Upload
roberto-macias-molina
View
226
Download
2
Embed Size (px)
Citation preview
El mes de octubre tiene dos “objetivos”: por un lado “las misiones
que forma parte de nuestro ser cristianos”, por el otro “el mes del Rosario, de antigua tradición, que nos invita a una vida de
oración contemplativa”.Estos dos temas, se complementan porque necesitamos una vida espiritual intensa y oraciones para vivir testimoniando a
Jesús Resucitado y anunciarlo a las personas de nuestro tiempo.
La misión fundamental de la Iglesia “es siempre la de anunciar la Palabra de Dios que resuena en el corazón de los fieles, testimoniada y vivida, que debe aparecer en toda la
vida del pueblo de Dios”.
Todos nosotros nos convertimos en seguidores y
misioneros partiendo de la Gracia que
recibimos de Dios a través del Santo Bautismo.
A partir del conocimiento de la Gracia de Dios,
adoptada en el corazón de los que
buscan la solidez de la revelación
divina en sus vidas, se percibe
la necesidad de la misión.
Ser misionero es, un gran compromiso que el cristiano asume a favor
de la realización del Reino de Dios, en el que las criaturas creadas por Él deben proclamar y dar testimonio de su propia fe, llevando al conocimiento de todas las personas la Palabra
de vida que cura, libera y salva.
En estos tiempos de dificultades para la misión de la Iglesia, que sufre diversas persecuciones en el mundo, no es fácil
estar presente en la sociedad en la que una minoría prefiere que 'se olvide a Dios'.
En el discernimiento de 'los signos de los tiempos', vemos la necesidad
de una 'nueva evangelización' y la valentía de proclamar lo que creemos
y lo importantes que son los valores anunciados por los misioneros.
Para ser misioneros no es necesario entrar en una orden religiosa y profesar los votos
para ser enviados a una tierra lejana donde Cristo
no ha sido anunciado todavía.
La misión, es inherente “a todos
los bautizados”, y “debemos actuar como verdaderos
misioneros en el entorno en el que
vivimos, comenzando por nuestra familia
y comunidad, en la que ejercitamos nuestro
apostolado”.
Santa Teresita del Niño Jesús, recordó además el arzobispo, “no salió nunca del Carmelo, pero fue una gran misionera,
aleccionada por sus continuas oraciones, por su espíritu misionero que
llevaba como inquietud en su corazón y desde lo profundo de su amor por Dios”.
En este contexto, el mes de octubre
es “un momento para reforzar la acción de rezar y ayudar por el
buen resultado del trabajo de los misioneros que están
en misión en tierras muy lejanas de su país o ciudad de origen”,
además de “la oportunidad de hacer que nuestra misión cotidiana pueda
surtir los efectos necesarios en el corazón de todos
los fieles, para que procedan buscando cada vez más la
cercanía con Dios”.Texto: Monseñor Orani João
Tempesta
Los archivos del mes puedes descargarlos en:http://siembraconmigo.blogspot.com/
Si deseas recibir archivos de Espiritualidad Católica envía un correo sin asunto y sin texto a:
Servicio Gratuito