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El Orden del Discurso de Michel Foucault (Resumen académico) El primer "problema" con el que se topa Foucault en esta obra, es que es un discurso, que habla sobre el discurso. Esta autoreferencialidad es similar a la que se encontraron los matemáticos al tratar de explicar las matemáticas con matemáticas, y a la que actualmente se enfrentan las ciencias cognoscitivas, al tratar de comprender a la mente humana, sin otra herramienta que la misma mente humana. Ponemos "problema" entre comillas, ya que, además del uso y abuso que se le ha dado a la palabra, estas situaciones sólo son problemáticas para las lógicas consistentes. Si uno analiza estas situaciones desde otro punto de vista, como por ejemplo una lógica paraconsistente, el "problema" se torna en "interesantez" (hablando del uso y abuso del lenguaje... ("es para que haya evolución del conocimiento" -Feyerabend)). Así que analicemos el texto de Foucault con la conciencia, más que el prejuicio, que dicta qué es lo que tiene que hacer consigo mismo. Bien. Foucault plantea en su discurso, que "en toda sociedad la producción del discurso está a la vez controlada, seleccionada y redistribuida por un cierto número de procedimientos que tienen por función conjurar los poderes y peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y temible materialidad." Para lograrlo, clasifica los principales sucesos que afectan al orden del discurso. Comienza con los sistemas de exclusión. En primer lugar: la palabra prohibida. El autor, a riesgo de provocar controversia, no puede hablar crudamente de cualquier tema. Las teorías acerca del por qué de esta prohibición son diversas, y no sabemos con cual quedarnos. En segundo lugar: la separación de la locura. El loco (¿o genio?) es el que tiene un discurso incomprensible para la mayoría. Si la mayoría (más bien la parte respetable de la sociedad, que dicta las reglas de cómo se tienen que hacer las cosas) no comprende, no le agradan, o no le convienen las ideas de un iconoclasta, hacen que éste sea rechazado por el sistema que controlan (y gustosamente lo envían a la casa de la risa...). Finalmente: la voluntad de verdad. Un ejemplo claro de esto es la lógica aristotélica. No decimos que es "mala", sólo que es más limitante que otras lógicas. Pero la voluntad de una verdad en las que las cosas son verdaderas ó falsas, y no otra

El Orden Del Discurso de Michel Foucault

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Page 1: El Orden Del Discurso de Michel Foucault

El Orden del Discurso de Michel Foucault (Resumen académico)El primer "problema" con el que se topa Foucault en esta obra, es que es un discurso, que habla sobre el discurso. Esta autoreferencialidad es similar a la que se encontraron los matemáticos al tratar de explicar las matemáticas con matemáticas, y a la que actualmente se enfrentan las ciencias cognoscitivas, al tratar de comprender a la mente humana, sin otra herramienta que la misma mente humana. Ponemos "problema" entre comillas, ya que, además del uso y abuso que se le ha dado a la palabra, estas situaciones sólo son problemáticas para las lógicas consistentes. Si uno analiza estas situaciones desde otro punto de vista, como por ejemplo una lógica paraconsistente, el "problema" se torna en "interesantez" (hablando del uso y abuso del lenguaje... ("es para que haya evolución del conocimiento" -Feyerabend)).

Así que analicemos el texto de Foucault con la conciencia, más que el prejuicio, que dicta qué es lo que tiene que hacer consigo mismo.

Bien. Foucault plantea en su discurso, que "en toda sociedad la producción del discurso está a la vez controlada, seleccionada y redistribuida por un cierto número de procedimientos que tienen por función conjurar los poderes y peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y temible materialidad." Para lograrlo, clasifica los principales sucesos que afectan al orden del discurso.

Comienza con los sistemas de exclusión. En primer lugar: la palabra prohibida. El autor, a riesgo de provocar controversia, no puede hablar crudamente de cualquier tema. Las teorías acerca del por qué de esta prohibición son diversas, y no sabemos con cual quedarnos. En segundo lugar: la separación de la locura. El loco (¿o genio?) es el que tiene un discurso incomprensible para la mayoría. Si la mayoría (más bien la parte respetable de la sociedad, que dicta las reglas de cómo se tienen que hacer las cosas) no comprende, no le agradan, o no le convienen las ideas de un iconoclasta, hacen que éste sea rechazado por el sistema que controlan (y gustosamente lo envían a la casa de la risa...). Finalmente: la voluntad de verdad. Un ejemplo claro de esto es la lógica aristotélica. No decimos que es "mala", sólo que es más limitante que otras lógicas. Pero la voluntad de una verdad en las que las cosas son verdaderas ó falsas, y no otra cosa ni las dos al mismo tiempo, es intrínseca hasta del lenguaje (no todos) y de la forma de pensar (Él ES güey. Y ya. Se amoló.) Estos sistemas de exclusión son provocados externamente por la sociedad (¿y su moral?). Una cosa que hay que notar, es que en una sociedad, la clase dominante siempre quiere permanecer en el poder, y hay veces que hay otra clase que quiere accesar al poder. Bueno, arrebatarlo. Y definitivamente una parte esencial para

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conseguir y mantener y perder el poder, es el discurso. En respecto a la voluntad de verdad, ésta es inoculada a la sociedad (a los no locos) por la clase en el poder. "La verdad depende de nuestras voluntades, y nuestras voluntades cambian con el tiempo".

En cuanto a los procesos internos que afectan al discurso: principios de clasificación, ordenación y distribución. En primer lugar: el comentario. Lo que se diga de un discurso, definitivamente lo afectará, a través de su interpretación. En segundo lugar: el autor. La sociedad requiere de una referencia de quién es el creador del discurso, para darle credibilidad, predisposición y/o interpretación. Finalmente: las disciplinas. ¿Podríamos decir que éstas son dadas por la sociedad en la que se distribuye el discurso (medicina, filosofía, biología, etc.)? ¿No es similar a la voluntad de verdad? Es decir, la voluntad de verdad se ve afectada a través de discursos.

A continuación , Foucault pasa a clasificar los principios que afectan al sujeto creador de discursos. Están relacionados con las disciplinas, ya que las sociedades que escuchan el discurso, finalmente afectan al autor, de forma tal que su discurso, antes de su gestación, pueda ser escuchado y comprendido. Esto es nombrado por Foucault como sociedades de discurso. Pero antes habla del principio de restricción denominado como ritual, el cual define la cualificación que deben poseer los individuos que hablan (¿Qué cualidades debe cumplir un orador del PRI? ¿uno del CGH? ¿uno del KKK?). El tercer elemento son las doctrinas, similares a las sociedades de discurso, sólo que las primeras divulgan su discurso, mientras que las segundas son cerradas. Finalmente, Foucault habla de una adecuación social del discurso. Esto es, que a través de la educación, finalmente la sociedad forma (o por lo menos influye) a todo futuro autor.

En todos los principios que afectan al discurso no se encuentran causas en común. Van de la sociedad y la voluntad de poder, al deseo y a la moral; pasando por el prejuicio, y la costumbre. Pero, para accesar a todos esto, y por los cuales éstos regulan al discurso, es por el discurso mismo. Estructura maravillosa que se modifica a sí misma. Tomando ideas de Sistemas Complejos, los principios de la evolución natural (la vida se modifica a sí misma) y la evolución del discurso serían similares (los dos se adaptan a su medio, entre otras cosas).

Bueno, pero cuando Foucault pronunció este discurso, no tenían a bien existir estas ideas (y otros no teníamos a bien de haber nacido...). El plantamiento de Foucault para "atacar" los "problemas" antes mencionados incluye cuatro principios:

* •Principio de trastocamiento: dónde se reconocía el origen del discurso (el autor, la disciplina, la voluntad de verdad), hay que reconocer el

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enrarecimiento del discurso.* •Principio de discontinuidad: el que existan sistemas de enrarecimiento del discurso no implica que debajo de ellos se encontrará un discurso ilimitado, continuo y silencioso. Los discursos deben de ser tratados como prácticas discontinuas que se cruzan, yuxtaponen, ignoran o excluyen.* •Principio de especifidad: la concepción del discurso como una violencia que hacemos a las cosas, donde los acontecimientos del discurso encuentran su regularidad. Esto debido a que las cosas no tienen regularidad per se. Nosotros se las imponemos.* •Principio de exterioridad: a partir del discurso, ir hacia sus condiciones externas de posibilidad, sus motivos, y lo que fija sus límites. 

Estos principios se oponen, uno a uno, el acontecimiento a la creación, la serie a la unidad, la regularidad a la originalidad, y la condición de posibilidad a la significación. Los cuatro principios a los que se oponen los propuestos por Foucault son los que dominaban las ideas.

Desde mi punto de vista, la propuesta de Foucault es más completa que lo que critica. Aunque a treinta años, podríamos decir que los desarrollos abalanzados en todas las áreas del conocimiento han dejado un poco incompleta (si no es que obsoleta...) la propuesta de Foucault. Esto por lo mismo que ya da a entender Foucault: las evoluciones y revoluciones de las sociedades irremediablemente afectan al discurso, por lo tanto, también al discurso descriptor de discursos de Foucault.

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MICHEL FOUCAULT

El orden del discurso

ASIGNATURA:

ALUMNA:

CURSO:

FECHA:

ANÁLISIS DE LOS SUJETOS DE LA ENUNCIACIÓN

FORMAS DEL SUJETO DE LA ENUNCIACIÓN

DOMINIOSUJETO DE LA ENUNCIACIÓN

FUNCIÓN

1ª Persona del singular

Línea 1 a línea 22 AutorAclarar el sentido de sus

teorías

No hay signos explícitos del sujeto de la enunciación

Línea 23 a línea 80 AutorEl autor presenta sus

ideas como si la verdad hablara por sí misma.

El único sujeto de la enunciación que aparece durante todo el texto es su mismo autor, Michel Foucault.

ACTIVIDADES

Europa sostiene un punto de vista sobre los saberes que Foucault no comparte. ¿Cuál es ese punto de vista?

Europa sostiene que debería existir una comunicación universal del conocimiento, un intercambio indefinido y libre de los discursos.

Por su parte, Foucault opina que el intercambio y la comunicación son figuras positivas, pero no funcionan por sí solas y necesitan unos complejos sistemas de restricción para poder hacerlo. La forma más perceptible de esos sistemas de restricción es lo que se

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llama ritual, que define la cualificación que deben poseer los sujetos parlantes y la posición que deben ocupar; también define los gestos, los comportamientos, las circunstancias y todo el conjunto de signos que deben acompañar al discurso, y finalmente fija el efecto de las palabras sobre aquellos a los que se dirigen. Foucault piensa que algunos discursos (religiosos, jurídicos, terapéuticos y políticos) no se pueden dar sin su correspondiente puesta en escena y seguimiento del ritual.

Podemos observar que Foucault opone el punto de vista de Europa al suyo propio porque utiliza el conector de oposición sin embargo entre uno y otro.

¿Qué concepción tiene Foucault del sujeto parlante?

Según Foucault, el sujeto parlante es aquel que satisface ciertas exigencias y está cualificado para entrar en el orden del discurso. También, el sujeto parlante selecciona las constricciones del discurso y sólo puede penetrar en aquellas partes que estén a su disposición, respetando otras que están claramente prohibidas.

3. ¿Cuál es el tema, la tesis y el problema del texto?

Tema: Realidad y lenguaje.

Tesis: El lenguaje se da en aspectos restringidos de la realidad.

Problema: ¿Hasta qué punto de la realidad se puede dar el lenguaje?

4. Según Foucault, los discursos religiosos, jurídicos, terapéuticos y políticos son rituales. Inventa un diálogo verosímil, entre un sacerdote y un creyente, o entre un abogado y un cliente, o entre un médico y un paciente, o entre un político y un ciudadano. El diálogo es una puesta en escena de una discusión en la que se enfrentan dos puntos de vista diferentes, se discute y finalmente prevalece la palabra del sacerdote, del abogado, del médico o del político.

ABOGADO: Bien señor Gómez, cuénteme su problema.

CLIENTE: Bueno, verá, quiero separarme de mi esposa y quisiera que me aconsejara sobre los pasos que debo seguir.

A: Perdone que le interrumpa, en primer lugar hemos de determinar la naturaleza o el régimen económico de su matrimonio: ¿el régimen es de gananciales o de bienes privativos?

C: Disculpe pero, no entiendo exactamente el significado de esos términos.

A: Le explico: el régimen económico de bienes gananciales supone que los bienes que tanto usted como su esposa hayan adquirido a lo largo de la vida del matrimonio, pertenecen a la sociedad común de gananciales, es decir, es como si usted y su esposa formasen una sociedad al cincuenta por cien, por lo que los bienes que adquieran durante el matrimonio pertenecen al cincuenta por cien a cada uno de los cónyuges.

Al régimen económico de gananciales se contrapone el régimen económico de bienes privativos, que implica la continuación del patrimonio individualizado de cada cónyuge; el marido tendrá sus bienes propios, su propio dinero; y la mujer, por su parte, tendrá un patrimonio diferenciado y exclusivo de ella.

Page 6: El Orden Del Discurso de Michel Foucault

¿Lo ha entendido?

C: Bueno, creo que sí. Y creo que en nuestro caso el régimen es el de gananciales.

A: Cuénteme más cosas. ¿Tienen hijos, cuántos, de qué edades?

C: No, ninguno.

A: ¿Existe algún motivo especial por el cual quiera la separación? Por ejemplo, ¿su mujer le engaña?

C: No. Bueno, creo que no. Simplemente que he conocido a otra mujer.

A: Continuemos. ¿Cuál es el patrimonio de ustedes? Cuentas corrientes, fincas, etc.

C: Bueno, disponemos de diversos millones de pesetas en diferentes cuentas corrientes. Así como de dos pisos, uno de ellos gravado con una fuerte hipoteca.

A: Yo le aconsejo que, a fin de que usted siempre maneje la situación económica, evitando problemas de reclamaciones económicas que su mujer pueda plantearle, que lleve a cabo determinadas artimañas que le permitan apropiarse de la mayor parte del capital existente en las entidades bancarias, así como con la finca de más valor.

Si no lo hace así, se arriesga a que su mujer consiga una considerable pensión.

Ahora bien, la materialización de tales maquinaciones legalistas supone una árdua y costosa labor por parte de un operador jurídico que, en todo momento, ha de realizar los oportunos actos tendentes a la consecución del objetivo a cubrir, sin dejar rastro o huella alguna que permita a su mujer sospechar.

C: Estoy en sus manos. Por mi parte, estoy de acuerdo en que iniciemos inmediatamente todas esas actuaciones de las que me habla.

A: El objetivo es claro. Como su mujer le podrá de todas formas reclamar una pensión, es de sentido común que usted pueda resarcirse de tal pérdida, haciendo suyo el dinero de las cuentas corrientes. Bastará con que saque una buena cantidad de dinero, que vaya dos o tres noches a algún casino de renombre, que cene en el mismo y pague con tarjeta (a fin de poder demostrar que estuvo en dicho casino), y si su mujer le reclama la devolución del dinero alegar que lo perdió como consecuencia unas noches de mala suerte.

C: La verdad, nunca se me hubiese pasado por la cabeza. Cuando quiera empezamos. Dígame el importe de sus honorarios porque estaré gustoso de pagárselos.

Sin tener relación directa con la pregunta y sólo como anécdota, me gustaría citar aquí un divertido fragmento del libro de los Hermanos Marx titulado “GROUCHO & CHICO, ABOGADOS”, de la colección Andanzas, en el que Groucho Beagle ejerce de abogado y Jones es su cliente.

(...)

JONES: Encantado, Mr Beagle. Un amigo mío me dijo que era usted un buen abogado.

Page 7: El Orden Del Discurso de Michel Foucault

GROUCHO: Pues no debe de ser tan amigo.

J: Bien, me gustaría hablar con usted. Tengo problemas con mi esposa.

G: ¡Por favor! Oiga usted, también yo tengo problemas con mi esposa y no voy por ahí aireándolo. Humm. Debería avergonzarse. Miss Dimple, muéstrele la puerta a este caballero. O no, pensándolo bien, deje la puerta en paz. Ya la vio cuando entró.

J: Pero Mr. Beagle, he venido a pedirle consejo. Déjeme que le cuente la historia. Mi esposa está enamorada de dos hombres y...

G: ¡Ja, ja, ja! No es una mala historia. Todo el mundo la comenta en el club. Ahora, déjeme que le cuente yo a usted una. Había dos viajantes llamados Pat y Mike...

J: No, no, Mr. Beagle. He venido aquí con un problema.

G: Bueno, ¿por qué no le dice que pase?

J: Usted no lo comprende. Estoy buscando pruebas contra mi esposa.

(...)

G: Tengo el hombre que busca, mi nuevo pasante, Emmanuel Ravelli. Parece idiota y habla como un idiota. Pero no permita que le engañe: realmente es idiota. Usted y Ravielli se entenderán de maravilla.

J: Mr. Beagle, mi tiempo vale dinero. Permítame ponerle al corriente de los hechos. Me casé con mi esposa en secreto.

G: ¿Se casó con ella en secreto? ¿Quiere decir que no le consultó sobre el tema? No es de extrañar que se vaya con otros hombres.

J: Mr. Beagle, tenemos que conseguir el divorcio; quiero que su ayudante, Ravelli, siga a mi esposa.

G: Cada cosa a su tiempo. Consigamos primero el divorcio y luego ya seguiremos todos a su esposa.

(...)

5. Analiza los elementos rituales que estaban presentes en la puesta en escena del diálogo inventado del ejercicio anterior.

En todo momento, el abogado utiliza un vocabulario muy formalista, aún sabiendo que no le entienden; mientras que el cliente habla con un lenguaje coloquial y normal. El abogado se vale de este lenguaje para denotar cierta superioridad y diferencia.

La postura del abogado es, durante todo el diálogo, muy segura y firme, demostrando así el dominio sobre el tema; sin embargo, el cliente mantiene una postura más insegura y débil, destacando en su última intervención una total fiabilidad y confianza hacia el abogado y así, una dependencia de éste.

6. Inventa un final diferente para el diálogo del ejercicio número 4. ¿Qué circunstancias, gestos, comportamientos describirían al personaje que lograra hacer prevalecer su palabra sobre la del sacerdote, el abogado, el médico o el político?

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A: (...) Ahora bien, la materialización de tales maquinaciones legalistas supone una árdua y costosa labor por parte de un operador jurídico que, en todo momento, ha de realizar los oportunos actos tendentes a la consecución del objetivo a cubrir, sin dejar rastro o huella alguna que permita a su mujer sospechar.

C: Creo que se confunde. No es mi intención traicionar a estas alturas a mi esposa. Sólo pretendo de usted el que interponga el correspondiente proceso de separación y lo lleve a cabo. Pero quiero que sea un proceso limpio. Las relaciones con mi esposa son buenas y quiera que sigan siéndolo.

Ella tiene una abogada; quiero que hable con ella y que lleguen a un acuerdo razonable sobre el reparto de nuestros bienes.

A: ¿Está seguro de ellos? Perderá una inmejorable ocasión de...

C: Le insisto en que su trabajo consistirá única y exclusivamente en la dirección técnica del proceso judicial y de las conversaciones con su compañera abogada. No pretendo, en ningún momento, aprovecharme de mi esposa.

En este caso, el cliente adopta una posición mucho más firme en la que, sin dejarse influir por el abogado, determina cuáles son exactamente sus intenciones, dejando ver su total seguridad y dominio sobre sí mismo. Esto se demuestra claramente al interrumpir al abogado, sin dejar que éste le proponga ciertas vías alternativas, insistiendo en su firme postura.

A la luz de los ejercicios anteriores, determina tu grado de acuerdo con la tesis que Foucault mantiene en este texto.

Yo estoy completamente de acuerdo con la tesis de Foucault. Pienso que el lenguaje funciona bajo unos complejos sistemas de restricción de la realidad (como es el ritual) en el que sólo pueden participar los que estén cualificados para ello, ya que hay ciertos aspectos o temas de la realidad que no todo el mundo conoce y opino que eso mismo es lo que hace que la comunicación se pueda dar, porque no todo el mundo puede saberlo todo sobre todo. Creo que al dedicarse unas personas a un solo tema determinado, lo pueden trabajar más y profundizar en él, haciendo así que “surjan” conocimientos nuevos y que, por tanto, podamos evolucionar.

Elige cuatro autores diferentes y compara sus tesis respecto del tema “lenguaje y realidad”.

Tesis de Nietzsche: El lenguaje es sólo un conjunto de metáforas de la realidad.

Tesis de Kant: El lenguaje se basa en la intuición humana de realidad.

Tesis de Rousseau: El lenguaje es el medio necesario para conocer la realidad.

Tesis de Barthés: El lenguaje obliga a clasificar la realidad.

Nietzsche dice que estas metáforas de la realidad son antropomórficas, por tanto, son para el hombre, son verdaderas para sí, entonces el lenguaje no alcanza la verdad pura.

Esta posición la mantiene Kant, ya que este filósofo también opina que el lenguaje no llega a alcanzar la verdad pura porque está basado en la intuición humana, que también ve la realidad para sí.

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También Barthés comparte esta opinión, porque al clasificar la realidad se le atribuyen una serie de generalizaciones que hacen que ya no se hable de la realidad pura, por tanto, el lenguaje no alcanza la verdad pura.

Sin embargo, Rousseau opina que el lenguaje sí que alcanza la verdad pura, ya que es el medio necesario para que podamos conocer la realidad, por tanto el lenguaje no cambia la realidad.

El orden del discurso

El orden del discurso

Autor Michel Foucault

Género Ensayo

Idioma Español

Título original L'ordre du discours

Editorial Tusquets Editores

País Francia

Fecha de publicación 1999

Páginas 80

El orden del discurso fue la lección inaugural que Michel Foucault impartió cuando, en 1970,

sucedió a Jean Hyppolite en la Cátedra de «Historia de los sistemas del pensamiento» en el Collège

de France. Foucault realizó en este texto una breve síntesis de lo que hasta entonces habían sido

sus investigaciones, que giraban en torno a las relaciones entre saber y poder, al mismo tiempo que

adelantaba el que iba a ser su futuro programa de trabajo.

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Contenido

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1 Introducción

2 Procedimientos de control de los discursos

3 Procedimientos de limitación de los discursos

4 Primeras conclusiones

5 La filosofía y el orden del discurso

6 El programa de Foucault

7 El análisis de los discursos

[editar]Introducción

Foucault comienza su propio discurso afirmando que siente inquietud hacia lo que es el discurso en

tanto que realidad material, que siente en exceso la responsabilidad de ser autor de un discurso,

pero que también siente cómo la «Institución» acude en su ayuda ritualizando el inicio del discurso,

y consiguiendo así que el poder que pueda tener el discurso será de la propia «Institución» de

donde éste lo obtenga. Con este inicio, Foucault plantea las líneas generales de la lección: el hecho

de que la noción de 'discurso' ha de ser peligrosa si las formas institucionales tienen tanto interés en

determinar todo el proceso de su creación. Así pues, Foucault se plantea seguir

«arqueológicamente» todo el rastro que ha llevado hasta nuestra noción de ‘discurso’...

[editar]Procedimientos de control de los discursos

Partiendo de que en toda sociedad la producción material de los propios discursos está controlada,

seleccionada y redistribuida por cierto número de procedimientos, Foucault distingue entre tres tipos

de estos procedimientos: en primer lugar los procedimientos de exclusión (de carácter externo al

propio discurso, y cuya función es dominar los poderes que los discursos conllevan), entre los que

se destacan los de prohibición (a través del tabú del objeto, del ritual de la circunstancia y del

derecho privilegiado del sujeto que habla), centrados hoy en el sexo (haciendo que el mismo

discurso sobre el sexo sea, no sólo lo que habla o calla sobre el deseo, sino también él mismo

objeto de deseo) y en la política (convirtiendo al mismo discurso en objeto de la lucha política y no

en su mera manifestación); los de separación y rechazo, como en el clásico ejemplo foucaultiano de

la separación entre razón ylocura; y los de oposición entre lo verdadero y lo falso, que son los que a

través de su propia historia han dado su forma general a nuestra voluntad de saber, es decir, a la

forma de nuestro conocimiento, a la distinción entre lo que es conocimiento y lo que no. Foucault

constata que los tres están apoyados en una base institucional, pero que los terceros operan a un

nivel más profundo, hasta el punto de que durante los últimos siglos ha ido haciéndose cargo de los

procedimientos de prohibición y los de separación y rechazo, tornándose así la oposición entre lo

verdadero y lo falso más profunda e insoslayable, más invisible ante nuestros ojos.

Page 11: El Orden Del Discurso de Michel Foucault

[editar]Procedimientos de limitación de los discursos

En segundo lugar, los procedimientos de limitación (éstos de carácter interno y dedicados a conjurar

los azares de la aparición de discursos), entre los que Foucault apunta el comentario, que reformula

una y otra vez los discursos según ciertos intereses para así limitar el azar del discurso por medio

del juego de una identidad que tiene la forma de la repetición y de lo mismo; el autor, que queda

establecido como principio de agrupación y de origen de las significaciones del discurso, para así

limitarlo por el juego de una identidad que tiene la forma de la individualidad y del yo; y la

organización de las disciplinas, que permite construir discursos sólo de acuerdo con un estrecho

margen previamente instituido, fijando los límites del discurso por el juego de una identidad que

tiene la forma de una reactualización permanente de las reglas. Y en tercer lugar, los procedimientos

que determinan las condiciones de utilización de los discursos, destinados a imponer reglas a los

individuos que dicen los discursos y a no permitir el acceso a éstos a todo el público. De este modo,

todo intercambio y comunicación funcionan siempre dentro de sistemas complejos de restricciones,

entre las que Foucault destaca el ritual, que define la cualificación del individuo que habla y la

situación que debe acompañar al discurso, y fija la efectividad del discurso, el efecto de las palabras

sobre aquéllos a quienes va dirigido; las sociedades de discursos, que hacen circular los discursos

por espacios cerrados y los distribuyen según reglas estrictas; las doctrinas, que vinculan a los

individuos a ciertos tipos de enunciación al mismo tiempo que les prohíben cualquier otro tipo; y la

adecuación social del discurso, que viene impuesta políticamente por todo el sistema de educación.

[editar]Primeras conclusiones

Todo este análisis sigue las líneas maestras del habitual modus operandi de Foucault: mostrar cómo

realidades que entendíamos como «naturalizadas», como inocuas, transparentes, no sólo no son

tales, pues funcionan como elementos efectivos de producción material de saber y poder, sino que

además su realidad no es tan «natural» como suponíamos, ya que responde a complejos

mecanismos e intereses que vienen actuando sin pausa en toda la historia de las tales nociones.

Así, Foucault, y expresándolo en otros términos, encuentra que el ‘discurso’, al que se suele

entender como mero «medio» de comunicación, como simple transmisor de información desde el

autor hacia el público, supone en realidad una noción material, que el mismo discurso es

ya información, que no es un mero transmisor sino que su producción está complejamente regulada

de acuerdo a ciertos intereses, y que su objeto no es el simple mensaje que el autor quiso lanzar,

sino que todo el proceso discursivo (incluyendo figuras tan «naturales» como la del propio ‘autor’)

está lleno de implicaciones y de formalizaciones concretas de las relaciones saber–poder, para nada

naturales sino que responden a determinados intereses concretos que tratan de «ocultarse» tras esa

aparente «ingenuidad», «inocencia» de todo ‘discurso’ en tanto que realidad material.

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[editar]La filosofía y el orden del discurso

A continuación, Foucault habla del papel que le corresponde a la filosofía frente a tal compleja

situación del proceso discursivo. En primer lugar señala que la filosofía surgió para «seguirle el

juego» a todos estos procedimientos de «regulación» de los discursos, primero como fundamento de

una verdad ideal como ley del discurso y una racionalidad inmanente como principio de sus

desarrollos, y segundo al reforzarlos mediante la elisión de la realidad específica del discurso,

caracterizándolo según tres nociones que anulan la realidad material del discurso y lo convierten en

mero espacio de comunicación: el sujeto fundador como autor original, la experiencia originaria,

cuyo significado supone que en las cosas ya hay un sentido que como tal se transmite por

el lenguaje, y la mediación universal, cuya implicación es que como todo se transmite mediante

discursos, es como si éstos no estuvieran, como si no fueran materiales sino mera transparencia.

Foucault explica esta actuación de la filosofía afirmando que en nuestra cultura existe una profunda

logofobia contra el discurso como acontecimiento discontinuo, batallador, creador de desorden y de

peligro.

[editar]El programa de Foucault

Para comprender cómo funciona este temor y cuáles son sus efectos, para desarmarlo, Foucault

propone una línea de acción concreta: replantearnos nuestra voluntad de verdad, restituir al discurso

su carácter de acontecimiento y borrar finalmente la soberanía del significante. Y afirma que ése es

el programa que él se plantea llevar a cabo desde ese momento.

Una tematización así –continúa– requiere una metodología específica que exige cuatro principios: el

de trastocamiento, que consiste en reconocer el juego negativo de un corte y de un enrarecimiento

del discurso allí donde, según la tradición, se suele reconocer la fuente original de los discursos; el

de discontinuidad: lo anterior no supone que por debajo de los diferentes discursos exista una gran

discurso ilimitado, los discursos son prácticas discontinuas, pero por sí mismos no responden a las

claras distinciones que se les imponen, sino que están en constante entrecruzamiento,

yuxtaposición, ignorancia, exclusión; el de especificidad: los discursos tienen una realidad concreta,

no se limitan a transmitirnos «cómo es el mundo», sino que el discurso ejerce una violencia sobre

las cosas, es una práctica que les imponemos a éstas; y el de exterioridad: el camino no es ir desde

el discurso hacia el «pensamiento oculto» que late en él, sino que aquello que hay que cuestionarse

son sus condiciones externas de posibilidad, de dónde surge, a qué responde, cuáles son sus

intereses, por qué se le trata como un origen y qué fija sus límites.

Antes de continuar, no obstante, Foucault plantea dos advertencias: lo importante es que

la historia no considere un acontecimiento sin definir la serie de la que forma parte, articulándose

estas nociones de acontecimiento y de serie alrededor de las ideas

de regularidad, azar, discontinuidad, dependencia, transformación. Y el discurso como

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acontecimiento obtiene un estatus filosófico que consiste en la relación, la coexistencia, la

dispersión, la intersección, la acumulación, la selección de elementos materiales.

[editar]El análisis de los discursos

Todo este trabajo de análisis de los discursos se dispone en dos conjuntos: el conjunto crítico, que

mediante el principio de trastocamiento persigue determinar las formas concretas de exclusión, de

delimitación y de apropiación de los discursos; y el conjunto genealógico, que mediante el uso de los

tres principios restantes, investiga cómo se ha formado efectivamente el discurso por medio de, a

pesar de o con el apoyo de los diferentes sistemas de coacción. Entrando en materia, un esquema

de lo que sería el conjunto crítico consiste en mostrar cómo operan, por ejemplo, los diferentes

procedimientos de exclusión. Así, el estudio del procedimiento de separación y rechazo ha revelado

cómo se produjo la separación de razón y locura durante la época clásica; el del procedimiento de

prohibición ha mostrado todo el complejo sistema de prohibiciones del lenguaje de

la sexualidad desde el siglo XVI alXIX; y el de la oposición entre lo verdadero y lo falso ha desvelado

cómo nuestra actual delimitación de la verdad responde a ciertos momentos clave del desarrollo

histórico de las ideas: la época de la sofística y el comienzo del platonismo, con la que se inicia esta

oposición; el paso del siglo XVI al XVII, con la aparición en Inglaterra de una nueva «ciencia de la

mirada» ligada a nuevas estructuras políticas y a una nueva ideología religiosa; y el comienzo del

siglo XIX, con la fundación de la ciencia moderna, la formación de la sociedad industrial y el

advenimiento del positivismo.

Ante esta tarea de la crítica, la genealogía se ocupa de la formación efectiva de los discursos en su

relación con todos estos límites de control, cómo esta formación de los discursos es dispersa,

discontinua y regular al mismo tiempo. Pero en la práctica ambas tareas no son tan fácilmente

separables, sólo se distinguen en el punto de ataque, de perspectiva y delimitación. Mientras que la

crítica se refiere a los sistemas de desarrollo del discurso e intenta señalar esos principios de

producción, de exclusión y de rareza del discurso; la genealogía atiende a las series de formación

efectiva del discurso, intenta captarlo en su poder de afirmación en tanto que poder de constituir

dominios de objetos a propósito de los cuales se podrían afirmar o negar proposiciones verdaderas

o falsas.