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8/20/2019 El Pozo en La Biblia http://slidepdf.com/reader/full/el-pozo-en-la-biblia 1/5 JUNTO AL POZO  Introducción.  Llegamos a Roma de todas las partes del mundo. Cansados del viaje, nos sentamos junto al  pozo y pedimos de beber. Nos sentamos con Jesús, la Samaritana y con nuestras hermanas y hermanos religiosos para rele!ionar sobre el sentido de la "ida Consagrada en el Siglo ##$. %ebimos agua viva.  Los pozos son la mayor uente de agua en la &alestina 'ntigua. (n el desierto, encontrar un  pozo es cuesti)n de vida o muerte. Cavarlo era ocasi)n de alegr*a +Num.--/ 0. (ran tan importantes para la comunidad, 1ue se conviert*an en lugares de peleas y discusiones, como vemos en el conlicto entre 'braham y 'bimilech. +2en- 3450. Se encontraban pozos en lugares des6rticos +2en.-5 /,-70, en los campos+2en 80 y en las ciudades + Sam.-30. (l pozo es fuente de vida.  Los pozos b*blicos son el umbral 1ue, con recuencia, marcan cambios importantes en la vida de las personas. Como umbrales tienen una dimensi)n de liminalidad. 9no est: entre dos momentos cuando va al pozo. Cuando Sara despide a ;agar , el :ngel la encuentra en el desierto,  junto al pozo. (n su soledad, la visita del :ngel le lleva a dar un nombre a <ios, el <ios 1ue ve, y  pone al pozo ese mismo nombre %eer4la hai4roi (l &ozo del 1ue vive y me ve.  (n el 'ntiguo =estamento, las escenas de noviazo suelen estar relacionadas con un pozo. Junto al pozo de la ciudad de Najor en 'ram los criados de 'braham encuentran a Rebeca, utura mujer de $saac. (n ;ar:n, Jacob encontr) a Ra1uel junto a un pozo, y junto a un pozo >ois6s encontr) a las siete hijas del sacerdote de >edian. 9na de esas hijas ue S6ora, su utura mujer. (n el 'ntiguo =estamento las escenas de noviazgo junto al pozo tienen unas constantes 1ue se repiten ! -. (l uturo novio o su sustituto viaja a tierra e!tranjera. . Se encuentra con una o varias j)venes  junto al pozo. ?. 'lguien saca agua del pozo. 7. La@s j)venes corren a casa a contar el encuentro con el e!tranjero. 3. Se llega al compromiso matrimonial entre el e!tranjero y la joven, generalmente despu6s de 1ue le hayan convidado a una comida.  "amos a seguir sentadas@os junto al pozo, meditando lo 1ue aprendemos sobre la "ida Consagrada usando el s*mbolo del pozo como uente de vida, de transici)n y de compromiso.  "U#NT# $# %I$A.  Si el pozo era una uente de renovaci)n *sica en los tiempos antiguos, la %iblia es, para la "ida Religiosa, la uente 1ue rehace. (l "aticano $$ inaugur) un renacimiento de los estudios  b*blicos para proundizar la oraci)n b*blica. La &alabra de <ios pasa al centro de la vida y esto aecta todas sus dimensiones. La escuchamos con el &ueblo de <ios en nuestros propios conte!tos. La "ida Consagrada ha vuelto a encontrar la &alabra y la &alabra ha despertado la sed en los religiosos y religiosas. Auien escucha la &alabra crece en la eB La e entra por el o*do, y lo 1ue o*mos viene de la palabra de CristoB+ Rom,-,-/ 0. Cuando le dijeron a Jesús 1ue su madre y hermanos 1uer*an verle, respondi)B>i madre y mis hermanos son a1uellos 1ue escuchan la  palabra de <ios y la cumplenB+ Luc.D,- 0. (n las distintas etapas de ormaci)n se est:n haciendo esuerzos concretos para estudiar y rele!ionar sobre la &alabra de <ios. La &alabra se ha convertido en uente de vida para la vida consagrada.  La ormaci)n, centrada en el estudio y la rele!i)n de la &alabra de <ios ha enri1uecido nuestra vida apost)lica. Se ha convertido en un poderoso medio de evangelizaci)n. Se est:n -

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JUNTO AL POZO

 Introducción.

 

Llegamos a Roma de todas las partes del mundo. Cansados del viaje, nos sentamos junto al pozo y pedimos de beber. Nos sentamos con Jesús, la Samaritana y con nuestras hermanas yhermanos religiosos para rele!ionar sobre el sentido de la "ida Consagrada en el Siglo ##$.%ebimos agua viva.

  Los pozos son la mayor uente de agua en la &alestina 'ntigua. (n el desierto, encontrar un pozo es cuesti)n de vida o muerte. Cavarlo era ocasi)n de alegr*a +Num.--/ 0. (ran tanimportantes para la comunidad, 1ue se conviert*an en lugares de peleas y discusiones, como vemosen el conlicto entre 'braham y 'bimilech. +2en- 3450. Se encontraban pozos en lugaresdes6rticos +2en.-5 /,-70, en los campos+2en 80 y en las ciudades + Sam.-30. (l pozo es

fuente de vida.

  Los pozos b*blicos son el umbral 1ue, con recuencia, marcan cambios importantes en lavida de las personas. Como umbrales tienen una dimensi)n de liminalidad. 9no est: entre dosmomentos cuando va al pozo. Cuando Sara despide a ;agar , el :ngel la encuentra en el desierto,

 junto al pozo. (n su soledad, la visita del :ngel le lleva a dar un nombre a <ios, el <ios 1ue ve, y pone al pozo ese mismo nombre %eer4la hai4roi (l &ozo del 1ue vive y me ve.

  (n el 'ntiguo =estamento, las escenas de noviazo suelen estar relacionadas con un pozo.Junto al pozo de la ciudad de Najor en 'ram los criados de 'braham encuentran a Rebeca, uturamujer de $saac. (n ;ar:n, Jacob encontr) a Ra1uel junto a un pozo, y junto a un pozo >ois6sencontr) a las siete hijas del sacerdote de >edian. 9na de esas hijas ue S6ora, su utura mujer. (n

el 'ntiguo =estamento las escenas de noviazgo junto al pozo tienen unas constantes 1ue se repiten!-. (l uturo novio o su sustituto viaja a tierra e!tranjera. . Se encuentra con una o varias j)venes

 junto al pozo. ?. 'lguien saca agua del pozo. 7. La@s j)venes corren a casa a contar el encuentrocon el e!tranjero. 3. Se llega al compromiso matrimonial entre el e!tranjero y la joven,generalmente despu6s de 1ue le hayan convidado a una comida.

  "amos a seguir sentadas@os junto al pozo, meditando lo 1ue aprendemos sobre la "idaConsagrada usando el s*mbolo del pozo como uente de vida, de transici)n y de compromiso. "U#NT# $# %I$A.

 

Si el pozo era una uente de renovaci)n *sica en los tiempos antiguos, la %iblia es, para la"ida Religiosa, la uente 1ue rehace. (l "aticano $$ inaugur) un renacimiento de los estudios

 b*blicos para proundizar la oraci)n b*blica. La &alabra de <ios pasa al centro de la vida y estoaecta todas sus dimensiones. La escuchamos con el &ueblo de <ios en nuestros propios conte!tos.La "ida Consagrada ha vuelto a encontrar la &alabra y la &alabra ha despertado la sed en losreligiosos y religiosas. Auien escucha la &alabra crece en la eB La e entra por el o*do, y lo 1ueo*mos viene de la palabra de CristoB+ Rom,-,-/ 0. Cuando le dijeron a Jesús 1ue su madre yhermanos 1uer*an verle, respondi)B>i madre y mis hermanos son a1uellos 1ue escuchan la

 palabra de <ios y la cumplenB+ Luc.D,- 0. (n las distintas etapas de ormaci)n se est:n haciendoesuerzos concretos para estudiar y rele!ionar sobre la &alabra de <ios. La &alabra se haconvertido en uente de vida para la vida consagrada. 

La ormaci)n, centrada en el estudio y la rele!i)n de la &alabra de <ios ha enri1uecidonuestra vida apost)lica. Se ha convertido en un poderoso medio de evangelizaci)n. Se est:n

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 promoviendo grupos de estudio de %iblia as* como el orar con ella con laicos y en los encuentroscon personas de dierentes religiones. &or todas partes surgen pe1ueEas comunidades de e 1ue leeny rezan la %iblia. Se leen las (scrituras y se interpretan desde las dierentes perspectivas 1ue vienende las distintas realidades y de las necesidades de los grupos marginados. 

=odav*a 1ueda mucho por hacer, tanto en la ormaci)n inicial como en la continua. La&alabra de <ios se nos hace presente a trav6s de un te!to pero, con recuencia, no se convierte enuente de vida por alta de ormaci)n y conocimiento. ' veces, la interpretamos con un sentidoundamentalista. Si la %iblia ha allado entre nosotros, ha sido por alta de imaginaci)n. La %ibliaes un te!to vivo, tiene un coraz)n 1ue late. 

9na de las tesis centrales de Jung es 1ue todas las declaraciones religiosas est:n enraizadasen el psi1ue@alma. La %iblia es la e!presi)n del alma. (l lenguaje de la %iblia se dirigeineludiblemente hacia lo igurativo y simb)lico. Jung pensaba 1ue era una e1uivocaci)n enseEar la%iblia como si uese un libro 1ue contiene una inormaci)n 1ue hay conocer y en la 1ue hay creer, yno como un libro 1ue orece una transormaci)n 1ue hay 1ue asimilar. La %iblia es el intento de

nuestros antepasados de e!presar su relaci)n con <ios a lo largo de los siglos. Cuando contamose!periencias proundas solemos usar s*mbolos o historias 1ue comunican lo mas hondo de susigniicado. (!ageramos los detalles para e!presar su importancia. 

9na vez, tuve una estudiante en clase de Sagrada (scritura, 1ue entendi) esta tendencia dee!agerar los hechos, nos lo e!plic) con un ejemplo de su vida. Conoci) a su novio en un gimnasiodonde el ambiente ten*a poco de rom:ntico. Se dio cuenta 1ue cuando ella y su amigo contaban lahistoria de su encuentro aEad*an detalles 1ue no eran del todo e!actos. F dijoB &ensar6is 1ue hab*auna banda de música desilando por el gimnasio para anunciar nuestro encuentro.B Cuanto m:scontaba la historia m:s se emocionaba y m:s detalles aEad*a. Lo 1ue hac*a la pareja no eracontarnos el hecho en s* sino la calidad de su relaci)n. 's* ocurre con la %iblia. (l te!to imaginarionos cuenta su verdad m:s prounda. &or ejemplo, G1u6 nos dice sobre la e!periencia de >ois6s y<ios la zarza ardiendo 1ue no se consumeH (s un te!to maravilloso. <espierta nuestro esp*ritu aotras posibilidades 1ue destruimos si intentamos dar una e!plicaci)n racional a un en)meno 1ue,

 por su naturaleza, no tiene e!plicaci)n. 

'nte hechos parecidos no tenemos 1ue preguntarle a la %iblia si el hecho ue real o no, preguntarnos 1u6 e!periencia prounda 1uiere comunicarnos. Si escuchamos a <ios en la &alabraescrita, po6tica y creativa, aprenderemos a escucharLe en la historia de nuestro pueblo y en nuestra

 propia vida. (scucharemos la historia prounda 1ue hay en los acontecimientos diarios y 1ue, aveces, parecen intrascendentes. Iiremos la banda de músicaB tocar su signiicado. Nos abriremos

a las historias de nuestra tradici)n con toda su dimensi)n ormadora y transormadora as* como alas de nuestras vidas.

Las im:genes inspiradas en la %iblia nos comunican la uerza espiritual 1ue contienen. Lasim:genes nos sorprenden, captan nuestra atenci)n, impactan nuestra memoria y nos transorman. Laormaci)n b*blica 1ue se necesita para hacer un compromiso perpetuo, pide 1ue se inviertaB en

 personas 1ue sepan comunicar la vitalidad y la uerza de la &alabra. Las personas en liderazgotienen 1ue comprometerse y comprometer a sus miembros a hacer una rele!i)n %*blica a todos losniveles. <ebemos compartir estas uentes entre las congregaciones y continentes para 1ue todos

 bebamos de este pozo de agua viva, la %iblia. No es una opci)n, es una necesidad. Karl Rahner dijo1ue la $glesia del siglo ##$ o ser*a contemplativa o no ser*a nada. (s un asunto de vida o muerte.

 

U&'(AL#) $# T(AN)I*IóN.

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La Samaritana ue al pozo en un momento de gran transici)n en su vida. S)lo lo reconoci)cuando se encontr) con Jesús. (l documento de trabajo del Congreso describe este momento detransici)n en la "ida Consagrada del siglo ##$. B(n algunos pa*ses la vida consagrada sigueactualmente un proceso de envejecimiento en otros su media de edad es m:s joven. (n los últimos

aEos nuevas ormas de vida mon:stica y religiosa se han aEadido a las ormas milenarias. 'lgunosde los carismas 1ue nacieron hace siglos han aEadido nuevos aspectos d:ndoles una nueva vitalidad.Con el Concilio "aticano $$ la vida consagrada recibi) un gran impulso y e!periment) cambiosimportantes. &ero el conte!to sociocultural y religioso actual e!ige otras muchas y decisivastransormaciones. (n medio de tantos cambios, sin embargo, percibimos la validez y la actualidadde los valores 1ue constituyen nuestra orma de vida y la urgencia de vivirlos con intensidad y deuna manera signiicativa para nosotros y para los dem:s. Los consagrados y consagradas vivimosun tiempo de gracia y de pruebaB+ &arte -0. "ivimos en tiempo de cambio y de transici)n. 

Los cambios son e!periencias de liminalidad. (stamos entre dos orillas, ni a1u* ni all*. Lacultura antropol)gica habla de estas e!periencias como de ritos de pasoB caracterizados por la

separaci)n, la iniciaci)n y el retorno. (l modelo parece sencillo pero lo complejo est: en el hechode 1ue las dierentes dimensiones o aspectos de la "ida Consagrada est:n en momentos distintos.Lo mismo ocurre con nuestra vida personal. >ientras 1ue en algunos momentos hay aspectos 1ue

 parecen integrados otros suren un cambio. Nunca est: todo nuestro ser en una etapa e!cepto,1uiz:, en el momento de la muerte, cuando vivimos el cambio inal. 

La separaci)n implica alejarnos de lo 1ue nos es amiliar. 'l hacerlo dejamos de ver lascosas como siempre ueron. =enemos 1ue cruzar una rontera y nos puede dar miedo. 'un1uevemos la necesidad de dejar atr:s ciertas cosas, esas cosas nos son conocidas, y lo impredecible delo nuevo puede desorientarnos. Lo hemos e!perimentado muchas veces desde el "aticano $$. Noshemos acostumbrado a e!perimentar lo desacostumbrado. ' veces luchamos interiormente con lo1ue hemos dejado atr:s y tenemos la inseguridad de no saber si nuestras decisiones actuales est:nde verdad enraizadas en el conte!to del siglo ##$. 9n buen ejemplo es Jon:s. <ios le invita a ir hacia el (ste y 6l coge un barco en direcci)n al Ieste. B&ag) su billete y se subi) al barco, para ir con ellos a =arsis, lejos de la presencia SeEorB.+ Jon-?0 

'l empezar o al adentrarnos m:s en este momento de paso o de transici)n, tenemos 1uemirar nuestro conte!to y descubrir lo 1ue tenemos 1ue abrazar para permanecer ieles a la llamadade la "ida Consagrada. 9n aspecto importante 1ue debemos tratar es el de la globalizaci)n. Laconusi)n y el caos 1ue genera nos sitúa en el vientre de la ballena con Jon:s. (l modelo deglobalizaci)n parece inevitable en este momento pero el problema serio 1ue debemos tratar es la

esencia de la globalizaci)n. (l &apa Juan &ablo $$ ha hecho una llamada a la globalizaci)nsolidariaB trata el problema de los pobres y de todos los 1ue suren a causa de la globalizaci)n.=enemos 1ue renovar nuestros esuerzos de estar con los pobres. 

Robert Schreiter, C.&&.S dice 1ue la $glesia del 3 ser: aún m:s 1ue en el la $glesiade los pobres. Si los esuerzos de re4evangelizaci)n no tienen 6!ito ser: tambi6n una $glesiamaterialmente m:s pobre. Icurre lo mismo en las Congregaciones. Los nuevos miembros vienen de

 pa*ses pobres y los recursos de los pa*ses ricos disminuyen a causa de la edad avanzada de susmiembros. Nuestras Congregaciones ser:n cada vez m:s pobres. ;ablamos mucho de vivir un estilosencillo pero tenemos 1ue prepararnos a vivirlo en verdad. 9na vez, un soci)logo coment) 1uecuando aprobamos decisiones relacionadas con la vida sencilla, al volver a casa, vamos buscando

c)mo responder al reto sin cambiar el estilo de vida. Auiz: en el 3 ya no podamos hacerlo. 

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 No s)lo hay 1ue cruzar la rontera de la disminuci)n del personal y de las inanzas sino 1uetambi6n tenemos 1ue cruzar la de la pluralidad y diversidad en nuestras congregaciones. F esto noes solo para las congregaciones internacionales. (l número creciente de emigrantes ha hecho 1uelas congregaciones 1ue s)lo est:n en un pa*s o en una di)cesis se encuentren tambi6n con la

 pluralidad y la diversidad. No basta con reconocer 1ue se da la intercultuaridad entre nuestros

miembros, hay 1ue ir m:s lejos tenemos 1ue cambiar la actitud dominante occidental de lacongregaci)n y abrirnos a nuevas realidades. (n palabras de 2ary Riebe4(strella, el mundooccidental con su manera ego4c6ntricaB de vivir tiene 1ue aprender de la realidad cultural delmodeloBsocio4c6ntricoB. (s una gran tarea. Nuestras culturas est:n en nuestro '<N. =enemos 1uehacer este aprendizaje para preparar el terreno a las uturos l*deres de nuestras Congregaciones 1uevendr:n, sin duda alguna, de culturas socio4c6ntricasB. 

(stos comienzos o transiciones nos conducen al ultimo paso, el retorno. Cuando aterricemosen la playa despu6s de haber estado en el vientre de la ballena iremos, como Jon:s, al (ste y

 predic:remos la %uena Nueva. "olveremos al lugar pero sabiendo lo 1ue signiica vivir con menosrecursos y con otro paradigma cultural. 'nte nosotros est: un mundo atrapado en una destrucci)n

apocal*ptica. 

 Nuestra primera tarea en este mundo dividido y en guerra es la reconciliaci)n. La carta a los(esios e!presa la misi)n de la reconciliaci)n 'hora, gracias a Cristo Jesús y en virtud de susangre, los 1ue en un tiempo estabais lejos, est:is cerca. (l es nuestra paz el 1ue de los dos hizouno, derribando con su cuerpo el mundo divisorio, la hostilidad anulando la ley con sus preceptos ycl:usulas, creando as* en su persona de dos una sola y nueva humanidad, haciendo las paces, por medio de la cruz, dando muerte en su persona a la hostilidadB+ (esios , -? 4-50. Los esuerzos por vivir la reconciliaci)n dan autenticidad al testimonio del (vangelio. &ara vivir en idelidad estetestimonio en la "ida Consagrada tenemos 1ue estar enraizados en '1uel 1ue nos conduce.

&asemos ahora a la escena del noviazgo

 

#L NO%IAZ+O

La imagen de las escenas de noviazgo junto a un pozos en el 'ntiguo =estamento revoloteansobre los pozos del Nuevo =estamento. La historia de la Samaritana nos invita a mirar la escenacomo un noviazgo, un compromiso. Justo antes de esta escena, los disc*pulos de Juan ueron a Juan%autista a contarle muy preocupados 1ue Jesús estaba bautizando. Juan %autista les responde elamigo del novio 1ue est: ah* y le oye, se alegra al reconocer la voz del novioB, es decir la llegadadel novio anuncia la escena del noviazgo.

  =odas las constantes de las escenas de noviazgo se realizan en esta historia. Jesús comouturo novio, viaja a tierras e!tranjeras. +Juan se toma el trabajo de decirnos 1ue los Jud*os nocompart*an cosas con los Samaritanos0. Jesús se encuentra con la Samaritana y sabemos 1ue,despu6s de su conversaci)n, ella corre a cont:rselo a sus vecinos. (ntretanto, los disc*pulos vuelvencon la comida y Jesús no la acepta por1ue Btengo un alimento 1ue vosotros no conoc6isB.

La única parte de la historia 1ue no cumple con el modelo t*pico es 1ue no se consumen ni elalimento ni la bebida. &ienso 1ue Juan sitúa la escena del noviazgo en el simbolismo del agua vivay de un alimento misterioso Jesús hace un salto y pasa del nivel material al espiritual. No estableceuna amilia *sica con el noviazgo, establece una comunidad espiritual basada en dar culto en

esp*ritu y en verdad. (l agua 1ue da y el alimento 1ue toma es espiritual. La relaci)n con la mujer y, por lo tanto, con todos los creyentes, no estar: basada en una relaci)n *sica, o en un noviazgo*sico, o un reino temporal, sino en un nacimiento espiritual .

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Jesús no orece el agua material, sino 1ue dice a la mujer Si conocieras el don de <ios y1uien es el 1ue te pide dame de beber, tu le pedir*as a 6l y 6l te dar*a agua vivaB. &ara tener el aguaviva hay 1ue conocer al <ador y el <on. (sto es lo 1ue Jesús nos pide al reunirnos junto al pozo. LaSamaritana tard) en entender el mensaje. Se preocup) por1ue Jesús no ten*a con 1ue sacar el agua.

Ml le dice1uien beba de esta agua no tendr: m:s sedB aún m:s, el agua se convertir: en sucoraz)n en un manantial 1ue manar: hasta la vida eternaB. La samaritana antes de conocer al <ador, pide el <on BSeEor, dame de ese aguaB. Reconoce al <ador despu6s de la conversaci)n sobre susmaridos y sobre el lugar apropiado para dar culto, los 1ue adoren deben hacerlo en esp*ritu y enverdadB, y, al declararle Jesús 1ue 6l es el >es*as.

 Nadie le dijo 1ue uese corriendo a dec*rselo a los dem:s, no pens) ni en la misi)n ni en laevangelizaci)n. (l hecho de haber encontrado al <ador y el <on le impuls) a compartir la %uena

 Nueva. Si permanecemos junto al pozo y participamos en este encuentro con Jesús, escucharemosde nuevo la invitaci)n a conocer al <ador y el <on y al permanecer en el umbral, en la ronteraentre el donde est:bamos y el hacia donde caminamos, la sed de nuestra desorientaci)n buscara

saciarse. Conoceremos la direcci)n cuando reconozcamos a Jesús y cuando le pidamos el don deese agua viva 1ue se convertir: en nosotras en un manantial 1ue saltar: hasta la vida eterna.

(ntonces podremos devolver a la "ida Consagrada todo su encanto. La palabra encantoB sereiere a todo lo 1ue produce alegr*a contagiosa, uerte atracci)n, rescura suave y optimismoestimulante. <espierta gracia y amistad, imaginaci)n y antas*a. &or su misma naturaleza, generauerza, entusiasmo y esperanzaB+ del discurso de clausura del Congreso por el hermano lvaroRodr*guez (chevarria, presidente de la 9S20.

(n Roma permanecimos junto al pozo, bebimos agua viva y, como la mujer Samaritana,tenemos prisa en ir a compartir con nuestros hermanos@as el encuentro con el <ador y el <on. BLauente del jard*n, es pozo de agua viva 1ue baja desde el L*banoB + Cantar de los cantares,7,-30.

Camilla %urns, SN<deNL*der de la Congregaci)n8 de enero 3 

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