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Charles Darwin EL ORIGEN DE LAS ESPECIES Revisado por: G.G.

El Origen de Las Especies

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Darwin

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  • Charles Darwin

    EL ORIGEN DE LAS ESPECIES

    Revisado por: G.G.

  • PrlogoCharles Darwin, el cientfico naturalista que ms contribuy a la historia de la biologa,

    naci en Shrewsbury el 9 de febrero de 1809. Quinto hijo de Robert Darwin, un prsperomdico rural, y de Susannah Potter, creci en el seno de una sofisticada familia inglesa.Luego de finalizar sus estudios en la escuela de Shrewsbury, ingres en la Universidad deEdimburgo para cursar medicina. En 1827 abandon la carrera y comenz estudios deteologa en la Facultad de Estudios Cristianos, en la Universidad de Cambridge, con el finde convertirse en clrigo rural, como lo deseaba su padre. All inici una ntima amistadcon John Stevens Henslow, cura y botnico, que lo llev consigo en largas expedicionespara recolectar plantas y lo recomend al capitn Fitz Roy como tripulante del buque in-gls Beagle.

    Ya a fines del siglo XVIII, como en busca de un portavoz, la teora de la evolucinrondaba lentamente la atmsfera de los naturalistas. Pero lo que le otorg a Darwin elcrdito de descubrir la seleccin natural fue la publicacin, el 24 de noviembre de 1859,de El origen de las especies. Esta edicin se agot el da de aparicin y, con las subsi-guientes, fueron seis publicaciones en total las que se editaron en vida de Darwin.

    El origen de las especies fue el resultado de un exhaustivo y profundo trabajo de ob-servacin e investigacin que Darwin comenz desde muy joven, cuando se dedic a es-tudiar historia natural y reanud sus colecciones de minerales e insectos, que haba co-menzado en la escuela. Sin embargo, lo que realmente consagr los aos de estudio y re-flexin fue su labor como naturalista en la expedicin alrededor del mundo, a bordo delBeagle. Tal como lo afirma en la autobiografa: "El viaje en el Beagle ha sido el aconte-cimiento ms importante de mi vida y el que determin toda mi carrera".

    El origen de las especies fue el primer relato convincente y claro acerca de la teora dela evolucin y de la seleccin natural. La obra de Darwin estaba narrada en un lenguajedirecto y coloquial, accesible a cualquier lector. En ella fue capaz de explicar en formasimple que las especies cambiaban como resultado de una necesidad nueva; que la luchapor la supervivencia eliminaba las variaciones desfavorables y sobrevivan las ms aptas;que el nmero de individuos de cada especie permaneca ms o menos constante; y expli-c, por medio de descripciones minuciosas, cmo variaban en todos los aspectos las dis-tintas especies segn el entorno.

    Una de las principales influencias en su teora de la seleccin natural ha sido el clrigoy economista britnico, Thomas Malthus, con su Ensayo sobre el principio de la pobla-cin (1798). Tambin se le atribuye gran importancia en la obra de Darwin al naturalistaAlfred Russel Wallace (18231915), quien en su ltima expedicin a las islas de Malasiaformul su hiptesis acerca de la seleccin natural. En 1858, a pesar de que no se cono-can, Wallace le comunic sus ideas a Darwin, quien ya posea una teora similar. Unosmeses antes de la publicacin de El origen de las especies, ambos cientficos haban rea-lizado una publicacin conjunta de extractos de los manuscritos.

    Darwin narr en su Diario de viaje algunas vivencias que lo llevaron al comienzo deuna crisis religiosa; lleg a escribir: "...De hecho casi no puedo comprender cmo hayanadie que pueda desear que la doctrina cristiana sea cierta". No encontraba compatible la

  • esclavitud, sustento de la economa de la burguesa, a la que perteneca, con la doctrinacristiana. Varios aos despus escribi con cierto tono irnico: "Considerando la feroci-dad con que he sido tratado por los ortodoxos, parece cmico que alguna vez pensara serclrigo".

    Luego de cinco aos de expedicin (18311836) redact, sobre la base de los apuntestomados a bordo, el Diario de viaje.

    En 1842, despus de realizar una travesa por el norte de Gales con el fin de observarlos glaciares, la mala salud de Darwin se acentu. Siempre haba sido hipocondraco, pe-ro los males comenzaban a hacerse reales. Renunci al cargo de Secretario de la SociedadGeolgica y busc, junto a su prima, Emma Wedgwood -con la que se haba casado enenero de 1839- un lugar retirado, en los alrededores de Londres. Hall una casa en DownHouse, en las afueras de Seven Oaks, que fue su ltimo hogar. Entonces mantuvo unavida apartada de los compromisos sociales y dedic unas horas por da a ampliar aspectosde su teora. Muri el 19 de abril de 1882 de lo que luego se conoci como Mal de Cha-gas. Aunque algunos mdicos, contrariando a los familiares, sostuvieron que, en realidad,la causa de su muerte fue la constante angustia.

    Es autor de: Arrecifes coralinos (1842), Mis diversas publicaciones (1844), Diario deviaje (1845), El origen de las especies (1859), Fertilizacin de las orqudeas (1862), Elorigen del hombre (1871), La expresin de las emociones en el hombre y en los animales(1872), Vida de Erasmus Darwin (1879) y, por ltimo, Power of Movement in Plants(1880).

    Darwin vaticin la inmortalidad de su obra y fue, sin duda, quien ech ms luz sobrelas tres reas principales que cultiv: la geologa, la botnica y "el misterio de los miste-rios", como se llamaba por esos aos a los problemas de la evolucin y de la seleccinnatural.

    Margarita Rodrguez Acero

  • IntroduccinViajbamos a bordo del Beagle, buque de guerra ingls, en calidad de naturalistas,

    cuando nos impresionaron mucho ciertos hechos observados en la distribucin de los se-res orgnicos que habitan Amrica del Sur, y en las relaciones geolgicas existentes entrelos actuales habitantes de aquel continente y sus antecesores. Estos hechos parecan arro-jar luz sobre el origen de las especies. De vuelta a nuestra patria en 1837, se nos ocurrique quizs algo podra sacarse en limpio de esta cuestin, acumulando con paciencia, pa-ra reflexionar sobre ellos, toda clase de hechos que pudieran tener alguna relacin o co-nexin con el problema. Despus de un trabajo de cinco aos, nos permitimos especularsobre el asunto, y formamos algunas cortas notas que ampliamos en 1844.

    Al considerar el origen de las especies se concibe perfectamente que el naturalista quereflexiona sobre las mutuas afinidades de los seres orgnicos, sobre sus relaciones em-briolgicas, su distribucin geogrfica y otros hechos semejantes, puede llegar a deducirque las especies no han sido creadas independientemente, sino que han descendido comovariedades de otras especies. A pesar de todo, tal conclusin, aun estando bien fundada,no sera satisfactoria hasta poder demostrarse cmo han sido modificadas las innumera-bles especies que habitan este mundo, hasta adquirir esa perfeccin de estructura y coa-daptacin que con justicia excita nuestra admiracin. Continuamente los naturalistas laatribuyen a condiciones externas, clima, alimento, etc., como nica causa posible de va-riacin, y aunque en sentido limitado, todava consideramos absurdo atribuir a merascondiciones externas la estructura, por ejemplo, del murdago, que toma su alimento deciertos rboles, que posee semillas que necesitan ser transportadas por ciertos pjaros yque ofrece flores de sexos separados que requieren absolutamente la accin de ciertos in-sectos para llevar el polen de una flor a otra. Es igualmente, a nuestro entender, absurdoquerer explicar la estructura de este parsito y sus relaciones con los varios seres orgni-cos distintos, por los efectos de condiciones externas o de hbito, o por voluntad de lamisma planta.

    Es, por lo tanto, de la mayor importancia llegar a la clara percepcin de los medios demodificacin y coadaptacin, por lo cual desde el principio de nuestras observaciones nospareca probable que el cuidadoso estudio de los animales domsticos y de las plantascultivadas ofrecera ms probabilidades para aclarar tan oscuro problema.

    Nadie se sorprender de lo mucho que todava queda por explicar con respecto al ori-gen de las especies y variedades, si se tiene en cuenta nuestra profunda ignorancia acercade muchos de los seres que viven en nuestro derredor. Quin puede explicar por qu unaespecie extiende en todas direcciones sus numerosos individuos, mientras que otra aliadaa la primera domina en espacio pequeo y apenas se la encuentra? No obstante, son demucha importancia estas relaciones, porque determinan el bienestar actual, y a nuestromodo de ver, se dirigen al futuro logro y modificacin de cada uno de los habitantes deeste mundo. Todava sabemos menos de las mutuas relaciones existentes entre los innu-merables habitantes que han existido durante las muchas pocas geolgicas que cuenta lahistoria, y aunque hay muchos misterios que durante mucho tiempo permanecern tales,sin embargo, despus del estudio ms deliberado y del ms desapasionado juicio de quesomos capaces, no dudamos que la opinin hasta ahora sostenida por la mayor parte de

  • los naturalistas y antes por nosotros, al afirmar que cada especie ha sido creada indepen-dientemente, es errnea. Estamos convencidos de que las especies no son inmutables, si-no que las pertenecientes a los llamados gneros descienden en lnea recta de algunasotras especies ya totalmente extinguidas, de anloga manera que las variedades reconoci-das de cualquier especie son descendientes de esa especie. Aun ms; no dudamos que laseleccin natural ha sido el ms importante, sino el exclusivo medio de modificacin.

  • Captulo ILa variacin en estado domstico

    CAUSAS DE VARIABILIDAD. Cuando comparamos a los individuos de la mismavariedad o subvariedad de las plantas actuales que desde hace mucho tiempo van siendocultivadas, y de nuestros animales domsticos ms antiguos, una de las primeras cosasque ms nos extraa es, sin duda, ver cmo generalmente difieren entre s en mayor es-cala unos individuos de otros que los individuos de cualquier otra especie o variedad es-tudiada en el estado natural. As como cuando reflexionamos sobre la vasta diversidad delas plantas y animales que respectivamente han sido cultivados y domesticados, variandodurante todas las edades, ya sea por la influencia de los climas, por un tratamiento dife-rente, nos vemos obligados a concluir que esta gran variabilidad es debida a que nuestrasproducciones domsticas se han formado en condiciones de vida menos uniformes, dife-rentes de aquellas a las que haba sido primitivamente expuesta la especie madre en lanaturaleza. Ahora bien; aunque no deja de tener alguna probabilidad la opinin expuestapor Andreu Knight de que esta variabilidad pueda tener cierta conexin con el exceso dealimento, parece, sin embargo, evidente que los seres orgnicos necesitan estar expuestosdurante algunas generaciones a condiciones nuevas para que en ellos se origine cualquiergran variacin, que contina luego durante muchas generaciones. No se sabe de ningncaso en que un organismo variable haya dejado de variar sometido al cultivo, por lo cuallas plantas cultivadas desde hace mucho, como por ejemplo el trigo, todava siguen pre-sentando nuevas variedades, y los animales que desde muy atrs pasaron al estado do-mstico son an susceptibles de mejoras y modificaciones rpidas.

    Despus de dedicarle al asunto mucha atencin, debemos decir que, al parecer, las con-diciones propias de la vida obran de dos modos: 1, directamente sobre el conjunto de laorganizacin o sobre ciertas partes tan slo; 2, indirectamente, afectando al sistema re-productivo. Con respecto a la accin directa, debemos tener presente que en todos los ca-sos, como ltimamente ha afirmado el profesor Weismann, hay aqu dos factores queconsiderar, a saber: la naturaleza del organismo y la naturaleza de las condiciones, de loscuales el primero parece ser mucho ms importante que el segundo, puesto que algunasvariaciones prximamente semejantes surgen a veces en condiciones que, en cuanto po-demos apreciarlas, son desemejantes; y por otra parte, surgen variaciones desemejantesen condiciones que parecen ser casi uniformes. Los efectos en la prole son definidos eindefinidos. Sern definidos cuando toda o casi toda la descendencia de los individuosexpuestos a ciertas condiciones, durante algunas generaciones, salga a la luz modificadade la misma manera, y no olvidemos que es en extremo difcil llegar a determinada con-clusin respecto de la extensin de los cambios que de este modo han sido definidamenteintroducidos. Puede, sin embargo, caber ligera duda sobre muchos cambios de pocamonta, tales como el tamao, a causa de la cantidad de alimento, el color motivado por lanaturaleza del mismo, el espesor de la piel y del pelo causado por el clima, etc. As, porejemplo, cada una de las innumerables variaciones que vemos en el plumaje de nuestrasaves debe de haber tenido alguna causa eficiente; y si esta tuviera que obrar uniforme-mente por una larga serie de generaciones en muchos individuos, todos se modificaranprobablemente del mismo modo. Hechos tales como las complejas y extraordinarias ex-crecencias que invariablemente siguen a la inoculacin de una pequea gota de cochini-

  • lla, nos muestran qu modificaciones singulares podran resultar en las plantas por solaconstitucin qumica en la naturaleza de la savia.

    Vemos variabilidad indefinida en las innumerables, aunque pequeas peculiaridadesque distingue a los individuos de la misma especie y que no pueden ser explicadas porherencia, ya sea del padre, de la madre o del antecesor ms remoto. Tambin aparecenalgunas veces, diferencias muy marcadas en los hijos del mismo parto y en las plantasprocedentes de una misma cpsula de semilla. A largos intervalos de tiempo, entre millo-nes de individuos criados en el mismo pas y sustentados prximamente con el mismoalimento, surgen desviaciones de estructura tan pronunciadas que merecen llamarsemonstruosidades; pero estas no pueden ser separadas por lnea determinada de otras va-riaciones ms ligeras. Todos los cambios de estructura, ya sean en extremo insignifican-tes, o profundamente marcados, que aparecen entre muchos individuos que viven juntos,pueden ser considerados como efectos indefinidos de las condiciones de vida de cada or-ganismo individual, casi del mismo modo en que un escalofro afecta a diferentes hom-bres, de manera indefinida, segn el estado de sus cuerpos o constitucin, causando toseso resfriados, reumatismos o inflamaciones de rganos diversos.

    Algunos naturalistas han sostenido que todas las variaciones estn en relacin con elacto de la reproduccin sexual; pero esto es ciertamente un error, pues hemos dado enotra obra una larga lista de plantas locas, como los jardineros las llaman, es decir, deplantas que han producido de repente un solo botn con carcter nuevo y algunas vecesmuy diferente del de los otros botones de la misma planta. Estas variaciones de vstagos,as suelen llamarse, pueden propagarse por injertos, tallos, etctera, y algunas veces porsemilla; y aunque ocurren rara vez en la naturaleza, distan mucho de ser escasas en elcultivo.

    EFECTOS DEL HABITO Y DEL USO O DESUSO DE LAS PARTES. VARIACINCORRELATIVA. HERENCIA. Hbitos cambiados producen efectos hereditarios, segnse ve en el perodo de la florescencia de las plantas cuando se las transporta de un clima aotro. En cuanto a los animales, el uso o desuso de las partes ha tenido en ellas una in-fluencia ms marcada; as encontramos en el pato domstico que los huesos del ala pesanmenos y los huesos de la pierna ms, en proporcin a todo el esqueleto, que lo que pesanlos mismos huesos en el pato salvaje; y este cambio puede atribuirse, sin riesgo de equi-vocarse, a que el pato domstico vuela mucho menos y anda mucho ms que sus salvajespadres. Aqu nicamente aludiremos a lo que puede, llamarse variacin correlativa. Loscambios importantes del embrin o larva ocasionan probablemente los cambios del ani-mal adulto. Los criadores creen que remos prolongados acompaan casi siempre a cabe-zas alargadas. Algunos ejemplos de correlacin son completamente caprichosos: as losgatos enteramente blancos y de ojos azules son en general sordos, lo cual slo sucede alos machos. El color y ciertas peculiaridades de estructura van unidos, como podramosdemostrarlo con muchos casos notables de animales y plantas.

    Toda variacin que no sea hereditaria carece de importancia para nosotros; pero el n-mero y diversidad de las desviaciones de estructura que pueden transmitirse por herencia,tanto de poca como de mucha importancia fisiolgica, no tiene trmino. Cuando aparececon frecuencia una desviacin de estructura, y la vemos en el padre y en el hijo, no po-demos decir que no pueda ser debida a la misma causa que ha obrado en ambos; perocuando entre individuos, al parecer expuestos a las mismas condiciones, se presenta en el

  • padre alguna desviacin muy rara, debida a extraordinaria combinacin de circunstancias-por ejemplo, una vez entre varios millones de individuos- y reaparece en el hijo, la nuevadoctrina de las probabilidades casi nos obliga a atribuir la reaparicin a la herencia. Aca-so la opinin exacta sobre el asunto, en general reside en mirar a la herencia de cualquierrasgo como regla, y a la no-herencia como anomala.

    Las peculiaridades que aparecen en los machos de nuestras cras domsticas, son fre-cuentemente transmitidas a los machos exclusivamente, y en grado mucho ms elevado.Sin embargo, la regla ms importante en esta materia, y en la que creemos puede confiar-se, es que en cualquier perodo de la vida en que aparece por primera vez una peculiari-dad, esta tiende a reaparecer en la cra al llegar a edad correspondiente, aunque adelan-tndose algunas veces. En muchos casos no poda suceder otra cosa; as las peculiarida-des heredadas en los cuernos del ganado vacuno pueden aparecer solamente en la cracuando esta es ya casi adulta: las peculiaridades en el gusano de seda, como es notorio,aparecen en la fase correspondiente al capullo; pero las enfermedades hereditarias y algu-nos otros hechos nos hacen creer que la susodicha regla tiene ms amplia extensin, yque, cuando no hay razn aparente para que aparezca una peculiaridad en edad determi-nada, tiende a presentarse en la cra en el mismo perodo en que apareci primero en elpadre, por lo que creemos que esta regla es de muchsima importancia para explicar lasleyes de la embriologa. Estas observaciones quedan naturalmente reducidas a la primeraaparicin de la peculiaridad y no a la causa primaria que pueda haber obrado en los vu-los o en el elemento macho: casi del mismo modo que el aumento en la longitud de loscuernos, en la cra de una vaca de astas cortas y de un toro de astas largas, aunque apa-rezcan en los ltimos perodos de la vida, se debe claramente al elemento macho.

    Habiendo aludido al retroceso o salto hacia atrs, podemos referir aqu un hecho mani-festado a menudo por los naturalistas, a saber: que nuestras variedades domsticas, cuan-do se las deja en estado salvaje, gradual pero invariablemente, retroceden en sus distinti-vos a su primitivo tronco, de donde nace el argumento de que no se pueden sacar de razasdomsticas especies correspondientes al estado natural.

    Podemos seguramente concluir que muchsimas de las variaciones domsticas msmarcadas no podran vivir en estado salvaje, puesto que en muchos casos no sabemos cu-l sea el tronco primitivo, y por consiguiente, no podemos decir si se ha verificado o no elretroceso casi perfecto, mientras que para evitar los efectos del cruzamiento sera necesa-rio que una sola variedad hubiera quedado suelta en su nueva residencia.

    CARCTER DE LAS VARIEDADES DOMSTICAS; DIFICULTAD DEDISTINGUIR ENTRE VARIEDADES Y ESPECIES; ORIGEN DE LASVARIEDADES DOMSTICAS DE UNA O MS ESPECIES. Si examinamos ahora lasvariedades hereditarias, o sea la razas de nuestros animales y plantas en estado domstico,y las comparamos con especies ntimamente unidas, descubriremos generalmente en cadaraza domstica, como ya lo hemos notado, menos uniformidad de carcter que en las ver-daderas especies.

    Las razas domsticas de la misma especie se diferencian entre s del mismo modo quelas especies muy prximas del mismo gnero en estado natural; pero estas diferencias sonen menor nmero.

  • Se ha supuesto frecuentemente que el hombre ha escogido para la domesticidad ani-males y plantas que poseen extraordinaria e inherente tendencia a variar, as como a re-sistir a los diversos climas. No disputaremos sobre si las capacidades han aumentadograndemente el valor de la mayor parte de nuestras producciones domsticas; pero cmoes posible que un salvaje conociera, cuando por primera vez domaba un animal, si estevariase o no en las generaciones sucesivas y si haba de soportar otros climas? La pocavariabilidad del asno y del ganso, o la escasa facultad del reno para sufrir el calor, o la delcamello comn con respecto al fro, impidi acaso su domesticidad? No podemos dudarque si otros animales y plantas, iguales en nmero a nuestras producciones domsticas, yque pertenecen a clases y pases igualmente diversos, fuesen tomados del estado natural yse les pudiera hacer criar por un nmero igual de generaciones, variaran en domestici-dad, por trmino medio, tanto como han variado las especies madre, de nuestras produc-ciones domsticas hoy existentes. Aunque el origen de la mayor parte de nuestros ani-males domsticos quedar siempre incierto, podemos asegurar aqu que, estudiando a losperros domsticos del mundo entero, despus de la laboriosa coleccin de todos los he-chos conocidos, hemos llegado a concluir que varias de las especies salvajes conocidascon el nombre de canidoe han sido domesticadas, su sangre, en algunos casos mezclada,corre en las venas de nuestras castas domsticas, as como ingenuamente confesamos quecon respecto a los carneros y cabras no podemos formar una opinin decidida. De hechosque nos han sido comunicados por Mr. Blyth sobre los hbitos, voz, constitucin y es-tructura del ganado indio de joroba, deducimos ser casi cierto que desciende de un troncooriginal diferente del de nuestro ganado europeo, y algunas autoridades competentes cre-en que este ltimo ha tenido dos o tres progenitores salvajes, merezcan o no el nombre deespecies. Esta conclusin, al igual que la distincin especfica entre el ganado comn y elde joroba, puede considerarse como confirmada por las admirables investigaciones delprofesor Rtiger. Con respecto a caballos, por razones que aqu no podemos dar, dudo-samente nos inclinamos a creer, en oposicin a varios autores, que todas las razas perte-necen a la misma especie. Habiendo tenido ejemplares vivos de casi todas las castas in-glesas de aves de corral, habindoselas criado y cruzado, despus de examinar sus es-queletos, nos parece casi cierto que en su totalidad descienden de la raza salvaje indiaGallus bankiva. Con respecto a patos y conejos, cuyas castas varan mucho entre s, estclaramente probado que descienden respectivamente del pato y conejo salvajes.

    La doctrina del origen de las varias razas domsticas de varios troncos primitivos ha si-do llevada a un extremo absurdo por algunos autores que creen que toda raza origen deverdadera casta, por insignificantes que sean sus caracteres distintivos, posee prototiposalvaje. Tenemos que admitir que muchas castas domsticas deben haberse originado enEuropa. Porque, de dnde si no podran haberse derivado? Lo mismo acontece en la In-dia, e incluso en el caso de las castas de perro domstico esparcidas por el mundo, quecon gusto admitimos, descienden de varias especies salvajes, no puede dudarse que hahabido inmensa suma de variaciones heredadas. Con tanta frecuencia como descuido seha dicho que todas nuestras razas de perros han sido producidas por el cruzamiento deunas pocas especies primitivas; pero no se olvide de que por cruzamientos podemos so-lamente obtener formas que en algn grado sean intermedias entre las que son peculiaresa los padres; y si explicamos la variedad de razas domsticas por este procedimiento, te-nemos que admitir la existencia anterior de formas ms extremas, tales como el galgo ita-liano, sabueso, alano, etc., en estado salvaje.

  • Ms todava; la posibilidad de obtener razas distintas por cruzamiento ha sido muyexagerada, pues existen numerosos ejemplos que demuestran que una raza puede ser mo-dificada por cruzamientos de cuando en cuando, si estos estn ayudados por la cuidadosaseleccin de los individuos que presentan el distintivo que se desea; pero obtener una razaintermedia entre dos completamente distintas, sera muy difcil. La cra del primer cru-zamiento entre dos razas puras es pasable y algunas veces se presenta en un todo unifor-me en carcter, siendo bastante sencilla la operacin; pero al cruzar estos mestizos du-rante algunas generaciones, apenas se obtienen dos que sean semejantes, hacindose en-tonces manifiesta la dificultad de la empresa.

    A pesar de las grandes diferencias existentes entre las castas de palomas, estamos ple-namente convencidos de que la opinin comn de los naturalistas es exacta cuando afir-man que todas descienden de la paloma silvestre, columba livia, incluyendo en este tr-mino algunas razas o subespecies geogrficas, que se diferencian en puntos del todo in-significantes; y como algunas de las razones que nos han suministrado esta creencia sonaplicables en cierto modo a otros casos, las expondremos aqu brevemente. En efecto, silas varias castas no son variedades y provienen de la paloma brava, deberan descenderde siete u ocho troncos primitivos, como mnimo, puesto que es imposible obtener lascastas domsticas actuales por el cruzamiento de nmero menor. Cmo, por ejemplo,puede una paloma pouter ser producida por el cruzamiento de dos castas, a menos queuna de las razas madre poseyera de antemano el enorme buche que caracteriza a la espe-cie? Los supuestos troncos primitivos deben haber pertenecido en masa a las palomas decampo, esto es, a las que no cran ni voluntariamente se posan en los rboles. Pero ade-ms de la columba livia y sus subespecies geogrficas, solamente se conocen dos o tresespecies ms de palomas silvestres que carecen de todos los caracteres de las castas do-msticas. De aqu que los supuestos troncos primitivos, o deben existir todava en los pa-ses en los que primeramente fueron domesticados, siendo desconocidos por los ornitlo-gos -a pesar de su tamao, hbitos y caracteres notables- lo cual parece improbable, o de-ben haberse extinguido en el estado salvaje.

    Pero las aves que anidan en precipicios y que son, por lo tanto, muy voladoras no esprobable que sean fcilmente exterminadas. Las diferentes razas domsticas han sidotransportadas a todos los ngulos del mundo, y debido a eso, algunas de ellas deben habersido devueltas a su pas natal sin que ni una siquiera se haya vuelto silvestre o brava.Aunque la paloma de palomar, que es la silvestre en estado ligersimamente alterado, halogrado en algunos lugares volver a dicho estado primitivo. Adems, todos los experi-mentos recientes demuestran que es difcil conseguir que los animales silvestres cren li-bremente en estado domstico, y sin embargo, en la hiptesis del origen mltiple denuestras palomas, debera suponerse que seis o siete especies, por lo menos, fueron entiempos antiguos tan completamente domesticadas por el hombre semicivilizado que, es-tando encerradas, se tornaron prolficas.

    El hombre semicivilizado consigui domesticar por completo algunas especies, inten-cional o casualmente extrajo especies extraordinariamente anormales, aunque estas mis-mas especies se han extinguido o son desconocidas desde entonces.

    Ahora bien, tomando en cada una de las castas domsticas ejemplares muy bien cria-dos, todos los indicios, hasta el ribete blanco de las plumas timoneras de la cola, se vernalgunas veces perfectamente desarrollados, y cuando se crucen parejas que pertenezcan a

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