El reciclaje, tu compañero de viaje La práctica de las tres erres (Reducción, Reutiliza-

ción y Reciclaje) no debe cesar en ningún momento, ni siquiera en vacaciones.

Vayas donde vayas, recuerda consumir de forma consciente y responsable. Ad-quiere solo lo que necesites y no te dejas llevar por las estrategias de marketing pre-sentes en todo el mundo.

Evita consumir productos en vasos y platos de plástico, y descarta igualmente los cubiertos fabricados con este material.

Estés donde estés, contribuye a mantener las calles limpias y haz uso de las papeleras. Chicles,

colillas, tarrinas y palos de helados, envoltorios de chucherías en general , etc, no pueden acabar en el suelo bajo ningún concepto. Y, si no tienes una pa-

pelera a mano, guárdalos hasta que los puedas depo-sitar en el lugar correcto.

Aunque el sistema de recogida selectiva de tu destino no sea exactamente el mismo que

el instaurado en tu municipio, no dejes de contribuir al reciclaje. Separa tus resi-

duos y deposítalos en el contenedor adecua-do para que puedan ser recuperados.

Hacer la maleta no significa comprar cosas nuevas cada año para disfrutar de unos días de ocio. Hay muchos artículos en casa que puedes reutilizar, adaptar o incluso actualizar. Apuesta por cal-zado cómodo y prendas versátiles, y ten en cuenta el lugar de destino

El reciclaje, tu compañero de viaje

Ten en cuenta tu huella turística, es decir, el impacto que sobre el entorno tiene el modo en el que viajas. Siempre que puedas, opta por el transporte público, y, por supuesto, cuando te resulte posible, da pre-ferencia a la bicicleta o a caminar, ambas modalidades generan cero emisiones y grandes beneficios para la salud, ofreciendo la posibilidad de disfrutar del paisaje en mayor medida.

Ojo con el desperdicio alimentario. No pidas en los restaurantes grandes raciones de

comida sin saber si serán necesarias para saciar el apetito. Es preferible repetir. Y, si

tienes la posibilidad de conservar las sobras en buen estado, no dudes en pedirlas.

Utiliza con prudencia el agua y la energía aunque no estés en tu casa. Evita el de-rroche de los escasos y limitados recur-sos naturales de los que dispone el planeta.

Cuida el mar y participa activamente en jornadas de limpieza de arenales. Pondrás tu grano de arena en la construcción de un mundo mejor.

Disfruta y no olvides llevar, además de tu maleta o mochila, tu mejor legado allá donde vayas: solidaridad, respeto,

protección ambiental y ejemplari-dad. Practicar la sostenibilidad significa

también educar con el ejemplo.