El paisaje urbano de emergencia en Valdivia, Chile: contribuciones a la planificación y diseño urbano post-desastre para la restauración

N83 / May 2015 / Volume N 30: 79-115 79

ResumenConstitucin fue una de las ciudades del borde costero chileno ms daadas durante el terremoto y tsunami del 27 de febrero del 2010. Parte de las viviendas del casco histrico quedaron daadas y destruidas, y el tejido social qued fracturado, tras la relocalizacin, especialmente de los habitan-tes del sector La Poza. A cuatro aos del desastre, los cambios son lentos y las temporalidades de la reconstruccin son cuestionables. La reconstruc-cin en el casco histrico, resulta principalmente de iniciativas particulares de los residentes, de la reconversin comercial y de menores intervencio-nes de parte del Gobierno Central, especialmente,

RECONSTRUIR CON CAPACIDAD DE RESILIENCIA: EL CASCO HISTRICO DE LA CIUDAD DE CONSTITUCIN Y EL SITIO DEL DESASTRE DEL TERREMOTO Y TSUNAMI DEL 27 DE FEBRERO 20101

Yasna del Carmen Contreras Gatica2, Maricel Beltrn Bentez3

AbstractConstitucion was one of the cities worst affected by the 2010 earthquake and tsunami. Some of the houses located in the historic quarter of this city were damaged and destroyed and its social cohesion was fractured after the relocation of victims, particularly those from the La Poza district. Four years after the disaster, change has been slow and reconstruction deadlines have been questioned. The rebuilding of the historic center has been possible thanks to individual private initiatives by residents, trade restructuration and to a lesser extent Governmental interventions through the improvement and

RECONSTRUCTION wITH RESILIENCE CAPACITY: THE HISTORIC CITY CENTRE OF CONSTITUCION SITE OF THE 2010 EARTHqUAkE AND TSUNAMI DISASTER1

Yasna del Carmen Contreras Gatica2, Maricel Beltrn Bentez3

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80 N 83 / Mayo 2015 / Volumen N 30: 79-115 ARTICLE: Reconstruction with resilience capacity: the historic city centre of Constitucion site of the 2010 earthquake and tsunami disaster /

Yasna del Carmen Contreras Gatica, Maricel Beltrn Bentez

Fecha de recepcin: 25.06.13Fecha de aceptacin: 29.08.14

Received: 25.06.13Accepted: 29.08.14

a travs del mejoramiento de algunas viviendas, la reparacin de otras, y la recuperacin del borde costero. Gran parte de la reconstruccin ha resul-tado de la construccin de viviendas nuevas fuera del casco histrico. Se plantea una discusin de los alcances del proceso, los principales cambios ocurridos en la estructura urbana y en el valor de los predios. Subyace la hiptesis que la existencia de sitios eriazos, viviendas destruidas y deteriora-das y la relocalizacin forzada de clases populares constituyen condiciones iniciales a un proceso de gentrificacin con expulsin, que no considera la resiliencia ni como recurso ni estrategia de planifi-cacin territorial y equitativa de largo plazo.

PALABRAS CLAVES: RECONStRUCCIN, RESILIENCIA y gENtRIFICACIN

1 El artculo es producto de una investigacin realizada desde el ao 2011 en la ciudad de Constitucin, con visitas a terreno entre los aos 2012 y 2013. Corresponde a un trabajo reciente que se realiza en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad de Chile, y ha sido gestionado con recursos propios de las investigadoras. El artculo se respalda tambin, en el apo-yo de estudiantes de la carrera de geografa de la FAU quienes cursaron Ordenamiento territorial durante el ao 2012. Las au-toras agradecen al estudiante de geografa (FAU, Universidad de Chile) Pedro Palma por su apoyo en la construccin carto-grfica, en la realizacin de entrevistas en profundidad y en la recoleccin de informacin en terreno.

2 Chile. Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos. Doctor en Ciencias del Espacio y del tiempo, Poitiers, Francia. Docente e Investigadora, Departamento de geografa, Facultad de Arqui-tectura y Urbanismo, Universidad de Chile. Correo electrnico: [email protected]

3 Chile. gegrafo, Universidad de Chile. Correo electrnico: [email protected]

KEyWORDS: RECONStRUCtION, RESILIENCE, gENtRIFICAtION

1 this paper is the result of research conducted since 2011 in the city of Constitucion, which included field visits in 2012 and 2013. this self-funded work was conducted at the Faculty of Architec-ture and Urban Planning (FAU) at the University of Chile. Urban Planning students from the geography program contributed to the development of this research. the authors wish to express their gratitude to geography student Pedro Palma for his sup-port in developing cartographic charts, conducting in-depth in-terviews and collecting field data.

2 Chile. PhD in Architecture and Urban Studies. PhD in Space and time Sciences, Poitiers, France. Professor and Researcher, De-partment of geography, FAU, University of Chile. Email: [email protected]

3 Chile. geographer, University of Chile. Email: [email protected]

repair of dwellings and the restoration of the coastal area. Most of the reconstruction process has focused on the construction of new housing units in the area outside the historic quarter. This paper discusses the scope of the process, the main changes in the urban structure and the value of property. The underlying hypothesis is that the presence of vacant plots destroyed and damaged dwellings and the forced relocation of the working classes provides the conditions for the emergence of a gentrification and expulsion process in which resilience is neither a resource nor a long-term and equitable territorial planning strategy.

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N 83 / Mayo 2015 / Volumen N 30: 79-115 81ARTCULO: Reconstruir con capacidad de resiliencia: El casco histrico de la ciudad de Constitucin y el sitio del desastre del terremoto y tsunami del 27 de febrero 2010 / Yasna del Carmen Contreras Gatica, Maricel Beltrn Bentez

ProblemticaNo existen limitantes sociolgicas, econmicas, culturales o polticas para enfrentar la reconstruc-cin en reas de desastres naturales, integrando a los segmentos de ms bajos ingresos. No obstan-te, en Chile y en algunos pases latinoamericanos afectados por eventos naturales como terremotos y tsunamis, la reconstruccin descansa en una vi-sin viviendista, cortoplacista que no incorpora el tejido socioterritorial preexistente, por tanto, ado-lece de capacidad de resiliencia. Estas afirmaciones combinadas, constituyen la tesis central de esta discusin. La reconstruccin viviendista y urbana que caracteriza a la ciudad de Constitucin tensio-na al territorio, y convierte a su planta urbana en un objeto de deseo ante los ojos del capital, espe-cialmente, porque existen terrenos disponibles, en pleno casco histrico, latentes a la construccin del Parque de Mitigacin y con precios de suelos bajos. Estos factores en su conjunto llevan a plantear la tesis de que la reconstruccin genera condiciones de base para un futuro proceso de gentrificacin.

La ciudad de Constitucin se localiza en la Regin del Maule a 88 km del epicentro4 de terremoto del 27F del 2010. El artculo tiene como rea de estu-dio, el casco histrico y la planta urbana afectada

4 El epicentro se ubic en el mar chileno, frente a las localidades de Curanipe y Cobquecura cerca de 150 kilmetros al noroeste de Concepcin y a 63 kilmetros al suroeste de Cauquenes.

por el terremoto y por la cota real de inundacin tras el tsunami. La investigacin es de carcter cuantitativo y cualitativo y tuvo como principal limitante la escasez de datos que existen tanto al interior del municipio, como a nivel central. Se efectu un catastro de viviendas durante los me-ses de octubre 2012 y abril 2013. Se realizaron 15 entrevistas en profundidad en las manzanas afec-tadas por la cota real de inundacin del tsunami, especficamente, entre el borde costero, borde ro y la calle OHiggins. Las entrevistas fueron rea-lizadas durante abril del 2013. Para este artculo, la discusin versa sobre los avances del proceso de reconstruccin fsica y urbana en la ciudad de Constitucin.

El rea que cubri el tsunami refleja signos de una reconstruccin deficitaria, centrada en la entre-ga de subsidios para viviendas nuevas fuera de la planta urbana, el mejoramiento y reparacin de al-gunas viviendas; la construccin de 52 viviendas en torno al borde costero, y el mejoramiento urba-no y vial en torno al borde mar y ro. Gran parte de las intervenciones en trminos de construccin de viviendas nuevas se han desarrollado en los cerros Centinella, Villa OHiggins, Chacarillas, Quinta Gaete y menores intervenciones, en Villa Copihue uno de los sectores de mayores ingresos socioeco-nmicos de la ciudad.

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82 N 83 / Mayo 2015 / Volumen N 30: 79-115 ARTCULO: Reconstruir con capacidad de resiliencia: El casco histrico de la ciudad de Constitucin y el sitio del desastre del terremoto y tsunami del 27 de febrero 2010 /


La discusin se plantea en tres apartados. En el primero de ellos se argumenta y confronta dos trminos claves de la discusin: reconstruccin y resiliencia, prestando atencin a experiencias internacionales en materia de desastre y recons-truccin a objeto de aprender nuevas lecciones. En el segundo apartado, se exponen los recur-sos metodolgicos que guan la discusin y que abordan el caso de estudio. El tercer apartado y final, est consagrado a la presentacin del caso de Constitucin y los datos empricos respecto a los avances de la reconstruccin fsica y urbana, especialmente en la zona del desastre por tsuna-mi. De forma complementaria, se presentan los cambios en el uso y valor del suelo, considerando la oferta de predios dentro de la planta urbana y las posibilidades de reconversin de stos con capacidad de resiliencia. Se cuestiona tambin, en qu medida la reconstruccin en las ciudades chilenas redunda en un escenario propicio para una gentrificacin, en especial, porque existen condiciones urbanas y de localizacin que con-vierten al borde costero en un nodo significativo para los agentes inmobiliarios y particulares. En este apartado se incorpora tambin, el concepto gentrificacin, a objeto de enlazarlo con recons-truccin y resiliencia, no obstante, existen esca-sas evidencias tericas y empricas que permitan vincular hasta ahora los tres conceptos.

Marco conceptual: de la reconstruccin a la gestin del riesgoLa reconstruccin es un proceso que se enmarca dentro de un escenario de desastres, pero tambin puede concebirse como una estrategia de accin pblica, comunitaria y privada, orientada a la in-tegracin residencial y espacial, as como tambin, a la reduccin del desplazamiento pos-desastre. Un desastre es un fenmeno que origina daos y destruccin de la infraestructura, equipamiento y por sobre todo del tejido social y espacial de un lugar. Las implicancias de un desastre son bsica-mente sociales en la medida que se destruye el territo-rio, mueren personas y la estructura social sufre una fractura5. Se desarticulan adems, redes sociales y familiares que dan sustento a la vida cotidiana y que dificultan las posibilidades de recomposicin socio-espacial luego de un evento natural.

Se concibe que el desastre causado por un fenmeno de origen natural, ya sea mediante la ocurrencia de terremotos, tsunamis u otros como huracanes o even-tos de remocin en masa, tienen repercusin social y sicolgica directa en la habitabilidad y cotidianidad de la poblacin, en especial, porque surgen interro-gantes claves respecto a las posibilidades de ocupar un sitio despus de un desastre, y los costos sociales,

5 Quinceno, 2005, p.3.

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econmicos y espaciales tras una relocalizacin. La resiliencia involucrara por tanto, preguntarse cul es el costo del riesgo frente a un nuevo evento, cul es la percepcin del riesgo de la comunidad, y finalmen-te, cul es la capacidad del gobierno local, regional y central de entregar respuestas que reduzcan los riesgos y que permitan una planificacin territorial resiliente, vinculante y de largo plazo.

El problema de un proceso de reconstruccin radica en la visin fsica de parte de las autoridades y su incapacidad para establecer alianzas pblicas-priva-das-comunitarias, que consideren las necesidades de los afectados frente a un evento con consecuen-cias catastrficas. Lo que no evidencian gran parte de las intervenciones pos-desastres, es el tejido co-munitario y el capital socio-territorial que se fractu-ra tras un evento. Tambin, se tiende a desconocer las trayectorias residenciales de los hogares afecta-dos, las formas de acceso a la vivienda antes del de-sastre y las prcticas espaciales en el sitio habitado.

Tras un desastre es necesario tener capacidad de anticipacin frente a stos, pero sobre todo defi-nir planes y programas de accin posteriores, que reduzcan las externalidades y des-economas pro-pias de un evento natural. Un desastre, responde a

un ciclo (antes, durante y despus6), siendo la eta-pa de mayor inters para la investigacin e inver-sin el despus del desastre, ya que ste involucra el proceso de reconstruccin con la rehabilitacin de servicios bsicos y reconstruccin centrada en la recuperacin con alcance igual o superior al existente previo al desastre7. El despus, se asocia tambin, al rol de los agentes pblicos y privados en la ges-tin de la recuperacin, en el uso que le asignarn a los suelos destruidos, y las prioridades y tempo-ralidades de la recuperacin. La comprensin del desastre exige a su vez, exorcizar la visin fsica y natural de un evento, en especial, porque expe-riencias como los terremotos y tsunamis en Chile demuestran que el desastre resulta de la incapaci-dad de las autoridades y de los planificadores de establecer estrategias y tcticas que reduzcan la vulnerabilidad y el riesgo frente a nuevos eventos. De ah que se apele a la resiliencia como un recur-so que exige pensar el territorio como un cons-tructo socio-espacial, donde hombre y naturaleza se permean y se transforman.

A su vez, se considera que la reconstruccin debe involucrar no slo las fases determinadas en el ci-clo de desastre8, que parte desde la prevencin, la capacidad de mantener en alerta a la comunidad

6 Bello gutirrez, Cruz lvarez, lvarez Saez, Chao Rojas y garca gmez, 2004; Audefroy y Aceves, 2006.

7 Bello gutirrez, Cruz lvarez, lvarez Saez, Chao Rojas y garca gmez, 2004, p.32.

8 Ibd., p.29.

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estableciendo mecanismos de gestin del riesgo9. Tambin debe prever las reas afectadas, definir zonas de relocalizacin, establecer mecanismos de incorporacin al mercado laboral, y, por so-bre todo, tener presente que la reconstruccin es de largo plazo y con compromisos no slo de los actores pblicos, tambin de la comunidad y de los agentes privados. Gestionar el riesgo involu-cra adems, una nueva forma de afrontar y prever los daos que se generan ante una catstrofe para romper con el crculo vicioso del manejo de desastres10 tan tpico de pases como Chile, Per y Mxico. La gestin del riesgo exige tambin, considerar la me-moria histrica y los recursos territoriales con los que cuenta la comunidad antes, durante y despus de un desastre. Por ende, la gestin11 debe abordar cuatro etapas: prevencin o emergencia, respuesta, rehabilitacin y reconstruccin. Dentro de estas etapas, lo esencial es la prevencin que involucra el trabajo en polticas pblicas que aseguren la reduccin de costos e impactos en la poblacin y territorio12, pero tambin es significativo asignar-le temporalidad y espacialidad a cada una de esas etapas.

Muchas de las acciones vinculadas a la fase de reconstruccin y recuperacin, pueden diferir en

9 Sarmientos, 2008, p.3210 Ibd.11 Bresciani, 2010; Kates, Colten, Laska y Leatherman, 2006.12 Bresciani, 2010; ghesquiere, Prashant, Reid, Kellett, Kc y Cam-

pbell, 2012.

plazos y en igualdad de oportunidades para gru-pos sociales afectados dentro de una misma comu-nidad13. Es claro, que para la poblacin afectada directamente con la destruccin de sus viviendas lo inmediato es tener un techo donde cobijarse, sin embargo, el Estado en conjunto con acciones pri-vadas, deben prever futuras etapas para la rearticu-lacin y reconstruccin del tejido socio-territorial.

En virtud de los escenarios de desastres, existen al menos tres maneras de realizar la reconstruccin del territorio: procesos participativos y de capaci-tacin; organizacin de la poblacin, y finalmente, procesos institucionales14. Los dos primeros se ge-neran principalmente entre la poblacin afectada y los organismos institucionales que van en ayuda de los damnificados, mientras que la ltima etapa se concentra en el trabajo y la reestructuracin ins-titucional, la cual involucra la coordinacin entre distintas escalas territoriales, tanto a nivel nacio-nal como local. Es fundamental la coordinacin del Estado, a travs de instancias intersectoriales y entre los gobiernos regionales y locales, de manera de realizar adecuadamente el proceso de recons-truccin en las zonas afectadas15.

Los factores que hacen del proceso de reconstruc-cin una etapa incierta en su culminacin, es la

13 Kates, Colten, Laska y Leatherman, 2006.14 Audefroy y Aceves, 2006, p.166.15 Poduje, 2011.

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escala territorial del dao ocurrido y las formas como las autoridades abordan la situacin, en es-pecfico, porque gran parte de las estrategias estn orientadas a volver al territorio a su estado inicial lo que tensiona an ms las posibilidades de plani-ficar resilientemente. No se puede definir con cla-ridad un periodo de tiempo para restablecer y re-cuperar parte del estado de habitabilidad anterior al desastre16. Tal como ocurre con los efectos de un NIMBY (Not in my back yard), quienes se movilizan son aquellos directamente afectados por el terre-moto o desastre, el resto actuar en las primeras fases cuando los daos y las externalidades sean evidentes. No obstante, las fases posteriores son las ms significativas, principalmente la recons-truccin sicolgica, la reparacin del tejido fsico, econmico y socio-espacial.

RECONSTRUIR CON CAPACIDAD DE RESILIENCIA URBANA Y SOCIAL

La manera de enfrentar la reconstruccin ante un desastre vara de acuerdo a la capacidad de la po-blacin y de sus actores locales y nacionales en su-perar los daos que afectan la habitabilidad del te-rritorio. Es necesario reconstruir considerando el valor que las familias le asignan al lugar habitado, y a las posibilidades de recomponer el tejido so-cial y espacial fracturado. Ante eso, surge desde la

16 Bello gutirrez, Cruz lvarez, lvarez Saez, Chao Rojas y garca gmez, 2004.

sicologa y la siquiatra el trmino resiliencia, que tiene la capacidad de invitar a una reflexin terica y emprica respecto a la forma y temporalidad de la reconstruccin.

Las investigaciones sobre resiliencia se remontan a la dcada de los aos 70, estando directamente asociado al comportamiento del ser humano17. Es un trmino de origen latino (resiliens, lientis) que involucra volver de un salto, resaltar o rebotar. Desde la dcada de los aos 80 el concepto evo-luciona y la geografa lo visualiza como una forma de planificar adecuada y anticipadamente las reas y comunidades afectas a un terremoto y tsunami. Desde mediados de la dcada de los 90 el trmino se complejiza y se vincula a situaciones naturales y fsicas que ponen en peligro la vida de los seres humanos.

A su vez, la resiliencia reconoce la temporalidad de la reconstruccin y la asume como la capacidad de crecimiento que resulta de un proceso continuo de cons-truccin durante toda una vida18, pero que tambin, es capaz de identificar los potenciales riesgos a los que se ve sometida la comunidad y el territorio. Implica por tanto, generar capacidades de antici-pacin y continuidad reduciendo as, la vulnerabi-lidad de los sistemas socio-territoriales en actuales procesos de desarrollo desigual con alta concen-tracin espacial de procesos de reproduccin de

17 Luthar, 1993.18 Vanistendael, 2003.

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capital, a travs de inversiones mayoritariamente privadas que esparcen externalidades socio-am-bientales positivas y negativas sin regulacin pol-tico-social19. Por tanto, un territorio ser resiliente en la medida en que exista un fuerte compromi-so del Estado en la planificacin territorial, y una adecuada articulacin con los promotores privados y con la comunidad.

Desde el sentido ms estricto, se plantea que la res-iliencia es la capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la incertidumbre y de hacer frente a un nuevo evento con estrategias y tcticas que tengan presente la memoria histrica y las caractersticas preexistentes del tejido socio-te-rritorial afectado. Por lo tanto, no se puede definir como una caracterstica, plan o medida a seguir, sino ms bien, como la condicin que posee un territorio para sobreponerse ante efectos adversos e inesperados. Parte de esta capacidad, emana de las condiciones y experiencias que ha enfrentado la poblacin afectada con anterioridad a un even-to catastrfico. Pese a la popularidad del trmino resiliencia y su vinculacin con los desastres de te-rremotos o tsunamis, hay una comprensin terica y emprica limitada, especialmente para aquellos encargados de la planificacin territorial.

La capacidad de resiliencia de un territorio se pone a prueba ante fenmenos catastrficos como los

19 Dale y Newman, 2009; Kloosterman y Lambregts, 2007.

sucedidos en Japn tras el terremoto 2011 el hu-racn Katrina en New Orleans el ao 2006 (tabla 1). Estas reas de desastres difieren en acciones de prevencin y emergencia. No se busca comparar estas experiencias con el caso chileno, ms bien, extraer algunas lecciones que puedan orientar una planificacin territorial. A priori, se explicita que tanto el proceso de reconstruccin japons como el americano, adolecen de un elemento fundamen-tal para una reconstruccin resiliente: excluyen de manera voluntaria y/o involuntaria el tejido social afectado por un desastre, desconocen la memoria histrica de los hogares e invisibilizan sus prcticas espaciales. La mirada por ende, est orientada en los instrumentos de planificacin, las obras de me-joramiento urbano, las infraestructuras, sometien-do a la comunidad a decisiones que generalmente son verticales y son de corte fsico-infraestructu-ral. Si bien, la experiencia japonesa est basada en una cultura del respeto al otro, y de enfrentar los eventos naturales con visin comunitaria, esa mis-ma conducta restringe y/o limita la capacidad de reaccin de sus habitantes.

En el caso de New Orleans, la poblacin evidenci su vulnerabilidad ante las medidas de prevencin planeadas luego de una historia de catstrofes en la ciudad. Es paradjico considerar que anterior al desastre de Katrina se aplicaron mecanismos para

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TABLA 1. FACTORES DE RESILIENCIA ANTE EVENTOS NATURALES: CASOS HURACN kATRINA, TERREMOTO Y TSUNAMI DE JAPN Y CHILE

Evento Efectos post- desastre Accin de prevencin y emergencia Nivel de resilienciaHuracn Katrina (2006), EEUU

- Colapso de obras hidrulicas, produciendo la inundacin del 80% de la ciudad.- Construccin sobre reas de riesgo de inundacin.- Damnificados: mayoritariamente poblacin afroamericana adulta, ancianos y de bajos ingresos.- 1.500 fallecidos aproximadamente.

- Escasas medidas de prevencin y planificacin urbana.- Errneos mecanismos para reducir el riesgo de inundaciones y desastres ante inundaciones.- Construccin de obras hidrulicas deficientes que exponen a la poblacin a un futuro riesgo de inundacin.

- Resiliencia limitada ante la exposicin a zonas de alto impacto.- Institucionalidad con incapacidad de respuesta de evacuacin en la etapa de emergencia.- Rapidez en la entrega de recursos y financiamiento de obras de mejoramiento urbano, en coordinacin con las entidades locales, durante la etapa de reparacin y reconstruccin.

terremoto y tsunami (2010), Chile.

- Dispersin del dao: gran rea de desastre VI a VIII Regin.- Medidas rpidas orientadas a la reparacin de viviendas y asignacin de subsidios de vivienda.- 525 personas fallecidas y 25 personas desaparecidas.

- Plan de Reconstruccin Sustentable (PRES) y Plan de Regeneracin Urbana. Planos no vinculantes ni normativos, slo de carcter indicativo.- Descoordinacin a nivel pblico y centralidad de las decisiones de reconstruccin.- Escasa participacin local y heterognea distribucin de los beneficios estatales.- Relocalizacin de poblacin en zonas de riesgos por remocin en masa.

- Deficiente labor del Estado en enfrentar de manera efectiva la etapa de emergencia.- Retardo en el comienzo de la reconstruccin.- Ausencia de un plan de reconstruccin urbana con participacin local.- Reconstruccin de vivienda de corto plazo.- Planes de reconstruccin cortoplacistas y no vinculantes.

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Evento Efectos post- desastre Accin de prevencin y emergencia Nivel de resilienciaterremoto y tsunami (2011), Japn.

- terremoto y tsunami en las costas del rea del ocano Pacfico oriental de Japn.- Supera magnitud y agresividad de los daos en comparacin con el ltimo de los desastres sucedidos en Kobe, 1995.- terremoto de 2011 sobrepasa la capacidad de reaccin del Estado japons ante los daos generados- Ms de 20.000 personas fallecidas.

- Participacin comunitaria integrada en la vida comunitaria basada en la preparacin preventiva ante terremotos y tsunamis.- Inversin en medidas preventivas estructurales y no estructurales basada en la cooperacin entre mltiples actores gubernamentales desde lo local a lo nacional.- Se realizan ejercicios preventivos de evacuacin y educacin como parte del currculo educativo del pas, destinado a los nios en las escuelas.

- Aplicacin de leyes y reglamentos que definen los roles y compromisos ante un desastre, mediante vnculos con instituciones locales (asociaciones barriales).-Respuesta financiera estatal con un fuerte gasto pblico destinado a la recuperacin inmediata del territorio destruido.-Los gobiernos locales y las comunidades en reas afectadas dieron respuesta inicial, formando con rapidez centros de evacuacin.-Reconstruccin que difiere en plazos, de acuerdo a la necesidad de incorporar medidas estructurales preventivas en el proceso de reconstruccin.

Fuente: Elaborado en base a Bresciani, (2012); Brain y Mora, (2012); Danninger y Kang, (2011); Kates, Colten, Laska y Leatherman, (2006); Nahuelpa y Varas (2010), Shibayama, Esteban, Nistor, Takagi, Nguyen, Matsumaru, Mikami, Ohira, y Ohtani, (2012), Ghesquiere, Prashant, Reid, Kellett, Kc y Campbell (2012).

reducir los daos generados ante amenazas de inundaciones, mediante la construccin de obras hidrulicas basadas en diques de contencin. Estas obras colapsaron con el huracn de 2006, gene-rando inundaciones cercanas al 80% de la ciudad y muertes de poblacin afro-americana que alcan-z las 1.500 personas. Existen muchas obras de reconstruccin que generan mayor vulnerabilidad que un evento natural. La poblacin e infraestruc-tura construida en New Orleans se vio sobrepasada

luego del colapso en las obras hidrulicas, expo-niendo a la poblacin a un potencial catastrfico mucho mayor al que se estimaba. Escasas fueron las medidas de planificacin urbana previas al hu-racn. Se desconoca el tejido social preexistente y la capacidad de reaccin frente al evento. La po-blacin se asent en reas de inundacin lo que deja entrever que la resiliencia es limitada ante la exposicin a zonas de alto impacto, considerando que gran parte de los damnificados se constituye

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de poblacin afro-americana en condicin de po-breza, ancianos y enfermos20. Desde la experiencia de reconstruccin pos-desastre en New Orleans se evidencia la falta de institucionalidad e incapaci-dad de respuesta ante la etapa de emergencia. Es aqu donde la resiliencia se puso a prueba, recu-perando su efectividad en la etapa de reconstruc-cin, realizada con mayor rapidez producto de la inyeccin de recursos y, financiamiento de obras de mejoramiento urbano en coordinacin con las entidades locales.

Respecto de la catstrofe ocurrida en Japn, la reaccin en la etapa de reconstruccin se bas en su fuerte inversin pblica y solvencia econmica con ayuda de entidades privadas. Otra de sus ca-ractersticas se refiere a que la tradicin japonesa de participacin comunitaria, constituy un factor cla-ve en minimizar el nmero de vidas prdidas durante el terremoto, actividades de base comunitarias se en-cuentran integradas en la vida cotidiana de la mayora de los japoneses, asegurando que la sensibilidad ante los desastres no se pierda21.

El informe Sendai22, revela que durante el terremo-to de Japn los gobiernos locales y comunidades en las reas afectadas dieron respuesta inicial for-mando los centros de evacuacin inmediatamente.

20 Kates, Colten, Laska y Leatherman, 2006.21 ghesquiere, Prashant, Reid, Kellett, Kc y Campbell, 2012.22 Ibd.

Japn eligi construir la resiliencia, invirtiendo en medidas preventivas tanto estructurales como no estructurales, generando una slida cultura de co-nocimiento y aprendizaje de los desastres pesados. Los ejercicios de evacuacin y la educacin que forma parte del currculo educativo de un pas, mantuvo seguros a los nios y a la comunidad en general. Lo anterior, fue el resultado de un esfuerzo sostenido para instalar una cultura de resiliencia y prevencin en base al aprendizaje continuo, que si bien no est exenta de crtica, permite aprender y explorar lecciones para el caso chileno.

Las semejanzas entre la catstrofe provocado por el huracana Katrina y el tsunami y terremoto de Japn (tabla 1) radican en la capacidad de pre-vencin ante desastres, aunque en ambos casos el evento fue superado por la magnitud del fenme-no causando daos superiores a los estimados. Es pertinente tener en cuenta que ningn pas por ms preparado que est puede aislarse plenamente de los desastres a gran escala23, sin embargo, para el caso de Japn el impacto del desastre habra sido peor si no se hubiera priorizado la prevencin y preparacin ante los desastres24.

La magnitud de una catstrofe a gran escala es uno de los puntos de inflexin que mantienen los

23 bid.24 bid.

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desastres cuando se pone a prueba la capacidad de resiliencia de la poblacin. Justamente la in-certidumbre que presentan los fenmenos natu-rales como inundaciones, huracanes, terremotos o tsunamis, es lo que desequilibra a los territorios que mantiene un nivel de resiliencia ante desastres de gran magnitud. La situacin de Japn se carac-teriza por su magnitud y agresividad en compara-cin con el ltimo de los desastres sucedidos en Kobe (1995), y del cual se aprendieron lecciones que superaron la capacidad de reaccin del esta-do japons durante el terremoto del 2011 (tabla 1). Sin embargo, parte de las fortalezas que pre-senta la etapa de emergencia y reconstruccin de Japn es la solvencia econmica, permitiendo que la reconstruccin se llevara a cabo con rapidez25. He aqu un elemento gravitante al momento de comparar la reconstruccin chilena de la japonesa. Los aportes econmicos de una potencia del pri-mer mundo estn distanciados de los fondos que el Estado chileno proporciona para establecer una planificacin territorial de largo plazo. Ms all de los recursos econmicos, la leccin que el gobierno chileno puede extraer de la experiencia japonesa o americana, es el rol del Estado y de los gobiernos regionales y locales para hacer frente al desastre y la planificacin multiescalar e intersectorial que los caracteriza. Lo que s hace comunes a Chile, Japn

25 Danninger y Kang, 2011.

y Estados Unidos es la incapacidad de asumir que, ser resiliente, significa planificar considerando el tejido social que se fractura luego de un evento, y los costos hundidos tras una erradicacin, expul-sin y desplazamiento desde el sitio de origen o residencia al momento del desastre.

A diferencia de las experiencias de New Orleans y Japn, la situacin de Chile ante el ltimo desastre difiere en variados aspectos (tabla 1). Existe una dispersin del dao y ausencia del Estado26. Parte de la solucin supone una institucin que lidere las tareas y prioridades de reparacin, consideran-do cada uno de los requerimientos y necesidades de los damnificados. A su vez, la reconstruccin queda supeditada a los promotores privados y los gestores econmicos de los territorios afectados. Evaluando la magnitud de la catstrofe, sta re-quera de estudios de casos y medidas especficas para cada comunidad. Sin embargo, a travs del desastre y de las modalidades de reconstruccin se puso en evidencia la incapacidad del Estado para enfrentar de manera efectiva la etapa de emergen-cia, la reaccin tarda, durante los primeros cinco meses de emergencia post-terremoto. De acuerdo, a Bresciani27 la falta de resiliencia territorial chi-lena se evidencia en la inexistencia de adecuados diagnsticos y planificacin pblica; descoordina-cin de los actores pblicos en la reconstruccin;

26 Bresciani, 2010, p.152.27 Bresciani, 2010

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autoridades centralizadas y carencia de instancias permanentes de participacin local y finalmente, la falta de una visin compartida de la reconstruc-cin entre actores pblicos y sociales.

MetodologaLa investigacin corresponde a un estudio de caso explorado desde el ao 2012, especficamente, du-rante los meses de octubre 2012 y abril 2013. El objetivo radica en conocer el estado de avance de la reconstruccin en Constitucin, identificando las zonas transformadas, los cambios de usos de suelos, los sitios de venta de propiedades, as como tambin, las reas de relocalizacin de habitantes de bajos ingresos afectados por el desastre. A lo an-terior, se suman 15 relatos de entrevistados, esen-cialmente, residentes de la cota real de inundacin del tsunami. El nfasis del artculo, descansa sobre la estructura urbana afectada por el terremoto y posterior tsunami, as como tambin, las accio-nes pblicas y privadas que se efectuaron desde el 2010. Si bien el tejido social afectado es analizado de forma transversal, el objetivo est centrado en evaluar el proceso de reconstruccin a cuatro aos del desastre, y a la necesidad de evidenciar que la falta de compromiso del Estado, genera condi-ciones base para un proceso de gentrificacin con desplazamiento de hogares de menores ingresos.

El rea de estudio abarca el casco histrico afecta-do por la cota de inundacin del tsunami del 27F (figura 2), especficamente entre las calles Eche-verra (borde costero), el borde del Cerro Mutrn (poniente), Oederra (sur) y Rozas (oriente). En total fueron analizadas 47 manzanas de la planta urbana e histrica de la ciudad. La discusin versa tambin, sobre el rol del Estado y de los actores privados en la concepcin de la reconstruccin, en la temporalidad del cambio y en las obras urba-nas, sociales y espaciales propuestas. Se pone en tensin por ende, la capacidad de resiliencia de los diferentes agentes del territorio frente a posibles eventos naturales.

A. CONSTITUCIN POS-DESASTRE: UNIVERSO Y REA DE ESTUDIO

Desde el ao 2012 se han realizado diferentes terre-nos y catastros en el casco histrico afectado por el tsunami. Algunas de estas actividades fueron reali-zadas en conjunto con estudiantes de Geografa de la Universidad de Chile. Las visitas han permitido analizar las obras de reconstruccin y los avances asociados a cada uno de los proyectos propuestos. De forma transversal, se obtuvieron antecedentes generales de las obras propuestas por medio de la oficina del PRES (Plan de Reconstruccin Susten-table) y se visit con ellos el Estadio localizado en torno al borde costero, y las zonas afectas al Plan de

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Mitigacin. Se incluyeron todas las manzanas afec-tadas por el tsunami (cota real 27F) y todas aquellas que abarcan la cota de inundacin propuesta por el Servicio Hidrogrfico de la Armada (SHOA). Se lleg as, a un total de 47 manzanas equivalentes al 61% de la superficie total de la planta urbana.

B. RECONOCIMIENTO DE LOTES, VIVIENDAS Y PREDIOS EN VENTA

A travs de catastros en terreno se identificaron los lotes y viviendas en venta, as como tambin, el estado de las construcciones y los avances de la reconstruccin (octubre 2012 y abril 2013). Se levant informacin sobre 16 puntos de oferta de sitios eriazos y predios con viviendas en estado de demolicin. Recogidos los datos se aplic un ajuste metodolgico, especialmente por la concentracin de los puntos en torno a las primeras cuatro man-zanas que enfrentan el borde costero. Con la ex-tensin Spatial Analyst Tools (Arcgis 9.3) se inter-polaron los puntos de oferta de lotes en base a los precios de suelos, usando el mtodo de la distancia inversa (IDW). La oferta comercial fue represen-tada por medio de isolneas. De esa forma, cada

valor que tiene una correspondencia con un punto determinado, influye sobre los dems de forma lo-cal y disminuye proporcionalmente su efecto con la distancia28.

La aproximacin a los lotes se efectu a partir de una ficha de terreno que consider como informa-cin clave el rol del predio, uso de suelo actual y anterior al desastre; valor de venta en los casos que concerna, as como tambin, el estado del lote y de la vivienda. Se incluyeron tanto las viviendas a de-moler, a reparar, y se identificaron tambin, todas aquellas viviendas recuperadas a travs de subsidios entregados por el Estado. De forma complementa-ria, se identificaron avalos fiscales de algunos pre-dios del rea de desastre. Los datos fueron recopila-dos a travs de la pgina del Servicio de Impuestos Internos (S.I.I.) durante el mes de octubre del 2012. Se lleg a un total de 22 avalos fiscales dentro de los lotes actualmente en venta, o bien, prximos a ellos. Existe claridad respecto a las limitantes del avalo fiscal como proxy al valor comercial de un predio, no obstante, se utiliz como recurso terri-torial que permitiera ver los cambios en trminos de centralidad y de peak de valor de suelo antes del desastre del 27 de febrero del 201029. Tanto a nivel

28 garca y Cebrin, 2006.29 El ltimo proceso de revalo fiscal realizado por el Servicio de

Impuestos Internos a bienes races se realiz en el ao 2009. Para Constitucin no existen otras fuentes de informacin que permitan conocer el valor comercial de los terrenos urbanos an-tes del desastre del 27 de febrero del 2010.

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municipal como regional, no existen registros de valores comerciales anteriores al tsunami.

ESTUDIO DE CASO. CONSTITUCIN Y SU REA DE INUNDACIN: EN UN ESCENARIO DE RECONSTRUCCIN, DETERIORO O LATENTE GENTRIFICACIN POS-DESASTRE?

El rea de estudio (figura 2) comprende el casco histrico de la ciudad de Constitucin, estando contenida entre la cota de inundacin del 27F y la cota de inundacin del SHOA, especficamen-te entre las calles Echeverra, Oederra y Rozas. Se exploraron las 47 manzanas devastadas por el tsunami las que en conjunto comprenden el 61,7% de los predios de la planta urbana (1.392 de un total de 2.253 predios). Al interior de las manzanas se reconocieron predios baldos o eriazos; vivien-das demolidas; viviendas a demoler, y los predios reconvertidos en el proceso de la reconstruccin viviendista del Estado.

Histricamente, la planta urbana ha estado liga-da a la actividad industrial de la Celulosa Arau-co, localizada en pleno borde-mar desde la dcada de los aos 60. No obstante, desde el siglo XVI la ciudad constituy en un enclave industrial sig-nificativo, asociado a la instalacin de astilleros y posterior, construccin de embarcaciones. Desde

sus orgenes, Constitucin (antigua Villa Nueva Bilbao de Gardoqui) mantiene una estrecha rela-cin espacial, econmica y de ocupacin de borde ro-mar.

A travs del tiempo, la ciudad ha enfrentado di-ferentes formas de ocupacin, una de las prime-ras radica en su condicin de balneario para las clases medias altas y altas la que mutaron desde finales de la dcada de los aos 70. Los efectos de la planta industrial Celulosa Arauco (Celco) fueron significativos para el desplazamiento de las lites y la posterior ocupacin de grupos de menores in-gresos, quienes vieron en el borde ro-mar un sitio no slo para la residencia, tambin para el trabajo.

Asociada al desarrollo industrial productivo se fueron emplazando en torno a la planta urbana conjuntos y campamentos urbanos para habitan-tes de menores ingresos30. La dcada de los aos 80 estar marcada por los primeros procesos de movilidad residencial hacia el sur-poniente de la ciudad, dando origen a los primeros suburbios para clases medias. Los aos 90 estarn marcados por la expansin urbana y residencial de la ciudad en torno a los cerros, especficamente por la lo-calizacin de conjuntos de viviendas sociales, no slo para residentes de la parte ms histrica de Constitucin, sino que tambin, para familias que provenan de otros pueblos de la regin del Maule.

30 Carrillo, 1972.

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FIGURA 1. CONSTITUCIN: zONA DEL DESASTRE Y SITIOS DISPONIBLES PARA LA RECONVERSIN URBANA

Sector La Poza

Fuente: Autoras. Octubre, 2012.

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FIGURA 2. CONSTITUCIN: SITIO DEL DESASTRE POR TERREMOTO Y POSTERIOR TSUNAMI 27F, 2010

Fuente: Elaboracin propia a partir de trabajo en terreno y de las entrevistas realizadas a actores claves, 2012, 2013.

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A lo anterior, se suma el renacimiento de Constitu-cin como ciudad turstica y como balneario de la regin del Maule.

Constitucin se emplaza en la orilla sur de la des-embocadura del ro Maule, frente al borde costero de la VII regin. Se caracteriza por un fuerte cre-cimiento urbano hacia las zonas ms altas, espe-cialmente a travs de la construccin de viviendas econmicas en los cerros Centinela, OHiggins y Quinta Gaete (figura 2). El ltimo perodo inter-censal (2002-2012) refleja una variacin positiva de 19,6%, incorporando casi 9 mil nuevos residen-tes (de 46.081 en el 2002 a 55.108 en el 201231). A la fecha, no existen datos que permitan conocer las trayectorias residenciales ni el origen residencial de los nuevos residentes de la ciudad. Se convier-te en una de las ciudades costeras ms devastadas por el terremoto escala 8.8 grados Richter y el tren de olas que ingres por la desembocadura del ro Maule. El tsunami post-terremoto caus la prdida de cerca de un centenar de vidas y la destruccin total de la infraestructura y de las viviendas locali-zadas en torno al borde ro-mar.

31 Censo de poblacin y vivienda, 2002; y datos preliminares del Censo de Poblacin, 2012 (los datos del Censo del 2012 an no son oficiales). En: indicadores demogrficos Constitucin, 2012.

AVANCES DE LA RECONSTRUCCIN DE LA ESTRUCTURA URBANA

El proceso de reconstruccin es liderado por una asociacin pblico-privada, materializada a travs de la ejecucin del Plan Maestro de Reconstruc-cin Sustentable (PRES), liderado por Forestal Cel-co S.A. Una de las primeras acciones en la etapa de catstrofe y emergencia fue prestar apoyo a la comunidad y a los trabajadores afectados por el de-sastre. La industria fue uno de los primeros actores en realizar un catastro del desastre. Identific un total de 1.260 familias cuyas viviendas presenta-ban daos y 95 que haban perdido enseres. A lo anterior, se sumaron los daos de las instalaciones productivas de la industria en pleno borde mar. A travs de Fundacin Un Techo para Chile fueron proporcionadas 20.00032 viviendas de emergencia, mayoritariamente localizadas fuera de la planta ur-bana, especficamente, en Cerro Centinela y Quin-ta Gaete (figura 2). A lo anterior, se sum el apoyo a pescadores que haban perdido sus embarcacio-nes, quienes son crticos de la gestin del Estado en la entrega oportuna de viviendas de emergencia posdesastre:

En el momento que estbamos con toda esta crisis a todos nos molestaba que no nos llegaba lo que ms

32 Celulosa Arauco y Constitucin S.A, 2010.

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queramos, que era la vivienda. Ac el tipo de las media-guas33 y casas de emergencia llegaron demasiado tar-de las mediaguas y viviendas de emergencia llegaron como un mes y medio despus del terremoto, viviendo en pura carpa (Pescador, 60 aos, dirigente social de La Poza).

Durante el proceso de emergencia, Celco Cons-titucin elabor el Plan Maestro de Recons-truccin Sustentable para la ciudad de Consti-tucin (PRES). La propuesta fue entregada a las autoridades de gobierno durante julio del 2010. Posteriormente, se concret una alianza pblica-privada para la reconstruccin integrada por el municipio de la ciudad, el Ministerio de Vivien-da y Urbanismo (MINVU) y la empresa Arau-co y, con el apoyo de la oficina de arquitectura Elemental, la Universidad de Talca, Fundacin Chile y Marketek34.

Los proyectos propuestos por el PRES (figura 3) han evolucionado de diferentes formas, especial-mente en los perodos de ejecucin y en los re-cursos comprometidos. Las iniciativas tienen un patrn de dispersin en torno al rea afecta por el tsunami y, estn orientados a la reconversin y

33 En Chile una mediagua corresponde a una vivienda de emergen-cia (de madera), que se entrega como respuesta frente a una situacin imprevista. En el caso particular de Constitucin, las mediaguas fueron entregadas por un techo para Chile y com-prenden una solucin habitacional de emergencia y transitoria, aunque algunas familias de Constitucin las habitaron por ms de 1 ao.

34 PRES, 2010.

en el reciclaje de antiguos espacios e inmuebles, as como tambin, en la generacin de nuevas obras como por ejemplo, el Centro Cultural y el Teatro Municipal (figura 3). A octubre del 2013 la reconstruccin desde la iniciativa pblico-privada involucr la recuperacin de aproximadamente 4,5 km del borde ro-mar. Se construyeron zcalos o miradores que pusieron en valor el paisaje natural que caracteriza el borde costero. A lo anterior, se suma el desarrollo de ciclovas en torno al borde ro y mar. Se han desarrollado obras de mejora-miento del espacio pblico en torno a la plaza de armas, as como tambin, el terminal de buses, cabra preguntarse qu tan resilientes son dichas obras, especialmente, por la materialidad utilizada en el diseo y recuperacin del espacio pblico en torno al borde ro y mar. Gran parte de las obras urbanas son significativas desde el punto de vista de la calidad urbana de la ciudad y la valoracin turstica de sta, no obstante, an son insuficien-tes pensando en el conjunto de residentes que an persisten en condicin de precariedad y que ven con incertidumbre la reconstruccin urbana y vi-viendista imperante.

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Algunos relatos evidencias la incertidumbre tras las propuestas del PRES, y tambin, reflejan la es-casa gestin del proceso de reconstruccin:

Algo conozco lo que significa el PRES, que hacen las obras, mira yo no s si no ha habido qurum, pero no tengo idea de por qu todava no se concretan. Todo ha resultado de los particulares quienes hacen sus casas. Estas grandes organizaciones como el PRES y la Celu-losa no hacen mucho, entonces, Dnde estn las pla-tas? Dnde estn las obras? No han hecho nada!...ms ha hecho el vecino de la esquina que levant su casita (Hombre, 57 aos, residente de la zona afectada por tsunami en Constitucin).

S, yo estuve participando del PRES () pero encuen-tro que mucho desorden, muchas mentiras, muchas promesas incumplidas (Mujer, 45 aos, residente de la zona afectada por tsunami en Constitucin).

La estrategia del PRES, redund en la construccin de un Plan Maestro con un total de 39 proyectos (figura 3). Se propusieron proyectos de inversin con tres esquemas de financiamiento: pblico, pblico-privado y privado los que en conjunto suman un total de $ 34.535.000 considerando en este monto la ejecucin completa de las obras. Del conjunto de actores privados que son parte de la coordinacin del PRES (27 en total) slo Arauco y Budnik aportan financiamiento para los proyectos avanzados. No obstante, el PRES no tiene realidad

jurdica ni normativa35, ms bien, corresponde a un plan maestro. Responde a una serie de proyec-tos urbanos y viales donde no existe claridad de las formas de financiamiento ni la temporalidad de cada una de las acciones, ni menos la gestin territorial del proceso.

El Parque de Mitigacin Fluvial del Maule (figuras 2 y 3) corresponde a una de las principales inicia-tivas del PRES. El proyecto incorpora a lo menos 20 has de zonas verdes inundables orientadas a la reduccin del riesgo frente a inundaciones o tsuna-mis. Est comprometida una inversin aproxima-da de 9 mil millones de pesos36 y no ha quedado exenta de crticas, especialmente, por la temporali-dad del proyecto, la calidad del diseo y los actores que se harn cargo del parque una vez construido. A lo anterior, se suma la expropiacin de vivien-das en torno al borde ro, pese a la resistencia de algunos residentes de la Poza, as como tambin, de algunos vecinos que habitan en torno a la calle Echeverra y que han rehabilitado sus viviendas con sus propios recursos.

El parque se extiende entre el sector La Poza has-ta el sector El Dique por el sur (figuras 2 y 3). A la fecha, la obra corresponde a un diseo apro-bado, y est en manos del Ministerio de Vivien-da y Urbanismo, institucin de Estado que prev

35 Rasse y Letelier, 2013, p.155.36 En presconstitucion.cl. Sitio web revisado el 15 de marzo del

2013.

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FIGURA 3. CONSTITUCIN: OBRAS PROPUESTAS POR EL PRES EN EL PROCESO DE RECONSTRUCCIN

Fuente. Elaboracin propia a partir de Plan de reconstruccin sustentable (PRES).

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su construccin en un plazo de dos a tres aos ms (aproximadamente 2015). Durante el perodo 2010-2014 El MINVU, invirti 75 mil millones de pesos de los cuales 47 mil son para vivienda y, el resto est destinado a obras urbanas, calles y espa-cios pblicos37.

Detrs de las propuestas del PRES (figura 3) sub-yace la idea de obras urbanas de remozamiento y mejoramiento en torno al casco histrico, borde ro y mar. La forma de gestin y ejecucin de las obras y el rol que le compete a los actores pblicos y privados en la operacin de estas, tensiona las posibilidades de reconstruir integral y resiliente-mente la ciudad. Al igual que la reconstruccin de la ciudad de Talca el conjunto de iniciativas pro-puestas mediante el PRES, revelan la existencia de un conjunto de obras que no tienen vnculos entre s38. Si bien es cierto que el Parque de Mitigacin es una obra urbana, espacial y ambiental necesaria para la ciudad, ello no invalida la posibilidad de relocalizar en torno al casco histrico a residentes de bajos ingresos, que an se encuentran viviendo en condiciones de precariedad y quienes ven su tejido socio-espacial fracturado luego del desastre.

37 SERVIU del maule (), 2013.38 Rasse y Letelier, 2013.

UNA RECONSTRUCCIN VIVIENDISTA Y CORTOPLACISTA

Como parte del proceso de reconstruccin se lo-calizaron nuevas viviendas de inters social fuera de la planta urbana lo que evidencia signos de se-gregacin, especialmente, cuando las familias son relocalizadas en sectores apartados de sus fuentes laborales, de sus redes sociales y familiares. A lo anterior se suma la ubicacin en zonas con pro-blemas de acceso y conectividad. El proceso de re-construccin se ha basado en la entrega de subsi-dios a la demanda residencial, operado por el sec-tor inmobiliario que trabaja de acuerdo a criterios econmicos que buscan maximizar ganancias39 y rentabilizar lotes obtenidos a bajo precio, especial-mente aquellos contenidos en los sectores altos de la ciudad, afectados por riesgos de remocin en masa.

Ms del 45% de las demandas tras el tsunami ha-bitaban la planta urbana de la ciudad, especfica-mente entre la cota real de inundacin y la cota propuesta por el SHOA (figura 2). Durante la etapa de emergencia fueron creadas cinco aldeas40 so-lidarias en las zonas de expansin urbana de la

39 Ibd., p.156.40 En el proceso de reconstruccin fueron asignadas aldeas soli-

darias a algunas familias. Las aldeas solidarias corresponden a entidad territorial menor a un sector y un barrio, en el que se con-centran viviendas de emergencia, generalmente construidas de madera, a objeto de acoger a las familias en condicin de riesgo y vulnerabilidad luego de un desastre.

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ciudad: 27 de Febrero, Antofa, Caleta Pellines, La Poza y Puertas Verdes para ms de 2.000 perso-nas damnificadas. No hay certeza respecto al por-centaje de familias relocalizadas y de aquellas que regresaron por sus medios a sus residencias. No existen registros ni el municipio de Constitucin ni en la oficina de Reconstruccin (Programa de Reconstruccin) del Ministerio de Vivienda y Ur-banismo (MINVU) que revelen cuntas familias volvieron a la zona del desastre, y cuntas fueron relocalizadas fuera de la planta urbana. Incluso, se tienden a confundir subsidios de viviendas entre-gados antes del desastre con aquellos legados des-pus del tsunami y terremoto del 27F.

En diciembre del ao 2010 se firm un convenio entre la empresa Arauco, constructoras y SER-VIU Maule a objeto de ejecutar cinco proyectos habitacionales en Constitucin para 1.390 fami-lias beneficiadas con el subsidio de vivienda. Los proyectos residenciales son Quinta Gaete con 320 soluciones habitacionales; Comit Las Cumbres,

con 220; Calle Prieto con 400 viviendas en una primera etapa (1.400 en total) y La Poza (figura 2) con 50 casas tsunami resistentes que utilizarn la tipologa Elemental expresada en el PRES41. La empresa Arauco tambin gestion la construccin de viviendas para sus trabajadores, a travs del conjunto residencial Villa Los Verdes en la parte sur-poniente de la ciudad. Arauco pretende dar soluciones habitacionales a 484 familias cuyas vi-viendas sufrieron daos.

Dentro de las soluciones habitacionales el SERVIU de la Regin del Maule, inform que en Consti-tucin se inauguraron dos conjuntos habitaciona-les afectados por el terremoto, especialmente por el dao causado a las viviendas o el desplome de algunos edificios de departamentos. Se trata del conjunto Villas las Cumbres que beneficia a 220 familias con una inversin total de $3.500 millo-nes42. En segundo lugar, destaca el emblemtico Conjunto Cerro OHiggins (figura 2), espacio re-sidencial que colaps durante el terremoto y que

41 En: http://presconstitucion.cl/noticias/gobierno-firma-convenios-para-proyectos-habitacionales-del-pres-constitucion/. Sitio web consultado en 22 de Enero del 2013.

42 El gobierno de Chile inform a finales de marzo del 2013 que las soluciones habitacionales ejecutadas en la regin del Maule corresponden a 51.820 subsidios asignados para la regin, de los cuales se han iniciado 51.412 obras (99%). De estas, 34.225 ya han sido entregadas (66%) y 17.187 se encuentran en ejecu-cin quedando slo 408 viviendas por iniciar. En http://www.gobiernodechile.cl/media/2013/04/130430-Informe-Avances-Plan-Regi%C3%B3n-del-Maule.pdf. Sitio visitado el 22 de abril del 2013.

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cost la vida a 8 personas. De las experiencias de reconstruccin en Constitucin, la radicacin en Villa OHiggins resulta una de las ms significa-tivas, por tanto, se construyen viviendas de me-jor calidad dentro del rea urbana, se resguarda la proximidad a las fuentes de trabajo, al centro, y se asegura tambin, la movilidad de las familias afectadas por el terremoto.

Durante la emergencia se entregaron mediaguas a las familias damnificadas, especialmente, a resi-dentes del sector La Poza y de algunos conjuntos de las reas de expansin urbana. El grfico 1 revela que un 21,7% de las familias instal una vivienda de emergencia dentro del mismo lote; el 28,6% en un terreno cedido por un familiar, amigo, otros;

un 8% aproximadamente fue relocalizada a aldeas solidarias en las reas de expansin urbana, espe-cialmente en torno a Cerro Centinela (figura 2). Respecto al 41,6% restante, no existe informacin certera respecto a si el grupo familiar persisti en su residencia, si recurri a sus medios para la re-construccin o bien, si se traslad a otro sitio fuera de la ciudad de Constitucin.

La tabla 2 y la figura 4 revelan el estado de la re-construccin a abril del 2013. A cuatro aos de ocurrido el desastre, slo el 5,5% de los lotes de la planta urbana han sido reconstruidos por el Estado. A su vez, 51 predios fueron destinados para la construccin de viviendas nuevas en sitios propios, equivalentes al 2,3% del total de predios. Las viviendas reparadas se localizan en aproxima-damente 24 predios (0,001%) dentro del rea de tsunami (figuras 2 y 4). Dos predios en torno al borde costero fueron destinados para la relocaliza-cin de los antiguos residentes de La Poza, una de las reas ms devastadas por el tsunami (0,6% de la superficie del desastre). La relocalizacin dentro de la planta urbana y en el borde ro se logr fun-damentalmente, por los mecanismos de resisten-cias al hbitat y las formas de negociacin de parte de los residentes de la Poza. A lo anterior, se suma la accin conjunta con lderes comunitarios claves en las primeras fases de la reconstruccin.

En Constitucin, existen al menos 196 predios que continan eriazos segn el catastro realizado en

GRFICO 1. CONSTITUCIN: SITIOS DE ENTREGA DE MEDIAGUAS DURANTE LA EMERGENCIA 27F

Fuente: Elaborado a partir de Municipalidad de Constitucin DI-DECO, 2010.

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TABLA 2. CONSTITUCIN: REA DE ESTUDIO: ESTADO DE LAS CONSTRUCCIONES Y DE LOS PREDIOS

Estado de la reconstruccin Nro. predios Superficie m2 % PrediosReconstruccin del Estado (subsidios habitacionales de radicacin) 51 20.149 2,3%Reconstruccin del Estado para reparacin de viviendas (subsidio de reparacin) 24 169 0,0%

Relocalizacin sector La Poza (subsidios para viviendas nuevas) 2 5.594 0,6%Reconstruccin Privada (viviendas reconstruidas por sus propietarios) 205 426 0,0%

Reconstruccin Comercial Privada 214 114.801 13,2%Mediaguas 52 22.703 2,6%Sitios eriazos 196 7.878 0,9%Sitios en estado de demolicin 50 36.876 4,3%Viviendas sin reparacin* 598 658.460 75,9%total predios rea desastre (47 manzanas) 1392 867.055 100,0%*Por viviendas sin reparacin se consideran aquellas que no han recibido subsidios del Estado, que no han sido re-cuperadas por particulares, y que al momento del catastro se encontraban en buen estado. La mayora de stas se localiza en el borde sur-poniente y suroriente, especficamente en el rea donde el tren de olas no alcanz. Algunas de stas se encuentran en estado de deterioro.

Fuente: Catastro en terreno, octubre 2012, abril 2013

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FIGURA 4. CONSTITUCIN: ESTADO DE LOS PREDIOS POS-TERREMOTO Y TSUNAMI 27F

Fuente: Elaboracin propia a partir de datos del PRES (estado de los predios) y catastro en terreno. Octubre 2012, abril 2013.

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mayo del 2012 y actualizado a octubre del 2013. Estos lotes en conjunto comprenden 7.878 m2 (ta-bla 2 y figura 4). Lo ms complejo, refiere a la per-sistencia de 50 predios con viviendas en estado de demolicin los que abarcan un 4,3% de la superfi-cie del rea afectada por el tsunami. Hay en el mer-cado 3,6 has en desuso que aumentan el estado de deterioro en el que se encuentra la ciudad.

Dentro de la cota de inundacin pos-tsunami, 205 viviendas fueron reparadas con ingresos de cada uno de los afectados. Se trata principalmente, de familias de ingresos medios y medios bajos que no pueden ac-ceder a los beneficios del subsidio habitacional y que dada sus deudas preexistentes, muchos de ellos no pueden ser sujeto de crditos hipotecarios. Finalmen-te, 13,2% de los lotes han sido recuperados y transfor-mados para usos comerciales de mediana y gran es-cala, especialmente supermercados y tiendas ligadas a la construccin. La mayora de stas se concentran al suroriente de la calle Freire (figura 4).

RECONSTRUYENDO EL DETERIORO O LA GENTRIFICACIN?

De la tabla 2 y figura 4 se pueden obtener varias conclusiones. En primer lugar, a cuatro aos de la catstrofe, lo que domina es el deterioro y la

reconversin a usos comerciales sobre residencia-les. En segundo lugar, la reconstruccin ha sido deficiente: entre sitios eriazos y viviendas por de-moler (figura 1) se llega a ms de un 55% de lo-tes disponibles a la espera del mejor postor. Esto ltimo sera una condicin ideal a un fenmeno de gentrificacin, especialmente por la renta po-tencial o el rent gap43 de sitios localizados en torno al borde ro y frente a las expectativas de los pro-motores privados de la construccin del Parque de Mitigacin.

El rent gap refiere a la diferencia que se produce entre la renta potencial de un terreno y la renta actual capitalizada por el uso del terreno44. En el proceso de reconstruccin, el rent gap se asocia al ciclo de transformacin de reas devastadas, sien-do la etapa de desvalorizacin la causante de una disparidad de rentas. La gentrificacin se produ-cira entonces, cuando la diferencia entre ambas rentas es lo suficientemente amplia para estimu-lar a los inversores a comprar viviendas baratas, rehabilitarlas, o bien, llevar a cabo un proceso de destruccin creadora que involucra destruir gran parte de lo ya existente45.

Constitucin pos-desastre presenta algunos rasgos iniciales a un proceso de gentrificacin, en espe-cfico, disponibilidad de suelos bien localizados

43 Smith, 1979.44 Ibid, p.545.45 Harvey, 2008, p. 33.

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en torno a la planta urbana, viviendas con posibi-lidades de ser demolidas en pleno borde costero; diferencial de rentas entre la renta actual de sitios pos-desastre y las posibilidades de capturar la ren-ta potencial de parte de los agentes privados; fami-lias que han sido desplazadas y que salvo algunas excepciones sern relocalizadas en torno al borde costero (figura 4). A lo anterior, se suman diferen-tes proyectos urbanos y viales, que a largo plazo pueden transformar y potenciar la ocupacin y densificacin del borde ro-mar.

En la medida en que el Estado delimite un pro-ceso de reconstruccin de corto plazo, centra-lizado y basado exclusivamente en una poltica orientada a la produccin de viviendas ms que a la reconstruccin46 se redundar en la reproduc-cin de un territorio sometido a un riesgo socio-espacial, donde los grupos menos favorecidos no pueden optar a sitios bien conectados y accesibles. Llama la atencin, la diferencia entre los subsidios para viviendas nuevas entregados en las zonas al-tas de la ciudad (sobre 1.000 subsidios), versus los 52 subsidios de relocalizacin en torno al borde costero. Estos ltimos corresponden a residentes del antiguo sector La Poza (figura 4).

En el proceso de reconstruccin se identificaron al-gunos agentes del suelo que son claves y que llevan a plantear la tesis de gentrificacin: propietarios

46 Rasse y Letelier, 2013, p.141.

promotores de viviendas deterioradas pos terre-moto y tsunami; inmobiliarias y constructoras comprando sitios; gestin de gobiernos locales en la bsqueda de predios para instalar equipa-mientos o desarrollar obras de infraestructuras, as como tambin, algunos residentes de la zona de desastre en rgimen de alquiler o propiedad que estn dispuestos a vender su residencia asociado al temor y secuela del desastre o bien, a vender y especular con sus sitios.

Del conjunto de lotes, al menos un 13,2% (tabla 2) han sido reconvertidos a usos comerciales de me-diana y gran densidad, en especfico, supermerca-dos y locales comerciales asociados al rubro de la construccin. Algunos sitios eriazos estn siendo utilizados como plazas de estacionamientos para los grandes supermercados los que imponen una serie de externalidades y des-economas a una planta urbana donde sus calles y veredas son estre-chas y no tienen capacidad de carga para sostener usos de suelos con altas des-economas. A esto l-timo, se suma la persistencia de mediaguas, espe-cialmente, en las calles Infante y Tocornal (figura 4) siendo que existen 3,6 has disponibles para ser reconvertidas a usos residenciales.

Tras la persistencia de sitios disponibles, viviendas deterioradas o en estado de demolicin, y ante la incertidumbre de un cambio de gobierno central,

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FIGURA 5. CONSTITUCIN: VALOR DE OFERTA COMERCIAL POS-DESASTRE Y AVALO FISCAL PRE-DESASTRE

5 (B) VALOR COMERCIAL DE LOS PREDIOS (2013)5 (A) AVALO FISCAL DE LOS PREDIOS (2009)

Fuente: Elaboracin propia a partir de: Avalo Fiscal, datos recopilados a travs del sitio www.sii.cl; datos de ofertas recogidos en terreno du-rante el mes de octubre, 2012, y abril, 2013

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la gentrificacin como proceso de cambio socioes-pacial es latente, en especfico, porque existe un gobierno local con escasas estrategias de accin y con recursos econmicos deficientes y centraliza-dos desde Santiago. A su vez, las acciones del PRES estn paralizadas a la espera de gestores territoria-les pblicos y privados que inviertan en recursos, y que materialicen las obras propuestas. Por tanto, la triada resiliencia, reconstruccin y gentrificacin estaran dominadas por una visin fsica de la re-cuperacin posdesastre, con escasas estrategias y tcticas que conviertan a la comunidad y a los ges-tores territoriales en entes resilientes con planes a corto, mediano y largo plazo.

Volviendo a la tesis del rent gap propuesta por el gegrafo Neil Smith47, los cambios en trminos del valor de venta de sitios eriazos y viviendas en estado de demolicin son novedosos y significativos. Reco-nociendo las limitantes del avalo fiscal, respecto al valor de oferta de lotes pos-desastre, esta compa-racin permite comprender algunos elementos res-pecto a la morfologa y funcionalidad de la ciudad antes y despus del desastre. La figura 5 (a) muestra los valores brutos de avalo fiscal dentro del rea del desastre, reajustados al ao 2009. No existen registros de valores comerciales antes del desastre razn por la cual se capturaron 22 predios con ava-los prximos a las ofertas comerciales recogidas en terreno. El avalo slo permite tener una visin

47 Smith, 1979

general y poco precisa del valor de los bienes ra-ces dentro del rea del desastre. No se busca com-pararlos con los valores de ofertas, ms bien, tener una referencia y una distribucin antes de tsunami.

La figura 5 (a) revela dos peaks de avalo fiscal: el primero, en torno al borde costero y al rea de influencia de la Plaza de Armas (1.078 U.F. equi-valentes a US$48 mil). El segundo, localizado al oriente de la zona de desastre, prximo al terminal de buses y las zonas comerciales de Constitucin. Estos puntos de mayores valores de avalu corres-ponden a dos centralidades histricas dentro de la planta urbana de la ciudad.

La figura 5 (b) informa los valores de oferta actual de los lotes y de viviendas en estado de demolicin. En la etapa posdesastre, la zona de mayor valor se descentra respecto al casco histrico, y se localiza al sur de Oederra, fuera de la cota de inundacin del 27F. Existira por ende, una correlacin entre valor del suelo y el tren de olas y cota de inunda-cin. Los sitios ms afectados por el tsunami se han desvalorizado, y son ofertados a menor valor, principalmente por la incertidumbre asociada a la construccin del Parque de Mitigacin Fluvial, la propuesta Avenida Costanera del Mar (Ministerio de Obras Pblicas, MOP) o bien, los cambios nor-mativos que pueda realizar el municipio y el Mi-nisterio de Vivienda y Urbanismo.

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Los sitios que histricamente eran los mejor pa-gadores de suelo, estn obsoletos y preparados para la transformacin urbana de largo plazo, de ah que la tesis de la gentrificacin resulte latente. Son por lo tanto, el deterioro fsico de las antiguas construcciones; la existencia de viviendas a demo-ler, la presencia de sitios baldos y el bajo valor de las construcciones devastadas, condiciones que preparan el terreno para la gentrificacin48. A lo anterior, se suma el poder de especulacin de anti-guos residentes del sector, afectados por la incerti-dumbre y las posibilidades de cambio en la ciudad.

Los lotes en promedio son ofertados en 6,2 UF/m2, entre un rango de 1,0 UF/m2 a 17,0 UF/m2. Las su-perficies en venta oscilan entre 81 a 2.700 m2 (figu-ra 5 (b)). No existe correlacin entre el tamao de los lotes y el valor de venta lo que evidencia la ca-pacidad de transaccin individual de cada uno de los propietarios y el poder de especulacin de ellos. Las intersecciones de mayor valor se concentran en las esquinas Freire con Vial, Blanco con Echeverra y Egaa con Freire. El eje Freire es uno de los ms importantes de la planta urbana, y el que a su vez, presenta mayor nmero de ofertas de sitios eriazos (5 de un total de 16). El punto de mayor valor de oferta es la interseccin de Freire con Vial, frente a la Plaza de Armas. El valor de oferta alcanza a 17,0 UF/m2 con una superficie de ms de 2 mil m2.

48 Smith y Lefaivre, 1984.

En la figura 5 (b) se identifica adems, la distribu-cin de los sitios eriazos, observndose gran dis-persin en torno a la cota de inundacin del 27F del 2010. No obstante, el mayor nmero de stos se localiza del eje Bulnes hacia el borde ro, lo que tensiona an ms las posibilidades de transforma-cin de estos predios a usos mejor pagadores del suelo. Los sitios de mayor valor se ofertan hacia el oriente de la ciudad (sobre 5 UF/m2), y los ms baratos en torno a la Poza (4,0 UF UF/m2), una de las reas ms afectadas por el tsunami.

El anlisis de la oferta de suelos y la disponibili-dad de sitios eriazos plantea un conjunto de dudas respecto al rol del Estado y de los agentes privados en la especulacin y en la transformacin de usos con fines comerciales. En una economa capitalis-ta, la tierra y en especial, la urbana se vuelven una mercanca49. En la reconstruccin de Constitucin la mercanca, est asociada al potencial de sitios ubicados en el casco antiguo, aunque afectos a po-sibles desastres naturales como el ocurrido el 27F. Se evidencia a travs de las ofertas actuales de pre-dios con uso habitacional, que el mejoramiento del borde costero, el desarrollo de la ciclova y la laten-te construccin del parque de mitigacin (figura 2) influyen en la renta del suelo, en el valor de venta de las propiedades y en el poder de especulacin, principalmente, de clases medias vulnerables no sujetas a crditos.

49 Smith, 1979.

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El rol de los productores, constructoras, dueos de terrenos y algunas empresas privadas son signifi-cativas en la reconstruccin con capacidad de res-iliencia en lo urbano, social y psicolgico, sin em-bargo, en cada uno de estos gestores territoriales la resiliencia no impera ni como recurso, ni como estrategia de planificacin sustentable de largo pla-zo. De aqu, que el artculo apela a que la recons-truccin debe constituirse en una oportunidad de integracin residencial y espacial, y como un me-canismo que permita a los ms pobres acceder a la ciudad conectada y accesible.

La reconstruccin en Constitucin evidencia an ms, el acelerado desarrollo geogrfico desigual50, en especial, porque la entrega de nue-vas viviendas en las reas de expansin urbana con alto riesgo de remocin en masa (figura 2), acenta an ms la segregacin residencial de la ciudad y no reduce los conflictos de movilidad y los riesgos de la comunidad. Despus del desas-tre y de forma natural, los cerros de Constitu-cin fueron concebidos como los sitios de menor riesgo. No obstante, los procesos de remocin en masa y el tipo de suelo que los caracteriza, vuel-ven ms vulnerables a las familias relocalizadas y a quienes optaron por habitar en mediaguas ante la espera de una solucin residencial defini-tiva. De ah que se evidencie que la reconstruc-cin signific, adems, un traslado de familias de

50 Harvey, 2000, p. 205

bajos ingresos de una zona de riesgos por tsuna-mi a otra de riesgos por deslizamientos en masa.

ConclusionesDesde algunos relatos y recorridos en terreno por el rea del desastre del 27 de febrero del 2010 se pueden extraer varias conclusiones. La primera, ex-plicita algunas limitantes propias de la geografa de la ciudad, emplazada en el encuentro entre el borde rio y mar, y circundada por cerros que en algunos casos, tienen un alto riesgo por remocin en masa. Por tanto, establecer una planificacin territorial sustentable y resiliente resulta imperativo para una ciudad inscrita en el riesgo y en la vulnerablilidad. De ah que sea urgente repensar nuevas tecnologas no slo para construir en la cota de inundacin real y establecida por el SHOA, tambin en torno a los cerros los que hoy acogen a un nmero indetermi-nado de familias relocalizadas despus del desastre.

La capacidad de resiliencia frente a desastres como tsunamis y terremotos tambin, involucra una rela-cin transversal de los organismos del Estado con las organizaciones comunitarias y gobiernos regio-nales y locales. Si bien, los vnculos entre actores y la gobernanza necesaria para impulsar una planifica-cin territorial resiliente en Constitucin no fueron objeto de anlisis y discusin en ste artculo, las

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reflexiones posteriores a las entrevistas y trabajos en terreno en la ciudad, evidencian en primer lugar, la imposicin desde el gobierno central para hacer frente no slo a la etapa de emergencia, tambin a las fases posteriores a la reconstruccin y rehabili-tacin. En segundo lugar, las posiciones polticas divergentes entre el gobierno local precedente y el gobierno central dificultaron las posibilidades de dilogo entre los agentes territoriales e impusieron un modelo de planificacin de carcter fsico, cor-toplacista, y que en muchos casos no responde a las necesidades de la ciudad de Constitucin, sino ms bien, a una estrategia territorial nacional posdesas-tre replicable y moldeable a cualquier territorio que hubiese sufrido un terremoto y posterior, tsunami.

La emergencia en Constitucin reflej a una co-munidad autosuficiente para enfrentar el riesgo. Evidenci tambin, a una comunidad con una me-moria histrica transmitida intergeneracionalmen-te, donde las acciones inmediatas frente al desastre eran mayoritariamente conocidas por los hogares. Ese capital social y territorial histrico no est ins-crito en ninguno de los planes maestros ni en las obras propuestas por el PRES, el gobierno local o central. Por ende, al igual, que en experiencias como la japonesa acudir a la cultura histrica y a los vnculos comunitarios comprende una piedra angular para actuar de forma resiliente.

A lo anterior, se sum el rol de la industria Celco, entre otras organizaciones privadas, durante la etapa

ms dura y necesaria del terremoto y tsunami. Sin embargo, las dificultades y el diacronismo del Esta-do en imponer una lgica centralizada territorial-mente, dejan al actor privado como uno de los prin-cipales agentes de la reconstruccin, a excepcin de estrategias polticas como la entrega de subsidios a la vivienda de parte del Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Sin embargo, cabra preguntarse qu es lo posterior, a la entrega de una vivienda, en qu medida se transmite confianza a las comunidades afectadas que existen acciones de corto, mediano y largo plazo donde se articulan diferentes acciones y necesidades conforme a las exigencias del territorio.

A su vez, la reconstruccin fsica y viviendista de ciudades como Constitucin o Talca generan un nuevo riesgo, uno menos evidenciado, que es la l-gica de rentabilidad econmica por sobre la social y espacial. En la medida en que no existan estra-tegias y formas de gestin en el sitio del desastre se generan condiciones de base para un incipiente proceso de gentrificacin donde la lgica del capital privado, tanto comercial como inmobiliario, se im-pondr, principalmente, porque sus acciones estn orientadas en una escala temporal de largo plazo.

A la fecha, reina el desacierto de muchos antiguos residentes, especialmente clases medias vulnera-bles y apartadas del sistema tradicional de subsi-dios habitacionales del Estado quienes no encuen-tran respuestas a sus demandas, y quienes han de-bido reconvertirse y ser resiliente por sus propios

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medios. Tambin, deben considerarse medidas y apoyos a familias que dependan de sus activida-des comerciales de menor escala, y que hoy, no slo deben solventar los gastos de la reparacin de sus viviendas y la prdida de familiares, sino que tambin, deben continuar la vida cotidiana des-provista de ayudas financieras y econmicas.

Lo que domina en la zona del desastre por te-rremoto y tsunami es el deterioro y la obsoles-cencia urbana (figura 4 y tabla 2). Son estas dos condiciones las que preparan los sitios para un proceso de gentrificacin con desplazamiento directo o indirecto. Esto ltimo, exige que tanto los gobiernos centrales como los locales, perciban la disponibilidad de sitios en la planta urbana. Los sitios disponibles pueden ser reconstruidos y reutilizados para usos residenciales, ms all de las 52 viviendas destinadas a los residentes del sector La Poza. Las exigencias deben orientarse al diseo de espacios urbanos, pblicos y de vi-viendas resilientes y resistentes frente a eventos continuos como la inundacin en torno al bor-de ro, y a eventos discontinuos como terremotos y tsunamis. Las exigencias del diseo tambin, apelan a considerar los rangos etreos y el capi-tal econmico y social que circunda a las fami-lias fracturadas luego del desastre. La resiliencia sicolgica, es tambin, uno de los elementos de menor debate y menos considerado en una pla-nificacin territorial resiliente como la chilena.

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