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El otro lector no sirve para un sorete” entrevista a Leónidas Lamborghini Por Sergio Raimondi Hay ruptura y después hay sutura, y después... Lo que te queda es que todo sume un intento, que veas que has intentado. Como leés, escribís. Y si el tipo es un lector, por más profuso que sea, pero es miope, no va a hacer una lectura productiva, no va a ver todo lo que en esa escritura hay y todo lo que cambia a través del tiempo, de que no es una lectura, de que son varias lecturas. Entonces te podés pasar mil años diciendo que la tierra es el centro del universo. Mil años. Porque el modelito ese funciona; pero no fue así, como no son así tantas cosas... Por eso hay que permanentemente investi... criticar al Modelo. Y esto es lo político también. Porque sí, podés partir de un modelo, pero si no hacés la crítica del Modelo... El sistema dominante es la sintaxis dominante. Fanon: el opresor deja sin lenguaje al oprimido. A Discépolo, cuando dice: “que un día cansado me puse a ladrar”. Por eso yo creo mucho en el poema que se levanta, que se empieza a levantar desde el último verso.

El Otro Lector No Sirve Para Un Sorete

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El otro lector no sirve para un sorete” entrevista a Leónidas Lamborghini

Por Sergio Raimondi

Hay ruptura y después hay sutura, y después... Lo que te queda es que todo sume un intento, que veas que has intentado.

Como leés, escribís. Y si el tipo es un lector, por más profuso que sea, pero es miope, no va a hacer una lectura productiva, no va a ver todo lo que en esa escritura hay y todo lo que cambia a través del tiempo, de que no es una lectura, de que son varias lecturas.

Entonces te podés pasar mil años diciendo que la tierra es el centro del universo. Mil años. Porque el modelito ese funciona; pero no fue así,  como no son así tantas cosas... Por eso hay que permanentemente investi... criticar al Modelo. Y esto es lo político también. Porque sí, podés partir de un modelo, pero si no hacés la crítica del Modelo...

El sistema dominante es la sintaxis dominante.

Fanon: el opresor deja sin lenguaje al oprimido.

A Discépolo, cuando dice: “que un día cansado me puse a ladrar”.

Por eso yo creo mucho en el poema que se levanta, que se empieza a levantar desde el último verso.

Yo creo que lo que ha buscado uno es siempre una violencia sobre el lenguaje. Descargar la violencia de esta sociedad sobre el lenguaje.

. Sí, el Dante decía: “Es una bella mentira la poesía”.

“Yo soy Arnaut que lloro y voy cantando, dolido veo las locuras de antaño y aguardo con

esperanza el día de mañana”.

El argumento te lo regalo. Para mí el lenguaje es el protagonista.

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Y bueno, hay que leer todo, todo, lo que sea. La cosa es cómo...

Que perdés toda libertad. Y si un poeta pierde toda libertad, y buen, para qué vamos a

hablar... En lo que se transforma. 

Mirá, yo he llegado a la conclusión de que la escritura es una cerrazón, que cuando se abre

deja ver LO NO ESCRITO. Y que la poesía está en LO NO ESCRITO. No en lo escrito.

Más o menos esa es la idea del Odiseo confinado, donde hay un tipo que finalmente

termina escribiendo garabatos, como una forma desesperada de comunicarse con los demás.

Porque las palabras, porque el lenguaje ya no le da. Entonces llena carillas y carillas con

garabatos. Pero digo yo, no sé si estaré equivocado o no, parece medio estrambótico el

asunto, pero yo digo que... Hay otros que dicen que la poesía siempre está en otra parte. A

mí me parece que con el esfuerzo que uno hace, por captar en la escritura ese momento tan

intenso, y después lo que queda... Hay una distancia tan grande entre lo que uno pretende y

lo que uno logró. Y cuanto más grande son, más se dan cuenta de esto. Que finalmente es

como una cerrazón, diría Ascasubi, como una neblina, la, la escritura. Y leyéndolos a estos,

¿no? Que cuando se disipa esa neblina, esa cerrazón, empezás a ver eso que está ahí latente,

que le das gracias a Dios que no lo dijo, que quedó sin decir. Porque ahí está la fuerza. La

fuerza está en no decir, no en decir, y esto hay que aguantárselo. Y entonces después, en la

escritura, se genera una presión, etcétera, que de pronto en la escritura, esa presión del no

decir, de no irse en seguida de boca, en la escritura algo se refleja esa cosa. Para mí en una

época fue el balbuceo. Eso. Pretendía que eso decía más que la frase hecha, o el verso

hecho.