser de mejor calidad y estar

en mejor estado que la del resto de la comparsa. Vaquero, una campera de

media estación de algodón, remera tipo “polo” y championes.

Disponía de un teléfono celular, el cual lo acompañaba - visible - a todos lados,

colgado de su pantalón. Al conversar con nosotros, dejó el mismo, visiblemente

sobre una mesa próxima.

Observamos que tanto en la pausa realizada el mediodía, así como también en

la tarde, al finalizar la labor, su higiene personal la realizaba solo, contrariamente

182

a la forma realizada por el resto de la cuadrilla que compartían el baño (y en

algunos casos dos o tres integrantes iban conjuntamente hasta un arroyo

cercano para bañarse en él), siendo ésta una instancia para comentarios sobre

la tarea de la jornada así también como también alusiones personales -

disimuladas bajo la forma de presuntas “bromas”-.

En cuanto al lugar seleccionado por el mismo, para tomar mate y descansar, en

horas del mediodía y de la tarde, éste se encontraba a metros de los pequeños

grupos ( de tres y cuatro trabajadores) conformados por el resto de la

comparsa. No estando integrado a ninguno de estos “sub-grupos”, pero no tan

apartado de éstos como para estar aislado (pudiendo ver y escuchar a todos los

allí presentes).

Disponía de una radio, la cual en un breve instante - durante el mediodía -

encendió para escuchar dos o tres noticias de un informativo radial.

Nos preguntó sobre la situación general de la Universidad, -por la problemática

del presupuesto - así como por la situación laboral - en términos generales - en

Montevideo. Esto durante la conversación mantenida al mediodía y pudiendo ser

observado y oído por todos. El conocimiento de los tópicos era a nivel de

titulares informativos.

- ¿Cuántos años hace que sale tu padre con esta máquina?

- Debe de hacer cuarenta, cuarenta sí. No sé exactamente pero es fácil sí,

desde hace treinta años lo menos, de maquinista, sí, como propietario. Yo ahora

estoy porque él tiene problemas de salud, yo hace quince años que vengo

saliendo. Con otros trabajos...

Este año lo estoy haciendo como maquinista porque yo tengo que estar

capacitado para eso, no? El año pasado ya lo hice por razones de salud de él,

no? Porque en estos trabajos hay que estar bien de salud. La vida de uno... es

una vida que a veces se pone en condiciones ásperas, no? Acá a veces llueve

en los galpones, la vida no es como en la casa de uno.

183

Sí, a parte de andar pasando trabajo en los caminos, y arreglando cosas, si se

rompió una tijera ir a arreglarla, y conseguir gente, como ahora este muchacho

que se enferma, llevarlo para el pueblo; es complicado?

Estar en todo, por eso estoy yo. Aquí en el caso de nosotros, en el caso de esta

empresa, se ha agrandado, lo que ha decrecido es el número de productores,

hay otras empresas (de esquila) que han desaparecido.

- Lo que quiere decir que entonces hay algunos productores que tienen más

ovejas?

- No, no. Algunos desaparecen, aparecen otros, pero la lana tiende a haber

menos por la baja rentabilidad. Como no le es rentable, igual el tipo las mata a

las ovejas, se achica o se liquida.

- Ustedes cobran siempre lo mismo o ha habido alguna variación?

- Los precios se van ajustando de acuerdo al costo de trabajo como en cualquier

empresa. Se cobra a porcentaje y se cobra... depende de los valores... porque la

herramienta que uno usa, los fierros son todos en dólares, esta dolarizado eso, y

el atraso cambiario ya automáticamente cambia los precios. Un peine vale veinte

dólares, el año pasado los veinte dólares esos creo que estaban a $ 11.60,

ahora estos veinte dólares los estamos pagando a $ 12.30, si sube a quince

pesos mañana, eso es lo que vamos a tener que pagar, ese es el costo, el

atraso cambiario... después sube todo, la galleta... y la mano de obra, los

impuestos y el combustible, o sea se va aumentando el costo porque hay que

aumentarlo... o si no desaparece (la empresa).

Es difícil ese tema porque uno tiene que saber la línea media, no es una tarifa

fija, es una tarifa donde hay variantes.

- ¿Ah sí?

- Seguro, esta la competencia primero.

- Y esas variantes, ¿dependen del establecimiento, si tiene 5.000 ovejas cobran

un precio, si tiene 1.000 cobran otro?

- No, no. En esta empresa no es así. Hay otras que sí. Hay empresas que yo sé

que han hecho eso, pero en esta empresa no.

- Y tan mal no les ha ido, para estar cuarenta años...

184

- Nosotros sabemos lo que hacemos.

- Se ve que en la zona están bien catalogados...

- Mal no nos ha ido. Hay que saber manejar las cosas, es como todo. Pero esta

complicada la mano.

- Así que antes de salir, ya saben todo el itinerario, todo lo que van a hacer,

cuantos días van a estar... -dependiendo un poco del tiempo- pero más o menos

tienen todo organizado?

- El maquinista, antes de salir, tiene todo preparado.

- Eso ¿cuándo lo contratan? En el correr del año? o por ejemplo, este año,

esquilaste la majada y quedan más o menos apalabrados para el año que

viene?

- Exactamente. Uno esquila y el productor va y le dice a uno: “bueno, mirá que

quiero esquilar el 18 o 20 de noviembre del año que viene”. Uno va y arregla. Y

los va intercalando. Si hay un productor de noviembre, que quiere esquilar, yo

que sé, el 10 de octubre, uno va y arrancaría un 7 de octubre para esquilar...

Uno calcula la cantidad de días que va a tener - aproximado -, el rendimiento

que tiene para cada establecimiento. Siempre eso libre del estado del tiempo o

algún desperfecto mecánico.

- Claro, o algún accidente...

- Seguro, un muchacho (esquilador) el otro día se golpeó ahí, sin querer... ya

dice que está bien, que va a venir ahora... pero estos trabajos son peligrosos...

pero uno ya cuando sale, acá en esta empresa ya sabe lo que se va a hacer.

- ¿Ya tienes todo organizado? ¿Y con los esquiladores? ¿Son más o menos los

mismos o cambia mucho?

- Nosotros cambiamos muy poco. Han habido años que se han llevado las

mismas comparsas. Este año vinieron, creo que tres nuevos, pero todos han

dejado por... por... no porque se deba, sino que se ha dejado, han entrado otros,

han tenido otra oferta más interesante y se han quedado, pero en general hay

muchachos que tienen veinte años con nosotros. Se dedican a eso. Pasa que es

gente que así como esquila, es gente que necesita. O sea hacen la zafra y eso,

185

no? Y hay otros que van intercalando con otras cosas, entonces si de repente

tienen otra oportunidad... y bueno no salen.

- ¿Tú vives todo el año de esto, o tienes alguna otra cosa?

- No, yo trabajo con mi padre. Trabajo todo el año en esto y transporte. Yo soy

mecánico. Soy mecánico y me gusta la mecánica, pero soy también chofer;

tengo profesional de camiones, o sea yo tengo libreta profesional.

- Claro, porque esto se corta ahora en diciembre y después...

- Este año estamos con los corderos gordos, esos... para exportación y nosotros

los hemos hecho (esquilado), hay otros que no los hacen, o sea no han tenido

oportunidad... Y después, en cualquier parte del año uno esta abierto, sí que...

no es la temporada. Tiene sus fechas. Tiene un cliente, mi padre, que se dedica

a eso, a engordar y exportar corderos gordos. También se hace desoje, todo lo

que es relacionado con la esquila. Ahora como la lana ha bajado, al productor no

le da, entonces eso ha bajado también en invierno. Se esquilan corderos gordos,

porque al productor le deja un buen dinero, como ellos mismos dicen.

- Pero si se para la exportación, esta todo parado...

- Esta todo parado, exactamente. Todo depende de la salida y hasta de tener las

praderas, porque los corderos son engordados a pradera. Todo depende de un

montón de cosas. Hay gente que esta ocupada y no puede. Nosotros hemos

andado bien en eso. Este año esquilamos como cuatro mil bichos, no me

acuerdo bien -antes de la zafra-... y ahora estamos en zafra.

- Después ahora en febrero y marzo, arrancan con los corderos... o no?

- En el caso de nosotros arrancamos más tarde. Por los clientes. Hay gente que

tiene corderos prontos para marzo y hay otros que no. Este muchacho que

nosotros le esquilamos, no sé... los tiene más tarde... junio, julio, agosto. El

cordero gordo se hace trimestralmente. Ellos lo preparan... y hay algunos que lo

tienen pronto en esa fecha, otros no. Nosotros hemos arrancado más tarde

siempre. Hay otros maquinistas que han esquilado en febrero...

- O sea que más o menos estás todo el año en la vuelta de esto?

- Todo el año. Seguro. Me dedico a eso, eso y el transporte. Después arroz.

Aquí en la zona arroz. Y bueno cuando estoy parado en mi casa hago mecánica

186

también, pero eso lo hago más bien... Yo estoy en esto. En esto y para esto. En

la máquina.

- Pero no sólo la máquina, también en la organización, porque tenés que hablar

con los productores, tenés que...

- O sea cuando uno es maquinista esta en todo. O sea, el maquinista no es

solamente ponerse atrás de la máquina. El maquinista tiene que hacer todo. Si

me toca lo hago.

- Más o menos tenés idea de cuántas ovejas esquilan en cada zafra? Sacando

cuenta de que se esquilan aproximadamente 600 por día - como me dijiste - y

tres meses, que serían 100 días estamos hablando de 60.000 ovejas...

- No, no. No. Pero el promedio es más bajo.

- Por los días de lluvia y...

- Desde el momento que uno se mueve hace de repente un promedio de 300

ovejas por día. El año pasado hicimos 450, creo que fue.

- Esquilando cuantos días? Cien días.

- No, no. Menos. Cuarenta días.

- O sea, cuarenta por cuatro, dieciséis.

- Sí, se baja el promedio porque el promedio cae por un montón de cosas.

Transporte... Ayer nomás salimos... terminamos de mañana, de tarde y vine acá

y esquilé... ochenta ovejas se esquilaron, más o menos. O sea, toda la tarde fue

de viaje. Bueno y hay cosas... una tijera...

- Si cae mucho rocío, tenés que esperar...

- Exactamente, depende del productor, hay gente que no te echa (la majada

para esquilar) con rocío, hay otros que sí echan. Que eche o no eche, depende

de él. Entonces es muy variable. Eso sí que no hay nadie que lo diga. Es

impredecible. Depende del tiempo. Si uno dice, está en una estancia donde

están equipados, donde haya techo...

- ... seguro, de repente encierran en la noche y...

- Nosotros hemos ido a establecimientos donde hay. Encierran y uno sabe que

tiene la mañana asegurada, pero... aquí no hay nada.

187

Depende también de las condiciones de las ovejas. Las ovejas, si están feas de

esquilar, el esquilador baja el rendimiento, es normal eso... y si está linda

aumenta. Si uno agarra una majada fea se nota que baja el rendimiento. O sea

es imposible... (calcular el rendimiento).

- Pero más o menos sabés cuantas se esquilan por temporada?

- Sí, nosotros este año vamos a andar alrededor de las 20.000. 20.000 animales,

no vellones, porque vamos a llegar con corderos. El año pasado se esquiló creo

que 19.000 y pico, algo así. Pero cinco años atrás esquilábamos 29.000 o

30.000. Se ha ido reduciendo.

- El cordero, más o menos durante el año, cuántos llegan a esquilar?

- Bueno, la esquila fuera de zafra, el año pasado esquilamos como 4.000, pero

hemos esquilado otros años hasta 8.000 entre corderos y pre-parto, eso es muy

variable.

.- .. y capones?

- No, capones poco. El capón ha bajado, porque como el capón lo usan para la

carne y eso, el capón ha bajado mucho. Oveja, borrego y cordero. Como la lana

no vale.

- Y en la comparsa, ¿son como trece, no?

- Con la de seis tijeras, somos trece. Esta máquina se hace de ocho. El año

pasado salimos con siete tijeras, pero se puede llevar a ocho. Este año somos

trece.

- Así que entonces la gente tiene las tareas conocidas?

- En esto, es como cualquier trabajo.

- No te podés quedar en mitad de la correntada...

- A claro, si viene uno desconocido, que uno no lo conoce, que no sabe si sabe,

eso puede ser... en la esquila se necesita mano de obra especializada. Como

que uno tenga un taxímetro y vaya y ponga un herrero. Tiene que ser un tipo

que sepa. Gente que sepa hacer el trabajo. Que ya haya trabajado en algún

lado.

188

- Por eso te decía, la parte mecánica de reparar la máquina, la parte de personal

de más o menos armar el cuadro, la parte financiera... que la comida, que los

impuestos, que los sueldos, que bueno que me falta, que conseguir...

- Después el trato con el dueño del establecimiento.

- ... y aparte de eso la locomoción...

- Yo en este caso, hago todo. Soy el chofer. Hay gente que no tiene ni camión y

bueno, pagan el transporte.

- Tuviste un buen maestro... cuarenta años a tu padre.

- Seguro, yo aprendí. El sabe. Puede ser que haya otro que ande mejor... no sé.

Yo tengo un tío también que tiene máquina grande.

- Ya viene de familia.

- Nosotros estamos igual quince, diecinueve días sin ir al pueblo.

- ¿Vos tenés la familia en el pueblo?

- Sí. Nosotros salimos, pero si llueve, no volvemos. Solo en caso de urgencia.

Hay otros que vuelven, yo no. Soy el primero que sube al camión y soy el último

en bajarse.

- Es una actividad que te gusta, no?

- A mí me gusta. O sea, tengo vocación, pero también tengo responsabilidad.

Hago las cosas a mi criterio, no es que a mí se me antoje eso y... no, las cosas

hay que hacerlas como hay que hacerlas. Sé lo que tengo que hacer, o creo que

sé lo que tengo que hacer porque cuando quedo al frente se trata de hacer

funcionar.

- ... que no debe de ser fácil...

- Es como todo. Hay que estar. Hay que estar empapado en esto. Fácil no es,

no. Si no cualquiera lo haría, y nadie habría desaparecido... pero con esta crisis

tremenda que ha habido.

....

Después de una parada de tres y media a cuatro, dónde en esta máquina se les

da un refrigerio, avena y en otros casos se ha dado cascarilla o también se ha

dado cocoa otras veces también. Y después de tarde la cena, a las siete, siete y

algo.

189

- Y eso, lo proveen ustedes o ha habido algún arreglo con el establecimiento?

- No, no. En este caso el establecimiento lo único que nos aporta es el animal. El

animal va por cuenta del establecimiento y el agua. Demás el resto va todo por

cuenta nuestra. En este caso, en otros casos los maquinistas han arreglado que

son mantenidos. Pero nosotros nunca lo hemos hecho. En este caso de esta

empresa trabaja todo así.

- Te da otra independencia porque bueno, sabés que comés bien y...

- Nosotros lo hacemos así. Yo encuentro que es lo normal. Porque que lo

mantengan a uno no esta bien.

- Y cómo te arreglás con eso? Cuando salen ya tienen una plata?

- Hay que tener banca. Vas cobrando y vas pagando.

- No, pensé que de repente sacabas algún crédito en el banco...

- No, no. Porque ahí sí que nunca más.

.- .. o sea que la vas llevando, a medida que vas cobrando... Arrancás con un

capital para moverte.

- Ah sí. Y cuesta más, yo que sé, la herramienta. Es imponente. Como ser,

veinte dólares cada peine y de herramientas mil dólares. Hay quienes pagan a

treinta días, sesenta días a bajo interés, como es normal. Yo si me hiciera cargo

de hacer eso, lo haría así. Mi padre trabaja contado.

- Así que nueve años... por lo que me contabas.

- Aquí en la zona. Mi viejo hace cuarenta años que está trabajando.

- O sea que se han ganado un respeto...

Señalamos que él está encargado de la máquina de esquila. Su padre - dueño

de la misma - visita esporádicamente la comparsa. En esta oportunidad, así lo

hizo, junto con nosotros -equipo de investigación- y un técnico del SUL.

Durante el mediodía, su padre se sentó integrando un sub-conjunto con el

técnico mencionado y él no participó de este sub-grupo.

Durante la jornada laboral, sentado, observaba el trabajo realizado. En algunas

ocasiones realizaba su tarea de afilar los peines y cortantes de la máquina y

190

revisar el estado general de la misma. Si bien su padre estaba en el mismo

galpón, luego de haber intercambiado algunas impresiones en la mañana,

cuando éste - el padre - llegó, no se establecieron comunicaciones posteriores

entre padre e hijo e inclusive los lugares desde donde observaban la tarea eran

diferentes.