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Analizar el nacionalsindicalismo como alternativa real y posible al sistema económico capitalista requiere hacer un pequeño sacrificio: estudiar el capitalismo y sus fallos fundamentales. Esta tarea nos servirá para comprender mejor la necesidad de un nuevo sistema económico y monetario mucho más justo, un sistema que no puede ser otro que el sindicalista del que explicaré las características fundamentales. Además de esto, terminaré mi exposición apuntando una serie de ideas en un terreno totalmente inexplorado en el nacionalsindicalismo: cómo realizar una transición económica desde el capitalismo. Para empezar se impone definir con brevedad, pero al mismo tiempo con precisión, lo que es el capitalismo. Sus defensores siempre dan de él unas definiciones que sólo resaltan los aspectos positivos del mismo y que suelen omitir los negativos. El Premio Nobel de Economía Paul A. Samuelson nos da una definición cuanto menos curiosa: “La capacidad de los individuos para poseer capital y beneficiarse de él es lo que da su nombre al capitalismo”. Ésta es la definición que nos ofrece en su universalmente conocida obra “Economía”, texto fundamental en todo el mundo y con el cual yo mismo estudié economía en la universidad. Samuelson nos plantea en su definición dos cosas que deberían movernos a la reflexión. En primer lugar nos habla de una supuesta posesión privada del capital que resulta engañosa por muchas razones: confunde la propiedad privada con la propiedad capitalista (que como veremos más adelante es esencialmente anónima); da por sentado un derecho general a la posesión del capital y a beneficiarse de él por parte de todos los individuos, lo cual poco o nada tiene que ver con la dinámica capitalista que opera precisamente en sentido contrario; etc. Se trata, pues, de un sofisma que, sin embargo, no oculta una realidad que sí es típicamente capitalista: el individualismo, el egoísmo individual como nota esencial y definidora de dicho sistema económico. Para los nacionalsindicalistas, empero, esta definición no es en absoluto aceptable por insuficiente y parcial. El capitalismo es un sistema económico basado en la supremacía del capital, siendo el dueño de éste el titular de los medios de producción. Se trata pues de un régimen de propiedad social basado en la “sociedad anónima” que no da valor al trabajo como fuente ineludible de producción y propiedad, sino como uno más de los factores de la producción. La base de todo ello está, por un lado, en el sistema de salariado, y por consiguiente en la relación bilateral del trabajo, y por otro, y como consecuencia lógica, en el sistema de interés.

El Nacionalsindicalismo Alternativa

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  • Analizar el nacionalsindicalismo como alternativa real y posible al sistema econmico capitalista requiere hacerun pequeo sacrificio: estudiar el capitalismo y sus fallos fundamentales. Esta tarea nos servir para comprender mejorla necesidad de un nuevo sistema econmico y monetario mucho ms justo, un sistema que no puede ser otro que elsindicalista del que explicar las caractersticas fundamentales. Adems de esto, terminar mi exposicin apuntandouna serie de ideas en un terreno totalmente inexplorado en el nacionalsindicalismo: cmo realizar una transicineconmica desde el capitalismo.

    Para empezar se impone definir con brevedad, pero al mismo tiempo con precisin, lo que es el capitalismo. Susdefensores siempre dan de l unas definiciones que slo resaltan los aspectos positivos del mismo y que suelen omitirlos negativos. El Premio Nobel de Economa Paul A. Samuelson nos da una definicin cuanto menos curiosa: Lacapacidad de los individuos para poseer capital y beneficiarse de l es lo que da su nombre al capitalismo. sta es ladefinicin que nos ofrece en su universalmente conocida obra Economa, texto fundamental en todo el mundo y conel cual yo mismo estudi economa en la universidad. Samuelson nos plantea en su definicin dos cosas que deberanmovernos a la reflexin. En primer lugar nos habla de una supuesta posesin privada del capital que resulta engaosapor muchas razones: confunde la propiedad privada con la propiedad capitalista (que como veremos ms adelante esesencialmente annima); da por sentado un derecho general a la posesin del capital y a beneficiarse de l por parte detodos los individuos, lo cual poco o nada tiene que ver con la dinmica capitalista que opera precisamente en sentidocontrario; etc. Se trata, pues, de un sofisma que, sin embargo, no oculta una realidad que s es tpicamente capitalista:el individualismo, el egosmo individual como nota esencial y definidora de dicho sistema econmico. Para losnacionalsindicalistas, empero, esta definicin no es en absoluto aceptable por insuficiente y parcial.

    El capitalismo es un sistema econmico basado en la supremaca del capital, siendo el dueo de ste el titular delos medios de produccin. Se trata pues de un rgimen de propiedad social basado en la sociedad annima que noda valor al trabajo como fuente ineludible de produccin y propiedad, sino como uno ms de los factores de laproduccin.

    La base de todo ello est, por un lado, en el sistema de salariado, y por consiguiente en la relacin bilateral deltrabajo, y por otro, y como consecuencia lgica, en el sistema de inters.

  • El mercado libre se propugna como la frmula ideal de distribucin de los productos y de fijacin de los preciossegn la ley de la oferta y la demanda, y surge la bolsa como lugar en el que compran y venden las acciones,obligaciones, deuda pblica y divisas.

    La agona del liberalismo, especialmente tras el crack de 1929, supuso la introduccin de mecanismos ajenos ala filosofa liberal (variante keynesiana), pero que se mostraron imprescindibles para apuntalar el sistema econmicocapitalista. Es as como se acepta el papel del Estado como un agente activo en la economa para la correccin de losdesajustes.

    ALGUNAS ACLARACIONES NECESARIAS

    Pero llegados a este punto conviene aclarar una serie de conceptos como el de economa, as como que otroscomo los de capitalismo, liberalismo, neoliberalismo, libre mercado o globalizacin econmica no son ni muchsimomenos equivalentes.

    La economa, segn la definicin acadmica del ya citado Paul A. Samuelson, es el estudio de la manera en quelas sociedades utilizan los recursos escasos para producir mercancas valiosas y distribuirlas entre los diferentesindividuos. Sin embargo esta definicin, por muy acadmica que sea, es sumamente imperfecta desde el momentomismo en que se cie al concepto de escasez. Es cierto que hay bienes escasos, como es el caso de los metales preciosos,pero no es menos cierto que otros bienes son abundantes (recordemos que los alimentos que se producen en el mundo,por ejemplo, no slo son ms que suficientes para alimentar a todos los habitantes del planeta, sino que incluso sedestruyen excedentes para mantener los precios del mercado de los mismos dentro de ciertos lmites; en este caso lorelevante no es la escasez, sino el problema de la distribucin). Y no slo eso, el profesor Samuelson (y todos loseconomistas que siguen sus planteamientos) sostiene que si lo relevante no fuera el concepto de escasez, los bienesseran gratuitos, lo que es a todas luces falso. Con sus ejemplos de las arenas del desierto o del agua del mar como bienesabundantes, y por ello no econmicos, olvida algo esencial: un bien econmico puede ser abundante e incluso ilimitadoy, al mismo tiempo, ser un bien econmico. Para ello basta con que el acceso a ese bien tenga ciertas limitaciones, comoes el caso de la misma arena cuando se necesita para la construccin (lo que requiere su transporte, distribucin, etc.)o del agua no slo potable, sino incluso la misma marina cuando se necesita y debe ser desalada, por ejemplo. Adems,cmo puede decirse que los bienes ilimitados son por definicin bienes no econmicos? Eso significara, por ejemplo,que las energas renovables e ilimitadas (la solar, la elica, la maremotriz, etc.) estaran al margen de la economa, locual es absurdo. Adems, la definicin clsica de la economa no resalta como es debido un aspecto fundamental: elaumento de la productividad lleva consigo un aumento constante de la produccin de bienes econmicos. Y es queuna cosa es la escasez y otra muy diferente las limitaciones de la produccin y del acceso a los bienes, lo cual no significaque necesariamente esos bienes no existan y deban ser producidos o que sean escasos.

    Respecto al liberalismo econmico, tiene su origen en 1776, cuando Adam Smith public su libro Investigacinsobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones, donde estudia los mecanismos de fijacin de precios, elfuncionamiento del mercado (donde l ve la mano invisible que extrae un bien comn del inters particular de losindividuos, es decir, que del egosmo individual extraa virtud, la verdad, y que l reconoce como motor de laeconoma- surge el equilibrio que trae el bien comn), etc A l siguieron J.B. Say, quien en 1803 formul la ley delos mercados que lleva su nombre y segn la cual la oferta crea su propia demanda cuando los precios varan paraequilibrar la demanda y la oferta agregadas, D. Ricardo (1817), J.S. Mill (1848) y A. Marshall (1890).

    Estos pensadores liberales sostienen que los precios y los salarios son flexibles, por lo que la economa se desplazamuy deprisa a un equilibrio a largo plazo. Creen que los salarios y los precios flexibles eliminan rpidamente cualquierexceso de oferta o demanda y restablecen el pleno empleo y la plena utilizacin de la capacidad. La polticamacroeconmica no puede desempear ningn papel corrector de las perturbaciones reales, pues eso sera introducirelementos extraos que alteraran las leyes econmicas, pero s puede, mediante la poltica monetaria y fiscal, influiren el nivel de precios y en el PIB real.

    El liberalismo tuvo una poca de indudable esplendor, pero acab degenerando en el fenmeno del capitalismosalvaje (el capitalismo en realidad es muy anterior, al menos en sus caractersticas esenciales), incumpliendo inclusosus propios principios (estaba lejos ya aquel idlico mercado libre con numerosas ofertas y demandas y pronto se tendi

    Jorge Garrido / El nacionalsindicalismo como alternativa al capitalismo / pg. 2

  • a la concentracin de capitales y a las empresas precio-determinantes; de la misma manera, la teora clsica del valor,que afirmaba que las medidas del valor son el trabajo esfuerzo empleado en la produccin de un bien- y el cansanciolo que se ahorra uno con el uso de ese producto -, pronto se vio superada por la realidad de un mercado que no tenamuy en cuenta esas medidas).

    De esta distincin entre liberalismo y capitalismo nace en buena medida la nuestra entre propiedad privada ypropiedad capitalista. Recordemos que Jos Antonio Primo de Rivera consideraba que mientras la propiedad privadaera un atributo elemental humano, una proyeccin directa del Hombre sobre sus cosas, la propiedad capitalista eraexactamente lo contrario: la propiedad inhumana, annima y explotadora de los que se llevan sin trabajar la mejorparte de la produccin (los intereses, los dividendos, las rentas, etc.), utilizando el capital no como un instrumento alservicio de la produccin, sino como un instrumento tcnico de dominacin econmica que alcanza la categora defactor fundamental de la produccin, y con unos supuestos derechos propios que le elevan incluso por encima deltrabajo.

    En cuanto al neoliberalismo, es una tendencia actual a volver a aquellos principios del pensamiento liberal, dadala insuficiencia del sistema para encontrar soluciones a problemas de la envergadura del paro, la inflacin, etc,soluciones que no se encuentran y que se pretenden encontrar a cambio de grandes sacrificios. Se trata pues de unapoltica econmica, no de un sistema econmico (como lo es el capitalista).

    Respecto al libre mercado, ya hemos dicho que es una frmula de distribucin de la produccin y de fijacin delos precios, por lo que tanto podra haber una intervencin estatal en ese mercado (regulndolo o actuando como unagente econmico activo) dentro del sistema capitalista, como podra darse un modelo de mercado en un sistema nocapitalista. Por ello rechazamos la tendencia que hay en muchos economistas a distinguir los sistemas econmicossegn sean de libre mercado o de direccin central. Eso es elevar lo que no es sino una caracterstica ms, pero noesencial, a la consideracin de elemento clave diferenciador.

    En cuanto a la globalizacin (aunque la palabra mundializacin parece ms correcta), no se trata sino de unfenmeno de internacionalizacin de la economa cada vez mayor, pero que no deja de ser un proceso comenzadohace mucho tiempo nada novedoso pues -. Por eso resulta un poco ridculo eso de ser antiglobalizacin. Qu quieredecir eso, que se est a favor de la autarqua, de una internacionalizacin mnima, o que se es anticapitalista? Porquno llamar a cada cosa por su nombre? Claro que los antiglobalizadores lo que en realidad quieren no es que las nacionessean libres e independientes, sino que se realice una globalizacin distinta y a su gusto. Evidentemente son personasque viven alejadas de la realidad y que en realidad le estn haciendo el juego a los grandes capitalistas y a su modelouniformador de la humanidad (lo que por otra parte tampoco parece responder a los principios democrticos queunos y otros dicen defender).

    Otra aclaracin fundamental que conviene tener presente es la distincin entre empresario y capitalista. Elempresario es aquel que con su talento emprende y dirige un negocio, pero que no deja de ser un trabajador ms. Elcapitalista es el que fundamenta su ttulo de propiedad de los medios de produccin en el hecho de ser el dueo delcapital. El capitalista puede ser empresario al mismo tiempo (cosa muy normal), pero no siempre es as. De hecho enla economa actual es cada vez ms frecuente ver a empresarios no capitalistas que actan como meros gestorescontratados por una junta de accionistas. Para nosotros el empresario es un trabajador ms y es, por lo tanto, necesariopara la empresa. El capitalista no.

    Otro concepto que, llegados a este punto, conviene aclarar es que no hay un nico tipo de crecimiento, sino almenos tres: el exponencial (es el que sigue el sistema monetario actual basado en el inters y el inters compuesto, ysupone un crecimiento de magnitudes cada vez mayores), el lineal o mecnico (es un crecimiento constante) y el natural(crecimiento rpido inicial que se va desacelerando y termina estabilizndose en lo cuantitativo, aunque pueda seguiraumentando en lo cualitativo). La dinmica capitalista exige un crecimiento monetario de tipo exponencial (lo cual alargo plazo es insostenible) para poder retroalimentarse y, en cambio, el nacionalsindicalismo necesariamente tendrque entrar en una dinmica de crecimiento econmico de tipo natural.

    Jorge Garrido / El nacionalsindicalismo como alternativa al capitalismo / pg. 3

  • LA SOCIEDAD ANNIMA

    El progresivo triunfo del maquinismo supuso la aparicin de nuevas formas de propiedad. Desplazada lapropiedad privada tradicional, se haca necesaria la aportacin cada vez mayor de capital fijo para sostener la granindustria, y la sociedad individual se ve relegada a un segundo plano por la sociedad mercantil. Hay muchos tipos desociedad mercantil:

    A) Sociedad colectiva: Los socios pueden aportar trabajo o capital y su responsabilidad es personal,solidaria e ilimitada. Su capital est dividido en participaciones sociales.

    B) Sociedad cooperativa: Los socios se autoemplean (cooperativas de trabajo) o se organizan paraautoabastecerse de bienes o servicios (cooperativas de consumo o de servicios), bajo unos principios deorganizacin democrticas, pudiendo ser la responsabilidad limitada o ilimitada.

    C) Sociedad annima laboral: La mayor parte de los socios son trabajadores fijos y stos poseenla mayora del capital, quedando la responsabilidad limitada a las aportaciones.

    D) Sociedad comanditaria: Los socios slo aportan bienes, derechos o dinero y su responsabilidadse limita a la aportacin, quedando reservada la representacin de la empresa slo a los socios colectivosque responden de forma personal, solidaria e ilimitada.

    E) Sociedad de responsabilidad limitada: Hay un nmero limitado de socios y su responsabilidadse limita a la aportacin realizada.

    F) Sociedad annima: Los socios aportan cualquier derecho de contenido patrimonial y el capital,que es lo nico que da derecho a la propiedad de los medios de produccin, est dividido en acciones.stas son ttulos al portador, lo que permite su fcil enajenacin y el anonimato de los propietarios. Existeun capital mnimo para su constitucin y los socios slo responden de su aportacin.

    Las especiales caractersticas de la sociedad annima la convirtieron en el medio ideal para la creacin de lasgrandes empresas; con ella el hombre ya no es el propietario; ahora la propiedad es una abstraccin representada portrozos de papel (las acciones), algo impersonal, sin rostro ni sentimientos.

    Sin embargo, el desarrollo de la sociedad annima ha servido tambin para establecer de forma cada vez msclara la separacin entre los capitalistas (los propietarios de las acciones) y los empresarios (directivos, hombres deempresa contratados para gestionar y dirigir la labor empresarial). ste es uno de los fenmenos ms significativos delcapitalismo moderno y confirma nuestras ideas acerca de la armonizacin de empresarios, tcnicos y obreros, siendotodos ellos trabajadores en un mismo plano frente a los parsitos capitalistas (lo que no significa que no seaimprescindible el capital, sino slo que ste debe ser suministrado de forma alternativa para poder cumplir su funcinsocial).

    EL SALARIADO

    El sistema de salariado es la base del sistema capitalista. El salario es el precio del trabajo. El trabajo se compra yse vende a un precio determinado. No es el fruto del trabajo lo que se vende, sino el trabajo en s mismo, ya que seconsidera que el fruto del trabajo nunca forma parte del patrimonio del trabajador al haber comprado el capitalista sutrabajo a priori. Muestra de ello es el hecho de que, aunque los resultados de la produccin fueran negativos, el trabajadorseguira teniendo derecho a cobrar su salario.

    Para nosotros resulta evidente que en el sistema de salariado el trabajador se vende a s mismo. No en vano elcontrato de salariado tiene su origen en el arrendamiento de esclavos romano. La cruel expresin mercado de trabajono hace sino reflejar la imperante idea del trabajador como un elemento ms de la produccin, como un factorproductivo que se compra y se vende. Por eso nosotros rechazamos tal expresin de forma rotunda y sin reservas.

    Conviene aclarar que el salariado es el nombre de este sistema retributivo, que el asalariado es la persona quelo padece, y que el salario es la retribucin propiamente dicha.

    El sistema de salariado sustituy al sistema de compaa, anterior y mucho ms justo. El sistema de compaa

    Jorge Garrido / El nacionalsindicalismo como alternativa al capitalismo / pg. 4

  • se fundamenta en la idea de que todos los que aportan algo (capital, conocimientos, trabajo) deben ir a partes igualestanto en prdidas como en ganancias. Es un sistema que respeta ms la dignidad humana que el de salariado, perotiene inconvenientes como el de poner capital y trabajo en un mismo nivel y, sobre todo, que el obrero no puede esperara que la empresa gane ni puede vivir cuando la empresa pierde.

    En cuanto al sistema de salariado, los falangistas no podemos dejar de calificarlo como inmoral, disolvente yantieconmico.

    Es inmoral porque el trabajador se vende a s mismo, lo que atenta gravemente contra la dignidad humana.Es disolvente porque establece una relacin bilateral de trabajo que divide a la sociedad en dos grupos: el de los

    que venden su trabajo y el de los que lo compran.Finalmente, es antieconmico porque el asalariado se siente completamente desligado de la funcin que realiza,

    del fruto de su trabajo (lo que los marxistas llaman alienacin).

    LA PLUSVALA

    La plusvala es la diferencia de valor entre el producto manufacturado y lo que cost su fabricacin (materiasprimas, energa, etc.). Es, en definitiva, el valor aadido o beneficio bruto (no hay que confundirlo con la tasa de ganancia,que es la relacin entre la plusvala y la composicin orgnica del capital, entendiendo por tal la relacin entre el capitalconstante y el variable), y en el actual sistema queda en manos del capitalista.

    Para nosotros, en cambio, la plusvala es fruto de la produccin, y por lo tanto no es creacin del capital, sino deltrabajo. El capital por s mismo no genera plusvalas. Necesita la intervencin del trabajador para tener un valor aadidoy por eso creemos que l es su legtimo propietario.

    Sin embargo no sera correcto afirmar que nosotros queremos que esa plusvala se abone directamente altrabajador. Jos Antonio, que habl inicialmente de asignar la plusvala al productor encuadrado en sus Sindicatos(21-XI-35), precis ms adelante sus palabras, posiblemente influido, segn el economista Juan Velarde Fuertes, porlos ataques que recibe el concepto de plusvala por parte de los economistas y por el hecho de que un sistema fiscalprogresivo en relacin con uno muy adelantado de servicios y seguros sociales consigue de igual modo un repartoeficaz, aunque tal afirmacin resulte ms que cuestionable a la vista de la realidad. Y es que, en cualquier caso, no parecemuy serio un reparto de dinero lquido de esas dimensiones, con unas posibles consecuencias desastrosas para laeconoma (inflacin, devaluacin de la moneda, etc.), aunque tambin es cierto que las consecuencias con un sistemamonetario distinto al actual podran ser distintas, algo difcil de evaluar con rigor a priori. Por eso Jos Antonio, sin porello contradecir sus palabras anteriores, precisa que la plusvala de la produccin debe atribuirse no al capital, sino alSindicato Nacional productor (30-IV-36). As esa plusvala ser administrada en beneficio directo de los trabajadoresa travs de su Sindicato, pudiendo ser empleado para labores de capitalizacin, financiacin, obras sociales, etc., perono suponiendo su reparto directo aparte de la cantidad destinada a la retribucin del trabajador, claro est-. En estesentido fue muy interesante la Ley de Propiedad Social de la empresa en el Per de Juan Velasco Alvarado a finalesde los aos setenta del pasado siglo XX.

    EL CNCER DEL INTERS

    El hombre, olvidando el origen y la finalidad del dinero, pronto encontr en l otra manera de vivir sin trabajar:prestar al que no tiene. As naci la dictadura del dinero, es decir, el capitalismo financiero annimo y explotador. Claroque en realidad nadie vive sin trabajar, ya que quien vive de tal manera lo que realmente hace es vivir del trabajo de losdems.

    De poco sirvi la ofensiva que desde la Antigedad se emprendi contra lo que se denomin usura. Aristteles(quien dijo: Hay una rama de semejante industria digna de la execracin general, y es el trfico de dinero que sacaganancia de la moneda violentando su oficio. El signo monetario fue inventado para facilitar las permutas; pero la usuralo hace productivo por s mismo, porque as como un ser engendra otro ser, as la usura es moneda que engendramoneda. Con mucha razn se ha reputado esta especie de industria por la ms contraria de todas a la naturaleza),Platn, Cicern, Catn, Plutarco o Sneca fueron algunos de los ilustres pensadores que la condenaron sin paliativos,

    Jorge Garrido / El nacionalsindicalismo como alternativa al capitalismo / pg. 5

  • lo mismo que todas las grandes religiones. As los judos tienen prohibida la usura entre ellos, aunque siguiendo suspreceptos s que la pueden practicar con aqullos que consideran enemigos. Por ello apelan siempre al versculo quedice: Al extranjero podrs prestar a inters, mas a tu hermano no prestars as (Deuteronomio 23,21), as como aotros del Levtico.

    Siguiendo el precepto evanglico de Jesucristo (haced el bien y prestad sin esperar remuneracin, Lucas 6,35 la argumentacin contraria que algunos esgrimen apoyndose en Mateo 25, 14-30 carece de la solidez necesaria alcomparar un mandato de Cristo con las palabras que en una parbola dice un judo que, lgicamente, se gua por lasanteriores palabras del Deuteronomio-), la Iglesia conden siempre la usura, extendiendo a toda la cristiandad laprohibicin cannica -que haba sido sancionada en el Concilio de Nicea (ao 325)- en 443, siendo Papa Len I elMagno. Hasta tal punto fue condenada esta prctica que el Concilio de Letrn (1179) dispuso con total claridad:nosotros ordenamos que los usureros manifiestos no sean admitidos a la comunin, y que, si mueren en pecado, nosean enterrados cristianamente, y que ningn sacerdote les acepte las limosnas. El propio Papa Alejandro III agrav laseveridad de las penas llegando a dictaminar la nulidad de los testamentos de los usureros (en esa poca lo relativo a laliquidacin de las herencias se hallaba bajo la jurisdiccin de los tribunales eclesisticos).

    Santo Toms de Aquino (siguiendo en buena medida los argumentos de Aristteles), en su Tratado de la Justiciadice que el prstamo con inters, lo cual se llama usura, es injusto e inmoral. Es injusto porque se vende lo que noexiste, ya que el dinero slo sirve para hacer las conmutaciones. Es por ello que est uno obligado a restituir el dineroque gan por usura, ya que slo hay que devolver tanto como se prest. En cuanto a su inmoralidad, est claro que lausura se basa en la necesidad del prjimo, con quien hay que practicar la caridad. Por eso quien da el inters que leexige el usurero, no lo da voluntariamente de suyo, sino presionado por la necesidad, en cuanto necesita recibir elprstamo que no le concedera quien tiene el dinero, a no ser mediante una ganancia usurera.

    En 1745 el Papa Benedicto XIV volvera a recordar la validez de esta doctrina, al igual que lo haran ms tardePo VIII (1829-1830) y Gregorio XVI (1831-1846), pero la realidad es que se trataba de una poca en la que sus condenascaan ya en saco roto. La realidad econmica capitalista se iba imponiendo inexorablemente y a partir de entonces laIglesia, que no puede permanecer ajena a dicha realidad, adapta su condena a la usura que permanece plenamentevigente en la actualidad- de tal forma que en la prctica se permite en determinadas circunstancias y con ciertascondiciones, y siempre por razones extrnsecas al contrato (de otro modo, en un entorno capitalista como el actual uncatlico apenas podra desenvolverse y adems, salvo que se cambiara el sistema econmico, el bien comn podraverse afectado si determinados grupos sociales caso de los catlicos- se automarginaran de las prcticas econmicasgenerales), siendo principalmente las siguientes: el dao emergente (privacin del prestamista), el lucro cesante(beneficios que se podran haber obtenido invirtiendo el dinero), el riesgo posible (peligro de no poder recuperar loprestado), la ley civil (se supone que regula el mbito econmico en orden al bien comn), y la pena convencional(multa o penalizacin al prestatario por su morosidad notable y culpable, aunque en todo caso debe ser moderada yproporcionada a la culpa). Con estas argumentaciones la Iglesia diferencia en la actualidad el inters que excusa, perono justifica- de la usura, pasando sta a ser la prctica abusiva en la exigencia de intereses.

    En esta evolucin, por paradjico que pueda parecer, tuvo una importancia decisiva la hereja protestante, y muyen concreto Calvino, quien consideraba que la moralidad de la exigencia de intereses dependa de las circunstancias decada caso concreto y de cada poca. Con ello abri una puerta que ya no ha podido ser cerrada, pues su exigencia deque los intereses deban ser moderados no dejaba de ser otra apreciacin subjetiva, y por lo tanto variable y opinablesegn las circunstancias. El primero que se decidi a traspasar la puerta que abri Calvino fue C. Salmasius (1588-1653), quien en su obra De la usura defendi la idea de que el prstamo con inters es en realidad un arrendamientode dinero y que ste es vendible, siendo su precio el que se determine por la libre voluntad de las partes.

    Despus de l fue William Petty quien en 1662 (A Treatise of Taxes and Contributions) argument que sialguien dispone de dinero querr obtener con l el mismo rendimiento que el que hubiera obtenido de haberlo invertidoen tierra. Con ello Petty pretenda vincular la existencia del inters a la renta de la tierra (argumento insuficiente paralos falangistas, ya que tambin abogamos por la cancelacin del pago de estas rentas). Tambin incluy el argumentodel riesgo: cuanto ms elevado es el riesgo ms justificado est el inters alto como una suerte de seguro que compenselos impagos.

    Pero sera Turgot quien en su obra Memoria sobre los prstamos de dinero hara la crtica ms completa a la

    Jorge Garrido / El nacionalsindicalismo como alternativa al capitalismo / pg. 6

  • condena del inters. l asume los argumentos anteriores, pero aade otros que no pueden obviarse. El primero consisteen aceptar que si bien no puede exigirse la devolucin de algo de valor mayor al de lo que se prest, el valor es algo queslo lo puede determinar la persona que libremente acepta el contrato; en segundo lugar afirma que el prestador dadinero a cambio de una simple promesa, y ese retardo debe ser compensado con el pago de un inters (esto enlaza conla idea desenterrada por Bhm-Bawerk, en su Historia de las Teoras del Inters, de considerar al inters del dinerocomo un precio del tiempo, ya que en realidad slo se cobra en funcin del tiempo transcurrido, como si el tiempofuera propiedad particular del prestamista); en tercer lugar Turgot sostiene que todas las cosas son susceptibles dealquiler, y no slo aqullas cuyo uso se diferencia de la cosa en s misma, dado que en todos los casos el propietariocede el uso de la misma y lo recupera ms tarde; en cuarto lugar, Turgot afirma que el prestatario no es el dueo deldinero hasta que no lo ha pagado (es decir, hasta que no lo ha devuelto con su correspondiente inters); y finalmenteconsidera que el dinero que se presta y el que se devuelve no son cosas exactamente iguales, lo que justifica en base aque en tal caso no tendra sentido solicitar un prstamo.

    Para los nacionalsindicalistas resulta sencilla la refutacin de todas estas argumentaciones desde el momento enque proponemos un sistema econmico distinto al capitalista. Los argumentos de la Iglesia que excusan sin por ellolegitimar, no lo olvidemos- el inters pierden su sentido en un entorno econmico en el que el incentivo al capital seaotro (en ese contexto la exigencia de intereses atentara contra el bien comn de forma absolutamente incuestionable).Y respecto a los argumentos de Salmasius, Petty y Turgot, hay que reconocer que tienen un fundamento slido, peroslo en un entorno econmico capitalista donde, por definicin, tanto la propiedad privada como el propio dinero sehan degenerado respecto a su verdadera naturaleza (a fin de cuentas los billetes no dejan de ser meros pagars sin valorreal, como luego veremos).

    Para empezar es un error considerar el dinero como propiedad privada (el dinero es un bien pblico que emiteel estado para facilitar las actividades econmicas, pero en realidad no tiene apenas valor intrnseco: su valor est en losbienes reales que lo respaldan), lo que significa que una cosa es su posesin y uso, y otra su propiedad (de la mismamanera que nadie puede apropiarse de una autopista o de un embalse por utilizar un smil joseantoniano-, y muchomenos exigir a otros un precio por su uso); el argumento del riesgo tampoco parece suficiente teniendo en cuenta laexigencia de garantas reales que acompaa a los prstamos; en cuanto al precio del tiempocmo puede vendersealgo as y quin es su legtimo propietario?; el argumento de que el valor de las cosas lo determina uno mismo cuandoes libre, an dndolo por vlido resulta inaplicable al caso, pues est claro que quien pide un prstamo lo hacenormalmente empujado por una necesidad, lo que en cierta forma le coacciona (ya Jos Antonio denunci esto cuandocritic las libertades formales del estado liberal); y respecto a lo de que el dinero que se presta y el que se devuelve noson exactamente iguales, tiene razn Turgot: se devuelve una cantidad mayor Lo que se esconde detrs de este ltimoargumento no es sino una falacia, ya que lo que realmente pretende es compilar en l la mayor parte de los anterioresargumentos.

    Lo cierto es que en un entorno econmico libre de intereses y con la banca nacionalizada, el dinero cumpliranicamente el fin para el que naci, por lo que el sentido que los anteriores argumentos tienen en el sistema capitalistano sera aplicable y careceran de sentido.

    LOS EFECTOS PERNICIOSOS DEL INTERS EN LA ECONOMA REAL

    Hasta aqu hemos visto como el dinero, inserto en la dinmica capitalista, se convierte en un instrumento tcnicoms de ejercer el dominio, tal y como denunci Jos Antonio (ejemplificndolo de forma magistral en su discurso del17-XI-35), pero conviene analizar con ms detalle hasta qu punto la existencia de intereses en la economa resulta unproblema ms que otra cosa. Veamos por qu.

    Para empezar hay algunos errores muy comunes sobre el inters que conviene aclarar.El primer error importante consiste en creer que los intereses slo se pagan en los prstamos. Lo cierto es que

    en todo precio se paga un inters encubierto: el coste del capital (suele ser entorno al 50% del precio final, por lo queun sistema econmico libre de intereses permitira mantener el nivel de vida trabajando la mitad o bien trabajando lomismo tener el doble de riqueza siempre que sea capaz de asegurar la circulacin monetaria).

    Tambin es un error creer que los intereses son iguales para todos, cuando lo cierto es que alrededor del 80% de

    Jorge Garrido / El nacionalsindicalismo como alternativa al capitalismo / pg. 7

  • la poblacin paga ms intereses de los que recibe, un 10% recibe ligeramente ms, y tan slo el otro 10% recibe casitodo lo que paga de ms el 80% (datos de Alemania). Es el sistema de intereses lo que mantiene el proceso deconcentracin de la riqueza, con lo que hoy est claro que la plusvala, cuyo origen est en la produccin, se distribuyems en la fase de circulacin de bienes y servicios y cada vez en mayor medida en la del dinero-.

    La especulacin es la causa fundamental de que el volumen de dinero utilizado en el mundo para las transaccionessea hoy entre 15 y 20 veces mayor de lo realmente necesario para financiar el comercio internacional real.

    Tampoco es cierto que las subidas salariales sean la principal causa de la inflacin, pues el inters, como hemosvisto, incide mucho ms. No olvidemos tampoco que el Estado recurre muchas veces a la inflacin para paliar susdeudas, pero a costa de ese 80% de la poblacin que paga ms de lo que recibe y que no puede invertir en valoresresistentes a la inflacin al mismo nivel que el 10% ms rico.

    Slo el crecimiento econmico exponencial logra que la mayor parte de la poblacin soporte las deficiencias delsistema econmico basado en el inters.

    Ciertamente, el inters es el fundamento del actual sistema monetario, pero al mismo tiempo es tambin sumayor problema, ya que obliga a un crecimiento monetario de tipo exponencial. En efecto, el inters compuesto haceque el dinero se duplique a intervalos regulares (a un 1% se duplica en 72 aos; a un 3% en 24; a un 6% en 12; a un 12%en 6; etc.) y eso hace matemticamente imposible el pago continuado de intereses. Cmo se soluciona esta evidentecontradiccin? Pues recurriendo a la injusticia social, a la expoliacin de los pases subdesarrollados, a lasobreexplotacin de la naturaleza, a las guerras -que suponen negocios por un lado y por otro destruccin para podervolver a empezar-, a las crisis ms o menos peridicas que sirven para reconducir una situacin insostenible, etc.

    Para acabar con todos esos problemas es necesario, pues, instaurar un nuevo sistema monetario libre de laservidumbre del inters pero que tenga otro mecanismo eficaz para garantizar la circulacin monetaria y, al mismotiempo, facilitar el intercambio de bienes y servicios, el ahorro y el prstamo algo que puede hacerse estableciendo unatasa de uso o de circulacin al dinero.

    FALLOS DEL SISTEMA ECONMICO CAPITALISTA

    Jos Antonio, aceptando los anlisis marxistas, puso en evidencia el fracaso social del capitalismo y su fracasotcnico. Las causas de su fracaso social son:

    A) La aglomeracin del capital, producida por la gran industria que, aparte del capital variable,necesita grandes cantidades de capital fijo (instalaciones, maquinaria, etc.), capital que slo puedeamortizar produciendo en grandes cantidades a precios muy bajos (lo que arruina las pequeas industriasy termina por absorberlas).

    B) La proletarizacin: la aparicin del problema social, es decir, de la relacin bilateral del trabajocon todo lo que eso supone de inmoral, disolvente y antieconmico.

    C) La desocupacin: generada por el desplazamiento del hombre por la mquina y por el fenmenodel subconsumo.

    En cuanto a su fracaso tcnico, las causas son:

    D) Crisis peridicas: son intrnsecas al propio sistema. Sus contradicciones internas provocan latendencia a la cada de la tasa de ganancia (la superproduccin y la saturacin de los mercados intensificanla competencia; el pleno empleo fortalece las reivindicaciones obreras aumentando los costes laborales,etc.) lo que provoca cierres y despidos (lo que a su vez supone una cada de la demanda), es decir, crisis.Sin embargo, pese a que las causas de las crisis son endgenas, las causas del crecimiento siempre sonexgenas, es decir, ajenas a la propia esencia del sistema capitalista.

    E) Necesidad del Estado: la insuficiencia del sistema ha hecho necesaria la intervencin estatalpara buscar una salida a la incapacidad de la demanda para hacer frente a la superproduccin intrnsecaa la naturaleza acumulativa del capitalismo. As pronto se pas de aqul liberalismo que no quera

    Jorge Garrido / El nacionalsindicalismo como alternativa al capitalismo / pg. 8

  • intervencionismo del estado a la necesidad de que ste le lanzara un salvavidas, salvavidas que estprovocando la crisis fiscal del Estado que se explica en el punto N.

    F) Fin de la libre concurrencia: la naturaleza acumulativa del capitalismo (causa A) tiende a ponerla produccin en manos de unas cuantas entidades poderosas. Esta tendencia al oligopolio hace imposibleaqul libre mercado idlico de los liberales y aparecen incluso las denominadas empresas precio-determinantes (aquellas con un dominio tal de la oferta que pueden sustraerse de la ley de la oferta y lademanda y establecer los precios que ms les interesen).

    Pero hay otras muchas causas del fracaso capitalista:

    G) El subconsumo: se produce cuando los capitalistas no logran vender las mercancas en susvalores de produccin, dado que sta crece ms rpidamente que la demanda. En estos casos slo haydos opciones: o se prosigue saturando el mercado de productos que no es capaz de absorber, lo que hacecaer la tasa de ganancia y provoca la crisis, o el propio sistema controla la produccin, manteniendorecursos ociosos, lo que deriva en estancamiento. El subconsumo es inevitable en el sistema capitalistapor serle intrnseco, y slo se puede solucionar con un adecuado proceso de planificacin.

    H) La naturaleza abstracta del dinero y el cncer del inters: el dinero ha dejado de estar respaldadopor un valor real. Hoy slo se basa en la confianza. El sistema basado en el inters, lo cual ya de entradalastra el sistema monetario e impide que el dinero pueda cumplir con su misin, se ha visto agudizadocon este proceso de desnaturalizacin, aunque es necesario resaltar que tampoco el patrn oro respondaa lo que tena que ser el dinero: la plasmacin monetaria de la produccin real. Y es que todo lo que nosea respaldar el dinero con la produccin real, es decir, con el trabajo, es un error.

    I) Las patologas sociales en el interior del sistema: el sistema capitalista se basa en la presuncindel comportamiento racional del hombre, pero ste se mueve muchas veces por impulsos; no consumesiempre que puede; hay muchos marginados del sistema; hay mucho consumo asistido por el Estado;el paro estructural es ineliminable por los mtodos habituales y hay una gran cantidad de asistencia social,lo cual, a largo plazo, puede acabar reduciendo profundamente el consumo y traer una tremenda crisis.

    J) La burocratizacin del Estado: dada la complejidad de la sociedad moderna, el Estado se muestracada vez ms lento e ineficiente para legislar y gestionar adecuadamente la economa.

    K) La frontera ecolgica: las necesidades expansivas de la economa capitalista nos han llevado aun nivel tal de contaminacin del planeta, que ya no es posible sobrepasar mucho ms y que,necesariamente debe actuar como lmite al crecimiento, al menos que se lleve a cabo una ambiciosa ycostossima poltica ecolgica.

    L) La mundializacin de la economa: su objetivo ha sido especializar a los pases pobres endeterminados ramos de produccin, evitando su autosuficiencia al depender de la tecnologa y lasmanufacturas occidentales, al tiempo que los organismos internacionales de que se sirve el capitalismo(Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Organizacin Mundial del Comercio) obligan a esospases a unas polticas de ajuste permanentes que no sirven sino a los intereses de los ms ricos. Es lanueva versin del colonialismo, slo que ms cruel, pues ms de 800 millones de personas se mueren dehambre mientras se trata de limitar la produccin de alimentos o, incluso, se llega a la eliminacin deexcedentes para no alterar las sacralizadas leyes del mercado. Increble, pero cierto.

    M) La injusticia social: es la consecuencia de todo lo anterior, de las desigualdades que elkeynesismo ha pretendido eliminar en las economas occidentales, pero que el fenmeno de lamundializacin (lo que con menos propiedad llaman algunos globalizacin) ha internacionalizado,reproduciendo aquellos problemas, en origen locales o nacionales, a nivel mundial. Es decir, que comono era posible eliminar el problema, se ha recurrido a su exportacin.

    N) La crisis fiscal del Estado: James Oconor ha estudiado este fenmeno partiendo de la idea deque el capitalismo es una forma de produccin de suma cero (afirmacin, todo hay que decirlo, sloparcialmente correcta), es decir, que las ganancias de unos se producen a expensas de lo que otros pierden

    Jorge Garrido / El nacionalsindicalismo como alternativa al capitalismo / pg. 9

  • (lo que suele ser cierto en el modo de produccin capitalista, aunque no en todos los casos). As el sistema,para mantenerse, tiene que recurrir al Estado, cumpliendo dos funciones fundamentales:

    1.- De legitimacin: con el objeto de mantener la paz social.2.- De acumulacin: con el objeto de mantener la rentabilidad del capital.

    Pero todo esto amenaza con resquebrajarse, ya que, por un lado la clase trabajadora necesita una cantidadcreciente de gasto social y el Estado acaba por no poder hacer frente a esos gastos de legitimacin; y por otro lado elEstado llega un momento en que ya no puede favorecer la acumulacin de capital privado, cayendo los beneficios, lossalarios y la inversin. Entonces se busca una salida en la colaboracin an ms estrecha entre el Estado y el capitalprivado. Es en ese momento cuando el fenmeno de las privatizaciones supone la asuncin por parte del capital privadode funciones tradicionalmente reservadas al Estado y de la realizacin de los grandes proyectos de infraestructuras(fenmeno de vivsima actualidad en Espaa).

    EL NACIONALSINDICALISMO

    Una vez hemos examinado el capitalismo y sus principales fallos como sistema econmico, llega el momentode exponer, aunque sea brevemente, la que, hoy por hoy, se presenta como la nica alternativa real y total a ese sistema.No voy a exponerlo en detalle, pues ello llevara demasiado tiempo, pero al menos s quiero dar una completa visinde conjunto. Eso s, en cualquier caso hay que tener en cuenta que la Revolucin Econmica no es sino slo una partede la Revolucin Nacionalsindicalista, una revolucin que aspira a implantar una verdadera Justicia Social, pero siempresobre la base de la primaca de lo espiritual, que es al fin y al cabo lo que da verdadero sentido a nuestra existencia.Partiendo de ello, podramos resumir el modelo econmico nacionalsindicalista en los siguientes puntos:

    l La soberana nacional siempre ser ficticia si no viene acompaada de una efectiva y realsoberana econmica. Esto no es sinnimo de autarqua, sino de independencia. No se trata de dejar decomerciar ni de aislarnos del mundo, sino de poder tomar las medidas econmicas y monetarias que, sinnecesidad de perjudicar a los pases ms desfavorecidos, mejor convengan a nuestra nacin. Este tipo demedidas en el sistema capitalista siempre suponen perjuicio para otros, pero entiendo que en un sistemaeconmico sindicalista no sera as, ya que la explotacin que no permitiremos aqu tampoco la vamos apracticar de cara al exterior. Otra cosa es que no permitir nuestra explotacin econmica pueda perjudicara los explotadores Recuperar nuestra soberana econmica y monetaria resulta, pues, un deberineludible para nosotros.

    lCreemos que el Hombre debe ser el eje sobre el que gire todo el sistema y, por tanto, es el Hombrela referencia obligada tambin en economa. La economa debe servir para mejorar la vida del Hombre,y no puede ser el Hombre el que est al servicio de la economa, como sucede en la actualidad.

    lCreemos, pues, que partiendo del Hombre, debe ser su trabajo -con su doble sentido materialy espiritual- la base y el fundamento de la economa, el mayor ttulo de dignidad social -debiendo tenerpreeminencia sobre los dems aspectos de la economa (capital, etc.)-, y debiendo ser considerado noslo como un derecho, sino tambin como un deber social. El vago y el zngano no tienen cabida ennuestro modelo de sociedad.

    lRechazamos la propiedad capitalista: la propiedad de los bienes debe ajustarse a la lgica derivadade la doble finalidad de los mismos, individual y social. Ello nos lleva a propugnar los siguientes tipos depropiedad: individual (bienes de uso y consumo), familiar (vivienda, pequeo negocio, etc.), comunal omunicipal (pastos, cotos, etc.), sindical (empresas, organismos de asistencia sociolaboral, etc.) y nacional(recursos naturales, empresas estratgicas y militares, etc.).

    lEl Sindicato Vertical (unitario y aglutinador obligatorio y democrtico de todos los trabajadores:directivos, tcnicos y obreros) ser el rgano econmico sobre el que se fundamentar todo el entramadoeconmico; estar organizado por ramas de produccin y con criterios geogrficos (mbitos comarcales,provinciales, regionales y nacional); as mismo tendr el rango oficial de rgano Autnomo del Estado

    Jorge Garrido / El nacionalsindicalismo como alternativa al capitalismo / pg. 10

  • y tendr presencia en todos los rganos de participacin poltica (y en todos los niveles), junto con lasdems entidades naturales y de convivencia social que deben encauzar la verdadera (y, por lo tanto,orgnica) representacin del pueblo en las instituciones.

    lLos medios de produccin (y la plusvala) sern de quienes directamente los utilizan para trabajara travs del Sindicato de Empresa.

    l La planificacin econmica del Gobierno, como norma general y salvo situacionesexcepcionales, slo puede ser indicativa, correspondiendo la planificacin general de la produccin alSindicato Nacional.

    lEl mercado mixto (es decir, intervenido pero no dirigido) ser el mtodo de distribucin de losproductos (lo que limitar la planificacin), aunque se estimularn las cooperativas de distribucin yconsumo (en ello tendrn un especial inters los propios trabajadores, por lo que es de suponer que elSindicato pondr un especial empeo en su promocin).

    l Se nacionalizarn: El sistema monetario. Todo el sistema bancario. Todos los recursos naturales. Las empresas de inters nacional. Los servicios pblicos. Los seguros.

    l La poltica monetaria estar basada en el dinero natural (sin intereses, con tasa de uso y conrespaldo basado en el trabajo y en la productividad real), lo que favorecer la reduccin de costes (en estecaso del capital) y la competitividad (aparte de posibilitar una realista reduccin de la jornada laboral,algo no factible en el sistema actual, pese a los avances de la tcnica, por culpa de la propia dinmicacapitalista).

    l La capitalizacin de la empresa se realizar a travs de las aportaciones de los propiostrabajadores, de la Banca Sindical (cuyos fondos se nutriran de la parte de la plusvala destinada a tal finy del ahorro de los propios trabajadores, que necesariamente se canalizaran a travs de ella) y desubvenciones (en caso de situaciones econmicas difciles, por inters nacional y siempre de formaexcepcional, podran autorizarse los prstamos personales con derecho a un inters pactado y sin derechoa propiedad; los prstamos personales slo seran lcitos en esas situaciones para ser concedidos a quienesse les hayan negado los oficiales y las subvenciones; los prstamos personales sin inters superior al IPCseran lcitos en todo caso, claro).

    lReforma Agraria sobre la base de la reordenacin del campo siguiendo una bsqueda racionalde unidades econmicas de cultivo y suprimiendo de inmediato el pago de las rentas para, posteriormente,expropiar las tierras para asignrselas a los agricultores segn cada caso (desde la propiedad individual ala sindical, pasando por la familiar y la comunal o municipal), ya que cada tipo de explotacin agrariatiene sus propias caractersticas.

    l Las competencias sobre proteccin social del trabajador sern del Sindicato Nacional, aunqueel Estado estar obligado a actuar siempre de forma subsidiaria para as evitar que puedan producirsesituaciones de desamparo.

    l El Estado atender a los parados involuntarios mientras estn en dicha situacin, aunqueexigindoseles contrapartidas (realizando tareas de inters social o nacional) para no estar subvencionandoel paro voluntario sin pretenderlo.

    UNA TRANSICIN POSIBLE HACIA EL NACIONALSINDICALISMO

    Un tema sobre el que ningn economista que defienda el nacionalsindicalismo se ha atrevido a tratar con unmnimo de rigor, es el difcil tema de cmo realizar una transicin econmica desde el capitalismo. Yo modestamenteme he atrevido a esbozar una serie de ideas al respecto. Espero y deseo que algn economista con ms capacidad y

    Jorge Garrido / El nacionalsindicalismo como alternativa al capitalismo / pg. 11

  • conocimiento se atreva a recoger el guante y profundice ms y mejor en tan difcil tarea. Nada me gustara ms.Desde mi punto de vista dos son las posibilidades de transicin del sistema capitalista al sindicalista: la

    revolucionaria y la reformista.David Scheweikcart, en su libro Ms all del capitalismo, publicado en Espaa en 1997, plante una hipottica

    transicin en EE.UU. hacia lo que l llama la Democracia Econmica, y que no es otra cosa que una economaautogestionaria basada en el cooperativismo. Si bien la realidad econmica de los EE.UU. y la Democracia Econmicano son idnticas a la realidad espaola y a nuestro modelo de sindicalismo, hay grandes similitudes, por lo que suestudio, con las debidas adaptaciones, resulta muy til.

    1.- TRANSICIN REFORMISTA: Es lo que Scheweickart llama va lenta y supone una transicin progresivaconsistente en la adopcin de doce medidas fundamentales:

    A) Creacin de cooperativas, ya sea partiendo de cero o transformando las empresas ya existentes.No sera algo repentino, sino algo a fomentar para que se vaya generalizando poco a poco.

    B) En un primer momento se aumentaran por medio de leyes la participacin en la gestin y enlos beneficios de las empresas.

    C) Reforzamiento del papel del movimiento sindical para que acte como motor del cambio.D) Control social de la inversin de la siguiente forma:

    1.- Sustituyendo las rentas de la propiedad como fuente de los fondos de inversin porimpuestos.2.- Obligando al capital a invertir en su regin.3.- Obligando a los inversores a dar prioridad a lo acordado democrticamente en lasempresas frente a las prioridades del mercado.

    E) Puesta en prctica de una poltica monetaria de bajos tipos de inters que beneficie a laproduccin y rebaje la presin de la deuda pblica.

    F) Establecimiento de un impuesto de uso sobre la actividad del capital (en lugar de gravar elconsumo o la renta).

    G) Impedir y castigar las previsibles fugas de capital.H) Aumento progresivo de la participacin obrera en la gestin y en los beneficios hasta llegar al

    100% en ambos casos, pero no la propiedad. sta seguir siendo de los mismos capitalistas, pero serfinalmente un ttulo sin valor ninguno.

    I) Creacin de una red de bancos pblicos municipales o comarcales.J) Polticas proteccionistas y reduccin del comercio con el exterior, enfocando la produccin hacia

    el interior (en otros pases el sistema de salariado supone una competencia injusta).K) Supresin progresiva del salariado.L) Traspaso de los fondos privados de pensiones (que son ingentes sumas de dinero invertidas en

    los mercados de valores) a la Seguridad Social, lo que garantizara esas pensiones y pondra en manos delEstado la propiedad de gran parte de la riqueza productiva de la nacin.

    A estas doce medidas parece necesario aadir otra que Scheweikcart no contempla, pero que parece necesariacomo continuacin lgica y necesaria de la medida E, tal y como apunta Margrit Kennedy (Dinero sin inflacin nitasas de inters):

    M) Transformacin del sistema monetario sustituyendo el inters por la tasa de uso o de circulacin(el dinero libre de intereses tendra una tasa de crecimiento natural), lo que evitara los problemasinflacionistas y la consiguiente devaluacin de la moneda.

    Pero esta transicin reformista plantea demasiados problemas. En primer lugar tropezaramos con la resistenciade los capitalistas, que intentaran fugarse con sus capitales y cerrar sus empresas antes de que su ttulo de propiedadno tenga valor. Adems, actualmente el movimiento sindical no tiene el vigor necesario para ser motor del cambio y

    Jorge Garrido / El nacionalsindicalismo como alternativa al capitalismo / pg. 12

  • no es partidario de la autogestin obrera, ya que, segn ellos, acaba con la solidaridad y la conciencia de clase y suponeel fin de los sindicatos tradicionales y sus prebendas.

    Adems este cambio progresivo en un solo pas , si bien es posible, ser difcil si se le aaden los dems problemasy hay hostilidad exterior. El fenmeno de la mundializacin econmica (lo que otros llaman globalizacin) haranecesario, antes de comenzar con las reformas, un aumento del ahorro interno, cambiar las pautas y los montos deconsumo tanto privado como pblico y tener controlados los mercados financieros. Hay que aadir las dificultadesque pueden surgir en caso de un ataque financiero desde el exterior, aunque Espaa, en caso de hundimiento de sumoneda tiene la ventaja de que vera revaluadas sus reservas de divisas (abundantes gracias al turismo), si bien esteefecto slo tiene una incidencia importante a corto plazo.

    Finalmente, las polticas proteccionistas perjudican la innovacin tecnolgica y a los pases subdesarrolladosque ven reducidos sus mercados. Todo esto hace pensar a Scheweickart que, si bien es posible, tal reforma es sumamenteimprobable, pues ningn partido poltico podra concitar durante el tiempo necesario el apoyo preciso para culminarla.

    2.- TRANSICIN REVOLUCIONARIA: Se tratara de un cambio radical y repentino que no permita nivueltas atrs ni frenos a causa de las dilaciones reformistas (en estas situaciones las vueltas atrs y las revoluciones amedias tienen siempre consecuencias mucho peores que cualquier otra alternativa). Debera constar de dos primerasfases, segn el nivel de prioridad de las medidas, y otra de consolidacin, aunque antes se hara necesaria una fase previade preparacin enfocada a garantizar el suministro necesario de materias primas, energa y alimentos (para lo cual serapreciso establecer las oportunas alianzas poltico-econmicas con los pases que pudieran asegurarnos dichossuministros), as como a aumentar el ahorro interno y las dems medidas previas ya apuntadas en el modelo detransicin reformista. Despus de esta fase previa de preparacin ya podramos afrontar las fases de la transicinpropiamente dicha.

    lPrimera fase (primeros das de la transicin):

    A) Medidas previas de control del ahorro interno y de control de los mercados financieros (bloqueotemporal de cuentas no corrientes, suspensin de las cotizaciones en Bolsa, etc.).

    B) Supresin del pago de todas las rentas.C) Autogestin inmediata de todas las medianas y grandes empresas, pero manteniendo los

    directivos temporalmente.D) Nacionalizacin del sistema bancario y de los seguros.E) Establecimiento de una poltica arancelaria proteccionista como precaucin comercial.F) Ajustes secundarios: Habra que tratar por separado las hipotecas de vivienda, las rentas de

    alquiler y los crditos al consumo, habra que adoptar medidas como el traspaso a la Seguridad Social delos planes de pensiones privados que dependen de ingresos accionariales; se compensara a los pequeosaccionistas y rentistas para evitar la enajenacin de miles de acciones y obligaciones; etc.

    l Segunda fase (siguientes semanas y meses):

    A) Supresin del salariado.B) Proceso de sindicalizacin de las empresas.C) Estructuracin del sindicalismo vertical y territorial.D) Pago de indemnizaciones a los antiguos propietarios a base de los beneficios que vayan

    generando las empresas.E) Posible reduccin del comercio con el exterior, reduciendo las importaciones y creando nuevos

    hbitos de consumo si es necesario (Krugman ha demostrado en 1990 que si se redujera el comerciomundial un 50%, la renta mundial slo se reducira un 25%).

    F) Creacin de un impuesto sobre el uso de los activos de capital (para compensar la falta delahorro por la supresin de los tipos de inters y para reducir la inflacin).

    Jorge Garrido / El nacionalsindicalismo como alternativa al capitalismo / pg. 13

  • l Tercera fase: Sera en realidad una continuacin de la segunda (incluyendo el nuevo sistema monetario medida M de la transicin reformista- como continuacin lgica de la medida F de la fase anterior) y culminara conla adopcin de todas las medidas necesarias para completar el sistema nacionalsindicalista.

    Las consecuencias de esta transicin revolucionaria en la primera fase no seran tan perniciosas como las de lareformista, pues no se da tiempo a los capitalistas a defenderse cuando an estn fuertes. Al da siguiente de la Revolucincasi todos seguiran trabajando en lo mismo que antes y los directivos seguiran dirigiendo las empresas. Se seguirafabricando y vendiendo como antes y slo se quedaran en paro los capitalistas y los financieros. Los verdaderos efectosse empezaran a notar al final de la segunda fase, pero los instrumentos de poder y de control econmico estarn ya enmanos del Estado y del Sindicato. Un cambio similar al descrito Scheweickart lo ve como posible, pero no factible si nose dan unas circunstancias revolucionarias. En una democracia liberal no es posible tal perspectiva (ya se vio en laSuecia de 1976).

    Lo importante es que el pueblo desee el cambio y lo apoye. Un pueblo dispuesto a producir riqueza puede saliradelante por encima de todas las dificultades que, sin duda se le opondrn.

    En buena medida los problemas ya planteados se mostrarn de forma permanente, pero su incidencia ser cadavez menor a medida que se superen las fases iniciales de la transicin revolucionaria, pero dependera mucho de lahostilidad que puedan mostrar las dems naciones y los centros de poder econmico mundial. Un hipottico bloqueoeconmico podra tener efectos desastrosos si incluyese a los pases que nos exportan energa y materias primas.

    Sera preciso enfocar la poltica energtica hacia la autosuficiencia, especialmente desarrollando las energasalternativas, pero hay que ser consciente de que, hoy por hoy, la autarqua es inviable. Tendramos que intentar nomarginarnos totalmente del comercio internacional (pese a que en buena medida posiblemente haya que hacerlo) yoptimizar los recursos nacionales. Pero, la verdad es que no es posible establecer claramente todas las consecuenciaseconmicas de la aplicacin del nacionalsindicalismo en un medio hostil. Dependera ya de cuestiones de polticainternacional ajenas a la propia economa, pero con indudable incidencia en ella.

    Lo que no podemos cuestionar los falangistas es que la sustitucin del capitalismo por un sistema econmicoms justo es una alta tarea moral absolutamente necesaria. Sostener otra cosa es un delito de lesa humanidad.

    [Texto de la conferencia pronunciada por Jorge Garrido San Romn el 7 de mayo de 2005 en la sede de Falange Espaola de las JONS de Valladolid]

    Jorge Garrido / El nacionalsindicalismo como alternativa al capitalismo / pg. 14