El mejor regalo

Un día por la mañana, estaba Juan

con su amigo, el extraterrestre,

que se llamaba Maped en el salón

y como vino a su casa a vivir, les

explicó de donde venía y qué era

lo que hacía en ese sitio. Les

empezó a explicar que él vivía en

un planeta que se llamaba Júpiter

y allí se vivía igual que en la tierra,

pero con otro tipo de personas.

Les dijo que también se celebraba

la navidad, con regalos que

comprar para un hijo o hija.

Al día siguiente, con Maped, fueron

al supermercado a comprar con su

madre y Juan. Como siempre, le

estaba diciendo a su madre que le

comprara los juguetes que a él le

gustaban. Ella no quería comprarle

nada, porque todo lo que a él le

gustaba costaba mucho dinero.

Entonces no se lo compró, pero en

una tienda de juguetes, había un

perro interactivo que le encantaba a

Juan y al final, su madre no se lo

compró.

Cuando salieron del supermercado, Juan y Maped, vieron a la gente comprar regalos para el veinticinco de diciembre, mientras que su madre no le compraba nada. Él creía que al final, este año se quedaría sin regalo, porque su madre no le compraba nada. Por eso miró a Maped, porque el leía el futuro y le preguntó si se quedaría sin regalo este año, pero Maped se calló y no dijo nada.

Al día siguiente, fueron a comprar con su padre al mercadillo. Había por allí una tienda de gafas de sol y Juan siempre había querido unas, para parecer más chulo en el colegio y su padre le dijo que sí, pero... . Cuando el padre miró el precio de las gafas que le gustaban a Juan, no se las quiso comprar. Al final, Juan se quedó sin gafas y se fue llorando para su casa. Iba muy triste y todavía sin regalo de navidad.

Cuando llegaron a casa, Juan vio un regalo debajo del árbol de navidad y era que este año se habían adelantado sus padres para comprarle algo, pero sin que él se diese cuenta. Por eso quiso dejarlo hasta el día de navidad, para abrir todos los regalos que le estaban comprado sus padres, que seguramente serían muchos. Se lo escondió bajo la cama y se fue a la mesa a cenar con sus padres y Maped, que también él recibía regalos.

Antes de irse a cenar, Juan fue al servicio y aprovechó su padre para decirle a Maped que no podía decirle a Juan cuántos ni qué regalos le iban a comprar, porque se supone que en navidad te sorprendes con los regalos que te hacen. Mapedcontestó que no se lo iba a decir, por mucho que se lo pidiese. Ya salió Juan del baño y se fueron por fin, todos a la mesa a cenar, donde Maped se tenía que callar para no decir qué le iban a regalar sus padres.

Cuando ya estaban en la mesa para comer, tocaba la comida preferida de Juan y de Maped, una tortilla de patatas. Empezaron a comer y fue todo muy rápido porque como era su comida favorita se lo acabaron en dos minutos. Menos mal que se acabaron pronto la comida, porque sino a Maped se le hubiera escapado decir lo que le iban a regalar sus padres.

Luego, cuando llegó la hora de irse a la cama, su madre, como todos los días, les empezó a leer un cuento, que a él siempre le gustaba. Cuando por fin, Juan se quedó dormido, su madre le dijo que no podía decirle a Juan lo que le iban a regalar sus padres, por eso prometió no decirlo, porque le iba a regalar su madre.....

Al día siguiente, fueron a un museo que estaba cerca de su casa en el que había muchas cosas interesantes y también muy raras que a Juan y a Maped le encantaban. Lo que más le llamó la atención a Juan fue un árbol de hojas rojas que caían sobre el techo del museo. Juan aprovechó para estar solo con Maped, y le preguntó que qué le habían comprado sus padres por navidad, pero él no habló.

Por la tarde, que era el cumpleaños de Juan, le dieron una sorpresa en su casa, con una fiesta, en la que estaban todos sus amigos. Él no esperaba una fiesta de cumpleaños normal, porque siempre que se celebra en su casa, le pasa algo malo a él, por eso estaba un poco asustado. Al darle su padre el regalo, explotó y era porque dentro había petardos, pero todos se habían explotado.

de

Después del cumpleaños salieron corriendo todos juntos a un observatorio que estaba bastante lejos de su casa, pero fueron porque se acordaron que hoy había luna llena y todos los días de luna llena van al observatorio de estrellas y planetas. No es que fueran porque a ellos le gustaba, sino porque a Maped le gustaba ver su planeta y las estrellas que lo rodeaban, para acordarse de todas las cosas que hacía allí.

Cuando llegaron a donde estaba el observatorio de estrellas y planetas, que estaba muy alto, vieron la luna, el sol, y el planeta de Maped, Júpiter, que era muy parecido a la tierra. En verdad era exactamente igual que la tierra, pero con otro tipo de personas, como les contó la primera vez que vino a casa de Juan, el mejor día de su vida. Juan se dio cuenta de que no necesitaba un regalo de navidad, ya lo tenia.

Al día siguiente, veinticinco de diciembre, le trajeron sus padres los juguetes que a él le gustaban, el perro interactivo, un balón de fútbol y unas gafas superchulas. Pero se dio cuenta que esos no eran regalos de verdad, eso no eran los regalos que él quería, el que quería de verdad era un buen amigo, ese era de verdad, para él, el mejor regalo.

Marina C. A.