El presidente diputado José Alfonso Suárez de Real y ... · Web viewEl presidente diputado José Alfonso Suárez de Real y Aguilera: … todas y todos los integrantes de la mesa

Palacio Legislativo de San Lázaro, 14 de julio de 2009

Transcripción del foro La protección legal del patrimonio cultural, convocado por la Comisión de Cultura de la honorable Cámara de Diputados, LX Legislatura, llevado a cabo hoy martes en el salón Legisladores de la República.

El presidente diputado José Alfonso Suárez de Real y Aguilera: … todas y todos los integrantes de la

mesa directiva y de la Comisión de Cultura, nos es grato darles la más cordial bienvenida al inicio de una

serie de mesas de foros en relación al patrimonio cultural, en esta ocasión para hoy, 14 de julio, fecha

emblemática para algún país de Europa, que tenemos un tema en relación a la búsqueda de la protección

legal del patrimonio cultural con una serie de ponentes y ponencias de primer nivel, fundamentalmente

eruditos investigadores, conocedores profundos del tema del patrimonio cultural, al cual nos convoca esta

mesa para conocer las diferentes visiones en torno a la búsqueda de la protección legal de este patrimonio.

Me acompañan en este presídium, en primer término la diputada María Elena de las Nieves Noriega Blanco

Vigil, secretaria del grupo parlamentario de Acción Nacional, quien moderará la primera fase de las

actividades de este día.

Asimismo, está con nosotros la diputada Beatriz Pagés Llergo Rebollar, secretaria del grupo parlamentario

del PRI.

Nos acompaña de igual manera, Yolanda Cano Romero, ponente. Asimismo, Teresita Miravete Barrio,

ponente. El arquitecto Jesús Sánchez, ponente, y está con nosotros la diputada Aurora Cervantes, secretaria

del grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática; la diputada Blanca Luna Becerril,

secretaria del grupo parlamentario de Nueva Alianza y el diputado Rojas, Sergio Rojas Carmona, secretario

del grupo parlamentario del PRD.

Soy su servidor, José Alfonso Suárez del Real y Aguilera, presidente sustituto en esta Comisión de Cultura.

Queremos agradecer la presencia y la participación en este arranque de la recta final de actividades con

colectivos, que hemos determinado organizar en la mesa directiva de la Comisión de Cultura, comisión que

continuará laborando hasta el 31 de agosto de este año, fecha en la que estaremos dejando de fungir como

diputados.

Comisión de CulturaForo: La protección legal del patrimonio culturalMartes 14 de julio de 2009Turno 1, hoja 2, ljg

Somos una comisión que nos hemos caracterizado por construir los consensos necesarios para establecer

dentro de la agenda política nacional, a la cultura como una de las prioridades. Somos una comisión plural

en donde esta pluralidad política y pluralidad de orígenes ha fortalecido la construcción de las acciones que

a favor de la cultura nos hemos propuesto.

Somos una comisión que muy modestamente debemos señalar, logró una reforma constitucional, la única

que se origina desde esta Cámara de Diputados, precisamente de la Comisión de Cultura, en tanto que el

resto de reformas constitucionales que el Congreso aprobó tienen diversos orígenes, fundamentalmente del

Senado de la República y del Poder Ejecutivo federal.

Somos una comisión que, de cara a los objetivos que nos propusimos al iniciar esta gestión, podemos

entregar modestamente cuentas positivas, que han permitido contar con presupuestos mucho más amplios a

los que originalmente se había previsto y propuesto, y fundamentalmente, como he venido diciendo, una

reforma constitucional que genera un cambio sustantivo en la materia cultural desde el punto de vista de que

se integran a las garantías individuales aspectos tan fundamentales como el acceso a la cultura, a través de

los bienes y servicios que brinda el Estado, el respeto a la diversidad cultural como carta garante de la

riqueza de la cultura de este país, el respeto a la libertad creativa y una serie de condiciones que permitirán a

la siguiente legislatura, poder elaborar una ley en la cual se plasme de manera muy clara y puntual, y

sustentado en la Constitución, el futuro que los mexicanos exigimos debe de tener la cultura dentro del

quehacer político, económico, social de nuestra nación.

Con esto concluyo y le pediría yo a la diputada Noriega que pudiésemos iniciar el proceso de la primera

mesa.

La diputada María Elena de las Nieves Noriega Blanco Vigil: Muchas gracias.

Antes que nada, gracias por acompañarnos tanto a los que vienen a escuchar estos foros, como a los que

vienen como ponentes, y yo nada más quisiera hacer una pequeña reflexión antes de que empecemos.


El título de este bloque de foros, en un principio empezó como la legislación y la protección del patrimonio

cultural. Creo que aquí, en la medida en que nos fuimos introduciendo en el tema, vimos que la protección y

la legislación van de la mano, pero la protección tiene que ir también de la mano con otros temas que no

dudo que los ponentes lo tratarán, pero tiene que ir también con la conservación, con la restauración, con la

divulgación, con la apropiación, y por lo tanto también con la definición de lo que entendemos como

patrimonio cultural y el patrimonio como objeto de gusto, como objeto económico o como parte esencial de

la entidad nacional.

Creo que la intención de crear este foro fue darle voz a todos los que están involucrados en el tema, y dejar

como precedente a la siguiente legislatura que se tiene que oír a las diferentes voces antes de legislar, y ojalá

este cierre de legislatura sirva como ejemplo de abrir los campos de opiniones, que sólo podremos tener una

legislación ad hoc a los nuevos tiempos, si oímos a todas las voces, y todas las voces significa a oír a los

investigadores, oír a los académicos, oír a las instituciones, oír a los municipios, oír a los estados, y dentro

de un esquema que tiene que ir de lo profundo a lo pragmático; de un marco teórico a un marco práctico.

No podemos llegar a las sugerencias de legislación si no hay una discusión de fondo antes de que… y esto

creo que también será fundamental para todos los que estamos aquí de este lado y del otro, de presionar a

que la política cultural se dé de fondo, se dé con las reflexiones que se tienen que dar.

Entonces, ahora me queda introducir al siguiente bloque de ponentes, que hablarán entre 15 y 20 minutos.

Esperamos empezar el siguiente bloque a las 11:00 y nuestra primera ponente es la maestra Yolanda Cano

Romero, con el título Panorama actual y entono… con la ponencia Propuestas fundamentales para la

protección del patrimonio arquitectónico y urbano de la nación.

… La maestra Yolanda —me han dado un currículum muy escueto, para todo lo que debería decir de ella—

entonces creo que hablaré de sus últimos 10 años, pero lleva muchos más colaborando con el Instituto

Nacional de Antropología; de 1997 a 1999 estuvo como directora del Centro INAH Chiapas; y del 2000 —

¿estoy contándolo bien, Yolanda?— de 1999 a 2006 en la ciudad de Querétaro trabajando en el Centro


INAH Querétaro, y de 2005 a 2007 en el INAH Querétaro, y ha sido coordinadora general de proyectos del

Catálogo de Monumentos Históricos e Inmuebles del estado de Guanajuato.

Ha sido encargada de la Sección de Monumentos del Centro INAH de Querétaro; ha sido coordinadora del

Proyecto de Catálogo de Monumentos Históricos e Inmuebles del estado de Querétaro, versión impresa.

Tenemos ante nosotros a una persona que ha trabajado mucho sobre este tema, y le agradecemos mucho que

nos enriquezca con su sapiencia. Bienvenida, gracias.

La maestra Yolanda Cano Romero: Bien. Ante todo agradezco estar en este foro, y dar a conocer algo de

la experiencia que hemos tenido a través de los años.

Voy a leer la ponencia es muy breve y la iré intercalando con algunos comentarios. Propuestas

fundamentales para la protección del patrimonio arquitectónico y urbano de la nación.

“México está inserto en la economía mundial para bien y para mal, mediante los tratados que ha firmado en

los últimos lustros, en muchos de ellos se propone al turismo de masas como una de las actividades

productoras de divisas para nuestro país.

“En este sentido debemos de preguntarnos:” ¿Está México preparado para asumir las consecuencias?, ¿no

se pone en riesgo la identidad nacional?, ¿cómo afecta negativamente esta actividad a nuestro legado

cultural?” bajo estas preguntas nosotros podríamos decir que en Querétaro, que es el lugar en el que yo he

tenido la mayor experiencia profesional, en 1996 se dio la Declaratoria de Patrimonio de la Humanidad.

“En ese entonces, todo mundo esperaba con ansia que se declarara como tal, pero a través del tiempo

trabajando en el Centro Histórico, nos hemos dado cuenta de que ese patrimonio, en lugar de conservarse,

como sería el propósito de una declaratoria mundial se ha venido destruyendo poco a poco.


“¿Qué es lo que pasa? Al estar declarado como Patrimonio de la Humanidad este centro llega mucha gente

especulando, poniendo negocios de restaurantes, de discotecas, de negocios de turismo, y lo que hacen es

conseguir inmuebles históricos para este fin. Al conseguirlos, los tratan de adaptar a las necesidades que

requieren, no respetando el inmueble en su partido arquitectónico.

“¿Qué es lo que está en juego aquí, en el patrimonio? Lo que está en juego es la autenticidad e integridad

del patrimonio. ¿Qué compone la autenticidad para decir que un inmueble tiene tal característica? En primer

lugar, los materiales con que está hecho, el sistema constructivo, su partido arquitectónico y su entorno

urbano o natural.

“Entonces, si vamos destruyendo poco a poco el partido arquitectónico de los edificios para adaptarlos a sus

nuevas funciones va a llegar un momento, en el que en el Centro Histórico, lo que vamos a tener son

inmuebles que solamente conservan su fachada, y entonces estamos desvirtuando el lenguaje, el documento

que aquél inmueble representa.

“Esto no sólo lo tenemos en las ciudades Patrimonio de la Humanidad, que es donde más acelerado está el

proceso. También lo tenemos en los monumentos históricos que están declarados por determinación de la

ley o por dictamen expreso del Ejecutivo federal. Entonces, ¿qué es lo que pasa con la propiedad?

“La propiedad es aquí el tema susceptible porque todos los propietarios, el mismo estado, el mismo

municipio quiere que ese patrimonio se usufructúe para beneficio o para tener empleos, pero cuidado, ahí

tenemos un grave problema.

“Desde el periodo del gobierno de Lázaro Cárdenas ya se pensaba en el turismo como una fuente importante

de ingreses. Así se expresó en los considerandos de la Ley Orgánica del Instituto Nacional de Antropología

e Historia [INAH], en el mes de diciembre de 1938. En ese momento se creó la institución mencionada, con

propósitos claros que la destinaban a la investigación científica en las materias de su competencia, a la


conservación de los testimonios intangibles y tangibles del patrimonio cultural, y de apuntalar la identidad

nacional, antes que el turismo.

“En la actualidad, existen tres modalidades de monumentos: Arqueológicos, Históricos y Artísticos, así

como de las zonas de monumentos respectivas contemplados por la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas

Arqueológicas, Artísticos e Históricos, del 6 de mayo de 1972, que contempla a la Ley Orgánica del INAH,

y faculta al Instituto Nacional de Bellas Artes [INBA].

“En el caso específico de los artísticos, con la intención particular de preservar y proteger el patrimonio

cultural, arquitectónico y urbano. En la realidad, y a merced de la experiencia acumulada, estos propósitos

resultan inoperantes en términos jurídicos debido a que sólo los monumentos arqueológicos son propiedades

inalienables e imprescriptibles de la nación.

“Como consecuencia de lo anterior, el patrimonio paleontológico y el arqueológico guardan un estado de

privilegio en relación al histórico y al artístico. Esto se refleja, entre otros aspectos, en que los daños y

prejuicios sufridos por los dos últimos no son causa de prisión y multas sustantivas que permitan garantizar

su preservación efectiva.

“La ley federal aquí le da un estatus diferente a los monumentos arqueológicos. De conformidad con lo

señalado por la Constitución, la nación tiene el derecho de imponer las modalidades a la propiedad privada

que dicte el interés público, concepto fundamental para las atribuciones del Estado en materia de propiedad.

“La falta de claridad y de apoyo constitucional en muchas de las experiencias reales han tenido como

consecuencia un gran número de juicios de garantías que no tendrían razón de ser, si la Constitución

determinara de forma específica las modalidades en materia de monumentos y zonas de monumentos.


“En el supuesto que las contemplara, el ciudadano propietario de un monumento, o que viva dentro de una

zona declarada conocería los límites y alcances de su propiedad, además de que disminuiría la

discrecionalidad en las decisiones de las autoridades en la aplicación de la ley federal.

“La protección cabal del patrimonio requiere del establecimiento de normas de carácter general y

permanente que modifiquen la figura jurídica de la propiedad privada, para que se respeten de manera

puntual y definitiva las modalidades establecidas en la ley federal, con relación al patrimonio cultural

arquitectónico y urbano antes de abrir zonas o monumentos al turismo nacional e internacional.

En consecuencia, se propone la modificación del párrafo tercero del artículo 27 constitucional para que se

faculte al Estado a dictar medidas para proteger, conservar, restaurar y recuperar el patrimonio cultural en

términos realistas y efectivos; de esta forma, dicho párrafo sería modificado en términos más o menos como

los siguientes:

La nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el

interés público, así como el de regular en beneficio social el aprovechamiento de los elementos naturales

susceptibles de apropiación, con objeto de hacer una distribución equitativa de la riqueza pública, cuidar de

su conservación, lograr el desarrollo equilibrado del país y el mejoramiento de las condiciones de vida de la

población rural y urbana.

En consecuencia, se dictarán las medidas necesarias para ordenar los asentamientos humanos y establecer

adecuadas provisiones para uso, reservas y destinos de tierras, aguas y bosques, a efecto de ejecutar obras

públicas y de planear y regular la fundación, conservación, mejoramiento y crecimiento de los centros de

población —ésta es la parte que se insertaría— para proteger, conservar, restaurar, promover, difundir y

recuperar el patrimonio paleontológico, arqueológico, histórico y artístico para preservar el equilibrio

ecológico para el fraccionamiento de los latifundios para disponer, en términos de la ley reglamentaria, la

organización y explotación colectiva de los ejidos y comunidades para el desarrollo de la pequeña propiedad

rural, para el fomento de la agricultura, de la ganadería, de la silvicultura y las demás actividades


económicas en el medio rural y para evitar la destrucción de los elementos naturales y los daños que la

propiedad pueda sufrir en prejuicio de la sociedad.

La determinación de la fracción XXV, del artículo 73 constitucional que faculta al Congreso de la Unión

para legislar sobre vestigios y restos fósiles y sobre monumentos arqueológicos, artísticos e históricos cuya

conservación sea de interés nacional ha resultado insuficiente en los casos de juicios de garantías.

Adicionalmente también se propone la modificación a la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas

Arqueológicos, Artísticos e Históricos en su capítulo cuarto de las Sanciones, con la adición de una

tipificación de delitos en materia de monumentos y zonas de monumentos históricos y artísticos

equiparables con la de los arqueológicos.

¿A qué me estoy refiriendo aquí? En el 96, estando en Guanajuato, hubo una situación que fue difundida en

todos los medios. El presidente municipal de San Miguel de Allende estaba levantando el pavimento, el

empedrado de esa ciudad. A mí me tocó estar en Guanajuato en ese entonces, se hizo la suspensión, se hizo

todo lo que marcaba la ley, porque el presidente municipal, don Salvador, no quería hacer caso de lo que le

estaba dictaminando el Instituto.

Él rompió los sellos. Él hizo caso omiso de lo que le dictaba una autoridad federal y se hizo una denuncia

ante el ministerio público, y finalmente esta denuncia fue mandada a archivo. ¿Cuál fue el motivo? El

motivo es que en la Ley Federal no existe tipificado el delito en zona de monumentos. Y como no está

tipificado se fue a archivo porque la ley dice que no se puede aplicar la ley por analogía. En la ley federal no

existe tipificado el delito en zona de monumentos. A eso nos referimos.

Las modificaciones que se han llevado a cabo en las leyes generales de Asentamientos Humanos, de

Turismo, Bienes Nacionales, Ecología y Medio Ambiente no podrán resolver los problemas en los que el

patrimonio cultural de la nación está involucrado si no se reforma el artículo 27 constitucional como se ha

referido.


Es todo. Muchas gracias.

La diputada María Elena de las Nieves Noriega Blanco Vigil: Muchas gracias, maestra. Nuestra

siguiente ponente es la arquitecta Teresita de Jesús Miravete Barrios, arquitecta adscrita al Centro INAH

Puebla en la Sección de Monumentos Históricos. Realizando actividades, entre otras, las relacionadas con el

dictamen de inmuebles históricos, elaboración de propuestas de conservación de monumentos religiosos y

patrimonio cultural y la atención de inmuebles afectados por los sismos de 1999.

Es maestra en Arquitectura con especialidad en Revitalización Patrimonial por la Universidad de Colima;

diplomada en Arqueología del Occidente de México por la Universidad de Colima en colaboración con el

INAH, y licenciada en Arquitectura por la Universidad Nacional Autónoma de México. Bienvenida. El

título de su ponencia es La conservación del patrimonio cultural en México.

La arquitecta Teresita de Jesús Miravete Barrios: Buenos días a todos los presentes. Gracias por darnos

esta oportunidad de estar aquí y de compartir algunas inquietudes sobre la conservación del patrimonio

cultural. Como ya lo había dicho la diputada, el nombre de esta ponencia es La conservación del patrimonio

cultural en México.

Para lograr una mejor protección del patrimonio cultural que por su naturaleza constituye una legado de

dimensiones invaluables en primera instancia para los mexicanos y al mismo tiempo para la humanidad,

requiere, además de las acciones institucionales y la aplicación de las normas legales, sensibilizar a la

sociedad que la preservación de nuestro patrimonio, ya sea arqueológico, histórico, artístico, material e

inmaterial es una tarea de todos en beneficio de la generación presente y de las futuras.

No hay que olvidar que el patrimonio cultural es documento y testigo del devenir histórico de nuestro país y

de cada una de las sociedades que conforman nuestra diversidad cultural, razón por la cual es importante y

sustancial su conservación.


Cotidianamente, en el desempeño de nuestro trabajo a través de cada una de las tareas que realizamos en las

diferentes áreas que conforman al Instituto Nacional de Antropología e Historia, además de la atención de

los bienes inmuebles o muebles, entablamos una relación directa con las personas que detentan la propiedad

o custodia de los monumentos, así como aquéllos a quienes el monumento o el sitio les proporciona un

sustrato para el desarrollo y reproducción de su cultura.

En este sentido es importante considerar que en el caso del patrimonio edificado, tanto los inmuebles como

los espacios públicos mantienen desde su origen un vínculo estrecho con el lugar y la sociedad donde se

crearon. Pero no obstante este diverso legado que distingue a nuestra nación, su conservación ha ocupado un

lugar secundario en las políticas implementadas por la federación y los estados. Por ello, creemos que es

inaplazable establecer acciones que redunden en su cuidado y protección.

Llevar a cabo esta tarea, además de realizar la investigación sobre los diferentes aspectos del patrimonio

cultural en México requiere, en la práctica, de la concurrencia de diferentes instancias federales en primer

orden para establecer un plan de trabajo en materia de patrimonio cultural, el cual tenga un seguimiento

permanente y que se aplicación se derive en diferentes acciones en los tres niveles de gobierno,

plasmándose en cada uno de los instrumentos respectivos, donde se pormenoricen las particularidades

correspondientes.

Respecto a esto, es necesario referir que en los últimos años los ámbitos ambientales, urbanísticos y de

turismo, inciden en el ámbito del patrimonio cultural. Por lo tanto se hace necesario que esos aspectos de la

ordenación del territorio se ajusten al interés social y nacional, en cuanto que la conservación cultural es de

utilidad pública, ya que este interés y utilidad deben prevalecer sobre intereses particulares, siendo el INAH

el instituto competente en esta materia.

Consideramos que uno de los instrumentos normativos que deben contribuir a la conservación del

patrimonio cultural, son los planes de conservación y desarrollo para los centros o sitios históricos, por lo


que un plan de conservación debe ser congruente con las consideraciones culturales históricas, técnicas y

jurídicas que emita el Instituto Nacional de Antropología e Historia, así como con la estrategia de desarrollo

de los planes de centro de población y del plan municipal respectivo.

El antecedente de estos instrumentos se encuentra en el plan de desarrollo de los centros de población, así

como en las leyes, planes y programas estatales sobre desarrollo, y tienen por objeto garantizar el uso

eficiente y sustentable del territorio y la conservación del patrimonio para así elevar el nivel de vida de la

población en congruencia con el artículo 27 constitucional, Ley General de Asentamientos Humanos, Ley

General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas

Arqueológicas, Artísticos e Históricos.

Cabe recordar que antes de poner en marcha estos instrumentos, debe llevarse a cabo la validación social del

diagnóstico, donde se prioricen los problemas de mayor importancia, recabando propuestas de acción, lo

cual permitirá ratificar o rectificar el diagnóstico y las propuestas de conservación, así como definir las

normas del reglamento de conservación en congruencia con la problemática real, de esta manera la

población local se identifica y hace suyos los instrumentos y acciones para la conservación del patrimonio.

Por otra parte, un tema que sigue siendo un compromiso pendiente por cumplir, es la importancia de

reconocer jurídicamente para su aplicación supletoria, los convenios y acuerdos internacionales sobre

patrimonio cultural y bienes culturales. Así como promover la participación ciudadana y establecer acciones

y apoyos comunitarios para la conservación del patrimonio cultural.

Reiteramos que las convenciones y cartas internacionales nos permiten ponernos a la vanguardia sobre

criterios normativos y políticas públicas, complementando la aplicación de la Ley Federal sobre

Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, tema que nos ha conducido a esta reflexión.

En este sentido, nuestro país, desde el siglo XX hasta la fecha, ha suscrito una serie de convenciones, cartas

y acuerdos internacionales en materia de bienes materiales y patrimonio cultural y natural, de los cuales sólo


unos cuantos se han ratificado por el Senado de la República, entre los que se ratificaron y deben

considerarse como parte de la legislación vigente, se encuentran los siguientes:

Convenios sobre la protección de instituciones artísticas, científicas y monumentos históricos, Washington,

1935. Publicado en el Diario Oficial de la Federación en 1937.

Tratados sobre la protección de muebles de valor histórico, Washington, 1935. Publicado en el Diario

Oficial de la Federación en 1940.

Convención paral a protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado, La… 1954. Publicado

en el Diario Oficial de la Federación en 1956.

Estatutos del Centro Internacional de Estudio, de los problemas técnicos de la conservación y de la

restauración de los bienes culturales, Nueva Delhi, 1956.

Convención para la protección del patrimonio mundial cultural y natural, París, 1972. Publicado en el Diario


Convención sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir la importación, exportación y la

transferencia de propiedad ilícita de bienes culturales, París, 1970. Publicado en el Diario Oficial de la

Federación en 1973.

Convenio de Berna para la protección de las obras literarias y artísticas, París, 1971. Publicado en el Diario


Convención sobre la protección del patrimonio cultural subacuático, París, 2001.


Consideramos que las modificaciones al marco jurídico del Instituto Nacional de Antropología e Historia,

respecto a la creación de la Ley Federal sobre Monumentos y zonas de Monumentos Arqueológicos,

Artísticos e Históricos, y su reglamento, fueron incluidos por los resultados de la convención para la

protección del patrimonio mundial y natural de 1972 en el marco de la conferencia general de la UNESCO,

en la cual se establecieron diversos compromisos con los estados partes, entre ellos México.

Con base en esta convención, México ha propuesto y se han incluido en las listas de patrimonio cultural y

natural de la humanidad, una serie de monumentos, ciudades y sitios, siendo un total de 29 declaratorias

hasta 2008, los cuales se han constituido en un compromiso, responsabilidad y problemática permanente en

cuanto a su conservación.

Entre los sitios declarados —para no leer los 29— puedo mencionar que en 1987 se declara el primer sitio

que es el Centro Histórico de Oaxaca, la zona arqueológica de Monte Albán. En 2008 es la ciudad

fortificada de San Miguel y Santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco.

Nótese que estas declaratorias no deben de ninguna manera constituirse en menos cabo del patrimonio que

no cuenta con este tipo de reconocimiento internacional.

Otro de los documentos internacionales más importantes para la conservación y protección del patrimonio

cultural, es la carta de Venecia y carta internacional sobre la conservación y restauración de monumentos y

de conjuntos históricos artísticos. Cuyos principios están ligados a los criterios de autenticidad e integridad

de los bienes culturales, incluidos en la lista de patrimonio mundial, sin embargo esta carta no ha sido

reconocida por el Senado de a República, al igual que los documentos que se enlistan a continuación.

La Carta de Atenas, 1933. Las Normas de Quito, 1967. Identificación, registro, protección y vigilancia del

patrimonio arqueológico, histórico y artístico de las naciones americanas, Río de Janeiro, 1975. Declaración

de Ámsterdam, 1975. La Carta de México en defensa del patrimonio cultural, 1976. La Carta de turismo

cultural, 1976. La Carta de Burra, 1979. La Carta de Florencia o Carta de los Jardines históricos, 1981. La


Carta de Toledo o carta Internacional para la conservación de las ciudades históricas, 1986. La Carta de

Noto, 1986. La nueva Carta del Restauro o carta de la Conservación de los objetos de arte y cultura, 1987.

La Carta de Washington o Carta Internacional para la Conservación de Ciudades Históricas y Áreas

Urbanas Históricas, 1987. La Carta de Veracruz, 1992. La Carta de Nara, 1994. La Carta de Cracovia, 2000.

Convención para la salvaguarda del Patrimonio Cultural y Material, París, 2003. La Carta Internacional de

Morelia, 2005.

Estos documentos, que no han sido reconocidos por el Senado de la República Mexicana como los que sí lo

han sido, forman un cuerpo doctrinal en cuanto a que son instrumentos de derecho público internacional, los

cuales, deben ser valorados críticamente para apoyar la conservación y salvaguarda del patrimonio cultural.

Fundamentado en lo anterior, concluyo, por lo tanto, que es necesario que el Estado mexicano aplique y

apruebe, respectivamente, de manera cabal la legislación sobre planeación, así como la aplicación de las

convenciones, cartas y tratados internacionales, para lograr una verdadera defensa del patrimonio cultural de

todos los mexicanos. Gracias.

La diputada María Elena de las Nieves Noriega Blanco Vigil: Muchísimas gracias, arquitecta. Nuestro

siguiente ponente es el arqueólogo Jesús Sánchez, egresado de la Escuela Nacional de Antropología e

Historia, investigador de la dirección de estudios arqueológicos del INAH, coordinador general del Proyecto

de Investigación Antropológica Cerro de la Estrella desde el año 2002, autor de más de 20 artículos y

ensayos sobre diversos temas de arqueología y teoría arqueológica. Bienvenido, arqueólogo.

El arqueólogo Jesús Sánchez: Muchísimas gracias. Primero que nada, quisiera agradecer la oportunidad de

participar en este foro, esperando que podamos llevar algunas cosas a buen puerto.

Quiero referir, con el título de esta ponencia, los tres ámbitos de acción del Instituto Nacional de

Antropología e Historia en el marco de la propuesta de modificación a la Ley Federal sobre Monumentos y

Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.


Se desprende esta serie de consideraciones, de reflexiones del dictamen de las Comisiones Unidas de

Educación Pública y Servicios Educativos y Cultura, con el que se pretende aprobar con modificaciones la

minuta del proyecto de decreto, con fecha abril de 2009, que reforma y adiciona la Ley Federal sobre

Monumentos y Zonas Arqueológicos Artísticos e Históricos y se presentan las siguientes reflexiones a fin

de evitar el cometido de una tropelía contra el patrimonio que irónicamente se intenta proteger.

Acoto al margen, suelo ser muy poco diplomático y por eso estoy en donde estoy, ubicado en mi nichito de

investigación. Entonces, suplico tengan la bondad de disculpar mis puntos de vista que expreso, aquí, ante

ustedes, es con la única intención de reflexionar y discutir al respecto.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia tiene tres ámbitos de acción: uno es el que le compete por

sus actividades sustantivas que son la investigación, la conservación y la difusión mediante las que genera el

conocimiento sobre nuestro proceso histórico, construye los conceptos analítico-explicativos y vierte a los

especialistas las nuevas propuestas, precisamente, explicativas para la retroalimentación interdisciplinaria.

Otro de sus ámbitos de acción, que podríamos decir, el segundo, es el de la divulgación en el cual estrecha

sus lazos y relaciones con la sociedad, al verter los resultados de sus investigaciones al público en general y

fomentar el interés por acceder al conocimiento.

El tercero de ellos, no por ello menos importante, es el jurídico legal con el que hace valer su carácter de

depositario, custodio del patrimonio arqueológico e histórico y procura la protección física y legal de los

mismos.

Estos tres ámbitos de acción, no están correctamente estructurados, no funcionan del todo como lo

deseáramos. Una de la razones es, fundamentalmente, la que sufrimos muchos institutos de investigación

científica, que es la falta de recursos presupuestales, esto lo digo, no es nada nuevo.


En ese sentido es, precisamente, que todo aquello que se genera a través de los trabajos de investigación y

conservación y la propia difusión, no alcanza a llenar el espectro que se deseara en lo que se refiere a la

divulgación general de este conocimiento.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia carece de una verdadera política de divulgación, de una

verdadera política para llegar a todos los sectores de la sociedad, de hacerles llegar a ellos algo tan

importante como es el conocimiento de nuestra historia, no solamente nacional, de nuestra historia natural,

de la historia de nuestro país en territorio y sociedad.

De manera, que este segundo ámbito que es el de la divulgación requiere de muchísimo esfuerzo, de mucho

trabajo y de muchos recursos para poder alcanzar sus objetivos, a caso son sus museos, precisamente, donde

más se concreta este trabajo de divulgación, es a donde, desde niños acudimos, nos llevan nuestros maestros

de la primaria a los museos, para conocer un poquito. Empezar a acercarnos al conocimiento de nuestra

historia a través de nuestros museos de arqueología de historia, es también me parece el punto entre lo que

es la difusión especializada y esa divulgación de este conocimiento al público en general.

En este espectro, de estos tres ámbitos de acción, la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos,

Artísticos e Históricos, me voy a referir en adelante como ley federal, para no ocupar tanto tiempo, es una

ley específica cuyo sustento jurídico legal se basa, esencialmente, en los sustentos científicos, académicos

que se establecen por efecto de sus actividades sustantivas.

Pero, también, por la experiencia vivida en cuanto a las necesidades de conservación y protección del

patrimonio a cuyo cargo tiene y que implican, unos y otros, enorme responsabilidad con la sociedad primero

y con el Estado, después, en vista de que le han conferido la explicación científica y la custodia y protección

física de dicho patrimonio, como evidencia de nuestro proceso histórico y de nuestros valores identitarios.

Por esas razones fundamentales, la ley federal no puede modificarse por el simple parecer de los diputados,

de las diputadas, por efecto de un simplista argumento de que fue expedida hace 20 o 30 años y eso obligue


a actualizarla o porque no convenga a los intereses de un sector de la sociedad y, a veces, hasta de un grupo

de individuos.

Es mi parecer, que todo intento de modificación en cualquier época, en cualquier tiempo, deberá respetar

ante todo como: inciso A. Señalaremos la esencia y el espíritu de la ley, en cuanto a que pretende garantizar

la protección y conservación física, y los valores históricos e identitarios, que reciben en el patrimonio

arqueológico e histórico, es decir, de eso que conocemos genéricamente como patrimonio cultural, que son

bienes nacionales inscritos en el Sistema Educativo Nacional, como instrumentos de conocimiento.

Inciso B. Insisto en que todas estas modificaciones deberán respetar el fortalecimiento del Instituto Nacional

de Antropología e Historia, tanto, como institución de investigación como organismo encargado de la

custodia y conservación del patrimonio cultural que requiere de instrumentos jurídicos legales apropiados

para cumplir sus funciones en los tres ámbitos de acción mencionados.

Inciso C. Contribuir para que ante la situación actual el INAH pueda recuperar su certidumbre jurídica, así

en las instancias legales, como ante la sociedad que le confirió dicha responsabilidades.

Inciso D. Facilitar al Instituto Nacional de Antropología la labor de prevención de acciones nocivas al

patrimonio cultural por parte de personas o entidades públicas y privadas, al tiempo de proporcionar a todos

los sectores de la sociedad la información de... a la protección y conservación de dicho patrimonio.

En ese contexto, al analizar el conjunto de las seis iniciativas de modificación a la ley federal, contenidas en

la minuta en comento, se observan los siguientes aspectos: en primer lugar, me referí específicamente a las

propuestas de los diputados Corella Torres del PAN, Vega Rayet del PRI y Fernando Moctezuma del PRI,

que persiguen, solamente, incrementar las medidas punitivas, con la idea de que aumentar los castigos a los

infractores de la ley, tendrá como consecuencia obvia la disminución y hasta la paulatina desaparición de

los delitos de saqueo y tráfico de bienes muebles considerados patrimonio arqueológico e histórico y… en

cualquier aspecto o campo de la procuración de justicia.


Por otro lado, y contrario a esta tendencia, lo deseable es que la formulación de leyes y normas buscara

prevenir la ocurrencia de cualquier tipo de delitos, “prevenir la ocurrencia”. Para este objetivo fundamental,

en toda legislación y en especial de la ley a la que se refiere esta ponencia, es menester observar el

fortalecimiento de las instancias encargadas de la custodia del patrimonio cultural y que en esa medida son

también las encargadas de la protección física y legal de dicho patrimonio.

En ese sentido, la única propuesta que atiende estos aspectos fundamentales es la presentada por el diputado

Oscar Rodríguez Cabrera, del PRI, si no me equivoco, la cual, sin embargo, requiere de profundos análisis

para los que no basta este foro. Se requieren espacios y tiempo mucho más amplios.

Vale ejemplificar los problemas derivados de lo antes dicho con dos aspectos contenidos en la minuta que

aquí se analiza, habría muchos más ejemplos, pero el tiempo disponible en este foro no da cabida a ellos.

Primero, de las consideraciones generales de las comisiones dictaminadoras y la colegisladora, habrá que

tener cabal comprensión respecto al patrimonio cultural, en referencia a lo que señalan como los siguientes

términos: uso sostenible, usos social y económico sostenibles, el patrimonio intangible, el concepto mismo

de patrimonio cultural.

Cosas, todas ellas, que aún están en discusión por los especialistas de varias instituciones de investigación y

de educación y sobre las cuales no se alcanza aún el consenso. Resulta así incongruente que ante la

indefinición de conceptos sustantivos y fundamentales se intente legislar sobre ellos y, peor aún, sobre

aquellos aspectos de la vida nacional en los que incidirán. Esto equivale a, si me permiten el eufemismo,

primero fusilar y luego averiguar.

Como segundo punto, de las consideraciones particulares emerge un aspecto por demás delicado, desde mi

punto de vista. En el punto seis de estas consideraciones particulares, referido a La participación de la


sociedad en la conservación de los bienes, materia de la ley, se argumenta, y está en la página 46 de dicho

documento que, cito textualmente:

“Los integrantes de estas comisiones dictaminadoras coincidimos en la importancia de la difusión y

preservación del patrimonio cultural en todas sus formas. Compartimos la preocupación de los iniciantes y

comprendemos que en muchos casos los daños ocasionados que esta ley protege ocurren en razón del

desconocimiento de la sociedad del invaluable tesoro que dichos bienes conforman”

En razón de ello, las comisiones sugieren que el artículo 2o establezca, es decir la modificación del artículo

2o de la Ley Federal, cito textualmente:

“Artículo 2o. Es de utilidad pública la investigación, protección, conservación, restauración, recuperación

—y aquí viene lo añadido— promoción y difusión de los monumentos y zonas arqueológicas, artísticas e

históricos”.

Se agrega todo un párrafo pequeño, pero sustantivo. “Todos los bienes considerados en el marco de esta ley

están destinados al goce de los habitantes de los Estados Unidos Mexicanos de acuerdo a las leyes y

reglamentos específicos”. Y como tercer párrafo:

El Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, de

acuerdo con lo que establezca el reglamento de esta ley, y aquí viene la modificación, y en coordinación con

las autoridades estatales del Distrito Federal y las municipales promoverán e impulsarán la participación de

los sectores social y privado en las acciones dirigidas a la preservación y protección del patrimonio cultural.

De igual forma —y ahí concluye el añadido— organizarán o autorizarán asociaciones civiles, juntas

vecinales y uniones de campesinos, como órganos auxiliares, para impedir el saqueo arqueológico y

preservar el patrimonio cultural de la nación. Además, se establecerán museos regionales.


La reflexión inicial de las comisiones señalan un cierto y grave problema, me refiero, pues, al de la

situación que el desconocimiento de la población en general sobre lo que debe considerarse para la

protección de los monumentos arqueológicos, crea entonces este problema que, sin embargo, creen que se

resolverá, al abrir en el mencionado artículo de la ley vigente, la participación a los sectores social y, peor

aún, el privado en la promoción y difusión del patrimonio cultural.

Nada hay más alejado de la realidad que tal argumento, pues ocurrirá exactamente lo contrario. El sector

social y, más aún, el privado verán así colmadas sus aspiraciones de disponer abiertamente del patrimonio

cultural.

Para demostrar lo dicho, basta con volver los ojos un momento al grave conflicto que hoy vive el

patrimonio arqueológico a causa del intento del gobierno del Estado de México, de los municipios de de San

Martín de las Pirámides, San Juan, Teotihuacan en contubernio, precisamente, con la iniciativa privada y de

los propios funcionarios actuales del INAH, de someter a sus interese privados la zona de monumentos

arqueológicos de Teotihuacan bajo pretexto de promoverlo y difundirlo con el proyecto del espectáculo

nocturno y turístico de Luz y sonido, resplandor Teotihuacan.

Este ejemplo deja ver, ahí sí a todas luces, que diversos sectores de la sociedad esperan efectivamente

ciertas modificaciones a la legislación vigente en la materia para, por fin, apropiarse paulatinamente de

nuestro patrimonio cultural.

No es un secreto, me imagino que todos sabemos que en muchísimas ocasiones la iniciativa privada ha

intentado, la palabra correcta debería de ser “apropiarse” de este patrimonio, y modificaciones a la ley como

éstas permitirán entonces que estos intentos no solamente sean válidos sino legales y ya no habrá quién

pueda pararlos.


Se observa también que si la iniciativa que aquí se comenta prospera y se decreta, soslayando así los

necesarios análisis y discusiones profundas y completas, lejos de evitar la incidencia de delitos contra el

patrimonio cultural se abonará a favor de ellos.

Lo mismo sucede cuando en el segundo párrafo de la propuesta a ese artículo 2o se asume que el patrimonio

cultural está destinado al goce de los habitantes, y cuidado con esa palabra, por lo subliminal que es, es

extremadamente riesgosa de ponerla en una ley como ésta.

Observemos con detalle estimados diputados, diputadas y público en general, que la legislación vigente

establece que los monumentos arqueológicos e históricos son bienes de uso común y dominio público

inscritos al sistema educativo nacional como instrumentos del conocimiento inalienables, imprescriptibles e

inembargables.

No es lo mismo que la ley establezca nuestro derecho a adquirir un mayor conocimiento de nuestra historia

mediante los monumentos arqueológicos e históricos, a que se nos garantice el goce de los mismos, pues,

ahí, de nuevo, ante la indefinición y la laxitud del término los espectáculos musicales y los bailes de salón

en nuestras zonas arqueológicas e históricas serán, ciertamente, las acciones de promoción y difusión que

sustituirán a cualquier intento de difusión y de divulgación científica de nuestra historia.

He aquí solamente algunos de los efectos nocivos que acarreará la aprobación y decreto de esta iniciativa,

puesto que será resultado de una aprobación al vapor, sin análisis, sin reflexiones adecuadas, sin la

imprescindible discusión profunda y completa de lo que tal iniciativa implica y sin considerar en lo más

mínimo el necesario reforzamiento jurídico y presupuestal que requiere tanto el INAH como el INBAL para

cumplir sus funciones sustantivas en sus respectivos ámbitos de acción.

El impacto que tendrá, y con esto concluyo, dicha propuesta de modificación en nuestra vida nacional no se

ha analizado. En esa medida este foro, que no ocupará más que unas horas, no puede considerarse suficiente


para definir y acordar, en la medida de lo posible, el futuro de nuestro patrimonio arqueológico, artístico e

histórico.

Por ello, insisto en que es indispensable posponer cualquier aprobación hasta no organizar un verdadero

parlamento entre los sectores sociales involucrados con el tiempo que sea razonablemente necesario para

decidir lo precedente.

Es todo, muchas gracias.

La diputada María Elena de las Nieves Noriega Blanco Vigil: Muchas gracias...

La diputada : Sí muchas gracias, diputada María de las Nieves.

Bueno creo que aquí comenzamos a tener felices coincidencias entre los destacados ponentes de esta

primera parte. En lo personal quisiera decir que se están comenzando abrir dos vías fundamentales, por un

lado, este vacío jurídico que existe en la legislación y que ha permitido toda esta serie de arbitrariedades en

contra de la preservación y del patrimonio histórico cultural de México.

De este vacío, que también ha señalado por su lado la arqueóloga Yolanda Cano, sobre la necesidad de

llevar a cabo una serie de reformas a la legislación para modificar la figura de la propiedad, para rescatar la

propiedad del patrimonio histórico cultural, que en este momento, se le ha destinado un uso de carácter

comercial que impacta de manera destructiva al patrimonio.

Y por otro lado, también por supuesto, lo que dijo la arqueóloga Teresita Miravete sobre esa gran cantidad

de tratados que ha firmado el país y que no son atendidos y que no son respetados.

Pero quisiera señalar algo, creo que por lo general le damos poca importancia, no solamente los

legisladores, no solamente las instituciones, no solamente los gobiernos, sino todos en general, y es algo que


Teresita Miravete mencionó con respecto a la participación ciudadana y también lo hizo el arqueólogo Jesús

Sánchez Sánchez.

¿Cuál es el papel de la ciudadanía en la preservación? Creo que ahí tenemos un gran vacío, porque se trata

de un problema estrictamente jurídico la preservación, o se trata de un asunto donde también debe de ser

involucrado lo político y lo social.

Creo que los gobiernos han fallado en algo fundamental, y es lograr construir la conciencia ciudadana

suficiente para saber lo importante o la importancia que tiene asumir una actitud de respeto y de

preservación hacia el patrimonio.

La arqueóloga Yolanda Cano ha mencionado el impacto que tiene el turismo masivo en el aspecto cultural e

histórico. Sin embargo, creo que hay un punto que hemos pasado por alto, y es también, la forma cómo

supuestos actos políticos democratizadores como son: los mítines y las manifestaciones, destruyen

monumentos y plazas en nombre de la libertad política.

Necesitaríamos de un replanteamiento general en este sentido, para que de una manera integral en la

próxima legislatura haya una reforma que atienda, no solo la parte jurídica, sino también la parte social.

Estos serían mis breves comentarios para poder seguir dando pie a la continuación del foro, diputada

Noriega.

La ciudadana: Diputada…

La diputada María Elena de las Nieves Noriega Blanco Vigil: Pues a mí solo me queda agradecerles, de

verdad, su participación, creo que si logramos que esta sea una manera de tener un elemento para legislar,

iríamos avanzando, con paso más firme, que en realidad estamos todos de acuerdo, que ojalá y la siguiente

legislatura tome esta serie de foros, como elementos fundamentales para su toma de decisiones.


Y precisamente por ello, esta Comisión, viendo que había ciertas iniciativas, que tendrían que tomarse con

cuidado y con profundidad, no se dictaminaron, pero eso se dejará en el libro blanco que está dejando esta

Comisión y que esperamos que a profundidad se discutan los temas.

Hoy estamos tocando la superficie, pero creo que se han tocado los temas fundamentales, y les agradezco a

las dos arquitectas todas sus sugerencias prácticas, y al arqueólogo su crítica profunda y el poner el dedo en

la llaga de lo que no se puede tocar y de lo que está en juego del fondo, con cualquier movimiento que sea

poco prudente o poco reflexionado de fondo.

Muchísimas gracias a todos y seguimos… coordinadora la diputada Aurora Cervantes, gracias.

La diputada Aurora Cervantes Rodríguez: En este foro, es un placer para mí coordinar esta mesa.

Sabemos todos de la importancia de lo que estamos hablando.

Todos los aquí presentes tenemos una conciencia muy aguda, que nuestro patrimonio cultural, el tangible

como el intangible, es uno de los elementos de cohesión de la mexicanidad, es lo que nos define como

personas, es lo que nos define como entes sociales, actuantes e interactuantes y nos define como individuos

y ciudadanos, define nuestra moral, nuestras costumbres, nuestros gustos, nuestra identidad nacional, en

general.

Y es aquello que nos permite presentarnos al mundo con un rostro propio, con una identidad propia que

puede resultar, en última instancia, un elemento de defensa, de autodefensa y de autoafirmación frente a la

competencia global. De tal manera que es nuestra obligación, y es nuestro gusto además, estar en este foro

como una manera de fortalecer aquello que nos puede salvar como personas y como patriotas.

Por lo tanto, para mí es un placer anunciar este tema: “Vinculación y apropiación social del patrimonio”.

Tenemos aquí, pues para este fin, a personas que saben de que van hablarnos alrededor de este asunto tan

importante que les es común a todos.


En primer lugar, tengo el gusto de presentar al arquitecto Raúl Corzo Llaguno, director del Instituto de

Patrimonio Cultural de Oaxaca. Adelante, por favor.

El arquitecto Raúl Corzo Llaguno: Muy buenos días a todos. Primer término, es para nosotros algo muy

importante estar en esta reunión donde vamos a escuchar las voces de peritos, de expertos en la materia de

los bienes culturales de nuestro país.

…es nuestro, que tiene un reconocimiento desde luego a nivel mundial por su bastedad en este tema de los

bienes culturales, tanto de la época precolombina, como de las épocas posteriores. El acervo arqueológico

que tiene México en todo su territorio es de los más importantes de América y del mundo.

En esta plática, esta ponencia que traigo, fundamentalmente comentaré cómo trabajamos en Oaxaca para la

conservación del patrimonio cultural, qué es lo que se hace ahí, qué percepción tenemos de los diferentes

ordenamientos a nivel federal, sobre este tema tan importante que hay.

Dentro de este contexto del patrimonio cultural, el estado de Oaxaca posee en realidad una invaluable

riqueza en materia d este patrimonio. Esto es, como resultado de la gran diversidad que tenemos en Oaxaca

de grupos étnicos, mismos que aún conservan sus usos y costumbres. Esto hace la singularidad de Oaxaca

con relación a los demás estados de la República. Oaxaca es uno de los estados que tienen mayor número de

etnias, mayor número de lenguas indígenas. Más de 120 formas dialectales.

Así que ante esta gran riqueza cultural que tenemos, el gobierno de Oaxaca se ha preocupado por formar,

por constituir las entidades para manejar este asunto del patrimonio cultural. Uno de ellos es el Instituto del

Patrimonio Cultural del estado de Oaxaca, del que honrosamente soy el director; y la Secretaría de Cultura.

Esta riqueza cultural que tenemos en Oaxaca en todas las regiones, es muy variada en su gastronomía, sus

artesanías, su música, en su indumentaria, en su arquitectura vernácula. Y desde luego, de manera


destacada, en los bienes muebles e inmuebles de tipo religioso, que son a los que me referiré básicamente

en esta intervención.

El instituto, desde luego, trabaja acatando las normas federales que maneja el INAH en este aspecto de los

monumentos religiosos; también hacemos intervenciones en monumentos civiles. Los que conocen Oaxaca

podrán acordarse de un museo muy famoso que hay ahí, MACO, que maneja un gran pintor oaxaqueño

exponente de nuestra cultura, Francisco Toledo.

Por ejemplo, ahí estamos interviniendo gracias a la aportación que recibimos de la federación por una

aprobación que hubo precisamente aquí en la Cámara, de recursos que se etiquetaron para atender este

edificio tan importante.

Pero bien, decía yo que me abocaré a comentarles nuestra experiencia que se refiere a los monumentos

religiosos. De estos monumentos religiosos en Oaxaca, tenemos catalogados 670 aproximadamente.

Estimamos que entre templos, conventos, pueda acercarse casi a los 700. 670 son los que están catalogados.

De estos 670 inmuebles catalogados, se encuentran catalogados aproximadamente seis mil bienes muebles

como son retablos, como es la obra exenta, como son confesionarios. Únicamente están catalogados seis mil

que corresponden y que están ubicados aproximadamente 62, 63 templos de los Valles de Oaxaca y de la

Sierra Norte.

Esto nos da la idea de la gran cantidad de objetos, de muebles, de bienes muebles, de cuadros, de estatuas,

de imágenes que no han sido catalogados, que no se tiene un registro preciso de dónde están, de su valor,

quién los tiene bajo su custodia, porque aunque la ley dice que es el INAH, en realidad por la cuestión de

usos y costumbres que tenemos en Oaxaca, en los pueblos rurales, son muy celosos de su riqueza

patrimonial y nombran cada dos años, cada tres años, a una persona de la comunidad que la hacen

responsables de la llave del templo. Son los que cuidan esos bienes. Y los cuidan a veces sin saber cuántos

son ni qué valor tienen, porque ellos no cuentan con las fichas de catalogación y mucho menos del

inventario exacto y preciso de los bienes que están custodiando.


Con objeto de preservar y proteger estos bienes culturales, estos inmuebles de tipo religioso, este instituto

en lo que va de cuatro, cinco años del gobierno actual del estado de Oaxaca, ha intervenido 23 bienes

inmuebles y 25 bienes muebles.

Para llevar a cabo estas intervenciones, el instituto ha tenido que elaborar, con recursos propios del gobierno

del estado —en su mayoría—, los estudios y proyectos que nos exige y que nos pide el INAH con toda la

minuciosidad con que pide que se elaboren esos estudios y proyectos. Con eso hemos atendido este número

de inmuebles que les decía yo.

Un número similar de inmuebles son atendidos también directamente por el INAH en coordinación con

algunas fundaciones que hay en Oaxaca y que les interesa la conservación de estos inmuebles; y otro tanto

más lo atienden directamente las comunidades con trabajos mínimos en la atención de sus templos, como

puede ser impermeabilización de sus bóvedas, de sus cúpulas, arreglo de las puertas de entrada de los

templos.

La experiencia que nosotros hemos tenido del trabajo en estos inmuebles, sobre todo en este año, finales del

pasado —este año—, hemos manejado un programa que se llama Foremoba. Este Programa Foremoba

propicia la participación tripartita para el arreglo de los templos. Ha sido muy bien acogido en Oaxaca.

Hacía falta este tipo de programas bien establecidos, bien institucionalizados, para atender esa demanda que

es muy grande de parte de las poblaciones rurales para que arreglen sus templos. No tienen todo el recurso

necesario para llevar a cabo ese mantenimiento, entonces estos programas han facilitado el intervenir esos

templos.

Ojalá que en el presupuesto que aprueban precisamente aquí en la Cámara de Diputados se les dé un mayor

monto de recursos a este tipo de programas, porque hace que coincidan los tres niveles de gobierno y la

sociedad civil a través de fundaciones en el trabajo del rescate y la conservación de nuestros bienes

culturales y de esa manera por sí solo, hay en sí una apropiación, un entendimiento, un querer a esos bienes

que se restauran y que se arreglan.


En este asunto de la catalogación, Oaxaca ha trabajado en la catalogación de 18 in muebles y mil 691 bienes

artísticos. Y reitero —como les decía yo—, es una parte mínima esto que nosotros hicimos, porque mínima

es las seis mil cédulas que ya hay para bienes inmuebles. Hacen falta miles de cédulas para conocer con

claridad nuestro patrimonio y de ahí regularlo y cuidarlo y evitar esa gran cantidad de delitos, de saqueo, de

robos que hay, sobre todo, en los templos que están ubicados en las zonas rurales.

Ahora me voy a referir al marco jurídico. Nosotros nos detenemos en un marco jurídico general, que existe

y en el cual nos movemos, pues uno de ellos es la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos,

Artísticos e Históricos, lo estoy leyendo tal como dice el título de la ley, que por cierto, creo que se debe

modificar, arreglar, misma que fue publicada en el Diario Oficial de la Federación en 1972, lo cual debido a

la fecha de su promulgación, actualmente, dispone con artículos cuyo contenido toma en consideración

dependencias que ya ni existen, dependencias federales.

También tenemos como marco normativo la Ley del INAH, donde en realidad es el INAH el Instituto

Nacional de Antropología e Historia quien tiene las facultades para normar todo lo que tiene que ver con la

restauración, el cuidado, catalogación de estos bienes.

Y nada más como auxiliares estaríamos, las dependencias, como el caso de la nuestra, las que se forman en

las comunidades, pero es el INAH el que lidera, por decirlo así, técnicamente, lo que se refiere a la

normatividad para las restauraciones y rescate de nuestro patrimonio.

Hay una serie de articulados ahí, en esta Ley del INAH, que algunos no se conocen bien o no se llevan a

cabo plenamente, como es y es un asunto común en el que nosotros caemos siempre, en la cuestión

simplemente de la catalogación. Ellos tienen como función catalogar y dar a conocer esos catálogos.

Mínimo se debe de dar a conocer a las comunidades donde se encuentran esos bienes, para que tengan una

idea clara de cuántos bienes tienen, qué valor tienen y los sepan cuidar.


En este mismo ordenamiento de esta Ley del Instituto Nacional de Antropología e Historia, habla en uno de

sus artículos, es la fracción XVII del artículo segundo, si no me equivoco, donde habla, dice textualmente lo

siguiente: “impulsar previo acuerdo del secretario de Educación Pública, la formación de consejos

consultivos estatales para la protección, conservación del patrimonio arqueológico, histórico y

paleontológico, conformado por instancias estatales y municipales, así como representantes de

organizaciones sociales, académicas y culturales que se interesen en la defensa de ese patrimonio.

Esto que mandata la ley, al menos en Oaxaca no existe tal consejo. Por eso es que como conclusión nosotros

proponemos que estos consejos consultivos estatales debe dársele celeridad para que se establezcan en los

estados que no lo tienen. Nosotros no tenemos noticia específica de algún estado que lo tenga. Oaxaca no lo

tiene.

Para que precisamente en estos consejos que deben formarse no nada más con el acuerdo del señor

secretario de Educación, sino también lógicamente acordado con el gobernador de cada entidad, se deben

establecer estos consejos consultivos para ahí discutir, para ahí analizar, para ahí evaluar la eficacia del

actuar que tienen los diferentes niveles de gobierno en la conservación del patrimonio histórico, artístico,

arqueológico, en ese espacio se discutan qué tan prácticas son estas disposiciones y qué se puede proponer

para modificarlas y hacerlas más prácticas y efectivas.

Y de esta manera, garantizar que tengamos unos ordenamientos desde nivel federal a nivel municipal,

debidamente concatenados en este tema de la conservación de sus monumentos y de sus expresiones

culturales que forman parte del acervo cultural de esos pueblos.

En este espacio también consideramos, al hacer el análisis saldrán las propuestas a las diferentes instancias

que elaboran las leyes y los reglamentos, en este caso a la federal, que es la única que debe conocer de este

asunto, para adecuar las leyes correspondientes y sea más fácil, más práctico, más entendible y más claro


quiénes son los que tienen cada una de las responsabilidades que tienen qué ver con la conservación de

patrimonio.

Se tiene que analizar ahí lo de las declaratorias, lo de la catalogación, lo de la conservación, la restauración,

el mantenimiento y muy importante, se debe, ahí en ese espacio, llegar a definir con toda claridad quiénes

son los que van a vigilar y a cuidar el patrimonio de bienes muebles, que son los que de alguna manera

sufren mayores atentados con robo o con destrucción.

Hay comunidades de nuestro estado, que por no conocer la trascendencia de su patrimonio han llegado a

destruir retablos, a quemar algunas imágenes y esto, desde luego, se podrá evitar si todos estos temas se

tratan en estos foros pero a nivel local, en cada estado.

Ya que cada estado tienen una peculiaridad especial, de la manera de ver, de actuar, con relación a sus

bienes culturales.

Ésta es nuestra propuesta, estamos seguros que de llevarse a cabo el establecimiento de estos consejos

consultivos, lograremos una mayor cohesión entre todos los que tenemos qué ver con el patrimonio, desde

las autoridades federales hasta la comunidad en general, también.

No nada más los gobiernos municipales o estatales o federales o las asociaciones, sino la gente en general,

los ciudadanos en general. De ahí pues, que dejamos aquí, con esta intervención nuestra, esa propuesta. Por

otros lados, nosotros lo trabajaremos con el representante del INAH o del gobierno, para lograr el

establecimiento de este consejo.

Y como alguien decía…

(Sigue turno 10)


… nosotros lo trabajaremos con el representante del INAH o del gobierno, para lograr el establecimiento de

este consejo.

Y como alguien decía, diputada, no es cuestión de en el análisis que se está haciendo aquí en la Cámara de

Diputados federal, tomar decisiones precipitadas.

Creo que éste es un tema de suma importancia, lo del patrimonio cultural, lo del patrimonio histórico, lo del

patrimonio arqueológico, su cuidado, su catalogación y todo lo que tiene que ver con esto, para que se

medite muy bien, se analice muy bien en cada estado en este espacio que yo estoy mencionando, para que

vengan propuestas que sean más aterrizables y más eficaces en la realidad y en nuestro quehacer de la

procuración de nuestro patrimonio.

Es todo. Muchas gracias.

La diputada Aurora Cervantes Rodríguez: Agradecemos al arquitecto Raúl, ex secretario de Obras

Públicas del gobierno del estado de Oaxaca, y actualmente es director del Instituto del Patrimonio Cultural

de Oaxaca.

Sabemos, pues, que es un experto en este tema y compartimos sus propuestas, esperamos en un futuro que

la próxima legislatura, la próxima Comisión de Cultura pueda tener en cuenta estas propuestas, para de ahí

partir y poder fundamentar desde todos los puntos de vista, la conservación de nuestro patrimonio.

Damos la voz al maestro Pedro Francisco Sánchez Nava. Él es egresado de la Escuela Nacional de

Antropología e Historia, tiene estudios de maestría en historia y doctorado en antropología. Es investigador

del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Fue titular de la Dirección de Salvamento Arqueológico

y al Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos, y de Planeación en la Coordinación Nacional

de Arqueología.


Ha realizado investigaciones en el Templo Mayor, en la Ciudad de México, Colima, Oaxaca, Baja

California Sur y otros estados.

Sus investigaciones versan sobre el salvamento arqueológico, la… del patrimonio cultural y coleccionismo,

entre otros.

Adelante, maestro Pedro Francisco Sánchez Nava.

El maestro Pedro Francisco Sánchez Nava: Muchas gracias.

En principio agradecer la invitación, la oportunidad de poder participarles a ustedes algunas de las

experiencias que he vivido a través de ya más de 30 años como investigador en arqueología.

Traigo un documento, me voy a ir rapidito para que me alcance el tiempo, y algunas imágenes para ilustrar

este trabajo.

Podemos principiar por establecer que el tema que se desarrolla en este foro y en esta mesa se inserta como

un tópico, que aunque muy actual y vigente, es poco abordado dentro de la disciplina arqueológica y que

más bien surge a la palestra cuando se presentan situaciones controversiales, como el reciente caso de la

instalación de equipos encima de estructuras prehispánicas para el pretendido espectáculo de Resplandor

Teotihuacano; la construcción de una tienda de la cadena Walmart dentro del área de Teotihuacan o el caso

del daño causado a unos monumentos arqueológicos en la zona arqueológica de La Venta.

Con eso se quiere establecer que el tema visto como gestión social inherente a nuestro quehacer académico,

es frecuentemente mirado de soslayo por el grueso del gremio, como algo que no se les corresponde asumir,

principalmente en ámbitos académicos ajenos al INAH, como una tarea que como científicos sociales no les

corresponde llevar a cabo, sin reparar en que de no tomarse medidas urgentes, viables y fundamentadas,

nuestra materia de trabajo en el mediano plazo habrá desaparecido en un gran porcentaje, y con ello la

posibilidad de legarla a las generaciones futuras como parte fundamental de su herencia y patrimonio


culturales, en el sentido más prístino de estos términos, y que en el mejor de los escenarios sólo

permanecerán como ejemplo de las grandes culturas que nos precedieron, las monumentales

manifestaciones de las grandes urbes prehispánicas, las cuales, no por esta característica, dejan de sufrir

agresiones constantes por usos inadecuados del espacio en el que están enclavadas, derivado principalmente

de afanes mercantilistas y del natural desarrollo social del país.

A partir de esta reflexión es digno de aplaudirse la realización de eventos como el que nos tiene aquí

reunidos, y el interés de los promotores de este foro.

En las líneas que a continuación desarrollaré, me interesa expresar algunas reflexiones sobre el futuro de

nuestro pasado prehispánico a partir del uso y abuso de que es objeto esta forma de patrimonio, considero

necesario y urgente cuestionarnos acerca del destino de una rica herencia arqueológica en un pobre presente

social.

Preguntarnos sobre el papel que deben jugar las comunidades en la preservación de un legado que poco

conocen, a pesar de que conviven a diario con él; plantear cuál debe ser el papel a ser desarrollado por los

diferentes actores sociales interesados en las tareas de preservación de un patrimonio que se asume como de

todos los mexicanos, pero que en los hechos no participan en los espacios para definir estrategias y

mecanismos de protección realmente efectivos.

No debemos perder de vista que nuestras raíces prehispánicas constituyen, por lo menos, la mitad del origen

de nuestra identidad nacional, concepto éste último que ha cobrado una vigencia relevante en estos tiempos

de globalización y guerras intestinas, ya que como lo señala Franco Sabarino: La nación sobre todo sigue

siendo referencia obligada en términos culturales y sociales, para la gran mayoría de los habitantes del

planeta, más allá de los efectos contrastantes de la globalización. Hasta aquí la cita.

Entrando en materia, podemos establecer que son muchos y muy variadas las fuentes desde donde se

originan las acciones que atentan contra los vestigios arqueológicos, tanto muebles cuanto inmuebles. Para


los primeros, podemos señalar aspectos que van concatenados, como el coleccionismo; el saqueo; el

comercio de piezas; fraude por falsificación, entre otras.

Para los segundos, destacan factores como la falta de conciencia sobre la importancia y variabilidad del

patrimonio inmueble, desconocimiento del universo que se debe proteger; la situación económico-social del

país que orienta el privilegio de otras prioridades nacionales; cambios en la legislación agraria;

procedimientos tortuosos para la declaratoria presidencial de las zonas de monumentos arqueológicos;

procesos de urbanización desordenados y anárquicos y cambios en los usos del suelo, entre otros.

Ante dicha situación, resulta claro que la respuesta que como institución y como gremio debemos dar, debe

ser acorde en tiempo y forma al problema que se plantea, pues de otra manera, dentro de algunas

generaciones sólo quedarán las referencias bibliográficas de nuestro otrora rico patrimonio arqueológico, y

con ello habrá desaparecido una parte importante de nuestras raíces como nación, lo que no es cosa menor.

Con el objetivo de dar dimensión al problema que estamos abordando, resulta fundamental dar algunas

cifras acerca del legado material de las sociedades que nos precedieron. Estos datos emanan de los archivos

del Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas del INAH.

El registro del patrimonio arqueológico mueble se inicia con la inscripción de la colección de William… en

el año de 1934, habiéndose formalizado esta tarea en 1972, al crearse el Registro Público de Monumentos y

Zonas Arqueológicas, con la promulgación de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas,

Artísticos e Históricos, que por cierto sí está bien escrito.

Hasta el mes de junio del año que corre, se tienen registradas mil 612 colecciones particulares, que incluye

personas físicas y personas morales; acervos que están integrados por un millón 410 mil 338 piezas;

cantidad que se incrementa de manera permanente para plasmar en mapas dichos monumentos. Después de

casi un siglo se tiene un inventario, a fines de este año, de 42 mil 047 sitios arqueológicos, de un universo

estima en 100 mil, lo que representa apenas un 42 por ciento del mismo.


Esto es cómo se vería la República Mexicana son los sitios que están ubicados a través de un sistema de

información geográfica, y esto es —no sé si se alcance a ver— cómo se perfilaría la república, sin el

contorno, lo que nos permite incluso de un solo golpe de vista ver cuáles son las zonas que requieren de una

investigación más profunda, por lo menos de registro.

En este orden de ideas podemos señalar, que de los sitios registrados han sido delimitados, y cuentan con

plano oficial, 330. Esto lo digo para que se dimensione el problema; 42 mil sitios registrados, 330

delimitados, de los cuales 175 están abiertos a la visita pública, 47 han sido decretados por el Ejecutivo

federal como zonas de monumentos arqueológicos, que sería la forma jurídica más cercana a la perfección

para su protección, y 15 de estos están inscritos en la nómina de la UNESCO, como Patrimonio de la

Humanidad.

Con estas cifras y conociendo que el promedio anual de sitios registrados es de 1 mil podemos asumir, que

hacia el año 2069 se estaría concluyendo con el inventario de sitios arqueológicos del país. Siguiendo la

misma lógica, y considerando que anualmente se realiza la delimitación oficial de 23 zonas en promedio,

esta tarea simplemente de los sitios arqueológicos ya registrados implicarían más de mil 800 años; de ese

tamaño es el problema.

No es ocioso destacar, para los fines que nos tienen aquí reunidos, lo que señala el artículo 28 de la ley

federal ya citada, y cito: “…son monumentos arqueológicos los bienes muebles e inmuebles producto de

culturas anteriores al establecimiento de la Hispánica, en el territorio nacional, así como los restos humanos

de la flora y de la fauna relacionados con esas culturas…”.

A la luz de este articulado, son bienes patrimoniales de la nación y de todos los mexicanos, desde un tiesto,

hasta las grandes urbes prehispánicas, lo cual, dada la abundancia arqueológica de la que ya hemos hablado

implica en los hechos, una labor faraónica para la institución que detenta, por mandato de ley, la obligación


de velar por la preservación de este legado cultural, lo cual ya ha sido generado de manera muy puntual y

crítica, por autores como Manuel Gándara, y Luis Vázquez León.

El panorama anteriormente descrito nos lleva a una dicotomía que pareciera irreductible, ya que por una

parte nos encontramos con posiciones eminentemente academicistas, las cuales pugnan por un

conservadurismo a ultranza, el cual pretende que permanezcan en el tiempo inamovibles, como los restos

materiales de las culturas que nos precedieron, enarbolando banderas patrimonialistas sin ponderar la

posición de la contraparte, aquella que convive a diario con los vestigios y busca en ellos, en tanto que

conserven un beneficio económico, ya sea a través de la participación de los ingresos de las zonas

arqueológicas susceptibles de ser habilitadas a la visita pública con la venta clandestina de vasijas, figurillas

y otros elementos que para ellos sólo representan un valor de cambio inmediato.

Por cierto, esto de que es negocio la apertura de zonas arqueológicas es una utopía es un mito, porque se

pueden contar con los dedos de una mano, aquéllas que son realmente autosustentables, por lo que implica

el generar recursos para su mantenimiento y funcionamiento.

Es imperativo establecer un límite a la posibilidad legal, como podemos… con base en el panorama que

planteamos en las líneas precedentes resulta urgente tomar acciones concretas de corto, mediano y largo

plazo, que nos permitan dar una respuesta concreta y congruente con la realidad histórica y social que nos

ha tocado vivir, todo en beneficio del patrimonio arqueológico.

Es imperativo establecer un límite a la posibilidad legal que tienen los particulares para integrar colecciones

arqueológicas. El espíritu de la ley no implica permitir indefinidamente esta actividad.

Lo que se buscó al establecer esta posibilidad fue reconocer una situación preexistente y dar una respuesta

legal y consecuente, en tanto que en el momento de la creación de la ley había un gran número de

colecciones arqueológicas en manos de particulares, y se requería tener conocimiento y control sobre estos

bienes.


Considero que la única excepción en que es permisible la integración de colecciones arqueológicas por

particulares es el caso de los museos comunitarios. Por medio de esta figura, las comunidades se estarán

involucrando en el conocimiento, protección y uso del patrimonio, y éste realmente estará cumpliendo con

una de sus principales funciones.

La didáctica, a través de la socialización del conocimiento, que no de la contemplación individual que

frecuentemente ocurre con las piezas que integran las colecciones privadas.

Una tercera acción consiste en fortalecer con recursos humanos y tecnológicos los sistemas de registro

institucionales con el fin de estar en posibilidad de dar respuesta consecuente, de un previsible aumento en

las solicitudes de registros de colecciones, al instrumentarle la imposibilidad de seguirla integrando o más

aún, incrementando las colecciones privadas.

Es urgente impulsar un programa permanente de registro y diagnóstico de sitios arqueológicos, que tienda a

complementar el inventario nacional correspondiente en el corto plazo. Deberá dar prioridad a aquellas

regiones poco investigadas, desde el punto de vista arqueológico, pero sobre todo a aquellas donde el

desarrollo urbano es más intenso. No se puede proteger, lo que no se conoce.

Con base en lo anterior, y aunque entendemos que el patrimonio arqueológico es uno solo se deben

establecer prioridades para la preservación de los sitios arqueológicos. Esto se puede establecer a partir de

un análisis del avance del conocimiento por regiones, por temas y por cronologías.

Hasta ahora, las posiciones irreductibles nos han confrontado con una realidad que en los hechos nos ha

rebasado como gremio y como institución. Se han hecho estimaciones con base en datos del Inventario

Nacional de Sitios Arqueológicos, y de la Cámara de la Industria de la Construcción, que hacen presumir la

posible afectación diaria de 15 sitios arqueológicos.


Derivado de lo anterior, resulta impostergable el fortalecer la presencia del INAH, en el diseño y operación

de los programas de desarrollo nacional y regional, como son los proyectos como Mesoamérica, antes Plan

Puebla-Panamá; la Escalera Náutica del Mar de Cortés, o el Programa de Ordenamiento Territorial y

Promoción del Desarrollo Urbano. Con esto se evitarán eventuales afectaciones al patrimonio

arqueológico.

Finalmente, es urgente la incorporación de la sociedad civil en las tareas de protección del patrimonio. Esto

debe generarse a partir de la toma de conciencia de la propia comunidad sobre su patrimonio cultural, lo

cual puede gestarse derivado del conocimiento que tenga la propia sociedad sobre este legado, tarea que se

debe iniciar desde los primeros años de formación escolar, incorporando este tema en los libros de texto de

la Secretaría de Educación Pública.

La legislación más acabada, y las sanciones más estrictas nunca serán suficientes, si no existe la cabal

conciencia de la sociedad sobre la importancia de proteger su patrimonio cultural, y esto sólo se consigue a

través de la educación. Muchas gracias.

La diputada Aurora Cervantes Rodríguez: Le damos las más cumplidas gracias al maestro Pedro

Francisco Sánchez Nava, y damos la voz al maestro Pedro Paz Arellano. Él nació en la Ciudad de México

en 1953 es ingeniero-arquitecto egresó en 1977 de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del

Instituto Politécnico Nacional.

Realizó estudios de maestría en Planificación Urbana; tiene el grado de maestro en Antropología Social, y

actualmente es candidato a doctor en Ciencias del Lenguaje, en la Escuela Nacional de Antropología e

Historia.

Es investigador de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos, desde hace 34 años. Colaboró en

el estudio y la delimitación de las zonas de monumentos históricos de la Ciudad de México, Mérida,

Campeche, Morelia, Pátzcuaro, Durango, Tepozcolula, Oaxaca, entre otras.


Fue coordinador y coautor del libro La rehabilitación de la vivienda: Una alternativa para la conservación

de los centros históricos, y autor de El otro significado en el monumento histórico. En diferentes foros ha

sido ponente tratando temas relacionados con la conservación del patrimonio cultural.

Por tres años ocupó el cargo de director de apoyo a centros regionales sobre monumentos históricos, y como

docente colaboró en el taller de Etnohistoria, Género, Sentimientos y Medio Urbano, en la Escuela Nacional

de Antropología e Historia e impartió el seminario de Áreas, principios generales de la reestructuración,

en el posgrado de arquitectura de la UNAM. Adelante, maestro Pedro Paz Arellano.

El maestro Pedro Paz Arellano: Muchas gracias, diputada. Buenas tardes. Brevemente, someto a

consideración de ustedes algunas observaciones sobre cuatro iniciativas de ley con proyecto de decreto que

reforman, derogan y adicionan diversas disposiciones sobre la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas

Arqueológicos, Artísticos e Históricos, las cuales se encuentran pendientes de dictamen por parte de la

Comisión de Cultura de esta LX Legislatura.

Las cuatro iniciativas de ley con proyecto de decreto atienden a dos reformas constitucionales recientes: una

establece legislar en materia de delincuencia organizada y, otra, demanda expedir leyes que establezcan las

bases sobre las cuales la federación, los estados, los municipios y el Distrito Federal coordinarán sus

acciones en materia de cultura, salvo en los casos de los vestigios o restos fósiles y sobre monumentos

arqueológicos, artísticos e históricos cuya preservación sea de interés nacional.

Todos los autores de las iniciativas de ley proponen cambios en distintos grados, modos y circunstancias al

capítulo sexto de las Sanciones, pero también todos exhiben su desconocimiento acerca de las dimensiones

sociales de este campo.

Aumentar los montos de las penas y las multas sin conocer las dimensiones de los problemas reales genera

imprecisiones y desatinos.


Las propuestas legislativas ofrecen enfoques y ángulos interesantes que deben contrastarse con los

contextos sociales, confrontarse con la historia administrativa de los casos, consultarse con los especialistas,

todo antes de diseñar las dimensiones de las sanciones y los montos de las multas. Al mismo tiempo, nadie

ignora la dificultad y la importancia de legislar contra el crimen organizado.

Los autores muestran en sus trabajos un catálogo de técnicas jurídicas y se esmeran por facilitar la labor de

quienes administran la justicia. Sin embargo, uno de ellos se olvidó de respetar el contenido de diversos

principios constitucionales.

Otros autores de las iniciativas de ley proponen derogar el capítulo sexto de la Ley Federal sobre

Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos y trasladar las sanciones a un título vigésimo

séptimo del Código Penal Federal en materia de los delitos cometidos contra los monumentos y zonas

arqueológicos, artísticos e históricos.

Una parte de la sanciones debieran permanecer en el capítulo sexto de la Ley Federal, y otra podría pasar a

formar parte del Código Penal Federal. La distinción de ésta o aquélla sólo puede ocurrir después de

conocer la naturaleza, los fenómenos, las dimensiones y las frecuencias de los delitos en nuestro país. No

antes. No todo puede ser convertido en delito grave. Pero sí importa legislar en materia de delincuencia

organizada en torno al saqueo arqueológico. Aumentar el monto de las multas, agrupar las sanciones,

sustituir los montos expresados en cantidades monetarias por cantidades de días multa son algunas de las

propuestas técnicas.

Dos preguntas finales en materia de sanciones. ¿Cuál debe ser la sanción para el jefe de gobierno por la

demolición de seis monumentos históricos y la conducta negligente y omisa de algunos funcionarios del

INAH? ¿Cuál debe ser la sanción para el gobernador del Estado de México por ejecutar la perforación de

miles de barrenos en las estructuras arqueológicas de Teotihuacan para instalar el night show Resplandor

teotihuacano? Prevención, más que sanción.


De poco sirve aumentar las penas y sanciones si no se conoce el objeto robado. El combate al tráfico ilícito

de bienes culturales comienza por su catálogo e inventario. En el mundo ningún país cuenta con un

inventario de bienes culturales actualizado y completo. Fundamento indispensable para prevenir y combatir

su tráfico ilícito. La complejidad de su elaboración y los costos de su mantenimiento son las razones

principales para explicar esta situación.

El universo de los bienes culturales es un universo dinámica acrecentado por el descubrimiento

arqueológico y las nuevas definiciones conceptuales. Al mismo tiempo, es disminuido por la destrucción,

por el robo, la falsificación, el tráfico ilícito, etcétera.

En México hace tres años se llevó a cabo el Encuentro Internacional para el Combate al Tráfico Ilícito de

Bienes Culturales. Fue realizado en el Museo de Antropología. Se trató de un curso introductoria en el tema

de la identificación de los bienes culturales de nuestro país. Fue diseñado para el personal de la Procuraduría

General de la República y la Agencia Federal de Inteligencia.

Este foro sirvió también para el intercambio de experiencias policíacas entre América Latina y Europa. Fue

un curso impartido por arqueólogos, historiadores, arquitectos, restauradores de bienes inmuebles y

funcionarios del INAH, complementado por visitas guiadas.

Las experiencias institucionales de los cuerpos policíacos fueron expuestas por los representantes de los

diversos países. Ahí se dijo que en nuestro país no existe un cuerpo policíaco especializado como el de

Italia, Francia, incluso España. Los casos concretos de robo y tráfico ilícito se atienden mediante la

coordinación institucional entre la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Secretaría de Gobernación, la

Procuraduría General de la República, la Agencia Federal de Inteligencia, las aduanas y el INAH.

Sin duda, históricamente todos los bienes culturales tienen su lugar, su ubicación en el tiempo y en el

espacio. Su posición material obedece a una determinación social que puede estar regida tanto por leyes


escritas como por normas culturales no escritas. Las coordenadas geográficas de los bienes son también

coordenadas culturales, históricas y sociales.

De aquí la conveniencia de crear un inventario fotográfico de bienes culturales de nuestro país, de escribir

brevemente el contexto del que formen parte y controlarlo todo por medio de un sistema de posicionamiento

global —soñar no cuesta nada.

Ayer, la Procuraduría General de la República informó a la Cámara de Diputados que tiene en marcha 85

averiguaciones previas por el delito de violación de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas

Arqueológicos, Artísticos e Históricos.

La PGR agregó también que creó un área dedicada exclusivamente a la investigación de los delitos

vinculados con el robo y el tráfico de bienes culturales robados, debido a que el INAH sólo cuenta con un

inventario parcial, no incluye muchos de los objetos sustraídos, sobre todo arte sacro y piezas arqueológicas.

Tomado de la nota de hoy.

Otras propuestas de cambio. Dos de las cuatro iniciativas no sólo abordan el capítulo a las sanciones a la

Ley Federal. El autor de una de ellas propone adicionarle un capítulo quinto bis que corresponda a la

creación de una comisión nacional para la protección y conservación de monumentos arqueológicos,

artísticos e históricos; comisión coordinadora integrada por subsecretarios y funcionarios que se reunirán al

menos dos veces al año para coordinar 32 comisiones presididas por funcionarios estatales.

Ellos pretenden también transferir las funciones sustantivas del Instituto Nacional de Antropología e

Historia establecidas en su Ley Orgánica a una comisión coordinadora de comisiones estatales, lo cual

produce serias dudas operativas y de pertinencia jurídica. No será correcto, pero es muy claro el propósito.

Conviene recordar aquí el fallo de la Suprema Corte de Justicia en 1933 ante una controversia constitucional

cuando estableció que, cito: “No puede negarse que todo lo relativo a ruinas y monumentos arqueológicos


interesa a toda la nación y no sólo a los habitantes del lugar en que aquéllos se encuentran, y por este

concepto, también corresponde a la federación la facultad de legislar sobre ello”. —termina la cita—; así

como la competencia federal por haber sido el poder que previó y ejerció la jurisdicción en materia de

ruinas y monumentos arqueológicos antes que nadie.

Legislar al vapor, recortar y pegar seis viejas ideas partidarias de la legislatura pasada, improvisar ideas

antes de salir no es la vía deseable ni posible para mejorar la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas

Arqueológicos, Artísticos e Históricos de 1972.

Esta ley tiene un carácter sistémico. Su utilidad y eficacia ha sido comprobada a lo largo de 37 años de

aplicación. Sus límites son muy precisos, actúa sólo sobre dos unidades de análisis e interviene únicamente

sobre zonas y monumentos, no sobre todo el patrimonio cultural como pudiera creerse.

Sin embargo, con las prisas de último momento, los autores de estos textos legislativos pretenden refundir

todo tipo de ideas, propósitos y cosas en ella. Por ejemplo, emplean términos arrancados de contextos de los

textos internacionales sin definir su contenido, cambian su sentido y, en consecuencia, producen

distorsiones.

Por ejemplo, actualmente los propietarios de bienes culturales, colindantes a un monumento que pretenden

realizar obras de excavación, cimentación… o construcción, que pueden afectar las características de los

monumentos históricos o artísticos, deberán obtener el permiso del instituto correspondiente que se expida,

una vez satisfechos los requisitos que exijan en este reglamento.

Los autores de una de las iniciativas pretenden equivocadamente eliminar esta obligación de los propietarios

colindantes a los monumentos, pretenden sustituir el concepto de “colindancia” por el término definido de

“visuales”, sin precisar quienes ni cómo serían responsables de la conservación en torno al monumento.


Los autores de este texto también pretenden incorporar los términos de promoción y difusión al cuerpo de la

ley federal, sin definir su significado ni precisar su sentido. Esto permite recordar a los profetas de mercado,

aquellos que prometen convertir una fiesta patronal en una industria cultural, a la que basta agregar un poco

de marketing, más organización, algo de promoción y ejecución para que la misma celebración pueda

generar lucro, producir dinero, propiciar ganancia.

Desde 1992 auguran que la sinergia económica provocará bonanza en algunos lugares y en otros no, aunque

nada se pierde con intentarlo. Sin embargo, la profecía de los industrializadotes necesita apoyo, ellos no

pueden solos, requieren fondos públicos, fondos privados, necesitan la cooperación de los tres niveles de

gobierno, incluso ya hicieron una lista de leyes que deben cambiarse en nuestro país, para que su vaticinio

se cumpla.

Las propuestas, modificaciones y cambios al marco jurídico para la investigación, protección, conservación,

restauración y recuperación de los monumentos arqueológicos e históricos y de las zonas de monumentos de

interés nacional, establecidos en la Ley Federal vigente, debieran formar parte de la estrategia de un plan, de

un sistema de acciones fundadas en conocimientos precisos, racionalidad sistematizada y documentada,

porque nuestro país merece mucho más que ideas sueltas y ocurrencias de última hora para modificar la

estructura normativa y la vida institucional vigentes en el sector educativo de México. Gracias.

La diputada Aurora Cervantes Rodríguez: Damos las más cumplidas gracias al maestro Pedro… de

Llano. Es un honor para mí dar la bienvenida al doctor Fernando Serrano Migallón, secretario de Cultura,

del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Bienvenido doctor, es un placer tenerlo aquí.

En seguida nuestra compañera la diputada federal, Blanca Luna Becerril hará algunos comentarios.

Diputada adelante.


La diputada Blanca Luna Becerril: Buenas tardes a todos, en especial a los maestros que hoy nos

acompañan en esta segunda ronda y en esta segunda mesa, en donde estamos analizando la vinculación y

apropiación social del patrimonio y ligado a un análisis a la Legislatura vigente.

Creo que el objetivo de la Comisión de Cultura, de conjuntar en un foro la opinión de especialistas que están

dedicados a la materia cultural, que han trabajado en ciudades patrimonio cultural de la humanidad, de las

cuales México cuenta con un número importante que han dirigido zonas arqueológicas de monumentos y

que tienen la experiencia de haberlo trabajado, por enriquece la toma de decisiones que esta Legislatura ya

no va a tomar, y que precisamente existía la preocupación porque si bien es cierto entendemos que los

diputados que estamos en esta Comisión, tenemos un interés particular en el tema, algunos no somos

especialistas en el mismo, tenemos que tener esta capacidad, esta posibilidad de escuchar a la gente que ha

hecho del fomento a la cultura un compromiso más allá de que sea su carrera que han elegido.

Creo que los comentarios que los maestros han puesto en la mesa, ponen de relevancia precisamente que no

sólo es a partir del endurecimiento de penas, como vamos a lograr que el saqueo, el deterioro que muchas de

nuestras zona arqueológicas que muchas ciudades patrimonio de la humanidad que están en México se

detenga. Hace falta ir más allá, hace falta que haya una vinculación con las comunidades que finalmente

están al cuidado que viven en las zonas y que visitas esporádicas del Instituto Nacional de Antropología e

Historia no van a poder subsanar si no involucramos estas comunidades.

La otra preocupación que nosotros percibimos porque hemos hablado mucho en la Comisión de la

importancia del turismo cultural y que este término después sea mal entendido, que turismo cultural lo

convirtamos en fachadas que alberguen fachadas arquitectónicas que no se destruyan, pero que al final

dentro de estas fachadas haya discotecas, lo cual no es malo, pero no en ciudades patrimonio de la

humanidad, que tenían casas antiguas, que tenían otro objetivo, que tenían otra finalidad.


Creo que sí tenemos que tener muy claro que el turismo cultural tiene que ir anclado realmente de un

proceso de educación, de apropiación de la cultura, porque sino creo que estaría encaminado a volverse una

serie de espectáculos, que creo que tampoco ayudarían mucho al fomento de la cultura de nuestro país.

Algo que me pareció muy importante, es que entendamos y que esta tarea quedará pendiente para la

próxima Legislatura, que tiene que haber un marco estratégico, una estrategia general en la que estén

insertadas estas regulaciones legislativas en donde estas modificaciones en el marco jurídico, en fin, estén

—insisto— insertadas en un plan estratégico y que vaya acompañado nuevamente de la mano de un proceso

de educación, de un proceso de apropiación, por parte de las comunidades de su patrimonio cultural y del

cuidado del mismo.

La verdad, maestro, yo les agradezco muchísimo su participación, sabemos de su compromiso con los

espacios culturales, del compromiso que tienen ustedes en el desarrollo de su tarea permanente,

precisamente este foro está pensado en esta idea de contribución a la siguiente Legislatura y que ojalá estas

propuestas, las Legislaturas las tome en cuenta para futuras modificaciones a los marcos jurídicos, a los

marcos legislativos que rigen el cuidado de nuestro patrimonio cultural.

Muchas gracias, gracias diputada.

La diputada Aurora Cervantes Rodríguez: Gracias diputada.

Estamos concluyendo esta mesa con una serie de ideas que confirman un buen número de acciones que

emprendimos en la Comisión de Cultura de esta Legislatura, destaca varios asuntos que yo quisiera

mencionar para concluir esta mesa.

Necesitamos urgentemente un mecanismo organizado que sensibilice a la población sobre su riqueza

cultural, porque existe una gran ignorancia entre las mismas ciudadanas y ciudadanos, entre los niños. Hay

un caso concreto en Zacatecas, es mi estado, en el que cuentan que cuando eran niños, iban al cerro en


donde está asentado el panteón de los caxcanes y donde están los restos arqueológicos de los monumentos

prehispánicos y se encontraban muñequitos, decían ellos y ellas, los bajaban y jugaban con ellos,

obviamente se rompían. Ahora, que están los arqueólogos, está el Instituto Nacional de Antropología e

Historia trabajando dicen los adultos —cual importante es lo que se está descubriendo y que tan grave es la

ignorancia de la población—.

Hay otro municipio en Zacatecas, Mazapil, en donde recién está operando una compañía minera, hay una

gran derrama de recursos económicos, es un municipio fundado a principios de la Colonia. Hay edificios

importantes, con rasgos muy característicos de la arquitectura de la época, que en sí son valiosos, hay unas

calles empedradas, en fin, pero, la población está exigiendo a las autoridades municipales que pongan

concreto en las calles, que exista una modernización, hay un gran número de puestos que les llaman

“falluca”.

Nos damos, sensiblemente, cuenta de que si no organizamos acciones interinstitucionales insertas dentro de

un marco legal, en un todo armónico y si, al mismo tiempo, no promovemos la educación, la sensibilización

en los valores culturales que nos dan identidad entre la población, entonces, va a ser difícil que logremos

salvaguardar nuestro patrimonio. Es una tarea, indudablemente, de todos.

Necesitamos involucrarnos todos y todas, seamos o no seamos, participemos o no en la política partidaria,

seamos lo que seamos y donde estemos, tendremos que involucrarnos, porque de otra manera vamos a

perder nuestra identidad. Tenemos muchas influencias peligrosas para conservarla.

Tengo ideas y creo que todos las tenemos, de cómo organizar en un todo, que involucre al mismo tiempo las

organizaciones civiles, la ciudadanía organizada, que involucre, al mismo tiempo, un análisis correcto de las

leyes y una propuesta alternativa que corresponda con esta modernidad que nos rebasó.

Por otra parte, que podamos hacer obligatorio, por ejemplo, dentro de la Ley Orgánica de los Municipios,

que los municipios participen, porque los munícipes, en nombre de conseguir votos y aprobación, a veces


instrumentan una modernización “bastante peligrosa” en las comunidades que tienen toda una historia

cultural y natural. En este caso, el patrimonio natural de la región y que en nombre del progreso se destruye

con la mayor facilidad.

Estoy muy contenta de estar en esta legislatura y tener la oportunidad de haber escuchado tantas ponencias,

que indudablemente nos nutren, para ir a poner en práctica en nuestras poblaciones ideas que pudieran

redundar en beneficio de esta identidad nacional que es tan nuestra, que si no la conservamos vamos a

perdernos, vamos a entrar en una especie de locura colectiva, que nos haga fulminarnos en este universo

globalizado.

Muchísimas gracias, terminamos esta mesa y nos damos un receso hasta la una de la tarde. Muchas gracias

por su asistencia y atención.

El presidente diputado José Alfonso Suárez del Real y Aguilera: Las señoras secretarias y señores

secretarios de la Comisión de Cultura se empiezan a integrar, nuevamente, al foro. Bienvenida diputada

Noriega. El diputado Rojas, si nos puede acompañar en el presídium.

Agradecerles a todas y a todos ustedes su comprensión, coincidentemente, el día de hoy, hemos clausurado

en este momento las actividades culturales dentro del recinto de San Lázaro con un par de exposiciones,

entonces, me hay hecho favor de acompañarme mis compañeros diputados.

Vamos a continuar con la sesión, recordarles que el foro del día de hoy, como el jueves contará con una

sesión vespertina a partir de las cuatro de la tarde, en donde están programados una serie de ponentes, que

nos están indicando, están algunos de ellos con nosotros.

En este caso en particular, en esta siguiente fase, va a abundar sobre el mismo proceso de interés que es la

vinculación y apropiación social del patrimonio, agradezco enormemente la deferencia y la participación del


doctor Serrano Magallón secretario de Cultura, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en esta

sala, así como diversos servidores públicos que se encuentran dentro de la misma.

La maestra Norma Peña Flores, cursó el primer diplomado de arqueología subacuática, de la Escuela

Nacional de Antropología e Historia en 1994; es licenciada en arqueología de la Escuela Nacional de

Antropología e Historia en 1999; maestra en antropología por el Instituto de Investigaciones Antropológicas

de la Facultad de Filosofía y Letras de nuestra máxima casa de estudios. Postulante a doctora, en estudios

mesoamericanos por la misma Facultad de Filosofía y Letras; profesora e investigadora a titularse de la

dirección de estudios arqueológicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, docente de la Escuela

Nacional de Antropología e Historia y de la propia UNAM; ha dirigido diversos proyectos de investigación.

La invitación a la maestra Norma Peña Flores, fue antecedida de una llamada telefónica que su servidor le

hizo, en donde en no más de 10 minutos me contagió e involucró en ese proceso tan extraordinario de la

vinculación con la comunidad y los óptimos resultados que esto puede atraer, para cumplir con la

disposición de la propia ley federal.

Convencido de ello, de que la prevención es el instrumento idóneo para proteger a nuestro patrimonio

cultural, es aquí que le pedimos a la maestra que compartiera con nosotros sus experiencias, algunos de los

integrantes de mesa directiva que tuvimos la oportunidad de constatar in situ los avances del desempeño del

gasto en el estado de Zacatecas, recordamos como una gratísima impresión el proceso de vinculación

comunitario que el campamento INAH, en el Teúl de González Ortega, ha logrado con los habitantes de

este municipio en relación a las exploraciones, excavaciones y puesta en valor que están llevando a cabo en

la zona arqueológica del Teúl.

Lo que me comentó la maestra Peña Flores, fortalece aun más mi convicción de que ése es el proceso que

debe de priorizar la legislación en relación a la protección de los bienes patrimoniales. Cedo el micrófono a

la maestra Peña Flores.


La maestra Norma Peña Flores: Les doy las gracias por tenerme un poquito de paciencia, soy una

apasionada, me encanta y espero que les encante.

Hemos trabajado con la Ley Federal y vinculado a la comunidad en la protección del patrimonio cultural de

la nación. En este caso, no hablo nada más por mí, sino por la comunidad de Tlaxmalac, la vi ayer, me

dieron ideas, están muy contentos, les mandan un gran saludo y esperan todo su apoyo. Gracias, voy a

continuar.

Tlaxmalac, en la población actual, está asentada sobre mil 290 años a.c. a mil 400. Estos son lo

fechamientos de Carbono 14. Actualmente, se localiza en el municipio de Huitzuco de los Figueroa y es un

pueblo, digamos, terminal a las orillas, precisamente, o cercano a Morelos. Es un valle aluvial, es de origen

volcánico, es la caldera..., donde está el cerro Chiltepec a mil veinte metros sobre el nivel del mar, y el...a

mil seiscientos, que ya pertenece a la caldera...Entonces es un valle aluvial.

En 1992, los trabajos de la carretera ya se habían hecho los recorridos de superficie, yo estaba como

estudiante, trabajando también ahí con algunos de mis profesores, y me tocó la fortuna de llegar a

Tlaxmalac y hacer el registro del sitio y de estos basamentos. Y ahí encontramos, precisamente, una

escultura de esa periodización, de la época de los mexicas; y ellos dicen que es Huitzilopoxtli.

Ante una denuncia de la destrucción del sitio arqueológico, un habitante de la comunidad hizo la denuncia

ante el INAH, ya que obviamente se están perdiendo todas las estructuras y los basamentos del sitio

arqueológico y de la parte monumental. Aquí podemos ver parte del basamento y la montaña.

La venta de los terrenos, como bien están notificados, aquí ya va una calle, aquí ya está vendido, este

terreno ya está en la siembra. Aquí tenemos la pirámide principal y entre las mismas pirámides ya va a pasar

el trascabo para hacer el alineamiento de las calles.

Ante esto, se genera el proyecto de Salvamento arqueológico a Tlaxmalac, Guerreo, iniciándose con un

estudio de factibilidad, apoyado por la Coordinación Nacional de Arqueología, la Dirección de Registro


Arqueológico, la Dirección de Estudios Arqueológicos y la Dirección de Salvamento Arqueológico, ya que

esto fue en octubre y en esos momentos nuestros recursos ya de por sí eran bajos, pero pudimos atender esta

situación.

Otorgar la protección del sitio arqueológico con base en los resultados del sondeo arqueológico, proceder a

moverlos o a tomar la decisión de lo que se tenía que hacer, reglamentar la tenencia de la tierra e integrar la

protección del sitio arqueológico a los planes parciales de desarrollo del municipio de Huitzuco de los

Figueroa. Cabe mencionar que en la ley los municipios tienen participación y deberíamos los sitios estar

inscritos precisamente en los planes parciales de desarrollo.

La comunidad no se dejó, obviamente, inmediatamente preguntaron a qué fueron, nos sacaron los machetes,

me cortaban cartucho y decían que éramos federales y que teníamos que salir, que íbamos otra vez a saquear

su patrimonio, les íbamos a quitar todo y nos lo íbamos a traer al Museo Nacional, y que ellos no iban a

dejar salir ni una sola piedra. Entonces, el comisario del pueblo nos hizo favor de juntar a todo el pueblo,

porque además se junto todo el pueblo, y con lo que tenía en las manos hicimos una presentación de lo que

era nuestro trabajo.

Mi compromiso con ellos es siempre comunicarles cómo voy avanzando en mi investigación, porque

tenemos abogados, porque tenemos doctores, psicólogos, muchos maestros de escuela y muchos niños y

ancianos que sí conocen su pasado y que tienen mucho interés.

Se montó una retícula de excavación —yo sé que esto les va a gustar mucho— aquí tiene la escala, esto fue

lo que se encontró bajo tierra, tenemos 7 fases constructivas. Vean qué maravilla...de una fase anterior, aquí

tenemos unos cuartos. Aquí se tomó el Carbón 14, y las figurillas que salieron. Con esto también nosotros

podemos tener un fechamiento aproximado a través del estilo de las figurillas de cerámica, que nos los está

marcando.


Tenemos también que encontramos un...olmeca, además de...en la excavación. Es una porción porque ya

estaba roto.

Por el otro lado, aquí tenemos el primer mapa, porque estos son los primeros mapas, aproximadamente de

esa misma temporalidad, de hace 3 mil 400 años, y tenemos aquí el primer mapa que podríamos decir,

simulando las montañas. Esto varios de los profesores de la UNAM, cuando salen a las ponencias, me

pidieron mi vasija para poder ir a mostrar el primer mapa a todo el mundo.

Las figurillas, material cerámico y, claro, llegaron los arqueólogos, nos van a quitar lo que tenemos, hay que

sacarlo ahorita, hay que llevarlo a las casas, y en ese momento una denuncia, tuvimos que explicarle a este

señor, se puso bastante pesado, aquí tengo mi Ley Federal en la mano, era lo único que tenía, bueno un lápiz

y un papel, claro, pero nada más. Y como le dije al pueblo, señores, yo no les puedo ofrecer ni calles, ni

agua, ni cercos, ni semillas, ni riquezas, lo único que sé es leer y escribir, tengo un lápiz y un papel y yo se

los daré cuando termine mi investigación. Entonces, me dijeron adelante, arqueóloga, la apoyamos.

Aquí, se junta todo el pueblo, después el comisario. Éste es uno de los estudiantes de arqueología, porque

además iba con cinco estudiantes de la Escuela de Arqueología y una arqueóloga para poder hacer este

salvamento. Entonces, era horrible tener tanta responsabilidad. Tenemos aquí el trascabo, la gente me iba a

apedrear, me iba a sacar de ahí, pero el comisario me apoyó y aquí tienen el trascabo encima de nosotros.

Saqué otra vez mi ley y les dije yo nada más tengo esto, pero ustedes o la entregan o me dan un lugar de

resguardo ahorita. En ese momento dijo el comisario que en la comisaría, y le dije pues órale, y nos fuimos

a la comisaría.

Así dejaron de destruir el montículo antes de que lo tocara el INAH, porque se lo iban a llevar. Esto es

una...colonial, obviamente también querían construir sus casas, o sea, no son tan santos. Esta...colonial es

una cruz de paso y que además se sigue adorando desde ese momento. Aquí hay una vinculación mayor

todavía, o sea, la parte ideológica.


Si ahorita debemos de respetar las iglesias y los cultos, y está en nuestra Constitución también, en este

momento tenemos que respetar la...colonial, que se le siguen poniendo veladoras, pero también el montículo

porque era un templo de mis antepasados. Entonces, ahí tenemos otro punto que es muy importante donde

muchas de las comunidades nos desvinculan de nuestra parte ideológica.

Así nos quedó el montículo y, según ellos, esto era en la cisterna, yo no le veo cara de cisterna, yo digo que

es un pozo de saqueo y otros dice que es de sondeo. De ahí obtuvimos esta pieza, esta pieza si puedan verla,

es una maravilla, pesa tres toneladas, fue dificilísimo sacarla y ahorita la van a ver. Éste es un altar de estilo

olmeca, las columnas aquí las estamos sacando, hice lo que pude con lo que tenía en las manos. Ésta es la

lona de la camioneta para poder esquivarla y que pudiera transportarse.

En este momento participa toda la comunidad y dice cómo no, si va a estar en la comisaría y ahí se queda, y

miren ustedes, caminamos a las 12 de la noche, tocaron las campanas, salió la camioneta del INAH con el

trascabo al frente y toda la gente para mover la pieza. Ahí la tienen, se recuperaron las demás piezas, se hizo

el registro y se movió, toda es la comunidad y todo es gratis, ellos movían todos y en ese momento se

levantaron las piezas.

Aquí tenemos precisamente el dibujo de un jugador de juego de pelota, posiblemente, porque miren tiene

su...sus cacles, a cuántos no nos compraron el cacle...su atado de flores. Luego, adornamos la comisaría

como más pudimos y haciendo los recorridos de superficie.

Estas personas piensan que adentro de estas piedras hay oro, por tanto, le meten un cartucho e

inmediatamente la dinamitan para sacarles el oro, entonces, les digo que es la cultura del huevo estrellado,

porque solamente los huevos tienen oro adentro, amarillo.

Aquí tenemos esta pieza, se hizo una micro excavación, es un maíz sentado de dos metros y medio. Gracias

a estos recorridos de superficie son mil 66 hectáreas de sitio. Ahí empieza a avisar la misma comunidad

para que se hagan los rescates. Obviamente, no les vamos a quitar su casa, van a tener que construir, pero sí


podemos hacer un salvamento, un rescate y tomar la información para seguir conformando la historia del

pueblo.

Si ven aquí hay otro sitio y está alineado. En este sitio aquí sale el sol y aquí se mete, o sea, que también es

observatorio porque también está alineado con la cópula celeste. Aquí tenemos el sitio arqueológico.

Las piezas que están en propiedad de los particulares, éstas ya llegaron por fin al museo, pero otras ya están

incrustadas y siguen en propiedad de particulares. Nos dimos a la tarea con la Dirección del Registro

Público de Monumentos en Zonas Arqueológicos del INAH hacer un total de 609 piezas registradas con

nueve coleccionistas, que en ese momento empezaron a llevar sus colecciones y no nos dábamos a basto en

la noche de estar lavando, lavando y haciendo colecciones.

Afortunadamente iba un arqueólogo responsable de esa Dirección y nosotros aprendimos a hacer ese

registro a una velocidad, aprendiendo también, los muchachos de la INAH. La participación de la

comunidad, la escuela primaria Francisco I. Madero, aquí tienen a los profesores, a las señoras a todos, y

nosotros trabajando con los niños y dándoles tour mientras estuvieron las excavaciones.

El apoyo de la comunidad fue increíble, obviamente me aboqué a ellos, obviamente no hubo otra, porque

son empleados federales y además son de SEP y entonces son de mi mismo sector, entonces ayúdenme,

ellos me protegieron, ellos me apoyaron y aquí estoy en las escuelas primarias, dándoles clase a los niños,

integrándolos como si fuera un Museo del Niño y ellos están admirando por las tardes, haciendo entrevista.

Y los profesores aprovechándonos de que estábamos nosotros para hacer el tema de entrevista, de historia,

de geografía y de todo lo que más podían, hasta… para aprender matemáticas. La directora de la escuela

primaria, la escuela secundaria Francisco I. Madero, llegaron de Iguala claro, el chisme corre, entonces

inmediatamente, llegan de Iguala y estos personajes son los especialistas o coordinadores de materia, y el

coordinador de secundarias.


Entonces aquí me ven con mi… vestida de… y diciéndoles…. Entonces los niños empiezan a trabajar y les

decimos: qué hacemos, qué somos y qué vamos a intentar lograr.

La comunidad me empezó a proporcionar sus documentos y en uno de los documentos que encontramos,

dice: —en el pueblo de Tlaxmalac, me sucedió, que habiendo acogido de improviso a Miguel de Escobar,

cantor de la iglesia en el coro de ella, me confesó que tenía en su casa un ídolo, como yo lo había

averiguado. Yo encerré a dicho indio, luego por qué no, di ese orden, de ocultar al dicho ídolo, mientras ella

llegaba a su casa, a donde fui con toda diligencia y enderecé a su oratorio, donde mientras pregunté a su

suegra dónde estaba la piedra blanca que su hijo me había confesado que tenía la mujer de dicho Miguel de

Escobar.

Había sacado tres ídolos… dejando una sola piedra blanca, remitiéndome la vieja a la hija, y la hija me

negaba siempre, pero fue Dios… que en sus ademanes, eché de ver que tenía consigo lo que negaba.

Hice que los ministros se la requiriesen. Y ya había, la india cubierto con su faja, donde los hallaron. La

cual los había apartado de la otra piedra blanca, que el marido adoraba. Porque el marido solo había

heredado de sus antepasados la dicha piedra, y ella los tres ídolos—.

Entonces a la llegada de los españoles les heredan esto, guardan sus piezas y obviamente las tienen en

posesión. Me preguntaría ¿De quién es el patrimonio?

Cómo vamos a proteger el patrimonio de la nación, si también es nuestra herencia histórica. Entonces la

población se dio a la tarea de estarlos capacitando, de hacer una solicitud y entonces han venido

excavaciones y montículos, momoscles, destruyendo los ídolos y las piedras, vendiéndolos en el mercado

negro.

Entonces le piden al Instituto Nacional de Antropología, a nuestro fallecido Alejandro Martínez Muriel que

en ese momento fuera el coordinador, el que les haga un museo, el que les proteja su sitio y que continúen


con su investigación. Aquí están los oficios, los profesores, los directores y llegamos hasta los alumnos del

escuela.

Todos firmando, son tres escuelas primarias, tenemos una secundaria y tenemos tres escuelas kinder, nada

más, son 3 mil habitantes. Entonces aquí podemos ver los nombres y el personal, y aquí hice una visita, y

que los agarren a ellos, a todos los jefes, para entregarles precisamente esta solicitud.

Entonces ante los derechos culturales y abocándonos nosotros a investigar con los abogados, los alumnos

que además tienen dos carreras, y que también tienen licenciatura en derecho, tenemos que esto está

mencionado en los tratados internacionales, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el

Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en nuestra Constitución, en los

derechos fundamentales.

Y a través de estos derechos fundamentales está nuestra Ley Federal de Monumentos, Zonas Arqueológicas,

Artísticas e Históricas. Con esta ley, en el capítulo I, dice que es interés social, nacional y sus disposiciones

de orden público. Es de utilidad la investigación, protección, conservación, restauración y recuperación de

los monumentos arqueológicos, artísticos e históricos.

Y aquí dice, en coordinación con las autoridades estatales, municipales y/o particular, realizarán campañas

permanentes para fundamentar el conocimiento y respeto de los monumentos. Yo, empleado federal, acabo

de hacer mi campaña, la gente lo esta reclamando, entonces estoy dentro de la ley y me apoya también el

municipio.

Entonces el municipio inmediatamente dijo, bueno voy a ver qué les busco. Y en ese momento las

autoridades de los municipios intentaron apegarse a la ley federal.


El artículo 27, los monumentos arqueológicos muebles e inmuebles, son de interés, imprescriptibles, el 28,

el 29, el 30, y aquí algo muy curioso dice que los trabajos sólo se harán por la parte especialista

correspondiente.

Es como les digo en las ponencias, oiga usted va, cuando le duele el corazón, ¿Va con el herrero? No, ¿Con

el carpintero? No, me traigo dos peones. No señor usted va con el cardiólogo… lógico, tiene su especialista,

el patrimonio tiene su especialista, aquí esta el arqueólogo o aquí esta el antropólogo, en todas sus áreas.

Entonces acudan con nosotros y con mucho gusto trataremos de atenderlos.

Entonces, se dice aquí, en el capítulo I, organizará y autorizará asociaciones civiles, juntas vecinales y

uniones de campesinos, como órganos auxiliares para impedir el saqueo arqueológico, preservar el

patrimonio de la nación y además establecer museos regionales, zoc ¡museos regionales!, que me están

pidiendo, ahí está, sale nos reuníamos, nos prestaban hasta una…y ahí está, este es el abogado del INAH

Guerrero, el subdirector en este momento de Registro Arqueológico, creo que de Monumentos o algo así.

Y ahí está el Acta Constitutiva de la Junta Vecinal del Patrimonio Cultural, de Defensa del Patrimonio

Cultural, de Tlaxmalac municipio de Huitzuco de los Figueroa, como orden auxiliar del Instituto Nacional

de Antropología e Historia, ahí está todo el clausulado, la tengo completa pero me dieron poco tiempo, —no

puedo hablar mucho—

Y aquí nos contesta el director del INAH, a través de la licenciada Blanca Jiménez Padilla, directora del

Centro INAH Guerrero, en este momento le contesta al presidente, que fue aquí nombrado, de la Junta

Vecinal, en ese momento les otorgan sus constancias a cada uno, que tienen en las manos, claro ante

Huitzilopochtli ¿verdad? Todos estamos aquí con nuestro señor.

Y nos invita inmediatamente el municipio a participar en la Feria de Huitzuco, ¿Qué llevamos? Pues estos

son unos cartones de huevo, unas lonas que mandamos a imprimir e inmediatamente reconstruimos al señor


de Tlaxmalac y nos lo llevamos puesto, llegamos pusimos nuestras lonas, pusimos nuestro stand y le

pusimos: —por favor aporta, gracias por tu aportación.

Gracias a eso entre el municipio esta el inmueble, un inmueble histórico también, la primera escuela de

1920, ahí la tiene maestra, pues vámonos, aquí esta la vicepresidenta, el presidente de la Junta Vecinal, el

tesorero, el secretario, el secretario suplente, el tesorero suplente, los vocales, la arqueóloga y obras públicas

del municipio, les vamos a dar 100 mil pesos, pero en abonos, además la mitad es en especies, no importa,

mande los camiones.

Ahí nos pusimos de acuerdo, medimos, me hicieron hacer un plano, ahí está el plano, y vean como estaba la

escuela, esta era nuestra escuela. Bueno, pues hay que reconstruir. La comunidad, las muchachas guapas,

los viejitos, todo mundo participan, los alumnos de la INAH, para que vean lo que se siente hacer

arqueología, quieren aprender.

Entonces llegó el primer camión, ahí tenemos otro de los viejitos, los muchachos, y empezamos hacer hoyos

por todas partes, se inundaba, etcétera, sacamos el drenaje como se pudo. Para rescatar el topónimo de

Tlaxmalac se les ocurrió a ellos, que son de la comunidad, poner la lámina 17 del Códice Mendocino, esto

quiere decir, Tlaxmalac, porque la escritura era glífica, el tlaxtli y el malac, en Náhuatl.

Aquí lo tenemos terminado, fuimos por el hasta la Piedra de… en otros pueblos, la juntaron y los alumnos

de la maestría de la INAH. Y ahí tienen a los muchachos transportando en el carro de la basura también,

montando las lonas y viene la inauguración. Vienen las bastoneras, la banda de guerra, las bastoneras de las

escuelas y también ahí se visten y ensayan los chinelos y los niños de la primaria le hicieron una poesía a su

bandera, para inaugurar su museo para que se pudiera su bandera.

La parte del cabildo. El presidente municipal en turno, la junta vecinal y los alumnos. Ahora tenemos un

auditorio, pasamos películas de todo tipo, obviamente se les explica y festejamos el Día Internacional de la


Mujer y festejarlo en el museo; también Día de las Madres, etcétera. Los patios y ahora esta es nuestra sala.

Se parece un poco al Museo Nacional de Antropología e Historia.

Pueden ver la capacitación de la junta vecinal, el aniversario, la entrega de reconocimientos, los bailables y

las convocatorias para el Museo de Dibujo, Relato Poesía, y el apoyo a la educación. Gracias.

El presidente diputado José Alfonso Suárez del Real y Aguilera: Agradecemos la participación de la

maestra Peña Flores. En efecto, hemos podido constatar cómo es fundamental en la estrategia y sustentar

sobre una ley, a la cual nos parece o pudiésemos considerar que no se le ha dado todas las oportunidades

para aplicarse de manera puntual.

A mí me llama mucho la atención este ejemplo de manera particular y en efecto, consideramos que es

pertinente que el tercer párrafo del artículo 2o. de la propia ley, sea el cimiento de una política pública de

vinculación entre la comunidad y su patrimonio cultural.

Damos la más cordial bienvenida al licenciado José Ernesto Becerril Miró. Él es abogado y tiene una

maestría en Derecho por la Universidad Iberoamericana. Se ha especializado en políticas culturales y

gestión cultural por la Universidad Autónoma Metropolitana.

Es el secretario general y asesor legal de Icomosh Mexicano. Miembro del Comité Científico Internacional

de Asuntos Legales, Financieros y administrativos de este órgano internacional y coordinador de dicho

comité en nuestro país.

Profesor de la materia de Legislación del Patrimonio Cultural, a nivel licenciatura y postgrado en diversas

instituciones del país; invitado para dictar cursos y conferencias y otras universidades de nuestro territorio y

en el extranjero.


Consultor en la redacción de diversas normas jurídicas relacionadas con el patrimonio cultural como es la

Ley de Patrimonio Cultural de Baja California; Reglamentos de Sitios Culturales de Morelia; el régimen

estatal y municipal para la protección de las misiones de la Sierra Gorda en Querétaro, entre otras

disposiciones. Ha colaborado como consultor legal en el proceso de inscripción de las misiones de la Sierra

Gorda en la lista del patrimonio mundial.

Es autor del libro El Derecho del patrimonio histórico artístico en México, de la Editorial Porrúa editado en

el año 2003, estudio que mereció el premio Francisco de la Maza, como mejor investigación en el ámbito

de la conservación del patrimonio arquitectónico y urbanístico en el marco de los premios INAP 2003.

Autor del trabajo Los Principios legales de la convención del patrimonio mundial INAP 2009, el cual

mereció el premio a la mejor obra inédita de divulgación en el mundo de los premios INAP.

Colaborador en el libro Gestión del patrimonio, realidades y retos, de la benemérita Universidad Autónoma

de Puebla en el año 2003; y autor de diversos artículos sobre la legislación del patrimonio cultural

publicados en México y Europa.

Es miembro de la Barra Mexicana de Abogados, del Comité de Derecho del Patrimonio cultural de la

International Lower Asotiation y académico de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. Dejo el

micrófono al maestro Becerril Miró.

El maestro José Ernesto Becerril Miró: Buenas tardes. En primer lugar, me da mucho gusto estar con

ustedes —veo muchas caras conocidas— y por otra parte, quisiera agradecer la invitación de la Comisión de

Cultura de la Cámara de Diputados, para participar en la realización de este foro, de este importante evento

que, desde luego, nos tiene que llamar a la reflexión con relación a la protección letal de nuestro patrimonio

cultural y sobre todo a este proceso de análisis que se está haciendo con respecto a la legislación.

Me dio mucho gusto además ver que por parte de la Comisión de Cultura se nos invitó a participar muy

particularmente dentro del capítulo de vinculación y apropiación social del patrimonio, análisis a la


legislación vigente, porque yo creo que además en esta materia es donde podemos encontrar los ejemplos

más afortunados en cuanto a la posibilidad de potencializar las disposiciones de nuestra Ley de

Monumentos.

Finalmente creo que algo que ha sido una evolución muy afortunada con relación al tema del patrimonio

cultural, es de reconocer que este patrimonio está íntimamente ligado a la cuestión social, a la cuestión

humana. El patrimonio cultural como edificios, como centros históricos, pierde mucho sentido en tanto no

lo vinculemos con la sociedad y que además en la legislación sea un instrumento para fortalecer, reconocer

y proteger estos importantes mensajes, discursos, valores que están encerrados e íntimamente ligados con

los monumentos.

Por eso yo me permití hacer unas cuantas reflexiones. Sé que el tiempo es corto, que tenemos poco tiempo,

por eso quise ser muy específico al hacer un análisis de nuestra legislación de nuestra Ley Federal de

Monumentos con relación a este análisis que estamos realizando por lo que respecta a la vinculación y a la

apropiación social.

La primera pregunta que yo me hago es ¿realmente qué es lo que queremos proteger? Si estamos hablando

de vinculación y apropiación, patrimonio cultural, me parece que una de las primeras grandes preguntas que

nos tenemos que hacer en esta legislación, es si queremos tener una legislación relativa a monumentos o

queremos tener una legislación relativa a patrimonio cultural. Parece que es lo mismo, pero en realidad ha

ido demostrando la experiencia internacional que cada vez es más necesario no solamente proteger —como

diríamos— la piedra o el lugar, sino también todas aquellas actividades vinculadas humanas, ya sean

tradicionales, creativas, económicas, propias que hacen de este sitio un sito excepcional para ser protegido

como parte de nuestro patrimonio.

En este sentido la ley nos arroja todavía muchos puntos que tendríamos que iniciar a revalorar, a estudiar; a

la mejor una gran discusión que no sea ahorita el momento, pero a la mejor que tenemos que empezar a

abordar dese ahorita.


Yo quisiera poner algunos ejemplos que nos refleja mucho este tema de cómo proteger el monumento o

cómo es necesario proteger el monumento vinculado directamente con la población. Yo estoy haciendo

referencia del año 1994, cuando tuve la oportunidad de participar con las autoridades estatales en la

elaboración de la Ley del Patrimonio Cultural de Baja California.

Baja California es un estado muy joven. El patrimonio cultural que tiene Baja California, son algunos

edificios, en la parte edificada, algunos edificios, primordialmente, de finales del siglo XIX, principios del

XX. Y la primer gran discusión que se dio en una mesa muy amplia, donde había muchas organizaciones

sociales, científicas, académicas, era que nosotros no tenemos patrimonio cultural y así lo decían, de esa

manera y decíamos, bueno, por qué.

Bueno, es que nosotros no tenemos ese patrimonio cultural que tiene Morelia o que tiene la Ciudad de

México o que tiene la ciudad de Puebla. Decimos, bueno, pero el concepto de patrimonio cultural no es un

concepto que tenga que… necesariamente ni al arqueológico ni a lo colonial ni a lo republicano. Es un

concepto que va íntimamente ligado a lo que la gente considere importante.

Y al empezar a hacer el análisis de esto, curiosamente la ley de Baja California terminó o los asistentes, se

propuso… dijimos, qué es algo que sea típico, estábamos en Mexicali, por cierto, de Mexicali, y resulta ser

que lo típico de Mexicali era la comida china. Que era la comida de los inmigrantes, que también forman

parte del patrimonio cultural de Baja California y les daba un sentido. Y efectivamente, si uno va por la

avenida Abelardo Rodríguez encontrará muchos restaurantes chinos, porque es parte de su cultura.

Y de ahí fuimos desarrollando una serie de conceptos que fueron derivando en una ley que privilegiaba

eminentemente el patrimonio material, el patrimonio edificado, no porque no lo tuviera, sino porque estos

valores, estos valores culturales, que es como se le llamó en este momento, eran los que les daban sentido a

estos…


Me pongo a pensar otro ejemplo típico y que muchos de nosotros habremos vivido, que fue el proyecto de

construcción de un Mc Donalds en los arcos del centro histórico de Oaxaca, y que había sido aprobada,

además, por el INAH, la construcción de estos proyectos y que fueron las autoridades municipales quienes

lo pararon.

Y que fueron, obviamente, los propietarios, los que pretendían poner este restaurante, estaban interesados en

irse al amparo, se fueron al amparo y resulta ser que si uno leía la sentencia que emitió el juez, el

magistrado de circuito, es bien interesante, porque este magistrado señala, dice, bueno, es cierto que el

patrimonio histórico de Oaxaca sirve para el turismo y que la gente quiere venir a Oaxaca a ver los edificios.

Pero si nosotros además, no les ofrecemos una comida que sea distinta, que sea ajena a lo que es la cultura

oaxaqueña, no estamos preservando nuestra verdadera conducta. Por tal razón, dicho juez decidió negarle el

amparo a los propietarios de este restaurante que pretendían instalar en este centro histórico de Oaxaca.

O me pongo a proponerles a los señores pensar cómo vamos a proteger ruta de vinculación cultural tan

importantes, como es el camino de los huicholes. En el camino de los huicholes prácticamente no hay nada.

Todos son sitios, paisajes, rutas, orografía, lagos, cuevas, montañas, que tienen un valor cultural y que bajo

la perspectiva de nuestra actual Ley de Monumentos, no los podemos proteger todavía.

Y ahí sigue la ruta huichol esperando, a ver cómo la vinculamos y le reconocemos, esta importante ruta, que

es casi tan grande como la ruta del inca, que ahorita están tratando de promover seis países en Sudamérica.

Tenemos una ruta que es igualmente importante y que no la podemos proteger. Creo que son cosas que

tenemos que empezar a repensar con el tema de la vinculación social.

Yo creo que también hay un segundo tema, que es, qué podemos hacer o cómo podemos hablar de

vinculación social si la población se da cuenta que cuando se trata de proteger un bien se pierde. Y esto lo

hablo muy particularmente en el caso de cuando las autoridades federales emiten una declaratoria de zona


de monumentos. Y desafortunadamente intereses totalmente contrarios a la conservación aprovechan ese

vacío legal que existe en nuestra ley, por medio del amparo y entonces se declara inconstitucional esta

declaratoria, por lo que se refiere a estos monumentos.

Yo creo que este proceso y es algo que creo que se ha ido, o que creo que en particular he ido viendo, creo

que el proceso para poder mejorar o evolucionar nuestra ley de monumentos requiere de todo un proceso y

habrá puntos que tenemos que tener una discusión mucho más amplia, a más largo plazo, pero hay puntos

que me parece que los diputados tienen que tomar como cosas urgentes.

Yo no creo que ya podamos seguir perdiendo monumentos en los tribunales, creo que es un punto que

tenemos que promover, una reforma urgente a la ley y de superar este vicio de inconstitucionalidad, que

desde luego, representa un caso importante. Creo que finalmente, la gente cuando ve que se declara una

zona histórica y que después, a base de amparos se va perdiendo, pues va perdiendo también ese sentido de

la fortaleza de nuestro régimen legal.

Yo creo que también algo que tenemos que trabajar, con relación al tema de vinculación y apropiación

social, es cómo generar un verdadero sistema de gestión del patrimonio cultural. ¿Qué quiero decir con

esto? Desafortundamente, hemos visto muchos ejemplos en que por descoordinación, por oposición, por

contradicción, las autoridades de diversos niveles de gobierno han generado proyectos o controversias que

solamente derivan en la desprotección de un patrimonio cultural.

A mí me sonó realmente terrible escuchar, desde hace unas semanas, que en una reunión donde se reunió la

representación del INAH en Zacatecas y por otro lado, la Junta de Monumentos de Zacatecas, es un órgano

estatal, casi llegaron a los golpes por una serie de problemas en cuanto a cuál es el alcance de cada uno de

estos órganos colegiados.

Yo creo que un sistema de gestión representa el establecimiento, primero que nada, de facultades, de

alcances. Yo creo que la Ley Federal de Monumentos tiene muy claramente establecido qué le corresponde


a la federación, cuál es el papel de la federación en los centros históricos. Cómo también tienen que

interactuar los estados, los municipios, pero sobre todo, hay que darle sentido a esta acción pública.

¿Qué es lo que queremos para los centros históricos? ¿Los queremos dedicar solamente al turismo? A veces

parece que a eso es a lo que los están destinando las políticas públicas.

Y realmente, lo que tenemos que hacer es crear estos sistemas de gestión pública con un horizonte, con un

camino, con una carta de navegación, como diría la UNESCO, en ese sentido. Y desde luego, fortaleciendo

a cada nivel de gobierno dentro del ámbito de la competencia que actualmente tenga.

Yo no creo que el patrimonio cultural deba pasar a otro nivel más que en el que está ahorita, que es el nivel

federal. Pero debemos marcar, porque si bien, el INAH tiene facultades sobre las construcciones en los

centros históricos, también hay reglamentos de construcciones a nivel municipal y también hay leyes del

patrimonio cultural a nivel local y de repente se empieza a volver una invasión de competencias y creo que

tenemos que establecer mecanismos para dilucidar este tipo de conflictos. La idea no es dividir, la idea es

sumar, el patrimonio suma, el patrimonio no divide.

Finalmente, para terminar el cuento de Zacatecas, posteriormente recibí una llamada del municipio de

Zacatecas, y en lo particular solicitaban nuestra opinión en el sentido de que si nos parecía, si ya veíamos

que se estaban peleando el… y el gobierno estatal, si nos parecía bien si el gobierno municipal también

creaba su propio órgano sobre… Les dijimos: bueno, esto sería ya una…Entonces, no es dividiendo, es

creando acciones fortalecidas de todos los niveles de gobierno.

Yo creo que desde luego la Ley de Monumentos establece ciertos instrumentos de protección que parecen

ser interesantes y que tienen que ser fortalecidos, este registro de los bienes culturales, el catálogo tiene que

ser una actividad sobre la cual se… que fortalecer de una manera más amplia.


Creo que cualquier trámite de un monumento que se debiera llevar ante cualquier autoridad, debería este

monumento contar con su número de registro como un requisito básico, y la verdad es que la falta de

registro no impone ningún tipo de sanción. Es más, la ley dice que el registro no garantiza la autenticidad de

la obra. Entonces, ¿para qué sirve el registro?, ¿qué efecto tiene el registro?.

Igualmente en el caso de las licencias, en el caso de las… tendríamos que fortalecer estas acciones, pero

sobre todo creo que con educación. Ninguna ley va a ser aplicable en el marco de la idea de un

cumplimiento un tanto…, no, hagamos una labor de convencimiento, de educación, de sensibilización con

la gente.

Yo creo que el ejemplo que la maestra Peña Flores nos dio el día de hoy, nos demuestra cómo hablando con

la gente, participando con la gente, el patrimonio cultural se puede concretar en proyectos muy específicos y

la ley tiene que dar y tiene que ofrecer mayores instrumentos en ese sentido.

Sigo pensando que nos hace falta reelaborar una fiscalidad sobre el patrimonio cultural. Cuánto cuesta

restaurar una casa en el Centro Histórico, cuánto cuesta el predial. Tampoco es hacernos ricos de la

restauración, pero el tema es, ¿el impacto del beneficio es suficiente como para llevar a cabo estas

acciones?, no en todos los casos.

Sigo pensando que tenemos que facilitar las opciones de financiamiento del patrimonio cultural. No sé si

mediante acuerdos, programas con el sistema financiero mexicano. Entonces que la conservación sea un

rubro que permita proyectos populares, proyectos barriales a tasas de interés mínimas sociales.

Me parece que, finalmente, tenemos que entender que la conservación del patrimonio y la cultura es un

tema de gobernabilidad. Es uno de los puntos donde, si se logran los consensos, permitimos el desarrollo de

todas las personas. Es un tema que bien llevado contribuye a la gobernabilidad.


Como comentaba, creo que además tenemos que procurar instrumentos en nuestra legislación, que le dé

rumbo al desarrollo social. En este sentido, me dio mucho gusto participar, además acompañar a los señores

diputados en el evento del jueves pasado, de la Asociación de Ciudades Patrimonio de la Humanidad, que se

reunió en la Ciudad de México, donde podemos ver que ya muchas de ellas han iniciado los planes de

manejo.

Los planes de manejo finalmente son instrumentos que no prevé la Ley de Monumentos y que creo que sería

otro de los temas que también tendrían que ser marcados como urgentes, sirven como dice la UNESCO, esa

carta de navegación, como esa guía para llevar a la ciudad a través del tiempo y de darle un sentido a la

conservación, entonces sí, alinear las políticas, alinear las acciones gubernamentales, del sector privado, del

sector social, a favor de la conservación.

Creo que en este sentido la creación de planes de manejo… en un plazo a lo mejor no muy corto, pero sí

perentorio. Después de la emisión de una declaratoria debería convertirse en la obligación de las

autoridades, esto para contribuir al concepto de un desarrollo culturalmente sustentable.

Creo que una actividad económica, por mucho que beneficie a una población, puede ser justificable en tanto

sea… de patrimonio cultural, así como la gente que se dedica al medio ambiente ha podido desarrollar y

hacernos y convencernos de ese concepto de desarrollo naturalmente sustentable, creo que tenemos nosotros

que ir formando también este concepto y de ir previéndolo, finalmente, esta legislación en los instrumentos

es…

Por último, creo que la cuestión ejemplar también resulta realmente importante. Yo no creo que podamos

encontrar una total… social si la sociedad ve que quienes vigilan el patrimonio cultural no son castigados,

no son castigados, y se previenen también estas acciones.

Creo que la ley debe tener una doble función en las políticas en ese sentido. Por un lado preventivo, hay que

privilegiar la prevención; sin embargo, aun cuando se provocan estos actos en contra del patrimonio


cultural, tenemos que ser muy claros en la acción que se ejerza contra estas personas, y si bien no se está

buscando que el Ejército esté en zonas arqueológicas y que todos los delitos contra el patrimonio cultural

sean considerados delitos graves.

Yo sí pongo a consideración que volvamos a revisar los tipos penales que están en la ley. Si ustedes vuelven

a hacer una revisión, hay muchos tipos penales que son imposibles, que no se cumplen.

Les pongo un ejemplo. Si no… reformas en el artículo 50 de la ley, señala que quien exhiba, transporte o

reproduzca, sin el permiso con la institución correspondiente, será acreedor a equis sanción. Cuando se

habla de que, efectivamente, estas acciones necesitan permiso, pero la inscripción en el Registro Público de

Monumentos no se prevé. Entonces jamás se van a perseguir estos delitos.

Por último, la multa. Es realmente terrible el tema de que la multa máxima por violar la Ley de

Monumentos sea de 50 pesos. Creo que como me han dicho muchos arquitectos, dame dos para comer aquí

y tres para llevar, y hago lo que se me pegue la gana.

Por último, yo sí pienso que el saqueo arqueológico y el… del arte sacro deberían estar incorporados en el

artículo 194 del Código Federal de Procedimientos Penales y ser considerados delitos graves. No creo que

el saqueo arqueológico ni el… del arte sacro puedan disminuirse si no se da un verdadero escarmiento a

estas personas que hacen de su actividad diaria en menoscabo de nuestro patrimonio cultural.

Finalmente, para terminar, creo que la reforma, la reciente reforma promovida por esta legislatura a nuestra

Constitución Política, nos permite incorporar lo que es el derecho del ciudadano a la cultura, el derecho del

ser humano a la cultura. Yo creo que esto nos tiene que llamar también y sobre todo en este tema que hemos

desarrollado, a pensar en la posición que tiene que guardar el Estado con relación al patrimonio cultural.

Creo que el Estado, desde luego, tiene que seguir manejando ese papel rector de nuestro patrimonio cultural

tiene que manejar, tiene que ser el guardián de este bien, pero creo que también tiene que, en muchos casos,


que ya en la aplicación directa de nuestra ley, muchas veces sentarse al mismo nivel del ciudadano, y de

poder encontrar soluciones conjuntas y de ir —como repito— sumando voluntades, sumando esfuerzos,

porque el patrimonio cultural, la cultura en sí misma es la suma de muchos conocimientos, de muchas

actividades, de muchas visiones.

La cultura solamente tiene trascendencia cuando permite esta acción fortalecida de la comunidad y de los

entes de gobierno. Les agradezco mucho la paciencia, su atención.

El presidente José Alfonso Suárez del Real y Aguilera: Gracias, doctor Becerril, por la participación.

Agradecemos enormemente a la doctora Peña Flores y al doctor Becerril sus participaciones en este bloque

de ponencia.

Evidentemente, lo que hemos escuchado los legisladores —creo no equivocar la percepción que tenemos—

es que las ponencias fortalecen nuestra convicción de, en primer término, garantizar la correcta y la fluida

información entre los sectores interesados en la defensa del patrimonio cultural, con los propios

legisladores.

De que lo sustantivo es fortalecer el espíritu fundacional de instituciones, como el INAH y el INBA, en los

cuales, la protección es la meta fundamental de dichas instituciones; que debemos fortalecer políticas de

divulgación que garanticen la correcta vinculación social y, por ende, la muy correcta apropiación del

patrimonio.

Nos queda claro que todo intento de modificación debe garantizar el fortalecimiento de la prevención como

instrumento de vinculación y apropiación. Que hay una legítima inquietud de evitar que el patrimonio se

pierda en tribunales reformando las disposiciones que se tengan que reformar, y aquí hubo una propuesta

muy puntual de una reforma constitucional al artículo 27.


Que debemos de alejar al patrimonio cultural, de la falsa disyuntiva de “a incremento de penas disminución

de delitos” Que lo que tenemos que hacer es fortalecer la rectoría del Estado y las acciones y políticas de

prevención por sólo y exclusivamente la persecución del delito a través del endurecimiento de penas.

Éste sería un primer corte al respecto de lo que hemos escuchado aquí. Estoy seguro y cierto de que en la

Mesa Directiva, cuando tengamos la reunión de análisis sobre estos foros estaremos emitiendo los

lineamientos que nos hemos comprometido a plasmar en el llamado Pliego de Mortaja, y vuelvo a decir que

eso es muy novohispano. Definitivamente que hoy día se maneja el término de Libro Blanco, que me parece

que es más atinado, y menos fúnebre.

En dicho Libro Blanco estarán las observaciones que de manera consensuada, como es el compromiso de

los integrantes de esta Mesa Directiva plasmaremos y, evidentemente, las intervenciones, las ponencias que

nos han hecho llegar formarán parte sustantiva del capítulo referente a los pendientes que nuestra legislatura

dejará a la siguiente legislatura, partiendo del hecho de que aquí hay análisis hay diagnóstico. Hay

pronóstico y hay propuestas de manera puntual en lo que hemos escuchado en esta primera parte del foro de

hoy, 14 de julio.

Pregunto a mis compañeras, compañeros, si alguien quiere hacer alguna intervención. De no ser así,

concluimos esta primera fase, y nos vemos aquí, a las 16:00 horas para continuar desahogando las ponencias

que conforman este primer día de foros de la Comisión de Cultura. Gracias.

Les recuerdo que hay bocadillos aquí afuera, en el vestíbulo para quienes quieran acompañarnos, y a las

cuatro de la tarde, en este mismo espacio legislativo estaremos retomando los trabajos del foro. Gracias.

(RECESO)

El diputado presidente José Alfonso Suárez del Real y Aguilera: …Claro que sí, somos uno, dos, tres,

cuatro, cinco…


La moderadora: Le damos una cordial bienvenida a nuestros participantes, a los maestros Sergio Yañez, al

doctor Iván Franco, a la maestra Virginia Barrera Rodríguez, y a la maestra Patricia Chavero. Sean ustedes

bienvenidos a la Cámara de Diputados y, en particular, a este foro.

En esta parte nos corresponde el tema Inclusión, información, educación y puesta en valor del patrimonio

para su correcta apropiación colectiva. Es un tema que continúa en la lógica, en la dinámica de lo que

hemos venido discutiendo y comentando desde la mañana acerca de la importancia de que el patrimonio

cultural sea también apropiado por las comunidades, en donde tenemos estos espacios de patrimonio

cultural, y de monumentos, de zonas arqueológicas de participación con la comunidad y con las distintas

instancias de gobierno, realmente el desarrollo cultural, el impacto que tenga en la comunidad, en la

sociedad se vea claramente. Que no sea solamente un espacio para el turismo, para el comercio, sin tomar

en cuenta su valor histórico.

Para iniciar esta ronda de participaciones contamos con el doctor Iván Franco Cáceres, que es investigador

del Centro INAH, Yucatán. Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Nacional Autónoma de

México, autor de libros sobre religión y política en México, y de ensayos en temas del patrimonio cultural.

Actualmente, es coordinador de la sección de historia en el INAH de Yucatán, y catedrático en materia de

patrimonio cultural en la Universidad Autónoma de Yucatán, así como en la Universidad Nacional

Autónoma de México, sede Mérida. Bienvenido sea usted, doctor.

El doctor Iván Franco Cáceres: Muchas gracias. Debo aclarar que cuando redacté este trabajo, recién me

había enterado de una iniciativa relacionada precisamente… propuesta de inclusión de un miembro del

Consejo Nacional para la Cultura y las Artes dentro de la Ley Federal del Instituto Nacional de

Antropología e Historia.


Por la posición que en lo personal he guardado respecto al papel que ha tenido el Conaculta en la historia

reciente del país, me pareció interesante reflexionar en ese sentido y ése es el trabajo que les voy a

comentar.

Como parte de las tareas de análisis de los escenarios legislativos que se están presentando en México en

materias como cultura y derechos culturales, conviene retomar la discusión que se ha dado en torno a cómo

construir un órgano que asuma la definición de la política cultural del Estado.

La aspiración salinista y de los grupos de intelectuales que legitimaron su ascenso a través del golpe de

Estado técnico de 1988 fue en un sentido, que dicha… se dictara desde un cuerpo que operase en la lógica

de un consejo. Esto llevó a esos grupos a promover y avalar la creación vía decreto presidencial del Consejo

Nacional para la Cultura y las Artes.

La versión del entonces titular de Educación, en alguna ocasión nos lo encontramos por el Senado, Manuel

Bartlett Díaz, quien a su vez había operado el golpe de Estado desde la Secretaría de Gobernación y que

llevó a Salinas de Gortari a la Presidencia es nítido. A mí no me tomaron en cuenta a la hora de crear el

Conaculta.

Bartlett Díaz afirma que, poco después de asumir la titularidad de la SEP, el presidente Salinas envió el

decreto relacionado con la creación del Conaculta. La historia muestra, no obstante, que el Conaculta ha

derivado en una instancia que duplica funciones de instituciones a las que en teoría coordina, así como la

caja de resonancia de grupos de intelectuales y su burocracia cultural orgánica, que se han relevado la

dirección o coordinación de la cultura y las artes en México —yo diría— con más pena que gloria desde

1988 hasta la fecha.

La intención aparente del grupo salinista al fundar el Conaculta fue, después de realizar varias consultas

locales y a nivel nacional, crear condiciones de mayor apertura y desarrollo de las artes y de la literatura en

México. Entonces, el Conaculta y la Coordinación de la Cultura y las Artes quedaron bajo el control de


grupos de intelectuales muy poderosos ligados, obviamente, al Partido Revolucionario Institucional, luego

que pese a las rupturas… desde entonces por el cardenismo en esa época, en el seno del partido oficial, me

parece que aún mantienen presencia y sobre todo influencia en la conformación de liderazgo institucionales

de todas las instancias de investigación y difusión de la investigación y, en general, de la cultura que el

mismo Conaculta coordina, y que en este caso son el INAH, el INBA, Radio Educación, etcétera.

Hago una reflexión de lo que, evidentemente en mi punto de vista, es la historia de Conaculta. No le voy a

dar lectura porque es un poco extenso, y paso a lo que viene ser la propuesta ésta, que entiendo que está ahí

en la Cámara.

Coinciden, desde hace varios años, legisladores de las más diversas corrientes, que la Ley Federal de Zonas

y Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos adolece de falta de una actualización severa. Uno de

los aspectos en los que más se han acumulado iniciativas legales para actualizar dicha ley corresponde al

apartado de Sanciones —lo hemos visto toda la mañana de hoy—. Así, ante la urgencia de tener una

legislación que penalice con mayor dureza la recurrente y cada vez mayor destrucción de patrimonio

material, los miembros de la actual legislatura federal hicieron un interesante ejercicio de síntesis tomando

iniciativas acumuladas de legislaturas precedentes sobre sanciones.

En consecuencia, lanzaron una propuesta legislativa para reformar dicha ley. La propuesta que recién

acaban de integrar podría no tener mayores implicaciones para la Ley Federal si no fuera porque se

introduce en la fracción B del artículo 34 la participación de un… de Conaculta dentro de la estructura

orgánica del INAH e INBA Ésta es una propuesta que se retoma de alguna de las varias iniciativas que

desde años atrás pugnaban por introducir reformas al apartado de Sanciones de la Ley Federal.

La propuesta llama la atención por el hecho de que Conaculta no deja de estar en el ojo del huracán, ya que

después de varios años de ser el centro de disputas de una errática política cultural impuesta por gobernantes

neoliberales al país, que implica recorta presupuestales, marginación del INAH y del INBA, corrupción de

altas esferas del Conaculta, desvío de recursos como el caso de la mega biblioteca y demás. La LX


Legislatura, o sea, los que están cerrando actualmente, parece, no cerraron este apartado y parecía que la

intención es nuevamente darle su reconocimiento al Conaculta.

¿Cuál es la verdadera intención? —Pregunto. ¿Y qué vínculos acarrea esa propuesta de fortalecimiento de la

Ley Federal en el apartado de Sanciones con las reformas constitucionales de abril del 2008 en las que se

reformaron los artículos 4o y 73 para dar entrada a lo que yo considero que es una dudosa concepción de

derecho a la cultura?

Dentro de los espacios de poder y representación de México, el Conaculta, después de 20 años de creación,

es visto como una especie de mal necesario para la cultura y las artes en México. Su evolución como órgano

de Estado y, en especial, en tanto reflejo de las tensiones y pactos que el poder presidencial tiene con los

grupos de intelectuales y una burocracia cultural decantada significa, pese a todo, un ámbito de acción,

promoción e influencia política para muchas personas y grupos integrados a esos proyectos. Cualquier

sugerencia orientada a la disminución de su influencia, incluso por momentos dados hasta su desaparición,

su integración al Instituto Nacional de Bellas Artes es vista, obviamente, con recelo.

Es tal el grado de malestar, incertidumbre, pasión, expectativas, recelos, aspiraciones y demás ideas

positivas y negativas que encierra esta institución y quizá por ello veamos un camino retorcido y numerosos

juicios certeros, así como retóricos en torno a su pasado, presente y futuro. Cuando más se apuntaba legislar

en el sentido de reconocer al Conaculta, sin afectar el ámbito y autonomía técnica del INAH, surge de

pronto una iniciativa que apunta en contrario.

Por eso pregunto: ¿Algunos legisladores pretenden una iniciativa en los términos de resaltar la… de la Ley

Federal para cambalachar… reconocimiento del propio Conaculta? Además, ¿por qué la titular del

Conaculta no suprime a directivos que han evidenciado, como es el caso del INAH, su ineptitud para dirigir

una institución que el Conaculta coordina? ¿Qué seguiría después si con todo y aumentar casi a nivel de

pena capital la destrucción del patrimonio cultural por funcionarios como los que hoy día dirigen al INAH,

junto con empresarios y clase política, mantienen la mira puesta en autorizar proyectos destructivos como

Resplandor teotihuacano en varias zonas arqueológicas del país?


La viscosidad y marasmo de intereses parece mezclarse como nunca antes en las decisiones de la política

cultural de la nación.

En otros ensayos hemos fundamentado —lo retomo porque son fundamentos que otros compañeros han

expuesto y me parecen incluso mucho más precisos que los que yo pudiera comentar— la problemática de

legislar en torno al derecho a la cultura, y en cambio centrarse, tal como lo sugieren los propios documentos

internacionales, en derechos culturales como punto clave de la responsabilidad social del Estado de otorgar

educación en sentido amplio a sus ciudadanos.

Asimismo, el hecho de que tal propuesta de reforma constitucional, aprobada por ambas comisiones

legislativas incidan en la reforma del artículo cuatro abre —me parece a mí— hasta el éxtasis una bocana a

favor del mercado y, en consecuencia, de empresas e instituciones que enfocan a la cultura como recurso

económico, como nunca se han adecuado a líneas internacionales más proclives a la mercantilización de la

cultura y el propio patrimonio cultural, porque de hecho existen también líneas…

… El artículo tercero constitucional, porque además fue un debate de años en las cámaras, describe la

obligación del estado para otorgar educación y preservar la identidad de los ciudadanos, fue concebido

como eje rector de los derechos sociales heredados del movimiento revolucionario de 1910, sólo toma

carácter de complemento lo que en seguida se determinó en el artículo cuarto.

Los derechos sociales, me parece, están por encima de los individuales, tal como sugiere el orden

constitucional vigente. Pero me parece que en general esta línea de reflexión o legislación que tiende más en

sentido neoliberal, están pactando reformar la Constitución en su artículo 4o, ya lo… para asegurar nuevas

atribuciones legislativas en la materia con un único objetivo, defender una línea ascendente de

mercantilización de los llamados bienes culturales.


Nosotros en Yucatán lo vivimos de manera muy plástica, muy gráfica con lo que pasó en Chichen Itzá, con

el famoso concierto de Plácido Domingo.

La decisión se pone en consonancia con la política federal privatista en materia como hidrocarburos y

energía, el texto que se adicionó en el párrafo noveno del artículo 4o, dice a la letra: “Toda persona tiene

derecho al acceso a la cultura y al disfrute de los bienes y servicios que presta el Estado en la materia, así

como el ejercicio de sus bienes culturales. El estado promoverá los medios para la ejecución y desarrollo de

la cultura, atendiendo a la diversidad cultural en todas sus manifestaciones y expresiones con pleno respeto

a la libertad creativa. La ley establecerá los mecanismos para el acceso y participación a cualquier

manifestación cultural”

Cierra diciendo: “El Estado tutelará esos derechos…” juego ecléctico, me parece a mí en la concepción del

párrafo.

Pregunto yo, ¿mintió por ello la Comisión de Cultura Emilio Ulloa, en ese entonces, cuando declaró: Con la

reforma, México cumplirá asimismo compromisos internacionales en materia de derechos humanos,

económicos, sociales y culturales? Pareciera que sí. Ante todo por un desaseo de los conceptos básicos

establecidos en los mismos documentos de la UNESCO, una vez más, me parece que las fracciones

legislativas demostraron un cierto desprecio en la tradición legislativa mexicana que concibe educación y

cultura como parte de un proceso único de formación del ciudadano.

Vínculo, por cierto, que la propia UNESCO mandó preservar… a la UNESCO le pareció que era muy

interesante que México conservara este vínculo, en su declaratoria sobre patrimonio y material del 2005.

Comentario final. Las nuevas orientaciones legislativas observadas en la actual Legislatura federal en

materia de cultura y patrimonio cultural, me parece que son un continuo de una secuela liberalizadora de la

nación de cultura que ya se extiende a un arco no menor de una década, son al mismo tiempo de un reflejo

de una contradicción creada por el estado salinista al crear el Conaculta como órgano que empezó a


resquebrajar en la práctica el modelo institucional centrado en la concepción y educación y cultura como

parte de un solo proceso institucional, forjador de identidad mediante la investigación, la conservación,

obviamente la difusión de su patrimonio.

Queda claro, sin embargo, que hasta la fecha la clase política no ha sabido qué hacer para que el Conaculta

funcione como un órgano autónomo generador y formador de ciudadanos educados, no como caja de

resonancia de grupos de intelectuales o de poder que saben negociar, quizá sus niveles de influencia en el

magro mercado de la política mexicana. Así tanto en el debate —entiendo, vendrá dentro de este foro— de

qué hacer con el Conaculta como en la avanzada legislativa que modificó la Constitución se incita a la

apertura de la cultura del mercado en general y se está consolidando una tendencia muy marcada a la

privatización de los servicios culturales, pese a que se considere en cierto nivel de obligación del estado y

las cada vez más golpeadas instituciones federales en la materia. Gracias.

El diputado: Exacto el tiempo, gracias doctor Iván Franco…

A continuación tenemos la participación del maestro Sergio Yánez Reyes, es profesor investigador de

tiempo completo del INAH, adscrito al postgrado en historia y etnohistoria de la Escuela Nacional de

Antropología e Historia. Candidato a doctor en el postgrado en ciencias políticas y sociales de la UNAM.

Recientemente coordinó el volumen, El patrimonio cultural en la era de la globalización, publicado por la

revista indexada Cuicuilco, en su número 38.

Es titular de la línea de investigación Historia Contemporánea de las instituciones culturales en México,

desde la que promueve la investigación del patrimonio cultural y la política cultural en México y en

América Latina. Bienvenido maestro Sergio Yánez Reyes.

El ciudadano Sergio Yánez Reyes: Muy buenas tardes, antes que nada quisiera agradecer a los

organizadores de este evento, por la atenta invitación que me hicieron para que participara en él.


Quisiera decir de entrada, que cualquier parecido entre la ponencia que acaban de escuchar, lo que tal vez

oyeron en la mañana y lo que ahora yo voy a exponer, no es sólo mera coincidencia, sino que es tal una

evidencia de que la realidad de los últimos 20 años ha sido así.

Quisiera dar unos antecedentes, mi tema es La política cultural mexicanos, dos décadas de cambio. Quisiera

dar unos antecedentes que me parecen fundamentales. Desde hace 20 años, funcionarios de todos los niveles

legisladores, empresarios, periodistas y comentaristas se han enfrascado en una especie de maratón por el

cambio en el campo cultural, quien más, quien menos ha sugerido transformar esto o aquello, agregar, quitar

o poner, lamentablemente, la mayoría de las veces, las propuestas se han caracterizado bien por el

desconocimiento del sector cultural y aún de lo que se quiere cambiar o bien por el compromiso con

intereses económicos y políticos que poco o nada tienen que ver con la cultura.

El banderazo de salida, como ya lo anunciaba o lo decía Iván, lo dio Carlos Salinas de Gortari, quien en

1988, en el marco de un proyecto modernizador y estimulado por las elites culturales de los grupos nexos y

vuelta de aquella época, impuso al controvertido Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, para operar

desde él un vuelco de 180 grados en la política cultural mexicana.

En los años siguientes la cúpula del CENCA efectúa acciones para intentar modificar la política cultural

vigente, imponer el proyecto neoliberal en la cultura, establecer el control de los institutos nacionales,

INAH e INBA, de otros organismos, programas y actividades del sector cultural.

¿Cuál ha sido la dinámica del cambio? Por su origen y desarrollo, el cambio de la política cultural mexicana

ha sido un proceso sinuoso, con muchas vertientes, intentos sin resultados, excesos, agudas disputas y

contradicciones. El 3 de noviembre de 1992 se constituyó el Fondo Nacional Arqueológico, cuyo objetivo

principal fue la realización del programa proyectos especiales, conformado por 14 zonas arqueológicas

seleccionadas para ser convertidas en escaparates para el turismo internacional.


Pongo este proyecto en el centro, en el inicio, porque fue precisamente la primera prueba de esta política

cultural para tratar de darle un vuelco a las zonas arqueológicas más importantes del país.

De 1992 a 1998 los directivos del CENCA y del INAH emprendieron una programada modificación del

proceder institucional, haciendo caso omiso de la normatividad vigente, aprobaron e iniciaron entre otros

proyectos la construcción de dos plazas comerciales y tren turístico en Teotihuacan, así como otorgaron el

permiso para la construcción de una plaza comercial de un grupo Carso, a un costado del sitio arqueológico

de Cuicuilco.

Estos hechos generaron una confrontación social tan aguda que alteró de fondo las actividades

institucionales, obligó a detener o reducir los proyectos y abrió un abismo insalvable entre la directiva

institucional encabezada, entonces, por la licenciada Teresa Franco y las comunidades: académica y laboral,

abismo que se mantuvo hasta el cambio de la administración nacional, en el año 2000.

El relativo fracaso de este tipo de cambio, que por venir de las propias cabezas directivas llamaremos

endógeno, condujo al gobierno mexicano y a los grupos económicos y políticos interesados en la

transformación de la política cultural a impulsar los cambios desde fuera, es decir, en forma exógena. El

camino que encontraron fue la acción legislativa. Así, de 1999 a 2005 legisladores de todas las tendencias

presentaron ante las Cámaras más de 40 iniciativas para adicionar o modificar la normatividad vigente.

Algunas propusieron reformas de diverso alcance para la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas

Arqueológicos, Artísticos e Históricos, otras explícitamente se pronunciaban por la transformación de los

principios, las políticas y el modelo cultural vigente en el país. La característica general de todas fue la

ausencia de consulta y la correspondiente falta de un consenso social.

La iniciativa de Ley de Fomento y Difusión de la Cultura, que el presidente Vicente Fox presentó a la

Cámara de Diputados el 20 de septiembre de 2005, misma que a diferencia de las otras, inmediatamente,


pasó todas las trabas y fue puesta a discusión, produjo un nuevo y extenso rechazo social al legislar al vapor

en materia tan sensible, como lo era el Sector Cultura Nacional.

Fue, precisamente, en el seno del movimiento patrimonialista defensor del patrimonio de aquellos años,

donde el Parlamento Alterno de Cultura y Educación, el famoso PACE, constituido por diferentes

organismos académicos, educativos, culturales y ciudadanos, formuló y propuso la realización de

diagnóstico amplio e integral de la problemática cultural, como principal guía para reconocer las

características, las carencias y fundar los cambios adecuados del sector cultura mexicana.

Tanto la anterior legislatura como la que ahora concluye, no respondieron a tal iniciativa, ni generaron

acuerdos y consensos al respecto, por lo menos no lo hicieron con los que lo habíamos sostenido y

defendido.

En la intención de contar con un diagnóstico que considero es a modo, escamotearon el proyecto y los

recursos financieros, para realizarlo, estos fueros y vinieron espacios distintos, muy lejanos a veces al Sector

Cultura Nacional.

Así, una vez más, lo que pudo ser un recurso académico riguroso que capitalizara la experiencia acumulada

por los actores culturales y concitara una amplia y plural participación, se manejó con criterios políticos,

claramente, segregacionistas en un absurdo y desusado empeño por dejar fuera a los actores del campo

cultural y patrimonial.

Coincidiendo con lo anterior, en los pasados cinco años el gobierno de la república, los sectores económicos

y políticos interesados en el manejo del patrimonio como negocio, pusieron en marcha otra forma de

intervención que pudiéramos denominar cambio de base múltiple. Se trata de una agresiva intervención

gubernamental dirigida al cambio de uso de seleccionados espacios culturales. Dicho proceder combina las

acciones de las instituciones culturales con las de agentes políticos y empresariales para imponer por la vía

del hecho las transformaciones que se estiman necesarias, sirviéndose de todo tipo de justificaciones.


Lo anterior, sin reparar por su puesto en la violación de las leyes, de las normas en la materia, en el rechazo

social que tales acciones pueden suscitar, ni en la afectación o destrucción del patrimonio.

El mejor ejemplo de este proceder es lo ocurrido durante los pasados cinco años en la zona arqueológica de

Teotihuacan, la cual ha sido convertida en el campo de experimentación de las nuevas opciones

gubernamentales.

De 2004 a 2005, el gobierno de Vicente Fox y el CENCA indujeron un proceso para que a pesar de todas las

limitaciones legales y de una amplia oposición a la iniciativa, el INAH y los tres niveles de gobierno

otorgaran los permisos necesarios, para la instalación de una tienda Walt Mart, en el polígono C, o área de

protección general de la zona arqueológica.

Logrado lo anterior, en diciembre de 2008 y enero del presente año, la emblemática zona fue agraviada una

vez más con la introducción por parte de los gobiernos: federal y estatal, del proyecto doblemente costoso

de luz y sonido denominado “Resplandor Teotihuacán”, el cual dejo ver una amplia alianza del gobierno

federal con intereses económicos y políticos ávidos en someter el campo cultural al negocio turístico.

Develó, también, la falta de escrúpulo de dicha alianza en la consideración y manejo de los bienes culturales

de la nación, el proyecto, sin embargo, no pudo sortear el juicio de los organismos institucionales, de los

especialistas, ni de los medios y la opinión pública que desde diferentes ámbitos expresaron su repudio a las

ominosas acciones emprendidas en las Pirámides del Sol y de la Luna.

De sobra es conocido que hasta el grupo técnico evaluador meticulosamente formado por el INAH, para

respaldar el proyecto reconoció fallas y se manifestó por su interrupción.

Llama especialmente la atención el desempeño de la administración del INAH, esta vez encabezada por el

embajador Alfonso Ariel Campos, el cual, en vez de vigilar y garantizar la estricta aplicación de la


normatividad y de operar la consecuente defensa y protección de los bienes patrimoniales permitió y trató

de justificar los conocidos excesos en contra de las pirámides, actuó siempre en contubernio con los agentes

políticos y empresariales, se negó reiteradamente a deslindar responsabilidades.

Hace apenas unos días, poco después de que la UNESCO solicitara informes sobre la situación actual de

Teotihuacán, en sorpresiva y relampagueante acción, retiró y desapareció el costoso material que

originalmente había sido empotrado en las Pirámides del Sol y de la Luna.

Lo anterior, es la gota que derramó el vaso, en lo que hoy podemos apreciar como un errático y equivoco

ejercicio de la política cultural patrimonial y de la normatividad vigente.

La actual conducción del INAH, resulta conflictiva y peligrosa para el patrimonio cultural mexicano, para el

principal organismo responsable del mismo y para los colectivos humanos dentro y fuera de la institución.

En efecto “Resplandor teotihuacano”, fue antecedido entre otros acontecimientos por la autorización

otorgada al evento musical “Las mil columnas de Chichén Itzá” del empresario y cantante Placido

Domingo.

La ausencia de intervención oportuna para evitar la demolición de seis edificios históricos por parte del

gobierno de la ciudad de México y por la represión y el artero asesinato de seis campesinos efectuado como

producto del desalojo, solicitado por funcionarios del INAH en Chinkultic, Chiapas.

¿Qué es lo que se ha querido cambiar de 1988 a la fecha? ¿Con qué dirección y con qué objetivos se está

tratando de hacer? Los intentos de cambios hasta aquí analizados tienen un denominador común, modificar

el sentido y la consideración histórica de la política cultural nacionalista y de amplio contenido social que

México ha sostenido por lo menos desde la cuarta década del siglo pasado. De lo que se trata es de redefinir

el carácter, sentido de la cultura y el patrimonio cultural de nuestro país.


Asimismo, remodelar o desmantelar, en su caso, y remplazar a las instituciones que fueron creadas para la

custodia y protección de los legados indígena, histórico y artístico. Pero, ¿con qué remplazar este conjunto

de aspectos en el campo cultural?

Frente a la noción identitaria y nacionalista de política cultural, desde el principio de los ochenta, prosperan

a nivel mundial formulas apegadas al neoliberalismo y la globalización capitalista, sus principales

estrategias son desligar la cultura y el patrimonio cultural de abstractos aspectos como identidad y

soberanía, así como separarlos, por su puesto, del ámbito educativo.

Combatir, modificar radicalmente la composición antropológica de la cultura. Desregular el campo cultural

y reducir en él, como en los demás espacios sociales, la participación del estado. Redimensionar a la baja

los patrimonios artístico, histórico y cultural y convertirlos en atractiva mercancía en ámbito de inversión,

en recurso empresarial, articulado con el desarrollo económico, con el negocio turístico y con las

denominadas empresas culturales.

En síntesis, de lo que se trata es de someter los objetos y las creaciones culturales a la lógica del desarrollo

económico, la producción privada y el mercado capitalista de mercancías.

Como mencionamos con anterioridad, semejante transformación ha sido motivo de un creciente conflicto

político, legislativo, social y cultural al que en otros trabajos he llamado la disputa por la cultura, conflicto

que continuará presente en tanto no se busquen las acciones y los procedimientos adecuados para modificar

el campo cultural mexicano en forma consensuada y sin poner en peligro la herencia cultural de nuestra

nación.

El esquema gubernamental para el cambio que sigue en el sector cultura. Todo hace pensar que en vez de,

precisamente, buscar la conciliación, el consenso, la perspectiva de desarrollo, se actúa precisamente en

sentido contrario.


El esquema gubernamental quedó claro desde el sexenio pasado, en líneas generales, fue expuesto por los

diputado y senadores de la anterior legislatura, los cuales convocaron en 2005 a cuatro foros regionales y a

una jornada nacional de consulta con el aparente objetivo de recavar opiniones y propuestas sobre aspectos

que, según su decir, se desprendían de las iniciativas de la ley acumuladas en ambas cámaras.

Dichas propuestas eran, número uno, elevar a rango constitucional el derecho a la cultura; número dos, crear

una ley general de cultura; y número tres, legislar sobre el organismo rector de la cultura.

A pesar de haber resultado ampliamente cuestionados, los temas de aquella consulta reaparecieron intactos

en el presente gobierno. Después de una consideración exclusivamente camaral, las iniciativas comenzaron

a ser aprobadas, tal es el caso del decreto presidencial del 30 de abril pasado, por el que se pretende elevar a

rango constitucional el derecho a la cultura.

Voy a saltarme, porque veo que el tiempo se me acaba, una parte donde hago el análisis de los efectos que

esa modificación tiene, porque me quisiera acercar solamente a algunas preguntas que al respecto de ella,

me parecen convenientes.

Entre éstas, yo preguntaría cómo, por ejemplo, que el...garantizado y no se convierta en letra muerta. De qué

estrategias se servirán las instituciones culturales en una época de comercialización generalizada y de

creciente tendencia a la privatización de la cultura para garantizar el disfrute masivo de los bienes y

servicios culturales.

El compromiso que ha contraído el Estado a través de esta reforma constitucional es verdaderamente

mayúsculo, resulta inmenso. Queda por ver si las capacidades reales, económicas, financieras,

infraestructurales y de servicios, entre otras, permitirán darle cumplimiento. Eso es una cosa que veremos en

los próximos años.

Paso entonces a presentar algunas conclusiones y algunas propuestas para esta reunión. El problema nunca

ha sido si se debe o no cambiar la política cultural mexicana y junto con ella la legislación vigente, así como


la estructura y función del campo cultural. La verdadera dificultad radica en qué cambiar, con qué actitud,

con qué enfoque, cómo, hacia dónde y para qué.

De lo dicho con anterioridad se desprende que los intentos del cambio neoliberal no sólo no han

fructificado, sino que han sido el motivo de recurrentes y crecientes agravios y conflictos que no resultaron

benéficos para nadie. De ahí que después de casi cuatro sexenios y de experiencias cada vez más dolorosas,

el primer compromiso debiera ser no repetir la experiencia y, por contra parte, modificar los métodos,

buscar nuevas, más adecuadas y coherentes soluciones.

Ésa es la tónica y perspectiva que cabría esperar del diagnóstico que será dado a conocer mañana en este

foro. El punto es de sobra importante y por eso me detengo un poco aquí.

Resulta de interés saber, aunque sea con retraso de tres años, que fue la UNAM la que finalmente asumió la

tarea, y al parecer trabajó un diagnostico de la cultura. Los resultados alcanzados convocan el interés

colectivo y aunque no tenemos de entrada razones para desconfiar de la intención o de las capacidades de la

UNAM para semejante labor, llama poderosamente nuestra intención que, a semejanza de las reformas

legislativas, el estudio se haya mantenido en secreto y aún cocinado afuera, sin vínculo orgánico con las

instituciones y los trabajadores de la cultura.

Ello resulta especialmente notable, si consideramos que la UNAM es un espacio educativo en el que

muchos de nosotros, yo mismo, crecimos, nos formamos, aprendimos nuestras primeras nociones sobre la

cultura, el nacionalismo, la identidad y la soberanía nacional.

Es de esperar que dicho documento cumpla con los requerimientos de objetividad y viabilidad que la

presente situación requiere. Sin embargo, hay que apuntar una primera contradicción que lo marcará de

entrada, por qué, si se había decidido efectuar el mencionado diagnóstico, se apuró una importantísima

reforma constitucional en el ámbito cultural sin el conocimiento de los resultados que aquél arrojaría.


¿No era éste el momento oportuno para unificar los caminos del análisis académico con la acción

legislativa?, es decir, ¿por qué efectuar un nuevo parche?, porque por más grande que hay sido, sigue siendo

un parche. ¿No hubiera sido mejor esperar los resultados del estudio para proyectar y consensuar una acción

legislativa más integral?

Más allá de este señalamiento y de conocer los resultados alcanzados, me parece oportuno expresar el

siguiente punto de vista. Para actuar legislativamente en el campo cultural, hay que reconocer y distinguir

dos ámbitos que, por sus trayectorias y características demandan alternativas y soluciones distintas.

Me refiero de una parte al campo patrimonial, arqueológico, histórico, artístico; y de la otra, a los campos de

creación cultural, no patrimoniales, a aquellos que Ernesto Piedras, autor de Cuánto cuesta la cultura,

pagado por el Conaculta, engloba como industrias protegidas por el derecho de autor, entre las que cita la

música, editorial, cine, fotográfica, artes interpretativas y otras audiovisuales y artes plásticas, cada una con

sus ramas particulares.

El primero de estos campos ha sido receptáculo de una política cultural protectora de las principales

riquezas de la nación. Cuenta, por tanto, con experimentados institutos, legislación federal y leyes orgánicas

aprobadas por el Congreso de la Unión. En él existen dos prioridades, desde mi punto de vista, la primera

que los instrumentos legales vigentes sean respetados y aplicados por todos, y antes que nada por los

directivos de las instituciones y si no, como insinuaba Iván, mejor que se vayan.

Y segundo, que la Ley Federal de Zonas sea actualizada y fortalecida en los aspectos que merecen,

principalmente la nomenclatura, el patrimonio cultural y los delitos contra el patrimonio y sus respectivas

sanciones.

En este ámbito debe resolverse también, a la brevedad, el ominoso hueco normativo representado por el

reglamento de la Ley Orgánica del INAH, mismo que tiene 24 años de estar pendiente y que cada

administración del instituto lo maneja a su buen entender y de la manera política que le interesa. La


directiva de la institución y la comunidad institucional debieran quedar emplazadas y comprometidas a

lograr en sólo seis meses, no más, un amplio positivo consenso al respecto.

Finalmente, en el campo que hemos denominado No patrimonial de la cultura, habría que recabar la

experiencia institucional y normativa, precisar su estatus y composición para dotar a todas estas áreas —en

su mayor parte dedicadas al fomento y la difusión cultural— de una legislación y estructuras institucionales

adecuadas.

El fortalecimiento de los órganos patrimoniales autárticos, así como la construcción de una política cultural

en el sector no patrimonial, podrían ser el adecuado complemento para discutir, organizar y legislar sobre un

órgano rector que fortalezca, y no divida o debilite, la labor cultural.

Que logre una mejor y más adecuada articulación con el sector educativo y que cumpla fielmente su función

de coordinación, no de supresión, no de violentar, no de reemplazar o sustituir a los institutos nacionales y a

los demás organismos que la historia cultural del país nos ha legado, ni muchos menos traslapar, empalmar

o repetir sus funciones como lo ha hecho con todo tipo de excesos el Conaculta.

Un órgano de tal naturaleza perfectamente podría adquirir la legalidad y legitimidad, de las que el CENCA

ha adolecido, y podría ser el motivo de un nuevo impulso realmente creativo y benéfico para la cultura

nacional.

En conciencia de que hoy hablamos ante una representación, que prácticamente ha terminado sus funciones,

sugiero —a fin de que estas ideas no se pierdan en la transición y que no tengamos todos que repetir los

mismos caminos sinuosos del pasado— que el presente fuero concluya: que los dictámenes que actualmente

se encuentran en proceso en la Cámara sean votados en contra.


Y por contraparte, la Presidencia de la Comisión de Cultura de esta Cámara, no sólo entregue el informe de

nuestra actividad a sus sucesores, sino que además les manifieste la voluntad de los aquí presentes y articule

con ellos esa voluntad.

Para que los trabajadores de la cultura podamos emprender una labor conjunta, desde el inicio de sus

trabajos en el terreno de pensar discutir y diseñar los cambios legislativos que pueden ser viables en la

perspectiva de un proyecto de modernización respetuosa, ética, no lesiva de nuestra cultura y del patrimonio

cultural, proyecto que sea capaz de coordinar la conservación de las riquezas culturales del país, con una

adecuada reordenación del campo cultural mexicano y de la legislación correspondiente.

Ésa es la última propuesta que pongo a su consideración, muchas gracias.

La diputada: Muchas gracias, maestro, Sergio Núñez Reyes. Vamos a continuar con la maestra Virginia

Barrera Rodríguez y la maestra Patricia Chavero, que entiendo, la ponencia es en conjunto, ¿estoy en lo

correcto? Sobre la ley que crea el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, Atributos y nuevos

escenarios.

La maestra Virginia Barrera Rodríguez tiene estudios de licenciatura en Biblioteconomía y profesional en

Archigonomía. Es investigadora en el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de

Artes Plásticas (Cenidiap), desde 1996. Ingresó al INBA en 1995, ha colaborado en el proyecto Recepción e

interculturalidad, las artes en México, por el imaginario berlinés. Ha participado también en la coordinación

de análisis documental en el proyecto Panorama de la Revista de Arte en Línea.

Actualmente, participa en el proyecto Base de datos hemerográficos sobre artes plásticas, una experiencia

profesional. Tiene un diplomado en Estética, Teoría y Metodología de la Artes, del Centro Nacional de las

Artes (CNA), Dirección de Extensión Académica.

Ha participado en seminarios, talleres y cursos en Historia de la Cultura y el Arte, Patrimonio Cultural

Inmaterial, Un recurso sostenible de la comunidad, la experiencia Cubana, Aproximaciones a la imagen,


Tendencias emergentes del arte contemporáneo mexicano, Crítica teórica y dimensión ideológica en la

historiografía del arte moderno en México, De las vanguardias consumistas al arte de los ochentas.

También ha participado en talleres libres en escultura y dibujo en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura

y Grabado, “La Esmeralda” y ha tenido participaciones diversas en jornadas, foros, encuentros, mesas

redondas y congresos académicos. Bienvenida, maestra.

Presento también a la maestra Patricia Chavero, originaria de la ciudad de México, productora e

investigadora de teatro, licenciada en Literatura Dramática y Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras de

la UNAM. Estudió la especialidad en Políticas Culturales y Gestión Cultural, que imparte la Universidad

Autónoma Metropolitana, Plantel Iztapalapa, la Organización de Estados Iberoamericanos y el Centro

Nacional de las Artes.

Su trabajo de recepción, evaluación de un modelo paritario en la producción teatral: Estado público,

creadores, …de la administración del Centro Cultural Helénico en el periodo 2001-2006, publicado en la

página Web del Centro de Investigación Teatral, Rodolfo Usigli, del INBA. Su trabajo de investigación se

centra en el estudio de los procesos de circulación de la cultura y las artes, especialmente el sector teatro.

Colaboró en el proyecto El teatro y sus públicos, del CITRU, INBA. En el año de 2002 recibió el premio de

Educación Artística del INBA, CENART, Conaculta, para realizar el proyecto Estuche de juegos de mesa

del teatro mexicano, última década del siglo XX.

Actualmente, desarrolla el proyecto de investigación, revisión del gasto público destinado a cultura,

subsector teatro. En el ámbito de la producción y promoción teatral, trabajo en el Grupo de Teatro Dragón,

dirigido por Eduardo López Rojas y Mara Ibarra. Ha colaborado en la asistencia administrativa y desarrollo

de proyectos con el maestro Rodolfo Sánchez Alvarado, con quien recientemente gestionó la edición de la

Antología de música original para teatro de Luis Rivero.


Ha publicado en el teatro en México, Bianuario 1994-1995, la Revista Paso de gato, y participa en eventos

académicos relativos al tema de la producción de las artes escénicas. Bienvenida, también, maestra.

La ciudadana Virginia Barrera Rodríguez: Buenas tardes a todos. Creo que vamos a seguir en el tenor,

nuestra ponencia tiene que ver —sobre todo porque nosotros, como institución cultural INBA, pues somos

de los más afectados desde la creación de Conaculta— que nuestro trabajo quiere hacer una relación entre la

ley del INBA y el decreto de Conaculta, para ir viendo cómo es que duplica las funciones Conaculta del

INBA.

Introducción. El marco de acción del INBA esta sustentado en los principios fundacionales que describo a

continuación:

El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, (INBAL) es una institución educativa y cultural, creada

por decreto del H. Congreso de la Unión el 31 de diciembre de 1946. Este decreto le otorga al instituto

independencia económica y personalidad jurídica propia, sin embargo, como una institución del gobierno

federal depende directamente de la Secretaría de Educación Publica.

La creación del instituto tuvo como finalidad el fomento, creación y desarrollo de la riqueza artística y

cultural nacional. Su protección, rescate y conservación cultivo, estímulo e investigación de las bellas artes

en sus distintas disciplinas, danza, música, teatro, artes plásticas, literatura y arquitectura, así como a su

fomento, organización y difusión por la radio y la televisión y agregaríamos hoy la Web y dirigido

especialmente a las clases populares, los estudiantes y al público en general con el fin de fortalecer la

identidad nacional.

El Instituto de Bellas Artes cuenta con una infraestructura educativa y cultural a nivel nacional, museos y

galerías, escuelas de educación artística a nivel básico, secundaria, bachillerato, nivel técnico, licenciatura y

maestría en diseño, centros de investigación, grupos artísticos de música, opera, teatro y danza;


monumentos, edificios y otros espacios culturales donde tienen lugar las diversas manifestaciones de las

artes en general y gran parte de la vida cultural en la ciudad de México.

La historia del instituto está ligada a la historia de la sociedad mexicana del siglo XX, formando parte de la

estructura del gobierno federal desde 1905 cuando se crea la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas

Artes, a iniciativa de Justo Sierra, quien puso en práctica dar a la educación primaria el carácter de nacional,

integral, laica y gratuita; y a nivel superior la organización las carrera de bellas artes y música así como la

promoción de la arqueología.

La Secretaría de la Instrucción Pública y Bellas Artes fue suspendida en 1917 por Carranza y se establece el

Departamento Universitario de Bellas Artes, para 1921, cuando se crea la Secretaría de Educación Pública,

se integra a esta como un departamento de Bellas Artes, teniendo entre sus funciones la enseñanza, la

conservación y la difusión de las artes hasta 1946 que es cuando se convierte en la Dirección General de

Educación Extraescolar y Estética.

Y a mediados de se mismo año el gobierno federal formula el plan de bellas artes para reorganizar, impulsar

y ampliar las funciones que el gobierno federal realizaba en cuanto a la educación, creación, investigación,

promoción y difusión del quehacer artístico en nuestro país.

A partir de la creación del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en 1988, a la cual se le delegan

funciones, actividades y representaciones a través de prácticas autoritarias como el centralismo político y

administrativo, sin importar que duplique funciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia y el

Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, así como de otras organizaciones culturales y educativas,

como son Radio Educación, Estudios Churubusco, Canal 22, Centro de Capacitación Cinematográfica,

Centro de la Imagen y Cineteca Nacional, entre otros.

Es clara la intención de los gobiernos neoliberales —del color que sean— de crear una institución que

facilite al gobierno deshacerse de la obligación constitucional en materia de preservación, protección,


conservación, investigación, educación y difusión del patrimonio cultural y artístico de México, con el fin

de beneficiar a la iniciativa privada nacional y extranjera, a través de modificaciones a las leyes en la

materia, para, entre otros aspectos, favorecer la creación de las llamadas industrias culturales, consistentes

en el patrimonio cultural al libre mercado.

Es importante señalar que la intención de este trabajo no es el de realizar un estudio jurídico, este ya fue

elaborado por el licenciado Luis Felipe Medina Espíndola, especialista en la materia, quien entregó y realizó

el estudio jurídico comparativo de creación y funcionamiento del INBAL y del Conaculta a la Cámara de

Diputados en 2003.

La idea es presentarles a ustedes un cuadro comparativo en donde podamos apreciar cada uno de los

artículos que conforman la ley de creación del instituto, sus atribuciones y mostrar la evidente duplicidad de

funciones que aparecen en el decreto, decreto por el que se crea el Conaculta. Un ejemplo es el Informe del

2001-2006, seis años de trabajo, publicado el 25 de noviembre de 2006 en diferentes diarios de circulación

nacional y el informe de… de cuentas de Conaculta 2000-2006, donde se refleja el trabajo realizado por

cada una de las instituciones y organismos culturales a nivel nacional.

En el caso del INBAL la situación fue todavía más grave, ya que en el informe se consideraba al Cenart

como coordinador de la educación y la investigación que se realiza en las escuelas y centros de

investigación del INBAL. Esto fue y es absolutamente falso, ya que estas dos actividades han sido y son dos

áreas sustantivas del instituto.

La investigación y la documentación artística son actividades fundamentales y su labor es la organización,

conservación y preservación, promoción y difusión de la memoria y patrimonio artístico de la nación,

actividad que se ha venido desarrollando desde 1947 hasta la fecha. Los investigadores durante este tiempo

han contribuido en el desarrollo, fortalecimiento y difusión de la creación artística, fomentando la

adquisición, preservación, custodia y sistematización de la memoria documental, así como su promoción,

divulgación, valoración y reconocimiento a nivel nacional e internacional.


En 1994 los centros nacionales de investigación y las escuelas de danza contemporánea, Escuela Nacional

de Música, la Escuela de Artes Pláticas y la Escuela de Arte Teatral del INBAL, se trasladan físicamente al

Centro Nacional de las Artes. La intención en ese momento era la de crear la universidad de las artes,

proyectos salinista que no tuvo eco entre la comunidad cultural, por considerar que se pretendía elitizar la

cultura, privatizando la educación artística y dejando fuera de sus aulas a jóvenes de escasos recursos.

Desde su llegada a las instalaciones del Cenart, los centros y las escuelas han padecido la falta de espacios

adecuados y equipamiento necesario para su desarrollo y de los recursos económicos y humanos necesarios

para cumplir con los objetivos y tareas específicas de su especialidad. Sin embargo, aún en estas

condiciones los académicos han trabajado y los resultados forman parte del llamado Informe de revisión de

cuentas de Conaculta.

Hoy los empresarios y los gobiernos neoliberales estarán muy satisfechos, ya que cumplieron su objetivo

estratégico de mantener subordinados a los institutos nacionales INAH e INBAL, bajo la administración

ilegal de Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, que desde su creación, por decreto presidencial en el

sexenio de Carlos Salinas de Gortari, ha sido cuestionado por diferentes actores del ámbito educativo,

cultural y de la sociedad mexicana.

En la administración foxista se sostuvo la línea política de apoyar con recursos al Conaculta, a costa de

castigar a otras instituciones culturales que por ley tienen a su cargo no solo la educación, sino el patrimonio

arqueológico y artístico de los mexicanos, además de la posibilidad del disfrute de éstos por la sociedad y

sobre todo para las clases populares.

Hoy, bajo el gobierno de Felipe Calderón, la encomienda es legalizar al Conaculta a través de la creación de

una ley de cultura y otras iniciativas de ley para otorgarle al Conaculta el sustento legal para que continúe

con su programa de privatización y comercialización de la educación y los servicios y bienes culturales.


Bajo estas circunstancias, un ideal basado en el nacionalismo, en la autonomía, en la libertad de cátedra, en

los derechos humanos, en la educación pública gratuita y laica, resultan impertinentes. Hoy se expone como

lo verdaderamente importante la experiencia, la calidad y la productividad, la educación privada, la

competitividad laboral, las aulas y bibliotecas virtuales, todo ello bajo el libre mercado. Hoy el Estado es

reducido a la categoría de administración y promotor de los grandes negocios públicos y privados.

El propósito de este trabajo consiste en socializar esta información con el fin de disponer de elementos en

común a partir de los cuales se pueda dimensionar, por una parte, la consistencia de la política cultural del

estado mexicano con los objetivos fundacionales del INBAL y por otra parte, la coherencia de ésta con el

Estado, que guarda la discusión en torno a la globalización, homogenización de las industrias culturales.

Nosotros nos habíamos formado tres escenarios. El escenario uno sería La cultura sin Conaculta. Este

primer escenario estaría determinado por el trabajo legislativo, que los legisladores se comprometan a

revisar los estudios realizados por los especialistas, mismos que han sido entregados durante los últimos

cinco años y que dan los elementos necesarios para revisar y en su caso dictaminar por la desaparición del

Consejo Nacional para la Cultura y las Artes…

… como una universidad brinda educación en los niveles medio superior y superior y realiza actividades de

investigación, cuenta con 29 escuelas, más de 9 mil alumnos y cuatro centros de investigación que suman

alrededor de mil 800 académicos así como el personal profesional técnico, manual y administrativo.

Escenario tres, La creación de una secretaría de la cultura. ¿Qué resultados tendría esta decisión? Para crear

una secretaría de cultura sería necesario reformar la Constitución y promulgar una ley general de cultura,

además de ajustar la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal y desligar educación de cultura con

los riegos que esto conlleva.

Cualquiera de estos tres escenarios implican un diagnóstico objetivo y serio por parte de los miembros de

cada institución, funcionarios, trabajadores y de la responsabilidad legislativa del H. Congreso de la Unión.


Hicimos una exposición solamente para confirmar lo dicho. El INBAL es creado por ley en 31 de diciembre

de 1946. Conaculta, como todos sabemos, se crea a partir del decreto publicado el 7 de diciembre de 1988.

Al confrontar una ley frente a un decreto vemos que la ley creada por el Congreso de la Unión, es decir, por

el Poder Legislativo Federal, es una norma jurídica dictada por el legislador, es decir, un precepto

establecido por la autoridad competente en que se manda o prohíbe algo en consonancia con la justicia y

para el bien de los gobernados y en cumplimiento trae aparejada una sanción, mientras que un decreto es la

determinación o decisión tomada por el Ejecutivo.

Un decreto es un acto administrativo emanado visualmente del Poder Ejecutivo y que generalmente posee

un contenido normativo reglamentario, por lo que su rango es jerárquicamente inferior a…

Continuamos. Consideramos que el Presidente, como Poder Ejecutivo, debe ser el primero en cumplir y

hacer cumplir las leyes. En el artículo 2 del Instituto Nacional de las Bellas Artes, son todas las finalidades

que tiene, cultivo, fomento, estímulo, creación e investigación de las bellas artes, actividades que se repiten

—algunas se omiten— por parte del Conaculta, que se limita a promover y difundir la cultura y las artes.

Pasamos de un estado productor a un estado organizador, administrador de la cultura, funciones que por ley

le corresponden al Instituto Nacional de Bellas Artes.

En el artículo 3o, es responsabilidad del instituto el fomento, la organización y la difusión de las bellas

artes. Aquí, entre los dos artículos del INBAL y el Consejo, existe un conflicto normativo.

En el último cuadro vemos cómo existe un conflicto normativo. Las funciones asignadas al Conaculta le

corresponden de forma directa e indelegable al secretario de la SEP, porque un órgano desconcentrado no

puede coordinar a otros órganos desconcentrados adscritos, como es el caso del INBAL.


Artículo 4o. Aquí vemos que el estudio y fomento de la televisión y medios audiovisuales, correspondían al

Instituto Nacional de Bellas Artes y las en forma derivada le correspondan en los términos de esta ley y de

las que resultaren aplicables.

Vemos entonces que para cumplir con esta función el INBAL cuenta con una infraestructura cultural que ha

sido tomada por el Conaculta, cuenta con escuelas, museos, galerías, grupos artísticos de danza, teatro y

música, espacios culturales, teatros, salas, plazas, salones de plástica, laboratorios de arte, la unidad artística

y cultural del bosque así como el Palacio de Bellas Artes.

Vemos que se le atribuye al Conaculta organizar la educación artística. Esto ha quedado en mera intención.

Vemos que esta facultad por ley corresponde al INBAL. En cuanto a las bibliotecas públicas, habría que

revisar los avances en esta materia después de promulgada la Ley General de Bibliotecas y la Red Nacional

de Bibliotecas.

Planear, dirigir y coordinar las tareas relacionadas en lenguas y culturas indígenas, fomentar la investigación

en estas áreas y promover las tradiciones el arte popular, es un gran ideario de creación del Conaculta, la

inclusión, el reconocimiento de la pluralidad. En este punto es claro que el Conaculta, así como el gobierno

federal no ha realizado ese cometido, una prueba de ello es que no ha promovido el respeto a los Acuerdos

de San Andrés.

Continuando vemos que en el artículo tercero del INBAL las escuelas e instituciones y servicios que en el

futuro cree el gobierno federal con finalidades semejantes a las comprendidas en el artículo anterior,

quedarán a cargo y bajo la dependencia del instituto.

Entonces, concluimos que la ley de creación del INBAL es muy clara, todas las funciones e infraestructura

que legalmente asume el Conaculta y que son facultad del INBAL deben pasar a formar parte del mismo,

parte el INBA.


En su artículo cuarto el instituto se creó con una infraestructura comprendida con el Conservatorio

Nacional, el club Hípico Alemán, que hoy es la Unidad Cultural del Bosque, la Escuela Nacional de Artes

Plásticas, La Esmeralda, el Palacio de Bellas Artes, con todas sus dependencias y anexos, el edificio del

Teatro Hidalgo, el ex Templo de San Diego. Por ley todos los espacios culturales, centros de las artes de los

estados y en el Distrito Federal que han sido creados por el gobierno federal, consideramos deben pasar al

INBA.

En el artículo siete del Instituto, el artículo cuatro del decreto del Conaculta y el acuerdo 151, tiene que ver

con la designación de los directores, de los directivos.

Hemos visto cómo en los últimos años se ha presentado otro conflicto normativo, ya que es facultad del

Ejecutivo designar a los titulares de los órganos de gobierno de las entidades paraestatales y de los órganos

de gobierno de las entidades paraestatales y de los órganos desconcentrados del subsector cultura, así cómo

su remoción y no como ha sucedido, en donde el presidente del Conaculta ha nombrado a los directivos del

INBAL y del INAH.

Siguiente lámina.

El artículo 15, el gobierno federal, por conducto de la SEP, asignará anualmente al instituto el subsidio y las

partidas presupuestales necesarias para su funcionamiento.

Hemos visto cómo a partir de la creación del Conaculta se ha visto drásticamente reducido el presupuesto

para todas las instituciones del sector cultura. De cualquier manera, estamos presupuestalmente lejos de

alcanzar el financiamiento recomendado por la UNESCO para impactar, a través de la educación, cultura y

arte, en el desarrollo humano.

El artículo 16 señala: “Corresponderá al instituto otorgar los premios nacionales de arte y de literatura

actualmente establecidos por la ley y los que se establezcan de la misma naturaleza, por su iniciativa propia


o de cualquier dependencia del Estado”. Esta atribución ha sido usurpada por el Fonca, lo que nos ha

llevado a la pauperización del artista.

Aquí en este foro podemos lamentar la ausencia de creadores y aristas. Y en este sentido la creación del

Fonca es una falacia, ya que hoy como ayer, el principal productor de artes escénicas, continúa siendo el

Estado.

A 20 años de creación del Conaculta el objetivo de involucrar al sector privado en el resguardo,

conservación y producción cultural y artística, sigue en términos de intención. Son varias las razones para

que esto suceda.

Si se ponen al mismo nivel las tareas de salud, educación, social y cultura ante el sector privado, el arte

pierde porque no se concibe como prioritario, aunque éste lo sea. Ya se habló de la naturaleza transversal de

la cultura y el arte que nos humaniza y nos convierte en una ciudadanía, en un mejor gobierno.

Entonces, continuando, otro factor es que el Estado no ha credo condiciones que favorezcan la participación

de particulares en el financiamiento de las artes. Ahora tendríamos que preguntarle también a la iniciativa

privada cuál es esa disposición para participar, para financiar el arte; creo que es muy pobre.

Así es de que el modelo promovido por el Conaculta obliga a los artistas a buscar apoyos; de artistas pasan a

solicitantes y cuando se consigue un apoyo del Fonca este resulta un subsidio indirecto del Estado a la

producción que se va a presentar en otra instancia oficial, nos estamos…, es una espiral que nos lleva a eso,

la consecuencia ha sido esa, la pauperización del artista.

Siguiente.

Ya en los transitorios vemos que en el artículo segundo dice: “Oportunamente la SEP procederá con los

conductos correspondientes y con la intervención de la secretaría del ramo, que igualmente conforme a la

ley corresponda hacer entrega y poner en posesión material al instituto de todos los bienes muebles e


inmuebles, colecciones de arte, etcétera, que constituirá sus pertenencias, su patrimonio a través del o los

funcionarios que para estar al frente del instituto oportunamente se designen”.

Entonces, concluimos que la ley le otorga al INBAL no solamente adquirir, impulsar, reconocer y valorar la

creación artística, sino preservar, defender, resguardar la memoria a través de sus documentos, archivos,

monumentos, etcétera, bienes nacionales a través de la educación y la investigación, dos áreas estratégicas y

fundamentales para el desarrollo de cualquier nación.

Muchas gracias.

La diputada: Gracias a nuestros ponentes y le pediríamos al diputado José Alfonso Suárez del Real que nos

pudiera hacer un comentario de las ponencias que acabamos de escuchar.

El diputado José Alfonso Suárez del Real y Aguilera: Gracias diputada. Compañeras y compañeros, si

ustedes me permiten, trataré de comentar las ponencias que hemos escuchado en esta fase del foro.

Yo diría que todos vamos a coincidir en agradecer y dar la bienvenida a los señalamientos que aquí se han

vertido porque a criterio nuestro ellos abonan a la construcción de los necesarísimos canales de

comunicación.

La reflexión, los análisis, los diagnósticos son muy valiosos y reflejan las visiones de académicos que están

involucrados de manera cotidiana en el quehacer cultural de la nación.

Creo que también coincidiremos plenamente en que es premisa sine qua non básica para poder transitar y

avanzar hacia las metas que desde en la mañana se han venido planteando que debemos discutir, organizar y

articular en todos los ámbitos del quehacer de la cultura y de manera puntual sobre la discusión, la

organización y la articulación de una instancia verdaderamente coordinadora.


Nosotros partimos de un pensamiento común que esta instancia coordinadora debe respetar las funciones y

las metas de los institutos, el Nacional de Antropología e Historia y el de Bellas Artes y Literatura, a

quienes reconocemos su importancia en la consolidación de la construcción del México de la Revolución.

Los orígenes de sus cuerpos normativos así lo acreditan de manera muy puntual, el del INAH pertenece

además a la administración del general Lázaro Cárdenas del Río. Y esos espíritus de vinculación social de

la consolidación del carácter social, son los que ennoblecen la fundación y el trabajo de estas instituciones.

Se nos ha propuesto aquí analizar las iniciativas la minuta a la luz de las diversas visiones que hemos

escuchado. En efecto, precisamente por eso es por lo que nos hemos reunido aquí, cuando de manera

natural se considera que esta legislatura ya se va, en el caso de la Comisión de Cultura sus integrantes aquí

estamos y estaremos hasta el 31 de agosto, porque consideramos que esa es nuestra responsabilidad, que el

electorado que nos votó en la jornada del 2006 nos mandató para trabajar hasta el último momento y que

moral y éticamente nosotros consideramos inaceptable desligarnos de los pendientes que tenemos en

tránsito.

Evidentemente, existe el compromiso no solamente del presidente de la Comisión de Cultura. Yo destaco

aquí la integración de la mesa directiva de la Comisión de Cultura en el sentido de manifestar la voluntad de

los trabajadores de la cultura a construir vínculos con la nueva legislatura.

Eso ha sido un compromiso que hemos asumido todos los integrantes de la mesa directiva y por tal motivo

hemos organizado esta serie de encuentros, de foros, de mesas de trabajo, de informes con los temas que

nosotros consideramos que con los grandes asuntos que deberá abordar la próxima legislatura.

Caso específico, el día de hoy, es esta situación sobre las leyes, la pertinencia o no de modificar, qué se debe

de modificar, en dónde es donde se debe de tener un especial cuidado. Estamos también analizando y

discutiendo entre nosotros la pertinencia de impulsar acciones preventivas mucho más acordes al espíritu


propio de las instituciones y del quehacer de la cultura vinculado con la educación que constreñirnos

específicamente al incremento de sanciones y a la persecución del delito.

Y aquí en esto creo que existe un ánimo cada vez mayor de fortalecer a las instituciones para que puedan,

desde el ámbito de su competencia, cumplir con la disposición de la Ley Federal que obliga a las

instituciones a vincularse con las organizaciones sociales, llámese juntas vecinales —en aquel entonces en

el 72—, llámense hoy en día ONG, asociaciones civiles, organizaciones campesinas, sindicales, a efecto de

que sea a través de este mecanismo que logremos de manera eficiente prevenir la comisión de delitos que

dañan al patrimonio de todos los mexicanos.

Les queremos agradecer muchísimo los puntuales comentarios. Esta legislatura y en el caso específico de la

Comisión de Cultura, respetó —como siempre ha respetado— la diversidad y dentro de esa diversidad de

opiniones es como fuimos construyendo el consenso para lograr pequeños pasos, lo reconocemos como tal,

somos muy responsables de expresarlo en ese sentido.

Nosotros consideramos que la reforma constitucional en algo va a servir. Lo importante en primera instancia

es que bien o mal, pero la cultura deja de ser un programa de gobierno para constituirse en un derecho

contemplado por la Constitución y no es lo mismo el trato que se le da a un programa que puede ser

sacrificable al ejercicio de un derecho que está consagrado en el cuarto constitucional.

Gracias de manera muy puntual y sincera a nombre de todos mis compañeros por el contenido de las

ponencias que aquí nos han presentado. Y en efecto, hay alguien que ya dijo...

—Bueno, si los señores diputados se van, ¿qué garantía se tiene de que esto tenga un reflejo o sea de

conocimiento de la siguiente legislatura?.


Yo les diría que en la búsqueda de consolidar a la cultura dentro de la agenda política nacional, hemos roto

paradigmas y uno de los paradigmas que romperemos será el hecho de que la Comisión de Cultura hace una

simple entrega de lo que tenga y ahí terminó el asunto, “ya le tocará a los que vienen”.

No, aquí hay un compromiso formal de que todas estas expresiones, estas ponencias que nos han brindado,

serán trasladadas de manera oficial a la siguiente Comisión de Cultura para que tengan conocimiento de

estos puntos de vista que permiten generar las condiciones de lo que aquí se ha dicho de manera muy

puntual, condiciones de discusión, de organización y articulación que beneficie al quehacer de la cultura en

México dentro de lo que aquí han señalado ustedes, una tentación o una tendencia a nivel mundial de

mercantilizar y de subrogar todas las cosas.

Gracias.

La diputada: Pues no me resta más que darles las gracias y sí decirles que la intención de la Comisión de

Cultura, desde el planteamiento mismo del foro fue precisamente abrir el espacio en términos respetuosos

de las diversas opiniones, porque si no, nos parecería que construir un foro para escuchar lo que queremos

escuchar, pues no le va a servir a la cultural.

Creemos que, por el contrario, poder contrastar opiniones, puntualizaciones que ponen a veces el dedo en la

llaga, como lo decía una compañera por la mañana, pues es el sentido de este foro, pero también de rescatar

muy puntualmente todas las propuestas que ustedes como especialistas hoy nos están haciendo y ayudarnos

en esta tarea legislativa.

Y creo que precisamente es una de las tareas que si no culturales, sí legislativas, tiene que asumirse como

método de gobierno y es hacer planes y programas que trasciendan en el tiempo, no puede ser una moda,

tiene que ser una política de largo plazo, de largo alcance y en donde realmente la planificación en el largo

plazo sea una forma de legislar y de hacer política, más allá de los colores o los grupos partidarios.


Porque creo que algo que ha caracterizado, por lo menos a esta comisión a la que yo pertenezco y de la cual

me siento muy honrada de participar, es dejar fuera tanto los grupos a los que pertenecemos y poner en el

centro de la discusión el asunto cultural que para nosotros es vital e importante.

Sabemos que pues a la mejor tenemos pendientes, quisiéramos haber hecho mucho más, pero créanos que

hasta lo que ha estado a nuestro alcance, hemos estado en este compromiso. Entonces, maestras Virginia

Barrera Rodríguez y maestra Patricia Chavero, doctor Iván Franco Cáceres y maestro Sergio Yáñez, muchas

gracias por su participación y por sus aportaciones. A mí realmente me dejan reflexionando en todo lo que

hoy he escuchado.

Gracias.

El diputado José Alfonso Suárez del Real y Aguilera: Agradecemos a los ponentes su participación, tal

como lo ha dicho la diputada, y solicitamos a Adriana Salazar, Javier Contreras, Pablo González y Carmen

Hernández, si quieren subir al presídium, para ocupar sus lugares.

La siguiente fase, la moderará...

El diputado: Buenas tardes a mis compañeros diputados, a los exponentes, público en general. Me toca

presentar a la última ronda de exponentes del día de hoy de este foro. Va a estar con nosotros la psicóloga

Adriana Salazar Jiménez, el bibliotecario Luis Antonio García, el licenciado Javier Contreras, el licenciado

Pablo González González y la licenciada Carmen Fernández Palacios.

El tema va a ser Inclusión, información, educación y puesta en valor del patrimonio para su correcta

apropiación colectiva. Un tema muy importante y forma de pensar de mucho peso, ya que si queremos

cambiar a nuestro país debemos de tomar a la cultura muy en serio y eso sería hacer de la cultura un hábito

diario en todos los habitantes de nuestro país.


Eso sería implementar la cultura como una más, que se empezara a tomar la cultura desde la primaria, que

empezara a ser la cultura un hábito diario del haber de nuestros estudiantes.

¿Cómo podemos cambiar a nuestro país si no es por medio de la educación y la cultura? ¿Cómo podemos

cambiar a nuestros políticos si no les enseñamos desde pequeños la importancia que tiene la cultura en

nuestro país? Nuestro país, tan vasto, tan inmenso, con raíces muy profundas, desde lo prehispánico, lo

colonial y hasta la actualidad, ¿cómo mezclar todo esto en un solo tema, la cultura?

Debemos de empezar a hacer una gran cruzada en nuestro país para poder dejar sentadas las bases y que

más adelante no quede esto en puras palabras, en papeles. Esta comisión ha dado un paso, ha dado un paso

muy importante que legislaturas pasadas no quisieron dar.

Sabemos que no es todo; es el principio, es el cimiento. Este foro también es un principio de lo que tiene

que venir y de lo que tiene que pasar en la siguiente legislatura.

Nosotros queremos dejar el antecedente, aquí se ha dado el paso, pero ya se dio y ahora la siguiente

legislatura tendrá que seguir tomándolo. Ustedes los especialistas tendrán que seguir impulsando, tendrán

que seguir tocando esas puertas. Y esas puertas nosotros trataremos de dejarlas abiertas con los siguientes

legisladores; pero, en caso de que se las cerraran, ustedes tendrían el compromiso con los mexicanos, de

tocarlas y volverlas a abrir. De que ustedes los especialistas sean partícipes de todas las nuevas reformas

constitucionales que tenga que haber en beneficio de nuestro querido México.

A continuación, quisiera darle la palabra, es una coparticipación de la psicóloga Adriana Salazar Jiménez y

el bibliotecario Luis Antonio García Puga, con el tema Situación de las bibliotecas y la lectura en México.

La ciudadana Adriana Salazar Jiménez: Buenas tardes. Vamos a hablar un poquito de las bibliotecas.


Hablar de bibliotecas es hablar de educación y derechos culturales, es también hablar de democracia y de

igualdad en el acceso a la información y el conocimiento para toda la gente. Las bibliotecas tienen como

responsabilidad recopilar, procesar, conservar y facilitar el conocimiento y la información al servicio del

pueblo.

La biblioteca y la información implica una profesión, un rol, una actitud que trasciende las fronteras físico-

institucionales bibliotecológicas, asociándose a la defensa de horizontes sociales más humanos, más justos,

más dignos.

Toda persona necesita formar sus hábitos y tener la oportunidad de disfrutar de la lectura, adquirir

conocimientos e información y hacer volar su imaginación y sus fantasías, desde la más temprana edad y

hasta el final de su vida.

Los libros, las revistas, los periódicos, los videos, los CD’s, los materiales electrónicos son, a través del

contacto y la lectura, ya sea una obra completa o una frase, una palabra, un dato, una imagen o un sonido,

las llaves del conocimiento.

Por tanto, generar mayores oportunidades, estimular a las personas al ejercicio de la lectura útil y

placentera, es ayudarlas y animarlas a conocer, emocionarse y crecer. Precisamente la biblioteca y el

bibliotecario, tienen esa noble misión: brindarles a todas las personas, sin distinción, esas oportunidades y

de acompañarlas para que se conviertan en personas creativas, críticas, participativas, capaces de tomar

decisiones y de ser cada vez más libres y más humanas en el más profundo sentido de estas palabras.

Sin embargo, se trata de algo más fácil frente a una sociedad consumista que invita permanentemente al

consumo y que promueve los megacentros comerciales como lugares de encuentro, mientras se ha olvidado

y descuidado sus plazas, sus parques y sus bibliotecas.


La biblioteca pública, según el manifiesto de la UNESCO, es una muestra de la fe de la democracia en la

educción para todos y en todas las edades, así como la aptitud de todo el mundo para reconocer los

progresos de la humanidad en el campo del saber y la cultura.

La biblioteca pública es el principal medio de dar a todo el mundo libre acceso a la suma de pensamientos y

las ideas del hombre y a las creaciones de su imaginación. Su papel consiste en renovar el espíritu del

hombre suministrándole libros para su distracción y recreo, ayudar al estudiante y dar a conocer los

progresos de la técnica, la ciencia y la sociología.

En México tenemos un claro ejemplo del papel que debería desempeñar la biblioteca. A raíz del

movimiento de Independencia se gesta una ideología de democracia y cultura para el pueblo que permea la

creación de la Biblioteca Nacional, la que se constituye en 1833 por decreto de Valentín Gómez Farías y se

establece con el carácter de nacional, para compilar toda la producción del país y pública para que todo el

pueblo tuviese libre acceso a la información.

Se crean una serie de servicios para todo tipo de comunidades, como la sala nocturna para los obreros, la

tipológica para los ciegos, la general para niños y jóvenes, para los estudiantes y amas de casa, en fin, para

toda la sociedad.

Lamentablemente los eventos y…

…se trata de recuperar la figura de esta biblioteca para el gobierno y lograr que se establezca la biblioteca

pública de México, aunque fracasa en su intento de recuperar la nacional. Sin embargo, su cruzada en la

creación de infinidades salas de lectura y el envío de materiales de lectura a las comunidades más apartadas

de nuestro país, es un claro ejemplo de que con voluntad política se puede llevar la cultura a todos lados.

Después del esfuerzo de Vasconcelos, es hasta 1983 que se renueva la voluntad política de brindar al pueblo

materiales, espacios para la lectura y la adquisición de conocimientos, así se da a conocer el Programa

Nacional de Bibliotecas Públicas, que plantea la creación de la Red Nacional de Bibliotecas en la que


participan, por una parte, el gobierno federal, la SEP y la Dirección General de Bibliotecas, los gobiernos

estatales, municipales y delegacionales.

De esta forma, la descentralización en las actividades y programas bibliotecarios se inicia con el mismo

planteamiento de este programa.

Y la SEP a través de la Dirección General de Bibliotecas se comprometió a efectuar la comisión de la red,

establecer los mecanismos participativos para planear y programar la expansión de la red, emitir la

normatividad técnica bibliotecaria para las bibliotecas de la red y supervisar su cumplimiento, seleccionar,

determinar y desarrollar las colecciones de cada biblioteca pública, y de acuerdo con el programa

correspondiente, proporcionar entrenamiento y capacitación al personal adscrito a las bibliotecas públicas

de la red.

Bajo esta perspectiva, se establecen 6 mil 100 bibliotecas públicas en todo el país, pero los cambios

políticos siguen afectando al gremio bibliotecario. En diciembre de 1988, se crea el Consejo Nacional para

la Cultura y las Artes como órgano desconcentrado de la Secretaría de la Educación Pública, y entre sus

atribuciones, señala, organizar la educación artística, las bibliotecas públicas, los museos, las exposiciones

artísticas y otros eventos de interés cultural.

Dado el anterior señalamiento, la Dirección General de Bibliotecas pasa a formar parte del Consejo, y los

compromisos sobre la Red Nacional de Bibliotecas se refrendan con la generación de la Ley General de

Bibliotecas, los asume CONACULTA.

Desgraciadamente, para los mexicanos más de la mitad de las bibliotecas que se abrieron en estos

programas no sobrevivieron por el escaso apoyo, la falta de coordinación, la falta de interés de algunos

municipios y sólo sirvieron para engrosar las cifras y hacer creer que esto estaba funcionando.


Por otro lado, en mayo de 2006, se inaugura la obra Cumbre del Foxismo en el ámbito cultural, la mega

biblioteca José Vasconcelos, proyecto ambicioso que, supuestamente, sería el cerebro electrónico que

conectaría a todas las bibliotecas públicas, pero paradójicamente no todas cuentan con equipo de cómputo, o

no cuentan con internet, las computadoras están descontinuadas, o ya no sirven.

Este proyecto tuvo un costo, más de mil millones de pesos, cuando en todas las bibliotecas públicas existen

necesidades básicas importantes que aún no han sido atendidas por falta de recursos. Y muchas de las

bibliotecas publicas trabajan en condiciones muy precarias, y otras están apunto de desaparecer.

El diputado: Buenas tardes, después de escuchar a la compañera hablar de algunas acciones que se han

hecho, en cuanto a los programas de bibliotecas, nosotros pensamos y sacamos algunos datos de la situación

actual de la lectura en nuestro país.

La situación de la lectura en México arroja cifras alarmantes y preocupantes, se calcula que el 70 por ciento

de los mexicanos en educación primaria y hasta universidad no lee. En cifras difundidas por la UNESCO, el

índice de lectura en México es, tan sólo, del 1.2 libros al año por persona, cuando el organismo recomienda

la lectura de cuatro textos para un sano desarrollo de la sociedad.

Es cierto, en México no se lee, ni a Kafka, ni a Shakespeare, ni a Kundera, pero en contraste, otras

publicaciones semanales como el libro Vaquero o Tv Notas superan el medio millón de impresiones. A lo

largo de medio siglo la historieta ha perneado los hábitos culturales de un amplio espectro de la población

mexicana, de manera silenciosa el cómic, como se le conoce en la actualidad, ha fungido como el principal

acceso a la lectura de millones de mexicanos.

En ciudad es lo mismo que en comunidades rurales, circulan alrededor de 30 millones de ejemplares nuevos

cada mes, pero su penetración es aún mayor, si se considera que cada ejemplar es leído por cinco personas,

pues el fenómeno de reciclaje de historietas en peluquerías, mercados y diversos centros de trabajo es

constante.


Lo mismo sucede con las revistas de espectáculos, estas publicaciones alcanzan semanalmente 780 mil

impresiones, por lo que, el universo de lectores supera los 3 millones de lectores semanalmente. Las cifras

de lectura incluyen los libros de texto escolares, una encuesta de Mitofski indicó que 60.9 por ciento de

mexicanos dice haber leído uno o más libros al año, pero no recuerda el último.

Sólo existen 15 millones de lectores, sólo 2 por ciento tienen el hábito de la lectura según una encuesta de la

Procuraduría Federal del Consumidor. En la mitad de los hogares, donde hay algún profesional se tiene

menos de 30 libros, 18 por ciento de quienes han realizado estudios superiores o de posgrado nunca han

visitado una librería, 21 por ciento de la población mexicana no tiene un solo libro en casa.

Varios millones de mexicanos tienen contacto con la lectura sólo durante 10 minutos en la misa dominical,

57 por ciento son analfabetas funcionales, saben leer y escribir, pero lo hacen mal o no lo hacen.

Partiendo de que las bibliotecas son la base democrática que permite el desarrollo cultural, social, científico

y tecnológico de nuestra sociedad, las autoridades tendrían que partir de la consideración del sector

bibliotecario, como un gremio que propicie la cultura y por ello debe ser un grupo preparado, con formación

profesional en el área de bibliotecológica, para las actividades profesionales y con personal altamente

capacitado, para brindar el servicio que los ciudadanos del Distrito Federal merecen.

Aunado a ello, se debe estudiar la estabilidad de los trabajadores, reconociendo su labor y experiencia en el

ámbito bibliotecario y acordando una institución rectora que se encargue de todos los aspectos

administrativos y de desarrollo de recursos humanos con una estructura bien definida y clara para todos.

Respecto al desarrollo de colecciones, es imprescindible formar, a partir de la dependencia rectora, un

comité de biblioteca en donde estén representadas autoridades, incluyendo a profesionales de la

bibliotecología, trabajadores y ciudadanía, con el fin de coordinar estudios de comunidad para detectar las


necesidades de información que tienen los distintos sectores de nuestra ciudad, y adquirir los materiales

útiles para dichos sectores.

Nosotros somos trabajadores bibliotecarios de la Subdirección de Bibliotecas de la Dirección General de

Operación de Servicios Educativos, de la Administración Federal de Servicios Educativos para el Distrito

Federal de la Secretaría de Educación Pública, y todo esto para destacar que nos sentimos como un chipote

administrativo, que las autoridades no han sabido acomodar, atender o fortalecer.

Nuestro sector ha sufrido diversas transferencias, ya que por el año de 1978 pertenecíamos al Departamento

de Bibliotecas, en 1982 a la Subdirección de Bibliotecas, en 1988 se crea la Ley General de Bibliotecas y

llegamos a la Dirección General de Bibliotecas, dependiente del CONACULTA.

En 1990, se separan las bibliotecas públicas de las bibliotecas escolares, dejando a estas, dependiendo

directamente de los subsistemas, primarias, secundarias e internados, provocando la desaparición de muchas

de ellas. En el 2000, nos transfieren a la Dirección General de Extensión Educativa hasta llegar al 2005, año

en que nos transfieren a la Dirección General de Operación y Servicios Educativos.

Es importante señalar que, durante esos procesos las bibliotecas siguieron funcionando, más por el esfuerzo

de los bibliotecarios que por las iniciativas de las autoridades, ya que nunca se recuperaron las experiencias

pasadas, no se reconocía este esfuerzo, y los planes, y programas arrojaron resultados muy mediocres.

En todas estas transferencias se han perdido bibliotecas escolares, el crecimiento y actualización de las

colecciones, muchos de nuestros derechos adquiridos, plazas de categoría más altas, oportunidades de

capacitación y el mantenimiento constante de los inmuebles, entre otras, muchas cosas.

Además se ha afectado económicamente y en su estima a los trabajadores bibliotecarios, primero, porque no

estamos considerados como trabajadores de la cultura, y segundo, porque en toda nuestra vida laboral no


hemos tenido la posibilidad de una mejora asalarial, cabe decir, que nuestros sueldos están dentro de los

más bajos en el tabulador de la Secretaría de Educación Pública.

En contraste con los compañeros trabajadores bibliotecarios del INBA o del INAH, en donde su sueldo

representa el doble del nuestro siendo que realizamos las mismas funciones y dependemos de la misma

Secretaría de Educación Pública, y la Constitución por ahí dice que a igual trabajo igual salario.

Sabemos que existen diversos programas e iniciativas para fomentar el hábito de la lectura y el libro en

nuestro país. Pero, desafortunadamente, sigue faltando la coordinación de los diversos sectores

comprometidos en este ámbito., además de que existen muchos rezagos en cuanto a capacitación, mejora

salarial, certificación de la experiencia laboral, actualización de los acervos, mantenimiento a los inmuebles,

actualización y mantenimiento a los equipos de cómputo, apoyo para actividades culturales permanentes

dentro de las bibliotecas, etcétera.

Si las bibliotecas públicas son la expresión democrática del gobierno al acceso de la información en nuestro

país, tendrían que darle a éstas la importancia que merecen y asignarles un presupuesto decoroso por la

función social que desarrollan, con el fin de poder llevar a cabo un programa nacional en donde estén

contemplados tanto el aspecto técnico como el humano en beneficio del pueblo.

Gracias.

El diputado: Gracias. Expuso la psicóloga Adriana Salazar Jiménez que es trabajadora bibliotecaria, que

cursó sus estudios en psicología en la Universidad Nacional Autónoma de México, diplomada en Derechos

Humanos Laborales, integrante del Movimiento Urbano Popular, y coparticipó con el licenciado Luis

Antonio García Puga, trabajador bibliotecario, diplomado en Administración de las Artes por la Universidad

Claustro de Sor Juana, animador de la lectura y promotor de talleres de fomento a la lectura y escritura en

escuelas, bibliotecas, casas de cultura. Es narrador oral, creador de varios espectáculos infantiles de música


y narración; músico, percusionista, compositor. Es originario del barrio de Tepito donde participa en la

creación del espacio cultural como promotor.

A continuación vamos a tener la participación del licenciado Javier Contreras Villaseñor, en coparticipación

con el licenciado Pablo González González, en las modalidades del estudio y la formación artística en el

INBAL

El ciudadano Javier Contreras Villaseñor: Bueno, la integración es en dúo, los dos somos profesores de

la Escuela de danza clásica y contemporánea. Es una participación precisamente a partir de que somos

protagonistas directos, consultores directos en este caso del saber en el ámbito del arte.

Yo me voy a centrar más en cuestiones que tienen que ver con problemáticas, por decirlo así, del ámbito

artístico y Pablo se va a centrar más en el marco económico-social que está determinando nuestro quehacer

cotidiano.

Quiero comenzar con una mención, asumida a título personal, del joven Antonio...y de Lucía Morett. ¿Por

qué los menciono?, porque Antonio...es un bailarín, joven estudiante mexicano asesinado en Atenco, y ahí

no hay castigo para los responsables como si no hubiera pasado nada; y de Lucía Morett que es una

estudiante joven de Literatura Dramática y Teatro de la UNAM, ahorita perseguida por el gobierno

colombiano y no suficientemente defendida, desde mi punto de vista, por el gobierno mexicano.

Lo señalo porque quizá por ser profesor de danza y dedicarme a este terreno no me puedo virar, que el

trabajo cultural se hace de cara y se juega éticamente ante seres humanos concretos. Éste es un primer

elemento fundamental y por eso no quería dejar de mencionarlo. Ahora, voy a hacer algunos señalamientos

rápidos, generales.

¿En dónde arraigamos nuestros esfuerzos como profesores del Instituto Nacional de Bellas Artes y de

Literatura? En principio, en los esfuerzos de los intelectuales liberales del siglo XIX y en la movilización

plebeya de 1910, a la que nosotros en este momento, por lo menos un sector de profesores, añadiríamos el


esfuerzo también por hacer esta revuelta epistemológica que se llama la Epistemologia do sul, propuesta por

de Boaventura de Sosa que, de alguna manera, implica encontrar los encuadres epistemológicos que

permitan que aquello que ha quedado oculto como saberes, en tanto que nosotros pertenecemos al ámbito

del tercer mundo, así llamado, se hagan visibles, pues hay muchas invisibilidades en nuestra sociedad.

Nuestro empeño como parte de este esfuerzo del INBA, creo que tiene que ver con este encuadre que

permita hacer visibles estas invisibilidades y saber que existe el saber, valga la redundancia y la fea manera

de decirlo.

Me parece que tanto los esfuerzos de los liberales como la noción plebeya del...y como actualmente los

esfuerzos de esta “epistemología del ser” son movimientos que consideran a la educación como una

democratización de los saberes y como el inicio del derecho a ejercer las propias potencialidades y

proyectos.

Pensamos que en el origen del INBA se encuentra esta voluntad democratizadora y de alguna manera

libertaria que, en buena medida, es verdad que está obstaculizada por el entamado institucional, que no

permite que los productores directos de los discursos y saberes artísticos decidan sobre las políticas que les

competen en sus ámbitos acotados de trabajo y que sean escuchados suficientemente en los debates y

definiciones sobre las políticas culturales nacionales.

Como parte de este afán democratizador, los profesores del INBA construimos junto con nuestros alumnos

tanto las...de la...de las diversas prácticas artísticas, como los saberes conceptuales que nos permiten

analizar la crítica de nuestras prácticas. Esto es muy importante porque me parece que eso es lo que hace

insustituible el trabajo de los profesores del INBA, ya se que estoy dando cebollazos, pero ni modo.

Me parece que, precisamente, como venimos de un paradigma que se quiere democratizador y que se

empeña en serlo, queremos, pues, que los saberes no sean solamente saberes del quehacer, o sea, saberes del

oficio, sino saberes que permitan reflexionar sobre por qué hacemos lo que hacemos. Eso es importante, cito


una anécdota personal: durante un tiempo di clases en una universidad privada en cuestiones que tenían que

ver con el lenguaje cinematográfico y mis alumnos querían saber cómo se edita, no porqué se edita, no sé si

ven la diferencia. Ellos son alumnos que no necesitan conocer, hacer la crítica de las profesiones del mundo

que sustentan los oficios, necesitan los oficios, para los cuales no requieren dudas.

Nosotros sí queremos introducir los saberes del saber-hacer del oficio, pero también las dudas sobre porqué

hacemos lo que hacemos, valga la redundancia. En ese sentido, me parece que por eso la perspectiva de

nuestras escuelas que forman parte de todo ese esfuerzo del ámbito de educación pública, me parece que es

insustituible.

Se trata de un empeño educativo amplio, abierto a la..., sustentado en un paradigma democratizador e

incluyente. Por supuesto que existen inercias, obstáculos e infructuosidades propias de los campos y las

historias desiguales de la distribución del poder en nuestros ámbitos artísticos y educativos. Pero creemos

que la solución a esas dificultades no vendrá del abandono del paradigma democratizador incluyente, sino

de su extensión a los territorios sindicales, académicos, institucionales.

No necesitamos menos sino más democracia en todos nuestros ámbitos. ¿Por qué lo señalo?, porque cuando

aparecen propuestas como la del Conaculta, por ejemplo, ustedes recuerdan que las primeras formas de

contratación, que sobre todo es a lo que se va a referir Pablo, era por vía de honorarios porque eso

supuestamente iba a permitir que los sindicatos no pesaran sobre la toma de decisiones académicas y

artísticas.

Nosotros sabemos que esto es un error. La junta es confundir vida sindical con vida charra, no son la misma

cosa. Lo que se requiere en todo caso es democratizar la vida sindical, democratizar la vida académica para

potenciar lo que nuestras instituciones tienen.

Nosotros, por supuesto, que habitamos como profesores de arte es una contradicción porque, por ejemplo,

podemos educar en esta visión incluyente y democratizadora, pero el hecho es que los campos artísticos no


están organizados con esta lógica y fundamentalmente cuando aparece el Conaculta y el Fonca, que

funcionan más bien con una lógica de optimización jerarquizante, esta contradicción se magnifica.

No quiero negar las aportaciones del Conaculta y del Fonca en el terreno del apoyo a ciertas producciones y

ciertos productores; sí me parece que sea como sea, el Conaculta y el Fonca han estado llevando un trabajo

destinado a consolidar y reproducir el paradigma del sistema de las bellas artes como...cerrado y excluyente.

Ahora, nosotros creemos que es necesario pensar y diseñar las políticas culturales y artísticas más allá de

una lógica jerarquizante del paradigma de las bellas artes. Pueden y debe existir apoyo a los productores

artísticos y pueden y deben existir nuestras escuelas, pero lo fundamental, también, nos parece que es

acompañar estas tareas con la ampliación del derecho al disfrute y al ejercicio de las prácticas artísticas a

todos los sectores sociales de nuestro país.

La educación artística debe formar parte de la educación básica de nuestro país. Señalo un caso: somos 107

millones de mexicanos a veces en el INBA, en nuestra escuela de danza recibimos 20 alumnos y no es como

en el caso de Cuba que primero es extendido el acceso a la educación de danza, van a entrar a una escuela

los 200 mejores, a caso los 20 que llegan, no se si ven la diferencia.

Tenemos un problema terrible y no podemos pensar en construir lógicas de excelencia artística y cultural,

sin pensar que en esa cambia… de todos los ciudadanos con las prácticas culturales y eso es lo que falta

desarrollar.

El ciudadano Pablo González González: Buenas tardes, quisiera darles las gracias a la Comisión de

Cultura por esta invitación a las delegaciones sindicales del sector cultural, específicamente a las del

Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.

Como dijo mi compañero Javier, voy a hablar sobre el contexto socioeconómico en el que se plantea el

futuro del Conaculta, aunque debo de aclarar que estas son solo algunas ideas generales que nos permitan

entrar en el debate sobre esta cuestión.


La ponencia se titula El fracaso de la política cultural como consecuencia del fracaso del proyecto

neoliberal. Desde nuestra óptica, la política cultural no representa un hecho aislado sino que forma parte o

por lo menos debiera de ser así de una visión de Estado, de un proyecto de nación, en el que economía,

política, educación, arte y cultura representen los componentes sustanciales para lograr niveles de bienestar

social cada vez más elevados.

De ahí, que el reto a vencer en esta ponencia consiste que en unas cuantas líneas por razones de tiempo y

espacio determinados por este foro, podamos exponer a riesgo de caer en excesiva generalidad, algunas

ideas fundamentales que para nosotros explican el atraso, estancamiento y desorden en el que se encuentra

la política cultural desde hace varios años, específicamente desde 1988 y 1989, en el que se crean el

Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Conaculta y el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes,

Fonca, respectivamente.

En el sentido de que dicha situación es consecuencia de múltiples factores, producto del funcionamiento

interno de dicho organismo y de elementos socioeconómicos que son determinantes en este aspecto.

Dicho lo anterior, comenzaremos por el componente económico, es decir, nos referiremos a la política

económico que instrumentó y sigue instrumentando el Estado mexicano, en el contexto en el que el

Conaculta y el Fonca, como instituciones que, según los propósitos del gobierno de Carlos Salinas de

Gortari, tendrían como objetivo primordial coordinar a la existentes y prestigiosas instituciones culturales

como son: el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, y el Instituto Nacional de Antropología e

Historia, Canal 22, Incine, Educal, Radio Educación, etcétera.

En lo referente a promoción y discusión de las diversas manifestaciones artísticas y culturales, aunque ello

bajo un nuevo esquema de financiamiento, que consiste en crear fideicomisos en los que la participación de

la invasión privada juega un papel cada vez más preponderante frente a los fondos públicos destinados a

dicha tarea.


Esquema que corresponde, en nuestra opinión a la ortodoxia no liberal, que desde unos pocos años antes de

la creación del Conaculta, Fonca y hasta nuestros días se nos ha recetado, modelo que, como ustedes bien

saben, a partir de los años 80, ha sido impuesto por los organismos financieros internacionales, como el

Fondo Monetario Internacional, FMI y el Banco Mundial, por el gobierno de Estados Unidos a través de la

reserva federal y su oficina del tesoro..

Asimismo, por los gobiernos priístas y panistas, representados por Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de

Gortari, Ernesto Cedillo, Vicente Fox y actualmente por Felipe Calderón Hinojosa; así como por un puñado

de empresarios, banqueros y comerciantes, que se han visto tremendamente favorecidos por dicha política

económica que, primordialmente, consiste en reducir o eliminar aranceles al comercio internacional,

inicialmente comenzamos con el GATT y actualmente con el Tratado de Libre Comercio, privatizar las

empresas estatales como Telmex, Univisión, bancos, aeropuertos, puertos, etcétera; controlar la inflación a

través de la contracción monetaria, disminuir el endeudamiento público, acabar con los déficit fiscales a

través de la reducción del gasto social, etcétera.

Acciones que se nos dijo, y se nos sigue diciendo, nos pondrían nuevamente en la senda del crecimiento

económico y con él, el del aumento del empleo, la estabilidad de precios y el mejoramiento de los servicios

públicos que recibimos a cambio de nuestros impuestos como son los de educación, salud y seguridad

social.

Sin embargo, a poco más de 25 años de instrumentar progresiva y disciplinadamente cada uno de los

dictámenes impuestos por el neoliberalismo, lo que tenemos hoy en día es decrecimiento económico, que

para el año que viene se calcula en menos 5.5 y hasta en un menos 9 por ciento del PIB. Altas tazas de

desempleo, inflación, devaluación, déficit de la balanza de comercio, disminución de ingresos procedentes

del exterior y una gran dependencia económica de nuestros vecinos del norte, en síntesis, un fracaso.


Aun así, el gobierno actual insiste en que si hacemos las reformas llamadas estructurales, en materia

energética, laboral y fiscal, ahora sí, vamos a lograr salir de lo que al principio parecía ser para este

gobierno un catarrito.

Al respecto, es inevitable preguntar ¿cómo con más de lo mismo: privatizaciones, disminución salarial y de

prestaciones para los trabajadores y más privilegios fiscales para los grandes corporativos vamos a lograr

tener bienestar social? La respuesta es obvia, por experiencia reciente sabemos que dicho modelo ha

fracasado, pues su saldo a lo largo de todos estos años es totalmente negativo.

Como son negativos, también, los resultados que siguiendo este esquema han tenido las llamadas industrias

culturales o el pretendido turismo cultural del que se ha ocupado el Conaculta o la inversión privada como

en otras áreas de la economía que no son lucrativas, no ha tenido, ni tendrá el efecto que se buscaba.

Así, tenemos que el abandono del Estado o el hueco que se ha formado en este rubro por cumplir con la

ortodoxia neoliberal, reduciendo el gasto social que aquí corresponde, simplemente, no ha sido llenado ni lo

será por la inversión privada, esto no le representa un negocio, aun cuando llegara a ser el caso de que lo

fuera, tendríamos que ver si el hecho se trata o se deriva de una producción artística o un simple o burdo

espectáculo como los que acostumbran a producir las televisoras comerciales y las seudo compañías

artísticas de este país.

Lo anterior, ha provocado no sólo la inversión de capital privado sin plena regulación en actividades, áreas,

sitios culturales y artísticos, sino que además ha creado una invasión ilegal, como veíamos en la exposición

de nuestra compañera Virginia, en las atribuciones que corresponden en dicha materia al Instituto Nacional

de Bellas Artes y Literatura, y al Instituto Nacional de Antropología e Historia. Toda vez que el Conaculta,

Fonca ha usurpado o duplicado las tareas que por ley corresponde a dichas instituciones.

Lo cual, trae en consecuencia situaciones todavía más lamentables como lo son: la trivialización, la

frivolidad y la superficialidad con las que se tratan al quehacer artístico y patrimonial de este país, arderlo,

ahora, sólo como una mercancía más en el mercado, no como elementos propios de la identidad mexicana y


de su conocimiento social, histórico y cultural, digno de ser protegido y al mismo tiempo darlo a conocer a

todo el mundo.

Asimismo, la creación del Conaculta, Fonca, trajo consigo también la instrumentación de contratos

laborales que cínicamente violan los derechos fundamentales que en materia del trabajo consagran la

Constitución en su artículo 123, y en específico, en su apartado B, que regula las condiciones de trabajo de

los servidores públicos contratados por el gobierno y que se establecen en la Ley Federal de los

Trabajadores al Servicio del Estado.

Con el Conaculta, proliferaron indiscriminadamente los trabajadores contratados por honorarios, régimen,

que lo saben bien nuestros compañeros del Centro Nacional de las Artes, régimen que no proporciona

estabilidad en el empleo, ni seguridad social, servicio médico, seguro de salud, invalidez, vejez, pensión,

etcétera y elimina el derecho a sindicalizarse. ¿Acaso, esto no representa por vía de los hechos

… de manera frívola y superficial, Sari Bermúdez y Martha Sahagún utilizaron a las instituciones culturales

para promover la imagen del simpático y dicharachero Vicente Fox, que por sí solo hacía que el trabajo de

sus publicistas se convirtiera en una bochornosa e inútil actividad, pues en muchísimas ocasiones Fox

dejó… por decir lo menos, su falta de educación y cultura.

Estas actitudes reflejan cómo su gobierno trató de manera irrespetuosa, indigna e irresponsable a dicho

sector, al que no pudo comprender, ni entender. Por tanto, vio en éste un gasto del que podía prescindir, por

eso intentó privatizar Encine, Educal, CC y los Estudios Churubusco; acciones, todas ellas, revertidas,

gracias a las organizaciones sindicales, civiles, de intelectuales y artistas, logro del que debemos sentirnos

satisfechos como sociedad, pero ello no significa que con éste se agota nuestra participación, sino que

significa que debemos seguir movilizándonos para construir una política cultural realmente exitosa.

En síntesis, a 20 años de haber sido creado el Conaculta… como un modelo diferente de conducir la política

cultural de este país, podemos decir que no sólo no aumentó la infraestructura requerida para el desarrollo


de las actividades propias del sector, y tampoco se han ampliado públicos, ni se han acercado al arte a

grandes sectores de la población, sino muy por el contrario, escuelas, teatros, museos, por lo que acabamos

de ver, bibliotecas, etcétera, se encuentran en el abandono, hay casas, asistencias de públicos a eventos

artísticos.

El sistema básico de educación no cuenta con espacios, ni personal docente capacitado en el área artística.

En el terreno laboral existe un justificado ambiente de inconformidad y conflicto, pues en un solo centro de

trabajo, existen diversas formas de contratación y por tanto existe desigualdad salarial, de prestaciones y de

condiciones de trabajo, todo esto como producto de la confusión, desorganización, falta de planeación e

improvisación que presentan ahora las grandes instituciones culturales INAH, Canal 22, Edusat, Radio

Educación como producto de la intrincada y desastrosa relación que se ha formado, con quien se supone

nació para coordinarlas, esto es con el Conaculta.

Hecho el planteamiento vertido aquí, con esto termino, esto es desde nuestra óptica integral de política

cultural, proponemos lo siguiente:

Uno. Impulsar un cambio en la política económica en la que el Estado sea el motor y no sólo administrador

del crecimiento económico y el responsable de lograr mayores niveles de bienestar social y no individual.

Es decir, demandamos una política monetaria que se ocupe del desarrollo económico y con él la creación

del empleo y una política fiscal que proteja al campo, a la industria y al mercado interno que realmente se

ocupe de impulsar una mejor distribución de la riqueza. Demandamos que el Estado cumpla efectivamente

con una educación gratuita, obligatoria y laica, además de ser patriótica y nacionalista.

Por último, la reorganización del sector o cultura, de tal manera que el estado restituya, o mejor dicho,

respete las facultades constitucionales de las instituciones culturales de gran tradición en el país, INBA,

INE, INAH, Encine, Educal, etcétera, asegurándose que éstas cuenten con los fondos públicos necesarios

para que efectivamente realicen sus tareas, es decir, demandamos la desaparición de la Conaculta y el


regreso de una subsecretaría de cultura dependiente de la SEP y la ampliación del Presupuesto Federal para

el fortalecimiento del Inval y el INBA.

Al mismo tiempo que demandamos para los trabajadores que hubiesen sido contratados por el Conaculta se

les regularice su situación laboral de acuerdo con el apartado B del artículo 123 constitucional y de acuerdo

con cada uno de los reglamentos que en materia de condiciones de trabajo para cada institución cultural

exista, teniendo esto como propósito principal desaparecer o por lo menos reducir las contrataciones por

honorarios.

En resumen, lo que proponemos es un estado que genere crecimiento económico, que promueva la

consolidación de un régimen político democrático y asegure el pleno acceso a la salud, educación, arte y

cultura a los sectores más amplios de la ciudadanía. Objetivos, que insistimos, sólo podremos alcanzar

desde una visión integral y desde un nuevo proyecto de nación en el que el dogma neoliberal deberá ser

abandonado y superado. Gracias.

El diputado: Agradecemos al licenciado Javier Contreras Villaseñor, él es licenciado en Lengua y

Literaturas Hispánicas, por la Universidad Nacional Autónoma de México, egresado del Centro

Universitario de Estudios Cinematográficos, de la Universidad Nacional Autónoma de México, pasante de

la maestría en literatura latinoamericana.

Estudió en el Centro de Investigación Coreográficas… INBA. Participó en el programa Judaicos de la

Universidad Iberoamericana. Es coordinador y cofundador del grupo… interdisciplinario proyecto Vara

colectivo artístico en el que se ha desarrollado desde 1994. Una permanente labor coreográfica, videográfica

y literaria, como coreógrafo e intérprete ha sido invitado en festivales y encuentros en México, Cuba,

Estados Unidos, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Uruguay, Alemania y República Checa.

Ha publicado Los poemarios, Cuaderno de Humo, Cuadernos de Budapest y cuaderno de Laura.

Actualmente es profesor de la Escuela Nacional de danza clásica y contemporánea del INBA. Investigador


de… y danza INBA. Imparte clases en la escuela de la compañía Contempodanza. Ha recibido becas en el

Fonca, del gobierno de México, París… INBA, Fonapas y del programa Educación por el arte, Conaculta,

INBA. Es miembro de la red Sudamericana de danza.

También agradecemos su participación al licenciado Pablo González González, es originario del Distrito

Federal, egresado de la Universidad Nacional Metropolitana, plantel Iztapalapa, licenciatura en ciencias

políticas en el año de 1998. Actual estudiante del sexto semestre de licenciatura de economía en la

Universidad Nacional Autónoma de México, campus Ciudad Universitaria. Además de contar con un

diplomado de Actualización docente 2009, denominado Los maestros del… como líderes de sus valores y

competencias, cívicas, éticas y ciudadanas.

Es docente desde 1997 en la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea, dependiente del Inval en

el área de ciencias sociales y humanidades, en el nivel medio superior y desde 1998 se desempeña como

profesor en educación media básica en el Estado de México.

Ha participado en diversos foros, talleres y conferencias realizados por la UNAM y la UAM-I en el área de

Economía y Ciencia Política.

A continuación tendremos a la expositora, licenciada Carmen Hernández Palacios, con el tema programa

extra escolar de la cultura en el programa sectorial 2007-2012. Adelante, por favor.

La ciudadana Carmen Hernández Palacios: Buenas tardes. Quiero comenzar haciendo mención de cómo

el origen o lugar de nacimiento es un factor determinante para nuestro desarrollo humano, de ahí por qué la

importancia para unirlo al derecho a la educación, asimismo a los derechos de acceso a la cultura.

Si bien el lugar de nacimiento marca de manera absoluta una identidad en el ser humano, de modo que

aunque podamos adoptar otra nacionalidad, nuestras raíces quedan sujetas a una cultura determinada que

heredamos de nuestros mayores.


Es de partir del hecho de ser seres racionales que formamos distintos grupos étnicos con las características

propias de la región donde hemos nacido. Esto nos hace sujetos de derechos y obligaciones para la familia y

la nación. Señalo esto por mi inquietud en concebir una ciudadanía desde lo colectivo y no una ciudadanía

desde lo individual, desde ese abismo de identidad y pertenencia, ese deber social más allá de un aspecto

formal y constitucional, es la primera obligación que nos impone… instituciones sociales como ciudadanos

de un gran país que requiere de nuestros esfuerzos y de nuestra cooperación en las tareas cívicas y

culturales.

Por lo mismo nos hacemos responsable de su crecimiento y desarrollo en el ámbito nacional e internacional,

no podemos quedarnos por ello al margen de lo que ocurre a nuestro alrededor, la ciencia cívica que con

tanto esmero enseñaban en las escuelas, comentaban los abuelos, ha sufrido en las últimas décadas un gran

deterioro, al grado de omitir… en materia en la currícula del programa de educación básica quedando esto y

dando el poco sentido o valor a la nación, por ello se necesita la recuperación de la familia como un núcleo,

principio de toda sociedad, es un eje importante para continuar el camino de transformación social que se

necesita.

En la familia deberemos de aprender el amor a la patria y a sus instituciones, el respeto a nuestros signos

patrios y a la valentía para saber defenderlos, el honrarlos más que con palabras, hace vivir a la nación un

agradecimiento basado en la vida digna de los ciudadanos, exaltándolos pero no exagerándolos.

Por ello necesitamos que los niños hoy tengan herramientas que les permitan el autoconocimiento del “ser

mexicano”. Esto lo entrecomillo porque donde se conjuga la tradición, la modernidad, la pluralidad y un

ámbito de justicia confiable va a dar a los ciudadanos un comienzo con el respeto y reconocimiento de lo

público, del espacio público, el cual no se basa solamente en las manifestaciones y en los buenos deseos,

tampoco en las exigencias y reclamos a nuestras autoridades, sino en el esfuerzo individual y comunitario,

en el respeto mutuo de los valores morales, en el desempeño ético de cada ciudadano y en el cumplimiento


de nuestras propias responsabilidades, en donde cada uno de sus ciudadanos reconozca la sociabilidad de

sus miembros y así revelar una comunidad de personas.

Urge, por tanto, una labor amplia, profunda y sistemática, sostenida no sólo por la cultura, entendida como

un conjunto de identidades étnico-culturales, sino también por medios económicos-educativos es

instrumentos legislativos dirigidos a asegurar al individuo y a la familia su papel primarios de humanización

de la persona y de la sociedad.

La solidaridad es el estilo y el medio para la realización de una política educativa con base en sus raíces

culturales, que quiera mirar al verdadero desarrollo humano. Esto reclama la participación activa y

responsable de todos en la vida política, desde cada uno de los ciudadanos a los diversos grupos, desde los

sindicatos a los partidos. Juntamente todos y cada uno somos destinatarios y protagonistas de la política

educativa y cultural.

Así, la solidaridad es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común, es decir, por el

bien de todos y cada uno para que todos seamos responsables de todos. cito a Fernando Savater donde

señala “Cuanto mayor es el equilibrio de una comunidad, su justicia, el reconocimiento que concede a las

demandas razonables de sus miembros y a la diversidad de sus proyectos… porque necesita buenos

políticos”. Estas virtudes se deben cultivar desde al creación de políticas públicas comprometidas

verdaderamente en el desarrollo educativo integral de nuestros niños, que si bien, la visione con las metas al

2030 planteadas en el programa sectorial de educación 2007-2012, las identifica en la teoría; en la práctica

me refiero al desarrollo e implementación de las políticas que pretenden dar alcance a las metas establecidas

si te ponen muchos factores negativos.

Aquí quiero destacar cuatro factores que identifiqué y creo que son los más importantes. Uno de ellos es la

educación cultural deficiente. El programa actual no es capaz de enseñar la pluralidad étnica que conforma

nuestro país. Se lesiona fuertemente el conocimiento de nuestro patrimonio nacional, de sólida cultura

histórica con un pasado prehispánico y colonial bastante cimentado.


El segundo punto sería la enseñanza cívica superficial que no permite crear generaciones abiertas,

participativas, críticas que les permita a los futuros ciudadanos concebirse como una sociedad con identidad

nacional sin chauvinismos. Se cree que bajo criterios de respeto y honestidad se puede lograr, pero esto es

sólo parte de la cadena cultural democrática —y esto lo entrecomillo porque esto resulta deficiente.

El tercer punto es la deficiencia en los procesos de interacción, comunicación e información. Me refiero a la

forma de participación de cada uno de los actores, entre ellos los servidores públicos, los profesores, padres

de familia y sociedad en general. Existe un sinnúmero de duplicidad de funciones en las áreas

administrativas, así como la ausencia de indicadores y parámetros de evaluación de las actividades propias

de la institución que lleven a la mejora operacional.

El cuarto punto es la falta de difusión de las actividades culturales en los distintos planteles de educación

básica. Refiero, porque bajo la experiencia participativa en la dirección de programas de innovación

educativa, los supervisores y jefes de sector se enfrentan a dicha problemática por la falta de planeación de

las actividades y de los recursos.

Por lo anterior, es urgente plasmar en los planes y programas referentes a la educación el trabajo de gestión

escolar para la enseñanza de la diversidad cultural, geográfica, política, social, económica, conjuntando el

honesto valor familiar, el orgullo nacional, donde quedaron aquellos tiempos que mencionaban nuestros

abuelos, tiempo en donde era una emoción cantar el Himno Nacional, cuando se estremecían al ver pasar

nuestra bandera en los desfiles cívicos o el hablar de la historia de cada una de nuestras zonas arqueológicas

y visitarlas en familia; es decir, dar los elementos de difusión para que los profesores y todos los

involucrados en el trabajo educativo tengan el conocimiento de cómo programar sus visitas escolares a los

distintos espacios educativos, museos, teatros, danza, zonas arqueológicas, ceremonia de izamiento de

bandera en Campo Marte.


Por ello, necesitamos recuperar aquellos espacios junto con los sentimientos de amor, respeto y veneración

por nuestra patria y enseñar a los que vienen después de nosotros, amarlos, honrarnos y conservarlos porque

son nuestro verdadero núcleo de identidad nacional.

Los ciudadanos comprometidos han de promover una labor educativa capilar destinada a derrotar el

malinchismo, la imperante cultura del egoísmo, del odio, de la venganza y de la enemistad. A través de

nuestro trabajo con las acciones más ordinaria de nuestra vida hemos de lograr un estado de conciencia

solidaria.

Necesitamos comprometernos en la cultura de nuestros orígenes, con ese patrimonio que son las raíces de lo

que somos. El camino de la reorganización de nuestra sociedad hacia la paz y el desarrollo de nuestra

nación.

Por ello se deben rescatar varios elementos desde nuestro acervo cultural, no para mantenernos en un

histórico pasado y meternos en un modelo patriotero, conceptual sin entrar en la red que formará a esos

mexicanos concebidos en el programa sectorial de educación en el 2030; es decir, una sociedad abierta con

bases culturales sólidas que realcen las diversidades étnicas, que regenere la interacción y amplíe el

concepto de país con la existencia de un federalismo real, donde los ayuntamientos tengan mayor autonomía

en su actividad gestionadora, donde las políticas de gobierno sean diseñadas dentro de las necesidades de la

región y para la región. Es decir, que la cultura entendida desde el concepto de raíz valore su expresión y

sensibilidad estética, esencia que dé paso a la cultura de participación activa a la desintoxicación de la

sociedad y elimine la cultura autoritaria.

Es necesario desmitificar esa obsoleta cultura, puede resultar un proceso educativo pragmático y hasta

calificado de frívolo, pero bien vale la pena alentar la formación de nuevos mexicanos críticos,

participativos, tolerantes, con criterio suficiente de tolerancia, respeto y honestidad; amor a la naturaleza, a

sus raíces étnicas, admiración al patrimonio cultural.


Memoria de nuestra transformación social. Decirles a los niños que las diferencias enriquecen a la sociedad,

siempre y cuando se apliquen de manera incluyente.

El nuevo modelo de educación básica debe cimentarse en algo más que idealismos futuristas. Debe regirse

por auténticos logros, sin tabúes o miedos a enseñar en qué consistieron los errores históricos. Lo

importante es mostrar con honestidad el porqué la reorganización estructural del país a fin de borrar en las

generaciones que nos siguen el lastre que causa el derrotismo y la falta de propuestas claras que marquen el

rumbo de nuestra nación.

Aquí quiero citar algo que leí del doctor Iván Franco que dice que uno de los retos más importantes para

todas las naciones latinoamericanas, después de cerrarse las primeras etapas de sus respectivas revoluciones

y movimientos sociales reformistas del siglo XX fue la construcción de proyectos sólidos que orienten con

firmeza a la construcción de sus identidades nacionales con base en su diversidad cultural. —Termina la

cita.

De ahí que la construcción que debe de terminar con la educación rígida e inhibitoria, donde no se acepta la

libertad y espontaneidad del individuo, asimismo es necesario exigir desde nuestras trincheras a los

encargados de dirigir nuestro gobierno, políticas públicas enfocadas a la no desaparición, limitación y

acceso a lo que por derecho de origen nos corresponde.

Me refiero a la preservación y conservación de nuestro patrimonio cultural y natural que como mexicanos

nos distinguen. Creo que la oportunidad de este foro da la apertura a esto y a la reflexión de cómo queremos

redefinir nuestra nación. Creo que es el momento coyuntural y es el momento de romper con los paradigmas

históricos para lograr los alcances históricos que quiere el programa sectorial en el 2030 y el Plan Nacional

de Desarrollo. Muchas gracias.

El diputado: Agradecemos a la licenciada Carmen Hernández Palacios. Ella es licenciada en Ciencias

Políticas y Administración Públicas por la Universidad Nacional Autónoma de México, Campus Acatlán.


Tiene diplomado en Análisis de Políticas Públicas por la Universidad Nacional Autónoma de México;

diplomado en Seguridad Nacional y Gobernabilidad por la Universidad Nacional Autónoma de México.

Colaboró en la elaboración del manual de procedimientos de la Dirección Nacional de Innovación y

Fortalecimiento Académico. Análisis, diagnóstico, elaboración de manuales. Trabajó con grupos de enfoque

e implementación de programas de capacitación para el alcance de metas de la Agenda del Buen Gobierno.

Cuenta con las siguientes publicaciones: Participación ciudadana. Elaboración de políticas públicas. En la

democracia mexicana. Rescatando el concepto ciudadano en la participación de las políticas públicas; y

Fin o continuidad de la democracia en México. Pesos y contrapesos.

Agradezco a los ponentes. Creo que aquí nos queda algo claro, que si no empezamos a sembrar la semilla

por el amor a la cultura y a las bellas artes, sembrándola desde la infancia, desde nuestros niños va a ser

muy difícil que creando nuevas instituciones creando nuevos programas pueda dar resultado.

Puede pasar lo que pasó con la Biblioteca Vasconcelos, que se convirtió en un elefante blanco porque nadie

tiene la cultura de ir a leer, ahora ya preferimos irnos a la Internet, que agarrar el libro y leerlos. Es más fácil

para los alumnos de la secundaria, y ya hasta en la primaria los maestros les piden las tareas en Internet.

Si no quitamos eso en la cultura, ésta nunca va a llegar a nuestros niños, y podemos crear las mejores

bibliotecas, los mejores centros de bellas artes, pero nadie va a ir, porque también tenemos el tabú de que la

cultura es para un solo sector, para un solo grupo de élite y que los de abajo no pueden llegar a esos niveles.

Es hora de sembrar esa semillita para que en lo futuro no suceda eso, y tengamos instituciones llenas; las

instituciones de las bellas artes estén peleadas con los alumnos. Si no hacemos eso va a ser muy difícil.

Quiero dar la palabra para un último comentario a mi compañera, la diputada Aurora, por favor.


La diputada Aurora Cervantes Rodríguez: Muchas gracias, diputado. Aquí ya hemos escuchado

muchísimas coincidencias con una forma de pensar personal debo confesarlo, a reserva de lo que pudieran

opinar quienes no la compartan, pero sí me parece esencial lo que plantean quienes hablaron de bibliotecas,

en concreto, la psicóloga Adriana Salazar Jiménez, y Luis Antonio García Puga.

Me parece fundamental enunciar la siguiente hipótesis de trabajo que empleó Freud cuando inventó el

método del Psicoanálisis, dijo que la palabra que permite hacer consciente lo inconsciente permite que

pueda éste ser simbolizado, en lugar de ser actuado, porque lo que no se hace consciente se actúa.

Esta hipótesis también pudiera funcionar, por ejemplo, para analizar la situación de violencia que vivimos

en este país. Tal parece que en este México nuestro hay una rabia oculta, que a falta de palabras, a falta de

leyes, a falta de denunciar, de reconocer y ponerle nombre a lo que origina las injusticias en cuanto a la

distribución de la riqueza, en cuanto al acceso a los derechos humanos más elementales está generando de

tal manera una rabia, no simbolizada que es lo que nos está haciendo vivir una situación terrible de

violencia en nuestras calles.

Me parece, pues, esencial reconocer lo que postulan ellos, y reconocer a las bibliotecas públicas como un

método para defender la democracia, y también para luchar contra la mercantilización de la vida y de la

identidad nacional.

No podemos dejar de reconocer que esto es una realidad. Las nuevas generaciones no saben simbolizar ni su

mundo interno ni su mundo externo, no saben ponerle nombre a sus sentimientos; el predominio de la

cultura de los videos, de asimilar el mundo a través de imágenes hace que las palabras no puedan ser usadas,

y esto nos está conduciendo a una severa patología social.

Es una hipótesis personal, pero me parece que en los hechos se está comprobando. A través de toda la

historia de la creación en las instituciones culturales nos damos perfectamente cuenta de los diferentes

modos de ver el mundo, la vida y la región que han regido a través del tiempo, y me parece justo también


reconocer que rindió más frutos para la vida cotidiana, más frutos buenos para la vida cotidiana, la idea de

mundo y de política anterior, de política pública anterior, que la de ahora, porque la de ahora está

produciendo analfabetas funcionales, y está produciendo seres humanos que están sufriendo.

Un sufrimiento concreto, que podríamos hasta ponerles nombres y apellidos. Basta ver cómo ha aumentado

el índice de suicidios en México, en todos los estados de la república, para asimilar un hecho real: La gente

al no poder simbolizar actúa, y actúa en forma muy, muy destructiva.

Las bibliotecas podrían ser una buena estrategia para combatir esto, porque sí, también compartiendo las

ideas de Javier Contreras y Pablo González, el trabajo cultural se hace con seres humanos concretos, y la

falta de él, también redunda en perjuicio de esos seres humanos concretos, con nombres y apellidos.

Es por esa epistemología del ser que es esencial profundizar en este tema. Me parece esencial que

permitamos conocer, o sea hacer consciente por qué hacemos lo que hacemos, y de dónde viene esa historia.

Tenemos que refundarnos a nosotros mismos y a nuestra identidad. Tocando estos asuntos y este foro, me

parece que está siendo fundamental para lograrlo pensando en una utopía, pero en última instancia este

mundo está construido con base en utopías.

Si quisiera suponer que, además de quienes estamos aquí presentes pudieran, muchos mexicanos a través

del Canal del Congreso —y felicito su paciencia—¿ por estar aquí a los trabajadores del Canal del Congreso

—, por el hecho de que pudieran, a través del Canal del Congreso los mexicanos y las mexicanas poder

sensibilizarse en estos temas, porque solamente mediante una acción colectiva, coordinada, organizada

pudiéramos conseguir revertir todo este proceso de… no sé cómo llamarlo aculturización,

transculturización, incluturización; no sé cómo llamarlo.

Entendiendo que la cultura no está en la élite, sino que está viviéndose en las capas, todas las capas sociales,

pero esas capas sociales no saben, no saben que están viviendo con base en todo un esquema de cultura que


se viene transmitiendo de generación en generación. Nada más que ahora, con la diferencia de que ahora no

se puede simbolizar.

Entonces, hacer visible lo invisible o hacer consciente lo inconsciente nos permitiría acceder al

conocimiento de los saberes ocultos. Ahí están operando y están actuando, y sin embargo, no sabemos de

ellos es por eso, muy importante.

Debemos reconocer también, un paradigma actual, que para la cultura neoliberal los sindicatos y los

sindicalistas, los derechos económicos, sociales y culturales; los derechos humanos no son solamente

aquellos que tienen el dinero frente a las leyes o frente al Estado, también son derechos de una distribución

equitativa de la riqueza. También son derechos de una vida digna en todas sus acepciones.

Es fundamental pues abundar sobre estos temas, de qué estamos hablando cuando nos referimos a la

democracia, no solamente es durante la temporada de elecciones, si no solamente consiste en votar y ser

votados; la democracia va mucho más allá y es necesario, cuando hablamos de procesos democratizadores

enunciar con palabras, simbolizar con ideas que la democracia va mucho más allá del respeto al voto.

Porque muchos mexicanos y mexicanas confunden democracia con eso, con el mero respeto al voto, y no

más. Entonces, cuando hablamos de democracia también estamos hablando de cultura y de derecho a la

cultura.

Estamos viendo un sonadísimo fracaso, pero sonado, espantosamente vivenciado por millones de

desempleados de los que cada vez hay más en este mundo, del fracaso de este modelo económico. Eso es

necesario difundirlo entre la población, no se puede difundir si no es por medio de palabras, y aquellos que

convierten la cultura y la vida en general en mercancía, y que pareciera ser que conciben una especie de

ejército de seres humanos obrantes, cuando están cancelando la idea, por ejemplo, de que la seguridad social

… de hablar de estos temas y no encuentro otro mecanismo, más que las palabras para poderlo simbolizar,

porque las imágenes no lo simbolizan en toda su cruda y cruel realidad.


Las propuestas tenemos que platicarlas en forma amplia, las propuestas de nuestra última ponente, y

tenemos que a pesar de que esta Comisión de Cultura está finalizando sus trabajos, tenemos que transmitir

esta emoción y este trabajo colectivo que hoy hemos presenciado, para la siguiente Comisión de Cultura en

la siguiente Legislatura.

Es muy importante que se le dé continuidad a estas ideas y que podamos plasmarlas en leyes. Insisto,

necesitamos palabras, leyes que están hechas de palabras para poder simbolizar al mismo tiempo toda la

esperanza y al mismo tiempo, la descripción de una cruda realidad que estamos viviendo.

Agradezco muchísimo la oportunidad de hacer estos comentarios. Muchas gracias.

El secretario diputado Rojas: Agradecemos a la diputada Aurora, por sus palabras. Para concluir la mesa

de trabajo del día de hoy de este foro, damos la palabra al diputado Alfonso Suárez del Real, presidente de

la Comisión de Cultura.

El presidente diputado José Alfonso Suárez del Real y Aguilera: Gracias, secretario Rojas. Agradecer a

todos y cada uno de nuestros ponentes las aportaciones tan importantes, tan bien estructuradas que nos han

brindado en este primer día de sesiones de estos foros.

Comprometernos, en efecto, como lo hemos hablado ya con la diputada Noriega, el hecho de que esto que

hemos escuchado hoy, estos documentos que hemos recibido el día de hoy, sean sujetos por parte nuestra de

un análisis, a efecto de integrarlos, como lo he venido diciendo, en el libro blanco.

De esta última sesión rescato algo que me parece fundamental: A través de los tres temas que se plasmaron

aquí aparentemente un poco inconexos, alguna persona podrá decirlo, con el tema que era la defensa y la

protección del patrimonio cultural. Yo creo que quedan perfectamente acreditado que la protección del

patrimonio pasa por la interacción del redescubrimiento de nuestra diversidad cultural; pasa por la


interacción del rescate y recuperación de una verdadera cultura cívica; pasa por la interacción de poder

vincular, comunicar, informar, y pasa por la interacción de una difusión puntual como política pública

sustantiva por parte de las instituciones, a efecto de vencer el fantasma del analfabetismo funcional, que es

una de las vertientes más riesgosas y peligrosas para la protección del patrimonio.

Quien ha perdido la capacidad de reinterpretar y de entender los grafismos que nos llevaron tantísimos

millones de años crear y generar, pierde esa capacidad de entender los alcances del patrimonio cultural.

Gracias por las aportaciones a mis amigos de las bibliotecas. Sabemos su enorme preocupación al respecto.

Esta última ponencia ha resultado muy ilustradora para poner el dedo en la llaga, lo que hemos venido

diciendo, no descartemos la aportación histórica de un sistema educativo basado y fundamentado en los

valores humanos, en los valores distintivos del pueblo mexicano.

El México, creo en ti, no era una simple y sencilla versificación, sino era una verdadera profesión de fe que

se ha perdido en las generaciones que hoy en día enfrentan esa inquietud del Internet y la violencia visual a

que han llevado los medios electrónicos de comunicación.

Los esperamos el día de mañana a las 10 de la mañana en este mismo salón, Legisladores de la República,

para conocer la primera fase del diagnóstico que está elaborando la Universidad Nacional Autónoma de

México y a las dos de la tarde a la presentación del libro que coeditó el Consejo Editorial de esta legislatura

con la Universidad Nacional, libro de la doctora Lourdes Arispe, sobre el patrimonio inmaterial de nuestro

país.

Gracias, muy buenas noches.

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