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El patriarcado

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el patriarcado(relato)

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Es visible que ante la muerte de un hombre se levanta un monumento real o en su memoria. Y que el duelo hace de esa muerte el comienzo de la propagación de la muerte que ya les va llegando como asumible a todos y supuestamente a los hombres que vieron surgir a aquel y lo derivan genealógica y culturalmente. Nos ponemos de pie para recibir al celebrante y celebramos los momentos históricos de nuestra vida y de nuestro país. El contemplarnos en padres no es suficiente y los abuelos son héroes también evocados por la condescendencia de habernos escuchado y puesto atención sin tantos límites. Pero la madre dirá que su padre, abuelo, era mas que el otro. Y viceversa la hija del otro tratara de emular al suyo dando una predilección a su karma con él. Esta sucesión, porque es eso, no una herencia sino una sucesión, escapa para darnos muertos que nos protejan. Algo así como que ya les vino pasando a los héroes de la familia y de la sociedad. Entonces empezamos los duelos propios, los de nuestra vida que seguirán a este y se apagará en unas décadas por adelantado asumiendo la mortalidad desde el hoy párale mañana en sumisión con nuestros héroes que nos van así matando poco a poco. Un acto de constricción y de voluntad al servicio de dar la vida y hacernos parte de el deber de honrar nuestra muerte en las de ellos y viceversa. Nadie tan inmortal como los símbolos de las religiones que están bien usados para darnos mortalidad de lujo y con vista a el más allá. Una desencadenada faena que hace al luto en que nuestra vida se hace resignada y aburrida sopesando la equidistancia entre lo que somos y lo que nos sucederá. Una confianza en los horrores del pasado y ese miedo que busca perdón y cariño en la figura de un abuelo que represente el mayor valor que no es la felicidad sino la sabiduría y el afecto que le atribuimos mesiánicamente para untar el pasado de oscuridad y de lugares donde el hombre no quiere llegar haciéndolo un misterio que en verdad no tiene mayor importancia salvo que fueron hombres y guerras y hechos que nos hacen querer rescatarnos al saber de ellos de tener los pasaportes de gente que con sus alas nos protegen al emprender esa empresa refugiándose en entender lo que ya pasó cuando no pasó mas que habernos asustado de tantos monumentos y homenajes de gloria, furia, alegría, tristeza y evocación de la forma de no encontrar en el futuro una vertiente que sea tan caótica que nos interesa y sea interesante de tomar como punto de partida para justificar nuestra vida mirando hacia aquellos que fueron mas bien el símbolo del hombre que nos da perdón y pertenencia al incrustarnos en sus gestas y doblegar la materia de sus cuerpos a salvo en las almas de su ascensión al haber sido dignos de admiración y fuente de verdad y saber en torno a rendirles culto y sepultar el tiempo de nuestras vidas atado a ellos en veneración del mundo que pone a disposición del ayer las exequias de nuestro pensamiento.

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Inclinar la suerte (relato)

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La muerte. Con el poder de arrasar con todo. Dejar los sueños incumplidos. Atormentar a los que miran su existencia y tienen ya el adiós, la despedida sin adiós que los que ya no tienen parte más que en el retenerlos con fuerza como si estuvieran, varios como polvo en el viento que sin embargo soplan nuestras cabezas, que se sienten cuando se ata la propia vida al tiempo de ellos que concluyó sus latidos pero que es tiempo en el ser lo que somos porque no nos podemos pensar, creer, recuperar, sin ellos en el tiempo y es así que les damos el nuestro, nuestro tiempo, y les damos vida al hacerlo. Y nuestra vida se recuerda a sí misma como los hechos en que estuvieron. Aun en el presente ya recordamos. Aun jóvenes o no tan viejos recorremos los laberintos en que en lo que el dejarse llevar y seguir viviendo. Vencidos parece que todo es distinto al antes de la partida. Nada parece igual. Desconocemos que es lo que cambia. Es que todo se asemeja tanto que la ausencia de otro no debiese mostrar una realidad nueva. Como si nos enojase no verlo todo con la misma vertiente que antes. Estar perdidos en lugares que tanto conocemos es más extraño que lo extraño. Porqué es feo lo que antes era lindo. Amargo lo que nos daba dulzura. Porqué el objeto de nuestra vida en tantos proyectos altera la matriz del motivo de lo que hacíamos. Quién se llevó lo que conocíamos y lo aprendido. Cómo es que no pensamos igual sobre el reverso de lo que creímos. Para qué hacemos todo lo que antes hacíamos para nosotros. El límite de lo que antes seguía por años y décadas se acerca y se acerca para pedirnos una nueva infinitud. El deseo descontrolado que atrapa lo que no se deja aferrar para obligar a estar vencidos. ¿Acaso hay algo más difícil que crear? ¿Crear una nueva vida y nuevos anhelos puede ser el comienzo de todo. Soltar lo que era seguro y acentuarse entre los posibles aspectos de lo diferente nos abre puertas. Inventar de nuevo lo que nos hace entrar en nuevas percepciones. Abandonar la obstinación y lo que está bien de la antigua vida y dar con lo que está bien en la nueva. Ser nuevos es inclinar la suerte a favor nuestro.

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Apellidos(relato)

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Hay apellidos que se convierten en dinastías. Que van hacia el palacio en busca de ancestros que honran la memoria. Y que evocan a todos sus muertos con la certeza de encontrar explicaciones a que viven en un mundo aparte separados de los demás apellidos de los seres humanos. Su casa de familia es una evocación permanente de la liturgia de rezar lo que fue y a los que fueron como única explicación de lo que son. Se detectan rastros de su linaje y se interpreta la fehaciente forma de haber surgido de tal forma o emigrado o llegado a través de los que les antecedieron a la conquista del mundo. Es así que se dan los héroes en los árboles genealógicos de que dieron a la familia un prestigio y a veces el deshonor. O que se adentraron en territorios geográficos, históricos y espirituales. Que contextuaron su venida al mundo habiendo ya en el árbol equivalencias a lo que en el futuro ellos representarían para los que les sucediesen. La corona era la cápsula y el escudo era la nave. Viajaban a través del tiempo y se ungían y corrían peligros. Detectaban enemigos y defendían su castillo. Construían y emprendían batallas. Caían muertos en el cambio de época o emergían en el modernismo. Hasta hoy se los ve pastar como buscando los vientos que soplaron hace siglos. Y no hay nada que les sea olvido ni perdón. Hay orgullos y acusaciones y se dejan llevar por las mareas de las nuevas generaciones.

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Política(relato)

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Parece una palabra hueca. Un debate de cosas sin importancia del folklore de las conversaciones entre amigos y en familia. Una adaptación de lo exterior para olvidar temas personales cuando se tiene miedo de decir lo que a uno le pasa. Como el lugar común en el que todos habitan fuera de sus casas y de sus hogares. Salir a la calle y mostrar lo que se ve fuera con la permanencia un rato largo lejos de los problemas dándole vida al natural ver que allá adonde uno no vive se puede hablar de otras cosas. Como alejados de la vida interior y de los azotes de la crueldad de vivir. Consintiendo en tener todos los mismos problemas cuando se trata de lo que pasa en la ciudad y el país y el mundo pero no dentro de casas. Hay una mirada al vacío que se hace pena en vernos todos en lo mismo como si eso fuera bueno pero malo o malo pero bueno. Da lo mismo un burro que un buen profesor. Entonces nos gusta no sentirnos ni más ni menos que el otro. Y damos fe nosotros la cualidad que mas sabios caracteriza siempre y cuando no sea un alarde de sabios y de conocedores. No hay lugar para distinguirse salvo que después le digamos al otro que en realidad somos la misma cosa. El mismo arbitrario tener que vivir para morir algún día. Como todos. Entonces nos damos cuenta de que hay algunos que mueren en vida. Muchas veces lo fuimos. Y que no es que vamos a parar al mismo lodo todos manoseaos son que los que salen airosos están manoseando la desgracia de los que se confunden con las palabras de consuelo de que todo da igual. Hasta que los poetas dicen que no y que no es lo mismo una rosa roja que un árbol que no da manzanas. Y que la mujer que lo que merece que se le de lo que nosotros podemos conocernos en ellas si tenemos algo que ofrecer. Alguna virtud. Alguna colección de cosas bellas. Pero mirando la verdad de forma impetuosa nos lanzamos a atravesar la puerta y conquistar el bien tan preciado para conseguir lo que ellas nos noten. Entonces entendemos que la política no era lo que creíamos y que ser víctima no es lo mismo que ser victimario. Y pensamos en que la conquista empieza por dejar de ser presa de lo adverso y merecer algo que el orgullo no sea paradoja en la vanidad de los otros. Mientras se lee el diario se cree en la muchedumbre. Cuando se recita al alma se busca el diario de la vida en donde las huellas se pueblan de amores y desenlaces trágicos que son las batallas del vivir sin una hoja impresa que asegure que todos leemos lo mismo para discutir y nada mas.

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el hijo(relato)

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Siempre tuve terror de dejar a alguien con algo sin terminar. De encomendar el futuro a la continuidad después de que esta vida acabase o no. Como si tener un crío me diese la imposibilidad de que no acabe..….de que no se puede seguir viviendo si se delega la responsabilidad y uno abandona su proyecto. La misión de confiar en lo que se va haciendo me daba razones que no comprendo aun para evitar ser padre. No era necesario entender que ocuparme de ello era dejar lo mío y confiarle a su educación lo que no sé si tendría que ver algo conmigo porque ahí sí moriría. El darle la presencia me detendría en el tiempo para siempre. Dejaría de verme como totalidad y sería un generador de fisuras que no tendrían modo de ser entendidas para seguir con vida. La detención del tiempo me espanta. No sé si seré feliz pero no hay mayor opuesto a ello que caer en manos de ser víctima de no haber ponderado de qué se trataba el engendrar. Acaso hace otra vida nueva reencarnarse y estar veinte o cuarenta años viviendo todo de nuevo en otro. La repetición de mi ser. El empezar de nuevo. Pasar por los mismos horrores y alegrías como si quemaran después de ya haber sido vividas. Arrepentirse de no tener que volver a ser no es malo. Es solo que uno prefiere dar las cosas por terminadas y en eso reside el avanzar y seguir en el tiempo. Lo otro es reciclar los restos de lo que ya pasó y darle un vuelco a lo que no tiene mas remedio que cumplirse metódicamente paso por paso y según los modos de etapas que ya fueron calvarios y euforias que quedaran en la totalidad de lo que llamamos vida. El hacer y deshacer para volver a hacerlo no es más que un juego tonto y un esfuerzo doble. Por eso consigo entender que la desesperación de no dejar librado al azar o voluntad de ser este hecho como el de dar vida nueva que no es mas que reproducir los cíclicos enigmas ya descubiertos me pone en verdad sin animo de hacerlo. Bastante costó ser lo que fui y me gustó la parte mas exitosa de poder brindar en esos tiempos en que nada era cierto. O recordar los temblores del mundo que se confinaba a aspectos que ya no lo son. Para qué volver a inventar la propia vida. Para verla en otro desde el principio y recordar morbosamente paso por paso cada año de los que ya tuvimos. Pero sin oportunidad de volver a vivir en el otro lo que nos quede sin ver por el morir antes.

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las señoras gordas(relato)

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Ellas no tienen nada que hacer y están ávidas de entretenimientos. Saben que en algunos lugares las van a tratar bien a cambio de su dinero. Como en los mejores ámbitos en donde se ponderan talentos y les gusta brindar y ser parte de la no exclusión del mundo de los que transpiran el dolor y el amor. Son mujeres que se encuentran dando consejos y alentando a seres que las detestan porque no pueden emitir un solo juicio que no sesgado. Están pendientes de ocuparse de que su manera de ser sea respetuosa y tener el interés que demuestra que no entienden lo que dicen o no entienden lo que hizo aquel de quien hablan. Son permanentes mostradoras de lo que a nadie le interesa pero que se hace necesario para que algún evento ocurra. Son el lado decorativo de la sinceridad que se aplica a las búsquedas…..tienen que estar presentes sí o sí y ellas no lo sienten pero quizá lo saben. Humildemente tienen cariño por la gente que sale de la mediocridad y se enfrenta con esa vida de la que ellas ya están ausentes. Son las más sinceras devotas de que la actividad cultural tenga un matiz fuera de lo escandaloso y se matice como lo que agrada a señoras que como tales tienen el don de la estirpe de los que se abocan a decir cosas falsas sobre las premisas de que no hay que perder el tiempo. Están en medio de la riqueza de familias que se adueñan del tesoro de obras que tal vez compren o pongan en los pedestales junto a la ignorancia con sus amigas. Enfrentan una declinación a el afecto y suelen ser amables. Quizá se las rescate porque al apasionamiento le dan algo de maternal. Son el lado comprensivo de ámbitos en donde no comprenden nada. Si mas que estar en donde ocurren las cosas tienen las agendas con meses de anticipación para llegar a lugares donde se improvisan necesidades urgentes. Tienen la restauración de una burguesía que se mezcla adrede con el mundo artístico para entenderse entre problemas espirituales y estéticos y mezclarse entre las ideas de los que piensan las verdades que ellas ignoran o desconocen. Son la variante para destruir los pedestales de lo que importa dándolo un formato de actividad social.

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escribir novelas (relato)

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Como leo y leo novelas quería acercarte unas certezas sobre la estructura. La novela tiene un muerto como ya vengo diciendo pero no cualquier muerto: una verdadera calamidad que da al abismo de caer en ella permanentemente. Esto se utiliza para lo que arma la novela que es ¨ la conjetura ¨. Si te fíjás en cualquier novela que tengas a mano una vez establecido el abismo del mal se trata de ir cayendo en torno a permanentes conjeturas que se hace el protagonista y sobre los otros. Es decir que toda la tinta que vez en esas trescientas hojas trata de preguntas y objeciones, observaciones, alternativas y dudas acerca de los motivos y los porqués de lo que el actor del mal hace o hizo lo que hizo. Es una abundancia de acotaciones y preguntas. La obsesión está puesta en la fatalidad de la pérdida y se aprovecha ese desesperado despertar hacia el abismo rodeando todos los hechos de preguntas y miradas que tratan de explicar lo que va sucediendo. Casi como si el autor en su personaje se preguntase acerca de corregirse o reinterpretar o disolver lo que ya ha afirmado, miles de veces. Que es en suma lo que lleva a la acción a ser objeto de las verdadera razón de la novela que es entrar en el mundo de el desconcierto que se pregunta, se corrige y se responde a sí mismo en el despertar del el abismo que siempre tiene que estar ahí para generar una succión de pensamientos y consideraciones aceleradas por el vértigo de el peligro. Eso es el hecho que hace que no se digan palabras nada más u opiniones sino que el peligro, la adrenalina, opera para pensar rápidamente y nutrir de lo que da consistencia a la literaria manera de ver y observar en detalle. Dicho en pocas palabras el escritor se sumerge en el miedo y trata de safar y encontrar una salida como si su vida, o la del que murió, corriera en ello. Es decir que no es el autor un observador que disfruta de lo que está pasando (es decir, un entretenido en las cosas de su delirio de la diversión) sino un ser en estado de pánico que toma la piel de su desdichado personaje y trata de salvarlo como si fuese en ello un hecho de la vida real en el que los tiempos para ello no existen. El escritor no es un torturador sino el torturado. Para eso la compenetración con el personaje tiene que ser tal como si fuera él y vivir ese desenlace casi en vida a riesgo de correr el terrible destino que le lleva a su presencia. Los personajes tienen ¨ taquicardia ¨. ¨ Nunca ¨ están cómodos como relatando lo que les sucede. Los sentimientos que se le dan a un autor en la vida real no tienen nada que ver con esa desesperación. No hay un involucrarse emocionalmente sino con el riesgo de morir. La piel del terror a lo que está pasando. No es un escribir cautivo como sin saber qué hacer sino sujeto a una persecución. No es más que la vida misma en la que ser espectador es ser un tipo que no vive. No te pongas en la piel de una mujer común si querés escribir novelas. La mujer común se enamora de telenovelas y disfruta de películas. Escribir es mucho más fuerte y arriesgado. También el recurso es un modo autobiográfico pero no exento de literatura. Se pone el autor como protagonista sin olvidar las formas de la novela. Otro dato es que al lector se le recuerdan datos a medida que transcurren los momentos reflexivos de la trama llevándole a lo concreto de insistir en los aspectos de la conducción del hilo de la narración. Esto es, volviendo a repetir lo que hace a la esencia del relato en frases, hechos e ideas que lo conducen. Cuanto más mejor. Eso es una comodidad que se le da como estribillo a la trama que al meditarse a sí misma se aleja de lo confiado a los hechos por momentos. Así, volviendo sobre los mismos, la historia se mantiene mejor presente en la memoria del lector para seguir adelante en la narración.

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amigas de noche(relato)

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Ellas iban a todos lados de la mano. Como ciegos que se ayudan. Tenían la casualidad de hablar horas y horas y dejarse llevar por ¨ cosas de mujeres ¨ que son en verdad la intima confianza que abriga el sexo de las XX. Sin embargo solo se dejan en las reuniones de brujas que acuden en presentarse públicamente como solas, solteras o desgraciadas o en problemas. Se dan a la confesión dolorosa o enigmática de suspensos de la resonancia magnética entre ellas que se ponen tiesas en un lugar nocturno mirando la perspectiva de estar cerca ellos los hombres. Las amigas se descascaran de amor y compasión en un género que hace planes para la guerra. Se ven derrotadas por edades y atributos perdidos o aun jóvenes se sientan ante el altar de ser inaccesibles salvo para un touch and go que les deja sin mas que una relamida de lo que íntimamente es innecesario de prolongar en el tiempo y además de imposible. Es que los jóvenes no trabajan y estando en pareja se aburren y sus amigos son los amigos de sus novias y viven de farranda entre ellos dedicándoles a ellas cero tiempo. Van a todos lados y la chica queda dibujada. En las más grandes el concurrir al soliloquio de la impotencia para afirmar ungido un hogar de quien quiera esbozarse al club de los casado o comprometidos las agota por no poder evaluarse en ese rol. La reunión hace hincapié en la pertenencia a un momento que da necesidades y menos atender a los deseos de ellas. Entonces no ser agasajadas las lleva a trabajar o estudiar y quieren ser madres y esposas o dedicarse a usar el plástico de la divertida transitoriedad por negocios de ropa como sus madres o como las que pueden. Las amigas en la noche se cuentan cosas y detectan que estar ahí hace mucho y que la diferencia de los hombres se puede acompañar en el duelo de estar solas sin ellos presentes. Los hombres del mundo del dinero son pocos o cada vez menos y están alquilados o comprados desde hace décadas. Lo que se viene es tomarse del derecho que han ganado a trabajar y a darse lujos y regalos a sí mismas en torno de estar concientes de que cada peso que gastan se lo ganaron. Como sus derechos. Pero la reunión de brujas tiene la energía de datos que se pasan y traiciones especulativas que hacen al significado redituable del hechizo en esa noche.

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detente mi corazón (relato)

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Ya has estado ahí tantas veces y sabes lo que viene. El amar a lo que es imposible de abarcar en una mujer que simula ser complaciente. Estar cerca del abismo de querer conquistar el mundo con ella. El demostrarte que puedes lo que no es necesario poder. La vertiente de tus heroicas maneras de no hacer el amor y llenar de besos el vanidoso modo de la agasajada. Escribir poemas en la arena y recitar alabanzas a la buena fortuna de sentirse un elegido que la merece. Detente. No seas el que alguna vez cayó de pies enfrentando seres de otros planetas. Será que no es necesario erigir palacios a tu reina para rezarle a su dios. Detente. No olvides que el presente no es el ayer. Que se ha ido a favor del mañana y que resucitar no es recuperar sueños infantiles sino ser adulto y desear a las que te den fe. Detente. No te fíes del canon de ser padre y esposo. De dar un harén de hijos al mundo. De multiplicar el pan y esparcir la buena nueva. De ser ejemplo y no un destinatario del esfuerzo por crecer y creer en lo que existe. Detente. No hagas leña del árbol caído. Más bien erige plantaciones de hierbas y déjate salvaje en el mundo del bosque de lo desconocido para descubrir lo que eres despertar en estar atento y no refugiarse en las caricias de una simulación del contener lo que te protege de ti mismo. Anímate a ser vos. Conseguí no pelearte con tu razón. Respetuoso ser de andar rumbo a los designios inciertos que iluminan la consecuencia de poder avanzar y no perder lo que ya has conseguido. Ellas desde el ayer encandilan la animosidad y te sumergen en el letargo de despedazarte entre halagos, flores y delincuencia para darles techo y mucho más. Para demostrar que ser hombre es matar a los que te impiden engañarte en pos de las reliquias que fundaron la desgracia que hot es parte del olvidarte de quien eres. No oscurezcas al borde de la belleza que desde hace tanto estuvo tan cerca. Dedicarle una estrella al devenir es seguir avanzando y no resignar a la esmerada dedicación a vivir a cambio de las sirenas que siempre te llevaron a romper tus barcos y perder la vida.