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SEMANARIO FARMACÉUTICO, 337 EL MITR1DATO Y L A TRIACA. (Conclusión.) Galeno, que ba conservado el texto de la confección tranquila de Andrómaco, en su libro de Theriaca ad Pisonem alaba resuel- tamente al arquiatro por haber empleado la poesía á fin de pre- servar su composición favorita de toda alteración: menciona al mismo tiempo la receta de otra triaca que usaba Antíoco Filo mo- tor; fué descrita en verso por Eudemo y grabada en las puertas del templo de Esculapio. Giles ó Egidio de Corbeil, médico dé Felipe Augusto, en el siglo X I I dejó un poema manuscrito en latin sobre los medica- mentos compuestos, y en él se ocupa de la triaca de Andrómaco, Lorenzo Pérez, ilustrado farmacéutico de Toledo, publicó en cas- tellano un tratado de la triaca el año de 1575, impreso en su ciu- dad natal y dedicado al Ayuntamiento de ella; contiene este tra- tado noticias circunstanciadas de cuanto se había escrito sobre tan celebrado electuario, rectifica errores antiguos y hace apreciacio- nes exactas y atinadas sobre los diferentes simples que constituyen la monstruosa composición del médico de Nerón, Fragoso, laborioso médico toledano, contemporáneo de Pérez, también trató de la triaca y del mitrídato, en su obra latina de sucedáneos, recogiendo las advertencias de dicho Pérez, y algu- nos otros de nuestros compatriotas les siguieron (1). En el siglo siguiente Pedro Maginet, boticario de Salins, pu- blicó (1623) una traducción francesa del poema de Andrómaco, composición literaria tan extravagante é indigesta como la de la triaca misma, deteniéndose en los trociscos de víboras, que según el inventor del famoso electuario, eran el fundamento principal de su eficacia. Zuelfero, Saseno y Jungken estudiaron la triaca, y los dos primeros la reformaron.. Moisés Charas dio á luz en 1668, sobre la triaca de Andrómaco, un tratado completo, para el que le sirvieron de base, sin duda alguna, los escritos de Pérez y de Fragoso. Un siglo después, Giraud, médico, publicó (1769) una especie de prosa poética, titulada La teriacada 6 el orhietano Leodou, seguido de la Diabotonogamia, y divididos en muchos cantos. El Colegio de Farmacéuticos de Madrid hizo imprimir en la oficina de las Descalzas Reales la más luminosa y completa di- sertación acerca de la triaca, al paso que Beaumé propuso una reforma y simplificación razonable de tan célebre electuario, re- forma aceptada por muchas farmacopeas, y Schwilgue propuso reemplazarlo por otra composición, más racional sin duda, pero cuya eficacia no había demostrado. (1) Algunos extranjeros también se ocuparon de la triaca en el siglo XVI, como Buttner, Steliola, Turrisani, Bacio, Pontano, Dragoyavo, Carnerario, etc. JUNIO 24 DB 1881.—AÑO I X , NÚM. 43, 43

EL MITR1DATO Y LA TRIACA

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Page 1: EL MITR1DATO Y LA TRIACA

S E M A N A R I O FARMACÉUTICO, 337

E L MITR1DATO Y L A T R I A C A .

(Conclusión.)

Galeno, que ba conservado el texto de la confección tranquila de Andrómaco, en su libro de Theriaca ad Pisonem alaba resuel­tamente al arquiatro por haber empleado la poesía á fin de pre­servar su composición favorita de toda alteración: menciona al mismo tiempo la receta de otra triaca que usaba Antíoco Filo mo­tor; fué descrita en verso por Eudemo y grabada en las puertas del templo de Esculapio.

Giles ó Egidio de Corbeil, médico dé Felipe Augusto, en el siglo X I I dejó un poema manuscrito en latin sobre los medica­mentos compuestos, y en él se ocupa de la triaca de Andrómaco, Lorenzo Pérez, ilustrado farmacéutico de Toledo, publicó en cas­tellano un tratado de la triaca el año de 1575, impreso en su ciu­dad natal y dedicado al Ayuntamiento de ella; contiene este tra­tado noticias circunstanciadas de cuanto se había escrito sobre tan celebrado electuario, rectifica errores antiguos y hace apreciacio­nes exactas y atinadas sobre los diferentes simples que constituyen la monstruosa composición del médico de Nerón,

Fragoso, laborioso médico toledano, contemporáneo de Pérez, también trató de la triaca y del mitrídato, en su obra latina de sucedáneos, recogiendo las advertencias de dicho Pérez, y algu­nos otros de nuestros compatriotas les siguieron (1).

En el siglo siguiente Pedro Maginet, boticario de Salins, pu­blicó (1623) una traducción francesa del poema de Andrómaco, composición literaria tan extravagante é indigesta como la de la triaca misma, deteniéndose en los trociscos de víboras, que según el inventor del famoso electuario, eran el fundamento principal de su eficacia. Zuelfero, Saseno y Jungken estudiaron la triaca, y los dos primeros la reformaron.. Moisés Charas dio á luz en 1668, sobre la triaca de Andrómaco, un tratado completo, para el que le sirvieron de base, sin duda alguna, los escritos de Pérez y de Fragoso. Un siglo después, Giraud, médico, publicó (1769) una especie de prosa poética, titulada La teriacada 6 el orhietano Leodou, seguido de la Diabotonogamia, y divididos en muchos cantos. E l Colegio de Farmacéuticos de Madrid hizo imprimir en la oficina de las Descalzas Reales la más luminosa y completa di­sertación acerca de la triaca, al paso que Beaumé propuso una reforma y simplificación razonable de tan célebre electuario, re­forma aceptada por muchas farmacopeas, y Schwilgue propuso reemplazarlo por otra composición, más racional sin duda, pero cuya eficacia no había demostrado.

(1) Algunos extranjeros también se ocuparon de la triaca en el siglo X V I , como Buttner, Steliola, Turrisani , Bacio, Pontano, Dragoyavo, Carnerario, etc.

JUNIO 24 DB 1881.—AÑO I X , NÚM. 43, 43

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Después de las polémicas de que había sido objeto la triaca des­de el siglo X V I , especialmente por Guy-Patin, Kenandot, Rioland, Courtand y Guibert, Sebastian Colin y Pedro Brailler; de las disputas promovidas en Zaragoza y otros puntos acerca de la com­posición de los trociscos de víboras, todavía Borden, en sus inves­tigaciones sobre la historia de la medicina de 1764, hace elo­gios de la triaca, y asegura que es la obra maestra necesaria á la especie humana, opinión poco conforme con las ideas del presente siglo (1).

Ahora bien, desechada la triaca magna por completo en algunas farmacopeas de nuestros dias, simplificada en otras y abandonado casi por completo su uso, es menester convenir en que el esmero, la diligencia con que ha sido preparada por espacio de muchos siglos, han contribuido á que se hayan estudiado con detenimien­to las drogas que forman parte de su composición, lo que siempre ha redundado en beneficio de la materia farmacéutica. Así tam­bién los farmacéuticos ilustrados de todos los tiempos han tenido necesidad de estudiar, para cumplir con su obligación, las pro­ducciones naturales, y no es de extrañar que el eminente químico Dumas, dedicado en su juventud á la farmacia, como Balard, diga en el elogio de este, que leyó á la Academia de Ciencias de París el 10 de Marzo hizo un año, lo siguiente: «Las operaciones de la farmacia, no bastante apreciadas, constituyen la mejor de las es­cuelas para un espíritu penetrante y reflexivo; se dirigen sobre producciones procedentes de los minerales, de las plantas ó de los animales; enseñan á observar los resultados de su acción recí­proca, los efectos del aire, del calor y de los disolventes sobre ca­da una de ellas, es decir, á aprovechar para la defensa de la vida del hombre las materias y las fuerzas de que dispone. No permi­tamos que degenere esta profesión, que la Academia ha asociado tantas veces á sus trabajos; que opuso durante muchos siglos las lecciones de las cosas al espíritu de sistema; que disipó los delirios de la alquimia, precedió al nacimiento de la química moderna y dió esplendor al estudio de las plantas. Sus laboratorios más hu­mildes, testigos muchas veces de meditaciones solitarias y fecun­das sobre las leyes de la naturaleza, no perderían este privilegio sin detrimento de la ciencia del país.»

Balard, el descubridor del bromo, el que había utilizado los re­siduos de las aguas saladas para beneficiar las sales de potasa y de sosa, ántes despreciadas; el que había dado á conocer la verdade­ra naturaleza de los cloruros decolorantes, sin que nunca olvida­ra su origen farmacéutico, al que debía sus trabajos y sus ascen­sos, tuvo buen cuidado de advertir á su amigo Dumas, al estre -

(1) E n el catá logo de ciencias médicas de la Biblioteca nacional de París se citan unas ochenta obras que tratan d é l a triaca, y el Sr . Walter G. Piper, subredactor de) Químico y Droguero de Londres, tiene anotadas y a más de ciento cincuenta originales, sin contar las reimpresiones y traducciones.

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charle por última vez la mano: «No olvidéis que he sido alumno de farmacia.»

CÁELOS MALLAINA. (Restaurador Farmacéutico,)

C o r p o r a c i o n e s c i e n t í f i c a s .

SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. Sesión del 1.° de Junio de 1881.

Presidencia de D . Laureano Pérez Arcas.

Después de haber dado cuenta el Sr. Secretario de las co­municaciones recibidas, se pusieron sobre la mesa las publicacio­nes remitidas, y entre estas los números 33-35 del año I X del SE­MANARIO FARMACÉUTICO, como donativo de su Director D. Vicente Martin de Argenta.

Quedó admitido como socio el Sr. Osorio y Zavala. Presentó el Sr. Linares algunos ejemplares de fósiles recogidos

por él mismo en el terreno weáldico del escudo de Cabuérniga (Santander).

Dió algunos detalles el Sr. Vilanova de sus expediciones por Argelia con motivo de la reunión del Congreso para adelanta­miento de las ciencias, así como de las que ha efectuado úl t ima­mente por España.

E l Sr. ü h a g o n comunicó á la Sociedad el hallazgo en España de la ¡Sin/ifiezocera Laurasi L u c , coleóptero encontrado por p r i ­mera vez en Argel, después en Fontainebleau y en este año en Múnera (Albacete), de cuyo punto le han sido remitidos algunos ejemplares al Sr. ü h a g o n .

Expresó»el Sr. Pérez Arcas que el cuaderno 1.° del tomo X de los Anales se compone de 10 pliegos de impresión de las memo­rias, uno y medio de las actas, dos láminas litografiadas y un mapa expetológico. E l índice del mismo es como sigue: Quiro-ga.—Sobre el jade y las hachas que llevan este nombre en Espa­ña. Calderón y Arana.—Ensayos de geología general. La evolu­ción terrestre. Mac^herson.—k^xmi^ petrográficos de Galicia. Boscá.—Correcciones y adiciones al catálogo de los reptiles y an­fibios de España, Portugal é islas Baleares. ¿ZÁ^cm.—Especies nuevas del género Bathyscia, encontradas en Vizcaya. Simón.— Arachnides nouveaux ou peu connus des provinces basques. Si­món.—Descriptions d'arachnides nouveaux d'Espagne et de Por­tugal. Hillebrand.—SEMPERVIVUM MASFBRRERI; nueva especie de la ñora canaria. Masferrer y Arquimbau.—Recuerdos botáni­cos de Tenerife (parte segunda).

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ACADEMIA Y LABORATORIO DE CIENCIAS MÉDICAS DE CATALUÑA. Programa de gremios.

Para cumplir uno de los más importantes objetos de su institu­ción, el de estimular el estudio y solución de los problemas de la ciencia otorgando recompensas á los trabajos que á ellas se hagan acreedores por su mérito, esta corporación ha acordado abrir, como en años anteriores, público certamen sobre los temas que á continuación se expresan:

1. ° Presente y porvenir del parasitismo como claye explicativa de varios procesos patológicos.

2. ° Neoplasmas malignos; diagnóstico de los que corresponden á la cirugía, basado en la clínica y anatomía patológica, curabi-lidad de los mismos, medicaciones que reclaman y medios de lle­narlas.

3. ° Juicio crítico filosófico de las Farmacopeas españolas; y 4. ° Estudio farmacológico de los vegetales.

A l autor de la Memoria que más se distinga por su mérito en el desenvolvimiento de cada uno de los indicados temas, se le ad­judicará un premio, consistente en una medalla de plata con el nombre y escudo de la corporación, el nombre del autor, la fecha de la adjudicación y un diploma honorífico.

Habrá además un accésit para cada uno de los temas, consis­tente en un diploma honorífico.

Las Memorias estarán escritas en castellano y se dirigirán án-tes del 30 de Setiembre de 1881 á la Secretaría de la corporación, Paradís, 10, 1.°, acompañadas cada una de un pliego cerrado que contendrá el título y tema correspondientes á la misma.

En la sesión inaugural próxima se procederá á la apertura de los pliegos que contengan los nombres del autor premiado y se quemarán los demás.

Serán propiedad de la Academia los trabajos á los que se hu­biere adjudicado premio.

Caso de que la Corporación acuerde la impresión de algún tra­bajo premiado, se regalarán 200 ejemplares á su autor.

Barcelona 24 de Noviembre de 1880.=V.0 B.0=E1 Presidente, Bartolomé Eober.=El Secretario general, José Pagés .

A s u n t o s c i e n t í f i c o s .

E L ESPBCTRÓSCOPO

APLICADO Á LAS CIENCIAS QUÍMICAS Y FARMACÉUTICAS, f o r C o u l i e r .

(Centinuacion.)

Esto bien comprendido, supongo que la imágen del sol recibi­da sobre la ranura del espectroscopio esté situada de tal manera,

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que la imágen de la masa de hidrog'eno ocupe el tercio medio de aquella; es evidente que si divido mentalmente el espectro en tres partes ig-uales según su longitud, la parte media comprenderá las líneas del hidrógeno reforzadas y luminosas. Podría asimismo de­ducirse de su extensión la magnitud de la imágen de dicha masa de hidrógeno que se observa, j haciéndola variar de sitio, dibujar­la capa por capa.

Para la observación se puede colocar la ranura del espectros­copio paralela ó perpendicularmente al borde del sol. Si en la primera hipótesis se aleja progresivamente y en cantidades igua­les la ranura del borde, se observa en este caso, por ejemplo, una protuberancia de forma análoga á una montaña cónica; líneas l u ­minosas, cada vez más pequeñas, de las que la últ ima es un solo punto que corresponde al vértice. Estas líneas pueden ser transpor­tadas al papel, y es suficiente unirlas entre sí por sus extremos mediante una línea, para tener la imágen exacta del objeto que la ha producido. Si se opera con la hendidura perpendicular al bor­de del sol, se llega al mismo resaltado con una diferencia, y es que las líneas generatrices del dibujo son ordenadas.

Este método es general, pero es posible las más veces seguir otro más expedito. Se aumenta en ancho la hendidura, y aunque el espectro obtenido sea ménos puro, se puede á pesar de esto distinguir aún los contornos de la protuberancia y aun verla com­pletamente si no es muy considerable. Una vez dadas estas bre­ves explicaciones, volvamos á nuestra cromoesfera.

Hemos dicho que esta capa poco espesa es en cierto modo la epidérmis del globo solar; se la ha podido observar un instante durante los eclipses totales. Para verla con el espectroscopio, la ranura, que debe ser un poco ancha, se dirige tangencialmente al borde del sol y aun fuera del mismo. En el momento en que la cromoesfera entra en el campo del instrumento, la raya O (hi­drógeno) de Fraunhofer se ilumina con viveza. La superficie ex­terior está franjeada con irregularidad y recuerda la apariencia de las llamas. Su altura es de 10 á 15 segundos de arco y aun más, so­bre todo en los polos y cerca del Ecuador; sabido es que un se­gundo de arco subtendido para un objeto colocado á la distancia del sol supone una extensión de 700 kilómetros ó 185 leguas. Secchi compara estas escabrosidades á filetes que se dirigen en el mismo sentido, á la manera que el viento inclina las espigas del trigo. Su movimiento es incesante y se propaga con una velocidad sorprendente. E l aspecto rugoso del sol, notado por todos los as­trónomos, le compara á l a s hojas de sauce, granos de maíz, etc., es debido á irregularidades de la cromoesfera, en la que, á pesar de su pequeñez aparente, nuestro globo podría sumergirse por completo sin tocar al cuerpo verdadero del sol.

Protuberancia.—Cuando las llamas de la cromoesfera sobre­pasan 30 segundos de arco, reciben el nombre de protuberancias, las que pueden llegar á ser 54 veces el radio terrestre, ó sea la cuarta parte del diámetro solar, ú 8 minutos de arco, ó 84.000 le-

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guas de 4 kilómetros; serían perfectamente notadas á simple vista sin la iluminación de nuestra atmósfera.

En la época en que tuvo lugar uno de los raros eclipses visibles en París, en 1842, los astrónomos no tenían conocimiento alguno de las protuberancias y no esperaban nada de lo que iba á acon­tecer; fué para todos una verdadera revelación. Miéntras la luna ocultó el globo solar, y suspendió de este modo momentáneamente la claridad de la atmósfera, las protuberancias, bastantes grandes para extenderse mas allá de los bordes de nuestro satélite, apare­cieron bajo la forma de nubes rosadas de caprichosos contornos, destacándose claramente sobre la auréola que por todas partes rodea el astro radiante. Este descubrimiento excitó el celo de los astrónomos, que les impelió muchas veces, á precio de grandes peligros, ir á observar en el lugar correspondiente todos los eclipses totales; pero los resultados de sus esfuerzos no fueron co­ronados de éxito hasta el dia que se supo utilizar el espectrosco­pio. Las formas de estas protuberancias son caprichosas y varia­das; recuerdan el aspecto de las llamas de un grande incendio: ya aparecen inclinadas y caen como una lluvia de fuego; en otras ocasiones, la masa de gas lanzada por la erupción solar se eleva y forma una inmensa nube sin pedículo; algunas ascienden en línea recta, y después que llegan á cierta altura, se inclinan todas en el mismo sentido como impulsadas por un violento incendio. La coloración roja de la raya C se suma también al efecto producido por este hermoso espectáculo.

Su movimiento es incesante y rápido. E l P. Secchi cita una que á su vista en 26 minutos de tiempo llegó á la dimensión de 130.320 kilómetros. La velocidad de la corriente gaseosa que esca­pa del seno del sol era de 95kiL,5 por segundo, cuya velocidad puede elevarse á 350 kilómetros.

La luz que emana de estas masas movientes es la de nuestros tubos de Geissler con hidrógeno. En la raya C es en la que las observaciones se hacen con más facilidad; en su base se ven inver­tidas las rayas del sodio, magnesio y hierro. Estas erupciones se producen sobre todo encima de las grandes manchas, que parecen ser las aberturas por las que se escapan los gases comprimidos.

Helium.—Se designa en el dia por la i> 3 una raya que por mu­cho tiempo se atribuyó al sodio, pero que es perfectamente distin­ta. Si se toma por unidad la distancia que separa las dos rayas del sodio, la D 3 se encuentra separada de la Í>2 por un espacio igual á 2,06; es, pues, notablemente refrangible; esta raya no per­tenece ciertamente al hidrógeno, ó al ménos no se ha podido pro­ducir nunca con este gas; se ha observado, sin embargo, que se la encuentra siempre con las de dicho gas en las protuberancias; finalmente, siempre es brillante y no se invierte. La sustancia que la origina se encuentra mezclada en proporción variable según las protuberancias; es más abundante hácia su vértice, en razón pro­bablemente de su mayor ligereza sobre la del hidrógeno. Se pueden observar muy bien las protuberancias mediante la luz del helium^

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y el P. Secchi ha reproducido una en su libro sobre el sol. Es de observar que una protuberancia observada sucesivamente en lar rayas C j I > 3 n o presenta siempre el mismo aspecto; es más extensa en el segundo caso; no se la ha hallado en el hidrógeno de los meteoritos. Según todas las probalidades, el helium es un metal gaseoso como el hidrógeno y su existencia se la ha demostrado también en el sol, ántes de que se le haya encontrado en la tierra. Es tan exacta como lo fué la del thalio ántes que Mr. Lamy aislase el metal que producía la banda hallada por Crockes.

{Se cont inuará^

N o t i c i a s v a r i a s .

CONTRA EL DOLOR DE MUELAS.—Se recomienda el empleo del hidrato de doral contra los males de la dentadura y las neural­gias. Cubiertos con un poco de algodón, se colocan tres ó cuatro pequeños fragmentos de doral (unos 5 centigramos) en la cavidad de la muela careada, dejándolos allí hasta que se disuelvan; á los pocos minutos cesa la violencia del dolor. Está recomendado por el Dr. Curós.

VAMOS GANANDO.—Europa cuenta hoy dia con 11 grandes fá­bricas de sulfato de quinina, que son: en Francia la de Peí let ier , Delondre y Levaillant, llamada de los Tres sellos, y la de Tai-llandier, en Argenteuil. En Alemania las de Zimmer en Franc­fort, de Jobst en Stuttgard, de Bohringer en Stuttgard, de Boh-ringer y Greyer en Mansiheim, y la fábrica de quinina de Brums-wick. En Inglaterra las de Howards y Sons y Thomas Wiffen. En Italia la fábrica de quinina milanesa, cuyo director es el señor Bohringer, y la de los hermanos Dwfour en Génova.

A consecuencia de la aclimatación de las quinas en las pose­siones holandesas, está en preparación por el Sr. Diemont en Amsterdam una fábrica de sulfato de quinina

DESGRACIA SENSIBLE.—Nuestro apreciable colega el Dr. Tejada y España ha experimentado la irreparable pérdida de un nieto de pocos años, y para cuyo padecimiento han sido inútiles los re­cursos de la ciencia. Reciba nuestro querido amigo la sincera ex­presión de nuestro sentimiento por tan dolorosa pérdida.

MEMORIA DE LA BIBLIOTECA DE LAÜNIVERSIDAD CENTRAL.—He­mos recibido un ejemplar de esta publicación, en la que de una manera detallada se consignan las adquisiciones hechas en los cinco departamentos que constituyen la biblioteca de esta Uni­versidad, los servicios prestados al público por cada uno de ellos durante el año 1880, con algunas consideraciones relativas al me­joramiento de los locales en que se hallan instalados; su autor D. Manuel Oliver y Hurtado, bibliotecario mayor de la Universi­dad central, demuestra una vez más en la referida Memoria el

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celo é inteligencia con que desempeña su cometido, por lo que le damos el más sincero parabién al par que agradecemos su atención.

REUNIÓN.—El juéves 5 del actual se reunieron los Subdelega­dos de Sanidad de Madrid, bajo la presidencia del Excelentísimo Sr. Gobernador de la provincia. Después de haberles presentado su Presidente, S. E . les ofreció el más decidido apoyo para facili­tarles el cumplimiento de su deber. Se nombraron por indicación de dicha autoridad dos comisiones, una de Subdelegados Médicos para que le acompañase á girar una visita al Hospital provincial

. é informarse por sí mismos acerca de ciertos rumores relativos á la existencia ea aquel establecimiento de enfermedades infeccio­sas y evitar ciertos dichos; y otra de Subdelegados de Veterinaria, para examinar las condiciones higiénicas de algunos estableci­mientos donde habían muerto varias caballerías en breve espacio de tiempo, con el fin de acordar lo más oportuno. E l Sr. Gober­nador convine en la urgencia de remediar las intrusiones con energía, creyendo conveniente esperar la oportunidad, llegada la cual, con mano fuerte serían aquellas reprimidas, como lo ha hecho en abusos de otro género desde que desempeña su elevado cargo. Esperamos confiadamente que se realizarán tan buenos propósitos del cuerpo de Subdelegados, dada la actitud y condiciones del digno Gobernador de Madrid.

LA ENSEÑANZA MÉDICA EN LOS ESTADOS-UNIDOS.—Es tal el desarrollo dado en los Estados-Unidos á la libertad de enseñanza, que al comenzar el presente año existían en aquella nación 106 colegios de medicina, en los que 1.337 profesores enseñaban las diferentes asignaturas de la facultad á 21.832 alumnos: hay á más 11 colegios homeopáticos con 138 profesores y 1.412 estudiantes. Siete colegios de mujeres {Female Medical college), donde 40 profesores explican á 715 discípulas.

De farmacia hay 19 colegios con 52 profesores y 1.187 alum­nos. Como no existe enseñanza oficial, hay competencia en los diversos colegios; así es que miéntras unos alcanzan próspera existencia por el crecido número de alumnos, que abonan 100 duros anuales de matrícula, á más de los derechos de exámen, que son 25 en cada uno de los tres años que dura la enseñanza, languidecen otros sensiblemente por ser corto el número de discí­pulos que á ellos acuden.

La cantidad no es pequeña; lo que falta saber es si correspon­de la calidad...

SOCIEDAD DE HIGIENE.—El lúnes anteúltimo quedó constituida en Madrid la Sociedad Española de Higiene, nombrando Presidente á nuestro respetable amigo D. Francisco Méndez Alvaro, y Secre­tarios á los doctores Cortezo y Pulido.

La nueva Sociedad se propone el esmerado cultivo de la higie­ne en toda su extensión y en sus multiplicadas aplicaciones. De­seárnosla larga vida, y aplaudimos el celo y buen deseo de los iniciadores de una Sociedad tan útil.