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Los estudios academicos en el campo par- ticular de la etnomusicologia mexicana se iniciaron esencialmente, como el autor de este libro nos senala, a ftnales de la decada de los ochenta. Por 10 tanto, constituyen un area de investigacion en gran parte inexplorada. El proposito fundamental del libro de Miguel Olmos consiste en analizarlamusica ritual de tres grupos indigenas del noroeste de Mexico -Ios yaquis,mayos y tarahuma- ras- , que conjuntamente forman el sub- grupo lingtiisticotaracahita. Desde luego,no pretende ser, el autor nos aclara, un estudio exhaustivo sobre el tema, sino mas bien de algunas de sus caracteristicasmas notables 0 representativas. Uno de los aspectos mas sobresalientes del trabajo consiste en su conceptualiza- cion y delineacion de la region estudiada. Los grupos indigenas que la habitan cons- tituyen una misma familia lingtiistica. Si bien las areas 0 zonas en que viven poseen diferentes caracteris ticas geograftcas, El sabio de fafiesta: mtisicay miiologia en fa region cahita-tarahumara Miguel Olmos Aguilera Mexico, Instituto Nacional de Antropologia e Historia, 1999, 172 pp. comparten similitudes historicas y cultura- les, sobre todo con respecto ala musica. Al senalar las peculiaridades de esta re- gion, Olmos nota la carencia de centros de poblacion especiftcos. Esto era comtin du- rante la epoca prehispanica en Mexico. No existia una diferenciacion entre las areas ru- rales y urbanas ni una jerarquizacion entre los centros poblacionales. Tales caracteris- ticas surgieron a partir de la conquis ta y del establecimiento de un sistema de limites, centros administrativos y rutas de enlace entre ellos por parte de los colonizadores espanoles. El autor senala la importancia que tuvo en la historia de estos grupos el "rompimiento" del proceso de evangelizacion regional, con la expulsion de la orden de los jesuitas en 1767 y el abandono subsecuente de las misiones. Destaca el factor del estado de aislamiento en que estos grupos vivian. Frente alas agresio- nes de los blancos, los indios se refugiaron en la sierra. De esta manera, lograron conservar la mayona de sus practicas religiosas y de los *Investigador del Departamento de Estudios Culturales de El Colegio de la Frontera Norte. Direcci6n electr6nica: [email protected]

El sabio de fafiesta: mtisicay miiologia en fa ... · entre lamusica ylaletra de los cantos exis-ten ciertos simbolos centrales, tales como la Virgen, Dios, el venado, el pascola

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Los estudios academicos en el campo par-ticular de la etnomusicologia mexicana seiniciaron esencialmente, como el autor deeste libro nos senala, a ftnales de la decadade los ochenta. Por 10 tanto, constituyenun area de investigacion en gran parteinexplorada.

El proposito fundamental del libro deMiguelOlmos consiste en analizar lamusicaritual de tres grupos indigenas del noroestede Mexico -Ios yaquis,mayos y tarahuma-ras- , que conjuntamente forman el sub-grupo lingtiisticotaracahita.Desde luego,nopretende ser, el autor nos aclara,un estudioexhaustivo sobre el tema, sino mas bien dealgunas de sus caracteristicasmas notables 0

representativas.Uno de los aspectos mas sobresalientes

del trabajo consiste en su conceptualiza-cion y delineacion de la region estudiada.Los grupos indigenas que la habitan cons-tituyen una misma familia lingtiistica. Sibien las areas 0 zonas en que viven poseendiferentes caracteris ticas geograftcas,

El sabio de fafiesta: mtisicay miiologiaen fa region cahita-tarahumara

Miguel Olmos AguileraMexico, Instituto Nacional

de Antropologia e Historia, 1999, 172 pp.

comparten similitudes historicas y cultura-les, sobre todo con respecto ala musica.

Al senalar las peculiaridades de esta re-gion, Olmos nota la carencia de centros depoblacion especiftcos. Esto era comtin du-rante la epoca prehispanica en Mexico. Noexistia una diferenciacion entre las areas ru-rales y urbanas ni una jerarquizacion entrelos centros poblacionales. Tales caracteris-ticas surgieron a partir de la conquis ta y delestablecimiento de un sistema de limites,centros administrativos y rutas de enlaceentre ellos por parte de los colonizadoresespanoles.

El autor senala la importancia que tuvo enla historia de estos grupos el "rompimiento"del proceso de evangelizacion regional, con laexpulsion de la orden de los jesuitasen 1767yel abandono subsecuente de las misiones.Destaca el factor del estado de aislamiento enque estos grupos vivian. Frente alas agresio-nes de los blancos, los indios se refugiaron enla sierra. De esta manera, lograron conservarla mayona de sus practicas religiosas y de los

*Investigador del Departamento de Estudios Culturales de El Colegio de la Frontera Norte. Direcci6nelectr6nica: [email protected]

elementos musicales prehispanicos. Unejemplo de estos Ultimos es el caso del ins-trumento musical conocido como el raspa-dor 0 jucha-co, como 10 llaman en lenguacahita.

Olmos indica que la estructura politicade estos grupos no era tan monoliticacomo la de los otros pueblos indigenas,como en el caso de los mexicas 0 los incas.Un ejemplo que ilustra este hecho ocurrioen mayo de 1887, con la muerte del jefe re-belde yaqui Jose Maria Leyva, 0 Cajeme.En tal ocasion los indios yaquis no se rin-dieron, sino que simplemente surgio entreellos otro jefe,Juan Maldonado, 0 Tetabia-te, para encabezar nuev~ente la luchacontra los blancos. Los pueblos tratadosen ellibro de Olmos eran particularmentebelicos. Los yaquis, por ejemplo, se encon-traron en un estado de rebelion casi per-manente desde tiempos del virreinato has-ta su ultimo enfrentamiento con losblancos durante la campana que duro de1926 a 1929. En aquella ocasion, el gobier-no federal tuvo que enviar contra los in-dios rebeldes una fuerza expedicionaria deaproximadamente 20 mil hombres, apoya-dos con algunos escuadrones de avionesbombarderos, antes de lograr la derrota ysumision de la tribu.

Al discutir las relaciones entre la mito-logia y la musica, Olmos hace hincapie enel caracter unitivo de la cultura indigena. Ladanza y la musica se encuentran ligadas alpensamiento mitico y cosmog6nico. Exis-ten, por ejemplo, los estruendos de loscohetes que se lanzan para espantar al Dia-blo; el arpa y el violin, que tienen un origenceleste; la flauta y el tambor, que indicanuna ascendencia terrestre, etc. Asimismo,

entre la musica y la letra de los cantos exis-ten ciertos simbolos centrales, tales comola Virgen, Dios, el venado, el pascola(quien es el sabio de la fiesta) y el matachin,que tambien se encuentran relacionadoslos unos con los otros.

EI autor revela que el sistema musicalcahita-tarahumara tambien constituye uncomplejo de simbolos y referencias conrespecto al mundo natural. Esto no es sor-prendente, dado que la cultura de la cualforma parte estaba antiguamente vincula-da a la veneracion de animales -por ejem-plo, el venado, el guajolote, el oso- , asicomo a ciertas plantas propias de la region,entre las cuales se destaca el peyote. Estacomplejidad se refleja con una gran diver-sidad de tonalidades y afmaciones musica-les. Las diferentes tonalidades se relacio-nan con la hora del ilia en que se estetocando, y con ciertos animales y plantas.Algunos sones y voces musicales, porejemplo, corresponden a aquellos animalesque se manifiestan a determinada hora dela noche, as!como al cicio vital del venado.

Olmos tambien analiza las maneras enque la musica indigena se diferencia de lamusica occidental. Un rasgo principal es elhecho de que la primera constituye un fac-tor directo y determinante en la reproduc-cion 0 continuidad de su sociedad. Tocarun instrumento musical es hacerlo hablar.Tanto la musica como la danza son partesintegrales de las fiestas religiosas, las de lasiembra, de la cosecha, del trabajo colecti-vo, etc. De alIise deriva la importancia de lamusica para el registro y preservacion de lahistoria de estos pueblos. Como el histo-riador ingles Moses 1. Finlay comento ensu libro E! usoy abuso de fa histon'a: "La evi-

dente dificultad de descubrir el pasado delas sociedades agrafas no constituye unaexcusa para suponer que las tales [sic.: mis-mas] no tengan preterito 0 que este carezcade interes".

La musica indigena tambien se diferen-cia de la musica occidental en que su co-mercializacion no se manifiesta de maneralucrativa. EI autor indica que si bien existeun intercambio de pagos efectuados a losmusicos con dinero 0 bienes de un tipo uotro, y que pueden adquirir cierta fama 0

prestigio con el tiempo, sus fmes 0 metasno son puramente comerciales.

Uno de los fenomenos mas interesantesdescritos en ellibro es el de los cambios enla musica de estos gropos indigenas a travesdel tiempo. EI autor muestra que el mismofactor del regionalismo a menudo influye enlas modificaciones que ocurren en la musi-ca. En la region tarahumara, por ejemplo, esevidente la influencia musical de yaquis ymayos. Tambien revela la manera en la cual,con el tiempo, se pierde el caracter regionalo local de la musica. La danza del pascola,por ejemplo, que se bailaba en ciertos luga-res de la region tarahumara, se encuentracada vez mas generalizada en la region.

A veces ocurre, como indica Olmos,que se adopten las costumbres 0 usanzasmusicales de la cultura occidental, concambios en el significado. Tal es el caso dela danza de matachines, de evidente origeneuropeo. Este baile tradicional, que sepractica en muchas regiones de Mexico, 10practican dos flias de danzantes intercam-bi<indose de un lado a otro, de tal formaque los movimientos asemejan los de uncombate. Simboliza, en la tradicion euro-pea, la guerra entre cristianos ymoros -Ia

lucha entre el bien yel mal-, con el triun-fo de aquellos. Aunque fue introducida alnoroeste de Mexico a traves de los jesuitas,para los pueblos indigenas no tiene estemismo significado. Con toda probabilidad,este tipo de danzas se deriva de los bailesmoriscos, en los que no se manifiesta estalucha entre el bien y el mal. Tales diferen-cias entre la musica y la danza europea y laindigena tambien representan dos manerasdistintas de ver el mundo.

Con una mirada hacia el futuro, seria in-teresante, con base en estas observacionesde Olmos, llevar a cabo otras investigacio-nes con el objeto de ver como las costum-bres yusanzas musicales se transforman deuna generacion a otra. De especial impor-tancia es hacer no tar hasta que punto y deque manera llegan las influencias de afuera.Un analisis particularmente significativoen este sentido incluiria la medicion delefecto de los cambios sobre los jovenes,dado que en otras regiones de Mexico esprecisamente en este gropo donde sereflejan los cambios referentes a los estilosde baile, los instrumentos musicales toca-dos, etc. Tambien se podria plantear el pro-blema, asi como las posibles soluciones in-cluso, respecto a la conservacion de laesencia de la musica y las danzas indigenasoriginales.

EI estudio tambien tiene la utilidadpractica de llenar un hueco importante en10 referente ala investigacion y difusion dela musica indigena. En Mexico existe unainsuficiente difusion de las culturas indige-nas y de sus manifestaciones artisticas.Esta desvalorizacion cultural tiene una lar-ga historia, que data desde tiempos de lacolonia yque sigue vigente en muchos sen-

tidos en el presente. Ellibro de Olmos nosrecuerda que la musica indigena forma par-te integral de la propia cultura mexicana y,por 10tanto, tiene un papel potencial comoparte de la enseiianza de las artes en las ins-tituciones academicas.

EI estudio tambien nos hace conscien-tes de la necesidad no s610 de estudiar yaprender de la herencia musical indigena,sino tambien de preservarla. Existe ungran ntimero de archivos y bibliotecas conmaterial musical en forma escrita 0 publi-cada en Mexico y el extranjero que ha sidopoco consultado por los historiadores yotros investigadores. Como el autor indi-ca, esta labor de rescate no s610 consisteen consultar las fuentes escritas, sino tam-bien en el trabajo de campo. EI trabajo decampo del etnomusic6logo es, ademas,bastante agotador, con una serie de com-

plejidades propias del oficio. EI investiga-dor tiene que superar primero la descon-fianza de los habitantes de lascomunidades y establecer contactos conaquellas personas que tienen conocimien-to sobre 10que uno busca, para luego apli-car las tecnicas adecuadas y con ello con-seguir e interpretar los datos. Existen,como el autor comenta, casos de personasque conservan la musica en forma de unatradici6n oral, pero quienes no saben es-cribir una sola nota de musica.

En conclusi6n, el libro de MiguelOlmos constituye una valiosa aportaci6n anuestra comprensi6n de la historia y la cul-tura del noroeste de Mexico. Los especia-listas en la materia encontrarin utiles losresultados de su investigaci6n, asi comovaliosas las sugerencias para futuras inda-gaciones en este campo.