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EL PÁJARO Y LA LLAVE (cuento inventado por la clase de 2ºB) Hace muchos años en un reino muy lejano, había una princesa que vivía prisionera en la torre de un castillo. Era un castillo enorme y con forma de laberinto, por lo que era imposible escapar de él, ni tampoco entrar sin perderse. Este castillo estaba en medio de un bosque que la gente creía embrujado, por lo que nadie se atrevía nunca a atravesarlo. Un buen día, un joven labrador volvía de su trabajo con mucha prisa ya que se le echaba la noche encima y quería llegar a casa para la cena. Iba cargado con un horrible espantapájaros que estaba bastante estropeado por la lluvia y el viento. Tenía que arreglarlo esa misma noche para poder ponerlo en su sitio al día siguiente. Al darse cuenta de que era demasiado tarde, decidió tomar un atajo atravesando el bosque encantado, y es que el joven labrador era muy , pero que muy valiente. Cuando hubo caminado casi una hora, vio algo que le llamó la atención. Era un castillo enorme con forma de laberinto. Como además de valiente era muy curioso, se acercó para poder verlo mejor. Era realmente fascinante, pero lo que más le impresionó no fue el castillo , sino una triste melodía mezclada con un todavía más triste llanto. Era la princesa que ,como cada atardecer ,entonaba una triste canción acompañada por su pequeña arpa de marfil con cuerdas de oro. El joven labrador, al darse cuenta de la situación, decidió liberar a la princesa, aunque no sabía muy bien como hacerlo. No tenía armas con las que defenderse, sólo un horrible espantapájaros. Después de pensar un rato se le ocurrió una idea: puso al espantapájaros delante de la puerta del castillo y la golpeó con fuerza para llamar la atención de su dueño. Tras unos instantes, apareció un espantoso anciano dispuesto a castigar a quien le había molestado de aquella manera. El anciano, que en realidad era un malvado brujo, abrió la puerta dispuesto a castigar a quien había perturbado su descanso, pero cuando vio al espantapájaros , el susto fue tal ,que cayó desmayado perdiendo el sentido.

El pájaro y la llave

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Page 1: El pájaro y la llave

EL PÁJARO Y LA LLAVE (cuento inventado por la clase de 2ºB)

Hace muchos años en un reino muy lejano, había una princesa que vivía prisionera en la torre de un castillo. Era un castillo enorme y con forma de laberinto, por lo que era imposible escapar de él, ni tampoco entrar sin perderse. Este castillo estaba en medio de un bosque que la gente creía embrujado, por lo que nadie se atrevía nunca a atravesarlo.Un buen día, un joven labrador volvía de su trabajo con mucha prisa ya que se le echaba la noche encima y quería llegar a casa para la cena. Iba cargado con un horrible espantapájaros que estaba bastante estropeado por la lluvia y el viento. Tenía que arreglarlo esa misma noche para poder ponerlo en su sitio al día siguiente. Al darse cuenta de que era demasiado tarde, decidió tomar un atajo atravesando el bosque encantado, y es que el joven labrador era muy , pero que muy valiente.Cuando hubo caminado casi una hora, vio algo que le llamó la atención. Era un castillo enorme con forma de laberinto. Como además de valiente era muy curioso, se acercó para poder verlo mejor. Era realmente fascinante, pero lo que más le impresionó no fue el castillo , sino una triste melodía mezclada con un todavía más triste llanto. Era la princesa que ,como cada atardecer ,entonaba una triste canción acompañada por su pequeña arpa de marfil con cuerdas de oro.El joven labrador, al darse cuenta de la situación, decidió liberar a la princesa, aunque no sabía muy bien como hacerlo. No tenía armas con las que defenderse, sólo un horrible espantapájaros. Después de pensar un rato se le ocurrió una idea: puso al espantapájaros delante de la puerta del castillo y la golpeó con fuerza para llamar la atención de su dueño. Tras unos instantes, apareció un espantoso anciano dispuesto a castigar a quien le había molestado de aquella manera. El anciano, que en realidad era un malvado brujo, abrió la puerta dispuesto a castigar a quien había perturbado su descanso, pero cuando vio al espantapájaros , el susto fue tal ,que cayó desmayado perdiendo el sentido.El joven labrador entró rápidamente en el castillo para a liberar a la princesa antes de que despertase el anciano brujo, pero lo que vio allí le hizo estremecer. El castillo tenía cientos, miles de puertas exactamente iguales y colgadas de un gancho había cientos, miles de llaves exactamente iguales. ¿Cómo iba a poder encontrar a la princesa antes de que se despertase en brujo? Era prácticamente imposible. El joven labrador observó con detenimiento las llaves y se dio cuenta de que todas eran de plata menos una de ellas, que era de oro. Miró con atención aunque velozmente cada una de las puertas y se dio cuenta de que todas tenían el pomo de plata excepto una , que lo tenía de oro. ¡Ahora estaba seguro! ¡La llave de oro abriría la puerta del pomo de oro y allí estaría la princesa!Fue lo más rápido que pudo a abrir la puerta, pero cuando finalmente lo hizo, sucedió algo muy extraño. Allí no había ninguna princesa, sólo una jaula de oro con un viejo pájaro al que le faltaban bastantes plumas. El joven pensó salir rápidamente de aquel lugar pero antes de hacerlo, el viejo pájaro le habló. Le dijo que él podía ayudarle a liberar a la princesa a cambio de un favor. Debía arrancarle una de las pocas plumas que le quedaban y acariciar con ellas los párpados del anciano brujo. El joven dudó, pero como era muy valiente ,aceptó el reto. Se acercó sigilosamente al anciano que permanecía tendido en el suelo para hacer lo que el pájaro le había pedido. A punto estuvo de no poder hacerlo , y es

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que el brujo comenzó a despertarse cuando el joven estaba a tan solo unos pasos. Finalmente pudo acariciar los párpados del anciano con la pluma pese a que éste comenzaba ya a abrir los ojos. Todo sucedió de repente. Un ruido ensordecedor inundó el castillo y donde antes había un anciano tendido en el suelo, ahora sólo había un montón de cenizas. El pájaro le sonrió y le felicitó por su valentía, pero le pidió otro favor. Debía arrancar otra de sus plumas y esta vez acariciar con ella sus propios ojos. El joven dudó de nuevo. Pensó que quizá le ocurriría como al anciano y acabaría convertido en ceniza, pero el pájaro le tranquilizó y le prometió que nada malo le pasaría. El labrador arrancó la penúltima de sus plumas y se acarició los párpados con ella. Cuando abrió los ojos no podía creer lo que estaba viendo. Sus andrajosa ropa había tornado en una imponente armadura de oro, y su espantapájaros se había convertido en un gran cofre lleno de oro y piedras preciosas. Se había convertido en un magnífico príncipe de cuento.El pájaro cumplió su promesa y le llevó hasta la puerta tras la que se encontraba la princesa. Le indicó cual era la llave que la abría y así lo hizo. Cuando la puerta se abrío, la princesa corrió a abrazar al príncipe para darle las gracias, pero después de esto, hizo algo muy extraño. Cogió con mucho cariño al viejo pájaro , lo puso entre sus manos y lo besó. Después de esto le arrancó la última de sus plumas y acarició con ella los maltrechos ojos del pájaro. De repente, algo maravilloso sucedió. El viejo pájaro se convirtió en un hombre. Padre e hija se fundieron en un gran abrazo. El pájaro no era otro que el padre de la princesa y por lo tanto el rey de ese olvidado país. El anciano brujo los había hechizado a los dos por no permitirle casarse con la bella princesa.La princesa volvió a abrazar al recién convertido príncipe, pero esta vez no lo hizo para darle de nuevo las gracias , sino por otro tipo de sentimiento. Se había enamorado de él por su valentía y su buen corazón. No le importaba si era un príncipe o un pobre labrador. Lo amaba de cualquiera de las maneras.

Con el tiempo, el bosque encantado volvió a ser el gran reino que fue. La princesa y el labrador se casaron y fueron felices hasta el final de sus días.

FIN