El papel de mediador de la UE en el conflicto de oriente medio

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    Anuario Internacional CIDOB 2002 

    edición 2003 

    Claves para interpretar la Política

    Exterior Española y las Relaciones

    Internacionales en 2002 

    El papel mediador de la UE en el conflicto de Oriente Próximo. 

    Miguel Ángel Moratinos 

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    Miguel Ángel Moratinos,embajador, enviadoespecial de la Unión Europeapara el proceso de pazen Oriente Próximo

    Difícilmente se puede aludir a la historia de Oriente Próxi-mo sin referirse al mismo tiempo al devenir histórico de Europay viceversa. No hay episodio, ya sea mítico o real, que no refle-je el mutuo acontecer en estas dos regiones. El mito conceptualdel rapto de Europa, el origen etimológico de la propia palabra

    Europa, las trágicas consecuencias de las cruzadas, la irrupcióny omnipresencia del imperio otomano, hasta la firma de losacuerdos de Sykes-Picot, son todas ellas cuentas indispensablespara seguir el hilo conductor de nuestra historia común. Elmovimiento pendular de la Historia hizo que los europeos acu-diésemos o abandonásemos esta región de manera intermitentepero sin llegar nunca a una ruptura definitiva. Siempre existióuna atracción profunda hasta el punto que fuimos, los europe-os, los que construimos nuestro Oriente. El orientalismo no esmás que la imagen deformada de una realidad que siempreintentamos representar de acuerdo con el gusto e interés euro-peos, y así dar satisfacción a nuestras ansias hegemónicas yeurocéntricas. El modelo europeo es lo que siempre hemos tra-

    tado de trasladar a esas tierras, cuna de nuestra originaria yantigua civilización y que, sin embargo, queremos rediseñarhoy conforme a las pautas y moldes de nuestra nueva civili-zación occidental . Este artículo no tiene como objetivo reme-morar la historia común, sino poner en evidencia el papeldesempeñado por los europeos y, en particular, por la UniónEuropea en la construcción del actual Oriente Próximo.

    Europa y su presencia colonial

    Los acuerdos de Sykes-Picot, suscritos en 1916 a raíz deldesmantelamiento del imperio otomano, abren las puertas a lahistoria reciente de Oriente Próximo. Los mandatos británico y

    francés serán los marcos reguladores de la modernidad occiden-tal para esta región. La Declaración Balfour de 1917 y la diná-mica de la revuelta árabe insertarán una dialéctica conflictivaque se intentará resolver positivamente con la aprobación de laResolución 181 de la Asamblea General de la ONU el 29 denoviembre de 1947. En ella se decide la división de Palestina endos estados: un Estado judío y otro árabe, junto a un estatutointernacional para Jerusalén. Lejos de superar el conflicto, estadecisión conducirá a la región a un enfrentamiento árabo-israelítodavía no resuelto en la actualidad y que ha sido testigo decinco guerras convencionales junto a dos trágicas y desgarrado-ras intifadas. En todos estos capítulos las acciones o las omisio-nes europeas tuvieron un papel destacado.

    Durante toda esta fase histórica, Europa se hace presente pormedio de aquellos países europeos que poseen claros interesesnacionales en la zona. Europa como tal no tiene ni una configu-ración formal ni tan siquiera una voluntad colectiva de actuar.Corresponde por lo tanto a Francia y al Reino Unido el papelestelar de la presencia colonial europea. Junto a esta acción devarios países europeos en el escenario medio oriental convendríaasimismo destacar la influencia que tendrá, hasta hoy incluso, lagran tragedia de la Shoa, sufrida en Europa por el pueblo judío.Este descenso a los infiernos de la diáspora judía europea hará

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    El papelmediador dela UE en elconflictode OrientePróximo

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    LA NUEVA EUROPA

    resucitar, como describe el gran escritor austriacoStephan Zweig, el espíritu de ser "la comunidad deexpulsión", algo siempre resentido por la naciónjudía. Sus consecuencias se harán sentir en la propiaconstrucción del Estado de Israel y en el subconscien-

    te colectivo de buena parte de la ciudadanía israelíque siempre lo tendrá vivo en su relación con su viejaEuropa natal. El holocausto estará desde entoncespresente en las relaciones germano-israelíes pero, a suvez, desteñirá negativamente en la percepción colecti-va judía hacia el papel y la responsabilidad de Europaen esta parte del mundo. Tras un período de luna demiel y de encantamiento de Francia con Israel, en laprimera fase de la consolidación del joven Estadojudío, la crisis del Canal de Suez y la guerra de 1956supondrán el final de la predominancia franco-britá-nica en la región. Europa se eclipsará ante el mundobipolar, y el equilibrio de fuerzas y las relaciones de

    poder se modifican. Las cancillerías europeas pierdencasi toda su influencia y ésta se refugia en Washing-ton y en Moscú. Para muchos este eclipse europeotodavía sigue presente en la zona.

    El despertar de la comunidad internacional. La

    "pax  americana". Primeros

    balbuceos de una política

    exterior europea

    Los años sesenta y la dé-cada de los setenta seránfases en las que los enfren-tamientos bélicos se impo-nen sobre los esfuerzos di-plomáticos. Es el períodode las dos guerras por exce-lencia de Oriente Próximo,la de 1967 y la de 1973. La

    guerra de los seis días concluirá con la adopción porel Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de lahistórica Resolución 242. La única contribucióneuropea relevante será la del representante británicoen el seno del Consejo de Seguridad al redactar sufamoso texto y dar pie a una ambigua interpretación

    sobre la necesidad de la retirada de Israel de "todos"o de "los territorios" ocupados. Tanto en la soluciónde esta conflagración, como en la de 1973, Europaestará ausente. En plena bipolaridad sólo el nombrede Ginebra se añade a las citas diplomáticas conalguna relevancia. La conferencia de Ginebra paraponer punto final a la guerra del Yom-Kippur nocuenta con ninguna participación europea, y lo mis-mo ocurre en Camp David cuando se logra el acuer-do histórico israelo-egipcio en 1978. Habrá queesperar al año 1980 para que Venecia sea el lugar

    privilegiado donde se pondrá la primera piedra de lapolítica exterior europea. La declaración de Veneciamarcará un hito irremplazable de la cooperaciónpolítica de los países europeos al adelantar con vi-sión de futuro que no podrá haber paz en Oriente

    Próximo si no se reconoce a la OLP (Organizaciónpara la Liberación de Palestina) como interlocutorválido. Este fuerte compromiso político europeo, quemerecerá una fuerte oposición y crítica israelí y norte-americana, será, sin embargo, el primer síntoma de lostímidos escarceos de la futura diplomacia europea.

    La caída del Muro de Berlín y el colapso de laUnión Soviética ponen punto y final a la bipolaridad.Tras la guerra del Golfo, la diplomacia norteamerica-na se siente obligada a dar un impulso a la solucióndel conflicto árabo-israelí. Su enfoque es el de lograruna simbiosis entre la insistencia de los países árabesy de la comunidad internacional en favor de una con-

    ferencia internacional bajo los auspicios de NacionesUnidas y la voluntad de Israel y de EEUU de favore-cer la solución del conflicto mediante negociacionesbilaterales. El resultado final es la Conferencia dePaz de Madrid. Ésta será el símbolo concreto delcomienzo de un nuevo orden internacional y el refor-zamiento de la denominada " pax americana". Entodo este proceso, Europa y la UE empiezan a estarrepresentadas de manera indirecta y progresiva. Latradicional política declarativa de los europeos seenriquece con la política activa de la presidenciaespañola de la Unión. El minis tro Fernández-Ordóñez y su equipo inauguran las visitas de la troi-ka a la región y con ellas los primeros signos de unamayor visibilidad europea. El hecho de que la ciudadde Madrid sea escogida como sede de la Conferenciade Paz refuerza esta línea. No obstante, la participa-ción de los europeos en la conferencia no es sustan-cial. Es cierto que por primera vez, y a pesar de lasdisputas protocolarias, la presidencia holandesa juntoal comisario Matutes representa oficialmente a laUnión Europea. El ministro Van den Broek tomala palabra en el Palacio de Oriente, pero su actuaciónse limita a exponer públicamente las posiciones tra-dicionales de Europa sobre el conflicto. Otros Esta-dos miembros, como Francia, mandan a un enviado,pero la labor más eficaz es la que desarrolla el equi-po español, dirigido por Jorge Dezcallar, para facili-tar los contactos y lograr que la Conferencia deMadrid sea un absoluto éxito.

    La labor europea es por lo tanto de acompaña-miento y de apoyo político y económico. La nuevadinámica iniciada en la capital española se trasladaa Washington y Europa participa más activamenteen la banda multilateral, es decir, en los grupos detrabajo encargados de promover la creación de una

    “A medida que Europa

    va consolidando su

    construcción interna,

    Oriente Próximo es

    el área experimentalde los primeros intentos

    europeos en su acción

    exterior” 

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    EL PAPEL MEDIADOR DE LA UE EN EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

    atmósfera positiva en la región. El desarrollo econó-mico regional, la cooperación en el sector del agua,el desarme, y la siempre sensible cuestión de los refu-giados son las áreas en la que la Unión Europea con-tribuye sistemáticamente. El mecanismo diplomático

    establecido muestra el claro liderazgo norteamerica-no. A Europa se le asigna el papel de banquero, loseuropeos son los  pagadores pero no los  jugadores enel área política. Sin embargo no se debería menos-preciar esta dimensión económica y financiera deEuropa. Mucho se ha hablado del carácter secunda-rio de esta contribución pero sería injusto ignorar laaportación esencial que toda esta ayuda supuso paramantener viva la causa palestina e ir formando unliderazgo y unas instituciones que pudieran ser consi-derados como el embrión de la futura AutoridadPalestina. Con la firma de los Acuerdos de Oslo estatendencia se reafirma de manera progresiva a medida

    que Europa va consolidando su construcción internay que la cooperación política europea se armoniza.Oriente Próximo es el área experimental de los pri-meros intentos europeos en su acción exterior. Laorganización, financiación y legitimación de las pri-meras elecciones palestinas de toda su historia sonrealidad gracias en gran medida al apoyo de losQuince. Esta contribución europea supera amplia-mente el simple papel de actor secundario y da unagran dosis de credibilidad y legitimidad a los esfuer-zos europeos. El asesinato de Isaac Rabin y el fracasoelectoral de Simon Peres dan al traste con el enfoquegradual y acumulativo de Oslo.

    La Unión Europea como nuevo actor político

    en la zona. La PESC y su contribución a la pazen Oriente Próximo

    No siempre se ha destacado el carácter fundacio-nal que Oriente Próximo ha desempeñado en la pro-pia construcción de la Política Exterior y de Segu-ridad Común (PESC) europea. La Declaración deVenecia fue el primer paso en esa dirección. Desdeentonces, casi todos los ensayos o experiencias pilo-to de la acción exterior europea han tenido como

    elemento catalizador Oriente Próximo. Desde lacooperación política europea, hasta las primerasdecisiones de los Quince tras aprobar los Acuerdosde Maastricht, todas ellas aportan ejemplos específi-cos de la involucración de la crisis medio oriental ala hora de definir las posiciones de los Estadosmiembros de la Unión Europea.

    Tras la primera guerra del Golfo, va perfilándoseen Europa la necesidad de impulsar una iniciativa demayor calado estratégico para toda la región eurome-diterránea. La sensación de urgencia y los múltiples

    desafíos detectados durante estas crisis movilizan alas cancillerías de los países del sur de Europa en labúsqueda de una nueva plataforma de seguridad, diá-logo y cooperación. A raíz de la caída del Muro deBerlín, y tras el balance positivo de la CSCE (Confe-

    rencia de Seguridad y Cooperación en Europa), elministerio de Asuntos Exteriores español se inspira enel modelo del Acta de Helsinki para tratar de ofreceruna plataforma similar para el sur del Mediterráneoy Oriente Próximo. Tras un lanzamiento prematuro ymaximalista por parte del ministro italiano De Miche-lis, la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación enel Mediterráneo (CSCM) queda relegada al baúl delos recuerdos diplomáticos. Habrá que esperar a lapresidencia francesa de la UE, seguida inmediatamen-te por la española, para que la Conferencia Eurome-diterránea de Barcelona pueda celebrarse y constituirun gran éxito diplomático. La Declaración de Barce-

    lona no es sólo una iniciativa revolucionaria para ladiplomacia tradicional, sino que constituye uno de lasprimeras estrategias comunes de los quince paíseseuropeos. Barcelona es una operación europea cienpor cien. Los intentos norteamericanos de participarde pleno derecho son rechazados con tacto diplomáti-co. Esta gran apuesta de Europa a favor de un acerca-miento con los países de su entorno pone en evidenciael enorme potencial de una acción europea en laregión. El modelo de Barcelona es el que Europa quie-re trasladar a su región del sur. Frente a los acuerdospolíticos y militares, el modelo de integración y coo-peración regional es el que Europa quiere exportar e

    introducir en toda esta zona. El establecimiento de unazona de libre cambio en el año 2010 es uno de losobjetivos prioritarios del proceso euromediterráneo.Esta filosofía coincide con los postulados, un tantovisionarios, defendidos por Simon Peres de crear un"nuevo Medio-Oriente" donde la economía y las nue-vas tecnologías borrarían más rápidamente las fronte-ras físicas y psicológicas existentes que cientos depáginas o anejos diplomático-militares que las partespudieran firmar.

    Este proceso acumulativo en la consolidación dela acción exterior europea tendrá su acto simbólicocon la decisión de nombrar a un enviado especial dela Unión Europea para el proceso de paz en OrientePróximo. Este histórico paso se fraguará tras la tor-mentosa visita del presidente francés Jacques Chiraca Israel. El desplazamiento del presidente galo secelebra en un momento difícil, de estancamiento delas negociaciones de paz, y tras la llegada del Go-bierno Netanyahu. La sociedad israelí otorga a esteúltimo un mandato claro de privilegiar la seguridady ralentizar el ritmo de aplicación de los Acuerdosde Oslo. Tras esta gira, la diplomacia francesa com-

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    LA NUEVA EUROPA

    prende que sus esfuerzos nacionales no son y nopodrán ser suficientes, que EEUU no se siente directa-mente involucrado (existe un cambio en la direcciónde la diplomacia norteamericana), y que sólo unaacción concertada y firme de Europa podrá ayudar

    a salir de esta situación de crisis. La idea de un mís-ter Europa para Oriente Próximo surge y el debatese plantea en Bruselas. La cuestión a discutir esdoble. Por una parte, la personalidad del candidatoy, por otra, el mandato a otorgar. Francia proponela elección de una personalidad de alto nivel, conexperiencia política europea y con la talla y el rangosuficiente para imponerse en la región. Otros paísesconsideran que la idea en general es prematura yque no conviene entorpecer o interferir en el papel yacción norteamericanos. Al final se llega a un com-promiso. Se designará a un alto funcionario, exper-to en la zona y a título experimental por un período

    de seis meses. Es así cómo fui nombrado el 26 deoctubre de 1996 gracias a la hábil e inteligente ges-tión del ministro Matutes. Con este nombramientose abría un nuevo capítulo de la presencia y accióneuropea en la zona. Se inauguraba además de mane-ra concreta la PESC, como experiencia piloto, se le

    ponía cara, se le daba una

    visibilidad y se le exigía

    unos resultados, es decir,

    una credibilidad.

    El comienzo de la labordel nuevo enviado de laUnión Europea no fue fá-

    cil. Existía muchísimo escep-ticismo, no ya sólo en laregión sino también en lascapitales europeas. El man-dato otorgado era lo su-f ic ientemente f lexible y

    cauto como para poder navegar en las aguas turbu-lentas del levante mediterráneo sin necesidad decrear excesivas resistencias. Pocos, o casi nadie, cre-ían que esta misión tendría una continuidad y lamayoría pensaba que su impacto sería meramentedeclarativo sin consecuencias ni en los esfuerzos depaz ni, por supuesto, en el papel europeo en todoeste conflicto. Israel reaccionó con cautela y concierto alivio al saber que el nombramiento habíarecaído en alguien quien hasta el momento desem-peñaba las funciones de embajador de España enIsrael. Su convicción era que poco o nada relevantepodría surgir de esta nueva iniciativa europea. Lamisma reacción se constató por parte norteamerica-na. Se acogió con cierta simpatía protocolaria perosin prestarle mayor atención. La puesta de largo deesta nueva contribución europea se produjo en

    torno a las negociaciones del Protocolo de Hebrónen enero de 1997. Su firma requirió, por petición dela Autoridad Palestina, una Carta de garantías1 porparte de la Unión Europea para dar confianza yseguridad a palestinos e israelíes sobre lo mutua-

    mente suscrito. Fue la primera vez que un represen-tante europeo participaba en el acto de firma de unacuerdo israelo-palestino. El momento quedó plas-mado en las palabras, "bienvenido al club", pro-nunciadas por el primer ministro israelí, BenjamínNetanyahu, al referirse a la presencia del enviado dela Unión Europea. Fue la primera intervención euro-pea en la que los buenos oficios, una discretamediación y un compromiso político europeo, seponían sobre la mesa de negociaciones. Se abando-naba la simple participación política declarativa poruna modesta acción mediadora.

    Los meses posteriores fueron testigos de este efec-

    to sorpresa de la presencia europea. Pocos daban cré-dito a las posibilidades de una intervención europea,pero la retirada táctica norteamericana, tras la crisisde Har Homa y Abou Ghneim2 y la imposibilidad decumplir con el calendario de retirada de los territo-rios, obligaron a israelíes y palestinos a utilizar lamediación europea para evitar una ruptura total entreambos. Fruto de estos esfuerzos cabe resaltar losencuentros organizados por la UE entre el presidenteArafat y el ministro de Exteriores de Israel, DavidLevy, en La Valetta y Bruselas. Pero la involucracióneuropea no se limitará al bando palestino. El primerministro Benjamín Netanyahu tenía como todos los

    jefes del Ejecutivo israelí la tentación de firmar lapaz con Siria. Estimaba que gracias a su firmeza ypragmatismo podía convencer al líder Hafez AlAssad de lograr un compromiso sobre los Altos delGolán. Así surge una diplomacia secreta que durarátodo su mandato. El dirigente israelí utilizará doscanales, uno norteamericano y otro europeo. El em-presario multimillonario Ron Lauder será el repre-sentante americano. El enviado de la Unión Europease desplazará más de 35 veces a Damasco para nego-ciar un posible acuerdo. Se estuvo muy cerca, se ela-boraron muchos textos, y las fórmulas utilizadas, depublicarse hoy, sorprenderían a muchos analistas. Elavance de las elecciones generales en Israel impidiódar el último impulso y todo quedó postergado al re-sultado de éstas. El período Netanyahu concluyócuando el que el primer ministro israelí depositó sufirma en la Casa Blanca al suscribir los Acuerdos deWye River. Su compromiso en los Acuerdos de Oslo,y su aceptación de que los territorios bíblicos de Ju-dea y Samaria podían ser compartidos con los pales-tinos, le acarrearon el aislamiento en el seno de supartido y de su coalición gubernamental y le obliga-

    “La declaración de

     Barcelona no es sólo una

    iniciativa revolucionaria

     para la diplomácia

    tradicional, sino que

    constituye una de las

     primeras estrategias

    comunes de los quince

     países europeos” 

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    EL PAPEL MEDIADOR DE LA UE EN EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

    ron a adelantar las elecciones y a perderlas ante surival laborista Ehud Barak.

    De manera gradual, pero de forma constante, laacción europea en Oriente Próximo se consolidadurante estos años. Toda su proyección se desarro-

    lla paralelamente a la propia evolución y construc-ción interna de la Política Exterior y de SeguridadComún. El nombramiento de Javier Solana comoalto representante de la misma da un impulso defi-nitivo a esta contribución. Con su llegada, la Europacomunitaria se dota de un prestigioso responsablepolítico para poner en aplicación la PESC. El altorepresentante se apoyará en sus respectivos repre-sentantes permanentes en las distintas zonas geográ-ficas del mundo y, en particular, en su representanteen Oriente Próximo. El mandato de ambos es claroy nuestro compromiso con la región se remonta aperíodos anteriores en donde los dos habíamos par-

    ticipado en los esfuerzos de paz en la región.Progresivamente la labor europea va adentrándose

    en los intrincados laberintos medio orientales. Su pa-lanca económica y financiera no se abandona y suasistencia al pueblo y a la Autoridad Palestina alcan-za cifras que constituyen más de la mitad de la ayudainternacional a los palestinos. Su participación políti-ca empieza a reconocerse y son múltiples los esfuer-zos y las gestiones realizadas para facilitar la reanu-dación de los contactos y de las negociaciones. Lasvisitas de Javier Solana a la región se multiplican y lapresencia sobre el terreno de su representante espe-cial se hace casi permanente. Pero junto a estas inter-

    venciones políticas y económicas, una nueva dimen-sión se abre camino: la seguridad. Ésta es sin dudauna de las áreas en las que la UE desempeñará unade sus acciones más innovadoras. La serie de atenta-dos terroristas que lógicamente afectaron a la aplica-ción de los Acuerdos de Oslo están en el origen deesta nueva involucración europea. El círculo vicioso"acción terrorista, reacción militar, parón a las nego-ciaciones" tiene que ser quebrado. De ahí surge laidea de crear un mecanismo que refuerce la coopera-ción y asuma colectivamente la gestión y la responsa-bilidad en la lucha contra el terrorismo. Esta filoso-fía es la que originará la creación del Comité deSeguridad UE/Autoridad Palestina. Su nacimientocoincide con la gira que realiza el primer ministro bri-tánico, Tony Blair, a la región. A partir de este mo-mento, los europeos comienzan a colaborar de mane-ra activa con los responsables de seguridad palestina.Todo se desarrolla con plena transparencia y con elconsentimiento de Israel. Habrá que esperar sin em-bargo al verano del 2002 para que las actividades delequipo de seguridad europeo permitan obtener algu-nos resultados concretos. El atentado en Tel Aviv en

    el Delfinarium es el punto de arranque para que lospalestinos soliciten la ayuda urgente de los europeospara aplicar el alto el fuego decretado por el presi-dente Arafat. Como hitos a resaltar cabe señalarvarias actuaciones en Belén en el que se logra una

    retirada del Ejército israelí, así como en otras locali-dades palestinas. Sin duda la actuación más sobresa-liente es la participación en la solución del conflictode la iglesia de la Natividad en Belén y el traslado de13 palestinos a diferentes países europeos. Pero encualquier caso, lo relevante no son los pequeños éxi-tos alcanzados sino el haber logrado penetrar en unárea tan sensible y tan crucial, un área que hastahace unos años estaba totalmente vedada a cualquieractor externo excepto a los norteamericanos. 2002ha exigido una presencia europea aún mayor en estecampo. El nivel de violencia vivido durante esta fasey la total desaparición norteamericana dejaron solos

    a los europeos. Los daños sufridos por la AutoridadPalestina, el surgimiento de toda una serie de gruposy actores políticos palestinos nuevos, los tanzim, obli-gaba al pequeño grupo de observadores europeos aser los únicos interlocutores con credibilidad paraestas nuevas agrupaciones polít icas palestinas.Dichas actuaciones no se han limitado a los gruposde Fatah, sino que también se han extendido aHamás, con la intención de alcanzar un acuerdogeneral de alto el fuego de todas las facciones y gru-pos palestinos.

    De la esperanza a la crisis.Perspectivas de futuro. Contribución de la UE

    La elección de Ehud Barak es acogida con albo-rozo y satisfacción en todas las capitales europeas.El líder laborista israelí ha recibido consejo y ayudade su buen amigo y homólogo Tony Blair. Su mode-lo de partido se inspira en la tercera vía británica.Los equipos electorales del laborismo inglés y delsocialismo francés le ayudan en su campaña electo-ral. Toda la comunidad internacional está convenci-da que ha llegado la hora de la paz. Barak tarda endefinir su enfoque negociador. El entusiasmo inicialse pierde y se retrasan las negociaciones. Hasta sep-tiembre de 1999 no se alcanza un acuerdo en Sharmel Sheij. La diplomacia americana regresa con fuer-za. Los europeos continuaron desplegando sus es-fuerzos de acompañamiento, facilitando el diálogo ymanteniendo las esperanzas palestinas. El primerministro israelí opta sin embargo por dar prioridada las negociaciones con Siria. El monopolio nortea-mericano impide una participación europea en She-perstown. Sólo se nos pide estar preparados parapoder contribuir en la segunda fase de la negociación,

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    LA NUEVA EUROPA

    una vez se hayan resuelto las cuestiones esenciales dela línea del 4 de junio de 1967, la delimitación de lasfronteras y las cuestiones de seguridad. Es cierto quepor primera vez la Administración norteamericanasolicita a Europa ideas creativas sobre el agua, e

    incluso, no se descarta su posible participación en lasfuerzas internacionales de interposición que podríandesplegarse en una zona desmilitarizada alrededor dellago de Tiberiades. En cualquier caso, la falsa convic-ción israelí de que Hafez Al Assad, en el umbral de sufinal político y biológico, terminaría cediendo antelas presiones americanas y la pésima gestión diplomá-tica de EEUU hacen fracasar la cumbre de Ginebra, ytodo el diseño arquitectónico de la paz en OrientePróximo se derrumba. El Gobierno israelí vuelve a labanda palestina con cierto apresuramiento y exige lacelebración de una cumbre lo antes posible. Con mu-chas reticencias, el presidente Arafat termina aceptan-

    do la invitación del presidente Clinton y acude aCamp David en julio del año 2000.

    Mucho se ha escrito sobre estas negociaciones y loque más ha trascendido es una verdad distorsionadade lo que en realidad ocurrió. Camp David 2000deberá pasar a la Historia por haber roto muchos

    tabúes, por haber sido laprimera ocasión en que senegocia seriamente entrepalestinos e israelíes, peronunca debería ser recorda-da como la última oportu-nidad perdida por los

    palestinos en general, y porel presidente Arafat en par-ticular. Lo ofrecido fue im-portante pero insuficientesi lo que verdaderamente sedeseaba era alcanzar un

    acuerdo definitivo y duradero. En ningún momento,el presidente Arafat podía haber aceptado la ofertaterritorial del 90% de Gaza y Cisjordania ni la pro-puesta sobre Jerusalén. Prueba de ello es que unosmeses más tarde la Administración norteamericana yel propio Gobierno israelí mejoraran sustancialmenteestas proposiciones. Sin embargo, las directrices polí-ticas en Washington y en Jerusalén son de calificarCamp David de fracaso y, sobre todo, comenzar ladiabolización de Arafat. El presidente palestino dejade ser el interlocutor válido. Se martillea machacona-mente que con él nunca se alcanzará la paz. Sudemonización será quizás el principal legado del pri-mer ministro Barak. El resultado es obvio, la pérdidade confianza y de esperanza de paz en ambas socie-dades y su expresión inmediata: el brote de la segun-da intifada. Su origen no es claro y son muchos los

    que pueden asumir la responsabilidad de su explo-sión. Ciertos actos reivindicativos y provocadoresocurridos antes del inicio de la violencia quedaron asi-mismo grabados en la memoria colectiva. Pero esobvio que el presidente Arafat debería haber controla-

    do de manera más firme su desarrollo y haberla dete-nido. Su laisser faire, laisser passer se saldará con unbalance totalmente negativo para él y para su pueblo.

    Ante esta crisis, la diplomacia europea se movili-za. La presidencia francesa y su presidente, JacquesChirac, convencen a la secretaria de Estado nortea-mericana, Madelaine Albright, de acudir a París.Arafat y Barak, junto al Secretario General de laONU, Koffi Annán, y el presidente Chirac se reúnenen París el 4 de octubre para poner fin a estos bro-tes iniciales de intifada. El encuentro de París noconcluye satisfactoriamente: en el último momento,Arafat se niega a firmar el protocolo sobre seguri-

    dad. La crisis se agrava, y la comunidad internacio-nal acude a Sharm el Sheij el 16 de octubre. Demanera oficial, la Unión Europea es invitada a par-ticipar, Javier Solana estará presente con su equipodiplomático en todas las negociaciones. La cumbreconcluye con una declaración del presidente Clintonquien recuerda a las partes la urgencia de volver ala mesa de negociaciones. En Sharm el Sheij se acep-ta la creación de un comité internacional para eva-luar las responsabilidades del origen de la crisis y altiempo crear las condiciones para evitar futuras cri-sis similares. De esta declaración nacerá la Co-misión Mitchell, en la que participa de manera

    destacada Javier Solana. Europa por lo tanto entrade pleno derecho en el centro de la negociaciónpolítica. No obstante, el momento álgido de lamediación europea se produjo en la localidad egip-cia de Taba en enero de 2001. Fue un período casimágico. Jamás israelíes y palestinos estuvieron tancerca de la paz. Las propuestas y los acuerdosalcanzados en esa semana de negociaciones seguiránconstituyendo la mejor base para cualquier acuerdofinal entre Israel y Palestina. Europa fue "el nota-rio mayor" y los avances alcanzados han quedadorecogidos en el "documento Moratinos" (ver a con-tinuación de este artículo), depositado en la Secre-taría General del Consejo de la Unión Europea, y adisposición de las partes para que, si así lo desean,pueda servir de orientación para futuras negociacio-nes. Pero esta participación única, sin intervenciónnorteamericana, llegó demasiado tarde y las eleccio-nes en Israel, diez días después, dieron un mandatoclaro al que sería nuevo primer ministro de Israel, ellíder del Likud, Ariel Sharon.

    Este período diplomático demostró claramenteque es posible la paz en Oriente Próximo y que las

    “Una nueva dimensión

    se abre camino: la

    seguridad es sin duda

    una de las áreas en

    las que la UEdesempeñará una

    de sus acciones

    más innovadoras” 

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    EL PAPEL MEDIADOR DE LA UE EN EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

    partes pueden, con la ayuda de terceros, alcanzar unacuerdo. Pero también puso en evidencia, tras elimpresionante compromiso de la AdministraciónClinton (jamás un presidente norteamericano habíadedicado tantas horas a tratar de resolver personal-

    mente este conflicto), que EEUU no puede aportar ensolitario una solución definitiva. La lección es clara.Hará falta la voluntad política de las dos partes, perotambién el impulso, el apoyo y las garantías no sólode EEUU sino de los demás actores relevantes de lacomunidad internacional, entre ellos, la Unión Euro-pea. Esta rotunda afirmación se ha puesto aún másde manifiesto durante estos dos últimos trágicosaños. Jamás las relaciones israelo-palestinas habíanconocido un nivel de violencia y enfrentamiento tanelevado como el actual. El descenso a los infiernos hasido tan vertiginoso que todas las frágiles estructurasde reconciliación y mutuo reconocimiento israelo-

    palestino se han tambaleado casi de forma irreversi-ble. El primer ministro Ariel Sharon fue claro desdeel comienzo de su mandato: no habrá negociaciónbajo la violencia y el terrorismo. Por parte palestina,la posición también fue clara: mientras dure la ocu-pación será difícil parar la violencia. Ambas posicio-nes de partida irreconciliables hicieron muy difícil lalabor de mediación de la comunidad internacional.No obstante, este período negro de la coexistenciaisraelo-palestina ha tenido un contraste positivo gra-cias a la mayor y más coordinada intervención de lacomunidad internacional.

    El fatídico 11 de septiembre dio un espaldarazo a

    las tesis que primaban la seguridad y la lucha contrael terrorismo como las únicas vías para alcanzar unasolución al conflicto. Todos los intentos de parar laviolencia y de recuperar un mínimo de confianza fra-casaron. Las recomendaciones del Comité Mitchellno pudieron nunca ser aplicadas: exigían siete díasde no violencia y éstos nunca llegaron, o cuando unao varias semanas transcurrían sin un nivel elevado deincidentes, las políticas no aconsejaban su puesta enfuncionamiento. El nuevo enviado norteamericano,Anthony Zinni, no logró imponer su modelo, basadoexclusivamente en medidas de seguridad y sus esfuer-zos por renovar los acuerdos suscritos por el directorde la CIA, Georges Tennet, no alcanzaron su meta.La serie de atentados suicidas palestinos, y la dramá-tica respuesta militar israelí, dirigida contra la Auto-ridad Palestina y su presidente Yasser Arafat, estu-vieron a punto de colapsar definitivamente todos losesfuerzos de paz. La Unión Europea estuvo en estafase más presente que nunca. Su alto representanteparticipó en la mayoría de las citas diplomáticas. Sinlugar a dudas fuimos los europeos quienes facilita-mos los primeros encuentros políticos israelo-palesti-

    nos en el período Sharon. Es indudable que la buenadisponibilidad de Simon Peres ayudó enormementeen esta labor mediadora. Se celebraron varias reunio-nes, la primera, en Atenas, en presencia de SimonPeres y Saeb Erekat. Posteriormente surgieron otras

    iniciativas, como la denominada "Abu Ala-Peres"que consistió en reconocer de inmediato un Estadopalestino con fronteras provisionales. Lamentable-mente la idea no pudo ser llevada a cabo ante la difi-cultad de poder dar a la parte palestina garantíassobre las fronteras finales de su futuro Estado. Encualquier caso, la involucración europea será duranteestos años muy intensa y permanente, y lo que quizásse recordará con mayor énfasis es la tenaz defensa dela Autoridad Palestina y de su presidente. Europa seconvierte en el muro de contención y protección deambos. Muchas fueron las tentativas para que dejá-semos caer al presidente palestino pero la posición

    europea fue siempre clara y coherente: corresponde alos propios palestinos decidir libremente sobre elfuturo de sus líderes y de sus instituciones. El presi-dente Arafat fue democráticamente elegido y sólopor medio de métodos democráticos, mediante nue-vas elecciones, el pueblo palestino decidirá su futurodestino. Los diferentes ataques a la Mukata, sede laAutoridad Nacional palestina, la falta de libertad demovimientos del presidente y su situación de aisla-miento fueron siempre momentos esenciales en lamediación europea para evitar un mal mayor. Estasintervenciones se acompañaron de una intensa accióneuropea para erradicar la violencia palestina y poner

    punto y final a la "intifada armada".Pero este sombrío escenario fue solamente ilumi-

    nado por la actividad de la comunidad internacional.Estos años serán testigos del surgimiento de unanueva plataforma diplomática, el llamado Cuarteto,compuesto por la ONU, la UE, Estados Unidos yRusia. Siempre había existido una voluntad europeade involucrar de manera más activa y sistematizada ala comunidad internacional. Todos los analistas coin-cidían en que nada eficaz se puede hacer en OrientePróximo sin la participación y el liderazgo norteame-ricano, pero a la vez los resultados sobre el terrenohabían demostrado que nada definitivo se podíaalcanzar sin la presencia de otros actores. Existía unaconvicción general respecto a la conveniencia de po-ner punto y final al monopolio norteamericano. Demanera informal y sobre el terreno se fue configuran-do la necesidad de pensar juntos, actuar coordinada-mente y, sobre todo, mantener un mensaje único einequívoco de la comunidad internacional. Los acon-tecimientos y la gravedad de la crisis ayudaron a latoma de conciencia de la urgencia de trabajar con-juntamente. Los dramáticos acontecimientos del 11

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    LA NUEVA EUROPA

    de septiembre precipitaron la cristalización de estainiciativa. Primero se desarrolló un nivel de enviadosespeciales en la región, para progresivamente conso-lidarse. Su acto fundacional coincidió con la presi-dencia española de la UE, y Madrid fue el lugar

    constituyente. Desde entonces han sido varias lasreuniones a nivel ministerial (Washington, NuevaYork). El Cuarteto forma parte ya del paisaje diplo-mático medio oriental. El reconocimiento de su po-tencial es algo casi universalmente aceptado pero susúltimas actuaciones, debido a las dilaciones y dudasnorteamericanas respecto a la adopción de la hoja deruta, han vuelto a crear un nivel de incertidumbresobre su futuro.

    En conclusión

    En el momento de escribir estas líneas se cierne

    sobre toda la región de Oriente Próximo un futuroincierto. La crisis iraquí puede cambiar radicalmentelos frágiles equilibrios existentes en toda esta área.Predecir el futuro es misión imposible. Sin embargo,es evidente que los intereses vitales de Europa estánen juego: sea cual sea la resolución de la crisis, laUnión Europea tendrá ante sí un desafío histórico.No se trata de garantizar el seguimiento tradicionalde una mera crisis diplomática sino de una apuestaestratégica que afectará de manera trascendental elfuturo de Europa y de la región. Si a lo largo de lahistoria, los europeos encontraron excusas para justi-ficar cierto distanciamiento e inhibición, en estos

    momentos la inacción europea tendría consecuenciascatastróficas. No bastará la acción de uno o variospaíses europeos. No se puede regresar con la máqui-na del tiempo a épocas pasadas, los retos de hoy exi-gen el compromiso y la involucración de una Europaunida, dispuesta a ejercer su liderazgo y a defender elrespeto de la legalidad internacional, sus valoresdemocráticos así como su voluntad de compartir subienestar y desarrollo con sus socios y países vecinos.El modelo europeo del siglo XXI no es el de la con-frontación cultural e ideológica sino el de la solidari-dad compartida y respetuosa de los valores y señasde identidad de una región que ha sabido a lo largode la Historia convivir y construir conjuntamente unaesperanza de vida en común y de paz. La UniónEuropea ha podido durante los últimos años poneren práctica y comprobar la validez y la eficacia desus instrumentos políticos y económicos. En el um-bral de la nueva Convención no le queda más opciónque dotarlos de una coherencia mayor e insuflarlesuna clara voluntad política. Decía Jacques Delorsque los padres fundadores de Europa consiguierondar su salto cualitativo en la construcción europea

    gracias a su capacidad de reflexión, pasión y senti-miento de necesidad. Creo que ha llegado también lahora de que los dirigentes europeos, que ya han dedi-cado esa reflexión y esa pasión a Oriente Próximo,sientan la urgente necesidad de actuar. Las presentes

    y futuras generaciones europeas se lo reclaman.

    Notas

    1. European Union Letter of Assurances. HebronProtocol.

    "In my capacity as the President of the Councilof Ministers of the European Union, allow me, firstof all, to congratulate Your Excellency on the occa-sion of the initialling/signing of the Protocol onimplementation of Israeli redeployment in Hebronand the connected documents.

    As Your Excellency is aware of, the EuropeanUnion, through its Special Envoy to the Middle EastPeace Process, has been in close contact with all theparties involved in order to help achieving thisimportant breakthrough.

    The European Union is convinced that you havereached a fair and balanced agreement which willfavour further progress in the peace process withinthe framework established by the Madrid Confe-rence and the Oslo Agreements.

    Please be assured, Excellency, that the EuropeanUnion remains, committed to the completion of ajust, lasting and comprehensive peace in the Middle

    East. It will therefore use all its political and moralweight to ensure that all the provisions in the agree-ments already reached will be fully implemented byboth Israeli and Palestinian sides in timely fashion."

    Traducción no oficial de la Fundació CIDOB:Carta de garantías de la Unión Europea. Proto-

    colo de Hebrón

    “En mi calidad de Presidente del Consejo de Minis-tros de la Unión Europea, permítame, en primer lugar,felicitar a Su Excelencia con motivo de la rúbrica/firmadel Protocolo de implementación del nuevo despliegueisraelí en Hebrón y los documentos relacionados.

    Tal como sabe Su Excelencia, la Unión Europea,a través de su Enviado Especial para el proceso depaz en Oriente Próximo, se ha mantenido en estre-cho contacto con todas las partes involucradas conobjeto de ayudar a la consecución de este importan-te progreso.

    La Unión Europea está convencida de que Ud. haalcanzado un acuerdo justo y equilibrado que favo-recerá futuros avances en el proceso de paz en elmarco establecido por la Conferencia de Madrid y

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    EL PAPEL MEDIADOR DE LA UE EN EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

    los Acuerdos de Oslo.Tenga por seguro, Excelencia, que la Unión Eu-

    ropea sigue comprometida con la consecución deuna paz justa, duradera y completa en OrienteMedio. Por tanto, hará uso de todo su peso político

    y moral para garantizar que todas las disposiciones

    de los acuerdos ya alcanzados sean plenamente apli-cadas por ambas partes, tanto israelí como palesti-na, en los plazos oportunos.”

    2. Emplazamiento situado en Cisjordania, en la

    zona de Jerusalén, en el que el Gobierno israelí habíadecidido en febrero de 1997 aprobar un proyecto deconstrucción.

    Anexo

    El Documento Moratinos

    Ha’aretz, Israel, febrero del 2002.

    Traducción y presentación: CSCA (Comité de So-lidaridad con la Causa Árabe), España. CSCAweb,disponible en www.nodo50.org/csca, 26 de febrerode 2002

    Introducción

    Este documento ha sido preparado por el enviadoespecial de la UE en el Proceso de Paz de OrienteMedio, el Embajador Moratinos, y su equipo, trashaber consultado a las partes israelí y palestina pre-sentes en Taba en enero de 2001. Pese a que estedocumento no tiene carácter oficial, ambas partes lohan reconocido como una descripción fiel de lo ocu-

    rrido en las negociaciones sobre el estatuto final quese celebraron en Taba. El documento contiene refe-rencias al trabajo realizado en todas las cuestionespendientes de resolución, como territorios, Jerusalén,refugiados, y seguridad, con el fin de llegar a posicio-nes conjuntas. Al mismo tiempo, el documento mues-tra cómo existen divisiones y diferencias serias entreambas partes. En este sentido, el documento demues-tra cómo ambas partes han progresado notablementeen su intento de acomodar los puntos de vista de laotra parte y llegar a una solución.

    1. Territorio

    Ambas partes se mostraron de acuerdo en que,según la resolución 242 del Consejo de Seguridad dela ONU, las fronteras del 4 de junio de 1967 debenservir como base para las fronteras entre Israel y elEstado de Palestina.

    1.1 CisjordaniaPor primera vez, ambas partes presentaron sus

    propios mapas de Cisjordania. Los mapas sirvieroncomo base para la discusión sobre territorios y asen-

    tamientos. La parte israelí presentó dos mapas, sobrelos cuales trabajaría también el lado palestino. Laparte palestina presentó una serie de mapas ilustra-dos en los que se detallaba la comprensión que de losintereses israelíes en Cisjordania tiene dicha parte.

    Las negociaciones versaron sobre los distintos aspec-tos relativos al territorio (que podrían incluir algu-nos de los asentamientos), así como el modo en quelas necesidades de las partes podrían verse acomoda-das. Los parámetros de Clinton quedaron estableci-dos como una base amplia para las negociaciones.Sin embargo, hubo diferentes interpretaciones sobreel alcance y significado de los mencionados paráme-tros. El lado palestino indicó que había aceptado laspropuestas de Clinton, pero con reservas.

    La parte israelí afirmó que las propuestas de Clin-ton contemplaban la anexión de bloques de asenta-mientos. El lado palestino no se mostró de acuerdo

    con el argumento de que los parámetros [de Clinton]incluyeran los asentamientos, y no aceptó las pro-puestas de anexión de los mismos. La parte palestinaaseguró que [la anexión israelí de] asentamientoscausaría un daño considerable a los intereses y dere-chos palestinos, particularmente de aquellos palesti-nos que residan en las proximidades de áreas queserían anexionadas por Israel.

    La parte israelí sostuvo que tiene derecho a man-tener la contigüidad entre sus asentamientos. La par-te palestina declaró que las necesidades palestinastenían prioridad sobre los asentamientos. Los mapasisraelíes incluían planes para el futuro desarrollo delos asentamientos de Cisjordania. La parte palestinase mostró en desacuerdo con el principio de que sepermitiera el desarrollo futuro de asentamientos enCisjordania. Cualquier crecimiento debería producir-se dentro de Israel. La parte palestina sostuvo que,dado que Israel mantiene intereses en territorio pa-lestino, es responsabilidad israelí proponer las modi-ficaciones de fronteras necesarias. La parte palestinareiteró que dichas propuestas no deben perjudicar lasnecesidades e intereses palestinos.

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    LA NUEVA EUROPA

    La parte israelí aseguró que no necesita mantenersus asentamientos en el Valle del río Jordán pormotivos de seguridad. Los mapas propuestos refleja-ban esta postura. Los mapas israelíes estaban basa-dos en una concepción demográfica de los asenta-

    mientos que incorporaría aproximadamente al 80%de los colonos. La parte israelí dibujó un mapa en elque se contemplaba la anexión del 6% [de Cisjor-dania], correspondiente al máximo contemplado porel Plan Clinton. El mapa palestino contemplaba [unaanexión] del 3,1% en el contexto de un intercambiode territorios.

    Ambas partes aceptaron el principio de intercambiode territorios, pese a que la proporción del mismo eraobjeto de discusión. Ambas partes se mostraron deacuerdo a la hora de aceptar que las áreas bajo sobera-nía israelí y palestina disfrutarían de contigüidad. Laparte israelí quería que ciertas "ventajas", tales como

    la propuesta de un "pasillo de seguridad" para losisraelíes, formasen parte del intercambio de territorios,aún cuando la propuesta no contemplase la soberaníapalestina sobre las mismas. La parte israelí se adhirió a[la propuesta] de un intercambio de territorios del 3%como máximo, según la propuesta Clinton.

    Los mapas palestinos partían de un punto dereferencia conceptual similar, enfatizando la impor-tancia de la no anexión de ningún núcleo de pobla-ción palestina y la contigüidad entre Cisjordania y Jerusalén. Ambas cuestiones se fundamentaban en elprincipio de intercambio de territorios equiparablesen su extensión y valor, en áreas adyacentes a la

    frontera con Palestina, y en la misma zona que lasáreas anexionadas por Israel. La parte palestina sos-tuvo que los territorios destinados a no permanecerbajo soberanía palestina, tales como los contenidosen la propuesta israelí de un "pasillo de seguridad",así como intereses económicos, no deberían incluir-se en los cálculos del intercambio [de territorios].

    La parte palestina sostuvo que la "tierra de na-die" (la zona de Latrún) es parte de Cisjordania. Laparte israelí se mostró en desacuerdo.

    La parte israelí pidió un 2% adicional de territo-rio en régimen de arrendamiento, a lo cual la partepalestina respondió que la cuestión del arrenda-miento podría discutirse únicamente después delestablecimiento de un Estado palestino y la transfe-rencia de territorios bajo soberanía palestina.

    1.2 La Franja de GazaNinguna de las dos partes presentó mapas de la

    Franja de Gaza. Quedó implícito que la Franja deGaza quedará bajo soberanía palestina en su totali-dad, aunque aún quedan por ultimar los detalles.Todos los asentamientos serán evacuados. La parte

    palestina sostuvo que [la evacuación] podría tenerlugar en un plazo de 6 meses, un período con el quela parte israelí se mostró en desacuerdo.

    1.3 Pasillo de seguridad entre Gaza y Cisjordania

    Ambas partes aceptaron que debería existir unpasaje seguro desde el norte de Gaza (Beit Hanoun)hasta el distrito de Hebrón, y que Cisjordania y laFranja de Gaza han de quedar territorialmente uni-das. La naturaleza del régimen de Gobierno dedicho enlace territorial y su soberanía fueron cues-tiones sobre las que no hubo acuerdo.

    2. Jerusalén

    2.1 SoberaníaAmbas partes aceptaron en principio la sugeren-

    cia de Clinton de que los barrios árabes quedenbajo soberanía palestina y los barrios judíos queden

    bajo soberanía israelí. La parte palestina afirmó queestaba dispuesta a discutir la petición israelí demantener la soberanía sobre los asentamientos judí-os construidos en Jerusalén Oriental después de1967, pero no sobre Yebel Abu Ghneim y Ras al-Amud. La parte palestina rechaza el ejercicio de lasoberanía israelí sobre los asentamientos del ÁreaMetropolitana de Jerusalén, principalmente de Ma´aleAdumim y Givat Ze´ev.

    La parte palestina entendió que Israel estaba dis-puesto a aceptar la soberanía palestina sobre losbarrios árabes de Jerusalén Oriental, incluyendoparte de la Ciudad Vieja de Jerusalén. La parte isra-

    elí entendió que los palestinos estaban dispuestos aaceptar la soberanía israelí sobre el Barrio Judío dela Ciudad Vieja y parte del Barrio Americano.

    La parte palestina entendió que la parte israelíaceptaba discutir las reclamaciones de propiedadpalestina en Jerusalén Occidental.

    2.2 Ciudad AbiertaAmbas partes se pronunciaron a favor del principio

    de una Ciudad Abierta. La parte israelí sugirió el esta-blecimiento de una ciudad abierta cuyos límites geo-gráficos incluyeran la Ciudad Vieja de Jerusalén,además de una zona definida como la Holy Basin [5].

    La parte palestina se pronunció a favor de unaciudad abierta siempre que la continuidad y conti-güidad de la misma se preservase. Los palestinosrechazaron la propuesta israelí relativa al alcancegeográfico de la ciudad abierta y manifestaron queel concepto de ciudad abierta solamente es acepta-ble si su alcance geográfico incluye los límites muni-cipales de Jerusalén Este y Oeste en su totalidad.

    La parte israelí propuso la idea de establecer unmecanismo de coordinación diario y propuso diferen-

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    tes modelos de coordinación y cooperación municipal(en cuestiones relativas a la infraestructura, carreteras,electricidad, alcantarillado y recogida de basuras,etc.). Los acuerdos podrían formularse con más deta-lle en negociaciones futuras. La parte israelí propuso

    un "régimen suavizado de fronteras" dentro de Jeru-salén entre Al-Quds [nombre árabe de Jerusalén] yYerushalayim [nombre hebreo] con los privilegios co-rrespondientes. La parte israelí propuso una serie deacuerdos por los cuales quedaría garantizado que elacuerdo de Ciudad Abierta no afectaría negativamen-te el discurrir de las vidas de los residentes israelíes ypalestinos ni constituiría un problema para el ejerci-cio de la soberanía de cada una de las partes sobre susección correspondiente de la Ciudad Abierta.

    2.3 Capital de dos estadosLa parte israelí aceptó que la Ciudad de Jerusalén

    se convertiría en la capital de dos Estados: Yerusha-layim como capital de Israel, y Al-Quds como capitaldel Estado de Palestina. La parte palestina expresóuna única reserva, esto es: que Jerusalén Oriental esla capital del Estado de Palestina.

    2.4 Los Santos Lugares y la Ciudad ViejaHubo un intento de desarrollar un concepto alter-

    nativo respecto a la Ciudad Vieja y sus alrededores.La parte israelí presentó varios modelos alternativospara ser discutidos, como por ejemplo la puesta enmarcha de un mecanismo de coordinación y coopera-ción en la Ciudad Vieja. Se discutió la idea de crear

    una fuerza especial de policía, pero no se llegó a nin-gún acuerdo.

    La parte israelí expresó su interés y su preocupa-ción en relación con el área de la denominada HolyBasin, que incluye el Cementerio Judío sito en el Mon-te de los Olivos, la Ciudad de David, y el Valle deKivron. La parte palestina confirmó que estaba dis-puesta a tomar en consideración los intereses israelíessiempre que dichos lugares permaneciesen bajo sobe-ranía palestina. Otra opción en lo relativo a la HolyBasin, sugerida informalmente por la parte israelí,consistiría en la creación de un régimen especial o lainternacionalización del área en cuestión en su totali-dad, o la creación de un régimen conjunto de coope-ración y coordinación especial. La parte palestina noestuvo de acuerdo en discutir estas propuestas, pese aque la discusión podría continuar [en el futuro].

    2.5 Los Santos Lugares: el Muro de las LamentacionesAmbas partes aceptaron el principio de control de

    los Santos Lugares propios (control religioso y admi-nistración). Según este principio, se reconocería la so-beranía israelí sobre el Muro Occidental, pese a que

    se seguía disputando la delineación del área cubiertapor dicho Muro y, especialmente, su vinculación conlo que en la Propuesta Clinton aparece como el "es-pacio sagrado para el judaísmo" del que forma parte.La parte palestina reconoció que Israel había solicita-

    do el establecimiento de [su] filiación con las partessagradas del Muro Occidental. Aun así, [la parte pa-lestina] sostuvo que la cuestión del Muro Occidentaly/o el Muro de las Lamentaciones todavía no se haresuelto. [La parte palestina] mantuvo la importanciade distinguir entre el Muro Occidental y el denomina-do Muro de las Lamentaciones que la fe islámicareconoce como el Muro de Buraq.

    2.6 La Explanada de las MezquitasAmbas partes estuvieron de acuerdo en que la

    cuestión de la Explanada de las Mezquitas no se haresuelto. Sin embargo, ambas partes estuvieron

    cerca de aceptar las ideas de Clinton sobre el ejerci-cio de la soberanía por parte palestina sobre laExplanada de las Mezquitas, teniendo en cuenta lasreservas expresadas por parte palestina e israelí.

    Ambas partes observaron que se había avanzadoen la práctica en cuestiones relativas a la evacuación,la construcción, y el mantenimiento del orden públicoen el recinto. Informalmente se sugirió que la Ex-planada de las Mezquitas quedase bajo soberaníainternacional de los cincos países [miembros del Con-sejo de Seguridad], más Marruecos u otro país islá-mico, durante un período de tres años, con lospalestinos ejerciendo el papel de "guardianes" o "cus-

    todios" durante el mencionado periodo. Al finalizardicho período, las dos partes podrían llegar a unnuevo acuerdo o podrían decidir prolongar el acuerdovigente. A falta de acuerdo, las partes se dispondríana poner en práctica las recomendaciones de Clinton.Ninguna de las dos partes aceptó ni rechazó [explíci-tamente] la sugerencia.

    3. Refugiados

    Se intercambiaron documentos no oficiales, con-siderados como un buen punto de partida para elinicio de las conversaciones. Ambas partes afirma-ron que la cuestión de los refugiados palestinos esesencial para el desarrollo de las relaciones israelo-palestinas, y que es esencial llegar a una soluciónjusta y completa para crear una paz duradera. Lasdos partes se mostraron de acuerdo a la hora deadoptar una serie de principios y puntos de referen-cia que pudieran facilitar un acuerdo [final].

    Ambas partes sugirieron que, como punto de parti-da, las dos partes deberían acordar que una resoluciónjusta del problema de los refugiados, según se contem-pla en la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de

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    LA NUEVA EUROPA

    la ONU debería conducir a la puesta en práctica de laResolución 194 de la Asamblea General de la ONU.

    3.1 Narrativa históricaLa parte israelí propuso la elaboración de una

    narrativa conjunta de la tragedia de los refugiadospalestinos. La parte palestina discutió el discurso pro-puesto y se produjeron avances significativos, pese aque finalmente no se llegó a un acuerdo en el intentode desarrollar una narrativa histórica [conjunta].

    3.2 Retorno, repatriación, realojamiento y reha-bilitación

    Ambas partes discutieron sobre las posibilidadesprácticas de resolver el problema de los refugiados.La parte palestina reiteró que los refugiados palesti-nos deberían tener el derecho del retornar a sus hoga-res según la interpretación de la Resolución 194 de la

    Asamblea General de la ONU. La parte israelí expre-só que su comprensión de la idea del retorno tal ycomo está concebida en la Resolución 194 de laAsamblea General de la ONU podría ponerse en prác-tica dentro de uno de los siguientes programas:

    A. Retorno y repatriación1. A Israel2. A territorio israelí que forme parte de los

    acuerdos de intercambio [de territorios]3. Al Estado palestino

    B. Rehabilitación y realojamiento1. Rehabilitación [de los refugiados] en el país

    de acogida [actual]

    2. Realojamiento [de los refugiados] enterceros países

    En todos estos programas, la población palestinarefugiada en el Líbano recibiría atención preferencial.La parte palestina recalcó que todo lo anterior queda-ría sujeto al ejercicio de la libre elección por parte delos refugiados, y no debería perjudicar el derecho [de losrefugiados] a disfrutar de sus hogares según la inter-pretación de la Resolución 194 de la Asamblea General.

    La parte israelí sugirió, informalmente, la puestaen práctica de un programa de absorción de 15 añosde duración dividido en 3 secciones, plan que fuediscutido pero sobre el cual no hubo ningún acuer-do. No hubo acuerdo en lo relativo a las cifras, perosí un documento no oficial en el que se mencionabala cifra de 25.000 [refugiados] durante los tres pri-meros años del programa (verbalmente se sugirió lacifra de 40.000 para los cinco primeros años delprograma, aunque la cifra no apareció en el docu-mento citado). La segunda parte era la referida a laabsorción de refugiados palestinos dentro de territo-rio israelí que habría de ser transferido bajo sobera-nía palestina, mientras que la tercera se refería a la

    absorción de refugiados en el contexto de un plande reunificación familiar.

    La parte palestina no presentó cifras concretas, perodeclaró que las negociaciones no podrían iniciarse sinque Israel declarase explicitase su posicionamiento.

    [La parte palestina] sostuvo que la aceptación porparte israelí del retorno de los refugiados no deberíaperjudicar el desarrollo de los programas que ya exis-ten dentro de Israel, como la reunificación familiar.

    3.3 CompensaciónAmbas partes acordaron establecer una Comisión

    Internacional y un Fondo Internacional como meca-nismo para tratar todos los aspectos relativos a lascompensaciones. Ambas partes acordaron que losrefugiados recibirían "pequeñas" compensacionespor medio de un procedimiento "de vía rápida" yque las reclamaciones por pérdidas de propiedades

    que no sobrepasasen ciertas cantidades serían some-tidas también al procedimiento de "vía rápida".

    Hubo también cierto progreso en la cuestión de lascompensaciones israelíes por pérdidas materiales yexpropiación de bienes y tierras, incluido un acuerdosobre el pago por parte israelí de una suma determi-nada destinada al Fondo Internacional. Según la parteisraelí, el cálculo de dicha suma debería estar basadoen una encuesta macro-económica que evaluase [elvalor de] los bienes. Sin embargo, la parte palestinaafirmó que tal suma debería calcularse en función delos registros de la ONU, del Custodio de PropietariosAusentes, y de otros datos relevantes para poder co-

    nocer su valor real tras ser multiplicado.

    3.4 UNRWA (Oficina de Socorros y Trabajos delas Naciones Unidas para los Refugiados de Pales-tina en Oriente Próximo)

    Ambas partes acordaron que la UNRWA deberíadesaparecer progresivamente en un periodo de 5años. La parte palestina añadió un posible ajuste almencionado periodo para asegurarse de que [ladesaparición de la UNRWA] estará condicionada ala puesta en práctica de todos los demás aspectosdel acuerdo relativos a los refugiados, así como conla desaparición del estatuto de refugiado palestinoen los diversos lugares [en los que se encuentren].

    3.5 Refugiados judíosLa parte israelí solicitó que se reconozca la cues-

    tión de la compensación de los antiguos refugiadosjudíos procedentes de países árabes, al tiempo queaceptó que no era responsabilidad palestina ni unacuestión bilateral. La parte palestina sostuvo queésta no es una cuestión para ser tratada en unacuerdo bilateral palestino-israelí.

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    EL PAPEL MEDIADOR DE LA UE EN EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

    3.6 RestituciónLa parte palestina introdujo la cuestión de la

    devolución de las propiedades de los refugiados. Laparte israelí la rechazó.

    3.7 Fin de las reclamacionesSe discutió la cuestión del fin de las reclamacio-nes y se sugirió que la puesta en práctica de los[futuros] acuerdos se interpretaría como la puestaen práctica de la Resolución 194 de la AsambleaGeneral y que, en consecuencia, se pondría fin acualquier reclamación futura.

    4. Seguridad

    4.1 Puestos de vigilanciaLa parte israelí solicitó la posibilidad de estable-

    cer tres puestos de vigilancia en territorio palestino.La parte palestina se mostró dispuesta a aceptar el

    mantenimiento de las operaciones de los puestosavanzados pero bajo ciertas condiciones. Los meca-nismos [de funcionamiento] habrían de conocerseen negociaciones futuras.

    4.2 Capacidad militar del Estado de PalestinaLa parte israelí sostuvo que Palestina debería ser

    un Estado no militarizado, según la propuestaClinton. La parte palestina se mostró dispuesta aaceptar una limitación en el proceso de adquisiciónde armamento y definirse como un Estado con ar-mamento limitado. Ambas partes aún no se hanpuesto de acuerdo sobre el alcance de la limitación

    armamentística, pero ya han comenzado a explorarlas diferentes opciones que se les presentan. Ambaspartes estuvieron de acuerdo en afirmar que esteasunto sigue pendiente [de ser solucionado].

    4.3 Control del espacio aéreoAmbas partes reconocieron que el Estado de Pales-

    tina tendría soberanía sobre su espacio aéreo. La parteisraelí se mostró de acuerdo a la hora de aceptar ycumplir con el derecho de aviación civil palestinosegún está dispuesto en la normativa internacional,pero se mostró a favor del establecimiento de un siste-ma de control aéreo unificado que supere al [actual]sistema de control israelí. Además, Israel solicitó elacceso al espacio aéreo palestino para el desarrollo deoperaciones militares y entrenamiento militar.

    La parte palestina se mostró interesada en explo-rar posibles modelos de cooperación y coordinaciónen la esfera de la aviación civil, pero no se mostródispuesta a ceder el control [del espacio aéreo] aIsrael. En lo relativo a las operaciones militaresisraelíes y el entrenamiento [militar] en el espacioaéreo palestino, la parte palestina rechazó la peti-

    ción por ser inconsistente con la neutralidad delEstado de Palestina, afirmando que no puede ofre-cer estos privilegios a Israel al tiempo que se losniega a sus vecinos árabes.

    4.4 Calendario para la retirada de Cisjordania yel Valle del JordánBasándose en la propuesta Clinton, la parte isra-

    elí consintió en retirarse de Cisjordania en un

    periodo de 36 meses [3 años], con un periodo adi-

    cional de otros 36 meses [3 años] en el caso del

    Valle del Jordán, con la presencia de efectivos

    internacionales, al tiempo que sostuvo que la reti-

    rada del Valle del Jordán era diferente a la de cual-

    quier otro lugar.

    La parte palestina rechazó el proceso de retiradade Cisjordania a lo largo de 36 meses, argumentan-do que un proceso tan lago exacerbaría las tensio-

    nes entre israelíes y palestinos. La parte palestinapropuso un periodo de retirada de 18 meses bajo lasupervisión de fuerzas internacionales. Respecto alValle del Jordán, la parte palestina se mostró dis-puesta a considerar una retirada de las fuerzas ar-madas israelíes durante un periodo adicional de 10meses. Pese a que la parte palestina se mostró dis-puesta a considerar la presencia de una fuerza inter-nacional en Cisjordania durante un periodo mayorde tiempo, se negó a aceptar la presencia permanen-te de fuerzas israelíes.

    4.5 Puestos de emergencia

    La parte israelí solicitó mantener cinco puestosde emergencia en territorio palestino (en el Valle del Jo rd án ), pe ti ci ón que fu e re sp ondida por pa rt epalestina con la presencia condicionada de un máxi-mo de dos puestos de emergencia por un tiempolimitado. Además, la parte palestina estimó queestos dos puestos de emergencia deberían ser mante-nidos por fuerzas internacionales y no por Israel.Informalmente, la parte israelí expresó su voluntadde buscar vías para que la presencia de una fuerzainternacional pudiera responder a las preocupacio-nes de ambas partes.

    La parte palestina declinó acceder al desplieguedel Ejército israelí sobre territorio palestino en si-tuaciones de emergencia, pero se mostró dispuesta aconsiderar la posibilidad de que un contingenteinternacional actuase en tal capacidad, particular-mente dentro del contexto de los esfuerzos de coo-peración a escala regional.

    4.6 Cooperación en materia de seguridad y luchacontra el terrorismo

    Ambas partes se mostraron dispuestas a promo-ver la seguridad y a luchar contra el terrorismo.

  • 8/19/2019 El papel de mediador de la UE en el conflicto de oriente medio

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    LA NUEVA EUROPA

    4.7 Fronteras internacionalesLa parte palestina se mostró convencida de que

    los acuerdos reconocerán la soberanía palestinasobre las fronteras y los puestos fronterizos interna-cionales. Sin embargo, ambas partes aún no habían

    resuelto esta cuestión, incluyendo la cuestión de losprocedimientos de vigilancia e identificación en lasfronteras internacionales de Palestina (posible pre-sencia israelí o internacional).