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El País de Oz Por Lyman Frank Baum

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ElPaísdeOz

Por

LymanFrankBaum

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CAPÍTULO1

TIPFABRICAUNACABEZADECALABAZA

EnelPaísdelosGillikins,queseextiendealnortedelPaísdeOz,vivíaunniño llamado Tip. Ese nombre encerraba algo más, porque la viejaMombideclarabaamenudoqueelnombrecompletodel joveneraTippetarius;perocomo«Tip»servíaperfectamente,noseesperabaquenadiedijeraunapalabratanlarga.

Eseniñonorecordabanadadesuspadres,porquehabíasidocriadodesdemuyjovenporlaviejaconocidacomoMombi,cuyareputación,sientodecirlo,noeradelomejor.Losgillikinsteníanrazonesparasospecharquepracticabaartesmágicas,yporlotantopreferíannorelacionarseconella.

Mombi no era exactamente una bruja, porque la Bruja Buena quegobernabaesapartedelPaísdeOzhabíaprohibidolaexistenciadecualquierotrabrujaensusdominios.

Así que la tutora de Tip, por mucho que aspirara a hacer magia,comprendíaqueerailegalseralgomásqueHechicera,oalosumoMaga.

Tipestabahechoparatraerleñadelbosque,quelaviejausabaparahervircosasen laolla.También trabajabaen losmaizales, cavandocon laazadaoquitando la farfolla a las mazorcas de maíz; además, daba de comer a loscerdos y ordeñaba la vaca de cuatro cuernos que era el especial orgullo deMombi.

Peronohayquesuponerquetrabajabatodoeltiempo,puessentíaqueesolepodíahacerdaño.Amenudo,cuandolomandabanalbosque,Tipsesubíaalosárbolespararobarloshuevosdelospájarososedivertíapersiguiendolosraudos conejos blancos o pescando en los arroyos con alfileres doblados.Despuésrecogíaatodaprisalabrazadadeleñaylallevabaacasa.Ycuandosupuestamenteestabatrabajandoenlosmaizales,ylosaltostallosloocultabande la vista deMombi, Tip cavaba en los agujeros de las ardillas o, si teníaganas, seacostababocaarribaentre lashilerasdemaízydormíaunasiesta.Así,cuidandodenoagotarlasenergías,sevolviótodolofuerteyrobustoquepuedellegaraserunniño.

La curiosamagia deMombi solía asustar a los vecinos, y debido a susextraños poderes la trataban con timidez, aunque con respeto. Pero Tip laodiabaabiertamente,ynohacíamenoresfuerzoporocultarsussentimientos.Aveces incluso semostrabamenos respetuosode loquedebíacon lavieja,teniendoencuentaqueellaerasututora.

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En los maizales de Mombi había calabazas rojas y doradas que seextendíanentre lashilerasde tallosverdes;habíansidoplantadasycuidadasconesmeroparaquelavacacuatrocuernospudieraalimentarseconellasenelinvierno.Peroundía,despuésdecortaryapilartodoelmaíz,cuandollevabalascalabazasalestablo,aTipseleocurrióla ideadeahuecarunayfabricarconellaunfarolparadarunsustoalavieja.

Demodoqueeligióunacalabazagrande,entrerojayanaranjada,ysepusoa tallarla. Con la punta del cuchillo hizo dos ojos redondos, una nariztriangular y una boca con forma de luna nueva.No podríamos decir que lacara, terminada,fueraexactamentebella;peroteníaunasonrisatangrandeytananchayunaexpresióntanalegrequehastaTipriomientrascontemplabasuobraconadmiración.

Elniñonoteníacompañerosdejuegos,ynosabíaquelosniñosquitabanelcontenidode lascalabazasyenelhuecocolocabanvelasencendidasparahacerquelacararesultaraimpresionante;perotuvounaideaqueprometíasermucho más eficaz. Decidió fabricar una forma de hombre que llevara esacabezadecalabazayponerlaenunsitiodondelaviejaMombiselaencontraradefrente.

«¡Y entonces—se dijo Tip, riendo— chillará más que el cerdo marróncuandoletiródelraboytemblarádemiedomásqueyoelañopasadocuandotuvelafiebrepalúdica!»

LesobrabatiempoparallevaracaboesatareaporqueMombihabíaidoalpueblo«acomprarprovisiones»,decía,unviajedeporlomenosdosdías.

Asíquesefueconelhachaalbosque.Eligióalgunosárbolesresistentesyjóvenes,loscortóylesquitótodaslasramasylashojas.ConesoTipharíalosbrazos, laspiernasy lospiesdesuhombre.Paraelcuerpoquitóunagruesacapadecortezadeunárbolgrandeyconmuchoesfuerzo laconvirtióenuncilindrocasideltamañoadecuado,uniendolosbordesconclavijasdemadera.Después, silbando alegremente mientras trabajaba, unió con cuidado lasextremidades y las sujetó al cuerpo con clavijas que había tallado con elcuchillo.

Cuandoterminólaproezaempezabaaoscurecer,yTiprecordóque teníaqueordeñarlavacaydardecomeraloscerdos.Asíquelevantóalhombredemaderayselollevóalacasa.

Durantelanoche,alaluzdelfuegodelacocina,Tipredondeóconcuidadotodos los bordes de las articulaciones y alisó las partes ásperas de manerapulcra y profesional. Después puso la figura contra la pared y la admiró.Parecía sorprendentementealta, inclusoparaunhombreadulto;peroBiso,alos ojos de un niño pequeño, estaba muy bien, y a Tip no le molestó en

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absolutoeltamañodesucreación.

Alamañanasiguiente,cuandovolvióaversuobra,Tipnotóquesehabíaolvidado de dar al muñeco un cuello donde sujetar al cuerpo la cabeza decalabaza.Asíquefuedenuevoalbosque,quenoestabamuylejos,ycortódeunárbolalgunos trozosdemaderaparacompletar laobra.Alvolver fijóuntravesañoalapartesuperiordelcuerpoylehizounagujeroenelcentroparamantener erguido el cuello. El pedazo de madera que formaba ese cuelloestabatambiénafiladoenlapunta,yunavezquetodoestuvolistoTipcolocóla cabezadecalabaza, la empujóhacia abajoydescubrióqueencajabamuybien.Sepodíahacergirarlacabezaaunladoyaotro,ylasarticulacionesdelos brazos y las piernas le permitían poner elmuñeco en cualquier posiciónquedeseara.

—¡Es un hombre magnífico —declaró Tip con orgullo—, que deberíaarrancarunoscuantosgritosdeterroralaviejaMombi!Peropareceríamuchomásrealsiestuvierabienvestido.

Encontrar ropa para él no parecía una tarea fácil; pero Tip se puso arevolver audazmente en el gran arcón donde Mombi guardaba todos susrecuerdos y tesoros, y en el fondo descubrió unos pantalonesmorados, unacamisarojayunchalecorosaconlunaresblancos.Llevótodoesoalhombrequehabíafabricadoy,aunquelasprendasnocombinabanmuybien,consiguióvestir a la criatura en un estilo desenfadado. Unos calcetines tejidos quepertenecíanaMombiyunpardezapatossuyosmuygastadoscompletaronelatavío del hombre, y Tip estaba tan encantado que se puso a dar saltos dealegríayseechóareírconentusiasmodeniño.

—¡Tengoquedarleunnombre!—gritó—.Esnecesarioqueunhombretanbueno como éste tenga un nombre. ¡Creo —añadió después de pensar unmomento—quelollamaré«JackCabezadeCalabaza»!

CAPÍTULO2

ELMARAVILLOSOPOLVODELAVIDA

Despuésdepensarmuchoenelasunto,TipllegóalaconclusióndequeelmejorsitioparacolocaraJackseríalacurvadelcamino,apocadistanciadelacasa.Demaneraqueempezóallevaralhombrehaciaallí,perodescubrióerapesadoynomuyfácildemanejar.Despuésdearrastrarunratoalacriatura,Tip la puso de pie, y doblándole primero las articulaciones de una pierna yluegolasdelaotra,mientraslaempujabadesdeatrás,elniñologróinduciraJackacaminarhastalacurvadelcamino.Loconsiguióenunaspocascaídas,

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yTiptrabajómásduroquenuncaencamposoenelbosque;peroelamoralatravesuraloimpulsabaaseguir,yleencantabacomprobarloingeniosaqueerasuobra.

«¡Jackestábienyfuncionaalaperfección!»,sedijo,jadeandoacausadelinusualesfuerzo.Peroentoncesdescubrióqueelbrazoizquierdodelhombrese había desprendido en el viaje; regresó a buscarlo, y después de tallar unpernonuevoymásfuerteparalaarticulacióndelhombroreparóeldañocontantoéxitoqueelbrazoquedómásfuertequeantes.TiptambiénadvirtióquelacabezadecalabazadeJackhabíagiradohastaquedarmirandohaciaatrás,pero eso tenía fácil solución. Cuando, por fin, el hombre estuvo colocadomirandoalacurvadelcaminopordondeapareceríalaviejaMombi,teníaunaspecto lo bastante natural para pasar por una aceptable imitación de ungranjerogillikin,y lobastanteantinaturalparaasustaracualquieraquese leacercarasindarsecuenta.

Comotodavíaeramuytempranoparaesperarelregresodelavieja,Tipfuehastaelvallequehabíapordebajodelacasaysepusoarecogerfrutossecosdelosárboles.

Sinembargo,laviejaMombivolvióantesdelohabitual.Habíaconocidoaun brujo malvado que vivía en una cueva aislada en la montaña y habíaintercambiado con él algunos importantes secretos demagia.Tras conseguirde esamanera tres nuevas fórmulas, cuatro polvosmágicos y un surtido dehierbas de maravilloso poder y potencia, regresó cojeando a casa lo másrápidoposibleparaprobarlasnuevasbrujerías.

TanconcentradaestabaMombienlostesorosquehabíaconseguidoquealdoblar la curva del camino y ver al hombre, se limitó a saludarlo con lacabeza.

—Buenasnoches,caballero—dijo.

Pero un instante después, al advertir que la persona no se movía nirespondía,echóunamiradaperspicazaaquellacaraydescubriólacabezadecalabaza,minuciosamentetalladaporelcuchillodeTip.

—¡Eh! —exclamó Mombi, soltando una especie de gruñido—. ¡Esegranuja ha estado gastando bromas de nuevo! ¡Muy bien! ¡Muuy bien! ¡Ledaréunatremendapalizaporintentarasustarmedeestamanera!

Furiosa, Mombi levantó el bastón para aplastar la sonriente cabeza decalabazadelmuñeco;peroderepenteseleocurrióalgo,yelbastónlevantadosequedóquietoenelaire.

—¡Vaya, qué buena oportunidad tengo aquí para probar el nuevo polvomágico!—dijo entusiasmada—.Entonces sabré si esebrujomalvadomeha

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vendido sus secretos o si me ha engañado tan perversamente como yo loengañéaél.

Laviejadejólacestaenelsueloysepusoahurgarenbuscadeunodelospolvospreciososquehabíaconseguido.

MientrasMombiestabaocupadahaciendoeso,Tipregresódelpaseoconlosbolsillosllenosdefrutossecosydescubrióalaviejajuntoasucreación,aparentementenadaasustada.

Al principio Tip se sintió defraudado, pero después sintió curiosidad yquisosaberquéharíaMombi.Demaneraqueseocultódetrásdeunsetodesdedondepodíaversinservisto,ysepreparóaobservar.

Después de hurgar un rato, la mujer sacó de la cesta una vieja caja depimienta con una etiqueta desteñida sobre la que el brujo había escrito conlápiz«PolvodelaVida».

—¡Ah, aquí está!—gritó la vieja,muy contenta—.Ahora veamos si espotente.Eltacañodelbrujonomediomuchacantidad,perosupongoqueestobastaparadosotresdosis.

Tip se sorprendiómuchoaloír esaspalabras.Despuésviocómo laviejaMombi levantaba el brazoy esparcía el polvode la caja sobre la cabezadecalabazadeJack.Lohizocomoquienechapimientaaunapatataasada,yelpolvo cayó de la cabeza de Jack y se desparramó sobre la camisa roja, elchaleco rosa y los pantalonesmorados queTip le había puesto, y una parteinclusocayósobrelosgastadosyremendadoszapatos.

DespuésMombiguardó la caja depimienta en la cesta, levantó lamanoizquierdayseñalóhaciaarribaconeldiminutodedoíndice.

—¡Weaugh!—dijo.

Después levantó la mano derecha, señalando con el dedo pulgar haciaarriba,ydijo:

—¡Teaugh!

Despuéslevantólasdosmanos,conlosíndicesylospulgaresestirados,ygritó:

—¡Peaugh!

Aloíreso,JackCabezadeCalabazadiounpasoatrás.

—¡Nochillesasí!—dijoentonodereproche—.¿Creesquesoysordo?

LaviejaMombidabasaltosalrededordelmuñeco,enloquecidadeplacer.

—¡Estávivo!—gritaba—.¡Estávivo!¡Estávivo!

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Entonceslanzóelbastónalaire,lorecogióy,abrazada,ensayóunospasosdebaile,sindejarderepetir,embelesada:

—¡Estávivo!¡Estávivo!¡Estávivo!

UnopuedeimaginarconcuántoasombroobservabaTipdoeso.

Al principio estaba tan asustado y horrorizado que quiso salir corriendo,peroletemblabantantolaspiernasquenopudovolverse.PeroderepentelepareciómuydivertidoqueJackcobraravida,sobretodoporquelaexpresióndeaquellacaradecalabazaeratangraciosaycómicaquedabarisa.Entonces,sobreponiéndosealmiedoinicial,Tipseechóareír,ysusalegrescarcajadasllegaron a los oídos de la viejaMombi. Esta fue colocando al seto, dondeagarróaTipporelcuelloyloarrastróhastadondehabíadejadolacestayelhombredecabezadecalabaza.

—¡Granuja,tramposoymalvado!—exclamó,furiosa—.¡Yateenseñaréaespiarmissecretosyareírtedemí!

—Nome reía de usted—protestó Tip—. ¡Me reía del viejo Cabeza deCalabaza!¡Mírelo!¿Noesfantástico?

—Esperoqueno teestésburlandodemiaspectopersonal—dijoJack,yfuetancómicooíresavozgravemientraselrostroconservabalagransonrisaqueTipseriootravezacarcajadas.

HastalaviejaMombimostrabauncuriosointerésenelhombrealquesumagiahabíadadolavida.Despuésdemirarloatentamente,preguntó:

—¿Quésabes?

—Bueno, no es fácil decirlo—respondió Jack—. Porque, aunque sientoquesémuchísimo,todavíanosoyconscientedetodoloquehayparadescubrirenelmundo.Mellevaráuntiempoaveriguarsisoymuysabioomuytonto.

—Porsupuesto—dijoMombi,pensativa.

—Pero, ¿qué va a hacer con él ahora que está vivo? —preguntó Tip,intrigado.

—Yalopensaré—respondióMombi—.Perotenemosqueirnosyaacasaporqueestáoscureciendo.AyudaaCabezadeCalabazaacaminar.

—Notepreocupespormí—dijoJack—;puedocaminartanbiencomotú.¿Acasonotengopiernasypiesarticulados?

—¿Articulados?—preguntólamujer,volviéndosehaciaTip.

—Sí,claro.Yomismoloshice—dijoconorgulloelniño.

Echaron a andar hacia la casa, pero cuando llegaron al corral la vieja

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Mombimetióalhombredecalabazaenelestablodelasvacasyloencerróyatrancólapuertaporfuera.

—Primeromeocuparédeti—dijoseñalandoconlacabezaaTip.

Aloíresoelniñosepreocupó,porquesabíaqueMombiteníauncorazónperversoyvengativo,yharíasindudarcualquiermaldad.

Entraronenlacasa,queeraredondayabovedadacomotodaslascasasdelPaísdeOz.

Mombiordenóalniñoqueencendieraunavelamientrasponíalacestaenunarmarioycolgabalacapaenungancho,Tipobedeciórápidamenteporquetenía miedo a la vieja. Una vez encendida la vela, Mombi le ordenó quepreparaseelfuegodelachimenea,ymientrasTipestabaocupadolaviejasepuso a cenar. Las primeras llamas empezaron a chisporrotear y el niño seacercóaellaylepidiósulitedepanyqueso,peroMombiselanegó.

—¡Tengohambre!—dijoTip,enfurruñado.

—Prontosetepasará—respondióMombiconmiradahosca.

Al niño no le gustaba esa manera de hablar, porque sonaba a amenaza,perorecordóqueteníafrutossecosenlosbolsillosytraspartiralgunosseloscomiómientraslamujerselevantaba,sacudíalasmigasdeldelantalycolgabasobreelfuegounapequeñateteranegra.Despuésmidiócantidadesigualesdelecheyvinagrey lasvertióenella.Acontinuación, sacóvariospaquetesdehierbasypolvosyempezóaañadirunapartedecadaunoalcontenidodelatetera.Devezencuandoseacercabaa lavelayleíaenunpapelamarillo larecetadelmejunjequeestabapreparando.

Mientraslaobservaba,Tipseibaponiendocadavezmásnervioso.

—¿Paraquéeseso?—preguntó.

—Parati—respondióMombilacónicamente.

Tip se retorció en el taburete y se quedómirando un rato la tetera, queempezabaaborbotar.Despuésechóunaojeadaalacaraarrugadadelabrujaydeseóestar en cualquierpartemenos en esa cocinaoscuray llenadehumo,donde hasta las sombras que arrojaba la vela sobre la pared bastaban paraaterrorizar a cualquiera. Así transcurrió una hora durante la cual sólointerrumpieronelsilencioelborboteodelcacharroyelsiseardelasllamas.

Finalmente,Tiphablódenuevo.

—¿Tengo que beberme esa cosa?—preguntó, señalando Con la cabezahaciaelcacharro.

—Sí—dijoMombi.

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—¿Quémehará?—preguntóTip.

—Siestábienhecho—respondióMombi—,tecambiaráoteconvertiráenunaestatuademármol.

Tipsoltóungemidoysesecóelsudordelafrenteconlamanga.

—¡Noquieroserunaestatuademármol!—protestó.

—Esonoimporta;yosíquieroqueloseas—dijolavieja,mirándoloconseveridad.

—Entonces ¿para qué serviré? —preguntó Tip—. No habrá nadie quetrabajeparausted.

—HaréqueCabezadeCalabazatrabajeparamí—dijoMombi.

Tipvolvióagemir.

—¿Porquénomeconvierteenunacabraoenunpollo?—preguntóTipconansiedad—.Conunaestatuademármolnopuedehacernada.

—Oh, sí, claroquepuedo—respondióMombi—.Lapróximaprimaveraplantaréunjardíndefloresytepondréenellío,comoadorno.Noséporquénosemeocurrióantes;haceañosqueeresunestorbo.

Ante esas terribles palabrasTip sintió que las gotas de sudor le bañabantodo el cuerpo, pero siguió sentado, temblando y mirando la tetera conansiedad.

—Quizánofuncione—farfullóconvozdébilydesanimada.

—Pues yo creo que sí—dijoMombi de buen humor—.Casi nuncameequivoco.

Hubootro largoperíodode silencio,un silencio tan largoy sombríoquecuandoMombisacóporfinlateteradelfuegoyacasieramedianoche.

—No puedes beber esto hasta que esté bastante frío—anunció la viejabruja,puesapesardelaleyellahabíareconocidoquepracticabalabrujería—.Ahora debemos acostarnos, y cuando amanezca te llamaré y completaré tutransformaciónenestatuademármol.

Dicho eso Mombi entró cojeando en su dormitorio, llevando la teterahumeante,yTipoyócómocerrabalapuertaconllave.

Elniñonose fuea lacama,comose lehabíaordenado, sinoquésiguiósentadomirandodesafiantelasbrasasdelachimenea.

CAPÍTULO3

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LAHUIDADELOSFUGITIVOS

Tipreflexionó.

«Esmuy duro ser una estatua demármol—pensó, con rebeldía—, y novoyasoportarlo.DicequehaceañosquesoyUnamolestiaparaella,asíquequiere deshacerse de mí. Bueno, para eso hay una manera más fácil queconvertirmeenestatua.¡Aningúnniñoleresultaríadivertidoquedarsedepieparasiempreenmediodeunjardíndeflores!Meescaparé,esoesloqueharé,ylomejoresquemevayaantesdequemehagatragarelasquerosomejunjedelatetera».

Esperó hasta que los ronquidos de la vieja bruja anunciaron que estabacompletamentedormidayentonces se levantó sinhacer ruidoy fuehastaelarmarioabuscaralgoparacomer.

«Es inútil empezar un viaje sin comida», decidiómientras exploraba losestrechosestantes.

Encontróalgunosmendrugos;peroteníaquebuscardentrodelacestadeMombi, a ver si estaba allí el queso que había traído del pueblo.Mientrasrevolvía dentro de la cesta se topó con la caja de pimienta que contenía el«PolvodelaVida».

«Tendría que llevármelo —pensó—; de lo contrario Mombi lo seguiráusandoparahacerdaño».Asíquemetiólacajaenelbolsillo,juntoconelpanyelqueso.

Después,consigilo,saliódelacasayechóelpestilloalapuerta.Afueralaluna y las estrellas brillaban con intensidad, y la noche parecía tranquila yatractivadespuésdehaberestadoenlacocinaestrechaymaloliente.

—Mealegrarédehaberescapado—dijoTipconunsusurro—;nuncamegustóesavieja.Noséporquémefuiavivirconella.

Ibadespaciohaciaelcaminocuandounpensamientolohizodetenerse.

—NoquierodejaralpobreJackCabezadeCalabazaamerceddelaviejaMombi—dijoentredientes—.Además,Jackmepertenece,porqueyolohice,aunquelaviejabrujalehayadadolavida.

Volvió al establode lavacay abrió lapuertadel compartimiento, dondehabíasidoabandonadoelhombreconcabezadecalabaza.

Jack estaba allí de pie, y a la luz de la luna Tip vio que sonreía con lajovialidaddesiempre.

—¡Vamos!¡Dateprisa!—dijoelniño,haciéndoleseñas.

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—¿Adonde?—preguntóJack.

—Lo sabrás cuando yo lo sepa —respondió Tip, sonriendocompasivamentealacaradecalabaza—.Todoloquetenemosquehacerahoraesirnosdeexcursión.

—¡Muybien!—dijoJack,yconpasotorpesaliódelestabloalaluzdelaluna.

Tipechóaandarhaciaelcaminoyelhombrelosiguió.Jackcaminabaconciertacojera,ydevezencuandoalgunadelasarticulacionesdelaspiernasnogirabahaciadelantesinohaciaatrás,yentoncescasisecaía.PeroCabezadeCalabazaadvirtióesoenseguida,yseesforzóporpisarconmáscuidado,demodoquetuvopocosaccidentes.

Tiplollevóporelcaminosindetenerseniuninstante.Nopodíanirmuyrápido,perocaminabanaunritmoconstante,ycuandolalunadesaparecióyelsolasomósobrelasmontañassehabíanalejadotantoqueelniñoyanoteníamotivos para temer la persecución de la vieja bruja. Además, Tip se habíametidoprimeroporuncaminoyluegoporotro,asíquesialguienlossiguieralacostaríamuchoadivinarquécaminohabíanseguidoopordóndehabríaquebuscarlos.

Satisfechodehaberselibrado—almenosporunavez—deconvertirseenunaestatuademármol,elniñodetuvoasucompañeroysesentósobreunapiedraaunladodelcamino.

—Desayunemosalgo—dijo.

Jack Cabeza de Calabaza miró a Tip con curiosidad, pero se negó aacompañarloenelágape.

—Meparecequenoestoyhechocomotú—dijo.

—Losé—dijoTip—,porqueyomismotehice.

—¡Oh!¿Deveras?—preguntóJack.

—Porsupuesto.Ytearmé.Ytetallélosojos,lanariz,lasorejasylaboca—dijoTipconorgullo—.Ytevestí.

Jacksemiróelcuerpoylasextremidadesconojocrítico.

—Meparecequehicisteunbuentrabajo—comentó.

—Bueno,másomenos—dijoTipconmodestia,porqueempezabaaverciertosdefectosenlaconstruccióndeaquelhombre—.Sihubierasabidoqueíbamosaviajarjuntosquizáhabríapuestounpocomásdecuidado.

—¡Vaya!Entonces—dijoCabezadeCalabazaenun tonoqueexpresabasorpresa—,¡túdebesdesermicreador…!¡Miprogenitor…!¡Mipadre!

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—Otuinventor—dijoelniño,riéndose—.Sí,hijomío.¡Claroquesí!

—Entonces te debo obediencia —prosiguió el hombre—, y tú debesmantenerme.

—Así es, exacto—declaró el niño, y se levantó de un saltón Sigamosnuestrocamino.

—¿Adóndevamos?—preguntóJackcuandoreanudaronelviaje.

—Noestoymuyseguro—dijoelniño—;peromeparecequevamoshaciaelsur,yesosignificaquetardeotempranollegaremosalaCiudadEsmeralda.

—¿Quéciudadesésa?—preguntóCabezadeCalabaza.

—Bueno, es el centrodelPaís deOzy la ciudadmásgrandede todo elpaís.Nuncaheestadoallí,peroconozcobiensuhistoria.Fueconstruidaporun poderoso ymaravillosomago llamadoOz, y allí todo es de color verde,comoesdecolorvioletatodoloquehayenelPaísdelosGillikins.

—¿Aquítodoesdecolorvioleta?—preguntóJack.

—Claroquesí.¿Noloves?—dijoelniño.

—Me parece que soy daltónico—dijo Cabeza de Calabaza después deecharunaojeadaalrededor.

—Bueno, la hierba es violeta y los árboles son violeta y las casas y lascercassonvioleta—explicóTip—.Hastaelbarrodeloscaminosesvioleta.PerotodoloqueaquíesvioletaenlaCiudadEsmeraldaesverde.YenelPaísde losMunchkins, allá por el este, todo es azul; y al sur, en el País de losQuadlingstodoesrojo;yaloeste,enelPaísdelosWinkies,dondegobiernaelLeñadordeHojalata,todoesamarillo.

—¡Oh!—dijoJack.Mástarde,trasunapausa,preguntó—:¿DijistequeunLeñadordeHojalatagobiernaaloswinkies?

—Sí,élfueunodelosqueayudaronaDorothyadestruiralaBrujaMaladelOeste,y loswinkiesquedarontanagradecidosquelo invitaronaquelosgobernara, así como el pueblo de la Ciudad Esmeralda invitó alEspantapájarosasersugobernante.

—¡Vaya!—dijoJack—.Estoyconfundidocontodaesahistoria.¿QuiéneselEspantapájaros?

—OtroamigodeDorothy—respondióTip.

—¿YquiénesDorothy?

—EraunaniñaquevinodesdeKansas,unsitiodelgranMundoexterior.Llegó al País de Oz arrastrada por un ciclón, y mientras estuvo aquí el

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EspantapájarosyelLeñadordeHojalatalaacompañaronensusviajes.

—¿Ydóndeestáahora?—preguntóCabezadeCalabaza.

—GlindalaBuena,quegobiernaalosquadlings,laenviódevueltaacasa—dijoelniño.

—¡Oh!¿YquépasóconelEspantapájaros?

—Yatelodije.GobiernalaCiudadEsmeralda—contestóTip.

—Teentendíqueestabagobernadaporunmagomaravilloso—dijoJack,queparecíacadavezmásconfundido.

—Bueno, eso dije. Ahora presta atención y te lo explicaré —dijo Tip,hablandodespacioymirandoalsonrienteCabezadeCalabazadirectamentealosojos—.DorothyfuealaCiudadEsmeraldaapediralMagoquelaenviarade vuelta a Kansas, y el Espantapájaros y el Leñador de Hojalata laacompañaron. Pero elMago no la pudo enviar de vuelta porque no era tanmago como debiera. Y entonces se enfadaron con él y lo amenazaron condesenmascararlo;demaneraqueelMagofabricóunenormegloboyseescapóenél,ydesdeentoncesnadielohavueltoaver.

—Esunahistoriamuyinteresante—dijoJack,contento—,yentiendotodoperfectamentemenoslaexplicación.

—Me alegro—dijoTip—.Al irse elMago, los habitantes de laCiudadEsmeraldaproclamaronreyaSuMajestadelEspantapájaros,yheoídodecirqueesungobernantemuypopular…

—¿Vamosaveraeseextrañorey?—preguntóJack,interesado.

—Podríamos—respondióelniño—,amenosque tengasalgomejorquehacer.

—Oh,no,miqueridopadre—dijoCabezadeCalabaza—.Estoydispuestoairadondetúquieras.

CAPÍTULO4

TIPHACEUNEXPERIMENTODEMAGIA

El niño, pequeño y de aspecto más bien delicado, parecía un tantoavergonzado de que el alto y torpe hombre Cabeza de Calabaza lo llamara«padre»;peronegarlarelaciónimplicaríaotraexplicaciónlargaytediosa,asíque,paracambiardetema,preguntóderepente:

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—¿Estáscansado?

—¡Claroqueno!—respondióelotro—.Pero—continuó,despuésdeunapausa—creoquesisigocaminandosemegastaránlasarticulaciones.

Mientrasavanzaban,Tippensóqueesoeraverdad.Empezóa lamentarsedenohaberfabricadolasextremidadesdemaderaconmáscuidadoysolidez.Pero, ¿cómo podía haber imaginado que el hombre construido sólo paraasustaralaviejaMombicobraríavidaporobradeunpolvomágicoquehabíaenunaviejacajadepimienta?

Dejó por lo tanto de hacerse reproches y empezó a pensar cómo podíaremediarlasdeficienciasdelasdébilesarticulacionesdeJack.

Mientrasestabaocupadoenesollegaronalalindedeunbosque,yelniñosesentóadescansarsobreunviejocaballetequealgúnleñadorhabíaolvidadoallí.

—¿Porquénotesientas?—preguntóaCabezadeCalabaza.

Jacktratóentoncesdesentarse,peroaldoblarlasarticulacionesmásdelohabitualcedierondeltodoysedesplomócontantoestrépitoqueTiptemióquesehubieradesarmado.

Corrióhaciaelhombre,lolevantó,leenderezólosbrazoslaspiernasyletocó la cabeza para ver si por casualidad se le había partido. Pero Jack noparecíadañadoenabsoluto:

—Supongoqueenlosucesivoconvienequetequedesdepie—dijoTip—.Creoqueeslomásseguro.

—Muybien,queridopadre.Comotúdigas—respondióelsonrienteJack,quenoestabanadaatontadoporlacaída.

Tipsesentódenuevo.Despuésdeunrato,CabezadeCalabazapreguntó:

—¿Quéesesacosaenlaqueestássentado?

—Oh,esuncaballete—dijoelniñosinprestaratención.

—¿Quéesuncaballete?—preguntóJack.

—¿Un caballete?Bueno, hay dos tipos de caballos—respondió Tip, sinsaberbiencómoexplicarlo—.Untipodecaballoestávivoytienecuatropatasyunacabezayunacola.Ylagentemontasobresulomo.

—Entiendo—dijoJack,muyalegre—.Éseeseltipodecaballoenelqueestássentado.

—Puesno—seapresuróadecirTip.

—¿Porquéno?Esetienecuatropatas,unacabezayunacola.

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TipmiróelcaballeteconmásdetenimientoyvioqueCabezadeCalabazatenía razón. El cuerpo había sido hecho con un tronco de árbol, y en unextremohabíandejadounaramaquesobresalíayseparecíamuchoaunacola.Enelotroextremoasomabandosgrandesnudosparecidosaojos,ylehabíancortadountrozodemodoquesepodíaconfundirfácilmenteconelhocicodeuncaballo.Encuantoalaspatas,erancuatropalosrectoscortadosdeunárboly bien asegurados al cuerpo, que se abrían lo bastante como para que elcaballetepermanecierafirmealponerleencimauntroncoparaaserrarlo.

—Estacosaseparecemásauncaballodeverdaddeloqueyopensaba—dijoTip, tratando de explicar—. Pero un caballo de verdad está vivo, trota,saltaycomeavena,mientrasqueéstenoesmásqueuncaballomuerto,hechodemaderayusadoparaaserrartroncosencima.

—Siestuvieravivo,¿notrotaríaybrincaríaycomeríaavena?—preguntóCabezadeCalabaza.

—Quizátrotaríaybrincaría,peronocomeríaavena—dijoelniñoriéndosede la idea—. Y, por supuesto, no puede tener vida, porque está hecho demadera.

—Yotambién—respondióelhombre.

Tiplomirósorprendido.

—¡Vaya, tú también!—exclamó—.Yelpolvomágicoquetediolavidaestáaquíenmibolsillo.

Sacólacajadepimientaylamiróconcuriosidad.

—Mepregunto—dijopensativo—siestodaríavidaalcaballete.

—Si se la diera —comentó Jack con calma, porque nada parecíasorprenderlo— yo podría montarme en su lomo, y evitar así que misarticulacionessegastaran.

—¡Lo intentaré!—gritó el niño, dando un salto—. Pero no sé si podrérecordarlaspalabrasquedijolaviejaMombiylamaneraenquelevantólasmanos.

Pensóunminuto,ycomohabíamiradoconmuchaatencióndesdeelsetocadamovimientodelaviejabruja,yescuchadocadaunadelaspalabras,creíaquepodíarepetirexactamenteloqueellahabíadichoyhecho.

AsíqueempezóaecharunpocodelmágicoPolvodelaVidadelacajadepimienta sobre el cuerpo del caballete. Después levantó la mano izquierda,apuntandohaciaarribaconelmeñique,ydijo:

—¡Weaugh!

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—¿Quéeseso,queridopadre?—preguntóJackconcuriosidad.

—Nolosé—respondióTip.Despuéslevantólamanoderecha,apuntandohaciaarribaconelpulgar,ydijo—:¡Teaugh!

—¿Quésignificaeso,queridopadre?—inquirióJack.

—¡Significaquedebesquedartecallado!—respondióelniño,molestoporlainterrupciónenunmomentotanimportante.

—¡Qué rápido aprendo! —comentó Cabeza de Calabaza con su eternasonrisa.

Tiplevantólasdosmanosporencimadelacabeza,apuntando,haciaarribacontodoslosdedos,ygritóconfuerza:

—¡Peaugh!

De inmediato, el caballete semovió, estiró las patas, bostezó con aquelhocicorecortadoysesacudiódeencimaalgunosgranosdelpolvo.Elrestodelpolvoparecíahaberdesaparecidoenelcuerpodelcaballete.

—¡Bien!—dijoJackmientraselniñomirabaatónito—.¡Eresunhechiceromuyinteligente,queridopadre!

CAPÍTULO5

ELDESPERTARDELCABALLETE

El caballete, al descubrir que estaba vivo, pareció más atónito que Tip.Movió los ojos nudosos a un ladoy a otro, echandounaprimeramiradadeasombro al mundo en el que ahora tenía una existencia tan importante.Después trató de mirarse a sí mismo, pero le faltaba cuello para volver lacabeza,demaneraqueel empeñoporverseel cuerpo lo tuvodandovueltasunayotravez,sinvislumbrarelmenordetalle.Alcarecerdearticulacionesenlas rodillas, las patas eran rígidas y torpes, y terminó chocando contra JackCabezadeCalabaza,aquienderribóehizorodarsobreelmusgoquecubríaelbordedelcamino.

Tip se alarmó al ver ese accidente, lo mismo que la insistencia delCaballeteenbrincarydarvueltasencírculo.

—¡So!—gritó—.¡So!

ElCaballetenoprestóningunaatenciónaesaorden,yuninstantedespuésapoyóunadelaspatasdemaderasobreelpiedeTipcontantafuerzaqueelniñosealejódandosaltosdedolorhastaquedarasalvo,ydesdeallívolvióa

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chillar:

—¡So!¡So,tedigo!

JackhabíalogradosentarseymirabaalCaballeteconmuchointerés.

—Nocreoqueelanimalteoiga—comentó.

—¿Acasonogritoconfuerzasuficiente?—preguntóTipconfuria.

—Sí, pero el caballo no tiene orejas —dijo el sonriente Cabeza deCalabaza.

—¡Esverdad!—exclamóTip,reparandoporprimeravezenesehecho—.Entonces¿cómovoyapararlo?

Pero en ese instante elCaballete se detuvo solo, pues había llegado a laconclusióndequeleresultabaimposibleverseelcuerpo.PerovioaTip,yseacercóalniñoparaobservarloconmásatención.

Era realmente cómico ver caminar a aquella criatura, pues adelantaba almismo tiempo las patas de la derecha y después las de la izquierda, comohacenloscaballoscuandovanalpaso,yesohacíaqueelcuerposemecieracomounacuna.

Tip le palmeó la cabeza y dijo «¡Buen chico! ¡Buen chico!» en tonopersuasivo,yelCaballetesealejódandobrincosparaexaminarconaquellosojossaltoneslaformadeJackCabezadeCalabaza.

—Tengoqueencontraruncabestro—dijoTip;buscóenelbolsilloysacóunrollodecuerdaresistente.LodesenrollóyseacercóalCaballeteyleatólacuerda alrededor del cuello, y después amarró el otro extremo a un árbolgrande.Alnoentenderesaacción,elcaballetediounpasoatrásyrompiólacuerdaconfacilidad,aunquenointentóhuir.

—Es más fuerte de lo que yo creía —dijo el niño—, y también másobstinado.

—¿Por qué no le fabricas unas orejas? —preguntó Jack—. Así podrásdecirleloquetienequehacer.

—¡Esunaestupendaidea!—dijoTip—.¿-Cómosetehaocurrido?

——No se me ha ocurrido —respondió Cabeza de Calabaza—. No hahechofalta,porqueeslacosamásfácilysencilladehacer.

Tipsacólanavajayformóunasorejasconlacortezadéunpequeñoárbol.

—Notengoquehacerlasmuygrandes—dijomientrastallaba—,paraquenuestrocaballonoseconviertaenburro.

—¿Cómoeseso?—preguntóJackdesdeelbordedelcamino.

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—Un caballo tiene orejasmás grandes que un hombre, y un burro tieneorejasmásgrandesqueuncaballo—explicó.

—Entonces, si mis orejas fueran más largas, ¿yo sería un caballo? —preguntóJack.

—Amigo mío —dijo Tip con solemnidad—, por grandes que sean tusorejastújamásserásotracosaqueunCabezadeCalabaza.

—¡Oh!—dijoJack,asintiendoconlacabeza—.Meparecequeentiendo.

—Si entiendes eresunamaravilla—señaló el niño—,pero aunquecreasqueentiendes,noestámal.Meparecequelasorejasyaestánlistas.¿Podríassujetaralcaballomientrasselascoloco?

—Porsupuesto,simeayudasalevantarme—dijoJack.

Tip lo levantó, yCabeza deCalabaza fue hasta el caballo y le sujetó lacabezamientraselniñohacíaenelladosagujerosconlahojadelanavajayleinsertabalasorejas.

—Ledanmuybuenaspecto—dijoJackconadmiración.

Peroesaspalabras,dichascercadelCaballeteyalserlosprimerossonidosqueoíaelanimal,loasustarontantoquesaltóhaciadelanteytumbóaTipaunladoyaJackalotro.Despuéssiguiócorriendo,comosiloasustaraelruidodesuspropiospasos.

—¡So!—gritóTip,levantándose—.¡So,idiota!¡So!

El Caballete quizá no habría hecho caso a esas palabras, pero en eseinstantemetióunapataenunacuevadeardillaycayórodandoalsuelo,dondequedódeespaldasagitandofrenéticamentelascuatropatasenelaire.

Tipseacercócorriendo.

—¡Tengo que reconocer que eres un bonito caballo!—exclamó—. ¿Porquénotedetuvistecuandotegrité«so»?

—¿«So»quieredecirquehayquedetenerse?—preguntóelCaballete,convozdesorpresamientrasmovíalosojoshaciaarribaparamiraralniño.

—Claro—respondióTip.

—Y un agujero en el suelo también significa que hay que detenerse¿verdad?—prosiguióelcaballo.

—Porsupuesto,amenosquesaltesporencima—dijoTip.

—¡Quéextrañolugareséste!—exclamólacriatura,algopasmada—.¿Yquéhagoaquí?

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—Resulta que te he dado la vida—respondió el niño—, pero eso no teharádañosimeatiendesyhacesloqueyotediga.

—Entoncesharé loque túmedigas—dijoconhumildadelCaballete—.Pero¿quémepasóhaceunrato?Tengolasensacióndequealgofalla.

—Estáspatasarriba—explicóTip—.Dejadepatalearunminutoyvolveréaponertedelladoquecorresponde.

—¿Cuántosladostengo?—preguntó,sorprendida,lacriatura.

—Varios—dijoTiplacónicamente—.Perodejatranquilasesaspatas.

ElCaballetesequedócalladoydejódemoverlaspatas;despuésdevariosintentos,logródarlelavueltayponerlootravezdepie.

—¡Ah, ahora parece que estoy bien! —dijo el extraño animal con unsuspiro.

—Se te ha roto una de las orejas—anunció Tip después un cuidadosoexamen—.Teharéunanueva.

A continuación, llevó al Caballete hasta donde Jack estaba luchando envanoporlevantarse,ydespuésdeayudaraCabezadeCalabazaaponersedepie,Tiptallóunanuevaorejaylapegóenlacabezadelcaballo.

—Ahora—dijo, dirigiéndose al corcel— presta atención a lo que voy adecirte. «¡So!» significa detenerse; «¡Arre!» significa andar; «¡Al trote!»significairlomásrápidoposible.¿Entendido?

—Creoquesí—respondióelcaballo.

—Muybien.VamosaviajaralaCiudadEsmeraldaparaveraSuMajestadelEspantapájaros,yJackCabezadeCalabazavaamontarsobretulomoparaquenoselegastenlasarticulaciones.

—No tengo ningún inconveniente—dijo el Caballete—. Todo lo que teconvieneatimeconvieneamí.

EntoncesTipayudóaJackasubirsealcaballo.

—Agárratefuerte—leadvirtió—.Puedescaerteypartirtelacabeza.

—¡Esoseríahorrible!—dijoJack,temblando—.¿Dóndemeagarro?

——Pues agárrate de las orejas —respondió Tip después de dudar uninstante.

——¡Nohagaseso!—protestóelCaballete—.Yonopodríaoír.

Esoparecíarazonable,asíqueTiptratódeencontrarotrasolución.

—¡Yaresolveréelproblema!—dijofinalmente.

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Fuealbosqueycortóuntrozocortoderamadeunárboljovenyresistente.AfilóunadelaspuntasydespuéshizounagujeroenlaespaldadelCaballete,justo detrás de la cabeza. A continuación, llevó una piedra del camino ymartillóconfuerzaclavandoelpaloenellomodelanimal.

—¡Basta! ¡Basta! —gritó el caballo—. ¡Me estás haciendo temblarterriblemente!

——-¿Teduele?—preguntóelniño.

—No es exactamente dolor —respondió el animal—, pero con esostembloresmeponesmuynervioso.

—Bueno, ya he terminado—dijo Tip en tono alentador—.Ahora, Jack,agárratefuerteaesetroncoparanocaerteyhacerteañicos.

AsíqueJackseagarróconfuerza.

—¡Arre!—dijoTipalcaballo.

Laobedientecriaturasepusoinmediatamenteenmarcha,balanceándoseallevantarlaspatasdelsuelo.

Tip caminaba junto al Caballete,muy contento con esa incorporación algrupo.Prontosepusoasilbar.

—¿Quésignificaesesonido?—preguntóelcaballo.

—Noleprestesatención—dijoTip—.Sóloestoysilbando,yesosignificaquemesientomuysatisfecho.

—Yomismosilbaríasipudierajuntarloslabios—comentóJack—.Tengolasensación,queridopadre,dequeenalgunosaspectosnosoymuycompleto.

Después de caminar una cierta distancia, el camino estrecho por el queibansetransformóenunaampliacalzada,pavimentadaconladrillosamarillos.AlladodelcaminoTipviounposteindicadorquedecía:

«14KILÓMETROSPARALACIUDADESMERALDA»

Peroyaestabaoscureciendo,asíquedecidióacamparalaorilladelcaminoy reanudar el viaje al amanecer del día siguiente. Llevó al Caballete a unapequeñaelevacióncubiertadehierba,dondecrecíanvariosárbolesfrondosos,yconcuidadoayudóaCabezadeCalabazaaapearse.

—Mepareceque tevoya acostar enel suelodurante lanoche—dijo elniño—.Asíestarásmásseguro.

—¿Yyo?—preguntóelCaballete.

—Noteharádañoquedartedepie—contestóTip—,yyaquenopuedesdormir convendría que estuvieras atento por si alguien se acerca a

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molestarnos.

Despuéselniño seacostó sobre lahierba juntoaCabezadeCalabaza,ycomoestabatanagotadoporelviajeprontosedurmióprofundamente.

CAPÍTULO6

JACKCABEZADECALABAZAVIAJAACABALLOALACIUDADESMERALDA

Alalba,CabezadeCalabazadespertóaTip.Elniñosequitólaslegañasdelosojos,se lavóenunarroyoydespuéscomióunpocodelpanydelquesoquetenía.

—Pongámonos en marcha —dijo, preparado ya para el nuevo día—.Catorce kilómetros es mucha distancia, pero deberíamos estar en CiudadEsmeraldaantesdelmediodía,sinoocurreningúncontratiempo.

Cabeza deCalabaza volvió a encaramarse sobre el lomodelCaballete yreiniciaronelviaje.

Tipnotóqueelcolorvioletadelahierbaydelosárboleshabíaviradoauntenueazullavanda,yprontoeseazullavandaadquirióuntinteverdosoquesefuehaciendocadavezmásintensoamedidaqueseacercabanalagranciudaddondegobernabaelEspantapájaros.

Elpequeñogrupoapenashabíarecorridotreskilómetroscuandoelcaminodeladrillosamarillossevioatravesadoporunríoanchoyrápido.Tipnosabíaquéhacerparacruzarlo,perounratomástardedescubrióunhombreenunabarcaqueseacercabadesdelaotraorilla.

Cuandoelhombrellegóadondeestaban,Tiplepreguntó:

—¿Puedesllevarnosalotrolado?

——Sí, si tenéis dinero —respondió el barquero, que tenía una caradesagradableyparecíaenfadado.

—Peronotenemosdinero—dijoTip.

—¿Nada?—preguntóelhombre.

—Nada—respondióelniño.

—Entoncesnome romperéel lomoremandohastaelotro lado—dijoelbarquerosinvacilar.

—¡Quéseñortanamable!—comentósonrienteCabezadeCalabaza.

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Elbarquerolomiróperonodijonada.Tiptratabadepensar,porqueparaéleraunagrandecepcióndescubrirqueelviajehabíaterminadodemaneratanbrusca.

—Tengoque llegara laCiudadEsmeralda—ledijoalbarquero—.Pero,¿cómoharéparacruzarelríositúnomellevas?

Elhombreseechóareír,ynofueunarisaagradable.

Esecaballodemaderaflotará—dijo—,ytúpuedescruzarmontadoenél.Encuantoal imbécildecabezadecalabazaque teacompaña,quenadeosehunda.Ningunadelasdoscosastendrádemasiadaimportancia.

—Pormínotepreocupes—dijoJack,sonriendoconsimpatíaalbarquerorefunfuñón—;estoysegurodequeflotaréperfectamente.

Tippensóquevalíalapenaintentarelexperimento,yelCaballete,quenosabíaloqueeraelpeligro,notuvonadaqueobjetar.Asíqueelniñolohizometerse en el agua y se le subió al lomo. Jack también se metió hasta lasrodillasyseagarróde lacoladelcaballo,demaneraquepodíamantener lacabezadecalabazafueradelagua.

—Ahora —dijo Tip, dando instrucciones al Caballete—, si mueves laspatasquizánades;ysinadasquizálleguemosalaotraorilla.

Deinmediato,elCaballeteempezóamoverlaspatas,queactuaroncomoremos y trasladaron lentamente a los aventureros por el río hasta el lado deenfrente. Tan exitoso fue el viaje que enseguida, mojados y chorreando,empezaronasubirporlaherbosaorilladelrío.

Las perneras de los pantalones y los zapatos de Tip estaban totalmenteempapados,peroelCaballetehabíaflotadodemaneratanperfectaquedelasrodillasparaarribaelniñoestabacompletamenteseco.EncuantoaCabezadeCalabaza,decadapuntadadesupreciosavestimentachorreabaagua.

—El sol nos secará rápido—dijo Tip—, y de todas maneras ya hemoscruzadoelrío,apesardelbarquero,yahorapodemoscontinuarnuestroviaje.

—Nomehamolestadonadatenerquenadar—comentóelcaballo.

—Amítampoco—añadióJack.

Pronto retomaron el camino de ladrillos amarillos, que resultó ser lacontinuacióndelcaminoquehabíandejadoatrás,enlaotraorilla,yTipvolvióaponeraCabezadeCalabazasobreellomodelCaballete.

—Si vas rápido—dijo—, el viento nos ayudará a secar la ropa. Yomeagarraré de la cola del caballo y correré detrás. De esa manera todos nossecaremosenseguida.

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—Entonceselcaballotienequeavanzarconrapidez—dijoJack.

—Harétodoloposible—contestóconalegríaelCaballete.

TipseagarródelapuntadelaramaqueservíadecolaalCaballete.

—¡Arre!—gritóconfuerza.

El caballo arrancó a buen ritmo y Tip lo siguió. Entonces decidió quepodíanirmásrápido,asíquegritó:

—¡Altrote!

Ahora el Caballete recordó que esas palabras eran la orden para ir a lamayorvelocidadposible,demaneraqueempezóasacudirseporelcaminoaun ritmo tremendo, y Tip tuvo que esforzarse—corriendo tan rápido comonuncalohabíahechoensuvida—paramantenerseenpie.

Pronto se quedó sin aliento, y aunque quería gritar «¡So!» al caballo,descubrióquenolesalíalapalabradelagarganta.Entonceselextremodelacola que agarraba, como no era más que una rama muerta, se rompió derepente,yuninstantedespuéselniñorodabaenelpolvodelcamino,mientrasel caballo y su jinete de cabeza de calabaza se marchaban como unaexhalaciónydesaparecíanrápidamentealolejos.

Cuando Tip logró levantarse y aclararse la garganta llena de polvo paradecir «¡So!», ya no era necesario, porque hacía tiempoque el caballo habíadesaparecidodelavista.

Así quehizo loúnico sensato: se sentóy se tomóundescanso.Despuésechóaandardenuevoporelcamino.

«Nohaydudadequeenalgúnmomentolosalcanzaré—pensó—,porqueelcaminoterminaráenlaspuertasdelaCiudadEsmeralda,ydeallínopodránpasar».

Mientrastanto,JackseaferrabaalpaloyelCaballeteibaatodavelocidad,comouncaballodecarreras.NingunodelosdossabíaqueTiphabíaquedadoenelcamino,porqueCabezadeCalabazanomirabahaciaatrásyelCaballetenopodíahacerlo.

Mientrasavanzaba,Jacknotóquelahierbaylosárbolessehabíanvueltode un brillante color verde esmeralda, así que, antes de avistar los altoschapitelesycúpulas,adivinóqueseestabanacercandoalaCiudadEsmeralda.

Por fin apareció ante ellos una alta muralla de piedra verde conincrustaciones de esmeraldas, y temiendo que el Caballete no supiera quedebía detenerse y fueran quizá a estrellarse contra esta muralla, Jack seaventuróagritar«¡So!»lomásfuertequepudo.

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Tan bruscamente obedeció el caballo que si no fuera por el palo Jackhabríasidoarrojadodecabeza,ysehabríadestrozadolahermosacara.

—¡Quéviaje tan rápido,queridopadre!—exclamó,yentonces,alnooírninguna respuesta, se dio la vuelta y descubrió por primera vez queTip noestabaallí.

Esa aparente deserción desconcertó a Cabeza de Calabaza y lo pusonervioso.Ymientras se preguntaba qué habría sido del niño, y qué deberíahacer en semejantes circunstancias, se abrió la puerta de lamuralla verde ysalióporellaunhombre.

Esehombreerabajoyrechoncho,conunrostromofletudoqueledabaairede bondad. Estaba vestido todo de verde y llevaba en la cabeza un altosombreroverdedepicoygafasverdesenlosojos.HizounareverenciaanteCabezadeCalabazaydijo:

—Soy el Guardián de las Puertas de la Ciudad Esmeralda. ¿Puedopreguntarquiéneresyquéasuntotetraeporaquí?

—MellamoJackCabezadeCalabaza—contestósonrienteelotro—,perodesconozcoporcompletoquéasuntometraeporaquí.

ElGuardiándelasPuertasmirósorprendido,ymoviólacabezacomosinoestuvierasatisfechoconlarespuesta.

—¿Quéeres,unhombreounacalabaza?—preguntócortésmente.

—Lasdoscosas,simelopermites—respondióJack.

—Yesecaballodemadera,¿estávivo?—preguntóelGuardián.

ElcaballolevantóunojonudosoehizounguiñoaJack.Acontinuación,ensayóunacabriolaydescargóunapatasobrelosdedosdelpiedelGuardián.

—¡Aay!—gritó el hombre—. Siento haber hecho esa pregunta. Pero larespuestaesmuyconvincente.¿TienealgunamisiónquecumplirenlaCiudadEsmeralda,señor?

—Creo que sí —contestó serio Cabeza de Calabaza—, pero no puedopensarcuáles.Mipadrelosabe,peronoestáaquí.

—¡Todoestomeresultamuy,muyextraño!—declaróelGuardián—.Peroparecéis inofensivos. La gente no sonríe demanera tan encantadora cuandopiensahacerdaño.

—En mi caso —dijo Jack— no puedo evitarlo, porque me tallaron lasonrisaenlacaraconunanavaja.

—Bueno, entrad enmihabitación—prosiguió elGuardián—yveré quépuedohacerporvosotros.

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DemaneraqueJackatravesólapuertamontadoenelCaballeteyentróenunapequeñahabitaciónconstruidaenlamuralla.ElGuardiántiródelacuerdadeunacampanayenseguidaunsoldadomuyalto—vestidoconununiformeverde— entró por la puerta de enfrente. El soldado llevaba un fusil largo yverdealhombroy teníaunospreciososbigotesverdesque lecaíanhasta lasrodillas.ElGuardiánsedirigióaéldeinmediato,diciendo:

—Hay aquí un extraño caballero que no sabe por qué ha venido a laCiudadEsmeraldaniquéandabuscando.Dime,¿quéhacemosconél?

El Soldado de la Barba Verde miró a Jack con mucha atención ycuriosidad. Finalmente movió la cabeza de manera tan afirmativa que lebajaronunasondasporelbigote.

—TengoquellevarloanteSuMajestadelEspantapájaros—dijo.

—Pero ¿qué hará con él SuMajestad el Espantapájaros?—preguntó elGuardiándelasPuertas.

—EsoesasuntodeSuMajestad—respondióelsoldado—.Amímebastaconmispropiosproblemas.Todos losproblemasexternosdebenserpuestosenmanosdeSuMajestad.Asíquecolócaleunasgafasaese sujetoyme lollevoalpalacioreal.

ElGuardiánabrióunaenormecajadegafasytratódeponerunparalosgrandesyredondosojosdeJack.

—No dispongo de un par que cubra totalmente esos ojos —dijo elhombrecito con un suspiro—. Tienes una cabeza tan grande que me veréobligadoapegartelasgafas.

—Pero¿paraquénecesitollevargafas?—preguntóJack.

—Aquí es costumbre—dijo el soldado—. Te protegerán para que no tecieguenlosbrillosyesplendoresdelamaravillosaCiudadEsmeralda.

—¡Oh! —exclamó Jack—. Pégalas, por supuesto. No quiero quedarmeciego.

—¡Yotampoco!—interrumpióelCaballete,yrápidamentetuvounpardegafasverdespegadasalossaltonesnudosqueleservíandeojos.

DespuéselSoldadodelaBarbaVerdelosllevóporlapuertainterioryderepenteseencontraronenlacalleprincipaldelamagníficaCiudadEsmeralda.

Centelleantes gemas verdes ornamentaban los frentes de las hermosascasas, y las torres y las torrecillas estaban totalmente recubiertas deesmeraldas.Hastaelpavimentodemármolverdeemitíadestellosdepiedraspreciosas, y para quien miraba aquello por primera vez, resultaba unespectáculoespléndidoymaravilloso.

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PeroCabezadeCalabazayelCaballete,comonosabíannadadelariquezaydelabelleza,prestabanpocaatenciónalasmaravillosasescenasqueveíanatravésde lasgafasverdes.Siguieroncon toda tranquilidadal soldadoverde,casi sin reparar en la muchedumbre verde que los observaba asombrada.Cuando apareció corriendoun perro verde y les ladró, elCaballete lo pateóenseguidaconlapatademaderaymandóalpequeñoanimalaullandohastaélinteriordeunadelascasas,peronoocurriónadamásgravequeinterrumpiesesuavancehaciaelpalacioreal.

CabezadeCalabazaqueríasubirmontadoenelcaballopor losescalonesdemármolverdeypresentarseasíanteelEspantapájaros,peroelsoldadonose lo permitió. Así que Jack se apeó, con mucha dificultad, y un sirvientecondujo al Caballete bacía la parte traseramientras el Soldado de la BarbaVerde escoltaba a Cabeza de Calabaza hasta el palacio, por la entradaprincipal.

El forastero tuvo que quedarse en una sala de espera magníficamenteamuebladamientraselsoldadoibaaanunciarlo.Porcasualidad,aesahoraSuMajestadnoteníanadaquehacerysemoríadeaburrimiento,asíqueordenóquellevaraninmediatamentealosvisitantesalaSaladelTrono.

Comodesconocíaporcompleto lascostumbresmundanas, Jacknosintiómiedo ni vergüenza cuando le presentaron al soberano de esa magníficaciudad. Pero al entrar en el salón y ver por primera vez a SuMajestad elEspantapájarossentadoeneltronoreluciente,sedetuvoenseco,asombrado.

CAPÍTULO7

SUMAJESTADELESPANTAPÁJAROS

Supongo que todos los lectores de este libro saben lo que es unespantapájaros, pero Jack Cabeza de Calabaza, que no había visto nunca asemejante criatura, cuando conoció al notable Rey de Ciudad Esmeralda sellevólasorpresamásgrandedesubreveexistencia.

SuMajestad el Espantapájaros estaba vestido con un traje de color azuldesvaídoysucabezanoeramásqueunpequeñosacorellenodepaja,sobreelquehabíanpintadodemanerarudimentariaunosojos,unasorejas,unanarizyunabocapararepresentarunacara.Laropatambiénestabarellenadepaja,yde una manera tan irregular o descuidada que las piernas y brazos de SuMajestadparecíanllenosdebultos.Sobrelasmanosteníaguantescondedoslargos,acolchadosconalgodón.Delachaquetaytambiéndelcuelloylapartesuperiordelasbotasdelmonarcasobresalíanbriznasdepaja.

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Sobrelacabezateníaunapesadacoronadeoroengarzadaconrefulgentespiedras preciosas, y el peso de esa corona le arrugaba la frente, dando unaexpresión pensativa a la cara pintada.En realidad, sólo la corona expresabamajestuosidad;entodolodemás,elReyEspantapájarosnoeraotracosaqueunsimpleespantapájaros:endeble,torpeyflojo.Perosilaextrañaaparienciade Su Majestad el Espantapájaros asombraba a Jack, no menos fantásticaresultaba la forma de Cabeza de Calabaza para el Espantapájaros. Lospantalones morados, el chaleco rosa y la camisa roja colgaban sobre lasarticulacionesqueTiphabíafabricado,ylacaratalladaenlacalabazasonreíaperpetuamente,comosiparaeldueñolavidafueralacosamásdivertidaqueunopuedaimaginar.

Al principio SuMajestad pensó que su extraño visitante se reía de él, yempezóamolestarlesemejantelibertad,peroporalgoelEspantapájarosteníalareputacióndeserelpersonajemássabiodelPaísdeOz.ExaminóconmásatenciónalforasteroyprontodescubrióqueJackteníatalladaenlacaraunasonrisa,yquenopodríaparecerserioaunquequisiera.

ElReyfueelprimeroenhablar.DespuésdeobservaraJackunosminutosdijocontonodeasombro:

—¿Dedóndediablosvienes,ycómoesqueestásvivo?

—Discúlpame, Majestad —dijo Cabeza de Calabaza—, pero no teentiendo.

—¿Quéesloquenoentiendes?—preguntóelEspantapájaros.

—Noentiendotu idioma.EsquevengodelPaísde losGillikins,asíquesoyunextranjero.

—¡Ah,claro!—exclamóelEspantapájaros—.Yomismohabloel idiomade las munchkins, que es también el idioma de la Ciudad Esmeralda. Perosupongoquetúhablaráselidiomadeloscabezadecalabaza.

—Asíes,Majestad—dijoelotro,haciendounareverencia—;porlotanto,nopodremosentendernos.

—Quépena—dijopensativoelEspantapájaros—.Tenemosquebuscaraunintérprete.

—¿Quéesunintérprete?—preguntóJack.

—Una persona que entiende tanto mi idioma como el tuyo. Cuando yodigo algo, el intérprete te transmite el sentido demis palabras; y cuando túdices algo, el intérprete me transmite el sentido de tus palabras. Porque elintérpretenosólohablasinoqueentiendelosdosidiomas.

—Eso sí es que ingenioso dijo Jack, muy complacido de encontrar una

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solucióntansencillaparaelproblema.

Así que el Espantapájaros ordenó al Soldado de la Barba Verde quebuscaraentresussúbditoshastaencontraraalguienqueentendieraelidiomade los gillikins y el idioma de laCiudadEsmeralda, y que le presentara deinmediatoaesapersona.

Cuandosehubomarchadoelsoldado,elEspantapájarosdijo:

—¿Noquieressentartemientrasesperamos?

—Su Majestad olvida de que no le entiendo —respondió Cabeza deCalabaza—.Siquierequemesiente,tienequeindicármeloporseñas.

ElEspantapájaros bajó del trono y colocó un sillón detrás deCabeza deCalabaza.DespuésdiounbruscoempujónaJack,quecayócontorpezaenlosalmohadonesyquedóallídespatarradoydobladocomounanavaja, tratandodereacomodarelcuerpo.

—¿Hasentendidoesaseña?—preguntóconcortesíaSuMajestad.

—Perfectamente—declaróJack,levantandolosbrazosparadarlelavueltaalacabezadecalabaza,quehabíagiradosobreelpalo.

—Pareces hecho a toda prisa —comentó el Espantapájaros al ver losesfuerzosdeJackparaenderezarse.

—NomásqueSuMajestad—fuelasincerarespuesta.

——Entrenosotroshayunadiferencia—dijoelEspantapájaros—:yomedobloperonomequiebro,ytútequiebrasperonotedoblas.

En esemomento regresó el soldado llevando a una niña de lamano.Laniñaparecíamuydulceymodesta,conunacarapreciosayconhermososojosy cabellos verdes. Una exquisita camisa de seda verde le colgaba hasta lasrodillas, dejando a la vista unas medias de seda bordadas con vainas deguisantesyzapatillasderasoverdeadornadasconmanojosdelechugasenvezdelazosodehebillas.Sobrelacinturadesedateníabordadashojasdetrébol,y llevaba una vistosa chaqueta ribeteada con centelleantes esmeraldas detamañouniforme.

—¡Pero si es la pequeña Jellia Jamb! —exclamó el Espantapájarosmientras ladoncellaverde lehacíaunareverenciacon lahermosacabeza—.¿Entiendeselidiomadelosgillikins,querida?

—Sí,Majestad—respondiólaniña—,porquenacíenelPaísdelNorte.

—Entonces serás nuestra intérprete —dijo el Espantapájaros—, yexplicarás a este Cabeza de Calabaza todo lo que yo diga, y también meexplicarás a mí todo lo que él diga. ¿Estás de acuerdo? —preguntó,

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volviéndosehaciasuhuésped.

—Claroquesí—fuelarespuesta.

—Entonces, para empezar —prosiguió el Espantapájaros volviéndosehaciaJellia—,pregúntalequélotrajoalaCiudadEsmeralda.

Peroenvezdehacereso,laniña,quehabíaestadoobservandoaJack,lepreguntó:

—Eresrealmenteunacriaturamaravillosa.¿Quiéntehizo?

—UnniñollamadoTip—respondióJack.

—¿Qué dice? —preguntó el Espantapájaros—. Los oídos me deben dehaberengañado.¿Quédice?

—DicequeelcerebrodeSuMajestadparecehaberseaflojado—respondiólaniñaconrecato.

ElEspantapájarossemoviónerviososobreeltronoysetocólacabezaconlamanoizquierda.

—¡Qué bueno es entender dos idiomas distintos! —dijo, y suspiró,perplejo—. Pregúntale, querida, si no le molesta que lo metan preso porinsultaralsoberanodelaCiudadEsmeralda.

—¡Yonoteinsulté!—protestóJackindignado.

—¡Unmomento!—dijoelEspantapájaros—.Esperaaquelaniñatraduzcamis palabras. ¿Para qué queremos a una intérprete si intervienes de esamanera?

—Deacuerdo,esperaré—respondióconhosquedadCabezadeCalabaza,aunque su cara sonreía con la cordialidad de siempre—. Tradúcele esaspalabras,niña.

—SuMajestadpreguntasitieneshambre—dijoJellia.

—¡Oh,no,claroqueno!—respondióJack,entonomásagradable—.Meresultaimposiblecomer.

—A mí me pasa lo mismo—comentó el Espantapájaros—. ¿Qué dijo,Jellia,querida?

—Preguntósi tehabíasdado,cuentadequeunode tusojosestápintadomásgrandequeelotro—dijomaliciosamentelaniña.

—¡Nolecreas,Majestad!—gritóJack.

—¡Oh, no!—respondió tranquilo el Espantapájaros. Después lanzó unamiradaperspicazalaniñaypreguntó:

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—¿Estás segura de que entiendes el idioma de los gillikins y el de losmunchkins?

—Muy segura, Majestad —dijo Jellia Jamb al Rey, haciendo un granesfuerzopornoreírseleenlacara.

—Entonces¿porquétengolasensacióndequeyomismolosentiendo?—preguntóelEspantapájaros.

—¡Porque son el mismo idioma! —declaró la niña, ahora riéndosealegremente—.¿NosabeSuMajestadqueentodoelPaísdeOzsólosehablaunidioma?

—¿Deveras?—exclamóelEspantapájaros,muyaliviadoanteesanoticia—.¡Entoncespodríahabersidomipropiointérprete!

—Fue culpa mía, Majestad —dijo Jack, con una expresión un tantoridícula—. Pensé que como proveníamos de países diferentes debíamos dehablaridiomasdiferentes.

—Esto tendría que enseñarte a no pensar nunca —respondió elEspantapájaros con severidad—. Porque si no se piensa con sabiduríaconvieneseguirsiendounmuñeco,yesoesloquesindudaerestú.

—¡Losoy!¡Claroquelosoy!—aceptóCabezadeCalabaza.

—Me parece —continuó el Espantapájaros con más tacto— que tufabricantearruinóunoscuantospastelesparacrearaunhombremediocre.

—Puedo asegurar a SuMajestad que yo no pedí ser creado—respondióJack.

—¡Ah! Igualqueenmicaso—dijocomplacidoelRey—.Yyaquenosdiferenciamosdelagentecomún,seamosamigos.

—¡Contodomicorazón!—exclamóJack.

—¡Qué!¿Tienescorazón?—preguntósorprendidoelEspantapájaros.

—No,sóloloimaginé.Digamosquefueunametáfora—dijoelotro.

—Bueno,tufiguramásdestacadapareceserunafigurademadera,asíqueteruegoquerefrenesesaimaginaciónque,afaltadecerebro,notienesningúnderechoaejercitar—leadvirtióelEspantapájaros.

—¡Porsupuesto!—dijoJacksinentendernada.

Entonces SuMajestad despidió a Jellia Jamb y al Soldado de la BarbaVerde,ycuandosequedaronsoloscogiódelbrazoasunuevoamigoylollevóhastaelpatioparajugaralosaros.

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CAPÍTULO8

ELEJÉRCITOSUBLEVADODELAGENERALJINJUR

Tipestaba tanansiosopor reunirsecon JackyconelCaballetequehizomásdelamitaddelcaminoalaCiudadEsmeraldasindetenerseadescansar.Enunmomentodescubrióque teníahambreyque se le habían acabado lasprovisionesdegalletasyqueso.

Mientras sepreguntabaquédeberíahacer en esa emergencia se acercó aunaniñasentadaalbordedelcamino.LaniñavestíauntrajequeasombróaTippor laformaenquebrillaba: lacinturadesedaeraverdeesmeralday lafalda de cuatro colores distintos: azul por delante, amarilla por la izquierda,rojapordetrásyvioletaporladerecha.Sujetandolacinturapordelantehabíacuatro botones: el de arriba azul, el siguiente amarillo, el tercero rojo y elúltimovioleta.

Elesplendordeaquelatavíoeracasibrutal, asíqueTip tuvomotivosdesobra para observar la indumentaria durante unos instantes antes de que losojosfueranatraídosporlabonitacaraquehabíaencimadeél.Sí,lacaraeramuybonita,decidió;peroteníaunaexpresióndedescontentounidaaundejodedesafíooaudacia.

Mientras él observaba, laniña levantó lamiraday lo estudió con calma.Juntoaellahabíaunacestadealmuerzoylaniñateníaunexquisitosándwichen una mano y un huevo duro en la otra, y comía con tanto apetito quedespertólasimpatíadeTip.

Elniñoestabaapuntodepedirlequecompartieranelalmuerzocuandoellaselevantóysesacudiólasmigasdelafalda.

—¡Listo!—dijolaniña—.Tengoqueirme.Llévameestacestaysitieneshambresírvetedeloquehaydentro.

Tipcogiólacestaconavidezyempezóacomer,yduranteunratosiguióalaextrañamuchachasinatreverseapreguntarnada.EllamarchabadelantearápidaszancadasycontalairederesoluciónydeimportanciaqueTipempezóasospecharquesetratabadeungranpersonaje.

Finalmente,cuandohubosaciadoelhambre,Tipcorrióhastaalcanzarlaytratódeseguirleelritmorápidodelaszancadas,hazañabastantedifícilporquelaniñaeramuchomásaltaqueélysegúnparecíateníaprisa.

—Muchas gracias por los sándwiches—dijo Tip, sin dejar de trotar—.¿Puedopreguntartunombre?

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—SoylageneralJinjur—fuelabreverespuesta.

—¡Oh!—dijoelniño,sorprendido—.¿Quéclasedegeneral?

—Tengo elmando del Ejército Sublevado en esta guerra—respondió lageneralconinnecesariabrusquedad.

—¡Oh!—volvióaexclamarTip—.Nosabíaquehabíaunaguerra.

—Notienesporquésaberlo—dijoella—,porquelohemosmantenidoensecreto,yteniendoencuentaquenuestroejércitosecomponeúnicamentedeniñas —añadió con cierto orgullo—, sin duda es muy notable que nuestrasublevacióntodavíanohayasidodescubierta.

—Deverdadloes—admitióTip—.Pero¿dóndeestátuejército?

—A poco más de un kilómetro de aquí—dijo la general Jinjur—. LasfuerzasprocedendetodoelPaísdeOz,ysiguenmisórdenesexpresas.Porqueéste es el día enquevamos aderrocar aSuMajestad elEspantapájarosy aarrebatarleeltrono.ElEjércitoSublevadosóloesperamillegadaparamarcharsobrelaCiudadEsmeralda.

—¡Vaya!—declaróTip,soltandounlargoSuspiró—.¡Estosíqueesunasorpresa! ¿Puedo preguntarte por qué quieres derrocar a Su Majestad elEspantapájaros?

—UnodelosmotivosesporquehacetiempoquelaCiudadEsmeraldaestágobernada sólo por hombres —dijo la niña—. Además, la ciudad reluce acausa de las piedras preciosas, que podrían tener un mejor uso en anillos,pulserasycollares;yenlasarcasdelReyhaysuficientedineroparacompraruna docena de vestidos a cada niña de nuestro ejército. Así que pensamosconquistarlaciudadygobernarcomomejornosconvenga.

Jinjurdijoesaspalabrascontalentusiasmoydecisiónquenoquedódudadequehablabaenserio.

—Pero,¡laguerraesterrible!—dijoTip,pensativo.

—Estaguerraseráagradable—respondiólaniñaconalegría.

—¡Muchasdevosotrasmoriréis!—continuóelniño,atemorizado.

—Oh, no —dijo Jinjur—. ¿Qué hombre lucharía contra una niña o seatreveríaahacerledaño?Yentodomiejércitonohayunasolacarafea.

Tipseechóareír.

—Quizá tengas razón —dijo—. Pero el Guardián de las Puertas estáconsiderado un fiel defensor, y elEjércitoReal no dejará que conquisten laciudadsinluchar.

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—El Ejército Real es viejo y débil —respondió con desdén la generalJinjur—.Haempleadotodassusfuerzasendejarsecrecerunosbigotes,ysumujer tiene tal carácter queya le arrancóde raízmásde lamitad.MientrasreinabaelMaravillosoMago,elSoldadodelaBarbaVerdeeraunmuybuenEjército Real, porque la gente temía al Mago. Pero nadie teme alEspantapájaros, así que su Ejército Real no cuenta mucho en tiempos deguerra.

Después de esta conversación anduvieron un tiempo en silencio, y notardaron en llegar a un gran claro del bosque donde había por lo menoscuatrocientas muchachas reunidas. Reían y charlaban entre ellas tanalegrementecomosiestuvieranenunpicnicynoenunaguerradeconquista.

Estaban divididas en cuatro compañías, y Tip observó que todas vestíantrajes similares al que tenía puesto la general Jinjur. La única verdaderadiferenciaeraquemientraslasmuchachasdelPaísdelosMunchkinsllevabanlatiradelanteradelafaldaenazul,lasdelPaísdelosQuadlingslallevabanenrojo,lasdelPaísdelosWinkiesenamarillo,ylasmuchachasdelPaísdelosGillikinsenvioleta.Todasteníaneltalleenverde,querepresentabalaCiudadEsmeralda que pretendían conquistar, y el color del botón superior del talleindicabaelpaísdeorigendequienlollevaba.Losuniformeseranvistososyapropiados,yjuntosresultabanmuyeficaces.

Tippensóqueeseextrañoejércitono llevabaarmas,peroseequivocaba.Porque cada muchacha tenía clavada en el nudo del pelo dos largas yrelucientesagujasdétejer.

LageneralJinjursubiódeinmediatoaltocóndeunárbolysedirigióasuejército.

—¡Amigas, conciudadanas y niñas! —dijo—. ¡Estamos a punto decomenzarnuestragransublevacióncontraloshombresdeOz!¡Marchamosaconquistar la Ciudad Esmeralda, a destronar al Rey Espantapájaros, aapoderarnosdelosmilesdemagníficaspiedraspreciosas,asaquearlostesorosrealesyaarrebatarelpoderdenuestrosantiguosopresores!

—¡Hurra!—exclamaronlasquelahabíanescuchado;peroaTipleparecióque lamayor parte del ejército estaba demasiado ocupado en charlar comoparaprestaratenciónalaspalabrasdelageneral.

Se dio entonces la orden de marchar, y las muchachas formaron cuatrogrupos o compañías y avanzaron con paso enérgico hacia la CiudadEsmeralda.

Él niño las siguió llevando algunas cestas, envoltorios y paquetes quevarios miembros del Ejército Sublevado habían dejado a su cuidado. Notardaronenllegaralasparedesdegranitoverdedelaciudadysedetuvieron

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antelapuerta.

ElGuardiánde lasPuertas salióde inmediatoy lasmiróconcuriosidad,como si hubiera llegado un circo.Llevaba unmanojo de llaves colgado delcuello por una cadena de oro; tenía las manos metidas de maneradespreocupada en los bolsillos y parecía no tener la menor idea de que laciudad estuviera amenazada por rebeldes. Sonrió con simpatía a lasmuchachasylesdijo:

—¡Buenosdías,queridas!¿Quépuedohacerporvosotras?

—¡Rendirteenelacto!—respondiólageneralJinjur,deteniéndoseanteélconelgestomásamenazadorquelepermitíaelbonitorostro.

—¡Rendirme! —repitió atónito el hombre—. Eso es imposible. ¡Estáprohibido!Jamáslohabíaoído.

—¡Igualmentetienesquerendirte!—exclamóconferocidadlageneral—.¡Noshemossublevado!

—Nolopuedocreer—dijoelGuardián,mirándolasconadmiración.

—¡Eslaverdad!—gritóJinjur,dandounaimpacientepatadaenelsuelo—.¡YnosproponemosconquistarlaCiudadEsmeralda!

—¡Diosmío!—dijoelsorprendidoGuardiándelasPuertas—.¡Quéideadisparatada!Volvedacasaconvuestrasmadres,misbuenaschicas,ordeñadlas vacas y hornead el pan. ¿Acaso no sabéis que conquistar una ciudad espeligroso?

—¡No tenemosmiedo!—respondió la general, y lomiró demanera tanresueltaqueincomodóalGuardián.

ElGuardiántocóentonceslacampanaparallamaralSoldadodelaBarbaVerde, pero enseguida lamentó haberlo hecho. Porque de inmediato fuerodeadoporunamultituddemuchachasquesacarondelacabelleralasagujasdetejeryempezaronapincharlopeligrosamenteconlaspuntasfilosascercadelasgordasmejillasydelosojosquenodejabandepestañear.

ElpobrehombreaullópidiendoclemenciaynoseresistiócuandoJinjurlearrancódelcuelloelmanojodellaves.

Seguidaporsuejército,lageneralcorrióentonceshacialaspuertas,dondesevieronenfrentadasporelEjércitoRealdeOz,queeraelotronombredelSoldadodelaBarbaVerde.

—¡Alto!—gritóelEjército,apuntandoconellargofusildirectamentealacaradelacabecilla.

Algunasdelasmuchachaschillaronyretrocedieron,perolageneralJinjur

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semantuvofirmeconvalentíaydijo,entonodereproche:

—¡Vaya!¿Seríascapazdedispararaunapobreniñaindefensa?

—No—respondióelsoldado—,porquemifusilnoestácargado.

—¿Noestácargado?

—No,pormiedoalosaccidentes.Además,heolvidadodóndeescondílapólvoraylamunición.Perosiesperasunratointentarédarconellas.

—Notemolestes—dijoconalegríaJinjur.

Luegosevolvióhaciasuejércitoygritó:

—¡Chicas,elfusilnoestácargado!

—¡Hurra! —chillaron las sublevadas, contentas con la noticia, y selanzarondemaneratancompactasobreelSoldadodelaBarbaVerdequedemilagronoseclavaronunasaotraslasagujasdetejer.

Pero el Ejército Real de Oz tenía demasiado miedo a las mujeres parahacer frente a ese ataque. Se limitó a darmedia vuelta y ameterse por laspuertas corriendo con todas sus fuerzas hacia el palacio real, mientras lageneralJinjurysubandaentrabanenlaciudadindefensa.

AsífuetomadalaCiudadEsmeralda,sinquesederramaraunasolagotadesangre.¡ElEjércitoSublevadosehabíaconvertidoenEjércitoConquistador!

CAPÍTULO9

ELESPANTAPÁJAROSPLANEAUNAHUIDA

TipseescabullóalejándosedelasmuchachasycorriódetrásdelSoldadodelaBarbaVerde.Elejércitoinvasorentrómásdespacioenlaciudadporquesedetuvoadesprenderconlapuntadelasagujasdetejerlasesmeraldasdelasparedesydelaslosas.Deesemodo,elSoldadoyelniñollegaronalpalacioantesdequesepropagaralanoticiadelaconquistadelaciudad.

ElEspantapájarosyJackCabezadeCalabazaseguíanjugandoalherrónenel patio, y se detuvieron ante la irrupción el EjércitoReal deOz, que entróvolandosinelsombreronielfusil,conlaropadesordenaday la largabarbaflotandounmetropordetrásdelacabeza.

—Anótame un tanto—dijo el Espantapájaros con calma—. ¿Qué pasa,hombre?—añadió,dirigiéndosealSoldado.

—¡Oh, Majestad, Majestad! ¡Han conquistado la ciudad! —jadeó el

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EjércitoReal,sinaliento.

—El palacio está cercado por el enemigo—dijo—. Es demasiado tardeparaescapar.Tedespedazarían.

ElEspantapájarossoltóunsuspiro.

—Enuna emergencia—anunció—siempre es buenodetenerse a pensar.Disculpadmemientrasmedetengoapensar.

—Pero nosotros también corremos peligro —dijo ansioso Cabeza deCalabaza—.¡Sialgunadeesaschicassabecocinar,mifinnoestámuylejano!

—¡Tonterías!—exclamó elEspantapájaros—. ¡Aunque supieran hacerlo,estándemasiadoocupadasparacocinar!

—Perosituvieraquequedarmeaquícomoprisionero—protestóJack—,lomásprobableesquemeechaseaperder.

—¡Ah!, entonces no sería conveniente relacionarse contigo —dijo elEspantapájaros—.Elasuntoesmásseriodeloquecreía.

—Esprobableque túvivasmuchosaños—dijoCabezadeCalabazacontristeza—.Mividaesforzosamentecorta.Asíquedeboaprovecharlospocosdíasquemequedan.

—¡Vamos, no te preocupes! —respondió el Espantapájaros con voztranquilizadora—. Si permaneces lo suficientemente callado para que yopiense,intentarébuscaralgúnmododehuir.

Así que los demás aguardaron en paciente silencio mientras elEspantapájarossefueaunrincónypermanecióallíconlacaravueltahacialaparedmásdecincominutos.Transcurridoesetiemposevolvióhaciaellosconunaexpresiónmásalegreenlacarapintada.

—¿Dónde está el Caballete en el que viniste montado hasta aquí?—lepreguntóaCabezadeCalabaza.

—Dijeque erauna joya, así que tu soldado lo encerró en el edificiodeltesororeal—dijoJack.

—Fue el único lugar que seme ocurrió,Majestad—añadió el Soldado,temiendohabermetidolapata.

—Mealegromucho—dijoelEspantapájaros—.¿Lehandadodecomer?

—Ah,sí;lediunabuenacantidaddeaserrín.

—¡Estupendo! —gritó el Espantapájaros—. Trae ese caballoinmediatamente.

ElSoldadosalióatodaprisayenseguidaoyeroneltraqueteodelaspatas

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demaderadelcaballosobreelpavimento.

SuMajestadmiróalcorcelconojocrítico.

—Noparecemuygrácil—comentó,pensativo—;perosupongoquepuedecorrer.

—¡Claroquepuede!—dijoTipobservandoalCaballeteconadmiración.

—Entonces,connosotrosmontadosenél,debecorreratodavelocidadporentrelasfilasdelasrebeldesyllevarnoshastadondeestámiamigoelLeñadordeHojalata—anuncióelEspantapájaros.

—¡Peronopuedellevaracuatro!—protestóTip.

—No, pero quizá se atreva a llevar a tres—dijo SuMajestad—. Por lotanto, dejaré aquí a mi Ejército Real. Después de la facilidad con que loconquistaron,muypococonfíoensusfuerzas.

—Perocorremuybien—dijoriendoTip.

—Yameesperabaestegolpe—respondió,enfurruñado,elSoldado—,peropuedo encajarlo. Me disfrazaré cortándome | los preciosos bigotes verdes.¡Despuésdetodonoesmáspeligrosoenfrentaraesasmuchachasinsensatasquemontaresteindómitoyfogosocaballodemadera!

—Quizá tengasrazón—observósuMajestad—.Peroamí,comonosoysoldado, me gusta el peligro. A ver, niño, monta tú primero. Y por favorsiéntatelomáscercaquepuedasdelpescuezodelcaballo.

Tip trepó con rapidez a su sitio, y el Soldado y el EspantapájarosconsiguieronlevantaraCabezadeCalabazaysentarlodetrásdeél.QuedabatanpocoespacioparaelReyquecontodaseguridadsecaeríaenelinstanteenquearrancaraelcaballo.

—Busca una cuerda de tender—ordenó el Rey al Ejército—. Y átanosjuntos.Así,sisecaeunonoscaeremostodos.

YmientraselSoldadoibaporlacuerdadetender,suMajestadcontinuó:

—Convienequeseaprudente,porquemiexistenciacorrepeligro.

—Yotengoquesertanprudentecomotú—dijoJack.

—Noveoporqué—dijoelEspantapájaros—.Simepasaraalgomí,seríamifinal.Perositepasaraalgoati,podríanusarteparaobtenersemillas.

ElSoldado regresóconunacuerda largay losatócon firmezaa los tresjuntos,amarrándolosademásalcuerpodelCaballete;asíparecíahabermenospeligrodequesecayeran.

—¡Ahoraabrelaspuertas—ordenóelEspantapájaros—,ynoslanzaremos

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alalibertadoalamuerte!

Elpatioenelquesehallabanestabaenelcentrodelgranpalacio,quelorodeaba por todos lados. Pero en un sitio un pasadizo llevaba a una puertaexternaqueelSoldadohabíaatrancadoporordendesusoberano.Fueporesapuerta por donde SuMajestad propuso escapar, y el Ejército Real llevó alCaballete por el pasadizo y desatrancó la puerta, que se abrió con fuerteestrépito.

—Ahora—dijo Tip al caballo— debes salvarnos a todos. Corre lo másrápido que puedas hacia las puertas de la ciudad y no dejes que nada tedetenga.

—¡Muy bien!—respondió con brusquedad el Caballete y arrancó a talvelocidadqueTipsequedósinrespiraciónytuvoquesujetarseconfirmezaalpaloquehabíaclavadoenelpescuezodelacriatura.

Algunasde lasmuchachasquecustodiabanelexteriordelpalacio fueronderribadasporlalocacarreradelCaballete.Otrasseapartaronatodaprisadelcamino y sólo una o dos pincharon furiosas con las agujas de tejer a losprisioneros que se escapaban. Tip tuvo una pequeña molestia en el brazoizquierdoqueleescociódurantemásdeunahora;perolasagujasnocausaronningúnefectoalEspantapájarosoaJackCabezadeCalabaza,quenisiquieraseenterarondequelosestabanpinchando.

EncuantoalCaballete,logróunrécordfantástico:volcóuncarrodefruta,derribó a algunoshombresdócilesquemirabany finalmente tiró al suelo alnuevoGuardiándelasPuertas,unamujercitagordaynerviosadesignadaporlageneralJinjur.

Nisiquieraentoncessedetuvoel impetuosocorcel.Unavezfuerade lasmurallasde laCiudadEsmeralda, se lanzópor el caminohacia el oeste conunos brincos tan rápidos y violentos que dejaban sin respiración al niño yllenabandeadmiraciónalEspantapájaros.

Jackyahabíamontadounavezaesavelocidad,asíquededicótodossusesfuerzosasujetarseconlasdosmanoslacabezadecalabazasobreelpalo,yasoportarestoicamentelasterriblessacudidasconelvalordeunfilósofo.

—¡Detenlo! ¡Detenlo!—gritó el Espantapájaros—. ¡Toda la paja se meestáyendoalaspiernas!

PeroTipnoteníaalientoparahablar,asíqueelCaballetecontinuósulocayvertiginosacarrera.

Pronto llegaron a la orilla de un ancho río y, sin detenerse, el corcel demaderadiounbrincofinalyloslanzóatodosporelaire.

Unsegundomástardetodosrodaban,chapoteandoyflotandoenelagua,

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el caballo tratando frenéticamente de hacer pie y sus jinetes primerosumergidosenlarápidacorrientedeaguaydespuésflotandoenlasuperficiecomocorchos.

CAPÍTULO10

VIAJEPARAVERALLEÑADORDEHOJALATA

Tip estaba empapado y chorreaba agua por todas partes, pero logróinclinarsehaciadelanteygritarenlaorejadelCaballete:

—¡Quédatequieto,idiota!¡Quédatequieto!

De inmediato,elcaballodejóde forcejeary sequedó flotando tranquilo,comosielcuerpodemaderafueraunabalsa.

—¿Quésignificalapalabra«idiota»?—preguntóelcaballo.

—Es una palabra de reproche—respondió Tip, algo avergonzado por laexpresión—.Sóloladigocuandoestoyenfadado.

—Entoncesyotambiénpuedollamarteidiota—dijoelcaballo—.Porqueyo no hice el río ni lo puse en el camino; así que lo más adecuado es unreprocheparaquienseenfadaconmigoporquehecaídoenelagua.

—Esoesevidente—respondióTip—,yreconozcomierror.—DespuéssedirigióaCabezadeCalabaza—:¿Estásbien,Jack?

Nohuborespuesta.AsíqueelniñosedirigióalRey:

—¿Estáisbien,Majestad?

ElEspantapájarossoltóunquejido.

—Sientoqueestoyhechounaruina—dijoconvozdébil—.¡Quéaguatanmojada!

LacuerdasujetabacontantafuerzaaTipqueleimpedíamoverlacabezaparaverasuscompañeros.

—Remaconlaspatashacialaorilla—ledijoalCaballete.

El caballo obedeció y aunque avanzaban con gran dificultad por finllegaron a la otra orilla del río, en un sitio donde la escasa profundidadpermitióquelacriaturagatearasubiendocondificultadhastatierrafirme.

Con cierta dificultad, el niño consiguió sacar la navaja j del bolsillo ycortarlascuerdasqueatabanalosjinetesentresíyalcaballodemadera.OyóqueelEspantapájaroscaíaalsueloconunruidoblandoyentoncesélmismo

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desmontóconrapidezymiróasuamigoJack.

El cuerpo demadera, con su preciosa ropa, continuaba erguido sobre ellomodelcaballo,perolacabezadecalabazahabíadesaparecidoysóloseveíaelpaloafiladoquehacíadecuello.EncuantoalEspantapájaros,lassacudidaslehabíanrevueltolapajadelcuerpo,queseleamontonabaenlaspiernasyenlaparteinferior,ahoramuyredondaygruesa,mientrasquelamitadsuperiorparecíaunsacovacío.Sobrelacabezallevabatodavíalapesadacoronaquélehabíancosidoparaquenolaperdiese;perolacabezaestabaahoratanhúmedaytanblandaqueelpesodeloroydelaspiedraslacombabanhaciadelanteyconvertíanlacarapintadaenunmontóndearrugas,dándolealEspantapájarosaspectodeperropequinés.

TipsehabríaechadoareírsinosesintieratanpreocupadoporJack.PeroelEspantapájaros,aunqueestropeado,estabaallíentero,mientrasquefaltabalacabezadecalabaza,algoimprescindibleparalaexistenciadeJack,asíqueel niño cogió unpalo largoquepor fortuna estaba al alcancede sumanoyregresóconinquietudhaciaelrío.

Alolejos,sobrelasaguas,divisóelcolordoradodelacalabaza,quesubíaybajabaconsuavidad,siguiendoelmovimientodelasolas.EnesemomentoestabamuylejosdelalcancedéTip,peroalcabodeunratosefueacercandocada vezmás hasta que el niño logró tocarla con el palo y atraerla hacia laorilla.Despuéssubióconellaporlaribera,ytrassecarconcuidadoelaguadelacaradecalabazausandoelpañuelo,corrióhastadondeestabaJackycolocólacabezasobreelcuellodelhombre.

—¡Ay,quéexperienciahorrible!—fueronlasprimeraspalabrasdeJack—.¿Elaguaestropealascalabazas?

Tip no creía que fuera necesaria una respuesta porque sabía que elEspantapájaros también necesitaba de su ayuda, de manera que quitó concuidadolapajadelcuerpoyde laspiernasdelReyy laextendióalsolparaquesesecara.ColgólaropamojadasobreelcuerpodelCaballete.

—Si el agua estropea las calabazas —comentó Jack con un profundosuspiro—,tengolosdíascontados.

—Nunca he visto que el agua dañe las calabazas—respondió Tip—, amenosque estéhirviendo.Amigomío, si no tienes la cabezapartida seguroquedisfrutasdeunbuenestado.

—Oh,lacabezanolatengonadapartida—anuncióJack,másalegre.

—Entoncesnotepreocupes—contestóelniño—.Unavezlapreocupaciónmatóaungato.

—Enesecaso—dijoJack,serio—mealegrodenoserungato.

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El sol secaba la ropa con rapidez yTip removió la paja deSuMajestadparaqueelcalordelosrayosleabsorbieralahumedadyladejaratansecaycrujiente como siempre. Una vez conseguido eso, el niño rellenó elEspantapájarosdándoleformasimétrica,ylealisólacaraparaquerecuperaselahabitualexpresiónencantadorayalegre.

—Muchasgracias—dijojovialelmonarcamientrascaminabadeunladoparaotroydescubría que estababien equilibrado—.Ser espantapájaros traeconsigoclarasventajas.Porquesiunotieneamigoscercaparaquetereparenlosdaños,nadamuygravetepuedepasar.

—Mepreguntosiel fuertecalordelsolpuedepartir lascalabazas—dijoJackconundejodepreocupaciónenlavoz.

—¡Enabsoluto,enabsoluto!—dijoconalegríaelEspantapájaros—.Aloúnicoquedebestemer,niño,esalavejez.Cuandotudoradajuventudsehayapodrido, rápidamente nos separaremos, pero no tienes que preocuparte;nosotros mismos descubriremos el hecho y te lo comunicaremos. ¡Perovamos! ¡Sigamos viaje! Estoy deseando saludar a mi amigo el Leñador deHojalata.

AsíquevolvieronasubirsealCaballete.Tipseaferróalpalo,CabezadeCalabazaseaferróaTipyelEspantapájarosrodeóconlosdosbrazoslaformademaderadeJack.

—Vedespacioporqueyanohaypeligrodequenospersigan—dijoTipasucorcel.

—¡Deacuerdo!—respondiólacriaturaconunavozunpocoronca.

—¿Tieneslavoztomada?—preguntócortésmenteCabezadeCalabaza.

ElCaballeteseencabritóyechóunamiradanudosa.

—Oye—gruñó—,¿nopuedesprotegermedelosinsultos?

—¡Porsupuesto!—respondióTipconvoztranquilizadora—.Estoysegurode que Jack no quiso ofenderte. Y no conviene que nos peleemos, ¿sabes?Debemosseguirsiendobuenosamigos.

—¡No quiero saber más nada de esa Cabeza de Calabaza!—declaró elCaballeteenojado—;paramigustopierdelacabezacondemasiadafacilidad.

Al parecer nadie encontraba una respuesta adecuada a esas palabras, asíqueduranteunbuentrechocabalgaronensilencio.

—Esto me recuerda los viejos tiempos —comentó el Espantapájaros alcabodeunrato—.FueenestalomacubiertadehierbadondeunavezsalvéaDorothydelasAbejasPicadorasdelaBrujaMaladelOeste.

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—¿Las Abejas Picadoras hacen daño a las calabazas?—preguntó Jack,echandoalrededorunamiradatenebrosa.

—Estántodasmuertas,asíquenoimporta—contestóEspantapájaros—.YaquíNicoHacheroacabóconlosLobosGrisesdelaBrujaMala.

—¿QuiéneraNicoHachero?—preguntóTip.

—Así se llamaba mi amigo el Leñador de Hojalata —respondió suMajestad—.YaquíesdondenoscapturaronynosataronlosMonosAlados,antesde irse llevándose conellos a lapequeñaDorothy—prosiguió cuandohubieronavanzadountrecho.

—¿Los Monos Alados suelen comer calabazas? —preguntó Jack,temblandodemiedo.

—No lo sé, pero no tienes motivos para preocuparte porque ahora losMonosAladossonesclavosdeGlindalaBuena,queposeeelBonetedeOroconelquepuededarlesórdenes—dijopensativoelEspantapájaros.

Después el monarca de paja se quedó absorto en sus pensamientos,recordandolostiemposdepasadasaventuras.Mientras,elCaballeteavanzababalanceándose por campos cubiertos de flores, llevando con rapidez a susjinetes.

***

Pocoapocofuellegandoelcrepúsculo,ydetráslasoscurassombrasdelanoche.DemodoqueTipdetuvoelcaballoytodosdesmontaron.

—Estoyagotado—dijoelniñoconunbostezodecansancio—,ylahierbaesblandayfresca.Acostémonosaquíydurmamoshastamañana.

—Yonoduermo—dijoJack.

—Yonolohagonunca—dijoelEspantapájaros.

—Yonisiquieraséloqueesdormir—dijoelCaballete.

—Sin embargo, debemos tener consideración por este pobre chico, queestáhechodecarne,sangreyhuesoysecansa—sugirióelEspantapájarosconsuhabitualconsideración—.Recuerdoqueocurría lomismocon lapequeñaDorothy. Siempre teníamos que quedarnos sentados toda la noche mientraselladormía.

—Losiento—dijoTipmansamente—,peronopuedoevitarlo.¡Yademástengounhambreterrible!

—¡Heaquíunnuevopeligro!—comentó Jack conpesimismo—.Esperoquenotegustecomercalabazas.

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—No, amenos que estén cocidas ymetidas en un pastel—dijo el niñoriendo—.Asíquenometengasmiedo,amigoJack.

—¡Qué cobarde es esa Cabeza de Calabaza! —dijo el Caballete condesdén.

—¡Tútambiénseríasuncobardesisupierasqueerespropensoaecharteaperder!—dijoJackenfadado.

—¡Basta, basta! —interrumpió el Espantapájaros—, no nos peleemos.Todostenemosnuestrasdebilidades,queridosamigos,asíquedebemoshacerunesfuerzopara respetarnosunosaOtros.Yyaqueestepobrechico sientehambreynotienenadaquecomer,callemosydejémoslodormir,porquedicenqueenelsueñoelmortalpuedeinclusollegaraolvidarelhambre.

—¡Gracias!—exclamóTip agradecido—.SuMajestad es tanbondadosocomosabio,¡yesoesmuchodecir!

Después se tendió sobre la hierba, y usando la forma rellena delEspantapájaroscomoalmohadasedurmiódeinmediato.

CAPÍTULO11

ELEMPERADORNIQUELADO

Tipsedespertóalalba,peroelEspantapájarosyaestabaenpieyconlostorpes dedos había arrancado dos puñados de moras de unos arbustoscercanos. Al niño le parecieron un abundante desayuno y se las comió congula.Actoseguidoelpequeñogruporeanudóelviaje.

Despuésdecabalgarunahorallegaronalacimadeunacolinadesdedondedivisaron la Ciudad de los Winkies y distinguieron las altas cúpulas delpalacio del Emperador que se alzaban entre los grupos de viviendas másmodestas.

Alvertodoeso,elEspantapájarosseentusiasmómuchoyexclamó:

—¡QuéalegríavolveraveramiamigoelLeñadordeHojalata!Esperoquegobierneasugenteconmáséxitodelqueyotuvealgobernaralamía.

—¿ElLeñadordeHojalataeselEmperadordelosWinkies?—preguntóelcaballo.

—Sí,efectivamente.LoinvitaronaquelosgobernarapocodespuésdequefueradestruidalaBrujaMala.YcomoNicoHacherotieneelmejorcorazóndetodo elmundo estoy seguro de que ha demostrado ser un hábil y excelente

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Emperador.

—Creía que «Emperador» era el título de una persona que gobierna unimperio—dijoTip—,peroelPaísdelosWinkiesessólounreino.

—¡No le digas eso al Leñador de Hojalata! —exclamó muy serio elEspantapájaros—. Podrías ofenderlo muchísimo. Es un hombre orgulloso,paraloquenolefaltanmotivos,yprefierequelollamenEmperadorantesqueRey.

—Amímedaigual—dijoelniño.

ElCaballeteavanzabaahoraconpasotanrápidoquelosjinetesteníanqueaferrarseallomoparanocaer,yporlotantoapenashuboconversaciónhastaquesedetuvieronjuntoalasescalinatasdelpalacio.

Unancianowinkie,vestidoconuniformedetelaplateada,seacercóparaayudarlosaapearse.

—Llévanos inmediatamente ante tu señor, el Emperador —dijo elEspantapájarosaesepersonaje.

Elhombrelosmirónervioso,unoporuno,yfinalmentedijo:

—Me temo que debo pedirles que esperen un tiempo. El Emperador norecibeestamañana.

—¿Por qué?—preguntó ansioso el Espantapájaros—. Espero que no lehayaocurridonada.

—Oh,no,nadaserio—respondióelhombre—.Perohoyeseldíaenquesacan brillo a su Majestad y en este momento su augusta presencia estáembadurnadaconunagruesacapadepomada.

—¡Ah, entiendo! —dijo el Espantapájaros mucho más tranquilo—. Miamigosiempretuvotendenciaaserundandy,ysupongoqueahoraestámásorgullosoquenuncadesupersona.

—Enefecto, así es—dijo el hombre, conuna cortés reverencia—.HacepoconuestropoderosoEmperadorsehahechoniquelar.

—¡Diosmío!—exclamóelEspantapájarosaloíreso—.¡Sisuinteligenciamuestraelmismolustre,québrillanteserá!Perohaznospasar:estoysegurodequeelEmperadornosrecibirá,inclusoensuestadoactual.

—ElestadodelEmperadoressiempremagnífico—dijoelhombre—.Perome tomaré el atrevimiento de comunicarle vuestra llegada y recibiré lasórdenespertinentes.

Así que el grupo siguió al sirviente hasta unamagnífica antesala, y trasellosentróelCaballeteconpasotorpe,sinsaberquelomásnaturalseríaque

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uncaballosequedaraafuera.

Alprincipiolosviajerossesintieronalgosobrecogidosporeseentorno,yhasta el Espantapájaros parecía impresionado mientras examinaba lossuntuosos tapices de hilos de plata terminados en nudos y sujetados conminúsculashachasdeplata.Sobreunamagníficamesacentralhabíaunajgranaceiteradeplata, lujosamentegrabadaconescenasdeantiguasaventurasdelLeñadordeHojalata,Dorothy,elLeónCobardeyelEspantapájaros:laslíneasdel grabado estaban trazadas en oro amarillo sobre la plata. De las paredescolgabanalgunosretratos,entreloscualeseldelEspantapájarosparecíaserelmás importante y el realizado con mayor esmero, mientras que una granpinturadel famosoMagodeOz, enelmomentodeobsequiaruncorazónalLeñadordeHojalata,cubríacasitodounlateraldelahabitación.

Losvisitantesadmirabanestascosasensilenciocuandoderepenteoyeronunavozpotenteenlahabitacióncontiguaqueexclamaba:

—¡Vaya,vaya,vaya!¡Quégransorpresa!

YentoncesseabriódegolpelapuertayNicoHacherocorrióhaciaellosyestrechó al Espantapájaros en un fuerte y cariñoso abrazo que lo llenó deplieguesyarrugas.

—¡Miqueridoyviejoamigo!¡Minoblecamarada!—gritóconregocijoelLeñadordeHojalata—.¡Quéalegríavolveraverte!

Luego soltó al Espantapájaros y se alejó un pocomientras contemplabaaquellasqueridasypintadasfacciones.

Pero ¡ay!, la cara del Espantapájaros y muchas partes de su cuerpomostrabangrandesmanchasdepomadaporqueelLeñadordeHojalata,conelentusiasmoporsaludarasuamigo,sehabíaolvidadoporcompletodelestadode su arreglo personal y había frotado la gruesa capa de pasta del propiocuerpocontraeldesucamarada.

—¡Ay,porDios!—dijoelEspantapájaros,apesadumbrado—.¡Quésucioestoy!

—Notepreocupes,amigomío—dijoelLeñadordeHojalata—.TeenviaréamiLavanderíaImperialysaldráscomonuevo.

—¿Nomedestrozarán?—preguntóelEspantapájaros.

—¡Claroqueno!—fuelarespuesta—.Perodime:¿cómollegóhastaaquísuMajestad?¿Yquiénesteacompañan?

Con gran cortesía, el Espantapájaros presentó a Tip y a JackCabeza deCalabaza, y este último personaje pareció interesar mucho al Leñador deHojalata.

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—Deboadmitirquenoeresmuyrobusto—dijoelEmperador—,perosíoriginal, así que mereces convertirte en un miembro de nuestra selectasociedad.

—Gracias,Majestad—dijoJackconpudor.

—Esperoqueestésdisfrutandodebuenasalud—prosiguióelLeñador.

—Demomento,sí—dijoconunsuspiroCabezadeCalabaza—.Perovivoaterradopensandoeneldíaenquemepudriré.

—¡Tonterías!—dijoelEmperador,peroentonocomprensivoyamable—.Te ruegoquenoempañes el soldehoyconel aguacerodemañana.Porqueantes de que tu cabeza tenga tiempo de pudrirse la podrás enlatar y de esaformalograráconservarseportiempoindefinido.

DuranteestaconversaciónTipmiróalLeñadorsindisimularelasombroynotó que el famosoEmperador de losWinkies estaba totalmente compuestopor piezas de hojalata hábilmente soldadas y remachadas para darle formahumana.Traqueteabaychirriabaunpocoalmoverse,peroengeneralparecíaestaringeniosamenteconstruido,yloúnicoquelearruinabaelaspectoeralagruesacapadepomadaquelocubríadelacabezaalospies.

La mirada del niño hizo que el Leñador de Hojalata recordara que noestabamuypresentable,asíquepidióalosamigosquelodisculparanmientrasse retiraba a sus aposentos privados y se dejaba lustrar por los criados.Esollevópocotiempo,ycuandoregresóelcuerponiqueladolebrillabademaneratanmagníficaqueelEspantapájaroslofelicitócongranefusividad.

—Admitoquelodelniqueladofueunaideamuyacertada—dijoNico—.Era algomuy necesario porqueme había cubierto de rasguños durantemisaudaces experiencias. Observarán la estrella que tengo grabada en el ladoizquierdodelpecho.Nosóloindicadóndeseencuentramiestupendocorazón,sino que también cubre de manera perfecta el parche que me hizo elMaravillosoMagotrascolocarmeconsushábilesmanosesevaliosoórganoenelpecho.

—¿Entoncestucorazónesunórganomanual?—preguntóconcuriosidadCabezadeCalabaza.

—De ninguna manera —respondió solemne el Emperador—. Estoyconvencidodequeesuncorazóndeltodoortodoxo,aunquealgomásgrandeymáscálidoqueelqueposeelamayoríadelaspersonas.

DespuéssevolvióhaciaelEspantapájarosypreguntó:

—¿Tussúbditos,queridoamigo,estáncontentosyfelices?

—Nolosé—fuelarespuesta—,porquelaschicasdeOzsehanlevantado

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enarmasymehanobligadoasalirdelaCiudadEsmeralda.

—¡SantoDios!—dijoelLeñadordeHojalata—.¡Quécalamidad!¡Nosequejan,estoyseguro,detugobiernosabioymisericordioso!

—No,perodicenqueesungobiernomaloquenofunciona—respondióelEspantapájaros—, y además esas damas opinan que los hombres hangobernado el país durante bastante tiempo. Así que han tomadomi ciudad,robado del tesoro todas las piedras preciosas y ahora hacen las cosas a sumanera.

—¡Qué terrible! ¡Qué insólito! —dijo el Emperador, indignado ysorprendido.

—Yoídeciraalgunas—explicóTipquepiensanvenirhastaaquíytomarelcastilloylaciudaddelLeñadordeHojalata.

—¡Ah! No tenemos que darles tiempo a que lo hagan —respondió deinmediato el Emperador—. Ahora mismo iremos y reconquistaremos laCiudadEsmeraldayrepondremoseneltronoalEspantapájaros.

—Estaba seguro de que me ayudarías —comentó satisfecho elEspantapájaros—.¿Cuántossoldadospuedesreunir?

—Nonecesitarnosningúnejército—dijoelLeñador—.Con la ayudademi hacha reluciente bastamos nosotros cuatro para infundir el terror en loscorazonesdelasrebeldes.

—Nosotroscinco—corrigióCabezadeCalabaza.

—¿Cinco?—repitióelLeñadordeHojalata.

—Sí,elCaballeteesvalienteyaudaz—respondióJack,olvidándosedesurecientepeleaconelcuadrúpedo.

El Leñador de Hojalata miró perplejo a su alrededor porque hasta esemomento el Caballete había permanecido silencioso en un rincón, donde elEmperadornolohabíavisto.DeinmediatoTipllamóalaextrañacriatura,quese acercó con tanta torpeza que por poco no derribó la bonita mesa y laaceiteragrabada.

—¡Empiezoapensar—señalóelLeñadordeHojalatamientrasmirabaconseriedadalCaballete—quelasmaravillasnotienenfin!¿Cómocobróvidaesacriatura?

—Lohiceyoconunpolvomágico—afirmóelniñoconmodestia—.YelCaballetenoshasidomuyútil.

—Nospermitióescapardelasrebeldes—añadióelEspantapájaros.

—Entoncesdebemosaceptarlocomocamarada—declaróelEmperador—.

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UnCaballetevivoesunanotablenovedadymereceríauninteresanteestudio.¿Sabesalgo?

—Bueno, no puedo afirmar que tenga una gran experiencia de vida—respondió el Caballete—, pero parece que aprendo con mucha rapidez y amenudomeparecequesémásquelosquemerodean.

—Quizá sea cierto —dijo el Emperador—, porque la experiencia nosiempresignificasabiduría.Peroahoraeltiempoesoro,asíquepreparémonosconrapidezparainiciarelviaje.

ElEmperadorllamóasuLordGranCancilleryledioinstruccionessobrecómo gobernar el reino en su ausencia. Mientras tanto, desarmaron alEspantapájaros y lavaron y rellenaron con cuidado la bolsa pintada que lehacía de cabeza usando los sesos que originalmente le había dado el granMago.Tambiénlelimpiaronyleplancharonlaropalossastresimperiales,ylelustraronylecosierondenuevolacoronaalacabeza,porqueelLeñadordeHojalata insistió en que no debía renunciar a ese símbolo de realeza. ElEspantapájarospresentabaahoraunaaparienciamuy respetableyaunquenoeranadaadictoalavanidadestabamuycontentoconsigomismoycaminabapavoneándose un poco. Mientras se hacía todo eso, Tip reparó lasextremidadesdemaderadeJackCabezadeCalabazaylasreforzó,ytambiéninspeccionóelCaballeteparacomprobarquefuncionasebien.

Alamañanasiguiente,muytemprano,emprendieronelregresoalaCiudadEsmeralda.ElLeñadordeHojalataabríalamarchallevandosobreelhombrounhachareluciente,mientrasCabezadeCalabazaibamontadoenelCaballeteyTipyelEspantapájaroscaminabana los ladosparaqueno secayerao sehicieradaño.

CAPÍTULO12

SR.BICHOVAIVÉNM.A.,P.E.

Ahora lageneral Jinjur—quecomorecordaremoscomandabaelEjércitoSublevado— estaba muy preocupada por la huida del Espantapájaros de laCiudad Esmeralda. Temía, con razón, que si su Majestad y el Leñador deHojalata hacían causa común peligrase ella y todo su ejército, porque elpueblodeOznohabíaolvidadotodavíalashazañasdeesosfamososhéroes,quehabíansalidoairososdetantasaventurassorprendentes.

Porlotanto,JinjurmandóllamardeinmediatoalaviejaMombi,labruja,yleprometióunabuenarecompensasiayudabaalejércitorebelde.

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MombiestabafuriosaconTipnosólopor labromaque lehabíagastadosinotambiénporsuhuidayporelrobodelpreciosoPolvodelaVida,asíquehizofaltapocoparaconvencerladeviajara laCiudadEsmeraldayayudaraJinjuraderrotaralEspantapájarosyalLeñadordeHojalata,ahoraamigosdeTip.

Acababa de llegar al palacio real cuando descubrió, mediante su magiasecreta,quelosaventurerosyaestabanencaminohacialaCiudadEsmeralda.Se encerró entonces en una pequeña habitación en lo alto de una torre apracticar su magia para impedir el regreso del Espantapájaros y suscompañeros.

PoresoelLeñadordeHojalatasedetuvoderepenteydijo:

—Ha ocurrido algo muy extraño. Yo debería conocer de memoria cadapasodeestecaminoysinembargomuchometemoquenoshayamosperdido.

—¡Esoes imposible!—protestó elEspantapájaros—. ¿Porqué crees,miqueridoamigo,quenoshemosextraviado?

—Porque delante de nosotros hay un gran campo de girasoles que yojamáshabíavistoenmivida.

Aloíresaspalabrastodosmiraronalrededorydescubrieronquerealmenteestabanrodeadosporuncampodetallosaltos,yquecadatallososteníaenlapuntaungirasolgigantesco.Yesasfloresnosóloloscegabanconsusvividoscolores rojos y dorados sino que también giraban sobre los tallos comomolinos de viento en miniatura, deslumbrándolos por completo ydesconcertándolosdetalmaneraquenosabíanenquédirecciónseguir.

—¡Esunabrujería!—exclamóTip.

Mientras estaban detenidos, asombrados y titubeando, el Leñador deHojalatalanzóungritodeimpacienciayavanzóblandiendoelhachadispuestoacortarlostallosqueteníapordelante.Peroderepentelosgirasolesdejaronde girar y los viajeros vieron con claridad que en el centro de cada floraparecía el rostro de una niña. Esos rostros encantadores miraron al grupoestupefactoconsonrisasburlonasyluegoestallaronenuncoroderisasalegresantelaconsternaciónquecausabasupresencia.

—¡Alto! ¡Alto! —gritó Tip mientras detenía el brazo del Leñador—.¡Estánvivas,sonniñas!

En esemomento las flores empezaron a girar de nuevo y los rostros sedesvanecieronyseperdieronenlosrápidosremolinos.

ElLeñadordeHojalatadejóelhachaysesentóenelsuelo.

—Sería muy cruel cortar a esas bonitas criaturas —dijo abatido—. Sin

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embargo,noveootramaneradeseguirnuestrocamino.

—Es raro, pero me miraron como las caras del Ejército Sublevado —reflexionó el Espantapájaros—. Pero no entiendo cómo las chicas puedenhabernosseguidohastaaquícontantarapidez.

—Creoqueesmagia—dijoTip totalmenteconvencido—,yquealguiennos está gastando una broma. He visto a la viejaMombi hacer ese tipo decosas.Quizánoseamásqueunailusiónynoexistaaquíningúngirasol.

—Entoncescerremoslosojosysigamosadelante—sugirióelLeñador.

—Perdón—dijoelEspantapájaros—.Peromisojosnoestánpintadosparacerrarse.Elque tú tengaspárpadosdehojalatanodebehacerte suponerquetodosestamoshechosdelamismamanera.

—Y los ojos del Caballete son nudos —dijo Jack, inclinándose haciadelanteparaexaminarlos.

—Sin embargo, debes avanzar con rapidez—ordenó Tip—, nosotros teseguiremos y así intentaremos escapar. Tengo los ojos tan encandilados queapenaspuedover.

CabezadeCalabazaarrancócabalgandoconaudaciayTipseaferródelapunta de la cola del Caballete y los siguió con los ojos cerrados. ElEspantapájarosyelLeñadordeHojalatacerrabanlamarchayapenashabíanrecorridounosmetroscuandoungritoalegredeJackanuncióqueelcaminoqueteníanpordelanteestabadespejado.

Entonces todos se detuvieron para mirar hacia atrás, pero no quedabaningúnrastrodelcampodegirasoles.

Más alegres ahora, siguieron su camino. Sin embargo, la vieja Mombihabía cambiado tanto el aspecto del paisaje que seguramente se habríanperdido si no fuera porque el Espantapájaros había llegado a la sabiaconclusión de que había que orientarse por el sol. Porque ninguna brujeríapodíacambiarelcursodelsol,queporlotantoeraunaguíasegura.

Perolesaguardabanotrasdificultades.ElCaballetepisóunaconejeraysecayóalsuelo.LacabezadecalabazafuelanzadaporlosairesyprobablementehabríaencontradosufinalsieneseprecisoinstanteelLeñadordeHojalatanolahubieraatrapadohábilmentecuandocaía,salvándoladesufriralgúndaño.

Tip pronto la colocó sobre el cuello y levantó a Jack. Pero el Caballetetuvo peor suerte, porque cuando le sacaron la pata descubrieron que estabaquebradaendosydebíanreemplazarlaoarreglarlaantesdedarunpasomás.

—Esmuygrave—dijoelLeñadordeHojalata—.Sihubieraalgúnárbolcercayopodríafabricarconrapidezotrapataparaesteanimal,peronoveoni

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siquieraunarbustoenkilómetrosalaredonda.

—-Ynohayni cercasni casas en esta parte delPaís deOz—agregó elEspantapájaros,desconsolado.

—Entonces¿quéharemos?—preguntóelniño.

—Supongo que tendré que poner mis sesos a trabajar —respondió SuMajestad el Espantapájaros—. Porque la experiencia me ha enseñado quepuedohacercualquiercosasimetomoeltiemponecesarioparapensarlo.

—Pensemos todos —dijo Tip—, y quizá encontremos la manera dearreglaralCaballete.

Así que se sentaron en hilera sobre la hierba y se pusieron a pensarmientras el Caballete se entretenía observándose con curiosidad la pataquebrada.

——¿Te duele? —preguntó el Leñador de Hojalata con voz suave ycomprensiva.

—No, en absoluto—dijo el Caballete—, pero lo que tengo herido es elorgulloaldescubrirlofrágilqueesmianatomía.

Durante un rato el pequeñogrupo se quedópensando en silencio.EnunmomentoelLeñadordeHojalatalevantólacabezaymiróhacialoscampos.

—¿Quéclasedecriaturaesesaqueseacerca?—preguntósorprendido.

Losdemássiguieronsumiradaydescubrieronqueibahaciaelloselobjetomásextraordinarioquejamáshabíanvisto.Avanzabaenvelozsilencioporlahierba blanda y a los pocos minutos estuvo delante de los aventureros,observándolosconelmismoasombroqueellostenían.

ElEspantapájarosnoperdíanuncalacalma.

—¡Buenosdías!—dijoconcortesía.

El desconocido se quitó el sombrero con un ademán elegante, hizo unaprofundareverenciayrespondió:

—Buenos días a todos y, a cada uno. Espero que como grupo esténgozandodeunaexcelentesalud.Permítanmeentregarlesmitarjeta.

TrasesascortesespalabrastendióunatarjetahaciaelEspantapájaros,quelaaceptó,lagiróunayotravezyluegoselapasóaTipconunmovimientodecabeza.

Elniñoleyóenvozalta:

«SR.BICHOVAIVÉN,M.A.,P.E.»

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—¡Diosmío!—exclamóCabezadeCalabaza,clavándolelamirada.

—¡Quéraro!—dijoelLeñadordeHojalata.

Tipabrió losojosdeasombroyelCaballetesoltóunsuspiroyvolvió lacabeza.

—¿Ustedesrealmenteunbichovaivén?—preguntóelEspantapájaros.

—¡Por supuesto,mi estimadocaballero!—respondió eldesconocidocontonoenérgico—.¿Acasonoestáminombreenlatarjeta?

—Claroqueestá—dijoelEspantapájaros—.Pero¿mepermitepreguntarlequésignifica«M.A.»?

—M.A.significaMuyAmpliado—dijoelBichovaivénconorgullo.

—Ah,entiendo.—ElEspantapájarosmiróaldesconocidoconojocrítico—.¿Yesverdadqueestámuyampliado?

—Señor —dijo el Bichovaivén—, creía que era usted un caballero decriterioydiscernimiento.¿Nolepareceevidentequesoyunoscuantosmilesdevecesmásgrandequecualquierbichovaivénquehayavistojamás?Porlotanto, resultamuy claro que estoyMuyAmpliado, y no hay ninguna buenarazónparaquedudedelhecho.

—Discúlpeme —dijo el Espantapájaros—. Tengo los sesos un pocomezcladosdesdequemelavaronyplancharonlaúltimavez.¿Estaríamalqueyolepreguntaratambiénquésignifica«P.E.»despuésdesunombre?

—Esas letras expresan mi título —respondió con una sonrisacondescendiente el Bichovaivén—. Para ser más explícito, las inicialessignificanqueestoyPerfectamenteEducado.

—¡Ah!—dijoelEspantapájarosconbastantealivio.

Tipnopodíaquitarlavistadeencimaaesepersonajemaravilloso.Loqueveía era el cuerpo grande y redondo de un bicho sostenido por dos piernasfinas que terminaban enpies delicados, condedos doblados hacia arriba.ElcuerpodelBichovaivéneramásbienchatoy,ajuzgarporloqueseveía,teníala parte de atrás de color marrón oscuro brillante mientras que por delantepresentaba rayas que alternaban bandas blancas y marrón claro, que semezclaban en los bordes. Tenía los brazos tan delgados como las piernas ysobreelcuellomásbien largoseposaba lacabeza,nomuydiferentedeunacabezahumana,exceptopor lanarizqueterminabaenunapéndicerizado,otentáculo,yporlasorejas,encuyapartesuperiordisponíadeunasantenasquedecoraban la cabeza a ambos lados como dos minúsculas colas de cerdorizadas.Habíaquereconocerqueesosojosnegrosyredondoseranmásbiensaltones, pero la expresión de la cara del Bichovaivén no era nada

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desagradable.

Como vestimenta el insecto llevaba un abrigo azul oscuro con faldones,forradodesedaamarillayconunaflorenelojal;unchalecodelonablancaqueleapretabaelanchocuerpo;pantalonesbombachosdefelpabeige,sujetosa las rodillas con hebillas doradas; y sobre la pequeña cabeza lucía condesenfadounaltosombrerodeseda.

DepieantenuestrosatónitosamigoselBichovaivénparecíatanaltocomoelLeñadordeHojalata,yconseguridadningúnbichohabíaalcanzadojamásesetamañoenelPaísdeOz.

—Reconozco—dijoelEspantapájaros—que tu abrupta apariciónmehasorprendidoysindudahaasustadoamiscamaradas.Sinembargo,esperoqueesonotedisguste.Esprobablequeconeltiemponosacostumbremosati.

—¡Notedisculpes,teloruego!—dijoserioelBichovaivén—.Sorprendera la gente me proporciona un gran placer porque con seguridad no se mepuede considerar un insecto común y tengo derecho a la curiosidad y a laadmiracióndeaquellosconlosquemeencuentro.

—¡Sí,porsupuesto!—concordósuMajestad.

—Si me permitís sentarme en vuestra augusta compañía—prosiguió eldesconocido—,conmuchogustoosrelatarémihistoriaparaquemejorpodáiscomprendermiaspectoinusualo,porquéno,excepcional.

—Puedes decir lo que quieras—respondió lacónicamente el Leñador deHojalata.

AsíqueelBichovaivénsesentóen lahierba, frentealpequeñogrupodetrotamundos,ylescontólasiguientehistoria…

CAPÍTULO13

UNAHISTORIAMUYAMPLIADA

—Parasersincero,deberíareconocerdesdeelcomienzodemirelatoquealnaceryoeraunbichovaivéncomún—empezódiciendolacriaturaconuntonofrancoyamable—alnoconocernadamejorusabatantolosbrazoscomolaspiernasparacaminarymearrastrababajolosbordesdelaspiedrasomeescondíaentrelasraícesdelashierbassinotraintenciónquebuscarinsectosmáspequeñosqueyoparaluegocomérmelos.

»Lasnochesfríasmeentumecíanyme impedíanmovermeporqueyonousabaropa,perocadamañanaloscálidosrayosdelsolmedevolvíanalavida

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yalaactividad.Ésaesunaexistenciahorrible,perodebemosrecordarqueasíeseldestinode losbichovaivenesyeldemuchasotrasminúsculascriaturasquehabitanlaTierra.

»¡Sinembargo,apesardeseryotanhumilde,laFortunameeligióparaundestinomás grandioso!Cierto día andaba cerca de una escuela de campo ydespertómicuriosidadelmonótonozumbidodelosestudiantesquehabíaallídentro; me atreví entonces a entrar y arrastrarme por una grieta entre dostablones hasta que llegué al final donde, frente a una chimenea de brasasardientes,estabaelmaestrosentadoantesuescritorio.

»Nadiesefijóenunacriaturatanpequeñacomounbichovaivén,ycuandodescubríquelachimeneaeratodavíamáscálidaycómodaquelosrayosdelsol,decidíestablecermifuturohogarjuntoaella.Encontréentoncesunnidoencantador entre dos ladrillos y me escondí allí durante muchos, muchosmeses.

»Sinduda,elProfesorSabelotodoeseleruditomásfamosodelPaísdeOz,yalcabodeunospocosdíasempecéaescucharlasclasesylasdisertacionesque daba a sus alumnos. Ninguno de ellos prestaba más atención que elhumilde inadvertido Bichovaivén, y de ese modo adquirí un cúmulo deconocimientosque,confieso,essencillamentemaravilloso.EsésalarazónporlaquepongoenmistarjetasP.E.,PerfectamenteEducado,porquemimayororgullo reside en el hecho de que el mundo no puede producir otrobichovaivénconunadécimapartedemipropiaculturayerudición.

—Noteculpo—dijoelEspantapájaros—.Laeducaciónesalgodeloquehay que estar orgulloso. Yo también estoy educado. Según mis amigos elrevoltijodesesosquemedioelGranMagoesinsuperable.

—Sinembargo—interrumpióelLeñadordeHojalata—,creoqueunbuencorazónesmuchomásdeseablequelossesosolaeducación.

—Paramí—dijoelCaballete—unapataesmásdeseablequetodoeso.

—¿Podríamosverlassemillascomounaformadecerebro?—preguntóderepenteCabezadeCalabaza.

—¡Cállate!—ordenóTipcontonosevero.

—Muybien,queridopadre—respondióelobedienteJack.

El Bichovaivén escuchó esos comentarios con paciencia, incluso conrespeto,ydespuésreanudósuhistoria.

—Debode haber vivido tres años completos en esa aislada chimeneadeescuela de campo—dijo—, bebiendo con ansia de la fuente inagotable deconocimientoquebrotabaantemí.

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—¡Qué poético! —comentó el Espantapájaros mientras asentía con lacabezaenseñaldeaprobación.

—Peroundía—prosiguióelBichovaivén—seprodujounacircunstanciaquealterómiexistenciaymellevóhastamiactualpináculodegrandeza.ElProfesor me sorprendió atravesando la chimenea y antes de que pudieraescaparmeapresóentreelpulgaryelíndice.

»—Mis queridos niños —dijo—, he capturado un bichovaivén, unespécimenmuyraroymuyinteresante.¿Algunodevosotrossabeloqueesunbichovaivén?

—¡No!—gritaronacorolosalumnos.

»—Entonces—dijoelprofesor—,sacarémi famosa lupayproyectaréelinsectosobreunapantallaenuntamañomuyampliadoqueospermitaatodosestudiarendetallesuextrañaconstrucciónyconocersushábitosy formadevida.

»Luegosacódeunarmariounmuycuriosoinstrumentoyantesdequeyopudiera comprender qué había ocurrido me encontré proyectado sobre unapantallaenuntamañomuyampliado,exactamentecomomevenahora.

»Los estudiantes se subieron a los pupitres y estiraron el cuello haciadelante para verme mejor y dos niñas treparon al alféizar de una ventanaabiertadesdedondepodíancontemplarmeconmayorfacilidad.

»—Observad —dijo el profesor en voz alta— este bichovaivén muyampliado.¡Unodelosinsectosmáscuriososqueexisten!

»Gomo estaba Perfectamente Educado y sabía lo que se espera de uncaballerocuito,enesemomentomequedédepie,mellevéunamanoalpechoy saludé con una cortés reverenda. Mi conducta, tan inesperada, debió deasustarlos porque una de las niñas que estalla subirla al alféizar lanzó unchillido y se cayó de espaldas por la ventana, arrastrando con ella a sucompañera.

»Elprofesor lanzóungritodehorrorysaliócorriendopor lapuertaparaversi laspobresniñassehabíanlastimado.Losalumnoslosiguieronenunadesordenada horda y yo quedé solo en el aula, todavía en estado MuyAmpliadoyconlibertadparahacerloquequisiera.

»De inmediato se me ocurrió que ésa era una buena oportunidad paraescapar.Mesentíaorgullosodemigrantamañoycomprendíqueahorapodíaviajar cualquier parte del mundo, en tanto que mi cultura superior meconvertía en el socio adecuado para la persona más sabia que pudieraencontrar.

»Así que, mientras el profesor levantaba del suelo a las niñas —que

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estabanmásasustadasqueheridas—ylosalumnosseapiñabanasualrededor,salí tranquilamente de la escuela, di la vuelta a la esquina y hui pasandoinadvertidohastaunbosquecilloquehabíacerca.

—¡Maravilloso!—exclamóconadmiraciónCabezadeCalabaza.

—Sí, realmente —coincidió el Bichovaivén—. Nunca he dejado defelicitarmeporhaberescapadomientrasestabaMuyAmpliado,puestoquedepocohabría servidomi excesivo conocimiento si hubiera seguido siendo uninsectominúsculoeinsignificante.

—No sabía—dijo Tipmirando desconcertado al Bichovaivén—que losinsectosusaranropa.

—Noensuestadonatural—dijoeldesconocido—.Peroeneltranscursodemisandanzas tuvelafortunadesalvar lanovenavidadeunsastre:comoquizásepáis,lossastrestienennuevevidascomolosgatos.Elhombreestabamuyagradecidoporquelapérdidadeesavidahabríasignificadosufin,asíqueme rogó que le permitiera confeccionar el elegante traje que ahora llevopuesto.¿Verdadquemesientamuybien?—YelBichovaivénsepusodepieydiomediavuelta,despacio,paraquetodospudieranadmirarsupersona.

—Debe de haber sido un buen sastre —dijo el Espantapájaros algoenvidioso.

—Entodocasofueunsastredegrancorazón—señalóNicoHachero.

—Pero ¿adónde ibas cuando nos encontraste? —preguntó Tip alBichovaivén.

—A ningún sitio en particular —fue la respuesta—, aunque tengo laintencióndevisitarprontolaCiudadEsmeraldayconcertartodolonecesarioparadaranteunpúblicoselectounciclodeconferenciassobre«LasventajasdelaAmpliación».

—Nosotros vamos rumbo a la Ciudad Esmeralda—dijo el Leñador deHojalata—,demaneraquesilodeseaspuedesviajarennuestracompañía.

ElBichovaivénhizounareverenciamuycortés.

—Será un gran placer —dijo— aceptar vuestra invitación, porque enningún lugar del País de Oz podría yo esperar encontrar una compañía tanagradable.

—Escierto—reconocióCabezadeCalabaza—.Somostanafinescomolasmoscasylamiel.

—Pero…disculpadme si parezcounpoco curioso…vosotros, ejem, ¿nosoisunpocoraros?—preguntóelBichovaivén,mirándolosunoporunoconindisimuladointerés.

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—Nomásquetú—respondióelEspantapájaros—.Todoesraroenlavidahastaqueteacostumbras.

—¡Quéextrañafilosofía!—exclamóconadmiraciónelBichovaivén.

—Sí,mis sesos funcionan bien hoy—admitió el Espantapájaros con undejodeorgulloenlavoz.

—Entonces, si estáis suficientemente descansados y renovados dirijamosnuestrospasoshacialaCiudadEsmeralda—propusoelAmpliado.

—Nopodemos—dijoTip—.ElCaballeteséharotounapata,asíqueesincapazdedarunsolopaso.Ynohayningúnbosquecercaparahacerleunanueva extremidad. Y no podemos dejar aquí al caballo porque Cabeza deCalabazajtienetanrígidaslasarticulacionesquenecesitairmontado.

—¡Quépena!—dijoelBichovaivén.Entoncesmiróconatenciónalgrupoyagregó—:SiCabezadeCalabazatienequeirmontado,¿porquénousarunadesuspatasparafabricarunaparaelcaballoquelollevaacuestas?Calculoqueambosestánhechosdemadera.

—Eso es lo que yo llamo inteligencia —dijo con aprobación elEspantapájaros—. ¡Me pregunto por qué mis sesos no lo pensaron antes!Manosalaobra,miqueridoNico,yadaptalapatadeCabezadeCalabazaalCaballete.

AJacknolegustómucholaidea,peroaceptóqueelLeñadordeHojalatale amputara la patay le sacarapunta en los extremospara adaptarla al ladoizquierdo del Caballete. Tampoco el Caballete estaba muy contento con laoperación,puestoqueestuvomascullandoalgoacercadeloqueélllamabala«carnicería»,ydespuésdeclaróqueparaunrespetableCaballetelanuevapataeraunavergüenza.

—Te ruego que midas tus palabras —dijo bruscamente Cabeza deCalabaza—.Noteolvidesdequeestásinsultandomipata.

—Noloolvido—contestóelCaballete—,porqueestanendeblecomoelrestodetupersona.

—¡Endeble! ¡Endeble yo! —gritó Jack, hecho una furia—. ¿Cómo teatrevesallamarmeendeble?

—Porqueestáshechodemanera tan ridículacomounamarioneta—dijocondesdén el caballo, haciendogirar con ferocidad losojosnudosos—. ¡Nisiquieramantienes recta la cabeza,ynunca se sabe simiraspara adelanteoparaatrás!

—¡Amigos, os ruego que no riñáis! —suplicó el Leñador de Hojalata,preocupado—. La verdad es que ninguno de nosotros es perfecto, así que

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soportemoslosdefectosdelosdemás.

—Magnífica sugerencia—dijo el Bichovaivén con aprobación—.Debesdetenerunexcelentecorazón,amigometálico.

—Lotengo—dijoNico,complacido—.Elcorazónesmimejorparte.Peroahorapongámonosenmarcha.

Colocaron al cojo Cabeza de Calabaza sobre el Caballete y lo ataron alasientoconcuerdasparaquenocayera.

Después, siguiendo al Espantapájaros, echaron a andar hacia la CiudadEsmeralda.

CAPÍTULO14

LAVIEJAMOMBIPRACTICALABRUJERÍA

ProntodescubrieronqueelCaballetecojeaba,porquesunuevapiernaeraun poco más larga que las otras. Así que no tuvieron más remedio quedetenerseparaqueelLeñadordéHojalataselarecortaraconelhacha,traslocual el corcel demadera anduvomás cómodo. Pero el Caballete aún no sedabaporsatisfecho.

—¡Quépenahabermerotolaotrapata!—gruñó.

—Alcontrario—comentócondisplicenciaelBichovaivén,quecaminabaa su lado—, deberías considerarlo un accidentemuy afortunado. Porque uncaballodepocosirvemientrasnoestáquebrado.

—Discúlpame—dijoTipalgomolesto,porquesentíaungrancariñoporelCaballeteyporJack—,peropermítemedecirquetubromanosóloesdemalgustosinoqueesunabromagastada.

—Sinembargoesunabroma—declaróelBichovaivéncon firmeza—,yuna broma que procede de un juego de palabras se considera entre genteeducadacomoalgomuyapropiado.

—¿Quésignificaeso?—preguntóCabezadeCalabaza.

—Significa, mi querido amigo—explicó el Bichovaivén—, que nuestrolenguaje tiene muchas palabras con doble sentido; y que hacer un chisteusandolosdossignificadosdeciertapalabrademuestraqueelchistosoesunapersonacultayrefinadaytiene,además,undominiototaldellenguaje.

—Noestoydeacuerdo—dijoTip, sin rodeos—.Cualquierapuedehacerunjuegodepalabras.

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—Noesasí—respondióconfrialdadelBichovaivén—.Requiereunaltogradodeeducación.¿Túestáseducado,joven?

—Nomucho—admitióTip.

—Entonces no puedes opinar sobre el tema. Yo mismo estoyPerfectamenteEducadoyafirmoquelosjuegosdepalabrasrevelangenio.Porejemplo, si yo montara en este Caballete, él no sólo sería un animal: seconvertiríaenunvehículo.Porqueseríauncaballodetransporte.

Aloíreso,elEspantapájarosahogóungritoyelLeñadordeHojalata sedetuvoensecoymiróentonodereprochealBichovaivén.Almismotiempoel Caballete soltó un sonoro resoplidomordaz y hasta Cabeza de Calabazalevantólamanoparaocultarlasonrisaque,alestartalladaenlacara,nopudoconvertirenunamuecadedesaprobación.

Pero el Bichovaivén siguió pavoneándose como si hubiera hecho uncomentariobrillante.

—Me han dicho, mi querido amigo, que una persona se puede volverdemasiadoeducada—sevioobligadoadecirelEspantapájaros—,yaunquelos sesos me merecen el mayor de los respetos, no importa cómo esténorganizadosoclasificados,empiezoasospecharquelostuyossehanenredadounpoco.Encualquier caso,debo rogarteque refrenes tueducación superiormientrasestésennuestracompañía.

—No tenemos manías —añadió el Leñador de-Hojalata— y somossumamentebondadosos.Perosituculturasuperiorsedescontroladenuevo…—No terminó la frase, pero hizo girar la brillante hacha con tantadespreocupación que el Bichovaivén pareció asustarse y se apartó hastaponerseaunadistanciasegura.

Losdemássiguieronavanzandoensilencio,yelMuyAmpliado,despuésdeunratodecavilación,dijoconvozhumilde:

—Procurarécontrolarme.

—Esoes loúnicoqueesperamos—dijocomplacidoelEspantapájaros,yalrestablecerselaalegrearmoníaenelgrupo,continuaronelviaje.

CuandovolvieronadetenerseparapermitirqueTipdescansara—elniñoeraelúnicoqueparecíaagotarse—,elLeñadordeHojalataobservómuchosagujerosredondosenelsuelodelprado.

—Debe de ser la aldea de los Ratones del Campo —le dijo alEspantapájaros—.QuizámiviejaamigalaReinadelosRatonesestéporaquí.

—Si está, quizá nos sea de gran ayuda—respondió elEspantapájaros, aquienderepenteselehabíaocurridounaidea—.Aversipuedesllamarla,mi

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queridoNico.

DemodoqueelLeñadordeHojalatasoplóunanotaagudaenunsilbatodeplataque llevabacolgadodelcuelloyde inmediatounminúsculo ratóngrissaliódeunagujerocercanoy se lesacercósin temor.PorqueelLeñadordeHojalataunavezlehabíasalvadolavida,ylaReinadelosRatonesdelCamposabíaquepodíaconfiarenél.

—Buenosdías,Majestad—dijoNico,dirigiéndosecortésmentealaratona—;esperoquedisfrutesdebuenasalud.

—Gracias, estoymuy bien—respondió con recato la Reinamientras selevantaba sobre las patas traseras y mostraba la minúscula corona sobre lacabeza—.¿Puedohaceralgoparaayudaramisviejosamigos?

—Claroquepuedes—respondióansioso,elEspantapájaros—.Tesuplicoque me dejes llevar conmigo a una docena de tus súbditos a la CiudadEsmeralda.

—¿Sufriránalgúntipodedaño?—preguntóconrecelolaReina.

—Creoqueno—contestóelEspantapájaros—.Los llevaréocultosen lapaja que rellena mi cuerpo y cuando les dé la señal desabotonándome lachaquetaellossólotendránquesalircorriendoyvolveracasalomásrápidoposible.ConesomeayudaránarecuperareltronoqueelEjércitoSublevadomehaarrebatado.

—En ese caso—dijo la Reina—, nome opondré a tu petición. Cuandoestéslistollamaréadocedemissúbditosmásinteligentes.

—Yaestoylisto—dijoelEspantapájaros.Seacostóbocaarribaenelsueloysedesabotonólachaqueta,dejandoaldescubiertolamasadepajaconlaqueestabarelleno.

LaReinaemitióungritoagudoyenuninstanteunadocenadehermososratones de campo salieron de las cuevas y se detuvieron delante de sugobernante,esperandoórdenes.

Lo que la Reina les dijo no lo entendió ninguno de nuestros viajeros,porque lohizoenel idiomaratonil,pero los ratonesobedecieronsinvacilar,corrieronunotrasotrohastaelEspantapájarosyseescondieronenlapajadelpecho.

Cuandolosdoceratonesestuvieronocultos,elEspantapájarosseabotonóbien la chaqueta y luego se levantó y dio las gracias a la Reina por suamabilidad.

—Podríashaceralgomáspornosotros—sugirióelLeñadordeHojalata—:correr delante y mostrarnos el camino a la Ciudad Esmeralda. Porque es

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evidentequealgúnenemigoestátratandodeimpedirquelleguemosallí.

—Conmuchogustoloharé—dijolaReina—.¿Estáislistos?

ElLeñadordeHojalatamiróaTip.

—Yaestoydescansado—dijoelniño—.Vamos.

Entoncesreanudaronelviaje.LapequeñaReinadelosRatonesdelCampocorríaconrapidezpordelantedelgrupo,sedeteníahastaquelosviajerosseacercabanydenuevovolvíaacorrer.

Sin esa guía infalible el Espantapájaros y sus acompañantes quizá nohubieran llegado nunca a la Ciudad Esmeralda, porque eran muchos losobstáculospuestosenelcaminoporlasartesdelaviejaMombi.Sinembargo,ningunode los obstáculos existía de verdad; todos eran engaños hábilmentecreados.Cuandollegarona laorilladeunrío turbulentoqueamenazabaconimpedirleselpaso, lapequeñaReinasiguióadelanteconfirmeza,ypasósinpeligroporlaaparentecrecida,ynuestrosviajeroslasiguieronsinencontrarniunasolagotadeagua.

Otra vez un alto muro de granito se levantó cerrándoles el paso. Perocuando la Ratona de Campo lo atravesó sin dudar y los demás hicieron lomismo,elmurosedesvaneció.

Mástarde,trasdetenerseunratoparapermitirqueTipdescansara,vieronqueasuspiesseabríancuarentacaminosencuarentadireccionesdiferentes,yprontoestoscuarentacaminosempezaronagiraralrededordeelloscomounapotenterueda,primeroenunadirecciónyluegoenlaotra,desconcertándolosporcompleto.

PerolaReinapidióquelasiguieranysaliócorriendocomounaflechaenlínearecta;cuandoelgrupohuboavanzadounospasos,lossenderosgiratoriossedisiparonynoselosviomás.

La última trampa de Mombi fue la más horrible de rodas. Envió unacortina de chisporroteantes llamas que avanzó con rapidez sobre los pradosparareducirlosacenizas,yporprimeravezelEspantapájarossintiómiedoydiomediavueltadispuestoahuir.

—¡Siel fuegome tocadesapareceréenunsantiamén!—dijo, temblandohastaquelecrujiólapajadelcuerpo—.Nuncamehabíaencontradoconalgotanpeligroso.

—¡Yotambiénmevoy!—gritóelCaballete,volviéndoseconunanerviosacabriola—.Mimaderaestátansecaquearderíacomounacerilla.

—¿Elfuegoespeligrosoparalascalabazas?—preguntóJackcontemor.

—¡Te asarás como una tarta, igual que yo!—respondió el Bichovaivén

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poniéndoseacuatropatasparacorrermásrápido.

Pero el Leñador de Hojalata, como no temía al fuego, impidió ladesbandadaconunaspocaspalabrassensatas.

—¡Mirad a laRatona deCampo!—gritó—.El fuego no le hace ningúndaño.Enrealidadesunengaño;nohayningúnfuego.

AlverquelapequeñaReinamarchabatranquilamenteentrelasllamas,losintegrantes del grupo recuperaron el valor y la siguieron sin siquierachamuscarse.

—Ésta es con seguridad una aventura extraordinaria —dijo elBichovaivén,queestabamuyasombrado—,porquevacontratodaslasLeyesdelaNaturalezaqueoíenseñaralProfesorSabelotodoenlaescuela.

—Claro que sí—dijo con sabiduría el Espantapájaros—.Todamagia esantinatural,yporesarazónseladebetemeryevitar.PeroveoantenosotroslaspuertasdelaCiudadEsmeralda,asíquesupongoquehemosvencidotodoslosobstáculosmágicosqueparecíaninterponerseennuestrocamino.

Lasmurallas de la ciudad se veían con total claridad, y la Reina de losRatonesdelCampo,quecontantafidelidad loshabíaguiado,seacercóparadespedirse.

—EstamosmuyagradecidosaSuMajestadportanamableayuda—dijoelLeñadordeHojalata,haciendounareverenciaalapreciosacriatura.

—Siempremegustaayudaralosamigos—respondiólaReina,ycomounrayoechóacorrerdevueltaacasa.

CAPÍTULO15

LOSPRISIONEROSDELAREINA

AlacercarsealapuertadelaCiudadEsmeraldalosviajeroslaencontraroncustodiada por dos niñas del Ejército Sublevado, que les cerraron el pasosacándose lasagujasde tejerdelpeloyamenazandoconpincharalprimeroqueselesacercara.

PeroelLeñadordeHojalatanoseasustó.

—Enelpeordeloscasosrasguñaránmihermosoniquelado—dijo—.Perono llegaremos a ese extremo, porque me parece que puedo asustar confacilidadaesasabsurdassoldados.¡Seguidmetodosdecerca!

Entonces, haciendo oscilar el hacha por delante a derecha e izquierda,

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describiendoconellaungrancírculo,avanzóhacia lapuertay losdemás losiguieronsinvacilar.

Lasniñas,quenoesperabanningunaresistencia,seaterrorizaronalverelmovimientodelhacharefulgenteyhuyerongritandohacialaciudad.Nuestrosviajeros atravesaron entonces sin peligro la puerta y marcharon por elpavimentodemármolverdedelaanchacallequeconducíaalpalacioreal.

—A este paso pronto repondremos a SuMajestad en el trono—dijo elLeñadordeHojalata,riéndosedelafácilderrotadelasguardianas.

—Gracias, amigo Nico—dijo agradecido el Espantapájaros—. Nada seresisteatunoblecorazónyatufilosahacha.

Mientraspasabanpordelantedelashilerasdecasasvieronatravésdelaspuertas abiertas que los hombres barrían, quitaban el polvo y lavaban losplatos,mientraslasmujeres,sentadasengrupos,chismorreabanysereían.

—¿Qué ha ocurrido? —preguntó el Espantapájaros a un hombre deexpresión triste y barba tupida, que llevaba un delantal y empujaba uncochecitodebebéporlaacera.

—Comoustedbiendeberíasaber,Majestad,hemostenidounarevolución—dijoelhombre—,ydesdequeustedsemarchólasmujeresllevanlascosasa su manera. Me alegra que haya decidido volver y restablecer el orden,porquehacerlastareasdelacasaycuidaralosniñosestáagotandolasfuerzasdetodosloshombresdelaCiudadEsmeralda.

—¡Humm! —dijo pensativo el Espantapájaros—. Si es un trabajo tanpesado como dices, ¿cómo hacían las mujeres para resolverlo con tantafacilidad?

—Laverdadesquenolosé—contestóelhombreconunhondosuspiro—.Quizálasmujeresestánhechasdehierrofundido.

Mientras iban por las calles nadie se movió para impedirles el paso.Algunas mujeres dejaron de chismorrear lo suficiente como para lanzarmiradas de curiosidad a nuestros amigos, pero enseguida volvieron la carariéndoseocondesdénycontinuaronconsuparloteo.YcuandolosviajerossetopabanconchicasdelEjércitoSublevado,esassoldados,envezdealarmarseo mostrar sorpresa, simplemente se apartaban y los dejaban seguir sinprotestar».

EsaactitudpreocupóalEspantapájaros.

—Sospechoquevamoshaciaunatrampa—dijo.

—¡Pamplinas!—dijoNicoHacherosinperderlaconfianza—.¡Yahemosvencidoaesastontascriaturas!

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PeroelEspantapájarosmoviólacabezaexpresandosusdudas,yTipdijo:

—Estoesdemasiadofácil.Hayqueestaratentoalosposiblesproblemas.

—Loestaré—dijoSuMajestad.

Sinresistenciaalguna,llegaronalpalaciorealysubieronporlasescalerasdemármol,quealgunavezhabíantenidounagruesacapadeesmeraldasperoque ahora estaban llenas de diminutos agujeros, los engarces de donde elEjércitoSublevadohabíaarrancadosinpiedadlaspiedras.Yhastaelmomentoningunarebeldeleshabíacerradoelpaso.

El Leñador de Hojalata y sus seguidores avanzaron por el vestíbulo enformadearcoyentraronenlamagníficaSaladelTrono;unavezallí,cuandolascortinasdesedaverdecayeronasuespalda,vieronuncuriosoespectáculo.

SentadaenelrutilantetronoestabalageneralJinjur,conlasegundamejorcoronadelEspantapájarossobrelacabezayelcetrorealenlamanoderecha.Laniñateníaenelregazounacajadecaramelosdelacualseservía,yparecíamuyagustoenaquelambientereal.

El Espantapájaros se adelantó un paso y se enfrentó a ella, mientras elLeñador de Hojalata se apoyaba en el hacha y los demás formaban unsemicírculoaespaldasdelapersonadeSuMajestad.

—¿Cómoteatrevesasentarteenmitrono?—preguntóelEspantapájarosmirandocondurezaalaintrusa—.¿Nosabesqueeresculpabledetraiciónyquehayunaleyquecastigalatraición?

—El trono pertenece a quien es capaz de ocuparlo —respondió Jinjurmientras comía despacio otro caramelo—.Yo lo he ocupado, como ves, asíque ahora soy la Reina, y quien se me oponga será culpable de traición ydeberásercastigadoporlaleyqueacabasdemencionar.

EseargumentodesconcertóalEspantapájaros.

—¿Qué piensas, amigo Nico? —preguntó, volviéndose al Leñador deHojalata.

—Que cuando se trata de la ley, nada tengo que decir—respondió esepersonaje—, porque las leyes nunca fueron hechas para ser entendidas, eintentarhacerloresultaestúpido.

—Entonces¿quéharemos?—preguntóconsternadoelEspantapájaros.

—¿Por qué no te casas con la Reina? Así podréis gobernar los dos—sugirióelBichovaivén.

Jinjurlanzóunamiradafuribundaalinsecto.

—¿Porquénolahacesvolverconsumadre,queesdondetienequeestar?

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—preguntóJackCabezadeCalabaza.

Jinjurfruncióelceño.

—¿Porquénolaencierrasenunarmariohastaqueseportebienyprometaserbuena?—preguntóTip.

Jinjurhizounamuecadedesdén.

—¡Olazamarreasbien!—añadióelCaballete.

—No—dijo el Leñador de Hojalata—, debemos tratar con dulzura a lapobre chica.Démosle todas las joyas que pueda llevarse y hagamos que sevayafelizycontenta.

AloíresolaReinaJinjursoltóunacarcajadaybatiópalmastresvecesconlashermosasmanos,comosienviaraunaseñal.

—Soiscriaturasmuyabsurdas—dijo—,peroyamehehartadodevuestrasestupidecesynotengotiempoparaseguirocupándomedevosotros.

Mientraselmonarcaysusamigosescuchabanconasombroesaspalabrasinsolentes, ocurrió algo alarmante. Alguien arrebató desde atrás el hacha alLeñador de Hojalata, que de repente se vio desarmado e indefenso. En esemismoinstanteunacarcajadaestallóenlosoídosdelabandaleal,yaldarselavueltaparaverdedóndesalíasevieron rodeadosporelEjércitoSublevado,cuyas niñas blandían en las manos refulgentes agujas de tejer. La Sala delTrono parecía llena de rebeldes, y el Espantapájaros y sus compañeroscomprendieronqueloshabíanhechoprisioneros.

—Comoveis,enfrentarsea la inteligenciadeunamujeresunaestupidez—dijo Jinjur con alegría—, y lo que demuestra este hecho es que estoy enmejorescondicionesdegobernarlaCiudadEsmeraldaqueelEspantapájaros.Os aseguro que no os guardo rencor, pero para que no me resultéisproblemáticosenel futuroordenaréqueosdestruyana todos,decir, a todosmenosalniño,quepertenecea laviejaMombiy ledebe ser restituido.Losdemásnosoishumanosyvuestradestrucciónnoseráporlotantounamaldad.HaréquecortenentrozoselcuerpodelCaballeteyeldeCabezadeCalabazapara hacer leña, y la calabaza servirá para hacer tartas. El Espantapájarosservirámuy bien para encender una hoguera y alHombre deHojalata se lepuede cortar en pedacitos y dárselos a las cabras. En cuanto a este enormeBichovaivén…

—¡DigaustedMuyAmpliado!—interrumpióelinsecto.

—Creoquepediréalcocineroquehagacontigounasopadetortugaverde—continuópensativalaReina.

ElBichovaivénseestremeció.

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—Y si eso no puede ser, quizá servirías para un estofado húngaro biencondimentado—añadióconcrueldad.

Eseprogramadeexterminioeratanterriblequelosprisionerossemiraronunos a otros con pánico. El único que no cedió a la desesperación fue elEspantapájaros. Se quedó en silencio delante de la Reina con la frentearrugada por profundos pensamientos mientras se esforzaba por encontraralgunaformadesalvación.

Mientrasestabaocupadoporesaactividadsintióunpequeñomovimientoenlapajadelpecho.Derepentesuexpresiónpasódelatristezaalaalegría,levantóunamanoysedesabotonóconrapidezlachaqueta.

Ese movimiento no pasó inadvertido a la multitud de niñas que lorodeaban,peroningunadeellasintuyóloqueélestabahaciendohastaqueunminúsculoratóngrislesaltódelpechoalsueloyechóacorrerentrelospiesdelEjército Sublevado.Detrás, con rapidez, salió otro ratón, y luego otro yotro. Y de repente brotó del ejército un grito de terror que podría haberconsternado al corazón más fuerte. La huida que siguió se convirtió endesbandada,yladesbandadaenpánico.

Mientras los asustados ratones corrían como desaforados por la sala, elEspantapájarossólotuvotiempoparaveruntorbellinodefaldasyuncentelleode pies entre las chicas que desaparecían del palacio atropellándose yempujándoseunasaotrasenundesesperadoesfuerzoporescapar.

Ante el primer signode alarma laReina se subió a los almohadonesdeltronoyempezóabailarfrenéticamentedepuntillas.Entoncesunratóntrepóalosalmohadones.Coríunsaltode terror lapobreJinjurpasócomounabalaporencimadelacabezadelEspantapájaros,huyóporelarcodeentradaynodetuvosuenloquecidacarrerahastallegaralaspuertasdelaciudad.

Así, enmenos tiempodelqueme lleva explicarlo, laSaladelTrono fueabandonadaportodosmenoselEspantapájarosysusamigos,yelBichovaivénsuspiróaliviadomientrasexclamaba:

—¡Quésuerte!¡Noshemossalvado!

—Sí,demomento—respondióelLeñadordeHojalata—.Metemoqueelenemigoregresarápronto.

—¡Atranquemos todas las entradas del palacio!—dijo el Espantapájaros—.Despuéstendremostiempodepensarquéconvienehacer.

Todos menos Jack Cabeza de Calabaza, aún amarrado al Caballete,corrieronhasta lasdiferentesentradasdelpalaciorealycerraronlaspesadaspuertas con llaves y cerrojos. Después, sabiendo que el Ejército Sublevadotardaríavariosdíasenderribar lasbarreras, losaventurerossereunieronotra

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vezenlaSaladelTronoparacelebrarunconsejodeguerra.

CAPÍTULO16

ELESPANTAPÁJAROSSETOMATIEMPOPARAPENSAR

—Meparece—dijoelEspantapájaros cuando todosestuvierondenuevoreunidosenlaSaladelTrono—quelaniñaJinjurtienerazónalreclamarserReina. Y si ella tiene razón yo no la tengo, y no nos corresponde estarocupandosupalacio.

—Pero tú fuiste el Rey hasta que llegó ella —dijo el Bichovaivén,pavoneándosedeunladoaotroconlasmanosenlosbolsillos—,demodoquemeparecequelaintrusaesellaynotú.

—Sobre todo después de haberla derrotado y haberla obligado a huir—añadióCabeza deCalabazamientras levantaba lasmanos para girar la carahaciaelEspantapájaros.

—¿De verdad la habremos derrotado? —preguntó con tranquilidad elEspantapájaros—.Miraporlaventanaydimequéves.

Tipcorrióhastalaventanaymiróhaciafuera.

—Elpalacioestárodeadoporunafiladobledeniñassoldados—anunció.

—Yameloimaginaba—dijoelEspantapájaros—.Somostanprisioneroscomoantesdequelosratoneslasespantarandelpalacio.

—Miamigotienerazón—dijoNicoHachero,quesehabíaestadosacandobrilloenelpechoconunagamuza—.JinjursiguesiendolaReinaynosotrossusprisioneros.

—Yo espero que no pueda entrar —exclamó Cabeza de Calabazatemblandodemiedo—.Sabesqueamenazóconusarmeparahacertartas.

—No tepreocupes—dijoelLeñadordeHojalata—.No tienedemasiadaimportancia.De todosmodos, si te quedas encerrado aquí con el tiempo teecharás a perder.Esmuchomás admirable una buena tarta que un intelectopodrido.

—Muycierto—coincidióelEspantapájaros.

—¡Ay!—gimió Jack—. ¡Quédesgracia lamía!Queridopadre, ¿por quénomehicistedehojalata,oinclusodepaja,paraqueduraraindefinidamente?

—¡Caray!—dijoindignadoTip—.Deberíasalegrartedelsimplehechode

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quetehayafabricado.—Después,pensativo,añadió—:Atodolellegasufinalgunavez.

—Megustaríarecordaros—interrumpióelBichovaivénconunaexpresiónafligida en los ojos redondos y saltones— que esa terrible Reina Jinjurpropusohacerunestofadoconmigo…¡Conmigo!¡ElúnicoBichovaivénMuyAmpliadoyPerfectamenteEducadodetodoelancho,anchomundo!

—Mepareceunaideabrillante—comentóelEspantapájaroscongestodeaprobación.

—¿Verdadqueconélseharíaunasopamejor?—preguntóelLeñadordeHojalatavolviéndosehaciasuamigo.

—Bueno,esposible—admitióelEspantapájaros.

ElBichovaivénsoltóunquejido.

—¡Yameimaginoalascabrascomiendotrozosdemiqueridocompañero,elLeñadordeHojalata—dijoconvozlastimera—,mientrasmisopasecuecesobreelfogónhechoconelCaballete,yelcuerpodeJackCabezadeCalabazaylaReinaJinjurmiracómohiervomientrasalimentalasllamasconmiamigoelEspantapájaros!

Ese cuadromorboso entristeció al grupo, dejándolos a todosnerviososypreocupados.

—Paraesofaltaunrato—dijoelLeñadordeHojalatatratandodeinfundiránimo—,porquenodejaremosqueJinjurentreenelpalaciomientrasnologrederribarlaspuertas.

—Ymientras,yopodrémorirmedehambre,lomismoqueelBichovaivén—anuncióTip.

—En lo que a mí respecta —dijo el Bichovaivén—, creo que podríaalimentarmeuntiempoconJackCabezadeCalabaza.Noesquequieracomercalabazas,perocreoquesonuntantonutritivas,ylacabezadeJackesgrandeyregordeta.

—¡Qué cruel! —exclamó el Leñador de Hojalata, escandalizado—. Mepreguntosisomoscaníbalesoamigosfieles.

——Veo con claridad que no podemos quedarnos encerrados en estepalacio —dijo el Espantapájaros, decidido—. Así que terminemos estaconversaciónlamentableytratemosdeencontrarunamaneradeescapar.

Anteesasugerenciatodosseagruparonalrededordeltrono,dondesehabíasentadoelEspantapájaros,yal sentarseTipsobreun taburete se lecayódelbolsillounacajitadegranosdepimientaquerodóporelsuelo.

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—¿Quéesesto?—preguntóNicoHacherolevantandolacajita.

—¡Cuidado!—gritóelniño—.EsoesmiPolvodelaVida:Noloderramesporquequedamuypoco.

—¿YquéeselPolvode laVida?—preguntóelEspantapájarosmientrasTipvolvíaaguardarconcuidadolacajitaenelbolsillo.

—Es un producto mágico que la vieja Mombi consiguió de un brujodeshonesto—explicóelniño—.ConéllaviejadiovidaaJack,ydespuésyolo usé para dar vida al Caballete. Supongo que cualquier cosa que seespolvoreeconélcobrarávida,perosóloquedaunadosis.

—Entoncesesmuyvalioso—dijoelLeñadordeHojalata.

—Claroquesí—coincidióelEspantapájaros—.Quizásealaúnicamaneraque tenemosdehuirdenuestrasdificultades.Creoquevoyapensarduranteunosminutos, así que te agradeceré, amigoTip, que saques tu navaja ymearranquesestapesadacoronadelafrente.

TipcortóconrapidezlaspuntadasquesujetabanlacoronaalacabezadelEspantapájarosyelantiguomonarcadelaCiudadEsmeraldaselaquitóconunsuspirodealivioylacolgódeunaperchajuntoaltrono.

—Éseesmiúltimorecuerdodelarealeza—dijo—,ymealegralibrarmedeél.ElantiguoReydeestaciudad,quesellamabaPastoría,perdiólacoronaamanosdelMaravillosoMago,quienme laentregó.Ahora laniñaJinjur lareclamayesperosinceramentequenolecausedolordecabeza.

—Un pensamiento bondadoso, que admiromucho—dijo el Leñador deHojalatahaciendoungestodeaprobaciónconlacabeza.

—Y ahora me permitiré pensar con tranquilidad —prosiguió elEspantapájaros,recostándoseeneltrono.

Los demás se quedaron lo más callados y quietos que podían para nomolestarlo, porque todos tenían una gran confianza en el extraordinariocerebrodelEspantapájaros.

Ydespuésdeloqueparecióunaeternidadalosansiososobservadores,elpensadorsepusodepie,miróasusamigosconunaexpresiónmuyenigmáticaydijo:

—Hoymicerebrofuncionamuybien:Estoymuyorgullosodeél.¡Ahoraprestadatención!Siintentamoshuirporlaspuertasdelpalacio,consegundadnos apresarán.Ycomonopodemoshuirpor tierra, sólo sepuedehacerunacosa,¡tenemosquehuirporelaire!

El Espantapájaros se paró a observar el efecto de esas palabras, peroquienesloescuchabanparecíandesconcertadosynomuyconvencidos.

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—ElMaravillosoMago huyó en un globo—prosiguió—. Claro que nosabemos fabricar un globo, pero cualquier cosa que vuele por el aire nosllevará con facilidad. Propongo entonces que mi amigo el Leñador deHojalata, que es un hábil mecánico, construya algún tipo de máquina conpotentesalasparallevarnos,yquenuestroamigoTipdevidaaesaCosaconsupolvomágico.

—¡Bravo!—gritóNicoHachero.

—¡Quésesosmásmaravillosos!—murmuróJack.

—¡Muyinteligentedeverdad!—dijoelEducadoBichovaivén.

—Creoquesepuedehacer—declaróTip—,sielLeñadordeHojalataescapazdefabricarlaCosa.

—Haréloquepueda—dijoNicoconalegría—,ypocasvecesfracasoenloquemepropongo.PerohabráqueconstruirlaCosaeneltejadodelpalacio,paraquepuedasubirporelairesinproblemas.

—Deacuerdo—dijoelEspantapájaros.

—Entoncesbusquemosenelpalacio—continuóelLeñadordeHojalata—y llevemos todo elmaterial que encontremos al tejado, dondeme pondré atrabajar.

Peroantes—dijoCabezadeCalabaza—teruegoquemedesatesdeestecaballoyquemefabriquesotrapataparacaminar.Enesteestadonosirvoparanada.

ElLeñadordeHojalatarompióunamesadecaobaconelhachaycolocóuna de las patas, magníficamente tallada, en el cuerpo de Jack Cabeza deCalabaza,quesesintiómuyorgullosodelaadquisición.

—Parece raro —dijo, mientras observaba el trabajo del Leñador deHojalata—quemipataizquierdasealapartemáseleganteysustancialdemicuerpo.

—Eso demuestra que eres especial —dijo el Espantapájaros—. Estoyconvencido de que en este mundo sólo la gente especial es digna deconsideración. Porque la gente común es como las hojas de un árbol, quevivenymuerensinseradvertidas.

—¡Sonpalabrasdefilósofo!—gritóelBichovaivén,mientrasayudabaalLeñadordeHojalataaponerdepieaJack.

—¿Cómotesientesahora?—preguntóTip,mientrasmirabaaCabezadeCalabaza,queibadeunladoaotroprobandolapata.

—Como nuevo —respondió Jack con alegría—, y listo para ayudar a

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prepararlahuida.

—Entoncesmanosalaobra—dijoelEspantapájarosentonoseco.

Así, contentos de estar haciendo algo que les permitiera poner fin alcautiverio,losamigossesepararonyempezaronarecorrerelpalacioenbuscadelmaterialadecuadoparausarenlaconstruccióndelamáquinaaérea.

CAPÍTULO17

ELINCREÍBLEVUELODELGUMP

Cuandolosaventurerossevolvieronareunirsobreel tejadosedescubriólacuriosaysorprendentevariedaddeobjetosquehabíanseleccionadostodoslosintegrantesdelgrupo.Nadieparecíatenerunaideamuyclaradeloquesenecesitaba,perotodoshabíanllevadoalgo.

El Bichovaivén había descolgado la cabeza de un Gump adornado congrandescuernosdelsitioqueocupabasobrelachimeneadelgranvestíbulo,ycon gran cuidado y mayor dificultad el insecto la había llevado por lasescalerashastaeltejado.EseGumpseparecíaalacabezadeunalce,sóloquela nariz se curvaba hacia arriba de manera insolente y tenía pelos en labarbilla,comolosdeunmachocabrío.ElBichovaivénnopodíaexplicarporquéhabíaescogidoeseobjeto,simplementelehabíadespertadolacuriosidad.

Tip,conayudadelCaballete,habíallevadohastaeltechounenormesofátapizado. Se trataba de un mueble anticuado, de respaldo y lados altos, ypesabatantoqueaunquelamayorpartedelesfuerzorecaíasobreelCaballete,elniñosequedósinalientocuandoporfinlodescargaroneneltejado.

Cabeza deCalabaza apareció con una escoba, que fue primera cosa quevio.ElEspantapájaros llegó conun rollode cuerdasy sogasde tender ropaquehabíasacadodelpatio,yalsubirlasescalerasseenredódetalmaneraconloscabossueltosqueélysucargasedesplomaronyrodaronsobreeltejadoypodríahabersedespeñadosinolohubierarescatadoTip.

ElúltimoenaparecerfueelLeñadordeHojalata.Tambiénélhabíaidoalpatio,dondehabíacortadocuatroanchasyvoluminosashojasdeunaenormepalmeraqueeraelorgullodetodosloshabitantesdelaCiudadEsmeralda.

—¡Mi querido Nico! —exclamó el Espantapájaros al ver lo que habíahechosuamigo—.EresculpabledelpeorcrimenquealguienpuedecometerenlaCiudadEsmeralda.Simalnorecuerdo,alquecortahojasdelapalmerarealselecastigamatándolosietevecesydespuésencarcelándolodeporvida.

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—Ahorayanosepuedehacernada—respondióelLeñadordeHojalata,arrojandolasgrandeshojassobreelsuelodel tejado—.Peroesoquizásumeotrarazónanuestranecesidaddehuir.Yahoraveamosquéhayaquíparaqueyopuedatrabajar.

Muchas fueron lasmiradasdubitativas lanzadas sobre lapiladel variadomaterialqueahoraabarrotabaeltejado,yalfinalelEspantapájarosmoviólacabezaycomentó:

—Bueno, si de estemontóndebasura el amigoNicopuede fabricarunaCosaquevueleporelaireynoslleveaunlugarseguro,tendréquereconocerqueesmejormecánicodeloquesuponía.

Pero al principio el Leñador de Hojalata no parecía muy seguro de susfuerzas,ysólodespuésdelustrarsevigorosamentelafrenteconlagamuzasedecidióaemprenderlatarea.

—Lo primero que hace falta para la máquina—dijo— es un cuerpo lobastante grande como para llevar a todo el grupo. Este sofá es la cosamásgrandequetenemos,yquizásirvadecuerpo.Perosilamáquinaseinclinarahaciaunlado,resbalaríamosycaeríamosatierra.

—¿Porquénousardossofás?—preguntóTip—.Abajohayotroigual.

—Muy buena sugerencia —dijo el Leñador de Hojalata—. Ve ahoramismoabuscarelotrosofá.

TipyelCaballetelograron,conmuchoesfuerzollevarelsegundosofáaltejado,ycuandojuntaronlosdos,unofrentealotro,losrespaldosylosbrazosformaronunmuroprotectoralrededordelosasientos.

—¡Excelente!—gritóelEspantapájaros—.Dentrodeestenidoconfortableyacogedorpodremosviajarconcomodidad.

Amarraron los dos sofás juntos con cuerdas y sogas y después NicoHacherosujetólacabezadelGumpaunextremo.

—Eso mostrará cuál es el lado delantero de la Cosa —dijo, muycomplacidoconlaidea—.Ylaverdadesquesiunolomiraconojocrítico,elGump se parece mucho a un mascarón de proa. Estas enormes hojas depalmera,porlasquemehejugadolavidasieteveces,debenservirnosdealas.

—¿Sonlobastantefuertes?—preguntóelniño.

—Sonlomásfuertequepodemosconseguir—respondióelLeñador—,yaunque no guardan proporción con el cuerpo de la Cosa, no estamos encondicionesdeexigirmucho.

Asíqueatólashojasdepalmeraalossofás,dosporcadalado.

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—Ahora la Cosa está terminada—dijo el Bichovaivén con considerableadmiración—ysólonecesitaqueleinfundanvida.

—¡Unmomento!—exclamóJack—.¿Novaisausarmiescoba?

—¿Paraqué?—preguntóelEspantapájaros.

—Sepuedeataratrás,comocola—respondióCabezadeCalabaza—.NopodríamosdecirquelaCosaestácompletasilefaltalacola.

—¡Hum!—dijoelLeñadordeHojalata—.Noveolautilidaddeunacola.No estamos tratando de copiar un animal, un pez o un pájaro. Todo lo quepedimosalaCosaesquenoslleveporelaire.

—CuandolaCosaadquieravidaquizápuedausarunacolaparadirigirse—sugirióelEspantapájaros—.Porquesi:vuelaporelairenoserádistintadeunpájaro,yhenotadoquetodoslospájarostienencola,queusancomotimónduranteelvuelo.

—Muybien—respondióNico—,seusarálaescobacomocola.Ylasujetóconfirmezaalapartetraseradelcuerpodelsofá.

Tipsacólacajitadepimientadelbolsillo.

—LaCosaparecemuygrande—dijo,preocupado—,ynoestoysegurodequehayasuficientepolvoparadarvidaatodoesto.Peroharétodoloposibleparaquealcance.

—Pon lamayor parte en las alas—dijoNicoHachero—, porque tienenquesermuyfuertes.

—¡Ynoteolvidesdelacabeza!—exclamóelBichovaivén.

—¡NidelaCola!—añadióJackCabezadeCalabaza.

—Silencio—dijoTip,nervioso—.Necesitoaplicarelencantomágicodemaneraadecuada.

Con mucho cuidado empezó a esparcir el valioso polvo sobre la Cosa.Primeroechóunadelgadacapaencadaala,despuésespolvoreólossofásyacontinuaciónpusounaligeracantidadenlacola.

—¡La cabeza! ¡La cabeza! ¡Te ruego que no te olvides de la cabeza!—gritóexcitadoelBichovaivén.

—Sóloquedaunpocodepolvo—anuncióTip,mirandoenelinteriordelacajita—.Ymeparecequeesmásimportantedarvidaalaspatasdelsofáquealacabeza.

—No es así —decidió el Espantapájaros—. Cada cosa debe tener unacabezaqueladirija,ypuestoqueestacriaturanonecesitacaminarsinovolar,

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pocoimportaquesuspatasesténvivas.

TipacatóestadecisiónyesparcióloquequedabadelpolvosobrelacabezadelGump.

—Ahora—dijo—¡quierosilenciomientrasobroelhechizo!ComohabíaoídoalaviejaMombipronunciarlaspalabrasmágicas,ycomohabíalogradotambiéninfundirvidaalCaballete,Tipnodudóuninstanteenpronunciarlastres palabras cabalísticas, cada una acompañada de un gesto especial de lasmanos.

Fueunaceremoniasolemneeimponente.

Cuandofinalizóelencantamiento,todalamoledela.Cosaseestremeció,el Gump soltó un chillido que es habitual en esos animales y después lascuatroalasempezaronabatirconfuria.

Tipconsiguióaferrarseaunachimeneaparanoserbarridoporlaterriblebrisaquelevantaronlasalas.ElEspantapájaros,queeraliviano,fuelevantadoyllevadoporelairehastaqueTiplogróagarrarloporunapiernayretenerlo.El Bichovaivén estaba tendido sobre el tejado, por lo que no sufrió dañoalguno,yelLeñadordeHojalata,ancladoporelpesodesumaterial,abrazóaJack Cabeza de Calabaza y consiguió salvarlo. El Caballete se cayó deespaldasysequedótendidosacudiendoinútilmentelaspatasenelaire.

Ymientrastodosintentabanrecuperarse,laCosaseelevópocoapocodeltejadoysubióporelaire.

—¡Ven aquí! ¡Regresa! —grito Tip con voz asustada, aferrando lachimeneaconunamanoyelEspantapájarosconlaotra—.¡Regresaya,teloordeno!

FueentoncescuandolasabiduríadelEspantapájaros,quequisodarvidaalacabezadelaCosaynoalaspiernas,quedófueradetodaduda.PorqueelGump, ya bastante alto en el aire, volvió la cabeza ante la orden de Tip yempezóagirarhastaquevioeltejadodelpalacio.

—¡Regresa!—gritóotravezelniño.

YelGümpobedeció,moviendolentaygraciosamentelascuatroalasenelairehastaquelaCosaseposódenuevosobreeltejadoysedetuvo.

CAPÍTULO18

ENELNIDODELGRAJO

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—Esta—dijoelGumpconunavozchillonatotalmentedesproporcionadapara el gran tamañodel cuerpo—es la experienciamásnovedosade laquetengo noticia. Lo último que recuerdo con claridad es que caminaba por elbosquecuandooíunfuerteruido.Quizáalgomematóenesemomentoyése,porcierto,tendríaquehabersidomifinal.Peroaquíestoy,vivootravez,concuatroalasgigantescasyuncuerpoqueharíallorardevergüenzaacualquieranimal o ave respetable. ¿Qué significa todo esto? ¿Soy un Gump o unacarroza?

Mientras decía esto, la criatura movió los pelos de la barbilla de unamaneramuycómica.

—Eres sólo una Cosa—respondió Tip— a la que se le ha puesto unacabezadeGump.Ytehemoshechoytehemosdadovidaparaquenosllevesporelaireadondequeramosir.

—¡Muybien!—dijolaCosa—.ComonosoyunGump,nopuedotenerelorgullooelespírituindependientedeunGump.Asíquepuedoconvertirmeenvuestrosirvientecomoencualquierotracosa.Miúnicasatisfacciónesqueenapariencianotengounaconstituciónmuyfuerteylomásprobableesquenovivamuchotiempoenestadodeesclavitud.

—¡Nodigaseso,porfavor!—gritóelLeñadordeHojalata,cuyoexcelentecorazón se había conmovido ante tan tristes palabras—. ¿Hoy no te sientesbien?

—Ah, para ser francos —dijo el Gump— éste es mi primer día deexistencia,asíquenopuedosabersimesientobienomal.

Ymoviólacoladeescobaaunladoyaotrodemanerapensativa.

—¡Vamos,vamos—dijoentonoamableelEspantapájaros—,tratadesermásalegreytomalavidacomoviene!Seremosbuenosamosytrataremosdehacertelaexistencialomásagradableposible.¿Estásdispuestoallevarnosporelairehastadondequeramosir?

—Porsupuesto—respondióelGump—.Puestosaelegirprefieronavegarporelaire.¡Porquesituvieraqueviajarportierraymeencontraraconalgunodemiespecie,sentiríaunbochornoespantoso!

—Teentiendo—dijocomprensivoelLeñadordeHojalata.

—Sinembargo—prosiguiólaCosa—,cuandoosmirocondetenimiento,amosmíos,ningunodévosotrospareceestarconstruidodemaneramuchomásartísticaqueyo.

—Las apariencias engañan —dijo muy serio el Bichovaivén—. Yo soyMuyAmpliadoyPerfectamenteEducado.

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——¿Deveras?—murmuróconindiferenciaelGump.

—Ymi cerebro está considerado un espécimen extraordinariamente raro—añadióorgullosoelEspantapájaros.

—¡Quéextraño!—dijoelGump.

—Aunque soy de hojalata —dijo el Leñador—, poseo el corazón máscálidoymásadmirabledelmundoentero.

—Encantadodesaberlo—dijoelGumpconunaligeratos.

—Misonrisa—dijoJackCabezadeCalabaza—merecetumejoratención.Siempreeslamisma.

——Semperidem—explicóelpomposamenteBichovaivén,yelGumpsevolvióparamirarlo.

—Yyo—declaróelCaballete, llenandouna incómodapausa—sólo soynotableporquenopuedodejardeserlo.

—Estoymuyorgullosodeconocertanexcepcionalesamos—dijoelGumpcon tono despreocupado—. Si pudiera hacer una presentación demímismotancompletamesentiríamásquesatisfecho.

—Esollegaráensumomento—señalóelEspantapájaros—.El«Conóceteatimismo»,consideradoungranlogro,noshacostadoanosotros,quesomostusmayores,mesesdeperfeccionamiento.Peroahora—añadió,volviéndosehacialosdemás—,subamosabordoyempecemosnuestratravesía.

—¿Adóndevamos?—preguntóTipmientrastrepabaalasientodelossofásyayudabaaCabezadeCalabazaahacerlomismo.

—EnelPaísdelSurgobiernaunareinamuyencantadorallamadaGlindala Buena, que sin duda nos recibirá con gusto —dijo el Espantapájaros,metiéndosecontorpezaenlaCosa—.Vayamosaverlaypidámosleconsejo.

——Eso está muy bien pensado —declaró Nico Hachero, y dio unempujónalBichovaivénydespuésechóalCaballeteenlapartetraseradelosacolchadosasientos—.ConozcoaGlindalaBuenaycreoqueseportarácomounaamigadeverdad.

—¿Estamostodospreparados?—preguntóelniño.

—Sí —anunció el Leñador de Hojalata, sentándose junto alEspantapájaros.

—Entonces—dijoTip,dirigiéndosealGump—,tenlagentilezadevolarconnosotroshaciaelsur,subiendoaunasuficientealturaparanochocarconlascasasylosárbolesperonomás,porquesinomemareo.

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—Deacuerdo—fuelalacónicarespuestadelGump.

Batió las cuatro enormes alas y se levantó despacio en el aire; después,mientrasnuestrapequeñabandadeaventurerosseaferrabaalosrespaldosyalos lados de los sofás para no caerse, elGump giró hacia el sur y se elevórápidaymajestuosamente.

—El paisaje desde esta altura es maravilloso —comentó el educadoBichovaivénmientrasviajaban.

—Olvídate del paisaje —dijo el Espantapájaros—. Aférrate con fuerza.ParecequelaCosasebalanceamucho.

—Pronto oscurecerá —dijo Tip, viendo que el sol estaba bajo en elhorizonte—. Quizá tendríamos que haber esperado hasta la mañana. MepreguntosielGumppodrávolardenoche.

—Lo mismo me he estado preguntando yo —dijo con tranquilidad elGump—.Comoyasabes,paramíéstaesunaexperiencianueva.Antesteníapatasquemellevabanconrapidezporelsuelo.Peroahoramispiernasestáncomomuertas.

—Loestán—dijoTip—.Noleshemosinfundidovida.

—Se supone que tu función no es caminar sino volar —explicó elEspantapájaros.

—Caminaresalgoquepodemoshacernosotros—dijoelBichovaivén.

—Empiezoaentenderquéesloquequeréisdemí—dijoelGump—,asíque haré todo lo posible para complaceros—. Y siguió volando en silencioduranteunrato.

JackCabezadeCalabazaempezóapreocuparse.

—Me pregunto si viajar por el aire no contribuirá al deterioro de lascalabazas—dijo.

—No, a menos que asomes la cabeza por el borde —respondió elBichovaivén—.Enesecasotucabezayanoseríaunacalabazasinopuré.

—¿No te pedí que dejaras de hacer esos chistes ofensivos? —dijo TipmirandoalBichovaivénconexpresiónsevera.

—Sí, y he dejado de hacermuchos—dijo el insecto—. Pero en nuestrolenguaje sedanocasionespara tantosexcelentes juegosdepalabrasqueunapersonaeducadacomoyocasinopuederesistirlatentacióndehacerlos.

—Hace siglosquepersonasconmásomenoseducación inventaronesoschistes—dijoTip.

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—¿Estásseguro?—preguntóelBichovaivén,asustado.

—Claroquesí—respondióelniño—.Quizáunbichovaivéneducadoseauna novedad, pero la educación de un bichovaivén es tan vieja como lasmontañas,ajuzgarporelusoquehacesdeella.

Esecomentarioparecióimpresionarmuchoalinsecto,queduranteunbuenratosequedóendócilsilencio.

Alacomodarseenelasiento,elEspantapájarosviosobreuncojín lacajadepimientaqueTiphabíatiradoysepusoaexaminarla.

—Arrójalaporlaborda—dijoelniño—.Estávacíaynosirveparanadaguardarla.

—¿De veras está vacía? —preguntó el Espantapájaros, mirando concuriosidaddentrodelacajita.

—Porsupuesto—respondióTip—.Lasacudíhastasacarleelúltimogranodelpolvo.

—Entonces la cajita tiene doble fondo —anunció el Espantapájaros—,porque el fondo interior está Separado por lo menos dos centímetros delexterior.

—Aver—dijo elLeñadordeHojalata apoderándosede la caja—.Sí—declaró después de examinarla—, efectivamente, la caja tiene doble fondo.¿Paraquéserá?

—¿No puedes abrir eso y averiguarlo? —preguntó Tip, ahora muyinteresadoenelmisterio.

—Sí, se puede desenroscar el fondo —dijo el Leñador de Hojalata—.Tengolosdedosunpocoduros;pruebatú,porfavor.

PasólacajitadepimientaaTip,queladesenroscóconfacilidad.Yenlacavidadinferiorhabíatrespastillasplateadas,ydebajodeellasunpapelmuybiendoblado.

El niño lo desdobló, con cuidado para que no se cayeran las pastillas ydescubrióalgunaslíneasescritasclaramenteentintaroja.

—Leeesovozalta—dijoelEspantapájaros,yestofueloqueleyóTip:

LASFAMOSASPASTILLASDELOSDESEOSDELDOCTORNIKIDIK

Modo de empleo: Trague una pastilla; cuente hasta diecisiete de dos endos;pidaentoncesunDeseoyelDeseoseráconcedidodeinmediato.

ADVERTENCIA:MantenerenLugarSecoyOscuro.

—¡Esundescubrimientomuyvalioso!—exclamóelEspantapájaros.

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—Sin duda—dijoTip,muy serio—.Estas pastillas quizá nos seanmuyútiles.Nosési laviejaMombisabíaqueestabanenel fondode lacajitadepimienta.RecuerdohaberleoídodecirquehabíarecibidoelPolvodelaVidadeestemismoNikidik.

—¡Debedeserunpoderosomago!—dijoelLeñadordeHojalata—.Yyaqueelpolvoharesultadounéxitotendríamosqueconfiarenlaspastillas.

—Pero ¿cómo se hace para contar hasta diecisiete de dos en dos? —preguntóelEspantapájaros—.Diecisieteesunnúmeroimpar.

—Es cierto—dijo Tip muy decepcionado—. Es imposible contar hastadiecisietededosendos.

—Entonces las pastillas no nos sirven para nada—se quejó Cabeza deCalabaza—,cosaquemeapenamuchoporqueyohabíapensadopedirquenosemeecharaaperdernuncalacabeza.

—¡Tonterías!—dijobruscamenteelEspantapájaros—.Sipudiéramosusarlaspastillaspediríamosdeseosmuchomejores.

—No se me ocurre ninguno mejor —protestó el pobre Jack—. Siestuvieras condenado a pudrirte en cualquier momento entenderías mipreocupación.

—Pormiparte—dijoelLeñadordeHojalata—,tecomprendomuybien.Pero como no podemos contar hasta diecisiete de dos en dos, lo único quepodemosdarteescomprensión.

Paraentonceshabíaoscurecidomuchoylosviajerosvieronporencimauncielonubladoquelosrayosdelalunanopodíanatravesar.

ElGumpseguíavolandosinpausa,yporalgúnmotivoelenormecuerpodesofásebalanceabacadavezmás.

El Bichovaivén anunció que se sentía mareado, y Tip también estabapálidoyunpocoangustiado.Pero losdemás seaferrabanal respaldode lossofás y si no había peligro de caer al vacío no parecía importarles elmovimiento.

La noche era cada vezmás oscura y el Gump seguía avanzando a todavelocidad por el cielo negro. Los viajeros no podían siquiera verse unos aotros,yseapoderódeellosunopresivosilencio.

Alcabodeunlargorato,Tip,quehabíaestadomuyconcentradopensando,habló:

—¿CómosabremosquehemosllegadoalpalaciodeGlindalaBuena?—preguntó.

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—ElpalaciodeGlindaquedamuylejos—respondióelLeñador—;yohehechoelviaje.

—Pero¿cómopodemossaberaquévelocidadvuelaelGump?—insistióelniño—. No vemos nada de la superficie de la tierra y antes del amanecerpodemoshaberdejadobastanteatráselsitioalquequeremosir.

—Esverdad—dijoelEspantapájaros,unpoconervioso—.Peronoveolamaneradedetenernosahora,porquepodríamosaterrizarenunríooenlomásaltodeuncampanario,yesosíqueseríaundesastre.

Así que dejaron que el Gump siguiera volando, batiendo rítmicamenteaquellasenormesalas,yesperaronconpacienciaelamanecer.

EntoncesseconfirmaronlostemoresdeTip,porqueconlosprimerosrayosgrises del alba miraron por los lados de los sofás y descubrieron llanurasondulantes salpicadas de extrañas aldeas, donde las casas, en vez de tenerformadecúpulacomoocurrecontodaslasdelPaísdeOz,teníantejadosadosaguas.Por las llanuras tambiénandabananimalesde apariencia extrañay elpaís resultaba desconocido tanto para el Leñador de Hojalata como para elEspantapájaros, que anteshabíavisitado losdominiosdeGlinda laBuenaylosconocíamuybien.

—¡Estamos perdidos! —dijo apesadumbrado el Espantapájaros—. ElGumpdebedehabernosllevadomuylejosdelPaísdeOz,porencimadelosarenosos desiertos y hasta el terrible mundo exterior del que nos hablóDorothy.

—Tenemos que regresar —dijo muy serio el Leñador de Hojalata—.¡Tenemosqueregresarloantesposible!

—¡Gira!—gritóTipalGump—.¡Gira,dateprisa!

—Si lo hago me sentará mal —respondió el Gump—. No estoy nadaacostumbradoavolar.Paramíelmejorplanseríaposarmeenalgúnsitioparadarmediavueltayreiniciarelviaje.

Sinembargo,enesemomentonoparecíahaberningúnsitioadecuadoparaloquequerían.SobrevolaronunaaldeatangrandequeelBichovaivéndeclaróque era una ciudad, y después llegaron a una alta cordillera con muchasgargantasprofundasybruscosprecipicios.

—Éstaesnuestraoportunidad—dijoelniñoalverqueestabanmuycercadelascimasdelasmontañas.DespuéssevolvióhaciaelGumpyleordenó—:¡Bajaenelprimersitiollanoqueencuentres!

—Muy bien —respondió el Gump, y se posó en una superficie rocosasituadaentredosprecipicios.

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Peroalcarecerdeexperienciaenesostemas,elGumpnocalculóbienlavelocidadyenvezdedetenersesobrelarocaplanasepasópormediocuerpoy se rompió las dos alas derechas contra el borde filoso y después se cayódandotumbosporelprecipicio.

Nuestrosamigosseaferraronalossofástodoeltiempoquepudieron,peroalchocarelGumpcontraunsalientedepiedralaCosasedetuvoderepente—patasarriba—ytodossalierondespedidos.

Porfortunacayeronsóloaunospocosmetros,porquedebajodeelloshabíaunnidomonstruoso,construidoporunacoloniadegrajosenelhuecodeunsaliente del precipicio, así que ninguno de ellos —ni siquiera Cabeza deCalabaza— sufrió el menor daño. Jack descubrió que su preciosa cabezadescansabacontraelpechomullidodelEspantapájaros,quehabíafuncionadocomounmaravillosocolchón,yTipcayósobreunmontóndehojasypapeles,lo que evitó que se lastimara. El Bichovaivén había golpeado su redondacabezacontraelCaballete,perosincausarlemásquelevesmolestias.

Al principio el Leñador de Hojalata estaba muy alarmado, pero aldescubrirqueno teníaniunsolo rasguñoenelhermosoniquelado recuperóenseguidasuhabitualalegríayvolvióahablarconsuscompañeros:

—Nuestroviajehatenidounfinalunpocobrusco—dijo—,ynopodemosechar la culpa del accidente a nuestro amigo el Gump porque, dadas lascircunstancias,hizotodoloqueestuvoasualcance.Perolatareadeencontrarlamaneradeescapardeestenidoquedaparaalguienquetengamejorcerebroqueyo.

EntoncesobservóalEspantapájaros,quesearrastróhastaelbordedelnidoy miró hacia abajo. Allí había un precipicio que bajaba varios cientos demetros.Porencimadeellosseveíaunapareddepiedra lisa inalteradasalvoporelsalientedepiedradelqueaúncolgabaelcuerpohechotrizasdelGump,suspendidodelextremodeunode lossofás.Parecíaquedeverdadnohabíamaneradeescapar,yalcomprenderqueestabaenunasituaciónsinsalida,lapequeñabandadeaventurerossequedómuyperpleja.

—Ésta es una prisión peor que el palacio —comentó con tristeza elBichovaivén.

—Ojalánoshubiéramosquedadoallí—sequejóJack—.Metemoqueelairedelamontañanoesbuenoparalascalabazas.

—Noloserácuandoregresenlosgrajos—gruñóelCaballete,queseguíamoviendo laspatasenun inútilesfuerzoporvolveraponersedepie—.Losgrajostienenunaespecialpredilecciónporlascalabazas.

—¿Creesquelospájarosvendránaquí?—preguntóJack,muypreocupado.

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—Claro que sí —dijo Tip—, porque éste es su nido. Y debe de habercientos—prosiguió—,¡porquemiracuántascosashantraído!

Enefecto,elnidoestabaprácticamente llenode lamáscuriosacolecciónde objetos inservibles para los pájaros que los ladronzuelos grajos habíanrobado durante muchos años de las casas de los hombres. Y como el nidoestabaescondidoenunsitioadondeningúnserhumanopodíallegar,nuncaserecuperaríanesosbienesperdidos.

ElBichovaivén buscó en la basura—porque los grajos no sólo robabancosasinútilessinotambiénalgunasvaliosas—ylevantóconelpieunhermosocollar de diamantes. El Leñador de Hojalata lo admiró tanto que elBichovaivénseloregalóconunaselegantespalabras,traslocualelLeñadorse lo colgó alrededor del cuello, muy orgulloso, y cuando los grandesdiamantesbrillaronbajolosrayosdelsolsintióunagranalegría.

Pero en esemomento oyeron un parloteo y un fuerte batir de alas, y alacercarsemáselruidoTipexclamó:

—¡Vienenlosgrajos!Ysinosencuentranaquíacabaránconnosotros.

—¡Yamelotemía!—gimióCabezadeCalabaza—.¡Hallegadomifinal!

—¡Ytambiénelmío!—dijoelBichovaivén—,porque losgrajosson lospeoresenemigosdemiraza.

Los demás no tenían ningún miedo, pero el Espantapájaros decidió deinmediato salvar a losmiembros del grupo que podrían ser dañados por losfuriosospájaros.OrdenóporlotantoaTipquelequitaralacabezaaJackyseacostaraconellaenelfondodelnido;hechoeso,ordenóalBichovaivénqueseacostarajunto,aTip.NicoHachero,queporexperienciasabíaloqueteníaquehacer,desmontóalEspantapájaros—todomenos lacabeza—yesparciólapajasobreTipyelBichovaivén,cubriéndoleselcuerpoporcompleto.

Apenashabíanterminadodehaceresocuandollególabandadadegrajos.Al ver a los intrusos en su nido, los pájaros descendieron sobre ellos conchillidosfuriosos.

CAPÍTULO19

ELDOCTORNIKIDIKYSUSFAMOSASPASTILLASDELOSDESEOS

ElLeñadordeHojalatasolíaserunhombrepacífico,perosilaocasiónlorequería podía luchar con la ferocidad de un gladiador romano. Así que

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cuandolosgrajosestuvieronapuntodederribarloconlasalas,ylosafiladospicos y garras amenazaron con dañarle el brillante enchapado, el Leñadorlevantóelhachaylahizogirarconrapidezsobrelacabeza.

Peroapesardequerechazaronamuchosdeesamanera,lospájaroserantannumerososy tanvalientesquesiguieronatacandoconlamismafuriadelcomienzo. Algunos picotearon los ojos del Gump, que colgaba indefensosobre el nido, pero éstos eran de vidrio y no sufrieron ningún daño. Otrosgrajos se precipitaron sobre elCaballete, pero el animal, que estaba todavíaboca arriba, coceaba ferozmente con las patas demadera y repelía a tantosagresorescomoelhachadelLeñador.

Al encontrar tanta resistencia, los pájaros se lanzaron sobre la paja delEspantapájaros, que estaba en el centro del nido cubriendo a Tip y alBichovaivénylacabezadecalabazadeJackyempezaronaarrancarlayasalirvolando con ella para dejarla caer, brizna por brizna, al gran abismoque seabríaalláabajo.

La cabeza del Espantapájaros, al ver consternada cómo destruíangratuitamentesuinterior,pidióagritosalLeñadordeHojalataquelosalvara,yesebuenamigovolvióaarremeterconenergía.ElhacharelampagueóentrelosgrajosyporfortunaelGumpempezóamoverconfuerzalasdosalasquelequedabanenelladoizquierdodelcuerpo.Elmovimientodeesasenormesalasaterrorizóa losgrajos,y cuandoelGump logró liberarsecon supropioesfuerzo del saliente de roca de la que colgaba y se hundió aleteando en elnido, laalarmadelospájarosnotuvolímitesyhuyerongraznandosobrelasmontañas.

Al desaparecer el último enemigo, Tip salió arrastrándose de debajo delsofáyayudóalBichovaivénahacerlomismo.

—¡Noshemossalvado!—gritóelniño,encantado.

—¡Ya lo creo! —respondió el Insecto Educado, que con la alegría seabrazóalarígidacabezadelGump—.¡YtodoselodebernosalaleteodelaCosayalabuenahachadelLeñador!

—¡Si estoy a salvo, sacadme de aquí! —pidió Jack, cuya cabezapermanecíatodavíadebajodelossofás,yTiplogrósacarlacabezarodandoycolocárselaotravezenelcuello.TambiénpusodepiealCaballeteyledijo:

—Teestamosagradecidosporelvalorconqueluchaste.

—Creo que hemos salido victoriosos —dijo orgulloso el Leñador deHojalata.

—¡Notanto!—exclamóunavozapagada.

Al oír eso todos se volvieron, sorprendidos, y vieron la cabeza del

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Espantapájarosenelfondodelnido.

—¡Estoycompletamentearruinado!—declaróelEspantapájaros,viendolaestupefacciónde losdemás—.Porque¿dóndeestá lapajaqueme rellenaelcuerpo?

Todos se sobresaltaron ante la terrible pregunta.Miraron horrorizados elnido,dondeyanoquedabannirastrosdepaja.Losgrajoshabíanrobadohastalaúltimabriznay lahabían lanzadoalabismoqueseprolongabacientosdemetrospordebajodelnido.

—¡Mipobre, pobre amigo!—dijo elLeñador deHojalata, levantando lacabeza del Espantapájaros y acariciándola con ternura—. ¡Quién hubieraimaginadoquetendríasunfinaltanprematuro!

—Lohiceparaayudaramisamigos—dijolacabeza—,ymealegramorirdeunamaneratannobleygenerosa.

—Pero¿porquéestáis todos tanabatidos?—preguntóelBichovaivén—.LaropadelEspantapájarosaúnseencuentraasalvo.

—Sí—respondióelLeñadordeHojalata—,perolaropadenuestroamigodenadasirvesinelrelleno.

—¿Porquénolorellenamoscondinero?—preguntóTip.

—¡Dinero!—gritarontodosacoro,asombrados.

—¡Claro!—dijoelniño—.Enelfondodelnidohaymilesdebilletesdeundólar,dedosdólares,decinco,dediez,deveinteydecincuentadólares.HaysuficientepararellenaraunadocenadeEspantapájaros.¿Porquénousaresedinero?

El Leñador de Hojalata empezó a revolver la basura con el mango delhacha, y en efecto, los que en un principio habían considerado papeles sinimportancia resultaron ser billetes de diferentes valores que los traviesosgrajossehabíandedicadoarobardelasaldeasydelasciudadesquevisitaban.

Dentro de ese nido inaccesible había una inmensa fortuna, y con elconsentimiento del Espantapájaros pusieron rápidamente en práctica lapropuestadeTip.

Seleccionaron los billetesmás nuevos ymás limpios y los ordenaron envarias pilas. Rellenaron la pierna y la bota izquierdas con billetes de cincodólares, lapiernaderechaconbilletesdediezyatestaron tantoel cuerpodebilletes de cincuenta, cien ymil dólares que el Espantapájaros apenas pudoabotonarselachaqueta.

—Ahora —dijo admirado el Bichovaivén al finalizar la obra— eres elmiembromásvaliosodel grupo, y comoestás entre amigos fieles no corres

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peligrodequetegasten.

—Gracias—dijo complacido el Espantapájaros—.Me siento un hombrenuevo, y aunque a primera vista se me pueda confundir con la caja deseguridad de un banco, ruego no olvidar que mis sesos siguen siendo delmaterialoriginal.Yéseeselbienporelquesiempreserecurreamíenunaemergencia.

—Bueno, la emergencia está aquí —dijo Tip—, y si tus sesos no nosayudenasalir,nosveremosobligadosapasarelrestodelavidaenestenido.

—¿Yestaspastillas del deseo?—preguntó elEspantapájaros, sacando lacajadelbolsillodelachaqueta—.¿Nolaspodemosusarparaescapar?

—No, a menos que sepamos contar hasta diecisiete de dos en dos —respondió el Leñador de Hojalata—. Pero nuestro amigo el Bichovaivénasegura estar perfectamente educado, así que para él debería ser fácil sabercómosehace.

—Noesunproblemadeeducación—explicóelInsectoEsunproblemadematemáticas.Hevistoalprofesorhacermuchassumasenlapizarra,yafirmarque todosepodíahacercon lasxycon lasyycon lasaycosasporestilo,mezclándolas con muchos signos de más y de menos y de igual, y asísucesivamente. Pero que yo recuerde nunca dijo nada sobre la manera decontardedosendosparallegaralnúmeroimpardiecisiete.

—¡Basta! ¡Basta! —gritó Cabeza de Calabaza—. Me estás provocandodolordecabeza.

—Y a mí—añadió el Espantapájaros—. Veo tus matemáticas como unbote de pepinillos en vinagre: cuantomás te esfuerzas por sacar unomenosprobabilidades tienes de conseguirlo. Estoy seguro de que si eso tiene unasolución,esmuysencilla.

—Sí—dijoTip—.La viejaMombi no podía usar las x ni los signos demenosporquenuncafuealaescuela.

—¿Por qué no empezar a contar desde lamitad de uno?—preguntó deprontoelCaballete—.Asícualquierapuedecontarconfacilidaddedosendoshastadiecisiete.

Todos semiraron sorprendidos, porque consideraban alCaballete elmásestúpidodetodoelgrupo.

—Haces qué me avergüence de mí mismo —dijo el Espantapájaros,haciendounaprofundareverendaalCaballete.

—Sinembargo,lacriaturatienerazón—declaróelBichovaivén—,porquedosveceslamitaddeunoesuno,ydesdeelunoesfácilcontardedosendos

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hastadiecisiete.

—Noséporquériosemeocurrióamí—dijoCabezadeCalabaza.

—Nomesorprende—dijoelEspantapájaros—.¿Acasoeresmássabioqueelrestodenosotros?Peropidamosyaundeseo.¿Quiénsetragarálaprimerapastilla?

—¿Quéteparecesilohacestú?—sugirióTip.

—Nopuedo—dijoelEspantapájaros.

—¿Porqué?Tienesboca¿verdad?—preguntóelniño.

—Sí,peromibocaestápintadaynotienenadaconectadopara tragar—respondióelEspantapájaros—.Dehecho—continuó,mirandounoporunoaloscompañerosconojocrítico—,creoqueelniñoyelBichovaivénson losúnicosdenuestrogrupoquepuedentragar.

Tipreconocióqueesoeraverdadydijo:

—Entonces yo me ofrezco a pedir el primer deseo. Dame una de lasPastillasPlateadas.

El Espantapájaros intentó hacerlo, pero sus guantes rellenos erandemasiadotorpesparacogerUnobjetotanpequeño,yacercólacajaalniño,queeligióunadelaspastillasyselatragó.

—¡Cuenta!—gritóelEspantapájaros.

—¡Medio,uno,tres,cinco,siete,nueve,once,trece,quince,diecisiete!—contóTip.

—¡Ahorapideeldeseo!—dijopreocupadoelLeñadordeHojalata.

Peroenesemomentoelniñoempezóasufrirunosdolorestanespantososqueseasustó.

—¡Lapastillamehaenvenenado!—dijoahogandoungrito—.¡Ooh!¡O-o-o-o-h!¡Ay!¡Crimen!¡Fuego!¡O-o-h!—Yentoncesserevolcóenelfondodelnidocontalescontorsionesqueasustóatodoelgrupo.

—¿Quépodemoshacerporti?¡Habla,teloruego!—suplicóelLeñadordeHojalata, mientras las lágrimas de compasión le corrían por las mejillasniqueladas.

—¡N-nolosé!—respondióTip—.¡O-h!¡Ojalánohubieratragadonuncaesapastilla!

DerepenteeldolorcesóyelniñoselevantóyencontróalEspantapájarosmirando,asombradolacajitadepimienta.

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—¿Qué ha ocurrido? —preguntó el niño, un poco avergonzado de surecienteespectáculo.

——¡Es que las tres pastillas están otra vez en la caja! —dijo elEspantapájaros.

—Porsupuesto—declaróelBichovaivén—.¿AcasoTipnodeseónohabertragado nunca una de ellas? Bueno, el deseo se cumplió y no tragó unapastilla.Porlotanto,lastressiguenenlacaja.

—Puedeser,perodetodasmaneraslapastillamecausóunhorribledolor.

—¡Imposible! —declaró el Bichovaivén—. Si nunca la has tragado, lapastillanopuedehabertecausadodolor.Yasícomolaconcesióndetudeseopruebaquenotetragastelapastilla,estambiénevidentequenosufristedolor.

—Entonces fue unamagnífica imitación del dolor—dijo furioso Tip—.¿Quéteparecesitúpruebaslasiguientepastilla?Yahemosdesperdiciadoundeseo.

—¡Ah,no!—protestóelEspantapájaros—.Aquíhaytodavíatrespastillasenlacaja,ycadapastillasirveparaundeseo.

—Ahoralacabezamedueleamí—dijoTip—.Noentiendonada.¡Peroteaseguro que no tomaré otra pastilla! —Y con ese comentario se retirómalhumoradoalfondodelnido.

—Bueno—dijo el Bichovaivén—,me toca amí encargarme de nuestrasalvación a mi manera Muy Ampliada y Perfectamente Educada, porqueparecequesoyelúnicoquepuedeyquierepedirundeseo.Dameunadeesaspastillas.

SelatragósinvacilarytodossequedaronadmiradosdesucorajemientraselInsectocontabahastadiecisietededosendoscomohabíahechoTip.Yporalgunarazón—quizáporquelosbichovaivenestienenelestómagomásfuertequelosniños—labolitaplateadanoleprovocódoloralguno.

—¡DeseoquelasalasrotasdelGumpsereparenyquedencomonuevas!—dijoelBichovaivénconvozlentaeimponente.

Todossevolvieronparamirar laCosa,yeldeseosehabíacumplidocontantarapidezqueallíestabaelGump,enperfectoestado, tanpreparadoparavolar por el aire como cuando le habían infundido vida en el tejado delpalacio.

CAPÍTULO20

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ELESPANTAPÁJAROSRECURREAGLINDALABUENA

—¡Hurra!—gritó de alegría el Espantapájaros—.Ahora podremos irnosdeestemiserablenidodegrajoscuandonosdélagana.

—Pero ya casi es de noche —dijo el Leñador de Hojalata—, y si noesperamos hasta lamañana para emprender el vuelo quizá nosmetamos enmásproblemas.Nomegustanestosviajesnocturnos,porqueunonuncasabeloquevaaocurrir.

Decidieron entonces esperar hasta el amanecer y los aventureros sedivirtieronenlapenumbrabuscandotesorosdentrodelnidodelosgrajos.

ElBichovaivénencontródosmagníficosbrazaletesdeoro labradoque lequedaronmuybienen losdelgadosbrazos.AlEspantapájaros leencantabanlosanillos,yhabíamuchosenelnido.Alpocoratoteníapuestounoencadadedodelosacolchadosguantes,ynoconformeconesedespliegueañadióunomásacadapulgar.Comosehabíaesmeradoenelegiranillosengarzadosconpiedras brillantes como rubíes, amatistas y zafiros, las manos delEspantapájarospresentabanahoraunaaparienciadelomásbrillante.

—Este nido le encantaría a la Reina Jinjur —dijo pensativo—, porquetengolaimpresióndequeellaysuschicasmederrocaronsólopararobarlasesmeraldasdemiciudad.

El Leñador deHojalata estaba contento con su collar de diamantes y senegóaaceptarmásadornos,peroTipconsiguióunmagníficorelojdeoroconunagruesa leontinayse lometióenelbolsilloconmuchoorgullo.TambiénprendióalgunosbrochesdepiedraspreciosasalchalecorojodeJackCabezade Calabaza y con una espléndida cadena sujetó unos impertinentes alpescuezodelCaballete.

—Muy bonito —dijo la criatura, mirando con gesto de aprobación losimpertinentes—,pero¿paraquésirven?

Ningunopudoresponderaesapregunta,asíqueelCaballetedecidióqueeraunadornoraroyseencariñómuchoconél.

Paraquenadiedelgruposesintieradesairadoterminaronponiendovariosanillos de sello grandes en las puntas de los cuernos delGump, aunque esaatenciónnopareciócomplacernimuchomenosalextrañopersonaje.

Pronto cayó sobre ellos la oscuridad yTip y elBichovaivén se fueron adormirmientraslosdemássesentaronaesperarpacientementeelamanecer.

A lamañanasiguiente tuvieronmotivospara felicitarseporelútilestadodelGump,porqueconlaluzdeldíaunagranbandadadegrajosseacercópara

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volveralucharporlaposesióndelnido.

Peronuestrosaventurerosnosequedaronaesperarelataque.SeecharonenlosmullidosasientosdelossofáslomásrápidoposibleyTipdiolaordenparaqueelGumpalzaraelvuelo.

LaCosa seelevóde inmediatoporel aire,batiendo lasgrandesalasconfuerzaymovimientos regulares, y enunos instantes estuvieron tan lejosdelnido que los grajos chillones tomaron posesión sin siquiera intentarperseguirlos.

LaCosavolóhaciaelnorte,enlamismadireccióndedondehabíavenido.Al menos ésa era la opinión del Espantapájaros, y los demás estaban deacuerdoenqueelEspantapájaros era elquemejor seorientaba.Despuésdepasar sobre algunas ciudades y aldeas el Gump los llevó sobre una llanuraextensadondelascasassefuerondispersandocadavezmáshastadesaparecerdeltodo.Acontinuación,vinoelvastodesiertodearenaqueseparabaelPaísdeOzdelrestodelmundo,yantesdelmediodíavieronlascasasconformadecúpulaqueeranlapruebadequeestabanotravezdentrodelasfronterasdesupaísnatal.

—Perolascasasylasvallassonazules—dijoelLeñadordeHojalata—,loqueindicaqueestamosenelpaísdelosmunchkinsyporlotantomuylejosdeGlindalaBuena.

—¿Quéhacemos?—preguntóelniño,dirigiéndoseasuguía.

—Nolosé—dijoelEspantapájarosconfranqueza—.Siestuviéramosenla Ciudad Esmeralda podríamos ir directamente hacia el sur y así llegar anuestro destino. Pero no nos atrevemos a ir a la Ciudad Esmeralda, y esprobable que con cada aleteo el Gump nos esté alejando en la direcciónequivocada.

—EntonceselBichovaivéntieneque tragarseotrapastilla—dijoTip,sinvacilar—,ydesearquevayamosenladireccióncorrecta.

—Muybien—dijoelinsectoMuyAmpliado—,acepto.

Pero cuando elEspantapájaroshurgó en el bolsillobuscando la cajita depimienta que contenía las dosPastillas Plateadas delDeseo, no la encontró.Preocupados,losviajerosbuscaronlavaliosacajaencadarincóndelaCosa,perohabíadesaparecidosindejarrastro.

YelGumpseguíavolando,llevándolosnosabíanadónde.

—Debodehaberdejado lacajitadepimientaenelnidode losgrajos—dijofinalmenteelEspantapájaros.

—Esunagranpena—declaróelLeñadordeHojalata—.Peronoestamos

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peorqueantesdedescubrirlasPastillasdelDeseo.

—Estamos mejor —contestó Tip—, porque la pastilla que usamos nospermitióhuirdeesenidohorrible.

—Sin embargo, la pérdida de las otras dos es grave, ymemerezco unabuena reprimenda por el descuido —dijo el Espantapájaros, arrepentido—.Porque en grupos tan insólitos como éste pueden ocurrir accidentes encualquiermomento,yahoramismoquizánosestemosacercandoaunnuevopeligro.

Nadie se atrevió a contradecir esas palabras, y se produjo un sombríosilencio.

ElGumpseguíavolando.

DerepenteTipsoltóunaexclamacióndesorpresa.

—¡DebemosdehaberllegadoalPaísdelSur—gritó—,porqueallíabajotodoesrojo!

Todos se asomaron de inmediato por encima de los respaldos de lossillones, menos Jack, que cuidabamucho de que su cabeza de calabaza nocorrierael riesgodecaérseledelcuello.Enefecto, lascasas, lasvallasy losárboles rojos indicaban que habían entrado en los dominios de Glinda laBuena, y pronto, mientras seguían planeando con rapidez, el Leñador deHojalatareconocióloscaminosylosedificiospordondepasabanyalteróunpoco el vuelo del Gump para que pudieran llegar al palacio de la célebreHechicera.

—¡Bien!—exclamóencantadoelEspantapájaros—.YanonecesitamoslasPastillasdelDeseoqueperdimos,porquehemosllegadoanuestrodestino.

La Cosa fue bajando poco a poco y acercándose al suelo hasta quefinalmentesedetuvoenlosmagníficosjardinesdeGlinda,posándosesobreelaterciopeladocéspedverde cercadeuna fuenteque arrojaba al aireno aguasino brillantes piedras preciosas que después caían sobre la pila demármoltalladoproduciendounsuavetintineo.

TodoeramagníficoenlosjardinesdeGlinda,ymientrasnuestrosviajerosmirabanalrededorconojosmaravilladosunacompañíadesoldadosaparecióylos rodeó en silencio. Pero esos soldados de la gran Hechicera eran muydiferentes de los que componían el Ejército Sublevado de Jinjur, aunquetambiéneranniñas.PorquelassoldadosdeGlindavestíanuniformespulcrosyportabanespadasylanzasymarchabanconunahabilidadyunaprecisiónquedemostrabansubuenentrenamientoenlasartesdelaguerra.

LaCapitanaquedirigíaestatropa—queeralaescoltaprivadadeGlinda—reconociódeinmediatoalEspantapájarosyalLeñadordeHojalata,ylesdio

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labienvenidaconrespetuosossaludos.

—¡Buenos días! —dijo el Espantapájaros y se quitó galantemente elsombrero mientras el Leñador hacía un saludo militar—. Hemos venido asolicitarunaaudienciacontujustaSoberana.

—Glindaosesperaensupalacio—dijolaCapitana—,porqueosviovenirmuchoantesdequellegarais.

—¡Quéextraño!—dijoTip,pensativo.

—Enabsoluto—respondió elEspantapájaros—,porqueGlinda laBuenaesunaHechicerapoderosaynadadeloquepasaenelPaísdeOzseleescapa.Supongoqueellasabetanbiencomonosotrosaquéhemosvenido.

—Entonces¿paraquéhemosvenido?—preguntóestúpidamenteJack.

—¡Para demostrar que eres un Cabeza de Calabaza! —dijo elEspantapájaros—. Pero si la Hechicera nos quiere ver, no debemos hacerlaesperar.

Así que todos se bajaron de los sofás y siguieron a laCapitana hasta elpalacio:inclusoelCaballeteocupósusitioenesaextrañaprocesión.

Glindaestabasentadaeneltronodeoromagníficamentelabradoyapenaspudo contener una sonrisa cuando aquellos extraños visitantes entraron y lehicieronunareverencia.ConocíayapreciabaalEspantapájarosyalLeñadorde Hojalata, pero el torpe Cabeza de Calabaza y el Bichovaivén MuyAmpliadoerancriaturasquejamáshabíavistoyresultabanaúnmáscuriosasquelasdemás.EncuantoalCaballete,noparecíaotracosaqueunpedazodemaderaanimada,ytanrígidafuesureverenciaquelacabezachocócontraelsuelo provocando una cascada de risas entre las soldados, a la que se unióGlinda.

—Suplicoanunciaravuestragloriosaalteza—dijoelEspantapájarosconvozsolemne—quemiCiudadEsmeraldahasido invadidaporunahordadeniñasinsolentesconagujasdetejerquehanesclavizadoatodosloshombres,robadode lascallesy losedificiospúblicos todas lasesmeraldasyusurpadomitrono.

—Losé—dijoGlinda.

—También amenazaron con que acabarían conmigo y todos los buenosamigosyaliadosque tienesdelante—continuóelEspantapájaros—,y sinohubiéramos logrado escapar de sus garras nuestros días habrían terminadohacetiempo.

—Losé—repitióGlinda.

—Asíquehevenidoasuplicartuayuda—prosiguióelEspantapájaros—,

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porquecreoquesiempreestásdispuestaasocorreralosdesafortunadosyalosoprimidos.

—Es verdad—dijo despacio la Hechicera—. Pero la Ciudad Esmeraldaestá ahora gobernada por la general Jinjur, que ha hecho que la proclamenReina.¿Quéderechotengoyoacombatirla?

—Esquemerobóeltrono—dijoelEspantapájaros.

—¿Ycómoobtuvistetúeltrono?—preguntóGlinda.

—Lo recibí del Mago de Oz y porqué el pueblo me eligió —dijo elEspantapájaros,molestoporlapregunta.

—¿YcómoloconsiguióelMago?—continuóGlinda,muyseria.

—Me dijeron que se lo robó a Pastoría, el antiguo Rey —dijo elEspantapájaros,turbadoantelapenetrantemiradadelaHechicera.

—Entonces—declaró Glinda—, el trono de la Ciudad Esmeralda no teperteneceatiniaJinjursinoaPastoría,aquienselousurpóelMago.

—Es verdad—reconoció el Espantapájaros con humildad—, pero ahoraPastoríaestámuertoyalguiendebegobernarensulugar.

—Pastoría tenía una hija, que es la legítima heredera del trono de laCiudadEsmeralda.¿Losabías?—preguntólaHechicera.

—No—contestó el Espantapájaros—. Pero si la chica vive no seré yoquien se interponga, en su camino. Tambiénme complacería que echaran aJinjurporimpostorayqueyopudierarecuperareltrono.Dehecho,noesmuydivertidoserrey,sobretodosiunotienebuenossesos.Hacetiempoqueséquereúnolascondicionesparaocuparunaposiciónmáselevada.Pero¿dóndeestálaniñaalaquecorrespondeeltronoycómosellama?

—SellamaOzma—respondióGlinda—.Peroaúnnohepodidodescubrirdóndeestá.PorquecuandoelMagodeOzusurpóeltronodelpadredeOzma,escondióalaniñaenalgúnlugarsecreto,ypormediodeuntrucomágicoquedesconozco también logró impedir que fuera descubierta, incluso por unahechiceratanexperimentadacomoyo.

——Esoesraro—interrumpiópomposamenteelBichovaivén—.¡MehaninformadodequeelMaravillosoMagodeOznoeramásqueunfarsante!

—¡Tonterías! —exclamó el Espantapájaros, muy ofendido por esaspalabras—.¿Acasonomediounossesosmaravillosos?

—Nohayningunafarsaencuantoamicorazón—anuncióelLeñadordeHojalata,mirandoindignadoalBichovaivén.

—Quizá me informaron mal —tartamudeó el Insecto, retrocediendo—;

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personalmentenuncaconocíalMago.

—Bueno,nosotrossí—dijoelEspantapájaros—,ytepuedoasegurarqueera un gran mago. Es verdad que fue culpable de algunas pequeñasimposturas,perosinofueraungranmago¿cómopodríahaberescondidotanbienaesaniñaOzmaquenadieescapazdeencontrar?

—¡Merindo!—dijocondocilidadelBichovaivén.

—Ése es el discurso más sensato que ha salido de tu boca —dijo elLeñadordeHojalata.

—La verdad es que debo hacer otro esfuerzo por descubrir dónde estáescondida esa niña —prosiguió la Hechicera, pensativa—. Tengo en labibliotecaunlibrodondeestángrabadastodaslasaccionesdelMagomientrasestuvo en nuestro País de Oz, o al menos todas las acciones que pudieronobservar mis espías. Esta noche leeré con atención ese libro y procuraréindividualizar los actos que puedan guiarnos hacia el descubrimiento de laperdida Ozma. Mientras tanto, os ruego que os divirtáis en mi palacio yordenéisamissirvientescomosifueranvuestros.Mañanaosconcederéotraaudiencia.

Con esas gentiles palabras Glinda se despidió de los aventureros, quesalieron a recorrer los magníficos jardines, donde pasaron algunas horasdisfrutandodetodaslascosasdeliciosasconlasquelaReinadelPaísdelSurhabíarodeadosupalacioreal.

AlamañanasiguientevolvieronapresentarseanteGlinda,quienlesdijo:

—HeinvestigadodetenidamentelosregistrosdelasaccionesdelMagoydeellassóloencontrétresqueparecensospechosas.Comíalosguisantesconuncuchillo,hizotresvisitassecretasalaviejaMombiycojeabaunpocodelpieizquierdo.

—¡Ah,esaúltimasíessospechosa!—exclamóCabezadeCalabaza.

—Nonecesariamente—dijoelEspantapájaros—.Quizá tuvieracallos.Amímeparecequecomerguisantesconcuchilloesmássospechoso.

—Quizá es una educada costumbre de Omaha, el gran país de dondeproveníaelMago—sugirióelLeñadordeHojalata.

——Quizá—admitióelEspantapájaros.

—Pero ¿por qué hizo tres visitas secretas a la viejaMombi?—preguntóGlinda.

—¡Ah,sí!,¿porqué?—repitióintrigadoelBichovaivén.

—Sabemos que el Mago enseñó a la anciana muchos de sus trucos

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mágicos—continuóGlinda—,cosaquenohabríahechosiellanolehubieraproporcionado algún tipo de ayuda. Por lo tanto, hay buenos motivos parasospechar que Mombi lo ayudó a esconder a la niña Ozma, que era laverdadera heredera al trono de la Ciudad Esmeralda y un peligro constantepara el usurpador. Porque si el pueblo hubiera sabido que ella estaba viva,rápidamentelahabríaconvertidoensuReinaylehabríadevueltosulegítimaposición.

—¡Unargumentoplausible!—dijoélEspantapájaros—.NodudodequeMombi estuvo implicada en este infame asunto. Pero ¿de qué nos sirvesaberlo?

—TenemosqueencontraraMombi—dijoGlinda—,yobligarlaaquenosdigadóndeestáescondidalaniña.

—MombiestáahoraconlaReinaJinjurenlaCiudadEsmeralda—dijoTip—.FueellaquiennospusotantosobstáculosenelcaminoehizoqueJinjuramenazara condeshacersedemis amigosydevolvermeal poderde laviejabruja.

——Entonces —decidió Glinda— marcharé con mi ejército hasta laCiudad Esmeralda y haré prisionera a Mombi. Después quizá podamosobligarlaaquenosdigalaverdadsobreOzma.

——¡Esunaviejamuymala!—dijoTip, temblandoal recordar la teteranegradeMombi—.Ytambiénterca.

—Yotambiénsoymuyterca—dijolaHechiceraconunadulcesonrisa—,asíquenotemoaMombienlomásmínimo.HoyharétodoslospreparativosymañanaalamanecermarcharemoshacialaCiudadEsmeralda.

CAPÍTULO21

ELLEÑADORDEHOJALATAARRANCAUNAROSA

ElejércitodeGlinda laBuenaparecíamagnífico e imponente cuando sereunió al amanecer delante de las puertas del palacio. Los uniformes de laschicas soldados eran bonitos y de colores alegres, y sus lanzas de puntaplateaday largasastascon incrustacionesdemadreperla refulgían.Todas lasoficiales llevaban espadas relucientes y afiladas y escudos ribeteados conplumas de pavos reales; de veras costaba creer que un enemigo pudieraderrotaraunejércitotanbrillante.

LaHechiceraibaenunhermosopalanquínqueeracomoelcuerpodeuncarruaje, con puertas y ventanas y cortinas de seda; pero en vez de ruedas

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como los carruajes, el palanquín se apoyaba sobre dos largas barrashorizontalessostenidasporloshombrosdedocesirvientes.

El Espantapájaros y sus compañeros decidieron ir en el Gump paramantenerse a lamisma velocidad con quemarchaba el ejército, así que tanprontocomoGlindasepusoenmarchaysussoldadospartieronalsondelamúsicaquetocabalabandareal,nuestrosamigossemontaronenlossofásylos siguieron.ElGumpvolabamuybajo,exactamenteencimadelpalanquínenelqueviajabalaHechicera.

—Cuidado—dijoelLeñadordeHojalataalEspantapájaros,quesehabíaasomadoporunladoparamirarelejércitoalláabajo—.Tepuedescaer.

—Noimportaría—señalóeleducadoBichovaivén—.Mientrasestérellenodebilletesnopodráarruinarse.

—¿Notepedíque…?—empezóadecirTipentonodereproche.

—¡Sí,me lopediste!—seapresuróadecirelBichovaivén—.Yte ruegoquemeperdones.Deverastratarédecontenerme.

—Mástevale—declaróelniño—.Esdecir,siquieresviajarconnosotros.

—¡Ah!Ahoranopodríasepararmedevosotros—murmuróemocionadoelInsecto,asíqueTipdejóeltema.

Elejércitosiguióavanzandoaunritmoconstante,peroantesdequellegaraa lasmurallas de laCiudadEsmeralda se hizo de noche. Sin embargo, a ladébilluzdelalunanuevalasfuerzasdeGlindarodearonlaciudadymontaronsobre la pradera sus tiendas de campaña de seda escarlata. La tienda de laHechiceraeramásgrandequelasdemásyestabahechadesedapurablancaysobre ella ondeaban estandartes de color escarlata. También se levantó unatiendaparaelgrupodelEspantapájaros,yunavezterminadoslospreparativosconprecisiónyrapidezmilitar,elejércitoseretiróadescansar.

GrandefuelasorpresadelaReinaJinjuralamañanasiguiente,cuandosussoldados llegaron corriendo a informarle sobre el inmenso ejército que lasrodeaba.Deinmediatosubióaunaaltatorredelpalaciorealyviolasbanderasque flameaban en todas direcciones y la gran tienda blanca deGlinda justodelantedelaspuertas.

—¡Sindudaestamosperdidas!—gritódesesperadaJinjur—,pues¿dequénosvaldránlasagujasdetejerfrentealaslargaslanzasylasterriblesespadasdenuestrasenemigas?

—Lomejorquepodemoshacer—dijounadelaschicas—esrendirnoslomásrápidoposible,antesdequenoshagandaño.

—Nipensarlo—dijoJinjur,conmásvalor—.Elenemigoaúnestáfuerade

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las murallas, así que debemos tratar de ganar tiempo entreteniéndolo connegociaciones.VeconunabanderablancaaveraGlindaypregúntaleporquéhaosadoinvadirmisdominiosyquéesloquepide.

LaniñaatravesólaspuertasllevandounabanderablancaparamostrarqueibaenmisióndepazyfuehastalatiendadeGlinda.

—DileatuReina—explicólaHechiceraalaniña—quedebeentregarmea la vieja Mombi para que sea mi prisionera. Si lo hace no la volveré amolestar.

Esemensaje, al ser entregado, llenóde consternación a laReina, porqueMombi era su principal consejera y Jinjur tenía verdadero terror, a la viejaarpía.PeromandóllamaraMombiylecontóloquehabíadichoGlinda.

—Veoquetendremosproblemas—farfullólaviejabrujadespuésdemirarenelespejomágicoquellevabaenelbolsillo—.Peroquizápodamostodavíahuirengañandoaesahechicera,pormásinteligentequesecrea.

—¿No crees que serámás seguro paramí entregarte a ella?—preguntónerviosaJinjur.

—¡Silohaces,tecostaráeltronodelaCiudadEsmeralda!—respondiósinvacilarlabruja—.Perosimedejasactuaramimanera,podrésalvarnosalasdosconmuchafacilidad.

—Entonces haz lo que quieras —dijo Jinjur—, porque ser reina es tanaristocráticoquenodeseovermeobligadaaregresaracasayhacercamasylavarplatosparamimadre.

Así que Mombi llamó a Jellia Jamb y realizó cierto rito mágico queconocía.Comoconsecuenciadelhechizo,JelliaadquiriólaformayaparienciadeMombimientraslaviejabrujasevolviótanidénticaalaniñaqueresultabaimposiblequealguienpudieradarsecuentadelengaño.

—Ahora—dijolaviejaMombialaReina—,quetussoldadosentreguenaestachicaaGlinda.PensaráquetienealaverdaderaMombiensupoderyasíregresarádeinmediatoasupropioPaísdelSur.

CondujeronaJellia,cojeandocomounaanciana,fueradelaspuertasdelaciudadylallevaronanteGlinda.

—Aquí está la persona que reclamabas—dijo una de las guardias—, yahoranuestraReinaruegaquetevayascomoprometisteynosdejesenpaz.

—Esoesloqueharé—dijoGlinda,muycomplacida—,sideverdadésaeslapersonaquepareceser.

—Claro que es la viejaMombi—aseguró la guardia, que creía decir laverdad;despuéslassoldadosdeJinjurvolvieronaentrarporlaspuertasdela

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ciudad.

LaHechicera hizo llamar enseguida a su tienda al Espantapájaros y susamigos, y empezó a interrogar a la supuesta Mombi sobre Ozma, la niñapérdida.PeroJellianadasabíadeeseasuntoyelinterrogatorioprontolapusotannerviosaquesucumbióyseechóallorar,paragransorpresadeGlinda.

—¡Aquí hay algún truco estúpido! —dijo la Hechicera con los ojosencendidosderabia—.¡ÉstanoesMombisinootrapersonaalaqueselehadadosuapariencia!Dime,¿cómotellamas?—preguntó,volviéndosehacialatemblorosaniña.

Como la bruja la había amenazado conmatarla si confesaba el engaño,Jellianoseatrevióadecirlo.PeroGlinda,apesardeserdulceyjusta,sabíademagia más que nadie en el País de Oz. Así que pronunció unas pocas ypotentespalabras,yhaciendounextrañogestodevolvióconrapidezalaniñasu antigua forma, y en el mismo instante, en el palacio de Jinjur, la viejaMombirecobróderepentesupropiafiguraencorvadaysusrasgosmalvados.

—¡Vaya, si es Jellia Jamb!—gritó el Espantapájaros al reconocer en laniñaaunadesusviejasamigas.

—¡Es nuestra intérprete! —dijo Cabeza de Calabaza, sonriendocomplacido.

Entonces Jellia se vio obligada a contar el engaño deMombi, y rogó aGlinda que le diera protección, a lo que laHechicera accedió de inmediato.PeroGlindaestabaahorarealmenteenojadayenvióaJinjurelmensajedequesehabíadescubiertoel fraudeydebíaentregara laverdaderaMombi;de locontrario sufriría terribles consecuencias. Jinjur ya estaba preparada pararecibir el mensaje, porque la bruja se había enterado de que Glinda habíadescubiertoelengañoal recuperarsuformanatural.Pero laviejaymalvadacriaturayahabíapensadoenotroengañoyhabíahechoprometeraJinjurquelollevaríaacabo.AsíquelaReinadijoalamensajeradeGlinda:

—DileatuseñoraquenoencuentroaMombiporningunaparte,peroqueconmuchogustoGlindapuedeentrarenlaciudadybuscarporsímismaalaanciana. Si quiere, también puede traer con ella a sus amigos; pero si noencuentra a Mombi antes del atardecer, debe prometer que se marcharápacíficamenteynovolveráamolestarnos.

Glindaaceptóesascondiciones,puessabíamuybienqueMombiestabaenalgún sitiodentrode lasmurallasde la ciudad.Así que Jinjurhizo abrir laspuertasdeparenparyGlindaentróalacabezadeunacompañíadesoldados,seguidaporelEspantapájarosyelLeñadordeHojalata,mientrasJackCabezade Calabaza iba montado en el Caballete y el Educado y Muy AmpliadoBichovaivénmarchabadetrásconpasolentoymajestuoso.Tipcaminabajunto

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alaHechicera,porqueGlindasehabíaencariñadomuchoconelniño.

LaviejaMombinotenía,porsupuesto,ningunaintencióndequeGlindalaencontrara,asíquemientrasmarchabanporlascalleslabrujasetransformóenuna rosa roja que crecía en un rosal del jardín del palacio. Fue una ideainteligenteyunardiddelqueGlindanosospechó,demodoqueperdióvariashoraspreciosasbuscandoenvanoaMombi.

Cuandofaltabapocopara lapuestadelsol, laHechiceracomprendióquehabía sido derrotada por la astucia superior de la vieja, así que ordenó a sugentequesalieradelaciudadyregresaraalastiendas.

EnesemomentoelEspantapájarosysuscompañerosbuscabaneneljardíndel palacio y obedecieron desilusionados la orden deGlinda. Pero antes deabandonar el jardín, elLeñador deHojalata, que era aficionado a las flores,descubrióporcasualidadunagranrosarojaquecrecíaenunrosal,laarrancóyselapusoenelojaldelapecheradehojalata.

Mientras lohacíacreyóoírun levegemidoque salíade la rosa,peronoprestó atención al sonido y de esemodoMombi fue sacada de la ciudad yllevada al campamento de Glinda sin que nadie sospechara del éxito de labúsqueda.

CAPÍTULO22

LATRANSFORMACIÓNDELAVIEJAMOMBI

En un primer momento la bruja se asustó al verse capturada por elenemigo,peroprontodecidióqueestabatanseguraenelojaldelLeñadordeHojalatacomocreciendoenelrosalporquenadiesabíaquelarosayMombieran lamismacosa,yahoraqueestabafuerade laspuertasde laciudadsusprobabilidadesdeescapardeGlindahabíanaumentadoconsiderablemente.

«Pero no hay ninguna prisa —pensó Mombi—. Esperaré un rato ydisfrutaré de la humillación de esta Hechicera cuando descubra que me heburladodeella».

AsíquedurantetodalanochelarosapermaneciótranquilamenteenelojaldelLeñadoryalamañanasiguiente,cuandoGlindamandóllamaranuestrosamigos para consultarlos, Nico Hachero llevó consigo la hermosa flor a latiendadesedablanca.

—Por alguna razón—dijo Glinda— no hemos encontrado a la astuta yviejaMombi,ymetemoquenuestraexpediciónseráunfracaso.Ylolamentodeverdad,porquesinnuestraayudalapequeñaOzmanuncaserárescatadani

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selarestituiráasulegítimaposicióndeReinadelaCiudadEsmeralda.

—Nopermitasquenosdemosporvencidostanfácilmente—dijoCabezadeCalabaza—.Hagamosalgomás.

—De veras habrá que hacer algomás—dijo Glinda con una sonrisa—,peronocomprendocómomehaderrotadocontantafacilidadunaviejabrujaquesabemuchomenosdemagiaqueyo.

—Mientrasestemosenel terrenocreoqueseríasensatopornuestraparteconquistarlaCiudadEsmeraldaparalaPrincesaOzmaydespuésbuscaralaniña—dijoelEspantapájaros—.Ymientraslaniñapermanezcaescondidayogobernaré encantado en su lugar, porque de asuntos de gobierno entiendomuchomásqueJinjur.

—PeroheprometidonomolestaraJinjur—protestóGlinda.

—¿Ysiregresáistodosconmigoamireino,mejordicho,amiimperio?—dijoelLeñadordeHojalata,yconunsoberanomovimientodelbrazoincluyócortésmente a todo el grupo—. Me complacerá mucho entreteneros en micastillo,dondehayhabitacionesdesobra.Ysialgunodevosotrosquierequeloniquelen,miayudadecámaraloharásincostoalguno.

MientrashablabaelLeñadorlosojosdeGlindahabíandescubiertolarosaqueteníaenelojalyenunmomentocreyóverquelosgrandespétalosrojosde la flor temblaban un poco. Eso la hizo sospechar de inmediato, y uninstantemástardelaHechicerahabíadecididoquelaaparenterosanoeraotracosa que una transformación de la vieja Mombi. En ese mismo momentoMombisupoquelahabíandescubiertoyquedebíaplanearrápidolahuida,ycomo le resultaba fácil transformarse adoptó enseguida la forma de unasombraysedeslizóporlapareddelatiendahacialaentrada,conlaintencióndedesaparecer.

PeroGlindanosóloposeíalamismaastuciaquelabrujasinomuchamásexperiencia.DemodoquellegóalaentradadelatiendaantesquelaSombraycon unmovimiento demano la cerró tan bien queMombi no encontró unarendija lo bastante grande para escapar. Los movimientos de Glindasorprendieron mucho al Espantapájaros y a sus amigos porque ninguno deelloshabíanotadolaSombra.Glindadijoentonces:

—¡Quedaostodosquietos!Porquelaviejabrujaestátodavíaconnosotrosenestatiendayesperocapturarla.

Estas palabras alarmaron tanto a Mombi que de sombra se transformórápidamente en una hormiga negra, con cuya forma anduvo por la tierra,buscandounarendijaounagrietaenlaqueescondersuminúsculocuerpo.

Por fortuna, la tierradondesehabía levantado la tienda, justodelantede

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las puertas de la ciudad, era dura y lisa, y mientras la hormiga caminabaGlindaladescubrióycorrióaatraparla.Perocuandoibabajandolamano,lavieja bruja, ahora realmente desesperada de miedo, hizo su últimatransformación, y con la forma de un enorme grifo atravesó de un salto lapareddelatienda,rasgandolaseda,ysealejóalavelocidaddeuntorbellino.

Glindanodudóenseguirla.SaltósobreellomodelCaballeteygritó:

—¡Ahora demostrarás que tienes derecho a estar vivo! ¡Corre!, ¡corre!,¡corre!

ElCaballete corrió.Comoun rayo, siguió alGrifo,moviendo tan rápidolaspatasdemaderaquetitilabancomolosrayosdeunaestrella.Antesdequenuestrosamigospudieranrecobrarsedelasorpresa,elGrifoyelCaballeteseperdierondevista.

—¡Vamos!¡Sigámoslos!—gritóelEspantapájaros.

Corrieron hasta el sitio donde estaba elGump y subieron rápidamente abordo.

—¡Vuela!—ordenóTip,impaciente.

—¿Adonde?—dijoelGump,convoztranquila.

—No lo sé—contestó Tip, que estaba muy nervioso por el retraso quellevaban—;perosisubesalairecreoquepodremosdescubrirhaciadóndesefueGlinda.

—Muybien—contestóconcalmaelGump,queabrió lasgrandesalasysubióbienaltoenelaire.

Alolejos,porlosprados,vierondospequeñasmanchasquecorríanatodavelocidadunadetrásdelaotra,ysupieronqueesasmanchasteníanqueserelGrifo y el Caballete. Tip se los señaló al Gump y pidió a la criatura queprocuraraalcanzaralaviejabrujayalaHechicera.PeroporrápidoquevolaraelGump, laperseguidaylaperseguidoraavanzabanamayorvelocidadyenunosinstantesseperdieronenelhorizonte.

—Apesardetodo,sigamoshaciaellas—dijoelEspantapájaros—,porqueelPaísdeOztienepocaextensiónytardeotempranotendránquedetenerse.

LaviejaMombisehabíacreídomuysabiaalelegirlaformadeungrifo,porqueteníapatasmuyvelocesymayorresistenciaqueotrosanimales.PeronohabíacalculadolainfatigableenergíadelCaballete,cuyasextremidadesdemadera podían correr durante días sin reducir la velocidad. Por lo tanto,despuésdeunahoradearduacarrera,elGrifoempezóa tenerproblemasderespiración, a jadear penosamente y a dar boqueadas, y corríamásdespacioqueantes.Entonces llegóalbordedeldesiertoyempezóaadentrarseen las

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arenas profundas. Pero los cansados pies se hundieron en la arena y unosminutosmástardeelGrifosedesplomó,completamenteagotado,ysequedótendidoenlainmensidaddeldesierto.

Glinda apareció un instante después, montada en el aún vigorosoCaballete, y tras desenrollar del cinturón un delgado hilo de oro, lo arrojósobrelacabezadelresollanteeindefensoGrifo,destruyendodeesamaneraelpodermágicodetransformacióndeMombi.

Conunviolento temblor, el animaldesaparecióde lavistay en su lugarquedólaformadelaviejabruja,quelanzóunamiradafulminantealaserenayhermosacaradelaHechicera.

CAPÍTULO23

LAPRINCESAOZMADEOZ

Eresmi prisionera y es inútil que sigas luchando—dijoGlinda con vozsuaveydulce—.Quédatequietaunmomentoydescansa;después te llevarédevueltaamitienda.

—¿Porquémebuscas?—preguntóMombi,todavíaincapazdehablarconclaridadporlafaltadealiento—.¿Quétehehechoparaquemepersigasasí?

—Amí no me has hecho nada—respondió la dulce Hechicera—, perosospechoqueeresculpabledevariasaccionesmalvadas,ysidescubroqueesverdadquehasabusadodetuconocimientodelamagia,piensocastigarteconmuchaseveridad.

—¡Te desafío!—dijo con voz ronca la vieja arpía—. ¡No te atreverás ahacermedaño!

En esemomento llegó volando elGump y se posó Sobre las arenas deldesiertojuntoaGlinda.Nuestrosamigossequedaronencantadosalsaberquepor fin Mombi había sido capturada, y después de una rápida consulta sedecidió que todos debían regresar en el Gump al campamento. Echaron elCaballeteabordoydespuésGlinda,sinsoltarunextremodelhilodeoroquerodeabael cuellodeMombi,obligóa suprisioneraa trepara los sofás.LosdemáshicieronlomismoyTipordenóalGumpemprenderelregreso.

Elviajetranscurriósinsobresaltos.Mombiibasentadacongestohoscoyadusto porque, mientras tuviera el hilomágico ciñéndole el cuello, la viejaarpíaestaba totalmente indefensa.Elejércitoaclamóentusiastael regresodeGlinda y el grupo de amigos pronto volvió a reunirse en la tienda real, quehabíasidoperfectamentereparadadurantesuausencia.

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—Ahora—dijolaHechiceraaMombi—quieroquenosdigasporquéelMaravillosoMagodeOztevisitótresvecesyquéocurrióconlaniñaOzma,quedesapareciódemaneratanextraña.

LaarpíamiródesafianteaGlinda,peronodijonada.

—¡Contéstame!—gritólaHechicera.

PeroMombinoabriólaboca.

—Quizánolosabe—aventuróJack.

—Te ruego que no hables —dijo Tip—. Podrías arruinar todo con tustonterías.

—¡Muybien,queridopadre!—dijocondocilidadCabezadeCalabaza.

—¡Cómome alegro de ser un bichovaivén!—murmuró el InsectoMuyAmpliado—.Nosepuedeesperarquebrotesabiduríadeunacalabaza.

—Bueno —dijo el Espantapájaros—, ¿qué podemos hacer para queMombi hable? Si no nos dice lo que queremos saber, su captura habrá sidoinútil.

—¿Ysiprobamosaserbondadosos?—sugirióelLeñadordeHojalata—.Heoídodecirqueconlabondadsepuedeconquistaracualquiera,porfeoquesea.

Aloíresaspalabraslaviejaarpíale lanzóunamiradatanhorriblequeelLeñadordeHojalataseacobardó.

Glindahabíaestadopensandodetenidamenteloqueibaahacer,yentoncessevolvióhaciaMombiydijo:

—Teaseguroquenoganasnadacondesafiarnos,porqueestoydecididaaaveriguarlaverdadsobrelaniñaOzma,ysinomedicestodoloquesabesteejecutaré.

¡Oh, no! ¡No hagas eso! —exclamó el Leñador de Hojalata—. ¡Seríahorriblemataraalguien,inclusoalaviejaMombi!

—Pero no es más que una amenaza —dijo Glinda—. No ejecutaré aMombiporqueellapreferirádecirmelaverdad.

—¡Ah,entiendo!—dijoelhombredehojalata,muchomástranquilo.

—Supongamos que te cuento todo lo que quieres saber—dijo Mombi,hablando tanbruscamenteque todos se sobresaltaron—.¿Quéharásdespuésconmigo?

—Enesecaso—contestóGlinda—,sólotepediréquebebáisunapotentepócimaqueteharáolvidartodalamagiaquealgunavezaprendiste.

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—¡Entoncesmeconvertiríaenunaancianaindefensa!

—Peronoperderíaslavida—sugirió,confortador,CabezadeCalabaza.

—¡Noabrasesaboca!—dijonerviosoTip.

—Lo intentaré—respondió Jack—,pero tendrás que admitir que vale lapenaestarvivo.

—SobretodosiunoestáPerfectamenteEducado—añadióelBichovaivén,moviendolacabezaenseñaldeaprobación.

—Puedeselegir—dijoGlindaalaviejaMombi—entrémorirsitecallasoperder los poderes mágicos si me dices la verdad. Pero me parece quepreferirásvivir.

MombimiróconpreocupaciónalaHechicerayvioqueestabadecididayqueloquedecíanoeraningunabroma.Asíquerespondiólentamente:

—Contestaréatuspreguntas.

—Esoesloqueesperaba—dijoGlinda,complacida—.Teaseguroqueesunasabiadecisión.

Despuéshizounaseñalaunadesuscapitanas,quele trajounmagníficocofredeoro,delquelaHechicerasacóunainmensaperlablancasujetaaunafinacadenaquesepusoenelcuellodetalmaneraquelaperlalequedósobreelpecho,justoencimadelcorazón.

—Ahora—dijo—,teharélaprimerapregunta:¿PorquéelMagotevisitótresveces?

—Porqueyonoibaavisitarloaél—respondióMombi.

—Ésanoesunarespuesta—dijoGlindaconseveridad—.Dimelaverdad.

—Bueno—dijoMombimirando al suelo—,me visitó para saber cómohacíayolasgalletasparaelté.

—¡Levantalamirada!—ordenólaHechicera.

Mombiobedeció.

—¿Dequécoloresmiperla?—preguntóGlinda.

—¡Vaya,esnegra!—dijolaviejaarpía,asombrada.

—¡Entoncesmehasdichounamentira!—gritófuriosaGlinda—.Miperlasóloconservaelcolorblancopurocuandosedicelaverdad.

Mombi comprendió entonces qué era inútil tratar de engañar a laHechicera, asíquemientrasenfrentaba laderrotaconcaradepocosamigos,dijo:

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—ElMagome trajoa laniñaOzma,quenoeramásqueunbebé,ymerogóquelaocultara.

—Eso es lo que yo creía—declaró con calma Glinda—. ¿Qué te dio acambiodetuservicio?

—Meenseñótodoslostrucosdemagiaqueconocía.Algunoseranbuenosyotroseransóloengaños,perohesidofielamipromesa.

—¿Quéhicisteconlaniña?—preguntóGlinda,yanteestapreguntatodosseinclinaronhaciadelanteyesperaronansiososlarespuesta.

—Lahechicé—respondióMombi.

—¿Dequémanera?

—Latransforméen…en…

—¿Enqué?—preguntóGlindamientraslaarpíavacilaba.

—¡Enunniño!—dijoMombienvozbaja.

—¡Unniño!—respondierontodosacoro,ydespués,alsaberqueesaviejahabía criado a Tip desde muy pequeño, todos los ojos se volvieron haciadondeestabaelniño.

—Sí—dijo laviejabruja, asintiendocon lacabeza—,ésaes laPrincesaOzma, la niña queme trajo elMago tras robar el trono al padre. ¡Esa es lalegítimagobernantedelaCiudadEsmeralda!—Yseñalóalniñoconellargoyhuesudodedoíndice.

—¡Yo!—gritóasombradoTip—.¡Vaya!¡YonosoylaPrincesaOzma,yonosoyunaniña!

Glindasonrió,fuehaciaTipycogiólapequeñamanomorenaconsumanodelicadayblanca.

—Ahoramismono eres una niña—dijo con suavidad porqueMombi tetransformóenunniño.Perocuandonacisteerasniñaytambiénprincesa,asíquedebesrecuperartuverdaderaformaparapoderconvertirteenlaReinadelaCiudadEsmeralda.

—¡Oh,dejaqueseaJinjur laReina!—exclamóTip,apuntode llorar—.¡Quieroseguirsiendoniño,sí,yviajarconelEspantapájarosyelLeñadordeHojalatayelBichovaivényJack!¡YconmiamigoelCaballeteyelGump!¡Noquieroserunaniña!

—Pobrecito,notepreocupes—dijoconvoztranquilizadoraelLeñadordeHojalata—. Me dijeron que ser niña no es nada malo, e igual seguiremossiendotusfíelesamigos.Y,parasertehonesto,siempremehanparecidomássimpáticaslasniñasquelosniños.

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—Digamos que son igual de simpáticas —añadió el Espantapájaros,dándoleunaafectuosapalmadaenlacabeza.

—Y son igual de buenas estudiantes —proclamó el Bichovaivén—.Cuandovuelvasaserniñamegustaríasertututor.

—¡Pero, mira! —dijo gritando Jack Cabeza de Calabaza—, ¡si teconviertesenniñayanopodrásseguirsiendomiqueridopadre!

—No—respondióTip, riéndoseapesarde laangustia—,yno lamentarésalir de esa relación.—Después, volviéndosevacilantehaciaGlinda, añadió—: Podría probar durante un tiempo y ver cómome siento. Pero si nomegustaserniñadebesprometerquemeconvertirásotravezenniño.

—En realidad—dijo laHechicera—mimagiano llega tan lejos.Nuncame dedico a las transformaciones porque no son sinceras y a ninguna brujarespetablelegustahacerquelascosasparezcanloquenoson.Sólolasbrujasinescrupulosasusanestearte,yporlotantotengoquepedirleaMombiquetelibere de su hechizo y te devuelva a tu forma anterior. Será la últimaoportunidadquetendráparapracticarlamagia.

Ahora que se había descubierto la verdad sobre la Princesa Ozma, aMombileteníasincuidadoloquefueraapasarconTip,perotemíalafuriadeGlindayelniñoseofreciógenerosamenteamanteneraMombienlavejezsiseconvertíaenlagobernantedelaCiudadEsmeralda.Asíquelabrujaaceptórealizar la transformación y efectuar los preparativos para que elacontecimientotuvieralugardeinmediato.

Glindaordenóquecolocaransupropiolechorealenelcentrodelatienda.Encimateníaunmontóndecojinesforradosdesedarosa,ydeunrieldoradoquehabíaencimacolgabanmuchosplieguesdegasarosadaqueocultabanporcompletoelinteriordellecho.

Loprimeroquehizolabrujafueobligaralniñoaquebebieraunapociónque lo sumió en un sueño profundo y tranquilo. Después el Leñador deHojalatayelBichovaivénlollevaronconcuidadohastaellecho,loacostaronsobre losblandoscojinesycorrieron lasgasasparaocultarlode todamiradaterrenal.

Labrujasepusoencuclillassobreelsueloyencendióunminúsculofuegodehierbassecasquesacódelpecho.Cuandolasllamasbrotaronycrecieron,Mombi arrojó un puñado de polvo mágico sobre el fuego, del que deinmediatosedesprendióunintensovaporvioletaqueimpregnótodalatiendaconsufraganciaehizoestornudaralCaballete,apesardehabérseleadvertidoquesemantuvieraensilencio.

Entonces, mientras los demás la observaban con curiosidad, la arpía

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salmodió un verso rítmico con palabras que nadie entendía y balanceó elenjutocuerpoporencimadelfuego,haciadelanteyhaciaatrás,sieteveces.Enesepuntoparecióqueelconjurohabía terminadoporquelabrujasepusodepieygritóconfuerzaunasolapalabra:«¡Yeowa!».

Elvaporsedisipó,laatmósferavolvióaquedarlimpiayunaráfagadeairefrescoinundólatiendaylascortinasrosadelsillónseagitaronapenas,comosilasmovierandesdedentro.

Glindafuehastaeldoselyapartólascortinasdeseda.Seinclinósobreloscojines,alargólamanoydellechoseincorporólafiguradeunaniña,lozanayhermosa como una mañana de mayo. Los ojos le brillaban como dosdiamantes y tenía los labios del color de la turmalina. Sobre la espalda leflotabanmechones de oro rojizo que una fina diadema de piedras preciosassujetabaen la frente.La túnicadegasadeseda flotabaa sualrededorcomounanubeylecubríanlospiesunasprimorosaszapatillasderaso.

AnteesaexquisitavisiónlosviejosamigosdeTipsequedaronobservandocon asombró durante un largo minuto. Después, una a una, las cabezas seinclinaron profundamente para mostrar su auténtica admiración por laencantadora Princesa Ozma. La niña mito la radiante cara de Glinda, queresplandecíadeplacerysatisfacción,ydespuéssevolvióhacialosdemás.

—Esperoqueningunodevosotrosmequieramenosqueantes—dijoconencantadora inseguridad—. Sabéis que soy el mismo Tip de siempre, sóloque…

—¡Sóloqueeresdiferente!—dijoCabezadeCalabaza,y todospensaronqueésaseranlaspalabrasmássabiasquejamáshabíadicho.

CAPÍTULO24

LARIQUEZADELASATISFACCIÓN

Cuando lasmaravillosas noticias—cómo había sido atrapadaMombi laBruja;cómohabíaconfesadosu:crimenaGlindaycómohabíandescubiertoaladesaparecidaPrincesaOzmanadamenosqueenlapersonadelniñoTip—llegaron a sus oídos, la Reina Jinjur lloró verdaderas lágrimas de dolor ydesesperación.

—Pensar—sequejó—quedespuésdehabergobernadocomoReinaydehaber vivido en un palacio ¡tengo que volver a fregar suelos y a hacermantequilla!¡Esdemasiadohorrible!¡Noloconsentiréjamás!

Así que cuando sus soldados, que pasaban la mayor parte del tiempo

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preparando caramelos de dulce de leche en las cocinas del palacio,aconsejarona Jinjurque resistiera,escuchósu insensatoparloteoyenvióunduro desafío aGlinda laBuena y a la PrincesaOzma.El resultado fue unadeclaración de guerra, y al día siguiente Glinda marchó sobre la CiudadEsmeralda con banderines ondulando al viento y bandas de músicos y unaselvadebrillanteslanzasquerefulgíanbajolosrayosdelsol.

Perocuandoesegrupovalerosollegóalasmurallas,sedetuvoderepenteporqueJinjurhabíacerradoytrancadotodaslaspuertas,ylasmurallasdelaCiudadEsmeraldaeranaltasygruesas,conmuchosbloquesdemármolverde.Al ver frustrado su avance, Glinda arrugó la frente, pensando muyconcentrada,mientraselBichovaivéndecíaconsutonomáspositivo:

—Tenemos que sitiar la ciudad y doblegarla con el hambre. Es lo únicoquepodemoshacer.

—No —dijo el Espantapájaros—. Todavía tenemos el Gump, que aúnpuedevolar.

LaHechicerasevolviórápidamentealoíresaspalabras,yunasonrisa leiluminólacara.

—Tienes razón —exclamó—, y de veras tienes motivos paraenorgullecertedetucerebro.¡SubamosdeinmediatoalGump!

Atravesaronlasfilasdelejércitohastallegaralsitio,cercadelatiendadelEspantapájaros,dondeestabaelGump.GlindaylaPrincesaOzmafueronlasprimeras en subir y se sentaron en los sofás. Después subieron elEspantapájaros y sus amigos y aún quedó sitio para una capitana y tressoldadosqueGlindaconsiderósuficientescomoguardia.

Entonces, siguiendo una orden de la Princesa, la extraña Cosa a la quetodosllamabanGumpbatiólasalasdehojadepalmerayseelevóporelairellevando al grupo de aventureros por encima de lasmurallas. Revolotearonsobre el palacio y pronto vieron a Jinjur reclinada en una hamaca del patioleyendo cómodamente una novela de tapas verdes y comiendo chocolatesverdes,confiadaenquelasmurallaslaprotegeríandelosenemigos.ElGumpobedecióunaordenrápidayseposósobreelmismopatio,ysindartiempoaJinjur más que a gritar, la capitana y las tres soldados saltaron, hicieronprisioneraalaReinayleesposaronlasmuñecasconfuertescadenas.

Coneseactoterminórealmentelaguerra,porqueelEjércitoSublevadoserindió al enterarse de que Jinjur estaba prisionera, y la capitanamarchó sinproblemasporlascalleshacialaspuertasdelaciudad,queabriódeparenpar.Entonces las bandas ejecutaron su música más conmovedora mientras elejércitodeGlindaentrabaenlaciudadylosheraldosproclamabanladerrotadelaaudazJinjuryelascensodelahermosaPrincesaOzmaal tronodesus

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antepasadosreales.

De inmediato, los hombres de la Ciudad Esmeralda se quitaron losdelantales,Y se dice que lasmujeres estaban tan cansadas de comer lo quecocinaban susmaridos que todas saludaron con alegría la derrota de Jinjur.Ciertoesquetrascorrertodasycadaunaalascocinasdesuscasas,lasbuenasesposasprepararonunbanquete tandeliciosopara losagotadoshombresquelaarmoníavolvióareinarentodaslasfamilias.

El primer actodegobiernodeOzma fueobligar alEjércitoSublevado aque devolviera todas las esmeraldas y gemas robadas de las calles y losedificiospúblicos,ytangrandeeraelnúmerodepiedraspreciosasquehabíanarrancadoesasvanidosasniñasquetodoslosjoyerosdelreinotrabajaronsincesardurantemásdeunmesparavolveraponerlasensusitio.

Mientrastanto,elEjércitoSublevadofuedisueltoylasniñasenviadasdevueltaalacasadesusmadres.Conlapromesadeportarsebien,tambiénJinjurfueliberada.

OzmaseconvirtióenlaReinamásencantadoraquelaCiudadEsmeraldajamáshabíaconocido,yaunquejoveneinexperta,gobernabaasupuebloconjusticia y sabiduría, porque Glinda la aconsejaba siempre muy bien. Y elBichovaivén, nombrado en el importante puesto de Educador Público,resultabamuyútilaOzmacuandosusdeberesrealesladesconcertaban.

Laniña,enagradecimientoporlosserviciosprestados,ofrecióalGumpelpremioquemásanhelara.

——Entonces—dijo elGump, por favor desármame.No quería quemedieranvidaymipersonalidadconglomeradamedamuchavergüenza.Unavezfui el reydel bosque, comobien lopruebanmis cuernos, pero ahora, enmicondiciónactualdetapizadaservidumbre,meveoobligadoavolarporelaireylaspiernasnomesirvenparanada.Porlotanto,suplicoquesemedesguace.

Ozma ordenó entonces que desmontaran alGump. La cabeza astada fuecolgadaotravezsobrelachimeneadelvestíbuloylossofásfuerondesatadosycolocadosenlassalasderecepción.Lacoladeescobarecobrósusfuncioneshabituales en la cocina,y finalmente elEspantapájarosvolvió aponer todaslascuerdasdetenderropaenlosganchosdedondelashabíasacadoaqueldíacrucialenquehabíanconstruidolaCosa.

QuizáunopuedapensarqueésefueelfinaldelGump,ylofueencuantomáquinavoladora.Perolacabezasobrelachimeneasiguióhablandocadavezque tenía ganas de hacerlo, y solía asustar con preguntas repentinas a laspersonasqueesperabanenelvestíbulounaaudienciaconlaReina.

ElCaballete, como era propiedad personal deOzma, recibía losmejores

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cuidados,yamenudolaReinasepaseabamontadaenlaextrañacriaturaporlas calles de laCiudadEsmeralda.Había hecho que le herraran con oro laspatasdemaderaparaquenosegastaran,yeltintineodelasherradurasdeoroenelpavimentosiempre intimidabaa lossúbditosde laReina,queveíanenesacreaciónlapruebadesuspoderesmágicos.

—ElMaravillosoMagonuncafuetanmaravillosocomolaReinaOzma—decía lagenteenvozbaja—,porqueélafirmabahacermuchascosasquedelasqueenverdadnoeracapaz,mientrasquenuestranuevaReinahacemuchascosasquenadieesperaríaquepudierarealizar.

JackCabezadeCalabazapermaneció junto aOzmahasta el final de susdías, y no se echó a perder tan rápido como había temido, aunque siguiósiendotanestúpidocomosiempre.ElBichovaivéntratódeenseñarlealgunasartesyciencias,peroJackera tanmalestudiantequecualquieresfuerzoporeducarloterminabaenfracaso.

Después de que el ejército de Glinda hubo regresado y la paz quedórestablecidaenlaCiudadEsmeralda,elLeñadordeHojalataanunciósudeseodevolverasupropioReinodelosWinkies.

—Noesunreinomuygrande—dijoaOzma—,peroporesamismarazónes más fácil de gobernar, y me he proclamado Emperador porque soy unMonarcaAbsolutoynadieinterfiereenmiconductapúblicanienmisasuntosparticulares. Cuando llegue a casa haré queme pongan una capa nueva deníquel, puesmehe estropeadoy rasguñadounpocoúltimamente,ydespuésmeencantaríarecibirtuvisita.

—Gracias—dijoOzma—.Quizáalgúndíaaceptetuinvitación.Pero¿quépasaráconelEspantapájaros?

—Regresaré con mi amigo el Leñador de Hojalata—dijo muy serio elhombrerelleno—.Hemosdecididonovolverasepararnosjamás.

—Y he nombrado al Espantapájaros mi Tesorero Real —explicó elLeñadordeHojalata—.PorquesemehaocurridoqueestámuybientenerunTesoreroRealhechodedinero.¿Quéopinas?

—Pienso—dijosonrientelapequeñaReina—quetuamigodebedeserelhombremásricodelmundo.

—Losoy—dijoelEspantapájaros—,peronoporeldinero.Consideroquemissesossonmuysuperioresamidineroentodosentido.Habrásnotadoquesiunotienedineroperonosesos,nolousademaneraprovechosa.Encambio,sialguientienesesos,peronodinero,podrávivircómodamentehastaelfinaldesusdías.

—Almismotiempo—declaróelLeñadordeHojalata—,debesreconocer

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queunbuencorazónesalgoquelossesosnopuedencrear,yquetampocosepuedecomprarcondinero.Despuésdetodo,quizáseayoelhombremásricodelmundo.

—Losdossoisricos,amigosmíos—dijoOzmacondulzura—,yvuestrariquezaeslamejorriquezaquesepuedetener:¡lariquezadelasatisfacción!

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