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El Misterio de La Luz de Mafasca R-006 Nº117 - Mas Alla de La Ciencia - Vicufo2

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Page 1: El Misterio de La Luz de Mafasca R-006 Nº117 - Mas Alla de La Ciencia - Vicufo2

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#T{"*ee-fu-{trF4lF§ M af asca esuna amplia llanura de tierrasprácticamente sin cultivarque separa el núcleo urbanodel bello municipio de Anti-

gua de su zona costera y turística.En otro tiempo, las tierras de Mafas-ca suministraban a los vecinos elsustento de la explotación agrícolapero el avance del turismo las ha re-legado casi al olvido, algo que no haocurrido con el misterio que lleva sunombre: laLuz de Mafasca.

La Luz de Mafasca podría serdescrita como una pequeña bola si-milar a la luz de un cigarro encendi-do, cuyo tamaño no sobrepasa de-masiado al de una pelota de tenis alagrandarse. La luz, generalmente,no emite destellos ni parpadea, yaunque ha sido descritá con tonali-dades azules y verdosas, la maYoríade los testimonios señalan el rojo yel naranja como sus colores habitua-les. Sus apariciones se producendurante todo el año y siemPre denoche, y su comportamiento inofen-sivo denota inteligencia ya que lamisteriosa luzha tenido por costum-bre surgir en la lejanía, desplazándo-se a gran velocidad hasta situarse apocos metros, en ocasiones centí-metros, de los testigos, Y acompa-ñarles en su camino, a veces duran-te horas. Asíde insólita y desconcer-tante es laLuz de Masfasca, que seintegra en la sociedad mahorera apartir de una leyenda que sitÚa suorigen en el siglo XVll. SegÚn cuentala tradición oral, en esos años existíauna adinerada señora en la zona deJandía que tenía entre sus muchaspropiedades a dos esclavos que unbuen día se cansaron de la vida que

llevaban y escaparon, huyendo ha-cia las tierras de adentro, hacia elcentro de la isla.

Empero, el desconocimiento de lazona y la escasez de alimentos leshizo sucumbir a una tentación queterminarían pagando muy cara. Sedice que en su huida encontraron uncarnero que inmediatamente mata-ron con el fin de comérselo y que,ante la falta de leña, terminaron re-curriendo aunacruz de madera, ac-ción que de inmediato fue castigadacon la pena eterna de sus almas,que vagarían en forma de luz. Segúnla tradición popular, en ocasiones in-cluso se ha visto también al carneroy se han escuchado sus cadenas yberridos.

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lnvestigar la historia de tan extra-ñaluz fue, en suma, uno de los moti-vos de nuestra visita a Fuerteventu-ra, a fin de intentar recoger el mayornúmero de testimonios y tradicionespopulares sobre ella, tarea que nosfacilitó en gran medida ZacaríasGonzález, concejal de Cultura delAyuntamiento de Antigua, cuyo inte-rés en ella comprenderíamos al cabode unos pocos minutos de conver-sación.

Y he de adelantar ya que la llama-da Luz de Mafasca no es un fenó-meno marginal, de origen incierto Ytestimonios sólo aportados por per-sonas crédulas o supersticiosas. Porel contrario, se ha convertido, con elpaso de los años, en un auténticosímbolo y en parte indiscutible de lacultura de un pueblo que ha podido

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convivir con el misterio e integrarlocon "normalidad" en su sociedad.

Un claro ejemplo lo encontramosen una de las asociaciones cultura-les más activas de la isla, que llevapor nombre Colectivo Mafasca enhonor al insólito enigma, mientrasque por el municipio se encuentranrepresentaciones del fenómeno has-ta en los murales callejeros. Es des-tacable tarnbién que se haya diseña-do un logotipo de la luz que apareceen la cartelería de las diversas edi-ciones de la Feria lnsular de Artesa-nía, el evento artesanal más imPor-tante de Fuerteventura, o en revistasy folletos informativos.

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La casuística que rodea este mis-terio viene avalada por cientos detestimonios distribuidos a lo largodel último siglo. Sin embargo, aun-que resulte arriesgado hacer estaafirmación, es muy probable que losantiguos aborígenes de la isla deFuerteventura, los mahos o mahore-ros, también fuesen testigos de lasapariciones de extrañas luces, quepor sus características posiblementehabrían divinizado al relacionarlas dealguna manera con el Sol, al querendían culto y del que partían losmaxios o seres espirituales que enocasiones se hacían visibles.

No tenemos evidencia de ello,aunque la tradición oral relativa a las"luces populares" (término acuñadopor Javier Sierra y Jesús Callejoen su libro La España extraña Paradefinir estos fenómenos) así parecesugerirlo en Canarias. El etnógrafo e

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historiador canario Juan Bethen-court Alfonso, en su tratado Histo-ria del pueblo guanche, describe uncurioso fenómeno que podría estarrelacionado con el que nos ocupa:"En esta isla, precisamente, se co-noce todavía con el nombre de'carreras de /os maxios' un extra-ño fenómeno que tiene lugar enlas amanecidas de ciertos días,en un llano junto a un acantiladoque da al mar en Bayuyo, costadel pueblo de La Oliva. Consisfeen formarse a ras de la llanuracompañías y batallones de nube-cillas, semejando hombres carga-

dos de leña que, después de evolu-cionar en distintos sentidos comoatacando o persiguiéndose, siempreconcluyen por irse arrojando de ca-beza al mar unos tras otros; desva-neciéndose tan original fenómenocon la salida del sol, como sobre elterreno me lo aseguraron algunos."

Es posible que el fenómeno fueseinherente al lugar y que los testigoslo interpretaran en función de su cul-tura y contexto histórico. De hecho,la luz ha sido identificada durante elsiglo pasado con un alma en pena.

El mismo autor efectuó a princi-pios de siglo una amplia encuestaentre la población canaria, en laque recabó interesantes datos so-bre creencias populares. El resulta-do de las mismas lo publicó en sulibro Costumbres populares de na-cimiento, matrimonio y muerte, enel que da cuenta de varios testimo-nios sobre la Luz de Mafasca rela-cionándola con la tradición de lasalmas en pena. De esta manera, le-emos la siguiente referencia: "Enesta parroquia y cercanías dicenque se aparece un ovejón, el cual

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A la izquierda de esfas líneas,Petra Padrón, una de las úlÍimasque han visto la luz. Arriba, JoséMelián, ailesano de Antigua que

también uio la luz; y a Iaderecha, Dominga García se

apoya en un puente que "locó"la luz hace unos años.

recorre fodos esfos sitios, dan-do fuertes y grandes estornudos

que atemorizan a fodos los veci-nos y viajeros. También dicen quese aparece una luz que, con unavelocidad increíble, va desde lascosfas a los pueblos, de ésfas a /osriscos, y que ha perseguido a mu-chos pastores."

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Aunque Petra Padrón tiene en laactualidad 67 años no ha podido ol-vidar su experiencia con la Luz deMafasca, a la que pudo ver en com-pañía de otras cuatro pe.rsonascuando tenía 10 años. "Regresába-mos de dejar al ganado en las mon-tañas, a eso de las 9 de la noche,cuando vimos la luz a lo lejos. A me-dida que nos acercábamos nos di-mos cuenta de cómo saltaba de unlado para otro a gran velocidad sindejar estelas ni cambiar su color roji-zo. De vez en cuando cambiaba detamaño, haciéndose del tamaño deuna estrella o mucho más grande."Nuestra amable y vitalista testigo nola ha vuelto a ver desde entonces,

pero ha conocido a muchas perso-nas que la han tenido a escasos me-tros de distancia.

Por su parte, José Melián, un po-pular artesano de la madera delmunicipio, nos relató cómo vio atan escurridiza luz cruzar de unamontaña a otra: "Separadasunos dos kilómetros, con unagran rapidez, justo enfrente demi casa". Sin embargo, Meliánconserva vivo el recuerdo de laexperiencia que vivió su padre yque éste siempre le repitió. "Mi

padre se levantó de madrugada parallevar unos camellos a una de nues-tras fincas cuando vio cerca de lacasa de un vecino una luminosidadque le pareció la de una hoguera...Pero después se dio cuenta de quela luz estaba algo más lejos y quecomenzaba a aproximarse hastadonde él estaba. Se colocó comouna hoguera delante de su camino,en un cruce, dividiéndose en dospartes y asustando a los animales.Así estuvo un rato hasta que, segúnme contó mi padre, comenzó a apa-garse hasta quedarse del tamaño deun cigarro y desaparecer."

Junto a estos valiosos testimo-nios destaca también el de JuanÉvora, alcalde del municipio de An-tigua: "Sl, en una ocasión la vi muycerca de mí. Tan cerca que yo cretque era un señor que venía hacia mi

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casa con un cigarrillo en la ma-no... Hasta le hablé, diciéndole:'Caramba, hoy ha subido tem-prano', parándome para esperara que el señor del cigarro seemparejara conmigo. Entoncesme di cuenta, pero la luz me si-guió, elevándose y parándose ala altura aproximada de una chi-menea más o menos, desapare-ciendo después".

COrltrP§ÑIER¡[EEBffUAIT

Otros testigos como LuisHernández Morales contaronen su momento cómo la Luz deMafasca se había convertido enalgo normal hasta el punto "deacompañarme varias veces porfuera del coche". Según pudi-mos averiguar, la simpática luztambién se había acercado añosatrás al turismo de un popular curade la zona, conocido como DonSantiago, que por la impresión apunto estuvo de perder el control yllevarse un disgusto. Otra aproxima-ción a un coche tuvo lugar en el oto-ño de 1992, cuando la luz se situóparalela al cristal de la pueña traseraderecha de otro vehículo. "Era comouna esfera 'porosa' -nos describie-ron los dos testigos-, como un panalde abejas o una pelota de golf decolor rojo. Era algo así como la brasade carbón ardiendo sin llama. Su luzno destellaba, desapareciendo al ca-bo de un minuto o algo más."

Un testimonio muy similar al ante-rior nos lo suministró el jefe de laPolicía local de Antigua, Juan To-rres Alberto, quien ha tenido tresencuentros con la luz. En el último,la luz se le apareció a él y a un ami-go cuando regresaban desde Pie-dras Negras a Antigua, nada menosque durante cinco kilómetros. '§i re-ducíamos o aumentábamos la velo-cldad -nos explicó-, la luz, que iba anuestra izquierda, dando saltos consu color rojo intenso, también lo ha-cía." A pesar del puesto de respon-

Hasta los murales callejeros deAntigua recogen la imagen de la "Luz

Mafasca". Abajo, a la izquierda,casino de la ciudad visitados por la

Luz, y cruz parecida a la que dio lugara su leyenda.

sabilidad que ocupa, Torres no en-cuentra ningún problema en hablarde sus experiencias "ya que por aquítodo el mundo conoce el misterio deesta luz. La primera vez que la vi fuecon mi madre -nos asegura el agen-te-, mientras cogíamos lentejas denoche cuando tenía 14 años, aunqueel gran susfo me lo llevé años des-pués, cuando me salió al paso alborde de un barranco que cruzó enun abrir y cerrar de ojos. La verdades que tuve tanto miedo que regresécorriendo sobre mis pasos y a gol-pes casi tumbo la puerta de uno delos amigos con los que minutos an-tes había estado".

Aunque es lógico que un fenó-meno como éste pueda infundir enun primer momento un cierto gradode temor ante lo desconocido,nuestro testigo asegura que laIuz nunca ha dañado a nadie yque hasta el momento los ar-

chivos policiales no recogengún atestado sobre la misma.

¡IMJÍ. PÁT.EI).E .E I¡E LUZ!

En el verano de 1992 Ana Ma-ría Delgado se encontraba, juntoa dos matrimonios amigos, pes-cando en la zona conocida comoEl Cotillo, en la costa de Jandía, auna considerable distancia de An-tigua. Era de noche y, mientras loshombres cogían unos cangrejos,las mujeres conversaban en el in-terior del Land Rover, hasta que alo lejos vieron una pequeña luzque se acercaba: "En un primermomento pensamos que era unapersona que venía hacia nosotras,pero pronto nos dimos cuenta deque venía demasiado alta comopara que fuese alguien con una lin-terna. Al llegar a nuestra altura,

aquella lucecita dio un tremendo fo-gonazo e iluminó de color roio el in-terior del coche".

Todo ocurrió, según Ana María,en cuestión de segundos, ya que laluz recuperó su tamaño y se fuedando saltitos. "Los maridos demis amigas subieron corriendo ha-cia el coche porque pensaron queles habíamos estado haciendo se-ñales. Cuando llegaron, aún tuvie'ron tiempo de ver a la pequeña luzalejarse." Aunque no les causó nin-gún daño, la impresión fue sufi-ciente para terminar con su interésen la pesca nocturna.

Otros testigos también la han teni-do a escasos centímetros de distan-cia. Así sucedió con Dominga Gar-cía, quien recuerda, a sus más de

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setenta años'. "Primero la vi al filo dela Villa de Betancuria, cuando regre-sábamos de un baile, e inmediata-mente se acercó a mi hija y a mí, co-locándose en la esquina de la casa,junto alposfe. De esfo hará unos 20años o más. Otra vez nos salió al pa-so cuando salimos delCasino, dandosa/fos hasfa colocarse al lado de mipierna izquierda, a menos de 20 cen-tímetros. Era del tamaño del foco deuna linterna, roja, y se estuvo quietamientras nosotras lo estuvimos.Cuando seguimos caminando, nossiguió de nuevo hasta fuera de mi ca-sa". Dominga reconoce que no sintiómiedo en sus encuentros ya que seacostumbró a una luz que nunca lecausó ningún daño, no hacía ruido y,además, era vista también por otrosfamiliares y amigos. Su última obser-vación Ia data en torno a 1983, "a laaltura del cementerio, dando sa/tosde un lado para otro".

Además del valor indiscutible delos testimonios aportados hasta elmomento, suficientes. para avalar elfenómeno, MÁS ALLA DE LA CIEN-CIA obtuvo uno más que, por suscaracterísticas, podríamos conside-rar único en el mundo. El protago-nista del mismo, Domingo AlbertoBrito, nos dejó de piedra cuandonos contó, con una mezcla de picar-día y complicidad, cómo le dio unasolemne patada ia la Luz de Mafas-ca! La historia no tiene desperdicio yse mantiene fresca en la mente deDomingo, quien a sus 83 años es unhombre conocido y respetado, ex-perto en el deporte tradicional delPalo Canario y con mil historias quecontar a sus espaldas.

Las peripecias de la luz ya no sor-prendían a nuestro testigo de excep-ción, a pesar de que en ocasiones lle-gó a acompañarle durante kilómetrosa unos dos metros de distancia. Co-

Nuestro compañero, toséGregorio González junto a

Dotningo Albeilo, eI hotnbreque dio una patada a la Luz

Mafasca. AIa derccha de esúaslíneas, uno de los escenarios

de sus apaficiones,

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nocía la gran velocidad que podía al-canzar y las zonas que podía recorrer,"apareciendo en la montaña, bajandohasta el molino, pasando por el ce-menterio y la iglesia, y tomando rum-bo a Mafasca y la costa". Pero lo queno podía ni sospechar fue su propiareacción: "En 1941 vivía en Betancuriapero había venido a las fiesta de Anti-gua. Cuando regresaba a mi casa, vila luz a lo lejos, sobre una loma, por loque aceleré el paso, pero al momentoya estaba cerca. A la altura de un pe-queño barranco, la luz pareció bajar yyo aproveché para ir más deprisa co-giendo un atajo. Pero cuando llegué alfinal allí estaba la luz, paradita junto aun mojón y una pitera. De nuevo quiseevitarla, por lo que en vez de seguirpor el callejón que daba a mi casa ca-miné por la gavia. Cuando salí de lamisma salté al camino junto a mi casa,y la luz estaba de nuevo quieta, posa-da encima de una piedra que había enla entrada. Entonces se rne ocurriódarle una patada y, cuando lo hice, ¡seme quedó todo el pueblo de la Villade Betancuria encendido, como el'peso' del mediodía! Desde ese día nola he vuelto a ver".

El insólito juego que mantuvieronDomingo Alberto y la luz terminócon la pueda de la casa del primeroen el suelo, para sorpresa de su mu-jer, a quien tan sólo le dijo en aquelmomento que "había una luz ahí fue-ra que no me gustaba nada".

¿oónrox st tsco¡[Du?

¿Cómo abordar un fenómeno taninsólito como el descrito, concientos de testimonios coinci-dentes que además describenel comportamiento de la luz co-mo inteligente? ¿Es posible en-contrar acaso una explicaciónque vaya más allá de la alu-cinación colectiva, los fue-gos fatuos, el tan socorridocomo infrecuente fenómeno

bola, los reflejos, la confusión convapor de agua o el brillo de las pie-dras de Fuerteventura? La explica-ción popular le atribuye un origenespiritual, asegurando que se tratade un alma en pena.

También se la relacionó con lashistorias de brujas y aquelarres, de-mostrando con ello que cualquier fe-nómeno que ocurre en la Naturaleza,mientras siga siendo misterioso, re-cibirá una interpretación acorde conla cultura y las creencias de la co-munidad donde se manifiesta. Con-firma esta norma el hecho de que enlos últimos años se la haya vincula-do con el fenómeno OVNI y, másconcretamente, con las bolas defuego. Sin embargo, esa hipótesisse queda igual de corta que la quepretende explicarlo como emanacio-nes energéticas de la tierra relacio-nadas con fallas tectónicas y áreasde vulcanismo. El fenómeno geoló-gico es plausible en Fuerteventura yCanarias en general, pero ello no ex-plicaría el largo tiempo de observa-ción de la luz, las enormes distan-cias recorridas, el aumento y dismi-nución de su tamaño, el comporta-miento inteligente, etc.

¿Podría explicar el fenómeno lahipótesis de las luces de la Tierra,supuestas energías inteligentes liga-das a lugares de poder y vinculadasa las fuerzas de la Naturaleza, iden-tificadas desde antiguo con el mun-do de los seres invisibles? Quiénsabe. La Luz de Mafasca lleva añossin ser vista, según los mayores aconsecuencia de tanta luz eléctricay coches que apagan su brillo. Sin

embargo, su mágica histo-ria se mantiene viva no

sólo en la memoria delpueblo majorero si-

\ no también en surt\ J,'iñfil;'i"zidía a día. Lo ge-

' nuino es tan sim-ple como con-tradictorio. 6

de los rayos en

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34¿Tf;,NTASMASEN EL MUSEOREINA SOTÍA?Numerososernpleados deledificio han sidotestlgos de ello:el Muser¡ FleinaSofí* de Madridalherga un*

auténtica galería de'u§€res espectrales" que provienen dediferentes épccas" Y así lo ha confirmado nuestrccclahorador Luis Álvarez después de acceder a losresultados de una investigación llevada a ca*ro en el recintopor conocidos especialistas...

Primer Congreso l¡rternacional sobre la Felicidad,al que asistió nuestra compañera Carmen S. Fraile.

TORMENT.H, DEMETEORITOS§ntre la nnedianoche y larnadrugada de lss días'17-18 de Noviernbretodos podremos asist¡r aun insálito u'§oncierto

estela¡"': la torrnenta demete<¡ritos de lasLeénidas. 1,,!n fenómenoque se repite cada 32años y que en estaocasión -tal y corno nosexplica er¡ este reportajee!astnénomo GermánPuerta Flestrepo- prometeser espectacular.

Maria Pinar Merino duranteel Primer Congreso internacional

sobre la Ielicidad.

FELICIDAD:I..A UTOPÍá

I}yÍPERFECTff,No es un imposible porque

son muchas las personasque lo han logrado. Ser felizes un estilo de vida que estáen la mano de cualquier ser

humano: todo lo que hacefalta para conseguirlo se

encuentra dentro denosotros mismos. Al menosasí se puso de relieve en el

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A TI I,A MAQUINA DEL GRIAI,?l L seis siglos antes de nuestra Era se pierde definitivamente el rastro del- - § Arca de la Alianza, Según ciertas tradiciones cabalísticas, junto alArca**"9 se extravió también una misteriosa "máquina del maná", un ingenio

tecnológico capaz de sintetizar alimentos que, según Johannes y Peter Fiebag, vuelvea reaparecer en escena bajo la denominación de "Santo Grial". Este reportaje siguelos pasos de ese mítico objeto a través de los siglos.

7 Íl r,a MrsrERros* LUz DE tt,rArnsce,¡ l[¡l . Sus apariciones se producen durante todo el año pero

siempre de noche. Adopta tonos rojizos y naranjasaunque también azules y verdosos. No emite destellos

y va y viene como por arte de magia. Los habitantes de la localidadmajorera de Mafasca (Fuedeventura) ya se han acostumbrado a

convivir con un fenómeno extraordinario cuyos testigos se cuentanpor cientos. José Gregorio González nos relata tan singular historia.

¿QUE PODEMOS ESPER.ERREALIVIENTE DE I,.H, .H,CUPUNTURA?

Tres mil quinientos años de práctica médiea conresultados contrastados la han convertido en Ia

"estrella" de la Medicina TradicionalChina. Funcionaespecialmente bien para combatir el dolor, pero también paraafrontar muchas otras patologías consideradas graves par la

Medicina occidental. §in ernbargo, tal y eomo pone demanifiesto Antonio Muro en este texto, aún son muehos los

países -entre ellas el nuestro- en los que Ia acupuntura nodisfruta del reconocimiento que merece.

¡f¡ ,r PrRÁMIDES EN AT,EIVIANIÁ}( ( ¿Quién hubiera supuesto que en pleno corazónlJllJ / de Europa, en la frontera entre Polonia y

-§ Alemania, podrían encontrarse pirámides? Puesbien, esas construcciones -tímidas imitaciones de suspredecesoras egipcias- fueron construidas y orientadasastronómicamente por un excéntrico príncipe prusiano queordenó erigirlas a finales del siglo pasado. Daniela Walters yManu de la Torre dieron con ellas inesperadamente,y narran en este reportaje supeculiar historia.

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Pertenece a: Víctor Fco, Carrasco Ferradalnvestigador OVI\l

En Scribd me encuentras en/comoVictor Francisco Carrasco Ferrada,en VICUFO, en VICTOR o VICUFO2

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